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renovac - UNION PANAMERICANA I ashington, D.C., I

UNION PANAMERICANA I deseen especializarse en aspectos constructivos, eco- nómicos, sociales y administrativos de la vivienda; realizar investigaciones y trabajos experimentales en

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renovac -

U N I O N P A N A M E R I C A N A I a s h i n g t o n , D . C . , I

Page 2: UNION PANAMERICANA I deseen especializarse en aspectos constructivos, eco- nómicos, sociales y administrativos de la vivienda; realizar investigaciones y trabajos experimentales en

a L a ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERI- CANOS, cuyo origen se remonta a la Primera Conferencia

lpjer.qacj~eo1. AmerLarin (Washington, D.C., 1890), es un organismo regional, dentro de las Naciones Unidas,

destinada .a .a$eguccu. Ja.paz, l a justicia, l a solidaridad y l a coopera~ión politic,a, económica y cultural entre las. naciones. de América Son Órganos del CONSEJO DE L A ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERI-' CANOS: e l Consejo lnteromericano Económico y Social,

El Consejo Interamericano de Jurisconsultos y el Con- r e j o Sntemmeri~ano Cultural.

EL CONSEJO INTERAMERICANO ECONOMICO Y SOCIAL tiene como finalidad principal promover e l bie- nestar económico y social de los paises americanos, mediante l a cooperación efectiva entre el los para e l mejor aprovechamiento de sus recursos naturales, su desarrollo agricola e industrial y l a elevación del n ivel de vida de sus pueblos.

L a UNION PANAMERICANA es e l órgano central y permanente de l a ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICANOS y reúne las oficinas técnicas y de informa- ción que constituyen l a Secretaría General de la Organi- zación. L a UNlON PANAMERICANA comprende cuatro departamentos que se ocupan, respectivamente, de los asuntos juridicos, económico-sociales, culturales y administr-ztivos. E l DEPARTAMENTO DE ASUNTOS

ECONOMICOS Y SOCIALES de la UNlON PANAMERI- CANA es la Secretaria del CONSEJO INTERAMERICANO

ECONOMICO Y SOCIAL. L a DlVlSlON DE VIVIENDA Y PLANEAMIENTO

del DEPARTAMENTO DE ASUNTOS ECONOMICOS Y SOCIALES tiene a su cargo aquellos temas del Programa de Trabajo del CONSEJO INTERAMERICANO ECONO- MICO Y SOCIAL que se refieren a la vivienda de interés socibl y a l a planificación urbana y rural. L a División

mantiene una colección permanente de datos sobre estas materias; publica documentos técnicos, bibliografías y un directorio de las instl tucioner de vivienda y planea- miento; edita periódicamente un boletin técnico e infor- mativo - 'Vivienda y Planeamiento"-; participa en congresos, conferencias, reuniones de expertos y en los Seminarios Regionales de Asuntos Sociales; presta ase- soría técnica directa a gobiernos e instituciones; sirve de oficina de enlace entre entidades nacionales e inter- nacionales, y coopera con oi icinas internacionales CO-

mo las Naciones Unidas y su Comisión Económica para Américo Latina.

En cumplimiento del Programa de Cooperación Téc-

nica de l a ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERI- CANOS, l a DlVlSlON DE VIVIENDA Y PLANEAMIENTO tiene a su cargo e l CENTRO lNTERAMERlCAN0 D E VIVIENDA, establecido en Bogotá, Colombia, con fines

de: proporcionar adiestramiento a profesionales que deseen especializarse en aspectos constructivos, eco- nómicos, sociales y administrativos de l a vivienda; realizar investigaciones y trabajos experimentales en los diversos campos de l a vivienda de interés social; pre- parar y divulgar publicaciones, y ofrecer asesoría técnica.

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s e r i e v i v i e n d a y p l a n e a m i e n t o

1 o

r e n - o v a c i ó n u r b a n a

Publ icado en cumplimiento del Programa de Trabaio del CONSEJO INTERAMERICANO ECONOMICO Y SOCIAL

de l a ORGANIZACION D E LOS ESTADOS AMERICANOS

DlVlSlON D E VIVIENDA Y PLANEAMIENTO

DEPARTAMENTO D E ASUNTOS ECONOMICOS Y SOCIALES

U N I O ~ P A N A M E R I C A N A

W a s h i n g t o n , D.C-., 1 9 5 5

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p r e l i m i n a r

A part ir de los primeros años de este siglo, l a s ciudades de la América Latina iniciaron un proceso de rápido crecimiento. Su población urbana, estimada en 1951 en 6 2 . 5 millones de ha- bitantes, aumenta día por día. Cada año, l a industria, el comer- cio y los sistemas de transporte producen, venden y distribuyen más mercancks dentro de las á reas urbanas. Las instituciones cívicas, educacionales, religiosas y de salubridad continúan progresando y expandiéndose.

Investigaciones recientes revelan que aproximadamente el 60 por ciento de los ingresos nacionales de l a ~ m é r i c a Latina pro- vienen de actividades económicas no agri'colas. Puede sostener - se entonces que la economía latinoamericana tiende a transfor - marse en urbana. Ambos fenómenos - de crecimiento exagera- do por una parte y de transición rápida de una economih rura l a otra urbana - no han dado tiempo a las ciudades para conservar y reforzar la integridad de la comunidad urbana y anticipar en forma realista l a s necesidades futuras.

La continua y desordenada expansión de l a s ciudades crea hoy mayores problemas de los que resolver. La,misma exis- tencia de las ciudades latinoamericanas depende aún de su propio crecimiento. P e r o e s imposible detener éste y al mismo tiempo resulta absurdo contener l a expansión a expensas de descuidar los problemas acumulados con .anterioridad.

E s urgente enfrentar hoy el dilema y comenzar a resolverlo La magnitud de los problemas resultantes los hace ver insupera- bles. Sin embargo, pueden avanzarse esperanzas para resolver - los y señalarse técnicas especializadas con las cuales las auto- ridades locales mejorarían el medio ambiente de sus ciudades. Es indispensable planificar el porvenir con visión y audacia, pues de no procederse en esta forma, mañana p o d r h se r más costoso hacerlo. F U ~ éste el tópico central de uno de los puntos de la agenda de la V ~ e u n i ó n del Congreso Interamericano de Municipios que se celebrara en Puerto Rico del 2 al 7 de diciem- bke de 1954,siguiendo l a pauta y el buen cri terio sentados en las reuniones anteriores.

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Una vez más, la Organización de los Estados Americanos, por intermedio del Consejo Interamericano ~ c o n ó m i c o y Social, acudió al llamado que le formulara l a Organización Interameri- cana de cooperación Intermunicipal para colaborar en este te- ma de la agenda. En dicha oportunidad, sometió a l a conside- ración de los distinguidos participantes en el debate, el estudio que nos complacemos en presentar , el cual fue preparado por e l arquitecto y urbanista Luis Vera, quien integra el personal técnico de la División de Vivienda y Planeamiento del Departa- mento de Asuntos Económicos y Sociales de l a Unión Paname- ricana.

Amos E. Taylor, Director

Departamento de Asuntos ~conÓmicos y Sociales

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í n d i c e

P r e l i m i n a r

Indice

1ntroducciÓn

Definiciones

A. PREMISAS Y EXPERIENCIAS

l lo me ración y de sa r ro l l o u rbano

Impactos del de te r io ro

Instrumentos legales

~ c c i ó n municipal

B. BASES PARA UN PROGRAMA

Objetivos

Requis i tos

E lementos

Implicaciones f inanc ie ras

~ i b l i o ~ r a f c a

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i n t r o d u c c i ó n

"Las condiciones miserables y deshonrosas de l a vivienda sólo pueden propagar l a enferme- dad, el c r imen y la inmoralidad. Pueden tam- bién sofocar el espjritu y reducir a quienes l a habitan a l nivel del ganado. Pueden, en ve r - dad, hacer de la vida una carga cas i insoporta- ble. Pueden también s e r una horrible llaga, una ruina que le roba a l a comunidad e l a t rac- tivo y hace de ella un lugar indeseable. La mi - s e r i a de la vivienda puede despojar una comu- nidad, como una cloaca abierta puede ar ru inar un r io . I I

En esta forma s e expresó la Corte Suprema de Estados Unidos (BERMAN v. PARKER, octubre de 19,54) a l cor roborar l a cons- titucionalidad de l a ley de 'refomento urbano' de e se país . Es te pronunciamiento reconoce claramente el derecho que tiene l a comunidad de intervenir en la ~ r e v e n c i ó n y demolición de tugu- rios para la conservación de nuestras ciudad. Es de especial in terés notar que s e da mayor importancia a la eliminación y p r e - vención de á r e a s vetustas de l a ciudad y menos a l a construcciÓn de nuevas viviendas.

De ah; que e l tema de R e f o ~ e n t o Urbano - o bien, Renovación Urbana según l a termino1og;a m á s avanzada - fuese uno de los más significativos que s e haya discutido en e l V Congreso Intera- mericano de Municipios, celebrado en San Juan, Pue r to Rico. Es te hecho no debe sorprendernos. A pesa r de l a creciente acti- vidad en programas de vivienda de muchos pai'ses, a pesar de l a construcción de centenares o mi l la res de nuevas viviendas por instituciones nacionales, a pesar de las muchas y buenas unida- des vecinales y de algunos proyectos de demolición de tugurios, a pesar de todo ésto, ¿cuánto s e ha logrado verdaderamentepara prevenir el deter ioro, pa ra la conservación de á r e a s residencia- les , para la remodelación o e l mejoramiento de aquellos sec tores de nuestras ciudades que s e deterioran gradualmente hasta con- ver t i r se en tugurios y que, no obstante,representanenormes inversiones en serv ic ios públicos, cal les , propiedades, e tc . ?

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E s c laro que la m e r a construcción de nuevas viviendas, O aún de nuevas unidades vecinales en l a perifer ia de l a s ciudades, no solucionará el problema de los tugurios existentes. ~ a m b i é n e s c la ro que, por buena que sea la intención de eliminar algunas vi- viendas deterioradas o de ensanchar una que otra calle, los e s - fuerzos esporádicos y sin coordinación tendrán muy poco efecto sobre el problema total.

Se necesita nueva orientación. Todos sus elementos están comprendidos en el concepto de en ovación Urbana. ¿Qué e s en ovación Urbana? En el estudio que ofrecemos a continuación, Luis Vera define renovaciónurbana como"un proceso básico me- diante el cual s e coordina y sincroniza una se r i e de medidas y disposiciones públicas que afectan a las á r eas ya desarrolladas. a fin de mantener o res taurar en ellas un estado de bienestar y salud de la comunidad. Dentro de un 'programa de renovación, puede considerarse que la conservación es un esfuerzo para pre- venir a las comunidades fundamentalmente sanas de la extensión del deterioro, mediante la ejecución de la ley, la rehabilitación de las construcciones que lo requieran, la educación del y e l uso de poderes del Municipio dirigidos a l a re-estructura- ciÓn de la comunidad. "

¿Qué instituto nacional, qué ciudad o comunidad puede decir hoy que su política persigue es te objetivo o que ya tiene un pro- grama coordinado para el mejoramiento y conservación de la to- talidad del á r ea urbana?

E l problema es apremiante. Ha llegado la hora de emprender programas de acción, programas de renovación urbana, s i las ciudades de América Latina han de sobrevivir al impacto de la industrialización y expansión que el desarrol lo económico ha for- zado sobre muchas de ellas. Habrá quienes protesten del posi- ble costo o dificultad de real izar estos programas. Ellos debe- rán considerar el futuro de mil lares de familias - y millones de pesos en inversiones- s i 'permit imos que l a s á r eas urbanas con- tinúen por e l sendero suicida de l a deterioración.

Anatole A . Solow, Jefe ,lvisiÓn de Vivienda y Planeamiento

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Debe entenderse l a renovación urbana como un proceso continuo y coordinado de desa- rrol lo, mantenimiento y reemplazo de l a s par tes estructurales de l a ciudad. Su ob- jetivo es t r iba en sustentar la totalidad de e s e proceso. Las medidas que s e tomen deben s e r algo m á s que cirugi'a esporádica pa ra remover células enfermas, deben con- s ide ra r y atender a la vitalidad del todo.

Miles L. Colean, Renewing Our Cities, 1953.

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d e f i n i c i o n e s

Deterioro: puede considerarse como una flenfermedadll que ataca las á r e a s residenciales, comerciales o industr iales de la ciudad y que gradualmente las t ransforma en "tugurios".

Areas de tugurios: e s toda á r e a - predominantemente residen- cial - en la que las construcciones o es t ruc turas son perjudicia- les a l a seguridad, salud o moralidad de la comunidad por razo- nes de dilapidación, hacinamiento, diseño defectuoso, falta de luz y ventilación, insalubridad, o combinación de es tos factores.

Conservación: e s todo programa elaborado pa ra prevenir de un posible deterioro a las comunidades que están aún fundamental- mente sanas.

~ e n o v a c i ó n : e s un proceso básico mediante e l cual la comunidad puede sincronizar y coordinar una se r i e de medidas que tienen efecto directo en l a s á r e a s ya desarrol ladas, a fin de mantener y r e s t au ra r un estado de "salud comunal" de aquellas á r e a s . En- vuelve un programa integral pa ra mejorar las condiciones de vi- da y de trabajo en l a s diferentes zonas de l a ciudad, e incluye no sólo l a del deterioro, sino también s u tratamiento y su curación.

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P R E M I S A S Y

E X P E R I E N C I A S

Como fenómeno social necesario y a menos que deser te de sus funciones esenciales , l a ciudad está s iempre en transición. Mientras el pueblo l a habite y la use, jamás podrá completarse s u proceso evolutivo. P o r es ta causa no podrá exist i r una r e s - puesta final y definitiva a los problemas urbanos. Los objetivos avanzan constantemente, s e al teran y s e amplifican. Las ideas y las necesidades cambian de una generación a o t r a y dictan los cambios que s e reflejan en l a forma urbana. El monto. direc- ción y velocidad del cambio en la es t ruc tura de l a ciudad depen- den de la intensidad de nuevos deseos de su de l a s oportunidades que és ta adquiera a l operarse e l cambio, de las dificultades f ís icas y financieras que deben superarse y del vigor que el pueblo ponga en s u trabajo.

A fin de retener es ta dinámica, s e hace forzoso un continuo proceso de renovar sus par tes gastadas y vetustas, y de conser- var sus á reas fundamentalmente sanas . Frente al hecho de l a ciudad, el gobierno local debe maniobrar juri'dicamente poniendo en orden lo existente, mejorando s u estado y encauzando cuanto alcanza l a de lo futuro.

Salvo la excepción de algunos lugares históricos o de primit i- vos centros mineros y madereros en regiones ya intensamente explotadas, ningún conglomerado urbano de América Latina ha perdido su calidad dinámica. En todos ellos, rápida o gradual- mente, s e ha operado un cambio. Sin embargo, ninguna ha po- dido renovar a tiempo sus partes que s e hacían anticuadas y rui- nosas. Las á reas urbanas crecen más rápido de lo que pueden construirse y las consecuencias s e manifiestan evidentemente en la aglomeración, l a formación de tugurios, l a construcciÓn de viviendas que están por debajo de l a s normas mínimas de ha- bitabilidad y la falta de servicios comunales en los nuevos ba- r r i o s que s e forman. EL deterioro de es tas á r e a s no e s un fenó-

1. "No obstante que el cambio tiene lugar en la ciudad dinimica. no significa necesariamente que sucede o debe suceder a1 mismo tiempo y en grado igual en todas Las partes de-la ciudid... Ya sea rápido o gradual, e l cambio e s siempre parcial e inviriablemente envuelve algún com- promiso con e l ideal. Por lo general, cada ciudad tiene partes nuevas. otras deterioradis. otras evidentemente deshauciadas, otras que kon un ob.dculo pira un mejor uso. otra. que están prontas para su demolición y reemplazo y en otras el reemplazo está en pleno proceso. Una ciudad en la que no existieran constantemente partes deteriorada. o ruinosas. no seria u r - ciudad dinámica": Miles L . Colean. Renewinp &r Cities, The Twentieth Century Fund (Ner York, 1953), p. 3.

