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UNIVERSIDAD DE LA REPUBLICA
FACULTAD DE PSICOLOGIA
TRABAJO FINAL DE GRADO
Impactos de la exclusión social en la salud mental de niños, niñas y
adolescentes en contextos vulnerables.
Julio Costa
C.I: 3.930.391-0
TUTOR: Prof. Adj. Nelson de León
Montevideo, 2 de mayo de 2018
2
Índice
Introducción…………………………………………………………………………………………………………3
Capítulo 1: Contextualización socio histórica y condiciones de visibilidad
de la infancia y adolescencia en la alta edad media y el renacimiento…………………………………..4
1.1 La oscura edad media……………………………………………………………………………………..5
1.2 La infancia y el arte, las representaciones sociales de la infancia
en la edad media………………………………………………………………………………………………...7
1.3 El origen de la educación moderna………………………………………………………………………8
1.4 Entrar en razón. El renacer occidental…………………………………………………………………...9
Capítulo 2: Las Instituciones de la modernidad y la concepción tutelar.
La posición social de niños, niñas y adolescentes…………………………………………………………11
2.1 Contexto socio histórico del surgimiento de las instituciones modernas……………………...........11
2.2 Estado liberal burgués y las instituciones de control………………………………………………….12
2.3 La familia moderna y su relación con la infancia………………………………………………………13
2.4 La Escuela moderna………………………………………………………………………………………14
2.5 La medicalización de la sociedad……………………………………………………………………….15
Capítulo 3: Efectos del paradigma tutelar y la institucionalización
de los NNA en contextos vulnerables…………………………………………………………………………17
3.1 El surgimiento de la infancia y del menor como síntoma
de las fallas del sistema………………………………………………………………………………………18
3.2 El disciplinamiento, la normalización y la reproducción………………………………………………19
3.3 Infancias en peligro de exclusión y vulneración de sus derechos…………………………………...21
3.4 Infantilización de la pobreza en América Latina y Uruguay…………………………………………..22
Capítulo 4: La perspectiva de derechos de niñas, niños y adolescentes
en el campo de la salud mental………………………………………………………………………………...23
4.1 Procesos y consecuencias de la institucionalización de la infancia en Uruguay …………….……..24
4.2 Niños, niñas y adolescentes como sujetos de derechos, el Estado
Uruguayo en la protección integral de la infancia…………………………………………………..……….27
4.3 Legislación actual de la atención en salud mental de NNA……………………………………………30
4.4 aportes de la UDELAR hacia la construcción de un enfoque interdisciplinario. ......……...33
Reflexiones finales………………………………………………………………………………………………. 37
3
Introducción
En este Trabajo Final de Grado, presentado como Monografía, se tratara de abordar las
conceptualizaciones y prácticas que se han construido a lo largo de los siglos en la civilización
occidental, de la infancia, la adolescencia y la salud mental. Desde esta articulación, se
buscara visualizar las condiciones de existencia de niños, niñas y adolescentes (NNA) en
contextos vulnerables a lo largo de la historia y la actualidad, focalizando en la salud mental
desde una perspectiva de derechos humanos y las garantías de estos derechos en contextos
vulnerables.
El creciente interés científico mostrado en las últimas décadas por distintos investigadores y
por organizaciones sociales, acerca de la agudización de la pobreza infantil, dan cuenta de una
gran preocupación por los efectos negativos que pueda tener este fenómeno en los aspectos
psicosociales de los NNA.
Según CEPAL (2013) en la actualidad la pobreza sigue siendo uno de los principales
problemas de nuestra región, pero específicamente lo que más preocupa dentro de esta
problemática es que la incidencia en hogares con “alto grado de dependencia” aumento de
forma preocupante, esto “deja en una situación especial de desmedro a niños, niñas y
adolescentes.” (p.95)
Por lo tanto, el propósito de este trabajo de síntesis y articulación, es acercarse al análisis,
de lo que desde CEPAL (2013) se ha denominado ¨infantilización de la pobreza¨ dentro de la
vulnerabilidad social, y la incidencia que este fenómeno provoca en la salud mental de los
NNA. Se profundizará en relación a los contextos legales y sociales que se fueron dando en el
transcurso histórico para llegar a la actual perspectiva de derechos. Se enfatizara en relación a
aquellos que hayan provocado movimientos a partir de la creación o protección de derechos de
los NNA.
Por último, se analizaran acciones llevadas a cabo por la UDELAR en la atención a dichas
problemáticas; además de los desafíos que desde ésta deberían plantearse, hacia la
construcción de abordajes interdisciplinarios, y posibilitar respuestas integrales que se podrían
asumir en el contexto actual.
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Capítulo 1: Contextualización socio histórica y condiciones de visibilidad de la infancia y
adolescencia en la alta edad media y el renacimiento.
En este primer capítulo se contextualizaran las condiciones socio históricas en cuanto a la
forma que se concebía la infancia en la edad media y el renacimiento, básicamente se toman
estos dos momentos históricos como uno solo ya que los cambios en la sensibilidad de ambas
sociedades en relación a la percepción que tenían de la infancia no fueron muy diferentes entre
sí ni tampoco posibilitaron grandes cambios en la visibilidad que se tenía de la etapa infantil,
siendo recién en el renacimiento que se empiezan a dar cambios profundos.
Se destaca el arte ya que es una de las pocas fuentes que se pueden tomar del medio evo
para interpretar la representación que ellos tenían de los sujetos más pequeños. Por ultimo en
este capítulo se abordara el origen de las instituciones de la modernidad que se encargaran de
las formaciones subjetivas hasta nuestros días, entre ellas se destacan la escuela y la familia.
Se tratará entonces, de abordar las condiciones de existencia y los devenires de la etapa
infantil a lo largo de la edad media hasta el renacimiento. Podremos ver en este capítulo como
a pesar de que el nivel de visibilidad va complejizándose con el correr del tiempo, las mejoras
son muy sutiles y lentas. Recién en el periodo de posguerra (segunda guerra mundial) es que
se podrá visibisibilizar y diferenciar la categoría de niño, niña y adolescente, principalmente
partir de la perspectiva de derechos humanos, concretamente a partir de la Declaración
universal de los derechos humanos (1948) y declaración universal de los derechos del niño
(1959).
En el transcurso de la historia de la civilización occidental han existido diversas nociones
acerca de la infancia, estas han ido siendo enriquecidas a lo largo del tiempo por teorizaciones
científicas, las que dependiendo de su procedencia aportaran acercamientos diferenciados al
concepto. Es por esto que los intereses han estado puestos en aspectos como las
representaciones sociales, los cambios en los ciclos vitales, las transformaciones en los afectos
y prácticas hacia la infancia, entre otros.
Uno de los trabajos considerados de los más trascendentales por muchos autores y que
marca la pauta para los estudios posteriores corresponde al trabajo de Ariés (1985), para Rojas
(2001), Ariés investiga y expone las representaciones sociales de la infancia, además afirma
que su objetivo fue determinar el momento en que aparece la conciencia por parte de la
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sociedad europea sobre la categoría infancia, y cuando se da la diferenciación de esta
categoría del todo social, es decir cuando se la diferencia del adulto. Analiza la sociedad
europea del S. XI hasta el S. XVIII, ya que en ese momento histórico ubica el origen y el
desarrollo del distanciamiento entre padres e hijos, el cual señala como el factor determinante
en la delimitación de un espacio propio y privativo para la infancia, pero mediado por un rol
controlador depositado en la familia y en la escuela. A partir de esta reconstrucción del origen y
distanciamiento de padres e hijos separa dos grandes periodos; un primer gran periodo que es
la sociedad tradicional y segundo periodo más breve, la sociedad moderna.
Según planteos de Rojas (2001), hasta la época medieval, la infancia se encuentra
indiferenciada del todo social, la familia no era importante para la socialización. Debido a que la
comunidad era quien se ocupaba del aprendizaje en la infancia, la afectividad intrafamiliar era
secundaria, además los lazos afectivos no eran vistos como algo indispensable y los
sentimientos hacia los infantes eran superficiales.
1.1 La oscura edad media
La edad media está marcada por la irrupción en el mundo romano del cristianismo, según
Romero (1999), con la crisis del S. III y la consecuente caída del imperio Romano de Occidente
se provoca un cambio de religión por parte de este estado y se sustituye a la antigua religión
politeísta por una creencia monoteísta de origen oriental (Cristianismo). De esta forma se
impone el teocentrismo y Dios se convierte en el centro del universo y de la vida cotidiana. En
este momento la iglesia católica toma el centro del poder político dentro del imperio Romano y
se convierte en la mayor influencia en la sociedad occidental.
Posicionada en el poder (S. IV) las autoridades de la iglesia comienzan a preocuparse por
temáticas relacionadas a la seguridad y sobrevivencia, por esto comienza a exigir que se
impusieran leyes que prohibieran que los adultos puedan poner en riesgo la vida de los que
todavía no eran adultos (de Mause, 1982).
La falta de leyes de convivencia endurecían las condiciones de existencia de todas las
personas que no pudieran defenderse por sí mismas, por esto los sujetos en etapa infantil
quedaban expuestos al accionar de los adultos a su cargo, según palabras de Mause (1982)
“los niños eran arrojados a los ríos, echados en muladares y zanjas, “envasados” en vasijas
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para que se murieran de hambre y abandonados en cerros y caminos “presa para las aves,
alimento para los animales salvajes” (p.112)
El cristianismo logra que se comience a nombrar y visualizar problemáticas de la infancia
presentes desde épocas históricas anteriores a la edad media, entre ellas el abandono de
recién nacidos, el infanticidio y las torturas. Amorin (2008) afirma que “hacia el año 390 d. C.,
una disposición legal quita al padre el derecho sobre la vida y la muerte de sus hijos/as. Vemos
aquí, un efecto saludable de la difusión de las enseñanzas del evangelio pregonadas por los
cristianos” (p.10).
Sin embargo este cambio de sensibilidad está fuertemente marcado por el dogma religioso,
lo cual lo hace posible pero a la vez reaccionario.
En este sentido de Mause, (1982) afirma que:
“Los padres de Iglesia, partiendo de ciertas ideas de los pensadores clásicos, fomentan la
compasión por los niños afirmando que tienen alma, son importantes para Dios, son
educables, no se les debe matar, lesionar ni abandonar y que son muy útiles para la propia
imagen de los padres.” (p.114)
Ya como principal Institución, la iglesia incentiva la educación y crianza de los hijos a partir
de prácticas más compasivas que las anteriores. Se comienza a rechazar el infanticidio por
mandato del Cristianismo, el adulto sigue siendo el centro pero no matar a sus hijas o hijos
pasa a ser un valor moral. Para de Mause (1982) "la oposición al infanticidio, incluso por los
Padres de Iglesia, muchas veces parecía estar basada más bien en la preocupación por el
alma de los padres que por la vida del niño", con el fin “conservar sus almas” los adultos
conservan la vida de sus hijos. (p.53)
Por lo tanto este cambio esta determinado por una perspectiva basada en el sentir y las
necesidades de los adultos, según Amorin (2008) "la dinámica del grupo familiar y su modo de
inserción en la sociedad definía y prescribía los intercambios entre sus integrantes; el amor
parental y filial pasan a existir, pero sobre el telón de fondo de las necesidades sociales” (p.10).
