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1 Gracia a Vosotros: Desatando la Verdad de Dios, Un Versículo a la Vez Un llamado al discernimiento, 1ª Parte Escritura: 1 Tesalonicenses 5:21-22 Código: 52-32 John MacArthur Regresamos en nuestro estudio de la Palabra de Dios en esta mañana a 1 de Tesalonicenses capítulo 5. Conforme nos acercamos rápidamente a la conclusión de esta epístola maravillosa, nos encontramos en esta mañana estudiando el texto de los versículos 21 y 22. Primera de Tesalonicenses 5:21-22. El apóstol Pablo escribe: “Examinadlo todo; retened lo bueno. Absteneos de toda especie de mal.” Hace un par de meses atrás tuve la oportunidad, como ustedes saben, de manejar por todo el país de Estados Unidos para llevarle el automóvil a mi hijo. Y en el proceso, íbamos manejando por las carreteras de Arkansas; y conforme íbamos avanzando por la carretera, estábamos en una carretera de dos carriles en el medio de una lluvia. Y estábamos viendo las pequeñas granjas ahí al lado de la carretera. Y de pronto, después de que pasamos por un monte, había un letrero grande que decía “colchas.” Y ya por varios años había estado buscando una colcha que pudiera comprarle a mi esposa Patricia. Y entonces, pensé, bueno, me voy a detener aquí y ver cómo se ven las colchas. Y entonces, me orillé ahí al frente de esta pequeña casa y toqué en la puerta. Y una pequeña dama salió a la puerta y yo le dije que estaba buscando colchas. Y ella dijo: “oh, por favor, pase. Y entré y había varias colchas que estaban colgadas ahí. Y ahí a la izquierda estaba su marido sentado en una silla grande con unas pilas de muchos libros a su lado y el control de la televisión junto a él. No sé desde cuando no se había movido. Parecía que no se había movido en décadas. Y entré en esta casa pequeña, parecía ya algo vieja. Y dije: “simplemente estoy interesado en las colchas.” Y ella dijo: “bueno, permítame mostrarle una”. Y ella sacó en primer lugar una colcha que no tenía ni rima ni razón. Era una colcha llena de pedazos de tela de todo tipo de

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Gracia a Vosotros: Desatando la Verdad de Dios, Un Versículo a la Vez

Un llamado al discernimiento, 1ª Parte

Escritura: 1 Tesalonicenses 5:21-22

Código: 52-32

John MacArthur

Regresamos en nuestro estudio de la Palabra de Dios en esta mañana a 1 de Tesalonicenses

capítulo 5. Conforme nos acercamos rápidamente a la conclusión de esta epístola

maravillosa, nos encontramos en esta mañana estudiando el texto de los versículos 21 y 22.

Primera de Tesalonicenses 5:21-22. El apóstol Pablo escribe: “Examinadlo todo; retened lo

bueno. Absteneos de toda especie de mal.”

Hace un par de meses atrás tuve la oportunidad, como ustedes saben, de manejar por todo el

país de Estados Unidos para llevarle el automóvil a mi hijo. Y en el proceso, íbamos

manejando por las carreteras de Arkansas; y conforme íbamos avanzando por la carretera,

estábamos en una carretera de dos carriles en el medio de una lluvia. Y estábamos viendo las

pequeñas granjas ahí al lado de la carretera.

Y de pronto, después de que pasamos por un monte, había un letrero grande que decía

“colchas.” Y ya por varios años había estado buscando una colcha que pudiera comprarle a mi

esposa Patricia. Y entonces, pensé, “bueno, me voy a detener aquí y ver cómo se ven las

colchas”. Y entonces, me orillé ahí al frente de esta pequeña casa y toqué en la puerta. Y una

pequeña dama salió a la puerta y yo le dije que estaba buscando colchas. Y ella dijo: “oh, por

favor, pase”. Y entré y había varias colchas que estaban colgadas ahí. Y ahí a la izquierda

estaba su marido sentado en una silla grande con unas pilas de muchos libros a su lado y el

control de la televisión junto a él. No sé desde cuando no se había movido. Parecía que no se

había movido en décadas.

Y entré en esta casa pequeña, parecía ya algo vieja. Y dije: “simplemente estoy interesado en

las colchas.” Y ella dijo: “bueno, permítame mostrarle una”. Y ella sacó en primer lugar una

colcha que no tenía ni rima ni razón. Era una colcha llena de pedazos de tela de todo tipo de

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patrones, todas cosidas juntas. Y dije: “no, realmente eso no es lo que estoy buscando”. Y le

describí el tipo de colcha que estaba buscando, lo cual ella encontró y se la compré; y mi

esposa ahora ya la tiene. Pero tuve que ir al pequeño banco que estaba ahí en la ciudad para

sacar algo de efectivo para regresar y pagar.

Y cuando regreses y entré, noté que había muchos libros por todos lados, literatura de

profesores del seminario de Dallas, literatura de los testigos de Jehová, literatura de la

comunidad de unitarios unidos, todo tipo de literatura. Y algunos videocasetes de diferentes

ministerios carismáticos. Y ya para ese momento, supe que el nombre del marido era Johnny,

lo cual fue una coincidencia interesante.

Y le dije: “oye, Johnny, tienes mucha información aquí”. Y él dijo: “bueno, hay algo bueno en

todo esto”. Y me di cuenta que no solo su esposa hacía colchas, sino que él tenía una

teología de colcha, con pedazos y tiras de todo cosido junto. Eso es típico. Muy típico. La

gente lee, escucha en televisión, en la radio, en cintas, con poco o ningún discernimiento.

Simplemente, una especie de colcha que está uniendo todo en algún tipo de teología amorfa

que tiene poca rima o razón.

El apóstol Pablo en este texto está diciendo: “más vale que examinen todo, y más vale que lo

examinen cuidadosamente y más vale que identifiquen lo que está bien, se aferren a ello y lo

que no está bien, lo hagan a un lado”. Ese es uno de los componentes en las áreas

fundamentales de la vida espiritual. Desafortunadamente, la Iglesia en la actualidad tiene una

credulidad sin límites. Se acepta todo. Me parece que, si un problema excede al resto en la

Iglesia, es la falta de discriminación espiritual total que caracteriza al cristianismo.

Decisiones malas, razonamiento equivocado, entendimiento superficial, conocimiento

superficial, ignorancia por todos lados; todo esto ha contribuido a afectar más a la Iglesia a lo

largo de su historia que todas las persecuciones combinadas. Las persecuciones han

afectado, pero es el caos interno y la confusión interna sobre la doctrina que ha dejado las

cicatrices más serias en la Iglesia. Y esto no es sólo el resultado de la debilidad humana al no

de discernir la verdad, sino cada obra de Satanás quien disfrazado como ángel de luz quiere

confundirnos lo más que puede.

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Como resultado, la mayoría parece que en la actualidad tiene una teología de colcha en

donde tienen una mezcla de todo tipo de cosas. El error no sólo es visible al nivel más

elemental, básico de la teología, sino también a los niveles más complejos y profundos.

