Upload
dangthien
View
215
Download
0
Embed Size (px)
Citation preview
UNIVERSIDAD INCA GARCILASO DE LA VEGA
FACULTAD DE ESTOMATOLOGÍA
DISTRIBUCIÓN DE SIGNOS Y SÍNTOMAS DE LOS TRASTORNOS TEMPOROMANDIBULARES (TTM) EN LOS PACIENTES ATENDIDOS
EN EL SERVICIO DE ODONTOLOGÍA DEL HOSPITAL ALBERTO SABOGAL SOLOGÜREN.
TESIS PARA OPTAR EL TÍTULO DE CIRUJANO DENTISTA
CORNEJO MENA, José Mauricio
LIMA – PERÚ
2008
2
Dedicatoria
A Dios, mi principal guía
A mi madre Liliana aunque estás en el cielo, gracias eres esa luz que ilumina mi
camino, a mi padre José Luis por enseñarme el amor al estudio, gracias por tu
confianza y tu apoyo en mis años de estudio.
A mis hermanos Juan, Alan y Angeline, por ser y estar, por compartir los momentos
significativos de mucha alegría.
A Sheila, por enseñarme y aprender juntos, por tu amor y tú presencia, gracias por tu
apoyo como sólo tú puedes hacerlo.
3
Agradecimientos:
Al Dr. Hernán Horna Palomino por su asesoría y apoyo en la elaboración de la
presente investigación.
Al Dr. José Luis Cornejo Salazar por brindarme mucho más que sólo las
recomendaciones para empezar la presente investigación.
4
Agradecimientos:
Al Dr. Manuel Arredondo Cuba, jefe del servicio de Odontología del Hospital Alberto
Sabogal Sologüren por brindarme las facilidades para la recolección de datos de
dicha institución.
Al Dr. Moner Pallaroso Caballero por brindarme asesoría en el área médica.
A la Licenciada Karina Romero Meza por brindarme asesoría en el área psicológica y
material bibliográfico para el estudio de esta investigación.
5
ÍNDICE
I. INTRODUCCIÓN 01
II. MARCO TEÓRICO 02
2.1 ANTECEDENTES 02
2.2 BASES TEÓRICAS 08
2.2.1 Trastornos Temporomandibulares 08
2.2.2 Otros Factores en los Trastornos Temporomandibulares 18
2.3 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA 27
2.4 JUSTIFICACIÓN 28
2.5 OBJETIVOS 29
2.6 HIPÓTESIS 30
III. MATERIALES Y MÉTODOS 31
3.1 TIPO DE ESTUDIO 31
3.2 POBLACIÓN Y MUESTRA 31
3.3 VARIABLES 33
3.4 MATERIALES 34
3.5 MÉTODOS 35
3.4.1 Procedimientos y Técnicas 35
3.4.2 Recolección de datos 36
IV. RESULTADOS 41
V. DISCUSIÓN 74
VI. CONCLUSIONES 77
7
CAPÍTULO I
INTRODUCCIÓN La profesión odontoestomatológica se ha interesado en el estudio de los Trastornos
Temporomandibulares (TTM) debido a dos causas fundamentales: la primera es que
contribuyen a una problemática importante en la población en general, originando
una creciente demanda de atención odontológica no sólo en el sector privado, sino
también en los servicios públicos de atención; y en segundo lugar, se relacionan con
estructuras anatómicas tratados por el odontoestomatólogo. (36)
Los signos clínicos de desviación de la mandíbula, ruidos intra-articulares, limitación
de la apertura bucal, son los más prevalentes, como los síntomas más predominantes
el dolor de los músculos masticadores, dolor de cabeza y el dolor peri-auricular, que
muchas veces confunde el diagnóstico. Esto nos quiere decir que el número de
partes anatómicas comprometidas es una incógnita para el sólo estudio clínico, en
adición a las múltiples causas locales y sistémicas que pueden afectarla.
El presente trabajo se realizó en un centro hospitalario de EsSalud (Red Callao), en
el servicio de odontología donde se determinó la distribución de signos y síntomas de
los trastornos temporomandibulares en los pacientes asegurados de esta región, la
cual debe ser comprendida y entendida por el odontoestomatólogo para su mejor
aproximación diagnostica.
Se utilizó la historia clínica de la Universidad de Murcia, con algunas modificaciones
ajustadas para nuestro medio, y con estos resultados contribuir a la construcción del
mapa epidemiológico de esta afección que ayude a la mejor toma de decisiones de
cómo estudiarla.
8
CAPITULO II MARCO TEORICO
2.1 ANTECEDENTES.
COSTEN J. (1934); Otorrinolaringólogo en los años 1934 realizó un estudio en
11 casos y sugirió que el estado dentario era responsable de diversos síntomas del
oído y de la ATM. (22)
HANSSON (1974); Realizó un estudio epidemiológico fundamental sobre
Trastornos Temporomandibulares, en el que se incluyó un total de 1,069 pacientes
de ellos 20% estaba afectado de cefaleas; la sensibilidad se situaba en el músculo
masetero en el 2%, en el músculo temporal en el 19% y en el pterigoideo lateral, en el
29%, en el 65% se detectaban ruidos en la articulación de forma objetiva y en el 33%
de forma subjetiva. (34)
HELKIMO (1974); Establece un porcentaje de 57% de disfunción por
anamnesis (IDA) Y 88% de disfunción por examen clínico, dicho estudio se efectuó
en dos poblaciones de 15 a 65 años de edad, en una comunidad al sur de Suecia.
(26, 27)
SOLBERG (1979), GROSFELD (1985), SCHIFFMAN (1989) E INGERVALL
(1990); Estudiaron la prevalencia de signos y síntomas de la disfunción de la ATM y
concluyeron lo siguiente: el signo mas común incluye el ruido articular, dolor muscular
y articular, limitación y desviación mandibular en el rango de movimiento. Los
síntomas frecuentes incluye dolor facial, dolor de cabeza, ruidos articulares y
dificultades para la función mandibular. (31, 41, 58, 74)
MOHLIN, INGERVALL, THILANDER (1980); Realizaron un estudio en 389
varones de origen sueco de 21 a 54 años de edad encontraron el 15% de por lo
9
menos de un síntoma y el 60% de por lo menos un signo de trastorno
temporomandibular. (76)
ARIANO D. (1984); Realizó un estudio en 75 individuos de una población
militar de Lima – Perú, cuyas edades comprendieron entre los 17 a 24 años, una
frecuencia de 77.3% de altercaciones funcionales craneomandibulares. (48)
VALDIVIA L. (1986); Utilizando el índice de HELKIMO reporto una prevalencia
de 89.4% en sujetos desdentados parciales con edades entre 20 a 40 años. Halló
diferencias significativas mayores para el sexo femenino. (47)
PASCO PONT (1988); Aplicó el índice de Helkimo y halló la frecuencia de la
disfunción del sistema masticatorio en la comunidad rural de Hualis en el
departamento de Junín, donde se encontró la frecuencia de 94.11% en la muestra de
68 individuos mayores de 8 años el grupo más joven fue el que presentó más casos
de disfunción anamnésica severa con 17.65% seguido de grupo de mayor edad (48
años a más) con 11.76%; el sexo masculino tuvo menor disfunción anamnésica
severa que el femenino. (46)
NUGENT J. (1988); Aplicó el índice de Helkimo y determina una prevalencia
de 87.17% en una muestra de 19 individuos de una comunidad nativa del Distrito de
San Luis de Shuaro, Provincia de Chanchamayo, Departamento de Junín. (37)
NUNES y col. (1989); Realizaron un estudio epidemiológico aplicando el índice
de Helkimo en 200 estudiantes entre las edades de 14 a 20 años, 28% no relataron
sintomatología, 34% relataron síntomas leve de disfunción, 38% relataron
sintomatología grave de defunción. Se registro una sintomatología de defunción. (34)
GAJE (1989) Y DIAZ FERNANDEZ y col. (1990); Plantean que estos síntomas
(dolor muscular y en la ATM, chasquido (click) y posición de primer contacto a
posición de máxima intercuspidación) dominan el patrón de la enfermedad, los cuales
10
conllevan a la impotencia funcional, con algunas diferencias de frecuencia en la
aparición de los mismos. (41, 38)
FRICTON J. (1990); Helkimo fue el primero en utilizar un método moderno de
epidemiología para estudiar los síntomas y signos de TTM y establecer índices para
categorizar la severidad en TTM. (8)
GERKE, RICHARDS Y GOSS (1992); Estudiaron en conjunto a pacientes con
desórdenes temporomandibulares, pacientes con dolor atípico. (53)
MOLINA F. (1994); Determinó una prevalencia de 88% de Disfunción
Craneomandibular, aplicando el índice de Helkimo en 148 cadetes de la escuela de
oficiales de la PNP cuyo rango etáreo estuvo comprendido entre 17 a 20 años. (27)
PAREDES G. (1998); Estudió en 288 personas de ambos sexos entre 15 a 65
años en asentamientos del callao se halló una prevalencia de 85.6% de disfunción,
los síntomas más frecuentes fueron: el dolor de cabeza 66.7%, y sonidos de la ATM
(39.9%) los signos más prevalentes fueron desviación mandibular en apertura y cierre
(64%) y limitación del movimiento mandibular (55.26%), dolor muscular a la palpación
33.7%, el músculo más afectado fue el masetero 31.58%. el grupo etáreo mas
afectado fue el de 31 a 40 años, no se hallaron diferencias significativas de disfunción
entre el sexo femenino y masculino. La prevalencia de ansiedad, manifiesta según el
índice de Zung fue de 41.23%. (12)
CORNEJO J.L. (1998); Se determinó en una muestra de 80 individuos de
ambos sexos, en un hospital de Lima, la sensibilidad y especificidad del índice de
Exploración muscular de Krogh Poulsen, encontrando una sensibilidad del 78%, así
mismo replanteó la necesidad de no utilizar índices como el de Helkimo ya que
considera al ruido articular como signo individual, lo que incrementa la prevalencia de
trastornos temporomandibulares. (29)
11
BARNET R., y col. (1998); Se estudiaron 204 pacientes de la consulta de
Otorrinolaringología del Hospital Docente Clínico quirúrgico "Calixto García"
comprendidos entre los 15 y los 64 años de edad, 109 del sexo femenino y 95 del
sexo masculino. Se encontró que de la totalidad de los pacientes estudiados, 81
(39,7%) presentaron el síndrome dolor disfunción, con mayor frecuencia en el sexo
femenino. Se halló asociación entre las sintomatologías auditivas y el síndrome dolor
disfunción, además se observó que el cansancio muscular y el dolor a la palpación
del músculo pterigoideo medial son muy frecuentes en los pacientes con
sintomatologías auditivas. (31)
CASTILLO H. (1999); Hizo varios estudios epidemiológicos sobre la disfunción
temporomandibular (DTM) ha sido realizados en las 2 ultimas décadas y un esfuerzo
notable se ha hecho por esclarecer su causa. De forma general, se acepta la idea de
que el origen de los disturbios funcionales del sistema estomatognático es
multifuncional, pero a pesar de que tanto en niños como en adultos la prevalencia de
ATM ha sido alta, no se ha evidenciado un factor causal predominante. Uno de los
factores discutidos son las maloclusiones funcionales son consideradas por Dawson
y Ramfjord mientras que otros autores como Rugh y Beaton le conceden más
importancia a los factores psicológicos. (67)
LARRUCEA C., CASTRO R., VERA A., (2002); En Chile se realizó un estudio
con una muestra de 70 personas funcionarios del Hospital y Universidad de Talca.
Para evaluar síntomas de TTM, se aplicó una encuesta y para determinar signos de
TTM se hizo un acabado examen clínico; ambos basado en las pautas de la
American Academy of Orofacial Pain. Existe una prevalencia de 92.8% superior al a
obtenida en otros estudios. El síntoma más prevalerte fue “dolor en el cuello” y el
signo clínico más prevalente fue la de alteración dinámica mandibular. (36)
BERMEJO A.; SÁEZ M.R.; CASCALES J. (2002); España, en la región de
Murcia, se realizó un estudio a una población de 281 sujetos, con el objetivo de
determinar la prevalencia de síntomas y signos de DTM. Encontraron que aparece al
12
menos un síntoma de DTM en el 27% y al menos un signo en el 38%, de la población
estudiada. (1)
CORSINI G. y col. (2005); En Chile, se realizó un estudio de corte transversal,
con muestra no probabilística por conveniencia y consentimiento informado, de 116
alumnos del Colegio Bautista de Temuco, quienes respondieron un test sobre
síntomas subjetivos de TTM, y fueron examinados clínicamente, evaluando:
alteraciones, limitaciones o desviación de los movimientos mandibulares, dolor a la
palpación muscular y articular, ruidos y bruxismo. El test autorreporte arrojo que: el
77.6% mostró uno o más síntomas; el 37.9% presento ruido articular; 23.3% sintió la
mandíbula rígida y un 35.3% refirió dolor de cabeza, nuca y sien. Clínicamente, el
85.3%% presento uno o mas signos de TTM. Un 50% presento ruido articular, el
8.6% alteración apertura bucal, 18.1% disminución del movimiento en lateralidad,
8.6% sensibilidad a la palpación articular y el 4.3% y 6% a la palpación de los
músculos temporal y masetero, respectivamente y el 46.6% alguna manifestación de
bruxismo. (61)
OLIVEIRA AS, y col (2006); En Brasil, en el 2006 se realizó un estudio para
evaluar la prevalencia y la severidad de la disfunción temporomandibular (DTM) en
universitarios brasileños. Participaron del estudio 2.396 estudiantes. Respondieron al
cuestionario un 73% de mujeres y un 27% de hombres. El cuestionario amnanésico
utilizado fue el de Fonseca para clasificar por el nivel de severidad de la DTM. Los
resultados indican que la prevalencia de DTM en universitarios brasileños es
semejante a la de otros trabajos presentes en la literatura. (23)
ÖZAN F, y col. (2007); El objetivo del estudio fue evaluar la prevalencia de
signos y síntomas de desórdenes temporomandibular (TTM) en una población de 792
adultos turcos entre los 15 a 72 años de edad. (39)
13
JIMÉNEZ Z., y col (2007); En Cuba, en el 2007 se realizó un estudio a 1201 de
personas de Ciudad de La Habana con el objetivo de determinar la prevalencia de los
trastornos temporomandibulares y el índice de severidad sintomatológica de estos,
según los criterios de los indices anamnésicos y clínicos de disfunción de Helkimo.
Presentaron disfunción el 31,89% de los examinados según índice anamnésico y el
47,33% según índice clínico, lo que evidenció que el porcentaje de encuestados con
signos clínicos de disfunción fue mayor que los que refirieron algún síntoma, con
predominio del sexo femenino y proporcional con la edad. (35)
2.2 BASES TEORICAS 2.2.1 TRASTORNO TEMPOROMANDIBULARES
2.2.1.1 Concepto Las alteraciones patológicas de la ATM adquirieron importancia a principio de
los años 1930 cuando Goodfriend publica su trabajo original en 1933 (68) seguido
poco después por el trabajo ampliamente difundido de Costen en 1934, quien nota
que las quejas de sus pacientes no se limitaban a los síntomas típicos de artritis. (68,
32) Una consecuencia de este trabajo fue la aparición del término Síndrome de
Costen, el cual sostenía que el desplazamiento distal del cóndilo producía tensión
después de perder premolares y molares por la comprensión del nervio auricular
temporal o presión directa sobre las estructuras del conducto de Eustaquio en el oído
y que luego Zimmerman en 1951 desmintió esta hipótesis. (22)
Este tema ha sido muy controversial a través del tiempo, aún existe gran diversidad
de criterios en relación con su denominación y etiología, así como para su
diagnóstico y tratamiento. (52)
14
En 1955 Schwartz utiliza el término de síndrome dolor disfunción de la ATM. (59) Más
tarde apareció el término alteraciones funcionales de la ATM, acuñado por Ramfjord y
Ash. Algunos términos describían los factores etiológicos sugeridos, como es el caso
de trastorno oclusomandibular y mioartropía de la ATM. Otros resaltaban el dolor,
como el síndrome de dolor disfunción y el síndrome de dolor disfunción
temporomandibular. (7)
Dado que los síntomas no siempre están limitados a la ATM, algunos autores creen
que estos términos son demasiado restrictivos, y que debe utilizarse una
denominación más amplia, como la de trastorno craneomandibular. Bell sugirió el
término trastorno temporomandibular, que ha ido ganando popularidad y actualmente
es el aceptado por la Organización Mundial de la Salud y se tipifica en el Código
CIE10 como K07.6. Esta denominación no sugiere simplemente problemas limitados
a la ATM, sino que incluye todos los trastornos asociados con la función del sistema
masticatorio. (7)
Según Mohl y colaboradores (71), los TTM son un término colectivo que abarca varios
problemas clínicos que involucran la musculatura masticatoria y la articulación
temporomandibular.
