Un Orwell Diferente. Totalitarismo y Socialismo

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Un Orwell Diferente. Totalitarismo y Socialismo.

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  • UN ORWELL DIFERENTE: TOTALITARISMO y SOCIALISMO DEMOCRATICO.

    I. Introduccin.

    No se necesita demasiada perspicacia para concluir que 1984 es una novela antitotalitaria. Desde su publicacin en 1949, ha sido su rasgo ms sobresaliente en la apreciacin tanto de la crtica como de los lectores.

    Pero ese rasgo ha adquirido con el paso de los aos ciertas connotaciones especficas, que han terminado por empobrecer el sentido originario de la obra. Este proceso encuentra su explicacin en las circunstancias histricas que han caracterizado las dcadas posteriores a la segunda guerra mundial.

    Por una parte, el hecho de que con posterioridad a 1949 el fenmeno totalitario se haya circunscrito a los as llamados socialismos reales, se ha traducido en que la novela se lea exclusivamente en su carcter de novela antisovitica. Ciertamente lo es, y ello es coherente con el anticomunismo que Orwell manifest abierta y profusamente a travs de su obra. Pero en 1949 todava poda leerse tambin como una novela antifascista, lo cual hara justicia al autor, que fue con la misma pasin tanto lo uno como lo otro.

    Por otra parte, hasta comienzos de la dcada pasada las actitudes de izquierda y progresistas frente al fenmeno sovitico y su expansin con posterioridad a la segunda guerra fueron por lo

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  • menos ambiguas. En esas condiciones, no es extrao que una novela que en la apreciacin pblica destaca nicamente por su carcter antisovitico se convierta rpidamente en patrimonio del pensamiento conservador, y se acredite ante el pensamiento progresista o de izquierda como una novela reaccionaria, a la cual se presta cada vez menos atencin.

    Adicionalmente, para los conservadores, que han administrado el sentido de la novela, el nico socialismo concebible es el de tipo sovitico. Es decir, socialismo es sinnimo de totalitarismo. Ello explica que 1984 haya finalizado por ser una novela antisocialista. Hoy en da no es infrecuente toparse con interpretaciones periodsticas que ven en 1984 meramente una profeca acerca de qu sucedera en Inglaterra o en cualquier otro lugar del mundo si la sociedad se deslizara hacia el socialismo.

    A mi juicio, estas interpretaciones deforman esencialmente el sentido originario de la novela. Creo que existe evidencia suficiente para sostener que en 1984 Orwelllogr dar forma literaria a una idea compleja y original, vlida para sociedades caracterizadas an por formas de organizacin econmica contrapuestas. Puesta esquemticamente, esa idea afirma que todo grupo dominante, independientemente de las modalidades particulares de organizacin econmica a las que se vincula su existencia, procura conservar y dilatar su voluntad de dominio como objetivo principal y determinante de todos sus comportamientos,

    Hay visiones de la historia, de entre las cuales el marxismo es un ejemplo clsico, que parten de la premisa de que la voluntad de dominio de un grupo dominante es siempre instrumental respecto del desempeo de ciertas funciones sociales globales. As, el dominio que ejerce la burguesa en las sociedades capitalistas contemporneas deriva su sentido del hecho de que ella es un agente de transformacin capaz de imponer en la historia humana una revolucin sin precedentes, que sienta las condiciones para un desarrollo material y espiritual nunca antes imaginado. El ocaso

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  • de la burguesa sobrevendr automticamente el da en que su dominacin entre en contradiccin con el desempeo de las funciones sociales que le son peculiares. Es decir, el da que deje de ser un agente de transformacin y progreso.

    Orwell invierte el orden de este razonamiento. Para l, el mvil primordial de un grupo dominante es simplemente dominar, enseorear su voluntad de dominio por sobre el resto de la sociedad. El desempeo de funciones sociales, generalmente evaluadas positivamente, como aumentar la riqueza social o poner las condiciones para una mayor libertad, es instrumental respecto del ejercicio de la voluntad de dominio. Mientras el cumplimiento de esas funciones asegura la continuidad de la dominacin, el grupo dominante ser un agente de progreso. Pero si el cumplimiento de esas funciones entra en contradiccin con las exigencias de la voluntad de dominio, o si la propia accin del grupo comienza a crear condiciones que ponen en peligro al grupo dominante, ste simplemente procurar afianzar su dominio, aun cuando ello implique regresiones considerables en los niveles materiales y espirituales ya alcanzados por la sociedad. No es el momento del ocaso del grupo dominante, sino el del trnsito hacia formas ms inhumanas de dominacin.

    Si la voluntad de dominio es lo primordial y todo lo dems est supeditado a ella, entonces la sociedad totalitaria es la referencia paradigmtica de toda dominacin. Y ello en un doble sentido. Por un lado, muestra a toda dominacin reducida a lo que esencialmente es: pura voluntad de dominio, despojada de todo atributo histricamente contingente. Por otro, contiene una implicacin normativa, al mostrar a todo grupo dominante cul es su inters en ltima instancia y de qu modo debe conducirse para realizarlo.

    El orden tortalitario que Orwell presenta en 1984 se caracteriza por la existencia de una oligarqua, el Partido Interior tlnner Party), que ha adquirido plena lucidez acerca de la razn de ser y las condiciones de su existencia. Un grupo dominante existe para

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  • dominar, y debe buscar las condiciones para hacer mxima su voluntad de dominio. El Partido Interior no apela a ninguna doctrina o ideologa que otorgue trascendencia a la dominaci6n que ejerce. De la misma manera, todas las instituciones y arreglos sociales persiguen !Jn nico propsito: dominar al resto.

    Orwell piensa que en el mundo contemporneo hay condiciones y desarrollos que hacen probable un trnsito hacia formas de dominaci6n totalitarias o prximas al totalitarismo. La sociedad soviticaes un ejemplode esas tendencias. Noobstante, se equivoca quien sostenga que la evoluci6n totalitaria en el caso soviticoest determinadapor la colectivizaci6n de la economa. La explicaci6n hay que buscarla en la lgica y el dinamismo propiosde la voluntaddedominio.Lacolectivizaci6nes un instrumento al serviciode esa voluntad. De hecho, siendoun antitotalitario, Orwell propone en El len y el unicornio, 1 publicado en febrerode1941, un programade seispuntosdestinadosa convertir a Inglaterraen unademocraciasocialistaquecontemplaen primer lugar la estatizaci6nde las tierras, las minas, los ferrocarriles, los bancos y las industrias principales.

    Por otra parte, esa lgica y dinmicapropias de la voluntadde dominio estn presentes dondequiera que existan grupos dominantes.Es decir, en todas las sociedadescapitalistas.El fascismo, cuya expresi6nms acabadaes el nazismo alemn,es la respuesta

    1.- George Orwell, "The Lion and the Unicom: Socialism and the English Genius", enThe Collected Essays, Iournalism and Leuers ofGeorge Orwell. Yolume 2. MyCounlry Righi or Left.1940-1943, editado por Sonia Orwell y Jan Angus (London, Penguin Books, 1970), pp. 74-134. El resto de los ensayos, artculos peridsticos y correspondencia de Orwell se encuentra en: a) The Collected Essays.Loumalism and Leuers ofGeorge Orwell. Yolume l. An Age Lile This. 1920-1940 ,editado por Sonia Orwell y Jan Angus (London, Penguin Books, 1970); b) The Collected Essays, Lournalism andLeuers ofGeorge Orwell. Volume 3. AsIPlease.1943-1945,editadoporSonia Orwell y Jan Angus (London, Penguin Books, 1970); e) The Collected Essays, Lournalism and Leuers ofGeorge Orwell. Volume .In From of Your Nose, editado por Sonia Orwell y Jan Angus (London, Penguin Books, 1970). En adelante citar individualizando el texto ~nsayo, artculo o carta- indicando luego The Collected Essays, el volumen y pginas.

