28
:: portada :: Cultura :: Manuel Sacristán, "Miradas filosóficas" 13-07-2007 Una conferencia inédita de Manuel Sacristán sobre Giordano Bruno y Galileo Galilei Salvador López Arnal Rebelión Hace algo más de cuarenta años, el 13 de febrero de 1967, Manuel Sacristán Luzón (1925-1985) impartió una conferencia en la Residencia (o Escuela) San Antón con el título "Bruno y Galileo: creer y saber". Existen dos esquemas muy similares de su intervención depositados en Reserva de la Biblioteca Central de la Universidad de Barcelona. Se incorporan aquí los textos seleccionados por el propio Sacristán para acompañar su intervención. Sacristán participó con un breve escrito, fechado el 3 de diciembre de 1967, en una revista de los estudiantes de Filosofía de Barcelona. Su texto llevaba por título: "Un problema para tesina en filosofía". Ha sido reimpreso en Papeles de filosofía. Icaria, Barcelona, 1984, pp. 351-355. El lector hará bien en repasarlo como complemento de esta conferencia. No era la primera que Sacristán se aproximaba a la figura de Galileo. Una de sus conferencias más recordadas, dictada en la facultad de Medicina de Barcelona en 1964, llevó por título: "Detrás de una medición de Galileo" (el esquema de su intervención se conserva igualmente en Reserva de la Biblioteca Central de la UB, Fondo Sacristán). De hecho, Sacristán hizo diversas y documentadas referencias a Galileo en sus clases de "Fundamentos de Filosofía" tras su vuelta de la Universidad de Münster, y en sus apuntes editados de 1956-57 y 1957-58 hay diversas referencias a la obra y al método galileanos. Tiene interés recordar algunas aproximaciones de Sacristán a la obra de Galileo Galilei: I) Matemático, astrónomo y físico italiano, revolucionó la concepción del mundo de su tiempo adhiriéndose a la tesis de que la tierra gira alrededor del sol. Su trabajo pionero en gravitación y movimiento le costó la vigilancia ininterrumpida del tribunal de la Inquisición en Roma. En 1633, a los 70 años de edad y después de haber estado sometido a veinte días de interrogatorios y acusaciones, Galileo abjuró. Cuenta la tradición que, al levantarse, golpeó con furia el suelo y exclamó "Eppur si muove" (y sin embargo se mueve). Su contribución al pensamiento moderno recoge, además, su intento inicial de combinar el cálculo matemático y la experimentación. Por eso se le considera no sólo padre de la mecánica moderna, sino también de la física experimental. II) [...] Pues Galileo no probó ni podía probar el heliocentrismo. Tampoco se ha probado,... la ley de caída libre de los graves, por ejemplo: el escolástico Cremonini pudo sostener con toda "razón" contra los galileanos que esa ley "no se cumple" nunca en la realidad accesible a los hombres en la page 1 / 28

Una conferencia in ita de Manuel Sacrist sobre Giordano ... · Tiene interés recordar algunas aproximaciones de Sacristán a la obra de Galileo Galilei: I) Matemático, astrónomo

  • Upload
    others

  • View
    0

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

:: portada :: Cultura :: Manuel Sacristán, "Miradas filosóficas"

13-07-2007

Una conferencia inédita de Manuel Sacristán sobre GiordanoBruno y Galileo GalileiSalvador López ArnalRebelión

Hace algo más de cuarenta años, el 13 de febrero de 1967, Manuel Sacristán Luzón (1925-1985)impartió una conferencia en la Residencia (o Escuela) San Antón con el título "Bruno y Galileo: creery saber". Existen dos esquemas muy similares de su intervención depositados en Reserva de laBiblioteca Central de la Universidad de Barcelona. Se incorporan aquí los textos seleccionados porel propio Sacristán para acompañar su intervención.

Sacristán participó con un breve escrito, fechado el 3 de diciembre de 1967, en una revista de losestudiantes de Filosofía de Barcelona. Su texto llevaba por título: "Un problema para tesina enfilosofía". Ha sido reimpreso en Papeles de filosofía. Icaria, Barcelona, 1984, pp. 351-355. El lectorhará bien en repasarlo como complemento de esta conferencia.

No era la primera que Sacristán se aproximaba a la figura de Galileo. Una de sus conferencias másrecordadas, dictada en la facultad de Medicina de Barcelona en 1964, llevó por título: "Detrás deuna medición de Galileo" (el esquema de su intervención se conserva igualmente en Reserva de laBiblioteca Central de la UB, Fondo Sacristán). De hecho, Sacristán hizo diversas y documentadasreferencias a Galileo en sus clases de "Fundamentos de Filosofía" tras su vuelta de la Universidadde Münster, y en sus apuntes editados de 1956-57 y 1957-58 hay diversas referencias a la obra y almétodo galileanos.

Tiene interés recordar algunas aproximaciones de Sacristán a la obra de Galileo Galilei:

I) Matemático, astrónomo y físico italiano, revolucionó la concepción del mundo de su tiempoadhiriéndose a la tesis de que la tierra gira alrededor del sol. Su trabajo pionero en gravitación ymovimiento le costó la vigilancia ininterrumpida del tribunal de la Inquisición en Roma. En 1633, alos 70 años de edad y después de haber estado sometido a veinte días de interrogatorios yacusaciones, Galileo abjuró. Cuenta la tradición que, al levantarse, golpeó con furia el suelo yexclamó "Eppur si muove" (y sin embargo se mueve). Su contribución al pensamiento modernorecoge, además, su intento inicial de combinar el cálculo matemático y la experimentación. Por esose le considera no sólo padre de la mecánica moderna, sino también de la física experimental.

II) [...] Pues Galileo no probó ni podía probar el heliocentrismo. Tampoco se ha probado,... la ley decaída libre de los graves, por ejemplo: el escolástico Cremonini pudo sostener con toda "razón"contra los galileanos que esa ley "no se cumple" nunca en la realidad accesible a los hombres en la

page 1 / 28

superficie de la Tierra...

Ocurre, en sustancia, que el criterio de la cientificidad de una proposición no es su"demostrabilidad" en sentido absoluto: el criterio es más bien una cierta racionalidad crítica,intersubjetiva e interna a la teoría, "vinculada a supuestos y métodos", razón por la cual laracionalidad de cada proposición se manifiesta en la eficacia global de la teoría (que las contiene atodas) sobre la realidad.

Por otra parte, no está en absoluto claro que las verdades objetivas no produzcan jamás esfuerzomoral: Copérnico y Galileo no han muerto, como Bruno, en la hoguera, pero han luchado y sufridopor verdades así. Y es que, al no haber demostrabilidad absoluta, también es necesaria unadecisión para imponerse el modo de pensar -y aún más el de vivir- racional.

III) El mundo de la matemática es ya el mundo en que vivimos, y lo será en mayor medida para laspróximas generaciones. La frase de Galileo según la cual el libro de la naturaleza está escrito concaracteres matemáticos ha resultado tener la permanente verdad de las metáforas poéticas másauténticas. Seguramente nadie tiene hoy presente la inspiración platónica de la frase alreconocerla, luego de tres siglos, una vigencia aun más completa que en el momento en que laescribiera Galileo. Vigencia más completa porque la convicción de que la matemática es una raízprincipal de nuestras posibilidades de comprender las cosas no se refiere sólo a las cosas de lanaturaleza. Una naturaleza segunda, la técnica, penetra hoy, por obra en gran parte de lamatemática, en la vida cotidiana, con profundidad creciente, configurándola e influyendo cada vezmás en la consciencia de cada día. E incluso en la misma consciencia teórica de la vida social, enlas ciencias sociales, se tiene un proceso de penetración del pensamiento matemático que, segúntoda apariencia, no previeron nunca ni los pensadores más entusiastas de la matemática en elpasado.

