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UNIDAD XIII: LA EUCARISTÍA SACRAMENTUM CARITATIS. EL SACRAMENTO DE LA UNIDAD. DEL CUERPO REAL DE CRISTO AL CUERPO MÍSTICO. LA UNIÓN MUTUA ENTRE LOS MIEMBROS DE LA IGLESIA. RELACIÓN EUCARISTÍA - IGLESIA Si la eucaristía es memorial del sacrificio de Cristo y es presencia real, está ordenada a la comunión. La Eucaristía es banquete de comunión. En la comunión eucarística se da la comunión en el sacrificio de Cristo y en su persona. De este modo, el Señor nos pone en relación con el Padre y el Espíritu. Por la comunión se realiza el fin último de la Eucaristía. Se realiza la comunión con la Trinidad y se cumple el misterio de hacer de nosotros que somos muchos, un solo cuerpo. Hay diversos modos de participar de la Eucaristía. La eficacia del sacrificio eucarístico alcanza a aquellos que no comulgan. Hay modos de estar en contacto con Cristo presente en la Eucaristía a través de la adoración y el culto a la Eucaristía. El misterio eucarístico que expresa y realiza la comunión de Cristo con nosotros exige la participación digna y comprometida de los fieles en el santísimo sacramento. A diferencia de lo que sucede con la noción de sacrificio y la comprensión de la presencia real, que han sido motivos de divergencia entre los cristianos. En este ámbito nunca se han dado controversias ni herejías. Por eso no aparece en el magisterio hasta el siglo XX. El hecho de que haya sido poco tratado teológicamente el tema no disminuye en nada la importancia de la comunión en la Eucaristía. El redescubrimiento de la eucaristía como sacramento de la comunión ha significado volver a las fuentes (NT y Padres). En primer lugar, nos remitimos al NT, en la relación entre Eucaristía e Iglesia. Según lo señala Hch. 2, 42-44, está ya presente en la misma institución de la Eucaristía como cena comunitaria en la cual realiza la comunión con los suyos a través de su cuerpo y sangre ofrecidos como alimento y bebida. Cuatro discursos de despedida de Jesús: Jn 13, 15, 16, 17. Desde allí, tanto la cena como la cruz tienen esta dimensión de unidad. La reunión de 1

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UNIDAD XIII: LA EUCARISTÍA SACRAMENTUM CARITATIS.

EL SACRAMENTO DE LA UNIDAD. DEL CUERPO REAL DE CRISTO AL CUERPO MÍSTICO. LA UNIÓN MUTUA ENTRE LOS MIEMBROS DE LA IGLESIA.

RELACIÓN EUCARISTÍA - IGLESIA

Si la eucaristía es memorial del sacrificio de Cristo y es presencia real, está ordenada a la comunión. La Eucaristía es banquete de comunión. En la comunión eucarística se da la comunión en el sacrificio de Cristo y en su persona. De este modo, el Señor nos pone en relación con el Padre y el Espíritu. Por la comunión se realiza el fin último de la Eucaristía. Se realiza la comunión con la Trinidad y se cumple el misterio de hacer de nosotros que somos muchos, un solo cuerpo.

Hay diversos modos de participar de la Eucaristía. La eficacia del sacrificio eucarístico alcanza a aquellos que no comulgan. Hay modos de estar en contacto con Cristo presente en la Eucaristía a través de la adoración y el culto a la Eucaristía.

El misterio eucarístico que expresa y realiza la comunión de Cristo con nosotros exige la participación digna y comprometida de los fieles en el santísimo sacramento.

A diferencia de lo que sucede con la noción de sacrificio y la comprensión de la presencia real, que han sido motivos de divergencia entre los cristianos. En este ámbito nunca se han dado controversias ni herejías. Por eso no aparece en el magisterio hasta el siglo XX. El hecho de que haya sido poco tratado teológicamente el tema no disminuye en nada la importancia de la comunión en la Eucaristía.

El redescubrimiento de la eucaristía como sacramento de la comunión ha significado volver a las fuentes (NT y Padres).

En primer lugar, nos remitimos al NT, en la relación entre Eucaristía e Iglesia. Según lo señala Hch. 2, 42-44, está ya presente en la misma institución de la Eucaristía como cena comunitaria en la cual realiza la comunión con los suyos a través de su cuerpo y sangre ofrecidos como alimento y bebida.

