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UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID FACULTAD DE EDUCACIÓN Departamento de Teoría e Historia de la Educación ANÁLISIS DE LA EXCLUSIÓN SOCIAL DE LA INFANCIA Y JUVENTUD EN COLOMBIA (EL CASO DE CARTAGENA DE INDIAS): RESPUESTAS ALTERNATIVAS DESDE EL ÁMBITO INSTITUCIONAL. MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR PRESENTADA POR Gloria Cornelia Giammaría León Bajo la dirección del doctor Juan Antonio García Fraile Madrid, 2011 ISBN: © Gloria Cornelia Giammaría León, 2010

UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID · 1.2.1.- Criterio de normalidad estadística. 25 1.2.2.- Criterio de normalidad sociológica 26 1.2.3.- Criterio psicológico de normalidad 29

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UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

FACULTAD DE EDUCACIÓN Departamento de Teoría e Historia de la Educación

ANÁLISIS DE LA EXCLUSIÓN SOCIAL DE LA INFANCIA Y JUVENTUD EN COLOMBIA (EL

CASO DE CARTAGENA DE INDIAS): RESPUESTAS ALTERNATIVAS DESDE EL

ÁMBITO INSTITUCIONAL.

MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR

PRESENTADA POR

Gloria Cornelia Giammaría León

Bajo la dirección del doctor

Juan Antonio García Fraile

Madrid, 2011

ISBN: © Gloria Cornelia Giammaría León, 2010

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UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

FACULTAD DE EDUCACIÓN-CENTRO DE FORMACIÓN DEL PROFESORADO

Departamento: TEORIA E HISTORIA DE LA EDUCACION (T.H.E).

Programa de Doctorado: PÈDAGOGÍA DE LA DIVERSIDAD SOCIOCULTURAL.

TESIS DOCTORAL

ANALISIS DE LA EXCLUSIÓN SOCIAL DE LA INFANCIA Y JUVENTUD EN COLOMBIA (EL CASO CARTAGENA DE INDIAS). RESPUESTAS ALTERNATIVAS DESDE EL ÁMBITO INSTITUCIONAL.

Doctoranda: GLORIA GIAMMARÍA LEÓN. Director: JUAN ANTONIO GARCÍA FRAILE.

Madrid 2010.

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DEDICATORIA: ¿Quiénes son? ¿Niños, niñas de la calle, en la calle, trabajadores-as, delincuentes, pandilleros-as; niños y niñas explotados, abusados, inocentes maltratados por sus padres y madres, o drogadictos que perturban la tranquilidad de los transeúntes? No sé a qué se hace referencia cuando se utiliza toda esta palabrería, esta cantidad de adjetivos; a quienes encontramos en la calle, “rebuscándose” unas monedas o en las instituciones aislados-as, detenidos, fueron sólo niños y niñas víctimas inocentes de la miseria, excluidos-as, negados-as, pequeños seres que arrastrando el fantasma de los recuerdos llenos de sufrimiento y de necesidades negadas, se inventan la vida, fantasean que son valientes, que se pueden enfrentar al mundo o que no necesitan a nadie sólo una botella de pegante, un poco de marihuana o cualquier alucinógeno, que substituya los fármacos tranquilizantes que en otras situaciones recomendaría un buen psiquiatra para calmar las situaciones de angustia o de stress. Pero Daniel, Juan Carlos, Juliana, Viviana, Johnny, Lucy y muchos otros-as, sólo quieren huir, por eso entran a un nuevo teatro con otra escena donde creen que pueden hacer realidad sus sueños “trabajar para ayudar a mi madre” “llevar comida a mis hermanitos” “tener una familia que me comprenda”1 son múltiples sueños que nada tiene que ver con la realidad de la que se quieren evadir, son únicamente fantasías, porque no contaron con encontrar otros actores que les robaran el protagonismo que quisieron tener. Ya dejaron de ser los niños y niñas del barrio La Quinta, los de Olaya, del Pozón, de las comunas de Medellín. Ahora son los (as) menores trabajadores, los-las menores en situación de calle o simplemente los delincuentes o pandilleros. Pero para nosotros siempre serán los que osadamente se niegan a vivir una vida llena de miserias, de violencia, de injusticia, los-as que saben que son vulnerables, que su vida es corta, sin embargo se burlan de ella, la ridiculizan o simplemente la dejan en manos de Dios. A ellos y ellas que nos permitieron compartir momentos de su vida, que nos mostraron las marcas de la más injusta crueldad “la exclusión social”, que nos enseñaron a mirar la realidad desde su perspectiva, tal cual la viven, la sienten, la sufren, que nos quitaron la venda de nuestros ojos para que pudiéramos ver una realidad que conocíamos a medias y que adaptábamos a nuestro saberes. A Ellos y ellas, los-as verdaderos (as) protagonistas de este trabajo, los (as) que lo alimentaron y le dieron vida, les pertenece todo mi reconocimiento y homenaje.

1 Palabras textuales de los-as niños y niñas y jóvenes.

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Al Gran Constructor del Universo A Hernando, mi apoyo incondicional, mi gran amor A mi madre, fuente de amor, a mi padre (q.e.p.d) A Mis hijos: María Josefina y Henry, mis interlocutores. Hernando y Diana, engendradores de felicidad Gloria Isabel, mi compañera y retadora Hernando José, mi máxima alegría A Nelson Osorio Rico (q.e.p.d) por toda su confianza en mí

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AGRADECIMIENTOS: No es posible terminar esta tesis, sin mostrar mi profundo agradecimiento a aquellas personas que contribuyeron a que este trabajo finalizará como una tesis doctoral, a todos y todas gracias por su contribución y acompañamiento en todos y cada uno de los momentos que ocupe para su realización Primero que todo un agradecimiento especial para el doctor Juan Antonio García Freire, mi tutor, por sus valiosas orientaciones, su apoyo incondicional, su colaboración, ánimo, por escucharme, por sus consejos oportunos, su paciencia y por su amistad. Gracias Juan Antonio por ser mi guía y mi ejemplo. A mi familia, que me alentó siempre a la culminación de esta investigación. A Hernando, que fue mi apoyo incondicional, por su compañía, su comprensión y estimulo permanente a la culminación de esta meta. A los y las estudiantes de trabajo social de la universidad de Cartagena y de la Fundación Universitaria Luis Amigó (hoy mis colegas) Roberto Oñoro, Marticela Bermúdez, Ángela Silgado, y otras, quienes me acompañaron en el trabajo con los niños, niñas y jóvenes. A Liliana Núñez por su compañía, su amistad y contribución en la parte organizativa de este trabajo. Al doctor Jesús Valverde Molina, por sus aportes y contribución con su experiencia en trabajos con niños, niñas y jóvenes. A los y las docentes del programa de doctorado de Pedagogía Social que contribuyeron con sus conocimientos a mi formación y proyección como investigadora. A todos y todas aquellos y aquellas que contribuyeron a esta investigación entre ellas las instituciones y el personal que nos atendió con esmero, a los-as niños y niñas y jóvenes que compartieron con nostras-os, toda esta experiencia. GRACIAS.

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TABLA DE CONTENIDO

Pág.

INTRODUCCIÓN i

Metodología de investigación iii

Tipo de Investigación iii

Diseño iii

Objetivos iv

Abordaje de la Indagación v

Método de recolección de la información: vi

Intencionalidad en la Elección de los Medios: vi

La Triangulación con el Marco Teórico viii

Organización, Análisis e Interpretación de Datos: viii

CAPÍTULO I: PLANTEAMIENTOS PREVIOS Y REFERENTE

TEÓRICO 2

Introducción 3

1.1- Marginación y exclusión social. 4

1.2.- Normalidad. 21

1.2.1.- Criterio de normalidad estadística. 25

1.2.2.- Criterio de normalidad sociológica 26

1.2.3.- Criterio psicológico de normalidad 29

1.2.4.- Criterio legal de normalidad 32

1.3.- Inadaptación. 34

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 39

CAPITULO II: UNA VISION DEL MENOR, DESDE DIFERENTES

DISCIPLINAS CIENTÍFICAS. 43

2.1.- Desde la perspectiva del planteamiento legal. 45

2.2.-Desde la perspectiva del planteamiento biológico 50

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2.3.- Desde la perspectiva del planteamiento psicológico. 51

2.4.- Planteamiento sociológico 55

2.5.- Desde la perspectiva del planteamiento ético. 57

2.6.- La minoría de edad en Colombia. Estado actual. 61

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 73

CAPÍTULO III: MARCO HISTORICO. 77

Introducción 78

3.1.- Breve historia de la niñez. 79

3.2. Algunos aspectos de la evolución de la infancia en Colombia. 80

3.2.1 Periodo Prehispánico: 80

3.2.2. La Conquista y la Colonia: 83

3.2.3. La Niñez durante los Primeros Años de la República: 87

3.2.4. La Niñez a mediados del siglo XIX (1840-1880): 90

3.2.5. La niñez durante la Regeneración (1880-1900): 93

3.2.6. La infancia en Colombia en el Siglo XX: 94

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 112

CAPITULO IV: MARCO LEGAL. DERECHOS Y PRINCIPIOS

QUE REGULAN LA PROTECCIÓN Y TRATAMIENTO INSTITUCIONAL DEL MENOR EN COLOMBIA. 117

Introducción 117

4.1. Derechos fundamentales y leyes de protección a niños, niñas y

jóvenes. 118

4. 2. Tratados internacionales: 124

4.2.1. Convención Americana sobre Derechos Humanos 124

4.2.2. Convención sobre los Derechos de los Niños. 125

4.2.3. Acuerdo Sobre Asistencia a la Niñez entre la República de

Colombia y la República de Chile. 126

4.2.4 Reglas mínimas de las Naciones Unidas para la Administración

de Justicia de menores (Reglas de Beijing) 127

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4. 3. Leyes especiales 128

El Código Penal de 1890 (Ley 19 de 1890) 130

Ley 123 de 1890: 130

Ley 98 de 1920: 131

Ley 56 de 1927: 132

Ley 9 de 1930: 132

Ley 83 de 1946 o Ley orgánica de la Defensa del Niño 132

Ley 75 de 1968 144

Ley 7 de 1979 145

Decreto 2737 de 1989 146

4. 4. Código de la Infancia y adolescencia 148

4.5. Nivel de cumplimiento de la ley 149

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 152

CAPÍTULO V: CONTEXTO NACIONAL Y LOCAL DE LA INFANCIA EN SITUACIÓN DE EXCLUSIÓN SOCIAL. 154

Introducción. 156

5. l.- Situación socio-económica de Colombia. 156

5.1.1. Situación geográfica. 156

5.1.2. Recursos naturales. 157

5.1.3.- Situación social de la infancia en Colombia. 160

5.2. Ciudad de Cartagena de Indias. 165

5.2.1 Características de la ciudad. 165

5.2.2.- Barrios marginados. 166

5.2.3. Cartagena y su entorno socio-urbanístico. 171

5.3.- Infraestructura. 174

5.3.1.- Vivienda, política nacional y características de la vivienda

en Cartagena. 174

5.3.2.- Servicios públicos domiciliarios. 180

5.4.- Educación. 181

5.4.1.- Regulación de la educación en Colombia 181

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5.4.2.- Condiciones de asistencia y deserción escolar en

Cartagena. 185

5.5.- Familia. 187

4.5.1.- Política Social 188

4.5.2. Característica de la familia de niños, niñas y jóvenes en riesgo

social. 189

5.6.- Salud. 194

5.6.1.- Políticas Salud. 195

5.6.2.- Estado de la salud de la población infantil y juvenil en

Cartagena. 198

5.7.- Visión General de la infancia en estado de exclusión social en

Colombia. 203

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 210

CAPITULO VI: INTERVENCIÓN Y TRATAMIENTO

INSTITUCIONAL DE NIÑOS, NIÑAS Y JÓVENES EN SITUACION DE EXCLUSIÓN SOCIAL, CASO CARTAGENA DE INDIAS. 214

6.1.- Las Instituciones, significado y contexto. 215

6.2. La institución como Respuesta a la Problemática de la infancia. 221

6.2.1.- Aspectos históricos. 225

6.2.2 Instituciones de Protección en Cartagena 240

6.3. Percepción de la institución frente a la problemática de los niños,

niñas y jóvenes 245

6.3.1. Niños, niñas y jóvenes trabajadores: 245

6.3.2. Niños, Niñas y Jóvenes en Situación de calle 251

6.3.3 Niños, Niñas y Jóvenes frente a la ley penal 253

6.4. Percepción y respuesta del niño, niña y joven ante la

institucionalidad. 258

6.4.1 Niños, niñas y jóvenes trabajadores 258

6.4.2 Niños, niñas y jóvenes en situación de calle 261

6.4.3.- Niños, niñas y jóvenes frente a la ley penal. 265

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 273

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CAPITULO VII: PROPUESTA DE TRABAJO DESDE LA

PEDAGOGÍA SOCIAL. 277

7.1.- La investigación. 279

7.2.- El compromiso. 282

7.3. - Proyecto Educativo Comunitario. 284

7.4.- Propuesta de cooperación para la construcción del sentido de

humanidad 290

7.5.- Respuesta desde las demandas de vida de la población. 293

7.6.- Demandas relacionadas con el entorno o ambiente donde se

desarrolla la vida del niño-a en estado de exclusión social. 295

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 302

CONCLUSIONES 304

BIBLIOGRAFIA GENERAL 309

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LISTA DE GRAFICAS

Pág.

Gráfica 1. Proceso de Recolección de la Investigación vi

Gráfico 2. Círculo de pobreza. 13

Gráfica 3. Interacción entre las Instituciones 219

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LISTA DE CUADROS

Pág. Cuadro 1. Campos temáticos Contextos de ocurrencia v

Cuadro 2. Concepciones de la Infancia 68

Cuadro 3. División Política – Administrativa de Cartagena 167

Cuadro 4. Instituciones de beneficencia en Colombia 232

Cuadro 5. Instituciones de protección al menor en Cartagena. 240

Cuadro 6. Exclusión e Institucionalización 269

Cuadro 7. El Barrio, Percepción de pertenencia. 296

Cuadro 8. Vivienda, estructura y espacios 297

Cuadro 9. Familia-salud y situación económica 299

Cuadro 10. Percepción escolar. 301

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LISTA DE TABLAS

Pág. Tabla 1. Colombia. Indigencia y pobreza por ingresos 109

Tabla 2. Población en edad escolar por fuera del sistema educativo 183

Tabla 3. N° de asistentes como proporción de la población total del grupo

de edad respectivo 184

Tabla 4. Participación de cada grupo de edad en el total de no asistentes 184

Tabla 5. Población Sisbenizada, Régimen subsidiado y vinculados en

Cartagena, 2000-2004. 200

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i

INTRODUCCIÓN

La investigación, Análisis de la exclusión social de la infancia y juventud en Colombia (El caso Cartagena de Indias) respuestas alternativas desde el ámbito institucional, ha pretendido hacer una relación entre las demandas del estado de exclusión social de la población en mención frente a las respuestas que a su problemática de exclusión proporcionan las instituciones de beneficencia y protección en Colombia. Para la realización de este objetivo se tomó como caso de análisis la ciudad de Cartagena de Indias. La elección del tema de investigación nace de la práctica docente, desde la facultad de trabajo social de la universidad de Cartagena. Al llegar a la Universidad Complutense a realizar mis estudios doctorales, tenía claro que la investigación a realizar estaba relacionada con la problemática de exclusión social que vive un gran porcentaje de la infancia en Colombia, tema al que había estado conectada en el ejercicio docente. El caso Cartagena se toma por ser la ciudad donde se ha desarrollado la práctica sobre el tema. Una de las inquietudes con la cual surge la investigación y que se va corroborando a medida que esta transcurre, es la necesidad de tener un marco referencial que permita ir vinculando al problema de la exclusión social factores que van más allá de lo social como son los factores, históricos, económicos, políticos y éticos que dan cuenta de cómo surge y se reproduce el problema, cuáles son las consecuencias que se derivan de mantener por generaciones poblaciones en estado de exclusión social. Es decir nos permite la mirada integral y no fragmentada de la realidad. Logra el acercamiento a la problemática desde una mirada crítica que proporcione elementos para ir elaborando un marco de referencia con el cual comprender las consecuencias de la exclusión social, permitirá no continuar dando respuesta a las problemáticas derivadas de la pobreza desde el asistencialismo o el paternalismo, acción basada en conceder a las personas en estado de exclusión social asistencia a las necesidades que se creen prioritarias para que subsistan o busquen los medios para subsistir. La experiencia ha mostrado que este tipo de asistencia convierte a las personas en subordinados, les quita la capacidad de actuar por ellos y ellas, sin la necesidad de la direccionalidad de otro, es decir reduce el potencial humano de las personas para convertirlas en dependientes de quienes dicen ser sus benefactores. En esta tesis doctoral como trabajo investigativo se ha desarrollado en los primeros capítulos un marco referencial, histórico, local, de la situación de exclusión de los niños, niñas y jóvenes en la ciudad de Cartagena y en los últimos capítulos se muestra cómo se ha producido y se produce en la actualidad la institucionalidad en Colombia (Cartagena de Indias) y cómo esta institución percibe los problemas de los niños, niñas y jóvenes que se han encontrado vinculados-as a ellas, de igual forma se muestra la percepción que

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ii

esta población tiene de su problemática y de las instituciones a las cuales ha estado vinculada o conoce a través de sus pares. En el primer capítulo se trabajaron los conceptos considerados indispensables para la comprensión y explicación del tema de exclusión social, como son los términos marginación y exclusión, normalidad y los diferentes criterios de normalidad, como son la normalidad estadística, la normalidad sociológica, la psicológica y la legal; la inadaptación social. Tocar estos aspectos aporta a la concepción que se tiene de los-as excluidos desde la situación de poder en las que están ubicados quienes hacen parte del Estado, los dueños de los monopolios y los dueños del saber, de donde parten los diferentes criterios de normalidad. En el capítulo II se hace referencia a la expresión “menor”, utilizada para referirse a los niños y niñas menores de 18 años. Esta mirada se hace desde las diferentes disciplinas. Se busca resaltar cómo el uso indiscriminado de este vocablo llevó a una discriminación de los niños y niñas en estado de exclusión social, como por ejemplo para referirse a las diferentes situaciones en las que ellos y ellas se encuentran se hace referencia a menor delincuente, menor infractor menor trabajador-a, por lo contrario los pertenecientes a la clasificación de estrato alto, son simplemente niños y niñas. El capítulo cuatro hace un recorrido histórico de la infancia iniciando por un breve resumen de la concepción de la infancia a nivel general, para luego hacer énfasis en un recorrido histórico de la situación de la infancia en Colombia. Aquí se trata de mostrar cómo poco a poco un gran sector de la población a partir de situaciones políticas y económicas del país, se vieron envueltas en situaciones de pobreza y de exclusión social, lo que ha llevado a Colombia a tener una alta tasa de población en estado de exclusión social. El capítulo IV ubica al lector en el Contexto nacional y Local de la infancia en situación de exclusión social. Este es un tema que no se podía dejar de tocar en esta investigación. En él se hace la lectura del contexto donde se ubican los niños, niñas y jóvenes en situación de exclusión en Colombia (Cartagena de Indias) apuntando a aspectos de vital importancia como es la geografía del país, la salud, la educación, la vivienda, la familia como aspectos que básicos que se deben tener en cuenta para el desarrollo integral de la infancia. El capitulo V, hace referencia al marco legal que ha sustentado y sustenta los derechos de los niños, las llamadas respuestas estatales de carácter “pedagógico” y la reglamentación de las instituciones que deben proteger a la infancia. Esta es una revisión histórica que permite ver la evolución desde las primeras legislaciones hasta lo que es actualmente el nuevo código de la infancia y adolescencia. Como se había dicho en párrafos anteriores, los dos últimos capítulos hacen referencia a las instituciones, conceptos y evolución de las instituciones como respuestas a las necesidades de la infancia en Colombia.

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iii

En el capítulo VI está centrado en la institucionalización. Se parte de un concepto general del tema, hasta llegar a las instituciones de beneficencia y caridad que han dado respuesta a la problemática de la infancia en Colombia, para centrarnos en las instituciones seleccionadas por esta investigación y mostrar la percepción que tiene el personal que allí labora de la situación de exclusión de niñas, niños y jóvenes a las que ellos y ellas les prestan servicio. Como se menciona en la metodología, fueron seleccionadas cinco instituciones tres con trabajo con niños y niñas con permanencia en calle o con situaciones temporales en calle, una con atención a niñas y niños trabajadores y una con atención a niños privados de la libertad. En este capítulo se retoman los diálogos con niños, niñas y jóvenes que en el momento de la investigación estaban en situación de calle o vinculados-as a las instituciones señaladas, donde manifiestan su sentir acerca de ellas. El capítulo seis contiene la propuesta de acompañamiento a niños, niñas y jóvenes en situación de exclusión, partiendo del marco referencial y vivencial se plantea una forma de acercamiento a la problemática, a la realidad de estas y estos jóvenes. Una respuesta que responde a las demandas que esta población tiene y que a través de los diálogos con ellas y ellos se lograron identificar, y es aquí donde se proponen los lineamientos que se considera deben ser tenidos en cuenta para contribuir con respuestas concretas que correspondan a sus expectativas.

Metodología de investigación: Tipo de Investigación

La investigación realizada fue de tipo cualitativo, en busca de una visión holística de la realidad, evitando fragmentarla, introduciéndola en el entramado de relaciones sociales, políticas, económicas y culturales. La técnica utilizada fue la entrevista en profundidad. “Por entrevistas cualitativas en profundidad entendemos reiterados encuentros cara a cara entre entrevistador y los informantes, encuentros estos dirigidos hacia la comprensión de las perspectivas que tiene los informantes respecto de sus vidas, experiencias o situaciones”, tal como las expresan en sus propias palabras Taylor y Bogdan (1987:169)

Diseño

Preguntas Directrices: Las preguntas directrices se elaboraron a partir de interrogantes que surgieron de la relación del investigador con la temática a investigar, en el ejercicio de la docencia y del acompañamiento a la práctica de los y las estudiantes de Trabajo Social de la Universidad de Cartagena.

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iv

Se realizaron interrogantes desde las instituciones de la ciudad de Cartagena a las que niños, niñas y jóvenes asistían dependiendo de la situación en que se encontraban en el momento de la institucionalización (habitante de la calle, trabajador, infractor)

Preguntas que sirvieron de guía inicial:

¿Cuál es la percepción que tienen los directivos de las instituciones y personal que labora en éstas de la problemática de los usuarios, en este caso niños, niñas y jóvenes en riesgo social?

¿Cuáles son las demandas de los niños, niñas y jóvenes que entran a la institución y como ésta responde a esas demandas?

¿Qué resultado ha tenido la intervención de la institución en la problemática que maneja?

Para no tener una visión parcializada de la realidad, se consideró necesario conocer la percepción de los niños, niñas y jóvenes como usuarios de las instituciones de protección, caridad y beneficencia de la ciudad de Cartagena, los cuales se abordaron teniendo en cuenta las siguientes interrogaciones por parte del investigador.

¿Cómo describen los niños, niñas y jóvenes en situación de exclusión social las situaciones que viven diariamente?

¿Cuál es la percepción que los niños, niñas y jóvenes en riesgo social tienen de las instituciones en que se encuentran o de las instituciones en las que han permanecido en algún momento de su vida?

Objetivos:

Elaborar un marco conceptual, sobre la situación de exclusión

social que viven los niños, niñas y jóvenes en la ciudad de

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v

Cartagena frente a la respuesta que desde las instituciones de beneficencia, protección y caridad se les ha venido proporcionando.

Señalar cómo las niñas, niños y jóvenes definen y perciben su

situación y la intervención institucional.

Resaltar la historicidad de la problemática y su respuesta.

Contextualizar la problemática de exclusión social de la infancia en Cartagena de Indias.

Rescatar las voces de los niños, niñas y jóvenes excluidos para

ubicarlos en los contextos, histórico, económico, político y cultural.

Abordaje de la Indagación

El abordaje de la indagación ha estado estrechamente vinculado al trabajo de campo, que resalta el dialogo libre, ubicado en el contexto de donde surgen las situaciones de exclusión que caracterizan la vida cotidiana de la población abordada. Para lograr un clima de confianza y aceptación entre los y las actores constructores del dialogo se consideró importante la inmersión del investigador dentro de los contextos de ocurrencia de problemática a estudiar.

Para la organización de esta indagación se retomó a Araceli de Tezanos (2000:43) que propone la delimitación del campo temático de la indagación y su ubicación en el contexto de ocurrencia. Ver cuadro número 1.

Cuadro 1. Campos temáticos Contextos de ocurrencia

Campos Temáticos Contextos de Ocurrencia Instituciones de beneficencia y protección

Lugar donde están ubicadas dentro de la ciudad.

Niñas, niños y jóvenes en la calle. Las calles del centro de Cartagena e institutos que trabajan con la problemática.

Niñas, niños y jóvenes trabajadores Calles del centro, sector Bazurto de

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vi

Cuadro 1. Campos temáticos Contextos de ocurrencia

Campos Temáticos Contextos de Ocurrencia Cartagena e institutos que trabaja con la problemática.

Niños y jóvenes infractores.

Institución que trabaja la problemática y residencia de los egresados.

Método de recolección de la información:

Para la recolección de datos se tomaron como técnicas la observación participante, y la entrevista en profundidad, considerando que son medios que proporcionan la comprensión del fenómeno desde la perspectiva del actor. Los métodos señalados se realizaron en el diario compartir con la población seleccionada.

Gráfica 1. Proceso de Recolección de la Investigación

Intencionalidad en la Elección de los Medios:

Los medios fueron elegidos con la intencionalidad de:

Buscar un acercamiento con los informantes. En el caso específico de esta investigación fueron los niños, niñas y jóvenes que han sido objeto de las instituciones de protección, beneficencia y caridad de la ciudad de Cartagena de Indias, también se tuvieron en cuenta directores y trabajadores de las instituciones.

Comprensión del Fenómeno desde la Perspectiva del actor

Entrevista en Profundidad Observación participante

Medios de recolección de la información

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vii

Que el acercamiento fuera espontáneo y generador de confianza. Se tuvo contacto inicial con personas que tenían una relación cercana con ellos y ellas, quienes brindaron la posibilidad de un primer encuentro.

Establecer relaciones abiertas, y libres que facilitaran los comportamientos espontáneos entre los informantes. Se realizaron actividades conjuntas, bailes, manualidades, recreación. Como una forma de combinar la observación participante con la acción.

Facilitar la comprensión de su conducta, para lo cual se trató de no tener una actitud moralista, ni reprochadora frente a su comportamiento habitual, sino un acompañamiento voluntario.

Explicar la intencionalidad de la recolección de los datos, a los actores para que no existiera el temor de la utilización de la persona de ellos y ellas para fines personales o económicos.

Permitir que tanto los niños, niñas y jóvenes como el personal que labora en las instituciones hablara libremente sobre su percepción frente a la problemática, sus temores y sus preocupaciones, generando un ambiente de confianza que favoreciera este proceso.

Comprender el lenguaje utilizado por los informantes, no solo el verbal sino también, el corporal y el emocional, por medio de la escucha activa a sus apreciaciones y opiniones.

Los medios utilizados para la recolección de la información fueron apoyados por el diario de campo que permitió anotar todo aquello que podía ser susceptible de olvido y crear memos que permitieran aclarar algún hecho o registrar expresiones verbales o corporales.

Las entrevistas en profundidad se constituyeron en la posibilidad de un encuentro más cercano con los informantes. La conversación que las caracterizó

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estuvo dirigida hacia la búsqueda de la percepción que tenían los informantes acerca de sus vidas o de las actividades que realizaban.

Se consideró importante que la entrevista acompañara a la observación participante por la necesidad de recoger información de experiencias pasadas, de los sujetos.

En el caso especifico de esta investigación la recolección de datos a través de los instrumentos mencionados, se realizó en medio de actividades conjuntas investigador-informantes, como una forma de interacción natural, que facilitara la posibilidad de estar días consecutivos interactuando sin causar incomodidad y poder compartir momentos, situaciones y aprendizajes. Esta experiencia permitió llegar a conocer a los informantes en lo personal y compartir con ellos sus luchas cotidianas por sobrevivir, lo que en últimas fue significativo a la hora de comprender sus realidades.

La Triangulación con el Marco Teórico

Se realizó un marco teórico que diera cuenta a través de una revisión documental rigurosa de la historia de la institucionalización de las problemáticas derivadas de la exclusión social que les ha tocado vivir a los niños, niñas y jóvenes Colombianos (caso Cartagena de Indias) y de las situaciones sociales, económicas y políticas que forman el contexto de exclusión al que se hace referencia. La intencionalidad fue contrastar con rigurosidad cómo la realidad recogida a través del trabajo de campo con entrevistas en profundidad, hacían parte de un contexto histórico social, que pudo recopilarse con la revisión de documentos públicos como los diarios (periódicos) revistas y estadísticas. La reflexión se realizó en grupos de discusión con estudiantes de trabajo social de la universidad de Cartagena y estudiantes de la Fundación universitaria Luís Amigó (sede Cartagena de Indias), con base en los datos recopilados que guiaron la búsqueda bibliográfica y las lecturas de las entrevistas aplicadas a los y las niños, niñas y jóvenes. Organización, Análisis e Interpretación de Datos:

Esta etapa se inició desde el momento de la recolección de la información, lo que le permitió al investigador reforzar la información con nuevas preguntas a los informantes cuando se consideró necesario para la investigación, o suspender preguntas que podrían haber sido consideradas de poca importancia para ella, sin necesidad de esperar el final del proceso de recolección de la información.

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Las entrevistas grabadas fueron organizadas con la ayuda del procesador de datos Ehtnograph v5, que facilitó la recuperación de las respuestas que sirvieron para apoyar el estudio.

El análisis e interpretación de la información se basó en la recuperación de la voz de los encuestados, apoyados en los apuntes que se hacían de hechos acontecidos o manifestaciones de sentimientos sobresalientes y cruzados con la información recogida a través de los archivos y documentos bibliográficos.

El “momento hermenéutico” se inicia con la interpretación, pero no sólo como una lectura de códigos aislados, lo cual poco o nada aportaría a la comprensión del problema, sino en la lectura conjunta de la realidad, partiendo de las fuerzas aportadas por el contexto que permitieron llevar a cada uno de estos niños y niñas y jóvenes a manifestar comportamientos discrepantes con el sistema de normas impuesto por los poderes dominantes.

Se considera que es esta la instancia desde la cual se construye el nuevo conocimiento o los aportes al conocimiento desde la perspectiva de los actores. Esta construcción solo será posible en la medida que se tenga la experiencia práctica y las bases teóricas que favorezcan una reflexión armónica, que organizada secuencial y coherentemente muestre los logros alcanzados.

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CAPÍTULO I: PLANTEAMIENTOS

PREVIOS Y REFERENTE

TEÓRICO.

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CAPÍTULO I: PLANTEAMIENTOS PREVIOS Y

REFERENTE TEÓRICO Introducción 1.1.- Marginación y exclusión social 1.2.- Normalidad:

1.2.1.- Criterio de normalidad estadística.

1.2.2.- Criterio de normalidad sociológica.

1.2.3. Criterio psicológico de normalidad.

1.2.4.- Criterio legal de normalidad.

1.3.- Inadaptación. Referencias Bibliográfica

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Introducción En este capítulo, se plantean algunos conceptos previos a la investigación. que se han considerados básicos para poder ubicar a los lectores ante la forma como el investigador los entiende y cómo desde estos planteamientos expone la problemática que pretende desarrollar. Tratar el tema de la exclusión social de la infancia y juventud en Colombia (caso Cartagena de Indias) nos exige de alguna manera, hacer referencia a conceptos como marginación, normalidad, inadaptación y socialización, ya que es en este contexto donde vamos a encontrar la población a la cual hacemos alusión. En este espacio se tratará de hacer una referencia general a los conceptos anteriormente mencionados, con el propósito de ir de lo universal a lo particular, en este caso a la situación de exclusión de niños, niñas y jóvenes en la ciudad de Cartagena de Indias, que no es muy diferente a la que vive esta población en otras ciudades de Colombia. Los conceptos a los cuales ya hemos hecho referencia serán tratados desde la perspectiva de autores como Durkheim, Robert K. Merton, Norbert Elías, Michel Foucault, entre otros, los cuales a través de sus investigaciones han hecho notables aportes a temáticas similarmente tratadas. La visión de este selecto grupo de escritores nos dará un punto de referencia en cada uno de los apartados mencionados. La intención es que el lector pueda identificar en toda la investigación presente, cómo se reflejan estos fenómenos en la realidad social de los y las niñas y niños en riesgo social en la ciudad de Cartagena. Entrar a argumentar sobre la exclusión social de niños, niñas y jóvenes de cualquier parte del mundo, obliga a realizar una revisión bibliográfica que permita ubicar a los investigadores y a los lectores sobre la forma como ha venido evolucionando este fenómeno social, económico, cultural y político en el desarrollo de la humanidad. Estos argumentos son los que obligan a los investigadores a partir de unos planteamientos previos a desarrollar el tema que se han propuesto, la exclusión social de un sector de la población que por las características de su desarrollo evolutivo, lo hacen más vulnerable a este fenómeno y lo mantienen privado de un lugar digno dentro de la sociedad.

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1.1- Marginación y exclusión social. Si tomamos el término marginación en forma literal podríamos decir que es “estar simplemente separado de algo o de alguna situación especial”. Pero cuando nos vamos a referir a la marginación social, este término, dentro de la sociología, toma otra connotación que va más allá que de una simple separación física o de una simple decisión personal de estar separado de algo, de alguien o dejar de tomar parte de situaciones especiales. De igual forma el término exclusión, que se ha usado en algunos casos como sinónimo de marginación, nos indica una forma de expulsión a partir de una situación donde se encuentra lo incluido, el que está excluido no hace parte del contexto donde se presente la inclusión. En este caso se está excluido de la política social, de los planes que tienen los gobiernos, se está excluido de oportunidad de hacer valer los derechos que da la inclusión social, económica y política. Para tratar de exponer estos términos desde una mirada social, se recurrirá a algunos autores los cuales desde las distintas disciplinas (sociología, economía, humanidades, entre otras) han tratado de hacer interpretaciones y aportes de lo que son las diferentes manifestaciones de estos fenómenos sociales. Es importante que recordemos que las inquietudes y contribuciones que han girado alrededor de este tema, no son sólo en esta época, responden a la necesidad que ha existido desde tiempos atrás, a la búsqueda de explicaciones y soluciones sobre la marginación y la exclusión social. Desde las diferentes ciencias existentes, se ha venido haciendo ilustraciones y formulando hipótesis orientadas desde posiciones filosóficas, políticas, económicas ya que el problema de la marginación y exclusión social no es un asunto nuevo, ni un tema de una disciplina, tiene una larga historia, no pertenece a un país, involucra a los sistemas sociales y económicos dominantes y no dominantes. Para responder a la pregunta quienes son los marginados podríamos recurrir a las múltiples definiciones y clasificaciones, que sobre ellos se han dado desde distintos puntos de vista. Entre los primeros enfoques estuvo el del sociólogo Park, R. (1928), citado por Horton, P. & Hunt, (1987: 425) quien se refirió a un individuo marginado como: “aquel que está al margen de dos culturas y dos sociedades, en parte asimilado a ambas pero que no está asimilado completamente a ninguna”. Esta definición permitió establecer algunos criterios de marginación, como la raza, el sexo, las enfermedades, incluso el criterio económico, que clasificó los grupos de marginados según la pertenencia a uno de ellos. La discriminación de los indígenas, la de los pertenecientes a la raza negra, la que sufrieron las mujeres en la educación y el trabajo y de la cual aún siguen siendo víctimas en menor proporción.

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Otros conceptos surgieron desde la relación de la marginación con el espacio urbano desde donde se señaló como marginados a los ubicados en la periferia de las ciudades, que conformaban los llamados cordones de miseria. De esta forma se tiende a confundir la marginalidad como sustenta Parra en Cardona (1970: 227) con un fenómeno ecológico representado por los tugurios urbanos, barriadas periféricas y miserables de las grandes ciudades. Otros sociólogos lo enfocan desde el comportamiento o conducta, siempre situándolo desde la referencia de una cultura de dominación, es decir una cultura superior (mencionada anteriormente, como la que producen los que dominan el poder económico, político y social) que domina a una que se encuentra en desventaja frente a la anterior (alejada del poder económico político y social). Manzano B. (1992: 41) quién no deja de señalar la marginación como “situaciones estructurales”, hace referencia a las pautas de comportamiento que se alejan del tipo ideal. Ese tipo ideal es precisamente aquel con el que la cultura dominante formaliza la sociedad. El abogado Ríos (1993: 27) hace referencia a la condiciones marginales como aquellas situaciones en que se encuentran las personas como consecuencia de la exclusión social, para relacionar estas condiciones con los menores infractores, este jurista vincula los comportamientos de los niños y niñas y la respuesta de la sociedad dependiendo de la ubicación en que éstos se encuentren. De acuerdo con lo dicho podríamos deducir que la conducta de niños y niñas que se encuentran en situación de marginación puede tener una respuesta social diferente a la conducta de los niños que se encuentran incluidos dentro del grupo de los no marginados. La tesis de DESAL sostiene que marginal: “es la población que no tiene las posibilidades de participar ni en el mercado regular de trabajo ni en la toma de decisiones en situaciones relacionadas con su condición humana, por lo tanto es “la falta de participación en la vida política, económica y social del país” (Ander-Egg 1974: 225). Pérez Pinzón (1988: 35) en su Diccionario de Criminología define la marginalidad “como el atributo de personas o grupos con pautas y valores no coincidentes con las normas imperantes, lo que hace que sean restringidos, perturbados, discriminados y etiquetados como "diferentes" por quienes tienen el poder de definición, rotulación y ejecución. Ejemplos: Grupos étnicos, inmigrantes, indígenas, disidentes políticos, etc.”. Otro elemento de la marginación, lo podemos retomar de la posición de Elías (1998: 89). Este autor señala cómo, para que exista la posibilidad de ser denominado marginado, es necesario, entonces, no solo la existencia de dos

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grupos, sino también de una situación concreta, por la cual un grupo se siente diferente a otro, o es visto diferente desde el grupo al cual no está integrado. Generalmente el hecho aparece por una situación de poder de un grupo sobre otro, definido en este caso concreto por el autor referenciado, dentro de su trabajo, Ensayo Teórico sobre las Relaciones entre Establecidos y Marginados, como el poder que tiene un grupo al encontrarse establecido en una posición se superioridad frente a otro: “Un grupo puede estigmatizar a otro efectivamente sólo mientras esté bien establecido en posiciones de poder de las cuales el grupo estigmatizado se encuentra excluido” (ibídem) Esto nos permite comprender las relaciones de poder que se dan entre los campesinos y los dueños de la tierra, las relaciones de poder entre sexos diferentes, las establecidas por razón de edad, oficios, conocimiento, entre otros. A partir de estas situaciones de poder, el grupo que lo ostenta establece los criterios que definen la normalidad y reduce a la marginación a aquellos que no pertenecen a esa normalidad. Ahora bien, ésta podría no ser una situación permanente, aunque tampoco muy fácil de cambiar si se tiene en cuenta que los grupos de poder son precisamente los que manejan los mecanismos de defensa y los utilizan para mantenerlo: “El poder de estigmatizar a otros disminuye, o incluso cambia de dirección, cuando un grupo pierde la capacidad de conservar su monopolio sobre los principales recursos de poder disponibles en una sociedad” 2 (ibídem: 90).

Existen algunos casos en que las situaciones de marginación son temporales,

tal es el caso de la edad3 como criterio de marginación. La edad forma parte de una etapa del ciclo de vida de una persona y por lo tanto no es permanente. Por ejemplo marginamos a las niñas, niños y jóvenes por considerar que aún no tienen las condiciones para valerse por sí solos, no los creemos capaces de tomar decisiones, es decir no son considerados como un ser autónomo, por lo tanto se piensa que necesita de otro superior en cuanto a conocimiento y experiencia, que lo oriente y le dirija sus acciones. Esta situación se resolverá al pasar a la edad adulta, en que podrá tomar sus propias decisiones, en el mejor de los casos, dependiendo del lugar que su familia haya ocupado dentro de la estratificación social, de lo contrario seguirá marginado, pero ya desde un criterio diferente.

Diferente al criterio edad, que es temporal, encontramos otros criterios de

marginación que se mantienen a través de los años como se señaló anteriormente, y los cuales solo se lograrán superar a través de movimientos sociales que luchen por

2 La historia nos ha mostrado casos donde el poder ha sido debilitado

permitiendo transiciones de un tipo de sociedad a otra. El paso de un poder a otro. 3 La situación de marginalidad con relación a la edad, es transitoria cuando se

trata de minoría de edad, no se presenta la misma situación cuando hablamos del adulto mayor ya que esta se mantiene hasta concluir su ciclo de vida.

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su integración y reconocimiento como personas, ejemplo de esos movimientos han sido las luchas raciales, ideológicas, religiosas, de sexo, políticas, etc.

Abello hace referencia a la marginación como el resultado de una forma de sometimiento y dependencia, para explicar con mayor claridad su teoría plantea dos tipos de marginación: Marginados en sus posibilidades de decisión y marginados en las decisiones que sobre ellos se toman. Con relación a la primera división toma a los desplazados como el ejemplo más fiel de este tipo de marginación, debido a que la situación en que se encuentran no ha sido el resultado de una decisión suya sino de circunstancias ajenas a su voluntad: “El desplazarse forzosamente de su lugar es, en la mayoría de los casos, morir en lo más intrínsecamente humano, es decir, en su condición de ser en el mundo, en la interrelación de valores, de creencias, de posibilidades y sensibilidades con los demás que configuran su entorno”. (2003:152)

En Colombia el desplazamiento se presenta como una de las más grandes violaciones de los derechos humanos. No es, sólo un problema de abandono de la tierra, ni de dejar el lugar donde vive el desplazado, por estar obligado a huir, junto con sus hijos, de las amenazas de los grupos alzados en armas, sino que es además el hecho de sentir doblegada su voluntad.

Este fenómeno se presenta por el hecho de tratar de proteger el derecho a la vida, y protegiendo este derecho, le quedan desprotegidos otros derechos, que de igual forma los convierten en población vulnerable, en la medida en que la nueva situación de desposeídos los mantiene en riesgo de padecer enfermedades tanto físicas como psicológicas.

La organización Peace Observatory (2006) en su página Web publicó el siguiente informe: “El reporte del ACNUR señala que con unos tres millones de personas que abandonaron su hogar para huir de la violencia, Colombia tiene el dudoso honor de ser el país en Occidente con el mayor número de desplazados”. Si a este informe le agregamos el del PMA (Plan Mundial de Alimentación. 2003).- “Cuatro de cada cinco desplazados colombianos viven con una gran estrechez económica y no tienen acceso a alimentos suficientes para una nutrición normal. El 60 por ciento tiene una deficiencia de calorías, el 52 por ciento de calcio y el 25 por ciento de hierro”.

Estas son solo unas citas que de alguna forma pueden mostrarnos el drama de los desplazados en Colombia, pero la situación de estos ciudadanos y ciudadanas es una de las que mayormente nos muestra el aumento de la marginación en el país, y más alarmante se convierte el problema, cuando se refiere a niños, niñas y jóvenes como el mismo informe del PMA pone de manifiesto:

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Otro problema que se pone de manifiesto es el del hacinamiento en el que vive el 63 por ciento de estas familias, compuestas en su mayoría por jóvenes. El promedio de edad en los hogares de desplazados es de 20 años. Las familias, además, son numerosas y están compuestas generalmente por siete o más personas, de las cuales al menos tres son niños menores de 12 años. En estos casos, es usual que cuatro o más miembros de la familia compartan la misma habitación, lo que genera problemas de hacinamiento. 4

Estos datos deben ser examinados teniendo en cuenta las consecuencias que trae el hacinamiento, sobre todo en las zonas donde los desplazados se ubican, que por lo general son zonas excluidas, con poca cobertura de servicios básicos.

Además del hacinamiento producto del desplazamiento, existen otras preocupaciones que de igual forma contribuyen a que este grupo de ciudadanos continúe en su estado de marginación y salir de ella se convierte en una situación casi imposible para la mayoría, este es el caso de la educación. La respuesta a este problema derivado del desplazamiento, no se ha dado con la formalidad que se requiere, sino con la improvisación, sin que se dé muestra de un compromiso sensato por parte del Estado. Sólo para mencionar un caso, se tomará un artículo del periodista Julio Vergara (2005: 4) del periódico local El Universal, denominado “Desplazados reciben clases en condiciones deplorables”. El artículo hace referencia a la situación en que viven los niños y niñas desplazados del municipio del Carmen de Bolívar5:

“El coordinador del plantel, dijo que primero fue la situación de orden público que se vivía en la zona lo que los obligó a mudarse para la vereda de Roma. Después empezamos a tener problemas con el arroyo Alférez porque la mayoría de estudiantes vivía al otro lado del cauce. Entonces, nos mudamos para una casa que alquilamos al lado del Cementerio Municipal, de ahí salimos porque el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), nos permitió que funcionáramos en uno de los locales de la entidad, señaló Aguirre Tabares”.

Allí continúa diciendo el docente,

4 El estudio del PMA (2003) se realizó en 41 municipios de zonas urbanas de Colombia con alta concentración de población desplazada. 5 El Carmen de Bolívar, es un municipio del Departamento de Bolívar, situado a

sólo 106 kilómetros de la ciudad de Cartagena.

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“Sólo estuvimos un año porque los niños destruyeron algunas cosas que habían en el inmueble, entonces fue cuando surgió la propuesta de las directivas del ICA de donarle al municipio el lote donde estamos funcionando hoy para que se construya la sede. Sostuvo que la propuesta le fue enviada al alcalde Amer Bayuelo Berrío, desde el año 2005, para que adelantara el proceso de recibir en donación el predio, por parte del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), pero hasta la fecha no han recibido respuesta alguna. Señaló que la poca voluntad que la administración municipal le ha puesto a la necesidad de la escuela, tiene a los estudiantes recibiendo las clases en un rancho de palma”.

Esto es solo un ejemplo de lo que en materia de educación se refiere, ya que problemas como éstos se presentan no sólo en el Carmen de Bolívar, sino en todos aquellos municipios donde hay asentamientos de personas desplazadas. Para Abello, el desplazado se encuentra en una situación tal de desamparo que debe admitir que otros piensen, actúen, y tomen las decisiones por él, es decir está anulado como ciudadano, como persona, “El marginado entonces, no participa allí donde debe participar, no decide donde le corresponde decidir y son otros los que participan o deciden por él, además dejan el campo libre para que esto suceda”. (2003: 155) Con relación a los marginados sobre las decisiones que sobre ellos se toman, el autor es consciente de la difícil separación de ambos casos, y afirma que:

“Una de las formas más violentas de expresión de quienes marginan es aquélla en que un grupo de personas decide, sin consultarle a quién corresponde, decidir sobre algo que es específicamente de ella y, en consecuencia afecta directamente a esa persona, es decir, que se abrogan el derecho de tomar determinaciones que no les corresponde, porque consideran al otro incompetente para hacerlo” (ibídem: 156).

De acuerdo con este autor se pueden recordar las posturas de Maquiavelo (1980:83) en su libro El Príncipe, cuando haciendo relación a los principados mixtos, aconseja al príncipe que al tomar posesión del Estado en vez de enviar ejércitos envíe colonias:

“Concluyo diciendo que estas colonias no son tan gravosas, son más fieles y ofenden menos; y que los ofendidos no pueden vengarse al ser pobres y estar separados. Porque insisto que a los hombres hay que vencerlos con los hechos o las palabras, o bien exterminarlos”.

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Si bien es cierto que el fenómeno del desplazamiento en Colombia no se da por una orden del Estado, si es cierto que el hecho de estar en situación de pobreza y quedar separados de sus pertenencias, no por voluntad propia, sino por tratar de sobrevivir a la violencia que se vive en las zonas rurales del país, quedan en estado de indefensión y a merced de las migajas con que se pretende dar solución a sus problemas de desarraigo y los demás problemas que consigo trae aparejados el desplazamiento. Estos son problemas estructurales, que no pueden ser solucionados con acciones paliativas, sin cambiar las estructuras del Estado. Haciendo una revisión de cada uno de los conceptos hasta aquí descritos podemos concluir, que todos hacen relación a dos situaciones en concreto: Una situación en la que se encuentra un grupo minoritario con poder, lo que le da la posibilidad de ser dominante, (descrito anteriormente). Este poder a su vez le permite determinar las normas, las leyes y los valores en una determinada sociedad. Y otro grupo que se encuentra en el lado opuesto, grupo mayoritario dominado, que debe, desde su situación de marginación, asumir comportamientos impuestos desde una realidad diferente a la suya, la realidad del grupo dominante, lo que lo hace sentirse inadaptado a ambas situaciones señaladas y crear mecanismos que le ayuden desde su perspectiva a mitigar su condición de marginado. Retomando lo anteriormente señalado, confirmamos que para que la marginación se presente debe existir una situación de lejanía de las posibilidades de tener las mismas oportunidades y derechos del grupo marginante. La situación de marginación como no participación en la producción, en acceso al conocimiento, en la toma de decisiones, acceso a la vivienda, conlleva, a situaciones de deterioro o pobreza. La pobreza a su vez es considerada un estado de degradación del ser, al no poder desarrollar sus capacidades. Son aquellas capacidades de que habla Amartya Sen (2000: 37): “la privación de las capacidades elementales puede traducirse en una mortalidad prematura, un grado significativo de desnutrición (especialmente en el caso de los niños), una persistente morbilidad, un elevado nivel de analfabetismo y otros fracasos”. De acuerdo con este autor se considera que la pobreza no puede continuar siendo concebida como una renta baja, sino como la privación de las capacidades básicas, que es lo que no permite que una persona se desarrolle como un ser apto para relacionarse en un mundo de competencias. La imposibilidad de desarrollo de las capacidades básicas produce estados de vulnerabilidad. Este estado conlleva a constantes riesgos de sufrir alteraciones en todos los ámbitos de la vida, dependiendo del tipo de enfermedades, dependencia de la droga, al alcohol, ser víctimas de desastres naturales, etc., En estas condiciones de riesgo permanente, se conforman grupos

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cuya condición de fragilidad no les asegura unas condiciones de vida gratificante, por el contrario la calidad de vida deja mucho que desear frente a quienes tienen sus necesidades básicas satisfechas. Las consecuencias de sufrir enfermedades, adicción a las drogas o al alcohol, de estar fuera del sistema laboral, a su vez los marginan y los excluye de la participación, (Cfr. Gráfico 1) convirtiéndose esta situación en un círculo del cual no es imposible salir. Para tratar la exclusión como fenómeno social (exclusión social) se retoma en este trabajo el concepto de la profesora Bel Adell (2002:3):

“Hablar de Exclusión social es expresar y dejar constancia de que el tema no es tanto la pobreza y las desigualdades en la pirámide social sino, en qué medida se tiene o no un lugar en la Sociedad, marcar la distancia entre los que participan en su dinámica y se benefician de ella, y los que son excluidos e ignorados fruto de la misma dinámica social. También supone alertar sobre los efectos en la evolución de la Sociedad y los riesgos de ruptura de la cohesión social que conlleva, así como todo un proceso de agresividad y violencia personal y social que desencadena. Es un germen de violencia en su triple componente: institucional, popular, represivo”.6

Después de esta afirmación es posible que veamos la situación de los excluidos en una situación de desventaja frente a los marginados, aunque como se había señalado anteriormente el vocablo ha sido utilizado como un sinónimo de marginación. Si bien es cierto, que ambas expresiones se relacionan y podrían tener puntos de encuentro sobre todo cuando hacemos referencia a la marginación económica, política o a la marginación de los servicios sociales que presta el estado, también es cierto que existen algunas diferencias. A manera de ejemplo podemos citar los siguientes casos: un niño pueden ser marginado por razones de su edad, pero no necesariamente excluido de la dinámica social, de igual forma puede suceder con elación al sexo, cuando la mujer es marginada de la oferta de trabajo, pero no de otros ámbitos sociales y así sucesivamente podríamos nombrar casos donde el estar marginado no significa ser necesariamente un excluido social. Hace énfasis la profesora Bel Adell (2002: 4) en la condición de los excluidos cuando los define desde la pregunta ¿Quiénes son?:

“Desde la Política Social Europea el reconocimiento de la Exclusión como una nueva categoría qué es, y quién es realmente el excluido no ofrece

6 Las negrillas que aparecen en el párrafo son de la autora del texto.

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dudas. Como ha quedado definido, excluido significa no ser reconocido, tenido en cuenta, "no ser". De este modo la exclusión social se convierte en una característica de nuestro tiempo. Los pobres, marginados y excluidos son los rostros humanos de las patologías de una sociedad enferma”.

Ser excluido seria la negación de la persona, una especie de ser invisible que solo cuenta para él y para quienes de una u otra forma lo pueden sentir. Los olvidados por todos, lo relegados. Foucault (1999: 51) relacionó en forma magistral las prácticas de exclusión que vivieron los leprosos en la Edad Media con las prácticas actuales de exclusión:

“Estos entraban a la muerte y, como sabrán, la exclusión del leproso estaba acompañada regularmente por una especie de ceremonia fúnebre durante el cual se declaraban muertos (y, por consiguiente sus bienes eran transmisibles) a los individuos que padecían la enfermedad e iban a partir hacia ese mundo exterior y extranjero. En síntesis se trataba, de prácticas de exclusión de rechazo, de marginación, como diríamos hoy. Ahora bien, ésa es la forma en que se describe, y creo que aún en la actualidad, la manera en cómo se ejerce el poder sobre los locos, los enfermos, los criminales, los desviados, los niños, los pobres. En general se describen los efectos y los mecanismos de poder que se ejercen sobre ellos como mecanismos y efectos de exclusión, descalificación, exilio, rechazo, privación, negación, desconocimiento; es decir, todo el arsenal de conceptos o mecanismos negativos de la exclusión”.

Como se puede notar ambos autores señalan la exclusión como una negación de la persona, de su ser mas intimo, estas afirmaciones nos llevaría a deducir que en una situación de exclusión no se poseen ni los más mínimos derechos, que los tan mencionados derecho humanos en situaciones como las referenciadas se convertirían en fantasías inalcanzables. Álvarez M. y Martínez H (2001:110), ratifican esta condición con las afirmaciones siguientes: “Se trata fundamentalmente de descalificación del estatus de ciudadano o, de una manera más general, del conjunto de los derechos humanos”. Los mencionados autores en la misma obra señalada sostienen: “El recurso a la noción de exclusión social expresa que el problema no es solamente de desigualdad entre los de arriba y los de abajo en la escala social, sino más bien de distancias entre aquellos que participan en su dinámica y aquellos que son expulsados” (ibídem: 104). Esto nos reafirma aún más la condición de los excluidos como una categoría política que va más allá de la simple separación de

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algo o de alguien y nos involucra en una definición donde la posibilidad de disfrute de los llamados Derechos Humanos no es posible, perdiéndose entonces lo esencial de la existencia de un ser: “lo humano”. Amartya Sen (2003: 31) pone énfasis en la expansión de las libertades como una forma de recuperación de la condición humana, lo que permitiría la inclusión de los individuos y su participación en las decisiones que afectan su vida:

“El desarrollo tiene que ocuparse más de mejorar la vida que llevamos y las libertades de que disfrutamos. La expansión de las libertades que tenemos razón para valorar no sólo enriquece nuestra vida y la libera de restricciones , sino que también nos permite ser personas sociales más plenas, que ejercen su propia voluntad e interactúan con – e influyen en – el mundo en el que vive”.

Gráfico 2. Círculo de pobreza.

Fuente: Elaboración propia. Podemos introducir en los anteriores conceptos de marginación y en las situaciones antes expuestas, las realidades que se presentan a los marginados en su condición de excluidos. Por una parte se encuentran en un entorno en el que

RIESGOS Enfermedades,

drogadicción, desempleo, analfabetismo, desastres

naturales

MARGINACION SOCIAL

POBREZA

VULNERABILIDAD

EXCLUSIÓN SOCIAL

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existen los servicios, recursos, lujos, participación, comodidades y por otra parte ellos se encuentran una situación contraria; una situación de negación de servicios, recursos económicos, participación y por ende de lujos, comodidades, vida digna, etc. Esta situación no está dada por un orden superior, como se pretende hacer creer, sino que ha sido construida por el hombre como humano, que proclamando una felicidad posterior, pretende mantener en una situación de resignación a quienes no tienen la posibilidad de una felicidad terrenal, la esperanza de esta felicidad los lleva al pacifismo, a la resignación. Ante esta posición protesta Savater (1990:16) en su obra Humanismo Impenitente señalando:

“Se trata de arrancar al hombre de la tiranía y de la miseria. El hombre no puede ser feliz más que cuando asume todas sus posibilidades de hombre, es decir cuando vive en la libertad y en el bienestar. El fanatismo, la imbecilidad, la pobreza engendran la ignorancia, la esclavitud y la guerra”.

Arrancar al hombre de esa miseria tanto económica como espiritual, para lograr su libertad, requiere de un compromiso político, que permita cerrar las inmensas grietas que han creado por siglos la marginación y exclusión social. Estas situaciones que se presentan hoy como problemas nuevos, no son en realidad recientes, las relaciones entre los hombres se han desarrollado por largos períodos, con base en intereses personales, sociales, económicos o políticos, y en la defensa de sus intereses se adoptan comportamientos que favorecen el desconocimiento del otro o los otros-as con los cuales les corresponde relacionarse. La historia de la humanidad nos ha develado una historia de intereses, de luchas en busca de la imposición de la supremacía y de poder, sean éstas de tipo económico, político, religioso, etc. (guerras mundiales, civiles, religiosas, étnicas) en las cuales los vencedores buscan someter a los vencidos y mantenerlos en esta condición, de tal forma que los vencidos queden persuadidos de su situación de sometimiento y puedan continuar su vida dentro de una “natural”7 situación de sumisión, que será transmitida a través de generaciones. En cada una de las formas de sometimiento, de marginación y de exclusión, no se hace más que reproducir de una u otra forma la lucha permanente que el hombre tiene para mantener el poder que ha conquistado y no

7 Los sometidos son llevados a una situación de sumisión y aceptación de su

realidad de una forma tan sutil, que llegan a verla como algo que hace parte de su condición humana, del orden establecido con anterioridad a su naturaleza. La resignación, como aceptación de mi condición de sometido producto de una voluntad superior a la mía.

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quiere perder. Para esto utiliza armas, ya sean visibles (todo tipo de instrumentos bélico) o invisibles, que si bien no perforan los órganos vitales sí los debilita a través de la vulnerabilidad que producen unas condiciones de vida carentes de la satisfacción de las necesidades básicas humanas, aquellas que se requieren para desarrollarse libremente, en un ambiente de inclusión y armonía. Hasta aquí se han mencionado algunos de los elementos de la marginación y exclusión social, los cuales servirán de apoyo a la comprensión de la situación de los niños, niñas y jóvenes en riesgo social, como marginados o excluidos por la sociedad en la que se hayan insertos. La situación de marginación y exclusión en Colombia está dada por las relaciones de producción que se establecen como consecuencia del sistema imperante, muy acorde con los sistemas capitalistas de la época y con la relación de dependencia económica y tecnológica con las grandes potencias especialmente con los Estados Unidos que siempre ha querido tener una relación de dominación con los países de América Latina, comprometiéndolos cada vez más a través de la deuda externa, con las respectivas consecuencias que de ella se derivan.

Colombia es uno de los países más afectados tanto económica como socialmente por la deuda externa y los grandes intereses que se deben pagar por su concepto, según Europa Press (2006): “La deuda externa de Colombia se incrementó en 723 millones de dólares en julio pasado, situándose en 38.514 millones de dólares frente a los 37.791 millones del mismo mes de 2005, según reveló el Banco de la República”. En el 2008 siguió en aumento como es la tendencia, el 3 de Octubre del 2008, el diario el Espectador, en su página económica presenta un informe del Banco Central señalando el aumento de la deuda externa:

“El boletín del Banco Central explica que la deuda pública superó los 29.269 millones de dólares, mientras que la privada sumó los 16.305 millones de dólares. Hasta diciembre del año pasado, la deuda externa total era de 44.719 millones, lo que indica que en seis meses, las obligaciones del sector privado y público han crecido en 855 millones de dólares. En los últimos 12 meses, hasta junio, la deuda pública registró un crecimiento de 1.431 millones de dólares, lo que significa un crecimiento de 5,1%”.

Además la dependencia tecnológica para la explotación de los productos propios del país, son fenómenos que no permiten que se facilite la explotación de las riquezas naturales por parte de los ciudadanos colombianos, sino por empresas

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extranjeras que se llevan las ganancias. Con los agravantes que lleva consigo la burocracia, el despilfarro, la corrupción y la inversión en el militarismo, policías y demás mecanismos de protección. Lo anteriormente esbozado nos lleva a deducir que es poca o nula la inversión en el desarrollo social y humano que se está haciendo.

Aunque el gasto en salud y educación se incrementó de un 4% en los primeros años de la década de los noventa a un 8% en 1996, el gasto del gobierno central en programas de asistencia social se mantuvo en torno al 1% durante toda la década y disminuyó a menos del 0,7% en 2000, según señaló en el año 2002 el Foro por la Pobreza y Protección Social. Lo que significa que no se aporta nada a las necesidades de los sectores desvinculados de la producción económica, quienes han sufrido con mayor rigor las desigualdades sociales. Por el contrario se va ampliando más la brecha, tal es el caso del aumento del desempleo y el subempleo. El 7 de septiembre de 2009, la revista electrónica Cambio, difunde una noticia relacionada con la rendición de cuentas del Gobierno , donde el balance educativo aparece como uno de los que mayor resultado ha tenido, pero la Contraloría General de la República le responde con base en sus constantes investigaciones:

“(…) no todo es 'color de rosa,' hay sectores vulnerables que no han visto los beneficios de esa transformación porque el Gobierno ha incumplido compromisos pactados. Uno de ellos tiene que ver con la construcción y dotación de establecimientos educativos para niños y jóvenes afectados por la violencia. Según el informe, dentro del plan sectorial 2006-2010, el Ministerio se comprometió a financiar, diseñar, construir y dotar 46 colegios "para la población vulnerable en zonas marginales de extrema pobreza", con el fin de que los municipios beneficiados los entregaran en concesión por un periodo no inferior a 12 años”

Por cuenta del retraso han dejado de beneficiarse 66.240 estudiantes y muchos niños y jóvenes han buscado opciones fuera de las aulas. "Al no encontrar donde estudiar, muchos han desertado del sistema -dice uno de los investigadores-. El Gobierno peca porque está dejando sin opciones a los más necesitados”.

Con relación al desempleo basta mirar algunas estadísticas para que nos ilustre cual es la tendencia de la situación de desempleo de los colombianos: “En septiembre de 1999, la tasa de desempleo abierto alcanzó en Colombia un nivel de 20,1%, la más alta en América Latina, afectando a tres millones de personas

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que hacen parte de la población económicamente activa”. (Sarmiento A. 2000: 29) Esta situación de desempleo ha ido llevando a la población a buscar e inventar nuevas fuentes de ingreso, que no implican seguridad social, ni estabilidad económica: “La población ocupada asalariada disminuyó de 64.4% en 1996 a 56.4% en 1999 y los trabajadores independientes, los familiares no remunerados y el servicio doméstico aumentaron de 35.6% a 43.6%” (Ibídem).

“La tendencia no es la disminución de las cifras de desempleo. Todo lo contrario, a pesar del crecimiento económico del país el desempleo no sólo se mantiene sino que sigue en aumento, como pone de manifiesto el estudio”. Evaluación de la Política Social 2003

“En efecto, la tasa de desempleo pasó de 10,8% en 1991 a 20,4% en el 2000. Desde entonces, ha descendido hasta alcanzar el 17% en el 2003, aún cuando es de anotar que después del año 2000 se produjo un cambio de metodología en el DANE, que no hace estrictamente comparable las cifras. Es de resaltar que con independencia de ese hecho, el nivel de la tasa de desempleo hoy existente es casi el doble de lo que fue el promedio de la primera mitad de los noventa. A su vez, la tasa de subempleo pasó de 13,10% en 1991 a 34,70% en el 2000, y a 32,30 % en el 2003. Además de ello, la precariedad laboral y la temporalidad tuvieron un crecimiento (…)”. Evaluación de la Política Social 2003

Otras fuentes ratifican el aumento del desempleo en el país, por ejemplo las noticias de Canal RCN informaron:

“El Departamento Nacional de Estadística (DANE) dijo que durante el último año se perdieron 186.000 puestos de trabajo. A pesar de que el 2006 fue uno de los mejores en materia de crecimiento económico, las cifras de desempleo no cuadran. El reporte del DANE mostró que la tasa de desocupación cerró en un 12 por ciento, en otras palabras, dos millones cuatrocientos cincuenta mil desempleados. El número de ocupados cayó en ciento ochenta y seis mil personas. Las cifras oficiales mostraron que más de siete millones doscientas mil personas son subempleadas o viven del rebusque. El caso más crítico de desempleo se dio en el campo, el número de desocupados, que llegó a cuatrocientos diez mil al cierre del 2006”. (Canal RCN, 2007).

Otro prestigioso canal de radio y televisión, Canal Caracol, corrobora las cifras, que si bien no son exactas, la diferencia es mínima, es decir no nos queda la

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menor duda que el alza en el desempleo está siendo reconocido por los diferentes medios de comunicación:

“Al 11,8 por ciento subió durante el 2006, la tasa nacional de desempleo, informó el Dane. Un año atrás había sido del 10,4 por ciento. El subempleo, asociado a la informalidad laboral, también se incrementó. Pasó del 31,2 al 35,7 por ciento. En los últimos doce meses, de acuerdo a las cifras del Dane, se perdieron un millón ciento ochenta y un mil fuentes de trabajo. Al concluir el 2006, el país contaba con dos millones trescientos cincuenta y dos mil desocupados, siete millones ciento treinta y dos mil sub-empleados y diecisiete millones seiscientos cinco mil ocupados. El presidente de la CUT, Carlos Rodríguez, dijo que es insólito que el desempleo haya crecido el año anterior en cerca de punto y medio porcentual, porque la economía nacional creció en el 2006 a una tasa estimada del 6.5 por ciento, lo que quiere decir que los que se están beneficiando de ese crecimiento son los empresarios.” (Canal Caracol, 2007).

Con relación a la Costa Caribe los últimos datos presentados por el Grupo de Investigación en pobreza y desigualdad de la Universidad Tecnológica, (2007) en el Taller del Caribe Colombiano, sobre la pobreza, señalan con relación a la aparente disminución del desempleo: “(…) lo cierto es que los trabajos que se están creando en la ciudad los aportan las mismas personas y en su mayoría es informal…dos terceras partes de los empleos existentes en Cartagena son informales (unas 138.000 personas)”. Y en el 2009, Según el informador Colombia.com (01/Abril/2009):

“El índice de desempleo en Colombia se ubicó en febrero de este año en el 12,5 por ciento, un 0,5 por ciento superior al registrado en el mismo período de 2008, según datos emitidos por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística. Según las cifras del organismo, en las 13 principales ciudades colombianas el indicador de desempleo se ubicó en el 13,6 por ciento, un 1,0 por ciento más alto que el registrado en febrero del año pasado”.

Lastimosamente las Centrales Obreras del país, no solo tiene poca credibilidad en las cifras presentadas por el organismo del Estado “Dane” (Departamento Nacional de Estadísticas, si no que argumentando razones, se atreven a controvertirlas alegando razones prácticas: “El presidente de la CUT, Tarsicio Mora, dijo que las cifras entregadas por el Dane no evidencian realmente el problema de desempleo en el país, y

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señaló que muestra de ello es la gran cantidad de despidos que se han conocido en los últimos días debido a la emergencia económica Nacional.

“Hemos recibido una ola de despidos, en la mayoría de empresas y eso se lo comunicamos al ministro, en el caso de Bavaria, en el caso de Cafam, en el caso de las empresas de Coltejer, en el caso de los trabajadores de las diferentes entidades regionales", indicó. El dirigente afirmó: que el promedio de desempleo podría estar por encima del 15 por ciento y que el gobierno no tiene una política clara de choque contra este problema. Noticias de Caracol Radio” (Febrero 27 2009)

Podemos concluir que la tendencia es que un porcentaje de personas que han estado integradas al proceso productivo pronto se verán separadas de él y empezaran a buscar otros mecanismos que les permitan la satisfacción de las necesidades básicas, incrementándose el número de personas vinculadas a la economía informal cuando aún existan posibilidades, y cuando no, vinculados a otras formas no legales de consecución del sustento (grupos armados, delincuencia, mendicidad, etc.).

Cifras del informe de la Contraloría (2006) dentro de la evaluación de la política social, señalan que:

“Colombia afronta hoy una crisis humanitaria, que se expresa, entre otros factores, en el aumento de la pobreza y la miseria, medida por ingresos. De acuerdo con las cifras del informe, la indigencia que afectaba al 20.4% de la población en 1991, descendió sistemáticamente hasta 1998 cuando fue del 17.9%. Desde entonces, este índice subió aceleradamente pues se elevó al 23% en el año 2000 y al 34% en el 2003”.

Las desigualdades sociales internas que nacen de esta situación precaria de un sector de la sociedad, permite ver los conglomerados marginados ya sean rurales o urbanos como excluidos no solo por la forma como se distribuye el ingreso, sino también por la formación de subculturas ( bandas, pandillas, y otros grupos que se asocian para delinquir) que este fenómeno favorece. Es entonces cuando aparece la protección a la propiedad privada y a la vida de incluidos, para defenderse de aquellos, quienes nunca han sido defendidos. A pesar que la Constitución política de Colombia establece en el título I De Los Principios fundamentales artículo 1º que: "Colombia es un estado social

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de derecho organizado en forma de República unitaria, descentralizada, con autonomía de sus entidades territoriales, democrática, participativa y pluralista, fundada en el respeto por la dignidad humana, en el trabajo y la solidaridad de las personas que la integran y en la prevalencia del interés general", la verdad es que está muy lejos de ser democrática, participativa y menos de fundamentarse en el respeto por la dignidad humana, porque cada día vemos que es aquí en este país donde se violan las mínimas normas de respeto por las personas al negárseles los servicios fundamentales como son la salud, el derecho a una vivienda digna, la educación y a un a medio ambiente sano, factores estos que se traducen en la exclusión de los ciudadanos de satisfacer sus necesidades básicas. Continúa el artículo 2º diciendo:

“Son fines esenciales del Estado: Servir a la comunidad, promover la prosperidad general y garantizar la efectividad de los principios, deberes y derechos consagrados en la Constitución; facilitar la participación de todos en las decisiones que los afectan y en la vida económica, política, administrativa y cultural de la Nación; defender la independencia nacional, mantener la integridad territorial y asegurar la convivencia pacífica y la vigencia de un orden justo. Las autoridades de la República están instituidas para proteger a todas las personas residentes en Colombia en su vida, honra, bienes, creencias y demás derechos y libertades, y para garantizar el cumplimiento de los deberes sociales del Estado y de los particulares”.

Sin embargo, es bien conocido por todos los colombianos que con estas normas solo se beneficia un sector de la sociedad y es precisamente el sector dominante el cual recibe garantías de prosperidad y que goza de la protección de su vida, honra y bienes, mientras los desposeídos, los excluidos son mirados como los que pueden atentar contra la vida, honra y bienes de los demás y son estos de los hay que protegerse. Lo anterior se ha visto reflejado no solo en el aumento de los delitos contra la propiedad privada, sino en el aumento de toda la criminalidad y por lo tanto de la crisis de la situación carcelaria del país, descrita por un noticiero de la siguiente forma: “Los centros de reclusión del país tienen una capacidad para 50.000 personas, pero actualmente la población carcelaria sobrepasa las 70.000” Latorre (2005:1). La no resocialización implica la reincidencia y a la vez mayor incremento de la criminalidad.

También es cierto que la participación de estos sectores en las decisiones económicas, administrativas y políticas de la Nación es muy baja, más bien nula, ya que sus condiciones de educación y de información no se lo permiten,

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limitándose solo a participar cuando se trata de elegir los representantes políticos locales o nacionales, y la mayoría de las veces lo hacen manipulados por los grupos políticos a cambio de ofertas de trabajo o de dinero, en cualquiera de los casos, no se da una participación real. Lo anterior se puede entender como exclusión en la toma de decisiones sobre los problemas que los afectan y de los cuales difícilmente harán parte en el planteamiento de soluciones. Esta situación los lleva a la resignación de aceptar que sean los dirigentes en un acto de buena voluntad y no de compromiso y de responsabilidad ética, los que elaboren los programas sociales, de los cuales a ellos solo les llegan beneficios mínimos. Como se hacía referencia en párrafos anteriores, sólo les queda la esperanza que las instituciones de caridad, lleven a ellos los sobrantes que recogen de los grupos favorecidos, quienes llevados por el “amor a Dios, comparten con sus hermanos las sobras de sus hogares” Marginados, excluidos, relegados es el grupo de colombianos que se encuentran fuera del proceso laboral, de las políticas sociales, de la participación ciudadana y por lo tanto no logran tener una vida digna de acuerdo a las necesidades mínimas que cualquier ser humano requiere para vivir. Es dentro de este panorama donde viven y se reproducen el mayor número de familias colombianas, las cuales hacen parte de los llamados estratos bajos, donde prolifera el hambre, la desnutrición, la insalubridad y la desesperanza, donde día a día nacen niños y niñas sin un futuro cierto a expensas de las limosnas del Estado. 1.2.- Normalidad. Toda sociedad establece criterios y normas a través de las cuales instituye sus relaciones, ya sean escritas o simplemente como costumbres que se van transmitiendo a través de generaciones hasta llegar a convertirse en norma cuando es reconocida por todos los miembros del conglomerado. Al seguimiento y cumplimiento de estas normas es a lo que se llama normalidad. Así pues las civilizaciones más antiguas fueron regidas por normas que tuvieron su sustentación en la cooperación y la igualdad, fue la forma con que el hombre pudo enfrentar las amenazas de la naturaleza, es el caso de la sociedad primitiva. Otro concepto de normalidad dentro del proceso histórico de la sociedad, fue considerar al esclavo como una persona sin alma, de la cual se podía disponer, y utilizar solo como fuerza de trabajo. Con una cita del historiador Antonio Prada

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Fortul, (2001: 18) podríamos ejemplificar esta normal situación en la ciudad de Cartagena, llamada en ese entonces Kalamarí, a la llegada de los españoles:

“Para el esclavista eran solo mercancía, gente que únicamente servía para desbrozar la tierra incivilizada, para arar rudimentariamente los montes y convertir en feraces y productivos, inmensos eriales mediante un trabajo que se iniciaba a las cinco de la mañana y concluía después de las siete de la noche, eran agotadoras faenas que de una manera lenta pero inexorable, iban acabando con la existencia de estos seres, cuya misma naturaleza era puesta a prueba mediante el agotador y humillante trabajo forzado”.

Esta situación era normal dentro del tipo de sociedad esclavista, no había castigo alguno para quien sometiera a trabajo forzado a estas personas, por el contrario el esclavo era sometido a penosos castigos cuando desobedecía a su amo. Igual situación se ha presentado con la concepción que se tenía de la raza negra, y que aún se tiene en algunos países que no logran aceptar la diversidad racial, aunque en esta época se visualicen nuevas leyes que defienden la igualdad de derechos, sin distinción de raza. Siguiendo en esta línea podemos entonces concluir que la normalidad es relativa o cambiante y que puede responder, a un momento histórico, a una cultura en particular, y en especial a las relaciones que se dan entre los hombres dentro de ese contexto. Es decir que la normalidad se instituye de acuerdo al tipo de sociedad en que se desarrolle y por las relaciones que dentro de este tipo de sociedad se establezcan

Los avances de la ciencia y de la tecnología van estableciendo unos criterios de normalidad de acuerdo a las concepciones que se tengan de ella y de la ciencia donde se esté ubicada, pero la generalidad está dada por definir un comportamiento humano como normal cuando el sujeto que lo realiza obra de acuerdo a las normas sociales, culturales y jurídicas que están impuestas en una determinada sociedad. Es decir actúa conforme a lo dispuesto sin alterar su entorno social. Ahora bien ¿quién establece esa normalidad? Esa normalidad está establecida por parámetros definidos a través de las instancias del saber y de poder, las cuales han ido imponiendo ciertos criterios de normalidad y a la vez organizando su sistema de controles, como una forma de prevenir manifestaciones conductuales que puedan amenazar la normalidad establecida.

Foucault (2001), a partir de una revisión del comportamiento jurídico y médico, que fue utilizado por la pericia legal de la época en la sociedad Francesa y reflejada en otros países europeos, señaló el nacimiento de la anormalidad. En este estudio el autor define tres figuras a partir de las cuales establece los criterios

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de normalidad. Los monstruos que hacen relación a las leyes de la naturaleza frente al comportamiento jurídico; los incorregibles, a partir de los cuales se van estableciendo deferentes dispositivos disciplinarios para establecer lo que él llamó, la domesticación del cuerpo; los onanistas figura novedosa del siglo XVIII, que aparece en correlación con las nuevas relaciones entre sexualidad y organización familiar.

Con la figura del monstruo humano, se establece una anormalidad que viola las leyes establecidas por la naturaleza. A la figura humana como tal ya se le había establecido unas características físicas o biológicas que debía presentar un ser para poder ser llamado humano como tal. Foucault (2001:61) define el monstruo como: (…) “el límite el punto de derrumbe de la ley y, al mismo tiempo, la excepción que sólo se encuentra, precisamente, en casos extremos. Digamos que el monstruo es lo que combina lo imposible con lo prohibido”.

Y ratifica el autor la monstruosidad haciendo énfasis en lo que corresponde al derecho: “sólo hay monstruosidad donde el desorden de la ley natural toca, trastorna, inquieta el derecho, ya sea el derecho civil, el canónico o el religioso” (Ibídem: 69) estableciendo como ejemplo de criaturas monstruosas, los resultados de la mezcla de los dos reinos, reino animal y reino humano, sin embargo va mas allá de los mitos, para señalar como también se tuvo entre los monstruosos a los siameses, una persona con dos cuerpos, a quien le falta un órgano (brazo, pierna, etc.) o en quien se une dos sexos (hermafroditas), pero esa llamada monstruosidad según el autor llega más allá de lo biológico, para encontrarse con lo moral (aparecido a fines en el siglo XIX y principio del XX) “Cualquier criminal, después de todo, bien podía ser un monstruo, así como antaño el monstruo tenía una posibilidad de ser criminal” (Ibídem: 83).

Como se ha visto, no es posible desligar el concepto de normalidad del concepto de marginalidad, ya que el estar al margen de la cultura normativa implica asumir unas conductas y unos valores de acuerdo a la situación que se esté viviendo en un determinado momento y éstos a su vez chocar con las normas dominantes, por lo cual no estaría dentro de la normalidad que de él como ciudadano se espera. No es normal que una persona que haya estudiado en una prestigiosa universidad se desempeñe como empleada domestica o como vendedor ambulante. Si esto sucediera esa persona sería mirada con extrañeza, lo normal sería que ocupara un cargo en una empresa. Pero la actividad mencionada anteriormente, si está en la normalidad de las personas que no han tenido la oportunidad de acceder a una preparación intelectual superior, ni de vincularse al proceso laboral formal.

Es visto como normal en nuestro medio que los jóvenes pertenecientes a los estratos excluidos de la ciudad escuchen una clase de música diferente a la que escuchan los jóvenes que se encuentran ubicados en estratos altos, y que los

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ritmos o movimientos del cuerpo de los bailes serán más libres y expresivos dentro del grupo de los primeros.8

La anormalidad como comportamiento no generalizado o como situación que va en contra de las normas establecidas, que ponen en riesgo la tranquilidad social, siempre ha sido rechazada y sancionada. Una forma de correctivo utilizado tradicionalmente ha sido la separación del individuo de su contexto para, a través del aislamiento, lograr su normalización o sometimiento a dichas normas. Las casas de encierro, utilizadas para el control de la conducta, la imposición de normas, y la orientación de la espiritualidad, fueron orientadas a la defensa de las instituciones. La institucionalización ha sido una de las alternativas de mayor uso a través del tiempo, dirigidas a conductas o fenómenos llamados anormales con el fin de mantener una relativa normalidad que permita hacer realidad el sueño de una sociedad perfecta. En palabras de Foucault (1990:173):

“(...) pero ha habido también un sueño militar de una sociedad; su referencia fundamental se hallaba no en el estado de naturaleza, sino en los engranajes cuidadosamente subordinados de una máquina, no de un contrato primitivo, sino en las coerciones permanentes, no en los derechos fundamentales, sino en la educación y formación indefinidamente progresivos, no en la voluntad general, sino en la docilidad automática”.

El citado autor hace referencia al sueño militar de una sociedad, como una sociedad disciplinada, regida por el orden, por un orden fabricado, un orden corregido, esta corrección implica el montaje de mecanismos, que permitan moldear esos “cuerpos dóciles”: “Es dócil un cuerpo que puede ser sometido, que puede ser utilizado, que puede ser transformado y perfeccionado” (Ibídem: 140). Para lograr la docilidad de estos cuerpos, se ha creado a lo largo del tiempo muchos procedimientos disciplinarios que van desde los conventos, monasterios, escuelas militares o internados. Con el tiempo se ha ido modificando la institucionalización, pero siempre en la búsqueda de una disciplina que conlleve a una sociedad organizada, con sutiles mecanismos de sometimiento con la pretensión llevar a los “anormales” a la normalización.

La anormalidad como un estado en que se puede encontrar un individuo, puede ser comprendida y tratada dependiendo del criterio al cual se haga referencia. Para una buena comprensión del tema se retoma a Valverde (1993:35)

8 En Cartagena la música que escuchan los jóvenes de los estratos bajos, se

caracteriza por sonidos fuertes y letras que señalan un estilo de vida mas audaz y retador de la sociedad tradicional, es la llamada “champeta”.

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quien distingue cuatro criterios de normalidad: la estadística, la sociológica, la psicológica y la legal o jurídica, de la cual hace una amplia exposición, y la cual acogemos.

1.2.1.- Criterio de normalidad estadística.

El criterio estadístico está basado en los conceptos del matemático y astrónomo Carlos Federico Gauss9, quien estableció la llamada curva de los errores, en la que los valores más frecuentes se agrupaban en torno a un valor (eje: 50) y el resto se desviaba hacia uno u otro lado de la media (-25,+75), que graficados sobre ejes cartesianos daba el dibujo de una copa invertida. Marietan (1991: 4)

El autor citado retomando la obra Kurt Schneiders, Las personalidades psicópatas, plantea el criterio de normalidad estadística, según se adopte la norma al término medio (criterio estadístico) o la norma del valor, (criterio valorativo), en el caso de la normalidad estadística ésta se toma como una medida de la conducta. De acuerdo con él, se define la normalidad, como lo que hace la mayoría de un conjunto de individuos o lo que está cerca del promedio de la conducta, es decir, en el término medio, y no apunta a ninguno de los extremos de la curva trazada por Gauss, en donde en la ubicación de los extremos se tendría por un lado una conducta extrema y/o por el otro lado una conducta mínima, lo cual lo ilustra de la siguiente forma: “(…) en este sentido, puramente cuantitativo, anormal es lo que se aparta de dicho término medio, de lo ordinario y frecuente. En la apreciación de lo excepcional, extraordinario e infrecuente no interviene ninguna apreciación de valor" (Schneiders, cit. por Valverde 1993:35).

En segundo lugar, según el criterio valorativo: "(...) normal es lo que corresponde al ideal subjetivo personal…Y, por tanto, es anormal todo lo que se oponga a la imagen ideal que está determinada por la jerarquía ideológica personal de los valores" (Ibídem).

Estas formas de valorar la conducta serían muy subjetivas, porque habría que

tener en cuenta el contexto desde donde esté ubicado el observador o de la cultura a la que pertenezca esta conducta como lo señala Valverde (Ibídem: 37):

9 (1777-1855). Matemático, físico y astrónomo alemán.

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“En este sentido es evidente que la sociedad no va a considerar

desde el mismo criterio de anormalidad al superdotado y al deficiente mental, a pesar de que ambos se encuentran en los extremos de la curva normal en que se distribuye el rango de inteligencia. Incluso, el primero no solo no va a ser considerado anormal, sino que será propuesto como modelo a imitar, como la máxima adaptación o la máxima normalidad”.

El rechazo del uso de la estadística como un criterio para establecer la

normalidad como expresión de la salud mental, ha sido señalado también por Erich Fromm10 (Ibídem:1991: 18) en el capítulo I de la obra señalada en el cual hace referencia a la salud mental en el mundo moderno, y el conflicto que se le puede presentar al investigador frente a las estadística que pueden señalar un aumento en las enfermedades mentales o sólo indirectamente la mejora de la asistencia psiquiátrica: “Creo que al examinar las estadísticas y las dos caras de la moneda nos quedamos tan perplejos como antes. Como ocurre casi siempre, no sabemos qué hay detrás de los números cuando atendemos sólo a la estadística”.

Queda entonces claro que la medición de los procesos sociales no se puede

realizar a través de medios estadísticos. Éstos deben ser utilizados en procedimientos cuantitativos y los procesos sociales son cualitativos. Sin embargo, no es extraño para nosotros encontrar que algunos comportamientos se evalúan por el término medio, sobre todo si con esto se pretende defender los valores de los grupos normativos. Ya hemos presenciado en la práctica, la forma como se señalan los instrumentos de medición, como el medio apropiado para medir aquello que queremos mostrar como normal.

1.2.2.- Criterio de normalidad sociológica. La relación que hace Valverde Molina en cuanto al criterio sociológico de

normalidad lo establece entre lo normal y lo moral. Es decir lo normal dentro de una coherencia con los preceptos morales o las costumbres establecidas dentro de una determinada sociedad. En este caso el no cumplimiento de esas costumbres

10 Erich Fromm: Natural de Frankfurt, nacido el 2 de marzo de 1900, muere el 18 de marzo de 1980. Fue un destacado psicólogo social, psicoanalista y humanista, sus teorías siguen vigentes y aportan elementos críticos que permiten comprender la sociedad actual y las necesidades del hombre como humano.

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establecidas o dentro de los preceptos morales acogidos por la sociedad, sería considerado como anormal.

Dentro del criterio de la normalidad sociológica se debe también tener en

cuenta, de donde parte el poder para establecer las normas y calificar los comportamientos como aceptables y no aceptables. De aquí nos surgiría el siguiente interrogante: ¿por qué se ha aceptado el comportamiento de las clases con privilegios como comportamientos normales y los que han carecido de éstos deben someterse a estos comportamientos establecidos en atención a su superioridad, bajo el riesgo de si no se someten son calificados como anormales? Su comportamiento anormal les hace acreedores de una sanción que bien pudiera ser jurídica o social, lo cual implicaría una mayor lejanía de la llamada normalidad. Tal ha sido el caso de los esclavos en la sociedad esclavista, de los siervos en la sociedad feudal y de los excluidos en la sociedad capitalista.

El establecimiento de normas y pautas de conducta es entendido como una

forma de mantener el orden engendrado, previendo de esta manera que éste permanezca inalterable ante cualquier síntoma de malestar o de inconformidad con dichas normas, es decir es una forma de asegurar una relación armónica entre los que las crean y los sometidos a ellas.

En palabras de George Ritzer (1997: 113) en una interpretación de las posturas funcionalistas estructurales, podemos mostrar en una forma más explícita, la importancia del sentido normativo:

“Además del requisito de un sistema cultural compartido, los

funcionalistas estructurales hablan también de un sistema de valores comunes en el nivel individual. Las personas deben compartir una visión del mundo similar. Esto les permite predecir, con un alto grado de precisión, lo que piensan y que hacen los demás. Estas orientaciones cognitivas mutuas cumplen varias funciones. Y tal vez la más importante de ellas es que confieren estabilidad, significado y posibilidades de predicción a las situaciones sociales”.

En una posición funcionalista todo lo que esté fuera del sistema de valores de

una sociedad, sería considerado anormal, entraría a desorganizar todo el orden necesario para que ésta pudiera funcionar correctamente. Lógicamente si existe un orden que debe ser mantenido igualmente deben existir los controles que lo garanticen.

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La posibilidad de establecer normas y mecanismos que lo garanticen, está facilitada por el manejo del conocimiento, de las relaciones personales e intergrupales que favorece la cohesión de grupo, y la posibilidad de aparecer como superior ante quienes no poseen estas habilidades, de tal forma que aunque sea minoritario el grupo normalizador cuenta con mayores herramientas para someter a los demás, que bajo su condición de inferiores no solo se resignan a su suerte sino que ven con buenos ojos la posibilidad de estar siempre subordinados a los grupos que sienten como superiores. En palabras N. Elías (1998: 98): “los grupos en posiciones marginadas por lo demás se suelen medir con la medida de los opresores. Constatan que no cumplen las normas de aquellos y se sienten, ellos mismos inferiores”. El individuo al nacer, encuentra un sistema de valores y costumbres. Desde ese momento comienza a ser moldeado por la cultura, que va transmitiendo la forma en que deberá comportarse de acuerdo a su sexo, edad, su condición. Según Parsons (Cit. Por Ritcher, 1995:120): “Los niños aprenden no sólo cómo actuar, sino también las normas y los valores, la moralidad, de la sociedad”. Esta transmisión no es necesariamente enseñada por la educación formal, se da en la relación con los diferentes grupos con los que entrará en contacto directo, lo que le permitirá irse adaptando a cada uno de ellos. Sin embargo, contradice a esta postura, la de Erich Fromm (2000:69) quién en una interpretación de las condiciones de la existencia humana resalta su relativa maleabilidad:

“Si el hombre fuera infinitamente maleable, no existirían las revoluciones; tampoco habría cambios, pues una cultura dada habría conseguido someter al hombre a sus patrones sin resistencia de su parte. Pero siendo sólo relativamente11 maleable, el hombre ha reaccionado siempre protestando contra las condiciones que hicieron demasiado drástico o intolerable el desequilibrio entre el orden social y las necesidades humanas”.

La normalidad analizada desde el criterio sociológico, se muestra como una forma de dominación de ciertos sectores de la sociedad. Quienes hacen parte de los excluidos que por su condición de desventaja y por no contar con los recursos necesarios para adoptar la denominada “vida normal”, tendrán que adoptar otras formas de comportamiento, que si bien tiene validez en su medio, entrarían a formar parte de la anormalidad, (desde la mirada de los ubicados en la normalidad) y por lo tanto se harían dignos de la etiqueta que los distinguirá de los “normales”.

11 La letra cursiva ha sido utilizada por el autor del texto, para hacer énfasis en que el hombre tiene de maleable, pero no puede ser definido solamente como tal. Es decir es “relativamente maleable”. Es | posible que acepte unas determinadas normas, pero también es posible que las rechace y luche por transformar las impuestas. Tales son los casos de las grandes revoluciones y las grandes luchas, llámense cristianas, políticas, raciales, etc.

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A pesar del rechazo que se establece de la conducta “anormal”, y de las sanciones que ésta acarrea, éste se hace más severo cuando el que produce la conducta pertenece a los grupos excluidos. No es raro encontrar que un comportamiento considerado contrario a las normas, tenga menor sanción cuando quien la ejecuta está cerca del grupo normativo (delincuentes de cuello blanco), estos casos no se presentan en menor cantidad que los casos de delincuentes comunes, dado que la proporción de pertenecientes a grupos excluidos son mayoría que los pertenecientes a otros grupos excluidores, sin embargo, en las instituciones de protección (cárceles) encontramos un mayor número de desempleados, obreros, vendedores ambulantes, etc., que de empresarios, ministros, o grandes profesionales. Lo que nos muestra que el comportamiento anormal también es sancionado dependiendo de quién lo realice, y la sanción, como rechazo también se hará teniendo en cuenta este criterio.

1.2.3.- Criterio psicológico de normalidad

La normalidad psicológica está estrechamente relacionada con la normalidad social es decir pocos son los limites que se pueden establecer entre una y otra. Para el establecimiento de la normalidad psicológica se han establecido parámetros utilizados para el comportamiento social, sin embargo el tratamiento que se le da a la primera poco tiene que ver con el contexto social, cuando mucho su acercamiento se dirige a la familia o grupos primarios en los que se encuentre inserto quién ha manifestado la conducta anormal.

La anormalidad psicológica se ha tomado desde el punto de vista del yo interno del individuo y de su capacidad para establecer relaciones armónicas con su contexto y con los demás miembros de la sociedad de la cual hace parte, ser tolerante ante las frustraciones y los fracasos a los que pueda verse enfrentado dentro de su desarrollo personal. Esta tolerancia también debe ser extendida a las diferencias que se le presenten en sus relaciones con los demás, la responsabilidad con las funciones que le corresponda desarrollar según el rol desempeñado, la capacidad de integración, creatividad y de dar respuestas positivas a los problemas que se le presenten, son algunas de las características de una personalidad normal, lo contrario a esto sería juzgado como anormalidad. En otras palabras, por el temor a ser llamados anormales, y por lo tanto marginados, nos debemos declarar seguidores de las reglas y las normas establecidas por la sociedad en la que nos encontramos insertos, de lo contrario entraríamos a ser parte de los denominados subversivos, delincuentes, locos o sencillamente anormales.

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La psicología como ciencia ha creado unos criterios valorativos para determinar quiénes son los normales y quiénes son los anormales, estos criterios se han universalizado, siendo utilizados por los profesionales en su campo, independientemente de la ubicación geográfica donde se encuentren o de la cultura a la que se pertenezca. No es extraño que a partir de la aplicación de un test de instrumentos de medición de inteligencia, refuerzos, personalidad, se encasille la conducta definiéndola con términos que terminan siendo etiquetas como son las desviaciones, las disfuncionalidades, la esquizofrenia, la depresión, dislexia, etc., por medio de los cuales se describe un sujeto que manifiesta un comportamiento diferente al comportamiento definido como normal. Siendo así, el concepto literal de desviación va a ser utilizado, sin tener en cuenta los estándares sociales de cada cultura. Cada profesional encasillará el comportamiento a la teoría preestablecida y orientará de igual forma sus conocimientos a la modificación de la conducta que aparece como desviada, incongruente o anormal, buscando restablecerla y llevarla hacia la “normalidad” establecida. Muchos han sido los instrumentos de medición de la inteligencia, comportamiento humano, personalidad que se han creado desde la aparición de la psicología, y que han invadido el comercio, y diferentes han sido los motivos que llevan a los psicólogos-as a utilizarlos. Algunos se han venido actualizando de acuerdo a las necesidades creadas de quienes en ellos confían. Un ejemplo es la prueba de Rorschach12 iniciada en 1920 y transformada paulatinamente por sus seguidores. Este test se ha utilizado en forma combinada con otros: “Con frecuencia es conveniente utilizar el test de Rorschach con otras pruebas que pueden ser, o bien test de inteligencia (Binet – Simón), Terman, Wechsler, el test analítica de Meili), o un test especial que investigue un determinado problema (atención, concentración, coordinación, aptitudes musicales o para el dibujo, etc.)” Bohm (1979: 12). Lo anterior nos da una idea de la utilización de instrumentos de medición con los que la psicología pretendió y continúa trabajando por interpretar o calificar el comportamiento humano, sin tener en cuenta las diferencias biológicas, culturales y biográficas, que lo hacen diferente a los demás. Generalmente la “normalidad” establecida, está en relación directa con el ideal de hombre y de sociedad que queremos tener, por lo tanto retomando las palabras de Valverde citadas anteriormente, la invitación es a que el

12 Médico, psiquiatra, nacido el 8 de noviembre de 1844 en Wiedikon (Zurich).

Creo en 1918, el test de Rorschach, que consistía inicialmente en 15 laminas, para luego trabajar con 10, compuestas de manchas de tinta realizadas en forma aleatoria. El profesional las pondrá frente al paciente para que este las pueda interpretar. A partir de dichas interpretaciones el profesional podrá realizar un diagnostico.