Trastornos temporomandibulares es un término usado para reunir un conjunto de
enfermedades que acomete los músculos masticatorios, ATM y estructuras
adyacentes (79) así como también problemas clínicos caracterizados por el dolor de
la musculatura masticatoria, musculatura relacionada con la cabeza y el cuello; dolor
de la articulación temporomandibular, tejidos blandos y duros asociados; limitación de
la función mandibular con o sin presencia de sonidos articulares. Es altamente
debilitante y altera la perfecta realización de algunas funciones esenciales como
masticar alimentos o hablar adecuadamente. (79)
La American Academy of Orofacial Pain (AAOP) define a los TTM como “un término
genérico en el que engloba una serie de problemas clínicos que afectan a la
15
musculatura masticatoria, la articulación temporomandibular (ATM) y las estructuras
asociadas o ambas”. (9)
2.2.1.2 Epidemiología La prevalencia de los signos y síntomas asociados con el TTM puede
valorarse mejor si se analizan los estudios epidemiológicos. El Dorlands Medical
Dictionary describe la epidemiología como el estudio de las relaciones de diversos
factores que determinan la frecuencia y la distribución de las enfermedades en una
comunidad humana. (7)
Se plantea que los trastornos de la ATM son las causas más comunes de dolor facial
después del dolor dental y que puede afectar hasta el 15% de la población general.
(42, 77)
Estudios epidemiológicos y clínicos realizados en Estados Unidos y en los países
escandinavos por Agerberg y Carlsson (49), Agerberg y Osterberg (50), y otros, en
etapas más recientes, demostraron que más del 50% de la población adulta
examinada padecía el mismo signo de disfunción ATM.
Los estudios actuales revelan que en promedio 45% de sujetos estudiados
presentaban al menos un síntoma y un 58% presentaban al menos un signo clínico.
Sin embargo al analizar los pacientes con síntomas severos que requerían
tratamiento, esta prevalencia disminuye al 5-12%. (76, 11)
Estudios en poblaciones específicas muestran que; aproximadamente, el 70% al 75%
de la población adulta tiene a lo menos, un signo TTM (55, 45) y de estos, uno de
cada 4 sujetos, con un signo de disfunción estará consciente o lo informará. Según
Salonen (1990) la prevalencia de síntomas fluctúa de un 16% a un 50% y los signos
de un 33% a un 86%.
16
Según Alonzo (10), las estadísticas internacionales arrojan que solo el 17% de la
población está libre de problemas a nivel articular, el 43% presenta manifestaciones
leves de TTM y el 40% restante se considera con alteraciones entre moderadas y
graves.
El que esta disfunción sea tan frecuente no quiere decir que en todos los casos
necesiten tratamiento, pues sólo del 5 al 6% lo necesitan. Los demás afectados
padecerán casos leves, e incluso transitorios. (62, 20)
2.2.1.3 Etiología La etiología de los signos y síntomas de los TTM, aún se permanecen sin
aclarar, ha generado controversias, conflictos y múltiples hipótesis que pretenden
explicar su aparición (28; 66, 43). Se acepta que es multifactorial, con un fuerte
componente psicosocial. (51, 54)
La etiopatogenia de los desórdenes craneomandibulares (TTM), incluye
anormalidades estructurales y estrés que induce la hiperactividad muscular y trauma
por sobrecarga. (18)
La etiología de las Trastornos Temporomandibulares es considerada multifactorial
(Egermak 1987 y Vanderas 1988). Estado emocional, maloclusión, trauma y
parafunción oral son los factores etiológicos conocidos. Muchos autores coinciden
que la hiperactividad tiene un origen central (estrés o disturbio emocional) o un origen
local como las interferencias oclusales. (19)
La etiopatogenia de los TTM en el momento actual, definitivamente es considerada
multifactorial, prueba de esto son las múltiples teorías emitidas que tratan de justificar
todos los aspectos involucrados en el cuadro clínico, sin lograr resultados
17
satisfactorios. Teorías etiopatogénicas se reúnen en cuatro grupos, Teorías
Mecánicas, T. Miogénicas, T. Psicológicas y T. Multifactorial. (11)
Los problemas que dan origen a los TTM comienzan con la ruptura del equilibrio
armónico de esta articulación, (articulaciones, dientes, sistema neuromuscular, o los
ligamentos) influirán directamente sobre los otros y ante esta situación se pondrá en
marcha toda la serie de mecanismos protectores que el sistema posee para lograr la
adaptación al cambio que se ha impuesto. Cuando los mecanismos de adaptación no
logran contrarrestar estos factores patogénicos que están afectando la articulación se
produce lo que se conoce como un cuadro de disfunción. Si bien en la práctica los
orígenes de este cuadro pueden ser muy variados, se puede decir que hay dos
factores fundamentales que raras veces están ausentes en este tipo de enfermedad,
estos factores son: la mala oclusión sumada a la tensión psíquica exagerada. (10)
2.2.1.4 Signos y síntomas Aunque los signos y síntomas de trastornos del sistema masticatorio son
frecuentes, puede resultar muy complejo comprender su etiología ya que no existe
una que explique todos estos signos y síntomas. (7)
Clásicamente se caracterizó al síndrome de disfunción craneomandibular (TTM) por
una tríada sintomatológica caracterizada por: dolor (en el área preauricular, ATM, o
muscular), disfunción y ruidos articulares, pudiendo además encontrarse alteraciones
como son: dolor desencadenado a la palpación o durante la función, y relaciones
oclusales estáticas y dinámicas alteradas (10).
Los síntomas que se presentan más frecuentes incluyen dolor y trastornos
funcionales en la cabeza, cuello, cara y áreas mandibulares. Metha (13) define la
“triada de la Disfunción Temporomandibular”, constituida por:
a) Dolor miofacial y disfunción de los músculos esqueletales:
18
El dolor miofacial o también llamado síndrome miofacial doloroso, cefalea por
contracción muscular o cefalea tensional, guarda una relación con la fibromialgia. Se
caracteriza por un dolor continuo, generalmente profundo, que afecta uno o más
músculos, con dolor localizado en bandas musculares firmes. Existen puntos gatillo al
palpar áreas específicas.
b) Desórdenes de la articulación temporomandibular:
Los desórdenes de la articulación temporomandibular pueden expresarse con dolor,
provocado por el desplazamiento anormal del disco articular con o sin reducción,
dislocación, sinovitis, capsulitis u osteoartritis, por lo que los pacientes
frecuentemente manifiestan síntomas idénticos a los de una verdadera patología
otológica. (15)
c) Disfunción cervical:
La disfunción de la columna cervical es el factor extrínseco más común de un
trastorno temporomandibular, pues es una estructura íntimamente relacionada con el
cráneo y el sistema masticatorio, que al alterarse por alguna anomalía postural,
puede provocar dolor referido a la región temporomandibular a través de sus
articulaciones, inserciones musculares e inervación neural y muscular. (13, 17)
Dolor de la musculatura masticatoria asociada a cefalea, dolor facial, otalgia,
odontalgia, dolor cervical, de hombro, espalda y pecho; dolor en la articulación
temporomandibular y dolor periodontal. (12, 16)
2.2.1.5 Clasificación La falta de uniformidad existente, en cuanto a la terminología diagnóstica se
refiere, en uno de los factores que añade más confusión al controvertido conjunto de
la patología de la Articulación Temporomandibular. (3) Resultaba imposible
establecer pautas de prevención, criterios diagnósticos y de tratamiento si no
sabemos lo que queremos prevenir, diagnosticar o tratar. (3)
19
El término Desórdenes Craneomandibulares (TTM) engloba un número de problemas
clínicos en los que se ven involucrados la musculatura masticatoria, la Articulación
Temporomandibular o ambos. En los criterios de selección habrá que especificar el
desorden o la patología específica. Los Desórdenes Craneomandibulares (TTM)
están considerados como la mayor causa de dolor en la región orofacial de causa no
dental. Los síntomas más frecuentes son el dolor en la musculatura de la masticación,
dolor en el área preauricular y/o en la ATM. (3)
Dworkin presentó un proyecto para tratar de establecer criterios diagnósticos en
investigación titulado "Criterios Diagnósticos en Investigación / Trastornos
Temporomandibulares" (CDI/TTM) los cuales fueron ofrecidos para permitir la
estandarización y replicación de los estudios en este campo, de tal manera, que se
obtenga una información suficientemente confiable y válida. Se propone un sistema
de dos ejes, en un eje se coloca el diagnóstico físico y en el segundo eje se evalúa el
aspecto psicológico. (58)
Mc Neill (55) presenta la clasificación y criterios diagnósticos para cefaleas,
neuralgias craneales y dolor facial realizada por la Sociedad Internacional de
Cefaleas en colaboración con la Academia Americana del Dolor Orofacial, donde lo
TTM están incluidos en el punto N° 11, específicamente el 11.1, 11.7 y 11.8. Los TTM
quedarían clasificados de la siguiente manera:
11. cefalea o dolor facial asociado con trastorno del cráneo, ojos, oídos, nariz,
senos, boca u otras estructuras faciales o craneales.
11.1. Huesos del cráneo incluyendo el maxilar inferior.
- Trastornos congénitos y de desarrollo:
Aplasia
Hipoplasia
Hiperplasia
Displasia
- Trastornos adquiridos:
20
Neoploasia
Fractura
11.7. Trastornos de la ATM desviación de la forma.
- Desplazamiento Meniscal
Con reducción
Sin reducción
- Dislocación
- Condiciones inflamatorias
Sinovitis
Capsulitas
- Artritis
Osteoartrosis
Osteartritis
Poliartritis
- Anquilosis
Fibrosa
Ósea
11.8. Trastornos de los músculos masticatorios
- Dolor miofacial
- Miositis
- Espasmos
- Contracción muscular protectiva
- Contractura
- Neoplasia
LeResche, Fricton, Mohl, Sommer y Truelove (69) dividen el diagnóstico de las
condiciones físicas en tres grupos:
I.- Diagnóstico muscular
a.- Dolor miofacial
21
b.- Dolor miofacial con apertura limitada.
II.- Desplazamiento meniscal
a.- Desplazamiento meniscal con reducción
b.- Desplazamiento meniscal sin reducción y con limitación de apertura.
c.- Desplazamiento meniscal sin reducción y sin limitación de apertura.
III.- Artralgias, artritis y artrosis
a.- Artralgia
b.- Osteoartritis de la ATM
c.- Osteoartrosis de la ATM
Clasificación de los Trastornos Temporomandibulares (Según la academia
americana de dolor orofacial)
1. Alteraciones de los huesos del cráneo y de la mandíbula.
Alteraciones congénitas y del desarrollo: aplasia, hiperplasia y
displasia condilar.
Trastornos adquiridos: neoplasia y fractura.
2. Trastornos de la ATM (trastorno interno).
Alteración de la morfología ósea.
Desplazamiento discal (con reducción, sin reducción)
Hipermovilidad (subluxación mandibular)
Dislocación (luxación mandibular o bloqueo abierto)
Trastornos inflamatorios (sinovitis y capsulitis)
Artritis (no inflamatoria, inflamatoria, poliartritis)
Anquilosis (fibrosa y ósea)
3. Trastornos de la musculatura masticatoria. dolor miofascial.
miositis
espasmo
contracción protectora
contractura
22
hipertrofia
neoplasia
2.2.1.6 Diagnóstico El diagnóstico se obtiene mediante una valoración cuidadosa de la información
procedente de la historia clínica y de métodos de exploración. Esta información debe
permitir la identificación de un trastorno específico. (7) El diagnostico requiere de la ejecución de los siguientes procedimientos mínimos:
1.- Adecuado manejo de la historia clínica. La anamnesis facilitará el relato de la
enfermedad, los antecedentes, factores predisponentes, enfermedades
sicosomáticas y sintomatología. El examen clínico debe brindar información acerca
de la dinámica mandibular, el estado de la musculatura masticatoria, la función del
ATM, condiciones del periodonto y del sistema dentario.
2.- Análisis funcional de la oclusión en los modelos montados en un articulador
semiajustable.
3.- Análisis exhaustivo de las radiografías periapicales, panorámicas y en casos
indicados radiografías especificas del ATM.
4.- Diagnostico diferencial de otras patologías con sintomatología semejante y que
pueden presentarse simultáneamente. Se requiere para ello realizar las
interconsultas pertinentes con otras disciplinas médicas y estomatológicas.
5.- Determinar con exactitud los factores oclusales, biológicos, sicológicos y sociales,
para proceder primero al tratamiento de la sintomatología y luego a la rehabilitación
funcional de la oclusión. (56)
La interrelación de los aspectos mencionados nos permitirá formular una adecuado
diagnóstico. (56)
23
El diagnóstico por la imagen de la ATM puede estar dirigido al estudio del tejido óseo
o de los tejidos blandos. Serán necesarias técnicas que proporciones buenas
imágenes de los tejidos duros para el diagnóstico de fracturas, alteraciones por
interferencia discal, alteraciones degenerativas, hipomovilidad crónica o trastornos de
crecimiento. No obstante, existen trastornos por interferencia discal, daño discal o
alteraciones inflamatorias, serán también necesarias técnicas de imagen que
permitan observar los tejidos blandos. (87)
2.2.2 OTROS FACTORES EN LOS TRASTORNOS TEMPOROMANDIBULARES
2.2.2.1 FACTORES PSICOLÓGICOS Estrés Hans Seyle define al estrés como una respuesta inespecífica a la demanda del
organismo ante cualquier demanda de adaptación que actúe sobre el, y le dio la
siguiente clasificación (89): Eventos estresantes físicos: frío, hambre, dolor
Eventos estresantes psíquicos: tristeza, insatisfacción, rabia
Eventos estresantes sociales: aislamiento, marginación, posición social
insatisfactoria (91)
Sobre la base de los resultados en animales, elaboró el síndrome de adaptación
general (GAS), que delineó como un proceso articulado en tres fases. Fase 1,
reacción de alarma; consecuencia de la súbita activación del sistema nervioso
simpático. El ritmo cardíaco se eleva, la sangre se dirige a los músculos y se percibe
la debilidad del shock. Fase 2, la resistencia; la temperatura, la presión sanguínea y
la respiración continúan siendo elevadas y hay un súbito aflujo de hormonas, si
persiste el estrés con el tiempo puede agotar las reservas corporales. En la Fase 3,
se da el agotamiento; con el cual la persona es más vulnerable o la enfermedad, o
incluso, en los casos extremos, al colapso y la muerte (91)
24
El estrés es una alteración sistémica frecuente que influye en la función masticatoria.