Cuatro discursos de despedida de Jesús: Jn 13, 15, 16, 17. Desde allí, tanto la cena como la cruz tienen esta dimensión de unidad. La reunión de los hijos de Dios dispersos. De allí que el servicio, la caridad, la oración por la unidad (cap. 17), como condición de credibilidad se convierten en el ambiente natural y la exigencia de la eucaristía que de acuerdo a la tradición sinóptica fue instituida en la cena y según Lucas y Pablo mandó a celebrar en su memoria.

La comunidad encuentra su punto de reunión y unidad en la fracción del pan. Se hace memoria de la pasión y muerte de Cristo a través de la fracción del pan.

El redescubrimiento de la relación entre Iglesia y Eucaristía y que ha llevado a la eclesiología eucarística se ha fundado en el testimonio de Pablo (1 Cor 10-11).

1 Cor 10, 16-17: todavía no hay una imagen de Iglesia universal, las divisiones se expresan en un lugar. La Iglesia de Corinto estaba formada por cuatro iglesias domésticas. En ese contexto recurre a aquello para lo cual la Iglesia se reúne; el único acto de culto de la comunidad. Hace un recurso retórico al cuerpo y sangre de

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Cristo. Pone en primer lugar, la comunión de la sangre y luego del pan: aquellos que comparten el mismo pan forman un solo cuerpo. Intenta un camino por el cual de la Cena del Señor pasa a la soteriología concluyendo a la eclesiología.

1 Cor 11, 17-34: la cena del Señor como sacramento de donación total de Cristo a la Iglesia. Se da en el marco de una cena. Lugar de la comunidad es el lugar del disentimiento. En este marco, la comunión personal y comunitaria en el cuerpo y la sangre de Cristo es propuesta por Pablo a través de una triple identificación entre Iglesia y Eucaristía:

a) A nivel de lenguaje: Aquí Pablo utiliza la Palabra soma,(más integra que la carne)tiene repercusión en la consecuencia eclesiológica. Hasta la crisis eucarística de Berengario donde el Cuerpo de Cristo es la Iglesia y la Eucaristía hasta el siglo XII será considerada como cuerpo real y la eucaristía como místico. Luego se aplica al revés, Iglesia como cuerpo místico, eucarística como cuerpo real.

b) A nivel de simbolismo: unidad de copa y pan, símbolo del único cuerpo.c) A nivel de profundidad real: Iglesia es el cuerpo de Cristo porque se nutre del cuerpo eucarístico de

Cristo.

La Eucaristía hace la Iglesia, la Iglesia hace la Eucaristía. Se debe entender del siguiente modo: Cristo dándose a la Iglesia en su Eucaristía se convierte en su cuerpo. Cristo dándose en la Eucaristía, presente en la Iglesia, la celebra y la da a los suyos La estructura profunda muestra a la Iglesia como el cuerpo del Señor místico y real que el Señor de la gloria tiene sobre la tierra.

La Eucaristía presenta como cuerpo misterioso, sacramental que hace de la Iglesia el cuerpo que recibe (Ef 5, 25-27). Donación de Cristo a su esposa, hecha una vez que se repite en cada eucaristía.

Esta visión presente en Pablo, sin solución de continuidad será recogida por los Padres de la Iglesia. No se puede pensar a la Iglesia sin la comunión de la fe.

San Ignacio: de la eucaristía fluye toda la vida, de la acción social y martirio. La caridad que brota de la Eucaristía. Ignacio habla de la Iglesia como ágape, es decir, amor, la Iglesia es signo visible del amor de Dios encarnado en Cristo visible en la Eucaristía. El servicio es expresión concreta del amor (ver en Jn.) Gal 5, 13. Explica porque para los primeros cristianos era natural el paso del Sacramento del altar al sacramento del servicio a los hermanos. La gracia de Cristo presente en la eucaristía se traduce inmediatamente en amor y servicio, la eucaristía liberaba del egoísmo y orientada hacia las necesidades de los demás es signo de la entrega sin límites de Cristo.

Una visión común a los padres es que la Iglesia se reencuentra en su experiencia fundante en torno al Cuerpo y la Sangre del Señor. Esto se percibe en diferentes Padres y en diferentes siglos:

Cipriano de Cartago: recoge el simbolismo de unidad y multitud comparando la realidad significativa del pan y del vino comparándola con la grey que conducida llega a la unidad. Otro simbolismo es el de la unión profunda con Cristo, está unidad se da a través de la realidad del agua.

