245
UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD TESIS DOCTORAL REHABILITACION EN ANCIANOS CON FRACTURA DE CADERA EN UNA UNIDAD DE MEDIA ESTANCIA HOSPITALARIA: FUNCIONALIDAD Y CALIDAD DE VIDA. DEPARTAMENTO DE FISIOTERAPIA, TERAPIA OCUPACIONAL, REHABILITACION Y MEDICINA FISICA. Autor: MANUEL RAIMUNDO BAYON CALATAYUD Director: DR. JUAN CARLOS MIANGOLARRA PAGE ALCORCON (MADRID) 2017

UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS FACULTAD DE CIENCIAS DE LA …

  • Upload
    others

  • View
    0

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD

TESIS DOCTORAL “ REHABILITACION EN ANCIANOS CON FRACTURA DE CADERA EN UNA UNIDAD DE MEDIA ESTANCIA HOSPITALARIA: FUNCIONALIDAD Y CALIDAD DE VIDA”.

DEPARTAMENTO DE FISIOTERAPIA, TERAPIA OCUPACIONAL,

REHABILITACION Y MEDICINA FISICA. Autor: MANUEL RAIMUNDO BAYON CALATAYUD Director: DR. JUAN CARLOS MIANGOLARRA PAGE ALCORCON (MADRID) 2017

Agradecimientos

Al Profesor Dr. Juan Carlos Miangolarra Page por su paciencia y

sabia dirección.

Al Profesor Dr. Rafael Cuena Boy por su inestimable colaboración

en la realización de esta tesis.

A la Dra. Maria del Carmen Barrero Raya y a la Dra. Ana

Maria Benavente Valdepeñas por su contribución a este estudio.

Al personal sanitario de la Unidad de Media Estancia del

Hospital Geriatrico Virgen del Valle.

A mis padres.

RESUMEN

Introducción

La fractura de cadera en el anciano constituye un importante problema de

salud dada su elevada morbimortalidad y el coste sanitario que conlleva.

El tratamiento rehabilitador debe ser precoz e individualizado, y su objetivo

será recuperar la capacidad de marcha y la independencia funcional en

actividades de la vida diaria (AVD).

Justificación del Estudio

Analizar la eficacia y efectividad clínica de un programa de tratamiento

interdisciplinar para pacientes ancianos intervenidos de fractura de cadera y

llevado a cabo en una unidad de hospitalización de media estancia, para

mejorar a corto plazo la independencia funcional y la calidad de vida de los

pacientes.

Hipótesis

La independencia funcional y calidad de vida previas a la fractura y al ingreso

condicionan la funcionalidad y calidad de vida al alta, y a corto plazo, en

pacientes intervenidos de fractura de cadera que han seguido un programa de

tratamiento médico- rehabilitador en una unidad de media estancia hospitalaria

Objetivos

Describir las características sociodemográficas y clínicas de la población

estudiada. Analizar los cambios a corto plazo con respecto a la funcionalidad y

calidad de vida de los pacientes y determinar que variables influyen sobre ellos.

Material y Método

Estudio prospectivo y longitudinal de 50 pacientes mayores de 72 años

intervenidos de fractura de cadera e ingresados para su recuperación funcional

en la unidad de media estancia hospitalaria del Hospital Geriátrico Virgen del

Valle (Toledo), donde han seguido un programa interdisciplinar de tratamiento

médico- rehabilitador.

Han sido excluidos pacientes con demencia, fractura de cadera patológica,

fractura previa contralateral, con patología psiquiátrica o de cualquier otro tipo

no controlada, y pacientes involucrados en otros trabajos de investigación.

Previo al ingreso, al ingreso, al alta hospitalaria y 1 mes después del alta se ha

valorado la situación cognitiva, clínica, funcional y de calidad de vida de los

pacientes mediante índices clínicos y escalas (Barthel, FIM, índice de

Montebello, índice de Heinemann, clasificación de ambulación funcional,

clasificación de ambulación asistida, velocidad de marcha en pasillo de 6

metros, EuroQoL- 5D, EuroQoL- VAS, Mini mental state examination, índice de

comorbilidad de Charlson, Mini nutritional assessment, niveles séricos de

proteínas totales y albumina).

Resultados

Se obtuvo correlación significativa entre el nivel de deterioro cognitivo al

ingreso y el grado de independencia funcional en el momento del alta (MMSE-

FIM R= 0,331, p= 0,018), entre la situación funcional al ingreso y el grado de

independencia funcional obtenido en el momento del alta (FIM R= 0,278, p=

0,049) y entre la capacidad para la deambulación antes de la fractura y la

capacidad de deambulación 1 mes después del alta (CAF R= 0,57, p<0,05). La

calidad de vida pre-fractura disminuyo 1 mes después del alta, existiendo

correlación entre la calidad de vida del paciente al ingreso y al cabo de 1 mes

post- alta (EuroQoL-5D R= 0,26, p= 0,06).

La edad, el estado cognitivo, la comorbilidad baja, la capacidad de

deambulación y el grado de independencia funcional previo a la fractura son

factores predictivos de recuperación funcional y de la calidad vida 1 mes

después del alta hospitalaria.

Discusión

A pesar de la avanzada edad media de los pacientes de esta muestra (84

años), la comorbilidad media de los mismos al ingreso fue baja ( media ICC

1,8), y solo el 32 % presentaban deterioro cognitivo moderado o grave en ese

momento. La mayoría eran independientes para la marcha antes de la fractura

y calificaban su calidad de vida previa como de buena o muy buena. Por tanto

se trata de una subpoblación dentro de la población superviviente con fractura

de cadera con una situación clínico-funcional basal y de calidad de vida pre-

fractura bastante aceptable o buena, que, aunque no han recuperado los

niveles basales de funcionalidad y calidad de vida, han obtenido unos

resultados funcionales y de calidad de vida bastante aceptables en el corto

plazo tras seguir un programa de tratamiento interdisciplinar médico-

rehabilitador del que parecen haberse beneficiado.

Solamente el 14 % de los pacientes tuvieron como destino final al alta una

institución geriátrica, lo cual puede indicar por un lado de la sobrecarga que

siguen soportando familias y cuidadores, y por otro de la posible limitación de

recursos sociosanitarios en el entorno. La ausencia grupo control, el carácter

unicéntrico del estudio, su limitado tamaño muestral, y la falta de seguimiento a

largo plazo y de comparación son las principales limitaciones de este estudio.

Conclusiones

El tratamiento médico y rehabilitador interdisciplinar en el ámbito de una unidad

de media estancia hospitalaria puede ser una alternativa eficaz y eficiente para

mejorar la recuperación funcional y la calidad de vida percibida a corto plazo en

pacientes ancianos intervenidos de fractura de cadera.

Los pacientes de menor edad, sin deterioro cognitivo grave, comorbilidad

previa baja, capacidad de marcha y estado funcional independiente pre-

fractura serian los que obtendrían mejores resultados funcionales y de calidad

de vida.

ABSTRACT

Introduction

Hip fracture is an important health problem among older adults because of its

associated morbidity, disability and increased risk of death, involving high

economic costs for healthcare providers. Rehabilitation treatment should be

early and individualised, with the objective of recovering walking ability and

functional Independence in performance of activities of daily living (ADLs).

Study Rationale

To analyse efficacy and clinical effectiveness of an interdisciplinary treatment

program for improving short-term functional Independence and quality of living

among elderly inpatients with hip fracture treated in a middle stay unit of a

geriatric hospital.

Hypothesis

Among elderly patients treated after hip fracture surgery by an interdisciplinary

rehabilitation program in a middle stay unit of a geriatric hospital, functional

status and quality of life existing before hip fracture influence functional and

quality of living outcomes at discharge and at short-term after discharge.

Objective

To describe clinical and demographic characteristics of patients. To analyse

short-term functional and quality of life changes, and to establish which

variables are affecting them.

Material and Method

Prospective and longitudinal cross-sectional study with 50 hip fracture surgery

patients older than 72 years old and treated by an interdiscilinary rehabilitation

program in the middle stay unit from Hospital Geriatrico Virgen del Valle

(Toledo- Spain). Patients with severe cognitive impairment, neoplasic or other

pathological hip fracture, prior contralateral hip fracture, uncontrolled psychiatric

disease, unstable medical conditions, or patients simultaneously involved in

other research studies were excluded. Functional and cognitive status and

quality of life were assessed before admission, at the time of admission, at

discharge, and 1 month after discharge, by using clinical data, quality of life and

functional scales (Barthel index, FIM, Montebello Index, Heinemann Index,

Functional ambulation classification- FAC, Clasificación de ambulación asistida,

gait speed in 6 meter walking aisle, EuroQoL- 5D, EuroQoL- VAS, Mini mental

state examination, Charlson comorbidity index, Mini nutritional assessment,

serum blood levels of total proteins and albumin).

Results

Significant correlation was found between cognitive impairment at admission

and functional Independence at the time of discharge (MMSE admission-FIM

discharge R= 0,331, p= 0,018), and also between functional status at admission

and functional recovery obtained at discharge(FIM R= 0,278, p= 0,049).

In addition significant positive correlation was found between walking ability

before fracture and 1 month after discharge(FAC R= 0,57, p<0,05).

Quality of life before hip fracture decreased significantly 1 month after discharge

(EuroQoL-5D 0,56 + 0,21), existing positive correlation between quality of life at

admission and 1 month after discharge (EuroQoL-5D R= 0,26, p= 0,06).

According to study outcomes, age, cognitive status, low comorbidity at

admission, walking ability and functional Independence before fracture were

found as main predictive factors of functional recovery and better quality of life 1

month after discharge.

Discussion

In spite of mean age of patients (84 years old), comorbidity index at admission

was low ( Charlson index mean 1,8) and only 32 % of them presented

significant or severe cognitive impairment. Before hip fracture most of them

walked independently and described their own quality of life as good. They

were not able to recover the same functional and quality of life levels than

before fracture, however probably they become part of a subpopulation of

survivors with hip fracture with a better prognosis, and in fact they achieved

satisfactory short-term outcomes after following an interdisciplinary

rehabilitation program in a hospital middle stay unit.

Only 14 % were referred to nursing homes at discharge. This aspect could

reflect limitations of local social resources and the overload beared by families

and caregivers. Absence of control group, study limited to only one geriatric

hospital, limited sample size, lack of long-term follow-up are the main limitations

of this study.

Conclusions

Interdisciplinary medical and rehabilitation management in a hospital middle

stay unit may be an efficient alternative for improving short-term functional

recovery and perceived quality of life in elderly patients after hip fracture

surgery.

Absence of severe cognitive impairment, low level of comorbidities at

admission, functional Independence and walking ability prior hip fracture seem

to be predictive factors of relatively satisfactory functional and quality of living

short-term outcomes.

1

INDICE ………………………………………………………………………………….. 1

Listado de Abreviaturas……………………………………………………………....5

Indice de Tablas………………………………………………………………………...7

Indice de Figuras……………………………………………………………………….9

I. INTRODUCCION……………………………………………………………………..11

1.1 Fractura de Cadera………………………………………………………………..13

1.1.1 Definición de fractura de cadera……………………………………………13

1.1.2 Clasificación. Tipos…………………………………………………………..13

1.1.3 Etiología de la fractura de cadera en el anciano………………………..17

1.1.4 Epidemiología de la fractura de cadera…………………………………..20

1.1.5 Coste Socio- Economico……………………………………………………22

1.2. Factores Predictivos de Recuperación Funcional…………………………24

1.2.1 Patrón de Recuperación Funcional……………………………………….30

1.3 Diagnostico de la Fractura de Cadera………………………………………...31

1.4. Tratamiento Quirúrgico de las Fracturas de Cadera en el Anciano…….31

1.4.1 Tratamiento de las Fracturas de Cuello Femoral……………………….32

1.4.2 Tratamiento de las Fracturas Trocantereas……………………………..34

1.5 Complicaciones de las Fracturas de Cadera………………………………..36

1.5.1 Complicaciones perioperatorias………………………………………..36

1.5.2 Complicaciones Médicas Postoperatorias……………………………37

1.5.3 Complicaciones Mecánicas Postquirurgicas………………………...40

1.6. Tratamiento Médico en Fase Aguda hospitalaria postoperatoria………42

1.6.1 Profilaxis Tromboembolica………………………………………………...42

1.6.2 Profilaxis Antibiotica………………………………………………………...42

1.6.3 Control del Dolor……………………………………………………………..43

1.6.4 Fluidoterapia intravenosa. Control Hidroelectrolitico…………………43

1.6.5 Oxigenoterapia………………………………………………………………..43

1.6.6 Sondaje Vesical. Manejo de la Retención Urinaria……………………..43

1.6.7 Tratamiento de la Anemia Postquirúrgica……………………………….43

1.6.8 Malnutrición. Suplementos Nutricionales……………………………….44

1.6.9 Estreñimiento…………………………………………………………………44

1.6.10 Tratamiento de las Ulceras por Presión………………………………..44

1.6.11 Tratamiento del Estado Confusional y Delirium……………………...44

1.7. Tratamiento Rehabilitador Hospitalario……………………………………45

2

1.7.1 Objetivos de la Rehabilitación…………………………………………….45

1.7.2 Instrumentos de Valoración……………………………………………….46

1.7.3 Fase Aguda de la Rehabilitacion. Hospital de Agudos. ……………..47

Unidades de Ortogeriatria. Protocolo de Rehabilitación

1.7.4 Fase Subaguda Hospitalaria de la Rehabilitacion. …………………...52

Unidades Hospitalarias de Media Estancia (UME).

Hospital de Dia de Geriatria

1.7.5 Protocolo de Rehabilitación Hospitalaria. Fase Subaguda………….54

1.8. Calidad de Vida del Anciano con Fractura de Cadera…………………..57

1.9. Tramitación de Recursos Sociales…………………………………………58

II. JUSTIFICACION……………………………………………………………………59

III. HIPOTESIS…………………………………………………………………………63

IV. OBJETIVOS………………………………………………………………………..67

V. VARIABLES………………………………………………………………………...71

VI. MATERIAL Y METODO…………………………………………………………..75

6.1 Diseño del Estudio……………………………………………………………..77

6.2 Participantes…………………………………………………………………….77

6.2.1. Criterios de Selección……………………………………………………..78

6.2.2. Criterios de Exclusión…………………………………………………….79

6.3 Tamaño Muestral……………………………………………………………….79

6.4 Tipo de Intervención…………………………………………………………...81

6.5 Seguimiento……………………………………………………………………..83

6.6 Instrumentos de Valoración…………………………………………………84

6.7 Recogida de Datos…………………………………………………………….91

6.8 Análisis de Datos……………………………………………………………...93

VII. RESULTADOS…………………………………………………………………...95

7.1 Características Clínico- Demográficas…………………………………….97

7.1.1 Sexo………………………………………………………………………...97

7.1.2 Edad………………………………………………………………………...98

7.1.3 Situacion Social Previa………………………………………………….99

7.1.4 Características de la Fractura………………………………………….99

7.1.5 Comorbilidad…………………………………………………………….103

7.2. Valoración al Ingreso………………………………………………………...105

7.2.1 Situación Funcional Basal……………………………………………...105

3

7.2.2 Capacidad de Marcha Previa a la Fractura………………………….107

7.2.3 Estado Cognitivo…………………………………………………………109

7.2.4 Estado Nutricional……………………………………………………….110

7.2.5 Calidad de Vida Basal…………………………………………………...112

7.3. Estancia Hospitalaria en UME……………………………………………...113

7.4. Complicaciones durante el Ingreso……………………………………….115

7.5. Valoracion al Alta……………………………………………………………..117

7.5.1 Situación Funcional al Alta……………………………………………..117

7.5.2 Ganancia Funcional al Alta……………………………………………..118

7.5.3 Eficiencia de la Rehabilitacion…………………………………………120

7.5.4 Calidad de Vida al Alta…………………………………………………..122

7.5.5 Destino Residencial al Alta……………………………………………..124

7.6. Valoración al Mes Post- Alta………………………………………………..124

7.6.1 Situación Funcional 1 Mes Post- Alta………………………………...124

7.6.2 Capacidad de Marcha 1 Mes Post- Alta………………………………129

7.6.3 Velocidad de Marcha 1 Mes Post- Alta……………………………….134

7.6.4 Ganancia Funcional y Eficacia 1 Mes Post- Alta…………………...135

7.6.5 Calidad de Vida 1 Mes Post- Alta……………………………………...137

7.6.6. Dimensiones de Calidad de Vida 1 Mes Post- Alta………………..143

7.7. Funcionalidad y Calidad de Vida Pre- Fractura/ 1 Mes Post- Alta…...144

7.8. Correlación entre Variables…………………………………………………145

7.9 Análisis Multivariante…………………………………………………………148

VIII. DISCUSION………………………………………………………………………155

8.1. Caracteristicas Clínico- Demográficas……………………………………157

8.1.1 Edad y Sexo………………………………………………………………..157

8.1.2 Situación Social Previa…………………………………………………..158

8.1.3 Tipo de Fractura…………………………………………………………...159

8.1.4 Comorbilidad Pre- Fractura……………………………………………..161

8.2. Variables del Ingreso en UME………………………………………………162

8.2.1 Tiempo desde la Cirugía hasta la Rehabilitación……………………162

8.2.2 Estancia Hospitalaria……………………………………………………..163

8.2.3 Estado Cognitivo…………………………………………………………..164

8.2.4 Estado Nutricional…………………………………………………………165

8.2.5 Complicaciones durante el Ingreso…………………………………….166

4

8.3 Recuperación Funcional……………………………………………………170

8.3.1 Independencia Funcional……………………………………………….170

8.3.2 Actividades de la Vida Diaria…………………………………………...171

8.3.3 Marcha……………………………………………………………………...172

8.3.4 Ganancia Funcional. Eficacia de la Rehabilitación………………...175

8.3.5 Eficiencia de la Rehabilitación…………………………………………176

8.4 Calidad de Vida Post- Fractura…………………………………………….177

8.4.1 Recuperación de Calidad de Vida. Factores Predictivos………….186

8.5 Implicaciones Clínicas………………………………………………………188

8.6 Limitaciones del Estudio……………………………………………………189

IX. CONCLUSIONES………………………………………………………………193

X. BIBLIOGRAFIA…………………………………………………………………197

X. ANEXOS………………………………………………………………………….217

Anexo I. Formulario de Recogida de Datos…………………………………..219

Anexo II. Consentimiento Informado…………………………………………..220

Anexo III. Revocación del Consentimiento Informado……………………..221

Anexo IV. Consentimiento Informado Oral ante Testigo…………………..222

Anexo V. Hoja de Información para el Paciente……………………………..223

Anexo VI. Índice de Barthel (IB)………………………………………………...225

Anexo VII. Medida de la Independencia Funcional (FIM)…………………..226

Anexo VIII. Clasificación de Ambulación Funcional (CAF/FAC)………….227

Anexo IX. Clasificación de Ambulación Asistida (CAA)……………………228

Anexo X. Cuestionario de Salud EuroQoL- 5D……………………………….229

Anexo XI. Mini Mental State Examination (MMSE)…………………………..231

Anexo XII. Índice de Comorbilidad de Charlson (ICC)……………………...232

Anexo XIII. Mini Nutritional Assessment (MNA)……………………………..233

Anexo XIV. Dictamen CEIC Area Sanitaria de Toledo………………………234

5

LISTADO DE ABREVIATURAS

AINES: Antiinflamatorios no esteroideos

AO: Arbeitsgemeinschaft fur Osteosynthesefragen

ASA: American Society Anesthesiology

AVD: Actividades de la vida diaria

BGS: British Geriatrics Society

BOA: British Orthopaedic Association

CAA: Clasificación de Ambulación Asistida

CAF: Clasificación de ambulación funcional

CEIC: Comité Ético de Investigación Clínica

DHS: Dinamic Hip Screw

DS: Desviación estándar

EPOC: Enfermedad pulmonar obstructiva crónica

EuroQoL-5D o EQ-5D: Cuestionario 5 dimensiones calidad de vida- grupo EuroQoL

EuroQoL-VAS o E-VAS: Cuestionario escala analógica visual calidad de vida- grupo EuroQoL

FAC: Functional ambulation classification

FIM: Functional Independence Measure

GEIOS: Grupo de Estudio e Investigación de la Osteoporosis

IB: Índice de Barthel

IC: Insuficiencia cardiaca

IC 95 %: Intervalo de Confianza al 95 %

ICC: Índice de comorbilidad de Charlson

IH: Índice de Heinemann

IM: Índice de Montebello

IMC: Índice de masa corporal

MMSE: Mini Mental State Examination

MNA: Mini Nutritional Assessment

NZGG: New Zealand Guidelines Group

OTA: Orthopaedic Trauma Association

PFN: Proximal Femoral Nail

RIQ: Rango Intercuartilico

SECOT: Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología

SEGG: Sociedad Española de Geriatría y Gerontología

SESCAM: Servicio de Salud de Castilla- La Mancha

SIGN: Scottish Intercollegiate Guidelines Network

TEP: Tromboembolismo Pulmonar

TFN: Trochanteric Fixation Nail

TVP: Trombosis Venosa Profunda

UME: Unidad de Media Estancia

6

7

INDICE DE TABLAS

Tabla 1. Factores de riesgo de fractura osteoporotica

Tabla 2. Distribución por Sexo. IC 95 % sexo femenino

Tabla 3. Distribución por grupos de edad

Tabla 4. Menores de 85 años. IC 95 %.

Tabla 5. Distribución según Sexo y tipo de Fractura

Tabla 6.Tipo de Fractura. IC 95 % Fractura intracapsular.

Tabla 7. Distribución de pacientes según tipo de fractura e intervención

Tabla 8. Tiempo medio desde la cirugía hasta inicio de Rehabilitación

Tabla 9. Comorbilidad al ingreso por patologías

Tabla 10. Índice comorbilidad Charlson (ICC) al ingreso. IC 95 % ICC >2.

Tabla 11. Distribución de pacientes según IB basal

Tabla 12. Categorización IB al ingreso. Intervalos de Confianza al 95 %

Tabla 13. Barthel mayor o igual a 70. IC 95 % IB inferior a 70

Tabla 14. Distribución de pacientes según FIM basal

Tabla 15. Categorización FIM al ingreso. Intervalos de Confianza 95 %

Tabla 16. FIM previo mayor o igual a 100. IC 95 % FIM inferior a 100.

Tabla 17. Distribución de los pacientes según CAF pre- fractura

Tabla 18. Categorías CAA pre- fractura. IC al 95 %.

Tabla 19. Puntuaciones MMSE al ingreso. IC al 95 %.

Tabla 20. Estado nutricional al ingreso. Puntuaciones MNA. IC al 95 %

Tabla 21. Niveles séricos Albumina ingreso. IC 95 %.

Tabla 22. Media y mediana de EuroQoL- 5D.

Tabla 23. Distribución de pacientes según puntuaciones E- VAS. IC 95 %

Tabla 24. Estancia en UME

Tabla 25. Estancia de 20 o menos días en UME

Tabla 26. Sesiones de Rehabilitación

Tabla 27. Distribución de pacientes según IB al alta. IC 95 %

Tabla 28. Distribución de pacientes según FIM al alta. IC 95 %

Tabla 29. Ganancia funcional respecto dependencia previa (IM)

Tabla 30. Índice de Montebello. Ganancia Funcional al Alta

Tabla 31 a. Indice de Eficacia. IC 95 %

Tabla 31 b. Índice de Eficacia . Estadísticos.

Tabla 32. Índice de Eficiencia. Estadísticos. IC 95 %

Tabla 33. Índice de Eficiencia

Tabla 34. Índice de Eficiencia Baja. IC 95 %

Tabla 35. Media y mediana del EuroQoL- 5D al alta

8

Tabla 36. Distribución pacientes según puntuación EuroQol-VAS al alta.

Tabla 37. Mediana Índice Barthel 1 mes post- Alta. IC 95 %

Tabla 38. Distribución de pacientes según IB 1 mes post- alta. IC 95 %.

Tabla 39. Mediana FIM 1 mes post- Alta. IC 95 %.

Tabla 40. Distribución de pacientes según FIM 1 mes post- alta. IC 95 %

Tabla 41. Distribución de los pacientes según CAF 1 mes post- alta. IC 95 %.

Tabla 42. Mediana CAA 1 mes post- Alta. IC 95 %

Tabla 43. Pérdida de algún grado CAF 1 mes post- alta. IC 95 %

Tabla 44. Velocidad de Marcha 1 mes post- alta.

Tabla 45. Ganancia Funcional 1 Mes Post- Alta

Tabla 46. Cambio en la Ganancia Funcional 1 Mes Post- Alta.

Tabla 47. Media y Mediana del Índice de Eficacia 1 mes- post alta. IC 95 %

Tabla 48. Cambio en el Índice de Eficacia 1 Mes Post- Alta.

Tabla 49. Clasificación calidad de vida 1 mes post- alta

Tabla 50. Distribución pacientes según EuroQol-VAS 1 mes post- alta.

Tabla 51. Diferencia Medianas 1 Mes Alta - Prefractura

Tabla 52. Mediana de las diferencias 1 Mes Alta - Prefractura

Tabla 53. Dimensión Movilidad EuroQoL-5D. Evolución de los pacientes

Tabla 54. Dimensión Cuidado Personal EuroQoL-5D. Evolución de los pacientes

Tabla 55. Dimensión Dolor/ Malestar EuroQoL-5D. Evolución de los pacientes

Tabla 56. Dimensión Depresión/ Ansiedad EuroQoL- 5D. Evolución de los pacientes

Tabla 57. Regresión Lineal Múltiple backward (I)

Tabla 58. Regresión Lineal Múltiple (II). Índice de Eficacia 1 Mes Post- Alta

Tabla 59. Regresión Logística backward (I). CAF 1 Mes Post- Alta

Tabla 60. Regresión Logística backward (II). Perdida CAF 1 mes Post- Alta.

Tabla 61. Regresión lineal múltiple backward. Variable dependiente EuroQoL- 5D

1 Mes Post- Alta.

Tabla 62. Estadísticos EuroQoL 5D 1 Mes PostAlta – EuroQoL 5D Previo

Tabla 63. Regresión lineal múltiple backward. Variable dependiente

EuroQoL- 5D Mes – EuroQoL 5D prefractura

Tabla 64. Edad media y sexo en diferentes estudios

Tabla 65. Porcentaje de fractura intracapsular y extracapsular según estudios

9

INDICE DE FIGURAS

Figura 1. Fractura intracapsular subcapital

Figura 2. Fractura extracapsular pertrocanterea

Figura 3. Clasificación de Garden

Figura 4. Clasificación anatómica de fracturas de cadera

Figura 5. Clasificación AO fracturas trocantereas

Figura 6. Hueso normal y osteoporotico

Figura 7. Tasa de incidencia de fractura de cadera. Periodo 1997- 2008

Figura 8. Costes medios de hospitalización por fractura de cadera en euros.

SNS periodo 1997- 2008.

Figura 9. Tornillos canulados

Figura 10. Hemiartroplastia

Figura 11. Prótesis total de cadera

Figura 12. Enclavado endomedular

Figura 13. Reeducación de la marcha en paralelas

Figura 14. Terapia ocupacional

Figura 15. Diagrama de flujo de pacientes

Figura 16. Distribución de pacientes por sexos

Figura 17. Media y Rango de Edades

Figura 18. Tipo de Fractura

Figura 19. Tipo de Cirugia

Figura 20. Días hasta Inicio de Rehabilitación

Figura 21. Distribución del numero de pacientes según puntuación ICC

Figura 22. CAF pre-fractura

Figura 23. Distribución de pacientes en porcentaje según grado de asistencia

para la deambulación pre- fractura

Figura 24. Niveles de Albumina sérica

Figura 25. Estancia en días en UME

Figura 26. Proporción pacientes ingresados en UME / Días desde Ingreso.

Bandas de confianza simultaneas al 95 % (punteado)

Figura 27. Numero de sesiones de Rehabilitación en UME

Figura 28. Porcentaje de pacientes con complicaciones durante el ingreso

Figura 29. Complicaciones mas frecuentes (numero de casos) durante el ingreso

Figura 30. Eficiencia de la Rehabilitación

Figura 31. Calidad de vida al alta según EuroQoL- VAS

Figura 32. Destino residencial al alta.

Figura 33. Evolución puntuación mediana índice de Barthel

10

Figura 34. Evolución Índice Barthel. Mediana y percentiles

Figura 35. Evolución Índice de Barthel. Mediana e IC 95 %.

Figura 36. Evolución puntuación mediana FIM

Figura 37. Evolución FIM. Mediana y percentiles

Figura 38. Evolución FIM. Mediana e IC 95 %.

Figura 39. Capacidad de Deambulación. CAF 1 mes Post- Alta

Figura 40. Distribución de pacientes en porcentaje.

Grado de asistencia para la deambulación 1 mes post- alta.

Figura 41. Asistencia para Deambulación. CAA 1 mes Post- Alta

Figura 42. Cambio Grados CAF 1 mes Post- Alta / CAF prefractura

Figura 43. Cambio grados CAA 1 mes Post- Alta / CAA Prefractura

Figura 44. Velocidad de Marcha 1 mes Post- Alta. Mediana e IC 95 %.

Figura 45. Evolución puntuación mediana EuroQoL- 5D

Figura 46. Evolución EuroQoL-5D. Mediana e IC 95 %.

Figura 47. Evolución EuroQoL-5D. Mediana y percentiles.

Figura 48. Evolución puntuación mediana E-VAS

Figura 49. Evolución E-VAS. Mediana y percentiles.

Figura 50. Evolución E- VAS. Mediana e IC 95 %

11

I. INTRODUCCION

12

13

I. INTRODUCCION

1.1 FRACTURA DE CADERA.

1.1.1 Definición de fractura de cadera

Con el término de fractura de cadera se describen las fracturas que se localizan

en la extremidad proximal del fémur. De acuerdo con esta localización la fractura

puede afectar a la cabeza femoral, al cuello del fémur, a los trocánteres, al

segmento de fémur situado por debajo de los trocánteres o al trocánter mayor

aisladamente.

Genéricamente todas estas localizaciones pueden ser englobadas en la

definición que describe la fractura de cadera como aquella fractura de la

extremidad proximal del fémur localizada aproximadamente por encima de un

punto a 5 cm por debajo de la parte distal del trocánter menor 1.

1.1.2 Clasificación y Tipos

Las fracturas de cadera de acuerdo a la localización anatómica del trazo respecto

respecto a la capsula articular pueden ser clasificadas en intracapsulares y

extracapsulares:

Fracturas intracapsulares: Esencialmente son las fracturas de cuello femoral.

Incluyen las fracturas subcapitales y transcervicales cuando la línea de

fractura se encuentra en el cuello femoral dentro de la capsula articular,

Figura 1. Fractura Intracapsular Subcapital

Figura 2. Fractura Extracapsular Pertrocanterea

14

aunque algunos autores incluyen también aquellas transcervicales en las que

el trazo atraviesa los límites de la capsula 2.

En estas fracturas el riesgo de lesión vascular es mayor y la frecuencia de

retardo de consolidación, pseudoartrosis o necrosis de cabeza femoral, más

alta 3. Una de las clasificaciones más utilizadas para la descripción de estas

fracturas es la clasificación de Garden basada en la disrupción que produce la

fractura en la alineación trabecular 4.

Clasifica las fracturas de cuello femoral en cuatro tipos:

- Tipo I : Fractura no desplazada, habitualmente en valgo y en retroversión.

- Tipo II : Fractura completa no desplazada, que no varía la alineación

trabecular.

- Tipo III: Fractura desplazada, que mantiene cierta continuidad hueso- hueso.

- Tipo IV : Fractura desplazada con disociación completa de la cabeza respecto

al cuello. Las fracturas tipo III y IV de Garden son las que tendrían mayor

riesgo de pseudoartrosis o necrosis avascular.

Figura 3. Clasificación de Garden

Fracturas extracapsulares: Engloban las fracturas trocántereas, que

comprenden desde la base del cuello, los dos trocánteres, hasta 5 cm por

15

debajo del trocánter menor, y según sea la localización del trazo de fractura

se clasifican en:

- Pertrocántereas o transtrocántereas, cuando la línea de fractura discurre

entre ambos trocánteres.

- Subtrocántereas , si el trazo de fractura es distal al trocánter menor.

- Basicervicales, cuando son fracturas que afectan a la base del cuello.

El grado de estabilidad es el criterio más importante a la hora de establecer

un tratamiento y por ello en base a él se han establecido varias clasificaciones

de estas fracturas, como la de Evans y la clasificación de la AO /OTA que

actualmente son las más utilizadas.

- Clasificación de Evans: Clasifica las fracturas según su estabilidad en

Fractura estable: Si la cortical posteromedial está intacta o mínimamente

afectada y permite una reducción estable.

Fractura inestable: Cuando existe conminución de la cortical posteromedial,

que no tengan extensión subtrocanterea o bien un trazo de fractura de

oblicuidad inversa.

Figura 4. Clasificacion Anatomica de Fracturas de Cadera.

a- Subcapital; b- Transcervical; c- Basicervical;

d- Intertrocanterea; e-Subtrocanterea

16

- Clasificación alfanumérica de AO /OTA:

El segmento trocánterico se denomina 31, y a partir de aquí se van haciendo

subgrupos según la estabilidad y el grado de conminución.

Para la estabilidad en las fracturas trocántereas es básica la reducción y

conservación de la cortical medial, de manera que exista contacto concéntrico

entre las corticales medial y lateral una vez reducidas. La radiografia nos

informará de la integridad del área posteromedial, el grado de conminución, y

el desplazamiento del fragmento que incorpore el trocánter menor.

Figura 5. Clasificacion AO Fracturas Trocantereas

Las fracturas trocantereas se producen en un hueso normovascularizado y por

tanto tienen menor riesgo de complicaciones de necrosis o pseudoartrosis. Son

fracturas cuya incidencia, comparada con las de cuello femoral, es mayor en

poblaciones de mayor edad como ancianos, con osteoporosis o fracturas

osteoporoticas previas 5.

En el anciano la fractura de cadera suele producirse tras un traumatismo de baja

energía. A la exploración física se suele constatar impotencia funcional y dolor

intenso al intento de movilización de la extremidad afecta.

17

En fracturas inestables desplazadas puede aparecer además un acortamiento y

una rotación externa del miembro inferior afecto.

El estudio radiológico confirma el diagnostico. En raras ocasiones pueden existir

dudas con la radiografia y puede ser necesario realizar otras exploraciones

complementarias como la tomografía computerizada o la resonancia magnética.

1.1.3. Etiología de la fractura de cadera en el anciano

Aunque la etiología de la fractura de cadera en el anciano se puede considerar

multifactorial, dos grandes factores son los que más contribuyen a la alta

incidencia de estas fracturas en las personas mayores: la osteoporosis y las

caídas.

La caída es el factor causal mas importante de la fractura de cadera.

Con el envejecimiento el deterioro neuromuscular asociado a la edad, la

aparición de enfermedades neurológicas como la enfermedad de Parkinson, o la

enfermedad cerebrovascular, la perdida de audición y de agudeza visual

(cataratas, presbicia, degeneración macular asociada a la edad) o los estados

confusionales y la alteración de las funciones cognitivas, en ocasiones propiciada

tambien por el consumo de psicofármacos, constituyen una serie de factores que

van a terminar afectando la función del aparato locomotor, incrementando el

riesgo de caída 6. Ademas la pérdida progresiva de coordinación y mecanismos

reflejos vinculada al envejecimiento, disminuye los mecanismos de defensa y

reacción ante una caída que se vuelven mas lentos e ineficaces.

Para prevenir las caídas en el anciano es útil realizar una adecuación del entorno

a las capacidades físicas del paciente, reduciendo obstáculos dentro del hogar ,

facilitando la accesibilidad en el baño e inodoro mediante barras, instalando

paralelas, barandillas, o elevadores que faciliten los traslados y desplazamientos

del paciente, e implementando ayudas técnicas como bastones ingleses o

trípodes como ayudas para la marcha 7.

Por otra parte la osteoporosis es una enfermedad osea sistémica caracterizada

por una masa osea disminuida para la edad y sexo del individuo, en la que se ve

alterada la microarquitectura osea, aumentando la fragilidad del hueso que se

vuelve mas susceptible a sufrir una fractura.

18

El riesgo de fractura de cadera que a lo largo de la vida se ha calculado en un 15

% para las mujeres, y desde los 50 años se va duplicando cada 5 años, de

manera que el riesgo de sufrir una fractura de cadera se incrementa a medida

que aumenta la expectativa de vida desde la madurez hasta la tercera edad 8.

Ademas algunos tratamientos médicos frecuentemente utilizados en

enfermedades cronicas como los corticoides, antiepilépticos o la tiroxina, afectan

al metabolismo fosfo-calcico y adicionalmente pueden contribuir a aumentar esa

fragilidad osea. La falta de ejercicio en carga o el déficit de calcio y vitamina D

son también otros factores que pueden aumentar la fragilidad osea y facilitar una

fractura. Otros factores de riesgo de osteoporosis y por consiguiente

intervinientes en la producción de una fractura de cadera son la ingesta excesiva

de alcohol y cafeína, haber padecido una fractura contralateral, antecedentes de

fractura por fragilidad, tabaquismo activo, bajo índice de masa corporal (IMC<19),

presencia de coxartrosis y antecedente materno de una fractura pertrocanterea 9-

12.

Figura 6. Hueso normal y Osteoporotico

19

Tabla 1. Factores de Riesgo de Fractura Osteoporotica

El diagnostico de confirmación de osteoporosis se consigue con la realización de

la densitometría osea, sin embargo la realización de esta prueba en ancianos con

factores de riesgo y osteopenia radiográfica franca resulta controvertida desde un

punto de vista de su coste-efectividad 13.

El tratamiento farmacológico de la osteoporosis mediante suplementos de calcio

y vitamina D y un adecuado tratamiento secuencial combinando fármacos

antireabsortivos (bifosfonatos) con osteoformadores (denosumab) puede

contribuir a evitar la perdida de masa ósea reduciendo el riesgo de fractura.

Medidas no farmacológicas como el ejercicio aerobico regular en carga adaptado

a las capacidades del paciente, un adecuado aporte nutricional con una dieta

variada y equilibrada y la abstinencia o supresión de habitos toxicos (tabaco,

alcohol ) servirán para mantener una adecuada masa ósea.

20

1.1.4 Epidemiología de la fractura de cadera

La fractura de cadera constituye un problema sanitario de primer orden si

tenemos en cuenta con el envejecimiento de la población, su progresivo

incremento en cuanto a incidencia y prevalencia, asi como la elevada

morbimortalidad asociada y los costes desde el punto de vista socioeconómico

que conlleva.

Incidencia. Prevalencia. Mortalidad.

En España el numero de hospitalizaciones por fractura de cadera han

aumentado de 34876 en 1997, a 47308 en 2008, lo que supone un incremento

del 35,65 % 14. La tasa de incidencia de fractura de cadera en 2008 fué de 103,

76 casos por 100.000 habitantes, un 17,7 % más que la misma tasa registrada

en 1997, con una cifra de crecimiento interanual de un 1,5 %. En la distribución

por sexos se mantiene una proporción de 3 mujeres por cada varon tanto en

número de altas en hospitalización como en tasa por 100.000 habitantes. En la

distribución por sexos se mantiene una proporción de 3 mujeres por cada varón

tanto en numero de altas en hospitalización como en tasa por 100.000

habitantes.

La edad media de los pacientes es de 80,46 años (82,13 en mujeres y 75,71 en

hombres). La población de 65 años y más concentra entre el 89 y 92 % del total

de fracturas de cadera. Aunque los grupos de edad menores de 75 años no

alcanzan tasas de incidencia de 100 casos por 100.000 habitantes, a partir de

los 75 años la incidencia se dispara exponencialmente hasta alcanzar los 2534

casos por 100.000 habitantes para el grupo de edad entre los 90 y 94 años 14.

En cuanto a la incidencia por comunidades autónomas, las comunidades con

mayores tasas de incidencia en 2008 fueron Castilla La Mancha, Aragon y

Asturias con 156, 146 y 131 casos por 100.000 habitantes respectivamente 14.

21

Figura 7. Tasa de incidencia de fractura de cadera. Periodo 1997- 2008

Por otra parte, este tipo fractura conlleva un riesgo elevado de mortalidad si lo

comparamos con la tasa de mortalidad esperable para la misma población y

edad.

La tasa de mortalidad hospitalaria asociada a la fractura de cadera era para el

año 2008 del 5,5 %, superior para los hombres con un riesgo de 1,7 veces

respecto a las mujeres, de fallecer a consecuencia de una fractura de cadera. En

relación al curso perioperatorio, la aparición de complicaciones médico-

quirúrgicas es un factor de mayor riesgo de mortalidad a corto y largo plazo. La

aparición de un cuadro confusional agudo durante la estancia hospitalaria o el

retraso en la realización de la propia intervención quirúrgica son predictores de

mortalidad o corto y largo plazo.

Se ha estimado una mortalidad en el primer año post-fractura que puede variar

entre un 12%-15% y un 20%- 30% de los pacientes dependiendo de la edad del

anciano y sus comorbilidades previas. El porcentaje más bajo suele

corresponder a los ancianos más jóvenes, que viven en su propio domicilio, y

que tienen una buena situación funcional previa a la fractura.

Los ancianos varones, de edad mas avanzada (mayores de 85 años), con mayor

numero de enfermedades crónicas previas (insuficiencia renal crónica,

80

85

90

95

100

105

1997 2000 2002 2004 2006 2008

22

insuficiencia cardiaca, EPOC, hipertensión arterial , diabetes), que viven en

residencias y con mayor dependencia pre-fractura para las actividades de la vida

diaria y para la marcha, o que ya no caminaban antes de la fractura, son los que

más riesgo tienen de fallecer al cabo de un año. Entre estos la tasa anual de

mortalidad puede ascender al 30 %.

En España para 2008 el nivel de riesgo de mortalidad estuvo distribuido de la

siguiente manera: el 65,75 % tuvo un nivel menor, la cuarta parte fué de nivel

moderado, un 5,81 % fué con riesgo mayor y sólo un 1,71 % tuvo un riesgo

extremo de muerte 14- 18.

En cuanto a los principales factores predictivos de mortalidad se postula que

pueden ser el numero de comorbilidades previas junto a la edad avanzada, la

situación de institucionalización previa pre-fractura, el grado de funcionalidad

previo, y la presencia de complicaciones postoperatorias 18.

1.1.5 Coste Socio- Económico

La fractura de cadera en el anciano constituye un importante problema

sociosanitario, con unos costes económicos elevados.

La magnitud del problema reside en un perfil de pacientes dependientes, que en

la mitad de los casos no alcanzan a recuperar el nivel funcional previo a la

fractura, y que precisará de cuidados más o menos continuos, que no siempre

podrá proporcionar el entorno familiar debido al cambio social en el rol de la

familia actual, y que deberán abordar los sistemas sociosanitarios.

Globalmente casi un tercio del coste total de tratamiento de todas las fracturas

corresponde al coste de tratamiento de las fracturas de cadera.

Se estima que el coste del tratamiento de las fracturas de cadera en la Union

Europea llega a los 25.000 millones de euros.

En España en el año 2008 el coste global de los casos de hospitalización en el

sistema nacional de salud, como consecuencia de la fractura de cadera fueron

de 395,7 millones de euros.

Dichos costes se han incrementado un 131,7 % desde el año 1997, con un coste

medio de hospitalización por paciente, incluyendo los cuidados de rehabilitación

en esta etapa, de 8365, 25 euros en 2008, lo que supuso un incremento del

70,42 % en todo el periodo 1997- 2008, y una tasa de variación interanual del

4,96 % 14.

23

En el periodo comprendido entre 1997 y 2008 ha habido un incremento del

numero de intervenciones quirúrgicas y una disminución de los casos médicos

sin intervención, pasando de 6 a 10 las intervenciones quirugicas por cada caso

medico.

Figura 8. Costes medios de hospitalización por fractura de cadera en euros. SNS periodo 1997- 2008.

La fractura de cadera representa un 2,58 % del coste hospitalario, con una

estancia media hospitalaria que por este proceso alcanzó los 13,34 dias en el

año 2008. Tras el alta hospitalaria 8 de cada 10 pacientes tuvieron como destino

el domicilio, un 5,24 % se trasladaron a un centro sociosanitario y hasta un 6 %

fueron trasladados a otro hospital 14.

El régimen de financiación más frecuente le correspondió al sistema nacional de

salud en el 98,02 % de los casos, con un número de casos quirúrgicos que ha

ido incrementándose en los últimos años de manera gradual hasta alcanzar un

91,48 % 14.

Es difícil determinar los costes indirectos derivados de la atención de estas

fracturas en España referidos a cuidadores, residencias, transporte sanitario,

ayudas ortoprotésicas y tratamientos de rehabilitación en fase subaguda, pero se

estima que pueden representar del 34 % al 73 % de los costes de tratamiento y

Coste Medio

0

1000

2000

3000

4000

5000

6000

7000

8000

9000

1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008

Coste Medio

24

cuidados iniciales. Estos datos nos proporcionan una idea de la magnitud

económica de este problema sanitario. 19,20.