IVa) Más en general, el análisis reductivo practicado por la ciencia tiende incluso a obviarconceptos con contenido cualitativo, para limitarse en lo esencial al manejo de relacionescuantitativas o al menos, materialmente vacías, formales. Esto se aprecia ya claramente en loscomienzos de la ciencia positiva moderna. Así, por ejemplo, lo que hoy llamamos "presiónatmosférica" fue manejado durante algún tiempo por la naciente ciencia moderna con el viejonombre de "horror de la naturaleza al vacío", sin que el uso de esta noción tuviera grandesinconvenientes, pues lo que de verdad interesaba al análisis reductivo del fenómeno (desde Galileohasta su discípulo Torricelli) era la consecución de un número que midiera la fuerza en cuestión,cualquiera que fuera la naturaleza de ésta.

page 2 / 28

El análisis reductivo practicado por la ciencia tiene regularmente éxito. Es un éxito descomponibleen dos aspectos: por una parte, la reducción de fenómenos complejos a nociones más elementales,más homogéneas y, en el caso ideal, desprovistas de connotaciones cualitativas, permite penetrarmuy material y eficazmente en la realidad, porque posibilita el planteamiento de preguntas muyexactas (cuantificadas y sobre fenómenos "elementales") a la naturaleza, así como previsionesprecisas que, caso de cumplirse, confirman en mayor o menor medida las hipótesis en que basa, y,caso de no cumplirse, las falsan definitivamente. Por otra parte, el análisis reductivo posibilita a lalarga la formación de conceptos más adecuados, aunque no sea más que por la destrucción deviejos conceptos inadecuados. Así, aunque todavía no en Galileo, en Torricelli y Pascal aparece yael concepto de presión atmosférica, una vez que Galileo ha relativizado y minimizado el contenidocualitativo del concepto tradicional del horror de la naturaleza al vacío.

IVb) La decisión con que Galileo va a la búsqueda del integrante matemático de los fenómenos,para generalizarlo luego en leyes que también son matemáticas, se patentiza de modo notable enel siguiente ejemplo, que vale la pena considerar por su radicalismo en este sentido: Galileo analizamatemáticamente a base de ese experimento algo de cuyo concepto careció durante toda su vida:la presión atmosférica.

Los interlocutores del diálogo acerca de dos nuevas ciencias están discutiendo acerca de si elvacío (es decir, lo que la tradición llamó "horror de la naturaleza al vacío" u " horror vacui") es"bastarte de por si solo para mantener unidas las partes separables de los cuerpos sólidos". Galileoquiere demostrar que esa "fuerza del vacío" no basta para explicar la unión de partes físicas de uncuerpo. Y como primer paso para demostrarlo, se propone analizar, "resolver" esa fuerza. Peroanalizar es para Galileo medir, matematizar. Arbitra el siguiente procedimiento:

1. Se toma un cilindro hueco de vidrio ABCD, dentro del cual puede funcionar un émbolo FGHI,perforado por la varilla JK. El orificio para el paso de la varilla es holgado.

2. Por el orificio se vierte aceite hasta llenar el espacio HIBO. (El aire puede salir por ser el orificiodel émbolo holgado para la varilla).

3. Hecho esto, se tapona herméticamente el émbolo tirando de la varilla KJ, mediante el rebordede ésta, que es de mayor diámetro que el orificio Se invierte el aparato y se coloca en el gancho Kde la varilla pesos hasta conseguir "vencer la fuerza del vacío", es decir, hasta que el aceite sesepare del fondo del cilindro. Repitiendo el experimento para eliminar errores, será conocida la"fuerza del vacío".

Así mide Galileo lo que hoy llamamos presión atmosférica. Con su método, Galileo ha empezadopor llegar a conocer matemáticamente una entidad establecida por inducción: la "fuerza del vacío".Luego, en el curso ulterior de su razonamiento, probará si esa fuerza es suficiente para separar, porejemplo, trozos de mármol. Comprueba que no lo es, y concluye que los trozos de los cuerposfísicos (no ya sólo del mármol) están unidos por alguna fuerza mayor que la mera presiónatmosférica, u "horror al vacío", como creía el físico escolástico con quien polemiza en ese

page 3 / 28

momento.

El método de Galileo está basado en una inducción matemática. La inducción galileana puedeprescindir de conceptos esenciales, y hasta usar conceptos fantásticos, sin que eso inutilice suresultado, que es matemático, relacional y no conceptual.

Esa es la auténtica y transcendental diferencia entre la inducción galileana y la aristotélica, y no lapresunta inepcia que se atribuye al gran clásico griego cuando se le hace padre de un imposiblemétodo inductivo que exigiría enumerar todos los casos particulares de una predicación antes dehacer la predicación universal. Las obras de Aristóteles abundan en inducciones incompletas, perono basta con que una inducción sea incompleta para que sea galileana: para ser galileana tiene queser, además de incompleta, matemática, y debe venir apoyada en una metodología experimentalauxiliar.

Aristóteles también buscaba, como Galileo, lo universal por inducción incompleta. Pero paraAristóteles lo universal era cualitativo, conceptual: los universales eran esencias. Así lo habíaaprendido Aristóteles de la tradición socrática. En cambio, lo que la inducción galileana descubre, el"universal" de Galileo, no es esencia, sino ley, relación.

V) Ahora bien: estos importantes progresos determinan un profundo desprecio por la cienciaescolástica, y víctima de ese desprecio es, junto con muchas cosas que lo merecían, algo que era,en cambio, digno de mejor suerte: la lógica formal de la Baja Escolástica y en general, la tradiciónlógica aristotélica. Desprestigiada por su desorbitado uso como técnica de investigación empírica...la lógica pierde su espíritu teórico-formal. El desprestigio llega a extremos que sólo puedencomprenderse teniendo en cuenta lo deslumbrador que debió ser para los hombres de los siglos XV,XVI y XVII el descubrimiento de los métodos de investigación empírica y de la filológica: laobservación libre, no sometida a autoridades, la experimentación, la forja de hipótesis audaces, lacreación de teorías independientes, la matematización, y el estudio directo y crítico de los clásicos.El humanista Lorenzo Valla, parece haber creído que la tercera figura aristotélica no concluye...

Ese momento de abandono de la idea de una ciencia de lo formal no parece haber durado mucho.El propio Galileo no ha caído nunca en tales extremos, y en vez de renegar de la inspiraciónaristotélica deseaba, como dice en una de sus cartas al astrónomo Kepler "un Aristóteles redivivo",libre del dogmatismo de los filósofos y teólogos escolásticos.

page 4 / 28

VI) En uno y otro caso, con una y otra lectura, podemos ver que el artista expresa aquí unadelicada verdad, que compraremos, en cuanto sea posible, con ideas secas. La moneda ruda conque compramos esa verdad dice así: el hombre no ve cosas sino en el mundo, es decir, en elsistema de todas las cosas que ve. Si algo no tiene sitio en el mundo, no es visto por las personasen general. Además, la perduración del mismo mundo, con sus pocas cosas visibles, hace que elver de todos los días pueda ser, al cabo del tiempo, rutinario y "ausente" y que mire las cosas"como un tonto". Pero quien dispone de una sensibilidad penetrante puede lanzarse tras algo queno tiene sitio en el mundo tan simple que los padres enseñan a sus hijos; y si su sensibilidad es,además de penetrante, industriosa, la persona sensible puede, luego de mucho trabajo, colocaraquello que descubrió en un mundo suyo y nuevo, en el que caben más cosas. Eso hizo Galileo enPisa y eso hace el Alfanhuí en el campo de Castilla; busca el sitio de las cosas que descubre,construir el mundo de las cosas, que es también el de los hombres.

Referencias: I. Temps de Gent 1985. II. "Un problema para tesina de filosofía", Papeles de filosofía,op. cit, pp. 352-353. III. Presentación a la edición castellana de Sigma. El mundo de la matemática,p. XVI. IVa. "La tarea de Engels en el Anti-Dühring", Sobre Marx y marxismo, pp. 35-36. IVb.Fundamentos de Filosofía, pp. log. 55-57. V. Lógica elemental, pp. 316-317. VI. "Una lectura delAlfanhuí de Rafael Sánchez Ferlosio", Lecturas, p. 75.

