95

Un Camino Apasionado Virginia Centurione

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Vida de Santos

Citation preview

Page 1: Un Camino Apasionado Virginia Centurione
Page 2: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

El “voto” del consultor teólogo de la Congregación para la Causa de los Santos, Padre Valentino Macca ocd sobre la vida espiritual de Virginia Centurione Bracelli a la luz de la totalidad de la suya, más que un juicio formal es un tratado espiritual.

Por esto Madre Daniela Burol, Superiora General de las Hijas de la Beata Bracelli, quiso que la redacción del “voto” fuera entresacada de la parte documentaria y fuese compendiada y presentada en sus contenidos esenciales para que las Hermanas de Nuestra Señora del Refugio en el Monte Calvario pudieran conocer mejor para apreciar más la fisonomía y la estatura de su Madre Fundadora y alimentarse de su experiencia espiritual y apostólica.

El texto actual, con las debidas adaptaciones, ha de considerarse como un pro manuscrito.En el texto integral, conservado en el archivo de la Congregación de las Hijas de la Beata

Bracelli de Génova es posible ver que cada frase entre comillas, citada en este escrito está debidamente documentada con la referencia a las fuentes, pero como este no es un texto crítico, las citaciones de la Bracelli son transcritas en un italiano más comprensible.

Los numerosos títulos no forman parte del texto original sino que se agregaron para agilizar la lectura, indicar el contenido particular y poder así comprender rápidamente el discurso.

Mons. Guido Olivieri

Page 3: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

Virginia, noble de nacimiento, pero más por la vida y la caridad.

El primer biógrafo, P. Antero, definió a Virginia Centurione Bracelli como Mártir de la Caridad.

La nobleza de los orígenes de Virginia palidece frente a la auténtica nobleza que resulta de su compromiso que, al menos desde 1624 hasta su muerte (1651), la hace una especie de encarnación de la parte final del capítulo 25 del Evangelio de San Mateo (vv.31-46) relativa al juicio, parte que San Juan de la Cruz compendió en la conocida sentencia, popularizada por Santa Teresita del Niño Jesús: a la tarde de la vida, serás juzgado sobre el amor.

Virginia es digna de figurar entre las personas que maternalmente se han empeñado de manera especialísima en un servicio inteligente, premuroso, moderno, de los pobres.

Verdadera amiga de los pobres.

En nuestro tiempo en que a menudo se habla de la Iglesia de los pobres y de pobres en la Iglesia, Virginia puede tener u lugar privilegiado entre los verdaderos amigos de los pobres, es decir los santos, signo y revelación de la solicitud eclesial por cuanto hoy son de hecho mayoría de la humanidad y son los predilectos del Señor, los pequeños y los pobres.

La expresión mi Cristo hizo y enseñó, que se escapó a la Centurione en una ocasión en la que comprendió que el bien debía ser autenticado por el ejemplo, manifiesta el realismo de Virginia hacia los pobres: ayudarles, haciéndose ella pobre como ellos y más que ellos, para darles el sentido vivo del amor de Cristo en su Iglesia.

Pocas veces el hacerse pobre por los pobres y con los pobres por amor ha encontrado en la iglesia realización, como sucedió en Virginia Centurione, verdadera discípula de Cristo.

Pareciera encontrarse en ella un ideal de cuanto expresa el concilio Vaticano II:

Las alegrías y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de hoy, sobre todo de los pobres y de todos aquellos que sufren, son también las alegrías y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los discípulos de Cristo, y nada hay genuinamente humano que no encuentre en su corazón.Se diría que se hace plásticamente viva en tales discípulos la imagen de aquella Iglesia,

que circunda con su afecto a cuantos está afligidos por la humana debilidad, es más reconoce en los pobres y los que sufren la imagen de su Fundador, pobre y sufriente, si se ocupa en aliviar su indigencia y en ellos busca servir a Cristo.

Y el servicio es tanto más evangélico cuanto más refleja el realismo de Aquel que por nosotros siendo rico, se hizo pobre.

En nuestro caso es una noble mujer, una laica del s.XVII, que abandona todo y se hace mendicante por los pobres, haciendo propia su misma vida, su compañía, y haciendo realidad la disponibilidad absoluta a sus necesidades como un deber que corresponde a una precisa voluntad de Dios.

Page 4: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

Unidad de vida entre contemplación y acción.

Es en tal perspectiva de caridad-pobreza que se ve también la vida mística de Virginia la cual resulta de una vida espiritual intensísima, realizada en las condiciones humanamente más difíciles, en un contexto de donación externa muy comprometida. Esto la hace ejemplo notable de una vida mística vivida en un contexto de acción indudablemente extraordinaria, acción que de la contemplación recibía fuerza y alimento, mientras la acción, a su vez, sostenía una contemplación que se centraba sobre todo en el misterio del Hijo de Dios hecho hombre, sobre la pasión, dándole un sentido profundo de fe y de amor en la incansable relación-comunión con los pobres, en cada uno de los cuales se representa viviente la persona de Cristo.

Virginia impulsada por la caridad de Cristo y movida por el Espíritu de Dios, con el mismo gusto sapiencial con el cual se sumergía en su Señor, se daba a los pobres, reconociendo en ellos aquel rostro que había buscado e intuido contemplando el misterio de Jesús, en su voz escuchando el eco de la Palabra percibida en el contacto de la oración; a través de ellos reviviendo o, mejor, continuando la comunión de la adoración inflamada que le hacía el rostro tan encendido, que parecía que relampagueara del fuego divino.

En tal perspectiva, Virginia Centurione Bracelli constituye un ejemplo notable de aquella rara unidad de vida, don del Espíritu y al mismo tiempo expresión de fidelidad incondicionada en la búsqueda amorosa del rostro y de la voluntad de Dios siempre y en todo, por cuya contemplación y acción, animada por la caridad, se ayudan, se sostienen y se consolidan recíprocamente. Esto normalmente es signo de extraordinario equilibrio psíquico y religioso, que es posible solo cuando el ser, plenamente consciente en la fe de un designio de Dios sobre sí mismo, se abandona plenamente a Él, encontrando en el cumplimiento de cuando a Él le agrada aquella serenidad de espíritu que asegura acción sin discontinuidad, sin fracturas y si fuga de la realidad, sin inconstancias.

Esto parecer ser cuanto ha acontecido en nuestra Madre Fundadora.

Una vida al servicio de Dios en los pobres.

La unidad de vida exige que el itinerario espiritual de Virginia Centurione Bracelli sea considerado y propuesto en el conjunto de su aventura humana e histórica. Y esto, no solamente por el hecho de que ella es el cuadro concreto en el que Dios ha querido la respuesta de amor de su sierva, sino también porque la experiencia espiritual de la sierva de los pobres es comprensible solo a la luz real de su martirio de caridad.

Page 5: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

Desde el nacimiento a la viudez.

Virginia Centurione nació en Génova el 2 de abril de 1587 hija de Giorgio, después Jefe de República (1621-1623) y de Lelia Spinola. Después de una infancia muy piadosa y estudiosa, no obstante su orientación decidida hacia la vida monástica, en 1603 debió contraer matrimonio – por voluntad de su padre – con Gaspare Bracelli, del cual tuvo dos hijas: Lelia e Isabella.

Gaspare, a causa de su vida disoluta, murió tísico en Alejandría en 1607, hasta donde había ido buscando curación para su mal, asistido maravillosamente por Virginia, la cual tuvo la alegría de llevarlo nuevamente a Dios.

Apasionada al cuidado de los pobres.

Habiendo enviudado a los 20 años, comprendió que Dios la llamaba a servirlo en sus pobres; lo que buscó compaginar con sus deberes de madre y de administradora sabia y prudente de la casa.

Pronto – especialmente después del matrimonio de las dos hijas (1617 e 1621) – el cuidado de los pobres, que ya eran objeto de su solicitud, se convirtió en su actividad fundamental, siempre más claramente precisada y definida como organización de auténtico servicio de promoción de los marginados para que estén sin ofender a Dios y se ganen en cuanto sea posible el pan con sus propias manos.

Rechazando decididamente un segundo matrimonio, al que quería obligarla su padre, renovó el voto de castidad que había hecho en Alejandría después de la muerte del marido y, animada también por la suegra Magdalena Lomellini, en la casa de ella, donde vivía, en 1625-1626 pudo recoger unas 15 muchachas abandonadas, por las cuales la joven mujer comenzó también aquella que fue una de las mayores y continuas obras de ascesis: pedir por las calles de la ciudad.

Empresaria de la caridad.

El número de las jóvenes, súbitamente aumentado, la convención – dado que la suegra había ya muerto – de trasladar en 1631 a las cerca de cuarenta mujeres, que había recogido, al antiguo convento Monte Calvario para el cual en 1632 pidió el reconocimiento de la República y el subsidio caritativo, y esto elevó el número de las que ingresaron a doscientas. La única condición que Virginia imponía a las mujeres era la obligación de la vida común en la obediencia, la oración y el trabajo.

Creadora de un régimen embrional de vida religiosa.

En 1633 la Centurione transfirió a las más buenas, la más hábiles en el trabajo y las más disponibles a un régimen de vida religiosa (cerca de noventa) a Bisagno, y escribió para ellas una primera regla embrional de la obra, ya propuesta como monasterio, con obediencia y pobreza muy severas, en el cual las jóvenes debían hacer de cuenta y caso que eran de las

Page 6: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

religiosas más observantes. El orden poco después pasó a regular la tercera casa fundada en San Bartolomé.

Institutriz de la obra “Santa María del Refugio”.

Debido a que las muchachas ingresadas en las tres casas eran cerca de 300, la Centurione Bracelli 13 de diciembre de 1635 obtuvo del Senado que ellas formaran una sola obra bajo el título de Santa María del Refugio, y que éste tomará bajo su inmediata protección a la institución como bien público, o sea que fuera considerado siempre como instituido para la utilidad de la República obteniendo también que se adquiriera para la obra casa y terreno en la colina de Carignano y después que tuviera tres protectores (1641) a los cuales, en 1650, se agregó un cuarto en la persona de Emmanuel Brignole (1617-1678), el insigne fundador del Albergue de los Pobres y benefactor de la obra de Santa María del Refugio, a la cual le heredó su nombre.

Formadora de colaboradoras con estilo de religiosas.

A Carignano, convertido prácticamente en la casa Madre de la Obra, fueron transferidas las jóvenes que en Bisagno ya vivían como religiosas y las mejores de Monte Calvario. También Virginia se transfirió allí, con la intención de proveer a las jóvenes una formación más específicamente religiosa, ayudada por el capuchino Matías Bovoni.

En Carignano fue donde Virginia escribió la Regla (1644-1650) en la cual se distinguía claramente a las hijas – que llevaban un hábito – de las otras, a todas, aún sin votos, exigía verdadera obediencia y pobreza, oración, trabajo y absoluta disponibilidad para el servicio de los enfermos y de los pobres en los hospitales públicos.

Promotora de la humanidad de los pobres.

Después del nombramiento de los Protectores, confió completamente a éstos todo lo que se refería al gobierno de las casas, viviendo como las otras, trabajando como ellas, mendigando continuamente por la ciudad en favor de los asistidos.

Virginia vivió para estos pobres que se fueron convirtiendo cada vez más en su propia vida. Y no se trataba solo de ayudarles con una limosna. Conociendo la situación moral en que se encontraban muchos mendicantes, especialmente muchachas y mujeres, quiso hacer lo posible para redimirlas, asegurarles condiciones de vida humana, favorecer su compromiso cristiano, ayudarles a pensar y a construirse una vida con perspectivas de futuro.

Si ella se hizo mendicante por ellos, quería que ellos no mendigaran más, que las limosnas, antes que fueran dadas directamente a los pobres, constituyendo frecuentemente medio y vía para el mal, fueran entregadas a los organismos religiosos y civiles que tenían la tarea de proveerles con programas que fueran más allá del simple óbolo inmediato.

Los pobres, según su pedagogía de verdadera caridad cristiana, debían sentirse corresponsables de la propia vida, y aquellos que eran capaces de trabajar, debían ganarse así el pan. Es la obra con la que esta noble mujer, haciéndose pobre por amor a Cristo en sus

Page 7: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

pobres, supo descubrir métodos más modernos que de la simple asistencia se convirtieran en una verdadera promoción.

Es lo que resulta con claridad de su acción verdaderamente notable, paralela al principio a la desarrollada por el organismo que, bajo la dirección de la Magistratura de los Pobres, reunía a las Ocho Señoras de la Misericordia, con el compromiso oficial de llevar alivio a toda miseria, de las cuales la Centurione misma formó parte hacia el 1631, recibiendo el encargo del barrio genovés más miserable, el del Salvador.

Organizadora de la caridad.

Para hacer más eficaz la obra de las ocho Señoras, ya hacia 1626, es decir al inicio de su acción benéfica, Virginia había instituido la Compañía de las Cien Señoras auxiliares de las Ocho Señoras del Oficio de los Pobres, con la misión de visitar a domicilio a los pobres y de ayudarles o de señalar sus necesidades al Oficio de los pobres.

Pobre por los pobres y como los pobres.

Ella misma, la primera entre todas, vivía cuanto proponía. Después de haberse destacado en todo, eligió un régimen de vida austero y pobrísimo. Dependiendo en todo y, hasta el final, aún en medio de incomprensiones, amenazas, persecuciones, continuó fiel y serenamente, por amor a Dios y al prójimo, en su humilde ministerio de mendicante y de madre de todos los miserables. Nada de esto disminuía su dedicación.

Catequista, operadora de paz.

Catequista en los barrios populares, buscó ser árbitra de paz en un conflicto entre las familias nobles ligadas estrechamente a ella, la República y el Arzobispo Esteban Durazzo, haciéndose promotora, ante este último, de las Cuarenta horas, como se había hecho antes, con su predecesor, de las misiones populares en la ciudad. Ni las dificultades, que le causó la sierva, María Pizzorno, prácticamente convertida en su patrona, porque el confesor y los parientes la habían puesto bajo su obediencia, ni las enfermedades lograron detenerla en su camino de completa y total dedicación al servicio de los hermanos más humildes y miserables, realizado en un clima de pobreza, con que se les acercaba a su mismo nivel, pobre como ellos y más que ellos, en la dependencia absoluta con que frecuentemente pedía de ellos para sí misma las sobras de cuanto había ido pidiendo por la ciudad.

Sierva de Cristo en los pobres.

Al menos desde 1624, la noble mujer, hecha pobre por los pobres, en un acrecentamiento de iniciativas y de iniciativas providenciales, algunas de las cuales suficientes, por sí mismas, para llenar una vida, no tuvo otra preocupación que servir a Cristo en sus miembros más humildes, en una fe valiente, que en la renuncia alimentaba la esperanza teologal y, al mismo tiempo, la animaba y sostenía en el don incansable de sí misma, realidad que verdaderamente caracteriza su existencia hasta hacerla mártir de la caridad.

Fundadora de las Hijas de Nuestra Señora del Refugio.

Page 8: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

Y no se debería olvidar la obra atenta, diligente, continua desarrollada por Virginia como fundadora y madre de las Hijas de Nuestra Señora del Refugio que, aún sin votos en sentido jurídico, fueron formadas por ella en una auténtica vida religiosa muy seria y comprometida, como oración y austeridad o como servicio a los pobres y los enfermos.

De hecho en las reglas Antiguas (1644-1650) se lee: Sepan las Hijas de Nuestra Señora… que viven en estas casas que la finalidad del Instituto y su vocación es buscar de todo corazón la perfecta observancia del Evangelio… Hagan de cuenta y estimen en tal manera su Instituto como venido del cielo… Sepan que en cuanto a los votos de pobreza, castidad y obediencia se refiere deberán observarlos no menos que las religiosas más estrictas.

En la carta a Victoria Doria del 10 de diciembre de 1633 la Bracelli habla de las jóvenes transferidas a Bisagno diciendo que: viven todas en perfecta comunidad; yendo a aquella casa solo aquellas que piensan servir a Nuestro Señor todo el tiempo de su vida en dicha Congregación.

Es de estas predilectas de Virginia Centurione Bracelli que provienen los dos grupos de Religiosas de Nuestra Señora del Refugio en el Monte Calvario de Génova, llamadas Briñolinas, y las Hijas de Nuestra Señora en el Monte Calvario de Roma. Ellas constituyen la herencia espiritual de Virginia, haciendo viva su presencia, además de en Italia, en diversas naciones.

Muerte de Virginia Centurione Bracelli.

Virginia murió santamente el 15 de diciembre de 1651, y fue sepultada en la Iglesia de Santa Clara de Carignano de forma provisoria, siguiendo la sugerencia de los Protectores, que pensaban transferirla después a la Iglesia del Refugio. En 1810, encontrado su cuerpo incorrupto, fue transportada a San Jacobo, para pasar después a Nuestra Señora del Refugio en Bisagno, de donde – a causa de la demolición del antiguo edificio, para dar lugar a la construcción de la estación ferroviaria Brignole (del nombre de la Obra) – en 1868 fue transferida a Marassi y colocada primero en la capilla interna del noviciado y después (1872) en la nueva iglesia de la sede central del Instituto.

Page 9: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

Vocación celestial.

La totalidad de la experiencia espiritual de la Bracelli hay que insertarla en la incansable dedicación de Virginia a aliviar toda miseria y sufrimiento de los pobres de Jesucristo. Su vida heroica en favor de los pobres es inconcebible sin una referencia directa a su fe, a su esperanza, a su caridad.

Es cierto que la misma dedicación a los pobres es la respuesta a una vocación especial, que le llegó a través de una voz celestial, escuchada una noche, probablemente hacia el 1624-1626, mientras reposaba: Virginia, la voluntad de Dios es que tú le sirvas en sus pobres. No es, Virginia, mi voluntad acumular dinero; quiero que tú me sirvas en mis pobres.

Lo que importa y hay que observar es la decisión que le siguió y el recurso previo al Padre Espiritual.

Renuncia a su voluntad y claridad de propósitos.

Conociendo la prontitud con que la Fundadora obedecía a las inspiraciones y la humildad con que se sometía a la Iglesia, puede ser que se relacionen con la vocación los propósitos del 8 de septiembre de 1626:1ro Con la ayuda divina renuncio a mi voluntad, pero haré cuanto me diga mi Padre

Espiritual, como si me fuera dicho por Dios.2do Procuraré soportar y abrazar las tribulaciones que me mande el Señor, tomar las cruces

y seguirlo.3ro Renuncio a cuanto poseo al servicio de Dios, y tomaré para mí solo lo que me sea

ordenado por los superiores.Estas expresiones son muy importantes porque nos aseguran que la voluntad de

Virginia de someterse al juicio del Director Espiritual y nos indican su actitud fundamental especialmente frente a los hechos extraordinarios como, por ejemplo, locuciones interiores, visiones, raptos, levitaciones, éxtasis.

La cosa más importante ha sido siempre la actitud de obediencia a la Iglesia, a través del ministerio de los sacerdotes. Virginia fue siempre una creatura de extraordinaria obediencia, según el propósito hecho por ella el 8 de septiembre de 1626: Con la ayuda divina renuncio a mi voluntad, pero haré cuanto me diga mi Padre Espiritual, como si me fuera dicho por Dios.

El propósito reaparecerá como uno de los fundamentos de su vida espiritual: Quiero no hacer más mi propia voluntad, sino la de Dios, rigiéndome por medio del confesor.

Dirección espiritual y obediencia.

Es seguro que, bajo la acción apremiante de Dios, prefería seguir la obediencia más que el impulso místico. La obediencia de Virginia resguarda de cualquier exaltación, mientras que la confianza que podemos poner en ella es favorecida por el esfuerzo que hacía para frenarse.

