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32 Cultura|s La Vanguardia Miércoles, 11 mayo 2011 EN DIRECTO PERE GUIXÀ La estatua de Colón, con su amplio grupo escultórico –alambique de fi- nancieros, militares y vicarios–, ci- fraba el inicio de este paseo que de- be considerarse de ida y vuelta, también de autores locales cruzan- do el Atlántico. Recuperar a Ra- mon Vinyes no es ocioso, y más aún porque, aparte de ser “el sabio catalán” de García Márquez, “el hombre que ha leído todos los li- bros”, su obra es perdurable. Ni tampoco echar un vistazo a la plé- tora de escritores que fueron a va- rios países de Sudamérica tras la Guerra Civil, y que por cierto tuvie- ron la suerte de que en muchos paí- ses se hizo una criba que sólo dejó pasar a profesionales liberales. Via- je de un lado y de otro, por tanto, y la ruta enfatizaba este periplo cir- cular. Un momento divertido –volvien- do a Vinyes y García Márquez– fue cuando, pasando por el paseo de Isabel II, Joan Rodríguez, uno de los actores que amenizaban la ca- minata, leyó el consejo literario que, tras ojear uno de sus manus- critos primerizos, el catalán le dio al de Aracataca: “Nunca más ense- ñes un libro antes de publicarlo.” Un consejo de amigo. Vinyes viajó muchísimo de un la- do a otro; es algo apabullante, más aún si se piensa que los viajes no eran por un cambio de aires o al- gún otro capricho. Murió en 1952 en Barcelona, con un billete hacia Colombia en el bolsillo. Santiago Rusiñol escribió en es- te diario unas crónicas en 1891 muy romantizadas sobre la ida y vuelta de los indianos. Oímos –íba- mos un grupo de unas veinte perso- nas– un fragmento a bordo del pa- quebote Santa Eulàlia, amarrado al Moll de la Fusta. Fue buen ejem- plo de que el exilio en sentido am- plio –lejos del loor artístico o de la búsqueda de la industria literaria barcelonesa– también estaba en el recorrido. Eduardo Galeano escri- bió en 1976: “El exilio es gastarnos nuestras últimas cuatro pesetas en un billete de metro para ir a una entrevista por un empleo que des- pués no nos darán”. El viaje de Rubén Darío, envia- do por el diario La Nación, fue más desahogado, pues llegó ya célebre. Escribió crónicas que surgieron a raíz del desastre del 98. En Barcelo- na, que leyó Andrei Kozinets, es aún un retrato muy vívido de sus primeras impresiones. Algunas ge- neralidades pintonas –como “los grandes pies que tienen las catala- nas”– hicieron sonreír. Darío tra- bó amistad con Rusiñol y Frederic Rahola, impulsor de la revista Mer- curio y de la Societat d'Estudis Americanistes en 1911 (origen de la actual Casa América). La obra de teatro Fulgor y muer- te de Joaquín Murieta sobre el exi- lio hacia California, enlazó con Pa- blo Neruda. España en el corazón es de los libros más reconocidos so- bre los vínculos de un continente y otro, escrito tras la salida del chile- no del país durante la guerra. En 1934, había sido cónsul en Barcelo- na. Hubo una suerte de performan- ce. A Cortázar le hubiese gustado ver la cara de pasmo, de interregno de este lado y del otro, con que los transeúntes miraban a la actriz Paula Monteiro, apostada con un globo en la mano. Leyó el cuento Los viajes de Cortázar. Globos de colores parecidos son los que Cor- tázar vio un día en un entreacto teatral en París. De ahí surgieron sus cronopios, figuras que se han identificado con varios cuadros de Joan Miró. Y con las formas orgáni- cas y ondulantes de Gaudí que, de muy pequeño, de visita familiar al Park Güell, se le alojaron en la consciencia. Estábamos ya en el boom, claro. Si bien ha habido varias generacio- nes posteriores a este movimiento, ni que decir que es un punto axial de los contactos entre Barcelona e Trànsits. Escriptors llatinoamericans a Barcelona Los sábados hasta el 4 de junio. Inscrip- ciones: en la Biblioteca Gòtic - Andreu Nin, por teléfono, 93 343 73 69, o mail, b.barcelona. [email protected]. Más información: www.bcn.cat/biblio- teques 01 02 03 Rutas urbanas Son muchos los escritores que han llegado a Barcelona, pero sin duda los hispanoamericanos forman el núcleo histórico más significativo. Un itinerario que recorre el frente marítimo de la ciudad y el barrio Gótico da cuenta de este viaje literario Un viaje ‘barceloamericano’ En el día a día se va creando el relato anónimo de los escritores; más tarde la fortuna literaria orla a veces los años vividos en un lugar lejano 07 06 05

