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Unidad 1 Confexfualiz aci6n del acfu ar moral 1.1.1 Nueva etica para el siglo XXI Bibliografia: Bilbao, Fu entes, Guibert (2002 ). Ingenieria y etica profesional. Paginas ( 1- 16 ).

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Unidad 1 Confexfualizaci6n del acfuar moral 1.1.1 Nueva etica para el siglo XXI

Bibliografia: Bilbao, Fuentes, Guibert (2002). Ingenieria y etica profesional. Paginas (1-16). Esparia .~ R.GM.

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1. UNA NUEVA ETICA PARA EL SIGLO XXI: CONVENIENCIA Y CONVICCION

En 1989 caia el muro de Berlin y con el un orden politico, social y econ6mico bipolar. Existia el capital y la mana de obra, el bu.-gues y el obrero, el mundo occidental y el mundo comunista concebidos en Yalta y alimentados obsesivamente desde entonces. Diez anos despues sale a la luz el truculento papel asignado al espionaje, en un mundo marcado por las fronteras ideol6gicas, la falta de transparencia, la confrontaci6n silenciosa. Una guerra asentada sobre el miedo del ser humane ante su propia capacidad de autodestrucci6n total.

Tan 5610 unos an os despues, hemos descubierto que esa capacidad destructiva no estaba ligada al poder de una fuerza antag6nica maligna sino al saito cualitativo de la tecnologia, que ponia en las manos del hombre posibilidades extraordinarias pero tambien riesgos desconocidos hasta entonces. Pasamos asi. casi sin damos cuenta, de la guerra fria a encontramos en medio de una gran revoluci6n tecnol6gica sin precedentes, que se desarrollaba a una velocidad vertiginosa tanto para 10 bueno como para 10 malo. La desaparici6n del encmigo, Icjos de simplificar las cosas, puso de manifiesto la necesidad de afrontar con prontitud la nueva situaci6n, desde sus val ores y problematicas propios, sin justificaciones ideol6gicas ni chivos expiatorios.

En efecto, nunca el hombre tuvo entre sus manos tanto poder para transformar su forma de vida. Protagonizada por el chip, descubrimos diariamente las posibilidades de dicha revoluci6n : un mundo abierto donde la informaci6n se transmite universalmente en tiempo real; una realidad econ6mica mundializada capaz de promover la dinamica integradora frente a la disuasiva; una aldea global que descubre perpleja que todos dependemos de las condiciones de un planeta que es nuestro (jnico hogar.

Sin embargo, percibimos con la misma rapidez que este saIto cualitativo tecnol6gico comporta tambien riesgos de una magnitud tambien desconocida hasta ahora. En consecuencia, la ruptura de fronteras no s610 tiene una lectura positiva, reabriendo parad6jicamente la cuesti6n de los limites: los que agudiza, por ejemplo, la mundializaci6n de la economia tanto en 10 referente a la explotaci6n de nuestro planeta como a las crecientes desigualdades econ6micas que resquebrajan cad a dia las fronteras politicas que tradicionalmente habian enmarcado a las poblaciones; los que reabren sociedades multirraciales, pluriculturales y ecumenicas, que indefectiblemente replantean el marco social y juridico que nuestras democracias precisan; final mente, el de la propia identidad personal del ser humano, reafirmado, no sin ciertos escalofrfos, por los nuevos descubrimientos en el campo de la ingenierfa genetica.

Dicha rcvoluci6n, por tanto, ha aumentado la complejidad e interdependencia de nuestras sociedades y cambiara, sin duda alguna, nuestra manera de comprender el mundo y de comprendernos a nosotros mismos. De las gran des seguridades ideol6gicas, alimentadas por la guerra frfa, hemos pasado a las grandes incertidumbres personales en la vida econ6mica, familiar, politica y rcligiosa. Este fragil contexto coincide con el momento de la Historia human a en el que mas nccesitados estamos de ponernos de comLln acuerdo sabre el alcance y las caracterfsticas de nuestra propia responsabilidad. La reciente cumbre de 10hannesburgo ha recordado al mundo entero que tambien se mundializan nuestros problemas (sobreexplotaci6n insostenible del planeta, nuevo apartheid ccon6mico, ... ), ante los cuMes tan s610 una respuesta comiin podra ser eficaz y durable.

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Este nuevo contexto, explica l.a convencida vuelta de la etica a la esfera publica durante eslOS ultimos anos. En efeclo, enclaustrada durante dos siglos en el espacio de 10 privado reaparece con fuerza en los institutos y universidades aSI como en los comites gubernamenlales de expcrtos. Nunca los discursos politicos se apoyaron tanto en ellenguaje moral. Nunca antes habfa sido objeto de tantas publicaciones. Y junto a todo ello, como prueba delinitiva, la etica vende. Su presencia puede percibirse tanto en el diseno organizativo de las empresas como en sus grandes campanas publicitarias, donde una imagen de honestidad parece atraer mas consumidores que mil promesas.

Este cambio centenario no puede ser casual. Quien mas q uien menos se ha percatado de que la transfomlaci6n ante la que nos encontramos ni es banal ni epis6dica. Pero mas alia del aspecto cuantitativo de su presencia quisieramos subrayar ante todo el aspecto cualitativo de que, por primera vez, la demanda etica nace desde el interior mismo de las ciencias. La etica no es una "marfa" poblada de afirmaciones romantic as para voluntaristas bienintencionados. Aparece hoy como una necesidad proporcional al riesgo que asumimos, como un indispensable ejercicio de responsabilidad ante el nuevo poder que detentamos. En consecuencia, el saito cualitativo de la tecnologfa es un factor clave para comprender por que nos sentimos necesitados de saber c6mo y hacia d6nde queremos ir, para des velar las nuevas caracteristicas de la rcflexi6n etica contemporanea. No es el unico efecto ni quiza el mas importante de la revoluci6n cibernetica, pero sin duda es el primero ala hora de justiticar el otrora quijolesco proyecto de realizar un manual de etica para ingenieros.

1. LA liTICA COMO NECESIDAD: LA CAiDA DEL MITO DE LA NEUTRALIDAD

Eticamente somos herederos de la Modernidad. Esta revoluci6n econ6mica, social, poJitica y filos6fica que se vivi6 a finales del siglo XVIII, constituye una referencia ineludible para comprender, con detalle, la huella que el pasado ha dejado en nuestras formas de actuar y en nuestras motivaciones. S610 confrontandose crfticamente con ella podemos imaginar una etica contemponinea inteligible a la par que abierta al futuro.

La Modernidad se bas6 en tres grandes pilares, recogidos en el esquema general de nuestro manual: la autonomfa del sujeto individual, la racionalidad econ6mica y eJ desarrollo cientffico­tecnico. Estos compartfan las siguientes caracteristicas que terminarfan recluyendo a la ctica en el campo de 10 meramente privado:

o Basada en la neutralidad de la tecnica y de la economfa, aparece como no pertinente cualquier valoraci6n exterior de la poJitica 0 de la elica.