Page 10: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

Esto no parece incidir de manera determinante en la vida externa y sobre la actividad de la Bracelli, que se desenvuelve humilde y valientemente sobre un plano de fe concretizada en la generosa disponibilidad de servicio de la caridad.

La dedicación incondicionada y perseverante de la Madre en un ministerio no fácil ni siempre aceptado por todos, el valor con que se dedicó a ello hasta el fin de su vida, sin atender a su salud, prueban que nuestra fundadora no es alguien que se repliega sobre sí misma, que busca crear un espectáculo o atraer de cualquier modo la atención, sino que vive para los otros, por espíritu de fe y por empeño de caridad.

Sentido profundo de fe.

Su experiencia espiritual deja ver el sentido profundo de la fe por la que se dice dispuesta a ser puesta en el fuego, de la salvación de las almas, de la necesidad de pertenecer a la Iglesia para tener la vida eterna. Se trata de un grito místico que dignamente podría estar junto a los de los grandes enamorados de Dios. Y es una llamada, hecha en voz alta, a todos los hombres hasta Turquía, para que todos se conviertan. Dios se hizo hombre, y tú mezquino no lo sabes. Y también aquí, la experiencia de hace encuentro y anuncio de misericordia universal.

Mujer de la voluntad de Dios antes de todo y sobre todo.

Mujer humilde y simple, se muestra siempre una mujer de humildad y caridad, alguien que solo quiere una cosa: ser siempre más voluntad de Dios tanto que se la podría llamar mujer de la voluntad de Dios.

El empeño de la búsqueda y del cumplimiento de la voluntad de Dios es el elemento más fuertemente acentuado en los varios propósitos (no simplemente buenas intenciones) de Virginia.

Por ejemplo: con la ayuda de Dios renuncio a mi voluntad.Con la ayuda de mi Señor Dios no quiero vivir más en este mundo haciendo mi

propia voluntad sino en todo y para todo su santísima voluntad; mi gozo será de aquí en adelante el cumplimiento de su santa voluntad.

Quiero no hacer más mi propia voluntad sino la de Dios.Pido a Dios que me dé la gracia, cuando haga oración… de no pretender jamás otra

cosa que su perfecta voluntad; esto es lo que deseo.Estoy dispuesta a padecer, con la ayuda de Dios, cualquier cruz antes que hace algo

contra su voluntad. Y, por el amor de Dios, estoy resuelta a vencerme a mí misma en todo aquello que sea contrario a su voluntad.

Por Dios se puede y se debe sacrificar todo.

La Bracelli, convencida de que cada uno debe caminar por el sendero que Dios lo quiere conducir, no obstante el sacrificio del corazón, no dudó jamás que las exigencias del Reino requerían la renuncia a todo, también a los derechos de la carne y de la sangre, dado que estaba en juego una llamada especial de servicio a los más pequeños, según una inspiración y vocación plenamente aprobada por el director espiritual.

Es el significado de la exhortación que Virginia hace a sí misma con estas palabras: No hay que obedecer a otro que a Dios, el cual te da a conocer su santa voluntad con las internas

Page 11: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

vocaciones e inspiraciones. A sus señales debes absoluta y prontamente obedecer, porque si dilatas la ejecución de sus mandatos cuando El, tocando a la puerta de tu corazón, te los impone, se marchará, y con razón, desdeñado, no te abrirá cuando lo llames.

Padecer en paz por amor.

En la Madre el hambre de la voluntad de Dios se manifiesta en un grado muy alto y nace de la contemplación amorosa de Cristo en la cruz, lo que suscita en Virginia el deseo exclusivo de la consolación del padecer por amor: Mi Señor en la cruz no tuvo consuelo alguno, diciendo: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” (Mc 15,34). En mis dificultades procuraré, con la ayuda de Dios, ser paciente; no buscaré consolación alguna; lo invocaré pidiéndole fuerza para sufrir por amor suyo; esta será la mayor consolación que podré tener.

Ahora renuncio, mi Señor Jesús, por tu amor, a esta vida presente, no quiero vivir para nadie más sino para ti. Esto te pido me concedas por el misterio de tu Santa Encarnación.

No quiero ya jamás, con la ayuda de mi Dios, preocuparme por mí misma. Me pongo en todo y para todo en aquellas manos que me han creado y me ayudarán más de cuanto pueda pensar ayudarme yo misma.

Cuando le plazca al Señor mandarme tribulaciones, dificultades, enfermedades y la muerte la acogeré con gusto; lo hago desde ahora por su amor, en memoria y agradecimiento por el exceso de amor que me da, y que lo llevó a padecer treinta años continuos y a morir en la cruz.

Estas palabras de la Centurione Bracelli son las más reveladoras de su alma verdaderamente inmersa en la voluntad de Dios después que comenzó el descubrimiento de Jesús desnudo y crucificado e transmiten el eco de sus pensamientos y de sus propósitos mejor que cualquier otro testimonio.

Todo su corazón estaba dirigido de manera firme y estable a encontrar en todo y para todo y adecuarse a la voluntad de Dios.

Page 12: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

Consecuencia de vivir exclusivamente de la voluntad de Dios son algunos frutos como:

1.- Humildad profunda, con el olvido total de sí.

Virginia, en los propósitos de 1632, se había propuesto: en toda acción mía quiero que resplandezca la humildad y, con el progresar de su experiencia, tal virtud se convirtió en una segunda naturaleza.

Hay en la Centurione una actitud normal de ocultamiento, de servicio, de paciencia, de serenidad.

Son conocidas sus reacciones de paz y tranquilidad en ciertos casos de maltrato de parte de sus asistidas o beneficiadas; su paciencia, verdaderamente más que heroica, también como acto de obediencia, hacia la sierva-patrona, María Pizzorno; la alegría de ser la última también entre las asistidas, sirviéndoles en todo, y prefiriendo para sí lo que era más humillante y pobre; la alabanza que elevaba a Dios cuando se encontraba con quien la exaltaba: Solo a ti honor y gloria; ten misericordia de esta miserable pecadora, dado que era enemiguísima de la soberbia.

Por el servicio de los pobres, Virginia había abrazado, en la pobreza y la austeridad, un cierto género de vida. Sus Pensamientos comienzan con la exhortación dirigida a sí misma:

Virginia, pon en la humildad tus fundamentos y profundiza bien. En manera más profunda, estaba convencida de que debía vivir muriendo para estar en

la voluntad de Dios. ¡Oh, que poco es entendida por nosotros esta verdad evangélica! Es necesario morir, es necesario marchitarse, es necesario aniquilarse y extinguir el hombre viejo, si queremos renovarnos para vivir para Dios.

2.- Un gran deseo de padecer.

La voluntad de Dios amada y vivida por Virginia se abría siempre más en su vida en una perspectiva de participación íntima en la cruz, como expresión de amor: no quiero tener otro deseo que el de estar con mi Padre… y padecer cualquier cosa con alegría, por su amor. Quiero abrazar gustosamente con paciencia todo lo que el Señor quiera mandarme, tomando la cruz y seguirlo. Con la ayuda del Señor Dios… no quiero tener en esta vida otra cosa que a mi Señor Jesús en cruz y estar clavada con Él, renunciando a cualquier otra cosa.

El realismo evangélico de dedicación a la causa del Señor en el servicio de los pobres de parte de Virginia la muestra una mujer verdaderamente configurada con Cristo crucificado en su Misterio Pascual de muerte y resurrección, para su gloria y por la salvación de las almas.

Observando su vida atentamente, se nota claramente la interdependencia que existe entre la oración y la fidelidad a la voluntad de Dios.

La oración sostuvo a la Centurione en su heroico empeño de caridad y con mucha facilidad pasaba de este empeño a la oración, convertida con el servicio de los pobres en su vida-

Page 13: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

Totalmente impregnada de la oración.

No sorprende, por eso, que su oración fuera continua, también por las calles, mientras cumplía su duro ministerio de caridad. Como estaba perennemente unida a Dios cuando estaba entre las hijas en el taller así lo estaba entre la gente; también si total y diariamente empeñada en negocios… con toda clase de personas, nada de menos, como sus intereses estaban encaminados solo a la caridad…, se deshacía de todos los efectos mundanos, y se concentraba y se apegaba con vivacidad de amor al esposo de su alma, de modo que, siendo Dios su principal finalidad y objeto, todos sus pensamientos y acciones estaban dirigidos y encaminados a Él solo.

Se puede decir siempre en oración… caminando, estando sentada, trabajando; esto no se refiere principalmente al estar continuamente de rodillas que le había convertido las rodillas mismas en un callo o al hecho que con frecuencia transcurriera las noches enteras en oración pero sobre todo a cuanto se realizaba en la Bracelli. En cualquier lugar donde se encontraba tenía su pensamiento de tal manera su pensamiento unido a Dios, que no la podían distraer los muchos empeños que con tanta fatiga… continuamente tenía. Y si alguna vez callaba con la boca, hablaba mentalmente con su Señor…

Configurada con Cristo Crucificado.

Nuestra Madre, que había pedido al Señor ser más pronta al hacer que al decir, ejercer las obras de misericordia corporales y espirituales por cuanto podía; estar clavada a la cruz con Jesús su Señor; tomar las cruces, soportar y abrazar las tribulaciones proponiendo renunciar a cuanto poseía, donando todo al Señor para el sostenimiento de los pobres, verdaderamente vivió su existencia en plena conformidad con Jesús Crucificado, como Él y en Él con el corazón abierto a todo hermano, especialmente a los más humildes y pobres, en los cuales servía e visitaba a Nuestro Señor Jesús, como lo recomendaba a las Auxiliares de las Señoras de la Misericordia en las normas que les fijó.

El heroísmo con que vivió fiel y serenamente su aventura de servicio es explicable con el hecho de su fusión plena con la voluntad de Dios por amor. Como la Virgen María, a la que había pedido la gracia de aceptarla como fidelísima sierva, Virginia Centurione Bracelli ofrece la imagen de la creatura que quiere solo servir, por amor, siempre y solo actuando según la voluntad de Dios.

Page 14: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

Enraizada en la fe.

Cada quien, según los propios dones y oficios, debe, sin demora, avanzar por la vía de la fe viva, la cual enciende la esperanza y obra por medio de la caridad.

Virginia Centurione Bracelli vivió una profunda vida teologal de la cual recibía la fuerza para encontrar a Dios en todo, para tender en todo a Él, para amarlo verdaderamente en todo y por todo. El mismo espíritu de oración, que era su vida, a su modo demuestra que ella estaba enraizada en la fe, en la esperanza y en la caridad.

Mujer toda caridad.

La experiencia de la Bracelli está caracterizada de manera excepcional por la caridad como don y servicio en la voluntad de Dios. Sus propósitos no dejan duda al respecto:

Quiero siempre amar y servir a Dios con todas mis fuerzas, pidiéndole me dé su ayuda, sin la cual no puedo hacer nada.

Procurar amar a Dios con todas mis fuerzas y al prójimo como a mí misma… No dejar que mis tres potencias se ocupen en otra cosa que en Dios.

Pido a dios, me dé la gracia de amarlo y servirlo con todo el corazón y fuerzas… me dé la gracia de amar a mí prójimo como a mí misma, esto es lo que deseo.

La espiritualidad de la Bracelli, considera en la realidad de su experiencia concreta, puede reducirse verdaderamente a la caridad teologal en toda la plenitud de la expresión y de donación.

Mujer de fe.

Está íntimamente unida con tal caridad, convirtiéndose en expresión viva, la fe profunda de Virginia, mujer de Dios, que en todo se deja guiar por Él. Vive continuamente en su presencia, fiel al perenne empeño orante hecho para no perder de vista a Dios.

Su vida de oración la unía a Dios y al mismo tiempo a los hermanos, la hacía atenta a la Palabra que continuamente en el espíritu escuchaba y a la llamada que le llegaba a través de la voz del Señor en sus pobres. Por esto la fe se convertía en comunión con Dios sin interrupciones, y si bien actuaba con los pies en la tierra, su mente giraba en torno a las cosas del cielo.

Contemplación de la Palabra, meditación de la vida de Jesús, oraciones jaculatorias eran la expresión de su mantenerse constantemente delante del Señor en la fe más viva, también en el trabajo.

Page 15: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

Amante de la Palabra de Dios.

Esta fe es vivida en contacto con la palabra de Dios. La leía a menudo, desde la juventud, también en las largas noches de espera del despreocupado marido Gaspar, hasta encontrar en ella grandísimo pasatiempo. También en el taller tenía siempre consigo la Sagrada Escritura, animando con la Palabra de Dios a las hijas. Sus elevaciones, sus jaculatorias, también escritas, sus mismas exhortaciones eran por lo general con expresiones de la Escritura.

Y no se trata de un simple mosaico: allí se descubre el alma de Virginia cuya fe en la Palabra de Dios que la llena, se hace oración, proyecto, adhesión de abandono valiente a la voluntad del Señor.

Como los grandes orantes y amigos de Dios de la Biblia, Virginia parece comprender que, más allá de todas las expresiones humanas, por muy bellas, la fe se nutre de la Palabra que sale de la boca de Dios: entre más pobreza de palabras humanas, más hay espíritu de resonancia de la única Palabra que, acogida, contemplada, seguida, santifica y transforma.

De la fe vivida a la fe transmitida.

Su fe era siempre proclive al encuentro y a la profundización de la verdad; esto buscaba promover con todo cuidado con el fin de encaminar hacia el fin para el que fuimos creados. Se dedicaba al apostolado catequístico, la suma preocupación de la Bracelli que animaba la misma obra de caridad material, era que todos estuvieran bien amaestrados en los misterios de la fe, a esto proveía pagando personalmente. Ella misma se hacía, no solo apóstol celosa del catecismo en las parroquias y en muchas iglesias, pero también maestra de doctrina cristiana, instruyendo en los artículos de la fe también por las calles a las muchachas y las mujeres y llegando al menos una vez (después se lo impidieron) hasta en las galeras a desempeñar el deseado ministerio.

En esta fe se apoya fuertemente en la Iglesia, maestra de verdad.Es el ardor que la hacía en su Génova, estar atenta a las mil necesidades de los pobres,

solícita por la salvación de todo el mundo; de hecho, se preocupa para que en la ciudad sean predicadas las misiones al pueblo durante el carnaval.

Su ardor misionero la empuja a recordar a los príncipes cristianos que deben trabajar, no por el maldito interés, sino por la salvación de los hombres.

Dios solo: deseo y esperanza.

El discurso sobre la esperanza de la Centurione Bracelli, como expresión de su caridad perfecta, no tiene necesidad de muchas explicaciones. Todas se compendian en la confianza inmensa en Dios, confianza que la separaba potente y realísticamente de cualquier cosa terrena, para hacerla deseo viviente de Dios solo. Jamás se fiaba de sí misma, sino que toda su confianza estaba en Dios y era su invocación frecuente, especialmente cuando se le pedía alguna cosa humanamente difícil para los pobres: Tú eres nuestra esperanza, no seremos confundidos eternamente.

Page 16: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

A la esperanza teologal debe también añadirse el abandono absoluto que tenía en Dios expresado en las palabras de los propósitos de 1646: No quiero más, con la ayuda de Dios, preocuparme por mí misma, poniéndome que me crearon, que me ayudarán más de cuanto pueda pensar y ayudarme yo misma. Especialmente en las horas más duras, se apoyaba serenamente por las calles en las palabras del salmo 54,2: Pon en el Señor tu afán y el te sostendrá, jamás permitirá que el justo vacile. La Bracelli estaba segurísima de la ayuda de Dios, cuando hacía todo aquello que más podía imaginarse.

Pobreza intensa y vivida como don.

Un aspecto que en relación con la esperanza debe ser subrayado en la Centurione Bracelli, es aquel de la pobreza absoluta que, siguiendo la llamada divina, aceptó como un don, despojándose de todo, para tener la máxima disponibilidad para la libertad de la caridad.

Verdaderamente en Virginia el despojo es liberación para el seguimiento en la línea de la particular vocación de servicio y participación. O mejor, es exigencia de caridad teologal que se posesiona de todo el ser. Cuanto mayor es esa plenitud, más basta solo Dios, y todo en la creatura se convierte en capacidad de Él. Para el don a la Iglesia y a los hombres.

Pobre, libre humilde.

Ya se ha propuesto el aspecto básico de tal libertad en la humildad de la Fundadora, expresión fundamental de la pobreza y, en su dinámica cristiana, manifestación de la difidencia de sí misma que en todo se apoya en Dios.

La pobreza exterior no es cristiana si le falta la humildad interior, gracias a la cual, la creatura está verdaderamente y plenamente disponible, se acerca antes con el corazón que con la limosna o la ayuda material, está en condición de realizar la verdadera pobreza como participación en el mismo nivel, si es posible debajo – como en Virginia – de los pobres más pobres.

La nota fundamental, que continuamente retorna en el pensamiento y en los propósitos de Virginia es esta: Renuncio a cuanto poseo, donando todo al Señor para el sustento de los pobres: Pido a Dios que me dé la gracia de amar al prójimo, como a mí misma…; me dé espíritu de humildad y de desprecio de mí misma… me dé la gracia de cumplir con mi oficio de la Misericordia escuchando a todos los pobres con caridad, proveyéndoles cuanto pueda… me dé la gracia de ser diligente para que las cosas que pasan por mi mano llegue su verdadero destino… me dé la gracia de ponerme a mi misma y mis cosas al servicio de Dios.

La vida de Virginia responde en pleno a sus propósitos y sus oraciones. Quiere ser la más pobre que sus hijas, en el alimento diario, en el vestido haciéndose inferior a ellas, casi, al menos en ciertos casos, dependiendo de ellas.

No pretendiendo de ningún modo acumular para sí misma o para una obra suya, no solo hizo la cesión absoluta a la institución, sino que quiso que ésta estuviera bajo la dirección de los Protectores, dependiendo de ellos plenamente en todo; esto hizo la pobreza todavía más plena y humilde.

Page 17: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

Libre para servir, pobre para servir.

Así, verdaderamente libre, mientras podía con todas sus fuerzas servir a Dios en sus pobres, al mismo tiempo estaba apta para la gran oración, escrita en 1626, es decir todavía al inicio de su duro servicio: Ahora renuncio, Señor mío, no quiero vivir para nadie más que para Ti.

Podía exclamar con verdad en el amor lleno de esperanza: Me doy de todo corazón Ti, mi creador, estoy plenamente resuelta a estar en tu compañía por todo el tiempo que me resta de vida, para poder gozarte eternamente en el paraíso: “Sé en quien he confiado”.

Porque tenía una fe viva y una esperanza firme, Virginia era libre para acoger el amor y para darlo sin obstáculos o limitaciones de la naturaleza. Bajo la acción siempre más fuerte y exclusiva del Espíritu Santo, Virginia programa y vive una existencia que está toda en la línea del amor, un amor que tiende con vehemencia hacia Dios y – se diría – en el corazón mismo de Dios se efunde y se dilata en beneficio de toda miseria y dolor.

Todo se explica con el amor divino.

Cuanto hasta ahora ha sido expuesto solo puede ser expresión de tal caridad. La continuidad en el empeño de donación, que caracteriza toda la existencia de Virginia, no es posible sin una caridad heroica, verdadero amor a Dios y al prójimo en grado eminente.

Page 18: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

El amor de Dios que atraía fuertemente a la Centurione hacia el Señor, creaba en ella no solo la exigencia de la oración, sino que la hacía en cierto sentido oración ininterrumpida, como se propuso también la sed de la voluntad de Dios y el empeño puesto siempre en conocerla y cumplirla en el mejor modo posible. Es en eso que principalmente consiste el amor a Dios y el empeño de cumplir la voluntad de Dios era también efecto de la acción transformadora del Espíritu Santo.

Amor exclusivo.

