V. 4 Correo de las Culturas 40

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    Vol. IV, nmero 40, 15 de mayo de 2009. CEDICULT Director: Leonel Durn Sols

    M u s e o N a c i o n a l

    d e l a s C u l t u r a s d e l M u n d o

    C

    O

    R

    R

    EO

    [email protected]

    En este nmero:

    Vigencia del arte prehistrico en las venus paleolticas

    Judos en Marruecos, presencia y convivencia de culturas

    Moriscos: una memoria recobrada

    Catalua borra la educacin en castellano

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    Mide slo seis centmetros de altura y sus hechuras noson lo que se dice precisamente clsicas, pero ha dejadoboquiabiertos a los estudiosos por lo extravagante de

    sus atributos sexuales que bordean, consideran lossabios, lo pornogrfico (desde el punto de vista actual).Y por su precocidad: la pequea Venus descubierta enseis trozos en la cueva de Hohle Fels (Pea Hueca) enBaden-Wrttemberg, en el sur de Alemania, tiene lafriolera de entre 35,000 y 40,000 aos. Se adelanta

    ms de 5,000 aos como mnimo a las otras pin-upspaleolticas como la famosa Venus de Willendorf (con 28,000 aos) o suscolegas de Lespugue (26,000) y Vestonice (29,000).

    La nueva Venus auriaciense, tallada por los primeros humanos anatmicay genticamente modernos, demuestra que el simbolismo sexual en el arteeuropeo tiene una an ms larga tradicin en la evolucin de nuestra especie.

    Como la de Lespugue, la recin llegada de Hohle Fels est tallada en marfilde mamut las otras dos en piedra. Y como todas ellas, sus rasgos sexualesestn exagerados hasta lo indecible. Los pechos son enormes (pero curio-samente muy altos en comparacin con los tan cados de las otras Venus)y la vulva est agrandada y muy explicitada. Nos quedamos sin habla alverla, seal muy sinceramente el arquelogo de la Universidad de Tubinga

    Nicholas J. Conrad, que firma el artculo sobre el descubrimiento que hoy sepublica en la revista Nature.

    La Venus, con pequeos brazos (uno roto) y piernas, tiene una cabecitaminscula en forma de anillo, probablemente para pasarle un cordel y llevarlacolgada.

    Fuente: Nature/El Pas

    40,000 aos tiene la venus ms antigua

    por Jacinto Antn

    Arte prehistrico

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    Cultura ibrica. Finales S. III, inicios S. II a.C.

    Venus paleolticas (o diosas madre...)

    La venus de Brassempouy esun fragmento de estatuillafemenina de marfil. Se dataen el Paleoltico Superior

    (21,000 a.C.) y es una de lasms antiguas representacionesdetalladas del rostro humano.

    Venus de Lespugue, 20,00

    0aos de antigedad.

    Arte prehistrico

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    Arte prehistrico

    Venus de Dolni Vestonice,

    entre 29 000 y 25 000 a. C.

    Venus de Savigniano,c. 25,000 aos.

    Venus de Willendorf, 25,000 aosde antigedad.

    Venus de Menton, del

    paleoltico gravetiense, entre27,000 y 22,000 aos de

    antigedad.

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    Cultura ibrica. Finales S. III, inicios S. II a.C.

    Venus de Laussel, 25,000 aos

    de antigedad, aproximadamente.

    Venus de Tursac, 22,000 aos.

    Arte prehistrico

    Cuevas de Lascaux 15,000 a 12,000 a.C.

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    Arte prehistrico

    Cueva de Lascaux, 15,000 a 12,000 a.C.

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    Cultura ibrica. Finales S. III, inicios S. II a.C.

    Techo de Altamira, 12,000 a.C.