Para Amorin (2008), las lógicas de funcionamiento en el orden social de la edad media,
crearon un sistema desigual, el cual invisibilizaba a casi todos los sectores sociales sin
privilegios de clase, sin embargo, en la infancia de estos sectores, lo hacía de una forma aún
más severa, el autor afirma lo siguiente, “hasta la Edad Media inclusive, la imagen del niño/a
con sus características singulares no tenía un lugar propio en el imaginario social. Las
categorías de lo infantil y lo adolescente no estaban presentes como lo están hoy” (p.11).
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El crecimiento demográfico empuja a los sujetos a la vida adulta desde muy pequeños, casi
quedando totalmente eliminada la infancia para la mayoría de la población, a no ser para las
clases más altas. La infancia era solo para los que tenían privilegios. En este sentido Amorin
(2008) afirma que “con el advenimiento de la Edad Media se produce una tendencia resistente
que determina un acortamiento dramático de la infancia como etapa evolutiva. Prácticamente
desde su destete, el niño se ve precipitado e integrado a la vida del adulto” (p.10).
1.2 La infancia y el arte, las representaciones sociales de la infancia en la edad media.
Ya en el renacimiento (S. XVI y XVII) el dogma religioso entra en profunda crisis de
credibilidad por consecuencia de descubrimientos científicos, que luego construirán las bases
de la ciencia moderna (Romero, 1999).
Para Dolto (1991), los nuevos elementos constitutivos de la infancia se pueden observar en
la pedagogía y también en el arte renacentista. Para él la distinción del niño y el adulto se da a
partir de un devenir socio histórico reflejado en las representaciones pictóricas, las cuales
comienzan a aparecer en el siglo XIII, toman mayor visibilidad en el siglo XVII y terminan de
establecerse en el siglo XVIII. Dichas representaciones pictográficas cargan a la infancia de
afectividad.
Ariés (1990) afirma que "hasta el siglo XVII, el arte medieval no conocía la infancia o no
trataba de representársela; cuesta creer que esta ausencia se debiera a la torpeza o
incapacidad. Cabe pensar que en esa sociedad no había espacio para la infancia" (p.124). El
niño en las pinturas medievales era representado de la misma manera que lo era en la vida
cotidiana, es decir, con un tamaño más pequeño que el adulto pero de iguales proporciones. La
diferencia del renacimiento con la edad media es estética, se le da mayor realismo a las
proporciones de las representaciones pero se sigue manteniendo el concepto de que el niño es
un ser inacabado por carecer de razón, aunque cargado de afectividad debido a los valores
cristianos.
Es así entonces que de acuerdo a Rojas (2001) la pedagogía y el arte van complejizando la
concepción que se tenía de la etapa infantil, ubicando predisposiciones que pasaron a ser
consideradas propias de la infancia.
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1.3 El origen de la educación moderna.
De acuerdo al punto anterior, la infancia en la edad media no tenía una representación que
reflejara sus diferencias con los adultos, estos solo eran vistos como adultos pequeños o
inacabados, es decir, que tampoco se diferenciaba los distintos momentos evolutivos dentro de
la infancia.
Para Amorin (2008), a finales del S. XV esta situación comienza a cambiar, no solo desde la
sensibilidad subjetiva fomentada desde la iglesia, sino también desde acciones concretas.
Aunque con fines religiosos, comienzan a surgir espacios específicos dedicados a la formación
de los infantes, por ejemplo, las escuelas parroquiales. Estas escuelas tenían como finalidad
manifiesta la formación de buenos cristianos, pero para eso consideraban indispensable
comprender los preceptos religiosos, o sea saber leer. Para dicho autor lo más relevante es
que se comienza a concebir el pensamiento infantil como algo a desarrollarse y no solo como
algo inacabado o imperfecto, lo que para él origino el Racionalismo.
Para Leopold (2014) el Racionalismo
¨da inicio a un largo y complejo proceso de consolidación y reproducción ampliada de la
infancia en la que un nuevo tipo de organización familiar, y la institucionalización de la
escuela como estructura educativa y como ámbito específico para su formación, han de
jugar un papel de primer orden.¨ (p.27)
Aunque comienzan a haber más lugares específicos para la formación de la infancia, solo
pueden acceder a ellos algunos sectores sociales, mientras que otros quedan relegadas a
seguir en el mundo del trabajo con los adultos o al resguardo de la iglesia por haber sido
abandonados por los adultos a su cargo, sin escuela ni familia (Leopold 2014).
Según sus propias palabras (2014)
“el proceso de separación de la infancia del ámbito del trabajo como la inclusión exclusiva en
el dispositivo escolar no se tramitó para todos de manera igualitaria y en la misma
contemporaneidad. Avanzada la revolución industrial los hijos de los trabajadores y los de
los campesinos continuarán viviendo una muy breve duración de la infancia o de una etapa
vital separada de las obligaciones adultas ya que desde edades muy tempranas
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comenzarán a trabajar en el sistema fabril o en las tareas rurales, siendo sometidos a una
brutal explotación.¨ (p.35)
En esta época, afirma Dolto (1991), el fin de la infancia está marcada por la comulgación y
el pedido de perdón por parte de los pequeños a los adultos por haberse equivocado antes,
solo arrepintiéndose de todo lo que fueron y pidiendo perdón a sus padres alcanzaran la
salvación de dios la cual les permitirá dejar de ser sujetos incompletos y pasar a ser adultos
completos.
1.4 Entrar en razón. El renacer occidental.
Al final de la edad media (S.XIV) las clases sociales existían y se podían diferenciar
costumbres entre unas y otras, sin embargo, los sujetos estaban todas mezclados, la vida
cotidiana se compartía en los espacios públicos y los barrios no estaban divididos por clase, el
feudo protegía a todos por igual y hasta las enfermedades eran compartidas (Dolto, 1991)
El avance de la urbanización mejora las condiciones de existencia y más sujetos sobreviven
a la etapa infantil, en relación a esto Leopold (2014) afirma ¨el siglo XVIII introduce nuevas
maneras de urbanidad y un incipiente desarrollo de la higiene y de las prácticas médicas que
comenzarán a propiciar la reducción de los índices de mortalidad¨ (p.27); o sea, la mayor
sobrevivencia genera lazos afectivos entre infantes y adultos lo que provoca a su vez rechazo
al infanticidio.
Este cambio en la sensibilidad hacia el infanticidio no se debe solo a avances médicos sino
que también tiene directa relación, principalmente en las clases más bajas, a la necesidad de
familias numerosas para hacer frente a las nuevas demandas de la época. Tener una familia
numerosa pasa a ser considerado valioso (Leopold, 2014).
En el desarrollo de este capítulo se puede observar los distintos niveles de visibilidad que va
tomando la infancia en el imaginario social de la edad media hasta el renacimiento. Pasando de
ser considerados como “adultos incompletos” a ser reconocido como sujetos diferentes, este
cambio en la percepción de la infancia permitió en un principio una disminución de la violencia
ejercida sobre los infantes (Dolto, 1991). Lo que a su vez fortaleció el sistema social de la
época a partir del nuevo rol de la familia y la escuela.
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A partir de la educación impartida por las instituciones antes mencionadas (familia- escuela)
se da paso al comienzo de un nuevo orden social donde según postulados de Hobbes (1982),
la convivencia en sociedad comenzó a estar cada vez más delimitada por marcos regulados
por el derecho positivo. Esta situación dio paso a la consolidación de la infancia como etapa
evolutiva en sí misma y permitió a los sujetos el desarrollo de estas en entornos más amigables
y enriquecedores para etapas posteriores. Sin embargo, de acuerdo a lo planteado
anteriormente en este punto, Leopold (2014) plantea que este movimiento en la significación
trajo consigo la secularización de la infancia. Por un lado, las infancias de las clases sociales
más favorecidas gozan de un lugar reservado exclusivamente para ellas y ellos, donde lo
importante es el amor de la familia y la educación de la escuela; pero por otro, las infancias de
las clases sociales menos favorecidas son menos alcanzadas por este cambio, lo que las hace
casi permanecer en la misma situación que antes que se produjera el movimiento en la
concepción de la infancia por parte del orden social imperante.
Es decir que la infancia, en los momentos históricos y sociales hasta ahora analizados, fue
visualizada y valorizada de diferentes maneras dependiendo la clase social que provenga cada
sujeto que estaba atravesando dicha etapa. Por un lado las clases sociales más cómodas
comenzaron a valorar a la infancia por mandatos religiosos, pero a partir del modelo escolar y
la idea de desarrollo, dieron a la infancia un lugar exclusivo para su formación. Sin embargo,
por otro lado, las clases menos favorecidas a partir de la revolución industrial, comenzaron a
valorar a la infancia por su fuerza de trabajo, es decir que en estos sectores sociales la infancia
siguió sin ser diferenciada de la etapa adulta.
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Capítulo 2: Las Instituciones de la modernidad y la concepción tutelar. La posición social
de niños, niñas y adolescentes.
En este capítulo se abordara el surgimiento de los Estados Nacionales y las nuevas
condiciones de existencia de la infancia impuestas por medio de las instituciones construidas
por dichos Estados. Se reflexionara en torno a las lógicas aplicadas por estas instituciones con
el fin de visibilizar los mecanismos de disciplinamiento que permitirán la reproducción y
normalización del sistema liberal burgués, y serán también los responsables de la exclusión
social y de un mayor grado de vulnerabilidad de amplios sectores sociales.
También se indagara en relación al nuevo rol que determinan los Estados Nacionales a sus
instituciones, haciendo especial énfasis en la familia, la escuela y la institución médica. Por
último se comenzara a profundizar como los Estados Nacionales, a partir de la medicalización,
imponen el ideal moralizador moderno de bienestar.
2.1 Contexto socio histórico del surgimiento de las instituciones modernas.
A pesar del intento de reforma del antiguo régimen bajo los postulados de la ilustración este
régimen fracaso y dio como resultado un nuevo contexto político, económico y social que
culminaran en el siglo XIX con el liberalismo burgués. Los nuevos modos de producción
económica que se instalaron con la revolución industrial y fueron configurando un nuevo orden
social y político. Según Molas (2009) “la creación de la familia nuclear patriarcal en el marco del
crecimiento de las sociedades industrializadas y capitalistas ha permitido el ejercicio del
gobierno de los Estados a través de la delegación y producción de sujetos sociales en el ámbito
doméstico” (p.372).