1.2. Factores predictivos de recuperación funcional

La fractura de cadera en los ancianos supone en muchos casos un cambio

radical en su nivel de funcionalidad y capacidad de marcha con relación al que

tenian antes de la fractura. El 20- 30 % de los pacientes que ingresan por fractura

de cadera se encuentran institucionalizados, mientras que la mayoría un 70-80 %

previamente a la fractura viven en el propio domicilio con un cónyuge o bajo

supervisión cercana de la familia y conservan autonomía para la realización de

las actividades básicas e instrumentales de la vida diaria 21,22.

Entre el 70 y 90 % de ancianos que ingresan por una fractura de cadera son

previamente independientes en cuanto a capacidad de marcha con o sin baston

6,23 .

La fractura de cadera modifica sustancialmente esta situación, de manera que

sólo alrededor del 50 % de los ancianos que se fracturan la cadera recuperan el

nivel de marcha previa al cabo de un año post- fractura 24-28, y solamente un 30-

35 % alcanzan el nivel previo en cuanto a independencia para las actividades

básicas de la vida diaria. Este porcentaje se reduce hasta un 20-25 % para las

actividades instrumentales 6.

Entre las actividades funcionales que más se afectan en los ancianos con buen

status cognitivo tras la fractura figuran la independencia para bañarse o ducharse

(40%), y la independencia en el vestido (25 %), mientras que en los ancianos

con deterioro cognitivo se afectan sobre todo la capacidad para realizar

transferencias (54%), el vestido (46%) y la capacidad de marcha (45%) 29.

Conocer el pronóstico y los factores predictivos de recuperación funcional en el

anciano con fractura de cadera resulta crucial, y nos ayudará a conocer la

evolución de los pacientes, realizando una detección de los pacientes de riesgo y

de aquellos que se beneficiaran más del tratamiento rehabilitador, optimizando

los recursos terapéuticos disponibles a la vez que se mantiene el objetivo de

alcanzar los mejores resultados funcionales posibles en cada caso.

La recuperación funcional del anciano con fractura de cadera depende en primer

término de dos factores básicos: que la intervención quirúrgica tenga éxito ,

permita la posterior carga de la articulación, y no curse con complicaciones, de

manera que no se demore el inicio de un programa de rehabilitación adecuado.

25

Ademas existen una serie de variables o factores que influyen en la recuperación

funcional y que suelen clasificarse en 30:

- Factores Demográficos: Sexo y edad.

- Factores Clinicos : Tipo de fractura, Comorbilidades previas, Complicaciones

post- quirúrgicas.

- Factores Funcionales: Grado de Capacidad de ambulación funcional previo a

la fractura, Grado de Independencia funcional en Actividades de la vida diaria

previo a la fractura.

- Factores Cognitivo- Afectivos: Demencia, Trastornos afectivos como

depresión pre o post fractura, Cuadros confusionales post- fractura.

- Factores Psicológicos: Motivación y Grado de colaboración del paciente en la

terapia. Expectativas de recuperación del paciente.

- Factores Sociales : Soporte sociofamiliar. Extensión de red social, Tipo de

residencia o convivencia habitual.

- Factores Asistenciales: Demora en la intervención quirúrgica y en el inicio de

la Rehabilitación. Estancia Hospitalaria (Unidades de Agudos, Unidades de

media estancia hospitalaria) Continuidad de cuidados tras el alta hospitalaria.

Con respecto a los factores demográficos, la edad menor de 85 años en el

momento de la fractura puede ser un factor pronóstico de favorable recuperación

funcional 31.

Diferentes estudios han comprobado la relación entre edades muy avanzadas

(85- 90 años y mas) y el deterioro en la capacidad funcional para la

deambulación y las actividades de la vida diaria 32-34. A medida que aumenta la

edad la fragilidad del anciano es mayor con una mayor probabilidad de deterioro

cognitivo y un índice de comorbilidades más alto, lo que hace que el pronóstico

de cara a la recuperación funcional sea más desfavorable y esta se alargue y

resulte mas incierta 35. Además la edad avanzda es por sí misma un factor de

riesgo independiente predisponente de mayor riesgo de caídas.

En relación al sexo, existen evidencias contradictorias y mientras varios estudios

no encuentran diferencias en cuanto a pronóstico funcional 36,37, en otro trabajo

se postula el sexo masculino como factor de peor pronóstico 38.

Al analizar los factores clínicos se encuentra que con respecto al tipo de fractura

el pronóstico podría ser más favorable para las fracturas intracapsulares que son

intervenidas mediante artroplastia. En este caso la deambulación en carga

26

parcial es autorizada de inicio, mientras que las fracturas extracapsulares,

requieren un mayor periodo de descarga, que puede favorecer la atrofia

muscular, retrasar el inicio de la rehabilitación de la marcha y demorar por tanto

la recuperación funcional. Se ha comprobado que los pacientes con fracturas de

cuello femoral presentan al cabo de 1 año de seguimiento mayores tasas de

supervivencia y de recuperación funcional que los pacientes con fracturas

trocántereas 36,39.

Es posible que en realidad el tipo de fractura y de intervención quirurgica

(artroplastia o enclavado) no resulten tan determinantes para la recuperación

final de los pacientes como el haber presentado previamente una fractura en la

cadera contralateral, el retraso superior a 48 horas hasta la cirugía, o el retraso

en el inicio del tratamiento de Rehabilitación, que sí se han establecido como

factores claros de mayores complicaciones peri y postoperatorias y de peor

pronóstico funcional 40, 41.

Otros factores clínicos pronósticos a considerar son la mayor o menor presencia

de comorbilidades previas y la aparición de complicaciones postoperatorias. Los

ancianos con un índice de comorbilidad bajo, ausencia de enfermedades

crónicas graves (cáncer, diabetes con lesión de órganos diana, Epoc, accidente

cerebrovascular, insuficiencia cardiaca , hepática, o renal grave) y con un riesgo

quirúrgico bajo (grado I o II de la asociación americana de anestesia) son los que

presentarían un pronostico más favorable de recuperación. Particularmente se ha

observado que los ancianos intervenidos de fractura de cadera con diabetes

mellitus tipo II, presentan una menor recuperación funcional y permanecen

ingresados durante durante más tiempo que aquellos no diabéticos 42-44.

La ausencia de complicaciones postquirurgicas o de dolor son factores de buen

pronóstico funcional. Particularmente la existencia de dolor en la cadera limita el

balance articular , demora la carga, acorta la longitud y altera la simetría del

paso, disminuye la velocidad de marcha y reduce la capacidad para subir o bajar

escaleras 45,46. Por tanto cuando exista dolor resulta clave un buen control

analgésico para no entorpecer la recuperación de estos pacientes.

El grado de capacidad e independencia funcional de los pacientes previo a la

fractura es la variable principal asociada con el pronóstico funcional a corto y

largo plazo.

27

Una buena situación funcional previa tanto para la capacidad de marcha 18, 21,23,

47-53 , como para la realización de actividades de la vida diaria 22, 31, 36, 50, 53- 56 ,

son factores predictivos de buen pronóstico de recuperación funcional tras la

fractura de cadera en ancianos.

La mayor recuperación de la capacidad de marcha a corto plazo se produce en

aquellos pacientes de menor edad, que previamente a la fractura realizaban una

marcha independiente sin ayudas técnicas, con menor afectación del estado

cognitivo, y que inician la rehabilitación más precozmente 57-60.

Mientras que la imposibilidad para deambular al alta hospitalaria es un factor

predictivo independiente de mortalidad en pacientes intervenidos de fractura de

cadera, la necesidad de uso de ayudas técnicas para la marcha en pacientes

deambulantes en el momento del alta, disminuye la velocidad y el perímetro de

marcha y es en si mismo un factor de peor pronóstico funcional de cara a la

realización de actividades de la vida diaria o a la participación del paciente en la

comunidad . Por tanto aunque por un lado el uso de ayudas técnicas aporta

importantes ventajas a los pacientes, también puede conllevar serios

inconvenientes, especialmente si se prolonga en el tiempo o las ayudas técnicas

empleadas por el paciente no resultaran las más apropiadas. Es importante

introducir los factores correctores necesarios en la utilización de estas ayudas

para optimizar y mejorar la capacidad de marcha de los pacientes con fractura de

cadera 61,62.

El estado cognitivo previo a la fractura resulta crucial para conseguir una mayor o

menor recuperación funcional. La relación entre buena función cognitiva previa a

la fractura y mejores resultados funcionales obtenidos tras la rehabilitación ha

sido reconocida en numerosos estudios. Los ancianos con peor funcionamiento

cognitivo, síndrome confusional, delirium o síntomas depresivos son también los

que tienen peores resultados de recuperación funcional, y los que en el momento

del alta más a menudo resultan institucionalizados, no pudiendo retornar al

domicilio 63-65. Sin embargo la presencia de un déficit cognitivo no puede

justificar, por si sola, la exclusión de estos pacientes de un programa de

tratamiento rehabilitador, ya que se ha observado que pacientes con alteración

de la función cognitiva que eran capaces de deambular sin ayudas de forma

independiente antes de la fractura, podrían llegar a recuperar la capacidad de

28

marcha con rehabilitación al mismo nivel que aquellos pacientes sin deterioro

cognitivo 52.

Los pacientes con depresión previa a la fractura de cadera tienen peor pronóstico

de recuperación funcional y de la capacidad de marcha, mayor frecuencia de

complicaciones y mayor mortalidad. En muchas ocasiones la depresión

preexistente , no ha sido diagnosticada y se puede subestimar al confundirla con

la aparición de síntomas depresivos reactivos post- fractura. Es necesaria una

valoración psiquiátrica precoz ante la aparición de esta clase de síntomas y un

tratamiento temprano que contribuya a una pronta recuperación funcional del

paciente 66,67.

La ausencia de deterioro cognitivo y de patología psiquiátrica sin duda facilita la

comprensión del paciente de los objetivos del tratamiento rehabilitador, y la

colaboración del paciente durante la terapia, permitiendo una mejor ejecución y

seguimiento de las indicaciones del terapeuta, y al alcanzar los objetivos

marcados refuerza la motivación del paciente para continuar con el tratamiento

hasta alcanzar los mejores resultados funcionales posibles.

La preexistencia de una buena red social y un adecuado apoyo socio-familiar son

factores predictivos de una mayor recuperación funcional después de una

fractura de cadera 68.

La participación de la familia en el proceso de Rehabilitacion del paciente resulta

fundamental. Durante el ingreso para aumentar el grado de motivación del

paciente hacia la terapia y en el momento del alta mediante el aprendizaje de

ejercicios y consejos básicos de rehabilitación domiciliaria, ayudando a gestionar

la continuación del tratamiento del paciente en su domicilio tras el alta

hospitalaria, evitando el deterioro o la pérdida de las ganancias funcionales

adquiridas.

Existen también factores asistenciales que pueden influir en la recuperación

funcional final alcanzada por los pacientes.

Existe controversia en relación a si el retraso en la cirugía pudiera afectar a una

más temprana recuperación funcional 41, sin embargo parece existir mayor

acuerdo al afirmar que el retraso en el inicio de la Rehabilitacion tras la cirugía

resulta ser un factor predictivo de peor pronóstico de recuperación funcional. La

ausencia de movilización precoz se ha relacionado con un deterioro general de la

función física con mayor atrofia y debilidad muscular, además de favorecer la

29

instauración de complicaciones postoperatorias como las neumonías o el

tromboembolismo pulmonar .

El inicio de la Rehabilitacion, una vez transcurridas 48 horas desde la cirugía, se

ha relacionado con una más temprana recuperación de las transferencias y de la

capacidad de marcha 69 .

Por tanto puede ser conveniente iniciar el tratamiento de Rehabilitacion lo mas

precozmente posible (48 a 72 horas post- cirugía) y de forma lo más intensiva

posible, teniendo en cuenta siempre la situación clínica y la tolerancia al esfuerzo

de cada paciente. Ademas es necesario estudiar e identificar aquellos protocolos

de Rehabilitacion que resulten más efectivos desde el punto de vista de una más

pronta recuperación funcional, para ser implementados en los primeros días de

tratamiento post- cirugia.

Por otra parte el tratamiento rehabilitador de estos pacientes en unidades

interdisciplinares de media estancia hospitalaria coordinadas por médicos

rehabilitadores y geriatras ha conseguido mejorar el pronóstico de recuperación

funcional de estos pacientes.

Se ha demostrado que con este tipo de abordaje se mejora la precisión en el

diagnostico, disminuyen las complicaciones médico- quirúrgicas, se reducen las

tasas de mortalidad e institucionalización, disminuye la estancia media en

unidades de hospitalización de agudos y aumenta el porcentaje de pacientes que

recuperan la situación funcional previa a la fractura 70.

En resumen, la edad superior a los 85 años, el tipo de fractura extracapsular

habitualmente tratada mediante enclavados que requieren un periodo prudente

de descarga y retrasan el inicio de la rehabilitación, el mal estado funcional

previo y la previa dependencia para la realización de las actividades básicas de

la vida diaria, la existencia de deterioro cognitivo pre- fractura, la ausencia de un

adecuado soporte sociofamiliar con institucionalización previa a la fractura,

parecen ser los principales factores predictivos de mal pronostico de

recuperación funcional a corto, medio y largo plazo.

30

1.2.1 Patrón de Recuperación Funcional

Se puede afirmar que la recuperación de los pacientes intervenidos de fractura

de cadera sigue un patrón y una secuencia temporal que varia dependiendo de

los dominios funcionales que consideremos. En los dos primeros meses post-

fractura persiste una notable disminución en la independencia en las AVD y de la

capacidad de marcha con respecto a los niveles previos a la fractura. Entre los 2

y 6 meses post- fractura el paciente va funcionalmente mejorando, y a partir de

los 6 meses post- fractura ya se puede evidenciar una mejoría en el equilibrio,

coordinación, transferencias, capacidad de marcha, de subir- bajar escaleras,

manejo en el baño, vestido inferior y en el inodoro, aunque todavía persisten en

niveles inferiores a los de antes de la fractura, pudiendo el paciente necesitar de

asistencia y ayudas tecnicas todavía al cabo de 1 año post-fractura.

Estos dominios funcionales no se recuperan al mismo nivel que previamente a la

fractura hasta transcurridos dos años desde la misma.

Los pacientes suelen alcanzar una independencia funcional similar a la que

tenían antes de la fractura en actividades de la vida diaria que implican el uso de

los miembros superiores como la alimentación, el aseo básico y el vestido

superior , en el curso del cuarto mes de evolución post- fractura.

Es necesario considerar que la velocidad de recuperación de la independencia

funcional en las actividades de la vida diaria podría variar y depender no sólo de

la situación funcional prefractura del paciente, sino también de su buena

disposición para realizar estas actividades de manera independiente, asi como

de la capacidad de los familiares para reconocer que asi puede ser. A medida

que los pacientes, después del alta hospitalaria, retoman el contacto con su

entorno, familia y amigos, posiblemente se vean progresivamente estimulados a

recuperar sus actividades sociales, aunque lo hagan al principio probablemente

de una forma más restringida que antes de la fractura. Todo ello facilita la

reintegración y participación progresiva del paciente en la comunidad, de manera

que los niveles de función e interacción social se suelen recuperar y alcanzar el

mismo nivel que antes de la fractura 1 año después de la misma 31, 47, 71-74.

Finalmente, con respecto a la recuperación y remisión de los síntomas

depresivos y las alteraciones cognitivas que aparecen en los pacientes durante el

periodo de hospitalización, suele ocurrir después de 4- 5 meses desde el alta 74 .

31

1.3. Diagnostico de la fractura de cadera

Se ha de realizar una correcta anamnesis interrogando sobre el antecedente del

traumatismo, investigando la causa de la caída y el mecanismo de la lesión que

en la mayoría de casos se habrá producido tras un traumatismo de baja energía.

En la exploración clínica se puede constatar dolor a la movilización de la

extremidad afectada, impotencia funcional, y en caso de fracturas desplazadas

acortamiento y rotación externa del miembro afecto.

Ante la sospecha de fractura de cadera deberán realizarse radiografías en

proyecciones anteroposterior y axial. El tipo de fractura condicionará la elección

del implante y de la técnica quirúrgica. En caso de fracturas no desplazadas de

difícil diagnostico pueden ser útiles otras exploraciones complementarias como la

tomografía computarizada o la resonancia magnética.

1.4. Tratamiento quirúrgico de las fracturas de cadera en el anciano.

El objetivo del tratamiento quirúrgico de las fracturas de cadera en el anciano es

permitir una movilización precoz del paciente y disminuir las complicaciones

secundarias a un encamamiento prolongado ( úlceras de decúbito, trombosis

venosa profunda, infecciones respiratorias, infecciones urinarias, etc).

El tratamiento quirúrgico intenta restaurar la función y la calidad de vida previa a

la fractura y su resultado no sólo dependerá de una adecuada estabilización de la

fractura sino también de las comorbilidades previas del paciente, de su

capacidad previa para la deambulación (asistida o autónoma) e incluso de su

estado nutricional. Los pacientes que presentan de base un mal estado

nutricional, requieren de un periodo de recuperación funcional más largo después

de la cirugia, en muchas ocasiones siguen dependiendo de ayudas para la

marcha después del alta y alcanzan peores niveles de recuperación funcional en

actividades de la vida diaria 75-77 .

El tratamiento quirúrgico de las fracturas de cadera estará basado en el tipo y

características de la fractura. Como norma general se debe intervenir lo más

pronto posible, siempre que la situación clínica del paciente lo permita, para

restablecer la vascularización femoral, evitar el riesgo de necrosis avascular y

pseudoartrosis, iniciar la movilización precozmente, y reducir las complicaciones

y la mortalidad.

32

1.4.1 Tratamiento de las fracturas de cuello femoral

Distinguiremos entre dos grupos de fracturas, las fracturas no desplazadas (tipos

1 y 2 de Garden ) y las fracturas desplazadas (tipo 3 y 4 de Garden).

En el caso de fracturas no desplazadas se puede intentar la reducción y la

fijación habitualmente con tres tornillos canulados paralelos de compresión

múltiple, debiendo después permanecer el paciente en descarga o carga parcial

hasta evidenciar signos de consolidación radiológica.

Si las fracturas están desplazadas se considera que existen pocas posibilidades

de recuperar la viabilidad de la cabeza femoral. En este caso el tratamiento de

entrada es la artroplastia parcial o total de cadera. La sustitución de la cabeza

femoral permite una incorporación y movilización precoces y evita

complicaciones pseudoartrosicas que podrían aparecer en caso de realizar

osteosíntesis.

Figura 9. Tornillos Canulados

Figura 9. Tornillos Canulados

33

En pacientes ancianos, de edad avanzada y con baja demanda funcional el

tratamiento de elección es la prótesis parcial de cadera o hemiartroplastia. La

prótesis parcial de cadera puede ser unipolar (Austin Moore, Thompson) o

bipolar. Con la hemiartroplastia unipolar se sustituye la cabeza femoral por un

implante metálico. Su principal inconveniente es la fricción metal- hueso

cotiloideo, que potencialmente desencadenaría la producción de cotiloiditis y

dolor. La prótesis parcial bipolar presenta un mayor riesgo de luxación que la

unipolar, pero a su favor tiene un menor riesgo de cotiloiditis ya que se produce

un tipo de fricción diferente metal-polietileno-hueso.

No se han encontrado diferencias significativas entre ambos tipos de prótesis

parciales en cuanto a resultados funcionales, frecuencia de infección protésica o

tasa de mortalidad 78.

Ademas las prótesis pueden ser o no cementadas. Se ha demostrado que la

cementación de una artroplastia puede reducir el dolor postoperatorio y mejorar

la movilidad, aunque la tasa de complicaciones y de mortalidad es la misma que

la de las prótesis cementadas 78 .

Comparada con la artroplastia total, la prótesis parcial resulta menos agresiva y

reduce el tiempo de intervención quirúrgica, aunque el resultado funcional sea

algo peor.

La artroplastia total de cadera es el tratamiento de elección en ancianos con

autonomía funcional y buena calidad de vida previa.

Figura 10. Hemiartroplastia Figura 11. Protesis Total de Cadera

34

En la prótesis total de cadera suele cementarse el vastago y el acetábulo se

ajusta a presión o mediante cemento en caso de hueso muy osteoporotico o de

mala calidad.

En las fracturas basicervicales, una opción de tratamiento es la osteosíntesis

mediante el tornillo deslizante de cadera o DHS (Dynamic Hip Screw) acoplado a

un tornillo antirotatorio para evitar que la cabeza femoral gire y comprometa la

vascularización. En este caso la via de abordaje quirúrgica y el procedimiento es

más agresivo que en las anteriores opciones.

Algunos estudios no han sido capaces de determinar que tipo de implante

ofrecería más ventajas en términos de tasa de osteonecrosis, fracturas

periprotésicas o periimplante, aflojamiento o desplazamiento de la síntesis, 79,80.

Sin embargo otros ensayos aleatorizados han hallado que la tasa de

complicaciones y de revisión quirúrgica es mayor con las osteosíntesis que con

las artroplastias. La recuperación funcional, del perímetro de marcha y de la

calidad de vida es mayor en los pacientes que se tratan con artroplastia total de

cadera, aunque también hay que considerar que este grupo suele ser muchas

veces el que menores limitaciones funcionales presenta antes de la fractura 81, 82.

1.4.2 Tratamiento de las fracturas trocántereas

El tratamiento quirúrgico de las fracturas trocántereas se puede realizar mediante

dos tipos de osteosíntesis: extramedular e intramedular.

La osteosíntesis extramedular permite una reducción anatómica de la fractura

tras la compresión del foco fracturario, pero la intervención resulta más

prolongada y tiene mayor riesgo de infección y hemorragia 83.

Pertenecen a este grupo de osteosíntesis el clavo placa monobloque y el tornillo

deslizante de cadera (DHS o dynamic hip screw). Este último, muy utilizado ha

demostrado buenos resultados en fracturas estables e inestables, permite la

elección entre implantes con diferentes angulos cervicodiafisarios, que varian

entre 130º y 150º. El tornillo debe situarse en el centro del cuello y la cabeza

femoral, a una distancia de 0,5 a 1 cm de la cortical cefálica 84.

La osteosíntesis intramedular o endomedular actualmente se considera el

tratamiento de primera elección en este tipo de fracturas. Este tipo de

osteosíntesis se desarrollo en los años setenta para evitar las complicaciones del

clavo- placa monobloque y presentan la ventaja de preservar la vascularización

periostica y no exponer el foco de fractura 85, 86.

35

El brazo de palanca en el extremo proximal del femur es mas corto que el

generado con las osteosíntesis extramedulares, disminuyendo el riesgo de

sobrecarga y fallo del material. Se colocan de forma percutánea, disminuyendo el

riesgo de hemorragia y el tiempo de la cirugía.

En la actualidad la osteosíntesis endomedular es el tratamiento de elección en

fracturas inestables, con trazo invertido, afectación cortical posteromedial, y

subtrocántericas 87.

Existen varios tipos de osteosíntesis intramedular entre ellas:

- El clavo endomedular Gamma: Su uso en fracturas pertrocántereas favorece

la consolidación. El porcentaje de pseudoartrosis varia entre el 0- 3,3%. En

fracturas inestables, con componente subtrocántereo puede producirse la

rotura del clavo por fatiga del material 88.

- El clavo endomedular tipo TFN: A diferencia del clavo gamma utiliza en vez

de un tornillo cefálico, una hoja espiral para un mejor agarre en el hueso

esponjoso de la cabeza femoral, dando un mejor resultado en el caso de

fracturas inestables 89.

En caso de fracturas trocántereas muy inestables, con gran conminucion o en

caso de fracaso de los sistemas de síntesis anteriores se puede recurrir al

Figura 12. Enclavado Endomedular

36

tratamiento mediante artroplastia de sustitución, siempre que la fractura respete

parte del cuello femoral.

En resumen y con respecto a las fracturas trocántereas se puede concluir que en

las fracturas estables se pueden tratar tanto mediante clavos endomedulares

como con el tornillo deslizante de cadera. En cambio para las fracturas inestables

será de elección el enclavado endomedular que, con un menor tiempo quirúrgico

y un menor riesgo de sangrado, facilita la movilización precoz del paciente y una

más rápida recuperación funcional.

1.5 Complicaciones de las fracturas de cadera

El anciano con fractura de cadera puede desarrollar por su propia comorbilidad

previa y como consecuencia de la inmovilización prolongada múltiples

complicaciones , derivadas o no de la propia cirugía.

La incidencia de complicaciones postoperatorias alcanza el 20 % de los

pacientes intervenidos. La mayor frecuencia de complicaciones la constituyen los

problemas vasculares como el tromboembolismo seguidos por las infecciones

nosocomiales, con mayor incidencia en pacientes ancianos clasificados según la

Asociacion Americana de Anestesiologia (ASA ) como ASA clase III y IV 90.

A continuación se describen someramente las complicaciones más prevalentes

que aparecen en estos pacientes:

1.5.1 Complicaciones Perioperatorias:

Complicaciones Anestésicas

La incidencia de complicaciones anestésicas se ve influida por la técnica

anestésica utilizada, las comorbilidades previas del paciente y el tipo de técnica

quirúrgica. Una adecuada evaluación preoperatoria de los pacientes reduce el

riesgo quirúrgico y anestésico y permite planificar y preveer la necesidad de

cuidados postoperatorios y de rehabilitación.

Entre las complicaciones más frecuentes encontradas se hallan las caidas de la

presión arterial que pueden alcanzar hasta un 30 % respecto a los valores pre-

cirugía y afectar a un 15- 33 % de los pacientes durante los primeros 20 minutos

tras la inducción de una raquianestesia que pueden verse facilitadas como

consecuencia de la hipovolemia inducida tras la fractura, tratamientos diuréticos

o inadecuado aporte de fluidos 91.

Sin embargo actuamente se considera que la anestesia raquídea es segura y

que puede reducir la incidencia de alteraciones cognitivas y complicaciones

37

tromboembólicas postoperatorias pudiendo ser recomendada para las fracturas

de cadera independientemente del tipo de cirugía, salvo que exista

contraindicación expresa para la misma 92.

No obstante con respecto a la mortalidad, faltan evidencias para confirmar la

superioridad de un tipo u otro de anestesia (general o perirraquidea).

Complicaciones secundarias a la cementación

Como consecuencia de la cementación del implante puede aparecer como

complicación un síndrome caracterizado por la presentación de manifestaciones

clínicas como hipoxia, hipotensión, arritmias cardiacas, disminución del gasto

cardiaco o hipertensión pulmonar. Las modernas técnicas de cementación, evitar

el uso de cemento cuando sea posible, un adecuado manejo y preparacion

anestesica del paciente pueden prevenir la aparición de este cuadro 93.

1.5.2. Complicaciones Médicas Postoperatorias

- Infección:

La incidencia de infección tras una intervención de fractura de cadera

depende de multiples factores como la edad, comorbilidades asociadas y el

tipo de tratamiento.

Entre las complicaciones infecciosas más frecuentes de la cirugía de cadera

se incluyen, las infecciones de la herida quirúrgica, las infecciones urinarias y

las infecciones respiratorias.

La profilaxis antibiótica es el único método demostrado efectivo en la

prevención de estas complicaciones. La profilaxis debe administrarse en la

inducción anestésica y no antes de 2 horas del comienzo de la intervención

para evitar niveles sanguíneos por debajo de la dosis inhibitoria en el

momento de la cirugía 94. El tiempo de duración de la profilaxis resulta

controvertido y el protocolo de tratamiento debe adaptarse según la edad,

comorbilidades previas del paciente (p. ej. pacientes diabéticos, con

alteraciones en la función hepatorrenal), y posibles antecedentes alérgicos. El

protocolo debe adaptarse a cada área sanitaria según la sensibilidad de los

organismos implicados en las infecciones, costes, reacciones adversas y

actualizaciones de las guias farmacológicas.

La infección de la herida quirúrgica es una de las complicaciones que pueden

aparecer tras el tratamiento quirúrgico y resultar en consecuencias

catastróficas requiriendo nuevas intervenciones o incluso acabar forzando la

38

retirada de una prótesis o del material de osteosíntesis. Aún con la

introducción de la profilaxis antibiótica persisten en un 1-2 % de casos 95.

Las infecciones del tracto urinario pueden llegar a afectar desde un minimo de

un 12% hasta a un máximo del 60 % de todos los pacientes con fracturas de

cadera y su principal factor de riesgo lo constituye el uso de catéteres y

sondajes permanentes o que excedan más de 24 horas a partir de su

colocación 96.

Con respecto a las infecciones respiratorias son relativamente frecuentes en

pacientes ancianos con fractura de cadera, muchas veces asociadas a la

aparición de otras complicaciones respiratorias como la exarcebación de un

proceso respiratorio obstructivo crónico, insuficiencia respiratoria,

atelectasias, tromboembolismo o distress respiratorio agudo, apareciendo

hasta en un 4 % de todos los pacientes intervenidos. Los cambios que se

producen con la edad en el epitelio de las vías respiratorias las hace más

susceptibles a procesos infecciosos después de un proceso quirúrgico. En

estos casos, una valoración adecuada preoperatoria en pacientes con

comorbilidades respiratorias previas, un diagnostico temprano de esta

complicación, una antibioterapia apropiada y una adecuada precisión en el

seguimiento y monitorización de estas infecciones una vez producidas

conduce a su más pronta resolución 97,98.

- Tromboembolismo: Estos pacientes tienen alto riesgo de complicaciones

tromboembólicas tras el tratamiento quirúrgico. En ausencia de profilaxis la

prevalencia de trombosis venosa profunda representa un 27% de los

pacientes intervenidos, y la incidencia de tromboembolismo pulmonar en los

tres meses siguientes a la cirugia oscila entre un 1,4 % y un 7,5 % 99. El

riesgo de trombosis aumenta si el ingreso hospitalario se demora más de 48

horas tras una fractura de cadera y el riesgo de tromboembolismo se reduce

si la intervención tiene lugar en las primeras 24 horas postfractura. Para la

profilaxis habitualmente se emplean medias de compresión gradual elástica

asociadas al tratamiento médico con heparinas de bajo peso molecular a

dosis altas, en torno a 6000 UI/dia, que reducen hasta en un 60 % la

incidencia de trombosis venosa profunda. La duración óptima de la profilaxis

aún no se ha establecido, aunque se recomienda mantener el tratamiento

alrededor de 30 dias 100.

39

En casos graves ante fracaso de las terapias anteriores puede ser necesaria

la cirugía con implantación de un filtro en la vena cava.

- Complicaciones cardiacas

Se ha estimado que el riesgo de complicaciones cardiacas tras cirugía de

cadera es inferior al 5 %, ocurren más frecuentemente en pacientes con

antecedentes cardiológicos, inmediatamente tras la cirugía, y entre ellas

destacan la insuficiencia cardiaca y la miocardiopatía isquemica 101. Para la

isquemia miocárdica perioperatoria ha sido calculada una prevalencia en

torno a un 35 % - 42 % de pacientes intervenidos 102.

- Complicaciones hematológicas

La anemia es una complicación frecuente en estos pacientes tanto

preoperatoriamente como postoperatoriamente. La pérdida de sangre durante

la intervención y el efecto hemodilucional que se produce tras la misma son

algunas de sus causas. Puede prolongar la estancia hospitalaria, y conllevar

mayores tasas de complicaciones y mortalidad. Son factores de riesgo para

su aparición la existencia de comorbilidades cardiorrespiratorias previas,

niveles de hemoglobina preoperatoria inferiores a 10 g/dl, el tipo de fractura,

la duración de la intervención y el grado de sangrado intraoperatorio 103.

- Complicaciones endocrinas

La fractura de cadera en pacientes diabéticos es causa de descompensación

diabética y se asocia con un mayor riesgo de complicaciones infecciosas

perioperatorias asi como con una mayor frecuencia de coronariopatías

asintomáticas 103.

- Complicaciones gastrointestinales

Las complicaciones más frecuentes incluyen el ileo paralitico, distensión

abdomibnal, estreñimiento, y úlceras de stress potencialmente hemorrágicas,

que son más frecuentes en pacientes predispuestos con patología ulcerosa

previa. El tratamiento preventivo con inhibidores de la bomba de protones

resulta fundamental para evitar estas complicaciones 97.

- Ulceras por decúbito: Estan relacionadas en estos pacientes tanto con el

encamamiento e inmovilización prolongada como con un deficiente estado

nutricional, habiéndose estimado que hasta un 60 % de estos pacientes

ingresados tienen cifras de albumina en sangre en niveles por debajo de la

normalidad.

40

Un adecuado aporte energético nutricional con la inclusión de una cantidad

suficiente de proteínas en la dieta, previene esta complicación y ejerce un

impacto favorable sobre la recuperación funcional de los pacientes en lo que

se refiere a una mayor y más pronta recuperacion de la capacidad de

deambulación y de realización de las actividades de la vida diaria 77, 104 .

La movilización precoz, un estricto cuidado de la piel y el uso de colchones

antiescaras son otros factores que contribuyen a prevenir esta complicación.

- Complicaciones Cognitivo- Neurológicas

Son mas frecuentes en los pacientes mayores de 65 años intervenidos de

fractura de cadera. Se pueden manifiestar clínicamente en forma de

dificultades de concentración, torpeza o dificultad para la lectoescritura, e

incluso delirium. Este último puede aparecer asociado a un estado de

agitación psicomotora o por el contrario a un estado de movilidad reducida,

con confusión y desorientación 105.

La etiologia de estas complicaciones suele ser multifactorial y entre los

factores predisponentes se incluyen la edad avanzada, la historia de deterioro

cognitivo previo, el abuso de alcohol, tratamientos farmacológicos previos con

sedantes, benzodiacepinas, o anticolinérgicos, el efecto neurotóxico potencial

de algunos agentes anestésicos, las alteraciones electrolíticas y del medio

interno, e incluso el cemento acrílico utilizado en la fijación de implantes, que

puede producir una respuesta inflamatoria que se ha relacionado con la

aparición de este tipo de complicaciones 106- 108.

La anestesia regional, la oxigenoterapia a 3- 4 l/min en las primeras 48 horas

post-cirugia, asi como la administración de neurolépticos a dosis bajas

pueden contribuir a disminuir el riesgo de delirium en estos pacientes 109, 110.

1.5.3. Complicaciones Mecanicas Postquirurgicas

Las características de este tipo de complicaciones dependerán del tipo de

fractura, intracapsular o extracapsular.

Fracturas intracapsulares

Las principales complicaciones que pueden aparecer en estas fracturas son la

falta de consolidación y la necrosis avascular. Se ha observado que la incidencia

de estas complicaciones es significativamente menor en los pacientes

intervenidos de artroplastia 111.

41

No obstante las artroplastias tampoco están exentas de complicaciones.

La luxación protésica es la complicación más común en las prótesis totales de

cadera, mientras que la erosión del acetábulo ocurre en pacientes con un cierto

grado de demanda funcional y que son portadores de prótesis parciales de

cadera. En estos pacientes puede ser aconsejable o de elección la artroplastia

total.

Se recomienda la cementación de las artroplastias para evitar potenciales

futuras complicaciones. Así en los pacientes portadores de una artroplastia no

cementada puede ser más probable la aparición de dolor, aflojamiento protésico,

y fracturas femorales tardías 112.

Fracturas extracapsulares

Los tipos de osteosíntesis intramedulares empleados en estas fracturas como el

clavo tipo gamma o PFN provocan más complicaciones mecánicas que las

osteosíntesis extramedulares tipo DHS.

El clavo gamma o el PFN son de elección en la síntesis de fracturas inestables,

mientras que en el caso de las fracturas estables conviene el tratamiento con un

tornillo- placa DHS.

Con el PFN la fractura de la cortical externa al introducir el clavo aparece en un

5 % de los pacientes, pero consolida con facilidad y resulta infrecuente la

fractura femoral junto a la punta del vástago.

En el hueso osteoporotico de mala calidad es frecuente la migración del tornillo

hacia arriba (cutting out) o su protusion intrarticular.

Es importante en el clavo PFN una apropiada colocación del tornillo centrado en

la cabeza o en su segmento inferior, y con una distancia no inferior a 15 mm del

hueso subcondral de la cabeza femoral para evitar la migración del tornillo.

Las fracturas femorales junto a la punta del clavo son más frecuentes con el

clavo gamma que con el PFN, debido al angulo de 6º en valgo de este ultimo, la

forma de la punta y la ausencia de fresado.

En cualquier caso, alrededor del 5 % de clavos, sean gamma o PFN, hay que

retirarlos debido a complicaciones mecánicas 113.

42

1.6 Tratamiento médico en fase aguda hospitalaria postoperatoria

El tratamiento de la fase aguda postoperatoria requiere de un enfoque integral,

multidisciplinar, y será llevado a cabo por diferentes especialistas (traumatólogo,

geriatra, rehabilitador, enfermería, trabajo social). Esta valoración integral debe

incluir una evaluación del potencial rehabilitador y del riesgo social de los

pacientes intervenidos. Se han resumido las principales indicaciones de

tratamiento médico en esta fase recogidas en las principales guias clínicas

nacionales e internacionales, entre ellas las siguientes: “Best Practice Evidence-

Based Guideline- Acute Management and Inmediate Rehabilitation After Hip

Fracture Among People aged 65 Years and Over (NZGG, 2003)”, “British

Orthopaedic Association- British Geriatrics Society (BOA- BGS, 2007)”, Guía de

Buena Práctica Clínica en Geriatría de la Sociedad Española de Geriatría y la

Sociedad Española de Cirugia Ortopédica y Traumatología (SEGG- SECOT,

2007), “Scottish Intercollegiate Guidelines Network-SIGN, 2009), Tratamiento

Multidisciplinar de las Fracturas Osteoporoticas- Grupo de Estudio e

Investigación de la Osteoporosis (GEIOS, 2009) 163.

1.6.1 Profilaxis Tromboembólica.

El uso rutinario de heparinas de bajo peso molecular a partir de 12 horas

después de la intervención resulta esencial. La dosis de heparina debe ser

ajustada en pacientes con insuficiencia renal y en pacientes anticoagulados con

alto riesgo trombótico. Es necesaria para la prevención de la enfermedad

tromboembólica la correcta hidratación y movilización precoz de los pacientes.

En los casos en que la anticoagulación esté contraindicada pueden ser útiles la

compresión intermitente del miembro inferior o los mecanismos de bombeo

plantar.

1.6.2 Profilaxis Antibiótica

Esta indicada para disminuir el riesgo de infecciones urinarias, respiratorias y de

la herida quirúrgica post- intervención. Se pauta una única dosis postquirúrgica,

aunque se puede administrar una segunda dosis en caso de cirugía de larga

duración (>2 horas). Por el tipo de microorganismos más frecuentemente

implicados (Staphilococo), los antibióticos de elección son las cefalosporinas de

primera generación (cefazolina) o en caso de alergia vancomicina.

43

1.6.3 Control del Dolor.

Debe realizarse de forma individualizada y ser valorado mediante escalas. En

fase aguda el tratamiento del dolor favorece los cambios posturales y el inicio

precoz de la rehabilitación. El paracetamol es preferible de primera elección

como analgésico de inicio. Si no se controla el dolor pueden ser necesarios

opioides menores como tramadol. El uso de morfina debe ser cuidadoso, dadas

las potenciales interacciones con otros fármacos y sus efectos secundarios,

tomando en cuenta la intensidad del dolor y estudiando su causa.

Ocasionalmente puede ser necesaria la analgesia epidural durante el

postoperatorio.

1.6.4 Fluidoterapia intravenosa y Control Hidroelectrolítico.

Debe realizarse una reposición individualizada de fluidos y electrolitos evitando

tanto la deshidratación como la sobrecarga de volumen. No existe evidencia

sobre el tipo de infusión intravenosa más adecuado. El control de la

hiponatremia y la hipopotasemia postoperatorias es esencial porque empeoran

el pronóstico vital.

1.6.5 Oxigenoterapia.

Se recomienda monitorización pulsioximétrica de los pacientes hasta al menos

48 horas post-cirugia. La oxigenoterapia previene la aparición de eventos

cardiovasculares y está indicada siempre que exista riesgo de hipoxia, y al

menos en las primeras 6 a 72 horas tras la intervención administrada a bajo flujo

en gafas nasales.

1.6.6 Sondaje vesical y Manejo de la Retención Urinaria Aguda.

El sondaje vesical postoperatorio debe ser complementado con profilaxis

antibiótica, y solamente puede estar indicado en determinadas circunstancias,

estas son: incontinencia urinaria, traslados largos, necesidad de control de

diuresis. Para el tratamiento de la retención aguda de orina es preferible realizar

cateterismos vesicales intermitentes regulares (cada 8 horas) durante 48 horas.

1.6.7 Tratamiento de la Anemia postquirúrgica

Se recomienda monitorizar las cifras de hemoglobina mediante hemogramas

seriados. No se debe trasfundir de forma rutinaria a pacientes asintomáticos o

con Hb > 8 gr/dl, no obstante hay que valorar en cada caso la posible presencia

de clínica secundaria a la anemia, o de enfermedad cardiopulmonar asociada.

44

Suplementos de hierro, acido fólico, y vitamina B12 pueden ser necesarios en

los primeros meses tras la intervención.

1.6.8 Malnutrición y Suplementos Nutricionales.

La malnutrición presente en muchos de estos pacientes puede verse agravada

tras la cirugía como consecuencia del aumento del catabolismo, el aumentado

stress y la mayor demanda de necesidades energéticas en esta situación. Se

recomienda el uso, en caso necesario, de suplementos nutricionales

hiperproteicos enterales aunque el nivel de evidencia respecto a que disminuyan

las complicaciones, el tiempo de hospitalización, o aceleren la recuperación

funcional, es aun débil.

1.6.9 Estreñimiento.

Algunos fármacos de uso común como los analgésicos opiodes, la inmovilidad,

la deshidratación, y la falta de fibra en la dieta pueden favorecer a la aparición

de estreñimiento en estos pacientes.

Su tratamiento incluye una adecuada hidratación e ingesta de fibra, asi como

una movilización precoz. El uso de laxantes osmóticos puede ser necesario si se

están administrando fármacos astringentes.

1.6.10 Tratamiento de las Ulceras por Presion.

Se recomienda el uso de superficies de apoyo especiales durante el periodo de

inmovilización (colchón de espuma o aire alternante), la protección en las áreas

de apoyo, la monitorización del estado de la piel, y el control de la fricción, la

incontinencia, el dolor y la desnutrición. La movilización, sedestacion, e inicio

precoz de la rehabilitación del paciente en las primeras 24 horas del

postoperatorio reduce el riesgo de ulceras por presión y de enfermedad

tromboembólica.

1.6.11 Tratamiento del Estado Confusional y Delirium

Se recomiendan medidas de intervención multidisciplinarias orientadas a la

detección temprana y la orientación a la realidad. La administración

individualizada de haloperidol a dosis bajas (1,5 mg/dia) puede reducir la

intensidad y duración del delirium. En caso de agitación, demencia, o delirium al

ingreso en la unidad de rehabilitación geriátrica puede ser útil la administración

de 0,5 a 1 mg de risperidona.

45

1.7. Tratamiento Rehabilitador Hospitalario

1.7.1 Objetivos de la Rehabilitación

El objetivo fundamental del tratamiento rehabilitador es reintegrar al paciente el

máximo nivel de independencia funcional posible, referido tanto a la

recuperación de la capacidad de marcha como a la realización y autonomía en

las actividades básicas e instrumentales de la vida diaria.

Para ello es primordial que el inicio de la rehabilitación sea lo más precoz

posible, en cuanto las condiciones de estabilidad medica general del paciente lo

permitan.

Los objetivos específicos del tratamiento rehabilitador son controlar el dolor,

instaurar un tratamiento postural adecuado con enseñanza de normas

posturales que en el caso de los pacientes portadores de prótesis contribuyan a

prevenir la luxación del implante, realizar ejercicios respiratorios y ejercicios

preventivos del estasis circulatorio para prevenir las complicaciones derivadas

de la convalecencia y el encamamiento ( trombosis venosa, embolismo

pulmonar, neumonía, atelectasias), iniciar ejercicios de movilidad en rangos de

recorrido articular controlados y seguros, fortalecer la musculatura del miembro

inferior afectado y del resto de miembros sanos, enseñar al paciente la

realización de transferencias, realizar una valoración de las ayudas técnicas

necesarias para mejorar la independencia funcional del paciente, recuperar la

capacidad de marcha con y si fuera posible sin ayudas técnicas, recuperar la

independencia funcional en las actividades básicas de la vida diaria ( aseo,

vestido, baño, comida) y en actividades instrumentales cotidianas (utilizar

transporte publico, manejar dinero, compras, usar teléfono, realizar actividades

domesticas).

Para alcanzar estos objetivos ideales es preciso realizar una valoración previa

individualizada de cada paciente que tenga en cuenta su situación basal

funcional, comorbilidades y su nivel de capacidad residual funcional previa.