Un apunte de Sacristán de las clases de Metodología de las ciencias sociales 1983-1984 (pp. 10-12)en torno al papel de la experiencia (o de los experimentos) en la contrastación de las teoríascientíficas que, obviamente, no intenta defender la creencia de que todo trabajo teórico elaboradoy artificioso es bueno per se, independiente de toda empiria, pero sí hacer plausible la tesis de queel rechazo de una construcción teórica por su carácter rebuscado, artificioso o sofisticado puedetener efectos paralizadores. El ejemplo dado por Sacristán toma el caso de Galileo como ilustración:

Varios físicos de la universidad del París del siglo XIV, y belgas, habían llegado prácticamente anociones que serían poco tiempo después características de la nueva física. Por ejemplo, la nociónde inercia (que no llamaban inercia, la llamaban "impetus", pero la noción es muy análoga). Era laidea -completamente nueva, revolucionaria entonces, y contrapuesta a la física antigua y medieval-de que el estado de movimiento era una cosa tan natural como el estado de reposo, de que uncuerpo en movimiento puede seguir indefinidamente en ese estado -que es la base de la idea de lainercia, que el cuerpo permanezca en su estado sea cualquiera ese estado del principio y dejandoaparte cuestiones de roce, etc. Esos físicos del XIV (Nicolás de Oresme, Buridán) llegaron a esa ideasimplemente por crítica de la teoría del movimiento antiguo, de la teoría del movimiento mecánicoaristotélico y escolástico. Por ese camino llegaron a deducciones ya galileanas. Por ejemplo, muycerca de la ley de caída libre de los graves, que es quizá el punto angular del nacimiento de laciencia moderna, la tesis de Galileo según la cual en el vacío todos los cuerpos, cualesquiera que

page 5 / 28

sea su densidad, caen a la misma velocidad.

Los físicos parisienses del siglo XIV llegan a resultados muy parecidos y a cálculos sobre la basede esta idea de "impetu" (esta premonición de la idea de inercia), pero su aparato experimental lesarroja constantemente una diferencia de resultados empíricos respecto de los resultados previstospor la teoría, y entonces, muy sensibles al carácter artificioso de la teoría, se atienen al datonumérico obtenido empíricamente y renuncian a la teoría que estaban desarrollando. Eso ocurre enel XIV, desde 1340 hasta 1400.

Dos siglos más tarde, prosigue Sacristán, cuando el mismo Galileo desarrolla la ley tambiénobserva discrepancias entre los datos empíricos y los calculados a partir de la teoría, pero ésteconsidera "que esas discrepancias serán fruto de factores que intervienen y que él no controla; envez de sentir la teoría como artificiosa la siente como esencial, puesto que es una teoría deductivay cuantificable, para él -que cree más o menos místicamente en la naturaleza matemática deluniverso- tiene todas las seguridades, y si los datos de los sentidos y las mediciones empíricas noconcuerdan exactamente, será que las mediciones tienen algún defecto.

Esta conciencia teórica llega hasta el extremo de que cuando un gran físico tradicional, un físicoescolástico, un dominico, repite las mediciones de Galileo (la caída por el plano inclinado de lasbolas de plomo, de mármol, de madera) y no le sale el mismo resultado y escribe a Galileo diciendoque ha repetido su experimento y no sale (tiene una discrepancia), Galileo ni siquiera se dignacontestar. Encarga la contestación a un discípulo, Toscanelli, el cual escribe una carta, una brevecarta, que puede que suene como una provocación maleducada pero que lleva dentro toda la ideade teoría. Es una sucinta carta que dice: "si sus bolas de plomo, de mármol, de madera, de hierro,no cumplen la ley del señor Galileo, peor para ellas".

Se pregunta entonces Sacristán: ¿qué es lo que hay por debajo de esta impertinencia? Laconvicción de que lo que importa realmente es la teoría. "La convicción teórica y el reproche a estehombre de no haber entendido eso, de no haber entendido que lo esencial es el lado explicativo dela teoría, que las discrepancias empíricas no son mayores que con la teoría anterior. Al contrario-esto está empíricamente a favor de los galileanos-, sus discrepancias eran de todos modosmenores, su margen de error, y su margen de diferencia en resultado teórico y resultado empíricoera una diferencia menor que con la teoría anterior, la teoría aristotélica que proponía que cadacuerpo cayera a una velocidad proporcional a su densidad, o sea su peso; esa teoría es másdiscrepante de la realidad como es obvio".

Conclusión: si muchas veces la especulación teórica puede ser, sin duda, ociosa e incluso vacía, enotras, en cambio, rechazarla por su aparente artificiosidad o sofisticación puede tener efectosparalizadores.

Sacristán remataba su argumento recordando la postulación fuertemente especulativa de Pauli, sinanclaje experimental, de la existencia del neutrino para "salvar" el principio de conservación de laenergía (Puede completarse este anotación con el anexo "Ficha para la proyección del �Galileo").

page 6 / 28

En cuanto a Giordano Bruno, esta breve selección de textos de Sacristán:

I) Pie de página (1970)

Giordano Bruno, defensor del heliocentrismo y de otras doctrinas condenadas por la Iglesiacatólica, fue quemado vivo el año 1600 en la plaza del Campo dei Fiori (Roma).

II) Creer y saber (1967)

La contraposición entre saber y creer es un viejo tema filosófico. En el curso de los estudios defilosofía se tropieza con él varias veces (...) y, luego, probablemente (aunque eso depende de cómoconciba el profesor la filosofía moderna) en quinto, al hablar de Bruno y Galileo. Las conductas deBruno y Galileo encarnan de un modo ya suficientemente moderno la contraposición entre creer ysaber. Por eso uno de los tratamientos más típicos de este tema en este siglo (el de Jaspers en Derphilosophische Glaube (La creencia filosófica) Zürich 1947) arranca de una comparación entre esosdos grandes perseguidos. "Giordano Bruno creía y Galileo sabía. Externamente se encontraban losdos en la misma situación. Un tribunal de la Inquisición exigía bajo amenaza de muerte laabjuración. Bruno estaba dispuesto a retractarse de muchas proposiciones, pero no de las que erandecisivas para él: murió de muerte de mártir. Galileo renegó de la doctrina de que la Tierra giraalrededor del Sol (...)". (Jaspers, op. cit., p. 9)...

Por otra parte, no está an absoluto claro que las verdades objetivas no produzcan jamás esfuerzomoral: Copérnico y Galileo no han muerto, como Bruno, en la hoguera, pero han luchado y sufridopor verdades así. Y es que, al no haber demostrabilidad absoluta, también es necesaria unadecisión para imponerse el modo de pensar -y aún más el de vivir- racional. Puede, por cierto,observarse de paso que la tajante contraposición de Jaspers no alcanza tampoco el caso de Bruno.Uno de los estudiosos de Bruno que gozan de más prestigio, Rodolfo Mondolfo, ha argüidoconvincentemente que el mártir estaba dispuesto a abjurar precisamente de sus tesis teológicas,no de las cosmológicas, y que fue la fidelidad a estas últimas tesis, filosóficas, en general, la que lecostó la vida...

La contraposición saber-creer esconde, en realidad, la contraposición verdadera que es la que seda entre la creencia racional y la irracional. Es verdad que "racional" es un adjetivo muyproblemático que no ha recibido aún aclaración satisfactoria y que acaso no la reciba nunca, sinoque sea una de esas nociones reguladores a las cuales no podemos sino acercarnosasintóticamente, según la útil metáfora de Engels. Pero aun en este caso es un hecho que estemovimiento asintótico ha recorrido bastante camino, como "prueba" el que "racional" mismo, o másfrecuentemente, "plausible", sean términos aplicados a expedientes utilizados con éxito heurístico

page 7 / 28

en disciplinas tan constrictivas como la matemática, por no hablar ya de las ciencias empíricasnaturales y sociales.

III) Hipótesis matemáticas e heliocentrismo (1960)

Los teólogos que quemaron a Bruno -el hombre que, con escasa prudencia positivista, infería delos hechos explicados por Copérnico la posibilidad de otros mundos habitados- habían descubiertodesde hacia ya tiempo la forma de esterilizar la razón y la experiencia por medio de la castraciónpositivista: como es sabido, hasta que la crisis estalló ya indisimuladamente con los casos de Brunoy Galileo, la Iglesia permitió la enseñanza de la astronomía heliocéntrica sólo como una "hipótesismatemática", sin significado físico. Con este inocente estatuto epistemológico, el copernicanismofue enseñado durante el siglo XVI en Universidades tan poco sospechosas de cientificismo modernocomo las españolas de la época, lumbreras de Trento.

Referencias: I. Antología Gramsci, p. 230, n. 98. II. "Un problema para tesina de filosofía", Papelesde filosofía, pp. 351-354. III."Tres notes sobre l´aliança impia", Horitzons 2, p. 15.