Los centros emocionales del cerebro puedan tener una influencia en la función
muscular. El hipotálamo, el sistema reticular y, en especial, el sistema límbico son los
principales responsables del estado emocional del individuo. Estos centros influyen
en la actividad muscular por medio de las vías gamma-eferentes. El estrés puede
afectar el organismo mediante una activación del hipotálamo, que a su vez prepara al
organismo para la respuesta (sistema nervioso autónomo). El hipotálamo, con unas
vías nerviosas complejas, aumenta la actividad de las gamma-aferentes, y de esta
manera las fibras intrafusales del uso muscular se contraen. Ello sensibiliza el huso
muscular de forma que cualquier leve distensión del músculo causará una
contracción refleja. El efecto global es el aumento de la tonicidad del músculo. (7)
El sistema nervioso autónomo vigila y regula constantemente numerosos sistemas
subconscientes que mantienen la homeostasis, una sus funciones es la regulación
del flujo sanguíneo en el organismo, pero también se sabe que el sistema nervioso
simpático está estrechamente relacionado con el reflejo de lucha/huida activado por
factores estresantes. En consecuencia, en presencia de estrés, el flujo sanguíneo
capilar en los tejidos externos se reduce y la sangre se acumula en los órganos
internos más importantes. Una actividad prolongada del sistema nervioso simpático
puede afectar tejidos como los músculos, pudiendo aumentar el tono muscular y por
lo tanto originar dolor muscular. Se concluye que el estrés emocional interviene como
alteración sistémica y cómo factor sistémico en la tolerancia fisiológica. (7)
Mannheimer y otros describen que el sujeto crea mecanismos liberadores, que
incluyen endurecimiento crónico inconciente de los músculos y hábitos deletéreos,
afectando muchas veces la unidad funcional cráneo-cérvico-mandibular.
Laskin (44) y Greene (14) defienden la teoría de que el estrés puede ser causa de los
desórdenes de la ATM Personalidades emocionales con un alto grado de ansiedad y
estrés pueden desencadenar TTM.
McCreary postula que determinados rasgos de personalidad predisponen a sufrir
sintomatología de estrés incrementando, a su vez, la tensión e hiperactividad
muscular general y/o específica de la zona temporomandibular. La hiperactividad
muscular, mediante la puesta en marcha de hábitos orales disfuncionales, daría lugar
25
al dolor facial, así como la tensión crónica muscular y a la disfunción articular
existente en los pacientes con TTM. (81)
Ansiedad La ansiedad es un conjunto de sensaciones molestas y de tendencias a la
acción que le permiten darse cuenta de que ocurren o puedan ocurrir hechos
desagradables y que le avisan de que tendría que hacer algo al respecto. Así pues, la
ansiedad surge cuando usted desea algo y ve que es posible que no lo obtenga, o
cuando no lo desea y se da cuenta de que corre el peligro de tener que pasar por ello.
Hay muchos tipos y niveles de ansiedad y algunos de ellos son muy malsanos y
autodestructivos. La ansiedad sana a la que se puede definir como inquietud o
precaución que ayuda a tener más de lo quiere y menos de lo que no quiere,
especialmente lo que no se desea podría herir o provocar la muerte. (90) En conclusión la ansiedad sana o la inquietud por las cosas preservan la vida y
conducen a buenos resultados; la ansiedad malsana en cambio, puede causar daños
potenciales. La malsana toma forma de pánico, terror, horror, fobias, temblores,
estallos de shock, estremecimiento y todo tipo de reacciones físicas y psicomáticas
que le alerten de alguna manera, contra posibles peligros, pero que muy a menudo
no hacen más que interferir en el buen manejo de esas situaciones. (90, 94)
Muy a menudo, los miedos irrealistas y malsanos llevan fuertes estados de ansiedad
cuando, realmente, no hay peligro alguno o es de muy poca magnitud, la ansiedad
irrealista es producto de un pensamiento incorrecto y exagerado -común entre los
seres humanos- la persona se preocupa excesivamente o entra en estado de pánico
interfiere entonces en las acciones y provoca, ahora si, el “desastre” que la persona
previa. (90)
Todo esto ocurre muy probablemente porque la ansiedad autoprotectora se vuelve
hiperprotectora y, por tanto, autodestructiva. La ansiedad se construyó en nuestras
cabezas, corazones y acciones hace decenas de miles de años, cuando la vida en la
tierra era extraordinariamente peligrosa. Los hombres son animales de piel fina si los
comparamos con otros animales y es fácil herirlos o matarlos. Así que, en los viejos
tiempos había que ser muy ansioso para poder sobrevivir. En el mundo de hoy ya no
26
se hace necesario ese grado de ansiedad; sin embargo es posible que siga
instaurado en nuestro organismo. Por eso, no solo reaccionamos con precaución e
inquietud ante peligros realistas, sino que también llegamos a experimentar pánico y
extrema ansiedad ante peligros insignificantes e imaginarios sea como sea, casi todo
el mundo es propenso a la ansiedad y al miedo tanto realista como irracional. Es
frecuente que reaccionemos con precaución e inquietud ante un riesgo o peligro,
pero también es bastante fácil que nos preocupemos en exceso o entremos en
estado de pánico por alguna tontería. Algunos síntomas de la ansiedad son los
siguientes: (90).
Síntomas respiratorios y pectorales: • Falta de respiración.
• Respiración acelerada.
• Respiración superficial.
• Presión en el pecho.
• Nudo en la garganta.
• Sensaciones de ahogo.
• Tartamudeo.
Reacciones cutáneas: • Sudor.
• Picores.
• Escalofríos.
• Sonrojos.
Reacciones de la presión: • Pulso acelerado.
• Palpitaciones.
• Desfallecimientos o desmayos.
• Aumentos de la presión sanguínea.
• Descensos de la presión sanguínea.
27
Síntomas intestinales: • Pérdida de apetito.
• Náuseas y vómitos
• Molestia y dolor intestinal.
Síntomas musculares: • Temblores.
• Parpadeo involuntario.
• Tics nerviosos.
• Dar vueltas de un lado a otro.
• Flaqueo en las piernas.
• Rigidez.
Posibles Fuentes de Ansiedad (90) • Socializar.
• Hablar en público.
• Buscar trabajo.
• Practicar deportes.
• Sucesos traumáticos.
• Trastorno de estrés por traumatismo.
• Enfermedades físicas.
Maglione H., y Roldan, O. realizaron un estudio de disfunción cráneomandibular
teniendo incidencia de los factores psíquicos en pacientes disfuncionados,
obteniendo datos que manifiestan la existencia de conflictos emocionales en los
pacientes disfuncionados y la relación entre en el síndrome de disfunción cráneo
mandibular y la organización de la personalidad. (84)
28
2.2.2.2 FACTORES POSTURALES Postura En 1947, el comité de Postura de la Academia Americana de Cirugía
Ortopédica, definió a la postura como un arreglo relativo de las distintas partes del
cuerpo en estado de balance, que protege las estructuras de soporte contra injurias o
deformaciones. (4)
La postura merece una consideración especial, ya que es un importante factor
etiológico en el inicio, predisposición o la perpetuación de los TTM, el dolor orofacial y
las cefaleas (80). Por desgracia, a menudo se comprende mal o se olvida por
completo durante la exploración (87). La mala postura debe considerarse como un
proceso de lesiones motoras repetitivas y como una mala biomecánica que crea
palancas causantes de múltiples sobrecargas de trabajo para los sistemas articulares.
(80)
Mannheimer (86), en sus distintos artículos, resalta que la fuerza de gravedad juega
un rol importante en la relación morfológica entre las partes del cuerpo. La postura
erecta del hombre apunta hacia la eficiencia músculo – esqueletal y es mantenida en
primera instancia por el soporte ligamentoso.
La posición del cuerpo puede ser un factor de influencia en la función del sistema
Estomatognático (6)
Gelb en 1994 le asigna un rol importante como factor etiológico a la adecuación de la
postura, como resultado de cubrir las necesidades del pasaje aéreo buco-faríngea,
ante la presencia de insuficiencia naso-faríngea u otro problema respiratorio. (24)
Thomas comenta en 1999 que existen de antiguo los estudios hechos por
Sherrington en 1936, que muestran una relación causal que puede interesar a los
odontólogos por su implicancia y compromiso con la unidad cráneo-cérvico-
mandibular, involucrando en su etiología, un concepto causal de origen inferior o
superior y su repercusión en la postura de todo el cuerpo. (83)
A partir de aquí surge el concepto, de que una vez localizada la causa, debe ser
eliminada, tratada o compensada. (83)
29
En los últimos años se ha comunicado que los TTM, no sólo se puede relacionar con
la posición de la mandíbula y del cráneo, sino también con la columna cervical, las
estructuras suprahiodeas e infrahioideas, los hombros y la columna torácica y lumbar,
las que funcionan como una unidad biomecánica. Los cambios en algunos de estos
componentes también podrían desencadenar alteraciones en el sistema
craneomandibular (88)
La conclusión de trabajos y de otras investigaciones determina que se debe
comenzar a identificar a la postura como factor etiológico de los trastornos
temporomandibulares (88, 82)
Postura Cervical Anatómicamente, la parte posterior de la región cervical alta merece una
consideración especial. Esta zona es un componente importante en cualquier estudio
de TTM y su exploración meticulosa debe de ser sistemático (63, 65). A menudo, es
un componente etiológico importante en los pacientes. (9)
Los músculos cervicales posteriores se localizan en la parte posterior del cuello y
pueden dividirse en cuatro planos de profundidad creciente: 1) porción superior de
trapecio, 2) esplenios de la cabeza y el cuello, 3) semiespinosos de la cabeza y el
cuello y 4) músculos suboccipitales pequeños que conectan el occipucio con las dos
primeras vértebras cervicales, el atlas y el axis. Estos múltiples planos musculares
hacen difícil establecer cual es músculo responsable del dolor (63, 74)
Diversos estudios han determinado que pacientes con TTM poseen alteración en la
posición de la cabeza y hombros así como el crecimiento de la lordosis cervical. (79)
Al existir esta conexión recíproca entre la postura cervical y las alteraciones, surge
una necesidad de poder realizar un diagnóstico que objetivarse dicha relación entre
ambas estructuras junto con una evaluación del hioides y el estudio de las vías
aéreas, pues todos estos componentes, forman una unidad funcional. Este
diagnóstico puede ser realizado de dos formas: clínica o radiográficamente. La
evaluación clínica suele ser subjetiva aunque, en casos muy llamativos de
alteraciones posturales se puede realizar un diagnóstico correcto clínicamente. La
30
evaluación radiográfica de esta unidad funcional aporta la evidencia de uno signos
que nos pueden acercar a un diagnóstico correcto. (3)
2.2.2.3 FACTORES SISTÉMICOS Hiperlaxitud Articular Generalizada Un factor importante a considerar es la hiperlaxitud ligamentaria. La laxitud
articular, consiste en un aumento significativo de la relación de fibras colágenas II-II
superior a 1. (93)
Esta relación alterada de las fibras colágenas, hace que las articulaciones que están
unidas por un tipo de ligamento, funcionen más allá de la superficie articular, ya que
los mismos se estiran de forma deficiente sin cumplir bien su función de proteger la
articulación. Éstas trabajan más allá de su área articular; ocasionando desgastes en
los bordes articulares, convirtiéndose así en fácilmente luxables, inflamando esta
articulación, conduciéndola de una artritis hacia una artrosis, enfermedad
degenerativa, cíclica y progresiva. (85)
La hipermovilidad de la articulación ocurre con más frecuencia en mujeres que en
varones. (92, 64)
Se considera hiperlaxo a las personas que cumplen 4 de los 9 puntos descritos en el
test de Beighton que se basa en la capacidad del individuo en realizar ciertas
pruebas. (93)
DEFINICIÓN DE TERMINOS Trastornos Temporomandibulares: El término de trastornos temporomandibulares engloba un número de problemas
clínicos en los que se ven involucrados la musculatura masticatoria, la articulación
temporomandibular o ambos. (3)
31
Puntos gatillos: Son áreas localizadas de bandas de tejido muscular duro o de sus inserciones
tendinosas las cuales son hipersensibles a la palpación, estos puntos producirán un
dolor referido. (16)
Estrés: Se identifica la reacción del organismo a determinados eventos externos, otras veces,
en cambio, se indican los advenimientos externos que provocan aquella reacción
interna. (5)
Ansiedad Es el estado exagerado de alerta que implica un comportamiento de inquietud, esto
mayormente se desarrolla por situaciones estresantes (físicas o psicológicas). La
ansiedad puede producir algunos síntomas entre ellos tensión muscular. (90)
Mala Postura Es un proceso de lesiones motoras repetitivas y como una mala biomecánica que
crea palancas causantes de múltiples sobrecargas de trabajo para los sistemas
articulares. (9)
Dolor cervical Es aquel dolor o tensión muscular en la zona cervical y de los hombros; las
tendinomiopatias de los músculos de los hombros y de la región cervical proyectan
frecuentemente el dolor a la cabeza y cara. Por este motivo, en pacientes con
tendinomiopatías de los músculos masticadores, es importante examinar también los
músculos del cuello y de los hombros y controlar la movilidad activa del raquis
cervical.(5)
32
Hiperlaxitud Articular Trastorno relacionado al colágeno y el tejido conectivo, clínicamente se trata de un
exceso de movimiento en una articulación que se vuelve mas débil y vulnerable y que
va a repercutir en la estabilidad de las superficies articulares. (3)
2.3 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
2.3.1 Área del Problema Los Desórdenes Temporomandibulares (TTM) se definen como aquellas
entidades nosológicas, bien sean orgánicas o funcionales que afectan al sistema de
relación cráneo-mandibular, bien sean musculares o articulares. (2)
Conocemos por diversos estudios que pueden existir importantes alteraciones
morfológicas de algunos componentes temporomandibulares en ausencia de signos y
síntomas. Por tanto, las cifras de prevalencia, aunque difieren de unos autores a
otros dependiendo de los criterios de evaluación, son, en cualquier caso
llamativamente altas. (2)
La mayoría de los pacientes refieren que no han buscado atención médica por que
sus signos y síntomas se hallan dentro de los parámetros que les permiten una
calidad de vida considerada como normal o aceptable. Los pacientes buscan
asistencia lo hacen generalmente por presentar dolor orofacial. Hemos de tener en
cuenta que los de TTM representan el origen principal del dolor orofacial después del
dolor dental. (2)
La mayoría de los autores, admiten la concurrencia de diferentes factores en el origen
de los TTM (miopáticos o artropáticos), dándoles mayor o menor importancia a unos
u otros según la escuela de que se trate, pero coincidiendo siempre en la
multiplicidad de dichos factores tanto sistémicos como locales en el origen y
desarrollo de la enfermedad. (1)
33
2.3.2 Delimitación del Problema El presente trabajo pretende determinar la distribución de los signos y
síntomas de los trastornos temporomandibulares de los pacientes entre los 20 y 60
años de edad atendidos en el servicio de odontología del Hospital Alberto Sabogal
Sologüren aplicando una historia clínica simplificada, en el periodo 2008.
2.3.3 Formulación de Problema
¿Cuál es la distribución de los signos y síntomas en los Trastornos
Temporomandibulares de los pacientes entre 20 y 60 años que acudieron al servicio
de Odontología del Hospital Alberto Sabogal Sologüren en el periodo 2008?
2.4 JUSTIFICACIÓN
El incremento de casos problemas con Trastornos Temporomandibulares
(TTM) observados en la consulta odontológica del Hospital Alberto Sabogal
Sologüren.
Estos TTM presentan una sintomatología muy variada, lo que les lleva a consultar
con diferentes profesionales de las ramas de la salud como médicos generales,
otorrinolaringólogos, cirujanos de cabeza y cuello, neurólogos, psiquiatras y
odontólogos, etc., no encontrando alivio a sus dolencias debido a un mal diagnóstico
y por lo tanto un mal tratamiento, y siguiendo de esta manera un largo peregrinar por
especialidades médicas que, en la gran mayoría de veces desarrolla cuadros de dolor
crónico que contribuyen a dificultar aun más el diagnostico y así afectando su calidad
de vida.
Por lo expuesto es necesario crear una base de datos que contribuya al mejor
entendimiento de los Trastornos Temporomandibulares.
2.5 OBJETIVOS
2.5.1 Objetivo General
34
Determinar la distribución de los signos y síntomas de los Trastornos
Temporomandibulares (TTM) en los pacientes que acuden al servicio de Odontología
del Hospital Alberto Sabogal Sologüren periodo 2008.
2.5.2 Objetivos Específicos Determinar la frecuencia de los signos relacionados con los Trastornos
Temporomandibulares.
