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Usos Industriales de la geometría descriptiva

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Usos Industriales de la geometría descriptiva

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¿Qué es la topografía?

“Topo” quiere decir tierra o terreno y “grafía” dibujo, por lo tanto la topografía es literalmente la ciencia que dibuja la forma del terreno. En un plano topográfico encontramos interpretada la forma del terreno mediante curvas de nivel y cotas, además de la situación de todos los elementos estables sobre el terreno y sus límites.

Hay que diferenciar entre las diferentes formas de representar el territorio:

El mapa es una representación plana de una parte de la superficie terrestre que, debido a su extensión y a la curvatura de la Tierra, utiliza sistemas de representación propios de la cartografía, las proyecciones.

El mapa topográfico es la representación más precisa del terreno que existe y es imprescindible en el desarrollo de proyectos de ingeniería y arquitectónicos que se desarrollen sobre el terreno.

El plano es la representación gráfica de una porción de terreno donde, por su reducida extensión, no hacen falta proyecciones cartográficas.

Estos conceptos muy importantes de plano y mapa son a menudo confundidos o desconocidos por muchos profesionales en el ámbito de la ingeniería y arquitectura.

¿Para qué necesito un topógrafo?

Por ejemplo: Usted tiene una parcela y quiere hacer una casa. Es imprescindible un topógrafo a fin de que haga un plano topográfico, con el cual el arquitecto pueda encajar el proyecto de la casa que usted le encargue. Además, con este plano topográfico se pueden obtener secciones longitudinales y transversales del terreno que facilitarán el trabajo de encaje de la obra. Estos perfiles o secciones servirán para calcular posteriormente el movimiento de tierras de la obra.

A partir del plano topográfico también se pueden obtener vistas en tres dimensiones del terreno en forma de modelo digital o como imagen renderizada.

También será necesaria la materialización del proyecto sobre el terreno. El topógrafo se encargará de replantear la excavación del terreno así como los diferentes elementos constructivos proyectados.

Las delimitaciones de la parcela también serán materializadas por el topógrafo mediante hitos.

Mucho más importantes y necesarios somos en obras de ingeniería de gran magnitud, en donde la complejidad geométrica del proyecto requiere la utilización de herramientas de precisión por profesionales experimentados para garantizar la rapidez y fiabilidad en la ejecución de la obra.

Fabricacíón y construcción de todo tipo de maquinaria y máquinas industriales

Solicite el diseño, construcción y creación de máquinas industriales a un profesional de la fabricación de maquinaria.

Para resolver correctamente sus necesidades aconsejamos solicitar un proyecto de ingenería para confeccionar un buen estudio y trazar un buen diseño, para la creación y construccion de las máquinas industriales más idóneas para su empresa.

Ingeniería industrial a medida de sus necesidades

Algunos de los servicios y proyectos de automatización industrial que puede conseguir mediante estudios de ingeniería industrial son:

Diseño, creación y construcción de máquinas Proyectos de automatización Estudios de ingeniería industrial Realización de planos industriales de automatización de procesos Fabricación y construcción de maquinaria Montaje de máquinas Modernización y adecuación a los sistemas actuales Estudio de tiempos para la automatización de procesos Realización de planos mecánicos y esquemas eléctricos Diseño de soluciones eficientes en costes Instalación y puesta en marcha de maquinaria industrial y todo tipo de maquinas

http://www.fabricantes-maquinaria-industrial.es/es/diseno-construccion-y-creacion-de-maquinas.html

Pasado y futuro de los molinos de viento industriales

En los años 30 y 40 del pasado siglo, mucho tiempo después que las máquinas a vapor hubieran dejado obsoleta la energía eólica, investigadores científicos holandeses se obstinaron en mejorar el ya de por sí complejo molino de viento tradicional.

Los resultados fueron espectaculares y no hay duda de que hoy en día un ejército de ecogeeks los podría mejorar aún más. ¿Sería factible volver a impulsar el molino industrial de viento y convertir de nuevo energía cinética directamente en energía mecánica?

