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Vendran lluvias suaves…
Vendran lluvias suaves
Tipo
de
narrador
Dialogos Tiempo Atmosfera Inicio Conflicto Climax Cierre
Vendran lluvias suaves
Tipo de narrador: narrador
observador Dialogos: directos
Tiempo: Interno (cronologico),
externo (futurista)
Atmosfera: sociedad, situacion,
innovaciones tecnologicas
Inicio: La alarma que dice la hora
Nudo: Incendio que inicia y amenaza
con destruir la casa
Climax: El fuego se extiende por toda la casa y la destruye
Cierre: una ultima voz que sobrevive: “hoy es 5 de agosto
de 2026”
RAY BRADBURY
“Hay peores cosas que quemar libros, una de ellas es no leerlos.”
Fahrenheit 451 (1953)
Guy Montag es un bombero y el trabajo de un bombero es quemar libros, que están prohibidos porque son causa de discordia y sufrimiento. El Sabueso Mecánico del Departamento de Incendios, armado con una letal inyección hipodérmica, escoltado por helicópteros, está preparado para rastrear a los disidentes que aún conservan y leen libros. «Fahrenheit 451» (la temperatura a la que el papel arde) describe una civilización occidental esclavizada por los medios, los tranquilizantes y el conformismo.
Cronicas Marcianas (1950)
• Esta colección de relatos reúne la crónica de la colonización de Marte por parte de la humanidad que abandona la Tierra en sucesivas oleadas de cohetes plateados y sueña con reproducir en el Planeta rojo una civilización de perritos calientes, cómodos sofás y limonada en el porche al atardecer. Pero los colonos también traen en su equipaje las enfermedades que diezmarán a los marcianos y mostrarán muy poco respeto por una cultura planetaria, misteriosa y fascinante, que éstos intentarán proteger ante la rapacidad de los terrícolas. Escritas en la década de 1940 y situadas en el lejano futuro que comienza en 1999, estas historias, aparentemente sencillas, sirven de excusa para que Bradbury se sumerja en los misterios del alma humana y desarrolle una de las hazañas más apasionantes de la humanidad.
El hombre ilustrado (1951)
• En esta colección de historias entrelazadas, el
narrador anónimo conoce a «El Hombre Ilustrado»,
un curioso personaje con el cuerpo completamente
cubierto de tatuajes. Sin embargo, lo más remarcable
e inquietante es que las ilustraciones están
mágicamente vivas y cada una de ellas empieza a
desarrollar su propia historia, como en «La pradera»,
donde unos niños llegan un juego de realidad virtual
más allá de sus límites. O en «Calidoscopio», el
sobrecogedor relato de un astronauta que se dispone
a reentrar en la atmósfera terrestre sin la protección
de una nave espacial. O en «La hora cero», en el que
los invasores extraterrestres han encontrado unos
aliados lógicos y sorprendentes: los niños humanos.
Cada uno de los dieciocho relatos que componen esta
colección es una muestra de la maestría narrativa de
Bradbury y no han perdido ni su vigor ni su
actualidad desde que fueron publicados por primera
vez en 1951.
Ahora y Siempre (2009)
• Incluye dos novelas cortas en las que se respira toda
la magia de Bradbury y en cuya génesis se mezclan
elementos tan maravillosos como su niñez en
Tucson, su experiencia como guionista de Moby
Dick y su adoración hacia Katherine Hepburn. Un
periodista portador de una noticia terrible salta de un
tren en marcha en un pueblecito que esconde
secretos maravillosos e imposibles... La tripulación
de una nave estelar sigue a su capitán, ciego y loco,
en su búsqueda por el espacio profundo para
enfrentarse al destino, la eternidad e incluso a Dios...
«Ahora y siempre» es la nueva obra de un artista
incomparable cuyas historias han dado forma al
paisaje literario americano. Dos fascinantes novelas
cortas (cada una de ellas única y diferente, pero puro
Bradbury) que demuestran su sorprendente talento y
la incontenible vitalidad de la mente, el espíritu y el
corazón de este destacado narrador americano.
Columna de fuego (1975)
• La crónica de un rebelde del futuro que
desafía a la luz a que se enfrente a la
oscuridad, a huir de las dagas y las armas de
fuego y a tener otra vez miedo a la muerte. El
drama de un loco comprensivo, finalmente
destruido por su obsesión, que recuerda al
Montag de «Fahrenheit 451». El pánico, el
terror y la tristeza, pero también la excitación
y la belleza, que experimenta un grupo de
hombres arrojados al espacio por una
explosión fortuita. Solos, embutidos cada uno
en su escafandra, exprimen el sentido de la
vida en un viaje sin retorno hacia el espacio
profundo. ¿Cómo puede aparecer un
dinosaurio varado en la playa si no es por el
canto de las sirenas?