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  • totalitaria en las sociedades capitalistas. Hasta 1945, Orwell combate ambos tipos de totalitarismos y destina parte importante de sus esfuerzos a sensibilizar a la opinin pblica sobre la posibilidad de fascismo en Inglaterra. Esta creencia de que las formas polticas democrticas, caractersticas de las sociedades capital istas, pueden ser sustituidas por formas totalitarias se mantiene en Orwell despus de 1945. Las condiciones contemporneas que favorecen evoluciones totalitarias son generales, y afectan a todas las sociedades. Por ello, y pese a que la co1cctivizacin econmica es un rasgo destacado del orden totalitario orwelliano,1984 es una profeca de catstrofe a la que deberan prestar atencin tanto los detractores del capitalismo como sus defensores, una conclusin que por lo dems ha sido subrayada por los comentarios ms lcidos de la novela.' El mismo Orwell pensaba as, segn lo demuestra su apreciacin favorable de una de las primeras utopas negativas, o profecas del fascismo al decir de Orwell,' de este siglo: El taln de hierrro.e Jack London.' En esta novela, publicada en 1907, London describe una sociedad totalitaria que conserva las instituciones y conflictos caractersticos del capitalismo. Para Orwel1, la novela era particularmente convincente y verosmil, en oposicin a otras utopas negativas o profecas de fascismo como el Brave New World de Huxlcy.

    La interpretacin conservadora de 1984 estrecha el horizonte de comprensin de la novela en un nuevo sentido, que se adiciona a los ya indicados. La finalidad que persigue cualquier profeca de catstrofe no es tanto avanzar una prediccin procurando tener xito al hacerlo, anlogamente a lo que acontece en el dominio cientfico. Contrariamente, lo que busca es crear conciencia acer2.- Vase, por ejemplo, el comentario de Erich Fromm en George Orwell, 1984 (New York; New American Library, 1981). pp. 257-267. 3.- George Orwell, "Prophecies of Fascism", The Collected Essays, Volume 2, pp. 45-49; George Orwell, "Introduction lO 'Love of Life and other Siories' by Jack London", The Collected Essays, Volume 4, pp. 41-48. 4.- Jack London, The {ron Hui (New York: Baruarn Books, 1971).

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  • ca de las amenazas que contiene el presente, de manera de suscitar las reacciones adecuadas para evitar que esas amenazas se hagan realidad. A la vez, el profeta tiene que ser capaz de identificar aquellos medios o cursos de accin que habra que adoptar para que la prediccin no se cumpla. Toda profeca de catstrofe contiene, de modo implcito, una exhortacin a enmendar rumbos, so pena de las calamidades que la profeca vaticina.

    Hay antecedentes suficientes como para sostener que la actitud de Orwell frente al futuro era francamente pesimista,' pero ese pesimismo coexiste con una disposicin a enfrentar la marea totalitaria, apoyada en la esperanza de que hay pases donde el liberalismo ha echado races suficientemente vigorosas," Cabe entonces preguntar cul es el remedio que propone Orwell ante el peligro de desarrollos totalitarios: a qu clase de conversin llama a los contemporneos? Difcilmente se encontrar una respuesta en 1984. El orden totalitario descrito en la novela est construido de modo de no dejar resquicio alguno por el cual la libertad y la dignidad humanas puedan encontrar una va de escape. Se trata de un recurso literario destinado a hacer tomar conciencia al lector de la gravedad y el horror del asunto, y en esto Orwell es fiel a la utopa negativa en cuanto tradicin literaria. Un happy end slo contribuira a mellar considerablemente el filo de la profeca. Pero ello no quiere decir que Orwell haya carecido de respuestas. Y puesto que se est en presencia de un profeta radicalmente secularizado, la respuesta slo puede ser poltica.

    En un breve ensayo publicado en 1946, que lleva el ttulo dePor qu escribo] Orwell seala como motivaciones que lo llevan a escribir: la vanidad, el entusiasmo esttico, un impulso histrico y la intencin poltica, definiendo a esta ltima como el propsito 5.- Vase, por ejemplo, George Orwell, "Inside ihc Whalc", The Collected Essays, Yolume 1, pp. 576-577. 6.- George Orwcll, "Litcrature and Totalitarianism", The Collected Essays, Volumc 2, p.I64.

    7.- Georgc Orwcll, "Why 1 Writc", The Collected Essays, Volurne 1, pp. 23-30.

  • de empujar el mundo en una cierta direccin. de modificar las ideas de los otros acerca del tipo de sociedad por la que deberan luchar. A sujuicio, los rasgos bsicos de su personalidad deberan haber hecho primar los tres primeros motivos, pero las circunstancias de su vida lo han convertido en un escritor poltico. A partir de 1936, la intencin poltica ha estado siempre presente: "Cada lnea de trabajo serio que he escrito ... lo ha sido, directa o indirectamente, contra el totalitarismo y afavor del socialismo democrtico, tal como yo lo entiendo".

    Atendiendo a cmo el mismo Orwell caracteriza la intcncionalidad de su actividad de escritor, habra que interpretar 1984 como una novela que se dirige al mismo tiempo contra el totalitarismo ya favor del socialismo democrtico. Hay una alternativa al orden totalitario, y ella es el socialismo democrtico. Esto no lo dice la novela, y ni siquiera lo implica. Es Orwell quien lo afirma en diversos momentos de la etapa final de su vida. En El Camino a Wigan Pier" publicado en 1937, concluye que la nica respuesta frente al fascismo reside en revitalizar los valores que subyacen al ideal socialista: justicia y libertad. En el ensayo ya citado,El Len y el unicornio? insiste en la misma idea. avanzando medidas concretas para la transformacin de Inglaterra en una democracia socialista. En un artculo que lleva por ttulo Hacia la Unidad Europea." publicado en el nmero julio-agosto de 1947 de la Partisan Review, despus de examinar las posibilidades- que ofrece la situacin internacional y concluir que una de las peores de ellas es precisamente un ordenamiento totalitario mundial similar al descrito cn1984 . afirma que el nico objetivo poltico valioso que resta reside en luchar por la constitucin de unos Estados Unidos Socialistas de Europa.

    8.- George Orwell, The Road lo Wgan Pier (London: Penguin Books, 1980), pp. 149-204. 9.- George Orwell, "The Lion and the Unicorn", The Collected Essays, Volume 2. 10.- George Orwell, "Toward European Unity", The Collected Essays , Volurne 4, . pp. 423-429. \

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  • Ciertamente, el socialismo que propugna Orwell es algo bien distinto de la modalidad sovitica de organizacin econmica y social. De hecho, eludi sistemticamente aplicar el rtulo de socialista al sistema sovitico. Prefiri hablar de colectivismo oligrquico, lo que es coherente con las ideascentrales de1984.

    Almismotiempo, noesmeramente uncaprichodeOrwellproponersu concepcin de socialismo democrtico comoel antdoto adecuado para los males con que amenaza su profeca. La sociedad de 1984 no es arbitraria. Posee una lgica interna, que se articula en torno a un hecho primordial: la existencia tantode una oligarqua cuya motivacin es la bsqueda del dominio por el dominio como de unas condiciones que permiten que esa motivacinse realice, subordinando a sus exigencias al conjunto de la vidasocial. La nicarespuesta adecuada a esteordentotalitario consiste en proponerun estado de cosas caracterizado por unas condiciones que anulen la voluntad de dominio como fenmeno social central, o al menos que la neutralicen en un grado importante. La visin orwelliana de un socialismo democrtico apunta precisamente hacia ese estado de cosas.