6 Asentada en la idea optimista del progreso lineal, presentara a la eficac ia como el unico valor legftimo de toda deCisi6n.

EI saIto cualitativo de la tecnologfa en el que nos encontramos ha hecho crccer la sospecha de que dichos postulados son insostenibles. Las publicaciones aparecidas que, desde el interior mismo de las ciencias, exponen las novedosas problematicas ante las que se confrontan, son la mejor prueba de que nuestro poder tecnol6gico ya no es eticamente irrelevante en sus consecuencias. Pero no solamente los cientfficos mismos contestan esta neutralidad exculpatoria de responsabilidades. Los ensayos de Mururoa, las consecuencias mundiales de una crisis financiera 0 las primeras evidencias de que la cionaci6n humana es ya tecnol6gicamente posible mostraron que la opini6n publica comienza a pedir responsabilidades, al comprender que a veces la eficacia a cualquier precio resulta finalmente un negocio demasiado arriesgado. Que la ctica este de mod a no

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es el fruto de un deseo estetico sino de una necesidad, que tiene en el cualitativo incremento de nuestro poder a su principal causante. Escogeremos para justificar esta tesis central cuatro campos que con frecuencia lIenan las primeras planas de nuestros peri6dicos.

1.1. EI problema ecol6gico

LCmU es el denominador comun de fen6menos tan dispares como la escasez del agua, la destrucci6n de la capa de ozono, las emisiones masivas de di6xido de carbono, los accidentes nucleares, la quema 0 tala indiscriminada de nuestros bosques, la amenaza de desaparici6n de miles de especies vivientes? Una Naturaleza que da signos de agotamiento por la saturaci6n de procesos de explotaci6n y deterioro. Hasta el punto de que nuestra relaci6n clasica con ella se ha invertido, siendo la naturaleza la que se encuentra hoy amenazada en cuanto a sus gran des equilibrios, aquellos que han permitido al hombre subsistir y evolucionar.

En efecto, para el mundo clasico la Naturaleza era la Fuente de la vida, ad mirada 0 temida. Marco grandioso pensado como invulnerable, con frecuencia incluso hosti l, es divinizado en ocasiones por las diferentes culturas. La polis griega nace como espacio de la acci6n human a, de la tecne, del artificio y la invenci6n capaz de salvaguardar al ser humane de las amenazas que ella encerraba. Con la "polis" emerge tambien una idea mas benevola de la Naturaleza como maestra de la vida, la cual, desde la inmutabilidad de sus leyes, otorgarfa al ser humano, capaz de descubrirlas, las claves para comprender su propia ex istencia y la del mundo que Ie rodeaba.

Son muchas las posibilidades beneficas que la tecnologfa contemp0[ilnea pone en nuestras manos. Sin citar las que conciernen a la rehabilitaci6n y cui dado del medioambiente en que vivimos, nos quedaremos con el milagro cotidiano de que seamos ya seis mil doscientos millones de personas los que habitamos este planeta Tierra. Sin embargo, por primera vez en la hi storia, nuestro dominio sobre la naturaleza es de tal magnitud que es su propia pervivencia la que esta en peligro. S610 ante este riesgo hemos reaccionado ante 10 que con ello nos va en el envite. LQue criterios han de enmarcar nuestra futura relaci6n con la Naturaleza? LDeben continuar siendo estrictamente econ6micos? Las diferentes ciencias naturales son las primeras que han dado la voz de alarma. No es cuesti6n de plantear por ello un discurso catastrofista, sino de asumir la responsabilidad de utilizar nuestro poder tecnol6gico de forma que la condici6n misma de posibilidad de toda existencia humana, presente 0 futura, no se yea comprometida.

1.2. El problema de la vida humana

Nos enfrentamos a una nueva Frontera de la acci6n humana y sus limites. En los ultimos anos los avances tecnol6gicos han provocado un mayor control artificial tanto del cicio de la reproducci6n humana (en sus diferentes aspectos de la contracepci6n, la inseminaci6n 0 la fecundac i6n in vitro), como del control del sistema nervioso 0 de la manipulaci6n genetica. Las diferentes problematic as que dicho saito cualitativo de nuestro poder ha desvelado, han dado como resultado el nacimiento de un campo de reflexi6n interdisciplinario que denominamos bioetica.

Como sucedfa en el ambito planetario, existen grandes posibilidades que enriquecenin la duraci6n y calidad de nuestra vida. La tecnica hoy posibilita ya que esposos sin descendencia yean cumplido su gran sueno, y las ultimas investigaciones sobre el genoma humane han abierto nuevas expectativas para la prevenci6n 0 la cura medicas. Pero no todo son nuevos horizontes. Nuevamente aparecen riesgos tambicn desconocidos hasta ahora, ante los cuales y desde el interior mismo de las ciencias emerge la ex igencia de una responsabilidad que contradice el mito de la neutralidad etica sobre el que eli as mismas se construyeron.

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Los ultimos experimentos de cJonaciones animales han avivado una rellexi6n que, en definitiva, quiere establecer los limites de algo tan esencial como nuestra propia identidad. i,Cuando comienza nuestra existencia humana? i,Es posible decidir d6nde y cuando puedo acabar con ella? i,Hasta d6nde es legftimo y deseable continuar con la experimentaci6n cerebral 0 genetica? i,Quien se encargara de regularlo y c6mo se salvaguardara su cumplimiento?

Nadie pretende volver a una sociedad pastoril 0 parar el mundo para bajarse de el. Pero hoy mas que nunca debemos preguntarnos si todo 10 tecnol6gicamente posible sera humanamente deseable. En nuestro contexte contemponineo no podemos seguir adnutiendo tada experinlentaci6n como un cheque en blanco, como una inconsciente huida hacia adelante al final de la cual nos espera, esa es la fe de nuestra ciencia, un mundo mejor. Necesitamos de la ciencia para salir de los nuevos problemas que tenemos planteados, pero serfa una inconsciencia imperdonable dejarla a su suerte, prescindiendo del caracter humano que la funda.

1.3. EI poder de la informacion

Junto a los tres poderes de la teoda democnitica cJasica, los medios de comunicaclOn constituyen el cuarto gran poder de nuestra sociedad contemporanea. Las nuevas tecnologfas han permitido la revolucion sofiada de romper las dos grandes barreras del ser humano: el espacio y el tiempo. Esta ruptura abre enormes posibilidades relacionales a la sociedad del futuro. El fen6meno Internet es un excelente ejemplo de 10 que decimos, ya que puede convulsionar nuestra manera tradicional de comunicarnos con todo 10 que ello implica. Merece, pues, que Ie dediquemos atenci6n aparte.

