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UNCION DAVIDICA
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Escrito por el Dr: Rony Cháves. Unción Davídica
Legado Apostólico Edición No. 11. “Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de éstas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandecientes de la mañana.” Apocalipsis 22:16. Dios hizo una promesa a David: “Te hago saber, además, que El Señor te edificará casa. Y cuando tus días sean cumplidos para irte con tus padres, levantaré descendencia después de ti, a uno de entre tus hijos, y afirmaré tu reino. El me edificará casa, y yo confirmaré tu trono eternamente.” 1 Crónicas 17:10b, 11,12. En esta promesa, el Señor alude a Salomón y a Cristo. Salomón seria el hijo que edificaría la Casa de Dios y Jesús, el Mesías con quien el trono de Dios se afirmaría para siempre. Jesús es el descendiente de David que garantiza la eternidad del reino. Amén. Cuando Mateo el evangelista escribe su versión del Evangelio, nos presenta esencialmente la visión de Jesús el Rey de Reyes y el cumplimiento de la promesa y profecía dada a su padre ancestral David. Por eso inicia su libro presentando la genealogía de Jesús como descendiente de David y de la tribu de Judá. “Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham. Abraham engendró a…. Judá engendró a…Obed y Obed engendró a Isaí. Isaí engendró al rey David, y David engendró a Salomón… y Jacob engendró a José, marido de María, de la cual nació Jesús, llamado el Cristo.” Mateo 1:1, 3 a, 5b, 6 a, 16. Jesús, afirma el libro de Apocalipsis es la raíz de David, El es el linaje del Dulce Cantor de Israel. La raíz es la que trae la fuerza del árbol, la vida y el fruto. Jesús es la raíz de David; El s el causante de la vida profética y de adoración del salmista. Es Jesús quien produjo en David la pasión y la fuerza de su alabanza al Dios vivo. Todo el fruto que tuvo David, lo produjo por Jesús; todo su fruto profético vino de Él. Jesús genealógicamente para cumplir la Escritura vino de Abraham, de Judá y de David; pero siendo El, el Verbo hecho carne y siendo Eterno, es el verdadero linaje de David. Él fue quien determinó en David su fe y su posición para adorar al Padre Dios, Jehová de los ejércitos. La misma raíz, Cristo, produce en nosotros el mismo fruto que produjo en David, adoración celestial. Somos parte de Su linaje, descendiente de Él y vamos a producir el mismo fruto de adoración de alto nivel. Le daremos al Señor frutos de labios, música con diseño del cielo, no música cultural sino del Reino de los Cielos. Amén.
“Más vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios…” 1 Pedro 2:9. Arpas y copas “Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos s postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos; y cantaban un nuevo cántico,…” Apocalipsis 5:8, 9 a. En el capítulo 4 y 5 del Apocalipsis, el apóstol Juan tiene una revelación de lo que sucede en el Tercer Cielo; en el mundo espiritual del Reino de Dios. Allí contempló la adoración eterna al Padre a través de los seres vivientes y los ancianos quienes representan a los creyentes redimidos por Cristo en todas las épocas. En este glorioso episodio ante el Trono, Dios nos muestra un secreto del ministerio eterno: Adoración e Intercesión. La adoración está expresada a través de las Arpas en las manos de los cristianos y la intercesión a través de las Copas llenas de incienso, las cuales el mismo texto afirma que son símbolo de las oraciones de los santos. Arpas y Copas es la mixtura perfecta del Tabernáculo de David. Todo profético El Tabernáculo de David fue la estructura que expresó lo profético del Espíritu. Allí se dieron Adoración e Intercesión proféticas. Allí vino el consejo pro la voz profética. Esto nos introduce en lo que será la Iglesia de los últimos días con un ministerio de Arpas y Copas: Tendrá adoración, intercesión y consejo por dones del Espíritu. Los diáconos, ancianos y líderes fluirán profetizando. La iglesia tendrá una unción profética sorprendente; tendrá salmistas, pastores y músicos entrenados en profetizar igual que el pueblo. Amén. La generación Davídica del Tercer Milenio Antes del derramamiento del Espíritu Santo en forma universal apoteósica, Dios ha enviado a sus profetas para reedificar Su Tabernáculo. Como parte de esta restauración El levantará una Generación Profética que correrá con una unción con doble porción. Ellos recibirán la unción apostólica y la unción profética que marcará sus ministerios. No todos serán profetas, ni todos serán apóstoles, pero las dos unciones estarán manifiestas en sus llamados. Aleluya. La Generación del Tercer Milenio, tendrá la marca Davídica, esta es, arpas y copas; adoración e intercesión. Ellos serán diestros en la guerra espiritual profética. Ellos serán poderosos en la oración intercesora peor también sabrán tomar la autoridad del Lugar Santísimo a través de la adoración para la pelea. Arpas y Copas, señala a la generación de la doble porción; “los ambidiestros” de Dios. Amén.
“Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones.” Joel 2:28.