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Via Passionis

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Via Passionis

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Via PassionisSiete estaciones ante los monumentos del Jueves y Viernes Santo

La vida de Jess nos muestra el amor de Dios por cada uno de nosotros, y el camino para corresponder a ese Amor. Quiz nos desconcierta que a lo largo de ese camino aparezca el sufrimiento, la contradiccin, la necesidad del sacrificio. Es el camino de Jess que le llev hasta la Cruz. Y de la Cruz descendi al Sepulcro y a los infiernos, para abrirnos las puertas del Cielo y prepararnos para la Resurreccin. De la muerte en la Cruz Jess nos lleva de la mano hasta la Luz de la Vida.

La piedad cristiana medita la Pasin del Seor de mil maneras: la lectura de la pasin en las celebraciones litrgicas de la Semana Santa, la oracin personal, la contemplacin del crucifijo, la representacin teatral o musical de los momentos que preceden a la muerte de Jess. Entre estas tradiciones destaca el Va Crucis, el camino de la Cruz, que est reproducido en todas las iglesias, y en el que a travs de catorce estaciones contemplamos diversos momentos de la Pasin, desde la condena de Jess hasta su sepultura, pasando por el instante culminante de su crucifixin y muerte.

En estas pginas quiero ofrecer un preludio al va Crucis: la Va Passionis, el camino de la Pasin. En ellas puede el lector revivir las escenas que median entre la ltima Cena en el Cenculo y la institucin de la Eucaristaque se conmemoran en la Misa in Coena Domini de la tarde del Jueves Santo y el comienzo del Va Crucis, que se actualiza cada ao en los oficios de Viernes Santo y que empieza en el Palacio de Pilatos.

Al final de la Misa in Coena Domini en todas las Iglesias se deposita a Jess Sacramentado en un Sagrario sobre un altar especial, ricamente decorado: el monumento. All se queda Jess para la adoracin de los fieles durante las horas que preceden a su muerte en la Cruz. Es tradicional realizar durante ese tiempo (de la noche del jueves y la maana del viernes) siete visitas al Santsimo Sacramento en los monumentos de diferentes iglesias, all donde es posible. Muchas veces, solo o acompaado, he aprovechado esas estaciones ante el Santsimo Sacramento para leer los pasajes del Evangelio que relatan esos momentos oscuros de la vida de Jess. En esas ocasiones tambin he usado textos diversos de San Josemara para intentar meterme en las escenas como un personaje ms, como l sola recomendar.

Aqu ofrezco una seleccin de pasajes evanglicos y de meditaciones de San Josemara que pueden servir para acompaar de cerca a Jess en esas horas. En estas pginas vemos al Rey de los Judos empujado de una sede a otra del poder religioso y poltico de Jerusaln, maltratado e interrogado dolosamente, mientras se acumulan las oscuras nubes de la turba que gritar Crucifcale! Caiga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos!. Es curioso: nadie se atreve a condenar a Jess cara a cara (ni Ans, ni Caifs, ni Pilato, ni Herodes): solo en el anonimato de la muchedumbre.

Al ponernos frente a frente, hombre a hombre, con el Hijo del Hombre, vindole traicionado, golpeado, escupido, insultado y acusado por aquellos a los que haba venido a salvar, tendremos ocasin de dar un paso fuera de la masa deicida y al menos como Pedro- llorar amargamente.

RCR

ESTACIONES DEL JUEVES POR LA NOCHE

I Estacin La oracin en el huerto

Lectura

22:39 Y saliendo, se fue, como sola, al monte de los Olivos; y sus discpulos tambin le siguieron. 22:40 Cuando lleg a aquel lugar, les dijo: Orad que no entris en tentacin.22:41 Y l se apart de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas or, 22:42 diciendo: Padre, si quieres, pasa de m esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.22:43 Y se le apareci un ngel del cielo para fortalecerle. 22:44 Y estando en agona, oraba ms intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caan hasta la tierra. 22:45 Cuando se levant de la oracin, y vino a sus discpulos, los hall durmiendo a causa de la tristeza; 22:46 y les dijo: Por qu dorms? Levantaos, y orad para que no entris en tentacin.

