Click here to load reader
Upload
juan-de-la-cruz-gomez-perez
View
174
Download
2
Embed Size (px)
Citation preview
Juan de la Cruz Gómez Pérez
UNA MIRADA RETROSPECTIVA A LA INTERVENCIÓN MILITAR NORTEAMERICANA EN REPÚBLICA
DOMINICANA (1916-1924) Por:
Juan de la Cruz Gómez Pérez
Han trascurrido noventa seis años, casi un siglo, de la intervención militar
norteamericana de 1916-1924 a nuestra patria. Se percibe con bastante, claridad el
proceso de injerencia de los Estados Unidos de América, en
lo financiero y extendido gradualmente al campo político.
Visto desde la perspectiva del siglo XXI se observa con
notoria claridad la agresión, la intromisión y la ocupación,
originada por causas externa e interna. Causas que se
produjeron en los ámbitos nacionales como internacionales,
conjugándose en una unidad, para propiciar la intervención
militar norteamericana a nuestro país. Todo esto acaecido,
según el Prof. Juan Bosch, debido a la ausencia de una
clase, o conjunto de clases, que fueran depositarias de una conciencia histórica, de su
función como clase gobernante del país, no dominante. Una clase gobernante que fuera
capaz de imponer las reglas del juego político y de respetarlo. Esa clase no apareció, y
todavía hoy en la República Dominicana, la clase dominante dominicana no se ha
convertido en clase gobernante. Un dato que confirma esa aseveración, es que en
pleno siglo XXI, aún se sigue manifestando la acumulación originaria con la
acumulación de capital, cuando solamente debería estar presente la acumulación
capitalista no originaria, la cual se expresa mediante dos elementos: La corrupción y el
narcotráfico incrustado en el poder político.
En el siguiente link, http://www.ucm.es/info/bas/es/marx-eng/capital1/, aparece la
obra de Carlos Marx titulada, El Capital, Siglo XXI, Editores, Tomo I; "El Proceso de
Producción del Capital". En el capitulo XXIV, titulado: La Llamada Acumulación
Originaria, expresa que:
¨Hemos visto cómo el dinero se transforma en capital; cómo mediante el
capital se produce plusvalor y del plusvalor se obtiene más capital. Con todo,
la acumulación del capital presupone el plusvalor, el plusvalor la producción
capitalista, y ésta la preexistencia de masas de capital [a] relativamente
…¨En n todos los países donde se llevó
a cabo la acumulación originaria se usó
para establecerla, el poder del Estado,
eso que Marx llamaba la fuerza
concentrada y organizada de la
sociedad¨.
Juan Bosch
Intervención Militar Norteamericana 1916-1924
Carlos Marx descubridor de las
leyes del capitalismo
grandes en manos de los productores de mercancías.
Todo el proceso, pues, parece suponer [b] una
acumulación "originaria" previa a la acumulación
capitalista ("previous accumulation", como la llama
Adam Smith), una acumulación que no es el
resultado del modo de producción capitalista, sino su
punto de partida.¨
El descubridor de las leyes del capitalismo asevera,
describe y precisa a la vez lo que es la acumulación
originaria como punto de partida del capitalismo. Veamos:
¨La llamada acumulación originaria no es, por
consiguiente, más que el proceso histórico de
escisión entre productor y medios de producción. Aparece como "originaria"
porque configura la prehistoria del capital y del modo de producción
correspondiente al mismo¨.