Establecer objetivos realistas impide generar frustración y ansiedad en el

paciente y su familia. Adecuar el protocolo de tratamiento al estado físico,

psíquico y cognitivo del paciente, teniendo en cuenta su potencial grado de

colaboración en el tratamiento resulta de fundamental importancia.

46

1.7.2 Instrumentos de Valoración

Para alcanzar los objetivos propuestos en el proceso de Rehabilitación, el

médico rehabilitador deberá realizar desde el ingreso una precisa valoración

clínico- funcional.

Esta valoración sistemática debe incluir siempre :

- Una anamnesis completa describiendo antecedentes personales, situación

basal funcional previa, estado cognitivo, estado civil, situación sociofamiliar, y

tipo de residencia.

- Descripción del proceso de la enfermedad actual.

- Examen físico que incluirá:

Inspección sistemática general.

Exploración del estado de la piel.

Valoración de pulsos.

Auscultación cardiorrespiratoria.

Valoración de edemas, alteraciones o deformidades ortopédicas

preexistentes en miembros superiores e inferiores.

Palpación y valoración del trofismo y fuerza muscular de los miembros.

Exploración del balance articular de la cadera afectada y del resto del

aparato locomotor axial, y periférico.

Exploración neurológica básica que incluya una valoración del estado

cognitivo y afectivo del paciente mediante escalas como el mini mental

state examination o la geriatric depression scale.

Valoración del estado nutricional mediante escalas como el Mini

Nutritional Assessment (MNA) y la determinación de los niveles séricos de

albumina y proteinas totales.

Valoración del grado de continencia vesicorrectal.

Valoración general del estado funcional del paciente desde el mismo

ingreso mediante escalas validadas universalmente aceptadas (Barthel,

FIM).

Valoración de la capacidad de marcha basal previa mediante escalas

como la clasificación de ambulación funcional (CAF).

La valoración clínico- funcional del anciano intervenido de fractura de cadera se

complementa con exámenes complementarios de laboratorio (hemograma,

47

iones, bioquímica completa con pruebas de función hepática y renal,

coagulación, orina y sedimento, determinación de la PCR y la velocidad de

sedimentación). Ocasionalmente puede ser necesario realizar pruebas más

especificas de despistaje de infecciones como urocultivo o tomas de exudado y

cultivo de la herida quirúrgica.

Finalmente y no menos importante el examen radiológico del paciente incluirá

una radiografia de torax, y una radiografia de control de la cadera intervenida en

dos proyecciones distintas para verificar la integridad y ortosituacion del implante

protésico o del material de osteosíntesis, el grado de consolidación osea, y

eventualmente descartar la presencia de osificaciones o calcificaciones

pararticulares.

1.7.3 Fase Aguda Hospitalaria de la Rehabilitación. Hospital de Agudos.

Unidades de Ortogeriatria. Protocolo de Rehabilitación

Durante esta fase el paciente que permanece ingresado en el área de

hospitalización de traumatología es secuencialmente valorado en primer lugar

por el traumatólogo de planta y posteriormente por el médico geriatra y el

médico rehabilitador que habitualmente actúan como médicos consultores.

El geriatra identifica y cuantifica los problemas médicos y psicosociales del

paciente para elaborar un plan de tratamiento y el médico rehabilitador evalúa

los problemas funcionales del paciente y planifica individualizadamente el tipo e

intensidad del programa de Rehabilitación.

Durante las primeras 48 horas postintervencion el paciente también es valorado

por el trabajador social que evaluará el riesgo social, soporte sociofamiliar, y

condiciones de vivienda y tipo de residencia del paciente para tenerlos en cuenta

a la hora de planificar una futura alta.

En los últimos años se ha integrado la labor de todos estos especialistas en

unidades interdisciplinares conocidas como unidades de ortogeriatria que

desarrollan su misión desde la misma fase aguda postoperatoria y que en

ocasiones extienden hasta la fase subaguda del proceso.

Los objetivos que persiguen estas unidades son:

- Mejorar la atención de estos pacientes bajo un enfoque sociosanitario integral

con un uso más efectivo y racional de los recursos disponibles.

- Facilitar la comunicación entre especialistas dentro del equipo interdisciplinar.

- Iniciar la rehabilitación más precozmente.

48

- Reducir las complicaciones médicas y quirúrgicas.

- Contribuir a reducir la tasa de mortalidad en fase aguda.

- Facilitar la comunicación con el paciente y su familia.

Las unidades de ortogeriatria parecen aportar mejoras en la evolución clínica y

funcional del paciente anciano con fractura de cadera contribuyendo a disminuir

la estancia hospitalaria, reduciéndose así los costes asistenciales 114.

Protocolo de Rehabilitación en Fase Aguda

El tratamiento de los pacientes debe ser individualizado, una vez establecido

esto y siempre teniendo en cuenta las necesidades de cada paciente el

protocolo de rehabilitación en la fase aguda de hospitalización sigue el siguiente

esquema:

- Cuidados y Monitorización de la Herida Quirúrgica:

Durante esta fase aguda se vigilará el estado de la herida quirúrgica y de los

drenajes. Una vez retirados estos a partir de las 48 horas de la intervención

hay que comprobar el buen estado de la piel y de la cicatriz. Anotar si hay

presencia de exudados serosos, serohemáticos, hemáticos, o purulentos, y el

olor de estas exudaciones, la presencia de eritema e induración o

tumefacción cutánea pericicatricial, adherencias de la cicatriz a planos

profundos, presencia de seromas, mala cicatrización con aperturas o

dehiscencias cicatriciales focales.

En todos estos casos la colaboración entre el traumatólogo, la enfermería y el

medico rehabilitador es esencial. Cuando sea necesario ante sospecha de

infección de la herida, se analizara el exudado y se tomara cultivo de la herida

quirúrgica. En caso de infección, la cinesiterapia estará contraindicada hasta

la negativización de los cultivos, y el reposo y la antibioterapia selectiva son el

tratamiento de elección.

- Tratamiento postural:

Durante el postoperatorio inmediato el paciente deberá mantener el miembro

inferior intervenido alineado, en abducción y rotación neutra para lo cual se

pueden disponer almohadas entre las piernas y colocar un dispositivo

antirrotador mientras el paciente se encuentra encamado.

Se evitaran las posturas en decúbito prono, decúbito contralateral, y los

movimientos de adducción y entrecruzamiento con el miembro contralateral,

especialmente en los pacientes con implantes protésicos.

49

Se debe evitar colocar almohadas debajo de la rodilla después de la

operación para evitar la instauración de contracturas en flexion de cadera.

Se evitará elevar en extensión el miembro inferior intervenido ya que este

movimiento produce cargas fuera de plano sobre la cadera muy elevadas que

en fase aguda deben evitarse.

En cuanto las condiciones del paciente lo permitan y sea autorizada la carga

parcial por el cirujano se debe enseñar al paciente a usar el cuarto de baño y

a utilizar una silla elevada con orinal.

Es aconsejable proporcionar al paciente y a la familia un folleto informativo

sobre restricciones y normas posturales (no sentarse en asientos bajos, no

cruzar las piernas o los pies estando de pie o sentado, no inclinarse hacia

delante para levantarse de la silla, no flexionar en exceso el tronco con los

miembros inferiores en extensión).

- Movilización Precoz:

Se debe iniciar la sedestacion del paciente, una vez retirados los drenajes, a

partir de las 48 horas tras la intervención. Se enseñarán al paciente ejercicios

respiratorios costodiafragmáticos y de tos asistida para facilitar la eliminación

de secreciones, estimular la ventilación diafragmática y prevenir la aparición

de complicaciones atelectasicas.

El paciente será también instruido en la realización de ejercicios activos libres

de flexoextensión o bombeo de tobillos para prevenir la aparición de

complicaciones tromboembólicas. En caso necesario se prescriben medias de

compresión.

En pacientes intervenidos con colocación de protesis de cadera si la via

quirúrgica de abordaje ha sido anterolateral se evitarán los movimientos

combinados de extensión- abducción- rotación externa. En cambio si la via de

abordaje quirúrgico escogida ha sido la posterolateral se evitaran los

movimientos combinados de flexión-adducción-rotación interna.

- Cinesiterapia: En la primera semana se inician ejercicios activos-asistidos de

rango articular en flexoextensión de cadera y de rodilla en amplitudes seguras

y controladas entre 0-90-100º, y ejercicios activos-asistidos de abducción de

cadera. Se realizan técnicas de facilitación muscular y ejercicios isométricos

de cuádriceps y glúteos mayores.

50

A partir del octavo dia postintervencion se puede iniciar el trabajo muscular

isométrico del glúteo mediano, y comenzar ejercicios suaves de elevación de

la hemipelvis.

A lo largo de los días se progresa en el trabajo muscular y se introducen

ejercicios suaves isotónicos de cuádriceps-glúteos-triceps sural.

Es importante por las cargas fuera de plano que supone, evitar la elevación

del miembro inferior en extensión en decúbito supino, la elevación en

extensión contra gravedad del miembro afectado en decúbito lateral y se

evitarán en esta fase los movimientos de adducción de cadera y las

rotaciones.

- Fase de Puesta en Carga: Actualmente en lo que se refiere a los pacientes

con prótesis cementadas, la mayoria de los cirujanos creen que la estabilidad

inicial que se logra con la fijación del cemento es suficiente para que el

paciente pueda soportar peso inmediatamente con un bastón o andador. Si la

protesis no es cementada la estabilidad máxima del implante tarda más

tiempo en alcanzarse, no obstante respetando las características de cada

paciente, para muchos cirujanos la estabilidad inicial que se obtiene tras la

intervención es suficiente para permitir la carga parcial progresiva según la

tolerancia del paciente 115.

En el caso de los implantes protésicos, en nuestro centro y previa

autorización del traumatólogo a partir del cuarto- quinto dia post- intervención

se inicia bipedestación y la carga parcial progresiva con andador según

tolerancia.

Durante muchos años los pacientes con fracturas de la región trocánterea del

fémur han sido tratados mediante clavos condilocefálicos de Ender, clavos-

placa o tornillos- placa deslizantes. Estas técnicas presentan complicaciones

frecuentes en fracturas inestables 116, por lo cual desde hace unas décadas

se viene utilizando de elección el clavo Gamma para el tratamiento de las

fracturas basicervicales, subtrocántereas, y trocántereas en el anciano. Esta

técnica combina la osteosíntesis endomedular con un tornillo deslizante

cervical que permite la compresión en el foco de fractura trocántereo,

teniendo como ventajas la reducción cerrada, abordaje pequeño, tiempo

operatorio corto con menor pérdida hemática.

51

Dependiendo de las características de la fractura, y la calidad osea el periodo

de tiempo hasta el inicio de la carga puede ser variable. En ocasiones en los

pacientes más mayores y con fracturas inestables y mala calidad osea hemos

observado que los traumatólogos pueden diferir la carga hasta un mes, sin

embargo el clavo gamma es un buen método de osteosíntesis que permite la

carga precoz desde el postoperatorio inmediato 117, aunque en ocasiones esta

pueda iniciarse de manera individualizada, parcial y progresiva a partir de los

10- 15 dias de la cirugía.

- Fase de Bipedestación y Reeducación de la Marcha

Una vez autorizada el inicio parcial y progresivo de la carga por parte del

traumatólogo, se enseña al paciente como realizar apropiadamente la

transferencia de la sedestación a la bipedestación.

Las cargas rotacionales más fuertes se generan cuando el paciente esta

sentado y se levanta. Por esta razón debe recomendársele que apoye las

manos en la silla y empuje hacia arriba al levantarse. Habitualmente el paso a

bipedestación se puede realizar en la propia habitación del paciente con

ayuda de andador de patas y supervisión cercana del fisioterapeuta. El

paciente debe deslizar las caderas hacia delante hasta el borde de la silla y

luego ponerse de pie. Especialmente importante en pacientes con implantes

protésicos es que el paciente debe evitar doblarse hacia delante para

levantarse de la silla y no debe cruzar las piernas cuando se levante después

de estar tumbado.

Una vez instruido el paciente en la apropiada manera de realizar la

transferencia a bipedestación, se continúa con el tratamiento de reeducación

del equilibrio de tronco estático y dinámico en andador y dentro de las

paralelas.

Progresivamente durante y a partir de la primera semana desde el

postoperatorio, se reeduca al paciente en la realización de ejercicios de

deambulación asistida en carga parcial progresiva que en esta fase se inician

durante breves periodos con ayuda de andador .

Simultaneamente el paciente continúa con los ejercicios isotónicos de

fortalecimiento muscular del miembro intervenido, del contralateral y de los

miembros superiores. Este tipo de ejercicio esencialmente aerobico facilitará

52

la recuperación de la resistencia del paciente y mejorará su capacidad

cardiorrespiratoria.

- Terapia Ocupacional:

Desde la fase aguda de tratamiento el terapeuta ocupacional asesorará al

paciente sobre el abanico de ayudas técnicas disponibles que contribuirán a

aumentar su autonomía e independencia funcional. Además puede realizar

una valoración del domicilio del paciente y anotar los obstáculos o barreras

arquitectónicas que presente y aconsejar acerca de su eliminación o la

adaptaciones a realizar.

1.7.4 Fase Subaguda Hospitalaria de la Rehabilitación.

Unidades Hospitalarias de Media Estancia (UME). Hospital de Dia

La fase subaguda de la Rehabilitación hospitalaria del anciano con fractura de

cadera podemos considerar que se extiende en el tiempo desde la segunda

semana postoperatoria hasta el tercer mes post-cirugia.

En esta fase el anciano con fractura de cadera que había iniciado su rehabilitación

en el hospital general de agudos y en las unidades de agudos de ortogeriatria, va

a continuar el proceso rehabilitador en las conocidas como unidades de media

estancia hospitalaria (UME). En realidad este término es discutido puesto que un

periodo de tiempo determinado no debe ser lo que condicione los cuidados a

prestar, por ello estas unidades se pueden alternativamente denominar como

unidades de convalecencia y recuperación funcional.

La Rehabilitación de la fractura de cadera en el anciano idealmente deberia

actualmente contemplarse desde un punto de vista interdisciplinar. La complejidad

de los pacientes y la multiplicidad de factores que pueden influir en su

recuperación así lo puede justificar y recomendar. Estas unidades deben estar

formadas por un grupo de diferentes profesionales sanitarios (cirujano ortopédico,

geriatra, rehabilitador, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, enfermeras,

psicólogo, trabajador social). Este enfoque interdisciplinar podría contribuir a

mejorar el diagnostico, disminuir las complicaciones médico- quirúrgicas,

aumentar el porcentaje de pacientes que recuperan la situación funcional previa,

reducir la tasa de mortalidad, disminuir el porcentaje de pacientes que requieren

institucionalización y reducir la estancia media en unidades de hospitalización de

agudos.

53

La derivación de los pacientes ancianos con fractura de cadera a las UME se

realiza habitualmente desde las unidades de ortogeriatria del hospital de agudos

cuando asi están establecidas, o desde los propios especialistas implicados

(ortogeriatra, rehabilitador, traumatologo).

El criterio para la admisión en estas unidades debe estar bien fundamentado en

los informes de alta de los especialistas correspondientes. Deben ser pacientes

con posibilidades reales de recuperación funcional en un plazo no excesivamente

largo, que para completar su proceso de rehabilitación precisan de estancias

hospitalarias superiores a las que les puede ofrecer el hospital de agudos. Esta

estancia en la UME no debería sobrepasar en ningún caso y como máximo los 3

meses de duración. Los pacientes no sólo ingresan para un proceso de

recuperación funcional sino que reciben un tratamiento interdisciplinar de sus

problemas clínicos y psicosociales y la evolución de cada paciente es sometida a

evaluación periódica semanal en sesiones clinicas interdisciplinares.

Hospital de Dia de Geriatría.

Cuando se ha considerado que el paciente ha alcanzado un nivel de recuperación

funcional suficiente, de manera que aunque no ha completado totalmente su

proceso de recuperación no precisa continuar ingresado en la UME, el paciente

puede continuar su recuperación en otros niveles asistenciales como el hospital

de dia geriátrico, la rehabilitación ambulatoria, o la rehabilitación domiciliaria.

El Hospital de Dia de Geriatría es una opción para aquellos pacientes que

precisan continuar su proceso rehabilitador y que carecen de suficiente soporte

sociofamiliar y necesitan continuar un seguimiento especializado de sus

comorbilidades. Se trata de un nivel asistencial diurno que combina la estancia

hospitalaria con la estancia en el domicilio del paciente y que busca garantizar la

estabilidad clínica, culminar el proceso rehabilitador iniciado en la UME

recuperando las actividades básicas e instrumentales de la vida diaria,

proporcionar cuidados médicos y de enfermería especializados que de otro modo

no podrían ser proporcionados a nivel ambulatorio, y encontrar soporte

sociofamiliar suficiente para facilitar y planificar el alta hospitalria.

54

1.7.5. Protocolo de Rehabilitación Hospitalaria en Fase Subaguda

Aunque el tratamiento de los pacientes debe ser individualizado, y adaptado a la

singularidad clínica de cada paciente, existe un esquema general de protocolo de

tratamiento que puede resumirse del siguiente modo esquemáticamente:

- Cinesiterapia: Consiste en la recuperación de los rangos de movimiento

articular de la cadera y de la rodilla en amplitudes seguras y controladas, sin

sobrepasar los 90º de flexion de cadera y evitando las rotaciones, que ya se

habían iniciado en las 2 semanas previas de tratamiento en fase aguda. Se

continúa con el trabajo muscular isométrico e isotónico de las extremidades

superiores e inferiores, haciendo especial hincapié en cuádriceps, glúteos, y

tríceps sural. Los ejercicios no deben provocar dolor y es recomendable

realizarlos en cadena cinética cerrada.

Se procurará evitar los ejercicios de elevación en extensión de la extremidad

inferior intervenida, asi como los ejercicios de glúteos en cadena cinética

abierta.

- Reeducación de la Marcha: Una vez autorizada la carga parcial, esta se inicia

de manera progresiva dentro de paralelas, para luego iniciar la deambulación

asistida con andador. Es necesario insistir en los ejercicios estáticos y

dinámicos de reeducación del equilibrio en bipedestación en paralelas y con

andador.

Fig. 13. Reeducación de la Marcha en Paralelas

55

Progresivamente los pacientes realizaran ejercicios funcionales de marcha

con ayuda de andador.

Según las condiciones de cada paciente, puede variar el tiempo que tarden

en alcanzar el paso una marcha asistida con dos bastones de apoyo cubital,

aunque en ausencia de complicaciones, este hecho puede ocurrir a partir de

la tercera- cuarta semana postoperatoria según los casos. Es a partir de este

periodo cuando los pacientes comienzan a ser progresivamente entrenados

en la subida y bajada de escalones con ayuda y en la realización de ejercicios

funcionales de marcha (marcha lateral, delante-atrás, marcha con obstáculos,

marcha en rampa). Realizar ejercicios de marcha hacia atrás contribuye al

estiramiento de la capsula anterior y de la musculatura flexora y previene las

contracturas en flexion de cadera.

Es importante hacer hincapié en los ejercicios de abducción y fortalecimiento

muscular de los abductores de cadera para evitar la marcha en

Trendelemburg.

Conviene también realizar una evaluación de la existencia de posibles

discrepancias de longitud post-cirugia de las extremidades inferiores.

En esta fase es importante estar atento y corregir las posibles alteraciones de

la deambulación. En ocasiones el paciente da pasos muy largos con la cadera

afectada y pasos cortos con la sana, evitando la extensión de la pierna

afectada, lo cual provoca la aparición de dolor en la región inguinal debido al

exceso de estiramiento. Se debe instruir al paciente en dar pasos más largos

con la cadera sana.

Otras veces para evitar la extensión de la cadera intervenida el paciente

fuerza la flexión de la rodilla levantando precozmente y de manera excesiva el

talón del suelo. Se debe enseñar al paciente a mantener el apoyo de la pierna

afectada con el talón en el suelo.

En otras ocasiones el paciente flexiona la cintura hacia delante y realiza una

anteversión pélvica excesiva para evitar la extensión completa del miembro

inferior afectado durante la marcha, o bien adquiere una cojera en forma de

habito vicioso difícil de corregir. Estas alteraciones y otras que pueden

aparecer deber ser corregidas, tomando conciencia el paciente de sus

56

defectos en la marcha, para lo cual esta es conveniente sea entrenada frente

a un espejo.

Cuando el paciente consigue realizar marcha asistida con bastones de apoyo

cubital, se entrena primero la marcha con dos bastones en tres puntos y en

cuatro puntos. Finalmente se reeduca la marcha con ayuda de un solo bastón

contralateral a la cadera operada. Se recomienda que el paciente realice la

marcha con bastón durante un tiempo, aunque haya finalizado el tratamiento

de Rehabilitación, porque sirve para corregir la cojera hasta su desaparición,

y ayuda a prevenir la aparición de la marcha en Trendelemburg.

- Terapia Ocupacional: Desde el primer dia de ingreso en la UME el terapeuta

ocupacional realiza una valoración del paciente y asesoramiento de las

ayudas técnicas y adaptaciones ergonómicas que más pueden facilitar su

independencia funcional, no sólo a nivel hospitalario sino también en el

domicilio. Los ejercicios de terapia ocupacional incluyen enseñar al paciente a

como realizar las transferencias al principio en carga parcial, entrenar la

movilidad en cama y los volteos, entrenar la realización de actividades con

soporte de peso en bipedestación, entrenar las actividades básicas de la vida

diaria (aseo, comida, vestido, baño) y preparar al paciente para las

actividades instrumentales de la vida diaria. Se insiste en los movimientos que

debe evitar el paciente para no sobrecargar el montaje de la osteosíntesis o

evitar una luxación de la prótesis.

Fig. 14. Terapia Ocupacional

57

Durante todo el proceso rehabilitador se instruirá a los cuidadores principales del

paciente acerca de técnicas y pautas básicas de ejercicios con la finalidad de

que tras el alta hospitalaria el paciente siga con su práctica en el ámbito del

domicilio y pueda así alcanzar el máximo grado de recuperación funcional

posible.

1.8. Calidad de vida del anciano con fractura de cadera

Se puede definir la calidad de vida como la percepción adecuada y correcta que

tiene de si misma una persona en el contexto cultural y de valores en que esta

inmersa, en relación con sus objetivos, normas, esperanzas e inquietudes. Su

percepción puede estar influida por su salud física, psíquica, su nivel de

independencia y sus relaciones sociales.

El impacto de la fractura de cadera sobre la salud general del paciente y su

percepción de calidad de vida es un aspecto que todavía está siendo estudiado.

En el anciano con fractura de cadera hay una serie de factores que pueden

determinar una mejor calidad de vida post- fractura.

La edad, la ausencia de comorbilidades, el estado funcional previo del paciente, y

la situación cognitiva previa son factores que pueden influir en la calidad de vida

del paciente post- fractura.

La ausencia de complicaciones postoperatorias, puede favorecer la

implementación de un programa precoz de rehabilitación que podria contribuir a

una temprana y más rápida recuperación de la función y de la independencia en

las actividades de la vida diaria, lo cual repercutiría de forma relevante sobre la

calidad de vida del paciente post-fractura 118. Además según las características

de la fractura se aplicará un tipo de tratamiento u otro, y ello también parece

afectar a la calidad de vida. Así, según los pacientes sean tratados mediante

enclavado o artroplastia pueden presentar características diferenciales en cuanto

a complicaciones post- operatorias, retraso en la consolidación, mayor o menor

demora para iniciar la rehabilitación, la carga y la deambulación, todo lo cual

puede repercutir en la futura calidad de vida a corto y largo plazo 119.

Finalmente, cada vez es objeto de mayor estudio el factor destino residencial y

cuidados tras el alta hospitalaria.

58

El paciente si tiene un soporte familiar adecuado puede ser derivado a su

domicilio o en caso contrario a una institución.

En ocasiones es dejado a cargo de un cuidador sobre el cual la atención del

paciente supone una sobrecarga que repercute en su propia calidad de vida, de

manera que también la calidad de vida del cuidador es un factor que puede

terminar influyendo en la recuperación funcional, fisica y mental del paciente

influyendo en la calidad de vida de este.

Es posible que frente a los cuidados en el entorno familiar, la institucionalización

o la falta de asistencia domiciliaria contribuya a una peor calidad de vida de los

pacientes a largo plazo 120.

Asi pues existen múltiples factores que pueden modificar la calidad de vida del

paciente y también la de los que le rodean, después de una fractura de cadera.

Su estudio nos permitirá obtener una mejor perspectiva y pronóstico de las

posibilidades de recuperación de una mayor o menor calidad de vida, y de las

demandas en cuanto a atención sanitaria y coste socioeconómico que ello pueda

conllevar.

1.9. Tramitación de recursos sociales

La valoración social debe ser precoz e iniciarse en la fase aguda de tratamiento,

es necesario realizar una temprana evaluación del riesgo social del paciente

intervenido e iniciar la coordinación con el trabajador social para implementar los

recursos necesarios en este nivel.

59

II. JUSTIFICACION

60

61

II. JUSTIFICACION.

La rehabilitación interdisciplinar e integral de los pacientes intervenidos de

fracturas de cadera en el ámbito de unidades de hospitalización de media

estancia ha demostrado en diferentes estudios 70,121 asociarse a una mas rápida

recuperación de la capacidad de marcha y de la independencia funcional en las

actividades básicas de la vida diaria. Sin embargo en nuestro país este modelo

de atención integral no está completamente extendido y los estudios realizados

sobre su validez, eficacia y eficiencia son todavía escasos 121.

La justificación para este estudio está basada en la necesidad de valorar los

resultados y la eficacia de la rehabilitación integral en una unidad interdisciplinar

de media estancia, sobre parámetros de independencia funcional y calidad de

vida percibida a corto plazo, al ingreso , tras el alta hospitalaria y al cabo de un

mes desde dicha alta.

El estado cognitivo y funcional previo, tipo y número de comorbilidades previas,

tipo de fractura y procedimiento quirúrgico aplicado , son variables cuya

influencia sobre la calidad de vida y la funcionalidad al alta hospitalaria debe ser

estudiada, ya que resultan determinantes para realizar una estratificación de los

pacientes de riesgo y para establecer diferentes niveles de pronóstico funcional.

De esta manera tendremos un mayor conocimiento sobre las posibilidades de

recuperación de la función y la calidad de vida de cada paciente, los cuidados

que potencialmente serán necesarios y la cantidad de recursos a emplear y como

distribuirlos.

62

63

III. HIPOTESIS

64

65

III. HIPOTESIS

Establecemos para este estudio de investigación un contraste de hipótesis con

una hipótesis nula y una hipótesis alternativa que se definen de la siguiente

manera.

Hipótesis Nula :

No existe correlación entre la situación funcional y la calidad de vida pre- fractura

y al ingreso, y la funcionalidad y calidad de vida percibida a corto plazo post-

fractura, en los pacientes ancianos con fractura de cadera sometidos a un

programa de Rehabilitación en una unidad de media estancia hospitalaria.

Hipótesis Alternativa:

La independencia funcional y calidad de vida pre- fractura y al ingreso se

correlacionan con la funcionalidad y calidad de vida al alta, y a corto plazo, en

pacientes ancianos intervenidos de fractura de cadera sometidos a un programa

de Rehabilitación en una unidad de media estancia hospitalaria.

66

67

IV. OBJETIVOS

68

69

IV. OBJETIVOS.

Objetivo Principal:

- Investigar los cambios experimentados en las variables de funcionalidad y de

calidad de vida percibida a corto plazo en pacientes ancianos intervenidos de

fractura de cadera y sometidos a un programa de Rehabilitación en una

unidad multidisciplinar de media estancia hospitalaria.

Objetivos Secundarios:

- Determinar la influencia de distintas variables dependientes (status cognitivo,

status nutricional, numero de comorbilidades, tipo de fractura o de

intervención) sobre el nivel de funcionalidad post-intervencion, la capacidad

de marcha y la calidad de vida percibida a corto plazo, alcanzados por el

paciente intervenido de fractura de cadera que ha seguido un protocolo de

tratamiento rehabilitador en una unidad interdisciplinar de media estancia

hospitalaria.

- Analizar mediante índices y escalas funcionales la eficacia del tratamiento

rehabilitador en términos de ganancia funcional y la eficiencia del mismo con

relación al numero de sesiones de tratamiento y la duración de la estancia

hospitalaria.

- Describir las características sociodemográficas y clínicas de la población

estudiada (edad, sexo, situación social previa, tipo de residencia,

características de la fractura, lateralidad, procedimiento quirúrgico, y

complicaciones postoperatorias)

70

71

V. VARIABLES

72

73

V . VARIABLES.

1. Variable independiente.

Es el factor de estudio en este caso el protocolo de tratamiento de

Rehabilitación al que son sometidos los pacientes en un contexto

interdisciplinar y que aplicamos para ver como afecta a las variables

dependientes.

2. Variables Dependientes Principales

Establecemos como variables dependientes principales aquellas que en el

estudio interesa primordialmente valorar, que son medidas y objeto de

observación, que son el estado funcional del paciente y su calidad de vida

percibida, y sus variaciones en función de los cuidados médicos y de

Rehabilitación dispensados en la unidad de media estancia hospitalaria.

3. Otras Variables Dependientes

Son las variables sociodemográficas y clínicas de la población estudiada.

Incluyen la edad, sexo, estado civil, tipo de convivencia, tipo de residencia,

número de comorbilidades, características de la fractura, lateralidad,

procedimiento quirúrgico, complicaciones postoperatorias, número de

sesiones de tratamiento o duración de la estancia hospitalaria.

74

75

VI. MATERIAL Y METODO

76

77

VI. MATERIAL Y METODO.

6.1 Diseño del estudio.

Se trata de un estudio de intervención, descriptivo, prospectivo y longitudinal

de pacientes ancianos intervenidos de fractura de cadera ingresados en una

unidad interdisciplinar de media estancia hospitalaria para su recuperación

funcional.

6.2 Participantes

Los participantes son los pacientes que son ingresados en la unidad de media

estancia hospitalaria del Hospital Geriátrico Virgen del Valle perteneciente al

Complejo Hospitalario de Toledo- SESCAM, con el objetivo principal de

realizar la recuperación funcional tras una intervención quirúrgica por una

fractura de cadera.

La unidad de media estancia (UME) del Hospital Virgen del Valle cuenta con

una dotación de 22 camas. En el último año han sido ingresados en la misma

un total de 288 pacientes con diferentes procesos patológicos, con la finalidad

de realizar tratamiento médico- rehabilitador. Dicho tratamiento es llevado a

cabo por un equipo interdisciplinar integrado por un grupo de profesionales

que incluye médicos geriatras, médicos rehabilitadores, personal de

enfermería, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, logopeda, y trabajador

social.

Los pacientes pertenecen al ámbito de la provincia de Toledo y han sido

reclutados para el estudio durante el año 2016 (de Febrero a Octubre- 2016).

Aspectos Eticos

El estudio se realiza respetando los principios de beneficencia, no

maledicencia, justicia, respeto y protección de las personas con autonomía

disminuida o afectada. Sigue los requisitos de información previa y

consentimiento informado para la investigación científica establecidos por la

declaración de Helsinki revisada (1984), el convenio de Oviedo de 4 de Abril

de 1997 para la protección de derechos humanos y de la dignidad del ser

humano con respecto a las aplicaciones de la Biologia y Medicina, y por la ley

14/2007 de 3 de Julio de investigación biomédica.

78

Este trabajo de investigación ha sido aprobado por el Comité de Etica e

Investigación Clínica (CEIC) del Complejo Hospitalario de Toledo en reunión

de 24 de Febrero de 2016 (Anexo XIV).

Información Previa:

Al ingreso los pacientes con función cognitiva normal reciben una hoja de

información acerca del estudio (Anexo IV). En el caso de pacientes con

deterioro cognitivo se proporciona dicha hoja de información a un miembro de

la familia. Se detallan en ella naturaleza y objetivos del estudio, beneficios

esperables de la realización del mismo, molestias y riesgos inherentes al

tratamiento, frecuentes, infrecuentes, leves o graves, riesgos derivados de las

comorbilidades previas del paciente. Asimismo se les informará sobre el

tratamiento confidencial en la recogida y análisis de datos.

Consentimiento Informado:

Los pacientes con función cognitiva normal o un miembro de la familia de

aquellos con deterioro cognitivo reciben hoja de consentimiento informado

(Anexo II) que deberán firmar para su inclusión en el estudio. Asimismo a

todo paciente que desee retirarse del estudio se le proporcionará formulario

de revocación del consentimiento que deberá firmar (Anexo III).

6.2.1 Criterios de Selección.

- Pacientes intervenidos de fractura de cadera mediante enclavado gamma o

mediante artroplastia total o hemiartroplastia unipolar o bipolar ingresados en

la Unidad de Media Estancia Hospitalaria del Hospital Geriátrico Virgen del

Valle de Toledo.

- Edad superior a 72 años.

79

6.2.2 Criterios de Exclusión.

- Deterioro cognitivo grave o demencia (Mini Mental State Examination con

puntuación inferior a 12).

- Fractura de cadera patológica secundaria a neoplasia.

- Fractura de cadera contralateral tratada previamente

- Pacientes con patología psiquiátrica, epilepsia, cardiopatía aguda o cualquier

otra clase de patología no tratada ni controlada, que pueda poner en riesgo su

salud, y seguridad.

- Pacientes comprometidos en otros trabajos de investigación en Rehabilitación

o Medicina Física o en ensayos clínicos que impliquen la administración de

fármacos.

- Ausencia de consentimiento para participar en el estudio por parte del

paciente.

6.3 Tamaño Muestral

Los integrantes de la muestra de este estudio son pacientes que tras ser

intervenidos de fractura de cadera son ingresados en la Unidad de Media

Estancia Hospitalaria en el Hospital Virgen del Valle. Los pacientes son

remitidos principalmente desde el Complejo Hospitalario de Toledo aportando

un informe clínico de alta del servicio de Ortogeriatría y del Servicio de

Traumatología.

Son pacientes que han sido previamente evaluados en el hospital de agudos y

a los que se considera candidatos para realizar la recuperación funcional en la

Unidad de Media Estancia. Se trata de pacientes que al menos tengan una

situación cognitiva que les permita participar y colaborar adecuadamente en el

proceso de rehabilitación, y puedan estar en condiciones, tras la intervención,

de iniciar la carga pacial en bipedestación.

80

Durante la primera visita en la unidad de media estancia el médico

rehabilitador vuelve a comprobar que efectivamente los pacientes cumplen los

criterios de inclusión para la rehabilitación.

De esta manera un total de 67 pacientes intervenidos de fractura de cadera

fueron valorados durante el periodo de tiempo comprendido entre Febrero

2016- Octubre 2016. De entre ellos 2 fueron excluidos al no cumplir criterios y

presentar un grado de deterioro cognitivo severo.

El resto, 65 pacientes, cumplían criterios y fueron incluidos en el estudio.

Entre estos, 50 fueron los pacientes que completaron el estudio mientras que

hubo 15 pacientes que resultaron como pérdidas del estudio.

Fig. 15. Diagrama de flujo de pacientes

PACIENTES VALORADOS

N= 67

INCLUIDOS

N= 65

COMPLETAN

ESTUDIO

N= 50

PERDIDAS

N= 15

- PERDIDAS SEGUIMIENTO:

N= 9

- NO COMPLETAN RHB:

N= 6

EXCLUIDOS

N= 2

81

Entre las pérdidas (N= 15), 6 pacientes no llegaron a completar el programa

de Rehabilitacion ( 2 por traslado a otro centro, 2 por infección de la prótesis,

1 por infección de la herida quirúrgica, 1 por descompensación de

insuficiencia cardiaca), mientras que otros 9 pacientes fueron pérdidas de

seguimiento al no acudir a revisión 1 mes después del alta.

Las causas de estas pérdidas de seguimiento fueron en 4 casos

desconocidas, en 2 casos debidos a problemática sociofamiliar, en 3 casos

por reingreso hospitalario a causa de descompensación de insuficiencia

cardiaca (2 casos) y neoplasia (1 caso) respectivamente.

Para la recogida de datos cada paciente ha sido valorado por el médico

rehabilitador y el tratamiento prescrito por este ha sido realizado por un

fisioterapeuta y un terapeuta ocupacional.

Al tratarse de un estudio abierto ni el facultativo que prescribe el tratamiento

ni los terapeutas responsables del mismo, ni el propio tratamiento se ha

realizado en condiciones de cegado. Los pacientes según eran valorados y si

cumplían criterios, eran incluidos en tratamiento.

En la primera visita al ingreso, al alta hospitalaria, y un mes después del alta el

médico cumplimenta un formulario de recogida de datos que incluye escalas

de valoración funcional, cognitiva, nutricional, de comorbilidad previa, y de

calidad de vida percibida (Anexo I).

6.4. Tipo de Intervención

Durante el primer dia del ingreso los pacientes son valorados por el médico

especialista en geriatría, que tras realizar la historia clínica y solicitar

exámenes complementarios que incluyen pruebas de laboratorio y radiología

de control, cursa petición de consulta de valoración al médico rehabilitador.

El médico rehabilitador realiza la historia clínica de Rehabilitación y

cumplimenta el formulario de recogida de datos que incluye escalas

funcionales y de calidad de vida, una valoración cognitiva, del estado

nutricional, y del número e importancia de las comorbilidades previas.

A continuación prescribe el protocolo de tratamiento rehabilitador teniendo

siempre en cuenta la situación basal previa y las características individuales

de cada paciente.

82

- Primeras 24-48 horas: Se instaura un tratamiento postural manteniendo el

miembro inferior intervenido en abducción y rotación neutra, evitando el

decúbito lateral y prono. Se realiza una vigilancia preventiva de las posibles

complicaciones de la herida quirúrgica. Se enseñan al paciente ejercicios de

respiración diafragmática, ejercicios activos libres de flexoextensión de

tobillos- pies y ejercicios isométricos de cuádriceps y glúteos.

- Primera semana de tratamiento:

Transcurridas las primeras 24-48 horas se puede iniciar la sedestación del

paciente y se comienza con la cinesiterapia activa-asistida de las

articulaciones del miembro inferior intervenido, realizando una flexoextensión

controlada de cadera y rodilla entre 0-90º de forma progresiva, una abducción

suave no forzada de cadera, y se evitan los movimientos de rotación y

aducción de cadera. Se realiza simultáneamente una tonificación isométrica e

isotónica suave y progresiva de ambos miembros inferiores, y también de los

miembros superiores. Progresivamente se inicia la reeducación funcional y

enseñanza de las transferencias.

El terapeuta ocupacional entrenará al paciente en la realización de

transferencias. La transferencia de sedestacion a bipedestacion al comienzo

se realiza en carga parcial con ayuda de andador. Desde el principio el

terapeuta ocupacional asesorará al paciente sobre las ayudas técnicas

disponibles que pueden facilitar la recuperación de la capacidad de marcha y

la independencia funcional en las actividades de la vida diaria.

Además desde la primera semana de tratamiento el paciente aprenderá a

realizar correctamente los volteos y a recuperar su independencia en la

movilidad en cama. El terapeuta ocupacional buscará de manera progresiva,

en carga parcial y con ayudas técnicas, recuperar la capacidad de realizar

actividades en sedestación y bipedestación.

Al final de la primera semana de ingreso generalmente el paciente puede

iniciar la reeducación del equilibrio estático y dinámico, y la reeducación de la

marcha con carga parcial en paralelas.

Simultáneamente el paciente inicia de forma progresiva los ejercicios de

reeducación de las actividades básicas de la vida diaria (vestido superior e

inferior, aseo, comida, baño) en el área de terapia ocupacional.

83

- Segunda semana de tratamiento: A partir de la segunda semana el paciente

continua con los ejercicios isotónicos y en cadena cinética cerrada de

cuádriceps y glúteos. Sigue realizando reeducación funcional del equilibrio y

de la marcha en carga parcial con andador y continua el tratamiento de

terapia ocupacional. Al final de esta semana según el estado del paciente se

inicia la reeducación en escalera y rampa con ayuda y supervisión cercana

del terapeuta.

- Tercera semana de tratamiento: A partir del final de la segunda semana-

tercera semana los pacientes pueden generalmente iniciar la reeducación del

equilibrio y la marcha con bastones. Se continua con la reeducación funcional

de la marcha con obstáculos, en escalera y en rampa.

En determinados casos las condiciones clínicas y la situación basal previa

orienta mucho sobre las ayudas técnicas para la marcha a las que el paciente

no va a poder renunciar.

En esta fase algunos pacientes siguen con andador, otros pueden realizar una

marcha controlada y segura con dos bastones y otros finalmente pueden

llegar a caminar con un solo baston.

En los casos mas favorables algunos pacientes pueden llegar a realizar una

marcha independiente sin ayudas bajo supervisión cercana del terapeuta,

pudiendo algunos pacientes, en los casos mas favorables, alcanzar a realizar

marcha con 1 solo bastón.

6.5. Seguimiento.

Semanalmente se ha realizado una revisión en gimnasio y una sesión

interdisciplinar en la que participan los miembros de la UME (geriatra,

rehabilitador, fisioterapia, terapia ocupacional, enfermería, trabajador social)

en la que se valora la evolución clínico- funcional de los pacientes, su

situación social y posible destino al alta hospitalaria.

Cuando los pacientes reciben el alta hospitalaria el médico rehabilitador,

realiza un valoración funcional, de la capacidad de marcha y de la calidad de

vida percibida del paciente.

84

Se vuelve a revisar al paciente transcurrido un mes desde el alta hospitalaria

y entonces se valora de nuevo la funcionalidad, la capacidad de marcha con o

sin ayudas técnicas, la velocidad de marcha en pasillo de 6 metros asi como

la calidad de vida percibida a corto plazo por el paciente.

6.6 Instrumentos de Valoración.

Se han utilizado los siguientes instrumentos de valoración:

- Para la valoración del estado de independencia funcional

a- Indice de Barthel (Anexo VI)

Es una escala funcional basada en las actividades de la vida diaria.

Describe el estado funcional del paciente y su objetivo es detectar cambios

en el estado funcional de personas con enfermedades neurológicas o

musculoesqueleticas 122. Es una escala ordinal que evalua la capacidad e

independencia funcional del individuo en 10 areas: alimentación, baño,

aseo básico, vestido, transferencias, utilización del WC, deambulación (o

utilización de silla de ruedas en pacientes no deambulantes), capacidad

para subir y bajar escaleras, y continencia anovesical.

Establece grados de capacidad en cada función, a intervalos de 5, y puntúa

de 0 (dependencia total) a 100 (independencia total).

Se consideran distintos grados de dependencia según la puntuación: menor

de 20 dependencia total; 20-35 dependencia grave; 40-55 dependencia

moderada-grave; 60-70 dependencia moderada; 70-90 dependencia leve;

100 independencia funcional.

Una puntuación de 100 que indica independencia funcional no significa que

el paciente no precise de ayuda para tareas instrumentales como cocinar o

comprar. Es una escala ampliamente utilizada, valida, fiable, sensible,

sencilla, de rápida aplicación ( en 5 minutos), que recoge la información del

interrogatorio y la observación clínica del paciente, muy útil en la práctica

clínica. Permite la monitorización del progreso de la rehabilitación, y facilita

el cálculo de las necesidades de cuidados.

Sin embargo es una escala relativamente insensible a los cambios sutiles

en la función, y es poco sensible en el seguimiento a largo plazo de los

pacientes.

85

Indice de Barthel Modificado

Es una modificación introducida por Shah et al 123, que mantiene las 10

áreas de valoración iniciales, pero incrementa el número de niveles por

cada actividad hasta 5. Shah sugiere la siguiente interpretación sobre las

puntuaciones del Indice de Barthel:

- 0-20 Dependencia Total.

- 21- 40 Dependencia Grave.

- 41- 60 Dependencia Moderada.

- 61- 99 Dependencia Leve

- 100 Independencia.

Esta modificación realizada por Shah pretende mejorar la sensibilidad de la

escala.

Para el estudio de la eficacia y eficiencia del tratamiento rehabilitador y para

investigar la ganancia funcional con respecto al máximo de potencial

recuperación posible, vamos a emplear una serie de índices que son los

siguientes.

Indice de Montebello:

IBarthel alta- IBarthel ingreso/ IBarthel previo- IBarthel ingreso

Mide la eficacia del tratamiento rehabilitador con respecto al potencial real del

paciente, teniendo en cuenta su situación de dependencia previa, si existiera

124.

Indice de Eficiencia:

IBarthel alta- IBarthel ingreso / Estancia Dias

Un índice mayor de 0,5, podría interpretarse como actividad rehabilitadora

moderada y mayor de 1 como intensa.

Indice de Eficacia o de Heinemann (IH) :

(IBarthel alta- IBarthel ingreso) x 100/ 100- IBarthel ingreso

Mide la ganancia funcional en términos relativos al máximo del potencial de

recuperación funcional posible asumiendo una situación previa de

independencia 125.