Virginia parte de principios muy seguros: Virginia, acuérdate de que eres creatura racional, creada por Dios su imagen y semejanza, y el fin para el que te creó es que lo ames y sirvas únicamente a Él para gozarlo después en el paraíso. Su respuesta es lógica: Señor, me dedico a Ti para servirte en todas las ocasiones, como quieres, y jamás quiero, con tu ayuda, querer otra cosa.

Por otra parte, ya desde la adolescencia Virginia buscaba el Señor y lo quería. Después de la muerte del marido, a los veinte años, acogerá con seguridad la voz interior que la invitaba a las nupcias con el Señor, al cual se dedica y consagra con el voto de castidad perpetua.

Amor crucificado.

El objeto de su amor es Dios que ella alcanza a través de su mediador Cristo Jesús. Siente profundamente sobre todo el misterio de Pasión en términos tan vivos al punto de hacer pensar que contemplaba aquello de lo que hablaba.

La nueva vida de Virginia al servicio de los pobres es un caminar continuo al descubrimiento de Jesús desnudo y crucificado. Y para ser fiel a tal seguimiento, su meditación cotidiana era sobre la Pasión del Señor. Por esto llevaba siempre consigo un pequeño crucifijo y su crucifijo era su maestro.

En Jesús crucificado veía la manifestación verdadera y única del amor: No queremos más a Cristo crucificado, no queremos más sus manos clavadas, sino poniendo bajo sus pies al mundo, al demonio y la carne, queremos que alargue sus brazos para abrazarnos, y solo tenga el costado abierto para darnos un lugar en su corazón sacratísimo.

Las mismas Señoras de la Misericordia eran invitadas por Virginia a reflexionar en los padecimientos de Cristo para no abatirse por los suyos y permanecer firmes en su vocación . Era cuanto ella misma hacía con su vida mortificada, austera, penitente.

Amor humilde.

Personalmente tenía la convicción vívida de ser miembro de aquel Cuerpo Místico, cuya cabeza, Cristo, ha sufrido. Por lo cual podía repetir a las Señoras de la Misericordia:

Page 19: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

¿Quién no sabe que Dios, nuestro guía y nuestro defensor, tiene la cabeza [coronada de] espinas,? Es indecente que nosotros, que deseamos imitarlo, pensemos llegar al gozo de la Divina Esencia, por otro camino distinto al de las tribulaciones y los sufrimientos. Su camino era verdaderamente el de la cruz.

Para que nos sea agradable la cruz de Cristo, es necesario que lo sigamos con la cruz y en la cruz… que aprendamos de ello la humildad, que imitemos la caridad: la humildad como fundamento, la caridad como configuración y transformación.

Amor eucarístico.

De la contemplación de Cristo Crucificado y del seguimiento generoso de Él, Virginia pasa a la comunión íntima con el Memorial de la Pascua, la Eucaristía, el sacramento del amor. Aquí el amor es verdaderamente transformativo: quien devotamente recibe el sacramento eucarístico, se transforma en el mismo Cristo, escribe Virginia Bracelli.

Su participación activa en la Santa Misa era el centro de su jornada. Fruto de su fe y de su amor a Cristo presente en la Eucaristía es la insistencia delante del Arzobispo de Génova para la institución de las cuarenta horas. Toda su vida tendía a la Eucaristía, perenne preparación y agradecimiento que sin interrupción la conservaba espiritualmente en la presencia del Santísimo Sacramento: acercarme a la Santísima Comunión continuamente, y … y toda acción que haga será preparación para recibirla… cuando lo haya recibido en el Santísimo Sacramento no dejarlo jamás sino estar continuamente en su compañía, con el continuo y ardiente deseo de llegar a verlo en el paraíso.

Amor absorbente.

Así toda su vida, incluso en el duro trabajo en que se empeñaba con valentía y dedicación al servicio de los pobres, era una elevación amorosa a Dios.

El Mi Dios y todo, que con el sea hecha tu voluntad, tenía perenne en los labios y más todavía en el espíritu, además de los diez actos de amor a Dios que con consideración hacía cada hora, la tenían en un contacto vital con el Señor llevándola a darse con alegría y perseverancia en todo. Si en la oración a veces tenía el rostro encendido que parecía irradiase fuego divino, mucho más todo el ser se encendía realísticamente en el martirio perenne que era su servicio.

Page 20: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

El amor de Dios tiene en la Madre – como en todos aquellos que siguen a Cristo por la vía del evangelio – expresión plena en su don de caridad al prójimo. Lo que lo distingue es que tal caridad se convierte en su vida, su ocupación, su ministerio. A tal punto que si se quitara de su existencia el servicio de los pobres que en muchas maneras llenaba sus jornadas, no tendríamos más la Centurione Bracelli, como fue suscitada por Dios en la Iglesia de Génova del s. XVII.

Tal amor al prójimo no ha sido en ella una compensación psicológica, un simple llenar la vida, sino la respuesta positiva a una explícita voluntad de Dios, respuesta dada sin cansancios o retardaciones hasta el fin, por amor a Dios.

Amor a Dios.

Son claras las palabras con que la Fundadora revela un poco el principio interior de su acción caritativa: Si me debo toda a Dios por haberme creado, ¿que cosa le daré por haberme redimido, sino llevo otras almas?

Virginia, a propósito de caridad, tiene ideas muy claras, profundamente evangélicas. Dice claramente que todo fiel cristiano está obligado a servir a los pobres que están en gravísimas dificultades del cuerpo y del alma; por lo que no parece que se encuentre otra cosa en que Dios Bendito deba ser mayormente servido que en fatigarnos en servicio de sus pobres, estimando el bien hecho a ellos como hecho a Él mismo.

Amor hecho de acciones.

La consecuencia no podría ser otra que la donación total a la caridad. Para ella era cuestión de vida hasta el punto de considerar perdido el día si no podía atender con su sierva al servicio, aunque si durísimo, de los pobres. Por eso, con un valor extraordinario, que podía venirle de la seguridad del principio confirmado por toda su vida, a quien veía divertirse le decía: vosotros estáis de indolentes y los pobres de Cristo mueren de hambre. No causa extrañeza que con tal actitud ella lograra, a veces, olvidarse por días enteros de tocar alimento a una solo gota de agua.

Su servicio es, como dirá a las auxiliares voluntarias, revelando sin duda a sí misma, un empleo en el sentido más pleno de la palabra. Convencida de que en el servicio de los pobres Dios la quería y deseosa del servicio divino y del bien de los pobres, después de haber orado y llorado delante del Crucifijo y a la imagen de María, se daba a su obra, no siempre comprendida ni apoyada, pero que ella consideraba, como decía a las Señoras de Génova exhortándolas a la colaboración, abrazaba y encerraba toda obra de misericordia.

Amor universal.

Page 21: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

Nuestra Fundadora, como madre universal en la varias iniciativas, sostuvo personalmente la acción caritativa, durante la guerra de 1625, con:

- La acción discreta por las familias nobles venidas a menos;- El cuidado de los ancianos;- La solicitud por los ‘conservatorios’ de muchachas;- La ración para los huérfanos;- La protección para las penitentes y convertidas;- La asistencia en los hospitales; - La visita a los encarcelados;- La ayuda a los conventos y monasterios pobres;- El socorro a las iglesias pobres;- La promoción de las escuelas populares;- La búsqueda de trabajo para los desocupados.

Se puede decir que no había necesidad a la cual no se extendiera su delicada, oportuna, valerosa obra de caridad.

Amor heroico.

Particular atención y dedicación la Bracelli, con una constancia verdaderamente heroica, dio a la obra de Nuestra Señora en el Monte Calvario o del Refugio.

Hay que subrayar el heroísmo de Virginia en el cuidado todo especial por las mujeres más repulsivas humanamente hablando. Se reservaba para sí la tarea honorable de limpiar a cuantas tuvieran tiña, roña, animales inmundos, lo que además hacía con los niños también cuando visitaba las casas de los pobres. Y hay que tener presente que Virginia no hizo esto solo una vez, ni solo a una persona; con centenares de personas ejerció obras de caridad heroica. Por otra parte se conoce que en el Refugio los trabajos más bajos pertenecían a ella.

Amor mendicante.

No hay que olvidar el martirio del andar pidiendo que, por amor a los pobres o, mejor, a Jesús en los pobres, como ella decía, hizo de ella para toda la vida la mendicante de la caridad por las calles de Génova; lo que no debió costarle poco, al menos al inicio, si se piensa en lo que en aquella época significaba ser noble o de sangre gentil.

Cada día, después de haber orado largamente, daba las órdenes necesarias en la casa, y después salía, orando, a realizar su servicio: siempre – con agua, viento, sol o pésimo tiempo, con nieve, con las calles congeladas, o con lluvia, para repararse de los cuales se servía de un pequeño abrigo o de un sombrero un poco más resistente de lo ordinario – andaba pidiendo limosna para mantener a sus hijas, pobres avergonzados y otras personas miserables, o convirtiendo almas.

Amor incluyente.

Con el arte verdaderamente extraordinaria, que provenía también de la fuerza de Dios en ella y de su ejemplo, hablaba con libertad tal y decía cosas tales que, poco a la vez, era necesario condescender a la voluntad de Virginia. Y se sabe como atrajo poco a poco a numerosas señoras detrás de ella, guiando y animando siempre una organización notable sea

Page 22: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

por la sabiduría sea por la clarividencia con la que estaba ordenada y se le daba seguimiento, para que la limosna llegara a los pobres verdaderamente tales. Porque se había propuesto desear para sí misma solo lo necesario, Dios hacía de ella una creatura que a todos distribuía gracia y vida. Los pobres sabían que podían contar con ella que se había despojado de todo y que estaba muy atenta a no dar incluso a los nietos la mínima cosa que perjudicase a los pobres.

Amor puro.

Cada iniciativa material de la Centurione Bracelli tendía a la gloria de Dios en el bien de las almas. Por esto recordaba encontrando a los pobres necesitados, cada uno de los cuales representa viviente la persona de Cristo, lo cual es tanto más valioso, cuanto más con la ayuda temporal, se puede llevar ayuda espiritual a las mismas almas.

Amor pastoral.

Se sabe que en última instancia Virginia solo se horrorizaba del pecado. Lo que le apremiaba era sobre todo la vida de gracia. A tal vida en Dios y según Dios estaban orientadas sus varias obras de caridad espiritual. Basta recordar algunas:

- La catequesis, especialmente a los pequeños, pero también a los grandes e incluso en las galeras;

- Las confraternidades;- Las cuarenta oras;- La corrección y pacificación;- La promoción del culto a la Virgen y a los Santos, especialmente mediante la

Compañía de los orbes.Sin mencionar que muchas obras de misericordia corporales, eran también obras de

misericordia espiritual. Por esto, también la caridad material era en ella un acto profundamente religioso de fe y de adoración, una ofrenda a Dios, un acercarse a nuestro Señor Jesucristo, un verlo en los pobres, ofrecerle oro, incienso y mirra, para que los pobres pasaran del mal al bien.

Amor cristiano.

Las acciones heroicas nacen de la continua comunión con Dios, de la mirada a Cristo sufriente, de la esperanza del premio. Quien reflexiona en todo esto y lo vive, tiene verdaderamente la fuerza del Espíritu Santo, dejándose en todo guiar por Él, sin miedos o incertezas.

Amor fuerte.

Es sostenida por tal fuerza que Virginia supera cualquier dificultad; sabe resistir al mal con el bien, perdonando generosamente las ofensas, también en casos de naturaleza muy difícil y duros; sabe aceptar con serenidad también las piedras que le lanzan o los golpes que le da un caballero disturbado en su vida inmoral, convirtiéndose después por la oración serena de Virginia; está dispuesta también a enloquecer, y se considera bienaventurada cuando se empeña en negocios considerados por algunos muy superiores a sus fuerzas.

Page 23: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

Amor perseverante.

La misma continuidad, en una constancia que duró, no obstante la edad y las enfermedades, hasta los últimos años, es signo de fortaleza decidida y serena. Ciertamente también para Virginia Centurione Bracelli hubo un progreso humilde y sereno, pero continuo, que le costó sacrificios y renuncias.

Virginia, humilde sierva de los pobres de Jesucristo, perdiéndose en la voluntad de Dios que la había transformado en sí en la unión con el amor de Dios y del prójimo, demostró el heroísmo evangélico más bello.

Nuestra Madre Fundadora en su condición, en su tiempo, en su naturaleza vivió una experiencia religiosa muy rica. Sin que, hasta donde se sabe, se haya propuesto jamás explícitamente hacerse santa, en todo buscó con prontitud, espíritu amoroso, constancia, responder a cuanto Dios le pedía, feliz solo de hacer la voluntad de Dios y de abandonarse a ella, aún en los casos – bastante frecuentes en su vida contracorriente a la mediocridad común – que ella le requiriera acciones más allá de los ordinarios de los buenos cristianos. Y esto en un clima de simplicidad y naturalidad, indicio claro de que, bajo el influjo de los tan deseados y buscados dones del Espíritu Santo, ella había adquirido el hábito heroico de la virtud.

Y este hábito reclama la transformación de amor en Dios, en la cual consiste su verdadera vida mística.

Consoladora de los afligidos.

Virginia encarna en el modo más exacto y auténtico el amor de la Iglesia por los pobres del Señor, atenta más al hacer que al decir porque es una sierva humilde que consuela. Es quizás el más grande acto de caridad que necesitamos hoy.

Tenía una manera inimitable de consolar y siendo cortés y de gran afabilidad… tenía en su hablar una dulce prudencia, que consolaba a las personas más afligidas y sufridas, de tal manera que cuantos le confiaban sus padecimientos, se sentían mejor o totalmente resignadas.

A semejanza de la Virgen María.

Se diría que el contacto de fe y de amor que la Centurione Bracelli tenía, además de con su amado Señor, también con la Virgen María, había creado en ella algo de la suavidad de la Virgen. No por nada en las dificultades repetía con confianza verdaderamente filial: Consoladora de los afligidos, repitiendo hasta tres veces en las letanías tal invocación, como también otras dos: Causa de nuestra alegría y Refugio de los pecadores.

Su devoción más que ordinaria y tanto teológica a la Virgen, la había modelado a la imagen de la sierva del Señor, haciéndola con Cristo colaboradora de la obra de la salvación, especialmente como atención y disponibilidad de amor y de sacrificio, de los pobres y de los humildes hacia los cuales Dios se inclina, y a los que Dios ama desde siempre. Si en todos los tiempos, en todos los lugares, quería a la Virgen, madre y reina, como compañía, era porque sabía que quien confía en la Madre de las misericordias, no queda desilusionado.

Pareciera que la madre hubiese obtenido de María la alegre disponibilidad que en el servicio misericordioso de la caridad hacía advertir en ella, como ya percibió Isabel en María de manera totalmente única, la presencia de Cristo Salvador.

Page 24: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

Más que en cualquier otro tiempo, el hombre de hoy tiene necesidad de encontrar a quien, como Virginia, sabe ser don d consuelo en Cristo y María.

Laica consagrada.

Se repite continuamente que la nuestra es la hora de los laicos. Virginia Centurione Bracelli es una laica. Aunque quiso vivir su experiencia en una línea de consagración en la castidad perpetua ofrecida a Dios cuando a los veinte años quedó viuda, en un pobreza extraordinaria, en la total obediencia a sus superiores y al director espiritual, ella permaneció en la vocación secular, en el mundo, con el mundo, por el mundo, viviendo su aventura teologal de perenne atención al Señor, de servicio a los hermanos. Verdaderamente en el ejercicio de su deber y guiada por el espíritu evangélico, desde su interioridad y a modo de fermento, la noble mujer genovesa contribuyó a la santificación del mundo, principalmente con el testimonio de su misma vida, y con el fulgor de su fe, de su esperanza y caridad.

Testigo del Evangelio de la caridad en la historia.

Además, en el contexto de su particular vocación, Virginia parece casi resumir en sí misma, teniendo en cuenta el tiempo en que vivió, toda la gama de actitudes cristianas de la acción caritativa propuesta a los laicos por el Concilio Vaticano II: donde quiera que haya alguien al que le falta alimento, bebida, vestido, casa, medicinas, trabajo, educación, los medios necesarios para llevar una vida verdaderamente humana, alguien afligido por las dificultades y de salud endeble, quien sufre el exilio o la cárcel, allí la caridad cristiana debe buscarlos y encontrarlos, consolarlos con premuroso cuidado, llevándoles ayuda.

Santidad coherente, comprometida, sonriente.

¿No es esta la imagen de Virginia? Su glorificación y su ejemplo indican a todos los laicos que quieren vivir el heroísmo de la fidelidad al evangelio en el mundo un itinerario de perfección sonriente, coherente y comprometida. En el compromiso de quien cree en el amor de Dios, dejándose aferrar por él y viviendo en el mundo lo que está en el centro de la voluntad de Dios, su mandamiento nuevo, el de amar como Jesucristo ha amado, quien se ha dado todo por nosotros, hasta morir en la cruz.

El carisma de la Madre vive en las hijas.

La glorificación de Virginia Centurione Bracelli es, en cierto modo, casi una ulterior autentificación del carisma de caridad que ella recibió del Espíritu y que transmitió a las hijas más generosas, aquellas que ahora viven en las dos congregaciones ya recordadas de las Religiosas de Nuestra Señora del Refugio en el Monte Calvario y de las Hijas de Nuestra Señora en el Monte Calvario.

Ellas, con el mismo amor a la única Madre e inspiradora, viven en la vía abierta por ella en el don de sí misma a los más pequeños y a los pobres, a menudo luchando con situaciones socio-políticas que contrastan con la dedicación más larga y amorosa a cuantos tienen necesidad de encontrar la misericordia de Cristo y de su Iglesia.

Page 25: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

Insertar Foto

Page 26: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

“María bellísima aurora de luce”

Virginia Bracelli

Page 27: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

La versión actual de los escritos de la Beata Virginia Centurione Bracelli no es una edición crítica sino popular en el sentido de que, respetando lo más posible el texto original, contiene modificaciones para hacer su lectura más ágil. Los textos de la Sagrada Escritura, que en el original están en latín, son reportados, con las respectivas citas, según la versión de la Biblia de Jerusalén.

Page 28: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

Nombres y títulos de María recolectados de Virginia Centurione Bracelli.

Excelso milagro del universo. Inexplicable abismo de prodigios. Mediadora de salvación. Fuente inexplicable de gracias y de misericordia. Lámpara espléndida que alumbras los corazones que yacen en las tinieblas e iluminando

las mentes, guías a los fieles al conocimiento de Dios. Reina admirablemente singular y singularmente maravillosa. Rocío que riegas las áridas potencias. Reina de los corazones. Ejemplar de perfección. Amorosa abogada de las almas humilladas. Puerta lúcida de la vida inmortal. Fuente de luz indefectible. Reina inmaculada e incomparable. Madre de Dios. Templo de tu creador. Madre del amor bello. Vigorosa esperanza de nuestro espíritu. Emperatriz del universo. Riquísimo tesoro de santidad. Tesorera de las gracias de Dios. Virgen moderadísima. Participante de los dones divinos. Llena de gracia. Arca preciosísima donde, con tanta plenitud, fue guardado el inmenso tesoro del cielo. Digna madre del Altísimo. Altísima sobre todas las creaturas. Templo del Espíritu Santo. Aurora beatísima de quien nació el Sol eterno. Restauradora de nuestras ruinas. Fortaleza de nuestras debilidades. Consoladora de nuestras miserias. Bellísima aurora de luz. Jardín de las delicias de Dios. Lirio de pureza sobrehumana. Árbol de la vida que diste a luz al fruto de la eterna salvación. Señora del paraíso. Clemente madre de las misericordias. Refugio de los pecadores. Alegría del universo. Regocijo de los ángeles. Señora del mundo. Reina del cielo. Mar en el que se encuentra el verdadero tesoro que es Cristo. Estrella esplendorosa, que diste a luz al sol eterno.