Ahora, esto no debe suceder, porque se nos ha advertido de manera apropiada. Las

Escrituras nos advierten de doctrinas de demonios, herejías destructivas, mitos, enseñanzas

perversas, mandamientos de hombres, especulaciones, asuntos controversiales, espíritus

engañadores, fábulas mundanas, conocimiento falso, filosofía falsa, filosofía vacía, tradiciones

de hombres, sabiduría humana; y dice que todas son trampas para los cristianos.

Jesús dijo que los lobos vendrían vestidos de ovejas. Pablo dijo: “lobos rapaces entrarán y no

perdonarán al rebaño”. Pablo le escribió a Timoteo y le dijo: conforme avanzan los tiempos,

los hombres van a empeorar y el engaño va a incrementarse. Pablo de nuevo dijo: “habrá

doctrinas de demonios que van a desviar a la gente”.

Dicho de una manera suave, hay un mundo de caos y confusión en la Iglesia. Nadie quien

entiende las Escrituras y está conscientes de sus advertencias acerca del error debe ser tan

ingenuo como para hacer una declaración como la que ese hombre hizo ese día. Bueno, hay

bien en todo ello. Por ningún momento podemos creer que toda persona que dice estar en

Cristo y hablar en nombre de Cristo está hablando la verdad. Pero la gente parece ser tan

ingenua.

En muchos casos, la Iglesia, creo yo, es como los fariseos del día de Jesús. En Mateo,

capítulo 16, un par de versículos interesantes que sería importante que señalen. Mateo 16,

versículo 1. “Vinieron los fariseos y los saduceos para tentarle, y le pidieron que les mostrase

señal del cielo. Mas Él respondiendo, les dijo: Cuando anochece, decís: Buen tiempo; porque

el cielo tiene arreboles. Y por la mañana: Hoy habrá tempestad; porque tiene arreboles el cielo

nublado. ¡Hipócritas! que sabéis distinguir el aspecto del cielo, ¡mas las señales de los

tiempos no podéis! La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada,

sino la señal del profeta Jonás. Y dejándolos, se fue.”

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Él dijo: su problema es simple. Su conocimiento no científico, limitado, elemental de cómo

distinguir el clima excede su discernimiento espiritual. ¡Qué manera tan increíble de

confrontarlos! “Ustedes no conocen mucho acerca del clima y su manera de evaluar el clima

es muy elemental. Pero por poco que conocen el clima, conocen más acerca de eso que de la

teología.” No tenían capacidad de distinguir entre lo falso y lo verdadero. Y Jesús los condenó

por eso. Y, de hecho, dijo: “no tengo nada que ofrecerles.” Distinguir entre la verdad y el error

es esencial en la vida cristiana. Esa es la razón por la que Pablo dice esto en este texto.

Ahora recuerde, comenzando en el versículo 16, Pablo ha estado en listando los elementos

elementales de la vida cristiana: “estad siempre gozosos, orad sin cesar, dad gracias en todo

porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús. No apaguéis al Espíritu,

no menospreciéis las profecías o las Escrituras o la revelación de Dios.” Y debemos

examinarlo todo para que podamos discernir lo que está bien y lo que está mal.

Este es un resumen maestro de todos los componentes de la vida cristiana básica. Debemos

tener gozo constante, debemos estar en oración incesante, debemos estar agradecidos sin

importar lo que suceda. Nunca debemos apagar la obra del Espíritu de Dios. Nunca debemos

menospreciar la revelación de Dios, sino exaltarla y obedecerla. Y debemos examinarlo todo

cuidadosamente para que podamos discernir lo que está bien y lo que está mal.

Ahora permítame ver el texto por un momento, porque es bastante fácil de interpretar.

Examinadlo todo. El texto, de hecho, dice: “sino examinadlo todo”. La palabra examinarlo es

dokimazō, esa es una palabra conocida para los estudiantes del Nuevo Testamento, porque

con frecuencia es usada para referirse a algo que es probado para revelar su legitimidad. A

veces, es usado de probar metales.

Prueben todo para ver si es genuino, para distinguir entre lo que es verdadero y falso, lo que

está bien y lo que está mal, lo que es correcto y lo que es incorrecto, para separar el trigo de

la cizaña. Por cierto, este proceso, tomando las palabras de Pablo a los Efesios, es un

esfuerzo por aprender lo que es agradable al Señor. Distinguir. La palabra podría ser juzgar.

Juzga en todo, evalúa en todo, distingan todo; y todo significa todo, todas las cosas. Debemos

ser como el rey David, quien pudo discernir, dice, en 2 Samuel 14:17, el bien del mal.

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Ahora, una vez que usted ha discernido eso, ¿qué es lo que dice? Versículo 21: “retened lo

bueno.” Retener significa abrazar, recibir de todo corazón. Toma posesión de la palabra

bueno, esa palabra familiar kalos, significa lo que en sí mismo es bueno, genuino, verdadero,

no sólo agradable y que parece hermoso, sino lo que es de manera inherente genuino,

verdadero, noble, correcto y bueno. Cuando usted encuentra eso, abrácelo, aférrese a ello.

El versículo 22 dice: “absteneos de toda especie de mal.” Y la palabra absteneos es una

palabra muy fuerte. Significa mantenerse alejado de. La palabra apa está ahí. Significa evitar.

Y enfatiza la separación total del creyente de lo que es considerado malo en enseñanza y

conducta. Cuando usted ve algo que es malo, no verdadero, falso, evítelo.

Nunca en las Escrituras se da ningún tipo de margen para que nosotros nos expongamos a lo

que no es verdad. Debemos evitarlo. Debemos huir de él. Enfatiza, entonces, la separación

total del creyente de lo que es considerado malo. Mal es mal en el sentido activo, como algo

malo, dañino, que está causando daño y lastima a toda persona que lo toca. Es venenoso, es

mortal. Manténgase alejado como se mantendría alejado de una plaga.

Lenski tuvo razón cuando él escribió: “las peores formas de impiedad consisten en

perversiones de la verdad, mentiras espirituales, aunque en la actualidad muchos ven estas

formas con indiferencia y las consideran como algo más bien inofensivo.” El hecho de que las

perversiones morales están incluidas es evidente, también éstas operan para destruir la vida

espiritual y aparecen en muchas formas. Sí, la palabra mal es perversión moral. Pero él tiene

razón, la peor forma del mal es la perversión de la verdad.

Ahora, observe nuevamente el versículo 22. Él dice: “Deben evitar toda especie”. Toda

especie. La palabra especie aquí es simplemente una palabra sencilla. Significa especie, tipo

o forma. Él está diciendo maldad en cualquier forma, maldad en cualquier especie, maldad en

cualquier tipo. Una vez que lo ha discernido, evítelo. Y sí, eso incluye conducta moral.

Perversión moral. Pero el corazón de lo que él está diciendo aquí tiene que ver con la

perversión de la verdad. Esto, entonces, se convierte primordialmente para nosotros en un

llamado al discernimiento. Un llamado al discernimiento.

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Esto no es algo que es extraño para el estudiante del Nuevo Testamento. Hay otros lugares

en el texto en donde se llama a un discernimiento como este. De hecho, muchas afirmaciones

como esta vienen de la pluma del apóstol Pablo. Él está preocupado porque seamos personas

que disciernen. Que separemos.