Ante este nuevo orden social, nuevamente se modifican las formas de vida y surgen
prácticas que ponen a la infancia en un lugar central dentro del orden social, ubicándola como
una entidad límite entre lo público y lo privado. La intervención del Estado en el ámbito privado
de las familias conduce a la creación de distintas instituciones, las cuales tienen como objetivo
proteger, disciplinar y amparar a los infantes. Aquí la infancia comienza a tener mayor
visibilidad. En este sentido, Ariés (1990) propone que esta etapa fue una creación de la
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modernidad, debido a que hasta ese momento no se la podía concebir como una etapa
diferente a la adulta.
Según Alfageme (2003) las características específicas que determinan este momento
histórico posibilitan un cambio en el entorno próximo del infante, modificando las relaciones
primordiales de dicha etapa, las que pasan de la comunidad y las tareas junto a los adultos, a
la familia y a la escuela como espacios de socialización y formación específica. De este modo,
se empieza a percibir a la etapa infantil como parte de la institución familia, la cual se encargara
de depositar los lazos afectivos fundamentales de esta época.
El contexto moderno da paso a lo que Minnicelli (2003) llama pedagogización de la infancia,
dicho proceso provoca la infantilización del niño y niña, sin embargo la forma en que se lo pasa
a concebir es contradictoria. Por un lado, es concebido como autónomo y por otro se espera de
ellos obediencia, dejándolos así subordinados a una relación de dependencia con los adultos.
2.2 Estado liberal burgués e instituciones de control.
Se explorara aspectos relevantes de las distintas instituciones que posibilitaron a los
Estados liberales burgueses a reproducir ciertos tipos de sujetos en el orden social de la época.
A partir del grupo familiar se identifican formas de funcionamientos y se las utilizan para
propagar un tipo de saber funcional al control y sometimiento de un nuevo orden social que
trataba de imponerse sobre el que estaba. A modo de ejemplificación de cómo fueron utilizadas
las lógicas familiares podemos citar a Donzelot (2008), dicho autor describe como a partir de la
irrupción del médico de familia en el núcleo familiar y una “alianza” de este con la madre le
permitió a la medicina imponerse sobre otros discursos con pretensiones de verdad, dicha
“alianza con la madre” sirvió “como forma de reproducción” “asimétrica” de los conocimientos
del médico como representante de la ciencia y “el nivel de ejecución de los preceptos atribuidos
a la mujer” como representante del saber popular. La alianza con las madres de familia permitió
a la medicina lograr mayor prestigio y poder al punto de formalizarse y diferenciar su saber de
otros que se consideraban como un “arte de vida”, por ejemplo médicos rurales y comadronas
(p.21).
Este poder creciente del médico da origen a la medicina doméstica y a su vez esta medicina
posiciona a la familia en el principal determinante de la higiene de los infantes y también de su
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buena o mala salud, "bajo la acción de esta medicina doméstica, la familia burguesa toma
progresivamente el aspecto de un invernadero. Este cambio en el gobierno de los niños era
necesario para su higiene, pero también para el tratamiento de las enfermedades" (Donzelot,
2008:p.23). La familia, con el fin de evitar enfermedades comienza a ser un lugar de protección
en la vida infantil.
Por otro lado, la medicina doméstica, no logro imponer su saber en las clases populares
debido al alto analfabetismo y el arraigo de estas a saberes no médicos. (Donzelot, 2008).
2.3 La familia moderna y su relación con la infancia.
La primera institución por su importancia en la infancia es la familia, la cual según los
planteos de Perrot en Ariés (1990) puede ser considerada un centro “de producción de sujetos”
y garantizadora de “la transmisión de capital material y simbólico”, la familia es quien se
encarga de administrar los intereses privados y de ellas dependen en gran medida “la fuerza de
los Estados (…), en sus manos se le confían un buen número de funciones, asegura el
funcionamiento económico y la transmisión de patrimonios"(p.111).
En esta misma línea Satriano (2008) afirma que “no hay infancia si no es por la intervención
práctica de un numeroso conjunto de instituciones modernas de resguardo, tutela y asistencia
de la niñez” (p.3).
A partir del modelo familiar se comenzó a intervenir en las subjetividades desde la infancia,
según Mannoni (1979) “por su relativa inmovilidad la institución familiar introduce una
permanencia, factor de regulación de la conducta, de formación del carácter, de reproducción,
de individuos parecido a los padres” (p.38).
Para Molas (2013) si se piensa en infancia inevitablemente se debe pensar en familia, en
relación a esto plantea que
“es la construcción de la familia nuclear lo mismo que la construcción de la infancia. Una no
tiene sentido sin la otra, una no se produjo antes que la otra ni una es consecuencia de la
otra. Es la infancia el mecanismo por el cual, se controla la existencia del sujeto y es la
familia nuclear el mecanismo a partir del cual se acopla una intervención médica y educativa
(…). Infancia que surge desde el Estado tutelar y se crea con la Doctrina irregular, el niño en
peligro y el niño peligroso.” (p.84)
14
2.4 La Escuela moderna.
La escuela fue encerrando a la infancia en un régimen disciplinario cada vez más estricto,
mostrando su lado más severo en los siglos XVIII y XIX a partir de la reclusión total. Ariés
(1990) plantea que las demandas y mandatos de la familia, de la iglesia, de los moralistas y de
los administradores, privó a los niños y niñas de la libertad que mantenían entre los adultos. Se
instituyo una forma de ser niño o niña asociado principalmente a la experiencia del acatamiento
y la sumisión en el contexto de dos instituciones vitales para este modo de sociedad: la escuela
y la familia (Ariés, 1990).
El fortalecimiento de estas instituciones modifico las costumbres de los infantes. Para
Cubillos (2007) “la escuela sustituyó al aprendizaje como medio de educación, lo que significa
que cesó la cohabitación del niño con los adultos y por ello cesó el aprendizaje de la vida por el
contacto directo con los adultos” (p.133).
Según Leopold (2014) la escuela moderna es la insignia de la infancia tanto que es donde
se posibilita un nexo de la infancia con el mundo fuera del ámbito familiar. La escuela se
establece como un espacio de convivencia en los cuales se los agrupan según sus edades,
pero ya sin adultos en las clases. De esta forma se constituye como un lugar exclusivo de la
infancia. La escuela se convierte en un espacio exclusivo para esta pero siguió reproduciendo
el castigo y el maltrato. A pesar de diversas resistencias, se consolido un espacio exclusivo de
la infancia, donde fueron separados de los adultos y puestos aparte. Aquí empieza un proceso
de reclusión de la infancia que no cesa hasta hoy, a este proceso Alzate (2004) lo llamo
escolarización.
Por otra parte, según teorizaciones realizadas por Molas (2013), la escuela cumple un rol
preponderante en la psiquiatrización de los niños y la mayor participación de la psiquiatría es
en la disciplinarización. Plantea al respecto que la psiquiatría funciona como herramienta de
control de las actividades educativas, pero además, fuera del asilo se transforma en
mecanismo de “regeneración social”. La disciplinarización extendida determina lo loco y lo
anormal. Se utiliza a la escuela como herramienta para este fin ya que es el “comportamiento
escolar” el que indica la existencia de patologías o simplemente de tendencias antisociales, la
psiquiatría a través de la escuela identifica a los niños educables y a los no educables. Además
detecta signos precoces de un desarrollo antisocial (p.88).
Sin embargo la imposición del modelo escolar y el avance de los sujetos dentro del mismo
terminan generando reacciones contraproducente al objetivo primordial de la escuela, el
disciplinamiento. En relación al disciplinamiento Donzelot (2008) plantea que “al imponer la
gratuidad y la obligatoriedad de la escuela, se la llena de una multitud de individuos reticentes o
15
poco preparados para la disciplina escolar. Sus manifestaciones de indisciplina les plantean
problemas insuperables a los maestros” (p.123).
La pregunta que se desprende a partir de estos planteos es ¿qué ocurre con los individuos
que no se adaptan a la disciplina escolar?
2.5 La medicalización de la sociedad.
Para abordar el proceso de medicalización, es decir la entrada de la medicina científica y
positivista al orden social, la cual pasa a ser la reguladora de los cuerpos y las vidas, se
profundizara en el proceso que permitió a dicha disciplina obtener este rol, es decir, la
medicalización.
Stolkiner (2012) plantea que el surgimiento de los Estados modernos dentro del orden
capitalista también dio lugar a una resignificación entre el poder del Estado y el cuerpo de los
sujetos, dichos Estados utilizaron el saber Médico, principalmente como instrumento
normalizador y ordenador. La autora plantea que a partir del orden capitalista “la población” se
convierte en un valor en sí mismo para los Estados, la cual pasa a ser un “objeto de prácticas
de cuidado de la salud”, dichas prácticas se convirtieron en una medicina de Estado, una
medicina centrada en las condiciones de vida de la población (p.29).
Para Foucault (2008) esta medicina tenía un rol principalmente normalizador ya que la
considera la responsable de ejercer el “control de la salud y del cuerpo de las clases más
necesitadas, para que fueran más aptas para el trabajo y menos peligrosas para las clases
adineradas” (p.105).
Las etapas iniciales de la medicalización están directamente relacionadas a la
gubernamentalidad estatal. Los diferentes modelos de seguridad social que han existido, entre
ellos, el inglés y el urbano francés generaron en el siglo XIX tres funcionamientos médicos
superpuestos y disimiles, por un lado una medicina asistencial dedicada a los pobres, por otro
una medicina administrativa encargada de los problemas de salubridad de la población más
general y por último y más exclusivo una medicina privada para las clases sociales altas
(Donzelot, 2008).
16
Para Torrado (2003) la evolución de dichos modelos de seguridad está relacionada con
la filantropía, ya que los pobres eran vistos desde esta lógica y no desde una perspectiva de
derechos.
Junto con la filantropía, el higienismo fueron las conceptualizaciones utilizadas en la relación
hecha por la Medicina moderna y estatal donde se asoció “la moralización” con la salud pública,
es decir con la lucha contra las enfermedades, las cuales a su vez se mezclaron con los
problemas sociales urbanos (Torrado, 2003).
Según Stolkiner (2010), luego de finalizada la segunda guerra mundial, en Europa los
Estados gozaban de bienestar, los Sistemas Nacionales de Salud, principalmente el inglés el
cual aseguraba el acceso universal y gratuito, quitaron la concepción de la atención de la salud
desde un enfoque filantrópico e higienista y la colocaron como un derecho social y humano de
todas las personas pertenecientes a esos Estados.
