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Un rostro en la ventana. Javier Lopez Franco Decidí contárselo todo a mi esposo 1 . El se sumió en la más extraña congoja. Y como para alarmarse en mayor grado, nuestro hijo lloró en su cuna. No obstante, hicimos un intento por dormir. Apagamos la luz y nos quedamos quietos en medio del cansancio. En la oscuridad comencé a recordar aquella ventana. 2 Y, a pesar de que había pasado lo peor, temblaba ante el recuerdo de aquel rostro, mirándome a través de las cortinas. Apenas llevaba tres meses de gestación, cuando un día 3 , al efectuar el recorrido para tomar el autobús, en forma involuntaria miré hacia la ventana de una segundo piso, 4 en ese instante en que corría la persiana, para tener ante mis ojos la más extraña visión de mi vida. No pude bajar la mirada sino cuando la persiana cayó de nuevo sobre la superficie de vidrio, era un rostro triangular, animado por unos ojos hundidos y tristes, aunque brillantes, en contraste con la boca pequeña y el cuerpo diminuto.La palidez era tan fina ! Con sólo recordarlo se me enfrían los huesos 5 , se trataba, quizá, de un niño raro, abandonado a su suerte, Y al verle desaparecer entre el cortinaje, me invadió la sensación de que, esa imagen, se diluía en mi torrente sanguíneo. En uno de sus viajes al extranjero, Felipe me trajo de regalo, una pintura titulada “El niño y el conejo”. 6 -- ¡Míralo! Es el hijo que soñamos. Me quedé sorprendida. Algo extraño, misterioso.encontré en la pintura. 7 La miraba y la miraba, pero los rostros bellos son tan familiares, doctora. En cambio, los otros insólitos - el de la ventana- obedece a otras leyes del color y la forma, se contrapone a la belleza, la anulan y corrompen, Al menos, eso sentía. Tan pronto miraba aquella pintura inocente, que representaba a un niño feliz, con un conejo en su mano derecha aparecía sobre ella el rostro de 1 Analepsis externa -evoca al pasado como punto inicial. 2 Analepsis interna- Homodiegetica 1ra N 3 Analepsis interna- Homodiegetica 1ra N 4 Analepsis interna- Homodiegetica 1ra N 5 Barthes- Nucleo 6 Barthes Nucleo. 7 Analepsis interna- Homodiegetica 1ra - Nucleo

Un Rostro en la Ventana - Javier Lopez Franco

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Análisis- narratología.

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Page 1: Un Rostro en la Ventana - Javier Lopez Franco

Un rostro en la ventana.Javier Lopez Franco

Decidí contárselo todo a mi esposo1. El se sumió en la más extraña congoja. Y como para alarmarse en mayor grado, nuestro hijo lloró en su cuna. No obstante, hicimos un intento por dormir. Apagamos la luz y nos quedamos quietos en medio del cansancio.

En la oscuridad comencé a recordar aquella ventana.2 Y, a pesar de que había pasado lo peor, temblaba ante el recuerdo de aquel rostro, mirándome a través de las cortinas.

Apenas llevaba tres meses de gestación, cuando un día3, al efectuar el recorrido para tomar el autobús, en forma involuntaria miré hacia la ventana de una segundo piso, 4en ese instante en que corría la persiana, para tener ante mis ojos la más extraña visión de mi vida. No pude bajar la mirada sino cuando la persiana cayó de nuevo sobre la superficie de vidrio, era un rostro triangular, animado por unos ojos hundidos y tristes, aunque brillantes, en contraste con la boca pequeña y el cuerpo diminuto.La palidez era tan fina ! Con sólo recordarlo se me enfrían los huesos5, se trataba, quizá, de un niño raro, abandonado a su suerte, Y al verle desaparecer entre el cortinaje, me invadió la sensación de que, esa imagen, se diluía en mi torrente sanguíneo.

En uno de sus viajes al extranjero, Felipe me trajo de regalo, una pintura titulada “El niño y el conejo”.6

-- ¡Míralo! Es el hijo que soñamos.

