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1 Vía clínica de la Cirugía programada por carcinoma colorrectal Elaborada conjuntamente por la Sección de Gestión de Calidad y la Sección de Coloproctología de la Asociación Española de Cirujanos y la colaboración de la Asociación Española de Coloproctología Coordinadores: Víctor Soria Aledo (Sección de Gestión de Calidad) Eduardo García Granero Ximénez (Sección de Coloproctología) Revisores: Héctor Ortiz Hurtado (Sección de Coloproctología) José Vicente Roig Vila (Sección de Coloproctología) Mario De Miguel Velasco (Asociación Española de Coloproctologia) Fernando de la Portilla de Juan (Asociación Española de Coloproctologia) Pedro Ruiz López (Sección de Gestión de Calidad) Manuel Romero Simó (Sección de Gestión de Calidad) José Luis Aguayo Albasini (Sección de Gestión de Calidad) Fecha edición: 10 Enero de 2011 Fecha prevista revisión: 2015

Vía clínica de la Cirugía programada por carcinoma colorrectal · 2.1.1. Marcadores tumorales ¿Cuál es la utilidad de los marcadores tumorales en el CCR? ¿Cuáles son los principales?

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    Vía clínica de la Cirugía programada 

    por carcinoma colorrectal   Elaborada conjuntamente por la Sección de Gestión de Calidad y la Sección de Coloproctología de la Asociación Española de Cirujanos y la colaboración de la Asociación Española de Coloproctología  Coordinadores:  Víctor Soria Aledo (Sección de Gestión de Calidad) Eduardo García Granero Ximénez (Sección de Coloproctología)  Revisores:  Héctor Ortiz Hurtado (Sección de Coloproctología) José Vicente Roig Vila (Sección de Coloproctología) Mario De Miguel Velasco (Asociación Española de Coloproctologia) Fernando de la Portilla de Juan (Asociación Española de Coloproctologia) Pedro Ruiz López (Sección de Gestión de Calidad)  Manuel Romero Simó (Sección de Gestión de Calidad) José Luis Aguayo Albasini (Sección de Gestión de Calidad)      

    Fecha edición: 10 Enero de 2011  Fecha prevista revisión: 2015

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    INDICE  Página

    Presentación           1. Introducción                3 

    1.1. Justificación y objetivos            3 1.2. Límites del proceso              3 1.3. Criterios de inclusión y exclusión          4   1.4. Documentos principales y metodología        4   

    2. Recomendaciones sobre puntos clave en el proceso        5   2.1. Procedimientos y pruebas diagnósticas         5 

    2.1.1. Marcadores tumorales            5 2.1.2. Métodos diagnósticos de estadificación y seguimiento    6 

    2.1.2.1. Colonoscopia             6 2.1.2.2. Colonoscopia virtual por TC         6 2.1.2.3. TC toracoabdominal                                                            7 2.1.2.4. Ecografía endorrectal           7 2.1.2.5. RMN                                                   8 2.1.2.6. Enema opaco            8 2.1.2.7. PET               8 

    2.1.3. Valoración del estomaterapeuta                                                        9 2.2. Tratamiento                10 

    2.2.1. Preparación mecánica del colon        10   2.2.2. Profilaxis antibiótica            10 2.2.3. Profilaxis tromboembólica          10 2.2.4. Transfusión perioperatoria          11 2.2.5. Utilización de drenajes           11 2.2.6. Prótesis de colon            11 2.2.7. Rehabilitación multimodal. Fast track        12 

    2.2.7.1. Uso de la SNG y alimentación precoz      12 2.2.7.2. Medidas que disminuyen el ileo       13 2.2.7.3. Importancia del ayuno preoperatorio      13 

    2.3. Seguimiento                15 2.4. Neoadyuvancia en el cáncer rectal                                                                  15 2.5. Tratamiento oncológico tras cirugía                                                                18 2.6. Multidisciplinaridad, auditoria y necesidad  de especialización  en  

    La cirugía del cáncer rectal                                                                              19 2.7. Criterios básicos del estudio de las piezas  de Anatomía Patológica       19 2.8. Consentimiento informado                                                                               20 2.9. Papel de la Cirugía laparoscópica                                                                    20  

    3. Bibliografía                 23   4. Documentos principales de la vía clínica          28 

    4.1. Indicadores                 28 4.1.1. Indicadores de cumplimiento          28 4.1.2. Indicadores de efectividad clínica        29 4.1.3. Indicadores de satisfacción          31 4.1.4. Indicadores de eficiencia          32 

    4.2.  Matriz temporal              33 4.3.  Hoja de variaciones              35 4.4.  Encuesta de satisfacción            36 4.5.  Anexos                38 

  • 3

    PRESENTACIÓN

    En los países desarrollados el cáncer constituye uno de los mayores problemas de salud y es una

    de las enfermedades más prevalentes; así, actualmente, representa la primera causa de muerte en

    la Unión Europea y en España. El cáncer colorrectal (CCR) es una de las neoplasias más frecuentes

    en nuestro medio; ocupa el segundo lugar en orden de frecuencia tumoral en ambos sexos (tras el

    de pulmón en hombres y el de mama en mujeres)1,2.

    Como todo proceso oncológico precisa ser abordado de forma integral, con un enfoque

    multidisciplinar. En este sentido, una de las herramientas con las que cuentan los distintos

    profesionales sanitarios son las vías clínicas y las guías de práctica clínica. Éstas pretenden,

    normalizar los diferentes procesos asistenciales y ser un instrumento de ayuda a la hora de tomar

    decisiones clínicas, disminuyendo la incertidumbre que acompaña a cada una de ellas, evitando así

    la duplicidad de pruebas, acortando los tiempos entre éstas y los tratamientos y en definitiva, mejorar

    la calidad asistencial. Con este objetivo, las Secciones de Gestión de Calidad y de Coloproctología

    de la Asociación Española de Cirujanos han elaborado esta vía clínica.

    1. INTRODUCCIÓN

    1.1. JUSTIFICACIÓN Y OBJETIVOS DE LA VÍA CLÍNICA

    La necesidad de esta VC se justifica por tres aspectos:

    • la elevada incidencia que presenta esta enfermedad en nuestro medio.

    • El curso clínico de este proceso tiene una predictibilidad intermedia debida al alto porcentaje

    de pacientes que presentan alguna variación en su evolución.

    La atención por parte de los profesionales presenta una alta variabilidad en su asistencia

    postoperatoria así como en el estudio preoperatorio de extensión y en el seguimiento. Esta

    variabilidad no siempre está justificada por la falta de evidencia científica sino también por la falta de

    actualización de los nuevos avances en la práctica clínica habitual.

    Todo ello hace que este proceso se beneficie de la aplicación de una vía clínica basada en la

    evidencia para ayudar a los profesionales sanitarios que tratan esta patología a incorporar las

    mejores prácticas médicas y para proporcionar la mejor atención posible a los pacientes que la

    padecen.

    El objetivo que persigue esta VC es ser una herramienta de utilidad para los distintos

    profesionales sanitarios a la hora de tomar decisiones clínicas, mediante una serie de directrices con

    las que poder resolver a través de la evidencia científica los problemas que surgen diariamente con

    los pacientes.

    1.2. LÍMITES DEL PROCESO

    La VC que se presenta tiene como límite de entrada el momento en el que el cirujano

    confirma o sospecha el diagnóstico de carcinoma colorrectal en un paciente en la consulta

    externa. El límite de salida es el paciente fallecido o curado una vez terminado el seguimiento.