El siguiente es, pues, el esquema desarrollado de la conferencia impartida por Sacristán en 1967en torno a Bruno y Galileo, y a las nociones de creencia y saber.

*

0.

1. Esta intervención aislada [de 45 minutos] en un curso de tantas lecciones como el que estándando ustedes no puede proponerse hacerlo adelantar, contribuir directamente al mismo. Por elcontrario, sólo puede ser un paréntesis dentro de él.

page 8 / 28

2. Ocupa ese paréntesis un tema que es un lugar común de la historia de la filosofía y delpensamiento científico: es corriente poner a Bruno y a Galileo como ejemplos, respectivamente, delsaber y el creer1.

2. La forma más reciente y difundida de ese lugar común es la que le ha dado Jaspers en Derphilosophische Glaube [La creencia filosófica], 1948:

"Giordano Bruno creía y Galileo sabía. Externamente se encontraban los dos en la misma situación.Un tribunal de la Inquisición exigía bajo amenaza de muerte la abjuración. Bruno estaba dispuesto aretractarse de muchas proposiciones, pero no de las que eran decisivas para él; murió de muertede mártir. Galileo renegó la doctrina de que la Tierra gira alrededor del Sol; y se inventó luego laaguda anécdota según la cual Galileo habría murmurado a continuación las célebres palabras: "Ysin embargo se mueve" " (Jaspers, K., Der philosophische Glaube, Zurich 1947, pp. 9-10).

I.

0. La comparación tópica de Bruno con Galileo se basa en la semejanza supuesta entre lassituaciones y la contraria resolución de las mismas por ambos personajes. Vale la pena examinarambos supuestos.

1. La semejanza de la situación externa, como la llama Jaspers, es a primera vista llamativa:

1.1. Ambos, Galileo y Bruno, han tenido previas dificultades con la Inquisición:

1.1.1. Galileo por el Decreto de 24-II-1616, que declaraba "absurda y falsa en filosofía, y por lomenos errónea en la fe" la tesis copernicana.

1.1.2. Bruno desde que huyó, colgando los hábitos dominicos, del proceso de 1576 -para caer en elproceso calvinista de 1579.

1.2. Ambos han creído haber superado esas primeras dificultades por estar fuera del territoriopontificio.

page 9 / 28

1.2.1. Bruno en Venecia, ante cuya Inquisición consigue defenderse discretamente.

1.3. De tal modo que durante años han creído poder salirse en paz

1.3.1. Galileo durante los años que van del Edicto de 1616 hasta la publicación del Diálogo sobrelos dos máximos sistemas del mundo (febrero de 1632).

1.3.2. Bruno durante sus 9 años de cárcel (1592-1600).

1.4. En cuanto a las tesis condenadas de uno y otro, la coincidencia es profunda, aunque no esidentidad.

1.4.1. En Galileo se trata de la inmovilidad del Sol y el movimiento de la Tierra en torno suyo.

1.4.2. En el caso de Bruno, el proceso es menos conocido porque los documentos siguen siendosecretos. Se sabe que eran ocho tesis principales, pero sólo se conocen exactamente cuatro:

1.4.2.1. El repudio del dogma de la Transubstanciación (Borrador de sentencia del 8-II- 1600).

1.4.2.2. La herejía novaciana (Sumaria del 24-VIII-1597).

1.4.2.3. La pluralidad de los mundos (Sumaria del 24-III-1599)

1.4.2.4. El alma-piloto (Sumaria del 24-VIII-1597).

1.4.3. La tesis de la pluralidad de los mundos está emparentada con la heliocéntrica, esconsecuencia de la obra del "magnánimo Copérnico"2.

2. La contradictoria actitud:

page 10 / 28

2.1. La abjuración de Galileo

Yo, Galileo Galilei, hijo del difunto Vincenzo Galileo de Florencia, a los setenta años de mi edad,constituido personalmente en juicio y arrodillado ante vos, eminentísimos y reverendísimoscardenales, Inquisidores generales en toda la República Cristiana contra la herética maldad;teniendo ante mis ojos los sacrosantos Evangelios, los cuales toco con mis propias manos, juro quesiempre he creído, creo ahora y con la ayuda de Dios, creeré en el futuro todo aquello que sostiene,predica y enseña la Santa Católica y Apostólica Iglesia. Pero como por este Santo Oficio, luego dehaberme sido jurídicamente intimado con precepto del mismo que debía abandonar totalmente lafalsa opinión de que el Sol es el centro del mundo y no se mueve y que la Tierra no es el centro delmundo y se mueve, y que no sostuviera, defendiera ni enseñara de ninguna manera, ni de viva vozni por escrito, dicha falsa doctrina, y tras haberme notificado que dicha doctrina es contraria a laSagrada Escritura, he escrito y dado a la estampa un libro en el cual trato la misma doctrina yacondenada y aporto razones con mucha eficacia en favor de ella, sin aportar ninguna solución, hesido juzgado como vehemente sospechoso de herejía, es decir, de haber sostenido y creído que elSol es el centro del mundo e inmóvil, y que la Tierra no es el centro del mundo y se mueve.

Por tanto, queriendo yo quitar de la mente de Vuestras Eminencias y de todo fiel cristiano esavehemente sospecha, justamente concebida sobre mí, con corazón sincero y fe no fingida abjuro ymaldigo y detesto dichos errores y herejías, y en general cualquier otro error, herejía o secta contrala Santa Iglesia; y juro que en el futuro no diré nunca más ni afirmaré de viva voz o por escritocosas tales por las cuales se puede tener de mí semejante sospecha; y si conociera algún hereje osospechoso de herejía lo denunciaré a este Santo Oficio, o al Inquisidor u Ordinario del lugar en queme encuentre

Yo, Galileo Galilei, antedicho, he abjurado, jurado, prometido y me he obligado como queda dicho;y en fe de la verdad, con mi propia mano he firmado la presente cédula de abjuración y la herecitado palabra por palabra en Roma, en el convento de la Minerva, este día 22 de junio de 1633.Yo, Galileo Galilei, he abjurado como queda dicho, de mi propia mano."

2.2. La actitud de Bruno

[Bruno ante los jueces

- "Ch´i cadrò morto a terra ben m´accorgo;

page 11 / 28

Ma qual vita pareggia al morir mio?" (Transillo).

- "Majori forsitan cum timore sententiam in me fertis quam ego accipiam"].

II.

1. La heterogeneidad de las actitudes finales de los dos ha sido el fundamento de la distincióntópica entre el creer del uno y el saber del otro.

1.1. La verdad de Galileo no sufriría por abjuración.

1.2. La de Bruno sí.

"Esa es la diferencia: una verdad que sufre por la abjuración, y una verdad cuya abjuración no laafecta. Ambos hicieron algo adecuado al sentido de la verdad que representaban" (Jaspers, K: Derph. Gl., p. 10).

2. Llegados a este punto hay que ponerse en guardia porque el filósofo nos esté deslizando, sinque nos demos cuenta acaso, una doctrina de la verdad que quizá no estemos obligados a aceptar.Con ella además -y esto es lo más grave- va a introducir a priori un concepto de creencia3 y otro desaber. No habrá investigación, ni siquiera honrada fijación convencional de esos términos. (Este esel vicio característico de la filosofía clásica).

3. En efecto, a continuación escribe Jaspers

"La verdad de la cual vivo no es sino en la medida en que me identifico con ella; es histórica en suaparición, no es universalmente válida en su formulabilidad objetiva, pero es incondicionada. Laverdad cuya corrección puedo probar subsiste sin mí; es universalmente válida, atemporal, pero no

page 12 / 28

incondicionada, sin más bien vinculada a presupuestos y métodos del conocimiento en conexióncon lo finito. Sería inadecuado querer morir por una verdad que se puede probar" (Jaspers, K., Derph. Gl, p. 10).

4. Esa doctrina parece clara, pero no lo es y hay mucho que decir:

4.1.1. Hasta Einstein, no ha habido 'prueba' física del heliocentrismo. Y la prueba supone muchosconceptos teóricos.

4.1.2. La ley, de caída libre de los graves no se ha demostrado ni se "demostrará" nunca enel sentido de Jaspers. El caso Cremonini.

