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Director Editorial: Luis Hale D’ Angelis Editor: Ana Lorena Rúa Director de Diseño: Florencia Zenteno Corrector: Juan Daniel Muñoz Sanchez

Usos Tecnológicos

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Page 1: Usos Tecnológicos

Director Editorial: Luis Hale D’ Angelis

Editor: Ana Lorena Rúa

Director de Diseño: Florencia Zenteno

Corrector: Juan Daniel Muñoz Sanchez

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Hoy nos encontramos rodeados de avances

tecnológicos, con aportes de la ciencia y técnica,

que se encuentra bajo el nivel de dependencia de

las personas en situaciones diarias y cotidianas de

nuestros días y cada vez se muestran naturales

para todos. Su uso particularmente fue incremen-

tando con el pasar del tiempo, por el DESEO o

NECESIDAD de cada uno, tanto al CONOCI-

MIENTO y COMPRENSIÓN que los seres huma-

nos le fuimos otorgando. Y es aquí donde Aquiles

Gay plantea que la tecnología se encuentra implí-

cita en la CIENCIA y TÉCNICA. Para su punto de

partida la TECNOLOGÍA, es la forma de utiliza-

ción de medios, por lo cual se ponen en relación

para proporcionar objetos necesarios que van a

satisfacer a los seres humanos. En este sentido

CIENCIA, responde el deseo de conocer y buscar

comprensión racionalmente, la cual lo lleva a cabo

por medio de la investigación científica. Y por

último TÉCNICA, aporta el deseo y voluntad de

transformar, buscando nuevas y mejores formas

de satisfacer necesidades o deseos. A través de la

construcción, fabricación o creación del objeto,

como lo vemos en los celulares, computadoras,

programas, aplicaciones, televisores, etc. La dife-

rencia es que la tecnología tiene en cuenta aspec-

tos científicos, estructura sociocultural, infraes-

tructura productiva, vinculada al sector de pro-

ducción y consumo. Mientras que la técnica,

apuesta a conocimientos técnicos y herramientas

del “¿cómo hacer?”. Y la ciencia busca entender la

naturaleza de las cosas, racionalizarla y utilizara

en los desarrollos tecnológicos como así también

aportar hacia los mismos. Actualmente, estos

Un mundo modelado

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conceptos los vemos, en los usos que le damos,

como es el caso de los celulares inteligentes, que

son la innovación que se transforma día a día, y su

accesibilidades generan una la relación de depen-

dencia, a la hora de realizar una mínima tarea co-

mo es la de levantarse con la alarma que uno pro-

grama en el celular o que alguien lo haga llamán-

dote, fijarse las noticias en diarios on-line, el

hecho de mandar un mensaje o recibir el de un

compañero para saber si tenés clases, prueba o

algún trabajo que entregar, hasta inclusive ma-

chetes que muchas veces se mandan en medio de

una prueba. Las aplicaciones también aportan co-

mo es Facebook, Twitter o Whatsapp, que pode-

mos chusmiar y saber hasta que le paso al vecino,

ya no memorizamos un numero al saber que lo

podemos agendar, o información que se deja de

buscar en libros de biblioteca, porque sabemos

que “en el rincón del vago”, o wikipedia, nos va a

salvar de leerlos. Así como también la forma de

comunicación instantánea, ya que nos sacamos

una selfie y la publicamos, podemos hacer muchas

tareas al mismo tiempo, como es escuchar músi-

ca, hablar con alguien a la distancia, compartir

fotos, videos, entre tantas cosas más. Simplemen-

te pareciera ser que si no tenés el celular no hay

vida, no sabes nada, estas colgado.

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La pantalla

como ventana

Años atrás para poder comunicarse con un ami-

go, compañero o quien fuera; debía-mos ir a su casa o

bien utilizar el teléfono fijo al cual no todos podíamos

acceder. Para po-der realizar una investigación del co-

legio la tarea era más dificultosa: requeríamos diccio-

narios, libros, enciclopedias, movilizarnos hasta una

biblioteca pública. En la actualidad esto se simplificó,

podemos decir que las nue-vas tecnologías concentra-

ron todo su poten-cial en una sola pantalla.

El teléfono móvil como dice David Morley se ha con-

vertido en el centro de nuestras comunicaciones

electrónicas. Pode-mos realizar llamadas, enviar men-

sajes de textos, buscar alguna ubicación por GPS, con-

trolar todo tipo de red social, estando en un mismo

lugar sin necesidad de moverse, algo que hoy en día

para todas aquellas personas que no poseen el tiempo

suficiente para estar en diferentes lugares les resulto lo

más pla-centero.

Un smartphone pasó a ser partes de no-sotros, casi se

podría decir que nos sentimos incompletos sin éste, se

generó una depen-dencia sorprendente, a causa de la

facilidad que nos ofrece para estar en “contacto per-

manente con el mundo”. De hecho, podr-íamos

decir que la pantalla principal de nues-tro smartphone

resume nuestras relaciones sociales y las formas en

que nos vinculamos con ella.