Me quedé sorprendida. Algo extraño, misterioso.encontré en la pintura.7 La miraba y la miraba, pero los rostros bellos son tan familiares, doctora. En cambio, los otros insólitos - el de la ventana- obedece a otras leyes del color y la forma, se contrapone a la belleza, la anulan y corrompen, Al menos, eso sentía. Tan pronto miraba aquella pintura inocente, que representaba a un niño feliz, con un conejo en su mano derecha aparecía sobre ella el rostro de la ventana: esa pálida figura que aparece en mis sueños. Aun entre las sombras se tornaba más visible. Quería ser amado y acunado en mis entrañas.8

En otra ocasión caminaba por allí, en plan de hacer algunas compras. No pude resistir la tentación de mirar. Al levantar la vista, se descorrió la persiana y apareció antes mis ojos la patética visión. Me sentí paralizada. De la ventana fluía una extraña fascinación, imposible de romper. Luego experimente tanto miedo que corrí sin saber hacia donde.

-- Por qué huye señora? -- me dijo un niño antes de llegar a la próxima esquina. Su rostros exhalaba una ternura sin igual.

-- Voy de prisa -- me le acerque a indagar --: Sabes quien vive en esa casa de dos pisos?

-- Ahi vivo yo, señora.

1 Analepsis externa -evoca al pasado como punto inicial.2 Analepsis interna- Homodiegetica 1ra N 3 Analepsis interna- Homodiegetica 1ra N 4 Barthes Nucleo.5 Analepsis interna- Homodiegetica 1ra N 6 Barthes- Nucleo 7 Analepsis interna- Homodiegetica 1ra - Nucleo 8 Analepsis interna- Homodiegetica 1ra N Nucleo

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Su respuesta me aterrorizo más y volví a correr. Prometí no volver a pasar por esa vía.A medida que transcurría el tiempo, mi preocupación aumentaba. Cada vez que contemplaba la imagen del niño y el conejo, se sobrepone el rostro de la ventana.9 A veces me consolaba al pensar, que lo anormal, es la otra cara de la belleza. Por su parte, Felipe me obligaba a cifrar toda mi atención en el niño del cuadro.

Entretanto, continuaba imbuida en mi problema: gritaba de noche, me levantaba dormida y despertaba justo en mitad de la sala frente a la pintura. Poor mi estado, no podía tomar calmantes para aliviar la angustia. Exasperado, mi esposo aguardaba con suma ansiedad el momento del parto.10

-- Qué le ocurre a la pintura? no te parece que pierde el color y la forma? -11- me gritó un día Felipe, desde la sala.

Era el quinto mes del embarazo. Durante ese tiempo no había observado nada. Me puse a mirarlo. Pude constatar los contornos desteñidos por la acción del aire o la mala calidad de los colores.

-- Es muy singular -- replique, desconcertada.

--Ya entiendo. Se debe a la acción de tus miradas-- exclamó Felipe con sorna.

Luego explicó: mientras se realizaba el proceso de gestación, la pintura perdía su forma. 12Estuve a punto de confesarle mi problema, pero destruiría su fe en el futuro del niño. Resolví, entonces, contemplar el cuadro con más entereza, asimilarlo como si fuese mi alimento preferido. La imagen se borraba poco a poco: sus ojos, la boca, la blancura del traje el gorro sobre su pelo castaño (como si el conjunto fuese devorado por el conejo)13

Parecía que el cuerpo del niño se iba cada vez más lejos, hacia una mancha confusa e informe.

-Ahora podras estar tranquila. Te convenceras: será un hermoso niño -- me decía Felipe.

Y como si todo hubiese terminado ahí, desde aquel día no volvimos a percatarnos del cuadro. Pasamos frente a él, sin mirarlo.

-- ¡Maruja! si solo te falta un mes -- me dijo una noche.

De inmediato la visión se hizo más nítida en mi mente. Al amanecer me levanté sin poder desterrar esa imagen. Y cuál no sería mi asombro al contemplar la pintura. Allí estaba, no la figura del niño con el concejo, sino el horrible rostro de la ventana.