L a calidad dinámica, propio de cada ciudad,

exige un proceso permanente de renavoción de las partes mós an- tiguas y de aquellas otras que comienzan ya a deteriorarse.

Urge lo Iniciación de este pro- ceso, descuidado Iiasta e l pre- sente, sobre cada comunidad ur- bana a fin de que pueda cumplir eficientemente con sus funciones.

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En consecuencia, es tiempo de abordar respuestas concretas, buscando antes la raiz misma del trastorno.

meno transi torio, sino una carac ter í s t ica permanente que tiende a expandirse en vez de reduci rse y desaparece? a medida que l a ciudad crece .

¿ c ó m o puede detenerse e l deterioro de las á r e a s residencia- les , comerciales e industr iales? Q U ~ puede reemplazar a los tugurios en caso de s u erradicación? Cómo puede efectuarse l a reconstrucciÓn? Cuál e s e l costo de es ta empresa y cómo puede pagarse? Qué sec tor del gobierno local debe ac tua r? Es tas preguntas y o t ras parecidas son repetidamente formuladas. Aun- que no han alcanzado una respuesta satisfactoria en l a ciudad la- tinoamericana, s in embargo, la urgencia de solución presiona sobre cada colectividad local.

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a g l o m e r a c i ó n

y d e s a r r o l l o u r b a n o

La etapa de industrialización intensa, acentuada en ~ m é r i c a Latina en los Últimos veinte años, !uvo como resultado ace lerar la aglomeración y activar el proceso de expansión de la ciudad. 2 Desde entonces, la pausa s e hizo p r i s a y e l orden y e l método quedaron desbordados. La urbanización constituyó la expresión física de l a construcción de la ciudad y la resultante deL progreso económico y social alcanzado por el la . Las mismas fuerzas com- plejas que la c rearon , contribuyeron a hacer de la urbanización un problema: e l incremento de l a población, Ia explotación de recursos , el aumento de Las oportunidades de trabajo, l a aplica- ción de nuevas técnicas, el crecimiento de los mercados de con- sumo, el mejoramiento de los s i s temas de transporte, causas e in tereses de la calidad m á s variada. Sus efectos sobre el proce- so social fueron profundos al t ransformar l a s relaciones humanas en un t ra to menos directo pero m á s intenso, y al conferir un sig- nificado nuevo y mayor a la organización de l a comunidad.

Los requisitos de la nueva sociedad industrial resul taron en alto grado de accesibilidad, continuo intercambio de información e ideas y gran movilidad de la población. Las presiones de las circunstancias, l legaron a s e r diametralmente opuestas a l a s de la simple sociedad rura l . Desde que las gentes en la ciudad-se distribuyeron en ocupaciones especializadas o variadas, sus re- laciones humanas p r imar i a s s e volvieron complejas. El indivi-

2 . "Si bien e s c ier to que l a s caracter ís t icas de las ciudades de América Latina quedan idcn- tificadas con las de la civilización industrial moderna, s e advierte que existen grandes diferen- c ias entre los países predominantemente industriales y aquéllos que no lo son. Generalmente. l a s ciudades de ~ m é r i c a Latina s e ubicaron 'mirando hacia e l m a r ' por l a ventaja de es tar m i s en contacto con el transporte marítimo - Único medio de comunicación con los imperios gober- nantes. Ese vínculo económico y social. con e l mundo exterior causó una ancha brecha entre l a s ciudades y e l interior, entre la población urbana y la rura l . Esta brecha entre e l campoy la ciudad s e reducirá gradualmente a medida que avance e l proceso de industrialización. y e s probable que. con una mayor industrialización, l a s características culturales de l a s ciudades pasen a s e r las de la poblsción rura l y que e l contraste entre l a ciudad y e l campo no s e r í , en e l futuro, mayor que e l que s e observa hoy en países más industrializados". " ~ x ~ a n s i ó n y be - sarro110 de Arcas Urbanas". Vivienda y Planeamiento, número 9. boletín de l a ~ i v i s i ó n de Vi- vienda y Planeamiento de la Unión Panamericana. (Washington. D. C . , enero-febrero, 1954). p. 5.

3. Las tasas de crecimiento del porcentaje de urbana revelan que, en general. e l t r en de urbanización ha sido más rápido en los que ha11 alcanzado un nivel relativamente modesto de desarrollo urbano. Esto e s explikable por dos razones: pr imera , porque una mis- m a variación absoluta produce una tasa de ckecimiento más fuerte en un país cuya proporción de urbana e s débil. que en otro de elevada; segunda, porque en muchos países que alcanzaron en ot ras épocas un alto grado de desarrollo urbano ha llegado éste a un punto de saturación.

E l crecimiento desmedido y desor- denado de l a población urbana es motiva de preocupación por constituir un futuro inquietante para l a vida mismo de los paises latinoamericanos.

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El crecimiento urbano se ha ex-

tendido simuli6neamente e n los

veinte paises latinoamericanos

a l punto de llegar a contar con

42 ciudades que superan una

población de cien mil habitantes.

dualismo y la cooperación sostuvieron guerra permanente y, en consecuencia, s e hizo dificil l a re-integración del pueblo a l a vida organizada de l a ciudad. La urbanización ha venido a con- ve r t i r s e en proceso inconsciente que procura adaptar la sociedad a l hombre contemporáneo. P e r o e s también una fuerza que puede compeler a la organización social a tomar c ie r to grado de adapta- ción a fin de sobrevivir .

A pesar del desequilibrio que existe entre y r ecu r - sos , e l Sndice de crecimiento de aquélla alcanza en ~ m é r i c a La- tina aproximadamente a l 2 , 5 por ciento anual, que representa la t a sa más elevada del mundo (indice mundial: 1, 1 por ciento). Estimaciones hechas recientemente, sefialan un total de 165.206.000 habitantes pa ra los veinte pai'ses. A pesar de que la población ru ra l e s t odavk la más elevada (casi 100 millones), s in embargo, l a urbana ha crecido de un 25 por ciento del total en 1936, a un 39, 5 por ciento en 1951. En l a actualidad, unos 65 millones de habitantes ocupan zonas consideradas por ca- da pa& como ' á r eas urbanas ' . La urbana s e ha concen- trado, por lo general , en l a ciudad capital o en otros 42 centros poblados mayores de 100.000 habitantes (metrópolis). Al incre- mento de esta población han contribui'do en m á s de un 50 por cien- to las migraciones del campo a l a ciudad. Si s e supone una dis- tribución proporcional a la actual según el grado de urbanización (de cada 9 habitantes, 5 van a aumentar las capitales y metrópo- l i s , 3 l a s á r e a s urbanas menores de 100.000 habitantes y 1 l a s á r e a s rura les) , en 1980 l a latinoamericana distribuída en: 44 por ciento en á r e a s rura les y 66 por ciento en á r e a s urbanas. Sobre e s a misma base, no s e r í a exagerado pre- ver que, antes de 1965, s e duplicará l a de l a s capitales y metrópolis.

Las estadíst icas son insuficientes pa ra una tabulación comple- t a y para elaborar términos de comparación: Ecuador organizó s u p r imer censo general en 1950, mientras e l Último censo uru- guayo s e real izó en 1908. E l investigador s e ve forzado a esco- ge r , por consiguiente, en t r e un buen número de suposiciones y conjeturas; pero, en términos generales , puede concluirse que los mayores aumentos de s e han producido cas i sin excepción en ciudades en pleno desarrol lo industrial. Lima, por

4. Statistical Office oi the Unikd Nations. Departrnent of Economic Afh i r s . Demographic Yearbook, 1953 (New York. 1953). pp. 104-107.

5. Cmaejo Interamericano Económico y Social. Problemas de la Vivienda de Interés Social. Doc. 8 de la ~ é c i m a Conferencia Interunericana (Washington. D. C.. 1953). pp. 22-26.

6 . El informe citado en la nota anterior analiza (pípina 7.1) l a dbtinción entre población "urbana" y "rural" en los diferentes países y apunti t res criterios de definición: por catego - rfa político-administrativa, por número de habitantes y denmidad de población. por tradiciones y costumbre#. Sugiere una regla que involucra estos t res conceptos, denominando como "ur- banos" aquellos conglomerados de población mayores de 1000 habitantes y que cuentan con los servicios públicos y comunales mínimos necesarios.

"~bs t racc ión hecha de l a comparabilidad. conviene anotar que e l profeso de urbanixación sólo .e refleja parcialmente en la relación de l as dos poblacioPea (urbana y rural). ya qiu l a repartición de l a población en el interior de la categoría urbana es influenciada coniiderable- mente por e1 desarrollo industrial y ecmÓmico1~. Unikd Nations. Demographic Yearbook,,l952 (Ncr York, 1953), p. 12.,

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ejemplo, creció en un 54 por ciento entre 1940 y 1950, mient ras que el país en total sólo alcanzó un incremento demográfico del 16 por ciento. Venezuela aumentó s u población en 29 por ciento en nueve años, mient ras Ca racas c rec ía en 84 por ciento en el mismo período. SZo Paulo alcanzó un aumento del 60 por ciento ent re 1940 y 1950, Rio de Janei ro en ese mismo período crec ía un 30 por ciento y Bras i l 19 por ciento.

Argentina y Uruguay son los pafses m á s urbanizados: aproxi- madamente el 62, 5 por ciento de l a del p r i m e r o y el 65 por ciento de la del segundo habitan las á r e a s urbanas. Cerca del 50 por ciento de la población de Cuba, Chile y Venezuela e s u r b a i na. La tendencia migratoria hacia l a ciudad -relativamente r á - pida y s in indicios de disminución- constituye e l freno m á s efec- tivo a l crecimiento de l a latinoamericana. E s notable e l contraste que s e aprecia al comparar l a baja fertilidad de los habitantes urbanos y l a al ta fertilidad de los que permanecen en el campo. Es te fenómeno de urbanización no obedece exclusiva- mente a razones de intenso desarrol lo industr ial9 Si bien e s c i e r - to que este factor no e s despreciable, hay también o t ras razones que explican el alto grado de concentración, en t re l a s que pueden señalarse la preferencia tradicional por res id i r en conglomera- dos urbanos, el incentivo que ofrece la ciudad frente a la pobreza del campo, el aumento del comercio exterior y la centralización polftico-administrativa tradicional en los países latinoamericanos.

El crecimiento de los conglomerados urbanos de Amér ica La- tina puede significar mejores oportunidades de t rabajo y de desa- r ro l lo cultural pa ra s u pero hasta el presente sólo ha producido y produce desequilibrio en l a s diferentes á r e a s urbanas que repercute en se r io s problemas de habitación y de servicios públicos.

7 . Esta información procede de representaciones diplomáticas de pafaes latinoamericanos en los Esbdoa Unidos, suplementada por cómputos de las Naciones Unidas y del U. S.Nationa1 Foreign Trade Council. 1954.

8 . Consejo Interamericano Económico y Social. opus c i t . , tablas 1 y 11.

9. Ana Casis y Kingsley Davis, "Concentración y Desarrollo Urbano en América Latina,"en El Trimestre Económico (Vol. XIV, nÚm. 3, 1947). p. 421.

El fenómeno de urbanización y de sub-urbanización ha significa- de no solamente una concentra- ción de la población de esos paises en áreas determinadas

sino también una centralización de sus industrias principales en las ciudades y en sus ¿reas metropolitanas.

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Con la extensión de la ciudad ha- cia lo periferia, l a decadencia se ha apoderodo violentamente de los barrios céntricos

i m p a c t o s

d e l d e t e r i o r o

Grandes á reas de la ciudad, principalmente los distr i tos cén- t r icos, permanecieron estables mient ras s e desarrol laba el pro- ceso de transformación. Al mismo tiempo, s e levantaron en los alrededores construcciones nuevas y más agradables que ent ra- ron a competir en el mercado de propiedades. El pueblo comen- zó a dese r t a r de s u s antiguos bar r ios . Se conjeturó que l a expan- sión industrial y comercial continuaran horizontalmente y en for - m a gradual hacia fuera del centro urbano. P e r o entró a actuar la especulación y los prec ios de la t i e r r a estuvieron en auge. La empresa industrial s e dirigió resueltamente hacia l a perifer ia o m á s allá de ella. La empresa comercial s e extendió vert icalmen- te en e l edificio en al tura o diÓ un salto decidido hacia los bar r ios satél i tes en formación. F U ~ una batalla desesperada de l a indus- t r i a y del comercio por impedir s e r estrangulados por l a especu- lación del suelo urbano. Mientras tanto, l a decadencia ffsica desgastaba el tejido de la ciudad y menoscababa s u medio am- biente. Las construcciones vacantes fueron luego ocupadas por l a s familias de más bajos ingresos que desbarataron e l s i s tema de rentas. Las ren tas bajas redujeron la capacidad de ingresos por contribuciones. Es te fenómeno, que no e s nuevo en l a evo- lución urbana, ha entrado en un proceso apresurado en los Último's diez aRos con el consiguiente menoscabo de l a integridad del go- bierno local, e l cual e s , directa o indirectamente, part<cipe de es te proceso que no lo favorece. P e r o , a medida que permite que la ciudad s e de ter iore , c recen sus á reas gastadas y aumenta el costo de su conservación.

Puede sostenerse, sin exagerar , que aproximadamente el 25 por ciento de la urbana de ~ m é r i c a Latina s e aloja en viviendas que no están a l a al tura de la dignidad humana y que e s obligante demoler; aproximadamente, otro 30 por ciento ocupa habitaciones que necesitan reparación en diverso grado de urgen- c ia para llenar las formalidades esencialec de habitabilidad y no cuentan con los servicios pÚblicos y comunales indispensables. 1 o

10. Consejo Interamericano Económico y Social, opus. c i t . , pp. 27-30. Este estudio estima

que aproximadamente e l 24 por ciento de la metropolitana (ciudades mayores de

100.000 habitantes) y e l 25 por ciento de la población urbana (ciudades menores de 100,000 ha- bitantes), ocupan viviendas o estructuras que precisan urgentemente de reparaciones mayores (reforma estructural, de servic ios domiciliarios, pÚblicoa y comunales), o dcmoli- ciÓn y reemplazb. En c i fras: de un total estimado en 12 .4 millones de familias que residen en áreas urbanas de ~ m é r i c a Latina ( o l o que e s teóricamente lo mismo: 1 2 , 4 millones de unida-

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El estado de aglomeración de los afectados requiere una revisión inmediata de la-densidad, tanto dentro del á rea urbana, como de las unidades de habitación.

Los distritos urbanos anticuados y ruinosos han sido desde ha- ce tiempo el eje de controversias. Aún se discute acerca de có- mo se produjeron, por qué persisten y cómo puede l a ciudad libe- r a r s e de ellos y de sus fatales influencias. En cualquier conglo- merado urbano de América Latina se aprecia hoy la extensión del deterioro en las estructuras anticuadas y la formación de nuevos distritos clandestinos, habitados por las familias de los más es - casos recursos. Estas construcciones parecen haberse hundido debajo del margen de utilidad económica; sin embargo, ellas subsisten y su número aumenta de año en año. Son bien conoci- das las consecuencias de deformaciones como. és tas en términos de servicios municipales, de reducción de ingresos por contribu- ciones, de estancación del progreso y de degradación social. Sin embargo, el dkterioro aumenta antes de disminuir; a los edificios anticuados muy pocas veces s e les reemplaza y a los viejos dis- tritos sólo excepcionalmente se les renueva a su anterior vitali- dad. S i se analiza someramente el estado de las estructuras r e - sidenciales de las zonas urbanas de ~ m é r i c a Latina, podría esta- blecerse que, de un total aproximado a los 12,4 millones de uni- dades, 3 , 1 millones requer i rkn urgente demolición y reemplazo, y 4 , 2 millones precisarían de mejoras substanciales. El costo total de eliminación de los efectos del actual deterioro alcanzarja una cifra superior a los 7.000 millones de dólares, 11 que corres- ponde poco más o menos a la sexta parte del ingreso bruto anual de los de América Latina y aproximadamente a 1 , 4 veces su capacidad de inversión. 12

des de vivienda). 3. 1 millones ocupan viviendas insalubres e inhabitables. P o r otra parte, el mismo informe sostiene que el 16 por ciento de la población metropolitana y el 50 por ciento de la población urbana. en total 4.2 millones de familias o unidades de vivienda, ocupan estruc- turas que precisan de reparaciones substanciales y que deben s e r consideradas en programas de renovación urbana.