Sin embargo, y pese a contar con mas posibilidades que otras anteriores, no estamos en la sociedad de la comunicaci6n. Prueba de ello es el creciente auge de fen6menos como la soledad y la depresi6n en eillamado mundo desarrollado. Eso sf, somos, sin ningun genero de duda, la sociedad mas informada de la Historia de la Humanidad. La informaci6n, gracias al salto tecnol6gico, es hoy instantanea y simultanea. Como sucedfa en los campos precedentes, las nuevas posibilidades abiertas, (es indudable el potencial democratico, tolerante y formativo que los nuevos medios encierran), vienen acompafiadas tambien de riesgos que demandan que nuestra actitud etica vaya mas alhi de la mera honestidad individual.

La primera gran amenaza contra la democracia es la tendencia monopolfstica de los medios de comunicacion. Comienza a ser desgraciadamente frecuente que los grandes medios de comunicacion de un pafs democnitico esten controlados por un maximo de dos 0 tres grandes empresas, puestas al servicio de grupos de presi6n e intereses bien concretos. Alvin ToffJer presentaba asf la gran paradoja cJasica de saber quien controla a los controladores: "Cuando la TV mostro a los ninos somalies muriendose de hambre, la opini6n publica aprob6 el envfo de tropas estadounidenses para defender los almacenes de viveres. Cuando la TV mostr6 un soldado arrastrado por esa multitud, esa misma opini6n exigi6 la retirada de tropas. En ambos casos los politicos se vieron obligados a seguir a los medios de comunicaci6n. Los medios no tienen que rendir cuentas a los ciudadanos. lnlluyen en la politica por encima de ellos, a traves de ellos. De ahi surge la paradoja para la democracia: si tratamos de controlar los medios, acabaremos con ella; pero si no 10 hacemos, acabaran con ella los medios" 1

Esta monopolizaci6n creciente del mundo de la comunicaci6n esta unida a una mallipulacioll illteresada y convene ida de la informaci6n, la cual pone en cuesti6n nuestra propiu libertad y sentido critico como ciudadanos. Esta manipulaci6n empieza en el momenta de decidir

, Alvin Tattler, "Los due nos del saber planetaria" en EI pais, 10.2.94, p. 18.

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describio las caracteristicas de este sutil ca}llbio de logica: "En la relacion dialectica entre la realidad y la imagen, hace tiempo que para nosotros la segunda ha impuesto su propia 16gica, inmoral, mas aHa de 10 verdadero y 10 falso, inmanente, efimera, sin profundidad, mas aHa del bien y del mal, logic a que extermina su propio referente, 16gica de la implosi6n del sentido, donde el mensaje desaparece en el horizonte del medio,,2

Lo importante no es adentrarse en 10 real, ahondar en nuestra propia consciencia de los problemas, sino vender unas sensaciones adormeciendo nuestro senti do critico. Una 16gica que culminara con la realidad virtual donde yo podre fabricar la realidad a la medida de mis deseos. ~Han dejado de pasar hambre en Somalia 0 de matarse en Rwanda? Paises que han capitalizado durante meses las primeras paginas de los peri6dicos desaparecen de repente durante anos quiza porque 10 demasiado manido no vende. Se cambia de pais como de escenario, se busca desesperadamente la imagen mas morbosa, mas cruel, mas emoti va. Los informati vos dedican parte de su tiempo a las noticias antes reservadas a la prensa del corazon 0 de sucesos. Se venden sentimientos y sensaciones, raramente se comparten analisis y valores.

Nuevamente la revoluci6n tecnologica, siendo positiva, subraya la impOitancia de una responsabilidad etica tanto de los profesionales de las ciencias de la informaci6n como de los ciudadanos receptores para no poner en peligro la esencia misma de la democracia. i, Que legitimidad democratica tendria una sociedad formada por ciudadanos conscientemente desinformados 0 inconscientemente manipulados? Desde la tolerancia, en la exclusion de toda filiaci6n ideologic a 0 religiosa unica, la democracia necesita reafirmar sin tregua el proceso de su propia legitimaci6n, 10 cual deberia conllevar una permanente revisi6n autocrftica. La democracia no se da pOl' si misma sino que constituye una tarea que necesita ser mimada y reinventada cada dia, por todos y cada uno de los que la conformamos.

1.4. EI riesgo de la desigualdad

Los nuevos instrumentos tecnologicos han Ilevado a termino el irreversible proceso de mundializacion econ6mica. Primero habian sido las comunicaciones, mas tarde el comcrcio de materias primas y productos manufacturados; los ultimos quince anos han constituido la gran eclosion de los mercados financieros. Aunque el campo economico es muy complejo, vamos a desarrollar a modo de ejemplo las dos logicas mas representativas de este proceso.

1.4.1. La 16gica productiva

La internacionalizaci6n de los mercados y la consiguiente regionalizaci6n politica han traido como consecuencia la total reestructuraci6n del sistema productivo. Buena parte de las empresas han emprendido procesos de fusion 0 adquisici6n para akanzar una talla europea 0 mundial. Este esfuerzo persigue como objetivo la creaci6n de producciones a gran escala. Este tipo de produccion contradice la ley clasica de los rendim.ientos decrecientes, a! disminuir de manera absoluta los costes a medida que la producci6n se hace cada vez mayor. Esto sucede en los campos donde los costes fijos de investigacion e instalaciones son mucho mas importantes que el aumento de los costes variables. La produccion informatica constituye un buen ejemplo de ello.

Las constantes fusiones de las empresas implican la concentracion de la responsabilidad y de la decision econ6micas en muy pocas manos. Esta monopolizaci6n creciente del capitalismo post-industrial supone la exclusion de masas enteras del engranaje economico. EI caracter multinacional de este tipo de empresas fragiliza el poder de los Estados, que asisten impotentes a la

2 Jean Beaudrillard citado en Ch. Zinner, Esprit, feb (94), p. 71

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deslocalizacion de factorias implantadas en su suelo, sin tener en cuenta las consecuencias sociales que ello acarrea. -

Igualmente, nos podemos preguntar si este tipo de estructura productiva dejada a la mera logica del mercado no agravara aun mas las desigualdades economicas. Dicho tipo de produccion necesita al men os tres factores: un gran capital, mano de obra muy cualificada y excelentes comunicaciones. Un estudio del departamento frances de Rhone-Alpes prevefa, para finales de siglo, que la riqueza y la alta tecnologfa en Europa se concentrarfan en un espacio reducido, con forma de banana, que abarcarfa desde la region londinense hasta el norte de Italia, atravesando Holanda, Belgica, la frontera oeste de Alemania, Suiza hasta llegar a las regiones del Piamonte y la Lombardfa italianas. Dos nueleos aislados de desarrollo completarfan el cuadro: la region berlinesa y la region parisina. Las quince regiones mas ricas de la Union Europea, curiosamente pertenecientes a dicho espacio, son Ires veces mas ricas que las quince mas pobres.

Es evidente que se podrfan poner ejemplos bastante mas duros de la desigual distribuci6n de la riqueza que esta revolucion parece propiciar. i,Puede esperar algo de ella el continente africano cuando solo la isla de Manhattan posee mas Iineas de telefono que todo el Africa subsahariana? i,Para que nos sirve el potencial democratico de la tecnologia informatica si el 55% de la poblacion mundial tan solo tiene acceso al 5% de las lineas telefonicas? i,No es esto otra forma de totalitarismo que amenaza la democracia? i,La emigracion masiva e ineluso el resurgir nacionalista no tienen nada que ver con esta monopolizacion economica ciega ante las diferentes realidades sociales y culturales?