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comportamiento para ser catalogado como normal cumpla con los parámetros establecidos por la sociedad con el apoyo de las diferentes ciencias que han estado al servicio de ella, entre ellas la psicología, la cual ha empezado a ser cuestionada desde su intervención como protectora de un sistema que no permite la diferencia, por considerar que pone en riesgo el control que favorece establecer la llamada “normalidad”. En palabras de Javier Toret (V.I)

“La adaptación racionalista y sumisa (normalización) que nos propone la psicología como solución frente a la enfermedad mental me parece una peligrosa y contradictoria opción, si tenemos en cuenta que esa normalización tiene consecuencias muy negativas según los criterios de; no alienación, de desarrollo personal, intelectual, social, sexual, etc. que tenemos las personas que creemos que el ser humano puede ser algo mejor (más pleno, consciente, autónomo, libre, justo ,vital) que el ciudadano normal (el mayoritario ) el que ellos nunca quieren describir pero al que siempre aluden para dictaminar quienes no somos lo normales y quienes somos enfermos mentales”.

Para poder tener una comprensión de la normalidad y de la forma como se hace el uso de este término desde la psicología sería prudente que junto con Valverde (1993: 46) tuviéramos en cuenta lo que él ha podido denominar como los elementos que intervienen en este concepto y desde los cuales se puede entender con mayor facilidad quienes son los niños, niñas y los jóvenes que no pertenecen al mundo de la normalidad psicológica. Para el citado autor serían normales, aquellos que no han sido objeto de las ciencias de la salud mental y por lo tanto no han estado bajo las rotulaciones que ellas han establecido para los comportamientos diferentes tales como los inadaptados, los disfuncionales, problemáticos, idos, hiperactivo, entre otros. Aquellos que por asumir una actitud de tolerante, son capaces de tener relaciones armónicas con ellos mismos y con el resto de la sociedad. Por lo tanto no se alteran, ni alteraría el orden público. Estarían también en esta línea, los que por su cordura y su capacidad de resistencia podrían soportar las injusticias y las faltas del Estado sumidos en el conformismo pasivo y sin riesgo del alterar las estructuras de poder, y lógicamente los que hacen parte de los que definen la normalidad y los que la mantiene.

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1.2.4.- Criterio legal de normalidad.

Hablar de normalidad jurídica implica referirse a la norma que compuesta

de dos partes, una que tiene como fin prever la conducta de los ciudadanos y la otra que señala la sanción a la que se verá sometido el ciudadano que quebrante la norma, tiene la finalidad de mantener el orden social.

Estas normas están catalogadas como leyes, entendida como preceptos

escritos emanados por los órganos del Estado por disposición de la constitución de cada país. Las leyes deben ser cumplidas por los ciudadanos bajo la amenaza de una pena en caso de que no se observe su estricto cumplimiento. Esto es lo que ha sido llamado formas de control social de tipo formal, es decir el incumplimiento de la ley por parte de los ciudadanos no acarrea solo una sanción social sino que además tiene una sanción penal, que ha sido previamente estipulada, y difundida.

La norma jurídica trata entonces de prevenir una conducta que podría poner

en peligro la convivencia y el orden social, de tal manera que este cuerpo de legislaciones aparece como defensora de los intereses de los ciudadanos indiscriminadamente. Sin embargo, esta organización sería posible siempre y cuando la legislación estuviera al servicio de todos y no hiciera parte de las usurpaciones privadas de cada hombre en particular, que trata siempre de buscar la forma no solo de beneficiarse personalmente sino de apoderarse también de los demás. (Beccaria 1998: 6).

Esta normatividad creada conduce indudablemente al establecimiento de

parámetros que definen la normalidad, teniendo en cuenta ésta como el estilo de conducta que adoptan los miembros de una sociedad acorde a las normas jurídicas establecidas, ya sea por temor a la represión o sanción o, por el estigma de que se hace acreedor quién viole la norma y por consecuencia haya sido sometido a pena alguna.

La llamada normalidad jurídica presenta algunas debilidades identificadas

por juristas dedicados al estudio de la justicia y la sociología del sistema penal. Mencionamos entre ellos a Jaime Patiño Santa (1992:129), quién en su reflexión por los llamados valores del sistema penal colombiano, nos señala con razón:

“Al preguntarnos dónde o en qué radica la diferencia del

comportamiento conforme a la ley de aquel considerado contrario a la misma, encontramos que no depende tanto de una actitud interior del individuo estimada buena o mala, social o asocial, apreciada positiva o negativamente, sino también fundamentalmente de la definición legal que distingue el comportamiento considerado criminal del lícito”.

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Según el jurista Eduardo Umaña Luna (1991: 25):

“Siempre la norma jurídica, establece el control social, pero

también se halla en desventaja al tratar de cumplir su propósito, debido a su carácter estático ante una realidad social que cambia de continuo. Esta podría verse como una de las limitantes que establece la normalidad jurídica, cuando la norma se convierte en obsoleta frente a un comportamiento humano cambiante en sus relaciones con su entorno”.

Ahora bien, las normas jurídicas tienen una función que cumplir con

relación al ordenamiento y protección de la sociedad, visto desde aquí todo apunta a que los ciudadanos estamos amparados y por lo tanto la infracción de una norma aparece como un desacato al orden establecido, por lo cual la persona que la desacata merecedora de un castigo. Esto en una sociedad donde sea una realidad la existencia de las desigualdades, no habría ningún problema en aceptarlo y comprenderlo porque estaríamos en igualdad de condiciones. Pero en las sociedades donde las normas están dirigidas a la protección de los grupos más fuertes y exigido el cumplimiento a los más débiles, es decir desigualdad de derechos e igualdad de obligaciones, encontramos que es posible que se conviertan en normas de aplicación selectiva.

Un caso especifico que puede mostrarnos el uso del criterio

“anormalidad” en Colombia, fue el establecido en el artículo 55 de la Ley 83 de 1946 que establecía: “Las escuelas hogares son establecimientos de reeducación en que un pequeño número de corrigendos se confía a la dirección de un matrimonio experto en educación de anormales de carácter y en donde prima un régimen estrictamente familiar”.

Aunque las leyes han tenido variaciones, entre ellas la eliminación

del uso de este vocablo para hacer referencia a las personas que de acuerdo a su condición tenga conducta diferente a la de los grupos normativos, siguen utilizándose términos que sugieren la diferencia y la necesidad de unificación del comportamiento, sin tener en cuenta las diferencias culturales, ambientales y las oportunidades que se han tenido para desarrollar comportamientos considerados acordes con toda la sociedad. Tal es el caso de los llamados desadaptados, inadaptados o simplemente rebeldes por no someterse a las normas que lo harían acreedor al título de “normales”

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1.3.- Inadaptación. Dentro de los anteriores términos mencionados, se hace obligatorio hablar de la inadaptación si se quiere hacer referencia a la problemática de los niños y jóvenes excluidos y de las alternativas institucionales. Es usual utilizar este término para designar un comportamiento no aceptado por las normas y costumbres impuestas por la sociedad y por el Estado. Tal como se mencionó en los párrafos anteriores y a partir de los cuales se continúa elaborando la redacción. La inadaptación podría verse en forma muy genérica, como lo opuesto a la adaptación. Y la adaptación como la acomodación del individuo dentro de su contexto o la identificación del individuo con las normas o pautas señaladas por la sociedad donde se encuentra inserto. Teniendo en cuenta lo anterior podríamos decir que un individuo es inadaptado cuando no logra acomodar su conducta dentro de su contexto o no logra identificarse con las normas de su colectividad. Quintana (1994: 417) lo ve como un apartarse de las normas: “La inadaptación supone un apartarse de las normas del grupo. Este, naturalmente, no tolera tal hecho, creando dificultades al inadaptado, el cual pasa a ser sujeto de problemas de ajuste personal, de convivencia y de educación”. Lo anterior supone una separación voluntaria o un deseo personal de no pertenecer a ese grupo. Este concepto de inadaptación de igual forma nos parece muy general, y puede llegar a interpretarse como si la inadaptación fuera solo un problema de la persona que manifiesta la conducta desadaptada. La inadaptación social está muy relacionada con la marginación, y de igual forma aquí podríamos preguntar ¿inadaptado a qué? ¿Con relación a que o a quienes? Un individuo puede no aceptar una norma pero si aceptar otra, y si se hace alusión a una determinada sociedad, se haría evidente que para su funcionamiento se establecen muchas normas. Entonces para referirse a un inadaptado, si es esa la designación que se le debe dar a un individuo que no se acoge a una o varias normas sociales, debe hacerse inmediatamente referencia hacia que es inadaptado. De lo contrario se convertiría sólo en una etiqueta más, aprovechada para discriminar a quienes no se acogen a determinadas normas de la sociedad. Maritza Montero (Cit. por Salazar, Muñoz, Montero, et al, 1980: 331). Hace referencia a las normas, y el control que estas ejercen en la sociedad, así como la reacción del individuo frente a ellas, en los siguientes términos:

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“Entonces la sociedad ejerce sobre sus miembros un control que opera mediante esas normas y que está destinado a impedir cierto tipo de desviaciones y a canalizar otros, dentro de límites y cauces indicados también por esa normatividad, pues así como crea las normas para lograrlo, en las cuales se establece cuál es la conducta a seguir, el modelo a imitar, también señala cuáles son las acciones inadecuadas, la conducta sancionada, el modelo negativo. De esta manera, el control social es una moneda de dos caras: en el anverso, la adaptación, socialmente aceptada y esperada; en su reverso, la desviación, socialmente condenada; pero ambas producto del mismo sistema”.

Esta desviación por parte del individuo que nos muestra la autora es a lo que se denomina desviación social, el apartarse de las normas establecidas y del control ejercido por la sociedad. Para lograr una amplia interpretación del término es imprescindible remontarnos a las teorías funcionalistas, que hicieron un análisis a la conducta desviada. Fue Emile Durkheim (1965: 228), sociólogo francés, el primero que hace referencia a ella denominando anomia a una de sus manifestaciones, en su obra El Suicidio, haciendo referencia a las clases de suicidios. Menciona al suicidio anómico, como el trastorno de hábitos ocasionados por la pérdida de objetivos consecuencia de la inadaptación del individuo a los cambios sociales. En el desarrollo de su obra sostiene que las sociedades organizadas, con sistemas estables tenían tasas reducidas de suicidios mientras aquellas, que no ofrecían respuestas a las necesidades de los individuos y donde no se establecía con claridad la integración de sus miembros, creaban caos y la consiguiente pérdida de normas y valores los llevaba al suicidio. De esta forma Durkheim relaciona la inadaptación con el comportamiento de los miembros de una sociedad, cuando ésta no establece con claridad las normas a seguir por sus miembros y a su vez los miembros de la organización no tienen clara comprensión de sus normas y valores. Esta teoría fue revisada por Robert K. Merton (1965:140- 141) quien sostuvo que la estructura social presiona a los miembros de la sociedad a que tengan una conducta inconforme y no una conducta conformista. Merton consideró que la inadaptación se da por la discrepancia entre las metas establecidas y los medios legítimos que la estructura proporciona para alcanzarlas, sostiene que para lograr la adaptación de sus miembros la sociedad genera tipos de adaptación individual, entre los que señala:

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“Conformismo. Los individuos aceptan tanto las metas, como los medios, sería el estado ideal y no causaría inadaptación. Innovación. Los individuos aceptan las metas, pero rechazan los medios para conseguirlas. Ritualismo. Abandona las metas, pero mantiene una total aceptación de los medios. Retraimiento. Hay rechazo total por parte de los individuos de las metas y de los medios, vagabundos, drogadictos, alcohólicos. Rebelión. Rechazo de medios y metas fijados por la sociedad, con la intención de sustituirlos”.

Con estas variables Merton (1965) clasifica las reacciones de la conducta de

los individuos ante las metas y medios ofrecidos por la estructura social. Existen otras teorías que hacen aportes a la comprensión de la inadaptación

social, a continuación se hace una referencia breve de cada una de ellas. La teoría de la asociación diferencial estructurada por Edwin Sutherland13, citado por Pérez, 1983: 136), sostiene que la conducta desadaptada es aprendida en interacción con otros sujetos dentro del proceso de comunicación y socialización. Según el autor entre mayor interacción tenga el individuo con grupos que transgreden la ley, mayor será la probabilidad de reproducir estos comportamientos. En el caso de los niños-as cuyas familias se caracterizan por desacatar las leyes y las normas de la convivencia serán más propensos-as a tener conductas delictivas que los niños-as que no tienen estos patrones en sus grupos primarios. Cloward (1960) - (citado por Maritza Montero, en Salazar, Montero, Muñoz, et al. 1980: 339) - a partir de la teoría anterior formula la llamada de la oportunidad diferencial, donde basa la conducta en función de los medios legítimos o ilegítimos que implicarían el aprendizaje y la oportunidad: "Las estructuras de aprendizaje están constituidas por los ambientes donde se fomenta la educación y se administran los valores y actitudes propicios y necesarios para

13 Edwin Sutherland (1883- 1950) Sociólogo norteamericano, dedicó su obra al

estudio del delito, su obra El Delito de Cuello Blanco ha influido mucho en la criminología del siglo XX.

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asumir ciertos roles. Las estructuras de oportunidades suministran las ocasiones para que la conducta de esos roles sea ejercida". La teoría de la subcultura, cuyo exponente es Cohen, sustenta que: "la criminalidad es la solución colectiva que dan los adolescentes de la clase social baja a una situación difícil en que las oportunidades de mejora, tanto económica como social a través de medios legítimos, se hallan cerradas” Pérez (1980: 109-110). Cuando dada las circunstancias de falta de medios para asumir las normas y lograr las metas que establecen la cultura dominante, las familias que viven en los sectores excluidos elaboraran sus propias normas y medios para lograr conseguir sus fines, los cuales pueden chocar con las del grupo normativo, así mientras el robo es no solo rechazado, sino también penalizado, dentro de la subcultura de la pobreza puede ser una forma de solucionar un problema de hambre o de salud. La teoría del etiquetamiento (Labelling approach) sustentada por Tannenbaum, Lemert, Becker y Chapman entre otros, nos habla de la influencia de la reacción social en el comportamiento de los individuos con conductas desviadas, a través del señalamiento y la imposición de etiquetas a quienes hayan lesionado una norma, haciéndola pública de tal forma que el individuo es reconocido por la sociedad por el acto cometido, lo que ocasiona no solo su rechazo sino también la auto percepción o identificación con el rol impuesto, que seguirá desarrollando y perfeccionando quedando convertido en un profesional de la delincuencia, creado por una sociedad sancionadora. Chapman (Pérez, 1983:164-165), sostiene que: “el criminal es un chivo expiatorio de una sociedad que tiene necesidad de responder de cualquier manera ante las situaciones conflictuales que resultan de las diferencias sociales, económicas y políticas”. En este sentido a niños y jóvenes se les atribuyen conductas, tipificadas como infracciones o contravenciones a sus actos realizados como parte del desarrollo de su espíritu aventurero propio de su edad, sobre todo cuando no ha tenido patrones que orienten sus ímpetus, a partir de estos señalamientos el joven será intervenido por las instituciones ya sean de protección o de intervención que lograran formar en él un auto concepto como delincuente y del cual podría derivarse un comportamiento que será tildado como inadaptado. A través de estas teorías hemos visto como el comportamiento desviado ha sido identificado, como la conducta antisocial realizada por individuos que de una u otra forma han violado una norma, o su comportamiento es discrepante con el comportamiento que la sociedad espera de él (anormalidad).

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Con relación a la tolerancia o no de los hechos o conductas desviadas Valverde M. (1993: 26) sostiene que el hecho puede ser, tolerado o rechazado dependiendo de las características, tanto del autor del comportamiento como del grupo social a que pertenece. Es decir que la calidad de inadaptado no es solo producto del distanciamiento entre el comportamiento de quien lo ejecuta y las normas establecidas sino también de la clase social a que se pertenezca. Es inadaptado un joven que en su calidad de marginado o excluido del sistema de producción deba robar alimentos para llevar a su casa, más no el dirigente político que abusando de su calidad de hombre honorario se apodere grandes sumas del erario de un país. Se ha llegado a estratificar tanto el concepto de inadaptación que dos personas pertenecientes uno a una clase social alta y otro a una clase social muy baja pueden tener un mismo comportamiento, pero solo será desadaptado aquel que pertenezca a la clase social desfavorecida (excluido). No son diferentes las riñas que se dan dentro de una sesión del congreso a las que se dan dentro de un aula de clase de una escuela pública de barrios marginados. Claro está, quienes crean las normas y las leyes no pueden ser inadaptados y su comportamiento siempre tendrá una excusa para aparecer como comportamientos aceptados, aunque en su calidad de hombres públicos deberían tener un comportamiento intachable como ejemplo de las nuevas generaciones.

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CAPÍTULO II: UNA VISIÓN DEL MENOR DESDE DIFERENTES

DISCIPLINAS CIENTÍFICAS.

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CAPITULO II: UNA VISION DEL MENOR, DESDE

DIFERENTES DISCIPLINAS CIENTÍFICAS. Introducción. 2. l.- Legal-institucional. 2.2.- Biológica.

2.3.- Psicológica. 2.4.- Del desarrollo moral. 2.5.- Sociológica. 2.6.- La minoría de edad penal en Colombia: perspectiva histórica y estado actual. Referencias Bibliográficas.

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Introducción Para hablar de la infancia y la juventud, es importante dejar claro desde los inicio de la investigación, cual ha sido el uso que se le ha venido dando a esta categoría desde las distintas disciplinas. Niñez, Infancia, adolescencia y menor de edad, son los diferentes vocablos que se han venido utilizando, para designar los primeros años de la vida del ser humano. Desde la cotidianidad se han mirado indistintamente, pero cuando se hace una revisión detenida del concepto a partir de las diversas disciplinas, vemos que estos términos no son semejantes, y su uso depende de la intencionalidad con que se mire al sujeto al que se hace alusión.

El tratamiento que se le dé a la infancia va a depender del interés de una disciplina científica o desde el ámbito que se mire, este trato viene presentándose a pesar de hablarse en los últimos años de la integralidad de ser, lo que nos permitiría reconocer su parte biológica, psicológica, ética y socio-afectivo, en forma interaccional, y no separadas la una de la otra.

Al referirnos a la infancia como sujeto humano, encontramos, definiciones que la mencionan como la primera etapa de la vida comprendida entre el nacimiento y los doce años, la Enciclopedia Microsoft –Encarta (2007), la define como: “Periodo comprendido entre el momento del nacimiento y los 12 años, aproximadamente. Esta primera etapa de la vida es fundamental en su posterior desarrollo, pues de ella va a depender la evolución de sus capacidades físicas, motrices, lingüísticas y socio afectivas”. Esta sencilla definición aporta elementos que son tenidos en cuenta en los diferentes enfoques sobre la infancia desde algunas ciencias existentes.

Diferentes disciplinas han estudiado, los primeros estadios de la vida humana, a partir de sus enfoques, es así como la psicología evolutiva hace un estudio desde los procesos de transformación psíquica que tiene el ser humano en el transcurso de su desarrollo. Otras disciplinas lo hacen también en el afán de poder comprender desde sus diferentes puntos de vista, ya sea biológico, psicológico, jurídico o sociológico, el proceso de desarrollo del ser humano en sus primeras etapas. Una mirada desde las mencionadas disciplinas puede ayudar a darnos claridad sobre esta etapa del desarrollo evolutivo del ser humano, comprendida en los primeros años de vida y designada con términos como “infancia”, “niñez”, “impúber” o “menor de edad”.

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2.1.- Desde la perspectiva del planteamiento legal. A la infancia desde el punto de vista legal se le puede ubicar en diferentes momentos. En lo que respecta a la historia de la infancia principalmente desde lo que tiene que ver con sus obligaciones y derechos y con la responsabilidad del Estado frente a esta etapa de la vida. Los autores que han tocado el tema de la historia de la infancia se han encontrado con la dificultad de hallar documentos que hagan referencia a ella de manera explícita, en su mayoría afirman que no se tenía una concepción precisa de esta etapa del desarrollo del hombre.

Alzate Piedrahita (2002; s.p.), citando a Ph. Aries sostiene:

“Ariés ha mostrado el carácter invisible de las concepciones de la infancia. La antigua sociedad tradicional occidental no podía representarse bien al niño y menos aún al adolescente; la duración de la infancia se reducía al período de su mayor fragilidad, cuando la cría del hombre no puede valerse por sí misma; en cuanto podía desenvolverse físicamente, se le mezclaba rápidamente con los adultos, con quienes compartía trabajos y juegos. El bebé se convertía en seguida en un hombre joven sin pasar por las etapas de la juventud, las cuales probablemente existían antes de la Edad Media y que se han vuelto esenciales hoy en día para prácticamente todas las sociedades, desarrolladas o no” (1973,1986, 1987).

De lo anterior podemos deducir que existiría una etapa de la infancia donde el infante era relativamente ignorado como un ser en proceso de evolución, que requería madurar antes de ser considerado adulto, y para corroborar esto algunos historiadores se remiten a la pintura del Medioevo, que muestra tanto en las vestimentas como en algunos rasgos físicos plasmados en los cuadros de la época, la concepción que del niño o niña se tenía. Legalmente para otros autores la infancia como etapa de la vida inicia su existencia, cuando se inicia el control social descrito por García M. (1999: 38):

“En este proceso de descubrimiento –invención de la niñez, la vergüenza y el orden constituyen dos sentimientos de carácter contrapuesto que ayudan a modelar un sujeto a quien la escuela dará forma definitiva. La escuela organizada bajo tres principios fundamentales: vigilancia permanente, obligación de denunciar la imposición de penas corporales, cumplirá conjuntamente con la familia, la doble tarea de prolongar el

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período de la niñez, arrancándola del mundo de los adultos. Es el nacimiento de una nueva categoría”.

Continúa posteriormente el autor en la misma obra describiendo como legalmente va apareciendo un sujeto al que hay que necesariamente proteger, pero esta protección, como él señala, no se da como una manifestación de la voluntad de proteger sus derechos, sino de controlar las manifestaciones de un problema social que aparecía como producto de la economía política de la época:

“La historia del control social formal de la niñez como estrategia específica constituye un ejemplo paradigmático de construcción de una categoría de sujetos débiles para quienes la protección, mucho más que constituir un derecho, resulta una imposición” (1999: 40).

Siguiendo esta línea podemos citar a Platt (1982: 151) cuando en su obra Los salvadores del niño o los inventores de la delincuencia hace referencia a la consideración que se tenía de la infancia como sujetos no sólo débiles sino también dependientes, considerando la dependencia como el estado de normalidad: “todo niño es dependiente”, sostenía la junta de Public Charities: “La dependencia es el estado natural del niño.” Era misión de los salvadores del niño castigar la independencia prematura infantil y restringir la autonomía juvenil”. En América Latina, no son muchos los datos que se aportan para construir lo que podríamos llamar en este momento historia jurídica de la infancia, sin embargo algunos investigadores se han aproximado y han aportado algunos datos valiosos que dan referencia al nacimiento. El Jurista Tejeiro (2005: 16) haciendo referencia al caso Colombiano lo expresa de la siguiente forma:

“Es necesario comprender, la forma tardía como se organizan las legislaciones Latinoamericanas, alrededor de los conceptos centrales del derecho romano-germánico. Téngase en cuenta que para la constitución del primer tribunal de menores, la República de Colombia apenas formulaba una verdadera constitución centralista que fue la llamada a perdurar desde 1886 hasta el año de 1991 en la que sufre transformaciones capitales. Pero en lo sustancial, al menos Colombia, para el período de fin de siglo, apenas vislumbra un nuevo panorama de orden constitucional y legal, cuyo desarrollo ha de involucrar casi toda la totalidad del siglo XX”.

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Lo anterior se presenta como consecuencia del atraso en que se encontraba el país debido a la colonización a la que estuvo sometido por muchos años. Sólo a mediados del siglo XIX, se inicia la formulación de algunas leyes, que basadas en los conceptos anteriores, se presentaron como leyes de protección a la infancia, debido a la llamada incapacidad de la que se hacía acreedor el niño de acuerdo a su edad. Como para esta época no se había establecido una legislación especial para la infancia, las primeras leyes que aparecieron se encontraban en el Código Civil de la nación (Ley 21 de 1850) y el Código Penal expedido en el año de 1850. Las pocas leyes que van apareciendo en los años anteriormente aludidos van creando una nueva figura de la infancia, la de la Situación irregular, en palabras de Tejeiro (2005: 17):

“Y en tratándose del concepto de persona, éste se perfila desde la teoría general de la capacidad y la incapacidad correlativa de las personas (menor, menor adulto, menor incapaz, incapaz relativo etc.) que es la conceptualización vigente en el Código Civil Colombiano. Por contra, los capaces. Y es éste a nuestro entender el origen de la SITUACIÓN IRREGULAR: concebir el niño como menor (no capaz) desde el marco conceptual del Derecho Positivo y alrededor de éste concepto construir toda una urdimbre tendiente a “protegerlo” allí donde se encuentren presentes las condiciones sociales y económicas que hagan imperativo que sobre éste se apliquen medidas de orden legal para lograr su reinserción (protección) o su castigo (penalización)”.

Esta figura será acogida en algunos países de América latina, entre ellos Colombia, quien posteriormente en el Decreto 2737 de 27 de noviembre de 1989, denominado Código del Menor, establece en su artículo 30 del Título I, cuales son las situaciones en las que se encuentra un niño para que pueda ser declarado en situación irregular (Código del Menor 1995; 114):

“1. Se encuentre en situación de abandono o peligro. 2. Carezca de la atención suficiente para la satisfacción de sus

necesidades básicas. 3. Su patrimonio se encuentre amenazado por quienes lo

administren. 4. Haya sido autor o partícipe de una infracción a la ley penal. 5. Carezca de representante legal. 6. Presente deficiencia física, sensorial o mental. 7. Ser adicto a sustancias que produzcan dependencia o se encuentre expuesto a caer en la adicción. 8. Ser trabajador en condiciones no autorizadas por la ley.

9. Se encuentre en situación especial que atente contra sus derechos o su integridad”.

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En la Exposición de Motivos de este Decreto se refleja la intencionalidad de la legislación, es una legislación para una categoría especial de niños y es precisamente la de los “menores”:

“Como el 43% de la población colombiana está compuesta por menores de 18 años, es menester preparar una legislación moderna, especializada y actualizada para hacer frente a un progresivo número de jóvenes y niños que se encuentran o pueden encontrarse en situación irregular”.

Fue tan clara la idea que los “menores” no eran sólo los niños con edades por debajo de los 18 años, sino niños con unas características especiales, (en este caso la marginación social) que dejo de anteponerse el sustantivo niño o niña para hacer referencia a ellos:

Frente a los menores el Estado tiene una responsabilidad especial, que no puede reducirse al ámbito estricto de la legislación protectora porque ya no se trata tan sólo de corregir unas situaciones de marginación o de carencia preexistentes, sino de otorgar a todo menor de edad la posibilidad real de encauzar su vida del modo más favorable posible, previniendo además, antes que se manifiesten, aquellas circunstancias que pueden condicionar gravemente su futuro.

De concepciones como las anteriores nacen una serie de categorías donde se catalogan a los niños y niñas de acuerdo a su situación en que estos se encuentren, “niños o niñas infractores o delincuentes, abandonados, en la calle, trabajadores, maltratados, victimas de explotación sexual.” De igual forma la respuesta que le corresponde a cada una de estas situaciones será una respuesta dirigida a la protección de esta “frágil” población. Las medidas de protección tomadas en cada uno de los casos anteriores pueden variar, sin embargo todas llevan un mismo sentido, proporcionar las denominadas “defensa y amparo” necesario para cada uno de ellos. Estas medidas van desde la prevención o amonestación de los padres; atribución de la custodia a otros parientes, protección familiar en hogares sustitutos; hasta la atención integral en un Centro de Protección Especial. La etapa de la llamada situación irregular, comienza a declinar con la aceptación que tiene los postulados de la Convención Internacional de los Derechos del Niño, con la cual se empieza a vislumbrar un nuevo concepto de infancia, con el que se pretende reconocer su condición de ciudadano con derechos.

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Colombia incluye en su legislación fundamental en el artículo 44 los fundamentos básicos de los derechos de los niños. Estos fundamentos influyen en toda la legislación del país, en el sentido de que cualquier derecho que exista tiene que ceder a favor del derecho de los niños. El artículo 44 de la Constitución Política de Colombia establece:

“Son derechos fundamentales de los niños: la vida, la integridad física, la salud y la seguridad social, la alimentación equilibrada, su nombre y su nacionalidad, tener una familia y no ser separados de ella, el cuidado y el amor, la educación, y la cultura, la recreación y la libre expresión de su opinión. Serán protegidos contra todas formas de abandono, violencia física o moral, secuestro, venta, abuso sexual, explotación laboral o económica y trabajos riesgosos. Gozarán también de todos los derechos consagrados en la Constitución, en las leyes y en los tratados internacionales ratificados por la constitución Colombiana. La familia la sociedad y el Estado tienen la obligación de asistir y proteger al niño para garantizar su desarrollo armónico e integral y el ejercicio pleno de sus derechos. Cualquier persona puede exigir de la autoridad competente su cumplimiento y la sanción de los infractores. Los derechos de los niños prevalecerán sobre los derechos de los demás”.

Como resultado de lo anterior se inicia la revisión del llamado Código del Menor y se propone la creación de una nueva ley que permita incluir los postulados de la Convención Internacional de los derechos del niño. Lo que permite la promulgación de la Ley 1098 de 2006, que contiene la normatividad correspondiente al Código de la Infancia y de la adolescencia, que comienza a regir a partir del 1º de enero de 2007. El artículo 29 de la ley 1098 de Noviembre 8 de 2006, (Código de la Infancia y de la Adolescencia) hace referencia al derecho que tienen los niños y las niñas al desarrollo integral en la primera infancia, definiéndola de la siguiente forma: “La primera infancia es la etapa del ciclo vital en la que se establecen las bases para el desarrollo cognitivo, emocional y social del ser humano. Comprende la franja poblacional que va desde los cero (0) a los seis (6) años de edad (…)” De lo que podemos deducir que para esta ley existe una segunda infancia, que estaría comprendida entre los seis (6) y doce años (12), que no aparece mencionada en el artículo. El artículo tercero, de la misma ley, define a los sujetos titulares de derechos y por lo tanto define al niño o niña de la siguiente forma: “(…) se entiende por niño

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o niña las personas entre cero (0) y los doce (12) años, y por adolescentes las personas entre los doce (12) y dieciocho (18) años de edad”. Entonces para nuestra legislación la infancia y la niñez comprenden la misma etapa de cero (0) a doce (12) años y coloca a los adolescentes a partir de los doce hasta los dieciocho años. Sin embargo, como aparece en el párrafo anterior será tenida en cuenta como término de la niñez la edad de dieciocho (18) años. 2.2.-Desde la perspectiva del planteamiento biológico. La biología como ciencia que estudia los seres vivos y los procesos vitales, en el desarrollo continuo secuencial, utiliza los términos de infancia, niñez, pubertad, como etapas primarias de la vida de un ser humano.

Desde el punto de vista biológico, una persona que no ha alcanzado su

madurez orgánica y no ha llegado a la plenitud de su desarrollo se considera inmaduro, por lo que es necesario que en esta etapa tenga un tratamiento especial que le permita una correcta evolución hasta llegar al uso de la razón. (Fairchild 1974: 153).

La biología hace un acercamiento al desarrollo del ser desde sus primeros

días hasta la adolescencia, enmarcándolas en tres períodos. Una primera etapa que sería la infancia y niñez temprana, donde desarrolla sus funciones vitales y sus impulsos biológicos, va desde el nacimiento hasta los seis años. Un segundo período que va de los seis a los once años donde se da un crecimiento acelerado, se inicia la vida escolar, y el desarrollo de la sociabilidad. Y un tercer período que sería la pubertad y adolescencia. La pubertad, que es el periodo de la vida que culmina con el desarrollo sexual, seguida de la adolescencia que se extiende hasta entrada la edad adulta. (Enciclopedia de las Ciencias, 1985: 70).

El recién nacido, denominado neonato, con movimientos en su mayoría

reflejos, o respuestas involuntarias, constituye la primera etapa de la denominada primera infancia (0 a 7 años). En esta edad los humanos se desarrollan con rapidez y poco a poco adquieren control de sus movimientos. Según Piaget citado por Feldman (1997: 420-421). En esta primera etapa de cero a siete años, el niño atraviesa por dos etapas de desarrollo cognitivo, que viene a ser la percepción que el niño tiene del mundo, que él suele denominar: Etapa sensoriomotora y etapa preoperacional.

Durante la primera fase el niño (nacimiento hasta los dos años) aún no

posee capacidad para representar el entorno, solo vive lo que tiene frente a él. En la

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segunda fase que va desde los dos a los siete años, se presenta el desarrollo del lenguaje, se desarrollan los sistemas internos de representación que les permite la descripción de las personas, algunas situaciones y sentimientos.

La segunda infancia que va desde los 7 a 12 años, el autor suele

denominarla “Etapa de las operaciones concretas”, donde se desarrolla el pensamiento lógico y el dominio del principio de conservación. Estos son considerados grandes avances, sin embargo están ligados en gran medida a su realidad física, concreta del mundo, no tiene alcance para comprender asuntos de naturaleza abstracta e hipotética.

“Etapa de las operaciones formales”, ésta etapa se desarrolla desde los

doce años hasta la adultez, es el inicio y la permanencia del uso de las técnicas lógicas para la resolución de problemas.

Feldman (1997: 428) hace referencia a la adolescencia como “la etapa de

desarrollo que ocurre entre la infancia y la edad adulta, por lo que es un período crítico. Es un período de cambios profundos y, de manera ocasional confusión. Ocurren cambios biológicos de importancia conforme los adolescentes alcanzan la madurez sexual y física. Al mismo tiempo, estos cambios fisiológicos compiten con importantes cambios sociales, emocionales y cognitivos que ocurren mientras los adolescentes buscan independencia y avanzan hacia la etapa adulta”.

Dentro de los tres períodos señalados anteriormente estaría

enmarcado el concepto de “menor” señalado por las normas jurídicas por coincidir con las edades designadas, para la minoría de edad. Pero como hemos notado no se denominan menores sino infantes, (primera y segunda infancia), púberes y adolescentes. Entonces donde cabría aquí el término “¿menor?”, lo que nos sugiere que este se reserva para cuando se presentan “las patologías del comportamiento”, debido a la influencia de acontecimientos genéticos, ambientales o sociales. Serían los llamados menores con comportamientos anormales.

2.3.- Desde la perspectiva del planteamiento psicológico.

La psicología como ciencia que estudia la vida psíquica de la niñez y juventud es bastante joven. Anterior al surgimiento de ella, no se observaba a los niños-as separados del adulto, para los científicos anteriores a la segunda mitad del siglo XIX, la interpretación de su conducta se regía por la de los adultos al considerar que el infante era un adulto en miniatura.

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Los primeros estudios estuvieron vinculados mayoritariamente a la

pedagogía y a la sociología, autores como Rousseau, Comenius, Pestalozzi, centraron su atención en la infancia y mostraron gran preocupación por la vida psicosocial.

Según Remplein (1965: 32): “En 1904 aparecieron las lecciones de K.

Groos, sobre la vida psíquica del niño que, junto con las investigaciones del mismo autor sobre el juego de los animales y en el hombre, constituyen hoy el arsenal de conocimientos sobre la psicología infantil”. Las investigaciones y nuevas teorías no se hicieron esperar es así, como nos señala el autor, al psicoanálisis, la psicología individual y otras corrientes psicológicas como disciplinas interesadas en las primeras etapas de vida de los humanos:

“El psicoanálisis de S. Freud, abre nuevos caminos. Esta teoría busca el origen de los conflictos en la sexualidad y en la contraposición de ésta con la moral…la psicología individual de Adler, teoría ésta que vio las dificultades del desarrollo armónico de la personalidad en la tensión entre la individualidad y la comunidad…Aunque Freud fijó su atención sobre todo en los adultos, el aspecto genético desempeñó en él un importante papel. Fundándose en sus experiencias terapéuticas, llegó a la convicción de que las neurosis de los adultos tiene su origen en vivencias perturbadoras de la primera niñez” (Ibídem 1965: 35).

Los avances en cuanto a la concepción de infancia desde la biología, la

psicología y la sociología permitieron ceder en cuanto a comprensión que se tenía de ella. Si bien como se mencionó en párrafos anteriores, en la antigüedad no se tuvo una concepción de infancia separada del adulto, era poco el conocimiento que de esta etapa se tenía, los avances de la ciencia permitieron tener una percepción más desarrollada. Fueron precisamente los pedagogos quienes más influyeron en que hoy en día tengamos una visión más acorde a lo que es el desarrollo humano, y ha sido lo que ha permitido que podamos precisamente traer esta cita a continuación:

“Como ser humano, el niño se desarrolla como totalidad, tanto su organismo biológicamente organizado, como sus potencialidades de aprendizaje y su desenvolvimiento funcionan en un sistema compuesto de múltiples dimensiones: socio-afectiva, corporal, cognitiva, comunicativa, ética, estética, y espiritual. El funcionamiento particular de cada una, determina el desarrollo y actividad posible del niño en sus distintas etapas” (Ministerio de Educación Nacional, 1998: 33).

El gran aporte de los pedagogos a la comprensión de la infancia, se manifiesta en su preocupación por la enseñanza y el aprendizaje desde la temprana

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edad: “El conocer los elementos personales que intervienen en la educación-, así como la relación que se establece entre ambos para el proceso perfectivo de la educación es el principal objeto de la psicología de la educación” Esta cita de Bernabeu R. (1997: 25-26) nos da cuenta, de que una mayor comprensión de las relaciones que se requiere en el proceso educativo es indispensable la aplicación de la psicología y más que todo de la naciente psicología de la educación. En este sentido consideramos el gran aporte de la pedagogía en la comprensión de la infancia aunque su relación vaya principalmente dirigida al tema del aprendizaje Pedagogos como Amos Comenius, Vives, Pestalozzi, Herbart, entre otros centraron su atención en la niñez. Comenius14 en Pampedia se refiere al niño como: “(…) un hombre que acaba de nacer, que ha entrado hace poco tiempo en el mundo, ignorante en todas las cosas y que debe, por ello, ser instruido sobre toda las cosas”… Los niños de esta edad son nocivos para el mundo (…) son hombres de tierna edad, destinados a suceder a aquellos de los que ahora está constituido el mundo” (Vasco M. 1997: 54). Este importante pedagogo que contribuyó con aspectos significativos dentro del proceso de aprendizaje de los niños, consideró que los niños tenían sus ritmos para aprender y que había que respetar esos ritmos para que se desarrollara libremente, a esto se debió su expresión dirigida a quienes tenían a su cargo el cuidado de los niños y niñas:

“Cuando los niños comienzan a sostenerse y hacer pinitos sobre sus propios pies, las nodrizas deben permitirles los movimientos y el uso variado de sus miembros. Nunca se les debe permitir no hacer nada, porque eso es entorpecerles. Mas laudable es que brinquen, corran, a fin de que se acostumbren a estar siempre en movimiento”. (Ibídem, 1997: 57).

Desde el análisis del comportamiento de los y las infantes frente al aprendizaje, la psicología se nutrió y se formalizó como la ciencia que estudia los estados mentales del ser humano. Una vez fortalecida no ha escatimado esfuerzos para continuar en la búsqueda de comprensión del comportamiento de niños, niñas y adultos.

La psicología utiliza los vocablos de infancia, preadolescencia o

adolescencia, términos que se emplean dependiendo de la etapa de desarrollo en que se encuentre el individuo. En relación con la edad jurídica señalada, estará en el período comprendido entre la niñez y la adolescencia, el cual está marcado por

14 Juan Amos Comenius (1592-1690) teólogo, filósofo y pedagogo. Trabajó como

maestro y escribió sobre temas teleológicos y educativos. (Vasco, M. 1997: 29)

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cambios biológicos y psicológicos que mantienen el comportamiento con permanentes variaciones.

Aún cuando se han establecido algunos parámetros de comportamiento

para los niños, niñas, preadolescente y adolescentes, éstos no se presentan de igual forma en todos ellos y ellas, esto debido a que las conductas reciben influencias del ambiente geográfico, social y cultural. Sin embargo, en la adolescencia uno de los aspectos más resaltado por los psicólogos, es la tendencia al idealismo y a la inconformidad ante un mundo complejo en el que deben vivir. García (1989: 9) considera esta etapa como una etapa bastante angustiosa para el individuo, ya que las modificaciones corporales que en él se producen, unidas a las modificaciones de la personalidad psíquica, le obligan a un gran esfuerzo de integración de estos cambios en su yo y al progresivo dominio de la angustia que conlleva este proceso.

En Abello (2001: 3) encontramos una afirmación con un contenido que nos

permite comprender las variaciones del comportamiento dependiendo de su contexto en los primeros años de vida:

“El estudio de la toma de perspectiva en los niños [y niñas] implica no perder de vista el entorno en que ellos viven, en que interactúan, en el cual comparten con las personas más significativas de su entorno las necesidades, las estrategias e interpretación de su mundo. Todo se conjuga en la concepción que el menor tiene de su realidad, de su cotidianidad”.

El citado autor nos trata de señalar de una manera muy clara la

individualidad de los niños y niñas con relación a su biografía o las experiencias vividas, que conforman la interpretación del mundo que les corresponde vivir y las respuestas que dan ante determinado acontecimiento. Estas respuestas pueden variar en niños y niñas de una misma edad. Siguiendo la línea del autor citamos otro aparte de su investigación que corrobora lo anteriormente señalado:

“(…) la representación del mundo social del niño no se obtiene

ya hecha, sino que cada niño tiene que elaborarla, en un trabajo muchas veces solitario, aunque de igual manera necesitado de los demás “(Ibídem, 2001:23).

Entonces, la forma de percibir su mundo y la respuesta que los niños y

niñas den ante situaciones iguales, aún con edades similares no van a depender sólo

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de condición biológica, sino de la influencia que haya tenido su entorno social y cultural. Lo anterior lo señala el autor en la investigación de la siguiente forma:

“Por lo tanto, es la cultura y no la biología, la que moldea la

vida y las mentes humana. Esto es claramente visible en niños [niñas] de la Costa Caribe colombiana que nacen en condiciones de pobreza, en la que en gran medida su desarrollo biológico depende de sus condiciones sociales de vida” (Abello, 2001: 26).

Hasta aquí se podría considerar como normal el comportamiento del

adolescente de acuerdo a los cambios que está viviendo, los cuales empiezan a manifestarse como falta de armonía, hecho básico de la adolescencia según Anna Freud (2000: 236). A pesar de esta y otras afirmaciones con relación a los cambios que se dan en la pubertad y en la adolescencia, encontramos según la psicología comportamientos no generalizados que son identificados por algunos profesionales como problemas de conducta o como “emocionalmente trastornado” Reinert (1972: 16). Esta expresión ha sido utilizada de diferentes maneras según el caso que se desea señalar, entre las más usadas y reconocidas tanto en el ámbito de la psicología como de otras ciencias se encuentran la de desadaptado, emocionalmente discapacitado, predelincuente o delincuente. Shea (1986: 16). Expresiones que identificadas con la marginación, han sido antecedidas por el vocablo “menor” confirmando, que su uso se convirtió en una estigma para los considerados niños, niñas y adolescentes con conductas “anormales”

2.4.- Planteamiento sociológico. La sociología a través de sus exponentes ha identificado diferentes

tendencias para señalar los primeros estadios de vida. Émile Durkheim (1990: 17-18) en su ensayo sobre la infancia en el campo educacional relacionándola con la educación diferenció dos etapas que comprendían la primera infancia, que no abarca más que los primeros tres o cuatro años, y la segunda infancia, o la infancia propiamente dicha, tiempo en que se debe iniciar la instrucción, cuatro años en adelante.

Según este sociólogo la infancia era el período preciso para la enseñanza,

etapa que identificó como el “período de crecimiento” que lo entendía como etapa donde el niño se hace, se desarrolla, se forma tanto en lo físico como lo moral (Ibídem, 1990: 18). Esta posición hacía que Durkheim caracterizara la infancia, desde el punto de vista del intelecto como un ser no formado sino en vía de formación, por lo cual el maestro debía formarlo. Y desde el punto de vista físico, lo

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presenta como el más endeble de los seres (Ibídem, 1990: 19). Esta idea perduró por muchos años, se mostró la infancia como la etapa en la que el niño necesitaba siempre de una persona que lo orientara, lo cuidara y protegiera porque él no solo, no podía valerse por sí mismo, sino que cualquier conocimiento válido debía ser trasmitido por los educadores, quienes tenían capacidad plena para educarlos.

Además de Durkheim otros importantes sociólogos entre ellos Rousseau,

en su obra El Emilio, muestra una criatura que llega al mundo como un ser bueno, sensible, salido de las manos de Dios, pero cuando hace su entrada al mundo se encuentra con la perversidad de los hombres que lo logra penetrar en su naturaleza, y lo transforma cuando este la hace suya. Por lo cual recomienda mantenerlo separado de la sociedad hasta cuando esté preparado para enfrentarla. En esta obra el autor divide por etapas la evolución del desarrollo del niño, la etapa de la niñez la enmarca desde los dos a los doce años, la primera adolescencia de los doce a los quince años, donde en contacto con la naturaleza, la experiencia adquirida y desde sus propias observaciones llega a convertirse en un ser pensante, capaz de asimilar los conocimientos de la época.

A partir de los quince años, podrá tener conocimientos específicos como

historia, literatura, idiomas. A los veinte se requerirá complementar esta educación con elementos morales que le permitan enfrentarse a la sociedad.

La obra de Rousseau (1999: 110) va encaminada a señalar los métodos de enseñanza necesarios para formar un niño instruido en los deberes que le corresponderían como hombre. Se manifiesta como un texto que trata de definir a través de las etapas señaladas, la necesidad que el niño pueda desarrollarse en libertad lejos de la influencia de los hombres, hasta llegar a afirmar que se es feliz cuando se es un ser solitario (Ibídem, 1999: 111). En Rousseau nunca se menciona una palabra diferente a la de niño o niña y alarga el estado hasta la edad adulta en que se está en capacidad de contraer matrimonio y formar una familia. Como se puede observar la infancia fue tratada por la sociología como un tema de interés de los adultos y desde la perspectiva de los adultos, quienes trataron de explicar la infancia como un tema general y generacional, que se presentaba en cada estadio de la vida de igual forma, obviando los patrones culturales, económicos, sociales y políticos. Hoy la sociología tiene una visión más amplia de la infancia, en el que se tiene en cuenta aspectos anteriormente desconocidos o desvinculados de esta etapa generacional, se les reconoce como sujetos sociales, con derechos reivindicatorios. A partir de la Convención sobre los Derechos de los Niños aprobados por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989, donde se recopila en un código las normas y derechos, se le reconoce a la

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infancia la posibilidad de ser reconocido sin discriminación, a ser atendido en sus necesidades de salud, educación y recreación, a la nacionalidad, a la libertad, a la asociación, entre otros. Es a partir de estas disposiciones y cambios donde la sociología toma otro rumbo y empieza a concebir la infancia con una posición diferente y con una propuesta de conocimiento de sus necesidades, y el reconocimiento de la autonomía y capacidad de autodeterminación de este grupo poblacional, autores como Corona Caraveo y Pérez Zavala (2000: 159) plantean cuál debe ser la ruta de interés en el tema de la infancia para las Ciencias Sociales:

“(…)resulta indispensable para las ciencias sociales abordar el estudio de la subjetividad social de niños, niñas y adolescentes, concebirlos como actores sociales y abocarnos a comprender las formas particulares de apropiación de la realidad, las prácticas y procesos organizativos en los que se encuentran inmersos, así como la especificidad en su manera de construir sentidos y propuestas”.

Si se sigue haciendo un recorrido por textos de sociología que han tratado temas de la infancia y adolescencia se notará que no hay uso de la minoría de edad, siempre serán niño, niña y adolescente las expresiones mayormente utilizadas. Solo entra en uso el término jurídico de menor de edad y se hace constante su aplicación a los niños, niñas y adolescentes cuando a los que por “diferentes” hay que mencionar según el hecho, acto o naturaleza que los haga diferentes.

2.5.- Desde la perspectiva del planteamiento ético. Tocar el uso del vocablo menor desde la perspectiva del

planteamiento ético, es una forma de complementar a lo que hasta ahora se le ha hecho referencia. Para hacer la introducción al tema nada mejor que la obra de Cobo Suero (1993: 42) donde expone su hipótesis de los estadios de la personalidad moral.

El autor inicia su recorrido por el Estadio premoral que iría desde el año cero

a seis años, abarcando la primera infancia de cero a tres años y la segunda infancia de tres a seis años, donde no hay desarrollo de la capacidad de deliberación, de elección libre y de la conciencia moral, señala que en esta etapa la conducta del niños es imitativa, sin ninguna responsabilidad de sus actos. El Estadio Protomoral de los siete a los doce o trece años. En este período ya entran a configurar, la personalidad del individuo algunos componentes que contribuyen a la conformación

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de la personalidad moral. El Estadio de constitución de la personalidad moral que va desde los 12 a los 18 años en las mujeres y de los 14 a los 18 años en los hombres. El autor dentro de esta división que realiza en estadios, explica la evolución de la personalidad moral del individuo que servirá posteriormente para relacionarse con los demás miembros de la sociedad.

En el primer estadio plantea, el niño: “no han alcanzado aún el desarrollo

preciso para desempeñar su papel en la personalidad moral aquellos factores cuya presencia activa es necesaria para poder calificar una conducta como ética; la capacidad de deliberación y de elección libre y la conciencia moral” (Ibídem, 1993: 42-43). Esta etapa es básica para la formación de un estadio moral son las relaciones que el niño establece desde un inicio con su entorno, donde debe suplir sus necesidades de “cariño, confianza y aceptación” (Ibídem, 1993: 50).

La necesidad de autoridad que tiene el niño y que se configura como

componente de seguridad que garantiza el orden de las relaciones, en este estadio las relaciones afectivas positivas juegan un papel primordial en la formación de la personalidad, la autoridad puede ser tenida como experiencia agradable que da seguridad, o que orienta su conducta, o como algo desagradable contra lo que se puede reaccionar.

En el segundo estadio protomoral, asemejada con la segunda infancia el

autor identifica el desarrollo de la actividad intelectual, de la socialización y de la capacidad de interiorización o intimidad consigo mismo. La familia, los centros educativos y los grupos de pares jugaran un papel primordial en el desarrollo del proceso de la socialización (Ibídem, 1993: 52).

El Estadio de construcción de la personalidad moral. Etapa considerada por

el autor como de “efervescencia” debido al crecimiento biológico acelerado que se presenta, al desarrollo del sistema endocrino, la maduración sexual y el desarrollo de la dimensión cognitiva. Factores éstos considerados de gran importancia para la comprensión de la conducta de las-os adolescentes y de las-los jóvenes.

Estos estadios que configuran la personalidad moral tendrían algunas variaciones de individuo a individuo dependiendo de la raza, clima y del ambiente social y económico donde éste se desarrolle. No sería lo mismo hablar de niños, niñas y jóvenes en ambientes favorables con todas sus necesidades resueltas, cuya situación se constituiría en un beneficio para su desarrollo. Un ambiente donde todas características mencionadas anteriormente podrían presentarse y entonces se estaría frente a un desarrollo denominado “normal” desde el punto de vista moral.

Pero si por el contrario nos encontramos con los niños que pertenecen a

familias desestructuradas, donde las condiciones de vida favorecen la aparición de

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situaciones desventajosas, podremos encontrar una autoridad dada a través de mecanismos violentos, donde no existe autoridad educativa, sino un autoritarismo que anula la voluntad del niño, niña o del joven, las escuelas no responden a sus necesidades y por lo tanto se presenta la deserción, y los grupos de pares se encuentran con las mismas carencias tanto materiales como afectivas, es decir un ambiente que no favorece el desarrollo de las etapas que conforman la personalidad moral sustentadas por Cobo Suero, como es el caso de la población a la que se hace referencia en este trabajo, y su problemática será expuesta en los capítulos posteriores. Entonces ante este panorama ya no tenemos individuos con personalidades moralmente construidas, sino “menores” inmorales que perturban la moralidad de los demás. A partir de un análisis a las posturas anteriores, vemos el concepto de niño, niña en sus primeros años de vida como la de un ser desprovisto de voluntad y decisión sobre sus actos y que por lo tanto siempre deberá ser complementado con la voluntad de los adultos, que los rodean. Sin embargo contraria a esta posición algunos psicólogos entre ellos Amar A. (1994: 59-60) a quién retomaremos, plantean un enfoque contrario al anterior. El citado autor señala características cuantitativas y cualitativas en el desarrollo de la infancia al referirse a este lapso de la vida de la siguiente forma:

“(…) el desarrollo de los niños es, por un lado, un proceso de cambios sincrónicos, ordenados y de naturaleza cuantitativa debidos especialmente al determinismo de la maduración del sistema nervioso. Por otro lado, el desarrollo es también un proceso de cambios diacrónicos de naturaleza cualitativa que le va permitiendo al individuo tener características específicas y únicas en determinados momentos de su vida”.

A lo largo de estas líneas se ha tratado de encontrar una comprensión a lo que

hasta nuestros días hemos definido como infancia y adolescencia o juventud, si bien es cierto que los autores que se han retomado para tal efecto han hecho una buena exposición de sus teorías, siguen las dudas con relación a las primeras etapas de la vida del ser humano.

Como veremos posteriormente en el próximo capítulo, los términos infancia

y adolescencia han mantenido a través del tiempo diferentes concepciones, que corroboran las teorías de quienes sostienen que ésta varía de acuerdo al momento histórico vivido y que básicamente depende del contexto social, histórico, cultural y económico en que se desarrolle, lo que ha dificultado tener un concepto de infancia que generalice las características de todos los niños y niñas, si bien encontramos aspectos comunes propios de la edad, es muy difícil definir la infancia como si existiera una sola infancia. Muchos ejemplos se podrían citar para mostrar las

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diferencias encontradas partiendo de los aspectos biológicos, culturales, económicos, etc. Por ejemplo en un país como Colombia donde existen tantas diferencias de tipo cultural y desigualdades de tipo económico, los niños y niñas no se desarrollan en iguales condiciones, lo que permite que se den características completamente diferentes entre ellos y ellas.

Un niño o una niña que se ha visto en la necesidad de trabajar desde

temprana edad, sin las posibilidades de poder asistir a la escuela, desarrollará unas capacidades diferentes a la de un niño o una niña que tiene la posibilidad de ir a la escuela prematuramente a recibir estimulación temprana, que le permitirá desarrollar unas capacidades diferentes a las de los anteriormente señalados, incluso el desarrollo biológico se verá afectado por las posibilidades de nutrición que puedan tener los niños y niñas. Serían muchas las diferencias que podríamos establecer entre poblaciones de infantes ubicados en contextos diferentes, a quienes sin embargo, queremos medir por parámetros iguales solo teniendo en cuenta la edad cronológica.

Podría en esta investigación citarse una anécdota que se vivió mientras se

compartía con niños detenidos:

“Estando ubicados frente a la institución donde son situados los niños denominados infractores en la ciudad de Cartagena, sector Zaragocilla, llegó una camioneta de la policía con dos chicos esposados, ante la protesta de por qué si la ley prohíbe que los niños tengan tratamiento de adultos, estos eran trasladados en una camioneta de la policía y esposados, sin ninguna complicación el agente respondió: ¡estos que ustedes ven como niños son peores que cualquier adulto!”

La anécdota anterior se trae como referencia a lo que

anteriormente se sostenía con relación a las posibilidades de desarrollar algunas características ya sea fisiológicas, psicológicas, culturales. Martínez Reguera desde su experiencia de trabajo con niños y niñas de la calle hace relación al tema de la siguiente manera:

“(…) el hecho de que la mayoría de los niños explotados, sobre todo los que destacan por su conducta rebelde y son señalados como precoces delincuentes infantiles, presenten un notable retraso en su desarrollo corporal y aparentes signos de inmadurez psíquica. Todo el mundo se refiere a ello. Los medios de comunicación nos narran con frecuencia anécdotas de niños “que tenían que poner ladrillos sobre el asiento de los coches robados para alcanzar el volante” (Martínez R. 1996: 35).

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2.6.- La minoría de edad en Colombia. Estado actual. El uso inicial del término “menor” se realizó desde el ámbito jurídico y tuvo el propósito de designar a aquellas-os niñas-os que no llegaban a una determinada edad, es decir estaban bajo el rango señalado por la legislación, tanto para obtener un benéfico, como para poder ejercer un derecho, lo que generalizó el uso de la expresión “menores de edad”, según la señalada por la ley. Fue precisamente cuando empezaron a crearse legislaciones especiales para la protección y custodia de los niños llamados delincuentes, cuando se inició la utilización del término “menor”. Platt quien hace un recorrido por el tratamiento que se dio a los niños llamados incorregibles y las reformas progresivas que se han dado con relación a la intervención judicial, en Estados Unidos, señala en su texto, Los salvadores del Niño o los Inventores de la Delincuencia,15 cómo la legislación de 1817 empieza a denominar “menor” a los niños delincuentes, con la intención de señalar su inmadurez y sus incapacidades:

“Cuando Illions fue admitido en la Unión, en 1817, un niño menor de siete años no era considerado responsable de un acto criminal, pero podía ser azotado como un esclavo por negarse a obedecer a sus padres “(1982:120).

Señala también en su estudio el autor citado, la inclusión por primera vez de disposiciones que tuvieran que ver con los niños dentro del código penal de ese país, según la cual: “las personas menores de 18 años no serán castigadas con reclusión en la penitenciaría por ningún motivo salvo robo, escalo o incendio premeditado...” (Ibídem, 1982: 120). En 1899 se crea la ley de tribunales para menores en Illinois “El tribunal de menores era una corte especial creada estatutariamente para determinar la categoría jurídica de los niños problema” (Ibídem, 1982: 152). Anterior a esta legislación se utilizaba la palabra niño, niña, adolescente. De esta forma vemos como el término “menor” desde sus inicios ha estado vinculado a la legislación que hace referencia a las conductas de los niños, niñas y adolescentes que han manifestado discrepancia con los parámetros conductuales impuestos por la sociedad, hasta llegar a generalizarlo como un término que hace referencia a todo aquel niño-a que no cumple con la características de la infancia

15 Los Salvadores del niño, Es un texto que hace parte de una investigación que podría

bien ubicarse en el tipo de investigación histórica, aunque el autor realiza una crítica a los reformadores que influyeron en la creación de los tribunales para la infancia retomando aspectos del siglo XVIII y XIX.

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ideal, consiguiéndose de este modo identificar también a los excluidos como menores. Otros autores como Mendizábal (1977: 43) hacen referencia al término, sin apartarse de lo jurídico:

“La palabra menor proviene de la latina menor16, adjetivo comparativo que, referido al ser humano, matiza, para diferenciarlos, una circunstancia que inexorablemente concurre en la persona individual durante las primeras etapas evolutivas de su desarrollo, diferenciando, de una parte, a la colectividad que aún no alcanzó el pleno desenvolvimiento de su personalidad, de aquella otra que ya logró su plenitud existencial. Etapas de la vida que están caracterizadas por una situación de heterónoma, frente a esa otra situación de autonomía que es consustancial a quienes, ya normalmente desarrollados, alcanzaron la necesaria madurez de su personalidad para regir su propio destino”.

Entonces lo que podría haber iniciado con una comparación como sería, denominar a una población menor que otra, tal cual lo plantea el citado autor, fue encaminándose hacia una categoría independiente. Ya no se era menor por estar en la edad de la inmadurez o de la falta de “desenvolvimiento de su personalidad” frente a otra que si lo estaba, para estar simplemente ubicado el menor como categoría jurídica.

Después de aclarada la procedencia de la expresión “menor” y ubicada dentro del ámbito legal donde nace, se justifica hacer un barrido por las normas que establecieron la minoría de edad en Colombia, haciendo la aclaración que la evolución de las leyes relacionadas con los niños, niñas y jóvenes se encuentran en el apéndice señalado anteriormente.

La minoría de edad se estableció en Colombia por primera vez dentro del Código Penal de 1837 señalando la edad de siete años17. En el capítulo II denominado De las personas excusables, artículo 106, aparece entre las figuras excusables el menor de siete años.

La minoría de edad que se fue instituyendo a partir de los planteamientos anteriores, se ha ido estableciendo en todos los países aunque con algunas modificaciones de acuerdo a la concepción que de madurez y responsabilidad se tenga. Sin embargo, los países que se hayan acogido a la Convención tendrán que

16 La cursiva es del autor. 17 El Código Penal Colombiano de 1837, fue el primer código adoptado en el

país, influenciado por el código penal francés de 1810 y el código penal español de 1822.

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tomar por menor de edad al niño, niña o joven que no haya cumplido sus dieciocho años, como se anunció en los primeros párrafos.

Entendida la minoría de edad como falta de madurez, no haber alcanzado

un desarrollo evolutivo que le permita comprender sus acciones; llegar a la mayoría de edad implicaría que la persona tendría capacidad para responder por sus actos y hacer valer sus derechos por sí solo, pero esto va a depender no solo del medio donde el sujeto se encuentre sino también de la posibilidad que tenga de ser independiente económicamente, lo que le dará la verdadera autonomía, y la capacidad de ejercer plenamente sus derechos. Lo cual ante la crisis de empleo que se vive sobre todo en los países latinoamericanos, no hace posible, llegar a la mayoría de edad con la misma rapidez que los adolescentes y jóvenes quisieran llegar como una forma de obtener su independencia y la posibilidad de asumir responsabilidades frente a su propio desarrollo.

En Colombia en la mayoría de los casos, los jóvenes siguen dependiendo

económicamente de sus padres y alargarán su período de estudios, cuando existan posibilidades económicas para hacerlo, en caso contrario buscarán otro tipo de actividades que pueden variar desde la economía subterránea hasta los actos delictivos que le permitirían satisfacer sus necesidades tanto físicas como sociales. Desde la perspectiva del planteamiento legal la mayoría de edad atiende la capacidad jurídica de la persona, para responder a ciertas obligaciones y ejercer algunos derechos. Partiendo de este criterio se sustentará la minoría de edad, como la falta de madurez suficiente del individuo para valerse jurídicamente, por lo cual necesitará de un adulto responsable que de alguna manera complete su capacidad y lo represente en el ejercicio de su derecho.

Colombia, acogiéndose a la Convención Internacional de los Derechos del Niño, mediante ley 12 de 22 de enero de 1991, ha denominado menor de edad a quien no haya cumplido sus 18 años. (La evolución de esta denominación jurídica puede observarse con mayor detenimiento en el apéndice que sobre la legislación acompaña a este trabajo).

Las “Reglas de Beijing” (Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para la

Administración de Justicia de Menores) promulgadas por resolución 40/33 de la Asamblea General el 29 de noviembre de 1985, dan también un tratamiento de “menores” a los niños y niñas que no habiendo cumplido los 18 años han infringido una norma, y les da la categoría de menor delincuente. En el aparte de alcance de las reglas y definiciones utilizadas, subdivisión 2.2. Literal a) describe textualmente: “Menor es todo niño o joven, que con arreglo al sistema jurídico respectivo, puede

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ser castigado por un delito en forma diferente a un adulto” y en el literal, lo continúa describiendo de la siguiente forma, ya como “menor delincuente”: “Menor delincuente es todo niño o joven al que se ha imputado la comisión de un delito o se le ha considerado culpable de la comisión de un delito”.

Lo anterior nos muestra de alguna forma, que cuando se quiere hacer

referencia a un niño o niña al que se le imputa un delito, se utiliza para hacer referencia a él o ella, el termino de “menor delincuente”, en este caso no se ha dicho: es un niño o niña delincuente, el o la considerada culpable de un delito..., sino que es precisamente un menor al que se hace referencia. Sin embargo, estas reglas no dan un dato específico de la que sería la minoría de edad, dejando el indicador edad, a cada sistema jurídico nacional.

En los comentarios del artículo señalado se establece que: “Ello significa

que la noción de "menor" se aplicará a jóvenes de edades muy diferentes, edades que van de los 7 años hasta los 18 años o más. Dicha flexibilidad parece inevitable en vista de la diversidad de sistemas jurídicos nacionales, tanto más cuanto que no restringe los efectos de las Reglas mínimas”. Queda entonces claro que lo que lo clasifica en la categoría de “menor delincuente” es el hecho de habérsele imputado un delito y no precisamente una edad determinada.

La utilización de minoría de edad como termino para designar a quién carece de responsabilidad jurídica, ha ido variando desde la definición dada por la Convención que empieza a denominar como niño a quien se encuentre en este rango de edad, tal como la muestra en su parte I, en el artículo primero donde reza: “Para los efectos de la presente convención, se entiende por niño todo ser humano menor de 18 años de edad, salvo que, en virtud de la ley que le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad”.18

Al aprobarse en Colombia por medio de la mencionada Ley Nº 12 de 1991

la Convención sobre los Derechos del Niño, adoptada por la Asamblea de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989, quedó la Nación obligada a respetarla y cumplirla a partir de la fecha en que se perfeccionó el vínculo internacional. Por lo cual no habrá forma alguna de modificar la edad para la responsabilidad jurídica si no es la Convención quien realiza la transformación. Eso sería lo ideal de acuerdo a lo pactado.

El anterior Código del Menor que regía en el país antes de la Convención

(1988) establecía que las normas que rigen la Convención tendrán prioridad ante el código, por lo tanto, no obstante el Código establecía en el Capítulo III, articulo 28, primera parte:“Se entiende por menor a quien no haya cumplido los dieciocho (18)

18 No hace distinción de sexo (niño o niña).

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años”. El sustantivo a utilizar no debió continuar siendo menor sino niño o niña según el caso, ya que la denominación “menor” se convirtió como se ha señalado anteriormente en un etiqueta para aquellos niños y niñas quien por su condición de excluidos asumían conductas diferentes a los niños y niñas favorecidos por su condición económica (menor infractor, menor de la calle, menor trabajador, menor en circunstancias difíciles).

Como se vio en el apartado anterior desde su inicio este término estuvo

vinculado a la legislación que hacía referencia a los niños, niñas y adolescentes que se consideraron incorregibles, para los cuales se les establecieron legislaciones especiales utilizando el termino menor para designar la edad, con la cual se señalaría la inmadurez, la incapacidad y por lo tanto la falta de responsabilidad ante sus actos y las medidas correspondientes a las faltas cometidas. Lo que jurídicamente se denominó inimputabilidad, definida por Aguádelo (1996: 17) como: “Incapacidad para valorar la trascendencia del comportamiento o hecho que realiza y /o la incapacidad de regular la conducta según las exigencias del derecho debido a inmadurez sicológica o a trastorno mental”

Según Fanlo (2004: 14), el término menor pese,

“(…) de su innegable connotación jurídica, se ha

convertido, hoy por hoy, en patrimonio del lenguaje común, donde reenvía inmediatamente a la idea de debilidad intrínseca, inmadurez psico-física y, por tanto, incapacidad estructural de autogestionarse sin la intención mediadora de protección, guía y asistencia por parte de otros”.

De acuerdo a lo visto, la palabra menor ha permanecido mucho tiempo

vinculada a la incapacidad del niño o niña, de responder a sus necesidades y a la imposibilidad de vincularse de manera activa y real a la sociedad.

El actual Código Colombiano de acuerdo a las nuevas corrientes del

derecho, ha cambiado su denominación de Código del Menor, por el de Código de la infancia y la adolescencia (Ley 1098 de noviembre 8 de 2006), en el se establecen vocablos diferentes para hacer referencia a niños y niñas en sus diferentes etapas dentro de este ciclo.

De esta forma se ha recorrido un camino buscando una definición de las categorías niño, niña, infantes y dentro de ellos la justificación a la utilización del vocablo “menor” desde diferentes perspectivas, y el resultado ha sido la utilización de una expresión jurídica, que en su inicio fue un parámetro comparativo, o una forma de instaurar un termino de edad a partir del cual se pudiera instituir la

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responsabilidad o no de un niño o niña que se encontrara entre las edades que estuviera señaladas por una ley o una norma.

Como el empleo con el que se inició, hizo referencia ante todo, con lo

que tiene que ver con la población que se encontraba en conflicto con la sociedad debido a que su conducta de alguna manera la hacía sentir amenazada, se fue identificando el vocablo “menor” con todos aquellos y aquellas niños y niñas que se encontraban en las mismas circunstancias: “Son excusables y no están por consiguiente sujetos a pena alguna El menor de siete años.” (Artículo 106, Código penal 1837). De igual forma éste término se comenzó a utilizar para los “abandonados”, los “vagabundos”, los “trabajadores”, ésta denominación se consolida con la creación de un juez de menores que tendrá a su cargo todos los problemas que se presenten con ellos, un ejemplo en la Ley 98 de 1920 (ver leyes en apéndice).

Éstas son unas de las razones por las que una expresión que ha servido

jurídicamente para establecer parámetros de edad se fue constituyendo en un estigma para la población, que por razones de tipo socioeconómico se encontraban en circunstancias diferentes a los niños y niñas escolarizados, con familias estructuradas y con todas sus necesidades satisfechas.

Una anécdota que ha ayudado a corroborar el caso, ha sido la comentada por

García Méndez (1993) abogado, asesor de la Oficina Regional de UNICEF-Colombia, quien para demostrar el uso no inocente del término menor mencionó en el Primer Congreso Internacional del Infractor Penal realizado en Colombia en l993. La simpática anécdota sucedida en la ciudad de Río de

“A la salida de una escuela de clase media alta un niño de 6

años, buscaba al chofer de su padre, un funcionario importante. En ese momento pasa un niño de la misma edad, de los llamados niño de la calle, quien intenta quitarle los útiles escolares; el chofer interviene. Este hecho parece absolutamente normal; sin embargo, había en ese momento un periodista del diario más importante de Brasil, y captó fotográficamente toda esta escena. La lucha de estos dos niños y después la intervención del chofer. A pesar que los dos niños tenían la misma edad, al día siguiente la noticia fue redactada por el diario de Brasil, con el siguiente título: “Menor Agrede a Niño”.

En este caso la palabra menor fue utilizada como una etiqueta para

identificar a los niños y niñas que permanecen en la calle. Este es solo un ejemplo que sirve para medir los grados a los que llegó la utilización de una expresión, que sirvió para denominar a todo aquel niño o niña que no hiciera parte de la llamada “normalidad social”. A partir de la

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identificación de la edad con el problema social ha sido variado el uso que se le ha dado, y los adjetivos que se le han venido agregando según la ubicación que tenga el sujeto en el contexto social. Las denominaciones más usuales son las de “inadaptados”, “delincuentes”, infractores”, “de la calle”, “trabajadores” los cuales no corresponden a una justa denominación, sino que se convierten en términos peyorativos para ocultar algunas de las debilidades del Estado para garantizarles techo, educación, y una existencia digna.

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Cuadro 2. Concepciones de la Infancia CONCEPCIONES DE INFANCIA

PERSPECTIVA REPRESENTANTE DEFINICIÓN

PE

DA

GIC

O

Juan Amos Comenio Eloísa Vasco (1997)

‘El niño es un hombre que acaba de nacer, ignorante en todas las cosas y que debe, ser instruido por todas las cosas.

Los niños son novicios en el mundo. Son hombres de

tierna edad, destinados a suceder a aquellos de los que ahora está constituido el mundo.

El niño es entonces un novicio de la vida, y su primera

obligación es ser enseñado.

La infancia es la fuente de preocupaciones teóricas.

El concepto de niño adquiere, en tanto alguien que debe ser enseñado.’ Pág. 54

Fernando Savater,

(1996).

El niño pasa por dos gestiones: la primera en el útero materno según determinismos biológicos y la segunda la matriz social en que se cría, en los cuales la educación juega un papel fundamental.

Nacemos humanos y nos hacemos nuevamente humanos a

través de un proceso biológico, social y moral.

Nos hacemos humanos a través de un proceso llamado Neotenia. En el cual participan 3 aspectos biológico, social y moral. Pág. 22-23

ÉTIC

O

Cobo Suero, (1993)

La infancia se conforma a través de Tres estadios de la personalidad moral: Estadio premoral, Estadio Protomoral y El Estadio de constitución de la personalidad moral; que varían de acuerdo a la personalidad del individuo y que dependen de factores culturales, del ambiente social y económico donde éste se desarrolle. Pág. 42

ÉTIC

OS

Henry. A. Girous (2003)

La inocencia de la infancia como un mito; y ambas reflejan aspectos de un estado natural, que trasciende la historia, la sociedad y la política.

Incapaces de entender la infancia como una interpretación

histórica, social y política, entremezclada con las relaciones de poder, muchos adultos envuelven a los niños en un áurea de inocencia y de proteccionismo que elimina toda idea viable de responsabilidad adulta, aunque la evoque.

La atribución de inocencia permite en gran medida que los

adultos eviten asumir las responsabilidades de su papel de preparar a los niños para el fracaso, para abandonarlos a los dictados de las mentalidades mercantiles que acaban con las redes de apoyo y de sostén que proporcionan a los pequeños unos medios suficientes de salud, alimentación, alojamiento y educación. Pág. 14

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Cuadro 2. Concepciones de la Infancia CONCEPCIONES DE INFANCIA

PERSPECTIVA REPRESENTANTE DEFINICIÓN

SOC

IOLÓ

GIC

O

Amar J. (1994)

‘Cada niño es una expresión única del género humano’. Pág. 49,

“El niño debe ser visto como una persona miembro de una

familia, de una comunidad, de una sociedad, y que su condición de vida depende de un proceso biológico, psicológico y social visto como una unidad; por eso, su bienestar depende tanto de su nutrición y su salud domo de las oportunidades reales que le brinda el sistema político y económico en el que vive”. Pág. 86

Centra su interés en el desarrollo total del niño.

Durkheim, E (1990)

El niño es un ser socialmente vacío, las normas y costumbres le permitirán adaptarse al medio social.

Ve a la infancia, desde el punto de vista del intelecto y desde

el punto de vista físico, lo presenta como el más endeble de los seres. Pág.17-19

SOC

IOLÓ

GIC

O

Rousseau, J (1999)

El niño es un ser bueno salido de las manos de Dios. La naturaleza quiere que el niño sea niño antes de ser

hombre. Las etapas del niño son la etapa de la niñez y la primera

adolescencia.

La naturaleza y la experiencia adquirida lo convierten en un ser pensante. Pág. 110-111

BIO

LÓG

ICO

Jorge Barudy y Maryorie Dantagnan (2005)

Las crías humanas nacen inacabadas y para sobrevivir dependen del cuidado de los adultos.

Si la crianza de un niño o niña se basa en los cuidados y en

el buen trato, es posible que una enfermedad hereditaria no llegue a hacerse efectiva.

Las dinámicas biológicas, psicológicas y sociales se

articulan en lo humano como piezas de un gran complejo rompecabezas.

Desde la vida intrauterina hasta la vejez, el entorno

afectivo y social moldea y conforma la expresión de la herencia genética de manera imperceptible. Pág. 24

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Cuadro 2. Concepciones de la Infancia CONCEPCIONES DE INFANCIA

PERSPECTIVA REPRESENTANTE DEFINICIÓN Fairchild, (1974)

Considera inmaduro a aquel que no ha alcanzado su madurez orgánica. Pág. 153

Ve el ser en 3 períodos: Primer periodo: la infancia y niñez temprana, Segundo periodo: la vida escolar, y desarrollo de la

sociabilidad. Tercer período pubertad y adolescencia. La pubertad que

culmina con el desarrollo sexual, seguida de la adolescencia: que se extiende hasta entrada la edad adulta. Pág. 70

BIO

LÓG

ICO

Feldman (1997)

“La adolescencia etapa que ocurre entre la infancia y la edad

adulta, por lo que es un periodo crítico.” Ocurren cambios fisiológicos, cambios sociales, emocionales

y cognitivos y biológicos “Menor: lo que nos sugiere que este se reserva para cuando se

presentan las patologías del comportamiento, debido a la influencia de acontecimientos genéticos o ambientales. Serían los llamados menores con comportamientos anormales”. Pág. 428

PSIC

OLÓ

GIC

O.

Piaget (citado por Feldman) (1997)

El niño es un ser dinámico, biológico, pedagógico, y psicológico

El recién nacido, denominado neonato, constituye la primera

etapa de la denominada primera infancia. En esta primera etapa él atraviesa dos etapas de desarrollo

cognitivo: Etapa sensoriomotora y etapa preoperacional. Segunda infancia: La segunda infancia que va desde los 7 a

12 años, el autor suele denominarla Etapa de las operaciones concretas, desarrollo del pensamiento lógico.

Etapa de las operaciones formales, ésta etapa se desarrolla

desde los doce años hasta la adultez. Pág. 420-421

Raimundo Abello Llanos (2001)

El estudio de la toma de perspectiva en los niños [y niñas] implica no perder de vista el entorno en que ellos viven, en que interactúan, en el cual comparten con las personas más significativas de su entorno las necesidades, las estrategias e interpretación de su mundo. Todo se conjuga en la concepción que el menor tiene de su realidad, de su cotidianidad. Pág. 3

“La representación del mundo social del niño no se

obtiene ya hecha, sino que cada niño tiene que elaborarla,

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Cuadro 2. Concepciones de la Infancia CONCEPCIONES DE INFANCIA

PERSPECTIVA REPRESENTANTE DEFINICIÓN en un trabajo muchas veces solitario, aunque de igual manera necesitada de los demás”. Pág. 23

“…Por lo tanto, es la cultura y no la biología, la que

moldea la vida y las mentes humanas. Esto es claramente visible en niños [niñas] de la Costa Caribe colombiana que nacen en condiciones de pobreza, en la que en gran medida su desarrollo biológico depende de sus condiciones sociales de vida”. Pág. 26

Ley 12 de 22 de enero de (1991)

Menor de edad a quien no haya cumplido sus 18 años.

Alzate Piedrahita citando a Ariés

Ha mostrado el carácter invisible de las concepciones de la infancia. La antigua sociedad tradicional occidental no podía representar bien al niño y menos aún al adolescente; la duración de la infancia se reducía al período de su mayor fragilidad, cuando la cría del hombre no puede valerse por sí misma; en cuanto podía desenvolverse físicamente, se le mezclaba rápidamente con los adultos, con quienes compartía trabajos y juegos.

El bebé se convertía en seguida en un hombre joven sin pasar

por las etapas de la juventud, las cuales probablemente existían antes de la Edad Media y que se han vuelto esenciales hoy en día para prácticamente todas las sociedades, desarrolladas o no.

Resolución 40/33 Reglas de Beijing, (1985)

Menor es todo niño o joven, que con arreglo al sistema jurídico respectivo, puede ser castigado por un delito en forma diferente a un adulto” y en el literal c, lo continúa describiendo de la siguiente forma, ya como “menor delincuente”

“Menor delincuente es todo niño o joven al que se ha imputado la comisión de un delito o se le ha considerado culpable de la comisión de un delito”. 1985

“Se entiende por niño todo ser humano menor de 18 años de edad, salvo que, en virtud de la ley que le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad”

El anterior Código del Menor que regía en el país antes de la Convención (1988)

Código establecía en el Capítulo III, articulo 28, primera parte “Se entiende por menor a quien no haya cumplido los dieciocho (18) años”.

la inmadurez, la incapacidad y por lo tanto la falta de responsabilidad ante sus actos y las medidas correspondientes a las faltas cometidas.

Nueva Código de la infancia y la adolescencia. Ley 1098 de noviembre 8 de 2006)

Art 29“La primera infancia es la etapa del ciclo vital en la que se establecen las bases para el desarrollo cognitivo, emocional y social del ser humano. Comprende la franja poblacional que va desde los cero (0) a los seis (6) años de edad…” De lo que podemos deducir que para esta ley existe

LEG

AL

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Cuadro 2. Concepciones de la Infancia CONCEPCIONES DE INFANCIA

PERSPECTIVA REPRESENTANTE DEFINICIÓN una segunda infancia, que estaría comprendida entre los seis

(6) y doce años (12), que no aparece mencionada en este artículo.

Art 3° “…se entiende por niño o niña las personas entre cero

(0) y los doce (12) años, y por adolescentes las personas entre los doce (12) y dieciocho (18) años de edad”.

Mendizábal (1977) “La palabra menor proviene de la latina minor, adjetivo comparativo que, referido al ser humano, matiza, para diferenciarlos, una circunstancia que inexorablemente concurre en la persona individual durante las primeras etapas evolutivas de su desarrollo, diferenciando, de una parte, a la colectividad que aún no alcanzó el pleno desenvolvimiento de su personalidad, de aquella otra que ya logró su plenitud existencial.”. Pág. 43

En este cuadro se ha realizado un bosquejo de algunas concepciones de infancia desde autores ubicados en diferentes ciencias, la intencionalidad es mostrar cómo cada disciplina da una mirada dependiendo de la especialización de su área conocimiento, lo que ha evitado tener una noción de esta etapa de la vida de una forma integral y que permita desde esa mirada comprender cuales son los elementos externos que pueden perturbar el progreso optimo de su desarrollo integral.

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CAPÍTULO III:

MARCO HISTÓRICO.

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CAPÍTULO III: MARCO HISTORICO.

Introducción 3.1.- Breve historia de la niñez. 3.2.- Algunos aspectos de la evolución de la infancia en Colombia:

3.2.1. Periodo Prehispánico

3.2.2. La Conquista y la Colonia

3.2.3. La Niñez durante los Primeros Años de la República

3.2.4. La Niñez a mediados del siglo XIX (1840-1880) 3.2.5. La durante la Regeneración (1880-1900)

3.2.6. La infancia en Colombia en el Siglo XX.

Referencias Bibliográficas.

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Introducción Para poder lograr una mayor comprensión de un determinado estudio social, se hace necesario ubicarlo en un contexto histórico, no con la pretensión de hacer un recuento cronológico, ni hacer de él una sucesión de hechos aislados, lo que realmente se pretende es hacer una revisión de los principales hechos que favorecieron el surgimiento y desarrollo de una categoría social denominada niñez o infancia y la evolución que ha tenido dentro de los avances científicos sociales. Una vez se pueda identificar las características de la infancia a través de las épocas más preponderantes de la humanidad, se ubicará en un contexto geográfico, en este caso Colombia. El recorrido histórico, considerado de vital importancia en el caso de esta investigación tiene en cuenta el impacto social que sobre la población infantil han tenido los diferentes movimientos económicos, políticos y culturales, que han ocurrido desde las etapas más destacados en el transcurrir del país, y el surgimiento de la caridad como una forma de responder a las necesidades surgidas del naciente sistema colonial, la cual se fue perpetuando hasta llegar a convertirse de una respuesta individual en la búsqueda de la salvación del alma de quien asumía una posición caritativa, a movimientos organizados o instituciones de protección desde donde se pretendió hacer ver que el problema de los niños y niñas en estado de vulnerabilidad, era un problema de ellos y ellas y de su familia que no aportaba la educación necesaria para que ellos y ellas se adaptaran a las normas establecidas por los colonizadores. La construcción del capítulo tuvo sus dificultades por la escasa literatura que existe, pero una revisión exhaustiva de algunos textos históricos, aportaron datos que permiten tener una visión de las respuestas que se le ha venido dando a la problemática de la población infantil en estado de vulnerabilidad en Colombia desde la época de la colonia hasta nuestros días.

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3.1.- Breve historia de la niñez.

La situación de la infancia a través de la historia no ha sido la que se vive en

estos momentos, donde algunos sectores han mostrado profunda preocupación por su situación tanto física como social.

El trato despiadado hacia a los niños, desde la práctica del infanticidio y el abandono incluyendo la negligencia, la inanición deliberada, las palizas, los encierros, etc., era y es simplemente un aspecto de la agresividad y crueldad que hay en el fondo de la naturaleza humana. No es que estas prácticas hayan desaparecido del todo, ya que en algunas comunidades persisten, pero ahora no solo existe mayor conciencia sobre los daños que causa al utilizarlas como métodos educativos o de crianza, sino también se ha llegado a crear legislaciones que sancionan su utilización.

En Colombia es llamado maltrato infantil y su práctica conlleva a sanciones

de tipo penal, establecidas en el Código de Menores artículo 272:

“El que causare maltrato a un menor, sin llegar a incurrir en el delito de lesiones personales, será sancionado con multa de un (1) a cien (100) días de salario mínimo legal, convertible en arresto conforme a lo dispuesto en el artículo 49 de Código Penal, sin perjuicio de las medidas de protección que tome el defensor de familia”.

Para ubicar el tema de la investigación en el contexto histórico se ha efectuado un recorrido bibliográfico, que da luces de la situación de la niñez a nivel mundial. Se recurrió a autores que han realizado investigaciones significativas en este campo.

De Mause (1989: 88-90) quien realizó un buen trabajo investigativo sobre el tema, hace una periodización de las relaciones paterno filiales en los siguientes términos: -Antigüedad, siglo IV: predomina el infanticidio. Según algunos escritos de historiadores, éste hecho era cotidiano y aceptado. Todo niño que no fuera perfecto en forma o tamaño, que llorara frecuentemente o por algunas circunstancias distinto a lo que normalmente se consideraba un niño normal generalmente se le daba muerte, ya fuera arrojándolo al mar, echándolos en zanjas, envasados en vasijas o simplemente abandonándolos para que se murieran de hambre. Este hecho era más común hacia las niñas que a los niños y casi sin ninguna discriminación si se trataba de hijos ilegítimos.

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-Siglo IV-XIII: Predomina el fenómeno del abandono físico y afectivo, que se manifestaba con la entrega del niño o niña a extraños, al ama de cría, o se internaban en los conventos o monasterios, también podían ser cedidos a familias en adopción, enviados a nobles para ser puestos a su servicio o simplemente se mantenían abandonados afectivamente dentro de su propio hogar. -Siglo XIV-XVIII: época caracterizada por la ambivalencia, el niño entra en la vida afectiva de sus padres, pero seguía siendo considerado como un recipiente de proyecciones peligrosas, por lo que la labor de estos debía ser moldearlo a la vez que se le exigía un comportamiento similar al del adulto. Se dio un aumento en el número de manuales de instrucción infantil, la expansión del culto de la virgen y el niño Jesús y la proliferación en el arte de la imagen de madre solícita. - Siglo XVIII: comienza a desarrollarse una actitud más favorable hacia la infancia; nace la pediatría, aparecen las primeras sociedades de la infancia, el niño es criado por sus padres, y se busca entenderlos para lo cual se orienta a la familia. Se trata buscar la forma de dominar su mente a fin de controlar su interior, sus necesidades, su voluntad misma. Se utilizan medios para hacerles obedecer con prontitud entre ellas las amenazas y las prohibiciones. Estas situaciones no se dieron en forma aislada, aunque no se dio en la misma época en todos los países, pero de alguna forma tuvo influencia a nivel mundial y las nuevas teorías repercutieron en un mejor trato a la niñez en general. 3.2. Algunos aspectos de la evolución de la infancia en

Colombia. 3.2.1 Periodo Prehispánico:

La historia de la problemática de la niñez en Colombia no ha estado aislada de la del resto del mundo. Ésta ha respondido a los momentos históricos tanto económicos, políticos como sociales en que se ubican los hechos. Si seguimos paso a paso los acontecimientos encontrados, podemos reconfortarnos en la esperanza de tener épocas mejores.

El trato que se le ha dado a la población infantil no ha sido, en ninguna de las épocas, un trato homogéneo, éste ha estado relacionado con las discriminaciones raciales, sociales y económicas, que se vivieron y aun se viven

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en el país, por lo tanto encontraremos una población de niños con mayores privilegios que otros, pero siempre la gran mayoría en desventaja. Aunque son pocos los documentos que hablan sobre lo que fue la niñez en la época prehispánica, se toman algunos datos escritos en la colonia que nos dan luces para iniciar este recorrido a través de la historia. Colombia estuvo constituida como un territorio con muchas zonas con asentamientos de grupos indígenas. Éstos se diferenciaron en cuanto a sus creencias, costumbres y formas de producción. A pesar de esta diversidad aborigen, cuando se quiere hacer alusión a la cultura indígena, la mayoría de los documentos destacan a la cultura Chibcha19, por ser ésta una de las que más sobresalió y se convirtió en la más representativa de nuestro país. Para realizar este análisis se mencionan otras tribus que presentan algunos aspectos de importancia en relación con el tratamiento dado a la infancia. La época prehispánica es aquella de nuestra historia que concluye con la llegada de los españoles a las tierras americanas. Marca un hito por cuanto introducen cambios en la cultura indígena existente. Con relación a esta época son pocos los datos que existen, sin embargo, se señalarán algunos que hacen posible tener una idea de lo constituyó el método de la niñez bajo la apreciación de algunos historiadores.

En las comunidades Chibchas los niños eran educados de acuerdo con las expectativas del rol correspondiente de acuerdo al sexo y a las normas que tenían establecidas con relación a la división del trabajo. Desde muy temprano los niños realizaban labores como la de cargar objetos, utilizando sus espaldas, a falta de un medio de transporte. Por esta razón acostumbraban a los niños de uno u otro sexo a soportar carga desde que tenían fuerza para ello.

19 Las comunidades Chibchas muchas veces han sido identificadas como una tribu

desarrollada, pero realmente los historiadores han presentado versiones donde se muestra que más que una comunidad aislada o una tribu, era la unión de varias familias indígenas, conformando una numerosa familia como lo señaló Vicente Restrepo (1972: cap. II; s.p.) en su obra “Los chibchas antes de la conquista española” hace una referencia a esta cultura encontrada por los españoles en la hoy República de Colombia. “"Los más de los que han escrito sobre los Chibchas han hablado de ellos como de una nación casi civilizada, que estaba situada en medio de hordas bárbaras y sin afinidades con ninguna de ellas. Ambos juicios son erróneos. Los Chibchas no son sino uno de los miembros de una numerosa familia de tribus que se extendía en ambas direcciones del istmo de Panamá, y tenía representantes así en la América del Norte como en la del Sur. La lengua chibcha estaba mucho más diseminada al través de Nueva Granada en el tiempo del descubrimiento, de lo que han dicho posteriores autores. Era la lengua general de casi todas las provincias, y ocupaba la misma posición con referencia a los otros idiomas, que el quechua en el Perú. Ciertamente, las más de las tribus de Nueva Granada eran reconocidas como miembros de este pueblo. "No estaban los Chibchas mucho más adelantados en cultura que sus vecinos...."

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En materia de sacrificios se debe recordar que los miembros de esta tribu se destacaban como grandes adoradores del sol, considerado su dios, al cual hacían ofrecimientos como una forma de mostrar veneración, obtener sus favores y aplacar su ira cuando la sentían como un castigo. Uno de los sacrificios utilizados fue el ofrecimiento de niños y niñas, sin embargo, no se destinaban para estos actos los de la propia tribu sino que preferían destinar niños de otras tribus o naciones como ofrenda a su divinidad, los cuales eran sacrificados en sus ritos religiosos. Vicente Restrepo (1972: 102) lo relata de la siguiente forma:

“Creyóse que la Divinidad irritada contra la carne y la sangre no podían aplacarse sino con sangre, inmolaban víctimas humanas al sol, a quien consideraban el más digno de su admiración. Todos los años corría la sangre de numerosos niños inocentes como tributo pagado a las supersticiones idolátricas2.

Era tan común y usual entre ellos la creencia que el sacrificio de niños, como ofrenda al dios, era de su mayor agrado, por ser estos portadores de energía y pureza, que los destinados al sacrificio eran cuidados con mucho esmero:

“A otros los cuidaban en ciertas casas regalándoles con delicadas comidas y los reservaban para sacrificarlos al sol, cuando juzgaban que para ello había causa grave, como cuando iban a la guerra para tener buen éxito en ella”. (Ibídem: 105)

Entre los Chanco y los Quimbayas la cabeza del niño era colocada entre

tablillas aseguradas para su deformación, tal como lo afirma Konetzke, R. (Citado en, Páez Morales, G. 1990: 26):

“En naciendo la criatura, le ponen una tablilla en el colodrillo y otra en la frente, y atándolas por los extremos, aprietan ambas partes y hacen subir las cabezas hacia arriba y quedan aplanadas la frente y el colodrillo, con lo que les quedan las cabezas muy feas, aunque a ellos no les parece por ser de su uso”.

Los Caribes también se caracterizaron por actos salvajes como lo resalta el

relato de Gonzalo Fernández de Oviedo en VV. AA. (1985: 356):

“Los Caribes flecheros, que son los de Cartagena y la mayor parte de aquella costa, comen carne humana, y no toman esclavos ni quieren á

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vida ninguno de sus contrarios ó extraños, y todos los que matan se los comen, y las mujeres que toman sirvense de ellas, y los hijos que paren (por si acaso algún Caribe se hecha con las tales) comenselos después; y los muchachos que toman de los extraños, capanlos y engordanlos y comenselos”.

Hay que resaltar que el infanticidio no fue una práctica exclusiva de los

grupos indígenas precolombinos. Dentro de las antiguas tribus de oriente también se justificó la muerte de niños por razones de tipo religioso, económicas y políticas. En Grecia y Roma, antes del cristianismo se disponía de la vida y la libertad del niño. El derecho al abandono del niño permaneció durante muchos años. En la Grecia antigua el niño o niña era considerado propiedad de la patria y por ello, cuando uno o una que nacía débil o deforme, el Estado lo consideraba inútil y le daba muerte arrojándolo desde el monte Taigeto; si nacía sano la familia lo criaba hasta los siete años, edad a partir de la cual el Estado lo reclamaba para sí.

Según la Enciclopedia Larousse (1980: 1017):“En Roma el padre tenía derecho de disponer de sus hijos en forma ilimitada. Podía venderlos abandonarlos a la muerte o recluirlos en prisiones.”. La Biblia también hace referencia a pasajes donde los protagonistas son los infantes como en el caso de la matanza de niños menores de dos años ordenada por Herodes: “Herodes entonces, cuando se vio burlado por los magos, se enojó mucho y mandó a matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y en todos sus alrededores” (Mateo, 2-3).

También se presentaron casos opuestos como el de los persas egipcios y

judíos que protegían a la infancia debido a sus creencias religiosas. Todo lo anteriormente señalado nos muestra las contradicciones que se

presentaron en cuanto al tratamiento de la infancia no solo en el ámbito local sino también en el mundial, presentándose casos desagradables y casos agradables y placenteros para la niñez de esos días.

3.2.2. La Conquista y la Colonia:

La llegada de los conquistadores a tierra americana trajo consigo un proceso de destrucción de la cultura de la sociedad indígena, lo que se expresó en la catástrofe demográfica producto de las luchas que se dieron contra ellos y de las enfermedades epidémicas portadas por los colonizadores, como sustento de esto en VV. AA. (1985: 356) se afirma: “Los indios explicaron que,

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mucho antes de la llegada de Heredia al lugar, algunas epidemias habían diezmado parte de la población, después de diversos combates con los españoles.”.

A Cartagena igual que en otros lugares de la costa llegaron buscadores

de fortuna que sin escrúpulos profanaron las tumbas de los antepasados en busca de los objetos valiosos con que eran enterrados, no contentos con esto asaltaron a los poblados, y cautivaron a su población para someterlos a la esclavitud sin tener en cuenta la edad, ni el sexo. Esta población fue reducida a trabajos forzados en las minas y haciendas (mitas), servicios personales, obras públicas y labores propias de la esclavitud.

Dentro de este contexto la unidad familiar se ve amenazada, siendo la

población infantil una de las más afectadas. En primera instancia al producirse el traslado de la madre por razones laborales, lo que reduce el tiempo de la lactancia y como consecuencia la mortalidad de los lactantes se hace casi irremediable. Además, si se tiene en cuenta que al conquistador español, con la institución de la encomienda, le interesaba una mano de obra fuerte y con destreza, que pudiera producir, se puede explicar porqué se le fue restando importancia a la población de mujeres, niños y niñas

A los indios además de entregar su trabajo y de pagar los tributos

requeridos, les tocaba en ocasiones pagar la renta en especie, representada en sus cosechas, oro, piedras preciosas y se llegaba el caso de que se les secuestrara hasta sus mujeres e hijos como garantía de pago, o forma de entregar sus propiedades. Esta institución fue denominada el rescate, y fue descrita por Fray Bartolomé de las Casas en cita de Sepúlveda Pino (1978: 23) de la siguiente forma:

“Mandó el tirano gobernador que se prendiesen a todos los indios con sus mujeres e hijos y metenlos en un corral grande o cerca de palos que para ello se fabricó, e hizole saber que el que quisiese salir y ser libre se había de rescatar dando oro tanto por sí como por su mujer y cada hijo, y por más urgirlos mandó que no les metiesen comida hasta que le trajesen el oro que les pedía por su rescate”.

