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Unidad III Perspectivas del Trabajo Social en el Contexto Internacional; El Trabajo Social Norte americano: Origen y evolución La cuestión en los Estados Unidos es bien significativa, porque en él se institucionaliza el Trabajo Social. El desarrollo de la misma refleja una síntesis de ideas en progreso derivadas de muchos pueblos y culturas. Aunque las palabras caridad, beneficencia y filantropía tienen raíces latinas y griegas fundamentadas en principios bíblicos, conceptos asociados al Trabajo Social también le deben mucho a la influencia del Corán, así como a las prácticas de ayuda mutua de los indígenas de América, a la comunidad afro-americana, y a los inmigrantes provenientes del mundo entero a Estados Unidos. Antes de la Revolución del siglo XVIII (en USA), ya se había establecido en Norteamérica un sistema formalizado de ayuda al pobre, de bienestar infantil, e inclusive de salud mental. Estos sistemas tenían el doble propósito de ofrecer compasión y protección. En los albores del siglo XIX los estados de la unión empezaron a responsabilizarse por la distribución de beneficios sociales en poblados y condados. Debido a que las respuestas que daba el gobierno eran en gran parte insuficientes o inefectivas en el trato al creciente número de problemas sociales, sociedades privadas benéficas y organizaciones de esfuerzo personal, los antecesores de las agencias de los servicios sociales modernos, jugaban un papel cada vez más importante en la solución de problemas de índole social 1

Unidad III

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Unidad III

Perspectivas del Trabajo Social en el Contexto Internacional;

El Trabajo Social Norte americano:

Origen y evolución

La cuestión en los Estados Unidos es bien significativa, porque en él se institucionaliza el Trabajo Social.

 El desarrollo de la misma refleja una síntesis de ideas en progreso derivadas de muchos pueblos

y culturas. Aunque las palabras caridad, beneficencia y filantropía tienen raíces latinas y griegas

fundamentadas en principios bíblicos, conceptos asociados al Trabajo Social también le deben

mucho a la influencia del Corán, así como a las prácticas de ayuda mutua de los indígenas de

América, a la comunidad afro-americana, y a los inmigrantes provenientes del mundo entero a

Estados Unidos.

 Antes de la Revolución del siglo XVIII (en USA), ya se había establecido en Norteamérica un

sistema formalizado de ayuda al pobre, de bienestar infantil, e inclusive de salud mental. Estos

sistemas tenían el doble propósito de ofrecer compasión y protección. En los albores del siglo

XIX los estados de la unión empezaron a responsabilizarse por la distribución de beneficios

sociales en poblados y condados. Debido a que las respuestas que daba el gobierno eran en

gran parte insuficientes o inefectivas en el trato al creciente número de problemas sociales,

sociedades privadas benéficas y organizaciones de esfuerzo personal, los antecesores de las

agencias de los servicios sociales modernos, jugaban un papel cada vez más importante en la

solución de problemas de índole social

Remontándose a los esfuerzos de mujeres de la alta sociedad (Jane Addams, Ellen Gates Starr

y otras) y hombres asociados a organizaciones religiosas y laicas que daban tratamiento a la

problemática de la pobreza, urbanización, e inmigración.

Estos proto-Trabajadores Sociales, conocidos como “visitantes amistosos”, intentaban ayudar a

los pobres a través de la persuasión moral y el ejemplo personal. Organizaciones como la

Asociación para el Mejoramiento de las Condiciones del Pobre (Association for the

Improvement of the Condition of the Poor) y la Sociedad de Ayuda a los Niños (Children’s Aid

Society) empezaron a investigar las condiciones sociales presentes en casas de vecindades

(tenement housing), y entre los niños.