En 1850 los Países Bajos albergaban 5 veces más molinos de viento que aerogeneradores que hoy existen

Hace más de 900 años, la Europa medieval se convirtió en la primera gran civilización que no funcionaba gracias a la fuerza muscular. Miles y miles de molinos de viento y norias transformaron radicalmente la industria y la sociedad. Fue una revolución industrial totalmente alimentada por energía renovable – con lo que hoy solo podemos soñar.

El viento y el agua movían los molinos que eran, en esencia, las primeras fábricas de la historia. Se trataba de un edificio, una fuente de energía, la maquinaria y los empleados, y de ellas salía un producto.

Los molinos de viento y las norias no eran tecnologías nuevas – ambas máquinas aparecieron en la Antigüedad y las que se usaban en los inicios de la Edad Media no diferían técnicamente de aquellas. Sin embargo, antiguas civilizaciones como la griega y la romana apenas las utilizaron, posiblemente por razones religiosas, y debido a la más que suficiente mano de obra esclava.

Agua versus viento

Los molinos movidos por el agua fueron, en general, más importantes y numerosos que los molinos de viento. Esto era lógico ya que la tecnología que emplean es más simple y fiable. El

caudal de un río puede cambiar según las estaciones, pero los ríos casi siempre conservan algo de corriente. Por otra parte, haciendo uso de los canales y compuertas, el flujo del agua podía ser controlado con precisión para proporcionar la velocidad o carga requerida por los mecanismos situados dentro del edificio del molino.

El viento, por el contrario, no siempre sopla. Cuando lo hace, su velocidad y dirección puede cambiar repentínamente y los molinos no disponían de un método eficiente para controlar su fuerza, al menos no, en la época medieval. La presencia de molinos movidos por agua se multiplicó en Europa desde finales del siglo XI y en tan solo 200 años casi todas las energías disponibles en ríos y arroyos fueron empleadas. Sin embargo, no todas las regiones eran aptas para instalar molinos de agua. Las razones bien podían ser la escasez de suficientes recursos hídricos (como España), demasiado llana y ríos de insuficiente corriente (como en los Países Bajos y tierras bajas de Inglaterra) o que los ríos se congelaban durante el invierno (como en Escandinavia, Rusia y Alemania).

En estos países, los molinos de viento aparecieron en el siglo XIII y se extendieron rápidamente. Posteriormente, incluso en las regiones que tenían suficientes recursos hídricos, se construyeron molinos de viento lo que evidenciaba el uso exhaustivo que se hac¡a de rios y corrientes.

¿De cuantos molinos estaríamos hablando…?

La cantidad de molinos de viento que existían a principios de la Edad Media sigue siendo una incógnita, ya que los pocos indicios que han podido estudiarse no permiten discernir si eran molinos movidos por agua o por viento. Por ejemplo, sabemos que en 1300 existían entre 10.000 y

12.000 molinos en el Reino Unido, pero no sabemos cuántos de ellos eran movidos por el viento (debian haber sido una minoría). Solo se disponen de datos individuales de molinos de viento, que comienzan a aparecer a finales del siglo XIII. Es sólo de los siglos XVIII y XIX, período en el que la tecnología del molino de viento se expande, cuando aparecen registros inventariados más precisos.

En 1750, habían de 6.000 a 8.000 molinos de viento en los Países Bajos, de estos en 1850 existían 9.000. A título de comparación, esto significa casi 5 veces más que los aerogeneradores allí instalados hoy en d¡a (1.974 turbinas en septiembre de 2009). El Reino Unido tenía entre 5.000 y 10.000 molinos de viento en 1820. Francia, en 1847, disponía de 8.700 molinos de viento y 37.000 molinos de agua. En 1895, Alemania tenía 18.242 molinos de viento. (Hoy posee alrededor de 18.000 aerogeneradores) . Finlandia por su parte tenía 20.000 molinos de viento en 1900. En Portugal, España, diversas islas del Mediterráneo, muchos países de Europa Oriental y países escandinavos tambien existía una ingente cantidad de molinos de viento. La cantidad total de molinos de viento en Europa se ha estimado en unos 200.000 (en su punto de máxima expansión), frente a unos 500.000 movidos por agua. Los molinos se construian en el campo y en las ciudades, e incluso en las paredes de los castillos y fortificaciones para as¡ atrapar mejor el viento.

