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UNIVERSIDAD GUAYAQUIL
FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS
ESCUELA DE POSTGRADO
TESIS
TÍTULO:
RESULTADOS COMPARATIVOS DE LA ESTABILIDAD FUNCIONAL
EN LA CORRECCIÓN DE LAS FRACTURAS DE LA CHARNELA
DORSO-LUMBAR CON TRATAMIENTOS CONSERVADOR E
INTERVENCIONISMO. HOSPITAL REGIONAL II DEL IESS “DR.
TEODORO MALDONADO CARBO”. 2008-2010.
AUTOR: MD. ESTUARDO ARAFAT ESCOBAR VERA.
DIRECTOR ACADÉMICO: DR. CARLOS ROLDAN NEGRETE.
GUAYAQUIL-ECUADOR
2011
II
RESUMEN
La fractura de la charnela dorso-lumbar o toraco-lumbar entraña una gran
complejidad, en cuanto a su tratamiento, se trata de una fractura que involucra
dos segmentos vertebrales con distintos grados de motilidad, su etiología es muy
variada, desafiando la capacidad de resolución del traumatólogo - ortopedista. La
presente investigación fué realizada en el Servicio de Traumatología y Ortopedia
del Hospital Regional II del IESS “Dr. Teodoro Maldonado Carbo”, durante el
período comprendido entre el 2008 – 2010, con metodología de tipo descriptivo-
correlacional, de diseño no experimental, longitudinal y retrospectivo. Cuyo
objetivo es determinar el procedimiento intervencionista en el manejo de las
fracturas de la charnela dorso-lumbar que logra obtener mejor estabilidad
funcional frente a uso de técnicas conservadoras o no cruentas, evaluando las
causas y la comprobación del tratamiento más efectivo para mantener la
estabilidad funcional de la columna. Pretende valorar diferentes variables, las
mismas que fueron confrontadas para valorar el nivel de control del dolor,
motilidad, actividad productiva, la efectividad del tratamiento conservador frente
al intervencionismo y los factores agravantes que repercuten sobre la estabilidad
funcional ulterior. Para llevar esto a cabo se utilizó la escala funcional de Frankel,
que reflejará la calidad de vida del paciente con esta lesión, integrándolo
paulatinamente a su círculo laboral y social. De los 100 pacientes con fractura de
la charnela dorso-lumbar, el 76% correspondieron al sexo masculino y el 24% al
femenino, con una relación 3:1. El rango de edad con mayor predisposición fue el
entre los 30 – 50 años con el 48%. El origen traumático fue el mecanismo de
lesión dorso-lumbar más frecuente con el 62%. Para la corrección de la fractura
dorso-lumbar se empleó el método intervencionista en el 64% de los casos y el
método conservador en el 36%.
Palabras claves: Fractura de la charnela dorso-lumbar, estabilidad funcional.
III
SUMMARY
Fracture of dorsal-lumbar hold-down or toraco-lumbar entails a great complexity,
in terms of their treatment, it is a fracture involving two segments vertebral with
varying degrees of motility, its etiology is varied, challenging the ability of the
traumatologist / orthopedist resolution. This research was made in the service of
Traumatology and orthopedics of the IESS "Dr. Teodoro Maldonado Carbo" II
Regional Hospital, during the period between 2008 – 2010, with methodology of
descriptivo-correlacional type, not experimental, longitudinal and retrospective
design. Whose objective is identifying the procedure interventionist in the
management of fractures of the dorsal-lumbar hold-down that manages to get
better stability functional to use conservative or non-bloody, evaluating
techniques the causes and the verification of the most effective treatment to
maintain functional stability of the spine. Intended to assess different variables,
they were confronted to assess the level of control of pain, motility, productive
activity, the effectiveness of conservative therapy against interventionism and the
aggravating factors that impact on the subsequent functional stability. To carry
this out was used functional scale by Frankel, reflecting the quality of life of the
patient with this injury, integrating it gradually into his labour and social circle.
Of 100 patients with fracture of the back-lumbar hold-down, 76% were male and
24% to the female, with a ratio 3: 1. The range of age with increased susceptibility
was the among the 30 – 50 years with 48%. The traumatic origin was the
mechanism of most frequent back-lumbar injury with 62%. For the correction of
the dorsal-lumbar fracture employed the interventionist method in 64% of cases
and the conservative method in 36%.
Keywords: Fracture, back-lumbar hold-down, functional stability.
IV
ÍNDICE
Pág.
RESUMEN………………………………………………..……………….. II
ABSTRACT……………………………………………………………….. III
ÍNDICE……………………………….………………….………………… IV
INTRODUCCIÓN………………………………………………………… 8
CAPÍTULO 1
FORMULACIÓN DE OBJETIVOS GENERALES Y ESPECÍFICOS.. 10
Objetivo general……………………………………………………………. 10
Objetivo especifico…………………………………………………………. 10
Hipótesis…………………………………………………………………… 10
CAPÍTULO 2
MARCO TEÓRICO……………………………………………………… 11
Antecedentes………………………………………………………………. 11
Anatomía……..………………………………………………………….… 11
Curvaturas antero-posteriores..………………………………………….…. 11
Curvaturas latero-laterales…………………………………………………. 11
Funciones de la columna vertebral..……………………………………….. 12
Charnelas vertebrales.………………………………………………………. 12
Charnela funcional mediodorsal……………...…………………………….. 13
Biomecánica……..……………….………………………………………… 13
V
Consecuencia mecánica……………………………………………………. 14
Etiología y epidemiología………………...………………………………… 15
Clasificación……………….……………………………………………….. 16
Clasificación de Denis……………………………………………..………. 16
Fracturas por compresión (acuñamiento)…………………………………… 17
Fracturas por estallido………………………………………………………. 17
Fracturas por flexión-distracción (cinturón de seguridad)…………………. 17
Fractura-luxación…………………………………………………………… 17
Clasificación de Magerl (AO)……………………………………………… 18
Fracturas tipo A (por compresión)………………………………………….. 18
Fracturas tipo B (por distracción)………………………………………….. 19
Fracturas tipo C (multidireccionales con desplazamiento)………………… 19
Sistema TLICS…………………………………………………………….. 19
Osteonecrosis: vacio intervertebral………………………………………… 20
Traumáticas………………………………………………………………… 21
Clasificación de las fracturas toracolumbares……………………………… 21
Diagnostico de la fractura dorso-lumbar…………………………………… 22
Tratamiento conservador…………………………………………………… 22
Tratamiento quirúrgico……………………………………………………... 24
Abordaje o la instrumentación……………………………………………… 24
Vertebroplastia percutánea…………………………………………………. 25
Patrón de manejo en la fractura dorso-lumbar traumática………………….. 25
Fracturas por compresión anterior………………………………………….. 25
Tratamiento…………………………………………………………………. 25
Fracturas por estallido………………………………………………………. 25
VI
Tratamiento…………………………………………………………………. 26
Fracturas por flexión-distracción…………………………………………… 26
Tratamiento………………………………………………………………… 26
Fracturas-luxación…………………………………………………………. 26
Medición de la lesión……………………………………………………… 26
Escala de Frankel…………………………………………………………. 26
Terminología relacionada a la Escala de Frankel…………………………. 27
CAPÍTULO 3
METODOLOGÍA………………………………………………………… 28
Materiales........................................................................................................ 28
Lugar de la investigación.……………….…………………………………. 28
Período de la investigación………………………………………………… 28
Recursos utilizados..…………………………………………………….. 28
Presupuesto del recurso humano…………………………………………… 28
Presupuesto de recursos materiales………………………………………… 29
Presupuesto de recursos técnico……………………………………………. 29
Presupuesto de recursos imprevistos……………………………………….. 30
Presupuesto global.…………………………………………………………. 30
Universo………………………………………………………………. 30
Selección de la muestra…………………………………………………….. 31
Tamaño de la muestra…………………………………………………….. 31
Criterios de inclusión……………………………………………………….. 31
Criterios de exclusión………………………………………………………. 31
Métodos………………………………………………………………. 31
Tipo de investigación………………………………………………………. 31
VII
Diseño de la investigación…………………………………………………. 31
CAPÍTULO 4
ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS..……………………………….… 32
DISCUSIÓN…………………………………………………………….. 62
CONCLUSIONES…………………………………………………….… 66
RECOMENDACIONES………………………………………………... 68
BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………... 69
ANEXOS…………………………………………………………………. 72
Anexo 1: Instrumento de recolección de datos….……………….……. 72
Anexo 2: Base de datos………………………………………………….. 73
Anexo 3: Escala funcional Frankel…………………………………….. 75
8
INTRODUCCIÓN
La columna vertebral está conformada por una compleja estructura
osteofibrocartilaginosa articulada. Interviene como elemento de sostén estático y
dinámico, proporciona protección a la médula espinal y mantiene el centro de
gravedad17. Presenta varias curvaturas, que se manifiestan como cifosis y lordosis
fisiológicas entre estas curvaturas se localizan las charnelas. La charnela dorso-
lumbar abarca 2 segmentos con distintos grados de motilidad, su lesión traumática
es la más frecuente y grave asociándose a menudo con lesión medular.
El propósito de este estudio es determinar el método de tratamiento quirúrgico
(convencional o intervencionismo) más adecuado en la corrección de las fracturas
de la charnela dorso-lumbar o tóraco-lumbar, es decir, si la artrodesis o la ortesis
se asocia a una mayor estabilidad funcional de la columna vertebral. Tomando en
cuenta que con el método convencional se requiere el uso de Corsé y de reposo
prolongado. Mientras que en el método intervencionista se utilizan materiales de
fijación tipo protésicos o vertebroplastia percutánea.
El abordaje quirúrgico se lo puede realizar a través de dos vías: La vía anterior
permite restaurar la capacidad de carga de la columna anterior y descomprime en
forma directa el saco dural; la vía posterior se vale de una reducción indirecta para
restablecer la altura vertebral, corregir la deformidad y descomprimir el canal.
Gruenberg et al9 (Argentina), en su serie refirieron que la técnica quirúrgica
permitió restablecer y mantener parámetros anatómicos dentro de rangos
adecuados favoreciendo la recuperación funcional de los pacientes.
En 1963 Roy-Camille30 (USA) empezaron a utilizar tornillos pediculares para
estabilizar fracturas toracolumbares. Su ventaja se basa en el control sobre las
columnas anterior, media y posterior a través de un implante biomecánicamente
mas eficiente y con capacidad para reducir la lesión sin el efecto cifotizante del
Harrington29,31. La vertebroplastia percutánea es un procedimiento mínimamente
9
invasivo, realizado por guía radioscópica o tomografía, introduciendo cemento
óseo en el cuerpo vertebral.6,24,26
Crosa et al6 (Uruguay), refiere en su estudio que la vertebroplastia percutánea es
una técnica segura y eficaz para el tratamiento del dolor y de la inestabilidad
raquídea causada por fracturas con aplastamientos vertebrales. En Guayaquil-
Ecuador, Alcívar Andretta10 reporta un caso de fractura por acuñamiento de T12
en un paciente de 90 años al que le realizó vertebroplastia percutánea obteniendo
un alivio inmediato del dolor. Refiere que esta es la principal indicación para la
realización de esta técnica así como restablecer la altura del cuerpo vertebral.
La metodología empleada es de tipo descriptivo-correlacional, diseño no
experimental, longitudinal y prospectivo. Se estudió 100 pacientes con fractura de
la charnela dorso-lumbar, de los cuales el 76% correspondieron al sexo masculino
y en 24% al femenino, con una relación 3:1. Se distribuyó 8% el grupo < 30 años
de edad, 48% el rango comprendido entre los 30 – 50 años, 44% el grupo > 50
años. Los parámetros fueron convalidados con la escala de Frankel.
