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Acta 11 ANTONIO DUPLÁ ANSUATEGUI (ED.) EL CINE «DE ROMANOS» EN EL SIGLO XXI Instituto de Ciencias de la Antigüedad/ Antzinate Zientzien Institutoa Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea VITORIA 2011 GASTEIZ

Veleia Acta 11

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VITORIA 2011 GASTEIZ Instituto de Ciencias de la Antigüedad/ Antzinate Zientzien Institutoa Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea ANTONIO DUPLÁ ANSUATEGUI ED. Acta 11

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Acta 11

ANTONIO DUPLÁ ANSUATEGUI (ED.)

EL CINE «DE ROMANOS» EN EL SIGLO XXI

Instituto de Ciencias de la Antigüedad/Antzinate Zientzien Institutoa

Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea

VITORIA 2011 GASTEIZ

Cip Biblioteca Universitaria

El cine «de romanos» en el siglo XXI / Antonio Duplá Ansuategui (ed.) ; [Jornadas Clasi-

cismo y modernidad : el cine «de romanos» en el siglo XXI]. – Vitoria-Gasteiz : Universidad del

País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea, Argitalpen Zerbitzua = Servicio Editorial, 2011. – 121 p. ;

24 cm. — (Acta ; 11)

D.L.: BI-80-2012 ISBN: 978-84-9860-594-5

1. Cine e historia 2. Películas históricas I. Duplá Ansuategui, Antonio, ed. II. Jornadas Clasi-

cismo y modernidad : el cine «de romanos» en el siglo XXI (2009. Vitoria-Gasteiz)

791.43:94(3)

Esta obra es el resultado de la tesis doctoral que fue defendida por el autor en la Facultad de Derecho de San Sebastián el 4 de julio de 2003 y que ha mere-cido el PREMIO EXTRAORDINARIO DE DOCTORADO de la Univer-sidad del País Vasco por el Área de Ciencias Sociales y Jurídicas en virtud de acuerdo de la Subcomisión de Doctorado de la UPV/EHU de 20 de Octubre de 2005

Esta publicación ha sido subvencionada por:Ministerio de Educación y Ciencia

© Servicio Editorial de la Universidad del País VascoEuskal Herriko Unibertsitateko Argitalpen Zerbitzua

ISBN: 978-84-9860-594-5Depósito legal/Lege gordailua: BI - 80-2012

Fotocomposición/Fotokonposizioa: Ipar, S. Coop.Zurbaran, 2-4 - 48007 Bilbao

Impresión/Inprimatzea: Itxaropena, S. A.Araba Kalea, 45 - 20800 Zarautz (Gipuzkoa)

ÍNDICE

Presentación, Antonio Duplá Ansuategui . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

Capítulo primero: Prólogo: breves reflexiones sobre el cine de romanospor Kepa Sojo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

Capítulo segundo: Historia y cine: hablando en presentepor Julio Montero Díaz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17

Capítulo tercero: Alejandro Magno: el cinepor Alberto Prieto Arciniega . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31

Capítulo cuarto: Géneros cinematográficos y mundo antiguopor Pedro Luis Cano Alonso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59

Capítulo quinto: Una película de romanos: Ágora de Alejandro Amenábar. Asesoría y licencia históricapor Elisa Garrido González . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79

Capítulo sexto: Nota sobre el cine «de romanos» en el siglo xxipor Antonio Duplá Ansuategui . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91

Capítulo séptimo: Materiales para una bibliografía sobre el cine «de romanos» en el siglo xxipor Antonio Duplá Ansuategui . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111

PRESENTACIÓN

En el mes de noviembre de 2009 tuvieron lugar en la Facultad de Letras de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea las Jornadas «Clasicismo y modernidad: el cine “de romanos” en el siglo xxi». La iniciativa respondía al interés de un grupo de profesores del Departamento de Estudios Clásicos de dicha facultad (Rafael Águila, Javier Alonso, Elena Macua, Idoia Mamolar y yo mismo) por reflexionar sobre el aparente auge y la vigencia de este género, también conocido como peplum, en la nueva centuria, a partir del nota-ble éxito obtenido por la película Gladiator, dirigida por Ridley Scott y estrenada en el año 2000. En cierto modo, las Jornadas tenían como precedente lejano en ese mismo centro otra actividad similar realizada hacía más de 20 años, recogida en una publicación pionera en el estudio de la presencia de la Antigüedad en el cine moderno (A. Duplá y A. Iriarte —eds.—, 1990, El cine y el mundo antiguo, Bilbao, Servicio Editorial UPV/EHU).

