Una revolución hacia la nada

Violeta Varela Álvarez

Una revolución hacia la nadaSeptem Universitas

Primera edición: septiembre, 2012

© 2012 Violeta Varela Álvarez© de esta edición: Septem Ediciones, S.L., Oviedo, 2012

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Dirección eDitorial: Marta Magadán DíazDiseño cubierta y compaginación: M&R Studio

ISBN: 978-84-96491-97-7D. l.: AS-3276-2012

Impreso en España — Printed in Spain

Índice

I. PrelImInares ........................................................................................................................................................... 7

II. PolítIca y fIlosofía ............................................................................................................................................ 17

III. el mUndo como jUego lIngüístIco .............................................................................................................. 51

IV. la cIencIa como Ideología .............................................................................................................................. 73

V. el arte… Por llamarlo de algUna forma ................................................................................................. 85

VI. la mUjer VUelVe al gIneceo ........................................................................................................................ 107

VII. la dIferencIa como estandarte ............................................................................................................... 119

VIII. Una hIstorIa de renUncIa: la PolítIca Para otro día… ...................................................................133

BIBlIografía ............................................................................................................................................................ 143

la aUtora ................................................................................................................................................................. 149

i. PreliminaresEstimados lectores, en el presente trabajo me propongo recorrer con ustedes algunas

de las polémicas sendas marcadas por la filosofía contemporánea. No será un recorrido tranquilo, sino que estará lleno de turbulencias y trastornos. Intentaré que sea un reco-rrido divertido y ameno, aunque la realidad que voy a mostrarles, muchas veces, carece de gracia. Vamos a examinar las propuestas filosóficas de algunos autores, auténticos ídolos de la filosofía actual, que, fundamentalmente, pueden articularse en dos grupos:

Por un lado estarían los filósofos contemporáneos que aún se reivindican deudores de la tradición de la historia de la filosofía occidental, situando aquí principalmente a Habermas.

Por otra parte, tenemos a una serie de autores que podrían denominarse unáni-memente como posmodernos, aunque este grupo no sea ni mucho menos uniforme. Dentro de esta categoría, que se caracterizaría por una ruptura explícita (ya veremos si en realidad es así) con la tradición, podemos distinguir a su vez entre los autores que voy a denominar metafísicos y los autores que pretenden escapar a todo tipo de consideración ontológica o de constitución de la realidad. En el primer grupo estarían sin duda Deleuze, Derrida y Vattimo. En el segundo, sitúo a Foucault y a Lyotard, principalmente. Rawls, por último, podría calificarse como uno de estos autores que renuncian a la especulación filosófica, pero él no desea poner en tela de juicio el concepto de la modernidad, simplemente pretende aislar la política de la filosofía.

En realidad, dentro de la generalidad posmoderna cabe distinguir entre una corriente denominada post-estructuralista y la corriente posmoderna propiamente dicha. Mientras que el post-estructuralismo, con Derrida a la cabeza, se caracterizaría por una revisión crítica de los conceptos arraigados en la tradición filosófica, científica, literaria y artística, el postmodernismo vendría a constatar la muerte e inoperatividad de esta tradición en la época actual: los viejos conceptos ya no servirían y ámbitos como el artístico no harían más que poner en evidencia tal inutilidad. Vamos a ocuparnos de ambas líneas de pensamiento, pero también examinaré otras que, en principio, nada tienen que ver con éstas.

VIoleta Varela ÁlVareZ

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Todo mi examen de los distintos aspectos de la Filosofía actual lo haré a la luz de una tesis principal que dota de coherencia y unidad a este trabajo: todo movimiento filosófico actual evidencia una trágica oposición a la política. Aunque esta tesis parezca muy arries-gada en el caso de Habermas o Rawls, lo que pretendo enfatizar es que las concepciones de la filosofía actual, o bien no logran asimilar el ser de la política, recurriendo entonces a la imposición de reglas que no siempre encajan con la praxis real, o bien deslegitiman la política como ámbito de resolución de conflictos. Se trata de una tesis que voy a intentar demostrar a lo largo de este ensayo y que, desde luego, no obedece a los testimonios directos de estos autores, sino a una lectura sistemática y profunda de sus obras. Considero que estas actitudes actuales hacia la política no responden más que a una estrategia de elitismo que pretende dejarlo todo como está. Evidentemente, en sus libros, estos autores no afirman este tipo de tesis. Ellos se consideran pensadores políticos revolucionarios, y estoy pensando sobre todo en el grupo posmoderno. Ahora bien, conviene analizar con detenimiento hasta qué punto lo son y, sobre todo, en qué propuestas apoyan su praxis filosófica. Lo iremos viendo y todo se irá haciendo más claro a medida que pasen las páginas de este libro.

En los siglos XX y XXI, para muchos autores, la política se ha convertido en un proble-ma, pero no en un problema que haya que analizar en profundidad, sino en un problema que hay que atajar. Si hablo de tragedia es, como se verá con más detenimiento a lo largo del presente ensayo, porque creo que esa deslegitimación de la política es un fraude que nos acabará conduciendo a situaciones perversas y difíciles. Por otra parte, me gustaría demostrar que esta deslegitimación de la política de cara al público con fines elitistas no es algo que surja de la nada. Sostengo que proviene de una serie de tendencias filosóficas que tuvieron su expresión a principios del siglo XX y, de la misma manera, afirmo que tal deslegitimación tiene un objetivo bien claro: que la política quede en manos de una élite ejecutiva. Mientras esta élite organiza el mundo, los ciudadanos, o bien se encuentran cada vez más alejados de la política, o bien se fomenta su preocupación por falsos problemas políticos. Me explico.

La mayoría de los problemas en los que los políticos involucran a los ciudadanos en la actualidad son problemas creados a propósito simplemente para que los ciudadanos nos centremos en cuestiones absurdas y nos alejemos los unos de los otros, a la vez que perde-mos la perspectiva de la realidad. En el caso de los posmodernos, con el fin de llevar esta deslegitimación hasta sus últimas consecuencias, han convertido la filosofía en una especie de “retablo de las maravillas”: si no percibes la genialidad posmoderna es que no estás a la altura intelectual de tales portentos filosóficos. Han puesto en juego una serie de artificios retóricos y maniqueos, a la vez que metafísicos, para acabar desviando nuestra atención hacia cuestiones que no deberían tener el peso político que ellos les otorgan. Lo que quiero decir es que si bien en sus obras tratan importantes asuntos filosóficos, y algunos de ellos, como Derrida, con envidiable brillantez, cometen la falacia de otorgar a estos problemas un significado político que no tienen. De nuevo remito a lo que resta de ensayo para que