Esta desigualdad economica escandalosa y creciente constituye la mayor amenaza para la legitimidad de nuestras sociedades. La alarma ha llegado ineluso a las gran des instituciones mundiales economicas. Puede leerse por ejemplo en los ultimos documentos del Banco Mundial el reconocimiento de que el crecimiento economico no es sinonimo de equidad. Esta ultima, que nunca debe confundirse con el igualitarismo, no surge por consiguiente de forma espontanea 0

mecanica sino que hay que construirla. Tal consideracion echa por tierra la pretendida distribucion autorregulada de la economia clasica.

1.4.2. La logica financiera

La explosion financiera de los dos ultimos decenios es el principal fruto , asf como tambien el mejor ejemplo de la revolucion tecnologica. Las tres D neoliberales, desinflacion (polfticas economicas que juegan esencialmente sobre la subida de los tipos de interes), desregulacion (evitar o prescindir de cualquier tipo de regIa exterior al funcionamiento propio del mercado) y desintermediacion bancaria (que democratiza el acceso al espacio financiero a otro tipo de agentes no bancarios como las empresas) caracterizan el espectacular desarrollo de los diferentes mercados financieros .

Desde cualquier gestorfa bancaria especializada, en cualquiera de nuestras ciudades, yo puedo invertir mi dinero hoy en Luxemburgo, New York 0 Japon , con la misma rapidez y facilidad con las que yo 10 podre retirar posteriormente. Lo que era objeto de delito a principios de los ochenta, hoy se encuentra al alcance de cualquier ciudadano. EI dinero no tiene fronteras y esta movilidad virtual interrelaciona las economfas a un ritmo vertiginoso tanto para 10 bueno como para 10 malo.

Ningun espacio como el financiero ha mostrado con tanta evidencia que la economfa no puede pensarse como una ciencia pura. Las previsiones teoricas alimentan la opinion publica de periodistas e inversores sin poder evitar ser contradichas con frecuencia. Factores humanos, tan sorprendentes como impredecibles, que confirman la crftica de impostura que Levy Strauss lanzo a

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las ciencias humanas al aspirar siempre a conocer realidades del mismo orden de complejidad que los medios intelectuales que ponen en juego para conseguirlo.

George Soros, de reconocido prestigio en el mundo de las finanzas internacionales, concretaba esta crftica en su libro La crisis del capitalismo mundial: "en el campo de las ciencias humanas, el pensamiento forma parte del objeto mientras que las ciencias naturales tratan los fen6menos que se producen independientemente del observador,,3 La economia sigue ignorando, inspirada en el concepto de equilibrio de la fisica newtoniana, el caracter esencialmente reflexivo que la constituye.

Este caracter reflexivo de la economia significa que no podemos seguir tratando pensamiento y realidad como categorfas totalmente independientes. EI pensamiento econ6mico no s610 posee un cariicter pasivo que intenta ayudar a comprender 10 real sino tambien un protagonismo activo que pretende influir y anticipar sus deseos en la realidad misma. En Jas ciencias humanas los actores piensan y justamente por eso tanto nuestras eomprensiones como nuestras previsiones no pueden ser sino imperfectas. Este aspecto esencial nunca ha sido tenido en cuenta por la epistemologia econ6mica.

Otro punto a tener en cuenta atane a la dogmatica cliisica de dicha economia, basada en la busqueda racional del interes propio como unica motivaci6n del ser humano y en la arm6nica meciinica propiciada por las leyes de un mercado guiadas por una mana providencial aung ue invisible. Para Soros, mucho mas sospechoso de cinico que de antiliberal, el integrismo de mercado contiene una doble amenaza para el sistema mismo: la falta de cohesi6n social y la ausencia de gobierno. El capitalismo mundial tiene en sus mas fervientes seguidores a sus principales enemigos. Su resquebrajamiento sera imparable a menos que se afronten con seriedad las dos fallas que 10 causan: la primera, concierne a las deficiencias internas de los mecanismos de mercado, es decir a las inestabilidades inherentes a los espacios financieros; la segunda, se refiere a las deficiencias de los factores no econ6micos, es decir tanto a la inhibici6n de la politica como a la erosi6n de los valores morales en la priictica econ6mica cotidiana.

En efecto, el dinero ya no tiene fronteras, 10 que correlativamente ha puesto en entredicho la tradicional capacidad de los Estados para regular el funcionam..iento econ6mico de sus respecti vas naciones. Por otra parte, el predominio de la esfera financiera sobre la productiva alimenta tal dualizaci6n que muchos temen que ella derive en una nueva crisis econ6mica. La separaci6n progresiva entre ambas ha aumentado los riesgos de forma preocupante: primero porque los valores financieros evolucionan con frecuencia de forma alcista sin justificaci6n alguna en la evoluci6n productiva que te6ricamente los sustenta; segundo, porque apoyada a veces en una mera tendencia de mercado, es sin embargo la 16gica financiera la que promueve 0 destruye a la 16gica productiva y no al reyeS como sucedi6 en sus origenes. Las ultimas crisis asiatica, rusa 0 brasilena son un excelente ejemplo de elio, de este inquietante cambio.

En el ambito personal, la 16gica financiera se inscribe en una actitud de busqueda de poder y beneficio. Si la l6gica productiva se plantea en la mayoria de los casos a medio y largo plazo, esta ultima busca rendimientos a corto plazo, como se pone de manifiesto con la compra de emprcsas en dificultades que cuentan con un buen potencial de futuro 0 algunos activos infravalorados.

La internacionalizaci6n financiera y la infinidad de productos disponibles, facilitan los instrumentos necesarios para disponer de un maximo de activos incontrolados con un minima capital propio. Asi, 10 que en terminologia bursatil se denomina ingenieria financiera permite una

3 George Soros, La crise du capitalisme mondial, Pion, PariS, (1998), p. 61.

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opacidad reprobable. propiciando la fuga de capitales y activos financieros con las consiguientes repercusiones tributarias y 10 que la falta de estas conlleva para el equilibrio econ6mico de cualquier pais. La dificultad para asignar a cada cual su responsabilidad ha favorecido la proliferaci6n de personajes sin escrupulos capaces de promover operaciones temerarias. autenticas huidas hacia adelante. que provocando un efecto similar al de una bola de nieve. contara incluso con la complicidad de honestos socios demasiado implicados en sus intereses como para plantearse

. dar marcha aWls ante el error de una colaboraci6n inicial no suficientemente meditada.

