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1 Si relegamos a la Madre Celestial al basurero de la teología, visitamos este mismo trato a sus hijas y sobre todo a los marginados y despreciados. ¿HAY UN LUGAR PARA LA MADRE CELESTIAL EN LA TEOLOGÍA MORMONA? UNA INVESTIGACIÓN EN LOS DISCURSOS DE PODER Por Margaret Merrill Toscano ¿POR QUÉ LA MAYORÍA DE LOS teólogos mormones son varones blancos? ¿Y qué tiene que ver esta pregunta con la naturaleza de la teología mormona y cómo se hace? La teología mormona es vista con más frecuencia, ya sea en términos descriptivos, prescriptivos, o especulativos; es decir, ya sea una explicación de la doctrina mormona (descriptivo), una explicación de lo que los mormones deben creer y aceptar como doctrina (prescriptivo), o una exploración de las implicaciones de la doctrina mormona y su significado (especulativo). Los tres enfoques pueden ser empleados por los mormones ortodoxos y liberales por igual. Aunque los grupos pueden discutir acerca qué textos, doctrinas y enfoques son más legítimos, comparten dos premisas: que la teología implica una búsqueda de la verdad ya sea la verdad del contexto histórico o la verdad divina última y que la verdad es siempre cognoscible. Si bien valoro los tres tipos de teología y reconozco su importancia para ayudarnos a comprender tanto las verdades históricas como metafísicas, ni los métodos mismos ni las verdades que tratan de descubrir están libres de valores. Es decir, están condicionados por las estructuras de autoridad (ya sean eclesiástica, académicas o culturales) que predeterminan lo que se incluye en el discurso teológico mormón y quién está autorizado para hacerlo. Muy rara vez consideramos cómo influyen las estructuras de poder no solamente lo que se nos permite expresar, sino la naturaleza del conocimiento mismo y cómo lo percibimos. 1 Pocas veces nos preguntamos qué ideas no hemos tenido en cuenta, porque la organización de la sociedad crea anteojeras que obstruyen una variedad de perspectivas de nuestra visión. Las estructuras de poder establecen marcos para la forma en cómo pensamos acerca de las cosas e incluso si podemos conceptualizar, ni mucho menos, promulgar ciertas posibilidades. El conocimiento no es independiente de las relaciones humanas, y todas las relaciones se definen por lo menos en parte por el poder. Esto significa que el conocimiento no es simplemente una lista de proposiciones objetivas; que se entrelazan con la forma de relacionarse entre sí y cómo crean jerarquías. Esto también significa que el conocimiento no puede ser separada de la ética, el conocimiento siempre tiene implicaciones

Un Lugar Para La Madre Celestial

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Page 1: Un Lugar Para La Madre Celestial

1

Si relegamos a la Madre Celestial al basurero de la teología, visitamos este mismo

trato a sus hijas –y sobre todo a los marginados y despreciados.

¿HAY UN LUGAR PARA LA

MADRE CELESTIAL EN LA

TEOLOGÍA MORMONA?

UNA INVESTIGACIÓN EN LOS DISCURSOS DE PODER

Por Margaret Merrill Toscano

¿POR QUÉ LA MAYORÍA DE LOS

teólogos mormones son varones blancos? ¿Y qué

tiene que ver esta pregunta con la naturaleza de la

teología mormona y cómo se hace?

La teología mormona es vista con más

frecuencia, ya sea en términos descriptivos,

prescriptivos, o especulativos; es decir, ya sea una

explicación de la doctrina mormona (descriptivo),

una explicación de lo que los mormones deben

creer y aceptar como doctrina (prescriptivo), o

una exploración de las implicaciones de la

doctrina mormona y su significado (especulativo).

Los tres enfoques pueden ser empleados por los

mormones ortodoxos y liberales por igual.

Aunque los grupos pueden discutir acerca qué

textos, doctrinas y enfoques son más legítimos,

comparten dos premisas: que la teología implica

una búsqueda de la verdad –ya sea la verdad del

contexto histórico o la verdad divina última –y

que la verdad es siempre cognoscible.

Si bien valoro los tres tipos de teología y

reconozco su importancia para ayudarnos a

comprender tanto las verdades históricas como

metafísicas, ni los métodos mismos ni las

verdades que tratan de descubrir están libres de

valores. Es decir, están condicionados por las

estructuras de autoridad (ya sean eclesiástica,

académicas o culturales) que predeterminan lo

que se incluye en el discurso teológico mormón y

quién está autorizado para hacerlo. Muy rara vez

consideramos cómo influyen las estructuras de

poder no solamente lo que se nos permite

expresar, sino la naturaleza del conocimiento

mismo y cómo lo percibimos.1 Pocas veces nos

preguntamos qué ideas no hemos tenido en

cuenta, porque la organización de la sociedad crea

anteojeras que obstruyen una variedad de

perspectivas de nuestra visión.

Las estructuras de poder establecen marcos

para la forma en cómo pensamos acerca de las

cosas e incluso si podemos conceptualizar, ni

mucho menos, promulgar ciertas posibilidades. El

conocimiento no es independiente de las

relaciones humanas, y todas las relaciones se

definen por lo menos en parte por el poder. Esto

significa que el conocimiento no es simplemente

una lista de proposiciones objetivas; que se

entrelazan con la forma de relacionarse entre sí y

cómo crean jerarquías. Esto también significa que

el conocimiento no puede ser separada de la ética,

el conocimiento siempre tiene implicaciones

Page 2: Un Lugar Para La Madre Celestial

2

morales de cómo son tratados los individuos.2

Cómo conceptualizamos las relaciones entre Dios

y los miembros de una comunidad religiosa

determina la naturaleza de la teología, y viceversa.

Un ejemplo puede ayudar a aclarar mi punto.

En un reciente artículo del Ensign, el

presidente Hinckley describen las cuatro bases

teológicas del mormonismo –las “Cuatro Piedras

Angulares de la Fe.” La primera es el “testimonio

de Jesucristo como el Hijo de Dios,” la segunda es

la “Primera Visión del Profeta José Smith;” la

“tercer piedra angular es el Libro de Mormón;” y

la cuarta es “la restauración a la tierra del poder y

autoridad del sacerdocio.”3 Si bien estas cuatro

proposiciones pueden aparecer bastante neutrales,

todas ellas tienen implicaciones sobre cómo las

mujeres están colocadas en la organización de la

Iglesia, ya que las cuatro piedras angulares se

centran sobre figuras masculinas (que se

representan como blancos). Esta ausencia de

neutralidad se hace más evidente cuando nos

fijamos en los cuatro cuadros que el Ensign utiliza

para ilustrar cada uno de los principios. El

primero y más grande es una imagen amorosa de

Cristo sosteniendo un báculo (El Señor es Mi

Pastor por Simon Dewey); el segundo muestra a

un joven José Smith arrodillado ante Dios

(Primera Visión de José Smith por Greg Olsen) y

el tercero representa al profeta Mormón

escribiendo (Mormón Hace un Compendio de las

Planchas de Tom Lovell), y la cuarta muestra a

Juan el Bautista confiriendo el sacerdocio sobre

José Smith y Oliver Cowdery (La Restauración

del Sacerdocio por Del Parson). Note, también,

que los cuatro cuadros son pintados por artistas

masculinos y que la foto del Presidente Hinckley

encabeza el artículo. La ausencia de figuras

femeninas subraya su exclusión del servicio

espiritual para ayudar a Dios en su obra e incluso

se plantea la cuestión de cómo estos principios

básicos del Evangelio se aplican a las mujeres.4

Al afirmar la interrelación entre conocimiento

y poder, me baso en el trabajo que ha coloreado el

discurso académico durante los últimos treinta

años, influenciado por teóricos como Michel

Foucault, para quien el conocimiento es siempre

una forma de poder y la búsqueda del

conocimiento es un indicador de la voluntad de

poder. Para Foucault, la pregunta siempre es:

¿Cómo las relaciones de poder establecen las

condiciones para la producción del conocimiento?

¿Cómo este tipo de relaciones abren y cierran

espacios para la participación en el discurso y la

construcción de la identidad cultural?5 En otras

palabras, el conocimiento no es un conjunto de

meras abstracciones, sino la manera como la

realidad material conforma la identidad de una

persona dentro de una comunidad y la posición y

la capacidad de hablar de la persona.