Rápidamente los conquistadores fueron apoderándose de todas las

pertenencias de los indios, no solo de sus tierras y tesoros sino también de su trabajo y de su familia. Además, influyeron en su cultura y en sus creencias produciéndose una culturización impuesta en forma violenta, provocando cambios en las relaciones sociales y económicas que se daban dentro de la población indígena y se iniciaran otras que incluyeron a los nuevos propietarios de las

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tierras conquistadas, y favorecieron el sometimiento, la esclavitud y la división social del trabajo que relata Hernán Sepúlveda (1978: 27) de la siguiente forma:

“En este contexto se van dando unas relaciones de producción que favorecieron la composición de clases compuesta por la nobleza peninsular emigrada a América o en tránsito como funcionarios, visitadores reales o delegados de la corona (aristocracia colonial.) Estaban libres de impuestos y tributos, no eran pasibles de ser condenados a castigos corporales, no efectuaban ningún oficio o trabajo manual. Ocupaban cargos como el de Virrey, Oidor, Arzobispo, etc...

El clero formaba también otro estamento o sector social privilegiado. La Iglesia tenía sus propios tribunales y su propia jurisdicción, sus inmensas posesiones e incalculables bienes estaban libres de impuestos. Los campesinos, colonos, artesanos, menestrales, pequeños comerciantes, etc. eran estamentos inferiores que trabajaban y pagaban impuestos, diezmos y tributos. Los indios junto con sus mujeres eran considerados como menores de edad o como mentecatos o alienados mentales, no pudiendo enajenar su propiedad o bienes”.

Con la reducción de la población indígena a causa de los enfrentamientos con los conquistadores, las enfermedades y los malos tratos, sumado a la falta de capacidad para enfrentar los trabajos impuestos; funcionarios, mineros, agricultores, comerciantes y hasta la iglesia católica solicitaron esclavos negros, los cuales fueron traídos de otros países, siendo África el mayor aportador, tal como lo reafirma Palacios Preciado (1989: 154) cuando dice:

“Es claro que ante la crisis demográfica indígena y dada la índole de la economía colonial, la esclavitud negra se imponía como única solución y la Corona, para proveer la a las colonias americanas de la mano de obra requerida, superó las dificultades políticas, así como las reservas morales planteadas por algunos teólogos. En esta forma la institución de la esclavitud, que al momento del descubrimiento estaba en una etapa de recuperación, particularmente en los países mediterráneos que mantenían intenso comercio con África, adquirió en el Continente Americano un gran impulso, una nueva forma y un nuevo sentido”.

Juan Freide (1989: 95) también aporta elementos que refuerzan la

situación a la que se ven reducidos los indios y los negros durante la conquista, señala cómo poco a poco una raza, unas costumbres van quedando rezagadas y dan paso al poderío de los conquistadores:

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“Su organización terrígena, política y social se deshace cuando los caciques pierden poco a poco su preeminencia. Su vida familiar se destruye cuando las exigencias de un orden socioeconómico impuesto conducen a la separación de sexos: el hombre a las minas, la ganadería, transporte de carga y acompañamiento de las tropas conquistadoras; las mujeres y los niños a la agricultura y al servicio de las casas de los encomenderos y a sus allegados, lo cual favorece el mestizaje”.

De estas últimas clases sociales mencionadas se va formando una

población relegada, con pocas oportunidades, ya que la educación y los conocimientos les eran negados, solo podían recibir la educación religiosa que les ayudaría a ser una clase resignada a su suerte y a la esperanza de una mejor vida después de la muerte.

Esta capa poblacional fue la que produjo la aparición de niños huérfanos,

hijos ilegítimos, abandonados, enfermos que serían los clientes de los hospicios, internados y otras instituciones que se ocuparon de la infancia desamparada en nuestro país y que estaban bajo responsabilidad de los misioneros, situación que José María Samper (1981: 14) describiría de la siguiente forma:

“La enseñanza pública correspondió exactamente a las desigualdades del régimen colonial y determinó con más energía las diferencias de las clases sociales. Como el indio no era sino un objeto de explotación no se tenía interés en enseñarle otra cosa que lo estrictamente necesario para que comprendiese: Que debía fiel y ciega obediencia al rey y a todas las autoridades, que debía pagar religiosamente sus tributos, que no había salvación posible en este mundo ni en el otro sin pagar diezmos y primicias a la Iglesia de Dios Nuestro Señor. Por lo demás el indio no aprendió a distinguir la mano derecha de la izquierda, no conoció ni escuela, ni cosa parecida”.

Aunque se inició un proceso educativo con la población indígena y negra,

no fue con calidad, ni con la intención de hacer de ellos una población competente para relacionarse con su contexto ni para vincularse activamente a la producción, la intensión era que se les enseñara la doctrina cristiana y se les administraran los sacramentos. Solo al finalizar la época colonial se dieron algunos intentos de reconocer el derecho a la educación y a la no discriminación racial y social.

“Al finalizar la época colonial, el párroco de San Juan de Girón solicitaba en 1789 licencia para organizar una escuela pública y enviaba al virrey un reglamento de 44 artículos para su aprobación que contenía preceptos pedagógicos relativamente modernos y una

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percepción clara de normas de discriminación racial y social que dominaban entonces. En el aula escolar los alumnos quedarían separados por una distancia de media vara entre los bancos superiores e inferiores. Los niños blancos ocuparían los primeros y los plebeyos y castas bajas los de abajo. Para atenuar los efectos de la discriminación, que preocupaba al párroco autor de la iniciativa, [“se cuidaría especialmente que los niños de buena estirpe no fueran osados de injuriar con mofas y malas palabras a los de baja extracción, ni se mezclen con ellos, sino para enseñarles a aquello que ignoren, o auxiliarle en lo que necesiten por efecto de la generosidad que debe ser propia de la gente noble”] (Jaramillo Uribe 1989: 207)

Una vez más queda en evidencia como se fue formando en Colombia una

diferencia de clases que aún persiste y que no puede ser vista como la incapacidad de las personas por no poder vincularse activamente al sistema productivo, cuando históricamente han sido excluidos de toda clase de participación.

3.2.3. La Niñez durante los Primeros Años de la República:

Lograda la independencia, en el país se mantienen vigentes situaciones sociales y económicas heredadas de la colonia, aunque hubo una mayor preocupación en procurarle educación a la infancia, como base del progreso y el futuro de la naciente nación, todavía se mantenían rasgos de la sociedad patriarcal, expresados en métodos severos de educación como “la letra con sangre entra”. Sin embargo, empiezan a tenerse en cuenta las teorías pedagógicas nacientes en la Europa del siglo XVI, entre ellas las de Luis Vives, Erasmo de Rotterdam, Juan Jacobo Rousseau, que mejoran las condiciones de la niñez en lo que a la educación se refiere.

Pero el problema del abandono de infantes no recibió la atención

necesaria, a pesar de que con las guerras de la independencia el número de niños expósitos y abandonados aumentó considerablemente. En 1810 se encuentran noticias sobre la casa de expósitos que funcionaba en Santa fe de Bogotá. Que según Ramírez (1992: 223- 224):

“Fue una entidad regentada por la Real Audiencia. Allí las madres de diferente procedencia social que negaban su maternidad encontraban la posibilidad de conseguir para sus hijos no deseados un lugar que los albergara. Para facilitar el procedimiento y con el fin de preservar el anonimato de las madres abandonantes, se instaló un torno en el cual se dejaba al recién nacido y se tocaba una campana

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para anunciarlo. Por otra parte, allí se conducía a los recién nacidos dejados en lugares públicos de la ciudad”.

La Revolución política de 1810 y la declaración de la Independencia, constituyó la decadencia del poder monárquico y el ascenso al poder de los patriotas granadinos, después de tres siglos de la colonización española. Este proceso no se dio de forma definitiva sino a través de años de luchas entre los criollos y los españoles. En medio de estos enfrentamientos aparecieron como actores niños y jóvenes. Guillermo Páez (1990: 69) haciendo referencia a la vida de José Hilario López quien a la edad de catorce años, se incorporó con muchos de sus compañeros de escuela a las filas de los ejércitos patriotas señala:

“Con respecto a este último relato, vale hacer dos anotaciones: en primer lugar, los métodos educativos basados más en la represión, el temor y los castigos corporales, seguirán siendo recurrentes durante mucho tiempo. En segundo lugar, el ambiente de guerra, los combates, el clima de conflictos permanente producirán, diversas reacciones entre los niños y acabarán finalmente involucrados como agentes activos en el mismo, perdiendo parcial o definitivamente su infancia en situaciones creadas o mantenidas por los adultos”.

Y es que estos hechos no se daban espontáneamente sino que había sido una conducta de alguna forma inducida por un ambiente de guerra y de odio, en que se involucró conscientemente a los niños y jóvenes de nuestro país. Así se demuestra con el Decreto del 6 de octubre de 1820, dictado por el general Santander y firmado por Estanislao Vergara como secretario del interior, con miras a la organización de las escuelas primarias. Este decreto en uno de sus apartes decía:

“Los maestros deberían enseñar a los niños lectura, escritura, aritmética y los dogmas de la moral cristiana. Les instruirían en los deberes y derechos del hombre en sociedad y le enseñaran el ejercicio militar todos los días de fiesta y los jueves en la tarde. Para este efecto, dice el artículo 8° del mencionado decreto, los niños tendrán fusiles de palo y se les arreglará por compañías, nombrándose por el maestro los sargentos y cabos entre los que tuvieran mayor disposición. El maestro será el comandante”. (Codificación Nacional, cit. por, Jaramillo Uribe, J 1989: 223).

Otros actores en la guerra de la independencia fueron los esclavos representados en los negros traídos para trabajar en las minas, a quienes con miras a mantener el orden y evitar su levantamiento se empieza a buscar mecanismos que les

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permita recobrar la libertad, pero a su vez defendiendo los intereses de sus amos. Esto se observa en la ley de manumisión de 1821, donde queda estipulada la libertad de vientre o libertad nominal de los nuevos nacidos de esclavas, a partir de la publicación de dicha ley en las capitales de la provincia. Esta ley también reglamentó el servicio de los “libertos” de sus madres, a favor de los amos, para, con su trabajo, indemnizar a éstos por la inversión realizada en el mantenimiento de los esclavos. Félix Restrepo, abanderado antiesclavista, en su discurso sobre esta ley y queriendo demostrar cómo ella no perjudicaba a los propietarios de esclavos argumentó:

“En los primeros años gasta poco un niño; de los nueve a los doce años ya sirve para menesteres caseros. Desde doce hasta catorce, el trabajo vale por lo menos el doble del alimento; de allí hasta los dieciocho es sin duda el cuádruplo. Si con la edad crecen los gastos, en la misma proporción crecen los servicios” (Hernández de Alba, G., en González, M. 1977: 226)

Tal como se presenta, la propuesta era la continuación de la esclavitud a través de los hijos de los esclavos. Sin embargo, a pesar de lo anteriormente expuesto, quedó entre los propietarios de los esclavos la idea que la ley era atentatoria contra la propiedad, de allí surgieron muchas inconformidades como la expresada por Joaquín Mosquera:

“(...) no pretendo oponerme a lo que ha sancionado la opinión universal. Lo que pretendo demostrar es que la ley colombiana no llena su objetivo de abolir la esclavitud sin comprometer la tranquilidad pública, ni vulnerar los derechos que verdaderamente tengan los propietarios”. (Ibídem: 27)

Se basaba Mosquera en su apreciación y en la de muchos que sostenían que esta ley incrementaría el vagabundaje, el ocio y la delincuencia. En cuanto el liberto, al adquirir la edad estipulada (18 años), quedaría apartado del trabajo y la disciplina y se dedicaría a cosas indebidas, como una forma de ocupar el tiempo. Para evitar esto la misma ley estableció algunas normas que pretendían regular la conducta de los jóvenes, so pena de continuar en estado de esclavitud:

“Los que lleguen a esa edad y no tengan oficio de que subsistir ni cómo ser útiles a la República, o sean inmorales y viciosos, no quedarán emancipados hasta que no acrediten haber rectificado su conducta por una información ante testigos que producirán ante el juez del cantón”. (Ibídem: 230)

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Bien se puede afirmar que los avances en política de protección a la niñez en esta época fueron muy pocos, no siendo así la política educativa que como mencionaba anteriormente, no solo fueron incorporándose nuevos métodos, tomados de las nacientes pedagogías, sino que, en cuanto a ampliación de la cobertura, tuvo un gran auge, como se puede apreciar en los mensajes enviados al congreso por Santander en 1833:

“Los adelantos que han hecho la educación e instrucción pública son muy satisfactorios. Los datos que sobre esta materia ha podido reunir el Secretario del Interior ponen de manifiesto que en el año transcurrido se han establecido 152 nuevas escuelas primarias, que con las ya existentes forman un total de 530, de las cuales 71 siguen el método de la enseñanza mutua. El número de niños que concurren a ellas es de 15.169, y el de las niñas de 1.841, lo que forma el total de 17.010” (Ibídem: 1236).

La diferencia entre el número de niños y niñas se debe a la concepción que sobre la mujer se tenía en esa época, la cual estaba relegada al papel de esposa y madre por lo tanto no requería de muchos estudios. En el mensaje al Congreso en 1835 se redacta lo siguiente:

“Los adelantos que siguen haciendo la educación e instrucción pública son muy satisfactorios. En el último año se han establecido ochenta y cinco escuelas primarias más sobre las que ya existían, y de ellas cuarenta y cinco por el método de enseñanza mutua; el número de alumnos asciende a 20.931” (Ibídem: 1237).

Desafortunadamente estas cifras no significaron un fortalecimiento permanente en el crecimiento de la respuesta educativa en nuestro país como lo veremos posteriormente. 3.2.4. La Niñez a mediados del siglo XIX (1840-1880):

A comienzos de los años cuarenta hubo pronunciamientos ante el aumento de niños desamparados. Hernán Alcántara Herrán quien gobernó entre 1841 y 1845, mediante decreto oficial con fecha 2 de noviembre de 1844 crea y reglamenta por primera vez los asilos para infantes.

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En este siglo ocurrió la consolidación del capitalismo industrial en gran parte de Europa y los Estados Unidos. Inglaterra principalmente había avanzado en la revolución industrial y necesitaba expandir sus manufacturas a otros mercados. Sustentada en la teoría del liberalismo económico, ejerció presión sobre los países recién independizados, para que abrieran sus mercados a sus productos manufacturados. Mientras esto sucedía en el contexto internacional, en la Colombia de este período se estaban presentando cambios sociales y políticos importantes. El país entró a la segunda mitad del siglo XIX con muchas de sus instituciones coloniales en pie. Los terratenientes y el clero habían logrado mantener sus prerrogativas. Pero en estos momentos, a raíz del comercio con Europa, otros sectores sociales habían surgido en el plano político: los comerciantes. Éstos deseaban el libre cambio y la eliminación de trabas arancelarias para importar manufacturas a cambio de materias primas. Además consideraban que era necesario conseguir un producto que permitiera la vinculación del país con el mercado internacional. También estaban los artesanos que se beneficiaban con el proteccionismo imperante hasta 1850 y los esclavos que deseaban la libertad. En este contexto triunfa en 1850 el proyecto liberal, impulsado en su mayoría por el grupo de comerciantes, lo que trae consigo reformas sociales, económicas y políticas para el país, entre ellas: abolición del monopolio y adopción del libre cambio. Se impone un gobierno federalista con separación iglesia-Estado, con educación laica, liberación y comercialización de las tierras baldías y la abolición de la esclavitud. Estas medidas produjeron el descontento de los artesanos, religiosos y otros sectores perjudicados con las mismas, desatándose una serie de conflictos que iban en perjuicio de la población infantil de la época. El descontento entre los diferentes grupos favoreció los enfrentamientos que dejaron un gran número de niños huérfanos y abandonados, víctimas de maltrato. Esta situación ocasionó la aparición de reglamentaciones para el caso, como lo señala Guillermo Páez (1990: 89):

“En la ciudad de Bogotá se expide por parte del gobernador de la provincia el 7 de agosto de 1851, un decreto sobre la Casa de Refugio, establecida, el cual en forma detallada establece el carácter de la institución (Art. 21), la organización de una escuela para niños y otra para niñas y talleres (Art.4), la organización y régimen de la casa (Art.19 a 39), de las penas en que incurran los contraventores, aclarando como no existirá la pena de azotes y sólo a los niños podrá aplicárseles la de la palmeta no excediendo de diez golpes al castigo “(Art. 40, parágrafo), lo relacionado con la recepción y el manejo de los expósitos (Art. 44-52).

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La educación sufre un estancamiento, producto de la propuesta de los liberales de favorecer la educación laica y separar la iglesia del poder sobre la enseñanza, lo que ocasionó muchos enfrentamientos, entre los sectores que defendían la iglesia y los liberales, que no estaban en contra de la institución eclesiástica, sino del poder que había adquirido y del adoctrinamiento al que se pretendía someter al pueblo en nombre de la religión católica. Como un avance a los métodos pedagógicos en la formación de los maestros se organizan las escuelas normales, y educan bajo las teorías de la época para lo cual se requirió la presencia de profesionales del exterior. En 1872 vino a cumplir esta labor una misión alemana compuesta por nueve educadores, formados en las teorías de Pestalozzi y Froebel:

“Aunque conocieron las dificultades del idioma y de las costumbres, la falta de recursos materiales y cierta dosis de persecución religiosa por su pertenencia al protestantismo, al final del año habían logrado organizar más de veinte escuelas normales en la mayoría de los estados” (Silva Olarte, R. 1998: 64).

La decisión en el sentido que las escuelas normales fueran dirigidas por laicos nunca fue del agrado de la Iglesia, que llegó al extremo de pronunciarse en contra de los estudiantes con posturas excluyentes, como el caso del arzobispo de Popayán Carlos Bermúdez quien:

“Luego de regresar del Concilio Vaticano de 1870, abrió el ataque. Mediante pastoral de 1872 prohibía a sus fieles matricular a sus hijos en escuelas públicas oficiales bajo amenaza de excomunión, y dos años después, en 1874, excluía a los estudiantes de escuelas normales de cualquier participación en los ceremoniales de Semana Santa” (Ibídem: 65).

Aline Helg Cit. En, Cajiao, F. (1994: 47) se refiere a la educación impartida por misioneros de la siguiente forma:

“El objetivo de la educación en América Latina fue implantar en las colonias la religión católica, la lengua castellana y la sumisión política a las autoridades españolas, bajo los esquemas que predominaban en la Europa de la época. Esto explica que los primeros centros de instrucción básica en el período de la colonia estuvieran dirigidos por la Iglesia, y que posteriormente ésta ejerciera una influencia tan fuerte en todo el proceso de constitución del aparato educativo público”.

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3.2.5. La niñez durante la Regeneración (1880-1900):

El período comprendido entre 1880-1900 ha sido uno de los más conflictivos en la historia de Colombia. Después de la victoria política del Liberalismo Radical (1863-1884), todas las tierras de la Iglesia son confiscadas y rematadas a particulares. Estas decisiones crearon inconformismo y caos lo que favoreció el regreso del partido conservador al poder y con él (1885-1899) período llamado la Regeneración. En esta época se presentaron enfrentamientos políticos que ocasionaron guerras civiles como la de 1899 llamada la guerra de los Mil Días considerada la más sangrienta de las guerras civiles del siglo XIX. Eduardo Santa haciendo referencia a ella se expresa de la siguiente forma: “No podían sospechar que esta nueva guerra civil duraría tres años largos, dejando en la ruina todo el país”. La situación de la mujer y la familia siguió reducida al autoritarismo del hombre como producto de las costumbres y la cultura predominante. Se mantenía la sociedad patriarcal donde la educación debía preparar al niño para ingresar al mundo adulto, para ello debía formarse en hábitos de sumisión, orden y obediencia. Ejemplo de esta sociedad patriarcal la encontramos en el Código Civil de 1887 sobre las prerrogativas que gozaba el hombre sobre las mujeres especialmente en lo relativo a sus hijos:

“La patria potestad era ejercida de manera exclusiva por el padre por esta razón ellos estaban sometidos a su autoridad, la ley excluía expresamente a la madre. De ahí se derivaba entre otras la facultad que tenía el padre de usufructuar los bienes del hijo y de elegir su estado o profesión futura. Podía aplicarles penas privativas de la libertad tales como la detención en establecimientos correccionales creados especialmente para los hijos díscolos. La mujer sólo podía ejercer la patria potestad si era viuda o madre soltera pero la perdía al contraer matrimonio.” (Velásquez, M. En, VV. AA. 1985: 189).

A pesar del continuismo, se hizo inevitable que en este período tomaran cuerpo las condiciones económicas, sociales, políticas e institucionales que sentaron las bases para la entrada del país al capitalismo. Esto se debió según el historiador Bernardo Tovar Zambrano a factores internos y externos; entre ellos se destaca la producción cafetera de exportación, que tuvo su auge durante los años 1870, 1886-1896. La exportación de café se convirtió entonces en el sector dinámico de la economía generando condiciones que impulsaron procesos como la acumulación de

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capital base para el inicio de la industrialización, surgimiento de la clase obrera, aumento poblacional, urbanización, desplazamiento interno de la población.

Se hace importante resaltar que en las primeras fábricas la principal mano

de obra la constituyeron principalmente mujeres y niños que laboraban más de ocho horas diarias y con bajos ingresos, según Alberto Mayor Mora:

“En 1916 de los 630 obreros de dos fábricas textiles más grandes de Medellín 500 eran mujeres y el resto hombres y niños; en ese mismo año, de las 2056 obreras empleadas en fabricas y talleres de Medellín, 200 eran niñas menores de 15 años y algunos niños de cinco años de edad” (Ibídem: 326) .

En este contexto hubo una cierta preocupación por la infancia desamparada y quizás se explica por el poder recobrado por la iglesia y su discurso sobre la caridad cristiana que preocupada por estos niños patrocinó en el país varias instituciones de protección de la niñez. En el año de 1878 se crea en Bogotá la sociedad protectora de niños desamparados que les brindaba abrigo, alimentos, doctrinas y la enseñanza de algún oficio; en 1881 por iniciativa particular se recogen en el edificio construido para el colegio Espíritu Santo los niños callejeros a fin de enseñarles un oficio. (Páez Morales 1990: 101)

3.2.6. La infancia en Colombia en el Siglo XX:

Colombia inicia el siglo XX en una etapa de transición de un país atrasado, devastado por las guerras a un estado de cierta prosperidad económica gracias al crecimiento y desarrollo de una economía exportadora generada por la producción y comercialización con el exterior del café. En 1920 Colombia se había fortalecido como país exportador de café, además gracias a la inversión extranjera empieza su crecimiento industrial. Los Estados Unidos, principal comprador del café empieza a desplazar la influencia británica de la cual Colombia dependía para sus importaciones de manufacturas y equipos. En esta época también se inicia la industria del petróleo bajo la dirección de las compañías norteamericanas, que favorecieron el tratado Urrutia-Thompson, por medio del cual Estados Unidos debía pagarle a Colombia 25 millones de dólares por el Canal de Panamá, con lo cual Colombia incrementó su presupuesto.

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En las ciudades se fortalece el sector de la construcción que requirió de mano de obra generando procesos como la migración campesina a las ciudades, resquebrajamiento de la estructura agraria, formación de masa obrera, protestas obreras y campesinas, proceso de urbanización, aumento de la población agravándose problemas como el desempleo, la salud pública, incremento del alcoholismo, la violencia, maltrato intrafamiliar, la mendicidad, la inseguridad. Se inicia la vinculación de la mujer al trabajo, la institución familiar de campesinos y obreros comenzó a manifestar las consecuencias de la pobreza, empeorando la situación de la niñez que ya había sido vista con preocupación. La llamada delincuencia infantil y los comportamientos “desadaptados” empiezan a ser factor de intranquilidad para los dirigentes del país. Se funda en Bogotá la Cárcel de Menores de Paiba atendida por Hermanas de la Caridad y que más tarde sería objeto de críticas por el trato que en ella recibían los niños. Cerdá, H. (1984) comenta que en 1911 en el gobierno de Carlos E. Restrepo se dicta la Resolución 23 del 17 de mayo, la cual parece sentar una política y un principio que años más tarde tendrá inmenso significado en la Declaración de los Derechos del Niño: la protección del niño contra maltrato físico y psíquico de los adultos, señalando la prohibición en todas las escuelas de la República el uso de la férula y de cualquier otro castigo. Con relación a la “preocupación” por la formación de los indígenas por parte de las misiones Juan Freide (1973: 109) muestra como esta se volvió compulsiva hasta los extremos de convertirse en maltratadora:

“Varios informantes atestiguaron cómo los misioneros en su afán educacional, arrancaban por la fuerza a los niños de las casas de sus padres y cómo castigaban a los alumnos fugitivos, desnudándolos, amarrándolos sobre las mesas y azotándolos a vista y paciencia de los demás, para escarmiento”.

Encuentra el mencionado autor documentos que demuestran los violentos tratos:

“El inspector de Pueblo Viejo avisa el 20 de octubre de 1922, en una carta al corregidor de San Sebastián que envió dos “semaneros”, para “buscar el chinito huido”. Lograron capturar al padre, quien negó saber del paradero del fugitivo, pero el inspector avisa que no le cree y lo remite al corregidor, para que este haga lo que crea conveniente (Ibídem: 111).

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Se organizaban redadas para aprehender niños fugitivos que no se dirigían a las casas de sus padres por miedo de que allí los fueran a buscar, prefiriendo las altas montañas heladas” (Ibídem: 112) .

El sistema educativo era peculiar los niños, después de la misa y el desayuno, se trasladaban a las huertas o potreros de la Misión, donde trabajaban en las labores de campo, hasta mediodía, justificando esta disposición en la falta de presupuesto de la Misión. (Ibídem: 117) Lo cual nos deja ver que desde entonces el trabajo de los niños aunque criticado se daba en forma encubierta. A pesar de estas situaciones sufridas por la infancia rural, en la zona urbana la situación era diferente, los niños no dejaban de ser utilizados por la Iglesia católica para conformar grupos de jóvenes que se manifestaran en contra de los grupos liberales que en ese momento se oponían a las misiones que ellos dirigían, lo cual fue denunciado por el director del periódico La Verdad (1913: 5) cuando haciendo referencia al caso específico de una escuela de Cartagena señala:

“En un rincón de la santísima trinidad, que da a la calle de San Antonio hay una escuela pública donde asisten diariamente cerca de cincuenta niños del barrio Getsemaní. La escuela está regentada por unos hermanos cristianos extranjeros que gastan el tiempo en sembrar en el corazón de esos niños el odio partidista. Este bendito método de enseñanza lo ponen en práctica aquellos benditos hermanos todos los días a las nueve de la mañana y a las tres de la tarde, que son las horas del recreo de los niños”.

Muchas otras situaciones como las anteriores se presentaron en las escuelas, cada grupo político las favorecería o las utilizaría de acuerdo a su intención, en todo caso la población urbana tuvo privilegios ante la rural, y la escuela privada ante la escuela pública. En el caso de la calidad de la educación en las primeras donde solo se concentraba para el período comprendido entre 1920-1925 el 18% de la población, se recibía una formación completa compuesta por un plan de estudio que contemplaba desde la enseñanza de la religión, las artes, matemáticas, historia, geografía, ciencias naturales hasta la educación física y moral, que aunque no era tenía los mejores métodos, ni todos los docentes eran preparados, presentaba una gran distancia con las escuelas públicas en donde existían pésimas condiciones locativas, docentes con escasa o nula preparación, y con una estructura curricular que solo comprendía la enseñanza de la religión, lectura y escritura. A esta escuela asistían los hijos de los trabajadores urbanos pobres (obreros, artesanos, trabajadores de las oficinas públicas y los servicios) que en general no avanzaban mucho en el ciclo de seis años. Silva. R. (1989: 77)

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Según el diario “El Polo Norte” (1910: 3) se planteaba por parte de las clases altas la necesidad de crear la escuela modelo, acudiendo a la iniciativa privada de la educación con el respaldo de los padres de familia, formando sociedades de accionistas, con el objetivo de construir edificios fuera de la ciudad con comodidades y dotados de recursos modernos y científicos, con un cuerpo de docentes extranjeros con el fin de introducir el aprendizaje de diversas lenguas entre ellas el Inglés y el Francés, esta escuela tendría la misión de formar jóvenes aptos y formales que pudieran servir al país. En 1927 durante el gobierno de Miguel Abadía Méndez se dicta una importante ley que sienta las bases de algunos de los principios básicos en defensa del derecho a la educación del niño y en contra de la explotación laboral del menor de edad, esta fue la Ley 56 de 10 de Noviembre de 1927. Para esta época en Europa se debatía la postura de las corrientes positivistas frente a la criminalidad y delincuencia que sostuvo que el ser humano en la actuación de su voluntad obra asimismo influenciado por motivos de orden fisiológico, tales como el carácter, las deficiencias orgánicas, la degeneración o la verdadera parálisis de sus facultades intelectuales en desequilibrio manifiesto con el desarrollo físico. Esta teoría muy pronto fue acogida por médicos y juristas colombianos entre ellos Jorge Bejarano (1929: 49), médico e investigador quién preocupado por la presencia de los niños en la calle y por la imagen que esto daba a la ciudad se tomó como bandera el problema de la niñez abandonada a la que se refirió en su conferencia La Delincuencia Infantil en Colombia y la Profilaxis del Crimen en el Teatro Municipal de Bogotá en 1929 de la siguiente manera: “Bogotá es la ciudad que más impresiona por estas bandadas de niños que recorren calles y plazas el día como la noche. La calle y la plaza son para el niño en Colombia el prolongamiento de su hogar”, continuo el médico Bejarano:

“Para extranjeros como para nacionales nada hay que impresione más desagradablemente que la llegada a una de nuestras poblaciones, así sean grandes capitales como humildes pueblecitos, porque al arribo del tren, del barco o del automóvil, éstos se ven asediados o importunados por una banda de chicuelos sucios y desarrapados, que venden, ya alimentos en la más deplorable condiciones higiénicas, ya libros que no debieran estar en manos de un niño, periódicos o billetes de loterías “(Ibídem: 55).

Sustentó la problemática de la infancia en las teoría de la profilaxis de la delincuencia, basándose en las experiencias realizadas en París, Bruselas y Londres,

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países donde se habían creado los llamados “Centros de Profilaxis mental”, lugar al que eran llevados los niños y adultos con problemas de funcionamiento nervioso que pudieran conducirlos a tener comportamientos desviados o delictivos, basado en esto recomendaba la creación de centros similares en nuestro país con el objeto de evitar la criminalidad tanto en niños como en adultos (Ibídem: 80). Fue debido al incremento de las actividades delincuenciales entre los niños y los jóvenes, por lo que se empiezan a promulgar leyes que regulan dichas actividades, entre ellas la Ley 98 de 1920 por medio de la cual se crea la figura de juez de menores, los juzgados de menores, y la casa de reforma y corrección. En 1922 se expide la ley 109 que ordenará el no seguimiento del procedimiento criminal alguno contra quien no haya cumplido los doce años de edad; En 1927 se expide la ley 56 sobre sanciones a los infractores. Estas leyes dejaron implícitas la gran preocupación que en el momento existía de la problemática de la infancia y aunque no se le da la importancia a las verdaderas causas de ella se consideran un avance en materia del tratamiento de la sanción, ya que empieza a dar un tratamiento a esta población diferente al de población adulta. Este tema será señalado más adelante cuando se haga referencia a la evolución de las leyes de la niñez en Colombia. Al finalizar la década de los años veinte, como lo menciona Le Grand (1989: 186) el país sufre muchas depresiones, entre ellas el llamado conflicto de las bananeras con la que concluyó una de las protestas más grandes que hasta el momento se hubieran dado como producto de las complacientes relaciones que mantuvo el partido conservador con los Estados Unidos, en el cual estos se vieron favorecidos a costa de la explotación de la que fueron víctimas los campesinos que prestaban sus servicios en la siembra y recolección del banano a la empresa norteamericana United Fruit Company, vinculación de la cual nació un grupo social que no había existido antes en Colombia: un proletario rural sin tierra, que en afán a la exigencia de sus derechos y con la influencia de algunos sectores como fueron los comerciantes y activistas de los partidos de izquierda se organizaron para exigir sus derechos, mejores condiciones de vida y respeto por la tierra de la que habían sido desplazados algunos de ellos para servir de plantaciones a la empresa, todo esto aconteció con la condescendencia de las autoridades de la ciudad de Santa Marta. Este conflicto terminaría con una huelga en la que murieron muchos huelguistas entre ellos mujeres y niños, nunca se supo el número exacto de los que cayeron. Este hecho significó el desprestigio del partido conservador y el fin de su hegemonía después de cincuenta años, a los que siguió el partido liberal que legalizó

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los sindicatos y las huelgas. Estos hechos unidos al descenso de los precios del café y el cierre del crédito externo fueron afectando los diferentes sectores económicos del país, que fue acrecentando el problema del desempleo urbano lo que obligó a los campesinos a retornar al campo a exigir su derecho a ubicarse en tierras cerca de los centros de producción que estaban valorizadas y presionadas por los terratenientes, esto agravó el conflicto agrario pues estos ante las presiones de los campesinos optaron por una política violenta contra ellos. A partir de 1930 en adelante se presenta un deterioro en términos de intercambio entre Colombia y los Estados Unidos, en el cual se vería perjudicado el país, la crisis mundial de 1929 redujo los ingresos que se percibían por parte de las exportaciones, la violencia había dejado muchas secuelas, una gran masa campesina emigró a la ciudad en busca de trabajo y mejor nivel de vida acrecentando el desempleo y la formación de barriadas. La educación siguió manteniendo sus diferencias en calidad y recursos entre la escuela urbana y la escuela rural. Durante el gobierno de Olaya Herrera en compañía de su ministro de educación Julio Carrizosa Valenzuela, en su deseo de orientar la educación primaria y de nivelarla en el ámbito nacional se dedicaron a visitar algunas escuelas rurales, de dichas visitas presentaron un informe donde describían: “altos niveles de analfabetismo, primitivas condiciones higiénicas y alimenticias, escasez de locales escolares, métodos disciplinarios y pedagógicos anticuados, maestros con precaria preparación”. Jaramillo Uribe (1989: 88). Estos datos sirvieron de base para desarrollar un plan de reforma educativa que tratara de eliminar las diferencias mencionadas entre la escuela rural y la escuela urbana, dirigida a fortalecer la calidad de la educación y actualización de las prácticas docentes. Sin embargo, terminó su período sin lograr su propósito, y la educación continuó con sus diferencias. Tirado Mejía en VV. AA. (1985: 305) refiriéndose a las administraciones que iniciaron incluyendo en su período un contenido social a sus programas hace referencia a la presidencia de Alfonso López Pumarejo, (1934-1938) quien con ideas de transformación y cambio, que marcaron pasos hacia una democracia que no llegó a consolidarse, pero que significaría la modificación de algunas de las instituciones, durante su candidatura hizo juicios sobre lo que hasta ese momento él consideró había sido la dirigencia colombiana, condenando la utilización que se hacía del pueblo para obtener sus votos, para luego olvidarse de ellos, favoreciendo a la clases dominantes como lo expresó en uno de sus discursos:

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“Los principales yerros y vicios de nuestra democracia surgen de mi sentir en una falla fundamental en las relaciones de las clases directoras del país y las masas populares. La facilidad y la costumbre de constituir gobiernos de casta han venido desligando a las primeras de las segundas. No encuentro en la historia nacional el ejemplo de un período de gobierno que no se haya constituido como una oligarquía, más o menos disimulada o que no se haya derivado hacia esa forma de mando, olvidando sus obligaciones con los electores”.

La década de los 40 no fue mejor para la niñez colombiana sobre todo a la que pertenecía a la clase conformada por los hijos de los campesinos y obreros. Las cifras de mortalidad infantil ocasionadas por enfermedades de tipo infeccioso, situaciones de insalubridad y falta de atención médica mermaron gran parte de la población joven del país, este tema se constituyó en una de las preocupaciones de los dirigentes del momento. La pobreza agudiza el problema de la niñez, la Organización Panamericana de la Salud (1971) (citado por Cerda, 1984:108) muestra su preocupación por la situación que tiene el país con relación las cifras de mortalidad de la población infantil como consecuencia de las secuelas que dejaba la desnutrición al hacerlos más vulnerables a las enfermedades infectocontagiosas. Razón por la cual, para esa época este organismo presenta el siguiente informe que alertaba a los gobiernos a trabajar por una mejor calidad de vida de los grupos menores de edad:

“ En las ciudades, de la mitad a las dos terceras partes de las defunciones fueron asignadas a la categoría de desnutrición no especificada y se caracterizaron por una desnutrición moderada o de segundo grado y por las formas no calificadas de desnutrición proteico-calórica (...). En Cali, Medellín y Cartagena, la desnutrición proteico-calórica fue una seria causa de defunción entre los niños de este grupo de edad, con tasas de 1,4 y 2,0 por 1.000”.

El agravante de la violencia que había estado presente en años anteriores y que recrudeció de tal forma, que a esta época algunos sociólogos e historiadores la denominaron como “La Violencia”, descrita por Paul Oguist historiador norteamericano en VV. AA. (1985: 1725), de la siguiente forma:

“Desde 1946 hasta 1966 la republica de Colombia fue el escenario de una de las más intensas y prolongadas instancias de violencia civil en la historia contemporánea” las causas que se le atribuyeron fueron varias algunos autores la tildan de una violencia partidista, otros de

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una violencia clasista, el sociólogo y sacerdote Camilo Torres la definió como: “Un conflicto clasista que fue desatado como instrumento de sectarismo para que cumpliera las funciones de reforzar el conformismo de la clase dirigida y de garantizar estabilidad de las estructuras de la clase dirigente”.

Sea cual fuere la causa de la violencia de ese período, lo cierto fue que se extendió por toda la geografía del país y creó un daño irreparable a sus habitantes, pero los que más sufrieron este flagelo fueron los campesinos relegados de sus tierras, quienes huyendo de esta violencia dejan el campo y se dirigen a las ciudades en busca de familiares o se ubicaron en las periferias de las ciudades, engrandeciendo los ya existentes problemas de hacinamiento y construcción de paupérrimas soluciones de vivienda, donde no llegaban los servicios públicos y las condiciones de vida se tornaban difíciles. En estas condiciones nacen y crecen niños, que más tarde se convertirían en los llamados “anormales” o “inadaptados” aquellos a los que haciendo referencia a la violencia Eduardo Umaña Luna en VV. AA. (1985: 205) hizo alusión de la siguiente forma: “un alto porcentaje de los actuales autores de crímenes atroces hace parte, precisamente, de los llamados “hijos de la violencia”. Se ha recogido lo que en épocas no muy lejanas, criminalmente, se sembró”. Esta Violencia acrecentó los problemas sociales que el país venía viviendo desde las épocas anteriores. Miles de niños y niñas quedaron sin sus padres, muchas mujeres quedaron viudas, familias sin tierras, formándose una gran masa de población desamparada, sin posibilidades de educación, salud, ni esperanza de vida digna, que mas tarde se convertiría en uno de los problemas sociales que mas diera de que hablar a los juristas, sicólogos, sociólogos, trabajadores sociales, buscando no solo su razón de existencia sino también la solución a su problema. Como un vaticinio a lo que conllevaría esta grave situación, se puede leer en el diario “El Tiempo” (1945: 23) de la época:

“Todas las dolencias de la comunidad radican en el descuido a la infancia menesterosa, en su incipiente o nula educación, en su bajísimo nivel de vida económica, en el menosprecio con que siempre la han mirado las clases ricas, el gobierno y el pueblo mismo. Los niños desamparados y miserables de hoy serán los hambres viciosos del mañana, los malos obreros, los elementos insanos que afrentan a la sociedad, que la combaten y envilecen; los que llenan las cárceles, los hospitales y prostíbulos; la parte repugnante, podrida y malsana, lista a manifestar sus bajos instintos en cuanto la autoridad afloje sus resortes represivos”.

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Ante esta situación se expide la Ley 83 de 1946 (Estatuto Orgánico de la defensa del niño) con la cual el Estado establece la figura del juez de menores con la función de atender los casos de las llamadas infracciones penales cometidas por menores de 18 años, como también las llamadas situaciones de peligro y de abandono moral o físico en que se encontrara el niño o niña. Crea también las casas de observación, con la finalidad de estudiar a este mismo niño de manera integral, física o moral y sus reacciones individuales o sociales en un tiempo determinado de 90 días (ver marco legal). Dentro de esta misma Ley se establece El Consejo Nacional de Protección Infantil, que tenía a su cargo todo lo referente a la prestación y organización de los servicios sociales de la niñez abandonada, trabajadora o maltratada, incluyendo la mujer embarazada, así como también apoyaría la iniciativa a las instituciones no gubernamentales creadas para atender los problemas de la infancia. Una vez más se comprueba que la simple expedición de una ley no resuelve los problemas. Los problemas de la niñez perteneciente a las familias pobres se siguen acrecentando. Lo que permitió que la mendicidad infantil se convirtiera en una de las formas de ingreso familiar, de tal forma que para lograr la compasión de transeúntes y poder conseguir algunas monedas los niños y niñas recurrían a estrategias tales como usar vestimentas deplorables, simular defectos físicos o tonos de voz implorantes. Sin embargo, se entendió esta situación más que como una necesidad de resolver los problemas por los que atravesaban las clases desposeídas, como una forma de ingreso fácil, por lo tanto una vez más la respuesta no era resolver sus problemas sino reprimir estos comportamientos que molestaban al resto de los ciudadanos. Como una muestra de la forma como se entendía la situación en ese momento, se transcribe un artículo del periódico de la capital “El Tiempo” (1949: 22) donde se describe la situación que se presentaba en Bogotá de la siguiente forma:

“La mitad de los mendigos que solicitan acongojadamente de usted una ayuda en metálico, no lo hacen por absoluta necesidad...la mendicidad constituye una profesión...Puede hacerse el cojo, o el manco, lo primero recogiendo una pierna entre la manga del pantalón... y lo segundo, haciendo idéntica cuestión con cualquier brazo... Hacia las seis de la tarde son cientos de chiquillos y decenas de mujeres que van corriendo a la par del transeúnte, rogando con voz casi desfalleciente una limosna para calmar el hambre de “sus muchachos”... Cuando la mujer explotadora ha terminado la jornada, en la cual se educa previamente a los chiquillos para que digan que tienen hambre y frío y para que se rieguen como una trágica brigada a buscar por su cuenta la limosna, se recoge la tropilla desgraciada y se emprende la marcha hacia atrás. Es hora de la repartición de cada chiquillo a sus tugurios, donde hay otra mujer que recibe algunos centavos por el alquiler de sus hijos”.

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Este y el anterior artículo del periódico de la capital dan una idea de lo que en ese momento se entendía por el problema de la niñez abandonada, y de la respuesta represiva que de estos problemas se esperaba, concepción que contribuyó al fortalecimiento y proliferación de las instituciones encargadas de congregar a los niños y niñas que se encontraban en las situaciones mencionadas. (Este tema se ampliará en el capítulo correspondiente a las instituciones). La década de los cincuenta como se señaló anteriormente continuó envuelta entre la violencia, situación que se convierte en un referente obligado cuando se quiere hacer alusión a la historia social del país y su influencia en la situación actual de la familia y la niñez colombiana. El asesinato del líder del partido liberal, sucedido el 9 de abril de 1948 enardeció los ánimos de sus seguidores a nivel nacional, quienes lo tenían como el futuro presidente que lucharía por la justa causa de los campesinos y de las clases más desfavorecidas y de los liberales, quienes rechazaban las políticas conservadoras del entonces presidente doctor Mariano Ospina Pérez y de sus seguidores. Este hecho se convirtió en un motivo para que el pueblo ofendido, se lanzara a la calle y se manifestara en contra de un gobierno al que tildarían de “asesino”, arremetiera con las instituciones que lo mantenían fue así como descrito por Gonzalo Sánchez en VV. AA. (1985: 133) la capital se vio envuelta en llamas:

“Durante la tarde y la noche de ese viernes de abril ardieron edificios gubernamentales (Ministerio de Gobierno, Ministerio de Justicia, Ministerio de Educación, la Cancillería, la Procuraduría General de la Nación, la Gobernación); establecimientos eclesiásticos (palacio de la nunciatura apostólica, palacio arzobispal), y otros”.

Éstos como otros actos de repudio a la muerte de Gaitán fueron violentamente rechazados por la fuerza pública en todo el país, iniciándose una persecución hacía los liberales y sus simpatizantes, lo que a la larga se fue convirtiendo en una batalla partidista que comprometía a todo el país, pero que se sintió con mayor énfasis en las zonas rurales, lugares donde los niños una vez más sufrieron la violencia sobre sus propios cuerpos, y la persecución de la cual fueron víctimas sus padres ampliando el número de huérfanos, abandonados y desterrados de sus lugares de origen.

“Los campesinos volvieron sus ojos al monte, se enmontaron, se escondieron. Era la razón inicial del instinto. Lo abandonaron todo: La familia, la tierra, los animales y aprendieron una nueva lógica, la del

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silencio durante el día y volver al habla por la noche. Espontáneamente comenzaron a organizarse. En cada localidad, en cada vereda, a la voz del más autorizado por su experiencia de hombre, surgieron los primeros focos de guerrilla” (Alape, A. En Ibídem: 1728)

Acrecentado el problema de la niñez y convertido en un suceso demasiado visible como para no tomar decisiones frente a él, se siguen redactando dentro de la legislación colombiana algunos decretos que pretendían reglamentar formas de protección y amparo a esta. Entre estos el Decreto 2675 de 1954 que crea la Secretaría de Acción Social y Protección de la Infancia, que fue modificada en 1957 mediante la creación de la Secretaría Nacional de Asistencia Social (Sendas) cuya función era proteger al niño o niña en situación de pobreza, el Decreto 2151 de 1959, creó en el Ministerio de Salud la División del Niño, para coordinar y dirigir la asistencia a la niñez abandonada, El Decreto El 20 de noviembre de este mismo año, en el seno de la Asamblea General de las Naciones Unidas se proclama la Declaración de los Derechos del Niño. Caballero, A. (Ibídem: 1750) La década de los 60 se inicia con una fuerte influencia internacional, esta vez fue la revolución cubana la que marca una pauta en los movimientos simpatizantes de la izquierda colombiana, entre los que se encontraban estudiantes, campesinos y obreros. Para contrarrestar la posibilidad de alzamientos en otros países y que el comunismo se expandiera, se crea la llamada Alianza para el Progreso formula liderada por los Estados Unidos, la cual apoyó la Ley 135 de la Reforma Agraria y la creación del Consejo de Planeación Económica y Social, el C.O.N.P.E.S.: “reformas abonadas con recursos provenientes del endeudamiento externo. El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional comenzaron a ser palabras de uso coloquial en Colombia”. Con relación al problema agrario, las reformas que se ejecutaron no tuvieron ningún cambio significativo en lo que hacía referencia a la resolución de los problemas de los campesinos, en cuanto a la Reforma Agraria fue identificada por Comité evaluador de la misma, “como una tendencia en la ejecución del programa teniendo en cuenta la más reducida de estos gastos en desarrollo social” Darío Fajardo (s. f.:105).

En cuanto a la educación también hubo intromisión, tanto políticamente como económicamente, lo que a su vez la volvía más dependiente de sus financiadores:

“Entre 1960 y 1967, por ejemplo el país recibió 48.050 millones de dólares para el fomento de la educación. Entre las fuentes financieras figuraban, por orden de importancia, el Banco Internacional de Desarrollo (BID), la Agencia para el Desarrollo Internacional (AID),

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Las Fundaciones Ford, Kellogg y Rockefeller, el Fondo de las Naciones Unidas y la UNESCO. De esos millones de dólares más del 58% (28millones) fueron invertidos en la educación superior” (Helg, A. en VV. AA. 1989: 138)

Se presenta un nuevo cambio en la legislación que hace referencia a la niñez y la familia en el sentido de sustituir el Consejo Nacional de Protección Infantil, creado por la Ley 83 de 1946 señalada anteriormente, por el Consejo Colombiano de Protección Social del Menor y de la Familia, dentro del Ministerio de Justicia mediante el Decreto 1818 de 1964. La función de este nuevo Consejo descrita en el artículo segundo del Decreto quedó resumida de la siguiente forma:

“El Consejo Colombiano de Protección Social del Menor y de la Familia, y la División de Menores, deben asegurar dentro del territorio nacional el bienestar y la protección social tanto de la familia como del menor. Estas dos instituciones se encargan de formular, evaluar, coordinar y en general promover en forma supletoria todo lo relacionado con el bienestar social y protección del menor y de la familia” (ver Marco Legal).

Ante la poca respuesta que este nuevo decreto da a los crecientes problemas de la niñez se recurre a una nueva ley, la Ley 75 de 1968 por medio de la cual el presidente Carlos Lleras Restrepo crea el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. En la exposición de motivos se ubicó como problemas: la irresponsabilidad de los padres frente a los menores, especialmente en el caso de padres naturales, la desnutrición, la delincuencia y la prostitución de menores, problemas ante los cuales se hizo necesario crear un ente que se dedicara exclusivamente a trabajar con los problemas de la niñez, la mujer y la familia. No cabe duda que se trato de unificar todas las acciones dirigidas al trabajo con familia con el fin que el niño recibiera atención en este contexto que se considera importante para su formación integral. Se le dieron también como funciones al ICBF la creación de establecimientos especializados en el manejo y tratamiento de los niños y niñas con retardo en su desarrollo mental y en la rehabilitación de niños y niñas, y la fundación, dirección y administración a nivel nacional de centros pilotos de bienestar. Una vez más se espera que con esta nueva ley, que crea un instituto de protección de la familia si se pueda dar solución a los múltiples problemas por los que atravesaba la población colombiana en esa época especialmente a los correspondientes a la mujer, la familia y la niñez, sin embargo como se mostrará más adelante los resultados continuaran siendo muy pobres con relación a satisfacción de

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necesidades y posibilidades de una vida digna para las familias que conformaban los estratos más bajos en la pirámide social. Uno de los problemas que más se constituían en fuente de preocupación para los países de América Latina por considerarse que tenía graves efectos sobre la población infantil fue la desnutrición que estaba afectando notablemente a la población menor de cinco años. Colombia se encontraba entre los países donde se encontraban el mayor número de niños y niñas que presentaban deficiencias de tipo alimentario y que se traducía en otras otros problemas como consecuencia de ella. Este indicador dejó ver la poca posibilidad que tenía la familia colombiana de alimentarse bien en el sentido de poder consumir las proteínas y calorías necesarias para lograr un desarrollo normal de su población en periodo de crecimiento. Según el Departamento de Planeación Nacional en Colombia en 1977, 100 niños pobres morían de hambre y en términos absolutos “90 mil niños mueren cada año antes de cumplir 5 años de vida”. El doctor Willianson Rueda señalaba, en 1974, que en Colombia, de no haber un cambio en la situación nutricional, el país tendría 3 millones de niños con infradesarrollo físico y mental y que lo más probable, es que por sus limitaciones no podrán ingresar al sistema productivo. (Amar, Guerreo, Macias 1985: 225-226) Uno de los factores que creaba más pobreza fue el endeudamiento del país, ya que ésta no permitía una buena inversión en la política interna del país, todo lo contrario terminaba siendo un circulo de la cual se hacía muy difícil, beneficiarían los sectores productivos más fuertes, con la creencia de que esta inversión, traería beneficios para todos y todas, pero la verdad era que se alejaba la posibilidad de a cumplirle a los otros sectores:

“La deuda externa Genera grandes limitaciones para que el país oriente su desarrollo; además la política de un buen cliente no le ha representado tratos preferenciales en el horizonte de nuevos créditos con la banca internacional. Conviene subrayar que al concluir la década del 80 la deuda pública del país representó cerca de la mitad de nuestro producto interno y compromete cerca del 50% de nuestras exportaciones en el cumplimiento del servicio. Es así como los pagos de intereses y las amortizaciones han continuado en aumento; el pago de intereses representaba en 1980 apenas un 1.2% del producto interno bruto y en 1988 fueron 3%, mientras que las amortizaciones constituían 0.6% del producto interno

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bruto a comienzos de la década y en 1988 ascendieron a 4.0%” (Patiño Santa 1992: 51).

Con el pago de los intereses que aumentaban sin cesar, el pago de la deuda externa se va volviendo casi imposible y el comprometimiento del país sería cada vez mayor, no solo quedaba el compromiso económico de ir pagando esta deuda externa, sino el compromiso moral del que debe un favor, lo que implicaba otros tipos compromisos. La década de los 90 tuvo en Colombia tuvo unas particularidades, que aunque hacen parte de una historia de lucha de poderes y de apropiación de las riquezas naturales del país, marcaron pautas en la economía y la política. Para hacer referencia a esta época estampada con episodios de violencia y de injusticias que llevaron a miles de colombianos a la muerte, se retomaron las investigaciones realizadas por el Instituto de Estudios Políticos de la Universidad Nacional “Síntesis- Anuario Social Político y Económico de Colombia – 10 años. El País para esta época presentaba quizá una de sus bonanzas, que permitieron una recuperación económica significativa, pero dentro de este proceso se encontraron intereses individuales por lo que este auge económico no alcanzó a ser significativo a nivel nacional, además actividades ilícitas como el narcotráfico, que trajo consigo una lucha entre los grupos pertenecientes a las distintas bandas dedicadas a la producción y tráfico de la cocaína:

“Durante 1992, la economía colombiana marchó relativamente bien por muy diversos factores: las inversiones atraídas por el petróleo, las rentas del níquel, los ingresos producidos por las exportaciones menores, las divisas generadas por la gigantesca cosecha de café, el retorno masivo de capitales fugados y también un afortunado manejo macroeconómico. Pero, sin desconocer todo ello y aunque sea muy difícil de medir su impacto con alguna precisión, no se puede negar tampoco el aporte sustancial que ha hecho el narcotráfico a la economía colombiana durante los últimos diez años” (Restrepo Moreno, L. A 1993: 8).

A pesar de esta situación los problemas sociales del país y sobre todo los que tenían que ver con la infancia, que no solo continuaban sino que parecían empeorar. Por ser una población a la que su edad hace mayormente vulnerable a todos los fenómenos que pueden afectar a otros, esta población sufrió los rigores de la pobreza y la violencia y muchos niños y niñas fueron no solo relegados a una vida sin ninguna clase de esperanza, mientras otros y otras

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fueron asesinados por los grupos violentos, que por esos años mantenían al país en estado de terror:

“En 1992, Medicina Legal reportó la escalofriante cifra de 2.830 homicidios en menores de edad, a los que se suman 44 suicidios y miles de heridos y limitados por este flagelo nacional. La violencia empieza en la casa y se extiende a la calle y a la escuela, ante una sociedad anestesiada que parece contemplar impávidamente como más de 10.000 niños residen en las calles y 2.800.000 menores trabajan, muchos de ellos en las peores condiciones laborales, como es el caso de los llamados [“angelitos negros”], los niños trabajadores del carbón (….)” (Durán, E. 1995:17) .

estaFue la década de los 90 una etapa de grandes dificultades para la población Colombiana sobre todo la de los estratos más bajos y la población desvinculada del proceso productivo, mientras los grandes empresarios acrecentaban sus grandes sumas a expensas de los más pobres, tal como lo presenta Sarmiento (1999: 16) en su análisis a la década de los 90:

“Al finalizar el siglo XX, la estructura de concentración de la riqueza en Colombia no puede ser más evidente: 5 grupos financieros controlan el 92% de los activos del sector; el 1.3% de los propietarios posee el 48% de la tierra; los grupos financieros Santodomingo y Ardila Lule son propietarios del 47% de los medios radiales; el 20% de los hogares más ricos concentran el 52% del ingreso. En 1997 el gobierno Samper entregó los canales privados de televisión a estos dos grupos financieros y el grupo Santodomingo adquirió El Espectador, uno de los principales diarios del país, con lo cual la democracia informativa se resquebraja aún más en una sociedad donde los medios masivos se encuentran altamente monopolizados”.

El inicio del nuevo siglo no se da en las mejores condiciones para la infancia a pesar de todas las acciones emprendidas por los diferentes gobiernos en la búsqueda de una mejor presentación de la problemática, cada vez las dificultades parecen acrecentarse, brotan nuevas manifestaciones y otras se agudizan, en todo caso no hay muestras de una responsabilidad seria con el problema de la exclusión social de la infancia en Colombia. Un informe de la Contraloría General (2004: s.p.) denominado Evaluación de la Política social 2003, presenta datos sobre la situación del país, señalando el comportamiento del contexto sociopolítico:

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“Colombia afronta hoy una crisis humanitaria, que se expresa, entre otros factores, en el aumento de la pobreza y la miseria, medida por ingresos. De acuerdo con las cifras del informe, la indigencia que afectaba al 20.4% de la población en 1991, descendió sistemáticamente hasta 1998 cuando fue del 17.9%. Desde entonces, este índice subió aceleradamente pues se elevó al 23% en el año 2000 y al 34% en el 2003. A su vez, la pobreza bajó entre 1991 y 1998 del 53.8% al 51.5% y, a fines de 2003, se situó en 64.8%”.

Tabla 1. Colombia. Indigencia y pobreza por ingresos

Porcentajes

AÑO INDIGENCIA POBREZA 1991 20.4 53.8 1996 18.7 52.8 1998 17.9 51.5 2000 23.0 59.8 2003 31.1 64.3

Fuente: Elaboración propia.

“Entre las causas que explican este fenómeno el estudio señala la crisis económica de finales de los noventa, el aumento del desempleo y el deterioro en la calidad del empleo, lo cual condujo a pérdida neta de ingresos para vastos sectores de la población. Frente a esta emergencia social, la respuesta del Estado ha sido insuficiente por cuanto las medidas de protección han sido débiles y puntuales”.

Este informe muestra el panorama del país a inicios de la década y la influencia que esta situación tiene frente a la población vulnerable como son los casos de niños, niñas y jóvenes, la Contraloría da una mirada a los programas que tienen como objetivo la atención a la familia y la infancia agregando:

“Frente al ICBF, principal ejecutor de las políticas de familia y niñez, la atadura de sus recursos al ciclo económico (parafiscales) hace que éstos disminuyan en épocas de crisis. Existe, además, desproporción entre las tareas asignadas y los recursos disponibles y en ocasiones se da la duplicidad de funciones y la descoordinación con otras entidades”( Contraloría General, 2004: 23).

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La contraloría en este informe muestra la desproporción que existe en cuanto a la distribución de la riqueza del país y corrobora la anterior cita del doctor Libardo Sarmiento (1999):

“En términos de desigualdad, Colombia ocupa el tercer lugar en América Latina, que, a su vez, se ubica como la región más desigual del mundo. Esta situación se agravó entre 1991 y 2000 pues hubo en empeoramiento progresivo en la distribución del ingreso del país medida por rangos de ingreso. Como consecuencia, la brecha entre ricos y pobres ha aumentado vertiginosamente: mientras en 1991 el 10% más rico de la población tenía 52 veces más ingreso que el 10% más pobre, en el 2000 esa relación fue de 78 veces” (Contraloría General, 2004: 27).

Frente a este contexto, no podernos esperar sino que la población infantil le corresponda soportar las consecuencias, y sean ellos y ellas quienes por decisión propia o ajena se dediquen a actividades que no son propias de su edad, tal cual lo muestran las cifras de “trabajo infantil”, que no son en este momento las mismas actividades que ejercieron los niños y niñas en años anteriores, cada vez se van vinculando a actividades con mayor compromiso y que a la vez comprometen mayormente su salud e integridad, tal como lo muestra un informe del Diario El Universal:

“El trabajo infantil en Colombia es un problema que afecta a 2 millones 225 mil 340 menores de edad entre los cinco y los 17 años.

Las actividades a las que se dedican son tareas domésticas, prostitución y la producción de bienes y servicios.

En forma paralela, otra investigación, patrocinada por la Organización Internacional del Trabajo, reveló que unos 35.000 niños son víctimas de explotación sexual y se dedican a la prostitución, en algunos casos sosteniendo relaciones a cambio de 500 pesos o un plato de comida.

El informe de la Defensoría del Pueblo subraya que uno de los casos más frecuentes de explotación laboral infantil se relaciona con las niñas indígenas y campesinas que son llevadas a casas de familia en las ciudades para que cumplan con labores domésticas” (El Universal, 2006:2)

Ante las cifras preocupantes de desempleo y de empleo informal, de exclusión social, se responde con un programa denominado Familias en Acción, el cual ha sido definido por el gobierno como:

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“Una iniciativa del Gobierno Nacional para entregar subsidios de nutrición o educación a los niños menores de años que pertenezcan a las familias pertenecientes al nivel 1 del SISBEN, familias en condición de desplazamiento o familias indígenas.

El programa Familias en Acción consiste en otorgar un apoyo monetario directo a la madre beneficiaria, condicionado al cumplimiento de compromisos por parte de la familia. En educación, al garantizar la asistencia escolar de los menores y en salud, con la asistencia de los niños y niñas menores a las citas de control de crecimiento y desarrollo programadas

La verificación del cumplimiento de un conjunto de compromisos de corresponsabilidad está orientada al complemento de la inversión en capital humano de los menores. De esta forma el Programa contribuye al incremento del ingreso de las familias en condición de pobreza extrema, con el fin de que puedan vincularse con las transacciones de mercado y al mejoramiento de sus condiciones de vida. Acción Social”.

El programa Familias en Acción fue un programa iniciado en el 2001 con US$ 150 millones de financiamiento provenientes del Banco Mundial, desde esa fecha la estrategia del programa en la reducción de la pobreza no ha dado resultados, toda vez que hasta el momento no ha habido una reducción significativa, incluso el ex presidente Andrés Pastrana creador del programa considera que se le ha dado un giro politiquero.

A pesar de su creación en el 2001, el país vive en estos últimos años una de las peores crisis con relación a los derechos de la infancia y la juventud, se retoman noticias que señalan las deficiencias en los programas dirigidos a esta población:

“Como una deuda del Estado’, calificó el Procurador la falta de acciones en materia educativa, que han impedido que el 65,9 por ciento de los colombianos en edad escolar tengan educación plena: se matriculen, pasen el año y aprendan algo que les sirva. Una reorientación urgente de las políticas educativas pidió al Gobierno la Procuraduría General de la Nación, por considerar que estas no cumplen con el propósito de dar una educación que de verdad sirva a los colombianos. Con el agravante de que eso alimenta la violencia. “Solo el 34,1 por ciento de la población entre 5 y 17 años disfruta del derecho pleno a una educación de calidad... El Estado tiene esta enorme deuda”, aseguró ayer el procurador, Edgardo José Maya.

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Los últimos cuatro gobiernos no han cumplido” (El Tiempo, 2006: 4).

El breve recorrido a través de la historia de Colombia para mostrar la condiciones de la infancia y la juventud en la actualidad, ha pretendido llevar al lector a reflexionar sobre esta situación, de tal forma que se evite seguir viendo la pobreza como una simple herencia o como factores individuales de cada colombiano, y mucho menos que se espere una mayor prosperidad económica del país traiga aparejado el bienestar de todos y todas, cuando la historia nos ha señalado las bonanzas que pudo aprovechar el país, pero del cual solo se han beneficiado unos pocos. Las respuestas paliativas y desconocedoras de la condición del ser humano, no hacen sino mantener la estructura y prolongar la agonía de los que morirán sin conocer sus potencialidades, sin lograr sentirse entre los humanos como uno de ellos, solo serán contados como objetos que permitieron que otros lograran sus objetivos, se enriquecieran y satisficieran al máximo sus ideales de poder. Las dadivas, aunque se presenten en calidad de programas de mejoramiento de las condiciones de vida de los y las ciudadanos, no tienen realmente ese efecto, la calidad de vida de una persona no se mide solo por el hecho de recibir una pequeña cantidad de dinero con lo cual pueda satisfacer necesidades inmediatas, esto es olvidar que el ser humano es algo más que un cuerpo biológico, y que tiene otras necesidades que satisfacer y que están relacionadas con su condición humana, el desarrollo de sus capacidades que le dan la libertad de decidir, las oportunidades de participar activamente en la sociedad a la que pertenece, de ser constructor de su historia.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

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CAPITULO IV

MARCO LEGAL

(DERECHOS Y PRINCIPIOS QUE REGULAN

LA PROTECCIÓN Y TRATAMIENTO

INSTITUCIONAL DEL MENOR EN COLOMBIA).

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CAPITULO IV: MARCO LEGAL. DERECHOS Y

PRINCIPIOS QUE REGULAN LA PROTECCIÓN Y

TRATAMIENTO INSTITUCIONAL DEL MENOR EN

COLOMBIA. Introducción. 4.1. Derechos fundamentales y leyes de protección a niños, niñas y jóvenes. 4. 2. Tratados internacionales:

4.2.1. Convención Americana sobre Derechos Humanos 4.2.2. Convención sobre los Derechos de los Niños. 4.2.3. Acuerdo Sobre Asistencia a la Niñez entre la República de Colombia y la República de Chile. 4.2.4 Reglas mínimas de las Naciones Unidas para la Administración de Justicia de menores (Reglas de Beijing)

4. 3. Leyes especiales. 4. 4. Código de la Infancia y adolescencia. 4.5. Nivel de cumplimiento de la ley. Referencias Bibliográficas. Introducción

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En este capítulo, que se ha denominado marco legal, se enmarcarán las leyes y los decretos que se han promulgado en Colombia para regular las relaciones de la sociedad y el Estado con la Infancia. Generalmente estás legislaciones surgen en momentos en que el Estado y sus instituciones han considerado necesario establecer pautas de conductas en situaciones de necesidad. No se hace aquí un exhaustivo estudio sobre la legislación colombiana en el campo de la infancia, pero se retoman las normas que se han considerado importante resaltar para poder identificar las estrategias jurídicas del Estado para enfrentar los diferentes episodios o situaciones que han marcado la historia de la infancia en Colombia.

El capitulo se iniciara con la definición de los Derechos Fundamentales aclarando desde cuando un ser humano es sujeto de derechos, lo cual se constituye en un elemento importante para tener en cuenta tratándose del tema de la infancia. Se consideró importante también en este capítulo hacer un recorrido histórico de las leyes y decretos, con la intencionalidad de mostrar los criterios que se tuvieron en cuenta en promulgación de las leyes anteriores para llegar a las que tenemos actualmente. En este recorrido es posible percibir como, la forma como han ido evolucionando las leyes que hacen referencia a la protección de la niñez complementa la visión que se ha tenido de ellos a través del tiempo, es una muestra de la concepción de infancia y sobre todo de la infancia en estado de exclusión social. Es de anotar que la mayoría, por no decir todas estas legislaciones, tuvieron influencia de normas de otros países, sin tener en cuenta la problemática nacional ni el contexto donde se haría su aplicación.

4.1. Derechos fundamentales y leyes de protección a

niños, niñas y jóvenes.

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No se va a describir en los siguientes párrafos lo que se entiende por derechos fundamentales puesto que los conceptos que de ellos han surgido dependen de las diversas corrientes filosóficas del pensamiento occidental y el querer abarcarlas todas constituiría una tarea que desborda los propósitos de este trabajo. Sin embargo, podría llamarse la atención del lector sobre el factor predominante en cada una de las definiciones que se han dado de derechos fundamentales a través de la historia, es decir, el hecho de que pertenecen a toda persona, o individuo de la especie humana.

En Colombia, es el artículo 74 del Código Civil el que establece a quien se le reconoce la condición de persona dentro del territorio nacional: “Son personas todos los individuos de la especie humana, cualquiera que sea su edad, sexo, estirpe o condición”. Y esta calidad de persona se adquiere, según el artículo 90 del Código Civil colombiano, “al nacer, esto es, al separarse completamente de su madre”20. Así, explica la norma citada, “si la criatura muere en el vientre materno, o perece antes de estar completamente separada de su madre, o simplemente no sobrevive ni un solo instante a la separación de la madre, se reputará no haber existido jamás”21.

Debe tenerse en cuenta que el artículo descrito en el párrafo anterior, establece el momento preciso en que comienza la existencia legal de la persona. Si nos preguntamos, desde qué momento se entiende que una persona es, por sí misma, sujeto de derechos y obligaciones. Teniendo en cuenta las normas antes citadas, podríamos decir, que en Colombia, todo individuo de la especie humana, cualquiera que sea su edad, sexo, estirpe o condición, goza de derechos, y con mayor razón aún de los derechos fundamentales, por el solo hecho de ser persona, desde el momento que nace. Sin embargo, este enunciado merece una precisión. En nuestro país “la ley protege la vida del que está por nacer. El juez, en consecuencia, tomará, a petición de cualquiera persona, o de oficio, las providencias que le parezcan convenientes para proteger la existencia del no nacido, siempre que crea que de algún modo peligra”22. Lo anterior quiere decir, en palabras de la Corte Constitucional colombiana, que los derechos patrimoniales que caen sobre el nasciturus, se radican en cabeza suya desde la concepción, pero sólo pueden hacerse efectivos, sí y solo sí, acontece el nacimiento. Por el contrario, los derechos fundamentales pueden ser exigibles desde el momento mismo que el individuo ha sido engendrado23.

20 Es en este momento en el que el Código Civil reconoce el comienzo de “la existencia

legal de toda persona”. 21 Artículo 90 del Código Civil colombiano. 22 Artículo 91 del Código Civil Colombiano 23 Sentencia de la Corte Constitucional T. 223 de 1998, M.P. Vladimiro Naranjo Mesa.

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En otras palabras, y un poco para aterrizar el presente análisis al objeto de la investigación, toda la niñez colombiana, incluida la que está por nacer, es sujeto de derechos fundamentales, al igual que el resto de personas dentro del territorio nacional. Sin embargo, para el presente estudio, es prudente precisar cuál son los denominados derechos fundamentales y cuál es alcance de dichos derechos en el ordenamiento jurídico Colombiano. Los derechos fundamentales están escritos en el capítulo I, del Título II, de la Constitución Política de Colombia. En esta división, denominada “De los derechos fundamentales”, encontraremos, del artículo 11° al 41°, los 30 derechos que el constituyente primario reconoció deberían ineludiblemente estar protegidos por el Estado, porque son que permiten que una persona pueda desarrollarse de manera digna. Estos derechos son: el derecho a la vida, a no ser sometido a desaparición forzada, a torturas ni a tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, a ser libres e iguales ante la ley, al reconocimiento de la personalidad jurídica, a la intimidad personal y familiar y a su buen nombre, al libre desarrollo de su personalidad, a no ser sometido a la esclavitud, la servidumbre ni a la trata de seres humanos en ninguna de sus formas, a la libertad de conciencia, así como a la libertad de cultos y a expresar y difundir su pensamiento y opiniones, a la honra, a la paz, a presentar peticiones respetuosas a las autoridades, a circular libremente por el territorio nacional, al trabajo, a escoger profesión u oficio, a la libertad de enseñanza, aprendizaje, investigación y cátedra, a la libertad, a tener un debido proceso en toda clase de actuaciones judiciales y administrativas, a invocar el Habeas Corpus, a no declarar contra sí mismo o contra su cónyuge, compañero permanente, ni familiares, a no ser desterrado o sometido a prisión perpetua, al asilo, a reunirse y manifestarse pública y pacíficamente, a la libre asociación, a constituir sindicatos o asociaciones, sin intervención del Estado, y a participar en la conformación, ejercicio y control del poder político, entre otros. Además, de acuerdo con el artículo 94 de la Constitución, no todos los derechos fundamentales tienen consagración positiva, pues no pueden negarse como tales aquellos que “siendo inherentes a la persona humana”, no estén enunciados. Adicionalmente la Corte Constitucional colombiana entiende como fundamental todo derecho constitucional que funcionalmente esté dirigido a lograr la dignidad humana, esté descrito o no en la constitución, o en los tratados internacionales de que trata el artículo 94 antes citado. Es decir, que se considera fundamental cualquier derecho en la medida en que resulte necesario para lograr

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la libertad de elección de un plan de vida concreto y la posibilidad de funcionar en sociedad y desarrollar un papel activo en ella24. Se puede realzar de la providencia anteriormente citada el hecho de que, para la Corte Constitucional colombiana, el elemento que resulta decisivo para sistematizar los derechos fundamentales y su alcance, es dignidad humana. Esto, en el nuevo constitucionalismo colombiano, alcanza un sentido indiscutible al interpretarse toda la Carta de derechos con el artículo 1 de la Constitución, que dispone que el Estado colombiano se funda en el “respeto por la dignidad humana”. En otras palabras, los derechos fundamentales en Colombia, deben ser tales que permitan a la persona elegir libremente un plan de vida concreto en el marco de las condiciones sociales en las que el individuo se desarrolle y con “la posibilidad real y efectiva de gozar de ciertos bienes y de ciertos servicios que le permiten a todo ser humano funcionar en la sociedad según sus especiales condiciones y calidades, bajo la lógica de la inclusión y de la posibilidad de desarrollar un papel activo en la sociedad”25. Ahora bien, siendo los derechos fundamentales garantías básicas sin las cuales la supervivencia del ser humano no sería posible, la cuestión que queda por resolver es el papel del Estado colombiano frente a estos derechos. Recuérdese que la solución a esta problemática se ha dado de acuerdo con la doctrina filosófica imperante. Así, para los filósofos liberales del siglo XVIII, los derechos humanos eran verdaderos límites al poder del Estado. Hoy en día, la teoría de los derechos fundamentales debe adaptarse al concepto de Estado social, sin renunciar a lo sustancial de su concepción liberal. (Julio E., A. (2000:28) En Colombia se ha optado por concebir a los derechos fundamentales como verdaderos límites al poder del Estado, pero éstos no constituyen sólo derechos de libertades. Se trata de derechos que imponen al Estado el deber de que su actividad tienda hacia el verdadero disfrute de dichos derechos por parte de las personas, reconociéndose incluso la violación de dichos derechos por inactividad de la Administración. En otras palabras, es deber de las autoridades asegurar, mediante prestaciones públicas, el goce de todos los derechos entendidos como fundamentales. De esta forma el Estado colombiano se ha reconocido la obligación de generar un “estado de cosas constitucional” en donde toda su actuación esté irradiada por el respeto y la protección de los derechos fundamentales.

24 Sentencia de la Corte Constitucional colombiana T-227 de 2003 M.P. Eduardo Montealegre Lynett.

25 Tesis funcionalista de los derechos fundamentales presentada por la Corte Constitucional en su sentencia T-881 de 2002.

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Adicionalmente, este deber se encuentra reforzado por un recurso jurídico, expedito y eficaz, que le permite a toda persona exigir al Estado la protección de sus derechos fundamentales, incluso cuando éstos están siendo violados por particulares26. Este recurso está reconocido por el artículo 8627 de la Constitución Política que consagra la “acción de tutela”, reconocida jurídicamente en los países de habla hispana, como “recurso de Amparo constitucional”. Retomando entonces el caso de los niños y niñas en Colombia, se puede concluir que éstos, en su calidad de personas, están reconocidos como poseedores de una identidad inimitable caracterizada por su racionalidad que le permite ejercer sus deseos y apetencias libremente. De ahí que se le reconozca una dignidad -la dignidad humana- que lo colocan en situación de superior en el universo social en que se desenvuelve, y por ello, … (acreedores) de derechos que le permiten desarrollar su personalidad humana y sin los cuales ésta se vería discriminada, enervada y aún suprimida28. Insistiendo en que además, ellos y ellas cuentan con el mecanismo jurídico para asegurar el efectivo goce de sus derechos fundamentales. Sin embargo, el presente análisis no puede quedar hasta ahí, porque se hace necesario destacar que en el Capítulo II, del Título II de la Constitución colombiana, se enumeran otros derechos que son igualmente inherentes a toda persona y que hacen parte del gran género denominado derechos humanos. Se trata de “los Derechos sociales, Sociales, Económicos y Culturales”. En este capítulo en donde se consagran esta nueva generación de derechos29, que la

26 Queremos llamar la atención en el sentido de que no siempre le es dable al Estado

intervenir en los asuntos de los particulares. Sin embargo, la vía judicial descrita se encuentra abierta cuando el particular presta un servicio público, cuando éste afecte grave y directamente el interés colectivo, o cuando la persona afectada en su derecho fundamental se encuentre en relación de subordinación o indefensión con respecto del particular.

27 ARTICULO 86. “Toda persona tendrá acción de tutela para reclamar ante los jueces, en todo momento y lugar, mediante un procedimiento preferente y sumario, por sí misma o por quien actúe a su nombre, la protección inmediata de sus derechos constitucionales fundamentales, cuando quiera que éstos resulten vulnerados o amenazados por la acción o la omisión de cualquier autoridad pública.

La protección consistirá en una orden para que aquel respecto de quien se solicita la tutela, actúe o se abstenga de hacerlo. El fallo, que será de inmediato cumplimiento, podrá impugnarse ante el juez competente y, en todo caso, éste lo remitirá a la Corte Constitucional para su eventual revisión. Esta acción solo procederá cuando el afectado no disponga de otro medio de defensa judicial, salvo que aquella se utilice como mecanismo transitorio para evitar un perjuicio irremediable. En ningún caso podrán transcurrir más de diez días entre la solicitud de tutela y su resolución. La ley establecerá los casos en los que la acción de tutela procede contra particulares encargados de la prestación de un servicio público o cuya conducta afecte grave y directamente el interés colectivo, o respecto de quienes el solicitante se halle en estado de subordinación o indefensión”.

28 Corte Constitucional, sentencia T-419 de 1992. 29 Se trata aquí de los denominados derechos de segunda generación.

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doctrina ha reconocido como no menos fundamentales salvo por su imposibilidad de ser reclamados por vía de acción de tutela30, se ha incluido un artículo que se refiere de manera específica a los “Derechos Fundamentales de los niños”:

Artículo 44 de la Constitución Política: “Son derechos fundamentales de los niños: la vida, la integridad física, la salud y la seguridad social, la alimentación equilibrada, su nombre y nacionalidad, tener una familia y no ser separados de ella, el cuidado y amor, la educación y la cultura, la recreación y la libre expresión de su opinión. Serán protegidos contra toda forma de abandono, violencia física o moral, secuestro, venta, abuso sexual, explotación laboral o económica y trabajos riesgosos. Gozarán también de los demás derechos consagrados en la Constitución, en las leyes y en los tratados internacionales ratificados por Colombia”.

Esta norma constitucional, además de describir los derechos que para los niños y niñas se consideran fundamentales, establece que los ellos y ellas gozan también de los demás derechos consagrados en la Constitución, en las leyes y en los tratados internacionales ratificados por Colombia. Ahora bien, a pesar de que los derechos humanos de segunda generación, o derechos económicos, sociales y culturales no son de aplicación inmediata, el Estado tiene el deber de realizarlos progresivamente en pro de asegurar condiciones materiales mínimas de existencia a toda persona, puesto que ellos están relacionados íntimamente con la noción de Estado social de derecho y el reconocimiento de la dignidad humana. Tanto es así que la comunidad internacional vigila el cumplimiento del deber progresivo de realización de los derechos económicos, sociales y culturales, como el establecimiento de condiciones mínimas vitales para la persona. De esta forma se condena el que los Estados no aseguren ese mínimo vital salvo que existan poderosas razones que justifiquen, tales como razones económicas. Sin embargo, ello no implica que los estados no deban invertir todos los recursos disponibles para su realización. En ese sentido el artículo 44 de la Constitución política de Colombia adquiere una mayor importancia, y obliga al Estado a guiar sus recursos a la protección efectiva del menor frente cualquier factor que pueda atentar contra sus

30 Los derechos sociales, económicos y culturales dependen para su realización de la intervención legislativa por lo que no pueden hacerse exigibles de manera inmediata. Excepcionalmente, en relación con los niños o en caso de comprobarse una conexidad directa con otros derechos fundamentales, éstos adquieren naturaleza de fundamental y, por ende, posibilidad de ser tutelado.

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derechos, ya que, en últimas, estos riesgos se traducen en situaciones de violencia contra los niños. Así, resulta evidente que los niños y niñas son considerados por la Constitución, como grupo destinatario de una atención especial estatal, en virtud del cual deben recibir un tratamiento proteccionista, respecto de sus derechos y de las garantías previstas para alcanzar su efectividad. Lo que se busca jurídicamente es que los niños logren identificarse como seres reales, autónomos y en proceso de evolución personal, titulares de un interés jurídico superior que irradia todo el ordenamiento jurídico31. Dicho interés supremo de los niños y niñas se revela como un principio que implica una forma de comportamiento determinado, un deber ser, que delimita la actuación tanto Estatal como particular en las materias que los involucran32. Según este principio a los menores se les debe garantizar un desarrollo normal y sano en los aspectos físicos, sicológicos, intelectuales y morales, sin olvidarnos de la importancia del correcto desarrollo de su personalidad. De esta forma se presenta el “deber ser” del Derecho Constitucional Colombiano con respecto de los derechos de la infancia. 4. 2. Tratados internacionales: Colombia ha suscrito convenios internacionales en materia de la protección de la niñez por lo tanto estos adquieren carácter obligatorio para el país, lo que ampliaría la gama de instrumentos jurídicos con que cuenta la población infantil para disfrutar de los derechos que tanto la Constitución Política como los acuerdos internacionales le reconocen en su condición de humanos 4.2.1. Convención Americana sobre Derechos

Humanos

Llamada también Pacto de San José. Suscrita tras la Conferencia Especializada Interamericana sobre Derechos Humanos, en San José de Costa Rica el 22 de noviembre de 1969 y entro en vigencia el 18 de julio de 1978, y aprobada por el Congreso de la República mediante la Ley 16 de 1972.

31 Sentencia T-556 de 1998. 32 Sentencia 1064 de 2000, M.P. Álvaro Tafur Galvis.

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Los Estados partes en esta Convención se "comprometen a respetar los derechos y libertades reconocidos en ella y a garantizar su libre y pleno ejercicio a toda persona que esté sujeta a su jurisdicción, sin discriminación alguna" Además, establece la obligación, para los Estados partes, del desarrollo progresivo de los derechos económicos, sociales y culturales contenidos en ella.

La Convención en su artículo 19 expresa que: "todo niño tiene derecho a las medidas de protección que su condición de menor requiere por parte de su familia, de la sociedad y del Estado” A partir de este aporte surgieron mas medidas que amparaban infancia.

4.2.2. Convención sobre los Derechos de los Niños.

La Convención sobre los Derechos del Niño, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989, y aprobada por el Congreso de la República de Colombia mediante la ley 12 del 22 de enero de 1991. La Convención de los Derechos de los Niños es un convenio de las Naciones Unidas que describe los derechos que tienen todos los niños y las niñas y establece normas básicas para su bienestar y desarrollo. Los países que ratifican la Convención (constituidos como Estados Partes de la misma) aceptan comprometerse legalmente a sus estipulaciones e informar regularmente a un Comité de Derechos del Niño sobre sus avances. El documento por sus característica puede verse como el primer código universal de los derechos de los niños, que implica obligatoriedad para los países que lo acogen; contiene 54 artículos y reúne en un sólo tratado todos los asuntos pertinentes a los derechos de los niños, los cuales pueden dividirse en cuatro amplias categorías: Derecho a la Supervivencia, al Desarrollo, a la Protección y a la Participación. En su artículo 1º estipula lo que la Convención entiende como niño o niña: "Para los efectos de la Presente Convención, se entiende por niño todo ser humano menor de dieciocho años de edad, salvo que, en virtud de la ley que le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad." “La Convención reconoce la vulnerabilidad especial de los infantes y trata sus derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales como elementos de un conjunto; de tal manera que, un niño puede estar adecuadamente alimentado, pero si no se le educa, se le permite el acceso a la cultura, se le

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ampara de la explotación laboral y de cualquier forma de abuso, no puede decirse que esté protegido, pues se trata de derechos que conforman un todo integrado. En ella también se reconoce que el niño tiene una serie de necesidades que evolucionan y cambian con la edad. Por eso trata de equilibrar los deberes de los padres, correlativamente con dichas necesidades. Todos estos principios fueron recogidos por la Asamblea Nacional Constituyente en la Carta Política de 1991, en su artículo 44, otorgando en forma, por demás afortunada, especial atención a la protección y formación de los menores, estableciendo, además, que los derechos de los niños prevalecen sobre los derechos de los demás.” 4.2.3. Acuerdo Sobre Asistencia a la Niñez entre la

República de Colombia y la República de Chile.

El acuerdo Sobre Asistencia a la niñez entre la República de Colombia y la República de Chile, realizado en Santafé de Bogotá, D.C., el 16 de Julio de 1991 y aprobado por medio de la Ley 468 de 1998. El acuerdo se realiza a partir de las prioridades de ambos Gobiernos para brindar asistencia a la niñez, procurando las condiciones favorables para su desarrollo integral y garantizando los medios necesarios para el goce de los derechos que le son propios y prever a través de la concertación, la unión de esfuerzos, recursos humanos e institucionales para la investigación, prevención y tratamiento de los problemas que afectan al menor y su familia Según el representante del Ministerio Público, en el Acuerdo, “Los objetivos propuestos por los dos países se acomodan a las prescripciones de la Ley 12 de 1991, por la cual se dio aprobación al texto de la Convención Sobre los Derechos del Niño, que es el instrumento internacional que da marco a la acción estatal en favor de la niñez…” El artículo 4 de este acuerdo estipula que Las Partes Contratantes designan como órganos encargados de la ejecución de este Convenio al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar por Colombia y al Servicio Nacional de Menores por Chile.

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4.2.4 Reglas mínimas de las Naciones Unidas para la

Administración de Justicia de menores (Reglas de Beijing)

En 1980, en el Sexto Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente, realizado en Caracas (Venezuela), se propusieron algunos principios básicos, los cuales debían organizarse como reglas orientadoras de la administración de Justicas de niños, niñas y jóvenes, a fin de proteger los derechos de esta población que por alguna circunstancias se encontraban frente a las normas jurídicas. Se consideró que estas reglas podían servir de modelo a los Estados miembros de las Naciones Unidas, en relación con el tratamiento dado a niños, niñas y jóvenes con conductas tipificadas como delitos o contravenciones. En los años siguientes, El Comité de Prevención del Delito y Lucha contra la Delincuencia en colaboración con el Instituto de Investigación de la Naciones Unidas para la Defensa Social, los institutos regionales de las Naciones Unidas y la Secretaría de las Naciones Unidas forman un comité, que creó un proyecto de reglas mínimas. Las reglas fueron aprobadas en varias secciones, primero en las reuniones regionales preparatorias del Séptimo Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente, y en la reunión preparatoria interregional, celebrada en Beijing (China) en mayo de 1984, después de unos arreglas decidió aprobarlas. Las Reglas fueron aprobadas por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 29 de Noviembre de 1985 y las incluyó en el anexo a su resolución 40/33. La Reglas son una compilación de las medidas aceptadas por las Naciones Unidas para el procedimiento a seguir frente a las conductas de los niños, niñas y jóvenes conductas denominadas por la Ley como infracciones o contravenciones. Estas Reglas han sufrido modificaciones buscando coherencia con la Convención sobre los Derechos del Niño, firmado posteriormente

Las Reglas para su comprensión están divididas en seis partes, acompañadas por comentarios explicativos que se extienden a cada una de las Reglas. Las seis partes son las siguientes:

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1. Principios generales. 2. Investigación y Procesamiento 3. De la sentencia y la Resolución. 4. Tratamiento fuera de los establecimientos

penitenciarios. 5. Tratamiento en los establecimientos penitenciarios. 6. Investigación, planificación y formulación y

evaluación de políticas

Nuestro país ha ratificado numerosos tratados que se ocupan de la protección de los derechos de los niños, vr. gr. la Convención Americana sobre Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, la Convención sobre Derechos del Niño, las convenciones contra la discriminación racial y de la mujer, las convenciones para la prohibición del genocidio y la tortura, las convenciones y protocolos de Ginebra, y los convenios de la OIT relativos a menores trabajadores, entre otros.

De esta forma se debería entender que los niños y niñas, en Colombia, gozan no sólo de los derechos consagrados en la Constitución y en la ley, sino en los demás tratados internacionales ratificados por el Estado y específicamente los consagrados en la Convención de los Derechos de los Niños adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 2 de Noviembre de 1989, y ratificada por el Congreso de la República de Colombia, por medio de la ley 12 de 1991. El Gobierno Nacional debe así asegurar el cumplimiento de la Convención, debido a su condición de ley, le corresponde cumplirla, hacerla cumplir y respetarla, con el agravante de que el no hacerlo implicaría la violación de la Constitución misma en su artículo 44.

4. 3. Leyes especiales

Una mirada a la forma como han ido evolucionando las leyes que hacen referencia a la protección de la niñez complementa la visión que se ha tenido de ellos a través del tiempo. No se tuvo la intención de hacer un estudio exhaustivo de la legislación colombiana en materia de infancia, pero si se ha considerado importante señalar las principales leyes que de alguna forma influyeron en el trato y concepción de esta población.

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Es de anotar que la mayoría, por no decir todas las legislaciones anteriores, tuvieron influencia de normas de otros países, sin tener en cuenta la problemática nacional ni el contexto donde se haría su aplicación.

Las primeras normas que rigieron en la república de Colombia fueron las de la legislación española durante la colonia, que aún después de declarada la emancipación política quedaron vigentes hasta 1837, cuando se expidió el primer Código Penal, (Código de la Nueva Granada). Pérez, L.C. (1956: 9) lo describió del siguiente modo: “El Código de 1936, fue el resultado de un criterio comparativo menos estrecho y subalterno, pues en su elaboración no se tuvo en cuenta un modelo exclusivo, sino la consulta de varios estatutos americanos que desde años anteriores demostraron una correcta operancia. Fue este, indudablemente, un esfuerzo de nacionalización de nuestro derecho positivo aunque de reducidas dimensiones”.

Con relación a la infancia este código contenía algunos artículos que regulaban la conducta de los menores. Estas normas fueron:

“Artículo 106: “Son excusables y no están por consiguiente sujetos a pena alguna El menor de siete años.”

Artículo 108: “En ningún caso se impondrá pena al menor de 16 años y medio y solamente se prevendrá a los padres, abuelos o curadores que cuiden de él, le den educación y lo corrijan convenientemente. Pero si hubiese fundado motivo para desconfiar de que los padres, los abuelos, o tutores lo corrijan, o se comprobase que es incorregible, se le pondrá en una casa de reclusión por el termino que se estime conveniente, según su edad y circunstancias del caso, con tal de que no pase de la época en que cumpla diecisiete años.”

Este Código estableció la conversión de sanciones para los menores de catorce a diecisiete años, lo que se buscaba era disminuir la sanción con relación a la de los adultos. El Titulo Primero, Capítulo I “De las personas punibles”, señala los siguientes mandatos:

“Artículo 103: “Si el menor de 17 años cometiere un delito que merezca la pena de muerte, será condenado a doce años de trabajos forzados; si la vergüenza pública, a tres años de presidio; si la de infamia, a tres años de reclusión; quedando sujeto después a la vigilancia de las

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autoridades, en el primer caso por cinco años, en el segundo por tres, y en el tercero por tres años”

La exclusión de punibilidad para el niño mayor de siete años pero menor de 10 años y medio solo se hacía efectiva, cuando tuviera padres, abuelos curadores que lo pudieran corregir. Muñoz Gómez. y Pérez Pinzón. (1990: 296) El Código Penal de 1890 (Ley 19 de 1890)

Este código considera también inimputable al menor de siete años además igual que al anterior contenía artículos que regulaban la conducta de los menores.

“Artículo 21: “Son excusables y no están por consiguiente sujetos a pena alguna, el menor de siete años.”

Artículo 31: “Cuando cometa un delito un menor de doce años, y mayor de siete, no se le impondrá la pena que para ese delito ha fijado la ley; Pero se prevendrá a sus padres o tutores cuiden de darle educación y lo corrijan convenientemente. Pero si hubiese fundado motivo para desconfiar de que los padres o tutores lo corrijan o si se probase que es incorregible, se le pondrá en una casa de reclusión por el termino que se estime conveniente, según su edad, la gravedad del delito y demás circunstancias, con tal que no pase de la época que cumpla dieciocho años.”

Estas primeras normas jurídicas que se encontraban establecidas en el Código Penal que regulaba la conducta de los adultos, en esta primera fase no presentan alteraciones a favor de la niñez, sino que por el contrario, en el Código de 1837 el artículo 108 se establece como termino de la edad de excusabilidad los diecisiete años, mientras en 1890 se amplía la edad hasta los dieciocho años. Ley 123 de 1890:

En este Código se hace mención a la creación de las Casas de Observación y Escuelas de trabajo para varones menores de edad. Ordenó la construcción y organización de un establecimiento especial en la capital de la República, que albergara la población considerada perturbadora de la tranquilidad de los ciudadanos. Con esta Ley se pretendió, que las Casas de Corrección con características similares a las que existían en Europa y Estados Unidos.

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En esta Ley, la reclusión o encerramiento, no iba dirigido a los niños y niñas infractores de las leyes penales, sino los rotulados como vagos, revoltoso de la época y los llevados por sus padres, abuelos o curadores por considerarlos incorregibles. La Ley 123, muestra una preocupación por la construcción de lugares donde se ejecutara la pena, más no se refiere al juzgamiento de los niños y niñas, ni a su comportamiento frente a la ley. (Ibídem: 318) Ley 98 de 1920:

Por medio de esta ley se creó el primer juzgado de menores en la capital del país y una Casa de Reforma y Corrección especializada para menores infractores (mayores de siete años y menores de diecisiete), en la misma ciudad. Esta ley constituyó uno de los mayores avance en materia jurídica, al intentar separar las acciones de los niños de la de los mayores y establecer un juez para menores que debía pronunciarse luego de que atendiera exclusivamente los casos relacionados con ellos, como eran, el abandono físico o moral, vagancia, prostitución o mendicidad. El juez se pronunciaba luego de un juicio verbal breve y sumario, y de haber escuchado la información sobre las condiciones ambientales que le rodeaban. Sin duda este avance puede considerarse el inicio de una tendencia que se mantuvo por mucho tiempo, la llamada Doctrina de la Situación Irregular, con situaciones como la siguiente:

“Artículo 1: “Los menores de diez y siete años y mayores de siete, que ejecuten actos definidos por el Código Penal como delitos, o castigados por el Código de Policía como infracciones, quedan sometidos a la jurisdicción de un funcionario especial, que se denominará Juez de Menores, y sustraídos a la acción de los sistemas de investigación y de penalidad aplicada a los mayores de edad, en cuanto se opongan a las disposiciones de esta Ley. Artículo 2: Crease en la capital de la República un juzgado de menores con el objeto de juzgar sus conductas”.

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Se dispuso que las Casas de Reforma y Corrección no debieran tener ninguna semejanza a una cárcel o presidio, se trataba de instituciones de control de la conducta desadaptadas de niños y niñas. Las capitales de departamento donde ya hubiere casas de reforma para menores el Gobierno crearía juzgados de menores. Ley 56 de 1927:

Esta ley se dicta bajo el gobierno de Miguel Abadía Méndez, quien preocupado por la situación que la infancia atravesaba en esos momentos establece una normas que bien pudieran entenderse como principios básicos en defensa del derecho a la educación del niño y protección contra la explotación laboral de los mismos, estableciendo los catorce años como edad mínima para desempeñar cualquier trabajo productivo a favor de terceros, los cuales quedaron establecidos de la siguiente forma:

“Artículo 4: “Los padres, guardadores y demás personas que hagan las veces de los padres, están obligados a proporcionar a los niños un mínimo de educación, que comprenda las bases necesarias para la vida”.