No obstante, recién a finales del siglo XIX en 1877 llega a EE.UU. Específicamente en la

ciudad de Buffalo, Nueva York, la primera Sociedad de Organización Benéfica (COS, Charity

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Organization Society), donde tuvo una gran acogida y desarrollo por la cuestión social

vivida en el momento tales como las secuelas de la Guerra Civil, además la rápida

expansión industrial y un consecuente aumento vertiginoso en las necesidades personales y

comunitarias. Entre los cambios sociales más notables de esta época se encuentra una serie de

depresiones económicas (conocidas como “pánicos”) y sus consecuencias adversas vistas

como nuevas manifestaciones de racismo posterior al período de la Reconstrucción en 1876;

así también se da un precipitado aumento de inmigrantes procedentes del sur y del oriente

europeo.

Situación que promueve una amplia gama de usuarios. Entre los mismos se

encuentran ciertos grupos compuestos por judíos pobres, católicos y afro-

estadounidenses en particular quienes preferían los sistemas más individuales de ayuda

y de asistencia mutua acorde a normas establecidas en sus propias comunidades, que la

asistencia de la COS.

Ante la necesidad de contar con personal capacitado ante esta nueva profesión que se va

gestando Anna L. Dawes promueve el vocablo Social Work e introduce en 1893 en el

Congreso Internacional de Beneficencia, Corrección y Filantropía realizado en Chicago

para referir sobre la necesidad de capacitar expertos bajo esta denominación (Torres

Jorge; 2006:110).

Más adelante, Mary Richmond, quien se había iniciado en la COS en 1889 como

tesorera y posteriormente (1891) pasa a ocupar el cargo de secretaria general de

dicha institución, incorporándose además al equipo de las “visitadoras amigables” en

donde tuvo la posibilidad de experimentar de manera directa frecuentes errores de los

casos para responder desde los servicios. Situación que le lleva en 1897 a proponer un

proyecto a la conferencia nacional de servicios social de los EE. UU., para crear la escuela de instrucción de la Filantropía Aplicada que se hace realidad en 1898

mediante la C.O.S., quienes ponen a disposición un curso de verano de 6 semanas de

duración.

“A partir de esta experiencia se difunde en ese país y en Europa las escuelas de Trabajo Social

dependiente de centro universitarios de educación superior” (Torres Jorge; 2006:111).

De allí en más el Trabajo Social toma un nuevo rumbo, el de volverse una profesión

institucionalizada con sustentos teóricos y no solo practico.

Ezequiel refiere que:

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En 1899 se abre la primera escuela de Trabajo Social del mundo en Holanda, específicamente en Ámsterdam […] en 1903 se crean Escuelas en Nueva York y Boston, y en 1908 en Chicago (Ander Egg; 1994:114).

Es decir, tanto en Europa como en Norteamérica se difunde paralelamente el tema de la

capacitación intelectual formal que pasa a definir a la profesión como un oficio.

Al respecto Torres menciona que:

La capacitación de esta nueva fuerza de trabajo intelectual define el oficio del trabajador social,

iniciándose mediante cursos de dos años de formación universitaria que permiten obtener títulos de

visitadoras sociales, mejoradoras sociales, asistentes sociales o trabajadores sociales. Posteriormente esta

capacitación llega a durar tres, cuatros, o cincos años, permitiendo al Trabajo Social una formación

científica, que supera el pragmatismo que le dio nacimiento (Jorge Torres; 2006:110).

Queda claro el tema de la formación, sin embargo cabe mencionar que es importante

analizar qué es lo que se estaba enseñando desde dichas instancias educativas y por qué

surgen ciertas corrientes que forman la profesión.

Para eso debemos volver a Mary Richmond, quien a los 32 años de edad, siendo consciente de que se necesita una formación teórica y técnica, para realizar su tarea, empieza a estudiar Ciencias Sociales y Sicología. De donde adquiere fuerte influencias por dichas ciencias y por los personajes tales como: William James, Jhon Dewey y Georg Mead, como también se introduce en el estudio del sicoanálisis y de los antropólogos como se comprenderá un poco más adelante.