Agustín retoma esta imagen: lo mismo que se da en la confesión del pan se da en el proceso en el que el neófito se convierte en bautizado.

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Gaudencio de Brescia: imagen de los múltiples racimos de viñas, aquellos que participan del único Cristo son unidos en la unidad de Cristo.

San Agustín explota mejor cuanto se puede afirmar acerca de la relación Eucaristía – Iglesia. El vínculo entre Cristo y la Iglesia se da en el único sacrificio. Agustín identifica el Cuerpo de Cristo que es la Iglesia con la Eucaristía. Se expresa así en las Cartas 227 y 272. El camino que hace Agustín es inverso al de Pablo: “vosotros sois el Cuerpo de Cristo y sus miembros, lo que está sobre el alatar es el símbolo de vosotros mismos” en la Eucaristía se expresa la unidad del cuerpo de Cristo. Por eso, participando de la Eucaristía recibimos nuestra propia realidad.

En la Carta 227 habla de la Iglesia directamente como Cuerpo de Cristo. Al ofrecer la Eucaristía la Iglesia se ofrece a sí mismo.

En la teología griega encontramos varios autores que refieren a esto:

Juan Crisóstomo: hace brotar todas las consecuencias del comportamiento de los fieles cristianos de… En la Carta a los Corintios aparece la realidad de la caridad. Beber el mismo cáliz es signo de la más perfecta caridad. Haber sido partícipes de una misma mesa común nos lleva a la caridad. Relación Eucaristía – caridad, eucaristía – amor fraterno. Desde aquí Juan llevará la relación entre el sacramento eucarístico y el sacramento del amor. En el texto al Comentario al Evangelio de Mateo el sacrificio del Cuerpo del Señor lleva a honrar el Cuerpo del Señor en todos sus miembros, en los más débiles y desfigurados. Pone en relación el sacramento con Mt 25.

Cirilo de Alejandría al comentar el Evangelio de San Juan. De allí, Cirilo dice que quien come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en Él. Cristo no viene por una relación afectiva sino que nos convertimos en una cosa sola como dos trozos de cera unidos por el fuego se convierten en una sola cosa. Él está en nosotros y nosotros en Él. Una relación de interioridad más interior que nosotros mismos.

En los textos litúrgicos también se ve esto. Las fórmulas de las plegarias eucarísticas de las distintas tradiciones eclesiales expresan a la Iglesia como Cuerpo, como Esposa. Reafirman la unidad en el Cuerpo del Señor mediante la comunión en el único Cuerpo y en el único cáliz. (Tradición alejandrina)

En el canon romano se ve claramente. En la anáfora alejandrina de Basilio de Cesarea señala que al comulgar estamos llamados a convertirnos en un solo Cuerpo y en un solo Cáliz. En la anáfora de Teodoro de Mopsuestiaseñala los efectos de la efusión del Espíritu sobre los dones

El efecto del sacramento dela eucaristía es la realización del único cuerpo de Cristo gracias a la que participamos a través del sacrificio del altar.

Se puede consultar: “Carne de la Iglesia, Carne de Cristo”.Allí hace una analogía entre Cuerpo eucarístico y Cuerpo eclesial.

John Zizioulas: Señala el lugar que en esa espiritualidad ocupan la Eucaristía y el Bautismo. Luego de desarrollar el tema del Bautismo dice“La eucaristía ofrecía positivamente lo que el Bautismo expresa negativamente.” La Eucaristía era un modo de ser en la primitiva comunidad: no había espiritualidad.

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Esta conciencia ha permanecido en la teología oriental que ha conservado el concepto de eclesiología eucarística, conservando una expresión que nace de la celebración de los misterios. Así lo expresa el texto de Nicolás Cabasilas.

En la teología occidental este aspecto no ha estado tan acentuado, sin embargo quedan presentes hasta medioevo las afirmaciones centrales de los Padres.

