UNIVERSIDAD-R. C. P. No. 27, Sexta Época, Num. 27, mayo-agosto, 2001

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UNIVERSIDAD-R. C. P. No. 27, Sexta Época, Num. 27, mayo-agosto, 2001

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  • LOS CAMINOS DE LA UNIVERSIDAD

    Otilio Flores Corrales

    Cuando veo al peregrino no puedo dominar nunca las lgrimas.

    Oh, qu felices nos hace a las personas una idea equivocada!

    Goethe

    Qu es "la Universidad"? Qu ha sido, qu quiere ser, a dnde va? La Universidad es mucho ms que slo "una Institucin". Es lugar

    y espacio para la formacin y transformacin de los niveles de concien-cia y de la forma de asumir los problemas de un mundo real; es una situacin vital; un conjunto de caminos, de ros y mares que confluyen en e1cosmos del ser humano y que contribuyen a la formacin del Esp-ritu mismo.

    Es unin de 10 diverso; tambin es diversidad de la Unidad; es sitio para "ver" la Realidad como un fenmeno complejo.

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    Aqu en Occidente -desde la Edad Media hasta nuestros das-fue algo ms que slo un claustro religioso. Siempre fue uno de los luga-res ms importantes de la concentracin de la cultura, del pensamiento y del conocimiento. Lugar de meditacin all en los no siempre obscuros inicios en donde la regla era la obediencia y el voto que quiso llegar -y que lo hizo por momentos culminantes- a ser mstico. La Universi-dad, no obstante, no es el centro de enseanza ms antiguo -ni ms efi-caz- del que tengamos memoria.

    En los monasterios nacieron las grandes Universidades -lugares que no siempre fueron los de gestacin de las ideas, ni de los mejo-res hombres ni de los momentos ms altos del conocimiento humano--, en donde tambin se cimentaron las principales formas de querer legiti-mar obsolutismos y totalitarismos histricos, con los que quisieron fun-dar, monarcas y sus squitos enteros, los mandos ms poderosos hasta fechas muy recientes.

    Debido a la naturaleza de estos claustros, la formacin eclesistica en ellos era vertebral y adems sumamente sectaria. Muchos -por no decir todos- los que no pensaran acorde a las "escrituras oficiales", eran en ms de las veces quemados vivos por no acatar las formula-ciones teolgicas dominantes de aquellos tiempos.

    Sin embargo, no podemos slo decir lo anterior sin mesurar y apun-tar que tambin fue ah, en la Edad Media, en donde existieron avances de calibre importante en muchas ramas del conocimiento universal: la teologa, la lgica, la filosofa, la gramtica, la alquimia, la literatura, las matemticas, la arquitectura, son slo algunos de los caminos que forja-ron tantsimo al mundo moderno. De hecho, sin estas races no se entendera ni al Renacimiento ni su porvenir. Pero aqu no me deten-dr a precisar la historia de las Universidades ni de tiempos tan ricos en ancdotas y experiencias, pues alargara an mucho ms esta parte del artculo. .

    Acaso slo quepa decir que sin las ideas que se han gestado en las Universidades, el mundo definitivamente tendra una forma totalmente distinta a la que se posee actualmente.

    Lo que ha sido la Universidad en el transcurrir de los ltimos tres o

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    cuatro siglos en Occidente, en lo esencial a dado pauta para el creci-miento de la tcnica --como efecto de los movimientos de las demandas histricas de mercado y de una industrializacin con tendencia liberal cada vez menos humana-, y para detentar una formacin menos humanstica, esttica y artstica en la carrera por la eficacia y no por la paz ni por la comprensin.

    Las tendencias de los fenmenos que vieron transformarse a las universidades en estos ltimos doscientos aos, hicieron de stas centros burocrticos en donde se puede ver cada vez ms el sntoma del divorcio y del alejamiento que tiene la genialidad con la produccin universitaria. Burocratismo que se ha visto acentuado principalmente en los pases menos favorecidos en cuestiones econmicas. Burocracias y formacin de burcratas: los ideales humansticos son cada vez ms lejanos.