Sin embargo. el mundo financiero abri6 tambien posibilidades extraordinarias. como un instrumento esencial para el desarrollo de la actividad econ6mica. Asi. los mercados de opci6n y de futuro fueron pensados. en un principio. para salvaguardar al comercio internacional de la incertidumbre ya que sin ellos una simple evoluci6n de los tipos de cambio podia dar al traste con el negocio tanto del importador como del exportador. Parece evidente. y contra el prejuicio comun. que el aumento de los instrumentos financieros en el mercado internacional tiene como origen la busqueda de una estabilidad econ6mica que favorezca los intercambios y aumente la confianza de los protagonistas. Sin embargo. no es menos cierto que el uso fundamental que de estos mercados financieros se hace es de origen especulativo. Un estudio reciente calculaba. por ejemplo. que la proporci6n de operaciones que perseguian esta finalidad en el mercado financiero frances (MATIF) era del 85%.

Parad6jicamente esta internacionalizaci6n del mercado financiero no s610 aumenta la confianza sino la imbricaci6n e interdependencia de los agentes. Con ella tambien se incrementa la complejidad convirtiendo la temeridad individual en un riesgo sistemico. La irresponsabilidad de unos pocos puede poner en peligro la subsistencia de much os miles de familias trabajadoras 0 inc1uso del propio sistema. Los casos de Maxwell en Inglaterra. Tapie en Francia. Trump en los Estados Unidos .... y. en nuestro pais. de KIO. Ibercop 0 Banesto. etc. pueden ser ejemplos significativos de la fragilidad en la que se asienta todo el entramado financiero si no esta sometido a un estricto control.

Los Estados con autenticas macro intervenciones. que aunque pagadas injustamente por todos nunca son criticadas. intentaran devolver la credibilidad a los mercados asentados en su propio territorio. Saber que el Estado estara siempre detnis quiza constituya un incentivo a la asunci6n de excesivos riesgos individuales. pero justamente comprender que todos estamos mutuamente implicados en nuestras decisiones respectivas constituye la mejor justificaci6n para entender por que es la sociedad misma la que exige. en voz alta. una mayor responsabilidad etica.

No queremos que los arboles nos impidan ver el bosque. Tambien desde el campo de la economia se niega hoy la neutralidad etica de sus consecuencias. EI saito cualitativo de la tecnologia ha llevado a su mundializaci6n definitiva. que como sucedia en otras areas ha abierto numerosas puertas al desarrollo humano. pero que al mismo tiempo presenta riesgos en los que nos jugamos algo mas que dinero.

EI P. Lebret se escandalizaba. a principios de 1960. de c6mo los paises desarrollados de entonees con un 18% de la poblaci6n acaparaban el 55% de los recursos. Por el contrario. el 45% de la gente no disponia mas que del 17% del producto mundial para una poblaci6n estimada en la mitad de la nuestra. En aquella epoca el 20% mas rico registraba ingresos treinta veces mas elevados que el 20% mas pobre. El ultimo informe del PNUD muestra que esta proporci6n se ha duplicado y las cifras que se enumeran son aun mas sonrojantes. si es que en este campo se puede cuantificar el escandalo de menos a mas.

Si con el cuidado de la tierra salvaguardamos nuestra existencia futura el problema de la desigualdad debiera tener el mismo rango. pues conlleva la legitimidad de nuestras sociedades. i. Un

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capitalismo pos-industrial mundializado no demanda algun tipo de regulaci6n etica y polftica planetaria? i,Quien se jugarfa la muelte en- el Estrecho de Gibraltar si pudiera ganarse la vida con dignidad en su tierra y con su gente? En este contexto, no se puede seguir hablando de la neutralidad y caracter cientffico del mercado. No se puede tomar una decisi6n econ6mica al margen de las consecuencias sociales y culturales que provoca.

Las nuevas reg las de la nueva economfa

1. Haga suya /a red. A medida que el poder S9 va alejando del centro, la ventaja competitiva pertenece a aquellos que aprenden a adherirse a puntos de control descentralizados.

2. Rendimientos crecientes. A medida que los puntas de conexi6n entre las personas y las cosas aumentan, las consecuencias de eS3S conexiones S9 multiplican can mayor rapidez, de forma que los exitos iniciales no son auto limitadores, sino que se retroalimentan.

3. Abundancia, no escasez. A medida que las tecnicas de fabricaci6n perfeccionan el arte de hacer multitud de capias, el valor esta en la abundancia, y no en la escasez, invirtiendo las premisas empresariales tradicionales.

4. Ir en busca de la gratuidad. A medida que la escasez va dejando paso a fa abundancia, la generosidad genera riqueza. Ir en busca de la gratuidad es como hacer un ensayo de la inevitable caida de los precios, y aprovechar el unico recurso realmente escaso: la atencion humana.

5. Ante todo, empiece par alimentar la red. A medida que las redes van cubriendo a todo el comercio, el objetivo principal de una empresa pasa de ser la maximizacion de su valor a la maximizaci6n del valor de la red. Si la red no sobrevive, la empresa muere.

6. En la cumbre, dejarse Jlevar. A medida que la innovaci6n se acelera, abandonar los exitos a fin de escapar a su eventual obsolescencia se convierte en alga muy dificil y al mismo tiempo en la tarea mas importante.

7. Oe lugares a espacios. A medida que la proximidad ffsica (lugar) va siendo reemplazada por multiples interacciones con cualquier objeto, en cualquier tiempo, en cualquier espacio, las oportunidades para los intermediarios, y los nichos de tamano mediano se expanden enormemente.

8. La armonia no existe, todo fluye continuamente. A medida que la turbulencia y la inestabilidad se convierten en la norma en las empresas, la postura mas efectiva para la supervivencia es la de alcanzar un constante pera alta mente selectivo desorden al que denominamos innovacion.

9. Tecn%gia de relaciones. A medida que el software se va imponiendo sobre el hardware, las tecnologras mas fuertes son aquellas que realzan, amplian, extienden, aumentan, destilan, recuerdan, expanden y desarrollan relaciones de todos los tipos.

10. Opor1unidades antes que eficiencias. A medida que las fortunas S8 van creando gracias a maquinas cada vez mas eficientes, hay oportunidad de generar una riqueza a(ln mayor liberando el ineficiente proceso de descubrir y crear nuevas oportunidades.

(Kevin Kelly. 275-76)

Tambien en economia la inquietud etica nace de las caracteristicas del nuevo contexto tecnol6gico. Tambien en ella es el fruto de una necesidad, de una conveniencia que nos concierne a todos, porque la mundializaci6n ha recuperado. tambien para la economfa el bien comun. La etica no se puede reducir ya a un mero ejercicio de honestidad privada porque con frecllencia much as decisiones implican consecuencias estructurales que senin gozadas 0 sufridas por todas.

Si en la primera parte de la Introducci6n hemos analizado el porque del resurgir de la etica a partir del impacto tecnol6gico en las diferentes ciencias, en esta segunda, intentaremos definir con claridad que entendemos por etica y en que la reflexi6n acerca de ella se ha vista cuestionada por la revoluci6n tecnol6gica. Nadie duda en nuestro mundo de la necesidad que hoy tenemos de la conciencia y la reflexi6n eticas, pero ponemos de acuerdo sobre las nuevas caracterfsticas que debieran conllevar aparece como una tare a mucho mas compleja, aunque no por ello debemos evitarla.