Unviaje‘barceloamericano’...33 Cultura|s La Vanguardia Mi é rcoles, 11 mayo 2011 EN DIRECTO Hispanoamérica. 1957 –La región más transparente,deCarlos Fuen- tes–y1971–elCasoPadilla–sonfe-chasqueacotan

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Cultura|sLa

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Miércoles,11mayo2011

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PERE GUIXÀLa estatua deColón, con su ampliogrupoescultórico–alambiquede fi-nancieros, militares y vicarios–, ci-fraba el inicio de estepaseo quede-be considerarse de ida y vuelta,tambiénde autores locales cruzan-do el Atlántico. Recuperar a Ra-mon Vinyes no es ocioso, y másaún porque, aparte de ser “el sabiocatalán” de García Márquez, “elhombre que ha leído todos los li-bros”, su obra es perdurable. Nitampoco echar un vistazo a la plé-tora de escritores que fueron a va-rios países de Sudamérica tras laGuerraCivil, y que por cierto tuvie-ron la suerte deque enmuchospaí-ses se hizo una criba que sólo dejópasar a profesionales liberales.Via-je de un lado y de otro, por tanto, yla ruta enfatizaba este periplo cir-cular.Unmomentodivertido–volvien-

do aVinyes yGarcíaMárquez– fuecuando, pasando por el paseo deIsabel II, Joan Rodríguez, uno delos actores que amenizaban la ca-minata, leyó el consejo literarioque, tras ojear uno de sus manus-

critos primerizos, el catalán le dioal de Aracataca: “Nuncamás ense-ñes un libro antes de publicarlo.”Un consejo de amigo.Vinyesviajómuchísimodeun la-

do a otro; es algo apabullante, másaún si se piensa que los viajes noeran por un cambio de aires o al-gún otro capricho. Murió en 1952en Barcelona, con un billete haciaColombia en el bolsillo.

Santiago Rusiñol escribió en es-te diario unas crónicas en 1891muy romantizadas sobre la ida yvuelta de los indianos. Oímos –íba-mosungrupodeunas veinteperso-nas– un fragmento a bordo del pa-quebote Santa Eulàlia, amarradoalMoll de la Fusta. Fue buenejem-plo de que el exilio en sentido am-plio –lejos del loor artístico o de labúsqueda de la industria literariabarcelonesa– también estaba en elrecorrido. Eduardo Galeano escri-

bió en 1976: “El exilio es gastarnosnuestras últimas cuatro pesetas enun billete de metro para ir a unaentrevista por un empleo que des-pués no nos darán”.El viaje de Rubén Darío, envia-

do por el diarioLaNación, fuemásdesahogado, pues llegó ya célebre.Escribió crónicas que surgieron araízdel desastre del 98.EnBarcelo-na, que leyó Andrei Kozinets, es

aún un retrato muy vívido de susprimeras impresiones. Algunas ge-neralidades pintonas –como “losgrandes pies que tienen las catala-nas”– hicieron sonreír. Darío tra-bó amistad con Rusiñol y FredericRahola, impulsor de la revistaMer-curio y de la Societat d'EstudisAmericanistes en 1911 (origen de laactual Casa América).La obra de teatroFulgor ymuer-

te de JoaquínMurieta sobre el exi-lio hacia California, enlazó con Pa-

blo Neruda. España en el corazónesde los librosmás reconocidos so-bre los vínculos de un continente yotro, escrito tras la salida del chile-no del país durante la guerra. En1934, había sido cónsul enBarcelo-na.Hubo una suerte de performan-

ce. A Cortázar le hubiese gustadover la cara de pasmo, de interregnode este lado y del otro, con que lostranseúntes miraban a la actrizPaula Monteiro, apostada con unglobo en la mano. Leyó el cuentoLos viajes de Cortázar. Globos decolores parecidos son los que Cor-tázar vio un día en un entreactoteatral en París. De ahí surgieronsus cronopios, figuras que se hanidentificado con varios cuadros deJoanMiró.Y con las formasorgáni-cas y ondulantes de Gaudí que, demuy pequeño, de visita familiar alPark Güell, se le alojaron en laconsciencia.Estábamos ya en el boom, claro.