    No obstante, dado que la mayor variabilidad y, sobre todo, el mayor número de actuaciones se

  • 4

    producen durante la estancia hospitalaria correspondiente a la intervención quirúrgica, la matriz

    temporal incluirá sólo la secuencia de actuaciones desde el ingreso hasta el alta hospitalaria.

    1.3. CRITERIOS DE INCLUSIÓN Y EXCLUSIÓN De forma general, las recomendaciones que se proponen en la VC son aplicables a todos los

    pacientes que se intervienen con este diagnóstico. No obstante, atendiendo a la forma más

    frecuente de presentación y tratamiento de esta patología se han definido unos criterios de

    inclusión y exclusión.

    • Criterios de inclusión: Pacientes con diagnóstico de carcinoma de colon o recto.

    Intervención de forma programada.

    • Criterios de exclusión: Contraindicación anestésica para la anestesia general

    Pacientes con diagnóstico de carcinoma de colon o recto que se intervienen de

    urgencias.

    Existencia de procesos quirúrgicos concomitantes mayores

    1.4. DOCUMENTOS PRINCIPALES Y METODOLOGÍA La VC se ha dividido en dos documentos básicos:

    El primero formado por una serie de recomendaciones elaboradas y desarrolladas de forma sistemática sobre los aspectos que presentan mayor variabilidad o que requieren una actualización.

    Para elaborar estas recomendaciones se ha seguido la metodología de la medicina basada en la

    Evidencia, estandarizando la búsqueda y haciendo una evaluación crítica de la bibliografía. Se ha

    establecido un sistema de ponderación para las diversas recomendaciones que, basándose en un

    nivel de evidencia determinado, pretende minimizar los sesgos. Para su elaboración nos hemos

    basado en trabajos originales y guías de práctica clínica en cuya elaboración se han seguido las

    directrices del documento AGREE (Appraisal of Guidelines Research and Evaluation for Europe,

    http://www.agreecollaboration.org). La clasificación del nivel de evidencia utilizada es la del Centro

    de Medicina Basada en la Evidencia de Oxford y se justifica porque en este documento se valoran

    aspectos sobre procedimientos diagnósticos, intervenciones terapéuticas y preventivas, factores

    pronósticos y de riesgo; que no son tenidos en cuenta en otras clasificaciones (Anexo 4).

    1. El segundo está formado por los documentos básicos de una vía clínica:

    o Matriz temporal. En ella se muestra la secuencia de acontecimientos e incluye las pautas de actuación médica y de enfermería, medicación, actividad física, dieta e

    información al paciente o familiares durante la estancia hospitalaria de la

    intervención quirúrgica.

    o Hoja de variaciones. En ella se recogen las variaciones que pueden producirse sobre lo planificado en la matriz temporal. Se indica la solución adoptada para cada

    caso en concreto, y se asignan códigos a las variaciones consideradas más

    relevantes.

    o Indicadores de resultados. Se han seleccionado los indicadores y se han consultado valores de referencia en la literatura para definir los estándares

    correspondientes. Para ello nos hemos basado en el conocimiento de los resultados

  • 5

    aportados por el Informe sobre el proyecto nacional de la Asociación Española de

    Cirujanos para la gestión clínica del tratamiento quirúrgico del cáncer colorrectal3, la

    guía de la Asociación británica e Irlandesa de Coloproctología(3’) así como en la guía

    de la sociedad escocesa de cirugía colorrectal4 para definir estos indicadores y

    estándares

    2. RECOMENDACIONES SOBRE PUNTOS CLAVE EN EL PROCESO

    CARCINOMA COLORRECTAL 2.1. PROCEDIMIENTOS DIAGNÓSTICOS

    2.1.1. Marcadores tumorales ¿Cuál es la utilidad de los marcadores tumorales en el CCR? ¿Cuáles son

    los principales?

    En el momento actual, el marcador tumoral de referencia para el CCR sigue siendo el

    antígeno carcinoembrionario (CEA)5, aunque se ha estudiado el papel de otros como los antígenos

    carbohidratos CA 19.9, CA 242, CA 72.4 y CA 50, los antígenos polipeptídicos tisular (TPA) y tisular

    específico (TPS), así como el inhibidor tisular de metaloproteinasa 1 (TIMP-1)6, oncogenes (K-ras y

    p53) y la inestabilidad de microsatélites. Sin embargo, hoy en día, no hay suficientes datos para

    recomendar su uso rutinario en el manejo de los pacientes con cáncer colorrectal5. De todas formas,

    y como ocurre en otras neoplasias, los marcadores tumorales no son específicos de ninguna de

    ellas, pudiendo estar aumentados en condiciones benignas7.

    Los datos disponibles en relación a la sensibilidad y especificidad del CEA

    para el diagnóstico precoz del CCR desaconsejan su uso para el cribado de esta neoplasia5,8 (NE

    2b/B) y sólo juega un discreto papel de apoyo en el diagnóstico en casos en los que ya se ha

    establecido éste por otros métodos más sensibles; sin embargo, si parece ser un marcador bastante

    sensible para el diagnóstico de metástasis hepáticas.

    El papel más importante de los niveles séricos de CEA es en lo relativo al pronóstico en el

    momento del diagnóstico, así como para el seguimiento clínico tras el tratamiento. En cuanto al

    pronóstico, se ha evidenciado que su concentración se relaciona con el tamaño tumoral, y que la

    existencia de niveles elevados de CEA en el preoperatorio es un indicador de mal pronóstico con

    mayor probabilidad de recidiva postoperatoria y en un período más breve9-11 (NE 2b) pudiendo

    identificar a un subgrupo de pacientes que podrían beneficiarse de tratamiento adyuvante. Sin

    embargo, el verdadero valor clínico de los marcadores tumorales reside en el seguimiento tras o

    durante el tratamiento, y tanto en aquellos tratados con intención curativa como con fines paliativos.

    En el caso de los pacientes tratados quirúrgicamente con intención curativa, la determinación de los

    niveles de CEA es capaz de detectar de manera precoz la recidiva local o a distancia de la

    enfermedad, incluso antes de que aparezcan los síntomas5 (NE 2b/B) (sensibilidad 80% y

    especificidad 70%). Como normal general, los niveles de CEA se normalizan tras 1-4 meses de la

    intervención, de tal forma que cuando esta normalización no acontece puede ser considerado como

    un indicador indirecto de resección incompleta o recurrencia. Se ha estipulado que el intervalo

    óptimo de las determinaciones de CEA para pacientes en estadio II y III debería ser cada 2 ó 3

  • 6

    meses durante, como mínimo, los 2 primeros años del diagnóstico 6,10,12-14, y anualmente hasta los 5

    años12. En el caso de pacientes con enfermedad avanzada, la determinación de los niveles de CEA

    permite controlar la respuesta al tratamiento quimioterapéutico10,14. (NE 2b/B)