    Deesta manera, laconsideracin del conjunto de la obraorwelliana abre horizontes distintos y mucho ms dilatados para la comprensin de 1984 quelosque emplea el pensamiento conservador. Lo que est en juego en esta opcin por horizontes de interpretacin esalgomsqueunacuestin de fidelidad alespritu de unautor. Se trataa la vezde la contemporaneidad quese pueda atribuiraesa obra. Ladiversin consistente enespecularacercade cun similares pueden ser algunas de las sociedades de hoya la visin presentada en 1984 quizs sea til para las necesidades propagandsticas de ciertosgrupos. Es indiscutible queen cuanto escritorpoltico Orwell intent persuadir, pero lo hizo a partirde un esfuerzo por reflexionar seriamente, con toda la gravedad exigida por la naturaleza del problema. acerca de las oportunidades para la libertad y la dignidad en el mundo que le toc vivir.

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  • Esa reflexin lo llev a identificar, en la raz de los fenmenos de patente inhumanidad que observ y experiment, la operacin de ciertos determinantes relativamente universales, que exigan respuestas de validez similarmente general. Treinta y cinco aos despus, las oportunidades para la libertad y la dignidad siguen siendo algo tan precario y problemtico como lo eran en 1949. La vigencia de Orwell reside justamente en servir de gua en los intentos por iluminar las bases de la inhumanidad que padecen y de que son testigos las mujeres y hombres de hoy, y por imaginar respuestas adecuadas a esas experiencias de inhumanidad.

    Las notas que siguen procuran desarrollar, de manera algo ms sistemtica, los temas esbozados en esta introduccin. Ellos comprenden una parte muy menor de las perspectivas que abre la obra orwelliana. Hacer el catlogo de los diversos materiales que la lectura de 1984 proporciona a la reflexin y al anlisis exigira ya de por s bastantes pginas, lo cual prueba que la novela posee una riqueza de significados mucho mayor de lo que comnmente se supone y se dice.

    11. El dominio como fin en s mismo: dos clases de animal poltico.

    En un pasaje de la Poltica frecuentemente citado, despus de afirmar que el hombre es pornaturaleza un animal poltico, agrega Aristteles: "Cualquiera que por su naturaleza y no simplemente por azar carece de comunidad poltica, es o muy malo o muy bueno, subhumano o sobrehumano. Es como el amante de la guerra condenado por Homero por ser sin tribu, sin ley, sin hogar, Porque el que carece por naturaleza de comunidad poltica est

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  • obseso con la guerra. Es un no cooperador, semejante a una pieza aislada en el juego de damas"."

    Esta nocin del obseso con la guerra o amante de la guerra se asocia con el concepto de la guerra y la poltica que Aristteles expone en la Etica.12 Segn Aristteles, ni la guerra ni la poltica son actividades prcticas que constituyan un fin en s mismas. Adquieren sentido por referencia a fines distintos de aquellos que se consuman en el ejercio mismo de la actividad. En otras palabras, son actividades meramente instrumentales, al servicio de objetivos que las trascienden: lograr vivir en paz, procurarse felicidad a s mismo y a los ciudadanos, o en ltimo caso asegurarse acceso a posicionesde autoridady conquistar honor, lo cual puede ser egosta, pero trasciendeel ejerciciomismode la actividad.Que estas actividades pierdan su sentido instrumental es casi inconcebible. Cuando ello acontece, se trata de una perseveracin o degeneracin patolgica que las coloca derechamente en el mbito de lo inhumano: ..... nadie escoge la guerra o provocarla por s misma. Un hombre que convirtiera en enemigas a las comunidades polticas amigas con el nico fin de producir batallas y carniceras, sera considerado como un monstruo sediento de sangre".

    Es probable que esta idea de que el ejercicio de la voluntad de dominio en la comunidad poltica es siempre meramente instrumental respecto de unos fines que la trascienden, sea compartida por las ms diversas tradiciones culturales.

    Ciertamente, ella tiene pleno significado para ese tipo de comunidad poltica que examin Aristteles, cuyos miembros son

    11.- Cito a partir de: Aristotle, TIIe Politics, traduccin al ingls de T. A. Sinclair y T. J. Saunders (London: Penguin Classics, 1981), pp. 59-60. Vase tambin: Aristteles, Poltica, traduccin de Julin Marias y Mara Araujo (Madrid: Instituto de Estudios Polticos, 1951),pp. 3-4. 12.- Cito a partir de: Aristotle, The Ethics o/ Aristotle , traduccin al Ingls de J. A. K. Thomson y H. Tredennick (London: Penguin Classics, 1980), pp. 329-330.

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  • libres e iguales entre s, y se alternan sucesivamente en el desernpeo de las posiciones de mando y obediencia. En este tipo de comunidad, el amante de la guerra es lo opuesto del animal poltico.

    En las experiencias polticas posteriores y anteriores a la Grecia clsica predominaron, durante largos siglos, comunidades polticas mucho ms cercanas a otro de los tipos tratados por Aristteles: comunidades polticas articuladas en tomo a la institucin de la realeza. Entre el rol poltico de rey y los restantes miembros de la comunidad media una distancia mayor o menor segn los casos: el nico animal poltico en plenitud es quien ocupa esa posicin. Pero la voluntad de dominio del rey o de su equivalente funcional encuentra limitaciones efectivas impuestas por la tradicin, o por la capacidad de rebelin de los sbditos. En el plano intelectual, este hecho se conceptualiza en trminos de la nocin de que el dominio real es instrumental a unos fines de bien comn que lo trascienden. Para dar slo un ejemplo. tmese el exordio a los reyes contenido en Sabidura, 6,1-4: 13 "Escuchad" reyes, y entended; /aprendedlo, gobernantes del orbe hasta sus confines; Iprestad atencin los que dominas los pueblos Iy alardeis de multitud de sbditos; /el poder os viene del Seor, y el mando, del Altsimo: ll indagar vuestras obras y explorar vuestras intenciones; /siendo ministros de su reino, no gobernasteis rectamente, lni guardasteis la Ley, ni procedisteis segn la voluntad de Dios".

    En este tipo de comunidad poltica tambin hay cabida para la perversin o degeneracin patolgica de la voluntad de dominio. Pero la circunstancia de que en ellas el nico animal poltico sea el rey hace que esa patologa se conceptualice, no ya como ruptura irracional de la paz, sino en la forma de un dominio que, pese a enseorearse sobre sus sbditos, oprimindolos, no cumple

    13.- Nueva Biblia Espaola (Madrid: Ediciones Cristiandad, 1975), p. 1465.

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  • ningunafunci6n positiva. Nuevamente hayuntextobblico quees un buen ejemplo de ello. Se tratadel llamado aplogo de Jotam, incluido enJueces ,9, 8-15:14"Una vez fueron losrboles aelegirse rey, y dijeron al olivo: S nuestro rey. Pero dijo el olivo: Y voy a dejarmi aceite, conel queengordan diosesy hombres, para ir a mecerme sobrelos rboles? Entonces dijerona la higuera: Vena ser nuestro rey.Perodijola higuera: Yvoy adejarmidulce fruto sabroso para ir a mecerme sobre los rboles? Entonces dijeron a la vid: Ven a ser nuestro rey. Pero dijo la vid: Y vaya dejar mi mosto,quealegraadiosesy hombres, parair a mecerme sobrelos rboles? Entonces dijerontodosa la zarza: Vena ser nuestro rey. y les dijo la zarza: Si de verasquerisunginne reyvuestro, venid a cobijaros bajo mi sombra, y si no, salga fuego de la zarza y devore a los cedros del Lbano".