CREO QUE LAS IDEAS de Foucault tienen

un gran potencial para iluminar cómo las

estructuras de autoridad predeterminan quién y

qué se incluye en el discurso teológico mormón.6

A lo largo de este ensayo, utilizo el concepto de

una Madre Celestial como una metáfora de lo que

comúnmente se margina y excluye en tales

discusiones. Al hacer esto, mi propósito no es

desarrollar una teología de la Madre Celestial,

sino más bien utilizar la doctrina de la Madre

Celestial como un caso de prueba de cómo se

estableció la legitimidad teológica en el discurso

mormón y explorar por qué ciertas ideas y

personas quedaron excluidas en el proceso.

Aunque aquí me centro en el género, esta

metáfora también contiene claras implicaciones

para las cuestiones de legitimación y exclusión

por motivos de raza y clase. Por otra parte,

mediante la vinculación de la Madre en el Cielo

con las grandes cuestiones de la metodología y

autorización teológica, quiero sugerir que las

relaciones de género no sólo afecta a cómo

funcionan las mujeres dentro de la comunidad

SUD, sino que también la manera como los

hombres interactúan entre sí.

Lo que sigue es una ampliación de una charla

que di en la Conferencia Mormona de Teología,

que tuvo lugar del 19 al 20 de Marzo, 2004 y co-

patrocinada por el Programa de Estudios

Religiosos del Utah Valley State College y la

Sociedad para la Filosofía y la Teología Mormona

(SMPT, en inglés). No sólo era yo la única mujer

Page 3: Un Lugar Para La Madre Celestial

3

participante en el programa, sino también era

aparentemente la única mujer que presentó una

propuesta. Por otra parte, la audiencia era

predominantemente masculina, con unos doce

hombres por cada mujer. Así, la conferencia

misma fue una representación de mi premisa de

que hay algo en la estructura del poder y la

autoridad de la comunidad SUD que disuade a las

mujeres de participar plenamente en el discurso

teológico y filosófico, no sólo en la configuración

en la Iglesia sino en la de los académicos,

también. Irónicamente, y tal vez de manera

predecible, la mayoría del comité de planificación

de puros hombres, se mostró reacio a incluir en

absoluto mi artículo. Algunos criticaron su lógica,

mientras que otros lo vieron como demasiado

controversial y crítico hacia la Iglesia. (Mi estatus

como feminista mormona excomulgada, no hizo

nada para disminuir las preocupaciones de los

organizadores.) A pesar que se me hizo saltar a

través de más aros que a cualquier otro

participante masculino, por fortuna, al final, me

incluyeron en el programa, tal vez sólo para evitar

la crítica de los prejuicios sexistas, que al menos

pueden servir como punto de partida para abordar

la cuestión de cómo dar forma a las estructuras de

poder del discurso teológico.7

En el mormonismo, la relación entre el poder

y el conocimiento es crucial. De hecho, el

principal problema que enfrenta cualquier

investigador en el tratamiento de la teología

mormona es el de autorización. Ya que la

autoridad legítima es central tanto para la

estructura de la Iglesia SUD como la

autodefinición, cualquier teólogo mormón debe

establecer tanto la autoridad personal para hablar

como la autoridad de los textos en que se basa su

teología. Por lo general, la teología mormona se

establece de dos maneras: en primer lugar, por

declaraciones de las autoridades del sacerdocio de

la Iglesia y, en segundo lugar, por las

declaraciones no oficiales de estudiosos de la

Iglesia (una categoría amplia que va desde el

trabajo en las publicaciones conservadoras, como

BYU Studies o Deseret Book, para lo que aparece

en las prensas o revistas más liberales).8 También

sugiero que el número de miembros en su

conjunto tiene un considerable papel en lo que

asume importancia en el discurso mormón,

creando un tercer tipo de autorización.

La revelación del profeta significa la

autorización definitiva. Sin embargo, las

declaraciones oficiales o semi-oficiales de las

Autoridades Generales u otros líderes de la Iglesia

también tienen un peso enorme de autoridad, en

esta segunda categoría se incluyen las

declaraciones, firmadas y sin firma, que se

encuentran en las publicaciones de la Iglesia

(manuales oficiales, revistas, etc.) Aunque la

autorización oficial puede parecer bastante

sencillo, ya sea una doctrina se acepta o no la

validez del concepto de la Madre Celestial

proporciona una ilustración de la complejidad de

dicha autorización. Aunque la autorización oficial

puede parecer bastante sencilla, ya sea que se

acepta o no una doctrina, la validez del concepto

de la Madre Celestial proporciona una ilustración

de la complejidad de dicha autorización. El

mismo José Smith probablemente introdujo la

doctrina de la Madre Celestial, posteriormente las

autoridades del sacerdocio la Iglesia han reiterado

su existencia; y la Encyclopedia of Mormonism

incluye una entrada sobre el tema, afirmando que

“la creencia en una Madre Celestial viviente está

implícita en el pensamiento Santo de los Últimos

Días.”9 Todos estos factores establecen

sólidamente la doctrina de la Madre Celestial

como corriente principal. Sin embargo, una

reciente encuesta informal de Internet revela que

la mayoría de los Santos de los Últimos Días

creen que el discurso sobre la Madre Celestial va

ser prohibido, lo que vuelve controvertida a la

doctrina o por lo menos problemática. Al describir

sus hallazgos, Doe Daughtrey, autor de la

encuesta, confirma lo que la mayoría de nosotros

hemos observado en nuestras propias

interacciones en las reuniones y discusiones SUD:

Después de publicar una lista de preguntas en

cuanto a la relevancia de la Madre Celestial

para los mormones hoy en Beliefnet.com, no

me sorprendió al ser advertido en repetidas

ocasiones por los mormones fieles que yo

Page 4: Un Lugar Para La Madre Celestial

4

había elegido un tema inapropiado y escuchar

los discursos casi textualmente con respecto a

su sacralidad y la necesidad de su protección.

Varios de ellos me advirtieron que me alejara

de la discusión acerca de la Madre Celestial,

después de buscar el consejo de sus líderes

locales de la iglesia.10

Si bien ningún Autoridad General ha hecho

una declaración oficial negando la creencia en una

Madre Celestial, ni diciendo que su existencia es

demasiado sagrada para discutir, varios factores

pueden influir en la tendencia actual que ve

siquiera la mención de la Madre Celestial como

pisar sobre terreno prohibido. Los miembros

siguen el ejemplo de lo que es aceptable doctrina

de las conversaciones de las Autoridades

Generales y los manuales oficiales de la Iglesia y

revistas. Una búsqueda en el sitio web de la

Iglesia, www.lds.org, se obtiene sólo veintiséis

referencias directas a cualquiera de los dos

"Madre Celestial" o "Madre del Cielo" en los

últimos treinta años de publicaciones de la Iglesia.

Los miembros siguen sus pistas de lo que es

doctrina aceptable, de los discursos de las

Autoridades Generales y los manuales oficiales y

revistas de la Iglesia. Una búsqueda en el sitio

web de la Iglesia, www.lds.org, se obtienen sólo

veintiséis referencias directas ya sea a "Madre

Celestial" o "Madre del Cielo" en los últimos

treinta años de publicaciones de la Iglesia.11

Esas

escasas referencias a la Madre en el Cielo

implican que no debe ser un tema de gran interés

para los miembros de la Iglesia.

La referencia más reciente fue hecha por el

presidente Gordon B. Hinckley en un discurso

pronunciado en la Reunión General de las

Mujeres, en octubre de 1991 e impreso en Ensign

de noviembre de ese año. El presidente Hinckley

responde a una carta, dirigida al entonces

Presidente de la Iglesia Ezra Taft Benson, de una

niña de catorce años de edad, "Virginia" (un

seudónimo), quien le pregunta: "¿Son los hombres

más importantes que las mujeres?" Como parte de

su respuesta, el Presidente Hinckley legitima la

doctrina de la Madre Celestial, atribuyéndola a

José Smith y añadiendo su propia creencia: " La

lógica y la razón ciertamente parecen sugerir que

si tenemos un Padre Celestial, también tenemos

una Madre Celestial. Esta doctrina tiene sentido."