Artículo 7: “Queda prohibido a los padres o guardadores de los niños de uno u otro sexo, menores de 14 años, contratarlos en cualquier clase de trabajo con personas o entidades extrañas”

Ley 9 de 1930:

La Ley 9 de 1930 institucionaliza la asistencia pública social, atribuyó a la infancia los rótulos de vagos, mendigos; señaló las instituciones y sujetos que se encargarían de estos niños y niñas. La Dirección de Higiene y Asistencia Pública, El Instituto Tutelar, el Consejo de Asistencia Pública y la Oficina de Información de la Asistencia Pública hicieron parte de estos organismos e instituciones. Ley 83 de 1946 o Ley orgánica de la Defensa del Niño

Esta ley hace referencia al derecho a la alimentación, guarda de menores, el trabajo de menores, del menor enfermo con problemas físicos, mentales

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o de conducta: define los estados de abandono y de peligro físico y moral, reguló las medidas que debía tomar el juez como las amonestaciones, libertad vigilada y conducción de menores a un medio institucional o familiar y creó el Consejo Nacional de Protección Infantil con sus Consejos Departamentales y Municipales. Esta Ley estableció, que en cada capital de departamento habría un juez de menores, que conocería en única instancia las infracciones penales cometidas por menores de 18 años, así como de las situaciones de abandono o riesgo, señaló las medidas aplicables y creó la figura del curador de menores. A continuación se señalan algunos de los artículos, que corroboran lo anterior:

“Art. 1º. El menor de diez y ocho años, hombre o mujer, que cometa alguna infracción penal, o que se halle en estado de abandono o de peligro moral o físico, será sometido a las medidas de asistencia y protección preceptuadas en esta ley. Art. 2º. En cada capital de departamento habrá un funcionario judicial denominado juez de menores, que conocerá privativamente y en una sola instancia de las diligencias a que dieren lugar las infracciones penales cometidas por los menores de diez y ocho años en el respectivo territorio y en el de las intendencias y comisarías que señale el gobierno, y de las situaciones de abandono o peligro moral o físico en que se hallaren los menores de la misma edad. Mientras se nombran los jueces de menores de algunos departamentos, ejercerán las funciones de tales, dando aplicación a esta ley, los jueces de circuito en lo penal de las capitales de los departamentos. Art. 6º. Son funciones del médico siquiatra: estudiar a los menores que fueren enviados por el juez, en estudio médico general y siquiátrico, y proponer al juez las medidas que estime más convenientes para la salud mental y física de tales menores, como el internamiento en la casa de observación, el envío a un hospital o centro de protección, la separación de la familia, etc., y hacer a las personas de la familia de los menores, las visitas médicas que ordenare el juez de menores. El médico destinará diariamente al servicio del juzgado no menos de dos horas en la mañana y dos en la tarde”.

Del procedimiento en caso de infracciones penales

“Art. 12. En caso de que un menor de diez y ocho años sea sorprendido en flagrante delito, o aparezca plenamente comprobado el cuerpo del

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delito y resultare por lo menos una declaración de testigo que ofrezca serios motivos de credibilidad conforme a las reglas de la crítica del testimonio, o graves indicios de que el menor es el autor o partícipe del hecho que se investiga, será presentado ante el juez de menores en el menor tiempo posible, si el hecho ocurrió en el municipio en donde reside este funcionario. Si el hecho ocurrió en otro municipio o en cualquier corregimiento, el funcionario de policía iniciará inmediatamente la investigación de la infracción. En este caso deberá el funcionario:

1. Dar noticia inmediata por medio del telégrafo, o si no lo hubiere, por correo, al juez de menores sobre la iniciación de las diligencias.

2. Allegar a las diligencias la copia del acta de nacimiento.

3. Asegurar la comparecencia del menor, al que nunca podrá detenerse en cárceles comunes, en poder de sus padres o parientes o de otras personas que quieran recibirlo.

4. Alojarlo convenientemente, si no fuere posible el depósito anterior, en lugar seguro e independiente de las cárceles comunes. Art. 14. Prohíbese detener a un menor de diez y ocho años en lugar distinto de los expresados en el artículo 12 o de los establecimientos especiales para menores. La violación de esta prohibición hará incurrir al funcionario que dé la orden de detención y al alcalde o jefe del respectivo establecimiento, en la pérdida del empleo y en la interdicción del ejercicio de derechos y funciones públicas durante un año, sanción que le será impuesta sumariamente por el superior respectivo, con la sola visita de la prueba de que se ha incurrido en la infracción. Prohíbese conducir a los menores de que trata esta ley, con esposas o amarrados, o usando de maltratamiento de obra. La violación a esta prohibición hace incurrir al infractor en la interdicción del ejercicio de funciones públicas durante un año, sanción que será impuesta sumariamente por el superior respectivo, de acuerdo con lo preceptuado en el anterior inciso. Art. 17. En las diligencias que se levantan con ocasión de la infracción legal de un menor de diez y ocho años, deberá investigarse todo lo relacionado con la materia de dicha diligencia, y especialmente:

1. Si realmente se ha infringido la ley penal.

2. Quién o quiénes son los autores o partícipes de la infracción.

3. Los motivos determinantes y los demás factores que influyeron en la violación de la ley penal.

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4. El actual estado físico-síquico del menor y sus antecedentes de la misma especie, así como los de sus ascendientes y hermanos.

5. La conducta anterior del menor en la escuela, en la familia, en el

trabajo, etc.

6. Las condiciones de vida del menor en la familia y en el medio, su ocupación y la de sus padres o personas, con quienes vive o haya vivido y trabajado.

7. La capacidad económica del menor y la de sus padres o parientes o personas de quienes legalmente dependa o deba depender el menor.

8. Qué perjuicios de orden material o moral causó la infracción.

9. Si se trata o no de un menor moralmente abandonado o en estado de peligro moral o físico. Art. 19. El juez resuelve, en cada caso, después de hablar personalmente con el menor, si lo somete a un examen médico-mental sumario o si lo envía a la casa de observación; mas para hacerlo en este último caso, es precioso que se trate de un menor en estado de abandono o de peligro moral o físico, o de un menor acusado de infracción penal y contra quien exista por lo menos una declaración de testigo que ofrezca serios motivos de credibilidad, conforme a las reglas de crítica del testimonio, o graves indicios de que es autor o partícipe de la infracción. En ningún caso podrá el juez de menores mezclar delincuentes con menores de simple protección. Art. 20. Cada juzgado de menores dispondrá de una casa de observación, cuya finalidad no es corregir al niño sino estudiarlo, que funcionará independientemente de las escuelas-hogares, escuelas de trabajo o reformatorios especiales. En la casa de observación y por un término máximo de noventa días, se estudiará el menor integralmente, en sus aspectos fisiológicos, mental y moral, y en sus reacciones individuales y sociales, y se consignarán las observaciones en una ficha que habrá de terminar con un dictamen sobre el tratamiento médico-pedagógico que deba aplicarse al menor. Art. 21. Cuando se haya terminado la investigación referente a la comprobación de la culpabilidad del menor y esté levantada la encuesta sobre el mismo, sobre sus padres o personas de quienes dependa, sobre el ambiente en que ha vivido, y cuando hayan llegado los estudios de la casa de observación, en caso de que esta se hubiere realizado, citará el juez día y hora para que tenga lugar la audiencia en que se estudiará la suerte del menor. La audiencia se verificará privadamente con la asistencia del médico del juzgado del promotor-curador de menores, del delegado que hubiere sido encargado de la encuesta sobre el menor, y de los padres o parientes más próximos, si concurrieren, así como de las personas interesadas en la protección de menores, a juicio del juez. También

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podrá asistir el director de la casa de observación. El menor no asistirá a su propia audiencia.

Art. 25. En la sentencia, el juez establecerá, sin formulismo y con brevedad:

1. Los hechos que han quedado probados. 2. Las cuestiones de derecho que considere necesarias al caso, en especial

la referente a la calificación legal del delito.

3. Las conclusiones sacadas de los estudios hechos sobre la personalidad del menor.

4. Las medidas pronunciadas contra mayores en los casos del artículo 51.

5. La orden de pasar al juez ordinario lo que resulte contra mayores; y

6. Las medidas que se adopten para la salvación del menor.

Art. 30. El menor comparecerá personalmente ante el juez de menores; podrán acompañarlo los padres o personas de quienes dependa. Este acto, así como todo lo relacionado con la defensa del menor, a excepción de los casos especiales preceptuados por esta ley, se llevará a cabo sin intervención de abogado”.

De las medidas aportadas por el juez “Art. 35. El fallo del juez de menores puede consistir en las siguientes medidas:

a) Absolución plena, cuando el hecho delictuoso no se hubiere comprobado.

b) Simple amonestación, cuando la falta hubiere sido ocasional y el menor se hallare en un medio familiar sano y apto para su educación. La detención preventiva en este caso no tendrá lugar o será lo más breve, a fin de conservar el sentimiento de honor en el niño.

c) Libertad vigilada.

d) Entrega del menor a una persona o institución idónea, a fin de lograr su educación bajo condiciones.

e) Internamiento del menor en un reformatorio especial para menores, por tiempo indeterminado, hasta cuando se obtenga la reeducación del menor o la formación de su sentido moral.

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Art. 40. La edad de diez y ocho a veintiún años constituye circunstancia de menor peligrosidad del delito. Art. 41. Para los efectos de esta ley se entiende que un menor se halla en estado de abandono físico cuando carece de las personas que según la ley deban suministrarle alimentos, o cuando existiendo estas, no tengan capacidad para suministrárselos. Art. 42. Un menor se halla en estado de abandono moral cuando sus padres o las personas de quienes el menor depende, lo incitan a la ejecución de estos actos perjudiciales para su salud física o moral; cuando se dedica a la mendicidad o a la vagancia, o frecuenta el trato con gente viciosa o de mal vivir, o vive en casas destinadas al vicio, y cuando ejerce algún oficio que lo mantiene permanentemente en la calle o en lugares públicos, o que pone en peligro su salud física o moral. Art. 43. Un menor se halla en estado de peligro físico o moral cuando las personas con quienes vive padecen de grave enfermedad contagiosa, o cuando le brindan de manera habitual malos ejemplos”.

La lectura de los anteriores artículos nos da una idea de la concepción que se tenía de la niñez y que medio siglo después mantiene su influencia en la legislación actual. En este recorrido nos encontramos ante unas normas que pretendiendo ser protectoras se constituyen como represoras y desconocedoras de la condición de los niños y niñas como personas sujetos de derecho y ante la cual aparece un estado benefactor que les pretende proteger su integridad física y moral pero desde la perspectiva asistencialista. Se crean las primeras instituciones de “protección” donde bajo ese término se privarán de la libertad los “menores” que hubieran infringido las normas o aquel que se hubiera encontrado en estado de abandono y / o requiriera medidas de asistencia que para los efectos legales era y sigue siendo lo mismo. El artículo 35 que habla de las medidas aportadas por el juez de menores, en el numeral quinto hace referencia la medida de internamiento del menor en un reformatorio especial para menores, por tiempo indeterminado, hasta cuando se obtenga la reeducación del menor o la formación de su sentido moral. Nos señala como no se establece un tiempo límite para el cumplimiento de la medida impuesta por el señor juez sino que se dejaba a la subjetividad del director o directora del centro donde se hallara el niño, la niña o el joven recluido o del consejo de disciplina en dicho establecimiento. A pesar que el artículo 17 en sus numerales seis y siete menciona la situación en que se podría encontrar un el niño, niña o joven, todas las acciones

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iban dirigidas a ellos en particular, y en ningún caso se mencionaron medidas que mejoraran la condición del ambiente o contexto donde el niño de hallaba inserto. Se crea el juez de menores como figura omnipotente que conocerá en una sola instancia las diligencias que hubieran dado lugar a las infracciones cometidas por el niño, niña o joven, sin existir posibilidades de apelar a las decisiones emanadas por él, y teniendo que acogerse inmediatamente a la voluntad de esta intachable personalidad, que no en vano era seleccionado dentro de un grupo de profesionales del derecho que reunieran los siguientes requisitos establecidos dentro de la misma ley:

“Art. 3º. Para ser juez de menores se necesitan los mismos requisitos que para ser juez superior. Debe, además, comprobarse el legítimo matrimonio, que se es padre o madre de familia, la versación en las ciencias educativas y la ejemplar conducta moral”.

Esta ley considerada un gran aporte a los problemas que presentaba la niñez y la juventud de la época había tenido aceptabilidad muchos años antes en Norte América en “Report of the Committee on Reformatories and Houses of Refuge. 1884”. Aparecen los principios que el plan de reformatorios comprendía, y dentro de los cuales el principio dos justificó el internamiento para los “delincuentes jóvenes” descrito de la siguiente forma: principio dos Los “delincuentes” tenían que ser apartados de su medio y encerrados por su propio bien y protección. Los reformatorios debían ser santuarios custodiados, donde se combinarían amor y orientación, con firmeza y restricciones” principio seis “Los reclusos tenían que estar protegidos de la pereza, la indulgencia y el lujo, mediante el ejercicio militar y físico y una vigilancia constante” Ellmore, E. en Platt, A., (1997:77) De la anterior forma, se crea una buena justificación para apartar y encerrar a los “delincuentes jóvenes” que se constituían en un problema para las ciudades y sus ciudadanos de bien, pero a la vez se crea logra que esta actitud se vista como una forma de benevolencia con los desprotegidos, y de formación física y moral para quienes tanto lo requerían como una vía de adaptación a la vida social.

Decreto 1818 de 1964 Por medio de este decreto se creó el Consejo Colombiano de Protección Social del Menor y de la Familia, se organizo la División de Menores del Ministerio de Justicia y se dictan otras disposiciones. EEssttrruuccttuurróó llaa

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pprrootteecccciióónn eessttaabblleecciieennddoo uunnaa ddiiffeerreenncciiaa ddee ttrraattaammiieennttoo eennttrree llooss mmeennoorreess ddee 1122 aaññooss,, ccuuyyaa ccoommppeetteenncciiaa qquueeddóó aassiiggnnaaddaa aa llooss DDeeffeennssoorreess ddee FFaammiilliiaa yy llooss mmeennoorreess eennttrree 1122 yy 1188 aaññooss,, ccuuyyaa ccoommppeetteenncciiaa ssiigguuiióó eenn ccaabbeezzaa ddee llooss JJuueecceess ddee MMeennoorreess.. AA ccoonnttiinnuuaacciióónn ssee sseeññaallaann aallgguunnooss aarrttííccuullooss qquuee mmuueessttrraann llaa iinntteenncciioonnaalliiddaadd ddee llaa LLeeyy

Título I Disposiciones generales

“Art. 1º. Créase en el Ministerio de Justicia el Consejo Colombiano de Protección Social del Menor y de la Familia, el cual sustituirá en todo al Consejo Nacional de Defensa y Rehabilitación del Menor. Art. 2º. El Consejo Colombiano de Protección Social del Menor y de la Familia, y la División de Menores, deben asegurar dentro del territorio nacional el bienestar y la protección social tanto de la familia como del menor. Estas dos instituciones se encargan de formular, evaluar, coordinar y en general promover en forma supletoria todo lo relacionado con el bienestar social y protección del menor y de la familia. Art. 3º. El Consejo Colombiano de Protección Social del Menor y de la Familia y la División de Menores podrán, bajo diversas formas, buscar la asesoría de organismos nacionales e internacionales para el mejor cumplimiento de sus funciones. Art. 4º. El Consejo Colombiano de Protección Social del Menor y de la Familia y la División de Menores, dictarán las normas y vigilarán su cumplimiento en todos los establecimientos públicos y privados de asistencia y protección social del menor. Estas facultades podrán ser delegadas en los comités seccionales o en los gobiernos departamentales, intendenciales y comisariales. Art. 5º. Los menores de doce (12) años en ningún caso podrán ser conducidos ante funcionarios de la rama jurisdiccional del poder público. Art. 6º. Aquellos menores de doce (12) años que necesiten especial protección del Estado, sea por abandono o peligro moral o físico, o por haber observado una conducta antisocial, serán atendidos por la División de Menores o por establecimientos de asistencia social del menor. Art. 7º. Cuando se investiguen hechos definidos como infracciones penales, y aparezca como sindicado un menor entre los doce (12) y diez y ocho años, la detención se cumplirá en las respectivas casas de observación por un período no mayor de noventa (90) días.

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Antes de vencerse dicho término, el juez de menores correspondientes deberá resolver la situación del menor. En caso de que el citado juez decida internar al menor en los establecimientos de rehabilitación o reeducación de que trata la ley 83 de 1946, dicho internado tendrá una duración mínima de un (1) año. Una vez dictado el fallo del juez, el menor quedará a órdenes de la División de Menores o del respectivo comité seccional. Art. 8º. Cuando los menores de diez y ocho (18) años se encuentren en las condiciones de abandono o peligro moral o físico requeridas en la ley 83 de 1946, corresponderá a la División de Menores tomar las medidas conducentes. Para tales efectos se procederá así: Siempre que tal organismo tenga conocimiento de oficio o por denuncia de que existe un menor moral o físicamente abandonado o en peligro, abrirá en el acto la investigación correspondiente, informándose de las condiciones que rodean al menor, del ambiente de moralidad en que vive, de los medios de subsistencia y de los antecedentes de todo orden, personales y familiares. La división allegará todas las informaciones que juzgue necesarias para completar la ficha que el estado del menor exija. Art. 9º. Una vez realizada la correspondiente investigación, se citará a los padres del menor, o a las personas de quienes este dependa, y en su presencia se dictará la correspondiente providencia de manera verbal, breve y sumaria, pero dejando de ella un resumen escrito. Art. 10. La providencia podrá consistir: 1º) En una prevención a los padres o a las personas de quienes el menor dependa, a fin de que se cumplan para con este los deberes de educación, de asistencia, de alimentación y de vigilancia. 2º) En multa de $100.oo hasta $1.000.oo, convertibles en arresto, a razón de un día por cada $10.oo, impuesta a las mismas personas por incumplimiento de sus deberes. 3º) En la pérdida de la patria potestad, de la guarda o cuidado personal del menor, caso en el cual se elevará la petición al funcionario competente para el trámite correspondiente. 4º) Decretar la colocación familiar del menor, y por responsabilizarse del mismo. 5º) Pedir la adopción del menor, previo el trámite que establece la ley 140 de 1960. 6º) Decretar el internamiento del menor en un establecimiento de protección. Cuando sea el caso, se procederá a determinar la cuota mensual con que deberán contribuir los padres o personas responsables, para el sostenimiento y educación del menor.

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Art. 11. La División de Menores denunciará ante la justicia los abusos y delitos cometidos contra los menores de diez y ocho (18) años. TÍTULO II Del Consejo Colombiano de Protección Social del Menor y de la Familia, de los comités seccionales y municipales. CAPÍTULO I Art. 12. El Consejo Colombiano de Protección Social del Menor y de la Familia, con autoridad en todo el territorio nacional, tendrá su sede en la capital de la República, y estará integrado por los siguientes miembros:

a) El ministro de Justicia o su delegado, quien lo presidirá. b) Un representante del arzobispo de Bogotá. c) Un representante del procurador general de la nación. d) Un representante del ministro de Salud Pública. e) Un representante de las entidades laicas dedicadas a la protección del

menor. Parágrafo 1º.- El jefe de la División de Menores será el secretario ejecutivo del Consejo. Parágrafo 2º. Todos los miembros, con excepción del ministro de Justicia, serán nombrados para un período de dos (2) años”.

Seguido se mostrará el Título III denominado “De la División de Menores” , el cual en el capítulo I, habla de las funciones generales de la División de Menores, aquí se muestra no solo las funciones de este organismo sino también la planta de personal requerida para el cumplimiento de las acciones que le correspondían.

Título III De la División de Menores Capítulo I Funciones Generales

“Art. 18. Para el cumplimiento de la finalidad prevista en el presente decreto, la División de Menores tendrá las siguientes funciones generales:

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a) Velar por el cumplimiento de la policía, del bienestar social del menor y de la familia, señalada por el gobierno y asesorada por el Consejo Colombiano de Protección Social del Menor y de la Familia.

b) Elaborar las normas técnicas y fijar pautas para el desarrollo de programas de prevención y reeducación de los estados antisociales del menor.

c) Señalar y hacer cumplir los requisitos de funcionamiento de las instituciones y establecimientos de asistencia social del menor y de la familia.

d) Investigar y estudiar los problemas que afectan el normal desarrollo social de los menores y de las familias, y formular los planes correspondientes.

e) Evaluar y aprobar programas y proyectos oficiales y semioficiales, así como ofrecer asesoría y orientación técnica a las entidades particulares.

f) Preparar los programas generales de trabajo de acuerdo con los delineamientos trazados por el Consejo Colombiano de Protección Social del Menor y de la Familia.

g) Auspiciar y promover programas de protección a la infancia, y en general a los menores de diez y ocho (18) años.

h) Prestar asistencia legal y técnica, necesaria para el estudio integral del menor que esté bajo las órdenes de los jueces de menores del país.

i) Otorgar licencias de funcionamiento y dar los correspondientes certificados para establecimientos públicos o privados de asistencia social del menor y de la familia.

j) Llevar el registro de obras y de instituciones de asistencia social al menor y a la familia, de acuerdo con la reglamentación que señale el ministerio.

k) Promover y auspiciar programas de adiestramiento y capacitación de personal para el desarrollo de actividades relacionadas con el bienestar social del menor y de la familia.

l) Colaborar en el estudio de las condiciones específicas que se requieren para la carrera administrativa y especializada en el campo de la protección social del menor y de la familia.

m) Organizar proyectos pilotos de protección, o servicios sociales del menor, que sirvan para sentar las pautas de aplicación general, y como centros de capacitación de personal.

n) Coordinar las labores del Consejo Colombiano de Protección Social del Menor y de la Familia, y de los comités seccionales en todo el territorio nacional. ñ) Coordinar y proponer una amplia labor de divulgación sobre los diversos aspectos el bienestar social del menor y de la familia.

o) Proyectar contratos con instituciones particulares, oficiales o semioficiales para la prestación de servicios al menor y a la familia”.

Capítulo II Estructura de la División “Art. 19. La División de Menores se integrará así:

a) Jefatura.

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b) Sección de servicios Administrativos y Secretaría. c) Sección de Normas y Programas. d) Sección de Orientación y Supervisión Técnica. e) Sección de Servicios Sociales. f) Sección Asistencia y Asesoría Legal.

Parágrafo. Las funciones y ubicación personal de la División de Menores serán reglamentadas y señaladas por el Ministerio de Justicia. La planta actual de la División de Menores se adicionará con los siguientes cargos: 5 Abogados V ... ... ... ... 16 10 Abogados IV ... ... ... ... 15 2 Médicos cirujanos siquiatras V 16 10 Médicos cirujanos IV ... ... 15 15 Asistentes Sociales IV ... ... 15 3 Sicólogos V ... ... ... ... 16 3 Sociólogos V ... ... ... ... 15 3 Sociólogos III ... ... ... ... 15 2 Técnicos en educación III ... 15 16 Secretarios ejecutivos V ... ... 16 1 Estadístico I ... ... ... ... 13 3 Estadígrafos IV... ... ... ... 13 2 Visitadores administrativos III 13 1 Pagador VI ... ... ... ... 13 4 Secretarios auxiliares II bis ... 8 1 Chofer III ... ... ... ... 5 15 Oficinista III ... ... ... ... 5 El gobierno proveerá los diferentes cargos que por este decreto se crean, a medida que las necesidades del servicio lo demanden”.

Esta ley en su artículo séptimo conserva el término de 90 días de observación en casas destinadas para tal fin para los niños, niñas o jóvenes sindicados mayores de 12 y menores de 18 años. El mismo artículo establece el término de un año mínimo, para los sindicados dentro de las edades anteriormente mencionadas que por decisión del juez debían permanecer internados en establecimientos de rehabilitación. Ante la creciente problemática de los- as niños-as y jóvenes, se empieza a promover e incentivar la creación de establecimientos públicos y privados que brindarán a la mencionada población y a su familia. Se crean empresas de protección y se contrata todo un cuerpo de profesionales con el que se pretendía cambiar la actitud de los jóvenes así como brindarles ocupación en el tiempo en que se encontraban recluidos, con el convencimiento que este procedimiento acabaría reeducándolos para restituirlos a la sociedad.

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Ley 75 de 1968

El Consejo Colombiano de Protección Social del Menor y de la Familia, fue remplazado por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. En la exposición de motivos, se partió del hecho que “Los textos legales vigentes y sobre todo los mecanismos de protección de la familia y del niño, en su funcionamiento práctico son insuficientes y, por lo tanto, se requiere con mayor urgencia la creación de un sistema que proteja con eficacia a la madre y al niño, defienda el normal desarrollo físico y mental de éste, cree suficientes establecimientos para la preparación del personal especializado o para el tratamiento o rehabilitación de niños que se hallen en situación anormal” Echeverri (1984: 463) El problema que genera la creación de esta nueva Ley, es la creencia de que es la irresponsabilidad de los padres, es la que genera los problemas de conductas de los niños y niñas y por lo tanto se consideró que con esta ley que establecía sanciones por el incumplimiento de las obligaciones de la familia, protección a la mujer y normas para organizar El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, cuyas funciones fueron establecidas como: Las funciones del Instituto son de promoción social, asistencia legal y gestión administrativa. El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar se propuso como un organismos autónomo, bajo la forma de establecimiento público estrechamente vinculado al gobierno, de carácter eminentemente operativo para realizar campañas de protección del menor y de la familia en los distintos campos de la salud, la educación, rehabilitación y la prevención de estados antisociales y en coordinación con las demás agencias del estado El objetivo fundamental del Instituto fue, “proveer a la protección del menor y, en general al mejoramiento de la estabilidad y del bienestar de las familias colombianas” (Ley 75 de 1968) Este objetivo tendría las siguientes funciones:

- “Dictar las normas conforme a las cuales deberá adelantarse la actividad enderezada al logro de esos fines, coordinando debidamente su acción con los otros organismos públicos y privados, tanto a lo que concierne al bienestar material, como al desarrollo físico y mental de los niños y al mejoramiento moral de los núcleos familiares.

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- Asistir al presidente de la República en la inspección y vigilancia sobre las instituciones de utilidad común que tengan como objetivo la protección de la familia y de los menores.

- Recibir y distribuir los recursos que se incluyan en el presupuesto nacional con destino a entidades nacionales o particulares que se ocupen de programas de bienestar social del menor y de la familia, e inspeccionar la inversión de los mismos.

- Promover la formación de personal especializado en el manejo de establecimientos de asistencia infantil y de rehabilitación de menores, lo mismo que celebrar contratos de prestación de servicios para el mejoramiento científico y administrativo de las campañas y de los establecimientos destinados a la protección del menor y al bienestar de la familia.

- Crear establecimientos especializados por el manejo y tratamiento de los niños afectados por retardo en su desarrollo mental y en la rehabilitación de menores, auxiliares de los que ya existen en el país, y administrar los de propiedad nacional que ya funcionan.

- Fundar, dirigir y administrar en distintas partes del territorio nacional centros pilotos de bienestar familiar y protección a menores, con el objeto de investigar la mejor manera de coordinar la acción de los establecimientos públicos y privados en lo atinente a la salud, educación y rehabilitación de menores, vincular grupos comunitarios a la protección de la familia y del niño y ejercer la acción tutelar del Estado sobre los menores.

- Formular y dirigir la ejecución de programas de prevención de estados antisociales en la población juvenil y de protección a la mujer.

- Crear los cargos de defensores de menores, designar las personas que deban desempeñarlos y promover la formación de personal especializado para el ejercicio de estos cargos y el de Juez de Menores.

- Colaborar con la preparación de los reglamentos que fijen las funciones de la Policía Nacional con respecto a la protección infantil y llegado el caso, en las de los organismos que cree la policía especial para protección infantil.

- Preparar para la aprobación del Gobierno, proyectos referentes a las normas reglamentarias de las disposiciones legales sobre guarda menores”.

Ley 7 de 1979:

Esta Ley definió el bienestar familiar como un servicio público a cargo del Estado que se presta a través del “Sistema Nacional de Bienestar Familiar” y por sus organismos oficiales y particulares autorizados. El Sistema Nacional de Bienestar Familiar está constituido por el Ministro de Salud, El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), los servicios regionales y municipales prestados por organismos que hagan las veces del ICBF (bienestar y asistencia social). El ICBF integra y coordina el servicio de bienestar

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familiar prodigado en todo el territorio nacional a través de organismos nacionales, departamentales, comisariales y municipales. También definió la obligación del Estado de brindar a los niños y niñas infractores “atención integral que permita su rehabilitación y reincorporación a la vida social” Decreto 2737 de 1989

La legislación tiene una nueva modificación en materia de infancia con el Decreto 2737 de 1989 por el cual se expidió el llamado “Código del Menor” El Título Preliminar del Código del Menor (su filosofía, sus propósitos generales y la ubicación de la norma legal dentro de la perspectiva social). El capitulo primero del Título Preliminar se establece el Objeto del Código:

“Art. 1º. —Este Código tiene por objeto: 1. Consagrar los derechos fundamentales del menor. 2. Determinar los principios rectores que orientan las normas de

protección al menor, tanto para prevenir situaciones irregulares como para corregirlas.

3. Definir las situaciones irregulares bajo las cuales pueda encontrarse el menor; origen, características y consecuencias de cada una de tales situaciones.

4. Determinar las medidas que deben adoptarse con el fin de proteger al menor que se encuentre en situación irregular.

5. Señalar la competencia y los procedimientos para garantizar los derechos del menor. 6. Establecer y reestructurar los servicios encargados de proteger al menor que se encuentre en situación irregular, sin perjuicio de las normas orgánicas y de funcionamiento que regulan el Sistema Nacional de Bienestar Familiar.”

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En los componentes de este objeto queda establecida la doctrina de la “situación irregular” que aunque aparece como una doctrina protectora, es en realidad uno de los conceptos más negativos para infancia y adolescencia en estado de exclusión social. Definir las situaciones “irregulares” bajo las cuales se pueda encontrar el “menor”, partiendo desde donde se define esta situación de irregularidad, y teniendo en cuenta que en este caso estamos utilizando un término jurídico que hace referencia a la normalidad, se es regular cuando una conducta contraria a las normas ya sean jurídicas o morales, nos retorna al tema de la normalidad y asentimos, que esta depende desde donde se ubique quien califica la conducta. En el caso específico de esta norma es el juez quien califica de “irregular” la conducta del niño, niña o joven en situación de exclusión social, por lo tanto cualquier conducta que desde su realidad de juez sea considerada irregular, este tendrá la potestad de determinar cuál es la medida que le permitirá “proteger” ese niño, niña o adolescente. García M. (1999: 23) señala la como la llamada doctrina de la situación irregular, legitima una potencial acción judicial indiscriminadamente sobre niños, niñas y adolescentes en situación de dificultad. “Definido un menor en situación irregular (recuérdese que al incluir las de materialmente abandonado, no existe nadie que potencialmente no ser declarado en situación irregular), se exorcizan las deficiencias de las políticas sociales, optándose por soluciones de naturaleza individual que privilegian la institucionalización o la adopción”. La declaratoria de la situación irregular, no fue sino una forma de legitimación de la institucionalización que se había venido presentando desde años atrás, este código fue más allá al encontrar el mecanismo que permitiera el control de todos los niños, niñas y jóvenes que eran considerados desde la mirada del legislador como irregulares para colocarlos frente a los centros de protección en busca de su "resocialización”. Esta reglamentación olvidó completamente el contexto donde se aplicaría, ya que el medio donde viven estos niños, niñas y adolescentes colombianos que son precisamente los barrios excluidos, carentes de las más mínimas necesidades para desarrollarse dentro de la normalidad esperada por la sociedad, su familia que ha padecido sus mismas necesidades desde la infancia no tiene el nivel de formación que le permita orientar a sus hijos e hijas de tal forma que pueda responder a las expectativas de la norma. Estas características de esta población es lo que las hace los clientes más asiduos de los llamados centros de protección.

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4. 4. Código de la Infancia y adolescencia

Ley 1098 de 2006. Código de la infancia y la adolescencia Esta nueva reglamentación ateniéndose a los lineamientos de Convención de los Derechos del Niño, acoge la doctrina de la “Protección integral” con lo cual queda desfasada la doctrina de situación irregular consagrada en el Código del Menor, otro aporte significativo es el cambio en el lenguaje, la concepción de niño y adolescente por la de “menor” atendiendo la perspectiva de género. Se señala también entre otro de los avances de esta doctrina, es hacer parte integral de él las normas contenidas en la Constitución Política y en los Tratados o Convenios Internacionales de Derechos Humanos ratificados por Colombia, y en especial la Convención sobre los Derechos del Niño, y el principio de favorabilidad al interés superior del niño, niña o adolescentes. (Artículo 6). En cuanto a la noción de protección integral, las niñas-os recuperan sus derechos como personas y dejan de ser tratados como incapaces y sujetos a “protección”. En el artículo 7, se define la noción de protección integral, un nuevo concepto desde el cual se reconoce a niños, niñas y adolescentes como sujeto de derecho:

“Se entiende por protección integral de los niños, niñas y adolescentes el reconocimiento como sujetos de derechos, la garantía y cumplimiento de los mismos, la prevención de su amenaza o vulneración y la seguridad de su restablecimiento de inmediato en desarrollo del principio del interés superior. La protección integral se materializa en el conjunto de políticas, planes, programas y acciones que se ejecuten en los ámbitos nacional, departamental, distrital y municipal con la correspondiente asignación de recursos financieros, físicos y humanos”.

La tendencia sería garantizar los derechos de los niños, niñas y jóvenes como sujetos de derecho, en este sentido se nota un avance en el discurso y en la ley, que además habla claramente de la materialización de esa llamada protección

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integral a través de políticas, planes y programas. Ha impuesto al Estado, la familia, y la sociedad la obligación de garantizar al niño el desarrollo armónico e integral y el ejercicio pleno de sus derechos. La nueva ley reduce poder al juez, entran a operar en esta nueva normativa, los roles procesales (juez, defensor, ministerio público). Importante sería para que estas intenciones se hicieran realidad, que se promulgaran paralelamente y porque no con anterioridad a la ley, las políticas de infancia que puedan restituir los derechos a las niñas, niños y jóvenes de Colombia. 4.5. Nivel de cumplimiento de la ley En todo el recorrido histórico y legal que se ha realizado hasta el momento se ha podido constatar que las leyes tienen una intencionalidad aparente pero su cumplimiento no es coherente con ellas, las únicas que se cumplen son las de carácter represivo y punitivo, las otras no han dejado de ser una serie de intenciones que no tiene asidero en la realidad del país. El artículo 17º del Código de La Infancia y de la Adolescencia señala:

“Los niños, niñas y adolescentes tiene derecho a la vida, a una buena calidad de vida y a un ambiente sano en condiciones de dignidad y goce de todos sus derechos en forma prevalente.

La calidad de vida es esencial para su desarrollo integral acorde con la dignidad de ser humano. Este derecho supone la generación de condiciones que les aseguren desde la concepción cuidado, protección, alimentación nutritiva y equilibrada, acceso a los servicios de salud, educación, vestuario adecuado, recreación y vivienda segura dotada de servicios públicos esenciales”.

Lo que se alcanza a notar es la necesidad de una legislación acorde a las leyes nacionales y los preceptos internacionales como la Convención de los Derechos de los niños y niñas, pero ¿cómo garantizar que ellos y ellas puedan disfrutar de estos derechos? Cuando para garantizar estos derechos, tiene que garantizárselos a la familia, a las comunidades en la prestación de los servicios públicos, los servicios de salud, si las políticas de infancia solo van dirigidas a la población de niños y niñas, no podemos dejar de pensar en la continuación del asistencialismo.

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Una mirada a noticias de los últimos años en las redes informativas del país con mayor reconocimiento, puede mostrar el nivel de cumplimiento de las leyes en Colombia:

“La directora del Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil de la OIT, reveló que en Colombia hay cerca de 2 millones de niños y niñas trabajando, y que la mitad de estos menores de edad no recibe ninguna remuneración económica por las labores que realizan. (…) los niños que reciben algún pago por su trabajo sus empleadores les ofrecen sumas por debajo del salario mínimo, 433 mil 700 pesos. De los 2 millones de niños y niñas que trabajan en el país, un millón realizan oficios domésticas en sus propias casas durante 15 horas a la semana. Las estadísticas del DANE señalan además, que 338 mil menores de edad están dedicados a labores agrícolas. “Estos menores de edad están expuestos a intensas jornadas de trabajo, a la inclemencia del clima y a intoxicaciones con sustancias químicas que emplean en los cultivos”. El Instituto Nacional de Medicina Legal reportó que 73 niños murieron en el último año mientras desarrollaban actividades laborales en todo el país. Esto quiere decir que cada mes mueren en Colombia 6 menores de edad, en momentos en los que están trabajando, en lugar estar en las aulas educativas. De los 73 menores de 18 años que murieron en el último, 41 eran menores de 16 años que laboraban en actividades remuneradas o no remuneradas Caracol Junio 12 de 2007 Más de un millón de niños en Colombia se quedaron por fuera del sistema educativo. $ 5.400 mueve a diario mercado de útiles escolares La educación en Colombia no es prioridad, está en el cuarto de San Alejo Alcaldía de Belmira (Antioquia) Febrero 24 de 2009 Alrededor de 4.457 niños habitan en las calles de las 16 principales ciudades del país, en su mayoría están enfermos, consumen drogas y son víctimas de abuso sexual, según un estudio presentado hoy en Bogotá. La investigación la realizó el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar con cooperación de la Unión Europea en ciudades como Bogotá, Bucaramanga, Cali, Cartagena, Medellín, Pereira, Pasto, Armenia, Barranquilla, Buenaventura, Cúcuta, Manizales, Montería, Santa marta, Tunja y Villavicencio”( Caracol, Agosto 8 de 2007).

Estas noticias son apenas una muestra de que a pesar del promulgación de leyes, decretos, convenios Internacionales, la situación de los niños y niñas en

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situación de exclusión social sigue igual, por no decir peor, porque que con el aumento de la población las cifras se aumentan y por lo tanto las consecuencias son cada vez más preocupantes, porque se acrecienta el número de niñas y niños que sufren el estado de abandono y por lo tanto serán más los padres y madres a los cuales no será posibles exigirles que cumplan con las responsabilidad que tienen con sus hijos-hijas. Como se ha podido observar en este capítulo y se hará más claridad en los posteriores, en nuestro país no hacen falta leyes de protección a la niñez por el contrario podríamos decir que sobran, sin embargo años después de toda esta manifestación legislativa nos vamos a encontrar con que nuestra población infantil sigue atravesando por las mismas aventuras y peripecias indispensables para sobrevivir de la misma forma que les tocó a sus padres y abuelos

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REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

--Alcaldía de Belmira (Antioquia) Febrero 24 de 2009. La Educación en Colombia. En http://www.belmira-antioquia.gov.co/notininos.shtml

--Caracol, Junio 12 de 2007. OIT: En Colombia hay 2 millones de niños trabajadores.

. –Caracol, Agosto 8 de 2007 Más de 4 mil niños viven en la calle, reporte el ICBF

-Echeverri de F., Ligia (1984) La familia de hecho en Colombia: constitución, características y consecuencias socio-jurídicas. Bogotá: Ed. Tercer Mundo. -García Méndez, E. Infancia-adolescencia; de los derechos y de la justicia. México: Distribuciones Fontamara, S.A. --Julio, E. Alexei (2000) La eficacia de los Derechos Fundamentales entre particulares. Bogotá: Universidad Externado de Colombia. -Muñoz Gómez, A. y Pérez Pinzón Á. O (1990) Informe del grupo de Investigación de Colombia. En García Méndez, E., Carranza Elías. Infancia, adolescencia y control social en América Latina: primer informe. San José de Costa Rica, 21-25 de agosto de 1989. (pp. 293-329) Argentina: Ediciones Depalma. -Pérez, Luis Carlos (1956) Derecho Penal Colombiano, Bogotá. Editorial Temis. Vol. I. --Platt, Anthony, M. (1977) Los salvadores del niño o la invención de la delincuencia. México, 2ed: Siglo XXI

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CAPÍTULO V: CONTEXTO

NACIONAL Y LOCAL DE LA INFANCIA EN

SITUACIÓN DE EXCLUSIÓN SOCIAL.

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CAPÍTULO V: CONTEXTO NACIONAL Y LOCAL DE

LA INFANCIA EN SITUACIÓN DE EXCLUSIÓN

SOCIAL. Introducción. 5. l.- Situación socio-económica de Colombia. 5.1.1.- Situación Geográfica. 5. l.2.- Recursos naturales del país. 5. l.3.- Situación Social de la infancia en Colombia específicamente en Cartagena. 5.2.- Ciudad de Cartagena de Indias 5.2.1.- Características de la Ciudad. 5.2.2.- Barrios Marginados 5.2.3.- Cartagena y su Entorno Socio – Urbanístico 5.3.- Infraestructura 5.3.1.- Vivienda, Política Nacional y Características de la vivienda en Cartagena. 5.3.2.- Servicios Públicos Domiciliarios. 5.4.- Educación 5.4.1.- Regulación de la educación en Colombia. 5.4.2.- Condiciones de asistencia y deserción escolar en Cartagena. 5.5.- Familia 5.5.1.- Política Social.

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5.5.2.- Característica de la familia de niños, niñas y jóvenes en estado de exclusión social. 5.5.3.- Relaciones familiares. 5.6.- Salud 5.6.1.- Políticas de Salud. 5.6.2.- Estado de la salud de la población infantil y juvenil en Cartagena. 5.7.- Visión general de la Infancia en situación de exclusión social en Colombia. Referencias Bibliográficas.

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Introducción. Tratar la exclusión social de niños, niñas y jóvenes en la Ciudad de Cartagena, exige que se mire detalladamente su contexto geográfico, la situación social y política del país. En este capítulo se hará una breve reseña de tal forma que el lector pueda tener una idea de cuál es la situación del país y más exactamente de la ciudad de Cartagena de Indias. Para sustentar el texto se recurrió a documentos institucionales y a la revisión documental, entre ellas la auscultación a periódicos sin dejar a un lado algunas de las entrevistas realizadas a los niños y niñas en situación de exclusión social de la ciudad de Cartagena. Se consideró importante utilizar sus palabras, como una forma de recuperar sus expresiones, porque son ellos y ellas precisamente quienes sufren la exclusión social y son ellos y ellas los únicos que pueden manifestar como la viven y como la sufren. Colombia es uno de los tantos países que conforman América Latina, los cuales comparten elementos culturales comunes, historias de dominación comunes, el caso de Colombia un país que pasó de la dominación de la corona española a la dominación económica de los Estados Unidos y como muchos de otros no ha encontrado el camino para convertirse en país independiente, sus deseos de buscar la alternativa distinta a la influencia de los grandes monopolios y de la influencia capitalista la ha llevado a vivir ambientes de violencia entre diferentes grupos, ideologías y de luchas de poder, lo que se ha venido traduciendo en mayor exclusión social, violencia estructural, pauperismo de la población, y dentro de este contexto quienes mayor sufre estas situaciones son los niños y niñas que son la población más vulnerable, son las víctimas inocentes de una estructura caracterizada por la desigualdad e injusticia social. 5. l.- Situación socio-económica de Colombia: 5.1.1. Situación geográfica.

La República de Colombia se encuentra ubicada al extremo noroccidental de Suramérica, entre los 4º de latitud sur y 12º de latitud norte, y entre los 67º y 79º de longitud oeste. Gracias a su posición geográfica, Colombia cuenta con costas en los océanos Atlántico y Pacífico. Igualmente, cuenta con jurisdicción sobre un tramo del río Amazonas en el trapecio Amazónico, por lo que se le ha llamado "Patria de Tres Mares".

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Colombia limita continentalmente con Venezuela al este, con Brasil al sudeste, con Perú y Ecuador al sur, y con Panamá al noroeste. De igual manera, el gobierno colombiano reconoce oficialmente como países limítrofes a aquellos con los que tiene tratados de delimitación marítima y submarina, tales como Jamaica, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, República Dominicana y Haití. Adicionalmente, hacen parte del territorio Colombiano los archipiélagos de San Andrés y Providencia, el Rosario y San Bernardo, en el Caribe (Atlántico); y las islas de Gorgona, Gorgonilla y Malpelo, en el Pacífico.

Extensión: 1.141.748 Km2 de tierras emergidas. 928.660 Km2 de áreas marítimas.

Capital: Bogotá D.C. (Distrito Capital)

Ciudades principales: Barranquilla, Bogotá, Bucaramanga, Cali, Cartagena, Cúcuta, Ibagué, Medellín, Manizales, Pasto, Pereira y Villavicencio.

Población: 42.3 Millones (aprox.) Tasa de crecimiento 1.53%.

De su población cerca del 70% residen en las ciudades y el resto en sectores rurales. La zona más densamente poblada es la andina, pues en esta área se concentra el 75% de la población nacional. Le sigue la Costa Caribe con 21%, mientras que en el Pacífico y en las vastas regiones de la Orinoquía y la Amazonía tan solo habita 4% de los colombianos. El hecho de estar localizada entre el Mar Caribe y el Océano Pacífico le da una situación de privilegio al país 5.1.2. Recursos naturales.

“Colombia tiene una gran riqueza de recursos naturales: 10% de la fauna y flora mundiales, 19% de las especies de aves del planeta, más de 56.000 especies de plantas fanerógamas y más de 1.000 ríos permanentes” (Políticas del Salto Social,1994: 2)

A pesar de esta información reconocida por todos y todas el uso inadecuado e irracional dado a los recursos naturales del país, junto a la poca claridad de políticas estatales en pro de la conservación del ecosistema

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colombiano, así como la escasa formación y educación de la población en el tema ambiental hacen que día tras día se produzca un deterioro ecológico que pone en riesgo el bienestar actual y futuro de la población colombiana, pero peor aún es que quienes más explotan los productos nacionales son los extranjeros, como la mayoría de los países denominados tercer mundistas, gran parte de los recursos naturales están marcados por los intereses extranjeros o están en manos de grandes empresas nacionales, multinacionales y transnacionales, quienes interesados solo en su provecho económico, no tiene interés en salvaguardar el medio ambiente, lo que genera impactos ambientales y alteraciones en la flora y en la fauna, que conllevan a un deterioro de la calidad de vida de los habitantes de las zonas donde se ubican. Un claro ejemplo de la protección a la explotación minera es la Ley 685 de 2001 (Código de Minas-normas tributarias). Teniendo en cuenta el uso indiscriminado y realizado por intereses mezquinos, en la actualidad el país atraviesa una crisis ambiental que ha traído como resultado el aniquilamiento de la biodiversidad, la degradación del suelo, el desencadenamiento de las fuentes de agua y el aire, esto unido a la poca conciencia que se tiene de los recursos naturales y del poco interés por realizar investigaciones que conlleven a la preservación de estos, y a una utilización que permita su renovación. Frente al deterioro del medio ambiente, un factor que cobra gran importancia y que depende de la ineficiente estructura del Estado para garantizar el bienestar de su población, es la pobreza y los bajos niveles de educación. Las poblaciones rurales quienes han sufrido en forma más fuerte la exclusión social, con pocas posibilidades de acceso a la educación lo que no permite ni acceder a trabajos de calidad y mucho menos entender la forma como utilizar los recursos naturales, por lo tanto sus necesidades inmediatas como son la alimentación, la salud, los lleva a utilizar indiscriminadamente los recursos naturales como único recurso para subsistir (la pesca y la caza de animales). Realidades como las que se presentan en el municipio de Chimichagua (Cesar).

(…) la perdida de especies controladoras que se alimentaban de este tipo de vegetación (taruya)33, como el manatí, los patos reales, las

33 “La proliferación del buchón de agua o taruya en la ciénaga tiene que ver con un desequilibrio ecológico, el problema del buchón de agua en la ciénaga es un problema cíclico que se presenta todos los inviernos en las diferentes ciénagas, su proliferación se debe a varios factores entre los que se destacan la contaminación del agua, ya que estas plantas tienen la capacidad de absorber diversos tipos de contaminantes, en especial metales pesados como el mercurio, plomo, cromo es decir que a mayor contaminación más cantidad de taruya”. Libardo Lascarro Ditta (citado por: Zimmerman).

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tortugas e incluso el Chavarri, hoy han desaparecido de la ciénaga por la caza y la pesca indiscriminada trayendo como consecuencia una súper producción de vegetación acuática en la ciénaga y la ausencia de controladores (Zimmerman Cuello, 2008: 4)

El deterioro ambiental, el inadecuado manejo de los recursos naturales y la deficiente prevención de riego son responsables de múltiples desastres que afectan a la población más pobre, ya que se localizan en zonas de alto riesgo de inundaciones o sitios inestables en los límites de las ciudades. Colombia es un país rico en recursos hídricos pero su uso es deficiente. El rendimiento hídrico promedio es de 58/s/ km2 que presenta notables variaciones interregionales e interpersonales como resultado de ciclos hídricos, no obstante la riqueza en recursos hídricos, se ven afectada por las alteraciones en los ecosistemas que regulan el agua y han generado problemas de escasez. Por otra parte el uso de las aguas subterráneas se hace de manera poco eficiente, con sobre explotación en algunos acuíferos, además se desconoce la importancia de las humedades, vitales para la regulación ecológica por lo que una parte importante de ellas han sido desecadas y otro tanto sufre contaminación de origen industrial, agrícola, pecuario o domestico. Igualmente se han degradado ecosistemas de alta productividad ictiológicas como ciénagas, manglares y arrecifes de coral. En la zona costera se presentan altos niveles de contaminación en los puertos. Con el fin de conservar su riqueza natural, el país ha desarrollado un sistema nacional de áreas protegidas. En la actualidad el país cuenta con 33 parques nacionales, dos reservas naturales, siete santuarios de flora y fauna una zona ecológica especial. Con los problemas de orden social como la exclusión, la pobreza, la marginalidad y los problemas de violencia como el conflicto armado interno que origina problemas de desplazamiento se agudiza aun más la crisis ambiental del país, ya que una vez se produce la movilización de la zona rural a la urbana se desencadena una serie de situaciones de desequilibrio que afectan sustancialmente la relación que debe tener el hombre con su entorno. Los grupos de desplazados llegan a lugares no preparados para recibirlos, con deficiente infraestructura de servicios públicos, escaso sistema de producción

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y empleo, débil organización del sistema escolar, insuficiente estructura de salud entre otros; ante éste estado carencial cualquier espacio es atractivo para el asentamiento, como si no fuese suficiente con el ya desequilibrio del desarraigo con su entorno, estas personas se ven obligadas a construir sus alberques en lugares propensos a sufrir desastres naturales como deslizamientos, avalanchas e inundaciones. Reconociendo que para el desarrollo humano de un individuo cobra suma importancia la relación que este posea con su medio surgen entonces los siguientes interrogantes ¿Qué calidad de desarrollo tendrá un ser humano que además de padecer el problema de la exclusión social y económica debe también vivir en un hábitat inadecuado donde se carece de las condiciones mínimas para su bienestar? 5.1.3.- Situación social de la infancia en Colombia.

Con anterioridad se ha venido mostrando la situación económica y política de nuestro país y la forma como está influye en los múltiples problemas sociales por los que atraviesa su población, y con mayor énfasis la compuesta por la infancia y la juventud que hasta ahora han sentido con mayor rigor la exclusión y el abandono, lo que de alguna forma ha favorecido la conformación de grupos al margen de la ley, que mantienen al país en constantes enfrentamientos entre sus pobladores ubicados desde los diferentes frentes (narcotráfico, guerrillas, paramilitarismo, militares, delincuencia común). Mucho se ha hablado y escrito sobre la situación de la infancia y la juventud en América Latina y otros países del mundo, donde se atraviesa por situaciones similares en esta vía, ni han faltado estudios que anuncien cifras que señalan el número de defunciones de niños y niñas desde edad prematura y por causas consideradas fáciles de prevenir. El informe sobre el estado de la infancia en 1990 presentó una alarmante alerta sobre la situación preventiva de salud de la población infantil señalando que:

“Unos 8000 niños siguen muriendo cada día víctimas del sarampión, la tos ferina, y el tétano, que podría prevenirse con una serie completa de vacunaciones de costo insignificante; cada día mueren 7000 niños a causa de la deshidratación diarreica, que podría evitarse casi sin costo alguno, y cada día mueren otros 6000 debido a la neumonía que puede tratarse con antibióticos de bajo costo” (Grant, J. P,1990: 4)

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Decir cuáles son las causas principales de la mortalidad de la población infantil es hacer referencia a la pobreza como causa principal, y las consecuencias que de ella se derivan, como privación de capacidades elementales que pueden traducirse en mortalidad prematura, desnutrición, morbilidad, un elevado nivel de analfabetismo. Es precisamente esta falta de capacidades y libertades señaladas por Amartya Sen (2003:37) las que han producido y continuarán reproduciendo los miles de niños y niñas en Colombia en situación de miseria. No sería necesario recurrir a estadísticas para notar que el sistema social y económico existente en el país ha desfavorecido notablemente a esta población que por las características de la edad, son más vulnerables a las consecuencias que se derivan de la insatisfacción de las necesidades humanas. Sin embargo, para sustentar las condiciones que viven los niños y niñas de Colombia se recurrirá a algunos datos que de alguna forma señalan la urgente necesidad de intervenir con políticas efectivas esta problemática. Entre los problemas que afectan este sector de la población encontramos las deficiencias nutricionales, que desde años atrás han venido alcanzando cifras alarmantes. Recurriendo al estudio realizado por Hugo Cerda (1984: 109) que muestra algunos datos del Departamento Nacional de Planeación de 1977, donde señala que en Colombia, 100 niños morían de hambre y en términos absolutos “90 mil niños mueren cada año antes de cumplir 5 años de vida” podemos preguntarnos cuantos otros niños y niñas que no murieron de hambre para esa época, murieron posteriormente víctimas de enfermedades, de las que se convirtieron en presa fácil, debido a la falta de defensas que proporciona una dieta nutricional pobre. Siguiendo los datos aportados por el mencionado estudio, según la Organización Panamericana de la Salud (1970) que mostraron que en las ciudades colombianas de Cali, Cartagena y Medellín:

“La deficiencia nutricional fue la causa básica o asociada en el 36,45% y 42 % del total de defunciones en niños menores de 5 años. La inmaturidad en las tres ciudades, calificada por el peso del niño al nacer era inferior a los 2.500 gramos y fue la causa básica o asociada en aproximadamente el 20% del total de defunciones en niños menores de un año”. (Ibídem: 110).

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A pesar que estos datos ameritaban una rápida intervención a favor de la niñez, muchos años después, en 1995 en el encuentro “Niñez y Juventud. Una mirada desde la Universidad” realizado en Bogotá, un grupo de docentes universitarios señalan en la ponencia “Niñez y juventud una mirada desde la universidad” como en Colombia “más de un millón y medio de niños menores de 5 años padecen algún grado de desnutrición y, como consecuencia de ello muere de enfermedades fácilmente prevenibles”. (Durán, E; Acero E; Aguinaga, O et alt. 1995: 19)

La desnutrición y sus secuelas es solo uno de los tantos problemas por los que atraviesa la infancia en Colombia, pero junto a este grave problema se le suman otros que de igual forma ponen en riesgo su vida y su salud. La explotación sexual, el maltrato físico, la deserción escolar, la explotación laboral, la vinculación al conflicto armado, la violencia intrafamiliar y las luchas armadas son los problemas que en forma mayoritaria contribuyen a que el desarrollo integral de los niños y niñas que se encuentran en zonas excluidas no sé de en la forma armónica que merece esta población Helen López Vásquez (2002) refiriéndose a la Convención sobre los Derechos del Niño que llevó a cabo el fondo de las Naciones Unidas para la infancia, escribió un artículo que tituló “Colombia no cumplió con la niñez” el objetivo fue mostrar como siendo el problema de la niñez en este país uno de los que amerita una solución urgente, fueron pocas las acciones tendientes a mejorar su situación a pesar de las promesas. Es más recalcó como siendo un tema de tanto interés, el presidente de la República en ese entonces Andrés Pastrana no asistió a la reunión y delegó esta función al señor Juan Manuel Urrutia, director del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. Este hecho hizo notar una vez más la falta de compromiso del Estado con los problemas de la infancia. Al tratar de mirar la situación actual de la niñez frente a los compromisos asumidos por el Primer Mandatario en la Cumbre Mundial a favor de la infancia de la ONU, como fueron: reducir la mortalidad infantil, prestar servicios básicos, mejorar la educación así como el de brindarle mayor protección a los niños, se puede notar según Manuel Manrique, representante de UNICEF para Colombia que:

“Sus logros se redujeron, a juicio de este especialista, a una campaña que consiguió erradicar el polio e inmunizar contra diferentes enfermedades a cientos de niños. No obstante, estas iniciativas experimentaron un estancamiento severo: “la conquista de Colombia de 1995 cuando realizó jornadas de vacunación que sirvieron de ejemplo al mundo, quedó atrás. El retroceso es tan grande que hoy se están viendo brotes de sarampión” añadió Manrique. De la misma manera,

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este experto aclaró que a pesar de que el país logró ampliar la cobertura en educación primaria (más de 90 % de los niños van a clases), la calidad continuó siendo deficiente, además sigue siendo un número muy alto de los niños fuera de la escuela: casi 3 millones. Otras de las promesas no cumplidas enumeradas por Manrique fue la desnutrición crónica que no experimentó una reducción significativa sino por el contrario alcanzó 14%” (López 2002: s. p.).

A estos problemas hay que añadirles el reducido acceso al alcantarillado y agua potables de algunas poblaciones, y la alarmante mortalidad dentro de la población infantil:

“En la actualidad en el país mueren 33 niños por cada mil nacidos vivos, además existen fuertes disparidades regionales en este sentido. Por ejemplo, Antioquia posee la tasa más baja con 20 niños por cada mil pero Cauca, Nariño, Chocó y Guajira alcanzan una cifra de 50 por cada mil” (Ibídem).

La situación de la infancia y juventud en Colombia es de precariedad en cuanto a políticas sociales se refiere, en el anterior informe vemos claro que aunque los gobernantes se hagan compromisos para subsanar las múltiples carencias de este sector de la población, no ha habido una verdadera voluntad política que defina un horizonte claro que permita reducir las necesidades más apremiantes de nuestra infancia y por lo tanto ofrecerles un desarrollo humano integral que es el que tanto se promulga. El programa Colombia sin Pobreza en un informe titulado Determinantes de la pobreza en Colombia. Años recientes. (2005: 1) Señala en forma preocupante el estado de pobreza e indigencia de la población más joven del país y la compara con otros países, lo que permite tener una visión de la escaza atención que se le venía dando a las necesidades de este sector poblacional:

“La CEPAL en su último informe arroja crudas cifras que no mienten, la magnitud de la pobreza e indigencia entre niños y adolescentes colombianos es del 45% (pobres) y 17%(indigentes). Si sumamos, tenemos un resultado escalofriante el 62% de los pequeños colombianos no tienen acceso a ninguna esperanza de vida plena y se debaten entre la desnutrición, la insalubridad y la ignorancia. Comparar números es un ejercicio más aterrador. La CEPAL indica que Uruguay, por ejemplo, tiene el 10% de pobres y el 2% de indigentes entre niños y adolescentes; o Costa Rica, un 18% y un 5%, respectivamente. Así los niños de Colombia tienen un horizonte sin

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futuro, si las cosas siguen como hasta ahora recordemos la vieja pero sabia frase “los niños de hoy son los dirigentes del mañana”; es decir, qué mañana le espera a esta Colombia”.

La pobreza y la vulnerabilidad como se señaló anteriormente van de la mano y afecta principalmente a la población de menor edad, un informe del Fondo de las Naciones Unidas registrado por el Diario El País de Cali (2006:1) y corroborado por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Acnur en el mismo Diario, señala como la pobreza y sus consecuencias ha traído para los niños y niñas colombianos resultados adversos que hubieran sido posible evitar:

“Más de un millón y medio de niños menores de 5 años mueren cada año por falta de agua potable, es decir, 4.200 niños al día, indicó ayer el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, Unicef. De acuerdo con la Acnur, diariamente mueren en el país tres niños por desnutrición, principalmente por la carencia de agua potable. La mayoría de víctimas son de familias desplazadas. Según la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Acnur, en Colombia mueren cada día tres niños por desnutrición, la mayoría por la carencia de agua potable. Y son más las víctimas en las ciudades y en los municipios que en el campo. Según este organismo, en Chocó mueren anualmente 2.054 niños. Le siguen la Costa Atlántica con 413 niños y el sur del país con 317”.

Situaciones como estas son preocupantes, como preocupante es saber que el país está lejos de cumplir con los pobres y excluidos, que la política económica sigue apuntando a enriquecer a los más ricos y a mantener en situaciones deplorable la mayor parte de su población, que es la que menos posibilidades tiene de un mínimo de calidad de vida. El Diario El espectador publicó un estudio de Ricardo Bonilla, investigador del Centro de Investigaciones para el Desarrollo (CID) de la Universidad Nacional, el cual hace referencia a las pobres políticas sociales y el fortalecimiento de los grupos económicos más fuertes:

“Dice Bonilla que en "las capas de ingresos medios y bajos se precarizó el trabajo, su participación en el ingreso se redujo y su capacidad de compra se limitó a lo básico".

Explica el informe registrado muestra que "como consecuencia, los indicadores sociales son precarios: a) el índice gini volvió al 0.59 y Colombia es el líder de esta deshonrosa distinción en

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América Latina, b) el 20 por ciento más rico de la población sigue concentrando el 62 por ciento del ingreso, siendo el responsable del mayor consumo nacional, c) ahora hay menos trabajadores asalariados que independientes, predominando el rebusque sobre el empleo decente, d) solamente la tercera parte de las personas que trabajan, alrededor de 6 millones, se encuentran en los regímenes contributivos de salud, pensiones, subsidio familiar y riesgos profesionales, y e) los niveles de pobreza, medidos antes de la actual recesión, son exageradamente elevados, del 46 por ciento pobres y 18 por ciento indigentes" (El Espectador, 2009: pagina económica).

5.2. Ciudad de Cartagena de Indias. 5.2.1 Características de la ciudad.

Cartagena fue fundada en 1533, sobre un asentamiento indígena existente en la zona central (hoy centro histórico colonial). Su desarrollo como puerto comercial en la ruta de galeones de la España de ultramar le permitió adquirir el título de ciudad en 1574. A pesar de lo anterior, siempre mantuvo una población promedio de casi 20.000 habitantes que, por su importancia estratégica, disminuía cuando la ciudad era sometida a sitios y asaltos, por tropas nacionales y extranjeras, por lo tanto debió ser reconstruida en varias ocasiones por los daños ocasionados a su patrimonio inmobiliario. Plan de Ordenamiento Territorial (2004: 4) Tiene una extensión de 609.1 Km2. Su población, estimada en 912.674 habitantes (Censo DANE 2005), se concentra en el área urbana, aproximadamente el 92.5% (844.223h.), y el 7.5% (68.451h.) restante en el área rural, lo que evidencia que casi la totalidad de la población del Distrito reside en el área urbana. El Distrito Cultural y Turístico de Cartagena de Indias, fue institucionalizado como tal mediante el Acto Legislativo No 01 de 1987 y la ciudad fue erigida como Patrimonio de la Humanidad por dictamen de la UNESCO en 1992. La delimitación del ente territorial, municipio de Cartagena. Capital del Departamento de Bolívar, tuvo su origen en 1923, cuando se hizo la distribución

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del departamento en provincias, municipios y agregaciones. En esta ocasión a Cartagena se le asignan sus agregaciones pero no se le definen sus límites. Está localizada al sur del mar Caribe entre los 10°16” y 10°26” de latitud norte y entre 75°30” y 75°36” de latitud oeste. Limita al norte con el mar Caribe, al sur con el municipio de San Onofre, al este con los municipios de Santa Catalina, santa Rosa, Turbaco y Turbana y al oeste con el mar Caribe; fue declarada desde 1984 patrimonio histórico de la humanidad. Cuenta con un área total de 616 Km2 divididos en área urbana que comprende una superficie de 8.300 hectáreas, dentro de la cual están incluidos total o parcialmente algunos corregimientos como Barú, Tierra Bomba, Pasacaballos y Bayunca. El territorio Distrital está compuesto por una serie de islas, penínsulas y cuerpos interiores de agua, que conforman el área insular y un área continental. Estas condiciones y la presencia de los cuerpos de agua, hacen de Cartagena una ciudad con características morfológicas especiales y un hermoso paisaje natural pero al mismo tiempo lo constituyen en un sistema de gran fragilidad ambiental. En Cartagena de Indias de acuerdo con el ordenamiento territorial determinado por el código de urbanismo se estableció el uso del suelo según características particulares y las actividades que se desarrollan en las zonas, quedando la siguiente clasificación: Área de actividad residencial, comercial, industrial, turística histórica, recreacional y otras áreas especiales, lo que le infunde aún más un fenómeno que será expuesto posteriormente y que contribuye a que la ciudad tenga una marcada división de clases sociales donde conviven muy estrechamente las clases sociales altas con las bajas y donde la miseria observa lánguidamente a la abundancia. 5.2.2.- Barrios marginados.

El distrito de Cartagena de Indias está reglamentado por la Ley 768 de 2002. Esta ley que consagra las normas políticas, administrativas y fiscales de Cartagena, tiene como objeto “dotar al municipio de las facultades, instrumentos y recursos que le permitan cumplir las funciones y prestar los servicios a su cargo, y promover el desarrollo integral de su territorio para contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes, a partir del aprovechamiento de sus recursos y ventajas derivadas de las características y condiciones especiales que presenta” como ciudad portuaria, industrial y turística.

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Según lo estipulado en dicha ley, el distrito de Cartagena fue dividido político-administrativamente en tres localidades, cada una con su Alcalde Local nombrado por el Alcalde Mayor de Cartagena: • Localidad 1, Histórica y del Caribe Norte. • Localidad 2, De la Virgen y Turística. • Localidad 3, Industrial de la Bahía. A su vez, las tres localidades están divididas en quince Unidades Comuneras de Gobierno Urbanas y en doce Unidades Comuneras de Gobierno Rurales, de la siguiente forma: Cuadro 3. División Política – Administrativa de Cartagena

Localidad Unidades comuneras de gobierno urbanas

Barrios

Localidad 1

Histórica y del Caribe

Norte

1

Castillogrande Laguito Bocagrande El Centro La Matuna Getsemaní San Diego El Cabrero Marbella Crespo Sector Chambacú Pie de la Popa Manga

2

Pie del Cerro El Espinal Lo Amador Nariño Torices Pedro Salazar San Pedro y libertad Los Comuneros Petare Paulo VI 1 Pablo VI 2 República del Caribe Loma Fresca Palestina La Paz ParaÍso San Bernardo de AsÍs Virgen del Carmen

Canapote Daniel Lemaitre

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Cuadro 3. División Política – Administrativa de Cartagena Localidad Unidades comuneras de

gobierno urbanas Barrios

3 Santa MarÍa Siete de Agosto San Francisco San Bernardo

8

Zaragocilla Escallón Villa La Campiña Los Calamares Urb. Los almendros Urb. Camaguey Los Ejecutivos Los Angeles Urb. Barlovento Urb. Los Laureles Urb. Britania Conj. Res. Santillana de los patios Urb. El Country La Troncal Buenos Aires Tacarigua Villa Sandra 1 Villa Sandra 2 Urb. Cavipetrol Las Delicias El Carmen El Rubí Urb. La Gloria

9

Barrio Chino Martínez Martelo El Prado Bruselas Amberes España Juan XXIII Paraguay Junín La Gloria Las Brisas Urb. Nueva Granada Nueve de Abril Jose Antonio Galán Piedra de Bolívar Armenia Mirador de Nuevo Bosque

10 El Bosque Alto Bosque Los Cerros República de Chile San Isidro Altos de San Isidro Bosquesito

Unidades comuneras rurales de gobierno

Tierrabomba Caño del Oro Bocachica Santa Ana Barú Isla Fuerte

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Cuadro 3. División Política – Administrativa de Cartagena Localidad Unidades comuneras de

gobierno urbanas Barrios

Archipiélago de San Bernardo Islas del Rosario

Localidad 2

De la Virgen y Turística

4 La María La Quinta Barrio Obrero La Esperanza Alcibia Boston La Candelaria

5 Tesca viejo Tesca nuevo República del Líbano Olaya Herrera Chiquinquirá

6 Olaya Herrera Fredonia Nuevo Paraíso Las Américas Villa Estrella El Pozón

7 13 de junio República de Venezuela Las Gaviotas La Floresta Chipre La Castellana Los Alpes El Gallo Viejo porvenir Nuevo porvenir Las Palmeras Las Palmas

Unidades comuneras rurales de gobierno

Boquilla Punta canoa Pontezuela Bayunca Arroyo de Piedra Arroyo Grande

Localidad 3

Industrial de la Bahía

11

Ceballos Urb. Santa Clara Policarpa Albornoz Arroz barato Puerta de hierro Bella vista Libertador 20 de julio Antonio José de Sucre

12

Los Corales Almirante Colón Los Caracoles El Carmelo El Socorro Blas de Lezo Santa Mónica San Pedro El Campestre

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Cuadro 3. División Política – Administrativa de Cartagena Localidad Unidades comuneras de

gobierno urbanas Barrios

13 Santa Lucía El Recreo La Concepción Ternera San Joseé de los Campanos Villa Rosita La Providencia Anita

14

La Victoria San Fernando Urb. Simón Bolívar Urb. Once de Noviembre Villa Rubia Jorge Eliécer Gaitán María Cano Camilo Torres La Florida Nueva Dely La Esmeralda 1 La Esmeralda 2 Los Santanderes El Nazareno El Silencio Nueva Jerusalén Nueva Villa Fanny Sectores Unidos La Sierrita Nelson Mandela Urb. El Rodeo

15 Vista Hermosa Urb. Luis Carlos Galán Urb. Cooperativo San Pedro Mártir El Reposo La Victoria Los Jardines La Consolata El Educador Henequén

Unidades comuneras rurales de gobierno

Pasacaballos Sector Membrillal Sector variante Cartagena y Cordialidad

Fuente: Secretaría de Planeación Distrital. La Localidad uno es la Histórica Y Caribe Norte cuenta con una población de 355.943 habitantes, La Localidad dos es la de la Virgen Y Turística y tiene una población de 319.436 habitantes y La Localidad tres es la Industrial de la Bahía, que cuenta con una población de 237.295 habitantes; según proyección censo DANE 2005.

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La población de Cartagena según proyección Censo DANE 2005 es de 921.614 habitantes para el año 2007. La población se caracteriza por un predominio del sexo femenino con un 52,3% (477.329) mientras la población de sexo masculino representa el 47,7% (435.345). La población menor de 15 años representa el 36% aproximadamente de la población, orientando hacia una población de predominio joven aunque con tasas de natalidad en descenso. La población de 60 años y más representa el 5% del total de la población. De las quinces comunas en la que se encuentra dividida Cartagena, sólo una alberga los barrios pertenecientes a la clase alta de la ciudad (comuna 1), este espacio geográfico concentra el mayor interés de las autoridades locales ya que en su interior se desarrollan los más ambiciosos proyectos hoteleros y turísticos que sirven para su venta como destino de descanso y diversión lejos de las preocupaciones que generan las grandes metrópolis; por el contrario ocho comunas (2,3,4,5,6,9,11,15) albergan a los barrios más pobres de la ciudad en los que se sobrevive en la más extremas condiciones de miseria, esta otra parte de Cartagena marginal y marginada es la que ocultan a los visitantes y la que se tiene como la imagen no deseada de la ciudad. Las restantes comunas albergan a barrios de clase media baja donde se cuenta con un ingreso equivalente a tres o cuatro veces el valor de la canasta básica según la encuesta constitutiva del SISBEN. En Las áreas rurales se determina como corregimientos a las divisiones del territorio rural, que tiene como propósito la conservación de las áreas agrícolas y las zonas de reserva ambiental. 5.2.3. Cartagena y su entorno socio-urbanístico.

Comprender hoy la configuración socio-urbanísticas de la ciudad de Cartagena nos permite sin duda entender el proceso de desarticulación del tejido social tradicionalmente característicos de la ciudad. Cartagena de Indias es considerada una ciudad tripartita: la del turismo, la industrial y la de los cada vez más anchos cinturones de miseria tugurial, producto de un crecimiento desigual, contradictorio y sin planificación.

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El principal crecimiento socio-urbanístico, demográfico y social de la ciudad en el siglo XX se dio entre el periodo comprendido entre 1930 y 1960; antes de este recorrido de tiempo la ciudad se caracterizaba por mantener un orden estrictamente jerárquico legado de la época colonial, además de conservar una fuerte estratificación social, mentalidades aristocrática, paternalista y racista, donde la práctica política era casi del control absoluto de una elite local. En las primeras décadas del siglo XX Cartagena empieza a experimentar un proceso de expansión ausente de previsión, donde predomina el espontaneismo el cual es iniciado por el sector privado dejando como resultado la migración de las clases altas y medias a sitios distintos a la ciudad amurallada. La década de los 50 trae para la ciudad sin duda alguna el nacimiento de un incipiente movimiento industrial petroquímico, la apertura de actividades de comercio internacional y el inicio de un desarrollo turístico que más tarde convertirían a la ciudad en un atractivo al que llegaron campesinos, jornaleros y trabajadores semi descalificados de los departamentos de Bolívar, Córdoba y de otros departamento de la Costa Atlántica, atraídos por la posibilidad de una mejor calidad de vida. En el periodo comprendido entre 1960 y 1980 Cartagena vive dos fenómenos importantes que dan origen a la configuración socio-urbanística que mantiene la ciudad en los actuales momentos: por una parte se reafirma la vocación turística lo que trae consigo que Cartagena se convierta en el centro nacional de especulación de tierra, en la que se da un aceleramiento de actividades de servicio y comerciales y la consolidación definitiva de la zona industrial de Mamonal. Por otra parte como consecuencia de la violencia en las zonas rurales del departamento que ha obligado a las campesinos y sus familias a huir de sus tierras, la ciudad ha venido experimentando un desmesurado crecimiento de su población margino- tugurial y de igual manera un crecimiento urbano social en conjunto caótico y conflictivo, ya que los asentamientos donde estos se ubican no estaban preparados para recibir la cantidad de personas que han venido llegando a la ciudad. Para hacer referencia al estado de pobreza en Cartagena se ha recurrido al documento presentado en el X Coloquio Internacional de Geocrítica realizado en Barcelona en el 2008 por un grupo de investigadores:

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“Los asentamientos pobres y en extrema pobreza se fueron expandiendo por diferentes zonas de la ciudad. Son producto de sucesivas invasiones; en algunos casos en terrenos del Estado, en otros, en propiedades privadas subutilizadas, o a orillas de los cuerpos de agua que son aterrados con este fin. Los primeros se instalaron al norte del núcleo urbano, a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, y luego a partir de los años treinta se fueron extendiendo por otros lugares, ocupando los bordes de los cenagales, las zonas insalubres e inestables o la periferia, o bien creando enclaves cerca de hitos de la ciudad, en torno a las principales vías de comunicación y en áreas de reserva” (García M, C, Panadero M, M y De León R. (2008:3).

En los últimos años del siglo XX Cartagena continuo con el proceso de crecimiento desigual y contradictorio iniciado décadas atrás; las políticas de inversión, en los ámbitos social y económico han continuado favoreciendo a los grandes empresarios y al sector turístico. Constituida como la ciudad turística de Colombia con todas las implicaciones que este compromiso conlleva, la ciudad se ha ido diferenciando cualitativa y cuantitativamente, otra nueva Cartagena caótica y marginal en un espacio ecológico crecientemente degradado y por lo general asociado a zonas bajas inundables a lo que se suma el fenómeno de asentamientos informales de desplazados por la violencia de la zona rural del departamento de Bolívar y contiguos, por fuera de los controles y dispositivos institucionales tradicionales de la comunidad migrante.

Una noticia publicada por la Revista Caja de Herramientas: Viva la Ciudadanía "¡Cartagena sitiada! Entre la corrupción y la pobreza” (2005) divulgó con preocupación el estado de la ciudad:

“Cartagena tiene hoy más un millón de habitantes, y aproximadamente el 80% de la población es pobre y cerca de la mitad padece hambre. Factores asociados a la desnutrición son la quinta causa de muerte, de acuerdo al estudio de la Corporación Viva la Ciudadanía. Según el Proyecto “Cartagena Cómo Vamos”, la Tasa de Cobertura Régimen Subsidiado de Salud en nivel 1 y 2 del Sisben sólo es 48,5%; el resto de la población pobre se somete al “paseo de la muerte” porque no son atendidos en los centros asistenciales que ya son pocos. La informalidad campea en el mercado de Bazurto, en el centro, en las playas y los semáforos de la ciudad. Los pobres sometidos al clientelismo sólo aspiran a recibir lo que paguen los políticos por el voto, porque saben que tendrán que paliar por sí solos el hambre y la exclusión. Cartagena resiente una alta concentración del ingreso, dado que las 20 familias más ricas se quedan con más de la mitad del ingreso”.

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Esta falta de inversión en otros sectores, el desempleo y el sobre poblamiento con el que cuenta la ciudad actualmente ha generado un sin número de dificultades lo que trae como resultado según informes del DANE que el índice de pobreza haya alcanzado al 41.96% y el cordón de miseria el 21.7% siendo este el más alto de la región. En estos momentos más de la mitad de los habitantes de Cartagena son pobres. Realizar este recorrido nos permite apreciar que en la ciudad de Cartagena las condiciones de marginalidad no son nuevas, siempre han estado acompañando a sus habitantes, sin que el gobierno local y nacional cuente con la disposición política de intervenir eficientemente para generar una sociedad más equitativa, que satisfaga mínimamente las necesidades de sus habitantes, para crear un verdadero clima de respeto mutuo y de convivencia ciudadana. 5.3.- Infraestructura.

5.3.1.- Vivienda, política nacional y características de

la vivienda en Cartagena.

La Constitución Política de Colombia en el articulo 51 consagra el acceso a una vivienda digna: “Todos los colombianos tienen derecho a vivienda digna”. El Estado fijará las condiciones necesarias para hacer efectivo este derecho y proveerá planes de vivienda de interés social, sistemas adecuados de financiación a largo plazo y formas asociativas de ejecución de estos programas de vivienda”. Para hacer efectivo este derecho se crearon algunas leyes como son la ley 3ª de 1991 que creó el Sistema Nacional de Interés Social, el decreto 706 de 1995 que reglamentaba el otorgamiento y administración de los subsidios a la demanda, el decreto 2099 de 1994 entre otros aspectos, la cobertura y condiciones del programa “Vivir Mejor” para la construcción y el mejoramiento de vivienda de interés social para el caso de la vivienda rural. INURBE (Instituto Nacional de Vivienda y Reforma Urbana) fue la instancia encargada de reglamentar, administrar y otorgar el subsidio de vivienda, para los hogares con ingreso de 2 a 4 salarios mínimos, tanto de los recursos que otorga directamente como de los programas de vivienda insertos en la Red de Solidaridad, entregados a los hogares con ingresos entre 0 y 2 salarios

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mínimos, y los programas de “Vivir Mejor” de la Caja Agraria. Igualmente le correspondió el seguimiento a la ejecución de los Planes de Vivienda de Interés Social, el Decreto 554 de 2003 emanado de la Presidencia de la República, ordenó la supresión y consecuente liquidación de este organismo, y el Decreto No. 555 del 10 de marzo de 2003, crea el Fondo Nacional de Vivienda -FONVIVIENDA asignándole, entre otras, la función de ejecutar las políticas del Gobierno Nacional en materia de vivienda de interés social y urbana, que estaban a cargo del Instituto Nacional de Vivienda de Interés Social y Reforma Urbana -INURBE Por otro lado el sector privado está vinculado a las actividades de construcción (Constructores privados, Organizaciones Populares de Vivienda OPV’s, ONG’s) y de financiamiento de vivienda (CAV’S, y Bancos hipotecarios) que desarrollan sus actividades actuando dentro de las reglas de juego existentes como agentes privados. Se entiende que tanto las anteriores leyes, decretos, y sus respectivas entidades son los responsables de que se cumpla la política social y deben garantizar de esta forma la satisfacción de las necesidades de vivienda de los Colombianos. Sin embargo, la realidad del problema de la vivienda tanto a nivel nacional como local cuestiona la política actual y los organismos encargados de cumplirla. Muy a pesar de que las estadísticas muestren un avance en esta materia, la realidad es otra, si bien es cierto que hay mayor cobertura, la calidad y la ubicación de las viviendas muestra que no hay una intensión real de incluir a los excluidos. En el caso de Cartagena le corresponde a la Administración Distrital ser el primer ejecutor de la política de vivienda, para lo cual debe promover y apoyar los programas y proyectos de Vivienda de Interés Social, específicamente en cuanto a financiación de los Planes de Vivienda de Interés Social, otorgando subsidios financiados con las participaciones en los ingresos corrientes de la nación, así como también la promoción de organizaciones populares de vivienda de interés social. La disposición física y jurídica de las áreas o predios necesarios para adelantar programas de vivienda, la ejecución de obras de desarrollo y adecuación de asentamientos subnormales, parques y áreas recreativas, hacen parte de las funciones de esta administración. La Política de vivienda de la Administración es ejecutada por Corvivienda34, como organismo público adscrito a la administración.

34 Corvivienda, es un establecimiento público de orden Distrital, creado por el honorable

Concejo Distrital mediante acuerdo Nº 37 del 19 de Junio de 1991, Reglamentado por el Decreto 822 del 15 de noviembre, a su vez modificado por el decreto 717 del 23 de junio de 1992, en

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De acuerdo con el análisis de la situación del sector en materia de vivienda de Interés Social, las acciones de la Administración Distrital a través de Corvivienda deben encaminarse a la superación de inconvenientes como el alto déficit habitacional existente, crecimiento informal y desordenado de la ciudad, proliferación de asentimientos en zonas de riesgo debido a la falta de vivienda de las familias tanto del sector como las desplazadas y las restricciones de oferta en el mercado de Vivienda de Interés Social. Ante la imposibilidad de dar una respuesta al problema de la vivienda propia a los sectores más desfavoreciodos, la presidencia de la República se propuso dentro de su Plan Nacional para el desarrollo, una estrategia de arrendamiento reglamentado para que no se vea desfavorecido tanto el arrendador como el arrendatario:

“Se fomentará el arrendamiento como solución habitacional y se impulsará este mercado a través del diseño de un nuevo régimen de alquiler de vivienda urbana. Dentro de los mecanismos que se reglamenten se contemplará el equilibrio de la relación contractual entre el propietario y tenedor” (Bases del Plan Nacional de Desarrollo, 2003:173).

Con relación a la adquisición de la vivienda también se propuso la creación de un estatuto de vivienda, que compilara la legislación vigente sobre este tema:

“Compilación y racionalización de normas y trámites relacionados con la vivienda Con el propósito de disminuir los costos de transacción y el costo de la vivienda, el Gobierno expedirá por vía reglamentaria el estatuto de vivienda en el cual compilará y armonizará toda la legislación vigente sobre los temas relacionados con la vivienda, su financiación y comercialización, su calidad y los apoyos y beneficios otorgados por el Estado para ello” (Ibídem: 175).

Las llamadas Bases para el Plan Nacional de Desarrollo manifiestan una buena voluntad, pero en realidad adolece de un claro compromiso tanto del gobierno como de las instancias encargadas de administrar y reglamentar los planes de vivienda establecidos en ella.

ejercicio de facultades conferidas por el concejo Distrital mediante acuerdo Nº 24 del 10 de junio de 1992 y acuerdo nº 04 de agosto 26 de 2003

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Para poder solucionar el problema de la vivienda en Colombia se requiere una política que tenga en cuenta los sectores de la población que se encuentran no solo desvinculados del sector productivo, sino también a aquellos que se mantienen por medio de “actividades de rebusque” que solo les permite sobrevivir. Con solo mirar algunos de los datos de los que consta el diagnostico general del Plan de Ordenamiento Territorial de la ciudad (POT) sobre las características de la vivienda en Cartagena podríamos tener una idea de la dimensión del problema a nivel Nacional. Cartagena es una de las ciudades Colombianas que mayor problema presenta con relación a la vivienda tanto desde el punto de vista cuantitativo como cualitativo. Esta diferencia es importante señalarla porque muchas veces se cuantifican como vivienda, algunas de las formas de solución que le dan las personas a la necesidad de resguardarse y resguardar a su familia, y estas soluciones varían dependiendo de la posibilidad económica de ellas, no siendo extraño encontrar viviendas elaboradas con pedazos de tablas viejas y techos de pajas o con laminas de zinc, por lo general este tipo de vivienda no cuenta con pisos, ni con divisiones que permitan la privacidad de sus habitantes, así como tampoco cuentan con acceso a los servicios públicos:

“Para la ciudad de Cartagena, el porcentaje de déficit de vivienda se estimó en el 50% (mas de 61.900 hogares). De estas familias, el déficit cuantitativo o requerimientos de construcción de vivienda nueva representaba el 16% del total de hogares de la ciudad, es decir 19,830 familias. En tanto que el déficit cualitativo se situó en el 34% de los hogares de la ciudad (42.139)“ ( Plan de Ordenamiento Territorial, 2004: 107).

Es importante señalar que muchas de las viviendas que se encuentran localizadas en zonas de riesgos, deben ser reubicadas y por lo tanto acrecienta el número de viviendas requeridas para la satisfacción tanto cualitativa como cuantitativa habitacional de la ciudad. Y es que la vivienda, como bien lo señala Valverde Molina (1988: 32):

“no es solo la construcción arquitectónica que el ser humano requiere para guarnecerse. Alrededor de ella se desarrollan las pautas de

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socialización del individuo a través de la familia como grupo primario: El primer desarrollo, las primeras relaciones interpersonales y en general, el futuro del individuo, se gesta en un contexto primario que es el hogar familiar, donde se inicia la socialización que va a facilitar su maduración como persona y su adaptación como ciudadano”

Una mirada ligera a un entorno excluido, nos muestra una vivienda sin la distribución de los espacios físicos necesarios para ejecutar las actividades que requiere el desarrollo normal de una célula familiar, si se tiene en cuenta que ésta está compuesta por la unión de un grupo de personas que pueden ser de diferentes sexos y de diferentes edades. La vivienda ha respondido históricamente a necesidades específicas, como fueron la necesidad de protección del medio ambiente, las inclemencias del clima, los ataques de animales, hasta conformar lo que hoy día tenemos como vivienda y que debe responder a las necesidades de la época como la necesidades de protección, necesidades fisiológicas, necesidades psicológicas, sin embargo en sociedades excluyentes encontramos viviendas con características de siglos atrás donde es imposible resguardarse de los animales porque estos conviven con ellos y ellas, si bien no son las fieras de hace años si son animales rastreros y repugnantes que no atacan para matar, pero que matan lentamente a la población haciéndola frágil ante las enfermedades; de igual forma sucede con las posibilidades de utilizarlas como forma de protegerse del clima porque sus condiciones físicas no alcanzan a cumplir estas funciones, es el caso de las viviendas construidas en madera y terminadas con plásticos y cartones, nada resistentes a las aguas lluvias, ni a las brisas caribeñas, es de anotar que en este tipo de construcciones no es posible una división espacial y por lo tanto se presenta el hacinamiento con las consecuencias que esto trae a las condiciones de vida de sus habitantes. En el Informe presentado por la organización Cartagena Como Vamos35 (CCV) (2005: vía internet) y el Centro de Estudios de la Construcción y el Desarrollo Urbano y Regional – CENAC- representado por su director Jorge Enrique, Torres:

“- La mayor parte del déficit (70.2%) se concentra en el estrato 1. .- Más del 65.0% de los hogares en déficit tienen como jefe de hogar a un hombre.

35 Cartagena Como Vamos es un órgano investigativo, Concebido como: “ Proyecto ciudadano de seguimiento a los cambios que se producen en la calidad de vida de los habitantes de Cartagena” está compuesto por entidades como: Andi Cartagena, Funcicar, Universidad Tecnológica de Bolívar, el periódico de local El Universal, El Tiempo, Fundación Corona, Cámaras de Comercio de Cartagena y Bogotá.

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- En la mayoría de los hogares en déficit, el mayor nivel educativo alcanzado por el jefe de hogar es secundaria (10.9% ninguna educación, 53.5% primaria, 35.0% secundaria). - En el 81.9% de los hogares en déficit, el jefe de hogar reporta ingresos mensuales inferiores a la mitad del valor del salario mínimo (SMLV = $408.000 de 2005). - Según el tipo de vivienda, más del 90% de los hogares en déficit habita en casas. - Aproximadamente el 50% de los hogares en déficit manifiesta que la vivienda en la cual habitan es propia pagada. - El 33.4% de los hogares en déficit tiene como material predominante en la paredes la madera burda, y el 31.6% tiene pisos de arena o tierra. - EL 98.8% de los hogares en déficit recibe servicio de energía, el 68.2% acueducto, el 47.6% gas natural, el 28.2% alcantarillado y el 9.4% teléfono. - El 91.7% de los hogares en déficit no cohabita dentro de la misma vivienda con otros hogares. - El 58.9% de los hogares en déficit está conformado por 5 o más miembros y el 88.2% tiene dentro de la vivienda 3 cuartos o menos”.

Las actividades que requiere realizar el individuo para su desarrollo humano (cocinar, comer, dormir, descansar e incluso el aislamiento como una necesidad psicológica) necesitan de unos zonas especiales dentro de la vivienda, para lo cual se requiere que toda vivienda considerada digna tenga una distribución de los espacios, de tal forma que estas actividades señaladas se realicen sin ningún inconveniente. Sin embargo la mayoría de las viviendas de los estratos 1 no tiene estas características, la razón se atribuya a que este tipo de vivienda que se construye en la miseria y la pobreza, responde a una solución inmediata de la necesidad de un espacio cerrado que los proteja del mundo exterior y de las posibles acciones de los otros hombres, por lo tanto si son cuatro, seis u ocho paredes no es lo importante, lo importante es sentir que algo delimita su espacio físico para lo cual no se hace necesario grandes construcciones, aunque el número de miembros de la familia así lo exija. Pero es evidente que un espacio reducido y con pocas delimitaciones interiores no permite la intimidad y mantiene unas relaciones familiares tensas y angustiosas, donde la violencia y la agresividad se constituyen en la característica primordial de estas, expulsando a sus miembros a la calle en busca de alivio a sus tensiones, lo que facilita la desintegración de la unidad familiar y pone en riesgo los menores que son más vulnerables al medio ambiente. En entrevistas realizadas a niñas y niños cartageneros podemos encontrar algunas de las manifestaciones que hacían con relación a su espacio habitacional y la forma como perciben esta necesidad:

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“Mi casa es de tablas… es un cuarto donde está todo yo duermo en la misma cama con mi mamá y mi hermana…duermo mal porque como mi mamá es gorda y mi hermana también entonces a mi me toca dormir en el filo y no puedo encogerme cuando tengo frio”. (NHSD 504). Mi casa es así pequeñita, de tablitas ¿con quién dormías? Con los hermanos míos (seis hermanos)…En una sola cama”.(NHC 101-1).

5.3.2.- Servicios públicos domiciliarios.

Como servicios públicos domiciliarios se entiende en Cartagena el servicio que presta la administración a sus habitantes de agua, energía eléctrica, alcantarillado y el de telefonía. La prestación de estos servicios y su cobertura ha ido en aumento paulatinamente, por lo cual se puede decir que en cuanto a cobertura ha habido una ampliación tal que permite a un mayor número de ciudadanos cartageneros disfrutarlos. Uno de los mayores problemas en su uso y disfrute se presenta en la prestación del servicio, es decir no hay un comportamiento equitativo en la en la distribución de los servicios públicos:

“En cuanto a la distribución de agua según el Diagnostico general del Plan de Ordenamiento territorial, la estructura del sistema de acueducto de Cartagena a junio de 2000, abastece una población urbana de 750.000 habitantes aproximadamente, con respecto a la distribución de la condición económica de los usuarios residenciales corresponde un 53% a estratos bajos, un 35.9% a estratos medios y en un 11.1% estratos alto” (Plan de Ordenamiento Territorial, 2004: 145). „El servicio de alcantarillaldo, tiene los menores niveles de cobertura y es el de mayor impacto sobre los ecosistemas hídricos de la ciudad. Su construcción está reglada por la topografía de la ciudad, dividiendo ésta en dos grandes vertientes que disponen las descargas a los dos cuerpos de agua mayores de la ciudad (Bahía de Cartagena y Ciénaga de la Virgen). La descarga de las aguas negras sin tratamiento previo a los dos cuerpos de agua mayores ha ocasionado serios costos ambientales que la ciudad viene pagando con niveles de morbilidad en la población residente en las orillas de los cuerpos” (Ibídem: 149).

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Estos servicios unidos al servicio telefónico y el de gas natural son prestados con la mayor eficacia para los sectores en los que se encuentran los estratos cinco y seis, donde se encuentra la población de mayor solvencia económica y los sectores turísticos, por lo tanto no padecen necesidades en cuanto al disfrute con calidad de ellos, presentándose un comportamiento diferente en las zonas donde están ubicados los sectores de estratos tres, dos y uno, con especialidad los dos últimos, los cuales si reciben los servicios presentan quejas permanentes por la forma en que estos se prestan. Existen unos barrios más afectados que otros con respecto a la prestación de servicios domiciliarios, entre ellos los constituidos por personas que vienen de otros lugares y se establecen en forma espontánea, sin ninguna clase de planificación un ejemplo de ellos podría ser el barrio El Pesebre localizado en la Zona Norte de la ciudad, en las erosionadas laderas del cerro de la Popa. Se constituyó como una invasión en el años de 1987 por personas de diversos sectores de la ciudad, está constituida aproximadamente por 100 viviendas en las que habitan más de 400 personas. Las quejas más frecuentes de este tipo de comunidad se refiere no solo a la calidad de la vivienda y la inseguridad sino también a los servicios domiciliarios que reciben: “En El Pesebre hay agua, pero llega una o dos veces a la semana, y por ratos. No hay gas natural. El único servicio con que cuentan es el de energía eléctrica, que aún no ha sido legalizado” (El Universal, 2001: 7A).

5.4.- Educación. 5.4.1.- Regulación de la educación en Colombia

El derecho a la educación está establecido en la constitución Política de Colombia, en el artículo 67, de la siguiente forma:

“ La educación es un derecho a de la persona y un servicio público que tiene una función social; con ella se busca el acceso al conocimiento, a la ciencia, a la técnica y a los demás bienes y valores de la cultura. La educación formará al colombiano en el respeto a los derechos humanos, a la paz y a la democracia; y en la práctica del trabajo y la recreación, para el mejoramiento cultural, científico, tecnológico y para la protección del medio ambiente.

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El Estado, la sociedad y la familia son responsables de la educación, que serpa obligatoria entre los cinco y los quince años de edad y que comprenderá como mínimo, un año de preescolar y nueve de educación básica. La educación será gratuita en las instituciones del Estado, sin perjuicio del cobro de derechos académicos a quienes puedan sufragarlos.

Corresponde al Estado regular y ejercer la suprema inspección y vigilancia de la educación con el fin de velar por su calidad, por el cumplimiento de sus fines y por la mejor formación moral, intelectual y física de los educandos; garantizar el adecuado cubrimiento del servicio y asegurar a los menores las condiciones necesarias para su acceso y permanencia en el sistema educativo. La nación y las entidades territoriales participarán en la dirección, financiación y administración de los servicios educativos estatales, en los términos en que señale la constitución y la Ley”.