Tomás en la q 63 a 6 afirma que la gracia de la Eucaristía es la unidad del cuerpo místico, la comunión con Cristo y entre nosotros, es decir, la unidad del Pueblo cristiano. Conoce como denominación de la Eucaristía la palabra synaxis (asamblea congregada). En esta misma cuestión había nombrado a la eucaristía como el sacramento de la unidad eclesiástica. En otro contexto, en los escolásticos estaba claro que la realidad última de la Eucaristía es la caridad. Esto está presente en Alberto Magno que retoma la imagen de los Padres (pan hecho de muchos granos, así el verdadero Cuerpo de Cristo están hecha de muchas gotas de sangre mezcladas entre sí, así muchos fieles constituyen místicamente el único cuerpo de Cristo). El hecho de ser el único Cuerpo de Cristo nos lleva a la comunión de bienes materiales y espirituales.

En la teología occidental al ponerse el acento en la presencia y la adoración este aspecto quedo olvidado. Faltó, también, práctica pastoral: el hecho de que la comunión fuera menos frecuente no contribuyó al desarrollo de una eclesiología eucarística.

La teología del siglo XX produjo un redescubrimiento de la relación entre Iglesia y Eucaristía. El cuerpo real de Cristo es el Cuerpo eclesial. El verdadero aporte se dio gracias a la teología ortodoxa en concreto a la obra de Nicolás Affanasiev cae en un cierto congregacionalismo, porque en cada eucaristía parroquial se encuentra toda la Iglesia.

Será Zizioules retoma al autor anterior y se convierte en el más claro representante de una eclesiología eucarística.

En campo católico, recogiendo a Affanasievserá J. M . R. Tillard “Carne de Cristo, Carne de la Iglesia”. Hoy es patrimonio común de la eclesiología.

MAGISTERIO

Esto será recibido en las enseñanzas del Magisterio de la Iglesia, comenzando por el Concilio Vaticano II.

LG 3 Afirma la relación de la Iglesia con la misión del Hijo. El pan eucarístico representa y realiza la unidad del cuerpo eclesial.

LG 7 Se centra en la Iglesia como cuerpo de Cristo.

LG 11 Por la Eucaristía se significa y realiza la unidad del Pueblo de Dios.

Dos documentos posteriores hablan de la Eucaristía en relación con la Iglesia.

JUAN PABLO II: Ecclesia de Eucharistia.

Números 21-23: La unidad se consolida impulsando la unidad hacia la evangelización.

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Número 34: la comunión eucarística es necesaria, debe realizarse visible e invisiblemente. Desarrolla la importancia de la vida en gracia en cuanto a la comunión invisible. En cuanto a la comunión visible, desarrolla la división de la Iglesia.

BENEDICTO XVI: Sacramentum Caritatis.

“Descubrimos también aquí un aspecto elocuente de la fórmula de san Juan: “Él nos ha amado primero” (1Jn 4,19). Así, también nosotros confesamos en cada celebración la primacía del don de Cristo. En definitiva, el influjo causal de la Eucaristía en el origen de la Iglesia revela la precedencia no sólo cronológica sino también ontológica del habernos “amado primero”. Él es eternamente quien nos ama primero.” N° 14.

CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA1391 La comunión acrecienta nuestra unión con Cristo. Recibir la Eucaristía en la comunión da como fruto principal la unión íntima con Cristo Jesús. En efecto, el Señor dice: "Quien come mi Carne y bebe mi Sangre habita en mí y yo en él" (Jn 6,56). La vida en Cristo encuentra su fundamento en el banquete eucarístico: "Lo mismo que me ha enviado el Padre, que vive, y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por mí" (Jn 6,57): Cuando en las fiestas del Señor los fieles reciben el Cuerpo del Hijo, proclaman unos a otros la Buena Nueva de que se dan las arras de la vida, como cuando el ángel dijo a María de Magdala: "¡Cristo ha resucitado!" He aquí que ahora también la vida y la resurrección son comunicadas a quien recibe a Cristo.

1392 Lo que el alimento material produce en nuestra vida corporal, la comunión lo realiza de manera admirable en nuestra vida espiritual. La comunión con la Carne de Cristo resucitado, "vivificada por el Espíritu Santo y vivificante", conserva, acrecienta y renueva la vida de gracia recibida en el Bautismo. Este crecimiento de la vida cristiana necesita ser alimentado por la comunión eucarística, pan de nuestra peregrinación, hasta el momento de la muerte, cuando nos sea dada como viático.

