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1 UN REGALO INMERECIDO Isaías 45:22 “Miradme a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra; porque Yo Soy Dios, y no existe ningún otro”. Introducción. El regalo de Dios para las personas que lo reconocen como Dios y Salvador es “su justicia”. Puesto que Dios nos rescata de la vida de pecado en la cual estábamos sumidos, para que ya no vivamos más en esa condición, salvación significa un cambio total en cuanto a la cosmovisión y al estilo de vida. Dios nos busca y no nosotros a Él, porque nos ama. Dios nos salva y perdona, librándonos así de la condenación del pecado. Ahora somos sus hijos. Somos justos delante de Él por medio de Jesucristo. Dios nos transforma por medio de su Santo Espíritu. Nos moldea a su imagen en la medida en que dependamos y permanezcamos en Él. Nuestro Dios un día vendrá por segunda vez a llevar a su pueblo a un lugar donde ya no habrá más sufrimiento, porque en ese lugar no existirá más el pecado. Todo esto es un regalo inmerecido de Dios. Romanos 11:5 “Así también, en este tiempo ha quedado un remanente elegido por gracia. Y si es por gracia, ya no es en base a las obras. Si fuera por obras, la gracia ya no sería gracia”. I. Justificación - La justicia atribuida. Romanos 5:1 “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”. Romanos 5:18 “Así, como por el delito de uno vino la condenación a todos los hombres, así también por la justicia de uno solo, vino a todos los hombres la justificación que da vida”. La justificación es una declaración legal hecha por Dios en su tribunal, de que una persona es justa respecto a la ley Divina, a causa de la justicia perfecta de Cristo, concedida a la persona por medio de la fe en Cristo. Cuando los hombres y las mujeres creen en el Señor Jesucristo como su salvador, por la influencia del Espíritu Santo. Confiesan sus pecados y se les concede perdón, esto significa justificación. Amnistía: Perdonar sin castigar, donde no hay aplicación de justicia sino perdón arbitrario. El de Dios no es arbitrario, en el sentido que su divina justicia demanda castigo de muerte “la paga del pecado es muerte”. Dios demanda la muerte del que tiene pecado. Justificación: en su sentido judicial indica que todas las demandas de la ley han sido satisfechas: al que era culpable se le declara justo, sin delito. Aplicándose esto al obrar de Dios, quiere decir que para justificar tiene que haber muerte, ya que esto es lo que su divina ley demanda. La obra de justificación no puede ser realizada a menos que ejercitemos una fe implícita. Actuemos cada día bajo el poder todopoderoso de Dios que obra en nosotros. El fruto de la justificación es serenidad y seguridad eternas. Cuando el pecador, penitente, contrito delante de Dios, comprende el sacrificio de Cristo en su favor y acepta este sacrificio como su única esperanza en esta vida y en la vida futura, sus pecados son perdonados. Esto es justificación por la fe. Cada alma creyente debe conformar enteramente su voluntad a 1 Co. 1: 30, 31 "Por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; para que, como está escrito: el que se gloria, gloríese en el Señor"

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    UN REGALO INMERECIDO

    Isaas 45:22 Miradme a m, y sed salvos, todos los trminos de la tierra; porque Yo

    Soy Dios, y no existe ningn otro.

    Introduccin.

    El regalo de Dios para las personas que lo reconocen como Dios y Salvador

    es su justicia. Puesto que Dios nos rescata de la vida de pecado en la cual estbamos sumidos, para que ya no vivamos ms en esa condicin, salvacin

    significa un cambio total en cuanto a la cosmovisin y al estilo de vida.

    Dios nos busca y no nosotros a l, porque nos ama.

    Dios nos salva y perdona, librndonos as de la condenacin del

    pecado. Ahora somos sus hijos. Somos justos delante de l por medio de

    Jesucristo.

    Dios nos transforma por medio de su Santo Espritu. Nos moldea

    a su imagen en la medida en que dependamos y permanezcamos en l.

    Nuestro Dios un da vendr por segunda vez a llevar a su pueblo a un lugar donde ya no habr

    ms sufrimiento, porque en ese lugar no existir ms el pecado.

    Todo esto es un regalo inmerecido de Dios.

    Romanos 11:5 As tambin, en este tiempo ha quedado un remanente elegido por gracia. Y si es por gracia, ya no es en base a las obras. Si fuera por obras, la gracia ya no sera gracia.

    I. Justificacin - La justicia atribuida.

    Romanos 5:1 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Seor Jesucristo. Romanos 5:18 As, como por el delito de uno vino la condenacin a todos los hombres, as tambin por la justicia de uno solo, vino a todos los hombres la justificacin que da vida.