    Para Arist6teles, una voluntad de dominio que se agota en s mismaes un absurdo. El aplogo bblico expresael mismo absurdo.La zarzaesunarbusto intil, quenoda frutos, yqueenelmejor de los casos sirve de combustible para iniciar un incendio que destruyaa los dems rboles. Entreel reyy los sbditos tieneque mediarunadistancia, y es porelloqueel rbolungido reysemece sobrelos restantes. Porsunaturaleza, la zarzanopuedeempinarse porsobrelosotros,perolos convocapretensiosamente a cobijarse bajounasombraquenoes capazdedar.Finalmente, amenaza con sus capacidades destructivas, que son las nicasque posee, si no se la unge rey, poniendo en peligro aun a los ms notables especfmenes del bosque. La zarzaes a la instituci6n de la realeza lo que el amante de la guerraes a la concepci6n de la polticade Arist6teles. Qurazones podran justificarquela zarza fuerarey, salvo la pura y simple afinnaci6nde su voluntad de dominar?

    En1984, la figura deO'Brien,el nico miembro delPartido Interior que tanto Winston Smith como el lector llegan a conocer, 14.- Nueva Biblia Espaola, !bid, p. 353.

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  • corresponde a la nocin del amante dela guerra de Aristotelcs. En una sociedad normal, de acuerdo a los cnones aristotlicos, O'Brien sera una excepcin. Ms especficamente, constituira la anttesis del animal poltico. En el orden totalitario orwel1iano, las cosas son a la inversa. O'Brien representa al miembro tpico de esa oligarqua que es el Partido Interior, y diffcilmente podran existir excepciones a esa regla, dada la calidad de los medios de control sobre el conjunto de la sociedad de que l dispone. En el mundo de 1984, O'Brien es el animal poltico y sus congneres que integran el Partido Interior son como l.

    Este rasgo del Partido Interior es la clave para explicarse por qu la sociedad orwelliana es como es y funciona como funciona. Desde las primeras pginas de la novela, Winston Smith ha estado obsesionado con la pregunta de por qu las cosas son como son. Cmo son las cosas, es decir, cul es el orden que estructura a la sociedad y cules son los mecanismos de dominacin-tecnologa, presiones psicosociales, procesos de socializacin, etc., que posibilitan ese orden, esto es algo sobre lo que Winston Smith tiene ideas relativamente claras. Las dudas que puedan subsistir en l se disipan con la lectura del texto supuestamente escrito por Emrnanuel Goldstein. Pero esa lectura se interrumpe justo antes de la respuesta a la interrogante que angustia a Smith: Por qu? A esas alturas, tanto el protagonista como el lector saben que la sociedad responde a un diseo premeditado del grupo dominante, y que la respuesta slo puede consistir en desnudar el mvil que da cuenta de sus acciones.

    En uno de los interrogatorios-dilogos del final de la novela," O' Brien plantea derechamente la pregunta: "... por qu el partido se aferra al poder? Cul es nuestro motivo? Por qu querramos poder?" Poco convencido, Smith ensaya la misma respuesta con que termina su argumentacin el Inquisidor de Dostoicvski, slo para ser interrumpido por O'Brien en su papel de torturador: "Nos IS.- George Orwell, 1984, op. cit., pp. 21S-226.

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    "WLtodas JaIS tF86ieiunes cUlfUr1es, de qee el dominio o poder es un instrumento al servicio de objetivos que 10 trascienden. Pero la verdad es otra. Dice O 'Brien: "El Partido busca el poder por el poder. No nos interesa el bienestar de otros; nos interesa slo el poder. Ni riquezas ni lujos ni una larga vida ni felicidad; nicamente poder, puro poder. .. El poder no es un medio; es un fin. No se establece una dictadura con el objetivo de asegurar una revolucin; se hace una revolucin con el objetivo de establecer una dictadura. La finalidad de la persecucin es la persecucin. La de la tortura es torturar. El fin del poder es el poder".

    Salvo por el hecho de que el concepto posee unas connotaciones positivas que no interesa degradar, podra decirse que en el Partido Interior se asiste finalmente a la emancipacin, en trminos absolutos, de la voluntad de dominio. De una vez por todas, ella ha logrado desprenderse de aquellas ataduras que la constrean y tradicionalmente trababan su libre despliegue. Primordialmente, de ese obstculo cultural que es la conviccin de que el poder no vale por s mismo, sino por aquello que es capaz de producir ms all de su mero ejercicio.

    Este estado de cosas es ya de por s suficientemente espantoso. Pero en la visin de Orwell, la emancipacin de la voluntad de dominio trae consigo otras consecuencias, impuestas con frrea necesidad por la propia lgica de esa emancipacin. Sintticamente, esas consecuencias se traducen en el aniquilamiento de todo aquello que usualmente se ha considerado como valioso. La voluntad de dominio emancipada, encamada en el Partido, es como la zarza del aplogo bblico: la realizacin de sus pretensiones es el combustible del incendio que destruir todo el bosque. El ejercicio del poder por el poder impide necesariamente el desempeo de cualquier funcin positiva en la sociedad.

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  • Orwell expone esta tesis en el interrogatorio-dilogo ya citado, partiendo de la premisa de que el nico poder autntico es un poder sobre los hombres y no sobre las cosas - hay aqu una alusin a la imagen utpica del socialismo en Engels, caracterizada por la contraposicin entre la administracin de los hombres y la administracin de las cosas -, y de que la nica manera de afirmar el poder sobre otro es hacindolo sufrir: "La obediencia no basta. Salvo que el otro sufra, cmo se puede estar seguro de que obedece a mi voluntad y no a la suya? El poder consiste en infligir dolor y humillacin ... Comienzas a ver qu clase de mundo estamos creando? Es exactamente lo contrario de aquellas utopas hedonistas estpidas que imaginaban los viejos reformadores. Un mundo de miedo, traicin y tormento, un mundo donde se pisotea y se es pisoteado ... En nuestro mundo, el progreso ser progreso hacia ms dolor". O'Bricn caracteriza enseguida ms detalladamente el orden totalitario en su estado qumicamente puro: ..... aboliremos el orgasmo ... No habr lealtad ... No habr amor. .. No habr risa ... No existirn ni el arte ni la literatura ni la ciencia ... No habr distincin entre belleza y fealdad. No existirn ni curiosidad ni empleo de proceso de la vida... , pero siempre... , en todo momento, estar ah la intoxicacin del poder..., la excitacin de la victoria, la sensacin de pisotear a un enemigo indefenso. Si se desea un cuadro del futuro, imagina una bota estampada en un rostro humano, para siempre".

    Este es el ncleo de la profeca orwelliana. Un mundo donde el animal poltico de Aristteles ha cedido el paso al monstruo que personifica O'Brien, y una reducida oligarqua se ha convertido en la zarza del aplogo de Jotam. Como Orwcll es un profeta secular, su fuente de inspiracin radica en la realidad que experimenta y de la que es testigo, en la observacin y escudriamiento de esa realidad. Cules son entonces los fenmenos y tendencias que cree ver en ella y que avalan su profeca? La poca que OrweIl vive le entrega una riqueza suficiente de materiales en cuanto a horro

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  • res y opresin de unos hombres por otros; su experiencia como miembro de la PolicaImperial India en Binnania, la grandepresin, la Unin Sovitica de los aos treinta, el fascismo alemn y el italiano, la guerracivil espaola, pero horrores de este tipo se han venido repitiendo intermitentemente a travs de siglos y siglos.Enese sentido,1984 podraubicarse en cualquieraode los dos ltimos milenios, paranomirarms atrs. Qu hay de peculiar en los tiempos quese viven, como parapensarque la emancipacinde la voluntad de dominio y sus consecuencias previsibles son una amenaza real?

    m. La desvalorizacin de la idea de cooperacin.