El origen traumático fue el mecanismo de lesión dorso-lumbar más
predominante con 62%. La corrección de la fractura de la charnela dorso-lumbar
fue mediante el empleo del método intervencionista en el 64% de los casos y el
método conservador en el 36%. La estabilidad funcional posterior a la corrección
(sea por el método intervencionista o conservador) de la fractura de la charnela
dorso-lumbar fue mesurada a través del control del dolor, motilidad y actividad
productiva (actividad domestica, laboral, entre otras).
10
CAPÍTULO 1
1. FORMULACIÓN DE OBJETIVOS GENERALES Y
ESPECÍFICOS
1.1 OBJETIVO GENERAL.
Evaluar comparativamente el nivel de estabilidad funcional posterior a la
corrección de la fracturas de la charnela dorso-lumbar bajo procedimiento
intervencionista y tratamiento conservador en el Servicio de Traumatología y
Ortopedia del Hospital Regional II del IESS “Dr. Teodoro Maldonado Carbo”,
periodo 2008-2010.
1.2 OBJETIVOS ESPECÍFICOS.
1. Establecer las causas de la fractura de la charnela dorso-lumbar en los
pacientes estudiados.
2. Determinar el grupo poblacional más vulnerable a sufrir morbilidad
posterior a la corrección de la fractura de la charnela dorso-lumbar.
3. Estipular los tipos de inestabilidad funcional posterior a la corrección de la
fractura de la charnela dorso-lumbar, según la Escala Funcional de
Frankel.
4. Puntualizar qué factores asociados repercuten sobre el nivel de estabilidad
funcional posterior a corrección de la fractura de la charnela dorso-lumbar.
1.3 HIPÓTESIS
¿La estabilidad funcional en la corrección de las fracturas de la charnela
dorso-lumbar es mayor mediante corrección con intervencionismo que con
tratamiento conservador?
11
CAPÍTULO 2
2. MARCO TEÓRICO
2.1 ANTECEDENTES
2.1.1 ANATOMÍA.
La columna vertebral, raquis o espina dorsal es una compleja estructura
osteofibrocartilaginosa articulada y resistente, en forma de tallo longitudinal, que
constituye la porción posterior e inferior del esqueleto axial. Está formada por 7
vértebras cervicales, 12 torácicas o dorsales, 5 lumbares, 5 sacras, y de 2 a 5
coxígeas. Entre las vértebras se encuentran los discos intervertebrales que le dan
mayor flexibilidad, estabilidad y amortiguación de impactos durante la
locomoción normal del organismo18.
2.1.1.1 Curvaturas antero-posteriores.
Se describen dos tipos de curvaturas: cifosis y lordosis. La cifosis es la
curvatura que dispone al segmento vertebral con una concavidad anterior o ventral
y una convexidad posterior o dorsal. La lordosis, al contrario, dispone al segmento
vertebral con una convexidad anterior o ventral y una concavidad posterior o
dorsal. La columna vertebral humana se divide en cuatro regiones, cada una con
un tipo de curvatura característica:
Cervical: lordosis.
Torácica: cifosis.
Lumbar: lordosis.
Sacro-coccígea: cifosis.
2.1.1.2 Curvaturas latero-laterales.
En humanos, la columna vertebral presenta una curvatura torácica
imperceptible de convexidad contralateral al lado funcional del cuerpo. Debido al
12
predominio de la condición diestra en la población, la mayoría presenta una
curvatura laterolateral torácica de convexidad izquierda.
2.2 FUNCIONES DE LA COLUMNA VERTEBRAL.
La columna vertebral tiene dos funciones principales: Primero la de soportar el
peso del individuo en posición erecta, para lo cual el cuerpo vertebral es
progresivamente más grueso y robusto a medida que desciende, y está fijado por
ligamentos y pequeños y potentes músculos que permiten movimientos de
rotación y flexión del cuerpo. La segunda función consiste en contener y proteger
la médula espinal que pasa por el canal medular de las vértebras, envuelta por las
meninges e inmersa en el líquido cefalorraquídeo que la baña.
Además de intervenir como elemento de sostén estático y dinámico y
proporcionar protección a la médula espinal, es uno de los factores que ayudan a
mantener el centro de gravedad de los vertebrados, permite al ser humano
desplazarse en posición “de pie”, sin perder el equilibrio18.
A cada lado de la médula aparecen fibras nerviosas, dorsales y ventrales que se
unen formando las raíces raquídeas que emergiendo por los agujeros
intervertebrales enervan cada segmento o metámera del cuerpo. La sustancia gris
(células nerviosas) se encuentra en la parte central de la médula espinal, rodeada
de la sustancia blanca (cordones y vías nerviosas).
2.2.1 CHARNELAS VERTEBRALES.
Durante la bipedestación, sin apoyo y en el plano sagital de gravedad del cuerpo, se
manifiestan tres curvaturas fisiológicas de la columna vertebral. El conjunto funcional
cráneo-vertebro-pelviano comprende las siguientes charnelas28,33:
Charnela occipito-cervical C0-C1
Charnela cervico-dorsal C7-T1
Charnela dorso-lumbar T12-L1
Charnela lumbosacra L5-S1
13
2.2.1.1 Charnela funcional mediodorsal.
Esta entidad biomecánica fue demostrada científicamente en 1967, por los
estadounidenses Gregersen y Lucas33 mediante la implantación de marcas metálicas, en
cada una de las apófisis espinosas de las vértebras dorsales y lumbares. Midiendo a
continuación los desplazamientos angulares de éstas con sensores electrónicos. Durante la
marcha, la vértebra T7 (o la T6 o la T8, según las personas y las posturas), se comporta
como una vértebra pivote sensiblemente horizontal, que permanece inmóvil cuando la
persona da un paso mientras que:
Las vértebras dorsales suprayacentes realizan una rotación axial en un
sentido.
Las vértebras dorsales infrayacentes, el raquis lumbar y la pelvis efectúan
una rotación axial en sentido opuesto al anterior.
Los movimientos se van invirtiendo a cada paso.
Por encima de esta vértebra, y hasta T3 (o T4), vértebra a partir de la cual
conservan un valor sensiblemente constante hasta el raquis cervical (del orden de
0,5° por cada articulación intervertebral). Por debajo, hasta L2 (L3), vértebra a
partir de la cual conserva sensiblemente el mismo valor hasta el sacro, del orden
de 0,3° por articulación.
2.2.1.2 Biomecánica.
Denis25 en un estudio retrospectivo de 412 lesiones toracolumbares,
introdujeron el concepto de la columna media o complejo osteoligamentoso
medio, ubicado entre los reconocidos complejo ligamentoso posterior y el
ligamento longitudinal anterior. Esta columna central está formada por la pared
posterior del cuerpo vertebral, el ligamento longitudinal posterior y el anillo
fibroso posterior. La tercera columna es crucial, como el modo de su fracaso se
relaciona tanto con el tipo de fractura vertebral y con su lesión neurológica.
La columna anterior incluye el ligamento vertebral común anterior, la
porción anterior del disco y la parte anterior del cuerpo vertebral.
14
La columna media comprende el ligamento longitudinal posterior, la
porción posterior del disco y la parte posterior del cuerpo vertebral.
La columna posterior comprende la porción posterior del arco óseo
formado por los pedículos, carillas articulares, las láminas y el complejo
ligamentario posterior (ligamento supraespinoso, ligamento infraespinoso,
ligamento interlaminar o amarillo, ligamento longitudinal posterior y
cápsulas facetarias).
Estas lesiones medulares asociadas pueden dividirse en menores y mayores.
Las lesiones menores están representadas por las fracturas de las apófisis
transversas, facetas, porción interarticular, y la apófisis espinosa. Las principales
lesiones espinales se clasifican en cuatro categorías diferentes: las fracturas por
compresión, fracturas de la explosión, lesiones de inclinación del tipo de cinturón,
y las dislocaciones de fractura.
White y Panjabi30 en un estudio in vitro establecieron los límites de estabilidad
de la columna torácica. La flexión o la extensión producen fuerzas horizontales
de 43 por ciento del peso corporal. La columna vertebral intacta exhibió un
promedio de desplazamiento horizontal de traslación de 1,0 mm (SD = 0,4) y la
rotación plano sagital de 1,4 grados (de = 0,8). Justo antes de la incapacidad de
estos desplazamientos el promedio aumentó a 2,4 mm (SD = 1,4) y 4,1 grados (de
= 1,7).
Un desplazamiento horizontal de 2,5 mm (en laterales de rayos X) o 5 grados
de angulación de una vértebra con respecto a la otra pueden indicar una columna
inestable. Esta información, junto con otros indicadores clínicos de inestabilidad
de la columna, será útil en el juicio clínico sobre una columna vertebral lesionada.
2.3.1.3 Consecuencia mecánica.
La chanela funcional medio-dorsal y las unidades funcionales raquídeas
vecinas:
15
Están sometidas todos los días a numerosas solicitaciones mecánicas
dinámicas horizontales de cizalladura-torsión, resultante de los
movimientos de rotación axial del tronco.
Sería tanto más importantes cuanto que la marcha sea más rápida y, a
mayor abundamiento, en caso de carrera.
Se desprende de lo anterior, que estas articulaciones intervertebrales pueden
verse expuestas a conflictos mecánicos menores causantes de un verdadero
síndrome clínico, denominado: Síndrome de la charnela funcional medio-dorsal o
más sencillamente, Síndrome de la Charnela Medio-dorsal. Las fracturas
vertebrales están asociadas a un aumento de la mortalidad, seguramente por
cambios en la función pulmonar, inmovilización prolongada y deterioro de la
calidad de vida.
2.3 ETIOLOGÍA Y EPIDEMIOLOGÍA.
La mayoría de las fracturas toracolumbares se producen en varones entre 15 y
29 años. Aproximadamente el 90% de todas las fracturas vertebrales se producen
en el segmento T12 - L1 o charnela toracolumbar. Entre un 15% y 20% de estas
lesiones producen déficit neurológico y, además, el 37% de los pacientes con una
fractura toracolumbar presentan lesiones concomitantes en otras regiones. Una
complicación frecuente es el íleo paralítico19.
La incidencia de las lesiones traumáticas de la columna vertebral se estima
entre 20 y 30 casos/año por millón de habitantes, los varones entre los 25 y 35
años son el grupo etario más afectado, los accidente de tráfico son responsables
en más de la mitad de los casos, seguido de los accidentes laborales y deportivos.
En los niños entre el 16 y el 19% de los casos cursan sin anomalías radiológicas11.
Las zonas cervical baja y la unión cervico-torácica (C6- T1) seguida por la unión
dorsolumbar (T11-L2)7 se afectan con más frecuencia y severidad son las zonas.
La osteoporosis se asocia con fracturas vertebrales, sean estas sintomáticas o
asintomáticas. La morbilidad que se asocia a las fracturas vertebrales incluye
16
disminución de la función física y el aislamiento social, que tienen un impacto
significativo en la calidad de vida del paciente8. La presencia de una fractura
vertebral aumenta el riesgo de padecer una fractura vertebral subsiguiente en
cinco veces. De las mujeres que sufre una fractura vertebral por osteoporosis el
20% presentarán una nueva fractura en el plazo de los 12 meses próximo12.
2.4 CLASIFICACIÓN.
Las clasificaciones existentes de las fracturas toracolumbares están basadas en
el mecanismo de producción de la lesión y en los estudios radiográficos y por
TAC. Son por tanto, el reflejo de los estudios de las partes óseas de la columna
fracturada23. El sistema ideal de clasificación debe ser simple, lógico,
comprensible y preciso. Debe permitir realizar un pronóstico, proporcionar una
guía de tratamiento y ser útil para investigar distintas opciones diagnósticas y
terapéuticas, cosa que no siempre ocurre.
Las tres clasificaciones más utilizadas son la clasificación:
Denis.
Magerl (AO).
Sistema TLICS.
2.4.1 Clasificación de Denis.
Entre los sistemas de clasificación propuestos, el desarrollado por Denis25,28 ha
tenido una amplia aceptación y se basa en el análisis del plano de la radiografía y
de la TAC. Este sistema de clasificación propone el concepto de las tres columnas.