86

b- FIM o medida de la independencia funcional (Anexo VII)

La FIM es el instrumento más ampliamente aceptado como medida de

funcionalidad en el ámbito de la rehabilitación 126. Es una medida de

funcionalidad que consta de 18 preguntas sobre 6 áreas de función: cuidado

personal, movilidad, locomoción, comunicación y función social. 13 items de

función física son similares a los del índice de Barthel. El resto de ítems

valoran función cognitiva, interacción social, ejecución de problemas y

memoria. Cada ítem se puntua de 1 a 7. Se valora la discapacidad física o

cognitiva en función de la necesidad de cuidados.

Una puntuación total de 18 representa un nivel de dependencia total,

mientras que una puntuación de 126 representa un nivel de independencia

total. La administración del cuestionario se realiza a partir de la observación

clínica y el tiempo de administración oscila alrededor de 20- 30 minutos lo

cual puede resultar un inconveniente, asi como la necesidad de cierto

entrenamiento a la hora de administrar la escala. Es una escala valida,

sensible, y reproducible que puede en algunos aspectos mejorar la

sensibilidad del índice de Barthel.

- Para la valoración de la capacidad de deambulación funcional

Functional Ambulation Classification (FAC) (Anexo VIII)

La clasificación de deambulación funcional de Holden 127 es una escala

ordinal que clasifica en 5 grados distintos el nivel de dependencia para

realizar la deambulación.

0: No camina o deambulación no funcional

1: Camina con gran ayuda física de 1 persona.

2: Camina con ligero contacto físico de una persona

3: Camina con supervisión sin contacto físico

4: Camina independiente en llano, no salva escaleras.

5: Camina independiente en llano y salva escaleras.

Los pacientes de las categorías 4 y 5 son aquellos que realizan marcha

independiente con o sin ayudas técnicas, los de la categoría 3 caminan por

terreno llano sin asistencia física pero con supervisión, los de las categorías

0, 1, y 2 son no deambulantes o dependientes y precisan de ayuda de una

persona para deambular.

87

Clasificación de Ambulacion Asistida (Anexo IX)

Para el presente estudio hemos diseñado una escala ordinal de clasificación

de dependencia funcional para la marcha en términos del tipo de ayudas

técnicas utilizadas para la realización de la misma. Los pacientes se han

clasificado de esta manera en cuatro grados o categorías:

0: No deambulantes

1: Caminan con andador de patas y no salvan escaleras

2: Caminan con andador de ruedas y salvan escaleras

3: Caminan con 2 bastones y salvan escaleras

4: Caminan con 1 baston y salvan escaleras

5: Caminan independiente sin ayudas técnicas en llano y salvan escaleras.

Valoración de la Velocidad de Marcha en pasillo de 6 metros

La velocidad de marcha es un marcador importante para valorar el estado de

fragilidad de los ancianos con fractura de cadera.

En este estudio se valora la velocidad de marcha 1 mes después de que el

paciente reciba el alta de Rehabilitación en la unidad de media estancia

hospitalaria.

Se ha establecido una clasificación de los pacientes en tres clases en función

de la medición registrada con cronómetro de la velocidad de la marcha con o

sin ayudas técnicas (según la necesidad del paciente), realizada en pasillo de

6 metros. Estas clases son:

- Clase I: Velocidad de marcha de > 1 m/seg.

Deambulan fuera del domicilio y en la comunidad de manera independiente.

- Clase II: Velocidad de marcha de 0,6- 1 m/seg.

Deambulan con limitaciones fuera del domicilio y en la comunidad.

- Clase III: Velocidad de marcha de < 0,6 m/seg.

Deambulan predominantemente intradomicilio.

88

- Para la valoración de la calidad de vida relacionada con la salud:

EuroQOL 5D- EuroQOL VAS (Anexo X)

Es un instrumento genérico de medición de la calidad de vida relacionada con

la salud que puede utilizarse en grupos de paciente con diferentes patologías.

El propio individuo valora su estado de salud primero en niveles de gravedad

por dimensiones, y luego en una escala visual analógica 128.

Evalúa 5 dimensiones de salud: movilidad, cuidado personal, actividades

cotidianas, dolor/malestar y ansiedad/depresión.

Cada una de ellas tiene tres niveles de gravedad: sin problemas, problemas

moderados, y problemas graves. En esta parte del cuestionario el individuo

debe marcar el nivel de gravedad correspondiente a su estado de salud en

cada una de las dimensiones. En cada dimensión del EuroQoL-5D o EQ-5D

los niveles de gravedad se codifican con un 1 si la opción de respuesta es no

tengo problemas, un 2 si la opción es algunos o moderados problemas, y un 3

si la opción es muchos problemas. La combinación de valores de todas las

dimensiones genera un numero de 5 digitos. Si es 11111 (sin problemas de

salud en ninguna dimensión) el valor del estado de salud será 1 (el máximo

posible). Si el estado de salud da un numero de 5 digitos diferente de 11111,

se resta a 1 el valor de una constante y dependiendo del nivel de gravedad de

los problemas (nivel 2, o nivel 3) que haya en cada dimensión se realiza un

calculo en el que se detraen una serie de coeficientes, y en el caso de que en

al menos una dimensión haya problemas de nivel 3, el coeficiente de esa

dimensión se multiplica por dos y además se resta una constante llamada N3.

Coeficientes para el calculo de valores para el EQ-5D

Parametro Coeficiente

Constante -------------------------- 0,1502

Movilidad---------------------------- 0,0897

Cuidado Personal------------------ 0,1012

Actividades Cotidianas----------- 0,0551

Dolor/ Malestar--------------------- 0,0596

Ansiedad/ Depresion-------------- 0,0512

N3------------------------------ 0,2119

89

La segunda parte del EuroQoL-5D es una escala visual analógica vertical de

20 centimetros milimetrada que va de 0 (peor estado de salud imaginable) a

100 (mejor estado de salud imaginable), demoninada EuroQoL-VAS o E-VAS.

En ella el paciente debe marcar el punto en la línea vertical que mejor refleje

la valoración de su estado de salud global actual.

El EuroQoL-5D es una escala valida, fiable y sensible al cambio en el estado

de salud, utilizada en poblaciones con diferentes patologías para medir la

calidad de vida a lo largo del tiempo.

- Para la valoración del Estado Cognitivo:

Mini examen cognoscitivo- Mini Mental State Examination

de Folstein y Lobo (Anexo XI)

Este cuestionario breve proporciona una medida del estado cognitivo

de los pacientes, y es sensible a los cambios en el funcionamiento

del lóbulo frontal, siendo de utilidad mas limitada para la detección de

alteraciones mnesicas 129. Es un cuestionario de 11 items que valora

orientación, memoria, atención, síntomas de agrafia, apraxia, afasia y anomia.

La máxima puntuación posible son 30 puntos, pero se establecen diferentes

puntos de corte en función de la edad y nivel educativo. En los ancianos una

puntuación inferior a 18 denota deterioro cognitivo importante, y entre 12 y 14

puntos demencia. En el anexo V se presenta la versión en castellano utilizada

para este trabajo.

- Para la valoración de las comorbilidades previas del paciente

y el riesgo de fallecimiento vinculado a ellas:

Indice de Comorbilidad de Charlson (Anexo XII)

El índice de comorbilidad de Charlson incluye 19 categorias de comorbilidad,

cada una de las cuales tiene un peso basado en el riesgo ajustado de

mortalidad al cabo de un año 130. La puntuación final de comorbilidad que se

obtiene dependerá del número y gravedad de cada uno de los procesos

considerados y refleja el incremento de probabilidad de muerte al año de

seguimiento. Se define la ausencia de comorbilidad con la puntuación de 0-1

puntos, comorbilidad baja 2 puntos, y comorbilidad alta igual o mayor a 3

puntos. Se puede realizar una predicción a corto plazo (menos de tres años) de

90

la mortalidad : asi aun índice 0 corresponderia un riesgo de mortalidad al año

del 12%; índice 1 o 2, 26% de mortalidad al año; índice 3-4 52% de mortalidad

al año; e índice mayor o igual a 5, 85% de mortalidad al año. A largo plazo

(mas de 5 años) la predicción de mortalidad debe ser ajustada según la edad,

añadiendo 1 punto al índice por cada 10 años a partir de los 50 años.

- Para la Valoracion del Estado Nutricional

Mini Nutritional Assessment (Anexo XIII)

El Mini Nutrional Assessment es una cuestionario de screening que identifica

a aquellos ancianos desnutridos o en riesgo de desnutrición, facilitando al

clínico la actuación y prevención sobre este tema con una rápida intervención

y un apoyo nutricional adecuado 131.

Este cuestionario tiene una versión abreviada el MNA-SF, de rápida

administración, que por su precisión y validez resulta de elección en la

práctica clínica diaria. En el MNA-SF se interroga al paciente sobre diferentes

aspectos relativos a su apetito, pérdida reciente de peso, enfermedades o

situaciones de stress recientes, su autonomía y movilidad dentro o fuera de

domicilio, y si padece o no alteraciones psicológicas o afectivas. En la última

pregunta del cuestionario existen dos opciones o bien calcular el índice de

masa corporal o bien si no se dispone de este medir el diámetro de la

pantorrilla.

Una puntuación igual o superior a 12 indica que la persona se encuentra bien

nutrida. Una puntuación entre 8 y 11 indica que la persona se encuentra en

riesgo de desnutrición. Una puntuación de 7 o inferior indicará desnutrición

franca.

Niveles Séricos de Albúmina y Proteínas Totales al Ingreso

En los ancianos con fractura de cadera no es infrecuente hallar niveles

séricos bajos de proteínas totales y albúmina. En muchos casos indican un

estado preexistente de desnutrición proteica.

La hipoproteinemia puede entorpecer el proceso de recuperación funcional

del paciente, enlenteciendo la recuperación de la marcha y de las actividades

básicas e instrumentales de la vida diaria 77.

91

En este trabajo se mide la concentración sérica de proteínas totales y

albúmina en gramos/ decilitro (gr/dl) en el momento del ingreso de los

pacientes en la unidad de recuperación funcional.

El objetivo es estudiar la recuperación funcional en términos de capacidad de

marcha (CAF) y desempeño en actividades de la vida diaria (Barthel),

alcanzada por los pacientes que previamente estaban o no hipoproteinémicos

6.7. Recogida de Datos

Tras producirse el ingreso del paciente en la Unidad, una vez informado el

paciente y el familiar sobre los objetivos del estudio y obtenido el

correspondiente consentimiento informado por escrito, se procede a la

recogida de los datos sociodemográficos, se anotan las características del

paciente, su comorbilidad, status nutricional al ingreso, se valora su estado

cognitivo, capacidad de deambulación previa a la fractura, status funcional y

de calidad de vida previo a la fractura y al ingreso.

Esto se ha realizado mediante cuestionario (Anexo I) que incluía los

siguientes apartados:

- Edad.

- Sexo

- Estado civil (soltero/a, separado/a, viudo/a, casado/a)

- Tipo de residencia (domicilio, institución publica o privada)

- Soporte sociofamiliar (Familia, sólo, cuidador, institución)

- Tipo de fractura (Extracapsular- Pertrocanterea, Subtrocanterea, ó

Intracapsular- Subcapital)

- Tipo de intervención quirúrgica (Prótesis, Enclavado)

- Capacidad de deambulación pre- fractura (Clasificacion de

deambulación funcional, Clasificacion de ambulación asistida)

- Barthel previo a la fractura y al ingreso

- FIM al ingreso

- Status nutricional al ingreso (Mini Nutrional Assessment y niveles

séricos de Albumina y Proteinas )

- Deterioro cognitivo al ingreso (Mini Mental State Examination- MMSE)

- Indice de comorbilidad de Charlson.

- EuroQOL-5D previo a la fractura.

92

En el momento del Alta se procedió a recoger los siguientes datos:

- Barthel al alta

- FIM al alta

- Capacidad de deambulación (Clasificación de deambulación funcional y

clasificación de ambulación asistida)

- Indice de Montebello = IBarthel alta- IBarthel ingreso/ IBarthel previo-

IBarthel ingreso

- Indice de Eficacia o de Heinemann (IH) = (IBarthel alta- IBarthel ingreso)

x 100/ 100- IBarthel ingreso

- Indice de Eficiencia= IBarthel alta- IBarthel ingreso / Estancia Dias

- Deterioro cognitivo al alta (Mini Mental State Examination- MMSE)

- EuroQOL-5D al alta.

- Complicaciones médicas durante el ingreso (infección respiratoria,

urinaria, infección herida quirúrgica, TVP, TEP, etc).

- Días de estancia hospitalaria

- Número de sesiones de Rehabilitación

- Destino al Alta: domicilio, residencia temporal o permanente, hospital de dia,

hospital de referencia.

Una vez el paciente era dado de Alta hospitalaria en la Unidad, se citaba para

acudir a consulta de Revisión en el plazo de 1 mes a partir del alta.

Entonces se volvían a medir las siguientes variables:

- Barthel al mes del alta

- FIM al mes del alta

- Capacidad de deambulación (Clasificacion de deambulación funcional y

clasificación de ambulación asistida)

- Deterioro cognitivo al mes del alta (Mini Mental State Examination-

MMSE)

- EuroQOL-5D y EuroQol-VAS al mes del alta.

- Además como prueba de la capacidad funcional del paciente para la

marcha se realizó, al mes post- alta, prueba de velocidad de marcha en

pasillo de 6 metros

93

6.8. Análisis de Datos.

Análisis Estadístico.

El análisis estadístico se realizó con el programa estadístico SPSS (SPSS inc.

Chicago, IL, USA).

- Se realizó un análisis descriptivo de las variables utilizando medias y

desviaciones estándar para variables cuantitativas y mediana, rangos

intercuartilicos, frecuencias y porcentajes para variables ordinales y

cualitativas. Las variables cualitativas se muestran mediante distribución de

frecuencias y porcentajes.

- Se estudió la correlación lineal entre variables mediante la prueba no

paramétrica del coeficiente de correlacion “rho” de Spearman. Se utilizó para

medir la asociación de variables ordinales entre si y de variables ordinales

con cuantitativas.

- Mediante la prueba de Wilcoxon para el contraste no paramétrico de muestras

relacionadas se compararon las variables ordinales de funcionalidad y calidad

de vida antes de la fractura y 1 mes después del alta hospitalaria.

- Se han calculado para las variables estudiadas los intervalos de confianza al

95 % pointwise referidos a la población, asi como los intervalos de confianza

simultaneos al 95 % en las variables multinomiales.

- El intervalo de confianza para las medianas se construyó sin ningún supuesto

de distribución. El nivel de cobertura real podría ser mayor que el

especificado. Otros intervalos de confianza se construyen suponiendo una

distribución normal para las razones.

- Para el análisis de la proporción de pacientes ingresados a lo largo del tiempo

se han estimado bandas de confianza simultaneas al 95 %.

- Para estudiar las variables que se asocian con los resultados se ha realizado

un análisis de regresión logística y un análisis de regresión lineal múltiple

utilizando un procedimiento de selección automatico tipo backward.

- Se consideraron estadísticamente significativos los valores de p < a 0.05.

94

95

VII. RESULTADOS

96

97

VII. RESULTADOS.

7.1 CARACTERISTICAS CLINICAS Y DEMOGRAFICAS

7.1.1 Sexo

La distribución por sexos de la muestra estudiada fue mayoritariamente

femenina. Entre los pacientes estudiados 39 fueron mujeres frente a 11 hombres.

Por tanto el 78% de los participantes pertenecían al sexo femenino frente a un 22

% de varones. El intervalo de confianza al 95 % (IC 95 %) para las mujeres fue

de 64,8 % a 87,2 % y para los hombres fue de 12,8 % a 35.2 %.

Tabla 2. Distribución por Sexo. IC 95 % sexo femenino

Sexo

Frecuencia Porcentaje

Porcentaje

válido

Porcentaje

acumulado

Válido Femenino 39 78,0 78,0 78,0

Masculino 11 22,0 22,0 100,0

Total 50 100,0 100,0

0,7800 CI: 0,6476 to 0,8725

Fig. 16. Distribucion de pacientes por sexos.

22%

78%

Hombres Mujeres

98

7.1.2 Edad

La media de edad de los 50 pacientes incluidos en este estudio ha sido 84,16

con una desviación estándar de 4,76 años, y un rango de edades comprendido

entre los 73 y los 95 años.

Fig. 17. Media y Rango de Edades.

Tabla 3. Distribución por grupos de edad

Edad (años) Pacientes (%) N= 50

Menores de 75 1 (2 %)

75- 79 8 (16 %)

80- 84 18 (36 %)

85- 89 17 (34 %)

90- 94 5 (10 %)

Mayores de 95 1 (2 %)

99

La distribución por grupos de edad puede verse en la tabla 3. El 70 % de los

pacientes tenia una edad comprendida entre 80 y 89 años, reflejo del progresivo

grado de envejecimiento en la población general actual. El 46 % de los pacientes

eran mayores de 85 años, para un IC al 95 % de 33 % a 60 % como se muestra

en la tabla 4.

Tabla 4. Menores de 85 años. IC 95 %.

Menos de 85 años de edad

Frecuencia Porcentaje Porcentaje válido

Válido No 23 46,0 46,0

Sí 27 54,0 54,0

Total 50 100,0 100,0

0,4600 CI: 0,3297 to 0,5960

7.1.3. Situación Social Previa

Con respecto a la situación social de los pacientes antes de la fractura, un

34 % de ellos convivía con una pareja o cónyuge, frente a un 66 % que se

encontraba sin pareja (viudos, solteros, o separados). De los 50 participantes de la

muestra, 33 (66 % ) convivían con la familia antes de la fractura, 12 (24 %) vivian

solos, 4 (8 %) convivían con un cuidador, y sólo 1 paciente (2% del total) se

encontraba previamente a la fractura institucionalizado.

7.1.4 Caracteristicas de la Fractura

La edad media de los pacientes ingresados tras cirugía de fractura de cadera en la

unidad de media estancia de nuestro hospital fue de 83 años para los varones, con

un rango de edad comprendido entre 73 y 90 años. Por otra parte la edad media de

las mujeres con fractura de cadera intervenida era de 84 años con un rango de

edades comprendido entre los 75 y 95 años. Entre los 50 pacientes de la muestra, el

70 % (35) presentaron fracturas subcapitales, el 28 % (14) presentaron fracturas

pertrocántereas, y solo un paciente (2% del total) la fractura fue subtrocánterea.

100

Fig. 18. Tipo de Fractura.

La distribución en porcentaje de los pacientes según sexo y tipo de fractura se

muestra en la tabla 5.

Tabla 5. Distribución según sexo y tipo de fractura.

El intervalo de confianza al 95 % para los pacientes con fractura intracapsular-

subcapital intervenidos mediante artroplastia de sustitución fue de 56 % a 81 %,

como se muestra en la tabla 6.

SEXO FRACTURA INTRACAPSULAR PACIENTES (%)

FRACTURA EXTRACAPSULAR PACIENTES (%)

VARONES

7 (63,63 %)

4 (36,36 %)

MUJERES

28 (71, 8 %)

11 (28,20 %)

101

Tabla 6. Tipo de Fractura. IC 95 % Fractura intracapsular.

Tipo de fractura

Frecuencia Porcentaje Porcentaje válido

Válido Intracapsular 35 70,0 70,0

Extracapsular 15 30,0 30,0

Total 50 100,0 100,0

0,7000 CI: 0,5625 to 0,8090

Los pacientes diagnosticados de fractura intracapsular subcapital (70 %) fueron

intervenidos con colocación de artroplastia parcial cementada. Los pacientes con

fractura extracapsular (30 %), ya fuera pertrocánterea o subtrocánterea fueron

intervenidos realizándose reducción abierta e implante de osteosíntesis tipo clavo

gamma (figura 19)

Fig. 19. Tipo de Cirugía

102

Tabla 7. Distribución de pacientes según tipo de fractura e intervención

Tipo de Fractura Tipo de Intervención Pacientes (%)

Intracapsular- Subcapital Protesis parcial cementada 35 (70 %)

Extracapsular-Pertrocanterea Enclavado tipo Gamma 14 (28 %)

Extracapsular-Subtrocanterea Enclavado tipo Gamma 1 (2 %)

La distribución del tipo de fracturas por sexos demostró que mientras los varones

presentaban un 63,63 % de fracturas intracapsulares, en las mujeres este tipo de

fracturas representaban el 71,8 % del total.

Por su parte las fracturas extracapsulares representaban en los varones

el 36,36 % del total, mientras en las mujeres la frecuencia de presentación de

este tipo de fracturas resultó algo inferior (28,20 % del total).

Con respecto a la lateralidad de la fractura en el 52 % de los pacientes

(26 casos) la fractura ocurrió en la cadera derecha, mientras que el 48 %

de ellos (24 casos), la fractura afectó a la cadera izquierda.

El tiempo transcurrido desde la intervención quirúrgica hasta el inicio del proceso

de Rehabilitación en la UME fue de 6,42 + 2.09 dias (media y desviación

standard), siendo la mediana 6 dias, el tiempo mínimo de demora tras la cirugía

hasta el ingreso de 2 dias, y el máximo de 14 dias.

Tabla 8. Tiempo medio desde la Cirugía hasta inicio de Rehabilitación

N= 50 Pacientes Media y DS (rango) Mediana

Tiempo (días) Cirugia- Inicio RHB

6,42 +/- 2,09 (2- 14) 6

Hasta el 70 % de los pacientes (35 en total) fueron ingresados en la unidad

de media estancia en la primera semana post-intervención.

103

Fig. 20. Dias hasta inicio de Rehabilitación

7.1.5. Comorbilidad

La comorbilidad al ingreso de los pacientes intervenidos de fractura de cadera

admitidos en la unidad de media estancia fué estudiada mediante el índice de

comorbilidad de Charlson (ICC) (Anexo XI).

La mediana del índice resultó ser de 1 y la media del índice para los pacientes de

la muestra fue de 1,8. La distribución del numero de pacientes según la

puntuación (de 0 a 5) en el índice de comorbilidad de Charlson fué la siguiente :

ICC= 0 en 12 pacientes, ICC= 1 en 14, ICC= 2 en 9, ICC= 3 en 5, ICC= 4 en 7,

ICC= 5 en 3 (Figura 18). Del total de 50 pacientes, un 70 % (35 pacientes)

presentaba una comorbilidad baja con una puntuación del ICC igual o inferior a 2

puntos, mientras que un 30 % del total (15 pacientes) presentaban un alto grado

de comorbilidad con una puntuación del ICC igual o superior a 3. El IC al 95 %

para los pacientes con ICC mayor de 2 fué del 19 % a 44 % (tabla 10).

104

Fig. 21. Distribución del numero de pacientes según puntuación ICC.

El tipo de comorbilidad más frecuentemente asociada a los pacientes en el

momento del ingreso fueron las cardiopatías (enfermedad coronaria e

insuficiencia cardiaca congestiva), seguidas de los cuadros de nefropatía

moderada- grave, diabetes mellitus (con y sin afectación de órganos diana), y

enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

La distribución de la comorbilidad por patologías y número de pacientes

afectados se muestra en la tabla 9.

Tabla 9. Comorbilidad al ingreso por patologias

Comorbilidad Nº Pacientes (%) Cardiopatia (ICC o Coronariopatia) 13 (26%) Nefropatia moderada- grave 12 (24%) Diabetes Mellitus con/sin afectación organo diana 8 (16%) EPOC 8 (16%) Tumores sin metastasis 6 (12%) Vasculopatias /Enfermedad Cerebrovascular/Hepatopatias 5 /5 /5

(10%/10%/10%) Ulcus peptico 3 (6%)

Tabla 10. ICC al ingreso. Intervalo de Confianza 95% ICC > 2.

Charlson previo <=2

Frecuencia Porcentaje Porcentaje válido

Porcentaje

acumulado

Válido No 15 30,0 30,0 30,0

Sí 35 70,0 70,0 100,0

Total 50 100,0 100,0

0,3000 CI: 0,1910 to 0,4375

12

14 9

5

7 3

Indice Comorbilidad Charlson Pacientes N= 50

0

1

2

3

4

5

105

7.2. VALORACION AL INGRESO

7.2.1. Situación Funcional Basal

La situación funcional de los pacientes previa a la fractura se determinó mediante

la aplicación de escalas de independencia funcional internacionalmente

reconocidas como el índice de Barthel (IB) y la medida de independencia

funcional (functional Independence measure- FIM).

En el momento del ingreso en la unidad se entrevistó tanto a los pacientes como

a sus familiares para establecer con la mayor precisión posible la funcionalidad

previa a la fractura mediante la administración de estas escalas.

En relación a la funcionalidad previa a la fractura, la media del índice de Barthel

con su desviación estándar fue para los 50 pacientes estudiados de 88,70 + 11,

86, con un valor para la mediana de 90, y un rango intercuartilico de 15 (85, 100).

El 64 % de los pacientes estudiados presentaban una situación funcional basal

antes de la fractura relativamente buena con un grado de dependencia funcional

leve. El numero y porcentaje de pacientes con respecto a la puntuación

alcanzada en el índice de Barthel, asi como los intervalos de confianza para

diferentes categorías de puntuación al ingreso se muestran en las tablas 11 y

12.

Tabla 11. Distribución de pacientes según IB basal

Indice de Barthel Basal Nº Pacientes (N= 50) (% pacientes)

45- 65 puntos Dependencia moderada

3 (6 %)

70- 85 puntos Dependencia leve-moderada

15 (30 %)

86-100 puntos Dependencia leve- Independencia

32 (64 %)

Tabla 12. Categorización IB al ingreso. Intervalos de Confianza 95 %

IB Basal (Previo) Intervalo Confianza IC 95 %

45- 65 0,0 % a 19,8 %

70- 85 16,1 % a 43,8 %

> = 90 50,1 % a 77,8 %

106

Solamente el 6 % de los pacientes tenían un IB previo a la fractura inferior a 70,

siendo el IC al 95 % de 2 % a 16,2 % (tabla 13).

Tabla 13. Barthel mayor o igual a 70. IC 95 % IB inferior a 70

Barthel previo >=70

Frecuencia Porcentaje Porcentaje válido

Porcentaje

acumulado

Válid

o

No 3 6,0 6,0 6,0

Sí 47 94,0 94,0 100,0

Total 50 100,0 100,0

0,0600 CI: 0,0206 to 0,1622

El estado funcional previo a la fractura también fué estudiado en los pacientes de

la muestra mediante el FIM. La mediana de las puntuaciones obtenidas en el FIM

fue 110,5 y el rango intercuartilico 17 (102, 119). La media del FIM en los

pacientes estudiados fué de 108, 32 + 13,91. El 62 % de los pacientes

presentaban un buen estado funcional basal pre- fractura con puntuaciones de

FIM correspondientes a un grado leve de dependencia funcional. El número y

porcentaje de pacientes con respecto a la puntuación alcanzada en el FIM y los

intervalos de confianza al 95 % según categorias se muestran en las tablas 14 y

15.

Tabla 14. Distribución de pacientes según FIM basal.

FIM Basal (puntos) Nº Pacientes N= 50 (% pacientes)

65 – 85 Dependencia moderada

5 (10%)

86 – 105 Dependencia leve-moderada

14 (28 %)

106 – 126 Dependencia leve- Independencia

31 (62 %)

107

Tabla 15. Categorización FIM al ingreso. Intervalos de Confianza 95 %

FIM Basal (Previo) Intervalo Confianza IC 95 % > o = 106 48, 1 % a 75, 8 % 105- 86 14, 1 % a 41, 8 % < o = 85 0, 0 % a 23, 8 %

El porcentaje de pacientes con FIM mayor o igual a 100 antes de la fractura era del

80 %. Frente a ellos un 20 % de pacientes eran previamente a la fractura al menos

moderadamente dependientes (IC 95 % ,11,2 % a 33 %) como se muestra en la

tabla 16.

Tabla 16. FIM previo mayor o igual a 100. IC 95 % FIM inferior a 100.

FIM previo >=100

Frecuencia Porcentaje

Porcentaje

válido

Porcentaje

acumulado

Válido No 10 20,0 20,0 20,0

Sí 40 80,0 80,0 100,0

Total 50 100,0 100,0

0,2000 CI: 0,1124 to 0,3304

7.2.2. Capacidad de marcha previa a la fractura

La capacidad de marcha de los pacientes antes de la fractura se determinó mediante

entrevista de los pacientes y familiares, categorizando a los pacientes de la muestra

mediante la clasificación de ambulación funcional (CAF). El 86 % de los pacientes

estudiados eran previamente a la fractura independientes para deambular en llano y

subir escaleras, sin necesidad de contacto físico ni supervisión.

La distribución de los pacientes por su capacidad de marcha antes de la fractura y

los correspondientes intervalos de confianza según las categorías de la CAF se

muestra en la tabla 17.

Tabla 17. Distribución de los pacientes según CAF pre- fractura

CAF pre- fractura Nº Pacientes (%) N= 50 Intervalo Confianza IC 95 %

5 – Indep. Escaleras 43 (86 %) 72,1 % a 99,9 %

4 – Indep. No escaleras 2 (4 %) 0,0 % a 17,9 %

3 - Supervision 4 (8 %) 0,0 % a 21,9 %

2 – Ligero contacto fisico 1 (2 %) 0,0 % a 15,9 %

1 - Gran ayuda fisica 0 (0 %) -

108

El 98 % de pacientes antes de la fractura tenían una puntuación en la escala CAF

mayor o igual a 3. Frente a ellos solo un 2 % tenian una puntuación inferior a 3

(CAF < 3: IC 95 % , 0,35 % a 10,5 %).

Fig. 22. CAF Pre- Fractura.

Ademas se valoró la necesidad de ayudas tecnicas para la deambulación antes de la

fractura, lo cual se hizo mediante una clasificación de deambulación asistida

categorizando a los pacientes en 5 niveles. Según esta clasificación el 36 % de los

pacientes, antes de la fractura, eran independientes para la marcha en llano y

capaces de subir escaleras sin necesitar de ayudas técnicas. El 38 % de ellos

precisaban de la ayuda de 1 bastón, el 4 % precisaba de 2 bastones, y por ultimo el

22 % precisaba de la ayuda de andador de patas o ruedas para deambular

(figura 23).

109

Fig. 23. Distribución de pacientes en porcentaje según grado de

asistencia para la deambulacion pre- fractura.

En la tabla 18 se muestran los intervalos de confianza al 95 % para las diferentes

categorías de deambulación asistida.

Tabla 18. Categorías CAA pre- fractura. IC al 95 %.

CAA. Asistencia Ambulacion Pre-Fractura

% Pacientes Intervalo Confianza IC 95 %

1 6 % 0,0 % a 20 %

2 16 % 2 % a 30 %

3 4 % 0,0 % a 18 %

4 38 % 24 % a 52 % 5 36 % 22 % a 50 %

7.2.3. Estado Cognitivo

La valoración del estado cognitivo de los pacientes se realizó al ingreso mediante el

mini mental state examination (MMSE).

La puntuación media obtenida por los pacientes de la muestra fué de 21,94 + 4,48

con un rango de puntuaciones minima de 14 y máxima de 30. La mediana resultó

ser de 21,5 y el rango intercuartilico 7 (19, 26). El 32 % de los pacientes estudiados

mostraban un grado de deterioro cognitivo moderado o grave al ingreso (IC 95 %, 21

% a 46 %), mientras que el 18 % de los pacientes presentaba un estado cognitivo

normal sin signos de deterioro.

6%

16% 4%

38%

36%

Pacientes (%)

Andador patas

Andador ruedas

2 bastones

1 baston

indep

110

Tabla 19. Puntuaciones MMSE al ingreso. IC al 95 %.

MMSE Ingreso N (%) Intervalo Confianza IC 95 % > o = a 27 (No Deterioro) 9 (18 %) 4 % a 32 % 25- 26 (Sospecha) 9 (18 %) 4 % a 32 % 20- 24 (Leve) 16 (32 %) 18 % a 46 % 16- 23 (Moderado) 11 (22 %) 8 % a 36 % < o = 15 (Grave) 5 (10 %) 0 % a 24 %

7.2.4. Estado Nutricional

El estado nutricional de los pacientes al ingreso en la unidad de media estancia se

estudió mediante la aplicación del cuestionario Mini Nutritional Assessment (MNA) y

la determinación de los niveles séricos de albúmina en gramos/decilitro.

La puntuación media obtenida con el cuestionario MNA que fué administrado a 48

pacientes fue de 11,04 + 2,40 puntos. La mediana resultó ser 12 y el rango

intercuartilico 4 (9, 13). El 50 % de los pacientes presentaba un estado nutricional

normal frente a un 46 % con desnutrición o en riesgo de desnutrición. En la tabla 20

se muestran los intervalos de confianza para las puntuaciones obtenidas en el

cuestionario MNA de los 48 pacientes que fueron estudiados.

Tabla 20. Estado nutricional al ingreso. Puntuaciones MNA. IC al 95 %

MNA al Ingreso N (%) IC 95 %

> o = 12 ptos. Normal 25 (50 %) 38 % a 66 %

8 – 11 ptos. Riesgo Desnutricion

19 (38 %) 25 % a 54 %

< 8 ptos. Desnutricion 4 ( 8 %) 0,0 % a 22 %

Perdidos en Estudio 2 (4%) 2 (4%)

Por otra parte en cuanto a la determinación de los valores séricos de albúmina,

estos se analizaron en 49 pacientes de la muestra. La media del nivel serico de

albúmina fue de 3,36 + 0,46 gr/dl, y la mediana 3,3 gr/dl.

111

En el 59,2 % de los pacientes se detectaron niveles séricos de albúmina al ingreso

indicativos de malnutrición proteica (albúmina sérica < 3,5 gr/ dl) con un IC 95 %, del

45 % al 72 % (tabla 21).

Tabla 21. Niveles séricos Albúmina ingreso. IC 95 %.

Albúmina ingreso >= 3,5

Frecuencia Porcentaje

Porcentaje

válido

Porcentaje

acumulado

Válido No 29 58,0 59,2 59,2

Sí 20 40,0 40,8 100,0

Total 49 98,0 100,0

Perdidos Sistema 1 2,0

Total 50 100,0

0,5918 CI: 0,4525 to 0,7178

Fig. 24. Niveles de Albúmina Serica

112

7.2.5 Calidad de Vida Basal

La calidad de vida de los pacientes previa a la fractura se determinó mediante el

cuestionario de salud EuroQol- 5D que incluye una autovaloración de la calidad de

vida de los pacientes mediante escala analógica visual E-VAS.

En los días siguientes al ingreso en la unidad de media estancia, los pacientes

fueron entrevistados acerca de su estado de salud y calidad de vida percibida antes

de la fractura. Los datos recogidos pueden haberse visto influidos por el estado

funcional, cognitivo, y afectivo de los pacientes durante los primeros días del

ingreso. Con respecto a la media y desviación standard de las puntuaciones

obtenidas en el cuestionario EuroQol- 5D para los 50 pacientes de la muestra, esta

fué de 0,764 + 0,20 con un rango de puntuaciones entre 0,221 mínimo, y 1 máximo.

La mediana fué de 0,75 y el rango intercuartilico de 0,366 (0,634, 1) (tabla 12)

Por tanto de estos datos se puede deducir que más de la mitad de los pacientes

tenían una calidad de vida previa buena o muy buena (por encima de 0,75 puntos en

la escala).

Tabla 22. Media y mediana de EuroQol- 5D

Calidad Vida Previa Media +/- DS Mediana (RIQ) EuroQol- 5D 0,764 +/- 0,20 0,75 (0,634, 1)

Por otra parte la media y desviación standard de las puntuaciones del componente

de autovaloración de la calidad de vida previa mediante escala analógica visual

(EuroQoL-VAS) fue de 73, 34 + 14,71. La mediana del E-VAS fué de 72, 5 y el rango

intercuartilico de 20 (60, 80). Hasta un 88 % de pacientes se autovaloró en la escala

EuroQoL-VAS con una calidad de vida pre- fractura buena o muy buena.

Tabla 23. Distribucion de pacientes según puntuaciones EuroQoL-VAS. IC 95 %

EuroQoL-VAS/ Calidad Vida Nº Pacientes (%) Nº Pacientes (%)/ IC 95%

> o = 80 / Muy Buena 19 (38 %) 24 % a 52 %

75- 60 / Buena 25 (50 %) 36 % a 64 %

55- 40 /Regular 5 (10 %) 0 % a 24 %

< o = 35 /Mala 1 (2 %) 0% a 16 %

113

7.3. ESTANCIA HOSPITALARIA EN UME

Duración y Sesiones de Rehabilitación en UME.

La media de la duración de la estancia hospitalaria en UME fué de 21,94 dias con

una desviación estándar de 6,14 dias, una mediana de 21 dias y un rango con un

máximo de 42 y un mínimo de 14 dias de estancia en UME (tabla 15).

Tabla 24. Estancia en UME

N= 50 Pacientes Media y DS (rango) Mediana

Estancia UME (días) 21,94 +/- 6,14 (14-42) 21

Fig. 25. Estancia en Días en UME

114

La tabla 25 muestra como un 52 % de pacientes permanecieron ingresados

más de 20 días en la UME (IC 95 %, 38 % a 65 %).

Tabla 25. Estancia de 20 o menos días en UME

20 o menos días en UME

Frecuencia Porcentaje

Porcentaje

válido

Porcentaje

acumulado

No 26 52,0 52,0 52,0

Sí 24 48,0 48,0 100,0

Total 50 100,0 100,0

0,5200 CI: 0,3851 to 0,6520

En la figura 26 se representa la curva de la proporción de pacientes que

permanecen ingresados en la UME a lo largo del tiempo, asi como las bandas de

confianza simultaneas al 95 % (en punteado). Por tanto, se puede estar "seguro

al 95%" de que si se sigue tratando de la misma forma a pacientes como estos la

curva que representa la proporción ingresada a lo largo del tiempo permanecerá

dentro de esas bandas a la vez en todos los tiempos.

Fig. 26. Proporcion Pacientes ingresados en UME / Días desde el Ingreso.

Bandas de confianza simultaneas al 95 % (punteado)

0 10 20 30 40

0.0

0.2

0.4

0.6

0.8

1.0

Días desde el ingreso

Pro

porc

ión

aun

en la

UM

E

115

Con respecto al número de sesiones de Rehabilitación la mediana resultó ser de

14 sesiones, con una media de 14,68 + 3,69 sesiones (media y desviación

standard), con un rango entre un mínimo de 8 y un máximo de 23 sesiones.

Tabla 26. Sesiones de Rehabilitacion

N= 50 Pacientes Media y DS (rango) Mediana Sesiones RHB 14,68 +/- 3,69 (8- 23) 14

Fig. 27. Nº de Sesiones de Rehabilitación en UME

7. 4. Complicaciones durante el Ingreso

El 72 % de los pacientes ingresados (N= 36) presentaron durante su estancia en

la unidad diferentes complicaciones, frente a un 28 % de los pacientes (N= 14)

que no presentaron ningún tipo de complicación.

116

Fig. 28. Porcentaje de pacientes con complicaciones durante el ingreso

Las complicaciónes más frecuentemente detectadas fueron la anemia post-

intervención quirúrgica (19 casos), seguida de las infecciones respiratorias (11

casos), infecciones urinarias (9 casos), dolor severo (8 casos), insuficiencia renal

aguda (8 casos), depresión (7 casos), síndrome confusional y delirium (5 casos)

(Figura 28).

También se detectaron en menor número otras complicaciones: digestivas

(gastritis, reflujo gastroesofágico), electrolíticas (hiponatremia, hipopotasemia,

hiperpotasemia), cutáneas (ulceras por presión, dermatitis de contacto,

toxicodermia), articulares (artritis de tobillo), y endocrinas (hiperparatiroidismo).

Fig. 29. Complicaciones más frecuentes (Nº de casos)

72

28

Complicaciones Pacientes ( %)

Complicac.No Complicac

19

11 9

8

8 7 5

Complicaciones durante Ingreso UME

Nº Casos

Anemia

Infecc. Respiratorias

Infecc. Urinarias

Dolor Severo

Insuf. Renal

Depresion

Delirium

117

7.5. VALORACION AL ALTA

7.5.1 Situación Funcional al Alta

En el momento del alta los pacientes también fueron valorados funcionalmente

mediante las escalas Barthel y FIM.

La media del índice de Barthel de los pacientes de la muestra en el momento del

alta fué de 72,4 + 12,3 puntos, siendo la puntuación mínima alcanzada al alta de

40 y la máxima de 95. La mediana para el grupo estudiado fue de 70 y el rango

intercuartilico de 20 (65, 85).

En el momento del alta un 40 % de pacientes mantenía un grado de dependencia

moderada, frente a un 58 % que al alta presentaba un grado de dependencia

funcional leve o leve- moderado.

Solamente un paciente del estudio (2 % del total) en el momento del alta tenía

una puntuación de Barthel inferior a 45 manteniendo un alto grado de

dependencia funcional.

Tabla 27. Distribución de pacientes según IB al alta. IC 95 %

I. Barthel Alta N pacientes (%) IC 95 %

Mayor o = 90

Dependencia Leve

7 (14 %) 0,1 % a 28 %

70- 85

Dependencia

leve-moderada

22 (44 %) 30 % a 58 %

45- 65

Dependencia moderada

20 (40 %) 26 % a 54 %

Menor o = 40

Dependencia grave

1 (2 %) 0 % a 16 %

La puntuación media del FIM obtenida fue de 95, 2 + 12,23, siendo la puntuación

mínima alcanzada al alta de 65 y la máxima de 117.

La mediana obtenida para los pacientes del estudio fué de 96 y el rango

intercuartilico de 17 (86, 103).

118

Tabla 28. Distribución de pacientes según FIM al alta. IC 95 %

FIM Basal (puntos) N Pacientes (%) IC 95 %

65 – 85 Dependencia moderada

10 (20%) 6 % a 34 %

86 – 105 Dependencia leve-moderada

30 (60 %) 46 % a 74 %

Mayor o = 106 Dependencia leve

10 (20 %) 6 % a 34 %

En el momento del alta en el 80 % de los pacientes el grado de dependencia

funcional era leve o leve-moderado, mientras que en un 20 % persistía una

dependencia funcional moderada (tabla 29).

7.5.2 Ganancia Funcional al Alta

La ganancia funcional al alta y la eficacia de la rehabilitación teniendo en cuenta

la situación de dependencia previa, se valoró mediante el índice de Montebello

(IM).

Tabla 29. Ganancia funcional respecto dependencia previa (Indice Montebello)

I. Montebello N Pacientes (%) IC 95 %

0- 0,42 (Baja) 4 (8%) 0% a 22 %

0,50- 0,64 (Moderada) 16 (32%) 18 % a 46 %

0,66- 0,84 (Buena) 18 (36%) 22 % a 50 %

Igual o > 0,87 (Muy Buena)

12 (24%) 10 % a 38 %

La media del índice de Montebello para los pacientes de este estudio fué de 0,71

+ 0,19, y la mediana de 0,69. El valor minimo de puntuación en este indice

alcanzado fué de 0,3 y el valor máximo 1,16. Con respecto al grado de

dependencia previo la eficacia de la rehabilitación fué buena o muy buena en el

60 % de los pacientes.

Tabla 30. Indice de Montebello. Ganancia Funcional al Alta

119

Estadísticos de la Ganancia funcional_I MONT

Media

95% de intervalo de

confianza para la media

Mediana

95% de intervalo de confianza para la

mediana

Límite

inferior

Límite

superior

Límite

inferior

Límite

superior

Cobertura

de real

,717 ,662 ,772 ,695 ,630 ,800 96,7%

El intervalo de confianza para la mediana se construye sin ningún supuesto de

distribución. El nivel de cobertura real podría ser mayor que el nivel especificado.

Otros intervalos de confianza se construyen suponiendo una distribución normal

para las razones.

La eficacia de la rehabilitación en estos pacientes también fué estudiada en

relación a la máxima recuperación funcional alcanzada con respecto al grado de

independencia funcional previa mediante el índice de Heinemann.

La media del Indice de eficacia de Heinemann para los pacientes de la muestra

fué de 59, 77 + 18,65 y la mediana de 57,72. El intervalo de confianza para la

media y la mediana de este índice se representa en la tabla 31 a.

El valor mínimo alcanzado en la puntuación de este índice fué de 20 y el valor

máximo de 92,3. La recuperación alcanzada con respecto a la máxima

recuperación posible, fué baja en el 20% de los pacientes (95 % IC, 6,1 a 34 %),

aceptable en el 42 % (95 % IC, 28 % a 56 %), buena en el 30 % (95 % IC, 16 % a

44 %) y muy buena en el 8 % (95 % IC, 0 % a 22 %).