Meditacin

Jess ora en el huerto:Pater mi(Mt XXVI,39),Abba, Pater!(Mc XIV,36). Dios es mi Padre, aunque me enve sufrimiento. Me ama con ternura, aun hirindome. Jess sufre, por cumplir la Voluntad del Padre... Y yo, que quiero tambin cumplir la Santsima Voluntad de Dios, siguiendo los pasos del Maestro, podr quejarme, si encuentro por compaero de camino al sufrimiento?Constituir una seal cierta de mi filiacin, porque me trata como a su Divino Hijo. Y, entonces, como El, podr gemir y llorar a solas en mi Getseman, pero, postrado en tierra, reconociendo mi nada, subir hasta el Seor un grito salido de lo ntimo de mi alma:Pater mi, Abba, Pater,...fiat!

Padre nuestroAve MaraCristo se hizo obediente por nosotros hasta la muerte / y muerte de Cruz

II Estacin Prendimiento de Jess

Lectura

18:2 Judas, el que le entregaba, conoca el huerto, porque muchas veces Jess se haba reunido all con sus discpulos. 22:47 Mientras l an hablaba, se present una turba; y el que se llamaba Judas, uno de los doce, iba al frente de ellos; y se acerc hasta Jess para besarle. 22:48 Entonces Jess le dijo: Judas, con un beso entregas al Hijo del Hombre? 22:49 Viendo los que estaban con l lo que haba de acontecer, le dijeron: Seor, heriremos a espada? 22:50 Y uno de ellos hiri a un siervo del sumo sacerdote, y le cort la oreja derecha. 22:51 Entonces respondiendo Jess, dijo: Basta ya; dejad. Y tocando su oreja, le san. 22:52 Y Jess dijo a los principales sacerdotes, a los jefes de la guardia del templo y a los ancianos, que haban venido contra l: Como contra un ladrn habis salido con espadas y palos? 22:53 Habiendo estado con vosotros cada da en el templo no extendisteis las manos contra m; mas esta es vuestra hora, y la potestad de las tinieblas.

Meditacin

Judas el traidor: un beso. La espada de Pedro brilla en la noche. Jess habla: como a un ladrn vens a buscarme? (Marc., XIV, 48.)El enemigo casi siempre procede as con las almas que le van a resistir: hipcritamente, suavemente: motivos... espirituales!: no llamar la atencin... Y luego, cuando parece no haber remedio (lo hay), descaradamente..., por si logra una desesperacin a lo Judas, sin arrepentimiento.

Padre nuestroAve MaraCristo se hizo obediente por nosotros hasta la muerte / y muerte de Cruz

III Estacin Las negaciones de Pedro

Lectura

22:54 Y prendindole, le llevaron, y le condujeron a casa del sumo sacerdote. Y Pedro le segua de lejos. 22:55 Y habiendo ellos encendido fuego en medio del patio, se sentaron alrededor; y Pedro se sent tambin entre ellos. 22:56 Pero una criada, al verle sentado al fuego, se fij en l, y dijo: Tambin ste estaba con l. 22:57 Pero l lo neg, diciendo: Mujer, no lo conozco. 22:58 Un poco despus, vindole otro, dijo: T tambin eres de ellos. Y Pedro dijo: Hombre, no lo soy. 22:59 Como una hora despus, otro afirmaba, diciendo: Verdaderamente tambin ste estaba con l, porque es galileo. 22:60 Y Pedro dijo: Hombre, no s lo que dices. Y en seguida, mientras l todava hablaba, el gallo cant. 22:61 Entonces, vuelto el Seor, mir a Pedro; y Pedro se acord de la palabra del Seor, que le haba dicho: Antes que el gallo cante, me negars tres veces. 22:62 Y Pedro, saliendo fuera, llor amargamente.

Meditacin

(Despus de la Resurreccin) Jesucristo interrogar a Pedro, por tres veces, como si quisiera darle una repetida posibilidad de reparar la triple negacin. Pedro ya ha aprendido, escarmentado en su propia miseria: est hondamente convencido de que sobran aquellos temerarios alardes, consciente de su debilidad. Por eso, pone todo en manos de Cristo. Seor, t sabes que te amo. Seor, t lo sabes todo, t sabes que te amo. Y qu responde Cristo? Apacienta mis corderos, apacienta mis ovejas. No las tuyas, no las vuestras: las mas! Porque l ha creado al hombre, l lo ha redimido, l ha comprado cada alma, una a una, al precio lo repito de su Sangre.