Las columnas pueden lesionarse individualmente o asociadas por cuatro
mecanismos básicos: compresión, distracción, rotación y cizallamiento. El
resultado serán cuatro grandes tipos de fracturas toracolumbares: fracturas por
compresión, fracturas por estallido, flexión-distracción (cinturón de seguridad) y
fracturas-luxación. A su vez cada uno de estos tipos puede subdividirse.
17
2.4.1.1 Fracturas por compresión (acuñamiento).
Se producen por una flexión anterior y lateral que conduce a un fallo de la
columna anterior. En la radiografía se aprecia una disminución del cuerpo
vertebral, mientras que la parte posterior permanece intacta. Normalmente son
estables y rara vez se asocian a daño neurológico.
2.4.1.2 Fracturas por estallido.
Se producen por lesión de la parte anterior y posterior del cuerpo vertebral
afectándose la columna anterior y media. La caída desde altura sobre los pies es el
mecanismo típico de esta fractura. En la radiografía lateral se aprecia disminución
de altura del cuerpo. Se han descrito cinco tipos de fracturas por estallido que se
asocian a lesiones neurológicas en el 50% de los casos.
2.4.1.3 Fracturas por flexión-distracción (cinturón de seguridad).
Es causada por una distracción y rotura de las columnas posterior, media y
anterior. El mecanismo típico es la colisión frontal de un automóvil con el
pasajero llevando el cinturón de seguridad. La lesión de las tres columnas puede
afectar en primer lugar al hueso (fracturas de Chance) o a los ligamentos y afectar
a más de un nivel espinal. Las fracturas de Chance se asocian generalmente a daño
neurológico. Asociadas a las fracturas por flexión - distracción hay una alta
incidencia (50-67%) de lesiones intra-abdominales, a menudo con riesgo vital.
2.4.1.4 Fractura-luxación.
Afecta a las tres columnas por la combinación de compresión, tensión, rotación
o cizallamiento. Producen lesiones óseas y ligamentosas asociadas. Denis describe
diferentes tipos de fracturas-luxación:
Por flexión-rotación, la columna anterior falla por la compresión y la
rotación, mientras que la columna media y posterior fallan por rotación.
18
Por flexión-distracción se caracteriza por un fallo de las tres columnas en
tensión. Se diferencia de la fractura de Chance simple por la presencia de
una traslación significativa.
Son lesiones muy inestables asociadas a déficit neurológico y lesiones intra-
abdominales.
Las fracturas-luxación pueden producirse por un mecanismo de cizallamiento
extremo con fallo en las tres columnas. Hay dos tipos de fracturas por
cizallamiento:
En la postero-anterior, por impacto directo en la espalda, el cuerpo
vertebral superior se desplaza anteriormente con respecto al inferior, los
cuerpos permanecen intactos, la orientación de las carillas articulares
impide el desplazamiento anterior del arco posterior produciendo fracturas
de arcos posteriores. En consecuencia se separa la lámina del cuerpo
dando lugar a una lámina libre flotante asociándose a desgarros en la
duramadre.
Cuando la fuerza es antero-posterior las lesiones son menos graves.
2.4.2 Clasificación de Magerl (AO).
En 1994, la AO introdujo28, después de revisar 1.445 fracturas toracolumbares,
durante 10 años, una clasificación progresiva basada en el daño morfológico y en
la morbilidad. Distinguen tres tipos de fracturas:
2.4.2.1 Fracturas tipo A (por compresión): Cuando afecta la columna anterior y
se subdividen en tres subgrupos:
A1: son fracturas con impactación como las fracturas en cuña.
A2: son las que presentan fragmento coronal o sagital.
A3: la mayor parte de las fracturas por estallido.
19
2.4.2.2 Fracturas tipo B (por distracción)
B1: a través de partes blandas posteriores.
B2: a través del arco vertebral posterior.
B3: a través del disco intervertebral.
2.4.2.3 Fracturas tipo C (multidireccionales con desplazamiento): Las
fracturas de este tipo tienen un elemento de traslación.
C1: desplazamiento en el plano sagital, por una luxación anterior, un
mecanismo de distracción con flexión o extensión, o cizallamiento anterior
o posterior.
C2: con una fuerza de cizallamiento lateral, con o sin flexión lateral, se
produce desplazamiento lateral.
C3: con rotación. Si la rotación se combina con compresión anterior, se
puede producir una fractura por estallido rotacional.
La progresión de las fracturas tipo A hasta las de tipo C se asocia con un
incremento de la lesión ósea y de los ligamentos, mayor desplazamiento, mayor
inestabilidad y un incremento del riesgo de lesión neurológica.
2.4.2.4 Sistema TLICS.
En 2002, el Spine Trauma Study Group (STSG) desarrolló una clasificación de
fracturas toracolumbares con valor pronóstico para tomar decisiones terapéuticas,
conocido como TLICS (Thoracolumbar Injury Classification and Severity Score).
Se basa en la morfología de la lesión, la integridad del complejo ligamentario
posterior y el estado neurológico del paciente. Cuenta con una escala de gravedad
que ayuda a decidir el tratamiento23. Es también un sistema abierto de evaluación
que incluye el diagnóstico por RM dentro de la valoración y pronóstico.
20
2.5 OSTEONECROSIS: VACIO INTERVERTEBRAL.
El fenómeno del vacío intervertebral (FVI) revela la presencia de gas dentro
del hueso. Este gas está compuesto por nitrógeno en un 95% aproximadamente y
en menor cantidad de oxígeno y dióxido de nitrógeno15. Se acepta que el FVI es
debido a una osteonecrosis vertebral, relativamente frecuente en gente mayor y
con osteoporosis, en los que hay inadecuada vascularización vertebral, error en el
proceso reparativo y alteración en la cicatrización, aunque el mecanismo de la
formación de este gas intravertebral permanece en hipótesis.
El gas discal adyacente a un FVI ha hecho proponer la hipótesis de una posible
migración de gas proveniente de un disco contiguo a través de una plataforma
vertebral fracturada2. También se ha propuesto que podría ser resultado de la
vaporización y la acumulación en la grieta del gas soluble que permanece disuelto
en los tejidos que envuelven a la vértebra21, o mucho más raro, y sin tener relación
con el caso que aportamos, la producción de gas intravertebral podría estar en
relación con osteomielitis causada por bacterias formadoras de gas20.
El FVI puede observarse en una radiografía, en forma de una imagen lineal o
en media luna, transparente, y que, curiosamente, puede intensificarse en
extensión de la columna o desaparecer en flexión. En imagen con TC la colección
gaseosa muestra una forma más homogénea e irregular que la radiografía. Tanto la
gammagrafía ósea, en la que se observa un aumento inespecífico de captación de
la vértebra afectada, como la RM, ayudan a confirmar la localización15.
El tratamiento es el mismo que el de la fractura vertebral osteoporótica,
reposo, analgesia e inmovilización, y si en el transcurso de 4 o 6 semanas persiste
el dolor, y descartadas complicaciones neurológicas, musculares u ortopédicas,
deben considerarse la vertebroplastia o la cifoplastia14. Esta técnica consiste en la
inyección percutánea de polimetilmetacrilato dentro del cuerpo vertebral de la
vértebra osteonecrótica con una cánula por vía pedicular, yuxtapedicular o
posterolateral, con guía fluoroscópica o TC.
21
La mayoría de las series publicadas coinciden en una respuesta terapéutica
funcional del orden del 90%, el número de vértebras tratadas varía entre 1 y 3 por
paciente, la tasa de complicaciones posterapéuticas: extravasación de cemento,
hemorragias u otras, se estima en menos del 10%17. Algunos trabajos han
demostrado, un alto riesgo de nuevas fracturas22, entre 40 y 50% se da en
vértebras adyacentes a la vertebroplastia y más precoces que otras fracturas,
relacionado a disociación mecánica entre la vértebra osteoporótica y la cimentada.
2.6 Traumáticas.
Las lesiones traumáticas de la columna vertebral a nivel de la unión
toracolumbar, suele asociarse a lesión de médula espinal. Estas fracturas son
consideradas inestables, por su estructura: La parte superior conformada por la
cifosis torácica inmóvil, apoyada por las costillas, y su componente inferior por la
lordosis de la columna lumbar con significante movimiento comparado con la
torácica. El cordón espinal usualmente termina en L1 y una lesión a ese nivel
ocasiona lesión medular, del cono o la causa equina.
2.7 Clasificación de las fracturas toracolumbares.
Se la ha hecho clasificado de acuerdo al mecanismo que la produce y la
estabilidad o inestabilidad resultante. De acuerdo a esto existen las siguientes
lesiones básicas de la columna toracolumbar5:
Fractura por compresión (son las más estables).
Fracturas por estallamiento.
Fractura por cinturón de seguridad.
Fractura luxación por: rotación flexión, cizallamiento-flexión-distracción
(estas son las más inestables por falla de las tres columnas bajo
compresión, distracción y rotación)
Estas fracturas requieren descompresión quirúrgica cuando existe una
compresión mayor del 50 por ciento del cuerpo vertebral, una cifosis mayor de 35
grados y una invasión al canal raquídeo de más del 50 por ciento, aun cuando esto
22
no está basado en datos objetivos y se ha demostrado que no existe correlación
confiable entre el grado de compromiso del conducto raquídeo y severidad del
déficit neurológico debido a variaciones en el diámetro del conducto raquídeo. Por
lo que cada fractura debe ser tratada sobre base individual y como entidad única.
2.8 DIAGNOSTICO DE LA FRACTURA DORSO-LUMBAR.
El diagnóstico en muchas ocasiones por radiografía simple no es posible
precisarlo siendo necesario el auxilio de estudios de imagen especializados, (TAC
e IRM) para observar trazo de fractura hacia los pedículos y las láminas. Otros
criterios para valorar la inestabilidad vertebral son que el cuerpo vertebral
presente una compresión mayor al 50% de su superficie corporal, un ángulo
cifótico de más 35° e invasión de fragmentos óseos en el canal raquídeo del 50%5.
2.9 TRATAMIENTO CONSERVADOR.
Las fracturas toracolumbares tardan en consolidar un promedio de 3 meses por
lo que cualquier tratamiento con corsé debería aplicarse durante al menos ese
tiempo. La rehabilitación y ejercicios de extensión del tronco pueden comenzar,
en todos los casos, desde el principio según la tolerancia de cada paciente. Los
objetivos de la ortesis son limitar la movilidad del tronco, aumentar la presión
abdominal, estabilizar la fractura, disminuir cargas sobre la columna y evitar los
movimientos segmentarios.
El reposo absoluto prolongado prácticamente no se utiliza debido a múltiples e
importantes complicaciones, aunque todavía está indicado si existen lesiones
asociadas que contraindican otro tratamiento (politraumatizados), en niños y
jóvenes con fracturas inestables no contenibles con corsé y en aquellas en las que
se quiere evitar instrumentar la columna.
Otro tipo de tratamiento conservador es el control periódico sin corsé indicado
en fracturas estables de la columna torácica hasta T9 y en fracturas
toracolumbares mínimas requiriendo revisiones radiográficas a las 2, 4, 6 semanas
y 3 meses. En cuanto a la ortesis mínima (lumbostatos o fajas) están indicadas en
23
fracturas mínimas de región lumbar y en fracturas osteoporóticas del anciano, ya
que limitan levemente la movilidad del tronco y no tienen efecto sobre la
movilidad segmentaria. Se deben asociar a un programa de rehabilitación precoz.
Las ortesis que controlan un solo plano (corsé de hiperextensión o corsé de 3
puntos o corsé de Jewett), tienen 3 puntos de apoyo, esternal, pélvico y lumbar,
únicamente controlan la flexión del tronco estando indicados en fracturas
toracolumbares de T9-L5 por compresión y estables.