¨ [895] En la historia del proceso de escisión hacen época, desde el punto de
vista histórico [g], los momentos en que se separa súbita y violentamente a
grandes masas humanas de sus medios de subsistencia y de producción [h] y
se las arroja, en calidad de proletarios totalmente libres, al mercado de
trabajo. La expropiación que despoja de la tierra al trabajadori, constituye el
fundamento de todo el proceso. De ahí que debamos considerarla en primer
término [j]. La historia de esa expropiación adopta diversas tonalidades en
distintos países y recorre en una sucesión diferente [k] las diversas fases. Sólo
en Inglaterra, y es por eso que tomamos de ejemplo a este país, dicha
expropiación reviste su forma clásica [l]. [3] m En la 3ª y 4ª ediciones se
agrega: "Cuando la revolución del mercado mundial, a fines del siglo XV
{265}, aniquiló la supremacía comercial del norte de Italia, se originó un
movimiento en sentido inverso. Los
trabajadores urbanos se vieron empujados
masivamente hacia el campo e imprimieron allí
a la agricultura en pequeña escala, practicada
según las normas de la horticultura, un
impulso nunca visto". 4 ¨
Como puede notarse, la acumulación originaria fue
el fenómeno histórico que antecedió al capital, o
mejor dicho, constituye la prehistoria del capital. El
punto de partida del capitalismo. La corrupción casi generalizada que en la actualidad
vive la sociedad dominicana, propiciada tanto por el sector privado como público, sigue
Ulises Heureaux en su Despacho
siendo un indicativo, que todavía perdura en nuestro país, como vestigios elementos de
la acumulación originaria. Expresándose de la forma más grosera posible, como el
desfalco, malversación de fondos públicos, substracción de los bienes y los beneficios
que produce el Estado Dominicano. Estos actos de corrupción (acumulación originaria)
lavan o legalizan el origen de ese dinero, de esas riquezas obtenidas por vía
fraudulenta y la legalizan o transforman en acumulación capitalista. La clase dominante
dominicana no ha adquirido la conciencia de clase para imponer las reglas del juego de
la organización jurídica de la sociedad llamada Estado y respetarla. Una clase que no
respeta sus propias normas puede ser dominante, pero nunca se puede considerar
como una clase gobernante. El plano que describe el funcionamiento del Estado
Dominicano es la Constitución, la cual, crea, la certifica y la ejecuta, la clase económica
que domina. Pero de respetarla o acatarla solo se manifiesta en una clase que tenga
claro su papel histórico como clase que controla y dirige la vida económica, social,
política y cultural de una sociedad. Lo que significa que la clase dominante del país no
ha hecho conciencia de que el fenómeno de la acumulación originaria fue importante en
los orígenes del capitalismo para impulsarlo, pero no en la actualidad, lo correcto sería
en estos tiempos solo acumulación de capital, no la
originaria.
Al no existir esa clase gobernante que impusiera las reglas
del juego político en nuestro país, apareció el caos, la
anarquía, las luchas partidistas fratricidas, la inestabilidad
política, el entreguismo de los dirigentes políticos y la
ignorancia del pueblo se hizo cada vez más predominante.
Los líderes políticos jugueteaban con el destino del pueblo
dominicano. Todos estos factores, propiciaron la ocupación
y la pérdida de la independencia nacional.
Después de la muerte de Ulises Heureaux, ocurrida en Moca, la Villa Heroica y
Sepulturera de Tirano, el día 26 de julio de 1899 y ejecutada por Ramón Cáceres y
otros, la sociedad dominicana entró en una etapa de desordenes generalizados que se
prolongaría hasta la intervención militar norteamericana de 1916. Esos desordenes
eran producto de la ausencia de una clase sin conciencia de su función histórica como
clase gobernante. Esa es la razón que al ser ajusticiado Heureaux, desaparece casi
total, la autoridad que mantenía cohesionada a la sociedad dominicana.
Esa falta de cohesión se manifestó como inestabilidad política hasta el punto que en
solo dieciséis años se sucedieron alrededor de catorce gobiernos; porque donde no
existe una clase consciente de su rol histórico, el mecanismo natural que impide la
disolución de la sociedad nacional, es el dictador que la sustituye, sometiendo al orden
a todas las fuerzas sociales en lucha. Debido a la ausencia de la clase gobernante, el
orden fue restablecido a sangre y fuego por la Dictadura Militar Norteamericana
impuesta a nuestro país, a partir del año de 1916. Esa dictadura sometió a todas las
fuerzas sociales. Inmediatamente dispusieron una requisa de armas en toda la Nación,
recuperando miles de revólveres, lo que le permitió desarmar a toda la población
dominicana. La Dictadura Militar Norteamericana sustituyó durante ocho años a la clase
gobernante, o clase para sí como diría Marx, que la sociedad dominicana no había
producido.