Page 29: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

Luna inmaculada que no conoce la mancha. Sol místico que ilumina la Iglesia. Cielo que no se olvida de esparcir sus luces sobre esta tierra

de nuestro corazón, hará germinar flores y frutos de bellas virtudes. Generosa dispensadora de las gracias. Suave donadora de los tesoros del cielo. Reina inmaculada. Bendita por siempre. Puerta del reino de los cielos. Virtud por la cual, después de Dios, todo el universo vive. Virgen mayor que cielo, más grande que el mundo, en quien cabe aquel Dios que no es

abarcado por el mundo. Paraíso floreciente de virginidad, en que fue puesto el árbol de la vida, que produjo frutos

de eterna salvación. Paraíso de delicia y de todo placer inmortal. Alegre Palacio del Rey de los ángeles. Exaltada sobre toda creatura. Esposa de su bello Hijo. Madre de Misericordia, de Gracia y de Clemencia. Templo Santo de Dios edificado por el Salomón Celeste, verdadero príncipe de paz, y por

él admirablemente habitado. Templo embellecido no con oro, plata o piedras privadas de razón, sino con la perla sin

precio de la humanidad de Jesucristo. Templo indisoluble de honestidad, pureza y candor verdaderamente digno de Dios. Tranquilo puerto de las almas agitadas por tempestades y de aquellas que navegan hacia la

vida eterna. Puerta de la vida. Fuente de la luz. Madre del gozo inmenso y del Autor de la eterna felicidad. Gloria de nuestro género humano. Donadora de la vida. Vencedora de la maldición. Conciliadora de la bendición. Alegría de los ángeles. Prodigio celeste, espectáculo sacratísimo en que se admira, acompañada de la naturaleza

humana, una santidad más que angélica. Quietud tranquila de los navegantes del mar del mundo. Tálamo preciosísimo donde reposó el mismo Dios. Exaltada sobre todos los Santos. Decoro y gloria de la Vírgenes. Salud y nobleza de los elegidos. Cabeza y vida de todos los bienes. Virgen Madre de Dios. Riquísimo trono de Dios.

Memorial de la pasión.

Page 30: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

Recordemos, amadas hermanas, que el Buen Jesús por nuestro amor fue vendido y traicionado por un discípulo suyo, aprisionado por los judíos, abandonado por todos aquellos a quienes más quería, fue arrastrado, como un perro, por las calles de Jerusalén a varios tribunales, donde Anás, Caifás, Herodes y Pilatos, donde fue negado por Pedro, abofeteado, escupido, blasfemado, escarnecido y burlado por todos; comparado y preferido a un ínfimo ladrón; fue atado a la columna y flagelado; coronado de espinas, condenado a muerte y con la cruz cargado fue conducido al Calvario, donde bajo los ojos de la Madre Dolorosa María, a la vista de numerosas personas, desnudo, en medio de dos ladrones, crucificado, amargado por la hiel, lleno de oprobios y dolores, murió.

Compartamos, hermanas, tantos dolores, penas y angustias de nuestro querido Padre. Enternezcamos los corazones, aflijámonos y acompañando nuestras lágrimas y suspiros, nuestros flagelos y dolores con las lágrimas y suspiros, los flagelos y los dolores y la Sangre derramada por Jesucristo, pidámosle, con todo nuestro corazón, perdón e indulgencia de nuestros pecados.

Propósitos del ocho de septiembre de 1626.

Presente para la Santísima Virgen, hoy que es su cumpleaños, para darle gusto haciendo la voluntad de Dios.1.- En primer lugar, con la ayuda divina, renuncio a mi voluntad, pero haré todo cuanto me

diga mi padre espiritual como si lo dijera Dios mismo.2.- Procuraré soportar y abrazar las tribulaciones que me mande el Señor, tomar las cruces y

seguirlo.3.- Renuncio a cuanto poseo por el servicio de Dios y tomaré para mí solo lo que me sea

autorizado por los superiores.4.- Procuraré adquirir, con la ayuda de la Virgen Bienaventurada, la gracia de Dios, los frutos

y dones del Espíritu Santo.5.- Dono al Señor y a la Santísima Virgen la memoria, el intelecto y la voluntad con los cinco

sentidos del cuerpo, para no poder actuar en otro modo que en su servicio.Así pido en este día a la Santísima Virgen que me quiera dar la gracia, por las gracias que ha recibido de Dios, de aceptarme como su fidelísima sierva y procurarme de Dios la adquisición de las virtudes necesarias.

Virginia Bracelli

Protesta hecha en una ocasión en que fue villanamente expulsada por un señor del Oficio de los Pobres. En el nombre de la Santísima Trinidad y de la Virgen.

Yo, Virginia Bracelli, agradezco a Dios porque me ha creado a su imagen y semejanza, por haberse hecho hombre y porque, por pago y satisfacción de mis pecados, murió en cruz.

Por eso lo quiero amar siempre y servir con todas mis fuerzas pidiéndole su ayuda, sin la cual no puedo hacer cosa alguna.

Quiero siempre en mi vida tener un dolor grandísimo por haberlo ofendido y preferir todos los males antes que ofenderlo en la más mínima cosa.

Quiero por amor a Dios y en penitencia por mis pecados, ayunar todos los viernes a pan y agua y los sábados con pan y sopa cuaresmal.

Page 31: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

Quiero no hacer más mi voluntad, sino la de Dios regulándome por medio del confesor.Quiero abrazar gustosamente con paciencia todo lo que al Señor le plazca mandarme,

tomar la cruz y seguirlo.Renuncio a cuanto poseo, donando todo al Señor para provecho de los pobres. Quiero,

con la ayuda divina, procurar adquirir los frutos del Espíritu Santo.

Resolución del 17 de noviembre de 1626.

Virginia, acuérdate que eres creatura racional, creada por Dios a su imagen y semejanza; él te ha creado para que lo ames y lo sirvas solo a él y después lo goces en el paraíso.

Señor mío Jesucristo, te agradezco la gracia que me has dado y en este día, 17 de noviembre de 1626, te pido perdón por los años que vivido de mala manera; con tu ayuda divina me dono de todo corazón a ti mi creador, plenamente decidida a tenerte por compañero durante todo el tiempo que me resta de vida para poder gozarte eternamente en el paraíso. Se a quien me he confiado (2 Timoteo 1,12).

Memoria de lo que debo hacer.

1.- Destruir, con la ayuda de mi Señor Jesucristo, la soberbia, la avaricia, la lujuria, la gula, la ira y la pereza.

2.- Procurar amar a Dios con todas mis fuerzas y al prójimo como a mí misma.3.- Empeñarme en [practicar] las obras de misericordia, espirituales y corporales.4.- No dejar que mis tres potencias se ocupen en otra cosa que no sea Dios.5.- Orar al Espíritu Santo para que se digne concederme sus santos dones. 6.- Orar a la Santísima Virgen para que quiera ser mi madre y me dé la gracia de ser una hija

obediente y con esta intención rezarle el Rosario.7.- Encomendarme a mi Ángel de la guarda y a los santos para que rueguen por mí.

Protesta respecto a la aceptación del oficio de Dama de la Misericordia.

Con la ayuda de mi Señor Dios, quiero no vivir más en este mundo para hacer mi voluntad, sino en todo y para todo su Santísima voluntad; no quiero tener en esta vida a nadie más que mi Señor Jesús en cruz y estar clavada con él, renunciando a toda otra cosa, ninguna excluida, y mi deleite estará siempre de aquí en adelante en el cumplimiento de su santa Voluntad.

Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, les ruego me concedan esto por su infinita caridad; no tengan en cuenta mis infinitos pecados cometidos, ni la ingratitud e ignorancia hacia su Divina Majestad.

“Padre, he pecado contra el cielo y contra ti” (Lc 15,18); no soy más digna de ser llamada hija tuya, pero vengo a ti, confiada en tu infinita misericordia y pido perdón de todos mis pecados, en virtud de los méritos de la Santísima Pasión de mi Señor Jesucristo; la gracia de enmendarme y elegirme todas las dificultades de esta vida, antes que ofender tu Divina Majestad, cualquier cosa, ninguna excluida por mínima que sea.

Jesús, María, Bernardo, Francisco, con todos los santos y toda la corte celestial permanezcan conmigo.

Page 32: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

Señor, me dedico a ti para servirte en todas las ocasiones, como y donde quieras, nunca más quiero con tu ayuda desear de manera distinta.

Protesta hecha después de haber visto el decreto que la destinaba a reformar el Lazareto.

Estoy dispuesta a sufrir, con la ayuda de Dios cualquier cruz antes que actuar en contra de su voluntad. Y por amor de Dios estoy resuelta, con su ayuda, a vencerme a mi misma en todo aquello que sea contrario a su santísima voluntad: quiero por amor a mi Dios – si actuara en contra de su voluntad – no alegrarme más jamás mientras esté en este mundo, y mantendré la sonrisa lo más lejos posible de mi boca; quiero, con su divina ayuda, tener presente las ofensas que le he hecho; pedirle al padre confesor que si supiese que es voluntad de Dios que haga – (según el mundo) – alguna necedad, me lo mande; y en toda acción mía quiero que resplandezca la humildad.

Ver si es mejor tener el manto desgastado y el otro, el bueno, darlo a los pobres. Preguntar si es voluntad de Dios que dé cuanto tenga en este mundo y si es así, darlo.Quiero, por el amor que me ha tenido mi Dios, por su amor, si debo hacer todo

aquello que el corazón me diga.Me consideraré a mi misma no muy inteligente en vez de, por tener viles placeres,

perder la heredad del cielo. Quiero reconocer que las hijas y el dinero no son míos y ver cuánto quiere Dios que les dé a quienes me ha confiado para cuidar, y el resto darlo a otros pobres.

A cerca de los ingresos, si no las recibiera, no estaría obligada a pagarlas más que cuando las recibiese. Si se debe dar alguna cosa a Antonia, dársela.

Plegaria por un jubileoVen, Espíritu Santo.

(Urbano VIII con la Bula Suplici Christi-fidelium voce, firmada en roma el 15 de diciembre de 1631, estableció un Jubileo Extraordinario Universal con el objetivo de pedir la ayuda divina en la actuales circunstancias de la Iglesia).

Ruego a la Divina Majestad, me conceda [vivir] este santo jubileo que ha establecido Su Santidad, y también le pido a Dios que me conceda la gracia de orar siempre durante mi vida por todo lo que Su Santidad pide en este jubileo y de cumplir todas las otras cosas que a continuación diré, esto es lo que deseo para gloria de Dios y perdón de mis pecados.

Pido a Dios, como primera cosa, la gracia de amarlo y servirlo con todo el corazón y las fuerzas; esto es lo que deseo.

Pido a Dios, me dé la gracia de amar al prójimo como a mí misma; esto es lo que deseo.

Pido a dios, me dé espíritu de humildad y de desprecio de mi misma; esto es lo que deseo.

Pido a Dios, me dé la gracia de cumplir mi oficio de la misericordia escuchando a todos los pobres con caridad y proveerles cuanto pueda, esto es lo que deseo.

Pido a Dios, me dé la gracia de empeñarme siempre en que todos los bienes que pasen por mis manos lleguen a su verdadero destino; esto es lo que deseo.

Pido a Dios, me dé la gracia de ser muy considerada en el hablar y ser dada al hacer que al decir; esto es lo que deseo.

Page 33: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

Pido a Dios, me dé la gracia de ejercitar las obras de misericordia corporales y espirituales, siempre que me sea posible; esto es lo que deseo.

Pido a Dios, me dé la gracia de ser muy considerada en cuanto a imponer castigos a los demás y atender primero al castigo de mi misma; esto es lo que deseo.

Pido a Dios, me dé la gracia de ser cuidadosísima del honor y la reputación de cualquiera, por muy pobre y mal hechor que sea; esto es lo que deseo.

Pido a Dios, me permita tener presente la muerte cada día y pensar que hoy puede ser mi último; esto es lo que deseo.

Pido a Dios, me dé la gracia de dar a mi cuerpo solamente lo necesario; esto es lo que deseo.

Pido a Dios, me conceda sus santísimos siete dones y pensar [siempre] bien de los demás; esto es lo que deseo.

Pido a Dios, me dé verdadera paciencia para soportar las contrariedades, gustosamente por amor suyo; esto es lo que deseo.

Pido a Dios, me dé la gracia de hacer penitencia por mis pecados y tener dolor de ellos todos los días de mi vida; esto es lo que deseo.

Pido a Dios, me dé la gracia de recurrir continuamente a su Santísima Madre, que me ha dado como madre mía, y acudir a ella en mis necesidades, serle obediente, amarla y servirla como debo; esto es lo que deseo.

Pido a Dios, me dé la gracia de aborrecer al pecado más que a la muerte y de preferirla antes que pecar; esto es lo que deseo.

Pido a Dios, me dé la gracia, cuando hago oración, de hacerla con atención, reverencia y consideración; y de no pretender nunca otra cosa fuera de su voluntad; esto es lo que deseo.

Pido a Dios, me dé la gracia de acercarme, siempre que pueda y continuamente, a la Santísima Comunión y que cada acción que haga sea un medio para recibirla.

Pido a Dios que por su infinita bondad, misericordia y por los méritos infinitos de su santísima pasión me dé la gracia, cuando vaya a confesarme, de ir preparada y que cuando lo haya recibido en el Santísimo Sacramento, no lo deje jamás, sino que esté siempre con él y acreciente el deseo de llegar a verlo en el paraíso; pido también a Dios que conceda todas estas gracias a mi madre, hijas, hermanos, hermanas, yernos, parientes, benefactores y a toda la Santa Iglesia.

Pido a Dios, le conceda también a todo el género humano que todos [los hombres]tengan conocimiento del verdadero Dios.

Pido a Dios que se digne por su bondad estar presente a la hora de mi muerte para recibir mi alma en sus santas manos; esto es lo que deseo.

Pido a la Santísima Virgen que se encuentre ella también en mi muerte y en el curso de mi vida me socorra continuamente.

Pido a mi ángel custodio que se digne cuidarme con tal diligencia que pueda llegar a ver a Dios y gozarlo eternamente.

Pido a todos los santos que sean mis intercesores, que en esta vida combata continuamente contra mis enemigos, que nunca me rinda sino que resista continuamente, para que juntamente con ellos pueda eternamente gozar a Dios.

Pido a Dios, me conceda que cada día y cada hora le agradezca por haberme creado a su imagen y semejante y que emplee las tres potencias en él solamente; esto es lo que deseo.

Pido a Dios, que por su misericordia, por los méritos de su santísima Pasión, los méritos de la Santísima virgen y de todos los santos me dé a mí y a todos los demás fe verdadera, esperanza firme y ardiente caridad; todo por amor y gloria suya.

Page 34: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

Propósitos del ocho de septiembre de 1636 en preparación a la proclamación de María como Reina de Génova.

En el nombre de la Santísima Trinidad y de la Santísima Virgen, por amor a Dios y honor al nacimiento de Nuestra Señora y para que quiera ser protectora de Génova y obtenernos la gracia de su Hijo que dejemos todos los pecados y seamos verdaderos penitentes y también para las otras ciudades, quiero presentarle los propósitos con toda humildad rogándole me acepte como su sierva y darme la gracia de poder realizar cuanto, por gracia de Dios, propongo.

Quiero ayunar los viernes a pan y agua, los sábados a pan y sopa cuaresmal.Quiero no hacer más mi voluntad sino la de Dios regulándome por medio de mi confesor. Quiero dar cuanto pueda para comprarme el campo y la perla evangélica

Virginia Bracelli.

Pensamientos y textos para confortarse en las contrariedades de los parientes.

Virginia, echa, en la humildad, tus fundamentos y afiánzate bien en ellos para que todo tu edificio espiritual, formándose con acciones virtuosas, se pueda elevar tan alto que llegue hasta el cielo, porque si construyes sobre la arena te sucederá, como dice San Mateo en el capítulo séptimo: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, irrumpieron contra aquella casa y cayó, y fue grande su ruina (Mt 7,27).

Que no te abatan los improperios de los tuyos porque no debes obedecer a otros sino únicamente a Dios el cual te da a conocer su sus santos deseos con las llamadas internas y las inspiraciones. A su señal, debes sin resistencias y prontamente obedecer, porque Él, si retardas la ejecución de sus mandatos cuando, tocando a las puertas de tu corazón, te los impone, se irá y, con razón desdeñado, no te abrirá cuando lo llames. Será sordo cuando lo llames, castigándote conforme a tu pecado.

Cada uno debe caminar por aquel sendero por el que Dios lo quiere conducir y quien no lo sigue, siendo Él aquella luz verdadera que ilumina a todo hombre, por cuanto camines, está sujeto a caer, por que quien se separa de la luz, se introduce en la oscuridad, y encuentra precipicios andando a ciegas sin guía; en consecuencia cada uno según el don del Señor (1Cor 3,5); cada cual como le ha llamado Dios (1Cor 7,17) permanezca cada cual en la condición en que le halló la llamada de Dios (1Cor 7,20).

Escrito por la paz de Napoleón Spinola con Jacinto igualmente Spinola.

Paz a vosotros, palabra que el Hijo de Dios tenía siempre en su santa boca, y la primera palabra que decía a quien hablaba era Paz a ustedes (Jn 20,19). Mandó también a los apóstoles que, dondequiera que fueran, anunciaran la paz.

Ahora, si eso es verdad, veamos si la paz es virtud y perdonar las injurias es acción vituosa.

Page 35: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

Si es vileza o fortaleza de ánimo si consideras que la paz es una virtud tan importante, que Dios, supremo honor y dignidad, reside en ella como en su propia casa: y ha hecho de la paz su propia morada; virtud que lleva consigo, sobre todas las otras, el título de bella. Habitará mi pueblo en albergue de paz (Is 32,18).

Ahora si las cosas apreciadas por grandes principios son de mayor valor, entonces, ¿la paz en la cual Dios tanto se complace que tanto aprecia, manda, exalta y sobre todo recomienda, convierte en ley y quiere que la observes: pero yo les digo: amen a sus enemigos (Mt 5,44), porque no se va a abrazar? ¿Con qué razón se defenderá quien no obedezca al Supremo y gran Monarca del cielo y de la tierra? ¿Cómo se puede decir vileza de ánimo perdonar al enemigo, hacer la paz, perdonar todo, si para eso se requiere la mayor generosidad y fortaleza de ánimo que pueda demostrar el hombre en la tierra?

Que el hombre se vengue cuanto quiera y que, incluso, venza a todo el mundo, no le dará título de fuerte, de magnánimo, de generoso, porque siguiendo la venganza se revela dominado por la carne, la sangre, la pasión, el instinto bestial, y se demuestra siervo de tales cosas; pero perdonar, disculpar, pacificarse, es fortaleza y generosidad verdadera y real porque el hombre se demuestra en estas acciones dominador y no dominado, príncipe y rey y no vasallo de estas pasiones desordenadas.

En el disculpar la injurias, pacificarse, el hombre se demuestra sabio, razonable, prudente y sagaz, que es la parte superior, en la cual consiste esencialmente ser hombre.

El considera su personal interés espiritual y temporal y conoce que no está bien vivir en estado de condenación y empecinarse en ser enemigo de Dios, sabiendo que arribará cuando menos lo piense. No quiere un infierno eterno, no quiere malgastar cuanto tiene en ofender a Dios, y considera que es cosa de necios dejar lo mucho que es verdadero por lo poco que es falso.

