150
1

Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

1

Page 2: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

2

Page 3: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

3

Una vida lejos del

aburrimiento

Parte 1

Jose Antonio Navarro A.

Page 4: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

4

Page 5: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

5

Secuencia de crónicas de la vida real

El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954.

Las crónicas escritas en este volumen, cuentan pasajes de su vida en el periodo de tiempo que comprende desde su

infancia hasta 1985, año en que emigró al Brasil, donde vive hasta hoy.

Page 6: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

6

Page 7: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

7

COCHABAMBA

Page 8: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

8

Page 9: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

9

Cochabamba, Década del 60

NUESTRA CAMPIÑA

La calle Baptista de la ciudad de Cochabamba, asistía a una singular escena en la que dos niños iban manejando una misma bicicleta, cada uno en pié encima de un pedal, en un “sube y baja” alternado que los hacía parecer parte de la máquina mecánica. Los pocos automóviles que aparecían de tiempo en tiempo, no incomodaban ni ponían en riesgo estas dos jóvenes vidas, que ausentes de toda preocupación e ignorando el curioso mirar de dos viejitas que comentaban la travesura, continuaban su viaje rumbo a la zona sudeste de la ciudad.

Éramos Oscar Arauco y yo.

Desde una tiendecita comercial que exponía en su puerta una vitrina mostrando panes dormidos del día anterior, una señora amiga nos alertaba con su voz ronca para que nos cuidásemos, pues yendo de esa manera y encima de dos ruedas, podíamos acabar en el suelo.

Era el camino hacia nuestra escuela, era pues, una de las largas calles que debíamos atravesar para llegar al Instituto Laredo.

Cochabamba en aquella época, contemplaba orgullosa sus calles, llenas de bicicletas, tantas, que probablemente doblaban el número de los automóviles. Una ciudad tranquila y bella que orgullosa, hacía homenaje al nombre por el cual era conocida: “Ciudad Jardín”. Corrían los años 65 o 66, y nuestra inquieta infancia la manifestábamos de las formas más imprevisibles. No era fácil transportarse, por ejemplo, desde la plaza 14 de Septiembre hasta los campos aledaños del estadio de fútbol, donde íbamos

Page 10: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

10

a jugar o a pescar algún pececillo para nuestro acuario en la laguna Cuellar, que quedaba ahí mismo, y que aunque las más de las veces eran renacuajos, nos parecían bellos peces dorados. A veces íbamos a pie, atravesando el río Rocha y venciendo luego los maizales circundantes, otras veces en bicicletas, para lo cuál teníamos que subir el puente que unía la ciudad con Cala Cala. Ése elemento de concreto a veces se tornaba un objeto de división, especialmente en tiempo de Carnavales, fiesta en la que los Calacalenses no permitían que los habitantes del centro de la ciudad llegasen secos a sus territorios (En Bolivia se acostumbra jugar con agua durante la fiesta del Carnaval).

Los estudiantes cochabambinos con sus adolecentes e ingenuos trazos machistas, demostraban a momentos una rivalidad digna de las potencias que dominan a los países más pobres, pero también en la hora cierta, la camaradería se dejaba sentir, espantando cualquier motivo que pudiera poner en riesgo nuestra unidad estudiantil. Las pequeñas querellas las resolvíamos en dos lugares: En el patio trasero del colegio La Salle, donde había jardín con decenarios eucaliptos que escondían nuestras luchas corporales y la sangre que valientemente derramábamos para defender nuestra honra, y en un terreno baldío que se encontraba a espaldas de la Universidad Mayor de San Simón, al lado de un campo de fútbol lleno de tierra y agujeros.

Ahora, tratándose de actitudes amigables (confraternizaciones y farras), había un sinnúmero de lugares, como el snack ubicado en la calle Oquendo entre Sucre y Jordán en el que íbamos a tomar jugos de frutas con una apetitosa empanada de queso donde acabábamos jugando cacho. En la época, este punto comercial era el único de toda la cuadra.

“Oh Cochabamba querida...”

La plazuela Sucre, era prácticamente el final de la ciudad con relación a su zona este, y las ralas casas que aparecían como

Page 11: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

11

lunares más allá de ese punto, daban ya la idea de que el futuro pintaba para ese lugar un bello barrio. Al sur, San Antonio se constituía en un verdadero viaje, íbamos a veces a esperar el tren que todavía era a carbón, para comulgar con todos los soñadores que veían en ese vehículo, una historia de fantasías. Las tapa-coronas que sellaban los refrigerantes “Papaya Tunari”, o “Chocolet Super Cristal”, las aplanábamos en los rieles del tren para hacernos sonajeros que tocábamos con una maestría digna de Orff.

“Ciudad de mágico encanto...”

El río Rocha anunciaba el fin del asfalto cuando nuestra dirección era al oeste, Villa Galindo, barrio nuevo que todavía quedaba en los confines del valle ciudadano, también comenzaba a mostrar su ímpetu de crecimiento, aunque todavía tímido.

Al Norte, la subida era dura para pedalear con nuestras bicicletas hasta la plazuela de Cala Cala, pero la ciudad pavimentada y adecuadamente poblada, difícilmente sobrepasaba al estadio F. Capriles, pues la única calle asfaltada era la avenida Simón Bolívar.

“¡Siempre tuvieron sus noches de luna un encanto incomparable!"..

Llegar al palacio de Portales era una verdadera aventura, era más fácil ir a Quillacollo o a Sacaba, pues había transporte colectivo más frecuente. De igual manera para llegar hasta la laguna Alalay, teníamos muchas veces que llevarnos una bolsita de alimento, pues, era una verdadera excursión.

Los respetados beneméritos del Chaco, acostumbraban sentarse en los bancos de la plaza de Septiembre en los días de sol para matar sus penas recordando sus gloriosas aventuras en el “Infierno Verde”. Los estudiantes, los substituían en las noches

Page 12: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

12

memorizando fechas y nombres de la misma guerra para sus exámenes de historia.

“Hermosa tierra valluna de verdor inigualable...”

La mayor parte de los juguetes de nuestra infancia, eran hechos por nuestras propias manos. Los vehículos de transporte de nuestras fantasías, por ejemplo, los hacíamos con latas de sardina ovaladas y carretas de hilo, quienes rodaban los pretiles de las calzadas en armoniosos desfiles de modelos, que pintados y adecuadamente colados con marcas de productos comerciales, daban la bienvenida a la época de carreras automovilísticas. La calle San Martín, se llenaba de gente hasta la Plaza Colón, punto final del tramo Santa Cruz-Cochabamba, esperando la llegada de Juanito Claure o Romualdo Delgado.

El clásico Wilsterman-Aurora, llenaba el estadio de gente que iba a prestigiar los clubes de sus amores. Nosotros los niños, esperábamos en la puerta de entrada, algún joven “voluntario” que se prestara para hacer de cuenta que era nuestro papá, pues hasta cierta edad, el ingreso era libre, siempre y cuando estuviéramos acompañados de nuestros padres.

El parque zoológico, al que íbamos con bastante frecuencia, tenía el poder de ayudarnos a olvidar nuestros deberes escolares, era mucho más interesante y hasta nos parecía muy exótico estar en medio de los cóndores y los pumas. En la calle Ladislao Cabrera oeste quedaba ubicado el museo arqueológico de la UMSS, y las momias sentadas con bocas abiertas y abrigadas en canastas tejidas por nuestros antepasados, eran objeto de una enorme curiosidad y miedo.

Los conciertos del Coro de Los niños cantores del valle, con obras de gran dificultad como el Stabat Mater de Pergolese, daban que hablar en las radios de la ciudad, y artistas populares como Los Intiwara, rompían corazones de muchachas que soñaban al ritmo de sus cuecas.

Page 13: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

13

Una radionovela de propaganda imperialista intentaba convencer al pueblo, que las guerrillas, eran obras del mal, pues en esta novela “Los tres Villalobos” eran un trío de héroes baratos que luchaban contra el “Gaucho Guevara” y su jefe “Gabriel Rasgo” haciendo alusión a dos notables líderes latinoamericanos, pero a pesar de sus esfuerzos, solo convencían a las abuelitas que esperaban ansiosas el desenvolvimiento de esas ediciones radiales en el horario noble de cada día. En mi casa había pintada en la pared una imagen grande de Che Guevara, que algún tiempo después, mi padre nos haría borrar, ya que cualquier cosa significa amenaza para quien tenía miedo de la conciencia popular, lo cual provocaba muchas veces escenas de violencia innecesarias.

Los años fueron pasando y con ellos, nuestra niñez fue alejándose, dando paso a tímidas insinuaciones corporales que anunciaban nuestra adolescencia. La palabra “amor” comenzó a formar parte de nuestras conversaciones, y la primavera de nuestras vidas se veía en el horizonte de nuestras existencias como un lejano paisaje al que queríamos llegar lo más rápido posible. Me animo a creer que esa adolescencia gozaba de una ingenua singularidad y cariño por los amigos. No había malicia cuando entre compañeros y compañeras, nos veíamos obligados a pernoctar todos, juntos, sobre la alfombra de la sala de algún condiscípulo después de una sesión de estudio. Si bien ya existía la mujer o el hombre de nuestros sueños, evitábamos situaciones incómodas entre nosotros, todo, por un censo de respeto y compañerismo.

Ese era nuestro floreciente mundo de estudiantes, nuestras vidas estaban en formación, paralelamente a los lejanos límites de la ciudad, y Cochabamba nos veía sonriente como sus futuros elementos de progreso, sin prisa y con optimismo.

“Cochabamba, tierra que eres de Bolivia, su dicha y su corazón”.

Page 14: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

14

Page 15: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

15

UN COLEGIO LLAMADO

“LAREDO”

Page 16: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

16

De La Calle Junin A La 16 De Julio De Mis 9 Años, 1963-64

MIS PRIMEROS DIAS

Yo no entendía nada, unos señores extraños habían venido a mi escuela a hacernos imitar los sonidos de una especie de flauta, desconocida para nosotros. Aquella época, dentro de mi cabeza sólo existía el recreo como el mejor momento de la mañana, porque aprovechaba para aliviar el hambre con lo que mi madre me mandaba: una fruta, un pan, o cualquier otra cosa.

Aquellos visitantes nos contaron una historia en la que casi nos convencen de ellos mismos eran o astronautas o alienígenas.

Había un señor que sobresalía a los demás visitantes. Tenía lentes medio cuadrados y una voz grave que transmitía confianza, los otros, parecían obedecerle en todo.

El resultado de esa visita, resultó ser una preselección para el ingreso a una escuela experimental de educación integral que estaba en sus primeros años de vida. Para mí, todo estaba fuera de mis dotes de comprensión, pues ni siquiera sabía que significaba “integral” ni “experimental”. Solo sabía que tenía algo que ver con la música.

Llegaron las felices vacaciones finales y luego de 2 meses nuevamente estábamos preparados para enfrentar otro año de estudios.

Cuando mi padre me llevó el primer día en su bicicleta, me pareció que mi nueva escuela quedaba en el fin del mundo y que mis nuevos compañeros eran turistas como yo esforzándose por entender porque habían tantos pianos y porque en la sala más grande estaba gritando un grupo de

Page 17: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

17

alumnos. (Después me enteré que no eran gritos, sino, ejercicios de vocalización para el coro de la escuela).

Estaba ya en mi aula hecho el gallito con mi cuaderno todo orejudo y mi lápiz sin punta. Al frente de nosotros, Miss Charo. Esta profesora con gran tino conducía la clase sin permitir ningún tipo de desorden.

De pronto, entró alguien y me privó del momento de placer que estábamos disfrutando con un cuento infantil, para llevarme a la sala grande donde estaban ensayando el coro.

Fue grande el miedo, porque corría la voz que quién estaba a la cabeza del coro era un dentista y que cuando abríamos la boca para cantar, él descubría nuestros dientes que necesitaban de tratamiento, por tanto se había el riesgo de ser obligados a ir a su consultorio.

No fue nada de eso, era solamente el coro que estaba necesitando de nosotros, pues había pocas cuartas voces, y yo, fui el único alumno del primer año a encarar esa aventura, que era destinada solo a los más antiguos: El Coro de los niños cantores del valle.

Mi primera impresión fue de total tranquilidad al ver al señor de lentes cuadrados que ya era familiar entre tanta gente extraña. Pregunté a un compañero sobre ese simpático señor, y fui informado que se llamaba Franklin Anaya.

Después supe que quien estaba dirigiendo el coro era realmente un dentista de nombre Gastón Paz, pero su labor consistía en enseñarnos a cantar y no en sacarnos muelas, fue un alivio.

Hoy puedo afirmar con propiedad, que la actividad coral no pierde en mágica y encanto ni para la orquesta sinfónica.

Page 18: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

18

Valle Cochabambino, C. 1964.

NIÑOS CANTORES DEL VALLE

Mi pasaje por este coro, al que tanto mi generación como las postreras se sometieron con alegría, fue tan fructífero que hasta hoy me quedan marcas y recuerdos de aquella infancia feliz.

Entre los niños de mi nivel escolar, el primer año era destinado a la iniciación musical, dentro de la cual, no contaba todavía la participación en el coro. Pero seguramente hacían algunas excepciones, porque ya en el primer mes, un buen día fui arrancado de las aulas para ir a un ensayo. Mis otros compañeros de curso tuvieron que esperar un año más para poder disfrutar de aquella actividad.

Supe luego que el motivo fue la falta de niños con voz gruesa que llenasen esa necesidad, fui directo a la cuarta voz.

Don Franklin Anaya y Gastón Paz, eran los encargados de hacernos cantar aquellas bellas melodías que las iniciábamos leyendo de un pizarrón colocado al frente del coro. Allí estaba escrita la letra de la canción o la melodía en sistema “tónica Do” o “Kodaly”.

Era una nueva experiencia y aventura singular. Hasta entonces, nunca había sabido ni siquiera lo que era un coro, y si bien mi padre y mis hermanos mayores tenían discos de música clásica con corales, yo no estaba ligado a esos intereses. Simplemente ignoraba que las personas podían cantar a voces diferentes al mismo tiempo formando así una armonía deliciosa.

Page 19: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

19

La verdad sea dicha, ese comienzo fue duro porque carecía de un contenido didáctico apropiado, pues la primera canción que aprendí fue el “Amen” del “Stabat Mater” de Pergolese, música que escapaba a mi pequeña capacidad de comprensión en mi también pequeño universo musical. Era difícil entender que un niño tuviese que repetir tantas veces aquella misma palabra con melodías tan difíciles de memorizar, y todavía tenía que concentrarme para no pasarme a la otra voz. Al final, la última música aprendida en mi escuelita anterior, había sido poco más que “Los pollitos dicen”. (La escuela en la que estudiaba antes, llevaba por nombre, Juan Crisóstomo Carrillo).

Pasaron los días y las semanas, y con ellos, los ensayos se intensificaron, ya sabíamos cantar hasta en Ingles y más otros idiomas incomprensibles para mi, “El Abecedario, El trensito, Abre maquedonche, Sing song sing song , Señora Santa Ana, Sadila timka, Las costureiras” y más otras de las que olvidé sus nombres. El “Stabat Mater” estaba que brillaba.

Pero la primera actividad que viene a mi memoria y que contaba con mi participación, fue en el teatro Achá. Era una parte de Zarzuela en la que yo vestido de novio cantaba y danzaba “... A San Antonio como es un santo casamentero...” sin saber porqué ni para que, pero al mando firme de mis queridos profesores.

Luego, vino el tiempo del concierto de gala en el propio teatro Achá, en el que presentaríamos el Stabat Mater y el carrusel de canciones infantiles. Estábamos uniformados con túnicas blancas, con un cinturón de cuerda morada y desesperados de que la hora llegase pronto.

Aquel primer concierto de gala de mi vida marcó una tremenda decepción, porque en el preciso momento en que habíamos comenzado a cantar, una pequeña hemorragia nasal me sacó de escena, y perdí todo el resto del Stabat Mater. Pero más que el dolor y el susto de la sangre, fue el dolor de no cantar porque

Page 20: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

20

mis papás y hermanos estaban asistiendo el espectáculo y yo quería mostrarme para ellos.

Minutos después ya recuperado, tuve la suerte de poder cantar el resto del programa con lo que mi ego se calmó definitivamente.

Un día nos llevaron a una casa en la calle Lanza y nos tomaron medidas de nuestro cuerpo. Algún niño demasiado imaginativo hizo correr la voz de que eran las medidas para nuestros ataúdes, lo cuál nos llenó por algunos momentos de pánico, pero luego la sonrisa súper agradable de quién nos observaba con la cinta métrica en la mano nos tranquilizó. Era sólo una señora que iba a tejer o quizás comprar unos ponchitos de indios con los cuales después realizaríamos nuestro primer viaje a La Paz y a Oruro. Hasta entonces, el coro todavía no había salido de Cochabamba.

En la Paz, cantamos en el Palacio de Gobierno y fuimos abrazados por el Gral. Alfredo Ovando Candia, que tiempo después sería presidente de la república. Yo hasta ahora guardo un reportaje de un periódico paceño con mi foto al lado de este mandatario.

En Oruro, otro sobresalto. Un grupo de niños dijo haber visto un duende en la baranda del hotel en que nos encontrábamos. Fue un susto generalizado que nos llevó a tener pesadillas en las noches de aquel hotel que quedaba cerca a la estación de trenes.

Después de aquellas experiencias, se sucedieron otras también muy enriquecedoras, y no son pocos los profesores que dicen que aquella generación del Coro de los niños cantores del valle fue la mejor de todos los tiempos del Instituto.

Page 21: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

21

En El Seno Del Laredo De Antaño, C. 1966

RELLER

Nuestras tardes en los primeros años de Instituto, se amenizaban con la presencia de dignos profesores que se esforzaban por hacernos comprender cosas incomprensibles relativas a la música. Don Gastón Paz, que pasaba gorjeando la mitad de las clases de solfeo en una búsqueda de afinación para nuestras voces. Es bonito reconocer después de tantos años que esos esfuerzos dieron frutos y siguen dando hoy en día en la mano de quienes han heredado sus dotes pedagógicas.

Una de las profesoras más queridas, era Doña Blanquita, que nos enseñaba con toda su paciencia la teoría de la música. Ella tenía una característica, olvidar con cierta facilidad los nombres de sus alumnos, y es a uno de esos olvidos al que ahora quiero referirme.

Nuestro compañero de estudios Roller Ibañez, era siempre llamado de Reller, con “e”, en lugar “o”, lo cuál le incomodaba bastante. Pero Doña Blanquita ni notaba la diferencia a pesar de las innumerables veces que este nuestro amigo había reclamado.

Un día santo, a Roller se le ocurrió una idea para acabar con ese malentendido, que ya había llegado a tal punto, que hasta nosotros lo estábamos llamando así. En medio de la clase se escuchó la voz de la citada maestra: “…Es la vez de Reller…”. Roller se levanto de su silla con todo cuidado, aclaró su voz con un gesto gutural y dijo en voz alta y lentamente para que todos escuchásemos: “A sus ordenes Miss Bleeeenquite”.

Es de imaginar que una carcajada general resonó en toda la sala, después de la cuál, Doña Blanquita percibió al fin su error. Desde entonces ella tenía cuidado para pronunciar el nombre

Page 22: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

22

de Roller, pero mismo así, fue ella que a partir de ese momento comenzó a ser llamada de Miss Blenquite.

Esta cariñosa profesora ha dejado en todos los de mi generación una profunda marca de amor por la música.

Page 23: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

23

Cochabamba, Camino Al Paraíso Tropical, C. 1970

PIZARRIN

Es con el nombre del título del presente relato, que decidimos regalar como apodo a nuestro flamante profesor en el área de la música. Su nombre verdadero era Gabriel Ángel García, y aunque de ángel no tenía más que algunos cabellos blancos que le asomaban tímidos a su cabeza, él hacía homenaje a su nombre por las alas que ponía en nuestra imaginación etérea. Pues desde un principio su simpático comportamiento nos llenó de intrigas. Primero, porque en sus primeros días de estadía en Cochabamba, vivía solitario en un apartamento de la calle Baptista, después, acogería una joven actriz y cantora también española en el mismo apartamento, y finalmente tenía como huéspedes a un bando de jóvenes estudiantes que por casualidad éramos nosotros.

Su cuartito se convirtió en un antro de bellas historias de España, pues a poco tiempo de su llegada, ya se había tornado padrino de un enorme grupo de jóvenes amantes de la música y de las aventuras, que compartirían a su lado, toda serie de vivencias.

Particularmente, yo tengo plantado en mi corazón, algunos recuerdos amargos de los españoles por lo abusos y crímenes que cometieron en tiempos de la colonia, pues ellos no tuvieron ni un poquito de humanidad cuando maltrataron con extrema crueldad a los dueños de la tierra que ellos estaban pisando en calidad de huéspedes. Pizarrín felizmente nos mostró que ese hecho pertenecía al pasado, y siendo así, se ganó nuestro cariño y nuestra incansable compañía.

Page 24: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

24

La localidad del Chapare en aquella época, era un paraíso casi virgen, primero, nos gustaba como paraíso en vista de sus bellos paisajes que estaban envueltos con ríos anchos de turbias y cristalinas aguas y con árboles milenarios que lucían sus cortezas en medio de selvas cerradas, y también nos gustaba por lo virgen, porque esa palabra nos recordaba a las ñustas del sol en el imperio del cuál había en los alrededores algunos indicios de su presencia.

Decidimos llevarlo a pasear, no sin antes advertirle que no era un viaje fácil, que los camiones que nos transportarían no tenían ninguna comodidad y que en la cordillera hacía frío, preocupaciones a los que nos contestó con aire de suficiencia, diciendo que él estaba acostumbrado a viajar por los Montes Apeninos. Fue así.

Nuestra mala suerte comenzó a los pocos Kilómetros de Cochabamba, pues, antes de llegar a Colomi, explotó un conflicto con los campesinos quienes bloquearon todas las carreteras. El resultado de todo ello fue que no podíamos ir para el frente, no podíamos volver a Cochabamba y no podíamos quedarnos en el lugar, pues moriríamos de frío. Entonces, ¿qué nos quedaba?

Había un pueblito cerca de allí, con algunas decenas de habitantes, una pequeña iglesia de barro y una sala como aula para los niños campesinos de los alrededores. Había también una tiendita de la que todos los lugareños proveían de alimentos y otras necesidades. Decidimos ir caminando hasta aquel caserío y no habiendo otra cosa para pernoctar, nos acomodamos en el aula citado, llamado por los del lugar de “escuela”.

Era un cuarto de unos ocho por cuatro metros, tenia una entrada sin puerta, una ventana sin vidrios y algunas mesitas donde seguramente estudiaban los niños y los jóvenes. Hicimos de él un hotel de cinco estrellas poniendo como

Page 25: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

25

paredes los pocos muebles disponibles y barriendo la tierra del suelo donde iríamos a reposar nuestros cuerpos cansados.

El frío se hacía cada vez más intenso, tanto, que ya casi no podíamos aguantar. Pero quién realmente estaba viviendo una pesadilla era Pizarrín, porque él, que estaba acostumbrado a hospedarse en confortables hoteles en cualquier punto del planeta, veía nuestro alojamiento como un corral de llamas, pero con su característica gentileza, nos decía que compartía con nosotros esos momentos de aventura.

La temperatura no paró de bajar, por lo que decidimos ir a la tiendita para ver que podríamos conseguir para calmar la tembladera de Pizarrín. Solo encontramos periódicos viejos y una lata de alcohol. Llevamos todo a nuestra "suite" y decidimos hacer fogata dentro del cuarto, pero no llegamos a realizarlo, porque con certeza iríamos a tener problemas con los del lugar.

