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Un nuevo Día
Estamos en el penúltimo domingo
do Año Litúrgico.
La Liturgia nos habla dol FIN DEL MUNDO.
Es una invitación a la ESPERANZA.
El Dios Libertador
va a cambiar la noche del mundo en una
aurora de vida sin fin.
Las Lecturas bíblicas, en un lenguaje
apocalíptico, nos estimulan a descubrir,
los signos de ese mundo nuevo,
que está naciendo de las cenizas
del reino del mal.
El Lenguaje apocalíptico es un modo alternativo de hablar,
bien comprendido por el pueblo de entonces.- Usa imágenes misteriosas, llenas de elementos simbólicos; lo importante no son las imágenes, sino el contenido que revelan.- No pretende adivinar el futuro, sino hablar de la realidad actual; no asustar, sino animar al pueblo en momentos difíciles.
En la 1ª lectura, encontramos el Apocalipsis de Daniel. (Dn 12,1-3)
El Pueblo se hallaba oprimido bajo la dominación de los griegos. Muchos, asustados por la persecución, abandonaban incluso la fe.
Dios envió a su ángel Miguel como defensor de los que se mantenían fieles en el camino de Dios.
El objetivo era animar al pueblo a resistir ante los opresores y recordar que la victoria final será de los justos que perseveren.Es la primera profesión de fe en la RESURRECCIÓN, en la Biblia. Ese texto está en conexión con el evangelio de hoy, que habla de la 2ª venida de Cristo y prefigura la venida de Cristo libertador.
La 2ª Lectura presenta el Sacrificio definitivo de Cristo, que nos liberó del pecado y nos insertó en una dinámica de vida eterna. Es el camino del mundo nuevo y de la vida definitiva. (Hb 10,11-14.18)
En el Evangelio, tenemos el Apocalipsis de Marcos. (Mc 13, 24-32)
En la época de Marcos, las comunidades cristianas estaban agitadas y asustadas por causa de guerras y calamidades,
como la destrucción del templo, en año 70 dC.
* Para tranquilizar, Marcos usa un lenguaje apocalíptico, describiendo la catástrofe del sol y de las estrellas y la aparición del Hijo del hombre para juzgar a los buenos y al malos.
Ese "Discurso escatológico" es el último antes de la Pasión. Jesús anuncia la destrucción de Jerusalén y el comienzo de una
nueva era, con su venida gloriosa tras la resurrección.
No es un reportaje, sino una
CATEQUESIS sobre el fin de los tiempos.
La intención era llevar a discernir
los hechos y el futuro
de la Comunidad cristiana
dentro de la Historia.
No era el fin del mundo, sino el inicio de uno nuevo.
Debían ver en los sufrimientos señales de vida:
como dolores de parto, que preanuncian el nacimiento de una
nueva vida…
¿Cuándo va a acontecer?
La respuesta se da a través de la imagen de la higuera: Cuando comienza a brotar, el agricultor sabe que está llegando el verano… y se alegra porque se aproxima la recolección.
- En cuanto al día y hora, solo el Padre lo sabe...
Lo más importante no es saber cuándo
va a acontecer eso,
sino estar vigilantes y preparados para ello.
- La caída de tantas certezas, que juzgábamos indestructibles... - La desaparición de personas que creíamos insustituibles. - El abandono de ciertas prácticas religiosas que parecían indispensables... - El olvido de tantos valores éticos y morales que tanto apreciamos... - El abandono de la fe de tantas personas, que teníamos por fervorosas...
La violencia, la corrupción, la opresión andan sueltas... ¿Cómo debemos ver todo eso? ¿Será el fin del mundo?Dios no abandona a la humanidad y está determinado
a transformar el mundo viejo del pecado en un mundo nuevo de vida y de felicidad para todos los
hombres. La humanidad no camina hacia la destrucción, hacia la nada;
camina al encuentro de un mundo nuevo.
Nosotros cristianos debemos ver la vida presente en estado de gestación, como germen de una vida, cuya plenitud final alcanzaremos solo en Dios.
Ese mundo soñado por Dios
es una realidad escatológica.
Pero desde ahora, un nuevo día está surgiendo...
Por ello, debemos ser para nuestros contemporáneos
signos de esperanza de esa realidad:
Gente de fe con una visión optimista de la vida y de la historia, que camina, alegre y confiada, al
encuentro de ese mundo nuevo.Dios que no nos abandona en nuestro camino.
De nuestra parte, debemos estar atentos a los signos de Dios,confiando en las palabras de Cristo, que nos asegura:
P. Antonio Geraldo Dalla Costa CS 18.11.2012
“El cielo y la tierra pasarán,
mas mis palabras no pasarán".
MI DOMINGOCon la Palabra de Dios
Meditada por: P. Antonio Geraldo Dalla Costa CS
Ilustración: Nelso Geraldo Ferronatto
Busca la dirección: http://www.buscandonovasaguas.com
Traducción: P. José Luis Uranga, CMF
Música: Ressonância Schumaann - 2001