Padre nuestroAve MaraCristo se hizo obediente por nosotros hasta la muerte / y muerte de Cruz

IV Estacin Jess interrogado por Ans

Lectura

18:19 El sumo sacerdote pregunt a Jess acerca de sus discpulos y de su doctrina. 18:20 Jess le respondi: Yo pblicamente he hablado al mundo; siempre he enseado en la sinagoga y en el templo, donde se renen todos los judos, y nada he hablado en oculto. 18:21 Por qu me preguntas a m? Pregunta a los que han odo, qu les haya yo hablado; he aqu, ellos saben lo que yo he dicho. 18:22 Cuando Jess hubo dicho esto, uno de los alguaciles, que estaba all, le dio una bofetada, diciendo: As respondes al sumo sacerdote? 18:23 Jess le respondi: Si he hablado mal, testifica en qu est el mal; y si bien, por qu me golpeas?18:24 Ans entonces le envi atado a Caifs, el sumo sacerdote.22:63 Y los hombres que custodiaban a Jess se burlaban de l y le golpeaban; 22:64 y vendndole los ojos, le golpeaban el rostro, y le preguntaban, diciendo: Profetiza, quin es el que te golpe? 22:65 Y decan otras muchas cosas injurindole.

Meditacin

No seis cautelosos, desconfiados; sin embargo, debis sentir sobre vuestros hombros recordando aquella imagen del Buen Pastor que aparece en las catacumbas el peso de esa oveja, que no es un alma sola, sino la Iglesia entera, la humanidad entera.Al aceptar con garbo esta responsabilidad, seris audaces y seris prudentes para defender y proclamar los derechos de Dios. Y entonces, por la entereza de vuestro comportamiento, muchos os considerarn y os llamarn maestros, sin pretenderlo vosotros: que no buscamos la gloria terrena. Pero no os extrais si, entre tantos que se os acerquen, se insinan esos que nicamente pretenden adularos. Grabad en vuestras almas lo que me habis odo repetidas veces: ni las calumnias, ni las murmuraciones, ni los respetos humanos, ni el qu dirn, y mucho menos las alabanzas hipcritas, han de impedirnos jams cumplir nuestro deber.

Padre nuestroAve MaraCristo se hizo obediente por nosotros hasta la muerte / y muerte de CruzESTACIONES DEL VIERNES POR LA MAANAV Estacin El juicio de Caifs

Lectura

22:66 Cuando era de da, se juntaron los ancianos del pueblo, los principales sacerdotes y los escribas, y le trajeron al concilio, diciendo: 22:67 Eres t el Cristo? Dnoslo. Y les dijo: Si os lo dijere, no creeris; 22:68 y tambin si os preguntare, no me responderis, ni me soltaris. 22:69 Pero desde ahora el Hijo del Hombre se sentar a la diestra del poder de Dios. 22:70 Dijeron todos: Luego eres t el Hijo de Dios? Y l les dijo: Vosotros decs que lo soy.22:71 Entonces ellos dijeron: Qu ms testimonio necesitamos? porque nosotros mismos lo hemos odo de su boca.

Meditacin

La fe nos hace confesar con Simn Pedro: nosotros hemos credo y conocido que t eres el Cristo, el Hijo de Dios. Y es esa fe, fundida con nuestra devocin, la que en esos momentos trascendentales nos lleva a imitar la audacia de Juan: acercarnos a Jess y recostar la cabeza en el pecho del Maestro, que amaba ardientemente a los suyos y acabamos de escucharlo los iba a amar hasta el fin.

Padre nuestroAve MaraCristo se hizo obediente por nosotros hasta la muerte y muerte de Cruz / Por lo cual Dios tambin lo exalt y le dio el nombre sobre todo nombre.