Ahora, habiéndole simplemente dado ese vistazo al texto, y eso es suficiente, quiero

concentrarme en esta mañana. Y voy a comenzar con lo que va a terminar siendo una serie

de dos semanas. Y quiero hablar de este tema del discernimiento, porque estoy muy

preocupado por esto. Hay una gran falta de discernimiento en la Iglesia, como le he estado

diciendo y se manifiesta en tantas diferentes maneras.

La Iglesia contemporánea que no discierne, por ejemplo, con frecuencia ha rechazado a

Darwin y a Huxley, pero ha aceptado a Freud. Con frecuencia, ha rechazado la doctrina y ha

favorecido y ha aceptado las relaciones como si fueran la prioridad. Se ha fascinado con el

entretenimiento y se ha aburrido con la exposición. Se ha enamorado de los sentimientos y ha

devaluado la prioridad de pensar con claridad. Como resultado, el cristianismo evangélico,

escuche esto, está peleando por su vida misma. Vuelvo a decir eso. El cristianismo

evangélico, desde mi punto de vista, está peleando por su vida misma. Y nuestra época llama

a gente con discernimiento.

Ahora, la cultura que nos rodea, no ayuda. Porque vivimos en una cultura que no discrimina.

Vivimos en una cultura, de hecho, que ha definido de una manera nueva y ha valorado de

manera inaceptable el discernimiento. Por ejemplo, puede ser notado de manera simple que

solía ser cuando alguien era una persona de discriminación, eso era una indicación de su

nobleza, una indicación de su sabiduría, una indicación de que debían ser honrados y

respetados. Eran deseables. Esa era una persona de discriminación, una persona que podía

discriminar entre lo bueno y lo malo, lo verdadero y lo falso, lo que era mejor.

Hoy en día, una persona que discrimina es alguien que va a ser demandado. La palabra ha

tomado un significado totalmente diferente. Ya ni siquiera se permite en nuestro vocabulario.

Este es un día en el que no se van a tolerar los absolutos. Este es un día en el que no se

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tolerará la discriminación de ningún tipo. Y no estoy hablando acerca de discriminación racial,

lo cual es intolerable para Dios. Estoy hablando de discriminación de cualquier tipo. Este no

es un tiempo que tolerará las convicciones. Este no es un tiempo que tolerará al dogma.

Ustedes lo están viendo en este momento, conforme leen los periódicos acerca de Bob

Vernon, uno de nuestros ancianos, quien es el jefe asistente de la policía en Los Ángeles. Es

intolerable para esta cultura que este hombre crea en la Biblia, la cual afirma la sumisión de

las mujeres, el pecado de la homosexualidad y la necesidad de disciplinar a sus hijos. Eso es

intolerable en esta cultura junto con cualquier otra perspectiva, porque es una época en la que

usted no discrimina acerca de nada. Entonces, la Iglesia está viviendo en un ambiente de

pensamiento que no discrimina. Y hallamos que eso no sólo acelera nuestro propio problema.

La Iglesia no puede convertirse en víctima del espíritu de esta época.

Ahora, quiero responder a tres preguntas en esta serie acerca de este tema del discernimiento

y esta mañana voy a comenzar con la pregunta número uno. La pregunta número uno es por

qué hay una falta de discernimiento como esta. Le acabo de decir que la cultura está metida

en esto, pero ¿por qué hay una falta de discernimiento así en la Iglesia? ¿Por qué? Y voy a

tratar de darle algunas respuestas. No va a ser como un sermón normal, porque voy a estar

hablando en algunos términos teológicos y evaluando el escenario como lo veo en la Iglesia.

Entonces, escuche con atención.

Existen, creo yo, algunas causas que podemos identificar para entender por qué hay una falta

de discernimiento tan terrible en la Iglesia en el día de hoy. La principal es la que le voy a dar

en primer lugar. El debilitamiento de claridad y convicción doctrinales. El debilitamiento de

claridad y convicción doctrinales. Esa es la número uno. Hubo tiempo mucho mejores en la

historia de la Iglesia cuando los cristianos eran animados a pensar conforme a la Biblia,

animados a pensar teológicamente, a probar todo, a escudriñar las Escrituras de manera

cuidadosa, a distinguir cuidadosamente sus verdades. Y cuando descubrían lo que era

verdad, adoptar una postura firme y ser inamovibles.

En la actualidad, aquellos que adoptan posturas firmes en la base de doctrina bíblica son con

mucha frecuencia criticados por ser contenciosos y no ser amorosos, porque la norma en la

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actualidad es analizar de manera superficial la superficie de la verdad escritural y después,

llegar a justificar ese enfoque superficial ligero, como el Espíritu de generosidad deseable

hacia aquellos que difieren. Esto ha inundado a la Iglesia. Usted simplemente puede ver de

las Escrituras de manera panorámica y no debe ser demasiado dogmático, porque si usted es

demasiado dogmático no es amoroso hacia alguien más quien tiene una opinión diferente. Y

después de todo, ciertamente no queremos causar problemas.

Jane Adams escribe: “en ningún lugar esta tendencia es más aparente que en la consejería

cristiana”. Él también escribe, y cito, “los expertos auto estilizados en la psicología, sociología

y en la educación, quienes tienen títulos de doctorado de filosofía en sus campos y títulos de

escuela dominical en la Biblia, hablan con autoridad acerca de la enseñanza cristiana en la

vida presentándose a sí mismos como voceros de Dios”. Fin de la cita.

Lo que él básicamente está diciendo es que el asunto de la interpretación bíblica ha sido

invadido por personas que no están preparadas de manera adecuada para realizar esa tarea.

No obstante, hay una falta de discernimiento no sólo en la arena de la consejería, sino que

hay una falta de doctrina y convicción en el ministerio en general, como yo lo veo.

El compartir ha reemplazado a la predicación. El otro día, estaba en una entrevista de radio y

una persona llamó y él dijo: “te he estado escuchando por un tiempo y sólo quiero que sepas

que eres una persona mucho más amable en la radio el día de hoy de lo que yo pensaba

simplemente al escucharte en tus sermones.” Bueno, cuando predico mis sermones no creo

que digo cosas que no son amables porque si así fuera, las editarían antes de que llegaran a

la radio. Y no sé cómo es que él pudo llegar a la conclusión de que era una persona mucho

más amable simplemente al escucharme.

Pero lo que él realmente estaba diciendo es que yo estaba en una conversación con una

dama y hubo una gran medida del desacuerdo. Y yo estaba tratando de ser lo más amable

que podía y gentil y ser cuidadoso en cómo manejaba esa situación. Y fue mucho más

tolerable ver eso de lo que era escuchar a alguien expresar con convicción la doctrina. Y fue

mucho más fácil para él el escucharme en una conversación gentil con alguien que estaba en

desacuerdo que predicar doctrina. Ese es el ambiente de nuestra época.

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Como dije, hay una ola cultural detrás de esto. No es un accidente que la Iglesia, en el

nombre de la unidad, el amor y las relaciones se ha desviado de la claridad y la convicción y

la doctrina y ha comenzado a favorecer la apertura rechazando una postura estrecha y el

dogmatismo. Este ha sido el clima que prevalece en la cultura que nos rodea.

