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Viaje Libertario a través de la América Latina Max Nettlau Revista Reconstrucción Nº 76-78, 1972

Viaje Libertario a través de la América Latina

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Viaje Libertario

a través de la América Latina Max Nettlau

Revista Reconstrucción Nº 76-78, 1972

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Antología V ia je lib e rta rio a través de la A m é rica Latina'

por Max N ettlau 1

Hace unos meses hice un v ia je libertario e histórico, a través d e toda la América latina, continental e insular. Se trata d e un v ia je im aginativo, porque nunca estuve en América. Apenas conozco las principales lenguas d e dicho continente y sé in fin itam en te poco sobre sus habitantes; y aunque dispongo de bastante m ateria l documental, no lo tengo cerca ahora, y tam ­poco para mí lo están en estos m om entos las grandes bibliotecas. Por lo tanto, puedo decir que hice el v ia je sin apartarme d e m i miesa d e trabajo. No obstante, he reunido bastante m ateria l como para escribir un lib ro sobre el tema, y también, buena cantidad para escribir varios ensayos.

En aquellos inmensos parajes americanos, el pensamiento y la fan ­tasía frecuentemente resaltan elementos dispares: la pampa y la orquídea, los dictadores y sus víctimas, el cóndor y el co librí; el negrero c rio llo y e l capitalista yanqui, e l pobre blanco em igrante y el ind io silencioso.

D e todos modos, la verdad es que yo he podido encontrar tan ta a c ti­vidad libertarla, tantas figuras m em orables en las regiones del pensam iento, de la acción perseverante y d e la solidaridad, que voy a tra tar de fija r aauí las impresiones del viaje, com o si a l redescubrir las actividades liber­tarlas, m e hubiera servido para exponerlas sumariamente a l lector.

El contacto literario e Intelectual con París y la relación con algunos via jeros franceses, m otivó que se conocieran en Am érica latina las ideas d e Saint Simón (2 ), P ierre Leroux (3 ), Auguste Com te (4 ) y Lam ennais (5 ). Tam bién se conoció a Charles Fourier (6 ). D ichas ideas fueron conocidas por algunos intelectuales y políticos de Buenos Aires, Montevideo, Santiago y R io de Janeiro, hace y a m ás de un siglo (7 ), pero no penetraron en el am ­b iente popular. Posteriormente, fu e poca la sugestión de dichas ideas para aquellos hombres, sólo quedando en sus mentes las enseñanzas autoritarias de los positivistas, que fueron los fundadores teóricos del gubernam enta- Usmo de los intelectuales, a los que con tanta vehem encia rechaza Miguel Bakunin (8 ) en su libro Dios y el Estado (9 ). En el Brasil y en Chile, aque­llas mentalidades autoritarias, sembraron el autoritarism o a m anos llenas. D e Pedro José Proudhon (10), solam ente existen las huellas dejadas por el em igrante Rhodakanaty (11) en MéXico, quien en 1865 inspiró la form ación a llí del prim er grupo anarquista, y en 1877 vió publicada su traducción de uno de los libros m ás hermosos de Proudhon, el titu lado Idea G en era l de la Revolución en e l S ig lo X IX (12). En lo que atañe a V íctor Considerant (13) y a su actividad para fundar una colon ia furierista en el Brasil, tengo po­ca información.

Hubo en Am érica Latina, antes de 1870, organizaciones grem iales, prin ­cipalm ente en Buenos A ires y en M éxico; hubo relaciones internacionales, a l principio entre los tipógrafos d e Buenos Aires, Santiago, M ontevideo y ¡Río de Janeiro; y tam bién algunos socialistas d e buena voluntad com o Bar­tolom é V itory y Suárez (14), oriundo d e las Islas Baleares. En Buenos A i­res y en Montevideo, en donde Francisco C. Calcerán (15) m ilitó tem pra­no; y en México, m ediante la activ idad de Francisco Zalacosta (16 ), m iem ­bro del grupo de Rhodakanaty, la propaganda libertaria estuvo en auge desde 1865 hasta 1880. Había un gran deseo por conocer las ideas de la P ri­m era Internacional (17), leyendo sus mismas publicaciones; como también la táctica orgánica practicada por la Federación Regional Española (18). Bueno fue e l resultado en M ontevideo y México, en cuyos lugares penetra­ron las convicciones antiautoritarias a l conocerse, aceptarse y apreciarse las ideas anarquistas y las de la A lianza (19). A este respecto recordare­mos que un m ilitan te procedente de España e in flu ido por R a fa e l Farga Pellicer (20), llam ado Carlos Sanz, in fluyó mucho en México, desde 1873 hasta 1880. A partir de este año regresó a Europa y queda para nosotros en la penumbra. Sería en verdad sugestivo poder tener m ás in form ación so­bre Carlos Sanz.

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En 1871 se d irig ieron hacia Buenos Aires rraudhos refugiados que proce­d ían de la Comuna de París (21 ). Tam bién lo h icieron algunos intem acio­nalistas que viv ían en los departamentos de F ran cia (22 ); en Burdeos, a l­gunos de ellos habían conocido a Pablo Lafargue (23), por quien estaban a l tanto del punto de vista de Carlos M arx (24) y del Consejo General de Londres. La enemistad de este ú ltim o con M iguel Bakunin fue verdadera­m en te lo que an im ó a que diversos grupos libertarios de Buenos A ires (el francés, el italiano, el español y e l argen tino), fundaran en esta ciudad una sección local de la Internacional (25). Hasta 1880, puede decirse que todo siguió lo m ismo, aunque no así en M ontevideo donde los libertarios ten ían m ás in fluencia que los autoritarios que agrupaban a bastantes e le­m entos del país, cuyos propósitos no iban más a llá de l partido político elec­toral (26). En M éxico ocurrió la rebelión agraria de Chalco, pero la orga­nización socialista del G ran Círculo de Obreros, en 1870 se convirtió en el foco m ás persistente en favor del parlamentarismo. Se enemistaron con los libertarios d e La Socia l y de ellos se escindieron a partir de 1871. Estos ú l­tim os activaron m ucho en 1879 y en 1880, figurando de nuevo en otra de las insurrecciones campesinas, en la de Sierra Gorda. F inalm ente fueron vencidos y la represión de Forfir io D íaz se desencadenó contra ellos. Enton­ces se perdieron Zalacosta, Rhodakanaty, como así otros valiosos m ilitan­tes, quedando M éxico sin aquellas voces tan rebeldes. Silencio que persistió hasta que se produjeron los m ovim ientos estudiantiles de 1892. Y a enton­ces el joven R icardo Flores M agón (27) enfrentó por prim era vez a l déspo­ta que sojuzgó a M éxico hasta 1911, aunque entonces no era un libertario, sino un m ilitan te revolucionario.

Se reanim aron las agrupaciones anarquistas en M ontevideo (28) y en Buenos A ires (29 ), a partir de 1880, debido a la gran afluencia de em igran­tes, sobre todo ita lianos (30). Muchos de éstos eran refugiados. Fueron ita ­lianos los que en junio de 1884 fundaron en Buenos A ires el Círculo Comu­n ista Anarquista, siendo Héctor M attei, de L ivorno, uno de los m ilitantes m ás activos. En 1885 llegó a Buenos A ires el gran luchador Errico Mala- testa (31) y entonces se intensificó m ás aún la propaganda libertaria, al fundar un Centro de Estudios Socales y su publicación Questione Sociale (L a Cuestión Socia l), de la que aparecieron 14 números, a partir dé 1885. G racias a l am plio concepto de las ideas que ten ía M alatesta, se hizo la con­cordia entre los anarquistas colectivistas y los comunistas libertarios (en ­tre italianos, españoles, franceses y argentinos). P o r aquel entonces hubo grandes luchas obreras; en ellas se destacó am pliam ente en 1887, la Socie­dad Cosmopolita de Obreros Panaderos, de Buenos Aires, para la cual M a­latesta redactó la declaración de principios, m ien tras que M attei era su administrador.

E l m ovim ien to grem ial iba creciendo. Nuevos grem ios se añad ían a los y a existentes. Aunque todos respondían a las características de su funda­ción, algunos actuaban en sentido moderado, reconociendo las disposicio­nes legislativas y cayendo en m anos de ios socialistas políticos. No obstan­te, había muchos m ilitantes anarquistas en los grem ios de los panaderos, carpinteros, zapateros u otros; e inspiraban a las organizaciones gremiales, porque eran obreros y apelaban a la necesidad que ten ían todos de defen­derse grem ialm ente. Urgía én aquel entonces la organización grem ial, pues la m ano de obra inm igrada inundaba el m ercado del trabajo, y los traba­jadores necesitaban crearse una base de lucha, un hogar propio para la propaganda directa. T a l fue la esencia del grem ialism o libertario de la Fe­deración Obrera Regional A rgen tina (F O R A ). Los trabajadores anarquis­tas la necesitaban para defenderse com o productores; además, en ella se encontraban en su propio medio, en el que podían exponer sus ideas con com pleta libertad (32). Se esforzaban por dar contenido libertario e impul­so anarquista a la acción defensiva, com o tam bién a las luchas de la fcolec- tividad, creyendo que esta táctica era la más útil y provechosa, ya que con­ven ía tanto a la defensa inm ediata de l grem io, como a la propaganda de las ideas (33). Se aplicaban a las dos actividades indicadas: propaganda ideológica y defensa grem ial. No he visto que interrum pieran ta l propósito dsade 1887 hasta 1934. Los m ism os hechos, la necesidad de defenderse de

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la siempre creciente brutalidad del capitalismo, extran jero o local, Impu­so siempre a las organizaciones grem iales argentinas una defensa ’ decid i­da o un enfrentam iento vigoroso. Lo que m otivó que dichos grem ios no tu­vieran un m om ento d e tregua, que hubieran podido emplear en re flex io ­nar, preparar y emprender acciones derivadas de la propia in iciativa . R e­sulta todo esto trágico, pero se produjo así. Quedó supeditada la. v ida anar­quista a la defensiva obrera. Adm irable fue el grado de estimación que los obreros argentinos sintieron por las ideas anarquistas, en toda su pureza (34). Las d ifundieron, pero se v ieron privados, por las exigencias del m o­mento. del p lacer de ocuparse d irectam ente de las ideas. Data la F Q R A de 1901 (35). He de hacer saber que no se tra ta de un problema general, de un caso m odélico ni menos aún de un sistema. L o ocurrido en Argen tina ha demostrado, que esos hombres desinteresados que son los libertarlos, de­bieron enfrentarse a capitalistas del más. acusado tipo homicida (36 ). Los libertarlos están a la altura de sus ideas y niucho han hecho para la d ifu ­sión de las m ismas; pero en A rgen tina se vieron im placablem ente ataca­dos durante m ed io siglo. Por lo tanto, no pudieron desarrollarse tr iu n fa l­mente, cosa que no fue posible en 1930 n i lo ha sido después. Rad icará ©1 porvenir en la m anera de propulsar la m ovilización de la voluntad liber­taria (37).

Mi v ia je de espectador le jan o míe conduce en prim er lugar a Ouba (38). En lo que respecta a este país insular, leo una carta de Francisco Tom ás(39), fechada el 26 de junio de 1873, diciendo que e l Comité Federal de la Federación Regional Española, no tenía ninguna indicación rela tiva a las secciones de Cuba; pero que a partir de 1881, las relaciones fueron frecuen­tes. El tipógrafo cubano J. C. Campos, desde Nueva York, se relacionó con su país natal, Cuba, y con Barcelona. E l prim er número d e E l P rod u ctor de La Habana, reem plaza a los seis meses de El Productor de Barcelona(40). Pedro Esteve (41) llegó a L a Habana en e l invierno boreal de 1893-1894; pero a l ser el añ o de 1894 de m uchas persecuciones, no pudo permanecer allí. Hubo entonces una insurrección por la que se desinteresaron muchos anarquistas, en tre ellos Esteve; pero que otros soportaron, com o Palm iro de L id ia (A d rián del V a lle ) (42) y e l grupo El Esclavo de Tam pa (43 ), F lo­rida (44). En 1898 Adrián del V a lle fijó , su residencia en Cuba, donde publi­có El Nuevo Id ea l (1899-1900). El grupo ad itor in v itó a Malatesta, en los pri­meros meses de 1900; pero e l nu evo 'rég im en republicano de Cuba Interpuso tantas d ificu ltades a la propaganda de Malatesta, como las que Interpuso e l régim en colonial monárquico a la propaganda d e Pedro Esteve. Después se hizo una propaganda intensa y asidua, cuyo exponente principal fue ¡T ie rra !, que apareció en 1902 y reapareció en 1934, revista fie l y perseveran­te, si bien no pudo llegar a tener, como tampoco los organismos grem iales, una posición praponderante. B ien es verdad que h ic ieron frente a la trem en­da dictadura d e Machado; pero no pudieron superar la Influencia bolche­vique, com o así la m ilitarización de la resistencia y de la insurrección de 1933, sin que pesaran en la balanza de los m últiples acontecimientos poste­riores a l m es de agosto de dicho año. Es indudable que todavía fueron difíciles las afirmaciones libertarias en Cuba, pero idéntica dificu ltad se encontró en otros países. En cuanto a los autores cubanos, hay originalidad en Adrián del Valle (45). Recuérdese que su ensayo publicado en un fo lle to de Buenos Aires, en 1925, sobre Kropotkin, tiene puntos de v ista muy notables. M e re ­fiero al ensayo publicado en Nueva Luz (46).