Pasaban las horas y con ellas aumentaba el frío. Por idea de Roller que ya había estado antes en situaciones así, le pusimos a Pizarrín todos los periódicos dentro de su ropa en contacto con la piel, y algún tiempo después ya casi al amanecer, cayó dormido rendido por el cansancio y cubierto por nuestros abrigos.

Esa terrible noche lo vimos llorar a escondidas, era de frío, y le escuché balbucear que en los Montes Apeninos iría a vengarse de nosotros.

Al día siguiente pudimos realizar el viaje de regreso, pues Pizarrín no iría más sino en vehículo propio y con reserva de hotel.

Page 26: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

26

Años Dorados Del Instituto Nuestro. C. 1971

BULIN

En mis 20 años de profesor, ya tuve oportunidad de conocer decenas de colegios en Bolivia, Venezuela, Chile y también en Brasil. Colegios particulares, de monjas, de padres, de ateos, de nivel superior, de música, escuelas fiscales, municipales, conservatorios, jardines de infancia, etc. Pero nunca en todo ese tiempo encontré algo que se parezca, o que por lo menos se acerque a lo que fue e Instituto Laredo. Por lo menos, lo que era ese Instituto en mis épocas de estudiante.

Las instalaciones del colegio contaban apenas con un patio rodeado de algunos cuartos que otrora fuera una institución municipal sin ninguna relación con la juventud, ni con el escenario de una actividad educativa en la que el bullicio formaba parte de su característica. Puede creer el apreciado lector de estas líneas, que el edificio, no era precisamente una construcción orientada a la educación. Era pues, un improvisado lugar para niños sedientos de música que sus corazones latían al ritmo de sinfonías y zarzuelas.

Pero allí estaba nuestro mundo, el lugar donde pasábamos la mayor parte de nuestro tiempo de vida, tocando piano, estudiando números, aprendiendo capitales y huesos del cuerpo humano, escapando del jalón de orejas de algunos profesores o defendiendo nuestra honra en valerosas luchas de box con quien se animaba a molestarnos. Ese era nuestro pequeño gran universo en el que soñábamos, aprendíamos y hasta recibíamos castigos cuando lo merecíamos.

El salón para mi curso aquel año fue un improvisado segundo piso. Una minúscula clase en la que entraban apretados los 15

Page 27: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

27

pupitres (14 para los alumnos y 1 para el profesor). La pared hecha de hojas de asbesto para aislar los ruidos y para no gastar tanto en obras. Unas gradas en caracol que había que subirlas de uno en uno, agachados agarrándose de las paredes por el reducido espacio que tenía y una ventana que daba al techo de la sala vecina en el que en varias oportunidades pusimos nuestros pupitres en señal de rebeldía. Aquella diminuta sala, la llamábamos cariñosamente de "Lorera".

Ahí se pasaban las horas de clases, con nuestro profesor de literatura que nos enseñaba mucho allá más de las artes de las letras, él nos dio luces para un montón de ideas útiles, pues la mayor parte de las horas junto a él, la pasábamos haciendo aerostatos de hasta 2 metros de altura, que cuando volaban, nos obligaban a gastar nuestro tiempo corriendo atrás de ellos con nuestras bicicletas a merced del viento que lo llevaba de un punto a otro. Nuestro objetivo era rescatarlo antes que se queme para volverlo a lanzar.

En cierta oportunidad en la que aguardábamos a un otro profesor, estábamos como ya era costumbre en una sola travesura dentro del curso. Jugábamos de todo, unos con otros, papelitos con recados, ajedrez imantado en miniatura, escondiendo cuadernos de los compañeros y hasta alguien estudiando. De repente el pesado maletín de material escolar de Ruth Rojas voló por los aires y fue a parar en la grada de acceso al curso.

No sabíamos que en ese preciso instante, Don Huguito, profesor de Educación Cívica, había estado agachado, midiendo con una regla las dimensiones de la grada. El maletín (hasta me lo imagino en cámara lenta), fue volando y cayó pesadamente encima de la cabeza de dicho maestro aplastándole la cara contra el suelo y provocándole un raspón en su quijada y otro en su nariz. Luego de algunos minutos, nuestro compañero lanzador de objetos pesados, asumió la autoría de ese magistral vuelo en el que la carga eran libros y lápices. Don Hugo tuvo

Page 28: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

28

que disculparnos, porque su nobleza manifiesta a toda hora, habló más fuerte que su bronca y dolor de quijada.

En otra oportunidad, le hicimos una sorpresa en sus cumpleaños. Le regalamos un cepillo de dientes y un peine, pues Don Huguito no tenía ni un diente ni cabellos, y él, lo tomó con singular simpatía nuestra inocente broma de amigos. Huguito fue para nosotros, además de un buen profesor, un tremendo amigazo.

Volviendo al asunto de nuestra área inmueble, en la parte de abajo de la sala, había un piano, y decidimos pedirlo prestado de la escuela para nuestros momentos de relajamiento en tiempo de recreo o de algún profesor faltón. La dirección, como era de esperar, nos concedió dicho privilegio, el cual dio origen a un recinto de reuniones amigables, con luz roja, en el que pasábamos nuestros mejores momentos escuchando a Aldo al piano, a Elizabeth como soprano, a Mirtha en sus berrinches o a Marlene Arauz en sus cantos religiosos. Era muy bonito, tan pequeño e íntimo que no entraba ni uno más que los 14 bien apretados.

Ese cuartito que fue testigo de muchos acontecimientos inolvidables, lo llamamos cariñosamente "BULIN".

Page 29: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

29

Ciudad Del Tunari, Sin Instante Cronológico.

EL SIGNIFICADO DE UNA BUENA NOTA

Albert Einstein fue en diversas oportunidades expulsado de su clase por ser considerado un mal alumno. Dicen los cronistas que él se divertía tocando su violín ignorando de esa manera su triste suerte de mal estudiante con notas bajas.

El célebre científico Louis Pasteur, era considerado también estudiante mediocre y mas de uno sus profesores pensó que nunca iría a llegar a la Universidad.

No quiero hablar de otros ejemplos para no alargar demasiado este pequeño capítulo, porque el motivo no es justificar con la experiencia de esos genios, sino, hacer un pequeño análisis de lo que significa para algunos estudiantes una buena nota.

Históricamente se relaciona un buen alumno con la suma total de los puntos adquiridos durante una gestión escolar.

Infelizmente, ello se torna un prejuicio que cría élites de “buenos” y de “malos” estudiantes, y como tales, debe darse mayor oportunidad a los buenos y deshacerse de los malos.

Cuando un alumno tiene la nota mas alta en determinada materia, se convierte a los ojos de los profesores, en un ejemplo para el nivel en que está estudiando, mismo siendo un estudiante estéril con relación a sus talentos creativos, o a su comportamiento socio-estudiantil, solo necesita memorizar dicha materia, para ser considerado el mejor del aula.

Nada más falso.

Page 30: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

30

El verdadero buen alumno, es aquel que se preocupa con sus compañeros. Aquel que hace de la vida escolar, un motivo de divertidas aventuras en las que interviene el placer, los miedos, la retomada de confianza, el conocimiento y el amor institucional. Un buen alumno, es aquel que no ve en la escuela una cárcel en la que debe mostrar buen comportamiento para ganar algunos años menos de prisión, sino, una forma de vida que pasa por nuestra mejor edad y que no debe desperdiciársela.

Hay casos aislados de estudiantes con buenas notas que disfrutan de verdad de los conocimientos que el colegio les brinda, que se identifican con los problemas de los compañeros, y que viven profundamente la vida escolar, pero ellos son tan pocos, que se pueden contar con los dedos.

En mi amado colegio, pocos profesores tuvieron esa visión, solamente algunos intuyeron el coraje de pensar en lo que vale el alma humana cuando se saca una mala nota por motivo de haber dado alas a la imaginación y al espíritu. Los soñadores no pueden fabricar 25 horas en un día, y ellos le dan una sublime importancia a sus sueños, por tanto, el tiempo usado para ellos debe compartirse con el tiempo destinado para los estudios. Y teniendo tantas y tantas tareas escolares que no concuerdan con el tiempo disponible de cada día, el estudio combinado con los sueños y placeres de la vida, queda contra la propia voluntad, a medias.

Como profesor, tuve ya oportunidad de observar muchísimos ejemplos entre alumnos de los establecimientos donde trabajé. La mayoría de ellos, dieron la razón a mis meditaciones. Un alumno de notas bajas, no siempre es mal alumno. Generalmente, ellos son estudiantes mal comprendidos, pero que disfrutan saludablemente de la vida escolar.

No voy a dar ejemplos de alumnos “brillantes” , con record en buenas notas en el nivel escolar en que me encontraba durante mis años de estudiante laredista, ellos en su mayoría no llegaron

Page 31: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

31

nunca a ser destacados como profesionales, y hoy están trabajando mediocremente para poder sobrevivir. Prefiero en todo caso dar dos ejemplos de los que no tuvieron éxito frente a los profesores y que tampoco entraron en esa carrera desesperada por buenas notas.

El primero al que voy a referirme, es hoy en día comentarista de Prensa sobre artes y traductor lingüístico sobre cine, política, economía, etc. en varios países del mundo. Yo tuve la oportunidad de recibir varias cartas suyas con fotocopias de algunos reportajes en idiomas como japonés, inglés, francés, español y portugués, todos ellos con la autoría de este indeseable y mal estudiante. Actualmente, este notable profesional enriquece con su erudición al mundo y recibe de él, experiencias que darían envidia a cualquier intelectual boliviano, y es claro, vive una vida más intensa y productiva.

Otro caso de estudiante del mismo curso, y que fue conocido por sus notas bajas y rechazado por la mayoría de los profesores de colegio, demostró con el tiempo su verdadera capacidad profesional, recibiendo de la Organización de Estados Americanos (OEA), la distinción máxima por haber sido el becario mejor cualificado en la historia del Instituto Interamericano De Educación Musical (INTEM). Centenas de reportajes de la prensa nacional e internacional, hablan sobre sus trabajos artísticos y pedagógicos, y las 14 producciones discográficas que hasta ahora ya produjo, dan mucho que pensar sobre su pasado estudiantil y sus innumerables notas rojas en libreta escolar. Hoy en día este profesional es autor y dueño de una revista musical en la que quincenalmente da oportunidad a millares de estudiantes de música con sus centenas de partituras publicadas. En fin, sólo quise ilustrar dos ejemplos de estudiantes que tuvieron en la época colegial un prestigio negro entre sus superiores, pero que demostraron con el tiempo que son mejores que aquellos que gozaban de la preferencia de éstos.

Page 32: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

32

Ojalá el futuro erradique esa forma de medir a los niños y jóvenes estudiantes, pues está comprobado que son totalmente caducos e inútiles.

Page 33: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

33

Cercanías Montañosas De Cochabamba, C. 1969.

COLOMI

No nos faltaba afición por las bicicletas, al final, ellas eran nuestro medio de transporte tanto cuánto el de muchos de nuestros papás. La escuela estaba siempre llena de ruedas de los rápidos vehículos con el que gran parte de nosotros nos conducíamos a sus aulas.

Pero esta vez voy a relatar una actividad que si bien cuenta con los propios protagonistas compañeros de colegio, no tenía nada que ver con el aspecto curricular estudiantil.

Era un tiempo en el que usábamos los días domingos para realizar aquella hazaña tan peculiar con esos nuestros veloces vehículos.

Uno a uno se sucedían esos maravillosos fines de semana y cada vez aumentaba nuestro entusiasmo por esa nueva manía que giraba en torno de nuestras cabezas.

Amigo lector. Imagínese sólo con el viento fuerte de las montañas andinas golpeando la cara en cuánto bajábamos de la cordillera en bicicleta a mas de 70 kilómetros por hora.

Pues si, era un placer difícil de describir en palabras. Era sólo eso, sentir el frío en la cara con un paisaje mágico ante los ojos.

La aventura comenzaba con el ruido estridente del despertador que interrumpía el sueño de todos mis vecinos y familiares a las 3.30 de la mañana, luego a seguir, tomaba un café rápido y preparaba la bolsita con los alimentos colocándola después en la parrilla de la bicicleta.

Page 34: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

34

Nuestro punto de encuentro era la plazuela Cobija, allí de 3 a 6 bicicletas con sus valientes jinetes listos para partir. Todos oscilando los 13 y 15 años de edad.

Carlitos Wormald, con su innegable espíritu de liderazgo tenía la bicicleta más pequeña. Roller manejaba la de su madre a escondidas, yo, la de mi hermano mayor. En fin, todos creyendo ser poseedores de la mejor máquina rodadora de la jornada.

Mas tarde, se veía una fila de ruedas siguiendo por la calle Mayor Rocha hasta la avenida Oquendo, de allí, no parábamos mas hasta la carretera que une Cochabamba a Sacaba, todo en una total y negra oscuridad con pequeños accidentes de resbalones y caídas en la cuneta de la pista. De tiempo en tiempo, algunos camiones nos pasaban alumbrando un poco el camino con riesgo de atropellarnos.

El puente que quedaba aproximadamente a un kilómetro de Sacaba, nos anunciaba la proximidad de esa población, generalmente a esa altura, aparecían las primeras luces de la alborada.

Preferíamos no entrar en Sacaba, porque sabíamos que no debíamos perder tiempo y algunos kilómetros al frente comenzábamos a subir la cordillera. El sol nos daba el buen día con una calurosa y luminosa sonrisa, cosa que nos recordaba a nuestros ancestrales que sabiamente veían en ese astro un verdadero compañero.

El camino se hacía penoso por la dificultad que representaba la elevada inclinación del suelo, pero eso no nos desanimaba, pues a momentos, levantábamos la bicicleta en el hombro, o la empujábamos caminando.

Luego estábamos en Melga, una pequeña población vecina de plantíos de patata que constituía la principal fuente de recursos de aquella diminuta comunidad. Ahí tomábamos nuestro primer

Page 35: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

35

alimento generalmente constituido por un sándwich con refresco de durazno.

Realizado el descanso necesario, continuábamos la parte más terrible de nuestro viaje, la ladera que subía al lugar más alto del camino, ya en la propia cumbre. Nuestras rodillas se querían doblar y nuestros pies estaban adormecidos de tanto esfuerzo, pero nuestros corazones nos decían que debíamos seguir, y así lo hacíamos hasta llegar al fin de la subida donde acababa el primer gran problema. De allí hasta Colomi, era sólo camino de bajada.

En Colomi, dábamos una buena parada para volver a alimentarnos en cuanto nuestros ojos disfrutaban del paisaje bonito que envolvía la laguna de Corani y sus alrededores. Luego después, por vuelta de las 4 de la tarde, dábamos inicio a nuestro retorno subiendo nuevamente hasta lo alto de la cumbre.

Allí encima comenzaba la parte más importante de nuestra aventura, teníamos algunas decenas de kilómetros para bajar sin pedalear por la carretera que estaba asfaltada con una pendiente bastante acentuada con muchas curvas y precipicios. Las características del camino nos permitían alcanzar velocidades asustadoras. Los ojos entrecerrados por la fricción del viento que nos arrancaba algunas lágrimas, Las orejas congeladas y golpeadas por nuestros desordenados cabellos, en fin, era un griterío de todos esos jóvenes llenos de vida a grandes velocidades y con un paisaje cordillerano tan maravilloso, que sensibilizaba nuestras almas al punto de sentir bien cerca a esa energía llamada por tantos hombres de Dios. Eran pocos minutos que justificaban todo el esfuerzo de un día entero pedaleando.

Era hermoso.

Los problemas que enfrentábamos y que los solucionábamos deben pasar de decenas, pero la memoria me lleva a recordar

Page 36: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

36

que una oportunidad, se quebró el manubrio de la bicicleta de Carlos, quién resolvió con la locura de amarrarlo con su cinturón para no perderse la aventura de la bajada. En otra oportunidad, escapó el aire de la mía y tuve que cargarla en el hombro y sentado sobre la barra de uno de los compañeros.

Ya en Sacaba, rodábamos en silencio. Nuestra aventura había acabado y sólo nos faltaba llegar a la ciudad a la que entrábamos ya anocheciendo.

Page 37: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

37

Cala Cala, C. 1970.

FÚTBOL

Como todos los años, 1970 tenía en su calendario un campeonato intercolegial de fútbol. Cochabamba, ciudad que contaba con algunos millares de jóvenes estudiantes sedientos de llevar el trofeo principal para el seno de su colegio, estaba vestida de gala. Por donde quiera que se iba, se veía a los jóvenes pateando pelota con una seriedad casi profesional, mismo tratándose de un nivel deportivo de principiantes. En los parques los muchachos faltones con la conciencia limpia por el hecho de estar en sus pensamientos los colegios de sus amores. En los recreos, las pelotas invadían los patios extrapolando los minutos destinados para el descanso. En fin, sólo se respiraba un aire deportivo llenando de oxigeno los pulmones y los bláderes de las pelotas.

Es claro que el Instituto Laredo no podía quedar atrás, mejor dicho, no quería quedar atrás, pues de cualquier manera, éramos conscientes que en materia de fútbol no éramos tan buenos como en canto coral, más aún sabiendo que en el ciclo medio teníamos un equipo tan reducido de hombres, que sólo se podía completarlo poniendo al Pepe de delantero (el pepe era el portero que cuidaba de las llaves del colegio y que en aquel tiempo, hizo historia con su entusiasmo).

No teníamos ninguna metodología de entrenamientos, todo era correr atrás de la bola y tentar heroicamente evitar que los enemigos pasen de 10 goles en contra nuestra. Era una batalla desigual en la que nos jugábamos el todo por el todo. Las muchachas acompañaban nuestro buen desempeño haciendo barra y gritando en coro el “Gaudeamus Igitur” o el “Bella que

Page 38: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

38

tienes mi alma”, gritos de guerra que realmente no surtían efecto, sino, apenas para darnos cuenta que en aquel coral, sin hombres la armonía estaba incompleta, hecho por el cual alguien atribuyó el motivo de nuestros fracasos deportivos. Pero ello no era importante. Lo realmente relevante era que ellas estaban allí gritando, “…dale Garabato, no te hagas meter el séptimo gol….”, o, “…métele Pepe, directo en la canilla de ese abusivo…”, y cuando estábamos cerca del área enemiga, sus ya roncas voces se quedaban mudas por no poder pronunciar casi nunca la palabra “ gol”.

Esa era la feliz verdad, nos divertíamos mucho en aquellos campeonatos de los cuales en nuestro más brillante partido, si la memoria no me engaña, perdimos de 3 a O contra el Colegio Alemán Hamburgo en el cuál aquella época jugaban hasta el profesor de cívica y el regente por falta de estudiantes del sexo masculino.

Pero nos quedaba un consuelo, y es que la barra era la más afinada de todas en la ciudad. Una pena que no daban trofeo a la mejor barra. Una verdadera injusticia.

Page 39: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

39

Obvio, C. 1968-69-70.

TEATRO LIRICO NACIONAL (TELIN)

Nunca tuve oportunidad de acercarme a un papel importante en la temporada de espectáculos del TELIN (Teatro Lírico Nacional). Aquella época, las zarzuelas eran las actividades culturales más importantes de la ciudad, y tan de moda estaban, que hasta aparecieron luego otras compañías haciendo lo mismo, pero sin duda quién dio el paso inicial fue el Instituto Laredo.

Gabriel Ángel García, pianista español, trabajando temporariamente en el Instituto, fue quién nos enseñó el significado de esa actividad tan rica en musicalidad. En el colegio citado nació la primera zarzuela que el TELIN prepararía: “Agua azucarillos y agua ardiente”.

En esta obra, todavía montada con sólo estudiantes del Laredo, yo formaba parte del coro que hacía fondo desde dentro del foso, pero mismo escondido en las penumbras yo me sentía un héroe, y cantaba con toda mi alma juntamente con un montón de otros compañeros.

Fueron largas las horas y eternos los periodos de ensayos en los que nosotros, los que teníamos los papeles secundarios, le dábamos la misma seriedad que los protagonistas, que mismo siendo de nuestro propio nivel escolar, eran considerados grandes por la importancia de sus papeles.

Page 40: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

40

Le siguieron otras obras cada vez más perfectas, tanto así, que los directores se vieron obligados a invitar otros cantores líricos conocidos en el medio para darle mayor realce a las obras.

“La del Manojo de Rosas” me dio la oportunidad de aparecer en el palco en la personalidad de un parroquiano que llevaba su bicicleta al mecánico. Algún tiempo después ascendí al papel de mecánico.

En cierta oportunidad, uno de los protagonistas estaba tan atrasado que el espectáculo tendría que comenzar de cualquier manera. Pero era este propio cantor quién daba el primer grito desde fuera del escenario, y no había llegado todavía. Gabriel Ángel, que era el director, debe haber perdido aquel día algunas de las pocas canas que se asomaban tímidas a su cabeza, estaba tan nervioso que no se entendía. Yo, hecho al machito, y en vista de que sabía de memoria todas las voces y textos de todos los artistas, me ofrecí para hacer el papel. Es claro que el maestro no lo tomó a serio, pero en vista del tiempo que transcurría, me pidió que cantase por lo menos la primera frase desde afuera del palco: MANTECAUUUU HELAAUUU, QUE RICO MANTECAUUUU, y la obra comenzó con la ausencia del principal protagonista llamado en la trama de Ricardo.

Pasaban los minutos y el tal “Ricardo” ni asomaba su nariz al teatro, con lo cuál, Gabriel Ángel ya desesperado y a punto de suspender el espectáculo, mandó a uno de los que estaban al lado del piano en el que él tocaba, que hicieran algo conmigo para caracterizarme. Ahí mis rodillas empezaron a temblar de nervios y me sentí desmayar, momento preciso en el que llegó el actor para entrar directo al escenario sin siquiera tener tiempo de cambiarse de ropa ni maquillarse.

Hasta ahora no sé si Gabriel Ángel quiso darme una oportunidad, o simplemente un susto.

Page 41: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

41

Otra zarzuela también de gran éxito, fue la conocida “La Dolorosa”, en la cuál tampoco tuve la suerte de aparecer, pero a la que contribuí con papeles secundarios y como voluntario corregidor de los libretos, manera que yo inventé para aprender todas las partes de todos los actores de memoria. Fue para esa zarzuela que escapándome de mi casa y sin permiso del colegio me fui juntamente con Julito Ocampo hasta La Paz, poniendo en serios problemas a nuestro Maestro García por cuánto el no nos esperaba. Pero a quien mas tarde los tranquilizaríamos comunicándole que nosotros corríamos con nuestros gastos ya que haciendo en la tarde la zarzuela, en la noche íbamos a cantar en alguna casa de espectáculos folklóricos para ganar nuestro sustento en aquella fría ciudad.

Mi mayor participación en el TELIN, fue en la revista musical “Carrusel Lírico” en la cuál yo protagonizaba dos papeles importantes aparte de otros pequeños. Hice un dúo con la actriz española Marina, esposa de Gabriel, en un número de mucha gracia e ingenuidad, éramos dos niños. Otro número que me quedó en la memoria como una gran aventura, es aquel en el que yo aparecía como pianista en un instrumento de cola entera que yo mismo hice de maderas y cartón en el patio mi casa. Yo hacía mímica con una música espectacular que el Maestro había preparado especialmente para mí. Él tocaba escondido atrás de la cortina y yo hacia la fiesta fingiendo que interpretaba de forma tan magistral, tanto así, que ese número mereció un comentario en la Prensa hablando sobre el pianista “Drakulinof”, personaje inventado por mí.

Fueron años inolvidables y temporadas riquísimas que contribuyeron a la formación del censo musical de mi generación.