Pero luego limita el alcance de la Madre Celestial

al explicar que " en vista de la instrucción que

hemos recibido del Señor mismo, considero

inapropiado que alguien en la Iglesia se dirija en

oración a nuestra Madre Celestial."

Mientras que el presidente Hinckley dice que

esta prohibición de ninguna manera " disminuye

su importancia ni la denigra," sin duda la

convierte de algún modo en secundaria a nuestro

Padre Celestial, al igual que la afirmación del

presidente Hinckley que los hombres tienen una

"responsabilidad de gobernar" sobre las mujeres

(aunque dice que los hombres no deben gobernar

despóticamente). Aunque no prohíbe que se

discuta acerca de la Madre Celestial, marca su

posición como problemática, especialmente

teniendo en cuenta la forma en que contextualiza

sus comentarios sobre ella. Después de asegurar a

Virginia que las mujeres tienen el mismo valor

que los hombres ante su Padre Celestial que las

ama, y tras aconsejarle que debe hablar con su

Padre en oración, el presidente Hinckley utiliza la

mención de la oración como su secuela a lo

inapropiado de orar a la Madre Celestial, en

privado o en público. A continuación, señala que

los que lo han hecho así " no lo hacen con malas

intenciones, pero están equivocados."12

Para los miembros de la Iglesia deseosos de

seguir a sus líderes al pie de la letra de la ley, la

prohibición del presidente Hinckley fácilmente se

puede leer en el sentido de que cualquiera que

prosiga con el tema de la Madre Celestial también

Page 5: Un Lugar Para La Madre Celestial

5

está "equivocado." Añádase a esto al sentimiento

popular que la Madre Celestial es demasiada

sagrada para charlar, porque su marido no quiere

que su nombre sea "tomado en vano", como lo es

el suyo13

(una justificación que refleja una noción

de control de los hombres), y el resultado es la

desaparición por completo de las referencias

específicas a la Madre Celestial en las

publicaciones de la Iglesia desde 1991. Sin duda,

las excomuniones públicamente discutidas de

feministas como Janice Allred, Lynne Kanavel

Whitesides, Maxine Hanks, y yo, todas los cuales

fuimos disciplinadas, en parte, simplemente por

hablar de la Madre Celestial, se suman a la

sensación general que discursar sobre ella está

estrictamente prohibido.

Aunque nunca he visto ningún estudio que

documente cuándo o cómo se desarrolló en la

Iglesia la idea que no se puede hablar de la Madre

Celestial porque es demasiado sagrada, mi

sensación es que comenzó en las décadas de 1960

y 1970, casi al mismo tiempo que hubo un

resurgimiento del interés en las cuestiones

feministas en la Iglesia, acompañadas por el

interés renovado de algunas mujeres para buscar

la divinidad femenina.14

Veo el lenguaje del tabú

sagrado como parte de una reacción violenta y

una expresión de temor por parte de los líderes y

miembros que el feminismo puede introducirse en

la Iglesia y alterar las estructuras actuales.15

Mientras que algunos consideran la necesidad del

silencio sobre la Madre Celestial como respeto, el

silencio absoluto sobre ella no la protege, la borra.

Los templos pueden ser considerados demasiado

sagrados para revelar mucho de lo que sucede en

el interior, pero aun así hablamos constantemente

sobre ellos, ponemos fotos de ellos, asistimos a

ellos, y dedicamos recursos para ellos, todo lo

cual refuerza su importancia y su carácter

sagrado. Pero no concedemos dicho trato a la

Madre en el Cielo, lo cual me convence que todos

los argumentos acerca de su santidad son una

tapadera para algo más.16

Insistir en silencio sobre

la Madre celestial es iconoclasta, la destrucción de

una imagen sagrada. No importa si la doctrina de

la Madre Celestial sigue siendo parte de la

teología mormona oficial o no; si no hay eventos

privados o públicos en los que podamos invocar

su nombre e imagen, la Madre en el Cielo

seguramente se desvanecerá de nuestra memoria.

Esta voluntad de los miembros para ampliar el

tabú sobre la Madre Celestial indica que ellos

mismos tienen algo que decir en la autorización

de la teología. No todas las declaraciones de un

profeta son promovidas o incluso obedecidas, a

pesar del deseo casi obsesivo que muchos Santos

de los Últimos Días tienen de "seguir a los

líderes." Por ejemplo, el discurso de 1978 del

Presidente Kimball contra la cacería, mientras que al principio causa un gran revuelo, rápidamente

fue olvidado.17

Los cazadores mormones, como

grupo, nunca han estado sujetos a disciplina de la

Iglesia, al menos que yo sepa, mientras que las

feministas mormonas sí. Irónicamente, aunque el

principio del común acuerdo es casi nulo en las

reuniones oficiales de la Iglesia, ya que se espera

que los miembros simplemente sostengan las

decisiones de los líderes de su iglesia, si los

miembros no enfatizan y difunden las enseñanzas

de sus líderes, la autoridad de esas enseñanzas se

desvanece con el tiempo. Por lo tanto, de una

manera sutil, la membresía en su conjunto juega

un papel en la autorización de la teología

mormona –más como una cuestión de práctica que

de acuerdo verbal o disidencia. Pero la práctica, a

su debido tiempo, cambia la forma de la creencia

declarada. Aunque la mayoría de los SUD pueden

reconocer la solidez de la directiva de 1987 del

Presidente Benson, sobre que la mujer

permanezca en casa con los niños en lugar de

unirse a la fuerza laboral, las realidades

económicas justifican la desobediencia, cuando

dos ingresos son necesarios para satisfacer las

necesidades básicas de la familia o las madres

solteras que enfrentan ser el único sostén.18

De

hecho, muchas mujeres en la fuerza de trabajo no

se perciben como desobedientes al mandato

profético, siempre y cuando estén de acuerdo con

el principio de la primacía de la maternidad. Por

lo tanto, las mujeres fieles SUD se justifican:

"Prefiero quedarme en casa, pero mis

circunstancias particulares no me permiten ese

Page 6: Un Lugar Para La Madre Celestial

6

lujo." Si bien el deseo del corazón puede ser más

importante espiritualmente, la práctica actual es

más crucial para definir sociológicamente la

religión. Irónicamente, una mujer de carrera que

defiende valores conservadores será vista como

una amenaza menor para la Iglesia que un ama de

casa de tiempo completo que cuestiona los roles

de las mujeres. Sin embargo, la mujer

conservadora de carrera aun remodela la imagen

de lo que una mujer mormona es y puede ser.19

El reciente interés SUD en el tema del divino

femenino en El Código Da Vinci de Dan Brown,

como se manifiesta en la serie de conferencias

muy populares en la Universidad Brigham Young,

reunieron a más de un millar de personas, también

pueden mostrar el poder de los miembros de

"votar con los pies" acerca de ciertas ideas. ¿Por

qué tanto entusiasmo por el libro de Dan

Brown?20

Creo que revela el hambre que se

desarrolla cuando un elemento psicológicamente

importante es suprimido de la religión. El erudito

judío Raphael Patai, en su libro La Diosa Hebrea,

sugiere que el "ansia humana por una madre

divina" puede explicar la reaparición continua de

imágenes femeninas para representar a Dios en la

muy masculina y monoteísta fe del judaísmo.21

Mientras que los SUD no pueden expresar su

interés en la divinidad femenina al hablar

directamente acerca de la Dios Madre mormona,

pueden reorientar sus intereses de una manera

aceptable a través de la participación en las

discusiones sobre la manera que otras tradiciones

tratan el divino femenino.

LOS ACADÉMICOS MORMONES juegan

también un papel vital en la autorización no

oficial de la teología, porque la comunidad

mormona en general adopta inevitablemente

algunas ideas que entran en la conciencia de los

miembros de forma indirecta a través del discurso

académico.22

Normalmente, los estudiosos han

tomado dos enfoques: primero, la exégesis de las

anteriores declaraciones autorizadas, y segundo, la

teología filosófica mormona. Un buen ejemplo de

la exégesis de declaraciones autorizadas es el

ensayo seminal de Linda Wilcox, "El Concepto

Mormón de una Madre en el Cielo." A pesar que

tales esfuerzos exegéticos son de vital importancia

como historia intelectual y como base para aclarar

las posibilidades teológicas, por lo general no

examinan directamente las cuestiones de poder, ya

que son más descriptivos que analíticos.