En Florida, Estados Unidos de Am érica del Norte, se efectuó una buena campaña de propaganda orgánica y cultural, desde 1880 hasta 1890, sobre todo la que rea lizaron los tabaqueros d e Tam pa (47 ), que luego se difundió am pliamente en las publicaciones y en El D espertar de Brooklyn. En 1894 apareció E l Esclavo, como tam bién varios periódicos libertarios en italiano. Pedro Esteve perm aneció en T am pa desde 1906 hasta 1910, siendo prom otor de muchos esfuerzos libertarios, hasta que se vio obligado a m archarse de Florida, amenazado, de m uerte por los representantes del capitalismo. Mu­chos trabajadores italianos fueron linchados por ciudadanos chovinistas, im ­buidos de prefascismo.

Patrocinado por e l grupo A lb ert Parsons de Brooklyn, (Nueva Y ork , en

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1891 apareció E l Despertar. Tom aron parte en la propaganda que hacía aque­lla publicación, entre otros, J. C. Campos, Pa lm iro de L id ia y, sobre todo, Pedro Esteve. Desde 1897 hasta 1905, permaneció E stere en Paterson, Nueva Jersey, unido a E l Despertar y, p o r cierto tiempo, a la revista ita liana Ques- tion e Sociale. Tam bién fue e l prom otor principal en la edición d e libros y folletos, tanto en ita liano com o en español. A l ¡legar a Nueva York proce­dente de Florida, publicó los órganos C ultura P ro le ta ria y posteriormente C ultura Obrera, que propagaban las ideas anarquistas principalm ente entre los obreros m arítim os y los del grem io d e l transporte. En los años d e la P r i­m era Guerra M undial (1914-1918), transcurrieron para él muchas d ificu lta ­des y vicisitudes. A l fina lizar la m isma, conservó su serenidad fren te a la corriente bolchevique y fue prom otor d e Cultura, cuyo prim er número apa­reció el 2 de setiembre de 1922. S e produjo su deceso, en plena actividad, el 14 de setiembre d e 1825. Su pensam iento está m uy bien representado en su l i ­bro Reform isino, D ictadura y Federalism o, que fue publicado en 1922 (48). Des­de 1886 hasta 1925, sembró en sus escritos una gran cantidad d e razona­m ientos críticos, intentando así ab rir los m ejores caminos posibles para las ideas, como tam bién para evitar la s desviaciones, cosa ésta muy Importante. Hombres como Pedro Esteve m erecen ser conocidos por las generaciones pre­sentes, y no por la m era reim presión m ecánica de algunos de sus folletos, slnó mediante trozos escogidos d e lo que su obra representa como orig inali­dad, crítica creadora y aportaciones nuevas. Aunque su autor pueda o no equivocarse, la verdad es que su ob ra es de las que hace reflexionar.

En los Estados Unidos de Am érica del Norte, después de m orir Pedro Esteve, se editaron muchas publicaciones en lengua española; pero no ha­bía mucha originalidad en ellas. Solam ente el grupo Los Iconoclastas d e Steu- benville (O h io ) tra tó de dar im pulso a l pensamiento anarquista mediante una encuesta publicada en Buenos A ires (49). Encuesta que no pudo despe­ja r la espesa n iebla que la rutina hizo descender sobre grupos y organismos en buen número de países.

Recuerdo la form ación de tantos nuevos grupos como los que, en tre 1910 y 1912, surgieron en e l itsmo de Panam á. El d e Los Egoístas, e l de Francisco F erre r en la localidad de Las Cascadas, etc. L legaron a ser veinte grupos en 1912. Eran trabajadores empleados en e l canal de Panam á que ganaban bue­nos salarios, pero que m orían pronto. Muchos de aquellos grupos estaban formados por decididos Individualistas, que defend ían las ideas de Nietzsche (50), M ax S tirner (51) y John H enry M ackay (52). Eran muy altruistas y hacían circular constantemente las publicaciones españolas y argentinas. T ie rra y L ibe rta d d e aquellos años se refiere repetidam ente a d icha propa­ganda. A partir del 12 de octubre d e 1911, El U n ico era e l órgano d e dichos grupos, del cual aparecieron doce o ta l vez m ás números (53). Sen tían cier­ta prevención con tra e l sindicalismo, porque por aquel entonces, tanto en Francia como en España dicho sindicalismo era considerado un va lor desti­nado indefin idam ente a substituir, en ideología y acción, a la anarquía (54). Fueron los prim eros que en este sentido dieron la voz de alarm a. Nunca pu­d e saber lo que fue posteriorm ente de ellos después d e los primeros meses d e 1912. ¿Fueron perseguidos? ¿Se dispersaron a l term inar los trabajos del canal?

Por ejemplo, tam poco pude saber cóm o fue que el periódico A l M ogreb A l Ansa, publicó en 1885 el ensayo d e Pedro K ropotk in titu lado A los Jóvenes (55 ), en árabe. D icha publicación estableció e l can je con buen núm ero de publicaciones avanzadas, entre éstas el Com m onw eal (E l B ien Púb lico) de W illiam M orris (56). Puesto que se publicaba en T án ger y Ferm ín Salvo- chea (57) estuvo en esa ciudad antes de volver a Cádiz, después de la m uer­te de A lfonso X I I ; y debido a que en 1886 hizo aparecer E l Socialism o en la ciudad gaditana, con mucha literatura inglesa traducida (58), pienso si Sa l- vochea no tendría intervención e n e l citado periódico de Tánger. Tanv- b ién podría ser que m ediante este periódico tangerino haya conocido las publicaciones inglesas Com m onw eal y Justice, com o tam bién las francesas, concibiendo así e l deseo de hacer accesible e inteligib les, por m ediación de E l Socialism o (59 ), aquellas publicaciones que ten ían can je con e l periódico árabe.

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Volvamos a la Argentina. Malatesta salió de este país en 1889. a los pocos meses d e publicarse un m anifiesto que fue m uy perseguido. Muchos anarquistas que nada tenían que ver con el indicado documento, en tre ellos Indalecio Cuadrado y F o (60), que poco antes había llegado de Barcelona, com o también e l libertario belga Em ile Piette, estuvieron encarcelados du­ran te largos meses. E l m ás comprometida de todos, R a fae l Roca, probable­m ente autor de l m anifiesto, se exilió en Montevideo, donde publicó La Voz del Trabajador (61 ). Roca era uno d e los anarcocomunistas del grupo bar­celonés de Gracia, que en 1886 publicó La Justicia Hum ana (52) de 1888 a 1869, T ierra y L ibertad (63 ). Estos hechos algo com plejos debieron producir c ierto alejam iento en tre ¡os reservados ar.arco-co’.ectivistas y los m ás activos m ilitantes anarcc-comunistas. Como alusión a la persecución con tra estos últimas, pusieron a su periódico un elocuente titu lo: SI Perseguido (18 de m ayo de 1893 a l 31 de enero d e 189 / ). En SI Perseguido escribió R a fae l Roca, que había vuelto a la Argentina después del térm ino gubernamental del presidente Celrr.an, colaborando hasta que murió en 1893 ( 64).

Prescindiendo de alguna hoja efím era, no hubo ningún periódico anarco- colectivista (G erm in a l salió desde e l 14 de noviem bre de 1397 al 21 d e di­ciem bre de 1898), pero se publicaron pequeños periódicos anarco-comunistas. A l revés d e lo que por aquella época ocurría en Europa, dichos periódicos ba- ta l'a ron contra la organización, la m oral y el apoyo mutuo, llegando a pre­con izar el aislam iento de Henriy ibsen (65 ), que endurece y forta lece al hom bre; el desprecio d e N ietzsche por los débíl&s, etc., y todo d io con el f in de garantizar la autonom ía individual. Fuese decirse que agotaron e l tema, llegando a la le jan ía que se proponían, lugar donde entonces vieron que se encontraban com pletam ente so'os. Luego pudo cesar aquella tendencia, pues aunque es verdad que existía El P.ebelde como portavoz adverso a la orga­nización, era una publicación con escasa influencia.

Durante aquellos años, e l ita liano Serantoni publicó en su im prenta la Questicne Sociale y otros peáódicos, com o así numerosos libros y folletos. O tros italianos que se vieron obligados a dejar e l Brasil, trasladaron a Euenos Aires su periódico L 'A w en ire (86), que habían editado en Sao Paulo. Los anarquistas de algunos gremios y los socialistas d e otros, constituyeron en 1830 una Federación Obrera, organismo nominal de m ayoría variable, según las asambleas generales de los grem ios. Los socialistas, un poco más ta i de, se sirvieron atraídos >po: su jp r t id o político y los anarquistas se tuvieron que con form ar con unos pocos' grem ios que les eran adictos, según la prédica, m uy débil, del periódico La U n ión G rem ia l, que apareció desde 1895 hasta 1396. Com o los paros y las huelgas requerían esfuerzos constante*, surgió La Protesta H um ana e l 13 de junio de 1897, que posteriorm ente «e llam ó La Protesta (67) y que aun vive. Fue muy conveniente la asistencia teórica que tuvo de José P ra t (68), que había venido de Barcelona, pues La Protesta había tenido hasta entonces una orientación accidental, en cuestione* teóricas e internacíoales. Tam bién desde 1893 hasta 1894 hubo dos épocas de un periódico francés. La L iberté )69), redactado m uy cuidadosamente. Uno de sus colaboradores, P ie rre Quiroule (70), edlcó posteriormente muchas pu­blicaciones anarquistas en español.

De todas maneras, !o que dio calidad a l m ovim iento fue la presencia de P íe tro G ori (71 ), que resid ió en la A rgen tina desde la m itad de 1898 hasta principios de 1S02. S e encontraba Gori entonces en ’o m ás alto de su fam a com o brillante propagandista, por su elocuencia y por la arm onía con que sabía interpretar las ideas libertarias. L a juventud se entusiasmó con él. A tra jo a un buen núm ero de intelaciuales y escritores, siendo e l más fa m o*» A lberto G h ira 'do (7 2 ); inclinado ya a las ideas, era G hiraldo autor y pan- fle ta r io de envergadura en la sociedad crloüa. Su fam a iba creciendo. Fue en tiem po de Gori, en m ayo d e 1901, cuando un congreso obrero determ inó fundar la FORA.

Diego Abad de Santillán llam ó la atención sobre unos artículos de A n ­ton io Pellicer Para ire (73 ), publicados con e l titu lo de La organización ob re ­ra. E l otrora redactor d e Acracia (74) y de E l P roductor, en e l invierno aus­tra l de 1900 explicó en La Protesta Hum ana (75) la estructura grem ial, p ro­poniendo la organización d e la Internacional, ta l como se elaboró en la con­

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ferencia de Valencia en 1871 y fu e propuesta por Anselmo Lorenzo en la con ferencia de Londres (76). Y o n o he podido consultar los doce artículos en cuestión (77 ). M e extraña, no obstante, que Pellicer, critico de dicha or­ganización en las publicaciones anteriorm ente mencionadas, como así en su traba jo titu lado Acratism o societario, la preconizara en 1900. Sabía Pellicer hasta qué punto e l funcionam iento de aquella organización com plicada ha­b ía dependido d e la A lianza de la Democracia Socialista, que fue algo así co­m o la sangre v iva circulando por cuerpo grande. N o llegó a com prender có­m o pudo silenciar e l tem a o de qué manera pudo haberlo desarrollado en público. Que yo sepa nunca se tra tó este asunto en Argentina, el menos, en lo que atañe a m is informaciones. En todo caso, e l congreso de 1901, que reunió anarquistas y socialistas, n o pudo crear un organism o viable.

Grori elaboró en diciembre d e 1898 un proyecto d e organización anar­quista. Se caracterizaba por la tolerancia, el abandono de soluciones únicas, e l reconocim iento del libre acuerdo y el de los derechos de las minorías. Es­tas tendencias fueron 'letra m uerta en la Argentina, porque en este país, si exceptuamos el congreso que tuvo lugar en Rosario (octubre de 1932), los grupos prefirieron permanecer autónomos por com pleto, habiendo puesto los m ilitantes su m ayor esfuerzo a disposición d e los gremios, de algunos periódicos y del organismo entero d e la FORA. Los redactores y colaborado­res de La Pro testa , defendieron enconadam ente los postulados de la FORA, contra La A n to rch a (78) u otras publicaciones opuestas a la misma. Se dis­persaron así energías, con pérdidas que llegaron a generalizarse m ás allá d e toda medida.

* Estudio publicado en La Revista Blanca de Barcelona, España, en su segunda época, números 308-310, correspondientes a los días 14, 21 y 28 de diciembre de 1934. La primera época de La Revista Blanca apareció en Madrid (1896-1906). F'ue fundada por los anarquistas catalanes Juan Montseny y Carret (1864-1942), a quien posterior­mente se conocería como “Federico Urales’’, y por su compañera Teresa Mané (1865-1939), conocida luego con el seudónimo de “Soledad Gustavo". Padres de la libertaria española Federica Montseny (1 9 0 5 -....). La segunda época de La Revivía Blanca empezó a publicarse en Sardañola-Barcelona (1923-1938) .

La presente transcripción ha sido revisada y anotada por V. Muñoz. Libros y fo­lletos anotados en centímetros, salvo indicación expresa, pertenecen a su colección.

Se complementará este estudio con,otro no menos meritorio trabajo de Max Nolilau, titulado Contribución a la Bibliografía anarquista en la América Latina hasta 1914, páginas 5-33 del libro Certamen Internacional de La Protesta (Buenos Aires: Editorial La Protesta, 1927, 157 pp., 27 x 17,5 cm).

Se lo cotejará con el trabajo Anarchism and Anarcho-Syndicalism in South America, por Fanny S. Simón; publicado en la revista estadounidense Hispanic American Histo- rical Review, febrero de 1946, páginas 38-59.

Dos libros de Max Nettlau publicados en América, conteniendo documentación sobre el tema del presente estudio, son los siguientes:

Esbozo de Historia de las Utopías (Buenos Aires: Ediciones Imán, 1934, 101 pp., 18 x 13 cm) Cuaderno económico número 8.