¿Qué cosa es este honor, esta gloria, esta reputación, que falsamente pretendemos de pocos hombres respecto al mucho que perdemos de muchísimos? ¿Y quién no sabe que aquellos (quizás, dos, tres, cuatro o seis) que, adulando, dicen que se debe estar en puntillas, en satisfacciones, en venganzas, y conducen a los placeres de los sentidos no serán verdaderos amigos? Si fueran verdaderos y sabios, aconsejarían según la ley de de Nuestro Señor Jesucristo, el no puede mandar una cosa desordenada. Es un grandísimo error querer entretenerse en la reputación y en la alabanza de estos pocos que juzgan según los sentidos, y ser desaprobados por todos aquellos que juzgan según la razón de la ley divina.

Que error no será contentarse de un brevísimo espacio de tiempo que, al decir de ellos, pasa tan rapidísimo que una vez que hayan hablado de él con cualquiera, ya no se habla más de él, y no se recuerda más, pasando a hablar de otras cosas; pero quien hace la paz y se reconcilia, no solo es honrado por poco espacio de tiempo, sino que toda la vida es estimado como alguien humano, dotado de razón, discreto y modesto. Además, por toda la eternidad en el cielo, a la vista de todo el paraíso, resplandecerá glorioso quien haya hecho la paz por amor a Dios.

Se estima gran honor llevar el palio en la Fiesta del Corpus Christi, aunque [el Señor] no lo ha mandado, y quien no lo lleva no pierde su reputación. Pero observar su santa ley, perdonar y reconciliarse con el prójimo que Dios quiere tanto hasta el punto de afirmar que no aceptará de nosotros ni don ni sacrificio alguno hasta que nos hayamos reconciliado con nuestro prójimo, ¿se discutirá si es honor, si es reputación?

¿Pero qué se está diciendo? ¿Acaso el mismo Hijo de Dios perdió el honor y su suprema dignidad, mientras era ofendido, cuando perdonó y oró al Padre por quienes lo ofendían? Y todavía ahora, siendo ofendido por nosotros ¿no se complace en perdonar? Es

Page 36: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

más, como canta la santa Iglesia, demuestra en ello su poder: Oh Dios, que revelas tu omnipotencia sobre todo con la misericordia y el perdón. Si esto no fuera una acción honorable y más que virtuosa Dios no habría concedido privilegios tan estupendos a los pacíficos, prometiéndoles habitar y permanecer son ellos.

Pero, oh gran cosa, en que ha puesto todo el quehacer de nuestra salvación y fuera de lo cual nadie se puede salvar: perdónanos nuestras deudas, así como nosotros hemos perdonado a nuestros deudores (Mt 6,12) ahora entonces, ¿qué cosa no dirá de estar en paz?...

Pensamientos y textos para estimularse a imitar a Jesús en su vida pública.

En el nombre de la Santísima Trinidad y de la Santísima Virgen. Cuando me abrume la fatiga, me acordaré de que Nuestro Señor Jesús apenas nacido quiso salvarse de las manos de Herodes por medio de la fatiga, de huir a Egipto con tanta incomodidad suya y de su Santísima Madre, y con su ejemplo procuraré con paciencia abrazar también yo los problemas por su amor.

Textos y propósitos escritos el 21 de octubre de 1646.

“Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos. Por tanto, cuando hagas limosna, no lo vayas trompeteando por delante como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga… "Vosotros, pues, orad así: Padre nuestro que estás en los cielos, etc.” (Mt 6,1-2.9).

“No os amontonéis tesoros en la tierra,… Amontonaos más bien tesoros en el cielo,… Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón” (Mt 6,19.20.21).

“Ninguno puede servir a dos patrones” (Mt 6,24).“Mirad las aves del cielo… Observad los lirios del campo… ¿no lo hará mucho más

con vosotros, hombres de poca fe?” (Mt 6,26.28.30)“Buscad primero el Reino de Dios y su justicia, y todas esas cosas se os darán por

añadidura” (Mt 6,33)“Así que no se preocupen por lo que pasará mañana” (Mt 6,34)“No juzguéis, para que no seáis juzgados… ¿Cómo es que miras la brizna que hay en

el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que hay en tu ojo?... Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver para sacar la brizna del ojo de tu hermano” (Mt 7,1.3.5).

“Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿O hay acaso alguno entre vosotros que al hijo que le pide pan le dé una piedra?;

o si le pide un pez, ¿le dé una culebra? Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se las pidan!” (Mt 7,7-11).

Mi Señor en la cruz no tuvo consuelo alguno, diciendo: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”(Sal 22,2 Mt 27,46). En mis dificultades procuraré ser, con la ayuda de Dios, paciente; no buscaré consolación alguna; lo invocaré pidiéndole fuerza para sufrir por amor suyo; esta será la mayor consolación que podré tener.

Ahora renuncio, mi Señor Jesús, por tu amor, a esta vida presente, no quiero vivir para nadie más sino para ti. Te pido, me lo concedas, por el misterio de tu santa Encarnación.

Page 37: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

Domingo, 21 de octubre de 1646.

Dice un santo que nuestro Señor ha creado el hombre para tener misericordia y ha permitido el pecado para perdonar. No quiero ya jamás, con la ayuda de mi Dios, preocuparme por mí misma. Me pongo en todo y para todo en aquellas manos que me han creado y me ayudarán más de cuanto pueda pensar ayudarme yo misma. Cuando le plazca al Señor mandarme tribulaciones, dificultades, enfermedades y la muerte la acogeré con gusto; lo hago desde ahora por su amor, en memoria y agradecimiento por el exceso de amor que me da, y que lo llevó a padecer treinta y tres años continuos y morir, pendiente de tres clavos, en la cruz.

Confortación cuando fue abandonada por las hermanas de la Congregación.

No quiero tener otro deseo que estar con mi Padre y decir con San Pablo: Deseo partir y estar con Cristo (Flp 1,23), y padecer cualquier cosa con alegría por su amor, pidiéndole perdón de toda mi vida pasada, resueltísima, con su divina ayuda, a remediar cuanto pueda para el futuro: le pido la Divina Majestad, por su infinita misericordia, me conceda su ayuda Divina, sin la cual no puedo hacer ninguna cosa buena.

Page 38: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

Tú eres el más bello.

Alégrate Virginia, escucha el mensaje que, de parte de tu esposo, te trae el profeta Oseas: Yo te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia y en derecho, en amor y en compasión, te desposaré conmigo en fidelidad, y tú conocerás a Yahvé (2,21-22).

¿Sabes quién es mi esposo? El caballero más bello de todos, más blanco que la nieve, encarnado más que el Cinabrio y el minio, el elegido entre los miles de honorables. Tú eres el más bello entre los hijos de los hombres [Sal 45(44), 3]. Mi amado es moreno claro, distinguido entre diez mil (Cant 5,10).

Sabio en superlativo en el cual está contenidos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia de Dios (Letanías del Sagrado Corazón).

El más poderoso. Nada se le iguala en la tierra, pues es creatura sin miedo (Job 41,25). No hay quien se resista a tu voluntad (Est 4,17b).

Más rico que ninguno en todo el universo. De Yahvé es la tierra en cuanto contiene [Sal 24(23),1). Tu jurisdicción alcanza a toda la tierra.

Sus súbditos son el universo y sus habitantes [Sal 24(23),1].Respecto a su título de grandeza, no diré otra cosa sin que es el Rey de reyes y Señor de

señores (1Tim 6,15).Te ama tanto que no tiene paciencia, por medio del mensajero, de esperar la respuesta;

óyelo como toca a la puerta y dice: Mira que estoy a la puerta y llamo (Ap 3,20). Y si tú le abres entrará y hablará contigo: si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo (Ap 3,20). Si, hablaré también yo al Señor aunque soy polvo y ceniza, indigna de elevar los ojos al cielo.

¡Mira que soy atrevido de interpelar a mi Señor, yo que soy polvo y ceniza! (Gn 18,27), no soy digna de elevar los ojos al cielo.

Esposa, ábreme.

El insiste muchas veces amorosamente: ¡Ábreme, hermana, amiga mía, paloma mía sin tacha! (Cant 5,2). Corre a encontrarlo. Míralo que llega: ¡Ya está aquí el novio! ¡Salid a su encuentro! (Mt 25,6). Y sediento por caminar y llamarte, te pide de beber: Mujer, dame de beber (Jn 4,7). No se lo niegues. ¿Te llena de miedo, Oh Virginia? No dudes, que tu esposo no tiene sed de otra cosa que de tu alma y de tu corazón.

Pero para que pueda dignamente complacerte, querido esposo de mi alma: crea en mi, oh Dios, un corazón puro, renueva en mí un espíritu firme [Sal 51(50), 12]. Mis ojos están fijos en Yahvé [Sal 25(24),15]. Considera aquel rostro mira el rostro de tu consagrado [Sal 84(83),10]. Y con amorosos suspiros di: Estoy enferma de amor (Cant 2,5) ¿No ves cuán grande es su generosidad? No espera de ti ninguna dote, es más te asegura una grande: Tu premio será muy grande (Gen 15,1). Querido Señor de mi alma ¿de dónde a mí que venga a verme… mi Señor? (cfr. Lc 1,43).

Page 39: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

Háblame.

Háblame, alma de mi alma, porque tus labios producen miel. En tu boca será dulce como la miel. (Ap 10,9).

Habla y has que yo pueda sentir y contemplar aquel rostro que me extasía: deja que escuche tu voz; porque es muy dulce tu voz y atractiva tu figura (Cant 2,14). Escucha a aquel que dice: Quien permanece en mí y yo en él (Jn 15,5). El deseo de los humildes tú escuchas, Yahvé, confortas su corazón, les prestas atención (Sal 10,17). No quieres que hagas gasto alguno para el tálamo nupcial. El se compromete a hacer el banquete y anunciar la fiesta. Quien tenga sed, venga a mí y beba (Jn7,37). Quien beba del agua que yo le daré, no tendrá más sed (Jn 4,14).

Corre Virginia.

Corre, Virginia, alegre al convite de tu esposo. Observa con qué cordialidad te invita y con qué dulces nombres te llama: ¡Levántate, amiga mía, bella mía y ven! ¡Oh paloma mía, bella mía, y ven! (Cant 2,10). Te ha preparado un banquete muy gustoso, porque quiere dársete a él mismo en alimento. Él mismo para esta comida ha encendido el fuego. He venido a traer fuego a la tierra (Lc 12,49). ¡Ánimo! Si eres una miserable pecadora, no temas por eso. No pone mala cara cuando llama y come con los pecadores. No he venido a llamar a conversión a justos, sino a pecadores (Lc 5,32). Come con los publicanos y los pecadores (Nt 9,11). Corre a este suntuoso convite si no lo quieres desdeñar.

Las ofrendas reales se aceptan inmediatamente. Si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros (Jn 6,53).

Gustad y ved.

Prueba si esta comida te agrada. Gustad y ved qué bueno es el Señor [Sal 34(33),9]. Él ha colaborado y se ajustado totalmente a tu voluntad, a tu gusto.

Te ha oído antes de que articularas palabra alguna y, antes de que terminaras tu petición, te ha escuchado. Cumple los deseos de sus leales, escucha su clamor y los libera [Sal 145,(144),19]. Este banquete no lo tienes que pagar, no te puedes escandalizar del precio, sino que de él se alimenta y se enriquece. El cristiano no debe temer nada como el ser separado del cuerpo de Cristo con el cual, aunque sea pobre, en realidad es rico; pero sin el cual, aunque sea rico, es pobre. (San Agustín).

Teme no tener el vestido nupcial y que te reclamen amigo, ¿cómo has podido entrar aquí sin traje de boda? (Mt 22,12). Ya sabes que Dios es rico en misericordia (Ef 2,4). Con este manto suyo andará muy pomposa, si has procurado arrepentirte de tus pecados y procurado observar sus señales, no debes temer que te hagan un reproche así de mortal. En cuanto al malvado, si se aparta de todos los pecados que ha cometido, observa todos mis preceptos y practica el derecho y la justicia, vivirá sin duda, no morirá. Ninguno de los crímenes que cometió se le recordará más; vivirá a causa de la justicia que ha practicado (Ez 18,21-22).

Confía, acércate.

Page 40: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

Confía, acércate. Yo soy el pan vivo, bajado del cielo (Jn 6,51), para dar la vida eterna a quien me coma.

Si uno come de este pan vivirá para siempre (Jn 6,51). El pan es vivo. Prueba la carne. Degusta la bebida. Mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida (Jn 6,55). Admira qué convite, qué alimentos, qué bebidas son estas que divinizan al hombre y de nuestra vida, que es propiamente una muerte, nos sublimamos a la vida de Dios, como dice Él mismo: El que me coma vivirá por mí (Jn 6,57).

Considera la diferencia que pasa del pan terreno al pan celeste, del vino terreno al vino divino. Las comidas y las bebidas terrenas se convierten en sustancia de aquel que come de ellas; pero quien devotamente recibe el Eucarístico Sacramento se transforma en el mismo Cristo (San Agustín).

(Hechos estos o similares soliloquios, recibía cada vez más con gran reverencia el cuerpo del Señor, y con su Divino Esposo se unía y se ensimismaba, donándosele toda ella misma. Para tal fin se valía de estos sentimientos)

¡Oh sagrado banquete en que se recibe a Jesús! Abro anhelante mi boca porque deseo tus mandamientos [Sal 119(118), 131]. ¿Quién soy yo, oh Señor, y quien eres tú? Tú eres el abismo del ser, de la sabiduría y de la bondad. Yo soy un abismo de pura nada, de ignorancia y de maldad. Bendice, alma mía, a Yahvé, el fondo de mi ser, a su santo nombre. Él, que tus culpas perdona, que cura todas tus dolencias, rescata tu vida de la fosa [Sal 103(102),1]. Lo nutrirá con el pan de la vida y de la inteligencia (cfr. Sir 15,3). Encontraría refugio contra el viento de la calumnia, y el huracán [Sal 55(54),9].

Resumen de una lección de catecismo hecha por Virginia, escrito por un religioso que se encontraba presente.

Cuando a alguno quería hacerle saber que era Dios, le decía que Dios era la Santísima Trinidad Padre, Hijo y Espíritu Santo, tres personas y un solo Dios; primero con los pasajes de la Sagrada Escritura le demostraba que había un solo Dios y que hubiera un solo Dios todos generalmente lo comprendían por motivos naturales, en cuanto preguntaba: ¿Quién los ha creado? ¿Quién ha hecho a su padre? ¿Por quién ha sido originado? Entonces, ascendiendo siempre, se deduce que ha habido un primer principio sin principio, porque si hubiera habido algún principio, el que hubiera tenido principio lo hubiera tenido por medio de otro: en consecuencia aquel único principio que no ha tenido principio es aquel del cual, necesariamente, todo depende y del cual ha tenido inicio todo lo creado; de aquel que siempre “ab eterno” existió y siempre in eterno, existirá, que no puede tener fin porque no ha tenido principio, siendo principio sin principio, se llega hasta Dios.

No existe duda de que aquel es Dios y de esto no ha habido nadie que haya podido dudar y solamente quien ha tenido un intelecto depravado ha podido afirmar que no es Dios, pero no lo ha dicho con la voz a otros, sino neciamente en su corazón, en su interior, como leemos en la Sagrada Escritura Dixit insipiens in corde suo non es Deus (dice el necio en su corazón: no existe Dios).

¡Que este Dios sea la Santísima Trinidad aparece evidente en muchos pasajes de la Sagrada Escritura! Su Divina Majestad se complació en que comprendiéramos todos de una vez, haciéndonoslo entender con evidencia el día de la sacratísima Encarnación de Nuestro Señor Jesucristo, como aprendemos de las tres lecturas del matutino en Adviento en el oficio

Page 41: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

de María Virgen, porque en la primera leemos missus est ángelus Gabriel a Deo (el ángel Gabriel fue enviado por Dios), es decir por el Padre; en la segunda ecce concipies in utero Filium (vas a concebir un hijo), y no pudiendo existir un hijo sin relación a un padre, entonces Dios que mandó al ángel Gabriel fue el Padre; en la tercera tenemos et Spiritus Sanctus superveniet in te (el Espíritu Santo vendrá sobre ti), entonces este Dios es Trinidad porque hay tres personas distintas: el Padre que genera, el Hijo que es generado, el Espíritu Santo que de los dos (del Padre y del Hijo) procede.

No se puede decir que existía un Dios, primer Principio, del cual después se derivaron los otros dioses, el Hijo y el Espíritu Santo en el tiempo, porque los tres existen “ab eterno”. Las palabras Spiritus Sanctus superveniet in te no significan vendrá un Espíritu que antes no existía sino más bien que aquel Espíritu que, igualmente, “ab eterno” existió con el Padre, vendrá sobre María; et concepies Filium no quiere decir que el Hijo, no existía con el Padre “ab eterno”, generado por el mismo Padre, sino que el Hijo generado “ab eterno” por el Padre habría sido formado de carne por obra del Espíritu Santo en el vientre de María; siendo Dios desde siempre, se hizo hombre en el tiempo, así que existe un solo Dios en tres personas iguales entre ellas y no tres dioses, porque videte quod ego sim solus, et non est alius Deus preter me (Ved que yo soy yo, y que no hay otro Dios junto a mí: Dt 32,39).

Pero me preguntarán: ¿Cómo puede ser que tres sean uno y que un generado sea al mismo tiempo del generante y del procedente, igualmente eterno como el generante y el generado del que procede? Les respondo: primero que aunque no lo entendiéramos, lo debemos creer porque está contenido en el Credo, que es el símbolo de la fe y la fe es creer lo que no se puede entender ni ver, porque si entendiéramos y viéramos, no tendríamos necesidad de la fe, en cuanto se trataría de ciencia; ni nosotros, finitos, podemos arribar a entender perfectamente al infinito, porque este es un privilegio que tiene Dios mismo, siendo aquello que verdaderamente es y que él mismo conoce plenamente.

Pero, ejemplo, díganme: ¿Qué es cada uno de ustedes? Es hombre y el hombre solo qué cosa es? ¿No es alma y cuerpo? ¿Y alma y cuerpo no son dos? ¿Cómo es posible entonces que estos dos sean un solo hombre y que el hombre solo sea dos, es decir, alma y cuerpo?

Y si nosotros, que asistíamos, decíamos que el alma sola no es hombre, ni el cuerpo solo no es hombre, pero que el Padre era Dios, el Hijo Dios y el Espíritu Santo Dios, respondía de una fuente que es agua y de estas aguas (fuente generante y riachuelo generado) es producido un lago, que es agua […]; riachuelo y lago son la misma agua y estos tienen la misma naturaleza y sustancia, siendo fríos, húmedos, fluidos y claros y en el caso de que se congelaran en la superficie superior, allí existiría un solo hielo que contendría en sí tres cosas; generante, generado y producido, formado en una misma noche y se vería en él las tres distinciones por los cauces que lo recibieran.

Y si agregábamos ¿cómo, siendo tres, uno solo de revistió de carne humana? Supongamos – respondía – que la fuente, el río y el lago tuvieran al inicio su lecho natural y que, con el tiempo, del río se formó un canal artificial de otra materia; del mismo modo, siendo el Hijo igualmente Dios con el Padre y el Espíritu Santo, pudo siendo persona distinta, vestirse de humanidad.

Con ejemplos de éste género hacía entender bien a todos los que decía, de modo que a estas lecciones que impartía acudían no solo los niños alentados por premios, sino también hombres maduros y religiosos de primer orden y ella tenía modos tan suaves para instruirlos que era suficiente que se esparciera la voz de que ella estaba enseñando la doctrina para que muchas personas acudieran a la iglesia que, si bien era amplia, parecía insuficiente para contenerlas.

Page 42: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

Invitación a contribuir para la compra del Monte Calvario en 1631.