Mas allá de los molinos y las factorias molino

Los primeros molinos medievales eran simples máquinas, derivados de las ruedas hidráulicas. Sin embargo, durante los siglos posteriores, los molinos de viento se convirtieron en una tecnología muy sofisticada. Los molinos de viento son máquinas mucho más complejas que las ruedas hidráulicas, a causa de la direccíon variable del viento. Los primeros molinos de viento, en la región que hoy es Irán y Afganistán, eran de tipo horizontal (eje vertical), y por lo tanto no era necesario adaptarlos para los cambios de dirección del viento. Pero estas maquinarias, mucho menos eficientes, nunca fueron utilizadas en Europa.

En un principio, los constructores de molinos medievales resolvieron el problema del viento variable mediante la colocación de la planta del conjunto sobre un eje central que se podía utilizar para encararlo al viento. Este fue el llamado “molino de poste” (a la derecha). Alrededor de la década de 1400, apareció un segundo tipo de molino de viento, en el que sólo la tapa y el eje de

las velas manteniéndose estacionario el cuerpo de la planta. Este fue el llamado “molino de torre”, perfeccionado más tarde por los holandeses (ver el diagrama de la izquierda).

Los molinos de torre fueron el tipo de molino dominante en el Mediterráneo, aunque se trataban de máquinas menos eficientes con velas muy diferentes. Ya que permanecía inmóvil, el cuerpo principal del molino de torre podría ser construido a partir de piedra o ladrillo, lo que le confería mayor robustez. Ambos tipos continuaron en uso, pero paulatinamente muchos molinos de poste fueron reemplazados por molinos de torre desde el siglo XVII al siglo XIX.

Orientando las velas al viento

Hoy en día, los aerogeneradores se orientan frente al viento de forma automática por medio de equipos electrónicos. Cuando el viento es demasiado fuerte, la electrónica impide la rotación de las palas para evitar daños en la estructura. Los constructores de molinos medievales no tenían microchips y necesitaban encontrar otra solución.

Durante siglos, los molinos de viento se orientaban al viento a brazo. Esto se hacía mediante un gran madero en la parte trasera del molino (conectado a la escalera de la cola en el caso de un molino de poste), moviéndolo a la posición deseada, y fijándolo a uno de los doce postes de anclaje, que hundidos en el suelo formaban un círculo alrededor del molino.

Esta maniobra no era una tarea fácil, porque el cuerpo de un molino de poste debía moverse con el peso de toda la maquinaria interior. Algunos molinos fueron equipados con un cabrestante en el extremo del madero de gobierno, que se deslizaba a lo largo de un riel circular, lo que hizo la tarea un poco más fácil.

La parte superior de los molinos de torre se orientaban de una manera parecida, por medio de un madero mucho más largo – que llegaba hasta el suelo (foto de arriba) o hasta la terraza en el caso de un molino de torre de plataforma (en este caso). Alrededor del muro del molino se abrían unos orificios que permitían al molinero saber, si cambiaba el viento y en que dirección lo hacía.

El ajuste de las velas: una tarea ingente

La adaptación a las variaciones en la velocidad del viento era una operación aún más difícil. La maquinaria de la fábrica en el interior del molino requiere una velocidad de operación bastante precisa. Por ejemplo, los molinos de maíz funcionaban mejor de 50 a 60 giros por minuto ya que si superaban los 80 giros el grano se quemaba. Otro riesgo era que si las aspas giraban demasiado rápido, el molino de viento podía sufrir daños estructurales y derrumbarse. De nuevo, durante siglos, el molinero tuvo que realizar este ajuste a mano.

Plegando dos o incluso cuatro velas, o reduciendo la superficie vélica era posible adaptarse eficazmente a mayores intensidades de viento, pero con fuertes vientos esto debía haber consistido una tarea ingente.

Básicamente, existen dos formas de ajustar la velocidad de giro a la variación de intensidad del viento. Las pequeñas diferencias de velocidad del viento pueden ser absorbidas, en el interior del molino, aumentando o disminuyendo la carga. Por ejemplo, en un molino de maíz, la adaptación a una mayor intensidad del viento se podría hacer mediante la ampliación de la zona de contacto entre las piedras de moler y añadiendo más grano. Debido a que la carga se incrementa, la velocidad de giro de las aspas se mantiene, a pesar de la mayor intensidad del viento.