Tabla 31 a. Indice de Eficacia . IC 95 %

Estadísticos de la Ganancia funcional_I EFICAC

Media

95% de intervalo de

confianza para la media

Mediana

95% de intervalo de confianza para la

mediana

Límite

inferior

Límite

superior

Límite

inferior

Límite

superior

Cobertura

de real

59,773 54,471 65,075 57,720 52,940 68,750 96,7%

120

Tabla 31 b. Indice de Eficacia. Estadisticos

Ganancia funcional: Eficacia cod

Frecuencia Porcentaje

Porcentaje

válido

Porcentaje

acumulado

Válido >=87,5

(Muy Buena) 4 8,0 8,0 8,0

68,75 - 84,61

(Buena) 15 30,0 30,0 38,0

46,15 - 61,53

(Aceptable) 21 42,0 42,0 80,0

>=41,66

(Baja) 10 20,0 20,0 100,0

Total 50 100,0 100,0

La recuperación alcanzada con respecto a la máxima recuperación posible se

muestra en la tabla 31 b. Fué baja en el 20% de los pacientes (95 % IC, 6,1 a 34

%), aceptable en el 42 % (95 % IC, 28 % a 56 %), buena en el 30 % (95 % IC, 16

% a 44 %) y muy buena en el 8 % (95 % IC, 0 % a 22 %).

7.5.3 Eficiencia de la Rehabilitación

Se ha valorado la eficiencia del tratamiento rehabilitador en relación al número de

días de estancia en la unidad mediante el índice de eficiencia.

La media del índice de eficiencia para los pacientes estudiados fué de 2,047+

0,93 y la mediana 1,88. El intervalo de confianza al 95 % para la media y

mediana de este índice se muestra en la tabla 32. La puntuación mínima

alcanzada por los pacientes en este índice fue de 0,71 y la máxima 4,66.

Tabla 32. Indice de Eficiencia. Estadisticos. IC 95 %

Estadísticos de la Ganancia funcional_I EFICIENC

Media

95% de intervalo de

confianza para la media

Mediana

95% de intervalo de confianza para la

mediana

Límite

inferior

Límite

superior

Límite

inferior

Límite

superior

Cobertura

de real

2,047 1,782 2,313 1,885 1,660 2,380 96,7%

121

Tabla 33. Indice de Eficiencia.

.

La eficiencia de la rehabilitación teniendo en cuenta la estancia hospitalaria fué

buena o muy buena en el 46 % de los pacientes estudiados (ver tabla 33).

En un 14 % de los pacientes de esta muestra la eficiencia de la Rehabilitacion

fué algo mas baja, inferior o igual a 0,86 ( 95 % IC, 7 % a 26 %) (tabla 34).

Tabla 34. Indice de Eficiencia Baja. IC 95 %

Eficiencia cod

Frecuencia Porcentaje

Porcentaje

válido

Porcentaje

acumulado

Válido <=0,86 7 14,0 14,0 14,0

>=1,07 43 86,0 86,0 100,0

Total 50 100,0 100,0

0,1400 CI: 0,0695 to 0,2619

En la figura 30 se representa la mediana del índice de eficacia de los pacientes

de la muestra y su intervalo de confianza al 95 %, entre limites establecidos de

índices de eficacia moderada (> 0,5), a muy intensa (> 2,5).

Indice Eficiencia N Pacientes (%) IC 95 % < 1, 57 (Moderada- Baja)

17 (34%) 20 % a 48 %

1,66 - 2,04 (Moderada- Buena)

10 (20%) 6 % a 34 %

2,14 - 2,5 (Buena)

8 (16%) 2 % a 30 %

2,5 (Muy Buena)

15 (30%) 16 % a 44 %

122

Fig. 30. Eficiencia de la Rehabilitación

7.5.4 Calidad de Vida al Alta.

En el momento del alta se valoró la calidad de vida mediante la escala EuroQoL-

5D y el componente de escala analógica visual EuroQoL- VAS. Con respecto a la

media y desviación standard de las puntuaciones obtenidas en el cuestionario

EuroQol- 5D al alta, para los 50 pacientes de la muestra, esta fué de 0,498 +

0,198 con un rango de puntuaciones con un mínimo de 0,196 y un máximo de

0,795. La mediana resultó ser 0,493 y el rango intercuartilico 0,401 (0,285, 0,686).

En la tabla 35 se representan los valores antes indicados.

Tabla 35. Media y mediana del EuroQol- 5D al alta.

Calidad Vida Previa Media +/- DS Mediana (RIQ) EuroQol- 5D 0,498 +/- 0,198 0,493 (0,285, 0,686)

Por otra parte la media y desviación standard de las puntuaciones del

componente de autovaloración de la calidad de vida previa mediante escala

analógica visual (EuroQoL- VAS) fué de 61, 3 + 12, 8.

123

La mediana del EuroQoL- VAS fué de 60 y el rango intercuartilico de 20 (50, 70).

Hasta un 68 % de pacientes se autovaloro en la escala EuroQoL- VAS con una

calidad de vida al alta aceptable, buena o muy buena. En la tabla 36 se

categorizan los pacientes según la puntuación obtenida en el EuroQoL- VAS y

se indican los intervalos de confianza para las distintas categorías según grado y

puntuación de calidad de vida.

Tabla 36. Distribucion pacientes según puntuación EuroQoL- VAS al alta.

EuroQoL-VAS al Alta (Calidad Vida)

N pacientes (%) IC 95 %

Mayor o = 90 (Muy Buena)

2 (4 %) 0 % a 18 %

75- 85 (Buena)

7 (14 %) 0,1 % a 28 %

70- 55 (Aceptable) 25 (50 %) 36 % a 64 %

Menor o = 50 (Mala)

16 (32 %) 18 % a 46 %

En la figura 31 se representan los pacientes del estudio en porcentaje según

categorías de calidad de vida.

Fig. 31. Calidad de vida al Alta según EuroQol- VAS .

32%

50%

14%

4%

Calidad Vida Alta Pacientes (%)

Mala

Aceptable

Buena

Muy buena

124

7.5.5 Destino Residencial al Alta.

Con respecto al destino residencial de los pacientes una vez fueron dados de

alta, mayoritariamente el 86 % de ellos retornaron a su domicilio (N= 43),

mientras que un 14 % (N= 7) tuvieron como destino al alta una institución

residencial geriátrica (figura 32).

Fig. 32. Destino Residencial al Alta .

7.6. VALORACION AL MES POST- ALTA

Se realizó una valoración de la funcionalidad y calidad de vida de los pacientes

transcurrido un periodo de tiempo de 1 mes después del alta y los resultados

fueron los siguientes.

7.6.1 Situación Funcional 1 Mes Post-Alta

Transcurrido un mes despues del alta los pacientes fueron funcionalmente

valorados mediante las escalas Barthel y FIM. La media del índice de Barthel de

los pacientes de la muestra 1 mes despues del alta fué de 78,5 + 13,08 puntos,

siendo la puntuación mínima alcanzada al alta de 45 y la máxima de 95. La

mediana para el grupo estudiado fue de 80 y el rango intercuartilico de 21,25

(68,75 , 90). El intervalo de confianza al 95 % para la mediana del índice de

Barthel se muestra en la tabla 37.

Tabla 37. Mediana Indice Barthel 1 mes post- Alta. IC 95 %

Estadísticos de la Independencia funcional_BARTHEL M

Mediana

95% de intervalo de confianza para la mediana

Límite inferior Límite superior

80,000 75,000 85,000

86%

14%

Residencia al Alta Pacientes (%)

Domicilio

Institucion

125

Un mes después del alta un 24 % de pacientes mantenía un grado de

dependencia moderada (tabla 38), frente a un 40 % que lo presentaban en el

momento del alta.

Tabla 38. Distribución de pacientes según IB 1 mes post- alta. IC 95 %

IB 1 Mes Post-Alta N pacientes (%) IC 95 % 45- 65 puntos Dependencia moderada

12 (24 %) 10 % a 38 %

70- 85 puntos Dependencia leve - moderada

24 ( 48 %) 34 % a 62 %

Mayor o = 90 puntos Dependencia leve

14 (28 %) 14 % a 42 %

La mediana de las puntuaciones del Indice de Barthel en el momento del alta

disminuyó con respecto a la mediana de la situación basal pre-fractura. Sin

embargo aumentó en 10 puntos transcurrido 1 mes desde el alta pero sin llegar a

alcanzar la mediana de la puntuacion del Barthel pre- fractura. La evolución de la

mediana del índice de Barthel y de sus intervalos de confianza al 95 % a lo largo

del tiempo de seguimiento se representa en las figuras 33 a 35.

Fig. 33. Evolución puntuación mediana Indice Barthel.

90

70

80

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

100

Previo Alta 1 Mes Post-Alta

I Barthel

126

Fig. 34. Evolución Indice Barthel. Mediana y percentiles

Fig. 35. Evolución Indice Barthel. Mediana e IC 95 %

127

La puntuación media del FIM obtenida 1 mes post- alta fué de 101,46 + 13,66

siendo la puntuación mínima alcanzada al alta de 66 y la máxima de 122.

La mediana obtenida para los pacientes del estudio fué de 102,5 con un intervalo

de confianza al 95 % de 97 a 108 (tabla 39), y un rango intercuartilico de 20 (93,

113).

Tabla 39. Mediana FIM 1 mes post- Alta. IC 95 %

Estadísticos de la Independencia funcional_FIM MES

Mediana

95% de intervalo de confianza para la mediana

Límite inferior Límite superior

102,500 97,000 108,000 --

Un mes después del alta según las puntuaciones FIM en el 90 % de los

pacientes el grado de dependencia funcional era leve o leve-moderado, mientras

que en un 10 % persistía una dependencia funcional moderada (tabla 40).

Tabla 40. Distribución de pacientes según FIM 1 mes post- alta. IC 95 %

FIM 1 Mes Post- Alta N Pacientes (%)

IC 95 %

65 – 85 puntos Dependencia moderada

5 (10%) 0 % a 24 %

86 – 105 puntos Dependencia leve - moderada

22 (44 %) 30 % a 58 %

106 – 122 puntos Dependencia leve

23 (46 %) 32 % a 60 %

La mediana de las puntuaciones del FIM en el momento del alta disminuyó con

respecto a la mediana de la situación basal pre-fractura. Sin embargo aumentó en

6,5 puntos transcurrido 1 mes desde el alta pero sin llegar a alcanzar la mediana

de la puntuacion FIM pre- fractura (figura 36).

128

Fig. 36. Evolución puntuación mediana FIM.

La evolución de la mediana del FIM y de sus intervalos de confianza al 95 % a lo

largo del tiempo de seguimiento se representa en las figuras 37 y 38.

Fig. 37. Evolución FIM. Mediana y percentiles.

110,5

96

102,5

85

90

95

100

105

110

115

Previo Alta 1 Mes Post-Alta

FIM

129

Fig. 38. Evolución FIM. Mediana e IC 95 %

Un mes después del alta hospitalaria el 40 % de los pacientes (N= 20) eran

independientes para el baño, el 82 % (N= 41) eran independientes o

dependientes con ligera asistencia o adaptación en el inodoro, y el 60 % (N= 30)

eran independientes para el vestido inferior, sin incluir calcetín ni calzado.

7.6.2 Capacidad de marcha 1 mes post- alta

La mediana del CAF en la muestra de pacientes estudiados 1 mes después del

alta fue de 5 con un rango intercuartilico de 1 (4, 5). El 74 % de los pacientes

estudiados eran independientes para deambular en llano y subir escaleras. Si

contamos los que aunque eran independientes para la marcha en terreno llano no

eran capaces para subir escaleras, el porcentaje asciende al 82 %.

En contraposición solamente un 6 % permanecían al mes después del alta

dependientes para la marcha requiriendo contacto físico (tabla 41).

130

Tabla 41. Distribución de los pacientes según CAF 1 mes post- alta. IC 95 %.

CAF 1 Mes Post- Alta N Pacientes (%) IC 95 %

5 o 4 (Independiente) 41 (82 %) 68 % a 96 %

3 (Supervisión) 6 (12 %) 0% a 26 %

< 3 (Dependiente- contacto fisico)

3 (6 %) 0 % a 20 %

Fig. 39. Capacidad de Deambulación. CAF 1 mes Post- Alta

El 90 % (45 pacientes de 50) y el 82 % (41 pacientes de 50) presentaban

deambulación independiente en terreno llano (CAF mayor o igual a 4) antes de la

fractura y al mes del alta respectivamente, con un cambio post- prefractura de – 8 %

(IC 95 %: - 21,5 % a 3,4 %). Por otra parte el 98 % de los pacientes antes de la

fractura y el 94 % al mes del alta presentaban un CAF mayor o igual a 3, con un

cambio post- prefractura de – 4 % (IC 95 %: - 13,7 % a 3,0 % ).

La necesidad de ayudas técnicas para la marcha 1 mes después del alta se

categorizó mediante la clasificación de ambulación asistida (CAA).

131

La mediana del CAA 1 mes post- alta en los pacientes estudiados fue de 4 y el

intervalo de confianza al 95 % fué de 3 a 4 (ver tabla 42), con un rango intercuartilico

de 2 (2, 4).

Tabla 42. Mediana CAA 1 mes post- Alta. IC 95 %.

Según esta clasificación el 8 % de los pacientes, 1 mes después del alta, eran

independientes para la marcha en llano y capaces de subir escaleras sin necesitar

de ayudas técnicas. El 54 % de ellos precisaban de la ayuda de 1 bastón, el 6 %

precisaba de 2 bastones, y por ultimo el 32 % precisaba de la ayuda de andador de

patas o ruedas para deambular (figura 40).

Fig. 40. Distribución de pacientes en porcentaje según grado de

asistencia para la deambulación 1 mes post- alta.

8%

54% 6%

14%

18%

Ambulacion Asistida 1 Mes Post- Alta Pacientes (%)

Indep.

1 Baston

2 bastones

Andador patas

Andador ruedas

Estadísticos de la Asistencia p. ambulación_CAA MES

Mediana

95% de intervalo de confianza para la mediana

Límite inferior Límite superior

4,000 3,000 4,000 --

.

132

Fig. 41. Asistencia para deambulación. CAA 1 mes Post- Alta

Como se indica en la tabla 43, respecto a la independencia para la deambulación el

18 % de los pacientes había perdido algún grado de deambulación en la escala CAF

1 mes después del alta (IC 95 % de 9,8 % a 30,8 %).

Tabla 43. Perdida de algun grado CAF 1 mes post- alta. IC 95 %

Pérdida de algún grado en ambulación funcional (CAF)

Frecuencia Porcentaje

Sí 9 18,0

Total 50 100,0

IC95%: 9,8% a 30,8%

133

Fig. 42. Cambio Grados CAF 1 mes Post-Alta / CAF Prefractura

El 78 % de pacientes antes de la fractura y el 68 % al mes siguiente al alta

presentaban un CAA mayor o igual a 3, con un cambio post- prefractura de – 10 %

(IC 95 %: - 23,9 % a 4,1 %).

Fig. 43. Cambio Grados CAA 1 mes Post-Alta / CAA Prefractura

134

7.6.3 Velocidad de Marcha en pasillo de 6 metros 1 mes post- Alta.

Se valoró la velocidad de marcha 1 mes después del alta de Rehabilitacion en 48

pacientes de la muestra. La media de la velocidad de marcha en los pacientes

estudiados fue de 0,48 + 0,18 m/seg. (IC95% de la media de 0,429 a 0,536). El

valor mínimo alcanzado fue de 0,15 m/seg y el valor máximo 0,86 m/seg. El valor

de la mediana para los pacientes de la muestra fue de 0,46 m/seg. (IC 95% de la

mediana de 0,380 a 0,540).

Tabla 44. Velocidad de Marcha 1 mes post- alta.

Velocidad de la marcha 1 mes Post- Alta

Frecuencia Porcentaje

Porcentaje

válido

Porcentaje

acumulado

Válido 0,6 – 1

m/seg 12 24,0 25,0 25,0

< 0,6 m/seg 36 72,0 75,0 100,0

Total 48 96,0 100,0

Perdidos Sistema 2 4,0

Total 50 100,0

0,2500 CI: 0,1492 to 0,3878

El 75 % de los pacientes estudiados tenían una velocidad de marcha inferior a 0,6

m/seg, lo que les permitia predominantemente realizar con seguridad una marcha

intradomicilio. El 25 % restante tenían una velocidad de marcha entre 0,6 y 1

m/seg (IC 95 %, 15% a 39%) lo que les permitia realizar marcha extradomiciliaria

y en la comunidad (tabla 44).

En la figura 44 se representa la mediana de la velocidad de marcha al mes

después del alta con su correspondiente intervalo de confianza al 95 %, con

respecto a dos clases de velocidad marcha que serian la marcha comunitaria

extradomiciliaria (clase I, velocidad mayor o igual 1 m/seg)) y marcha

intradomiciliaria (clase II, velocidad inferior a 0,6 m/seg).

135

Fig. 44. Velocidad de Marcha 1 mes Post- Alta. Mediana e IC 95 %.

7.6.4 Ganancia Funcional 1 Mes Post- Alta. Eficacia 1 Mes Post- Alta

Se calculó la ganancia funcional 1 mes post- Alta mediante la siguiente relación:

Indice Barthel 1 mes post-alta – Indice de Barthel ingreso / Indice Barthel pre-

fractura – Indice de Barthel ingreso.

Tabla 45. Ganancia Funcional 1 Mes Post- Alta

Ganancia Funcional 1 Mes Post- Alta

(BARTHEL Mes –BARTHEL Ingreso) / (BARTHELPrev - BARTHELIngreso)

Media

95% de intervalo de

confianza para la media

Mediana

95% de intervalo de confianza para

la mediana

Límite

inferior

Límite

superior

Límite

inferior

Límite

superior

Cobertura

de real

,842 ,776 ,908 ,828 ,800 ,900 96,7%

136

La media del índice de ganancia funcional 1 mes post- alta fué de 0,84 (IC 95 %,

0,77 a 0,90) y la mediana 0,82 (IC 95 %, 0,8 a 0,9) (tabla 45).

Tabla 46. Cambio en la Ganancia Funcional 1 Mes Post- Alta.

Cambio en Ganancia Funcional- IM entre el alta y 1 mes post- Alta

N

Media Mediana

Desviación

estándar Mínimo Máximo

Percentiles

Válido 25 75

Ganancia

funcional

Mes- Alta

50 ,1249 ,1106 ,17185 -,20 ,71 ,0062 ,1902

Los resultados estadísticos muestran que los pacientes consiguen alcanzar un mes

después del alta una recuperación media del 84, 2 % con respecto a su situación

previa; de ese total el 71,7 % lo consiguen durante el ingreso, y el 12,5 % (azul en la

tabla 46) restante a lo largo del mes transcurrido tras el alta hospitalaria.

Se calculó la eficacia de la Rehabilitacion 1 mes post- alta mediante la siguiente

relación:

(Indice Barthel 1 mes post-alta – Indice de Barthel ingreso) x 100 / 100 - Indice de

Barthel ingreso.

Que resulta de la transformación al mes del índice de eficacia de Heinemann, y que

mide la recuperación funcional alcanzada al mes post- alta en relación a la máxima

recuperación posible. En la tabla 47 se muestran los valores de la media y mediana

del índice de eficacia de la Rehabilitacion 1 mes post- alta con sus correspondientes

intervalos de confianza al 95 %.

Tabla 47. Media y Mediana del Indice de Eficacia 1 mes- post alta. IC 95 %

Eficacia 1 Mes Post Alta

(BARTHELM-BARTHELI)x 100 / (100-BARTHELI)

Media

95% de intervalo de

confianza para la media

Mediana

95% de intervalo de confianza para

la mediana

Límite

inferior

Límite

superior

Límite

inferior

Límite

superior

Cobertura

de real

69,240 63,967 74,513 73,333 66,667 77,778 96,7%

137

Tabla 48. Cambio en el Indice de Eficacia 1 Mes Post- Alta.

Cambio en Indice Eficacia entre el alta y 1 mes después

N

Media Mediana

Desviación

estándar Mínimo Máximo

Percentiles

Válido 25 75

IEficacia

mes –

IEficacia

Alta

50 9,4665 7,6992 13,36494 -15,38 60,00 ,0035 15,4115

Los resultados estadísticos (tabla 48), muestran que los pacientes consiguen

alcanzar al mes post-alta una recuperación media del 69, 2 % con respecto a la

máxima recuperación funcional posible y que, de ese porcentaje total, el 9,46 % lo

consiguen (azul en la tabla 48) a lo largo del mes transcurrido tras el alta

hospitalaria.

7.6.5 Calidad de Vida 1 Mes Post- Alta

Un mes después del alta se valoró la calidad de vida mediante la escala

EuroQoL- 5D y el componente de escala analógica visual EuroQoL- VAS.

Con respecto a la media y desviación standard de las puntuaciones obtenidas en

el cuestionario EuroQol- 5D 1 mes después del alta en Rehabilitacion, para los

50 pacientes de la muestra, esta fué de 0,562 + 0,217 con un rango de

puntuaciones con un mínimo de 0,196 y un máximo de 1. La mediana resultó ser

0,645 (IC 95 % 0,38 a 0,69 ) y el rango intercuartilico 0,369 (0,337, 0,706).

Un mes después del alta y según las puntuaciones en esta escala se categorizó

a los pacientes en 4 grados según su calidad de vida (tabla 49).

Tabla 49. Clasificación calidad de vida 1 mes post- alta

EuroQoL- 5D (puntuación) Pacientes (%) N= 50 1- 0,691

Buena calidad de vida 20 (40%)

0,690- 0, 510 Aceptable calidad de vida

10 (20%)

0,500- 0,300 Mala calidad de vida

14 (28%)

< 0,300 Muy mala calidad de vida

6 (12%)

138

El 60 % de los pacientes obtuvieron puntuaciones compatibles con un buen o

aceptable grado de calidad de vida 1 mes post- alta, frente a un 40 % de los

pacientes que alcanzaban puntuaciones de calidad de vida mala o muy mala. La

mediana de las puntuaciones del EuroQol- 5D en el momento del alta disminuyó

con respecto a la mediana de la situación basal pre-fractura. Sin embargo

aumentó en 0,152 puntos transcurrido 1 mes desde el alta pero sin llegar a

alcanzar la mediana de la puntuación EuroQol- 5D pre- fractura (figura 45).

Fig. 45. Evolución puntuación mediana EuroQoL- 5D.

En las figuras 46 y 47 se representan las medianas del EuroQoL- 5D con sus

percentiles y correspondientes intervalos de confianza al 95 % a lo largo del

tiempo de seguimiento

Fig. 46. Evolución EuroQoL- 5D. Mediana e IC 95 %

0,75

0,493

0,645

0

0,2

0,4

0,6

0,8

Pre- Fractura Alta 1 Mes Post-Alta

EQOL- 5D

139

Fig. 47. Evolución EuroQoL- 5D. Mediana y percentiles.

Por otra parte la media y desviación standard de las puntuaciones del

componente de autovaloración de la calidad de vida 1 mes después del alta

mediante escala analógica visual (EuroQoL- VAS) fue de 62,5 + 12,97 con un

rango de puntuaciones con un mínimo de 30 y un máximo de 90. La mediana del

EuroQoL- VAS fué de 60 (IC 95 %, 60 a 70 ) y el rango intercuartilico de 16,25

(53.75, 70). Hasta un 76 % de pacientes se autovaloró en la escala EuroQoL-

VAS con una calidad de vida al alta aceptable, o buena (tabla 50).

Tabla 50. Distribución pacientes según EuroQoL- VAS 1 mes post- alta.

EuroQol-VAS al Alta (Calidad Vida)

Pacientes (%) N= 50

0- 30 ( Muy Mala) 0 (0 %)

30- 50 (Mala) 12 (24 %)

51- 70 (Aceptable) 27 (54 %)

71- 90 (Buena) 11 (22 %)

140

La mediana de las puntuaciones del componente de autovaloración de la calidad

de vida mediante escala analógica visual (EuroQoL- VAS) en el momento del alta

disminuyó con respecto a la mediana de la situación basal pre-fractura. La

mediana del EuroQoL- VAS alcanzó el mismo valor en el momento del alta que

transcurrido 1 mes después de la misma.

Fig. 48. Evolución puntuación mediana EuroQoL- VAS.

Las figuras 49 y 50 muestran la evolución de las medianas del E-VAS con sus

percentiles y correspondientes intervalos de confianza al 95 % durante el periodo

de seguimiento.

Fig. 49. Evolución EuroQoL- VAS. Mediana y percentiles

72,5

60 60

01020304050607080

Pre- Fractura Alta 1 Mes Post-Alta

E-VAS

141

Fig. 50. Evolución EuroQoL- VAS. Mediana e IC 95 %

Como resumen, en las tablas 51 y 52 se muestra la diferencia entre medianas de

las diferentes variables de calidad de vida y funcionalidad, al mes del alta y antes

de la fractura, asi como la estimación de la mediana de estas diferencias con su

intervalo de confianza al 95 %.

142

Tabla 51. Diferencia Medianas 1 Mes Alta - Prefractura

Diferencia entre las medianas al mes del alta y las previas a la fractura

N

Mediana Mínimo Máximo

Percentiles

Válido 25 75

EQOLMES -

EQOLPREV 50 -,2460000 -,67300 ,30000 -,3482500 -,0450000

EVASMES -

EVASPREV 50

-

10,0000000

-

45,00000 25,00000

-

20,0000000 ,0000000

BARTHELM

-

BARTHELP

50 -

10,0000000

-

40,00000 25,00000

-

15,0000000

-

5,0000000

FIMMES -

FIMPREV 50 -7,5000000

-

29,00000 31,00000

-

15,2500000 ,5000000

CAFMES -

CAFPREV 50 ,0000000 -2,00000 2,00000 ,0000000 ,0000000

CAAMES -

CAAPREV 50 ,0000000 -3,00000 2,00000 -1,0000000 ,0000000

Tabla 52. Mediana de las diferencias 1 Mes Alta - Prefractura

Estimación de la mediana de las diferencias

Mediana

Bootstrapa

Intervalo de confianza a 95%

Inferior Superior

Mediana EQOLMES -

EQOLPREV -,2460000 -,2670000 -,1245000

EVASMES -

EVASPREV

-

10,0000000

-

15,0000000 -7,5000000

BARTHELM -

BARTHELP

-

10,0000000

-

10,0000000 -5,0000000

FIMMES - FIMPREV -7,5000000

-

11,0000000 -3,0000000

CAFMES -

CAFPREV ,0000000 ,0000000 ,0000000

CAAMES -

CAAPREV ,0000000 -1,0000000 ,0000000

143

7.6.6. Dimensiones de Calidad de Vida 1 Mes Post- Alta

En el análisis descriptivo de las diferentes dimensiones del EuroQoL-5D

comparando la situación de los pacientes en cada una de ellas antes de la

fractura y 1 mes después del alta hospitalaria se observa que en la dimensión

movilidad, el 32 % de los pacientes referían tener antes de la fractura algunos

problemas para caminar. Un mes después del alta hospitalaria es un 60 % el

porcentaje de pacientes que refiere problemas para deambular (tabla 53).

Tabla 53. Dimensión Movilidad EuroQoL- 5D. Evolución de los pacientes.

Movilidad Pre- Fractura n (%)

1 Mes Post- Alta n (%)

Sin problemas para caminar

34 (68 %) 20 (40 %)

Algunos problemas para caminar

16 (32 %) 30 (60 %)

En la dimensión de cuidado personal el 22 % de los pacientes antes de la fractura

referían algunos problemas para lavarse o vestirse. Un mes después del alta

hospitalaria eran el 50 % de ellos los que mantenían algunos problemas para ello

(tabla 54).

Tabla 54. Dimensión Cuidado Personal EuroQoL- 5D. Evolución de los pacientes.

Cuidado Personal Pre- Fractura n (%)

1 Mes Post- Alta n (%)

Sin Problemas 39 (78 %) 24 (48 %) Algunos Problemas 11 (22 %) 25 (50 %) Incapaz lavarse o vestirse

1 (2 %)

En cuanto a la dimensión dolor-malestar, un 38 % de pacientes referían

moderado dolor pre-fractura, mientras que este porcentaje desciende ligeramente

al 36 % un mes después del alta (tabla 55).

144

Tabla 55. Dimensión Dolor/Malestar EQ-5D. Evolución de los pacientes.

Dolor / Malestar Pre- Fractura n (%)

1 Mes Post- Alta n (%)

No dolor/malestar 30 (60 %) 32 (64 %) Moderado dolor 19 (38 %) 18 (36 %) Mucho dolor/malestar

1 (2 %)

Finalmente, en la última dimensión del cuestionario referida al grado de ansiedad

o depresión, el 26 % de pacientes antes de la fractura referían padecer un grado

moderado de depresión/ ansiedad, mientras que 1 mes después del alta

hospitalaria este porcentaje ascendió ligeramente hasta el 30 % de los pacientes

de la muestra (tabla 56).

Tabla 56. Dimensión Depresion/ Ansiedad EQ-5D. Evolución de los pacientes.

Depresion /Ansiedad

Pre- Fractura n (%)

1 Mes Post- Alta n (%)

No Ansioso/Deprimido

36 (72 %) 35 (70 %)

Moderadamente Ansioso- Deprimido

13 (26 %) 15 (30 %)

Muy Ansioso/Deprimido

1 (2 %)

7.7. Funcionalidad y Calidad de Vida Pre- Fractura / 1 Mes Post- Alta

Mediante la prueba de Wilcoxon para muestras relacionadas se comparó la

independencia funcional medida mediante el índice de Barthel antes de la

fractura y un mes después del alta hospitalaria. Las diferencias obtenidas (en

el sentido de disminución de la independencia funcional) se demostraron

significativas para una distribución aproximadamente normal (z= - 4,736, p<

0,05, w= 107).

Se comparó con el mismo estadistico la independencia funcional medida

mediante el FIM antes de la fractura y un mes después del alta. Las

diferencias obtenidas, en el sentido de disminución de la independencia

funcional, fueron significativas para una distribución aproximadamente normal

(z= - 3,49, p< 0,05, w= 247,5).

145

Se realizó el mismo tipo de análisis para comparar la calidad de vida medida

mediante la escala EuroQoL- 5D antes de la fractura y un mes después del

alta hospitalaria. Las diferencias obtenidas, en el sentido de disminución de la

calidad de vida, fueron significativas para una distribución aproximadamente

normal (z= - 4,77, p< 0,05, w= 132,5).

Igualmente se comparó la calidad de vida medida con el componente de

autovaloración con escala analógica visual (E-VAS), antes de la fractura y un

mes después del alta hospitalaria. Las diferencias obtenidas (en el sentido de

disminución de la calidad de vida) se demostraron significativas para una

distribución aproximadamente normal (z= - 3,97, p< 0,05, w= 165).

7.8 Correlaciones entre Variables

Se estudió la correlación lineal entre dos variables mediante la prueba no

paramétrica del coeficiente de correlacion “rho” de Spearman. Se utilizó para

medir la asociación de variables ordinales entre si y de variables ordinales con

cuantitativas.

Variables Demora inicio Rehabilitación- Funcionalidad al Ingreso

- Tiempo desde Cirugia hasta Rehabilitacion (días)- Barthel al Ingreso

Se encontró cierta correlacion inversa entre la demora en el inicio del

tratamiento rehabilitador tras la cirugía, y el grado de dependencia funcional al

ingreso en la unidad de media estancia, de manera que al disminuir el primero

aumentaba el segundo (R= - 0,26 , p= 0,065)

Variables de Funcionalidad

- FIM al ingreso- FIM al Alta

Se comprobó que existía una correlación lineal positiva moderada entre la

situación funcional al ingreso según las puntuaciones del FIM al ingreso y el

grado de independencia funcional o FIM al alta, que resultó ser

estadísticamente significativa ( R= 0,278, p= 0,049).

146

- Indice Barthel al ingreso- Indice Barthel 1 mes post- Alta

Se obtuvo correlación lineal positiva entre el grado de dependencia funcional

al ingreso y la independencia funcional al alta, según el índice de Barthel.

Esta asociación se mostró algo relevante aunque no significativa (R= 0,275,

p= 0,053).

- Dembulación funcional pre-fractura- 1 mes post- Alta

(CAF basal- CAF 1 mes post- alta)

Se halló correlación positiva entre la capacidad de deambulación basal pre-

fractura y la capacidad de deambulación 1 mes post- alta hospitalaria

valoradas mediante la clasificación de ambulación funcional (R= 0,57, p<

0,05).

- Deambulacion asistida pre- fractura- 1 mes post- Alta

(CAA basal- CAA 1 mes post- alta).

Se halló correlación positiva significativa entre el grado de asistencia para la

deambulación basal pre-fractura y el grado de asistencia requerido para la

deambulación 1 mes post- alta hospitalaria valoradas mediante la clasificación

de ambulación asistida (R= 0,65, p< 0,05).

Variables de Calidad de Vida

- EuroQoL- VAS al Ingreso y 1 mes post- Alta hospitalaria

En este caso se demostró una moderada correlación lineal positiva entre la

calidad de vida del paciente al ingreso y 1 mes post- Alta hospitalaria medida

mediante cuestionario de autovaloración- escala analógica visual (EuroQoL-

VAS) del EQoL- 5D (R= 0,265, p= 0,062).

- EuroQoLQ- 5D al Ingreso y 1 mes post- Alta hospitalaria

Se encontró correlación lineal positiva no significativa entre la calidad de vida

del paciente al ingreso y transcurrido 1 mes post- alta hospitalaria medida

mediante el cuestionario EQoL- 5D (R= 0,26, p= 0,06)

147

Variables Ganancia Funcional Alta- Calidad de Vida 1 mes post- Alta.

- Indice de Montebello al alta/ EuroQoL- 5D 1 mes post- Alta Hospitalaria.

Se halló una correlación lineal positiva significativa entre la ganancia funcional

en el momento del alta y la calidad de vida percibida por los pacientes a corto

plazo ,1 mes post- Alta hospitalaria. ( R= 0,39, p= 0,05)

Variables Estado Cognitivo- Funcionalidad

- Estado Cognitivo al Ingreso (MMSE)- FIM al Alta

Se obtuvo una asociación lineal positiva significativa entre el grado de

deterioro cognitivo valorado al ingreso mediante cuestionario MMSE y el

grado de independencia funcional en el momento del alta (R= 0,331, p=

0,018).

Variables Estado Nutricional al Ingreso- Funcionalidad al Ingreso

- MNA al Ingreso- Indice de Barthel al Ingreso

Se encontró una correlación lineal positiva significativa entre el estado

nutricional al ingreso y el grado de independencia funcional de los pacientes

en el momento del ingreso en la unidad (R= 0,285, p= 0,049).

Variables Estancia Hospitalaria- Funcionalidad al Alta

- Estancia Hospitalaria (días)- Indice de Barthel al Alta

Se obtuvo correlación lineal inversa entre la duración de la estancia

hospitalaria en días y la independencia funcional al alta valorada mediante el

índice de Barthel, de manera que al aumentar la primera disminuía la

independencia funcional en el momento del alta (R= - 0,248, p= 0,081).

148

7.9 Análisis Multivariante

Para la realización del análisis multivariante se han incluido las siguientes

variables:

- Variables Dependientes:

Ganancia Funcional 1 Mes Post- Alta, Indice de Eficacia 1 Mes Post- Alta

CAF 1 Mes- Post Alta > o = 4, Perdida de algún Grado CAF 1 Mes Post- Alta,

EuroQoL-5D 1 Mes Post- Alta, Ganancia de Calidad de vida 1 Mes Post- Alta

(EuroQoL 5D Mes – EuroQol 5D Prefractura).

- Variables Independientes:

Sexo, Edad, Estancia en UME (días) Tipo de fractura (extracapsular), Tipo de

Cirugia (enclavado), Estado Cognitivo (MMSE), Barthel pre-fractura, CAF

mayor o igual a 4 pre-fractura, Niveles séricos de Albúmina

Se ha utilizado un procedimiento de selección automatico “backward “, regresión

lineal multiple para los índices de ganancia funcional y de eficacia al mes, y método

de regresión logística para la escala CAF.

Cuanto menor es el índice de Barthel prefractura, menor es la ganancia funcional al

mes post- alta (significación estadística 0,001, IC 95 % - 0,014 a - 0,004 ). Por cada

año de edad también disminuye la ganancia funcional 1 mes después del alta

(significación estadística 0,027, IC 95 % - 0,026 a - 0,002 ). La prolongación de la

estancia hospitalaria en UME podría ser un posible factor predictor de menor

recuperacion y ganancia funcional 1 mes post- alta . Los resultados del análisis

realizado muestran que por cada dia más de estancia en UME se reduciría en 0,012

unidades el Indice de ganancia funcional al mes después del alta. El tipo de fractura

extracapsular también se relaciona con disminución en la ganancia funcional 1 mes

post- alta. En cambio no se ha podido concluir que el grado de desnutrición

representado por los niveles de albumina sérica influya o no en la ganancia funcional

al mes post- alta (significación estadística 0,083, IC 95 % - 0,23 a 0,015 ). Respecto

al estado cognitivo, podemos concluir que existe relación con la ganancia funcional 1

mes después del alta (significación estadística 0,045, IC 95 % 0,00 a 0,026). Los

resultados se muestran en la tabla 57.

149

Tabla 57. Regresión Lineal Multiple backward (I).

Variable Dependiente : Ganancia Funcional 1 Mes Post-Alta

(IB Mes- IB Ingreso) / (IB Previo- IB Ingreso)

Modelo B Error

Estandar

Significacion IC 95 %

de B

Limite inf.

IC 95 %

de B

Limite sup.

Edad (años)

Dias UME

- 0, 014.

- 0, 012

,006

,005

0,027

0,014

- 0,026

- 0,021

-0,002

- 0,002

Barthel

pre-fractura

- 0, 009 ,02 0,001 - 0,014 - 0,004

Tipo Fractura

(extracapsular)

- 0,157 ,063 0,017 - 0, 285 - 0,030

MMSE 0, 013 ,006 0,045 0,000 0,026

Conc.

Albumina

- 0,109 ,062 0,083 - 0,234 0,015

Por cada año más de edad la eficacia de la rehabilitación en relación a la

recuperación alcanzada respecto a la máxima recuperación posible se reduce en un

1 %, al mes después del alta (significación estadística 0,046). En cuanto al tipo de

cirugía los pacientes intervenidos mediante enclavado alcanzan 1 mes después del

alta un 11,3 % menos de recuperación funcional, respecto a la máxima recuperación

posible, que los pacientes intervenidos mediante artroplastia (tabla 58).

150

Tabla 58. Regresión Lineal Multiple (II).

Variable Dependiente: Índice de Eficacia 1 Mes Post- Alta

Regresión lineal

Modelo

Coeficientes no

estandarizados

Sig.

95,0% intervalo de

confianza para B

B

Error

estándar

Límite

inferior

Límite

superior

(Constante) 147,383 43,287 ,001 60,027 234,738

EDAD en

años -,982 ,478 ,046 -1,946 -,018

CIRUGIA:

Enclavado -11,294 5,080 ,032 -21,546 -1,043

Variable dependiente:

INDICE EFICACIA (BARTHEL M-BARTHELI) x 100/(100-BARTHELI)

1 Mes Post- Alta

Un grado CAF pre-fractura superior o igual a 4 se asocia con una mayor

recuperación (CAF> o = 4) de la capacidad de marcha 1 mes post- alta (significación

estadística 0,039). Según los resultados obtenidos uno de los factores predictivos de

una mayor recuperación de la capacidad de marcha (CAF mayor o igual a 4) un mes

después del alta, seria tener un CAF pre-fractura superior o igual a 4 (tabla 59).

Tabla 59. Regresión Logistica backward (I).

Variable Dependiente: CAF 1 Mes Post- Alta

Regresión logística

Sig. Odds Ratio

95% C.I. para Odds Ratio

Inferior Superior

CAF>=4

Pre- fractura ,039 15,709 1,143 215,936

Constante ,426 2,650

Variable Dependiente: Grado en CAF > o = 4

1 Mes Post- Alta

151

Además la pérdida de algún grado de CAF 1 mes después del alta se ha encontrado

más asociada a los pacientes intervenidos mediante enclavado que los intervenidos

mediante artroplastia (significación estadística 0,037). En cuanto al factor edad, cada

año más de edad, aumenta el riesgo de perder algún grado de CAF 1 mes después

del alta (odds ratio 1,58, IC 95 % 1,043 a 2,4). El sexo masculino también parece

asociarse mas con la pérdida de algún grado de CAF al mes post- alta aunque la

estimación resulta imprecisa (odds ratio 45,7, IC 95 % 2,73 a 764,1) (tabla 60).

Tabla 60. Regresión Logistica backward (II).

Variable Dependiente: Pérdida CAF 1 mes Post- Alta.

Regresión logística

Sig. Odds Ratio

95% C.I. para Odds Ratio

Inferior Superior

SEXO

masculino ,008 45,737 2,737 764,1

CIRUGIA:

Enclavado ,037 15,663 1,177 208,3

EDAD ,031 1,584 1,043 2,4

Constante ,024 ,000

Variable Dependiente: Pérdida de algun grado en CAF

1 Mes Post- Alta

Se han hallado como principales factores predictivos de mayor calidad de vida 1 mes

después del alta la independencia funcional (Indice de Barthel ) previa a la fractura y

la ausencia de deterioro cognitivo. La edad avanzada y la desnutrición representada

por el nivel de albúmina sérica también serian otros posibles factores predictivos de

disminución de la calidad de vida 1 mes después del alta (tabla 61).

152

Tabla 61. Regresión lineal multiple backward.

Variable dependiente EuroQoL- 5D 1 Mes Post- Alta.

Modelo B Error

estandar

Significacion IC 95 % de

B limite inf.

IC 95 % de B

limite sup.

Edad - 0,015 ,005 0,005 - 0,025 - 0,005

Barthel

pre-

fractura

0,005 ,002 0,012 0,001 0,009

MMSE 0,021 ,005 0,000 0,011 0,032

Conc.

Albumina

- 0,181 ,050 0,001 - 0,283 - 0,079

En los pacientes de la muestra se calculó la recuperación de calidad de vida a corto

plazo ( EuroQoL- 5D 1 Mes PostAlta – EuroQoL 5-D previo a la fractura) en relación

a la situación anterior a la fractura (tabla 62).

Tabla 62. Estadisticos EuroQoL 5D 1 Mes PostAlta – EuroQoL 5D Previo

N Media Desviacion

standard

Bootstrap

IC 95 %

media

Median

a

Bootstrap

IC 95%

Mediana

50 - ,1976 ,224 - ,258 (limite inf.)

a

- ,135 (limite sup.)

- ,246 -, 267(lim inf.)

a

- ,124(lim sup.)

153

Se halló significación estadística con respecto a la edad avanzada y la

desnutricion (niveles de albúmina sérica) como posibles factores predictivos

de menor recuperacion de calidad de vida con respecto a la situación previa a

la fractura, 1 mes después del alta. El status cognitivo y la comorbilidad previa

del paciente (Indice de Charlson) serian otros posibles factores predictivos

asociados con la ganancia o recuperacion de la calidad de vida a corto plazo.

No se ha podido concluir si el sexo resulta factor predictivo influyente de

recuperación de calidad de vida un mes después del alta (significación 0,07)

(tabla 63).

Tabla 63. Regresión lineal multiple backward.

Variable dependiente EuroQoL- 5D Mes – EuroQoL 5D prefractura

Modelo B Error

estandar

Significacion IC 95 %

B limite

inf.

IC 95 %

B limite

sup

Edad - 0,016 ,006 0,011 - 0,027 - 0,004

Sexo - 0,13 ,071 0,07 - 0,27 0,013

MMSE 0,015 ,006 0,024 0,002 0,027

ICCharlson 0,044 ,019 0,027 0,005 0,082

Conc.

Albumina

- 0, 165 ,061 0,01 - 0,289 - 0,041

154

155

VIII. DISCUSION

156

157

VIII. DISCUSION

En la presente discusión se analizan las características clínicas y demográficas

de una muestra de 50 pacientes ingresados para recuperación funcional tras ser

intervenidos de fractura de cadera, en la unidad de media estancia (UME) del

Hospital Geriátrico Virgen del Valle de Toledo.

Se comparan los resultados con otros trabajos previos existentes en la literatura.

Asimismo se discute la eficacia y eficiencia de un programa rehabilitación

teniendo en cuenta los resultados obtenidos a corto plazo en cuanto a

recuperación de la funcionalidad y de la calidad de vida de los pacientes,

comparándolos con los obtenidos en otros estudios similares. Además se

determina la posible infuencia predictiva de las variables estudiadas sobre la

recuperación en un corto plazo de la capacidad de marcha, la independencia

funcional y la calidad de vida de los pacientes.

8.1 Caracteristicas Clínico- Demográficas.

8.1.1. Edad y Sexo

En nuestro estudio la edad media de los pacientes fue de 84,1 años. Se

encuentra comprendida dentro de un rango de edad (82- 85 años) que aparece

en la mayoría de trabajos recientes sobre el tema. Es ligeramente superior a

algunas series publicadas en otros países europeos de nuestro entorno 132, 133, y

ligeramente inferior a otros trabajos recientes realizados en nuestro país 135, 137

(tabla 64). Desde el año 2011 se ha observado en los estudios realizados una

tendencia al incremento en la edad media de la muestra, traducción del

progresivo envejecimiento poblacional en España y el resto de Europa.