Las ortesis que controlan múltiples planos son corsés de contacto total hechos
a medida, controlan los movimientos y están indicados en fracturas por estallido
poco desplazadas. El corsé modelado tras reducción se basa en el método de
Böhler, reducción en hiperextensión. Permite la recuperación de la altura del
cuerpo vertebral, recuperación de la lordosis fisiológica, estabilización postural de
la fractura, no asegura la corrección definitiva, sin embargo, evita su progresión.
Indicada en fracturas por estallido sin lesión de ligamentos posteriores.
El plazo normal para la consolidación de este tipo de fractura es de 3 meses.
No es necesario realizar TAC o RM de control, ya que las radiografías seriadas
son suficientes para controlar la alineación, sobre todo la cifosis, la consolidación
o la fusión espontánea con el cuerpo adyacente.
Las complicaciones, aunque poco frecuentes, del tratamiento conservador son
la cifosis y pseudoartrosis y se deben siempre a una mala evaluación de la
fractura.
Las fracturas osteoporóticas generalmente se tratan con tratamiento
conservador pero en el caso de dolor crónico no controlado se optará por cirugía
mínimamente invasiva que consiste en suplementación mecánica del cuerpo
vertebral rellenándolo con cemento acrílico o biológico por una vía transpedicular
o extrapedicular. Cuando el relleno del cuerpo vertebral se realiza a alta presión se
denomina vertebroplastia y si se ejecuta a baja presión, tras crear una cavidad, en
la esponjosa aplastada del cuerpo, se tratará de una cifoplastia.
24
2.10 TRATAMIENTO QUIRÚRGICO.
Aún persiste la controversia sobre el manejo terapéutico de lesiones
traumáticas en columna dorsolumbar. La indicación quirúrgica se plantea frente a
inestabilidad mecánica y/o neurológica o cuando el paciente no es capaz de tolerar
el tratamiento conservador. Se destacan como ventajas del tratamiento quirúrgico:
Facilitar la movilización del paciente.
Lograr el restablecimiento de la alineación espinal, la altura vertebral y el
diámetro del canal.
2.10.1 Abordaje o la instrumentación.
Es también motivo de debate:
Vía anterior: Permite restaurar la capacidad de carga de la columna
anterior y descomprimir en forma directa el saco dural.
Vía posterior: Se vale de una reducción indirecta para restablecer la altura
vertebral, corregir la deformidad y descomprimir el canal.
Gruenberg et al9 evaluaron retrospectivamente 26 pacientes con un
seguimiento promedio de 41 meses. Los resultados en la función de los 17
pacientes que no presentaron compromiso neurológico fueron excelentes en 14,
bueno en 2 y regular en 1. De los 12 pacientes con compromiso motor incompleto
8 mejoraron su función. Ninguno de los 26 pacientes sufrió deterioro neurológico.
Concluyen que la técnica permitió restablecer y mantener parámetros anatómicos
dentro de rangos adecuados favoreció la recuperación funcional de los pacientes.
En 1963 Roy-Camille30 fueron los primeros en utilizar tornillos pediculares
para estabilizar fracturas toracolumbares. Las ventajas de estos sistemas se basan
en el control sobre las columnas anterior, media y posterior a través de un
implante biomecánicamente mas eficiente y con capacidad para reducir la lesión
sin el efecto cifotizante del Harrington29,31. Los montajes con tornillos
25
pediculares, sin embargo, no están exentos de limitaciones, y la reducción solo
resulta efectiva si ésta se puede mantener hasta la maduración de la artrodesis30.
2.10.2 Vertebroplastia percutánea.
La vertebroplastia percutánea fue introducida por Deramond en 1984 en
Francia y más tarde, en 1993, en USA fue reportada por Dion y col 4,6. Es un
procedimiento mínimamente invasivo. Se realiza mediante guía radioscópica o
TAC, introduciendo cemento óseo en el cuerpo vertebral. Consiste en la inyección
de un biomaterial, usualmente polimetilmetacrilato (PMMA), en la lesión corporal
o pedicular vertebral que permite, en la mayoría de los casos, la reducción o la
desaparición del dolor mediante el reforzamiento de la estructura vertebral 6,24,26.
Crosa et al6 concluye que la vertebroplastia percutánea es una técnica segura y
eficaz para el tratamiento del dolor y de la inestabilidad raquídea causada por
fracturas con aplastamientos vertebrales. En Guayaquil-Ecuador Alcívar Andretta
reporta un caso de fractura por acuñamiento de T12 en un paciente del sexo
masculino de 90 años al que le realizo vertebroplastia percutánea obteniendo un
alivio inmediato del dolor. Refiere que esta es la principal indicación para la
realización de esta técnica así como restablecer la altura del cuerpo vertebral.
2.10.3 Patrón de manejo en la fractura dorso-lumbar traumática.
2.10.3.1 Fracturas por compresión anterior.
Lesión de la columna anterior (posterior y media intactas). Pérdida de menos
del 40% de la altura anterior del cuerpo vertebral.
2.10.3.1.1 Tratamiento: Ortesis en hiperextensión 10-12 semanas y tratamiento
sintomático.
2.10.3.2 Fracturas por estallido.
Afecta a las columnas anterior y media. La cortical posterior del cuerpo
vertebral es retropulsada hacia el canal.
26
2.10.3.2.1 Tratamiento:
Si no hay lesión neurológica y está afectado menos del 40% del cuerpo
vertebral, una angulación menor de 15º y compromiso del conducto menor
de 15º se pueden tratar con una ortesis en hiperextensión 12 semanas.
Si hay lesión neurológica y/o afectación mayor del 40% de pérdida de la
altura del cuerpo vertebral, más de 15º de angulación y más de un 15% de
ocupación del canal, el tratamiento es quirúrgico: descompresión posterior
y artrodesis en pacientes con lesión neurológica y artrodesis posterior
instrumentada en pacientes neurológicamente indemnes.
2.10.3.3 Fracturas por flexión-distracción.
Afectan a las tres columnas. Tienen un alto grado de inestabilidad. Son de
difícil diagnóstico, por lo que es fundamental el estudio con RMN.
2.10.3.3.1 Tratamiento: Artrodesis instrumentada posterior.
2.10.3.4 Fracturas-luxación.
Se afectan las tres columnas. Son lesiones de inestabilidad máxima y con una
elevada incidencia de lesión neurológica. Son quirúrgicas en todos los casos con o
sin afectación neurológica, artrodesis instrumentada posterior a veces asociada a
un abordaje anterior compresivo3.
2.11. Medición de la lesión.
Las fracturas de la charnela dorso-lumbar, suelen ser muy complejas e incluir
lesiones medulares, que pueden llevar a producir variados síndromes motores y
sensitivos que posterior repercutirán en las actividades cotidianas del paciente.
2.11.1. Escala de Frankel.
Es muy utilizada por su sencillez y su carácter pronóstico sobre la lesión. Esta
clasifica a la lesión, desde, un punto de vista anatomo-funcional, lo que permite
controlar la evolución del lesionado a lo largo del tratamiento, para determinar si
pasa de uno a otro estadío.
27
2.11.2. Terminología relacionada a la Escala de Frankel. (Véase: Anexo 3)
Lesión completa: no hay preservación de la función motora ni sensitiva
tres segmentos por debajo del nivel neurológico de la lesión.
Lesión incompleta: implica algún grado de preservación de la función
motora y/o sensitiva en más de tres segmentos por debajo del nivel
neurológico de la lesión.
Nivel neurológico de la lesión: se determina por el examen neurológico.
Los dermatomas por sus áreas sensitivas claves y los miotomas por los
músculos clave en ambos lados del cuerpo. El nivel se determina por el
segmento más caudal que se encuentra intacto, motor (escala de gradación
motora al menos de tres) y sensitivo. Cuando varía el nivel según el lado,
se identifica como dos segmentos indicando el lado y si el nivel sensitivo
no coincide con el motor se debe hacer constar. El nivel neurológico de la
lesión es aquel en el que las dos funciones sensitiva y motora están
preservados.
El nivel motor o segmento motor más bajo: es aquel en el que su
músculo clave tiene al menos grado 3 siempre y cuando los músculos
clave por encima estén normales.
28
CAPÍTULO 3
3. METODOLOGIA
3 .1 MATERIALES
3.1.1 LUGAR DE LA INVESTIGACIÓN.
Servicio de Traumatología y Ortopedia del hospital del IESS Regional II “Dr.
Teodoro Maldonado Carbo”. Guayaquil – Ecuador.
3.1.2 Período de la investigación.-
El estudio se lo realizará en el periodo comprendido entre enero del 2008 –
diciembre del 2010.
3.1.3 RECURSOS UTILIZADOS.
3.1.3.1 Presupuesto del recurso humano.-
Personal Sueldo /hora en $ Horas/mes # de meses Total en $
Diseñador gráfico 8 60 6 1500
Auxiliar de
recolección 6 15 3 270
Secretaria 4 60 2 480
TOTAL 18 135 11 2250 USA
29
3.1.3.2 Presupuesto de recursos materiales.-
Materiales de escritorio Valor unitario en $ Cantidad Total en $
Hojas 0,05 300 15
Copias 0,05 300 15
Tinta 25 c/cartucho 4 100
Carpetas 0,2 50 10
Plumas 0,25 5 1,25
Encuadernado - 3 30
TOTAL - - 171,25 USA
3.1.3.3 Presupuesto de recursos técnico.-
Materiales de informática Valor unitario Cantidad Total en $
Computadora $ 1.700 1 1000
Pen-drive $ 20 1 20
Internet $ 0,50/hora 120 horas 60
Impresiones $ 0,20 /hoja 300 hojas 60
TOTAL - - 1140 USA
30
3.1.3.4 Presupuesto de recursos imprevistos.
Presupuesto por recursos Valor total % estándar (10%)
Recursos humanos 3630 363
Recursos materiales 171.25 17.125
Recursos técnicos 1840 184
TOTAL 5641.25 564.25 USA
3.1.3.5 Presupuesto Global.-
Materiales de informática Valor unitario
Recursos humanos 2250
Recursos materiales 171.25
Recursos técnicos 1140
Imprevistos 564.25
TOTAL 4125.5 USA
3.1.3.6 UNIVERSO
Se tomará en cuenta a todos los pacientes con diagnóstico de fractura de la
charnela dorso-lumbar que acudieron al Servicio de Traumatología y Ortopedia
del Hospital Teodoro Maldonado Carbo, en el periodo comprendido entre el 2008
- 2010.
31
3.1.3.6.1 SELECCIÓN DE LA MUESTRA
3.1.3.6.1.1 Tamaño de la muestra
La muestra se realizó con 100 pacientes con diagnostico de fractura de la
charnela dorso-lumbar que recibieron tratamiento conservador o intervencionista.
3.1.4 CRITERIOS DE INCLUSIÓN Y EXCLUSIÓN
3.1.4.1 Criterios de inclusión
Pacientes con fractura de la charnela dorso-lumbar de origen traumático.
Pacientes con fractura de la charnela dorso-lumbar no asociada a lesiones
extravertebral grave.
Pacientes con criterios de acuerdo a la Escala de Frankel.
3.1.4.2 Criterios de exclusión
Pacientes con fractura de la charnela dorso-lumbar de origen neoplásico.
Pacientes con fractura de la charnela dorso-lumbar asociada a lesiones
extravertebral grave (TCE, trauma cervical, trauma torácico, trauma
abdominal, etc.).
Pacientes con fractura de la charnela dorso-lumbar que por su complejidad
requiera de manejo en otras instituciones especializadas en trauma que
mantienen convenios con el IESS.
Pacientes que fallecen por causa ajena a la fractura de la charnela dorso-
lumbar.
3.2 MÉTODOS
3.2.1 Tipo de investigación.-
Descriptivo-correlacional.
3.2.2 Diseño de la investigación.-
No experimental, longitudinal y retrospectivo.
32
CAPÍTULO 4
4. ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS
Una vez recolectados los datos sobre las variables: estabilidad funcional,
tratamiento corrector de la fractura de la charnela dorso-lumbar y factores
agravantes, a través del instrumento de recolección de datos, estos valores fueron
mesurados individualmente mediantes medidas porcentuales y posteriormente se
realizó una interrelación entre ella. Lo que determinó los resultados que a
continuación se presenta en tablas y gráficos.