    La justificacin es una declaracin legal hecha por Dios en su tribunal, de que una persona es

    justa respecto a la ley Divina, a causa de la justicia perfecta de Cristo, concedida a la persona por

    medio de la fe en Cristo.

    Cuando los hombres y las mujeres creen en el Seor Jesucristo como su salvador, por la influencia del

    Espritu Santo. Confiesan sus pecados y se les concede perdn, esto significa justificacin.

    Amnista: Perdonar sin castigar, donde no hay aplicacin de justicia sino perdn arbitrario. El de Dios no

    es arbitrario, en el sentido que su divina justicia demanda castigo de muerte la paga del pecado es muerte. Dios demanda la muerte del que tiene pecado.

    Justificacin: en su sentido judicial indica que todas las demandas de la ley han sido satisfechas: al que era

    culpable se le declara justo, sin delito. Aplicndose esto al obrar de Dios, quiere decir que para justificar tiene que

    haber muerte, ya que esto es lo que su divina ley demanda.

    La obra de justificacin no puede ser realizada a menos que ejercitemos una fe implcita. Actuemos cada

    da bajo el poder todopoderoso de Dios que obra en nosotros. El fruto de la justificacin es serenidad y

    seguridad eternas.

    Cuando el pecador, penitente, contrito delante de Dios, comprende el sacrificio de Cristo en su

    favor y acepta este sacrificio como su nica esperanza en esta vida y en la vida futura, sus pecados son

    perdonados. Esto es justificacin por la fe. Cada alma creyente debe conformar enteramente su voluntad a

    1 Co. 1: 30, 31 "Por l estis vosotros en Cristo Jess, el cual nos ha sido hecho por Dios sabidura,

    justificacin, santificacin y redencin; para que, como est escrito: el que se gloria, glorese en el Seor"

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    la voluntad de Dios y mantenerse en un estado de arrepentimiento y

    contricin, ejerciendo fe en los mritos expiatorios del Redentor y

    avanzando de fortaleza en fortaleza, de gloria en gloria.

    Somos perdonados en dos aspectos: a travs de nuestras

    tendencias pecaminosas y a travs de nuestras acciones pecaminosas.

    Sin embargo, en el momento en que nos rendimos a Cristo

    somos contados entre los justos por consideracin a l. El carcter de Cristo toma el lugar del vuestro, y nosotros somos

    aceptados por Dios como si no hubiramos pecado. La justificacin por la fe es precisamente esto: aceptar por

    fe la perfeccin de Cristo en lugar de nuestra imperfeccin. Su

    inmaculada justicia en lugar de nuestros trapos de inmundicia

    (Is. 64:6)

    II. Santificacin - La justicia impartida.

    1 Tes. 5: 23 "Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espritu, alma y cuerpo, sea

    guardado irreprensible para la venida de nuestro Seor Jesucristo".

    La santificaciones un requisito para que Nuestro Seor Jesucristo nos busque en su segunda venida. El

    Espritu Santo implanta una nueva criatura y modela el carcter humano mediante la gracia de Cristo, hasta que

    la imagen de Jess es perfecta. Esto es verdadera santidad.

    La obra de la santificacin comienza en el corazn y debemos relacionarnos de tal forma con Dios que

    Jess pueda poner su molde divino sobre nosotros. Santificacin es imprimir a cristo en nosotros.

    Juan 17: 16 17 No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Santifcalos en tu verdad; tu palabra es verdad.

    Santificacin es llegar a la unidad con Cristo mediante la obediencia a la verdad; ste es el propsito de

    Dios para nosotros.

    Que el alma cultive el hbito de contemplar al Redentor del mundo... Vosotros que leis estas lneas, queris decidir que nunca ms procuraris excusar vuestros defectos de carcter diciendo "es mi manera de ser"?

    Que nadie diga: "No puedo cambiar mis hbitos y tendencias naturales". Hay que permitir que la verdad penetre

    en el alma, porque as realizar la santificacin del carcter. Refinar y elevar la vida y os preparar para las

    mansiones celestiales. Efe 2:8-10 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se glore. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jess para buenas obras, las cuales

    Dios prepar de antemano para que anduvisemos en ellas. La santificacin se obtiene nicamente en obediencia a la voluntad de Dios. A ningn transgresor de los

    mandamientos le ser permitido entrar en el cielo; pues aquel que una vez fue un querubn cubridor puro y

    exaltado, fue arrojado fuera por rebelarse contra el gobierno de Dios.