En las Jornadas del año 2009, ante una nutrida asistencia de estudiantes y co-legas, intervinieron como ponentes los profesores Julio Montero (Universidad Complutense), Alberto Prieto (Universitat Autònoma de Barcelona), Antonio Altarriba (UPV/EHU) y Pedro Luis Cano (Universitat Autònoma de Barcelona), en sendas sesiones complementadas con el visionado de la La última Legión (Doug Lefer, 2007), Alejandro Magno (Oliver Stone, 2004), 300 (Zack Snyder, 2007) y varios episodios de la primera temporada de la serie Roma (HBO-BBC, 2005). A sus textos se suman ahora la colaboración de la profesora Elisa Garrido (Universidad Autónoma de Madrid), asesora histórica de la película Ágora de Alejandro Amenábar y una reflexión panorámica sobre el tema general, a mi cargo. Lamentablemente, no hemos podido contar para esta publicación con el texto de la ponencia de Antonio Altarriba sobre «La historia en el cómic y el cine». Se in-cluye también un apéndice bibliográfico, con la voluntad de aportar información actualizada sobre las publicaciones más recientes.

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Ciertamente, tras una travesía del desierto de varias décadas, el cine «de ro-manos» parecía resurgir de sus cenizas y tras el film de Scott, han seguido otros de fortuna y calidad desigual, pero que, en cualquier caso, evidencian una vitali-dad desconocida a finales del siglo pasado. Por otra parte, una novedad destacable al respecto es el interés académico suscitado en esta última década por este género cinematográfico, tradicionalmente menospreciado o insuficientemente anali-zado como una particular recepción contemporánea del mundo antiguo. Es buena muestra de ese interés la organización de un congreso internacional sobre este tema en la Universidad de Liverpool en julio de este año «Cinema and Antiquity 2000-2011»: http://sace.liv.ac.uk/cinemaantiquity), coordinado por Joanna Paul and Lloyd Llevellyn-Jones y que cuenta con la presencia de algunos de los especia-listas más reconocidos. La nómina de trabajos dedicadas en esta última década al género y a las distintas películas más recientes y a otras «clásicas» es muy abun-dante, como se evidencia en el apéndice bibliográfico de este mismo volumen. Sin ir más lejos, sólo en el ámbito español contamos en los últimos años con sendas obras a cargo de destacados estudiosos, las monografías de Oscar Lapeña (Guida al cinema peplum. Ercole, Ursus, Sansone e Maciste alla conquista di Atlantide, Roma 2009), Ramón de España (La pantalla épica. Los héroes de la Antigüedad vistos por el cine, Madrid 2009), Fernando Lillo (Héroes de Grecia y Roma en la pantalla, Madrid, 2010) y la más reciente de Pedro Luis Cano (El cine de romanos. La tra-dición cinematográfica del mundo clásico, Barcelona 2011), a las que habría que su-mar algunos años antes La Antigüedad filmada de Alberto Prieto (Madrid, 2004). Las Jornadas de 2009 y este libro quieren sumarse a esa corriente de interés y re-flexión sobre el cine «de romanos» (asumiendo lo convencional de esta etiqueta), como un aspecto de indudable interés en el estudio de la recepción moderna de la Antigüedad.

Tras destacar y agradecer el trabajo del equipo organizador de las Jornadas y la disponibilidad y la paciencia de todos los colaboradores de este volumen es obligado, finalmente, dar las gracias por su colaboración a una serie de insti-tuciones que hicieron posible en su momento la organización de las Jornadas y ahora esta publicación. Me refiero al Vicerrectorado del Campus de Álava y a la Facultad de Letras de la UPV/EHU, a la Obra Social de la Caja Vital Kutxa y a la Delegación del País Vasco de la Sociedad Española de Estudios Clásicos, así como al Instituto de Ciencias de la Antigüedad de la UPV/EHU y a su Director, el Profesor Joaquín Gorrochategui, que ha facilitado la inclusión de este libro en la Serie Actas de los Anejos de Veleia.