    2.1.2. MÉTODOS DIAGNÓSTICOS DE ESTADIFICACIÓN Y

    SEGUIMIENTO

    2.1.2.1. Colonoscopia La colonoscopia constituye la exploración más precisa para el diagnóstico de CCR y de sus

    lesiones precursoras: permite la visualización de éstas, la toma de muestras para su estudio

    anatomopatológico, el tratamiento de ciertas lesiones, y también el marcaje de zonas de interés para

    facilitar su localización .Por tanto, se considera ésta, la exploración de elección a realizar en todo

    paciente con sospecha clínica de CCR21 (NE 1c/A). La sensibilidad de la colonoscopia para la detección de CCR y sus lesiones precursoras es muy alta (95%), superior a la del enema opaco y la colonografía-TAC15,18,20,22. Sin embargo, pese a que la colonoscopia se considera como el patrón oro para el diagnóstico de CCR y sus lesiones precursoras, no es perfecta ya que

    diferentes estudios han objetivado una tasa, aunque baja, de infra-diagnósticos sobre todo cuando

    se trata de lesiones planas o de pequeño tamaño (< 1 cm)15,23,24. Los factores relacionados con estas

    pérdidas diagnósticas, dependientes de la calidad de la colonoscopia y de la experiencia del

    endoscopista son: la realización incompleta de la colonoscopia ( las exploraciones realizadas por

    expertos endoscopistas pueden ser incompletas en un porcentaje variable que oscila entre el 6 y el

    26% de colonoscopias realizadas), una inadecuada preparación del colon; la interpretación errónea

    de las lesiones visualizadas y/o la obtención inadecuada de las biopsias25.

    Además de su importancia en el diagnóstico de CCR, la colonoscopia tiene un papel

    fundamental en la facilitación de la localización de las lesiones durante la cirugía ya que permite el

    marcaje endoscópico mediante inyección de sustancias o colocación de clips metálicos26-30 (NE

    2b/B).

    Los pacientes en los que no es posible la realización de colonoscopia completa previa a la cirugía (por estar contraindicada por perforación u obstrucción, por requerir cirugía urgente o porque la lesión neoplásica estenosa la luz) debe realizarse ésta en los primeros 3-6 meses tras la cirugía con el objetivo de identificar lesiones sincrónicas31,32. En caso de no poder realizar colonoscopia completa se puede contemplar la posibilidad de hacer colonoscopia

    intraoperatoria.

    En la actualidad la indicación de la sigmoidoscopia en el diagnóstico del paciente con sospecha de CCR ha quedado prácticamente en desuso, puesto que es fundamental en el proceso

    diagnóstico la visualización de todo el marco cólico.

    2.1.2.2. Colonoscopia virtual por TC

    ¿Es la colonoscopia virtual por TC la técnica de elección en el diagnóstico del cáncer de colon? ¿En

    qué casos está indicada?

  • 7

    Entendemos por colonoscopia virtual por TC el estudio del colon y del recto mediante la

    realización de finas secciones de corte en Tomografía Computarizada y el estudio de estos datos

    mediante imágenes en dos y tres dimensiones.

    Se trata de una exploración mínimamente invasiva que no requiere sedación ni analgesia. Los

    resultados de 2 metaanálisis recientemente publicados indican que la especificidad y sensibilidad

    para el diagnóstico de pólipos entre 6-9 mm y mayores de 1 cm. es lo suficientemente elevada como

    para plantear la colonoscopia virtual por TC como una técnica alternativa o complementaria a la

    colonoscopia convencional; así en pólipos de tamaño de 6-9 mm. la sensibilidad de la técnica oscila

    entre 70-86%, y la especificidad entre 86-93%; y para los pólipos de más de 9 mm la sensibilidad y

    especificidad oscilan entre 85-93% y el 97% respectivamente; en los pólipos de

  • 8

    2.1.2.5. RM La RM es una técnica de diagnóstico por la imagen utilizada, en relación con el cáncer de recto,

    para la estadificación local (T, N). No se precisa una preparación especial de los pacientes, a lo

    sumo una limpieza previa del recto mediante un enema. Está indicada en la estadificación de todos los cánceres de recto y no tiene las limitaciones de la ecografía en cuanto a la subjetividad del observador, tumores estenosantes, valoración del mesorrecto y relación del tumor con el resto de estructuras pélvicas42,44,45) (NE 2b/B), por lo que debería ser imprescindible su uso para la estadificación de los cánceres de recto.

    2.1.2.6. Enema opaco

    ¿Qué papel desempeña la realización de un Enema Opaco con doble contraste como técnica de

    imagen diagnóstica en el cáncer colorrectal

    (CCR)? ¿Cuándo estaría indicada su utilización?

    Las colonoscopias realizadas por expertos endoscopistas pueden ser incompletas en un porcentaje

    variable que oscila entre el 6 y el 26% de colonoscopias realizadas16. Esta técnica permite detectar

    mejor las pequeñas lesiones mucosas, mientras que el enema opaco simple es mejor para evaluar la

    obstrucción del colon17. El enema opaco con doble contraste sólo está indicado en el diagnóstico de CCR cuando la colonoscopia previa ha sido incompleta pues permite explorar hasta el ciego16 (NE 4/C). La sensibilidad del enema con doble contraste para diagnosticar lesiones malignas es muy alta (89%), pero disminuye para la detección de pólipos y depende del tamaño de

    la lesión (NE 2b/B).

    2.1.2.7. PET La Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias del Ministerio de Sanidad y Consumo

    (AETS), recomienda la utilización de esta prueba en las siguientes situaciones:

    • Reestadificación de carcinoma colorrectal con sospecha de recurrencia y susceptible de cirugía.

    • Los requerimientos son:

    o Metástasis única o múltiple siempre que sea resecable. o Elevación progresiva del CEA con pruebas de diagnóstico por la imagen (TAC, RM) no

    concluyentes.

    o Valoración de la respuesta terapéutica de lesiones metastásicas ante técnicas de imagen no concluyentes.

    La sistemática de exploraciones para realizar una correcta estadificación del cáncer de colon y recto respectivamente las podríamos resumir como sigue:

    o Colon: Colonoscopia completa; en su defecto enema opaco de doble contraste o

    colonoscopia virtual por TC. En los casos en que no ha sido posible realizar

    ninguno de estos estudios, se debe realizar una colonoscopia a los 3-6 meses

    de la intervención para evaluar la posibilidad de tumores sincrónicos.

    TAC Toraco-abdominal

    Marcadores

    o Recto:

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    Colonoscopia completa; en su defecto enema opaco de doble contraste o

    colonoscopia virtual por TC. En caso de no haberse realizado ninguno de estos

    estudios, se debe realizar una colonoscopia a los 3-6 meses de la intervención

    para evaluar la posibilidad de tumores sincrónicos.

    TAC Toraco-abdominal

    Marcadores

    RNM pélvica siempre

    Ecografía rectal: tumores por debajo 8-10 cm.

    2.1.3. Valoración por el estomaterapeuta Para proporcionar una atención integral durante todo el proceso, tanto en el hospital como

    fuera de él, debe hacerse en primer lugar una valoración global de la persona por parte del

    estomaterapeuta teniendo en cuenta su estado físico, psíquico, social, cultural y laboral. Un factor

    muy importante en el preoperatorio es la elección de la ubicación del estoma, ya que en ese

    momento el paciente entra en contacto con la ostomía. Además la localización del estoma es

    fundamental para una buena calidad de vida posterior, ya que un estoma mal ubicado o mal

    realizado producirá fugas, irritaciones en la piel y presentará dificultad en la visualización, en el

    cambio de dispositivo y en la utilización del material de ostomías.