La producción capitalista en su estilo clásico empezó en nuestro país en el año de
1874, con la producción azucarera con capitales cubanos, pero, de manera mayoritaria
seguíamos en forma dominante teniendo una organización social precapitalista. Todavía
hoy, en pleno siglo XXI predomina la pequeña burguesía de manera mayoritaria en sus
diferentes niveles o capas sociales desde la alta pequeña burguesía hasta la baja
pequeñas burguesía muy pobre. Esa es la razón histórica de que la clase dominante no
ha sido capaz de elaborar y ejecutar un proyecto de desarrollo económico-social, o
mejor dicho, un proyecto de Nación que busque impulsar el desarrollo integral de todos
los dominicanos y dominicanas.
Al carecer la sociedad dominicana, de una clase sin conciencia para sí, tal como
indicaba Carlos Marx, el dictador que la sustituye, en este caso Ulises Heureaux, le tocó
sustituir esa clase que no teníamos. Las medidas erradas de políticas económicas y
monetarias implementadas por Heureaux, y de manera especial los préstamos
concedidos por la compañía Westendorp de Holanda en el año de 1888, por un monto
de 770,000 libras esterlinas, aun interés de un 6% anual, para ser pagada en 30 años,
condujo que la República Dominicana perdiera la independencia financiera del país.
Debido a que el dictador Heureaux hipotecó a esa compañía las rentas de las aduanas
de la República Dominicana hasta un 30% de los ingresos para el pago de dicho
préstamo. El gobierno entreguista de Heureaux renuncia a la soberanía financiera del
país. Eso evidencia la ausencia de una clase gobernante en el país.
Observen muy bien, amigos lectores y lectoras, la forma en que se administró ese
préstamo por el gobernante de esa época. De ese dinero utilizó una partida para pagar
el préstamo Hartmont, concertado durante el gobierno de los seis años de
Buenaventura Báez en 1869. De esa suma de dinero el gobierno destinó 142,860 libras
esterlinas para pagar las 38,095 libras esterlinas recibidas del empréstito de Báez; otra
partida la utilizó para saldar parte de la deuda interna dejada por los gobiernos
anteriores; y el resto lo utilizó para mantener funcionando su maquinaria política,
comprar nuevas armas, uniformes para el ejército, adquisición y construcción de barcos
de guerra, que le sirvieron para defender las costas, y transportar las tropas
rápidamente de un sitio a otro dentro del país. Con estas decisiones de tipo
administrativas comenzó la ruina económica de la Nación, conduciendo y sometiendo
políticamente nuestra nación a los intereses imperiales de varias potencias extranjeras.
El endeudamiento de la República Dominicana, bajo el gobierno de Heureaux, continúo
porque tenía distintas motivaciones que le impulsaban a ese acelerado endeudamiento
público. Veamos, lo hacía para emplearlo en el pago de su servicio de espionaje, en
asignaciones, prebendas para sus militares y seguidores (clientelismo político), que le
exigían continuamente dinero a cambio de su apoyo al gobierno. Esto lo llevó a un
nuevo empréstito de 900,000 libras esterlinas en septiembre del año de 1890 con la
Westendorp y Cía; al mismo tiempo, el presidente Heureaux negociaba con el gobierno
norteamericano acerca del arrendamiento de la Bahía de Samaná. Esta compañía
aprovechó para venderle a un grupo de capitalistas de los Estados Unidos de América
sus intereses en la República Dominicana. Esos capitalistas fundaron una compañía
llamada ¨San Domingo Improvement Company¨ para comprar las acreencias de la
Westendorp debido a que las relaciones dominico-americano insinuaban que se llegaría
al establecimiento de un protectorado, gracias al arrendamiento de la Bahía de
Samaná.