Page 42: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

42

En Un Recinto Del Laredo De Antaño, C. 1971.

DRACULINOF Y NO BEETHOVEN EL PELO

Dos personajes musicales que hicieron historia en nuestro pequeño universo escolar. Dos números artísticos que nuestra generación esconde en algún lugar especial de sus recuerdos.

La historia de “No Beethoven el pelo”, comenzó en un pequeño período libre por la ausencia de un profesor. Allí entre ideas y más ideas nacidas principalmente de la batuta de un compañero muy imaginativo llamado Aldo, decidimos hacer una orquesta fono-mímica bufa para una presentación que se avecindaba.

Sobre la base del sonido de un disco, todos los miembros de mi curso se esmeraban para ilustrar de forma cómica la interpretación de su instrumento, y bajo la dirección del ya bautizado “Maestro No Beethoven el Pelo”, se logró un trabajo relativamente bien organizado.

Todos se habían fabricado sus propios instrumentos, de formas grotescas y exagerando las proporciones hasta el punto en que se veían ridículamente graciosos. El mío, que lo compartía con René Uzeda, era un gigantesco contrabajo, que me obligaba a pasar el arco por las cuerdas en tanto René sentado encima mis hombros realizaba la interpretación en el brazo del instrumento. El enorme tamaño no permitía que una sola persona pudiese tocar. El Notable director No Beethoven el pelo, movía de forma magistral sus brazos mientras su peluca paseaba de una oreja a la otra. Todo era movimiento armónico y carcajadas en

Page 43: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

43

el público. Recuerdo bien que don Rafael Anaya hacía malabarismos para no caerse de la silla de tanto reír.

Esa presentación nos hizo ganar el derecho de participar mas tarde de una otra obra mayor en el teatro Achá.

Esa misma época, se realizó una pieza del TELIN (teatro Lírico Nacional) llamada “Carrusel Lírico”, y allí estaba la estrella pianística “Drakulinof” criada y encarnada por mi propia persona. Era un número que lo mínimo igualaba o vencía en comicidad a la Orquesta del maestro No Beethoven el Pelo.

Aquella nueva aventura (como ya comenté en otro capítulo) comenzó en el patio de mi casa en el que tuve que fabricar con mis propias manos el piano de cola llamado por mí de “Garinway”. Un montón de listones que mi padre me dio de regalo, algunas hojas de cartón compradas por el Director del espectáculo Gabriel Ángel García y una lata de pintura negra, constituían la materia prima.

Ya en el escenario del teatro Achá, mis pantalones cortos estaban lejos de hacer juego con mi “frac”, pero mi peluca si, combinaba con el maquillaje de mis ojeras negras y mis labios blancos.

Era una pieza musical que contenía pequeños trozos de músicas eruditas, tan bien tejidos, que la sorpresa era manifiesta entre los espectadores. Mis manos volaban en las teclas y fuera de ellas, el piano escapaba de mis manos para lo cuál tenía que alcanzarlo recorriendo mi silla a cada cierto tiempo, hasta que en un momento determinado en que ya estaba saliéndome del escenario, tenía que tomar el piano con una mano y traerlo de nuevo al centro del palco. En fin, una serie de movimientos y gestos expresivos dignos del más grande pianista del mundo.

Algunas personas no se daban cuenta que quién tocaba no era yo, y que por detrás de la cortina, el verdadero pianista Gabriel Ángel, observaba sin pestañear mis movimientos para que todo salga perfecto. Era un pianista realmente extraordinario para

Page 44: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

44

llenar los requisitos de ese número loco. El clímax de la pieza sólo llegaba al final, cuando en una cadencia perfecta, la dominante me tomaba saltando por los aires y la tónica final me sorprendía en el momento preciso en que caía desmayado de emoción y cansancio al suelo.

Los medios financieros y técnicos con los que disponíamos para montar esos números eran muy escasos, sólo nuestro coraje e imaginación nos ayudaban a llevarlos hasta el fin. Para eso, contábamos con el cálido aplauso del público que entusiasmado, aprobaba nuestro trabajo de pie.

Page 45: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

45

Cochabamba, Ciudad De Las Flores, C. 1968.

CLASE DE INGLES

Durante nuestra infancia, una sola palabras e a veces tiene un montón de significados, nos lleva a pensar en un sinfín actitudes, pensamientos y sensaciones. Cuando somos nosotros los protagonistas de una edad llamada escolar, nuestro pequeño mundo puede volverse un universo de miedos, logros y aventuras. Parece que cada detalle estudiantil se vuelve una enorme historia para contar. Tantas veces oímos decir que la edad escolar es la mejor de la vida, pero, ¿qué será que pasa en el corazón de quién en ese momento es precisamente quién está estudiando?

Recuerdo por ejemplo, el incontrolable temblor de mis rodillas en los días destinados a los exámenes de Ingles. Viene a mi memoria la sala con una ventada que daba a la calle. Al frente de todos nosotros, la profesora “Justy”, mejor dicho “Miss Justy”, considerada infalible en descubrir nuestros intentos de copiar las respuestas de nuestros compañeros en los exámenes, se paseaba de derecha a izquierda de la sala sin siquiera pestañear, pues ella sabía que un simple descuido era bastante para que la justicia en la evaluación de nuestras respuestas se alterase. El tiempo nos ha enseñado a todos, que aquel intocable juez realmente nos amaba, aunque en la época poníamos en duda dicha afirmación. Ella con su “rayo láser” que aparentemente llevaba en los ojos, dejaba filtrar una calidez amorosa sin límites. Es claro que nosotros en vista de nuestra edad y situación escolar, teníamos otro filtro para dejar pasar solamente el respeto y el miedo que ella inspiraba.

Page 46: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

46

Algunas líneas arriba, me permitía dar un concepto de infalibilidad respecto a la respuesta que ella daba a los planos también infalibles de copiar, que a pesar de perfectos, siempre nos salían mal. Ella, con su aparente frialdad, sonreía burlonamente cada que nos descubría copiando el “chanchullo” (metodología para escapar de la ignorancia e para dar las respuestas a nuestros exámenes escolares). Eran castigos físicos propios de una generación rebelde como la nuestra, a más de jalarnos la oreja, y ponernos al “chancho” (especie de castigo militar que nos coloca de cuatro hasta que los brazos ganen musculatura forzada), el resto se traducía a notas bajas.

Mi persona (quizás nunca nadie lo haya descubierto) cree ser la única que logró la hazaña de pasar en esa materia un año atrás del otro sin saber nada, era tal mi desesperación, que me torné un maestro en las artes de copiar en la clase de inglés. Sencillamente yo escribía en complejas claves que reducían cien palabras en un pequeño gráfico con lápiz prácticamente incoloro en una hoja blanca igual a la que ella nos daba y que me permitía poner el lado con las “informaciones ilegales hechas con lápiz” de cara a la mesa, tornando mi “chancho” invisible. Luego al final del examen, simplemente tomaba mi eficiente borrador (jebe) y borraba los códigos secretos con la misma maestría que los había escrito. Tenía un cómplice que no voy a nombrarlo, que me conseguía hojas iguales a las de la profesora.

Algunos años después, algún compañero me dijo que él también lograba copiar con nuestra citada generala, pero me permito poner en duda esa supuesta afirmación. Ella era realmente infalible, quiero decir, “casi”.

“Miss Justy” se constituyó una personalidad institucional en nuestro medio, el respeto que imponía y la rectitud con la que administraba sus clases, no hacen otra cosa que

Page 47: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

47

llenarme de admiración, y este sentimiento, me hace agachar la cabeza y me convida a recordarla con mucho cariño. Ella es sin duda una noble y digna maestra.

Page 48: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

48

Ciudad De Las Flores, Aunque Sean Del Cementerio, C. 1970.

HUESOS

Si fuera hoy, no lo haría ni por un millón de dólares, pero en aquella época la aventura combinada con el miedo de aplazarnos, nos daba el coraje necesario para hacer cosas como la que voy a relatar ahora.

Ese año estábamos estudiando en ciencias naturales el esqueleto humano, y la profesora habanos dicho que debíamos conseguir huesos para nuestra mejor comprensión. Y partimos para esa lucha.

Aldo Martínez, Julio Cesar Ocampo, Rafael Vargas, Roller Ibañez, mi persona y más alguien que escapa a mi memoria, fuimos los protagonistas de esta macabra historia.

En vista de la escasez de huesos en la Universidad a la que habíamos recurrido, tuvimos que pensar en robar algunos del cementerio de la ciudad, y así lo hicimos. Nos colocamos guantes y bozales de médicos y nos fuimos a la parte trasera de ese camposanto a desenterrar un cajón en el sector destinado para los indigentes, y tentamos arrancar un pedazo de columna para estudiar las vértebras, pero los duros músculos, resecados por el tiempo, nos condujeron al fracaso en ese primer intento.

Algunos minutos después decidimos continuar en ese trabajo, ya que, nuestra situación escolar relacionada con la materia en estudio no nos permitía desistir, parar, sería lo mismo que condenarnos al desquite (perder la materia en penúltima instancia).

El silencio era aterrorizante, se escuchaba sólo el lamento de una viuda a unos cien metros atrás del alto paredón que

Page 49: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

49

separaba los nichos comunes de los destinados a los indigentes. Algunas palomas dejaban escuchar a cierta distancia el movimiento de sus alas y nada más. Hasta el viento estaba parado.

En cierto momento de esa tétrica tarde, se intensificó el silencio, la viuda se había marchado y las palomas estaban durmiendo la siesta, cuando de repente, una muy desagradable sorpresa nos hizo saltar por los aires poniéndonos los cabellos en punta y los ojos desorbitados, era el pitar del tren que había estado parado a pocos metros del lugar donde nos encontrábamos presto a partir, pues el riel pasaba por un lado del cementerio.

Salimos corriendo aterrorizados olvidándonos momentánea-mente de los huesos.

No contentos con ello, decidimos ir al cementerio de un pueblito de las cercanías para tentar mejor suerte (se la memoria no me engaña, era un cementerio indígena entre Sacaba y Melga), y de allí trajimos algunos restos a mi casa y preparamos con un medio barril, un enorme recipiente en el que desinfectaríamos dichas piezas con agua y cal. Fue terrible, hicimos hervir por horas esos inmundos huesos removiéndolos con un pedazo de madera.

Aldo Martinez, era un poco más maduro que nosotros, y con ello, se veía más fuerte para aguantar el asco y el miedo, fue él, quién nos ayudó a llegar hasta el final.

A los pocos días en que nos tocaba Ciencias, llevamos el producto de tal insensatez, porque mas podía el miedo de aplazarnos, y así una profanación nos valió la millonaria suma de un punto a favor en la nota final.

Page 50: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

50

Hamiraya Entre Ecuador Y Mayor Rocha, 1970.

ESTUDIANDO

La historia de esta aventura se desarrolla en la casa de Carlitos Wormald. Largas noches en las que las pasábamos estudiando en su dormitorio.

Sentia mucho miedo, porque el papá de Carlos tenía una mano grande y gruesa como la de un boxeador, y no le gustaba de manera ninguna que su hijo estudie de noche. Estaba prohibido terminantemente. No quería ni imaginar recibir un dolorido coscorrón con esa mano.

Nosotros arriesgábamos el pellejo, subiendo desde la calle directamente por la ventana hasta su cuarto, sin pasar ni cerca del de su padre. Y fueron muchas noches en las que no dejábamos descubrir esa nuestra travesura.

Una de aquellas madrugadas, en la que estábamos repasando la materia de Física juntamente con Roller Ibañez, sucedió algo aterrorizante. Pues a pesar de estar siempre preparados para escondernos dentro del ropero cuando sonase la madera suelta en el piso del corredor que unía los dormitorios, aquella noche no tuvimos tiempo de realizar esa tan ensayada forma de escapar de la furia de dicho señor, y en la desesperación de completar nuestra fuga, nos dimos de cabeza con Roller, quien cayó casi desmayado al suelo trancándome el paso y haciéndome caer de bruces. No teníamos escapatoria, el piso delator sonó fuerte y con los ojos abiertos de horror, vimos abrirse la puerta, pero no entró nadie. Algunos segundos después algo nos devolvió la calma y nos alivió el espíritu, era el

Page 51: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

51

baile alegre de la cola de su perro al descubrirnos todavía despiertos para hacerle un cariño.

Aquella noche pensamos en jubilar esa estrategia de estudios, pero esa decisión nos duró tan sólo unos días, porque las notas bajas no nos lo dejaron. A partir de aquel momento, tuvimos el cuidado de leer nuestros libros más cerca del ropero, al que dejábamos preparado y con las puertas abiertas.

Page 52: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

52

Salón Del Viejo Edificio, C. 1967.

INGENUO ENGAÑO Por más esfuerzo que haga, no logro acordarme del nombre de aquella profesora, a la que sus cabellos plateados y lentes gruesos, la anunciaban como un ejemplo vivo de la sabiduría y experiencia de muchas decenas de años.

Ella fue en algún periodo de mi vida escolar, la que se encargaba del entrenamiento del solfeo.

Me veo imaginariamente en un rincón del salón principal del colegio sin hacer ningún esfuerzo por alcanzar los objetivos planeados por la susodicha maestra, porque por alguna razón ignorada, era yo el mejor alumno de solfeo en toda mi generación. Los ejercicios del libro “Solfeo de los solfeos” eran tan fáciles que nunca merecí ni siquiera una nota 6 sobre 7, los únicos diplomas de homenaje a mi éxito como estudiante, son específicamente a la materia de lectura y dictado musical, habilidad que hasta ahora me ayuda eficientemente en mi actividad profesional.

Aquella maestra, no identificaba con claridad a los estudiantes, no sé si era por un desajuste en la medida de sus lentes, o por la edad avanzada. Esto generó una loca idea de un compañero: yo iría a realizar sus ejercicios de solfeo en frente de la profesora.

Delante de esta solicitud para ayudarlo, en primera instancia yo me negué rotundamente, pues no quería correr el riesgo de ser descubierto. Pero en vista del peligro todavía peor de que este buen amigo repruebe en la materia, no tuve otra salida sino, el aceptar.

Page 53: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

53

Llegó el día del examen bimestral y la profesora llamó primero mi nombre, y yo realicé la prueba de forma brillante, lo cuál me hizo merecer sus felicitaciones por mi bella campaña en el bimestre. Luego continuó el desfile de otros estudiantes, hasta que llegó la vez del solicitante compañero. No quisiera olvidar de relatar al lector que esa prueba se la realizaba de frente al escritorio donde la profesora nos observaba sentada. Sentí un empujón por mi espalda y antes de de tomar ciencia de la situación, ya estaba frente a la profesional con el libro temblando en mis manos. Ahí, ella me dijo que estaba con notas muy bajas y que esperaba que haga un buen examen. Comencé a solfear un tanto tartamudo, pero con los segundos pasando y con la certeza de mi experiencia en la materia, continué hasta el final, tranquilo y afinado.

La clase estaba totalmente silenciosa y la profesora tornaba el ambiente más tenso con su prolongada meditación en frente de su hoja de calificaciones. Después de algunos segundos ella levanto su vista en dirección a mí y me dijo que estaba escapando por un “tris” de la reprobación de la materia, me dijo que mis esfuerzos habían valido la pena por lo que ella estaba muy contenta. Así continuó la prueba con el resto de los compañeros.

La certeza de que no había descubierto nuestra artimaña, me dio el coraje de animarme el próximo bimestre a realizar el examen de otros dos compañeros que estaban también con notas bajas.

Nunca nadie entre los profesores y la dirección, llegaron a saber de esa mi actitud tan arriesgada, pero mi conciencia me defiende al pensar que los compañeros en ese momento eran más importantes que yo mismo.

Page 54: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

54

Plaza 14 De Septiembre, 1971

PUNTUALIDAD ALCOHÓLICA

No voy a dar el nombre del protagonista principal de esta historia, pero quién llegó a conocer de cerca a nuestros profesores, va a imaginar de inmediato a quién me refiero.

En la época ya adolescente de la enseñanza secundaria, los estudiantes acostumbrábamos reunirnos en alguna plaza de la ciudad para estudiar nuestras materias escolares. No era raro ver a cualquier hora del día o de la noche, pequeños grupos de jóvenes caminando para espantar el frío compartiendo la lectura de sus lecciones. Uno a uno se turnaban para leer el texto en cuanto los demás escuchaban atentos.

Tengo en la memoria decenas de veces en las que por motivo de mis abundantes faltas, me veía obligado a pasar la noche intentando ganar tiempo para aprender los contenidos del currículo escolar que no había asistido. Todos mis compañeros ya contaron con mi compañía para salir de tamaña ignorancia en pocas horas.

Fue en una de esas madrugadas en la que estábamos estudiando a todo vapor, que sucedió lo que ahora estoy contando. No teníamos miedo ni al frío ni a cualquier posible delincuencia nocturna. El verdadero pánico, en todo caso, era la proximidad del examen de Química, porque el tiempo no era suficiente para acabar toda la materia.

Page 55: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

55

Habíamos combinado para vernos después de la cena, y así lo hicimos. En la Plaza 14 de Septiembre ya había un montón de estudiantes tanto de otros colegios cuanto de la Universidad.

Es claro que las primeras horas las usamos para tomar un café y para poner nuestros chismes al día. Poco después de la media noche, comenzamos a leer y memorizar las tablas y las formulas de turno. Y así dejamos pasar las horas.

De tiempo en tiempo, descansábamos un poco y aprovechábamos para conversar sobre nuestros asuntos personales, eran los momentos más felices de la jornada, pero luego volvíamos a los libros y a los sobresaltos por todo lo que no sabíamos explicar en materia de Química.

La noche fue pasando.

Cuando el reloj de la Catedral estaba dando las 6.30 de la mañana, tuvimos una agradable sorpresa digna de festejo. Vimos al profesor andando en medio de la calle de un lado para el otro apoyándose penosamente a su bicicleta. Estaba completamente ebrio y no podía ni quedar en pie. Lo ayudamos a sentarse un poco en un banco de la plaza y allí durmió algunos minutos. El olor a bebida era penetrante. Después de algún tiempo, y a exigencia suya, lo ayudamos a tomar su bicicleta para irse a su casa empujándola. Era una alegría generalizada, porque a las 8.00 de la mañana, hora en que estaba marcado el referido examen, con certeza él iba a estar durmiendo pesadamente, más todavía, sabiendo que su casa quedaba en Cala Cala, barrio para el cuál tendría que caminar algunos kilómetros a pie y empujando su bicicleta.

Nos quedamos tranquilos con la certeza de que el examen iba a quedar postergado para otro día y aprovechamos el resto del tiempo para poner nuestros intereses al día.

Ya eran las 8.00 de la mañana y estábamos formando las acostumbradas filas para entrar a los cursos, cuando de repente, sucedió algo indeseablemente inesperado e insólito, pues,

Page 56: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

56

apareció el citado profesor al frente de la nuestra. No podía disimular el “tufo” ni con la goma de mascar que tenía en la boca, pero estaba correctamente aseado, perfumado, bien peinado, con su terno impecable y con su característica sonrisa sarcástica.

Está de más decir que ese día no fue de los mejores, porque llovieron las notas bajas, las frentes fruncidas y las lágrimas femeninas. Algunos compañeros normalmente estudiosos lograron notas regulares, el resto, no.

Hasta ahora, después de tantos años, no entendemos que fue que sucedió aquel fatídico día. El estado lamentable en el que se encontraba no dio oportunidad ninguna de pensar en una posible recuperación, pero en cuestión de minutos, nuestro maestro estaba allí, transformado en un ejemplar profesor con su también característica puntualidad.

Page 57: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

57

Campiña Valluna, C. 1970.

UN EJEMPLO DE PROFESOR

La formación profesional del maestro en Bolivia, es quizás una de las más serias y completas del continente. Sus contenidos curriculares y la rigidez con la que normalmente se conducen esos temas, hacen del futuro profesor un verdadero mago para poder llegar hasta el fin. Es claro que los sueños y proyectos futuros del flamante egresado, caen en profunda depresión cuando se descubre que el salario no llega a cubrir el presupuesto de los primeros 15 días del mes, y peor todavía, cuando se ve que los alumnos, en su mayoría mal alimentados, no se encuentran en condiciones de asimilar los conocimientos.

La falta de actualización con relación a los métodos didácticos y pedagógicos, dejan infelizmente en algunos profesionales una marca de dejadez que la arrastran hasta el momento de su jubilación. Así, la educación, a pesar de sus enriquecedores orígenes, vive con moldes ya caducos.

Algunos maestros conscientes de su papel, logran huir de esos viejos errores y se preocupan por investigar nuevas formas de hacer de la educación un aspecto realmente formativo, casos como el que voy a contar ahora.

Era de nacionalidad extranjera y de nombre Harry. Joven profesor en el que se veía a través de su camisa, el latir entusiasta de su corazón por ponerlo a nuestra disposición. Todos los alumnos disfrutábamos de sus clases de una manera

Page 58: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

58

o de otra, y en cada uno, queda hasta hoy recuerdos de sus fascinantes actividades.

Su cátedra era de Literatura y parecía saber mucho de esa materia, pero dentro del aula era mas que eso, un compañero que compartía con nosotros todas sus aficiones con verdadero entusiasmo y vibración.

Nuestros impecables cuadernos con carátulas de cartulina negra o roja, hechas con nuestras propias manos sobre la base de recortes de revistas viejas, parecían sentir celos uno del otro, porque cada estudiante hacía lo mejor que podía.

Yo conservé por muchos años ese viejo cuaderno con pensamientos que hasta ahora alimentan y dan un norte a nuestra filosofía de vida y nuestros conceptos morales. Algunos dichos rezaban consejos y puntos de vista amplios, y que hasta hoy los guardo en mi memoria. He aquí algunas de esas máximas:

“Dicen los sabios que un día os apagareis, dijo una luciérnaga a las estrellas, ellas, no contestaron”.

“El sol al ponerse, levantó su voz al mundo y dijo: ¿Quién podrá substituirme?. Se hará lo que se pueda maestro, dijo una humilde lámpara de barro”.

“La discusión debilita la evidencia” (Frase de Gonzalo Canedo, ex-alumno laredista)

“ Mucho se hablaba sobre Diógenes, el perro. Tanto así, que llegó a oídos de Alejandro el Grande quien movido por su curiosidad, fue a buscarlo. Diógenes vivía en un turril del cuál salió al grito de Alejandro que sobre las alturas de su caballo se identificó diciendo: Yo soy Alejandro el Máximo. Diógenes con simpleza le respondió: Yo soy Diógenes el can. Alejandro levantó la voz y le dijo: Yo bebo el Chipre en copas de oro. Diógenes desperezándose le respondió: Y yo el agua en la palma de mi mano. A esa altura, Alejandro estaba incomodado

Page 59: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

59

por las risitas escondidas de sus guardias y nuevamente levantó la voz para preguntar con pedantería: ¿Que quieres tú de mí? . Diógenes le respondió todo calmo: Que no me quites el sol (Alejandro y su caballo le estaban dando sombra). Pasaron algunos segundos de silencio y se escuchó la voz de Alejandro que agachado declaró: "Si no fuera Alejandro el Máximo, desearía ser Diógenes el can”.

Harry, también nos inició en la numismática, y yo tengo una muestra que hasta ahora colecciono orgulloso por sus ejemplares raros. Él poseía una bella colección de monedas en metal y papel.

Allan Kardec era otro de los escritores de los cuales él leía capítulos enteros para luego hablarnos de espiritismo. Tema que cualquier persona sabe, siempre interesó a los jóvenes.