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2. LA NECESIDAD DE OTRA tTICA

En la primera parte de esta Introducci6n hemos expuesto, a la luz de la revoluci6n tecnol6gica en la que nos encontramos, el cankter mitico de la neutralidad etica tanto del desarrollo cientffico-tecnico como de la racionalidad econ6mica. A continuaci6n, nuestra tarea seni reflexionar acerca del impacto que la nueva situaci6n puede tener sobre nuestra forma de comprender la etica misma, bajo los citados condicionamientos. Comenzaremos delimitando el objeto de la etica y su campo para continuar con el an3.lisis de las insuficiencias actuales del planteamiento etico convencional. Terminaremos subrayando las gran des caracterlsticas que la constituyen en su comprensi6n contemporanea.

2.1. La doble tradicion del concepto de etica

La concepci6n filol6gica del termino itica 10 hace sin6nimo del termino moral. Aunque etimol6gicamente el primero proviene de la ralz griega ethos y el segundo de su traducci6n latina mos-moris, ambos significan todo aquello relacionado con la conducta humana tanto en su dimensi6n comunitaria como personal. En consecuencia, se utiliza en ocasiones tanto para designar las costumbres de una comunidad en cuanto a 10 considerado bueno 0 malo, deseable 0 prohibido, como para referirse al cankter, motivaciones y porques que influyen en una determinada actuaci6n personal.

Sin embargo, con el tiempo, este caracter sinonlmico de ambos terminos se pierde, pasando a comprenderse de forma dialectica. el uno por relaci6n al otro. Nace aSI una doble tradici6n que vamos a expJicar someramente a continuaci6n. -

2.1.1. La etica como filosoffa moral

Sin duda la tradici6n mas extendida, define la etica como una parte de la filosofla que reflexiona sobre la moral , entcndiendo par esta el conjunto de norm as y valores que oricntan la conducta de una sociedad concreta. Todas las sociedades humanas comparten universal mente esta existencia del hecho moral. La etica comprendida aSI como filosoffa de la acci6n moral, emerge como un momento segundo, reflexivo, posterior a la moral. ASI, para Jose Luis Aranguren por ejemplo, la etica se constituye como la moral pensada. No es pues de extrafiar que encontremos casi tantas eticas como sistemas filos6ficos relevantes han existido a 10 largo de la historia de la humanidad.

Este concepto de la etica se construye alrededor de tres gran des preguntas 0 cuestiones acerca de la vida moral: la pregunta por el contenido de 10 moral, iCm\l es el objeto de la etica?; la pregunta por el funcionamiento de 10 moral, iC6mo concebimos la virtud?; iEn funci6n de que aprobamos 0 desaprobamos moral mente una acci6n?; y por ultimo, la pregunta por el fundamento de la moral, sin duda la mas radical, iPor que tengo que ser moral? La manera de responder a cada una de elias dio luz a una serie de ciasificaciones: eticas descriptivas-normativas, eticas eudemonistas, deontol6gicas, utilitaristas e iusnaturalistas, entre otras.

2.1.2. La etica como intenci6n previa a la moral

Esta tradici6n, aunque menos difundida, es defendida por autores relevantes como Paul Ricoeur. Este parte del concepto de intenci6n etica definiendola como "Ia busqueda de la vida

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buena, con y para los otros en e1 marco de unas instituciones justas,,4 EI termino "intenci6n" pretende subrayar el caracter de proyecto, de-dinamismo que subyace ala etica, la cual se orienta en funci6n de la acci6n.

De esta forma la intenci6n etica precede a la moral, concepto que va a reservarse para todo 10 referente a la obligaci6n, a las normas, ala obediencia de la ley. Esta visi6n subraya la conexi6n directa de la etica con el deseo, con la voluntad personal, con la coherencia vital, con la convicci6n. Frente a ello el imperativo seria el maximo exponente de la moral.

Esta tradici6n no suprime el problema etico-reflexivo de resituar la moralidad con sus prohibiciones por relaci6n a esta intenci6n etica primordial, constituida por una constante interacci6n entre tres polos: mi libertad, tu libertad, la ley. Esta ultima, por consiguiente, no constituye el punto de partida de la etica sino su punto de llegada. La etica es ante todo una inspiraci6n en la medida que busca orientaci6n y significado. Nace de la libertad, pero por medio de los valores persigue incansablemente una vocaci6n de universalidad que s610 la ley justa puede representar.

Por ello esta inspiraci6n personal e inviolable, termina lomando forma de responsabilidad, de consciencia, de contestaci6n. Esa voluntad universal, designa el exceso y la desmesura, den uncia los fraudes e injusticias, aprueba el coraje de una opci6n que no siempre lIeva a su protagonista al confort 0 a la tranquilidad. "Crear es sacudir la inercia, mantener a pulso la libertad, nadar a contra­corriente, cuidar el estilo, decir una palabra amable, defender un derecho, inventar un chiste. hacer un regalo, refrse de uno mismo, tomando muy en serio las cosas serias. Todo esto es el lema de la etica, que no es una meditaci6n sobre el destino, sino una meditaci6n sobre c6mo burlarse del destino, es decir del determinismo de la rutina, de la maldad y del tedio"s. Sin negar, pues, el momento reflexivo, esta manera de comprender la etica subraya su conexi6n esencial con la voluntad, con la defensa firme de unos valores que dan oxfgeno a la dignidad humana, con la convicci6n de que no es 10 mismo vivir de una manera que de otra.

Ambas tradiciones no se excluyen en absoluto sino que se complementan. Hunden sus raices en el doble significado etimol6gico de la palabra etica. En efecto, la etica aparece asi como la primera inspiraci6n que nos mueve a obrar y a expresarnos con nuestro caracter de personas esencialmente morales, pero tambien como momento reflexivo que nos lleva a pensar el hecho moral de nuestras sociedades, dando raz6n de las motivaciones, la forma y los porques de toda acci6n personal. Ambas se necesitan, ambas se complementan.

2.2. Diferencias entre etica, derecho y religion

2.2.1. Diferencias entre etica y derecho

Con frecuencia se han confundido amb.os campos quiza porque ambos saberes proporcionan un cuerpo de nonnas obligatorias, asf como tambien criterios de interpretaci6n y evaluaci6n de las normas mismas y de su aplicaci6n. Abora bien, no s610 existen significativas diferencias sino que en ocasiones pueden existir conflictos irresolubles entre ambos campos. Algo, siendo completamente legal, puede ser totalmente injusto y merecer un juicio moral reprobatorio, y en sentido contrario algo percibido como una profunda obligaci6n moral puede situarse en ocasiones al margen de la ley.