A la compañía, Improvement, le solicitó un nuevo préstamo en el año de 1893,
ascendente a un 1,250,000 dólares, y otro préstamo de 2,035,000 libras esterlinas,
para ser destinado al pago de la deuda externa dominicana. Con este nuevo préstamo
Heureaux comprometió la soberanía del Estado Dominicano con el de los Estados
Unidos de América, quienes pasaron a tomar el control de las aduanas del país, hasta
que el Dictador Trujillo pagó la deuda externa mediante el tratado Trujillo-Hull. Cuando
se reflexiona respecto al endeudamiento acelerado de Heureaux de finales del siglo XIX
con el endeudamiento de principio del siglo XXI, se perciben las mismas motivaciones:
Mal manejo de la economía, clientelismo político, deuda sobre deuda, entre otros
métodos de obtención de algún tipo de beneficios personal o de tipo político. En aquel
entonces para comprar pertrechos militares. En este siglo también para comprar
pertrechos militares (aviones tucanos), tal como reseño la prensa dominicana, veamos:
¨En 2007 se adquirió en Brasil ocho aeronaves militares a través de un financiamiento
con el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social por un monto de 93.7 millones
de dólares. De los fondos para el pago de la deuda con Brasil de los aviones Tucanos se
transfirieron irregularmente 16.9 millones de dólares para cubrir compromisos de las
Fuerzas Armadas, construcciones y equipos para la Fuerza Aérea Dominicana (FAD.)¨
Otro elemento que se adicionó al acelerado endeudamiento del país, constituyéndose
en una de las causas de origen interno que produjeron la intervención norteamericana
fue el surgimiento de nuevas fuerzas políticas, dirigidas por Horacio Vásquez (Los
Coludos) y Juan Isidro Jiménez (Los Bolos). Estas fuerzas políticas se destacaron por su
participación en la caída del régimen dictatorial de Heureaux. La lucha entre estos dos
grandes caudillo de la política dominicana, agravaron la crisis económica y financiera
que heredo el país, después de la muerte en Moca de Heureaux. Esto origina
inestabilidad política y levantamientos militares que perturban la paz y la producción
económica nacional.
Asesinato de Ramón Cáceres
En el primer gobierno, de Juan Isidro Jiménez (1899-1902), recuperó la administración
de las aduanas, suspendiendo el pago de la deuda externa del país a la Improvement.
El gobierno de los Estados Unidos de América reaccionó reclamando el pago de la
deuda. Fue en el gobierno de Ramón Cáceres (1906-1911), donde se perdió la
independencia financiera porque la Convención Dominico-Americana de 1907 fue
aprobada por el congreso de la República, cediéndole el control de la vida financiera
dominicana y con el derecho a intervenir en los acontecimientos políticos dominicanos,
cada vez que consideren que el funcionamiento de la Receptoría General de Aduanas y
cobro de sus intereses estuviesen en peligros. El país perdió su soberanía y se
convirtió en una colonia norteamericana. Además, los Estados Unidos de América
habían desembarcado tropas militares en varias oportunidades para inclinar la balanza
a favor de sus predilectos en la lucha interna del país. El imperio del norte proponía
una reducción del ejército dominicano, y a la vez, proporcionaba ayudad para la fuerza
policiales y la creación de una guardia civil que sustituyera al ejército dominicano y la
guardia rural. Todo esto era un preámbulo para cuando llegara la hora de la
intervención no tener mucho contra tiempo. Estos factores exponen con claridad las
verdaderas causas-económicas, políticas y militares que originaron la ocupación por
parte de Estados Unidos de América a la República Dominicana y el por qué del
establecimiento de la dictadura militar que inauguraron a partir del 29 de noviembre de
1916.
Posterior a la muerte de Ramón Cáceres, ocurrida el 19
de noviembre de 1911, prevaleció la lucha, la anarquía
política y la decadencia económica del país. Se
sucedieron varios gobiernos en poco tiempo, el de
Monseñor Adolfo Nouel, José Borda Valdez, luego se
nombró al Doctor Ramón Báez. Este último le entregó al
que resultó electo, Juan Isidro Jiménez. Juan Isidro tuvo
que enfrentar las presiones de Desiderio Arias, su
ministro de Guerra y Marina. Así como las exigencias de los norteamericanos
empeñados en poner un experto financiero que contratara la administración de los
recursos económicos. Juan Isidro Jiménez renunció a la Presidencia de la República
Dominicana en 1916, ante la incapacidad de controlar la rebelión militar de Desiderio
Arias.
Estados Unidos a partir del año de 1916, decide ocupar el territorio de la República
Dominicana formalizando la ocupación en el mes de noviembre del mencionado año. En
la proclama de su Intervención Militar, plantean que lo hacen con la sana intención de
ayudar al país, para restablecer el orden interno que le permitieran cumplir con los
artículos de la Convención Dominico-Americana y con las condiciones que le
corresponde como miembro de la comunidad de naciones. Enfatizan que su finalidad es
Águila Imperial Despedazando
América
restaurar el orden y la tranquilidad doméstica y ayudar a la prosperidad que solo se
puede obtener bajo tales condiciones.