Bibliographie de l'Anarchie (Nueva York: Burt Franklin, 1968, 294 pp., 22,5 x 14 cm). Bibliografía, y referencia 219. Segunda edición. Impresión fotostática.

(1 ) Max Nettlau (1865-1944). Biografía más importante hasta la fecha: Max Nettlau, el. Herodoto de la Anarquía, por Rudolf Rocker (México: Ediciones Estala, 1950, 315 pp., 22,5 x 17 cm). Posteriormente traducida al sueco: Ett lio for Friheten. Max Nettlau anarkismens historiker (Estocolmo: 1956, 350 pp.).

E] manuscrito alemán se halla aún inédito: Max Nettlau, Der Man und sein Werk.El mismo forma parte de la “Colección Nettlau” , atesorada por el Instituto Interna­cional de Historia Social: International Instituut voor Sociale Geschiedenis, Herengracht 262-266, Amsterdam-C, Holanda.

Se complementará esta biografía, con la separada Biographische und bibliogra-phische daten, por Max Nettlau; originalmente publicada en la revista del precedenteInstituto titulada International Review o f Social History, 1969, volumen XIV, pp. 444-482.

(2 ) Claude Henry de Rounvroy (1675-1755), “conde de Saint Simón” . Consúl­

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tese el libro El Socialismo Utópico, por Angel J. Cappelletti (Rosario, Argentina: Grupo Editor de Estudios Sociales, 1968, 268 pp., 17,5 x 11,5 cm ). Capítulo: Saint Simón y la administración de los industriales.

(3 ) Pierre Leroux (1797-1871) era un sansimoniano.(4 ) Augusto Comte (1798-1857). "E l positivismo de Comte fue en realidad y

esencialmente, un desarrollo de las ideas de Saint Simón", opina G. D. H. Colé en la obra Historia del Pensamiento Socialista, torno I, titulado Los Precursores (México- Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 1964, 342 pp., 21 x 14 cm); tercera edi­ción en español.

(5 ) Robert Felicité Lamennais (1782-1837). Estudiado por Colé (ob. d t.) en el capitulo Lamennais.

(6 ) Frangois Marie Charles FoUrier (1772-1837). Estudiado por Cappelletti (ob. d t.) en el capítulo Fourier y el Falunsterio. El más antiguo folleto que sobre Fourier conozco en América Latina es Cartilla socialista o sea el catecismo elemental de la escuela de Carlos Fourier, por Plotino C. Rliodakanaty ( México: Imprenta V. J. Torres,1861, 16 pp.). ,

También puede estudiarse la probable influenda del socialismo español en Amé­rica Latina. Un buen Hbri; sobre el terna es Socialismo Utópico Español, selección de Antonio Elorza (Madrid: Alianza Editorial, 1970, 240 pp., 18 x 11 cm).

(7 ) Añádase los treinta y ocho años que ahora (1972) nos separan, desde que Max Netílan publicó el presente estudio en 1934.

(8 ) Mikail Aleksandrovich Bakunin (1814-1876). Max Netlau es autor del folleto Miguel A. Bakunin, un esbozo biográfico (México: Crupo Cultural Ricardo Flores Magón, 1925, 32 pp., 17,5 x 12 cm).

(9 ) Escrito por Bakunin en 1871. Consúltese Centenario de “ Dios y el Estado", por V. Muñoz; semanario Espoir (Toulouse, Francia: 10 do octubre de 1971, pp. II-IV ).

Primera edición: Dieu et l'Etat (Ginebra: Imprenta Jurasiana, 182, 99 pp.).Primera edidón latinoamericana: Dieu et l'Etat (Buenos Aires: Ediciones Liberté,

1884).Primera edidón en español: Dios y el Estado. A partir del 28 de febrero de 1884,

como folletín en el periódico mensual Revista Social, Eco del Proletariado, de Madrid. Traducción de Ricardo Mella y Cea (1861-1925) y Ernesto Alvarez. Este periódica fue fundado por Juan Serrano y Oteiza (1837-1886), suegro de Mella.

Este libro fue titulado por Eliseo Rcclus (1830-1905) y tiene una introduedón conjunta de Eliseo Redus y Carlos Cafiero (1846-1892).

Material inédito de este libro fue publicado por Max Nettlau en el primer tomo de las Oeuvres, por Michel Bakounine (París: P.-V. Stock, 1885, 326 pp., 18,5 x 11,5 cm).

Fue utilizado en el tomo IV de las Obras Completas de Miguel Bakunin (Buenos Aires: Editorial La Protesta, 1928, 276 pp., 18 x 13 cm).

Ha sido reproducido en la última edidón argentina': Dios y el Estado (Buenos Ai­res: Editorial Proyecdón, 1969, 148 pp., 20 x 14 cm).

Edidón sumamente valiosa es la siguiente: Cod and the State, por Midiael Bakunin (Nueva York: Dover Publications, 1970, 89 pp., 20,5 x 13,5 cm). Introduc­ción e índice de personas (de las cuales se da el cido vital) por Paul Avrich.

(10 ) Pierre joseph Proudhon (1809-1865).Fidia biográfica de Emest Joseph Gibert (1818-1836), proudhoniano que terminó

sus días en Montevideo, en las páginas 553-554 de) libro Diccionario Uruguayo de Biografías, 1810-1940, por José M. Fernández Saldaña (Montevideo: Editorial Ame­rindia, 1945, 1366 p., 23 x 17 cm).

Fotografía de Gibert en el cuaderno n» 19, titulado Hierbas del Uruguay, por Osvaldo del Puerto (Montevideo: Editorial Nuestra Tierra, agosto de 1969, 68 pp., 19 x 19 cm).

Consúltase Una cronología de Pedro José Proudhon, por V. Muñoz, en las páginas 56-65 de la revista Reconstruir (Buenos Aires: setiembre-odubre de 1969, n® 62).

(11) Plotino C. Rhodakanaty (1865-?). Nació, en Atenas, Grecia. Documentadón en Precursores del socúdúmio antiautoritario en México, por José C. Valadés; publicada en las páginas 408-412 del Suplemento Quincenal de “La Protesta” ( Buenos Aires: 19 de julio de 1928, n* 288).

(12) Idea General de la Revolución en el Siglo X IX, por P. J. Proudhon, traduc­ción de Plotino C. Rhodakanaty (México: Biblioteca Socialista, 1877, 382 pp.).

Por América latina dreuló una edición anterior: Idea General de la Revolución

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en el Siglo X IX , por P: J. Proudhon, traducción de José Comas (Barcelona, España: José Montaner, editor, 1868, 233 pp., 27 x 17 em). Un ejemplar en la colección del libertario uruguayo Roberto Gómez.

También al iniciarse la década de 1870 se difundió en América latina la obra Sistema de las Contradicciones Económicas o Filosofía ds la Miseria, por P. J. Proudhon, traducción de Francisco' Pí y Margal! (Madrid: Librería' de Alfonso Durún, 1870, tomo I de 494 pp., y tomo II de 539 pp., 18 x 11,5 cm).

En 1867 Francisco Pi y Margull (1824-1901) colaboró, desdo París, en el diario El Siglo de Montevideo.

La primera obra da Froudhon publicada en Argentina parece ser El Principio del Arta y su Patino Social, por P. J. Proudhon, traducción de E. Gutiérrez de (Juin anilla (Buenos Aires: Editor B. Gutiérrez de Quintanilla, 1896, tomo I de 264 pp, y tomo II de 279 pp., 17,5 x 12 cm).

(13) Víctor Consideran! (1808-1893). Colc (ob. cit., p. 80) expresa: "Defendía una abstención completa de la política, sosteniendo que las antiguas sociedades políticas es'aban destinadas a perecer, y serían reemplazadas por nuevas sociedades fundadas sobre una basa enteramente voluntaria” .

(14) Bartolomé Victory y Suíirez, mallorquín de origen, en 1369 vivía en Nueva Granada, desde donde tenía relaciones con la Internacional libertaria de Barcelona.

(15) En 1872, Francisco C. Calceráa era secretario de la sección uruguaya de la Asociación Internacional de los Trabajadores, información en Documentos para la Historia de Anarquismo en América, por José C. Valadés; publicada en las páginas 83-89 del Certamen Internacional de La Protesta (ob. cit.).

(16) Documentación sobre Francisco Zalacosla en el estudio citado de la nota n? 11. También en el trabajo siguiente: Sol/re los orígenes del movimiento obrero en México, por José C. Valadés; publicado en las páginas 72-83 del Certamen Internacional de La Protesta ( ob. cit.) .

(17) Consúltese el libro La Internacional Obrera, por Víctor García e introducción do Ugo Fedeli (Caracas, Venezuela: Ediciones F .I.J .I., 1964, 138 pp., 20 x 15 cm).

(18) Sobre la Federación Regional Española informan los libros siguientes:El Proletariado Militante, Memorias do un Internacional, Primer período de la

Asociación Internacional de los Trabajadores en España. Por Anselmo Lorenzo (1841- 1914). {Barcelona: Antonio López, Ediior, 1901, 446 pp., 19 x 12 cm).

Un segando lomo postumo fue publicado en Barcelona : Imprenta Salvat, Duch y Ferré, 1923.

Ambos tomos per las Ediciones Vértice de México, sin fecha, en un volumen de 619 p., 22,5 x 16,5 can, que contiene además. Origen, Desarrolla y Trascendencia dal Movimiento Sindicalista Obrero, por Pahniro Marba (Federico Fructidor).

La Premiare Internationale en Esvagne (La Primera Internacional en España) (1868-1888), por Max Nettlau. Textos revisados, traducción, introducción, notas, apén­dices, cuadros y mapas a cargo de la hispanista libertaria Renée Lamberet (Dordrecht, Holanda: D. Reidel Publisfcing Company, 1969, 683 pp., 24 x 15,5 cm).

(20) Rafael Farga PelÜeer (¿-1890). Intemacionalista libertario español que ac­tuó principalmente en Bercelona. Conoció personalmente a Miguel Bakunin en Suiza. Su esbozo biográfico Biografía de M. Bakunin. Sus ideales y tácticas. La escuela en el porcenir (La Cortina: Biblioteca Aurora, sin fecha, 16 pp.) es á lleno, no obstante, de inexactitudes.

(21) Por ejemplo, el libertario francés Gobley, que estuvo encarcelado con Elíseo Red US en el Fuerte de Quelern (Bretaña), luego de residir en Montevideo y Rio de Janeiro, fijó residencia en Buenos Aires, a partir de 1878. Consúltese el libro Corres­ponderse, por Elíseo Redus (París: Librería Schleicher Freres, 1911, tomo II, 519 pp.,20 x 12,5 cm). Cartas a Víctor Buurmans.

El mejor cronista de la Comuna de París fue su contemporáneo Hippolyte Pros- per Oliver Lissagaray (1838-1901) en la obra Histnire de la Commune de 1871, publi­cada en Bruselas, 1876.

Fue reeditada en Argentina (Buenos Aires: Editions du Tridcnt, 1944, 517 pp.,21 x 15 cm). El apéndice X LV I es de Elíseo Reclus.

Existe traducción al español: Historia de la Comuna de París (Madrid: Editorial Cénit, 1931, 543 pp., 21 x 15 cm). Sin los apéndices.

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(22) Datos sobre los anarquistas de idioma francés en Buenos Aires, pueden en­contrarse en El Anarquismo en lu Argentina, por D. A. de Santillán (Buenos Aires: Suplemento Quincenal de La Protesta No 260, 36 de marzo d.- 1927, pp. 66-67).

(H e aquí otros datos. En 18S5 o! libertario V, Mariani (Buenos Aires: calle Via- monte No 519 dis'ribuía Le Récnlté r.El Rebelde, famoso periódico libertario fundado por Pedro Kropotkin en Ginebra, Suiza, 1879); pasando luego a distribuirse en la "Car­pintería Italo-Francesa” (Buenos Aires: calle Carrito No 138).

En 1887, según comunicedo publicado en Lu fíévolté del 15 de julio: "E l grupo anarquista de Buenos Aires ss reúne tedes tes miércoles, a las ccho de la noche, en el Café Turco, calle Cerrito, esquina Cuyo” , tste mismo año, los libertarios bonaerenses, desean escribirse con sus similares europeos y al efecto dan esta dirección: E. Ptette, Casilla 1009, Buenos Aires. Aun en cs'-a misma ciudad, los anarquistas (unas 350 per­sonas) asi' ieron a ima reunión pública, solidarizándose con los Mártires de Chicago. Adherentes al Club Internacional Socialista, al grupo L ’Etincellc (L a Chispa) de Ver- viers, al Circulo Operario Baracco, etc. Hasta nosotros lian llegado los nombres de Vi- ttorio Caula, Ettcre Mflítei, Vio-nte Franco, Eíienna Genin, D'Agostino, V. Antonio, Francesco Angaroni, Ghisecoe Rossi, Giovanni Dsn'i, Cabriole Marelli y Giono Natto.

En 1888. en o! local de los sccialdeir.A~.-atas de Buenos Aireh conmemoraron los anarquistas <1 18 du marzo, la fecha magna de la Comuna de París: las autoridades hacia el final d >1 neto irrumpieron ijt e¡ local y d-ítuvieren a seis libertarios, los cuales fueron puestos en libertad al d !a siguiente. Un paquete conteniendo doce ejemplares de Paroles <Fun Revo'tií (Palabras de un Rebelde), el primer libro de Pedro Kropotkin, fun recibido por el libertario belga Emite Fht'e (Buenos Aires: calle Esmeralda, NO 73). Lomentablcmeive este libro no fue entercas traudáo y la traducción posterior españo­la omitió varios capítulos e incluso párreíos o líneas de los publicados; consúltese al efecto Palabras de un Rebelde de Kropotkin, en España, por V. Muñoz (Toulouse, Francia: semanario Erpoir No 508, 17 de octubre de 1971).