Antonio Duplá Ansuategui

Vitoria-Gasteiz, junio de 2011

Capítulo primero

PRÓLOGO: BREVES REFLEXIONES

SOBRE EL CINE DE ROMANOS

Desde los inicios del séptimo arte la Antigüedad Clásica ha sido un motivo re-currente utilizado en los guiones de muchos filmes. Dentro de las películas basa-das en momentos señeros de la Historia Antigua, Roma ha tenido un lugar pre-ferido por los directores y productores de todos los tiempos, aunque no debemos olvidar los filmes basados en la Historia y la Mitología griega, que también es-tán a la última con la revolución digital que ha cambiado la forma de entender el cine de efectos especiales y que ha actualizado muchos clásicos, no sólo del «pé-plum» más ortodoxo, sino también de obras posteriores de maestros como Ray Harryhausen. Para ejemplo, la última versión de Clash of the titans (Furia de tita-nes, 2010), de Louis Leterrier, que no recoge la autenticidad de los efectos especia-les y del stop-motion del filme original del mismo título dirigido por Desmond Davis en 1981, convertido en un clásico de los años 80, a pesar de sus imperfeccio-nes y su envejecimiento prematuro.

Y es que el audiovisual basado en la Antigüedad Clásica no se remite solo al cine, con ejemplos recientes como Ágora (2009), o Gladiator (2000), sino también a la televisión, donde series de la categoría de Roma (2005-2007), o más modesta-mente Hispania (2010), están cumpliendo a la perfección su cometido de entrete-ner y de recordar momentos históricos precedentes con mayor o menos fortuna, desde el punto de vista de los anacronismos que todos los historiadores solemos ver frecuentemente en propuestas de esta índole. Y es ahí donde, en mi doble con-dición de cineasta e historiador, por un lado intento abstraerme de estos fallos y anacronismos, aunque grandes producciones como Gladiator o Kingdom of heaven (El reino de los cielos, 2005), ambas de Ridley Scott, deberían evitar los fallos por medio de asesores certeros que intenten enmascarar las lagunas de guión a nivel histórico o tropelías tales como colocar un retablo del xvi en un filme ambien-tado en el xiii. Claro está, en mi condición de cineasta, la espectacularidad de una batalla filmada con todos los medios técnicos disponibles del momento, me llena

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de satisfacción, aunque las catapultas empleadas en la recreación sean posterio-res. Hay que tener en cuenta que en muchas ocasiones el cine con base histórica no pretende sino entretener y a veces los historiadores debemos pasar por alto los dislates y anacronismos y observar las películas como lo que son. Para intentar na-rrar acontecimientos históricos de una manera más documentada y ortodoxa es-tán los documentales. Visiono The Tudors (Los Tudor, 2007) y se me desvanece la imagen que he tenido toda la vida de Enrique VIII a través de las pinturas de Hans Holbein cuando veo al galán Jonathan Rhys-Meyers en el papel del monarca bri-tánico. Pero la serie, con sus defectos y virtudes, engancha y funciona como pro-ducto televisivo al estar adaptado a la perfección al audiovisual actual. Me chirrían más las inquietudes ninjas de propuestas como Águila Roja o las relaciones adoles-centes de la citada Hispania, que parecen salidas de productos lamentables como Física o Química.

Poco queda ahora de aquellos «péplums» de bajo presupuesto que veía en sesión continua los domingos por la tarde en el Cine Avenida de mi Llodio na-tal. Películas tan llamativas de directores prolíficos como el italiano Giorgio Ferroni: Il colosso di Roma (Brazo de hierro, 1964) o La guerra di Troia (La gue-rra de Troya, 1961), con el incombustible Steve Reeves encabezando el elenco, o Luigi Magni: Scipione, detto anche l’Africano (Escipión el Africano, 1971), con actores italianos míticos venidos a menos como Mastroianni, Silvana Mangano y Vittorio Gassman, sin olvidar productos nacionales como Los cántabros (1980), del inefable Paul Naschy, jalonaban mis tardes cinéfilas en las que compaginaba estos filmes con spaghetti-westerns, algún que otro giallo, mu-cho filme americano de Segunda B y otras obras menores del cine español de la época.