    El animal polftico de Aristteles es un animal cooperador. Ello aparece con claridad en ese tipo de comunidad polftica cuyos miem brosse relacionan entrescomolibrese igualesyse alternan sucesivamente en las posiciones de gobernante y gobernado. Esa alternancia, que es un rasgo central del modelo polftico en cuestin, es una forma de cooperaci6n.

    En el modelo poltico contrapuesto, la relacin polticaconstitutiva implica la subordinacin permanente del conjunto a uno slo o a unos pocos. No obstante, la noci6n de que el dominio del reyo de sus variados equivalentes funcionales es un instrumento al servicio de fines sociales trascendentes, hace que las formas polticas que responden a estemodelosean formas cooperativas. En el plano intelectual, la institucin de la realeza parece haberse conceptualizado siempre as, y de ello son testimonio fenmenos tan tardos como la teorizacin del absolutismo en Hobbes." El 16.- Thornas Hobbes.Levarda, edicin preparada por C. Moya y A. Escohotado (Madrid: Editora Nacional, 1979).

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  • pacto social hobbesiano es un pacto de sumisin a un hombre que tiene sentido porque permite transitar desde ese estado en que la vida es solitaria, pobre, desagradable, brutal y corta. a ese otro en que hay seguridad comn, hay prosperidad, hay ciencia. artes y letras.

    El hecho probable de que los fenmenos de dominio se hayan conceptualizado hasta pocas recientes subrayando la dimensin de cooperacin que se ha credo percibir en ellos, no implica idealizar el pasado, ni tampoco sostener que en todo tiempo y circunstancia el poder se haya ejercitado benficamente y al servicio de fines compartidos. Pero tambin es plausible pensar que en una comunidad poltica relativamente estable, en cuya cultura predominan ideas que acentan c1 carcter cooperativo de las relaciones polticas, existen obstculos efectivos importantes que traban el desarrollo de fenmenos de emancipacin de la voluntad de dominio.

    Esta situacin cultural, que se puede suponer muy generalizada, comenz a cambiar en los ltimos doscientos aos, con la emergencia de desarrollos intc1ectuales que enfatizaron, particularmente en el mbito econmico,la relevancia y funcionalidad de relaciones de conflicto o competencia. Esta historia intelectual, que presenta hitos tan destacados como la aparicin deLa Riqueza de las Naciones, de Adam Smith, se da contra el trasfondo de ese proceso que Polanyi" caracteriz como la gran transformacin, y que ms usualmente se conoce como desarrollo capitalista. Ello explica la cristalizacin de un clima intelectual difuso e inclusivo, articulado en tomo a la idea de lucha o competencia. Ese clima posibilit, entre otras cosas, el trabajo de Darwin que culmin en 1859 con la publicacin de El Origen de las Especies. La obra de Darwin es capital en c1 proceso de maduracin de una configuracin cultural que sigue vigente hasta hoy, en cuanto codifica y da patente de cientificidad - por lo tanto, de legitimidad intelcc17.- Karl Polanyi, The Great Transforma/ion (Boston: Bcacon Press, 1957).

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  • tual- a unos esquemas o patrones de conceptualizacin. basados en la nocin de lucha. que en gran medida eran ya parte de una comprensin de sentido comn de la vida econmica," Hasta ahora, la influencia posterior de Darwin ha sido principalmente detectada en sus manifestaciones ms groseras. Por ejemplo, en formulaciones sociolgicas rpidamente desacreditadas o en el tipo de teoria racista que se asoci al fascismo. Pero la verdad es que sin Darwin no habria sido posible Nietzsche. cuya contribucin en el plano intelectual a la emancipacin de la voluntad de dominio es suficientemente conocida, y sin Nietzsche no habra sido posible Max Weber, que es el primero en colocarla categora de poder en el lugar central de la teorizacin de la poltica,"

    El tipo de esquema o patrn de conceptualizacin que podra denominarse "darwinista" parte de la premisa de que el poder y la contienda por poder son creativos, en cuanto producen efectos que trascienden los fines, objetivos o mviles que se proponen los contendores por el poder o quienes lo detentan. El enfrentamiento o despliegue de voluntades de dominio, por ciegas que stas sean, es por lo menos un agente de transformacin. Si adems acontece que esos efectos no buscados benefician al conjunto social, o producen un estado de cosas superior al que exista previamente, entonces el despliegue de la voluntad de dominio en la historia es un agente de progreso.

    Las concepciones orientadas por esta premisa, cuya variedad va desde la mano invisible de Adam Smith hasta las afirmaciones sobre el poder de un socilogo contemporneo como Michel Foucault,"desvalorizan la idea clsica de que la produccin de bienes colectivos resulta de un esfuerzo cooperativo que se asienta 18.- Vase la Introduccin de J. W. Burrow a Charles Darwin, TIIe Origin o[ Species . (Londres: Pclican Classics, 1979), pp. 11-48. 19.- Vase, por ejemplo, David Beeiham, Max Weber y La Teora Politica Moderna (Madrid: Centro de Estudios Constitucionales, 1979). 20.- Vase, por ejemplo, Michacl Foucault, La Verdad y las Formas luriiea.!(3arcelona: Gedisa, 1980).

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  • en un ejercicio premeditadamente instrumental del poder, lo que a su vez exige que la voluntad de dominio est sujeta a unas restricciones esenciales, orgnicamente vinculadas a la naturaleza de los bienes colectivos que se trata de producir.

    La magnitud de esa desvalorizacin depende de cada concepcin especfica. En la visin liberal de la economa, la lucha adquiere la forma de una competencia pacfica regulada, y ello implica la mantencin de algunas restricciones para el despliegue de la voluntad de dominio. En cambio, hay otras concepciones donde la cuestin de esas restricciones es irrelevante.

    Este ltimo es el caso de una cierta variante de la ortodoxia marxista, contra la cual se dirigen los ataques de Orwell, que durante los aos treinta haba adquirido el status de doctrina comunista oficial.

    A diferencia de la visin liberal de la economa, para la cual la preservacin de condiciones efectivas de competencia es un supuesto necesario de la produccin de bienes colectivos mediante la lucha econmica, la ortodoxia comunista generaliza la idea de lucha a todos los planos de la vida y la interpreta en trminos de posesin y prdida de un monopolio de poder, detentado por un grupo social especfico. La historia no es otra cosa que una sucesin de perodos relativamente largos caracterizados por el dominio incontestado de una clase. interrumpidos por perodos revolucionarios que conducen a una transferencia del monopolio del poder a otra clase. Todo esto, que acontece en virtud de la lucha de unos hombres contra otros, es un factor de progreso histrico porque cada tipo de monopolio o dominacin se asocia orgnicamente a una forma especfica de organizacin socioeconmica, de manera tal que la derrota de unas formas de dominacin por otras es en realidad un proceso de superacin de formas inferiores de organizacin socioeconmica por otras que son superiores. Como dice Stinchcombe," un postulado marxista central es el

    21. Arthu r L Stinchcomhc,l,conomic Socwlogy (Xcw York: Acadcmic Prcss, 1983), p. 31.

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  • principio deevoluci6n social, que afirma quemodos mseficientes de explotaci6n tienden a sucedera modos menoseficientes.