Sin embargo, las razones reales de origen externo, que produjeron la intervención
militar norteamericana, están vinculada básicamente a las influencias económicas,
políticas y militares de fines del siglo XIX e inicio del siglo XX que ejercían los Estados
Unidos de América en los países latinoamericanos, amparándose en la Doctrina de
James Monroe de ¨América para los americanos¨. La finalidad de esa política
intervencionista buscaba erradicar la influencia de los países europeos a cambio que les
sirvieran de base a ellos para su política expansionista.
James Monroe, advirtió a los europeos de no intervenir en
América como pretendía la Santa Alianza de restaurar el
poder colonial.
La política de expansión de los Estados Unidos de
América, se consolidó a partir de 1898 con su
participación en las guerras hispanoamericanas, y según
algunos historiadores el fenómeno imperialista surge a
partir de 1880, fundamentado en el monopolio, la
hegemonía del sector financiero sobre los demás sectores,
la lucha entre los diferentes centros mundiales de poder por dominar el mercado de
capital y de materias primas. En esa fecha, los Estados Unidos de América, inicia su
lucha por desplazar la influencia de Francia e Inglaterra de América Latina. Es entre los
años de 1900 a 1913 donde se define la política norteamericana hacia América Latina.
Dos frases la sintetizan de manera magistral: La política del garrote y la diplomacia del
dólar. Es decir, el sometimiento y el endeudamiento compulsivo de los países
latinoamericanos. Dos ejemplos son suficientes para ilustrar esta política imperial.
En el siguiente link o enlace, http://es.wikipedia.org/wiki/Intervencionesmilitaresestado
unidensesenCuba, aparece la información de que:
¨En 1906 una crisis política interna en Cuba determinó una nueva ocupación
militar norteamericana. A lo largo de la historia se han dado varias
intervenciones militares estadounidenses en Cuba. La primera data del año
1898… España se ve obligada a ceder a Estados Unidos los territorios de
Guam, Marianas, Carolinas, Palau, Filipinas y Puerto Rico. Los estadounidenses
establecen entonces una ocupación militar en Cuba, que se prolonga hasta
1902. Las fuerzas de la ocupación militar estadounidense hacen incluir en la
Constitución de la República de Cuba un apéndice denominado Enmienda Platt,
por la cual se arrogaban el derecho de intervenir en los asuntos internos de
Cuba cuando ellos lo estimaran conveniente. Asimismo, se garantizaban el
arriendo de territorios para bases navales y carboneras, cual la Base Naval de
Guantánamo, que en 2011 permanece ocupada.
En agosto de 1906, después de un gran incremento de las inversiones
estadounidenses en la isla, el presidente de Cuba, Estrada Palma solicita la
intervención debido al estallido de una insurrección en contra de su gobierno.
Los estadounidenses nombran a William Taft como interventor. Esta
intervención duraría hasta 1909. Para los años 1912 y 1933, Estados Unidos
mantiene actitudes de injerencia en las acciones de los gobiernos cubanos, los
cuales manipulan a su antojo con el pretexto de proteger los intereses
económicos estadounidenses en la isla¨.
En el siguiente link, http://www.ecured.cu/index.php/Segunda_ocupaci%C3%B3n_
militar_de_Estados_Unidos_en_Cuba, se explica con bastante claridad la política
imperial estadounidenses hacia Cuba, veamos:
¨…En 1904 el gobierno de Estrada Palma contribuía a endeudar a la República
concertando con la banca norteamericana un empréstito de 35 millones de
pesos para pagar pensiones a los miembros del disuelto Ejército Libertador. En
1903 se concluyó un mal llamado Tratado de Reciprocidad Comercial, según el
cual una pequeña lista de productos cubanos disfrutaría, al entrar en Estados
Unidos, de una tarifa arancelaria de un 20% más baja que la de cualquier otro
país. En cambio, una larga lista de productos norteamericanos entrarían en
Cuba con una rebaja arancelaria que oscilaba entre el 25% y el 40%. Como se
ve, la ventaja para los productos norteamericanos era notable. Además,
teniendo en cuenta la penetración del capital yanqui en la economía cubana, la
rebaja arancelaria a los productos de la isla beneficiaría principalmente a los
inversionistas yanquis. El mecanismo de este Tratado permitió a Estados
Unidos colocar en Cuba buena parte de la producción excedente de la
economía norteamericana, estorbando el desarrollo de una fuerte burguesía
nacional en este país.