La teología filosófica mormona está

igualmente limitada debido a su dependencia en el

paradigma de la Ilustración, que supone que la

razón por sí sola puede abrir las verdades del

universo. Por lo tanto, esta clase de tipología

típicamente ha sido capaz de validar sólo ciertas

ideas y metodologías, en particular, un enfoque

sistemático que favorece la lógica y la

objetividad.23

No quiero devaluar este enfoque,

pero sólo quiero señalar que se pierde un algo de

perspectiva cuando una vista monopoliza. Aquí, la

pérdida puede ser la supresión de formas de

conocimiento poéticas, míticas y corporales.

Irónicamente, mientras la teología filosófica

mormona ha argumentado en contra de un Dios

incorpóreo, absoluto, ha retrocedido a este

concepto cuando trata con el género. El Dios de

los escritos filosóficos mormones suele ser

masculino pero asexuado y por tanto, de manera

curiosa, representado tanto en género y

simultáneamente más allá del género.

El reciente libro de Blake Oestler, Exploring

Mormon Thought: The Attributes of God

[Explorando el Pensamiento Mormón: Los Atributos

de Dios],24

proporciona un ejemplo sorprendente

de este punto. En 485 páginas de texto, Ostler no

ofrece discusión alguna sobre la cuestión del

género de Dios a pesar de que se refiere a Dios

por el pronombre masculino en todas partes,

subrayando así no sólo el antropomorfismo de

Dios, sino también su masculinidad. Para ser

justos con excelente libro de Ostler, su propósito

es contrastar ideas mormonas de Dios con las

tradicionales nociones cristianas, especialmente

en relación con temas tan espinosos como la

presciencia de Dios, el albedrío humano, el

problema de la intemporalidad e inmutabilidad, y

la relación de estas preocupaciones con la

Cristología. Sin embargo, su incapacidad para

comprometerse con las recientes discusiones

Page 7: Un Lugar Para La Madre Celestial

7

cristianas del género de Dios es importante.

Mientras que Ostler afirma que está analizando las

formas en que el concepto mormón de Dios

difiere de el del cristianismo tradicional, no

presenta la visión única del mormonismo actual

de un Dios encarnado, cuyo género es más que

una metáfora o de la tradición narrativa

largamente establecida, como sostienen otras

sectas cristianas.

De acuerdo con la escritura mormona, Dios

tiene "un cuerpo de carne y huesos, tangible como

el del hombre" (D. y C. 130:22). Esta afirmación,

me parece a mí, tiene un significado tanto positivo

como negativo. Por un lado, valora la encarnación

humana. Debido a que postula la encarnación no

solamente de Cristo en la tierra, sino del Padre

Celestial mismo, la teología mormona no

comparte con el cristianismo

ortodoxo una evaluación negativa

del cuerpo o de la experiencia

humana.25

Por supuesto, como

dice Ostler, el cuerpo de Dios

debe tener cualidades que

trascienden las de un cuerpo

mortal, es decir, debe ser un

cuerpo "espiritualizado" no sujeto

ni al tiempo ni la muerte; y estoy

de acuerdo con Ostler, que Cristo

refleja plenamente la naturaleza

de Dios en todos los aspectos. Sin

embargo, la cuestión que plantea

el libro de Ostler, aunque no

declarada y sin explorar, es si la

valoración del cuerpo en Dios se

entiende también como una preferencia del cuerpo

masculino sobre el femenino. ¿Dónde la idea

mormona de un Dios encarnado aplica a la mujer?

¿Las mujeres pueden reflejar a Dios? ¿Pueden

reflejar a Dios las mujeres? El libro de Ostler nos

presenta un cuadro que muestra cómo los "Hijos

de Dios" pasan por el mismo proceso que el "Hijo

de Dios" para regresar a la presencia de Dios y ser

glorificados. Pero ¿qué pasa con las mujeres? La

tabla de Ostler no hace referencia a ellas.

Los cristianos tradicionales sostienen que el

género no es más que una expresión efímera de la

encarnación mortal y que Dios y la salvación

están más allá del género, por lo tanto, las mujeres

no tienen que preocuparse por la posibilidad de

subordinación eterna. Pero la doctrina mormona

es diferente. Afirma, de acuerdo con la

"Proclamación sobre la Familia" oficial, que el

género "es una característica esencial del

individuo premortal, mortal e identidad eterna y

propósito."26

Esta proclamación también dice que

cada ser humano es "creado a imagen de Dios"

como "un amado hijo o una hija espiritual de

padres celestiales." Pero la Proclamación también

dice que es el Dios masculino solo, el Padre

Eterno, quien es objeto de culto y cuyo plan

gobierna y rige a sus hijos a lo largo del camino

hacia la inmortalidad. Entonces, ¿qué de la Madre

Celestial? ¿Está ella de algún modo involucrada

en la salvación de sus hijos? ¿Es ella un "socio

igual" con su divino esposo como la Proclamación

dice que los hombres y las mujeres terrenales van

a ser? ¿Cómo puede ser un socio equivalente si

está ausente o invisible en la obra de la

Divinidad? Más importante para nuestra discusión

aquí, ¿su ausencia afecta la autoridad que la mujer

puede asumir en el discurso teológico mormón?

¿El género importa cuando se trata de cómo se

hace la teología? ¿Por qué la escasez de mujeres

teólogas? Desde luego, no puede ser a causa de su

falta de inteligencia y no es probable que se deba

a una falta de interés, sólo podemos concluir que

es la estructura de autoridad de la comunidad

Page 8: Un Lugar Para La Madre Celestial

8

mormona que disuade a las mujeres de participar

plenamente en el discurso teológico y filosófico.

En un mundo donde la Madre Celestial tiene

cortada la comunicación con sus hijos, ¿cómo

pueden las mujeres hablar con autoridad acerca de

Dios? Esta situación sin duda afecta al sentido

individual de la mujer de su propio valor; y para

la comunidad en su conjunto, la ausencia de las

voces de las mujeres en asuntos de doctrina limita

la teología mormona, tanto en su metodología

como en sus frutos. Las implicaciones éticas de la

ausencia de las mujeres en asuntos de teología son

profundamente inquietantes. Esta ausencia crea un

sistema de clases donde al menos a la mitad de la

Iglesia se le niegan los beneficios de la ciudadanía

plena.

Debido a que los textos SUD se centran en los

varones, tanto como figuras de autoridad y como

representaciones de la persona normativa, las

mujeres encuentran difícil ver cómo participan en

la obra de Dios. Déjeme darle un ejemplo

pertinente, de los cuales hay muchos otros.

Doctrina y Convenios establecen las siguientes

características de los herederos de la gloria

celestial:

Éstos son los que constituyen la Iglesia

del Primogénito. Son aquellos en cuyas

manos el Padre ha entregado todas las

cosas; son sacerdotes y reyes que han

recibido de su plenitud y de su gloria; y

son sacerdotes del Altísimo, según el

orden de Melquisedec, que fue según el

orden de Enoc, que fue según el orden del

Hijo Unigénito. De modo que, como está

escrito, son dioses, sí, los hijos de Dios.

Por consiguiente, todas las cosas son

suyas, sea vida o muerte, o cosas presentes

o cosas futuras, todas son suyas, y ellos

son de Cristo y Cristo es de Dios. (D&C

76:54-59)

El lenguaje de este pasaje no está solamente

centrado en el hombre, está condicionado en el

sacerdocio. Los herederos de la gloria celestial se

identifican como sacerdotes, una condición que

plantea la cuestión de si las mujeres, que están

excluidas del sacerdocio, se incluyen en este

grupo de seres exaltados. Usted puede responder

"sí," que sin duda un paso como éste debe incluir

a las mujeres, ya que se describe la entrada en el

reino celestial, que sabemos, por la tradición, está

abierto para hombres y mujeres por igual.