Page 43: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

A fin de que podamos tener alguna certeza de nuestra predestinación cuando tenemos alguna semejanza con Cristo “quienes han sido llamados y predestinados a ser conforme a la imagen de su Hijo” (cfr. Rom 8,29) dijo el apóstol. De ninguna manera puede ser impresa más vivamente en nosotros su imagen que cuando nutrimos sentimientos de piedad hacia el prójimo ya que, con nombre particular de excelencia, el quiere ser llamado Padre de los pobres.

No me parece ocasión más propicia para asegurar nuestra salvación, para hacernos conformes a él y revestirnos de su caridad, que las necesidades presentes de las cuales, sin su ayuda, no podemos librarnos. Habría que agregar que él se complace grandemente en esta virtud. En todos los tiempos dio claros indicios de ello abriendo los tesoros infinitos de sus gracias a quienes la practican; como también los severos castigos, que él mandó contra el mundo, son signos de su desdeño por la falta de hospitalidad y el rechazo hacia los pobres.

Aunque claramente nuestra ciudad está empeñada en ayudar espiritual y corporalmente al prójimo por las obras de piedad donde a los pobres de Cristo no se le niega socorro, sin embargo me parece que una de las más necesarias en esta ciudad es la de dar alojamiento a algunas creaturas de sexo femenino que vemos abandonadas y privadas de toda ayuda humana; estas, no sin ofensa grave de la Divina Majestad y daño relevante para sus personas, son dejadas como presa de la corrupción del tiempo presente.

¿Quién hubiera podido imaginar la llegada de tiempos tan perversos en los que no solamente son violadas pobres vírgenes, sino también creaturas de cinco o seis años (que pueden ser vistas) asesinadas tiránicamente por libidinosos desenfrenados, y destinadas a la corrupción?

Son muchos los males que afligen a Italia, pero la Infinita Bondad se muestra con nosotros inefable al librarnos de ellos, por tanto, a fin de mostrarle gratitud y para que nuestras culpas no provoquen su ira vengativa, con el consejo de una persona muy espiritual, se ha juzgado tener un lugar donde, bajo el título de Santa María Refugio de los atribulados, se reciba a todas las personas de sexo femenino y en edad peligrosa, miserables y privadas de todo medio de sobrevivencia: viudas, hijas o casadas.

En este lugar serán acogidas y provistas de alimento, brindándoles trabajo e instrucción espiritual hasta que se les encuentre un lugar más apropiado. Para esta empresa parece que la Divina Majestad ha indicado el Monasterio de Monte Calvario, donde tenemos ya más de cien de estas creaturas maltratadas, lugar verdaderamente adecuado por todas las razones, mientras, con celo general, cada uno, secundando una obra tan valiosa a los ojos de Dios, ayuda con su pía liberalidad a la compra de este Albergue, ya que las limosnas son el patrimonio de los pobres y el precio de nuestros pecados.

Finalmente habría que decir que en tiempos de tanta necesidad, socorrer a quienes se encuentran en extrema necesidad, no solo es un acto de piedad, sino de justicia.

Súplica al Oficio de los Pobres para que reciba el Monte Calvario bajo su protección.- 1 de septiembre de 1632.

Muy ilustrísimos Señores:Se encuentran al presente muchos Pobres miserables en el Monte Calvario, algunos

mandados por Sus Señorías Ilustrísimas, con media boca de pan; y otros recogidos por mi en estos años pasados a los cuales se ha ido proveyendo con la ayuda de las limosnas

Page 44: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

suministradas por los ciudadanos particulares y con aquello que, por su iniciativa, se han ido ganando diariamente, porque yo tengo siempre el cuidado de no dejarlos en el ocio, raíz y fundamento de todos los males.

Ahora, conociendo que esta obra sería guiada mejor por la gran prudencia de Sus Señorías muy Ilustrísimas y cuanto daño causaría al servicio de Dios, si por la muerte de quien al presente la tiene bajo su cuidado, esta decayese, me he visto obligada a presentar todo a su piedad para que ejecuten lo que ustedes dispongan, en el reconocimiento de los pobres mencionados, y ordenar que a aquellos que llenen los requisitos, según se acostumbra en la Magistratura, les sea dado alojamiento o en el Lazareto con los otros o si, por ser el lugar insuficiente, estuvieran mejor, dejarlos donde ahora se encuentran; y esto lo puedan hacer del modo que estimen más idóneo. Yo, en tanto, me ofrezco a continuar con la búsqueda de la limosna, como lo he hecho en el pasado, pero cuando me consideren capaz de asistir a los pobres, también a establecerme en el lugar y con las condiciones que consideren mejor.

Yo no tengo otra finalidad que, confiando esta Obra bajo su protección, asegurarme de no perderla. Ya que estoy segura que de ser así Sus Señorías Ilustrísimas, como protectores de los pobres, lo lamentaríamos muchísimo.

Nuestro Señor esté con ustedes en ésta y en cada decisión.De Sus Señorías Muy Ilustrísimas.Sierva Inútil.

Virginia Bracelli.

Carta a la consorte de Giovanni Francesco SpinolaCon relación al Refugio, 10 de diciembre de 1633.

Hace ya mucho tiempo que deseaba saludar a Su Señoría con mis cartas, pero mis muchas ocupaciones me habían impedido tener la ocasión de servir a Su Señoría. Ahora, sabiendo que como por gracia del Señor, la Señora Ersilia, habiendo estado con él en la pasión, estaba mejor y que, espero, al presente se encuentre totalmente bien, me alegro grandemente con Su Señoría,. Y si bien ahora no estamos totalmente consoladas, bien que las cosas van bien, espero con la gracia del Señor, estarlo en breve.

Que así sea servida Su Divina Majestad, si debe ser para su santo servicio. Aquí se procura por medio de los pobres, ayudarse cuanto sea posible.

Hágame la gracia de alegrarse, por mi parte, con la Señora a quien recuerdo con mucho afecto; espero con gusto su venida, con la de Su Señoría, y del ilustrísimo Señor Giovanni Francesco, y toda su familia.

Si el Señor quiere, con la gracia de Dios, encontrará dos casas: una está en el monasterio del Monte Calvario donde estaban los frailes; este monasterio, actualmente, es la Casa del Refugio, donde se recibe a toda joven pobre, pero también a viejas, hijas, grandes y pequeñas, desamparadas con tal de que acepten la disciplina de este lugar. Hasta este momento, tenemos noventa que se han acomodado en Bisaño, en la casa grande del Señor Benedetto Baciadonne, mi yerno, habiendo aprendido en el Monte Calvario a elaborar tejidos preciosos, algo que es de gran ayuda para la vida terrena. Cuando son estimadas capaces de valerse por sí mismas se trasladan a ese lugar donde son independientes y pagan el alquiler. Tienen necesidad solo del vestido, que no es de tela fina, y viven todas en perfecta comunidad, como religiosas.

Page 45: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

A esa casa van solo aquellas que piensan servir a Nuestro Señor toda su vida en la Congregación, empeñadas en ganarse su alimento con las propias manos y en alabar continuamente al Señor, yo las considero las creaturas más contentas y felices que yo pueda imaginar en esta vida, pareciéndome que están alejadas de tantos deseos, debiendo contentarse solo con lo necesario. A estas se le brinda hospedaje. Por otro lado, están libres de tantas dificultades que afecta a los más grandes del mundo en lo referente al alma y el cuerpo.

El Monte Calvario es el Noviciado donde actualmente hay cerca de 120 y donde no falta el trabajo. Ahora la casa está tan cualificada, que quien entra, necesita estar en regla, casi a la fuerza.

Todas estas criaturas oran continuamente por la conservación de toda la casa de Su Señoría y por su pronto retorno, conservándolos mucho para gloria de Dios, que así le plazca al Señor si es para el bien.

Pido, con insistencia, a Su Señoría me excuse con el Ilustrísimo Señor Giovanni Francesco por los muchos fastidios que le doy, no obstante las grandes ocupaciones que tiene, pero confiando en su gran caridad y en los favores que siempre me ha hecho, tomé valor y recurrí a él, tratándose de algo grave y que tengo muy a pecho, o sea que se conserve la paz y la unión entre mis parientes más cercanos, como son el cuñado, el yerno y el hermano.

Nuestro Señor, por su misericordia, recompense por mí al ilustrísimo por la fatiga que se toma en la tratativa. Se lo pido grandemente a Su Señoría, si bien vea que el ilustrísimo, por su bondad, hace cuanto puede.

Su Divina Majestad se digne posarse sobre su mano y conceder a Su Señoría la verdadera felicidad y la conserve en su gracia.

Desde Génova, el 10 de octubre de 1633.De Su Señoría sierva afectísima

Virginia

Orden para la Casa de Bisaño, 22 de agosto de 1634.

Benedictina de Sori, Caterina Descalza y Maddalena Valdetara se ocuparán de la ropería y de la ropa de cama, y cuando una persona llegue a casa, le darán su cama limpia en el lugar asignado y se lo hará preparar, cada una que ingrese a la casa será anotada y lo mismo cuando salga. Se verá en el libro lo que haya recibido de la casa debiendo restituir cada cosa hasta las tobilleras y zapatos, peine, calcetas, camisa, delantal y cualquier otra cosa de que se haya servido mientras estuvo en el monasterio, no pudiendo llevarse nada sin el permiso de los Señores Protectores.

No se reciba a ninguna sin hacerle entender que, si quiere entrar en el monasterio, necesita pensar si quiere servir mejor a Nuestro Señor siendo obedientísima y observar todas las órdenes de la casa y hacerse útil a ella; por todo el tiempo que allí estén deben hacer cuenta de que son de las religiosas más observantes y ayudar al monasterio cuanto más puedan con su trabajo.

Que si no son obedientes serán castigadas y que no se les dejará salir si no hacen saber a los propios superiores que van a un buen lugar.

En el monasterio no se puede vender ni comprar cosa alguna, aunque sea cosa propia; si los parientes les llevaran alguna ayuda, no podrán quedarse con ella, deberán darla al monasterio y si no basta para que todas tengan algo, se debe ayudar a alguna que tenga necesidad; de todas formas siempre hay que darle algo a la que se la llevaron.

Page 46: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

Fórmula de compromiso para contribuir a la adquisiciónDe una casa para el uso del Refugio (1635).

En el nombre de la Santísima Trinidad y de la Beatísima Virgen

Yo el infrascrito, si se compra el lugar para fundar la casa del Refugio en el Monasterio del Monte Calvario, me obligo a pagar inmediatamente a quien encargue el Serenísimo Senado para dicha obra. Tal casa recibe prontamente, por amor a Dios, toda persona de sexo femenino que se encuentra en necesidad corporal y espiritual a condición de que quiera estar en la obediencia y a las órdenes de la casa y piense hacer lo que el Señor le mande. A los huéspedes los encamina a vivir virtuosamente para que se mantengan alejados de la miseria, como se sabe ha sucedido con muchos.

Súplica de Virginia al Serenísimo Senado para la elección de los protectores(el rescripto es del 3 de julio de 1641).

Serenísimos Señores:La magnífica Virginia Bracelli, de unos años para acá, ha recogido en las casas de

Monte Calvario, San Bartolomé y Santo Espíritu , todas la hijas abandonadas que han acudido a ella, y ahora se encuentran en un número de alrededor de trescientas; hasta ahora las ha mantenido con las limosnas y con el trabajo que han hecho. Porque para dicha obra, al presente, se ha agregado la adquisición de una casa en Cariñano, en consecuencia es necesario que allí esté una persona que, para la adquisición, legítimamente pueda pasar las escrituras necesarias tanto para dicha compra, cuanto para todos los intereses de nuestra obra, para recolectar de los deudores todas las sumas giradas y por girarse sobre los títulos de San Jorge o en otros de la Serenísima República, además para pagar a los acreedores; para realizar en suma todos los actos y escrituras que son o pueden ser necesarios para el gobierno y el mantenimiento de dicha obra en el presente como en el futuro.

Suplica por eso a Sus Serenísimos Señores designar para la obra dos o tres protectores y conferirles todas las facultades necesarias para las cosas anteriormente dichas y otras que les correspondan, declarando, para mayor facilidad, que el Magistrado de los Protectores que elijan, pueda designar uno solo por acto separado: así para todas las cosas antes dichas, como plazca a los protectores.

Recuerda por último a Sus Serenísimos Señores la experiencia de la ayuda que han dado los magníficos Giovanni Francesco Lomellini di Stefano, Giaccomo Filippo Durazzo y Giovanni Francesco Granello; por lo que estima oportuno que Sus Serenísimos Señores los designen para ese encargo para que, así como por medio de ellos, dicha obra está en el estado en que se encuentra, así espera que con su gobierno deba ser mantenida y ampliada. Para terminar sus Serenísimos hace reverencia.

De Sus Serenísimos Señores.Humilde sierva

Virginia Bracelli.

Page 47: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

Años 1644-1650.

1.- Sepan las Hijas de Nuestra Señora, del P. San Francisco y de Santa Clara, que viven en estas casas, la finalidad del instituto y su vocación de atender de todo corazón la observancia del Evangelio y al beneficio propio, y después de esto a la ayuda del prójimo y la conversión de los pecadores por medio de oraciones continuas y asiduas mortificaciones.

2.- Tengan en cuenta y estimen en gran manera su instituto, como si hubiera venido del mismo cielo. No piensen que son menos aceptables a Dios porque no viven obligadas por votos o clausura, a su Divina Majestad le agrada verlas empleadas en su servicio, ligadas solo con cadenas de amor, y sepan que en cuanto a votos de Pobreza, Castidad y Obediencia no deben ser menos observantes que las religiosas más observantes.

3.- Porque le agradó al Señor valerse de ustedes para el servicio de las enfermas de los hospitales, deberán responder con prontitud cuando sean mandadas allá por la Obediencia no menos que si fueran obligadas por voto particular, tengan en cuenta que esta es su misión y forma parte del Instituto.

6.- Las monjas, así como las novicias, se confesarán y comulgarán al menos cada domingo, además de en todas las fiestas solemnes de Nuestro Señor, de Nuestra Señora, de los Apóstoles, de san Francisco y Clara; según la devoción de cada una, podrá permitírsele por los Padres Espirituales de comulgar también el viernes, en honor de la Pasión del Señor y el lunes en sufragio de la ánimas del purgatorio; las seglares se confesarán y comulgarán al menos una vez al mes.

8.- Una vez al año, por ocho días, se harán los ejercicios espirituales del Santo Padre Ignacio, los que serán dirigidos por uno de los Padres Espirituales de las Casas, o de otros según cuanto sea ordenado por los Señores Protectores o por el Superior de los Sacerdotes de la Obra […]

10.- Cada viernes, con el fin de incrementar en nosotros la devoción hacia la Pasión Santísima del Salvador, después de haber expuesto públicamente en el taller la imagen de Jesús Crucificado Agonizante con una lámpara encendida, se cantará con tono sumiso y devoto, el Stabat Mater dolorosa y después, descalzas y cinco por vez, irán a orar al Señor en silencio; terminada la adoración se leerá un pasaje de los misterios dolorosos de Cristo y se hará un cuarto de hora de meditación, leyendo por turnos y meditando hasta que transcurran tres oras, en honor de aquellas en las que Nuestro Señor agonizó en la cruz.

11.- En la mañana de cada primer viernes del mes se les cortará el cabello a las monjas, en la forma siguiente: se comenzará con el salmo Miserere mei Deus […].

12.- Dos veces a la semana, es decir el lunes y el viernes […] se hará penitencia todas juntas […]. Reunidas todas en el taller, con las ventanas cerradas, se arrodillarán todas delante del crucifijo, que será devotamente arreglado con una luz y se recitarán cinco Pater y Ave en honor de las cinco llagas de Nuestro Señor Jesucristo por aquellos que se encuentran en pecado mortal, por la paz y la exaltación de la Santa Iglesia: después, con la luz

Page 48: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

apagada, iniciará la Madre o la Vicaria u otra hermana por ella designada a leer el breve relato de la pasión: Recordemos hermanas queridísimas que Nuestro Señor Jesucristo fue traicionado por nuestro amor con lo que sigue […]

13.- Cada domingo, terminada la recreación después del almuerzo (y en invierno después del toque para el Ave María), la Madre reunirá el Capítulo, al cual participarán todas las monjas.Inicialmente preguntará a quien retenga más oportuno el reporte sobre el estado general de la Casa, con el fin de saber si hay algún abuso que eliminar y si es necesaria alguna cosa en lo referente a su marcha, tanto espiritual como material, que deba ser introducido, informando de ello a los Señores Protectores igualmente preguntará si hace falta alguna cosa a alguno de la casa, sea monja o seglar.

17.- Tocará a la Madre encaminar a las monjas hacia la caridad y la prudencia, así como a las seglares a vivir conforme a la virtud […]

19.- No se hará alguna diferencia en la vita de las monjas, aun las superioras, excluidas las enfermas, ni tampoco en el vestir […]

20.- Tendrán en común hábitos, velos, ropa de cama y otras cosas, las cuales se adecuarán a la santa pobreza franciscana, siendo pobres y ordinarias […]

21.- El hábito de las monjas, como los velos los que, de alguna manera, se acomodarán con vanidad, serán de la anchura y de la forma normales de la seda que se usa en las casas, mientras en invierno los hábitos serán confeccionados de paño rudo, como el de los franciscanos […]

22.- Las novicias llevarán los hábitos como las seglares, con la sola diferencia de que las primeras llevarán una cruz al pecho, que les será entregada públicamente por el Padre Espiritual cuando, deseosas de una mayor perfección y de vestir el hábito, se convertirán en novicias.

23.- Las seglares se peinarán muy modestamente y llevarán una cofia que les cubra toda la cabeza.

29.- Si se hace algún don o caridad a alguna casa, la Madre deberá poner todo en común, a fin de que todas puedan gozar del bien de cada una; de igual manera no aceptarán jamás regalos que no sea de utilidad a la casa o que puedan ser destinadas a las enfermas.

30.- Cuando una nueva hija venga a casa, la Madre la confiará al cuidado de una de las hermanas más ancianas y más adentrada en las cosas de Dios, para que la instruya en los misterios de nuestra Santa Fe y la predisponga a renacer a una vida nueva mediante una buena confesión general, despojándose del hombre viejo renovándose en los pensamientos, en las palabras y en las obras; con tal propósito la llevará de vez en cuando al confesor, para que la prepare y la conforte para una vida devota y, después de haber hecho su confesión general, la admita a la vida comunitaria.

31.- Quince días antes de terminar su período, la madre avisará de ello a los Señores Protectores… Llegado el momento, cuando hayan llegado a la Casa los Señores Protectores y haya sido invocado el Espíritu Santo junto a todas las hijas, se recogerán los pareceres secretos de las monjas sobre los mejores presentes en la Casa; recogidos los sufragios (que serán solamente consultivos y no decisivos, en cuanto que tocará a los Señores Protectores decidir, con la ayuda del Señor, cuales persona proponer), se procederá a la elección de la Madre y la Vicaria […]

32.- Para los otros oficios de la Casa, o sea Portera, Encargada del Refectorio, Cocinera, Maestra de Espiritualidad, Maestra de labores, Sacristana, Ecónoma (que tendrá al cuidado los libros de los gastos), se propondrá a aquellas personas que se consideren

Page 49: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

idóneas a aquel de los Señores Protectores que sea el Regente del momento, el cual, con la ayuda de Dios, las confirmará o no.

Otras reglas para observar como arriba.

- Aquellas que vistan el hábito de San Francisco no tendrán con ellas sumas de dinero, sino que se lo darán a la encargada de las compras, no como depósito sino temporalmente.