11. El informe del Consejo Interamericano ~conómico y Social (opus cit.. pp. 35-37) ofrece una estimación del costo de las viviendas que se necesita en América Latina basada en dos hi- pótesis: a) un área m í ~ m a de 60 metros cuadrados por unidad de vivienda, y b) un promedio de costo por nueva unidad y por reparaciones mayores, en áreas metropolitanas y urbanas. Las cifras son conservadoras, tal como lo anticipe el miemo estudio. pero sirven de base para establecer las estimaciones siguientes:

USf 1.800 por nueva unidad de vivienda. US$ 350 por reparaciones mayores por unidad.

El costo del deterioro alcanzaría. en cifras conservadoras. a 7.050 millones de dólares (5.580 millones de dólares las nuevas unidades y 1.470 millones de dólares las reparaciones substanciales).

12. Comisión Económica para América Latina. Estudio Económico de América Latina 1953 (Naciones Unidas. ~ é x i c o . junio de 1954). p. 21.

Este estudio, en cifras preliminares. para 1953, estima el ingreso bruto de mir rica Latiru en 41.577 millones de dólares. lo que arroja un ingreso por tibitante de 249 dólares.

"La América Latina ha crecido entre los aiI& 1945 y 1952 con un ritmo extraordinariamente alto. Su ingreso por habitante ha aumentado en efecto en un 3.3 por ciento medio por ano. Los factores que han influído en este ritmo son también extraordinarios, y no es posible discernir síntomas de que vuelvan a repetirse en los atios por venir. Pa ra que ese ritmo s e mantuviese ae r í i necesario que La América Latina en su conjunto realizara inversiones brutas anudes

y ha dado origen a formación de ¿reas de tugurios

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que constituyen un gravamen para el contribuyente y una enferme- dad social que se patentiza en impactos directos sobre la comu- nidad.

Los bar r ios ruinosos y e l hacinamiento constituyen hoy un gravamen para el contribuyente y una enfermedad social que s e evidencia en porcentajes elevados de criminalidad y delincuencia juvenil, aparte de otros índices de insalubridad y de slntomas evidentes de degeneración mora l . La desintegración ocu r re en mayor o menor grado en todas las á r eas de la ciudad, pero se ha localizado principalmente en los distr i tos céntr icos y e s fácil de reconocer por sus efectos numerosos y variados que s e patenti- zan en impactos sociales y econ6micos sobre la comunidad, en e l uso intensivo del suelo urbano y en alto costo por habitante de los servicios públicos requerid6s.

En resumen, l a ciudad latinoamericana ha sido impelida a una situación tanto f ís ica como financieramente intolerable, la cual empeora d<a a d&. El deterioro de sus bar r ios no e s consecuen- cia de un mero fenómeno t rans i tor io de migraciones, aglomera- ción y crecimiento, ni tampoco un problema de buenas o malas construcciones. E s la resul tante de un proceso polifacético com- plejo, que no se ha desarrol lado con l a sencillez, la linearidad y l a unicidad que l a razón desear ía encontrad; sino de un modo vio- lento y con efectos múltiples y, h a s t a cier to punto, contradictorios sobre instituciones, grupos, comunidades e individuos. Sus con- secuencias m á s significativas han repercutido en la es t ruc tura tradicional del gobierno local, que s e enfrenta ahora a complejos problemas de regulación, control del uso del suelo urbano y de desarrol lo comunal.

equivalentes al 20 por ciento de su ingreso. después de haberse acercado a esta cifra. s e ha debilitado, tanto por el deterioro de la relación de precios del intercambio como por la persis- tente presión del consumo.. . En 1953 s e estima que el coeficiente de ahorro sólo ha llegado al 14 por ciento. lo cual apenas permitirÍa un crecimiento anual por habitante de 0 .9 por ciento". Naciones Unidas. La Cooperación Internacional en la Política de Desarrollo Latinoamericana (New York. 1954). p. 19.

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Puede sos tenerse s in exagerar que e l municipio, o gobierno local, marcha de t r á s de sus problemas urbanos s in l og ra r da r -

'

l e s alcance ni dominarlos. Lejos de pretender anal izar exhaus- tivamente l a realidad latinoamericana, un examen somero de e s - tos problemas nos ofrece puntos comunes sob re los cuales e s posible formular generalizaciones:

a ) P o r m á s de cincuenta años, l a ciudad c r ec ió privada de planificación integral o de controles p a r a adaptar su t razado fcsico a l a s condiciones resul tantes de los rápidos cambios sociales y económicos que experimen- taba.

b) Debido a la desmesurada extensión del á r e a comercial , a l uso intensivo del suelo pa ra obtener su máxima uti- lidad y a la fuga de la población hacia los suburbios, grandes s ec to re s céntr icos y subcéntricos han ido de- ter iorándose gradualmente hasta s e r incapaces, por razón de su estado económico, de acometer su propia renovación interna; muchos de ellos sólo alcanzan a pagar hoy una muy pequeña parte de los servicios mu- nicipales de los cuales hacen uso.

c ) Los problemas de congestión de t ránsi to, de te rmina- les de diferentes medios de t ransporte , de hacinamien- to de l a población, de tugurios y ba r r io s ruinosos, de estacionamiento de vehiculos, de parques de esparc i - miento y r ec reo , y tantos otros problemas urbanos han sido solucionados con paliativos y parches , o sencilla- mente no s e l e s ha buscado solución.

d) Los suburbios mismos crec ie ron en cualquier d i rec- ción; en algunos casos es te fenómenos significó un aumento desordenado e imprevisto del á r e a que debe- r<a s e r v i r l a ciudad; en cambio, en otros, l a s nuevas comunidades s e convirtieron en Municipios o comunas independientes y, en consecuencia, l a ciudad l a s contribuciones de, los ciudadanos m á s pudientes.

L a ciudad creció sin un ~ l o n ni controles;

en tanto que se hacía intensivo uso del suelo urbano, los secto- res céntricos se deterioraban groduolmente.

A los problemas de tránsito y de transporte se les buscaba solu- ciones provisorias

mientras los sewicios públicos eran extendidos hacia los nuevos suburbios.

e) Las c i f ras de evasión de impuestos a los bienes racces aumentan en inversa a l a buena conserva- 1

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L a dispersión afectó el sistema tributario,

en consecuencia, e l gobierno lo-

cal se encontró desprovisto de

fondos para emprender programas de meioras públicas.

Cabe dentro de los programas de

mejoras públicas del gobierno lo- cal l a prevención del deterioro

mediante el uso de instrumentos

legales y otras medidas de con-

trol.

ciÓn de e s t ruc tu ra s y á r e a s urbanas; por o t r a par te , r e - sulta imposible, s in desa rmar en forma drás t ica e l s i s tema impositivo. aumentar sustancialmente el capi- tal con el fin de emprender un programa de obras p Ú - blicas.

f ) P o r l o general , e s tan grande e l déficit que a r r a s t r a la ciudad, como consecuencia de gastos injustificados de épocas an ter iores , que e s t á fuera de s u alcance e l aumen to de capital mediante prés tamos adicionales, requeri- dos por un p rog rama sustantivo de erradicación de tugu- r ios , rehabilitación de á r e a s deter ioradas y de renova- ción de comunidades urbanas.

g) Sin embargo, e s urgente emprender un programa de e s - ta naturaleza, pues de o t ra manera cont inuada e l caos financiero que constituye en l a actualidad una amenaza creciente pa ra l a salud económica y social de e s a s co- munidades.

E l concepto de gobierno local, municipio o comuna, implica la suma de actividades y necesidades que son comunes a la co- lectividad. Ta les actividades y necesidades deben s e r sat isfe- chas en común mediante los programas de mejoras públicas y los servicios públicos y comunales suministrados, atendidos y costeados por e l propio gobierno local. Dentro, pues, de e s t a organización de serv ic ios públicos, cabria la prevención y de- tención del deter ioro, a fin de asegurar e l bienestar de la comu- nidad.

Consciente o inconscientemente, e l municipio lat inoamerica- no ha hecho uso de s u s instrumentos legales y adoptado medidas reguladoras de conservación de l a s á r e a s fundalmentalmente s a - nas y de renovación de l a s deter ioradas. E s posible, en conse- cuencia, p resentar , en forma muy generalizada, algunas cLn- clusiones que s e re f ie ren a l cumplimiento de la Ley, a la subs- tancia de los códigos reguladores y a nuevas fórmulas de regu- lación.

E s difi'cil adaptar l a s medidas reguladoras en u so a las nece- sidades r ea l e s de l a hora presente . P o r ejemplo, los métodos de inspección de viviendas y es t ruc turas existentes son inade- cuados para competir con e l problema de prevenir l a formación de futuros tugurios y mantener en vecindarios y ba r r io s las nor- m a s minimas de habitabilidad. P o r lo general , l a responsabili- dad pa ra el cumplimiento de las diferentes medidas de los códi- gos, reglamentos y ordenanzas que s e relacionan con l a s cons- trucciones nuevas o existentes , s e encuentra repar t ida entre va- r i a s instituciones dentro de la mi sma ciudad. Los l ími tes jur i s - diccionales de é s t a s son vagos e indefinidos, lo cual conduce a la duplicidad de esfuerzos o al descuido absoluto de l problema.

Los s i s t emas de consulta entre los departamentos de un m i s -

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mo municipio, o en t re l a s oficinas e instituciones de un á r e a de- terminada, resul tan práct icamente ineficaces. P o r lo general, no s e entrena a los inspectores en l a forma debida, s u t rabajo e s mal remunerado y su selección s e efectúa mediante contactos o compromisos pol<ticos. Las inspecciones s e llevan a cabo en base de demandas que s e re f ie ren m á s bien a es t ruc turas sepa- radas antes que a l ba r r io o a l vecindario tomados como un todo complejo. Cuando llegan a rea l izarse encuestas del á r e a , l a s e - lección de és ta e s a menudo arb i t ra r ia . no s e considera e l futuro del á r e a misma y no s e l a re f ie re a l plan integral de l a ciudad cuando és te existe . Tampoco han sido previs tas medidas efecti- vas pa ra la reinspección de l a s zonas sometidas a encuesta.

La inspección de las viviendas mi smas e s generalmente r e l e - gada a una de segundo plano en una operación de múlti- ples propósitos. E l personal designado y e l presupuesto es ta - blecido son insuficientes pa ra poner en marcha los planes del municipio o los p rog ramas de l a s instituciones locales. Cuando llegan a exist i r regulaciones o restr icciones de densidad, és tas no son cumplidas en la práct ica.

Si s e produjese denuncias, no ya sobre casos especiales , s i - no sobre e l caso corr iente de una es t ruc tura residencial , comer- cial o industrial, l as cor tes locales no aprecian, por lo general , en forma debida l a auténtica gravedad de la violación. A menu- do e l caso s e carac te r iza por demora, remoción y multa en tan pequeña escala , que los futuros violadores no son atemorizados por el monto del castigo. No e s extraño, entonces, que la san- ción no produzca respeto efectivo por la ley y que s e den casos de frecuencia y de reincidencia.

? En lo que toca a los códigos reguladores, l a s ordenanzas que

fijan las normas en ma te r i a de habitación son relativamente poco comunes y muchas disposiciones que l e atañen es tán diseminadas en otros códigos ( tales como l a s ordenanzas de construcción), inconveniente que deb.e sumarse a la dificultad de hacer las cum- p l i r . Las ordenanzas de construcción, regulaciones de zonifi- cación y códigos de vivienda de una mi sma localidad, cuando existen, suelen superponerse o contradecirse, ya en disposicio- nes , o ya en normas substantivas.

Estos códigos prec isan de revisión y modernización, requie- ren, además, arti'culos que s e re f ie ran especi'ficamente a la con- servación, al teración o t ransformación de los edificios existen- t e s , y que establezcan controles efectivos sobre l a densidad de

ya que la al ta densidad e s l a causa m á s importante en la formación de tugurios.

Si s e ha establecido no rmas de zonificación, és tas f racasan algunas veces en su pretensión, de proteger los vecindarios exis'- tentes , y o t ras veces son enmendadas y modificadas s in d iscr i - minación por e l cuerpo legislativo, que desconoce o no tiene en cuenta los conceptos que dicta la

Los métodos de inspección de viviendas son compleios

y si se producen denuncias, no tienen éstas un castigo equiva- lente a l a gravedad de lo viola- ción.

Los ordenanzas y códigos, por lo general ya anticuados, carecen de normas que controlen e l uso, densidad y mantenimiento de los edificios.

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Los instrumentos del poder de del gobierno local lo

facultan para llevar a cabo pro- gramas de renovación urbana

mediante normas protectoras de l a vida y e l bienestar de l a comu- nidod.

Algunas comunas buscan fórmulas nuevas y nuevos tipos de regulación, o s e revisan l a s antiguas en su contenido substantivo y en s u procedimiento administrativo. Estos controles s e basan en e l poder de polic<a, e s to e s , en el poder que e l municipio tie - ne pa ra proteger y mantener , en beneficio de la colectividad lo- cal, l a seguridad, e l bienestar y l a salud de sus habitantes. =- u en s u acepción m á s amplia, e s e l gobierno de l a ciudad y e l e jercicio del poder sobre hombres y cosas . Pueden considerarse ejemplos de es te poder l a supresión de incomodi- dades, Los códigos de construcción, l a s ordenanzas de zonifica- ción, l a s regulaciones contra incendios, los códigos de sanidad y de salud pública. En general , e l municipio o gobierno local posee en s í mismo los instrumentos de poder de p o l i c k suficien- t e s , en su contenido y administración, pa ra emprender un pro- g rama de renovación de l a s á r e a s deter ioradas de l a ciudad, O de conservación de sus d is t r i tos todavía sanos.

Sin embargo, l a concepción m á s generalizada del poder de policía s e resuelve en l a realidad en l a sola acción administrat i - va del municipio y en l a aplicación de medidas y regla.mentos ne- cesar ios para la del orden o la seguridad de l a s personas contra l a s vias de hecho, o l a salubridad y mora l i - dad E s necesar io establecer que e l poder de policfa comprende además normas protectoras de la condición económi- ca y social de los individuos, m i r a a l fomento del bienestar de la comunidad y vela por l a regulación de su vida económica.

En su objetivo m á s amplio, el poder de policía del municipio s e compendia en un conjunto de limitaciones a l a s personas y a l a propiedad, impuestas pa ra asegurar sus fines generales de protección integral de la vida y bienestar de l a colectividad. Di-

o cho poder s e e j e r ce coactivamente en la forma y mediante regla- mentaciones, códigos, prohibiciones y Órdenes; por concesión de permisos y autorizaciones; por coerción, aplicación de penas y uso de la fuerza pública. En un objetivo m á s restr ingido, el poder.de polic& vela, mediante controles y ordenanzas, por La conservación de á r e a s urbanas y de sus es t ruc turas y por la e l i - minación de malformaciones y deter ioro. l 3

13. A este respecto debe adver t i rse que la concepción latinoamericana del poder de policía. basada en la concepción europea continental, e s diferente de La concepción norteamericana. En la primera. "la policía se resuelve en la acción administrativa necesaria para e l manteni - miento del orden público en e l sentido de sus manifestaciones exteriores. o sea , de los hechos concretos más que de l a s reglas de derecho, pues e l concepto de orden público referido a los límites de la actividad personal pública de los individuos es distinto del concepto de orden pÚ - blico tal como s e lo determina en el derecho privado.. . En los Estados Unidos de ~ m é r i c a el police power tiene una extensión considerable; no se limita a la seguridad personal contra las vías de hecho, ni a la salubridad o moralidad pÚblicas. sino que también comprende normas protectoras de la condición ,económica y social de los individuos; e se poder mi ra al fomento del bienestar de la comunidad, y a l a regulación de su vida econÓmica".~afael Bielsa. Dere - cho Administrativo (Buenos Aires: J . Lajouane y cía., 1939), tomo 111. El mismo autor en una nota aclara su posición personal: "Por mi parte, creo que nuestra concepción del poder de policÍa - pese a la influencia de l a jurisprudencia y doctrina norteamericanas - es substan- cialmente la que domina en Europa continental, pero cuyo contenido y ámbito ha crecido c i r - cunstancialmente en razón de c ier tas leyes de emergencia. Y e sa concepción e s la m á s pro - pia".

