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EDITORIAL Very real utopia Una utopía muy real Jacobo Díaz Published online: 24 April 2012 # Etrasa 2012 Hasta hace muy poco era tan sólo un anhelo que comenzaba a tomar cuerpo tímidamente pero con paso firme. Muchos no se atrevían a proclamarlo a los cuatro vientos por miedo a que el milagro se desvane- ciera. Sucede a menudo con las pequeñas cosas que necesitan crecer a salvo de peligros y miedos. Pero ha pasado el tiempo de las prevenciones y ya podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que la seguridad vial ha dado un histórico giro de 180 grados, pasando de las grandes palabras a los hechos concretos y con- virtiéndose así en una utopía muy real. Muchos han sido los cambios que nos han permi- tido en España reducir a la mitad las muertes en carretera para cumplir así el reto europeo lanzado hace una década. El permiso de conducir por puntos, el cambio del Código Penal en materia de tráfico y el incremento de la vigilancia de las carreteras han sido factores fundamentales en este sentido. Sin embargo, tras ello se esconde una cuestión que a menudo pasa desapercibida. Nos referimos a las campañas de trá- fico, tradicionalmente centradas en aspectos clásicos como el alcohol, el cinturón de seguridad o el casco. Desde hace unos años, en España se ha decidido cargar las tintas también en factores muy concretos que, a la postre, tienen una gran influencia en las estadísticas de siniestralidad. Es el caso de las campañas específicas focalizadas en los usuarios vulnerables, las personas mayores, las carreteras convencionales, los ciclistas, los sistemas de retención infantil, etc. Es muy loable centrar la reflexión y el debate en facetas del tráfico que no siempre han gozado de la atención que merecen. Y es que en seguridad vial los frentes abiertos son numerosos y diversos, por muy alejados de la primera línea que pueda parecer que están. Todo suma a la hora de ganarle la batalla a los accidentes de tráfico. Precisamente uno de esos grandes frentes es el legislativo, pues constituye la base sobre la que se debe construir cualquier política de seguridad. En este sentido, la entrada en vigor de la Directiva Europea de Seguridad en Infraestructuras Viarias abre un nuevo escenario porque sitúa las carreteras en el centro de las políticas de seguridad. Gracias a esta nueva norma, las infraestructuras viarias tienen la posibilidad de desar- rollar todo su potencial técnico a la hora de reducir al máximo la siniestralidad, lo cual es sin duda una excelente noticia ya que el estado del arte en este campo raya a gran altura. Securitas Vialis (2011) 3:4546 DOI 10.1007/s12615-012-9037-0 J. Díaz (*) Asociación Española de la Carretera (AEC), Madrid, Spain e-mail: [email protected] J. Díaz Federación Europea de Carreteras (ERF), Madrid, Spain J. Díaz Federación Internacional de Carreteras (IRF), Madrid, Spain J. Díaz del Instituto Vial Íbero Americano (IVIA), Madrid, Spain

Very real utopia

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EDITORIAL

Very real utopia

Una utopía muy real

Jacobo Díaz

Published online: 24 April 2012# Etrasa 2012

Hasta hace muy poco era tan sólo un anhelo quecomenzaba a tomar cuerpo tímidamente pero con pasofirme. Muchos no se atrevían a proclamarlo a loscuatro vientos por miedo a que el milagro se desvane-ciera. Sucede a menudo con las pequeñas cosas quenecesitan crecer a salvo de peligros y miedos. Pero hapasado el tiempo de las prevenciones y ya podemosafirmar, sin temor a equivocarnos, que la seguridadvial ha dado un histórico giro de 180 grados, pasandode las grandes palabras a los hechos concretos y con-virtiéndose así en una utopía muy real.

Muchos han sido los cambios que nos han permi-tido en España reducir a la mitad las muertes encarretera para cumplir así el reto europeo lanzado haceuna década. El permiso de conducir por puntos, elcambio del Código Penal en materia de tráfico y elincremento de la vigilancia de las carreteras han sido

factores fundamentales en este sentido. Sin embargo,tras ello se esconde una cuestión que a menudo pasadesapercibida. Nos referimos a las campañas de trá-fico, tradicionalmente centradas en aspectos clásicoscomo el alcohol, el cinturón de seguridad o el casco.Desde hace unos años, en España se ha decididocargar las tintas también en factores muy concretosque, a la postre, tienen una gran influencia en lasestadísticas de siniestralidad. Es el caso de las campañasespecíficas focalizadas en los usuarios vulnerables, laspersonas mayores, las carreteras convencionales, losciclistas, los sistemas de retención infantil, etc.