D. A. de Santillán estudia en s ’J trabajo citado “algunos datos sobre el período de 1800 a 1897” y menciona que el segundo libro de P'-dro Kropotkin, titulado La Con­quista del Pan fue traducido en Bueuos Aires por el ebanista catalán Juan Vila. En La Cnnouú’a del Pan, de Kropotkin, en España, por V. Muñoz (Toulouse, Francia, semanario Espoir No -loo, 20 de junio de 1971), se estudia la primera edición en didio país, a cergo del Dr. Garpar 'n 183°. dos años an'es de la edición bonaeren­

se.En 1889, compañeros d " Chile ( WáshJnKton Murzorati. Alfred Miiller. Bemard

Bouyre, Salomón y Pritn) envían, ñor interm-dio d~ Emite Pietie, dinero a París, pa­ra ayudar a L e Révdté. informa D. A . de Santil'ín que Er’vle Pirtte murió en 1895. En su trabajo, se c r 'i 'rd e asimismo robre el anarqui-ta frsncér A. Sedirr, quien mori­rá en Buenos Aires í ! 8 de marzo de 1938. a los 74 años de edad. También menciona a F. Denambride, quien ya en 1887 trató de es parco r la semilla libertaria en Santa Fe.

En 1889 aún, los componentes del gr.:?o itali?no l l P.ibelli, fijan residencia en Ro­sario. Procedían de Isola Dovarese, Italia; y en la ciudad argentina fundan el grupo El Miserable. For su parte, un libertario francás, en Azul, empieza a organizar a los europeos allí disperses. en otro grupo libertario.

(23 ) Paul Lafargu’ (1842-1911), natural de Cuba, yerno de Marx e introductor del marxismo en España.

(24) Karl Marx (1818-1883). Consúltese el libro Carlos Marx, por Franz Mehring (Buenos Aires: Edi'oria! Claridad, 1943, 423 pp., 23 x 16 cm).

(25 ) Estudios de Max Nettlau: La Tntcrraciimal en Rúenos Aires, desde 1872 a 1873 (Buenos Aires: Suplemento Semanal de La Protesta, 1926, No 249). Más sobre la Internacional en Buenos Aires (Buer.os Aires: Suplemento Quincenal de La Protesta, 1928, No 276). Más sobre los orígenes de la Internacional en Buenos Aires (Buenos Ai­res: Sup'emento Quincenal de La Protesta, 1928, N9 291). Trabajo que concluye en el Almanaque de La Protesta para 1928.

(26) En su bibliografía libertaria sobre América Latina, arriba citada, cita Max Nettlau al anarquista Pedro Bernard, residente en 1877, en la calle Convención No 101, de Montevideo, como “el único hombre en Sur América que recibió el Bulletin jurasiano” .

Nos extenderemos hasta 1890, en datos no estudiados por Max Nettlau ni D. A. de Santillán y hasta el presente no surgidos a luz en Amírica I.atina. En 1882 surge en Montevideo el periódico La Revolución Social (redacción calle Mercedes No 11), se­manario que aparece los domingos.

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En 1883, aniversario de la Comuna, el 18 de marzo, en Montevideo, “celebradopor anarquistas de ambos sexos". Una suscripción en favor de los condenados liberti­nos de Lyon (Francia) totaliza la suma dé 40 pesos. Anarquistas cuyos nombres lian llegado hasta nosotros, que actúan este año: Louis Lambeit, Jean Pedrotta, José Ce- rrutti, Sóraphin Icaro, Jeau Mahy, Plerre Figué, José Doldau, Pierre Bemard, Jorie J. Bemard, Luis Moglia, E. Ghiosti, Hélene Pedrotta, Rafaele Bandini, Carlos Bossl, Hernia Felice, Lorenzo Conti, Pietro Peruca, Ciovanni Bonetti y Jean Lañé.

En 188-4 surge La Lucha Obrera en Montevideo (redacción calle Daymán No 131), órgano libertario de la Federación Internacional de los Trabajadores del Uruguay.

Una suscripción de libertarios uruguayos, en favor de Le Récollé, reunida en 1885 por Pedro Bernard, totaliza 120 pesos. Surge este año el semanario anarquista colecti­vista La Federación de Trabajadores de Montevideo (redacción calle Uruguay No -IOS))

Encontramos canje de Le Révolié en 1886 con El Tipógrafo de Montevideo, ElCarmelitano de Carmelo y E l Imparcial de Rocha.

Otros libertarios que actúan en Montevideo durante J887 sen: E. Introzzi, V. Cos- temalle, D. Ceccarelli, C. Duohini, V. Febo, P. Lombardi, B. Callo, M. Fautoux, C. Loncq y sobresaliendo siempre Pedro Bernard, quien ahora vive en la calle Arapey (hoy Río Branco) No 79. La feria dominical se encuentra en la calle Arapey: en lu esquinacon 18 de Julio, el librero Claverie, que allí vende libros usados, también vende Le /<<■-colté. Los compañeros Pierre (Pedro) Bemard y Luis Moglia, también lo llevan a do­micilio.

Nuevos libertarios que actúan en 1888 en la ciudad de Montevideo son: C. I.omy, W. Marzorati (quien posterionnente será uno de los primeros Anarquistas que actúan en Chile), J. Gariga, J. Amaud, F. Lavandera, J. P. Arnaudie, J. Le Cabos, E. Spietz, J. Courtade, E. Barriere, H. Ferry, J. M. Pecantet, P. Antonio y J. M. Portasini. Una sus­cripción en favor de la propaganda libertaria en Francia totaliza 150 pesos. "Un grupo anarquista compuesto de obreros de diferentes idiomas" se constituye en Montevideo y dirige un comunicado al efecto “A los grupos anarquistas de las cinco partes del mun­do” . Le Réiolté es canjeado con El Porvenir de Carmelo.

Nuevos anarquistas que aparecen en 1889: Bruschetti, J. Dumas, Théodore Four- nes, I. Etchegoyen, Celestín y Z. Vigliano. Surge en 1890 en Montevideo el periódico libertario La Voz del Trabajador, redactado por P. Amilcare (redacción calle Bcqueló No 20). ...JO, .* v-V f

Llegaremos, no obstante, hasta 1891, por ser el año de la muerte de Pierre Bernard, así anunciada por Le Réoolté correspondiente al 13 de febrero: "Uno de nuestros más antiguos compañeros, Piene Bernard, ha sido entenado civilmente en Montevideo, el mps pasado. Más de doscientas personas siguieron al entierro. La policía prohibió las oraciones fúnebres. El acompañamiento iba precedido con una bandera rojinegra. Fue todo un acontecimiento para Montevideo”.

(27 ) Ricaro Flores Magón (1873-1922). Primera biografía: Ricardo Plores Manon, E j apóstol de la Revolución Social Mexicana. Por Diego Abad de Santillán y prólogo de Librado Rivera (México: Grupo cultural Ricardo Flores Magón, 1925, 131 pp., 18. x 13 cm).

Consúltese asimismo Una cronología de Ricardo Flores Magón, por V. Muñoz (Bue­nos Aires: RECONSTRUIR, No 75, noviembre-diciembre de 1971).

(2 8 ) Algunos datos interesantes en el libro E l Anarquismo en el movimiento obrero, por E. López Araago y D. A. de Santillán ( Barcelona: Ediciones Cosmos, 1925, 201 pp., 19 x 12 cm). En el capítulo inicial que abarca todo el panorama argentino: "E l

anarquismo en la Argentina, un campo de experimentación del moderno movimien­to obrero” .

(3 0 ) Consúltese E l Movimiento Anarquista en Argentina. Desde sus comienzos basta 1910. Por D. A. de Santillán (Buenos Aires: Editorial Argonauta, 1930, 186 pp.)

(3 1 ) Información al respecto én Errico Malatesta, por Max Nettlau, prólogo de Pedro Esteve y una nota sobre el autor por Harry Kelly. Idioma italiano. (Nueva York: Casa Editora “ II Martello” , 1922, 352 pp., 19 x 13 cm).

Errico Malatesta. I.a vida de un anarquista. Por Max Nettlau. Nota editorial del traductor D. A. de Santillán (Buenos Aires: Editorial La Protesta, 1923, 261 pp., 18 x 13 cm).

Vida y Pensamiento de Malatesta, por Luigi Fabbri (Barcelona: Editorial Tierra y Libertad, 1938, 332 pp., 21 x 13 cm). Valiosa edición por su iconografía. Prólogo del traductor D. A. de Santillán.

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Malatesta, por Luis Fabbri, prefacio y postfacio de Luce Fabbri (Buenos Aires: Editorial America)ee, 1945, 368 pp., 21 x 14 em).

De Errico Malatesta (1853-1932) consúltese el libro Estudios sobre el Comunis­mo Anárquico (Buenos Aires: Bautista Fueyo, Editor, sin fecha, 219 pp., 18 x 12,5 cm).

Hacia una Nueva Humanidad, por Errico Malatesta. Prólogo, cronología y selección de V. Muño? (Porto Alegre, Brasil. Ediciones Proa, 1969, 257 pp., 20,5 x 14,5 cm).

Consúltese sobre su principal discípulo. Una cronología de Luigi Fabbri, por V Muñoz (Buenos Aires: RECONSTBUIB, No 64, enero-febrero de 1970.

(32) La antecesora de la FORA fue la FOA (Federación Obrera Argentina), asi denominada en su congreso constituyente. Solamente se denominó' FORA (Federación Obrera Regional Argentina) a partir de su Cuarto Congreso, en 1904.

Consúltese al efecto el libro FORA, ideología y trayectoria del movimiento obrero revolucionario en Argentina. Por D. A. de Santillán y prólogo del Dr. Juan Lazarte (Buenos Aires: Ediciones Nervio, 1933, 312 pp.) Reeditado en nuestro tiempo (Bue­nos Aires: Editorial Proyección, 1971, 293 pp., 20 x 14 ) con unas pocas notas adicio­nales del autor. Véase el comentario Una excelente historia del forismo, por V. Muñoz, publicado en el semanario Espoir (Toulouse: N9 507, octubre 24 de 1971).

(33) Escribió el Dr..Juan Lazarte en el prólogo precitado: “La FORA tuvo como norma fija no sólo la lucha contra el capitalismo, sino que combatió el hecho de que una enorme mayoría de obreros aspiran a ser capitalistas. Su labor por consiguiente, ha sido integral. Sus aspiraciones no son de exclusividad anticapitalista, sino que hizo un inmenso esfuerzo por desabtirguesar a América” .

(34 ) Del Dr. Juan Lazarte aun: "Su-ideal es antiestatista; rechazó el Estado como forma histórica de la autoridad, como cristalización de la violencia organizada, como instrumento de clase y sistema de opresión” .

(35) El "ideólogo de la FORA” fue el español Antonio Pelliccr Paraire (1851-1916). Sus organizadores se basaron en el libro suyo titulado Conferencias populares de sociolo­gía (Buenos Aires: Ediciones Biblioteca Ceopolita, 1900, 106 pp.)

(36) Hubo en aquel entonces famosas conversaciones como la del guardia civil que se hizo anarquista y relató su odisea en el libro Noticias de Policía... por Federi­co A. Gutiérrez (Fag Libert), (Buenos Aires: Edición del autor, sin fecha, 210 pp.. 18 x 11 cm).

(37) Consúltese el estudio Como ampliar la propaganda anarquista, por Max Nettíau (Buenos Aires: Suplemento quincenal de La Protesta, No 260, marzo 30 do 1927, pp. 68-71). o

(38) Un buen estudio histórico es Los cubanos y la libertad, por Justo Muriel (Buenos Aires: RECONSTRUIR, N!' 39, de 1965, y miúms. 40-41, de 1966). Tanto el

autor como Max Nettlau no citan al español proudhoniano Ramón de La SagTa y Periz (1798-1871) que vivió en Cuba: véase Una cronología de Ramón de La Sagra, por V. Muñoz (Buenos Aires: RECONSTRUIR, N « 66, mayo-junio de 1970).

(39) El obrero mallorquín Francisco Tomás, albañil de profesión, fue !a figura organizadora más destacada de la Federación Regional Española.

(40) Posiblemente sus fundadores titularon a este periódico El Productor, debidoal óptimo trabajo presentado por Anselmo Lorenzo al Primer Certamen Socialista, que tuvo lugar en Reus en 1885. Reproducido en Almanaque de Tierra y Libertad para 1914, prólogo y selección de Anselmo Lorenzo (Barcelona: Imprenta Germinal, 1913, 204 pp., 20 x 12 cm). Se titulaba El Ciudadano y el Productor. Kropotkin opinabn| de este trabajo: “ en lugar del súbdito o ciudadano, consideraba como unidad social al productor” .

El Productor (Barcelona: del primero de febrero de 1887 al 21 de setiembre de 1893, en total 369 números). E l Productor (L a Habana: 1887-1890). Reapareció luego en Guanabacoa, desde 1890.

(41) El obrero tipógrafo catalán Pedro Esteve, fue la figura libertaria más relevante en los Estados Unidos de América del Norte,propagando el idioma español.

(42) Véase el estudio Evocando el pasado, 1886-1891, por Palmiro de Lidia(Barcelona: La Revista Blanca, 15 de julio, 1? de agosto, 1° y 15 do setiembre de1927). La iniciación al anarquismo, en Barcelona, de Adrián del Valle y datos su­

mamente interesantes sobre Pedro Esteve.(43) Ciudad enclavada en el lugar donde Alvar Núñez desembarcara en 1528.(44),En 1900 aparecía en el punto más meridional de los Estados Uñidos de

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América del Norte, es decir, en Key West, Florida, el periódico libertario E l Re­sistente, en idioma español.