Determinar la frecuencia de los síntomas relacionados en los Trastornos
Temporomandibulares.
Determinar el signo y el síntoma más prevalente en los Trastornos
Temporomandibulares.
Determinar el signo más prevalente en los trastornos Temporomandibulares de
los pacientes que acuden al servicio de odontología del Hospital Alberto Sabogal
Sologüren según sexo y grupo etáreo.
Determinar el síntoma en los Trastornos Temporomandibulares de los
pacientes que acuden al servicio de odontología del Hospital Alberto Sabogal
Sologüren según sexo y grupo etáreo.
2.6 HIPÓTESIS La distribución del signo más frecuente es la alteración en los movimientos
mandibulares y el síntoma más frecuente es la presencia del dolor muscular en los
Trastornos Temporomandibulares.
35
CAPITULO III MATERIALES Y METODOS
3.1 TIPO DE ESTUDIO Prospectivo: Porque se hará una evaluación clínica en medida como avance la
investigación.
Descriptivo: Porque los datos serán coleccionados en forma espontánea, sin que el
investigador haya manipulado.
Transversal: Los datos serán tomados en una sola unidad de tiempo.
3.2 POBLACIÓN Y MUESTRA 3.2.1 Universo
La población será constituida por pacientes que acudirán al servicio de
Odontología durante el periodo de julio a noviembre del 2008.
3.2.2 Muestra Serán seleccionados 110 pacientes de ambos sexos y de rango de 20 a 60
años de edad.
3.2.3 Criterios de inclusión
1. Todos los pacientes ente 20 a 60 años de edad.
2. Todo paciente lucido, orientado en tiempo espacio y persona (LOTEP)
3. Todos los pacientes que acepten voluntariamente formar parte del
estudio y que firmaron el Consentimiento informado.
3.2.4 Criterios de exclusión:
36
1. Pacientes con enfermedades sistémicas como artritis reumatoide,
cáncer o fibromialgia.
2. Pacientes con trastorno congénito como Síndrome de Down.
3. Pacientes con enfermedades que se mimetizan con los TTM: otitis,
sinusitis, neuralgia del trigémino, migrañas, tendinitis temporal,
infecciones orofaríngeos, síndrome de Eagle, Síndrome de Ehlers-
Danlos.
4. Pacientes que se encuentren en tratamiento de ortodoncia.
5. Pacientes con sintomatología dolorosa en zona de terceras molares.
6. Pacientes que tienen o hayan tenido antecedentes de traumatismo a
nivel de los músculos del sistema masticatorio.
7. Pacientes edéntulos parciales que no presenten todas las piezas
anteriores y por lo menos 4 molares posteriores.
3.3 VARIABLES
VARIABLES DIMENSIÓN INDICADOR ESCALA VALOR
Síntomas Clínicos
1. Dolor de cabeza, cara, sienes, oídos 2. Dolor al abrir la boca o masticar. 3. Crujidos al abrir la boca. 4. Dificultad para abrir la boca al morder una manzana 5. Se le atasca o desencaja la mandíbula alguna vez
Nominal
Si No
Hábitos Parafuncionales
7. Rechina o aprieta los dientes 8. Muerde uñas u objetos 9. Come por un solo lado
Nominal
Si No
Signos Clínicos
10. Dolor Muscular (5 ptos) 11. Dolor ATM 12. Ruidos 13. Alteración de la Dinámica Mandibular
Nominal
Si No
Factores del grado Estrés
1. Problemas de trabajo 9. Despido de su trabajo 2. Problemas económicos 10. Reconciliación con su pareja 3. Cambio de carrera 11.Separación con su pareja 4. Muerte de un familiar 12. Embarazo 5. Fallecimiento del cónyuge 13. Próximo a casarse 6. Enfermedad de un familiar 14. Próximo a exámenes 7. Divorcio 15. Nueva persona se integro a su familia 8. Alguna enfermedad grave 16. Otros:
Razón
Grado
de Estrés ≥
1
Escala de Ansiedad de
Goldberg
1. ¿Se ha sentido muy excitado, nervioso o en tensión? 2. ¿Ha estado muy preocupado por algo? 3. ¿Se ha sentido muy irritable? 4. ¿Ha tenido dificultad para relajarse? 5. ¿Ha dormido mal, ha tenido dificultad para dormir? 6. ¿Ha tenido dolores de cabeza o nuca? 7. ¿Ha tenido alguno de los siguientes síntomas: Temblores, hormigueos, mareos, sudores o diarrea? 8. ¿Ha estado preocupado por su salud? 9. ¿Ha tenido alguna dificultad para conciliar el sueño, para quedarse dormido?
Razón
Trastorn
o de Ansieda
d > 4
Examen clínico de
Postura
Vista Frontal: En lo normal se apreciara el paralelismo de entre las líneas horizontales imaginarias trazadas entre los ojos, hombros y caderas, si hay alguna alteración quiere decir que hay algún grado de desequilibrio en las fuerzas musculares en la postura del paciente Vista Lateral: atravesando una línea vertical imaginaria debe atravesar el canal externo del oído y el centro de la articulación del hombro.
Nominal
Mala
postura SI o No
Examen clínico de Postura cervical
Sensibilidad muscular (músculos de la nuca y el cuello) y movilidad del raquis Nominal
Dolor
cervical Si o No
Trastornos Temporomandibulares
Test de Beighton
1. Dorsiflexión pasiva del 5° dedo mayor de 90° (2 lados) 2. Aposición pasiva del pulgar a la cara ventral del antebrazo (2 lados) 3. Hiperextensión del codo mayor a 10° (2 lados) 4. Hiperextensión de la rodilla mayor a 10° (2 lados) 5. Flexión del tronco hacia delante colocando las palmas de las manos en el suelo con las rodillas extendidas.
Razón
Hipermovilidad
Articular ≥ 4
Sexo ---------- Género Nominal M y F Edad ---------- Grupo etáreo Nominal 20 – 30
31 – 40 41 – 50 51 – 60
3.4 MATERIALES
3.4.1 Recursos Humanos
-Tesista de la Facultad de Estomatología de la Universidad Inca Garcilaso de
la Vega.
-Asesor de Tesis Consultor; Docente de la Facultad de Estomatología de
Universidad Inca Garcilaso de la Vega. Dr. Hernán Horna Palomino
-Docente calibrador en uso de Historia Clínica de TTM y examen físico
extraoral del Hospital Sabogal. Dr. Manuel Arredondo Cuba
-Asesor para el análisis Estadístico;
-Fichas de recolección de datos
-Historia clínica para la detección de signos y síntomas de Trastornos
Temporomandibulares.
-Ficha clínica para la detección de otros factores que influyen en los TTM:
Factores de Estrés, Test de Ansiedad de Golberg, Examen Clínico de la Postura,
Examen Clínico de postura Cervical y el Test de Beighton que nos permite valorarla
existencia de hipermovilidad articular.
-Instrumental y equipo de examen
Unidad Dental
Esterilizador
10 espejos bucales
150 pares de guantes
100 mascarillas
2 litros de sablón
39
2 litro de alcohol yodado
02 lapiceros
02 rotuladores indelebles
Cámara digital
Computadora
01 caja de campos descartables
01 algodonero
01 estetoscopio
02 reglas milimetradas
02 carretes de Hilo dental
Recursos Institucionales
El estudio se realizó en el Servicio de Odontología del Hospital Alberto Sabogal
Sologüren que cuenta con las instalaciones y los equipos adecuados, la población
requerida y material necesario para realizar la investigación.
3.4.2 Financiación.
Los gastos realizados en el trabajo de investigación han sido cubiertos por el
propio investigador
3.5 MÉTODOS
3.5.1 Procedimientos y Técnicas Métodos de recolección de datos:
Fue realizado por el entrevistador - examinador - investigador
Fue capacitado con la debida anterioridad para tal efecto
La recolección de datos fue realizada de la siguiente manera:
- Anamnesis
- Exámenes Clínicos
40
Instrumento de recolección de datos: Los datos obtenidos del interrogatorio y exámenes clínicos de la primera ficha clínica
fueron basados en un test estándar de la Universidad de Murcia (ver anexo Nº 01)
para los propósitos de la siguiente investigación. La ficha consiste en 2 partes:
Datos generales: contienen datos de identificación como nombre, sexo, edad y
domicilio
Anamnesis y Exámenes Clínicos: donde se consignaron datos referentes a los signos
y síntomas
Los datos obtenidos de los test y exámenes clínicos de segunda ficha clínica fue una
recopilación confeccionada por el investigador (ver anexo 02), basados en autores
que consideran importantes estos factores en la influencia de los TTM.
Datos generales: contienen datos de identificación como nombre, sexo y edad.
Test sobre Factores Psicológicos:
- Test sobre los factores de Estrés, valora el grado de Estrés.
- Escala de Ansiedad de Goldberg, valora el grado de Ansiedad.
Examen Clínico sobre Factores Posturales:
- Examen Clínico de la Postura: evalúa la estabilidad postural, si es mala
- Examen Clínico de la Postura Cervical: evalúa el dolor a nivel cervical
Teste sobre Exámenes Sistémicos
- Test de Beighton: valora la existencia de Hipermovilidad articular
3.5.2 Recolección de Datos Para la recolección de datos se contó con el investigador que hizo la función de
entrevistador - examinador, se efectuó unas pruebas piloto del procedimiento con el
fin de determinar la eficacia de las fichas y de la habilidad del investigador.
El investigador coordinó con el Jefe del Servicio de Odontología del Hospital Alberto
Sabogal Sologüren para que las actividades programadas fueran hechas sin
interrupción.
A todos los individuos se les hizo una revisión de sus historias clínicas de dicho
nosocomio para ver si cumplían con nuestros criterios de inclusión y exclusión, se les
41
aplicó una historia clínica, para la detección de TTM que consta de 10 preguntas
referentes a la anamnesis, 10 apartados que corresponden a la exploración y cinética
mandibular, y una ficha clínica que constaba de 2 interrogatorios y 3 exámenes, para
determinar otros factores que influyen en los TTM.
La anamnesis consta de una serie de preguntas acerca de los síntomas que nos
orientarán hacia la patología muscular o articular existentes. El paciente es
interrogado sobre antecedentes, hábitos, circunstancias personales, y enfermedades
existentes.
En el apartado correspondiente a la exploración hacemos constar las deformaciones
faciales y las asimetrías.
Exploramos sensibilidad muscular en sus 5 puntos en cada lado, correspondientes a
las 2 inserciones del masetero y los 3 fascículos del temporal.
Palpamos lateralmente las articulaciones temporomandibulares derechas e
izquierdas, tanto en reposo como en movimiento. Realizamos la palpación posterior
de las articulaciones, introduciendo el dedo meñique en el conducto auditivo externo
con el pulpejo del dedo dirigido al zona articular, primero en un lado luego en el otro.
Lo exploramos en reposo y movimiento.
Para el examen de los movimientos mandibulares trazamos en primer lugar dos
líneas en la cara bucal de los incisivos inferiores del paciente, con rotulador fino
indeleble, secando previamente la superficie los dientes y en relación oclusal de
máxima intercuspidación. La primera línea es horizontal e indica la altura del borde
incisal de los dientes superiores. La segunda línea es vertical, continuando el espacio
interincisal superior. Con una regla milimetrada de metal mediremos la apertura
mandibular, protrusión y Lateralidad derecha e izquierda, con los valores obtenidos
trazaremos la imagen en cruz. Veremos las desviaciones a lo largo del descenso y al
momento de la protrusión.
Después la exploración directa de la oclusión, con el odontograma donde se
marcaran las piezas perdidas, cariadas y obturadas, la clasificación de Angle, guía
canima, función de grupo, contactos prematuros e interferencias en protusiva y en la
lateralidad derecha e izquierda. Se evaluara si el paciente tiene atriciones en bordes
incisales y los bordes cuspídeos de dientes posteriores.
42
Se examinará la situación periodontal, movilidad dentaria y si presenta lesiones en la
mucosa por autotraumatismo.
Se pasará a la otra ficha para determinar los otros factores que influyen en los TTM.
Factores de estrés descrito por Estrella Sosa (4)
El paciente responderá si se considera una persona estresada, el momento del
examen o ante situaciones de presión, mediante una serie de preguntas elaboradas
por el autor, debe observarse permanentemente la actitud y personalidad del
paciente.
Escala de Ansiedad de Goldberg (3)
Este test valorará el grado de ansiedad, el cual el paciente responderá un
cuestionario de preguntas sencillas. La interpretación es que cada pregunta
afirmativa equivale a un punto de diez, cuando el puntaje sea mayor a cuatro se
considerara paciente con un posible trastorno de la ansiedad.
Examen Clínico de la Postura descrita por Tore Hansson (6)
Vamos a considerar algunos conceptos de estabilidad postural, se debe prestar
atención a las desviaciones y asimetrías en la postura desde el momento que entra
el paciente a la consulta.
Vista Frontal: En una postura normal se apreciara el paralelismo de entre las líneas
horizontales imaginarias trazadas entre los ojos, hombros y caderas, si hay alguna
alteración quiere decir que hay algún grado de desequilibrio en las fuerzas
musculares en la postura del paciente
Vista Lateral: En una postura normal se apreciara atravesando una línea vertical
imaginaria debe atravesar el canal externo del oído y el centro de la articulación del
hombro.
Si el paciente resultara con alguna desviación o asimetría se considerara como Mala
Postura.
43
Postura Cervical descrita por Sandro Palla (5)
Veremos la localización del dolor cervical, para obtener una idea de la relación que
existe entre la columna cervical y los TTM, el examen clínico esta constituido por:
Palpación muscular: los músculos que deben ser examinados con esta técnica será
los músculos esternocleidomastoideos, trapecio, esplenio de la cabeza y músculos
semiespinal de la cabeza.
Movilidad activa del raquis cervical (C1-T3): es evaluada haciendo unas cuantas
pruebas de movimientos. Los valores para individuos sanos son los siguientes:
flexión (45º-55º), extensión (70º), rotación (80º-85º) y lateroflexión (45º).
Si el paciente sintiera sensibilidad muscular y limitación en los movimientos del raquis
se considerara como Dolor Cervical.
Test de Beighton (1)
Nos permite valorar la existencia de hipermovilidad articular, siempre y cuando se
obtenga un valor mayor o igual que cuatro de nueve se considerara como paciente
Hiperlaxitud articular generalizada.
Los criterios de hipermovilidad de Beighton son los siguientes:
• Dorsiflexión pasiva del 5° dedo mayor de 90° (2 lados)
• Aposición pasiva del pulgar a la cara ventral del antebrazo (2 lados)
• Hiperextensión del codo mayor a 10° (2 lados)
• Hiperextensión de la rodilla mayor a 10° (2 lados)
• Flexión del tronco hacia delante colocando las palmas de las manos en el
suelo con las rodillas extendidas
Análisis de Datos
Una vez recolectado todos los datos, se revisó cada una de las fichas verificando que
estén consignados todos lo datos. Luego los datos obtenidos fueron clasificados
según el indicador y luego tabulados por computadora. El recuento de los datos se
44
realizó de forma manual y electrónica, para finalmente presentar la información
mediante tablas y gráficas.
Análisis de Resultados
El procesamiento estadístico de los datos obtenidos se hizo recurriendo a la
estadística descriptiva, y a la diferencia estadística no paramétrica. Y la naturaleza
cualitativa de las variables determinó las pruebas estadísticas a usar.
Para determinar si la hipótesis es verdadera o falsa se aplicó una prueba significativa
cuando p</= a 0.05. El análisis estadístico y los gráficos se realizaron utilizando el
programa SPSS V.15, también se utilizó el programa Excel para elaborar los cuadros
y diseños gráficos.
45
CAPITULO IV RESULTADOS
4.1 DESCRIPCIÓN ESTADISTICA Frecuencia de síntomas de los TTM en los pacientes atendidos en el
Hospital Alberto Sabogal Sologüren.
TABLA N° 1
Frecuencia del dolor de cabeza en la anamnesis de la muestra estudiada.