Cabe mencionar que juntamente con la aparición de los primeros institutos de capacitación, se

va formando otro fenómeno, conocido como; la secularización de la asistencia social, que

consiste en que el hombre deja de lado toda explicación religiosa, para ser remplazada por una

explicación a partir de las ciencias y de la propia existencia humana.

Situaciones como estas y la de los problemas sociales y de crisis económicas hacen que la

Asistencia Social Norteamericana tenga ciertas características;

No solo la crisis económica mueve hacia la intervención estatal. El miedo de la burguesía, al

movimiento de la clase obrera y la preocupación porque el socialismo que ya no es una utopía,

sino una realidad que hasta ese momento ha triunfado en Rusia.

La lucha de los trabajadores por obtener derecho de asociarse, va dando poco a poco sus

primeros resultados.

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Por otra parte, como los partidos políticos deben conseguir votos y apoyo de las masas

trabajadoras, se ven precisados a incluir a en sus programas y ofrecer a los votantes reformas

sociales.

Se había hecho algunas reformaciones en torno a los principios de la economía clásica. Además

de reforma agraria, plan de reconstrucción industrial, leyes de tipos social que empiezan a

promulgarse etc. Sin embargo hasta los años 30, los Estados Unidos era el único país implicado

en la revolución industrial que no tenía ningún programa general de seguridad Social.

Mientras que el estado iba interviniendo en la vida económica y la preocupación por los

problemas sociales que de apoco se expresan en leyes protectoras de la clase desposeídas, se

iba haciendo cada vez más necesarias una profesión que respondiese a las nuevas exigencias.

Dentro del contexto de renovación del liberalismo, se afirma la institucionalización del Servicio

Social profesional, ya existente de algún modo desde las primeras décadas del siglo.

Por esa razón se considera al neo-liberalismo, como la concepción político- económico vigente

que sirve de encuadre al Servicio Social profesionalizado.

El neo-liberalismo a diferencia del liberalismo clásico prescribía toda forma de intervención del

Estado en la producción, con la condición de que se respete la propiedad privada de los bienes

de producción.DS

Para dicha corriente era importante la eliminación del desorden y la miseria, para ello era

necesaria la intervención adecuada del Estado, con el fin de corregir las consecuencias más

graves que derivan de la desigualdad de las condiciones humanas. Acudiendo también en

auxilio de los más necesitados, que nada o muy poco puede hacer por situación tal como el caso

de los ancianos, inválidos y huérfanos, etc.

Además del sistema de seguridad social que salvaguarde al hombre de contingencias

económicas como el paro, y los accidentes laborales, la enfermedad, etc. Todas ellas funciones

de responsabilidad del Estado según el Neo- Liberalismo, en donde el trabajador social se ve

implicado en la aplicación de dichas políticas de legislaciones sociales.

Así también es necesario comprender el pensamiento filosófico que subyace en el “Social

Work”

Filosofía que es una concepción filosófica y no la filosofía del Servicio Social. Filosofía

norteamericana que ha llegado a ser fundamentalmente secular e inductiva.

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En el sentido de que el hombre al saber su sentido “lo que es” se considera como lo que “ha de

ser”.

Entre las mismas se encuentran:

El empirismo que hace referencia explícita al problema del conocimiento, y la necesidad de

justificar la certeza del mismo.

Es el conocimiento que se origina desde la experiencia. También se trata de un sistema filosófico basado

en los datos de la experiencia, que se adquieren mediante hipótesis, conjeturas y teorías probadas

mediante la observación del mundo natural de los hechos (empirismo, 2012).

Para la misma el raciocinio, la intuición y la revelación están subordinados a la

experiencia.

El pragmatismo constituyo en el supuesto del humanismo norteamericano. Siendo

dicha filosofía la “ciencia del hombre” pero fundada solo en el método científico. La

esencia del hombre será aquello que decide la voluntad dominadora del hombre.