Cuentos de Ray
Calidoscopio,
Cuento de Navidad,
Dragon, El emisario, El cohete, El desierto, El lago, El ruido de un
trueno.
En la noche, En una estación de buen tiempo, Encuentro
nocturno, Esqueleto.
Hola y Adios, Ylla, La bruja de abril.
La costa, La mañana verde, La sabana, La sirena,
La ultima noche del mundo.
Los hombres de la tierra, Remedio para
melancólicos, Vendran lluvias
suaves.
• “Deberíamos enseñar a escribir y leer desde el
parvulario hasta el primer grado, de tal modo que
cuando el chico llegara a los ocho años ya supiera
saber leer y escribir correctamente. No se puede
enseñar por ordenador. Algunos dicen que sí, pero yo
pienso que no se puede. Si la televisión, Internet, el
ordenador, llegan más tarde a las vidas de los chicos,
habrá una generación sólida y fuerte. Esto depende de
los maestros, como de los padres depende controlar que
se lleve adelante ese proceso. Estamos creando una
generación de chicos estúpidos. Y esta situación no
puede solucionarla el ordenador personal, Internet o la
televisión; esto sólo puede cambiarlo un aula con
lectura y escritura intensas”.
Contexto
• Shakespeare
• Julio Verne
• Edgar Allan Poe
• Edgar Rice Burroughs (Tarzan)
• H. G. Wells ( El hombre invisible)
“Un escritor no escoge sus temas, son los
temas quienes le escogen” M.V.LL
El tiempo
La muerte
La responsabilidad
La nostalgia La inocencia
El miedo
Lo macabro
• Definimos estilo como
el sello personal que
permite diferenciarnos
del resto de las
personas
Descripciones: El Dragon
Era un viento que fundía paisajes, modelaba los huesos como cera blanda,
enturbiaba y espesaba la sangre, depositándola como barro en el cerebro. El viento
era mil almas moribundas, siempre confusas y en tránsito, una bruma en una
niebla de la oscuridad; y el sitio no era sitio para el hombre y no había año ni hora,
sino sólo dos hombres en un vacío sin rostro de heladas súbitas, tempestades y
truenos blancos que se movían por detrás de un cristal verde; el inmenso ventanal
descendente, el relámpago. Una ráfaga de lluvia anegó la hierba; todo se desvaneció
y no hubo más que un susurro sin aliento y los dos hombres que aguardaban a solas
con su propio ardor, en un tiempo frío.
Sentidos: El emisario
• Supo que había llegado de nuevo el otoño, porque Torry entró retozando en la
casa, trayendo con él un refrescante olor a otoño. En cada uno de sus perrunos
rizos negros llevaba una muestra del otoño: tierra húmeda, con la humedad
peculiar de aquella estación, y hojas secas, color de oro pajizo. El perro olía
exactamente igual que el otoño.
Sólo el viento era amistoso. Las estrellas no ladraban. Los árboles no se sentaban
sobre sus patas traseras con expresión suplicante. Sólo el viento agitaba su cola
contra la casa de cuando en cuando.
Dialogos directos: La ultima noche del
mundo
Bueno, será mejor que empieces a pensarlo.
-¡No lo dirás en serio!
El hombre asintió.
-¿Una guerra?
El hombre sacudió la cabeza.
-¿No la bomba atómica, o la bomba de hidrógeno?
-No.
-¿Una guerra bacteriológica?
-Nada de eso -dijo el hombre, revolviendo suavemente el café-. Solo, digamos, un libro que se cierra.
-Me parece que no entiendo.
-No. Y yo tampoco, realmente. Solo es un presentimiento. A veces me asusta. A veces no siento ningún miedo, y solo una cierta paz -miró a las niñas y los cabellos amarillos que brillaban a la luz de la lámpara-. No te lo he dicho. Ocurrió por vez primera hace cuatro noches.
Prosa poetica: El ruido de un trueno
• Eckels recordó las palabras de los anuncios en la carta. De las brasas y cenizas, del
polvo y los carbones, como doradas salamandras, saltarán los viejos años, los verdes
años; rosas endulzarán el aire, las canas se volverán negro ébano, las arrugas
desaparecerán. Todo regresará volando a la semilla, huirá de la muerte, retornará a
sus principios; los soles se elevarán en los cielos occidentales y se pondrán en
orientes gloriosos, las lunas se devorarán al revés a sí mismas, todas las cosas se
meterán unas en otras como cajas chinas, los conejos entrarán en los sombreros, todo
volverá a la fresca muerte, la muerte en la semilla, la muerte verde, al tiempo anterior
al comienzo. Bastará el roce de una mano, el más leve roce de una mano.