Con estas disposiciones el Estado colombiano garantiza a sus ciudadanos al menos intencionalmente el derecho a la educación. Sin embargo a pesar que las cifras de analfabetismo en Colombia se han reducido notablemente, hay un gran número de ellos que no han alcanzado a terminar el ciclo de educación básica primaria, los que los mantienen en desventaja frente a los que completan todo un ciclo de formación y pueden competir en el mercado laboral. En el capítulo II de este trabajo se habló de los problemas educativos por lo que ha tenido que atravesar la infancia colombiana a nivel nacional, de lo cual podemos deducir que en la ciudad de Cartagena no ha tenido porque ser mejor, ya que las políticas sociales son de carácter nacional. Continuando en esta línea, y según el informe del Ministerio de Educación, citado por Cerda, H. (1984: 147) se sustenta una vez más que los problemas educativos fueron y siguen siendo problemas de los sectores pobres, que son los usuarios de los servicios educativos del Estado, mientras los sectores pertenecientes a los grupos privilegiados son usuarios de los servicios educativos privados, donde a mayor inversión económica mejor calidad educativa. Por ejemplo en Cartagena para el año 2001 el déficit de cupos escolar sobre pasó los 8.000, detengámonos un poco a analizar esta situación, cuando se habla de déficit de cupos escolares, no se habla de las escuelas privadas, sino de las escuelas públicas que es a dónde van los hijos e hijas de las personas que no tienen los recursos económicos para pagar la educación de sus hijos, entonces quienes quedan fuera de este sistema educativo son precisamente los sectores más

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pobres y vulnerables, quedándoles como opción la vinculación temprana al trabajo informal (vendedores ambulantes, chanceros, emboladores, etc.)36 A pesar del aumento paulatino a través de los años de la cobertura educativa en Colombia, en 1952 hubo incrementó sustancialmente y de allí en adelante ha estado subiendo, como lo muestran los datos: “La diferencia entre la matricula de primaria de 1975 y la de 1952 se aproxima casi a los 3 millones. En 1975 la matricula en primaria era casi 4 veces la de 1952” y en los años siguientes ésta ha mantenido el aumento. Pero aún así, no se ha logrado la meta de mantener una cobertura del cien por ciento. Claro está que no solo se requiere la cobertura total de la matricula sino también lograr que los niños, niñas y jóvenes se puedan mantener dentro del ciclo educativo de tal forma que logren una formación suficiente para poder comprender su función en la sociedad y ser útil a ella. El actual gobierno de Álvaro Uribe ha tomado como orientación de su política educativa la siguiente resolución: “La educación es un factor esencial del desarrollo humano, social y económico y un instrumento fundamental para la construcción de equidad social”. En la búsqueda de volver realidad este propósito ha partido como los anteriores gobiernos de un diagnostico que no ha mostrado nada nuevo, y donde se sigue reflejando la baja cobertura de educación en el país. El cuadro de población en edad escolar fuera del sistema educativo que se muestra a continuación señala el movimiento que ha tenido la cobertura nacional, lo cual refleja poco la intencionalidad de las anteriores administraciones de ampliar la cobertura educativa hacia los sectores que no tienen la posibilidad de recurrir a las escuelas privadas y por lo tanto se encuentran fuera de la cobertura. Tabla 2. Población en edad escolar por fuera del sistema educativo

Total nacional, 2001 – Población de 5 a 17 años

Zona 5-6 7-11 12-15 16-17 18-24 Total Urbana 176.391 133.175 240.357 416.799 966.722 2.847.633 Rural 193.602 141.242 291.190 262.957 888.991 1.161.532 Total 369.99 274.417 531.547 679.756 855.713 4.009.165

36 Estas son actividades informales que les permite a las personas rebuscarse algunos

pesos para subsistir, los llamados embaladores en Cartagena de Indias son los que ejercen la actividad de lustrar calzado y los chanceros son los que se dedican a la venta ambulante del chance que son s apuestas permanentes, una modalidad de Juego de suerte y azar

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Tabla 3. N° de asistentes como proporción de la población total del grupo de edad respectivo

Zona 5-6 7-11 12-15 16-17 18-24 Total

Urbana 13,6 4,2 10,4 34,6 12,1 71,4 Rural 33,0 9,9 28,8 56,5 25,4 88,6 Total 19,6 5,9 16,0 4 16,1 75,6

Tabla 4. Participación de cada grupo de edad en el total de no asistentes

Zona 5-6 7-11 12-15 16-17 18-24 Total

Urbana 18,2 13,8 24,9 43,1 ------ 100,0 Rural 21,8 15,9 32,8 29,6 ------ 100,0 Total 19,9 14,8 28,6 36,6 ------ 100,0 Fuente: Elaboración propia con base a la Encuesta Continua de Hogares, 2001.Bases del Plan Nacional de Desarrollo. Seguir pensando que el problema de la educación en Colombia se resuelve solo con ampliar la cobertura, es continuar haciendo esfuerzos que a la larga no va a obtener los resultados satisfactorios que se están esperando. El Diario el Universal (23 de octubre, 2006) muestra avances en la cobertura, pero descuido en la parte locativa que en realidad es la que puede hablar acerca de la cobertura y la permanencia de los niños y niñas en la escuela:

“Según los datos de la evaluación preliminar realizada en 59 instituciones educativas oficiales de las Localidades 1, 2 y 3, el 38 por ciento de los colegios funciona con condiciones mínimas de infraestructura; en el 12 por ciento son deficientes; y sólo un 23 por ciento se tiene condiciones adecuadas”.

Las mencionadas condiciones mínimas hacen relación a la falta de una estructura física, que favorezca la permanencia de los niños y niñas en las escuelas, la falta de ventilación en una ciudad donde las temperaturas son altas, no garantiza una buena producción académica por parte de docentes y estudiantes, la calidad de los docentes, la falta de vestuario y alimentación sólo por nombrar algunas de las causas de la no asistencia a las escuelas por parte de los niños y

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niñas en estado de exclusión social, a pesar de que se incremente en estadistas la cobertura de la educación en la ciudad.

Solo basta mirar un poco lo que años atrás nos mostró el problema de la educación en este país, para darnos cuenta que se sigue trabajando sobre las mismas bases y con los mismos parámetros. . 5.4.2.- Condiciones de asistencia y deserción escolar en

Cartagena.

Como se sustentó anetiormente el problema de la educación en Colombia no es solo un problema de oferta educactiva. En Cartagena como en todo el país se adolece no solo de escuelas oficiales sino también de los insumos necesarios para impartir la educación, de una práctica pedagógica que favorezcan la permanencia del niños en la escuela y de una escuela que reconzca los problemas socieconómicos que sus educandos de tal forma que le permita interactuar con ellos de acuerdo a sus necesidades y expectativas y no reproducir los esquemas educativos de la sociedad dominante. Aunque una vez más se clama por la creación de más escuelas y la oferta de cupos para los sectores excluidos de la educación, aún se sigue presentando el problema de la deserción escolar, en los años posteriores a los primeros de la básica primaria, esto podría estar señalando un replantiamiento sobre la escuela y la intervención pedagógica de las comunidades marginadas. Cartagena es considerada una de las ciudades más afectadas con la deserción escolar, Un estudio realizado por la Fundación Restrepo Barco señaló que en Colombia “un millón de niños dejan las escuelas y colegios cada año debido a la difícil situación económica de las familias, la violencia y la poca importancia que el bachillerato para vincularse al trabajo”. El universal (2002: ¿?). El mencionado estudio señala a Cartagena entre las ciudades con más alto indice de deserción. Entre la población de niños, niñas y jóvenes con las que se interactuó para el estudio, se logró obtener respuestas sobre su abandono a la escuela:

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“Llegué hasta Sexto ¿Porque te tuviste que salir de la escuela? Por que tuve un problema con un profesor y el profesor me tenía rabia, y me puso a nivelar cuatro materias“ (NAS 307).

Me aburre mucho el colegio ¿Hasta que curso hiciste? Segundo bachillerato ¿Por que no te gustaba? Me aburría mucho (NHC104).

¿Que es lo que menos te gusta del colegio? La seño... ¿Porque? Regaña mucho, como ella es nueva,.. del curso de nosotros o sea pa´ mi es nueva porque como yo no había estudiao ahí... entonces como allá conocen a casi todos , le gusta regañar, le gusta jalá oreja... y eso a mi me da rabia“. ( NHSD 504).

La escuela no puede serguir de espaldas a la realidad, debe reconocerse en sus estudiantes y en la caracteristica de ellos y su cultura. Seguir alejados de esta realidad es continuar viviendo la deserción escolar, el fracaso y aumentar la población de adultos con conocimierntos mínimos, adquiridos en los pocos niveles escolares que logran hacer y que no le permiten integrarse al mundo competitivo, ni a la sociedad en condiciones de igualdad, que la población que por sus condiciones económicas puede elegir una escuela que les bride mejor calidad y la posibilidad de integrarse a ella. Es por lo anterior que se insiste que no basta con ampliar la cobertura educativa, sino se mejora la calidad de la escuela con relación a sus docentes y a los servicios que esta debe prestar. Sin duda se ha visto un interés por parte de la administración municipal de llevar la educación a todos los sectores, y cumplir con el mandato de la actual presidencia colombiana, pero continua faltando a los niños y niñas en la medida en que no se invierte tambien en los recursos necesarios para hacer de la escuela el lugar adecuado donde los conocimientos dejen de ser aburridos para convertirse en atractivos e interesantes con docentes preparados para enfrentar este reto. En el diagnostico realizado por el Plan de Ordenamiento Territorial (2000 -2009: 65) que se ha venido citando, podemos ver en el análisis por zonas efectuado por la secretaría de Educación, que a pesar de existir un número elevado de centros educativos en la ciudad no todos están en condiciones para prestar el servicio con la eficiencia necesaria para que se dé un proceso educativo con calidad:

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En la zona Sur-Oriental existen 99 establecimientos, de los cuales 25 presentan deficiencias en términos de riesgo, insalubridad o inadecuada ubicación.

El zona Sur-Occidental existen 63 instituciones, de las cuales 13 no tiene posibilidades de crecer y deben ser reubicados.

En la Zona Norte, de las 64 instituciones existentes, hay 19 que presentan deficiencias. Esta zona parece ser la que presenta problemas graves.

En la zona Centro, donde se ubican estratos del nivel cuatro, solamente 14 de los 125 presentan deficiencias.

En síntesis, desde el punto de vista de la calidad de los servicios educativos ofrecidos en cada una de las zonas de Cartagena y su área de Cartagena, se puede concluir que se requiere una acción eficaz de la administración distrital que busque disminuir las ineficiencias de la infraestructura existente, controlar el desorden y la falta de planificación en su desarrollo y localización, de manera que la inversión en infraestructura educativa pueda elevar su eficiencia.

Teniendo en cuenta que este informe proviene de la secretaría de Educación Distrital, quedan las esperanzas de una intervención seria que pueda sacar adelante la educación de la ciudad. Pese a lo anteriormente señalado en 2007 parece que no hay una coherencia entre lo dicho o escrito y la realidad:

“Según la Secretaria de Educación, para ponerse al día con los problemas de infraestructura en los colegios públicos se necesitarían 13.200 millones de pesos. El detalle es que para este año, sólo cuentan con 5.400 millones, una cifra bastante baja frente al presupuesto total de Educación que es 113 mil millones de pesos. No tenemos para solucionar la crisis. Lo máximo que podemos hacer es invertir un poquito en los colegios que se encuentran en peores condiciones, y así mejorar la situación”, explicó la secretaria de Educación” ( El Universal, 2007: 27 de Enero 2007).

5.5.- Familia. En este apartado se hace referencia a las características que poseen las familias de procedencia de los(as) niños(as) y jóvenes entrevistados en el desarrollo de este proyecto de investigación, de igual forma se intenta realizar una aproximación que permita determinar como el sistema familiar es influido por la situación carencial de su entorno y este a su vez condiciona la vivencia de cada uno

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de sus miembros, es decir daremos una mirada a la familia como un sistema que tiene vida a nivel macro y micro social. Si bien el objeto de estudio lo constituye especialmente los niños, niñas y jóvenes en situación de exclusión social en la ciudad de Cartagena de Indias no se puede desconocer la existencia y participación de entrevistados(as) procedentes de otras ciudades tales como Medellín, Cali, Pereira, Montería, Bogotá Barranquilla entre otras los cuales mediante sus narrativas facilitaron la construcción de las aproximaciones que se presentan. Como en los anteriores puntos se iniciará por la política social que sustenta la familia en Colombia, para a partir de allí poder mirar el comportamiento de la política frente a la problemática planteada. 4.5.1.- Política Social. La política social de familia en Colombia, se lleva a través del Instituto Colombiano de Bienestar familia, entidad encargada de velar por la mujer, la niñez y la familia. El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar es un establecimiento público, con personería jurídica, autonomía administrativa y patrimonio propio, adscrito al Ministerio de Salud. Tiene por objeto propender y fortalecer la integración y el desarrollo armónico de la familia, proteger al menor de edad y garantizarle sus derechos. El ICBF está dirigido y administrado por un Consejo Directivo y un Director General quien dirige, organiza y ejecuta el servicio de bienestar familiar con una estructura desconcentrada, a través de una Sede Nacional, 28 regionales, 5 agencias a nivel departamental, 199 Centros Zonales a nivel municipal. Tiene como misión, promover, asesorar, evaluar programas y servicios de atención, orientados a satisfacer las demandas de niños, niñas, jóvenes y familias, para lo cual, en el marco de la descentralización, nos comprometemos a posicionarnos como ente rector del Sistema Nacional de Bienestar Familiar (SNBF), trabajando conjuntamente con organizaciones públicas, privadas con la

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participación activa de la comunidad, bajo criterios de corresponsabilidad, cogestión y cofinanciación. (Tomado de www.icbf.gov.co.)

El Instituto sería el encargado de dar cumplimiento a las leyes y normas que establecen la defensa y la protección de la familia establecidas en la Constitución Política de Colombia, artículo 42 y en el Código Civil. El artículo 42 de la Constitución Política de Colombia establece:

“La familia es el núcleo fundamental de la sociedad. Se constituye por vínculos naturales o jurídicos, por la decisión libre de un hombre y una mujer de contraer matrimonio o por voluntad responsable de conformarla. El Estado y la sociedad garantizan la protección integral de la familia. La ley podrá determinar el patrimonio familiar inalienable e inembargable. La honra, la dignidad y la intimidad de la familia son inviolables”.

Es importante que se tenga en cuenta el contenido del artículo, para ser comparado con la situación que vive la llamada familia que describen desde su vivencia los niños, niñas y jóvenes en situación de exclusión social que participaron en este estudio. 4.5.2. Característica de la familia de niños, niñas y

jóvenes en riesgo social.

Acercarnos al problema de las familias excluidas exige hacer un recorrido desde sus características, pasando por su estructura, dinámica relacional y los niveles socioeconómico y educativo de sus miembros; la intención de este barrido es realizar una aproximación que permita dar pautas que puedan señalar la influencia que el medio social tiene sobre la institución familiar alterando de una forma u otra cada uno de los aspectos que se van a desglosar a continuación. Para el caso de la familia de los-as niños, niñas y jóvenes en riesgo social que toca este estudio, la intención es señalar como la situación carencial del

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entorno puede influir en el sistema familiar y este a su vez puede condicionar la vivencia de cada uno de sus miembros. Si bien el objeto de estudio lo constituyen especialmente los niños, niñas y jóvenes en riesgo social que han estado vinculados a las instituciones sociales con sede en la ciudad de Cartagena de indias, se hace la salvedad que entre la población entrevistada participaron niños, niñas y jóvenes procedentes de otras ciudades tales como Medellín, Cali, Pereira, Montería, Bogotá, Barranquilla, Sincelejo entre otras, que se encuentran en la ciudad y que han pasado por las instituciones de protección a las que se quiere hacer referencia, los y las cuales mediante sus experiencias facilitaron la construcción de las aproximaciones que se presentan en este trabajo. No se puede iniciar este tema sin reconocer el papel importante que se le ha dado a la familia con relación a la formación de la personalidad de sus descendientes. Dentro de este papel protagónico se le ha convertido en célula importante de la sociedad, ya que junto a otras instituciones como son la escuela y el Estado, y las relaciones que se dan entre ellas, se desarrolla la existencia de los ciudadanos de una nación y le dan vida atendiendo a las normas y valores establecidas por las leyes y las costumbres. La familia como institución primaria sería la encargada de transmitir a cada uno de los miembros que la conforman esas normas y valores para que se puedan relacionar en forma armónica con el resto de la sociedad; tarea que según investigaciones anteriores habían sido potestad de toda la sociedad. Tal cual como aparece en los escritos de Aníbal Ponce (2005) sobre la educación en la sociedad primitiva. El citado autor nos señala que la educación y transmisión de la cultura no era función solo de un pequeño grupo consanguíneo, se atribuía a toda la sociedad esta función, es decir toda la sociedad participaba en ello sin proponérselo, los niños y niñas aprendían solo con sus vivencias, al lado de los adultos, era precisamente ese contacto permanente el encargado de convertirse en el transmisor de las normas y valores. “(...) los adultos explicaban a los niños, cuando las ocasiones lo exigían, cómo debían conducirse en determinadas circunstancias. En el lenguaje grato a los educadores de hoy, diríamos que en las comunidades primitivas la enseñanza era para la vida y por medio de la vida (...)”. Esta forma de relación se facilitó en este período, en la medida en que la comunidad recibía la influencia homogénea del ambiente social que lo rodeaba, los intereses eran comunes, nadie se encontraba ubicado ni social, ni

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económicamente por encima de otros miembros de comunidad, se tenían derechos y obligaciones de manera igualitaria. Según Ponce las relaciones centradas en la igualdad y el respeto fueron alteradas cuando aparece la división de las clases sociales, ya que los intereses no continuaron siendo comunes, y aparece con ellos una sociedad dividida en clases, donde las clases superiores buscaron la forma de perpetuar el poder económico adquirido y enseñaron a las clases más bajas o desposeídas formas de sumisión, las cuales se justificaron, como formas con las que solo era posible mantener el poder. Si seguimos su planteamiento podríamos decir que los grupos con poder enseñarían a sus hijos la forma de perpetuarlo, y los que no lo poseían o sea los sometidos transmitirían a sus hijos formas de sumisión con el ánimo de conservar su tranquilidad y bienestar. Viéndolo de esta forma la transmisión de normas y valores se no realizaría de manera igual, si no que dependería del lugar donde se estuviera ubicado en la escala social. Podríamos decir que esta situación ha cambiado muy poco y que por lo tanto a pesar que se pretende ignorar, la familia continúa transmitiendo los valores y las costumbres dependiendo de la clase social a la que corresponda y por lo tanto transmite también la pertenencia a una clase social y económica determinada. A pesar que esta situación es ampliamente conocida, se exige al grupo familiar, “como célula básica de la sociedad”, que trasmita los valores y las normas de los grupos normativos, sin tener en cuenta la formación y los recursos con que las familias pertenecientes a los grupos excluidos cuentan para cumplir las funciones que se les exige. Por ejemplo la figura paterna debe cumplir con su rol so pena de ser perseguido judicialmente o de ser señalado socialmente. Estas exigencias a quienes no las pueden cumplir van provocando no solo la situación de angustia, sino también de agresividad al sentir la incapacidad de cumplir con lo que la sociedad espera de él o ella. Si recordamos lo señalado en el capitulo anterior la figura del infanticidio fue dada en forma general en las sociedades antiguas, donde este acto no solo no era penalizado, sino en muchos casos justificado y señalado por las normas, se puede hacer referencia a casos como cuando el hijo nacía deforme o incluso, cuando se trataba de un niño con llanto permanente o por el simple hecho de haber nacido mujer. Esta conducta era aceptada por todos los miembros de la sociedad.

A partir de la pronunciación que la sociedad en defensa de los derechos e intereses de las niños, por el ejemplo a través del código de Hammurabi se consagraron normas sobre la protección del niño-a, y se recomendaron sanciones

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severas para quienes las violara. Este caso y otros mencionados anteriormente fueron estableciendo parámetros que favorecían a la infancia. Sin embargo en el caso de Colombia esta protección no ha sido un compromiso real de los gobernantes, quienes insisten en culpar a la familia de los problemas por los que la niñez atraviesa.

Si bien se ha reducido en forma considerable el infanticidio cometido por

parte de los padres u otros parientes, persiste la defunción de muchos niños por maltrato o carencias de las necesidades mínimas para subsistir y todo por pertenecer a familias que no han tenido la oportunidad de acceder a los servicios sociales que debe garantizar el Estado, sin embargo, para hechos como este no existen sanciones, ni señalamientos que puedan dar origen a compromisos que permitan reducir las cifras de defunciones por falta de cumplimiento de las políticas sociales. El diagnostico elaborado en convenio por la alcaldía de Cartagena de Indias y la Corporación Viva la Ciudadanía (2003: vía internet ), nos muestra una situación preocupante con relación a la población de más bajos recursos en la ciudad de Cartagena, de 428.861 personas (población base DANE 2002) se encuentran en indigencia el 45% de ellas, esta característica de esta población no le permite de ninguna manera solucionar los problemas que de ella se derivan, tales como la desnutrición, vulnerabilidad ante las enfermedades, entre otras que conllevan a una fragilidad tal, que no les garantiza un promedio de vida alto. Continuar exigiéndole a la familia que cumpla con sus funciones básicas, sin tener en cuenta que las personas que la conforman a su vez tampoco tuvieron la posibilidad de recibir del seno de sus familias la satisfacción de sus necesidades y por lo tanto carecen de los elementales conocimientos que permitan garantizarle a sus descendientes una vida sana desde la integralidad, puede ser vista como una forma de evadir una responsabilidad, para ponerla en manos de quienes estamos seguros dadas sus características de indigencia no pueden cumplir mínimamente con ella. Tal es el caso de la población objeto de esta investigación. Algunas situaciones narradas nos dan una idea de lo que en este medio se puede vivir:

“Lo que más me gusta es “tené que trabajá... porque así ayudaba a mi mamá porque ella de los riñones.... sufre y lo que menos me gustaba era que me amarraban, mi papá me amarraba porque yo salía pá la calle... a mí no me gustaba que mi papá me amarrara, me amarró a mí y al que está en la calle, a veces nos dejaban ahí to´ el día... hasta nos llevaban ahí la comida”. (NHC 101-1).

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Cuando existen unas condiciones de vida favorable en el sentido de tener resueltas las necesidades primarias, como alimentación, salud, educación y vivienda entre otras, es probable que exista unas condiciones ideales para mantener la armonía y que se den por lo menos en el interior del grupo familiar, una relaciones de respeto y tolerancia entre sus miembros. Opuesto a aquellos grupos familiares que no corresponden al tipo de familia mencionada anteriormente, sino que por el contrario, son grupos que luchan permanentemente por sobrevivir dentro de los cuales se dan casos en que las uniones entre parejas se convierten en soluciones a sus problemas económicos. Son grupos que por su situación de exclusión no pueden gozar del bienestar y mucho menos transmitirlo a sus generaciones. Las relaciones que establecen entre sus miembros son muchas veces relaciones violentas productos de la insatisfacción y el malestar causado por no tener los medios para lograr amortizar las necesidades primarias creando en sus hijos la frustración de no tener la familia ideal señalada por los medios de comunicación. La mayoría de la población entrevistada mostró de una forma u otra que el tipo de familia a que pertenecían hace parte de aquellas que no responde a los parámetros de la familia ideal, apreciación en la que se han apoyado quienes realizan algún tipo de trabajo con ellos o dentro de las instituciones que ellos frecuentan, para denominarla como disfuncional, anormal y violenta en el sentido de no cumplir con las funciones que han sido señaladas por los grupos normativos. La percepción que desde la institución se tiene de la familia se refleja en las respuestas que quienes trabajan en ellas dieron al referirse al tema:

“Actualmente lo veo... que va creciéndose cada día más la problemática y entiendo que todo se debe a lo que es el maltrato infantil que tuvieron la mayoría de estos jóvenes porque siempre sucede esto, uno empieza a indagar a investigar el por cual ellos están en esta situación y se puede detectar (...) el maltrato que ellos vivieron (...) la disfunción familiar” (ENTR 203).

“Las relaciones familiares son así polos opuestos, que la dinámica familiar esta por el suelo” (ENTR 206). “Son niños con una problemática pero a veces es falta de hogar pero a veces consiguen una mano amiga que les ayude a resolver su problemática que no es del todo porque ellos en parte tratan de superarla” (ENTR 212).

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“Viviendo el País, la violencia especialmente a todo nivel, como la violencia intrafamiliar que son las causas, que más motivan y que más arrojan a los niños a la calle (...) (ENTR 217).

La percepción de la problemática de la niñez en estado de exclusión social centrada en una familia disfuncional y violenta, no permite una intervención sobre la real situación que viven los niños y niñas y por lo tanto la respuesta también va a ser limitada como es la comprensión de esta. Los discursos a los que se recurren para la caracterización de las situaciones que se encuentran fuera del sistema de normas impuestas, hacen parte de la estrategia dominante para impedir el análisis de las complejas situaciones creadas por la supremacía de los grupos minoritarios sobre las grandes masas compuestas por excluidos sociales, de la cual hacen parte los y las profesionales que con autoridad de un conocimiento reducido sobre el tema repiten el discurso aprendido. 5.6.- Salud. La salud es un requerimiento esencial para que los niños y niñas puedan desarrollarse de manera sana desde el punto de vista biológico, psicológico, social y culturalmente. Los primeros años de vida son importantes y marcan el desarrollo futuro de los humanos. UNICEF describe los dos primeros años de vida de la siguiente manera:

“Los dos primeros años de vida son definitivos para el crecimiento físico y la nutrición, así como para la vinculación afectiva con las figuras materna y paterna. Deficiencias en el estado de salud físico y nutricional, a menudo conllevan riesgos en el desarrollo infantil. La alimentación en la primera infancia es, en unión con el estímulo, un factor determinante de los mecanismos neurológicos, que favorecen el aprendizaje, la salud y una conducta favorable a lo largo de la vida. Los sistemas inmunológicos y las tensiones son regulados por la alimentación en los primeros años de vida” (UNICEF, 2006: 23).

La anterior afirmación nos permite deducir la importancia que tienen los primeros años de vida en el desarrollo integral de todas y todos los humanos, por lo tanto cualquier país que pretenda tener una población sana debe tener un compromiso mayor con los primeros años de vida de sus ciudadanos y

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ciudadanas, lo que se traduciría en políticas de prevención de enfermedades y de nutrición, que permitan que los y las niñas se desarrollen sanamente.

5.6.1.- Políticas Salud.

Las políticas de salud en Colombia como en toda Latinoamérica, si bien no son nuevas tampoco han sido lo que hoy se presenta. Anteriormente la salud era relacionada solamente con la atención a las enfermedades y se hacía desde los hospitales que prestaban los servicios de asilos y atención a enfermos. Hoy en día se mira más la salud como promoción del bienestar, podemos remitirnos a la cita de Vélez Arango (2000: vía internet) con relación al origen de la llamada promoción de la salud:

“Antecedentes, como la propuesta de Henry E. Sigerist (1945) que definió las 4 grandes tareas de la medicina como promoción de la salud, prevención de la enfermedad, restablecimiento del enfermo y la rehabilitación. En 1979 la Asamblea Mundial de la Salud reafirmó que la salud influye poderosamente en el desarrollo socioeconómico y en la paz y que la clave para alcanzar la salud para todos es el sistema que se basa en la atención primaria de salud. En 1981 en el marco de la 33ª Asamblea Mundial de la Salud, se adoptó la estrategia mundial de "Salud para todos en el año 2000".

Con las nuevas concepciones sobre la salud y con la claridad de la necesidad de tener una población sana Colombia, ha ido cambiando su forma de atención a la población y ha ampliado su legislación sobre salud. En este espacio se presentan las políticas de con las que se ha hacen parte del sistema de salud con base en el cual se atiende a los ciudadanos colombianos y en este caso específico al municipio de Cartagena. El compromiso formal del gobierno en la construcción de hospitales que puedan cubrir las necesidades de los colombianos con relación a la salud se estableció con la Ley 12 de mayo de 1963, sobre Plan Hospitalario Nacional que en el artículo 1º dice:

" Con el fin de atender las necesidades en salud y de fomentar las iniciativas en este campo, la Nación contribuirá económica y técnicamente a la construcción de hospitales, centros de salud, orfanatos, ancianatos, casas de rehabilitación, asilos y demás entidades

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de asistencia pública, sí como a las ampliaciones, reformas, dotaciones y sostenimiento de los ya existentes".

El Decreto Extraordinario 3224 de diciembre 19 de 1963, define la Asistencia Pública, el Servicio de salud Público, señala quién puede prestar la asistencia pública y ofrece, la organización básica para la prestación del servicio de salud, de acuerdo a los niveles nacional, regional y local y estipula en el artículo 8º la celebración de contratos entre los distintos niveles. En 1975 se organizó formalmente el Sistema Nacional de Salud. Se definió como "el conjunto de organismos, instituciones, agencias y entidades que tenían como finalidad específica procurar la salud de la comunidad en los aspectos de promoción, protección, recuperación y rehabilitación." Ley 10 de enero de 1990, se constituyó como un avance al crear el Sistema de Salud con una concepción más integral, esta Ley planteó la salud como un servicio público a cuya prestación tienen derecho todos los habitantes del territorio nacional y entre su justificación plantea los compromisos suscrito y ratificado diversos convenios y declaraciones de carácter internacional que comprometían la responsabilidad del país, “no solo en la protección de la vida y de los bienes físicos de estas comunidades, sino en el conjunto de su patrimonio cultural, de lengua, formas de organización social y económicas, tradición mítica y religiosa, técnicas de trabajo, educación y de salud y demás especificaciones, de su modelo de vida”

La constitución política de 1991, da un paso más adelante cuando en sus artículos 48 y 49, establece la Seguridad Social como un servicio público e irrenunciable:

“El artículo 48 de la Constitución Política de Colombia, dispone: "La Seguridad Social es un servicio público de carácter obligatorio que se prestará bajo la dirección, coordinación y control del Estado, en sujeción a los principios de eficiencia, universalidad y solidaridad, en los términos que establezca la Ley. "Se garantiza a todos los habitantes el derecho irrenunciable a la Seguridad Social. "El Estado, con la participación de los particulares, ampliará progresivamente la cobertura de la Seguridad Social que comprenderá la prestación de los servicios en la forma que determine la Ley. "La Seguridad Social podrá ser prestada por entidades públicas o privadas, de conformidad con la Ley.

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"No se podrán destinar ni utilizar los recursos de las instituciones de la Seguridad Social para fines diferentes a ella.” Art. 49: "La atención de la salud y el saneamiento ambiental son servicios públicos a cargo del Estado. Se garantiza a todas las personas el acceso a los servicios de promoción, protección y recuperación de la salud. "Corresponde al Estado organizar, dirigir y reglamentar la prestación de servicios de salud a los habitantes y de saneamiento ambiental conforme a los principios de eficiencia, universalidad y solidaridad. También, establecer las políticas para la prestación de servicios de salud por entidades privadas, y ejercer su vigilancia y control. Así mismo, establecer las competencias de la Nación, las entidades territoriales y los particulares, y determinar los aportes a su cargo en los términos y condiciones señalados en la ley. "Los servicios de salud se organizarán en forma descentralizada, por niveles de atención y con participación de la comunidad. "La ley señalará los términos en los cuales la atención básica para todos los habitantes será gratuita y obligatoria. "Toda persona tiene el deber de procurar el cuidado integral de su salud y la de su comunidad."

La ley 100 de 1993 reglamenta el Sistema de Seguridad Integral:

“ARTICULO 1o. Sistema de Seguridad Social Integral. El Sistema de Seguridad Social Integral tiene por objeto garantizar los derechos irrenunciables de la persona y la comunidad para obtener la calidad de vida acorde con la dignidad humana, mediante la protección de las contingencias que la afecten. El Sistema comprende las obligaciones del Estado y la sociedad, las instituciones y los recursos destinados a garantizar la cobertura de las prestaciones de carácter económico, de salud y servicios complementarios, materia de esta Ley, u otras que se incorporen normativamente en el futuro ARTICULO 2o. Principios. El servicio público esencial de seguridad social se prestará con sujeción a los principios de eficiencia, universalidad, solidaridad, integralidad, unidad y participación a) EFICIENCIA. Es la mejor utilización social y económica de los recursos administrativos, técnicos y financieros disponibles para que los beneficios a que da derecho la seguridad social sean prestados en forma adecuada, oportuna y suficiente; b) UNIVERSALIDAD. Es la garantía de la protección para todas las personas, sin ninguna discriminación, en todas las etapas de la vida;

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c) SOLIDARIDAD. Es la práctica de la mutua ayuda entre las personas, las generaciones, los sectores económicos. las regiones y las comunidades bajo el principio del más fuerte hacia el más débil. Es deber del Estado garantizar la solidaridad en el régimen de Seguridad Social mediante su participación, control y dirección del mismo. Los recursos provenientes del erario público en el Sistema de Seguridad se aplicarán siempre a los grupos de población más vulnerables; d) INTEGRALIDAD. Es la cobertura de todas las contingencias que afectan la salud, la capacidad económica y en general las condiciones de vida de toda la población. Para este efecto cada quien contribuirá según su capacidad y recibirá lo necesario para atender sus contingencias amparadas por esta Ley; e) UNIDAD. Es la articulación de políticas, instituciones, regímenes, procedimientos y prestaciones para alcanzar los fines de la seguridad social, y f) PARTICIPACION. Es la intervención de la comunidad a través de los beneficiarios de la seguridad social en la organización, control, gestión y fiscalización de las instituciones y del sistema en su conjunto”.

En este resumen de las principales leyes que disponen el derecho a la salud de los colombianos, podemos notar lo que es el deber ser de un sistema de salud con miras a la protección sin discriminación y con equidad de toda la población. En las líneas siguientes se presentará el estado de la salud de la población cartagenera haciendo énfasis en la infantil donde se puede notar lo que es realmente el Sistema de Seguridad Integral. 5.6.2.- Estado de la salud de la población infantil y

juvenil en Cartagena.

Gracias a los avances de la ciencia la salud dejo de ser la ausencia de enfermedades y de malestares fisiológicos para convertirse en lo que la OMS (1946) define como: “Salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente ausencia de afecciones y enfermedades”.

La primera Conferencia Internacional de Promoción de la Salud reunida en Ottawa el día 21 de noviembre de 1986 emite la presente Carta dirigida a la consecución del objetivo “Salud para Todos en el año 2000”. Esta conferencia

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estuvo acorde a las nuevas concepciones de salud en el mundo y por lo tanto amplio su concepto y definió los principales requisitos para una buena salud individual y social.

La Carta de Ottawa define la promoción de la Salud como: “proporcionar a los pueblos los medios necesarios para mejorar su salud y ejercer un mayor control sobre la misma. Para alcanzar un estado adecuado de bienestar físico, mental y social, un individuo o grupo debe ser capaz de identificar y realizar sus aspiraciones, de satisfacer sus necesidades y de cambiar o de adaptarse al medio ambiente. La salud se percibe pues, no como el objetivo, sino como la fuente de riqueza de la vida cotidiana (…)”.

A la vez que define como prerrequisitos para la salud: La paz, la educación, la vivienda, la alimentación, la renta, un ecosistema estable, la justicia social y la equidad. Cualquier mejora de la salud ha de basarse en estos prerrequisitos.

Teniendo en cuenta estos preceptos se mirará a través de situaciones reales cual puede ser el estado de salud de la población infantil de Cartagena.

Es necesario ubicarse en la situación de la ciudad a nivel general sobre todo lo que tiene que ver con la población en estado de exclusión social, ya que este contexto no es el mejor para que los niños y niñas de esta ciudad puedan disfrutar de un ambiente sano que les permita desarrollarse en un estado saludable en el más amplio sentido tal cual lo señala la OMS.

Cartagena como casi toda la región Caribe y Pacifica han estado en la mayor parte del tiempo con uno de los más altos índices de pobreza. En el año 2002 apareció como alarmante el titulo más en el Diario el Universal (2002: 6D) “Una pobreza más allá de las cifras” en él, el periodista Jhon Alfonso Romero escribía: “Decir que el 74.3% de la población de Cartagena vive en los niveles más altos de pobreza y que, según la Cepal, no recibe ni 3 mil pesos diarios percápita para subsistir, apenas es un vistazo del problema, pero no nos deja sentir el hambre de niños y mujeres”. Haciendo referencia a la distribución por edad con relación a la edad productiva el estadístico Daniel Correal manifestó en el mismo Diario: “lo realmente preocupante es que la pirámide poblacional tiende a hacerse más ancha en su base (que es la que señala la población entre los 0 y nueve años)”.

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Frente a situaciones como esta es imposible hablar de población saludable, porque las situaciones de pobreza y extrema pobreza afectan la calidad de vida sobre todo la de la población infantil.

A pesar de lo alarmante de la noticia en El Diario el Universal (2007: 27 de febrero) el periodista Santiago Burgos B. presentó los resultados del Taller del Caribe Colombiano celebrada en Cartagena el 27 de febrero de 2007. De acuerdo con el Grupo de Investigación en Pobreza y Desigualdad de la Universidad Tecnológica:

“El 60.2% de la población de Cartagena sobrevive por debajo de la línea de pobreza (sin ingresos suficientes para satisfacer todas las necesidades básicas). El 90 por ciento de las personas que están en esa condición tienen pocas posibilidades de salir de ella. En 2004 el ingreso del habitante más rico era 176 veces mayor al del más pobre. En 2005 el ingreso de los pobres se contrajo 34 puntos porcentuales”.

Hablar de salud en estos contextos de pobreza, es seguir pensando que la salud es ausencia de enfermedades fisiológica, si nos remitimos a la definición de la OMS, podemos asegurar que la población que carece de medios para satisfacer las necesidades básicas, no tiene el nivel de salud necesario para desarrollarse como personas sanas, aunque estén dentro de la cobertura del sistema de salud:

“Una forma de medir la cobertura en salud del régimen subsidiado, es a través del Sistema de Identificación de Beneficiarios de los Programas Sociales – SISBEN. En el período 2000-2004, la población sisbenizada en Cartagena creció a una tasa superior al 100%, hasta llegar a 672.651 personas clasificadas. De acuerdo a lo anterior, en el 2004 el 53% de la población de Cartagena estaba clasificada como pobre, de las cuales el 90% viven en las zonas suroriental y suroccidental de la ciudad” (Viloria De La Hoz 2005:19).

Tabla 5. Población Sisbenizada, Régimen subsidiado y vinculados en Cartagena,

2000-2004.

AÑO

SISBENIZADOS AFILIADOS RÉGIMEN

SUBSIDIADO

VINCULADOS

COBERTURA%

2000 316.517 136.323 94.381 43 2001 421.101 159.408 147.358 38 2002 638.937 165.897 332.263 26

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Tabla 5. Población Sisbenizada, Régimen subsidiado y vinculados en Cartagena, 2000-2004.

AÑO

SISBENIZADOS

AFILIADOS RÉGIMEN

SUBSIDIADO

VINCULADOS

COBERTURA%

2003 666.113 174.493 353.957 26 2004 672.651 262.221 276.305 39

Fuente: Oficina de Planeación DADIS y cálculos de Viloria De La Hoz (2005:20).

Al hacer referencia a la cobertura, siempre se recurre a las estadísticas, que hablan de la cantidad de personas que se encuentran vinculadas y protegidas por el sistema de salud, si bien es cierto que una gran parte de la población está afiliada al Sisben, también lo es que, se está hablando del número de personas pobres vinculadas al servicio de salud, y que estas personas a pesar de estar dentro de este régimen no tienen la calidad de la salud que se requiere para considerarse sanas, porque la cobertura no es sinónimo de calidad.

Según Viloria (Ibídem: 21) a pesar de la cobertura y del crecimiento de la población el número de camas en los hospitales no correspondía al número de habitantes y peor cuando la mayor parte de ellas 69.5% se encuentran en las instituciones privadas:

“En el año 2004 Cartagena tenía registradas 352 IPS, con un total de 1.057 camas, de las cuales 735 están en instituciones privadas (69.5%).14 Las estadísticas disponibles del número de camas en tres de los hospitales públicos de Cartagena (Universitario, Maternidad Rafael Calvo y San Pablo) muestran una disminución de 166 camas entre 1996 y 2002, a pesar del incremento de la población total de la ciudad. En el 2002 el Hospital Universitario de Cartagena (HUC) funcionaba con menos del 50% de las camas disponibles seis años atrás, producto de la crisis que afrontaba y que lo llevó a su liquidación en 2003”.

La falta de recursos no permite tener una atención médica oportuna, esto ha creado una figura popular en la ciudad y es el llamado “paseo de la muerte”, que consiste en el recorrido que debe hacer un paciente de una clínica a otra en busca de cama o cualquier otro recurso indispensable para su atención, lo que ha ocasionado la muerte de pacientes en medio de los vaivenes hospitalarios.

Lo anteriormente anotado muestra que la salud no se mide por cobertura, es necesario cumplir con los otros requisitos anotados por la carta de Ottawa para lograr tener una población realmente sana y una infancia libre de la amenaza de la muerte. Algunos datos de Cartagena como Vamos en Salud (2009), señalan que a

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pesar de la cobertura en la salud, se siguen presentando defunciones por causas evitables y que implican solo descuido y desatención hacia la población excluida, la que por sus condiciones relacionadas por los ambientes en que les corresponde vivir los hace susceptibles de enfermedades que atentan contra su vida:

“En el 2008, 10 niños menores de 5 años murieron en Cartagena por EDA, registrándose una tasa de 11.5 por cada 100 mil menores de 5 años. Esta tasa fue superior a la registrada en 2007 de 9.1 e inferior a la de 2006 y 2005. De acuerdo con las observaciones de “Cartagena Cómo Vamos” hechas en el 2005, persisten dos condiciones en la mortalidad infantil por EDA: una, que la mayoría de casos se presentan en menores de un año, y dos, que los muertos por esta causa tenían como domicilio barrios en zonas vulnerables de la ciudad, como son las UCG 4, 5, 6 y 14 y el área rural. Esta persistencia requiere de respuestas más drásticas y efectivas de parte de los actores del sistema de salud para lograr impactos sostenibles, así como de una revisión de las condiciones de saneamiento básico en los barrios donde ocurrieron las muertes infantiles. La meta del Plan de Desarrollo es reducir la tasa frente a la de 2007 que fue de 9.1.

En relación con la tasa de mortalidad infantil por IRA según datos del Dadis en el 2008 ésta disminuyó a 39.1 muertes por 100 mil menores de 5 años frente a 49.2 en 2007, 45.5 en 2006 y 88.2 en 2005.

La tasa de 2008 ha sido la más baja desde el 2004, año de inicio de las evaluaciones de CCV. Sin embargo, es importante anotar que en este indicador también es evidente la alta vulnerabilidad de los menores de un año, con el 80% de las 34 muertes por IRA37 de 2008. En términos geográficos, las mayores tasas se registraron en las UCG 2, 14, 6, 10, 13 y 15. Otro indicador analizado es la Tasa de Mortalidad de Menores de un año (TMI), que reporta el número de defunciones en este grupo de edad, por cada mil nacidos vivos. El Dadis reporta que en el 2008 se registraron 243 casos, número levemente superior a los 232 de 2007 y a los 219 de 2006, y significativamente inferior a los 417 de 2005 y los 772 de 2004” (Cartagena: Como vamos en salud, 2009:15-16).

A esta situación también debe anexársele el problema de la desnutrición que existe en el país y que toca al departamento de Bolívar, un estudio realizado por la Universidad Nacional señaló que el 15% de la población infantil. (Diario El Universal 10 de octubre 2009):

37 Se reconoce como IRA la infección respiratoria aguda, la produce un conjunto de

infecciones del aparato respiratorio causado por microorganismos virales y bacterias, son causas que producen la IRA, los ambientes deteriorados, humedecidos, el hacinamiento, desnutrición, entre otros.

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“Un estudio revelado por la Universidad Nacional encontró que en Colombia anualmente fallecen 15 mil menores de 5 años por desnutrición. El documento habla además que por lo menos 10.000 de esas muertes se habrían podido evitar, pero que no han suficientes los programas para alimentar a los niños. El informe indica que “una parte importante de estas muertes tiene relación con la grave problemática de desnutrición que viven millones de niños y niñas colombianos. El país ha hecho algunos esfuerzos para que esta situación cambie, pero evidentemente son insuficientes”.

Las anteriores informaciones muestran que las políticas de salud se han quedado en el deber ser, pero ha faltado una política de Estado que proteja la infancia con acciones preventivas. Todas las enfermedades y causas de muerte que se señalan en este informe han podido evitarse con una verdadera atención a los problemas de la infancia y es claro que puede existir una afiliación de 100%, a las EPS, pero si no hay calidad en la prestación del servicio y reducción en los niveles de exclusión, que permita tener a los niños y niñas en mejor estado de bienestar, se seguirán teniendo las cifras de mortalidad y de enfermedades crónicas que con el tiempo causan deterioro en los niños y niñas a todos los niveles. Si la pobreza persiste, con ella, el desempleo y salarios miserables, no puede pensarse en una población fortalecida, porque un niño o una niña que se desarrolla en estados crónicos de desnutrición tendrán secuelas tales como trastornos de aprendizaje, depresión, vulnerabilidad a otras enfermedades. La desnutrición es el mal silencioso que acaba con la vida de muchos niños y niñas y cuya muerte queda como muchas otras en la impunidad. 5.7.- Visión General de la infancia en estado de

exclusión social en Colombia. En este espacio se señalará a modo de conclusión el estado de la infancia en Colombia, después de haber recorrido por cada una de las categorías que hacen parte del contexto donde transcurre el ciclo evolutivo de esta población. A pesar de las legislaciones vigentes que señalan la protección de la infancia, la vida de los niños y niñas en estado de exclusión social

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transcurre a espaldas de los beneficios que esas leyes señalan, un número reducido de niños y niñas podrán beneficiarse de estos privilegios. Los niños y niñas en estado de pobreza parecen invisibles, parecen no existir solo se les ve cuando se convierten en una amenaza para la seguridad de la sociedad o cuando las estadísticas que señalan sus problemas de sus problemas, son tan amplias que se convierten en un problema de imagen frente a los otros países. Ellos y ellas están ahí en las periferias de las ciudades, en los barrios marginados, lejos de las comodidades que ha creado la tecnología, en sus viviendas deterioradas, en estado de hacinamiento, desnutridos. Estas situaciones que les corresponde vivir hacen que adopten conductas de sobrevivencia que no corresponden con la normalidad social. De acuerdo a la actitud que asuman frente a la vida y a sus habilidades responderán a sus instintos humanos y a las provocaciones del ambiente. Algunos saldrán a la calle a buscar la forma de alimentarse, otros recurrirán a actividades que les produzca utilidad económica, otros evadirán la realidad con sustancias que les ayuden a vivir en sueños lo que no pueden vivir en la realidad, estas circunstancias lo llevan a crear un mundo propio, diferente al que está diseñado para ellos y ellas. En esta forma millones de niños y niñas colombianas entran a engrosar las estadísticas de las diferentes instituciones, se crean los discursos, se dan respuestas asistencialistas, represivas, manipuladoras, todas alejadas de su circunstancias, como si ellos no hicieran parte de ella, a partir de aquí surge el protagonismo de quienes sin comprender la realidad que a ellos y ellas les pertenece, desean volverse los intérpretes de una vida de la cual nunca han hecho parte, ni han podido interpretar. Es así como encontramos desde los primeros momentos del surgimiento de la miseria de la infancia la respuesta aislada del verdadero problema, una respuesta mezquina que ha prolongado el sufrimiento de la infancia y de una gran población que creció sin la expectación de una vida con calidad, sólo con la esperanza de una vida mejor al finalizar su existencia. En el capítulo correspondiente al marco histórico se mostró de forma breve el desarrollo social, político y económico del país y el comportamiento con la infancia, hoy en la primera década del siglo XXI, el país se enfrenta a un sin número de problemas que no son sino el resultado

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de los años de injusticia e inequidad, los niños y niñas de hace 20 0 30 años que no pudieron encajar en el sistema social y productivo del país, tomaron un rumbo inesperado para el resto de la población. Sólo por ilustrar un poco el documento se retoman algunos titulares de prensa escrita que aportan datos reales de lo que ha sido y es la problemática de la infancia en Colombia y la ciudad turística de Cartagena de Indias, tomadas del Diario El Universal.

En 1952 (14 de Octubre) el Diario bajo el titulo “Protección infantil, en el que se hacía referencia a la necesidad de resguardar la infancia:

“Quince mil niños desamparados decía un informe del presidente de la Sociedad de Mejoras públicas hace pocos días. Dieciocho mil sin escuelas, afirmaba oficialmente alguna vez embargado por la pena. Pero esas cifras caían sobre una sociedad que estaba recibiendo el impacto de otros fenómenos sociales tan graves o quizá más que a los que nos referimos”.

Pensar en una cifra como quince mil niños desamparados y dieciocho mil niños sin escuela, sin la estadística de ese momento de los niños y niñas que no aparecían como desamparados pero de que también sufrían los efectos de las desigualdades, nos lleva a preguntarnos por la respuesta que en ese momento se le dio a la problemática de la infancia.

En 1958 (26 de Enero) “Pavoroso espectáculo ofrece la vida pública”:

“Niños, adultos, ancianos duermen en lugares públicos y sitios inmundos de la ciudad – Un problema que tiende a generalizar - No tienen techos bajo los cuales dormir y se acomodan en cualquier parte - la promiscuidad (…).

Pero el hecho que la mayoría de estos durmientes ambulantes sean en su totalidad menores cuyas edades oscilan en diez y doce años, nos induce a pensar que el problema puede y debe solucionarse con un sentido de equidad”.

En la década de los 50 la ciudad fue reflejo de los problemas sociales y políticos que vivía el país, fue una de las épocas en que

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se creó la Secretaría de Acción Social y Protección de la Infancia (1954), que en 1957 fue modificada por la Secretaría Nacional de Asistencia Social (Sendas). En 1959 se creó en el Ministerio de Salud la División del Niño, estos y muchos programas se realizaron en la desesperada búsqueda de respuesta a situación que vivía la infancia y las múltiples manifestaciones de esta, como fue la de los niños y niñas trabajadores, que frente a la incapacidad de frenar la situación porque con este trabajo se apaciguaban las necesidades de la familia, se decretó la excepción para los voceadores de periódico: “Sólo periódicos podrán vender los menores de 18 años de edad” (El Universal, 27 de Agosto1953: 2). En 1967 se pública el texto “Infancia de la Miseria” Gutiérrez, J. (1967: 11) el autor haciendo referencia al problema y a las respuestas del Estado describe la situación:

“El Estado ha creado una policía especial para manejarlos (“policía Infantil”)38 y varias instituciones reeducativas cuyos resultados son pobres porque los niños se fugan. Estas instituciones no han estudiado métodos adecuados de enfrentar el problema y padecen por lo tanto de burocratismo, pero sirven para albergar temporalmente a los “gamines”. Cada “gamín” para temporadas en ellas”.

En 1972 El Diario El Universal (7 de septiembre) anunciaba la protección a la niñez “Protección a la niñez mediante amplio programa” el programa lo realizaría el Instituto de Bienestar Familiar creado en 1968 para responder a las necesidades de la niñez y de la familia. “Los niños cuyas edades oscilan entre 0 y 7 años recibirán educación preescolar, alimentación balanceada de acuerdo a las exigencias de su desarrollo, asistencia médica y odontológica y atención especializada para encauzar su proceso evolutivo”

La Defensoría del Pueblo, en su Boletín N° 6 (2000:8) presenta un informe del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, según el cual en el 2000 existían 48 juzgados de menores y 167 promiscuos de Familia en todo el país, en el informe sólo presenta las estadísticas de los juzgados, lo que hace que la información sea parcial al solo representar el 53% de la indagación. Según esa misma fuente se reporta que “para el año 1998 el 53% de los juzgados iniciaron 7.758 procesos de los 9.224 niños y niñas entre 12 y 18 años infractores a la ley penal. El análisis de características socio demográficas reportado está

38 El autor del texto Gutiérrez, hace referencia al sector de la infancia en situación de calle, que en esos años solía denominarse con el término “Gamín” .

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representado en 9.005 casos, o sea el 97.6% del total de registros de todo el país. La policía Nacional, a través de sus Comandos Departamentales, reportó para el año 1997, un total de 6.248 menores infractores aprehendidos y 6.375 menores contraventores. La misma fuente afirma que el promedio anual de menores infractores en el país para el período comprendido entre 1990 y 1997 es de 6.481 y el de contraventores de 7.960”…

El inicio del siglo XXI la situación de la infancia si bien ha tenido una leve mejoría, no es posible tenerla en cuenta para calificarla como avances.

En el 2005 la periodista Jacqueline Rhenals presentó un informe de la

salud en el Diario El Universal (2005, 6 de junio) relacionado con la salud infantil denominado “Los niños que mueren pronto”, un informe que muestra la mortalidad infantil en la ciudad de Cartagena:

“Desde 2002, en Cartagena mueren 28 menores de cinco años por cada mil habitantes, según el Informe Cartagena en síntesis” que recopila las cifras de la secretaría de Planeación Distrital y del Departamento Administrativo Distrital de Salud (Dadis). De acuerdo con el documento, en 2002 fallecieron 711 menores de cinco años, de los cuales 660 no llegaron al primer año de vida. En 2003 las muertes fueron 745 y de ellas 681 eran pequeños de menos de un año de nacidos. Del año pasado las cifras aún no se reportan en registros oficiales, y las recopiladas por el Dadis sólo reflejan las muertes de menores de cinco años afectados por la Infección Respiratoria Aguda (IRA) y Enfermedad Diarreica Aguda (EDA). La IRA y la EDA, pese a ser enfermedades tratables, son catalogadas como las primeras causas de los fallecimientos que en 2004 apagaron la vida de 117 niños menores de cinco años, de los cuales 84 eran de menos de un año”.

El Diario el Universal (2006, agosto 10) publicó un estudio realizado por la Universidad Externado de Colombia donde se revela el estado de nutrición de la población infantil en Colombia:

“(…) en promedio mueren tres niños menores de cinco años diariamente en el país como consecuencia de la desnutrición.

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Igualmente establece que en Colombia se registra una tasa de 21 muertes por desnutrición (causa básica o asociada) por cada 100 mil habitantes, pero la situación se hace más compleja en menores de cinco años.

Asimismo, en los niños de uno a cuatro años, una de cada cinco defunciones está relacionada con desnutrición. En los menores de un año la proporción es de uno de cada diez.

Entre 1998 y 2002, en el país ocurrieron 39 mil 197 defunciones en las que estuvo presente la desnutrición. La proporción es de 4,4 por ciento frente al total de defunciones”.

Las circunstancias de sus vidas llevan a los niños y niñas a realizar actividades que le produzcan alguna remuneración para satisfacer sus necesidades, algunas ya no son las ventas de lotería, ni de periódicos, son actividades riesgosas, que no solo atentan con su integridad física y emocional, sino contra su dignidad:

“El trabajo infantil en Colombia es un problema que afecta a 2 millones 225 mil 340 menores de edad entre los cinco y los 17 años. Las actividades a las que se dedican son tareas domésticas, prostitución y la producción de bienes y servicios.

En forma paralela, otra investigación, patrocinada por la Organización Internacional del Trabajo, reveló que unos 35.000 niños son víctimas de explotación sexual y se dedican a la prostitución, en algunos casos sosteniendo relaciones a cambio de 500 pesos o un plato de comida.

El informe de la Defensoría del Pueblo subraya que uno de los casos más frecuentes de explotación laboral infantil se relaciona con las niñas indígenas y campesinas que son llevadas a casas de familia en las ciudades para que cumplan con labores domésticas.

El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Ministerio de la Protección Social conmemoraron este el Día Mundial Contra el Trabajo Infantil, donde lamentaron que en muchos casos la familia promueva la explotación infantil.

Estas entidades informaron que de los menores que laboran en el país cerca de un millón 220 mil lo hacen en producción de bienes y servicios, y más de un millón en tareas domesticas” ( El Universal, 13 de junio de 2006).

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Otro grave problema hace referencia a un gran número de niños y niñas que se encuentran vinculados a los grupos alzados en armas, otro número han sido víctimas de las minas antipersonales, no son las estadísticas las que muestran la situación de la infancia es el drama que día a día viven los niños y niñas en Colombia.

Parece casi imposible que esta situación se vivieran en un país donde se crean Leyes, Decretos, discursos, pactos, instituciones, todas con “un gran interés” por buscar las alternativas a todos los problemas que sufre la población de menor de edad, sin embargo, parece que fueran en contravía, porque las cifras no se detiene y el sufrimiento tampoco. El problema de la infancia en Colombia no es un problema aislado del problema socioeconómico y político del país, de un régimen neoliberal, que se desentiende de los problemas sociales dejándolos en manos de la sociedad civil o del llamado tercer sector (la alternativa al sector público y a la responsabilidad del Estado). La respuesta desde los organismos no gubernamentales (ONG), aparece como una forma de filantropía, que no permite el análisis real de la situación de exclusión y responde desde la más pura ingenuidad, o desde la más ferviente perversidad, que crea el agradecimiento y la sumisión. Savater (1990:31) hace referencia a la intervención frente al dolor ajeno:

“En efecto cuando alguien padece requiere intervención ajena: el que sufre se ofrece a las bienintencionadas (al menos a nivel consciente, pues Freud nos ha enseñado algo a este respecto) manipulaciones de los demás, es un vasallo potencial y agradecido de la buena voluntad. Quien sufre, con tal de que no aumente su dolor, con tal de que se alivie o se remedie, no tiene derecho a pedir más. El dolor lo primero que quita es el derecho a elegir, nos convierte en rehenes tanto de nuestros auxiliares como de nuestros verdugos”.

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CAP. VI.

INTERVENCIÓN Y

TRATAMIENTO INSTITUCIONAL

DE NIÑOS, NIÑAS Y

JÓVENES EN SITUACIÓN DE

EXCLUSIÓN SOCIAL, CASO CARTAGENA DE

INDIAS

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CAPITULO VI: INTERVENCIÓN Y TRATAMIENTO

INSTITUCIONAL DE NIÑOS, NIÑAS Y JÓVENES EN

SITUACION DE EXCLUSIÓN SOCIAL, CASO

CARTAGENA DE INDIAS.

6.1.- Las instituciones: significado y contexto. 6.2. - La Institucionalidad como respuesta a la problemática: 6.2.1 Algunos Aspectos históricos 6.2.2 Las instituciones de protección en Cartagena 6.3. Percepción y respuesta de la Institución ante la problemática: 6.3.1. Niños, niñas y jóvenes trabajadores 6.3.2 Niños, Niñas y Jóvenes en Situación de calle 6.3.3 Niños, Niñas y Jóvenes frente a la ley penal 6.4.- Percepción y respuesta del niño, niña y joven ante la institucionalidad: 6.4.1 Niños, niñas y jóvenes trabajadores 6.4.2 Niños, niñas y jóvenes en situación de calle 6.4.3 Niños, niñas y jóvenes frente a la ley penal. Referencias Bibliográficas.

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6.1.- Las Instituciones, significado y contexto. Para hablar de las instituciones, se hace necesario retomarlas, desde la

connotación que en este trabajo se ha venido tratando de proporcionar. Para ello se ha realizado una revisión bibliográfica, tomando como referencia algunos autores que se han ocupado del tema.

Quizá muchas veces hemos oído hablar de instituciones de una forma indiscriminada; institución familiar, institución jurídica, institución política, entre otras. En este trabajo se hace referencia especial a las instituciones que se denominan protectoras de la niñez y la juventud en situación de exclusión social. Sin embargo, cuando hablamos específicamente de esta población indiscutiblemente debemos hacer referencia a otras instituciones que han hecho parte de su vida y que por lo tanto han ejercido una influencia en su estado actual, a las que se le ha dedicado un breve espacio en capítulos anteriores.

Berker y Luckman (2001), han permitido desde su explicación en el texto

“la construcción social de la realidad” acercarnos al concepto de la institucionalidad desde la habitualización, de esta manera es como ellos plantean el surgimiento de las instituciones a partir de la habitualización de las conductas humanas.

Los autores expresan que una conducta realizada por un individuo se

convierte en un hábito no solo para él sino para los demás en la medida que la conducta señalada traiga consigo no solo la satisfacción de una necesidad sino también la economía de nuevos esfuerzos. Dicho esto en sus palabras: “Todo hábito que se repite con frecuencia, crea una pauta que luego puede reproducirse con economía de esfuerzos y que ipso facto es aprehendida como pauta por el que la ejecuta” (P: 74). A lo anterior se puede agregar la siguiente afirmación de Savater (2003: 91) “Si cada mañana tuviésemos que intentarlo de nuevo todo para sobrevivir, el esfuerzo de nuestra libertad jamás habría podido despegarse de los dictados más inmediatos de la necesidad”.

Retomando lo anterior se podría sustentar que las instituciones son producto de la internalización de una conducta que ha traído como consecuencia una satisfacción de una necesidad y que su repetición traerá como consecuencia satisfacer necesidades similares con la economía del esfuerzo de volver a intentarlo de una manera diferente a la anteriormente realizada. Podemos

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mencionar como ejemplo, el uso del fuego en la cocción de los alimentos, que produjo a quienes lo usaron en primera instancia una satisfacción y luego, esta se fue transmitiendo de un grupo a otro hasta que el consumo de alimentos crudos dejo de ser para algunas comunidades un comportamiento regular para dar paso al consumo de alimentos cocidos que a su vez trajeron mayores beneficios en su manejo y conservación.

Algunas conductas, como la mencionada anteriormente, se convierten en

un hábito cultural que será repetido por todos aquellos quienes tiene la convicción de que comer los alimentos cocidos les produce un mayor beneficio. Pero esto no quiere decir que quienes los consuman crudos puedan causar un malestar al resto del grupo, en algunos casos solo se entenderá como una conducta desagradable más no reprochable.

Caso contrario al anterior, es la existencia de conductas que han sido

aceptadas e internalizadas por toda la comunidad y que generalmente quedan establecidas como una forma de regular las relaciones entre sus miembros, para lo cual ha sido necesario organizarlas y crear normas que las oriente como mecanismo de protección o control de dicho comportamiento, de tal forma que, el no sometimiento a ellas traerá como consecuencia un malestar a la comunidad en la que se encuentran. En estos casos se pretende garantizar que todos los pertenecientes a esa comunidad puedan cumplir con las conductas establecidas.

Revisando la historia de la humanidad podemos observar que cada una de

las diferentes sociedades que se han desarrollado a través del tiempo, han ido institucionalizando una serie de relaciones que permitieron los comportamientos característicos de la época. Podemos tomar como ejemplo la sociedad esclavista, en la que la esclavitud como institución era aceptada y amparada por leyes que permitían que un hombre, una mujer o una familia (esclavos) pudieran pertenecer a otro hombre, mujer o familia, al extremo que la vida del esclavo dependía de la voluntad de su amo y señor, al no ser considerado aquel como persona sino como cosa, y como tal carecía de derechos. Hoy está rechazada legalmente la posibilidad de que la vida de un ser humano pueda estar sometida a la voluntad de otro.

Si continuamos esta revisión, y nos ubicamos en el origen de la familia,

retomando las investigaciones de Morgan39, sustentadas por Engels (2004) en su

39 Lewis Henry Morgan (1818-1881). Abogado, antropólogo, ha sido considerado uno de los fundadores de la antropología moderna, a partir de sus estudios sobre el parentesco y las conexiones de los sistemas de parentesco a escala mundial. Su tesis la planteó en su texto La

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texto “El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado” en el cual el autor argumenta cómo la familia, (catalogada como una de las instituciones básicas de la sociedad) ha pasado por una cadena de transformaciones, que corresponden al ritmo en que ha estado evolucionando la sociedad. Su escrito (en uno de sus apartes) señala, lo lejos que está, lo que actualmente es la institución familiar, de lo que fue en los primeros estadios de la sociedad:

“Reconstruyendo de esta suerte la historia de la familia, Morgan llega a estar de acuerdo con la mayor parte de sus colegas acerca de un primitivo estado de cosas según el cual, en el seno de una tribu imperaba que cada mujer pertenecía igualmente a todos los hombres y cada hombre a todas las mujeres” (Engels, 2004: 21)

A partir de esto se afirmaría que a pesar de la antigüedad de

una institución, es posible notar, que si bien no cambia su esencia, en su interior van surgiendo cambios que revelan la influencia de factores sociales y económicos que, favorecen su transformación.

Instituciones muy antiguas como la familia (caso mencionado en el aparte

anterior) la educación, las instituciones militares, entre otras, han sufrido transformaciones y son susceptibles de seguir transformándose a través del tempo por la influencia de múltiples factores. Leonard Wolley (1977) en su estudio sobre los comienzos de la civilización señala como se han venido desarrollando las instituciones en los países en los diferentes momentos históricos. Hace una referencia a la institución militar y muestra como ésta pasa de ser una institución creada para la defensa del territorio, y de tener utilidad sólo en el momento en que se le requiriera, del cual hacía parte el ciudadano común, a convertirse con el paso del tiempo en un ejército permanente, con objetivos concretos, compuesto por grupos de individuos que reciben formación especial (militar) para poder pertenecer a ella.

Siguiendo en esta misma línea, y de cara al desarrollo económico de la

humanidad, es posible advertir como éste ha influido de múltiples formas en la estructura política y social, lo que ha llevado a la transformación de las principales instituciones, que igualmente han resguardado todas las relaciones que al interior de las mencionadas estructuras se han venido presentando, lo que permite mostrar la interacción entre las instituciones de una sociedad. (Ver grafica 1) Mead (1982: 278), plantea la institucionalidad como resultado de las reacciones, pero a la vez sociedad antigua, el cual se constituyó en la fuente que retomó Engels, para escribir su libro El origen de la familia, la propiedad privada y el estado.

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hace énfasis en la interacción entre ellas, o sea la presencia del efecto de reacción-reacción. Planteado por el citado autor de esta forma:

“Existen, pues series de tales reacciones comunes en la comunidad en que vivimos, y esas reacciones son las que llamamos “instituciones”. La institución representa una reacción común por parte de todos los miembros de una comunidad hacia una situación especial”.

Con esta afirmación el autor ratifica la institución como una

diligencia común dentro de un grupo, y las interacciones que se dan entre cada una de ellas, ya que una reacción trae consigo otra reacción: “Esas series organizadas de reacciones están relacionadas entre sí; si uno provoca una de esas series, está provocando asimismo, implícitamente las otras” (Ibídem: 279).

Las instituciones económicas tienen una influencia básica en las otras

instituciones que se encuentran establecidas en una determinada sociedad. En una sociedad con una economía capitalista, defensora de la propiedad privada, las instituciones que la conforman, estarán constituidas de tal manera que favorezcan la protección de este tipo de propiedad.

Cuando se hacía referencia a la institución militar como una institución

creada solo para la defensa del territorio, en el momento que se recurriera, es decir cuando se presagiaba la posibilidad de una perturbación por parte de otro u otros territorios, como nos lo señalaba Leonard Wolley (1977), solo se pensaba en el territorio. Pero más tarde sería convertida en una fuerza pública como control social, como la plantearía Engels (2004: 210-211):

“Esta fuerza pública existe en todo Estado; y no solo consiste en hombres con armas, sino también en accesorios materiales, prisiones y tribunales de justicia de todas las especies, de los cuales no supo la gens ni una sola palabra. Puede ser muy importante o muy poco importante, o hasta casi nula, en una sociedad donde aún no se han desarrollado los antagonismos de clases y en territorios lejanos”.

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Gráfica 3. Interacción entre las Instituciones

Creadas sobre la base de cada sociedad, se puede decir que las instituciones se constituyen como un cuerpo de normas que orientan la conducta de los individuos involucrados en ella, dichas normas son aprendidas por los sujetos, a través de la socialización, de la experiencia de otros, o por que se encuentran condensadas en tratados que dictan las normas fundamentales que guían el comportamiento que se espera mantengan los individuos. Las que se establecen como leyes, decretos, códigos, etc. se denomina instituciones formales, y las que establecen los hombres y mujeres dentro de su cotidianidad, atendiendo su cultura, y se constituyen como normas (morales) o valores sin la cohesión de las leyes pero con la respectiva sanción social, se denominan informales . Berker y Luckman (2001: 77) lo afirmarían de la siguiente forma:

“Decir que un sector de la vida humana se ha institucionalizado ya es decir que ha sido sometido a control social. Solamente se requieren mecanismos de control adicionales cuando los procesos de institucionalización no llegan a cumplirse cabalmente”.

La institucionalización de las conductas permite predecir el

comportamiento de los individuos. Se puede decir que la conducta ha sido aceptada socialmente por un grupo de personas, cuando con ella se logra

Instituciones Económicas

Instituciones

Políticas

Instituciones Culturales

Instituciones Sociales

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conseguir la satisfacción de una necesidad (espiritual o material), lo que en cierto sentido permite predecir el resultado de una acción, con anterioridad a su realización. Podemos señalar que la posibilidad de repetición de la conducta conduce a la consecución de un objetivo propuesto con anterioridad, la seguridad de conseguir la finalidad esperada se dará utilizando los pasos similares a los que se han venido dando para lograrlo. A manera de ejemplo podemos decir que si una persona que está a la orilla de un río con deseos de estar del otro lado del río, con solo ver la forma como otras personas logran conseguir llegar a la otra orilla, ella podrá cruzar sin la necesidad de tener que inventar la forma de hacerlo. Otra cosa sería que a partir de lo que ha visto lo intente mejorando la forma que utilizaron otros, pero esto solo podrá hacerlo con base en las experiencias anteriores.

Ahora bien, el uso de las diferentes formas para transportarnos a través de

un río debe ser regulado de tal manera que permita que todos los que necesitan utilizarlo puedan hacerlo sin ocasionar un perjuicio a otro, de igual forma sucede con la utilización de otras formas de transportes. La institucionalización de la actividad, debe reglamentarse de tal manera que permita poder estar seguros por donde se debe transitar sin peligro de colisionar o entorpecer el libre tránsito. En Colombia en el caso del transporte terrestre, es regido por un Código de Transito, donde se establece el comportamiento que deberán tener los transportadores: como ejemplo se puede tomar el título III (normas de comportamiento), capítulo III (conducción de vehículos), en el artículo 84 establece:

“Normas para el transporte de estudiantes. En el transporte de estudiantes, los conductores de vehículos deberán garantizar la integridad física de ellos especialmente en el ascenso y descenso del vehículo. Los estudiantes ocuparán cada uno un puesto, y bajo ninguna circunstancia se podrán transportar excediendo la capacidad transportadora fijada al automotor, ni se permitirá que éstos vayan de pie. Las autoridades de tránsito darán especial prelación a la vigilancia y control de esta clase de servicio”.

Atendiendo la anterior norma los padres y madres que

envían a sus hijos e hijas a las escuelas, no tendrían que hacer observaciones a quienes los y las transportan, pues es de esperar que los transportadores cumplan las normas establecidas para poder llevar a cabo esta actividad, tal como se espera de un comportamiento institucionalizado. Podríamos aquí retomar a Mead citado por Habermas (1999: 58) cuando afirma:

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“Mead vincula al concepto de rol social el sentido de una norma que autoriza a los miembros de un grupo a esperar en determinadas situaciones determinadas acciones unos de otros, y que a la vez los obliga a cumplir, ellos también las expectativas de comportamiento justificadas de los otros...... Existen, pues series completas de tales respuestas comunes en la comunidad en que vivimos, y a tales respuestas es lo que llamamos “instituciones”. La institución representa una respuesta común por parte de todos los miembros de una comunidad a una situación particular”.

La creación de las instituciones (como organizaciones) y su respectiva transformación no son actos involuntarios de los individuos, ellas van apareciendo como una respuesta a las situaciones sociales, económicas y políticas que se derivan de un determinado régimen social, de la misma forma su fortalecimiento es obra humana y depende del tipo de Estado imperante. Hasta ahora se ha hecho referencia a las instituciones regentes (económicas, políticas, sociales y culturales) y las que directamente las representan (familia, escuela, jurídicas, etc.), a partir del planteamiento de estos conceptos se pretende mostrar cómo la sociedad está organizada a través de diferentes instituciones y cuáles son los respectivos mecanismos creados para protegerlas, haciendo énfasis en el caso específico de la infancia y la juventud. 6.2. La institución como Respuesta a la

Problemática de la infancia.

Las instituciones sociales, como mecanismos de protección a niños, niñas y jóvenes, se establecieron con el propósito de atender las necesidades por la que éstos y éstas han venido padeciendo a través de los años. En un inicio fueron creados por religiosos, con la orientación proteccionista que la iglesia le imprimió, y por grupos de particulares quienes buscando la salvación de su alma, a través de actos compasivos, dedicaban su tiempo y alguna parte de sus recursos a las actividades caritativas. Más tarde el Estado las reglamentaría para tratar de organizar la respuesta a los diferentes problemas que desde esta instancia se consideraba tenían los y las niños-as que permanecían en la calle, los denominados infractores y los y las trabajadoras.

Aunque algunos han estimado la reglamentación de la atención a la infancia a través de la institucionalización de las problemáticas como un aporte a la solución de los problemas de los niños y niñas, o un mecanismo adecuado para

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la integración de éstos-as a la sociedad, los resultados no han mostrado una solución acertada al problema, y por el contrario hay quienes la cuestionan por considerar que aumentan la exclusión y permite la estigmatización al separar al niño de su medio para a través del internamiento y represión, tratar de imponer conductas que solo satisfacen a los adultos que las dirigen, violando de esta forma los derechos que éstos y éstas tienen como personas sujetos de derecho.

La institucionalización como respuesta a las situaciones de la infancia, se argumenta como el deseo de los grupos normativos de estandarizar los comportamientos, sin tener en cuenta los contextos donde estos se producen, ni las características de quienes lo ejecutan, o los “moldes socializadores” como lo plantea Valverde M (1993). El citado autor hace referencia a la normalización en los siguientes términos:

“(…) cuyos moldes socializadores son debidos a la clase social, al hábitat, (tipo de vivienda, barrio, etc.), al entorno geográfico (urbano o rural), a las posibilidades educativas, etc. Y todo ello, en su conjunto configura un modo peculiar de comportamiento, una forma de percibir la realidad y relacionarse con ella, e incluso una “normalidad” propia de ese grupo socializador, que puede no coincidir o incluso entrar en conflicto con otras “normalidades” de la misma comunidad social” (1993: 39)

Atendiendo lo planteado anteriormente, no podemos tomar la respuesta institucional como oposición a un problema social general, sino como una respuesta a un problema sentido por un individuo, grupo o sector de la población, que se percibe afectado, por las consideradas desviaciones en la conducta de los y las que, debido a las circunstancias de su vida mantienen “moldes socializadores” diferentes, por lo tanto, su accionar discrepa con el de quienes esperan de ellos y ellas una conducta “normal”, de tal forma que se convierte en una manera de coerción en la búsqueda de la normalización de la conducta a la vez que sirve de protección a la seguridad económica, social o espiritual del resto de la sociedad.

Institucionalizar la conducta con fines de normalización, como comportamiento ordinario, es una forma de desconocer la influencia de las instituciones primarias que emergen dentro del contexto donde se desarrolla la vida de los individuos.

La búsqueda de mantener poblaciones ajustadas a las exigencias de las minorías con poder, sin distingo de los contextos de donde surgen o se desarrollan, dio como resultado el surgimiento y proliferación de organizaciones,

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que no eran más que la representación de las instituciones creadas por los grupos sociales para mantener el orden social.

En un recuento histórico sobre la mortalidad infantil en España (Puerto de Santa María) Gómez Fernández (2005: 145) escribe:

“La Iglesia y más tarde el Estado liberal intentaron poner solución a las dificultades de las clases más desfavorecidas, pero una solución que pasaba por mantener las estructuras sociales no era más que un parche incapaz de tapar el inmenso agujero de necesitados marginales que pululaban por calles y plazas. Y entre estos marginados los niños que venían al mundo sin ser queridos, ni en su concepción, ni después del nacimiento”40 y apoyado en Morgado G. continúa “Para cuidar de los numerosos grupos de niños abandonados surgen instituciones cuya misión era la de solucionar esta situación o al menos paliar en la medida de lo posible sus efectos negativos”.

La orientación hacia la institucionalización no queda en la asistencia de los niños y niñas abandonadas, sino que continua diversificándose hasta lograr capturar en su tejido a otros problemas de la infancia, igualmente abandonada, pero, no por sus padres sino por falta de una atención social, que no les permitía incluirse dentro de las oportunidades ofrecidas a sus iguales. “Aunque al principio de su vida educó en su casa…algunos muchachos huérfanos, y al final recogió algunos otros en su internado, nunca se le ocurrió que fuera posible darles la misma educación que a los muchachos ricos” (Natorp (1931)41 citado por Ponce A; 1983: 182)

Con relación a las conductas que se desean institucionalizar, sobre todo la que se refiere a las ejecutadas por niños y niñas en estado de exclusión social, se ha considerado, que en este caso la institucionalización responde a la necesidad de generar una respuesta social a las situaciones derivadas de los estados de degradación de la persona o personas que de estas realidades emanan, tales como estados de salud precario, escaso nivel de educación, viviendas deterioradas con escasos servicios públicos, hábitat insalubres, etc., lo preocupante es cuando tal respuesta no aporta nada al problema real, sino que se convierte en una forma de sometimiento, en cuanto, el deseo es el cambio de la conducta para satisfacción, no de quién la realiza, sino de quienes se sienten amenazados con la realización de esa conducta.

40 Este tema fue tratado en el XIII Coloquio de Historia de la Educación. Realizado en Donosita en julio de 2005, en el que el tema principal giró alrededor de la infancia “La infancia en la Historia: espacios y representaciones”.

41 Ponce (1983) hace referencia a Pestalozzi, en el texto de Notorp. Pestalozzi, y sus ideas, ed. Labor, 1931.

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Lo expuesto anteriormente lo podemos concordar con la siguiente afirmación del sociólogo Manzano B. (1992: 51):

“Institucionalizar la marginación significa generar una respuesta estructural ante las consecuencias más degradantes de la patología social (miseria económica, alcoholismo, enfermedades físicas y síquicas, delincuencia, violencia social, fracaso escolar, desempleo juvenil, etc.”.

La institucionalización como respuesta a las problemáticas de la infancia, no es un fenómeno social producto de la modernidad, ya anteriormente estaban sentadas las bases que sirvieron para consolidarla, lo novedoso fue la reglamentación estatal de esta práctica, considerada fundamental para atender las necesidades básicas de la población más joven de los diferentes países.

La historia de la institucionalización de la infancia está relacionada con lo que llamaría García Méndez (1999: 40) “la historia del control social formal de la niñez”. Si bien compartimos esta afirmación, se puede asegurar con justa causa, atendiendo a investigaciones históricas, que anterior a este hecho se dieron algunas formas de institucionalización que mostraron pautas de protección con carácter de informalidad, derivada de lo que se podría denominar caridad pública o la práctica de la caridad ejercida por la sociedad civil y eclesiástica.

Para sustentar lo anterior seguiremos tomando la institucionalización como la forma de ejercer no solo el control jurídico sino también el control de la persona, de la individualidad, en la búsqueda de la homogenización de la sociedad: “Estas instituciones se ubican, como escenarios de contención del sujeto problematizados, en los dos sentidos en que se puede considerar la contención. Control y asunción” (Vélez (1999:31).

Platt (1982:19) citando a Bremner se refiere a los sistemas de protección anteriores a los movimientos de salvación de la infancia” Y mucho antes del movimiento pro salvación del niño pueden hallarse diversos tipos de esfuerzos destinados a crear programas especiales para los menores.”. Continúa Platt en el mismo texto afirmando: “Las reformas pro salvación del niño eran parte de un movimiento mucho mayor para reajustar las instituciones de modo que satisficieran los requerimientos del sistema emergente de capitalismo corporado” (Ibídem: 20).

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Estas afirmaciones y la que se menciona posteriormente, ayudan a comprender la institucionalización de la infancia más allá de una expresión de buena voluntad, o de una política social que pretenda efectivamente erradicar en forma auténtica y terminante los problemas de la infancia: “El movimiento pro salvación de los niños no era una empresa humanitaria en ayuda a la clase obrera y frente a un establecido. Al contrario, su impulso procedía primordialmente de la clase media y la superior, que contribuyeron a la invención de nuevas formas de control social para proteger su poderío y su imperio” (Ibídem: 21).

Si bien con el transcurrir del tiempo el discurso con relación a la institucionalización de la infancia ha variado, la práctica no ha mostrado profundos cambios, ni resultados satisfactorios que puedan expresar una voluntad del Estado de eliminar las grandes injusticias con este sector que por su edad y la poca capacidad que ésta le permite, son vulnerables a todas las formas de exclusión social.

Para comprender el proceso que ha seguido la institucionalización de la problemática de la infancia en Colombia y específicamente en Cartagena donde se ubica la investigación se hace necesario hacer un breve recorrido por lo que hasta el momento ha sido el papel de las llamadas instituciones de protección y la respuesta que han proporcionado a los problemas de la infancia.

6.2.1.- Aspectos históricos.

Las instituciones de protección dirigida a niños y niñas, fueron creadas como se señaló anteriormente bajo el manto de la caridad y la filantropía, con ellas se quería dar respuestas no solo a las necesidades de niños y niñas, sino también a las necesidades espirituales y cristianas de quienes intervenían en favor de ellos y ellas, su práctica servía para tranquilizar la conciencia de quienes viviendo en las mejores condiciones sociales y económicas, se les hacía molestoso e incomodo ver a los niños y niñas en la calle mendigando un pedazo de pan.

La familia indígena nativa de Colombia sufrió una fuerte transformación con la llegada de los conquistadores, debido a la aculturación a que fueron sometidos, dentro de la población con mayor vulnerabilidad a estos cambios estaba la de los niños y niñas de la familia indígena, según el texto escrito por Páez M. (1990: 34): “Se rompe el sentido de pertenencia que se daba por línea materna y las reglas de residencia, lo cual afectaba directamente a los niños

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sometidos a procesos contradictorios de socialización, entre una forma de organización social que desaparecía y otra que se imponía” .

Una transformación tan significativa en la cultura local, trajo como consecuencia algunos conflictos con la población aludida, ya que difícilmente se podían adaptar con la rapidez que los nuevos pobladores exigían para lograr la homogenización de la población. Esta situación unida a las nuevas formas de trabajo, al desplazamiento de los padres, al poco interés prestado a los y las recién nacidas, sobre todo cuando eran producto de uniones casuales, fueron formando un significativo número de niños y niñas abandonadas-os, que se hacía notoria y que ocasionó una reacción por parte de la corona española:

“En el nuevo reino de Granada, el 7 de diciembre de 1639 el rey envía una Célula a la Audiencia y arzobispado indicando como deben ser atendidos y amparados los niños expósitos, señalando además la situación de estos. [… he entendido la impiedad que se tiene en ese reino con los niños expósitos y en especialmente esa dicha audiencia, que esto es en tanto grado, que no solo los indios sino también los españoles tiene por costumbres exponerlos acabando de nacer en las calles públicas, en las puertas y puentes y otras partes solitarias donde son comidos y despedazados de perros y otros animales, padeciendo en esto los inocentes y quizás sin agua del bautismo, y que el remedio más eficaz que en ello se podrá poner era que se encargare a los hermanos de San Juan de Dios, que tienen la administración del hospital de esa ciudad, y cuidasen de recoger estos niños en la casa de su habitación, y que para entretenimiento de eso en el entretanto, que una persona de caudal de las muchas que hay movida de caridad se inclina a obra tan pía, se acuda a ella con alguna parte de los novenos que me pertenecen en los diezmos de ese arzobispado aplicada solo a este ministerio limitado”(Páez M. 1990: 49).

Es posible notar, en esta llamada Célula del rey de España y en otras, cómo inicialmente estas instituciones tuvieron como objetivo primordial la protección física de los niños y niñas, se protegían del abandono, del hambre, problemas de salud, e incluso espirituales, pero se prestaba poca atención a las necesidades emocionales y sociales de éstas-os. Todas las acciones que guiaban esta práctica podría decirse que eran y estaban orientadas por la "buena voluntad" de quienes las dirigían.

Con la expansión de la ciencia y el auge de las directrices humanistas, nuevas tendencias psicológicas, pedagógicas y antropológicas entran a cuestionar

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los resultados poco favorables de la protección física, desligada de la parte afectiva (Siglos XVI - XVII.) lo que permite la proliferación de teorías que dan una nueva orientación al trabajo con la infancia y juventud. Danzelot (1998: 13-14) Hace referencia al avance de la literatura sobre el tema de la infancia y a la preocupación de las disciplinas con relación a lo que había sido la respuesta a los problemas de esa generación:“Reprochan a la administración de los hospicios las espantosas tasa de mortalidad de los menores que recoge: el noventa por ciento mueren antes de haber podido “hacer útiles para el Estado” esas fuerzas que, sin embargo, tanto le ha costado mantener durante la infancia y la adolescencia”. Continúa Danzelot en el texto citado, haciendo referencia a lo que el siglo XVIII se consideraron los avances en el tema partiendo de la filantropía:

“Desde finales del siglo XVIII, una multitud de asociaciones filantrópicas se propusieron como objetivo ayudar a las clases pobres, moralizar sus comportamientos, facilitar su educación, haciendo converger sus esfuerzos hacia una restauración de la vida familiar , principal formula y más económica asistencia mutua” (Ibidem: 34).

Entre los pensadores que aportaron conocimientos sobre la visión hacia infancia, está Juan Amos Comenius, pedagogo defensor de la educación para todos y todas.42 En contraposición a esta postura se encuentra Basedow, discípulo de J. J. Rousseau, quien afirmaba que los niños del pueblo necesitan una instrucción menor que la de los demás, ya que debían dedicar la mitad de su día a los trabajos manuales. Las grandes escuelas o escuelas populares deben enseñar, el deber de las clases populares y las pequeñas escuelas es donde se formarían los ciudadanos del mundo. (Ponce, 1983: 173)43 Estas y muchas otras posturas una a favor y otras en contra de una igualdad del ejercicio de los derechos de la infancia y la juventud han permitido el avance y la reflexión con relación al tema de una política social que realmente beneficie a niños, niñas y jóvenes

Paulo Freire (1991: 11) también se ha pronunciado sobre lo preocupante de un continuismo en la intención de intervenir en la problemática de la infancia

42 Juan Amos Comenius (1592- 1670) pensador, místico, reformador social y pedagogo

checo, fue un activo defensor de la infancia y de que el hombre solo llega a ser hombre mediante la educación, sostuvo la importancia de una educación para todos y todas por igual. Cerda (1992: 36)

43 Aníbal Ponce de León (Buenos Aires1898 – México 1938) en su libro Educación y Lucha de clase, hace un recuento de la educación del hombre burgués. Pensador revolucionario, exponente del papel de la educación en la emancipación o alienación de los individuos.

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excluida, se refiere el autor al tema, recordando lo que se extiende a través de las metodologías, a las actuales formas de trabajar con este sector poblacional:

“Trasladando elementos de la cultura occidental y cristiana, la protección institucional a los niños se estableció en la época colonial a través de los "Hospitales de Caridad" encuadrados en ciertos criterios de justicia social, según los conceptos de la salvación por vía religiosa. Esta modalidad tradicional y antigua- que subyace hasta hoy en la instituciones- fue manejada hasta la Revolución Liberal por las órdenes de las religiosas, el Liberalismo cambió su estructura administrativa pero no su contenido: rígidos criterios aislacionistas y caritativos”.

Colombia como otros países latinoamericanos, recibió la influencia de Europa y siguió la ruta trazada por las primeras teorías sicológicas, pedagógicas, sociológicas e incluso las de la iglesia católica que siempre tuvo una notable incidencia en las políticas del Estado.

A pesar de alcanzar la liberación del yugo español y una vez obtenida la liberación a través de la independencia de la corona, se continúo con las prácticas asistencialistas y se prolongó por muchos años con la complicidad del poder de la iglesia, y su influencia en la educación de la población infantil.

Las primeras formas de protección de la infancia, se realizaron especialmente en instituciones, como organizaciones llamadas asilos, conventos, orfanatos y alberques, una forma asistencialista que permitió el manejo de un problema socioeconómico relacionado con la infancia sin tocar las estructuras del Estado.

La intervención del Estado como ente regulador en lo que hace referencia

a esta problemática, se inició cuando se dieron los primeros inicios de la regulación de la conducta de los niños y niñas. En el primer Código Penal, o Código de Santander expedido por el Congreso de la Nueva Granada el 30 de Mayo de 1837, hizo referencia al menor (niño y niña) como excusable o inimputable. El artículo 108 sostenía:

“En ningún caso se impondrá pena al menor de diez años y medio, y solamente se prevendrá a los padres, abuelos o curadores cuiden de él, le den educación, y lo corrijan convenientemente. Pero si hubiere fundado motivo para desconfiar de que padres, abuelos o tutores lo corrijan, o se comprobare que es [incorrejible], se le pondrá en una

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casa de reclusión por el término que se estime conveniente, según su edad y circunstancia del caso, con tal que no pase de la época en que cumpla diez y siete años.”.

Este estatuto consideró responsable al menor de 14 años; declaró exento de la pena al menor de 7 años y medio pero prescribió medida de reclusión en determinadas circunstancias y estableció la conversión de sanciones para menores de 14 a 17 años. La pena más fuerte fue la de trabajos forzosos que consistió en trabajar nueve horas diarias con excepción de los días festivos, los niños eran atados de dos en dos con cadenas.

El artículo 103 del mismo Código estableció que si el menor de 17 años cometía un delito que mereciera la pena de muerte, éste sería condenado a 12 años de trabajos forzados. Si merecía el castigo de la vergüenza pública, a 3 años de presidio; si merecía la de la infamia a 3 años de reclusión; quedando sujeto después a la vigilancia de las autoridades.

En el artículo 105 se estableció, hablando de la comisión de un delito por un menor de 14 años, que si el delito tuviera señalado por ley una pena de trabajo forzado o presidio, sufriría la reclusión por tiempo igual.

La Ley 123 de 1890, es la primera ley que se crea reglamentando la conducta de los “menores” fija la edad límite para la inimputabilidad los 18 años. Esta ley versó sobre las Casas de Corrección y Escuelas de Trabajo para “varones”44 menores de edad. Ordenó la construcción y organización de un establecimiento especial en la Capital de la República, sujeto a la disciplina, enseñanza y trabajos agrícolas y se propuso algunas variaciones al Código Penal vigente, hechos que se concretaron 30 años después.

En artículos como los anteriores podemos notar claramente la relación del orden penal, con el orden correccional, de allí que muchas veces lo penal (acción punitiva) se confundiera con lo correccional (acción correctiva) o sea que la pena (castigo) fue involucrada o utilizada como sinónimo de lo correctivo, no se hace claridad, si lo que se pretendía era que a través de la pena se lograra la corrección de la conducta sancionada.

44 Se hace referencia a varones únicamente, ya que en la época señalada, eran escasos o

casi imposible pensar en encontrar comportamientos reprochables ejecutados por niñas o mujeres, debido al énfasis moral en su educación y a la dedicación a los quehaceres domésticos, que les permitía vincularse a las niñas y mujeres de escasos recursos desde muy temprana edad al trabajo casero o actividades que la incitaban a la sumisión.

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Conducta reprochable -------- Pena o castigo -------- Corrección de la conducta.

De aquí en adelante fueron llamados correccionales, los lugares destinados al cumplimiento de una pena.

La conducta reprochable traía como consecuencia un castigo lo que podría denominarse una penalidad, que serviría como técnica para modificar la conducta. Foucault (1990: 17) lo calificaría como una justicia correctiva, que a su vez permitiría a quien la aplicaba no sentir malestar por el castigo, por el contrario aliviaría el malestar por sentirse cruel frente a la sociedad. “lo esencial de la pena que nosotros los jueces, infligimos, no crean ustedes que consiste en castigar; trata de corregir, reformar, curar”.

Siguieron a esta ley, otras que de igual forma pretendieron responder a las manifestaciones de malestar y de inconformidad, producto de la exclusión que les tocaba padecer como resultado de su situación socioeconómica y que se traducían en conductas reprochables para los sectores incluidos y los dirigentes del gobierno.

Ley 98 de 1920, dispuso la creación de los juzgados y casas de reformas y de corrección para menores

La Ley 19 de 1920 introdujo reformas legales, con ella se crean los primeros juzgados de “menores infractores” entendiendo éstos como los mayores de 7 años y menores de 17 años, este juzgado debía conocer de los casos de abandono físico o moral, vagancia, prostitución o mendicidad. Se crean las casas de reforma y corrección de menores, estableciendo que no debían tener semejanza alguna a la cárcel o presidio.

La Ley 15 de 1923 facultó a las Asambleas Departamentales la creación de casas destinadas a la protección y corrección de varones menores de edad que se denominaron “casas de menores y escuelas de trabajo”, con sujeción a las orientaciones europeas y norteamericanas a las cuales irían los niños condenados a presidio o reclusión, prisión, arresto o trabajo en obras públicas, los niños infractores y los niños moral y físicamente abandonados. El principio para clasificarlos en los citados casos, sería el de la observación pedagógica, no el de la pena, ni el de la edad, lo que traducía en una imperiosa necesidad de reclusión de un sector de la infancia de la época (Pérez, P. Muñoz G. 1992: 159)

La Ley 95 de 1936 estableció que a los niños se les aplicarían medidas de seguridad y se entró a regular cada una de éstas. Al mayor de 14 y menor de 18 que incurriera en delito que acarreara pena de presidio, se le recluiría en un

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reformatorio por un período de 3 a 15 años, si a los 25 años no se había corregido, debía ser enviado a la penitenciaría correspondiente, en caso contrario se le aplicaría la libertad condicional.

Posteriormente la Ley 83 de 1946, llamada Ley Orgánica de la Defensa del Niño, establece que en cada capital del departamento debía haber un juez de menores quien conocería privativamente y en una sola instancia, las infracciones penales en que incurrieran los menores de 18 años o que se hallaran en estado de abandono o de peligro moral o físico esta ley señaló las medidas de protección aplicables a estos casos y creó la figura de promotor cuidador de menores.

En 1968 mediante la promulgación de la Ley 75 el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar como organismo encargado de la protección del menor con funcionamiento a nivel nacional, tiene entre sus funciones la asesoría técnica y financiera de las instituciones creadas para proteger a los menores de edad. La ley 7 de 1979 formula principios para la protección de la niñez, estableciendo el Sistema Nacional de Bienestar Familiar, y el Decreto-Ley 2737 de 1989 el Código del Menor, derogado por la Ley de Infancia y juventud.

Estas leyes traídas a este capítulo son solo un pequeño recuento de la forma como en Colombia nacieron y se fortalecieron las llamadas instituciones de protección de la infancia. Algunas con mucho apoyo por parte del gobierno.

Muñoz y Pachón (1991: 329-330) hacen referencia al surgimiento de las instituciones en el siglo XX en Colombia, más exactamente en la ciudad de Bogotá, señalando el contexto que favoreció su formación y sostenimiento:

“Las múltiples instituciones religiosas y privadas que existían para tal fin no daban abasto para atender toda la población necesitada. Ante este agudo problema, el Concejo se vio en la necesidad de crear en abril 1914, una sección dependiente de la Alcaldía que se denominó Oficina Municipal de Mendicidad, bajo la dirección de un médico o practicante designado por el alcalde. Sin embargo, esta oficina no logró coordinar las múltiples instituciones privadas encargadas del cuidado de niños y jóvenes desamparados”.

Eran tantas en la ciudad de Bogotá que en 1920 Agustín Nieto Caballero45 por un mandato expreso buscó la unificación y coordinación de

45 Agustín Nieto Caballero (1889-1975) Estudio derecho(Universidad de París) filosofía,

psicología y ciencias de la educación (Universidad de la Soborna) regresó a Colombia con el fin de darle un viraje a la educación con el fin de darle un viraje a la educación nacional, de tal manera que fuera concordante con las ideas de María Montessori y de Ovidio Decroly, según los

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todas las sociedades de caridad y beneficencia, apelando a la caridad y al buen corazón de las personas encargadas de éstas.

Algunas de las que mencionan Pachón y Muñoz (1991: 332-333) a las cuales se refirió el mencionado educador fueron:

Cuadro 4. Instituciones de beneficencia en Colombia

INSTITUCIONES DE BENEFICENCIA EN COLOMBIA

Gota de Leche

Sala- cuna Le suministra la dosis de leche necesaria para su desarrollo.

Acción de las Madres Católicas

Sala de Maternidad. El hospicio lleva al niño expósito al campo y lo asila hasta los 10 años.

Las escuelas de San Vicente, Circulo de Obreros y demás públicas

Dan instrucción gratis con apoyo de los restaurantes y las cajas escolares.

Hospital de la Misericordia En él el niño halla protección científica y albergue cariñoso para sus dolencias.

Dispensario Luís Montoya

Atiende los niños y niñas enfermas de la ciudad.

Asilos de San Antonio y San José

Colonias agrícolas y talleres gratuitos para niños.