Pensamiento que se ha vuelto decisivo en la concepción del hombre y de las relaciones

sociales.

El Pragmatismo es un movimiento filosófico norteamericano de carácter empirista que considera los

efectos prácticos de una teoría como el único criterio válido para juzgar su verdad

(definición/pragmatismo, 2012).

William Jame, uno de los precursores de del pragmatismo se hizo sentir con su pensamiento de

que “el fin de la educación tiene un carácter más individual que social”, puesto que esta ultima

instancia “consiste en la organización de los recursos en el ser humano, de aptitudes que lo

capaciten para el mundo físico y social”. El maestro tiene como tarea primordial y esencial

enseñar al alumno conducta que lo permita adaptarse en forma eficaz a su medio ambiente

actual y futuro. Jame se preocupó por aplicar sus principios sicológicos a la educación. No

obstante su influencia en el “social Work” con la idea de “adaptación’’ será fuerte y decisiva en

la concepción de esta profesión, ya no en el maestro que adapta al alumno, sino en el trabajador

social que adapta al usuario.

Otro precursor; Dewey, también influye con su pensamiento “aprender haciendo” “partir de

donde está el grupo” y otras de parecidas índoles que reflejan la acentuación pragmática que se

traduce en un “saber hacer” del “Social Work” norteamericano.

El Positivismo es:

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Un sistema filosófico que se basa en el método experimental y que rechaza los conceptos universales y las

nociones a priori. Para los positivistas, el único conocimiento válido es el conocimiento científico que

surge de la afirmación positiva de las teorías tras la aplicación del método científico

(Definiciones/Positivismo, 2012).

Dicho pensamiento filosófico tiene mucha influencia sobre las ciencias sociales de ese país.

El método positivo parte de una inicial sumisión al objeto, a los hechos, tal como se dan.

Sin embargo el positivismo, más allá de sus intenciones de objetividad y universalidad, se

transforma en la ideología que expresa los intereses de la burguesía. Puesto que “el espíritu

positivo tiende a consolidar el orden mediante la elaboración racional de una sabia resignación

ante los males políticos incurables” Males sociales dolencias que la ciencia no puede remediar.

El enfoque de la sociología Norteamericana en el momento de la institucionalización del

Trabajo Social: Relaciones entre el sociólogo y el trabajador social.

Mientras que los sicólogos comienzan a preocuparse y a ocuparse por la aplicación de los

conocimientos teóricos a los problemas de la vida práctica, los sociólogos cultivan su disciplina

como un instrumento de la reforma social.

Hablando de una “sociología pura” y una “sociología aplicada” sosteniendo que una y otra

podrían y debían usarse para mejorar la sociedad y para ayudar a los hombres a que la vida

humana sea mucho más racional, provechosa, digna y satisfactoria.

Siendo su propósito en mejoramiento de las relaciones humanas.

Dos cuestiones a destacarse de la Sociología en el momento de la institucionalización del

Servicio Social:

1. Tuvo desde su fundación una clara orientación reformista; luego predomina la

preocupación por la ciencia pura. Es decir la tarea de hacer científica a la Sociología.

Situación que condujo a la neutralidad valorativa y a la despreocupación por los

problemas concretos. En ese sentido los sociólogos “no tienen ninguna obligación en

tratar de resolver los problemas sociales”.

2. A partir de la década del 20, los caminos de la sociología con el Trabajo Social se

vuelve cada vez más separadas. Dejándose en claro que la sociología es una “ciencia”

(sin preocupaciones terapéuticas de forma directa) y el Trabajo Social es un “arte” (con

preocupaciones directas por la acción de ayuda para eliminar los desajustes sociales).

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Con estas influencias además de toda la cuestión social del momento el Trabajo Social

se va formando. Sin embargo, aún no existía mucha claridad sobre el método utilizado

hasta el momento. Que según Jorge Torres, consistía en los siguientes pasos:

Investigación de los solicitantes de servicios.