La estabilidad funcional fue correlacionada con la Escala Funcional de Frankel.
CUADRO Y GRÁFICO: 1
DISTRIBUCIÓN SEGÚN EL SEXO DE LOS PACIENTES ESTUDIADOS
SEXO %
Masculino 76
Femenino 24
TOTAL 100
Fuente: Dr. Estuardo Escobar V. Departamento de Estadísticas del
Hospital Regional 2- IESS “Dr. Teodoro Maldonado Carbo”.
33
DISTRIBUCIÓN SEGÚN EL SEXO DE LOS PACIENTES ESTUDIADOS
Análisis e interpretación: De 100 pacientes con diagnostico de fractura
de la charnela dorso-lumbar conformaron este estudio. 76%
correspondieron al sexo masculino y en 24% al femenino, con una
relación 3:1
CUADRO Y GRÁFICO: 2
DISTRIBUCIÓN SEGÚN LA EDAD DE LOS PACIENTES VALORADOS
EDAD %
< 30 8
30 - 50 48
> 50 44
TOTAL 100
Fuente: Dr. Estuardo Escobar V. Departamento de Estadísticas del Hospital
Regional 2- IESS “Dr. Teodoro Maldonado Carbo”.
34
DISTRIBUCIÓN SEGÚN LA EDAD DE LOS PACIENTES VALORADOS
Análisis e interpretación: Los pacientes con fractura de la charnela
dorso-lumbar, en cuanto a la edad, mostraron la siguiente distribución:
48% el rango de edad comprendido entre los 30 – 50 años, 44% el grupo
> 50 años y 8% en rango < 30 años de edad.
CUADRO Y GRÁFICO: 3
DISTRIBUCIÓN SEGÚN EL BIOTIPO MORFOLÓGICO
BIOTIPO %
Leptosomático 50
Atlético 38
Pícnico 12
TOTAL 100
Fuente: Dr. Estuardo Escobar V. Departamento de Estadísticas del
Hospital Regional 2- IESS “Dr. Teodoro Maldonado Carbo”.
35
DISTRIBUCIÓN SEGÚN EL BIOTIPO MORFOLÓGICO
Análisis e interpretación: De acuerdo al biotipo morfológico, se
distribuyeron de la siguiente forma: Biotipo leptosomático 50%, biotipo
atlético 38% y biotipo pícnico 12%.
CUADRO Y GRÁFICO: 4
DISTRIBUCIÓN SEGÚN LA CAUSA DE LA FRACTURA DORSO-
LUMBAR
CAUSA %
Traumática 62
Degenerativa 36
Neoplásica 2
TOTAL 100
Fuente: Dr. Estuardo Escobar V. Departamento de Estadísticas del Hospital
Regional 2- IESS “Dr. Teodoro Maldonado Carbo”.
36
DISTRIBUCIÓN SEGÚN LA CAUSA DE LA FRACTURA DORSO-
LUMBAR
Análisis e interpretación: El origen traumático fué el mecanismo de
lesión dorso-lumbar más predominante en un 62%, causa degenerativa
(osteoporosis, Tb, entre otras) 36%. Las causas neoplásicas alcanzaron el
2%.
CUADRO Y GRÁFICO: 5
DISTRIBUCIÓN SEGÚN LA PRESENCIA O AUSENCIA DE
ENFERMEDADES COEXISTENTES
PACIENTES %
CON
PATOLOGÍAS
COEXISTENTES
Diabetes Mellitus tipo - 2 22
Origen cardio-Vascular 6
Origen pulmonar 8
SIN PATOLOGÍAS COEXISTENTES 64
TOTAL 100
Fuente: Dr. Estuardo Escobar V. Departamento de Estadísticas del Hospital
Regional 2- IESS “Dr. Teodoro Maldonado Carbo”.
37
DISTRIBUCIÓN SEGÚN LA PRESENCIA DE ENFERMEDADES
COEXISTENTES ENFERMEDAD
Análisis e interpretación: La incidencia de enfermedades coexistentes
que mostraron los pacientes en esta serie fue de 36%. Ubicándose en
primer lugar la diabetes Mellitus -2 con 22%, enfermedades pulmonares
(asma bronquial, bronquitis crónica, entre otras) 8% y cardio-vasculares
(hipertensión arterial, arritmias, entre otras) 6%.
CUADRO Y GRÁFICO: 6
DISTRIBUCIÓN SEGÚN EL TRATAMIENTO
MÉTODO %
Conservador 36
Intervencionista 64
TOTAL 100
Fuente: Dr. Estuardo Escobar V. Departamento de Estadísticas del Hospital
Regional 2- IESS “Dr. Teodoro Maldonado Carbo”.
38
DISTRIBUCIÓN SEGÚN EL TRATAMIENTO
Análisis e interpretación: Para la corrección de la fractura de la charnela
dorso-lumbar se utilizaron 2 métodos: el método intervencionista fue
realizado en el 64% de los casos y el método conservador en el 36%.
CUADRO Y GRÁFICO: 7
Para realizar la medición del nivel del control del dolor se ha hecho una
adaptación de la Escala Funcional de Frankel (Véase: Anexo 3). Grado C = No
satisfactorio, Grado D = Aceptable y Grado E = Satisfactorio.
39
ESTABILIDAD FUNCIONAL:
CONTROL DEL DOLOR SEGÚN LA ESCALA DE FRANKEL
(120 días posteriores al tratamiento correctivo de la fractura)
NIVEL DE CONTROL %
Satisfactorio 66
Aceptable 34
No satisfactorio 0
TOTAL 100
Fuente: Dr. Estuardo Escobar V. Departamento de Estadísticas del Hospital
Regional 2- IESS “Dr. Teodoro Maldonado Carbo”.
ESTABILIDAD FUNCIONAL:
CONTROL DEL DOLOR SEGÚN LA ESCALA DE FRANKEL
Análisis e interpretación: El dolor fue uno de los indicadores de la
estabilidad funcional, siendo valorado cada 30 días hasta cumplir los 120
días posteriores a la corrección de la fractura de la charnela dorso-
lumbar, mostrando el siguiente patrón: Control satisfactoria del dolor
66%, control aceptable del dolor 34%, control no satisfactorio 0%.
40
CUADRO Y GRÁFICO: 8
CUADRO COMPARATIVO DE LA ESTABILIDAD FUNCIONAL -
CONTROL DEL DOLOR SEGÚN EL TRATAMIENTO
(120 días posteriores al tratamiento correctivo de la fractura)
NIVEL DE CONTROL INTERVENCIONISTA CONSERVADOR
Satisfactorio 42 24
Aceptable 22 12
No satisfactorio 0 0
TOTAL 64 36
Fuente: Dr. Estuardo Escobar V. Departamento de Estadísticas del Hospital
Regional 2- IESS “Dr. Teodoro Maldonado Carbo”.
GRÁFICO COMPARATIVO DE LA ESTABILIDAD FUNCIONAL -
CONTROL DEL DOLOR SEGÚN EL TRATAMIENTO
Análisis e interpretación: El indicador: dolor, muestra la siguiente
distribución para el método intervencionista: Control satisfactorio 42%,
control aceptable del dolor 22%, control no satisfactorio del dolor 0%.
Mientras que para el método conservador: Control satisfactorio 24%,
control aceptable del dolor 12%, control no satisfactorio del dolor 0%.
41
CUADRO Y GRÁFICO: 9
Para realizar la medición del nivel del control del dolor se ha hecho una
adaptación de la Escala Funcional de Frankel (Véase: Anexo 3). Grado C = No
satisfactorio, Grado D = Aceptable y Grado E = Satisfactorio.
ESTABILIDAD FUNCIONAL: CONTROL DE LA MOTILIDAD DE
ACUERDO A LA ESCALA DE FRANKEL
(120 días posteriores al tratamiento correctivo de la fractura)
NIVEL DE CONTROL %
Satisfactorio 8
Aceptable 84
No satisfactorio 8
TOTAL 100
Fuente: Dr. Estuardo Escobar V. Departamento de Estadísticas del Hospital
Regional 2- IESS “Dr. Teodoro Maldonado Carbo”.
42
ESTABILIDAD FUNCIONAL: CONTROL DEL NIVEL DE LA
MOTILIDAD SEGÚN LA ESCALA DE FRANKEL
Análisis e interpretación: La motilidad, como parámetro de estabilidad
funcional empleado en este estudio, fue valorada cada 30 días hasta cumplir
los 120 días de la corrección de la fractura de la charnela dorso-lumbar,
mostrando el siguiente patrón: Control de la motilidad satisfactorio 84%,
motilidad aceptable 8%, control de la motilidad no satisfactoria 8%.
CUADRO Y GRÁFICO: 10
CUADRO COMPARATIVO DE LA ESTABILIDAD FUNCIONAL -
CONTROL DEL MOTILIDAD SEGÚN EL TRATAMIENTO
(120 días posteriores al tratamiento correctivo de la fractura)
NIVEL DE CONTROL INTERVENCIONISTA CONSERVADOR
Satisfactorio 6 2
Aceptable 54 30
No satisfactorio 4 4
TOTAL 64 36
Fuente: Dr. Estuardo Escobar V. Departamento de Estadísticas del Hospital
Regional 2- IESS “Dr. Teodoro Maldonado Carbo”.
43
GRAFICO COMPARATIVO DE LA ESTABILIDAD FUNCIONAL -
CONTROL DEL MOTILIDAD SEGÚN EL TRATAMIENTO
(120 días posteriores al tratamiento correctivo de la fractura)
Análisis e interpretación: La relación entre la estabilidad funcional y el
control de la motilidad de acuerdo al método de tratamiento realizado
muestra la siguiente distribución para el método intervencionista: Control
satisfactorio 6%, control aceptable 54%, control no satisfactorio 4%.
Mientras que para el método conservador: Control satisfactorio 2%,
control aceptable 30%, control no satisfactorio 4%.
44
CUADRO Y GRÁFICO: 11
Para realizar la medición del nivel del control del dolor se ha hecho una
adaptación de la Escala Funcional de Frankel (Véase: Anexo 3). Grado C = No
satisfactorio, Grado D = Aceptable y Grado E = Satisfactorio.
ESTABILIDAD FUNCIONAL: ACTIVIDAD PRODUCTIVA
(120 días posteriores al tratamiento correctivo de la fractura)
NIVEL DE ACTIVIDAD %
Satisfactorio 8
Aceptable 84
No satisfactorio 8
TOTAL 100
Fuente: Dr. Estuardo Escobar V. Departamento de Estadísticas del Hospital
Regional 2- IESS “Dr. Teodoro Maldonado Carbo”.
45
ESTABILIDAD FUNCIONAL: ACTIVIDAD PRODUCTIVA
Análisis e interpretación: La actividad productiva (laboral, domestica,
otras) fue un dato adicional valorado en relación a la estabilidad
funcional que el paciente presentaba a los 120 días de la corrección de la
fractura dorso-lumbar, mostrando el siguiente registro: Actividad
productiva satisfactoria 84%, aceptable actividad productiva 8%,
actividad productiva no satisfactoria 8%.
CUADRO Y GRÁFICO: 12
CUADRO COMPARATIVO DE LA ESTABILIDAD FUNCIONAL -
NIVEL DE ACTIVIDAD SEGÚN EL TRATAMIENTO
(120 días posteriores al tratamiento correctivo de la fractura)
NIVEL ACTIVIDAD INTERVENCIONISTA CONSERVADOR
Satisfactorio 6 2
Aceptable 55 29
No satisfactorio 3 5
TOTAL 64 36
Fuente: Dr. Estuardo Escobar V. Departamento de Estadísticas del Hospital
Regional 2- IESS “Dr. Teodoro Maldonado Carbo”.
