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Un ser humano no es un dios. Y si bien Cristo es Dios hecho hombre él murió como un hombre, no como un dios. ¿Por qué no podría yo verme a mí mismo como Dios hecho hombre? ¿Por qué no debería poner más peso en el elemento divino que en el humano y aplastar al hombre bajo el dios? Toda mi vida he estado sujeto a estos polos magnéticos. Por un lado el dios, por el otro lado el humano. Y como hombre, el rey de los hombres y el Rey Sol. Como rey de los humanos, el hombre fue coronado y fue despojado de su corona. Si amo la anarquía, si funciono como el firmamento que acelera un estado latente de anarquía, entonces la anarquía es lo primero en mí. Hace estragos en mi organismo y sumerge mi mente en una locura precoz que tiene un nombre concreto en la terminología médica moderna. Soy hombre y mujer. Soy hombre y mujer y adorar al sol es la religión del hombre que, sin embargo, sin su doble, la mujer en la que yo me reflejo no es capaz de nada. Es la religión del ser unitario la que le divide en dos para actuar y para ser. La religión de la división primaria de este ser unitario. La unidad, dualidad unida en el primer ser andrógino que es hombre y mujer simultáneamente, unidos en un todo. Un doble combate tiene lugar en mi interior. Primero la unidad que se divide y sigue siendo unidad. Luego, la del Rey Sol: el hombre incapaz de reconciliar en sí mismo ser un ego humano que escupe sobre el hombre y finalmente le lanza a un pozo negro. Soy anarquista desde que nací; incapaz de acomodarme a una corona y todas mis acciones como rey son las acciones de un anarquista, de un enemigo público del orden, un enemigo del orden público. Pero primeramente ensayo mi anarquía en mí mismo y en mí mismo...

Un Ser Humano No Es Un Dios

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Un ser humano no es un dios. Y si bien Cristo es Dios hecho hombre l muri como un hombre, no como un dios. Por qu no podra yo verme a m mismo como Dios hecho hombre? Por qu no debera poner ms peso en el elemento divino que en el humano y aplastar al hombre bajo el dios? Toda mi vida he estado sujeto a estos polos magnticos. Por un lado el dios, por el otro lado el humano. Y como hombre, el rey de los hombres y el Rey Sol. Como rey de los humanos, el hombre fue coronado y fue despojado de su corona. Si amo la anarqua, si funciono como el firmamento que acelera un estado latente de anarqua, entonces la anarqua es lo primero en m. Hace estragos en mi organismo y sumerge mi mente en una locura precoz que tiene un nombre concreto en la terminologa mdica moderna. Soy hombre y mujer. Soy hombre y mujer y adorar al sol es la religin del hombre que, sin embargo, sin su doble, la mujer en la que yo me reflejo no es capaz de nada. Es la religin del ser unitario la que le divide en dos para actuar y para ser. La religin de la divisin primaria de este ser unitario. La unidad, dualidad unida en el primer ser andrgino que es hombre y mujer simultneamente, unidos en un todo. Un doble combate tiene lugar en mi interior. Primero la unidad que se divide y sigue siendo unidad. Luego, la del Rey Sol: el hombre incapaz de reconciliar en s mismo ser un ego humano que escupe sobre el hombre y finalmente le lanza a un pozo negro. Soy anarquista desde que nac; incapaz de acomodarme a una corona y todas mis acciones como rey son las acciones de un anarquista, de un enemigo pblico del orden, un enemigo del orden pblico. Pero primeramente ensayo mi anarqua en m mismo y en m mismo...