La visita a los domicilio por parte de los llamados “visitantes amistosos”.

La atención individualizada que cada cliente, como se lo denomino en aquella época,

debería recibir considerando su medio ambiente y el tipo de necesidades que padecía (J.

Torres Díaz; 2006:176).\

Hasta que en 1917 Mary Richmond publica su obra clásica denominada Social

Diagnosis que le aporta a la profesión un claro proceso para el estudio y la atención

sistémica del individuo afectado por problemas. El proceso planteado en la ocasión

consiste en una guía metodológica para realizar diagnóstico o diagnosis social en

función a los datos obtenidos por el trabajador social.

Pasando a ser “esta obra el punto de referencia fundamental del Trabajo Social profesional e

institucionalizado, considerándose como la primera sistematización del método de intervención del

Trabajo Social” (E. Ander Egg; 1996:109).

Recién allí realmente el Trabajo Social llega a verse por la sociedad como una forma de

ejercicio profesional que supone una formación específica en determinado ámbito de actuación

y pasa a constituir un modo de ganarse la vida mediante el desempeño de la misma.

En 1918 como consecuencia de la escasez de psiquiatras provocados por la Primera Guerra

Mundial los trabajadores sociales se especializaron en psiquiatría y de esa manera se da lugar al

aporte de los mismos en el tratamiento de caso. No obstante, el Case Work (Trabajo Social de

Caso) aún no estaba totalmente concebido, sino que presentaba como una tentativa para llegar a

una definición de la situación social problematizada.

Con Mary Richmond y Gordon Hamilton, esto va formándose y pasa a ser una forma de

orientación para el tratamiento de los casos desde las llamadas agencias de asistencias sociales.

En otras palabras con estos dos personajes el Case Work pasa a ser uno de los tres Procesos

Clásicos o Tradicionales del Método de Trabajo Social.

El siguiente método se reconoce oficialmente en 1946 en la reunión de la Conferencia Nacional

de Trabajo Social en Búfalo, Nueva York, promovido por los estudios de la Asociación

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Americana para el estudio del Trabajo Social de grupo. En la ocasión, Grace Coyle, decana de

Trabajo Social de grupo expuso el trabajo de diez años de labores de la Asociación Americana

para el estudio de Trabajo Social de grupo. El dilema de los expertos en trabajo de grupo de ese

momento era si se le debía llamar a los encargados de llevar a cabo dicha: educadores de grupos

o trabajadores sociales. Al final se concluyeron que el trabajo de grupo como método cae dentro

del radio de acción del Trabajo Social.

De ahí que el año 1946 se toma como referencia formal para el Trabajo Social de Grupo.

En cuanto al tercer método clásico (el Trabajo Social Comunitario), Jorge Torres refiere que;

En 1947, la Conferencia Nacional de los EE. UU., se apropia del trabajo de comunidad como uno de los

principales métodos, distinguiéndolo como un proceso propio del Trabajo Social (J. Torres Díaz;

2006:189).

Sin embargo, esto ya se viene promoviendo de alguna u otra manera con los pioneros de la

asistencia organizada con Tomas Chalmers (1865), William Booth (1890), Octavia Hill(1865),

y en Alemania con el Sistema Elberfeld.

Además de las Organizaciones de Caridad quienes también crearon sus propios métodos de

comunidad. En 1908 crearon los primeros consejos de asistencia social de los EE. UU., al igual

que las Cajas de Beneficencia de la Comunidad, los Consejos de Barrios, los Comité Vecinales

etc.

Durante muchos años se trabajó sin una guía específica y sin hacerse de la misma como algo

propio.

Hasta que poco a poco se unificaron las definiciones, conceptos, objetivos y principios

orientadores hasta que 1947, como ya se ha mencionado de apropia oficialmente del Trabajo

Social Comunitario como un método más.

Por su condición de disciplina científica y práctica, la maduración y desarrollo del Trabajo

Social están condicionados por la evolución histórica de la sociedad y por las características

propias del desarrollo científico.