46
GRAFICO COMPARATIVO DE LA ESTABILIDAD FUNCIONAL -
NIVEL DE ACTIVIDAD SEGÚN EL TRATAMIENTO
(120 días posteriores al tratamiento correctivo de la fractura)
Análisis e interpretación: La actividad productiva (actividad laboral,
domestica, entre otras) fue un dato adicional valorado en relación a la
estabilidad funcional que el paciente presentaba a los 120 días de la
corrección de la fractura dorso-lumbar. Su evolución según la técnica de
tratamiento empleada muestra el siguiente registro para el método
intervencionista: Control satisfactorio 6%, control aceptable 55%,
control no satisfactorio 3%. Mientras que para el método conservador:
Control satisfactorio 2%, control aceptable 29%, control no satisfactorio
5%.
47
CUADRO Y GRÁFICO: 13
RELACIÓN SEXO – CONTROL DEL DOLOR
(120 días posteriores al tratamiento correctivo de la fractura)
SEXO SATISFACTORIO ACEPTABLE NO SATISFACTORIO TOTAL
Masculino 54 71% 22 29% 0 0% 76
Femenino 12 50% 12 50% 0 0% 24
TOTAL 66 34 0 100
Fuente: Dr. Estuardo Escobar V. Departamento de Estadísticas del Hospital
Regional 2- IESS “Dr. Teodoro Maldonado Carbo”.
RELACIÓN SEXO – CONTROL DEL DOLOR
Análisis e interpretación: El control del dolor cada 30 días durante 120 días,
tras la corrección de la fractura dorso-lumbar, mostró los siguientes rangos: en
cuanto al control satisfactorio este fue del 71% en el sexo masculino frente al
50% en el femenino, un aceptable control del dolor se presentó en 50% del sexo
femenino sobre el 29% del sexo masculino.
48
CUADRO Y GRÁFICO: 14
RELACIÓN SEXO – CONTROL DE LA MOTILIDAD
(120 días posteriores al tratamiento correctivo de la fractura)
SEXO SATISFACTORIO ACEPTABLE NO SATISFACTORIO TOTAL
Masculino 6 8% 64 84% 6 8% 76
Femenino 2 8% 20 84% 2 8% 24
TOTAL 8 84 8 100
Fuente: Dr. Estuardo Escobar V. Departamento de Estadísticas del Hospital
Regional 2- IESS “Dr. Teodoro Maldonado Carbo”.
RELACIÓN SEXO - CONTROL DE LA MOTILIDAD
Análisis e interpretación: En cuanto al control de la motilidad, como se ha
mencionado fue valorada cada 30 días en los 120 días tras la corrección de la
fractura dorso-lumbar, demostrando una aceptable motilidad en el 84% de los
casos sin hallar diferencias entre ambos sexos. El rango de motilidad
satisfactoria y no satisfactoria manifestó 8% cada una.
49
CUADRO Y GRÁFICO: 15
RELACIÓN SEXO – ACTIVIDAD PRODUCTIVA
(120 días posteriores al tratamiento correctivo de la fractura)
SEXO SATISFACTORIO ACEPTABLE NO SATISFACTORIO TOTAL
Masculino 4 5% 64 84% 8 11% 76
Femenino 2 8% 18 75% 4 17% 24
TOTAL 6 82 12 100
Fuente: Dr. Estuardo Escobar V. Departamento de Estadísticas del Hospital Regional
2- IESS “Dr. Teodoro Maldonado Carbo”.
RELACIÓN SEXO - ACTIVIDAD PRODUCTIVA
Análisis e interpretación: La actividad productiva y su asociación al sexo, a los
120 días de la corrección de la fractura dorso-lumbar, mostró los siguientes
rangos: nivel aceptable del 84% en el sexo masculino y 75% en el femenino, hubo
una actividad no satisfactoria en el 17% de las mujeres y el 11% de los varones,
el nivel de satisfacción en la actividad productiva alcanzó en 8% en la mujer y
5% en el varón.
50
CUADRO Y GRÁFICO: 16
RELACIÓN EDAD – CONTROL DEL DOLOR
(120 días posteriores al tratamiento correctivo de la fractura)
EDAD SATISFACTORI
O ACEPTABLE
NO
SATISFACTORIO TOTAL
<30 6 75% 2 25% 0 0% 8
30 -50 38 79% 10 21% 0 0% 48
> 50 22 50% 22 50% 0 0% 44
TOTAL 66 34 0 100
Fuente: Dr. Estuardo Escobar V. Departamento de Estadísticas del Hospital
Regional 2- IESS “Dr. Teodoro Maldonado Carbo”
RELACIÓN EDAD - CONTROL DEL DOLOR
Análisis e interpretación: Los resultados a los 120 días de la corrección de la
fractura dorso-lumbar, revelaron que el nivel de dolor fue satisfactorio en el 79%
del rango comprendido entre 30 – 50 años de edad, 75% en el rango < 30 años y
50% en > 50 años. Un nivel aceptable del control del dolor fue del 50% en > de
50 años, 25% en < 30 y 21% en el rango entre 30 – 50 años.
51
CUADRO Y GRÁFICO: 17
RELACIÓN EDAD – CONTROL DE LA MOTILIDAD
(120 días posteriores al tratamiento correctivo de la fractura)
EDAD SATISFACTORIO ACEPTABLE NO SATISFACTORIO TOTAL
<30 2 25% 6 75% 0 0% 8
30 -50 8 17% 40 83% 0 0% 48
> 50 0 0% 38 86% 6 14% 44
TOTAL 10 84 6 100
Fuente: Dr. Estuardo Escobar V. Departamento de Estadísticas del Hospital
Regional 2- IESS “Dr. Teodoro Maldonado Carbo”.
RELACIÓN EDAD - CONTROL DE LA MOTILIDAD
Análisis e interpretación: Los resultados revelaron que el nivel de
motilidad fue aceptable en el 86% en > 50 años de edad, 83% en el rango
comprendido entre 30 – 50 años y 75% en < 30 años. El nivel satisfactorio
obtuvo el 25% en los <30 años, 17% en el rango entre 30 – 50 años y 0% en
> 50 años. Solo los >50% mostraron no satisfacción con la motilidad
resultante en el 14%.
52
CUADRO Y GRÁFICO: 18
RELACIÓN EDAD – ACTIVIDAD PRODUCTIVA
(120 días posteriores al tratamiento correctivo de la fractura)
EDAD SATISFACTORIO ACEPTABLE NO SATISFACTORIO TOTAL
<30 2 25% 6 75% 0 0% 8
30 -50 6 12% 42 88% 0 0% 48
> 50 0 0% 36 82% 8 18% 44
TOTAL 8 84 8 100
Fuente: Dr. Estuardo Escobar V. Departamento de Estadísticas del Hospital
Regional 2- IESS “Dr. Teodoro Maldonado Carbo”.
RELACIÓN EDAD – ACTIVIDAD PRODUCTIVA
Análisis e interpretación: Los resultados revelaron que la actividad
productiva fue aceptable en el 83% en el rango comprendido entre 30 – 50
años, 82% en > 50 años y 75% en < 30 años. El nivel satisfactorio obtuvo 13%
en el rango entre 30 – 50 años. Un 25% de los casos del grupo < 30 años, 18%
en > 50 años y 4% del rango entre los 30 – 50 años fueron no satisfactorios.
53
CUADRO Y GRÁFICO: 19
RELACIÓN BIOTIPO MORFOLÓGICO – CONTROL DEL DOLOR
(120 días posteriores al tratamiento correctivo de la fractura)
BIOTIPO SATISFACTORIO ACEPTABLE NO SATISFACTORIO TOTAL
Leptosomático 28 56% 22 44% 0 0% 50
Atlético 30 79% 8 21% 0 0% 38
Pícnico 8 66% 4 34% 0 0% 12
TOTAL 66 34 0 100
Fuente: Dr. Estuardo Escobar V. Departamento de Estadísticas del Hospital
Regional 2- IESS “Dr. Teodoro Maldonado Carbo”.
RELACIÓN BIOTIPO MORFOLÓGICO – CONTROL DEL DOLOR
Análisis e interpretación: Posterior a los 120 días de la corrección de la fractura
dorso-lumbar, la relación biotipo morfológico y nivel satisfactorio en cuanto al
control del dolor fue de 79% en los pacientes de característica atlética, 66% en
pícnicos y 56% en leptosomático. El nivel aceptable fue de 44% en leptosomático,
34% en pícnicos y 21 en atléticos.
54
CUADRO Y GRÁFICO: 20
RELACIÓN BIOTIPO MORFOLÓGICO – CONTROL DE LA MOTILIDAD
(120 días posteriores al tratamiento correctivo de la fractura)
BIOTIPO SATISFACTORIO ACEPTABLE NO SATISFACTORIO TOTAL
Leptosomático 4 8% 38 76% 8 16% 50
Atlético 4 11% 34 89% 0 0% 38
Pícnico 0 0% 12 100% 0 0% 12
TOTAL 8 84 8 100
Fuente: Dr. Estuardo Escobar V. Departamento de Estadísticas del Hospital
Regional 2- IESS “Dr. Teodoro Maldonado Carbo”.
RELACIÓN BIOTIPO MORFOLÓGICO – CONTROL DE LA MOTILIDAD
Análisis e interpretación: Posterior a los 120 días de la corrección, la
relación biotipo y control de la motilidad fue: aceptable en el 100% de los
pacientes pícnicos, 89% en atléticos y 76% en leptosomáticos. El nivel
satisfactorio fue de 8% leptosomáticos y 11% en atléticos. El 16% de los
pacientes leptosomáticos obtuvo motilidad no satisfactoria.
55
CUADRO Y GRÁFICO: 21
RELACIÓN BIOTIPO MORFOLÓGICO – ACTIVIDAD PRODUCTIVA
(120 días posteriores al tratamiento correctivo de la fractura)
BIOTIPO SATISFACTORIO ACEPTABLE NO SATISFACTORIO TOTAL
Leptosomático 4 8% 38 76% 8 16% 50
Atlético 2 5% 32 84% 4 11% 38
Pícnico 0 0% 12 100% 0 0% 12
TOTAL 6 82 12 100
Fuente: Dr. Estuardo Escobar V. Departamento de Estadísticas del Hospital
Regional 2- IESS “Dr. Teodoro Maldonado Carbo”.
RELACIÓN BIOTIPO MORFOLÓGICO – ACTIVIDAD PRODUCTIVA
Análisis e interpretación: Posterior a los 120 días de la corrección de la
fractura dorso-lumbar, la relación biotipo morfológico y actividad
productiva: el nivel aceptable fue de 100% en los pacientes de característica
pícnica, 84% en atléticos y 76% en leptosomáticos. El nivel satisfactorio fue
de 8% en leptosomáticos y 5% en atléticos. El 16% de los pacientes
leptosomáticos y 11% de atléticos revelaron resultados no satisfactorios.
56
CUADRO Y GRÁFICO: 22
RELACIÓN CAUSA DE LA FRACTURA – CONTROL DEL DOLOR
(120 días posteriores al tratamiento correctivo de la fractura)
CAUSA SATISFACTORIO ACEPTABLE NO SATISFACTORIO TOTAL
Traumática 46 74% 16 26% 0 0% 62
Degenerativa 20 56% 16 44% 0 0% 36
Neoplásica 0 0% 2 100% 0 0% 2
TOTAL 66 34 0 100
Fuente: Dr. Estuardo Escobar V. Departamento de Estadísticas del Hospital
Regional 2- IESS “Dr. Teodoro Maldonado Carbo”.
RELACIÓN CAUSA DE LA FRACTURA – CONTROL DEL DOLOR
Análisis e interpretación: El origen de la fractura dorso-lumbar se
relacionó con un nivel satisfactorio del control del dolor posterior a los 120
días de la corrección de la fractura dorso-lumbar: en el 74% de los casos
cuya causa fue la traumática y 56% en la degenerativa. El control aceptable
fue de 100% en las de origen neoplásico, 44% en origen degenerativo y
26% de origen traumática.