Dolor de Cabeza Frecuencia Porcentaje
Si 30 27.3% No 80 72.7%
Total 110 100.0% Fuente: Hospital A. Sabogal S.
GRÁFICA Nº 1
Frecuencia del dolor de cabeza en la anamnesis de la muestra estudiada.
Dolor de cabeza
27,3
72,7
0
10
20
30
40
50
60
70
80
Si No
Porc
enta
je d
e ca
sos
El 27.3% de la población estudiada según la anamnesis presenta dolor de cabeza,
sienes, cara u oídos.
46
TABLA N° 2
Frecuencia del dolor al abrir la boca o al masticar alimentos en la anamnesis de la
muestra estudiada.
Dolor al abrir o masticar Frecuencia Porcentaje
Si 10 9.1% No 100 90.9%
Total 110 100.0% Fuente: Hospital A. Sabogal S.
GRÁFICA Nº 2
Frecuencia del dolor al abrir la boca o al masticar alimentos en la anamnesis de la
muestra estudiada.
Dolor al abrir o masticar
9,1
90,9
0102030405060708090
100
Si No
Por
cent
aje
de c
asos
El 9.1% de la población estudiada según la anamnesis presenta dolor al abrir la boca
o al masticar alimentos.
47
TABLA N° 3
Frecuencia crujidos al abrir la boca o al masticar alimentos en la anamnesis de la
muestra estudiada.
Crujidos al abrir la boca Frecuencia Porcentaje
Si 23 20.9% No 87 79.1%
Total 110 100.0% Fuente: Hospital A. Sabogal S.
GRÁFICA Nº 3
Frecuencia crujidos al abrir la boca o al masticar alimentos en la anamnesis de la
muestra estudiada.
Crujidos al abrir la boca
20,9
79,1
0102030405060708090
Si No
Por
cent
aje
de c
asos
El 20.9% de la población estudiada según la anamnesis presentó crujidos al abrir la
boca o al masticar alimentos.
48
TABLA N° 4
Frecuencia a la dificultad al abrir la boca grande al morder una manzana o al
bostezar en la anamnesis de la muestra estudiada.
Dificultad al abrir la boca Frecuencia Porcentaje
Si 12 10.9% No 98 89.1%
Total 110 100.0% Fuente: Hospital A. Sabogal S.
GRÁFICA N° 4
Frecuencia a la dificultad al abrir la boca grande al morder una manzana o al
bostezar en la anamnesis de la muestra estudiada.
Dificultad al abrir la boca
10,9
89,1
0102030405060708090
100
Si No
Porc
enta
je d
e ca
sos
El 10.9% de la población estudiada según la anamnesis presentó dificultad al abrir la
boca grande al morder una manzana o al bostezar.
49
TABLA N° 5
Frecuencia de atascarse o desencajarse la mandíbula en la anamnesis de la muestra
estudiada.
Se le atasca la mandíbula Frecuencia Porcentaje
Si 9 8.2%No 101 91.8%Total 110 100.0%
Fuente: Hospital A. Sabogal S.
GRÁFICA N° 5
Frecuencia de atascarse o desencajarse la mandíbula en la anamnesis de la muestra
estudiada.
Se le atasca la mandibula
8,2
91,8
0102030405060708090
100
Si No
Por
cent
aje
de c
asos
El 8.2% de la población estudiada según la anamnesis se le atasco la mandíbula o
desencajo la mandíbula alguna vez.
50
Frecuencia de los Hábitos Parafuncionales de los TTM en los pacientes
atendidos en el Hospital Alberto Sabogal
TABLA N° 6
Frecuencia rechinar o apretar los dientes en la anamnesis de la muestra estudiada.
Rechina o aprieta los
dientes Frecuencia Porcentaje
Si 18 16.4%No 92 83.6%Total 110 100.0%
Fuente: Hospital A. Sabogal S.
GRÁFICA N° 6
Frecuencia rechinar o apretar los dientes en la anamnesis de la muestra estudiada.
Rechina o aprieta los dientes
16,4
83,6
0102030405060708090
Si No
Porc
enta
je d
e ca
sos
El 16.4% de la población estudiada según la anamnesis rechina o aprieta los dientes
de día o de noche.
51
TABLA N° 7:
Frecuencia de morderse las uñas, mastica chicle u objetos en la anamnesis de la
muestra estudiada.
Se muerde las uñas u objetos Frecuencia Porcentaje
Si 14 12.7%No 96 87.3%Total 110 100.0%
Fuente: Hospital A. Sabogal S.
GRÁFICA N° 7
Frecuencia de morderse las uñas, mastica chicle u objetos en la anamnesis de la
muestra estudiada.
Se muerde las uñas u objetos
12,7
87,3
0102030405060708090
100
Si No
Porc
enta
je d
e ca
sos
El 12.7% de la población estudiada según la anamnesis se muerde las uñas u
mastica chicle u objetos.
52
TABLA N° 8
Frecuencia de comer por un solo lado en la anamnesis de la muestra estudiada.
Come de un solo lado Frecuencia Porcentaje
Si 30 27.3%No 80 72.7%Total 110 100.0%
Fuente: Hospital A. Sabogal S.
GRÁFICA N° 8
Frecuencia de comer por un solo lado en la anamnesis de la muestra estudiada.
Come por un sólo lado
27,3
72,7
0
10
20
30
40
50
60
70
80
Si No
Porc
enta
je d
e ca
sos
El 27.3% de la población estudiada según la anamnesis come por un solo lado.
53
Frecuencia de Signos en los TTM en los pacientes atendidos en el
Hospital Alberto Sabogal
TABLA N° 9
Frecuencia del sensibilidad muscular a la palpación en 5 puntos (3 temporal y 2
masetero) en el examen clínico de la muestra estudiada.
Dolor Muscular Frecuencia Porcentaje
Si 23 20.9%No 87 79.1%Total 110 100%
Fuente: Hospital A. Sabogal S.
GRÁFICA N° 9
Frecuencia del sensibilidad muscular a la palpación (5 puntos 3 temporal y 2
masetero) en examen clínico de la muestra estudiada.
Sensibilidad muscular
20.9
79.1
0102030405060708090
Si No
Por
cent
aje
de c
asos
El 20.9% de la población estudiada presentó sensibilidad muscular a la palpación al
examen clínico (en 5 puntos 3 temporal y 2 masetero).
54
TABLA N° 10
Frecuencia de la sensibilidad de las ATMs a la palpación en examen clínico de la
muestra estudiada.
Dolor a la ATM Frecuencia Porcentaje
Si 23 20.9%No 87 79.1%Total 110 100.0%
Fuente: Hospital A. Sabogal S.
GRÁFICA N° 10
Frecuencia de la sensibilidad de las ATMs a la palpación en examen clínico de la
muestra estudiada.
Sensibilidad en las ATMs
20.9
79.1
0102030405060708090
Si No
Por
cent
aje
de c
asos
El 20.9% de la población estudiada presentó sensibilidad de las ATMs al examen
clínico.
55
TABLA N° 11
Frecuencia de ruidos de la ATM en el examen clínico de la muestra estudiada.
Ruidos en la ATM Frecuencia Porcentaje
Si 50 45.5%No 60 54.5%Total 110 100.0%
Fuente: Hospital A. Sabogal S.
GRÁFICA N° 11
Frecuencia de ruidos de la ATM en el examen clínico de la muestra estudiada.
Ruidos de la ATM
45,5
54,5
40
42
44
46
48
50
52
54
56
Si No
Porc
enta
je d
e ca
sos
El 45.5% de la población estudiada presentó ruidos a la ATM al examen clínico.
56
TABLA N° 12
Frecuencia de la alteración de la dinámica mandibular en el examen clínico de la
muestra estudiada.
Alteración de la dinámica mandibular
Frecuencia Porcentaje
Si 62 56.4%No 48 43.4%Total 110 100.0%
Fuente: Hospital A. Sabogal S.
GRÁFICA N° 12
Frecuencia de la alteración de la dinámica mandibular en el examen clínico de la
muestra estudiada.
Alteración de la dinámica mandibular
43.4
56.4
0
10
20
30
40
50
60
Si No
Porc
enta
je d
e ca
sos
El 56.4% de la población estudiada presentó alguna alteración en la dinámica
mandibular en el examen clínico.
57
Otros Factores en los TTM en los pacientes atendidos en el Hospital
Alberto Sabogal Sologüren
TABLA N° 13
Frecuencia del grado estrés en Test de la muestra estudiada.
Grado de estrés Frecuencia Porcentaje
Presenta 56 50,9%No Presenta 54 49,1%Total 110 100%
Fuente: Hospital A. Sabogal S.
GRÁFICA N° 13
Frecuencia del grado estrés en Test de la muestra estudiada.
50.9 49.1
0102030405060708090
100
Presenta No Presenta
Porc
enta
je d
e ca
sos
PresentaNo Presenta
Con respecto al estrés el 50.9% de la población estudiada presentó algún grado de
estrés.
58
TABLA N° 14
Frecuencia del grado de ansiedad de la muestra estudiada.
Grado de ansiedad Frecuencia Porcentaje
Presenta 24 21,8% No Presenta 86 78,2%
Total 110 100% Fuente: Hospital A. Sabogal S.
GRÁFICA N° 14
Frecuencia del grado de ansiedad de la muestra estudiada.
21.8
78.2
0102030405060708090
Presenta No Presenta
Porc
enta
je d
e ca
sos
PresentaNo Presenta
Con respecto a la ansiedad el 21.8% de la población estudiada presentó algún grado
de ansiedad.
59
TABLA N° 15
Frecuencia de la mala postura de la muestra estudiada.
Mala Postura Frecuencia Porcentaje
Presenta 21 19,1 No Presenta 89 80,9
Total 110 100 Fuente: Hospital A. Sabogal S.
GRÁFICA N° 15
Frecuencia de la mala postura de la muestra estudiada.
19.1
80.9
0
10
20
30
40
50
60
70
80
90
Presenta No Presenta
Porc
enta
je d
e ca
sos
PresentaNo Presenta
Con respecto a la ansiedad el 19.1% de la población estudiada presentó mala
postura.
60
TABLA N° 16
Frecuencia del dolor cervical de la muestra estudiada.
Dolor Cervical Frecuencia Porcentaje
Presenta 21 19,1% No Presenta 89 80,9%
Total 110 100% Fuente: Hospital A. Sabogal S.
GRÁFICA N° 16
Frecuencia del dolor cervical de la muestra estudiada.
19.1
80.9
0
10
20
30
40
50
60
70
80
90
Presenta No Presenta
Porc
enta
je d
e ca
sos
PresentaNo Presenta
Con respecto a la postura cervical el 19.1% de la población estudiada presentó dolor
cervical.
61
TABLA N° 17
Frecuencia de hipermovilidad articular en la muestra estudiada.
Hiperlaxitud Articular Frecuencia Porcentaje
Presenta 16 14.5% No Presenta 94 85.5%
Total 110 100% Fuente: Hospital A. Sabogal S.
GRÁFICA N° 17
Frecuencia de hipermovilidad articular en la muestra estudiada.
14.5
85.5
0102030405060708090
Presenta No Presenta
Porc
enta
je d
e ca
sos
PresentaNo Presenta
Con respecto a la hipermovilidad articular el 14.5% de la población estudiada
presentó hipermovilidad articular a través de test de Beighton.
62
TABLA N° 18
Relación del dolor de cabeza, sienes, cara u oídos y el sexo en muestra estudiada. Dolor de cabeza Sexo
Si No Total Femenino f 25 56 81 % 30,9 69.1 100% Masculino f 5 24 29 % 17,2 82.8 100% Total f 30 80 110 % 27,3 72.7 100%
Fuente: Hospital A. Sabogal S.
GRÁFICA N° 18
Relación del dolor de cabeza, sienes, cara u oídos y el sexo en muestra estudiada.
30.9
17.2
69.1
82.8
0102030405060708090
Femenino Masculino
Porc
enta
je d
e ca
sos
SiNo
Los del sexo femenino presentan mayor frecuencia de dolor de cabeza, sienes, cara
u oídos, que los del sexo masculino, siendo esta diferencia no significativa
TABLA N° 19
63
Relación del dolor de cabeza, sienes, caras u oídos y el grupo etáreo en la muestra
estudiada.
Dolor de cabeza Edad
Si No Total 20 - 30 f 16 40 56
% 28,6 71,4 100% 31 - 40 f 9 24 33
% 27,3 72,7 100% 41 - 50 f 1 11 12
% 8,3 91,7 100% 51 - 60 f 4 5 9
% 44,4 55,6 100% Total f 30 80 110
% 27,3 72,7 100% Fuente: Hospital A. Sabogal S.
GRÁFICA Nº 19
Relación del dolor de cabeza, sienes, cara u oídos y el grupo etáreo en la muestra
estudiada.
28,6 27,3
8,3
44,4
71,4 72,7
91,7
55,6
0
1020
30
40
5060
70
8090
100
20 - 30 31 - 40 41 - 50 51 - 60
Porc
enta
je d
e ca
sos
SiNo
El grupo etáreo de 51 a 60 años presentan mayor frecuencia de dolor de cabeza,
cara, sienes u oídos que los otros grupos etéreos, siendo esta una diferencia no
significativa.
64
TABLA N° 20
Relación del dolor al abrir la boca o masticar alimentos y el sexo en la muestra
estudiada.
Dolor al abrir de la boca sexo
Si No Total Femenino f 10 71 81
% 12,3 87,7 100% Masculino f 0 29 29
% 0 100 100% Total f 10 100 110
% 9,1 90,9 100% Fuente: Hospital A. Sabogal S.
GRÁFICA Nº 20
Relación del dolor al abrir la boca o masticar alimentos y el sexo en la muestra
estudiada
Dolor al abrir la boca
12,30
87,7100
0
20
40
60
80
100
120
Femenino Masculino
Porc
enta
je d
e ca
sos
sino
Los del sexo femenino presentaron mayor prevalencia que los del sexo masculinos,
siendo esta una diferencia significativa (P<0.05).
65
TABLA N° 21
Relación del dolor al abrir la boca o masticar alimentos y el grupo etáreo en la
muestra estudiada. Dolor al abrir la boca Edad
Si No Total 20 - 30 f 6 50 56
% 10,7 89,3 100% 31 - 40 f 3 30 33
% 9,1 90,9 100% 41 - 50 f 1 11 12
% 8,3 91,7 100% 51 - 60 f 0 9 9
% 0 100 100% Total f 10 100 110
% 9,1 90,9 100% Fuente: Hospital A. Sabogal S.
GRÁFICA Nº 21
Relación del dolor al abrir la boca o masticar alimentos y el grupo etáreo en la
muestra estudiada.
10,7 9,1 8,30
89,3 90,9 91,7100
0
20
40
60
80
100
120
20 - 30 31 - 40 41 - 50 51 - 60
Porc
enta
je d
e ca
sos
SiNo
El grupo etáreo de 20 a 30 años presentan mayor frecuencia de dolor de al abrir la
boca o masticar alimentos, que los otros grupos etéreos, siendo esta una diferencia
no significativa.
66
TABLA Nº 22
Relación crujidos al abrir la boca o masticar alimentos y el sexo en muestra estudiada.
Crujidos al abrir la boca Sexo
Si No Total Femenino f 22 59 81
% 27,2 72,8 100% Masculino f 1 28 29
% 3,4 96,6 100% Total f 23 87 110
% 20,9 79,1 100% Fuente: Hospital A. Sabogal S.
GRÁFICA Nº 22
Relación crujidos al abrir la boca o masticar alimentos y el sexo en muestra estudiada.
27,2
3,4
72,8
96,6
0
20
40
60
80
100
120
Femenino Masculino
Por
cent
aje
de c
asos
SiNo
Los del sexo femenino presentaron mayor prevalencia que los del sexo masculinos,
siendo esta una diferencia significativa (P<0.05).