4.1.3. El criterio de racionalidad no es la demostrabilidad, sino la práctica crítica intersubjetiva,colectiva.

4.2.1. No está en absoluto claro que verdades objetivas (pero que no son "demostrables" enel tranquilizador sentido de Jaspers) no necesiten ni merezcan, ni de hecho produzcan, el esfuerzopersonal.

4.2.1.1. Copérnico y Galileo no han muerto, pero han luchado y sufrido.

4.2.1.2. Y es que, al no haber demostrabilidad absoluta, también es necesaria una decisión paraimponer el modo de pensar -y aún más de vivir- racional. Se puede no poder vivir sin cientificidad, yéste va a ser el caso cada día más.

4.3. Por último, en el caso concreto de Bruno, la tesis no aclara los hechos: las verdades por lasque es oportuno morir, tal como las describe Jaspers -y tal como las concibe, en general, el tópicoson propiamente verdades de fe. Deberían ser las proposiciones teológicas de Bruno.

4.3.1. Ahora bien: Bruno estaba dispuesto, en Venecia y luego en Roma, a abjurar precisamente desus tesis teológicas. Uno de los mejores conocedores de Bruno, Rodolfo Mondolfo, ha explicado delmodo siguiente el cambio de Bruno en la fase final de su proceso:

page 13 / 28

"Ignoramos sí entre las restantes cuatro proposiciones heréticas había otras de contenidonetamente filosófico; sin embargo, las dos mencionadas eran de importancia capital en la filosofíade Bruno; especialmente la pluralidad de los mundos, que mientras podía preocupar a sus juecespor implicar aún problemas teológicos (como el de la Encarnación que tendría que realizarse encada uno de los mundos innumerables), significaba para él las doctrinas filosóficas de la infinitud yunidad universales y de la correspondencia entre potencia y acto divinos...

Lo cual explica la sensación inmediata que tuvo Bruno de una diferencia sustancial entre eltribunal romano y el véneto, a cuyas exhortaciones a retractarse había accedido. El tribunal vénetole exigía únicamente una retractación sobre el terreno de la fe religiosa, a la cual podía someterseen virtud de su convicción y afirmación constante de la misión práctica (moral y social) de lareligión. En cambio el tribunal romano le pedía además un repudio de su misma filosofía, porconsiderarla condenada por toda la tradición católica, y sobre este terreno él no podía retractarsesin renegar de todo lo que había tomado más a pecho" (Rodolfo Mondolfo, Tres filósofos delRenacimiento, Buenos Aires, 1947, p. 31).

4.4. La situación resulta todavía mucho más complicada si se tiene en cuenta que aquí no puederecurrirse a una distinción tajante entre ciencia positiva y filosofía: en la época - también paraGalileo- ciencia es filosofía y viceversa.

4.5. Con todo eso no se trata de negar la diferencia entre Galileo, que es un gran científico, yBruno, que no lo es.

4.6. Pero es evidente que hay que revisar la tesis, aparentemente tan clara, de las dos verdadesheterogéneas.

III.

1.1. La demostrabilidad es interna al sistema científico teórico, más o menos teórico, por lo demás.

page 14 / 28

1.1.1. Y la relación a presupuestos y métodos también.

1.2. Pero la decisión de hacer ciencia y creerla en algún sentido, considerándola básica para laconducta, es externa a todo eso. Por tanto, tan incondicionada como cualquier otra.

1.3. Lo mismo vale para el sentido común razonable. La frase de Einstein4 sobre la bomba.

1.4. Por tanto, también el comportamiento racional, o incluso el científico, se basa en creencia.Sólo los teoremas formales son ajenos a la creencia, pero en cuanto tales carecen de significación.

2.1. La contraposición (jaspersiana, por ejemplo) saber-creer esconde la verdadera: creenciaracional-creencia irracional. Es verdad que "racional' es muy problemático y no ha recibidoaún aclaración, ni quizá la reciba nunca del todo, y sea asintótico. Lo cual haría más sólida estaargumentación. Pero la tesis contraria es peor:

2.2. La falsa contraposición es ideológica:

2.2.1. Construye un concepto de saber idealizado y falso, por extrapolación al exterior del sistemade lo que es interior (no hay saber racional, hay conocimiento racional).

2.2.1.1. De este modo hace creer que es inadecuado comprometerse y luchar por verdadesracionales, porque la seguridad de éstas sería obvia: cosa, como hemos visto, falsa.

2.2.1.1.1. El teorema es certeza interna al sistema. La aplicación del teorema es asunto tan moralcomo la de dogmas. Por eso hay responsabilidad moral del científico.

2.2.2. Y así puede contraponerle una creencia absoluta y personal

2.2.2.1. Que no puede existir más que renunciado a la crítica.

2.2.2.2. Y sería accesible por otros supuestos procedimientos (el método filosófico, etc.) que noexisten sino con la misma condición.

page 15 / 28

2.2.3. Todo lo cual tiene una función conservadora de la irracionalidad de la cultura, al hacer de laconducta racional algo de resultados tan claros y obvios cuanto sin importancia.

3.1. Ahora bien: por debajo de todas las diferencias, Galileo y Bruno coinciden en afirmarprecisamente la conducta racional y crítica, frente a la autoridad, la tradición y el lugar común.

3.1.1. Galileo lo dice con su hermoso estilo tranquilo de trabajador de la razón. Tan contrario atoda autoridad que hasta desconfía de la suya propia.

"Mi inquieto espíritu no puede evitar el ir dando vueltas como rueda de molino y con gran gasto detiempo, porque el último pensamiento que se me ocurre a propósito de alguna novedad me hacemandar al agua todos los descubrimientos anteriores"

3.1.2. Bruno con la violencia del propagandista:

"No valga como argumento ninguna autoridad de varón, por excelente e ilustre que sea"

"Es inicuo sentir por obediencia a otro, es mercenario, servil y contrario a la dignidad de la libertadhumana sujetarse y someterse; es estupidísimo creer por costumbre, irracional admitir algo por lamuchedumbre de los que así opinan..."

"Hay que escuchar el clamor de la naturaleza"

Bruno, Articuli 160 adversos mathematicos. Dedicatoria Ad divum Rodolphum II imperatorem.

3.2. Ambos son en ese sentido típicos renovadores de la razón en la Edad Moderna, proclamadoresde lo que Ortega llamó la naturaleza luciferina de ésta, que proclama su 'non serviam' frente a

page 16 / 28

cualquier autoridad.

3.2.1. Porque la experiencia enseña (no demuestra) que para servir, la razón tiene que no sersierva.

3.2.1.1. Para servir al progresivo descubrimiento de verdades y a la progresiva destrucción deviejas falsedades.

3.2.1.2. Lo cual supone decisión, vivir-en.

3.3. Contra lo que dice Jaspers, Bruno y Galileo han vivido de lo mismo: del renacimiento de larazón en los comienzos de la Edad burguesa. -Tesis de la doble verdad.

4. Con eso hemos despejado el terreno de interpretaciones ideológicas disimuladas. El caso deBruno y Galileo nos confirma que toda actitud racional -salvo en las ciencias formales puras- escreencia. No es verdad que la actividad intelectual racional sea un mero juego infalible, frente alcual exista, con sus fuentes, otro modo de conocer y conducirse que sea también filosófico. Eso esafirmación ideológica. No es que lo uno sea saber y lo otro creer. Son dos creencias.

Ahora, por redondear, vamos a recuperar la diferencia Bruno Galileo.

IV.

1. Muchas diferencias

1.1.1. Galileo era un viejo de 70 años cuando abjuró

1.1.2. Bruno tenía 53 años cuando murió en la hoguera, 44 cuando empezó

page 17 / 28

1.2.1. Galileo es científico en acto, aunque sus grandes descubrimientos arranquen alguna vez derazonamientos incorrectos.

1.2.2. Bruno es más un propagandista de la libertad de investigación de enseñanza.

2. Pero esta última diferencia, que parecería explicarlo todo, no explica nada.

2.1. El caso Bacon

"Que el ánimo se acomode prudentemente a las ocasiones y oportunidades, en vez de hacer lascosas dura y obstinadamente" (Bacon, De dignitate et augmento scientiarum).

2.2. Bruno en cambio

"Si alguna razón, por nueva que sea, nos estimula y obliga, sea lícito a todo el mundo opinar libre yfilosóficamente en filosofía y manifestar su doctrina" (Bruno, Acrotismus camoeracensis. Formaepistulae ad Rectorem Universitatis Parisiensis, Opera latina I,1, 57).