57
CUADRO Y GRÁFICO: 23
RELACIÓN CAUSA DE LA FRACTURA – CONTROL DE LA MOTILIDAD
(120 días posteriores al tratamiento correctivo de la fractura)
CAUSA SATISFACTORIO ACEPTABLE NO SATISFACTORIO TOTAL
Traumática 8 13% 50 81% 4 6% 62
Degenerativa 0 0% 34 95% 2 5% 36
Neoplásica 0 0% 0 0% 2 100% 2
TOTAL 8 84 8 100
Fuente: Dr. Estuardo Escobar V. Departamento de Estadísticas del Hospital
Regional 2- IESS “Dr. Teodoro Maldonado Carbo”.
RELACIÓN CAUSA DE LA FRACTURA – CONTROL DE LA MOTILIDAD
Análisis e interpretación: Posterior a los 120 días de la corrección de la
fractura dorso-lumbar, la relación de la motilidad obtuvo: un nivel aceptable
en el 95% asociado a las fracturas de causa degenerativas y 81% con las
fracturas de origen traumáticas. El 13% de las fracturas de origen traumático
mostro un nivel satisfactorio de la motilidad. Sin embargo el 100% de la
causa neoplásicas no mostró satisfacción con la motilidad.
58
CUADRO Y GRÁFICO: 24
RELACIÓN CAUSA DE LA FRACTURA – ACTIVIDAD PRODUCTIVA
(120 días posteriores al tratamiento correctivo de la fractura)
CAUSA SATISFACTORIO ACEPTABLE NO SATISFACTORIO TOTAL
Traumática 6 10% 50 80% 6 10% 62
Degenerativa 0 0% 32 89% 4 11% 36
Neoplásica 0 0% 0 0% 2 100% 2
TOTAL 6 82 12 100
Fuente: Dr. Estuardo Escobar V. Departamento de Estadísticas del Hospital
Regional 2- IESS “Dr. Teodoro Maldonado Carbo”.
RELACIÓN CAUSA DE LA FRACTURA – ACTIVIDAD PRODUCTIVA
Análisis e interpretación: La causa de las fracturas dorso-lumbar se
relacionó con una actividad aceptable en el 89% de las causas
degenerativas y 80% de las traumáticas. El 10% de las causas traumáticas
obtuvo un nivel satisfactorio de la actividad productiva. El 100% de los
pacientes con fracturas de origen neoplásicos se mostraron no satisfechos
con su actividad productiva.
59
CUADRO Y GRÁFICO: 25
RELACIÓN ENFERMEDAD COEXISTENTE – CONTROL DEL DOLOR
(120 días posteriores al tratamiento correctivo de la fractura)
ENFERMEDAD SATISFACTORIO ACEPTABLE NO SATISFACTORIO TOTAL
DM - 2 14 64% 8 36% 0 0% 22
Cardio-Vascular 4 66% 2 34% 0 0% 6
Pulmonar 4 50% 4 50% 0 0% 8
TOTAL 22 14 0 36
Fuente: Dr. Estuardo Escobar V. Departamento de Estadísticas del Hospital Regional
2- IESS “Dr. Teodoro Maldonado Carbo”.
RELACIÓN ENFERMEDAD COEXISTENTE – CONTROL DEL DOLOR
Análisis e interpretación: Los pacientes con enfermedades coexistentes
mostraron la siguiente respuesta (posterior a los 120 días de la corrección
de la fractura dorso-lumbar) al dolor: Satisfactorio en el 66% con
enfermedades cardio-vasculares, 64% en pacientes con DM-2 y 50% con
patología pulmonares. Una repuesta aceptable al dolor se asoció en 50% de
casos con enfermedades pulmonares, 36% DM-2 y 34% cardio-vasculares.
60
CUADRO Y GRÁFICO: 26
RELACIÓN ENFERMEDAD COEXISTENTE – CONTROL DE LA MOTILIDAD
(120 días posteriores al tratamiento correctivo de la fractura)
ENFERMEDAD SATISFACTORIO ACEPTABLE NO SATISFACTORIO TOTAL
DM - 2 0 0% 20 91% 2 9% 22
Cardio-Vascular 0 0% 4 66% 2 34% 6
Pulmonar 2 25% 4 50% 2 25% 8
TOTAL 2 28 6 36
Fuente: Dr. Estuardo Escobar V. Departamento de Estadísticas del Hospital Regional
2- IESS “Dr. Teodoro Maldonado Carbo”.
RELACIÓN ENFERMEDAD COEXISTENTE – CONTROL DE LA MOTILIDAD
Análisis e interpretación: La motilidad en relación a la presencia de
enfermedades coexistentes fue aceptable en el 91% de casos con
Diabetes mellitus-2, 66% con patología cardiovascular y 50% con
enfermedades pulmonares. La motilidad fue satisfactoria en el 25% de
los pacientes con patologías pulmonares. En cambio, este parámetro no
fue satisfactorio en el 34% de pacientes con patología cardiovascular,
25% con enfermedades pulmonares y 9% con DM-2.
61
CUADRO Y GRÁFICO: 27
RELACIÓN ENFERMEDAD COEXISTENTE – ACTIVIDAD PRODUCTIVA
(120 días posteriores al tratamiento correctivo de la fractura)
ENFERMEDAD SATISFACTORIO ACEPTABLE NO SATISFACTORIO TOTAL
DM - 2 0 0% 18 82% 4 18% 22
Cardio-Vascular 0 0% 4 66% 2 34% 6
Pulmonar 0 0% 6 75% 2 25% 8
TOTAL 0 28 8 36
Fuente: Dr. Estuardo Escobar V. Departamento de Estadísticas del Hospital
Regional 2- IESS “Dr. Teodoro Maldonado Carbo”.
RELACIÓN ENFERMEDAD COEXISTENTE – ACTIVIDAD PRODUCTIVA
Análisis e interpretación: En este grupo la actividad productiva (posterior a los
120 días de la corrección de la fractura dorso-lumbar) fue aceptable en el 82%
relacionada con Diabetes mellitus, 75% con enfermedad pulmonar y 66% con
patología cardio-vascular. La actividad productiva no fue satisfactoria en el 34%
de pacientes con patología cardio-vascular, 25% con enfermedades pulmonares y
18% con Diabetos mellitus-2
62
DISCUSIÓN
La serie estuvo conformada por 100 pacientes con diagnostico de fractura de la
charnela dorso-lumbar. El 76% correspondieron al sexo masculino y en 24% al
femenino, con una relación 3:1. En cuanto a la edad se distribuyeron: 8% al grupo
< 30 años, 48% al rango de edad comprendido entre los 30 – 50 años, 44% al
grupo > 50 años. Sánchez (España)18 refiere que la mayoría de las fracturas dorso-
lumbares se producen en varones entre 15 y 29 años. Aproximadamente el 90% de todas
las fracturas vertebrales se producen en el segmento T12 L1 o charnela dorso-lumbar.
El origen traumático fue el mecanismo de lesión dorso-lumbar más
predominante con 62%, 36% corresponde a causas degenerativas (osteoporosis,
Tb, entre otras) y 2% a causas neoplásicas. Launay (U:S.A)11 refiere que los
accidente de tráfico son responsable en más de la mitad de los casos, seguido de
los accidentes laborales y deportivos,11 (origen traumático) .
La presencia de enfermedades coexistente en pacientes con fractura
dorsolumbar, es un factor importante al tomar una decisión terapéutica, por las
posibles complicaciones extra-óseas que estas generen. Los riesgos anestésicos y
la mala calidad del hueso en pacientes ancianos hacen menos atractivas las
opciones quirúrgicas como la fusión y la instrumentación. El soporte interno del
cuerpo vertebral mediante la vertebroplastia percutánea puede proporcionar un
adecuado retorno a su nivel funcional previo.
La incidencia de enfermedades coexistentes en la serie fue 36%. En primer
lugar la Diabetes mellitus-2 con 22%, enfermedades pulmonares (asma bronquial,
bronquitis crónica, entre otras) 8% y cardio-vasculares (hipertensión arterial,
arritmias, entre otras) 6%. Loreto (España). En su serie refiere que 8% de los
pacientes sufría trastornos metabólicos (diabéticos), 10% presentaban algún tipo
de enfermedad pulmonar obstructiva crónica; 5% hepatopatía de distinto origen y
distinto grado de gravedad, 5% adicción a drogas por vía oral o parenteral.
La corrección de la fractura de la charnela dorso-lumbar fue mediante el
empleo del método intervencionista en el 64% de los casos y el método
conservador en el 36%.
63
La estabilidad funcional posterior a la corrección (sea por el método
intervencionista o conservador) de la fractura de la charnela dorso-lumbar fue
mesurada a través del control del dolor, motilidad y actividad productiva
(actividad domestica, laboral, entre otras). De acuerdo a Sánchez (España)17 entre
un 15% y 20% de estas lesiones se producen déficit neurológico y, además, el
37% de los pacientes con una fractura dorso-lumbar presentan lesiones
concomitantes en otras regiones17.
Gold (U.S.A)8 manifiesta que la morbilidad que se asocia a las fracturas
vertebrales incluye disminución de la función física y el aislamiento social, que
tienen un impacto significativo en la calidad de vida del paciente.
Gruenberg (Argentina)9 evaluó retrospectivamente 26 pacientes con un
seguimiento promedio de 41 meses. Los resultados en la función de los 17
pacientes que no presentaron compromiso neurológico fueron excelentes en 14
(82%), bueno en 2 (1%) y regular en 1 (6%). De los 12 pacientes con compromiso
motor incompleto 8 mejoraron su función. Ninguno de los 26 pacientes sufrió
deterioro neurológico. Concluyen que la técnica permitió restablecer y mantener
parámetros anatómicos dentro de rangos adecuados favoreció la recuperación
funcional de los pacientes.
Evaluación del dolor
El control del dolor fue considerado satisfactorio en el 66% de los casos,
aceptable en el 34% y no satisfactorio 0%. En el 71% de los varones y de 50% en
el sexo femenino, este control fue satisfactorio. En cuando a la edad el nivel del
dolor fue satisfactorio en el 79% del rango comprendido entre 30 – 50 años de
edad, 75% en el rango < 30 años y 50% en > 50 años. En el biotipo morfológico
atlético el nivel satisfactorio fue de 79%, 66% en pícnicos y 56% en
leptosomáticos.
Alcívar (Ecuador)1 En la evaluación final de su serie indica que 74% de los
pacientes refirieron no tener dolor. 19% (n=8) presentaron dolor lumbar (leve en 6
64
y moderado en 1) y 10% en la cresta iliaca siendo leve en todos ellos. Solo 2%
enfermo refirió dolor en los miembros inferiores siendo de intensidad leve.
El origen o causa de la fractura dorso-lumbar se asocio con un nivel
satisfactorio en el 74% en los casos cuya causa fue la traumática y 56% en la
degenerativa. Los pacientes con enfermedades coexistentes mostraron una
repuesta al dolor; satisfactorio en el 66% con enfermedades cardio-vasculares,
64% en pacientes con Diabetes mellitus-2 y 50% con patología pulmonar.
Moras (Cuba)15 en su serie refiere que de un total de 395 pacientes,
frecuentaron la fracturas toracolumbares traumáticas con 271 enfermos para un
68.6 %, entre los 15 y 30 años, seguidas de 139 pacientes (35.18 %). Por otro lado
las fracturas patológicas se detectaron en 124 enfermos para un 31.39 % del total,
entre los 31 y 55 años, con 77 pacientes (19.49 %).
Evaluación de la motilidad
El control de la motilidad fue el segundo indicador de la estabilidad funcional
posterior a la corrección de la fractura de la charnela dorso-lumbar, mostrando el
siguiente patrón: Control de la motilidad de manera satisfactoria 84%, aceptable
control de la motilidad 8%, control de la motilidad no satisfactoria 8%.