Ahora la cosa ha cambiado. Por medio de las nuevas tecnologías y de las con-tinuas reediciones de películas podemos hacernos una programación a la carta y podemos acceder, aparte de los rutilantes estrenos, a filmes que creíamos des-catalogados, aspecto muy positivo para los historiadores del cine actuales que pueden disponer de una copia de Cabiria (1914), de Giovanni Pastrone remas-terizada, sin ningún problema, a la vez que un Blu-ray de 300 (2006), de Zack Snyder.

Hay que aprovechar los adelantos técnicos que nos permiten visionar todo este cine basado en la Antigüedad, pero no hay que perder la perspectiva histórica de lo que han sido y son estas obras y para ello libros como el que presentamos en estas líneas, fruto de la reflexión de un grupo de investigadores e historiadores en las Jornadas precedentes, son necesarios para poder encauzar esta «moda» de películas y series históricas que se ha llevado a cabo en diferentes fases de la corta Historia del Cine, pero que ha tomado un especial empuje en los últimos años del siglo xx y primeros del siglo xxi.

No me queda sino agradecer a los artífices del libro y de las Jornadas, enca-bezados por Antonio Duplá, la ocasión brindada de tomar parte en esta publi-

PRÓLOGO: BREVES REFLEXIONES SOBRE EL CINE DE ROMANOS 15

cación y de mostrar el apoyo que desde la dirección de Proyección Universitaria del Vicerrectorado del Campus de Araba tendremos siempre a este tipo de ini-ciativas.

Kepa Sojo

Director de Proyección UniversitariaCampus Araba UPV/EHU

Capítulo segundo

HISTORIA Y CINE: HABLANDO EN PRESENTE1

1 Este texto es la transformación escrita de una conferencia. No tiene referencias críticas (no-tas, bibliografía, etc.) que pueden encontrarse en otros textos del autor ya publicados y paralelos a éste: «La realidad histórica del cine: el peso del presente», en G. Camarero, B. de las Heras y V. de Cruz, Una ventana indiscreta: la historia desde el cine, Madrid, ediciones JC, 2008, y «Travestir el pasado de presente: el cine histórico de ficción», en Image et Manipulation. Actes du 6 Congrès Internacional du GRIMH (Lyon, 20-21-22 de novembre 2008), Université Lumière-Lyon 2, pp. 387-396.

1. SACAR LA HISTORIA A LA CALLE

Una buena exposición cinematográfica sobre qué deba ser la historia en la cul-tura popular norteamericana, puede que sea la que refleja la película Una noche en el Museo (Night at the Museum, Shawn Levy, 2006, USA-UK). Allí las escenas del pasado —los grandes acontecimientos de la historia— que se representan con ma-quetas y figuras, cobran vida por las noches.

Un malvado plan hace que estas figuras vivas, los protagonistas de la histo-ria, sus representaciones, salgan a la calle para ayudar al torpe héroe del film a resolver sus problemas. De manera literal, podría decirse que la historia (las re-presentaciones de las diversas etapas de la evolución de la humanidad) sale a la calle.

El resultado es que, de repente, la gente común se interesa por la historia, al menos por el museo de historia. En un solo día pasan de ignorar su existencia a visitarlo con fruición. El director de la institución (un historiador antiguo, orde-nado, clasificador, que quiere rigor en sus salas…, en fin, un auténtico pesado en el retrato que la película hace de él), tiene que reconocer, muy a su pesar, que desde que la historia salió a la calle las personas comunes se interesan por su museo, al menos por esa historia, y lo llenan.

No es mala imagen para empezar. Las películas históricas deberían cumplir esa misión: sacar la historia a la calle. El cine norteamericano de ficción comer-cial y de contenido histórico, aspira a llegar a amplios mercados. En realidad ne-cesita esos mercados grandes, internacionales. Y eso exige atender a una forma de hacer historia que, en el mejor de los casos, se sitúa al nivel de la divulgación más elemental. Su público potencial no tiene por qué saber historia y, de hecho, no suele saberla.