Casa de Preservación

Protección de niñas

Casa Protectora de Niñas

Protección de niñas

Sindicato de la Aguja

Protección de niñas

Asociación de la Caridad

Protección de niñas

Unión Benéfica de Chapinero

Protección de niñas

Asilo de las Aguas

Protección de niñas

cuales «el niño está dotado de fuerzas suficientes para su auto educación» y la función del maestro consiste en fomentarle y facilitarle este camino . http://www.lablaa.org/blaavirtual/biografias/.

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Cuadro 4. Instituciones de beneficencia en Colombia INSTITUCIONES DE BENEFICENCIA EN COLOMBIA

Colonia de Santa Teresa

Protección de niñas

Asilo Lorenzo Cuellar (en construcción en ese momento)

Protección de niños

Oratorio Festivo

Juegos y entretenimientos los festivos para los hijos del pueblo.

Patronato de Presos

Cuida a los hijos de los presidiarios.

Club Noel

Reparte Juguetes y vestidos

Cajas Escolares

Reparte juguetes y vestidos

Asociación del Niño Jesús

Reparte juguetes y vestidos

Roperos de la Doctrina

Reparte vestidos

Dormitorio del Dr. Emilio Valenzuela

Recibe a toda hora a niños que buscan donde pasar la noche.

Casa de la caridad de la señorita Fonseca

Recibe a las niñas, con nobilísimo celo y con caridad.

Fuente: Reelaboración propia con datos tomados de Pachón y Muñoz (1991:333).

“Frente a este feliz derroche de sentimientos cristianos no hay razón para que un niño vague por las calles o duerma a la intemperie. Si esto ocurre, es por falta de unidad de acción” (Ibídem: 334)

Partiendo de esta lista, donde se cuentan veintidós instituciones dedicadas a la protección y a la caridad, es posible que expresiones como la anterior del doctor Nieto Caballero, no sean de extrañar, cualquier otro ciudadano hubiera podido expresarse de igual forma; si bien con una cantidad considerable de instituciones como la señalada anteriormente no se alcanza a resolver la problemática de la infancia, lo mejor era no seguir buscando más alternativas, sino la de unirse en un solo sentimiento cristiano para lograr solucionar el problema de la infancia en estado de pobreza de la ciudad de Bogotá.

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Precisamente de la ciudad de Bogotá se tiene un informe sobre uno de las instituciones de la División de Menores del Ministerio de Justicia (1962) presentado por Umaña Luna46 (1980: 208) jefe de la Rama técnica del Ministerio de Justicia, al Ministerio de Justicia y publicado posteriormente:

“En la tarde de hoy acompañado de dos profesores de la Facultad de Sociología de la Universidad Nacional, resolví iniciar la tarea que me señaló mediante un reconocimiento directo en la que, con el más cruel de los optimismos se viene denominando Alcaldía de Menores (“de la calle 12).

Entrar a hacer una descripción detallada de cuanto acabo de ver y oír (…y oler), sería tener la temeridad de buscar identificarme con el mejor de los maestros de de la novelística más humana.

En un patio pequeño, donde las alcantarillas están destapadas, en espantosa promiscuidad, niños de ocho a doce años con adolescentes de edad cercana a los dieciocho, dedicados a los juegos de carta y a los dados, echados como perros sobre el suelo, mientras unos llamados Vigilantes contemplan impasibles el espectáculo”. (Ibídem: 209).

“Que decir Ministro, [“de los dormitorios”] donde en camastros que no merecían los perros, llenos de piojos, de chinches, de pulgas…, durante la noche, en el sitio para un niño, se hacen colocar cinco, seis y hasta siete?

“La cocina junto a una cañería destapada, donde los propios niños preparan alimentos, con víveres de la peor calidad como si el Ministerio no destinara parte de sus dineros a las respectivas raciones” (Ibídem: 210).

Este informe se reproduce con la finalidad de ser contrastado con las leyes anteriormente mencionadas, donde se habla de instituciones de protección, tal es el caso de la Ley 98 de 1920, donde se dispuso la creación de las casas de reforma y corrección de menores, donde se resaltaba que éstas, no debían tener semejanza alguna a una cárcel o presidio, sin embargo, la realidad que se presentaba era muy diferente a lo que la ley enunciaba. Casos como este se han repetido en toda la historia de la jurisprudencia colombiana que hace relación a la infancia y la juventud.

46 Eduardo Umaña Luna (1931- 2008) Jurista, catedrático de varias universidades, entre

ellas, la Universidad Nacional y la Universidad libre de Colombia. Defensor de los Derechos Humanos y autor de varios libros, entre ellos El menor de edad (estructura legal y coyuntura social), Historia de la Violencia en Colombia, (tomo I y II) en compañía de Germán Guzmán Campo y Orlando Fals Borda, El Derecho, Camilo Vive, y otras.

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El problema de la infancia en Colombia, no fue un problema aislado de la ciudad de Bogotá, en todas la ciudades se revelaban casos de niños y niñas mendigando por las calles, trabajando y hasta realizando actos perturbadores de la tranquilidad de los y las ciudadanos-as, aunque no fueran todos actos que pudieran catalogarse como delictivos: “Un [“acto antisocial”], es aquello que el juez de menores define como acto antisocial” (García M. 1995: 6). Y es que para esa década el Juez tuvo toda la potestad para calificar la conducta de los niños y niñas, incluso la modificación del fallo si era su decisión. (Ley 98 de 1920).

Con el convencimiento de que los problemas de la infancia se resolvían exigiendo a padres y madres el cumplimiento de “sus deberes”, el gobierno Nacional a través de la ley 75 de 1968 promulgó una serie de normas que según su criterio respondería a los problemas de la familia y por ende los de los niños y niñas colombianas-os. En la exposición de motivos las partes interesadas en el proyecto, el Ministro de Justicia, Trabajo, Salud y Educación sustentaron la necesidad de velar por la responsabilidad familiar:“El gobierno considera que su propósito de fortalecer la unidad familiar y de lograr una paternidad realmente responsable, no se logra plenamente sin la creación de ciertas figuras penales, cuyo poder coetáneamente intimidatorio y preventivo ejerce saludable influencia sobre los destinatarios de la norma” (Echeverri P, 1984: 464).

Expuestos estos motivos se crea el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar con el objetivo de “Proveer la protección del menor y, en general, al mejoramiento de las familias colombianas”. Para esa época se pretendía pedir a la población en estado de pobreza que actuara responsablemente y cumpliera con las obligaciones con su familia. A una familia, que ni siquiera alcanzaba a cubrir un mínimo de sus necesidades básicas, ni alcanzaba a entender la razón por la cual se encontraba en esa situación. Se pretendía aplicar una ley con presupuestos intimidatorios, sin tener en cuenta la situación social de la población, leyes generales con igualdad en los postulados y en las sanciones a grupos humanos con diferentes situaciones sociales y económicas, es decir igualdad de sanciones en desigualdad de condiciones, situación que se mantiene en la actualidad.

Más tarde, con el Decreto número 2737 de noviembre 27 de 1989, se expide el Código del Menor, con los siguientes objetivos:

1. Consagrar los derechos fundamentales del menor. 2. Determinar los principios rectores que orientan las normas

de protección al menor, tanto para prevenir situaciones irregulares como para corregirlas.

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3. Definir las situaciones irregulares bajo las cuales pueda encontrarse el menor; origen, características y consecuencias de cada una de las situaciones.

4. Determinar las medidas que deben adoptarse con el fin de proteger al menor que se encuentra en situación irregular.

5. Señalar la competencia y los procedimientos para garantizar los derechos del menor.

6. Establecer y reestructurar los servicios encargados de proteger al menor que se encuentra en situación irregular, sin perjuicio de normas orgánicas y de funcionamiento que regulan el Sistema Nacional de Bienestar Familiar.”.

El llamado Código del Menor, estableció en la primera parte denominada, “De los menores en situación irregular” Titulo Primero, artículo 29: “El menor que se encuentre en algunas de las situaciones irregulares definidas en este Titulo, estará sujeto a las medidas de protección tanto preventivas como especiales, consagradas en el presente Código” y el articulo 30 explicó lo que se tendría como situación irregular.

Artículo 30: “Un menor se halla en situación irregular cuando:

1. Se encuentre en situación de abandono y peligro. 2. Carezca de la atención suficiente para la satisfacción de sus

necesidades básicas. 3. Su patrimonio se encuentre amenazado por quienes lo administren. 4. Haya sido autor o participe de una infracción penal. 5. Carezca de representante legal. 6. Presente deficiencia física, sensorial o mental. 7. Sea adicto a sustancias que produzcan dependencia o se encuentre

expuesto a caer en la adicción. 8. Sea trabajador en condiciones no autorizadas por la ley. 9. Se encuentre en una situación especial que atente contra sus derechos o

su integridad.

En estos dos artículos quedó plasmada la llamada situación irregular tan discutida por quienes han querido defender los derechos de los niños y niñas, por considerar que más que una doctrina que beneficia a la infancia, es una doctrina que la desconoce como sujeto de derecho y que estaba orientada a ser aplicada a una población en especial, y es a la población infantil en estado de exclusión, que es la que por las características de su situación se identifica con la denominada “situación irregular” definida por este artículo 30.

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Uno de los juristas que ha hecho aportes al tema, ha sido el doctor García Méndez47 (1999: 23), quien en uno de sus textos expresa su apreciación sobre la situación irregular “En pocas palabras, esta doctrina no significa otra cosa que legitimar una potencial acción judicial indiscriminada sobre niños y adolescentes en situación de dificultad.”

Diecisiete años más tarde, el llamado Código de Menores fue derogado por la Ley 1098 de noviembre 8 de 2006, por medio de la cual se expidió el Código de la Infancia y la Adolescencia, su nueva denominación es tomada como un avance en el reconocimiento de la niñez y la adolescencia como categorías sociales. Nuevos aportes y esperanzas aparecen en su texto, en el artículo 1º aparece su intencionalidad redactada de esta forma:

“Este Código tiene por finalidad garantizar a los niños, las niñas y los adolescentes su pleno desarrollo para que crezcan en el seno de la familia y de la comunidad, en un ambiente de felicidad, amor y comprensión. Prevalecerá el reconocimiento a la igualdad y la dignidad humana, sin discriminación alguna”.

Continuando con el artículo 7º se encuentra descrita la llamada protección integral:

“Se entiende por protección integral de los niños, niñas y adolescentes el reconocimiento como sujetos de derechos, la garantía y cumplimiento de los mismos, la prevención de su amenaza o vulneración y la seguridad de su restablecimiento inmediato en desarrollo del principio del interés superior.

La protección integral se materializa en el conjunto de políticas, planes, programas y acciones que se ejecuten en los ámbitos nacional, departamental, distrital y municipal con la correspondiente asignación de recursos financieros, físicos y humanos”.

A pesar, que esta Ley empezó a ser debatida desde mucho antes de su aprobación y que desde el momento de la presentación del anteproyecto se hablaba de la importancia de adecuar los lineamientos de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, a la nueva ley, lo que implicaba acabar con la dicotomía entre la CIDN y las normas del Código de Menores para cumplir con lo que debía ser un compromiso de justicia con la niñez y la

47 Abogado, ex investigador del Instituto Interregional de Naciones Unidas para la

Investigación sobre el Delito y la Justicia (UNICRI), Roma. Desde 1993 es Asesor Regional del Área de Derechos del Niño de la Oficina Regional de UNICEF para América Latina y El Caribe. Autor de varios libros sobre la Infancia en América Latina.

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juventud. Y que un acto de tal responsabilidad implicaba en primer lugar, concebir la idea de lo que era un, una infante, y en el caso de la propuesta, los adolescentes desde la percepción de seres humanos y ciudadanos con plenos derechos, para lo cual se considera necesario replantear los conceptos de las anteriores legislaciones. Pero este primer cambio no debe estar en los papeles, ni mucho menos en las leyes, sino en la mente de las personas, en la actitud y el compromiso con los y las involucradas.

Sin embargo, una cosa es lo que el entendimiento nos señale y otra la realidad de nuestro país, en el que este sentido no es posible cuando existe intereses contrapuestos. Para el caso de la nueva ley que en el artículo primero, señalado en este texto nos plantea:“Prevalecerá el reconocimiento a la igualdad y la dignidad humana, sin discriminación alguna”, está lejos de la realidad, cuando, por un lado se luchaba por implementar la nueva ley y por otro, no se iniciaba la cimentación de una política social contundente, dirigida a reconocer la igualdad y dignidad humana, en este caso de los niños y niñas de Colombia.

Los debates y el entonces interés por la aprobación de nueva Ley parecía apuntar más a la penalización de la infancia que hacia la recuperación de esta población vulnerable, sobre todo si se tiene en cuenta que a raíz de los problemas sociales por los que atraviesa el país en los cuales se han involucrado un considerable número de niños y niñas (guerrillas, narcotráfico, paramilitarismo, prostitución, etc.), es urgente una política de protección y recuperación de la infancia.

Expresiones como la de la presidenta del Congreso de la República (Senado de la República. 2006): “Otro avance importantes, es la creación de un sistema de responsabilidad penal para adolescentes, que permite tratar de manera adecuada y proporcional a los jóvenes entre 14 y 18 años; evitar que usados por redes criminales; y, lo más importante, restablecer sus vínculos con la sociedad, mediante la imposición de medidas pedagógicas especiales”.48. Dejan ver claramente la intencionalidad de la propuesta.

Esto unido a que, todo el tiempo en que transcurría el debate, no hubo ninguna manifestación de hacer realidad la propuesta sobre todo en cuanto a las medidas pedagógicas especiales, por cuanto al ser aprobada esta Ley tomó a los y las funcionarias con las manos atadas para poder implementar esta nueva legislación y con una problemática social alarmante. Como ejemplo se

48 El subrayado es de la autora de la investigación, con el cual se busca resaltar a

importancia que para este estamento tuvo la penalización como medio de resocialización, o como medida pedagógica. Y para llamar la atención a lo que sería la forma de tratar de manera adecuada y proporcional. A que? A la conducta censurable? Sin tener en cuenta su biografía, sin admitir la influencia de los “moldes socializadores”. (Valverde)

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toman algunas cifras aproximadas publicadas por la Procuraduría de la República (2007)

“Entre los meses de septiembre y octubre del año 2006 se encontraban con medida de ubicación en los principales centros de atención del país 4.480 menores de edad el 0.1% se encontraban entre las edades de 6 a 11 años, el 13.55% se encontraba entre los 12 a 14 años, el 77.8% entre los 15 y 17 años y finalmente el 1.6% menor de 18 años.

287 son analfabetas, 1.015 menores tienen primaria completa; 1.613 primaria incompleta, 138 tienen secundaria completa y 1.272 incompleta.

El 30 % son solteros; el 11% afirman ser casados, el 40% están en unión libre, menos del 1% se encuentran separados”.

Las cifras de éste organismo del Estado muestra una población carente de formación, que podría estar tratándose de niños y niñas pertenecientes a los sectores excluidos del país, y la poca o nula presencia de las políticas estatales en su favor, solo con respuestas paliativas sin ningún resultado, como lo muestra el citado informe de la Procuraduría de la República:

“Solo en los últimos cuatro años el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar ha gastado en la atención de los menores infractores más de ciento catorce mil millones de pesos, sin incluir los costos en que han incurrido los entes territoriales y el SENA, para este mismo cometido costos que no se compadecen ya que como se refleja del informe el 96% del total de menores ubicados con medida de internamiento; han reincidido en su conducta delictiva; más de 400 menores han ingresado a las instituciones en más de cuatro oportunidades, lo anterior refleja la sentida necesidad de hacer un replanteamiento de fondo de la atención de esta población”. (Procuraduría de la República, 2007).

La situación planteada, podría resaltar la preocupación del Procurador sobre la ineficacia en los programas de atención a la mencionada población, pero irónicamente lo hace en su discurso pronunciado con motivo de la entrada en vigencia del sistema de responsabilidad para adolescentes, libro II del Código de la Infancia y la adolescencia, que augura una continuación de las políticas con mayor tendencia a la represión y al control, con solo un cambio en el discurso.

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6.2.2 Instituciones de Protección en Cartagena

Cartagena no presenta una situación diferente a las de otras ciudades colombianas, en cuanto a su preocupación por la protección de su infancia, por lo tanto la historia se repite con solo pequeños contrastes que no hacen de este panorama, una situación diferente.

La historia de las instituciones de protección en Cartagena transcurre en forma similar, con la Iglesia Católica a la cabeza, apelando a la caridad pública, y con soluciones asistencialistas por parte del estado. A continuación se presenta un cuadro relacionando algunas de las instituciones instauradas a partir de 1.895, por la poca documentación archivada sobre el tema.

Cuadro 5. Instituciones de protección al menor en Cartagena.

AREA NOMBRE DIRECCIÓN FUNDACIÓN OBJETIVO CAPACIDAD

Menor Huérfano o abandonado

Hogar Juvenil San José

Playa de la Artillería

1.895

Promover a las jóvenes huérfanas en estado de abandono o moral para alcanzar un mejor funcionamiento social.

160 jóvenes del sexo femenino

Casa de Formación moral y preservación del menor

Patronato de La Sagrada Familia

Casa del Sargento Mayor

1.950

Protección física y moral a jóvenes afectados por problemas de desintegración familiar.

300 jóvenes del sexo femenino.

Menor Delincuente

Escuela Hogar el Buen Pastor

Barrio Daniel Lemaitre

1951

Prevención, rehabilitación y proyección a jóvenes que necesitan una educación especial a causa de su carácter, conducta y problemas sociales.

125 jóvenes del sexo femenino

Escuela Trabajo de Bolívar

Turbaco

1950

Prevención y rehabilitación a jóvenes con problemas de conductas familiares y sociales.

120 jóvenes del sexo masculino

Sala Cuna

Hogar del niño desamparado

Torices calle Guillermo Posada Nº 1377

1962

Protección a niños de padres tuberculosos que se encuentran hospitalizados.

40 niños de ambos sexos

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Cuadro 5. Instituciones de protección al menor en Cartagena.

AREA NOMBRE DIRECCIÓN FUNDACIÓN OBJETIVO CAPACIDAD Alberque

Albergue infantil Lomas del Rosario

Barrio Loamador Lomas el Rosario

1970

Brindar Servicio de albergue a niños cuyas madres trabajan fuera del hogar.

40 usuarios entre niños y niñas

Alberque Infantil I.C.B.F.

Olaya Herrera Sector Villa Olímpica

1972

Protección a niños y niñas cuyas madres trabajan fuera del hogar.

100 usuarios, entre niños y niñas

El Menor Enfermo

Casa del Niño

Barrio Bruselas calle Dionisio Vélez Torres

1947

Prestar servicio a niños y niñas cuyas madres trabajan fuera del hogar.

92 usuarios, entre niños y niñas

Sala de recuperación nutricional. I.C.B.F.

Barrio Olaya herrera sector Villa Olímpica

1957

Recuperación a niños y niñas en estado de desnutrición de 2º y 3º grado, sin patología agregada y bajo nivel económico

30 usuarios entre niños y niñas.

Escuela de Ciegos y sordomudos

Calle Real de Manga Nº 21-98

1957

Brindar educación especializada a menores afectados por problemas de este tipo de enfermedad.

200 usuarios, entre niños y niñas

Instituto de Rehabilitación Especializada El Rosario

Carretera de Turbaco

1970

Rehabilitación de niños y niñas con problemas de retardo mental, parálisis cerebral, problemas del lenguaje y aprendizaje

100 usuarios entre niños y niñas

Fuente: Elaboración propia.

Siguiendo esta relación, resaltamos la justificación de cada una de ellas. Para prestar protección a los niños huérfanos y abandonados se crea el Hogar Juvenil San José, la primera institución de la ciudad encaminada a proteger a las niñas. Pertenecía a la comunidad de Hermanas de La Presentación. Su objetivo era proteger a las jóvenes huérfanas en estado de abandono moral, darle capacitación para su desempeño en la sociedad. Ofrecían enseñanza primaria completa y formación en artes manuales.

Como requisitos de ingreso están la edad, ser mayor de 8 años, tener bajo nivel socioeconómico, ser huérfanas, y como requisito para mantenerse dentro de

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las instituciones se debía tener buena conducta y acatar con disciplina las normas de la institución, de lo contrario era retirado de ésta.

Otra institución de formación moral fue el patronato "La Sagrada Familia" de las Hermanas Terciarias Capuchinas. Esta institución se dedicaba a la protección física y moral de jóvenes con problemas de desintegración familiar; se les capacitaba en labores domésticas para luego ser empleadas en el desempeño de estas labores en casas de familia. Con el tiempo fueron ampliando sus servicios llegando a brindar enseñanza primaria completa y cursos de artes manuales. Tenían como requisito de ingreso: que la joven se encontrara en estado de abandono físico y moral por conflictos en el hogar, que tuvieran bajo nivel socioeconómico y certificado de buena salud.

La Escuela Hogar Buen Pastor: dirigida por religiosos. Su objetivo fue la rehabilitación y protección a jóvenes que necesitan atención especial a causa de su carácter, conducta, problemas familiares y sociales. Estaba ubicada en el municipio de Turbaco, bajo la dirección de los Hermanos Franciscanos. Esta institución funcionó con la asesoría técnica y financiera del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar.

Los requisitos que se tenían para ser admitidos eran: edad comprendida entre 13-16 años, que fueran remitidos por la sección de asistencia legal del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, que hayan cometido alguna falta contra la moral o hayan infringido la ley; tener certificado de buena salud. Los jóvenes recibían instrucción primaria y bachillerato hasta 4° año, aprendían además artes manuales y participaban en grupos sociales orientados por trabajadores sociales.

La Escuela de Trabajo de Bolívar tuvo como objetivo primordial proteger y rehabilitar al joven de sexo masculino que se encontraba en peligro moral, o presentara problemas de conducta. Los casos eran remitidos por la sección de asistencia legal del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar a través del Juzgado de Menores, encargado de decidir sobre la situación del niño. Además del personal administrativo prestaban sus servicios un psicólogo que una vez ingresado el niño hacía un estudio de las características de su personalidad y un trabajador social que establecía contactos con los familiares del niño.

Existían también albergues de protección para niños que por motivos de enfermedad o trabajo no podían ser atendidos por sus padres, como fueron:

El Hogar del Niño Desamparado "Lorencita Villegas de Santos": Su objetivo era proteger niños de ambos sexos, en edades de 2-10 años, hijos de padres tuberculosos que se encontraran hospitalizados. La duración del servicio

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estaba determinada por la recuperación del padre o que algún miembro de la familia se encontrara en disposición de atenderlo.

El albergue infantil Lomas El Rosario: Esta institución estuvo dirigida a proteger a los hijos de madres trabajadoras o que se encontraran física o mentalmente incapacitadas. (Domínguez, Oviedo y Montalvo; 1973: 30-49)

Estas y otras instituciones dirigidas en un principio por religiosas, buscaban cada una desde sus posibilidades y desde su comprensión de la problemática del niño, solucionar los efectos de ésta, según sus criterios.

Y es que la institucionalización fue realmente un clamor tanto de las autoridades como de la ciudadanía, como único medio para solucionar el problema de la pobreza de la infancia en Colombia. Cada vez que se agudizaba una situación que tuviera efectos sobre la sociedad, se recurría a las instituciones existentes, o se pretendía la creación de otra. En una nota del Diario de la Costa, periódico de Cartagena de Indias, del día 9 de Agosto de 1944, aparece la siguiente redacción: “Notable aumento existe hoy en la delincuencia infantil, el comandante primer jefe de la policía sugiere la necesidad de un reformatorio para esta población”. Esta y muchas otras peticiones aparecieron a través de los años solicitando la institucionalización de la problemática de la infancia y sin embargo ésta aún continúa a pesar de los esfuerzos por encerrarla.

Hoy la institucionalización no ha tenido muchas variaciones, aunque se hacen numerosos estudios y se evidencia que esta no es la verdadera respuesta a la problemática de la infancia, en Colombia se continúa dando una respuesta represiva bajo el velo del asistencialismo. La información recogida en las instituciones dentro de la investigación lleva pensar en una posible intencionalidad de cambio de parte de los y las profesionales que se encuentran en la dirección y organización de las instituciones, pero, sin una orientación clara y con escasa comprensión del problema, lo que se traduce en falta de un autentico compromiso con la población en referencia.

El nuevo paradigma de la protección integral, definido en el artículo séptimo del nuevo código (destacado en este capítulo), no ha sido tomado como una obligatoriedad, así como poca ha sido su comprensión, como se señaló anteriormente, se sigue en la retórica y la práctica no está orientada hacia un cambio razonable

En la interacción permanente con los grupos seleccionados de niños, niñas y que son vistos desde la perspectiva de “jóvenes trabajadores, en situación de calle o infractores”, se pudo establecer que estos y estas presentan una característica en común, que poco se tiene en cuenta para la comprensión del fenómeno social que da como resultado comportamientos no “esperados” por el

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resto de la sociedad. Esta población ha sido clasificada dependiendo del “escenario” donde se encuentren actuando, o padeciendo su drama.

La observación y el acompañamiento, permitió identificar el tronco común que unía las historias de estos y estas niños, niñas y jóvenes. Se trata de los mismos niños y niñas que se encuentran en diferente escenarios en un momento dado, un niño o niña trabajador (a) permanece una gran parte de su tiempo en la calle, y este mismo niño, niña por encontrarse en esas circunstancias donde se encuentran grupos de pares, con los que se hacen alianzas, que en un determinado momento les ayuda a reforzar una actitud ya sea desafiante, o simplemente de cooperación o compromiso, de acuerdo a su edad, puede darse el caso de verse envuelto en infracciones que lo llevan a convertirse en “menor infractor”, o el caso de quedarse a dormir en la calle compartiendo con quienes ha establecido una relación de compatibilidad.

Una de las situaciones que se encontró es la descrita en esta entrevista realizada a uno de los acudientes de un joven interno de Asomenores: “Glen (madrastra del joven) afirma que la noticia de la infracción cometida por su hijastro le produjo sorpresa ya que según ella: “John es un joven juicioso, voluntario que todo el mundo en la calle lo quiere”. Relata la señora que el joven a su llegada a la ciudad de Cartagena vendía dulces: “John realizó actividades como el vender dulces en los buses, servir de cobrador en una buseta de servicio público (esparrin49)”. PAS 300-1

Como este joven dedicado a una actividad (no trabajo50) donde podría ganarse algunas monedas, (que lo califica ante las instituciones como menor trabajador) puede verse envuelto en una situación tal que cambie la percepción de la institución sobre el niño o niña, no sobre su situación de exclusión. Existe una población numerosa de niños y niñas en nuestro país que viven situaciones similares.

49 El sparring es en el léxico de los conductores de buses, la persona que ayuda al

conductor, ubicado en la puerta del bus vocea la ruta a seguir por conductor y ayuda a los usuarios a subir rápidamente. Esta figura se crea por la competencia entre los transportadores para recoger el mayor número de pasajeros en el tiempo estipulado para ello.

50 Se hace la diferenciación porque los jóvenes no realizan trabajos estables, las faenas que realizan los joven implican toda clase de riesgos, desde los que atentan con su fisiología hasta los que atentan contra su dignidad, no tiene un remuneración, ni continuidad, ellos y ellas reciben un pago a cambio de su actividad que es inestable y generalmente sin la exigencia de ningún tipo de formación. Los niños y niñas denominados trabajadores en Colombia realizan acciones, que bien pueden ser denominadas “rebusque” realizados con la intención de ganarse la “buena voluntad” de las personas para que estas atendiendo a su conciencia les regalen algunas monedas. (limosna encubierta). No hay remuneración, no hay protección, y mucho menos seguridad social

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6.3. Percepción de la institución frente a la

problemática de los niños, niñas y jóvenes

Las Instituciones sociales (religiosas) y jurídicas en Colombia son las que han reglamentado las respuestas que desde su óptica debe dárseles a las situación en que se encuentran y atraviesan las niñas, los niños, y jóvenes a través de las distintas organizaciones creadas especialmente para este fin, dichas organizaciones son las denominadas “Instituciones de protección o de caridad”, de las que se ha venido hablando en párrafos anteriores.

Para una mayor organización de la atención a la problemática de la infancia en Colombia, se le ha dado una denominación a cada una de las situaciones en que se encuentre el niño, niña o joven al momento de recibir la atención por parte del Estado o de sus figuras legales instituidas para tal fin.

Es realmente preocupante que las personas encomendadas para trabajar con los niños, niñas y jóvenes en situación de exclusión social tengan poco conocimiento sobre problema de la infancia en Cartagena y trabajen haciendo razonamientos desde espontaneidad o desde la espiritualidad, sin llegar a una reflexión crítica que realmente aporte su mínima comprensión. Esto ha permitido la creación de un sin número de instituciones que alegremente realicen programas de asistencia social haciéndose cómplices de la falta de una política clara y estable de la infancia en este país.

6.3.1. Niños, niñas y jóvenes trabajadores:

En Colombia sería realmente difícil determinar cuál es la población infantil trabajadora porque en su gran mayoría no son trabajadores son explotados, limosneros, realizan canjes de prestación de servicio por alimentos o comidas, no tiene una actividad económica digna que les produzca un placer y les permita realizar las actividades necesarias para su desarrollo integral.

De acuerdo a la caracterización que se ha realizado de la población objeto de este estudio, los niños, niñas y adolescentes que se vinculan a actividades productivas vienen de familias que no han tenido acceso al mercado laboral y por lo tanto los ingresos que logran obtener a través de trabajos no calificados no

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alcanzan a satisfacer las necesidades básicas de sus miembros lo que los ha llevado a que desde temprana edad niños y niñas se ven en la necesidad de convertirse en proveedores de recursos ganándose así un reconocimiento en la familia. Si nos damos cuenta día a día crece el número de niños, niñas y jóvenes rebuscándose en las calles como vendedores de dulces, galletas, agua, lavando los vidrios de los carros, ejerciendo labores domesticas con otras familias, etc. Estas actividades les exigen un gran tiempo en la calle no solo expuestos a tener accidentes que ponen en riesgo su integridad física, sino también a ser utilizados por personas mayores inescrupulosas para actividades ilícitas como la venta de drogas y muchas veces expuesto a actos denigrantes, que ponen en riesgo su desarrollo armónico e integral. El “rebusque” desde temprana edad se constituye la mayoría de las veces en un reproductor de adultos poco preparados para realizar trabajos que requieran de capacitación, porque la mayor parte de niños, niñas y adolescentes que realizan actividades se ven en la necesidad de abandonar la escuela por no poder cumplir la doble jornada o porque la dedicación a la faena no le permite dedicar tiempo a su estudio, ni la posibilidad de responder a las exigencias de la escuela, lo que las-os hace sentir en desventaja ante los demás estudiantes e incapaces ante ellos mismos. Esta deserción y los pocos éxitos en el estudio hacen que sus aspiraciones y metas estén acordes con la percepción que tienen de ellos. De esta forma lo expresan dos niños entrevistados.

“me iba bien en el colegio, me sé un poquito de cada materia aunque no me las sé todas”.

“mi papá siempre me ha dicho… aunque yo sé que eso no da nada bueno… que sea chofer y a mí me gusta” ( NHSD 503).

Del trabajo infantil se ha dicho que: “…es toda actividad física o mental, remunerada o no, dedicada a la producción, comercialización, transformación, venta o distribución de bienes o servicios, realizada en forma independiente o al servicio de otra persona natural o jurídica, (…) por personas menores de 18 años de edad” (OIT/IPEC .2003:24).

El Código de la Infancia y Adolescencia en el artículo 35 describe la edad mínima de admisión al trabajo y derecho a la protección laboral de los adolescentes autorizados para trabajar:

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“La edad mínima de admisión al trabajo es de quince (15) años. Para trabajar, los adolescentes entre 15 y 17 años requieren la respectiva autorización expedida por el Inspector de Trabajo o en su defecto por el Ente Territorial Local y gozará de las protecciones laborales consagradas en el régimen laboral Colombiano, las normas que lo complementan, los tratados y convenios internacionales ratificados por Colombia, La Constitución Política y los derechos y garantías consagrados en este Código. Los adolescentes autorizados para trabajar tienen derecho a la formación y especialización que los habilite para ejercer libremente una ocupación, arte, oficio o profesión y a recibirla durante el ejercicio de su actividad laboral. Parágrafo. Excepcionalmente los niños, niñas y menores de 15 años podrán recibir autorización de la Inspección de Trabajo o en su defecto del Ente territorial Local, para desempeñar actividades remuneradas de tipo artístico, cultural, recreativo, y deportivo. La autorización establecerá el número de horas máximas y prescribirá las condiciones en que esta actividad debe llevarse a cabo. En ningún caso el permiso excederá las catorce (14) horas semanales.

Art. 20 del: “Derechos de protección. Los niños, las niñas y los adolescentes serán protegidos contra (…) [el] trabajo que por su naturaleza o por las condiciones en que se lleva a cabo es probable que pueda afectar la salud, la integridad y la seguridad o impedir el derecho a la educación (…) [y las] peores formas de trabajo infantil, conforme al Convenio182 de la OIT.”

Es necesario aclarar de cara a los lineamientos de la OIT establecidos en el Convenio 182 de 1999 de la OIT, que fue adoptado mediante la ley 704 de 2001, declarado exequible por la Corte Constitucional en 2002 y ratificado por el Gobierno de Colombia en 2005, según el cual de las PFTI51 hay que prevenir y apartar a todo niño o niña menor de 18 años. El artículo tercero de este convenio establece cuales son las PFTI:

“Para los efectos del presente Convenio, la expresión las peores formas de trabajo infantil abarca:

a) todas las formas de esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, como la venta y el tráfico de niños, la servidumbre por deudas y la condición de siervo, y el trabajo forzoso u obligatorio, incluido el reclutamiento forzoso u obligatorio de niños para utilizarlos en conflictos armados;

51 PFTI Peores Formas de Trabajo infantil.

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b) la utilización, el reclutamiento o la oferta de niños para la prostitución, la producción de pornografía o actuaciones pornográficas; c) la utilización, el reclutamiento o la oferta de niños para la realización de actividades ilícitas, en particular la producción y el tráfico de estupefacientes, tal como se definen en los tratados internacionales pertinentes, y d) el trabajo que, por su naturaleza o por las condiciones en que se lleva a cabo, es probable que dañe la salud, la seguridad o la moralidad de los niños”

En el artículo siete del mismo convenio se establece:

“1. Todo Miembro deberá adoptar cuantas medidas sean necesarias para garantizar la aplicación y el cumplimiento efectivos de las disposiciones por las que se dé efecto al presente Convenio, incluidos el establecimiento y la aplicación de sanciones penales o, según proceda, de otra índole. 2. Todo Miembro deberá adoptar, teniendo en cuenta la importancia de la educación para la eliminación del trabajo infantil, medidas efectivas y en un plazo determinado con el fin de: a) impedir la ocupación de niños en las peores formas de trabajo infantil; b) prestar la asistencia directa necesaria y adecuada para librar a los niños de las peores formas de trabajo infantil y asegurar su rehabilitación e inserción social; c) asegurar a todos los niños que hayan sido librados de las peores formas de trabajo infantil el acceso a la enseñanza básica gratuita y, cuando sea posible y adecuado, a la formación profesional; d) identificar a los niños que están particularmente expuestos a riesgos y entrar en contacto directo con ellos, y e) Tener en cuenta la situación particular de las niñas”.

Como ya se había mencionado anteriormente este convenio fue declarado exequible por la Corte Constitucional en 2002 y ratificado por Colombia en 2005, lo anterior implica que ingresó debidamente al bloque constitucional y por lo tanto tiene la misma fuerza de Ley que los otros artículos de la Constitución Nacional. Frente a una normatividad como la anterior que plantea las implicaciones de un trabajo o actividad realizadas por niños, niñas y jóvenes y la protección necesaria para esta clase de actividades, debía establecerse unas directrices serias que tuvieran una incidencia real frente al problema, sin embargo en Colombia, país que hace parte de los convenios, ninguna de las manifestaciones de la problemática de la exclusión de la infancia ha tenido una reflexión seria y una respuesta definitiva o que mínimamente reduzca la ocupación infantil en actividades riesgosas.

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Con relación al trabajo infantil, Colombia tiene una amplia legislación nacional además de los convenios internacionales, pero está lejos de la erradicación o reducción de esta forma de manifestación del problema de la exclusión social. En el documento Estrategia Nacional para Prevenir y Erradicar las Peores Formas de Trabajo Infantil y Proteger al Joven Trabajador 2008-2015 (s.f.:21) redactado por Comité Interinstitucional Nacional de Erradicación del Trabajo Infantil y Protección del Joven Trabajador, se hace una amplia explicación del trabajo infantil y sus consecuencias, se retoma el informe realizado por la Universidad Nacional, “Informe sobre las acciones realizadas en desarrollo del Convenio Interadministrativo 047 de 2005, con el MPS” que muestra la cara del trabajo infantil al señalarlo como: “(…) es expresión de un problema estructural de las sociedades ligado a las condiciones de pobreza, desigualdad, exclusión social e inequidad entre otros factores de naturaleza económica, política, cultural y de organización social de la producción, a las cuales, para el contexto colombiano, se debe adicionar las particularidades propias como el conflicto armado interno, el desplazamiento y la concepción socialmente construida de niñez y adolescencia”. A pesar de sustentar su estrategia metodológica en afirmaciones como la anterior, el Comité propone unas acciones aisladas de la realidad y de los actores los que solo aparecen en el proceso de terminación de una estrategia supuestamente “para ellos” diseñada desde los y las profesionales encargados de: “(…) sacar de las peores formas de trabajo infantil a los niños, niñas y adolescentes y llevarlos al servicio educativo y al resto de espacios de desarrollo, y acercar a sus familias la oferta de servicios sociales que permitan que sus menores de edad se alejen definitivamente de las peores formas de trabajo infantil” (Ibídem: 21). Acciones como estas continúan en la presunción de incapacidad de las personas para comprender sus problemas, para hablar de ellos, y buscar soluciones conjuntas:

“Es recomendable para esto contar con la opinión de NNA y sus familias y saber que les atrae, que les aburre de nuestros programas, etc., y hacer lluvias de ideas para descubrir nuevas alternativas. Y, por supuesto, siempre es recomendable investigar que se ha hecho en otros países semejantes, como los de América Latina”(Ibidem: 80).

La participación de los actores no debe darse con una simple opinión de lo que les puede atraer o no de un programa, eso sería una seudo participación, confiar en las capacidades de las personas para acercase al conocimiento de sus problemas hace parte de la solución, es la primera acción pedagógica con la que debe iniciar cualquier propuesta de inclusión social.

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Con el interés de obtener información de cómo percibía la situación y cuál era la metodología de trabajo que se utilizaba la institución que se ocupa de la problemática de los niños, niñas y jóvenes trabajadores de Cartagena de Indias, se interrogó a una de las trabajadoras administrativas sobre el programa y su proyección a la comunidad:

“En el área de participación hay varias actividades ¿cierto? Tiene toda la parte esa que es los talleres, ehh... las actividades de formación en proyección a la comunidad, son todas aquellas acciones que vayan encaminadas a estimular la participación del joven como persona dentro del grupo social. Bueno nosotros trabajamos con ellos una historia.... en la que reconocemos todas sus áreas, su estado social y ahí está la parte de a que se dedican ellos, cual es su grupo de pares, que actividades desarrollan, ahí viene la parte esa de participación en la comunidad; porque si pertenecen generalmente al equipo de micro del barrio o de un barrio vecino hay estamos trabajando como es su participación en la comunidad; nosotras lo que hacemos básicamente es conocer al joven en su familia, en su medio laboral y orientarlo a elaborar su proyecto de vida. Entonces por eso no miramos las 4 áreas en la que ellos están en la parte familiar, como está en la socialización con su grupo de pares, mirando eso nosotros elaboramos un diagnóstico con toda la información y todos los profesionales que intervienen y a partir de eso le orientamos para que el elabore su proyecto de vida, su propio proyecto de vida. Dentro de los requisitos para vincularse a la institución el joven debe tener la edad, que este entre 12 y antes de cumplir los 18 años y que este trabajando, la atención es de 6 meses indistintamente que haya cumplido los 18 años, la medida de protección es de 6 meses nada más. La Institución dentro de su función quiere cumplir con una medida de protección al joven trabajador y el objetivo es proporcionarle a este joven trabajador una orientación de que retome su... proyecto de vida de acuerdo a la protección de derecho que ellos tienen, derecho a recibir respeto aún siendo joven trabajador. Lo que se busca es eso orientarlo a él, que aún siendo joven trabajador el mismo reconozca sus derechos y los haga respetar y se los respete así mismo. Entonces lo que nosotros buscamos es oriéntalos a ellos, ese es el objetivo de la Institución. Eso se estipula según la Ley en un tiempo de 6 meses en el que podemos nosotros hacer que él retome todo eso. Acá en la ciudad no tenemos relación con instituciones que atiendan este tipo de problemática, vamos a empezar un trabajo con los jóvenes que están.... en las cadenas de almacenes, pero lo vamos a empezar, a penas se diálogo al respecto, no te puedo decir que lo estamos haciendo”.

El análisis realizado al contenido de esta disertación, denota la poca conciencia sobre el tema, lo que no permite la elaboración de proyectos

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acordes con las verdaderas necesidades del niño o de la niña, pensar que un problema como la exclusión social, manifestada en la población infantil como niñez trabajadora, puede ser abordada desde la ocupación del tiempo o de la “orientación personal” es estar muy por fuera de la realidad, ignorarla o simplemente responder con el paternalismo52 ingenuo que solo contribuye a perpetuar la situación de exclusión. 6.3.2. Niños, Niñas y Jóvenes en Situación de

calle

La calle y sus diversos lugares como, los puentes, los andenes, los parques se han constituido en lugares de refugio de los niños y niñas, que por circunstancias externas a su voluntad se ven en la imperiosa necesidad de abandonar el lugar donde permanecían, haciendo: “de la calle su hábitat principal y desarrollan en ella estrategias de supervivencia, hecho que los expone a distintos tipos de riesgos” (Forselledo, 2001:49). Definir la situación de los niños y niñas que abandonan el lugar donde han permanecido sus primeros años de vida, o los y las que frecuentan la calle sin haber roto lazos definitivos con su grupo primario, se ha convertido en un preocupación en el sentido de no querer rotularlos como “de la calle” porque no pertenecen a la calle, ellos y ellas “están, permanecen o convierten” la calle en su contexto. No es solo una calle, son varias, hacen un recorrido por diversas calles, diversas ciudades dependiendo del clima del paisaje, del turismo y de la persecución que los ahuyenta y los hace elegir otro lugar donde camuflarse. Son niños y niñas que afrontan la vida como adultos, se enfrentan a los riesgos de un mundo de drogas, prostitución, atracos y todas formas de conducta criminal. ¿Porqué estos niños y niñas han elegido vivir en estos ambientes a continuar viviendo su vida anterior? No hay una respuesta son múltiples como múltiples son ellos y ellas, cada una-o tiene una respuesta, ha vivido situaciones diferentes con actores diferentes. El Estado, la sociedad civil, los diferentes cultos han coincidido en que la respuesta al problema de la infancia que frecuenta las calles de las diferentes ciudades de Colombia, es la protección desde la institucionalización. En Colombia

52 El paternalismo es la negación de las capacidades del ser humano para

autodeterminarse, Savater hace referencia al paternalismo como actitud intencionada del Estado. “Pero los Estados suelen ofrecerse solícitamente para dispensar a los ciudadanos de su pesada carga de su autonomía. Su lema es “yo te guiaré: confía en mí y te diré lo que debes comer y beber, lo que debes leer, los programas de televisión que debes ver, cuanto debes gastar en el juego, qué debes hacer con tu cuerpo, etc.” (2007:54)

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actualmente hay un sin número de instituciones que tiene como objetivo brindar protección a esta población. En párrafos anteriores se ha hecho referencia a la respuesta institucional desde la colonia y aún se mantiene con algunos ligeros cambios, pero persiste en el sueño del capitalismo. En palabras de Foucault (1990:203):“(…) se impone a los excluidos la táctica de las disciplinas individualizantes; y, de otra parte, la universalidad de los controles disciplinarios permite marcar quien es “leproso” y hacer jugar con él los mecanismos dualistas de la exclusión”. Estas son los criterios que se utilizaron y que llegaron para quedarse en un sistema que busca disciplinar a la sociedad sin cambiar su estructura económica y política. En el año 2006, El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) realizó un directorio de estas instituciones: “Directorio de instituciones para niños, niñas y adolescentes en situación de calle”, en 16 ciudades de Colombia y en el cual aparecen 206 instituciones registradas. En la ciudad de Cartagena se encuentran registradas seis instituciones legalmente reconocidas por el ICBF. El objetivo de estas instituciones planteado en forma diferente en cada institución es la protección integral, la formación en valores, la resocialización, formulados con la intencionalidad de devolver a la sociedad una o un ciudadano conocedor de sus derechos y obligaciones. Se resume las respuestas de los directores y personal administrativo de las instituciones, que trabajan en Cartagena de Indias, con los niños y niñas que se encuentran en las calles de la ciudad, frente a la pregunta sobre los objetivos de estas instituciones:

“Son proteger, re socializar a los niños que tiene antecedentes de socialización callejera, brindándoles en el hogar de protección La Casita toda la atención, educación integral, donde son atendidos con por un equipo interdisciplinario” (DFV400-1). “(…) Bueno eh dentro del la Institución el objetivo básico y primordial es la recuperación y socialización de los niños de la calle. ¿Qué entiende por recuperación? Es… es sacar del mundo callejero a los niños, traerlos a nuestra Institución, programarlos en los procesos y devolverlo nuevamente a la sociedad. (DNP001-1).

Las anteriores respuestas, muestran un discurso que realmente nada tiene que ver con la realidad del problema. La intencionalidad de

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la tan mencionada “resocialización”, solo señala el etnocentrismo53 de las instituciones, que evita ver al otro desde su percepción o desde su vida, lo ve solo desde sus normas y valores institucionales. Es así como niegan la realidad que le corresponde vivir a los niños y niñas que viven en los estados de miseria y trabajan solícitamente en someterlos a los parámetros de la normalidad. 6.3.3 Niños, Niñas y Jóvenes frente a la ley penal

El actual Código de la Infancia y de la adolescencia, en el libro segundo título I, denominado “Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes y otras Disposiciones”, puntualiza en sus artículos 39, 40 y 41 el contenido de este sistema:

“Artículo 139: El Sistema de Responsabilidad Penal para adolescentes es el conjunto de principios, normas, procedimientos, autoridades judiciales especializadas y entes administrativos que rigen o interviene en la investigación o juzgamiento de delitos cometidos por personas que tengan entre catorce (14) y dieciocho (18) años al momento de cometer el hecho punible. Artículo 140: En materia de responsabilidad penal para adolescentes tanto el proceso como para las medidas que se tomen son de carácter pedagógico, específico y diferenciado respecto del sistema de adultos, conforme a la protección integral. El proceso deberá garantizar la justicia restaurativa, la verdad y la reparación del daño. En caso de conflictos normativos entre las disposiciones de esta ley y otras leyes, así como para todo efecto hermenéutico, las autoridades judiciales deberán siempre privilegiar el interés superior del niño y orientarse por los principios de la protección integral, así como los pedagógicos, específicos y diferenciados que rigen este sistema. Parágrafo, en ningún caso, la protección integral puede servir de excusa para violar los derechos y garantías de los niños, las niñas y adolescentes”. Artículo 141: Los principios y definiciones consagrados en la Constitución Política, en los instrumentos internacionales de Derechos Humanos y en la presente ley se aplicarán en el Sistema de Responsabilidad para Adolescentes”.

53 Los socializados, que no necesitan de resocialización, son aquellas personas que cumplen las normas establecidas por los grupos de poder para mantener en orden la sociedad.

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Esta nueva normativa con relación a los y las adolescentes representa un cambio en cuanto a implementar un sistema que incluye toda un administración de justicia en torno a cualquier acto cometido por un adolescente que este sancionado penalmente. En el artículo 151 este Código hace referencia al debido proceso y a las garantías procesales, lo que le quita la omnipotencia al juez de menores para darle paso al derecho de ser oído y defendido en juicio. Si bien jurídicamente esto debe entenderse como un gran adelanto en cuanto a las leyes de la infancia y de la adolescencia se refiere, sería prudente revisar en las políticas sociales de la infancia lo que hace referencia a quienes se conduce precisamente a juicio, realmente no es a un adolescente “en conflicto con la ley penal” es un adolescente que tiene conflictos con unas normas lejanas a su realidad, lo que equivaldría a decir que son las normas las que se aplican fuera de contexto. En Cartagena de Indias se ha creado una institución que tiene como objetivo primordial: “Trabajar con perspectiva garantizada de derechos en todas las áreas y en igualdad de oportunidades, con el fin último del reintegro de los muchachos a sus familias” y como visión: Brindar atención a niños y jóvenes desde los 12 hasta los 17 años, o hasta los 21 si ya están en el programa, y según la ley que sean autores o participes de infracciones a la ley penal remitidos por la autoridad competente. Nuestras acciones están sustentadas en la declaración de los derechos de la niñez, garantizando su efectividad a través de una atención integral” (Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (2007: 116). Llama la atención que siendo una institución que tiene como misión trabajar con niños, niñas y jóvenes autores o participes de infracciones, esta institución se encuentra en el directorio realizado por ICBF.,54 titulado: “Directorio de instituciones para niños, niñas y adolescentes en situación de calle”. Lo anterior puede interpretarse como si ambas situaciones tuvieran la misma respuesta proteccionista sin existir una real claridad de las problemáticas de la infancia dando sólo prioridad al encierro como alternativa al problema de una infancia que avergüenza a la sociedad, o que la institucionalización realmente es la respuesta a las manifestaciones de la exclusión social. Sustentar las “acciones” dentro del discurso de los derechos de la infancia, es una respuesta ajustada a las nuevas tendencias y a todos los discursos después de la Convención Internacional de los Derechos del Niño, que aporta la integración de todos los derechos, civiles, culturales, económicos, políticos y sociales.

Desafortunadamente no puede haber un cambio real en la gestión de un proyecto, basado en el discurso de reconocimiento de los derechos de infancia, cuando se pretende trabajar con adolescentes que son vistos como infractores y que se

54 Instituto Colombiano de Bienestar Familiar.

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encuentran en situaciones de deterioro causadas precisamente por la violación de los derechos de niños y niñas. Reconocer que los y las adolescentes que se encuentran en las instituciones de protección por haber realizado una conducta punible, son de los sectores excluidos de la ciudad y que esa es precisamente la razón por la que se encuentran en conflicto con los intereses de la sociedad, no es la solución del problema, y mucho menos pretender que con acciones guiadas con una intencionalidad mas adaptadora que de respeto por su categoría de humanos, pueda darse respuesta a una problemática tan urgente como es la de reconocer a todos los niños y niñas sus derechos como una medida preventiva a las conductas delictivas:

“(…) 401 de los que ingresaron en el 2007 habitaban en la Localidad de la Virgen, antes conocida como Zona Sur Oriental, donde se encuentra la mayoría de los barrios más deprimidos de Cartagena.” (Red de Gestores Sociales, citado en Revista Cambio 2008:1). “Muchos de ellos provienen de pandillas que se mueven en sectores marginales de Cartagena –dice la directora de Asomenores- Estamos recibiendo jóvenes con alto grado de agresividad, conducta asociada con el consumo de alucinógenos y severos trastornos de personalidad". Estudios sobre el tema indican que el 80% de los miembros de las pandillas son menores de 16 años” (Revista Cambio, 2008:2).

Ante estas afirmaciones la respuesta deberá ser más coherente con lo señalado por la directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar:

“Desde ahora la infancia contará con una protección integral, entendida como el reconocimiento de los niños, niñas y adolescentes como sujetos de derechos, el cumplimiento y la garantía de los mismos, la prevención de su amenaza o vulneración y la seguridad de su restablecimiento inmediato, en desarrollo del principio del interés superior”(Directora del ICBF. al Diario El Universal, 8 de Mayo del 2007).

La institución Asomenores fue creada en el año 1991, para dar respuesta a la problemática de la infancia infractora y contraventora en la Ciudad de Cartagena, bajo los Lineamientos Generales para la atención al “menor

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contraventor” y al “menor infractor”55 establecidos desde el Código del Menor (1989). Desde ese momento la institución ha sido la única de la ciudad que trabaja esa problemática. En 1991 reportaron 142 ingresos y en el 2003 ya había 529 niños en la institución:

“La directora de Asomenores asegura que en los últimos cinco años, la cifra de casos conocidos de menores infractores se ha incrementado en un 200%. En el año 2000 se recibieron 375 niños y jóvenes menores de 18 años y en 2005 la población aumentó a 900. Con las mujeres también se ha presentado un preocupante incremento. En 2004 Asomenores recibió a 22 niñas y adolescentes y en al año siguiente acogió 36 casos. En general, en 2005 el 84% de los menores que llegaron a la institución tenía entre quince y diecisiete y el 14% estaba entre los doce y catorce años” (Diario El Universal, 25 de Marzo de 2006)..

El aumento permanente del número de adolescentes infractores y sus constantes fugas de la institución, sustentan que el trabajo “preventivo” que se realiza en las instituciones de protección no está dando los resultados propuestos, puede estar señalando precisamente lo contrario, que estos programas no están respondiendo a la pretendida socialización o adaptación a la sociedad, el adolescente se adapta al medio al que pertenece y el encierro solo reafirma su condición de exclusión social. La respuesta no puede darse desde la ilusión de un mundo disciplinado, donde el adolescente es el elemento perturbador de la disciplina social y por lo tanto sobre él cae la acción represiva, aunque con un discurso benevolente pensado para él y no con él, y sin ninguna intervención sobre el verdadero perturbador de la conducta: su contexto, las profundas carencias ambientales que afectan la vida de los y las jóvenes que se encuentran inmersos en él con las múltiples consecuencias que de ella se desprenden, tales como la imposibilidad del desarrollo de sus potencialidades individuales a nivel cognitivo, emocional y social, hasta la pérdida de expectativas de futuro. Valverde M. (1991:47) Consultada la directora de Asomenores sobre el proceso atención a los y las jóvenes se obtuvo la siguiente respuesta:

“Es un proceso integral que está basado en la garantía a los derechos fundamentales, todos en el marco constitucional y en el código del

5555 Antes de la aparición del Código de la Infancia y adolescencia.

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menor56, todas las acciones que se dan están basada en lograr los más altos estándares de calidad en cada uno de estos derechos a través de relaciones puntuales con un equipo de profesionales bastante completo, un equipo administrativo, un personal de apoyo y un equipo operativo” ( DAS300-1).

Sin embargo en la entrevista deja claro la concepción que la institución tiene de la problemática:

“(…) sabemos que hay algunos elementos de tipo político, estructural que no podemos empezar a cambiar a gran nivel pero sí podemos ir cambiando la estructura de pensamiento de la familia, los factores culturales que están afectando y que están dando origen, nosotros tratamos de que toda la visión de intervención sea básicamente holística, ecológica, medio ambiental queremos no solamente puntualizar en los menores que ya están definidos sino que estamos tratando de que la institución también tenga carácter preventivo en las acciones que se haga no solamente se beneficien la población que esta ya enferma sino que de alguna forman puedan mejorar las habilidades familiares, los vecinos, los amigos que conlleven en algo a mejorar la problemática a nivel global” 57 ( DAS300-1).

Siempre habrá algo que cambiar, la familia, la cultura barrial, los vecinos, todo lo que pueda asegurar que estas personas entiendan que su problema es de inadaptación y que deben reconocer la intervención institucional, esto ayuda a llevar su carga producto de la exclusión social, sin perturbar la seguridad de los incluidos. En este breve recorrido por la institucionalidad se han presentado elementos que confirman cómo la respuesta institucional iniciada siglos atrás, hoy en la primera década del siglo XXI, no ha dado respuesta alguna a los problemas de la infancia, por el contrario ante los ojos de todo el país, la situación de la infancia desmejora y parece no tener una salida digna. Las noticias de los diarios parecen ser las mismas de años anteriores solo que las cifras son mayores, lo que indica una falta de voluntad política para crear una verdadera y eficaz política de infancia, que le asegure a niños, niñas y adolescentes un presente con derecho a todos los derechos que los humanos tenemos por nuestra condición de humanos.

56 No había entrado en vigencia el Código de la Infancia y adolescencia, pero se había

iniciado el cambio de discurso en cuanto a atender las direcciones de la Convención Internacional de los Derechos del Niño.

57 Las negrillas son de la autora con el propósito de resaltar las palabras que en el discurso señalan la concepción estigmatizadora y eminentemente terapéutica de la institución.

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6.4. Percepción y respuesta del niño, niña y joven ante

la institucionalidad. Partiendo de la percepción institucional señalada anteriormente, podemos identificar una directriz en el planteamiento de sus directivos y de trabajadores; que los niños, niñas y adolescentes pertenecientes a los sectores más deprimidos de la ciudad, deben ser atendidos en las instituciones, denominadas de protección y desde allí en una labor bastante filantrópica tratar de enmendar las conductas perturbadoras de la tranquilidad social. En esta investigación se ha resaltado que la fragmentación del problema, no permitirá plantear una respuesta definitiva a las carencias de los niños, niñas y jóvenes excluidos, sin embargo para una mejor comprensión del contexto donde se encontraba la población con la que se interactúo, se han organizado los fragmentos de las conversaciones desde las distintas respuestas institucionales. La institución y todo su discurso proteccionista logra penetrar en la conciencia de niños y niñas, que desde su situación de precariedad ven en quien anula su condición de sujeto, la figura salvadora sin la cual su situación podría ser peor. Los y las más resistentes a someter su condición humana, sin tener la posibilidad de entender su situación de exclusión, ni la de ser sujetos de derechos son capaces de expresar su inconformidad frente a experiencias que produjeron sensaciones de maltrato. 6.4.1 Niños, niñas y jóvenes trabajadores

“Cuando vivía con él no tenía plata para estudiar… a los dos años de estar trabajando con él fue que empecé a estudiar hice el 6° y 7”

El “rebusque” como actividad para obtener algunas monedas, no es una elección por placer, son las múltiples carencias la que llevan a estos niños y niñas a buscar una forma de satisfacer mínimamente sus necesidades. En Cartagena no hay un proyecto que lidere un movimiento a favor de este grupo de jóvenes, el Hogar Juvenil Santo Domingo Sabio ha sido la institución que realiza actividades con un grupo de niñas y niños, que asisten a

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esta institución, se presta el servicio de comedor a medio día y se hacen actividades recreativas en el resto de la tarde. Aunque muchas personas especulan sobre las actividades de rebusque que realiza este segmento de la población, sobre todo en lo que toca a la familia, cuando se dice que son los padres quienes envían a trabajar a sus hijos e hijas, si bien esto puede suceder, también es cierto que muchas veces esta decisión la tomaron ellos y ellas para apoyar la economía familiar, colaborar con los alimentos de sus padres y hermanos, lo que indica que asumen con madurez su responsabilidad dejando atrás un período de su infancia para convertirse dentro de su familia, en los pequeños-as proveedores de las migajas que logran conseguir con tareas indignas acompañadas de los riesgos que conlleva su permanencia en lugares concurridos por adultos donde proliferaran los vicios, atracos, explotación, y toda clase de conductas que atentan contra su normal desarrollo:

“No me gustaría dejar de trabajar, porque con el trabajo ayudo a mi mamá, porque si no hago nada mi mamá no tiene para comprar la comida”. (ENT. NHSD504)

Mi hermanito tiene doce años y el dinero que se gana Se la entrega a mi mami y compra sus cosas....mami nunca nos ha dado pa´ comprar un pantalón… siempre nosotros mismos nos hemos comprado lo nuestro” (ENT. NHSD508).

Las instituciones quieren partir de un trabajo con niñas y niños aislado de la familia, con ocupación del tiempo libre caracterizado por actividades recreativas y de formación para el trabajo, esta es una actitud paternalista y poco comprometedora con la erradicación del trabajo infantil, todo lo contrario parece una promoción a la creación de destrezas de trabajo, lo que influiría para que esta población permaneciera en el circulo de labores de baja cualificación y poco remuneradas. Es realmente preocupante la actitud de las instituciones frente a la problemática del trabajo infantil. En Colombia es alarmante el número de niños y niñas que han recurrido al “rebusque” como forma de solución a las carencias que día a día les corresponde vivir junto con su familia. La población infantil que crece en estos estados de necesidades, vinculados-as a actividades poco dignas, tiene escasas probabilidades de desarrollar todas sus capacidades y ser un adulto competitivo frente a otros que si han tenido todas las oportunidades. Los horarios, las actividades y los fines últimos de estas instituciones, no llevan una intencionalidad que permita pensar en la erradicación del trabajo infantil en la ciudad.

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Fragmento de entrevista a joven de 13 años vinculado a la institución:

“A la institución entro a las 11:00 a.m., luego se pone uno a jugar a dominó almorzamos a los doce y media y después viene la formación educativa, allí hacen una dinámica, uno habla y nos ponen a leer alguna lectura o algo así, después duramos media hora, después vamos a talleres de ebanistería, estampado, a las mujeres les toca de Belleza, eso dura como desde la una hasta las 3.30 o 4:00 de la tarde, esos talleres me parecen muy bien, porque uno trabaja y lo ayudan a uno a seguir adelante Si, porque uno va sabiendo algo” (ENT. NHSD506).

Los niños y niñas perciben esta institución como la amparadora, el lugar donde se sienten protegidos y del cual nunca quisieran salir, desde aquí tienen la posibilidad de ejercer el rebusque en las calles, actividad de la cual pueden obtener algunas las monedas que aportan a su familia, y luego llegar a este lugar donde consumen el almuerzo y pueden divertirse y aprender cualquier actividad u oficio. La libertad de entrada y salida, de asistir cuando tengan las posibilidades (el dinero del transporte), y el encuentro con compañeros y compañeras en un ambiente de armonía, les proporciona una relativa tranquilidad, pero a la vez la intranquilidad de tener que abandonar el lugar luego que termine el tiempo estipulado para su permanencia:

“el día que me tenga que ir de aquí será triste, porque yo a casi todo los que conozco aquí los siento como si fueran familia mía. Yo no sé cuál es el objetivo de este lugar, ni que trabajo han hecho con mi familia, mi mama es la única que ha venido aquí”. (ENT. NHSD504)

“aquí quiero durar un tiempo larguito porque aquí esto me encanta, todo me gusta y lo que más me gusta de todo es hablar con los que están aquí, porque yo en mi casa no tengo casi amigos y aquí como paso la mayoría del tiempo” (ENT. NHSD507).

La institución es vista como un lugar apacible donde pueden estar, donde deben vivir situaciones diferentes a las que viven en sus barrios, en los que son frecuentes las peleas, los robos, los vicios, en el que se sienten amenazados por todos los riesgos que pueden correr, unido esto al ambiente que se vive en los lugares donde ellos residen. Ante todas estas realidades la institución representa su alternativa de seguridad y de relaciones de

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amistad cordiales, aunque sea momentáneamente, porque forzosamente tienen que retornar a sus territorios. 6.4.2 Niños, niñas y jóvenes en situación de calle

(…) me la querían montar creyendo que uno es bobo

ENT. ENC204-1 Expresiones como estas, muestran la inconformidad de los niños y niñas frente a los métodos utilizados por las instituciones, la expresión utilizada “me la querían montar”, es una expresión utilizada para señalar el malestar que sienten por imposiciones que ellos y ellas no aceptan. Los niños y niñas son enfáticos en no querer perder su libertad, aún cuando reciban de la institución la “satisfacción” de ciertas necesidades, las que la institución considere que son necesarias para resocializarse y salir preparados y preparadas para vivir en sociedad, pero no las que verdaderamente ellos y ellas necesitan. Las instituciones que utilizan el internado como forma de protección mantienen normas y reglas que están muy lejanas a las de la población que atienden, lo que produce choques al pretender modificar su conducta. Un comportamiento adquirido y reproducido por un tiempo determinado, no puede variarse en corto tiempo, por la sola decisión de un agente externo, el cual considera que el comportamiento adquirido anteriormente no es compatible con las normas de convivencias establecidas, que son las propicias para encausar la conducta. La salida de los niños, niñas y adolescentes del lugar donde permanecían con adultos, busca romper con muchas de las cadenas que las y los ataban, cadenas de sufrimientos continuos, de hambre, maltratos, humillaciones, violaciones, vivencias de sufrimiento de sus seres queridos, una madre golpeada, hermanos asesinados, son dramas de día a día que prefieren no vivir aunque les toque vivir otros, pero estas nuevas situaciones que viven en las calles la enfrentan ellos y ellas, reconocen que tal vez no es la mejor, se sienten perdidos porque la droga se ha apoderado de sus vidas, pero sueñan con quien los ayude a vencerla y retornar al lado de aquellos con quienes compartieron sus primeros años. Son sus sueños, pero mientras viven su vida, toman decisiones, hoy están aquí, mañana en Medellín, luego en Cali, están donde creen que les puede convenir, con temores, tristezas, ansiedades, pero siendo ellas y ellos mismos, después de esto no aceptan imposiciones, no se amañan en los encierros, no hay

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quien las y los haga renunciar a sus parches, a su “familia”, la que día a día construyeron. En dos años compartiendo con ellos y ellas en los lugares que frecuentaban, acompañándolos-as a entrar en las instituciones y luego viéndolos-as retornar a la calle con la sensación de haber fracasado, buscando respuestas o muchas veces censurándose por no haber logrado lo que les había parecido tan fácil, cuando allá le hablaron de todo lo que podían lograr con solo permanecer y practicar unas “simples” normas, que son elaboradas para todos y todas, sin tener en cuenta, que cada una-o, de los que entra a la institución tiene unas particularidades, unas formas distintas de ver y de sentir su problema. Sus voces muestran la desesperanza, cuando han sublimizado lo ofrecido, pero ellos y ellas no logran entender porque su cuerpo y su voluntad no responden a sus exigencias:

“Ingrese a la institución Amor y Vida a la edad de 16 años, en esta Institución demore como un año pero me volaba a cada ratico, porque me aburría aunque uno tenía todo allá pero a veces los profesores eran muy groseros,… era chévere porque ponían a uno a estudiar. Allá me pusieron a estudiar, le daban su desayuno, su almuerzo, útiles de aseo todo, pero como uno era de la calle prefería su calle, allá llevan trabajo y le ponían hacer a uno y cuando era el día 24 ó 31 de diciembre, cuando alguno cumplía año se lo celebrábamos. Ya cuando yo quise volver al internado no me recibieron” (ENT.ENC205-1).

“Hay muchas diferencias en que en esta Institución uno entra por procesos y acá lo rotan depende el comportamiento, ahora estoy en hogar pero estuve en Canicas y como depende del comportamiento que yo demuestre frente a los profesionales ellos toman una decisión a ver si uno puedo subir al Hogar y seguir allá y en cambio en Amor y Vida yo podía estar allá 5 o 7 años y siempre iba a estar en la misma parte Canicas. En cambio en Amor y Vida yo podía estar allá cinco, seis siete años, pero siempre era en la misma parte. En cambio acá lo rotan y cuando es mayor de edad sale para egreso. Cuando sale de egreso lo ponen a trabajar, hasta… si uno… Dios quiera se consigue uno la casa trabajando con el sueldo de uno.

(… )no…es que como ya llevo mucho tiempo, entonces decidí irme para la casa. Yo me quiero ir por muchas situaciones… pero a la vez no me quiero… ir porque pienso que acá tenía más oportunidades para ayudar a mi familia y sacarla de donde está en estos momentos y llegar a los E.U….Si me voy no puedo volver porque me dijeron que si yo me iba no me podían recibir. Vea… yo me voy y si de pronto quiero volver porque la situación está muy peligrosa, la situación económica

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¿cierto? … de pronto me voy a ingresar otra vez a la institución no me reciben…Entonces yo pensé, ¿cómo así? que no me reciben, o sea que yo puedo estar perdido en la droga… yo sé que no… pero un ejemplo, ¿cómo así que no me van a recibir?... yo digo que no Pero de todas maneras no sé porque me dijeron eso. Pero no tengo que pensar lo malo, que si Dios quiere me va a ir bien por allá. ...

Bueno le voy a decir yo cuando llegué a la institución Amor y Vida, entonces desde el primer día yo me quería ir, pero entonces me cogieron de la mano y me dijeron, -venga quédese aquí lo queremos conocer queremos dialogar con Ud.- Entonces yo me dejé llevar por ellos, no pusimos a dialogar les comenté lo que yo quería… lo que siempre he dicho… trabajar y ayudar a mi familia. Entonces me dijeron: - En esta Institución lo puede lograr, lo puede conseguir, entonces yo me ilusioné, así pasaron mes y medio entonces me pasaron para los hogares, ahora tengo más de un año en los hogares y comencé a sentirme inferior o sea menos que el otro, cuando empecé a desilusionarme o sea pusieron a trabajar a todos menos a mi… entonces son cosas que son pequeñas, que me hacen sentir mal porque yo no soy más que ellos pero tampoco menos que ellos… Todos en esta Institución son iguales… yo también tengo derecho, en todo caso nunca me dieron el gusto y me sentía muy mal.” (ENT. NPOO1-1).

En estas entrevistas realizadas, donde además de las respuestas se pudo notar la tristeza de ambos al hablar de lo que consideraban la pérdida de su oportunidad y en la que a pesar de no tener la claridad de su situación, podemos notar que muestran con resentimiento el desconocimiento que la instituciones tiene de ellos y ellas, como personas, como humanos con derechos. Los derechos no son una receta escrita que cualquiera puede utilizar a su acomodo, no es un discurso de buena fe o de la caridad, los derechos son el reconocimiento de la dignidad de las personas; son inherentes a su condición de humanos, “Los derechos de los niños y de las niñas, definidos en la Convención Internacional de los Derechos de los Niños, se ubican en el marco general de los Derechos Humanos, son un desarrollo de los mismos, que parte de reconocer que, además de todos los derechos reconocidos para todos los seres humanos independientemente de su edad, los menores de 18 años, por su condición particular de vivir un proceso de maduración física y mental, “necesitan de protección y cuidados especiales” que garanticen el desarrollo de sus capacidades físicas, intelectuales, espirituales, morales y sociales”. Durán E. (2007:39). Siendo esto tan claro no podemos decir que podemos garantizar el desarrollo de los niños y niñas desconociéndoles su condición de personas, no garantizamos el desarrollo de sus capacidades, cuando somos nosotros quienes decidimos por él y ella. Anular sus sueños y deseos, para imponer los de la institución es un acto de violencia que lo único que logra es generar mayor

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violencia. Si ignorar los problemas derivados de la exclusión social, es una expresión profunda de injusticia social, rechazar la condición humana y la posibilidad de autodeterminación de las-os excluidos, es aún más grave porque desarrolla una crónica situación de minusvalidez. Colocar las normas de las instituciones de protección, sus metas y objetivos, por encima de las necesidades de los niños-as, no muestra un real interés en ellos, o ellas, se está pensando realmente en la disciplina que la institución requiere para lograr el control de la conducta de quienes a ella llegan. Para reforzar esta afirmación retomamos a Foucault (1990:134) en la siguiente afirmación:

“Y finalmente lo que se trata de reconstruir en esta técnica de corrección, no es tanto el sujeto de derecho, que se encuentra prendido de los intereses fundamentales del pacto social; es el sujeto obediente, el individuo sometido a hábitos, reglas, a órdenes, a una autoridad que se ejercen continuamente en torno suyo y sobre él, y que debe dejar funcionar automáticamente en él”.

El interés en crear cuerpos dóciles, sometidos a disciplinas no responde al reconocimiento de derechos, todo lo contrario es una negación de ellos, es una negación de la dignidad de las personas:“Es dócil un cuerpo que puede ser sometido, que puede ser utilizado, que puede ser transformado y perfeccionado” (Ibídem: 140). La utilización de niños y niñas en pro del cumplimiento de los objetivos y la misión de las instituciones, el éxito está en sacar adelante todo un proyecto, recoger niñas y niños y engancharlos en su programación, sin importar quienes son como personas, solo interesa sacar adelante su trabajo y obtener el reconocimiento como una institución protectora de la infancia. Llama la atención el criterio con que los niños y niñas llegan a las instituciones, según un directivo de una de las instituciones, el trabajo que realizan los educadores en la calle se da de la siguiente forma, como lo describe una trabajadora de una de las instituciones:

“Ellos (los educadores en calle) los ubican, contactan a los chicos y luego que los contactan hacen un trabajo de enamoramiento… mira quieres cambiar de vida… entonces él en una semana tiene un numero de chicos que debieron ser invitados… cada educador tiene un numero de chicos que debe ingresar a la semana son quince chicos, no puede dejar de ingresar, el no puede decir no pude contactar a nadie, tiene que rescatar los chicos de la calle ¡ya!” (ENT.DNP.005-1).

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Este rescate es para llenar las instituciones de niños y niñas y jóvenes y poder tener unas estadísticas que muestren el éxito de sus programas, aun cuando no puedan ser atendidos como lo tienen establecido en los objetivos de sus programas, para sacar adelante la tan anhelada resocialización o recuperación de la persona. Como toda pretendida asistencia, no hace más que reducir a objetos a las-os asistidos, despojándolos-as de su subjetividad y convirtiéndolos en depositarios de normas y reglas que deberán cumplir ciegamente por agradecimiento a quienes se ocuparon de formar a su manera, multiplicadores de la filosofía de la institución:

“He estado vinculado a instituciones como Paz Y Cooperación, Futuros Valores y Hogares Crea, la institución Paz y Cooperación “no me gustó nada, allá son muy ignorantes, en el modo de ser son muy aburridos no lo comprende a uno, no le dan el trato que uno necesita y eso es lo que uno necesita porque cuando uno llega a un sitio a ¿que llega? …a cambiar…a que lo apoyen a que le ayuden a uno a despejar la mente…en esta institución existían norma muy estrictas como el aseo y otras educativas y a mí lo que me gusta es…dibujar, nos reunían con las tías hablar un rato y que a expresar sentimientos y eso no me gusta, me gustaban eran las clases de sexualidad para aprender a cómo cuidarse uno en la vida”.

La institucionalización niega por completo la voz de las-os institucionalizadas-os, solo se escucha ella misma, solo atiende sus intereses, no puede perder el tiempo, ni desviar su rumbo escuchando, sólo escucha lo que le interesa oír 6.4.3.- Niños, niñas y jóvenes frente a la ley penal.

“(…) siempre las puertas están aparentemente abiertas que uno puede salir y entrar pero… cuando uno toca esa reja que no se mueve… es duro… ENT.NAS301-1 El encierro a temprana edad, significa la pérdida de todas las libertades, la interrupción de su proceso de desarrollo normal, pero es la sanción dada por la sociedad a través de sus instituciones jurídicas a aquel quien haya cometido un acto que se encuentra tipificado en la ley penal, estas medidas

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han sido aceptadas e incluso pedidas por los miembros de una sociedad en busca del castigo de quienes amenazan su orden social. Los castigos siempre han existido y existirán para los violadores de las normas, lo que resulta preocupante es la situación de la población juvenil en algunos países latinoamericanos entre esos Colombia. En Colombia casi el 51% de los habitantes son menores de 25 años y 11 millones están entre los 14 y los 26 años de edad (Ley 375 de 1997 o de Juventud), El 63% de las personas aprehendidas por la comisión de delitos están entre los 18 y los 30 años de edad. La correlación entre juventud y criminalidad aumenta cada día Mientras que el promedio del desempleo en Colombia ronda el 13%, entre los jóvenes que están entre 19 y 25 años el desempleo llega al 25.9%. El sub - empleo en Colombia llega al 30.2%. (Datos tomados del programa presidencial Colombia Joven), siendo precisamente esta la población la que está dentro de las instituciones de protección de niños, niñas y jóvenes frente a la ley penal. No es ninguna casualidad, como diría Reguera (1996), que sean éstos y estas adolescentes las que se encuentran en esta situación, ¿qué es lo que realmente lleva a los niños y niñas a cometer actos que sean reprochables desde el punto de vista jurídico? ¿No es precisamente la falta de oportunidades, la desesperanza que les corresponde vivir?, ¿los contextos deteriorados en los que transcurren sus primeros años de vida? No es casualidad, sus rostros, sus expresiones, sus tristezas, inclusive su burla frente a la vida en la que no han encontrado más que carencias, no solo las económicas, sino también afectivas. La interacción con estos jóvenes reafirmó lo que la institución es para ellos58, un castigo aunque nunca se habla de penas sino de resocialización, la sensación que tienen es de una necesidad de la sociedad de sanción por no responder a las expectativas de la sociedad:

“Estar encerrado aquí, el encierro no me gusta, aquí uno viene a pagar una medida que el Juez le pone a uno, digo yo acá” (NAS300-1).

“Esto significa una rehabilitación en mi vida, donde me enseñan a comportarme bien, un centro para uno rehabilitar ya. ósea que si uno hacía cosas malas en la calle salir de aquí compuesto, a veces el Juez le manda a uno una medida de observación o de tratamiento para ver el comportamiento de uno, si uno se porta bien le dan la libertad a uno, pero si uno sigue en las misma él no puede mandar libertad porque uno se sigue portando mal, él lo primero que puede decir es este joven no se está portando bien allá, ahora menos en la calle vamos a dejarlo todavía allá para que se comporte bien. (NAS3006-1).

58 En la institución solo se recluye jóvenes del sexo masculino.

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El problema de los adolescentes que se encuentran recluidos en estos centros de “protección”, como se ha venido mostrando es un problema de oportunidades, estos niñas y niños, no han podido lograr responder a las exigencias de una sociedad que no tiene en cuenta a los excluidos. La escuela, los medios de comunicación, los adolescentes pertenecientes a la clases altas de la sociedad se convierten en fuente de estímulos que al chocar con la precariedad de sus recursos provocan una fuerte frustración, por lo que recurren a formas no legitimas de conseguir la satisfacción de los estímulos fomentados, por agentes externos a su medio. Merton (1964: 228) hacía referencia al término innovación para señalar la existencia de estructuras sociales que imposibilitaban la forma de alcanzar las metas a través de los medios institucionalizados, lo cual produce una inclinación a prácticas innovadoras no aceptadas por la sociedad. A pesar de ser la misma estructura política y económica la que crea la desigualdad social estructurada, la que produce las conductas innovadoras encaminadas a satisfacer sus necesidades, ella misma crea los mecanismos sancionatorios para ser aplicados a quienes se desvíen de las normas establecidas para todos y todas en general, como si todos y todas tuvieran las mismas condiciones para resolver la satisfacción de sus necesidades. Los mecanismos que utilizan los-as adolescentes para sentirse integrados a la sociedad, para buscar a través de medios ilegales el reconocimiento de la familia o de los grupos de pares, para no sentir que su vida puede pasar por encima de ellas-os sin haber logrado nada por sus propios medios, los lleva a ser los clientes más asiduos de los centros de internamiento, con el supuesto propósito de ser resocializados, sin tener en cuenta que no es posible una resocialización, primero porque estos jóvenes nunca lograron socializarse en espacios diferentes a los suyos, la estructura social fue algo muy lejano a ellos, sus normas y valores no era viables en un mundo completamente diferente al de quienes crean y defienden esas normas y valores y segundo no es operable una socialización en estado de marginación, como es la situación de internamiento. Fragmentos de entrevistas que muestran la situación de los jóvenes:

“Para alimentar a mi familia (su mujer y un hijo) Tengo 2 manos y 2 piernas yo hago lo que sea y yo sé camellar59 bastante, yo he camellado bastante, yo he trabajado en camellos fáciles como de 12:00

59 Camellar es una expresión utilizada por algunos-as en Colombia para denominar un

trabajo fuerte, esta se deriva de la capacidad que tiene el camello de soportar horas intensas de trabajo sin comer.

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a 2:00 de la tarde. ¿Qué, que he hecho?, pues robar, me gano $5000 en un día, de ahí no robo más, yo no he hecho nada más, y el resto del tiempo lo uso en divertirme, en fumar marihuana, jugando a billar a plata, yo todo tiempo era libre” (NAS301-1)

“Antes de ingresar aquí yo trabajaba y a veces robaba, a veces trabaja de ayudante de albañilería, a veces trabajaba en el monte cortando maíz, todo lo que yo he hecho me gustaba pero los trabajos se acababan y tenía que dejarlos” (NAS303 -1).

“Yo mismo compraba la droga con plata que a veces me la daba mi papá y yo mismo la trabaja, ya después fue que comencé a robar, a mi si me daba miedo Robar, pero ahora que salga voy a componerme, voy a quedarme quieto porque ya he caído mucho aquí son seis veces ya, por hurto” (NAS305-1). “Conmigo somos cinco hermanos ellos también lavan carro en Santa Rita en un día de trabajo en el mercadito me ganaba $4.000 ó $5.000, en el Aeropuerto me ganaba $15.000, en drogas me gastaba $500 no más, lo demás compraba comida, mi abuelita no trabajaba ella tiene cincuenta y nueve años.” (NAS308-1).

El hurto se constituye así en una de las consecuencias de la situación de exclusión social, y el motivo de la sanción por parte de las autoridades en representación de la sociedad, que exige un castigo para quien perturbe el orden social, sin embargo el encierro institucional, en gran medida actuará como un reforzador de la conducta considerada como desadaptada. A continuación se muestra un cuadro de la relación exclusión e institucionalización, elaborado con base en las entrevistas realizadas.

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Cuadro 6. Exclusión e Institucionalización

Exclusión Conducta Delictiva Intervención Inst. Reafirmación de la conducta

Estigmatización

Fuente: Elaboración propia. La privación de la libertad de un adolescente en pleno desarrollo biológico y psicológico resulta contraproducente, sobre todo en los países que como Colombia no tienen estructurado un sistema de atención a la población juvenil que pueda tener efectos menos perjudiciales para su desarrollo. La masificación de la atención, no permite atención individualizada, las normas en la institución son iguales no importa la conducta que haya sido sancionada, en estos sitios de reclusión el joven se despersonaliza para ser convertido en uno más de la lista de detenidos, la sanción solo se diferencia en el tiempo de permanencia en el lugar, un mes, dos meses un año, dos años, para todos es igual, la rutinización de la jornadas que conllevan al rechazo y a la pereza para realizar las actividades y cuando se realizan no muestran la voluntad de la población de contribuir con su desarrollo social o su proyecto personal, sino de cumplir con un requisito para no prolongar el tiempo de reclusión. El adolescente por encontrarse en una etapa del desarrollo biológico y psicológico del humano, que es la que implica una aproximación a la edad adulta, atraviesa un proceso de maduración de sus órganos reproductores, ampliación de su círculo social y construcción de su identidad, establecimiento de su independencia, cosas poco posible que se logren o se estimulen en estado de aislamiento de sus grupos primarios y de referencia. A la frustración por la imposibilidad de lograr el éxito de sus metas, se suma la frustración de la anulación de su subjetividad, el impedimento de poder desarrollar sus capacidades

“A veces trabajaba de ayudante de albañilería, a veces trabajaba en el monte cortando maíz, todo lo que yo he hecho me gustaba pero los trabajos se acababan y tenía que dejarlos”.

“Lo que he hecho es robar, me gano $5000 en un día, de ahí no robo más, yo no he hecho nada más. Y el resto del tiempo lo uso en divertirme, en fumar marihuana, jugando a billar a plata, yo todo tiempo era libre”.

“Esto significa una rehabilitación en mi vida, donde me enseñan a comportarme bien, un centro para uno rehabilitar ya, o sea, Si uno hacía cosas malas en la calle salir de aquí compuesto”.

“No, ahora que salga voy a componerme, voy a quedarme quieto porque ya he caído mucho aquí. Ya son seis veces por hurto”.

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por estar en función de cumplir unos requerimientos que no hacen parte de sus expectativas, donde su voluntad no es tenida en cuenta. Lo anterior trae algunas consecuencias entre lasa anteriormente mencionadas, la somatización, que definida por el Diccionario de la Real Academia como: “transformar problemas psíquicos en síntomas orgánicos de manera involuntaria”, de ahí las enfermedades y quejas de dolores de los jóvenes, las etapas de tristezas, de depresión y de agresividad. Vivencias que demuestran los estados de los jóvenes en la institución y las apreciaciones sobre las actividades de formación:

“Me levanto a las 6:30 a 7:00 a.m., me baño y si me toca aseo hago mi aseo y ya normal… después de eso no hago nada más. Entre veces desayuno y entre veces no, cuando me provoca y cuando no, no. El grupo de encuentro no me gusta porque lo hacen todos los días y eso es para que lo hicieran 2 o 3 días la semana… tiene uno más tiempo para pensar la cosas y todo. Entre veces, cuando no tengo nada que hacer mato el tiempo en la carpintería… Mi vida no ha cambiado nada porque estoy encerrado tiene uno que ver allá afuera, internamente he aprendido a controlar mis impulsos… ya no soy el de antes que cualquier cosa hacía lo que sea. No sé que necesito para cambiar mi vida porque todavía no lo he pensado, aquí uno no tiene la facilidad de pensar porque siempre está ocupado en cosas” (ENT. NAS301-1).

“Nos levantamos a las 6:00 ó 6:30 me baño y espero mi respectivo desayuno, si llega el maestro y tengo ganas de trabajar trabajo si no tengo ganas me quedo aquí sentado o caminando de aquí para acá… porque me pongo a pensar en todo y se me quitan las ganas, después de eso me pongo a trabajar, yo no voy a esos grupos de encuentro, no quiero ir a eso. No me gusta que hablan mucho… se demoran mucho hablando cháchara”.60

“Las cosas negativas que tengo es que yo me pongo a pensar de todo, yo a veces pienso componerme por mi hijo, pero uno sale resentido de aquí. Yo no sé si salgo resentido contra mí mismo, yo no sé, en estos momentos estoy resentido, yo no sé con quién pero estoy resentido, lo que no sé, es que voy hacer con todo ese resentimiento. Yo a nadie le he dicho que estoy resentido, yo no le digo nada a nadie aquí, yo no hablo con nadie. Yo no le paro bolas a nada de lo que dan aquí. Nadie se siente bien aquí, yo no me siento bien aquí. Yo no aspiro a nada, yo no sé cómo puedo alcanzar los objetivos” (ENT. NAS303-1).

60 Chachara es una forma despectiva de referirse a una conversación de poco interés.

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“ Cuándo Dios lo disponga porque yo no lo dispongo, también cuando me sienta preparado para salir porque ahora en el momento la verdad es que no me siento preparado para salir a la calle, la verdad es que no me siento reeducado de un todo. Eso no me lo han dicho, yo a veces me doy cuenta de las fallas que tengo, a veces estoy bien así cuando de repente, a veces me levanto con rabia y controlo esa rabia como a veces no… ya he intentado pegarles, a la doctora Vilma le ofrecí una cachetada sin ella saber lo que me pasaba a mí, entonces por eso digo que nos estoy reeducado de un todo. En 10 meses que tengo solo en 5 o 6 meses es que he estado captando el mensaje, de allá para acá, todavía me falta creo que estoy reeducado en un 40 ó 50%, yo aspiro reeducarme en un 100%” (ENT. NAS304-1).

El contenido de estos diálogos corrobora lo escrito por Foucault (1990: 270) con relación a las prisiones, cuando hace referencia a reforzar la conducta delictiva desde el encierro: “La prisión no puede dejar de fabricar delincuentes. Los fabrica por el tipo de existencia que hace llevar a los detenidos: ya se los aísle en celdas, o se les imponga un trabajo inútil, para el cual no encontrará empleo, es de todos modos no “pensar en el hombre en sociedad; es crear una existencia contra natura inútil y peligrosa (…)”. La anterior afirmación apoya la sustentación de como en la llamada protección de la infancia y de la adolescencia, no se protege realmente a esta población, se protege a la sociedad de ellos y ellas, por representar un peligro para la sociedad de adultos. Es necesario ensañarse contra ellas-os castigarlos de tan forma que su conducta no sea imitada y no se corra el riesgo de entrar en estados de anomia. La ley debe ser fuerte y eficaz contra este tipo de conductas que perturban el sector más reducido de la sociedad, esa que necesita tranquilidad para producir cada vez mayores diferencias económicas, políticas y sociales. A pesar de todos los resultados que se quieren mostrar como positivos o como exitosos con los programas y proyectos que trabajan con la infancia y la juventud, no se puede negar que estamos recogiendo la cosecha de injusticias que se han cometido con las generaciones anteriores. La tan mencionada prevención que solo ha servido para ejercer un mayor control policial contra las poblaciones excluidas socialmente, no ha tenido ningún efecto positivo, hoy Colombia se encuentra sumida en un caos de violencia producto de la indiferencia ante las necesidades de los demás. ¿Quién no se siente agredido en lo más intimo cuando tiene hambre y no puede comer?, o cuando su madre o sus hermanos (as) se acuestan sin probar un bocado ¿Cómo pedirles a una población que sufre por sus necesidades vitales que respeten a quienes tiene el derecho al disfrute de la abundancia y el derroche?, ¿Cómo pedirles que no intenten arrebatar a nadie nada de lo que ellos y ellas no pueden disfrutar? Quienes creen

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que esto es posible, están equivocados, no se puede pretender educar para el respeto de los derechos de los demás a quienes les violamos permanentemente los suyos. Continuar con el discurso de la problemática de la infancia y la juventud, como fenómenos aislados de un gran problema económico, político y social del país, es seguir trabajando sin esperar resultados positivos, es solo hacer campañas publicitarias con el fin de no estar en la mirada crítica de otros países. De ser cierto que los famosos programas hubieran tenido resultados positivos, por qué entonces no se reducen las estadísticas de niños y niñas en estado de exclusión social, todo apunta a señalar que día a día se presentan mayores casos de niños y niñas procurándose su subsistencia, dedicados a actividades denigrantes y peligrosas (la prostitución, el narcotráfico, el sicariato, las minas de carbón, entre otras). Una atención basada en la transparencia y en la verdadera protección, no de las instituciones y sus intereses, ni de los infantes y de los adolescentes, sino en la protección y defensa de los derechos de éstos-as contra todo aquel que los desconozca y los vulnere, esta atención debe partir del respeto a la dignidad, a esa dignidad a la que todos como seres humanos tenemos derecho.

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CAPITULO VII:

PROPUESTA DE TRABAJO DESDE

LA PEDAGOGÍA SOCIAL.

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CAPITULO VII: PROPUESTA DE TRABAJO DESDE

LA PEDAGOGÍA SOCIAL.

Introducción.

7.1.- La investigación.

7.2.- El compromiso.

7.3.- Por qué un Proyecto Educativo Comunitario?

7.4.- Propuesta de cooperación en el desarrollo de habilidades humanas.

7.5.- Respuesta desde las demandas de vida de la población. 7.6.- Demandas relacionadas con el entorno o ambiente donde se desarrolla la vida del niño-a en estado de exclusión social. Referencias Bibliográficas.

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Introducción.

Después de haber realizado un recorrido por la situación de exclusión de los niños, niñas y jóvenes y la respuesta que desde la institucionalización se le ha avenido dando a las diferentes expresiones de este fenómeno en Colombia, haciendo énfasis en la ciudad de Cartagena de Indias; en este capítulo se proponen alternativas de de trabajo pedagógico con niños, niñas y jóvenes en su contexto partiendo de los elementos que la pedagogía social ha trazado y que permiten trabajar con personas reconociendo su calidad de sujetos y protagonistas de su biografía. El planteamiento se hace desde la afirmación de la imposibilidad de trabajar con problemáticas sociales sin un aproximación que permita su comprensión y reflexión, así como de sus causas y consecuencias, de tal forma que no se tenga una visión parcializada de la realidad y se termine trabajando solo con manifestaciones de la problemática, con el riesgo de entrar en procesos circulares que solo logran contribuir con la situación de desesperanza que se vive con las poblaciones marginadas de la ciudad, intervenidas por diferentes tipos de instituciones, situación que afecta no solo a la población atendida, sino también al equipo de educadores y profesionales, que no logra un impacto de los objetivos que se proponen desde sus diferentes programas y las respuestas de estas comunidades. Se plantea aquí el reconocimiento de la investigación social como la herramienta básica para la comprensión y explicación de los problemas sociales, para el caso de niños, niñas y jóvenes materia de interés, se hace relevante la utilización de técnicas que favorezcan su confianza y hagan posible la construcción del dialogo, donde afloren los sentimientos, punto de vista, actitudes, percepciones, en este caso sobre las instituciones con las que habían tenido algún contacto o adonde habrían tenido que permanecer algún tiempo.

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7.1.- La investigación. La investigación siempre ha sido planteada como un proceso para adquirir conocimientos, incluso el llamado conocimiento vulgar, popular o ingenuo, considerado un conocimiento empírico por carecer de cientificidad o de método necesario para su construcción, usado en la cotidianidad para responder a cualquier pregunta de tipo práctico e interés particular o social. Esta sería una forma de referirnos a la investigación como respuesta a cualquier pregunta, pero cuando se hace referencia a la necesidad de comprender cuestiones que son de interés social con el fin de dar explicaciones y hacer proposiciones ya sean matemáticas, filosóficas, biológicas etc. y del cual se desea mostrar su validez. En estos casos se recurre a formas más estrictas y organizadas que le permitan lograr el fin propuesto, a las que se les ha denominado investigación científica. Este tipo de investigación es la que realizan los hombres y mujeres dedicados a las diferentes disciplinas científicas, con el fin de comprobar hipótesis, realizar planteamientos teóricos, hacer proposiciones, clasificaciones o divisiones:

“El conocimiento científico involucra reglas y procedimientos para demostrar la “garantía empírica” de sus hallazgos de manera tal que pueda puede evidenciar la conexión entre las afirmaciones que se hacen y lo que está pasando o ha pasado en el mundo real” ( Bonilla C. Y Rodríguez S, 1997:33).

En la construcción del conocimiento con relación a las ciencias sociales han existido dos perspectivas teóricas, la primera denominada positivismo, que busca la causa de los fenómenos sociales, con independencia de los estados subjetivos de los individuos. Y la segunda la fenomenológica que busca comprender los fenómenos sociales desde la perspectiva del actor. No mira los hechos aislados del contexto, lo hace con relación a la forma como se estructura la sociedad. Su interés se centra en la subjetividad. La realidad que importa es lo que las personas describen como significativo para ellas. Tanto la perspectiva positivista como la fenomenológica se interesan por diferentes problemas del conocimiento y de igual forma buscan diferentes clases de respuestas, por lo cual la metodología que utilizan es también diferente. La corriente positivista ha adoptado el modelo de las ciencias naturales por lo cual tiene como forma de obtener la información requerida el uso de técnicas

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contables que arrojan datos susceptibles de ser analizados estadísticamente. Por otro lado la corriente fenomenológica utiliza los métodos cualitativos para la comprensión de los problemas de su interés, los cuales implican a los sujetos involucrados en el proceso investigativo. Si bien el uso de técnicas estadísticas ha sido utilizado indistintamente por investigadores de las ciencias naturales como de las ciencias sociales (tendencias positivistas), los investigadores de las ciencias sociales interesados en captar la realidad desde la perspectiva de los y las investigados-as, elegirán métodos cualitativos que le permitan entender la problemática estudiada desde los sujetos reconociendo su protagonismo dentro del proceso investigativo, se da en una relación sujeto-sujeto y no en la de sujeto-objeto de las tendencias cuantitativas. La elección de la investigación cualitativa como una forma de acercamiento a la problemática de exclusión de niños, niñas y jóvenes en Cartagena de Indias (Colombia), se hace a partir del reconocimiento del valor que esta población tiene en cuanto a su forma de vivir, sufrir, y buscar alternativas que le permitan sobrevivir en una estructura social excluyente. La investigación cualitativa da al investigador la oportunidad de la reflexión, no solo sobre su propuesta inicial, sino sobre toda su experiencia vivida frente a un tema de interés. No en vano dicen los expertos que elegir un tipo de investigación, no depende como pretenden decir algunos, del tema de interés, realmente la elección depende del concepto que se tenga del ser humano, del otro al cual pretendemos acercarnos, no como un proveedor de datos de interés para la investigación, sino como un ser humano con una historia de vida que marca las pautas de la comprensión del mundo que vive y de la cual deduce las respuestas que cree acertadas para cada una de sus circunstancias. No será posible tener un acercamiento real a ningún problema social, si antes no se ha indagado sobre él con los afectados de la problemática. En el marco de la investigación en pedagogía social se tiende a hablar de investigaciones de corte cualitativo que son las que desde sus diversas técnicas, reconocen la importancia del sujeto en la construcción del conocimiento aunque se use, sin temor alguno, técnicas de corte cuantitativo que sean necesarias para mostrar alguna intensidad de la problemática o hacer referencia a alguna cifra poblacional. Pero lo cierto es que para las ciencias sociales interesadas en el ser como humano, no es necesaria una estadística inflada para comprender que una determinada estructura económica, política o cultural pueden estar perturbando el normal desarrollo de un individuo, o de muchos, pero la alarma debe encenderse no con las estadísticas que señalen, no un grave problema, sino la frecuencia con que ese grave problema se está presentando. Para la sociedad interesada en su desarrollo equitativo, y preocupada por cada uno de sus integrantes un solo hecho o la sola presencia de un problema debe constituirse en una preocupación y debe cuestionarse sobre las causas que pueden estar

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generando el problema, lo que evitaría las medidas apresuradas frentes a situaciones que se vuelven casi inmanejables por la frecuencia con que se presentan. A manera de ejemplo se cita (recortes de noticias) una situación actual en Colombia, que hace referencia al problema de la llamada “seguridad ciudadana” que aparece cuando la inseguridad está tocando a quienes se creían eran intocables:

“El Gobierno colombiano moviliza militares a barrios de Medellín para garantizar la seguridad El Gobierno colombiano envió a doscientos militares a varios barrios del noroeste de Medellín para garantizar la seguridad ciudadana, dijo hoy el ministro de Defensa, Gabriel Silva” (Terra Noticias, Miércoles 6 de enero de 2010).