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Comienza la RENOVACION URBANA en el sit io mismo en que se han localizado e l deterioro y los tugurios, en medio de una comunidad, de un barrio, o en el sector

céntrico de una ciudad. Ni el deterioro n i los tugurios son meros accidentes. Han crecido y se extienden a causa de la inaccidn y la desidia. L a mayoría de las ciudades percibe sus efectos cuando ya es demasiado tarde paro prevenirlos. L o RENOVACION URBANA tiende a terminar con esta clase de descuido; a organizar

las actividades de la comunidad para proteger el vecin- dario, eliminar los tugurios y detener el avance del de- terioro; a emprender un amplio plan de acción local basa- do en e l uso integral de los recursos públicos y privados.

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De un total estimado en 12,4 millones de unidades de viviendas urbanas en América Latina,

3,l millones requieran urgente demolición y reemplazo,

4,2 millones precisan mejoras substanciales inmediatas.

En otros términos, 7,3 millones de habitaciones son tugurios que no están en condición de alojar a seres humanos, mientras otros millones de unidades tienden

rápidamente a convertirse en este estado. Esos tugu- rios son responsables de un alto porcentaie de los casos de criminalidad, delincuencia juvenil, tuberculosis,

enfermedades e incendios.

Las áreas de tugurios implican pesadas cargas financie- ras para l o ciudad y un d;f icit permanente para e l go- bierno local. En cambio, consumen un elevado porcenta- je de los servicios públicos y reducen los valores de las propiedades urbanas y los réditos por impuestos.

Debe iniciarse una acción decidida tanto para eliminar los tugurios de hoy como para prevenir los tugurios de, mañana. Esta acción debe ser un esfuerzo cooperativo de toda la comunidad para erradicar las viviendas insa- lubres y levantar en cambio nuevas unidades de hobita- ción, para rehabilitar barrios baios y áreas en decadencia ajustándolos a meiores normas de habitabilidod, para apoyar cualquier programa de RENOVACION URBANA que procure mejorar las condiciones de vida de la po- blación.

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a c c i ó n m u n i c i p a l

Al igual que todas l a s generalizaciones, los puntos de vista que s e expresan a continuación están sujetos a numerosas excep- ciones y algunos de ellos pueden requer i r una explicación más amplia. Si bien e s c ie r to que en par te e l problema del deter ioro puede plantearse por incapacidad económica de algunos sec tores de la población pa ra procurarse , por sus propios medios, un alojamiento adecuado, no e s menos cier to también que, en algu- na forma, la acción municipal ha sido débil ya que los objetivos de la renovación de la comunidad no fueron suficientemente acla- rados ni sus problemas definidos con exactitud. P o r lo general, es ta acción s e concentró en proyectos aislados y en soluciones parc ia les .

En muchas oportunidades, l a actitud del gobierno local fué m á s emocional que racional y s e limitó a abandonar l a s á r e a s deter ioradas antes que a renovarlas . Tampoco fueron estableci- das con relativa claridad l a s f ronteras de la acción nacional y municipal ni s e e je rc ie ron los controles necesar ios . En este sentido, puede señalarse una ausencia de política definidad, pe- rentoria o continuada.

La experiencia ha venido a demost ra r que en la ciudad latino- americana l a aglomera'ciÓn puede producir mayor aglomeración. sólo en contadas ocasiones l a ~ r á c t i c a usual propuesta como t r a - tamiento radical pa r a las enfermedades urbanas ha proporciona- do e l beneficio que de ella s e esperaba. La conservación de es - t ruc turas todavía en buen estado y la demolición de las ya dete- r ioradas o insalubres , s in e l complemento de la construcción de o t ras nuevas dentro de un plan racional del vecindario integrado al plan regulador de la ciudad, resultó en e l empeoramiento de la c r i s i s que s e pretendía superar . l4 A la inversa, muchos de es tos planes reguladores fueron t razados pa ra regular exclusi- vamente el crecimiento f ís ico y perifér ico de extensión del á r ea ,

14. "Nuestros planes reguladores deben estructurarse en términos de proceso básico de de - sarrollo. En general. creo que estos planes están enraizados con demasiada firmeza en sus comienzos arquitectónicos. Se han concentrado en el qué y dónde. restándole énfasis al cómo cuándo y en su6 orden. La representación gráfica de n o r m a ~ c i l i d a d e s ha dejado en p e G - bra el enunciado de principios para construir el poder de regeneración de las comunidades y mantener el equilibrio en cada período de un futuro indefinido. El plan debe serlo tanto para un proceso como para una norma". Robert B. Mitchell, Providing the Framework for Urban Renewal (Chicago, 1954). p. 4.

L a acción municipal r e ha ca- racterizado hasta e l presente por l a ausencia de politica defi- nida en materia de renovación urbana.

Si l a acción municipal r e ha di- rigido a regular el crecimiento fisico de l a ciudad por medio del plan regulador,

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sin embargo, no se hizo extensi- vo este instrumento de planifi- cacián a programas y proyectos de renovación de l a áreas urba- nas ya deterioradas.

pero no pa ra ordenar y renovar es t ruc turas , ba r r io s y comuni- dades cént-ricas o m á s anticuadas. Otros persiguieron pr imor- dialmente un "buen disefíot' ideal o el ornato de la ciudad, s in apoyarse sobre su base económica y la organización social de su

Pocos de es tos planes contaron con la del en e l anál is is y l a solución de sus propios problemas, dentro de un proceso democrát ico y cultural. Ninguno incluyó un programa suficientemente amplio pa ra conceder pr ioridades en relación con los medios disponibles y con los instrumentos necesar ios pa ra lograr continuidad. No hay noticias de algún conglomerado urbano que, a l hacer frente a s u regulación inte- gra l , haya comprendido en é s t a l a renovación y remodelación de sus par tes ya gastadas. Si alguna vez existió alguna etapa de actividad, é s t a fué seguida de un rápido desengaño por parte del público en general , de l a s organizaciones civiles y de l a s mi smas autoridades públicas, cuando e l milagro no ocurr ió de l a noche a l a mañana.

Planif icar los ba r r io s de l a ciudad no e s lo mi smo que plani- f icar l a ciudad con sus ba r r io s . Planificar un s i s tema vial pa ra l a ciudad e s diferente de planificar la ciudad con un s i s tema vial en t re o t ras urgencias . Lo que hoy s e lleva a cabo en ~ r n é r i c a Latina e s más bien de l a s obras públicas pe ro no la ordenación racional de l a ciudad con m i r a s a su futuro. Mu- chos planes de autopistas, urbanizaciones, campos de deportes, parques, escuelas , se rv ic ios públicos y comunales son buenos planes que harán de la vida urbana algo m á s tolerable. P e r o e s urgente pasar de l a c r i t i ca y de l a teoría a la acción. Aunque e s t a acción sea limitada en alcance y experimental en ca rác t e r , no por e so e s menos r ea l . El municipio debe dar un t ratamien- to nuevo a las enfermedades urbanas. ¿De dónde puede obtener los fondos públicos pa ra l a adquisición de l a t i e r r a y l a elimina- ción de los tugurios? Las instituciones privadas, que represen- tan grandes acumulaciones de capital, ¿han sido urgidas a r e a - l i zar inversiones en zonas de posible e r rad icac ión?

E s necesario, además de examinar en forma cri'tica los obje- tivos y los medios de acción, demost ra r a la colectividad los beneficios de s u renovación y de la conservación de l a s á r e a s que hoy es tán en buen estado pa ra prevenir las de l a formación de tu- g u r i o ~ . l 5 La decadencia y la estancación evidencian a r ra igados desajustes en l a evolución de la ciudad provocados por e l fenóme- no de l a urbanización. P e r o la decadencia, e l de te r ioro -y l a e s - tancación no son los desajustes mismos . Los esfuerzos que s e hagan para r epa ra r o simplemente pa ra demoler es t ruc turas de-

15. "No tiene mérito el argumento que generalmente se esgrime de que los inquilinos son incapaces de pagar suficiente renta para garantizar el mantenimiento seguro e higiénico (del bien ratz). En primer lugar. e s irrazonable contar con amortizar en poco tiempo el costo de largos anos de descuido. En segundo lugar. s i los inquilinos no están dispuestos a pagar las rentas que razonablemente se requieren para mantener la propiedad en forma decente. enton- ces o la propiedad no posee valor real (en cuyo caso debe retirársela del mercado), o los i n - quilinos en perspectiva son demasiado pobres para pagar una renta baja -situación que requie- re ayuda familiar. por lo tanto debe ser tratada como tal y de ninguna manera seryir de excu- sa para aumentar la negligencia". Miles L. Colean, opus c i t . , p. 53.

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t e r i o radas a fin de construir o t ras nuevas, s in t r a t a r antes de averiguar cuáles son l a s causas fundamentales del deter ioro, son a l mismo tiempo esfuerzos es té r i les y costosos.

Con todo, estos esfuerzos realizados hasta e l p resente pueden s e r v i r de base pa ra l legar a conclusiones que deben s e r tenidas en cuenta en la de programas . T ra t a r emos de orde- n a r algunas de e s t a s experiencias:

a ) Los programas de conservación o renovación de á r e a s de tugurios, en l a s cuales predominan l a s viviendas mul- t i famil iares de alta densidad, presentan problemas espe- ciales y son extremadamente dificiles de emprender . Pr imeramente , e l costo de la operación es tá por encima de la capacidad de pago de l a s familias que ocupan los tugurios. Luego, l a superficie construida, O e l t e r reno ocupado por las construcciones, e s demasiado grande como pa ra poder suminis t ra r l a s á r e a s verdes y los e s - pacios abier tos destinados a l esparcimiento de la comu- nidad. dem más, como en una simple conservación de- ben mantenerse los cánones actuales de t razado de ca- l les y de servicios pÚblicos, e s difícil supr imir muchas de las carac te r í s t icas propias de á r e a s de tugurios. P o r fin, s i s e persigue una reducción substancial de l a densi- dad, esta finalidad lleva consigo un significativo problema de relocalización de l a s familias desplazadas.

b) Todo trabajo de renovación requiere una supervisión en grado extraordinario y en forma constante, a l m i smo tiempo que demanda, de parte de los que lo ejecutan, gran habilidad y experiencia. La renovación y conserva- ción deben e j e r c e r s e no sólo en l a s e s t ruc tu ra s f ís icas , sino teniendo como objetivo la creación del medio am- biente apropiado pa ra e l normal desar ro l lo de l a comu- nidad. Con e s t a finalidad, además de un programa p r i - mordialmente educacional, e s indispensable e l uso del poder de expropiación del municipio pa ra adquir ir e l á r e a suficiente y a prec io razonable pa ra establecer un plan que disponga de mejoras ambientales, m á s impor- tantes que l a s es t ruc turas mismas . Una rehabilitación minima del deter ioro, que no considere la renovación del medio ambiente y l a reorganización de l a comunidad, tiende m á s bien a perpetuar que a el iminar los tugurios.

c) Muchas á r e a s deter ioradas, sobre todo aquéllas en l a s que predominan es t ruc turas que sobreviven a s u destino y a l a función pa ra l a cual fueron construfdas, se han depreciado hasta el punto que su Única solución y r e s - puesta e s l a erradicación total seguida de un proceso -plan y programa- de renovación. E l .financiamiento de

este proceso e s intrincado, a causa de l a dificultad en es t imar l a vida hipotecable de las es t ruc turas y de l a incertidumbre que rodea al futuro del á r ea , par t icu lar -

La experiencia acumulada da base paro programas de renova- ción urbana

que consideren los problemas consecuentes de l a alta densidad,

que tiendan a meiorar e l medio ambiente y a reorganizar l a comu- nidad,

que se apoyen en la realidad fi- nanciera del gobierno local,

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que no sólo se dirijan a reparar las estructuras y áreas dañadas, sino que propendan a prevenir la formación de tugurios y la exten- sión del deterioro.

mente s i no exis te un plan regulador de la ciudad.

d) En cuantk toca a la prevención y eliminación de tugurios. existe todavia una confusión bastante difundida ace rca de la diferencia en t re conservación, que e s e l p roceso de proteger l a s á r e a s del deter ioro, y renovación, que pue- de significar l a reconstrucción, rehabilitación o reempla- zo de e s t ruc tu ra s independientes, o un p rog rama pa ra res tab lecer á r e a s que han llegado ya a s e r parc ia lmen- te deter ioradas. El municipio muchas veces no ha sido suficientemente enterado de l a urgente importancia de la de los tugurios como un p rog rama de ope- ración del gobierno de la ciudad, mediante l a s i s temát i - ca de ob ra s Tampoco s e han prepa- rado planes de educación del que den énfasis al rol que cada ciudadano juega en la ~ r e v e n c i ó n del de- t e r io ro o que, con mayor part icular idad, instruyan a l habitante del tugurio en la higiene de s u propia vivienda. P e r o , por fortuna, exis te ya la convicción de que preve- n i r l a formación de tugurios e s más económico que l l e - v a r a efecto su erradicación. 16

En líneas genera les , la acción municipal dirigida a la e l imi- nación del de te r ioro puede cons iderarse :

en té rminos de reparac ión o reemplazo de las estructu- r a s , en términos de se rv ic ios públicos y comunales p a r a e l municipio, en términos de deter ioración humana de los habitantes de los tugurios .

Hasta el presente , l a mayoría de los programas , sa lvo esca- s a s excepciones, s e han central izado en las e s t ruc tu ra s f ís icas , que constituyen e l menos importante de los t r e s elementos. En cuanto a l segundo, s e hace indispensable y urgente que todo pro- g r ama racional de obras y me jo ra s públicas dé un lugar destaca- do a la de tugurios; todo proyecto de renovación debe in tegrarse dentro del plan regulador , que s i rve de esqueleto a l planeamiento comunal. En cuanto a l t e rcero , puede a segu ra r se que un gran porcentaje de la p oblación urbana habita en á r e a s de te r ioradas por razones económicas y sociales; s in embargo, e s necesar io que el municipio s e acerque a l pueblo p a r a ensefiar- l e a vivir saludablemente en la sociedad urbana. L a s nociones

16. "El reclamo de que la erradicación de tugurios aumenta los gastos municipales demanda escrutinio cuidadoso y escéptico. Cualquier operación de observancia forzosa de la ley. em- prendida después de largo de descuido. implicará. sin duda. gastos extraordinarios, particularmente s i s e l a intenta en gran escala; gastos éstos que no s e producirían s i la labor inicial, s e hubiese comenzado a tiempo y s e hubiese establecido un buen programa de t rabajo . Los gastos más elevados ser ían e l resultado de la extensión de ciertos servicios.. .No obstan- te, s i la ausencia o insuriciencia de tales servicios en algunaspartes de la ciudad deben consi- de ra r se como legítimas economías. entonces puede argüirse válidamente que s u eliminación daría, en general. base, razonable para reducir gastos del gobierno local". Miles L. Colean. opus c i t . . p. 53.