Dando cumplimiento a la Enmienda Platt, se firmó un Tratado Permanente de
Relaciones entre Cuba y Estados Unidos que reproducía los ocho artículos de
ese apéndice constitucional, con sus limitaciones a la soberanía cubana.
También al amparo de ese apéndice se arrendaron a Estados Unidos porciones
de territorio cubano ubicadas en Bahía Honda (costa norte de Pinar del Río) y
en la bahía de Guantánamo (costa sur de Oriente), lugar éste donde se
construyó la base naval que aún mantiene Estados Unidos contra la voluntad
del pueblo cubano.
Años más tarde, Estados Unidos abandonaría el territorio que ocupaba en
Bahía Honda, a cambio de una importante ampliación del área de la base de
Guantánamo. Siendo esta última bahía, la tercera de Cuba por su extensión y
con magníficas condiciones de resguardo y profundidad, tenía para EE.UU. una
gran importancia estratégica: se hallaba situada en un punto clave para
garantizar el control militar sobre el Caribe y sobre América Central y del Sur,
incluido el canal de Panamá. La base comprende un territorio de 117 km2, 78
de los cuales corresponden a su parte terrestre y 39 al área marítima. Este
enclave extranjero en tierra cubana ha sido causa de múltiples problemas
desde su instalación y ha constituido un elemento de constante amenaza y
presión sobre el pueblo de Cuba.
Bajo el gobierno de Estrada Palma continuó la penetración del capital
norteamericano en la industria azucarera y tabacalera, en las tierras,
ferrocarriles, minas y otras ramas de la economía, en competencia con otros
capitales foráneos: inglés, francés, alemán, español, etc. Todavía el valor de
las inversiones inglesas superaba al de las norteamericanas. En 1905 había 29
ingenios de propiedad estadounidense, que producían el 21% del azúcar de
Cuba y tenían grandes latifundios; trabajaban en la isla 13,000 colonos de esa
nacionalidad, que adquirieron tierras valoradas en $50,000,000; el trust
tabacalero norteamericano había aventajado ya al inglés: poseía la mayor
parte de las marcas y controlaba cerca del 90% de la exportación de tabaco
torcido.
La política financiera de Estrada Palma se basó en el ahorro. El superávit del
presupuesto se elevó a $27,000,000 en 1905, aunque la adquisición de armas,
pertrechos y otros gastos militares lo redujo a menos de 14 millones al
terminar su mandato, a pesar de haber engrosado sus fondos con un
empréstito interior de 11 millones de pesos. El afán de llenar las arcas del
Estado hizo que Estrada Palma no utilizara los grandes recursos de que
disponía para subsanar los estragos causados por la guerra ni fomentar el
desarrollo de la economía nacional.
La agricultura se mantuvo abandonada; no se les dieron las tierras ni los
recursos que reclamaban los libertadores, los que continuaron en el mayor
desamparo; se abrieron las puertas a importaciones procedentes de Estados
Unidos, en una competencia desigual con los productos nacionales los que,
además, fueron gravados con altos impuestos para pagar los empréstitos
concertados. Las obras públicas se concretaron a 256 km de carreteras, unos
pocos puentes y acueductos, menos de 150 escuelas públicas y algunas otras
inversiones de menor cuantía¨.
En el caso nuestro, en la República Dominicana había ocurrido la firma de la
Convención Dominico-Americana en la cual Estados Unidos de América unificó y
consolidó la deuda externa dominicana a cambio del control de la aduanas para
Juan Bosch, escritor, político,
patriota e intelectual
asegurarse el pago de la deuda contraída. Este fue un acuerdo a Modus Vivendi
establecido en un decreto del gobierno dominicano. En este caso se aplicó la política de
la diplomacia del dólar, pero cuando en 1916 no se pudo garantizar el pago de la deuda
nos aplicaron la política del garrote.