    En consecuencia, qu es la Universidad y qu representa? No podemos quedamos con la definicin formal de pensarla slo como Ins-titucin; es ms que una escuela, que la "reunin" de capos administrati-vos --de puertas pseudocerradas-, de trabajadores, profesores, alumnos e investigadores. No debiese ser un espacio para la carrera de obstcu-los, sino elemento bsico de toda la sociedad del aprender de buena fe, de posibilitar la libertad de accin de pensamiento y esttica.

    En las "Escuelas" se ensea (esto es, se re-produce) y hasta ah; en las Universidades no slo se reproduce sino que se produce y en el pro-ducir universitario, est el publicar, difundir, discutir (dialogar); en sn-: tesis: est la apertura al dilogo y pensamientos diferentes, plurales, ortodoxos y heterodoxos. En la heterogeneidad y en la diferencia est la riqueza no slo de una Universidad, sino de un pueblo y de su(s) cultura(s).

    Como Institucin pblica, la Universidad Nacional Autnoma de Mxico se enfrenta a un evidente anacronismo sindical, a los graves pro-blemas econmicos y de salarios (que son reflejo de un franco desequili-brio e inequidad no slo en la mayora de quienes conforman la planta docente) que, sin duda, sern tema de discusin que apremia a las demandas de la propia Universidad. Problemas que se acentan con la deficiente preparacin y actualizacin de su cuerpo acadmico. Asun-tos que conllevan de un problema a otro, hasta cerrarse en un ciclo de

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    dimensiones no slo universitarias, y que tienen sus causas profundas; por un lado, en el dinero y en su uso, y por el otro, en la voluntad y la falta de visin poltica global. El problema de las cuotas es slo un lugar comn de cara al complejo problema que invoca una irreversible y necesaria Reforma Universitaria que toque desde recursos materiales, hasta los alcances de una poltica integral nacional como proyecto de pas a la Educacin Federal y los matices de englobarla en un proyecto de orden Planetario.

    Las autonomas universitarias son "un coto de poder" en donde hay que revalorar los niveles de responsabilidad con los que se ejerce seme-jante delegacin de alcances, y niveles de accin. La sociedad exige legtimamente mejores profesionistas y una mnima garanta en materia de empleo tomando en cuenta al cmo y al con qu se preparan los indi-viduos en la Universidad, as como los requerimientos materiales de sta con el desenvolvimiento de la creacin de "mano de obra" y del ejerci-cio profesional respectivamente, sin olvidar la inversin de inteligencia y talento que puedan ser depositadas en dichas tareas profesionales.

    La justificacin del "mal" no se puede ni se debe dar nicamente en la carencia de recursos. El problema sobre las cuotas, de los ingresos y egresos de la UNAM, son solamente unos -tal vez los menores-en la agenda que habr que discutirse en medio de otros de carcter nacional.

    Hoy, la sentencia que hace revalorar las tareas de la Universidad es, sin duda, la que dictamina que la educacin profesional en Mxico ya no es garanta de porvenir econmico exitoso.

    Las Universidades privadas son tambin una realidad compleja a las que-no de una manera ftil- hay que sopesar en un balance sli-do. Se les confunde rpidamente con ser slo "un negocio", un pretexto para lucrar sin un proyecto autntico de "compromiso social" yeso es grave a corto y largo plazo, tanto para "ese negocio" como para nuestras sociedades en su conjunto y las etnias mexicanas: Mxico es una enorme diversidad cultural que no es slo la vida capitalina. Tener un negocio no es cosa mala, pero hay que saber de la naturaleza del negocio; en los negocios y en la poltica, los fines no justifican los medios. Y el pas no

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    es un negocio: no es lcito ni legtimo verlo como una empresa. Sera un error asumirlo as.

    Qu quiere ser "la Universidad" con respecto a 10 que hay? Qu "idea de Universidad" tiene el "hombre contemporneo"?

