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JUEVES 27 DE AGOSTO DEL 2015 A22. EL COMERCIO Colecciones El Comercio @elcomercio elcomercio.pe (51) 947-031-286 S i alguien pensaba que Alfre- do González estaba fuera del fútbol peruano, pues tengo que darle la peor de las noticias. Su ADN se ha quedado aquí, su penosa herencia si- gue navegando en medio del balom- pié nuestro. Los dirigentes del club Real Garcilaso han exhibido el más sombrío rostro de un directivo en el mundo del deporte. Las amenazas recibidas por los jugadores del club cusqueño en un vestuario bordean lo delincuencial. La pelota, por supues- to, se mancha. Julio Vásquez, presidente del Gar- cilaso, ha deslindado en una carta (escrita con errores ortográficos de nivel primaria) en la cual dice que él no fue quien comparó los castigos que usan en los cárteles de narcos en Mé- xico para intimidar a sus futbolistas después de la goleada recibida ante Sporting Cristal en el Cusco. Sin el menor ánimo de mea culpa, sin nin- gún gesto autocrítico, Vásquez siguió reduciendo nuestro fútbol profesio- nal a los niveles de un set de Laura Bozzo. Es una lástima porque Real Garci- laso, en el lado deportivo, había mos- trado intenciones de sumar en el poco competitivo balompié local. Inclu- so contrataron a uno de los técnicos con mayor futuro por estos lares co- mo Mariano Soso. Pero lo que pare- cía tan bonito por fuera estaba muy malogrado adentro. Vásquez y com- pañía gobiernan sus equipos como si fueran gamonales haciendo recordar las peores versiones de lo que fueron Juvenal Silva o José Mallqui. El fútbol peruano tiene aún ese rincón apoca- líptico que tanto duele: piensa en lo peor y acertarás. Esta historia no terminará aquí. Seguro a Vásquez le espera una du- rísima sanción por acusaciones sin pruebas sobre un supuesto soborno de Cristal a jugadores de Garcilaso. Sin embargo, lo más grave no es ese agravio, sino la dura advertencia que se oye en ese video que ha circulado por todos los medios y redes sociales. Podríamos interpretar ese grosero re- proche como una amenaza de muer- te. Aunque eso ya lo están haciendo. Dirigentes como los de Real Garcila- so, con su incontinencia verbal, están matando el fútbol desde hace rato. PEDRO CANELO LOS COMENTARIOS IRREALES DE GARCILASO “Las amenazas recibidas por los jugadores del club cusqueño en un vestuario bordean lo delincuencial”. Lea mañana en Posdata a - Josefina Barrón - M uñoz lleva una vida entre sonrisas y car- pas que ya se extien- de por tres genera- ciones. —¿Cómo empezó a ser ‘Pitillo’? Mi contacto con el circo se da por 1949, a los 13 años. Empe- cé como músico. Tenía afición por el circo, por todo lo artístico. En- tonces, colaboraba con los circos que lle- gaban al sitio donde yo vivía, tocando bate- ría, flauta y el pito, ese que me identifica como ‘Pitillo’. Un pito es una flauta artesanal de bronce, no es profesio- nal. Hasta hoy lo uso en el circo. Por ello, me gané el nombre de ‘Pitillo’. —Usted fabrica sus instrumentos musicales. ¿Estudió para ello? En esa época no había academias como ahora. Los artistas se hacían en el mismo circo, al rigor de la vida en la carpa. Por ello, me entregué de lleno a aprender disciplinas circen- ses como música y acrobacia. —¿Quién fue su mayor influencia? En Chile, había un payaso que se lla- maba Tony Carlín. No era de nom- bre tan grande, pero era un paya- so muy bueno. Antes de pintarme la cara, Tony fue el que me gustaba más porque era monologuista, tra- bajaba muy bonito. En esa época, tocaba en la banda del circo y lo veía trabajar. Nos hicimos muy amigos. “Píntate de payaso y vas a tener fu- turo, porque a ti te gusta”, me decía. —¿Y usted con el tiempo también les ha enseñado a futuros payasos? He pintado a varios mucha- chos que ahora son bue- nos payasos. —¿Empezando des- de casa? Claro. Tengo dos hi- jos: Hugo, el ‘Pitillo’, y Marilú, la ‘Pitilla’. Además, el hijo de Hu- go, ahora es el payaso blanco en su circo. —¿Cómo se da esta herencia en la familia? Mi idea siempre fue que los hijos tenían que aprender a trabajar des- de niños: aprender un número, un acto, lo que sea en el circo. Porque cualquier cosa que le pase a uno, POSDATA Tengo 68 años de