Sin embargo cuando el incremento de la intensidad del viento era demasiado grande, al molinero no le quedaba otra alternativa que salir de la fábrica y ajustar las velas. Los molinos de viento tradicionales no estaban equipados con palas, sino con aspas que consistían en un marco de madera cubierto de tela (en climas más fríos, el lienzo fue sustituido generalmente por listones de madera, que eran más fáciles de manejar en condiciones de frío intenso).

Plegando dos o incluso cuatro velas, o reduciendo la superficie vélica era posible adaptarse eficazmente a mayores intensidades de viento, pero con fuertes vientos esto debía haber consistido una tarea ingente. Al menos dos aspas debían situarse en posición vertical y frenar el giro para que el molinero, trepando a las aspas, pudiera plegar la tela. Con el riesgo de que si fallaba el freno mientras el molinero se encontraba en el aspa, esto lo podría poner en difícil situación. Izar y plegar las lonas de las cuatro aspas también era una labor obligada al principio y al final de cada jornada de trabajo.

Durante la segunda mitad del siglo XVIII, se desarrollaron varias técnicas complejas, pero eficaces que posibilitaron que un molino de viento tradicional funcionara con poca atención, al menos en lo que concierne a cambios en la intensidad y dirección del viento. En 1745, el herrero Inglés

Edmund Lee inventó el “autoregulador de dirección” o “veleta”, un dispositivo que orienta automáticamente la posición de los molinos frente al viento. Consistía en una cola de milano (dos colas de milano para las grandes molinos de viento) y un engranaje (ilustración).

Una cola de milano se puede describir como un molino de viento auxiliar que se instala detrás de las aspas, en un ángulo recto con ellas. Si la dirección del viento cambia , al llegar a la cola de milano, hace girar el molino hasta que las velas principales se sitúan de nuevo frente al viento. La cola de milano está conectada una rueda móvil en la tapa de la torre (en el caso de un molino de torre, por encima) o alrededor del edificio (en el caso de un molino de poste, ver foto). Las colas de milano posteriormente fueron utilizadas para las bombas de agua eólicas en los EE UU, pero como estos artefactos son muy ligeros no necesitan de ningún engranaje para orientarse.

La veleta no sólo hizo que el manejo del molino fuera mucho más fácil, sino que también contribuyó a aumentar la potencia de salida ya que parte sustancial de la energía se perdía debido a las pequeñas variaciones en la dirección del viento, pues el molinero no siempre tenía tiempo (o ganas) para adecuar el molino de viento a cada pequeño cambio.

Control automático de: velas de resorte y de patente

Casi al mismo tiempo que se inventaron la cola de milano y el regulador de viento, aparecieron unos mecanismos que tenían como objetivo adaptar automáticamente las aspas a los vientos variables.

Esto permitió en 1772 el desarrollo de las llamadas “aspas de resorte”, inventadas por el constructor de molinos escocés Andrew Meikle. En las aspas de resorte, la lona se sustituye por decenas de lamas como las de una cortina veneciana. Cada una de las lamas es controlada por un resorte.

Cuando el viento aumenta, supera la fuerza del resorte y libera la lama, dejando que el viento circule a través y provoque la desaceleración de las aspas. Cuanto más fuerte sea el viento, más lamas se abren. Cuando la velocidad del viento disminuye, los resortes cierran las lamas, que unidas forman de nuevo una superficie uniforme. Todo este proceso facilita que las aspas giren con una velocidad de rotación similar a cualquier intensidad del viento.

El problema con las aspas de resorte es que las tensiones de los muelles (que están todos conectados entre sí mediante un largo listón) tienen que ser ajustados previamente en función de la velocidad del viento esperado y la potencia requerida. Una vez establecido, no es posible hacer ajustes, mientras las aspas giran.