Irónicamente en el mismo periodo de bienestar se produce el desarrollo gigantesco de la
industria químico farmacéutica y de la tecnología médica, esto hizo posible el surgimiento de un
mercado mundial dedicado a la salud. Con el argumento de financiar las economías nacionales
a los Sistemas Nacionales se anexaron los seguros de salud de carácter privado y planteados
como una posibilidad de financiar las prestaciones sociales. Con la inclusión de seguros
privados el proceso de medicalización se agilizo pero dejo de centrarse en la acción estatal,
pasando a ser el mercado su principal impulsor, en palabras de Laurell (1994) la
“mercantilización de la salud”.
Por otro lado Sfez, (2008) afirma que a partir de este modelo privatizador de la atención en
salud, las practicas, las tecnologías y los conocimientos Médicos se convirtieron en bienes
transables, dicho sistema exigió que para que un sujeto pudiera acceder este debería ser
capaz de entrar al mercado como consumidor o cliente. Esta transformación, fue para Sfez
(2008), el punto de partida de lo que llamó la era de la “salud perfecta”, esta era está orientada
en base a un imperativo de carácter moral, dicho imperativo le permitió a la medicina moderna
e inclusive actual convertirse en un ideal a seguir, la medicina se convirtió en una “utopía”
principalmente hospitalaria y paso a tener como objetivo una “salud total” (p16).
17
Capítulo 3: Efectos del paradigma tutelar y la institucionalización de los NNA en
contextos vulnerables.
El trato y visualización que han tenido los sujetos en etapa infantil, por más que sean parte
de una misma época histórica y social no es la misma en todos los casos, según Leopold
(2014) mientras que en las clases sociales altas los sujetos gozan de cuidados y libertades, en
el otro extremo, son abandonados o son hijos de proletarios, convertidos en pequeños
proletarios, trabajadores de fábricas, talleres y minas convertidos de esta forma en valor
económico en unos casos o molestia en otros.
Como ha sido estudiado por Alfageme (2003), el modelo de producción artesanal y agrícola
es sustituido por el industrial, por lo que surgen nuevas demandas sociales. Las lógicas
familiares se ven trastocadas por las nuevas formas de producción, la familia como institución
toma especial relevancia en las producciones subjetivas y es utilizada como regulador social
por parte de los emergentes Estados nacionales.
Sin embargo la exclusión social hace casi invisible a los abandonados, con ellos según
Leopold (2014) surge el concepto “niños de la calle” los cuales son “como una suerte de
producto residual de la categoría infancia”, estos eran considerados una molestia en el orden
social ya que su presencia generaba sentimientos opuestos en las personas. Por una parte
lastima por su deterioro y abandono pero además miedo por ser considerados peligrosos. Aquí
se comienza a configurar el binomio niños versus “menores”, el cual diferencia unos niños de
otros. El acceso y la permanencia en la escuela serán una diferencia fundamental en estas dos
categorías, esta se convierte en el principal lugar de socialización en la infancia fuera de la
familia, pero es reservado solo para los “niños”, en cambio para los menores “se diseñan
instrumentos específicos de control socio penal” (Leopold, 2014:p.35).
Según planteos de Fernández Hasan (2007), la perspectiva tutelar se mantuvo vigente
hasta la promulgación de la Convención sobre los derechos del niño en 1989, con un enfoque
de la infancia sesgado por la lastima, la compasión, la caridad y la represión. Se consideraba a
los sujetos en etapa infantil como seres incapaces, inmaduros e incompletos, se los
posicionaba como pasivos y simples objetos de intervención y de tutela familiar o estatal, los
cuales debían estar bajo control o protección. Eran sometidos por los adultos por medio de una
relación jerárquica y asimétrica, a partir de diversos métodos de socialización los adultos
18
buscan homogeneizar, disciplinar y prevenir desviaciones infantiles, con el fin de adaptarlos a
las normas además de evitar que estos tengan un espíritu crítico.
Pilotti y Lattanzi (2007) plantean que bajo la vigencia de la perspectiva tutelar se excluía de
oportunidades sociales a los menores los cuales siempre pertenecían a clases sociales bajas y
sufrían abandono familiar.
Para Gomes da Costa (1992) los menores, es decir los marginados de la infancia por
abandonados o delincuentes, eran el producto del proceso de aprehensión, judicialización más
institucionalización.
3.1 El surgimiento de la infancia y del menor como síntoma de las fallas del sistema.
Las formas en que la sociedad occidental ha entendido a la infancia están directamente
relacionadas con las conceptualizaciones emergentes de cada época histórica y social. Es por
esto que se puede afirmar que el conocimiento de dominio público en una sociedad dada es
gestado colectivamente a partir de un tiempo y un contexto determinado.
Según Alfageme (2003) a partir de la interacción social los sujetos van construyendo la
representación de todo el orden social circundante y también la representación de su ser,
afirma que esta característica humana que sitúa y construye a los sujetos es lo que posibilita
las transformaciones de todas las concepciones sociales.
Por lo tanto se puede afirmar que no existe una única infancia para todos los sujetos sino
que el desarrollo de cada una está determinado por la construcción conceptual de cada época,
además de la posición social de cada sujeto.
Ante la ausencia o falla de las instituciones determinadas a la infancia, el Estado debía
disponer de otras instituciones que aseguraran el desarrollo de la subjetividad infantil, Corea y
Lewkowicz (1999) afirman que “no hay infancia sino es por la intervención práctica de un
numeroso conjunto de instituciones modernas de resguardo, tutela y asistencia de la niñez. En
consecuencia, cuando esas instituciones tambalean, la producción de la infancia se ve
amenazada” (p.13).
Los casos concebidos como irregulares son considerados una amenaza, ya sea al orden
público o al propio sujeto, lo que provoca la intervención activa del Estado a partir de una nueva
forma de abordaje, la que Leopold (2014) llama la doctrina de la situación irregular. García
Méndez (1995), desde aportes de Leopold (2014), plantea que dicha doctrina fue desarrollada
en el siglo XIX en América Latina, y es la responsable de la institucionalización de una parte de
19
la población infantil, los cuales en su mayoría son los abandonados o pertenecientes a familias
de bajos recursos.
Tomando a Donzelot (2008) esta doctrina forja un conjunto de disciplinas orientadas a la
intervención y patologización “de las clases menos favorecidas”, descrito por el autor de la
siguiente manera
“En el interior de esas capas sociales, apuntan a un objetivo privilegiado, la patología de la
infancia en un aspecto doble: la infancia en peligro, aquella que no gozo de beneficio de
todos los cuidados de la crianza y de la educación deseable, y la educación peligrosa, la de
la delincuencia.” (p.95)
En este momento socio histórico es el Estado quien a partir de la escuela, y por medio de la
familia y las demás instituciones de disciplinamiento y control, ordena y diferencia a la infancia
de los menores marginados. Según planteos de Leopold (2014) el rol del Estado pasa a estar
delimitado por un modelo de atención de naturaleza compasiva represiva que a la vez que
enuncia, desde una perspectiva tutelar, la protección de la infancia abandonada, asume desde
posiciones defensivas, el control de la infracción. El menor en situación irregular se convierte
en un síntoma que debe ser separado para disciplinarlo y normalizarlo.
3.2 El disciplinamiento, la normalización y la reproducción.
A partir de puntualizaciones de Foucault (1978-2002) se tratara de comprender las
dimensiones de las fuerzas disciplinarias que operan en las instituciones modernas. Para el
autor (2002) las sociedades disciplinarias son un nuevo tipo de sociedad, la cual surge en
Europa entre finales del siglo XVIII y principios del XIX. Siguiendo los lineamientos antes
mencionados, en la modernidad surgen nuevas formas de control social, las cuales utilizan a la
disciplina como principal herramienta de dominación, a pesar de que en épocas anteriores ya
existían estructuras que utilizaban el disciplinamiento, estas lo usaban de una forma diferente.
Algunas de las anteriores estructuras fueron la esclavitud, la domesticidad, el Vasallaje, el
ascetismo o las de tipo monástico.
La irrupción de la disciplina en el orden social construye una lógica en la cual los sujetos
más “obedientes” serán los "más útiles, y al revés", la disciplina se convierte en una "fabrica” de
“cuerpos sometidos y ejercitados, cuerpos dóciles". Esta lógica aumenta las fuerzas del cuerpo
en términos de utilidad y disminuye esas fuerzas en términos políticos de obediencia. Disocia el
poder del cuerpo, por la utilidad, se convierte a este poder en una "aptitud", una "capacidad" la
20
cual hay que intentar aumentar, y por otra parte cambia la energía, potenciando el resultado
(Foucault, 1978:p.141).
El modelo de disciplinamiento moderno inicia una forma de castigar silenciosa, la cual tiene
como objetivo producir cuerpos domesticados. Esta nueva forma de ejercer el poder se debe a
múltiples causas, entre las principales se podría mencionar, el auge económico apuntalado por
la expansión de las fuerzas productivas derivadas de la revolución industrial y el fuerte
incremento demográfico del siglo XVIII. Estos cambios dieron origen a un doble problema en
Europa, además de trasladar la ilegalidad de los cuerpos hacia los bienes con el nombre de
delincuencia, también surge el miedo de que se pierda el control sobre las viejas técnicas
penales de encauzamiento.
La forma de castigar del Antiguo Régimen se sustituye a la forma del orden Burgués no por
tratar de ser un sistema de castigo más humanitario, sino que busca ser una tecnología más
acorde con las nuevas exigencias que aseguren el orden social, en palabras de Foucault
(1978) "lo que se perfila es sin duda menos un respeto nuevo a la humanidad de los
condenados (...) que una tendencia a una justicia más sutil y más fina" (p.82).
Siguiendo lineamientos de Foucault (1978), como consecuencia de las nuevas exigencias del
orden burgués, se impone a la cárcel como forma principal de castigo, la cual sustituye a
formas anteriores, algunos de ellos eran, la deportación, la vergüenza y la humillación. La
prisión tiene la función y la capacidad de impedir que el delito se repita .Sin embargo, el éxito
de la prisión se debe a que fundo una tecnología eficaz de poder, es decir la disciplina.
Es decir que, el resultado de la relación saber-poder de la prisión produce la "delincuencia",
lo que a su vez produce individuos patologizados y moralmente devaluados, cuyo fin es
disminuir el deseo de delinquir de las franjas sociales más bajas (p.98). La sociedad
disciplinaria se inserta como factor determinante de la modernidad, la cual busca
principalmente construir cuerpos dóciles, los cuales puedan ser moldeados pero además sean
flexibles a modificaciones (Foucault, 1978).
Con la judicialización de la infancia se construye la figura del menor, es decir, la infancia en
situación irregular, por abandono o por infracción. Con esta doctrina las instituciones represivas
tendrán como objetivo disciplinar y normalizar a los irregulares para así poder reproducir el
modelo productivo imperante y mantener el statu quo. El objetivo de estas instituciones no es
eliminar al menor sino, que es llevarlos hacia el “buen encauzamiento” y convertirlos en
“cuerpos dóciles” y productivos (Foucault, 2002).
