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Bajé del avión. Ya estaba en Valencia. Hacía un calor, inimaginable. Bajé con mis padres a la limusina. Menos mal que puso el aire acondicionado. Miré a un lado, miré al otro. Había muchos pastos. Había paisanos labrando el campo. Un poco más adelante paramos a comer. Aquel restaurante era rústico y era muy bonito. Estaba abarrotado, no cabía nadie más. La comida estaba muy rica, el lugar era muy agradable además del griterío de la gente que estaba dentro y fuera del restaurante haciendo cola pera pedir mesa. Aquel lugar estaba lleno y para rato ¿yo no sé por esperaba la gente? Comimos arroz, la opinión de mis padres y yo es que estaba delicioso. Salimos de aquel lugar, y nos metimos de nuevo en la limusina. Al final llegamos al hotel. Estaba chulísimo. Entramos y pedimos una villa de 3 habitaciones. Entramos al ascensor, era enorme igual que los del Corte Inglés. Entramos a la habitación. Era muy grande, claro ¡cómo no!, era una villa. A la mañana siguiente nos levantamos muy emocionados. Íbamos a ir a la playa. Cuando llegamos a la playa hacía calor. El agua estaba caliente porque era agua del mar Mediterráneo. En la playa cogimos conchas, algas de todo. Llegamos al hotel. Nos duchamos y nos vamos a la discoteca. Era grande y estaba llena. Entramos y la música estaba altísima. Después de salir de la discoteca nos fuimos al hotel a dormir. Al día siguiente nos despertamos y fuimos al aeropuerto. Me dormí. Me desperté en Santander.

Valencia

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Viajes por España

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Bajé del avión. Ya estaba en Valencia. Hacía un

calor, inimaginable. Bajé con mis padres a la

limusina. Menos mal que puso el aire

acondicionado. Miré a un lado, miré al otro. Había

muchos pastos. Había paisanos labrando el campo.

Un poco más adelante paramos a comer. Aquel

restaurante era rústico y era muy bonito. Estaba

abarrotado, no cabía nadie más. La comida estaba

muy rica, el lugar era muy agradable además del

griterío de la gente que estaba dentro y fuera del

restaurante haciendo cola pera pedir mesa. Aquel

lugar estaba lleno y para rato ¿yo no sé por esperaba

la gente? Comimos arroz, la opinión de mis padres y

yo es que estaba delicioso. Salimos de aquel lugar, y

nos metimos de nuevo en la limusina.

Al final llegamos al hotel. Estaba chulísimo.

Entramos y pedimos una villa de 3 habitaciones.

Entramos al ascensor, era enorme igual que los del

Corte Inglés. Entramos a la habitación. Era muy

grande, claro ¡cómo no!, era una villa. A la mañana

siguiente nos levantamos muy emocionados. Íbamos

a ir a la playa. Cuando llegamos a la playa hacía

calor. El agua estaba caliente porque era agua del

mar Mediterráneo. En la playa cogimos conchas,

algas de todo. Llegamos al hotel. Nos duchamos y

nos vamos a la discoteca. Era grande y estaba llena.

Entramos y la música estaba altísima. Después de

salir de la discoteca nos fuimos al hotel a dormir.

Al día siguiente nos despertamos y fuimos al

aeropuerto. Me dormí. Me desperté en Santander.

El viaje de ida fue largo, había mucho tráfico y tardé 5 horas.

Cuando llegué, me alojé en un hotel.

Al día siguiente fui a visitar Castellón de la Plana. Era una ciudad

muy bonita y el restaurante en el que comí tenía una paella

riquísima. Por la noche me fui al hotel.

Cuando me desperté, me monté en

un autobús para visitar la ciudad de

las Artes y las Ciencias de Valencia; vi

un microscopio enorme. Como

estaba cansado me fui al hotel

pronto.

Al día siguiente, cuando acabé de desayunar, fui a la Albufera de

Valencia, era un paisaje precioso. Tenía unas aguas limpias, con

muchas aves y con muchos arrozales. Cuando acabó la visita, me

fui al hotel porque empezó a llover.

Fui a Elche. Era una ciudad preciosa y

tenía una comida exquisita. Había un

gran palmeral y unos dátiles muy ricos

y jugosos.

Después me fui al aeropuerto, cogí un

avión y me volví a Santander.

Sergio P.