    Arte prehistrico

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    Culturas

    En el Museo Histrico Judo de msterdam se

    pueden contemplar fotografas nicas de la vida

    juda en el sur de Marruecos durante el decenio de

    los 50. Sinagogas en estado ruinoso y cementerios

    abandonados es lo nico que recuerda su presencia

    en la regin. El fotgrafo judo marroqu Elias

    Harrus (1919-2008) plasm la vida juda en el sur

    de Marruecos poco antes de que los habitantes judos emigraran masivamente a Israel. La fotgrafa holandesa, Pauline

    Prior, viaj el ao pasado a esos mismos lugares para recoger en imgenes

    lo que todava queda de ello. El contraste es dramtico.

    Las mismas canciones

    Mi abuela contaba que antiguamente las mujeres judas y las bereberestrabajaban juntas en la tierra, dice la presidenta del concejo de distrito

    de msterdam, Ftima Elatik, durante la inauguracin de la exposicin.

    Hablaban la misma lengua, tenan la misma cultura, cantaban las mismas

    canciones. A m siempre me pareci una historia extraordinaria.

    Los judos vivieron durante unos 2000 aos en Marruecos, generalmente

    en armona con la poblacin bereber. Pero despus de la fundacin del

    Estado de Israel en 1948, la mayor parte de los judos marroques emigr

    a ese pas. Slo qued un pequeo grupo en las ciudades grandes del

    norte de Marruecos. El proceso de la emigracin estaba en pleno apogeo

    cuando Elias Aarhus hizo las fotografas.

    Vida juda en Marruecos

    por M i c h e l H o e b i n k

    C lt

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    Cultura ibrica. Finales S. III, inicios S. II a.C.

    Culturas

    Harrus trabaj durante el decenio de los 50 para la Alianza Israel Universal,

    una organizacin internacional que luchaba por implantar una enseanza

    seglar moderna en las comunidades judas de pases islmicos.

    Fue durante los viajes que realiz para su trabajo cuando hizo las fotografas.El hecho de formar parte de la comunidad juda, le permiti plasmar

    imgenes ntimas de la vida cotidiana de los judos en el sur de Marruecos.

    Las fotografas de Elias Harrus forman un documento nico, afirma la

    organizadora Sulimat Cohen. Reflejan a una comunidad que poco despus

    desaparecera completamente.

    Culturas

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    Culturas

    Joyas de plata

    Las fotografas son testimonio de las buenas relaciones entre judos y

    bereberes. Se relacionaban diariamente y dependan econmicamente losunos de los otros. Se puede ver a los judos en las profesiones en las que

    estaban especializados, como la marroquinera y la joyera. Fueron ellos los

    realizadores de las famosas joyas de plata del sur de Marruecos que las

    jvenes bereberes llevaban en su boda.

    Comerciantes

    Hay tambin imgenes de mercados dominicales donde se ven juntos a

    judos y musulmanes. Sulimat Cohen: Los judos eran, generalmente,

    comerciantes que, atravesando montaas, recorran los mercados. Para

    los bereberes era un riesgo, ya que las diferentes tribus vivan en conflicto

    unas con otras, pero los judos gozaban de proteccin por todos ladosdebido a su importante funcin econmica. Cohen seala una cita que

    el autor ingls John Waterbury recogi de un comerciante bereber del sur

    de Marruecos: Antes de la llegada de los franceses estbamos siempre

    envueltos en conflictos, pero haba dos normas que todo el mundo acataba:

    no tolerbamos ninguna forma de prostitucin entre nuestras mujeres y

    nuestras disputas no repercutiran nunca en los judos.

    Cementerio abandonado

    Qu ha quedado hoy da de la presencia juda en el sur de Marruecos?. La

    fotgrafa holandesa, Pauline Prior, viaj en el 2008 a la cordillera del Atlas

    y al Sahara por encargo del Museo Histrico Judo para buscar vestigios dela comunidad juda all. Sus fotografas se exponen junto a las de Harrus.