3. La comparación con Bacon es muy instructiva.

3.1.1. La lucha contra los "ídolos" lo es también de Bruno.

3.1.2. Y en más de un respecto se considera a éste precursor de aquel.

3.2. Hay casi identidad de misión, con diversidad de conducta, de "táctica".

page 18 / 28

4. No es pues diferencia de verdades, sino de personas.

4.1. Sin juzgar.

4.1.1. Por la diversidad de las circunstancias.(Contra el tópico).

4.2. Registrar.

5.1. Y no olvidar, como científicos, que no hay por un lado creencia, decisiva existencialmente y ninecesitada ni susceptible de justificación racional; y, por otro lado, un saber totalmente justificado,pero que no sirve moralmente para nada.

5.2. La situación es que todo es creencia, y que la que se esfuerza por ser racional requiere tantoesfuerzo moral como la irracionalista -seguramente más, porque exige espíritu crítico y autocrítico.

5.3. Observar el mecanicismo de los espiritualismos irracionalistas.

Notas SLA:

1) Como se indicó, sobre el asunto Bruno-Galileo, creer-saber, puede consultarse un artículo deSacristán para una revista de estudiantes de filosofía fechado el 3.XII.1967 -"Un problema paratesina de filosofía" (Papeles de filosofía, op. cit, pp.351-355), directamente relacionado sin duda conesta conferencia.

page 19 / 28

2) Sobre Copérnico, esta nota de su traducción de Historia del Espíritu griego (p. 282):

" Desde la época de redacción de este libro de Nestle [Griechische Geitesgeschichte.Vom Homerbis Lukian [Historia del espíritu griego],1944], la investigación de la historia de la ciencia hasubrayado aún más la importancia del descubrimiento de Aristarco y de su influencia en Copérnico.La eliminación de la referencia a Aristarco en el prólogo impreso del De revolutionibus (impresopóstumamente) se debe al editor y amigo de Copérnico que, con cierto fundamento, creyó poderevitar así ataques religiosos al astrónomo: no citando más que a pitagóricos, la tesis heliocéntricaparecía "mera hipótesis matemática", no materialmente creída; así se evitaba chocar con laautoridad. Citar a Aristarco era en cambio confesar el heliocentrismo como plena teoría física. Yesto no era aún posible 50 años más tarde, como prueban los procesos contra Bruno y Galileo."

3) Sobre la noción de creencia, señalaba Sacristán en "Un problema para tesina de filosofía" (Papeles de filosofía, pp. 353-354):

"(...) Lo esencial en todo esto es que en la ciencia real, no en la formal, no hay demostrabilidadabsoluta. Y no la hay porque la relación de fundamentación o "demostrabilidad" es interna alsistema científico teórico (más o menos teórico, por lo demás, lo que quiere decir que la relación defundamentación estará más o menos determinada según los casos). En cambio, la decisión dehacer ciencia y de creerla (en algún sentido de "creer" que habría que precisar), considerándola asíbásica para la conducta, es externa al sistema teórico. Por tanto, es tan incondicionada comocualquier otra decisión. Nótese que lo mismo vale para todas las decisiones vitales del sentidocomún: según una célebre observación de Einstein no se puede demostrar la proposición "No hayque exterminar a la humanidad", sino que la gente, por decisión absoluta, como dice Jaspers, nosdividimos en los que somos contrarios al uso de la bomba atómica y los que le son favorables. Ensuma: también el comportamiento racional, un ápice del cual es el científico, se basa en creencia,no en "prueba". Sólo los teoremas formales (interpretados -en el sentido genialmente anticipadopor Kant- como lo que hoy llamamos implicaciones estrictas con la prótasis expresa) sonindependientes de la creencia y carecen al mismo tiempo de significación real."

Igualmente, en su reseña de J. Mosterín, Racionalidad y acción humana, Mundo Científico núm.1,pp. 106-107 (ahora reimpreso en M. Sacristán, Lecturas de filosofía moderna y contemporánea,Trotta, Madrid, 2008, edición de Albert Domingo Curto), apuntaba Sacristán:

"(...) Este optimismo se hace a veces cientificista. De vez en cuando, dentro de una tradiciónneopositivista, como cuando hace intervenir esa pieza inevitable de "filosofía cientificista perenne"

page 20 / 28

que es el criterio de los competentes, entender el cual es condición de la racionalidad creencial. Elmismo ejemplo que aduce Mosterín se burla un poco del criterio de los competentes y sugiere que,junto a ese criterio, habría que introducir en la racionalidad creencial y en la práctica un criterio dedocta ignorancia, por así decirlo, que autoriza a prescindir en ciertos casos de las opiniones de loscientíficos. El ejemplo de Mosterín es la deriva continental: el creyente racional ha de admitir laopinión dominante al respecto entre los geólogos competentes. Pero ocurre que que en unageneración esa opinión ha cambiado dos veces: hace poco más de treinta años se enseñaba en elbachillerato la tesis de la deriva continental en la versión de Wegener; luego se olvidó, y hoy sevuelve a enseñar con otra explicación. Parece bueno recomendar al creyente racional y, sobre todo,al agente racional que, cuando ello sea posible, procure decidir con independencia de si loscontinentes se deslizan o no."

Sobre fe y creencia, matizaba Sacristán en "La militancia de los cristianos en el partido comunista"(Materiales núm 1, 1977):

"En toda conducta razonable va implícita una creencia. Pero esa creencia es una expectativabasada en experiencia colectiva y en razonamiento controlable en principio por cualquier serhumano. La creencia empieza por ser, dicho sea de paso, un factor de la supervivencia de laespecie. También los animales superiores tienen creencias de estructura y funcionamientoparecidos a los de las humanas creencias sobre la luz del sol, sobre los alimentos, etc; creencias, yno sólo instintos, como lo prueba el que sean capaces de rectificar algunas de sus creencias y deadoptar otras nuevas cuando con las anteriores falla la satisfacción de un instinto. La creencia es,para numerosas especies animales, incluida la nuestra, una fuerza productiva fundamental de lareproducción simple de la vida y de la reproducción ampliada biológica; y, además, para nuestraespecie, es una fuerza productiva de la reproducción ampliada total: de esa fuerza nacen ideasrazonables para conductas complicadas, a veces ideas científicas, y a veces incluso revolucionarias;pero siempre construidas con experiencia común y razonamiento controlable.

La creencia cristiana -o, en general, teísta- no es eso. Es creer en lo que no se basa en experienciacomún ni en razonamiento controlable, ni siquiera en naturaleza. Es, como decían los catecismos,"creer lo que no vemos", en el sentido de creer lo inverosímil... El cristiano, en cuanto hombre,tiene creencias sensatas, como el hombre reaccionario, o como el comunista, o, por lo que hace alcaso, como el orangután. Pero en cuanto cristiano no tienen creencia, sino fe. El mismo cristianopiensa que la fe no es creencia normalmente humana, sino virtud teologal, don gratuito de Dios."

4) Sobre Einstein, esta voz -escrita en colaboración con Mª Angeles Lizón- para el calendario Tempsde Gent 1984:

page 21 / 28

"Hombre simple y pacífico, siempre interesado apasionada y activamente por la justicia y laresponsabilidad cívica. Judío alemán de origen, trabaja y reside en Suiza, Checoeslovaquia y losEstados Unidos. En 1905, siendo un simple empleado de una oficina suiza de patentes, publica elprimero de sus importantes estudios sobre la teoría de la relatividad. Realizó, entre otras,investigaciones sistemáticas sobre la teoría cinética de los gases y la de los calores específicos;sobre estadística, mecánica relativista y cálculos de coeficientes de radiación y absorción. Sucontribución más importante en el campo de la física fue la teoría de la relatividad restringida(1905) y la teoría de la relatividad general (1916) que supusieron una ruptura con el importanteesquema de la física newtoniana. Miembro honorífico de numerosas academias y sociedadescientíficas, cofundador de la Universidad de Jerusalén, declinó la presidencia de Estado de Israel ycontinuó trabajando en el Instituto de Estudios Superiores de New Jersey hasta su muerte. Al morirya había cambiado el rumbo de la física y abierto la era atómica."