21
La secularización de lo “torcido” a partir de modelos disciplinarios impartidos por
instituciones creadas con dicho fin, buscan un mayor control y orden social pero además serán
el factor determinante de la exclusión y la producción de mayor vulnerabilidad en las clases
sociales más bajas. Esto lo podemos observar, por ejemplo, en los mayores índices de
institucionalización de la infancia en sectores mencionados anteriormente, estos índices serán
desarrollados en próximo capítulo.
3.3 Infancias en peligro de exclusión y vulneración de sus derechos.
La vulnerabilidad puede ser entendida desde diversos enfoques y en distintos encuadres, en
este punto se expondrá sobre la vulnerabilidad de carácter social y su relación con la infancia.
A su vez se diferenciara el concepto de exclusión del de vulnerabilidad ya que el segundo es
más abarcativo que el primero pero lo incluye, para Giorgi (2006) la exclusión puede darse a
partir de varias generaciones consecutivas, lo que produce sujetos que nacen en la exclusión,
dejándolos por esto con muy pocas posibilidades de salirse de ésta condición o de detener el
proceso en generaciones precedentes, según el autor esta situación produce la noción de
vulnerabilidad. En cuanto a la exclusión de carácter social la concibe como “un proceso
interactivo de carácter acumulativo en el cual a través de mecanismos de adjudicación y
asunción se ubica a personas o grupos en lugares cargados de significados, que el conjunto
social rechaza y no asume como propios. Esto lleva a una gradual disminución de los vínculos
e intercambios con el resto de la sociedad restringiendo o negando el acceso a espacios
socialmente valorados” (p.52).
Según un estudio de CEPAL realizado por Pizarro (2001)
“El concepto de vulnerabilidad social tiene dos componentes explicativos. Por una parte, la
inseguridad e indefensión que experimentan las comunidades, familias e individuos en sus
condiciones de vida a consecuencia de impactos provocados por algún tipo de evento
económico- social de carácter traumático. Por otra parte, el manejo de recursos y las
estrategias que utilizan las comunidades, familias y personas para enfrentar los efectos de
ese evento.” (p.11)
La vulnerabilidad es entendida como un proceso multidimensional, el cual determina “el
riesgo o probabilidad del individuo, hogar o comunidad de ser herido, lesionado o dañado ante
cambios o permanencia de situaciones externas y/o internas” (Pizarro, 2001:p.15)
22
Para Labruneé y Gallo (2005), la vulnerabilidad social se la puede concebir a partir de dos
características fundamentales que la favorecen frente a otras concepciones similares. Estos
autores plantean que el concepto vulnerabilidad es más dinámico y multidimensional que otras
concepciones similares como pobreza y exclusión, describiendo la problemática como una
situación estática del mal estar social.
En sus palabras, “la vulnerabilidad social remite a las circunstancias que potencian la
probabilidad que tienen ciertos actores de sufrir un deterioro en sus condiciones de vida,
enfatizando el aspecto dinámico del proceso” (p.135).
Ser vulnerable es inherente al sujeto humano pero no afecta a todos de la misma manera.
Para ella la vulnerabilidad social da cuenta de la percepción que tiene cada sociedad de su
grado de desamparo, incertidumbre y exposición a posibles peligros, dando como resultado la
incapacidad de enfrentamiento o reducción de las posibilidades y oportunidades de reducir los
daños. (Estévez 2011)
Estévez (2011) también afirma que toda vulnerabilidad social es psicosocial debido a que
impacta de modo directo o indirecto sobre los sujetos, además la define como un concepto
multidimensional que implica diversos factores. Algunos de carácter objetivo, como los
económicos, sociodemográficos, sociopolíticos e institucionales y otros subjetivos, que derivan
de la percepción de las familias y comunidades acerca de los vínculos sociales y su calidad de
vida, de los valores y expectativas sobre la movilidad social, de las posibilidades y
oportunidades de las que disponen, de la efectividad de las estrategias de afrontamiento y del
sistema de creencias.
Según la misma autora, los NNA están afectados por vulnerabilidades específicas
simplemente por estar en etapa infantil, la afectación se debe a que estos se encuentran en
una relación asimétrica con las instituciones del mundo adulto, dando como resultado mayores
dificultades para poder optar entre las opciones que se le presentan desde dicho mundo. Esta
asimetría se agrava cuando existe desamparo por parte de las instituciones mediadoras, es
decir la familia y la Escuela.
3.4 Infantilización de la pobreza en América Latina y Uruguay
A pesar de no existir un único enfoque para definir y medir la pobreza infantil, hoy en día se
la concibe mayoritariamente como un fenómeno multidimensional. En un informe realizado por
UNICEF (2005), se plantea que
23
“Los niños y las niñas que viven en la pobreza son los que sufren una privación de los
recursos materiales, intelectuales y emocionales necesarios para sobrevivir, desarrollarse y
prosperar, lo que les impide disfrutar de sus derechos, alcanzar su pleno potencial o
participar como miembros plenos y en pie de igualdad en la sociedad”.
Para CEPAL y UNICEF (2015), la pobreza infantil se define, como la imposibilidad de los
NNA de ejercer sus derechos en ámbitos determinantes en el desarrollo infantil, según dicho
organismo estos son: educación, nutrición, vivienda, agua, saneamiento e información. En
América Latina el 40,5% de NNA vive en condiciones de pobreza, ya sea moderada o extrema.
Lo que significa que 70,5 millones menores de 18 años son considerados pobres en
Latinoamérica. De estos, el 16,3% se los considera en pobreza extrema, o lo que es lo mismo
28,3 millones. Por otra parte, Uruguay redujo del 48 % en 2006 al 36 % en 2015. Si tomamos
en cuenta los ámbitos determinantes, antes mencionados, se puede observar que en nuestro
país la educación no es equitativa, mientras que en la población con ingresos más altos, el 96,1
% finalizan la educación media y el 70,9 % la superior, en la población con bajos ingresos los
índices caen abruptamente, en la educación media 45,2 % finaliza y solamente el 10,9 % de los
NNA considerados pobres finalizan los estudios secundarios superiores. Este indicador da
muestra como la pobreza incide en la reproducción de la pobreza intergeneracional, ya que
genera posibilidades desiguales dependiendo de la clase social a la que pertenece cada NNA.
(CEPAL y UNICEF 2015)
A partir de estos datos se podría suponer que las condiciones en cuanto al acceso a la
educación está limitado por las condiciones sociales, es decir, a pesar de todas las normativas
construidas en relación a los derechos de todos los NNA, se siguen repitiendo mecanismos de
exclusión e inclusión ya presentes en la edad media.
Capítulo 4: La perspectiva de derechos de niñas, niños y adolescentes en el campo de la
salud mental.
En este capítulo se abordara el contexto de nuestra sociedad en cuanto a la legislación
existente con relación a los derechos de los NNA, además se profundizara en las lógicas que
agudizan y mantienen la segregación de grandes grupos de NNA en nuestro país. Por
último se expondrán algunas críticas que realiza Unicef al estado Uruguayo en referencia a las
24
normativas actuales. También se analizaran algunas posibles respuestas del estado a estas
críticas, a partir de políticas públicas. Por otra parte, pero en relación al accionar del estado se
indagara el rol de nuestra disciplina y el de la interdisciplina en la búsqueda de mejores
condiciones de existencia de los NNA en contextos vulnerables.
Para Arteaga (2008)
“Se puede apuntar que el desarrollo del Estado-nación ha sido acompañado de una configu-
ración particular que permite garantizar un conjunto de protecciones en el marco geográfico
y simbólico de la nación, en la medida en que ésta tiene un cierto control sobre
determinados recursos económicos, ecológicos, laborales, por mencionar sólo algunos, lo
cual en mayor o menor proporción garantiza una serie de protecciones de carácter civil.”
(p.37)
A partir de sus recursos y lógicas de funcionamiento el Estado posibilita la creación de un
orden jurídico e institucional que garantiza que los sectores sociales más vulnerables “tengan
sostén frente a ciertas condiciones de riesgo”, sin embargo, estas protecciones quedan
supeditadas al momento histórico en el que se esté (ibíd.:p.166).
4.1 Procesos y consecuencias de la institucionalización de la infancia en Uruguay.
El entorno en el que cualquier NNA crece es un factor determinante en como los mismos se
desarrollen.
Según un estudio realizado por UNICEF (2012)
“La primera infancia, y especialmente el período de 0 a 3 años, es una fase decisiva. En
estos primeros años el ser humano establece vínculos y recibe estímulos que le permiten
adquirir las habilidades necesarias para relacionarse con su entorno y son la base de todo
su desarrollo futuro.” (p.3)
Según este estudio, durante mucho tiempo se creyó y determino que las instituciones de
cuidados eran la mejor opción para NNA que carecían de cuidados familiares.
Sin embargo, desde estas se exponen las variables que deben ser especialmente tenidas
en cuenta debido al “impacto” que tienen sobre “el bienestar y el desarrollo de los niños”. Las
principales variables son las siguientes, tiempo que dura la institucionalización, posibilidad o no
de formar vínculos de “apego seguro con los cuidadores, la proporción y la estabilidad del
25
personal a cargo del cuidado cotidiano, la idoneidad o no de las personas que cumplen esta
función y la gestión global de los servicios de protección” (p.3).
En relación al tiempo que un NNA permanece en una institución total se afirma lo siguiente
“los procesos de institucionalización prolongados dañan a los niños de forma severa, con
efectos especialmente alarmantes en la primera infancia. Una institucionalización precoz y
prolongada tiene consecuencias perjudiciales graves sobre la salud y el desarrollo infantil”,
una institucionalización mayor a seis meses “puede afectar el desarrollo cognitivo, las
relaciones de apego, las relaciones con los pares, el desarrollo neuroendocrino y la salud
mental. El escaso contacto físico y emocional, junto con la falta de estímulo e interacción,
causan retrasos específicos.” (UNICEF (2012:p.4)
En conclusión, la internación de NNA en instituciones los expone “a nuevas vulneraciones y
a sufrir secuelas temporales o permanentes, al privarlos de la protección adecuada a la que
todos” los NNA tienen derecho (p.5).
En este punto es pertinente plantear que se entiende por institucionalización para poder
profundizar sobre los efectos de esta en la infancia, principalmente en lo que refiere a los
procesos de medicalización y criminalización de la pobreza.
Para Fernández (1998), el concepto institución puede ser comprendido como sinónimo de
regularidad social, ya que hace referencia a normas y leyes que determinan valores sociales y
regulan la conducta de los individuos y grupos, además de fijar límites. La institución es
definida como sinónimo de establecimiento, la cual ejerce una organización con funciones
especializadas, tiene espacio propio y grupos de sujetos responsables de que se cumplan y se
respeten las tareas determinadas, reguladas por diferentes sistemas.