También nos mostró que sabía sobre aerodinámica y aeromodelismo, pues durante algún tiempo nos enseñó a conquistar el espacio construyendo aerostatos de papel, que nos incentivaba a lanzarlos y recuperarlos varias veces yendo atrás de ellos con nuestras bicicletas, en cuanto el viento los arrastraba de un canto a otro de la ciudad. Luego de recuperados, los restaurábamos y los volvíamos a lanzar para correr de nuevo atrás de ellos. Era lindo.

En cierta oportunidad, nos llevó a una radioemisora para participar en un programa que él tenía sobre cuentos de terror llamado “apague la luz y escuche”. Me acuerdo que me hizo leer un pequeño texto hablando dentro de una olla de barro para conseguir un efecto tétrico.

Dentro del aula leía en voz alta o mandaba a alguien para hacerlo, incontables capítulos, tanto sobre la vida real como sobre ciencia ficción, en cuanto los demás escuchábamos en silencio. Yo cerraba los ojos y daba alas a mi imaginación en cuanto Ray Bradbury me relataba su hombre ilustrado, o Edgar Alan Poe nos hablaba de su gato negro. En fin. Hicimos tantas

Page 60: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

60

cosas que ni siempre se relacionaban con literatura, y así, nuestra vida se tornó en esa época, una poesía.

Page 61: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

61

El Valle De Las Flores, Allí Por Los Años 70.

UNA HISTORIA DE AMOR

Seguramente no pasaba de los años 70, cuando el natural romanticismo que tipifica a los jóvenes adolescentes se sintió sacudido por la difícil situación a la que involuntariamente había entrado uno de nuestros compañeros de colegio.

Era dos o tres años mayor que yo, pero viviendo todavía los pesados días destinados a las pruebas bimestrales de su mundo colegial, y una bomba había explotado en su corazón de repente, al haber nacido en su alma, el amor de su vida. Un relacionamiento que la falsa moral de la época lo tildaba de: “amor prohibido”.

Se respiraba un aire de misterio, curiosidad y miedo. Nadie hablaba nada, pero todos sabíamos que aquella pasión podría desencadenar problemas muy serios para este nuestro compañero, y el silencio de solidaridad gritaba a voces.

Fue difícil, porque los preconceptos hablaban muy fuerte y nosotros los estudiantes llevábamos siempre la peor parte.

En la calle Ecuador entre San Martín y Lanza, existía un pasaje que yendo hacia el sudoeste, daba a la calle Colombia. Este pasaje escondía historias macabras de mulas sin cabeza y de almas penadas de hombres que habían sido ejecutados en la horca en algún punto de su trayecto, por eso, era llamada por los parroquianos de “Pasaje del Diablo”, y aunque algún tiempo después tomó el nombre de la iglesia que había en las cercanías, nunca dejó de representar para nosotros un motivo de misteriosas visiones de fuego, cabezas cortadas y de mulas que hacían estremecer a los vecinos con el eco de sus cascos, que

Page 62: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

62

resonaban en las noches de luna. Las casas circundantes cerraban sus ventanas y sus cortinas tentando huir del pánico que estas historias a veces provocaban en sus habitantes.

Era allí que la mujer de los sueños del susodicho protagonista vivía, y aunque la casa era de moderna construcción, que contrastaba con las vecinas de gruesas paredes coloniales, ella quedaba en medio de aquel pasaje al que nosotros frecuentábamos, ya sea para intentar ver a la mula descabezada o para curiosear las clandestinas visitas que nuestro protagonista realizaba.

Esta pasión clandestina, continuó el curso de su historia en el silencio de las noches o en las escondidas lejanías. Nosotros, mas que nadie, y por nuestra condición de seres humanos que despertaban a la vida con mudanzas corporales y sentimentales, sabíamos, o por lo menos sospechábamos, el tremendo sufrimiento que ellos deben haber pasado los primeros días de aquel romance, pero nuevamente en silencio, apoyábamos el desenlace de sus momentos.

Es claro que aquel romance, no podría mantenerse en el anonimato por mucho tiempo, porque el corazón y los ojos de quién protagoniza una historia tan bonita, no tienen capacidad para esconder los sentimientos, y así llegó a conocimiento de quienes comandaban el colegio. Hubo un personaje pilar de la institución, que quizás siendo el único que aprobara esa relación, ayudó de manera práctica a la solución definitiva de sus problemas, pues, ya han pasado casi tres décadas y aquella pareja (hasta la fecha en la que está escrita esta crónica) todavía continúa amándose de la misma manera, y conforman hoy una familia de dar envidia.

La flor de nuestra historia, supo llevar al frente este su romance infinito, sin claudicar ante la presión de su marido y a todos los comentarios de las personas prejuiciosas y malintencionadas, y así se constituyó en un vivo ejemplo, de que un romance que separa dos generaciones, puede tener éxito, pues fue más un

Page 63: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

63

caso de una pasión entre profesora y alumno que dura hasta los días de sol y lluvia de hoy.

“...EL AMOR ES ETERNO E INFINITO MIENTRAS DURE...” (Vinícius de Moraes)

Page 64: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

64

La Ciudad Jardín De Mi Adolescencia, 1968-69.

LOS CHASKIS

Nos moríamos de celos porque otros compañeros del colegio estaban haciéndose conocer musicalmente en el seno de nuestra amada institución. Peor todavía porque eran de un curso inferior, por tanto menores que nosotros, y por ello no podíamos permitir que ello siguiera enfrente, había que hacer algo eficaz para intentar igualarlos o mismo superarlos.

Cuando hablo de otros compañeros del colegio, me refiero al primer grupo de música popular que nuestro Instituto dio a luz denominado “4 para el folklore”, formado por Gastón González, Dolly Ferrufino, Fernando Cossio y José Antonio González.

Aquel año, dicho conjunto había ganado el Primer Festival Intercolegial de Música patrocinado por el Colegio “6 de Junio”, y estaban gozando de mucho prestigio dentro de la sociedad estudiantil local.

Nos reunimos los “aprendices de héroes”, todos nuestro mismo curso. El escenario fue la Casa de Rafael Vargas, porque su papá tenía una guitarra. Rafael, Roller Ibañez, Julio Cesar Ocampo, y a la cabeza, mi persona.

Nuestros ensayos tenían toda la seriedad de un conjunto Profesional a pesar de nuestras cabezas adolescentes, Rafael en la primera voz creyéndose un substituto de Caruso, Julio en la segunda voz y charango también seguro de parecerse en escenario con Alain Delon, Roller que cada vez que se desmayaba no podía volver en SI, sino en DO, y finalmente, la

Page 65: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

65

tímida tercera voz y guitarra que aunque no quería aparecer, era el motor.

La suerte pintó nuestro horizonte de azul, cuando los “4 Para el Folklore” desistieron de participar el segundo año del festival, pues caso contrario, nos veríamos obligados a un concurso interno para escoger el representante del Instituto Laredo, cosa que pondría nuestras millonarias pretensiones en una escalera difícil de subir.

Grande fue nuestra sorpresa, cuando nos enteramos de que Don Franklin Anaya, director de nuestra escuela era uno de los jurados. Inmediatamente vino a nuestras ingenuas cabezas que las chances de ganar eran muy grandes, pues contábamos con gente conocida.

Fuimos a buscarlo para avisarle que estábamos matriculados para el concurso, pero él nos miró muy serio, y nos dijo lentamente con su característica voz ronca, “Chicos... están en un problema muy serio... porque yo no voy a mover ni una paja para ayudarlos”, pues tenía que evitar susceptibilidades ante los otros participantes.

Entendimos el mensaje y cabizbajos pero con confianza de que él no haría absolutamente nada para perjudicarnos, nos fuimos a ensayar y no paramos más, preparamos 3 piezas: la cueca “Quien es esa Paloma”, el huayño “En mis Sueños” y la balada “La Cautiva”.

Llegó el gran día y sólo de Nervios Rafael quedó ronco, Roller perdió su baqueta del bombo, julio estaba medio tartamudo, y yo me olvidé de mi guitarra. Pero en la hora “H”, estábamos en escenario gorjeando nuestras esperanzas apoyados por una barra singular, la de nuestros compañeros. Acredito que si en ese momento alguien cerraba los ojos, creería que estaba en un final de campeonato de futbol, pues la tremenda bulla que metían los compañeros parecía una guardería del mercado en la

Page 66: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

66

que los chillidos de los bebés se mezclaban con los gritos de las verduleras y los airados reclamos de las empleadas domesticas.

Cuando acabó el desfile de artistas, como era de esperar, dieron la noticia más o menos así: SEÑORRRESSS Y SEÑORRRITAAAS, LOS GAANADOOORRRESSS DE ESSTA NOOCHEE..... LOOOOS CHAASKIISS DEL INSTITUTO LARRREDOOOO.

Ya puede imaginarse el lector cómo explotó el gimnasio donde se llevó a cabo el festival. Simplemente arrasamos con todos.

Más tarde, ya en el Colegio, Don Franklin nos llamó y nos dijo que realmente no teníamos rivales, éramos los mejores de ese concurso, pero... todavía nos faltaba mucho, muchísimo para aprender y ensayar. Luego nos guiñó el ojo.

Ahora viene lo más interesante. A los pocos meses, estábamos cantando juntos, la mitad del grupo 4 Para el folklore y la mitad de Los Chasquis conformando un otro conjunto que más tarde sería un orgullo para nuestro Colegio, el “Quinteto Vocal 15” del que hablo en otro capítulo.

Page 67: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

67

Depósito De Una Casa De La Calle Hamiraya, C. 1966-67

LOS CHICOS MALOS Hubo un tiempo en que el área musical al que estábamos acostumbrados como intérpretes, no era precisamente aquel que procurase bellas armonías de voces e instrumentos. Nuestra adolescencia nos pedía ritmo bailable y sonido creado por la discografía comercial boliviana.

Así nació en casa de Carlitos Wormald un grupo de ola nueva en el que se ensayaban músicas de “Los Gatos”, “Iracundos” y otros grupos de ese estilo.

Carlitos Wormald, nuestro vocalista, era aficionado a la electrónica y había descubierto que su tremenda radio “Telefunken” podía funcionar como amplificador, y que un pequeño altoparlante podía usarse como micrófono colado fuertemente a la guitarra. Ahí teníamos una perfecta guitarra eléctrica.

Había también un baterista que juntando su tamborcito y su platillo de infancia a un par de platos redondos fabricados con la tapa de una lata grande de manteca, había fabricado su instrumento para seguir los pasos (según él) de Ringo Star.

Milton Silva y Julio Cesar eran la base de cuerdas y yo la guitarra principal. Infelizmente, sólo una guitarra podía usarse con el citado amplificador, las otras de manera acústica, pero eso no incomodaba a nadie, era un cuarteto alegre que habíase formado sólo para amenizar nuestras fiestas.

Carlos Wormald tenía el sueño dorado de cantar igual que Lito Nevia, y para nuestros corazones, él realmente lo hacía mejor.

Page 68: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

68

Toda vez que él elevaba su voz, nuestras guitarras y la batería se entusiasmaban y también crecían, formando una bulla más o menos afinada pero de contagiante ritmo danzante.

Una pena que aquel grupo durase tan poco, porque en su tan esperada Premier realizada en el depósito de la casa de Carlitos, con una decoración llena de papel Crepé y globos inflados que se mezclaban con las luces coloridas con celofán, la energía eléctrica se cortó en medio de la fiesta y tuvimos que parar con ella.

Fue corto el tiempo en que nos sentíamos latinos a morir, y la emergente “Flia” (todavía en pañales), nos daba su apoyo hinchando nuestro ego de orgullo.

Alguien dijo por ahí que el nombre de aquel conjunto era “Los Chicos Malos”, pero ni siquiera nosotros, miembros activos, llegamos a generar amor a ese nombre en vista del corto tiempo de vida.

Page 69: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

69

C. 1970 Hasta Nuestros Días.

FLIA Nada más nostálgico que el recordar aquel grupo de adolescentes soñadores que hacían de la amistad una verdadera religión. La base de sus componentes era mi curso (Promoción 72), en la que se incluían algunos queridos invitados de otros niveles. Era un conjunto de personas que en un momento estaban reunidos estudiando nerviosos para huir del “cero” en matemáticas, en otro momento, estaban cantando a media noche en afinada manera una serenata a uno de los papás, también podía encontrárselos entonando “Qhishquita” al sabor de un jugo de papaya en el Snack de la calle Oquendo, o el “O Bonne Jesu” en torno de los obreros de la fábrica de mantequillas PIL. En fin, era un grupo que sabía hacer del caos un orden, del orden un caos, de la música un motivo de vivir, y de las aventuras una manera de acercarse a la luz de la sabiduría.

No quisiera cansar a quién lee estas líneas, mas, creo que es justo nombrar algunos de los miembros de esta bella agrupación en vista de su importante pasaje por la vida de nuestro amado colegio.

Las manos de Aldo Martinez se movían virilmente en cuanto Julio Cesar Ocampo guiaba a los tenores Roller Ibañez y René Uzeda. Ruth Rojas con su carácter fuerte le pellizcaba a Mirtha Aneyba diciendo que estaba cantando muy fuerte. Una seriedad de adultas se dibujaba en los rostros de Gloria Giácoman y Sonia Achá. Los bajos constituidos por Gastón González, yo y más alguien que escapa a mi memoria no dejábamos de incomodar a las chicas de nuestra frente, Fabiola Freire parecía una novicia rebelde, Elizabeth Tarradelles y Ruth

Page 70: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

70

Soto se miraban comiéndose con sus ojos por algún pequeño error al cantar, la voz incontrolable de Dolly Ferrufino a la que era preciso indicarle para cantar más suave, porque su bella voz tenía una potencia que iba hasta la esquina del frente, Gonzalo Canedo, llamado cariñosamente de “Chajwalo” imaginando coreografías para cada canción, Milton Silva, Marlene Araoz y “chuño” Avila miraban desde lejitos pensando seguramente, .. Que locos estos!!! Jorge Canedo, Fernando Cosio, y a lo lejos, Carlos y Patricia Wormald y más algunos compañeros que hasta hoy nos acompañan en nuestras fiestas.

Solo de pensar en todas esas personas, da un temblor de orejas y un frío baja por la columna. Éramos un terremoto cuando estábamos juntos. Pero también disfrutábamos de una ingenuidad difícil de alguien comprender, pues hasta dormíamos a veces juntos, muchachos y muchachas en una alfombra (cuando ella había) sin que ningún pensamiento errado pase por nuestra cabeza. Un amor de amigos que sólo nosotros entendíamos, y al mismo tiempo, un tremendo contratiempo para quién osaba enfrentarnos. Hicimos llorar de emoción y también de horror a muchos profesores. Generamos protestas contra algunos compañeros y manifestamos también nuestro apoyo a otros tantos. Nuestro Colegio era más que sagrado y nuestras mentes más que inquietas.

Nuestras fiestas interminables sólo acababan al amanecer y los hombres hechos a los gallitos, a veces nos farreábamos sin medida. Cuando alguien necesitaba algo, los demás nos prestábamos a ayudarlo, y cuando a alguien le sobraba algo, le exigíamos compartir.

Hasta ahora, todos los años nos reunimos los que por casualidad estamos pasando por Cochabamba y los propios compañeros habitantes de tan bella ciudad, para compartir momentos de recordaciones y llevar nuestras nostalgias a flor de Piel. En esos momentos reviven viejos apodos hoy ya

Page 71: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

71

extintos como, Garabato, Ilich Chivinsky, Soto Poroto nariz de haba, Tarraca, Ruticachi, chuño, chajwalo, reller y otros que pintaban un lenguaje de comunicación diferente.

FLIA: Federación de Lanudos Íntimamente Asociados.

Page 72: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

72

Cochabamba En El Despertar De Mi Juventud, 1970

QUINTETO VOCAL 15 Me parece un sueño después de tantos años, hablar de un otro sueño tan distante en tiempo. El llamado “Quinteto Vocal 15”, que era mucho más que un simple grupo de amigos haciendo música en relativa armonía. Este conjunto conformado por 5 corazones latiendo en siete octavos, fue un motivo de vida para esos cinco adolescentes sedientos de sonido.

Me es hasta difícil, iniciar un relato como el presente, porque las nostalgias invaden ese rinconcito de mi alma que no se resigna con el hecho de haber acabado, y se pregunta todavía con un aire nervioso de expectativa, ¿Porque terminó aquel delirio?

El inicio voy a contarlo como lo haría un historiador, haciendo todo por acercarse más y más a la verdad en medio de las brumas surgidas por el tiempo distante. Fue una tarde en que yo estaba convidado a una prueba con la intención de ingresar un grupo de música que estaba naciendo en una casa de la calle Pachiri, de la cuál, la dueña era una francesa madre de una de las cantantes. Allí cuatro jueces mirando firmes hacia mí procurando seguramente algún indicio que los lleve a aprobarme o rechazarme.

Gastón Gonzales, un muchacho sabedor de ser el gallito del gallinero había armonizado para cuatro voces la canción “La Albaca”, Julio Cesar Ocampo que había abandonado dejando mortalmente herido nuestro antiguo grupo, “Los Chasquis”, Dolly Ferrufino, que era el sueño de todo cantor, y Elizabeth Tarradelles, hija de la francesa dueña de casa.

Page 73: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

73

Hasta el momento, ellos ya tenían una canción pronta para ser estrenada y nada más, por lo que a manera de testarme comenzaron a realizar el arreglo de una segunda música llamada “Lunita de Alberdi”. Era una zamba Argentina de melodiosa estructura.

Sin pompas ni sonajas, seguramente yo tenía un oído razonable, porque inmediatamente encontré algunos errores en lo que estaban cantando y intervine arreglando la falla y tornándome inmediatamente un miembro útil, que ni precisó de aprobación ninguna, pues en la segunda estrofa, yo ya estaba cantando todo emocionado y enriqueciendo el ya manifiesto entusiasmo de todos. Sea dicho que a partir de ese momento, quién realizaba los arreglos era mi persona y una a una las canciones fueron ampliando nuestro repertorio, cada vez mejor, siempre procurando calidad y encendiendo nuestros minutos de bellas armonías de voces adolescentes.

Yo tenía mis más íntimos motivos para zambullir en una timidez que nunca me dejó aparecer como motor del “Quinteto vocal 15”, Gastón presentaba las canciones mejor que yo en los espectáculos, era también, un lindo joven de bonita voz que conquistaba los corazones de cuanta muchacha aparecía en su frente. Así, él siempre apareció como líder de nuestro grupo.

Quisiera invadir un poco territorios particulares y hablar de cada uno de esos muchachos, pues creo que quién está leyendo este relato desearía conocerlos un poco desde el punto de vista de quién escribe.

Gastón González, un año menor que yo, siempre fue un muchacho al que admiré, no sólo porque tocaba bien la guitarra y cantaba carismáticamente, sino por ese otro tipo de talento innato para ser buen amigo. Un muchacho con dotes físicas que lo colocaban entre los más apetecibles para la mayoría de las chicas del colegio y sus alrededores. Un corazón noble que sabía el momento cierto para ser eficiente y colaborador. Musicalmente, a pesar de saber poco en lo relativo a la teoría, él

Page 74: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

74

tenía una intuición aguda para realizar unos arreglos relativamente bonitos. Claro está que esa falta de profundidad en el estudio de la armonía, lo limitaba siempre, y no dejaba que esas alas grandes pudiesen volar. Gastón un amigo de verdad que cuenta hasta ahora con mi admiración.

A menudo, juntamente con mi adorable compañera, nos divertimos soñando despiertos haciendo planos con una fortuna heredada por algún lejano pariente que ni siquiera existe. Nuestra primera actividad siempre, es la de realizar una fiesta aquí en Río de Janeiro con todos los amigos de nuestra generación por los cuales tenemos admiración con relación a sus dotes artísticas. Para ello, mandamos imaginariamente los pasajes aéreos y sus respectivas reservas en un hotel 5 estrellas. Entre los convidados, se cuentan, William Ernesto Centellas, Ramiro Escalera, Julio Alberto Mercado, Miguel Jiménez, Hugo Romero etc., y entre esa reducida lista, Gastón ocupa un lugar especial.

Julio Cesar Ocampo, un año mayor yo, cantor de bella voz de tenor y de un carisma indescriptible, habiloso para improvisar otras voces a fin de completar nuestras armonías (también improvisadas) en nuestras fiestas de cantoría.

Elizabeth Tarradelles, bella gordita que tenía una sonrisa penetrante que se fundía con cada uno de los que asistían nuestros espectáculos cautivándolos de forma brillante. Muchísimos pretendientes acababan en la puerta de su casa topándose con la autoritaria madre llamada cariñosamente por nosotros de Mamá Marté, quién manifestaba sin disimulos ni remordimientos sus marcados celos por la niña que era de sus ojos. Un ligero y sutil aire de superioridad la caracterizaba.

Dolly Ferrufino, pequeñina y gordita, aspectos de los que todas las mujeres huyen de ser, pero con una voz de un timbre tan peculiar y característico que la colocaba en un sitial como candidata a la voz más bonita del país.

Page 75: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

75

José Antonio Navarro. Hacer un autoanálisis, es tan difícil cuanto hacer un autorretrato sin espejo. Entre los cinco miembros del “Vocal 15”, acredito que mi voz y mi físico, fueron quizás los menos dotados, pero tratándose de talento musical, creo que tenía condiciones de liderar la parte artística. Extremamente tímido por motivos que zambullen en mi infancia difícil, no tuve chance de mostrarme más.

Había todavía una cantora que estuvo algunos meses con nosotros, Rocío Pereira, que con su abundante auto confianza, nos convenció de sus dotes innegables de liderazgo. Tenía una voz (en la época) relativamente confiable y nos ayudó con la grabación del único Long Play del grupo. Pero por el corto tiempo que ella disfrutó del conjunto, no llegó a trascender en el ámbito estudiantil tanto cuánto Elizabeth, de la cuál fue substituta.

“QUINTETO VOCAL 15”, una hermosa etapa de cinco vidas que con certeza marcaron una generación diferente. Nuestras participaciones en tantos espectáculos nos ubicaron entre los más conocidos grupos no profesionales de Cochabamba.

Page 76: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

76

Cochabamba, Corazón De América, 1985.

CANTO POPULAR Uno de los frutos más bonitos que el Instituto Laredo ya regaló al mundo en materia de música popular latinoamericana, fue sin duda, el grupo “Canto Popular”.

Mas, este simpático conjunto de jóvenes cantores, que ya lanzaron tantos discos LP y K7 con repertorios cuidadosamente trabajados, sólo vino a nacer, algún tiempo después de que sus miembros egresaren del seno de sus aulas.

El Quinteto Vocal 15, había entrado en receso indefinido, por razones de estudio de algunos de sus miembros, quienes tendrían que ausentarse de la ciudad.

El vacío provocado por tal descanso obligatorio, animó a tres de sus componentes a continuar su incansable inquietud por la música, y allí estaban ellos renaciendo de las cenizas bajo el sugestivo nombre ya comentado.

Mi pasaje por este grupo, sólo vino al acontecer, muchos años después de que su música había abandonado los pañales, porque la madurez artística que habían logrado, los ubicaba como uno de los mejores conjuntos de su género en la América Latina. Clara prueba de ello, es que en mi primera y única gira artística con ellos, por varios puntos del Perú, la prensa escrita peruana los llamó de gigantes del nuevo canto latinoamericano.