    Este esquema de conceptualizaci6n tiene ciertasimplicancias prcticas, en el niveldel quehacer poltico cotidiano, que pueden pasardesapercibidas a primeravista. En efecto, tantoel ejercicio del poder por un grupodominante como la luchapor el dominio entre clases o grupos pueden adquirir modalidades particularmente cruentas, opresivas o, en general, inhumanas. No obstante, la premisa de que hay una garanta de que la lucha es un factorde progreso puedeneutralizar, auntotalmente, la capacidad de indignaci6n frente a la inhumanidad de esa lucha. Al mismo tiempo, el postulado de que toda reorganizaci6n socioecon6mica se presume superior a lo queexistaanteriormente puedeembotar considerablemente la capacidad de crticade lo que sucedeen el presente y la capacidad de reconocer queciertosprocesos constituyenclaramente un retroceso y nounprogreso. La transici6n del feudalismo al capitalismo signific6 s6lo sufrimiento para las grandes masas durante dos siglos. Hasta mediados del siglo pasado, el nuevoorden de cosas constitua autnticamente un progreso nicamente para la minora que se beneficiaba de l. Sin embargo, el predominio de patrones de conceptualizaci6n darwinista imposibilit un juicio crtico ms objetivo, que quizs hubiera permitido identificar cursos de acci6n ms humanos.

    Orwell piensa que la cultura contempornea est profundamente impregnada de las ideas recinesbozadas. En un artculo publicado en la Commonwealth Review, en noviembre de 1945, n se refiere a este rasgo suyo mediante la noci6n de gradualismo catastrfico. Lo caracteriza como una teoraprofusamente aceptada que se trae a colaci6ncada vez que hay que justificar una acci6nque contradice el sentimiento de decencia del ser humano promedio: "De acuerdo a esta teora,nohaynadaquese logre sin 22.- Georgc Orwcll, " Catastrophic Gradualism", The Collected Essays , Yolumc 4, pp. 3:l-37.

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  • derramamiento de sangre, mentiras, tirana e injusticia. Pero por otra parte, ningn cambio para mejor se puede esperar ni siquiera del ms grande cataclismo social. La historia se desarrolla a travs de calamidades, pero cada poca ser tan mala, o casi tan mala, como la que la precedi ... Si se objeta la dictadura se es un reaccionario, pero si se espera que la dictadura produzca buenos resultados se es un sentimental". Orwell resume las consecuencias para la cultura y el debate polfticos de este modo de pensar con gran maestra: "La frmula usualmente empleada es: No se puede hacer una tortilla sin romper los huevos. Y si uno replica: S, pero dnde est la tortilla?, entonces la respuesta ms probable es la siguiente: Bueno, no se puede esperar que todo suceda sbitamente, en un solo momento".

    El hecho de que en la cultura contempornea predomine el gradualismo catastrofista - una expresin sinttica para designar la gran familia de esquemas de conceptualizacin darwinistas deja a las sociedades contemporneas particularmente indefensas frente a los procesos de emancipacin de la voluntad de dominio, al conducir a un sentido comn ampliamente compartido que atribuye a la lucha por el poder el carcter de un factor necesario del progreso y asocia el monopolio del poder por un grupo al cumplimiento de funciones sociales positivas. Ese sentido comn es uno de los elementos primordiales que pavimentan el camino hacia el orden totalitario de 1984.

    Orwell combate ese sentido comn desplegando dos lfneas de razonamiento. La primera, expresada a lo largo de su trabajo literario, puede resumirse en la tesis de que cada caso debera juzgarse de acuerdo a sus propios mritos, abandonando todos los prejuicios que implica el gradualismo catastrfico.

    As, por ejemplo, el desempeo de funciones sociales positivas por un grupo dominante es una cuestin abierta que habra que zanj ar atendiendo a la evidencia existente sobre el caso. Esta lnea de razonamiento se muestra claramente en la actitud de Orwell

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  • tanto ante el problema sovitico, como en su enjuiciamiento del capitalismo. Enunacartaauncontemporneo suyo.acadmico en Oxford, fechada el 11 de abril de 1940,23 afirma lo siguiente: ''Todos aquellos provistos de un sentimiento moral adecuado saben desde 1931 que el rgimen ruso apesta. Parte del problema... (reside) en que la imelligentsia inglesa... se ha infectado con la nocin marxista, inherentemente mecanicista, de que si se hacen los avances tcnicos necesarios, el progreso moral sigue automaticamente. Nuncahe aceptado esto.Nocreoqueel capitalismo, en oposicin al feudalismo, mejoro la calidad actual de la vida humana, como tampoco creo que el socialismo por s mismo necesariamente implique un progreso real... (Estos) avances econmicos meramente proveen una oportunidad para un paso hacia adelante que todava no ha acontecido".

    La segunda lnea de razonamiento que despliega Orwell se resume en la tesisa la que 1984 da forma literaria: la voluntad de dominio es equivalente con la inhumanidad.

    En la novelahay un esfuerzo literario por refutar radicalmente los esquemas deconceptualizacin darwinistas. ParaOrwell, ni el dominio ni lacontienda porobtenerlo soncapaces,por smismos, de crear efectos benficos para las personas o la comunidad. Librada a s misma, la voluntad de dominio slo produce aquello que el orden totalitario de 1984 hace patente: opresin, sufrimiento, esclavitud, degeneracin intelectual y espiritual. odio. Esto es, la vida solitaria, pobre, desagradable, brutal y corta que describa Hobbcs.

    La conviccin de Orwell es que la humanidad reside en otra parte. Especficamente, en todo aquello que la sociedad diseada por el Partido Interior se orienta a aniquilar: el goce ertico, el amor, el sentimiento de libertad, la satisfaccin placentera de necesidades comoelbeberyel comer, el disfrute de laprivacidad, 23.- GeorgeOrwell, cana a Humphry House, The CollectedEssays, Volume 1, pp. 580-584. Lo cursivo en el texto,

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  • la lealtad, la creacin artstica, el goce esttico, la verdad y el anhelo de objetividad, el desarrollo de lenguajes cada vez ms complejos y ricos en significados. La fidelidad a la propia conciencia, un sentimiento de continuidad histrica y de pertenencia a una tradicin determinada, la seguridad, el anhelo de justicia.

    En consecuencia, si hay progreso cn la historia, hay que explicarlo no en trminos de la accin del poder, sino por referencia a la existencia de condiciones que permitan domesticarlo o convcrtirlo en instrumento al servicio de los objetivos propiamente humanos recin sealados. Por s mismo, el poder es inhumano 0, ms radicalmente, antihumano. Las fuentes de su humanizacin son necesariamente exteriores a l, y esto implica su estricta subordinacin a ellas.

    En definitiva, ello quiere decir que la cultura contempornea debera ser objeto de una transformacin profunda. Los esquemas de conceptualizacin darwinista deberan sustituirse por modalidades de pensamiento y categoras mentales que acentuaran la naturaleza esencialmente instrumental de todo dominio y la idea de una comunidad poltica articulada en torno a relaciones de cooperacin. La visin orwelliana del socialismo democrtico como respuesta al estado de cosas que al autor le toc vivir, subraya la necesidad de esa transformacin.