De hecho, hay una gran guerra en torno de los estándares. La guerra en torno de los

estándares está a todo vapor, ¿no es cierto? Digo, si usted tenía una convicción acerca de

algo, sería totalmente arbitrario porque no hay ningún estándar. Ha habido tanto antagonismo

en contra de las convicciones simplemente en general en nuestra cultura.

No sé si usted se da cuenta de esto, pero todo está abierto a la opinión de la gente. Estoy

hasta hablando acerca de la historia. La historia revisionista ahora ha cuestionado todo lo que

los historiadores han creído. La ciencia, inclusive en el campo de la ciencia, están

cuestionando cosas que durante años habían sido creídas. Todas las creencias se han vuelto

únicamente verdad en términos relativos y sólo tienen valor en términos relativos, sea que

usted esté hablando de sociología, psicología, filosofía, economía, educación o de lo que

usted esté hablando.

Y claro, para el mundo, la religión es la más subjetiva de todas porque creen que simplemente

es una experiencia personal, no una revelación Divina. Y entonces, la cultura se está

volviendo más y más relativa y la Iglesia está contagiándose de la enfermedad.

Esta tendencia fue visible, por cierto, en la Iglesia años atrás. El domingo pasado cuando

estaba en mi casa por este problema de cuello y no pude estar con ustedes, terminé de leer el

volumen dos de la biografía de Martin Lloyd-Jones. Disfruté todo momento de esta biografía y

le recomiendo las 777 páginas.

Pero conforme estaba leyendo la última sección de este libro, era interesante para él decir las

cosas que estaban relacionadas de manera directa con este asunto mismo del discernimiento

que fue registrado ahí. Él vio una tendencia que venía. La tendencia del relativismo en la

Iglesia, la muerte de la caridad doctrinal ya por el año 1971, hace 20 años atrás. Y esto es lo

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que él dijo, y cito, “hay una relación muy obvia en la actualidad en contra del intelectualismo. Y

esto se encuentra entre los estudiantes en Estados Unidos y más y más en este país. Ya no

se confía en la razón y está siendo dejada a un lado. Siguiendo a D.H. Lawrence, muchos

están diciendo que nuestros problemas se deben al hecho de que hemos sobre desarrollado

nuestro celebro. Debemos escuchar más a nuestra sangre y regresar a la naturaleza. Y

entonces, al volverse en contra del intelectualismo y promover de manera deliberada el credo

de la irracionalidad, se entregan a sí mismos al deseo por la experiencia y colocan a la

sensación por encima del entendimiento. Lo que importa es el sentimiento y el placer, no el

pensamiento. El pensamiento puro no lleva a ningún lugar”. Fin de la cita.

Veinte años atrás, Martin Lloyd-Jones vio el movimiento del relativismo infiltrándose a la

Iglesia. En lugar de ver el peligro de la tendencia y poner atención a sus palabras, los

evangélicos se acomodaron a sí mismos a la tendencia, como si fuera algún tipo de

contribuyente a su causa.

Y en Inglaterra, un hombre llegó a la prominencia llamado David Watson; y él guió el

movimiento del relativismo en la Iglesia de Inglaterra. Esto es lo que él dijo. “La razón por la

que,” y esta es una cita de él, “la razón por la que yo viajo con un equipo dotado como lo son

en las bellas artes, es que tienen la capacidad de comunicar el Evangelio con mucha más

eficacia de lo que yo podría con meras palabras.” Fin de la cita. Esa es una afirmación

asombrosa. Ese es un abandono del patrón bíblico para la proclamación de la verdad a través

de las palabras. Y reflejaba el ambiente de la época.

David Watson, entonces, se convirtió en el socio de John Wimber y el movimiento de la viña,

del cual hablaremos mucho más en las próximas semanas. En el cual la doctrina ni siquiera

es un problema. De hecho, John Wimber ha dicho que estamos en el proceso de catalogar

nuestra experiencia para que podamos diseñar o inventar una teología. Experiencia pura.

David Watson dice: “no quiero predicar porque la verdad puede ser comunicada mejor a

través de las bellas artes”. Me permite recordarle que Jesús no fue un cantante, Él fue un

predicador. Y Juan el Bautista no fue un cantante, él fue un predicador. Y los apóstoles no

fueron actores, fueron predicadores.

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David Watson procedió a criticar a la iglesia cristiana por concentrarse exclusivamente en la

mente. Esto es lo que Watson dijo: “la mayoría de las iglesias se apoya mucho en la Palabra

hablada y escrita y después, se preguntan por qué tan pocas personas piensan que la fe

cristiana es relevante.” Él está diciendo que la palabra escrita y la palabra hablada hacen de la

fe cristiana irrelevante. El cristianismo irrelevante no es mental. El cristianismo irrelevante no

es racional. No es doctrinal. Es emocional. Es experimental. Es místico.

Este movimiento ha llegado como una inundación. El énfasis en la Iglesia ha pasado de

predicar la doctrina a la mente, a darle a la gente un conocimiento mayor de la verdad divina a

ser poco menos que inducir sentimientos e inducir emociones, enfocándose en necesidades

junto con este enfoque relativista con el movimiento carismático y con esos psicólogos que

entran a la Iglesia con sus asuntos de relaciones, y la predicación se vuelve mística, enfocada

en las relaciones y relativista. La adoración comenzó a descender.

Y usted lo puede ver en muchas maneras. Simplemente, lo ve en la música, sería una

manera. La adoración comenzó a descender de cantar grandes verdades acerca de Dios,

música centrada en la letra, a música en donde el sonido, el ritmo, y la armonía dominan para

inducir sentimientos cálidos. Y emocionantes. El estilo de la música se movió de aquello que

era acompañado de manera clásica en los himnos, las grandes letras, a sonidos que son más

parecidos y familiares para el mundo de la música popular.

Si en cierta manera puedo darle una perspectiva en todo esto, estoy seguro de que Satanás

sabía que nosotros, los cristianos evangélicos, no adoptaremos la teología del liberalismo. Y

entonces, él nos vendió la hermenéutica. ¿Qué quieres decir con eso? Satanás sabía que no

íbamos a adoptar su teología, y entonces nos vendió sus principios de interpretación.

Entonces, tarde o temprano íbamos a llegar a su teología. Un tipo de cristianismo en donde la

doctrina y la convicción son menospreciados. Usted llega a la ciudad típica, encuentra el

púlpito en donde el hombre de Dios de manera clara y profunda y fiel expresa la doctrina y le

voy a enseñar un grupo pequeño de personas fieles. Usted encuentra a una Iglesia en donde

están gritando y bailando y moviéndose y saltando y le voy a enseñar una multitud de

personas, en la mayoría de los casos.

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La Palabra de Dios nunca pasará de moda, pero tristemente, ha sido hecha a un lado para

darle lugar al nuevo relativismo evangélico. Los predicadores son comediantes, relatores de

anécdotas y consejeros, pero no heraldos teológicos poderosos y proclamadores de la verdad

divina.