No deseo sin embargo, hacer un sumario histórico de sus actividades, pues es de conocimiento público el aporte que ellos dieron al país con su canto revolucionario en momentos en los que Bolivia atravesaba una crisis política y social sin

Page 77: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

77

precedentes. Deseo en todo caso, realizar un pequeño homenaje a sus componentes, que a pesar de los problemas relacionados con la falta de recursos que siempre sufrieron por parte de las autoridades y empresas disqueras, no dejaron nunca de cantar, y hasta el día de hoy nos dejan oír sus voces, mismo participando de otras agrupaciones.

Juntamente con el grupo peruano “Alturas”, realizamos un amplio programa de espectáculos en varias capitales de aquel país.

Es claro que mi participación fue tan efímera, que solo de pensar en los innúmeros viajes internacionales, que los llevó inclusive hasta la antigua Unión Soviética, ganando varios premios internacionales, yo, me considero sólo uno más que pasó por sus filas. Enriqueciéndolo un poco más con mi aporte en los arreglos musicales que acompañó su repertorio por muchos años.

Deseo por último, escribir los nombres de algunos de los miembros que dejaron latir sus corazones en el seno de tan luminosa actividad, como una forma de llevarlos en los recuerdos.

Gastón Gonzales, Julio Cesar Ocampo, Jorge Canedo, Julio Alberto Mercado, Rolando Cabrera, José Antonio González, Ramiro Ocampo, Luis Chugar, Gonzalo Fuentes, y más otros de los que también infelizmente, sus nombres huyen a mi memoria.

“...CANTAMOS, PORQUE NO DEBEMOS NI QUEREMOS DEJAR QUE LA CANCIÓN SE HAGA CENIZA...” (Mario Benedetti)

Page 78: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

78

Invierno Cochabambino De 1972.

COMO ACIDO SULFÚRICO “AHORA SI, VAN A SONARRRR COMO LATAS VIEJASSS”, era una de las tantas amenazas que hacían parte de la pesadilla que representaba esa clase de química. Aquel año, nuestra aula tenía la ventana y la puerta con dirección al patio, un pequeño cubículo cerrado por cuatro paredes en el que jugábamos fútbol, ensayábamos las marchas para el desfile, formábamos las filas para entrar en las aulas, recibíamos los castigos, hacíamos clases de gimnasia y calistenia, paseábamos, conversábamos y comíamos nuestra dulce berlinesa (típico pan dulce con mermelada). Todo eso en el mismo patio. No sé como alcanzaba para hacer tantas cosas y para reunir tanta gente.

Pero no es del patio del que quiero contar ahora, sino, del frío que subía por mi espina toda vez que se anunciaba la clase de química.

La verdad es que nunca fui bueno para la química, quiero decir, siempre fui un pésimo estudiante en la materia, y las bombas de efecto moral que el profesor nos lanzaba con sus célebres frases como “ESTA VEZ VAN A ORINAR TINTA CHINA...”, me afectaba de tal manera, que llegaba al punto de apagar totalmente de mi memoria lo poco que había aprendido con la ayuda de mi buen amigo René Uzeda.

Era un profesor muy especial, siempre sonriente, siempre con los labios curvados que contrastaban con el frío brillo de sus ojos.

Page 79: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

79

Cierta vez, todos recibimos un castigo por la supuesta burla de la que él decía haber sido objeto. Como quiera que éste sujeto tenia la estatura de poco más de un metro y medio, el pizarrón en la nueva aula (habíamos cambiado de sala) estaba muy alto para él, tan alto, que tuvo que hacer uso de una silla para poder escribir en él. El caso es que nos acusó a nosotros de tramar una escena burlesca fase a su estatura, y nos quitó a todos sin excepción un punto de los míseros siete posibles que ya estaban tan carcomidos por nuestro rendimiento medio, y nadie se animó a reclamar, a pesar de que todos sabíamos que ese pizarrón no era mueble, era pintado en la pared.

Este relato sin embargo, no se refiere a esos hechos, que quedan en mi memoria como acontecimientos fatídicos, propios de un hombre inteligente pero inútil, que lejos de enseñar la química, se dedicaba a divertirse a costa de sus alumnos. Estas palabras que escribo me remontan a un hecho específico del cuál yo tuve la mala suerte de ser protagonista.

Entre otras cosas, el amor por el estudio no fue siempre una de mis virtudes, pues mis valores en la adolescencia estaban más orientados al arte, yo vagabundeaba con mis amigos de aquí para allá con mi guitarra al hombro, y fue en uno de esos viajes, realizados intempestivamente, que culminé con la paciencia de este dicho profesional, hecho que lo llevó a esperar mi llegada para darme el “ultimátum”.

Si mal no recuerdo, era un día jueves. Yo había llegado de La Paz luego de una temporada de zarzuelas en la que el TELIN estaba presentando la obra “La Dolorosa” en la que en compañía de otros estudiantes, fuimos como colaboradores.

Para mi sorpresa, era día de examen bimestral y yo estaba en punto cero.

El citado profesor paseaba por la sala observando el desarrollo de la prueba, y en cierto momento, cuando pasaba por mi mesa, se detuvo a mirar mi examen en el que no encontró ningún

Page 80: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

80

contenido, porque aparte de mi nombre escrito en la parte superior de la hoja, no había nada más escrito. Levantó el papel de la mesa y mirándome a los ojos, escribió al lado de mi nombre: “…Se me va al desquite…”

En ese momento, ardieron en mis venas volcanes de insubordinación y rabia, porque yo tenia todavía chance de vencer la materia si alcanzaba en el resto del año a la nota máxima. (Un sueño difícil que podía durarme hasta la próxima prueba, pero que no escapaba a mi característica de estudiante optimista). Con toda mi bronca, borré mi nombre y puse en su lugar, el de dicho maestro, luego, también borré la palabra “desquite” escrita por él, y en su lugar, coloque “mierda”. El resultado de la frase espero que haya quedado claro para el lector.

Eso me costó con el tiempo la perdida de un año, porque tuve que repetir ese curso en otro colegio, del que me titulé de Bachiller con el trauma y el dolor de no ser en mi amado establecimiento.

Yo no sé que habría pasado por la cabeza de mis profesores y directores, pero todavía ahora, como maestro merecedor de una Distinción máxima” por parte de la Organización de los Estados Americanos, OEA, no llego a entenderlos a pesar de esforzarme para ello, y ahí surge la pregunta: Será que fueron justos conmigo?

Personalmente creo que es más digno de consideración, quién ama una institución y no quién sólo busca buenas notas. En ese tiempo, habría sido mucho más digno repetir más de una vez el curso, pero no que me arranquen de sus aulas, que eran para mí, como parte de mi propia casa.

Quede constancia que ese dolor de no egresar de mi amado Instituto, todavía me duele en el pecho a pesar de haber transcurrido varias décadas.

Page 81: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

81

En 1994, después de más de 20 años sin verlo, encontré al citado profesor por la última vez en un transporte colectivo, y me asaltaron las ganas de conversar con él, pero luego vi que no valía la pena mover imágenes pasadas, nada iba a ganar con eso, él se veía viejo y triste.

Page 82: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

82

América Latina, Cuna De Selectos Neuronas.

CABEZAS Generalmente, las grandes personalidades que marcan la historia, suelen ser objetos de polémicas críticas de quienes no tienen capacidad para entender la grandeza y la belleza.

Existe escondido en un bello rincón cochabambino, un centro de enseñanza que ya ha dado centenares de frutos de buenos bolivianos. Estamos hablando del Instituto Laredo.

Pero, ¿quién es el creador de la idea?, ¿Quién es el que invirtió la mejor parte de su vida para pensar en el crecimiento sin fronteras de sus discípulos?, ¿Quién se ocupó de planear cuidadosamente cada detalle de las materias que irías a ser administradas a cada uno de los niños que pasaron por sus aulas?

Naturalmente tiene que haber alguien para ocuparse de la organización y administración de tantas cosas, mismo que a veces la intolerancia de quién no combina con los criterios empleados levante polémicas y críticas adversas vacías.

El Instituto es hoy, el límpido producto del trabajo incansable de un hombre, que sin limitar sus esfuerzos, dedicó toda su vida al desarrollo de ese sueño, el sueño de una Bolivia mejor.

Es fácil hacer discursos políticos, mismo que la política con frecuencia esté relacionada con cosas que recuerdan la corrupción histórica que genera el mal uso del poder.

Político siempre habla de un país mejor y de un crecimiento efectivo, y pasan los años y las décadas y ese crecimiento no aparece.

Page 83: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

83

Cuando se piensa en Bolivia como un niño que crece despertando a la vida, imaginarla desenvolviéndose a través de las ideas y la transparencia de los jóvenes estudiantes bolivianos y de sus profesores, ahí sí, podremos hablar de un desarrollo verdaderamente efectivo. El país debía ser administrado por educadores y no por políticos corruptos.

La historia, ya puede escribir en sus páginas, el nombre de Franklin Anaya Arze, como el precursor de un verdadero desarrollo, como el autor del despertar de una nueva forma de pensamiento nacional, y sus niños y jóvenes, un día van a dar razón a sus ideas mostrando una Bolivia mejor, más justa y feliz.

Sean también objeto de nuestra admiración, los que colaboraron fielmente con este noble personaje.

Page 84: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

84

Page 85: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

85

NORMAL SUPERIOR

“MARISCAL. SUCRE”

Page 86: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

86

Page 87: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

87

Sucre, 1974

EL INICIO

Mi amor por la música, no murió ni siquiera cuando fui reprobado por el Instituto Laredo. Por el contrario, mi pasión por esa arte crecía cada vez más y decidí continuar en la actividad.

Sin embargo, las posibilidades de estudiar en nuestro país eran muy escasas, y pensar en salir fuera de Bolivia no era viable por la falta de recursos económicos. Así decidí por la única opción que me restaba: La carrera de Educación Musical en la Escuela Nacional de Maestros “Mariscal Sucre”.

Sabía se que aquella Institución no llenaba los requisitos para constituirse en una escuela de nivel superior, pero no había otra en todo el territorio nacional que pudiese hacerle frente, por ello, me vi obligado a entregar mis esperanzas en su seno.

Aquélla época yo me encontraba en la flor de mi juventud y tenía un vivo interés por una muchacha compañera de colegio que también había decidido estudiar en Sucre, ciudad donde se encuentra la referida escuela de profesores, y así, aquel acontecimiento precipitó mi decisión de viajar y no paré más hasta egresar como profesional en educación.

Los alumnos egresados del colegio Laredo eran directamente promovidos para cursar el segundo año de los cuatro con que contaba la carrera, fue así que me informé sobre los requisitos para ganar ese primer año sin estudiarlo, y me preparé para la prueba exigida.

Como era de esperar, no fue difícil aprobar ese examen, pues entre otras cosas, exigían tocar el piano lo suficiente como para

Page 88: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

88

interpretar algunas piezas de pequeña dificultad, un aceptable conocimiento del solfeo, materia de mis dominios, y algo de historia de la música y rítmica. Poco tiempo después estaba mi matrícula completa y esperando por mí para iniciar la carrera de profesor de música en aquella nostálgica “Escuela Nacional de Maestros Mariscal Sucre” que poco tiempo después cambiaría su razón social para “Escuela Normal Integrada Mariscal. Sucre”.

Page 89: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

89

Sucre, Ciudad Estudiantil, 1974-77

MADRUGADAS

Durante mis años de educación primaria y secundaria, escuchaba con frecuencia decir que en la universidad los estudios eran muy pesados, y que los estudiantes prácticamente no tenían tiempo para nada más que para dedicarse a estudiar.

Puedo sin embargo asegurar con propiedad, que en la Normal, el ritmo del aprendizaje es mayor y más intenso que en la Universidad. El altísimo índice de desistencia podía dar una idea de lo duro que era lograr pasar un año después del otro.

En la carrera de Educación Musical, era todavía peor, porque aparte de todas las materias teóricas a las que todo estudiante está acostumbrado desde colegio, había que dedicarse al adiestramiento de la sensibilidad artística, cosa que sólo una persona muy capaz podía lograrlo. Las horas interminables de estudios, quedaban pequeñas para cubrir los requisitos mínimos de aprobación.

En aquella época, había varios pianos en la carrera, prácticamente uno en cada sala, pero el número de alumnos pretendientes a la digna profesión de maestros de educación musical era mayor, por ello, la dirección había decidido prestar a cada estudiante el tiempo limitado de una hora diaria, que por supuesto era poco para satisfacer a los profesores con los resultados. Estaba todo bien organizado y los pianos funcionaban prácticamente las 24 horas del día.

Yo vivía en un cuartito típico de estudiante foráneo, que quedaba exactamente al otro extremo de la ciudad, esa distancia

Page 90: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

90

me obligaba a salir de casa con bastante tiempo para cubrir las numerosas calles que separaban mi cama del piano.

La hora que me habían dado para la práctica de mis escalas y mis músicas, era a las 6:00 de la mañana. Y si mal no recuerdo, los transportes colectivos comenzaban a funcionar a partir de las 6:30, por lo tanto, tenía que vencer las distancias a pie, saltando y trotando de tiempo en tiempo para espantar el frío. Imagine quien está leyendo estas memorias, la hora en la que tenía que levantarme de mi deliciosa cama para prender mi anafre y prepararme mi café, quién, acababa devorado junto con mi pan, que muchas veces, se encontraba frío y duro en vista del tiempo transcurrido desde la última vez que mi madre me mandara alimentos desde la ciudad de Cochabamba para mis momentos de hambre.

En medio del camino, las luces de la ciudad comenzaban a apagarse y las penumbras dificultaban todavía más el trayecto hasta la casa de estudios.

Felizmente, no todo era tan malo, pues, quién me acompañaba era mi enamorada, quién siendo también estudiante, había tenido la suerte de ganar el mismo horario para su práctica instrumental. Yo no sé si fue la suerte o si el profesor encargado de la distribución nos benefició voluntariamente.

Un tiempo nos llevábamos el desayuno en un termo, pero ello sólo duró hasta que dicho recipiente se quebró.

Para quién conoce aquella simpática ciudad de Sucre, mi residencia quedaba a media cuadra del cementerio en los primeros metros de la calle Bustillos. Silvia, mi entonces enamorada, vivía en la calle paralela llamada Pérez, y prácticamente nos separaba sólo un alto paredón, y nuestra caminata era realizada a lo largo de la calle que pasaba por su casa hasta la plaza Cochabamba llegando a la cuál, generalmente comenzaban a apagarse las luces públicas. Continuábamos hasta la plaza principal escuchando el eco de

Page 91: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

91

nuestros pasos en la enorme pared lateral de la catedral metropolitana. Atravesábamos diagonalmente la citada plaza y nos encaminábamos por la calle Arenales siempre oyendo atrás de nosotros el eco de nuestros pasos en el silencio que inspiraba la iglesia colonial de San Miguel y la parte lateral de la segunda más antigua universidad de las Américas, hasta llegar al hospital Santa Bárbara. No había siquiera un alma piadosa, y la soledad era un poco asustadora. Atravesábamos la plazuela de frente al centenario teatro Mariscal y pasábamos por las escalinatas del Palacio de Justicia viendo en penumbras ante nuestros esforzados ojos, el parque Bolívar con sus monumentos como el arco del triunfo, el obelisco y la réplica en miniatura inspirada en la torre Eiffel. Continuábamos caminando hasta la avenida Siles, calle empedrada que recordaba los añorados carruajes jalados por briosos y elegantes caballos en añejos años de los siglos pasados, hasta llegar a la subida que conducía algunas centenas de metros hacia arriba hasta el edificio central de la Normal. De ahí, todavía nos quedaba para caminar más una ladera que vencíamos por un estrecho sendero hasta el edificio de la carrera de Artes.

Esas sufridas madrugadas diarias, eran sólo el comienzo de una maratónica jornada de prácticas de otros instrumentos, corales, orquestas, conjuntos folklóricos, ejercicios rítmicos, etc. que se mezclaban con todos los aspectos pedagógicos didácticos, psicológicos y teóricos entre otros.

Page 92: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

92

Charcas, Chuquisaca, Sucre, La Plata, 1974-77

CORAL NORMALISTA

Mi pasaje por la Escuela Nacional de Maestros que después – como dicho anteriormente - pasó a llamarse Normal Integrada, se remonta a los años 1974, 1975 y 1977. El año de 1976 dejé de estudiar por mis múltiples compromisos con el conjunto Los Masis con el que realicé varios viajes de representación tanto en las Américas como también en el viejo mundo.

El canto coral en esos tiempos, era una de las principales y más entusiastas actividades de la carrera, y al respecto, tengo montones de anécdotas para contar, pero para no ser tan extenso, reduciré esta área solamente a algunos relatos llenos de vida y de sonoras emociones.

No está tan cerca el tiempo en que se vuelva a tener la suerte de contar con una persona de tal carisma y capacidad profesional cuanto el director del coro. Oscar Aranibar, era un profesor que sabía penetrar bien hondo en el corazón de cada uno de sus alumnos, y con ello, él lograba que nuestras horas pesadas de estudio se aliviasen por medio del relajamiento al que nos llevaba el canto.

Es muy difícil describir a este maestro de maestros que imprimió su sello tan peculiar en esa amada institución a la cuál dedicó parte de su vida. Él, por donde quiera que pasara, dejaba un rastro de tranquilidad en sus pupilos, quienes lo amaban de verdad. Una lastima que esa altísima sensibilidad digna de genios, lo haya llevado a cometer errores que precipitaron su partida dejando llorosos, centenares de estudiantes y ex-alumnos huérfanos de todo su poder de seducción. Pero como

Page 93: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

93

se dice de los grandes hombres que favorecieron a la humanidad, él no está muerto, él vive en el alma de todo músico boliviano y de cada niño que es conducido por un profesor formado por él.

El apoyo incondicional de su señora esposa, profesora Gladys de Aranibar, fue indudablemente el motor de tan abundante fruto, por ello, voy a permitirme dar una idea estrictamente personal, sobre esa luz de la que también disfrutaron varias generaciones de alumnos.

Siempre que tengo oportunidad, cuento a quienes quieren escuchar algo sobre mi formación profesional, que entre los recuerdos más ricos que tengo de mi época de estudiante Normal, está el de una sala de aula en la que todos los alumnos con una manifiesta pasión por esa arte, escuchaban las enseñanzas de ésta profesora. Bastaba ella abrir la boca que ya había algo interesante para escuchar, pues su brillante erudición con relación a la historia de la música, la hacía una mujer fascinante. Gladys, con un temperamento un tanto severo, también fue motivo de preocupaciones con relación al rendimiento cuantitativo de las libretas de evaluación.

Pero para volver al asunto del canto coral, quiero también volver a nuestro dilecto “Don Oscarito”, a quién lo veo tan lejos en tiempo y distancia, moviendo los brazos virilmente, mientras el sudor resbalaba por sus sienes. El elemento con que contaba no era precisamente un ejemplo de talento vocal, y las limitaciones impedían lograr objetivos más avanzados, pero ello no interesaba para esa mente privilegiada, lo importante era sacar el mayor provecho posible de esos muchachos que sedientos de música, cantaban entusiastas con sus gorjeos que los hacia sentir seguidores de Mario Lanza o de María Callas. Oscar, realmente nos hacía sentir grandes líricos, pues con su grandiosa sencillez, lograba transmitirnos un cierto aire de tranquilidad por percibir una lenta pero clara evolución con relación al canto coral.

Page 94: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

94

Realizamos varios conciertos de gala, principalmente en el Paraninfo Universitario de la segunda más antigua Universidad del continente. Allí, lo veíamos con orgullo frente a nosotros, con su impecable terno brillando con las luces del palco. Su característica, era andar atrás de la grandiosidad del espectáculo, y no precisamente, de la calidad interpretativa, mismo porque los cantores, tenían como ya lo había manifestado antes, muchas limitaciones para buscar esa perfección. Él consiguió montar piezas fuertes de varias óperas, a veces con la participación de algún pianista y hasta con el soplo de algunos trompetistas de la banda del liceo militar. No importaba la cantidad de trabajo que significaba montar esas obras, lo importante era llegar al final, y arrancar del público en pie, los aplausos vibrantes de aprobación y entusiasmo por lo conseguido.

Brillantes acordes característicos en las óperas como Aída, se mezclaban en sus programas con arreglos vocales de los valses de Strauss, o líder como El Tilo, o también piezas renacentistas tal el caso de Pasa el Agua. El Aleluya del Mesías de Haendel se intercalaba con sus composiciones, como el Capricho Indio No. 4 con su apoteótica melodía: la sol la - mi sol mi - re do re - mi la, do.

Nunca pudimos cristalizar el sinnúmero de proyectos de viajes al exterior, pero dentro el país, llevamos la voz de nuestra Normal con el pecho lleno de orgullo a varias ciudades nacionales, tal el caso del encuentro nacional que se desarrolló en Cochabamba, donde el coro dejó su sello inconfundible en medio de un desfile de los mejores coros del país. También cantamos en la Universidad Tomás Frías de Potosí, y tuvimos gloriosos momentos de apoteosis entre aquella acogedora multitud de la ciudad del cerro rico. Me veo andando en la oscuridad helada del invierno potosino por las calles durmientes, mientras las alegres carcajadas de los muchachos hacían eco en el paredón del viejo templo de la compañía.

Page 95: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

95

Juventud que marcó para siempre nuestro registro de gratos recuerdos.

Oscar tenía un sobrenombre inventado cariñosamente por nosotros: “Papá Pitufo”.

Papá Pitufo no era solamente un padre que solucionaba cualquier problema de sus alumnos, era su ingenio que nos fascinaba y nos inspiraba. Sólo con ese estímulo logró realizar conciertos inolvidables, que forman hoy, parte de la historia de ésta escuela de profesores en la cuál se formaron y se forman dignos maestros que actualmente reparten en patios y salas de aula en los más recónditos y escondidos recintos del país, abundantes frutos.

El problema mayor del coro, fue siempre la escasez de hombres, y con pocas posibilidades para escoger, todos acababan siendo elegidos para tratar de engrosar las históricamente carentes voces de tenor y bajo. El maestro dividía en grupos para que cada uno ensaye con sus semejantes, y solamente las paredes de las salas deben saber cuánto se esmeraba cada grupo para ayudar a Oscar en el camino de sus objetivos.

Page 96: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

96

Universo Estudiantil, 1974

NARICES

Siempre existen historias graciosas en lugares que abrigan estudiantes, tal el caso de la Normal de Sucre, la cuál dio origen a este relato.

El nivel de aquel curso se encontraba 2 años encima del mío, y mi entonces enamorada, estaba de compañera de estudios de dos miembros tan peculiares que hicieron historia en su época, y ella nos relata cosas respecto a la rivalidad que existía insistentemente entre los dos susodichos colegas dentro del ambiente escolar, pero nunca llegarían a imaginarse que un día, ellos irían a provocar una anécdota que quedó registrada en la memoria de toda una generación.

Milton Ramos. Dicen las lenguas que él habría llegado temprano a la repartición de narices, porque su generoso miembro olfativo lo llevaba al envidiable status de los halcones, o por lo menos de los papagayos. Esa protuberancia nasal de índole aguileña, dicen también las malas lenguas, que necesitaba de una bisagra para poder caber en las dos fases de su carné de identidad. Pero ello, sólo con intenciones amigables, porque dicho ex-alumno gozó siempre de la simpatía de toda una generación, y algunos años después también de sus alumnos quienes le regalaron con el apodo de “Tucán”.

Jorge Cortes, era un muchacho que, quién no usara lentes, difícilmente llegaba a ver su nariz. Era contundente el apodo que tenía de “Ñato Cortes”, y dicen también las lenguas, que no era su nariz quién tímidamente se asomaba a su rostro, era su rostro que estaba muy al frente. En fin, muchas cosas ya se

Page 97: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

97

hablaron de esas dos narices, pero nunca en un momento tan delicado y preciso como el que ahora voy a relatar haciendo eco de todo lo que ya escuché al respecto.