1393 La comunión nos separa del pecado. El Cuerpo de Cristo que recibimos en la comunión es "entregado por nosotros", y la Sangre que bebemos es "derramada por muchos para el perdón de los pecados". Por eso la Eucaristía no puede unirnos a Cristo sin purificarnos al mismo tiempo de los pecados cometidos y preservarnos de futuros pecados: "Cada vez que lo recibimos, anunciamos la muerte del Señor". Si anunciamos la muerte del Señor, anunciamos también el perdón de los pecados. Si cada vez que su Sangre es derramada, lo es para el perdón de los pecados, debo recibirle siempre, para que siempre me perdone los pecados. Yo que peco siempre, debo tener siempre un remedio.

1394 Como el alimento corporal sirve para restaurar la pérdida de fuerzas, la Eucaristía fortalece la caridad que, en la vida cotidiana, tiende a debilitarse; y esta caridad vivificada borra los pecados veniales. Dándose a nosotros, Cristo reaviva nuestro amor y nos hace capaces de romper los lazos desordenados con las criaturas y de arraigarnos en El:Porque Cristo murió por nuestro amor, cuando hacemos conmemoración desu muerte en nuestro sacrificio, pedimos que venga el Espíritu Santo y noscomunique el amor; suplicamos fervorosamente que aquel mismo amorque impulsó a Cristo a dejarse crucificar por nosotros sea infundidopor el Espíritu Santo en nuestros propios corazones, con objeto de queconsideremos al mundo como crucificado para nosotros, y sepamos vivircrucificados para el mundo... y, llenos de caridad, muertos para elpecado vivamos para Dios. [San Fulgencio de Ruspe]

1395 Por la misma caridad que enciende en nosotros, la Eucaristía nos preserva de futurospecados mortales. Cuanto más participamos en la vida de Cristo y más progresamos en suamistad, tanto más difícil se nos hará romper con El por el pecado mortal. La Eucaristía noestá ordenada al perdón de los pecados mortales. Esto es propio del sacramento de laReconciliación. Lo propio de la Eucaristía es ser el sacramento de los que están en plenacomunión con la Iglesia.

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1396 La unidad del Cuerpo místico: La Eucaristía hace la Iglesia. Los que reciben laEucaristía se unen más estrechamente a Cristo. Por ello mismo, Cristo los une a todos losfieles en un solo cuerpo: la Iglesia. La comunión renueva, fortifica, profundiza estaincorporación a la Iglesia realizada ya por el Bautismo. En el Bautismo fuimos llamados a noformar más que un solo cuerpo. La Eucaristía realiza esta llamada: "El cáliz de bendición quebendecimos ¿no es acaso comunión con la sangre de Cristo?, y el pan que partimos ¿no escomunión con el Cuerpo de Cristo? Porque aun siendo muchos, un solo pan y un solo cuerposomos, pues todos participamos de un solo pan" (1 Co 10,16-17):Si vosotros mismos sois Cuerpo y miembros de Cristo, sois elsacramento que es puesto sobre la mesa del Señor, y recibís estesacramento vuestro. Respondéis "amén" (es decir, "sí", "es verdad") alo que recibís, con lo que, respondiendo, lo reafirmáis. Oyes decir"el Cuerpo de Cristo", y respondes "amén". Por lo tanto, sé túverdadero miembro de Cristo para que tu "amén" sea también verdadero.[San Agustín]

1397 La Eucaristía entraña un compromiso en favor de los pobres: Para recibir en la verdadel Cuerpo y la Sangre de Cristo entregados por nosotros debemos reconocer a Cristo en losmás pobres, sus hermanos.Has gustado la sangre del Señor y no reconoces a tu hermano. Deshonras esta mesa,no juzgando digno de compartir tu alimento al que ha sidojuzgado digno de participar en esta mesa. Dios te ha liberado de todos lospecados y te ha invitado a ella. Y tú, aún así, no te has hechomás misericordioso. [San Juan Crisóstomo]

ACERCAMIENTO TEOLÓGICO.

Si la Eucaristía tiene el efecto de la comunión, encierra una serie de efectos: Comunión con Cristo: signo rememorativo. Comunión con el Espíritu Santo. Comunión eclesial. Comunión fraterna (la Iglesia es signo de ella). Entendida como

realidad teologal y como fraternidad humana. Anticipo escatológico: la Eucaristía que es banquete del Reino anuncia la comunión de los santos

consumada, es sacramento de vida eterna. Se señala, también, la glorificación final. Bajo este aspecto se expresa la Eucaristía se presenta como signo profético.

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Signo manifestativo.