vida artística y 80 en la tierra. Soy el primer payaso ‘Pitillo’, mi hijo Hugo sigue hoy mis pasos en su circo: el Circo de la Alegría. A él le he aconsejado que sea humilde. Que tenga humildad respecto al público, amor al personaje del payaso haciendo comicidad limpia y que honre el nombre de su padre. Nací en Valparaíso en 1935, viajé por Colombia, Ecuador y el Perú, donde atraparon mi corazón, hasta la fecha. He formado a varios payasos y creo que mientras en el mundo haya mujeres dispuestas a tener hijos e hijas artistas no dejará de existir el circo. Hugo Muñoz ‘Pitillo’ Payaso EDUARDO CAVERO “Un payaso nunca se jubila” MARíA FERNANDA CASTRO RIVAS Cada noche de agosto, Hugo Muñoz se pinta el rostro y sale a arrancar sonrisas. El ‘Pitillo’ origi- nal es un payaso que tiene dos hi- jos y un nieto que siguen sus pasos en las artes circenses, que fabrica sus instrumentos musicales y crea marionetas en su taller del Callao. ellos tienen un sostén para vivir. Huguito se convirtió en payaso a los 6 años. Él era chiquito, se ena- moró de la mujer del contorsionis- ta –en realidad se le dice ‘dislo- cador’ al hombre que hace estos actos–. La muchacha lo enamora- ba y le decía “Yo me voy a casar con un payasito” y él no se pintaba. Los payasos, que son traviesos, un día lo vistieron y lo pintaron. Entró en una comedia grande y ahí fue que le gustó. —¿Qué necesita un payaso? Existen dos formas: hay personas que tienen el espíritu cómico que le viene natural y hay a quienes les gusta y lo hacen a pesar de que no les nace y solo aprenden chistes y actos. Pero el que tiene la vis cómi- ca causa risa haciendo cualquier cosa. Y eso pasa en toda profesión. —¿Qué opina de los circos de hoy? Mala opinión no tengo. Se defor- mó un poco el circo clásico por la entrada de muchos artistas de la televisión. Ellos atraen al público solo por su nombre y la gente va, pero a ver lo mismo que hay en te- levisión. El verdadero circo es con atracciones de artistas como acró- batas, trapecistas, malabaristas y equilibristas. —¿Cómo era antes? El circo clásico era diferente. Em- pezando con que las carpas no eran tan oscuras como hoy. Antes era blanca, hecha de lona o tocuyo. Se colocaban de 2 a 4 mástiles. El piso se llenaba de aserrín y el público se sentaba en sillas plegables de madera. Los artistas vivíamos en carpitas de tela, como unos came- rinos. Ahora usan casas rodantes o tráileres. El circo tenía música en vivo con una orquesta y los actos eran más osados, sin el uso de la línea de vida. Además, se usaban animales a los cuales se les cuidaba mucho, como a unos hijos. —¿Ha realizado otros trabajos? Sí, siempre de payaso. Aquí mismo, en Lima, en compañías de revistas musicales, en todo tipo de espectá- culos: cabarets y ‘night clubs’. Ha- bía este tipo de espectáculo noctur- no, ahora todo es discoteca. —¿Con qué otros artistas ha tra- bajado? Yo he trabajado con casi todos los artistas conocidos de la época: Lu- cho Barrios, Luis Abanto Morales, Los Kipus, Anamelba, Chalo Reyes. Este último era guitarrista y yo lo vi convertirse en cómico. —¿Tiene alguna anécdota con al- guno de ellos? Mira, tengo un libro de chistes, es un cuaderno de apuntes. Una vez se lo presté a Pepe Tapia, un cómi- co chileno, quería llevarse algunas novedades y no me lo devolvió. El día que se iba a ir, me dijo: “Oye, don Augusto me lo ha pedido, pa- ra la peña. Después él te lo devuel- ve”. Como yo conocía a Augusto Ferrando, porque también trabajé en la Peña Ferrando, pensé que no habría problema. Pasaron dos años y tuve que ir a hacerle la guardia va- rias veces. Hasta que me lo devol- vió, pero todo garabateado. Al final de cuentas copié otro. No me que- jo, porque todo lo que sea aportar a la comicidad me encanta. —¿Los payasos se jubilan? No. El artista nunca se jubila. Nace y muere artista. No se puede dejar. Cuando empecé los artistas se hacían en el mismo circo, al rigor de la vida en la carpa. Me entregué de lleno a aprender disciplinas circenses”. El circo clásico era diferente. Las carpas no eran tan oscuras, se colocaban 4 mástiles y el piso era de aserrín”. -- ESPECTÁCULO -- El Circo de la Alegría se presenta en el Jockey Plaza hasta el 31 de este mes.