El ambiente era tenso, se respiraba un aire de miedo, expectativa y deseo de que el tiempo pase rápido, pues, estábase en medio de una clase en la que se esperaba un examen difícil. Todos guardaban absoluto silencio, algunos, colados a sus cuadernos para sacarles el mayor provecho a sus minutos, otros ya resignados a reprobar y hasta algunos rezando. Doña Olga Querejazu quién comandaba la hora de estudios, había salido por algunos minutos, seguramente para traer las preguntas que igual a las ametralladoras de un pelotón de fusilamiento irían a atingir a gran parte e los nerviosos estudiantes.

En medio de ese pesado silencio que parecía durar una eternidad y como salido de ultratumba, Milton, el narigón, levanta su voz y ayudado por el eco de la sala y el silencio casi doloroso del momento dice: “…Señor Cortes, dígame por favor, donde apoya usted sus lentes…”. Una carcajada generalizada rompe el momento tenso en momentos en que la profesora está entrando en la clase. El Señor cortes, como es de esperar, se levanta calmamente de su silla, aclara su voz y se dirige a la profesora. Todos los compañeros congelan su sonrisa pensando que iría a realizar una queja, pero sus palabras nuevamente rompen el hielo: “…Distinguida profesora, necesitamos de oxigeno en nuestro cerebro para realizar tan difícil prueba, por favor, pida al Sr. Milton Ramos que no se lo respire todo el aire de la sala…”, y diciendo así, se sienta todo ceremonioso. Algunos segundos de silencio se suceden provocados por las risas contenidas, pero que luego explotan en una otra carcajada que definitivamente ahuyenta el susto del momento y luego se realiza un examen brillante.

Page 98: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

98

Capital histórica de Bolivia, 1974

UNA CASA FANTASMAL Con el tiempo y la distancia, ciertos acontecimientos van quedando guardados en algún diminuto rincón de nuestra memoria, tal el caso del que voy a contar ahora. Empero, en el momento en el que era toda realidad, de sólo pensarlo se nos querían caer los pantalones. Era muy asustador.

Fue en mi primera vivienda de estudiante en la ciudad de Sucre, y voy a relatar con detalles la manera en la que fui a parar allí.

Cuando arribé a la ciudad en Diciembre de 1973 con propósito de pagar la matrícula que me permitiría estudiar en la mentada Escuela, conocí en la fila de la tesorería a una muchacha simpática de la que me interesé rápidamente y tuve intención de conquistarla. Luego me enteré que ella era sobrina de una señora que alquilaba cuartos a estudiantes, lo que me llevó a aprovechar para marcar un encuentro con la propietaria del inmueble.

La casa era muy grande, iba desde una calle hasta la paralela y se dividía en dos por una pared que separaba dos enormes construcciones, cada una con su propia entrada, una daba a la calle Bustillos y la otra a la calle Junín. Dicha señora vivía en un apartamento de la casa que daba a la calle Junín y allí fui para conversar.

Mi primer contacto no fue de los mejores, porque mismo ella siendo muy gentil, aparte de estar contando con la grata compañía de su sobrina, algo extraño pasaba en aquel frío corredor, pues se escuchaba en un cuarto aledaño, un ruido extraño, como si alguien estuviera hojeando un cuaderno. Se

Page 99: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

99

oía muy claro pero estaba totalmente oscuro, por lo cuál, me animé a preguntar lo que era. Ellas me dijeron que había probablemente ratones.

El caso es que después de hablar sobre precios, me dio una habitación que daba al patio central, tenía una ventana grande a través de la cual se podía ver un enorme árbol de palta y un parral de uvas. Y yo lo tomé inmediatamente en vista de que el valor del alquiler llenaba mi expectativa.

Había algo extraño en flamante habitación alquilada por mí, un agujero en el suelo que parecía conducir a un túnel, pero el mismo día, la señora propietaria hizo taparlo y no se habló más del asunto.

Dormí algunas noches, hasta que llegó el día de volver a Cochabamba, porque había todavía casi dos meses antes del inicio del año lectivo

Pasaron los dos meses.

A mi retorno a la ciudad histórica de América, conté en el viaje con la presencia de una compañera de colegio. Ruth Rojas era más que una simple compañera de estudios, era una amiga a la que le profesaba un cariño entrañable por todo lo que ya había pasado junto a ella en nuestro nostálgico grupo de estudiantes de colegio al que lo llamábamos de "Flia", y del que en una crónica anterior hablo bastante. Ella también había decidido ir a estudiar a la Normal, y yo, ya no me sentía tan solo, porque todo lo que en ese momento deseaba, era compartir los momentos de sacrificio y placer que nos esperaban, con gente amiga.

Ruth tampoco no tenía cuarto para dormir y yo la llevé hasta la propietaria del mío, y luego de algunas conversaciones, combinamos en que ella iría a quedarse con más otras compañeras en mi cuarto, ya que era el más grande de todos y a mí me destinó a otro más pequeño que quedaba en la casa de la otra calle paralela. Hasta entonces no sabía que una media

Page 100: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

100

cuadra más arriba se encontraba el cementerio de la ciudad, pero ello no perturbó demasiado, pues nuestra mente estaba ocupada con un sinfín de preocupaciones referentes a nuestra condición de estudiantes.

Como ya era habitual en esa época de Bolivia, el año lectivo tuvo nuevamente que postergarse por motivos políticos, pues, la situación estaba que ardía y ese concepto convulsionado de querer llegar al poder, estaba empobreciendo mucho al país y a las mentes de los jóvenes sedientos de conocimientos.

Un mes más tarde, mi madre me había acompañado para instalarme, pues para una madre, un hijo es siempre un niño, y ella así lo creía, por eso, llevó hasta Sucre la mitad de Cochabamba para ponerla en mi cuartito.

Pasaron cosas increíbles con respecto al mundo político de la época, y mi madre acabó yéndose tranquila por dejarme con todo listo, hasta bacín bajo la cama.

Ahí comenzaron las cosas extrañas: El primer día al volver de la normal encontré mi cuarto trancado por dentro, era sólo una aldaba sin ninguna seguridad, pero que en el momento me incomodó, obligándome a prestarme de la vecina, un cuchillo para destrancarla. No le di mayor importancia y continué con mi rutina.

Al día siguiente, luego después de levantarme de la cama, lavé mi rostro para despertar del letargo y fui al espejo para peinarme. Luego de algunos segundos de pasar el peine por mi cabeza noté que mi cabello seguía desordenado, percibí entonces que mi mano no estaba siendo reflejada en el espejo, consecuentemente, continuaba con el pelo tal cuál me había levantado. Fue una fracción de segundo en la que decidí mirarme a los ojos para reflexionar sobre lo que estaba pasando, pero lo que vi fue que no era yo el que estaba mirándome al otro lado del espejo. Antes de que pudiera reaccionar, el vidrio se precipitó al suelo y se quebró en mil

Page 101: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

101

pedazos. Hasta ahí, todavía no le di la importancia que merecía, porque pensé que podría ser impresión mía, quizás por haber dormido mal esa noche o cualquier otro motivo.

Algunos días después, apareció la oportunidad de dividir los gastos de alquiler con un otro estudiante universitario, y allí acabaron los primeros problemas fantasmales.

Llegaron los feriados de semana santa, y aprovechando de esos días, decidí con mí entonces flamante enamorada Silvia, viajar a Cochabamba para estar unos días con nuestra familia. Así lo hicimos, dejando al resto de las muchachas solas. (Silvia compartía el cuarto con Ruth, Judith, y Checo.)

Una gran sorpresa nos esperaba a nuestra vuelta, pues al entrar en horas de la madrugada a la casa, encontramos a las tres compañeras citadas, sentadas en una de las camas asegurando una cruz en la mano y temblando de miedo. Nuestra llegada les vino como un bálsamo de tranquilidad después de la terrorífica noche que habían pasado. Ya tranquilas, nos contaron lo que había ocurrido.

Esos días, la dueña de casa estaba de vacaciones en La Paz y las tres muchachas se encontraban solas, cuando, de repente a la media noche comenzaron a escuchar unos ruidos extraños, parecía que las tazas que se encontraban en la ventana estaban moviéndose. Checo, la única que no estaba paralizada por el miedo corrió a prender la luz, y todas vieron horrorizadas las cosas moverse incontrolablemente, luego entraron en pánico sin encontrar una explicación. La noche oscura y el miedo impedía atravesar el patio con dirección a la calle, además que a esa hora, la ciudad toda estaba durmiendo. El silencio que dolía en los oídos.

Fueron algunas horas en las que sus minutos parecían eternos, las tres muchachas sentadas rezando con voces temblorosas pidiendo que de una vez llegara la luz del día.

Page 102: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

102

Esa noche ocurrió una cosa lo mínimo curiosa, Ruth, que por tradición familiar la creíamos atea, era quién aseguraba la cruz de madera en las manos.

Cuando entramos en aquella habitación, ellas se precipitaron hacia nosotros como por instinto de protección y lloraron desahogando la tétrica noche que habían vivido.

Pasó el día con los reflejos del susto, y los estudios les hizo olvidar de lo sucedido, pero la noche llegó irremediablemente, y con ella, el miedo.

Decidí pernoctar acompañándolas en su cuarto, al final, nadie pensaba dormir, pues estaban realmente asustadas, y siendo yo el único hombre, talvez ellas sentían alguna seguridad, pero confieso que yo estaba muriendo de miedo, tanto cuanto, y quizás más que ellas, porque solo el recordar lo sucedido con mi espejo me tenía con los cabellos en punta. Pero mostré tranquilidad y transcurrió el tiempo.

Algunas horas después, la luz de un cuarto vecino que se encontraba cerrado hacía muchos años se encendió por algunos minutos y luego se apagó de nuevo Uno de nosotros salió al patio para ver mejor el grueso candado que sujetaba la puerta llena de polvo mostrando que en aquella habitación no había nadie, por lo menos viva. A seguir se repitió ese hecho por varias veces hasta que la luz se apagó definitivamente. Pasó el tiempo y de rato en rato nuestras voces se dejaban escuchar con un extraño eco en la habitación, para intentar espantar el miedo.

No pasó mucho tiempo y sentimos el vidrio de la puerta tocar fuertemente. Eran tres golpes, “tac, tac, tac”. Rápidos como un rayo saltamos para ver si alguien estaba queriendo hacer alguna broma pesada con nosotros, pero no había nada ni nadie, y puedo asegurar con la toda la certeza de mis sentidos, que no existía esa posibilidad, porque aquel cuarto daba al patio cerrado y habían dos únicas salidas, una a la calle y otra al corredor que conducía al baño algunos metros al frente.

Page 103: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

103

Más tarde, los extraños golpes se repitieron por más dos o tres veces y ellos espantaron definitivamente nuestro sueño. Eran toques inexplicablemente aterradores.

Al día siguiente, ni la normal con su interminable currículo había logrado alejar de nuestros pensamientos la noche que habíamos pasado, y la falta de sueño se dejó sentir. Checo nos contó que había acabado dormida en medio de una clase.

Nuevamente la irremediable vuelta a casa se tornó realidad y allí estábamos los cinco temblado de miedo mas una vez. Yo ya estaba olvidando que tenía un cuarto al otro lado de la calle, pues me quedé directamente en la vivienda de esas mis compañeras por más algunos días.

Al atardecer, mientras nos encontrábamos cantando dentro de la habitación para olvidar lo ocurrido, alguien o algo, comenzó a lanzar frutas desde el árbol que había en el patio, era un bombardeo de paltas verdes, y hasta algunas de ellas entraban en la habitación. Como todavía se dejaba ver la luz del día, salimos a saber de qué se trataba, pero no había nadie. Pensando en la posibilidad de que algún amigo bromista estuviera queriendo asustarnos, hicimos una severa investigación en todos los cantos de la casa pero no encontramos nada. La casa estaba vacía y sólo nosotros cinco éramos los albos de aquellos acontecimientos asustadores que ya nos estaban haciendo pensar en fantasmas.

Pasó el tiempo y no sucedió más nada, pero el miedo ya implantado en cada uno de nosotros nos impedía andar solos dentro de casa, pues, hasta para ir al baño necesitábamos compañía.

Un hecho que se sumó a nuestras elucubraciones del caso, fue que un día, conversando con el casero cuidador de la casa que daba a la calle Bustillos, nos reclamó diciendo que estaba cansado de que nosotros le lanzáramos piedrecillas incomodándolo en las noches, inclusive, aquel anciano llegó a

Page 104: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

104

quejarse a la dueña que en horas de la madrugada, yo sabía que ellas ni conocían la vieja piscina, que dicho sea de paso, se encontraba al otro lado del paredón que dividía las dos casas.

Pasó algún tiempo sin ningún otro sobresalto, yo decidí volver a vivir en mi cuarto, así nuestra vida estudiantil volvió a su rutina. Los estudios eran tan cargados que acabamos olvidando todo por algunas semanas.

El viejo caserón en el que se encontraba mi dormitorio (con entrada por la calle paralela), contaba un solo baño que tenia la puerta con dirección al patio, pero el tiempo había malogrado la mitad de su superficie de madera, y la que antaño fuese una puerta de dos hojas, ahora solamente tenía una, y desde la otra, que no existía más, daba una linda vista al jardín, en otras palabras, hacíamos nuestras necesidades al aire libre. Sucede que entre los que vivíamos en la casa, habíamos combinado que cuando vacio, el baño debía tener la puerta totalmente abierta, y cuando ocupada, esta única puerta cerrada anunciaba que había gente para que nadie se acerque logrando así una razonable privacidad. Un día, el compañero que yo había conseguido para compartir mi cuarto me anunció que se estaba mudando, y preguntándole la razón del porqué, me contó algo insólito, dijo que en un momento de necesidad fue hasta el baño y vio que la puerta estaba cerrada. Pensando que era yo quién lo usaba, se sentó a esperar. El tiempo pasaba y el baño seguía supuestamente ocupado, hecho por el cuál, decidió hablar pensando dirigirse a mí, pero no obtuvo respuesta, acción seguida, fue a matar la curiosidad de lo que estaba sucediendo, y vio una señora sentada en la taza. Dio a seguir un salto para atrás disculpándose todo avergonzado y tampoco no recibió respuesta ninguna. Muchos minutos después, decidió pedir en voz alta que necesitaba del servicio y el silencio volvió a escucharse. Más algunos largos minutos y no aguantó más, fue sin vergüenza a hablar con la citada señora y se quedó paralizado de miedo al descubrir que no había nadie, y peor

Page 105: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

105

todavía, después de algunos segundos de raciocinio, recordó que en la casa no vivía ninguna señora.

Ese hecho fue el recomenzar de un montón de cosas raras, pues la vida volvió a hacerse imposible en aquella casa.

Nuevamente las cuatro muchachas de la casa que daba a la otra calle estaban con problemas relacionados a lo que ya habíamos aceptado como hecho: la existencia de fantasmas. En cierta oportunidad, por ejemplo, fue convidado a realizar algún exorcismo, el hermano mayor de la congregación de los rosacruces. Él se quedó aquella noche hasta el aparecimiento de los misteriosos golpes en la puerta, después de los cuales, saltó del lugar en el que se encontraba y realizó un conjuro pidiendo al espíritu que nos deje en paz y que parta de una vez a su destino.

Ese hecho dejó la casa tranquila por algunos días. Pero nuestros asustadores visitantes, o quizás anfitriones, volvieron a manifestarse en formas cada vez más asustadoras, por ejemplo, un día vimos saltar un saco de cemento interrumpiéndonos el pasaje que se dirigía del cuarto hasta el baño. Yo nuevamente me encontraba pernoctando en el cuarto grande junto a esas desesperadas compañeras, hasta que finalmente un día sucedió algo que alguien no va a olvidarlo nunca más en su vida.

Resulta que un Viernes en la tarde, se nos presentó la oportunidad de alquilar un departamento con tres cuartos, un baño privado y otro común, tenía una cocinilla al otro lado del patio y la casa era muy confortable y alegre. Vivían también en la misma, otros estudiantes que nos habían dicho que la dueña, doña Mery Rojas, era una bella persona de cabeza agitada pero de noble corazón, que el tiempo nos llegó a demostrarlo positivamente, y quedaba bastante más cerca de Normal. Ya podrá imaginarse el amigo lector, la velocidad con la que combinamos los detalles, precios, forma de dividirnos el mono total a ser pago, etc.

Page 106: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

106

Volvimos inmediatamente Silvia, Judith, Ruth y yo a la casa en la que todavía teníamos nuestras cosas y organizamos nuestro traslado sin siquiera desarmar los catres. Un camión fue contratado, y las camas tendidas junto a la mesa servida y las ropas en los colgadores fueron amontonadas encima de las maletas vacías, cosas todas que fueron a parar en pocos minutos sobre la carrocería del vehículo.

Pero falta un detalle, Carmen (la chapaca de apodo Checo), no estaba en la casa. Ella había ido a la fiesta que estaba celebrando la colonia de los tarijeños, seguramente quería olvidar por algunos momentos esa nuestra pesadilla. Tomamos también sus cosas y las cargamos encima de las nuestras y así nos fuimos sin ningún remordimiento.

En cuestión de media hora, todas las cosas estaban en la nueva casa de la Calle Pérez 314 (antigua numeración), y no sabíamos nada de Carmen. Pero al día siguiente ella nos encontró en la normal muy enojada y resentida, pues pasada la media noche, ella había llegado de la fiesta directamente para tocar el timbre y esperar como ya era costumbre, que todos saliéramos juntos para ahuyentar más una vez el miedo. En vista de la ausencia de respuesta y pensando que nos habíamos dormido pesadamente, ella había decidido arriesgar, y luego de abrir la puerta con su propia llave, había corrido hasta el cuarto con el corazón latiendo a mil, y cuál sería su reacción al prender apresurada la luz y descubrir que el cuarto se encontraba totalmente vacío. Ella contó que el desmayo le sorprendió un segundo antes de su intención de huir desesperada, pero de igual manera volvió en si algunos minutos después y se vio saliendo de la casa corriendo calle abajo sin parar de gritar.

Una amiga suya, también tarijeña la hospedó esa noche, no sin antes darle un tranquilizante para hacerla dormir, ya que no paraba de llorar.

Nosotros, con la prisa y el susto, no imaginamos que su reacción fuese tan violenta, pero ella entendió con el tiempo

Page 107: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

107

que en esa nuestra actitud y nuestros planos también la contábamos, al punto que le evitamos el traslado.

Para acabar, voy a hacer eco del creador de esta frase célebre: "NO CREO EN FANTASMAS, PERO DE HABERLOS...LOS HAY".

Page 108: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

108

Page 109: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

109

LOS MASIS

Page 110: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

110

Page 111: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

111

Calles Empedradas Del Casco Viejo De Sucre, 1975-84

LOS MASIS

Si algo ha contribuido con mi deseo de acercarme a las raíces de mi raza, si existió alguien que colaboró conmigo en la búsqueda de la razón evolutiva de mi pueblo, ese alguien fue un grupo de música llamado “Los Masis”, y ese algo, las interminables jornadas vividas con cada uno de sus miembros en medio de los indígenas, aprendiendo de ellos, la sabia heredada por sus antepasados.

Mi participación en este grupo musical, como ya había sucedido en oportunidades anteriores con relación a mi vida artística, tuvo un inicio de lo más anecdótico.

Estaba comenzando mi vida de estudiante normalista en la bella ciudad de calles limpias y techos blancos. Sucre, había abierto sus brazos para darme oportunidad de aprender algo más, en ese mar de cosas que envuelven la actividad musical y docente. Así siendo, y como parte del currículo del nivel escolar en el que me encontraba, un día, me vi obligado a asistir a un recital que el grupo Los Masis estaba realizando en el paraninfo universitario de aquella centenaria Universidad. Digo que me vi obligado, porque si bien a mí me gustaba prestigiar ese tipo de conciertos, también el exceso de trabajo curricular nos ocupaba todos los tiempos libres, y hasta gozar de un recital al vivo, constituía un esfuerzo más en la búsqueda de la superación que prometía aquella digna escuela normal.

Fue tal el impacto que provocó en mí aquella actuación, que llegando a mi cuarto, sólo paseaba por mi cabeza la idea de hacer un grupo que satisficiera esa ardiente necesidad de crear.

Page 112: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

112

Al día siguiente, comencé a buscar gente, para ensayar y cantar todas las canciones que nos vinieran a la inspirada musa que vivía en cada uno de nosotros.

Así lo hicimos.

Algunas lunas después, el grupo se encontraba ya cantando una bella cueca chuquisaqueña. En la segunda voz y la quena, nuestro entrañable compañero de farras Oscar Rojas Miranda, quien, con su pinta de galán de novela y su color canela oscura, había confirmado cantando su innegable talento. Wilberth Morales, un potosino charanguista que dominaba las notas altas al cantar, pero incapaz de alcanzar un “re” con relación a su tesitura inferior, pues, cuando se esforzaba para solfear el “do”, sólo le salía aire sin sonido, Gastón Aracena de colador y finalmente yo, que el amigo lector está conociendo a través de estas historias.

Cuando comenzamos a estudiar nuestra segunda canción, una zamba argentina que recuerda el cantar de los grillos en las noches de luna, una carta me llegó de sorpresa, convidándome a una prueba, pues los que hasta entonces eran inalcanzables, Masis de Sucre, estaban con problemas de personal, en vista de que 4 de ellos habían egresado de la Universidad, y el conjunto se encontraba prácticamente desfalcado, pues, esos flamantes profesionales, tenían que retornar a sus bases que quedaban en otras ciudades.

Imagine el interesado lector, cuál sería mi sorpresa, cuando llegué al estudio de aquel bonito grupo, y me encontré con mi viejo amigo de farras color canela y con mi colega cantor que no podía acabar una escala descendente. Eso mismo, Oscar Rojas y Wilberth Morales habían sido convidados también a realizar una prueba igual a la mía, y estábamos todos nerviosos y con la expectativa provocada por el silencio de nuestros dos jueces, únicos sobrevivientes de los antiguos Masis.

Page 113: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

113

“Alfonsina y el mar”, una pieza latinoamericana que había dejado bellamente arreglada el viejo director artístico Ramiro Escalera, fue la base para probarnos nuestra capacidad de memoria, independencia auditiva, cualidad de voz y nuestro pulseo de los instrumentos.

Uno a uno comenzamos a mostrar nuestros talentos, las voces e instrumentos estaban entonando sus melodiosas estructuras, cuando de repente, percibí que había un error en el arreglo. A eso, le siguieron otros errores que yo los resolví inmediatamente, sorprendiendo como era lógico, a los 2 jueces que en ese momento se sentían más viejos que de costumbre, pues, comprobar que con mi intervención sonaba realmente mejor, los obligaba a reconocer que les faltaba mucho por aprender. Y para no dejar al lector con la curiosidad, voy a revelar el nombre de esos dos prestigiosos artistas que habían hecho ya tanto por nuestro país: Roberto Sahonero y Tito Tapia.

No hubo al final ninguna prueba, porque el curso de los acontecimientos, se precipitó en un primer día de entusiasmados esfuerzos por cantar de la mejor manera con el nuevo grupo que poco después, haría pasear su música por prácticamente los cinco continentes.

Los Masis a partir de aquellos momentos, nunca más fueron los mismos, comenzaron a trazar su futuro con una entrañable unión de sus miembros que favorecía cada día al mejoramiento de la calidad de su trabajo, hasta el punto, que un periódico europeo llamó al grupo de “Prodigiosos monstruos de la música popular latinoamericana”.