Esto fue resuelto en 1789 por Stephen Hooper, quien introdujo unas lamas que podían ajustarse desde el suelo, manualmente, mediante una cadena sin necesidad de parar el molino (“controlador de giro de aspas”). El sistema, sin embargo, era demasiado complicado. La mejora definitiva a las aspas de lamas regulables llegó en 1807 cuando William Cubit unió unos contrapesos a la cadena de ajuste de las aspas de resorte, que hacía que el control de las aspas fuese totalmente automático, sin la complejidad del método de Hooper – éstas fueron llamadas aspas de patente.

Aspas de Berton

El único problema que resultaba era que las aspas de patente tenían un rendimiento más bajo que las aspas normales, a resultas era común que se combinaran dos aspas de patente con dos aspas normales como un compromiso entre la manipulación y la eficiencia. En 1848, el francés Berton sustituyó las múltiples lamas pequeñas por un menor número de lamas que operan longitudinalmente de acuerdo con el mismo principio, un método interesante que contribuía a una construcción más sólida y a un mejor rendimiento aerodinámico (“Velas Berton“, ver imagen abajo).

Además, el sistema podía ser ajustado por el molinero desde el interior del molino. En 1860, Catchpole introdujo los frenos de neumáticos, que eran un medio muy eficaz para frenar automáticamente las velas en un vendaval. En el interior del molino, un regulador centrífugo automático sustituyó al regulador manual de la distancia entre las piedras de molienda.

El molinero trabajaba día y noche cuando había una buena brisa. Los molineros estaban exentos, incluso, del obligado reposo del domingo.

Del mismo modo que con la aparición de la cola de milano, los reguladores de aspas no sólo mejorararon el manejo del molino de viento, sino también la potencia de salida. Al desaparecer la necesidad de que el molinero estuviera de pie en el suelo para fijar o desplegar las velas, el eje de las aspas podía ser instalado más alto con lo que el molino podía beneficiarse de intensidades del viento superiores (los holandeses habían resuelto este problema antes gracias a la construcción de

molinos torre, donde las aspas situadas a mayor altura podían ser practicables desde una plataforma elevada).

Por supuesto, los reguladores de aspas y otros sistemas automáticos no resolvían el problema de la ausencia de viento – es por eso que el molinero trabajaba día y noche cuando había una buena brisa. Los molineros estaban exentos, incluso, del obligado reposo del domingo.

Potencia de salida de un molino de viento

Otra mejora importante fue la introducción del hierro fundido en la fabricación del engranaje. Esto sucedió en 1755, sólo diez años después de la introducción del control de orientación, por John Smeaton. Durante siglos, todos los engranajes en el interior del molino eran de madera. De ello se derivaba una gran pérdida de energía.

Mediciones realizadas por los holandeses en la década de 1930, en un molino de viento de drenaje construido en 1648, mostró que el molino genera alrededor de 40 caballos de potencia en el eje principal pero sólo el 15,6 caballos de fuerza a las máquinas – una eficiencia de sólo el 39 por ciento. Casi dos tercios de la energía generada se pierde en la transmisión. Molinos de drenaje tenían un rendimiento ligeramente mayor, alrededor del 50 por ciento.

El uso de hierro fundido (y luego acero) no sólo mejoró la eficiencia de la maquinaria, sino que también permitió la construcción de grandes molinos de viento. El uso de la madera limitó el diámetro del aspa a unos 30 metros, medida común en el siglo XVII. La longitud máxima de un aspa (más del doble de la longitud de una pala) era de unos 30 metros, porque no había troncos más grandes disponibles. Sólo en la segunda mitad del siglo XIX llegó a ser utilizado el hierro para las velas y el eje principal.

Las innovaciones llegaron demasiado tarde

Lamentablemente, muchas de las importantes mejoras tecnológicas llegaron a los molinos de viento demasiado tarde. A finales del siglo XVIII, casi al mismo tiempo que estas innovaciones aparecían, un molino de maíz se pasaba de la energía eólica a la energía de vapor y acompañándole, el negro humo. Hacia 1850, los molinos movidos a vapor se hicieron comúnes y la importancia de los molinos de viento comenzó a disminuir. Para empeorar las cosas, las colas de milano, las aspas regulables y la rigidez del hierro que tanto había costado implantar, en muchos países y regiones, nunca se llegaron a utilizar.

La longitud máxima de un aspa (más del doble de la longitud de una pala) era de unos 30 metros, porque no había troncos más grandes disponibles.