De hecho, esto es tan serio que ha llegado a un lugar en donde inclusive al nivel más

elemental del Evangelio, no hay convicción. En un libro llamado Evangelismo de Poder,

escrito por John Wimber, y lo menciono porque él es tan popular alrededor del mundo, en ese

libro llamado Evangelismo del Poder, en el cual él instruye a la Iglesia en cómo evangelizar,

no hay discusión del Evangelio. No está en el libro. El Evangelio no está en el libro; sin

embargo, ellos presentan relatos de personas que se salvan y que se vuelven cristianas en

base a milagros supuestos que vieron sin que el Evangelio no se les predicara. Peter Wagner

dice, profesor ahí en el seminario de Fuller, que el evangelista argentino Omar Cabrera tiene a

personas que se salvan antes de que él comience a predicar. No les preocupa la doctrina,

aparentemente.

Me acuerdo que hablé en una comida en el Comité de hombres de negocios del Evangelio, la

cual fue una de las experiencias más interesantes de mi vida. Ese es un grupo carismático. Y

alguien en el grupo de manera equivocada había pensado que yo había recibido el bautismo

del Espíritu y que yo había hablado en lenguas. Y entonces, me invitaron a que viniera y diera

mi testimonio acerca de las lenguas. De lo que ellos no se dieron cuenta, claro, es que yo no

había recibido el bautismo del Espíritu Santo y había hablado en lenguas; y yo pensé que

ellos querían que yo viniera y simplemente, les diera la perspectiva bíblica porque estaban

interesados en oír lo que creemos.

Y entonces llegué ahí y estaban listos para oír este gran testimonio acerca de cómo me

convertí en un carismático. Y yo estaba suponiendo que querían las cosas directas de la

Palabra de Dios acerca de la verdad. Y entonces, comencé a predicar. Y fue la única vez en

mi vida que de hecho fui sacado del púlpito de manera corporal, literal, física. Después de

unos 20 minutos, el hombre me jaló del saco y me sentó. Y él llegó al púlpito y comenzó a

decir: “tenemos de orar, oremos”. Y él oró porque, en algún momento, en el medio de la

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noche, porque Dios llegará a mí y que yo comenzara a hablar en lenguas. Y él trató de

disculparse con la multitud. Y esto continuó por un rato.

Y después de que terminó, nunca lo olvidaré, un hombre se me acercó al final y dijo: “bueno,

eso fue muy interesante”. Y él continuó con esta pequeña conversación, fue un momento

bastante volátil, por cierto. Regresé. Yo le dije que no había terminado. Que necesitaba

terminar algunas cosas. Y dije algunas cosas, pero los sacudió, créame.

Pero después, este hombre me dijo, yo dije: “sabes qué, mi preocupación es que la gente que

está metida en este asunto experimental, ni siquiera son cristianos”. Esto es lo que el hombre

dijo, él dijo, “bueno, yo he estado en este grupo durante nueve años. Y esto es lo que yo creo.

Yo creo que hay esta escalera larga y grande, cuando llegas a la parte de arriba, algún día, y

tocas en la puerta, está este hombre llamado Jesús que sale y que simplemente tú esperas

que te deje entrar. Nueve años y no entiende el Evangelio. Nueve años y no tiene sentido de

claridad acerca de la doctrina.

El otro día estaba en una entrevista de radio. En una entrevista de dos horas; y la anfitriona

del programa me dijo - esta es una estación cristiana. La anfitriona del programa me dijo:

“bueno, ¿cómo es que una persona se convierte en cristiano?” Yo dije: “en primer lugar,

reconoces tu pecaminosidad. Es necesario reconocer que yo soy un pecador. Y estar

dispuesto a volverme y a arrepentirme de mi pecado y después, reconocer que no puedo

salvarme a mí mismo. Que no tengo recursos en mí para redimirme a mí mismo y me entrego

en dependencia total a la misericordia de Dios y creo en Jesucristo como el Hijo de Dios,

quien vino al mundo, quien murió y pagó el precio de mi pecado y resucitó para mi

justificación.” Y la anfitriona dijo: “usted no cree que toda persona que se salva tiene que creer

todo eso, ¿verdad?” Yo le dije: “sí; sí”. La anfitriona me dijo: “ciertamente, yo no enfrenté con

ninguno de mis pecados cuando yo me salvé”. Y yo le pregunté cómo es que ella se salvó.

Esta fue la respuesta: “yo estaba metida en drogas, alcohol, viviendo con mi novio en la

ciencia de la mente durante seis años y un día, simplemente conseguí el número telefónico de

Jesús. Yo le dije: “simplemente, ¿conseguiste el número telefónico de Jesús?” “Simplemente,

conseguí el número telefónico de Jesús y supe en dónde estaba Él. ¿Qué es lo que estas

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personas están experimentando, cuando tú ni siquiera presentas la doctrina de manera clara

al nivel del Evangelio? ¿Adónde vas a ir a partir de ahí? Y el clamor es, como me dijo un

hombre en una ocasión cuando mi libro del Evangelio según Jesucristo salió. Él dijo: “tu libro

es divisivo.” Tu libro es divisivo. ¿Quiere saber algo? Él tiene razón. Él tiene razón. ¿Quiere

saber algo más? La doctrina divide. La gente dice: “oh, la doctrina divide. La doctrina divide”.

Y yo digo: “amén”. Predíquelo. La doctrina divide. ¿Sabe lo que hace? Confronta el error.

Separa lo que es verdad de lo que es falso. Hace juicios.

No obstante, en el clima de la actualidad, en el ambiente de la actualidad de la unidad, en la

prioridad de la relación es eso. No es tolerable. ¿Y sabe una cosa? Yo creo que cuando los

evangélicos están dispuestos a menospreciar la doctrina, y cuando están dispuestos a hacer a

un lado las convicciones no populares, y cuando están dispuestos a guardar silencio acerca

de enseñanza bíblica que ofende a la gente que está en el error y el pecado, la oposición

desaparecerá; y todos nos vamos a poder juntar. Yo lo creo.

Yo podría comenzar con un movimiento de unidad. Elimine la doctrina, haga a un lado las

convicciones no populares, no diga nada que ofende y todos nos vamos a llevar bien. Eso no

es ninguna sorpresa. Pero sabe una cosa, algunas cosas también van a desaparecer junto

con la doctrina como la verdad, la convicción, el discernimiento, la justicia, la santidad, la

disciplina, el amor verdadero y la madurez espiritual. Todos también van a desaparecer y

también Dios va a desaparecer, Ichabod. Ese precio es demasiado alto. Eso producirá una

Iglesia que se va a volver víctima de los engaños del infierno. ¿Qué cree usted que Pablo

tenía en mente cuando dijo: “procura con diligencia presentarte ante Dios aprobado como un

obrero que no tiene desde que avergonzarse que usa bien la palabra de verdad”? Es una

vergüenza el no usar bien la palabra de verdad, no distinguir la verdad del error.

Y entonces, el contribuyente primordial a esta falta de discernimiento ha sido el debilitamiento

de la claridad y la convicción doctrinales en el nombre de la unidad, en el nombre de la

experiencia mística y demás. Y como dije, los liberales no pudieron vendernos su teología y

entonces, nos vendieron su hermenéutica: las relaciones, el amor, la unidad, la experiencia

mística. Y nosotros creemos eso y lo aceptamos y terminaremos con el mismo caos.