Sin embargo, esta interpretación no es obvia

en el texto. Para una mujer a comprender y sea

edificada por este texto, ella primero debe leerse

en él. Ella debe asumir la carga adicional que los

varones titulares del sacerdocio no llevan, el

imaginar a sí misma en una descripción del cielo

que de hecho, a ella literalmente no la incluyen.

Esto es por qué el género no es sólo una cuestión

secundaria, sino de epistemología básica. Se trata

de la forma en que una mujer (o una persona de

color o cualquier persona al margen de una iglesia

macho blanco) establece la condición de persona.

Cada lectura de un texto canónico exige la re-

construcción de la subjetividad femenina. En una

estructura de poder, el estatus de la mujer como

una persona plena siempre está en duda, siempre

inestable, siempre tenue. Las mujeres siempre

deben hacer frente a la molesta pregunta: ¿Tengo

derecho a meterme en este espacio textual?

¿Puedo suponer que estas promesas se aplican a

mí? O ¿estas promesas están reservadas para los

hombres solamente –para poseedores del

sacerdocio, como puede implicar este ejemplo en

D&C 76? De nuevo, la Madre Celestial es

ilustrativa. Las mujeres que necesitan un modelo

para conectándose a la gloria divina y celestial,

están proscritas para crear una imagen de Dios

que incluya su femineidad. Los hombres no están

bajo esta misma prohibición y de hecho son

animados a verse a imagen de Dios (como se

ilustra en el gráfico de Ostler).

Curiosamente, "Virginia," de catorce años de

edad, a quien el presidente Hinckley dirigió su

charla se discutió anteriormente, se refiere al

lenguaje masculino en D&C. 76. Virginia percibe

el problema con claridad cuando ella expresa su

preocupación de que en "las escrituras, me parecía

que no podía encontrar en ningún lado si las

mujeres pueden entrar en el reino celestial si son

dignas. Además, cuando alguien como José Smith

Page 9: Un Lugar Para La Madre Celestial

9

tenía una visión del reino celestial, él sólo parecía

ver hombres allí."27

El presidente Hinckley

asegura a Virginia que las mujeres están incluidas

y le dice que no a “No te preocupes, mi querida

amiguita, por el hecho de que las palabras hombre

y hombres se usan en las Escrituras sin que se

mencionen las palabras mujer y mujeres. Vuelvo a

repetir que estos son términos genéricos, que

incluyen a ambos sexos.”28

Luego continúa

explicando que este tipo de uso genérico de

"hombre" era común históricamente, y cita la

frase "todos los hombres son creados iguales" de

la Declaración de Independencia para mostrar que

tal uso debe incluir "hombres, mujeres y niños."

El presidente Hinckley no podría haber

elegido un peor ejemplo de igualdad histórica y

un mejor ejemplo para mostrar cómo el lenguaje

exclusivo refleja y promueve la discriminación.29

Sin duda, él debe recordar que fueron casi

doscientos años, una guerra civil, varias

enmiendas constitucionales y decisiones mayores

de la Suprema Corte para demostrar legalmente

que la "auto-evidente" igualdad de "todos los

hombres," bajo la ley en Estados Unidos incluye a

todas las razas y géneros. Lo que me parece ser

una preocupación genuina y sincera del presidente

Hinckley para el sentir de esta joven de su propio

valor (que no tenía que abordar la cuestión en

absoluto) es socavado por la evidencia

abrumadora de los privilegios y valor masculinos

en el mismo discurso, como es demostrado por las

escrituras citadas, la subordinación de la Madre

Celestial al Padre Celestial en todo, y la estructura

general de la autoridad masculina que

circunscribe cada nivel de texto y subtexto.

¿Cómo pueden creer las mujeres que "ocupan un

lugar alto y sagrado en el plan eterno de Dios,

nuestro Padre en el Cielo," cuando su plan parece

dejar de lado a la Madre Celestial? ¿Pueden

esperar un lugar mejor que el que es dado? El

hecho mismo que los hombres no necesitan se le

asegure su valor e igualdad de posición evidencia

el desequilibrio.

SI CADA ACCIÓN de leer un texto religioso

por una mujer mormona debe implicar el

restablecimiento de su condición de persona para

ocupar el espacio de un buen mormón, entonces,

¿qué cargas adicionales debe llevar para ocupar el

espacio de un buen teólogo mormón? Este

problema se complica aún más porque los

modelos de que disponen las mujeres SUD casi

todos son hombres. El Libro de Mormón es un

texto poderoso que nos presenta figuras proféticas

que no se limitan a proclamar la palabra de Dios,

sino que tratan de explicarlo en términos

racionales. Nefi, Alma, y Mormón son ejemplos

de teólogos profundos. Pero una vez más, ¿este

patrón masculino implica que las mujeres están

excluidas de este papel? Virginia sólo puede

escribir a un profeta masculino para obtener una

respuesta autorizada a sus preocupaciones sobre el

lugar de la mujer en la religión SUD. Sólo dos

mujeres hablan en cada conferencia general, en

medio de un mar de hombres que les superan en

autoridad y en número. El Departamento de

Religión de BYU tiene sólo cinco miembros

femeninos de tiempo completo de la facultad entre

sesenta y siete hombres (de los cuales, sólo uno

no es blanco); y el Departamento de Filosofía de

la BYU incluye ninguna mujer en la facultad. Es

evidente que la ausencia de mujeres en puestos de

autoridad y de discurso autorizado hace que sea

difícil para las mujeres más jóvenes imaginarse a

sí mismas como teólogas. Pero peor aun, la falta

de mujeres teólogas refuerza la idea que solo a los

hombres pertenece el poder para enseñar, definir,

o explorar lo que es la religión SUD. Además, la

falta de perspectiva de las mujeres limita el fondo

común del que se puedan extraer las respuestas

creativas para los problemas religiosos.

Un supuesto básico de la teoría feminista es

que el poder reside en la capacidad de nombrar, la

autoridad tiene que ver con la autoría, etimológica

y culturalmente. Por esta razón, las teólogas

feministas de otras tradiciones han hecho hincapié

en la importancia de las mujeres hablando por

Dios, si alguna vez la igualdad se va a lograr en el

ámbito religioso. Ada María Isasi-Díaz, una

destacada teóloga mujerista latina (womanist),

afirma:

Page 10: Un Lugar Para La Madre Celestial

10

Lo que ha guiado la teología mujerista

desde el principio son aquellas

maravillosas palabras de Miriam en el

libro de Números: "¿Solamente por medio

de Moisés ha hablado Jehová?" (Números

12:2). Bien conscientes del hecho que ella

sufrió severas penas por atreverse a

regañar a Moisés, por atreverse a afirmar

que Jehová también habló con ella y por

ella, nuestra hermana Miriam invita a las

teólogas mujeristas para echar nuestra

suerte con el pueblo de Dios y esperar que,

así como en su caso, las autoridades se

pondrán al día con nosotros, que

eventualmente también verán que no

tenemos lepra, que estamos limpias.30

Como implican las palabras de Isasi-Diaz, una

de las principales funciones de las teólogas

feministas es desarrollar técnicas hermenéuticas

para leer a las mujeres en los textos y espacios

sagrados. Lo que puede no ser evidente de la

declaración de Isasi-Díaz es su deseo de hacer

esto desde una perspectiva creyente. Mucha gente

de la corriente SUD principal asume que el

feminismo está en contradicción con la religión en

general y el mormonismo en particular. Sin

embargo, mi lectura en las teologías feministas y

mis conversaciones con las feministas de otras

creencias religiosas me ha convencido que la

mayoría de las mujeres que intentan reinterpretar

la religión como favorable a las mujeres lo hacen

porque han encontrado muchos aspectos positivos

en sus tradiciones y por tanto no quieren rechazar

todo debido a la desigualdad de género.31

Elisabeth Schüssler Fiorenza explica la ironía que

las tradiciones religiosas y la tradición bíblica, en

particular, han dado poder a las mujeres así como

a las ha oprimido:

Recuperar la Biblia como una herencia

y recurso feminista sólo es posible porque

no ha funcionado sólo para legitimar la

opresión de todas las mujeres: nacidas

libres, esclavas, blancas y negras, nativas

americanas, europeas y asiáticas,

inmigrantes, pobres, de clase trabajadora y

de clase media, las mujeres del Tercer

Mundo y del Primer Mundo. También ha

dado autorización y legitimación de las

mujeres que han rechazado la esclavitud,

el racismo, el antisemitismo, la

explotación colonial, y la misoginia como

no bíblica y en contra de la voluntad de

Dios. La Biblia ha inspirado y sigue

inspirando a innumerables mujeres para

denunciar y luchar contra la injusticia, la

explotación, y los estereotipos.32

Estas mujeres dicen que el amor que

experimentan a través de Dios y de su comunidad

religiosa es lo que las obliga a quedarse y trabajar

por el cambio desde adentro.