“Autoridades afinan estrategias de seguridad para Medellín

El resultado final tiene que ser barrios libres de expendios de drogas, comunas libres de expendios de drogas. Le hemos indicado la estrategia al comandante de la Policía Metropolitana, de igual manera colocaremos un oficial superior para que se responsabilice de este programa". Las autoridades determinaron que reforzar los cuadrantes de seguridad que venían operando desde el año pasado y con los que se busca focalizar los esfuerzos de la Policía. El director de Seguridad Ciudadana añadió que mil agentes serán trasladados de manera definitiva a la ciudad, mientras que 650 más lo harán de manera temporal. "Llegaron a Medellín y su Área Metropolitana desde la semana anterior para apoyar de manera adicional estos programas de convivencia y seguridad ciudadana, añadió” ( El Colombiano, Febrero de 2010) .

“Uribe quiere ahora taxistas informantes y con equipos de comunicación

“Todo ciudadano que nos dé una información efectiva sobre un homicida va a recibir una recompensa básica (cinco millones de pesos)”, dijo Uribe al terminar un Consejo de Seguridad en Cali este lunes” (Semana, Febrero 1:10).

La respuesta es urgente porque la inseguridad ha tocado los límites que debía haber tenido, pero anterior a estos límites de inseguridad nadie llegó a los barrios de las periferias de las ciudades para atender la seguridad de las familias excluidas, de los cientos de niños enfermos, desescolarizados, mal

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alimentados abandonados desde todo punto de vista a su suerte. Cuando comienzan los brotes de inseguridad, la respuesta siempre fue policial, creación de más cárceles y aumento de penas de los delitos. El dinero que se invierte hoy es para pagar la recompensa a quien denuncie a los delincuentes.

Este y muchos ejemplos se podrían citar sobre lo que implica atenerse a esperar que los problemas sociales se vuelvan incontrolables, por no acercarnos a ellos en con actitud de compromiso y responsabilidad que se debe tener, sobre todo cuando el problema está afectando a seres humanos. Si bien una política de seguridad ciudadana es importante, más importante es una política de seguridad social que incluya a todas y todos los ciudadanos. La alarma debe encenderse cuando un niño-a, muere por desnutrición, cuando un niño-a tiene que trabajar para colaborar con la familia o para satisfacer sus necesidades. Un solo niño o una niña que sufra deben convertirse en la fuente de preocupación de un Estado responsable con sus ciudadanos-as.

En este sentido, se considera que las estadísticas hacen aportes a la investigación, pero tratándose de que son a seres humanos a los que nos interesa responder desde la investigación, es imposible realizarla a espaldas de quienes viven la situación. La importancia de la elección de la técnica está en la necesidad que se tiene de hacer partícipe a los y las personas afectadas en la identificación de sus problemas y en la necesidad que estas y estos expresen libremente como se sienten frente a una situación determinada que los y las afecte.

La interpretación crítica, debe darnos elementos para la construcción del dialogo, como “aquel que se impone como el camino mediante el cual los hombres ganan significación en cuanto tales”. Freire (2005:107)

Rescatar la voz de quienes nunca han sido escuchados-as y a quienes se mantienen relegados, no solo para ser oídas y difundirlas, sino para comprenderlas dentro de los contextos de donde surgen y se construyen las más duras expresiones de exclusión social, es lo que esencialmente permite una interpretación crítica, de donde se puedan generar experiencias emancipadoras.

7.2.- El compromiso.

El investigador debe ir más allá del hecho de conocer la problemática de interés, su compromiso está en poner al servicio de los investigados-as los resultados de su investigación, en utilizar sus datos para el trabajo con quienes compartió y de quienes se nutrió para la elaboración del conocimiento.

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Sólo quien estuvo en contacto con la realidad tiene la posibilidad de construir conjuntamente con los y las implicados las estrategias de trabajo que posibiliten la comprensión e intervención sobre la problemática tratada , es el planteamiento de la reducción de la distancia entre quienes abordan la realidad desde el conocimiento y quienes hacen uso de los resultados de la investigación. Se debe establecer la unión permanente entre la teoría y la práctica, es decir la praxis como una acción consciente, evitando el activismo o quedarse solo en la reflexión profunda sin ninguna acción. El aporte de la investigación es ser la guía de la acción, a su vez es desde la acción de donde se puede plantear la necesidad del conocimiento. Lo sustentado anteriormente es lo que ha llevado a contemplar tipos de investigación que incluyan la participación, la acción y la educación, con vías a la transformación emancipadora, que junto con las llamadas: “metodologías integradoras del horizonte pedagógico, contribuyen a plantear la educación como aprender a leer, interpretar y re-configurar la psico-cultura dominante, para lograr el desarrollo emancipado y liberador de cada persona”. López H. (2000:14) El autor designa las metodologías de la praxis pedagógica como: “la investigación acción, la animación sociocultural, el desarrollo comunitario, la educación popular y la proyección pedagógica participativa”. La propuesta metodológica como una vía a la liberación de la persona, parte de su reconocimiento como tal y de su potencial humano, facilitar las herramientas que le permitan propia transformación como hombre libre, capaz de innovar su entorno para beneficiarse de él no en la forma egoísta que la concepción capitalista ha impuesto en el mundo, sino como un hombre capaz de relacionarse con sus semejantes, como diría Savater (1997: 21):

“En alguna parte dice Graham Greene que “ser humano es también un deber”. Se refería probablemente a esos atributos como la compasión por el prójimo, la solidaridad, o la benevolencia hacia los demás que suelen considerarse rasgos propios de las personas “muy humanas”, es decir aquellas que han saboreado “la leche de la humana ternura”, según la hermosa expresión shakespeariana. (…) nacemos humanos pero eso no basta”

. El compromiso de acercar a los y las excluidos a que comprendan su situación de exclusión desde una mirada crítica y con una actitud reflexiva, que les permita reconocerse como miembro de una sociedad dentro de la cual tiene derechos y deberes, pero ante todo tiene la posibilidad de disfrutar de una vida digna, con libertad y felicidad.

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Acorde con lo anterior, se rechazan todas las tendencias asistencialistas y paternalistas que impiden que las personas puedan ser protagonistas de su vida y permiten que sean vistas como seres sin conocimientos y sin capacidades para actuar sobre las cosas que les interesan y para satisfacer sus necesidades con la esperanza de una vida digna. La mutilación de las capacidades de las personas presentadas bajo el manto de la “beneficencia”, no es sino la negación de su humanidad, convirtiendo a las-os beneficiados en objetos a su servicios, y buscando la eterna gratitud que admite el abuso y la explotación: “Pero los ciudadanos nunca deben ser tratados como menores de edad, incapaces de orientar sus vidas por sí mismos, ni considerados marionetas de la publicidad o las tentaciones invencibles. Es mejor equivocarse autónomamente que acertar comportándose a la fuerza como establecen quienes pretenden saber lo que es mejor para nosotros que nosotros mismos”( Savater, 2007:54-55). El compromiso está en palabras de Fromm (2007:60) refiriéndose a la naturaleza del hombre:“El hombre es, en su verdadera naturaleza, un ser un ser para los demás”. Ser un ser para los demás implica el reconocimiento de todos y todas en su condición de humanos, es el sentimiento de solidaridad y de respeto hacia ese otro que se constituye en su prójimo, tomando la definición de la Real Academia Española, que lo define como: “hombre respecto de otro, considerados bajo el concepto de la solidaridad61 humana”. Estas serían las bases sobre la cuales se debe partir para poder entrar en una relación pedagógica, que permita sacar a los niños, niñas y jóvenes de las cavernas de donde se encuentran y que les ha impedido ver con claridad el exterior, retomando el mito de las cavernas de Platón (2007) 7.3. - Proyecto Educativo Comunitario.

Hablar de un proyecto educativo comunitario, es hacer referencia a la pedagogía como el camino elegido para el encuentro con los y las habitantes de las comunidades en este caso excluidas. La propuesta de la efectividad de un proyecto educativo “entendiendo por educación algo donde no hay contraposición entre el educador y el educando,” (Monclús, A, 1998:65) se hace desde la pedagogía social, por considerar que tiene todos los elementos para constituirse en una pedagogía liberadora, en el sentido de proporcionar a los y las educandas las instrumentos necesarios

61 La solidaridad de a la que se hace referencia aquí, es diferente a la que promulgan las clases económicamente fuerte y que utilizan como mecanismo de sumisión con la clases excluida.

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para:”“aprender a leer, interpretar y criticar-re-crear los signos y los lenguajes, los mundos psico-culturales establecidos para la emancipación personal” (López H, 2000:11). El acercamiento a la problemática de exclusión de niños, niñas y jóvenes no puede darse en forma fragmentada, como si el problema fueran ellas-os, y por lo tanto toda intencionalidad de trabajo debe hacerse sobre ellas-os dentro de las instituciones de beneficencia y protección. El acercamiento al que hacemos referencia es al que mira al niño-a en su entorno, el que no niega el contexto micro, ni macro que influye en cada una de sus dimensiones humanas. Se ha venido sustentando desde las diferentes ciencias sociales la influencia del entorno en el desarrollo de la infancia, tal como lo presenta Isaza (2007:301):

“La primera infancia es importante por los diferentes y complejos procesos que el ser humano realiza durante este periodo:

Ocurre su mayor desarrollo neuronal. Se determinan las capacidades para las relaciones vinculares y afectivas,

que en otras etapas de la vida será difícil o casi imposible de construir. Se desarrollan las capacidades básicas para el lenguaje y la motricidad fina

y gruesa. Se da el reconocimiento de sí mismo-a y del entorno físico y social, que

luego se refleja en la construcción de su autoconcepto, su autoimagen y sus relaciones e interacciones con su mundo.

Se sientan las bases para los procesos de comunicación individual y colectiva.

Se desarrollan las habilidades básicas para el autocuidado. Aunque todos los procesos mencionados anteriormente ocurren durante el resto de su vida, se reconoce que es en la primera infancia, cuando se realiza el mayor desarrollo de capacidades y habilidades del ser humano”.

Estos parámetros son importantes tenerlos en cuenta, aunque no deben tomarse todos como una regla inamovible, lo cierto es que la infancia es una etapa vital en el desarrollo humano, en la que se inicia la vida y con ella el aprendizaje social, emocional y el desarrollo de aptitudes fundamentales para su bienestar inmediato y para su futuro. Este desarrollo del infante no depende solo de su genética, sino también de los estímulos que reciba del entorno, como un elemento importante está la familia, grupo primario con el que tiene su primer contacto independientemente del número de miembros o del sexo de estos-as, la escuela como institución de carácter obligatorio para el aprendizaje y la comunidad que aporta todo el ambiente en que el que se desenvolverá. Si estos elementos no están estructurados armónicamente y no están en capacidad de satisfacer las necesidades humanas básicas de un entorno

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sano que le garantice la seguridad emocional, alimentaria, libre de contaminación, de maltrato, con los servicios públicos necesarios para su crecimiento saludable, sin la satisfacción de las necesidades básicas en los primeros años de vida se está augurando una población vulnerable, con problemas de tipo cognitivo, emocional, social y con una salud precaria. Cuando se hace referencia a niños -as y jóvenes en estado de exclusión social, se está frente al panorama de ambientes deteriorados, aquellos que no les proporcionan las satisfacciones de sus necesidades y que por lo tanto han causado en ellos y ellas un impacto negativo tanto física como socioemocional, son estos-as los que se encuentran en la calle, en la llamada delincuencia infantil-juvenil, realizando labores que atentan contra su seguridad y su dignidad, los-as que se han visto en la necesidad de hacerse ver para no sentirse ignorados, marginados, excluidos. Llama la atención cuando estos y estas niñas salen de su casa huyendo de las necesidades y del ambiente agresivo en que viven, el afán paternalista que brota del Estado y de la sociedad, es entonces cuando aparece el manto protector de las instituciones de caridad y de beneficencia para atender a los llamados “niños y niñas de la calle, niños y niñas trabajadores, niños-as delincuente o simplemente, niños y niñas en estado de exclusión social”. La respuesta institucional se da con miras a atender “las necesidades del niño, niña o joven” (claro está desde la perspectiva institucional) tal como lo expresaron directivos y personal que laboran en las instituciones visitadas:

Es un proceso integral que está basado en la garantía a los derechos fundamentales” (DAS 300-1). (…) proteger, re socializar a los niños que tiene antecedentes de socialización callejera, brindándoles en el hogar de protección, toda la atención, educación integral. (DFV 400-1). Es sacar del mundo callejero a los niños, traerlos a nuestra Institución, programarlos en los procesos y devolverlo nuevamente a la sociedad” (DNP 001).

Las pregunta que surgen enseguida están relacionadas con, si estas afirmaciones son reales y conscientes, ¿por qué esperar que ellos-as salgan de sus comunidades para ser atendidos?, ¿por qué esta atención no se da en el contexto donde se encuentra el niño-a? ¿Es posible garantizar los derechos fundamentales de los niños-as, en situación de encierro?

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Ante la situación de exclusión social que viven los niños-as de Colombia, especialmente los de Cartagena de Indias, reflejada en carencias de todo tipo y frente a la falta de compromiso estatal de crear políticas públicas que permitan pensar en una respuesta basada en la justicia social con miras a la construcción de una sociedad igualitaria con oportunidades para todos y todas, se hace necesario construir en unión con las comunidades proyectos pedagógicos con miras a promover los encuentros donde el dialogo sea la base para el acercamiento a una búsqueda conjunta de las respuestas sobre su situación de exclusión. Los sujetos amontonados en las comunidades excluidas, se han encontrado por años en la ingenuidad propia de quienes no han podido desarrollarse como adultos, porque siempre han dependido de los que por el poder del conocimiento, el poder político o económico, los-as han utilizado como mano de obra barata, trabajos riesgosos, votos electorales, consumidores de productos y de drogas, clientes de organismos gubernamentales y los no gubernamentales, entre otras, de estas situaciones se creó en nuestro país uno de las expresiones más inhumanas “los-las desechables”62 , una forma humillante de señalar el poco valor que se le da a las personas que no hacen parte de los incluidos, lo realmente preocupante es que estas expresiones o afirmaciones penetran la mente de las personas las cuales van reaccionando de acuerdo a sus posiciones en la sociedad o a sus experiencias, algunas consecuencias son: La discriminación relacionada con la pobreza, concierne al rechazo que se hace a los-las que por su poca capacidad de adquisición, no pueden presentarse ni comportarse de acuerdo a la exigencias de los sitios que frecuentan quienes han tenido la oportunidad de estudiar las artes del comportamiento social y pueden acceder a los vestuarios que señalan la clase a la que pertenecen. De igual forma se discrimina por el tipo de trabajo que se realiza y el nivel de educación escolar y universitaria que se ha logrado escalar, la existencia de alimentos propios para la población de escasos recursos, cargos públicos ocupados solo por quienes poseen las tácticas y el conocimiento propio de los líderes formados para triunfar, entre otros. Esto para nombrar algunas de los indicadores de discriminación por razones de pobreza económica.

62 En 1992 en la ciudad de Barranquilla (Colombia) se hizo público el asesinato de

recicladores por parte de celadores de la Universidad Libre de Barranquilla. Los cadáveres de los asesinados ya fueran recicladores o mendigos eran utilizados para el comercio de órganos. Este suceso fue uno más de los tantos donde el valor de la vida de las personas sin oportunidades y dedicadas a la mendicidad, que viven de los deshechos de la sociedad o con oficios degradantes, es igual al de las cosas desechables, de corto uso, pueden utilizarse y tirarse sin ningún remordimiento moral. Se les elimina de golpes fatales como los trancazo como el caso de estos recicladores, o lentamente sometiéndolos a torturas donde no hay un verdugo sino muchos que los-as someten a sufrimientos de días sin alimentos, dormidas en la calle, enfermedades sin medicinas, viviendas insalubres y toda clase de negaciones que hacen que su vida no represente el valor que para todos y todas debe representar un ser humano.

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Por otro lado las personas ubicadas en situaciones de marginación y exclusión social buscan la forma de adaptarse a la sociedad, evitando el sentimiento de rechazo y discriminación, para lo cual recurren a lo que Merton (1964:218) llamó tipos de adaptación individual:

Conformidad Innovación Ritualismo Retraimiento Rebelión

Estos tipos de adaptación que fueron citados en el capítulo I de este trabajo y que se retoman como elementos para argumentar la posición que los individuos utilizan para poder vivir en una sociedad de diferentes, que excluye a quienes no tiene cabida dentro de sus parámetros. No se puede ignorar, la necesidad que sienten los humanos de sentirse aceptado o incluido, aunque realmente no lo estén, pero alivia la angustia de sentirse separado, Fromm (1993:19) hace referencia a estas situaciones de angustia en el texto el Arte de Amar al referirse a la sensación de separatidad:

“La vivencia de la separatidad provoca angustia; es, por cierto, la fuente de toda angustia. Estar separado significa estar aislado, sin posibilidad alguna para utilizar mis poderes humanos. De ahí que estar separado signifique estar desvalido, ser incapaz de aferrar el mundo-las cosas y las personas- activamente significa que el mundo pueda invadirme sin que yo pueda reaccionar”.

Este es el sentimiento que se quiere evadir, sin embargo los medios utilizados solo logran encubrir el sentimiento de separatidad planteado por Fromm, lo que de igual forma va a repercutir en la salud mental y física de esta población. La evasión más utilizada y que ha servido para tranquilizar a la sociedad es identificación del excluido-a con quien los excluye, valorar sus éxitos y su estilo de vida, así como autoreprocharse por no haber logrado las metas impuestas por la sociedad para tener el mismo estilo de ellos-.as. Es una forma de aliviar su sentimiento de separatidad, pero a la vez permite ser utilizado en forma humillante, situación que aceptan para sentirse congraciado con quien lo-la utiliza, es una relación de superioridad-inferioridad, que hace que el sujeto se

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sienta bien, siendo reconocido aunque sea desde un estado de inferioridad. Resulta incomprensible para quienes logran identificar la utilización del poder, ver a un grupo de personas de barrios excluidos desesperados por abrazar o dar la mano a quienes los mantiene en situación de exclusión. Por el contrario existe una población dispuesta atender las expectativas sociales, aunque utilizando medios diferentes a los socialmente aceptados y son precisamente los que se han convertido en el malestar de la sociedad. Etiquetarlos como delincuentes sin hacer un análisis sobre las expectativas creadas a través de los medios de comunicación masivos y su relación con los medios como recursos para que los sujetos puedan lograr esas expectativas, es entrar en el juego de la animación hacia el consumismo dirigido a la “gente que quiere estar bien”. Se hace exaltación la belleza, la buena salud, la comodidad, transporte de lujo, los viajes, recreación sin límites, y a muchas cosas más para lo cual sería necesario contar con medios suficientes para obtener los niveles de vida que se quieren vender. Sin embargo por otro lado se sanciona a quien queriendo estar “bien” recurre a los medios no aceptados socialmente. ¿Qué pasa cuando una niña (en situación de exclusión) ve en la televisión una hermosa familia consumir un delicioso pollo dorado e insiste diariamente a su padre querer probar ese delicioso pollo, cuando el padre no tiene un trabajo estable y lo que gana solo alcanza para cubrir gastos de primera necesidad? ¿Nos resultaría extraño que este padre recurriera a una forma no aceptada ni legal, ni culturalmente para conseguir medios que le permitan comprar el pollo dorado, tan anhelado por su hija? Otra cosa es aceptar que estos mensajes van dirigidos a un sector de la población que es la que está económicamente en condiciones de obtener lo ofrecido a través de los medios de comunicación, lo que sería un aumento de la discriminación. Después de este breve análisis sería incoherente pensar que el acercamiento a los grupos de niños, niñas y jóvenes excluidos se ha de realizar fuera de su contexto y como un proyecto orientado a cambiar sus estilos de vida invadiéndolos con valores de otros contextos, sin integrar a la familia y a la comunidad como grupo de referencia donde vive sus primeras experiencia. La propuesta debe totalizar cada uno de los aspectos que tocan su vida, porque es esa precisamente la que a un pedagogo social, comprometido con la existencia humana debe considerar importante, vencer el sentimiento de separatidad, de estas poblaciones condenadas a vivir como apéndices de los asentamientos incluidos, es el compromiso adquirido con estas y futuras generaciones.

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7.4.- Propuesta de cooperación para la

construcción del sentido de humanidad

Se ha propuesto en el apartado anterior el acercamiento a la problemática de la infancia a través de proyectos comunitarios, a partir del reconocimiento de la influencia que tiene la comunidad y sus agentes socializadores como la familia, la escuela y los grupos de pares. Este apartado se orienta a las pautas de cooperación con la comunidad en la construcción del sentido de humanidad, para lo cual se tomará como referencia a Savater (2000).

Resulta extraño hacer referencia a la construcción del sentido de humanidad, de sentir humanidad, pero para quienes conocen de cerca la deshumanización y el deterioro humano, creen en la posibilidad de aportar de sí, su sentir la humanidad, sentirse humano en todo el sentido de la palabra, y ¿qué es sentirse humano? Ser humano, es una característica particular del hombre que ha logrado superar su condición de animalidad y ha alcanzado el desarrollo de sus estados racional y social, estos estados son inseparables, no se es hombre solo por la condición biológica, hay que estar unido a su prójimo, con quien en unión pudo librarle las batallas a las fieras y a la naturaleza:

“La humanidad no sólo es la condición más integra de los hombres, sino que también necesita el marco humano para conseguir manifestarse: los hombres se hacen humanos unos a otros y nadie puede darse a la humanidad así mismo en la soledad, o, mejor en el aislamiento” (Savater, 2000: 21).

Es en esa unidad donde el hombre puede desarrollar su potencial humano, en el intercambio de la palabra:“El mundo no es humano por haber sido hecho por los hombres, y no se vuelve humano porque en el resuene la voz humana, sino también cuando llega a ser objeto de dialogo” (Ibídem, 22).

Estas afirmaciones del filosofo, orientan la razón de la humanidad en unidad compartida, en el dialogo que permite comunicarnos para seguir construyéndonos como humanidad, en la medida en que nos alejemos nos deshumanizamos, dejar de sentir con los otros, de sufrir, de amar, son actos que nos separan de la conquistada condición humana, constreñir a otro en el uso de la palabra, en su capacidad de comunicación es negar su condición de humano. Para Freire (2005:107) el camino a la deshumanización está en la negación a los demás del derecho a la palabra:

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“Esta es la razón que hace imposible el dialogo entre aquellos que quieren pronunciar al mundo y los que no quieren hacerlo, entre los que niegan a los demás la pronunciación del mundo, y los que no la quieren, entre los que niegan a los demás el derecho a decir la palabra y aquellos a los que se les ha negado el derecho. Primero es necesario que los que así se encuentran, negados del derecho primordial de decir la palabra, reconquisten ese derecho prohibiendo que continúe este asalto deshumanizante”.

Estar excluido es haber sido desposeído del uso de la palabra, haber sido negado como humano, dominados por las fuerzas de poder que los reducen a estados de cosificación, en la relación excluyente y excluido, ambos se deshumanizan y solo en la medida que se construya el dialogo podría existir la posibilidad de humanizarse mutuamente. Porque no solo se deshumaniza a quien se excluye, los excluyentes se deshumanizan en la medida que niegan a los otros la posibilidad de la palabra

Un proyecto de cooperación para la construcción del sentido de humanidad, en las zonas excluidas a las que pertenecen los niños, niñas y jóvenes, toma como punto de referencia la situación de “estar desposeído del uso de la palabra”, la situación de abandono en que se encuentran, perdidos en la desesperanza y en el miedo que produce la soledad. Recuperar el sentido de humanidad solo será posible desde un proyecto de cooperación, que permita a esta población desarrollar las capacidades humanas del razonamiento y del dialogo, es decir develar conjuntamente (niños, niñas, jóvenes, padres de familia, escuela comunidad) las diversas causas de su situación de exclusión. Se debe reconocer como médula principal, la construcción de un dialogo donde la posibilidad de dialogar se convierta en un crecimiento conjunto y en una búsqueda en unión del camino así a la humanización. La interdisciplinariedad debe que favorecer el aporte de la mirada desde las diferentes disciplinas.

Un primer paso hacia el acercamiento debe orientarse al reconocimiento de la comunidad y acceder a que ella reconozca al pedagogo y las razones de querer promover conjuntamente un proyecto pedagógico en la comunidad. Es una relación siempre lineal, que debe evitar que el manejo del conocimiento sea una limitante para ser aceptado por la comunidad. La liberación de los perjuicios y de los discursos moralistas deben ser formas de reconocimiento y aceptación de las personas cooperantes en el proyecto.

Los diálogos deben tener como principio fundamental el respeto de todos y todas los asistentes a los encuentros. Desde el inicio la participación debe ser activa, para que sean ellos y ellas en el ejercicio de la recuperación de la

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capacidad de toma de decisiones sean quienes decidan sobre los aspectos que afectan su vida, este aspecto es importante porque hace parte del encuentro de las personas con sus capacidades, que les habían sido negadas.

De los encuentros siempre deben surgir tareas o trabajos conjuntos, que la mayor parte de las veces tiene que ver con la búsqueda de información o la dirección de los talleres, un objetivo debe estar en el desarrollo de la capacidad de trabajar juntos. Es importante utilizar técnicas de participación que busquen involucrar a todos y todas, solo esto sirve de real motivación para una participación efectiva. No es la motivación verbal lo que da la respuesta colaborativa, es el sentirse escuchado y respetado dentro del grupo lo que desarrolla el sentido de participación.

Las técnicas interactivas deben utilizarse Ghiso, A. (2001), entendidas como dispositivos que activan la expresión de las personas, facilitando el hacer ver, hacer hablar, hacer recuperar, hacer recrear, hacer análisis, lo cual es lo mismo que hacer visibles o invisibles, sentimientos, vivencias, formas de ser, creer, pensar, actuar, sentir y relacionar de los sujetos para hacer deconstrucciones y construcciones. La recuperación de la memoria histórica como reflexión sobre el contexto, análisis de la temporalidad, formación de hábitos, manejo de la interculturalidad, así como todo aquello que pueda dar muestra de lo que ha sido el desarrollo de la comunidad y la participación de los actores en la construcción de esa realidad. Este ejercicio favorece la participación al considerarse como un encuentro con lo vivido, es el renacer de los recuerdos y la posibilidad de la reflexión sobre lo sucedido. La lectura del contexto local frente al contexto municipal y nacional. El análisis del contexto no puede darse en forma fragmentada, eso no permitiría una lectura seria de la realidad y limitaría tanto la comprensión de la problemática como la búsqueda de alternativas de acción para su superación. Esta lectura de análisis profundo debe detener su mirada en las realidades económicas, políticas y sociales que influyen su situación de exclusión. La sistematización como un proceso que recoge la experiencia y la interpreta de una forma crítica desde la perspectiva de los actores. Es saludable que le comunidad sea quien participe en la realización de su sistematización, esta técnica favorece la discusión, y amplia el conocimiento. Para la realización de la sistematización, es trascendental resaltar la necesidad de técnicas de recolección de información como es el diario de campo, las notas, los equipos técnicos que capturen la imagen y la palabra.

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Si bien se acepta que ningún proceso pedagógico puede ser improvisado, se parte de que la educación social es una educación que no es reglamentada, pero que es “intencionada”, su intención no es la instrucción sobre conocimientos técnicos, pero si es una educación para la liberación y en este caso es la liberación en el contexto. 7.5.- Respuesta desde las demandas de vida de

la población.

Todo proyecto debe responder a unas demandas en este caso se habla de las demandas de vida de la población constituida por los niños, niñas y jóvenes en situación de exclusión social. Las demandas de vida de una población en estado de exclusión están dadas por los satisfactores (subsistencia, protección, afecto, entendimiento, participación, ocio, creación, libertad, identidad) que se requieren para que la población pueda tener un desarrollo integral dentro de su contexto y al lado de las personas con quien comparte sus primeras experiencias. Estas se manifiestan desde los contextos deteriorados donde los niños y niñas crecen con todos los factores de riesgo, entre otros la violencia que se vive en las zonas excluidas producto de la multiplicidad de carencias asociadas a todos los aspectos necesarios para obtener una vida digna. La respuesta a estas demandas debe basarse en el amor al ser humano, mas no en la sensiblería, no en la zalamería y mucho menos en la hipocresía, se basa en ese amor responsable que debe darse entre todos y todas, el que además de dar y darse integra a elementos básicos, comunes a todas las formas del amor, como son: cuidado, responsabilidad, respeto y conocimiento. Fromm, E. (1993: 35) Las respuestas desde el paternalismo, asistencialismo o autoritarismo, no son respuestas que tengan en cuenta los elementos del amor planteado por Fromm, se podría decir que por el contrario hacen una negación de la persona y sus potencialidades, una respuesta a las demandas de las necesidades de los niños-as y jóvenes excluidos, debe darse desde el reconocimiento de sus potencialidades y de la influencia que tiene el contexto (familia, comunidad, escuela, iglesia) en su desarrollo integral En capítulos anteriores se ha venido señalando, como la institucionalización no ha respondido a las demandas de la población infantil en estado de exclusión, y como históricamente en Colombia todas las acciones o

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programas que se denominan “protectoras” no han dado una respuesta real al problema, sino que han permitido que se agudice y que cada vez se conviertan en la solución más inoperante, aunque se recurra a nuevas formas de intervenir sobre los problemas sociales que los-las acosa. No obstante se ha enmascarado el discurso sobre la infancia, se habla constantemente de derechos, de responsabilidades, pero se insiste en verlos como los-las incapaces, débiles, a los que hay que proteger separándolos del contexto, lo que se convierte en una amenaza para su desarrollo armónico. La respuesta a la demandas evadiendo la responsabilidad con la vida de los niños, niñas y jóvenes hace que se trabaje la problemática social que los afecta desde la percepción de la institución y no desde la verdaderas carencias que tiene la población, en ningún momento aparece el respeto por lo que él o ella puedan manifestar, lo que le quita importancia a la capacidad que tienen los niños, niñas y jóvenes de expresar sus ideas sobre lo que realmente sufren:

“Decir que hoy día esta Institución se dedica a trabajar por el niño de la calle no es tan cierto, tenemos hoy niños y jóvenes que de pronto en su familia se ha creado un caos, una situación muy difícil y la familia no lo puede tener el Estado a través de Bienestar considera que debe estar en una Institución… momentáneamente nos los envían a nosotros Los objetivos de esta Institución son básicamente soldar dos partes, una parte que es la familia y la otra parte que es el muchacho. La función de la Institución es soldar eso… es crear un estado, un clima que permita a esas dos parte reencontrarse y aceptase y volver a funcionar juntos, pienso que es ese” (ENT.DFV401-1).

Hablar de respuestas desde las demandas de la población mencionada es hablar de la restitución de los derechos humanos, es hablar de políticas sociales orientadas a hacer reales los derechos que los niños-as y jóvenes tienen por su condición de humanos, esto es inaplazable, fue el compromiso asumido en la Convención Internacional por los Derechos de los Niños y Niñas en 1989 y ratificados por el Estado Colombiano, que les imprimió fuerza de Ley incluyéndolos en el artículo 44 de la Constitución Política y en otras normas jurídicas, por lo cual se constituye en obligatorio y prioritario el cumplimiento cabal de este mandato Los niños-niñas y jóvenes Colombianos, no necesitan más intervenciones en sus vidas, no necesitan instituciones que los protejan, que continúen minimizándolos, que los conviertan en seres incompletos, sin capacidad de discernir. Necesitan que se respeten sus derechos en su comunidad, al lado de su

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familia o de las personas más cercanas con las que ha construido relaciones de afecto. Necesitan de inversión en políticas públicas permanentes que les reconozca los derechos negados durante muchos años Sólo de esta forma se puede garantizar que en el futuro sean padres y madres que puedan crear un entorno armónico, seguro, saludable para sus hijos-as. La mirada a las demandas de vida de la población en referencia, se debe dirigir a la satisfacción de las necesidades como la perciben los niños y las niñas en situación de exclusión social y que expresaron en dialogo con entrevistadores. Aquí se retoman las más sentidas y expresadas por ellos y ellas. 7.6.- Demandas relacionadas con el entorno o

ambiente donde se desarrolla la vida del niño-a en

estado de exclusión social.

Como se había mencionado anteriormente, el entorno social es de vital importancia para el desarrollo armónico de los niños-as. Este es el lugar donde transcurre gran parte de su tiempo. Dentro de su contexto los y las ciudadanas satisfacen las necesidades relacionadas con los servicios públicos (agua, luz, gas natural), protección, relaciones sociales, institucionales (escuela, iglesia, familiar)

EL BARRIO: Se constituye en el espacio geográfico donde confluye la vida de un grupo de familias que establecen su vivienda en él, y por el tiempo de permanencia logran crear relaciones sociales con los demás miembros de la comunidad, comparten problemas, instituciones, buscan soluciones conjuntas y también debido a la diversidad de individualidades se presentan problemas entre los mismos miembros del grupo y de estos con comunidades cercanas. Si a lo anterior la adicionamos la condición de barrio o comunidad excluidos encontraremos un mayor número de problemas que se van a presentar por las consecuencias que trae una baja o nula calidad de vida, a si como los conflictos que se presentan fruto de las presiones que se dan al interior de los hogares por la convivencia de personas con alto grado de frustración. En el siguiente cuadro se muestra como los y las niñas y jóvenes perciben su barrio, el lugar que se convierte para ellos y ellas en espacio socializador de normas, valores, sentimientos, afectos, desafectos, etc.

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Cuadro 7. El Barrio, Percepción de pertenencia.

BAR

RIO

PE

RC

EPC

IÓN

“En estos barrios lo que se ve es la droga y todo, la corrupción”. EAS 301-1

“eso por allá es una calentura, eso por allá matan, roban, yo no quiero estar por allá porque eso es muy feo” NFV 410-1

“En mi barrio a veces matan mucho y a veces no”. NP 003-1

“…porque hay mucha milicia, matan niños entonces eso a uno le da miedo que de pronto yo pueda perder la vida por una bobada” NP 010-1

Fuente: Elaboración propia.

VIVIENDA: La vivienda es el lugar de habitación de las personas, tiene como función resguardar a los individuos del clima, garantizar la seguridad y las relaciones entre miembros de la familia, la individualidad, la intimidad y la salud de cada uno de los miembros que comparten el asentamiento. La vivienda para que cumpla con estas funciones debe tener las condiciones de vivienda digna, es decir estar equipada con todo lo necesario para responder a las necesidades de espacio, protección y salud de las personas que la habitan. El tipo de material y la disponibilidad de los espacios necesarios para cada una de las funciones antes mencionadas. Siendo la vivienda un derecho social consagrado en la Constitución Política de la República, en el artículo 51, encontramos sin embargo en las zonas excluidas algunas viviendas improvisadas que no cumplen con ninguna de los requisitos habitacionales mucho menos el de ser una vivienda digna. Las características más sobresalientes de estas habitaciones utilizadas como viviendas es la de ser elaboradas en materiales de poca resistencia e impermeabilidad, sin pisos, con techos de paja, y con poca o sin ninguna división, lo que favorece el hacinamiento, enfermedades tanto biológicas como psicológicas y conflictos entre los y las que habitan la “vivienda” y de estos-as con sus vecinos-as.

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Cuadro 8. Vivienda, estructura y espacios

VIV

IEN

DA

PER

CEP

CIÓ

N

“Mi casa es de tablas… es un cuarto donde está todo yo duermo en la misma cama con mi mamá y mi hermana…duermo mal porque como mi mamá es gorda y mi hermana también entonces a mi me toca dormir en el filo y no puedo encogerme cuando tengo frio”. NHSD 504

¿Cómo es tu casa? Es así pequeñita, de tablitas ¿con quién dormías? Con todos los hermanos míos (seis hermanos). ¿Donde dormían? En una sola cama. ¿Y tu papá y tu mamá? En otra cama NHC 101-1 ¿Cómo es tu casa? de tabla ¿Cuantos cuartos tiene? Dos nada más… ¿Tú duermes con quien? Con mi abuela, con mi hermanito y una prima. NAS 308-1

Fuente: Elaboración propia.

LA FAMILIA: La familia, vista por años como la célula básica de la sociedad, el lugar donde una pareja unida por “amor” concebía a sus hijos-as, y tenía como misión la su educación y preparación para su vida futura, para lo cual la pareja debía estar vigilante a todos los movimientos, gustos, juegos, elecciones, aprendizaje académico e incluso sus amistades y la elección de la pareja con quién debía compartir su vida posterior la prole. Estas funciones solo era posible sacrificando la libertad de la madre y manteniéndose unida la pareja aún cuando no hubiera un entendimiento mutuo. Si bien hoy se reconoce que ha habido avances considerables en la dinámica familiar, que los cambios socioculturales y económicos han influido en los roles y en las relaciones que se dan en su interior, nuevas formas de uniones van apareciendo por lo tanto nuevas formas de parentesco, si estos cambios se perciben en las familias más conservadoras, en las que se niega cabida a nuevos valores a nuevas formas relacionales, estas aparecen con mayor énfasis en las familias donde no hay nada (material) que preservar solo la unión de sus miembros y si a eso se une que acaecimientos históricos de la vida de los individuos los han ido formando como inestables, ansiosos-as, frustrados-as, es posible que se les dificulte responder como “familia ideal” como se pretende exigir que sean para que respondan ante la sociedad por la formación de su descendencia.

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Un gran porcentaje de familias excluidas, se ha formado fortuitamente, o con ilusiones provenientes de la inmadurez de una minoría de edad cronológica o psicológica, respuestas como las que se citan a continuación muestran las esperanzas de los y las jóvenes con relación a su futuro familiar: Con criterios semejantes fueron concebidos estos y estas jóvenes que hoy describen su familia a partir de la autoridad o las personas más cercanas que tengan o compartan con él o ella el mayor tiempo posible. Estos grupos construyen sus uniones en medio de necesidades, en condiciones de pobreza caracterizadas por salud precaria, empleos informales y riesgosos, escasa formación educativa, condiciones de vivienda infrahumanas, problemas estructurales que están lejos de poder obtener respuestas para los niños y niñas desde la institucionalización.

“Trabajar, tener mi familia y una mujer que me saque adelante porque creo que una mujer puede sacar a uno adelante, una mujer lo ayuda mucho a uno y tiene uno el apoyo de una persona que lo quiere” NHC 103-1

“Después que tenga mi familia y no le pase nada, después que esté bien. ¿Cómo vas hacer para alimentar a tu familia? Tengo 2 manos y 2 piernas yo hago lo que sea y yo sé camellar63 bastante, yo he camellado bastante… en camellos fáciles como de 12:00 a 2:00 de la tarde. ¿Pero qué has hecho? Robar, me gano $5000 en un día, de ahí no robo más” (NAS 301-1).

63 Camellar lo utilizan como sinónimo de Trabajar

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Cuadro 9. Familia-salud y situación económica

F

A M

I L

I A

P E

R C

E P

C I

Ó N

ENFE

RM

EDA

DES

“mi papá está ciego, fue que mi papá cuida bóvedas de esa donde meten los muertos y un día que iba a abrir una bóveda un agua que estaba ahí toda hedionda, le cayó encima y lo dejo ciego” NHC108-1 “Mi mamá no hace nada es invalida y no puede realizar ninguna labor”. NP007-1

“Ella se enfermó y tienen que hacer unos análisis que le valen $60. 000 y meterle unas placas por la nariz. Entonces se me enfermó y la tienen en el hospital”. NHSD 50-3

AC

TIV

IDA

D E

CO

MIC

A

“Mi mamá vive del señor de ella, que es Albañil entonces empecé a tener problemas con mi padrastro, en esos dos años que estuve ahí porque se ponía rabioso porque yo no ponía plata para la comida y me toco ir a trabaja”. NHSD 50-1 ¿Trabajas? Si con mi mamá vendiendo cocadas… que lo que me manden a vender ¿quién te manda a vender? Mi mamá NHSD 504-1 “Mi mamá se dedica a la venta de loterías y mi papá a la venta de plátanos en el mercado de Bazurto64”. EA 302

CO

MPO

SIC

IÓN

DEL

H

OG

AR

“Mi mamá es separada de mi papá, mi mamá vive aparte y mi papá también… Vivo con mi abuelita en el barrio Ceballos, en San José de los Campanos vive mi papá pero yo me crié con mi abuela desde los dos meses de nacido que mi mamá me dejó”.

64 Mercado Central de Cartagena, donde se concentra el mayor número de vendedores

informales

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300

Cuadro 9. Familia-salud y situación económica

NAS 300-1 “Mi mamá está en Venezuela, desde que tenía cinco años ¿y tu abuelita?, ella vive conmigo ¿Tú papá? Esta en Venezuela también ¿Pero te mandan dinero? ¡No¡ ¿Entonces que hacen allá? No sé que hacen allá en Venezuela”. NAS 308-1 Yo fui abandonado… de mi familia, o sea, mis padres… y quedé solo… o sea, no tengo hoy día a nadie, fui abandonado -¿quién te crió a ti? O sea una abuela, que es la que me está criando ahora NAS 312-1

Fuente: Elaboración propia.

LA ESCUELA: La escuela continua siendo la institución social que tiene la función de impartir y legalizar el conocimiento. Le ha correspondido a la escuela el papel de transmisor de conocimiento, de normas y valores. Si bien le corresponde como institución social la formación de grupos de estudiantes por niveles, con contenidos específicos para cada nivel (educación básica primaria y básica secundaria) sería importante el reconocimiento a la individualidad de los integrantes de cada grupo y las experiencias que cada uno-a lleva a la institución escolar, es decir quién entra a la escuela es un ser integral. “(…) es necesario superar hipótesis y perspectivas de análisis que consideran los centros como instituciones donde los hechos se dan en forma independiente, para concebirlos como organismos vivos o escenarios donde se desarrollan algo más que actuaciones aisladas. Lo que sucede en ellos es más una concurrencia de hechos, de efectos sinérgicos que una suma de acciones individuales” (García F, en Monclús, A, 2006:231). El reconocimiento del contexto sociocultural como fuente de experiencias positivas y negativas que influyen tanto en el aprendizaje como en el comportamiento relacional de los y las estudiantes. La sola experiencia de vivir en estado de exclusión, como estado de negación de cualquier posibilidad de desarrollo de su potencial humano, convierte a un gran número de niños, niñas y jóvenes en situación especial en cuanto al aprendizaje: “Cuando los niños son criados en un ambiente familiar afectuoso y fortalecedor tienen mayores probabilidades de

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alcanzar niveles elevados de confianza y autoestima, curiosidad y deseo de aprender” (Amar A. y Madariaga O, 2008:58). Las escuelas no pueden estar a espaldas de la realidad de los y las jóvenes que a ella asisten, ya que actuar solo desde la perspectiva de grupos homogéneos que deben tener aprendizajes en tiempo y en ritmos similares para todos y todas dentro de un aula de clase, trae como consecuencias: el sentimiento de fracaso para los-as que no logran alcanzar las metas institucionales lo que reafirma “la educación no es para mí”, es decir cada vez ésta se aleja más del estudiante. El sentimiento de sentirse fracasado, impotente, atacado, los-as hace defenderse con una violencia reactiva, explicada por Fromm (1966:21) como la que se emplea en defensa de la dignidad. El abandono de la escuela y su permanente rechazo terminan por alejarlos de las posibilidades de entrar en un mundo laboral competitivo y de la experiencia relacional positiva que podría abrirle las puertas a una buena relación con su entorno. La experiencia de los y las jóvenes con la escuela muestra que tan lejos se encuentra la institución de la realidad de sus estudiantes.

Cuadro 10. Percepción escolar.

LA E

SCU

ELA

PE

RC

EPC

IÓN

“Las escuelas no me gustan son muy aburridas y yo no me la llevo bien con los profesores” NAS303-1

“Me aburre mucho el colegio ¿hasta qué curso hiciste? Segundo bachillerato ¿Por qué no te gustaba? me aburría mucho” NHC104- “…tengo 3 años que no estudio, hice el quinto y luego el primero de bachillerato hasta mitad de año y perdí los papeles porque no pague, y el colegio no me dio los papeles, volví e hice el quinto y ya”. AS303-

“Qué opinas de las escuelas? (risas) son chévere pero no pá mí… yo me aburrí porque pierdo la paciencia y como ella me la tenía velá yo no aguanté más... ya había aguantado demasiado. NAS301-1

Fuente: Elaboración propia.

De esta forma se señalan las demandas desde la percepción de los niños y niñas. Si bien no se ha hecho alusión a todas se quiso resaltar en las que ellos y ellas hicieron mayor énfasis.

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CONCLUSIONES

Llegar a la conclusión implica que se ha llegado a la parte que muestra los resultados de la reflexión que se ha venido haciendo a través de todo este trabajo, para lo cual se hace necesario retomar los objetivos propuestos con anterioridad. La revisión documental realizada en confrontación con estadísticas y lecturas al contexto social, político y económico, muestran una situación muy preocupante en cuanto a la situación que viven los niños, niñas y jóvenes en situación de exclusión social en Colombia (Cartagena de Indias). El recorrido histórico nos señala que esta no es una situación nueva, que si bien la infancia en Colombia antes de la llegada de los españoles no gozaba de las mejores condiciones debido a la cultura de los indígenas quienes considerando a la infancia como sinónimo de vigorosidad y de pureza, creían que podía ser ofrecida a sus dioses, lo cual servía de cierta protección frente a las fenómenos naturales y frente a sus enemigos. Con la llegada de las nuevas culturas procedentes de Europa seducidas por la adquisición de las riquezas de los países americanos, se introdujeron cambios al interior de la familia indígena, que tenían que ver con la incorporación de la población adulta a las labores de prestación de servicio los españoles, las nuevas creencias religiosas y la educación de los niños y niñas, para hacerlos sumisos y fieles a las instituciones sociales y a los representantes de la corona española. El inicio de luchas libradas entre los indígenas y los españoles fue dejando un considerable número de niños y niñas huérfanos y abandonados, que bajo el manto de la caridad eran atendidos por la iglesia católica, a petición de la corona. El deseo independentista de la represión española trajo más guerras y se fue creando un ambiente de odio en los que la población infantil se vio implicada, no solo por el abandono al que estaban sometidos, sino porque también fueron involucrados en las guerras a pesar de su corta edad, muchos fueron los niños asesinados en los campos de batalla. Aún después de lograr la independencia fue imposible encontrar solución a los problemas sociales que por causa de las guerras se habían generado, y de estos la peor partida la llevaba la población infantil sometida no solo a los problemas generados por la pobreza, sino los de la persecución de la iglesia que los sometía a largas jornadas de educación y moral y espiritual.

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Fue así como las instituciones de protección y de caridad en manos de la iglesia acentúan las pocas posibilidades que esta población tenía para lograr incorporarse a la sociedad como personas realizadas integralmente. Como la infancia, es una etapa de transición a la vida adulta, los niños y niñas de esa época se convirtieron en una masa de adultos desempleados con un nivel de vida precario que fueron conformando uniones maritales dentro de las cuales se concebían hijos-as en situaciones deprimentes, de esta forma se acrecienta los sectores de población con múltiples carencias, sin vinculación laboral, trabajos inhumanos, deficiente salud, viviendas inadecuadas, altas tasas de desnutrición y de mortalidad. La posibilidad de una respuesta contundente contra la pobreza y la exclusión social como política del Estado no ha sido la prioridad, se ha querido “intervenir” la exclusión social con respuestas asistencialistas desde instituciones creadas y formalizadas para prestar la asistencia y la caridad a quienes se les niegan todas las oportunidades y todos los derechos. No se puede negar y esto aparece en toda la lectura del contexto en la investigación, que el discurso con relación a los derechos de los niños y niñas se ha intensificado, que para darle mayor fuerza jurídica se han introducido dentro de la Constitución Política en el artículo 44 los derechos de los niños y niñas colombianos, que existe un gran número de instituciones formales y no formales que reciben auxilios del exterior, con el fin de aportar al problema de la exclusión social, sin embargo cada vez los niños y niñas recurren a nuevas estrategias de sobrevivencia en un mundo donde la riqueza y la pobreza extrema conviven, donde unos-as tiene derecho a una vida digna y a los otros-as, solo logran sobrevivir. En el recorrido de la investigación y a través de los encuentros en las instituciones de la ciudad de Cartagena, con los niños y niñas, los directivos y personal vinculado a las instituciones (educadores, psicólogos-as, trabajadores-as sociales, nutricionistas, etc.) se logró obtener la percepción que las instituciones representadas en las personas vinculadas laboralmente a ellas tienen acerca de la situación de los niños, niñas y jóvenes que estas atienden. Se percibe un énfasis en psicologizar y personalizar los problemas, a ver la familia como la el centro del origen del problema, el niño o niña como desadaptado. Algunos educadores mostraron mucha inseguridad al tratar el tema, su mayor fortaleza se percibe en la realización de acciones aún cuando estas no respondan a lo planteado como objetivos:

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“Es problemática … yo la veo bastante pesada, los jóvenes trabajadores muy pequeños, trabajando en la calle, el riesgo que tienen, totalmente por su edad y que están expuestos a cualquier engaño, hay que hacerles un trabajo principalmente a la familia de estos jóvenes porque (…) nos duele porque hay veces que el trabajo que hacemos aquí vemos que no progresa, de pronto son muy poco los jóvenes que aprovechan, influye mucho lo de afuera en ellos, entonces necesitamos más apoyos de sus familias” (DHSD 50-3). “La violencia intrafamiliar que son las causas, que más motivan y que más arrojan a los niños a la calle , es bastante compleja, pero con dedicación, con esfuerzo se logran vencer todas esas patologías” (DFV 400-1).

En los diálogos es posible percibir una cierta “ingenuidad” en la comprensión de la problemática, la visión de la realidad es fraccionada, ven problemas individuales, su reflexión es acrítica, no hay una toma de conciencia de la realidad. Lógicamente desde esta perspectiva la respuesta se hace desde la intervención colectiva, más no como construcción colectiva, porque aquí solo prevalece el conocimiento de los (as) educadores de la institución, que son quienes deciden como ocupar el tiempo de los jóvenes, que se debe enseñar y para que se les educa, nada acorde con una verdadera pedagogía que pueda llamarse social o liberadora, opuesta a lo que el pedagogo de los oprimidos planteaba con razón: “(…) en el momento en que la directividad del educador o de la educadora interfiere con la capacidad creadora, formuladora, indagadora del educando en forma restrictiva, entonces la directividad necesaria se convierte en manipulación, en autoritarismo”(Freire, 2007: 75). Así como se tienen apreciaciones tan simples del problema, así se responde a lo que se considera son las demandas de los niños, niñas y jóvenes, los talleres se presentan como una alternativa de capacitación que les permita vivir “dignamente”, (o ¿resignarse a sobrevivir obedientemente?) . Definición de los talleres por personal vinculado a la institución:

“El objetivo de eso talleres es que ellos aprendan un arte, que ellos cuando salgan de aquí de la institución sepan algo para defenderse ellos en su vida” (DHSD 50-3) .

“El programa de valores nosotros lo basamos más que todo en dinámicas, lo hacemos todo con dinámicas y eso les permite a ellos reflexionar más sobre todo los valores que manejamos nosotros aquí en los programas” (DHC 100-1).

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“Que se le forme en valores y se le capacite en lo técnico que ofrecemos acá, lo que carpintería, ebanistería a las chicas en belleza” (DHSD 50-2).

El poco o casi nulo reconocimiento de las instituciones a la capacidad de los niños, niñas y jóvenes que se encuentran vinculados a ellas, hace que la participación de estos-as dentro de los programas se dé solo en la elección de una u otra actividad o capacitación más no en las decisiones que implican el desarrollo de la autonomía, la toma de decisiones sobre las cosas que a ellos-as les afecta, convirtiéndolos-as en usuarios de nos servicios prestados, mas no en personas con independencia capaces de compartir con sus educadores diálogos pedagógicos donde aflore la reflexión crítica a las experiencia positivas y negativas que se encuentran en la biografía de estos niños-as y jóvenes. En el capítulo VI se resaltaron voces de niños, niñas y jóvenes, que muestran como ellos (as) percibían las instituciones a las que estaban vinculados o a las que en algún momento habían estado vinculados, estas expresiones dejan ver las expectativas con las que ingresan a una institución, expectativas que no perduran en el tiempo que permanecen en ellas, porque por un lado está la intencionalidad de la institución y por otro las necesidades y deseos de quienes reciben la atención. No es posible responder a las demandas de los niños-as fuera de su contexto y alejados de su grupo familiar cuando sus necesidades están vinculadas a su contexto, a las necesidades de sus padres, abuelos-as, hermanos(as), inclusive de su grupo de pares.

“(…) voy a veces cuando tengo plata para llevarle algo a mis hermanitos…algo de comer” (NHC 101-1).

“(…) yo trabajando, cuido a mi mamá y a mi hermana” (NHSD 504-1).

Cuando una propuesta de intervención, no responde a quienes va dirigida la propuesta, puede producir efectos contrarios a los esperados como muestra la expresión

“Por ese hable y hable y hable cháchara y a mí no me gusta que hablen tanto…” (NHC 102-1)

Con base en lo señalado en los párrafos anteriores podemos concluir que ante las demandas de los niños, niñas y jóvenes en estado de exclusión social, no se puede responder con soluciones ligeras, partiendo de

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acciones paternalistas y asistencialistas que no toman en cuenta a la población a la que se le dirige la acción, son propuestas que nace de la necesidad de mantener los niños-as y jóvenes dentro de los conceptos de “normalidad” o integrados a la sociedad de tal forma que no se perciban como un problema para la sociedad. Razones como estas son las que se muestran en el afán de trabajar con los que con su presencia causan malestar e incomodidad, más no con los niños y niñas quienes dentro de su comunidad sufren las consecuencias de haber nacido dentro de contextos excluidos.

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ENTREVISTAS DE DIRECTIVOS Y NIÑOS EN LA FUNDACIÓN NIÑOS DE

PAPEL

ENTREVISTA A DIRECTOR DE NIÑOS DE PAPEL

DNP.005-1

Esta entrevista se realiza al Director Administrativo de la Institución “Paz y

Cooperación”,

P: ¿Cuáles son los objetivos de la Institución?

R: Bueno eh dentro del la Institución el objetivo básico y primordial es la recuperación

y socialización de los niños de la calle.

P: ¿Qué entiende por recuperación?

R: Es sacar del mundo callejero a los niños, traerlos a nuestra Institución, programarlos

en los procesos y devolverlo nuevamente a la sociedad.

P: ¿Con qué modelo pedagógico o con qué metodología trabajan ustedes?

R: Con una metodología desarrollada por el padre Manolo, desde Bucaramanga el cual

lleva 10 años eh aplicándola, eh... no hay tratamiento de drogas para... para los niños ,

lo cual ha dado buenos resultados; al tanto de que acaba de ganar Niños de Papel el

premio reina Sofía en España.

P: ¿Cómo vinculan ustedes a la familia del niño en esta actividad?

R: La familia del niño eh…eh… generalmente se vincula a través de la Trabajadora

Social, cuando eh… eh… en los seguimientos esta es localizada em…mm.. en un

primera instancia el niño, si es el caso se regresa su hogar o si no se le da una

importancia a la familia para que el niño o él vaya o ellos vengan y lo visite cuando

están en los lugares y dentro de la Institución de esa forma la familia del niño

colabora dentro del proceso.

P: ¿Participa la familia en la planeación o algunas actividades de la Institución?

R: Eh…eh… no, la planeación de los procesos es totalmente planeado por un equipo

interdisciplinarios que tenemos nosotros de profesionales , el cual pues diseña y....

organiza las actividades que tengan que ve todo lo relacionado con la familia,

eh…eh… nosotros hacemos el trabajo de protección y de rescate de niños lo cual pues

implicaría eh…eh… para hacerse un trabajo con familia implicaría que esta esté más

relacionada y obedece a un trabajo de contratación directa con el Bienestar Familiar.

P: ¿En qué actividades participan en la planeación los niños?

R: Los niños eh… eh… de acuerdo la circunstancias y a la... las características que

presenten y al diagnostico que resulte, eh h ellos mismo en diálogo directo con los

psicólogos y con los profesionales eh… eh… diseñan su propio plan de trabajo no,

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previamente productos de un plan estratégico que le ha presentado la profesional para

un mejoramiento de su nivel de vida o un cambio en el estilo de vida que él trae.

P: ¿Qué tipo de niños reciben en la Institución?

R: Inicialmente pues los remitidos por el Bienestar Familiar producto eh eh pues de

alguna situación irregular en que se halla el niño en condiciones difíciles, puede ser

niño con maltrato infantil o niños abandonados o niños productos de los

desplazamientos, de... producto de la violencia o eh…eh niños que se encuentren en la

calle en el estado de consumo adición de drogas, abandonados en la calle.

P: ¿Cómo se realiza el proceso de recepción?

R: La recepción o el contacto la hace eh h o el contacto un grupo que nosotros

llamamos de calle el cual está conformado por unos educadores, eh h ellos van a la calle

y visitan eh h, tiene unas políticas o tecnologías de enganche de los niños, comienzan a

trabajarlo y cuando se están dando los resultados pues entran a un centro que nosotros

tenemos de recepción, en el cual se le hace el diagnóstico de cómo llega; se le mira el

estado nutricional, el estado de salud, algunas enfermedades de la piel si las traen,

eh… eh el estado de ánimo en el que se encuentra el niño y de ahí se le diseña un plan

de trabajo que debe desarrollar por lo menos en 30 días, si el niño no presenta un alto

grado de deterioro sino que está en una condiciones normales inmediatamente estaría

pasando a los hogares.

P: ¿Con qué equipo técnico cuentan ustedes?

R: Nosotros contamos con un equipo eh…h de 4 Psicólogos, eh dos Trabajadoras

Sociales, 1psicologo, pedagoga o Terapista Ocupacional y un gran número de

educadores son, aproximadamente 14 o 15 educadores, que permanecen con los niños

en los hogares y en los hogares de niñas también permanece un grupo de educadoras el

cual están pendiente de la situación de ellas.

P: ¿De dónde provienen los recursos para su funcionamiento?

R: Nuestro recursos provienen en un 60 o 70 % para funcionamiento de un contrato

por protección y recepción de calle del Bienestar Familiar, el año pasado teníamos un

contrato con el Distrito de Cartagena, este año nos van hacer contratos para hacer

trabajo de calle, el saldo de la diferencia lo obtenemos mediante la autogestión de

algunos negocios que estamos montando y que ya están funcionando tanto aquí como

en Bucaramanga que son una imprenta, un café, eh..eh confecciones, panadería, eh

realización de eventos y.. una carpintería, vendemos los productos en los cuales se

involucran los niños para la etapa final de enfrentamiento hacía la vida, hacía ah…

alguna actividad que ellos realicen, o un oficio que ellos desempeñen, lo... los

especializamos en nuestros talleres, eh y ahí enfrentan la vida eh hacemos un doble

propósito, todos estos negocios se llaman con un subtitulo que se llama la actividad

con un propósito; tenemos café con un propósito, carpintería con un propósito,

entonces ese segundo propósito también nos deja algunos fondos, también recibimos

donaciones tanto nacional como internacionalmente para eh… algunos gastos de

funcionamiento y en gran parte casi el 80% de la infraestructura la conseguimos eh en

algunos países como España, eh Bélgica, Alemania, eh los Estados Unidos, los cuales

nos aportan y nosotros con ese dinero hacemos la infraestructura para la adecuación de

los niños.

P: ¿Hace cuanto tiempo trabajan en este programa?

R: Niños de Papel en Cartagena tiene año y medio de estar funcionando y en

Bucaramanga lleva algo más de 10 años.

P: ¿Ustedes intenta vincular de una u otra forma la familia de los niños en el trabajo,

pero como hacen para vincular la familia de los niños de Medellín?

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R: Si el ... Nosotros eh dentro del programa tenemos a la trabajadora que tratan de

establecer cualquier relación del niño con su familia, tratamos de ubicar la familia

igualmente lo hace el Bienestar Familiar; una vez que el niño haya sido devuelto a su

seno familiar eh por nosotros hayamos hecho un trabajo con el niño de recuperación ,

este regresa nuevamente a su entorno familiar, puede que nosotros hagamos informe

directo bajo la supervisión del Bienestar Familiar o el Bienestar lo remite y lo entrega

nuevamente a la familia. … las condiciones en la que están los niños generalmente de

abandono nos indica a nosotros que ellos como usualmente eh eh cambian los nombres

o eh eh han salido de su casa por alguna presión o algún temor a un periodo de libertad

ehh usualmente si es por maltrato el niño no quiere regresar a su casa. Entonces el

Bienestar lo declara en estado de protección y nosotros continuamos con el niño hasta

que cumpla la mayoría de edad.

P: ¿Cómo entiende usted la problemática de los niños?

R: Humm… la problemática de los niños es una problemática compleja eh…eh,

porque en la medida y en las circunstancias en las que se encuentra el país va a ser

eh que va a ver niños en la calle debido al maltrato y la violencia, a... al temor de

pronto de algunos niños de estar viviendo en zonas de riesgos a los desplazados a los

niños que quedan huérfanos. Entonces eh…eh siempre va a ser permanente. Y yo

pienso que de que los flujos disminuirán en la medida en que esta serie de instituciones

tengan la colaboración y el apoyo para poder desarrollar sus actividades.

P: ¿Cómo entienden ustedes la prevención

R: La prevención es un proceso que nosotros tenemos , es un proceso en el cual

arranca desde el mismo trabajo en la calle eh, pasa por el proceso de recepción del niño,

su diagnostico eh, la remisión a la comunidad terapéutica y de acuerdo al avance que

tenga el niño dado el apoyo que se le brinda por parte del equipo interdisciplinario de

profesional, de ese avance puede que llegue rápidamente a los hogares y por

consiguiente a recuperar un estilo de vida normal como cualquier niño puede tener en su

casa.

RONALD NP010 -1

P: Como te llamas?

R: RONAL tengo 13 años de edad, soy de la ciudad de Medellín.

P: ¿De qué parte de Medellín?

R: Del barrio Pecacho

P: ¿Que tal es ese barrio?

R: Por un lado es bien pero por el otro más o menos.

P: ¿Cuál es el lado bien y el lado malo?

R: Por allá esa gente es hiperactiva pero la parte mala es que los milicianos no cooperan

y hacen lo que quieran al barrio y sacan a la gente cuando quieren, entonces una vez

con mis amigos estaban en la Miniteca, y a los muchachos se les perdió algo y me

culparon, me tuve que ir de mi barrio, Entonces no sabía para donde coger y me fui

para el centro, después a los días me… un niño de Medellín, un gamín nos dijo que nos

fuéramos a Cartagena. Entonces yo no sabía qué hacer porque por ahí no estaba

comiendo nada.

P: ¿Cuánto duraste en el centro?

R: Como ocho días

P: No llamaste a tu mamá?

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R: Si pero la línea estaba mocha. Entonces no vinimos para acá para Cartagena y el

amigo con el que yo venía entramos a la Fundación, pero a lo último tuvo pelea en

canicas y se fue. Yo quedé y estoy bien gracias a Dios.

P: ¿El que se hizo?

R: Yo no sé, él se voló y se fue para Medellín, porque no tenía nada que hacer acá

porque le pegaban.

P: ¿Quien le pegaba?

R: Un compañero ahí, él comía poco y entonces la comida que no quería me la daba a

mí. Entonces lo amenazaba que si no le daba la comida a él ,le pegaba. Entonces le

pegaba y mi amigo se fue. Y entonces yo me quede solo. Si el fue el que me trajo, yo

como me voy a ir. Ya estoy acá en la Fundación, ya pase por alternativas , ahora estoy

Hogares.

P: ¿Tu mamá en qué trabajaba?

R: Era fiscal de una junta de Acción Comunal

P: ¿y tu papá?

R: Yo no lo conocí

P: ¿Cuantos hermanos son?

R: Siete conmigo

P: ¿Tú eres el menor?

R: Los pequeños son mellizos y yo vengo antes que ellos

P: ¿Pero ellos son hijos de tu papá?

R: Si todos son hijos de mi papá

P: ¿Ellos cuantos años tienen?

R: Tienen once

P: ¿Y tú?

R: Trece

P: ¿Desde qué edad se fue tu papá? Cuando tú tenías cuantos años?

R: Yo tenía como tres años.

P: ¿No te acuerdas de él?

R: No me acuerdo de él. Yo lo distingo es en foto

P: ¿El se fue?

R: No, a él lo mataron

P: ¿Quienes lo mataron?

R: Los Milicios, porque él era alcohólico, entonces siempre hacía desastre entonces

los muchachos pusieron la queja y lo mataron.

P: ¿Tus hermanos mayores que hacen?

R: Estudian y la mayor que tiene 18 años trabaja y el otro que es un hombre que le

sigue trabaja, pero de vez en cuando en construcciones y mi hermana vende aretes ,

cadenas, relojes.

P: ¿Tú estudiabas?

R: Si yo estudiaba

P: ¿Hasta qué curso hiciste?

R: Hasta cuarto, y ahora que estoy aquí, estoy repitiendo otra vez cuarto.

P: ¿Tú saliste cuando te viniste para acá o te habías salido antes del Colegio?

R: Una semana antes me había salido del colegio

P: ¿Por qué te saliste?

R: Porque yo estaba en una escuela de Monjas, entonces allá estudiaba muy poco…

entonces era más el tiempo que pasaba en la calle jugando y por eso fue que me junte

con esos amigos que pasaban haciendo cosas malas. Entonces yo me salí de la escuela

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y me quede en la casa ayudándole a mi mamá en los oficios y todo eso. Y a la semana

fue que me dijeron que me tenía que ir. Entonces ya me fui para el Centro.

P: ¿Por qué te dijeron que te tenías que ir?

R: Porque como ya le dije unos compañeros míos se robaron unas luces y como andaba

con ellos me culparon a mí. Entonces yo me vine por eso, porque tenía que pagar las

luces y yo no tenía, mi mamá en ese trabajo que ella tiene Fiscal de una Junta es

voluntaria.

P: ¿Hay no gana nada?

R: De vez en cuando le colaboran con un mercado

P: Y de allá te viniste directamente para acá, nunca entraste a una Institución en

Medellín?

R: Si yo estuve en la Ciudad de Medellín en el Centro de Emergencia No. 2 pero allá

había un profesor que se llamaba Gamba, entonces él maltrataba a uno y a mí no me

gustaba y entonces no nos podíamos escaparnos por la puerta, eso es como una cárcel

allá yo me tuve que escapar por un muro de esos de vidrio y me amarre dos camisas en

las manos y me escape.

P: ¿Cuánto tiempo duraste allá?

R: 2 días porque inmediatamente que llegue él empezó a maltratarme.

P: ¿Por qué te maltrataba?

P: Porque allá lo forma a uno para todo y yo no estaba acostumbrado porque era la

primera vez, yo no sabía cómo eran las normas. Entonces como yo no sabía formar

bien punto, me pegaba que formara bien.

P: Acá en Cartagena como te ha ido?

R: No, cuando llegue acá a Cartagena me dijeron que había muchas fundaciones que la

Casita, Amor y vida. Entonces yo entre y de ahí pase a Paz y Cooperación y ahora que

estoy en Niños de Papel expresa estoy bien, me dan estudio, me dan mis tres comidas

y me dan meriendas, tengo mi cama solo, me baño, tengo mi ropa.

P: ¿Te has comunicado con tu familia?

R: Si yo cada mes me comunico con mi mamá.

P: ¿Qué te dice?

R: Me dice que le hago falta, que ella se va a mudar para donde mi abuela para yo poder

volver a la casa y yo le dije que bueno. Que si Dios quiere en diciembre me dan

vacaciones.

P: ¿Ella quiere cambiar de sitio para que tú puedas volver, para que no tengas

problemas allá? : ¿Tu lo que le tienes miedo es las milicias?

R: Si, pero es que lo matan a uno, eso es como un grupo guerrillero pero solamente que

están en las cimas del barrio y cuando se roban un carro y ya ellos ponen orden pero

cuando ellos hacen una cosa a ellos no hay quien los jale. En cambio cuando uno lo

hace si tiene que comportarse como si uno fuera quien sabe quién.

P: ¿Pero son el mismo barrio?

R: Si, por allá una señora, mi mamá dijo que iba a llamar a la Policía, pero mi mamá no

lo hizo. Porque una señora. La vecina mía ella una vez llamó a la Policía porque al

hijo de ella lo tenían amenzao. Entonces a ella le dijo que se tenía que abrirse del

barrio. Ella no paro atención y se mantenía encerrada en la casa y una vez por la noche

se metieron y la quebraron. Por eso a mi mamá le da miedo y a mí también, por eso ella

se quiere cambiar de barrio, para que yo pueda volver.

P: ¿Tú consumías drogas?

R: Si

P: ¿Con tus amigos?

R: Si

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P: ¿Que consumías?

R: Ellos me decían que marihuana y cigarrillos

P: ¿El gale no lo probaste?

R: No eso no gracias a Dios nunca lo probé, lo que tome fue la Marihuana, que eso

es bueno porque le ayuda a uno a olvidar.

P: ¿Te parecía que si te ayuda?

R: Pues a mí me parecía que si ayudaba cuando uno se traba iba a las nubes pero

cuando volvía era lo mismo , yo me canse , por eso ya pase por un tratamiento ya borre

todo y ya soy positivo, ya ayudando a los demás pelaos que andan por la calle a que

también vengan P: ¿Tú hablas con los que están en la calle?

R: Si les cuento mi vida para que vengan y vean que si es bueno.

P: ¿Con quienes has hablado?

R: Siempre que vamos al patio, nos metemos ahí, nos echamos la escapadita. Hablamos

con Saúl, con las niñas, con los pelaitos.

P: ¿Los motivan?

R: Si los motivamos, pero muchos de ellos no les vale, van a Canicas , comen duran

como dos días y vuelven.

P: Por qué será que no les gusta?

R: Yo no sé. Tal vez porque no lo aprovechan tanto como uno. Yo porque salí de mi

casa y esto es como una casa. Acá se hace lo mismo que se hace en la casa, pero ellos

como llevan mucho tiempo en la calle ya están acostumbrado. Entonces piensan que no

es lo mismo y dicen que es más bueno la calle, entonces se van.

P: Que es lo que más te gusta de la Institución?

R: Aquí le dan a uno de todo, porque si uno necesita algo se lo acuden, le dan el

estudio, los útiles de aseo. Le dan todo a uno.

P: ¿Tú vas a tu colegio?

R: Si yo estudio

P: Ganaste el año?

R: Estamos en vacaciones

P: Como te va en el Colegio?

R: Según a mi parece, para mi voy bien

P: La profesora que dice que vas bien?

R: Si

P: Ahora te gusta más el colegio que antes?

R: Si me gusta el Colegio, porque yo antes no estaba acostumbrado a eso, acá se cosas

que no sabía allá. Tal vez si me enseñaban pero era por el poco tiempo. Yo acá

estudio seis horas en cambio allá no.

P: Allá a qué horas estudiabas?

R: Estudiaba de 2:00 a 4:00

P: El resto de la tarde que hace?

R: ¿Acá?

P: Si

R: Vengo almuerzo si tengo ropa que lavar , la lavo hago las tareas si me ponen y ver

televisión.

P: ¿Que más has aprendido aquí?

R: A Mejorar mis modales, a cómo utilizar los instrumentos de comer, le enseñan a uno

a cocinar.

En el momento de la entrevista Ronald estaba a la espera de que lo trasladaran al hogar

de los niños más pequeños porque según él era muy pequeño para estar ahí.

P: ¿Que cambiarías tu de aquí?

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R: No se, nada

P: ¿Participas en todo?

R: En los talleres

P: En qué talleres?

R: Cuando viene la pedagoga hacemos talleres con ella de...de primeros auxilios de

todo eso. Cuando viene la Sicóloga hablamos con ella para cualquier inquietud que

tenemos. Cuando viene la trabajadora social le hablamos de las llamadas. Cuando

viene la nutricionista que es la que nos enseña a cocinar, que nos dice como se lavan los

alimentos, como se preparan.

WILMER NP007 – 1

P: ¿De dónde eres?

R: De Medellín

P: Hace cuanto esta aquí en Cartagena?

R: Hace aproximadamente dos meses

P: Hace cuanto te saliste de tu casa?

R: Como dos meses y medio desde que llegue a la ciudad y busqué ingreso a la

institución.

P: Tu había oído hablar de los Hogares?

R: Si en Medellín había uno que se llama Hogar Don Bosco, los que van de acá los

reciben en Ciudad Don Bosco. Los que se viene de allá pa´ acá los reciben acá.

P: ¿Tú estabas en Ciudad Don Bosco?

R: Si

P: Cuanto tiempo duraste en Ciudad Don Bosco?

R: Un año

P: Entonces tú te saliste de tu casa hace rato?

R: Lo que pasa es que me vine por el compañero, que lo maltrataban en la casa y él

quería buscar un hogar donde lo ayudaran a dejar el vicio. Entonces yo lo traje por acá

a Cartagena, pero yo soy de casa.

P: Por qué estabas en ciudad don Bosco?

R: No me gusta vivir con mi mamá a mí me gusta vivir con gente de mi edad.

Compañeros que yo me entienda con ellos y pueda jugar con ellos y charlar.

P: Tu mamá cuántos años tiene?

R: 38

P: ¿Por qué no te gusta vivir con ella?

R: A mí siempre me ha gustado salir y no quedarme en la casa sino salir me gustan los

hogares.

P: ¿Ella no te deja salir?

R: Ella si claro, yo con mi mamá tengo toda la libertad que quiero.

P: ¿Ella que hace?

R: Mi mamá no hace nada es invalida y no puede realizar ninguna labor

P: ¿Y tu papá?

R: Mi papá es zapatero pero tampoco hace nada.

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P: ¿Entonces quien trabaja en tu casa?

R: Yo era el que trabajaba.

P: ¿Cuantos hermanos tienes?

R. Tres, pero uno no vive con mi mamá

P: ¿El donde vive?

R: En Antioquia

P: ¿Con quién vive allá?

R: Con una señora que lo adoptó

P: Mis otras dos hermanas están en la Fundación niñas de Medellín.

P: Entonces tus papas viven solos

R: Mi mamá vive con sus familiares

P: Y tu papá?

R: Con su otra mujer.

P: ¿Tú hablas con ella?

R: Si

P: ¿Te hace falta?

R: Si

P: ¿Que te dice?

R: Ella me aconseja y todo, yo estoy acá para ganarme el pasaje e ir a Medellín a ver a

mi mamá y regresar, porque primeramente la cucha siempre está con uno en las buenas

y en las malas.

P: Que tal es la familia de tu mamá?

R: No, buena

P: ¿Estabas estudiando en Medellín?

R: Yo no he estudiado porque no me han dado la oportunidad de estudiar, como mi

mamá es pobre no me ha dado estudio ni nada más sin embargo me defiendo en la vida.

P: Que haces tú cuando trabajas?

R: Yo hago lo que resulte.

P: Por ejemplo en qué has trabajado?

R: he trabajado en lo que resulte, lavando carro, cuidando carro cualquier cosa con tal

de que se vea la plata.

P: ¿Le das plata a tu mamá?

R: Si

P: ¿Has consumido drogas?

R: Si un vicio el aguardiente

P: ¿Desde qué edad tomas?

R: Desde los nueve años

P: ¿Quien te enseño a tomar tan temprano?

R: Mi papá que siempre toma trago y desde esa edad comencé a tomar.

P: ¿Y tu papá no te decía nada?

R: No

P: ¿Tus amigos como son?

R: Bien, son drogadictos, pero yo me ajunto con ellos más sin embargo cuando van a

fumar drogas yo me aparto de ellos hasta que se la fuma y ya.

P: ¿Como es tu barrio?

R: Bien Caicedo

P: ¿Como bien?

R: Bien porque ya hicieron las paces pero antes era mal, había balaceras a toda hora.

P: A ti no me daba susto?

R: No uno está acostumbrado a ver caer a la gente muerta.

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P: ¿A ti te ha tocado ver caer gente muerta?

R: Eso es normal pa´ uno entonces ya eso no es mal para uno, que mataron a uno bueno

que Dios lo tenga en la gloria y listo, menos mal que no fue uno.

P: ¿Así dicen?

R: Es que a mí ya me ha matado tres primos.

P: ¿De qué edad?

R: Dos menores y dos mayores, los mato la guerrilla y a uno lo mataron los

paramilitares.

P: ¿Por qué? Tú los viste morir?

R: Si mi madrina y mi tío lo mataron delante de los cuchos y entonces eso ya es

normal , si uno ya pierde el ser que más quiere que es la familia ahora otro que caiga

uno ya no....,

P: ¿Tú le tienes miedo a la muerte?

R: Yo no , porque si uno sabe que se tiene que morir porque le va a tener miedo a la

muerte, yo a lo único que le tengo miedo es a Dios…Si a uno le toca morirse, ya,

claro que eso no es así de fácil, pero no pasa nada el dolor queda a la familia pero

eso pasa. Uno ya esta grande, sin saber leer ni ná, entonces pa´ que vivir uno tanto.

Además robando y atracando y además haciendo maldades.

P: ¿Tu dice que a Dios si le tienes miedo?

R: Porque él fue el que creó el mundo y todo lo que en él hay… hay que tenerle respeto.

Porque él es el que manda.

P: ¿Respeto o miedo?

R: No, respeto, a él antes hay que alabarlo

P: ¿Has estado en alguna religión?

R: Si

P: ¿Cual?

R: En cultos, no evangélicos, cristianos

P: ¿Quien te lleva?

R: Me llevan de la Fundación Niños de Medellín, allá hice la primara comunión e

íbamos a misa todos los días.

P: No ibas al Colegio allá tampoco?

R: Si pero no aprendí casi, porque a mitad de año me sacaron.

P: ¿Quienes?

R: Por que como eso allá era de gente que aportaba plata. Entonces dejaron de dar

plata y la fundación se cerró. Entonces a medio año la volvieron a abrir y tenía que

volver a empezar el estudio y así pasaba el tiempo y no pude aprender nada. Porque lo

que uno aprende en medio año se le olvida en el otro medio año.

P: El otro amigo con el que tú te viniste donde está?

R: Alex, el que estaba acá?

P: ¿Ustedes vivían en el mismo barrio?

R: Si en la misma calle

P: ¿Conocen muchachos que están aquí en la calle?

R: Si estuvieron conmigo internados.

P: Los has visto?

R: Si

P: Que era lo que más gustaba de la institución Don Bosco?

R: Todo.

P: Estabas contento allí?

R: Si allá mismo quedan las escuelas adentro y es muy bueno,.

P: ¿Aquí te gusta?

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R: Si , pero no se compara con otros hogares pero también es bueno porque lo entienden

a uno y también aprende , no es lo mismo estar internado aquí en Cartagena donde

nadie lo distingue a uno en cambio en Medellín sí.

P: ¿Que es lo que más te gustan de la institución Niños de Papel.

R: Ni sé porque hay días que me gusta una cosa y otros que no me gusta, a veces me

mantengo aburrido porque yo quiero ver a mi mamá pero me falta mucho para ir allá;

Porque si es como para irme como me vine es muy peligroso , entonces mejor me quedo

acá esperando.

P: ¿Cuando yo estaba en Medellín la visitabas?

R: Si es que en Medellín yo estaba viviendo con ella.

P: Como que estaba viviendo con ella y estabas en Ciudad Don Bosco?

P: Yo estaba ciudad Don Bosco y cada ocho días que salía de porque allá sale uno

cada ocho días.

P: En ciudad Don Bosco Habían niños de Cartagena?

R: Si allá sí. Allá hay de toda clase

P: Y algunos conociste que eran de aquí?

R: Si

P: Te hablaron de Cartagena?

R: Claro, me decían ve en Cartagena existe esta Institución que da en tal parte. Si usted

quiere va y busca la dirección y allá lo reciben, si no quiere pasar hambre en la calle.

P: Has ido a la playa?

R: Si

P: ¿Te gusta?

R: Si mucho, claro

P: Que es lo que más te gusta de aquí y lo que menos te gusta?

R: Lo que menos le gusta de la institución es la regla en la cual “unos pagan por todos,

¿me entiende? a veces uno hace una cosa y no sale el que la hace y todos pagamos,

entonces en vez de castigar al que fue nos castigan a todos y si uno no cumple esa regla

lo que tiene que hacer es coger sus cosas e irse.

P: Muchos se van de aquí?

R: Si, porque pasa tal cosa. A bueno mijo coja sus cosas y váyase.

P: ¿Quien les dice así?

R: Los educadores, la mayoría de profesionales, por ejemplo acá uno quiere una

escoba, si el educador está de buen genio se lo pasa, si esta de mal genio, bueno ya sabe

mijo empaque sus cosas y váyase. Entonces uno que tiene que hacer coger sus cosas e

irse, porque esto no es de uno.

P: Pero ustedes se van a quedar aquí?

P: Yo acá no estoy amañado pero como no tengo quien me regale los pasajes me toca

esperar pasar los procesos, pero mi mamá me hace falta y necesito verla.

P: Te vas con tu compañero?

R: No él se queda

P: ¿Tú has ido a otras ciudades?

R: Esta es la primera vez que salgo, salí con el compañero, salimos los dos solos, es que

a él lo maltrataban en la casa. Yo me vine fue por él, sino yo estuviera en la casa con

mi mamá.

P: ¿Desde qué llegaste acá no has tomado ron?

R: No

P: Sabes que te hace daño?

R: Es qué eso a mí no me hace falta

P: ¿Tu lo haces cuando estás en grupo

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R: Si yo tomo a veces con mi mamá

P: ¿Ella toma también?

R: Yo tomo a veces con mi tío, mi madrina pero no cojo drogas como la marihuana, ni

perico, ni nada de eso, mi único vicio es el guaro, cualquier cosa que sea trago.

P: ¿Pero a tu mamá le gusta la fiesta?

R: No cuando hay una fecha especial como el día de la madre, o el amor y la amistad.

P: ¿Pero si le gusta tomarse sus traguitos?

R: Si claro

P: ¿Ella desde cuando esta invalida?

R: De nacimiento

P: ¿Desde cuándo no vives con tu papá?

R: ¿Desde hace años, ese man me iba a violar cuando estaba chiquito, ese man es una

pecueca, ese man no vale nada.

P: ¿No te da nada?

R: Toda la plata se la toma.

P: ¿Tú eres el menor?

R: El mayor

P: ¿Tú eres el único que esta con tu mamá?

R; Si

P: ¿Tus hermanitas las ves?

R: Mis hermanitas si, mis hermanos también en el departamento de Nariño.

P: Tus hermanitas están bien?

R: Mis hermanitas están bien, ellas están en el hogar, están estudiando, una en primero y

segundo de primaria.

P: ¿Tú las ayudas?

R: Si yo cuando estaba en Medellín las visitaba cada ocho días y las sacaba a pasear

conmigo.

P: ¿Las extrañas también?

R: Uff. Yo sin ellas no soy nada, sin ella y sin mi mamá no soy nada, una tiene 10 años

y la otra 7, yo era el que le daba la plata a mi mamá.

P: ¿Tú hablas con tu mamá por teléfono?

R: No han bregado a llamar, pero mi mamá no se encuentra, el viernes, y como la

llamada es cada mes. Entonces hay que esperar el otro mes. Como le digo yo aquí no

duro mucho. Porque si yo fuera hablar con mi mamá y decir vea yo estoy en esta

Institución, el número de teléfono es este y estoy bien, fuese otra cosa pero ella en estos

momento no sabe como estoy yo ni nada.

P: ¿Pero el día que la llamaron no le dejaron dicho dónde estabas?

R: Si, pero de todas maneras ella se preocupa porque madre es madre. Por a una madre

no le van a decir: Ve tu hijo está en tal parte y ella no va a decir, si déjelo allá. Ella

hasta que no lo averigüe bien no queda contenta. Eso creo yo. Si me le perdía un día y

ya estaba llamando a la policía, ahora que ya llevo dos meses.

P: No te ha dicho que tienes los ojos bonitos?

R: Si

P: ¿Quien?

R: Las pelas

P: ¿Tú te sabes el teléfono de tu casa?

R: Aquí sí, ya no tienen aquí, pero no yo aquí duro muy poco, no voy a estar en una

institución y voy a dejar a mi cucha la deriva no porque así como mi mamá salió a

pedir conmigo yo no le puedo dar la espalda. Eso no es así, ya que ella me levanto

ahora hay que luchar por ella hasta que Diosito se acuerde de ella.

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P: ¿El día del padre le das regalo a tu mamita?

R: Claro, el día del Amor y amistad, también le doy regalo a ella, porque a quien más le

voy a dar sino a ella que es la que está conmigo. Y siempre en la buenas y en las malas

esta ella ahí.

ENTREVISTAS DE NIÑOS HOGAR CARACOL

NHC104- VICTOR

VICTOR es un joven de 17 años de edad, es oriundo de la ciudad de Cartagena, viven

en la calle hace aproximadamente 2 años, vive en Escallón Villa.

P: ¿Por qué saliste de la casa?

R: Por nada porque me quería salir, estaba aburrido de mi barrio.

P:¿ No te gustaba el barrio?

R: No me gustaba el barrio

P: ¿Por qué?

R: No, yo quería rebuscarme porque yo trabajo en el Centro Comercial Bocagrande,

parqueando carro.

P: ¿Trabajas, pero nunca vas a tu casa?

R: Si a veces, que voy a la casa

P: ¿Con quién vives allí?

R: Con mi mamá

P: ¿Y quién más?

R: Mis hermanos

P: ¿Cuantos hermanos tienes?

R: Dos hermanos.

P: ¿Que hacen tus hermanitos?

R: Están estudiando

P: ¿Tú estudiaste hasta que curso?

R: Hasta el segundo año de Bachillerato.

P: ¿En Colegio del Barrio?

R: No en un pueblo en Arjona, yo, vivía en Arjona.

P: Desde cuando se vinieron para acá?

R: Hace tres años

P: ¿Tú eres Arjonero?

R: No yo soy de aquí, pero nos fuimos a vivir a Arjona.

P: ¿Tu mamá que hace?

R: Hace almuerzos, comidas en el mercado de Bazurto.

P: ¿Para la gente que va al mercado?

R: Si, tiene un Kiosco

P: ¿Y tu papá?

R: El se murió hace 16 años.

P: ¿Tú mamá no ha vuelto a conseguir otro señor?

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R: Si vive con otro señor ahora.

P: ¿Que tal es tu padrastro?

R: Bien yo trabaja con él, el tiene una Buseta.

P: ¿De qué trabajas ahí?

P: De esparrin, en una Buseta de Socorro San Fernando.

P: ¿Te gustaba ese trabajo?

R: Si pero más bien me va en el parqueo,

P: ¿Por qué?

R: Porque a uno le dan más propina acá.

P: ¿Cuánto te ganas en el día?

R: Ayer me gane $10.000

P: ¿Qué haces con esa plata?

R: La mayoría me la he comido y la otra me la tiene el profesor guardada y ahora voy a

motilarme.

P: ¿Cuándo tienes mucha que haces con ella?

R: Compro ropa.

P: ¿Para qué?

R: Para los domingos, todos los sábados me voy para el barrio, yo los días de semana

me voy para Bocagrande, pero los fines de semana me voy para la casa.

P: ¿Donde duermes en Bocagrande?

R: Nosotros estamos durmiendo en un lote en Bocagrande.

P: ¿Por qué no te gusta ir a dormir a tu casa?

R: No me gusta ir a la casa casi.

P: ¿Como son tus amigos del barrio?

R: Yo no ando con ellos, yo ando con un niñito de Bocagrande .

P: ¿Por qué no andas con ellos?

R: No me gusta.

P: ¿Son qué?

R: El pelao de barrio es muy chismoso y lo meten a uno en cuento por eso yo ando con

pelaitos de Bocagrande.

P: ¿Cuéntame cómo es tu casa?

R: Mi casa es blanca, queda frente al estadio.

P: ¿Tiene cuantos cuartos?

R: tiene 2 cuartos

P: ¿Tú duermes con tus hermanitos?

R: Si

P: ¿Y qué tal es chévere?

R: Si, pero como yo no más voy los sábados y los domingos, los días de la semana me

quedo en Bocagrande.

P: ¿Duermes mejor en la calle?

R: No nunca, (risas) mejor en la casa, pero no me gusta quedarme en la casa.

P: ¿Cómo te gustaría que fuera tu barrio para quedarte?

R: Mi casa así como está es bien para quedarme, pero no me gusta.

P: ¿Pero qué es lo que no te gusta?

R: No se el ambiente de pronto. Acá en Bocagrande uno para con los amigos. Antes

me gustaba pero ahora no. Me gusta más el ambiente de Bocagrande. Y como el cine se

termina a la una, quien va a estar cogiendo a esa hora para allá. Yo me quedo acá en

Bocagrande, en la mañana me vengo para acá.

P: ¿Quien te regaña a ti en tu casa?

R: Mi mamá

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P: ¿Por qué?

R: Porque ella dice que yo no tengo necesidad de eso, pero como a mí no me gusta que

ella me dé, yo mejor me rebusco y compro mis zapatos y mis cosas.

P: ¿Por qué no te gusta pedirle?

R: No me gusta

P: ¿Que tal con tus amigos acá en Bocagrande?

R: Bien.

P: Con ellos si estas contento?

R: Si con unos cuantos, con los que yo paro

P: ¿Son de aquí de Cartagena?

R: Hay dos que son de aquí de Cartagena, hay dos me Medellín, pero está pagando

pieza.

P: Ah…ah… pero a ustedes les va bien, dónde trabaja él?

R: También parquea carros ahí

P: ¿Y donde paga esa pieza?

R: En Ternera, porque él paga mensual, él se consiguió un amigo, como en el Centro

Comercial vive el Gobernador y el Policía que lo vigila le consiguió esa pieza, él vive

solo y hay una señora que le lava la ropa y todo.

P: ¿El estudia?

R: No. Quiere estudiar

P: El viene acá

R: No. En la noche es que viene a parqueo

P: ¿En el día que hace él?

R: En su casa viendo televisión y todo. Como él vive es una casa. Él paga un cuartico ,

en la casa del policía.

P: ¿El vive en la casa del policía?

R Si

P: ¿Tu qué tal te has sentido en esta Institución?

R: Bien

P: ¿Hace cuanto vienes aquí?

R: Hace aproximadamente un año y medio.

P: Que has aprendido aquí?

R: A no maltratar a los niños de la calle, a compartir con los demás amigos

especialmente con José, quien me dice que estudie pero a mí el colegio me aburre.

P: ¿Tú has estudiado?

R: Her..dá… no he querido seguir sus consejos

P: ¿Por qué?

R: Me aburre mucho el colegio

P: ¿Hasta qué curso hiciste?

R: Segundo bachillerato

P: ¿Por qué no te gustaba?

R: Me aburría mucho.

P: Porque te regañaban mucho?

R: (risas) Los profesores regañan mucho, pero como el Don Bosco, era técnico aprendí

un poquito de carpintería.

P: ¿qué aprendiste?

R: Lijar la madera, pulirla y todo. También se un poquito de soldadura.

P: ¿Nunca has trabajado en eso?

R: No, nunca

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P: ¿Qué es lo que más te gusta del Hogar El Caracol?

R: La alimentación.

P: Todos los días vienes?

R: No, ya tenía un poco de días que no venía.

P: ¿Por qué?

R: ¿En Bocagrande, allá uno compra el almuerzo, las señoras de los barrios acomodan

a uno. Le vende $1000 de sopas.

P: ¿Qué otra cosa te gusta?

R: A mí todo lo que hay aquí me gusta.

: ¿Que cambiarías?

R: No cambiaría nada. Todo está bien.

P: ¿Qué cosas te dan miedo en la calle?

R: Ahora mismo me está asustando la Policía.

P: ¿Por qué?

R: Están maltratando mucho a uno, ellos no quieren que uno no pare en Bocagrande,

ellos lo cogen a uno y le dan palo a uno, yo digo que si no lo cogen a uno robando está

bien. Pero sí a uno lo cogen haciendo nada, porque le van a pegar. Tres días de seguido

me han cogido a darme palo, por nada.

P: ¿Te pegan?

R: Si me tienen enfermo, la espalda me duele

P: ¿Que estabas haciendo cuando te pegaron?

R: Nada, nada más lo cogen a uno lo montan en la patrulla y le dan palo a uno , hace

como un mes iban a hacer una batida y un compañero de uno corrió y vino un Policía

y le hizo un tiro y el dio el en pie al pelao.

P: ¿Qué hicieron?

R: La mamá puso el denuncio, que es el Policía que nos está apoyando, que es apellido

Manotas. A este Policía le tienen un miedo en Bocagrande, porque sin uno hacer nada

le hace tiros. Eso no es justo

P: ¿A que más le tienes miedo?

R: A más nada.

P: Del resto te sientes seguro?

R: Si, a la policía, porque como van a maltratar a uno sin estar haciendo nada.

P: ¿Qué piensas hacer cuando este grande?

R: Ser profesor

P: ¿Qué necesitas para realizar tus sueños?

R: Estudiar y organizarme.

P: Cómo lo piensas lograr?

R: Irme para la casa, un día de esto me voy para la casa y no regreso más a Bocagrande,

ya me tiene aburrido. Le dan palo a uno sin obligaciones, ya yo hable con la mamá mía

para poner un denuncio, porque a mí me dieron un palo que me tienen doliendo esto

todavía.

P: ¿Cómo son tus amigos en la calle chévere?

R: Bien

P: ¿Consumen vicio?

R: Todos no. Algunos cigarrillos, la marihuana.

P: ¿Cómo piensan hacer para luchar contra eso?

R: (Risas) la verdad es que no se, Será internándome en alguna parte.

P: ¿Pero si te gustaría dejarlo?

R: Cuanto diera yo por dejar de consumir drogas porque eso lo está destrozando a uno.

Cuando diera por dejar el vicio.

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P: ¿Nunca has estado internado?

R: Si

P: ¿Donde?

R: Si, pero ya ese hogar no existe. Amor y Vida

P: ¿Qué tal te fue?

R: Bien

P: ¿Cuántos años tenía, cuando estuviste allá

R: Quince años

P: ¿Cuánto tiempo duraste allá?

R: Un año.

P: ¿Que aprendiste ahí?

R: Hacer Pan, porque allá había una panadería aunque nunca he trabajado en

panadería. Pero me defiendo.

P: ¿Que fue lo que más te gusto?

R: Todo

P: ¿Qué fue lo que menos te gusto?

R: Un profesor que estaba allá

P: ¿Que te hacía?

R: Trataba mal

P: ¿Les pegaba?

R: No, nos pegaba, sino que los alimentos no los tiraba, ya juzgaba a uno mal sin ser así,

todos le teníamos la mala hasta que hicimos que lo sacaran de ahí.

P: ¿Cuando estabas allá nunca te saliste?