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más trascendentales de lo que e s bueno y de lo que e s malo en la vida de la comunidad es tán totalmente fuera de lugar s i no s e le hace ver al habitante del tugurio e l valor del medio ambiente en forma que lo pueda comprender . 17

Todos los obstáculos pa ra un programa racional de renovación y conservación de la comunidad pueden s e r subsanados s i existe una creciente decisión de par te del municipio y de los l lderes locales de que la ciudad s e a mejor constitui'da, conservada, p ro- tegida y gradualmente reconstruida, a fin de s e rv i r en forma más efectiva a las necesidades de l a vida contemporánea.

17. "Felizmente. están ya lejanos los tiempos en los que s e culpaba a l alcohol como el único causante de toda desventura social. Moralistas miopes predicaban moralidad y anti-alcoholi#- mo. sin atender a la estrecha relación que existe entre estos síntomas y las paupérrimas con- diciones de vivienda. El habitante del tugurio resultaba. según ellos. e l culpable de su propia miseria. Sin embargo, el problema de la vivienda podrÍa s e r planteado en términos de la in- capacidad económica de ciertos sectores de l a poblaciÓnpara procurarse, por sus propios me- dios, un alojamiento adecuado. Pa ra atender a las necesidades habitacionales de estas fami- lias e s imperativa la acción del Estado. Construcción de nuevas viviendas y eliminación l i s - temática de tugurios que considere la reubicación de personas desplazadas. ser ía parte de es- ta acción. Si alguna forma de subsidio habría de se r necesaria para servi r a las personas de más bajos recursos y s i ésto representa una carga adicional para los presupuestos nacionales. la ganancia para la sociedad de todo es te potencial de población, no puede. ciertamente. s e r medida en dinero. Charles Guide, en su obra Las Instituciones del Progreso Social, ha resu- mido de la siguiente manera e l significado de la vivienda desde este punto de vista: 'Hay cier- tas virtudes elementales. como la limpieza y la decencia. cuya práctica e s imposible en un alojamiento sórdido. Un hombre y una mujer pueden en rigor absoluto conservar su dignidad a l mismo tiempo que comen pan negro o visten un traje raÍdo; pero, necesariamente. tienen que perderla s i han de dormir revueltos con otras personas en la promiscuidad de una pocil- ga"'. "Tugurios". editorial del n i h e r o 4 de Vivienda y Planeamiento (Unión Panamericana. Washington. 1953).

L a acción municipal debe consti- tuir una función educativa perma- nente, a fin de enseñarle a la población a vivir saludable- mente en comunidad.

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B A S E S

P A R A U N P R O G R A M A

Si el gobierno local adopta positivamente una política de acción que s i rva sin timideces a los ideales de la comunidad, sus pro- gramas deben cubrir una amplia esfera de actividades e intere- s e s y tener como objetivo la conservación, mejora y renovación de la ciudad, a fin de que toda familia que l a habite tenga l a opor- tunidad de ocupar una unidad de vivienda decente, segura e higié- nica, ubicada en medio de un ambiente vecinal satisfactorio. El término se supone que define un tratamiento nuevo de los tugurios y del deterioro. No existe todavca una definición exacta y s e le confunde con "erradicación de tugurios", "remode- lación urbanalT,"conservaciÓn del vecindario1' y l'rehabilitación". l8 P a r e c e significar en realidad un conjunto de alicientes especiales que aspiran a mejorar l a s condiciones de los ba r r io s y de las es- t ructuras existentes. Puede avanzarse una tentativa de defini- ción: renovación de l a comunidad e s un proceso básico mediante el cual s e coordina y sincroniza una se r i e de medidas y disposi- ciones públicas que afectan a las á r eas ya desarrol ladas, a fin de mantener o r e s t au ra r en ellas un estado de bienestar y salud

18. P a r a los efectos del presente estudio, consideramos que un programa de renovación u r - bana. dirigido a eliminar l a s causas que crean e l tugurio y que permiten e l avance del dete- rioro, contaría con elementos como los siguientes:

Prevenir la expansión del deterioro dentro de las á r eas en buen estado mediante e l cumpli- miento estricto de normas de vivienda y el control de su ocupación;

Conservar las á r eas básicamente estables y sanas, sea que sirvan fines residenciales o de otra naturaleza;

Rehabilitar l a s zonas con posibilidad de s e r salvadas, transformándolas nuevamente en ba- r r i o s orgánicos mediante l a planificación. la remoción del hacinamiento. la dotación de par- ques y áreas de juego, la reorganizaciÓn de calles y del tráfico, y la rehabilitación física de las construcciones ya deterioradas;

~ r i a d i c a r (o eliminar) loa tugurios no salvables. Los términos "erradicación", "conservación". "rehabilitación" y "refomento" (clearancc. conservation, rehabilitation, redtvelopment) representan operaciones diferentes dentro del proceso de renovación urbana. La p r imera distinción debe hacerse entre erradicación y con- servación. ~ r r a d i c a c i ó n (o eliminación) e s la operación de demoler o remover todas o casi todas las edificaciones de determinada área. arompaffida a menudo de un nuevo trazado y de la dotación de nuevas redes de servicios públicos, tales como agua y alcantarillado. Conser- v& comprende medidas para mantener o mejorar la calidad de sectores residenciales s in necesidad de erradicación extensiva (tales med das comprenden: reparación o modernización de edificaciones, demolición de edificios de mala calidad, dotación de á reas verdes y parques de juegos más adecuados, re-zonificación, apertura de calles menores, de zonas de estacionamiento, de escuelas más apropiadas y, en general, de mejore. servic ios comunales). Rehabilitación e s una operación de conscrvaciÓn que puede comprender un nÚmcro de construc- ciones a demoler, o estructura8 que requieran completa reconstrucción. o edificaciones que sólo precisen de relativas alteraciones. Refomento urbano puede definirse como aquel conjun- to de normas, medidas y actividades que tienden a abolir las principales formas del deterioro físico de l a s ciudades y al mismo tiempo a efectuar cambios en l a estructura urbana y en l a s instituciones, cambios que contribuyen a un ambiente más favorable para e l desarrollo de l a i actividades cfvicas. económicag. culturales y socialei de l a comunidad.

Renovación es un proceso desti- hado a mantener y restaurar el bienestar y la salud de l a comu- hidad en áreas urbanas ya desa- rrolladas.

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Dentro del proceso de planifica- cion, los obietivos de l a renova- ción urbana se identifican con los del plan regulador.

de la comunidad. Dentro de un programa de renovación, puede considerarse que l a conservación e s un esfuerzo pa ra prevenir a l a s comunidades fundamentalmente sanas de la extensión del deterioro, mediante l a ejecución de l a ley, l a rehabilitación de l a s construcciones que lo requieran, la educación del público y el uso de poderes del municipio dirigidos a l a re-estructuraciÓn de la comunidad.

Como proceso básico, la renovación comprende varios tipos de acción y privada dentro de un plan continuado y e l uso sis temático de los instrumentos disponibles pa ra guiar, contro- l a r , est imular o intentar el desarrol lo comunal previamente pro- gramado. Como proceso de planeamiento tiende, en substancia, a alcanzar los mi smos objetivos de un plan regu1ador:las normas de uso del suelo urbano que s i rvan mejor a las aspiraciones de vida y de trabajo de cada comunidad, y la provisión de instala- ciones y servicios m á s equilibrados y ajustados a tales normas. Como proceso que aspi ra a lograr un estado de salud y bienestar de la comunidad, considera las condiciones fi'sicas y emociona- l e s y el medio ambiente social de és ta , mediante:

e l reajuste del á r e a y de sus es t ruc turas a fin de que s i rvan mejor a los requisitos y actividades de l a población;

el freno a l deterioro por medio del buen mantenirdento, demolición y reemplazo de las es t ruc turas f ís icas;

una vitalidad constructiva que pueda emprender a tiempo l a s re formas y cambios que s e precisan.

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Algunas décadas de controversia y de experimentación, de éxitos y de f racasos , pueden s e r v i r de base p a r a establecer los objetivos que s e perseguir&n en un programa de renovación u r - bana. La situación, aunque aflictiva, e s t á le jos de s e r desespe- ranzada. Las ideas y necesidades que cambian de una a o t ra , dictan los cambios consiguientes en la forma urbana. La ciudad no ha perdido su calidad dinámica, aunque e sos cambios no s e verifiquen al mi smo tiempo y en igual intensidad en todos sus bar r ios . En Amér ica Latina, todo conglomerado urbano tiene, en algún grado, una vitalidad constructiva y precisamente por es ta razón e s posible establecer programas de renovación. Esos cambios pueden s e r dirigidos, apoyados y urgidos a la con- secución de los objetivos siguientes:

(1) Construir , renovar y conservar l a es t ruc tura ffsica de la ciudad, procurando integrar aquellas fuerzas de vida urba- na que ahora tienden a la desintegración, a fin de s e r v i r en forma apropiada y eficiente a la población, a las instituciones y a l a s actividades administrat ivas, industriales y comerc ia les .

A fin de alcanzar este objetivo, e l municipio debe dar forma y figura a la ciudad pa ra reduci r la aglo- meración y a r t icu lar su es t ruc tura f ís ica dentro de normas locales eficientes pa ra e l establecimiento de á r e a s residenciales , comerciales , administrat ivas e industr iales . E l control municipal debe tender a el iminar y evi tar la congestión y a mantener e l orden y l a Limpieza en es tas á r e a s , suministrándoles los serv ic ios comunes adecuados. La conservación y

de los dis tr i tos centrales propende a equi- parlos constructivamente pa ra acomodar aquellas fun- ciones y actividades que all; s e necesitan, y a remo-

ver e l hacinamiento causado por la falta de control o por la presenc ia de aquellas actividades que all; no deben permi t i r se .

(2) Adaptar e l u so del suelo y los servicios comunales a - los requisitos impuestos por el crecimiento de la población, por sus cambios, p o r sus actividades sociales y niveles económicos, por l a s nuevas técnicas y por los deseos y aspiraciones de la co- munidad.

Un programa de renovación tiende a articular lo estructura física de lo ciudad para equiparla con las facilidades y servicios que requieran las funciones y acti- vidades urbanas,

a adaptar el uso del suelo y las servicios comunales a los requi. sitos impuestos por el normal crecimiento de l a ciudad,

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a prevenir del deterioro f ís ico

a las comunidades fundamental-

mente sanas,

a fomentar l a creación de un me-

dio ambiente adecuado para e l de-

sarrollo de l a vida familiar.

Cada uso del suelo afecta en la ciudad a todo otro uso y c r e a en t re el los una relación de absoluta interde- pendencia. E l grado de eficiencia con el cual e l pue- blo u sa s u t i e r r a afecta vitalmente no sólo a la cali- dad de s u vivienda, sino también a l funcionamiento de todos los componentes básicos e institucionales, en los que la comunidad s e es fuerza en encontrar los verdaderos va lores . Dependen de es tos valores los impuestos a los bienes rai'ces, los c a r a c t e r e s que e l pueblo puede desa r ro l l a r , l a cul tura que puede adqui- r i r y t r ansmi t i r , s u salud, l a calidad y seguridad de su nivel de vida, el tipo de s u recreac ión y l a demo- c r ac i a de sus instituciones.

(3) Evi tar e l de te r ioro de l a s e s t ruc tu ra s f i s icas exis ten- t e s , producido por el descuido, l a incultura de la población y la deficiencia de planificación urbana.

E s básico coytar con una atrevida y am- plia que guié la regeneración de l a s á r e a s amorfas , a fin de hacer las eficientes y funcionalmente lógicas y orgánicas , y que considere la creación de un medio ambiente adecuado pa ra la vida urbana, mediante un proceso continuo de renovación. La renovación debe entenderse como un s i s tema de preveni r de un posi- ble de te r ioro a las comunidades que es tán fundamen- talmente s anas . La planificación tiende a me jo ra r l a s condiciones de vida de todas las á r e a s urbanas mediante: l a reconstrucción de l a s pa r t e s ya atacadas por e l de te r ioro , la rehabilitación y e l adecuado man- tenimiento de l a s e s t ruc tu ra s , l a protección contra l a s influencias adve r sa s , e l mejor uso del suelo, la redis tr ibución del s i s t ema vial, l a ape r tu r a de espa- cios l ib res p a r a parques y á r e a s de r e c r e o y la pro- visión de se rv ic ios y comunales.

(4) Evi tar e l de te r ioro de la organización social en l a s comunidades y fomentar en cambio l a creación de un medio am- biente atract ivo dentro del cual la familia ~ u e d a . m e i o r a r su s condiciones de habitación.

La comunidad e s una unidad elemental en e l medio ambiente urbano. Su salud y s u vigor s e reflejan por una pa r t e en l a adecuación pa ra s e r v i r a l a vida de s u pueblo, por o t r a en e l poder inmanente p a r a r eem- p lazar sus células gastadas y pa ra adaptarse a los requisi tos que cambian. Tanto s u educación como organización son dos aspectos importantes del p roce- s o de

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r e q u i s i t o s

Tanto la del deterioro como la eliminación de las á r e a s ya convertidas en tugurios pueden entenderse como un e- ceso, una función o un programa. El p r imero significa simple- mente la revisión del uso y desarrol lo del suelo urbano. con el

de hacerlo m á s provechoso, bajo el control del muni- cipio y dentro de un plan preestablecido. Como función compren- de l a adquisición, erradicación, rehabilitación o reconstrucción de un á rea deteriorada con propósitos industriales, comerciales o residenciales. Como programa, el esfuerzo coordinado, com- binado y planificado del gobierno local y de o t ras instituciones interesadas, dirigido a la erradicación, reconstrucción y reha- bilitación de las á r e a s menoscabadas, a la re-localizaci6n de las familias desplazadas o de las industr ias y establecimientos comerciales. a l a conservación de las á r eas aceptables y a la

del crecimiento desmedido y de l a formación de zonas deterioradas e insalubres. Tanto e l proceso como l a función de- ben basarse y cumplirse de acuerdo a un programa planificado, integral, continuado y distribuido en el tiempo a fin de:

(1) asegurar un equilibrado medio ambiente en e l que s e complementen l a s á r e a s residenciales , comerciales e industriales y s e l a s provea de los servicios y comunales adecuados y necesarios:

(2) lograr l a máxima utilidad para l a inversión y privada, mediante l a planificación racional de cada proyecto;

( 3 ) establecer prioridades de acuerdo con un anál is is exhaustivo de l a s á r e a s más necesitadas y con el mon- to de los ingresos y disponibilidades del municipio.

Las razones que s e pueden dar de por qué debe planificarse la renovación urbana son esencialmente l a s mismas pa ra sostener por qué el desarrol lo de l a ciudad debe s e r bien planificado, P e - r o en aquellos procesos los problemas son increiblemente m á s difíciles. En las á r e a s donde el deterioro o los tugurios han avanzado, el suelo e s usado inadecuadamente pa ra l a vivienda, el comercio, l a administración o la industria. Virtualmente, to- das l a s es t ruc turas tienen ya un valor que requiere indemnización equitativa. dem más, el deter ioro no e s uniforme y en medio de

Como proceso y función, l a reno- vación urbana se alcanza median- te un programa continuado que meiora las condiciones del medio ambiente, asegura l a utilidad máxima a las inversiones públi- cas y privadas y establece un orden de prioridades de acuerdo con lo urgencia y los recursos.

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A modo d e requisitos, este pro-

grama exige la incorporación al plan regulador de la ciudad y la c las i f icación del á rea urbana

en dis t r i tos d e acuerdo con el grado d e renovación requerida.

e s tas á r e a s coexisten c ier tos valores que deben p re se rva r se . P o r lo tanto, la de l a renovación urbana viene a s e r eminentemente una delicada gul'a construída sobre el esqueleto del poder de po l i ch del municipio pa ra considerar problemas de una comunidad viva y existente; pa ra absorber e l costo excesivo de la adquisición, demolición o reparación de es t ruc turas ; pa ra determinar prioridades y para adoptar planes rea les .