Las aspas Berton sólo se aplicaron en Francia, las aspas de patentes se utilizaron principalmente en Inglaterra. Aunque los ejes de hierro hubieran posibilitado la construcción de grandes aspas, eso nunca sucedió. El molino torre más alto jamás construido, lo fue enteramente en madera. Se encontraba en los Países Bajos y fue construido en 1899 (“De Hoop” o “La Esperanza” en Prinsenhagen, ahora la ciudad de Breda). Medía 38 metros de altura, con unas aspas de 27 metros de diámetro. La cubierta y las aspas fueron retirados en 1929, pero la torre aún puede verse.

Avances impresionantes en los años 1920 y 1930

En los años 1920 y 1930, sin embargo, cuando los molinos de viento habían dejado de trabajar en casi toda Europa, en Holanda se inició un programa de investigación que condujo a la evolución final de los clásicos molinos de viento. En 1923 se fundó la Sociedad Holandesa del Molino de viento, con el objetivo de mejorar el rendimiento de los molinos de viento generando energía mecánica. Entre los miembros fundadores estaban los hermanos Dekker, afamados constructores de molinos. Los resultados fueron espectaculares.

A finales de la década de los años 20 del pasado siglo, la potencia máxima de un molino de viento se duplicó desde 50 cv hasta 100 cv. A través de la aplicación de los principios de la aeronáutica y el uso de láminas de metal (básicamente equipando a los tradicionales molinos de viento con aspas similares a las de los aerogeneradores modernos) a finales de la década de los años 20 del pasado siglo, la potencia máxima de un molino de viento se duplicó desde 50 cv hasta 100 cv. En la

década siguiente más de 70 molinos de viento fueron equipados con las nuevas “aspas Dekkerizadas”. Por otra parte, las mejoras en la maquinaria redujo las pérdidas de energía y permitió a estos molinos de viento generar mayor potencia a velocidades más bajas.

Duplicar la producción de energía

Las pruebas realizadas en 1939 por el Comité Prinsenmolen demostraron que un molino de viento mejorado podía empezar a girar con una velocidad del viento de 3,5 a 4 m/s en comparación con 5 a 6 m/s del los normales. A 5,5 m/s se observó que su potencia era igual a la de un molino normal a 8 m/s.

Esto significaba que, mientras que un molino de viento tradicional podría ser utilizado durante aproximadamente 2.671 horas al año en los Países Bajos, el nuevo diseño aerodinámico permitía operar un total de 4.442 horas al año, lo que significaba casi duplicar la producción anual de energía. El molino de viento mejorado tenía dos ventajas, una mayor producción a una velocidad del viento dada, y más horas de trabajo gracias a la posibilidad de utilización de vientos más suaves. El mayor rendimiento se extrajo de esta última cualidad , ya que con vientos más fuertes las aspas del molino de viento mejorado debían detenerse antes.

En los años 1920 y 1930, cuando los molinos de viento había dejado de trabajar en casi toda Europa, en Holanda se inició un programa de investigación que condujo a la evolución final de los clásicos molinos de viento.

Molinos de viento tradicionales de alta tecnología

En un registro más positivo, los tradicionales molinos de viento podrían mejorarse enormemente con los materiales y conocimientos actuales. Los engranajes y las aspas pueden ser de acero o de aluminio, lo que mejoraría en gran manera su eficiencia, aparte de hacerlos resistentes al fuego. Muchos molinos de viento se incendiaron debido a la gran cantidad de madera usada en ellos. Por supuesto, también la maquinaria en el interior del molino podría hacerse ahora mucho más eficiente.

Los molinos de viento se pueden construir mucho más grandes y por lo tanto hacerlos más potentes. Para hacernos una idea, en 2005, los holandeses construyeron otro molino de viento tradicional, que generaba electricidad – el “Noletmolen” en Schiedam. Se encuentra a casi 42 metros de altura con aspas de 30 metros de diámetro, ligeramente inferior al molino de Murphy en San Francisco. Fue construido con intención promocional por una destilería (la ciudad cuenta con 5 molinos históricos construidos para producir ginebra holandesa). Aunque la planta no es realmente un “molino”, se construyó siguiendo un diseño tradicional, pero utilizando materiales de alta tecnología y velas (foto de arriba). El resultado es una potencia de más de 200 caballos en el eje principal.

http://www.es.lowtechmagazine.com/2011/08/pasado-y-futuro-de-los-molinos-de-viento-industriales.html

http://www.raicesdeeuropa.com/?m=20120209

¿Por qué Maquetas Electrónicas?. Hacia una Ingenieria Tridimensional.