Esto recuerda, la enseñanza del maestro de la política
dominicana, Prof. Juan Bosch, en su obra, De Cristóbal Colón
a Fidel Castro, El Caribe Frontera Imperial, Ediciones
Fundación Juan Bosch Inc., 2012, pagina No. 8, donde indica
los criterios con que se debe estudiar la historia de la región
del Caribe, cuando expresa que:
¨La historia del Caribe es la historia de las luchas de los imperios contra
los pueblos de la región para arrebatarles sus ricas tierras; es también la
historia de las luchas de los imperios, unos contra otros, para arrebatarse
porciones de lo que cada uno de ellos había conquistado; y es por ultimo
la historia de los pueblos del Caribe para libertarse de sus amos
imperiales.¨
Ese régimen político, 1916-1924, debe ser catalogado como una dictadura militar
porque desde el primer día de la ocupación, el gobierno tomó una serie de medidas,
fundamentada en la fuerza, en el terror, desconociendo el ordenamiento jurídico del
país y violando lo más elementales derechos humanos. Este régimen impulsó la
acumulación originaria en su forma clásica porque en la región Este los campesinos
fueron forzados a abandonar sus tierras y a concentrarse en las ciudades para que esas
tierras pasaran al poder del Central Romana, el cual comenzó a moler caña en el año
de 1918. Esta etapa luego fue legalizada, con la creación del Tribunal de Tierras,
establecidos por las autoridades militares norteamericanas, legalizaron los atropellos y
el despojo de que fueron víctimas los campesinos del Este del país. Esto sirvió para
sentar las bases legales de la liquidación del sistema precapitalista de la propiedad
rural conocido con el nombre de terrenos comuneros.
El pueblo Dominicano luchó hasta lograr la desocupación de la patria por fuerzas
extranjeras que mancillaron nuestra dominicanidad así como los símbolos patrio de
nuestra identidad como nación libre e independiente, tal como la soñó el fundador de
nuestra nacionalidad: El padre de la patria, Juan Pablo Duarte. En este proceso de
desocupación se hizo resistencia a la intervención militar sustentada en el nacionalismo
dominicano. La expresión nacionalista centró sus esfuerzos en la denuncia, atropello y
violaciones del gobierno de ocupación. El día 23 de septiembre de 1922 firmaron el
acuerdo y los norteamericanos desocuparon el territorio nacional en 1924, cuando ya
se había celebrado las elecciones en las cuales triunfó Horacio Vásquez.
[email protected], 17 de junio del año 2012. Hora: 8:00 PM.
Bibliografías Consultadas
Moya Pons, Frank. Colecciones Dominicanas, Historia Dominicana II. Caribe
Grolier 1982, Impreso en E.U.A./Printed in USA.
Bosch y Gaviño, Juan Emilio. De Cristóbal Colon a Fidel Castro, El Caribe Frontera
Imperial. Novena Edición dominicana, 1995. Editora Corripio, C. Por A.
Bosch y Gaviño, Juan Emilio. Clases Sociales en la República Dominicana, 4ta
Edición de octubre de 1986. Editora Corripio, C. Por A.
Peguero Valentina, Danilo de los Santos. Visión General de la Historia
Dominicana, 8va Edición. Editora Corripio, 1983, República Dominicana.
Cassá, Roberto. Historia Social y Económica de la Republica Dominicana, tomo II,
Edición 1999. Editora Alfa y Omega.
Bosch y Gaviño, Juan Emilio. Composición Social Dominicana, Análisis e
interpretación. Decima sexta edición, Alfa y Omega, 1988, Santo Domingo
República Dominicana.
Bosch y Gaviño, Juan Emilio. Colección de Estudios Sociales, Materiales Dirigidos
a los Círculos de Estudios de su Partido. 3ra. Edición, 1988. Editora Alfa y
Omega.
Adriana Sang, Mu-kien. Historia Dominicana. Primera Edición, 1999.
Núñez, José Demetrio. Colon, Juan. Geografía, Antropología e Historia
Dominicana. Segunda Edición, 1999. Editora Alfa y Omega.
Secretaría de Estado de Educación, Compendio de Ciencias Sociales.
Bosch y Gaviño, Juan Emilio. Trujillo, Causas de una Tiranía sin Ejemplo, sexta
edición, 1994. Editora Alfa y Omega.
Peguero Valentina/Danilo de los Santos. Visión General de la Historia
Dominicana, Novena Edición. Editora Corripio, 1985, Editora Corripio C. Por A.
Bosch y Gaviño, Juan Emilio. De Cristóbal Colón a Fidel Castro, El Caribe Frontera
Imperial, Ediciones Fundación Juan Bosch Inc., 2012, pagina No. 8.