Un programa integral deberia e s t a r basado en el plan regula- dor de l a ciudad y en la clasificación del á r e a urbana en sub-áreas O dis tr i tos de acuerdo con el grado de renovación o conservación que ellas necesiten. En s u forma m á s amplia, tal programa de acción municipal deber& comprender todos aquellos s i s temas , medidas y actividades que tiendan a suprimir las principales for- m a s de deterioro físico de la ciudad, y a efectuar en la estructu- r a urbana y en sus instituciones los cambios que contribuyan a producir el medio ambiente m á s favorable pa ra l a vida cívica, económica y social de todos sus habitantes. Pueden considerar - s e como principios g u k s de es te programa:

(a ) el empleo del suelo para su mejor uso social y econó- mico, y

(b) la creación del medio necesario no sólo pa ra dotar de hogares a cada familia, sino también para proveerlas de servicios oportunidades de trabajo, faci- lidades de recreación y compras, extensión cultural, con los cuales debe contar toda comunidad bien equili- brada.

1) El Plan Regulador. El p r imer requisito del programa se ba- s a en la indispensable de un plan general que contem- ple e l crecimiento y desar ro l lo integral de l a ciudad y de cada una de sus comunidades, bajo el control del gobierno local. I9

19. "Es obvia la preocupación por ampliar e l marco de la planificación regional y nacional. Sin guía segura que indique las metan. l a planificación municipal necesariamente e% defectuo- sa . SE DEBEN ESTABLECER ORGANISMOS NACIONALES O ESTATALES DE PLANIFICA- CION-INTEGRAL COMO REQUISITO INDISPENSABLE PARA DESARROLLAR UN BUEN SIS- TEMA DE PLANIFICACION LOCAL. P a r a que e l refomento municipal (la acción de renovar iustancialmente. no sólo los aspectos físicos. sino Las bases económicas y sociales de un área) tenga probabilidad de éxito, s e deben establecer buenos organismos de planificaciÓn cen- t ra l que desarrollen reglamentos y otros instrumentos de planificaciÓn. adiestren personal pa- r a planificación y despierten la conciencia ciudadana a l a necesidad de Subsi- guientemente, s e deben establecer organismos de planificación local. . . La experiencia de Pue r to Rico. donde s e inició la a l nivel central en 1942. sostiene es ta afirmación. La Junta de planificación sentó bases sólidas para la en e l país y ha hecho facti- ble e l inicio de un buen programa de planificación local.. . Los instrumento8 de 1s planifica-

.ciÓn integral g d a n en Puer to Rico todo proyecto de refomento urbano. P o r ley. tanto federal como estatal. e s necesario que Los proyectos de renovación urbana estén acordes con e l plano oficial de la comunidad que prepara la Junta de Planificación. Estos planos reguladores de los cuales ya hay 31. por lo menos en su etapa preliminar. visualizan e l desarrollo de toda e l á r ea urbana hasta 1975, indicando los usos preferentes que debiera tener e l á r ea que cubrirá la ciudad en e se afio. Esta proyección no e s caprichosa; obedece a estudios detallados de es- pecialistas en La materia. quienes después de estudiar l a economía y la sociología del munici- pio y de su zona urbana proyectan e l crecimiento poblacional hasta determinar la población con q i e contará la zona urbana para e l 1975. Esta determinación e s básica para calcular el á r ea de la futura ciudad a dedicarse a diversos usos, a s í como pa ra proyectar l a s necesidades de servicios públicos - escuelas, hospitales. calle. y avenidas, agua, alcantarillado - y tan- tos otros con que debe contar la futura ciudad. El desarrollo físico que s e propone está. pues.

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Su elemento más importante lo constituye la distribución racional del uso del suelo en provecho de toda l a comunidad. El t ratamien- to de toda á rea ya deteriorada o al deterioro, depende fundamentalmente del uso que debe dársele en la actualidad o en un futuro previsible. Sin es ta condición "sine-qua-nontf e s impo- sible formular un programa razonable de renovación urbana. AS;, por ejemplo, e s obvio que constituye un esfuerzo inútil y un derroche de dinero la rehabilitación de un á rea residencial s i el plan de uso del suelo la ha destinado a un futuro desar ro l lo indus- t r ia l . P o r esta razón todo programa de renovación urbana sólo puede formularse después de un conocimiento integral acabado de l a comunidad y debe constituir un elemento del plan regulador dentro del proceso de planificación bajo control constante. 20

2) La clasificación del á r ea urbana. El segundo requisito con- s i s te en la clasificaciÓn del á r e a urbana en conformidad con el grado de actividad que deba desar ro l la rse y de acuerdo también con la prioridad de urgencia que requiera el proceso de renova- ción urbana. Esta clasificación debe basarse en factores tales como l a s condiciones f k i c a s de la comunidad, la distribución geográfica de su e l tipo de s u estructura económica y social, e l trabajo cooperativo con otras instituciones y l a capa- cidad de participación por par te de los grupos comunales. A mo- do de orientación, y en un nivel meramente físico, puede esta- blecerse cinco grandes categorías generales de á reas , basadas en e l tipo de tratamiento que és tas deben recibir :

á r eas de erradicación absoluta (tug urios) á r eas de rehabilitación (en decadencia) á r eas de conservación á reas en las que predominan los espacios l ibres á reas sin desar ro l la r (vacantes) .21

en íntima armonía con e l desarrollo social y económico de la urbe. El plano regulador e s guía fundamental de la Junta de Planificación de Puerto Rico a l hacer sus recomendaciones en e l Programa Económico de Seis Anos. documento que vigoriza la planificación haciéndola par- te del proceso presupuestal. El plano regulador e s básico. además. para la revisión de todo proyecto público o privado que s e presente a la Junta para su consideración. En e l plano re- gulador s e indican las á r eas decadentes o de arrabales (tugurios) que van a s e r mejoradas y e l uso al que se dedicarán esos ter renos . En síntesis: E L PLANO REGULADOR SIENTA LAS BASES PARA LA RENOVACION URBANA. '' Rafael Picó. Refomento Municipal (Junta de Pla- nificación, Estado Libre Asociado de Puer to Rico. Santurce. 1954). pag. 3.

20 . "Los Municipios podrÍan examinar l a efectividad de sus programas de obras con el objeto de ver que éstos s e relacionen directamente con un plan regulador urbano. a la vez que desarrollen una coordihación es t recha con los planes nacionales de obrae públicas. Los Municipios podrían solicitar ayuda técnica y económica de las autoridades nacionales y buscar oportunidades para una coordinación con las mismas con mi ra s a l desarrollo de pro- gramas de planificaciÓn regional y local. Los Municipios deberían urgir a las autoridades na- cionales para e l establecimiento de normas racionales de urbanización p a r i emprender estu- dios y planes basados en los recuraos existentes y para ocuparse, sobre una base nacional. de l a s normas y programas para la expansión de las ciudades existentes y e l fomento de las nue- vas localidades. '< Cuarta Reunión del Congreso Interamericano de Municipios.

21. "Al t ra tar los problemas de refomento ufbano en Puer to Rico. hemos distinguido t r e s tipos de á reas que s e prestan a es te pr6cero. Cada una de ellas amerita estudio y tratamien- to especial. Son l a s siguientes: Areas de a r r iba l e s (tugurios). á r eas en decadencia. á r eas envejecidas de carácter histórico cultural. . . El arrabal o tugurio e s la zona físicamente dete- riorada, integrada por viviendas y ot ras edificaciones antihigiénicaa e inseguras. con un s is- k m a vial inadecuado cuyas calles. más bien callejones. son angostas y s in pavimentar; y ca-

Todo programa de renovación debería constituir un elemento del plan regulador, ya que éste prevé el futuro uso del suelo urbano.

L a clasificación del área urbana considera el orden de prioridades y el grado de intensidad en el cual debe aplicarse el programa de renovación.

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Esta clasificación considera cin- co categorías de áreas urbanas, desde aquellas que requieren limpieza absoluta.

hasta aquellas otras que per- manecen aún vacantes esperando un futuro desarrollo.

Las á r e a s de erradicación absoluta cuenta con una gran pro- porción de es t ruc turas cuyo Único tratamiento e s l a demolición, a fin de preparar e l s i t io p a r a nuevos edificios o pa ra o t ros usos. 22 Las á r e a s de rehabilitación requieren c ier to grado de renovación y de conservación y pueden comprender: es t ruc turas a demoler , edificaciones que requieren reparos substanciales o alteraciones menores y construcciones que deben conservarse ; en e s t a s á r eas el gobierno local procede a l a adquisición de l a s propiedades ( t i e r r a y edificaciones) mediante e l uso de s u poder de expropiación, o a l e je rc ic io de s u poder de policía por medio de códigos, controles, ordenanzas o coacción legal en e l cum- plimiento de los requisitos mínimos de habitabilidad. Aquellas á r e a s de la ciudad en las que tanto las estructuras como el me- dio ambiente pueden s e r mejorados con la sola aplicación de me- didas y el uso intensivo del poder de policía, han sido denomina- das á r e a s de conservación. Con fines de renovación s e clasifica como á r e a s en las que predominan los espacios l ibres aquéllas en l a s que la t i e r r a ha sido poco desarrol lada y que por l o gene- r a l constituyen un desperdicio económico para l a ciudad, ya sea porque sus propietarios eluden el pago de contribuciones, ya por - que no s e usa normalmente de los servicios instalados; l a acción del municipio debe d i r ig i rse a su adquisición y replan- teo. P o r fin, las á r e a s s in desar ro l la r o vacantes constituyen una parte integral del plan de l a ciudad, en las que e l gobierno local interviene, sea mediante e l ejercicio de s u poder de policla por regulaciones de loteamiento, sea por pública adquisición a fin de asegurar el futuro desarrol lo.

En todas es tas á r e a s , l a debe proceder con p re - cisión y detalle. Aparte de las es t ruc turas deterioradas y de los tugurios mismos, pueden encontrarse en cada distr i to formacio- nes defectuosas que necesitan corrección. En es ta t a r ea , el go- bierno local debe hacer uso de sus poderes y de o t ras medidas

rece de adecuados servicios públicos. En Puer to Rico es tas á r eas de tugurios es tán siendo tratadas con un vigoroso programa de eliminación total de los arrabales y de su renovación. en completa armonía con los planos reguladores y de desarrollo de l a comunidad urbana a la que pt r tenecen. . . Con frecuencia las á r eas ubicadas en l a s proximidades de los arrabales presentan características s e r i a s de deterioro, aunque sin alcanzar l a s condiciones paupérri- mas de los arrabales. Es en es tas á r e a s algo más estables. donde la política de eliminación total resulta poco aconsejable y sumamente onerosa y donde, por consiguiente, l a política de mejoramiento mediante la renovación ("renewal") e s más indicada. Se trata de aplicar una política menos drástica que le permita al ciudadano tener una participación más directa esti- mulando la acción cívica y los programas de mejoramiento colectivo e individual. para a s í r e - convertir es tas zonas en á reas saludables e higiénicas e impedir que continúe e l deterioro al extremo de convertirlas en arrabales . . . Todas las grandes ciudades poseen á r e a s de carácter antiguo íntimamente asociadas con s u patrimonio histórico-cultural. Con frecuencia e s t a s á r e a s muestran La huella del tiempo en la forma de un desarrollo decadente y hasta ruinoso. P o r s u peculiar naturaleza, necesitan un diagnóstico y tratamiento especial". Rafael Picó. opus c i t . , pgs. 6 a 21.

2 2 . La Cuarta ~ e u n i ó n del Congreso Interamericano de Municipios, celebrada cn Montevideo en 1953, recomendó: "Los Municipios deben atender con preferencia la eliminación de los tu- g u r i o ~ y dirigir su acción ejecutiva hacia l a construcción de habitaciones permanentes". Al mismo tiempo, ofrece una fórmula administrativa: "Los Municipios podrían considerar medios de establecer departamentos. dentro de su propia administración. con e l carácter de perma- nentes 'y autorizados por una Legislación apropiada, pa ra la adquisición y concentración de te- rrenosien zonas de tugurios, la demolición de éstos, la nueva urbanización y su venta o arr ien- do para la construcción privada, de acuerdo con un plan y con l a s normas generales acordadas previamente. "

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Un programa de RENOVAClON URBANA estriba en pasos que cualquier comunidad puede tomar -y es necesario que los tome- paro lograr su futuro bienestar.

Puede ser que la comunidad cumpla ya con algunos de los requisitos de este programa,

mientras que satisface otros parcial e inefectivamente,

y otros, en fin, constituyen responsabilidades que es- quiva o descuida por completo.

A f in de alcanzar el obietivo propuesto, un programa de

RENOVACION URBANA debería incluir los siguientes elementos básicos:

1. Códigos locales ~ompulsorios de vivienda y de salu- bridad, que terminen con l a tolerancia de miles de cons- trucciones y sectores urbanos ilegales, degradantes e insalubres en los que debe habitar más de lo mitad de

l a población de cada una de nuestras ciudades.

2. Un PLAN REGULADOR del desorkl lo urbano, que ponga término a l a extensión desmedida e incontrolado de la ciudad y que constituya, a l mismo tiempo, una guía segura de su futuro.

3. Un análisis básico de las condiciones de vida de los barrios a f in de forjar e l tipo de tratamiento requerido. En otros términos, realizar el inventario de las áreas ya deterioradas y de las que s e encuentran próximas al deterioro, con el propósito de desarrollar un plan que permita detenerlo desde sus comienzos.

4. Efectiva organización administrativa para ejecutar de inmediato el programo adoptado; actividad coordinada de todas las oficinas y dependencias del gobierno local dirigida a alcanzar el logro de un propósito común.

5. Capacidad financiera para desarrbllar este programa, basada en el uso racional de los ingresos y recursos de la comunidad.

6. Re-aloiamiento de las familias desplazadas. Aumento del número de buenas viviendas para todos los grupos de ingreso mediante la construcción de nuevas unidades de habitación o la rehabilitación de las decadentes, de suerte que se pueda 'volver a alojar" a las familias que en la actualidad pagan precios exorbitantes por habitar

en tugurios.

7. Amplia participación de toda la ciudadanía y apoyo permanente a un programa de esta naturaleza. Demando

pública por uno comunidad meior y respaldo a los pasos que se den o que deban darse para lograrla.

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PUEDE UNA COMUNIDAD ENFRENTAR UN PROGRAMA DE RENOVACION URBANA?

E l total de actividades que especifica un programa de

RENOVACION URBANA es perfectamente posible dentro de los recursos de cualquier comunidad, por grande o pequeña que sea. Muchas de estas actividades sólo im- plican hacer uso del sentido común y dirigir la acción por el camino recto.

Para e l desarrollo de otras actividades, podría contar- se con el apoyo del Gobierna Nacional, especialmente en aquéllas que la comunidad no puede encarar con sus propios recursos. Tal apoyo podría consistir en:

PRESTAMOS Y SUBSIDIOS para la erradicación de áreas de tugurios o para l a rehabilitación de determinadas áreas en decadencia;

SEGUROS HIPOTECARIOS para distribuir e l riesgo de la inversión privada en la reconstrucción o la rehabilitación de las áreas urbanas sometidas a renovación;

SEGUROS HIPOTECARIOS especiales para la construc- ción de viviendas de interés social, sean nuevas o re- habilitadas, que alojarán a las familias desplazadas dentro de un programa de renovación;

PRESTAMOS y SUBSIDIOS para vivienda de inter is so- c ia l destinada a familias de muy escasos ingresos;

ASISTENCIA TECNICA y PROFESIONAL en problemas particulares de renovación urbana o en la elaboración

de planos reguladores.

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aplicables tales como: l a revisión de las ordenanzas de zonifica- ción, la de nuevos servicios comunales, l a solución de los problemas de tráf ico mediante l a revisión de s u trazado y del uso de l a s calles, c ier to grado de erradicación y e l otorgamiento de subsidios a la construcciÓn de viviendas de in terés social para familias desplazadas o de m á s bajos ingresos. En otros d is t r i - tos , en condiciones mejores , bas tará solamente con un proceso de rehabilitación de es t ruc turas acompañado de nuevas construc- ciones. En todo caso, el nivel de mantenimiento que pueda r e - quer i r se bajo el ejercicio del poder de polic<a del gobierno local, depende del funcionamiento de la maquinaria administrativa que controla el cumplimiento de códigos y ordenanzas.