Las mujeres han utilizado tres técnicas

principales para reclamar un papel en la definición

de la religión para ellas y otros grupos

marginados. La primera es la que algunas veces se

ha llamado "teología reconstructiva," o lo que

Schüssler-Fiorenza también llama una

"hermenéutica de la memoria."33

Este enfoque

utiliza metodología histórico-crítica para

descubrir las capas socio-políticas que subyacen

en el texto bíblico y otras tradiciones de la iglesia

para revelar qué elementos son producto de las

culturas patriarcales, de los cuales emergen

tradiciones de la iglesia y qué elementos son

fundamentales para el mensaje cristiano universal,

judío o musulmán en curso. Los defensores de

este enfoque también usan técnicas literarias y

retóricas para recordar y recuperar textos y

patrones favorables a las mujeres, como el

importante papel de las mujeres en el ministerio

de Jesús o de otras instancias históricas de

presencia teológica y reveladora de la mujer, (por

ejemplo, el papel de místicos como Hildegarda de

Bingen o Teresa de Ávila).

El segundo enfoque hermenéutico toma

prestado del feminismo filosófico, como el de

Sandra Harding, para cuestionar los fundamentos

mismos de la metafísica occidental, con su uso de

los modos objetivo y racional del discurso que

tradicionalmente ha privilegiado a los hombres.34

Las mejores voces de este enfoque no sugieren

abandonar la razón y el pensamiento sistemático,

Page 11: Un Lugar Para La Madre Celestial

11

ni afirman que las mujeres son irracionales. Más

bien, insisten en un cuestionamiento permanente

de la forma en que la realidad está definida y una

desestructuración de los métodos que utilizamos

para descubrirla y construirla. En términos

teológicos, esto significa examinar los supuestos

subyacentes de doctrinas privilegiadas. Esto

significa preguntar siempre cómo ciertas ideas

alcanzan el centro del escenario y permanecen

prominentes. Significa examinar cómo el idioma y

los valores culturales modelan la teoría.

El tercer enfoque está bien representado por

Latinas/chicanas que se conectan con el

movimiento de la teología liberacionista y hacer

valer su derecho a construir teorías de la religión

en igualdad de condiciones con los hombres.

Añaden las cuestiones de género a las cuestiones

de clase planteadas por los teólogos varones

liberacionistas, argumentando que ambos tipos de

igualdad surge de los textos cristianos de

redención y justicia. El tratamiento de Jesús de los

marginados y pobres en el Nuevo Testamento es

el centro de este mensaje del evangelio. María

Pilar Aquino explica:

El contenido básico y la finalidad

última de la revelación de Dios se resumen

en el término salvación. Como el regalo

más precioso de Dios a los seres humanos

y al mundo que nos rodea, la salvación es

entendida por la teología feminista Latina

como la liberación de toda opresión. Así,

el proceso histórico de liberación de la

pobreza, la injusticia social y la exclusión

se convierte en la expresión más eficaz y

creíble de la salvación de Dios.35

¿Lo que tienen en común estos tres enfoques:

el reconstructivo, el filosófico, y el liberacionista,

es la creencia de que la teología comienza con las

experiencias vividas por el pueblo de Dios, o, en

otras palabras, que la práctica y la teoría no están

separadas. Ciertamente, los principios teóricos

deben advertir a la conducta de un creyente

(“todas las cosas que queráis que los hombres

hagan con vosotros, así también haced vosotros

con ellos” Mateo 7:12). Del mismo modo, si la

experiencia del creyente está en conflicto con el

principio (“Vuestras mujeres callen en las

congregaciones, porque no les es permitido

hablar” I Cor. 14:34), entonces el creyente debe

cuestionar y buscar iluminación adicional.

PERO ¿PUEDEN ESTOS enfoques aplicarse

apropiadamente a la teología mormona? ¿cuáles

están tan completamente integrados en las

estructuras jerárquicas? En otras palabras, ¿está la

teología feminista en desacuerdo con la doctrina

mormona? Yo no lo creo así por tres razones.

Primera, el mormonismo afirma un canon abierto

y reconoce que incluso los textos bíblicos pueden

contener los "errores de los hombres," la

"debilidad" humana, como el profeta Moroni lo

llama (Éter 12). La importancia de la vinculación

de estas dos creencias: la necesidad de una

revelación continua y la posibilidad de error, no

puede ser exagerada. La revelación continua,

entonces no es solamente la adición de doctrina

nueva, sino también la aclaración, corrección,

recontextualización, y tal vez incluso el rechazo

de doctrina existente. Según esta teoría, la

revelación de 1978 sobre el sacerdocio y los

negros no tiene que hacerse valer como que Dios

de repente cambia de opinión. Más bien,

deberíamos ser capaces de admitir que la política

prohibitiva fue el resultado de nuestro propio

prejuicio. Asumir la responsabilidad de nuestros

errores abre la puerta a una nueva revelación.36

La segunda razón para ver la compatibilidad

entre las preocupaciones feministas y la doctrina

SUD es que las escrituras mormonas refuerzan los

textos bíblicos más importantes de igualdad. Por

ejemplo, la famosa afirmación paulina de que en

Cristo Jesús no hay "judío, ni griego; no hay

esclavo, ni libre; no hay varón, ni mujer" (Gálatas

3:28) es ampliado por el profeta Nefi, que enseña:

"Porque ninguna de estas iniquidades viene del

Señor… él invita a todos ellos a que vengan a él y

participen de su bondad; y a nadie de los que a él

vienen desecha, sean negros o blancos, esclavos o

libres, varones o mujeres; y se acuerda de los

paganos; y todos son iguales ante Dios, tanto los

judíos como los gentiles” (2 Nefi 26:33). De

Page 12: Un Lugar Para La Madre Celestial

12

hecho, el Libro de Mormón fácilmente puede ser

leído como un texto de la liberación, debido a su

tema constante de conectar la liberación espiritual

con la liberación política y de clase (que es

también irónico, teniendo en cuenta que las

mujeres son menos visibles en el Libro de

Mormón que en la Biblia). La primera sección de

Doctrina y Convenios continúa este tema al

declarar que "Dios no hace acepción de personas"

y que el objetivo de la restauración es que "lo

débil" pueda "abatir lo fuerte y poderoso" y que

toda persona "hable en el nombre de Dios"(D&C

1:19, 20).

Mi tercera razón para creer que la teología

feminista no es hostil al mormonismo es que los

profetas actuales han reafirmado la dignidad de la

mujer y de igual valor que los hombres. Como la

Proclamación sobre la Familia dispone, han de ser

"compañeros iguales," que es también el objetivo

de las teologías feministas.

Sin embargo, aunque creo sinceramente que,

en teoría, la teología feminista es compatible con

la doctrina mormona, en la práctica, también creo

que tal compatibilidad no existe actualmente.

Aunque en teoría el mormonismo afirma que

todos son iguales ante Dios y que las mujeres son

compañeros iguales con los hombres, en la

práctica actual, el mormonismo es, en el mejor de

los casos, una religión de géneros "separados pero

iguales," como se ilustra en la Proclamación, que

divide los roles de hombres y mujeres en los

ámbitos público y privado tradicionales y coloca a

los hombres en una posición de propietario sobre

las mujeres. Los hombres deben "presidir,"

"proveer," y "proteger," mientras que las mujeres

son "responsables principalmente " de educar a los

niños. Y la Madre Celestial tiene aún menos

privilegios que sus hijas porque ella es la madre

silenciosa e invisible en la Proclamación y el

hogar celestial.37

Además, al hacer de la Madre

Celestial un tema tabú, las preguntas sobre el

significado del género y del papel teológico de las

mujeres también se volvieron

tabú. Hoy en día, todos los

debates de la Madre Celestial

son vistos por los miembros y

las autoridades de la como las

preocupaciones peligrosas sólo

de las feministas radicales. No

hay espacio en la Iglesia donde

se puede argumentar que

"separados pero iguales" crea

inevitablemente una jerarquía

que privilegia a los poderosos y

privar de sus derechos a los

débiles, no hay espacio para

argumentar que "separados

pero iguales" no es más una

política ética cuando se aplica a

los géneros de una iglesia que

cuando se aplica a las razas de una nación.