- Tanto las novicias como todas las demás huéspedes no tendrán dinero con ellas, sino que se lo darán a la depositaria, la cual no dará facultad de disponer de dicha suma sino con el permiso expreso de los Señores Protectores, los cuales la concederán raramente y por motivos bien justificados.

- Trasladándose de los Conservatorios al Hospital o de un Conservatorio a otro, como yendo al Lazareto para cuidar a los enfermos y a los pobres, no llevarán con ellas nada fuera de lo que lleven puesto, que será el simple hábito estrictamente necesario, ya que será provistas de lo necesario por las superioras de los lugares a donde lleguen.Gloria a Dios, alabanza a la Virgen y a los santosFrancisco y Claraeterno honor.

Page 50: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

Invitación a colaborar, con limosnas,

Page 51: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

a la obra a la que se ofrecen muchas damaspara el servicio de los pobres (1626).

Se trata en Génova de hacer una obra de misericordia para agradecer a la Divina Majestad por sus innumerables beneficios, en particular por haber liberado a nuestra república de tantos sufrimientos, en los que se encontraba el año pasado.

No existe mayor cosa en la que Dios bendito pueda ser honrado que en el servicio a sus pobres, considerando el bien hecho a ellos como hecho a Dios mismo; esta obra es la más digna y santa que pueda existir. Obra que encierra en sí misma cualquier otra obra de misericordia tanto corporal como espiritual.

Muchas señoras importantes se suman a las Ocho Señoras de la Misericordia a fin de que en Génova se conozca la situación en que se encuentra cada uno; se exhorta a todas a abrazarla y a ofrecer limosnas a los pobres mendicantes por medio del Oficio de los Pobres y de las Señoras de la Misericordia, las cuales (si reciben la ayuda necesaria) harán que todos, con orden tengan lo que necesitan y se evitaran tantas mentiras y engaños en aquellos pobres que buscan alguna ganancia, y además tantos escándalos, pecados y ocios, causa de todo mal, y se procurará mejor educación a las muchachas haciéndolas permanecer en casa bajo el cuidado de estas señoras que desean hacer caridad.

Reglas para las señoras que se ofrecena ayudar a las Damas de la Misericordia.

En el nombre de la Santísima Trinidad y de la Santísima Virgen.

Cada Gentil Señora, que quiera empeñarse en servir a nuestro Señor Jesús en sus pobres, deberá comprometerse a visitar a los pobres tanto sola como con las muy ilustrísimas Señoras de la Misericordia.

La primera vez que una entre en alguna de aquellas pobres casas, se acordará de ir a visitar a Nuestro Señor Jesucristo en el pesebre y hará a aquellos pobres el don que hicieron los Reyes Magos en primer lugar, el oro de la caridad con el hecho de ir, cada una de aquellas Señoras, a dedicarse a aquellos pobres para servirles en todas las ocasiones y, con palabras amorosas, procurar darles a conocer el bien que se pretende hacerles y los inconvenientes y males que se derivan, no tanto para el cuerpo como para el alma, de una vida ociosa y vagabunda.

Es necesario incentivarlos para lograr lo que se persigue para que si, en principio, no dejan el mal por amor a Dios, lo hagan al menos convencidos por las palabras amorosas de estas señoras; para terminar después dejándolo por amor a Dios.

Es necesario ofrecerles, de buena manera, también la mirra, demostrándoles que si no procuran corresponder, les irá mal. Cada una, mientras pone manos a la obra por amor a Dios, sabrá muy bien cómo hacerle.

Será tarea de estas Señoras tomar nota de cada familia y de lo que tiene. Si se enteraran que les falta lo necesario en cuanto a cama y vestido procuren humildemente proveérselos. Es necesario procurarles un trabajo según la capacidad de las personas.

Hace falta que las madres estén atentas a las propias hijas para que aprendan a fabricar el hilo, a coser o a realizar cualquier otro trabajo; si llegan a saber que alguna madre no puede hacerse cargo de las propias hijas, habrá que quitárselas y procurar que ingresen en el internado de San Jerónimo, porque poco importar educarlas en uno u otro lugar; de esta forma

Page 52: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

se podrá a salvo lo que verdaderamente importa y ello constituirá también un medio de control para las madres que no tienen buen cuidado de las propias hijas.

Es necesario mandar a la escuela a los muchachos pequeños para que conozcan la vida cristiana; hace falta que las madres vayan a la Santa Misa con las propias hijas y los varoncitos pequeños vayan a la Iglesia a aprender las doctrina; en suma se necesita ser celosos en el ejercicio de todas las obras de misericordia corporales y espirituales, y caminar todos hacia el fin para el cual fuimos creados.

Si llegara a las manos de cualquiera de estas señoras algún dinero de limosnas, no se podrá ni todo ni parte de él destinarlo al propio barrio; están obligadas a ponerlas en las manos de las Ocho Señoras de la Misericordia sin que nadie quien lo ha llevado; con este fin se preparará, el día que todas estas señoras se reúnan en el lugar establecido, una cajita, en un cuarto aparte, donde todas, una a la vez, entrarán con o sin dinero, y pondrán en esa cajita las limosnas recogidas, para que nadie sepa quien lleva más o quien lleva menos.

Constitución para las Señoras de la MisericordiaProtectoras y socorredoras de los pobres de Jesucristo.

En nombre de la Santísima Trinidad Padre, Hijo y Espíritu Santo, y de la gloriosa siempre Virgen María.

Deseando mostrar algún signo externo de gratitud al Señor por la gracia recibida el pasado de la defensa milagrosa de esta ciudad y de sus ciudadanos de la insidia y la avaricia de nuestro enemigo el Faraón, muchas Señoras, movidas espontáneamente, creo, por el Divino Espíritu se ofrecen para el futuro y con todas sus fuerzas, a proveer a las necesidades, para que estos no se vean más obligados mendigar para poder comer, por las iglesias, o las calles o por las casas privadas, como hacen continuamente con gran fastidio para todos. Por eso es oportuno erigir una congregación de Señoras Gentiles entre las más respetables, llamadas las Señoras de la Misericordia, protectoras y benefactoras de los pobres de Jesucristo. El enemigo común quiere siempre oponerse a aquellos que estima pueden ser de provecho y útiles para nuestras almas y procura por medio de cualquier persona pía, impedir dicho bien.

Estas señoras para no tropezar en el inconveniente recordado, deberán tener dirigido su pensamiento solo a la gloria de Dios y evitar que, impulsadas por aquella, den lugar a la soberbia, y que, tentadas por las dificultades, desistan de continuar con una tan heroica acción. Para quien tiene el fin solo en Dios y tiene siempre fijo su pensamiento en él, todas las contrariedades se desvanecen, todas las oposiciones desaparecen y todas las dificultades se vencen.

En consecuencia, si les conviniese, para la marcha de la obra, negar en cualquier cosa su voluntad y sufrir dificultades si encontraran tropiezos, si se hiciera casi imposible la empresa, no se desanimen, porque tienen a Dios con ellas. Estén seguras de que ninguna cosa las podrá detener si permanecen firmes en aquel santo propósito porque es acción propia de Dios hacer difíciles las obras para experimentar si somos constantes en las inspiraciones celestiales que nos vienen de Él.

¿Quién no sabe que, nuestro guía y escolta, tiene la cabeza coronada de espinas? Es indecente que nosotros, que deseamos imitarlo pensemos arribar al gozo de la divina esencia por otro camino que el de las tribulaciones y las dificultades. No es coronado por el Príncipe el soldado que, el mayor fragor de la batalla, la abandona, sino el que combate hasta el final.

Page 53: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

Por esto intrépidamente, con la ayuda de la divina gracia, se apliquen siempre más a dicha empresa y procuren, por cuanto esté en sus posibilidades, de conducirla a puerto.

Para llegar donde se desea, han sido redactados los siguientes capítulos.1.- En el nombre de Dios, se hará una Congregación de cien gentiles señoras de las más

notables de la ciudad, en cuyo número se cuenten las Señoras de la Misericordia y para el futuro las susodichas señoras se elegirán siempre entre los miembros de la Congregación.

2.- Será responsabilidad particular de dos o cuatro señoras de las más aficionadas a la Obra reclutar a quienes deseen entrar en la misma Congregación, y ello, con toda diligencia, caridad y prontitud.

3.- Una vez inscritas, deberán reunirse todas y acordar entre ellas el modo de proceder para que el muy ilustre Oficio de los Pobres disponga dar a cada necesitado al menos el mínimo de pan necesario para el día. Y porque es imposible que el Oficio de los Pobres pueda proveer a un número tan elevado de pobres, las Señoras deberán procurar que todas las distribuciones, las herencias pías, las limosnas voluntarias que se hagan a los pobres pasen a través de dicho Oficio para que este pueda proveer a la común necesidad, como se desea.

Que se reparta la ciudad en veinte barrios y a veinte Señoras de la Congregación se les asigne el suyo, por el cual se preocupará y tendrá cuidado de proveer del pan del Oficio de los Pobres por medio de un simple billete; además velará para que tengan con que vestirse, dormir y trabajar según aptitudes.

Hay que mandar a los pequeños hasta la edad de doce años, después emplearlos en cualquier trabajo; la muchachas ejercitarlas en la costura y a los dieciocho años casarlas, siempre y cuando el candidato sea de su agrado.

Primera invitación a los ciudadanos para que ayuden a los pobres después de la guerra.

En el nombre del Señor se debe proveer a todos los pobres de la ciudad por medio del Oficio de los Pobres y de las Señoras de la Misericordia.

El Oficio de los Pobres provea de alimento y de todo lo necesario cada día a todos los miserables, de modo que, no teniendo otra ayuda, no mueran ese día.

Las Señoras de la Misericordia provean vestidos y lecho, y esto para obtener muchas ventajas y evitar grandes inconvenientes que se siguen de no hacer las limosnas por medio de estas señoras y señores.

Y haciendo de esta forma se tendrá la satisfacción de que todos los pobres tengan lo necesario y no haya persona alguna que no sea ayudada mientras tenga necesidad y no como ahora que recogen solo aquellos que van mendigando y los pobres que se avergüenzan padecen muchas necesidades. Así se quitará tanto ocio, causa, en estas personas, de muchos males; en consecuencia, proveyéndoseles la limosna por medio de estos Señores, estos no andarán todo el día mendigando y podrán ocuparse en ganarse lo que más les haga falta.

Y aunque parece muy fácil eliminar la mendicidad por las iglesias y las casas, esto solo se alcanzará cuando en Génova todos estén resueltos a hacer sus limosnas por medio de dichos Señores los cuales verdaderamente tendrán conocimiento de las necesidades; de esto resultará que las madres estarán en sus casas, cuidando de las propias hijas empeñada en hilar, coser, hacer calcetas u otro trabajo, no teniendo esperanza de recibir limosnas que por dicho medio.

Y a cerca de las ocho Señoras de la Misericordia parece que sería necesario que cada una de ellas tomase otras gentiles señoras para que la ayuden, a las que se les confíe tantos

Page 54: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

pobres del propio barrio, a fin de que los visiten y estén pendientes de ellos cuanto sea posible; buscarles trabajo y proveer a sus necesidades. Si estas gentiles señoras recogieran limosnas, la deben dar toda a las ocho principales Señoras de la Misericordia para repartirla a los más necesitados, en base a lo que estimen más necesario en el momento.

Se proveerá a la Obra de la Misericordia como al propio Instituto, pero en gran parte también a las costumbres y a vivir cristianamente.

Segunda invitación después de que muchas damasse ofrecieron para esta obra.

Siendo costumbre ordinaria de Dios nuestro Señor, mandar tribulaciones y dificultades para despertar a su gente y hacerla retornar, con voluntad y afecto mayor, a su servicio, debemos creer que éstas – con las cuales ha tratado nuestra República y las que, por gracia de Dios, ha podido superar – en Génova hayan estado encaminadas a este fin.

Por esto, secundando nosotros su santísima voluntad y mostrándonos agradecidos por los beneficios que de su liberalísima mano hemos recibido, permanecemos obligados a demostrar, más que nunca, lo mucho que le debemos y queremos darle.

Y como es opinión común que nuestras riquezas han sido más que otra cosa las que han alentado a los enemigos a dañarnos, parece conveniente que estas mismas se empleen en <pagar> a Dios ayudando a los pobres necesitados, en cada uno de los cuales está presente la persona viva de Cristo. Ya que, más que los soldados, mantenidos con tanto gasto de parte nuestra, él nos ha asistido en nuestras necesidades. Lo que le será más agradable en cuanto que, juntamente con la ayuda temporal, se puede llevar ayuda espiritual a los mismos.

Teniendo presente eso, les ha parecido bien a algunas personas, deseosas de servir a Dios y al bien de los pobres, que a todos los necesitados, que se avergüenzan y pasan penurias, se les dé una pequeña provisión para ayudarlos en sus dificultades, y con lo que ganan puedan pasar la vida, eliminando así el fastidio, que con sus inoportunos requerimientos, procuran a todos en las iglesias, en las casas y las calles, y los otros inconvenientes mayores.

Es necesario que esta obra sea protegida y favorecida por las Serenísimas instituciones y por todos los ciudadanos de cualquier estrato y condición, contribuyendo conforme a las propias posibilidades y como Dios los inspire.

Parece que no hay camino más oportuno que el del prestigioso Oficio de los Pobres y de las Señoras de la Misericordia: los primeros que provean cotidianamente a los pobres lo suficiente para el pan, teniendo cuenta de la mayor o menor necesidad de las personas o de los inhábiles; las otras empéñense en ayudar a los miserables, hombres o mujeres, con vestidos, aunque usados, y de ofrecerles un lugar donde dormir. La empresa parece difícil y ardua pero, haciendo las cosas para el bien y, antes que nada, con el favor propicio del cielo, se hará no solo factible sino fácil…

Carta de Virginia acerca del Lazareto.

Muy Reverendo Padre en Cristo Observantísimo.Ayer la Señora Lelia Spinola Grimaldi y yo salimos [del Lazareto] muy afligidas al ver

las grandes oposiciones que tiene esta bendita reforma.Sea Nuestro Señor el que nos haga hacer en todo su santísima voluntad.

Page 55: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

Yo, esta noche, sentí mucha pena por aquellas personas que están en la Reforma y están necesitadas de tantas cosas; por eso hasta que no les hayamos dado alojamiento, no quisiera que se les sujetara a algún tipo de obediencia porque, si tienen frío y desean ir a tomar sol para calentarse, quisiera que lo hicieran; quisiera que se difiriera su entrada en la reforma mientras no se resuelvan sus necesidades y en tanto dejarlas que se regulen por sí mismas. Esto es lo que siento y lo digo a Su Señoría porque no quiero responsabilidad alguna.

A María, que ayer en la noche hacía tanto alboroto, dígale Su Señoría que mañana estará allí una persona que desea hacerle un vestido de color azul oscuro; y después déjela que haga lo que quiera.

El rector que le continúe dando las cintas que terminan en puntitas y a María el de siempre, lo mismo a Repetta.

Yo deseo, que las cosas vayan así, tomar todo con calma. Nuestro Señor podría haber hecho el mundo en un día, pero lo hizo en seis. Yo quisiera poner paz en todo el ambiente y que Su Señoría procurara hacer venir algunos de los Padre de San Bernardo a confesar. A estos Padres habría que darles la posibilidad, si con eso se sirve a Dios, de ocuparse de esta reforma, pero entre tanto no quisiera que hiciéramos otra cosa que estar bien con todos.

Le mando algo de dinero para que Su Señoría resuelva allí alguna necesidad. En suma sepa Su Señoría que estoy muy afligida pareciéndome que es más el mal que se ha hecho que el bien realizado. Valore Su Señoría dado que, como se lo he dicho, le dejo el encargo no siendo mi voluntad poner a alguien en la reforma antes de que se tenga un lugar adecuado.

Nuestro Señor le de paciencia a Su Señoría, que necesita una infinita.Nuestro Señor esté con todos nosotros.Desde casa el 2 de febrero de 1628.De Su Señoría muy Reverendo.Sierva del Señor.

Virginia Centurione Bracelli

Inconvenientes que suceden a los mendicantes.

1.- El primero y más importante, es que se dan muchas ofensas a Nuestro Señor, con el pretexto de que muchas muchachas van por las calles y las casas a pedir limosnas como atestigua el gran número de tales personas que son conducidas en tierna edad al hospital y el gran número de niños expuestos. Esto debería ser vergonzoso para los padres y las madres que, antes que nada, pecan gravemente por el poco cuidado que tienen de sus hijas, atendiendo solo a la utilidad y la ganancia.

2.- Tienen pésima educación en la doctrina cristiana, por el hecho de que no hacen otra cosa que vagabundear por la ciudad, y en su niñez no aprenden las oraciones, sino solo vicios y maldades y cuando son mayores, llevan una vida mala.No conociendo mínimamente a Dios, ni sus sacramentos, cometen toda clase de maldades.

3.- Los pobres que se avergüenzan padecen extraordinariamente, desde el momento en que las mayor parte de las personas se meten en la cabeza hacer una cierta cantidad de limosnas, pero beneficiando en mayor medida a aquellos que sin vergüenza molestan a todos. Sucede que las ayudas son mal repartidas y nacen remordimientos y dudas de que no se llegue a proveer a las necesidades extremas como la caridad cristiana requiere.

Para ayudar y facilitar la buena marcha de esta obra, conociéndose cuanta gloria se dará a Dios si permite, por su misericordia, que alcance el deseado efecto, muchas nobles señoras, celosas del honor de Dios, se han ofrecido a ponerse a disposición de las ocho

Page 56: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

Señoras de la Misericordia para ayudarles con las cargas, repartiéndose cada uno de los ocho sectores, de modo que cada una pueda visitar a menudo las calles y barrios que le toquen para poder hacer presente las varias necesidades sea al ilustrísimo Oficio de los pobres para la subvención del pan, sea a las ocho Señoras para aquello de lo que se tuviera mayor necesidad sobre las cosas que a ellas les corresponde. De estas continuas visitas resultarán los bienes siguientes:

Primero, que estas Señoras se tomarán el empeño de encontrar cualquier entretenimiento y trabajo a aquellas mujeres e hijas ahora van vagando, proporcionadamente a su habilidad, y se evitarán muchos de los inconvenientes ya señalados.

Segundo, tendrán cuidado de que las niñas y los niños sean educados e introducidos en la Doctrina Cristiana, y que aprendan cualquier tipo de trabajo; les facilitarán también maestras que enseñen a las muchachas; buscarán colocar a los varones en algún entretenimiento honesto.

Tercero, se descansa solo cuando a ninguno le falta alimento o vestido.Cuarto, Muchos vagabundos, que crean problemas a la ciudad y hacen con facilidad

muchas maldades y crean inconvenientes, tendrán que irse a otro lugar, porque es justo que allí permanezca solo quien está ocupado a no ser fuera totalmente ciego, impedido o totalmente inhábil.

Es necesario que cada uno considere los buenos efectos que produciría esta obra, que por brevedad y no dar fastidio, muchos descuidan.

Acerca de los pobres que vengan del campo, es necesario que no se los rechace sino que se acepten en el Lazareto, donde, una vez identificados y en determinadas condiciones, si lo desean, puedan salir. Si se los encontrara nuevamente pidiendo limosna en la ciudad, se les impondrá una pena discrecional como se ha dicho más arriba, hasta la galera, o la que dicho Oficio estime conveniente, considerando los graves inconvenientes que puedan darse.

Invitación a ayudar a VirginiaEn el oficio de Dama de la Misericordia.10 de noviembre de 1631.

En el nombre de la Santísima Trinidad y de la Santísima Virgen – 10 de noviembre de 1631.

Yo Virginia Bracelli fui invitada por las veneradas Señoras de la Misericordia para entrar en su Compañía.