El uso cabal de sus poderes y de otros instrumentos que l e son propios a l .gobierno locol, vendrían a constituir requisitos casi siempre indispensables para Ilevor a cabo un programa de renovación urbano.

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Un programa de renovación ur- bana deberia contar con elemen- tos tales como: la adopción de objetivas básicos, la centrali- zoción de l a responsabilidad administrativa,

e l e m e n t o s

Un vasto programa de renovación urbana implicaría no sola- mente un intensivo esfuerzo por levantar las condiciones de vi- vienda de cada á rea hasta alcanzar un nivel satisfactorio, sino también la realización de l a s obras y comunales necesa- r ias para la creación de un medio ambiente favorable. Tal pro- grama consecuente deberiá considerar los siguientes elementos esenciales :

(1) La adopción de una pol<tica positiva por parte del municipio, a fin de hacer del mejoramiento y de la conservación de los barrios un objetivo básico. Tal polltica comprendería un programa unificado y efectivo del cumplimiento de la ley y de l a s ordenanzas del poder de policía (una ordenanza de vivienda pues- ta al día, un código de construcción con normas racionales, un control de la densidad, una ordenanza de zonificación adminis- trada efectivamente).

(2) La centralización de la responsabilidad del cumpli- miento de ese programa en un departamento ad hoc de coordina- ción creado dentro de la oficina del plan regulador. 23 El plan de cada comunidad urbana comprendería un examen exhaustivo del estado de las estructuras, la densidad por unidad de vivienda, e l uso de la t ier ra , las condiciones de tráfico, los servicios públi- cos y comunales y las proyecciones de la población y de actividad económica de la comunidad.

24 (3) La organización de la comunidad que incluya a to-

23. "Si s e intenta iniciar la planificación mediante la creación de una infinidad de organismos de planificación local, lo más probable es que s e sufra una gran decepción, ya que no habrá comunes denominadores. ni uniformidad de procedimientos, ni seguridad en cuanto a las téc- nicas - amén de que ierfa casi imposible obtener la coordinación necesaria para que los pro- gramas locales no conflinjan entre sí y con los objetivos nacionales o estatales". Rafael Picó. opus cit. . página 3.

24. "La organización de la comunidad es el medio de promover el mejoramiento general y el alcance de objetivos eipecíficos. Su propósito es hacer que los recursos de la comunidad llenen las necesidades del pueblo, estimulando la iniciativa del mayor número de personas por medio de su voluntaria y responsable. Todo programa de organización de la co- munidad trata de echar raíces en la vida comunal y de florecer ininterrumpidamente en activi- dades espontáneas.. . Todos los programas de la comunidad requieren aIguna forma de orga- nización, formal o informal. temporaria o permanente, simple o complicada. Al considerar la organización apropiada a un programa especffico de una comunidad debe recordarse que la organización e s un proceso continuo que refleja el crecimiento del programa y la interacción entre sus partes. La organización de la comunidad no es cosa fija y estática que s e pueda pre- sentar en una carta gráfica. Cualquiera sea la forma de organización que se seleccione. debe ponerse en práctica el principio de simplicidad y claridad. Aunque la variedad de los proyec- tos y grupor particiriantcs requiere alguna complejidad, debe buscarse siempre los mcdios pa- r a simplificarla. Especialmente, e s menester que las funciones y responsabilidades asignadas a cada participante sean definidas con claridad y que la misma responsabilidad no sea repetida innecesariamente. " Caroline F. Ware. Estudio de la Comunidad. (Unión Panamericana, Washisgton, D, C. , 1952). .páginas 1 y 155

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dos los habitantes del vecindario y que s i rva no sólo p a r a repre- sentarla en e l programa de sino que pueda también organizar grupos especializados, controlar l a s violaciones de la ley, alentar las mejoras en l a propiedad privada y actuar como un mecanismo educativo. Es t a s actividades necesitan del apoyo directo del municipio.

(4) La organización de lax iudad central y de sus suburbios, a fin de establecer los carac teres de gobierno que necesariamente requieren operación uniforme o coordinada a lo largo de todo el dis tr i to metropolitano. E s indispensable volver a da r forma a la región metropolitana y desar ro l la r los medios para asegurar su capacidad de adaptarse al crecimiento y a las necesidades que cambian, s in l a acumulación de de ter ioro que ha producido e l caos actual. E n esta forma los habitantes del á r e a identif icarían sus in tereses con el bienestar de toda l a comuni- dad metropolitana y s e asociarían ellos mismos al intento de pro- mover e l bienestar común.

( 5 ) El financiamiento adecuado, que considere los pro- gramas de renovación urbana como funciones básicas del muni- cipio. En el presupuesto anual de obras s e proveerían los fondos necesarios pa ra poner en operación dichos programas . La de mejoras y de servicios comunales en determinada á rea puede lograr el éxito o el f racaso de un progra- ma ; tales mejoras deben s e r planificadas con la m i r a de lograr el máximo de l a contribución de las inversiones pa ra la renovación de la comunidad. E l soporte de la empresa privada podría incluir la inversión directa en las á r eas de operación y la facilitación del crédito necesario. Es te apoyo sólo puede obte- ne r se s i el capital privado llega al convencimiento de que el go- bierno local persigue seriamente un plan pa ra e l mejoramiento de la comunidad. Las desventajas competitivas de la ciudad cen- t r a l con respecto a sus suburbios se superarián por l a compen- sación del peso de lo s impuestos, la normalización en los serv i - ciós, la coordinación de l a s ordenanzas de construcción y por otros medios semejantes. Al mismo tiempo, se procurar ía en- sanchar el mercado de l a vivienda a todos los elementos de la

a fin de evitar que algún sec tor de l a ciudad pueda con- ver t i r se en refugio hacinado y restringido de c ier to grupo de ha- bitantes o dé margen al desar ro l lo de á r e a s clandestinas.

(6) Un pr.ograma de educación del público que presen- te claramente a los integrantes de l a comunidad l a importancia -

de l a conservación y de la rehabilitación y la substancia de l a legislación pertinente a la vivienda .25 Los programas escolares

25. El público debería conocer en detalle la variedad de tipos de actividades públicas y pri- vadas que puede promoverse s i s e emprende un programa de renovación urbana. Sobre todo tratándose de un área metropolitana, e s indispensable que el total de la población adquiera con- ciencia de que e l problema afecta a todos y que sólo puede ser resuelto en conjunto. Los ha- bitantes de barrios "de lujo" deberían convencerse de que sus esfuerzos por emtablecer prote- gidos refugios residenciales no pueden prosperar indefinidamente; tarde o temprano. e l costo de procurarse los servicios que necesitan excederá los recursos de los más ricos de ellos.

la organización de l a comunidad, la uniformidad de operación en toda el área urbana lograda me- diante la organización adminis- trativa de la región metropolita- no, el financiamiento necesario para poner en operación dicho programa,

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y la educación del público d e mo-

do que éste comprenda la totali-

dad de s u s posibilidades y de s u s

limitaciones.

deben dar énfasis y hacer r e sa l t a r la importancia del c u i d o de l a habitación, de la higiene y de l a responsabilidad con l a comu- nidad. El desarrol lo de un programa de publicidad y de relacio- nes incluiría la de un manual de "conser- vación" que explique cómo deben ponerse en marcha los objeti- vos del programa, los métodos de llevarlo a cabo, resúmenes de ordenanzas, una l is ta de l a s instituciones locales y de sus fun- ciones, s is temas de ayuda financiera y ejemplos de conservación y de organizaciones comunales. La prensa local debe desa r ro -

l l a r una función importante. 2 6

Los residentes de los sectores céntricos trndrán que comprender que no pueden escapar de los problemas urbanos por e l simple hecho de mudarse a los alrededores. Los problemas pueden perreguirlos más rápidamente que su esfuerzo por escaparse de ellos. Po r consiguiente. toda la comunidad tendrá necesariamente que comprobar su-. que reconocer que e l barr io clandestino y e l "de lujo" son inseparables, que ambos dicen relación con e l sector central y con los barrios satélites. Los problemas de criminalidad y de pobreza de un sector deben considerarse como los problemas de todos, lo mismo que los problemas de humos, contami- nación, tugurios. tráfico. inundaciones. agua potable. alcantarillado, salubridad. educación, segregación. estratificación social y económica. Lejos de es ta comprobación de unidad, la comunidad perderá la fe en e l futuro y s e r á incapaz de enfrentar estos problemas. La renova- ción urbana requiere es ta f e al mismo tiempo que un gran esfuerzo.

2 6 . "Mientras que en l a actualidad e s posible la existencia de unidades de vivienda. unidades vecinales y agrupaciones cívicas completamente nuevas, y mientras que ellas son inevitables. algunos de los antiguos ideales del ho_go parecen por ahora imposibles de alcanzar. Lo que me nec,esitaría saber es lo que l a gente desearía s i e s que pudiera comprender la totalidad de 1aa posibilidades disponibles y e l conjunto de l a s limitaciones práctica* existentes. El proble- m a básico de una democracia e s e l de t ransfer i r la responsabilidad de decisión a sus ciudada- nos. A menudo aparecen dos aspectos diferentes de es te problema en la8 d i scu~ iones sobre vivienda y urbanismo: &Cómo pueden presentarse más claramente a l público las alternativas y problemas tanto a expertos como al público? Cómo puede desarrollarse la participación res- ponsable del ciudadano en las materias en las que su influencia puede s e r real y efectiva7 La pr imera pregunta sugiere un incremento en la educación, mientras que la segunda parece asun- to de organización. " Catberine Bauer. Social Questions in Housing and Town P lann ing~ (Uni- versity o£ London P res s . London. 1952).

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f i n a n c i e r a s

La planificación integral pensada a largo plazo y e l p rograma coordinado de todas las obras pueden cons iderarse como l a s dos condiciones m á s indispensables pa ra e l éxito de un pro- g rama de renovación de la comunidad. De es te modo, los dis- tintos tipos de proyectos caerfan dentro de e s t a s categor<as de objetivos :

(1) Mejoramiento de la base económica de la ciudad, incluida l a de s i t ios pa ra l a industr ia y el comercio.

( 2 ) ~ o n s t r u c c i ó n , reemplazo y conservación de vi- viendas y servicios comunales.

(3) Mejoramiento de las facilidades de t ranspor te de personas y mercade r í a s , comprendida l a cons- trucción de c a r r e t e r a s , autopistas, estaciona- miento de vehiculos y terminales t e r r e s t r e s , ma- rctimos y aé reos .

(4) prevención de l a expansión del de te r ioro , con los proyectos especificamente diseñados pa ra conservar ba r r io s existentes , á r e a s industr iales y dis tr i tos comerc ia les .

La ciudad debe contar con una justificación económica - ba- sada en l a disponibilidad de r ecu r sos y en la vitalidad construc- tiva de la comunidad - pa ra poner en marcha s u continuo proce- s o de renovación. Es t a justificación puede constituir en e l po- tencial industrial o comerc ia l inherente, l a presencia de recono- cidos centros culturales o de salud, l a sede del gobierno nacional o l a combinación de fuentes estables de atracción y subsis tencia. Todo buen conglomerado urbano cuesta dinero y s in una vigorosa actividad económica no puede producir los r ecu r sos pa ra poner por obra su mejoramiento o l a renovación de s u comunidad. En 1;neas generales , los p rog ramas esbozados en es te estudio son ampliamente aplicables en aquellas á r ea s urbanas que tienen una

l razón suficiente pa ra ex is t i r , pe ro que, por una razón u o t ra , no han logrado rea l izar plenamente sus potencialidades.

Un programa de renovación ur-

bana como el esbozado en el

presente estudio es ampliamente

aplicable en aquellas ciudades

que, si tienen razón suficiente

para existir, no han logrado aún

desarrollar plenamente sus po-

tencialidades.

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E l problema del costo puede re- ducirse mediante medidas al al- cance del gobierno local, tales como:

el cumplimiento estricto de nor- mas y ordenanzas, el control del pago de impuestos, el uso del poder de expropiación y l a coor- dinación de actividades en un solo organismo local.

El costo del agrupamiento de lotes colindantes pa ra iniciar un proyecto de renovación parece s e r inalcanzable. Sin embargo, el municipio puede operar m á s fácilmente s i termina con l a s in - dulgencias e inmunidades concedidas a los dueños de propiedades deter ioradas o simplemente descuidadas, y s i destruye la idea de que e s m á s ventajosa la resis tencia persis tente contra cual- quier mejora. En todo programa de renovación urbana debe cons-

ti tuir un objetivo fundamental e l c r e a r l a s condiciones bajo l a s cuales s e a posible el agrupamiento de lotes a un costo razonable y proporcionado. Medidas como l a s siguientes pueden tender a reducir e l costo de adquisición del terreno y a colocar a los pro- pietarios sobre una base de entendimiento favorable pa ra la ne- gociación:

(1) El cumplimiento es t r ic to de l a s normas de segur i - dad, salubridad y ocupación en las es t ruc turas existentes, que hace económicamente dificultosa o imposible toda operación en edificios decrépitos o la retención de ellos con fines especulati- vos. El poder de po l i ch del gobierno local debe s e r usado para forzar la clausura o demolición de es t ruc turas en condiciones de inhabitabilidad.

( 2 ) Las potencialidades del uso de l a t i e r r a - que en c ie r ta forma determinan su valor - deben s e r reflejadas con exactitud en una ordenanza de zonificación.

( 3 ) La iniciación de un fuerte ataque a la delincuencia en e l pago de impuestos. L a delincuencia crónica revela Ó una falta de capacidad de pago o una pérdida de in te rés en l a propie- dad misma.

(4) El uso del poder de expropiación, que proporciona los medios finales y esenciales pa ra hacer asequible e l t e r reno cuando s e necesita una g ran acumulación de lotes contiguos, o cuando se hace preciso fo rza r l a resis tencia y ac l a r a r los tl'tu- los . La amenaza de condenación puede s e r también un incentivo pa ra la negociación o la aceleración del proceso.

(5) La coordinación de las actividades nacionales, mu- nicipales y de l a s instituciones de vivienda, bajo un solo depar- tamento local que use un solo método en la adquisición de t i e r r a y actúe en es t recha cooperación con la oficina del plan regulador. L a actual dispersión de actividades en var ias instituciones ofi- ciales y no oficiales, que usan diferentes métodos de adquisición, permite l a competencia ocasional, desalienta l a adopción de un procedimiento vigoroso y hace imposible la coordinación de un programa de integral del á r ea urbana.

El ro s t ro opuesto del problema del costo lo presenta el de la inversión. Si las utilidades potenciales de é s t a en á r e a s renova- das ' fuesen mayores, no hay duda que producirja mayor interven- ción del capital privado y s e r educ ida e l monto de los subsidios. Puede suger i r se una se r i e de medidas para alentar la inversión

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privada, tales como:

(1) La mayor información sobre el futuro uso del suelo, asequible a todas aquellas personas interesadas en l a inversión, y la previsión de l a competencia indebida que podría producirse en t re varios distr i tos de la ciudad para el mi smo tipo de uso.

( 2 ) La uniformidad y modernización de las ordenanzas de construcciÓn con e! f in de el iminar l a s desventajas de inver- t i r en las á r eas céntr icas en comparación con los suburbios.

(3) La modificación de l a legislación impositiva a fin de p re s t a r mayor consideración a l a inversión en á r e a s de renova- ción. La reforma de l a es t ruc tura de los impuestos, que podria reducir l a carga soportada por e l capital privado en á r e a s de r e - novación y al mismo tiempo r epa r t i r equilibradamente e l grava- men de l a imposición por toda el á r ea metropolitana. En esta forma se compensaría l a carga desproporcionada que significa l a inversión actual en el dis tr i to céntrico, impuesta por la mul- tiplicidad de jurisdicciones políticas y por l a necesidad de que es te distr i to provea servicios diar ios a una gran par te de l a po- blación de l a cual percibe poco o ningún ingreso.