TABLA Nº 23
67
Relación crujidos al abrir la boca o masticar alimentos y el grupo etáreo en la muestra
estudiada. Crujidos al abrir la boca Edad
Si No Total 20 - 30 f 11 45 56
% 19,6 80,4 100% 31 - 40 f 7 26 33
% 21,2 78,8 100% 41 - 50 f 3 9 12
% 25 75 100% 51 - 60 f 2 7 9
% 22,2 77,8 100% Total f 23 87 110
% 20,9 79,1 100% Fuente: Hospital A. Sabogal S.
GRÁFICA Nº 23
Relación crujidos al abrir la boca o masticar alimentos y el grupo etáreo en la muestra
estudiada.
19,6 21,225 22,2
80,4 78,875 77,8
0
10
20
30
40
50
60
70
80
90
20 - 30 31 - 40 41 - 50 51 - 60
Porc
enta
je d
e ca
sos
SiNo
El grupo etáreo de 51 a 60 años presentan mayor frecuencia de los crujidos al abrir la
boca o masticar alimentos, que los otros grupos etéreos, siendo esta una diferencia
no significativa.
TABLA N° 24
68
Relación entre la dificultad al abrir grande la boca para morder una manzana o al
bostezar y el sexo en la anamnesis de la muestra estudiada.
Dificultad al abrir la boca Sexo Si No Total Femenino f 11 70 81
% 13,6 86,4 100% Masculino f 1 28 29
% 3,4 96,6 100% Total f 12 98 110
% 10,9 89,1 100% Fuente: Hospital A. Sabogal S.
GRÁFICA N° 24
Relación entre la dificultad al abrir grande la boca para morder una manzana o al
bostezar y el sexo de la muestra estudiada.
13,63,4
86,496,6
0
20
40
60
80
100
120
Femenino Masculino
Por
cent
aje
de c
asos
SiNo
Los del sexo femenino presentaron mayor frecuencia que los del sexo masculino,
siendo esta una diferencia no significativa.
TABLA N° 25
69
Relación entre la dificultad al abrir la boca y el grupo etáreo de la muestra estudiada. Dificultad al abrir la boca Edad
Si No Total 20 - 30 f 7 49 56
% 12,5 87,5 100% 31 - 40 f 3 30 33
% 9,1 90,9 100% 41 - 50 f 1 11 12
% 8,3 91,7 100% 51 - 60 f 1 8 9
% 11,1 88,9 100% Total f 12 98 110
% 10,9 89,1 100% Fuente: Hospital A. Sabogal S.
GRÁFICA N° 25
Relación entre la dificultad al abrir la boca y el grupo etáreo de la muestra estudiada.
12,5 9,1 8,3 11,1
87,5 90,9 91,7 88,9
0
1020
30
40
5060
70
8090
100
20 - 30 31 - 40 41 - 50 51 - 60
Porc
enta
je d
e ca
sos
SiNo
El grupo etáreo de 20 a 30 años presentan mayor frecuencia, que los otros grupos
etéreos, siendo esta una diferencia no significativa.
TABLA N° 26
70
Relación entre se le atasca o desencaja la mandíbula alguna vez y el sexo de la
muestra estudiada.
Se le atasca la mandibula Sexo Si No Total Femenino f 8 73 81
% 9,9 90,1 100% Masculino f 1 28 29
% 3,4 96,6 100% Total f 9 101 110
% 8,2 91,8 100% Fuente: Hospital A. Sabogal S.
GRÁFICA N° 26
Relación entre se le atasca o desencaja la mandíbula alguna vez y el sexo de la
muestra estudiada.
9,93,4
90,196,6
0
20
40
60
80
100
120
Femenino Masculino
Por
cent
aje
de c
asos
SiNo
Los del sexo femenino presentaron mayor frecuencia que los del sexo masculino,
siendo esta una diferencia no significativa.
TABLA N° 27
71
Relación entre se le atasca o desencaja la mandíbula alguna vez y el grupo etáreo de
la muestra estudiada.
Se le atasca la mandíbula Edad Si No Total
20 - 30 f 4 52 56 % 7,1 92,9 100%
31 - 40 f 3 30 33 % 9,1 90,9 100%
41 - 50 f 1 11 12 % 8,3 91,7 100%
51 - 60 f 1 8 9 % 11,1 88,9 100%
Total f 9 101 110 % 8,2 91,8 100%
Fuente: Hospital A. Sabogal S.
GRÁFICA N° 27
Relación entre se le atasca o desencaja la mandíbula alguna vez y el grupo etáreo de
la muestra estudiada.
7,1 9,1 8,3 11,1
92,9 90,9 91,7 88,9
0
1020
30
40
5060
70
8090
100
20 - 30 31 - 40 41 - 50 51 - 60
Por
cent
aje
de c
asos
SiNo
El grupo etáreo de 51 a 60 años presentan mayor frecuencia, que los otros grupos
etéreos, siendo esta una diferencia no significativa.
TABLA N° 28
72
Relación entre la sensibilidad muscular a la palpación y el sexo de la muestra
estudiada.
Dolor muscular Sexo Si No Total Femenino f 21 60 81
% 25,9 74,1 100% Masculino f 2 27 29
% 6,9 93,1 100% Total f 23 87 110
% 20,9 79,1 100% Fuente: Hospital A. Sabogal S.
GRÁFICA N° 28
Relación entre la sensibilidad muscular a la palpación y el sexo de la muestra
estudiada.
25,9
6,9
74,1
93,1
0
1020
30
40
5060
70
8090
100
Femenino Masculino
Porc
enta
je d
e ca
sos
SiNo
Los del sexo femenino presentaron mayor prevalencia que los del sexo masculino,
siendo esta una diferencia significativa (p<0.05).
TABLA N° 29
73
Relación entre sensibilidad muscular a la palpación y el grupo etáreo de la muestra
estudiada.
Dolor muscular Edad Si No Total
20 - 30 f 10 46 56 % 17,9 82,1 100%
31 - 40 f 9 24 33 % 27,3 72,7 100%
41 - 50 f 1 11 12 % 8,3 91,7 100%
51 - 60 f 3 6 9 % 33,3 66,7 100%
Total f 23 87 110 % 20,9 79,1 100%
Fuente: Hospital A. Sabogal S.
GRÁFICA N° 29
Relación entre la sensibilidad muscular a la palpación y el grupo etáreo de la muestra
estudiada.
17,927,3
8,3
33,3
82,172,7
91,7
66,7
0
1020
30
40
5060
70
8090
100
20 - 30 31 - 40 41 - 50 51 - 60
Porc
enta
je d
e ca
sos
SiNo
El grupo etáreo de 51 a 60 años presentan mayor frecuencia, que los otros grupos
etéreos, siendo esta una diferencia no significativa.
TABLA N° 30
74
Relación entre sensibilidad de las ATMs a la palpación y el sexo de la muestra
estudiada.
Dolor al ATM Sexo Si No Total Femenino f 20 61 81
% 24,7 75,3 100% Masculino f 3 26 29
% 10,3 89,7 100% Total f 23 87 110
% 20,9 79,1 100% Fuente: Hospital A. Sabogal S.
GRÁFICA N° 30
Relación entre sensibilidad de las ATMs a la palpación y el sexo de la muestra
estudiada.
24,7
10,3
75,3
89,7
0
1020
30
40
5060
70
8090
100
Femenino Masculino
Por
cent
aje
de c
asos
SiNo
Los del sexo femenino presentaron mayor frecuencia que los del sexo masculino,
siendo esta una diferencia no significativa.
TABLA N° 31
75
Relación entre sensibilidad de las ATMs a la palpación y el grupo etáreo de la
muestra estudiada.
Dolor al ATM Edad Si No Total
20 - 30 f 13 43 56 % 23,2 76,8 100%
31 - 40 f 6 27 33 % 18,2 81,8 100%
41 - 50 f 1 11 12 % 8,3 91,7 100%
51 - 60 f 3 6 9 % 33,3 66,7 100%
Total f 23 87 110 % 20,9 79,1 100%
Fuente: Hospital A. Sabogal S.
GRÁFICA N° 31
Relación entre sensibilidad de las ATMs a la palpación y el grupo etáreo de la
muestra estudiada.
23,218,2
8,3
33,3
76,881,8
91,7
66,7
0
1020
30
40
5060
70
8090
100
20 - 30 31 - 40 41 - 50 51 - 60
Porc
enta
je d
e ca
sos
SiNo
El grupo etáreo de 51 a 60 años presentan mayor frecuencia, que los otros grupos
etéreos, siendo esta una diferencia no significativa.
TABLA N° 32
76
Relación entre los ruidos de las ATMs y el sexo de la muestra estudiada.
Ruidos al ATM Sexo Si No Total Femenino f 39 42 81
% 48,1 51,9 100% Masculino f 11 18 29
% 37,9 62,1 100% Total f 50 60 110
% 45,5 54,5 100% Fuente: Hospital A. Sabogal S.
TABLA N° 32
Relación entre los ruidos de las ATMs y el sexo de la muestra estudiada.
48,1
37,9
51,9
62,1
0
10
20
30
40
50
60
70
Femenino Masculino
Porc
enta
je c
asos
SiNo
Los del sexo femenino presentaron mayor frecuencia que los del sexo masculino,
siendo esta una diferencia no significativa.
TABLA N° 33
77
Relación entre los ruidos de las ATMs y el grupo etáreo de la muestra estudiada.
Ruidos al ATM Edad Si No Total
20 - 30 f 25 31 56 % 44,6 55,4 100%
31 - 40 f 16 17 33 % 48,5 51,5 100%
41 - 50 f 4 8 12 % 33,3 66,7 100%
51 - 60 f 5 4 9 % 55,6 44,4 100%
Total f 50 60 110 % 45,5 54,5 100%
Fuente: Hospital A. Sabogal S.
GRÁFICA N° 33
Relación entre los ruidos de las ATMs y el grupo etáreo de la muestra estudiada.
44,648,5
33,3
55,655,451,5
66,7
44,4
0
10
20
30
40
50
60
70
80
20 - 30 31 - 40 41 - 50 51 - 60
Por
cent
aje
de c
asos
SiNo
El grupo etáreo de 51 a 60 años presentan mayor frecuencia, que los otros grupos
etéreos, siendo esta una diferencia no significativa.
CAPÍTULO V DISCUSIÓN
78
En el presente trabajo de investigación estudiamos 110 sujetos que se encuentran
entre la segunda y sexta década de la vida, 81 (73.6%) eran mujeres y 29 (26.4%)
eran hombres. Okenson (7); El Dorland´s Illustrated Medical Dictionary describe a la
epidemiología como “el estudio los factores que determinan e influyen en la
frecuencia y la distribución de una, enfermedad, lesión y otros acontecimientos
relacionados con la salud en una población humana concreta de cara a la ejecución
de programas para prevenir y controlar su desarrollo y dispersión”.
En la distribución de signos y síntomas de los Trastornos Temporomandibulares de
nuestro estudio, encontramos que la frecuencia de signos fue de 56.4% que presentó
algún signo relacionado con los TTM y la frecuencia de síntomas fue de un 27.3%
que manifestó al menos un síntoma que se encuentra relacionado con los TTM.
Resultados similares al de nuestro estudio son como los de Solberg (30) que
examinaron a 739 individuos, estudiantes universitarios estadounidenses,
completaban un cuestionario o se les realizaba una breve exploración clínica para
identificar posibles signos y síntomas relacionados con los TTM. Se consideraba un
signo a cualquier observación clínica asociada con TTM. Un síntoma era aquel signo
de que el paciente fuera consciente y que, por tanto, fuera notificado por él. La
exploración clínica reveló que el 76% presentaba uno o varios signos asociados con
TTM, sin embargo, el cuestionario reveló que solo el 26% de los estudiantes indicaba
la presencia de un síntoma relacionado con TTM, el 50% del grupo presentaba
signos que no eran referidos como síntomas. Los signos que están presentes, pero
de que el paciente no es consciente, se denominan subclínicos. Larrucea (36)
encontró porcentajes similares en cuanto al signos al de nuestro estudio,
demostrando que el 45% refiere al menos un síntoma asociado con TTM y el 58% al
menos un signo. Klaus (22), encontró el 34% de individuos con conciencia de uno o
más síntomas de trastornos temporomandibulares, pero solo el 2% presentó
síntomas de severos. Okenson (7), realizó un promedio de diversos estudios en el
transcurso del tiempo relacionados a distribución de los síntomas y signos asociados
a los TTM concluyendo que el promedio del 41% de estas poblaciones refirieron al
79
menos un síntoma asociado con el TTM, mientras que un promedio del 56% había
por lo menos un signo clínico.
Del total de la muestra, el signo que presentó mayor prevalencia fue el de alteración
en la dinámica mandibular con 56.4%, Larrucea (36), presentó a este signo como el
más prevalente pero con un 92.8%.
Le siguió los ruidos articulares con el 45.5%, similar al de Corsini (61) con 50% y más
de lo visto por Arroyo (18) 34.6% y Hansson y Nilner (33) 42%, estudios
epidemiológicos de Dworkin y LeResche (72) y Agerberg y Helkimo (73), han
mostrado que la cantidad de pacientes con sonidos de ATM, varía entre el 14% y
44% en la población examinada, y los sonidos ocurren en un 90% de pacientes con
TTM, Okenson (7), refiere que la tendencia actual es no considerar a estos signos
cuando se encuentran solos pero pueden ser indicativos de problemas de
desarreglos internos cuando están asociados con dolor y limitación de la apertura
bucal.
El tercer signo más prevalente fue el de sensibilidad muscular a la palpación obtuvo
una frecuencia de 20.9%, del total de nuestra muestra, porcentaje similar fue el de
Bermejo (1) con 21% a diferencia de de Paredes 33.7% (12), Hansson con el 50% (6)
y con el Gamboa 90% (22).
Del total de la muestra, el síntoma que se manifestó con más prevalencia fue el de
dolor de cabeza, sienes, cara u oídos, con un 27.3%, más de lo que presentó
Hansson (6) 20%, Arroyo 23.9% (18), Bermejo (1) 25% y menor a la de Paredes (12)
66.7% estos porcentajes varían según al tamaño de la muestra y el rango del grupo
etáreo.
El segundo síntoma con mayor prevalencia del total de la muestra estudiada según
nuestra anamnesis fue el de crujidos al abrir la boca o al masticar alimentos con un
20.9% un porcentaje menor al encontrado por Bermejo (1) que fue de un 27%.
80
Los signos y síntomas de los Trastornos Temporomandibulares (TTM) en función del
sexo y la edad han sido objetivos de múltiples investigaciones. Helkimo (26),
Hansson y Nilner. (33)
Al relacionar los signos y síntomas con la edad y el sexo, se obtuvieron resultados
significativos como el signo clínico de sensibilidad muscular a la palpación al
relacionarlo con el sexo hay una mayor incidencia en el sexo femenino que
representa a 21 (25.9%) personas y el sexo masculino con 2 (6.9%) personas,
encontrándose una diferencias significativas (p< 0.05), Sandro Palla (5), menciona
que en general las mujeres sufren más frecuentemente el dolor crónico y relatan
dolores más fuertes y más duraderos que los hombres; además, que son numerosos
los trastornos dolorosos con prevalencia más elevada en las mujeres que en los
hombres. Como ha concluido LeResche, la asociación entre sexo y el dolor,
igualmente es muy compleja. (5)
81
CAPÍTULO VI CONCLUSIONES
1. De la población estudiada el 56.4% presentó algún signo relacionado con los
Trastornos Temporomandibulares
2. De la población estudiada el 27.3% manifestó tener algún síntoma en relación
a los Trastornos Temporomandibulares.
3. El signo más prevalente es la alteración de la dinámica mandibular y el
síntoma más prevalente fue el de dolor de cabeza, sienes, cara u oídos.
4. Los del sexo femenino presentan mayor sensibilidad muscular a la palpación
que los del sexo masculino, pero no existen diferencias entre los grupos
etáreos.
5. Los del sexo femenino presentan mayor dolor a la apertura bucal o al masticar
alimentos que los del sexo masculino, pero no existen diferencias entre los
grupos etáreos.