Es así como ya se ha mencionado, en sus orígenes, se manifiesta mediante la influencia del

Positivismo – europeo y norteamericano – William James, John Dewey, Herbert Spencer y

George Mead, influyen con su obra en la formación de los primeros Trabajadores Sociales y es

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importante hacer notar que en algún caso, como el de Mary Richmond y George Mead, la

influencia es mutua y personal.

“La profesión del Servicio Social es, como otras, una subcultura ocupacional enraizada en la

base de una cultura más amplia. Las ideas y disposiciones de la cultura envolvente tienen una

sutil pero inexorable influencia sobre las ideas y disposiciones de los asistentes sociales, en

cuantos a asistentes sociales, tienen con relación a lo que es cierto y correcto”

Funcionalismo y Psicoanálisis son corrientes ligadas durante el presente siglo al Trabajo Social.

Sin embargo, la mayor fuente de desarrollo de la profesión ha sido la realidad misma, su

vinculación directa con ella mediante la práctica profesional orientada al desarrollo individual y

social. Esta condición le ha permitido un manejo dinámico, flexible - y hasta dialéctico – de los

elementos científicos y profesionales, en el abordaje de situaciones concretas.

La relación entre teoría y práctica, ha sido motivo de interés y objeto de análisis por parte del

Trabajo Social norteamericano, especialmente a partir de la década de los 50. Los trabajos

impulsados por la Asociación Nacional de Trabajadores Sociales (USA) con respecto a ese

problema, constituyen exponentes muy claros sobre la preocupación constante y creciente del

Trabajador Social por incrementar y desarrollar su carácter científico, a pesar de los obstáculos

que para ello significa su naturaleza de disciplina aplicada.

En ese sentido, profesionales como Gordon, Loeb, Greenwood, Kadushin, Bartlett y otros, trataron interesantes aspectos, a saber:

1. Niveles de la teoría científica

2. Grado de evolución de la teoría del Servicio Social

3. Etapas de la evolución de esa teoría

4. Características de la teoría del Servicio Social

5. Problemas de la elaboración de una teoría del Servicio Social

6. Los riesgos para el Servicio Social de emplear conceptos de otras disciplinas

7. Metodologías para la creación de una teoría propia

8. El uso de modelos matemáticos en la teoría del Servicio Social

Sus análisis se insertan dentro del Empirismo lógico y bajo esa perspectiva, históricamente, su

valor es innegable.

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La influencia de algunos de ellos, especialmente de Greenwood, se proyecta a Suramérica,

directamente a través de algunos de sus discípulos chilenos, argentinos y uruguayos.

De este movimiento se distinguen dos ramas principales, los que se interesan por una

metodología rigurosamente científica en el Trabajo Social y los que habiendo seguido a

Greenwood, se separan de su influencia y reaccionan contra sus ideas. Este último grupo es

influido por la sociología Marxista que, en Chile, por condiciones de esa realidad a fines de los

años 60, empieza a adquirir importancia.

Es natural que el Trabajo Social Norteamericano influya en el Trabajo Social Europeo, al igual

que en el Latinoamericano. La sistematización escrita que los mismos realizaban tenía su

efecto positivo. La metodología que se le suministra a la profesión pasa a recorrer de un

continente a otro.

Sin embargo, las variaciones de los contextos en que la misma se implantaban, especialmente en

Latinoamérica, no eran similares a la de los EE.UU., y eso con el correr de los años genera una

necesidad de re ver y re conceptualizar la metodología.

Bibliografía

Ander Egg, E. (1996) Introducción al Trabajo Social. Bs. As. Argentina. Lumen Humanita.

Ander Egg, E. (1994) Historia del Trabajo Social. Bs. As. Argentina. Lumen Humanita.

Torres Díaz, J. (2006) Historia del Trabajo Social. Bs. As. México. Lumen Humanita.

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