Tabla 64. Edad media y sexo en diferentes estudios

Autor Estudio Año Edad Media (años)

Mujeres (%)

Varones (%)

Bayon, H. Virgen del Valle 2016 84,1 78 % 22 %

Rostagno C, et al 132 2016 83 69 % 31 % Prestmo A, et al 133 2015 83,4 73 % 27 % Pedro A et al 114 2015 84 74,2 % 25,8 % Mesa- Lampre et al 134 2015 85,2 82,6 % 17,4 % Fernandez-Moyano et al 135 2015 82 80,4 % 19,6 % Suarez et al 136 2014 85,4 85 % 15 % Bravo Bardaji 36 2011 81,2 75,4 % 24,6 %

158

El aumento de la edad media de los pacientes en el momento de ocurrir la

fractura puede empeorar el pronóstico de recuperación funcional ya que, por sí

mismo, puede conllevar un estado basal de mayor fragilidad, aumentando la

probabilidad de deterioro cognitivo, comorbilidad, y riesgo de caidas 32-35.

En este estudio, transcurrido un mes desde el alta hospitalaria, el factor edad

avanzada se ha encontrado como predictivo de menor ganancia funcional así

como de menor eficacia de la rehabilitación en relación a la recuperación

alcanzada respecto a la máxima recuperación posible. Además por cada año

más de edad, aumenta el riesgo de perder algún grado de CAF 1 mes después

del alta.

En relación al sexo, existe un claro predominio de la fractura de cadera en el

sexo femenino, que en nuestro estudio es casi 4 veces superior en mujeres que

en hombres (78% mujeres). Otros recientes estudios también apuntan hacia esta

tendencia, sin duda fruto de la mayor expectativa de vida y supervivencia de los

pacientes de sexo femenino 134-136. Existen trabajos que demuestran que no

existe influencia de la variable sexo sobre el pronóstico funcional 36, 37, 137.

En este estudio no se ha podido concluir si el sexo resulta o no ser un factor

predictivo de mayor o menor recuperación funcional y de la calidad de vida un

mes después del alta hospitalaria.

8.1.2. Situación Social Previa

En nuestro estudio la mayoría de los pacientes residían antes de la fractura en el

propio domicilio y solo un 2 % se encontraban previamente institucionalizados.

Este porcentaje de institucionalización pre-fractura es inferior al de otros estudios

anteriores 36,53,114. Esto puede traducir la insuficiencia actual de recursos

sociosanitarios disponibles en el ámbito geografico de realización de este

estudio. Por otra parte con respecto a la situación de convivencia previa a la

fractura, el 24 % de los pacientes de nuestro estudio vivían solos. Este

porcentaje es similar al hallado en otros estudios nacionales 36,53,114, pero todavía

comparativamente alejado del alto porcentaje de personas que viven solas antes

de la fractura en países del norte de Europa 133.

Un 74 % de los pacientes de este estudio convivían con algún familiar o cuidador.

159

Este dato refleja como en nuestra región el cuidado de las personas mayores

sigue estando en gran medida a cargo de las familias, bien directamente , o bien

indirectamente al contratar los servicios de algún tipo de cuidador, realizando a

distancia siempre cierto grado de supervisión de estos cuidados.

8.1.3. Tipo de Fractura.

En este estudio el 70 % de los pacientes presentaban fracturas intracapsulares.

Este porcentaje es significativamente superior al registrado en otros trabajos de

la literatura en los que la diferencia entre proporciones de ambas fracturas es

menor (tabla 65).

Tabla 65. Porcentaje de fractura intracapsular y extracapsular según estudios

Estudio Autor

Año Fractura Intracapsular (%)

Fractura Extracapsular (%)

Prestmo et al 141 2016 60 40 Gjertsen et al 139 2016 54,6 46,4 Pioli et al 140 2016 53 47 Rostagno C et al 132 2016 47 53 Bayon, H.Virgen del Valle

2016 70 30

Pedro A. et al 114 2015 37,9 62,1 Bravo- Bardaji et al 36 2011 42 58

Sugeno et al 142 2008 50,4 49,6

Las fracturas intracapsulares fueron predominantes en mujeres, en las cuales

este tipo de fracturas representaban el 71,8 % del total.

Estos pacientes con fractura intracapsular fueron intervenidos con colocacion de

artroplastia parcial cementada de cadera.

El 30 % restante con fractura extracapsular fueron intervenidos realizándose

reducción abierta e implante de osteosíntesis tipo clavo gamma. Este tipo de

fracturas en nuestra muestra predominaba más en varones (36,36 % del total)

que en mujeres (28,2 % del total).

Según los resultados de este estudio el tipo de fractura extracapsular seria un

factor predictor de menor ganancia funcional 1 mes post- alta. Los pacientes con

fractura extracapsular intervenidos mediante enclavado alcanzan cuando ha

transcurrido un mes desde el alta, un 11,3 % menos de recuperación funcional,

160

respecto a la máxima recuperación posible, que los pacientes intervenidos

mediante artroplastia.

Las fracturas extracapsulares de cadera que habitualmente son tratadas

mediante osteosíntesis tipo enclavado suelen conllevar la necesidad de un

periodo de descarga más o menos prolongado. Esto retrasa el inicio del proceso

de Rehabilitacion pudiendo condicionar un mayor grado de atrofia muscular y

desacondicionamiento físico en los pacientes afectados.

Además las fracturas extracapsulares que se producen a nivel trocántereo,

afectan a un tejido óseo con una mayor proporción de hueso trabecular y mayor

perdida de masa ósea en ancianos, y se han relacionado con una mayor

frecuencia de complicaciones perioperatorias.

Estas pueden ser algunas de las causas por las cuales se ha asociado este tipo

de fracturas con un peor pronóstico de recuperación de la capacidad de marcha ,

y de la autonomía de las AVD, además de presentar peores resultados en todas

las dimensiones de calidad de vida valoradas mediante el EuroQoL- 5D en los

meses subsiguientes al alta hospitalaria 36, 39, 74,114, 121, 138, 139 .

En un estudio, el 67 % de pacientes con fractura extracapsular recuperaban la

capacidad de marcha tardíamente, frente a un 57,7 % de pacientes con fractura

intracapsular y retraso en la recuperación de la capacidad de marcha 41.

En este sentido las fracturas extracapsulares condicionan una mayor necesidad

de asistencia para la deambulación tras el alta 140.

Por otra parte los pacientes con fracturas intracapsulares parecen tener a corto y

largo plazo mejor pronostico de recuperación de la marcha y de mayor

autonomía en las AVD que los pacientes con fractura extracapsular. Además

este tipo de fractura se ha relacionado con un impacto a largo plazo menos

negativo sobre la calidad de vida de los pacientes 141,142. Esto puede hacer

pensar que los pacientes con estas fracturas podrían beneficiarse mas de un

programa de rehabilitación interdisciplinar 141, sin embargo los pacientes pueden

diferir en cuanto a otros factores predictivos importantes como el estado

cognitivo, por lo cual estos resultados de funcionalidad y calidad de vida referidos

al tipo de fractura deben ser interpretados con cautela.

161

8.1.4. Comorbilidad Pre-Fractura

Un alto grado de comorbilidad previo a la fractura, con al menos dos

comorbilidades severas se relaciona con una estancia hospitalaria más

prolongada, con un incremento de los costes asistenciales, un mayor riesgo de

reingreso y de mortalidad a corto plazo 132, 143 .

La edad avanzada y el numero de comorbilidades previas presentes al ingreso

influyen sobre la calidad de vida y el status funcional basal y pueden hacer que

después de una fractura de cadera los resultados de la cirugía y la rehabilitación

sean peores en cuanto a recuperación de la capacidad de marcha y de

realización de las AVD 30, 140, 144 .

Los resultados hallados en los pacientes de este estudio indican que la

comorbilidad previa es un posible factor predictor que estaría asociado con la

ganancia o recuperacion de la calidad de vida de los pacientes a corto plazo.

Se ha estimado que un 45 % de pacientes con fractura de cadera tiene un índice

de comorbilidad de Charlson (ICC) mayor de 1, y que un gran porcentaje de los

pacientes con un ICC igual o superior a 3 no son capaces de alcanzar a realizar

una marcha independiente 145, 53.

El número de comorbilidades graves presentes en los pacientes con fractura de

cadera en el momento del ingreso hospitalario, como consecuencia también del

progresivo envejecimiento poblacional, tiende a incrementarse cada vez más.

En este estudio la media del índice de comorbilidad de Charlson fué de 1,8,

similar a la obtenida en otros estudios anteriores 53, 146.

Hasta un 30 % de los pacientes presentaban un alto grado de comorbilidad al

ingreso con un ICC igual o superior a 3, porcentaje inferior al obtenido en otro

estudio reciente en el cual se alcanza un 41,6 % del total de pacientes con ICC al

ingreso igual o superior a 3 114.

Con respecto a las comorbilidades más prevalentes en general este estudio

coincide con otros previos, aunque difiere ligeramente en algunos aspectos.

Si exceptuamos el deterioro cognitivo previo a la fractura, en este estudio el tipo

de comorbilidad mas frecuentemente asociada a los pacientes en el momento del

ingreso fueron las cardiopatías (fibrilación auricular, enfermedad coronaria,

insuficiencia cardiaca congestiva) representando un 26 % del total. Similar

porcentaje de este tipo de patologías se encuentra en otros trabajos 146,147,148. Sin

embargo resulta inferior al obtenido en algún estudio realizado en países

162

nórdicos en los que las cardiopatías (49 % del total), el cáncer (26,8 %) y la

enfermedad cerebrovascular (24,7%), son las comorbilidades más prevalentes141.

En la cohorte estudiada destaca como segunda comorbilidad más frecuente

después de las cardiopatías, la nefropatía moderada-grave (24 % del total de

pacientes), seguida de la diabetes mellitus (16 % del total), la enfermedad

pulmonar obstructiva crónica (16 % del total), y el cáncer (12 % del total).

La diabetes mellitus como comorbilidad previa se ha relacionado con una peor

recuperación funcional y una mayor estancia hospitalaria en los pacientes

intervenidos de fractura de cadera 42-44.

La enfermedad cerebrovascular representa un 10 % del total en nuestra serie, un

porcentaje similar al obtenido en otros estudios (Nordstrom et al 147, Pareja-

Sierra et al 148, Tarazona- Santabalbina et al 146). En ella la debilidad muscular y

la inestabilidad postural más acentuada en el hemicuerpo afecto aumentan el

riesgo de caidas, de manera que la fractura tiende a producirse en el lado

afectado por la parálisis motora, complicando y haciendo más difícil y laborioso el

proceso de rehabilitación y empeorando el pronóstico de recuperación funcional

152.

En los pacientes intervenidos de fractura de cadera las comorbilidades graves

previas a la fractura más frecuentemente asociadas con mortalidad precoz son

las enfermedades cardiovasculares, la demencia, la insuficiencia renal y el

cáncer 153, todas ellas como se ha expuesto se encuentran entre las más

prevalentes en este estudio.

8.2 Variables del Ingreso en UME

Los pacientes que ingresan en la UME han sido previamente evaluados en el

hospital de agudos. Se trata de pacientes que puedan estar en condiciones, tras

la intervención de iniciar la carga parcial en bipedestación, sino inmediatamente,

si a muy corto plazo.

8.2.1 Tiempo desde la Cirugia hasta la Rehabilitacion

Esta variable tiene importancia de cara a facilitar la futura recuperación de los

pacientes y prevenir o evitar la aparición de complicaciones.

La demora en el inicio de la Rehabilitacion podria correlacionarse a posteriori con

peores resultados funcionales 41 ya que facilita la inmovilidad, el estasis vascular,

163

la atrofia muscular y el desacondicionamiento físico, pudiendo favorecer la

aparición de complicaciones cardiovasculares que, no sólo contribuyen a

dificultar la recuperación de la capacidad de marcha, sino que también, por sí

mismas representan un factor de riesgo de mortalidad precoz 146. Todo ello

prolongaria la estancia hospitalaria e incrementaria los costes asistenciales.

En este estudio el tiempo medio transcurrido desde la intervención quirúrgica

hasta el inicio del proceso de Rehabilitación en la UME fue de 6 dias, similar al

descrito en trabajos previos en los cuales oscila entre 6 y 8 dias 41,121.

Se encontró correlación inversa entre la demora en el inicio de la Rehabilitación

tras la cirugía, y el grado de dependencia funcional al ingreso en la unidad de

manera que cuanto mayor era la demora en días tendería a disminuir la

puntuación del índice de Barthel previo al inicio de la Rehabilitación. Aunque

sería recomendable que esta demora no superara la semana tras la cirugía, no

se ha establecido con claridad el tiempo máximo que debería transcurrir hasta el

inicio de la Rehabilitación, para evitar que influya negativamente en la situación

funcional o calidad de vida futura de los pacientes y es necesario realizar más

estudios en esta dirección.

8.2.2 Estancia Hospitalaria

En este estudio la estancia hospitalaria media en UME ha sido de 21 dias, algo

superior a la de otros trabajos revisados en la literatura que han sido realizados

en el ámbito de unidades interdisciplinares de ortogeriatria, en las cuales la

estancia media varia entre 11 y 21 dias 36, 53,114, 132, 141, 147,148, 154.

Sin embargo es necesario considerar que en estas unidades la estancia puede

resultar mas corta al ser los pacientes posteriormente derivados a unidades de

convalecencia o de recuperación funcional de media estancia.

Asimismo en este trabajo se ha obtenido una correlacion inversa entre la

duración de la estancia hospitalaria en días y la independencia funcional al alta

valorada mediante el índice de Barthel, de manera que al prolongarse la

estancia disminuiria la independencia funcional (menor índice de Barthel final) en

el momento del alta. La prolongación de la estancia hospitalaria en UME resultó

ser un posible factor predictor de menor recuperación y ganancia funcional 1

mes post- alta . Los resultados del análisis realizado muestran que por cada dia

164

más de estancia en UME se reduciría en 0,012 unidades el Indice de ganancia

funcional al mes después del alta.

Este hallazgo coincide con lo observado por otros autores que ponen de

manifiesto que no existe asociación entre una estancia hospitalaria prolongada y

una mayor independencia para la marcha un año después de la fractura 30.

El manejo interdisciplinar de los pacientes con fractura de cadera, inicialmente en

unidades de ortogeriatria de agudos, y más tarde en unidades de media

estancia, ha contribuido a reducir la estancia hospitalaria en días totales de

hospitalización hasta en un 11 % según algún estudio 154. En cambio para otros

autores este tipo de abordaje interdisciplinar tendería a prolongar la estancia

media, pero resultaría coste-efectivo sobre todo en pacientes mayores de 70

años, aumentando el número de pacientes que después del alta pueden retornar

a su domicilio 141.

Cuando se prolonga la estancia hospitalaria a consecuencia de complicaciones o

comorbilidades graves previas a la fractura, es mayor el riesgo de mortalidad a

corto plazo después del alta 147.

Igualmente se ha comprobado que existe una fuerte asociación entre una

estancia hospitalaria acortada (igual o inferior a 10 dias) y el riesgo de

mortalidad precoz tras el alta 155.

8.2.3 Estado Cognitivo

Los ancianos intervenidos de fractura de cadera con demencia o deterioro

cognitivo grave previo tienen mayor riesgo de caidas, peor pronostico funcional,

menor probabilidad de retorno al domicilio tras el alta y mayor riesgo de

mortalidad 63,64. Se ha estimado la prevalencia de deterioro cognitivo previo en

ancianos intervenidos de fractura de cadera en un 42% aproximadamente ( IC

95%, 37%, 46%) 63.

El 32 % de pacientes ingresados en la UME de nuestro hospital presentaban un

grado de deterioro cognitivo moderado o grave en el momento del ingreso en la

unidad, representando la primera comorbilidad grave en frecuencia en los

pacientes estudiados. Este porcentaje es similar al de otras series ( Beaupre et al

137, Tarazona- Santabalbina et al 146, Ortiz et al 149), pero superior al de otros

trabajos (Nordstrom et al 147, Prestmo et al 141).

165

Se ha encontrado en este estudio una correlación lineal positiva significativa

entre el grado de deterioro cognitivo valorado al ingreso mediante cuestionario

MMSE y la independencia funcional al alta valorada mediante la escala FIM.

De manera que mejores puntuaciones al ingreso en el cuestionario MMSE se

correlacionaban con mejores puntuaciones en el FIM al alta.

Los resultados obtenidos en este estudio nos indican que la presencia de

deterioro cognitivo en el momento del ingreso es un posible factor predictivo de

menor recuperación de funcionalidad y calidad de vida 1 mes después del alta.

En recientes trabajos se ha comprobado que hasta un 50 % de los pacientes con

deterioro cognitivo, precisan asistencia para la marcha transcurrido 1 año desde

la fractura y un 25% requieren asistencia para las transferencias y las actividades

básicas de la vida diaria 150-151.

La rehabilitación intensiva interdisciplinar, especialmente en los casos de

deterioro cognitivo leve o moderado, es necesaria para alcanzar y mantener en el

tiempo ganancias funcionales, que incluso podrían persistir en los pacientes

hasta 6 meses después del alta hospitalaria156.

Un 10 % del total de los pacientes ingresados en UME desarrollaron delirium.

Se considera que el delirium es un factor predictivo de peor pronostico de

recuperación funcional en estos pacientes, independientemente del grado de

deterioro cognitivo que presentasen150 , por lo que es necesario detectarlo

precozmente e implementar medidas de intervención multidisciplinar, y

tratamiento médico individualizado que incluya en casos de agitación fármacos

neurolepticos.

8.2.4 Estado Nutricional

En los pacientes intervenidos de fractura de cadera un estado de malnutrición o

en riesgo de malnutrición en el momento de ingreso en la unidad es un factor que

puede repercutir negativamente en su recuperación funcional, alargar el periodo

de rehabilitación y aumentar la probabilidad de necesidad de mayor asistencia

para la marcha 75, 76.

En los pacientes de este estudio se encontró una correlación lineal positiva

significativa entre el estado nutricional al ingreso valorado mediante el

cuestionario MNA y el grado de independencia funcional al ingreso valorado

mediante el índice de Barthel.

166

En el 61,2 % de los pacientes se detectaron niveles séricos de albúmina al

ingreso compatibles con un estado de malnutrición proteica.

Este valor se aproxima al obtenido en otros trabajos en los cuales se ha

calculado que existe desnutrición proteica entre el 52- 64 % de pacientes con

fractura de cadera 75, 157-160.

La desnutrición proteica se ha relacionado con un peor pronóstico de

recuperación de la capacidad de marcha y de la autonomía en las AVD 77.

En este estudio no se ha podido concluir que el grado de desnutrición

representado por los niveles de albúmina sérica influya o no en la ganancia

funcional al mes post- alta (significación estadística 0,083), pero si se ha

encontrado asociación entre el grado de desnutricion proteica y la disminución en

las puntuaciones de calidad de vida de los pacientes 1 mes después del alta.

Una intervención nutricional multidisciplinar que incluya la administración de

suplementos nutricionales hiperproteicos y el empleo de cuidadores que ayuden

al paciente en el momento de la alimentación podría contribuir a reducir el riesgo

de complicaciones y a mejorar el estado de salud y la calidad de vida a corto

plazo (3-6 meses) de los pacientes, aunque no existe evidencia de que afecte a

la tasa de mortalidad post-fractura 161-163.

8.2.5 Complicaciones durante el Ingreso

Existe una amplia variabilidad en cuanto a tipos y frecuencia de las diferentes

complicaciones entre diferentes estudios. En este estudio el 72 % del total de los

pacientes presentaron una o varias complicaciones durante el ingreso.

Este porcentaje de incidencia total es similar al de algunos estudios recientes

(75,8 % Pedro et al 114, 73 % Ortiz et al 149), pero superior al de otros trabajos

revisados (15-30 % Gonzalez-Montalvo et al 153, 8 % Rostagno et al 132, 50,3 %

medicas Moreno et al 121, 23,7 % medicas- 9,3 % quirurgicas Pages et al 21, 16,9

% Belmonte et al 164). El tipo de complicaciones más frecuentes presentadas por

los pacientes es similar entre este y otros estudios. Asi las principales

complicaciones registradas fueron la anemia postquirúrgica en el 38 % de los

pacientes, la infección respiratoria que se presentó en el 22 %, la infección

urinaria en el 18 %, el dolor moderado-severo en el 16 %, la aparición de fallo o

insuficiencia renal aguda en el 16 %, depresión en el 14 %, y síndrome

confusional- delirium en el 10 % de los pacientes.

167

Anemia Post-Quirúrgica

En este estudio la anemia post-cirugía resultó ser la principal complicación

registrada (38 % de pacientes), de manera similar a lo que se ha comprobado en

estudios previos en los cuales aparece tambien entre las primeras compliaciones

en cuanto a su incidencia de presentación 114,132,134,153.

La prevalencia de anemia postquirúrgica se ha estimado que varia entre un 24 %

a un 44 % en los pacientes intervenidos de fractura de cadera, está relacionada

con la aparición de otras complicaciones médicas, con una prolongada estancia

hospitalaria y una mayor tasa de reingresos. Según algún estudio, niveles de

hemoglobina inferiores a 10 g/dl, constituyen un factor predictor de mayor

mortalidad al cabo de 1 mes 103. Por consiguiente el tratamiento de la anemia

postquirúrgica mediante transfusión de concentrados de hematíes y suplementos

de hierro resulta crucial para estos pacientes.

Delirium

Un 10 % del total de los pacientes ingresados en UME desarrollaron delirium.

La prevalencia de delirium en pacientes intervenidos de fractura de cadera se ha

estimado que varia entre el 13, 5 % y el 33 % de los pacientes 114,132,148,165.

Se considera que el delirium es un factor predictivo de peor pronóstico de

recuperación funcional en estos pacientes, independientemente del grado de

deterioro cognitivo que presentasen150 , por lo que es necesario detectarlo

precozmente e implementar medidas de intervención multidisciplinar, y

tratamiento medico individualizado que incluya, en casos de agitación, fármacos

neurolepticos.

Es posible que la menor frecuencia de delirium observada en este estudio se

deba al abordaje interdisciplinar de los pacientes previamente llevado a cabo por

la unidad de ortogeriatria de agudos de nuestro hospital que pudiera haber

facilitado una detección y tratamiento precoz de esta complicación, reduciendo el

número de casos en el momento del ingreso en la unidad de media estancia

hospitalaria.

168

Insuficiencia Renal

La prevalencia de fallo o insuficiencia renal aguda en pacientes tras una cirugía

de fractura de cadera se calcula que varía entre el 16 % y el 24,4 % de pacientes

166, cifra relativamente similar a la obtenida en este estudio (16 %).

Su etiología es multifactorial. Se ha considerado que pueden influir en su

aparición factores como: edad avanzada, deshidratación, malnutrición, uso de

fármacos nefrotóxicos incluyendo los AINES, tipo de intervención quirúrgica, o

comorbilidades previas (EPOC, insuficiencia cardiaca congestiva, insufiencia

renal crónica previa, enfermedad vascular periférica).

Es preciso realizar un tratamiento precoz y una monitorización precisa para evitar

y minimizar el riesgo de daño renal permanente 166.

Infecciones Urinarias y Respiratorias

Algunas complicaciones como las infecciones urinarias y respiratorias, el dolor

en la cadera intervenida, o la aparición de síntomas depresivos han interferido

frecuentemente con el proceso de Rehabilitacion y se han relacionado con un

peor pronóstico de recuperación de la capacidad de marcha al alta 143, 30, 41.

La prevalencia de las infecciones urinarias en estos pacientes varia entre un 12

% y un 61 % de ellos y el uso prolongado de sondajes y catéteres constituyen su

principal factor de riesgo 103.

En este estudio la prevalencia en unidad de media estancia ha resultado ser del

18 %, por tanto en el limite bajo de este rango.

Se considera que las infecciones urinarias son un factor de riesgo importante en

la aparición de otras complicaciones como el delirium, pueden prolongar hasta en

2 dias y medio la estancia hospitalaria, y elevan el riesgo de mortalidad en estos

pacientes 110.

Se ha descrito que las infecciones respiratorias pueden aparecer en el 4% de

estos pacientes 103. En esta muestra la frecuencia de infecciones respiratorias ha

sido del 22 %, frecuentemente asociada a la exarcebacion de procesos

respiratorios obstructivos crónicos que han estado presentes como comorbilidad

previa en el 16 % de los pacientes de la muestra. Entre los factores que podrían

explicar la elevada frecuencia de esta complicación en este estudio cabe

considerar la edad media avanzada de los pacientes (84 años), con la

inmunodepresión relativa que ello conlleva, la relativa inmovilidad post-cirugia

169

hasta el ingreso en la unidad y cambios asociados a la edad en el epitelio de las

vías respiratorias que las hacen mas susceptibles a procesos infecciosos 97,98.

Depresión

La depresión se ha manifestado como complicación en el 14 % de los pacientes

durante su ingreso, interfiriendo con el proceso de rehabilitación y recuperación

funcional de los pacientes. Durante este estudio se ha observado que los

pacientes con depresión solían tener un umbral más bajo al dolor, manifestando

un mayor grado de astenia, menor colaboración y peor tolerancia a los ejercicios

de rehabilitación, todo lo cual retrasaba su proceso de recuperación funcional.

Según algunos autores los pacientes con depresión tienen un peor status de

recuperación funcional a los 3 meses después de la fractura 67. De nuevo se

impone el diagnostico y tratamiento interdisciplinar precoz de este problema en el

que deben participar los médicos especialistas, terapeutas y familiares de los

pacientes.

Dolor

Un 16 % de los pacientes del estudio presentaron como complicación dolor

moderado-severo en la cadera intervenida. La aparición de dolor puede ser más

probable en ancianos previamente frágiles con mayor deterioro funcional pre-

fractura, en portadores de artroplastia no cementada, o ser un signo de

aflojamiento protésico o fracturas femorales tardías 112. En la mayoría de los

casos se hace necesario realizar una revisión con una minuciosa exploración,

control radiológico, y valoración traumatológica, ajustando la medicación

analgésica con paracetamol y opiodes menores. El uso de morfina debe ser

cuidadoso e individualizado en cada caso.

Insuficiencia Cardiaca

De los 65 pacientes inicialmente incluidos en el estudio por cumplir criterios, el

4,61 % del total no llegaron a completar el estudio a consecuencia de

insuficiencia cardiaca descompensada tras la cirugía. Este porcentaje se

aproxima al 5 % que encontramos en la literatura como frecuencia de

presentación de esta complicación 101.

170

Infección Herida Quirurgica

La infección de la herida quirúrgica fue grave y motivo la retirada de este estudio

en el caso de un paciente, lo que represento el 1,53 % del total de pacientes

incluidos en el estudio. Este porcentaje de infección grave de la herida quirúrgica

concuerda con la frecuencia de entre 1 %- 2 % de casos recogida en la literatura

revisada 95.

Infección de la Prótesis

Por último, en este estudio la frecuencia de infección de la prótesis ha sido del 3

% (2 casos sobre 65 inicialmente incluidos) siendo causa de interrupción del

tratamiento en los pacientes afectados que no llegaron a completarlo.

Esta tasa de infección resulta superior a la tasa media calculada para prótesis de

cadera en los 2 primeros años desde la cirugía que es de un 1,5 % 167.

8.3 Recuperación Funcional

8.3.1 Independencia Funcional

El grado de independencia funcional de los pacientes previo a la fractura es la

principal variable predictiva que ha sido relacionada con el pronóstico funcional a

corto y largo plazo en estos pacientes, tanto para la capacidad de marcha 18, 21,23,

47-53 , como para la realización de actividades de la vida diaria 22, 31, 36, 50, 53- 56 .

En este estudio se ha observado correlación positiva significativa entre la

situación de independencia funcional al ingreso valorada mediante FIM y Barthel,

y la independencia funcional al alta, de manera que cuanto mayor es la primera,

también tiende a ser mayor la segunda.

Asimismo mediante las escalas FIM y Barthel se han comparado el grado de

independencia funcional pre-fractura y el obtenido transcurrido un mes desde el

alta hospitalaria, y las diferencias pre- post resultantes en el sentido de

disminución de la independencia funcional se han demostrado significativas.

Por último los resultados del estudio muestran que un bajo índice de Barthel

prefractura, la edad avanzada, el tipo de fractura extracapsular y la existencia de

deterioro cognitivo al ingreso son posibles factores predictores de peor

recuperación y menor ganancia funcional al mes post- alta.

Con respecto a la edad por cada año más de edad la eficacia de la rehabilitación

(recuperación alcanzada respecto a la máxima recuperación posible) se reduce

171

un 1 % al mes después del alta. En cuanto al tipo de cirugía los pacientes

intervenidos mediante enclavado alcanzan 1 mes después del alta un 11,3 %

menos de recuperación funcional, respecto a la máxima recuperación posible,

que los pacientes intervenidos mediante artroplastia

Por tanto un mejor o peor status funcional y cognitivo en el momento del ingreso,

la edad, y el tipo de intervención quirúrgica son factores que pueden resultar

determinantes y condicionar un mayor o menor grado de recuperación funcional

en el momento del alta hospitalaria y a corto plazo tras la misma.

8.3.2 Actividades de la Vida Diaria

Se estima que hasta un 24 % de la pérdida de independencia funcional en

actividades de la vida diaria (AVD) que al cabo de 1 año experimentan estos

pacientes, puede ser directamente atribuida a la fractura de cadera 119.

En los pacientes con fractura de cadera se estima que el periodo de recuperación

funcional de las diferentes AVD hasta un nivel similar a la situación basal pre-

fractura puede variar entre 4 meses para las actividades que implican a los

miembros superiores y 11 meses para las que implican a miembros inferiores 74.

Se ha estimado que entre el 60 % a 75 % de los pacientes antes de la fractura

serían funcionalmente independientes para las AVD, y que este porcentaje pasa

a ser del 40 %- 60 % después de la fractura 168.

En nuestro estudio entre el 62 % de los pacientes tomando como medida el FIM

tenían un grado de dependencia funcional leve, o cercano a la independencia

funcional antes de la fractura. Un mes después de la fractura este porcentaje

descendía al 46 % de los pacientes. Estos datos concuerdan con los hallados en

una reciente revisión sistemática 168.

Entre el 34 % y el 59 % de los pacientes recuperarían la independencia funcional

en las AVD al mismo nivel pre-fractura al cabo de 3 meses, y el pocentaje subiría

entre un 42 % y un 71 % a los 6 meses 42, 169 .

En nuestra cohorte un mes después del alta hospitalaria, el 46 % de los

pacientes alcanzaba un grado de dependencia leve próximo a la independencia

funcional. Este porcentaje resulta satisfactorio teniendo en cuenta el corto plazo

transcurrido y que se encuentra dentro del rango estimado de recuperación

funcional a los tres meses.

Con respecto a algunas actividades de la vida diaria que comportan la utilización

de los miembros inferiores, Magaziner et al. han observado que en pacientes que

172

antes de la fractura de cadera eran independientes en AVD, al cabo de un año

post-fractura el 38 % de pacientes eran dependientes para el baño, el 66 % para

el uso del inodoro, el 20 % para el vestido inferior sin incluir calcetín ni calzado 74.

Ademas entre un 20- 65 % de ellos requerían de algún tipo de asistencia para

estas actividades básicas hasta transcurrido 1 año desde la fractura 74.

En nuestro estudio, un mes después del alta hospitalaria el 40 % de los pacientes

eran independientes para el baño, el 82 % eran independientes o dependientes

con ligera asistencia o adaptación en el inodoro, y el 60 % eran independientes

para el vestido inferior, sin incluir calcetín ni calzado. Hay que considerar que un

gran porcentaje de estos pacientes no son capaces de poner calcetines o

calzado hasta transcurridos de 2 a 5 años desde la fractura 170.

En un estudio Pages et al 21 en pacientes con fractura de cadera ingresados de

media 26 dias en una unidad de Rehabilitacion osteoarticular, encontraron que

en el momento del alta eran independientes para el vestido el 23,2 %, el 13 %

para el calzado y el 22 % para el aseo. Otros estudios muestran que un 70 % de

los pacientes alcanzarian la independencia para el vestido transcurridos al menos

4 meses desde la fractura 40, 171. Por consiguiente los resultados obtenidos en

este trabajo, dado el corto plazo transcurrido, solo 1 mes desde el alta, se

pueden considerar satisfactorios en comparacion con otros estudios previos.

8.3.3 Marcha

La capacidad de marcha en ancianos que han sufrido una fractura de cadera es

significativamente peor que la de aquellos que no la han experimentado, aún

habiendo transcurrido de 1 a 2 años desde la fractura 119, 172.

Según algunos estudios 6, 23 entre el 70- 90 % de ancianos que ingresan por una

fractura de cadera son previamente independientes para la marcha con o sin

ayuda de bastón. La mayoría de los pacientes recuperan la capacidad de marcha

después de 6 meses del alta hospitalaria 23, aunque muchos todavía precisan

algún tipo de ayuda. Según algunos autores 24-28, 73, 32, 173 al cabo de un año post-

fractura entre el 40 % y el 60 % de los pacientes recuperarían el mismo nivel de

capacidad de marcha pre-fractura, y entre aquellos que previamente a la fractura

eran independientes para deambular sin necesidad de ayudas técnicas, solo el

40-44 % volverían a ser completamente independientes para la marcha 32, 173.

173

En nuestro estudio el 86 % de los pacientes eran independientes para deambular

en llano y para subir escaleras antes de la fractura, este porcentaje es similar,

aunque ligeramente en el limite superior, de lo hallado en la literatura.

Por otra parte 1 mes después del alta hospitalaria eran independientes para la

marcha en llano y subir escaleras el 74 % de los pacientes, aunque de entre

ellos solo el 8 % no precisaban de ninguna ayuda para la marcha, siendo un

54 % dependientes de la ayuda de 1 bastón.

Comparado con este estudio, Pedro et al 114 encuentran similar porcentaje de

pacientes independientes para la marcha antes de la fractura (80,1 %), con una

proporción de independientes a los 3 meses del alta del 60,2 %, inferior al 74 %

de independientes que se registran en este estudio 1 mes post- alta.

Pioli et al 140, han encontrado en su serie que entre los pacientes que

previamente eran independientes sin ayudas, solo el 14 % vuelven al cabo de 3

meses a caminar sin ayuda, y que de los que necesitaban antes de la fractura

algún tipo de ayuda para deambular, el 65 % vuelven a deambular con el mismo

grado de asistencia que antes de la fractura.

En otro reciente estudio174 realizado con una cohorte de pacientes con fractura

de cadera que siguieron un tipo de tratamiento interdisciplinar, a los 12 meses

post-fractura se encontró que el 56 % era independiente, capaz de realizar una

marcha en exteriores, y entre ellos un 48 % precisarían de ayudas técnicas para

la deambulación, dato ligeramente inferior al encontrado en nuestro estudio en el

que el 54 % necesitaban del uso de bastón 1 mes post- alta.

El uso de bastón puede tener un impacto negativo en la funcionalidad y la calidad

de vida de los pacientes, ya que puede disminuir la velocidad y el perímetro de

marcha, interfiriendo con el desempeño de AVD básicas e instrumentales y

limitando la participación de los pacientes en la comunidad.

No obstante los resultados obtenidos en nuestra cohorte son algo mejores que

los encontrados en otros estudios revisados 24-28, 32, 73, 114, 173, 174 , y son bastante

positivos considerando que han sido alcanzados tras un mes desde el alta

hospitalaria.

La mayor recuperación de la capacidad de marcha a corto plazo ha sido

relacionada con una serie de factores predictivos entre los cuales figura la

capacidad basal de marcha pre-fractura 41.

174

Se ha encontrado en este estudio que existe una correlación positiva entre la

capacidad de deambulación basal pre-fractura y la capacidad de deambulación 1

mes post-alta hospitalaria, valoradas ambas mediante la CAF.

Según los resultados obtenidos uno de los factores predictivos de una mayor

recuperación de la capacidad de marcha (CAF mayor o igual a 4) un mes

después del alta, seria tener un CAF pre-fractura superior o igual a 4.

Por otra parte la pérdida de algún grado de CAF 1 mes después del alta se ha

encontrado asociada a la edad avanzada, al sexo masculino y a la cirugía

mediante osteosíntesis tipo enclavado. Asimismo se halló para los pacientes de

la muestra correlacion positiva significativa entre el grado de asistencia para la

deambulación pre-fractura y la ayuda requerida para la deambulación 1 mes tras

el alta hospitalaria, valoradas ambas mediante la CAA.

Otro aspecto importante a considerar es la velocidad de marcha, la cual puede

ser considerada un marcador de salud general, funcionalidad, y vitalidad en la

población geriátrica.

Una disminución en la velocidad de marcha puede traducir un estado de

fragilidad, cambios en la fuerza isométrica de las extremidades inferiores y una

mayor predisposición a la caída 175.

La recuperación de una adecuada velocidad de marcha es determinante para

poder realizar marcha en la comunidad eficaz y segura.

Los pacientes ancianos intervenidos de fractura de cadera deambulan a una

velocidad más lenta que aquellos sujetos de su misma edad que no han sufrido

la fractura.

Se ha calculado que una velocidad de marcha entre 1- 1,2 m/seg es la necesaria

en pacientes ancianos para poder realizar una marcha en la comunidad eficaz y

segura (cruzar calles con semáforo, obstáculos, etc) 175.

La velocidad media de marcha tras una fractura de cadera varía según la fase o

estadío de la recuperación en que se encuentren los pacientes.

Durante la fase de rehabilitación aguda, al cabo de 5 dias desde la intervención

quirúrgica se ha calculado para estos pacientes una velocidad media de marcha

de 0,15 m/seg 176.

Otros estudios estiman la velocidad media de marcha post-fractura en 0,36 +

0,17 m/seg y 0,66 + 0,28 m/seg, a los 2 y 6 meses respectivamente, después de

la fractura 175, 177.

175

En los pacientes intervenidos de fractura de cadera que fueron ingresados en la

UME para recuperación funcional, se valoró la velocidad de marcha en pasillo de

6 metros, 1 mes después del alta hospitalaria.

Se obtuvieron datos de 48 pacientes y la velocidad media de marcha 1 mes post-

alta fué de 0,48 + 0,18 m/seg, que resultó superior a la obtenida por otro estudio

a los 2 meses post-fractura 175. El 75 % de los pacientes estudiados alcanzaban

una velocidad de marcha inferior a 0,6 m/seg realizando un tipo de deambulación

predominantemente intradomicilio.

El 25 % restante alcanzó una velocidad de marcha entre 0,6 y 0,86 m/seg

pudiendo deambular fuera del domicilio aunque con limitaciones.

La velocidad media máxima alcanzada fue de 0,86 m/seg, de manera que ningún

paciente consiguió recuperar una velocidad de 1- 1,2 m /seg que se considera

necesaria para realizar una marcha extradomiciliaria independiente y segura.

8.3.4 Ganancia Funcional. Eficacia de la Rehabilitación

La ganancia funcional en relación a la situación de dependencia previa y la

eficacia de la Rehabilitación en relación a la máxima recuperación posible han

sido estudiadas mediante el índice de Montebello y el índice de eficacia de

Heinemann respectivamente.

En la cohorte de esta unidad de media estancia la ganancia funcional expresada

mediante el índice de Montebello ha alcanzado un valor medio de 0,71

(desviación standard 0,19) que se aproxima o incluso resulta ligeramente

superior al obtenido en otros estudios previos cuyos resultados se encuentran

dentro de un rango entre 0,62 y 0,76 53, 180. Con respecto al grado de

dependencia previo la eficacia de la rehabilitación fue buena o muy buena en el

60 % de los pacientes.

Mediante una transformación del índice de Montebello ( Indice Barthel 1 mes

post-alta – Indice de Barthel ingreso / Indice Barthel pre-fractura – Indice de

Barthel ingreso.) se calculó la ganancia funcional 1 mes post- Alta, asi como el

cambio entre los índices de ganancia funcional al mes post- alta y al alta. Los

resultados mostraron que los pacientes consiguen alcanzar un mes después del

alta una recuperación media del 84,2 % con respecto a su situación previa a la

fractura; el 71,7 % de esa recuperación la alcanzaban durante el ingreso, y el

12,5 % restante a lo largo del mes transcurrido tras el alta hospitalaria.

176

Asimismo se ha obtenido un índice de eficacia en el momento del alta con un

valor promedio de 59,77 (desviación standard 18,65), que coincide prácticamente

con el índice de eficacia (59,99) obtenido en un reciente estudio realizado en una

unidad de media estancia de características similares a la nuestra 180.

En la cohorte que se ha estudiado el 38 % de los pacientes alcanzaron un índice

de eficacia al alta, igual o superior a 65.

Se calculó la eficacia de la Rehabilitacion 1 mes post- alta mediante una

transformación al mes del índice de Heinemann (Indice Barthel 1 mes post-alta –

Indice de Barthel ingreso) x 100 / 100 - Indice de Barthel ingreso), que mide la

recuperación funcional alcanzada al mes post- alta en relación a la máxima

recuperación posible. Tambien se estudió el cambio entre los índices de eficacia

al mes post- alta y al alta, y los resultados estadísticos demostraron que los

pacientes conseguían alcanzar 1 mes después del alta una recuperacion media

total del 69, 2 % con respecto a la máxima recuperación funcional posible y que,

de ese porcentaje total, el 9,46 % lo alcanzaban a lo largo del mes transcurrido

tras el alta hospitalaria.

Hay que considerar que una situación funcional previa a la fractura de

independencia o cercana a la independencia se presentaba en más del 60 % de

los pacientes de esta muestra. Además de una relativamente preservada

situación funcional pre-fractura, solamente un 32 % de los pacientes presentaba

un grado de deterioro cognitivo moderado o grave en el momento del ingreso, y

por tanto teniendo en cuenta estos factores los favorables resultados en cuanto a

ganancia funcional y eficacia de la rehabilitacion obtenidos en este estudio, tanto

al alta como 1 mes después de la misma, deben ser interpretados con cautela.

8.3.5 Eficiencia de la Rehabilitación

Con respecto al número de sesiones de Rehabilitación, la media obtenida para

esta cohorte de pacientes fue de 14,68 sesiones (desviación standard 3,69), con

un rango entre un mínimo de 8 y un máximo de 22 sesiones.

Según algunos autores, incrementar la intensidad y el número de sesiones de

Rehabilitación podría mejorar los resultados funcionales y el porcentaje de

retorno al domicilio de aquellos pacientes con mejores expectativas funcionales,

pero no de los que ya tenían una peor situación funcional previa de partida 178.

177

El índice de eficiencia es una variable que relacionaría la ganancia funcional

alcanzada con respecto a la duración de la estancia hospitalaria.

En este estudio se ha obtenido un índice de eficiencia medio de 2,047

(desviación standard 0,93). El índice de eficiencia fué igual o superior a 1,6 en el

66 % de los pacientes estudiados.

Se considera que índices de eficiencia superiores a 1 son el reflejo de un buen

rendimiento terapéutico y una menor estancia hospitalaria 179.

La eficiencia de la rehabilitación teniendo en cuenta la estancia hospitalaria fue

buena o muy buena en el 46 % de los pacientes estudiados. En un 14 % de los

mismos la eficiencia de la Rehabilitación fue algo más baja, inferior o igual a 0,86

( 95 % IC, 7 % a 26 %).

El índice de eficiencia de este estudio resulta superior al obtenido en otras

investigaciones en esta línea que alcanzan índices de eficiencia en un rango

variable entre 0,98 y 1,8 136, 164, 180 .

La situación funcional pre-fractura, la edad, el grado de deterioro cognitivo

preexistente y el grado de comorbilidad al ingreso son factores influyentes que

varian entre estudios y a los que se deberia ajustar esta variable.

En la cohorte de esta unidad de media estancia la mayoría de pacientes tenían

una situación funcional y cognitiva previa relativamente preservada a pesar de la

edad, lo cual ha podido influir en los resultados funcionales al alta con una

relativamente ajustada estancia y una eficiencia del tratamiento rehabilitador

elevada.

8.4 Calidad de Vida Post- Fractura

La fractura de cadera ejerce un impacto negativo sobre el estado de salud

general y la calidad de vida percibida de estos pacientes.

La edad, el sexo, la situacion funcional pre-fractura, el estado cognitivo, la

comorbilidad previa, el estado nutricional del paciente, el tipo y características de

la fractura (desplazada o no), el tipo de cirugía, la presencia de complicaciones

postoperatorias, el tipo de cuidados y destino residencial al alta, son factores que

se han relacionado con la calidad de vida percibida en estos pacientes 181.

178

Edad y Sexo

La edad se relaciona con el grado de calidad de vida percibida post- fractura.

Existen autores que han relacionado la edad mayor de 80 años con una ausencia

de mejoría en la calidad de vida percibida 4 semanas después de la fractura.

Ademas las puntuaciones de calidad de vida no retornan a los valores previos a

la fractura aunque transcurran 12 meses desde la misma 182.