    Acaso el Hijo de Dios va a santificar al transgresor de la ley del Padre,

    esa ley que Cristo vino a exaltar y honrar? El testifica: "Yo he guardado los

    mandamientos de mi Padre". Dios no va a rebajar su ley para ponerla al nivel

    de las normas imperfectas del hombre; y el hombre no puede satisfacer los

    requerimientos de esa santa ley sin experimentar arrepentimiento delante de

    Dios y fe en nuestro Seor Jesucristo.

    "Si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a

    Jesucristo el justo" (1 Juan 2: 1). Pero Dios no entreg a su Hijo a una vida

    de sufrimiento e ignominia y a una muerte oprobioso para exonerar al hombre

    de la obediencia a la ley divina.

    El corazn orgulloso lucha para ganar la

    salvacin; pero tanto nuestro derecho

    al cielo como nuestra idoneidad para l,

    se hallan en la justicia de Cristo. El

    Seor no puede hacer nada para sanar

    al hombre hasta que, convencido ste

    de su propia debilidad y despojado de

    toda suficiencia propia, se entrega al

    dominio de Dios. Entonces puede recibir

    el don que Dios espera concederle.

    DTG, 267

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    La condescendencia y la agona del amado Hijo de Dios no fueron soportadas para concederle al hombre

    libertad para transgredir la ley del Padre y no obstante sentarse con Cristo en su trono. Fueron para que

    mediante los mritos de Jess, y el ejercicio del arrepentimiento y la fe, hasta el pecador ms culpable pudiera

    recibir perdn y obtener fortaleza para vivir una vida de obediencia. El pecador no es salvado en sus pecados,

    sino de sus pecados.

    III. Glorificacin - La justicia plena.

    1 Co 15:52-58 En un instante, en un abrir de ojos, a la final trompeta; porque se tocar la trompeta y los muertos sern resultados

    incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario

    que esto corruptible sea vestido de incorrupcin, y esto mortal sea

    vestido de inmortalidad. Y cuando esto corruptible sea vestido de

    incorrupcin, y esto mortal sea vestido de inmortalidad, entonces se

    cumplir la palabra escrita: "Sorbida es la muerte con victoria". "Dnde

    est, oh muerte, tu aguijn? Dnde, oh sepulcro, tu victoria? Ya que el aguijn de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la Ley. Pero gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Seor Jesucristo.

    As, hermanos mos amados, estad firmes y constantes, abundando en la obra del Seor siempre, sabiendo que

    vuestro trabajo en el Seor no es en vano. La forma mortal y corruptible, desprovista de gracia, manchada en otro tiempo por el pecado, se vuelve

    perfecta, hermosa e inmortal. Todas las imperfecciones y deformidades quedan en la tumba. Reintegrados en su

    derecho al rbol de la vida. Los redimidos crecern hasta la perfecta medida de la raza humana en su gloria

    primitiva. . . .

    "Los justos que vivan an, son mudados 'en un momento, en un abrir de ojos.' A la voz de Dios fueron

    glorificados; ahora son hechos inmortales, y juntamente con los santos resucitados son arrebatados para recibir a

    Cristo su Seor en los aires.

    Ahora es el momento de recibir gracia, fortaleza y poder para

    combinarlos con nuestros esfuerzos humanos a fin de que podamos

    formar caracteres para la vida eterna. Cuando hagamos esto,

    descubriremos que los ngeles de Dios nos ministrarn, y seremos

    herederos de Dios y coherederos de Cristo. Y cuando suene la ltima

    trompeta, y los muertos sean llamados de su prisin y transformados en

    un momento, en un abrir y cerrar de ojos, se colocarn las coronas de

    gloria inmortal sobre la cabeza de los vencedores. Las puertas perlinas se

    abrirn para dejar entrar a las naciones que han guardado la verdad. El

    conflicto ha terminado.

    Mt. 25:34 "Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado

    para vosotros desde la fundacin del mundo".

    Deseamos esta bendicin? Yo s, y creo que ustedes

    tambin. Dios nos ayude para librar las batallas de esta vida,

    ganar diariamente la victoria y al fin estar entre los que

    arrojarn sus coronas a los pies de Jess, pulsarn las arpas de

    oro y llenarn el cielo con la msica ms dulce. Amemos a

    Jess. Demos a Jess lo que l ha comprado con su propia

    sangre. No rechacemos al Salvador, porque l pag un precio

    infinito por nosotros. Hay en Jess encantos incomparables, y deseamos ver estos encantos.

    "La justicia por la cual somos

    justificados es imputada; la

    justicia por la cual somos

    santificados es impartida. La

    primera es nuestro derecho al

    cielo; la segunda, nuestra

    idoneidad para el cielo."-MJ 32