(45) Consúltese el estudio Adrián del Valle, hombre i j señal, por L. Dulzaides Noda, segunda parte de un folleto cuya primera contiene el trabajo El bolchevismo heredero del nazismo, por Albert Jensen (México: Ediciones Tierra y Libertad, sin fecha, 31 pp.). Sobre el ocaso de Adrián del Valle.

(46) Posteriormente publicado como foileto: Kropotkin, Vida y Obras. Por Adrián del Valle (Palmiro de Lidia). (Buenos Aires: editado por la Agrupación A. Cafiero, adherida a la Alianza Libertaria Argentina, 1925, 40 pp., 18 x 13,5 cm).

(47) Sobre las actividades libertarias en Tampa consúltese el prólogo no firmado, al libro Mirando al Mundo, por Maximiliano Olay (1893-1941), militante libertario españo] de prominente actuación en las Estados Unidos de Norte América (Buenos Aires: Impresos Americalee, sin fecha, 159 pp-, 20 x 14 cm).

(48) Reformismo, Dictadura, Federalismo (Nueva York: Cultura Obrera, 1922, 87 pp., 18 x 12 cm). Otro libro s-uyo importante es Socialismo Anarquista (Nueva York: Cultura Obrera, 1927, 95 pp., 19 x 13 cm).

(49 ) El compañero animador de esta encuesta, Louzara (L . Lone), que aún vive, ya octogenario, editó en Steubenville (Ohio), en enero de 1928, la Revista Unica (un solo ejemplar), clausurando esta encuesta. El trabajo de cabecera es de Max Nettlau: Algunas palabras con motivo de la conclusión de la Encuesta de tos Iconoclastas.

(50) Friedrich Nietzsche (1844-1900).(51) Véase Una cronología de Max Stimer, por V. Muñoz' (Buenos Aires: RE-

CONSTRUIR, No 69, noviembre-diciembre de 1970).(52) John Henry Mackay (1864-1933). Datos sobre él en la cronología de la

nota anterior.(53) Historiado por V. Muñoz en el trabajo El Unico, del canal de Panamá

(Toulouse: semanario Espoir, 1970).(54) He aquí un pensamiento de Tomas Alva Edison (1847-1931): "Nunca

me he ocupado de la cuestión social; pero, he estudiado el ideal anarquista, y comprendo que la Anarquía es el ideal más sublime que haya podido germinar en el cerebro humano" (Montevideo: periódico Tiempos Nuevos, diciembre 23 de 1910)

(55) Posiblemente traducido de la primera edición española, en Cranada. Con­súltese A los Jóvenes, de Kropotkin, en España, por V. Muñoz (Toulouse: semanario

Espoir, N i 904, julio 18 de 1971.(56) William Morris (1934-1896). editorial Muci, de Barcelona, publicó

su utopía Noticias de Ninguna Parte (1903, 237 pp., 18 x 12 cm). Fue reeditada por la editorial La Protesta, en 1927, con un prólogo de Max Nettlau.

(57) Véase Una cronología de Fermín Salvochea, por V. Muñoz (Buenos Aires:RECONSTRUIR, N » 63, noviembre-diciembre de 1969). De su discípulo Dr. Pedro Vallina, consúltese Mis Memorias (México: Editorial Tierra y Libertad, tomo I de 351 pp., en 1968, 21 x 17 cm; y tomo II, de 167 pp., en 1971, 22 x 16 cvm).

(58) Fermín Salvochea tradujo de William Morris la pieza teatral Se tomaron lastomas, que fue publicada en La Revista Blanca, de Madrid, en 1901.

(59) E l Socialismo, periódico libertario fundado en Cádiz por Fermín Salvo­chea, apareció de 1886 hasta 1891.

(60) Indalecio Cuadrado era de Valladolid, en cuya ciudad, el iniciarse la dé cada de 1880, propagaba las ideas libertarias.

(61) Nuestros datos, extraídos de La Révolte (nota 26), indican que fue pu­blicado por P. Amilcare.

(62) Primera publicación comunista libertaria de España, La Justicia Humana, se subtitulaba Quincenal Comunista Anárquico. Salió en Barcelona del 18 de abril al 25 de noviembre de 1886, totalizando ocho números.

(63) La Justicia Humana fue continada por Tierra y Libertad, también con el subtítulo Quincenario Anárquico-Comunista. Salió en Barcelona del 2 de junio de 1888 al 6 de julio de 1889, en total 23 números.

(64) Las ideas societarias de Rafael Roca eran idénticas a las del sastre Emilio Hugas y a las del zapatero Martín Borrás Javé, los fundadores en Barcelona de La Justicia Humana y de Tierra y Libertad. Es decir, contrariamente a la de los anarco-colectivistas españoles, cuya figura más emergente en el plano cultural, fue Ricardo Mella Cea, eran “antiorganizadores”, al considerar que toda organización era

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autoritaria por esencia. Contra esta corriente de pensamiento introducida en la Ar­gentina, se levantó el Dr. Juan Creaghe, quien en su periódico El Oprimido, fundado en Lujén en 1894, defendió la organización.

(65) Henrik Ibsen (1828-1906). Consúltese el libro Ibsen, El creador del TeatroSocial, por Annie Jansen y solapa informativa de L. A. Ruiz (Buenos Aires' EditorialClaridad, 1966, 349 pp., 21 x 15 cm).

(66) [,'Avc.enire fue fundado en Sao Paulo el 18 de noviembre de 1894. No he podido ubicar la fecha exacta de su publicación en Buenos Aires, no mencionadapor Max Nettlau. En la capital porteña aparecía en 1899 y era editado en lacalle Talcahuano, N® 224, cual consta en el libro Processo Mdlalesta e Compagnl, con un prólogo de Pietro Cori, fechado en Buenos Aires el 2 de diciembre de 1898 (Buenos Aires: Tipografía e Legatoria, 1899, 103 pp., 17 x 12 cm).

(67) La historia do La Protesta se encuentra en el estudio La Protesta, su his­toria, .vim dlcursus fases ij su significación en el movimiento anarquista de América del Sur, por D. A. de Santillán (Certamen, oh. cit., pp. 34-71).

(68) José Prat (?-1932). Obituario de Soledad Gustavo en La Revista Blanca (Barcelona: 1® de agosto de 1932, No 221, p. 160). Gran amigo de Ricardo Mella Cea, con quien estasba en Nigo antes de venir a Buenos Aires. A su paso por esta ciudad dejó una excelente traducción: Psicología del Anarquista-Socialista, por A. llamón, prólogo de Whiilily (Buenos Aires: "La Elzeviriana” , 1897, 234 pp., 20 x 13 cm).

(69) I.a Liberté (Libertad) apareció en Buenos Aires del 23 de enero de 1893 id 9 do setiembre de 1894, en total 39 números (dos- épocas). Esta publicación fue continuada por L e Cyclone (E l Ciclón), a partir del 12 de noviembre de 1895, de la cual Max Nettlau solamente pudo ver cinco números.

(70) Fierre Quiroule fue el valor cultural, en idioma francés, más destacado en Argentina; propagó asimismo los ideales libertarios en idioma español. Anteriormente a la Primera Guerra Mundial apareció su utopía Sobre la ruta de la Anarquía (Buenos Aires: Bautista Fueyo, Editor, sin fecha, 120 pp., 19 xl2,5 cm). Incursionó también en el teatro, cual lo prueba su drama en dos actos y seis cuadros, titulado El fusila­miento de Francisco Herrero, o sea la Infamia Negra, que data de la misma época. Una obra suya sumamente importante es la siguiente: La Ciudad Anarquista Ame­ricana, Obra de construcción revolucionaria con el plano de la Ciudad Libertaria (Buenos Aires: Editado por "La Protesta” , 1914, 283 pp., 19 x 13,5 cm).

(71) Pietro Gori (1865-1911). En Montevideo (1972) aún existe en el nomen­clátor un "Camino Gori". En esta ciudad se editó un excelente folleto suyo titulado Ciencia y Religión, con prólogo de Leoncio Lasso de la Vega (Montevideo: Tip. Americana, 1911, 68 pp., 18 x 13 cm). Su último libro en América latina parece haber sido Ensayos y Conferencias (México: Ediciones Vértice, 1947, 175 pp. 19 x 13 cm).

(72) Alberto Ghiraldo ha sido biografiado en excelente libro: Alberto Gliiraldo, Precursor de Tiempos Nuevos, por Héctor Adolfo Cordero y solapas de Héctor F Miri (Buenos Aires: Editorial Claridad, 1962, 215 pp., 22,5 x 15 cm).

(73) El retrato de Antonio Pellicer Par aire con documentación sobre su vida en el continente americano, se encuentra en Tierra ij Libertad, de Barcelona, con fecha 31 de mayo de 1916. Otro interesante obituario sobre Pellicer Paraire se en­cuentra en la revista mensual libertaria Renovación (Cijón: agosto de 1916, N « 4 ); el cual termina asi: “Pellicer Paraire falleció en la capital de la Argentina el 16 de abril. Contaba 66 años. Hizo mucho por la causa y de él puede decirse que fue, por su interpretación de las ideas, un precursor de la corriente sindicalista contemporánea” .

(74) Consúltese el estudio El origen de la palabra "Acracia", por V. Muñoz (Toulouse: semanario Espoir, 26 de julio de 1970). Rafael Farga Pellicer creó este neologismo, basándose en la Atercratie ideada en Nueva York (década de 1870), por el francés Claude Pelletier. La revista sociológioi Acracia, apareció en Bcrcelona desde 1886 hasta 1888, treinta números totalizando 627 pp. Fue redactada por Antonio Pellicer Paraire, quien contribuyó desde enero a julio de 1887 con su notable es­tudio Acratismo Societario.

(75) La Protesta Humana, de Buenos Aires, fue fundada el 13 de junio de 1897. U ñaño antes había aparecido su similar italiana: La Protesta Umana, de Túnez, a partir del 9 de febrero de 1896.

(76) Consúltese el libro titulado Hacia la Emancipación. Táctica de avance obrero en la ludia por el ideal; por Anselmo Lorenzo (Mahón: Biblioteca de “ El

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marcará el réquiem para todas las gestiones liberadoras, morderá has­ta el corazón toda esperanza redentorista y el mundo, humillado, aplastado hasta el hundimiento bajo el peso brutal del mcs.aniaino rojiblanco, empezará a contar una nueva era: la del oprobio, la su­misión y la muerte.

Empero, ¿es ésta una profecía irrebatible, una predicción Ine­luctable? ¿No existe posibilidad de arrancar la simiente maldita antes de que su fruto envenenado y envenenador crezca, hacién­dose invulnerable a los esfuerzos rescatadores? Existe ciertamen­te y está ahí, en el contenido de la doctrina anarquista, por su eterna y poderosa sustancia libertaria. Está ahí y se mantiene como promesa de salvación, no importa qué núcleo humano la mantenga; no importa qué advocación la ampare, no importa qué bandera pueda cubrirla.

Somos y seguramente seguiremos siendo, por mucho tiempo, el pequeño cuarterón de que hablara Malato; sin embargo, poseemos la todopoderosa fuerza de la verdad, que hace libres a los humanos Si sabemos mantener esa verdad: si ni desmayamos en su prédica ni nos dejamos ganar por amenazas o por lisonjas, el porvenir será nuestro, porque será de la libertad y la justicia.

Frente a las ansias crecientes de los reglamentistas ciegos por los reflejos del poder y exaltadores del Estado hasta la glorifica­ción, repitamos nuestra fórmula sencilla, simple e inmensa: la convivencia sin Estado, el gobierno por afinidad electiva y el ob­jetivo social cifrado en el predicado que acuñara Sebastián Faure: “ Conseguir para cada hombre y para cada mujer, la mayor suma de bienestar dentro de la riqueza social y la mayor suma de felici­dad que él mismo y a su medida pueda fabricarse” .

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V ia je libertario a través de ! A m é rica Iatina *

por Max Nettlau

En noviem bre de 1902, una m era cuestión local alcanzó desmesuradas proporciones generales, que fueron seguidas por la llam ada “ ley de residen­cia". la que sirvió a la autoridad para elim inar a los m ejores m ilitantes, mediante expulsiones (79). N ingún esfuerzo fu e capaz de derogar aquella ley, como tam poco la llamada “ ley social” de jun io de 1910.