R: Si

P: ¿Duraste todo el año?

R: Si

P: ¿Tu mamá te iba a visitar allá?

R: Si

P: ¿Te aburriste?

R: Si y me vine otra vez para la calle.

P: ¿Por qué?

R: De repente usted sabe que uno se aburre.

P: ¿Salías cada cuanto?

R: Todos los domingos le daban permiso a uno.

P: ¿Te ibas para tu casa?

R: Si

P: ¿Que has aprendido de José?

R: (Risas) mucho, a tratar bien a los demás, porque antes era grosero.

P: ¿Tú quiere volver a tu casa?

R: Si

P: ¿Que necesitarías para que te quedaras allá?

R: No nada, no necesita nada, allá todo está bien yo soy el que no quiere estar allá, mi

mamá a veces me encierra pero yo me le vuelo y me voy otra vez para Bocagrande.

P: ¿Te encierra que con candado?

R: Con llaves, pero yo me le salgo por la puerta del patio.

P: ¿Qué es lo que te llama la atención en la calle?

R: El vicio.

P: ¿Si tú cambiaras eso te quedarías en tu casa?

R: Antes de consumirlo yo me iba a Bocagrande y me rebuscaba y todos los días le

daba plata a mi mamá y ella no me la recibía. Me decía no guárdala para que la tengas

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tu . o de no me la cogía y me la guardaba y los sábados me la daba, cuando no

consumía vicio, me rebuscaba y me iba todos los días para la casa.

P: ¿Tus hermanos son mayores que tú?

R: No son menores

P: ¿A ti te gustaría ver a tu hermano en la calle?

R: No hay uno que vive con mi mamá y el otro lo tienen en Venezuela.

P: ¿Quien lo tiene allá?

R: Una tía y me quiere también llevar para allá

P: ¿Cuántos años tiene el que está en tu casa’

R: Tiene siete, es pequeño todavía

P: ¿A ti te gustaría verlo en la calle?

R: No esa es una vida muy mala.

P: ¿Pero si él te está viendo a ti le gustaría hacer lo mismo?

R: Si, pero a él si lo tienen bien… porque él es hermano mío por parte de mamá.

P: ¿Y el que está en Venezuela?

R: También es hermano por parte de mamá

P: ¿Tú sabes que hacía tu papá?

R: El maneja una lancha, él cuando falleció fue que estaba manejando una lancha y se

le voltio. Murió ahogado.

P: ¿Qué harías tu para que tu hermanito no se salga para la calle?

R: Herda… yo haría lo que sea para que mi hermanito no se salga para la calle, en la

calle la vida es bastante triste, a uno lo humillan… hay gente que motiva a los Policías

para que nos recojan sobretodo la gente de castillo grande. Andan con una camioneta

recogiendo a uno.

P: ¿A donde los llevan?

R: Para el Corralito, veinticuatro horas, sin comer y sin nada.

P: ¿No les dan comida?

R: Nada, allá el que caiga no le dan comida.

P: ¿Entonces están pasando hambre ahí?

R: Las 24 horas, le pueden preguntar a los otros muchachos que han caído ahí.

ENTREVISTAS DE HOGAR SANTO DOMINGO SABIO

DHSDS 50-2

P: Cuál es su función aquí?

R: Soy la que coordino los talleres a los jóvenes, además de eso estoy muy pendiente

de los jóvenes, de los problemas de ellos, cualquier problema que se les presente los

miro, cuales son los que vienen, cuales son los que faltan, porque no vienen, que pasa,

que estás haciendo, entonces muy preocupada por esa parte, de que ellos aprovechen

aquí los talleres que nosotros les... que aquí se les brinda en toda la cuestiones que se

les brinda aquí en el hogar, esa es la parte mía, las funciones que yo manejo esa parte de

coordinación de los jóvenes y en los talleres.

P: ¿Cómo ve usted la problemática que tienen estos jóvenes?

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R: Es problemática muy, yo la veo bastante pesada, los jóvenes trabajadores muy

pequeños, menores, pequeños y trabajando en la calle, el riesgo que tienen, totalmente

un riesgo por su edad y que están expuestos a cualquier engaño y también lo que le

comentaba de la familia, hay que hacerles un trabajo principalmente a la familia de

estos jóvenes porque nosotros el trabajo que hacemos aquí nos duele porque hay veces

que el trabajo que hacemos aquí vemos que no progresa, de pronto son muy poco los

jóvenes que aprovechan, influye mucho lo de afuera en ellos, entonces necesitamos más

apoyos de sus familias.

P: Qué es lo que usted llama afuera?

R: La calle, en donde ellos están, en la comunidad, el ambiente eso influye mucho más

que aquí porque ellos vienen un tiempo de 5 horas que están aquí en el hogar y como

acá no se les obliga de pronto como en le escuela que vengan todos los días, que es una

obligación de ellos, no, ellos vienen de pronto hoy y mañana no vienen y así, eso sería

otra parte de que....

P: ¿Qué número de niños atienden en estos momentos?

R: Nosotros estamos atendiendo 70 niños.

P: ¿Es una población permanente?

R: Son permanente lo que pasa es como le digo que hay veces en que faltan, dos o tres

veces a la semana o viene un día, algunos que son permanente, la mayoría pero si,

algunos faltan, de pronto ese trabajo que uno hace acá no se ve mucho más que todo,

porque nosotros acá tenemos todo la parte interdisciplinaria de lo que psicólogo,

Trabajadora Social, Educadora, Reeducadora, hacemos el trabajo en conjunto.

P: ¿Específicamente cual es su labor?

R: El objetivo de eso talleres es que ellos aprendan un arte, que ellos cuando salgan de

aquí de la institución sepan algo para defenderse ellos en su vida, entonces ese es el

objetivo principal de nosotros acá en los talleres, damos el taller de Ebanistería, de

Sistema para los que están más avanzados ,tenemos estampados, manualidades, danzas,

gaita, tenemos también de belleza para la niñas para que ellas se preparen y para que

eso les sirva a ellas para trabajar y ya esa es otra forma de conseguir su ayuda

económica.

R: ¿Qué resultados han visto ustedes?

R: La verdad es que yo creo que no, son pocos los que realmente han salido adelante,

porque todavía yo veo muchos niños que han salido de aquí y siguen vendiendo sus

dulces en la calle (risa),

P: Eso que le dice a usted?

R: Que necesitamos hacer un trabajo más fuerte (risa)

P: En este momento que trabajo se hace con la familia?

R: En este momento ese trabajo lo maneja la Trabajadora Social pero pienso que no se

está haciendo...., de pronto lo de las visitas, de mirar cómo está el niño, como se porta

allá, pero el trabajo aquí con los padres no se ha hecho.

P: Cómo participa el niño en la planeación de sus actividades?

R: Aquí nosotros tenemos unos reglamentos para lo que es..., ellos en estos momentos

de 11 a 11:30 a.m. están en la parte recreativa luego siguen a lo que es el almuerzo que

es de 12:30 a 1:00 pm, luego de 1 a 1:30 ellos van a una formación, en esa formación a

ellos se les habla de todo los valores, se les trabaja la autoestima, lo que es la

responsabilidad, la honestidad, todos estos valores se hablan hay en esa charla de media

hora, luego de que esa charla termina entonces sí comienzan a funcionar los talleres

que son de 1:30 a 3:30 de la tarde, en estos talleres ubicamos a los jóvenes, ya nosotros

tenemos ubicados desde el momento que el niño llega porque se le hacen todas las

evaluaciones y ellos escogen sus talleres,, cuando llega la hora ellos se reparten a sus

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sitios de trabajo y los que no están en taller por cualquier cosa, nosotros acá aparte

están en alfabetización, si es en refuerzo, si algunos no... si porque la mayoría no ha ido

al colegio, de los jóvenes que están acá no estudian, nosotros le afianzamos esa parte.

P: ¿La mayoría no estudia?

R: La mayoría no estudia, los que estudian nosotros les reforzamos sus tareas, ellos

traen sus tareas y nosotros en ese tiempo que algunos están en taller y de pronto a ellos

no les toque ese día taller, se les trabaja también la parte de educación sexual.

P: ¿Quién trabaja esa parte?

R: Se la trabaja el psicólogo.

P: ¿Cómo hacen los niños que estudian para participar en las labores de la institución?

R: Frente a eso tenemos este año alguna pequeña fallita, los jóvenes que estudian en la

tarde, algunos los hemos ubicado en sistema en la mañana, acá en la biblioteca distrital

que queda en el socorro, hay unos jóvenes estudiando, que ellos estudian en la tarde y

como no pueden asistir al taller los ubicamos en otros sitios, por lo menos en el SENA

en estos momento no porque no nos apoyó pero sí hemos hecho las diligencias con

otras instituciones donde nos puedan.... en este momento también hicimos lo que es el

taller de estampado en la mañana para los jóvenes que estudien en la tarde, que puedan

recibir ese taller en la mañana, aquí de 9 a 11 de la mañana.

P: ¿A esa hora no están trabajando?

R: No, algunos que están estudiando, entonces estudian en la tarde, vienen en la mañana

y de pronto en la noche salen a vender, algunos venden chances y así.

P: ¿Cómo le parece esa jornada de actividades?

R: Pesada, bastante pesada, muy fuerte para su edad, pero son poco, aquí la mayoría

más bien trabaja, las jovencitas casi todos trabajan en el mercado vendiendo pasteles,

mango, cocadas.

P: ¿Ha visto el caso de algunos que no tengan hogar en la ciudad?

R: Sí, el caso no se de Janer que es un niño que nadie lo quiere, que lo tiene una tía, no

sé de la mamá e incluso la seño Martha ayer estuvo llevando al niño a bienestar

familiar para que lo ubique, le toca hay veces dormir en la calle, está bastante expuesto

el niño ese, no tiene quien le ayude.

P: ¿Qué hace ese niño?

R: El lava carros en Bocagrande.

P: ¿La familia no vive en Cartagena?

R: Parece ser que la mamá están en Venezuela, el esta en la institución... yo entré en

febrero acá y cuando vine ya lo encontré aquí,

P: ¿Ellos permanecen cuanto tiempo en la institución?

R: Seis meses, ya él está casi para salir.

P: ¿Cómo queda ese joven?

R: Yo pienso que Bienestar debería, tiene que tomar medidas sobre él porque es menor

de edad.

P: ¿Coordina usted con otras instituciones apoyo para realizar su labor?

R: En este momento no he hecho.... solamente con la Biblioteca Distrital que hice la

coordinación de los talleres que ellos estaban pidiendo también con las expectativas de

ellos en lo que les gustaría hacer, si hay la necesidad se busca la forma de hacer el

contacto con las otras entidades.

P: Ellos tiene intercambio con las otras entidades o con otros grupos de jóvenes?

R: No, en este momento desde que yo estoy acá desde febrero, pro si he escuchado que

si han.... en cuanto a deporte, intercambio de equipo, han jugado con Asomenores, con

otras instituciones.

P: ¿Se presenta conflictos en la relación que llevan los jóvenes?

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R: Eso es constante, eso es todos los días.

P: ¿A qué se le atribuye?

R: Esa violencia que ellos traen, algunas veces como que yo se lo atribuyo allá, a la

parte familiar, se lo atribuyo yo, porque yo miraba que a veces ellos vienen comentando

las peleas que hacen por sus casas, con otros vecinos, con otras persona, yo atribuyo a

que eso viene de allá, de familia.

P: Ha recibido usted capacitación de parte de la institución?

R: No.

P: Ha recibido capacitación en cuanto al proceso metodológico que se trabaja en la

institución?

R: Cuando yo llegue, me dieron la inducción del programa, leo el PEI que es lo que se

lleva acá por eso me he guiado.

P: Sabe usted cuales son los objetivos de la institución?

R: Si, de que saquemos al joven en condiciones de que él pueda laborar, tener otro tipo

de trabajo, pueda después de su adolescencia para su futuro, para su vida lograr otras

condiciones de vida.

P: Cada cuanto se reúne el equipo de trabajo?

R: Mensualmente nos reunimos, vemos las cosas positivas, las negativas, las

debilidades, las comentamos. De pronto miramos que no estamos haciendo el trabajo

bien o falta algo entonces tratamos de mejorar en eso

P: ¿Quién toma las decisiones aquí?

R: La directora, solamente ella.

P: Cómo hacen ustedes para mejorar una debilidad de la institución?

R: De pronto nosotros mismos, la analizamos, nosotros el grupo como el psicólogo, la

trabajadora social, la educadora, nosotros mismos miramos las fallas que tenemos y ahí

las trabajamos.

P: ¿Cómo es el trabajo en equipo?

R: Me gusta se hace un trabajo bien porque nos comunicamos las cosas de los jóvenes y

miramos como los manejamos.

P: ¿Cómo se coordinan las actividades?

R: eso que usted me dice, nosotros lo hacemos antes, lo coordinamos mucho antes de

presentar o sea de hacer el trabajo, lo coordinamos y cuando hacemos esto lo llevamos

a cabo, hay veces que puede o no dar resultado, entonces eso después lo vemos.

P: Cuándo vas hacer un actividad como la planeas?

R: Se la tengo que comentar a Lorena, se la tengo que comentar a Martha, al psicólogo.

P: ¿Y cuando se la comentas al psicólogo, él cómo amarra esta actividad a las de él?

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R: Hay si... el de pronto me da una sugerencia pero queda como una sugerencia, no

como... por lo que usted me dice no los hemos hecho, incluso la reunión que tuvimos la

última vez con el grupo, quedamos en que íbamos a trabaja lo que era el hurto que se

estaba presentando, entonces hagamos un taller sobre eso, hablémosle del hurto,

hagamos unas dinámicas, trabaje esto; eso lo hicimos en conjunto con el psicólogo,

entonces hay.

P: ¿Cree que dio resultado?

R: Si dio resultado, eso fue en el mes de marzo, se estaban presentando muchos casos,

nosotros nos enteramos por los mismos jóvenes incluso que nos hacían falta cosas.

P: ¿Han tenido casos en que jóvenes de acá hayan cometido hurtos por fuera?

R: No por fuera no, entre ellos mismo con los materiales que uno les entrega a ellos

para trabajar, entonces hay que trabajar.

P: Han tenido niños que hayan estado en Asomenores?

R: Al principio de año como en febrero tuvimos uno que sabíamos que había estado en

Asomenores, tuvimos que reportarlo, la seño lo tuvo que reportar porque realmente el

estaba asistiendo allá, tenía que estar asistiendo a Asomenores entonces no podía estar

acá en el hogar, se tuvo que reportar.

P: ¿No pudo seguir asistiendo a la institución?

R: No, porque cuando tiene problemas de hurto, que este en Asomenores no se puede.

P: ¿Por qué?

R: Parece que cuando ellos están allá y salen deben asistir a una cita que les ponen,

entonces acá en el hogar no puede estar, usted sabe que acá en el hogar los niños están

en riesgo pero todavía ellos no han cometido ningún...., de pronto yo pienso que s

porque el joven ya ha cometido alguna falta y puede inducir a los jóvenes de acá.

P: Qué has escuchado sobre los reportes que dan de las familia de los niños de acá?

R: Viven muy mal.

P: ¿La familia asiste acá?

R: Cuando los niños han cometido una falta que necesitamos que las mamas vengan,

ellas han cumplido con la cita, si hay que suspenderlo porque paso cualquier cosa.....

P: que ocasiona la suspensión de un niño?

Lo podemos suspender por las pelas constantes de puños, que se den puño, que de

pronto están en el taller y se den, más que todo eso o que se cometa... pero más que

todo las peleas, pero que se den muy duro, una pelea que se prenden y tiene uno que

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apartarlo, hay tenemos que llamar a ambos, se llaman y se les dice que hasta que no

traigan su acudiente no pueden llegar a la institución.

P: Qué otra actividad se realiza con los padres de familia?

R: Las reuniones de padres de familia las maneja la seño Martha ella les comenta de

pronto el comportamiento de los niños, les habla en el caso de que los niños no estén

registrados que es la mayoría, le habla del registro civil, de lo importante que es, de toda

esa parte , de todas esa cosa.

P: Cree usted que están realizando prevención?

R: Claro que si, desde el momento que estamos aquí, que nosotros les llamamos la

atención, no de pronto la atención, desde el momento que estamos mirando las cosas de

ellos, les estamos comentando las estamos previniendo.

P: ¿Los previenen de qué?

R: De todo, de lo que uno está viendo en ellos porque no es prevención solo y darles

una charla sino en todo momento, si se sienta mal, si se sienta en la mesa comiendo

mal, todo eso estamos previniendo, estamos previniendo sobre cualquier cosa que ellos

nos comenten, entonces nosotros le hablamos y le damos un consejo

P: ¿Cómo entiende la protección?

R: Que le digo, protección de pronto de, yo la entiendo diferente porque yo la entiendo

así: como que a lo que ellos tenga derechos como personas, como jóvenes, como sus

derechos, yo entiendo eso como protección, los derechos que ellos tiene como personas,

como jóvenes. En eso si cualquiera persona que de pronto los maltrate en la calle, a mí

me ha tocado que vengo y el señor de allá abajo los intrata, de pronto porque como son

niños o son jóvenes que son trabajadores, la persona tiene un concepto que le digo... la

gente de la calle tiene un concepto de ellos diferente, de que ellos son malos, como han

subido acá personas a insultar porque de pronto ellos se metieron con ellos o le

pusieron un pereque.

P: ¿Sientes usted que el trabajo que realiza la institución es asistencialista?

R: Si, uno a veces quiere que se de la cosas, que ellos salgan bien de aquí, que el poco

tiempo que ellos están aquí, que no es el tiempo que debiera ser, me parece que se

necesita más tiempo porque usted sabe que este proceso no es largo, que no se logra

que los jóvenes salgan muy bien de aquí, entonces se necesita un tiempo más largo para

que ellos salgan....

P: ¿Qué haría usted para que mejoraran?

R: Yo, a mi me gustaría que la familia trabajara con nosotros unidas, más que todo, yo

siempre he mirado esa parte porque es que yo miro que los jóvenes lo que uno le dice,

lo que uno trabaja aquí, no se ve de pronto los logros, los objetivos porque nos

colaboran ellos de pronto por los múltiplex problemas que ellos tengan, por la falta de

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formación educativa que ellos han recibido, el concepto que ellos tiene diferente de los

que es un familia.

NHSD 502 MAR

P: ¿Cuántos años tienes?

R: 16 años de edad

P: ¿Estas estudiando?

R: Si de noche

P: ¿Donde estudias?

R: En el colegio la Magdalena

P: ¿Qué curso haces

R: Cuarto

P: ¿De bachillerato?

R: No de primaria

P: ¿En qué trabajas?

R: Estaba trabajando, pero me sacaron para meter a otro

P: ¿Ahora mismo que haces?

R: Ahora no estoy haciendo nada

P: ¿En qué trabajabas?

R: En una carnicería

P: ¿En mercado?

R: Si

P: ¿Como ayudabas?

R: Que si llevando la carne a Hospitales, Bocagrande, Base, Vikingo y al Club de

Leones.

P: ¿Cuánto ganabas?

R: No hay hacían despacho y después al dueño de eso le pagaban

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P: ¿A ti cuanto te pagaba?

R: Los sábados me daba $ 15.000

P: ¿Que hacías con ese dinero?

R Se lo daba a mi mamá para que me comprara ropa de diciembre, yo ayude a mi

mamá y ahí estamos mami me está ayudando y yo la estaba y ahora que no estoy

haciendo nada.

P: ¿Ahora ella te está ayudando a ti?

R: No me está ayudando porque se enfermó y tienen que hacer unos análisis que le

valen $60. 000 y meterle unas placas por la nariz. Entonces se me enfermó y la tienen

en el hospital. Entonces ahora estoy con mi padrastro y mis hermanos.

P: ¿Cuántos viven en tu casa?

R: En la casa vivimos cinco, tres hermanos, mi mamá y padrastro

P: ¿Hermanos con tu papá cuantos son?

R: Somos dos.

P: ¿Allí viviendo?

R: No mi papá tiene la hembrita

P: ¿Tú papá vive o murió?

R: No está en Barranquilla

P: ¿En qué trabaja tu padrastro?

R: En... Carnicería también

P: ¿Cuánto gana él?

R: ¿A veces se gana $10.000, $15.000, $13.000

P: ¿Semanal o diario?

R: Semanal a veces se ganaba $8.000 como ayer que fue paro se gano $7.000.

P: ¿Ah pero es diario?

R: Si

P: ¿Tus hermanitos que hacen?

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R: Uno está en guardería y el otro está en el colegio

P: ¿Tú mamá trabaja?

R: No

P: ¿Nunca ha trabajado?

R: Nunca ha trabajado

P: ¿Cuántos años tiene tu mamá?

R: 35

P:¿ Desde cuándo estas asistiendo al Hogar

R: Dos o tres semanas

P: ¿Que más te gusta del Hogar

R: Todo, como me atienden, todo porque si fuera otro ya me hubiera ido

P: ¿Cómo te llevas con tu padrastro?

R: Bien

P: No tienes problemas

R: No, con mi papá si

P: ¿Porque?

R: Porque mi papá me trataba muy maluco por eso fue que yo me vine para donde

mami.

P: ¿Tú vivías en Barranquilla?

R: Si

P:¿En qué barrio?

R: En el 20 de Julio

P: ¿Tu papá que trabaja?

R: Estaba manejando Bus, después se metió a manejar Volqueta. Ahora no se qué

está haciendo.

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P: ¿Por qué te trata mal?

R: Porque a veces él me mandaba a hacer alguna cosa y yo no quería, porque lo que me

mandaba a hacer era malo.

P: ¿Por ejemplo?

R: A él le gusta andar con un poco de bandidos y viciosos y me mandaba a llevar que

si las pistolas a esa gente y yo decía que no y a veces me pegaba, por eso yo me vine.

P: ¿Porqué dejaste a tu hermanita? ¿Cuántos años tiene tu hermanita?

R: Tiene quince

P: ¿No te dio miedo dejar a tu hermanita allá?

R: Yo me la quería traer, pero ella no se quiso venir, porque mi papá la amenaza, le dice

que si se viene, la viene a buscar.

P: A ella también le pega

R: Si a ella le pega

P: ¿El no les manda plata?

R: No

P: ¿El no sabe que tu mamá está enferma?

R: No se, el debe saber porque hay una de mis tías que vinieron de allá para acá y ellas

tuvieron que decirle él no sabe ni como estoy yo , ni ha venido a darme vuelta, ni nada

y él sabe donde vivimos nosotros.

P: ¿Que has aprendido aquí en el Hogar?

R: He aprendido un poco de cosas a respetar a las personas, especialmente a al seño

Marta que es la que más se interesa por los estudios.

P: Que más has aprendido?

R: A estampar.

P: ¿Cómo hacen para comprar los materiales?

R: No el profesor nos da las pinturas… todo

P: Que más has aprendido

R: Ahora... todavía no he aprendido nada

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P: ¿Que te gustaría cambiar a ti del Hogar?

R: Nada,

P: ¿Todo me gusta?

R: Si

P: ¿Dónde vives tu aquí?

R: En Olaya

P: ¿Como es tu Casita?

R: En un pasaje que está a la orilla de la carretera, por ahí por Fredonia, yo vivo en la

Magdalena

P: ¿Cómo es tu barrio?

R: En el que yo vivo es sano pero para allá atrás es peligroso.

P: ¿Hay droga por ahí?

R: Si.

P: ¿Tú tienes amigos en el Barrio?

R: Ya tengo amigos, pero ahora no porque ahora salgo de aquí como a la 1:30 me voy

para mi casa, después como a las 7:30 me voy para el colegio y regreso tarde.

P: ¿En la mañana temprano que haces?

R: Nada vengo para el mercado con mi padrastro

P: ¿Lo ayudas a él ahí?

R: Si, después me vengo pá.. acá y lo dejo a él allá

P: ¿Estas buscando otro trabajo?

R: Si, estoy buscando porque no estoy haciendo nada y mi mamá esta enferma en el

Hospital.

P: ¿Desde cuándo está en el hospital

R: Como quince días de estar en el hospital

P: ¿Qué tenía ella?

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R: El doctor dice que tenía... como ella no comía , el médico dijo que tenía Gastritis.

P: ¿Porqué no comía?

P: No quería comer allá hay comida y no quiere comer. Entonces el doctor le dijo que

eso era gastritis que tenía que comer.

P: ¿Ahora quién los atiende a ustedes?

R: Mi padrastro.

P: ¿quién cocina?

R: El

P: ¿Tú porque no cocinas?

R: No el no me deja cocinar, él mismo cocina su comida y la sirve

P: ¿Y la tuya también?

R: Si

P: ¿Quién lava la ropa?

R: El también

P: ¿La tuya también

R: Si toda.

P: ¿Tú nunca has tenido problemas con él?

R: Nunca

P: ¿El desde cuando vive con tu mamá?

R: Mi mamá dice que tiene once años de estar viviendo con él

P: ¿Ellos como se la llevan?

R: Bien

P: La quiere mucho

R: Si, él como que la quiere mucho, no pelean ni nada.

P: ¿El no toma trago?

R: No, él no toma, él dice que está muy viejo para estar tomando

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P: Cuando años tiene él?

R: Uff, él está viejo, dice que tiene cuarenta y cinco

P: ¿Tú te levantas con él en la mañana?

R: Si nos levantamos como a la 5:00, yo lo ayudo allá y después me vengo para acá.

P: ¡Ese puesto de carnes no es de él?

R: No eso no es de él. Eso lo alquilan

P: ¿Pero la carne si es de él?

R: La carne tampoco, esa se la ponen a vender

P: ¿El lo que hace es vender nada más?

R: Lo único que hace es vender

P: ¿Le pagan de acuerdo a lo venda?

R: Si

P: ¿Cuánto le pagan por cada kilo?

R: No se, por cada kilo no sé, eso le van pagando si vendo o no vende

P: ¿En qué hospital esta tu mamá?

R: En el que queda en Zaragocilla

P: ¿Tú mamá viene cada cuanto a la Institución?

R. Cuando la Seño Martha los llama a solicitar permiso para que vayamos a los

paseos. Si dice que si yo voy. Si dice que no voy, por ejemplo el viernes hicieron un

paseo y mi mamá se enfermo y no pude ir.

P: ¿Quién se queda con ella allá?

R: Las tías mías se van para allá

P: ¿Quién va a conseguir la plata?

R: Están haciendo una recolecta para ver si la sacan.

P: ¿pero ya está mejor?

R: Si ya se puede parar.

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P: ¿Qué tal te va en el colegio?

R: Hasta ahora bien en el colegio.

P: ¿En qué materia tienes más dificultad?

R: Me sé un poquito de cada materia aunque no me las sé todas.

P: No tienes problemas con las matemáticas?

R: No

P: ¿Que aspiras a ser cuando sean grande?

R: Mi papá siempre me ha dicho a mí que cuando este grande aunque yo sé que eso no

da nada bueno que sea chofer y a mí me gusta.

P: ¿Hasta qué curso quieres llegar?

R: Seño, si Dios quiere y los puedo pasar todos los paso.

P: ¿No te llama la atención otra cosa?

R: Nada más eso

P: ¿Piensas que a tu papá le ha ido bien como chofer?

R: Aunque bien… bien no le ha ido, pero él me dice siempre, que yo siempre estable

quiero estar manejando. Me gusta bastante manejar.

P: ¿Cómo es la relación con los compañeros de la Institución?

R: Bien, aunque estas pelaitas son tremendas.

P: ¿Que te hacen?

R: Siempre me cogen y me friegan la vida no me dejan ni sentarme.

P: ¿Debe ser porque te quieren mucho?

R: Si

P: ¿Hoy que has hecho aquí?

R: Todavía no he hecho nada

P: Jugar domino

R: No a mi no me gusta jugar dominó. Nunca me ha gustado

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P: ¿Cuando haces, que días haces?

R: A veces cuando me vengo para acá cojo un libro de esos y me pongo a leer, pero

nunca me ha gustado jugar domino , ni dama ni a nada.

P: ¿Lees perfectamente?

R: Perfectamente no, pero si me defiendo

P: ¿Que tal con tus profesores?

R: Bien

R: ¿Tu estudias a qué hora?

R: Entro a las 6:00 p.m. hasta las 9:00p.m.

ENTREVISTAS DE FUTUROS VALORES

ENTREVISTA A SOFIA PEREZ CHAIN DIRECTIVA DE FUTUROS

VALORES DFV400-2

P: ¿Cuáles son los objetivos de la Institución?

R: La asociación Futuros Valores son proteger, re socializar a los niños que tiene

antecedentes de socialización callejera, brindándoles en el hogar de protección La

Casita toda la atención, educación integral, donde son atendido con por un equipo

interdisciplinario, la Asociación Futuros Valores es una asociación sin ánimo de lucro

adscrita a Bienestar familiar, cuya personería jurídica y licencia de funcionamiento fue

otorgada por el Bienestar Familia desde el año 1988.

P: ¿Qué personas hacen parte del equipo administrativo que trabaja con los niños?

R: En la parte administrativa en la Casita , contamos con un Director, tres Educadores

que hacen turnos rotativos, una Trabajadora Social, Una Sicóloga, Médico,

Nutricionistas, este personal si es de acuerdo con las necesidades hacen presencia y

luego se hacen reuniones periódicas para acordar programas, intercambiar ideas y una

persona que atiende servicios generales.

P: ¿Qué formación tienen los Educadores y el Director?

R: Más que formación académica yo diría que una formación integral basada en

experiencia, resaltando la vasta experiencia que tiene Francisco, como director él fue

educador, colaborador y quien no los remitió acá fue el padre Javier de Nicoló y los

programas en Bogotá son ampliamente conocidos a nivel nacional e internacional, el es

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un sacerdote extranjero y permanentemente se les está capacitando a ellos mediante

cursos que se consiguen a través del Sena, de la Universidad de Cartagena que nos ha

prestado apoyo, y cursos externos que se han contratado para capacitarlos a ellos y

actualizarlos en todas las metodologías que estas clases de trabajo requieren.

P:¿Qué metodología utilizan para el trabajo con los niños?

R: Yo esa parte se la cedería preferiblemente a Francisco, que él como Director si tiene

conocimiento pleno de cómo es el sistema que se utiliza, la metodología, la pedagogía

que se utiliza aquí para la reeducación de estos niños y jóvenes.

P: ¿Qué perfil requiere una persona que se vincule a la Institución?

R: Yo creo que antes que nada que tengan vocación porque pueden surgir y hemos

tenido experiencias anteriores un poquito negativas en donde tuvimos tal vez

profesionales en diferentes áreas y se presentaron dificultades, entonces nosotros

tenemos que tener en cuenta que la persona sea idónea, que tenga la suficiente

capacidad de poder manejar esta clase de problemática, esta clase de niños con estos

problemas que ellos presentan y como en una ocasión nos decía el padre Javier de

Nicoló cuando visitó esta Institución “Nosotros no necesitamos para esta obra de

grandes científicos, nosotros lo que necesitamos son persona humanizadas, personas que

tengan la vocación del servicio para que con mucho afecto, con mucho amor, con

mucha humildad, con mucho tacto puedan manejara a estos muchachos” porque es una

problemática con una patologías diferentes que no son fáciles de manejar” pero que

afortunadamente la experiencia que tenemos aquí en la Casita que como es dada la

educación con un calor muy humano, muy personalizada, con un ambiente de hogar,

familiar entonces nos ha dado excelentes resultados y con el equipo que tenemos de

educadores ellos han manejado y han respondido a todas estas inquietudes y

cumpliendo con los objetivos que la Institución se ha impuesto.

P: ¿Cómo entiende la Junta Directiva la problemática de estos jóvenes?

R: No solamente la Junta Directiva, sino que yo diría que también la asociación entera,

la problemática de niño en la calle, del menor en la calles es bastante compleja, no es

tarea fácil dada las circunstancias de descomposición social en que está viviendo el

País, la violencia especialmente a todo nivel, como la violencia intrafamiliar que son las

causas, que más motivan y que más arrojan a los niños a la calle , es bastante compleja,

pero con dedicación, con esfuerzo se logran vencer todas esas patologías todas esas yo

diría carencias afectivas que tiene los niños, con las que llegan los niños a la Institución

y que con todo ese proceso metodológico que aquí se le aplica ellos van saliendo poco a

poco, es ardua la tarea pero no es imposible de cumplir.

P: Qué entiende usted por resocialización?

R: Resocializar al niño es primero que todo crearle conciencia de que ellos son seres

humanos, los niños cuando uno le encuentra en la calle antes de entrar a la Institución,

es muy duro utilizar el término pero están como animalizados, no se sienten seres

humanos, comen en las canecas de las basuras, duermen en los andenes, hacen sus

necesidades fisiológicas en la calle, entonces ellos no se sienten seres humanos,

nosotros lo primero que hacemos es hacerle valorar, que ellos son seres humanos y que

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como tal tiene todo el derecho de vivir como seres humanos. Tienen todo el derecho de

vivir bajo techo, de alimentación, de tener un vestuario porque al estar ellos viviendo en

esa forma en la calle, están ellos desvalorando sus propios derechos, entonces nosotros

les creamos conciencia que ellos tiene derechos a todas esas cosas que su familia o que

la sociedad hasta ese momento les había negado.

P: ¿qué edad tiene la población con la que ustedes trabajan?

R: La Institución Futuros Valores atendemos niños entre los 8 hasta los 17 años, 18

años; cuando ya el joven llega a la edad de 18 años ya cesa la responsabilidad para con

ellos, porque son mayores de edad, pero antes si ha permanecido un tiempo en la

Institución se le ha brindado la oportunidad de capacitarse en algún oficio práctico para

que él se vuelva útil a sí mismo y útil a la sociedad.

P: ¿En qué tiempo se realiza este trabajo?

R: No tenemos un tiempo específico, todo depende de las patologías que trae el menor y

también de la forma como el menor capta y reacciona ante las enseñanzas que está

recibiendo. En el Bienestar Familiar, legalmente ellos tienen un término de seis meses

que considera la institución Bienestar Familiar debe ser un término prudencial para que

el menor o se reubique a la sociedad o se reubique a su familia, pero hay amplitud en

estos términos porque no todos los casos son iguales.

P: ¿Qué se hace con un joven que después de haber cumplido los 18 años no han podido

reubicarlo?

R: Si no se ha podido reubicar en su familia, nosotros tenemos el Plan Padrino, que

consiste en personas naturales, voluntarios, filántropos que entonces patrocinan a esos

muchachos hasta que ellos pueden lograr una independencia. La Casita lo sigue

apoyando ya no dentro de la Institución, puede ser a distancia brindándole asesoría,

oportunidades de trabajo, vinculándolo a empresas entidades en donde ellos puedan

producir laboralmente, de acuerdo con la capacitación que ya ellos han obtenido dentro

de la Institución, así tenemos varios egresados que han quedado viviendo en Cartagena,

ya ellos están ubicados laboralmente y no pierden el vinculo con la Casita, ellos la

frecuentan y se les tiene en cuenta para las actividades recreativas.

P: ¿Con que cupo cuenta la Institución?

R: El cupo que nosotros tenemos pagos por Bienestar Familiar son 20 pero nosotros

tenemos capacidad y la Institución nos los permite tener cómodamente hasta 26 niños y

jóvenes que un cupo rotativo en el año, porque a medida que los niños van saliendo o

bien porque se reubique a su hogar o porque se independicen o porque salieron del

programa porque evadieron del programa, entonces ese cupo es rotativo, es decir que

nosotros atendemos durante el año más de 100 o 120 muchachos anualmente.

P: Cuál es el mayor problema que traen los muchachos cuando llegan a la Institución?

R: Yo diría que son tantos, pienso que la agresividad son problema muy marcado en la

mayoría de ellos, son muchachos muy violentos, muy agresivos porque son el reflejo

de lo que ellos recibieron en su hogar, ellos en su hogar por lo general recibieron

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maltrato, fue un hogar violento, entonces ellos son violentos, poco a poco con la

terapias que se les hace los profesionales, el equipo interdisciplinario en lo que a cada

cual le corresponde y socializándose con los otros compañeros, con las actividades que

tiene se les va mermando poco a poco.

P: ¿Problemas de drogadicción no tienen?

R: También.

P: ¿Cómo trabajan eso?

R: Aquí mismo dentro de las misma actividades ellos van dejando poco a poco la

adición, cuando son casos ya mayores nosotros tenemos un cupo que nos paga el

Bienestar Familiar en Hogares CREA, o se le atiende en el Hospital San Pablo, pero la

mayoría de los casos aquí mismo con las terapias grupales, con la terapias

individuales, con las actividades que se les desarrollan dentro de la Institución muchos

van dejando eso, es decir que en muy contadas ocasiones hemos tenido que ocupar esos

cupos que Bienestar Familiar nos paga en Hogares CREA.

P: ¿De donde obtiene la Institución los recursos para su funcionamiento?

R: Nosotros recibimos aportes de Bienestar Familiar, contrato de aporte que

subscribimos con Bienestar Familiar y personas voluntarias, personas donantes que

durante el año nos aportan recursos, organizamos eventos también periódicamente y

cuando tenemos una actividad especial cuotas que damos las voluntarias, cuotas

extraordinarias que en algunos eventos, en algunas fechas especiales nos fijamos y

también hemos recibido en dos ocasiones algunos recurso del exterior.

P: ¿Porque no atienden niñas?

R: Este programa cuando se inició en el año 87, 88 en ese entonces a mí me cuentan las

fundadoras de la Institución que no se veían niñas en las calles, niñas gamines no se

veían en ese entonces, esas niñas en las calles fueron llegando más tarde, entonces se

concibió la Institución no porque hubiese sido marginado el sexo, el genero femenino

sino que en ese entonces la población de niños en la calle eran varones todos, entonces

se abrió así. Posteriormente cuando ya ingresaron a ser niños de la calle, que había

pobladores niñas ya estos se había concebido para niños y ya hacer la mezcla de ambos

géneros de convertía en un problema, porque consideramos que deben ser tratados en

forma separada.

P: ¿Cómo llega el joven a la Institución?

R: El joven llega a esta Institución por varios caminos, uno porque los educadores, el

equipo hace trabajo calle, que es contactarlo, mediante charlas, mediante juegos,

mediante actividades, se apoyan en niños que ya tienen experiencia dentro de la

Institución, y ese es un medio para el niño ingresar. Cualquier persona de la sociedad

Cartagenera puede mediante comunicación previa traer un niño y Bienestar Familiar

que también nos asignan niños de acuerdo con la estructura que tiene el programa,

entonces bienestar familiar los envía.

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P: Cómo es un día de un niño al interior de la Institución?

R: Creo que uno de los educadores te lo puede decir más claramente, ellos tiene sus

horarios establecidos para levantarse, para cocinar, para hacer el aseo personal, el aseo

de la Casita y luego un cronograma de actividades que él te puede ampliar más.

P: ¿Cómo está establecido el organigrama?

R: El organigrama de la Institución en orden jerárquico, la Asamblea General, Junta

Directiva, de ahí se desprende los dos programas el de prevención con la Escuelita de

Futuros Valores en Olaya Herrera donde se atienden 350 niños en estos momentos de

preescolar y hasta quinto año de primaria y la Casita que es programa de protección, en

este hogar la Casita está en orden el Director, el equipo interdisciplinario que son

nuestros profesionales contratados, secretaría y contador.

P: ¿Cómo hacen ustedes la prevención?

R: La prevención nació a raíz de este programa de la Casita, porque en esos años 87 u

88 cuando se inició el programa de protección se detectó que había niños en las calles,

niños de Cartagena y las investigaciones arrojaron que provenían de la Zona Sur

Oriental específicamente barrio Olaya Herrera, se trasladó ese equipo a ese barrio y se

pudo comprobar que por carencia de cupos en las escuelas que existían esos niños salía

a mendigar en las calles, entonces fue cuando nación el programa donde se atendían 15

ó 20 niños en casas de Líderes Comunitarios del sector. Posteriormente se arrendó una

casa porque ya crecía el número de alumnos y así poco a poco hasta contar hoy en día

con unas instalaciones que son arrendadas con capacidad para 350 niños. Con el

tiempo cuando ya eso fue creciendo se sintió la necesidad y se hizo convenio con la

Secretaría de Educación Distrital, quien es la que nombra el personal docente y

administrativo de la escuela, esas es una escuela de carácter mixto porque es oficial en

la parte que corresponde al distrito y privada en la parte que corresponde a Futuros

Valores y eso no solamente s una escuela a la que los niños asisten normalmente a sus

clases sino que hay un trabajo permanente con los padres de familia y con la

comunidad. Hay Escuela de Padre en donde se les está permanentemente sobre todos

los tópicos especialmente los valores, se le están reforzando los valores a esos padres

de familia para poder sí entonces considerar que es un trabajo preventivo. Se les hace

charlas, se les hace cursos, se busca personal capacitado de otras instituciones para que

permanentemente este capacitándolos a ellos.

P: Cómo es el trabajo con la familia de los niños que están en esta Institución?

R: La Trabajadora Social con una alumnas en prácticas de la Universidad de Cartagena,

ellos también hacen trabajo con familia, lo primero es su ficha social con el menor y se

trata al máximo de ubicar la familia para; esto apoya el Bienestar Familiar y se

establecen contactos, los niños que están aquí institucionalizados la mayoría no han

roto sus contactos familiares, y si tiene parientes, acudientes o cualquier tipo de

familiar en la ciudad se traslada la Trabajadora Social allá, se les hacen reuniones aquí

en la Institución, se programan actividades donde se les invita a estos familiares de estos

menores para que participen y ellos tengan siempre una relación permanente; a través

de todas estas investigaciones con la familia muchos casos se dan en donde se

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considera que está aptos para recibir al menor nuevamente y se le reintegra a su hogar

ya eso debidamente coordinado con el Bienestar Familiar.

P: ¿Cómo hacen en el caso de que el niño no sea de la ciudad?

R: Sea de aquí o de fuera siempre coordinado con el Bienestar Familiar, la Trabajadora

Social hace un diagnóstico , hace una investigación de todo lo que ha conocido, de todo

lo que ha averiguado entonces de común acuerdo con el Bienestar Familiar se

determina si esa familia está apta para recibir el menor, sea de aquí o sea de afuera.

P: ¿Mantienen ustedes contacto con otras instituciones que trabajen la misma

problemática?

R: Si y se comparte mucho con ellos, hacen muchos encuentros entre los niños, muchos

encuentros deportivos, se les invita aquí, ellos invita a los niños a otras instituciones.

P: ¿Especialmente cuales?

R: El Niño y su Futuro, Domingo Savio, El Caracol.

P: Qué servicio está prestando la Institución ahora?

R: Aquí en la Casita la atención para los niños en edades de 8 a 18 años… es una

educación integral en donde se les atiende en todos sus aspectos, educación, salud,

recreación ,deporte, todo y la parte espiritual también, se les prepara para los que

quieren voluntariamente pertenecer a un grupo religioso se les prepara con todas las

cosas que requieren y asisten normalmente a su escuelas, ellos asisten a escuelas del

sector, hay niños de aquí que asisten a la Escuela Futuros Valores de Olaya Herrera, hay

otros que ya están estudiando bachilleratos, incluso colegios privados, todos se les

atiende aquí.

P: Esta es una Institución de puertas abiertas; pueden un niño irse por espacio de un mes

y volver nuevamente?

R: Francisco te pudiera ampliar un poquito más como es, como tenemos nosotros y

como concebimos esos del ingreso y el egreso de los muchachos en forma repetida

porque hay lógicamente sus normas y sus controles, pero si es una Institución de puertas

abiertas porque consideramos que quien llega aquí es aquel que tiene decidido cambiar,

quiere superarse, quiere ser persona de bien, forzadamente no se puede tener acá porque

no se hace nada se perdería totalmente el objetivo de la Institución.

P: ¿Cómo se da la toma de decisiones?

R: A nivel de la Casita Francisco, que es su director comparte con todo su equipo

trabajan siempre muy unidos y luego la siguiente instancia la Junta Directiva y cuando

ya el caso lo requiere que se lleve hasta la Asamblea General, pero siempre se ha

mantenido una excelente relación entre Francisco, su Equipo y la Junta directiva y

viceversa.

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NFV 407 FRANCISCO

P: ¿Cuántos años tienes?

R: Doce años

P: ¿De dónde eres?

R: De Bogotá, estoy aquí por mi hermano

P: ¿Naciste donde?

R: En Fundación Magdalena y me crié en Bogotá

P: ¿Quien te llevo a Bogotá

R: Mi familia, después me trajo el hermano mío aquí y se enseño a consumir droga, yo

le decía que no y me crié en eso.

P: ¿Y tú hermano?

R: Está en Bogotá trabajando en un Circo, pero ahora no se nada de él.

P: ¿Y tu familia?

R: Hace muchos años que no sé nada de ellos

P: ¿A qué edad saliste de tu casa

R: A los cuatro

P: ¿Quién te saco?

R: El hermano mío

P: ¿Qué has aprendido en la calle

R: He aprendido lo que es la calle

P: ¿Qué es la calle?

R: La calle es muy mala, porque hay niños drogadictos que son más malos que yo y me

pueden hacer un daño. De vez en cuando si golpeo los chinos, pero era porque estaba

como dicen aquí en la Costa trabao.

P: ¿Cuanto tiempo tienes de estar aquí en el hogar?

R: Llevo más de tres meses

P: ¿Que es lo que más te gusta?

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R: Cuando lo sacan a paseos.

P: ¿Que has aprendido aquí?

R: A hacer compañerismo, porque la primera vez que estuve aquí me gane tres negros,

pero ya deje cuando tenía como quince negros , iba comportándome bien.

P: ¿Por qué te comportabas mal?

R: Porque primero no participaba en la actividades y me puse a atacar a los pelaos.

P: Por qué te pusiste a atacar a los pelaos?

R: Porque a veces me ponen cara de mujé rolua y a mí me da rabia eso y tengo que

cascarlos

.

P: ¿Quién te enseño a eso?.

R: El hermano mío, era en Ternera aquí en Cartagena, yo me metía a los buses, como

perrito y nadie me veía, el chofer estaba ahí durmiendo yo me iba despacito le sacaba

la plata, yo tenía una pantaloneta que me daba más abajo de la rodilla y me llenaba el

bolsillo de monedas.

P: ¿Que hacías con toda esa plata?

R: me la cogía, porque no me gustaba dormir en la calle, dormía en Residencias y

ahora cuando estoy con mi hermano no me gustaba dormir en residencias sino en la

calle.

P: ¿Todavía te gusta dormir por la calle?

R: Ya, ahora si mis hermanos vienen por mí voy a hacer todo lo posible para que me

lleven a Ternera, meterme en los buses y pagar mi Residencia.

P: ¿No te gustaría cambiar de vida?

R: Si señora, me gustaría estar con mi familia, estar con mis hermanos, amigos.

P: ¿A qué te gusta jugar?

R: A la pistolitas

P: ¿Te sientes bien aquí?

R: Si aquí me dan mi merienda, mi comida y siempre le pido a mi Diosito que me cuide

a mis padres donde estén.

P: ¿Cuando se fueron tus padres?

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R: Cuando yo tenía tres años

P: ¿Ellos que se fueron a hacer allá?

R: A vivir

P: ¿Tu papá que hacia?

R: Vendía pudines

P: ¿Y tu mamá?

R: Lavaba

P: ¿Pudines como así?

R: Pastelitos, ya antes que estuviéramos en Bogotá él comenzó a vender eso. Yo a

veces me iba para el mercado solo entonces jugaba.

P: ¿Te gustaría verlo?

R: Sí

P: ¿Que es lo más difícil que has pasado en la calle?

R: El vientre, porque en la noche lo pueden coger y darle una puñalada

P: ¿tu hermano te cuidaba?

R: Si él nunca dejó que me cascaran

P: ¿Que caricaturas te gustan?

R: Si, Bus Bony, el Pato Lucas, Drogon Bol Zeta.

P: ¿Donde los veías?

R: donde una señora, ella siempre me dejo entrar

P: La gente piensa mal de ti

R: No

P: ¿Qué es lo que más te gusta de Cartagena?

R: La Playa

P:¿Qué haces desde que te levantas?

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R: Me levanto, aseo, desayuno.

P:¿En qué cambio tu vida desde que entraste aquí?

R: Ya casi no fumo vicio, de cosa el alcohol, ese si no lo voy a dejar.

P: ¿Has estado en otras Instituciones aquí en Cartagena?

R: Aquí en el Bosque, en Amor y Vida, en Paz y Cooperación, Niños y su futuro.

P: ¿Por qué te saliste de ahí?

R: Porque iba a matar un pollo.

P: ¿Por qué lo ibas a matar?

R: Porque me comió la carne

P: ¿Te sacaron por eso?

R: No me salí yo solo, porque el dueño quería cascarme y yo no iba a dejar que me

cascaran.

P: ¿Y de Paz y Cooperación porque te saliste?

R: Todos los días entraba y salía

P: ¿Qué ciudades conoces tú?

R: Cartagena, Bogotá, Barranquilla, Santa Marta, Cali, Medellín.

P: ¿Quién te ha llevado por todo eso?

R: Mi hermano, también conozco Pereira, Cajamarca.

P: ¿Que te gustaría ser en un futuro?

R: Ser Astronauta

P: ¿Por qué te gustaría ser Astronauta?

R: Porque a mí siempre me ha gustado jugar a eso. Mi mamá siempre me compraba

disfraces los días de las brujitas.

P: ¿Cómo te las llevas con los pelaos de aquí?

R: Bien

P: ¿Tu maltratas a los pelaos?

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R: Si

NAS301-1

P: ¿Qué edad tienes y de dónde eres?

R: Tengo 16 años y soy de Barranquilla.

P: ¿Hace cuánto tiempo estas aquí?

R: Hace 3 meses y medio.

P: ¿En Barranquilla permaneciste cuanto tiempo?

R: 6 meses.

P: ¿Con quién vivías?

R: Con mi mamá y mis hermanos, 5 hermanos.

P:¿ Tu mamá que hace?

R: Trabaja y cuando ella se iba para el trabajo, quien nos cuidaba era mi abuelo.

P: ¿Tus hermanos que hacen?

R: Están estudiando, ellos son menores que yo, yo soy el mayor

R: ¿Ibas a la escuela?

R: Al principio sí pero... después me aburrí de la profesora y no fui má, llegue hasta

cuarto.

P: ¿Qué fue lo que te aburrió de esa profesora?

R: Uh...que era muy cansona y me la tenía velá, que en todas las cosas que pasan te la

vela a ti...y... yo le iba a meté la cara en el pupitre entonces mejó... me salí... le rompí los

cuadernos... se los tire en la cara y me fui.

P: ¿La escuela a la que ibas era nocturna o diurna?

R: Yo... iba de día.

P:¿ Qué opinas de las escuelas?

R: (risas) son chévere pero no pá mí... yo me aburrí porque pierdo la paciencia y como

ella me la tenía velá yo no aguanté más... ya había aguantado demasiado.

P: Cómo era el ambiente de tu barrio?

R: Yo vivía en Soledá Atlántico... ese barrio es bien, lo que más me gusta era que

hacían bailes, cuando podía iba y entre veces... no iba porque no podía.

P: ¿Qué era lo que menos te gustaba de tu barrio?

R: Muchas peleas entre los barrios, entre cuadra y cuadra.

P: ¿En tu barrio existen grupos juveniles?

R: Si un poco, yo nunca he participao de ellos porque a mí me gusta es andá solo...

porque si uno se cae solo se para solo y no tiene por qué atenerse a otro.

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P: ¿Y la ayuda que te dan los demás?

R: ¿Cuales demás...?... Yo solo cuento con mi mamá.

P: ¿En qué trabaja tu mamá?

R: En un bar, ella trabaja por las noches pero cuando yo le digo que no vaya no va...mi

mamá siempre respeta mi opinión...como yo respeto la de ella.

P: ¿Tu papá?

R: De ese Man... no quiero hablar.

P: Tienes contacto con él?

R: Si tengo pero yo no quiero hablar con él.

P: ¿Participo de tu crianza?

R: Nada.

P: ¿Qué fue lo que más te gustó de la Institución en las que estuviste en

Barranquilla?

R: Todo,

P:¿ Lo que menos te gustó?

R: No sé.

P: Que aprendiste allá?

R: A trabajá con yeso, a trabajá las manillas, a jugá fútbol... aprendí a calmarme un

poco.

P: Tu vida cambió cuando ingresaste a la Institución?

R: Yo era muy agresivo en la calle entonces esa agresividad la he controlao un poco.

P: Qué es lo que más te gusta de esta Institución?

R: La libertad... que no tenía allá porque allá es recepción y observación no reeducación

y tiene que estar uno a las 6:00 de mañana me levantao y a las 12 para el patio, a las

12:30 para adentro y las 2 para el patio y a las 4 para adentro y los domingos sin salir, ni

los sábados, ni los días feriados sino encerrao.

P: Allá en aquella Institución quien era la persona que permanecía mayor tiempo con los

jóvenes?

R: Un educador que era para mí como un amigo.

P: Qué aprendiste con él?

R: A controlarme porque el día que llegue me cayó todo el patio y entonces el empezó

a decirme que me controlara y así fue que yo aprendí porque yo no subía a hablar con

nadie

P: ´¿Qué has a aprendido aquí?

R: A trabajar carpintería.

P: ¿Que vas hacer cuando salgas de la Institución?

R: Tener mi familia y ya no aspiro a nada más.

P: ¿Cómo aspiras que sea tu vida?

R: Como sea después que tenga mi familia y no le pase nada, después que esté bien.

P: Qué vas hacer para alimentar a tu familia?

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R: Tengo 2 manos y 2 piernas yo hago lo que sea y yo sé camellar bastante, yo he

camellado bastante.

P: En que has trabajado?

R: En camellos fáciles como de 12:00 a 2:00 de la tarde.

P: Pero que has hecho?

R: Robar, me gano $5000 en un día, de ahí no robo más, yo no he hecho nada más.

P:¿ Y el resto del tiempo en que lo usas?

R: En divertirme, en fumar marihuana, jugando a billar a plata, yo todo tiempo era

libre.

P: ¿Qué te toca hacer aquí desde que te levantas hasta que te acuestas?

R: Me levanto a las 6:30 a 7:00 a.m, me baño y si me toca aseo hago mi aseo y ya

normal.

P: ¿Después del aseo?

R: No hago nada más.

P: ¿Desayunas?

R: Entre veces sí y entre veces no, cuando me provoca y cuando no, no.

P: Y el grupo de encuentro?

R: No me gusta porque lo hacen todos los días y eso es para que lo hicieran 2 o 3

días la semana tiene uno más tiempo para pensar la cosas y todos.

P: ¿La carpintería?

R: Entre veces, cuando no tengo nada que hacer mato el tiempo ahí.

P: ¿Que has aprendido aquí?

R: A estar más encerrado y a estar más libre por un lado porque la libertad que

dan aquí no la dan en otro lado digo yo acá.

P: ¿Qué clase de libertad?

R: Que uno no está detrás de una reja, siempre las puertas están aparentemente abiertas

que uno puede salir y entrar pero cuando uno toca esa reja que no se mueve es duro.

P: ¿Qué significa esta Institución para ti?

R: Significa algo bueno, porque si no existiera esto no estuviera uno.

P: En que ha cambiado tu vida?

R: Mi vida no ha cambiado nada porque estoy encerrado tiene uno que ver allá

afuera, internamente he aprendido a controlar mis impulsos, ya no soy el de antes

que cualquier cosa hacía lo que sea.

P: ¿Qué necesitas para cambiar tu vida?

R: No sé porque todavía no lo he pensado.

P: ¿Cuándo lo vas a pensar?

R: Aquí uno no tiene la facilidad de pensar porque siempre está ocupado en cosas.

P: ¿Cuál es el profesional que más se acerca a usted aquí en la Institución?

R: El profesor Santiago.

P: ¿Que has aprendido de él?

R: Yo me aburro, el me dice que esa vaina es mala, le sigo los consejos a él y me siento

mejor porque yo antes paraba era aburrido y no hacía nada.

P:¿ Conoces el objetivo de esta Institución?

R: Reeducar a los menores para que más adelante sean hombres de bien

P: ¿Qué entiendes tú por reeducar?

R: Muchas cosas pero a la final uno sale también de aquí mal.

P: ¿Por qué?

R: Claro encerrado usted sabe lo que son 2 años encerrado.

P: ¿Crees que el trabajo que se hace contigo aquí se puede hacer estando en tu

casa?

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R: No porque en la calle es otro precio y, aquí porque uno está pagando un delito

que cometió pero allá es suerte, uno hace lo que uno quiera, yo hago lo que yo

quiera en mi casa y en la calle.

P: ¿Un día en tu casa como transcurría?

R: Bien, me levantaba a las 6:00 de la mañana y salía para la calle a trabarme y

después regresaba desayunaba y me quedaba ahí hasta la hora de almuerzo y si

los pelaos me decían para robar salía, me cambiaba y salía, a atracar un bus lo que

sea, y así era cuando tenía plata le decía a mi vieja que no saliera y ella no salía. P: ¿Cómo te la llevas con tus hermanos?

R: Bien.

P: ¿Y con las personas del barrio?

R: Me la llevaba bien, yo sé que es lo que pasa allá.

P: ¿Tu familia cada cuanto viene aquí?

R: cada 15 días pero ya llevan más de 1 mes que no viene.

P: ¿Cuándo vienen que hacen?

R: Viene mi mamá y mis hermanos, no viene nadie más.

P: ¿Qué hace tu familia cuando vienen?

R: Me abrazan y me consiente mi mamá ella me dice que me quede aquí y que no me

vaya a volar.

P: ¿Has tenido la idea de volarte?

R: Si, uno tiene muchas culebras en la calle.

P: ¿Ahora que salgas de aquí a dónde vas a ir?

R: A mi barrio..

P: ¿Crees tú que el barrio en el que vives te ofrece oportunidades para cambiar?

R: Pocas.

P: ¿Cómo sería un barrio ideal para ti?

R: Sin violencia, un barrio sano.

P: ¿Qué cualidades tienes tú?

R: De eso no quiero hablar.

P: ¿Qué defectos tienes?

R: Para mí yo no tengo ninguno.

P: ¿Qué normas te toca cumplir aquí?

R: Para mí reglas...... hacer el aseo, las actividades pero suerte con las actividades.

P: ¿Qué es lo que no te gusta de las actividades?

R: No sé pero no me gusta.

P: ¿Los grupos de encuentro?

R: No me gusta, tampoco me gustan las jornadas educativas, duran mucho ahí y

uno no aguanta, ni en los colegios dan ese poco de horas.

P: ¿Qué es lo que más te gusta hacer?

R: Hacer botellas de yeso.

P: ¿Qué pasa cuando no se cumple una regla de la Institución?

R: Que yo sepa no pasa nada.

P: ¿Tú cumples las reglas?

R: Muy poco porque a veces amanezco sin gana y no hago nada.

P: ¿Por qué amaneces sin ganas?

R: Porque amanezco pensando en mi familia y ya no me dan ganas de hacer nada.

P: ¿Te gustaría que tu familia estuviese más tiempo contigo?

R: Si, para sentirme mejor

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P: ¿para ti que un joven infractor?

R: No es nada

P: Qué significa esta Institución en tu vida?

R: Esto en mi vida, yo no sé, no tiene nada porque si uno quiere cambiar cambia por si

solo

P: ¿Qué necesitas para cambiar?

R: Uno cambia por uno mismo no que tenga que cambiar porque otro le dice, uno

cambia donde sea encerrado, en la calle, después que uno se lo proponga cambia y ya.

P: ¿Que te hace falta para proponértelo?

R: Nada lo que pasa es que cuando uno quiere cambiar cambia, un día de estos

amanezco con ganas de cambiar, ganas de ponerme positivamente y hago todo, un día si

yo digo voy hacer esto y me lo propongo lo hago, donde sea uno cambia.

Yo podía cambiar en la calle, yo estaba cambiando pero me tocó hacerlo y lo hice

entonces estoy aquí.

P: Qué valor tiene tu vida?

R: Yo quiero vivir más tiempo para ver cómo cambia uno, para llegar a los 30

años. Yo me conformo con ver mis hijos pero no creo que vea mis nietos.

P: ¿Donde aprendiste hacer las botellas de yeso?

R: La aprendí en Azulita.

P: ¿Que significa para ti el encierro?

R: El infierno

P: ¿Qué dice la gente de ti?

R: Hay gente que dice que soy malo y hay gente que dice que soy bien, que soy un

pelao chévere, la cuadra de mi casa, yo no me meto con nadie y me dicen que soy bien.

P: ¿Crees tú que la gente que dices que eres malo tienen la razón?

R: Si porque me he portado mal con la gente pero eso hay que rectificarlo.

P: ¿Son más las personas que dicen que eres malo o bueno?

R: Son más las que dicen que soy malo porque la verdad es que por cualquier calle que

me metía era haciendo daño.

P: Desde que edad no tienes reglas en tu casa.

R: ¿ Si las he tenido, como llegar temprano?

P: Qué opinión tienes de tu abuelo?

R: Mi abuelo es mi papá. Mi viejo no ha venido porque no ha tenido plata uno lo que

tiene es que tener moral de que algún día se meten, al final uno algún día sale de eso.

P:¿ Cuando salgas que vas a hacer?

R: Lo que sea

P: ¿Has cambiado aquí?

R: Un poco

P: ¿Te ha servido?

R: Creo que sí para cuando salga no cometer la locura

P: ¿No te da miedo salir

R: Hay veces que si me da miedo y hay veces que no uno no nació para semilla

P: ¿Pero tú tiene una misión en la vida que cumplir

R: Si tengo una, pero eso se hace

P: ¿¿Cual es la actividad que más te gusta de aquí?

R: Ninguna, me aburren y me salgo

P: ¿Jugar fútbol te aburre?

R: No.

P: ¿Cada cuanto juegas fútbol?

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R: Cada 3 o 4 días.

NAS 303-1

P: ¿Qué edad tienes y de dónde eres?

R: Tengo 17 años y soy de Valledupar, tengo más de 6 meses de estar en Cartagena pero

ya llevaba 2 meses de estar en una institución en Valledupar.

P: ¿Qué fue lo que más te gusto de la institución en la que estabas en Valledupar?

R: Nada porque allá no hay nada, entonces no me gusta nada.

P: ¿Que actividades hacías allá?

R: Nada lo único que me gustaba era la carpintería haciendo conjunticos de acordeón,

conjuntos musical y ya.

P: ¿Qué profesionales hay allá?

R: Hay Psicólogo, hay Siquiatra hay de todo, un poco de vaina, esas viejas no hablan

con uno, allá no hablan con uno pasan es encerrada los únicos que van al patio son los

educadores y la educadora.

P: ¿La Institución es mixta?

R: Si, pero mujeres no hay casi.

P: ¿Qué no te gustó de la institución en Valledupar?

R: El trato que le dan a uno allá el Director, porque si uno discute o pelea con algún

otro menor allá él viene y le da a uno con una regla y eso no me gusta.

P: ¿Cómo era el barrio en el que tú vivías?

R: Bien, allá a veces habían grupo deportivos, de danzas pero eso era a veces.

P: ¿A qué te dedicaban cuando estabas en tu casa?

R: A nada, yo antes iba a las escuela pero tengo 3 años que no estudio, hice el quinto y

luego el primero de bachillerato hasta mitad de año y perdí los papeles porque no pague

y el colegio no me dio los papeles, volví e hice el quinto y ya.

P: ¿Con quién vivías en tu casa?

R: Con mi mamá y el padrastro mío, mi abuela y mis hermanos.

P: ¿Que hace tu mamá?

R: Con mi mamá tenemos roces pero normales, mi mamá se la pasa hay en la casa y mi

padrastro vende ñame.

P: ¿Hace cuanto tiempo tu mamá vive con tu padrastro?

R: Hace 7 años.

P: ¿Qué contacto tienes con tu papá?

R: Nunca lo conocí, fue mi mamá quien me crió y cuando ella salía a trabajar me dejaba

con mi abuela.

P: ¿Tu abuela fue quien te crió?

R: Cuando mi mamá no estaba ella era la que me cuidaba.

P: ¿Qué recuerdos tienes de tu abuela?

R: Una viejita, bien conmigo y todo ella quería llevarme por el camino del bien,

pero yo seguí fue el camino malo, yo cogí el camino malo porque si no, no hubiese

hecho lo que hice.

P: ¿A qué aspiras cuando salgas de la Institución?

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R: Yo no aspiro a nada todavía, yo no aspiro a nada solo actúo sin pensar en lo que

me pueda pasar.

P: Tienes hijos?

R: Si tengo uno.

P: A que aspiras con tu hijo?

R: Sacarlo adelante y ya.

P: ¿Qué es lo que más te gusta de esta Institución?

R: Todo lo que hagan aquí me gusta lo que pasa es que uno no lo aprovecha, no

quiere, yo no quiero aprovechar todas las oportunidades que me dan aquí.

P: Porque no quieres aprovechar?

R: Porque no sé, será porque no veo el apoyo de mi familia.

P: ¿Cada cuanto viene tu familia aquí?

R: Nunca han venido.

P: ¿Mantienes contacto con ellos por teléfono?

R: tengo un poco de tiempo que no llamo, para que los voy a llamar...

P:¿ Por qué no quieres llamarlos?

R: Porque no quiero hablar todavía con mi familia, hablo con ellos cuando yo quiera.

P: Descríbeme un día de actividades de la Institución

R: Nos levantamos a las 6:00 ó 6:30 me baño y espero mi respectivo desayuno, si

llega el maestro y tengo ganas de trabajar trabajo si no tengo ganas me quedo

aquí sentado o caminando de aquí para acá.

P: ¿Por qué se te quitan las ganas de trabajar?

R: Porque me pongo a pensar en todo y se me quitan las ganas.

P: ¿Después de eso que haces?

R: Trabajar.

P: No me has mencionado los grupos de encuentro

R: No porque yo a eso no voy, no quiero ir a eso.

P: ¿Qué es lo que no te gusta de los grupos de encuentro?

R: Que hablan mucho, se demoran mucho hablando cháchara.

P: ¿Para ti que es un joven infractor?

R: Son.... los que van contra la Ley, yo no sé, es aquel que hurta, hace cosas malas.

P: ¿Qué necesitas tu para que en tu vida se produzca un cambio?

R: Poner de mi parte

P: ¿De las demás personas que necesitas?

R: Nada, lo que necesito me lo han dado, pero es que yo no quiero poner de mi parte.

P: ¿Cuándo vas a empezar a poner de tu parte?

R: Eso está en veremos.

P: Háblame de las oportunidades que tu barrio le ofrece a los jóvenes para salir

adelante?

R: Ninguna, los jóvenes de mi barrio yo no sé a que se dedican yo he visto un poco

caminando calle arriba y calle abajo, otros que trabajan y otros son igual que yo.

P: ¿Como hacías para conseguirle la comida a tu hijo?

R: No, el hijo mío nació estando yo aquí.

P: Quién es el profesional que más contacto tiene con los jóvenes?

R: Los educadores.

P: ¿Qué tipo de actividades hacen con ellos?

R: A veces lo llaman a uno y le dan consejos, también vemos televisión.

P: ¿Los aconsejan cómo?

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R: Por ejemplo, ellos le dice a uno las cosas no son así fíjese como va a salir a la calle

y así.

P: Tu vida cambió en algo cuando entraste aquí?

R: Si cambió un poquito, he cambiado en la agresividad yo antes era agresivo y ahora

me controlo más.

P: Te gustaría volver a ingresar a Asomenores ahora que salgas?

R: Nunca me han tratado bien, pero no quiero volver a venir por acá “preso” de pronto

libre a pasear a visitar pero preso otra vez no, encerrado no.

P: ¿Que has aprendido hacer aquí?

R: Aprendí hacer unas cruces y unas manillas, a trabajar más o menos carpintería.

P: ¿De qué te va a servir eso cuando salgas?

R: No sé de pronto eso me va a ayudar a salir adelante cuando salga, de pronto me sirva

de algo.

P: ¿Qué normas existen aquí?

R: Ir al comedor con sus chancletas, con su suéter limpio, hace la oración, almorzar en

un sitio sentado y en silencio.

P: ¿Qué sucede cuando alguien no cumple una norma?

R: No pasa nada solo que los educadores... si pasa, porque uno está rompiendo unas

normas.

P: ¿Para ti que es una norma?

R: Son...., cuando estudiaba la única norma que yo tenía eran hacer las tareas.

P: ¿En tu casa que normas te tocaba cumplir?

R: Ninguna.

P: ¿Que opiniones tienes de las escuelas?

R: No me gustan son muy aburridas y yo no me la llevo bien con los profesores, por eso

le digo que antes porque yo aquí he cambiado, ellos me decían una vaina y yo decía que

así no era, y salía de pelea con ellos.

P: ¿Cómo te pintas el lugar en el que te sientas libres?

R: No si yo no sé ni cómo voy a estar bien, tengo mi vida ya... no sé ni cómo, yo no

sé qué hacer, ni yo mismo se que hacer, será salir a la ley de Dios.

P: ¿Cómo es la ley de Dios?

R: A Donde él me quiera llevar, como él me pinte la vida así voy yo.

P: ¿Qué significa para ti esta Institución?

R: Yo no sé qué es esto.

P: ¿A qué aspiras cuando salgas?

R: Yo no aspiro a nada.

P: Qué es lo que no te gusta de esta Institución?

R: El encierro.

P: ¿Crees tú que el mismo trabajo que están haciendo contigo aquí (interrumpe la

pregunta y afirma se está haciendo también en las cárceles)

P: ¿En qué se diferencia esta Institución de una cárcel?

R: Allá no hay lo que hay aquí, el psicólogo, la siquiatra.

P: Crees que el mismo trabajo que se hace contigo aquí se puede hacer afuera?

R: Si se puede, lo primero que debe hacer es confiando en mí, sino confía en mí no

puede tener certeza.

P: La gente confía en ti?

R: Yo no sé eso los saben los demás, si confían en mí o no, yo he confiado y a veces me

faltonean, me tuercen y no puedo seguir confiando.

P: ¿A qué te dedicaban antes de ingresar a la Institución?

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R: Trabajaba y a veces robaba, a veces trabaja de ayudante de albañilería, a veces

trabajaba en el monte cortando maíz, todo lo que yo he hecho me gustaba pero los

trabajos se acababan y tenía que dejarlos.

P: ¿Te gustaría trabajar?

R: Claro eso me ayuda a ser alguien en la vida.

P: ¿Tu hijo ha cambiado tu vida?

R: Más o menos, aquí, aquí no ha cambiado en nada, yo sé que es lo que voy a hacer,

aquí no lo puede ver.

P: ¿Qué cualidades o cosas positivas tienes tu?

R: Lo único que tengo que hacer es trabajar, yo sé que cosas positivas tengo.

P: ¿Qué cosas negativas tienes?

R: Que yo me pongo a pensar de todo, yo a veces pienso componerme por mi hijo,

pero uno sale resentido de aquí.

P: ¿Por qué sales resentido, contra quien?

R: Yo no sé si salgo resentido contra mí mismo, yo no sé.

P: ¿Tú estás resentido en estos momentos?

R: Claro, yo no sé con quién pero estoy resentido.

P: ¿Qué vas hacer con todo ese resentimiento que tienes?

R: Eso es lo que no sé, que voy hacer con todo ese resentimiento.

P: ¿Se te ha brindado la ayuda para que tu manejes ese resentimiento?

R: Yo a nadie le he dicho que estoy resentido, yo no le digo nada a nadie aquí, yo

no hablo con nadie.

P: ¿Qué es lo que menos te gusta de aquí?

R: Nada, yo no le paro bolas a nada de lo que dan aquí.

P: ¿Te sientes identificado con este lugar?

R: Nadie se siente bien aquí, yo no me siento bien aquí.

P: ¿A qué aspiras en un futuro?

R: Yo no aspiro a nada, yo no sé cómo puedo alcanzar los objetivos.

P: ¿Abusaste del consumo de drogas?

R: Si consumía y consumo todavía.

P: Algún día has tenido contacto con alguien que te ayude a superar el problema del

consumo?

R: Con nadie.

P: ¿Y aquí?

R: Tampoco, yo les he dicho que no lo voy a dejar, desde que estoy aquí una sola vez

hablé con la sicóloga, me dijo que a que aspiraba yo y le dije que a nada.

NAS 304-1

P: ¿Cuál es tu nombre, que edad tienes y cuanto tiempo llevas en la Institución?

R: Mi nombre es Víctor, tengo 10 meses de estar acá y tengo 17 años.

P: ¿Ingresaste por qué tiempo?

R: Por 3 meses, yo entre aquí por 2 meses a los tres meses de estar acá me vino la

libertad para un Centro de Protección y de ahí estoy esperando que me vengan a buscar.

P: Te vengan a buscar de donde?

R: De Santa Martha, yo soy de allá.

P: ¿Háblame de tu familia?

R: En mi casa vive una tía que tiene 4 hijos, vive mi abuela, su esposo y mis tres

hermanas.

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P: ¿Tu mamá?

R: Soy huérfano, yo soy huérfano de padre y madre desde los 6 años.

P: ¿Qué le sucedió a tus padres?

R: Los asesinaron en Sevilla Magdalena.

P: ¿Cómo son las relaciones en tu familia?

R: Perfectas, allá cuando yo hago algo malo mi abuela me llama me da consejos, me

hace ver lo malo, no hay ningún maltrato ni verbal, ni físicamente, es una familia que

se sabe entender.

P: ¿Qué actividades realizabas antes de ingresar a la Institución?

R: Yo trabajaba en una llantería de día y estudiaba de noche, hacía quinto de primaria.

P: ¿Qué hacen tus hermanas?

R: Ellas estudian una hace tercero y la otra segundo, una tiene 12 años y la otra tiene 10.

P: ¿De dónde obtiene la familia los recursos para sobre vivir?

R: Mi abuela vende mercancía, ropa, zapatos, chancletas, mi abuelo es maestro de

albañilería y cuando estaba trabajando yo también a portaba en la casa.

P: ¿qué significaba para ti trabajar?

R: Yo trabajaba en la llantería desde las 7:00 de la mañana hasta las 6:30 de la tarde, y

ganaba de acuerdo de lo que hacía en el día, yo partía mitad y mitad con la señora,

digamos que en un día yo me hice $24.000, de eso yo me llevo

$12.000 y $12.000 la señora.

P: ¿Qué hacías con ese dinero?

R: Primero compraba la comida y ya de ahí cuando necesitaba bolígrafos, cuadernos,

después de la comida esa plata me quedaba a mí.

P: ¿Cómo era el barrio en el que vivías?

R: Yo vivía en el barrio el Divino Niño, el barrio es bueno, eso antes como era un

botadero de muerto tenía una mala reputación, ahora es que se está arreglando la

reputación que tienen, antes nadie quería entrar para allá, ningún taxista pero eso ha

mejorado, se puede vivir allá.

P: ¿Para los jóvenes que tal es?

R: Bueno, allá no se ve violencia, ni que estén atracando en las calles, habían celadores.

P: ¿Existía grupos deportivos?

R: Si, habían 6 se participaba en campeonatos de microfútbol, de béisbol de carrera de

sacos, habían trofeos, habían grupos de bailes.

P: ¿Hace cuanto tiempo llegaste a la Institución?

R: Hace 10 meses, yo he caído aquí 2 veces, la primara vez que vine fue por hurto y

esta vez vine por lesiones personales, tengo 10 meses de estar aquí.

P: ¿Qué actividades haces aquí?

R: Me levanto a las 5:30 a.m. paso a la ducha, me seco, me cambio, arreglo la cama

y salgo. Hago el aseo al módulo, se hace como hasta las 7:30 se espera media hora

como hasta las 8:00 para el desayuno, viene el grupo de encuentro, sección

educativa y a veces vienen unos evangélicos en la tarde, después vienen otros

talleres que nos dan en la tarde cuando vienen practicantes o nos queda el resto de

la tarde libre.

P: ¿Qué es lo que más te gusta de la Institución?

R: A mí me gustan los reglamentos que hay acá.

P: ¿Cuáles reglas?

R: Aquí hay una regla en que todos somos iguales no hay excepción ninguna, eso me

gusta, se hacen respetar las reglas, por ejemplo aquí está prohibido los agresiones y si el

muchacho arremete hay una sanción para él, esa sanción la pone ya la dirección.

P: ¿Qué tipo de sanción?

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R: Digamos que no ver televisión, ¿o que coma de último que todos los jóvenes.

P: ¿Se cumplen y estas tu de acuerdo con esa sanción?

R: Si.

P:¿ Cuándo salgas de la Institución vas a ser igual?

R: Voy a ser distinto a como ingresé acá, yo aquí ingresé con un bajo control de

impulsos y he logrado superarlo, ya no soy la misma persona que antes de me hacían

algo con nada peleaba, ahora sé como evitar una pelea, sé cómo evitar un problema y

como salir de los líos.

P: ¿Qué es lo que menos te gusta de la Institución?

R: Los baños, la planta física está en muy mal estado, baños tapados, la ducha servía

una sola.

P: ¿Qué sucede cuando un joven no cumple una sanción?

R: Vuelve y se le repite, o sea esa sanción no se le quita, digamos que le quitaron la

T.V por un día y el vio televisión ese día entonces ya no es por ese día sino que son 2, si

vuelve a ver televisión le aumentan otro día y si toca meterlo en el alojamiento Cero,

donde está el muchacho con varicela se encierra allá.

P: ¿Cuánto tiempo los encierran allá?

R: Por los días que no va a ver televisión, allá le llevan la comida, allá se baña, allá hace

todo.

P: ¿Existe un líder en el grupo?

R: Ninguno, los que mejores se portan acá se han ganado un respeto de los muchachos

hasta cierto punto, como en el caso mío, ya yo tengo 10 meses de estar acá, hay otros

jóvenes que llevan más tiempo que yo de estar acá entonces a nosotros 3 nos tienen un

respeto como antiguos, entonces digamos que va a ver una pelea y yo digo como peleen

se atienen a las consecuencias, las consecuencias la voy a poner yo, digo así y lo digo en

una carácter para que lo tomen en serio y ya la pela se calma.

P: ¿Y cuando incumplen una norma que ustedes dicen que pasa?

R: Yo espero la noche, lo único que puedo hacer es darle un tablazo a cada uno en las

nalgas para que no lo vuelvan hacer.

P: ¿las directivas saben de eso?

R: No eso es algo aparte de nosotros, los educadores tampoco se dan cuenta de eso, yo

hace como 1 mes hice un grupo de encuentro, eso está prohibido pero yo le pedí

colaboración a un educador y me dijo sí, y todos nosotros nos comprometimos con

nosotros no con nadie más sino con nosotros a que la Institución va a cambiar, que ya

no se van a dar esos problemas que teníamos que cuando llegaba un joven nuevo lo

atracaban, lo maltrataban, ya no sé ve eso, se ha dado un logro ya han llegado varios

jóvenes y se han respetado y se han tratado como se debe.

P: ¿Cuál es el profesional que más contacto tiene con los jóvenes?

R: La doctora Jacqueline y la doctora Diana.

P: ¿Qué trabajo realizan con ellas?

R: La doctora Jacqueline llega a las 7:00 de la mañana ingresa al módulo, saluda a los

muchachos, les pregunta las inquietudes, los muchachos le comentan las inquietudes si

es posible ella las comenta a la Dirección y la dirección responde ella va y lleva las

respuestas, es la que hace grupo de encuentros, la sección educativa y es la que

acompaña los talleres en la tarde, ella todo el tiempo está con nosotros.

P: ¿Y los educadores?

R: Están pendiente de nosotros, que no se den peleas, que no se den fugas, que no se de

hurto, que no se den faltas de respeto con los compañeros, nos cuidan día y noche, ellos

viven con uno, ellos son digamos que como los papás de nosotros.

P: ¿Estas de acuerdo con la función que ellos cumplen?

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R: Si, cuando tienen que hablar con carácter lo hacen, si necesitan regañar a alguien lo

hacen, si necesitan dar un consejo lo hacen y todo con el respeto que los jóvenes se

merecen.

P: ¿Te gustaría entrar nuevamente a Asomenores?

R: Pero no como infractor sino como voluntario, entrar y dar un ejemplo, digamos dar

un testimonio de lo que me paso y lo que soy ahora, digamos que el cambio que he

tenido en el tiempo que he estado acá.

P: ¿Mencióname esos cambios?

R: Digamos que el control de impulsos, yo antes no moderaba la lengua y ya se hablar

mejor, ya tengo modales yo antes no me quería a sí mismo.

P: ¿Quién te dijo que no te querías a sí mismo?

R: Yo mismo me hacía daño, yo me golpeaba contra la pared, me maldecía yo mismo,

maldecía a mi familia, yo no quería a nadie, desde que yo vi como mataron a mi papá y

a mi mamá; ya de ahí yo pensaba que no había nada más que hacer en el mundo y que

no existía más nadie pero estaba errado.

P: ¿Dónde te diste cuenta de eso?

R: Aquí en Asomenores me lo hicieron ver, todo el personal de Asomenores me lo hizo

ver, todos ellos dialogan con uno, le dan consejos a uno y cuando hay que confrontarlos

de una forma fuerte con carácter se confrontan y le hacen ver a uno lo bueno y lo malo.

P: ¿Qué va a suceder contigo ahora que salgas de aquí?

R: Tengo pensado ir a mi casa, terminar mis estudios, seguir trabajando y si tengo la

oportunidad de ingresar a la Universidad.

P: ¿Crees que existen las condiciones para eso?

R: Si, porque mi padrino me dice que si yo quiero estudiar el me apoya con todo, mi

madrina me dice lo mismo, yo tengo bastante apoyo para lograr lo que me proponga.

P: ¿Qué se trabaja en un grupo de encuentro?

R: Ahí hay confrontaciones de compañero, digamos que un compañero hurto algo que

no era de él, el educador no se dio cuenta y por lo mismo no pasó el informe y yo me di

cuenta, eso paso en la noche tengo la obligación de en la mañana confrontarlo en el

grupo de encuentro, se pide la palabra y se confronta al compañero.

P: ¿Después de eso que viene?

R: Si él reconoce que lo que hizo está malo, y lo hace de buena manera posiblemente le

perdonen la sanción porque él está reconociendo el error y ya hay está creciendo como

persona, tiene un logro y es que está reconociendo su error, entonces ya la doctora o acá

reconocen eso, entonces si le iban a poner la sanción de que comiera de último que

todos ya se la perdonan porque el está avanzando.

P: ¿Qué otra cosa se hace en el grupo de encuentro?

R: Se lee el informe y si hubo una riña entre jóvenes y aparece en el informe ahí se coge

a los dos jóvenes y se les pregunta por qué pelearon, que cual fue el motivo.

P: ¿Qué significa Asomenores para ti?

R: Esto es una cárcel, pero a la vez es un colegio porque nos enseñan a comportarnos,

nos enseñan a comportarnos en la sociedad, nos enseñan los modales que debemos tener

en la calle, nos enseñan a controlar nuestros impulsos, eso no lo hacen en ningún

colegio y sin embargo aquí los hacen.

P: ¿Qué piensas de las escuelas?

R: A mí me gusta todo lo de una escuela, porque ahí enseñan, digamos que un joven

tiene el sueño de ser abogado y ahí se lo propone esa escuela le da la educación que

necesita y la orientación que debe y uno lo logra.

P: ¿Por qué crees tú que hay jóvenes que no les gusta estar aquí?

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R: Porque no le encuentran el lado positivo a la Institución, sino que creen que la

Institución todo es por el lado malo, no se ponen a pensar un momento que están aquí

porque cometieron un error y que tiene que corregirlo.

P: ¿Cuándo te diste cuenta tú de eso?

R: Como a los dos o tres meses de estar acá.

P: ¿Crees tú que el tiempo que estás acá es suficiente para que el joven cambie?

R: Hay unos que cuando ya están captando el mensaje se van y si embargo le ponen

libertad asistida para que sigan viniendo y seguirlos orientando.

P: ¿Y los que reinciden?

R: Es porque no han captado el mensaje, no les interesa saber nada de eso, quieren

seguir en las mismas.

P: ¿Cómo es el consumo de drogas dentro de la Institución?

R: Yo no he consumido, aquí hay jóvenes que si han consumido dentro de la Institución,

los jóvenes que consumían dentro de la Institución se volaron , se fugaron el viernes,

hicieron una fuga y se fueron, en estos momentos no hay consumo dentro de la

Institución.

P: ¿Conoces tu cual es el objetivo de Asomenores?

R: Reeducar a los jóvenes y sacarlos del hueco en el que están, a veces los jóvenes están

en el hueco digamos que del vicio, en el hurto entonces ellos quieren brindarnos su

ayuda para ver si nosotros salimos de ese hueco, brindarnos la orientación que

necesitamos.

P: ¿Cuál es la actividad que más te gusta?

R: Todas me gustan porque en todas nos enseñan algo bueno y todas tienen un mensaje.

P: controlo, a veces exploto, me meto con la gente que no debo por ejemplo con las

doctoras, con ella a veces que pago la grosería, les digo de todo y las amenazo e Aspiras

salir cuando?

R: Cuándo Dios lo disponga porque yo no lo dispongo, también cuando me sienta

preparado para salir porque ahora en el momento la verdad es que no me siento

preparado para salir a la calle, la verdad es que no me siento reeducado de un

todo.

P: ¿Quién te ha dicho eso?

R: Yo a veces me doy cuenta de las fallas que tengo, a veces estoy bien así cuando

de repente, a veces me levanto con rabia y controlo esa rabia como a veces no… ya

he intentado pegarles, a la doctora Vilma le ofrecí una cachetada sin ella saber lo

que me pasaba a mí, entonces por eso digo que nos estoy reeducado de un todo.

P: ¿Cuánto tiempo te llevas para esa reeducación?

R: En 10 meses que tengo solo en 5 o 6 meses es que he estado captando el mensaje,

de allá para acá, todavía me falta creo que estoy reeducado en un 40 ó 50%, yo

aspiro reeducarme en un 100%:

P: ¿Participas tu en la planeación de las actividades?

R: En la sección educativa participo y animo a los compañeros para que participen, en

el grupo de encuentro como a veces se ponen hablar todos. A veces no están de acuerdo

con una regla que pone la doctora, entonces comienzan con una algarabía entonces yo

colaboro para que hagan silencio, en el deporte no me gusta tanto jugar pero me gusta

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que los compañeros participen, para que las personas que vengan hacer algo no se

sientan mal sino que tengan apoyo.

P: Qué sucede con tu libertad?

R: Mi libertad está acá, me tienen acá por protección por lo que hice no puedo llegar a

Santa Marta, mi vida allá corre peligro, yo si pienso llegar a Santa Marta, pero yo

vuelto otra persona no con el comportamiento que tenía que le buscaba pelea a todo el

mundo. Yo aquí no estoy recluido 100 % porque yo salgo a los Bomberos, a la Playa, al

cerro San Felipe salgo a Cine, a la Castellana.

P: Cómo te sientes acá?

R: Bien, yo pensaba que esto aquí no me iba a servir para nada pero estaba

equivocado porque esto me ha servido para recapacitar y no me siento mal tampoco

porque aquí no le dan un trato mal a uno, más bien no lo pueden tratarlo a uno ,

entonces aquí le dan toda la atención que uno necesita, le hacen ver lo bueno y lo malo

y todo eso me gusta porque uno va aprendiendo.

P: Crees que el trabajo que se realiza contigo dentro de la Institución se puede hacer

afuera?

R: Si, yo lo hubiese aceptado como los acepte aquí, allá afuera intentaron pero yo no lo

acepte, ninguna persona puede hacer un logro con uno, si uno no se deja.

P: ¿Es necesario la Institución para que tú entiendas todo lo que has entendido?

R: Si

P: ¿Se hace necesario que este aquí dentro?

R: En un 50% si.

NAS 305-1

P: ¿Cuántos años tiene?

R: 16 años

P: ¿Dónde vives?

R: En San Francisco

P: ¿Hace cuanto estás en la Institución?

R: Hace 30 días

P: ¿Ya se te cumplió la medida?

R: Si

P: Que estas esperando entonces?

R: Estoy esperando los últimos días hábiles que me faltan, para que el Juez me diga

si me manda otra medida o me manda la libertad.

P: ¿Háblame de tu familia, como está conformada? R: Yo vivo con tres tías mías y

unos primitos, yo vivía con mi abuela, pero se murió y yo quede allí con las tías

mías.

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P: ¿Y tu mamá?

R: Vive aparte con su marido

P: ¿ Y tu papá?

R: También parte con su mujer

P: ¿Tienes contacto con él?

R: No más con mi mamá

P: ¿Cada cuanto tienes contacto con ellos?

R: Cada ratico, pero con mi mamá

P: ¿Por qué no vives tu mamá?

R: Porque yo me crié fue ahí con las tías mías

P: ¿Por qué llegaste a la Institución?

R: Por hurto

P: Háblame de tus amigos en el barrio, quienes son?

R: Hay dos muchachos, que los conocí en el Barrio

P: ¿De qué sector de San Francisco eres? 31

R: San Pacho, sector las Lomas

P: ¿Estabas estudiando cuando ingresaste a la Institución?

R: No

P: ¿A qué te dedicabas?

R: A vender suéter en Bocagrande, a veces vendíamos cócteles

P: ¿Quien te llevaba a vender Suéter?

R: Un compañero, algunas veces vendía solo.

P: ¿Has ingresado a la escuela?

R: Hice hasta Tercero y me salí.

P: ¿quién te paga los estudios?

R: El papá mío

P: Háblame de tu escuelas te sentías bien, que era lo que más te gustaba de la

escuela?

R: Si me sentía bien, me gustaba estudiar mucho porque soy inteligente.

P: ¿Que era lo que menos te gusta de la escuela?

R: Las matemáticas y que no me iba bien con los maestros

P: ¿La disciplina de la escuela te gustaba?

R: Si era un colegio pago

P: ¿En qué parte quedaba el colegio?

R: Por el 7 de Agosto

P: ¿Cuando te sales de la escuela a que te dedicas y a cuantos años te Sales?

R: A los trece años y me dedicaba a consumir

P: ¿Quien te dice que consumes?

R: Yo mismo, por mi propia voluntad

P: ¿Quien te proporcionaba la droga?

R: Yo mismo la compraba

P: ¿Cómo la comprabas?

R: Con plata

P: ¿Quien te daba la plata?

R: A veces me la daba mi papá y yo mismo la trabaja, ya después fue que comencé a

robar.

P: ¿No te daba miedo cuando robabas?

R: Si me daba miedo

P: ¿Aún sigues robando?

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R: No ahora que salga voy a componerme, voy a quedarme quieto porque ya he caído

mucho aquí.

P: ¿Cuántas veces has entrado a la Institución?

R: Seis veces

P: Y ¿las seis veces por qué?

R: Por hurto

P: Háblame de tus hermanos, ¿Cuántos tienes?

R: Somos cuatro, viven con sus abuelas

P: Tu papá que opina de las entradas a la Institución?

R: No él no gusta de mí, no me habla ni nada

P. Tú quieres que esa situación sea así.

R: No sé qué decirle si es así o no es así.

P: ¿tú quisieras que tu papá cambiara contigo?

R: Si yo quisiera eso

P: ¿Y tu mamá?

R: Mi mamá conmigo si se las va bien, me viene a visitar y todo

P: ¿Como entraste a Asomenores, cuando fue la primera vez y por qué lo hiciste?

R: La primera vez, por una silla que me cogí en un Restaurante y tenía quince años.

La segunda por...dure 9 días, la tercera vez por una orden de captura de la Fiscalía, esa

vez me pusieron una media de observación de un mes duré veinte días y me evadí.

La cuarta vez por un robo que hice en el centro, duré veinte días y también me evadí,

porque no me gusta este encierro, yo quiero estar en mi casa. La quinta vez por

atracar a una Buseta con unos compañeros que eran mayor de edad y yo era menor,

nos retrataron en el periódico y nos llevaron a Ternera, allá a los cuatro meses y

me echaron para acá.

P: ¿Siendo menor de edad duraste todo ese tiempo allá?

R: Yo me puso mayor de edad

P: ¿Para qué te pusiste mayor de edad?

R: Para que no fueran a hundirme los compañeros

P: ¿Cuando se enteraron ellos que tú eras mayor de edad?

R: Mi mamá me llevo el registro Civil y yo lo mostré allá, hicieron un memorial lo

mandaron a la fiscalía y la Fiscalía me mando el oficio y me mandaron para acá y a

los quince días me evadí.

P: ¿Por qué te evades, que es lo que no te gusta, aquí no tiene comida, tienes dormida,

tienes tu ropa?

R: Si la tengo, pero esto aquí no me gusta estar con este poco de pelaos, porque se me

trastorna la mente con este poco de pelaos faltones.

P: ¿Faltones como así?

R: Andan faltoneando a uno, no quieren respetar a nadie.

P: ¿A que le llamas tu respeto?

R: A que me respeten, a si como yo los respeto, si yo respeto, tienen que respetarme

también.

P: ¿Ellos se meten con tus cosas?

R: Con mis cosas no, sino que molestan mucho, no me gusta el vacile.

P: ¿Que es el vacile?

R: Que estén vacilando a uno a cada rato, para sacarle la piedra a uno.

P: ¿La sexta vez que ingresas fue porque?

R: Por un hurto con un compañero y me mandaron para Ternera

P: ¿Has te tenido la suerte de robar algún día y que no te hayan cogido?

R: si varias veces

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P: ¿Qué haces con las ganancias que te quedan cuando robas?

R: compro ropa, llevo un mercado para la casa y lo que me queda me lo consumo.

P: ¿Que drogas consumes?

R: marihuana, perico y ya

P: ¿Qué sensación te produce el consumo de drogas?

R: Estar relajado, hace que uno no busque problemas con nadie, para uno todo el día

durmiendo y hace que uno coma bastante.

P: ¿Cuándo llegaste por primera vez a la Institución como te recibieron, quién te

recibió?

R: Los educadores, no me agredieron y nada, no me recibieron mal.

P: ¿Quien te elaboro el fólder?

R: La doctora Vilma

P: ¿Cuándo un muchacho ingresa aquí que viene después de eso?

R: Lo apuntan en libro, le piden la dirección y si es de noche lo mandan para el patio

y si es de día lo mandan para las oficinas.

P: ¿Qué pasa en la oficina?

R: Le hablan como son el reglamento del módulo, que se debe portar bien y que si un

compañero le falta el respeto no pelear, ni nada sino decirle a los educadores, que

para eso están, saberse comportar en la sesión educativa, para que no le pongan

informe y participar de los grupos de encuentro.

P: ¿Además de los grupos de encuentro que otras cosa tienes que hacer?

R: La sesión educativa

P: ¿Te gusta la sesión educativa?

R: si porque quiero irme rápido y porque la sesión educativa ayuda a uno en pila y yo

llevo mi cuaderno lo tengo en orden, realizo mis tareas.

P: ¿Cuáles son las reglas que hay en el patio?

R: Distraerse, hacer deportes, jugar fútbol, hay algunas veces que se forman unos

problemas.

P: ¿Qué pasa cuando se forman esos problemas?

R: A las trompadas, a veces cogen tablas

P: ¿Y que dicen los educadores de eso?

R: No el educador busca para desapartar, porque para eso que ellos están ahí, para

que no se forme problema ni nada.

P: ¿Y por qué se forman problemas?

R: No porque hay veces que un compañero se le debe al otro y a veces 201 que el

compañero le coge el suéter al otro y se lo esconde y ya al que cogieron sus cosas está

ardio, porque le cogieron lo de él.

P: ¿Qué tú hace tu mamá?

R: Ama de casa

P: ¿y tus tías

R: Trabajan en casa de familia

P: ¿Hay un líder en el patio en estos momentos?

R: No hay los que mandan son los educadores

P: ¿Hay grupos en el patio

R: Si, hay un solo grupo y son unidos a veces que se ponen a pelear entre ellos

mismo, pero hay un solo grupo entre todo el módulo.

P: ¿No hay grupos pequeños?

R: No hay puro grande y uno habla hasta con los más chiquitos y se abraza uno con

ellos.

P: ¿Por qué se abrazan?

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R: Porque pelaitos chiquitos, tienen la buena y como uno es grande y ellos están

chiquiticos uno coge y los abraza y juega con ellos.

P: ¿Qué les enseñan esos niños?

R: Muchas cosas a respeta, a todo el mundo.