  • 10

    2.2. TRATAMIENTO 2.2.1. Preparación mecánica del colon El lavado anterógrado del colon es todavía hoy día una práctica habitual en la cirugía

    colorrectal. Sin embargo, los metaanálisis más recientes, muestran que hay significativamente más

    dehiscencia anastomótica con la preparación mecánica de colon, igualmente hay mayor tendencia a

    la infección de herida aunque sin diferencias significativas. La preparación mecánica de colon puede

    ser útil en determinadas situaciones como la colonoscopia peroperatoria, pero no por requerimientos

    de la propia cirugía46-49 (NE 1a/A). Asimismo, al considerar los casos en que se efectúa una exéresis

    total del mesorrecto, dado que es recomendable efectuar una ileostomía derivativa, ésta podría ser

    otra indicación de la preparación mecánica; si bien, al analizar los subgrupos de cirugía de colon y

    recto no se han alcanzado diferencias significativas entre preparar y no preparar el colon en la

    cirugía rectal en lo referente a complicaciones infecciosas o riesgo de dehiscencia, posiblemente por

    un bajo tamaño muestral.

    2.2.2. Profilaxis antibiótica El papel de la profilaxis antibiótica en la prevención de complicaciones infecciosas tras cirugía

    está bien establecido50-52 (NE 1b).

    La administración por vía oral parece ser igual de eficaz que la intravenosa, sin embargo, es

    mayor la intolerancia con más nauseas, vómitos y dolor abdominal sin añadir ventajas en la

    prevención de complicaciones sépticas51-53 (NE1b).

    La pauta más habitual suele ser la utilización de un anaerobicida (metronidazol, clindamicina)

    junto con un aminoglucósido (gentamicina, tobramicina) o una cefalosporina54 (NE 1b). Comparando

    una dosis única de antibiótico con dosis múltiples, no se han encontrado diferencias significativas en

    la infección de herida55 (NE 1a).

    Se recomienda la profilaxis antibiótica en todos los pacientes que vayan a ser sometidos a cirugía colorrectal. Una dosis única intravenosa preoperatoria de los antibióticos adecuados parece ser suficiente50-55. En este sentido puede administrarse Amoxicilina-clavulánico ó la asociación de Cefalosporina y Metronidazol. Se recomienda a ser posible evitar

    Aminoglucósidos por su nefrotoxicidad. Se aconseja administrar una segunda dosis de antibiótico

    intraoperatoria cuando la intervención se prolongue más que la vida media del antibiótico, y en

    aquellas cirugías en las que hay una pérdida sanguínea excesiva. (NE 1a/A).

    2.2.3. Profilaxis tromboembólica Los pacientes sometidos a cirugía del intestino grueso o del recto tienen un riesgo

    considerable de desarrollar complicaciones vasculares, como trombosis venosa o embolismo

    pulmonar. Se ha demostrado como esta morbimortalidad se reduce considerablemente aplicando

    medidas de profilaxis tromboembólica56-58 (NE 1a).

    La profilaxis óptima en la cirugía colorrectal es la combinación de medias de compresión

    graduada y heparina no fraccionada en dosis bajas57 (NE 1a). Las complicaciones relacionadas con

    el sangrado parecen ser menores con la heparina de bajo peso molecular58 (NE 1a),59 (NE 1b), y con

  • 11

    esta heparina también se reduce la morbimortalidad significativamente por lo que se puede

    reemplazar la heparina no fraccionada con la heparina de bajo peso molecular56, 57 (NE 1a).

    Por todo lo mencionado se recomienda el empleo de heparinas de bajo peso molecular y medias de compresión graduada en la cirugía del cáncer colorrectal a menos que exista una contraindicación específica56-59. Asimismo se recomienda mantener dicha profilaxis durante un periodo de 30 días. (NE 1a/A).

    2.2.4. Transfusión perioperatoria ¿La transfusión de sangre perioperatoria afecta a la tasa de recidiva de las operaciones

    potencialmente curables para el cáncer colorrectal?

    Los datos obtenidos hasta el presente, mediante el último metaanálisis publicado por la

    Cochrane Library, permiten concluir que existe una asociación entre la transfusión de sangre

    perioperatoria y mayor riesgo de recidiva, en los pacientes con cáncer colorrectal operados para la

    curación60.

    La conclusión resulta válida en el cáncer de colon y recto, para los estadios tumorales

    tempranos y avanzados y muy probablemente, ocurre de una manera dependiente de la dosis, de

    forma independiente del tiempo y tipo de sangre transfundida. Debido a las implicaciones

    importantes de estas conclusiones, deben considerarse indicaciones cuidadosamente restringidas

    para la transfusión de sangre perioperatoria en los pacientes con cáncer colorrectal que se someten

    a cirugía curativa60.

    2.2.5. Utilización de drenajes La finalidad de los drenajes es evitar la acumulación de líquidos en la cavidad peritoneal y

    permitir la detección temprana de la dehiscencia anastomótica por la descarga fecal o purulenta a

    través del drenaje.

    No existe acuerdo sobre el uso profiláctico de los drenajes perianastomóticos en la cirugía

    colorrectal electiva. Una vez producida la fuga anastomótica, existe unanimidad sobre la utilidad de

    los drenajes con fines terapéuticos. Sin embargo, no existen pruebas suficientes que demuestren

    que el drenaje habitual después de la anastomosis colorrectal evite las complicaciones

    anastomóticas ni otras complicaciones, por lo que no está indicado su uso profiláctico en el cáncer de colon62 (NE 1a/A). Sin embargo, en el cáncer de recto tras exéresis total del mesorrecto

    (TME), sí puede estar indicado.

    2.2.6. Prótesis de colon ¿Cuándo está indicada la colocación de una prótesis de colon en un

    paciente diagnosticado de CCR?

    El cáncer colorrectal se presenta aproximadamente en un 15-20% de los pacientes en forma

    de oclusión intestinal, situación considerada una urgencia quirúrgica de elevada morbimortalidad

    dada la mala situación del paciente y la mala preparación del colon. Varios estudios han comparado

    la colocación de prótesis autoexpandibles metálicas frente a la cirugía urgente tradicional en este

    contexto clínico, demostrando que el primer grupo asociaba menor mortalidad (5% frente a 11 %

  • 12

    respectivamente), menor porcentaje de estomas permanentes (2% frente a 14%) y menor número de

    complicaciones infecciosas postquirúrgicas, tanto locales como sistémicas. Sin embargo, no parecen

    existir diferencias respecto a la supervivencia a largo plazo63.

    Varias revisiones sistemáticas han establecido que las dos principales indicaciones de las

    prótesis en el CCR son la descompresión cólica como puente a cirugía electiva y la descompresión

    permanente como tratamiento paliativo de neoplasias estenosantes irresecables64-66 (NE 2a/B).

    2.2.7. Rehabilitación multimodal o Fast-track

    La rehabilitación multimodal o Fast-Track (FT) es un conjunto de actuaciones

    peroperatorias encaminadas a acelerar la recuperación de los pacientes sometidos a cirugía

    convencional o laparoscópica, reduciendo la morbilidad respecto a los cuidados

    perioperatorios tradicionales. El FT supone un cambio en el manejo del paciente en el que se

    incluyen una serie de medidas que han demostrado un beneficio sobre el paciente, entre las

    cuales figuran: la no necesidad del ayuno preoperatorio clásico, la no preparación mecánica

    del colon, la cirugía mínimamente invasiva o de incisiones horizontales, la utilización de

    analgesia epidural torácica alta y la movilización y alimentación iniciadas el mismo día de la

    intervención quirúrgica.