Con O h lra ido entró en La Protesta, que se había convertido en publica­ción dlurlu, el elemento local m ás intem acionalista y desinteresado. Con Ro- (i.iirn (¡iiii/iiic/ i ’iichi’co (80) y con Antillí, entró m ás tarde el menos coheren­t e Hi' ip rc lo a G lllmón (81 ), que era de buena cepa, recordemos que tuvo que dojar pronto la dirección. En cuanto a l v ie jo irlandés Dr. Creague (82), fue rumo lu ruca, el soporte de la linea recta y del internacionalismo. Fue él único di> lodos ralos hombres a quien conocí personalmente. Emocionantes .■«ni Ihh palabras quo R icardo Flbres M agón (83) escribió en su honor, en la página 7 del p rim er tomo de Epistolario (84). L a m asacre de l 1* de M ayo de 11)09, rl acto d r simón Radow ltzky (85) en noviembre, la represión desenca­denad* con tra los anarquistas en 1910, el terror d e junio de l m ism o año y el largo periodo que siguió, suprimiendo a la prensa, que a veces tuvo que sa­lir clandestinamente, fue un apagón que duró hasta 1912. S ign ificaron cua­tro años de vida tom en tosa para el m ovim iento y la organización grem ial, Imponiendo sacrificios soportados estoicam ente; pero, que h icieron desapa­recer a valiosos elementos y retroceder en las posiciones ganadas. A l propio tiempo se produjo la insistencia Increíble de ciertos elementos sindicales pa­ra obtener el Ingreso de la llam ada "fusión” . En los congresos de 1904 y 1905 votó la FO RA el pacto de solidaridad, basado en el m anifiesto del 24 de se­tiembre de 1881 reunido en Barcelona (86) y que m otivó que se deslizaran luego por la vertien te de la po lítica y más tarde por la del bolchevismo, yen­do a parar a un sindicalismo tolerado por las d ictaduras (87 ). No fue hasta1922, cuando los sindicalistas neutros fundaron la Un ión Sindical Argentina, viéndose entonces cesar d icha insistencia; pero sigu ieron las desavenencias. El funesto Severino di G iovanni (88) asesinó en 1929 a Em ilio López A ran- go (89). G iovann i fue condenado a muerte, en 1931 por la dictadura de U ri- buru. *

C iertam ente, había un exceso de pasión en la lucha Incesante; pero, se carecía de tacto para encarrilar la buena causa. Paso por a lto las péraldas ocasionadas por la aberración bolchevique (90), com o asi la fata lidad que Impuso la lucha y la masacre d e enero de 1919. Luego vin ieron los asesinatos de la Patagon ia (91), los que provocaron e l acto d e K u rt W llkens (92) en1923. Por o tra parte, existía siem pre la lucha partidaria alrededor de cier­tas posiciones, y cuando La P ro tes ta tenía un respiro a consecuencia de una pequeña tregua en las persecuciones gubernamentales, se ve ía enfrentada por La A n torcha . Cuando los capitalistas no im ponían huelgas ruinosas a la FORA, ésta se ve ía obligada a perder tiem po con los “ fusionistas” , m ientras que los m ilitantes no veían aquella situación con buenos ojos. Prueba de e llo es que sigu ieron con interés e l esfuerzo de Santillán acumulando una cantidad extraord inaria de m ateria les nuevos, a an im ar los suplementos se­m anales y luego quincenales de La Protesta (93 ), m ientras ed itaba nume­rosos libros y folletos por la ed itoria l de la m ism a publcación (94 ), precisa­m ente en un momento cuando las ediciones libertarias en España eran d ifí­ciles (95), a causa del régim en dictatorial d e P rim o de Rivera. Renació en-

• Ver RECONSTRUIR N* 76.

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tunees la vida intelectual del tiem po de Gori y estuvo en buen camino hasta 1930, cuando se interpuso en setiembre de dicho año una nueva dictadura argentina (96). A partir de esa últim a fecha, ha parecido general el deseo de no m antener disidencias, de reflex ionar y de buscar e l terreno de la con­cordia. Lo atestiguó la tesis de los presos de V illa Devoto, que se publicó en enero de 1932 (97) y la im portancia del segundo congreso anarquista de R o ­sario, que tuvo lugar de l 13 al 17 de setiembre del m ism o año i98). Se com ­prendió entonces que la FO RA no era lo único (99). O tras cosas había que hacer y no dedicarse siem pre a los paros y huelgas del momento. Estas p a ­ralizaciones del trabajo no tenían fin (100); cada día se complicaban y en ­venenaban más, dejando poco espacio para pensar en otras actividades. Cuan­do los trabajadores de Buenos A ires ganaban esforzada huelga contra po­derosa empresa de capital estadounidense, con toda probabilidad que tal v ictoria representaba una reacción estatal contra ellos. U na de estas reac­ciones fue el punto d e partida que perm itió la in triga d e substituir a Y rlgo - yen (que tenia en su fo ja de servicios las masacres de Santa Cruz), por el d ictador Uriburu, quien invadió la capital argentina con sus fuerzas arm a­das. Paros y huelgas habían absorbido demasiada actividad, por no decir toda la actividad. En 1932 se comprendió lo que esto sign ificaba y se tra tó de superar aquel estado de cosas. Fue e l prim er paso defin itivo en A rgen ti­na, a l comprenderse generalm ente la ineludible necesidad de am pliar e in ­tensificar los esfuerzos libertarios. Term inan aquí m is impresiones de v ia jero , a través del medio siglo argentino que v a desde 1884 hasta 1934.

Por el gran número de publicaciones, tanto revistas o periódicos, libros y folletos, publicados en Argen tina y en España — sobre todo en este país, donde los editores h ic ieron que las ideas anarquistas llegasen a ser accesi­bles en la última década del siglo pasado— ( 10 1) se in fluenció a los traba­jadores y a la juventud de los distintos países latinoam ericanos; sin olvidar, por supuesto, que tam bién in fluenció la em igración y e l desplazam iento de muchos compañeros. Elementos preparados por la propaganda, se adhirieron Individualm ente o en grupo, a las ideas anarquistas. E l hecho de que fuera fundado un prim er periódico o de que se m anifestaran públicamente los grupos, no sign ificaba que se iniciara localmente la actividad anarquista; sino, más bien, que luego de un período de duración indefin ida, se daba un m om ento favorable para aquella propaganda libertaria. Raram ente pueden señalarse, de este m odo, características anteriores. Solam ente pueden exceptuarse M ontevideo y México, en donde pueden fija rse fechas anteriores a 1870.

A partir de la P rim era Internacional, la afiliación de las organizaciones libertarlas, fue ta l vez m ás regular en Montevideo. S i exceptuamos los años que hubo represiones y extradiciones vergonzosas (102), e l Uruguay viv ió la r­gos años de tranquilidad política y social, única en Am érica Latina (103). M ontevideo se convirtió en seguro asilo de refugiados '104). Por otra parte, la expresión que a llí se daba a las ideas anarquistas y a la lucha grem ial, fue m oderada en extremo, tranquila y sosegada, pareciéndose en esto a Suiza, l a s persecuciones y dem ás inconvenlents tuvieron poca im portancia, si so com para a l Uruguay con otras tierras latinoamericanas, exceptuando los años de represión aludidos. Puede reconstituirse el pasado por las cartas de 1872, selladas por la Sección Uruguaya de la Asociación Internacional de los Trabajadores, de M ontevideo; por el periódico La In te rn a c ion a l, cuyo prim er núm ero da ta del 5 de m ayo de 1878, hasta las tres épocas de Solidaridad ac­tual (105), publicación que empezó a publicarse el 15 d e ju lio de 1912; pre­cedida por La Federación y por La Em ancipación que empezó a salir el i » de M ayo de 1907, órganos siempre de la FOiRiU (Federación Obrera Regional U ruguaya). En el Uruguay hubieron muchos periódicos anarquistas y grem la- listas ( 106) , series de fo lle tos y revistas, de una literatura libertarla que p o ­d ría calificarse de prudente. Ignoro si e l carácter sosegado de los lib erta ­rlos uruguayos se debe a la tranquila v ida de su país. L a vecindad d e Bue­nos Aires, posiblemente haya atraído hacia esta ú ltim a ciudad, a escritores y artistas combativos, algunos de los cuales procedían de la m isma ciudad de M ontevideo. Posiblemente haya habido en la capital uruguaya una propagan­da constante y m últip le; pero, no m e sería posible destacar a un nombre

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prestigioso en el Uruguay, en e l curso de medio siglo estudiado. De a lli pro­ced ían muchas publicaciones naturistas (107) y de M ontevideo tam bién pro­ced ía la publicación Studi Sociali d e Lu ig i Fabbri, cuyc contenido era muy valioso para la historia de nuestro m ovim iento libertario italiano. Se produ­jeron en M ontevideo, también, bastantes traducciones escogidas ( 108) ; pero, acaso sea a causa do m i fa lta d e Inform ación a l respecto, añadieron poco d e original a las características de nuestra literatura.

En lo que respecta al Paraguay (109), e l grupo Los H ijos del Chaco, pu­blicó en 1(11)2 un m anifiesto, que fu e Intervenido y perseguido por las auto­ridades. Parece ser ol primer docum ento libertario de dicho país. E l prim er periódico anarquista de que tengo noticias es E l D espertar, órgano de la P'OIU’ 'Federación Obrero Regional Paraguaya), que en Asunción se publicó a partir del l v de Muyo de 1000. La m isma organización publicó La Huelga, i-iuifiMciirm di- H-iíiir! Hurrrtt pronunciada dicho 1? de Mayo, fo lle to de 11 p&glnuH (110). H fnoración que surgió en 1920, todavía aparecía en 1926. Fue la ú ltim a puw iotc lón libertarla del Paraguay que yo pude ver. Por aquel en­tonce*, no obstante sit publicaron a llí una serle de fo lle tos editados por la agrupación Ki Combate.

Junto ul esfuerzo de algunos grupos y la acción grem ialista del Centro O brero Regional del I*araguay, que debió seguir existiendo a pesar de la te ­rrib le guerra dol Ohaco la cual no logró paralizar la v ida intelectual y m o­ral se d io la extraordinaria figu ra de R afael B arrett (111). Confieso que yo habla pasado un poco de largo an te ella, porque m e parecía que B arrett hablaba un poco con exceso de sus grandes dolores, de su tragedia y de su tolutolsmo (en el sentido de pasividad). Pero ahora creo que Barrett es rea­lista, Incisivo, m aestro en e l m ejor de los sentidos de la lucha panfletaria. H urrrtt es tal vez la prim era in teligencia literaria, en tre las que nutrieron las columnas d e la prensa libertaria d e su lengua, y si hubo quien demostró m ás espíritu y m ás verbo que Barrett, si bien se d io el caso d e un Ohiraldo, carece éste del fondo ético que tiene aquél, fondo adm irable, digno de que se haga d e él un atribu to vital, en vez d e cubrirlo de lágrimas.

Hay en la obra d e Barrett pensam ientos anarquistas capaces de servir de base a nuestras reflexiones futuras sobre e l tema, desflorado apenas por un análisis serlo, y tam bién existe en e lla una gran crítica expresada en fo r- nui original. Es necesario restaurar la figu ra de Barrett, su vida y su obra. P a ra superar los bosquejos biográficos, es preciso ahondar en los datos d irec­tos, dejando de lado lo que no puede ten er autenticidad. Poco sé yo de aquel hom bre; lo que se publicó sobre él, después de 1930, me es desconocido.

SI dol Paraguay pasamos a Chile, entram os en un triste solar autoritario, m ilitarista, de c lim a duro y con una explotación capita lista extrem a; ex­p lotación que fom enta particularmente una esclavitud ruda y monótona, que del suelo extrae productos m inera les de curso universal. Por los puer­tos chilenos entraron las ideas socialistas de procedencia estadounidense, las de los Industria l W orkers o í the W orld (T raba jadores Industriales del M undo), conocidos por la s ig la IW W ; que si bien tenian cierto v igor e im ­pulso, nada tenian de libertarias. Tam bién se in filtraron en Chile las tácticas bolcheviques.

L a propaganda anarquista debió ser m uy débil en C h ile antes de 1890. Por ejem plo, hemos visto una carta procedente de dicho pais, publicada en La Solidaridad de Sevilla, fechada e l 10 de noviem bre de 1889, sin que en ella se haga referencia a aquella propaganda; pero, E l O prim ido apareció en Santiago en 1893, y a partir d e su núm ero 4, se trasladó a Valparaíso. Hubo cierto número d e pequeños periódicos asi, que se escalonaron hasta 1913 y, sin duda, posteriormente, tales com o El Acrata, La Campana, La A g i­tac ión (122), La Rebeldía, La Luz, La Revuelta , La Protesta , Luz y Vida, etc. Hubo tam bién un órgano gremial, E l A lba . que en 1905 era publicado por la Federación de Trabajadores de Santiago. E l periódico anarquista La Bata­lla, que por prim era vez se publicó en 1912, fue de larga duración, pues aún pude constatar que seguía apareciendo en 1926. No fa ltaron otros periódicos, desde 1920 hasta 1930, pero de un tono cada vez más precario (113).

Poco influidas las masas obreras por las ideas anarquistas y por e l m o­vim iento sindicalista, se impresionaron an te el brío de los IW W . Tam bién

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con las promesas que les hacían los bolcheviques. L a juventud estudiantil, respondiendo a l m ovim iento expansivo, produjo la revista “Claridad.", a im a­gen y sem ejanza de Clarté de París, que bien pronto recibió la in fluencia de algunos intelectuales de aspecto solvente; pero que, en realidad, fueron m a­nipulados por bolcheviques tipo Barbusse. A descender el precio del n itrato y al darse extraordinarios casos de intrusión yanqu i (provocando la reacción del nacionalismo chileno, que llegó a l ro jo vivo, con las consiguientes varie ­dades escenográficas), ocurrió la ca ída de Ibáñez y del régimen de Grove, etc. En resumen, pasó como en Cuba, con la d iferencia de que en Chile, las sindicalistas de la Confederación General de Trabajadores, h icieron causa común con Grove. Los anarquistas quisieron organizar su prim er congreso a fines d e 1933; pero, ignoro si esto sign ificó so lta r las amarras d e las o r ­ganizaciones autoritarias, las que intentaron soterrar las ideas libertarlas, apenas nacidas en un m edio hostil y poco propicio.