A MI PREGUNTA inicial, ¿Hay un lugar

para la Madre Celestial en la teología mormona?

Concluyo que el peso de la práctica y la autoridad

de la Iglesia dice que no. Cuando comencé esta

investigación, mi propósito era desarrollar un

modelo metodológico que equilibre la demanda

mormona de autorización oficial con la necesidad

teológica de un análisis filosófico riguroso. Había

esperado que al hacerlo así, podría crear un

modelo que sea conocedor de las sensibilidades

SUD sobre la autoridad, pero que también podría

sugerir maneras en las que el hacer teología

podría estar más abierto, inclusive para las

mujeres, gente de color, y otros que están

Page 13: Un Lugar Para La Madre Celestial

13

privados de sus derechos. Tristemente, mis

esfuerzos han fracasado, y debo admitir la derrota

por ahora. Ninguna cantidad de teorización puede

cambiar el patrón dominante en una iglesia que

acepta el statu quo actual como la voluntad de

Dios. Además, si la mayoría de las mujeres

mormonas no sienten que están en una posición

de subordinación y están contentas con su actual

papel en la cultura y el discurso mormón,

entonces no sería ético para mí para tratar de

definir lo contrario. Sin embargo, mi propio

sentido ético me obliga a explicar lo que veo

como la forma en que la estructura actual es

contraria a las exigencias del evangelio de Cristo.

A pesar de mi desaliento presente, continúo

escribiendo, porque una pequeña parte de mí

sigue esperando que otros verán la diferencia

entre los requerimientos de Cristo del amor e

inclusión y la jerarquía estratificada de la Iglesia.

Gran parte de mi desánimo viene de mi

conciencia de la seducción del poder. ¿Por qué los

hombres deberían renunciar a su poder y

compartirlo con las mujeres? La iglesia SUD

actualmente tiene una de las mayores tasas de

actividad masculina de cualquier organización

religiosa estadounidense. Si las mujeres tuvieran

sacerdocio, ¿los hombres las verían como menos

deseables? ¿Su tasa de actividad bajaría si no

presidieran?

Reconozco que en este ensayo, estoy

reabriendo los "viejos problemas" sobre los que

muchos piensan que las feministas se han quejado

demasiado ya. Sin embargo, al enmarcar la

cuestión del sexismo en la cuestión más amplia de

cómo las estructuras de poder determinan la

legitimidad teológica, he esperado para mostrar el

peligro de permitir que la autoridad predomine

sobre la verdad o la belleza o el amor, no sólo

para las mujeres, sino para todos. Aunque he

utilizado la Madre Celestial como una metáfora

para los que están actualmente marginados y para

quienes están privados de sus derechos, golpeados

y dejados para morir a un lado del camino, tanto

hombres como mujeres puedan ocupar este lugar.

Los hombres suelen pensar que las cuestiones de

género no se aplican a ellos, pero son tanto el

producto de la construcción de género, como lo

son las mujeres. En una estructura jerárquica

como la de la Iglesia, todo hombre es una "niña"

para los hombres por encima de él en la línea del

sacerdocio. Cada doctrina es capaz de convertirse

en tabú como la Madre Celestial, no sobre la base

de la verdad o de la lógica o incluso la

indiferencia popular, sino si es pronunciada como

tal por quienes tienen el poder de hacerla

inconfesable. Y toda persona puede ser etiquetada

como apóstata cuando el desacuerdo con

cualquier autoridad es hecho una señal de pecado.

Una vez que el peso de la autoridad está en contra

de una doctrina o de una persona, el único

argumento convincente para la inclusión es una

cuestión ética, basado en los principios de la

justicia y el amor.38

Pero, ¿puede el amor

prevalecer siempre sobre el poder?

Si relegamos a la Madre Celestial, sus hijas,

personas de color, los pobres, los marginados, los

ignorantes, los despreciados –los menos de

nosotros –al basurero de la teología y la cultura,

luego visitamos este mismo tratamiento a

Jesucristo y al Padre Celestial, a quienes

pretenden honrar por encima de todo. Cristo dijo:

"por cuanto lo hicisteis a uno de los más

pequeños, a mí lo hicisteis" Esto es a la vez una

maldición y una bendición, dependiendo de donde

estamos parados. Nosotros no adoramos sólo por

medio de la oración, sino a través de nuestra

respuesta a la llamada del Señor "socorre a los

débiles, levanta las manos caídas y fortalece las

rodillas debilitadas." (D. y C. 81:5). Somos de

Cristo siempre y cuando hagamos la obra de

Cristo, que es empoderar a los más débiles y

aliviar el dolor de los que sufren. Incumplir este

ideal no sólo es dejar de vivir el Evangelio de

Cristo, sino crear también una mala teología.

NOTAS

1 Esto significa que los mormones liberales y las

publicaciones liberales también limitan tanto la libre expresión de las ideas como el tipo de conocimiento que se distribuye. Lo que estoy diciendo es que la ética exige que los mormones liberales deben desviar nuestras quejas sobre el control del conocimiento de la Iglesia sobre

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14

nosotras. Debemos preguntarnos si hemos hecho lo que hemos condenado en otros. ¿Realmente queremos abrir conversaciones con aquellos con quienes no estamos de acuerdo? 2 Famosa idea de Emmanuel Levinas, que la ética es

anterior a la epistemología exponer mi punto de manera sucinta. 3 Gordon B. Hinckley, “Four Cornerstones of Faith,” Ensign,

February 2004, 3. 4 El Presidente Hinckley que la cuarta piedra angular, el

sacerdocio, “el poder y la autoridad para gobernar los asuntos del reino de Dios” y que el “requisito para ser digno de él es la obediencia a los mandamientos de Dios.” Hace hincapié que todos los hombres pueden recibirlo, sin importar su “posición social,” el “color de su piel,” o “la nación en la que vivan.” Entonces, el género es la única diferencia que descalifica a la mitad de la Iglesia. 5 Simplifico la compleja teoría de Foucault, representada

por libros como The Archaeology of Knowledge and the Discourse on Language, trans. A.M. Sheridan Smith (New York: Pantheon Books, 1972) o Power/Knowledge: Selected Interviews and Other Writings, 1972-1977, trans. Colin Gordon (Sussex, England: Harvester Press, 1980). Para una introducción más accesible al pensamiento de Foucault, vea Paul Rabinow, ed., The Foucault Reader (New York: Pantheon, 1984). 6 Esto no quiere decir que hallo sus teorías totalmente

suficientes. Las feministas han criticado a Foucault por no haberse comprometido lo suficiente con la forma que el género se relaciona con su teoría. Asimismo, desde una perspectiva SUD, las teorías de Foucault son bastante deterministas, ya que menosprecian el albedrío humano. 7 Debo mi inclusión principalmente al fuerte apoyo de Brian

Birch y Dennis Potter, miembros de la facultad UVSC y dos de los fundadores de SMPT. 8 Mientras que el término "publicación independiente" a

menudo implica una prensa más liberal, como SUNSTONE, Dialogue, o Signature Books, en cierto sentido, cualquier cosa no publicada por la Iglesia misma es "independiente" del control directo de la Iglesia. Sin embargo, el uso común del término para designar "liberal" lo hace saber, porque implica que dichas publicaciones no dependen suficiente de las estructuras de la Iglesia. Así, hay capas de legitimidad percibida en las publicaciones no oficiales, percepciones basadas simplemente en lo que parece depender de la aprobación de la Iglesia y el sacerdocio y las directrices teológicas. 9 Linda P. Wilcox da la mejor historia de la recepción de la

doctrina de la Madre Celestial. Ella explica los problemas al atribuirla a José Smith y se esbozan las declaraciones de otros líderes de la Iglesia. Vea Linda P. Wilcox, “The