    Los estudios controlados y randomizados demuestran cómo disminuye la estancia

    hospitalaria y la morbilidad cuando se aplican medidas de rehabilitación multimodal para la

    cirugía de colon67 (NE 1b). Los resultados son similares en la cirugía laparoscópica o abierta

    cuando se asocia la Rehabilitación multimodal68 (NE 1b); sin embargo en el último estudio

    randomizado prospectivo los resultados mejoran cuando la rehabilitación multimodal se asocia

    a la cirugía laparoscópica69 (NE 1b). No obstante, este estudio es único y además no es ciego,

    por lo que no se puede excluir el efecto placebo. En este aspecto, pues, es más prudente

    decir que la evidencia actual no ha resuelto este tema. Se recomienda el uso de medidas de

    Rehabilitación multimodal en la cirugía de colon67-69 (NE 1b/A).

    Dentro del concepto de rehabilitación multimodal o FT se incluyen varios aspectos:

    2.2.7.1. Uso de la sonda nasogástrica (SNG) y alimentación precoz Tradicionalmente ha sido un dogma en el manejo postoperatorio de la cirugía abdominal

    el uso de la sonda nasogástrica (SNG), la dieta absoluta y la fluidoterapia intravenosa. Esta

    pauta postoperatoria retrasaba el inicio de la alimentación oral hasta que aparecía el

    peristaltismo intestinal, lo que contribuía, a alargar las estancias.

    Actualmente el uso de la SNG debe ser selectivo y no sistemático en el postoperatorio de la cirugía colorrectal electiva 70-71 (NE 1A, 1B):

    • La SNG en pacientes sometidos a cirugía electiva colorrectal no previene el íleo

    postoperatorio.

    • La SNG no evita complicaciones en la herida quirúrgica (evisceración, eventración,

    infección) ni dehiscencias anastomóticas.

    • La SNG produce complicaciones nasofaríngeas y aumenta de forma significativa las

    complicaciones respiratorias.

  • 13

    La alimentación precoz es bien tolerada y puede ser beneficiosa, existiendo evidencia obtenida a partir de metaanálisis y estudios randomizados prospectivos, donde se muestra

    que 70, 71 (NE 1A, 1B):

    • La AP es bien tolerada por la mayor parte de los pacientes, pero también es más

    frecuente que se asocien los vómitos con necesidad de reintroducir la SNG.

    • Con el empleo de la AP no hay un aumento significativo en la incidencia de

    dehiscencias, infecciones ni mortalidad.

    • La dieta absoluta no aporta ningún beneficio después de una cirugía

    gastrointestinal.

    2.2.7.2. Medidas que disminuyen el íleo postoperatorio. Otro factor que afecta directamente a la tolerancia a la alimentación enteral es el íleo

    postoperatorio, que puede ser exacerbado y prolongado por los narcóticos y por errores en el control de fluidos. Resultados experimentales demuestran el impacto de la

    manipulación intraoperatoria y la subsiguiente inflamación panentérica como causa del

    íleo. Esto pone de relevancia las ventajas de las técnicas quirúrgicas delicadas y

    mínimamente invasivas72.

    Tradicionalmente, muchos pacientes sometidos a resecciones gastrointestinales

    mayores reciben de forma intravenosa grandes volúmenes de cristaloides durante y

    después de la cirugía. La excesiva administración de líquidos tendría como consecuencia

    un aumento de varios kilos de peso e incluso la aparición de edema. Recientemente se ha

    demostrado que esto es una causa importante de íleo postoperatorio y de vaciado gástrico

    retardado72.

    Cuando se restringieron los líquidos para mantener el equilibrio

    hidroelectrolítico, el vaciado gástrico tuvo lugar antes y los pacientes fueron capaces de

    tolerar la ingestión oral pues los movimientos intestinales se recuperan unos días antes en

    estos pacientes con restricción hídrica que en los pacientes con balance positivo. El efecto

    de los opiáceos, utilizados para tratar el dolor, puede evitarse o minimizarse

    considerablemente utilizando en su lugar la analgesia epidural73-74.

    2.2.7.3. Importancia del ayuno preoperatorio El ayuno preoperatorio a partir de la medianoche es innecesario en la mayoría de

    pacientes. Los pacientes que vayan a someterse a cirugía y que se considere que no

    tienen un riesgo específico de aspiración, pueden beber líquidos claros hasta 2 h antes de

    la anestesia. Los sólidos están permitidos hasta 6 h antes de la anestesia75 (NE 1b/A).

    No hay ninguna evidencia de que los pacientes a los que se haya dado líquidos 2-3 h

    antes de la operación estén en mayor riesgo de aspiración/regurgitación que aquellos que

    hayan ayunado durante las tradicionales 12 h (o incluso más en según que casos), ya que

    los líquidos se evacuan del estómago muy rápidamente en la mayoría de pacientes75 (NE

    1a). Muchas sociedades nacionales de anestesia han modificado sus guías sobre el

    ayuno76-78 (NE III) y ahora recomiendan que los pacientes pueden beber líquidos claros

    hasta 2 h antes de la anestesia en caso de cirugía electiva. Excepciones a esta

    recomendación son los pacientes “de riesgo especial”, los que se someten a cirugía de

  • 14

    urgencia y los que por alguna razón se sabe que tienen un vaciado gástrico retardado72

    (NE 1a). Desde la puesta en práctica de estas guías no se ha informado de ningún

    aumento importante en la incidencia de aspiración, regurgitación o morbilidad o mortalidad

    asociada72.

    En vez del ayuno durante toda la noche, en la mayoría de pacientes sometidos a cirugía mayor es recomendable administrar una carga de hidratos de carbono en el preoperatorio (la noche anterior y 2 h antes de la cirugía) (B).

    La ingestión preoperatoria de una bebida de hidratos de carbono, 800 ml la noche

    anterior y 400 ml antes de la cirugía, no aumenta el riesgo de aspiración72,77-81.

    En los pacientes de cirugía colorrectal se ha demostrado que la ingestión de una bebida

    hipo-osmolar rica en hidratos de carbono al 12,5% reduce la resistencia postoperatoria a la

    insulina82-84 (NE 1b) y preserva la masa muscular esquelética79

    (NE 1b). La fuerza muscular

    es mayor al cabo de 1 mes de la cirugía al compararla con un grupo control85 (NE 1b), y

    también se ha evidenciado mejoría en el bienestar preoperatorio80-81 (NE 1b).

  • 15

    2.3. SEGUIMIENTO El seguimiento estricto de los pacientes con cáncer colorrectal en estadios II y III tras la cirugía

    durante los 2-3 primeros años, mejora su supervivencia con respecto a un seguimiento más laxo. No

    está recomendado un seguimiento estricto de los pacientes con cáncer colorrectal con estadio I, ya

    que el riesgo de recurrencia es muy bajo86,87 (NE 1b/A).

    Existen diversos organismos nacionales e internacionales88-91 que publican periódicamente

    recomendaciones para el seguimiento de estos pacientes. Por su multidisciplinariedad, amplitud y

    difusión internacional seguimos en esta guía las directrices de la Asociación Americana de Oncología

    (ASCO) que se exponen en la siguiente tabla, teniendo en cuenta que cada hospital debe adaptar

    éstas a sus propios protocolos y particularidades. Tabla 1.