Un payaso nunca se jubila

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Entrevista a Hugo Muñoz "Pitillo".Por: María Fernanda Castro RivasPublicado en el diario El Comercio ( edición del jueves 27 de agosto de 2015).

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Page 1: Un payaso nunca se jubila

jueves 27 de agosto del 2015A22. el comercio

Posdata

Colecciones El Comercio

@elcomercio elcomercio.pe (51) 947-031-286

s i alguien pensaba que Alfre-do González estaba fuera del fútbol peruano, pues tengo que darle la peor de las noticias. Su ADN se ha

quedado aquí, su penosa herencia si-gue navegando en medio del balom-pié nuestro. Los dirigentes del club Real Garcilaso han exhibido el más sombrío rostro de un directivo en el mundo del deporte. Las amenazas recibidas por los jugadores del club cusqueño en un vestuario bordean lo delincuencial. La pelota, por supues-to, se mancha.

Julio Vásquez, presidente del Gar-cilaso, ha deslindado en una carta (escrita con errores ortográficos de nivel primaria) en la cual dice que él no fue quien comparó los castigos que usan en los cárteles de narcos en Mé-xico para intimidar a sus futbolistas después de la goleada recibida ante Sporting Cristal en el Cusco. Sin el menor ánimo de mea culpa, sin nin-gún gesto autocrítico, Vásquez siguió reduciendo nuestro fútbol profesio-nal a los niveles de un set de Laura Bozzo.

Es una lástima porque Real Garci-laso, en el lado deportivo, había mos-trado intenciones de sumar en el poco competitivo balompié local. Inclu-so contrataron a uno de los técnicos con mayor futuro por estos lares co-mo Mariano Soso. Pero lo que pare-cía tan bonito por fuera estaba muy malogrado adentro. Vásquez y com-pañía gobiernan sus equipos como si fueran gamonales haciendo recordar las peores versiones de lo que fueron Juvenal Silva o José Mallqui. El fútbol peruano tiene aún ese rincón apoca-líptico que tanto duele: piensa en lo peor y acertarás.

Esta historia no terminará aquí. Seguro a Vásquez le espera una du-rísima sanción por acusaciones sin pruebas sobre un supuesto soborno de Cristal a jugadores de Garcilaso. Sin embargo, lo más grave no es ese agravio, sino la dura advertencia que se oye en ese video que ha circulado por todos los medios y redes sociales. Podríamos interpretar ese grosero re-proche como una amenaza de muer-te. Aunque eso ya lo están haciendo. Dirigentes como los de Real Garcila-so, con su incontinencia verbal, están matando el fútbol desde hace rato.

pedrocanelo

Los comentarios

irreaLes de GarciLaso

“Las amenazas recibidas por losjugadores del club cusqueño

en un vestuario bordeanlo delincuencial”.

Lea mañana en Posdata a- Josefina Barrón -

m uñoz lleva una vida entre sonrisas y car-pas que ya se extien-de por tres genera-ciones.

—¿Cómo empezó a ser ‘Pitillo’?Mi contacto con el circo se da por 1949, a los 13 años. Empe-cé como músico. Tenía afición por el circo, por todo lo artístico. En-tonces, colaboraba con los circos que lle-gaban al sitio donde yo vivía, tocando bate-ría, flauta y el pito, ese que me identifica como ‘Pitillo’. Un pito es una flauta artesanal de bronce, no es profesio-nal. Hasta hoy lo uso en el circo. Por ello, me gané el nombre de ‘Pitillo’.—Usted fabrica sus instrumentos musicales. ¿Estudió para ello?En esa época no había academias como ahora. Los artistas se hacían

en el mismo circo, al rigor de la vida en la carpa. Por ello, me entregué de lleno a aprender disciplinas circen-ses como música y acrobacia.—¿Quién fue su mayor influencia?En Chile, había un payaso que se lla-maba Tony Carlín. No era de nom-bre tan grande, pero era un paya-so muy bueno. Antes de pintarme la cara, Tony fue el que me gustaba más porque era monologuista, tra-bajaba muy bonito. En esa época, tocaba en la banda del circo y lo veía trabajar. Nos hicimos muy amigos. “Píntate de payaso y vas a tener fu-turo, porque a ti te gusta”, me decía.—¿Y usted con el tiempo también les ha enseñado a futuros payasos?

He pintado a varios mucha-chos que ahora son bue-

nos payasos.—¿Empezando des-de casa?Claro. Tengo dos hi-jos: Hugo, el ‘Pitillo’,

y Marilú, la ‘Pitilla’. Además, el hijo de Hu-

go, ahora es el payaso blanco en su circo.