    Las imgenes de Harrus estn repletas de personas y las de Prior son

    calmas y vacas. Se ven sinagogas ruinosas, un barrio y cementerio judos

    abandonados. Los cementerios y, especialmente, las tumbas sagradas son,

    en realidad, los lugares ms animados que fotografi Prior. Al igual que los

    marroques musulmanes, los judos veneran a los santos judos marroques

    Culturas

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    Cultura ibrica. Finales S. III, inicios S. II a.C.

    Culturas

    que obraron milagros durante sus vidas. Marruecos est sembrada de

    tumbas de santos, entre las cuales tambin muchas judas.

    Segn la concejala Ftima Elatik, los jvenes marroques en Holanda apenas

    son conscientes de la fraternidad que rein entre judos y musulmanes en el

    Marruecos antiguo. Ftima Elatik confa en que los nios marroques visiten

    la exposicin.

    Fuente: Radio Nederland

    La permanente visita de turistas israeles de origen marroqu a Marruecos

    no cambiar un hecho casi consumado: los das de esplendor de los judos

    marroques estn llegando a su fin. La comunidad, una de las ms brillantes

    de la historia del pueblo judo, tena 350,000 habitantes en los aos 50. Hoy

    no supera los 2,500.

    La mayora de los judos marroques viven hoy en Casablanca mientras que

    en Rabat (la capital), Agadir y Fez viven tan slo decenas en cada una de

    ellas. La dificultad en precisar la cantidad exacta de judos surge del hechoque algunos viven en una ciudad y trabajan en otra. Por ejemplo un judo

    es presidente de la comunidad de Marrakesh (70 personas) pero la mayor

    parte del da est en Casablanca. Otro judo tiene negocios en Marruecos

    pero vive mucho tiempo en Mnaco.

    As es como el nmero de judos disminuye ao a ao: muchos judos

    van a estudiar a Francia e Israel y luego sus padres los siguen. Unos 120

    Los judos en Marruecospor Noaj Klinguer, Yediot Ajaronot

    Culturas

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    a 130 judos hace ali por ao desde Marruecos, lo que significa una cifra

    considerable en la kehil disminuida. El otro factor es el decrecimiento

    vegetativo: un tercio de la comunidad son ancianos.Entre jvenes que se van y ancianos que se quedan por no poder irse,

    se encuentran los adultos que viven con cierta holgura econmica. Si bien

    no son ricos pueden tener trabajadores con salarios bajos por la falta de

    leyes sociales en Marruecos. stos no quieren dejar Marruecos, comunidad

    con ms de 2,000 aos de vida, pero no son suficientes para garantizar

    continuidad.

    Hay que pensar que tan slo en Casablanca hay ms de 30 sinagogas

    que responden a un modelo comunitario de una poca de mayor esplendor

    cuando los judos inundaban la ciudad, slo que hoy la mayora de esas

    sinagogas estn cerradas, otras slo tienen minian los sbados y slo en

    tres hay apenas un minian diario. Por qu esas sinagogas no cerrarondefinitivamente? Por el motivo tradicional de que nadie quiere perder o

    renunciar a ser presidente de una institucin.

    La comunidad tiene tambin cuatro clubes sociales en Casablanca. Uno de

    ellos hace dos aos fue atacado por Al Queda pero ya est reconstruido. En

    slo uno de ellos los judos practican deportes. En los otros hay slo juegos

    de naipes y participan judos y musulmanes. Cada club tiene un comedorcosher. No hay restaurant cosherprivado en la ciudad.