El estudio realizado por UNICEF (2012) y mencionado unos párrafos más arriba, analiza los
índices y condiciones de los NNA institucionalizados en Uruguay, dicho estudio plantea que
aunque se debe reconocer ciertas mejoras en la normativa de nuestro país con relación a la
infancia, también denuncia que
“la modalidad predominante del sistema de protección uruguayo ante la privación del
derecho a vivir en familia de los niños, niñas y adolescentes es la institucionalización en
hogares residenciales de tiempo completo, sean de gestión estatal o de gestión privada en
convenio con el Estado, y en diversos formatos: hogares tradicionales, pequeños hogares,
unidades materno-infantiles y hogares especializados en la atención de la discapacidad.”
(p.7)
26
Los principales motivos que provocan que la justicia separe a los NNA de sus familias son
expuestos a partir de una investigación realizada por la Fundación Justicia y Derecho y
UNICEF (2010), dicha investigación consistió en la recopilación de expedientes en los juzgados
de familia especializados.
Las conclusiones a las que llega la investigación demuestran que el 20,5% de los casos
tenidos en cuenta se desarrollan en un contexto de “amenaza o vulneración de derechos”,
además de estar vinculadas a la pobreza o la indigencia. La investigación también afirma que el
31,1% de los NNA que ingresan a los juzgados debido a vulneración de derechos económicos
o sociales son internados, mientras que los NNA ingresados a los juzgados por casos de
maltrato o abuso el 15,7 % son internados.
Cabe preguntarse aquí, si la institucionalización de los NNA es una medida selectiva que
apunta a las infancias en contextos críticos, víctimas de las fallas del sistema familiar.
De acuerdo a un informe realizada por la Fundación Justicia y Derecho y Unicef, en el año
2013.
“Uruguay tiene 409 por cada 100.000 niños internados, en comparación a 221 de Chile, 121
de Argentina, 100 de Paraguay y 62 de Brasil. Se trata de niños que fueron abandonados por
sus padres o separados por orden judicial de sus familias por falta de atención. En Uruguay la
cifra llega a 3.757.”
El informe también denuncia que “aquellos que fueron criados en centros de internado
obtienen peores logros académicos, como adultos sufren de una peor integración social y son
más proclives al ser víctimas de abusos.”
La convivencia de los NNA en ámbitos institucionales, determina situaciones de tensión y
conflicto, las que generalmente son definidas como patológicas, a partir del predominio de la
lógica del déficit. Por esto, para dichos autores aumentan las dificultades para el
relacionamiento, la tendencia al aislamiento, la indiferencia, la agresión física, los problemas de
conducta (por ejemplo problemas en el ámbito escolar), lo que da lugar a su vez a la
implementación de estrategias correctivas-represivas unidas a una psicología al servicio de la
psico patologización y medicalización de la infancia (Di Iorio y Seidmann 2012).
Según Tamosiunas, (s.f.) el punto determinante de la medicalización es la utilización de la
medicina, es decir, de su lenguaje y marco normativo pero extendiendo sus mandatos y
resolviendo problemas en áreas no necesariamente médicas, la invasión de la medicina en la
27
vida cotidiana, provoco como consecuencia el inicio de usos indebidos de prácticas
correspondientes al campo de la farmacología.
En relación a prácticas ejercidas en NNA, la medicalización se manifiesta cada vez con más
presencia en Uruguay. La investigadora asegura que en Uruguay los NNA están siendo
medicados de manera abusiva con psicofármacos; en sus resultados la autora obtuvo que un
30% de la muestra recabada de una investigación que surge obtenida en 5 departamentos de
nuestro país está siendo medicada. Esta muestra obtuvo datos tanto de escuelas de contexto
sociocultural crítico, como colegios privados; además de referentes de la educación, la salud
(pública y privada) y los adultos responsables de dichos NNA (Migues 2011).
4.2 Niños, niñas y adolescentes como sujetos de derechos, el Estado Uruguayo en la
protección integral de la infancia.
A mediados del siglo XIX el Estado Uruguayo fue asumiendo un rol más protagónico que
implicó un cambio conceptual en las formas de intervenir el orden social, dejando a un la do la
llamada caridad para comenzar a utilizarse la noción de beneficencia pública. Esto implicó un
debate cada vez mayor con la Iglesia y una ruptura con el modelo higienista que la misma
proponía, el nuevo rol del estado se visualiza a través de diversas transformaciones sociales
(Moras, 1992).
Por otra parte, en Europa, culminada la primera guerra mundial, comenzaron a surgir
organizaciones internacionales interesadas en los derechos de las personas, la más importante
de ellas fue la Sociedad de Naciones, esta organización publica lo que se conoce como la
Declaración de Ginebra (1924). Dicho documento es considerado el punto de partida para el
reconocimiento de los derechos inherentes a la vida humana.
Para Morales (2013), Uruguay también fue protagonista en la regulación de los derechos de
la infancia ya que en 1934, se aprobó el Código del Niño y con él se crea el Consejo del niño.
Este Código consolida un nuevo modelo con una doble función estatal: por un lado la de
brindar protección y por otro prevenir la criminalidad infantil.
Esta primera etapa pone en práctica múltiples políticas públicas referidas a la re-adaptación,
re-inserción, re-educación y re-habilitación del niño en contextos de vulnerabilidad. Los que
provocan que la pobreza sea criminalizada.
Dicho modelo denominado en ocasiones como “compasivo-represivo” tenía un alto grado de
autoritarismo. Lo que fue generando una crisis a partir de la década del 80.
28
La crisis comienza a cuestionar la Doctrina de la Situación Irregular, como consecuencia se
inicia un proceso de transformaciones las que toman como eje fundamental la Declaración
Universal de los Derechos de la Infancia y proponen una nueva concepción; la doctrina de la
Protección Integral.
Esta nueva doctrina se ancla en un conjunto de instrumentos jurídicos que entiende a la
infancia como sujetos de derecho y no como objetos de beneficencia. (Morales, 2013)
Finalizada la segunda guerra mundial, surge la Organización de Naciones Unidas
(organización supranacional dedicada a la promoción de la paz, la cooperación y los Derechos
Humanos), dicha organización da a conocer la Declaración Universal de los Derechos
Humanos (el 10 de diciembre de 1948), la declaración buscaba dar garantías para que nunca
más se repita algo parecido a lo ocurrido en la segunda guerra mundial.
Para dicho fin se establecen una serie de Derechos inherentes a todos los seres humanos,
principalmente el derecho a la vida, a la libertad y a la igualdad.
A partir de 1989 y 2006 todos los países miembros de las Naciones Unidas aceptan y se
comprometieron a ajustar sus leyes en correlación a los lineamientos demarcados en la CDN y
la CDPD posteriormente.
De esta forma los Estados Nacionales son los responsables de administrar los derechos de
sus habitantes.
De acuerdo a Castel y Haroche (2003) en las sociedades actuales el estado es quien puede
posibilitar soportes que sirvan de resorte para que los individuos se desarrollen como personas
y como sujetos de derechos.
En 1959 y como consecuencia de las declaraciones anteriores, la Asamblea General de las
Naciones Unidas pública su Declaración Universal de los Derechos del Niño, en esa
declaración establece las diferencias que deben tomar en cuenta las Naciones en cuanto a los
derechos específicos de los NNA, principalmente el derecho de protección y cuidado a partir de
marcos legales que garanticen estos derechos (DECLARACION DE LOS DERECHOS DEL
NIÑO, 1959).
En 1979 se reafirman los derechos específicos de los niños a partir de la Convención sobre
los Derechos del Niño (CDN) llevada a cabo ese mismo año por las Naciones unidas, la CDN
fue aprobada recién en 1989 pero paso a ser el documento determinante en cómo se pasó a
configurar el marco jurídico de la infancia, según Cillero (1999), la convención es "un
instrumento destinado a la no discriminación, a la reafirmación del reconocimiento de los niños
29
como personas humanas, en toda la acepción y sin limitaciones, respondiendo a la necesidad
de contar con instrumentos jurídicos idóneos para proteger sus derechos."
Para García Méndez (1995), la CDN es el instrumento más relevante no sólo por su
trascendencia jurídica sino por las consecuencias que a nivel social y político ha
desencadenado. Según el mismo autor la CDN se ha convertido en el principal instrumento
para un cambio de paradigma en la concepción de la infancia y su lugar en la sociedad,
redefiniéndose al compromiso y la corresponsabilidad social con respecto al mismo.
En 1989, en Uruguay se crea el Instituto Nacional del Menor. A partir de él, comienza a
darse intentos de reforma del Código del Niño de 1934. La CDN produjo la necesidad “urgente”
de reformar el código vigente uruguayo. De todas formas dichos avances jurídicos no eran
consecuentes con el desarrollo de diversas prácticas en el fundado INAME (Morales 2013).
En 1967 las instituciones del Estado involucradas con los NNA comienzan a orientar sus
técnicas a partir de los diferentes problemas de estos, la atención en la primera infancia pasa a
estar centrada en las madres, para esto se crean hogares y consultorios así como centros de
diagnóstico, capacitación y asistencia. La División de Internados pasó a centralizar y modificar
el carácter asilar de los menores internados con la creación de centros de observación y
hogares de derivación. A partir de 1980 el foco pasa a la prevención, con un enfoque educativo
e interdisciplinario. En 1988 se creó el INAME (Instituto Nacional del Menor) como servicio
descentralizado sucesor del Consejo del Niño (INAU, 2014).
En la década de 1990, los cambios en la realidad social, económica y cultural del país
contribuyeron a la aparición de familias, niños y jóvenes con alto riesgo social que incidieron en
la revisión de la creación y aplicación de políticas de infancia y adolescencia. Se crea el Código
de la Niñez y Adolescencia.
En 2005 INAME pasa a denominarse INAU, queda bajo la órbita del Poder Ejecutivo y es
dirigido por el Ministerio de Desarrollo Social. Se aprueba el Código de la niñez y la
Adolescencia (CNA) y con esto un nuevo cambio institucional, el INAME empezó a
denominarse INAU (Ley 15.977). Dicho cambio significó una revitalización de las políticas de
infancia y colocó al INAU como actor protagónico de las mismas en defensa a la Doctrina de
Protección Integral del niño, proponiendo en la normativa múltiples transformaciones
relacionadas no solo a la protección sino a la promoción de los derechos del niño. Al mismo
tiempo esto implicó un choque con la percepción social, pero también estatal que entendía al
INAU como organismo protector de “pobres abandonados” y los “menores infractores”.
30
Estigmatizando la pobreza y deslegitimando su accionar. Lo que genera hasta el día de hoy
que la normativa no acompañe las prácticas reales que se ejecutan en dicho organismo. La
resistencia social al cambio paradigmático de una protección Integral del niño es una de las
mayores dificultades en la aplicación y avance real de las diversas políticas públicas que se
han ido implementando (Morales, 2013).