Psicologia del personaje: Hola y Adios
Después de morir mis parientes, tras descubrir que no podía encontrar en ningún sitio
trabajo de adulto, probé suerte en las ferias, pero sólo conseguí que se rieran de mí.
"Hijo –me dijeron–, no eres un enano, e incluso aunque lo seas, ¡tu aspecto es de un
chico normal! Queremos enanos con cara de enanos. Lo siento, hijo, lo siento." Así que
me fui de casa, y eché a andar pensando: ¿Qué era yo? Un niño. Tenía aspecto de niño,
tenía voz de niño, así que podría perfectamente seguir siendo un niño. De nada valía
luchar contra ello. De nada serviría gritar. ¿Qué podía hacer, pues? ¿Qué trabajo tenía a
mi alcance? Y un buen día vi a un hombre en un restaurante mirar las fotografías que de
sus hijos le enseñaba otro hombre. "Claro que me gustaría tener hijos –decía–, ya lo
creo que me gustaría."
Preocupacion: vida y muerte
"¿Y yo? —pensó Hollis—. ¿Qué puedo hacer?. ¿Puedo hacer algo para compensar una
vida terrible y vacía? Si pudiera hacer algo para reparar la mezquindad de todos estos
años, el absurdo del que ni siquiera me daba cuenta... Pero no hay nadie aquí. Estoy
solo. ¿Cómo hacer algo que valga la pena cuando se está solo? Es imposible. Mañana
por la noche me estrellaré contra la atmósfera de la Tierra. Arderé, y mis cenizas se
esparcirán por todos los continentes. Seré útil. Sólo un poco, pero las cenizas son
cenizas y se mezclarán con la tierra."
Responsable: El ruido de un trueno
• -Muy bien -continuó Travis-, digamos que accidentalmente
matamos aquí un ratón. Eso significa destruir las futuras
familias de este individuo, ¿entiende?
-Entiendo.
-¡Y todas las familias de las familias de ese individuo! Con
sólo un pisotón aniquila usted primero uno, luego una docena,
luego mil, un millón, ¡un billón de posibles ratones!
-Bueno, ¿y eso qué? -inquirió Eckels.
• ¿Eso qué? -gruñó suavemente Travis-. ¿Qué pasa con los
zorros que necesitan esos ratones para sobrevivir? Por falta de
diez ratones muere un zorro. Por falta de diez zorros, un león
muere de hambre. Por falta de un león, especies enteras de
insectos, buitres, infinitos billones de formas de vida son
arrojadas al caos y la destrucción.
Consejos de Brad • – No empieces escribiendo novelas: Ocupan demasiado tiempo y, según Bradbury, es mejor lanzarse a escribir un montón de historias
cortas, tantas como sea posible. «No se pueden escribir 52 malos cuentos seguidos»
• – Los puedes amar, pero no puedes ser ellos: Los grandes maestros están allí y los vas a intentar copiar, aunque sea de manera
subconsciente. Tenlo en cuenta.
• – Analiza a los grandes maestros del relato corto: Bradbury nos habla, por ejemplo, de Dahl. Yo añadiría también sus propios cuentos.
• – Amuebla tu cabeza: Leer, leer y leer. Todos los días, antes de dormir, un cuento, un poema o un ensayo. Eso sí, según él, nada de cosas
modernas.
• – Líbrate de los amigos que no creen en ti: No te rodees de gente que se burla de lo que escribes o de tus ambiciones literarias. Son un
lastre.
• –Vive en la biblioteca: ¡Nada de ordenadores! Bradbury era un gran defensor de las bibliotecas públicas. De los ordenadores tenía mucha
peor opinión.
• – Enamórate de las películas: Y si son clásicas, mejor.
• – Escribe con alegría: Escribir no es un negocio serio y si empiezas a sentir la literatura como si fuera un trabajo, es que se convertirá en
basura. Hay que dar envidia con lo que haces.
• – Haz una lista con diez cosas que adoras y otras diez que odias: Entonces escribe sobre las diez primeras y luego mata las diez segundas,
escribiendo también sobre ellas. Haz lo mismo con tus miedos.
• – Recuerda, con la escritura lo que estás buscando es tan sólo a una persona que se acerque y te diga «Me encanta lo que haces»: O,
como también dice Bradbury, una persona que se te acerque y diga «no estás tan chalado como dice la gente»
•
Una tecnica de Ray para destapar el
inconsciente, escribir sin detenerte a
pensar.
Zen en el arte de escribir
Ejercicio
• 1. Escribe 30 sustantivos (el mono, la sirena, etc) (3
minutos)
• 2. Escoje los 15 sustantivos y de esos eliges 1 (2
minutos)
• 4. Colocalo el sustantivo elegido como titulo y empieza a
narrar sin pensar en que vas bien o mal (5 minutos)
• 5. Compartir (5 minutos)