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Toda persona que habla acerca del cielo, no va ahí. Toda persona que habla acerca de Jesús,

carismáticos, neo ortodoxos, católicos romanos y cualquier otra persona, no necesariamente

lo conocen.

Hay un segundo contribuyente, por lo menos tengo que meter dos en esta mañana. Y esto

edifica sobre el primero. Quiero que siga esto. No quiero volverme demasiado filosófico aquí.

El segundo es este: el no ser antitético. No ser antitético.

Usted pregunta qué quiero decir con esto. Quiero decir ser blanco y negro. En debate, en el

argumento, en teología hablamos de tesis y antítesis. Una tesis es una verdad que es

establecida o alguna idea que es establecida o algún concepto que es presentado. Y aquí

está el concepto opuesto. Blanco y negro, tesis, antítesis. Tenemos que pensar de manera

antitética. Vivimos en una cultura que algunos dicen, piensa en lo que podríamos llamar un

continuum. En otras palabras, no hay blanco y negro. No hay correcto/equivocado, verdadero/

falso, bueno/malo. Simplemente, existe este continuum largo de sombras de gris relativas. Y

toda persona en cierta manera está ahí en algún punto. La religión es subjetiva, la experiencia

espiritual es subjetiva.

Pero escuche, la predicación bíblica no es relativa. No es subjetiva. Es absoluta. Es blanco y

negro de manera nítida y de manera incisiva, es antitética al error. Y no estoy tratando de

defenderme a mí mismo, simplemente, estoy tratando con el texto aquí. Pero le digo esto, la

crítica que continuamente me hacen es esta: eres tan fuerte en la doctrina. No sé qué más

debo hacer, porque que esa es la naturaleza de la verdad. Y la verdad divide y se presenta en

contra del error.

Debemos pensar en términos antitéticos. Oye usted una tesis y usted debe buscar una

antítesis, lo opuesto y probarlo. Y es absoluto. La verdad es absoluta. Por lo tanto, confronta a

la gente de la manera equivocada. Los confronta con convicción.

Debido a que el pensamiento mundano contamina las mentes de la mayoría de los que

asisten a la Iglesia, y el pensamiento mundano es esta área grande, gris, nada realmente es

blanco y negro, nada realmente es correcto o incorrecto.

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El otro día estaba escuchando a Barbara De Angelis en un programa de radio mientras que

manejaba en el automóvil. Y esta dama estaba llamando y estaba contando de una relación

que tenía con un hombre con el que no estaba casada. Y ella estaba viviendo con él. Y esta

consejera le dijo: “bueno, tiene que estar bien para ti”. Tiene que estar bien para ti.

Realmente, no hay nada que esté bien o mal. Tiene que estar bien para ti. Ese es el

continuum. Y ese es el tipo de situaciones que continuamente se nos están promoviendo.

Entonces, tenemos una cultura que está creciendo con una manera de pensar en un

continuum, las cosas no son blanco y negro, simplemente, hay diferentes sombras de gris. La

predicación blanco y negro, la enseñanza de las Escrituras es vista como ofensiva y fanática.

Pero en la Biblia, la antítesis es crucial. El discernimiento es esencial. Y la Biblia simplemente

presenta las cosas en términos de blanco y negro.

Simplemente, siga este pensamiento. Desde el huerto del Edén, con sus dos árboles, uno se

permitía y el otro estaba prohibido - al destino eterno del ser humano - en el cielo o el infierno,

la Biblia presenta dos y sólo dos caminos. El camino de Dios y el resto de los caminos. Se

dice que la gente es salva o está perdida. Pertenecen al pueblo de Dios o al pueblo de

Satanás. Está el monte de la bendición o el monte de la maldición. Está el camino estrecho y

el camino espacioso. Está la vida eterna y la destrucción eterna. Están aquellos que están por

nosotros o contra nosotros. Están aquellos que están dentro del Reino y aquellos que están

fuera del Reino. Está la vida y la muerte, la verdad y lo falso. Lo bueno y lo malo, la luz y las

tinieblas, el Reino de Dios y el reino de Satanás. El amor, el odio, la sabiduría espiritual, la

sabiduría del mundo. Cristo es presentado como el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al

padre sino por Él. Él es el único nombre bajo el cielo por el cual alguien puede ser salvo. Todo

en la Escritura es absoluto. Esto es elemental en la revelación divina.

Jay Adams, quien es un predicador muy bien conocido y un profesor del seminario, escribe lo

que yo creo es una sección excelente en uno de sus libros. Escuche esto, y cito: “no sólo va a

encontrar usted esta enseñanza antitética como ésta y mucho más en casi cada página de la

Biblia, sino que inclusive la construcción del lenguaje hebreo en sí mismo parece estar

diseñado para enseñar la antítesis. Gran parte de la poesía escritural, muchos Proverbios,

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inclusive algo de narrativa es antitética en su estructura. Quizás se ha preguntado acerca del

principio que yace detrás de las distinciones entre lo limpio y lo inmundo en el Antiguo

Testamento. Esto es muy interesante. Diferentes relaciones o razonamientos se han

presentado para explicar algunas de estas distinciones, sin embargo, muchas de ellas

parecen ser puramente arbitrarias. Sabe a qué se refiere, por qué animales limpios e

inmundos. Y todo esto está en las leyes que Dios le dio a Israel. Esto es lo que él sugiere.

“Quiero proponer que todos los problemas de arbitrariedad son resueltos cuando usted ve el

sistema de limpio-inmundo como un medio de alertar al judío del hecho de que diariamente

todos los días, en todo lo que hace, de manera consciente, él debe escoger el camino de

Dios. Decisiones acerca de la comida, la vestimenta, técnicas de cultivo, la justicia, el cuidado

de la salud, las festividades y métodos de adoración eran tomadas en base al camino de Dios

o algún otro camino. En otras palabras, el sistema de limpio-inmundo fue diseñado para

desarrollar en el pueblo de Dios una mentalidad antitética. Prohibir la mezcla de materiales en

la ropa, por ejemplo, no parece ser arbitrario. Después de todo, cuando es considerado a la

luz de la preocupación bíblica de producir una postura antitética hacia la vida.

Pero con los pastores y la gente por igual, creciendo en un ambiente que enfatiza el pensar de

manera continua, la antítesis es adormecida conforme más y más personas intentan integrar

la sociología, la psicología y principios de administración de negocios con las Escrituras. Los

maestros en las universidades cristianas ahora lo consideran una de sus tareas claves en la

educación superior cristiana el buscar integrar la fe del profesor con su aprendizaje. La tarea

clave, como puede ver, ya no es distinguir los caminos de Dios de los otros, sino encontrar

lugares o puntos de acuerdo.” Fin de la cita. Eso es algo peligroso.

El salmista, escuche esto, Salmo 1: “Bienaventurado es el varón que no anduvo en consejo de

malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado; sino

que en la ley de Jehová está su delicia, y en Su ley medita de día y de noche.” Ahí se traza

una línea de manera clara. Ellos están allá, nosotros estamos acá.