4.3 Legislación actual de la atención en salud mental de NNA.
Los marcos legales en Uruguay han tenido avances y retrocesos en cuanto a derechos
humanos dependiendo de la época histórica que se analice.
Según de León (2013) en 1990 la OPS/OMS convoca a asociaciones, autoridades de salud,
profesionales de salud mental, legisladores y juristas y los reúne en lo que se nomino
conferencia Regional para la Reestructuración de la Atención Psiquiátrica dentro de los
Sistemas Locales de Salud, en la convocatoria se convalida la Declaración de Caracas, la cual
propone “Que los recursos, cuidados y tratamiento provistos deben: a) salvaguardar,
invariablemente, la dignidad personal y los derechos humanos y civiles.” “Que las legislaciones
de los países deben ajustarse de manera que: a) aseguren el respeto de los derechos
humanos y civiles de los enfermos mentales”
Esto causo que muchos países de Latinoamérica comiencen a elaborar sus leyes y sus
acciones de forma organizada y en conjunto, hacia la búsqueda de formas de intervención con
enfoques comunitarios y con perspectiva de derechos.
Según di Nasso (2010), el tratamiento que recibían los pacientes en esta fase era
proveniente de una Atención educativa y asistencial, con implicación del estado, debiendo este
encargarse de la creación de Centros especializados de educación y ocupación.
Este devenir de la discapacidad deja como saldo más relevante, dos modelos de
comprensión y atención enfrentados, el modelo médico, y el modelo social, es decir el modelo
hegemónico y el modelo desde una perspectiva de derechos, respectivamente.
Plantea di Nasso (2010), el primero de ellos pone a la discapacidad como un problema
propio de quien lo padece y por consecuencia casi exclusiva de factores provenientes de una
afección de carácter personal, ya sea como producto de una enfermedad, un trauma o una
condición de salud. Es por esto que el modelo medico plantea el tratamiento y la internación
31
(cuando sea necesario) de las personas con discapacidades en centros médicos
especializados para alcanzar la cura o una mejor adaptación. Por otra parte el modelo social
entiende a la discapacidad como un problema que se origina en la sociedad en la que está
inserto el sujeto que la padece, el modelo social ve la solución a la discapacidad no en la cura
sino en la completa inclusión de las personas con discapacidad a su sociedad (entiéndase
comunidad).
Por otra parte, en Uruguay hasta mediados del año 2017 la ley que regulaba la atención
sanitaria era la “ley 9581” titulada ley del psicópata, esta fue aprobada en 1936, anteriormente
a la Declaración Universal de los derechos humanos.
La misma vulneraba derechos esenciales de las personas, utilizando el encierro en centros
manicomiales como principal herramienta de intervención.
En el 2006 la ONU declara la CDPD, la cual define y obliga a los estados miembros a
cumplir con los derechos de las personas con discapacidad. Esto agudiza el debate en nuestro
país.
Según de León (2013)
“Se consideraba que la estructura del sistema de salud mental del Uruguay violaba normas
médicas y derechos humanos internacionalmente aceptados, adoptados por la OPS en la
Declaración de Caracas, y por la Asamblea General de las Naciones Unidas en los
“Principios para la protección de los enfermos mentales y para el mejoramiento de la
atención de la salud mental.” (p.91)
En 2015 se formula un anteproyecto basado en distintos documentos, principios y
normativas internacionales, que son destacados en el artículo 2 del mismo “la Declaración
Universal de Derechos Humanos, Convención Americana sobre Derechos Humanos, el
Pacto Internacional sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales y la Convención sobre
Derechos de las Personas con Discapacidad”, además de “los criterios recogidos en la
Declaración de Caracas, Principios de Brasilia, Consenso de Panamá, Principios para la
protección de los enfermos mentales, así como los criterios recogidos en las sentencias y
opiniones consultivas de la Corte Americana de Derechos Humanos, los Informes y
Resoluciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y los informes y
observaciones generales de los órganos de supervisión de tratados de Naciones Unidas a los
que Uruguay se ha sometido al ratificar los instrumentos internacionales” y en el anteproyecto
de ley anterior (AAVV, 2015, art 2).
32
En agosto de 2017 se aprueba por unanimidad la ley 19529 de Salud Mental. Esta ley busca
promover la atención integral. A pesar de la unanimidad, según de León y Techera (2017) esta
ley antes de ser aprobada ya era punto de diversas críticas provenientes de distintas
organizaciones sociales, debido a sus carencias. Esto es el resultado, según los autores, de las
“tensiones” provocadas por dos modelos de atención en disputa a partir de la aprobación de la
ley,
“entre las dos perspectivas, se podría caracterizar de la siguiente manera; una representa un
modelo transformador, basado en el paradigma de la Salud Mental con perspectiva de
Derechos donde la persona es la centralidad. Como sentido fundamental, promueve y
defiende los derechos humanos en función de lo establecido por Tratados como la CDPD
(…). La otra perspectiva, parece representar la continuidad del actual paradigma, basado
fundamentalmente en la concepción de trastorno y enfermedad mental, dándose por la vía
de los hechos– la continuidad a los actuales tratamientos y modalidades de atención.” (p.55)
La ley 19529 menciona a los NNA en 3 artículos, pero el artículo 24 se refiere a un factor
decisivo en el impacto que generan los contextos de vulneración de derechos en la infancia, es
decir, la institucionalización por medio de internaciones prolongadas o indebidas.
Artículo 24. (Hospitalización).- La hospitalización es considerada un recurso terapéutico de
carácter restringido, deberá llevarse a cabo sólo cuando aporte mayores beneficios que el
resto de las intervenciones realizables en el entorno familiar, comunitario y social de la
persona y será lo más breve posible. Se fundará exclusivamente en criterios terapéuticos
con fundamentos técnicos reservándose especialmente para situaciones agudas y
procurando que se realice en hospital o sanatorio general y en el caso de niñas, niños y
adolescentes en hospital pediátrico o en áreas de internación pediátrica en hospitales
generales. En ningún caso la hospitalización será indicada o prolongada para resolver
problemas sociales o de vivienda (…)
De acuerdo a este artículo la ley parece estar diseñada en base a una perspectiva de
derechos, sin embargo en los hechos podemos observar que se está muy lejos, esto queda
demostrado por un lado en los altos índices de internaciones y de fracasos en la educación
formal por parte de los NNA en contextos vulnerables y por otro por las tensiones entre los
modelos de atención imperantes entre los profesionales y autoridades de la salud, como ya fue
expuesto anteriormente.
La pregunta en la culminación de este punto es, ¿Qué se debería hacer para que se cumpla
la ley y se respeten los derechos de todos los NNA?
33
Según Palacios e Iglesias, en de León (2017), las medidas tomadas hoy en día con respecto
a los NNA con discapacidad por parte de todos los involucrados se oponen a los derechos
declarados en la CDPD, y también en el actual marco legal uruguayo.
Estas autoras afirman que el único modelo de intervención que puede respetar los derechos
de todos los NNA es el que refleje el derecho al disfrute de la salud lo más plenamente posible,
según sus propias palabras
“Es la única perspectiva que se sustenta en valores reconocidos universalmente y que está
reforzada con obligaciones jurídicas. Si se entiende como es debido, el derecho al disfrute
del más alto nivel posible de salud puede contribuir de manera importante a la creación de
sociedades más justas y de sistemas de salud equitativos.” (p.37)
Es decir, la construcción de un modelo o concepción de atención a la infancia a partir de una
perspectiva de derechos humanos.
4.4 Aportes de la UDELAR hacia la construcción de un enfoque interdisciplinario.
A pesar de los avances que se han hecho hacia el cambio de paradigma en cuanto a la
concepción y atención de la infancia, adolescencia y también la salud mental, nuestro país, en
la actualidad, aun no estaría cumpliendo con las normas de organismo internacionales que se
comprometió a cumplir, esto queda de manifiesto en las criticas realizada por Naciones Unidas
en el año 2015 en el informe que se titula “Observaciones del comité de los derechos del niño
sobre los informes periódicos presentados por Uruguay 2007-2015.”
Dicho informe, consta de 73 observaciones medidas y modificaciones que deberían ser
adoptadas por el Estado Uruguayo, en búsqueda de ajustar más los marcos legales locales a
las convenciones y declaraciones de organismos internacionales. También recomienda cuales
reglamentos o leyes deberían ser reformuladas o formuladas de forma urgente ya que su
ausencia o su presencia, respectivamente, están violando los derechos impulsados y
declarados en la CDN.
Debido a que es imposible nombrar todas las observaciones por la extensión de las mismas,
se expondrán dos a modo de ejemplo en cuanto a los roles posibles de la UDELAR y de la
interdisciplina con el fin de construir conocimientos que sobrepasen los límites impuestos por
nuestra disciplina, y lograr así el fortalecimiento, el respeto y la promoción de los derechos de
los NNA, principalmente en contextos vulnerables.
34
Observación 20: “El Comité recomienda al Estado parte que adopte todas las medidas
necesarias para impartir una capacitación adecuada y sistemática a todos los grupos
profesionales que trabajan con los niños y para ellos, en particular, los docentes, los agentes
del orden, los parlamentarios, el personal de la salud, los trabajadores sociales, el personal de
las instituciones de atención a la infancia y quienes trabajan en los medios de comunicación. El
Comité insta al Estado parte a que establezca programas de capacitación sistemática y
exhaustiva sobre el contenido de la Convención y sus Protocolos Facultativos dirigidos a los
jueces, los abogados, los fiscales y todos los profesionales que intervienen en la administración
de justicia.”
Observación 36: “El Comité recomienda al Estado parte que refuerce sus servicios de apoyo
a las familias desfavorecidas y marginadas, incluido el apoyo financiero y psicológico, para
ayudar a los padres a cumplir sus responsabilidades en la crianza y el desarrollo de sus hijos
(…).”
En las observaciones se “recomienda” al Estado Uruguayo enfatizar en la formación
especializada de profesionales que trabajen con NNA, y en la aplicación de la CDN en las
metodologías y acciones de estos, tanto en las tareas relacionadas directamente con los NNA
como las relacionadas con sus familias. También se exige al Estado a brindar apoyo, financiero
y psicológico, a las familias vulnerables o marginadas.
A partir de estas observaciones cabe reflexionar que está aportando (si es que lo hace) la
UDELAR para mejorar las condiciones de existencia de los NNA en contextos de vulneración
de derechos, esto teniendo en cuenta que la UDELAR como institución Estatal tiene como
finalidad construir respuesta a las problemáticas referentes a nuestra sociedad, a partir de la
Investigación, la Educación y la Extensión.