En lo que a tañe a l Perú (114), d e l cual por su afin idad las figu ras do P lo ra Tristón (115) y Paul Gauguin nos evocan la memoria, tenem os tam bién la otra versión, la clerical, la de l sistema de Legu ia y la de las torturas a los indios de Putumayo. Pero podemos evocar en el Perú u la figu ra do un libertario original, un v ie jo libera l que fue asim ilándose gradualm ente las ideas anarquistas, M anuel G onzález Prada (116). En su periódico L o » Parias, que en L im a apareció desde 1904 hasta 1909, profesó clarividente m en te las ideas libertarias y las explicó de m anera nítida (117) i*'uo cute górico en su lucha contra e l concepto de autoridad y, en inl opinión, do m anera persuasiva. Su obra, com o la de R a fae l Barrett, m e demuestra el va lo r directo de estos anarquistas que propagaban sus convicciones direc­tamente, sin sentir presión alguna por parto de los gremios c agru pado nes. Tales hombres van derecho con tra el concepto de autoridad, al que desmenuzan con un razonam iento absoluto y lo Inutilizan sin piedad. He ha d icho de ellos que son elementos aislados; poro, no es menos verdad que tenem os nuestra parte de culpa por su aislam iento; al no acompañarlos y dejarlos solos. Hay m iles de lugares oa ra luchadores como éstos. Hasta aho­ra he hablado de Ghiraldo, de B a rre t y de González Prada; pero, también lo haré de R icardo F lores Magón, que actuó por si mismo, en un am biente e legido por él y por sus amigos. Tam bién se d io un caso similar con e l Dr. G iovanni Rossi en el Brasil, y en c ierto grado, con e l caso de Adrián del V a­lle en su segunda época. Pedro Esteve (118) y D iego Abad de Santillán han Ihablado a veces d e m anera independiente, y no cabe duda que los tem pera­m entos reflexivos han estado con ellos. Ostentando el peso de las organiza­ciones, siendo siempre adherentes consecuentes a un organismo, aunque éste sea la In ternacional o la PORA,, no puede contarse con plena e ficacia li­bertaria. Con una lib re eficacia que impresionaría a los hombres com pren­sivos que viven ajenos a nuestros medios, hombres que a menudo no se sien­ten afectados por todo lo que concierne al sindicalismo S i bien ignoran lo m ás elemental de nuestras cosas, una argum entación directa como la que em plearon B arrett o González Prada, podría causarles e l m ejor de los efec­to s y hacer que reflexionaran.

El resto de los periódicos anarquistas del Perú, de los cuales tengo noti­cias, surgieron poco después de aparecer Los Parias, cuyo N ’ 16 apareció en agosto de 1905. Tam bién he visto un e jem p lar d e E l H am brien to de L im a, el NV 4 que corresponde a setiem bre d e 1905; y e l N ? 5 deSim iente R o ja de noviem bre del m ism o año. En r igo r y ya que en el periódico radical G e rm i­n a l, aparecido en 1903, figu ran algunos trabajos anarquistas por los años 1905 y 1906 (n o conozco el conten ido de los años an teriores )), ¿pudieron acaso proceder a Los Parias?

Posteriorm ente ocurrió e l ex trav ío bolchevique y e l fra go r antiyanqui de la juventud estudiantil, e l nacionalism o d e los líderes del m ovim iento sobre los indios, es decir C laridad y el Aprism o, que fueron manipulados p o r los bolcheviques, por c ierto m uy activos en los países latinoamericanos, m er­m ando la in fluencia estadounidense y creando d ificu ltades al capitalism o yanqu i, con el fin de sentar pie en latitudes propicias a la riqueza en m a te ­r ias primas, y a la vez contrarrestando a la idea anarquista, cosa que ellos procuran hacer siempre que pueden. E l sindicalism o ha sido poco

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eficaz en el Perú y los libertarios fueron a lli débiles. Tan to en Chile nomo en el Perú h icieron fa lta inteligencias perspicaces para evitar loa desorlen taciones y sostener la idea Integral. El deseo de triun iar en el terreno gre- m ial produjo un retroceso en la expansión de la s idieas.

Ya en 1900 había un periódico socialista en Bolivia, en la [localidad de Tuplza (119) y se titulada L a A urora Social. E l prim er grupo anarquista boliviano, I a Antorcha, se constiuyó en l a Paz en 1923. No fu e hasta 1930 cuando, m ediante su correspondiente congreso, se fundó la Confederación Obrera Regional Boliviana, tam bién en La Paz. Su órgano de expresión era La Protesta, que al parecer de jó de salir a p a rtir d e l N? 9, con fecha 12 de Julio de 1932, a causa probablem ente de la guerra del Chaco, episodio muy relevante en Bolivia. Nuestros compañeros trataron de propagar ex­pansione* doctrinales con poco arra igo en el pueblo. M e parece que para evitar el hecho de que los bolcheviques lo ganaran. Como se sabe, a los bolchevique* nada lo* cuesta todo el aparato de organización, prensa oral o escrita, ote. Los libertarlos, a l igual que los m ism os sindicalistas neutra- ir i . i . , ;,on uiiMiiiitiunentc pobres y no quieren aventurar falsas promesas ni conducir ul pueblo hacia e l m atadero belicista, cual los bolcheviques lo hacen si así lo decide la consigna del partido. P o r consiguiente, la obra cultural que Iba a emprenderse entre los indios de Bolivia, traduciendo obra* anarquistas a las lenguas indígenas quechua y aymará, cual m e d ijo Ismael M a rtí en 1931, ha debido quedar interrum pida; o si no se Inte­rrumpió, sus resultados no han llegado a m i conocimiento.

Lam entable es el caso de que cuando Se esfuerzan los libertarios, en pro­pagar perseverantemente sus ideas por doquier; cuando extienden su propa­ganda cultural, liberadora de supersticiones, por las tierras del caucho, del petróleo y otras m aterias primas im portantes; cuando luchan contra e l f a ­natismo, etc., entonces aparecen los bolcheviques y propagan su nuevo fa ­natismo entre el pueblo, burlándose de éste para atraerse las simpatías de Moscú y, como en el caso de B oliv ia , arrojando grandes contingentes p ro le­tarios a luchas cruentas, con la m ism a im pasibilidad de un estado m ayor m ilitar, a l ordenar a ta l o cual reg im ien to acudir a l cam po de batalla para haoerse matar.

i Quién en nuestro tiem po piensa en Nueva Granada! (120). Era el pais más libre de Am érica latina por la m odalidad rad ica l de su Constitución. Fue entonces cuando lo visitó E lisée Reclus (121), en los años de 1856 a 1857. A partir de 1861, Nueva Granada se separó en tres territorios: Venezuela, Colombia y Ecuador. Ignoro la in fluencia que hayan podido tener las ideas anarquistas en Venezuela (122), en donde los estudiantes se rebelaron con­tra el torturador Góm ez. ¿Publicó B ió íilo Panclasta (V icen te Lezcano) sus recuerdos, tal com o lo anunciaba en un fo lle to publicado el año 1932 en B o ­gotá? En lo que atañe a l Ecuador, observé ya en La Prensa, d iario demó­crata de Quito, los primeros balbuceos socialistas, leyendo e l N*? 943, corres­pondiente al año 1912; fueron obra de un anarquista que los in ic ió de m a­nera rudimentaria. S igu ió un desarrollo len to con la inevitable influencia de l bolchevismo im portado. Fue probablem ente en 1922 cuando apareció el prim er periódico libertario ecuatoriano, ¡R edención ! de Guayaquil, cuyo pri­m er número salló e l 15 de abril. E n 1929 apareció Luz y Acción. En La Revista B lanca d e Barcelona, del 21 de setiembre de 1934, había un tra ­ba jo muy interesante, titu lado “L a nueva generación libertaria de l Ecua­dor” . El 15 de noviem bre de 1932, fu e una fecha negra en la historia del Ecuador, por la gran m atanza de trabajadores causada por las autoridades. No obstante, podría decirse que las dictaduras ecuatorianas no son de las m ás represivas.

Los Estados Unidos de Am érica del Norte, arrancaron a Colom bia la zona del canal de Panam á, de la cual ahora son dueños; y que tantas vidas proletarias devoró, en tre ellas la de M eggy en 1884, que había sido un des­tacado m ilitante de la Commune de París. Y a Bakunin fu e testigo de actos de fuerza estadounidenses para ocupar dichos lugares. V ia jando e l 21 de octubre de 1861, desde San Francisco, a bordo el vapor Orizaba, en el que iban centenares e soldados norteños v io com o arrestaban a soldados con fe­derados, a pesar de las protestas de N ueva Granada, en cuyo territorio los

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combatientes sureños se consideraban Ubres (123). Los soldado* del norte eran 450 y estaban "com pletam ente preparados para entrar en acción” . Ba- ín in in zarpó e l día 6 de noviem bre de Aspinwall (124) hacia Nueva York. Que se m e disculpe por traer a colación este incidente, puesto que certifica su v ia je . Su presencia a bordo puede comprobarse con los nombres d e M. Bakonia o M Bakounia, en las listas d e pasajeros puolicadas por los diarios neoyorkinos. Es una m ejo r íuente de inform ación que la leyenda que lo su­pone caminando por la nieve siberiana, luego atravesando e l Pacifico com o m arino y finalm ente ganando su v ida con lecciones que daba en los Estados Unidos d e Am érica d e l Norte. En aquellos territorios de Nueva Granada, veia Reclus una m agn ífica vida tropical, capaz de extenderse por la in fluencia del canal, acercándolos y haciéndolos accesibles a la navegación mundial, a la vez que convirtiéndolos en lugares de futura vida fe liz . L a realidad es que luego e l canal se convirtió en gigantesca zona defensiva, que probable­m ente quedará destruida en una futura guerra (125). P o r e l mom ento sus habitantes están som etidos a la “Am erican Fru it Company” (Com pañía Es­tadounidense de Fru tas) y trabajan para el estómago estadounidense. H a­c ia 1925 hubo algunos sindicatos libertarios. Tam bién constaté la presencia de periódicos com o O rganización de Santa Marta, que apareció el 8 de ene­ro de 1925; y Vía L ib re (126), periódico anarquista de B arran quea, que apa­rec ió en 1926. En los m eses de noviem bre y diciem bre de 1928, se produjo la gran huelga de los bananeros, en el departam ento d e Magdalena, y la h orr i­ble m asacre de C iénaga. Y a no se habla de actividades anarquistas en Co­lom bia com o tam poco d e luchas sindicalistas apolíticas; sea por las repre­siones o debido a que los bolcheviques ocupan parte d e la escena.

Colombiano fue e l profesor racionalista Juan Francisco Moncaleano M i­litó en México y c reo que también en Cuba. En Los Angeles (C a lifo rn ia ), publicó e l periódico P lu m a Roja , a partir de 1911. M urió en la m ism a ciudad a los 33 años. Fue el au tor d e G rito R o jo , publicación poética que nunca pude ver. Sería muy conven iente contar con m ás datos sobre la v ida del colom ­biano Juan Francisco Moncaleano. Hubo también un tiem po en e l cual se discutió largam ente la obra del autor colombiano J. M Vargas Vila. Sus es­critos de crítica po litica y social parece que contienen un gran caudal de documentos sobre la dom inación y las víctim as de Am érica la t in a . No co­nozca los escritos literarios de Var?as V ila , cuya even tual tendencia an ar­quista fue discutida copiosam ente por La Retrtsta B lanca y a citada allá por los años 1924 y 1925. Es m uy posible que los modelos elegidos por Varga3 V ila en su libro Som bras de Aguila (C arly le Helio, León Bloy, Pompeyo Ge- ner, Ibsen y el p intor A n glada ), nos den la form a m en ta l característica del au tor de ib is y de sus preferencias. S i exceptuamos a Ibsen, que puede in ­terpretarse en sentido libertario, la verdad es que aquellas figuras pred ilec­tas de Vargas V ila no son nuestras.

(C onclu irá en e i p róx im o n ú m ero )

(79 ) Sobre este aspecto informa Alberto Ghiraldo en su libro La tiranía del fra c ... (Crónica de un preso). Impreso en Buenos Aires: Biblioteca Popular Martin Fierro, 1905, 143 pp.

(80 ) Rodolfo González Pacheco, en realidad se llamaba Carlos Kodalfo González Pacheco. Nacido el 4 de mayo de 1881 en Tandil, hijo de Agustín González y Benida Pacheco. Murió el 6 de julio de 1949. Consúltese el libro González Pacheco, por Alfre­do de la Guardia (Buenos Aires: Cuadernos de las Ediciones Culturales Argentinas, 1963, 136 pp., 25x17,5 cm ). Consúltese Teatro Completo por Rodolfo González Pache­co (Buenos Aires: Ediciones "La Obra” , 1953, t. I de 270 pp., con un prólogo de Al­berto S. B i anchi; y t, 11 de 284 pp., 20 x 13 cm). También Carteles (Buenos Aire» Editorial Americalee, 1956, t. I de 219 pp., con un prólogo de Alberto S. Blanchi; y t. U de 240 pp., 20x 13,5 cm).

(81 ) Eduardo G. Gilimón es autor del libro Hechos y Comentarios (Buenos A i- res-Montevideo-México, sin año, 109 pp., 10x13 cm).

(82 ) Falleció el Dr. Juan Creaghe eñ el Western Hotel Hospital de Washington, el 19 de febrero de 1920. La revista Vía Libre de Buenos Aires, correspondiente «1

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mes de setiembre ded mismo año, es un número especial sobre él, con colaboraciones de Santiago Locascio, Eduardo G. Gilimón y el Dr. Emiliano Camila.

(83 ) Se encuentran en una carta de Ricardo Flores Magón dirigida a Gus Telsh, de Lake Bay, Estado de Washington; fechada el 25 de marzo de 1920, palabras repro­ducidas en la cronología de Ricardo Flores Magón mencionada en la nota No 27.

(84) Epistolario Revolucionario e Intimo, por Ricardo Flores Magón (México: Grupo Cultural "Ricardo Plores Magón” , 1925, t. I de 80 pp., y una nota preliminar explicatoria, t. I I de 79 pp., y t. I I I de 80 pp., 18x12,5 cm). Los tres tomos fueron encuadernados posteriormente en un solo volvanen.

(85 ) Un buen libro es Una Vida por un Ideal ( Simón Radowitzky), por Agustín Souchy (México: tirapo Amigos de Simón Radowitzky, 1956, 115 pp.). Consúltese aún ¡Ushuaia! ¡Tierra maldita!, por Alberto del Sar (Buenos Aires: 1925, 16 pp., 20 x 15 om).