*

Por otra parte, el siguiente texto, fechado el 12 de enero de 1977, es una nota didáctica queSacristán escribió para estudiantes preuniversitarios con la siguiente observación manuscrita:"Ficha para la proyección del Galileo de Cavani a estudiantes de BUP. Pedida por Juliana." (Puedeverse en reserva de la Bibliotca Central de la UB, fondo Sacristán)

Juliana acaso refiere a Juliana Joaniquet. Puede verse sus declaraciones para Xavier Juncosa,"Integral Sacristán", El Viejo Topo, Barcelona, 2006.

*

No es nuevo que un científico destacado sea objeto de una película, pero tampoco es cosafrecuente. Tiene que tratarse de personajes que, además de impresionar a la inteligencia por laimportancia de sus trabajos, muevan la imaginación y el sentimiento por las consecuencias de susaportaciones o por las circunstancias de su vida, o por ambas cosas a la vez. Eva Curie1 o RobertoKoch son ejemplos característicos. Eva Curie por ser una de las pocas mujeres que han podidodestacar como grandes científicos en una sociedad dominada por los hombres. Koch por laimpresión que produjo su aportación a la lucha contra una de las plagas más temidas en su época:la tuberculosis.

page 22 / 28

A medida que el trabajo científico se va haciendo más colectivo, por su riqueza de aspectos y sucomplicación, van cambiando los criterios que dan interés literario, dramático o cinematográfico auna aventura científica. Pero en la época de Galileo, la época en la que precisamente empezó aflorecer el individualismo en todos los terrenos -desde la economía hasta el arte, la religión y laciencia-, los dos puntos de vista de la importancia de la aportación personal y del dramatismo de labiografía alcanzaban una vigencia que no habían tenido nunca hasta entonces en la historia. Noconocemos los nombres de casi ningún constructor de las catedrales e iglesias medievales, ni losnombres de los que construyeron el admirable sistema de la geometría griega que hemos recibidobajo los símbolos, más que nombres, "Pitágoras" y "Euclides". En cambio, conocemos labiografía del menos afortunado de los discípulos de Galileo, de Newton o de Einstein.

Galileo es inolvidable desde los dos puntos de vista indicados.

Galileo ha aportado logros de mucha consideración en varios campos del conocimiento de lanaturaleza. Ha promovido con un éxito desconocido hasta entonces la penetración de lamatemática en la investigación de la naturaleza, la matematización de la cosmología. En lamecánica ha formulado (1604) la ley de la caída libre de los graves esencialmente tal como laconocemos hoy. Con la idea de gravedad Galileo desarraigaba dos ilusiones casi míticas de laconcepción del mundo antigua y medieval: que haya un lugar natural para cada cuerpo (al que elcuerpo tiende a volver, y por eso cae) y que, consiguientemente, haya un movimiento natural(aquel por el cual cada cuerpo se mueve hacia su místico 'lugar natural') y un movimiento violento(aquel por el cual se le fuerza a alejarse de dicho lugar). Ya desde 1591 (lo más tarde) afirmabaGalileo la posibilidad del vacío, precisamente para poder justificar sus ideas sobre la gravedad; ytambién con esta tesis se oponía a otra creencia mítica aún dominante en su tiempo: la creencia enque "la naturaleza siente horror del vacío", por lo que éste es imposible. La idea de inercia,fundamento de la dinámica moderna, es otra de las aportaciones de Galileo.

En astronomía, Galileo, que desde 1564 era copernicano (es decir, estaba convencido de que es laTierra la que se mueve alrededor del Sol, y no al revés, contra la creencia profesada por lasautoridades eclesiásticas de la época), consigue observar en 1604 una estrella de las llamadas"nuevas" (novae), lo que le confirma contra el prejuicio antiguo de la inmutabilidad del Cielo de lasestrellas. En 1609 Galileo construye la lente de aproximación o anteojo astronómico de cuyocomercio en Holanda y en Venecia ha tenido noticia. En este como en muchos otros puntos de laobra de Galileo se manifiesta la importancia que tuvo para el nacimiento de la ciencia moderna laaparición de una vida económica y una cultura mercantiles, en las que una incipiente acumulaciónde capitales en dinero permitía potenciar las industrias artesanales. Los sabios de dos siglos antesno habrían podido contar con un arte como el de los ópticos holandeses o el de los vidrierosvenecianos (uno y otro imprescindibles para la obra de Galileo), pero, sobre todo, no habríanimaginado que la actividad industrial tuviera algo que ver con la ciencia pura, y hasta se habríansentido humillados si alguien lo hubiera sugerido. Galileo, que vive en los comienzos de la culturaburguesa, siente ya que las artes industriales están íntimamente relacionadas con la investigaciónde la naturaleza, se interesa por ellas y hasta se ejercita en ellas, como lo muestra, por ejemplo, suconstrucción del anteojo.

Con él consigue Galileo descubrimientos que socavan irreparablemente la astronomía medieval:descubre que la Luna tiene montañas; que la Tierra difunde luz como cualquier planeta(corroboración de la astronomía copernicana); que hay muchas más estrellas que las catalogadas

page 23 / 28

hasta entonces: que los cometas son astros, no meteoros (y, por lo tanto, que el viejo Cielo inmóvilestá bastante animado); que Júpiter tiene satélites (lo que elimina lo que parecía ser una anomalíadel sistema copernicano, a saber, el hecho de que la Luna gire alrededor de la Tierra, y noalrededor del Sol); que Venus tiene fases; que desde a Tierra se ve siempre la misma cara de laLuna. Desde el punto de vista filosófico, para la concepción general del cosmos, el descubrimientomás sensacional de Galileo fue que el Sol presenta manchas variables (1610, 1612). Esto era lapuntilla para la idea del Empíreo inmutable. Así lo vio Galileo:

"Creo que estas novedades serán el funeral, o más bien el final y el juicio último, de la falsafilosofía; han aparecido ya signos en la Luna y el Sol. Y espero oir sobre este punto grandes cosas(...) para mantener la inmutabilidad de los Cielos; no se ya cómo podrá salvarla y mantenerla."

Ya esa lista de descubrimientos -que es sólo parcial- bastaría para explicar la celebridad de Galileo,y el que su memoria pueda disputar metros de cinta cinematográfica a otros temas. Pero laimportancia de Galileo no se aprecia del todo si no se contempla dos puntos más.

Uno es su fecunda aportación a la constitución de la idea moderna de ciencia, la condición quetiene la obra de Galileo de ser paradigma de la ciencia moderna. Esta se caracteriza por unosrasgos aparentemente contradictorios, en realidad muy unidos: es empírica y experimental3, pero,al mismo tiempo, muy teórica, incluso idealizadora y matematizadora. Por otro lado, su tendenciaidealizadora no le impide ser una energía práctica, principalmente industrial: una fuerza productiva.Una teoría de la moderna ciencia de la naturaleza es un artificio intelectual abstracto, ideal,matematizado en muchos casos, que no refleja la naturaleza ni tiene, muchas veces, el menorparecido con ella; pero con esa teoría es posible (mientras que era imposible con la cienciamedieval) hacer experimentos exactos, prever hechos delicados y complicados, fabricar máquinasy, con ellas, productos, etc. Todo eso está presente en la práctica científica de Galileo, visitadorasiduo de talleres artesanos y convencido, al mismo tiempo, de que "el libro de la naturaleza estáescrito con caracteres matemáticos."

La otra razón por la cual Galileo Galileo es inolvidable es que encarna dramáticamente la noción deverdad característica de la ciencia en sentido moderno: verdad objetiva, independiente deconsideraciones subjetivas, que puede, por lo tanto, entrar en conflicto con el poder social, peroque, por otra parte, no necesita de adhesión moral.

Galileo no ha tenido ningún deseo de ser rebelde. Más bien -como piensa Bertolt Brecht en eldrama que le ha dedicado- ha pecado de acomodaticio, al modo de tantos científicos modernos.Hasta bien entrado en su edad había vivido como un tranquilo profesional de éxito. Había sidoprofesor en Pisa, su ciudad natal, por nombramiento del Gran Duque de Toscana; luego habíaenseñado en Padua, llamado por el senado de Venecia; por último. el Gran Duque le habíarecuperado para la universidad de Florencia.

page 24 / 28

Galileo había tenido un primer roce con la Inquisición, cosa nada rara en la época. Peor augurio fueel que se tratara de la misma autoridad con que había chocado Giordano Bruno antes de morir enla hoguera el año 1600 (cuando Galileo tenía 36 años): el cardenal San Roberto Belarmino. LaInquisición intimó a Galileo a que no hablara del heliocentrismo más que como de una simplehipótesis irreal calculística, sólo útil para facilitar cálculos, pero sin valor descriptivo de lanaturaleza; como realidad había que proclamar que el Sol se mueve alrededor de la Tierra. Pordecreto de 24 de febrero de 1616 la Iglesia declaraba "absurda y falsa en filosofía, y por lo menoserrónea en la fe" la tesis de que la Tierra se mueve alrededor del Sol.