Pero ese tipo de pensamiento continuum ha contribuido al clima en donde el discernimiento es

innecesario, es impensable y buscarlo es necio, buscarlo es divisivo, ¿están listos para

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escuchar esto? Buscarlo es malo. Usted es una persona mala si usted traza líneas. Usted es

una persona mala si usted piensa en términos absolutos. Usted es una persona mala si tiene

convicciones. El discernimiento sólo puede florecer en un ambiente de absolutos doctrinales.

Escuche Tito 1:9: “retenedor,” ahí está ese mismo término acerca de aferrarse a lo que es

bueno. “Retenedor de la palabra fiel, la cual es según la enseñanza a la doctrina, aférrate a tu

doctrina, para que pueda exhortar con sana enseñanza y refutar a los que contradicen.”

Estamos en la tarea de refutar como también en la tarea de afirmar. Cuando los ancianos van

a ser seleccionados, debían tener la capacidad de refutar el error.

Entonces, la segunda causa, yo creo que es el no ser antitético. Es el rechazo de absolutos, lo

cual va de la mano con la primera. Permítame darle un tercero y probablemente, vamos a

detenernos con ésta. Esto es muy importante. Otro contribuyente a esta falta de

discernimiento, y le voy a dar esto, sígame con cuidado y cuando terminamos le voy a

enseñar cómo ser una persona que discierne. La tercera causa en esta falta de discernimiento

es una preocupación, escuche con atención, una preocupación con la imagen y la influencia

como la clave del evangelismo. Una preocupación con la imagen y la influencia como la clave

del evangelismo.

En otras palabras, usted oye esto todo el tiempo, que, si vamos a ganar al mundo, tenemos

que ganar su favor. La Iglesia tiene que convertirse en una agencia amada. Les tenemos que

caer bien. Entonces, no debemos pelear por la verdad. No debemos ser demasiado

doctrinales. No debemos ofender a nadie, porque la imagen y la influencia es la clave del

evangelismo.

Recientemente vi un libro nuevo en una librería de hecho esta semana llamado Iglesias

Amigables al Consumidor. Un libro que se está vendiendo mucho. Ahora, lo que debemos

hacer es comercializarnos a nosotros mismos para que nos volvamos un lugar amigable.

Bueno, ciertamente queremos ser amables y amorosos, pero un sermón convencería a la

mayoría de la gente que no es nuestra meta primordial el ser amigables, sino que nuestra

meta primordial es predicar la verdad.

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El hombre que una vez se ponía de pie para predicar la verdad y era fiel a predicar la verdad y

la predicaba, ahora se le pide que se siente. Él es un problema. No peleamos por la verdad.

No proclamamos de manera valiente la verdad, porque tememos que podamos ofender a un

incrédulo. Y después de todo, si alguien va a ser evangelizado, va a ser porque les caemos

bien, nos ven como un lugar amigable, un lugar agradable. Queremos ser populares con el

mundo porque creemos que esa es la clave para el evangelismo. Imagínese.

Estamos metidos en esto, en este asunto de la imagen de la Iglesia y su estructura no

amenazadora, pensando que ésta es la clave para evangelizar. Este tipo de movimiento cree

que la Iglesia ofenderá a los incrédulos si predica pecado, el infierno, arrepentimiento, la cruz

y va a perder su prestigio. Entonces, la nueva tendencia es que la Iglesia presente una

imagen de amor y preocupación y que sea amable y que todo el mundo se sienta cómodo y

que todo el mundo esté feliz y que entretenga al incrédulo y se asegure de que nunca sean

ofendidos y se aseguran de que estén muy, muy cómodos. Y el meollo del asunto es que, si

les caemos bien, Jesús les va a caer bien. Ése es el meollo. La influencia y la imagen es

mucho más importante que las Escrituras.

No creo que la Iglesia se congrega para ninguna otra razón que para ser edificada. Nos

congregamos para adorar a Dios como creyentes y para que ustedes sean edificados. Y nos

esparcimos para evangelizar. Salimos para evangelizar. Y usted debe ser tan amoroso y

amable y lleno de gracia como usted puede ser al presentar la verdad, pero usted no suaviza

la verdad porque usted cree que la influencia y la imagen va a evangelizar a alguien.

Este tipo de tendencia, por cierto, amados, y voy a ser bastante incisivo en un momento, ha

estado ya por mucho tiempo. Mucho tiempo. Me acuerdo cuando oí acerca de la cruzada del

Billy Graham en la ciudad de Nueva York. Y hubo un clamor tremendo entre los evangélicos

en todo el país porque algo nuevo, que nunca había sucedido, había pasado. Porque por

primera vez en la historia evangelística en Estados Unidos, los liberales, personas que no

eran cristianos evangélicos fundamentales fueron invitados a cooperar en esa reunión del año

1955. Un evangelismo ecuménico nació, esto es el tipo de evangelismo que dice: “queremos

que todo el mundo venga. Entonces, vamos a llamar a los católicos, vamos a llamar a los

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liberales y vamos a llamar a los neo ortodoxos y a la gente que no cree en la Biblia; y vamos a

unirlos a todos y a todos los vamos a involucrar.”

Carl Henry, quien ha sido un contribuyente tremendo para evaluar a la Iglesia, dice: “si tú ves

los primeros años de la organización del Billy Graham, descubrirás que su política primordial

era adquirir prestigio e influencia para los evangélicos. Para hacer esto, tuvo que haber una

imagen exitosa y ésta no habría sido posible, creían ellos, a menos de que se hiciera todo

esfuerzo por evitar cualquier división con aquellos que no creían en la Biblia.”

Fue un nuevo día, el año 1955, un día nuevo. “La organización Graham,” escribió Henry, “no

estaba lista para hacer a un lado el diálogo con los líderes ecuménicos y las iglesias de este

tipo porque temía perder la influencia.

Eso se apareció en el seminario Fuller. Edward John Carnell, quien estaba en el plantel de

profesores de Fuller dijo, y lo estoy citando, “nosotros necesitamos prestigio

desesperadamente.” Fin de la cita. Y lo buscaron.

Y querían miembros de la facultad que habían recibido sus títulos de las instituciones liberales

elite de la parte este de los Estados Unidos. Me acuerdo de un miembro de la facultad en una

junta en donde yo estuve ahí en el seminario de Fuller, “si yo tengo que identificarme de

manera pública y externa con los evangélicos, olvídalo.” Ellos desesperadamente querían el

prestigio. Ellos desesperadamente querían asociarse con la elite influyente del este, e

inclusive con los alemanes muertos quienes promovieron el liberalismo.

Cuando la Iglesia comenzó a decir “tenemos que tener influencia y tenemos que tener

prestigio y tenemos que ser populares. Y tenemos que ser aceptados de manera intelectual. Y

tenemos que ser aceptados por la gente y mostrarles que realmente los queremos. Y tenemos

que caerles bien si es que les va a caer bien Jesús.” Y esto dio un giro muy importante. Muy

importante.

El apóstol Pablo dijo: “somos la escoria. Somos la escoria del mundo.” Jesús dijo: “me

aborrecieron. Los van a aborrecer a ustedes.” Pero nos hemos vuelto sofisticados. Esta

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perspectiva cree que nuestro prestigio, nuestra influencia y nuestra popularidad es lo que

hace que la gente llegue al punto en el que cree en el Evangelio. ¡Qué erróneo es eso!