—¿Cómo se da esta herencia en la familia?Mi idea siempre fue que los hijos tenían que aprender a trabajar des-de niños: aprender un número, un acto, lo que sea en el circo. Porque cualquier cosa que le pase a uno,

posdata

Tengo 68 años de vida artística y 80 en la tierra. Soy el primer payaso ‘Pitillo’, mi hijo Hugo sigue hoy mis pasos en su circo: el Circo de la Alegría. A él le he aconsejado que sea humilde. Que tenga humildad respecto al público, amor al personaje del payaso haciendo comicidad limpia y que honre el nombre de su padre. Nací en Valparaíso en 1935, viajé por Colombia, Ecuador y el Perú, donde atraparon mi corazón, hasta la fecha. He formado a varios payasos y creo que mientras en el mundo haya mujeres dispuestas a tener hijos e hijas artistas no dejará de existir el circo.

Hugo Muñoz ‘Pitillo’

Payaso

eduardo cavero

“Un payaso nunca se jubila”

MARíA fERNANDA CASTRo RIVAS

Cada noche de agosto, Hugo Muñoz se pinta el rostro y sale a arrancar sonrisas. El ‘Pitillo’ origi-nal es un payaso que tiene dos hi-jos y un nieto que siguen sus pasos en las artes circenses, que fabrica sus instrumentos musicales y crea marionetas en su taller del Callao.

ellos tienen un sostén para vivir. Huguito se convirtió en payaso a los 6 años. Él era chiquito, se ena-moró de la mujer del contorsionis-ta –en realidad se le dice ‘dislo-cador’ al hombre que hace estos actos–. La muchacha lo enamora-ba y le decía “Yo me voy a casar con un payasito” y él no se pintaba. Los payasos, que son traviesos, un día lo vistieron y lo pintaron. Entró en una comedia grande y ahí fue que le gustó.—¿Qué necesita un payaso?Existen dos formas: hay personas que tienen el espíritu cómico que le viene natural y hay a quienes les gusta y lo hacen a pesar de que no les nace y solo aprenden chistes y actos. Pero el que tiene la vis cómi-ca causa risa haciendo cualquier cosa. Y eso pasa en toda profesión.—¿Qué opina de los circos de hoy?Mala opinión no tengo. Se defor-mó un poco el circo clásico por la entrada de muchos artistas de la televisión. Ellos atraen al público solo por su nombre y la gente va, pero a ver lo mismo que hay en te-levisión. El verdadero circo es con atracciones de artistas como acró-batas, trapecistas, malabaristas y equilibristas.—¿Cómo era antes?El circo clásico era diferente. Em-pezando con que las carpas no eran tan oscuras como hoy. Antes era blanca, hecha de lona o tocuyo. Se colocaban de 2 a 4 mástiles. El piso se llenaba de aserrín y el público se sentaba en sillas plegables de madera. Los artistas vivíamos en carpitas de tela, como unos came-rinos. Ahora usan casas rodantes o tráileres. El circo tenía música en vivo con una orquesta y los actos eran más osados, sin el uso de la línea de vida. Además, se usaban animales a los cuales se les cuidaba mucho, como a unos hijos.—¿Ha realizado otros trabajos?Sí, siempre de payaso. Aquí mismo, en Lima, en compañías de revistas musicales, en todo tipo de espectá-culos: cabarets y ‘night clubs’. Ha-bía este tipo de espectáculo noctur-no, ahora todo es discoteca.—¿Con qué otros artistas ha tra-bajado?Yo he trabajado con casi todos los artistas conocidos de la época: Lu-cho Barrios, Luis Abanto Morales, Los Kipus, Anamelba, Chalo Reyes. Este último era guitarrista y yo lo vi convertirse en cómico.—¿Tiene alguna anécdota con al-guno de ellos?Mira, tengo un libro de chistes, es un cuaderno de apuntes. Una vez se lo presté a Pepe Tapia, un cómi-co chileno, quería llevarse algunas novedades y no me lo devolvió. El día que se iba a ir, me dijo: “oye, don Augusto me lo ha pedido, pa-ra la peña. Después él te lo devuel-ve”. Como yo conocía a Augusto ferrando, porque también trabajé en la Peña ferrando, pensé que no habría problema. Pasaron dos años y tuve que ir a hacerle la guardia va-rias veces. Hasta que me lo devol-vió, pero todo garabateado. Al final de cuentas copié otro. No me que-jo, porque todo lo que sea aportar a la comicidad me encanta.—¿Los payasos se jubilan?No. El artista nunca se jubila. Nace y muere artista. No se puede dejar.

“ Cuando empecé los artistas se hacían en el mismo circo, al rigor de la vida en la carpa. Me entregué de lleno a aprender disciplinas circenses”.

“ El circo clásico era diferente. Las carpas no eran tan oscuras, se colocaban 4 mástiles y el piso era de aserrín”.--

espectáculo--

El Circo de la Alegría se presenta en el Jockey Plaza

hasta el 31 de este mes.