En este estudio la edad media de los pacientes es de 84 años, y sin embargo el

60 % de los pacientes una vez entrevistados obtuvieron puntuaciones en la

escala EQoL- 5D compatibles con un buen o aceptable grado de calidad de vida

a las 4 semanas del alta hospitalaria.

Es posible que este resultado se vea alterado por la diferente percepción de

mejoría en la calidad de vida según las edades y las diferentes expectativas de

recuperación funcional.

Los pacientes menos mayores y que tienen mayores expectativas de

recuperación suelen referir un peor status de calidad de vida, que aquellos

pacientes más mayores con expectativas funcionales más acotadas y que

pueden referir un grado de calidad de vida percibida, superior o mas optimista,

que puede no corresponderse con la realidad 142.

En los pacientes de esta muestra la edad avanzada ha resultado ser un factor

predictivo de peor calidad de vida a corto plazo y de peor pronóstico de

recuperación de la calidad de vida en relación a la situación previa a la fractura.

El sexo femenino se ha asociado a una peor calidad de vida post-fractura,

aunque quizás lo que ocurre también es que las mujeres suelen referir e informar

de dolor o otros problemas con más frecuencia que los hombres181,183.

Respecto a los hombres existen diferentes conclusiones según estudios, algunos

autores 38 relacionan el sexo masculino con una peor calidad de vida post-

fractura mientras que otros no han encontrado esta asociación 184.

En nuestra serie no se ha podido concluir si el sexo resulta factor predictivo

influyente de recuperación de calidad de vida un mes después del alta

Complicaciones durante el Ingreso

Los pacientes con una estancia hospitalaria prolongada y con mayores

complicaciones durante el ingreso podrían ver más afectada su calidad de

vida 181, 184.

179

La comorbilidad previa de los pacientes es un factor que puede favorecer la

aparición de complicaciones durante el ingreso, de hecho según los resultados

de este estudio la comorbilidad previa del paciente representada por un alto

indice de comorbilidad de Charlson, es en sí misma un factor predictor que se

asocia a un peor grado de recuperación de la calidad de vida al mes siguiente al

alta hospitalaria.

El dolor asociado a la fractura es una complicación frecuente en estos pacientes

que puede deteriorar su calidad de vida.

Sin embargo hay autores que no encuentran que el dolor postoperatorio tenga un

impacto significativo en la calidad de vida de los pacientes 184.

Los pacientes que han seguido un proceso de Rehabilitación interdisciplinar,

muchas veces pueden continuar con dolor hasta 6 meses después del alta

hospitalaria. A partir del sexto mes y con la progresiva mejoría de la función física

el dolor tenderia a disminuir y en los casos favorables a desaparecer a partir del

año post-fractura 185.

Algunos estudios que utilizan como medida de calidad de vida el cuestionario

EQ-5D, encuentran en la dimensión dolor /malestar que el 67,5 % de los

pacientes al alta y el 59,6 % a los 4 meses post-intervencion siguen refiriendo

dolor o malestar moderado139, 184.

En nuestra muestra un 40 % de los pacientes reconocia tener dolor moderado

antes de la fractura.

Transcurrido 1 mes desde el alta hospitalaria el 36 % continuaba con dolor

moderado, lo cual representa un relativo éxito desde el punto de vista de la

detección y control del dolor llevado a cabo en la unidad de media estancia

hospitalaria, y un factor que puede haber contribuido a la mejoría en las

puntuaciones de calidad de vida de los pacientes al mes después del alta.

La depresión es una comorbilidad frecuente al ingreso en los pacientes con una

fractura de cadera y la aparición de síntomas depresivos durante el propio

ingreso es una complicación que interfiere con el proceso de Rehabilitación y

tiene un impacto negativo en la calidad de vida percibida por los pacientes.

Los pacientes con depresión y fractura de cadera tienen una menor calidad de

vida al alta comparados con aquellos que con la misma fractura no la padecen

185. En varios estudios que utilizan como medida de calidad de vida el

cuestionario EuroQoL- 5D, se halla en la dimensión depresión/ ansiedad que el

180

46,2 % de los pacientes al alta y el 17,9 % a los 4 meses post-intervención

siguen refiriendo depresión o ansiedad moderada139, 184.

En este estudio aplicando tambien el cuestionario EuroQoL- 5D el 28 % de los

pacientes reconocía padecer depresión antes de la fractura.

Igualmente un 28 % de los pacientes de la muestra presentaban puntuaciones

de mala calidad de vida en el cuestionario de calidad de vida EuroQoL- 5D y un

24 % en el cuestionario de autovaloración EuroQoL-VAS transcurrido un mes

después del alta. Por otra parte un 30 % de los pacientes todavia continuaba con

depresión o ansiedad moderada al cabo de 1 mes del alta.

Es de remarcar que los porcentajes referidos a pacientes con depresión y

pacientes con mala calidad de vida al cabo de 1 mes post-alta hospitalaria

prácticamente coincidan.

Características de la Fractura y Tipo de Cirugía

Con respecto al tipo de fractura y de cirugia se ha comprobado que los pacientes

con fractura de cuello femoral intracapsular intervenidos mediante artroplastia

tienen una menor perdida en su calidad de vida que los pacientes con fractura

extracapsular intervenidos mediante osteosíntesis 186,187.

En este estudio la edad media de los pacientes fue de 84 años ( 83 años para los

varones, 84 años para las mujeres), el 70 % de los pacientes presentaban una

fractura intracapsular subcapital, y el 63 % de los hombres y el 71 % de las

mujeres fueron intervenidos mediante la implantación de una prótesis parcial

cementada.

En general se suele elegir la implantación de artroplastia en aquellos pacientes

con un mayor grado de movilidad e independencia funcional pre- fractura, que

probablemente también tenían una mayor calidad de vida previa, y en los que

resultaría previsible una menor perdida de calidad de vida post-intervención.

A pesar del inicial menor declive en el tiempo en cuanto a calidad de vida

experimentado por los pacientes ancianos intervenidos mediante artroplastia,

transcurrido un año desde la fractura se ha comprobado que estas diferencias

desaparecen y la calidad de vida de estos se iguala a la percibida por los

pacientes intervenidos mediante osteosíntesis 186.

La edad media avanzada como la de los pacientes de esta cohorte es un factor

que se relaciona con una mayor perdida de calidad de vida post-fractura 182.

181

En este estudio hemos obtenido puntuaciones del EuroQoL- 5D 1 mes post-alta

hospitalaria que indican un grado bueno o aceptable de calidad de vida en el 60

% de los pacientes. Este porcentaje se aproxima al de pacientes hombres (63

%), y mujeres (70 %), intervenidos mediante artroplastia.

Estado Nutricional

En los pacientes intervenidos de fractura de cadera un estado de malnutrición o

en riesgo de malnutrición en el momento de ingreso en la unidad es un factor que

puede repercutir negativamente en su calidad de vida presente y futura, y

aumentar el tiempo necesario para su Rehabilitación 75, 76.

La desnutrición proteica ejerce un impacto negativo sobre la recuperación de la

capacidad de marcha y de la autonomía en las AVD 77, y por ende empeora la

calidad de vida de estos pacientes.

En diferentes estudios se ha observado que el tratamiento del estado nutricional

desde un enfoque interdisciplinar mejora las puntuaciones de calidad de vida

según el cuestionario EuroQoL- 5D a los tres meses después de la fractura, y

que la corrección de la desnutrición proteica afecta positivamente al estado de

salud general de los pacientes 162, 181, 188.

En este sentido en este estudio se ha observado en el momento del ingreso una

correlacion lineal positiva significativa entre el estado nutricional y el grado de

independencia funcional de los pacientes. Además en los pacientes de esta

cohorte se ha comprobado que la desnutricion representada por los niveles

bajos de albúmina sérica ha resultado ser un factor predictivo de menor

recuperacion de calidad de vida un mes después del alta.

Un 61,2 % del total de los pacientes de esta muestra presentaban en el momento

del ingreso niveles séricos de albúmina compatibles con un estado de

malnutrición proteica. Este porcentaje se encuentra dentro del rango (52- 64%)

que se suele presentar según la literatura consultada en los pacientes con

fractura de cadera 75, 157-160.

En este estudio el 64 % de los pacientes ha valorado su calidad de vida en el

momento del alta hospitalaria mediante la escala EuroQoL- VAS como aceptable

o buena, y un mes después del alta el 76 % de los pacientes se atribuía esta

misma valoración.

182

Es posible que uno de los factores que pueda haber influido en esta mejoría en la

calidad de vida percibida al alta y a corto plazo sea la intervención nutricional

implementada en la unidad, que pudiera haber contribuido a reducir el riesgo de

complicaciones y a mejorar el estado de salud general y por tanto la calidad de

vida de estos pacientes.

Estado Cognitivo

Los ancianos intervenidos de fractura de cadera con demencia o deterioro

cognitivo previo grave tienen mayor riesgo de complicaciones, peor pronóstico de

recuperación funcional, y mayor riesgo de mortalidad 63,64.

Diferentes estudios han encontrado evidencias relativas al negativo impacto del

deterioro cognitivo sobre el estado de salud y la calidad de vida de estos

pacientes 189, 190, y aunque la calidad de vida de todos los pacientes al cabo de 1

año desde la fractura es peor que antes de la misma, los pacientes con deterioro

cognitivo moderado- grave (MMSE 19 - 10) tienen desde este punto de vista un

peor pronóstico no sólo en el momento del alta hospitalaria 184, sino también al

cabo de 1 año post-fractura 182 , cuando son comparados con aquellos pacientes

con deterioro cognitivo leve o sin él.

El deterioro cognitivo impide o dificulta a estos pacientes adaptarse a los cambios

físicos y funcionales que experimentan, e interfiere significativamente en su

capacidad para colaborar y seguir adecuadamente el proceso de Rehabilitación.

Los resultados de este estudio indican que uno de los principales factores

predictivos de mayor calidad de vida 1 mes después del alta es la ausencia de

deterioro cognitivo.

El 32 % de pacientes en este estudio (16 casos) presentaban un grado de

deterioro cognitivo moderado o grave (MMSE < 19) en el momento del ingreso en

la unidad, encontrandose una asociación lineal positiva significativa entre el

grado de deterioro cognitivo valorado al ingreso mediante cuestionario MMSE y

la independencia funcional al alta valorada mediante la escala FIM.

Un mes después del alta hospitalaria la puntuación media de calidad de vida en

el cuestionario EuroQoL- 5D para el subgrupo con deterioro cognitivo moderado-

grave era de 0,396 (desviación standard 0,16).

Por otra parte la puntuación media de calidad de vida en el cuestionario

EuroQoL- 5D evolucionó en el global de los pacientes de la muestra desde un

183

valor pre-fractura de 0,76, a 0,49 en el momento del alta hospitalaria y 0,56 un

mes después del alta hospitalaria.

Por lo tanto el subgrupo de pacientes con deterioro cognitivo más acusado tenía

transcurrido 1 mes post-alta una puntuación media en el EuroQoL- 5D inferior en

0,17 puntos a la media de toda la cohorte.

Por otro lado sin recuperar los valores basales pre-fractura de calidad de vida, la

media del EuroQoL- 5D se incrementó ligeramente en 0,07 puntos 1 mes post-

alta con respecto al alta hospitalaria.

Este incremento en la calidad de vida a corto plazo experimentado por el

conjunto de pacientes de la muestra debe ser interpretado en el contexto de una

cohorte en la cual el 68 % de los pacientes presentaban un deterioro cognitivo

leve o incluso ausente.

Posiblemente si solamente consideramos el subgrupo con mejor estado

cognitivo previo el incremento en la calidad de vida un mes después de la

fractura hubiera sido incluso mayor.

Algunos autores han encontrado a los 12 meses después de la fractura una

mejor funcionalidad, calidad de vida y estado de salud mental en los pacientes

tratados con un enfoque integral interdisciplinar en comparacion con otra clase

de tratamientos 156,185.

Por tanto un enfoque médico interdisciplinar que incluya una Rehabilitación

intensiva, especialmente en los casos de deterioro cognitivo leve o más

moderado, podría resultar beneficioso para que estos pacientes puedan alcanzar

y mantener ganancias funcionales y de calidad de vida a corto y largo plazo.

Capacidad Funcional Previa a la Fractura

La situación funcional pre-fractura puede ser un factor predictivo del grado de

calidad de vida futura de estos pacientes. Los resultados de este trabajo indican

que la independencia funcional (Indice de Barthel ) previa a la fractura es uno de

los principales factores predictivos de calidad de vida 1 mes después del alta

hospitalaria.

Un porcentaje de pacientes con fractura de cadera refieren tener algunos

problemas de salud ya previamente a la fractura, por lo cual podemos decir que

representan en realidad un subgrupo de pacientes con mayor fragilidad dentro

de la población anciana general.

184

El 32 % y el 22 % de los pacientes de esta muestra referían tener previamente a

la fractura, y según el cuestionario EuroQoL- 5D, algunos problemas para la

movilidad y el cuidado personal respectivamente.

Un mes después del alta hospitalaria el 60 % de ellos continuaban refiriendo

algunos problemas de movilidad, y el 50 % algunos problemas para el cuidado

personal.

Para Konig et al 183 más de la mitad de los pacientes referirían tener algunos

problemas de movilidad antes de la fractura. Estos autores obtienen una

puntuación media pre-fractura en el cuestionario de calidad de vida EuroQoL-

VAS de 61. Otro estudio obtiene una puntuación media pre- fractura del

EuroQoL- VAS similar de 57 184. En nuestra muestra la puntuación media del

EuroQoL- VAS pre-fractura es de 73, por tanto superior a la de otros estudios.

Poseer una relativa independencia funcional o autonomia previa para las AVDs y

la marcha son factores que influyen muy directamente en la calidad de vida

percibida por los pacientes.

Quiza esta positiva valoración de calidad de vida percibida pre-fractura tenga

relación con que el 64 % de los pacientes presentara, según el índice de Barthel,

un grado de dependencia leve o incluso fueran independientes antes de la

fractura (Barthel 86- 100 puntos). Además el 36 % de ellos eran independientes

para la marcha y capaces de subir-bajar escaleras sin ayudas técnicas, y otro 38

% precisaba solo de la ayuda de 1 bastón.

Teniendo esto en cuenta se ha obsevado que el 68 % de los pacientes al alta

hospitalaria y el 76 % de los pacientes 1 mes post- alta se autovaloraron en la

escala EuroQoL- VAS con un grado aceptable (EuroQoL- VAS 51- 70 puntos) o

bueno (EuroQoL- VAS 71- 90 puntos) de calidad de vida.

Por otra parte se ha encontrado una correlación lineal positiva significativa

(p= 0,05) entre la ganancia funcional durante el ingreso representada mediante

el índice de Montebello y la calidad de vida (EuroQoL- 5D) percibida por los

pacientes a corto plazo, 1 mes después del alta hospitalaria.

Los pacientes sin deterioro cognitivo y con mayor independencia funcional pre-

fractura son a la vez los que más pueden acusar las secuelas de este proceso y

percibir o sobreestimar negativamente su grado de calidad de vida.

Sin embargo en opinión de este autor, como de otros 184, 186 son estos pacientes

los que más se beneficiarían de un manejo médico-rehabilitador intensivo e

185

interdisciplinar para alcanzar el máximo status funcional posible al alta, que

podría ser predictor de mejor nivel funcional y de calidad de vida a mas largo

plazo.

Soporte Social y Destino Residencial al Alta

Se ha relacionado la institucionalización previa a la fractura con una peor calidad

de vida post-fractura y al alta hospitalaria 184.

Sin embargo no se tiene en cuenta que en muchas ocasiones estos ancianos

institucionalizados ya eran previamente dependientes y con necesidad de

cuidados médicos y de enfermería.

En realidad no se ha establecido de manera concluyente que la

institucionalización previa a la fractura sea por sí misma un factor predictivo de

peor calidad de vida post-fractura 181.

Algunos autores han comprobado que los pacientes mayores que previamente a

la fractura eran independientes y residian en su domicilio tenían mejor grado de

calidad de vida transcurrido 1 año desde la fractura 142.

Es posible que el factor estado funcional previo sea en este caso el factor

predictivo decisivo y no tanto el tipo de residencia previa que podría resultar un

factor de confusión.

En cambio el destino residencial tras el alta hospitalaria y la existencia de un

buen apoyo sociofamiliar podrían ser factores predictivos de mejor calidad de

vida futura en estos pacientes.

Los pacientes que han sufrido una fractura de cadera tienen más riesgo de ser

institucionalizados a lo largo del primer año tras la fractura, que aquellos que no

la han tenido y se calcula que entre un 10- 20 % lo son a lo largo de este periodo

168.

En un estudio sueco el 80 % de supervivientes tras una fractura de cadera

conseguia retornar a su domicilio y este porcentaje se mantenía relativamente

constante durante años 193.

En nuestra unidad el 86 % de los pacientes retornaron a su domicilio tras el alta

hospitalaria, aunque se desconoce si este porcentaje hubiera sido otro si la

disponibilidad de recursos sociosanitarios en el entorno hubiera sido mayor.

El 2 % de los pacientes de esta muestra se encontraban institucionalizados

previamente a la fractura.

186

Un mes después del alta hospitalaria el porcentaje de institucionalización

ascendia al 14 % de los pacientes estudiados, encontrándose dentro de ese

rango entre el 10-20 % antes mencionado. Los pacientes institucionalizados tras

el alta hospitalaria tienden a alcanzar peores cotas de recuperación en

movilidad, autocuidados y actividades de la vida diaria. Se estima que solo el 20

% de ellos recuperan niveles de funcionalidad similares a los que tenían

previamente a la fractura 192. Además resulta de interés la existencia o no de un

buen apoyo social o familiar en el momento del alta de estos pacientes, ya que

una adecuada interaccion y participación social resulta una fuente de bienestar

psicológico y se correlaciona estrechamente con la calidad de vida percibida de

estos pacientes 194. La carencia de red social y apoyo familiar conduce a la

demora del alta hospitalaria, aumenta el riesgo de complicaciones, conduce al

deterioro psicologico e incrementa el coste global de la asistencia sanitaria 195.

La planificación del alta de estos pacientes debe garantizar que reciban un buen

soporte social que impida su deterioro psicológico, funcional y de calidad de

vida.

8.4.1 Recuperación de la calidad de vida. Factores predictivos

La recuperación de la calidad de vida después de una fractura de cadera es un

proceso que en su mayor parte se produce entre los 2 y 6 primeros meses post-

fractura , y principalmente en las cuatro primeras semanas. Posteriormente el

progreso de dicha recuperación aunque continúa tiende a estabilizarse o

producirse de forma más atenuada a partir de los 4 meses post-fractura sin

llegar a recuperar niveles de calidad de vida previos a la fractura181, 182.

El declive en la calidad de vida percibida durante los 3 primeros meses post-

fractura es mas acusado en los pacientes ancianos menores de 80 años y con

una mejor situación funcional y de calidad de vida previa a la fractura, y siempre

que no ocurra una nueva fractura, la calidad de vida continúa recuperandose a lo

largo del primer año post-fractura y finalmente se estabiliza, sin alcanzar los

niveles previos a la fractura, permaneciendo casi sin modificación a lo largo del

segundo año post-fractura 186, 191.

En el presente estudio las puntuaciones medias de calidad de vida un mes

después del alta hospitalaria resultaron tanto para la mediana del EuroQoL- 5D

(0,645) como para la mediana del EuroQoL- VAS (60), inferiores a los

respectivos valores previos a la fractura (EuroQoL- 5D 0,75, EuroQoL-VAS

187

72,5), y las diferencias observadas en cuanto a disminución de calidad de vida

se comprobaron significativas (EuroQoL- VAS y EuroQoL- 5D, p < 0,05). Sin

embargo globalmente el 60 % de los pacientes 1 mes después del alta

obtuvieron puntuaciones compatibles con un buen o aceptable grado de calidad

de vida, frente a un 40 % de los pacientes que alcanzaban puntuaciones de

calidad de vida mala o muy mala.

El 70 % de los pacientes tenían una edad comprendida entre 80- 89 años,

siendo la edad media de la cohorte 84 años. A este respecto los niveles de

calidad de vida alcanzados transcurrido 1 mes desde el alta son superiores a los

obtenidos en otros estudios para grupos de pacientes de similar edad 182, 186.

Una baja comorbilidad al ingreso (media del ICC 1,8), la relativa preservación de

la función física y del estado cognitivo pre-fractura a pesar de la edad (media de

84 años), asi como un cierto sesgo en la autovaloración, en sentido más

optimista, de la calidad de vida percibida en estos pacientes de mayor edad en

comparación con lo ocurre con los más jovenes, puede estar en relación con

estos resultados.

En dimensiones influyentes sobre la calidad de vida como la movilidad, y el

dolor, transcurrido un mes desde el alta hospitalaria el 60 % referían algunos

problemas de movilidad, y 36 % de los pacientes todavía referian tener dolor

moderado, con una media de EuroQoL- 5D de 0,56.

Sin embargo estos resultados son mejores que los obtenidos en otros estudios

realizados al alta hospitalaria (64,3 % algunos problemas movilidad, 67,5 %

dolor moderado, media EuroQoL- 5D 0,46 ) 184 , y a los 4 meses post-fractura

( 70,3 % algunos problemas movilidad, 65 % dolor moderado o severo) 139.

En este estudio la media del EuroQoL- 5D un mes después del alta hospitalaria

(0,56 + 0,21) no recuperó el mismo valor que antes de la fractura (0,76 + 0,20),

mientras que la media del EuroQoL- VAS también descendió desde 73, 34 +

14,71 antes de la fractura, a 62,5 + 12, 97 1 mes después del alta.

Esta menor cuantia en la disminución de calidad de vida observada con el EVAS

en comparación con la observada con el EuroQoL- 5D ha sido encontrada

también por otros autores y se atribuye a que el EVAS es un instrumento de

valoración más general y menos discriminante que el EuroQoL- 5D que valora

las diferentes dimensiones de la calidad de vida afectadas por la fractura 184.

188

En este estudio se han hallado como principales factores predictivos de mayor

calidad de vida 1 mes después del alta la independencia funcional (Indice de

Barthel ) previa a la fractura y la ausencia de deterioro cognitivo.

La comorbilidad previa del paciente (Indice de Charlson) se ha encontrado

también como posible factor predictor de menor ganancia o recuperacion de la

calidad de vida a corto plazo

La edad avanzada y la desnutricion representada por el nivel de albúmina sérica

también serían factores predictivos de disminución de la calidad de vida y de

menor recuperación de la misma, 1 mes después del alta.

8.5 Implicaciones Clínicas

En relación a lo expuesto anteriormente se puede resumir que los pacientes sin

deterioro cognitivo significativo, comorbilidad previa moderada o baja, y buen

estado funcional con capacidad de marcha independiente pre- fractura serian el

subgrupo que, aún sin alcanzar en el seguimiento a corto plazo los niveles

basales anteriores a la fractura, obtendrían mejores resultados funcionales y de

calidad de vida y tendrían mayores probabilidades de retorno a su domicilio.

Serían pues estos pacientes los que más se beneficiarían de un manejo médico-

rehabilitador intensivo e interdisciplinar.

Esto se ha demostrado en este estudio, en el que la mayoría de participantes de

la muestra constituyen, en realidad, un subgrupo de supervivientes con fractura

de cadera con una aceptable situación funcional previa, en los cuales se han

obtenido índices de eficacia y eficiencia terapéutica relativamente satisfactorios.

Es posible que el tratamiento interdisciplinar e integral realizado en la unidad de

media estancia cuando el deterioro basal de los pacientes no es muy acusado,

sea la alternativa más eficiente, al mejorar la eficacia de la rehabilitación, acortar

la estancia hospitalaria en términos razonables, y proporcionar una aceptable

relación coste-efectividad de todo el proceso 133,148, aunque es cuestionable que

sirva a mas largo plazo para aumentar la proporción de pacientes que sean

funcionalmente independientes 198.

189

8.6 Limitaciones del Estudio

Este estudio presenta una serie de limitaciones que deben ser tenidas en cuenta.

No es un ensayo clínico aleatorizado, por tanto carece de grupo control.

La falta de grupo control por una parte impide comparar diferentes protocolos o

programas de tratamiento, y por otra no permite determinar de forma precisa si la

disminución de la funcionalidad y la calidad de vida es atribuible en exclusiva a la

fractura de cadera y no a la fragilidad asociada a la edad o a la presencia de

determinadas comorbilidades. Para salvar esta limitación seria necesario

comparar grupos con similar grado de comorbilidad con y sin fractura de cadera,

no siendo objeto de este estudio

Aunque el diseño del estudio no permite llegar a establecer relaciones causales,

si resulta consistente en sus resultados con otros de similar planteamiento, lo que

apoya la coherencia de los hallazgos obtenidos.

El tamaño muestral es limitado, de 65 pacientes valorados que inicialmente

cumplían criterios, el 23 % de ellos no llegaron a completar el estudio, siendo 50

el número total de pacientes que lo hicieron.

Los participantes han sido reclutados al ingreso en la unidad de media estancia

de un Hospital Geriátrico de ámbito uniprovincial procediendo en su mayoría del

ámbito rural y no de un entorno industrializado o de gran urbe. En este aspecto

puede ser más interesante de cara a establecer conclusiones realizar estudios

futuros a nivel multicéntrico y con pacientes procedentes de ámbitos más

heterogéneos.

El objetivo del estudio es la valoración de la funcionalidad y calidad de vida a

corto plazo transcurrido 1 mes del alta hospitalaria. Esta es una limitación

impuesta de manera consciente aún reconociendo que el seguimiento a más

largo plazo (6 meses- 1 año) podría proporcionar datos más completos sobre la

evolución en el tiempo de la cohorte objeto de estudio.

Respecto a los sesgos del estudio podrían haberse dado sesgos de selección y

de información en la realización del mismo.

Con respecto al sesgo de selección se trata de pacientes que antes de su

ingreso han sido valorados por un ortogeriatra y un traumatólogo en una unidad

de agudos quienes recomiendan el ingreso en tanto en cuanto el paciente no

tenga demencia o deterioro cognitivo severo y se encuentre en condiciones de

iniciar la bipedestación en carga parcial.

190

En general el deterioro cognitivo severo se presenta con frecuencia en los

ancianos de mas avanzada edad, que también suelen ser pacientes con mayor

grado de comorbilidad y peor estado de salud general.

Por ello es posible que al tener los pacientes estudiados un grado de

comorbilidad relativamente bajo (media del ICC 1,8) y ausencia de deterioro

cognitivo severo, hayamos realizado el estudio sobre un subgrupo de la

población total superviviente a la fractura de cadera con un estado de salud y

cognitivo relativamente preservado o no muy deteriorado, con lo cual el

conocimiento derivado de este estudio podría generalizarse a este subgrupo pero

no a otros.

En cuanto a otras características de la muestra es necesario tener en cuenta que

el 78 % de los participantes pertenecían al sexo femenino, y el 71,8 % de las

fracturas en mujeres fueron intracapsulares y tratadas mediante prótesis

parciales cementadas. Por ello los resultados podrían ser más generalizables a

este subgrupo de pacientes que a otros como por ejemplo varones con fracturas

extracapsulares o intracapsulares cuyos porcentajes resultaron minoritarios en

términos absolutos de la muestra.

Con respecto a los sesgos de información, algunas variables (albúmina,

proteínas totales, complicaciones durante el ingreso en la unidad, comorbilidad

previa) han sido recogidas tomando como fuente de información la historia clínica

procurando comprobar todos los datos aunque este proceso nunca puede estar

exento de posibles errores o inexactitudes.

Para evitar errores en la medición de la velocidad de marcha en pasillo de 6

metros, se tomaron con cada paciente dos medidas cronometradas repetidas, y

en caso de disparidad una tercera que decidía la medida.

Para minimizar el posible sesgo de información en aquellos aspectos

retrospectivos del estudio como la situación funcional y de calidad de vida antes

de la fractura se entrevistó a cada paciente y sus familiares sin demora en el

momento del ingreso, evitando prolongar el lapso de tiempo desde la

intervención. En este sentido el tiempo medio transcurrido desde la cirugía hasta

la valoración al ingreso fue de 6,42 + 2,09 dias.

Por otra parte no cabe descartar el posible sesgo de información atribuible al

recuerdo que hace que, dadas las circunstancias personales y de salud por las

cuales es inevitable que pasen estos pacientes al ingresar en la unidad, su

191

autovaloración de funcionalidad y calidad de vida previa a la fractura pueda no

ser real y tender a encontrarse sobreestimada, sobre todo en los pacientes más

jóvenes y con buen nivel cognitivo. Sin embargo existen estudios que hallan una

moderada a buena correlación cuando comparan datos prospectivos y

retrospectivos basados en el recuerdo de los pacientes 196,197, y por consiguiente

es posible que también los datos previos a la fractura así recogidos puedan ser

fiables.

192

193

IX. CONCLUSIONES

194

195

IX. Conclusiones

- Los pacientes ancianos intervenidos de fractura de cadera y que ingresan en

la unidad de media estancia del Hospital Geriátrico Virgen del Valle para

seguir un programa de tratamiento médico y de Rehabilitación de carácter

interdisciplinar, responden al siguiente perfil:

Son en su mayoria mujeres, de edad media avanzada, comorbilidad previa a

la fractura media o baja, sin deterioro cognitivo severo o que impida la

rehabilitación, con fractura intracapsular y cirugía de artroplastia de

sustitución en su mayoría, con capacidad de deambulación y relativa

independencia funcional previa a la fractura y que perciben su calidad de vida

anterior a la fractura como buena.

- Los pacientes sometidos a un programa de rehabilitación en esta unidad

consiguen en su mayoría, tanto en el momento del alta como a corto plazo

tras la misma, una recuperación funcional cercana a niveles de independencia

en términos de capacidad de marcha y autonomía en la realización de las

actividades de la vida diaria, obteniendo una media elevada en cuanto a

índices de ganancia funcional, de recuperación de calidad de vida y de

eficacia de la rehabilitación en relación a la máxima recuperación posible.

A pesar de ello los pacientes no han conseguido recuperar en el corto plazo

de seguimiento los mismos niveles de funcionalidad y calidad de vida

anteriores a la fractura.

- Los principales factores predictivos de recuperación funcional y de la calidad

de vida de los pacientes han sido la edad, el grado de independencia

funcional previo a la fractura, y el estado cognitivo.

El grado de comorbilidad al ingreso, el estado nutricional, el sexo, el tipo de

fractura y cirugía, la estancia hospitalaria prolongada, también se han

encontrado como posibles factores predictivos, aunque es necesario realizar

futuros estudios para determinar de manera ponderada la influencia exacta de

cada una de estas variables

196

197

X. BIBLIOGRAFIA

198

199

X. BIBLIOGRAFIA

1- Gillespie WJ. Hip fracture. BMJ 2001;322:968-975.

2- Blundell CM, Parker MJ, Pryor GA, Hopkinson- Woolley J, Bhonsle SS.

Assessment of the AO classification of intracapsular fractures of the proximal

femur. J Adv Nurs 1998;80:679-683.

3- Kyle RF, Cabanela ME, Russell TA. Fractures of the proximal part of the

femur. Instr Course Lect 1995;44:227-253.

4- Kyle RF. Fractures of the femoral neck. Instr Course Lect. 2009;58:61-68.

5- Lawton JO, Baker MR, Dickson KA. Femoral neck fractures: two populations.

Lancet 1983;2:70-72.

6- Rodriguez Alvarez J. Epidemiologia de las fracturas de cadera. Guía de la

buena practica clínica: Anciano afecto de fractura de cadera. 2007:11-19.

7- Tinetti ME. Preventing falls in elderly persons. N Engl J Med 2003;348:42-49.

8- Browner BD. The bone and join decade. J B J Surg 1999;81:903-904.

9- Zuckerman J. Hip fracture. N Engl J Med. 1996;334:1519-1525.

10- Garcia Ramiro S. Valoracion del estado nutritivo del paciente anciano con

fractura de la extremidad proximal del femur: pertrocanterea y subcapital

(tesis doctoral ). Barcelona. Universidad de Barcelona 1994.

11- Torres Fuste X. Fracturas del tercio proximal del femur. Factores de riesgo,

masa osea, mortalidad (tesis doctoral). Barcelona. Universidad de Barcelona

1989.

12- Cummings SR, Nevit MC, Browner WS, et al. Risk factors for hip fracture in

white women. N Eng J Med 1995;332:767-773.

13- Kern LM, Powe NR, Levine MA. Association between screening for the

osteoporosis and the incidence of hip fracture. Ann Int Med 2005;142:173-

181.

14- Instituto de información sanitaria. Estadisticas comentadas: La atención a la

fractura de cadera en los hospitales del SNS (publicación en Internet).

Madrid: Ministerio de Sanidad y Politica Social; 2010. Disponible en:

http//www.msps.es/estadEstudios/estadísticas/cmbdhome.htm.

15- Serra JA, Garrido G, Vidan M, Marañon E. Epidemiologia de la fractura de

cadera en el anciano en España. An Med Interna 2002;19:389-395.

16- Orosz GM, Magzinger J, Hannan EL, et al. Association of timing of surgery for

hipfracture and patient outcomes. JAMA 2004;291:1738-1744.

200

17- Bliuc D, Nguyen ND, Milch VE, Nguyen TV, Eisman JA, Center JR. Mortality

risk associated with low trauma osteoporotic fracture and subsequent fracture

in men and women. JAMA 2009;301:513-521.

18- Hannan E, Magaziner J, Wang JJ, Eastwood EA, Silberzweig SB, Gilber M, et

al. Mortality and locomotion 6 months after hospitalization for hip fracture: Risk

factors and risk-adjusted hospital outcomes. JAMA 2001;285:2736-2742.

19- Rodriguez Alvarez J, Serra Rexach JA. El problema socioeconómico y

sanitario en las fracturas de cadera del anciano. En: Fernandez Portal L,

editor. Fracturas de cadera del anciano. Madrid: Marketing Medical

Communication;2001:339-346.

20- Hay D, Parker MJ. Hip fracture in the inmobile patient. J Bone Joint Surgery

2003;85-B:1037-1039.

21- Pages E, Cuxart A, Iborra J, Olona M, Bermejo B. Fracturas de cadera en el

anciano de terminantes de mortalidad y capacidad de marcha. Med Clin

(Barc) 1998;110:687-691.

22- Gonzalez- Montalvo JI, Alarcon T, Saez P, Barcena A, Gotor P, del Rio M. La

intervención geriátrica puede mejorar el curso clínico de los ancianos

geriátricos con fractura de cadera. Med Clin (Barc) 2001;116:1-5.

23- Magaziner J, Simonsick EM, Kashner TM, Hebel JR, Kenzora JE. Predictors

of functional recovery one year following hospital discharge for hip fracture: a

prospective study. J Gerontol Medical Sci 1990;45:101-107.

24- Michel JP, Hoffmeyer P, Klopfenstein CI, Bruchez M, Grab B, D Epinay ChL.

Prognosis of functional recovery 1 year after hip fracture: typical patient

profiles through cluster analysis. J Gerontol Medical Sci 2000;55:506-515.

25-Sosa M, Segarra MC, Limiñana JM, Hernandez D, Gonzalez A, Betancor P.

Morbilidad y mortalidad de la fractura osteoporotica de la extremidad proximal

del femur tras un año de seguimiento. Med Clin (Barc) 1993;101:481-483.

26- Bannister GC, Gibson AG, Ackroyd CE, Newman JH. The fixation and

prognosis of trochanteric fractures. A randomized prospective controlled trial.

Clin Orthop 1990;254:242-246.

27- Lund B, Hogh J, Lucht U. Trochanteric and subtrochanteric fractures. One

year follow-up of a prospective study of Ender and McLaughlin

osteosynthesis. Acta Orthop Scand 1982;1981;52:649-655.

201

28- Kyo T, Takaoka K, Ono K. Femoral neck fracture. Factors related to

ambulation and prognosis. Clin Orthop 1993;292:215-222.

29- Cree M, Carriere KC, Soskolne CL, Suarez- Almazor M. Functional

dependence after hip fracture. Am J Phys Med Rehabil 2001;80:736-743.

30- Alarcon T, Gonzalez-Montalvo JI. Fractura osteoporotica de cadera. Factores

predictivos de recuperación funcional a corto y largo plazo. An Med Interna

(Madr) 2004;21:87-96.

31- Koval KJ, Skovron ML, Polatsch D, Aharonoff GB, Zuckerman JD.

Dependency after hip fracture in geriatric patients: a study of predictive

factors. J Orthop Trauma 1996;10:531-535.

32- Shah M, Aharonoff GB, Wolinsky P, Zuckerman JD, Koval KJ. Outcome after

hip fracture in individuals ninety years of age and older. J Orthop Trauma

2001;15:34-39.

33- Ceder L. Predicting the success of rehabilitation following hip fractures.

Disabil Rehabil 2005;27:1073-1080.

34- Arinzon Z, Fidelman Z, Zuta A, Peisakh A, Berner YN. Functional recovery

after hip fracture in old-old elderly patients. Arch Gerontol Geriatrics

2005;40:327-336.

35- Alarcon T, Gonzalez- Montalvo JI, Fragilidad y envejecimiento. En: Riobo P,

Rapado A, eds. Papel de la nutrición en el hueso durante la vejez. Madrid.

Fondo editorial FHOEMO;1998:39-51.

36- Bravo-Bardaji MF, Mendez-Perez LI, Cuellar-Obispo E, Collado-Torres F,

Jodar CM, Villanueva-Pareja F. Factores pronósticos de incapacidad funcional

en pacientes con fractura de cadera. Rev esp cir ortop traumatol.

2011;55(5):334-339.

37- Samuelsson B, Hedstrom MI, Ponzer S, Soderqvist A, Samnegard E,

Thorngren KG, et al. Gender differences and cognitive aspects on functional

outcome after hip fracture, a 2 years follow-up of 2134 patients. Age and

ageing 2009;38:686-692.

38- Holt G, Smith R, Duncan K, Hutchinson JD, Gregori A. Gender differences in

epidemiology and outcome after hip fracture. J Bone Joint Surg Br.

2008;90:480-483.

39- Haentjens P, Autier P, Barette M, Venken K, Vanderschueren D, Boonen S.

Survival and functional outcome according to hip fracture type: a one year

202

prospective cohort study in elderly women with an intertrochanteric or femoral

neck fracture. Bone 2007;41:958-964.

40- Kitamura SH, Hasegawa Y, Suzuki S, Sasaki R, Iwata H, Wingstrand H, et al.

Functional outcome after hip fracture in Japan. Clin Orthop 1998;348:29-36.

41- Lee D, Jo JY, Jung JS, Kim SJ. Pronostic factors predicting early recovery of

pre- fracture functional mobility in elderly patients with hip fracture. Ann

Rehabil Med 2014;38:827-835.

42- Koval K, Skovron ML, Aharonoff GB, Zuckerman JD. Predictors of functional

recovery after hip fracture in the elderly. Clin Orthop Relat Res 1998;348:22-

28.

43- Reistetter TA, Graham JE, Deutsch A, Markello SJ, Granger CV, Ottenbacher

KJ. Diabetes comorbidity and age influence rehabilitation outcomes after hip

fracture. Diabetes Care 2011;34:1375-1377.

44- Bernardini B, Meinecke C, Pagani M, Grillo A, Fabbrini S, Zaccarini C, et al.

Comorbidity and adverse clinical events in the rehabilitation of older adults

after hip fracture. J Am Geriatr Soc 1995;43:894-898.

45- Lamb SE, Morse RE, Grimley J. Mobility after proximal femoral fracture: the

relevance of leg extensor power, postural sway, and other factors. Age Ageing

1995;24:308-314.

46- Walheim G, Barrios C, Stark A, Brostrom LA, Olsson E. Postoperative

improvement of walking capacity in patients with trochanteric hip fracture: a

prospective analysis 3 and 6 months after surgery. J Orthop Trauma

1990;4:137-143.

47- Koval KJ, Skovron ML, Aharonoff GB, Meadows SE, Zuckerman JD.

Ambulatory ability after hip fracture. Clin Orthop 1995;310:150-159.

48- Van Breukelen AM, Brielsman JC, Knippenberg B, Slaets JP. Assessment of

mobility and dependence following hip fracture surgery. J Am Geriatr Soc

1997;45:119-120.

49- Young Y, Brant L, German P, Kenzora J, Magaziner J. A longitudinal

examination of functional recovery among older people with subcapital hip

fractures. J Am Geriatr Soc 1997;45:288-294.

50- Myers A, Palmer MH, Engel BT, Warrenfeltz DJ, Parker A. Mobility in older

patients with hip fractures: Examining prefracture status, complications, and

203

outcomes at discharge from the acute-care hospital. J Orthop Trauma

1996;10:99-107.

51- Cheng CL, Lau S, Hui PW, Chow SP, Pun WK, et al. Pronostic factors and

progress for ambulation in elderly patients after hip fracture. Arch Phys Med

Rehabil 1989;68:230-233.

52- Beloosesky Y, Epelboym B, Weiss A, Grosman B, Hendel D. Functional gain

of hip fracture patients in different cognitive and functional groups. Clin

Rehabil 2002;16:321-328.

53- Baztan JJ, Fernandez- Alonso M, Aguado R, Socorro A. Resultados al año de

la rehabilitación tras fractura de femur proximal en mayores de 84 años. An

Med Interna (Madrid) 2004;21:433-440.

54- Serra JA, Vidan M, Garcia D, Marañon E, Alvarez L, Moreno A, Garcia-

Delgado I, Ortiz J. Modelo de tratamiento secuencial ortopédico-geriatrico y

rehabilitador en ancianos con fractura de cadera. Rev Esp Geriatr Gerontol

2000;35: (Suppl 1):42.

55- Svensson O, Stromberg L, Ohlen G, Lindgren U. Prediction of the outcomes

after hip fracture in el derly patients. J Bone Joint Surg (Br) 1996;78: 115-118.

56- Eisler J, Cornwall R, Strauss E, Koval K, Siu A, Gilbert M. Outcomes of

elderly patients with nondisplaced femoral neck fractures. Clin Orthop

2002;399:52-58.

57- Kristensen MT. Factors affecting functional prognosis of patients with hip

fracture. Eur J Phys Rehabil Med 2011;47:257-264.

58- Bellelli G, Noale M, Guerini F, Turco R, Maggi S, Crepaldi G, et al. A

pronostic model predicting recovery of walking Independence of elderly

patients after hip fracture surgery: an experiment in a rehabilitation unit in

Northern Italy. Osteoporos Int 2012;23:2189-2200.

59- Hershkovitz A, Kalandariov Z, Hermush V, Weiss R, Brill S. Factors affecting

short- term rehabilitation outcomes of disabled elderly patients with proximal

hip fracture. Arch Phys Med Rehabil 2007;88:916-921.

60- Foss NB, Kristensen MT, Kehlet H. Prediction of postoperative morbidity,

mortality and rehabilitation in hip fracture patients: the cumulated ambulation

score. Clin Rehabil 2006;20:701-708.

61- Dubljanin- Raspopovic E, Markovic Denic L, Marinkovic J, Grajic M,

Tomanovic Vujadinovic S, Bumbasirevic M. Use of early indicators in

204

rehabilitation process to predict one-year mortality in elderly hip fracture

patients. Hip Int 2012;22:661-667.

62- Bateni H, Maki BE. Assistive devices for balance and mobility: benefits,

demands, and adverse consequences. Arch Phys Med Rehabil 2005;86:134-

145.

63- Morghen S, Gentile S, Ricci E, Guerini F, Bellelli G, Trabuchi M. Rehabilitation

of older adults with hip fracture: cognitive function and walking abilities. J Am

Geriatr Soc 2011;59:1497-1502.

64- Hagino T, Ochiai S, Sato E, Watanabe Y, Senga S, Haro H. Pronostic

prediction in patients with hip fracture: risk factors predicting difficulties with

discharge to own home. J Orthop Traumatol 2011;12:77-80.

65- Givens JL, Sanf TB, Marcantonio ER. Functional recovery after hip fracture:

the combined effects of depressive symptoms, cognitive impairment, and

delirium. J Am Geriatr Soc 2008;56:1075-1079.

66- Holmes J, House A. Psychiatric illness predicts poor outcome after surgery

for hip fracture: a prospective cohort study. Psychol Med 2000;30:921-929.

67- Voshaar RC, Banerjee S, Horan M, Baldwin R, Pendleton N, Neil P, et al.

Predictors of incident depression after hip fracture surgery. Am J Geriatric

Psychiatry 2007;15:807-814.

68- Lin PC, Hung SH, Liao MH, Sheen SY, Jong SY. Care needs and level of

care difficulty related to hip fractures in geriatric populations during the post-

discharge transition period. J Nurs Res 2006;14:251-260.

69- Duke RG, Keating JL. An investigation of factors predictive of Independence

in transfers and ambulation after hip fracture. Arch Phys Med Rehabil

2002;83:158-164.

70- Adunsky A, Lusky A, Arad M, Heruti RJ. A comparative study of rehabilitation

outcomes of elderly hip fracture patients: The advantage of a comprehensive

orthogeriatric approach. J Gerontol Med Sci 2003;58:542-547.