Absolutamente equivocado.

Los hombres verdaderamente espirituales pelean y los hombres verdaderamente espirituales

pagan el precio por la proclamación de la verdad valiente, clara y amorosa. Y lo que estoy

viendo que está pasando es lo que yo llamaría la feminización de la Iglesia. Tan suave.

Regresando a la biografía de Martin Lloyd-Jones por un momento y pensando en esto, pasé

un día con su familia el verano pasado, Patricia y yo. Su nieto, Christopher Catherwood, ha

escrito mucho acerca de él que me ha sido muy útil. Una perspectiva de los más piadosos de

los hombres fue el hecho triste de que él fue recibido de una manera negativa. Es

sorprendente a la luz de su vida. J.I. Packer dijo que él era el hombre más piadoso que él

jamás conoció. Pero él fue percibido de una manera negativa, aunque él era un hombre

virtuoso. Y la razón por la que él era percibido de manera negativa fue porque él era tan

teológico. Él era tan antitético y él creía que el evangelismo ocurría, se llevaba a cabo, bajo la

predicación poderosa de la verdad. No por establecer el prestigio y la imagen. Y quiero

compartir un extracto del libro de nuevo que habla de este asunto.

Christopher Catherwood escribió: “conforme pasaron los años, Martin Lloyd-Jones adquirió

una imagen negativa desafortunada a los ojos de muchos. La explicación de esto se

encuentra en una de las principales áreas de controversia en cualquier interpretación de su

vida. En su propia mente, el punto se reducía a actitudes que diferían acerca de las

Escrituras. Él vio que los elementos de advertencia y oposición al error eran partes esenciales

de cualquier compromiso verdadero con la Biblia.

Y, por lo tanto, creía que el desaprobar la polémica, el debate, en la Iglesia cristiana era un

asunto muy serio. Y de esta manera, él esperaba que no fuera aprobado por aquellos que

aceptaban la actitud prevaleciente que colocaba el amor primero y trataba a los argumentos

acerca de la doctrina como algo no cristiano. Fue esa actitud misma que él creía que fue

responsable por la remoción de la nota de autoridad del púlpito. El cargo del dogmatismo y la

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desaprobación de la reprensión y la corrección fueron críticas en contra de las Escrituras

mismas.

“Una de las principales características del ministerio de Martin Lloyd-Jones fue entonces tanto

una ofensa a aquellos que apoyaron el espíritu del púlpito moderno, como también era una

inspiración a aquellos que creían que un regreso a la autoridad en la predicación era una gran

necesidad. Estos últimos estaban profundamente agradecidos por aquello que el primer grupo

había encontrado o veía como una falla.

“El doctor Lloyd-Jones,” escuche esto, “hizo un diagnóstico penetrante y valiente de la

situación actual. Esta es una época de apaciguamiento, no en el sentido político e

internacional, sino en la esfera de los asuntos cristianos y de la Iglesia. Winston Churchill

ahora es reconocido y casi idolatrado. En la década de los años 30, él fue criticado de manera

severa como una persona imposible de tratar, porque él sabía lo que creía. Él lo creía y él

causó problemas al criticar la política de apaciguamiento. Y así es en la actualidad. Los

hombres fuertes que permanecen fieles a sus principios en la actualidad son considerados

como difíciles de tratar y personas que no cooperan.” Fin de la cita.

¿Cómo es posible que la Iglesia llegara al punto en el que sucumbe ante eso? ¿En donde

cree que la influencia, el prestigio y la imagen son más eficaces -más eficaces- en cumplir el

llamado a predicar el Evangelio que la predicación de la Verdad de Dios? Le digo, me

sorprende encontrar cómo es que hay un número cada vez mayor de personas que creen que

la fidelidad de la Iglesia por la Palabra de Dios -en otras palabras, edificar la Iglesia de

acuerdo a las Escrituras- me parece que hay un número cada vez mayor de personas que no

ven eso como el punto primordial. Así no es cómo se hacen las cosas.

Ellos ya no creen que, si usted es fiel a la verdad, el Espíritu Santo lo va a bendecir y va a

honrarlo por pequeño que sea su trabajo. Tiene que comercializarse en una imagen que sea

aceptable. Amados, somos una ofensa; lo sabemos. Somos una ofensa. Somos una ofensa.

Cada vez que llegamos a los periódicos de nuevo, se me recuerda que somos una ofensa.

Somos más ofensivos de lo que ellos saben. Nada más que no están aquí lo suficiente. Si

vinieran aquí cada semana, podrían escribir un artículo de lo ofensivo que somos. Somos una

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ofensa a todos los que están en error. Somos una ofensa para todos aquellos que rechazan la

verdad. Somos una ofensa para todos aquellos que rechazan a Jesucristo. Somos una ofensa

para todos aquellos que viven en pecado. Y suavizar esa ofensa es ridículo, porque es

precisamente lo que el Espíritu Santo está tratando de producir. Él quiere convencer de

pecado, porque la convicción de pecado y la confrontación y la convicción llevan a la

salvación. Aquellos que se ofenden, deben ofenderse.

Bueno, tenemos una falta de discernimiento en la Iglesia a pesar de lo que Pablo nos dijo en

este texto debido a nuestra teología débil, debido a que no somos antitéticos y a una

preocupación con la imagen mundana. Así es ahí afuera y usted puede agradecerle al Señor

que Dios por su Espíritu y por Su gracia únicamente ha llevado a esta Iglesia por un camino

en donde queremos tener una teología fuerte. Queremos ser antitéticos y ser blanco y negro y

ser absolutos acerca de la Verdad. Y no nos preocupa nuestra imagen mundana en absoluto.

Estamos preocupados con hablar la Verdad en amor. Seremos tan amables y llenos de gracia

y gentiles como podamos ser, pero no suavizaremos el mensaje. Bueno, tengo unas cuantas

más para la próxima vez. Inclinémonos en oración.

Padre, oímos las palabras simples y directas de Pablo: examinadlo todo. Todo. Retened lo

bueno. Absteneos de toda especie de mal. Señor, haznos personas que disciernan.

Queremos siempre hablar la verdad en amor. Queremos tener la gentileza y compasión de

Cristo. Pero debemos hablar la verdad. Debemos tener convicciones. Teología clara.

Debemos ser antitéticos al error y pecado. Y nunca debemos creer que el poder de la Iglesia

se encuentra en su imagen, en lugar de que se encuentra en su mensaje. Nunca debemos

creer que podemos llevar a cabo con las bellas artes lo que sólo puede ser llevado a cabo con

la palabra hablada, proclamada y escrita.

Padre, ayúdanos a ejercer discernimiento y, si estamos en una neblina, de hecho, que

miremos atrás y veamos las causas de esa neblina. Y pedimos que Tu Espíritu nos dé la

capacidad de tomar decisiones, para que podamos escoger lo que es verdadero y lo correcto,

para que podamos conocer Tu bendición y Te demos la gloria. Estas cosas pedimos

humildemente en el nombre de Cristo. Amén.

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