    La Universidad debe ser la vanguardia y el referente y en su pro-duccin, eje central de la "poltica como inteligencia". Ya no debe ser un laberinto (para legitimizar va ttulos nobiliarios que no correspondan al saber del que los posee), slo para aspirar al papel curricular que des-miente realidades trgicas y ailtagnicas. Las Universidades quieren ser conjunto de caminos autnticos y posibles. Pero qu le ha sucedido a los "principios Universitarios"?

    Hay que pensar la templanza para una Reforma Universitaria que coincida con un proyecto poltico en materia de Educacin Federal no slo Pblica. Los recursos para ello no son pocos si se toma en cuenta a la imaginacin, a los hombres y al talento que no se ha querido ver. Smense a ello las tecnologas del mundo con las que se dispone para llevar a cabo una congregacin de estrategias, no para anhelar una edu-cacin de carcter fascista, sino un proyecto integral que complejice las venas de la educacin de todo un pas con exigencias inaplazables de toda una nacin.

    Los actos de la Secretara de Educacin Pblica conjuntamente con los medios electrnicos televisivos, hasta el momento -pese a sus tra-tados o convenios- han servido a sus destinatarios de muy poco o tal vez de nada. No nos conformemos ni aspiremos a discursos autocom-placientes de "todo va bien": basta con salir de la oficina y dar una pequea ronda por el pas (o tan slo por la ciudad) para saber de qu hablamos. El asunto no es slo de apariencia, cmo se asoma uno a los niveles de educacin, de sensibilidad, de civilidad o de fraternidad, de poltica en hombres y en pueblos sino en sus hechos? Se ha visto y valorado lo que se est haciendo y cmo se est haciendo, re-haciendo la cultura, ya no digamos en el mundo, lleno de sntomas patolgicos serios, sino tan slo en nuestro pas?

    No obstante, asumiendo la frialdad del mundo con la que se mue-ven los intereses de sus motivos, es casi indecible la respuesta que pueda

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    contestar sensatamente el "a dnde va la Universidad?" Acaso la llevarn estos tiempos a los nuevos fanatismos, a los totalitarismos que emergen a partir de la ausencia de contenido de las categoras y de las nociones sociopolticas? Existe una juventud que quiere encontrar res-puestas en ella; hay una espiritualidad sedienta y francamente poco preparada y vaca tanto de valores, como de principios, tanto en lo que desean "aprender", como en lo que se dedican a "ensear". Ser que ahora se mueven las causas universitarias casi exclusivamente por nece-sidades del mercado gerencial, de oferta y demanda, y no ya por un humanismo o por postulados filosfico-teolgicas como los que hasta hace poco todava conservaban los jesuitas?

    No podemos ni debemos aspirar a detener la historia, pero s a intervenir en ella. Hay indicadores que notifican tiempos adversos tanto para los educandos, como para el porvenir necesario de los educadores.

    Los sntomas de la Universidad son slo el reflejo de un diagnsti-co en donde est presente una enfermedad del hombre contemporneo: la Indiferencia. Qu le ha pasado al acto libre de pensar? Qu le ha sucedido al Hombre en su fundamento que impregna su hacer en su mer-mado pensar? La Universidad es la escala y el trnsito de la reproduc-cin a la produccin de conocimientos y de condiciones de vida -no me refiero de ninguna manera al asunto material.

    La Universidad es acumulacin de tiempo histrico, es una parte de la gestacin de la cultura. Esta acumulacin habla de los calibres de cada Universidad de la que se trate. Acumulacin como Visin. Y la visin universitaria es acumulacin de trabajo, no slo de estar en las aulas, sino de "ser" fuera de ellas, sin necesariamente, tener que aspi-rar a la "vida santa" en ese "estar" y en ese "ser" frente a la vida. El "ra-tn de biblioteca" sin la vida de poco vale. Las ideas sin respaldo y sin la experiencia poco pesan. Incluso hay que vivir la metafsica para alcanzar la mstica.

    La visin que se tenga del tiempo en la Universidad es prospectiva, historia y presente. Es historia porque es memoria; es presente porque la preocupacin central est en lo contemporneo; es prospectiva porque es vanguardia y es ruptura.