VI Estacin. Pilato interroga a Jess

Lectura

18:28 Llevaron a Jess de casa de Caifs al pretorio. Era de maana, y ellos no entraron en el pretorio para no contaminarse, y as poder comer la pascua. 18:29 Entonces sali Pilato a ellos, y les dijo: Qu acusacin trais contra este hombre? 18:30 Respondieron y le dijeron: Si ste no fuera malhechor, no te lo habramos entregado. 18:31 Entonces les dijo Pilato: Tomadle vosotros, y juzgadle segn vuestra ley. Y los judos le dijeron: A nosotros no nos est permitido dar muerte a nadie; 18:32 para que se cumpliese la palabra que Jess haba dicho, dando a entender de qu muerte iba a morir18:33 Entonces Pilato volvi a entrar en el pretorio, y llam a Jess y le dijo: Eres t el Rey de los judos? 18:34 Jess le respondi: Dices t esto por ti mismo, o te lo han dicho otros de m?18:35 Pilato le respondi: Soy yo acaso judo? Tu nacin, y los principales sacerdotes, te han entregado a m. Qu has hecho? 18:36 Respondi Jess: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearan para que yo no fuera entregado a los judos; pero mi reino no es de aqu.18:37 Le dijo entonces Pilato: Luego, eres t rey? Respondi Jess: T dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz. 18:38 Le dijo Pilato: Qu es la verdad?

Meditacin

(Jess es un) Rey con corazn de carne, como el nuestro; que es autor del universo y de cada una de las criaturas, y que no se impone dominando: mendiga un poco de amor, mostrndonos, en silencio, sus manos llagadas.Por qu, entonces, tantos lo ignoran? Por qu se oye an esa protesta cruel: nolumus hunc regnare super nos, no queremos que ste reine sobre nosotros? En la tierra hay millones de hombres que se encaran as con Jesucristo o, mejor dicho, con la sombra de Jesucristo, porque a Cristo no lo conocen, ni han visto la belleza de su rostro, ni saben la maravilla de su doctrina.Es duro leer, en los Santos Evangelios, la pregunta de Pilato: "A quin queris que os suelte, a Barrabs o a Jess, que se llama Cristo?" Es ms penoso or la respuesta: "A Barrabs!"Y ms terrible todava darme cuenta de que muchas veces!, al apartarme del camino, he dicho tambin "a Barrabs!", y he aadido "a Cristo?... 'Crucifige eum!' Crucifcalo!"

Padre nuestroAve MaraCristo se hizo obediente por nosotros hasta la muerte y muerte de Cruz / Por lo cual Dios tambin lo exalt y le dio el nombre sobre todo nombre.VII Jess calla ante Herodes

Lectura

23:4 Pilato dijo a los principales sacerdotes, y a la gente: Ningn delito hallo en este hombre. 23:5 Pero ellos porfiaban, diciendo: Alborota al pueblo, enseando por toda Judea, comenzando desde Galilea hasta aqu. 23:6 Entonces Pilato, oyendo decir, Galilea, pregunt si el hombre era galileo. 23:7 Y al saber que era de la jurisdiccin de Herodes, le remiti a Herodes, que en aquellos das tambin estaba en Jerusaln. 23:8 Herodes, viendo a Jess, se alegr mucho, porque haca tiempo que deseaba verle; porque haba odo muchas cosas acerca de l, y esperaba verle hacer alguna seal. 23:9 Y le haca muchas preguntas, pero l nada le respondi. 23:10 Y estaban los principales sacerdotes y los escribas acusndole con gran vehemencia. 23:11 Entonces Herodes con sus soldados le menospreci y escarneci, vistindole de una ropa esplndida; y volvi a enviarle a Pilato.

Meditacin

Durante el simulacro de proceso, el Seor calla.Iesus autem tacebat(Mt XXVI,63). Luego, responde a las preguntas de Caifs y de Pilatos... Con Herodes, veleidoso e impuro, ni una palabra (cfr. Lc XXIII,9): tanto deprava el pecado de lujuria que ni aun la voz del Salvador escucha.Si se resisten a la verdad en tantos ambientes, calla y reza, mortifcate... y espera. Tambin en las almas que parecen ms perdidas queda, hasta el final, la capacidad de volver a amar a Dios.

Padre nuestroAve MaraCristo se hizo obediente por nosotros hasta la muerte y muerte de Cruz / Por lo cual Dios tambin lo exalt y le dio el nombre sobre todo nombre.