Si bien ha habido varias generacio-nes posteriores a estemovimiento,ni que decir que es un punto axialde los contactos entre Barcelona e

Trànsits. Escriptorsllatinoamericansa Barcelona

Los sábados hastael 4 de junio. Inscrip-ciones: en laBiblioteca Gòtic -Andreu Nin, porteléfono,93 343 73 69,o mail, [email protected]ás información:www.bcn.cat/biblio-teques

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Rutasurbanas Sonmuchos los escritores quehan llegado aBarcelona, pero sinduda loshispanoamericanos formanel núcleohistóricomás significativo.Un itinerario que recorre el frentemarítimode la ciudady el barrioGóticoda cuenta deeste viaje literario

Unviaje ‘barceloamericano’

En el día a día se va creando el relato anónimode los escritores; más tarde la fortuna literariaorla a veces los años vividos en un lugar lejano

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Hispanoamérica. 1957 –La regiónmás transparente, de Carlos Fuen-tes– y 1971–elCasoPadilla– son fe-chas que acotan el movimiento. Lallegadade las familiasDonoso,Gar-cíaMárquez yVargasLlosa,más elpremio Biblioteca Breve de SeixBarral, más la agente Carmen Bal-cells, más el interés de los lectorespor leer novelas que no pasasen enfábricas de Berlín sino en ambien-tes más aireados –como dijo Car-los Barral–, crearon el boom.El edificio central de Correos en

Barcelona es extraordinario pordentro y aúnmás en estos tiemposde múltiples formas de comunica-ción, lo que le daun aspecto de glo-riosa baluerna. A algunos extranje-ros y otros usuarios les chocó oír alos actores leer varias cartas deGa-bo aMario y deMaría Pilar Dono-so a Patricia Vargas Llosa. No fue-ron comprometedoras, cabe decir.Ambos premio Nobel pueden es-tar tranquilos. Ningún actor reme-dó sus acentos.A principios de los 70 –estába-

mos ya en el Pati Llimona– se pro-duce un cruce de tránsitos. Por unlado, la disolución como grupo delos autores clave del boom. Y porotro, un nuevo grupo de exiliadosa raíz de las dictaduras. La ruta–más evocadora que fetichista, loque se agradece– no llegaba hastalas calles Caponata y Osi, en SantGervasi (donde vivieron VargasLlosa y García Márquez), ni hastala calle Ticià (donde hay una placaen honor de Rubén Darío), ni has-ta el Eixample (donde vivióRómu-lo Gallegos). Pero quizás se podía

intuir que Ciutat Vella fue parade-ro de escritores llegados en los 70y 80. Parece que Roberto Bolaño(se puede inferir de algunas narra-ciones y en alguna entrevista) vi-vió en la calle Tallers. Y OsvaldoLamborghini, según notaba JorgeCarriónenunCultura/sdediciem-bre pasado, pudo parar por la calleComerç.Quién sabe si algúndíaha-brá una mención ahí.

MilongaTras salir del Pati Llimona, llega-mos a la última parada. Nadie diríaque el Hotel Garden Palace, en lacalle Boqueria, esconde un jardíncomo el de la Casa Puig. El músicoycantantePabloGiménez interpre-tó con su flauta la Milonga de an-dar lejos de Daniel Viglietti.Anteriormente Giménez ya se

había lucido cantando, en la callede Les Panses, un tango de Gardel.Una quinceañera, que venía de lapanadería, se paró bajo el porche;y un anciano en pijama, en un bal-cón, también se debía preguntarqué diantre era aquello. Este tipode paseos también crean expecta-ción entre las fuerzas de seguridad(policía portuaria, guardias de Co-rreos, una patrulla de la urbana),pueshayquepedir nopocospermi-sos. Galeano lo explicaba cuandofue a arreglar un permiso de resi-dencia. “¿Profesión?”, le pregunta-ron. “Escritor. De formularios.”Pero cierto es que en cualquier

ventanilla, en cualquier viandantecon que te cruzas, en el día a díamás normal, se va creando el rela-to anónimo de los escritores que

hancaídopor estos pagos.Más tar-de la fortuna literaria orla a veceslos años vividos en un lugar lejano,a menudo con des-éxito.Las obras de Osvaldo Lambor-