La aparición de la obra de Galileo Diálogo sobre los dos máximos sistemas del mundo (Florencia,1632), en la que Galileo discute el heliocentrismo copernicano y el geocentrismo tradicional, hizocristalizar las sospechas del Santo Oficio, que procesó al sabio y le condenó a retractación y aseveras penas que le fueron conmutadas por la de destierro (22 de junio de 1633). En el momentode su abjuración Galileo tenía setenta años y era ciego.

También la abjuración de Galileo se ha visto como característica del científico moderno, el cual, sedice, ha ido disociando cada vez más conciencia moral de su conciencia teórica:

"Yo, Galileo Galilei, hijo del difunto Vincenzo Galileo de Florencia, a los setenta años de miedad, constituido personalmente en juicio y arrodillado ante vos, eminentísimos y reverendísimoscardenales, Inquisidores generales en toda la República Cristiana contra la herética maldad;teniendo ante mis ojos los sacrosantos Evangelios, los cuales toco con mis propias manos, juro quesiempre he creído, creo ahora y con la ayuda de Dios, creeré en el futuro todo aquello que sostiene,predica y enseña la Santa Católica y Apostólica Iglesia. Pero como por este Santo Oficio, luego dehaberme sido jurídicamente intimado con precepto del mismo que debía abandonar totalmente lafalsa opinión de que el Sol es el centro del mundo y no se mueve y que la Tierra no es el centro delmundo y se mueve, y que no sostuviera, defendiera ni enseñara de ninguna manera, ni de viva vozni por escrito, dicha falsa doctrina, y tras haberme notificado que dicha doctrina es contraria a laSagrada Escritura, he escrito y dado a la estampa un libro en el cual trato la misma doctrina yacondenada y aporto razones con mucha eficacia en favor de ella, sin aportar ninguna solución, hesido juzgado como vehemente sospechoso de herejía, es decir, de haber sostenido y creído que elSol es el centro del mundo e inmóvil, y que la Tierra no es el centro del mundo y se mueve.

Por tanto, queriendo yo quitar de la mente de Vuestras Eminencias y de todo fiel cristiano esavehemente sospecha, justamente concebida sobre mí, con corazón sincero y fe no fingida abjuro ymaldigo y detesto dichos errores y herejías, y en general cualquier otro error, herejía o secta contraa la Santa Iglesia; y juro que en el futuro no diré nunca más ni afirmaré de viva voz o por escritocosas tales por las cuales se puede tener de mí semejante sospecha; y si conociera algún hereje osospechoso de herejía lo denunciaré a este Santo Oficio, o al Inquisidor u Ordinario del lugar en queme encuentre

Yo, Galileo Galilei, antedicho, he abjurado, jurado, prometido y me he obligado como queda dicho;y en fe de la verdad, con mi propia mano he firmado la presente cédula de abjuración y la herecitado palabra por palabra en Roma, en el convento de la Minerva, este día 22 de junio de 1633.

page 25 / 28

Yo, Galileo Galilei, he abjurado como queda dicho, de mi propia mano."

¿Es inevitable que la conciencia científica se escinda de la conciencia moral en el científico? Elinvento de que, después de abjurar negando el movimiento de la Tierra, Galileo habría murmurado"Y sin embargo se mueve" ¿no ha nacido del malestar moral de algún discípulo de Galileo?"3

Notas SLA:

1) Sobre Manya Sklodowska (1867-1934), Marie Curie, esta nota de Sacristán escrita encolaboración con Mª Angeles Lizón para el calendario Temps de gent 1985:

" Física de origen polaco, hija de un matemático y una institutriz procedentes de Varsovia, llega aParís en 1892 para realizar sus estudios. Contrae matrimonio con el célebre científico francés PierreCurie de quien obtiene la nacionalidad y con quien comparte la mayoría de los experimentos sobreradioactividad. Concentrada en su trabajo de tesis sobre el estudio de los rayos uránicos (reciéndescubiertos por Becquerel), fue la primera en observar la radioactividad del torio y señalar laintensidad anómala de la radiación emitida por el mineral de uranio. Junto con Pierre Curie, quienabandona sus estudios de cristalografía y se asocia con ella en la investigación sobreradioactividad, descubren sucesivamente, dos elementos radiactivos nuevos: el polonio y el radio(1898), así como las emanaciones de radio sobre los cuerpos que le rodean. En 1902, ManyaSklodowska logra preparar un gramo de cloruro de radio puro y determinar la masa atómica delelemento con lo que da por concluida su investigación de tesis doctoral. En 1903 los esposos Curie,junto con Henri Becquerel, reciben el Nobel de Física.

Para 1910, con ayuda de otros científicos, particularmente Debierne, aislan finalmente el radio enestado metálico. Un nuevo campo: el de la física y química nuclear queda entonces establecido.

Mujer de prodigiosa memoria, a la muerte accidental de Pierre (1906) da un nuevo rumbo a sucarrera. Sucede a su marido en la cátedra, llegando a profesor titular en 1908.

page 26 / 28

Fue así la primera mujer que enseñó en la Sorbonne.

En el momento cumbre de su fama (1922) -junto con su hija Irene- se dedicó a la investigación dela química radiactiva y a las sustancias radioactivas con aplicaciones médicas. Antes de morirpresenció la fundación de la Fundación Curie en Paris, y en 1932 la del Instituto del Radio enVarsovia."

2) Sobre la medición de este horror de la naturaleza, señalaba Sacristán en "La tarea de Engels enel Anti-Dühring" (Sobre Marx y marxismo, pp.35-36):

"Más en general, el análisis reductivo practicado por la ciencia tiende incluso a obviar conceptoscon contenido cualitativo, para limitarse en lo esencial al manejo de relaciones cuantitativas o almenos, materialmente vacías, formales. Esto se aprecia ya claramente en los comienzos de laciencia positiva moderna. Así, por ejemplo, lo que hoy llamamos "presión atmosférica" fuemanejado durante algún tiempo por la naciente ciencia moderna con el viejo nombre de "horror dela naturaleza al vacío", sin que el uso de esta noción tuviera grandes inconvenientes, pues lo quede verdad interesaba al análisis reductivo del fenómeno (desde Galileo hasta su discípulo Torricelli)era la consecución de un número que midiera la fuerza en cuestión, cualquiera que fuera lanaturaleza de ésta.

El análisis reductivo practicado por la ciencia tiene regularmente éxito. Es un éxito descomponibleen dos aspectos: por una parte, la reducción de fenómenos complejos a nociones más elementales,más homogéneas y, en el caso ideal, desprovistas de connotaciones cualitativas, permite penetrarmuy material y eficazmente en la realidad, porque posibilita el planteamiento de preguntas muyexactas (cuantificadas y sobre fenómenos "elementales") a la naturaleza, así como previsionesprecisas que, caso de cumplirse, confirman en mayor o menor medida las hipótesis en que basa, y,caso de no cumplirse, las falsan definitivamente. Por otra parte, el análisis reductivo posibilita a lalarga la formación de conceptos más adecuados, aunque no sea más que por la destrucción deviejos conceptos inadecuados. Así, aunque todavía no en Galileo, en Torricelli y Pascal aparece yael concepto de presión atmosférica, una vez que Galileo ha relativizado y minimizado el contenidocualitativo del concepto tradicional del horror de la naturaleza al vacío."

3) En comunicación personal de 30/12/2000, después de la lectura de esta ficha de Sacristán,Óscar Carpintero señalaba:

page 27 / 28

" (...) No dejo de sorprenderme por la capacidad de síntesis y rigor de Sacristán para hacercomprensible, y con bellas palabras, las tragedias de los derrotados, sean estos políticos comoGramsci o científicos como el último Galileo."

page 28 / 28