6. Los del sexo masculino presentan menores ruidos articulares en la apertura
bucal o al masticar alimentos que los del sexo femenino, pero no existen
diferencias entre los grupos etáreos.
82
CAPÍTULO VII RECOMENDACIONES
1. Los trastornos temporomandibulares (TTM) deben tener una atención primaria,
como principal estrategia, lo que servirá para poder tomar medidas preventivas
que eviten nuevos casos de cuadros de dolor crónico, para mejorar
significativamente el desempeño laboral y la calidad de vida de los pacientes
afectados.
2. La Facultad de Estomatología de la UIGV y otras, deberían implementar
cursos específicos sobre trastornos temporomandibulares (TTM) no tan sólo
en el pregrado sino también en el postgrado principalmente.
3. Se recomienda a los servicios públicos de salud bucal, capacitar a su personal
odontoestomatológico, brindando cursos y programas de atención sobre esta
afección, para un tratamiento más eficaz y oportuno.
4. Realizar estudios analíticos y longitudinales que permitan ampliar los
resultados obtenidos en la investigación y así ayudar a construir el mapa
epidemiológico de esta afección en nuestro medio.
5. El profesional odontoestomatólogo actual; deberá, estar alerta ante los
trastornos temporomandibulares (TTM), a fin de prevenir, diagnosticar y decidir
la necesidad de tratamiento o no.
83
CAPÍTULO VIII RESUMEN
Se realizó un estudio de tipo transversal, descriptivo y epidemiológico, con el
propósito de ver la distribución de signos y síntomas de los TTM el cual consistió en
la evaluación de 110 pacientes de ambos sexos, atendidos en el servicio de
odontología del Hospital Alberto Sabogal Sologüren (EsSalud), cuyas edades se
encontraban entre los 20 y 60 años, el cual se les aplicó una Historia Clínica
elaborada por la Universidad de Murcia que consistió en una parte anamnésica y la
otra de exámenes clínicos.
Los resultados mostraron como signo de TTM más prevalente a las “alteraciones de
la dinámica mandibular” y como síntoma de TTM más prevalente manifestó al “dolor
de cabeza, sienes, cara u oídos” con un 27.3%, se halló una mayor prevalencia de
signos y síntomas en el sexo femenino, más no se encontró diferencias significativas
con respecto a los grupos etáreos.
84
CAPITULO IX REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1. Bermejo A., Sáez M.R., Cascales J. Prevalencia de signos y síntomas
temporomandibulares en una población de la región de Murcia. Archivos de
OdontoEstomatología. 2002, 18(3):157-164.
2. Bermejo A. Medicina Bucal. Madrid: Editorial Síntesis, 1998; 2: p. 126-127.
3. García-Fajardo, C.: Dolor Odonto Estomatológico. 1º Edición. Madrid: Ripano;
2007. p. 107; 431.
4. Estrella Sosa, G. Detección precoz de los Desórdenes Temporomandibulares.
Primera edición. Editorial Amolca. 2006: p 109-11.
5. Palla, S.: Mioartropatías del sistema masticatorio y dolores orofaciales. 1º
edicion, Milano: RC; 2003.
6. Hansson T.; Henee W.; Hesse, J.; Jimenez, V.: Disfunción
Craneomandibular.Barcelona: Praxis, 1988.
7. Okenson JP.: Oclusión y afecciones temporomandibulares .3 ed. Barcelona:
Mosby; 1995.
8. Fricton J.: Avances recientes en disfunción temporomandibular y dolor
orofacial; J.: Am. Dent. Assoc. Año 8 Nº 3, 1992/93. Artículo 6 compendio: 40-
50.
9. Clínicas Odontológicas Norteamericanas: Dolor orofacial y trastornos
relacionados. Editorial Mc Graw Hill Interamericana. Volumen 2/1997:167,185-
93, 321-26, 377.
85
10. Alonzo, A.; Albertini, J.; Bechellia, A.: Oclusión y diagnóstico en rehabilitación
oral. Primera edición. Editorial Médica Panamericana S.A. Buenos Aires.
1999: 547-574.
11. Bascones, A.: Tratado de odontología. Segunda edición. Ediciones Avances,
tomo III. España.1998: 2381-2393.
12. Paredes, G.: Disfunción craneomandibular y ansiedad en las áreas de
influencia de la facultad de odontología de la UNMSM. Tesis para optar el
grado de Magíster en Estomatología. Lima-Perú 1998.
13. Metha, N.: Muscular Disorders. In: Kaplan A, Assaell L, editors.
Temporomandibular disorders. Diagnosis and treatment. Philadelphia PA,
USA: Saunders; 1992. p 118-141.
14. Greene C, Marbach J.: Epidemiologic studies of mandibular dysfunction. J
Pros Dent 1982; 48: 1984-90.
15. Greene y col.: Myofascial pain-dysfunction syndrome. The evolution of
concepts Laskin editors, 1979
16. Sphal, J.; and Col.: Ortopedia maxillofacial clínica y aparatología. ATM. Tomo
III. Primera edición. Ediciones científicas y técnicas S.A. España. 1993.
17. Gerwin RD. : Myofacial pain syndromes in the upper extremity. J Han Ther
1997; 10(2): 130-4.
18. Arroyo, C.: Relación entre signos y síntomas de Desordenes
Temporomandibulares y Desarmonías Oclusales en estudiantes de
odontología. Tesis para optar el grado de magíster. UNMSM, Lima-Perú 1999.
86
19. Vanderas, A.: Relationship between oral Parafunctions and craneomandibular
dysfunction and children and adolescents: A review Journal of Dentistry for
Children, 1994; sep-dic:
20. Díaz Fernández JM, Velázquez Bleg R, Alfonso Reyes H. Efecto del
tratamiento quirúrgico de los terceros molares inferiores sobre el síndrome de
disfunción temporomandibular. Rev Cubana Estomatol 1996; 32(2):76.
21. Costen JB.: Syndrome of ear and sinus symptoms dependent upon disturbed
function of the temporomandibular joint. A Otol Rhinol Laryngol 1934; 43: 1-15.
22. Gamboa, J.: Dolor muscular como síntoma principal en pacientes adultos que
presentan trastornos temporomandibulares, Tesis de titilación UNMSM 2004.
23. Oliveira AS, Dias EM, Contato RG, Berzin F. Prevalence study of signs and
symptoms of temporomandibular disorder in Brazilian college students. Braz
Oral Res 2006; 20(1):3-7.
24. Gelb H., Gelb M.: An Orthopedic Approach to the Diagnosis and treatment of
Craniocervical Mandibular Disorders, en New Concepts in Craniomandibular
and Cronic Pain Management. Ed. Gelb Harold, Mosby – Wolfe Espaxs S.A.,
Editorial Publicaciones Médicas, España, 1994, Cap. 9, pp. 215-247.
25. Helkimo M.: Epidemiological surveys of dysfunction of the masticatory system
In: Temporomandibular Joint Functionand Dysfuntion. Zarb, G.A. and Carlsson,
GR. Eds. ST. Louis, Mosby cap.6, 1979.
26. Helkimo M.: Studies in function and dysfunction of the masticatory system. I.
An epidemiological investigation of symptoms of dysfunction in Lapps in the
North of Finland. Proc. Finn Dent. Soc. 1974; 70:37-49.
87
27. Molina, F.M.: Prevalencia de Disfunción Craneomadibular, según el índice de
Helkimo en la Escuela de Oficiales de PNP en el período Octubre 93- Enero
94. Tesis para optar el titulo de Cirujano Dentista 1994.
28. Greene C. S.: Etiology of temporomandibular disorders. Semin. Orthod., 14(4):
222-8, 1995.
29. Cornejo, JL.: Sensibilidad y Especificidad del Índice de Exploración Muscular
de Krough Poulsen en el Diagnóstico de los Trastornos Temporomandibulares.
Tesis para optar grado de Magíster en Estomatología. UNMSM. Lima – Perú
1998.
30. Solberg, W.; Houston J.: Prevalence of mandibular dysfunction in yung adults.
J: and Dent. Assoc. 1979; 98: 25.
31. Barnet R., Domínguez L., Muguercia A., Reimondo R. Frecuencia y
Sintomatología de las Disfunciones Temporomandibulares. Revista Cubana
Ortodoncia 1998; 13(1):7-12.
32. Clark Glenn T.: Diagnóstico y tratamiento de las alteraciones
temporomandibulares dolorosas. CiínOdontol Norteam 1996 ;31 (4):801-29.ç
33. Hansson T., Nilner M.: A study of the occurrence of symptoms of diseases of
the temporomandibular joint, masticatory musculature and related. J. Oral
Rehabil. 1975; 2: 313-24.
34. Nunes R., Martins M., Martins E.: Prevalência do sindrome de disfuncion em
jovenes de 14 a 20 anos de idade. Rev. Fac. Odontol. Porto Alegre, jun-jul.
1989; 33(28/29): 10-12.
35. Jiménez Z., De Los Santos L., Sáez R., García I. Prevalencia de los trastornos
temporomandibulares en la población de 15 años y más de la Ciudad de La
88
Habana. Revista Cubana Estomatología v.44 n.3 Ciudad de La Habana jul.-
sep. 2007.
36. Larrucea C., Castro R., Vera A. Estudio de Estudio de Prevalencia de Signos y
Síntomas de Trastornos Temporomandibulares (TTM) en un grupo de adultos
en Talca, Chile. Revista de Chile 2002, 93 (3) 28-36.
37. Nugent, A.J.: Frecuencia de la Disfunción del Sistema Estomatognático, en la
comunidad nativa de Alto Puñizas anexo del distrito de San Luis de Shuaro,
Provincia de Chanchamayo, departamento de Junín. Tésis de Bachiller UPCH.
1988.
38. Díaz Fernández J., Yavas V.: Tratamiento del síndrome de disfunción
muscular y de la ATM en adolescentes. Rev. Cub. Rotad. 1990.
39. Özan F, Polat S, Kara Iÿ , Küçük D, Polat HB. Prevalence Study of Signs and
Symptoms of Temporomandibular Disorders in a Turkish Population. J
Contemp Dent Pract 2007 May; (8)4:035-042.
40. Grosfeld J., Lavigne G., Klund J.: Results of epidemiological exanimations of
temporomandibular joint in adolescents an young adults, J. Oral Rehabil. 1985;
12: 95-105.
41. Gaje J. P.: Mechanism of disc displacement in temporomandibular join Aust.
Dent; 1989.
42. Irving J, Wood GD, Hackett AF. : Does temporomandibular disorder pain
dysfunction syndrome affect dietary intake? Dent Update 1999 ;26 (9):405-7.
89
43. Kuttila, M.; Niemi, P.; Kuttila S.; Alanem P. & Le Bell, Y. TMD treatment need in
relation toa ge, gender, stress and diagnostic subgroup. J. of Oralfacial Pain,
12:66-74, 1998.
44. Laskin y col. Etiology of the pain-dysfunction syndrome. Journal of the
American Dental Association, 1969. 79:149.
45. Dimitroulis, G. Temporomandibular disorders: A clinical update. British Medical
J., 317(7152): 190-4, 1998.
46. Pasco Pont C.: Frecuencia de la Distribución del Sistema Masticatorio en la
comunidad rural de Hualis, Anexo del Distrito de Marco, provincia de Jauja,
departamento de Junín. Tesis de Grado UPCH 1988.
47. Valdivia, M.L.: Relación entre la disfunción del sistema masticatorio y la
ausencia de piezas dentarias, según numero y tipo de sujetos desdentados
parciales. Tesis Bachiller UPCH lima 1986.
48. Ariano D.: Relación entre la disfunción del sistema masticatorio y los contactos
dentarios oclusales en los lados mandibulares no funcionales en sujetos con
denticiones naturales completas. Tesis de Bachiller. UPCH 1984.
49. Agerberg G, Carlsson G. Functional disorders of the masticatory system: I
distribution of symptoms by questionnaire. Act Odont Scand 1972; 30(6):597-
613.
50. Agerberg G, Osterberg T. Maximal mandibular movements and symptoms of
mandibular dysfunction in 70 years old men and woman. Swed Dent J
1974;76(5):147-63.
90
51. Goldstein, B. H. TMD: A review of current understanding. J. Oral Surg. Oral
Med Oral Pathol. Oral Radiol. and Endod:, 88(4): 379-85, 1999.
52. Ramer, E.: Controversia sobre el padecimiento articular temporomandibular.
Clin Odont 1994;(1):122.
53. Gerke, Dale; Lindsay C. Richar; Goss, Alastair: A multivariate study of patients
with teporomandibular joint disorder, atypical facial pain, and dental pain:
Australia; the University of Adelaye, J Prosthet Dent. September 1992: 68;
526-32.
54. McNeill, C.: History and evolution of TMD concepts. J. Oral Surg. Oral Med
Oral Pathol. Oral Radiol. and Endod:, 83(1): 51-60, 1997.
55. McNeill, C.: Temporomandibular Disorders. Guidelines for classification,
assessment, and management. The American Academy of Orofacial Pain. The
Quintessence Publishing Co, Inc. Chicago 1993.
56. Paredes, G.: Apuntes de oclusión, manual de procedimientos clínicos para el
diagnóstico y tratamiento de la disfunción craneomandibular. Lima UNMSM,
1993.
57. Schiffman, E.; Fricton J.; Haley A.; Siapro B.: Prevalence an treatment needs
of TMD. Jada 1989; 120: 295-304.
58. Dworkin, S. 1992. Approach to the problem, en Research diagnostic criteria for
temporomandibular disorders: Review, criteria, examinations and specifications,
critique. Dworkin, S. y LeResche, L. (eds.). J Craniomandib Disord Facial Oral
Pain. 6: 301-355.
91
59. Shafer, W.G.; Hine, M.K.; Levy, B.M.: Tratado de patología bucal. 4 ed. México
DF: Nueva Editorial Interamericana; 2000. p. 743 -4.
60. Brand RW. Anatomía de las estructuras orofaciales. 7ma. Edic. Editorial
Harcourt. Madrid 1999.
61. Corsini G.: Determinación de los signos y síntomas de los trastornos
temporomandibulares, en estudiantes de 13 a 18 años de un colegio de la
comuna de Temuco, Chile. International Journal of Morphology, 23(4): 345-352,
2005.
62. Sadwosky, C.: Temporomandibular disorders and functional occlusion after
orthodontic treatment of two long term studies. Am J Orthod. 1984; 86(5):386-
90.
63. Austin DG., Pertes RA.: Examination of the TMD patient. In Pertes RA, Gross
S (eds): Clinical Management of Temporomandibular Disorders and Orofacial
Pain. Chicago, Quintessence, 1995, p 123.
64. Calguneri M., Bird HA., Wright V. Changes in joint laxity occurring during
pregnancy. Ann Rheum Dis. 1982; 41: 126-8.
65. Dugal A, Ansemon N.: The entrapped greater occipital nerve and internal
derangement of the TMJ. J Craniomandib Pract 2: 51, 1983.
66. Thurk, D.: Psichosocial and behavoiral assessmentof patients with
temporomandibular disorders. J. Oral Surg. Oral Med Oral Pathol. Oral Radiol.
and Endod:, 83(1): 87-90, 1998.
92
67. Castillo Hernandez R. y Col.: Asociación de las variables oclusales y a
ansiedad en la disfunción temporomandibular. Rev. Cub. Ortod. Enero-Junio
1995.
68. Kruger. Cirugía Buco Maxilofacial. 5 ed. México: Editorial
Médica Panamericana; 1986. p. 386-92.
69. Le Resche, L., Fricton, J., Mohl, N., Sommers, E. y Truelove, E. 1992. A. Axis
I: Clinical TMD conditions, en Research diagnostic criteria for
temporomandibular disorders: Review, criteria, examinations and specifications,
critique. Dworkin, S. y Le Resche, L. (eds.). J. Craniomandi. Disord. Facial Oral
Pain. 6: 301 - 355.
70. Egermark-Eriksson I., Ingeval B., Carisson G., The dependence of mandibular
dysfunction in children on functional and morphologic malocclusion. American
Journal of Orthodontis, 1993.