    Tambin las pocas escuelas judas del pas luchan por subsistir. La organizacin

    filantrpica francesa Alliance tiene una primaria y dos secundarias, pero en

    el nivel primario el 50% del alumnado son musulmanes y en uno de los

    secundarios llegan al 60%. Slo en uno de los seminarios se estudia enhebreo y por ello todos los chicos son judos. En total en las tres escuelas

    hay 250 alumnos. Hay un centro-escuela de Jabad Lubavitch con jardn y

    primaria con aulas que tienen entre 5 y 8 alumnos. La extraa situacin de

    muchas escuelas para pocos alumnos gener que Sarg Bordogo, presidente

    de todas las comunidades judas de Marruecos, propusiera la fusin de

    escuelas. Sin embargo, nadie quiere dejar su cargo y ha crecido la tensin

    Culturas

    Culturas

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    Cultura ibrica. Finales S. III, inicios S. II a.C.

    entre los establecimientos. Por otro lado, Bordogo mismo se encuentra en

    el centro de un escndalo. Hace 30 aos que es presidente de la entidad

    sin aparente sustento jurdico. An a pesar de que la kehil se reduce, hayquienes encienden una llama de esperanza en especial por su actividad

    cultural y sionista. Se trata de Salomn Azulay, que cada ao lleva a Polonia

    a la Marcha por la Vida a 50 jvenes marroques. Azulay vive en Israel pero

    desde hace aos organiza la Marcha por la Vida. Si bien l mismo hospeda

    en su casa de Marruecos a no pocos turistas israeles, no es muy optimista

    respecto al futuro.

    En poco tiempo no habr comunidad juda en Marruecos. Los hechos le

    dan la razn.

    Culturas

    Historia

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    Moriscos, una memoria recobrada

    por Miguel A. Villena

    Cuadro de Pere Oromig y Francisco Peralta (1613) de la expulsin de los moriscos en Vinarsque se muestra en una exposicin de la Universidad de Valencia.

    Historia

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    Cultura ibrica. Finales S. III, inicios S. II a.C.

    Mujeres y hombres, nios y ancia-nos abarrotaron puertos del

    Mediterrneo espaol en la primavera

    de 1609 empujados por la intransi-

    gencia religiosa, la represin militar y

    los intereses polticos. El nico delito

    de aquellas familias consista en ser

    descendientes de los musulmanes que

    haban vivido en la pennsula Ibrica

    durante siglos y que haban sido obli-

    gadas a convertirse al cristianismo. Un

    decreto firmado el 9 de abril por FelipeIII e inspirado por su primer ministro,

    el duque de Lerma, impona la expul-

    sin de cerca de 300,000 moriscos,

    en su mayora radicados en Aragn,

    Valencia, Murcia y Granada, en un pas

    que a comienzos del siglo XVII contaba

    apenas con ocho millones y medio

    de habitantes. La expulsin signific

    un autntico desastre econmico para

    varias regiones, seala Luis Fernando

    Bernab, y un retroceso de casi un siglo en muchos indicadores de riqueza.Hay que tener en cuenta que buena parte de la agricultura y del comercio

    estaba en manos de moriscos.

    Profesor en la Universidad de Alicante y arabista, Luis Fernando Bernab

    forma parte del centenar de especialistas en los moriscos que se reunieron

    recientemente en un congreso internacional en Granada, convocados por la

    Historia

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    Fundacin El Legado Andalus y por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones

    Culturales (SECC). Esta cita marc un hito en los estudios sobre una poca poco

    estudiada y divulgada. Se trata de recuperar la memoria de ese periodo,comenta Jernimo Pez, director de El Legado Andalus, y de investigar los

    puntos de vista sociales, econmicos y culturales desde las dos riberas del

    Mediterrneo, la espaola que expulsa a los moriscos y la norteafricana que

    los recibe. Hemos tenido especial inters en invitar a profesores universitarios

    del Magreb para abordar un captulo poco conocido de nuestra historia.

    No cabe duda de que una visin maniquea ha influido a la hora de olvidar

    nuestro mestizaje con el mundo magreb, cuando est claro que un pas como

    Marruecos es el que ms ha influido en nuestra historia.