4 Cf. Paul Ricoeur, "Avant la loi morale: I'ethique" en Encyclopedia Universalis, Paris, 1992, 42.

5 Jose Antonio Marina, Etica para naufragos, Anagrama, Barcelona, 1996,32.

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Las diferencias entre ambos, poseen como denominador comun la idea de que mientras la norma juridica es exterior al individuo. y por tanto requiere de razones estrategicas para ser obedecida, la norma moral se funda y se impone desde la propia interioridad del ser humano. As!, no puede existir un verdadero derecho si no va acompanado de un poder coercitivo que asegure el respeto del mismo por parte de los ciudadanos. Por ello, el derecho no juzga nunca intenciones sino hechos. De esta forma, mientras que en el campo jurfdico el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento, en el campo axiologico, un acto no puede definirse como moral si, al menos, no cumple las dos condiciones que aseguran el canicter verdaderamente humano del mismo: pleno conocimiento y pleno consentimiento 0, 10 que es 10 mismo, consciente y libre.

Tipo de norm as Fuente de las Caracteres de Destinatarios Tribunal ante el

normas la obligacion de las nonnas que respondes Todos los que

EI Estado - Externa

defina el Legales 0 jurfdicas (gobernantes, - Coact iva sistema legal EI Estado

jueees, etc) como ciudadanos

De trato soc ial , Tradiciones, -Externa Todos los

miembros de la La soeiedad cortes fa 0 costumbres, habitos -Moderada-

sociedad en circundante urbanidad heredados mente acti va

clIesti6n

-Intern a Cada persona C6digo de -No coactiva se considera

principios, normas -Referencia destinataria de La propia Morales y valores, ultima para las normas que conciencia

personal mente orientar la reconoce en personal asumida prop ia conc iencia.

conducta

La fe de la persona en que -Interna en

Religiosas determinadas conciencia

Los ereyentes La divinidad

ensenanzas son de -No coact iva eorrespondiente origen divino -Ultimidad

2.2.2. Diferencias entre etica y religi6n

Cuando hablamos de elica nos estamos refiriendo al esfuerzo del hombre por llegar a ser justo 0 por implantar la justicia, entendiendola en el sentido de perfecci6n. La religi6n no hace referencia a la perfecci6n sino a la santi dad, a la relaci6n personal e intransferible del creyente hacia Dios. La primera distinci6n es pues c1asica, correspondiendo al diferente objeto de cada una de elias, y fue perfectamente delimitado por Kant al declarar c6mo mientras la etica respond!a a la pregunta i,que debo hacer? la religion se ocupaba de la pregunta i,que puedo esperar? Una esperanza afirmada como propuesta de salvaci6n de los tres males que atenazan la vida human a: el pecado, la muerte y el sinsentido.

La segunda gran distinci6n hace referencia a su contenido. Toda religi6n consta al menos de tres partes: una dogmatic a, que delimita el contenido de su propuesta de fe ; una liturgia, que la celebra en comun; y una moral que fundada en.dicha fe pretende plasmarla en la vida cotidiana de los creyentes. Asi toda religi6n conlleva una moral, elaborada de forma casi deductiva, pero no toda moral tiene por que ser religiosa. La cultura occidental es un claro ejernplo de esta disociaci6n en la

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que uno puede comprutir unos mismos valores de justicia 0 respeto al mismo tiempo que se declara agn6stico 0 ateo (Cortina, 1998: 16-19).

2.3. Las insuficiencias de la etica individual moderna

Si el postulado de la neutralidad etica de las ciencias se ha venido abajo a causa del salta cualitativo de la tecnologfa en el que nos hallamos, no podemos pensar que la concepci6n etica moderna consecuenle iba a salir indemne en esle proceso. EI primero en subrayarlo fue el fil6sofo Hans Jonas quien en su libro El principio de la responsabilidad, mostraba, en 1980, c6mo debiamos comprender la etica contemporanea desde nuevos presupuestos.

2.3.1. La etica no es algo meramente privado

La revoluci6n modern a puede caracterizarse por la emergencia aut6noma del individuo. La pretendida neutralidad de las ciencias enviaba la etica al campo de 10 privado. La sociedad aparece como una suma de individuos que buscan su propio inten~s y, haciendolo, fomentan el progreso.

Ser individualmente honesto es necesario, pero insuficiente. EI saito cualitativo de la tecnologia nos abre, por encima del indi vidualismo, a la cuesti6n del bien comun. La etica nos atane hoy a todos como sociedad. Estamos concernidos por decisiones que implican nuestro futuro y el de generaciones sucesivas. La etica ha dejado de ser un terreno exclusivo para fil6sofos 0 especialistas, ya que constituye una cuesti6n comunitaria. Parad6jicamente, desmintiendo los fatalismos milenaristas, las nuevas tecnologias nos abren a una etica del sentido comun, del sentir comun.

2.3.2. La "tic a no es meramenle antropocentrica

Con nuestro poder tecnol6gico seguir poniendo en el centro de toda decisi6n el interes individual es una ceguera irresponsable. Sin embru'go, no basta con devolver la etica al espacio publico. Es necesario comprender que nuestro mayor interes es dejar de sacralizarnos como el exclusivo centro de toda decisi6n de mirarnos el ombligo. La cuesti6n no es atacar el canicter inviolable de la dignidad del ser humano, sino defender con el mismo rango la dignidad de la naturaleza que conslituye la primera condici6n de posibilidad de toda existencia humana.

2.3.3. La etica no es el espacio de las seguridades

La etica moderna rompi6 con toda fundamentaci6n ultima de canicter natural, politico, cultural 0 religioso. La fundamentaci6n iusnaturalista de la etica concebia a la Naturaleza como la gran maestra que esconde las leyes de la vida y del sentido. Escudriiiar cada pequeno movimiento, para en su regularidad, admirar su grandeza. Desde esta perspectiva, el descubrimiento de ciertas irregularidades no hacia sino alimentar nuevas preguntas que nos llevarian a formular hip6tesis y leyes mas exactas.

Esta regularidad confirma la idea de perinanencia asentada en una tecnica que aparece en sus consecuencias como eticamente neutra. El campesino que ara la tierra modifica su medio pero no 10 vulnera duraderamente; 10 mismo aprecia el pescador con su red cuando captura los peces en el mar, 0 el minero que con su pico jamas imaginru'a !legar un dia a agotar las entranas de la lierra.

Esta misma permanencia se observa en la naturaleza humana. Por encima de nuestras diferencias de aspecto 0 de caracter, el ser humano aparece como dotado de una naturaleza comun que Ie define como tal, y que esencialmente da contenido a su dignidad. Basada en esta idea de la inmutabilidad de una ley natural eterna, la ley moral se asent6 durante siglos en un s61ido fundamento. Si sabiamos delimitar 10 esencial de la naturaleza, sabriamos colegir que era 10 bueno

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y que 10 malo. Nadie podia pensar entonces que la tecnologia human a estaria un dia capacitada para modificar las constantes pensadas como inmutables por nuestros mayores.