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    La Universidad es concentracin de la crisis del conocimiento que se vive en las Instituciones, en un mundo a veces lejano a sta, en el orden social y poltico; es camino mltiple y vario. Por ello puede decir-se que la crisis vivida en el conocimiento es la que se estudia y quiere encontrar cauce y sentido en las Universidades.

    Como concentracin de contradicciones, la Universidad tiene con-centracin de ideas universales: varias versiones de lo "nico", o de lo "Uno, o lo real". Antihegelianamente, aunque no todo lo real es racional, s todo lo real es lo conciente, que puede ser efecto de la esttica y no slo de la razn. Si la Universidad no lo ve as, ha de pagar la factura con un revs en la produccin de nuestro tiempo.

    Universidad: construccin de caminos; no tiene por qu estar ni qu ser caminos a priori, es decir, caminos ya construidos a seguir forzosa-mente: no es una fbrica en donde por destajo se produzcan slo efectos de requerimientos; es cauce posible de vocaciones reales, de inclinacio-nes posibles y reales. O es una maquila de hombres?

    La Universidad es un espacio para la Libertad, no para aprender a ser sumisos y obedientes ciegos frente al error, frente al terrorismo, o frente a la injusticia! Los binomios aqu son unidad: Universidad y Li-bertad; vocacin y poltica. Es impostergable formar "hombres con carcter" y con "principios" porque son indispensables ambas cuestiones pilares entre hombredades posibles.

    La vocacin poltica es principal o mayor. El entendimiento y la universalidad de la comprensin estn en juego. Y la Universidad tam-bin tiene la responsabilidad de ofrecer y dar sus mejores elementos para preparar con los mejores, a los mejores hombres. Pero para ello es nece-saria la "visin" en esa construccin de caminos como extensin de la familia y de la historia privada.

    En la Universidad se da la maravilla del encuentro y del desen-cuentro de vocaciones y de vidas, de consciencias en conjetura, o en ele-mental formacin; es ah en donde confluyen los caracteres y los nacientes proyectos o la solidificacin de las necesidades histricas. Es muy difcil que se d esto en otro sitio (yen otro tiempo) que no sea el

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    de la Universidad; es ah en donde se aprende notablemente que la vida es choque y asenso al dilogo, donde nace la poltica.

    Como experiencia, es crisis, porque "ser y estar" ah, es postular y probar las ideas polticas "elegidas" que prontamente se vuelven postu~ ras y que, finalmente, se transforman en situaciones vitales con las cua-les atravesar a la Historia con la fineza y la gallarda de lo poltico.

    "Ser" universitario no es "estar" slo en el claustro universitario, sino demostrar "serlo" ya ah, aqu, en "el mundo". Pero el mundo no es slo ideas, en l no se construyen de manera unvoca los fenmenos del cosmos humano. Las categoras y las abstracciones con la vida tienen su dinmica en lo que algunos sabios nos transmiten con sus sentencias.

    El mundo como porvenir es construccin de sentido. La Univer-sidad es ah consuelo de orden dentro de los terribles designios de los orculos transformados por nuestra ignorancia, en funestos caos. El mundo como cuestin humana, es orden de la conciencia en el tiempo slo ~omo cronometra. Las preocupaciones de la Universidad no pue-den situarse como meras bagatelas de coyuntura. De lo heterclito que pueda parecer el movimiento del mundo, la Universidad tiene que medir la responsabilidad de sus respuestas en la Universalidad con la que usa sus palabras, hacia sus hijos y sus contemporneos.

    Frente a lo anterior, qu tareas o encomiendas esenciales hay que tener como Universidad?

    La Universidad como Institucin -debiendo estar comprome-tida con el pensamiento Universal y multidisciplinario- tiene la enco-mienda esencial de continuar formando el ptimo nivel en la capacidad de generar respuestas a problemas concretos en los individuos. Pensarla as es potenciarla como dadora de conciencia en -y para- los proble-mas del mundo.