Finalmente, la de l a renovación urbana, además de s e r estructurada en un programa factible de financiamiento, debe formularse en términos de tiempo y de espacio. Una vez determinado el uso del suelo, cada paso que s e avance en la im- plementaciÓn de tal programa debe tener estrecha relación con la necesidad calculada y con los recursos disponibles de l a comu- nidad. En l a preparación de un presupuesto de inversiones pa ra l a renovación, cas i invariablemente la adquisición de l a t i e r r a e s motivo de demoras y de elevado costo. El vendedor s e coloca en posición particularmente es t ra tég ica , en tanto que e l compra- dos asume una actitud inconfortable y desventajosa. P o r lo gene- r a l , la no-cooperación rinde mayores beneficios que l a coopera- ción misma. Como un medio de superar es tas dificultades, la adquisición de la t i e r r a deberfa s e r incluida en el programa de obras públicas, con l a flexibilidad necesaria pa ra obtener en ma- yores ventajas de las negociaciones, tanto para el capital pr iva- do, como para l a ciudad en general .

Miles L. Colean,. en su obra serena y responsable sobre r e - novación urbana -Renewing Our Cities- sostiene que en e s t a ma- t e r i a no hay aún fórmulas preparadas que nos aseguren un proce- so plenamente espontáneo. "El solo entusiasmo no puede rea l i - z a r todo el trabajo, a pesar de que s e requiera muchísimo entu- s iasmo para ejecutarlo. E l subsidio no proporciona una respues- ta sensata, a pesar de que en Último término pueda requer i rse cier to grado de subsidio. E l objetivo deseado de una ciudad salu- dable, ordenada, bien mantenida y constantemente en renovación puede alcanzarse sólo mediante una acción inflexible en varios frentes -el manejo de asuntos municipales, l a planificación €<si-

E l problema de l a inversión pue- de aminorarse si se logra aumen- tar las utilidades en las áreas de renovación, si se pone en co- nocimiento de los inversionistas el futuro uso del suela, si se modernizan las ordenanzas de construcción y si se revisa l a legislación impositiva existente.

E l obietivo deseado en un pro- grama de renovación puede al- cansarse sólo mediante una ac- ción tenaz en varios frentes

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la cual requiere sostenida fe y constante esfuerzo por lograr una ciudad dinámica, saludable, ordenada y bien mantenida.

ca y financiera, l a reorganización pol~tico-administrativa, las mejoras públicas y tantos otros- . La ta rea e s t remenda, m a s no s e reducirá restándole importancia a la que ella requiere ni procurando paliativos mediante soluciones utópicas.

1 S e necesi tará fe sostenida y constante esfuerzo. P e r o s e los pue- de obtener. NUESTRAS CIUDADES HAN DE S E R SIEMPRE L O

QUE NOSOTROS HAGAMOS DE ELLAS. " 27

27. Milea L. Colean, opua c i t . , página 168.

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b i b l i o g r a f í a

Es dificil para el lec tor latinoamericano encontrar en s u pro- pio idioma material de referencia sobre temas de renovación u r - bana. A modo de gu<a y de orientación, s e ofrece una se r i e de obras que se ref ieren a esos temas y que, en cier ta forma, han servido de base para l a elaboración del presente estudio. El te - m a e s relativamente nuevo, prácticamente hay muy poco impre - so . P o r p r imera vez el término fué puesto en boga por Joseph D. McGoldnick en s u ar t iculo "City Building and Renewal", apa- recido en The Annals de l a American Academy of Political and Social Science, en noviembre de 1945; m á s ta rde fué actualizado por Miles L. Colean en noviembre de 1953 con l a aparición de s u obra Renewing our Cities.

Colean, Miles L. Renewing Our Cities, New York: Twentieth Century Fund, 1953. , pp. 181.

Estudia la remodelación urbana como par te del proceso general de renovación de la comunidad. Define las cau- s a s del deterioro de las ciudades y propone los medios para s u superación.

Colete, Honorato. conservación y en ovación Urbarias. Habana, 1954. 15 páginas (mecanografiado).

Ponencia presentada por el autor a la V ~ e u n i ó n del Gon- greso Interamericano de Municipios, celebrado en San Juan, Pue r to Rico, en diciembre de 1954.

F e i s s , Carl . Some Techniques of Urban Renewal and Redevelop- ment in the United States of America. San Juan, 1954. 28 páginas (mimeÓgrafo).

Naturaleza y dimensión del problema del deterioro en los Estados Unidos y l a s deficiencias en la planificación. Algunos ejemplos de refomento urbano y de legislación pertinente.

~ ' e i s s , Car l . The Role of the Citizen in Uroan Renewal. Wash- I ington: 1954. pp. 8 (mimeógrafo).

Indicaciones pa ra obtener la y apoyo del

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en los programas nacionales y locales de reno- vación de l a comunidad urbana.

Follin, J . W. A P r o y r a m to Conserve Proper ty Values and to Improve Communities. How a Locality can Operate Easi ly and Effectively under the Proposed Urban Re- newal P r o g r a m . Why the Public Works Officials should be Interested in the Urban Renewal P r o ~ r a m . Wash- ington: 1954 (mimeÓgrafo).

3 folletos del Director de l a ~ i v i s i ó n de Erradicación

de Tugurios y ~ e m o d e l a c i ó n Urbana del Instituto de Financiamiento de Viviendas y Hogares de los Es t a - dos Unidos (HHFA). Gujas práct icas en problemas de renovación urbana.

Follin, J . W. Renewing the Cit ies and Sustaining American p ros - peri ty. Washington, D. C . , 1954. pp. 13 (mimeó- grafo) .

Ponencia presentada por e l autor, Director de la Di- visión de ~ r r a d i c a c i ó n de Tugurios y Refomento Ur- bano del Instituto de Financiamiento de Viviendas y Hogares (HHFA) de los Estados Unidos, a la V Reu- nión del Congreso Interamericano de Municipios.

Greb le r , Leo. Housing Market Behavior in a Declining Area . Publications o£ the Institute for Urban Land Use and Housing Studies. New York: Columbia University P r e s s , 1952. pp. 265.

Fluctuaciones de l a oferta y l a demanda de viviendas en á r e a s de de ter ioro progresivo y anál is is de l a s causas. Transferencia de la propiedad ra iz . Carac- teri'sticas en los cambios de ~ i s t r i b u c i ó n de la propiedad en l a s á r e a s de tugurios. Fac to re s que s e asocian a l avance del deter ioro. Uso futuro de la t i e r r a .

Medeiros, Laudelino T . Vilas de Malocas. Ensaio de Sociolo- gia Urbana. P o r t o Alegre: Universidad do Rio Gran- de do Sul, 1951. pp. 92.

Las concentraciones urbanas y la formación de los tugurios, especialmente en e l á r e a de P o r t o Alegre. ~ n á l i s i s detallado de un á r e a de tugurios; población, vivienda, condiciones económicas. ~ n á l i s i s de l a s causas que lo s producen y conclusiones general iza- das . Valioso estudio que puede s e r v i r de gufa pa ra investigaciones s imi la res .

Ministry of Town and Country Planning. Advisory Handbook on The Redevelopment of Central Areas . London: His

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Majesty 's Stationery Office, 1947. pp. 101.

P re sen ta los principios y l a s normas que deben go- bernar l a preparación y ejecución de los planes de remodelación de l a s á r e a s cént r icas de l a s ciudades. Relaciones en t re varios aspectos de l a remodelación: t razado de ca l les , zonificación y uso de la t i e r r a y densidad de l a s es t ruc turas . Muchas recomendacio- nes tienen ca rác t e r provisorio has ta tener l a s sufi-

cientes experiencias pa ra operar s u modificación.

Miró auesada , Luis. Cusco: Rehabilitación de una E s t r u c t u r a . Urbana con Valor ~ i s t ó r i c o y Art ís t ico. L ima, 1954. 28 páginas (mimeógrafo)

Ponencia presentada a la V Reunión del Congreso In- te ramer icano de Municipios, celebrado en San Juan, F)uerto Rico, en diciembre de 1954. ~ n á l i s i s de un caso de rehabilitación en e l que por encima de las calidades arquitectónicas está la calidad de conjunto del conglomerado urbano.

Mitchell, Robert B. Providing the Framework for Urban Re - newal. Philadelphia: University of Penns ylvania, Department of Land and City Planning, 1954. pp. 16 (mimeógrafo).

Valioso estudio que procura definir en sus r ea l e s t é r - minos e l alcance de la renovación de la comunidad urbana y sus objetivos.

P icó , Rafael. Refomento Municipal. Junta de Planificación de Pue r to Rico. Santurce: 1954 pp. 39 (multili th).

Ponencia presentada por el autor a la V ~ e u n i ó n del Congreso Interamericano de Municipios, celebrado en San Juan, Pue r to Rico, en diciembre de 1954. P r e - senta detalles de l a ejecución de programas de el imi- nación de tugurios. "vivienda recuperación de á r e a s en decadencia y de ca rác t e r histórico-cultu- r a l emprendidos por la Junta de planificación de P u e r - to Rico. Cuenta, además, con un detenido anál is is del refomento ru ra l .

P r i m e r a convención sobre conservación Urbana. Ca racas : 1952. pp. 2.25 (mimeógrafo) .

el imitación urbana. ~ e f o r e s t a c i ó n y t ratamiento de la topografía. E l problema de los "ranchos" en Ca- r acas y sus soluciones: erradicación, mejoramiento y reurbanización.

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Recommendations on Government Housing Pol icies and P r o g r a m s . A Report of the P re s iden t ' s Advisory Committe on Government Housing Pol icies and P r o g r a m s . Wash- ington: U. S. Government Print ing Office. 1953, pp. 377.

Recomendaciones p a r a e l p rograma de vivienda del Pres idente Eisenhower p a r a 1954. C la r a exposición de los objetivos de l a renovación urbana. hná l i s i s de las normas de ocupación y habitabilidad en vigencia en los Es tados Unidos. Recomendaciones sobre lo que deben hacer l a s ciudades pa ra e l iminar l o s tugu- r ios . E l papel del gobierno nacional y local en e s t a t a r ea .

Siegel, J. M . , and Brooks, C . W . Slum Prevent ion Through Conservation and Rehabilitation. Washington: HHFA, 1953. pp. 143 (mimeÓgrafo).

P r e sen t a en s u p r i m e r a par te los elementos de l a conservación y rehabilitación urbana y la par t ic ipa- ción del gobierno nacional en ta les p rog ramas . En s u segunda pa r t e analiza diferentes p rog ramas en s u etapa de real ización en algunas ciudades y ofrece pro- posiciones de me jo ra s en l a s regulaciones del poder de policia, e l papel de los códigos en la del de te r ioro y l a regulación de la densidad de pobla- ción.

Woodbury, Coleman (ed . ) . The Future o£ Cit ies and Urban Re- development. Chicago: The University o£ Chicago P r e s s , 1953. pp. 764.

Objetivos, diseño y es t ra teg ia de la rehabilitación. Organización de gobiernos locales en á r e a s metropo- li tanas y su relación con la remodelación de l a Ciu- dad. P rob l emas que surgen de que en ningún lugar l a metrópol i e s t á poljticamente organizada. ~ n á l i s i s histórico.

Woodbury, Coleman (ed. ) . Urban Redevelopment: P rob l ems & Prac t i ce . Chicago: The University o£ Chicago P r e s s 1953. pp. 525.

P rob l emas y prác t ica de programas de rehabilitación local. Ventajas y limitaciones de los actuales méto- dos de investigación p a r a evaluar la calidad de l a s á r e a s residenciales . ~ n á l i s i s de densidades urbanas y s u s costos . Aspectos legales . P rob l emas de re lo- cación de famil ias desplazadas. Concepto evolutivo del uso público de la t i e r r a .

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PUBLICACIONES DE LA UNION PANAMERICANA

Acción Municipal en el Mejoramiento'de l a s Condiciones de Vi- vienda y l a ~ l i m i n a c i ó n de Tugurios. Montevideo: 1953. pp. 77 (mimeÓgrafo).

Documento preparado por la División de Vivienda y Planeamiento y el Profesor F. Violich pa ra la IV Reu niÓn del Congreso Interamericano de Municipios. ~ e s ~ u é s de analizar l as técnicas y p rogramas pues- tos en práct ica para resolver el problema de l a vi- vienda urbana en la América Latina y en los Estados Unidos, concluye sosteniendo l a necesidad de una acción positiva en la que le cabe un papel importante a l Municipio. Edición agotada.

Problemas de l a Vivienda de ~ n t e r é s Social. Washington: 1954. pp. 250.

Informe preparado en 1953 por la Comisión Ad Hoc pa ra e l Estudio del Problema de la Vivienda ~ c o n Ó m i - ca , del Consejo Interamericano ~ c o n ó m i c o y Social. ~ d i c i ó n corregida y aumentada con l a s exposiciones hechas por los Representantes de las ~ e p ú b l i c a s Ame- r icanas en l a ~ é c i m a Conferencia Interamericana ( ~ a r a c a s , m a r z o de 1954), y con el texto de l a s Re- soluciones sobre vivienda aprobadas en dicha Confe- rencia .

Análisis del origen y naturaleza-del problema de la vivienda. Manifestaciones y causas. Soluciones en- caradas pa ra solucionarlo. La de l a vi- vienda de in te rés social y los r ecu r sos financieros pa ra abordarla . cooperación interamericana.

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P U B L I C A C I O N E S

SERIE VIVIENDA Y PLANEAMIENTO

1. PROYECTO PARA EL DESARROLLO URBANO DE L A CAPITAL DE COSTA RICA. 1949 (agotado). 2. VIVIENDA EN GUATEMALA. 1950. 3. PROYECTOS DE VIVIENDAS ECONOMICAS PARA SAN SALVADOR. 1950. 4. L A VIVIENDA EN EL SALVADOR. 1950 (agotado). 5. REGLAMENTO DE LOTIFICACION. 1950. 6. PANORAMA DEL PROBLEMA DE L A VIVIENDA EN L A AMERICA LATINA. 1952 (agotado). 7. SEMINARIOS REGIONALES DE ASUNTOS SOCIALES - VIVIENDA Y URBANISMO. 1952 (agotado). 8. ACCION MUNICIPAL EN E L MEJORAMIENTO DE LAS CONDICIONES DE VlVlENDA Y L A ELlMlNAClON DE TUGURIOS. 1953 (agotado). 9. PROBLEMAS DE L A VIVIENDA DE INTERES SO- CIAL, 1954. 10. RENOVACION URBANA. 1955. 11. PLANlFlCAClON URBANA Y REGIONAL EN PA- NAMA. (En preparación).

OTRAS PUBLICACIONES DE LA DlVlSlON DE VIVIENDA Y PLANEAMIENTO

1. LOW - COST HOUSING IN LATlN AMERICA. (Pri- mera edición, 1943, agotada. Segunda edición, 1949, agotada). 2. DIRECTORIO DE INSTITUCIONES DE VIVIENDA Y PLANEAMIENTO. (Primera edición, 1946, agotado. Segunda edición, 1953). 3. RESULTADOS DEL PRIMER CONGRESO PANAMERI- CANO DE L A VIVIENDA POPULAR, CELEBRADO EN BUENOS AIRES EN 1939. 1950 (agotado). 4. BlBLlOGRAFlA PRELIMINAR. VIVIENDA Y PLA- NEAMIENTO EN AMERICA LATINA. 1952 (agotado). 5. RESOLUCIONES DEL CONSEJO INTERAMERICANO ECONOMICO Y SOCIAL SOBRE VIVIENDA ECONOMICA. 1953. 6. ANTECEDENTES DE LAS PROPOSICIONES SOBRE COOPERACION INTERAMERICANA EN E L CAMPO DEL FINANCIAMIENTO DE L A VIVIENDA. 1954. 7. Boletin VIVIENDA Y PLANEAMIENTO. Publicación periódica bimestral.

DlVlSlON DE VIVIENDA Y PLANEAMIENTO, UNlON PANAMERICANA, WASHINGTON 6, D.C., U.S.A.