Tampoco la fundamentacion religiosa, cultural 0 politica de la etica han tenido exito en nuestro mundo' contemporaneo. En efecto, aunque la modernidad ya surge basada en la idea de libertad y de tolerancia en una claro rechazo de las fundamentaeiones religiosas tradicionales que habian degenerado en Fuentes de violencia y exclusion, la revoluci6n contemponmea no ha hecho mas que acrecentar esta negacion de todo fundamento ultimo, tanto en el campo politico (rehusando todo mesianismo que nos uniformice desde arriba) como en el plano cultural, en sociedades lIamadas indefectiblemente a ser, por el poder de las telecomunicaciones, mestizas, pluriculturales y ecumenic as.

La etica contemporanea debe salir a la plaza publica no solo por el cambio eualitativo en su contenido, derivado de la revolucion tecnologica, sino para hacer participes de sus conviceiones y procedimientos a todos los ciudadanos. La pregunta mas radical no es la de saber como funciona nuestra aprobacion moral, sino la de por que tengo que serlo.

Es evidente que este contexte de fragmentacion de todo fundamento coincide con el momento de nuestro mayor poder tecnologico, 10 que no haee sino acrecentar la sensacion de incertidumbre. Sin duda, la mayor tarea de la etica se situa en este intento: i,como respetando la tolerancia vamos a ser capaces de delimitar la Frontera de 10 intolerable? i,Como respetando una sociedad plural vamos a cvitar un relativismo moral que justifique, aunquc sea desde el silencio, cualquier ataque a la dignidad humana? La etica no puede pensarse ya como un conjunto de normas delinitivamente fundamentadas y seguras que unifiquen nuestras sociedades.

Se pucde eneontrar un poco de luz analizando el campo de las eonvicciones, donde eI consenso es mucho mas amplio que el de la reflex ion acerca de los fundamentos. Si bien la convicci6n separada de la fundamentaci6n deja el problema moral en precario, porque seria necesariamente provisional, podria resultar suficiente para nuestra practica etica personal y colectiva. Seria posible imaginar un espacio etico de consenso acerca de los mismos valores practicos con aquel que no tiene mi misma vision de la vida, sea esta religiosa, cultural 0 politica.

Estas convicciones fundamentales (asi ya denominadas por Kant) comportarian un valor sagrado con relacion al resto. Son convicciones inviolables, que nunca sacrifican 10 cualitativo a 10 cuantitativo, que no se rigen jamas por la 16gica del intercambio 0 el calculo. Sobre este asunto que configura esencialmente la etica contemponinea versara el ultimo apartado de nuestra introducci6n.

2.4. La responsabilidad como categoria nuclear de la etica contemporanea

Hans Jonas desarrolla el concepto de la heuristica del temor, que quiere mostrar la necesidad de implementar nuestros temores en el momento de la decision etica. A la luz de nuestro poder tecnologico, nuestras inquietudes deben pasar a ser factores de conocimiento tan importantes como nuestros dcseos. Con ello critica la posici6n epistemologica cartesiana por la cual la duda met6dica es el motor de todo conocimiento. Asi para toda la cultura occidental dudar es positivo y lJevar nuestras dudas siempre hacia adelante es Fuente de progreso, el primer eslabon de todo saber cientifico. Para Hans Jonas este optimismo metodologico resulta hoy imprudente, porque ya no podemos abstraer nuestras experimentaciones cientificas de las consecuencias, en ocasiones irreversibles, que de elias puedan derivarse.

Es cierto, muchas veces conocemos mejor las cosas por 10 que no son que por 10 que son. Nos resultarfa imposible en una sociedad democratica como la nuestra ponernos de acuerdo sobre que da contenido a la realizacion de la persona humana. Sin embargo, sf aparece posible el acuerdo

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sobre que no es tolerable para la dignidad humana. Resulta imprescindible consensuar una serie de valores que delimiten en negativo los ifmites por debajo de los cuales perderemos hasta nuestra identidad. No debe confundirse asf una sobedad plural con una opci6n moral necesariamente relativista. No podemos perder la vocaci6n universal de estas convicciones morales a riesgo de quedar desarmados contra toda injusticia. Si en el campo de la felicidad el acuerdo parece imposible, no podemos renunciar al mismo en el campo de la justicia.

La responsabilidad aparece como un principio vatido porque auna desde los diversos horizontes la libertad de decisi6n y la exigencia etica. Una convicci6n sin responsabilidad aparecera como poesfa desangelada, mientras que una responsabilidad sin convicci6n se confundirfa con una eficacia a cualquier precio. Que la tradici6n cultural occidental recuse cualquier fundamento ultimo no quiere decir que no posea bases en las que asentarse. Los derechos humanos, a pesar de su abstracci6n, deben constituir el contrapunto que encarne dicha responsabilidad.

De esta forma la responsabilidad de la que hablamos no se reduce a la categorfa jurfdica de imputabilidad (soy responsable de un hecho, conjugado en pasado, cometido en un tiempo y espacio determinados), sino que se refiere mas bien a una categorfa moral, con una convicci6n fundamental que se declina en futuro. Es el compromiso por dejar un mundo mas habitable y mas justo para las generaciones venideras. Estamos lejos del pequeno horizonte individual de las consecuencias de una acci6n ya realizada.

Nos referimos al nuevo imperativo kantiano formulado por Hans Jonas: "Actua de tal manera que exista aun una humanidad despues de ti el mas largo tiempo posible". Esta responsabilidad no es recfproca (postulado esencial en la etica individual) sino unidireccional, como la de los padres respecto de los hijos, y gratuita ya que debemos sentimos responsables del futuro de personas que nunca nos conocenin. La responsabilidad es una categorfa valida para un mundo incapaz de ponerse de acuerdo en los porques que la sustenten. Unas convicciones, sin embargo, indispensables para no desencarnarla confundiendola con el sentido de la eficacia, la mera utilidad o la buena gesti6n de los recursos.

Entendamonos bien: la responsabilidad de la que hablamos no condena en sf mismo ni el dinero, ni el mercado ni la tecnica, sino las maneras negativas de utilizarIos, denunciando sus efectos personales y comunitarios. El problema fundamental no estriba en el tipo de tecnica, ni en el soporte de la informaci6n, sino en el modelo de sociedad en que dicha informaci6n circula y al servicio de la cual se pone. i,C6mo construir ese modelo social mas equitativo? i,C6mo organizarlo mas democnilicanlente para que verdaderamente todos puedan expresar su voz? i, C6mo poner la ciencia y la tecnica al servicio de la lucha contra tanto sufrimiento humano?

Parad6jicamente, en el reconocimiento actual que las ciencias humanas profesan de sus propias limitaciones, asf como de la humildad exhibida por la etica contemporanea, se abre una ventana de esperanza para resolver estas preguntas, lejos de todo dualismo y fieles a nuestra mejor tradici6n humanista, plagada de grandes cientfficos, que siempre pens6 la ciencia como la 2folllotora del progreso y el bienestar al s.ervicin riP lin n-111nrJn ....... !l<;;: fp\i7 " ~{)li(l::lrio +

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