ghini,RobertoBolañoyDanteBer-tini están en marcha. Con la lectu-ra de algunos de sus poemas–Marc Iglesias, que diseñó y guióel recorrido, optópor estos tres au-tores, pero podían haber sido mu-chos más–, se acabó el paseo. Mecago en el exilio es el título de unade las piezas de Lamborghini eigualmente duro es 9 de noviembredel 99 de Bertini.Mediados los 80, se zanjaron las

dictaduras en Hispanoamérica.Muchos tuvieronqueoptarpor vol-ver o quedarse, lo que generó otrosdesarreglos de identidad. Y sin du-da el corralito y la crisis de hoyhanincentivado nuevos viajes. Unacierto del itinerario es que no caíaen la complacencia. El tono dista-bamucho de lamiopía emotiva, dela exaltación hueca del trasvasecultural. Prefería un tono severo,peronoquejoso ni agrio.Tengopa-ramí, con todo, que para cualquiercreador una desgracia puede serun buen tema. La creatividad sur-ge sin apriorismos, en cualquier cir-cunstancia, si bien no necesaria-mente adversa, como es sabido.Bolaño expresaba con sorna los

problemas de percepción que elexilio genera. Era en una entrevis-ta de 1998, justo cuando empezabaa ser conocido: “Dudo que los chi-lenos crean que soy chileno; creenquesoyuncatalán locoquehadeci-dido hacerse pasar por chileno.” |

Unacosaeselcontactoperso-nalentreautoresdedoscultu-ras y otra es la huella incues-tionablequesepuedeconsta-tar en una obra. Y dentro dela obra, aún hay que distin-guir lo que es influjo formal omera localización de lasobras en espacio americano.L'espill soterrat, poemario

de 1951 escrito en el exilio, esuna obra clave para conocerel viaje (a veces imposible,pero siempre deseado) entrelas culturas del Altiplano y elMediterráneo. Octavio Pazadmiró el alcance de la obrade Ramon Xirau, autor queinaugura el gran correlatoentre las literaturas latinoa-mericana y catalana.Pere Calders es sin duda

el autor en catalán que con-densa este influjo, tanto enun aspecto formal (su mira-da realista-mágica esun insó-lito vaso comunicante) comoen la preocupación por lascostumbres autóctonas, visi-ble en Aquí descansa Neva-res, L'ombra de l'atzavara…Yni que decir que Tísner hi-zo una verdadera pirueta so-bre el Descubrimiento (losindios llegando en carabela aEuropa) en su Paraulesd'Opoton el Vell. La breveobra de Lluís Ferran de Pol,autor del que se celebra este2011un siglo de sunacimien-to, no se entiende sin la idio-sincrasia mexicana. La ciu-tat i el tròpic y Abans del'alba bebe de fuentes preco-lombinas y de la presenciade esta fascinación junto alprogreso industrial. VicençRiera Llorca, asimismo, in-cardinó en Tots tres surtenper l'Ozama las cuitas deunos exiliados catalanes enla República Dominicana.Más cercana es la influen-

cia de la granmatriz fantásti-cadel relatohispanoamerica-no en las obras de QuimMonzó, Vicenç Pagès Jordày Borja Bagunyà, y el bagajede Vargas Llosa en las gran-des novelas de Julià de Jò-dar. Una nueva visión deMéxico, por lo demás, es laque ha traído Lolita Bosch,ahora ocupada en una nove-la sobre la violencia del nar-cotráfico. Y se espera tam-bién el nuevo libro de VíctorGarcía Tur, que según se di-ce está consagrado al fantas-ma postborgiano.

Identidadcatalana,identidadamericana

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01 Monumento aColón, inicio delitinerario

02 Parada en elPort Vell

03 En el paqueboteSanta Eulàlia,anclado en el puer-to, se escucha unfragmento de untexto de SantiagoRusiñol sobre losindianos

04 En el interriordel edificio deCorreos, en laplaza de AntonioLópez, se escuchanfragmentos dealgunas cartasescritas por GarcíaMárquez a VargasLlosa

05 Porxos d’enXifré, en el paseode Isabel II

06 Calle de lasTrompetes

07 En el Pati Llimo-na, la ruta se aden-tra en los añossetenta

08 En los jardinesde la Casa Puig,actualmente en elHotel Garden Pala-ce, en la calleBoqueria, finalizala ruta con la inter-pretación de la‘Milonga de andarlejos’ de DanielVigliettiFOTOS MAITE CRUZ

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