    IV. Monopolio del poder, socialismo democrtico y sentido comn moral.

    Para Orwell, la historia se resume en la lucha dc los grupos dominantes por preservar el monopolio del poder, yen la dc los grupos que aspiran a detcntarlo por desplazar a los primeros. En

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  • esta lucha. las eternas perdedoras son las grandes masas de gente comn, que a lo ms que pueden aspirar es a ser utilizadas, en los perodos revolucionarios, por quienes luchan contra el poder establecido, derivando de ello algunos beneficios. Pero una vez consolidado el dominio de los contendores.Ias cosas retornan a su estado normal, lo que para la gente comn es simplemente sinnimo de opresin,"

    Hasta ahora, ningn grupo dominante ha logrado un monopolio absoluto del poder. Prueba de ello es no slo el hecho histricamente observable de la sustitucin en el tiempo de unos grupos dominantes por otros, sino tambin la circunstancia de que hasta hoy las diversas formas de dominio, pasadas y presentes, han desempeado y desempean funciones sociales positivas. Bajo la hiptesis de un monopolio absoluto del poder, que es precisamente la hiptesis sobre la cual se construye el mundo de1984, ninguna de esas cosas ocurrira. Que el orden totalitario mundial descrito en la novela sea todava asunto de la ficcin literaria y no realidad social observable. se debe a que hasta ahora todo dominio ha encontrado factores efectivos de contestacin. que han trabado la aspiracin al poder absoluto que es caracterstica de todo grupo dominante. Ello explica que las dictaduras del pasado hayan sido simplemente despticas y no totalitarias.

    Segn es bien sabido. Orwell piensa que en el mundo contemporneo esas condiciones han cambiado, que existen tendencias cuya operacin puede conducir a una situacin donde el monopolio absoluto del poder sea posible. Es ese diagnstico suyo el que confiere urgencia y gravedad a su profeca. Esquemticamente, se puede decir que esas tendencias son de tres tipos.

    La primera lnea de argumentacin de Orwell, quizs la que ms destac en los aos de guerra fra posteriores a la publicacin de la novela y sugerida en diversos pasajes de1984, dice relacin 24.- George Orwell, 1984, op. cit., pp. 166-167.

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  • con los cam bias experimentados por la tecnologa blica a raz de la invencin de las armas nucleares, y con el impacto de estos cambios en las relaciones polticas al interior de los estados y en las relaciones de stos entre s." La segunda lnea de argumentacin, que probablemente es la que ms destaca en una lectura contempornea de 1984, se refiere a la aparicin de una tecnologa para el control social que implica una transformacin cualitativa en relacin con los medios disponibles para los grupos dominantes en el pasado. As, por ejemplo, la naturaleza panptica ze del orden totalitario de 1984 no sera posible sin los medios de espionaje electrnico contemporneo. Finalmente, Orwell argumenta en el contexto de lo que usualmente se conoce como la paradoja de la pobreza en condiciones de abundancia. Esta lnea argumentativa, que probablemente es la que menos resalta hoy, merece una consideracin ms detallada.

    Orwell parte de la premisa de que una sociedad jerrquica slo es posible bajo condiciones de pobreza e ignorancia. La prosperidad generalizada de bienes materiales y culturales trae consigo un debilitamiento de las bases en que descansa una sociedad de esa clase, yen el largo plazo significa su destruccin." Pero ello implica que una situacin donde comienzan a darse condiciones para esa prosperidad generalizada contiene un fuerte aliciente para que los grupos dominantes procuren robustecer su monopolio del poder, de modo de conservar la pobreza e ignorancia prevalecientes. Esa es la razn por la cual, en 1984, el Ministerio de la Abundancia no produce prosperidad sino pobreza.

    25. - El desarrollo de esta tesis se encuentra en George Orwell, "You and thc Atom Bomb", The Collected Essays, Volume 4, pp. 23-26. Vase, tambin George Orwcll, "Tuward European Unity", The Collected Essays, Volume 4, pp. 423-429. 26.- Laexpresin es de Michel Foucault, y designa una sociedad totalmente vigilada, segn el modelo de Bentham expuesto en el Panopucan. Vase Michel Foucault , Vigilar y Castigar (Mxico: Siglo XXI Editores, 1976), pp. 199-230. 27.-George Orwell, 1984, op. cit., pp. 156-157.

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    produccin es vieja en el anlisis marxista y la observacin de la paradoja constituy un estmulo poderoso para que Keynes desarrollara su Teora General. ~ Ms original es la nocin de que el advenimiento de condiciones para una prosperidad generalizada constituye un aliciente para que los grupos dominantes endurezcan su monopolio del poder, con el fin de perpetuar la escasez como medio de control social. No obstante, no es una idea excntrica. En un artculo publicado en Londres en 1943, Kalecki predice exactamente este tipo de comportamiento por parte de la burguesa industrial en los pases capitalistas, y lo vincula a la aceptacin por ella del fascismo."

    De esta manera, Orwell detecta en las sociedades de su tiempo tanto estmulos efectivos a los grupos dominantes para vigorizar su monopolio del poder - lo cual es vlido sea para las oligarquas colectivistas como la sovitica, sea para las burguesas industriales de los pases capitalistas - como nuevos recursos de control social disponibles para esos grupos, que confieren un considerable realismo a la imagen de un orden totalitario mundial. Su respuesta consiste en afirmar la necesidad de alguna forma de socialismo democrtico, como modalidad de organizacin poltica y sociocconmica que sustituya tanto al capitalismo como al colectivismo oligrquico.

    La proposicin del socialismo democrtico como solucin no es arbitraria. Tal como lo concibe Orwell, ataca en su raz misma las tendencias que favorecen desarrollos totalitarios. al generar a travs de una fragmentacin y redistribucin del poder de con28.- George Orwell, "The Road to Wigan Pier", op_ cit., pp. 149-150. 29.- J. M. Keynes, The General Theory of Employment, Interest and Money (London: Macmillan, 1936), pp. 30-31. 30.- M. Kalecki, "Political Aspects of FuI1 Ernployment", en Selected Essays on the

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  • testacin suficientes para trabar y entorpecer significativamente procesos orientados a la obtencin de un monopolio absoluto del poder." Por una parte, en la visin de Orwell el socialismo democrtico implica una transformacin sustancial del orden econmico capitalista, cuya finalidad es acabar con la paradoja de la pobreza en condiciones de abundancia. Esas transformaciones, al operar en un contexto de libertad poltica, liquidaran las restricciones a la difusin de una prosperidad general de bienes materiales y culturales. impuestas por las exigencias de dominio de los grupos dominantes. Segn se vi, Orwell piensa que esa prosperidad general abrira, por primera vez, la oportunidad para la gran masa de gente comn de debilitar permanentemente el monopolio del poder por los grupos dominantes. Por otra parte, el componente democrtico del socialismo que propugna Orwell es idntico con el conjunto de instituciones polticas liberales que caracterizan tanto a la democracia inglesa como a las restantes democracias occidentales que l conoce, Ello implica que la gran masa de gente comn tiene a su disposicin un conjunto de recursos institucionales con los cuales contener el ejercicio del poder e impedir su concentracin y, dada la superior situacin material y cultural en que se encuentra, cabe suponer que podr utilizarlos con mucho mayor eficacia que con la que lo hizo en el pasado,

    No obstante. el rasgo ms destacado de la propuesta orwclliana reside en que ella tiene una fundamentacin primordialmente moral o tica. De no ser as, Orwel1estara simplemente recayendo en un modelo de cuo darwinista, que atribuirfa al simple hecho de la lucha en un contexto de distribucin y fragmentacin del poder la virtud de generar efectos colectivos benficos. Dynamics of the Capitalist Economy, (Cambridge University Press: 1971), pp. 138-145. 31.- Respecto a la relacin entre socialismo democrtico y los efectos polticos del cambio en la tecnologa blica originado en la invencin de armas nucleares, Orwell proporciona un anlisis especifico, situado en las circunstancias de los afios inmediatamente posteriores a la guerra, en "Toward European Unity", The Collected Essays, Volume 4, pp. 423-429. La discusin de ese anlisis y el enjuiciamiento de su vigencia en las condiciones actuales, llevaran demasiadas pginas, al punto de exigir unas notas distintas de las que aqu se presentan.