    2.4 NEOADYUVANCIA EN EL CÁNCER RECTAL

    A. Neoadyuvancia frente a adyuvancia. Actualmente el tratamiento neoadyuvante debe considerarse el tratamiento de elección en los estadios II y III del cáncer de recto92.

    El estudio alemán (German Rectal Cancer study Group) CAO/ARO/AIO 94 es el primer

    estudio randomizado con un número adecuado de pacientes que demuestra de forma

    estadísticamente significativa una reducción en las recaídas locales a 5 años en los pacientes

    tratados preoperatoriamente con quimiorradioterapia QT/RT (6%) frente al 13% de los pacientes que

    recibieron el tratamiento QT/RT tras la cirugía. Así mismo tanto la toxicidad aguda como tardía fue

    menor en el brazo de la neoadyuvancia (27 frente al 40% y 14 frente al 24%) (NE 1a).

    Actualmente hay varias razones para emplear tratamientos neoadyuvantes en el cáncer de

    recto, lo que hace que se deba incluir a oncólogos clínicos y radioterapeutas en los grupos

    multidisciplinares que tratan esta enfermedad. Así, el tratamiento neoadyuvante disminuye a la mitad

    las tasas de recidiva local en los cánceres de recto bajos93,94. La radioterapia es más efectiva si se

    emplea a dosis altas y en el periodo preoperatorio94, 95.

    Por otra parte, existen estudios que indican que la radioterapia puede aumentar la supervivencia libre

    de enfermedad 93,94,96, así como la tasa de conservación esfinteriana96,97-100, lo que podría suponer

    una mejora en la calidad de vida de los pacientes a los que se realiza RA frente a los que se

    someten a AAP92.

    Se debe tener en cuenta que, aparte de la toxicidad aguda, la radioterapia también da lugar a

    efectos adversos crónicos: alteración de la función sexual en ambos géneros, alteraciones de la

    función defecatoria, infecciones, enfermedades cardiovasculares, trombosis venosa, fracturas óseas,

    aparición de otras neoplasias, y aumento de las reintervenciones en el seguimiento93,101-103 .

    Para conseguir que los efectos adversos del tratamiento neoadyuvante sean compensados

    por los beneficios del mismo, es necesario administrarlo únicamente a los pacientes que lo precisen.

    Para conocer cuáles son estos pacientes se debe realizar una correcta estadificación de los tumores

    mediante pruebas de imagen en el preoperatorio. Los tumores resecables (T1, T2, T3) no requieren

    tratamiento neoadyuvante alguno, salvo los T3 en los que existe riesgo de invasión del margen

    circunferencial, medido por la distancia del tumor al margen, y aquellos en los que exista invasión

    ganglionar (N1 y N2). En los tumores que invaden órganos adyacentes (T4) la radioquimioterapia es

    mejor que la radioterapia.

  • 16

    B. Radioterapia de ciclo corto frente a ciclo largo. El tratamiento neoadyuvante de ciclo de RT corto (Hipofraccionada) se establece como tratamiento alternativo. La RT de ciclo corto ha

    demostrado una disminución de la recaída local frente a la cirugía óptima mesorrectal de un 2,4%

    frente a un 8,2% con cirugía aunque no mejora la supervivencia. La toxicidad es menor que las de

    ciclo largo. La quimiorradioterapia neoadyuvante no incrementa la supervivencia, control local o

    toxicidad tardía comparada con esquema de RT exclusiva de ciclo corto seguida de cirugía

    inmediata. Sin embargo, la RT de ciclo corto no consigue ningún grado de reducción tumoral antes

    de la cirugía por lo que sería solo apropiada en tumores considerados clínica y radiológicamente

    resecables. (NE 1c/A).

    C. Tratamiento adyuvante con radioterapia: Existen dos ensayos aleatorizados que demuestran la superioridad estadísticamente significativa de

    la radioterapia preoperatoria sobre la postoperatoria en términos de recidiva local con menores

    complicaciones a largo plazo104,105. Por lo tanto, el esfuerzo debe realizarse en pautar la RT de forma

    preoperatoria cuando se estime indicada.

    En pacientes con un margen circunferencial afecto ( menor o igual a i mm) que no haya recibido RT

    preoperatoria la QT+RT postoperatoria debe considerarse.

  • 17

    Tabla 1: SEGUMIENTO CANCER COLORRECTAL

    Años tras el diagnóstico

    Tipo de paciente

    Intervalos entre exploraciones

    Pruebas solicitadas

    1º Año 2º Año

    Cada 3 meses Antes de 6 meses A los 12 meses

    Exploración clínica CEA Colonoscopia ( si no ha sido completa) ECO/TAC abdomen TAC toraco-abdomino-pélvico (en recto)

    3º Año

    Cada 3-6 meses A los 12 meses

    Exploración clínica CEA ECO/TAC abdomen TAC toraco-abdomino-pélvico (en recto) Colonoscopia

    4º Año 5º Año

    Cada 6 meses A los 12 meses

    Exploración clínica CEA ECO/TAC abdomen TAC toraco-abdomino-pélvico (en recto) Colonoscopia (5º año)

    >5 años

    Alto riesgo (Estadio II-III)

    A los 12 meses

    Exploración clínica CEA Colonoscopia (cada 5 años)

    Al año Bajo riesgo (estadio 0-I)

    A los 12 meses Exploración clínica CEA Colonoscopia (cada 5 años)

  • 18

    2.5 TRATAMIENTO ONCOLÓGICO TRAS CIRUGÍA

    A)-Estadios 0 y I No existe indicación de tratamiento adyuvante tras la cirugía.

    B)-Estadio II Los resultados de los ensayos clínicos realizados y los metaanálisis practicados de quimioterapia

    adyuvante frente a observación tras la cirugía no son concluyentes. Se estima que el beneficio

    absoluto sobre la supervivencia no supera el 4%. Por tanto, no se recomienda la administración

    sistemática de quimioterapia adyuvante a todos los pacientes (NE 1a/A).

    Debe discutirse individualmente con el paciente los posibles riesgos y beneficios. Algunos autores

    y paneles de expertos como los de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO)

    recomiendan administrar quimioterapia en los pacientes con criterios de alto riesgo91 (NE 1b/A),

    entendiendo por tales los siguientes:

    a) Obstrucción o perforación intestinal al diagnóstico.

    b) CEA preoperatorio elevado (> 5 ng/ml).

    c) T3N0 < 12* ganglios linfáticos examinados.

    d) Invasión de órganos adyacentes

    e) Histología de riesgo:

    · Tumor poco diferenciado.

    · Coloide.

    · Células en anillo de sello.

    · > 50% componente mucinoso.

    · Aneuploidía celular.

    · Embolización linfática.

    · Embolización vascular.

    · Embolización perineural

    Si se decide administrar quimioterapia adyuvante, deberían emplearse los mismos esquemas que

    se mencionan en el estadio III.

    C)-Estadio III (Ganglios positivos) A diferencia de lo que ocurre en el estadio II, desde 1990 se acepta como estándar la

    administración de quimioterapia adyuvante en todos los pacientes con cáncer de colon resecado en

    estadio III. Se estima que el beneficio absoluto sobre la supervivencia es del 7% (IC: 95% a 5-9%).