Los Masis, en sus buenos tiempos, tuvimos oportunidad de cantar en salas de conciertos de gran importancia en las Américas y Europa. Hasta la Catedral de “Notre Dame” de París, fue testigo de la riqueza musical boliviana que presentamos en una bella noche de conciertos. Hasta donde mi persona participó, discos de oro y centenas de reportajes de

Page 114: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

114

prensa en varios idiomas y de numerosos países, fueron algunos de los conceptos que el grupo motivó en su larga maratón de patriotismo. Pues sepa quién todavía tiene abierta su mente, que - como acostumbra difundir el Orfeón 12 - “un pueblo que canta es pueblo superado”, o como reza el noble pensamiento de Franklin Anaya sobre “...la importancia del desarrollo cultural en los resultados del desarrollo socio económico de un pueblo”...

Page 115: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

115

De Madrid A Chuquiago Marka, 1978.

ROPAS SUCIAS

Eran las 4 de la mañana de aquella fría madrugada española. Nos encontrábamos en un hotel ubicado en el centro de la ciudad de Madrid, pues, habíamos sido contratados para representar a Bolivia en un congreso turístico llamado ASTA.

Estábamos en la hora de salir con dirección al aeropuerto.

A nuestro retorno a Bolivia teníamos un importante compromiso en la Universidad de San Andrés, y no podíamos perder el vuelo.

Se respiraba un aire de preocupación, ya que Oscar Rojas había llegado pocos minutos antes después de pasar una noche de bohemios en algún bar madrileño, y no estaba pudiendo despertar. Su estado lamentable era preocupante, no podía siquiera articular una palabra, y para el colmo de los males, no podía ponerse en pie.

Los minutos pasaban y estaba haciéndose tarde para llegar al aeropuerto, así, decidimos despertarlo a la fuerza. Roberto Sahonero, responsable por el contrato que teníamos en Bolivia, con la ayuda de Tito Tapia y Franz Arias, lo metieron al baño para ducharlo, pero él, con el susto de vernos tan desesperados, logró cierto grado de lucidez y nos pidió salir del lugar, porque quería bañarse solo.

Algunos minutos después, descubrimos que había entrado a la ducha con medias, camiseta, calzoncillo, y con la toalla cubriéndole la cabeza. El resultado no podría ser otro, pues a la hora de salir su ropa interior estaba totalmente mojada.

Page 116: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

116

Con la prisa, y viendo que su maleta ya había sido cerrada, hizo con la toalla un bulto, dentro del cual, colocó su ropa íntima y lo amarró a la punta de la lanza que usábamos para la danza de los “tobas”. Parecía una “hormiguita viajera”.

Oscar siempre tuvo una forma leve y agradable de solucionar sus problemas, sean estos pequeños o grandes.

Ya en el aeropuerto, en vista de la cantidad de cosas que teníamos para cargar, tomó su atabaque (instrumento de percusión parecido con un bombo, que tiene una sola membrana de piel en la parte superior, y en la inferior un orificio visiblemente menor, a través del cuál, sólo puede entrar con cierta dificultad cualquier cosa que tenga más o menos el tamaño de un puño), luego colocó su ropa todavía húmeda dentro del instrumento usando este orificio, y con eso acabó su problema momentáneamente

Quien diría...

Nos encontrábamos ya en La Paz, realizando un espectáculo para el cual los organizadores habían invertido todo una infraestructura de luces, decoración y un maravilloso equipo de sonido. El teatro estaba totalmente lleno, las cámaras de televisión se encontraban cerca del escenario acompañadas de sus luces propias y de un puñado de técnicos corriendo atrás de los cables y micrófonos. Era un recital esperado con mucho entusiasmo y con una abundante divulgación.

El espectáculo contaba con un número de piezas bastante fértil, y una de las más bonitas, era la danza del tundiqui (danza negroide de rica percusión), con la cuál, habíamos arrancado palmas de entusiasmo prácticamente en todos los escenarios que habíamos pisado, por eso, ese momento se hallaba reluciente, y los ojos del público asistente, ni pestañeaban para no perder siquiera un segundo de su curso.

Yo danzaba feliz con el requeco (instrumento de percusión) en mi mano, Pablito y Franz Arias lo hacían con los palitos y el

Page 117: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

117

bombo, Tito Tapia tenía un pito en la boca, y tocaba también su instrumento con total entrega al fuego que en ese momento ardía en sus venas. Roberto Sahonero coordinaba todos los movimientos con su bongó y con otro pito en los labios, y finalmente, nuestro dilecto y amante de las noches de bohemia, Oscar Rojas Miranda, con su atabaque querido en sus musculosos brazos.

En cierta parte de la danza, en la que el público aplaudía un mágico momento protagonizado por Oscar, que ya se encontraba totalmente hechizado por el éxtasis que producía aquella danza erótica, un cañón de luz con dirección a él ayudó a ver algo insólito e inesperado, pues, por el orificio que tenía en la base de su atabaque, una toalla se deslizó lentamente hasta quedar depositada en el suelo del escenario, Oscar ni se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo, y sus ojos todavía cerrados, tampoco vieron los calcetines, ni la camiseta, ni el calzoncillo que uno a uno acabaron en medio del escenario a toda luz, en cuanto el resto del grupo, desesperados, hacíamos lo posible por arrancarlos del lugar. Las palmas fueron dando paso a un murmullo y algunas carcajadas, pero que al final, volvieron con más entusiasmo que nunca, y nuestro público aquella noche, asistió a un espectáculo que imagino no olvidarán por mucho tiempo.

La prensa al día siguiente no dijo nada del asunto, sólo comentó el éxito del recital y que como de costumbre, Los Masis habían sorprendido gratamente a su público con cosas inesperadas.

Page 118: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

118

São Paulo, Brasil, 1976

TINKU

Con la ayuda del director de teatro Darío González, habíamos montado una pieza de aproximadamente 10 minutos con la musicalización producida por nuestras propias manos. El tema, tenía relación con la tradicional fiesta del tinku, ritual milenario en la que se realizan ardientes luchas entre los naturales, y en las que con frecuencia, se derrama sangre para la Pachamama, Diosa de nuestros ancestrales.

El desarrollo de la misma, contaba con la llegada de los indígenas al pueblo de San Pedro de Buena Vista, al norte de Potosí. La música de los jula-julas acompañada por un eficiente juego de luces, convidaba a imaginar la llegada de los Laimes y los Jucumanes (grupos étnicos de las cercanías) a la plaza del pueblo en el frío amanecer. También teatralizábamos la misa católica a la que los indios son obligados a asistir, amenazados por los látigos de los capataces. Era interesante el sentimiento de los indígenas que demostraba haber resistido a los intentos de catequesis, a pesar de los esfuerzos de los padres católicos. Este hecho era visible, cuando al final de la misa, el crucifijo de la iglesia era tapado con un poncho, y el júbilo se manifestaba con los comentarios felices como: “...Ahora ese Dios ya no nos puede ver, podemos entonces divertirnos tranquilos y beber sin problema nuestra lata de alcohol...”.

También representábamos la fiesta, la borrachera, los charangos y la dramática lucha, que al final, acababa con la muerte del personaje protagonizado por Tito Tapia.

Bien.

Page 119: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

119

Aquel fatídico día, el Stress y el cansancio después de tantas presentaciones y viajes habían provocado un estado de ánimo bastante pesado en el grupo. Se respiraba un aire nervioso, y nuestras mentes motivadas por viejos problemas y divergencias entre los miembros del grupo, se habían caldeado de tal forma, que Roberto Sahonero nos sentenció: “El tinku está motivado.”

El escenario estaba bien iluminado, y el público que acompañaba el espectáculo ya había tomado conocimiento de las característica de ese número artístico.

Cuando llegó a la parte en la que debíamos fingir un combate entre dos personajes (Oscar Rojas y Roberto Sahonero), el primer golpe, que se supone debía ser solo una representación, se tornó real, y Oscar fue por los aires, haciendo que los demás interviniésemos para defenderlo en aquella desigual querella, Se armó una verdadera “batalla campal”.

Algunos golpes y patadas después, tornaron un escenario en el que el realismo era tal, que el público comenzó a aplaudir entusiasmado.

En cierto momento de esta ya descontrolada lucha cuerpo a cuerpo, un último golpe lanzó a Tito hasta el suelo, y allí, como mandaba el desenvolvimiento normal de la pieza, acababa la querella. En el libreto teatral, el indio había muerto y había que llevarlo a la iglesia al son de una melodía lamentosa.

Éramos Franz Arias y yo, quienes teníamos que sacarlo fuera del escenario, y después de cantar nuestro lamento con una música adecuada para la situación, acababa la tristeza y comenzaba la fiesta, terminando así el desarrollo de ese bonito espectáculo.

Pasaron los minutos y Tito no regresaba al escenario.

La sorpresa mayor, fue cuando fuimos a ver lo que pasaba, y lo encontramos desmayado en el suelo, pues, desde el momento que lo sacamos muerto como mandaba el libreto, él estaba

Page 120: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

120

realmente inconsciente. En el instante violento que precedió a su caída, el último golpe de Roberto había atingido su rostro y al deslizarse hacia el suelo, habíase luxado la clavícula con el pedestal del micrófono.

El resto del espectáculo lo hicimos con la ausencia de su participación.

Lo curioso es que el público no se dio cuenta del problema, y el show acabó como siempre con su entusiasmado aplauso.

A veces, anécdotas como ésta, ponen en riesgo los espectáculos artísticos, pero sin duda alguna, también favorecen para fortalecer los lazos entre los miembros del grupo y el espíritu bohemio que todos los músicos tenemos en el más hondo y secreto rincón de nuestros corazones y los llena de aventuras, de emociones y de vida.

Page 121: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

121

Cortina De Hierro, Febrero De 1977.

UNA SEPARACIÓN INVENTADA POR LOS

HOMBRES

El grupo Los Masis, estaba realizando una gira artística por varios países de Europa. Un total de 75 conciertos en poco más de tres meses, un récord de agitación que marcaría para dicho grupo, un ejemplo de trabajo, de voluntad y de superación.

Pero también por detrás de ese sacrificio, estaba la alegría de representar a un país que muchas personas entre el público no conocían, y que a través de nosotros, estaban teniendo la oportunidad de ver y oír parte de la riqueza de su cultura.

En Munich, realizamos 2 espectáculos en el teatro Leopoldstrasse, teatro que llevaba el nombre de la calle en la que se encontraba, y que tenía la capacidad de recibir a poco más de 500 personas. Mismo así, los asientos no alcanzaron para tanta gente que se arremolinaba en busca de boletos de entrada. Al final, las personas asistentes llenaban todos los lugares destinados al público, los pasillos, las puertas de acceso y hasta las gradas que conducían al escenario.

Allí conocimos un boliviano de nombre alemán: Klauss Schutt, individuo que tenía una filosofía de vida muy atrayente. Él lideraba un movimiento de jóvenes para ayudar a los mineros de Bolivia.

Luego del éxito de los 2 espectáculos que habían sido administrados por Klauss, el nos pidió llevar hasta Berlín unos

Page 122: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

122

panfletos con informaciones sobre su envolvimiento con las causas sociales que en ese momento él perseguía. Berlin nos esperaba para realizar otros conciertos. Nosotros, que teníamos en nuestros corazones jóvenes el mismo ideal perseguido por el susodicho amigo, no pudimos ni quisimos negarnos y colocamos los paquetes debajo las maletas dentro del pequeño ómnibus habíamos adquirido para todos los viajes de esa turné.

Sin más problemas, nos pusimos en marcha rumbo a Berlín.

Nuestro chofer, a pesar de estar conviviendo con nosotros más de 2 meses, no había aprendido ni una palabra española, él era un francés cerrado e incapaz de hablar otro idioma. Nosotros en cambio, asimilamos con él su lengua, lo bastante como para defendernos solos en los quehaceres de las calles francesas.

Entre los miembros del grupo los Masis, el único que entendía algo de alemán, era Roberto Sahonero, pero no lo bastante como para comunicarse afluentemente con los ciudadanos de aquellos confines. Por eso, fuimos víctimas de un lamentable equívoco que voy a relatar ahora.

A la salida de Munich rumbo a Berlín, nuestros balbuceos de alemán, y nuestros esfuerzos por entender las orientaciones de los policías de tránsito, dieron curso a un error terrible, pues, la ruta tomada por nosotros no era la esperada, pero felices, y creyendo haber entendido todo, nos fuimos carretera al frente rumbo a la ciudad que nos estaba aguardando.

En medio del camino ya sentimos algo diferente, el asfalto no era de los mejores, y las autopistas se habían convertido en carreteras simples, en las que como único mensaje, aparecía de trecho en trecho, la palabra “Berlín”, con una flecha dibujada indicando la dirección que debiese tomar.

Fuimos sin preocupaciones mayores, pero el viaje estaba demorando de lo previsto, y comenzamos a preocuparnos. Sin embargo, los avisos de Berlín al frente nos devolvían a su vez la calma.

Page 123: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

123

Al fin, vimos un puesto parecido a los de peaje, y allí nos pidieron documentos. Algunos metros más al frente, de nuevo, nos obligaron a mostrar nuestros pasaportes. Finalmente después de una tercera revisión entramos en Berlín, una ciudad mucho menos luminosa que Munich. Cansados por el demorado viaje, decidimos ingresar a un restaurante a comer y beber algo antes de partir en busca del teatro.

Comimos por vivos y muertos, y bebimos refrescos como si estuviéramos perdidos en el Sahara, pero cuando fuimos a pagar la cuenta, nos sorprendieron con la noticia de que ese dinero era de la otra Alemania, pues, nos encontrábamos en la Oriental.

Fue un tremendo susto, que sólo acabó, cuando sentimos los esfuerzos que los lugareños hacían para calmarnos. Gente muy simpática que parecía divertirse realmente de la forma más simple. El propietario del local nos preguntó si teníamos alguna moneda boliviana, y yo para nuestra suerte, tenía una de pocos centavos que mató la curiosidad del susodicho señor, quién nos ofreció gentilmente cambiarlo por la comida y bebida que habíamos consumido.

Fue una experiencia muy diferente la que sentimos aquel día, pues la situación no era de las más tranquilizadoras, a pesar de la calidad de seres humanos que habíamos conocido allí.

Ahora venía el problema más serio, y era nada más ni nada menos que encontrar una forma de salir rápido de allí, puesto que algunas cuadras más al frente, es decir, al otro lado de la muralla, nos estaba esperando un concierto con las entradas totalmente agotadas.

Fuimos hasta la frontera, y allí nos pararon ásperamente sin entendernos nada de nada. Revisaron algunos de nuestros equipajes y nos exigieron documentos. En ese momento, nos acordamos lo que había debajo las maletas y un frío nos subió por la espina debido al susto que estábamos experimentando.

Page 124: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

124

A iniciativa de Roberto y en una decisión iluminada, tomamos los instrumentos y comenzamos a tocar y cantar, distrayendo así a todos los policiales. Sonrientes por la curiosidad, cambiaron su rudo comportamiento por el de mayor amabilidad, en repuesta a nuestros esfuerzos por contarles nuestro lamentable equívoco con relación a las carreteras, y nuestra preocupación por la hora del show que teníamos que realizar. Luego de intercambiar frases inteligibles entre ellos, accedieron y nos dejaron pasar. La alegría duró algunos minutos, hasta el otro puesto de inmigración, en el cuál, también nos hicimos entender entonando viejas canciones incaicas. Luego en la tercera parada, ya éramos expertos y pasamos también tocando.

Llegamos pocos minutos antes del show, en el que los organizadores habían estado virtualmente comiéndose las uñas de nervios, pero todo salió bien, como dice el vulgo: “a pedir de boca”, y como muchas otras, fue una noche inolvidable.

Ya en nuestro hospedaje, vinieron los destinatarios de los panfletos, y nos agradecieron por colaborar con su causa.

Hasta el día de hoy, conservo el pasaporte con los seis sellos de las cabinas de inmigración de la llamada “cortina de hierro”, pues, aunque hoy no existe más aquella separación inventada por los hombres, esos sellos constituyen para mí, parte de la historia de mi vida y de mis andanzas.

Nota: esta historia fue escrita en 1993

Page 125: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

125

Hotel Anker, Rorschach-Suiza, 6 De Enero De 1977.

GALLITOS DE PELEA

No existen familias perfectas. Siempre aparecen pequeñas querellas que a veces ponen en riesgo la paz y la armonía entre sus miembros, mismo que se trate de grupos humanos con el mismo nivel económico, grado cultural semejante, con el mismo apellido y la misma sangre.

Pero sin duda alguna, es mucho más difícil conseguir una convivencia pacífica y sin problemas en grupos compuestos por personas de los más diversos estratos sociales y culturales, que si bien tienen intereses comunes, no son bastantes para alcanzar un total equilibrio, tal el caso de los grupos musicales, que viven compartiendo en sus viajes los mismos hoteles, las mismas comidas y hasta a veces los mismos micrófonos en los mismos palcos. Acredite quién no es cantor, es muy difícil.

El caso que voy a contar es típico de ese tipo de grupos, y esta vez mi persona participó en él.

Cuando nos encontramos lejos de nuestra tierra natal, a veces las nostalgias nos llevan a un rincón del cuarto a llorar sin consuelo y vemos todo lo que se encuentra a nuestro alrededor de color negro. No logramos entender a nuestros colegas amigos cantores, quienes seguramente también se encuentran igual, y ahí relucen las diferencias de gustos y tendencias que son naturales en cualquier artista, y como resultado, se generan situaciones que necesitan ayudar a descargar las tensiones.

Fue en uno de esos momentos que se sucedió esta historia.

Page 126: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

126

Nos encontrábamos compartiendo el mismo cuarto de hotel, Tito Tapia y yo.

Todo comenzó, cuando vimos que una de las camas del cuarto tenía una linda vista al lago, la otra, quedaba en un rincón sin ningún atractivo. Tenté llegar a un acuerdo para sortearla, pero mi colega de trabajo quiso imponer su voluntad de ocupar ese lugar, y el ánimo rápidamente se calentó.

Discutimos al punto de levantar las manos y el único acuerdo al que llegamos, fue a no despertar a los otros componentes del grupo. Así comenzó nuestra “batalla campal” con vestigios de “una infancia perdida” con mordiscos, pellizcos y jalones de cabellos, siempre haciendo lo posible por mantener silencio. Pasaba el tiempo y la lucha no paraba, sólo breves lapsos de descanso, luego de nuevo al combate por la supremacía del lugar.

Adormecimos presionados por el cansancio. No recuerdo bien el momento en el que acabó desagradable combate, pero se impuso una realidad que ninguno de nosotros hubiera gustado: Acabamos los dos durmiendo en la misma cama con toda la incomodidad a la que lleva un catre de soltero para dos cuerpos cansados. Hacia frío, motivo por el que compartíamos también la misma frazada.

Pasó la noche.

Al amanecer, cuando desperté, encontré a mi colega de pie esperando para convidarme con una sonrisa a tomar desayuno, el cuál insistió para pagarlo. Yo acepté con un cariñoso apretón de manos.

Page 127: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

127

UNIVERSIDAD

INTERAMERICANA

“INTEM”

Page 128: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

128

Page 129: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

129

Sede Del Instituto Interamericano de Educación Musical, 1981

UN SOFOCO Me encontraba gozando de una beca de estudios otorgada por la O.E.A. Nuestro centro de entrenamiento de la calle Agustinas en pleno centro de la ciudad de Santiago de Chile, se vestía de gala al recibir becarios de 12 países, todos ellos, profesores especializados en educación musical.

Nunca antes, el seno de esa institución, había tenido un año tan homogéneo con relación a la formación musical de sus estudiantes, pues, estaban personalidades como: La directora del coro infantil de la Ópera de Bogotá, el director del coro polifónico de Caracas, un profesor peruano considerado en su país como un tesoro nacional, una experta en musicoterapia argentina, etc. Nuestro país era el único a tener 3 becarios, Javier, Loayza, Silvia Pozo y yo, porque cada una las demás naciones, solo tenían uno.

Como creo sea de esperar, algunos elementos del currículo de estudios estaban muy fáciles para el nivel general del grupo, tanto así, que en la primera aula en la que supuestamente iríamos a comenzar nuestro programa de solfeo, la profesora vio el mundo desmoronarse encima su cabeza, pues, el programa de todo el semestre, fue cantado sin interrupción hasta el final en pocos minutos.

Lo propio ocurrió con la profesora de folklore. Ella, considerada una eminencia en la facultad de artes de aquella ciudad, tuvo que dejar en nuestras manos, el resto del programa de estudios. Así, fue más enriquecedor, porque cada becario hablaba de su país con los conceptos que había recibido en su propia experiencia profesional.

Page 130: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

130

Habían también, otros profesores que nos dejaban boquiabiertos con su magnífica erudición, los cuales, gozaban de nuestros respetos y consideración, tal el caso de Blas Emilio Atheortúa, quien ostenta actualmente de un prestigio internacional como compositor.

Fue un día en que nos cansamos de repetir cosas que ya sabíamos, que decidimos hacer una carta a la dirección de la carrera, pidiendo algunos cambios que considerábamos primordiales a nuestra formación. Paralela a esa carta, iba una copia a la dirección de becas de la OEA que tiene su base en Washington D.C.,

Al día siguiente, la directora alarmada, nos llamó a una reunión urgente, pues, decía no poder tolerar tal supuesta insensatez e insubordinación. Nosotros, explicamos nuestras razones, las cuales dijo, no serían aceptas en hipótesis alguna.

Aquélla época, Chile estaba gobernada por el dictador Augusto Pinochet, y su aparato de seguridad era tal, que hasta cada uno de nosotros tenía un espía siguiendo nuestros pasos. Ello, habíamos descubierto y comprobado a través de uno de los profesores, quien nos hizo caer en cuenta luego de un poco de observación por parte nuestra. Cada becario, tenía una persona que siempre estaba cerca, sea en la Universidad, en nuestras casas, en el restaurante donde almorzábamos etc.

Otra razón para sospechar aquello, era el arribo de nuestras cartas. Ellas llegaban abiertas, con un corte casi invisible en un lado del sobre, que a pesar de estar finamente colado, era evidente que había sido violado.

Pero volviendo al tema del oficio entregado a la directora del Instituto, y en vista que en su parte inferior rezaba: “con copia a la dirección de becas de la O.E.A.”, ella nos dijo que no creía que esa copia hubiese sido mandada a Washington. (Algún tiempo después percibimos que esa duda tenía una razón para

Page 131: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

131

tanta certeza, porque alguien nos dijo que habían intentado interceptarla en el correo).

Ellos no contaban, que sabiendo nosotros de nuestra situación, habíamos mandado esa copia un día antes con dirección a mi hermano que vive en Cochabamba, para que él, franquease el sobre con destino a la sede de la O.E.A.

Fue un triunfo, porque algún tiempo después, llegó el encargado del sector de becas para conversar con nosotros. Y a pesar de la Universidad hacer todo lo posible por evitar nuestro contacto de esa autoridad, logramos encontrarlo en su hotel en un momento de descanso, y él, fue muy abierto a nuestras ideas y nos prometió hacer lo posible para favorecernos.

Unos días después, la directora nos llamó, y nos anunció los cambios en el currículum. Habían accedido a nuestra sugestión.

El director de becas, Lic. Efraín Paeski, nos pidió hacer el informe acostumbrado de fin de curso, con toda sinceridad, anotando los errores y los aciertos que nosotros hallábamos en el Instituto. Nos dijo que infelizmente, todos los años los estudiantes hacían informes que beneficiaban al INTEM solo para agradar a sus profesores, y él, no podía hacer nada por mejorar, en razón del contenido de los mismos.