71. Mohl, N.;Ohrbach, R.: The dilemma of scientific knowledge versus clinical
management of temporomandibular disorders. The Journal of Prosthetic
Dentistry, 1992; 67: 113-20.
72. Dworkin S.F., Huggins K.H., Le Resche L., Von Korff M., Howard J., Truelove
E.: Epidemiology of signs of symptoms in temporomandibular disorders: clinical
sings in cases and controls. J Am Dent Assoc 1990; 120: 273-81.
73. Agerberg G., Helkimo M.: Symptomatology of patients referred for mandibular
dysfunction; evaluation with the aid of questionnaire. J Craniomandib Pract
1987; 5: 157-63.
74. Travell, J.G.; Simona DG.: Myofascial Pain and Dysfunction: The Trigger Point
Manual. Baltimore, Williams & Wilkins, 1983.
93
75. Ingervall S., Le Resche L., De Rovent T.: Rehability of clinical measurement in
temporomandibular disorders. Clin. J. Pain 1990, 4: 89-100.
76. Munhoz, C.: Avaliaçäo global da postura ortostática de indivíduos portadores
de distúrbios internos da articulaçäo temporomandibular: aplicabilidade de
métodos clínicos, fotográficos e radiográficos. Säo Paulo; s.n; 2001. viii, 103 p.
77. Ogus H. Mandibular joint. Internal reanaangement. Br J Oral Maxilofac Surg
1987;25(1):118-26.
78. Mohlin, B.; Ingervall, L.: Relation between malocclusion and mandibular
dysfunction in Swedindh men. Eur J Orth 1980 2: 229 – 238.
79. Viera, D.; Paula, A.; Denser, G.; Pessoa, T.: La importancia de la evaluación
postural en el paciente con disfunción de la articulación temporomandibular
Acta ortop. bras. v.12 n.3São Paulo jul./sep. 2004.
80. Caillet R. Posture. In Neck and Arm Pain, ed 3. Philadelphia, FA Davis, 1991, p
42.
81. McCreary, C.P., Clak, G.T., Merril, R.L., Flack, V.: Oakley, M.E. Psychological
distress and diagnostic subgroups of temoporomandibular disorder patients.
Pain, 44, 29-34, 1991.
82. Evcik, D.; Aksoy, A.;: Relatioship between head posture and
temporomandibular dysfunctión syndrome. Journal of Musculoskeletal Pain
v.12 n2 pg19 2004.
83. Thomas, N.: Utilization of Electromyographic Spectral Analysis in the Diagnosis
and Treatment of Craniomandibular Dysfunction, en Neuromuscular Dentistry;
94
The Next Millenium, Ed. David Hickman, ICCMO, Seattle, Washington, 1999,
Vol. V, pp. 159-160.
84. Maglione H. y Roldán O.: Disfunción craneomandibular. Incidencia de los
factores psíquicos en pacientes disfuncionados. Rev. Asoc. Odont. 1982.
85. Rocabado, M.: Arthrokinematics of the Temporomandibular Joint Clinical
Management of Head, Neck and TMJ Pain and Dysfunction. Ed. W.B.
Saunders Company 1985, Philadelphia, pp. 47-67.
86. Mannheimer, J.; Attanasio, R.; Cinotti W.: Cervical Strain and Mandibular
Whiplash. Effect upon the Craneomandibular Apparatus. Clin. Prev. Dent. 1989,
11:29
87. Mannheimer, J.; Rosenthal, R.: Acute and Postural abnormalities as related to
craneofacial pain and temporomandibular disorders. Dent Clin North Am
35:185, 1991.
88. Fuentes, R. Freesmeyer, W; Henriquez, J.: Influencia de la Postura Corporal
en la prevalecía de las Disfunciones Craneomandibuares. Revista Medica de
Chile, Vol. 127 N9 set 1999.
89. Delgado-Molina E, Berini-Aytés L, Gay-Escoda C. El diagnóstico por la imagen
de la patología de la articulación temporomandibular. Dolor 2000; 15:83-9.
90. Ellis Albert: Como controlar la ansiedad antes de que le controle a usted.
Primera edición. Editorial Paidós. 2000: 27-34.
91. Seyle, H.: The stress of life. New York: Mc Graw-Hill, 1956.
92. Beigton P., Solomon L., Soskolne CL. Articular moibility in an African
population. Ann Rheum Dis 1973; 32: 413-18.
95
93. Lience E.: Reumatología y Enfermedades Sistemicas, en Medicina Interna de
Farreras Rozman, Ed Harcourt Brace, 13ª Edición, Madrid, 1995, p. 1002.
94. Echeburua E.: Trastornos de la ansiedad en la infancia. Primera edición.
Madrid. Ediciones Pirámide, 1997: 21-29.
98
Análisis de datos Tabla Nº 18
Al relacionar el dolor de cabeza, sienes, cara u oídos con el sexo mediante la prueba
estadística no paramétrica del Chi cuadrado no se halló relación estadísticamente
significativa. (P>0.05)
Pruebas de chi-cuadrado
1.998b 1 .158
1.370 1 .242
2.130 1 .144
.225 .119
110
Chi-cuadrado de PearsonCorrección porcontinuidad
a
Razón de verosimilitudesEstadístico exacto deFisherN de casos válidos
Valor glSig. asintótica
(bilateral)Sig. exacta(bilateral)
Sig. exacta(unilateral)
Calculado sólo para una tabla de 2x2.a.
0 casillas (.0%) tienen una frecuencia esperada inferior a 5. La frecuencia mínima esperadaes 7.91.
b.
Tabla Nº 19
Al relacionar el dolor de cabeza, sienes, cara u oídos con la edad mediante la prueba
estadística no paramétrica del Chi cuadrado no se halló relación estadísticamente
significativa. (P>0.05)
Pruebas de chi-cuadrado
3.556a 3 .3143.981 3 .264
110
Chi-cuadrado de PearsonRazón de verosimilitudesN de casos válidos
Valor glSig. asintótica
(bilateral)
2 casillas (25.0%) tienen una frecuencia esperada inferior a 5.La frecuencia mínima esperada es 2.45.
a.
99
Tabla Nº 20
Al relacionar el dolor al abrir la boca o al masticar alimentos con el sexo mediante la
prueba estadística no paramétrica del Chi cuadrado se halló una relación
estadísticamente significativa. Concluyéndose que el dolor al abrir la boca o al
masticar alimentos es un síntomas más frecuente en el sexo femenino. (P<0.05)
Pruebas de chi-cuadrado
3.938b 1 .047
2.586 1 .108
6.471 1 .011
.060 .040
110
Chi-cuadrado de PearsonCorrección porcontinuidad
a
Razón de verosimilitudesEstadístico exacto deFisherN de casos válidos
Valor glSig. asintótica
(bilateral)Sig. exacta(bilateral)
Sig. exacta(unilateral)
Calculado sólo para una tabla de 2x2.a.
1 casillas (25.0%) tienen una frecuencia esperada inferior a 5. La frecuencia mínimaesperada es 2.64.
b.
Tabla Nº 21
Al relacionar el dolor al abrir la boca o al masticar alimentos con la edad mediante la
prueba estadística no paramétrica del Chi cuadrado no se halló relación
estadísticamente significativa. (P>0.05)
Pruebas de chi-cuadrado
1.087a 3 .7801.894 3 .595
110
Chi-cuadrado de PearsonRazón de verosimilitudesN de casos válidos
Valor glSig. asintótica
(bilateral)
3 casillas (37.5%) tienen una frecuencia esperada inferior a 5.La frecuencia mínima esperada es .82.
a.
100
Tabla Nº 22
Al relacionar los crujidos al abrir la boca o al masticar alimentos con el sexo mediante
la prueba estadística no paramétrica del Chi cuadrado se halló relación
estadísticamente significativa. Concluyéndose que los crujidos al abrir la boca o al
masticar alimentos es un síntomas más frecuente en el sexo femenino. (P<0.05)
Pruebas de chi-cuadrado
7.261b 1 .007
5.898 1 .015
9.360 1 .002
.007 .004
110
Chi-cuadrado de PearsonCorrección porcontinuidad
a
Razón de verosimilitudesEstadístico exacto deFisherN de casos válidos
Valor glSig. asintótica
(bilateral)Sig. exacta(bilateral)
Sig. exacta(unilateral)
Calculado sólo para una tabla de 2x2.a.
0 casillas (.0%) tienen una frecuencia esperada inferior a 5. La frecuencia mínima esperadaes 6.06.
b.
Tabla Nº 23
Al relacionar los crujidos al abrir la boca o al masticar alimentos con la edad mediante
la prueba estadística no paramétrica del Chi cuadrado no se halló relación
estadísticamente significativa. (P>0.05)
Pruebas de chi-cuadrado
.187a 3 .980
.182 3 .980110
Chi-cuadrado de PearsonRazón de verosimilitudesN de casos válidos
Valor glSig. asintótica
(bilateral)
2 casillas (25.0%) tienen una frecuencia esperada inferior a 5.La frecuencia mínima esperada es 1.88.
a.
101
Tabla Nº 24
Al relacionar la dificultad al abrir grande la boca al morder una manzana o al bostezar
con el sexo mediante la prueba estadística no paramétrica del Chi cuadrado no se
halló relación estadísticamente significativa. (P>0.05)
Pruebas de chi-cuadrado
2.256b 1 .133
1.334 1 .248
2.757 1 .097
.178 .120
110
Chi-cuadrado de PearsonCorrección porcontinuidad
a
Razón de verosimilitudesEstadístico exacto deFisherN de casos válidos
Valor glSig. asintótica
(bilateral)Sig. exacta(bilateral)
Sig. exacta(unilateral)
Calculado sólo para una tabla de 2x2.a.
1 casillas (25.0%) tienen una frecuencia esperada inferior a 5. La frecuencia mínimaesperada es 3.16.
b.
Tabla Nº 25
Al relacionar la dificultad al abrir grande la boca al morder una manzana o al bostezar
con la edad mediante la prueba estadística no paramétrica del Chi cuadrado no se
halló relación estadísticamente significativa. (P>0.05)
Pruebas de chi-cuadrado
.340a 3 .952
.347 3 .951110
Chi-cuadrado de PearsonRazón de verosimilitudesN de casos válidos
Valor glSig. asintótica
(bilateral)
3 casillas (37.5%) tienen una frecuencia esperada inferior a 5.La frecuencia mínima esperada es .98.
a.
102
Tabla Nº 26
Al relacionar si se le atasca o desencaja la mandíbula alguna vez con el sexo
mediante la prueba estadística no paramétrica del Chi cuadrado no se halló relación
estadísticamente significativa. (P>0.05)
Pruebas de chi-cuadrado
1.175b 1 .278
.475 1 .491
1.379 1 .240
.441 .257
110
Chi-cuadrado de PearsonCorrección porcontinuidad
a
Razón de verosimilitudesEstadístico exacto deFisherN de casos válidos
Valor glSig. asintótica
(bilateral)Sig. exacta(bilateral)
Sig. exacta(unilateral)
Calculado sólo para una tabla de 2x2.a.
1 casillas (25.0%) tienen una frecuencia esperada inferior a 5. La frecuencia mínimaesperada es 2.37.
b.
Tabla Nº 27
Al relacionar se le atasca o desencaja la mandíbula alguna vez con la edad mediante
la prueba estadística no paramétrica del Chi cuadrado no se halló relación
estadísticamente significativa. (P>0.05)
Pruebas de chi-cuadrado
.220a 3 .974
.213 3 .976110
Chi-cuadrado de PearsonRazón de verosimilitudesN de casos válidos
Valor glSig. asintótica
(bilateral)
4 casillas (50.0%) tienen una frecuencia esperada inferior a 5.La frecuencia mínima esperada es .74.
a.
103
Tabla Nº 28
Al relacionar la sensibilidad muscular a la palpación con el sexo mediante la prueba
estadística no paramétrica del Chi cuadrado se halló una relación estadísticamente
significativa. Concluyéndose que la sensibilidad muscular a la palpación es un signo
más frecuente en el sexo femenino. (P<0.05)
Pruebas de chi-cuadrado
4.676b 1 .031
3.596 1 .058
5.540 1 .019
.034 .023
110
Chi-cuadrado de PearsonCorrección porcontinuidad
a
Razón de verosimilitudesEstadístico exacto deFisherN de casos válidos
Valor glSig. asintótica
(bilateral)Sig. exacta(bilateral)
Sig. exacta(unilateral)
Calculado sólo para una tabla de 2x2.a.
0 casillas (.0%) tienen una frecuencia esperada inferior a 5. La frecuencia mínima esperadaes 6.06.
b.
Tabla Nº 29
Al relacionar la sensibilidad muscular a la palpación con la edad mediante la prueba
estadística no paramétrica del Chi cuadrado no se halló relación estadísticamente
significativa. (P>0.05)
Pruebas de chi-cuadrado
3.111a 3 .3753.238 3 .356
110
Chi-cuadrado de PearsonRazón de verosimilitudesN de casos válidos
Valor glSig. asintótica
(bilateral)
2 casillas (25.0%) tienen una frecuencia esperada inferior a 5.La frecuencia mínima esperada es 1.88.
a.
104
Tabla Nº 30
Al relacionar la sensibilidad de las ATMs a la palpación y el sexo mediante la prueba
estadística no paramétrica del Chi cuadrado no se halló relación estadísticamente
significativa. (P>0.05)
Pruebas de chi-cuadrado
2.658b 1 .103
1.861 1 .173
2.970 1 .085
.119 .082
110
Chi-cuadrado de PearsonCorrección porcontinuidad
a
Razón de verosimilitudesEstadístico exacto deFisherN de casos válidos
Valor glSig. asintótica
(bilateral)Sig. exacta(bilateral)
Sig. exacta(unilateral)
Calculado sólo para una tabla de 2x2.a.
0 casillas (.0%) tienen una frecuencia esperada inferior a 5. La frecuencia mínima esperadaes 6.06.
b.
Tabla Nº 31
Al relacionar la sensibilidad de las ATMs a la palpación con la edad mediante la
prueba estadística no paramétrica del Chi cuadrado no se halló relación
estadísticamente significativa. (P>0.05)
Pruebas de chi-cuadrado
2.316a 3 .5092.483 3 .478
110
Chi-cuadrado de PearsonRazón de verosimilitudesN de casos válidos
Valor glSig. asintótica
(bilateral)
2 casillas (25.0%) tienen una frecuencia esperada inferior a 5.La frecuencia mínima esperada es 1.88.
a.
105
Tabla Nº 32
Al relacionar los ruidos de las ATM y el sexo mediante la prueba estadística no
paramétrica del Chi cuadrado no se halló relación estadísticamente significativa.
(P>0.05)
Pruebas de chi-cuadrado
.899b 1 .343
.534 1 .465
.907 1 .341
.390 .233
110
Chi-cuadrado de PearsonCorrección porcontinuidad
a
Razón de verosimilitudesEstadístico exacto deFisherN de casos válidos
Valor glSig. asintótica
(bilateral)Sig. exacta(bilateral)
Sig. exacta(unilateral)
Calculado sólo para una tabla de 2x2.a.
0 casillas (.0%) tienen una frecuencia esperada inferior a 5. La frecuencia mínima esperadaes 13.18.
b.
Tabla Nº 33
Al relacionar ruidos de las ATMs con la edad mediante la prueba estadística no
paramétrica del Chi cuadrado no se halló relación estadísticamente significativa.
(P>0.05)
Pruebas de chi-cuadrado
1.219a 3 .7491.235 3 .745
110
Chi-cuadrado de PearsonRazón de verosimilitudesN de casos válidos
Valor glSig. asintótica
(bilateral)
2 casillas (25.0%) tienen una frecuencia esperada inferior a 5.La frecuencia mínima esperada es 4.09.
a.
107
Examen Clínico del ruido articular del lado derecho Alteración en la dinámica mandibular
(Limitación y desviación en la apertura bucal)
108
Exploración muscular de los músculos del cuello
(Músculo Esternocleidomastoideo)
Movilidad del raquis cervical
(Rotación hacia el lado derecho)