    En pacientes frágiles o con comorbilidad grave asociada, la administración del tratamiento

    adyuvante y el esquema elegido deberían adaptarse a su situación clínica91 (NE 1c/A).

    D)-Estadio IV (Enfermedad metastática irresecable) La quimioterapia paliativa mejora la supervivencia y la calidad de vida de los pacientes con cáncer

    colorrectal metastático en comparación con el tratamiento sintomático. Por tanto se recomienda su

    administración en todos los casos cuyo estado general lo permita (NE 1a/A).

  • 19

    2.6 MULTIDISCIPLINARIDAD, AUDITORÍA Y NECESIDAD DE ESPECIALIZACION EN LA CIRUGÍA DEL CÁNCER RECTAL (93) La estratificación por alturas del cáncer de recto (por tercios) es compleja, salvo que se haga en

    centímetros. Se recomienda denominar tumor rectal a aquel situado por debajo de 15 cm. desde

    el margen anal, medidos por rectoscopia rígida, o bien, se encuentre por debajo de una línea que

    une el promontorio sacro con el pubis en un corte de RM42. De esta forma se evita el problema de

    denominación de tumor en “rectosigma”, con las implicaciones terapéuticas que conlleva. El

    tratamiento del cáncer colorrectal, y fundamentalmente del cáncer de recto debe realizarse en el

    seno de grupos multidisciplinares formados, además de por cirujanos, por gastroenterólogos,

    patólogos, radiólogos especializados en RM y oncólogos. También se recomienda que forme

    parte de este equipo el especialista en estomaterapia, encargado, entre otras cosas, de la

    elección del lugar del estoma, temporal y/o definitivo en el preoperatorio. Este equipo

    multidisciplinar deberá analizar cada caso individualmente y postular el tratamiento adecuado del

    mismo. La periodicidad de reunión dependerá del volumen de patología, pero se aconseja, no

    sea inferior a una reunión quincenal.

    Por otra parte ha quedado suficientemente demostrada la necesidad de superespecialización

    en el tratamiento quirúrgico del cáncer de recto, ya que se consiguen de forma significativa

    mayores porcentajes de resecciones con anastomosis primarias, menos morbilidad y mortalidad

    postoperatorias, así como una disminución significativa de dehiscencias anastomóticas93.

    2.7 CRITERIOS BÁSICOS DE ESTUDIO DE LAS PIEZAS DE ANATOMÍA PATOLÓGICA El estudio anatomopatológico servirá, además de para realizar el estadiaje postoperatorio y determinar la necesidad de tratamiento adyuvante, para auditar la calidad de la cirugía realizada.

    A. Clasificación anatomopatológica de los tumores.

    La utilizada en la actualidad es la desarrollada por la UICC. En esta, los tumores se clasifican

    de acuerdo al grado de penetración en la pared del recto (T), la presencia de metástasis

    ganglionares (N) y de metástasis a distancia (M). En la descripción se añade el prefijo “y” en aquellos

    pacientes en los que la clasificación se realiza cuando se ha administrado un tratamiento

    neoadyuvante (radioterapia, quimioterapia o radio quimioterapia) (ypTNM). Y el prefijo “r”, que indica

    un tumor recidivado después de un periodo conocido libre de enfermedad (prTNM).

    B. Consideraciones sobre el número de ganglios linfáticos analizados.

    No hay un acuerdo generalizado acerca del número de ganglios linfáticos que indican la

    ausencia de invasión ganglionar106, aunque se recomienda que un mínimo de 12 a 15 ganglios

    linfáticos deben ser analizados 107. La Comisión Americana del Cáncer, considera una medida de

    calidad evaluar 12 ganglios linfáticos en los especimenes 108.

    Si el número de ganglios que se encuentra es menor, se recomienda volver a examinar el espécimen

    con o sin ayuda de técnicas que mejoren la localización de los mismos. El informe de patología debe

    indicar el número de ganglios examinados y el número de ganglios positivos109.

  • 20

    Las variables que afectan a la localización de los ganglios linfáticos son: la meticulosidad del

    examen, la técnica quirúrgica, la variabilidad anatómica, los cambios en la respuesta inmune 110. Por

    otra parte, los ganglios linfáticos son más difíciles de encontrar en los pacientes ancianos, obesos y

    en los que han recibido tratamiento neoadyuvante 111.

    C. Consideraciones en el cáncer de recto.

    En el cáncer de recto, además de los factores pronósticos tradicionales implicados en la

    clasificación TNM y en el grado de diferenciación, existen una serie de factores relacionados con la

    valoración patológica de la pieza quirúrgica que han demostrado un importante valor pronóstico.

    Éstos son la calidad del mesorrecto y la invasión o no del margen de resección circunferencial.

    Ambos reflejan tanto la biología del tumor como la calidad de la operación practicada. Además, se ha

    valorado la presencia de perforaciones en el espécimen quirúrgico, que también dan lugar a un

    aumento de las tasas de recidiva local.

    2.8 CONSENTIMIENTO INFORMADO

    La Constitución Española en su artículo 43 recoge el derecho a la protección de la salud. A nivel

    nacional se publica la Ley 41/2002 de 14 de noviembre, Ley básica reguladora de la autonomía del

    paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica, que

    recoge entre sus principios básicos la necesidad del consentimiento informado previo de los

    pacientes, a cualquier actuación en el ámbito de su salud.

    Podríamos definir así el consentimiento informado como "la conformidad libre, voluntaria y

    consciente de un paciente, manifestada por escrito, en el pleno uso de sus facultades, previa la

    obtención de la información adecuada con tiempo suficiente, claramente comprensible para él, ante

    una intervención quirúrgica, procedimiento diagnóstico o terapéutico invasivo y en general siempre

    que se lleven a cabo procedimientos que conlleven riesgos relevantes para la salud".

    Los datos mínimos que han de constar en los formularios del consentimiento son los siguientes:

    · -Identificación del centro.

    · -Identificación del paciente.

    · -Identificación del representante legal, familiar o allegado que preste el consentimiento.

    · -Identificación del médico que informa.

    · -Identificación del procedimiento.

    · -Lugar y fecha.

    · -Firmas del médico y persona que presta el consentimiento.

    · -Apartado para la revocación del consentimiento.

    2.9 PAPEL ACTUAL DE LA CIRUGÍA LAPAROSCÓPICA

    ¿Es factible efectuar una resección de colon con criterios oncológicos por la vía de abordaje

    laparoscópico?

    Es totalmente factible, desde un punto de vista técnico, realizar una resección de colon mediante

    un abordaje laparoscópico. En el caso de una resección con criterios oncológicos, distintos estudios

    prospectivos y randomizados, realizados en pacientes afectos de cáncer colorrectal no han

    evidenciado diferencia con respecto a la extensión de la resección, número de ganglios linfáticos

  • 21

    evaluados y longitud del pedículo vascular primario, entre la cirugía abierta y el abordaje

    laparoscópico (NE 1a). ¿Con morbimortalidad intra y postoperatoria y tiempo operatorio similar

    a la de la cirugía abierta?

    Los estudios prospectivos y randomizados no han objetivado diferencias estadísticamente

    significativas en la tasa y severidad de las complicaciones intraoperatorias y postoperatorias, así

    como en la mortalidad postoperatoria. Así, en el estudio Clinical Outcomes of Surgical Therapy Study

    Group (COST) el porcentaje global de complicaciones en la cirugía abierta frente a la cirugía

    laparoscópica fue de 20% y 21% respectivamente; el porcentaje de complicaciones intraoperatorias

    fue del 2% y del 4%; y el porcentaje de complicaciones postoperatorias fue del 19% frente al 19%.