    Los especialistas no terminan de ponerse de acuerdo sobre las razones bsicas

    de la expulsin, y en definitiva, la suma de varios motivos explicara aquellafuria contra la minora islmica. Ofrecer una respuesta rotunda es difcil,

    opina Bernab, aunque muchos creemos que los motivos polticos pesaron

    tanto o ms que la persecucin religiosa. De cualquier modo, todo se entre-

    lazaba, y en los bandos de la expulsin, que se prolong entre 1609 y 1614,

    se alude en primer lugar al peligro para la seguridad de los reinos, en refe-

    rencia a ataques turcos o incursiones de piratas en el litoral mediterrneo. Yaen segundo trmino, se aportan motivos de represin religiosa, alentada por

    algunas autoridades eclesisticas.

    Hasta tal punto la monarqua mezcl argumentos en aquel acto de fuerza

    con pocos equivalentes de tal magnitud en la historia espaola que se vioobligada a esquivar la circunstancia de que todos los moriscos expulsados

    estaban bautizados y, por tanto, desde un punto de vista formal, eran

    cristianos. Felipe III convoc a finales de 1608 una junta de telogos para

    que aclararan la cuestin, y los propios religiosos tuvieron que advertir que

    se iba a expulsar a cristianos. Por esa razn se utiliz la acusacin contra los

    moriscos de que actuaban como quintacolumnistas del Imperio Otomano y de

    Historia

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    Cultura ibrica. Finales S. III, inicios S. II a.C.

    los corsarios que devastaban el Mediterrneo. Apenas dcadas despus de la

    batalla de Lepanto o del aplastamiento de la rebelin de las Alpujarras, el odio

    social contra los moriscos estaba realmente arraigado. Siempre fue tensa ydifcil la convivencia entre musulmanes y cristianos, afirma Manuel Barrios,

    catedrtico de la Universidad de Granada y uno de los coordinadores del

    congreso que lleva por ttulo Moriscos, historia de una minora. Por ilustrarlo

    con una imagen, aade Barrios, la expulsin de los moriscos represent el

    captulo final en un largo conflicto entre moros y cristianos que termina con

    la derrota de los primeros y con el botn de la victoria para los segundos. La

    poltica de Felipe III y del duque de Lerma, en una etapa en la que necesitan

    dar muestras de unidad religiosa y podero militar, supuso la consolidacin de

    la hegemona cristiana.

    El centenar de especialistas que debatieron en Granada entre el 13 y el16 de mayo, se ocuparon tambin de las huellas de la cultura morisca,

    tanto en Espaa como en el Magreb. En la pennsula Ibrica el legado ha

    perdurado en la arquitectura mudjar y en la agricultura, un sector en el

    que los moriscos impusieron sus tcnicas y sus ingeniosos mtodos de uso

    del agua en el antiguo Reino de Valencia, donde representaban un tercio de

    la poblacin a principios del XVII, o en Aragn, donde alcanzaron el 20%del censo. Las Alpujarras un topnimo que significa terreno montaoso o

    la vega granadina estn asimismo llenas de recuerdos de los moriscos. Su

    laboriosidad en el campo, subraya Barrios, era tan evidente que irritaba a

    los cristianos intransigentes.

    El peso de los moriscos en muchas zonas rurales era tan decisivo que el

    decreto de expulsin contempl excepciones en algunas familias que deban

    permanecer en Espaa para ensear a los agricultores cristianos a cultivar las

    tierras. Toda una triste paradoja. Pero la monarqua de Felipe III prefiri apostar

    por el integrismo religioso y la intransigencia poltica antes que por la suma de

    esfuerzos. Una parte del pas tard dcadas en recuperarse. Fuente: El Pas

    Educacin

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    Despus de casi un ao y medio de friccin social y poltica fue refrendada

    en el Parlamento cataln la ltima versin de la nueva Ley Educativa Catalana

    (LEC), que blinda definitivamente la inmersin lingstica en las escuelas y

    concede a la Generalitat competencias exclusivas para gestionar el sistema

    educativo.