Durante el año 2001 estando en el 4to año nos correspondió cursar el ramo de “Seminario de Diseño de Productos”, como una de las últimas asignaturas y cuasi trámite para pasar al Taller de Título. En este ámbito trabajamos como equipo con mis amigos de siempre Alvaro [profe de la Universidad de Valparaíso], Felix [en algún lugar de Cataluña] y Carlitos [la "Máquina"].

El tema a desarrollar después de largas discuciones entre nosotros, el profe y nuevamente nosotros, la investigación se titulo “El Diseño Industrial como Vía de Desarrollo para el País”.

Si bien la ponderación no fue en lo absoluto de nuestro agrado, me ha servido hasta el día de hoy tanto en lo personal como en lo profesional haber realizado esta investigación, entre otras cosas para reafirmar las implicancias que tiene el diseño en la sociedad, plantearme lo esencial que es el desarrollo de una metodología de trabajo, la necesidad de las empresas en contar con equipos de multidisciplinarios de I&D y por último la importancia de las tecnologías infórmaticas como parte integral de los procesos de diseño formal y conceptual, manufactura, marketing y comercialización…… entre otras de las tantas etapas que se entrelazan para dar como resultado la “aparición” de un producto en el mercado.

En este sentido puede que el extracto anterior de conclusiones pueda parecer un tanto obvio, de ser así, porque cuesta tanto entonces implementar diagramas o estandarizar procesos, normas, o simplemente llevar registro de nuestros proyectos en Bases de Datos?, ni hablar del aporte y ahorro que brinda el diseño asistido por computador CAD, que nos permite realizar todo el desarrollo conceptual del proyecto, para luego trabajarlo como modelos de fabricación (con el diseño de partes, piezas, sistemas) el cual puede ser llevado la etapa de prototipado y producción a través de planos o CAD-CAM.

Supongo que la implementación de tecnologías en una empresa implica en muchos casos el cambio organizacional, capacitación y adaptación del personal a las nuevas formas de generar y procesar información, indistintamente si es un “flujo de caja” o un “plano industrial”, por esencia la lógica del trabajo se mantiene, cambia solo la técnica, nada más.

En este sentido hoy me gustaría plantear algunas ideas de lo que en este tiempo de ejercicio profesional me merecen las “Tecnologías de Diseño Tridimensional” o “3D y TiCS”, uno de las

tantas formas, técnicas y metodologías de crear y diseñar.

Diseño de estructura de Apoyo Celdas. R. Meléndez [baudio]

Del Lapiz al Mouse, como la Plasticina a la Estereolitografía.

Las TiCS han cambiando la forma de percibir y hacer en los innumerables campos en que la ingeniería, el arte, las ciencias, arquitectura, entre otras disciplinas, e incluso el que hacer individual. Si bien esto no es una novedad, es importante destacar que la aplicación de las TICS puede ser integrada a cualquier tipo de proceso o sistemas en que necesitemos procesar grandes o pequeños volumenes datos, transferencia y modelado de información, programación de aplicaciones y manufactura, entre otros tantas tareas que requieran entradas y salidas de datos.

La tecnologías de modelizado tridimensional se sustentan en el trazado de vectores, mallas y volúmenes en 3 coordenadas X, Y, Z, un matemático no dudara en relacionar esto con gráfica vectorial

Partiendo de la premisa que la tecnología es un complemento o apoyo a los procesos podemos ver como la integración de modelos tridimensionales es un gran aporte en lo que respecta a:

Ciencia (recreación de modelos de ambientes micro o macroscopicos).

Arquitectura, Ingeniería.

Diseño Industrial (desarrollo de modelos conceptuales de productos para las etapas de estudio y prototipado rápido).

Cine (a nivel de animación o como complemento de efectos especiales).