Mormon Concept of a Mother in Heaven,” in Women and Authority: Re-emerging Mormon Feminism, ed. Maxine Hanks (Salt Lake City: Signature Books, 1992), 3–21. Elaine Cannon es la autora de la entrada en la enciclopedia: Encyclopedia of Mormonism, vol. 2, ed. Daniel H. Ludlow (New York: Macmillian, 1992), s.v. “Mother in Heaven.” 10

Tomado de su artículo “Cuerpos, Partes, Y Pasiones,” dado en el Simposio Sunstone Salt Lake 2002 (tape #SL02–254). La indagatoria de Daughtrey generó un total como de cuarenta correos en Belief.com 11

El resultado aquí es engañoso, en realidad, representa una cantidad aún menor. Dos referencias en los discursos de Mark E. Petersen describen la creencia en un Dios Madre como una característica de los primeros grupos cristianos disidentes. Y la mayoría de los demás citan o hacen referencia a dos declaraciones autorizadas, una de Orson F. Whitney y una de Spencer W. Kimball. 12

Gordon B. Hinckley, “Daughters of God,” Ensign, November 1991, 97. 13

Se puede interpretar al Presidente Hinckley como contradiciendo esta idea en su discurso en el Ensign de Noviembre de 1991 cuando dice que “ninguno de nosotros puede añadir ni quitar a la gloria de nuestra Madre Celestial de quien no tenemos un conocimiento revelado.” 14

Linda Wilcox cita una declaración de 1960 de un maestro de seminario SUD que especula que “el nombre de nuestra Madre en el Cielo ha sido ocultado” debido a la manera que han sido profanados los nombres de Dios el Padre y Jesucristo. (Vea Wilcox, “The Mormon Concept of a Mother in Heaven,” 7.) Si él es el origen de la idea o reflexiona una creencia de moda, es difícil decirlo. Vea también Melvin R. Brooks, LDS Reference Encyclopedia (Salt Lake City: Deseret Book, 1960), 3:142. 15

En la obra de Daughtrey sobre el discurso que desaparece a la Madre Celestial (citado más arriba), Daughtrey afirma que el interés de la iglesia mormona en el encubrimiento de la doctrina de la Madre Celestial está relacionada con su deseo de ser vistos como cristianos por las denominaciones protestantes, lo que significa borrar cualquier cosa que pueda parecer "extraña" a las sensibilidades protestantes, como una pluralidad de dioses. Aunque estoy de acuerdo con Daughtrey, sigo creyendo que el temor al feminismo puede ser una razón aún más fuerte para eliminar el discurso sobre la Madre Celestial. 16

El clásico de Mary Douglas Purity and Danger: An Analysis of Concepts of Pollution and Taboo (London: Routledge & Kegan Paul, 1966) todavía ofrece comprensión. Die que los tabúes resultan de un deseo de orden tanto como del temor y que el objeto o la persona bajo el tabú bien puede ser considerado peligroso y contaminado, como santo.

Page 15: Un Lugar Para La Madre Celestial

15

17

Spencer W. Kimball, “Fundamental Principles to Ponder and Live,” Ensign, November 1978, 43–46. 18

Entregado primero como discurso en una charla mundial de la Iglesia, Febrero 22, 1987, sus comentarios luego fueron reimpresos en Ezra Taft Benson, Come Listen to a Prophet’s Voice (Salt Lake City: Deseret Book Co., 1990): 25–37. 19

Las prácticas del divorcio y el control natal entre la gente SUD, son otros ejemplos de cómo la práctica remodela la creencia. Mientras que Joseph Fielding Smith aconsejó a mi generación no practicar el control de natalidad en absoluto, la mayoría de los mormones hoy ven control de la natalidad como un elemento perfectamente aceptable de la devota planificación familiar. 20

El matrimonio de Jesús con María Magdalena es, obviamente, un tema de interés también. Pero una vez más, esta idea hace que las mujeres sean más visibles y centrales para el cristianismo. 21

Raphael Patai, The Hebrew Goddess, 3rd ed., enlarged (Detroit: Wayne State University Press, 1990). 22

Lo más probable, los eruditos mormones en la corriente principal tienen una influencia más directa. 23

Un panel sobre el posmodernismo en la Conferencia de Teología Mormona de marzo dio a entender que existen otros enfoques para la teología mormona. Pero éstas no han dominado el discurso teológico mormón, que en cambio ha tendido a seguir el patrón establecido por los pensadores filosóficos como Sterling McMurrin, que ejemplifica la tendencia a situar la teología mormona dentro del paradigma de la Ilustración. Típico de su generación, McMurrin también utiliza un lenguaje exclusivamente masculino para describir la norma, un modelo que pocos han roto desde entonces. 24

Blake T. Ostler, Exploring Mormon Thought: The Attributes of God (Salt Lake City: Greg Kofford Books, 2001). 25

Paul Toscano y yo tratamos la importancia de la contribución del mormonismo en nuestro libro Strangers in Paradox: Explorations in Mormon Theology (Salt Lake City: Signature Books, 1990) 26

La Familia: Una Proclamación Para el Mundo. El texto completo está disponible en la página de la Iglesia en: http://www.lds.org/topics/family-proclamation?lang=spa& country=mx 27

Hinckley, “Hijas de Dios.” 28

Si esto es verdad, podríamos preguntar por qué los términos "Dios" o "Padre Celestial" no incluyen el femenino. Si lo hacen, entonces orar a nuestro Padre Celestial podría incluir a la Madre Celestial, también. 29

Lynne Whitesides, Martha Esplin, y yo interactuamos con el Presidente Hinckley en su plática en el panel de

discusión de 1992, “Finding Our Bodies, Hearts, Voices: A Three Part-Invention,” publicada en el The Mormon Women’s Forum: A Feminist Quarterly 4, no. 2 (Septiembre 1993):18–22. 30

Janet Martin Soskice and Diana Lipton, eds., Oxford Readings in Feminism: Feminism and Theology (Oxford: Oxford University Press, 2003), 95. 31

En el libro nuevo, Transforming the Faiths of Our Fathers: Women Who Changed American Religion, ed. Ann Braude (New York: Palgrave, 2004), las principales teólogas de diversos credos describen sus jornadas feministas. Este libro surgió de una Conferencia de 2002 en Harvard, en la que tuve el privilegio de participar. Me conmovió profundamente la espiritualidad y el compromiso de todas estas mujeres.

33 Elisabeth Schüssler Fiorenza, Bread Not Stone: The

Challenge of Feminist Biblical Interpretation (Boston: Beacon Press, 1984), xiii. 34

Ibid., xx. 35

Sandra Harding and Merrill B. Hintikka, eds., Discovering Reality: Feminist Perspectives on Epistemology, Metaphysics, Methodology, and Philosophy of Science, 2nd ed. (Boston: Kluwer Academic Publishers, 2003). 36

Maria Pilar Aquino, Daisy L. Machado, and Jeanette Rodriguez, eds., A Reader in Latina Feminist Theology (Austin, TX: University of Texas Press, 2002), 151. 37

Por supuesto, la Iglesia nunca ha admitido un error en su anterior política sobre los negros y el sacerdocio. Esto se suma, en mi opinión, a nuestros problemas raciales en curso. Véase la discusión de la mesa redonda, “Speak the Truth and Shame the Devil,” SUNSTONE, May 2003, 28–39. 38

Estoy profundamente conmovida por la afirmación de Emmanuel Levinas de que un "cara a cara" con el Otro exige una relación "Yo-Tú". Este tipo de relación proporciona la única inmunidad contra el tratar a los demás como cosas, productos que se eliminan cuando no encajan fácilmente en un sistema de poder privilegiado, teológico o diferente. Para leer más sobre este tema en Levinas, véase especialmente: Otherwise than Being or Beyond Essence, trans. Alphonso Lingis (The Hague, Netherlands: Martinus Nijhoff, 1981), y Totality and Infinity: An Essay on Exteriority, trans. Alphonso Lingis (Pittsburgh: Duquesne University Press, 1969).

Traducción: Max Ruiz M.

Noviembre 2012