    Sin embargo, sta tiene que comenzar a dejar de ser en su nomen-clatura acadmica, una columna vertical de bocetos de autoritarismo ya inadmisible, y en cambio, forjar una tica de respeto y tolerancia a los jvenes, los estudiantes, a los novsimos universitarios, a todo aqul que llega a sus recintos y que quiera aprender sin el escudo del totalitarismo que es, finalmente, el de la ignominia. Respeto y paciencia ---,-como ele-

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    mento s indispensables- a la otredad y a la diferencia. Esto es un prin-cipio poltico. Como 10 es el del pluralismo. Claro, sin querer ver, de manera alguna, en la educacin a una democracia. La certeza acadmica no seda como resultado de votaciones o de consensos.

    La tarea bsica est ep dar 10 mejor de nosotros mismos (profeso-res, administrativos, investigadores, alumnos, autoridades ... ). Dar de buena fe, como fundamento de una educacin que simiente honestidad y amor por la verdad, es hoy por hoy, cada vez ms necesario y es, a la vez, una exigencia de la sociedad. En la Universidad debiese estar "10 mejor" de una sociedad. Sin embargo, son los hombres de mayor humil-dad los que nos ensean que generalmente no es as. Poseer un ttulo universitario no nos da derecho a ser arrogantes. Las Universidades tie-nen como obligacin moral saber asumir y no rehuir a los problemas: la exigencia capital est en tener el ms alto sentido de compromiso

    . social! En sntesis, algunas tareas esenciales de la Universidad estn en el

    producir, publicar, difundir, discutir, dialogar: stas son las misiones universitarias e interuniversitarias. La apertura al debate siempre es sn-toma de salud. Ensear vocacionalmente "la poltica" (y no el sectaris-mo poltico e ideolgico) como conjunto de principios posible y no como una forma de destruir al contrincante, es una columna bsica para no llegar a la violencia, para no ejercer la injusticia aun de manera ele-gante o jurdica. La educacin en la Universidad s puede tener un matiz tico esencial.

    No es la ptima actividad sumarse -dentro de las universidades-a posturas sectarias, donde en ms de las veces son slo los jvenes conejillos de indias para intereses ocultos de brazos ajenos a las uni-versidades.

    La Universidad tiene el deber de ensear a reconocer caminos dis-tintos al nuestro, mostrar sentidos y hasta niveles diversos de entendi-miento y de comprensin. Este deber puede partir del fundir 10 mltiple para poder mirar al arte, la ciencia, la cultura, la poltica, la religin, las etnias, como parte de nuestras enseanzas y de nuestros problemas de manera conjunta, integral, con humanismo ms all del humanitarismo.

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    No es lcito no hablar de religiones bajo el manto de pretender una edu-cacin laica; no nos es legtimo dejar de tomar posturas estticas en el arte porque las clases son "cientficas", no es lcito encubrir la ignoran-cia bajo la tutela de la ctedra como forma de autoridad. Es imposter-gable renovar a la planta docente y actualizar a la que hay. El cosmos de la inteligencia no tiene descanso pese a la existencia de las mafias que acaparan y viven de la renta de otros.

    Hay que estar proteicamente preparados y en forma para asumir los problemas de siempre y tambin los recientes. Es exigencia vital recono-cer, en la fusin de los distintos caminos (artsticos, culturales, teol-gicos, cientficos, filosficos, jurdicos ... ), el que no se d, con base en un conocimiento absolutista, una herencia obsoleta para forpentar funda-mentalismos que son slo instrumentos para la violencia y no para la equidad y el equilibrio al que aspiramos como forma de vida para el por-venir y para el presente.

    Hay que preparar para la vida. Vivir, es construccin de vida. Es urgente revisar y reparar en dnde comienza el divorcio entre el conoci-miento y lo que se vive. Una idea fustica del mundo corroe al hombre contemporneo.

    Reflexionar y meditar en son de los caminos de la universidad, es meditar la accin de un sentido posible del mundo, de nuestro mundo, de nuestra vida como hombres siempre reales, siempre posibles.

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