Publicidad

Recorridos virtuales.

Obtener análisis de elementos finitos, cargas, simulacion de deformaciones.

Calculo estructural.

Pruebas o ensayos fisicos (compresión, tracción, flexión, límites de rotura, etc).

Electrónica/Robótica (estudio de cinemática inversa, control de procesos).

Desarrollo de infografías.

Orfebrería (diseño de joyas).

Antes de seguir, consideremos que el listado anterior es solamente un indice con ejemplos bastante limitados de las multiples posibilidades que nos ofrece el diseño e ingeniería tridimensional.

Orfebrería. Anillo modelado en Rhinoceros.

http://baudio.cl/archives/22

http://oncetv-ipn.net/noticias/blog/economia/?p=482

http://www.freepik.es/foto-gratis/la-industria-metalica-macro_116932.htm

Una nueva medida para fomentar la industria nacional

La semana pasada se extendió hasta el 31 de diciembre de 2012 el impuesto interno a la venta de unidades 0 km. Este impuesto grava con el 10% de su valor a los autos nafteros y con el 15% a los autos gasoleros, aunque sólo afecta a automóviles con un precio superior a los $212.000 sin IVA.

Lo novedoso de esta nueva medida, es que se tomaría como valor limite el del modelo más caro fabricado en el país: el Peugeot 408 que se ubica en los $156.600. Es decir que todos los autos importados que estén por encima del valor del auto más caro que se fabrica en el país, pasarían a tener ese impuesto del 15% según se estima.

La industria automotriz es la que más ha crecido en los últimos tiempos y su aporte a la economía argentina es importante, ya que no sólo hablamos de fábricas de autos sino además de todas las fábricas de auto partes y los servicios que se desarrollan alrededor de la mayor existencia de automotores, como los talleres mecánicos, las estaciones de servicio, los estacionamientos y cocheras. Es decir hay una infinidad de actividades que crecen a la par que crece el parque automotor.

Como ya dije el nuevo esquema impositivo es una medida interesante que fomentará la producción local de automotores y que complementa otras medidas que se vienen tomando conjuntamente con Brasil para que los automotores locales tengan cada vez mayor proporción de auto partes fabricadas localmente.

Adicionalmente, se trata de medidas preventivas frente a las amenazas de crisis y recesión a las que tenemos que prestar atención. De esta manera, sustituir importaciones o gravarlas, es una manera de orientar el consumo hacia los productos fabricados en la Argentina.

http://www.carlosheller.com.ar/2012/01/11/una-nueva-medida-para-fomentar-la-industria-nacional/

Robot articulado de 6 ejes de manipulación

Después de que el SpeedFeeder haya puesto piezas en la estación intermedia, una robusteza industrial del seis-eje se utiliza para montar las piezas. Otra robusteza del seis-eje después toma las piezas y las mueve a las estaciones para coser o doblarse y encresparse. Las máquinas el coser, de la flexión y el encresparse tienen un sistema hydráulico independiente y se pueden cambiar fácilmente encima entre diversas piezas. Las robustezas se equipan de las conexiones rápidas para el cambio rápido del agarrador. Finalmente, las piezas se transportan a un transportador para outfeed de piezas acabadas. El transportador se puede utilizar para el buffering de la parte.

Manipulación Robot, costura, doblado y rizado

Después de la SpeedFeeder ha colocado piezas en la estación intermedia, un robot industrial de seis ejes se utiliza para montar las piezas. Otro robot de seis ejes entonces toma las partes y los mueve a estaciones de costura o de flexión y curling. La costura, máquinas dobladoras y rebordeado tiene un sistema hidráulico independiente y puede ser fácilmente cambiado a lo largo entre las diferentes partes. Los robots están equipados con conexiones rápidas para el cambio de agarre rápido. Por último, las piezas se transportan a un transportador de alimentación de salida de las piezas acabadas. El transportador puede ser utilizado para almacenamiento temporal parte.

http://www.directindustry.es/fabricante-industrial/robot-6-ejes-manipulacion-86394.html

http://www.arqhys.com/arquitectura/objetivos-geometria-descriptiva.html

http://lasmaquinasindustriales.blogspot.com/