Sin ir más lejos, puedo decir que esta tecnología me ha

sido de mucha ayuda a nivel facultad, uno puede man-

tenerse al tanto constantemente con algunas cátedras

a través de blogs o alguna otra red social. La comuni-

cación con nuestros propios compañeros de grupo a

través de Whatsapp nos permite ulti-mar detalles de

grupos sin tener que juntarse.

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Biblioteca

Digital

Algo que muchos no saben, es que Argentina

cuenta desde el 2002 con una biblioteca electróni-

ca que posee un gran volumen de material científico

para ser utilizado. A pesar de que la biblioteca existe

en la red desde hace tiempo y puede no parecer nove-

doso no hay que perder de vista sus objetivos: “brindar

acceso, a través de Internet, a artículos completos de

publicaciones periódicas científicas y tec-nológicas”.

La Biblioteca Electrónica de Ciencia y Tecno-

logía de la República Argentina, funciona dentro

de una su-per red informática comunitaria, en

donde aparecen todas las universidades del país inter-

conectadas compartiendo co-nocimiento constante-

mente. Más de 17.000 títulos de revistas científico-

técnicas, 9.000 libros, 5.000 estándares y a bases de

datos referenciales de gran valor para la comunidad

científica.

Sociabilizar, obligación, solida-ridad, promo-

ción y desarrollo son pa-labras que definen al capi-

tal social que contiene semejante biblioteca. Aportan

a la producción de conocimientos científicos tanto de

manera cualitativa como cuantitativa. Una opor-

tunidad que no se puede desperdiciar, más si sos el

típico “traga” del curso, o si estas en plan de des-

arrollar una tesis o alguna investigación.

Pero como todo, tiene sus límites. Si queres conocer

más sobre la Biblioteca Electrónica de Ciencia y Tec-

nología de la República Argentina o consultar alguna

temática que te interesa, podes ingresar desde aquí:

www.biblioteca.mincyt.gob.ar

Para ver una presentación de la Bi-blioteca puedes

descargarla desde aquí.

Page 6: Usos Tecnológicos

Desde los inicios de la historia, las per-sonas

hemos ido creando diversos mecanismos que nos per-

mitían y permiten comunicarnos entre nosotros. Ac-

tualmente, nos encontramos frente al desarrollo verti-

ginoso de un sinfín de investigaciones científicas y de

nuevos “procedimientos prácticos que tienen como

objetivo la fabricación de bienes o la provisión de ser-

vicios”. Y, junto a ellos, el advenimiento cada vez más

veloz de nuevas tecnologías en materia de comunica-

ción social.

Esas nuevas tecnologías, que algunos autores

científicos gustan llamar “máquinas de la comunica-

ción”, “no disminuyen las dificulta-des (propias) de la

comunicación humana”. Precisamente, porque nuestra

comunicación directa se da de muchas maneras, al in-

tercam-biar no sólo palabras y silencios, sino también

gestos, olores, rituales, entre muchos otros códigos.

Por esto es que Pierre Schaeffer nos habla de

“simulacros” cuando afirma que “lo que las máquinas

de la comunicación tienen en común es que trabajan

con ilusiones de exis-tencia”, ya que nos hacen creer

que nos encon-tramos sumergidos en una mera repro-

ducción de la realidad, aunque ya esté transformada.

Esto sucede con el software “Skype”, para computa-

doras y smartphones. Sus realiza-dores la presentan

como una herramienta faci-litadora para la comunica-

ción entre personas pero sólo se trata de una deforma-

ción que hace la tecnología en nues-tra percepción de

la realidad y de la inter-acción con los demás. Skype

no nos permite una interacción directa con otras per-

sonas: si bien

nos presenta la

imagen de ésta,

nos deja escu-

char una voz

cuyo timbre se

ha modi-ficado

enormemente

desde aquél que

escucha-mos cuando nos encontramos frente a frente

con ese interlocutor en la calle o en una reu-nión y,

también, la cámara influye en nuestra percepción por-

que, por ejemplo, nos podría mostrar a una persona de

tez muy clara cuando la realidad es totalmente opues-

ta, o viceversa, entre muchas otras cuestiones.

Las nuevas tecnologías llegaron a nues-tras vidas hace

mucho tiempo, y llegaron para quedarse. Si bien nos

permiten acortar distan-cias, debemos pagar un alto

precio como es el de ver nuestra realidad distorsiona-

da. Enton-ces, ¿será cierto que estas “máquinas de la

co-municación” facilitan la interacción humana o, co-

mo decía Pierre Schaeffer, se trata de un me-ro

“simulacro” de la realidad? Siempre, debe-mos tener

presente la reflexión de Jacques Perriault cuando ob-

serva que “toda telecomu-nicación opera en virtud de

una modificación (de las formas previamente conoci-

das de rela-cionarse con los demás)”.

Realidades simuladas