Cómo serían nuestros informes, que tuvieron el efecto de una bomba, porque un año después, nos avisaron que no hubo el curso acostumbrado, pues seguramente, estaban reformando programas o cuestionándose sobre la idea de un nuevo INTEM (Instituto Interamericano de Educación Musical).

Bolivia, pertenece a la O.E.A., y como tal, aporta cada año con un montón de dinero para la institución. Siendo así, ellos tienen la obligación de velar por sus becarios, y no es ningún favor que les hacen cuando pagan sus estudios, solamente, cumplen su deber.

Page 132: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

132

Cerca De La Estación “Los Héroes”, Santiago De Chile, 1981.

FLAGRANTE INESPERADO

Estaba corriendo el año de 1981, cuando un día, después de la media noche, un violento sismo sacudió la ciudad de Santiago de Chile y sus alrededores.

Pero no es del sismo del que quiero hablar, pues las tristezas y e rastro de muerte que él provocó, no vale la pena recordarlos.

Aquélla noche, nuestro buen compañero Venezolano, minutos antes de desencadenarse el más violento sismo de los últimos años, había estado hablando por teléfono desde Santiago, con su joven esposa que se encontraba en Caracas. En medio de su conversación, el pavoroso temblor había cortado el suministro de energía eléctrica en toda la ciudad, provocando con ello, un inesperado corte en la comunicación.

Antes de suceder aquel corte sin embargo, nuestro protagonista había alcanzado a gritar “Socorro, terremoto!!”

Sea dicho que éste colega tenía un especial talento de conquistador y de romántico, y aquélla noche, se encontraba con una muchacha chilena que estaba pasando unos días con él.

En las primeras horas de la mañana, alguien interrumpió su sueño tocando su puerta. Cuando fue a abrir, todavía somnoliento, le esperaba una sorpresa que lo dejaría con los pelos en pié por el susto y con su pijama en los talones. Era su esposa, que había tomado el primer vuelo que encontró con dirección a Santiago, pensando lo peor. Habían pasado por su mente, escenas macabras de un marido muerto, o sin brazos, o paralítico. Su imaginación al oír la palabra terremoto y saber

Page 133: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

133

inmediatamente en el plantón de la radio de lo ocurrido, había llevado ésta moza a viajar en el acto con dirección a su marido al cual ya lo imaginaba sacándolo debajo de los escombros con un tractor.

Cualquier persona sensata imagina la escena que se sucedió cuando la esposa encontró aquella joven bonita en la cama de su marido.

Esta señora, luego de esforzadas explicaciones por parte de nuestro bien humorado colega, lo había perdonado y regresado a Caracas antes de que acabe la semana, y con ello, la calma había vuelto a reinar en aquel recinto.

Pasaron unos cuatro meses.

Una mañana, nuestro dilecto “don Juan”, llegó al Instituto brillando de felicidad, y nos dio la noticia de que iba a ser padre.

Pero la sonrisa se le congeló, al contarnos “ralentando” que su esposa... estaba.... embarazada..... de dos...... meses.

Todos nos miramos tratando de disimular, hasta que él cayó en cuenta del tiempo que no había visto a su esposa.

No sé si fue una dulce venganza, o una tragedia para su casamiento, pero nunca más se habló del asunto hasta acabar los estudios en aquella casa superior.

Page 134: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

134

Page 135: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

135

EN FAMILIA

Page 136: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

136

Mayorazgo, Cochabamba. 1994

RESURRECCIÓN Llovía sin parar, y las horas oscuras de la noche parecían no pasar nunca, el verano había decidido descargar sus nubes en una lloradera sin final que hacía de la noche un escenario tenebroso.

Al amanecer, algo me hizo despertar. Eran los gritos de mi madre llamando a mi hermano Eduardo para ayudarla, pues sus animalitos de estimación (patos con pocos días de vida), se habían entrado accidentalmente a un cajón durante la noche, seguramente huyendo asustados de los truenos y rayos.

Como es de imaginar, el cajón que quedaba en el patio estaba lleno de agua, y los patos parecían estar muertos.

Así, llorosa de pena y ya con toda la familia despierta, decidió intentar reanimar a los animalitos calentándolos cerca del fuego de la cocina.

Uno a uno empezaron a volver en sí y a recuperarse lentamente abrigados por los trapos calientes que mi mamá había preparado en una caja de cartón colocado en un rincón del baño.

Pero uno de ellos no recuperaba de manera ninguna, estaba aparentemente muerto.

Nosotros sabíamos de eso y tentábamos convencerla, pero su corazón de madre hablaba más fuerte y decidió no desistir. Así, lo calentaba cada vez más cerca del fuego y el pato no volvía en sí, hasta el punto que comenzó a sentirse el olor de sus plumas quemadas, pero el patito no despertaba.

Page 137: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

137

Algunos minutos después, sorprendentemente el animalito comenzó a dar leves señales de vida que animó a mi madre para continuar calentándolo, pero algunas plumas ya estaban chamuscadas.

Reservando un lugar especial en el “cajón hospital”, ella lo depositó con todo cariño con la firme esperanza de que sobreviviera. Y pasaron las horas esperando el milagro.

Uno a uno los otros patos salieron del cajón buscando comida y el quemadito se quedó casi inerte dentro del trapo que lo cubría.

Algún tiempo después, escuchamos un tímido “cuac” que provenía del baño. Mi madre y nosotros nos miramos las caras con el recelo de estar escuchando las voces de nuestros deseos, pero al primer “cuac” le siguieron otros “cuacs” cada vez más fuertes hasta que corrimos al baño para ver lo que ya estábamos esperando, el pato muerto, vivito y coleando feliz de la vida.

Mi hermano Eduardo siempre tuvo una enorme vocación de amor por la naturaleza, y fue él, que a partir de aquél momento, lo bautizó con el nombre de “Lázaro”, razón animal que acompañó por un buen tiempo a nuestra familia.

A partir de aquel día, su plumaje que antaño fuera blanco, pasó a tener unos hermosos jaspes marrones y plomos, y no soy el único a pensar que se deba al calor del fuego de la cocina.

Page 138: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

138

Nuestro Caserón De La Calle Ecuador, Cochabamba. C. 1965.

VUELO FORZADO No sé la edad en que mi humanidad atravesaba su curso, seguramente estaba todavía en la escuela primaria, lo imagino así, porque mi hermana Norma también no pasaba de la adolescencia, de lo contrario, no creo que ella se hubiera animado realizar las hazañas que de la forma tan arriesgada como la que voy a contar.

Ella y mi hermano Jorge, eran los más próximos a mí, quizás porque no había mucha distancia en nuestra faja etaria. Vilma, una hermanita por adopción, a la que siempre le dimos todo nuestro amor, mismo, porque se trataba de una sobrina que llevaba nuestra sangre, estaba sufriendo las consecuencias de una mudanza radical en su tierna existencia, pues, por tristes azares del destino, su madre no podía más hacerse cargo de su pequeña vida y había pedido a la mía que lo hiciera por ella.

Era tan pequeñina, que mi madre con el corazón de oro que tenía, no dudó ni por un instante, y la niña ya estaba en medio de nosotros tratando de entender lo que estaba pasando. A partir del momento que su piececito puso el primer paso dentro de nuestra casa, ella ya era nuestra hermanita y no paró más de llamar a nuestros padres de “mamá” y “papá”.

Nuestra atención estaba volcada a intentar satisfacer sus necesidades, principalmente, con relación a la falta que naturalmente hace una madre los primeros días de ausencia, y por eso, hacíamos lo que podíamos jugando con ella todos los juegos infantiles que pasaban por nuestra cabeza.

Page 139: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

139

El hecho que motivó estas líneas, no pasa de una simple travesura de niños, pero que queda en nuestra memoria por la singularidad de la misma.

Nuestra familia atravesaba un momento que no era de los mejores, pues la crisis del país estaba atingiéndola de forma indolente, y la casa en la que vivíamos, era un viejo caserón de inicios de siglo en el que compartíamos todos los hermanos una habitación enorme en el segundo piso con varias camas, (por lo menos 4). En una de ellas, yo sabía esconderme del castigo de mis papás entrándome debajo del colchón, porque la curvatura de los resortes, le daba al catre una forma de canoa, y con mi cuerpo debajo del colchón, bien acomodado encima de los resortes, aquella curvatura simplemente desaparecía, y el colchón quedaba plano sin dar indicios de que alguien estaba en el medio como un sándwich.

Una cierta época, en los primeros meses de la estadía de Vilmita en casa, mi hermana Norma y yo inventábamos maneras de jugar sin juguetes, y una de las que más nos gustaba, era de hacer de Vilma una astronauta volando por el espacio. Yo la aseguraba de un brazo y una pierna, y Norma del otro lado, y luego de balancearla buscando impulso, la lanzábamos por los aires para luego hacerla aterrizar en la cama. Cada vez más alto, tanto así, que cierto perdimos el cálculo de nuestra fuerza, y fue tal el impulso, que la estrellamos contra el techo, marcándole el rostro con la pintura que tenía el viejo tumbado hecho a la antigua con tela. Ya me imagino lo que hubiera sido de esa cara, si el techo fuese de cemento.

Los aterrizajes eran cada vez más peligrosos, pues el alto techo casi colonial, nos proporcionaba dificultad para calcular nuestra puntería hacia la cama, por eso, un día santo, la diversión acabó cuando por un milésimo de error en nuestros cálculos aerodinámicos, ella aterrizó simplemente sobre los ladrillos del suelo.

Page 140: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

140

Cala Cala, Cochabamba. C. 1961

UN ZAPATO Como toda familia rica en historias y aventuras, pasamos en la nuestra, momentos de abundancia y de pobreza. Y en uno de estos últimos se desarrolla esta historia.

Vivíamos en la calle San Martín esquina Calama de la ciudad de Cochabamba, y nuestro padre se encontraba sin trabajo. Habíamos llegado a esta ciudad con motivos de emergencia, dejando atrás nuestra historia familiar en la ciudad de Oruro. Corrían los años de 1961 y yo contaba con la tierna edad de 6 años.

Las únicas diversiones a las que teníamos acceso eran las que gozaban de carácter gratuito, pero aquello parecía no importarnos, porque la nueva ciudad nos ofrecía un montón de lugares para pasear y visitar, y así, nuestro papá nos estimulaba para disfrutar a fondo de aquellas aventuras.

Cierto Domingo, mis hermanas Gladyz y Norma habían decidido ir a Cala Cala, barrio donde había un parque infantil con columpios, toboganes, subibajas y otros juguetes, y aquello, era más dulce que la miel para mí, por lo que después de algunos berrinches, las obligué a cargar conmigo.

Aquel parque también tenía una piscina rasa para todos los niños, y un pequeño vestuario donde se colgaban las ropas pero sin ninguna seguridad, había que estar con los ojos abiertos y de antenitas ligadas para no ser robados.

Pasó la tarde, y ya al ocultarse el sol, decidimos volver a nuestra casa, pero nos esperaba una ingrata sorpresa, pues, tanto cuidar

Page 141: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

141

nuestra ropa que estaba colgada, habíamos descuidado de los zapatos. En fin, Norma perdió los únicos zapatos decentes que tenía.

El cielo cayó encima de nosotros como la noche oscura, y Norma comenzó a llorar, seguida de Gladyz, la cual, me hizo llorar también a mí. Nuestras lágrimas parecían en el suelo, otra piscina paralela y no había nadie para consolarnos.

De regreso a nuestra casa había que caminar decenas de cuadras, y Gladyz de buena gente, decidió prestarle un zapato para compartir las desventuras de Norma, y así, fuimos a camino de casa, dejando nuestra imaginación volar tratando de inventar una disculpa para salvarnos de la paliza que nos esperaba.

El plan contaba con la participación de los tres, yo entraría despacito hasta donde se encontraba mi mamá para decirle que tenía hambre, y mientras ella iba a la cocina para darme algo de comer, Gladyz entraría rápidamente y sacaría del ropero el único par de zapatos que quedaba de Norma, 2 números más pequeño que el tamaño de su pié. Así lo hicimos.

Es claro que a los dos minutos mi madre descubrió todo, y Gladys ganó una paliza por no cuidar de Norma. Norma también ganó otra paliza por no cuidar sus zapatos y cuando me tocó a mí, yo ya estaba bajo la cama escondido bien calladito.

Luego, luego, supimos el porqué de la rápida descubierta, pues en aquella época, la moda con relación a los zapatos, era que ellos debían tener una punta llamada aguja o cualquier cosa por el estilo, y los zapatos perdidos eran así, mas, los zapatos guardados en el ropero, tenían la punta ancha y cuadrada estilo pico de pato.

Page 142: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

142

Pródiga Tierra Cochabambina. C. 1963

LACAYOTES Mi madre decía ser una bendición de Dios, pues la abundancia de lacayotes en el jardín de nuestra casa excedía toda previsión, por ello, todas las visitas que por cualquier motivo se acercaban a nuestro hogar, salían con su enorme lacayote bajo el brazo.

Hoy, después de tantos años, veo con clareza lo equivocados que mis padres estaban al ignorar esa oportunidad de hacer negocios con la producción, que si bien no estaba planeada, daba por montones, quizás por la característica del suelo, o por el amor que mi madre ponía a cada retoño. Pero su noble ingenuidad, sólo les hacía pensar en que Dios es grande y que debían compartir esa dádiva.

Ahora, tratándose de nosotros, los hijos, ya no aguantábamos más ese alimento, porque con tanta producción, nuestra mesa en las mañanas contaba con una botella de dulce de lacayote para endulzar el pan, al medio día, una deliciosa sopita de lacayote, en la hora del té, nuevamente la botellita, y en la cena, unos pastelitos de lacayote. Cuando llegaba la noche, una pesadillita con lacayotes gigantes aplastándonos.

Un buen día, mi padre descubrió una extraña forma de acabar con los pequeños lacayotes antes de que ellos alcanzaren el tamaño comible, era muy simple porque no dejaba rastro ni sospecha. En la noche íbamos hasta el jardín y con nuestro dedo indicador de la mano derecha, desde la distancia, señalábamos el pequeño fruto en formación. Por coincidencia o por ciencia oculta, ellos marchitaban al día siguiente. Experimentamos en decenas de retoños y siempre ellos se

Page 143: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

143

secaban. Creímos que habíamos logrado una forma de disminuir en nuestro menú esa apreciada cucurbitácea, pero sólo fue hasta que un día descubrimos que por cada fruto seco, otros dos nacían, si matábamos 5 en una noche, al día siguiente aparecían 10, y así, por motivos de fuerza mayor, desistimos de aquella loca idea, y el famoso lacayote nos alimentó por más algún tiempo, arrastrándose por todo el suelo del jardín y dando decenas o centenas de frutos.

Mis papás siempre tuvieron buena mano para cuidar de plantas alimenticias, así por ejemplo, un tiempo tuvimos una variedad de achojchas gigantes que llegaban a atingir el tamaño de un plato, eran casi redondas y de un sabor indescriptiblemente delicioso. Es claro que después de algunas decenas de almuerzos, también llegaron a empalagarnos.

Pasados 30 años, hoy añoro el sabor de aquellas suculentas sopas, y se me hace agua la boca de sólo pensar en el enorme lacayote de 50 centímetros de largura, con su agujerito cuadrado hecho con maestría por la mano de mi hermana Gladys, asándose en el brasa viva de los restos de la fogata que hacíamos para San Juan. Era un agujerito de aproximadamente 5 centímetros, por el que le ponían el azúcar para que con la temperatura se hiciera melaza, que en contacto con la pulpa interna del fruto, acababan convirtiéndose en un manjar retostado de un sabor que en mi vida de aventurero nunca volví a experimentar.

Page 144: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

144

Seno De La Familia. 195... .

EN PENUMBRAS Mi memoria no llega esclarecida hasta aquella época, porque seguramente yo era muy pequeño, pero esas difusas imágenes apoyadas por los relatos de mi madre me dan pie firme para contar esta historia.

Era una noche sin luna en la que toda la familia se encontraba sentada en torno de la mesa del comedor. No faltaba el bullicio de los niños que con sus tenedores transformaban el mueble en un enorme instrumento de percusión, esperando sea servido su plato de alimento.

Cuando uno es niño, la hora del almuerzo o de la cena, se convierte en el periodo más esperado del día, pues entre las más placenteras actividades, se encuentra precisamente la de comer. Por eso, mis hermanos y yo nos encontrábamos batiendo nuestros dientes a la espera de nuestro manjar.

El menú de aquella noche, contaba con un suculento pollo, que despresado, había ido a parar en partes a todos nuestros platos, el resto, era sólo el acompañamiento, un poco de arroz, unas patatas y quizás alguna ensalada.

Cuando íbamos a comenzar, ya con los platos llenos en la mesa, un apagón de luz interrumpió nuestras intenciones postergándolas por algunos minutos hasta que los focos volviesen a iluminar la habitación.

La conversación se hizo abundante en las penumbras, pues era mejor no arriesgar a perder la presa más apreciada por querer comer en la oscuridad, risas y voces cavernosas colmaron los

Page 145: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

145

momentos previos al retorno de la energía eléctrica, quien acabó volviéndonos a la realidad.

Cuando comenzamos a servirnos, todos extrañamos algo, pues nuestra cena estaba muy pobre y no sabíamos porque, pero continuamos adelante por algunos minutos hasta que en cierto momento como enseñados y al mismo tiempo, todos dirigimos la vista al plato de mi hermana Charo.

Descubrimos que la muy pícara, aprovechando de la negritud de la noche, había tomado, no sabemos como, pose de todas las presas de carne, y su plato mostraba una torre interminable de ese delicioso elemento.

Ingenuidad suya, pues ella pensó que no íbamos a notar su travesura, aunque confieso que casi lo logra.

Mi madre luego de darle una bronca por su osadía, devolvió a cada plato su presa correspondiente, porque además, Charito en función de su silueta, no iría a comer tanto. Todo, no pasaba de una broma de humor negro.

Page 146: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

146

Guardapolvos Blancos De La Cochabamba De Los Años 60

UN TIO IMPREVISIBLE Esta historia tiene como protagonista un pariente mío al que siempre lo imaginé un hombre de temperamento serio y de carácter severo, pero de quien descubrí que ocultaba de todos nosotros una fase de su carácter de alegría y jovialidad. Así lo demostró un buen día de Enero en el que se le ocurrió divertirse por las calles de Cochabamba, ciudad en la que se encontraba de vacaciones.

Luis Torrelio, o “Lucho”, como se le llamaba, había salido a caminar un poco por la calles cochabambinas, comenzando por la Ecuador. Cuentan los que presenciaron el desarrollo de los acontecimientos, que en medio de su paseo y de repente, se había detenido a observar una fila de padres que estaban intentando para sus hijas una matrícula en el liceo de señoritas “Bolivia”. Éstos señores padres de familia ya se encontraban inquietos por la demora de la fila y por el cansancio, además de ser un día muy caliente para los padrones cochabambinos.

No tardó a producirse una manifestación de protesta en la fila, hablando en voz alta y reclamando el porqué de tanta espera. Pero la respuesta era sólo un prolongado silencio.

Lucho sin tener nada para hacer y con el único motivo de divertirse, había entrado en la fila imaginándose ser más un papá furibundo por el mal trato que les dispensan, y había comenzado a comentar con las demás personas que no estaba dispuesto a aceptar tanta injusticia. Rápidamente y sin pensarlo, se había convertido en el líder de la rebelión conduciendo así los airados protestos.

Page 147: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

147

Algún tiempo después, una amarga señorita había salido para informar que las inscripciones estaban agotadas y que no habría más posibilidades de que sus hijas pudiesen estudiar allí.

La ira había tomado cuenta de la fila y Lucho, levantando su voz de repudio, comenzara su discurso de rechazo al mal trato del cual eran víctimas. Los ánimos se habían calentado en toda la fila, no solo por las madres y padres presentes sino por los estudiantes que salían del colegio masculino del frente.

La gente habíase remolinado en torno de su persona y a partir de su sugestión, habían decidido ir hasta la Jefatura de Distrito Escolar para hacer una bulliciosa manifestación, teniendo a la cabeza, mi tío ya preocupado por las dimensiones que había tomado ese momento de broma, pero sin dejar trasparecer la diversión. En algún instante de descuido, el tío había salido del montón de personas, agachado para no ser identificado, andando cabizbajo en dirección contraria del montón de gente, hasta alejarse definitivamente de la aglomeración revolucionaria.

A los pocos minutos, ya de llegada a la casa, no podía reprimir la carcajada por haber sido tan eficiente en su diversión. Nosotros al principio no entendíamos lo que estaba pasando, en vista de la imagen que teníamos de él, de un hombre serio, responsable, sacrificado y tímido, pero después, al saber de sus aventuras, lo acompañamos en sus sonoras risas con un coro de carcajadas.

Page 148: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

148

Oruro, Capital Del Folklore. C. 1959

AMIGOS En el silencio de la tarde orureña, el eco de los pasos se dejaba escuchar en las paredes de aquella calle, Una brisa helada se dejaba sentir en las orejas de todos los ciudadanos que ayudaban a combatirlo con sus chalinas y sombreros.

De pronto, en la soledad de aquel rincón colonial, se escuchaba una voz gritando en la puerta de mi casa. ¡Cooocooo...!.

Uno a uno se iban juntando desde los alrededores, los amigos adolescentes que sentados en el pretil del portón, esperaban mi hermano Jorge salir (Coco era su nombre de batalla). Una muchachada que sólo pensaba en vivir aquellos momentos con gran intensidad, y nada más.

Mi hermano era muy apreciado por sus amigos compañeros de aventuras, y cada día al atardecer, aquel ¡Cooocooo...!, Llenaba de alegría, gritos, carcajadas y hasta pequeñas querellas la calzada, los cuales, formaban parte del tímido y solitario paisaje. Los vecinos ya conocían aquel coro manifiesto que más parecía un canto desafinado que un grito de guerra.

Una tarde atrás de la otra, éste cariñoso amigo de apodo “Pachuco”, llegaba hasta el frente del caserón, inflaba sus pulmones con el frío aire y nuevamente dejaba salir lo más fuerte posible el nombre de batalla de mi hermano. En Oruro, pequeña ciudad de fuertes tradiciones, ese grito desafinado, parecía un canto de ángeles.

Pasó el tiempo, y mi insatisfecha infancia no llegó a comprender porque nos encontrábamos en el tren rumbo a

Page 149: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

149

Cochabamba, alejándonos de nuestros amigos, teniendo como destino un mundo desconocido y dejando atrás esos seres queridos, que nostálgicos, tampoco comprendían el porqué los estábamos abandonando.

Los años se arrastraron.

Algún tiempo después, nos contaron que aquel grito de guerra, continuaba resonando en las frías puestas del sol orureño. Pachuco, solitario, sentado en la misma puerta que un día habría disfrutado tanto, levantaba su indignación a la vida por haberle arrancado de su pecho a su mejor amigo, y todas las tardes con un nudo en la garganta, alzaba su voz al vacío ¡Cooocooo...!. Pero las nostalgias ya no dejaban más trasparecer aquel grito de victoria. Aquel antaño canto de ángel, sonaba como un lamento doloroso por la ausencia del amigo.

“…COOOCOOOOOOOOOOooo...!!!

Page 150: Una vida lejo s del vida lejos del aburrimiento.pdf · El autor de este libro nació en la ciudad de Oruro en el año 1954. Las ... ignorando el curioso mirar de dos viejitas que

150

Sumário de crónicas que cuentan

pasajes de la vida del autor en el

periodo de tiempo que comprende

desde su infancia hasta 1985, año

en que emigró al Brasil, donde vive

hasta hoy.