71- Finsen V, Borset M, Rossvoll I. Mobility, survival and nursing- home

requirements after hip fracture. Ann Chir Gynaecol 1995;84:291-294.

72- Fox KM, Hawkes WG, Hebel JR, et al. Mobility after hip fracture predicts

health outcomes. J Am Geriatr Soc 1998;46:169-173.

205

73- Fox KM, Felsenthal G, Hebel JR, Zimmerman SI, Magaziner J. A portable

neuromuscular function assessment for studying recovery from hip fracture.

Arch Phys Med Rehabil 1996;77:171-176.

74- Magaziner J, Hawkes W, Hebel JR, Zimmerman SI, Fox KM, Dolan M,

Felsenthal G, Kenzora J. Recovery from hip fracture in eight areas of function.

J Gerontol Med Sci 2000;55:498- 507.

75- Lumbers M, Driver LT, Howland RJ, Older MWJ, Williams CM. Nutritional

status and clinical outcome in elderly female surgical orthopaedic patients.

Clinical Nutrition 1996;15:101-107.

76- Hedstrom M, Ljungqvist O, Cederholm T. Metabolism and catabolism in hip

fracture patients. Acta Orthopaedica 2006;77:741-747.

77- Li H-J, Cheng H-S, Liang J, Wu C-C, Shyu Y-IL. Functional recovery of older

people with hip fracture: does malnutrition makes a difference? Journal of

Advanced Nursing 2013;69:1691-1703.

78- Parker MJ, Gurusamy K. Arthroplasties (with and without bone cement) for

proximal femoral fractures in adults. Cochrane Database Syst Rev

2004;2:CD001706.

79- Parker MJ, Stockton G. Internal fixation implants for intracapsular proximal

femoral fractures in adults. Cochrane Database Syst Rev 2001;4:CD001467.

80- Parker MJ, Blundell C. Choice of implant for internal fixation of femoral neck

fractures: Meta-analysis of 25 randomised trials including 4,925 patients. Acta

Orthop Scand 1998;69:138-143.

81- Tidemark J, Ponzer S, Svensson O. Internal fixation compared with total hip

replacement for displaced femoral neck fractures in the elderly: A randomised

controlled trial. J Bone Joint Surg Br 2003;85:380-388.

82- Keating JF, Grant A, Masson M. Randomized comparison of reduction and

fixation, bipolar hemiarthroplasty, and total hip arthroplasty: treatment of

displaced intracapsular hip fractures in healthy older patients. J Bone Joint

Surg Am 2006;88:249-260.

83- Lorich D, Geller D, Nielson J. Osteoporotic pertrochanteric hip fractures. J

Bone Joint Surg 2004;86:398-410.

84- Garcia S, Plaza R, Popescu D, Estaban PL. Fracturas de cadera en las

personas mayores de 65 años: diagnostico y tratamiento. JANO

2005;1574:23-29.

206

85- Curto Gamallo JM, Ramos Pascua LR, Santos Sanchez JA. Fracturas

pertrocantereas. Metodos e indicaciones terapéuticas. Rev Orthop Traumatol

2003;47:146-155.

86- Banan H, Al- Sabti A, Jimulia T, Hart AJ. The treatment of unstable

extracapsular hip fractures with the AO/ASIF proximal femoral nail (PFN) our

first 60 cases. Injury 2002;33:401-405.

87- Parker MJ, Handoll HH. Gamma and other cephalocondylic intramedullary

nails versus extramedullary implants for extracapsular hip fractures in adults.

Cochrane Database Syst Rev. 2008;16(3):CD000093.

88- Guerado Parra E, Gil Garay E. Fracturas del extremo proximal del femur. En:

Manual SECOT de Cirugia Ortopedica y Traumatologia. Ed. Panamericana

2004:750-763.

89- Boldin C, Seibert FJ, Fankhauser F, Peicha G, Grechenig W, Szyszkowitz R.

The proximal femoral nail (PFN) a minimal invasive treatment of unstable

proximal femoral fractures. A prospective study of 55 patients with a follow-up

of 15 months. Acta Orthop Scand 2003;74:53-58.

90- Donegan DJ, Gay AN, Baldwin K, Morales EE, Esterhai JL, Mehta S. Use of

medical comorbidities to predict complications after hip fracture surgery in the

elderly. J Bone Joint Surg Am 2010;92:807-813.

91- Hartmann B, Junger A, Klasen J, Benson M, Jost A, Banzhaf A, Hempelmann

G. The incidence and risk factors for hypotension after spinal anesthesia

induction: an analysis with automated data collection. Anesth Analg

2002;94:1521-1559.

92- Maxwell L, White S. Anaesthesic management of patients with hip fractures:

an update. Critical Care Pain 2013;13:179-183.

93- Khanna G, Cernovsy J. Bone cement and the implications for anaesthesia.

Critical Care Pain 2012;4:213-216.

94- Kaiser W, Gulielmos V, Hausmann H, Ghalehasadi S. Ergebnisse vor und

nacht einfuhrung einer perioperativen antibiotikaprophylaxe bei

huftgelenkendoprothesen geriatrischer patienten. Unfallchirurgie 1996;:153-

159.

95- Southwell- Keely JM, Russo RR, March L, Cumming R, Cameron I, Brnabic

AJM. Antibiotic prophylaxis in hip fracture surgery: a metaanalysis. Clin Orthop

2004;419:179-184.

207

96- Gould CV, Umscheid CA, Agarwal RK, Kuntz G, Pegues DA. Guideline for

prevention of catheter- associated urinary tract infections. Infect Control Hosp

Epidemiol 2010;31:319-326.

97- Chong CP, Savige JA, Lim WK. Medical problems in hip fracture patients.

Arch Orthop Trauma Surg 2010;130:1355-1361.

98- Lo IL, Siu CW, Tse HF, Lau TW, Leung F, Wong M. Pre- operative pulmonary

assessment for patients with hip fracture. Osteoporos Int 2010;21:S579- 586.

99- Beaupre LA, Jones CA, Saunders LD, Johnston DW, Buckingham J,

Majumdar SR. Best practices for elderly hip fracture patients. A systematic

overview of the evidence. J Gen Intern Med 2005;20:1019-1025.

100- Geerts WH, Bergqvist D, Pineo GF, Heit JA, Samama CM, Lassen MR,

Colwell CW. Prevention of venous thromboembolism. American College of

Chest Physicians Evidence- Based Clinical Practice Guidelines (8th Edition).

Chest 2008;133:S381-S445.

101- Fleisher LA, Beckman JA, Brown KA, Calkins H, Chaikof EL, Fleischmann KE,

et al. ACC/AHA 2007 Guidelines on perioperative cardiovascular evaluation

and care for non-cardiac surgery. J Am Coll Cardiol 2007;50:1707-732.

102- Huddleston JM, Gullerud RE, Smither F, Huddleston PM, Larson DR, Phy MP,

et al. Myocardial infraction after hip fracture repair: a population- based study.

J Am Geriatr Soc. 2012;60:2020-2026.

103- Carpintero P, Caeiro JR, Carpintero R, Morales A, Silva S, Mesa M.

Complications of hip fractures: A review. World J Orthop 2014;5:402-411.

104- Garcia Ramiro S. Valoracion del estado nutritivo del paciente anciano con

fractura de la extremidad proximal del femur: pertrocanterea y subcapital

(Tesis Doctoral). Universidad de Barcelona 1994.

105- Monk TG, Price CC. Postoperative cognitive disorders. Curr Opin Crit Care

2011;17:376-381.

106- Sciard D, Cattano D, Hussain M, Rosenstein A. Perioperative management of

proximal hip fractures in the elderly. The surgeon and the anesthesiologist.

Minerva Anestesiol 2011;77:715-722.

107- Sieber FE, Zakriya KJ, Gottschalk A, Blute MR, Lee HB, Rosenberg PB, et al.

Sedation depth during spinal anesthesia and the development of postoperative

delirium in elderly patients undergoing hip fracture repair. Mayo Clin Proc

2010;85:18-26.

208

108- Donaldson AJ, Thomson HE, Harper NJ, Kenny NW. Bone cement

implantation síndrome. Br J Anaesth 2009;102:12-22.

109- Papaioannou A, Fraidakis O, Michaloudis D, Balalis C, Askitopoulou H.

The impact of the type of anaesthesia on cognitive status and delirium

During the first postoperative days in elderly patients. Eur J Anaesthesiol

2005;22:492-499.

110- Dovjak P, Iglseder B, Mikosch P, Gosch M, Muller E, Pinter G, et al.

Treatment and prevention of postoperative complications in hip fracture

patients. Infections and delirium. Wien Med Wochenschr 2013;163:448-454.

111- Blomfeldt R, Tornkvist H, Ponzer S, Soderqvist A, Tidermark J. Comparison

of internal fixation with total hip replacement for displaced femoral neck

fractures. Randomized controlled trial performed at four years. J Bone Joint

Surg Am 2005;87:1680-1688.

112- Langslet E, Frihagen F, Opland V, Madsen JE, Nordsletten L, Figved W.

Cemented versus uncemented hemiarthroplasty for displaced femoral neck

fractures: 5 year follow-up of a randomized trial. Clin Orthop Relat Res

2014;472:1291-1299.

113- Guerado Parra E, Gil Garay E. Fracturas del extremo proximal del femur.

En: Manual SECOT de Cirugia Ortopedica y Traumatologia. Ed. Medica

Panamericana 2003 Madrid.

114- Pedro A, Tinoco J, Ruiz A, Moreno E, Flor F, Fontecha B. Puesta en marcha

de una Unidad de Ortogeriatria en un hospital de segundo nivel.

Resultados clínicos y funcionales a corto y medio plazo. Rehabilitacion

(Madr) 2015;49:230-239.

115- Cameron H, Brotzman SB. Artrosis de la extremidad inferior. Capitulo 6.

425-57. En: Rehabilitacion Ortopedica Clinica. Brotzman SE, Wilk KE. 2ª

Ed. Mosby 2005.

116- Davis TRC, Sher JL, Horsman A, Simpson M, Porter BB, Checketts RG.

Intertrochanteric femoral fractures. Mechanical failure after internal fixation. J

Bone Joint Surg 1990;72:26-31.

117- Albareda Albareda J, Lasierra Sanroman JM, Sanchez Gimeno M, Bello

Nicolau ML, Palanca Martin D, Seral Iñigo F. El clavo gamma en las

fracturas proximales de femur. Rev Esp Cir Osteoart 1992;27:1-6.

209

118- Fierens J, Broos PL. Quality of life after hip fracture surgery in the elderly.

Acta Chir Belg 2006;106:393-396.

119- Boonen S, Autier P, Barette M. Functional outcome and quality of life

following hip fracture in elderly women: a prospective controlled study.

Osteoporos Int 2004;15:87-94.

120- Tidemark J. Quality of life and femoral neck fractures. J Acta Orthop Scand

Suppl. 2003;74:1-42.

121- Moreno JA, Garcia I, Serra JA, Nuñez C, Bellon JM, Alvarez A. Estudio

comparativo de dos modelos de rehabilitación en las fracturas de cadera.

Rehabilitacion (Madr). 2006;40:123-131.

122- Mahoney FI, Barthel DW. Functional evaluation: The barthel index. Md State

Med J. 1965;14:61-65.

123- Shah S, Vanclay F, Cooper B. Improving the sensitivity of the barthel index

for stroke rehabilitation. J Clin Epidemiol 1989;42:703-709.

124- Valderrama E, Damian J, Guallar E, Rodriguez L. Previous disability as

a predictor of outcome in a geriatric rehabilitation unit. J Gerontol Med.

1998;53:405-409.

125- Heinemann AW, Roth EJ, Cichowski K, Betts HB. Multivariate analysis of

improvement and outcome following stroke rehabilitation. Arch Neurol

1987;44(11):1167-1172.

126- Research Foundation State University of New York. Guide for use

of the uniform data set for Rehabilitation. New York: University of New

York, 1991.

127- Holden MK, Gill KM, Magliozzi MR, Nathan J, Piehl- Baker L. Clinical gait

assessment in the neurologically impaired. Reliability and Meaningfulness.

Phys Ther 1984;64:35-40.

128- EuroQol Group. EuroQol a new facility for the measurement of health

- related quality of life. Health policy 1990;16:199-208.

129- Folstein MF, Folstein S, McHugh P. “Mini Mental State”. A practical method

for grading the cognitive state of patients for the clinician. Journal of

Psychiatric Research 1975;12:189-198.

130- Charlson ME, Pompei P, Ales KL, Mckenzie CR. A new method of

classifying prognostic comorbidity in longitudinal studies: Development and

validation. J Chronic Dis 1987;40:373-383.

210

131- Guigoz Y, Vellas B, Garry PJ. Mini nutritional assessment: A practical

assessment tool for grading the nutritional state of elderly patients.

Gerontology 1994;2:15-59.

132- Rostagno C, Buzzi R, Campanazzi D, Boccacini A, Cartei A, Virgili G, et al.

In hospital and 3-month mortality and functional recovery rate in patients

treated for hip fracture by a multidisciplinary team. PLoS ONE

2016;11(7):e0158607.doi:10.1371/journal.pone.0158607.

133- Prestmo A, Hagen G, Sletvold O, Helbostad JL, Thingstad P, Taraldsen K, et

al. Comprehensive geriatric care for patients with hip fractures: a

prospective, randomised, controlled trial. Lancet 2015;385:1623-1633.

134- Mesa- Lampre MP, Canales- Cortes V, Castro-Vilela ME, Clerencia- Sierra

M. Puesta en marcha de una unidad de ortogeriatria. Rev Esp Cir Ortop

Traumatol. 2015;59:429-438.

135- Fernandez- Moyano A, Fernandez- Ojeda R, Ruiz-Romero V, Garcia-Benitez

B, Palmero- Palmero C, Aparicio-Santos R. Comprehensive care program for

elderly patients over 65 years with hip fracture. Rev Clin Esp (Barc)

2014;214(1):17-23.

136- Suarez M, Arean J, Fernandez N, Variables asociadas a mejora funcional

medida con el índice de Montebello en pacientes con fractura de cadera

ingresados en una unidad de ortogeriatria. Rehabilitacion (Madr).

2015;49(1):23-29.

137- Beaupre LA, Carson JL, Noveck H, Magaziner J. Recovery of walking ability

and return to community living within 60 days of hip fracture does not differ

between male and female survivors. JAGS 2015;63(8):1640-1644.

138- Fox KM, Magaziner J, Hebel JR, et al. Intertrochanteric versus femoral neck

hip fractures: differential characteristics, treatment, and sequelae. J Gerontol

A Biol Sci Med Sci 1999;54:635-640.

139- Gjertsen JE, Baste V, Fevang JM, Furnes O, Engesaeter LB. Quality of life

following hip fractures: results from the Norwegian hip fracture register. BMC

Musculoskeletal Disorders 2016;17:265 DOI 10.1186/s12891-016-1111-y.

140- Pioli G, Lauretani F, Pelliciotti F, Pignedoli P, Bendini C, Davoli ML, et al.

Modifiable and non-modifiable risk factors affecting walking recovery after hip

fracture. Osteoporos Int 2016;27:2009-2016.

211

141- Prestmo A, Saltvedt I, Helbostad JL, Taraldsen K, Thingstad P, Lydersen S,

et al. Who benefits from orthogeriatric treatment? Results from the

Trondheim hip-fracture trial. BMC Geriatrics 2016;16:49 DOI

10.1186/s12877-016-0218-1.

142- Sugeno N, Goto A, Yasumura S, Kikuchi S. Quality of life in postoperative

Japanese hip fracture patients: a hospital-based prospective study. Arch

Osteoporos 2008;3:7-15

143- Beaupre LA, Binder EF, Cameron ID, Allyson Jones C, Orwig D,

Sherrington C, et al. Maximising functional recovery following hip fracture in

frail seniors. Best Practice & Research Clinical Rheumatology 2013;27:771-

788.

144- McGilton KS, Chu CH, Naglie G, van Wyk PM, Stewart S, Davis AM.

Factors influencing outcomes of older adults after undergoing Rehabilitation

for hip fracture. JAGS 2016;64:1601-1609.

145- Leibson CI, Tosteson AN, Gabriel SE, Ransom JE, Melton LJ. Mortality,

disability, and nursing home use for persons with and without hip fracture: a

population-based study. J Am Geriatr Soc 2002;50:1644-1650.

146- Tarazona- Santabalbina FJ, Belenguer-Varea A, Rovira-Daudi E, Salcedo-

Mahiques E, Cuesta-Peredo D, Domenech-Pascual JR, et al. Early

interdisciplinary hospital intervention for elderly patients with hip fractures-

functional outcome and mortality. Clinics 2012;67:547-555.

147- Nordstrom P, Michaelsson K, Hommel A, Norrman PO, Thorngren KG,

Nordstrom A. Geriatric rehabilitation and discharge location after hip fracture

in relation to the risk of death and readmission. JAMDA 2016;17:91.e1-

91.e7.

148- Pareja-Sierra T, Rodriguez-Solis J, Alonso-Fernandez P, Torralba-

Gonzalez de Suso M, Hornillos-Calvo M. Intervencion geriátrica en el

anciano ingresado por fractura de cadera en el Hospital Universitario de

Guadalajara: repercusión clínica, asistencial y económica. Rev Esp Geriatr

Geriontol 2016, http://dx.doi.org/10.1016j.regg.2016.02.001

149- Ortiz FJ, Vidan M, Marañon E, Alvarez L, Evolucion prospectiva de un

programa de intervención geriátrica interdisciplinaria y secuencial en la

recuperación funcional del anciano con fractura de cadera. Trauma Fund

Mapfre 2008;19:13-21.

212

150- Uriz- Otano F, Uriz-Otano JI, Malafarina V. Factors associated with short-

term functional recovery in elderly people with a hip fracture. Influence of

cognitive impairment. JAMDA 2015;16:215-220.

151- Young Y, Xiong K, Pruzek RM. Longitudinal functional recovery after

postacute rehabilitation in older hip fracture patients: the role of cognitive

impairment and implications for long term care. J Am Med Dir Assoc

2011;12:431-438.

152- Nho JH, Lee YK, Kim YS, Ha YC, Suh YS, Koo KH. Mobility and one year

mortality of stroke patients after hip fracture surgery. J Orthop Sci

2014;19:756-761.

153- Gonzalez- Montalvo JI, Alarcon T, Hormigo-Sanchez AI. ¿Por qué fallecen

los pacientes con fractura de cadera? Med Clin (Barc) 2011;137:355-360.

154- Gonzalez-Montalvo JI, Gotor-Perez P, Martin-Vega A, Alarcon-Alarcon T,

Mauleon- Alvarez de Linera JL, Gil-Garay E, et al. La unidad de ortogeriatria

de agudos. Evaluacion de su efecto en el curso clínico de los pacientes con

fractura de cadera y estimación de su impacto económico. Rev Esp Geriatr

Geriontol 2011;46:193-199.

155- Nordstrom P, Gustafson Y, Michaelson K, Nordstrom A. Length of hospital

stay after hip fracture and short term risk of death after discharge: A total

cohort study in Sweden. BMJ 2015;350:h696.

156- Seitz DP, Gill SS, Austin PC, Bell CM, Anderson GM, Gruneir A, et al.

Rehabilitation of older adults with dementia after hip fracture. JAGS

2016;64:47-54.

157- Hanger HC, Smart EJ, Merrilees MJ, Frampton CM. The prevalence of

malnutrition in elderly hip fracture patients. New Zealand Medical Journal

1999;112:88-90.

158- Ponzer S, Tidermark J, Brismar K, Soderqvist A, Cederholm T. Nutritional

status, insulin-like growth factor-1 and quality of life in elderly women with hip

fractures. Clinical Nutrition 1999;18:241-246.

159- Akner G, Cederholm T. Treatment of protein- energy malnutrition in chronic

non-malignant disorders. American Journal of Clinical Nutrition 2001;74:6-24.

160- Nematy M, Hickson M, Brynes AE, Ruxton CH, Frost GS. Vulnerable

patients with a fractured neck of femur: nutritional status and support in

hospital. J Human Nutr Diet 2006;19:209-218.

213

161- Avenell A, Smith TO, Curtain JP, Mak JCS, Myint PK. Nutritional

supplementation for hip fracture aftercare in older people. Cochrane

Database Systematic Reviews 2016;11:CD001880.

162- Hoekstra JC, Goosen JHM, de Wolf GS, Verheyen CCPM. Effectiveness of

multidisciplinary nutritional care on nutritional intake, nutritional status, and

quality of life in patients with hip fractures: a controlled prospective cohort

study. Clin Nutr 2011;30:455-461.

163- Bardales-Mas Y, Gonzalez-Montalvo JI, Abizanda-Soler P, Alarcon-Alarcon

MT. Guias clínicas de fractura de cadera. Comparacion de sus principales

recomendaciones. Rev Esp Geriatr Geriontol 2012;47:220-227.

164- Belmonte-Martinez R, Muniesa-Portoles JM, Duarte-Oller E, Orient-Lopez

F, Escalada-Recto F. Nivel funcional tras ingreso en Rehabilitacion en 552

pacientes con fractura de cadera. Rehabilitacion (Madr). 1998;32:149-156.

165- Dolan MM, Hawkes WG, Zimmermann SI, Morrison RS, Gruber-Baldini AL,

Hebel JR. Delirium on hospital admission in aged hip fracture patients:

prediction of mortality and 2-year functional outcomes. J Gerontol A Biol Sci

Med Sci 2000;55:527-534.

166- Ulucay C, Eren Z, Kaspar EC, Ozler T, Yuksel K, Kantarci G, et al. Risk

factors for acute kidney injury after hip fracture surgery in the elderly

individuals. Geriatr Orthop Surg Rehabil 2012;3:150-156.

167- Ariza J, Euba G, Murillo O. Infecciones relacionadas con las protesis

articulares. Enferm Infecc Microbiol Clin 2008;26:380-390.

168- Dyer SM, Crotty M, Fairhall N, Magaziner J, Beaupre LA, Cameron ID, et al.

A critical review of long-term disability outcomes following hip fracture. BMC

Geriatrics 2016;16:158.

169- Beaupre LA, Cinats JG, Senthilsevan A, Scharfenberger A, Johnston DW,

Saunders LD. Does standardized rehabilitation and discharge planning

improve functional recovery in elderly patients with hip fracture? Arch Phys

Med Rehabil 2005;86:2231-2239.

170- Tosteson AN, Gabriel SE, Grove MR, Moncur MM, Kneeland TS, Melton LJ.

Impact of hip and vertebral fractures on quality- adjusted life years.

Osteoporos Int 2001;12:1042-1049.

214

171- Beaupre LA, Cinats JG, Jones CA, Scharfenberger A, Johnston DW, ,

Senthilselvan A, et al. Does functional recovery in elderly hip fracture

patients differ between patients admitted from long-term care and the

community? J Gerontol Series A Biol Sci Med Sci. 2007;62:1127-1133.

172- Norton R, Butler M, Robinson E, Lee-Joe T, Campbell AJ. Declines in

physical functioning attributable to hip fracture among older people: a follow

up study of case-control participants. Disabil Rehabil 2000;22:345-351.

173- Vochteloo AJ, Moerman S, Tuinebreijer WE, Maier AB, De Vries MR, Bloem

RM, et al. More than half of hip fracture patients do not regain mobility in the

first postoperative year. Geriatr Gerontol Int 2013;13:334-341.

174- Thingstad P, Taraldsen K, Saltvedt I, Sletvold O, Verejken B, Lamb SE, et

al. The long-term effect of comprehensive geriatric care on gait after hip

fracture: The Trondheim hip fracture trial- a randomised controlled trial.

Osteoporos Int 2016;27:933-942.

175- Palombaro KM, Craik RL, Mangione KK, Tomlinson JD. Dertermining

meaningful changes in gait speed after hip fracture. Phys Ther 2006;86:809-

816.

176- Hollman JH, Beckman BA, Brandt RA, Merriwether EN. Minimum detectable

change in gait velocity during acute rehabilitation. Journal of Geriatric

Physical Therapy 2008;31:53-56.

177- Alley DE, Hicks GE, Shardell M, Hawkes W, Miller R, Craik RL, et al.

Meaningful improvement in gait speed in hip fracture recovery. JAGS

2011;59:1650-1657.

178- Jung H-Y, Trivedi AN, Grabowski DC, Mor V. Does more therapy in skilled

nursing facilities lead to better outcomes in patients with hip fracture? Phys

Ther 2016;96:81-89.

179- Baztan JJ, Hornillos M, Gonzalez- Montalvo JI. Encuesta sobre la

estructura y actividad de las unidades geriátricas de media estancia y

convalecencia en España. Rev Esp Geriatr Gerontol 2000;35:61-76.

180- De Ory Lopez E. Factores que influyen en la evolución y el pronostico

funcional de pacientes con fractura de cadera en la unidad de recuperación

funcional de un hospital de media estancia. Tesis Doctoral 2015. Universidad

Complutense de Madrid.

215

181- Peeters CMM, Visser E, Van de Ree CLP, Gosens T, Den Oudsten BL, De

Vries J. Quality of life after hip fracture in the elderly: A systematic literature

review. Injury, Int J Care Injured 2016;47:1369-1382.

182- Griffin XL, Parsons N, Achten J, Fernandez M, Costa ML. Recovery of

health-related quality of life in a United Kingdom hip fracture population.

Bone Joint J 2015;97-B:372-382.

183- Konig HH, Heider D, Lehnert T, Riedel- Heller SG, Angermeyer MC,

Matschinger H, et al. ESEMeD/MHEDEA 2000 investigators. Health status of

the advanced elderly in six european countries: results from a representative

survey using EQ-5D and SF-12. 2010 Health Qual Life Outcomes.8:143.

184- Buecking B, Struewer J, Waldermann A, Hortsmann K, Schubert N, Balzer-

Geldsetzer M, et al. What determines health related quality of life in hip

fracture patients at the end of acute care? A prospective observational study.

Osteoporos Int 2014;25:475-484.

185- Shyu Y-I, Liang J, Tseng M-Y, Li H-J, Wu C-C, Cheng H-S, et al.

Comprehensive and subacute care interventions improve health-related

quality of life for older patients after surgery for hip fracture: A randomised

controlled trial. International Journal of Nursing Studies 2013;50:1013-1024.

186- Moerman S, Vochteloo AJH, Tuinebreijer WE, Maier AB, Mathijssen NMC,

Nelissen RGHH. Factors associated with the course of health-related quality

of life after hip fracture. Arch Orthop Trauma Surg 2016;136:935-943.

187- Gjertsen JE, Vinje T, Lie SA, Engesaeter LB, Havelin LI, Furnes O, et al.

Patient satisfaction, pain, and quality of life 4 months after displaced femoral

neck fractures: a comparison of 663 fractures treated with internal fixation

and 906 with bipolar hemiarthroplasty reported to the Norwegian hip fracture

register. Acta Orthop 2008;79:594-601.

188- Tidermark J, Ponzer S, Carlsson P, Soderqvist A, Brismar K, Tengstrand B,

et al. Effects of protein rich supplementation and nandrolone in lean elderly

women with femoral neck fractures. Clin Nutr 2004;23:587-596.

189- Van Balen R, Essink-Bot ML, Steyerberg EW, Cools HJM, Habbema JDF.

Quality of life after hip fracture: a comparison of four health status measures

in 208 patients. Disabil Rehabil 2003;27:507-519.

216

190- Sylliaas H, Thingstad P, Wyller TB, Helbostad J, Sletvold O, Bergland A.

Pronostic factors for self-rated function and perceived health in patient living

at home three months after a hip fracture. Disabil Rehabil 2012;34:1225-

1231.

191- Rohde G, Haugeberg G, Mengshoet AM, Moum T, Wahl AK. Two-year

changes in quality of life in elderly patients with low-energy hip fractures. A

case control study. BMC Musculoskeletal Disorders 2010;11:226.

192- Neuman MD, Silber JH, Magaziner JS, Passarella MA, Mehta S, Werner

RM. Survival and functional outcomes after hip fractures among nursing

home residents. JAMA Intern Med 2014;174:1273-1280.

193- Borgquist L, Ceder L, Thorngren KG. Function and social status 10 years

after hip fracture. Prospective follow-up of 103 patients. Acta Orthop Scand

1990;61:404-410.

194- Carmeli E, Feazadeh A, Sheklow SL. Relating quality of life and social

outcomes in elderly patients after hip fracture. Int J Dis Human Dev

2005;4:91-94.

195- Landeiro F, Leal J, Gray AM. The impact of social isolation on delayed

hospital discharges of older hip fracture patients and associated costs.

Osteoporos Int 2016;27:737.

196- Howell J, Xu M, Duncan CP, Masri BA, Garbuz DS. A comparison between

patient recall and concurrent measurement of preoperative quality of life

outcome in total hip arthroplasty. J Arthroplasty 2008;23:843-849.

197- Lingard EA, Wright EA, Sledge CB. Pitfalls of using patient recall to derive

preoperative status in outcome studies of total knee arthroplasty. J Bone

Joint Surg Am 2008;83-A:1149-1156.

198- Ireland AW, Kelly PJ, Cumming RG. Associations between hospital-based

rehabilitation for hip fracture and two years outcome for mortality and

independent living: An Australian database study of 1724 elderly community-

dwelling patients. J Rehabil Med 2016;48:625-631.

217

XI. ANEXOS

218

219

ANEXO I.

FORMULARIO DE RECOGIDA DE DATOS

- Nombre…………………………………………………………NHC……………… - Edad…… Sexo……. E.Civil S / SEP / VIU /CAS. - RESID DOM / INST CONVIVENCIA SOL/ FAM/ CUIDr/ INS. - TIPO FX. EXTRACAPSULAR: PERTROCANTEREA. SUBTROCANTEREA. INTRACAPSULAR: SUBCAPITAL. - TIPO QX. PROTESIS PARCIAL/ TOTAL. (cementada/ No) ENCLAVADO. - INDICE COMORBILIDAD CHARLSON . ………………. - BARTHEL PRE-FX……. INGRESO…… ALTA……… 1MES……. - FIM PRE-FX…….. INGRESO…… ALTA……. 1 MES……. - MMSE PRE- FX…… INGRESO…… ALTA……. 1 MES…….. - EUR-QOL 5D PRE-FX……… INGRESO……. ALTA…….. 1 MES…….. - EUROQOL-VAS PRE-FX……. INGRESO……. ALTA…….. 1 MES…….

Albúmina......... Proteinas Tot........ MNA.......

COMPLICACIONES MEDICAS DURANTE INGRESO:…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………

I. Montebello.......... I. Eficacia............ I. Eficiencia..........

Vel. Marcha............

- Nº DIAS ESTANCIA UME………… Nº SESIONES RHB………………………

220

TIEMPO (DIAS) DESDE IQ A RHB...........

ANEXO II.

CONSENTIMIENTO INFORMADO

Estudio : FASE EXPERIMENTAL EN EL CONTEXTO DEL PROYECTO:

“Funcionalidad y calidad de vida en pacientes ancianos intervenidos de

fractura de cadera “.

Investigador Principal. Manuel Raimundo Bayón Calatayud.

Yo…………………………………………………………………………(Nombre y

apellidos)

He leído la hoja de información que se me ha entregado.

He podido hacer preguntas sobre el estudio.

He recibido suficiente información sobre el estudio.

He hablado con el investigador, Manuel Bayón Calatayud.

Comprendo que mi participación es voluntaria.

Comprendo que puedo retirarme del estudio:

Cuando quiera

Sin tener que dar explicaciones

Sin que esto repercuta en mis cuidados médicos

Presto libremente mi conformidad para participar en el ensayo.

Fecha DNI Firma del participante

221

ANEXO III.

REVOCACION DEL CONSENTIMIENTO INFORMADO

Estudio : FASE EXPERIMENTAL EN EL CONTEXTO DEL PROYECTO:

“Funcionalidad y calidad de vida en pacientes ancianos intervenidos de

fractura de cadera “.

Investigador Principal. Manuel Raimundo Bayón Calatayud.

Yo…………………………………………………………………………(Nombre y

apellidos)

Por este conducto deseo informar mi decisión de retirarme de este protocolo de

investigación por las siguientes razones (apartado opcional)

…………………………………………………………………………………………………

…………………………………………………………………………………………………

…………………………………………………………………………………………………

………………………………………………………

Firma del participante (o familiar designado) y DNI

…………………………………..

Fecha………………………

222

ANEXO IV

CONSENTIMIENTO INFORMADO ORAL ANTE TESTIGO

REHABILITACION EN ANCIANOS CON FRACTURA DE CADERA INTERVENIDA

: FUNCIONALIDAD Y CALIDAD DE VIDA .

Para satisfacción de los Derechos del Paciente, como instrumento favorecedor del correcto uso de los procedimientos Diagnósticos y Terapéuticos, y en cumplimiento de la Ley General de Sanidad. Yo, D/Dña……………………………………………………………………………, como testigo del paciente, en pleno uso de mis facultades, libre, y voluntariamente, EXPONGO: Que el paciente ha sido debidamente informado/a por D/Dña……………………………………………………………………………., en entrevista personal realizada el día………………………., de que se va a efectuar un tratamiento de Rehabilitación mediante ejercicios de fisioterapia y terapia ocupacional a fin de intentar conseguir una mayor recuperación motora y funcional del miembro inferior que ha sido intervenido quirúrgicamente como consecuencia de una fractura de cadera. Que ha recibido explicaciones, sobre la naturaleza y propósitos del procedimiento, beneficios, riesgos, alternativas, y medios con que cuenta el hospital para su realización, habiendo tenido ocasión de aclarar las dudas que me han surgido. Que ha entendido que este programa de ejercicios no está indicado en personas con enfermedad psiquiátrica o demencia graves no tratadas, cardiopatías sintomáticas inestables, agudas, y no controladas( insuficiencia cardiaca, angina, infarto, arritmias), hipertensión maligna no controlada, cáncer activo ó metastasis, amputaciones múltiples de miembros, y declara no presentar estas condiciones patológicas MANIFIESTO: Que el paciente ha entendido y está satisfecho de todas las explicaciones y aclaraciones recibidas sobre el tratamiento médico citado Y OTORGO MI FIRMA COMO TESTIGO para que sea realizado este tratamiento. Y, para que así conste, firmo el presente documento Toledo, a , de de Nº del DNI y Firma del testigo Firma del informante

223

ANEXO V

HOJA DE INFORMACION AL PACIENTE

PROYECTO DE INVESTIGACION

REHABILITACION EN ANCIANOS CON FRACTURA DE CADERA

INTERVENIDA: FUNCIONALIDAD Y CALIDAD DE VIDA

Investigador Principal: Manuel Raimundo Bayón Calatayud. Facultativo

Especialista de Area – Servicio de Rehabilitación. Complejo Hospitalario de Toledo.

Tfno. 925269300 (Ext-49749/49750). 925269202.

E-mail: [email protected]

Introducción: Nos dirigimos a usted para informarle sobre un estudio de

investigación en el que se le invita a participar. El estudio incluye pacientes

intervenidos de fractura de cadera. Nuestra intención es que reciba la información

correcta y suficiente para poder juzgar si desea o no participar en este estudio. Para

ello lea atentamente esta hoja informativa y nosotros le aclararemos cuántas dudas

le surjan, pudiendo consultar con las personas que considere oportuno.

Participación: Su participación en este estudio es voluntaria, teniendo la posibilidad

de retirarse del mismo en cualquier momento, sin que ello afecte la relación médico-

paciente, ni se produzca perjuicio alguno en su tratamiento. Objetivo del Estudio:

El objetivo que se pretende es estudiar la eficacia de un programa de Rehabilitacion

realizado por usted en la Unidad de Media Estancia del Hospital Virgen del Valle

para alcanzar una mayor recuperación funcional y mejorar su calidad de vida . Para

ello se tendrán en cuenta variables como el tipo de fractura y de intervención

quirúrgica al que se ha sometido, su estado cognitivo, funcional y de calidad de vida

previo a la fractura. Procedimiento del Estudio: Usted será valorado/a en planta

por el medico especialista en Rehabilitación. El médico que le valore le realizará una

encuesta para recoger datos sobre su situación cognitiva, funcional y calidad de vida

previas a la fractura . Se le prescribirá un programa de ejercicios de fisioterapia y

terapia ocupacional que realizará usted diariamente en las áreas de tratamiento de

Rehabilitación . En el momento del alta hospitalaria el medico volverá a recoger una

serie de datos sobre su estado funcional y su percepción de calidad de vida. Se le

dara una cita para revisión para acudir a consulta externa de Rehabilitación en el

224

plazo de 1 mes tras el alta hospitalaria. En ese momento el médico volverá a

realizar una valoración de su situación funcional y le preguntara sobre su percepción

de mejoría o no de su calidad de vida. Responsabilidades del paciente: Deberá

cumplir con los procedimientos y asistir de forma puntual a las sesiones de

tratamiento y a la realización de las pruebas pertinentes. En caso de seguir

tratamiento médico habitual nos lo comunicará así como los posibles cambios de

medicación. Seguirá las instrucciones del terapeuta durante la realización de todos

los procedimientos. Notificará a los responsables médicos del estudio cualquier

evento adverso que le suceda durante la realización del mismo, pudiendo ser

excluido si se considerara oportuno. En caso de exclusión recibirá adecuada

explicación del motivo de su retirada del estudio. Riesgos e Inconvenientes

predecibles: Durante los ejercicios de la terapia, o en la fase de carga parcial o total

del miembro inferior afectado pueden aparecer como efectos adversos dolor

articular o muscular. Este tipo de ejercicios no está indicado en personas con

enfermedades cardiacas agudas, graves, inestables, sintomáticas y no controladas,

cáncer activo y metástasis con afectación del estado general del paciente,

enfermedad psiquiátrica o demencia graves y no tratadas, o cualquiera otro proceso

que impida la colaboración necesaria para la realización de la terapia. Beneficios

esperados: Se espera que usted se beneficie de este tratamiento de Rehabilitacion

para mejorar su calidad de vida disminuyendo la discapacidad originada tras la

fractura de cadera.

Confidencialidad: El tratamiento, comunicación, y cesión de datos de carácter

personal, se ajustará a lo dispuesto en la ley Orgánica 15/1999, de 13 de Diciembre

de protección de datos de carácter personal. Usted puede ejercer los derechos de

acceso, modificación, oposición, y cancelación de datos, dirigiéndose al medico

coordinador de este estudio. Los datos recogidos para el estudio estarán

identificados mediante código y sólo el medico coordinador y los terapeutas del

estudio podrán relacionar dichos datos con usted y su historia clínica. El comité ético

de investigación clínica, monitor, auditor, inspectores tendrán acceso a la historia

clínica del paciente para la verificación de los datos y procedimientos del ensayo

clínico. Los registros identificativos del paciente serán confidenciales. En caso de

publicación de resultados, la identificación de los pacientes se mantendrá

confidencial

225

ANEXO VI.

226

ANEXO VII.

227

ANEXO VIII.

CLASIFICACION DE AMBULACION FUNCIONAL

(FUNCTIONAL ASSESSMENT CLASIFICATION)

GRADO O

No camina o deambulación no funcional

GRADO 1

Camina con gran ayuda física de una persona

GRADO 2

Camina con ligero contacto físico de una persona

GRADO 3

Camina con supervisión, sin contacto físico, por terreno llano

GRADO 4

Camina independiente, sin supervisión, en llano, con o sin ayudas

técnicas, pero no salva escaleras

GRADO 5

Camina independiente en llano y salva escaleras.

228

ANEXO IX.

CLASIFICACION DE AMBULACION ASISTIDA

GRADO O

No deambulantes

GRADO 1

Caminan con andador de patas y no salvan escaleras

.

GRADO 2

Caminan con andador de ruedas y salvan escaleras

GRADO 3

Caminan con 2 bastones y salvan escaleras

GRADO 4

Caminan con 1 bastón y salvan escaleras

GRADO 5

Caminan independiente sin ayudas técnicas en llano y

salvan escaleras.

229

ANEXO X.

230

ANEXO X.

231

ANEXO XI.

232

ANEXO XII.

INDICE DE COMORBILIDAD DE CHARLSON

INFARTO DE MIOCARDIO……………………………………….. 1 punto. (Debe existir evidencia en la historia clínica que el paciente ha estado hospitalizado por este motivo, o bien debe haber evidencia que existieron cambios enzimáticos y/o electrocardiográficos) INSUFICIENCIA CARDIACA……………………………………… 1 punto. (Debe existir historia de disnea de esfuerzo y/o signos de insuficiencia cardiaca a la exploración física que respondio favorablemente al tratamiento con digital, diuréticos o vasodilatadores. Los pacientes que estén tomando estos tratamientos, pero no se pueda constatar que haya habido mejoría clínica de los síntomas y/o signos, no serán incluidos) ENFERMEDAD ARTERIAL PERIFERICA………………………..1 punto. (Incluye pacientes con claudicación intermitente, intervenidos de by-pass arterial periférico, con isquemia arterial aguda y aquellos con aneurisma de aorta torácica o abdominal de > 6 cm de diámetro). ENFERMEDAD CEREBROVASCULAR…………………………..1 punto. (Incluye pacientes con AVC con minimas secuelas o AVC transitorios) DEMENCIA…………………………………………………………...1 punto. (Pacientes con evidencia en historia clínica de deterioro cognitivo crónico) ENFERMEDAD RESPIRATORIA CRONICA……………………..1 punto. (Debe existir evidencia en la historia clínica, la exploración física y las exploraciones complementarias de cualquier enfermedad respiratoria crónica, incluyendo EPOC y asma). ENFERMEDAD DEL TEJIDO CONECTIVO……………………....1 punto. (Incluye lupus, polimiositis, enfermedad mixta, polimialgia reumática, arteritis de células gigantes y artritis reumatoide). ULCERA GASTRODUODENAL…………………………………….1 punto. (Incluye pacientes que han recibido tratamiento por ulcus y los que sangraron por ulceras). HEPATOPATIA CRONICA LEVE…………………………………..1 punto. (Sin evidencia de hipertensión portal, incluye a pacientes con hepatitis crónica) DIABETES…………………………………………………………….1 punto. (Incluye los pacientes tratados con insulina o hipoglucemiantes, pero sin complicaciones tardías). HEMIPLEJIA…………………………………………………………..2 puntos. (Evidencia de hemiplejia o paraplejia como consecuencia de un AVC o de otra condición). INSUFICIENCIA RENAL CRONICA MODERADA/SEVERA……2 puntos. (Incluye pacientes en diálisis, o bien con creatininas > 3mg/dl objetivadas de forma repetida y mantenida). DIABETES CON LESION EN ORGANOS DIANA……………….2 puntos. (Evidencia de retinopatía, neuropatía, o nefropatía, se incluyen también antecedentes de cetoacidosis o descompensación hiperosmolar). TUMOR O NEOPLASIA SOLIDA…………………………………..2 puntos. (Pacientes con cáncer pero sin metástasis). LEUCEMIA……………………………………………………………2 puntos. (Incluye leucemia mieloide crónica, leucemia linfática crónica, policitemia vera, otras leucemias crónicas, y todas las leucemias agudas). LINFOMA……………………………………………………………..2 puntos. (Todos los linfomas, Waldestrom, y mieloma). HEPATOPATIA CRONICA MODERADA- SEVERA……………3 puntos. (Con evidencia de hipertensión portal, ascitis, varices esofágicas o encefalopatía). TUMOR O NEOPLASIA SOLIDA CON METASTASIS………...6 puntos. SIDA DEFINIDO……………………………………………………..6 puntos (No incluye portadores). PUNTUACION TOTAL……………………

233

ANEXO XIII

MINI NUTRITIONAL ASSESSMENT

A. ¿Ha perdido el apetito?, ha comido menos por falta de apetito, problemas

digestivos, dificultades de masticación, o deglución en los últimos 3 meses?

0= ha comido mucho menos.

1= ha comido menos

2= ha comido igual

B. Perdida reciente de peso (Menos de 3 meses)

0= perdida de peso mayor de 3 kg

1= no lo sabe

2= pérdida de peso entre 1- 3 Kg

3= no ha habido perdida de peso

C. Movilidad

0= de la cama al sillón

1= autonomía en el interior

2= sale del domicilio

D. ¿Ha tenido una enfermedad aguda o situación de stress psicológico

en los últimos 3 meses?

0= si

2= no.

E. Problemas neuropsicológicos

0= demencia o depresión grave

1= demencia moderada

2= sin problemas psicológicos

F 1. IMC (Indice de masa corporal= peso kg/ (talla m)2.

0= IMC <21

1= 21< IMC< 23.

2= IMC > 23

F 2. Circunferencia de pantorrilla en cm solo si IMC no disponible.

0= CP< 31

3= CP> 31

12- 14 ptos = Estado nutricional Normal.

8- 11 ptos. = Riesgo de Malnutricion.

0- 7 ptos. = Malnutricion

234

ANEXO XIV

DICTAMEN DEL COMITÉ ETICO DE INVESTIGACION CLINICA (CEIC)

DEL AREA SANITARIA DE TOLEDO

235