    Gracias a este nuevo marco legal, que se aprobar, previsiblemente, a

    comienzos de junio, la Generalitat tendr libertad absoluta para decidir sus

    contenidos curriculares, es decir qu materias imparte y cmo las organiza, ytendr tambin va libre para gestionar sus plantillas docentes.

    En este sentido, la ley contempla la creacin de un cuerpo de profesorado

    propio y unas oposiciones diferenciadas, que se realizarn en cataln y reque-

    rirn a los aspirantes no slo conocer la lengua autonmica sino tambin las

    instituciones de esta Comunidad.La LEC liquida la polmica tercera hora de castellano y entierra las pocas

    esperanzas que mantenan an los defensores del bilingismo de que se res-

    tableciera el equilibrio entre las dos lenguas oficiales en esta Comunidad. De

    hecho, la nueva normativa no slo blinda el modelo lingstico, convirtiendo

    al cataln en la nica lengua de uso en la escuela el castellano queda por

    detrs del ingls con slo dos horas semanales, sino que permite que se

    puedan impartir contenidos curriculares en lengua extranjera pero no en

    castellano.

    El ltimo redactado, que asume muchas de las 250,000 alegaciones que

    recibi en un principio, ha sido pactado durante todos estos meses por PSC,

    ERC y CiU, dejando al margen a ICV. Esta curiosa alianza entre socialistas y

    Catalua borra la educacin en castellano

    por Esther Armora

    Educacin

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    Cultura ibrica. Finales S. III, inicios S. II a.C.

    convergentes se dice que la accin de Esquerra en el redactado se limita

    a poco ms que la cuestin lingstica (artculos 9 y 11), que ha abierto

    heridas insanables en el seno del desgastado tripartito cataln, supone elprimer ensayo de la anunciada sociovergencia catalana. Es la primera vez en

    treinta aos que en Catalua la mayora gubernamental vota dividida una

    nueva ley. Y no slo eso, sino que sta sale adelante gracias al apoyo de la

    primera fuerza de la oposicin.

    Se amplan los conciertos

    Los convergentes han velado y mucho por encargo explcito de su lder

    Artur Maspara que en el ltimo texto que se remat en el Parlament se

    refuerce el papel de la escuela concertada. En este sentido, la ley contempla

    que los conciertos se extiendan al bachillerato y la FP, y acepta tambin que los

    centros que practican educacin diferenciada puedan acceder al concierto.

    Este ltimo punto ha llevado a los ecosocialistas a oponerse a la ley.

    Iniciativa considera que la LEC no es una ley de pas y no garantiza los

    mismos derechos y obligaciones para la red pblica y la concertada. Portavoces

    de esta formacin han avanzado que no descartan reclamar la consejera deEducacin para cambiar la ley si se reedita el tripartito.

    Fuente: www.abc.es

    Directorio

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    INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGA E HISTORIA

    DIRECTOR GENERAL

    ALFONSO DE MARIA Y CAMPOS CASTELL

    SECRETARIO TCNICORAFAEL JULIO PREZ MIRANDA

    SECRETARIO ADMINISTRATIVOLUIS IGNACIO SAINZ CHVEZ

    COORDINADORA NACIONAL DE MUSEOS Y EXPOSICIONESMIRIAM KAISER

    DIRECTOR DEL MUSEO NACIONAL DE LAS CULTURASY DEL CORREO DE LAS CULTURAS DEL MUNDO

    LEONEL DURN SOLS

    ESTA ES UNA PUBLICACIN DELCENTRO DE ESTUDIOS SOBRE LA DIVERSIDAD CULTURAL (CEDICULT)

    DEL MUSEO NACIONAL DE LAS CULTURAS

    COORDINACIN EDITORIALMARIANO FLORES CASTRO

    [email protected]

    TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS POR LOS RESPECTIVOS AUTORES

    DE LOS ARTCULOS, NOTAS Y FOTOGRAFAS.

    MXICO, D.F., 15 de mayo de 2009.