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  • Para Orwell, los protagonistas del socialismo democrtico no son ni elites premunidas de una teora cientfica o unatica superior, ni vanguardias revolucionarias provistas de privilegios extraordinarios en su comportamiento, en contraste con el mortal comn, Son simplemente las masas de gentecomn, y coherentemente con ello el fundamento moral de la idea de socialismo democrtico radicaen ciertos principios morales que son los que orientan el comportamiento cotidiano de la gente comn.

    En reiteradas ocasiones Orwell designa esa moralidad mediantela expresin de decencia comn." Suconviccin es quelas masasde no privilegiados sustentan, de una manera tcitay poco consciente, unosprincipios morales mnimos, que sonjustamente los que el privilegio y la voluntad de dominio arrollan sistemticamente aldesplegarse en la historia. Sobreloscontenidos de esa decencia comn no ofrece una definicin explcita. No obstante, no es difcil reconstruirlos a partir de ciertas situaciones recurrentes en la obra orwelliana.

    As, por ejemplo, en un comentario a un poema de W. H. Auden, donde se glorifica la figura del combatiente-militante en la guerra civil espaola, entre otras cosas, en trminos de su aceptacin consciente de la culpaporel asesinato necesario, dice Orwell:" .....ntesela frase 'asesinatonecesario'.Slopodraser escrita por una personapara la cual el asesinato es a lo ms una palabra. Personalmente, no hablaratan livianamente del asesinato. Sucedeque he visto los cuerpos de muchos asesinados, no digo muertos en batalla, digo asesinados. En consecuencia, algo sde lo que significa el asesinato: el terror, el odio, los alaridos de los parientes, los post mortem, la sangre, los olores. Para m, el asesinato es algoa evitar. As loes paracualquier persona ordinaria", 32.- Vase la carta, ya citada. a Humphry Hoose,TheCollecltd Essays, Volume l,pp. 580584. 33.- George Orwell, "Inside the Whale", The Collected Essays, Volume 1.pp. 565-566.

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  • En 1984, cuando Winston Smith cae en la trampa que le tiende O'Brien, y cree ser reclutado para la Hermandad que lidera Golstein, promete hacer cualquier cosa por ella. La lista de promesas incluye el asesinato, actos de sabotaje que puedan causar la muerte de cientos de inocentes, mentir, extorsionar, corromper la mente de los nios, distribuir drogas, fomentar la prostitucin, diseminar enfermedades venreas, aun arrojar cido sulfrico a la cara de un nio." Mediante esas promesas, Smith ha abjurado de la decencia comn. Posteriormente, cuando en los dilogos-interrogatorios del fmal de la novela la reivindique frente a O'Brien, ste le har escuchar una grabacin de ellas, liquidando su ltima lnea de defensa.

    Para Orwell, la idea de socialismo no es sino la expresin articulada, en el plano poltico, de la nocin de decencia comn. Por ello, se trata de una idea plenamente antagnica con los esquemas darwinistas de conceptualizacin. El gran error del marxismo reside en haber sustituido esa fundamentacin moral por una teorizacin pretendidamente cientfica, cuya filiacin darwinista es fcilmente detectable. Con ello, la idea de socialismo no gan nada y perdi mucho. Primero. se alien a las grandes masas, al convertirse en una suerte de gnosis, patrimonio de unos cuantos intelectuales e iniciados. Segundo, posibilit el surgimiento de fenmenos totalitarios como el sovitico, con lo cual se desprestigi y desvaloriz. Finalmente, le sucedi lo que a Winston Smith: se qued sin defensas frente al embate totalitario, porque haba renunciado a ellas mucho antes."

    Orwell sostiene, en el contexto de la Inglaterra y la Europa de su tiempo, que su propuesta de socialismo democrtico, al fundamentarse en la decencia comn y despojarse por consiguiente de los ropajes pretendidamente cientcos con que el marxismo visti al socialismo, es capaz de recuperar a las grandes masas para el socialismo. 34.- George Orwell, 1984, op. cit., p. 142. 35.- Vase, por ejemplo, George Orwell, "The Road to Wigan Pier", op. cit., pp. 149-204.

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  • Noobstante, se equivocara quieninterpretara esa reflexi6n en un sentido poltico-instrumental puramente coyuntural. En la visi6n orwelliana, ganar las masas para el socialismo significa elevar la decenciacomna la categora de principio constitutivo de la vidapoltica, bajoel supuesto de quela reivindicaci6n deesa decenciacomnes capazde atraera la granmasade gente comn a desempear rolespolticos ms protag6nicos. A la vez, significa una transformaci6n profunda de la cultura poltica: la sustituci6n de los esquemas darwinistas de conceptualizaci6n y sus implicacionespororientaciones referidas a las ideasdejusticiay libertad, el predominio de la noci6n de que el poder est estrictamente subordinado a la decencia comn,y la valorizaci6n de la persona como un animal poltico cooperador, enteramente opuesto al amante de la guerraque personifica O'Brien en1984.

    En suma, el socialismo democrtico orwelliano es una respuestaantitotalitaria, perfectamente coherente con los antecedentes queOrwelltuvoa la vistaal construirsuprofeca. A la vez,del conjunto de elementos y sugerencias contenidos en su obra, es quizs el que puedagozar de mayorcontemporaneidad.

    No se trata de que las imgenes dantescas que evoca la emancipaci6n de la voluntad de dominio sean ya de manera defmitiva una cosa del pasado. En un comentario sobre una compilaci6ndecuentos de JackLondon,"Orwell se refiere ala notable capacidad del novelista norteamericano para anticipar, con gran precisin, rasgos de los desarrollos totalitarios que tendran lugar en el siglo XX. "...predijo, por ejemplo, ese peculiarhorrorde la sociedad totalitaria, que es el modoen que aquellos, sospechosos de ser enemigos del rgimen, simplemente desaparecen": En 1984, Orwell recoge la anticipaci6n de London. La diferencia radicaenquela noveladeesteltimohabasidopublicada en1907.

    36.- George Orwell, "Introduction to 'Iove oC Iife and other stories' by rack Londoo" TM Collected Essays, Volume 4, pp. 4148. Lo cursivo es de Orwell.

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  • En cambio, cuando Orwell hace de la desaparicin de personas una de las instituciones de la vida cotidiana del orden totalitario de 1984, la profeca de London ya se haba cumplido. Tanto en la sociedad sovitica de los aos treinta como en el fascismo alemn de la misma poca, la simple desaparicin de personas ha pasado a ser una institucin.

    Treinta y cinco aos despus de la publicacin de 1984, en los pases del sur de Amrica Latina - Argentina, Chile, Uruguay-mucho de aquello que en la novela es considerado como proftico, ya no lo es ms. En el sur de Amrica Latina. 1984 nos previene acerca del riesgo totalitario. Acicatea la memoria y obliga a recordar can cerca se ha estado o se est del totalitarismo.

    Siendo sa una funcin importante, ms contempornea an parece la visin orwelliana de que en una sociedad de masas al totalitarismo slo puede detenerlo la decencia comn de la gran masa de gente comn. Del conjunto de proposiciones de la obra orwelliana es la ms importante.

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