Es muy loable centrar la reflexión y el debate enfacetas del tráfico que no siempre han gozado de laatención que merecen. Y es que en seguridad vial losfrentes abiertos son numerosos y diversos, por muyalejados de la primera línea que pueda parecer queestán. Todo suma a la hora de ganarle la batalla a losaccidentes de tráfico.

Precisamente uno de esos grandes frentes es ellegislativo, pues constituye la base sobre la que sedebe construir cualquier política de seguridad. En estesentido, la entrada en vigor de la Directiva Europea deSeguridad en Infraestructuras Viarias abre un nuevoescenario porque sitúa las carreteras en el centro de laspolíticas de seguridad. Gracias a esta nueva norma, lasinfraestructuras viarias tienen la posibilidad de desar-rollar todo su potencial técnico a la hora de reducir almáximo la siniestralidad, lo cual es sin duda unaexcelente noticia ya que el estado del arte en estecampo raya a gran altura.

Securitas Vialis (2011) 3:45–46DOI 10.1007/s12615-012-9037-0

J. Díaz (*)Asociación Española de la Carretera (AEC),Madrid, Spaine-mail: [email protected]

J. DíazFederación Europea de Carreteras (ERF),Madrid, Spain

J. DíazFederación Internacional de Carreteras (IRF),Madrid, Spain

J. Díazdel Instituto Vial Íbero Americano (IVIA),Madrid, Spain

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Así, entre otras cosas, los 90.000 kilómetros de laRed Transeuropea de Carreteras serán sometidos a pro-fundas inspecciones de seguridad vial con el fin deincrementar sus estándares de calidad y servicio. Pesea la demora, que se ha prolongadomás de una década, esuna gran noticia que estas auditorías se implanten ennuestro país porque ya han demostrado ser muy útilesdonde se han aplicado, facilitando descensos de hasta untercio en los datos de siniestralidad. Por ello, hay que irmás allá instando a las autoridades españolas a sobrepa-sar el ámbito de actuación de esta Directiva y aplicarlaen el resto de vías de nuestra red.

Y es que parece el momento propicio para aprove-char las buenas noticias que nos llegan del mundo dela seguridad vial. La marea se está acercando a la otraorilla del Atlántico. Son sintomáticos en este sentidolos nuevos aires que están tomando las políticas deseguridad vial en algunos países sudamericanos.Destaca en este proceso el creciente interés por lacreación de agencias nacionales de seguridad vialcapaces de aglutinar todos los recursos disponiblespara ponerlos al servicio de la sociedad y lograr asíredes viarias más modernas y seguras.

Argentina responde a la perfección a este modelo.Cuatro años después de la fundación de la AgenciaNacional de Seguridad Vial, ha comenzado a reducirsus cifras de siniestralidad de forma más que notable.Esto nos reafirma en el deseo de que los demás países delentorno continúen esta senda para que Latinoamérica

deje de figurar en los primeros puestos mundiales deaccidentalidad viaria.

Éste es precisamente el reto que tienen que abordarigualmente los países del sudeste asiático. En losactuales tiempos de fuerte crisis económica mundial,son las únicas economías que mantienen el tipo e,incluso, muestran tasas de crecimiento inimaginablesen Europa y Estados Unidos. A todo ello hay quesumar que, desde hace unos años, registran una acti-vidad viaria extraordinariamente intensa que les hallevado a construir unas modernas redes de grandesvías por las que cada día circulan más y más vehículos.Por ello precisamente, estos países deben articularpolíticas de seguridad vial a la altura de las circun-stancias. Sus redes viarias son complejas y requierensoluciones propias del siglo XXI.

Es indudable que nos encontramos ante un momen-to clave en la batalla contra los accidentes de tráfico.Por primera vez en muchos años se ve como algoposible dar la vuelta a la contienda y ganar la partidaen muchas zonas del planeta especialmente castigadas.Quizá lo más esperanzador en este sentido a juzgar porlo que percibimos aquí y allá, es que los éxitos enseguridad vial pueden ser exportables con grandesresultados allí donde más se necesitan.

El dolor que producen las muertes en carretera escompartido por toda la sociedad, sea cual sea su pro-cedencia. Aprendamos juntos a acabar con esta lacra.Sólo así saldremos victoriosos.

46 J. Díaz