    En el metanálisis publicado recientemente por Schwenk refiere una mortalidad global baja, con un

    riesgo relativo en el grupo de abordaje laparoscópico de 0.55 (IC al 95%:0.26 a 1.18) sin diferencias

    significativas con el grupo de cirugía abierta. Con respecto al tiempo operatorio, dichos estudios

    prospectivos y randomizados reflejan un tiempo operatorio significativamente mayor para la cirugía

    laparoscópica (rango: 142-210 minutos) con respecto a la cirugía abierta (rango: 95-138 minutos)

    (NE 1a).

    ¿Con similar confort y estancias postoperatorias? La cirugía laparóscopica ofrece un mayor confort postoperatorio con diferencias significativas en

    los distintos estudios realizados, con respecto a la cirugía abierta. Así, los pacientes sometidos a

    abordaje laparoscópico refieren una disminución significativa del dolor en reposo, durante los

    accesos de tos y durante la movilización postquirúrgica. En el estudio COST se observa una

    disminución significativa en el uso de narcóticos y analgesia oral (NE 1a).

    La estancia postoperatoria ha sido significativamente menor en los pacientes en los que se realizó

    el abordaje laparoscópico frente a aquellos intervenidos con cirugía abierta (rango: 5.0-5.2 días y

    rango: 6.0-6.8 días respectivamente). Incluso en el más reciente de los estudios publicados, se

    obtiene una disminución significativa en la estancia postoperatoria, a pesar de que en ambos grupos

    se practicaba un programa de recuperación postoperatoria incrementada o rehabilitación

    multimodal91 (Nivel 1a).

    ¿Con similares resultados en términos de recurrencia e implantes

    peritoneales?

    Estudios prospectivos y randomizados que evalúan la recurrencia, no han detectado diferencias

    significativas en la misma entre el abordaje laparoscópico y la cirugía abierta (17-27% frente al 17.4-

    19.6% respectivamente).

    La tasa de recurrencias en las heridas quirúrgicas (incluyendo metástasis en puertas de entrada)

    en los estudios prospectivos y randomizados no ha sido significativamente diferente entre el abordaje

    laparoscópico y la cirugía abierta, siendo menor al 1% en ambos grupos92 (NE 1a).

    ¿Con similares resultados a largo plazo en términos de supervivencia

    libre de enfermedad?

    De los diferentes estudios que evalúan la supervivencia libre de enfermedad a largo plazo, dos

    estudios no han detectado diferencias significativas en la misma, entre el abordaje laparoscópico y la

  • 22

    cirugía abierta (86-75% frente al 85-78% respectivamente). Aunque ha sido motivo de controversia,

    el estudio de Lacy et al objetiva una tasa de supervivencia libre de enfermedad significativamente

    mayor en el grupo de pacientes con abordaje laparoscópico (NE 1a).

    ¿Es necesario un entrenamiento y experiencia previa en cirugía

    laparoscópica?

    Como en cualquier nuevo procedimiento quirúrgico, para la realización de una adecuada resección

    oncológica del colon mediante un abordaje laparoscópico, será necesario un adecuado aprendizaje y

    entrenamiento sistematizados para adquirir la experiencia necesaria91 (NE 2b).

    ¿Cuáles son las contraindicaciones de la cirugía laparoscópica?

    Una contraindicación absoluta para el abordaje laparoscópico del cáncer de colon es la existencia

    de una neoplasia localmente avanzada y/o con infiltración de órganos adyacentes (T4). En estos

    casos, la manipulación será supuestamente mayor, por lo que habrá más riesgo de liberación de

    células neoplásicas y de su diseminación por efecto del dióxido de carbono (CO2). Por el mismo

    motivo, el cáncer de colon perforado será también una contraindicación absoluta. Otras formas

    complicadas como la obstrucción severa, así como localizaciones tumorales de difícil acceso,

    pueden ser contraindicaciones relativas por el incremento de la dificultad técnica. Asimismo, una vez

    iniciado el abordaje laparoscópico, la imposibilidad de realizar la intervención con principios

    oncológicos, debe ser motivo de una pronta conversión a una cirugía abierta91 (NE 1a).

  • 23

    3 BIBLIOGRAFÍA

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  • 28

    4. DOCUMENTOS DE LA VÍA CLÍNICA 4.1 Indicadores de evaluación de la vía clínica

    Los indicadores seleccionados resumen la calidad de la atención a los pacientes. Su

    utilización sirve para saber en qué medida la atención a los pacientes se realiza en un nivel

    bueno (estándar) o se debe realizar un análisis de la atención prestada a los pacientes

    (umbral). Los estándares y umbrales propuestos están basados en el análisis del proceso del

    estudio nacional, los datos aportados por la bibliografía del apartado 2 de esta vía clínica y el

    consenso de los participantes en la elaboración de esta vía clínica.

    4.1.1. Indicadores de cumplimiento 4.1.1.1 Cumplimiento de inclusión

    • Definición: Porcentaje de pacientes con criterios de inclusión en la vía clínica que se

    incluyen en la vía clínica.

    • Estándar: 100%

    • Umbral: 90%

    4.1.1.2 Cumplimiento de demora en la intervención quirúrgica • Definición: Porcentaje de pacientes que no reciben tratamiento de quimio y/o radioterapia y

    se intervienen antes de un mes desde el diagnóstico.

    • Estándar: 100%

    • Umbral: 90%

    4.1.1.3 Cumplimiento del consentimiento informado • Definición: Porcentaje de pacientes con documento de consentimiento informado

    debidamente cumplimentado

    • Estándar: 100%

    • Umbral: 90%

    4.1.1.4 Cumplimiento de la profilaxis antibiótica o Definición: Porcentaje de pacientes a los que se les administra profilaxis antibiótica de

    forma correcta. Indicador compuesto por los siguientes subindicadores:

    Antibiótico correcto, ajustado al protocolo de cada hospital.

    Administrado < 60 minutos antes de la cirugía.

    Dosis única en el momento de la intervención quirúrgica.

    Estándar: 100%

    Umbral: 90%

    4.1.1.5 Cumplimiento del Listado de verificación quirúrgica (Check

    list)

    • Definición: Porcentaje de pacientes en los que se ha cumplimentado el listado de verificación quirúrgica propuesto por la OMS.

  • 29

    • Estándar: 100% • Umbral: 90%

    4.1.1.6 Cumplimiento de estadificación • Definición: Pacientes con estudio preoperatorio de extensión completo. Este es un

    indicador compuesto de los siguientes sub-indicadores:

    o Estudio completo del colon (colonoscopia, enema opaco o colono-CT) o Antígeno Carcinoembrionario CEA. o Estudio de extensión a distancia: Radiografía de tórax y ecografía o TAC

    abdominal para cáncer de colon y TAC tórax-abdomen y pelvis para cáncer de

    recto.

    o Estudio locorregional del recto: RNM rectal en cáncer de recto. • Estándar: 100%

    • Umbral: 90%

    4.1.1.7 Cumplimiento de estancia preoperatoria • Definición: Pacientes que no están ingresados en el hospital más de un día antes de la

    interv