Al llegar la noche, sentí los pasos de Felipe en la escalera.

9 Analepsis interna- Homodiegetica 1ra N Nucleo 10 Anlepsis interna- Catalisis11 Analepsis interna- Homodiegetica 1ra N Nucleo 12 Analepsis interna- Homodiegetica 1ra N Nucleo13 Analepsis interna Catalisis

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-- ¡Maruja! ¡Con quién cambiaste el cuadro?14

-- Con un niño vendedor de pinturas.

-- Parece que te engaño.

-- Es posible.

--¿ Por qué lo hiciste?

-- No lo sé. Me cayo en gracia. Quizá porque el mismo chico lo pinto. Además, es rostro estaba tan borroso.

¡Es un horror!

Al día siguiente no abandone la cama. Temblaba al escuchar el menor ruido. El futuro me causaba una incertidumbre sin límites. Me hallaba tan anonadada que perdí el sentido de las proporciones. Al tratar de orientarme, las cosas cambiaban de tamaño. Entretanto, la criatura pataleaba en mi vientre. Seguro le dolían mis pensamientos.15

En otra ocasión salí a caminar. La calle repetía mis pasos inseguro. De repente, sin buscarlo ni saber como, me hallé frente a la ventana. Allí me esperaba el engendro. Su mirada se clavó en la mia. Comencé a sofocarme. Se nublaron los ojos. No supe más. Cuando desperté, me hallaba en la clínica. Pregunté qué había pasado.

-- Que ha dado ha luz un niño -- fue la respuesta.. -- ¿ Y donde esta ?

-- En observación.

-- ¿ Por qué ?

-- Tu bebé presenta características extrañas. 16

El frío atravesó mi espina dorsal y en mi mente apareció el rostro de la ventana.

-- . . . Tiene cara triangular, ojos hundidos y … -- describir al pequeño fantasma.

-- ´Cómo lo sabes? -- interrogó uno de los médicos.

En ese instante entró el jefe y dijo que para él constituía un misterio.

-- Es mejor dejarle morir.

14 Analepsis interna- Homodiegetica 1ra N Nucleo 15 Analepsis interna catalisis 16 Analepsis interna- Homodiegetica 1ra N Nucleo

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--No, no -- grite-. Ustedes no tienen derecho. El niño es mio y vivirá.

Algo ocurrió, porque luego me sumergí en un lúgubre sopor: parecía que agonizaba. Mi cuerpo, ya sin peso, se movía a través de la tiniebla. Al despertar, Felipe estaba a mi lado. El bebé, en buenas condiciones. Su respuesta a los estímulos era satisfactoria.

Una noche después de mi ingreso al hogar, Felipe pregunto desde la sala: -- ¡Maruja! Volviste a cambiar el cuadro?17

-- ¿Cómo? Si es el mismo.

--No parece. Está en blanco.

Decidí contárselo. Sin mas preambulos me insinuó destruir al recién nacido. Ante mi negativa. al otro día se marcho, dejandome al cuidado de una enfermera. Al recuperar mi salud, decidí salir a la calle para mirar a través de aquella ventana. Elegí la hora de menos transeúntes y me paré en mitad de la calzada, frente a la casa. Con el natural sobresalto vi que la persiana estaba corrida y el vidrio en blanco. Ninguna señal de vida. Esperé. Nadie apreció.

Volví, día tras día, semana semana. Nada. Averigue en el vecindario. Me dijeron que la casa se hallaba desocupada desde años atrás.

--¿ Que paso entonces, Maruja?

-- Después de lo anterior el niño murió. Ese mismo día mandé llamar a Felipe.

Desde entonces la imagen del niño y el conejo apareció otra vez en el cuadro. Miradlo bien doctora. ¿Es verdad que se parece?18

-- ¿ Que edad tiene?

-- Tres meses…

-- Usted debe sentirse feliz.

-- Por supuesto. Es el hijo que soñamos.

17 Analepsis interna- Homodiegetica 1ra N Nucleo18 Analepsis interna- Homodiegetica 1ra N

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