Nuestra disciplina es parte de lo que entendemos como las ciencias de la salud, de acuerdo
a planteos de Morín (1999), la disciplina “es una categoría organizacional en el seno del
conocimiento científico; ella instituye la división y la especialización del trabajo y responde a la
diversidad de los dominios que recubren las ciencias” (p.115). Esta orienta los niveles de
autonomía, define las fronteras, determina especifidades, construye lenguajes propios,
conceptos, teorías y diferencia metodologías específicas para cada campo científico.
En las últimas décadas del siglo XIX comenzó el proceso de subdivisión de las ciencias
sociales, como producto del positivismo científico. Dicha subdivisión provoco un
distanciamiento entre teoría y práctica, a partir de este discurso también se divide, en las
ciencias sociales, entre productores de conocimiento y los que intervienen en lo social, o sea,
35
entre investigadores y profesionales que ejercen una profesión. Esta subdivisión de las
disciplinas a partir del objeto de estudio dio como resultado prácticas disciplinares específicas
(Morín, 1999).
En cuanto al campo de la salud como en otros campos, se diversificaron los modos de
abordar los problemas a partir de los límites que se le fueron imponiendo a estos, es decir, se
los delimito en “lo social; “lo mental”, “lo biológico”, siempre a partir de la “atención
individualizada”. Y constituyendo la relación “sujeto individual- problema”, y quitando de las
prácticas profesionales todo lo relacionado a “lo colectivo” (Bourdieu, 2003:p.20). Es decir, que
se impuso el modelo medico hegemónico tanto en la forma de comprender la salud como en la
forma de la atención en dicho campo.
Bourdieu (2003) sostiene que la delimitación de los campos disciplinares es el resultado de
un proceso socio- histórico en el que se fueron conformando áreas de conocimiento
específicos, pero en muchos de los casos las fronteras disciplinares se vuelven borrosas lo que
provocan disputas de un mismo campo o territorio pero, más que un obstáculo debería
concebirse como la posibilidad para construir encuentro y encontrar soluciones con nuevas
propuestas. Como por ejemplo la interdisciplinariedad.
Sin embargo en el campo de la salud, históricamente, estas diferencias no han servido para
enriquecer las respuestas a las problemáticas de la infancia en contextos vulnerables, sino que,
por el contrario, según Menéndez (2005) la imposición del modelo medico en el campo de la
salud invisibilizaron la implicancia de factores no médicos en problemas relacionados a dicho
campo, lo que ha generado que se den respuestas acotadas o insuficientes.
De acuerdo a lo planteado en los capítulos anteriores los impactos de la vulnerabilidad
social en la infancia son multicausales, por lo tanto el abordaje que debe realizarse para tratar
de dar respuestas desde las ciencias de la salud se debe realizar desde un abordaje
interdisciplinario, en la búsqueda de soluciones integrales. De acuerdo a las observaciones del
comité de los derechos del niño UNICEF (expuestas más arriba), se debe entender y atender a
la infancia a partir de la formación adecuada y en conjunto de todos los profesionales que
trabajen con niños.
Las propuestas interdisciplinarias se deben basar en el encuentro, la cooperación y
producción de nuevos marcos conceptuales compartidos, sin que implique perder la
especificidad disciplinar. Se deberá tratar las problemáticas como un entrecruzamiento diverso
e inseparable (Morín, 1999).
36
Para Mila (2005) “integrar un equipo interdisciplinario es un reconocimiento de nuestras
carencias, de que no somos completos, de que no podemos saberlo todo, de nuestros límites y
de los límites de nuestras disciplinas.” (p.57)
En la UDELAR existen programas de investigación y extensión donde se constituyen
equipos interdisciplinarios que buscan dar respuestas a las problemáticas infantiles. Entre entre
ellos está El Centro Interdisciplinario de Infancia y Pobreza, este según Aguiar (2011), es parte
del Espacio Interdisciplinario de la UDELAR y tiene como objetivo principal sumar esfuerzos,
desde diversas áreas, para promover la comprensión integral y compleja del problema de la
infancia en contextos de pobreza, aportando datos científicos nacionales y fortaleciendo la
formación de recursos humanos en distintas disciplinas.
“Este grupo, con más de 20 años de trayectoria en investigación, se ha especializado en el
estudio del desarrollo infantil en pobreza y los factores psicosociales más frecuentemente
asociados a problemas en esta área. Sus hallazgos empíricos han permitido identificar
características deseables de los programas e intervenciones hacia la infancia, tendiendo un
puente hacia las políticas públicas sostenidas en datos nacionales y adaptadas a nuestra
realidad.” (ibíd.:p.60)
Además en este grupo participa la catedra de Psiquiatría de la Facultad de Medicina, la
Facultad de Ciencias Sociales, La Escuela de Nutrición y Dietética y la Facultad de Psicología.
Según Aguiar (2011) “lo que vincula a todas estas áreas y delimita el objeto de estudio son los
niños en su crecimiento, desarrollo y bienestar psicosocial, sus familias, el contexto micro y
macro social, con énfasis en la pobreza y los equipos que realizan intervenciones hacia la
infancia.” (p.61)
Es decir que el tipo de abordaje realizado por el equipo sobre el objeto de estudio es integral
pero complejo, lo que lo hace imposible de ser abarcado por una única disciplina, además de
obligar a las disciplinas participantes a negociar.
En relación al estado actual de la infancia y lo que se debería hacer para generar mayor
igualdad en la condición de estos plantean que
“nuestro país carece aún de un Sistema de Protección a la infancia definido como política de
estado, integral e integrado, con mecanismos de evaluación sistemáticos y con soportes
adecuados a nivel jurídico e institucional.
Pensar en un sistema de estas características requiere avanzar en la perspectiva ética y
jurídica de derecho con que se mira a la infancia, con una visión de equidad, sin estándares
normalizadores y discriminantes sino en función de las necesidades y potencialidades de los
niños” (ibid.:p.64).
37
Reflexiones finales.
Las personas en las cuales se enfoca este trabajo tienen como eje transversal la condición
de vulnerabilidad que las atraviesa, ya sea por su etapa existencial, por su condición de salud
y/o por su situación socio-económica. En la articulación de estas vulnerabilidades es que
resulta necesario repensar las diferentes estrategias de intervención que se han dado a lo largo
de la historia y que han hecho posible en distintos contextos socioculturales procesos de
reformas en las formas de concebir tanto al NNA como a los sujetos con padecimientos
psiquiátricos.
Estas estrategias se encuentran estrechamente ligadas al contexto social en las que fueron
pensadas y por tanto a las concepciones de infancia, salud mental y pobreza construidas en
cada época.
Según Potte-Bonneville (2007) el presente soporta una carga, un peso, que viene del
pasado; y la tarea del presente es poner esta carga en una dimensión que nos permita
entender cómo se ha ramificado. Ciertamente, el pasado no se repite a sí mismo hasta el
presente; sin embargo, el presente no actúa fuera del pasado, sino que innova utilizándolo.
Según el autor, la genealogía implica, en otros términos, el “acoplamiento de los conocimientos
eruditos y las memorias locales, acoplamiento que permite la constitución de un saber histórico
de las luchas y la utilización de ese saber en tácticas actuales.” (p 22)
Los caminos que recorrieron la infancia como la salud mental desde una perspectiva de
derechos no se dieron con igual intensidad ni al mismo ritmo.
El proceso de visibilidad y de amparo normativo se dio con mayor profundidad en la infancia,
construyendo y posicionando al NNA como sujeto de derechos.
Con respecto a la salud mental el recorrido fue más complejo dado el estigma social
depositado en las personas con padecimiento psíquico.
Aun así las distintas reformas y avances legales, sin duda disminuyen los grados de
vulnerabilidad generando mayor igualdad entre todos los sectores sociales, principalmente a
aquellos que históricamente han sido postergados por los marcos legales. Sin embargo, el
avance de los marcos de derechos constituidos a partir de procesos llevados a cabo por
organizaciones nacionales e internacionales, produjeron un nuevo grupo de segregados, los
menores en situación irregular.
Lo preocupante de estas segregaciones es la forma sectorializada en la que se expresa.
38
El avance del derecho positivo en el resguardo y protección de grupos en contextos críticos
o vulnerables, permitió mejorar el desarrollo de sectores sociales que antes estaban
invisibilizados en el dicho orden, sin embargo, el crecimiento económico producto de este
desarrollo (capitalismo) además de las lógicas del sistema familiar determinaron que la
vulnerabilidad en la infancia o la enfermedad mental van a depender, en gran medida, de la
clase social a la que se esté observando.
A partir del año 2005, el estado Uruguayo ha intentado intervenir de formas más eficientes
en estas poblaciones, para lo que ha ido creando distintas políticas públicas, que den cuenta de
las denuncias realizadas por distintas organizaciones nacionales e internacionales. Para lograr
este cambio es fundamental involucrar y empoderar a los NNA y a los usuarios de los sistemas
sanitarios de salud mental, pero además es fundamental crear herramientas técnicas que den
soluciones integrales a las problemáticas.
Para intentar construir este tipos de respuestas se debería, además de involucrar a los
afectados directamente, también se deberá trabajar en base a la alianza entre el gobierno, la
UDELAR y toda la ciudadanía; además de la constitución de leyes acordes a la realidad
Uruguaya y a las normas internacionales, la creación de dispositivos cientico- técnicos también
en correlación con dichas normas principalmente en lo que refiere a la no discriminación.
Naciones Unidas evidencia las carencias en las respuestas de Uruguay en relación a la
discriminación, en la observación número 23 del comité de los derechos del niño (2015) dice lo
siguiente
“Si bien observa que el Estado parte aplica el Plan Nacional contra el Racismo y la
Discriminación, el Comité está preocupado por que las actitudes discriminatorias y la
exclusión social sigan afectando a algunos sectores de la población infantil y, en particular, a
los niños con discapacidad, las niñas, los niños que viven en las zonas rurales y remotas, los
niños de familias económicamente desfavorecidas y los adolescentes. El Comité también
está preocupado por que en los medios de comunicación se suela representar a los
adolescentes como delincuentes y porque, en consecuencia, estos sean objeto de
discriminación en la legislación y en la práctica.”
Las ciencias, especialmente las ciencias sociales, deben estar al servicio del bien social y
no de ningún otro factor, como por ejemplo el mercado. Además según la CDN, los Estados
miembros deben priorizar en el interés superior del niño por encima de cualquier mandato o
39
disciplina científica, es decir, que estas deben de estar a disposición de todos los NNA y no al
contrario o solo para algunos de ellos.
En relación a nuestra disciplina no es suficiente con denunciar la inoperancia y violación por
parte del Estado y las ciencias, hacia estas poblaciones, en los marcos de derechos nacionales
e internacionales, sino que, es imprescindible construir herramientas y métodos acordes a las
normativas y eficientes a las problemáticas presentadas en nuestro medio, también es
imprescindible el dialogo con otras disciplinas científicas necesarias para la elaboración de
respuestas y estrategias interdisciplinarias e integrales.
40
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