No hubo diferencia alguna entre el sexo masculino y femenino. Sin embargo
este parámetro reveló una motilidad aceptable en el 84% de los caso. Este valor
fue estable en todos los rangos de edad. El biotipo morfológico pícnico manifestó
un nivel aceptable del 100%, seguido por el 89% en atléticos y 76% en
leptosomáticos. El origen degenerativo y traumático fueron las de mayor repuesta.
Sin embargo el 100% de la causa neoplásicas no mostró satisfacción con la
motilidad.
En presencia de enfermedades coexistentes la motilidad fue aceptable en el
91% de casos con Diabetes mellitus-2, 66% con patología cardio-vascular y 50%
con enfermedades pulmonares.
65
La actividad productiva (actividad laboral, domestica, entre otras) como
parámetro de estabilidad funcional posterior a la corrección de la fractura de la
charnela dorso-lumbar, mostró el siguiente registro: Actividad productiva
satisfactoria 82%, aceptable actividad productiva 6%, actividad productiva no
satisfactoria 12%.
Alcívar (Ecuador)1 En su estudio 31 de 42 (74%) pacientes sin compromiso
neurológico (Frankel) 30 (97%) volvieron a sus actividades previas y 3%
disminuyo el tipo de actividad. El resultado funcional en este grupo de pacientes
fue excelente en 87%, bueno en 10% y regular en 3%. De los 11 pacientes con
compromiso neurológico incompleto (Frankel B, C, D), 73% volvieron a sus
actividades previas, 18% disminuyeron el tipo de actividad y 9% no retorno a sus
actividades previas.
Esta fue de carácter aceptable tanto en el sexo masculino y en el femenino. De
igual manera la actividad productiva fue estadísticamente similar en todos los
grupos etarios. En el biotipo morfológico pícnico la actividad productiva se sitúo
en el 100%.
La causa degenerativa y traumática de las fracturas dorso-lumbar se relacionó
con una aceptable actividad productiva. El 100% de los pacientes con fracturas de
origen neoplásicos se mostraron no satisfechos con su actividad productiva.
En este grupo la actividad productiva fue aceptable en el 82% relacionada con
DM-2, 75% con enfermedad pulmonar y 66% con patología cardio-vascular.
66
CONCLUSIONES
1. El estudio fue conformado por 100 pacientes con diagnostico de fractura de
la charnela dorso-lumbar. El 76% correspondieron al sexo masculino y en
24% al femenino, con una relación 3:1. 48% el rango de edad comprendido
entre los 30 – 50 años, 44% el grupo > 50 años, pudiendo relacionarse a la
actividad laboral y osteoporosis propia de la edad. Debido a que el origen
traumático fue el mecanismo de lesión más predominante con 62% y el
36% corresponde a causas degenerativas.
2. La corrección de la fractura de la charnela dorso-lumbar fue mediante el
empleo del método intervencionista en el 64% de los casos y el método
conservador en el 36%.
3. La estabilidad funcional posterior a la corrección (sea por el método
intervencionista o conservador) de la fractura de la charnela dorso-lumbar
fue mesurada a través del control del dolor, motilidad y actividad productiva
(actividad domestica, laboral, entre otras).
4. En el 71% de los varones y de 50% en el sexo femenino, el control fue
satisfactorio. En cuando a la edad el nivel del dolor fue satisfactorio en el
79% del rango comprendido entre 30 – 50 años de edad, 75% en el rango
< 30 años y 50% en > 50 años.
5. El origen o causa de la fractura dorso-lumbar se asocio con un nivel
satisfactorio en el 74% en los casos cuya causa fue la traumática y 56% en
la degenerativa. Los pacientes con enfermedades coexistentes mostraron una
repuesta al dolor; satisfactorio en el 66% con enfermedades cardio-
vasculares, 64% en pacientes con DM-2 y 50% con patología pulmonar.
6. La motilidad fue el segundo indicador de la estabilidad funcional posterior a
la corrección de la fractura de la charnela dorso-lumbar. No hubo diferencia
alguna entre el sexo masculino y femenino. Sin embargo este parámetro
67
reveló una motilidad aceptable en el 84% de los caso. Este valor fue estable
en todos los rangos de edad. El origen degenerativo y traumático fueron las
de mayor repuesta. Sin embargo el 100% de las causas neoplásicas no
mostraron satisfacción con la motilidad.
7. En presencia de enfermedades coexistentes la motilidad fue aceptable en el
91% de casos con Diabetes Mellitus-2, 66% con patología cardio-vascular
y 50% con enfermedades pulmonares.
8. La actividad productiva (actividad laboral, domestica, entre otras) como
parámetro de estabilidad funcional posterior a la corrección de la fractura de
la charnela dorso-lumbar fue de carácter aceptable tanto en el sexo
masculino y en el femenino. De igual manera la actividad productiva fue
estadísticamente similar en todos los grupos etarios.
9. La causa degenerativa y traumática de las fracturas dorso-lumbar se
relacionó con una aceptable actividad productiva. El 100% de los pacientes
con fracturas de origen neoplásicos se mostraron no satisfechos con su
actividad productiva.
10. En este grupo la actividad productiva fue aceptable en el 82% relacionada
con Diabetes Mellitus-2, 75% con enfermedad pulmonar y 66% con
patología cardio-vascular.
11. Mediante el método intervencionista el parámetro de dolor, muestra la
siguiente distribución: Control satisfactorio 42%, control aceptable del dolor
22%, control no satisfactorio del dolor 0%. La estabilidad funcional en
relación al control de la motilidad fue satisfactoria 6%, aceptable 54% y fue
no satisfactorio en el 4% de los casos. Para la actividad productiva (laboral,
domestica, otras) valorada de acuerdo a la estabilidad funcional que el
paciente presentaba a los 120 días de la corrección intervencionista de la
fractura dorso-lumbar muestra el siguiente registro: Control satisfactorio
6%, control aceptable 55%, control no satisfactorio 3%.
68
12. Mientras que para el método conservador el dolor, uno de los parámetros
de evolución de la estabilidad funcional, mostró un control satisfactorio
24% y control aceptable en un 12%.La relación entre la estabilidad
funcional y el control de la motilidad para el método conservador fue
satisfactorio 2%, aceptable en el 30% y no satisfactorio en un 4%. La
actividad productiva obtenida mediante este mismo método fue satisfactoria
en un 2%, aceptable en un 29% y se obtuvo un control no satisfactorio 5%.
RECOMENDACIONES
Obtenidas las conclusiones finales de la corrección de la fractura de la charnela
dorso-lumbar se recomienda los siguientes:
1. Sugerir el empleo de la corrección instrumentalista en ambos sexos, en
todo, grupo etario, en cualesquier biotipo morfológico, y aún si existe
enfermedad coexistentes.
2. Indicar que el método intervencionista debe ser aplicado en fracturas de
origen traumáticas y degenerativas.
3. Proponer que la corrección con método convencional solo debe ser
empleada en los caso de fractura dorso-lumbar de origen neoplásico.
4. Socializar resultados obtenidos con el equipo de salud institucional.
69
5. BIBLIOGRAFÍA
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pediculares.http://hospitalalcivar.com/uploads/pdf/2010fracturas%20en%2
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intradiscal vacuum. Joint Bone Spine. 2006;73:428-32
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72
6. ANEXOS
6.1 ANEXO 1:
UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL
FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS-ESCUELA DE GRADUADOS
POSTGRADO DE TRAUMATOLOGÍA Y ORTOPEDIA
RESULTADOS COMPARATIVOS DE LA ESTABILIDAD FUNCIONAL EN LA
CORRECCIÓN DE LAS FRACTURAS DE LA CHARNELA DORSO-LUMBAR CON
TRATAMIENTO CONSERVADOR E INTERVENCIONISMO. HOSPITAL REGIONAL II DEL
IESS “DR. TEODORO MALDONADO CARBO”. 2008 - 2010.
INSTRUMENTO DE RECOLECCIÓN. (EVALUACIÓN REALIZADA 120 POSTERIOR A LA ESTABILIZACIÓN DE LA
FRACTURA)
ESTABILIDAD FUNCIONAL
Control del dolor: Satisfactorio Poco satisfactorio No satisfactorio
Motilidad: Satisfactorio Poco satisfactorio No satisfactorio
Actividad productiva Satisfactorio Poco satisfactorio No satisfactorio
TRATAMIENTO
Conservador Si No
Intervencionismo Si No
FACTORES AGRAVANTES
Edad: < 30 años 30 – 50 años > 50 años
Sexo: Masculino Femenino
Biotipo morfológico: Leptosomático Atlético Pícnico
Causa: Traumática Degenerativa Neoplásica
Enfermedades Coexistente: Diabetes M-2 Cardiovascular Pulmonar
Elaborado: E.E.V.
73
6.2 ANEXO 2:
RESULTADOS COMPARATIVOS DE LA ESTABILIDAD FUNCIONAL EN LA
CORRECCIÓN DE LAS FRACTURAS DE LA CHARNELA DORSO-LUMBAR CON
TRATAMIENTO CONSERVADOR E INTERVENCIONISMO. HOSPITAL REGIONAL II
DEL IESS “DR. TEODORO MALDONADO CARBO”. 2008 - 2010.
Base de datos
N° PACIENTES H.C N° PACIENTES H.C
1 ERM 542436 51 MML 264097
2 ATI 245454 52 UOD 582336
3 BER 180918 53 ZHM 00607
4 FQR 544476 54 MJ 533977
5 LRC 175910 55 PP 441784
6 QCM 234034 56 VPR 581447
7 CVI 543910 57 VVM 101511
8 CCC 541765 58 LSM 564489
9 ZCG 534708 59 VRR 170442
10 ACZ 241070 60 PPH 017470
11 NPM 496187 61 SP 530310
12 MOL 245486 62 PBI 441241
13 SSR 479318 63 VAD 575064
14 QCJ 547603 64 SPJ 167557
15 CSM 172237 65 MSD 422745
16 CRR 536210 66 RM 559410
17 GCA 274343 67 LPM 558205
18 CSS 568481 68 LSU 263631
19 VUB 556987 69 PME 526120
20 CJO 409479 70 EG 271478
21 MGM 559149 71 QCE 436702
22 QTI 566972 72 MLB 562294
23 HJ 571977 73 CPL 403405
24 PM 488399 74 CLM 011870
25 AGR 225969 75 HSM 123145
26 AMB 196704 76 QLC 563319
27 BRC 045081 77 CCC 564703
28 PCR 560649 78 TRB 511995
29 RGR 146732 79 VQA 565450
74
Base de datos - continuación
30 CHSM 575583 80 RBB 565353
31 PMA 478381 81 AMA 199683
32 PBJ 281396 82 AAE 487039
33 PZL 523039 83 MEA 565783
34 PMC 550754 84 GLA 145009
35 PCA 571210 85 MMJ 173735
36 PAJ 508631 86 SM 593840
37 POA 509146 87 SPM 589571
38 RGJ 570760 88 IAJ 602473
39 RLA 574853 89 CCG 591540
40 RVM 563153 90 DMN 594565
41 ULA 241676 91 GMV 552544
42 SRF 575846 92 SVM 581927
43 SJ 430008 93 VTH 408347
44 SVL 30231 94 YCF 518811
45 SKV 496562 95 YGR 544267
46 SSF 559644 96 ZEF 541632
47 SDC 525509 97 ZMH 512073
48 TA 518340 98 RTC 220439
49 TSN 564574 99 PAZ 507817
50 UMF 538828 100 PCJ 503204
Elaborado: E.E.V.
75
6.3 ANEXO 3:
ESCALA FRANKEL
A Lesión motora y sensitiva completa
B Lesión motora completa con alguna percepción de sensibilidad
C Parálisis incompleta motora y sensitiva, con motricidad presente
pero no tiene valor funcional, el paciente no es capaz de deambular
D Función motora parcial, el paciente es capaz de deambula
E Función motora y sensitiva normal
Tomado de:
http://sisbib.unmsm.edu.pe/bibvirtual/libros/medicina/neurocirugia/volumen1/trau
m_vertb_2.htm