Yo rehusé por mi insuficiencia; después, al no poder dichas señoras completar el número de ocho y no encontrando quien pudiese aceptar el encargo se me mandó aceptarlo. Se me confió un barrio de los más miserables que comprende Las tres Colinas, callejones de los Gianelli, de la Celsa, de los Esclavos, Campo Pisano, la Montañita de la Marina, los Muros de Sarzano, Perera, Rivalta, Las Casas Nuevas y otros lugares, donde habitan solamente personas sumidas en la miseria y habiendo visitado muchísimas casas en las que da mucha aflicción entrar, pues parecen más bien lugares para que vivan animales: muchos padres y madres duermen junto con sus hijitos ya grandes, otros no tienen colchón, ni cobija, ni camisa, ni nada para cubrirse, considero mi deber solucionar esa situación, tanto más que estos pobres van buscando y cada quien los manda con las Señoras de la Misericordia.

Sabiendo que si cumplo con mi empeño de buscar, encontraré lo que el Señor ha destinado para esas necesidades, ya comencé yo misma a buscar pero se requiere mucho

Page 57: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

tiempo del cual no dispongo mucho porque debo ocuparme de las casas de Santa María del Refugio, de los desamparados del Monte Calvario, donde han sido mandadas por el excelentísimo Oficio de los Pobres y por las Señoras de la Misericordia y por otros, muchas hijas y jóvenes abandonadas y sin casa, para que vivan sin ofender a Dios y, en lo que pueden, ganen para vivir con sus propias manos.

De estas es necesario ocuparse todavía.Por eso, después de a Dios, recurro a los piadosos ciudadanos pidiendo a toda persona

pía por medio del presente informe por el cual, si bien no alcanzo a describir las necesidades, espero que el Señor suplirá mis deficiencias y así, por amor a Dios, en nombre de todos estos necesitados, pido a cada uno que me ayude y me comunique en esta hoja cuanto Nuestro Señor le inspira para después poder recoger lo que urja más y le haré un recibo de pago a quien prometa limosna para que se la dé al necesitado que le envíen y lleve el recibo. Debe avisarme de ello y si mandaran también cosas me ahorrarían el tiempo para irla a buscar.

Yo continuaré orando por estos pobres y por cada uno para que su Divina Majestad nos de la gracia de amarlo y servirlo en esta vida, para poder ir a gozarlo en el paraíso. En agradecimiento por las gracias que nos ha dado y nos da, como signo de reconocimiento abran sus entrañas de misericordia con el ofrecimiento de sí mismos, de dinero, de telas, de cobijas, de paños u otra cosa que les plazca, para dar socorro.

Fórmula de compromiso.

Estando todo fiel cristiano obligado a servir a los pobres, que están en gravísima necesidad de cuerpo y de alma, los suscritos, en base al informe de la magnífica Virginia Bracelli – una de las Madres de la Misericordia –, sabemos que en su barrio de la Colla hay cerca de seiscientas familias reconocidas por el excelentísimo Oficio de los Pobres, mediante la ayuda del pan, en extrema necesidad de alimento, vestido, cama y casa. La magnífica Virginia está ocupada en gobernar la Casa Nuestra Señora del Refugio en el Monte Calvario donde hay cerca de ciento cincuenta creaturas desamparadas, mandadas por el excelentísimo Oficio de los pobres y por las veneradas Señoras de la Misericordia y por otras personas pías. Es necesario que en esta casa permanezca cuanto más sea posible, que la asista para que la casa esté en el temor de Dios, camine bien y cada una de las que allí habita se gane, en parte o totalmente, el alimento con las propias manos. Por eso nos hacemos disponibles para dar a Virginia para esa finalidad cuanto cada uno de nosotros aquí suscriba, para que ninguno por falta de cosas necesarias, termine mal y tenga dificultades materiales.

Page 58: Un Camino Apasionado Virginia Centurione
Page 59: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

Borrador de una carta a su Eminenciael cardenal Stefano DurazoArzobispo de Génova.

9 de octubre de 1642.

Eminentísimo Cardenal,

Después de haber recibido la carta de Su eminencia, no he vuelto a escribirle no dándome S.E. la ocasión de servirle, yo no le he escrito por temor a incomodarlo, sin embargo he procurado obedecer al Padre Don Domingo, mi hermano, como me ordenó S.E. en su carta del 16 de marzo de 1641. Aunque en Navidad tuve una enfermedad fuertísima, no se lo he comunicado a S.E. ateniéndome a la orden recibida de aconsejarme con el Padre antes mencionado. En esta última enfermedad, por gracia del Señor, si bien haya tenido gran tormento, por el poco amor hacia su Divina Majestad, me parecía que iba a ser puesta sobre el fuego como sucedió a San Lorenzo; yo sufría grandemente por ese hecho, pero por la gracia de Dios, estaba resueltísima, por la Santa Fe, a ir gustosamente.

En esta última enfermedad me pareció conocer claramente la sobrenatural lucha entre el Demonio y el Ángel Custodio porque del mal que decía no tengo nada pero el bien lo recuerdo muy bien; el bien era, me parecía, que los cristianos, por muy necios que fueran, bastaba que quisieran salvarse para que se salvaran. Me acuerdo de gritar con voz fuerte: maldito interés porque me parecía que todo el mal del mundo lo constituían los bienes materiales. Tenía un sentimiento grandísimo de que todos los príncipes cristianos no pensaban en que, no está en el seno de la Santa Iglesia Apostólica Romana y está destinado a ser sepultado en el infierno, quien no piensa en ayudar a estos nuestros hermanos. Sentía una pena grandísima de su poca caridad y gritaba fuerte hasta Turquía: Dios se ha hecho hombre y tú mezquino no lo sabes. Recuerdo que decía: Mi lectura será la Sagrada Escritura y la doctrina Cristiana, mi morada será el Sacratísimo Costado y pedía a Dios sus santos dones, con el cuerpo que se me levantaba fuertemente del lecho.

Habiendo venido a visitarme el médico, le dije: Se quién eres. Si tienes ocasión de hablar con el Ilustrísimo Agustín Pallavicino, dile que se acuerde de lo que me dijo, cuando era Duque, sobre la “pretensión” con lo espiritual. El esperaba que estaría consolada pero hasta ahora me encuentro profundamente acongojada viendo que el Demonio ha puesto trampas para hacer caer, en el espacio de dos meses de perdición, otras infinitas cosas que ha dado de bien el cumplimiento de la Doctrina Cristiana. Benditos nosotros si eso hiciéramos porque arribaríamos al fin para el cual hemos sido creados. Tengo la sensación fuertísima de que los cristianos respetan poco la Santa Casa de Dios.

Y del mal, decía, no sé nada, y de todas estas cosas no era mi potestad entretenerme tanto del bien cuanto del mal. Me ha quedado un deseo tan grande de que en esta República, S.E. esté como en el puesto de San Pedro; el Serenísimo Senado como en el lugar de San Pablo para hacer entre los dos como un solo hombre perfecto al servicio de Su Divina Majestad porque, si el alma está unida al cuerpo puede actuar; por el contario, separada no puede hacer nada.

La República es comparable al cuerpo, lo Eclesiástico al espíritu. El cuerpo, separado del espíritu, normalmente, no está bien unido. Así en el tiempo en que el Padre Don Domingo estuvo fuera, por un impulso grandísimo que sentí, fui donde el Duque el día ocho de Santa Brígida y le dije cuanto digo a Su Eminencia, es decir, que si lo espiritual y lo corporal se

Page 60: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

unen llegaría a ser santo el estado de esta República. El me dijo que lo deseaba tanto como yo y que hablara con los Excelentísimos e Ilustrísimos Señores, después vería que, con la gracia del Señor, se perfeccionase la tratativa.

Y así hice con aquellos, hasta ahora, lo que he podido. Esta mañana, volví donde el Duque pidiéndole que me hiciera la gracia, habiendo yo hablado ya con siete personas, entre las cuales estaba el Ilmo. Sr. Agustín Pallavicino, invocando los siete dones del Espíritu Santo. Encontradas las cosas bien dispuestas, pedí si, no mirando a mi miseria, me quisiera dejar entrar en el Senado para hablarles a todos de mi sufrimiento, sin ir más a buscarlos tanto más que se encuentran en el campo y para mi es difícil. No quiso y me dijo que esperara porque en estos tres días hasta el lunes, no puede. Así hoy, después del almuerzo fui donde un excelentísimo y, después de haberle dicho lo que sentía, dijo que la cosa le agrada, pero desearía que le hiciera saber lo mismo a S. E.

Otro me habló de los escándalos que suceden con los sacerdotes; le dije que S.E. lo debía sentir muchísimo, pero que el alma sin el cuerpo no puede actuar y que si está unidad y trabajan juntos, obtendrán todo lo que quieran, porque frailes y sacerdotes son hombres débiles como todos los otros y por eso sujetos al mal. Al eclesiástico, si no queremos forzar al Señor a hacer milagros, hace falta la espada de San Pablo, es decir la acción de la justicia presente, temporal, porque somos tan materiales que no consideramos nuestra dignidad, sino que solo lo presente nos captura. S.E. es una persona que está tan interesada en el bien de la República, de la cual deriva la grandeza del Senado, para que con la justicia atienda a que sean mayormente observados los Mandamientos de Dios. Por eso ruego a S.E. que se compadezca de nuestras miserias con su caridad.

Carta a Su Eminencia el Cardenal Stefano Durazzo.

11 de octubre de 1642

Después de haber recibido la gratísima carta de Su Eminencia del 10 de agosto de 1641, en respuesta a una mía, no le he escrito más, en obediencia a su orden de ponerme a disposición del Padre Domingo, mi hermano.

Si bien haya pasado dificultades grandísimas no he tenido la osadía de abrumar a S.E. con mis inquietudes, ahora le pido excusarme y perdonarme al mismo tiempo porque vengo donde S.E. con la mayor reverencia que sea posible para manifestarle mi dificultad que permanece. Por la gracia del Señor me encuentro sana de cuerpo y de mente, pero lo que importa, de mente y sabiendo que por los pecados vienen las tribulaciones, reconozco, por los míos, de haber merecido lo que me ha sucedido, además del infierno.

Ahora considero, por cuanto he pasado, estar obligada a interesarme en las cosas que no tienen que ver con mi miseria. Sin embargo, Nuestro Señor se quiere servir a veces de cosas insignificantes para su gloria; así pienso quiera servirse de mi, considerando que mis enfermedades hayan sido sobrenaturales.

Con una inquietud tan grande sobre la miseria a la cual está sometida la cristiandad que parece que no haya más fe, ni se piense mucho a la maldición del interés, a la soberbia de enseñorearse, a avergonzare de las virtudes cristianas en vez de amar y servir a Nuestro Padre Dios Creador y Redentor, para estar llenos de amor propio de nosotros mismos.

Me parece que el Demonio, por su gran deseo de que el género humano se pierda con él en el infierno, haya puesto engaños, bajo pretexto de bien, en nuestra República, para

Page 61: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

hacerla soberbia y querer actuar como los otros que tienen la cabeza coronada y pasar delante del propio pastor. Nuestra República, en el pasado, ha sido siempre humilde y reverente, ahora parece más bien que quiera imitar a los hombres soberbios del mundo que hacer la voluntad de quien nos ha creado y redimido.

Ver las iglesias tan profanadas, la vanidad al colmo, hace pensar que ya no se crea en la otra vida. Y yo estoy muy preocupada de que la suave vía del cielo sea abandonada para ir detrás de la del mundo, lleno de tantos sufrimientos que conducen al llanto eterno; esto no se puede soportar y la ruina me parece que se debe al hecho de que no proceden unidos lo espiritual con lo corporal para la mayor gloria de Dios y encontrarme en un estado que el Señor me impulse a declararme abiertamente cristiana por las obras y para aprender de Nuestro Señor Jesucristo.

Por eso dejando de lado el respeto humano, fui donde el Duque y le manifesté las dificultades que paso y mi deseo: quisiera que nuestra República, la cual ha recibido tantos favores de Dios y de la Santísima Virgen, con la protección de San Bernardo, fuera un ejemplo para todo el mundo y procediese, con humildad y obediencia, unida con la Iglesia porque es la Santa Iglesia Católica y el Pastor es el alma como sucesor de San Pedro, la República el cuerpo al par de San Pablo. Si estuvieran unidos y juntos buscaran solo la mayor gloria de Dios, porque solo a Dios el honor y la gloria y si todos procuraran despojarse del amor propio y de los intereses temporales y no se dejaran engañar por la falsedad, sino siguieran al Dios que dice: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida (Jn14,6), no temeríamos alguna cosa, sino seríamos formidables para todos aquellos que no observaran los mandamientos de Dios.

Su Serenísima me respondió que deseaba esto cuanto yo, y que procurara hacer la misma propuesta a los Excelentísimos. Y eso he procurado hacerlo con muchos y veo las cosas bien dispuestas. Pero ha habido alguno, de los Excelentísimos Señores, que me ha dicho que consideraba algo bueno que yo le comunicara mi sentimiento a S.E. señalando que en los Religiosos se encuentra el mal. Yo estuve de acuerdo, porque los Curas y los Frailes son hombres cuya carne es débil y por eso están también sujetos al mal. Pero si no queremos en estos tiempos forzar al Señor a hacer milagros, en San Pedro hay necesidad de la espada de San Pablo, es decir, del temor de la acción de la presente justicia temporal, porque somos tan materiales que no consideramos nuestra vida sino solo el presente nos cautiva.

Su Eminencia es aquella persona que está tan interesada al bien de la República, que no querrá otra cosa que la salvación de las almas para la mayor gloria de Dios.

Carta al Vicario ArchiepiscopalAlejandro Sperelli.

Ayer en la tarde, al salir de la Iglesia, un niñita de unos cinco o seis años, fue a lamentarse con una hermana de que la habían aruñado. Otra al escucharlo, instigó a la hermana, que debe tener unos doce años o más, a pegarle a quien la había aruñado, y otra pequeña de nueve o diez años le mostró una que parecía ser la que buscaba y le pegó en la cara, de la nariz le salió sangre hasta caer en la tierra. Digo esto a Su Señoría Reverendísima no pensando en que se pueda culpar de ello a la Iglesia y no sé que suceda con estas muchachitas. (Su Señoría Reverendísima hágame saber por favor si hace falta, cuanto antes, proveer a cualquier cosa).

No he venido porque me encuentro indispuesta.

Page 62: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

Beso reverentemente las manos de Su Señoría Reverendísima y me encomiendo a sus santas oraciones. Aquí oramos todos al Señor para que lo conserve y lo haga feliz en su Santísima gracia.

Desde el Monte Calvario, el 8 de noviembre de 1632.De S.S.R. Sierva Obedientísima.

Virginia Bracelli

Carta escrita al P. Confalonieri.

Muy Reverendo Padre y Señor Observantísimo.Ayer en la tarde hice la obediencia de venir aquí con Isabel como Vuestra Paternidad

me mandó. Esta mañana venía a escuchar la prédica a San Siro, deseando también hablar con V.P., por un asunto que me urgía mucho, pero le ha placido al Señor disponer diversamente porque, mientras descendía las escaleras de la Plaza, me vino un mareo por el que debí regresar a casa. Y así he escuchado la Misa en casa y, por gracia de Dios, me siento bien.

Permaneciendo con la preocupación de aquello que me pudiera suceder, quería el permiso de Vuestra Paternidad para ir esta tarde a dormir a Bisaño. Pero Isabel me ha pedido insistentemente que me quede, y yo he consentido prometiéndome que, si me sintiera mal, mandaría una petición a V.P. para hace cuanto he dispuesto habiendo en Bisaño todo lo necesario para el alma y el cuerpo, ya que las hijas no van más al hospital pues e curan en casa porque allí hay un médico pagado y también un farmacéutico.

Con toda reverencia beso a V.P. la mano, orando al Señor que le conceda todo verdadero bien.

Desde Cariñano, el 11 de marzo de 1640.De V.P.M.R (Vuestra Paternidad Muy Reverendísima)Sierva e hija en el Señor obedientísima.

Virginia.

Al yerno Giuseppe Squarciaficomarido de Isabel.

Señor Hijo Querido.Por la carta de Su Señoría del 20 veo como por la gracia del Señor se encuentran en

Novi.Quiero esperar, como me escribió Isabel, estarán pronto por aquí. He llevado al carta

de S.S. a Teresa y le doy buenísimas noticias de todos los hijitos. Me han ayudado a rezar Vísperas y Completas. María Francisca y Francisco María me pidieron que rezara por ellos. Todos quisieran venir conmigo al Refugio, pero como María Rossiglione (Pizzorno) dice que yo causo muchas molestias, no hay motivo para agregar más trabajo, es necesario que me ponga en paz.

Page 63: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

Me da mucha pena escuchar que los niños de la Marquesita no están gozando de buena salud. Ojalá a la Divina Majestad le plazca dársela por su infinita bondad.

Mi Señora Madre (la madrina Ersilia) está bien. El señor Juan Andrés mejor. La esposa no lo sé, no se sentía muy bien y desde el jueves para acá no se nada. Ayer fue un día lluvioso; hoy no ha habido noticias.

Su Señoría me encomiende a Nuestro Señor; lo mismo le pido al señor Tobías y a Carlos, como también a Isabel, María creo que se quedó con Silvano.

Díganle al Padre Cruz sobre las cartas perdidas.Yo por la gracia de Su Divina Majestad, de salud estoy muy bien y estoy deseosa de

hacer su voluntad. Por eso ruego a todos mis hijitos que me ayuden con sus oraciones, a los cuales con tomo afecto, me encomiendo, pidiendo para todos el cumplimiento del verdadero bien.

Cariñano, el 22 de septiembre de 1646.Suegra y Madre afectísima.

Virignia

Al mismo.

Señor Hijo querido.La paz del Señor esté siempre en el corazón de Su Señoría y de Isabel.Señor Hijo querido que se den gracias a Su Divina Majestad por la gracia que hemos

recibido ayer por medio del Serenísimo Colegio. Esas hijas han dicho conmigo el Te Deum.Ruego a S.S. me ayude a ser agradecida con la protección del Señor y, porque no tengo

tiempo, me curaré cuando le plazca al Buen Jesús. Entre tanto me encomiendo de todo corazón a S.S. junto con Isabel y todos los de su casa, pidiendo a Su Divina Majestad que los haga a todos apóstoles de Cariñano.

El primer día de junio de 1647.De Vuestra Señoría suegra y madre afectísima.

Virginia

Al hermano.

Señor Hermano respetadísimo.Cuando Su Señoría venga a Génova, me agradaría verlo. Pido a S.S. que envíe un

sirviente suyo a la casa de Vía Lomellini para avisarme para enterarme, pero no hay prisa.No se preocupe Su Señoría, solo hágame la gracia, de que cuando venga, me lo haga

saber.Permanezco en espera, pidiendo al Señor que lo proteja con su mano y le conceda todo

bien verdadero.Desde casa el 9 de julio de 1636.De Su Señoría Serenísima hermana obligadísima.

Virginia

Page 64: Un Camino Apasionado Virginia Centurione
Page 65: Un Camino Apasionado Virginia Centurione

Pág.Prólogo

Vida Espiritual.Santidad entre los zurcos de la vidaLa vida mística de la Bracelli en el contexto de suexperiencia espiritualFrutos de la fidelidad a la voluntad de DiosFrutos de la unión místicaEl amor a DiosEl amor al prójimo

Escritos ascéticos.Soliloquios para la comuniónResumen de una lección de catecismo

Escritos.Fundación del Instituto de Nuestra Señora del Refugio en el CalvarioReglas que deben ser observadas en las casasde Nuestra Señora del Refugio en el Calvario.

Escritos.Iniciativas de Virginia en favor de los pobres de Génova

Cartas.|