(86) Interesante documentación sobre la época en el libro E l Apostolado Moder­no, Estudio histórico-crítico del socialismo y el anarquismo hasta terminar el siglo XIX; por José Cascales y Muñoz (Barcelona: F. Granada y Cía,, Editores, sin fecha, 357 pp., 20 x 12 cm).

(87 ) Era tal el confusionismo imperante que los "anareo-dictadores" confundían al comunismo libertario con el bolchevismo, creyendo se trataba de lo mismo. Por ejemplo, en el acápite del folleto Entre Campesinos, por Errico Malatesta (Montevideo: Grupo Editor "Rusia Libre", 1920, 34 pp., 18x12,5 cm)., se expresaba- "E l comunis­mo, ¡dea de igualdad y justicia, que hasta ayer era considerado una utopía, está resul­tando ya una factible realidad en Rusia’’. Y en la contratapa este anuncio: "La Batalla semanario de ideas y crítica, brega por ia implantación inmediata y completa en Amé­rica de lo que en este folleto expone él sociólogo y revolucionario Enrique Malahesta, y que ya en Rusia y otros países de la Europa Central, se está practicando con feliz éxito y regocijo de sus habitantes” .

(88 ) Existe la biografía Severino di Giovanni, Idealista de la violencia, por Os­valdo Bayer y prólogo de José Luis Moreno (Buenos Aires: Editorial Galerna, 1970, 350 pp., 20 x 14 cm). Severino di Giovanni fue el editor de dos tomos sobre los es­critos sociales de Elíseo Reclus: Scritti Sociali (Buenos Aires: I Iibri di Anarehia, 1930, t. I do 171 pp., y un prólogo de Luigi Galleani, t. II. de 157 pp., y un prólogo de Jacques Mesnil, 21 x 15 cm). Contra las ilógicas actividades de los jacobinistas e ¡lega­listas como Severino di Giovanni se erigió la bondadosa nobleza de Pedro Kropotldn en su ensayo La Moral Anarquista, cuya última edición en español parece ser la incluida al final del libro Justicia y Moralidad - La Morid Anarquista (Barcelona: Editorial Tierra y Libertad, 1938, 126 p., 18,5x11,5 cm). El primero de estos estudios fue edi­tado en Argentina: Ciustizia e Moralita (Buenos Aires: Edizione del Circolo di Cultura Libertaria, 1925, 23 pp., 21x15 cm). Contiene un prólogo de C. Ciancabilla y un pre­facio de A. Corelik.

(89 ) Además del libro, escrito en coautoría con D. A. de Santillán (citado en la nota No 28), consúltese Ideario, por Emilio López Arango (Buenos Aires: Ediciones de la ACAT —Asociación Continental Americana de los Trabajadores—, 1942, 256 pp., 18 x 12 cm). Sobre la ACAT consúltese aún: Congreso Constituyente de la ACAT (Bue­nos Aires: Ediciones de la ACAT, 1930, 63 pp., 18x12,5 cm). Este congreso se cele­bró en Buenos Aires desde el 11 al 16 de mayo de 1929. Como apéndice, este foMeto contiene una Carta abierta sobre la significación del congreso obrero libertario ameri­cano, por Max Nettlau; y los trabajos de D. A. de Santillán: El militarismo, la guerra y la reacción se titula el primero; La reducción de la jomada de trabajo se titula el segundo. En la contratapa, este anuncio: Emilio López Arango, por D. A. de Santillán (se trata de un folleto editado por AGAT).

(90 ) María Alvarez (1905-1925), dotada joven libertaria uruguaya, colaboradoradel semanario El Hombre, ae Montevideo, aparecido el 29 de octubre de 1916; de larevista mensual Aurora de Montevideo, aparecida en abril de 1924, y postumamente de la revista mensual Humanidad de Buenos Aires, aparecida en junio de 1927, etc.; fue asimismo redactora de El Hombre, cuando a partir del lo de mayo de 1921, apa- cerió como revista mensual. En El Hombre no 228, correspondiente al 15 de junio de 1921, escribió notable trabajo contra la aberración bolchevique: Los anarquistas yla dictadura "Nuestros dictadores están muy satisfechos. Tienen un folleto quesegún algunos, llevarán constantemente en el bolsillo, y que vendrá a ser para los dic­tadores lo que es la B¡bl¡a para los cristianos y el Corán para los musulmanes: el libro sagrado. Este es el folleto titulado La Revolución por ToiTalvo” . Andaluz emigrado

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a la Argentina, José Torralvo, colaborador de la prensa libertaria rioplatense antes del advenimiento de la contrarrevolución bolchevique de 1917, bifurcó cegado ante el ana­cronismo de la “dictadura del proletariado".

(91) Consúltese el folleto República Argentina - Santa Cruz, sin nombre de autor (Buenos Aires: Editorial “ La Antorcha’’, 1922, 32 pp., 17 x 12,5 cm).

(92) Su historia en el folleto Kurt Wilkens, sin nombre de autor (Tucumán: Agrupación cultural anarquista "Brazo y Cerebro” , 1924, 32 pp., 17,5 x 10 cm). En­tonces esta agrupación editaba en Tucumán el periódico ¡Adelante!

(93 ) Véase de V. Muñoz el estudio Bibliografía de Max Nettlau en los Suple­mentos semanales y quincenales de La Protesta (París: revista mensual Umbral, 197°).

(94 ) Además de la biografía de Max Nettlau sobre Malatesta (nota n» 31), la Editorial La Protesta editó dos otros libros de Nettlau sumamente importantes: Miguel Bakunin, la Internacional y la Alianza en España 1868-1873 (1925, 132 pp.) y Documentos inéditos sobre la Internacional y la Alianza en España (1930, 207 pp., 20 x 14 cm.). Asimismo su folleto Fernand PeÜoutier y el sindicalismo.

De los diez tomos proyectados, de las Obras Completas de Miguel Bakunin, todos prologados por Max Nettlau, la Editorial La Protesta solamente pudo editar los cinco siguientes: La Revolución Social en Francia, 1924, t. I de 329 pp.; La Revolución So­cial en Francia, continuación, 1925, t. II de 287 pp.; Consideraciones Filosóficas, 1926, t. I I I de 344 pp.; Dios y el Estado, 1928, t. IV de 276 pp., y Estatismo y Anarquía, 1929, t. V de 316 pp. No llegaron a publicarse los cinco tomos programados, Páginas de Propaganda y de Combate, La Internacional y la Alianza, Anti-Mazzini, Polémica antimarxista, Ideas y Sugestiones.

Obra sumamente importante editada por la Editorial I.a Protesta fue Johann Most, La vida de un Rebelde, por Rudolf Rocker, prólogo de Alejandro Berkman (1927, t. I de 334 pp. y t. I I de 327 pp., 18 x 13 cm.).

Editó asimismo numerosos libros y folletos, destacándose como traductor D. A. de Santillán. Una colección que debería abarcar importantes utopías fue iniciada con EZ Humanisferio por J. Dejacque, con explicaciones previas de Max Nettlau y Elíseo Reclus (1927, 142 pp., 18 x 13 cm.). De Pedro Kropotkin, destaquemos sus notables conferencias El Estado, su rol histórico - EZ Estado moderno (1923, 145 pp., 18 x 13 cm).

(95 ) Luego ocurrió lo contrario. A causa de la dificultad en editar libros liber­tarios en Argentina, se publicaban en España para dicho país, como por ejemplo Inci­tación al Socialismo, por Gustav Landauer (Buenos Aires: Ediciones Nervio, sin fecha, 245 pp., 19x12 cm). Impreso en España por "Publicaciones Mundial” , de Barcelona. Libro reeditado en Argentina posteriormente, seguido con un ensayo sobre la vida del autor, por Max Nettlau ( Buenos Aires: Editorial Americaleee, 1947, 325 pp., 20 x 13,5 cm).

(96 ) Gran obra cultural de difusión libertaria hicieron en Buenos Aires las edi­toriales La Protesta, B. Fueyo, La Antorcha, La Obra, Argonauta, Nervio, Americalee,Imán, etc. Actualmente sigue esta difusión la Editorial Proyección de la misma ciudad.Aún está por hacerse la bibliografía anarquista de la Argentina, sorprendentemente rica.

(97 ) Sobre las experiencias de los libertarios en los antros carcelarios, informa Pascual Vuotto en su libro Vida de un Proletario (E l Proceso de Bragado), con unas emotivas palabras de Gabriela Mistral y un prólogo de Carlos Sánchez Viamonte (Bue­nos Aires: Ediciones SIA, 1939, 160 pp., 18 x 13 cm).

Max Nettlau hubiera sin duda quedado complacido al saber que la poetisa chilenaGabriela Mistral, seudónimo do Lucila Godoy Alcayaga (1889-1957), prologó el inte­resante libro Cómo Educa el Estado a tu Hijo, por Julio R. Barcos (Buenos Aires: Edi­torial Acción, 1928, 272 pp., 18,5x14 cm).

(98 ) Uno de los libros más prominentes del anarquismo argentino es posiblementeEl Pensamiento Filosófico y el Anarquismo, por Enrique Nido (Rosario: Talleres Grá­ficos Romanos Hnos., 1921, 192 pip., 17x12,5 cm).

Enrique Nido era el seudónimo de Amadeo Lluán (1889-1926). Nacido en Barce­lona, cuando llegó a la Argentina, traía con é l los borradores del tercer tomo inconcluso de E l Proletario Militante, por Anselmo Lorenzo. Sería interesante conocer si dichos ori- g nales se perdieron o fueron depositados en algún archivo o biblioteca.

(99 ) Consúltese la importante obra E l Movimiento Sindical Argentino, por Se­bastián Marotta. El tomo I abarca el período 1857-1907 (Buenos Aires: Ediciones La­cio, 1961, 310 pp.'). E l tomo I I abarca el periodo 1907-1920 (Ed Lacio, 1961,310 pp.). El tomo III, prologado por Andrés Cabona, abarca el período 1920-1935 (Buenos Aires: Editorial Calomino, 1970, 433 pp.). Los tres de 20x14 cm. La

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muerte sorprendió al autor sin haber podido dar cima al cuarto tomo de esta obra, tarea que ha tomado a su cargo D. A. de Santillán y varios colaboradores. Sobre el autor aún, consúltese el libro Vida, Obra y Trascendencia de Sebastián Marotla, por autores vano* (Buenos Aires: Editorial Calomino, 1971, 218 pp., 20x14,5 om).

(100) Documentación al efecto en el folleto La A IT en el Continente Americano por Serafín Fernández (Buenos Aires: Edición de la FORA del V Congreso, 1968, 67 pp., 15x 11„5 cm). Folleto publicado en París y prologado por Juan Ferrer. Sobre Ar «entina y del mismo autor, consúltese el folleto Recuerdos de la Vida Pampera. La se­mana trágica de enero de 1919 (París: Publicaciones Umbral, 1962, 32 pp., 19 x 13,5 cm). Prólogo de Ildefonso.

(101) Esta difusión anarquista por parte de editoriales comerciales, alcanzó «u cénit en España, en la primera década del presente siglo, cuando la Editorial F. Sera- pere y Cía., de Valencia, editó numerosos libros de autores libertarios. Se difundieron ampliamente por América Latina, siendo ahora muy buscados por los estudiosos del anarquismo y por los coleccionistas.

(102) En la dictadura de Gabriel Terra se expulsó del Uruguay al prominente anarquista italiano Hugo Treni, seudónimo de Lgo Fedeli (¿-1964). Continuó en Italia y mi idioma italiano, transitando la. historia anarquista, tan ejemplarizada por Max Nottlau.

(103) Lo rutifica Rodolfo González Pacheco en el primer párrafo de su cartel Mimtrvidea (p. 49 del II tomo de Carteles) cuando abevera: “Aquí no pasa natía. Este es el templo de la democracia". Como es de conocimiento público, los tiempos han cambiado. En el comentario al libro E l Terror Argentino, .por Rafael Barret (Rúenos Aires: Editorial Proyección, 1971, 123 pp., 20x14 cm.), publicado en Espoir Ntf 511, del 21 de noviembre de 1971, V. Muñoz opina: “El totalitarismo boldicvfque ha caotizddo en grado superlativo a la juventud, implantando en didio país un clima de desordenada violencia, completamente negativa y regresiva".

(104) El libertario uruguayo José M. Ferreiro recuerda esto, en su trabajo A Harlovento, publicado en la p. 4 del periódico mensual Inquietud de Montevideo, N® 46, octubre 1» de 1948. El último periódico del anarquista José Tato Lorenzo (1886-1969). Consúltese también el boceto dramático en un acto, titulado E l Deportao, por José M. Ferreiro (Montevideo: Editorial Libertad, 1937, 32 pp., 2» x 14 cm.).

(105) El último número de Solidaridad apareció el 1® de Mayo de 1970.(106) La hemeroteca de la Biblioteca Nacional de Montevideo es la única rica

fuente sobre el tema. En Una cronología de Florencio Sánchez, por V. Muñoz, publi­cada en RECONSTRUIR (Buenos Aires: Marzo-Abril de 1970, N® 65), se mencionan algunos títulos hasta la década de 1930.

(107) Albano Rosell (?-1964) fue un prominente naturista libertario, oriundo de Cataluña, que terminó sus días en e] Uruguay. Había colaborado en España con Francisco Ferrer y difundió el naturismo libertario para la infancia en la narración educativa Albores (Valencia: Biblioteca Estudios, sin fecha, 157 pp., 10x12 cm.). Suya es una narración naturológica, titulada En el País de Macrobia (Barcelona: Bi­blioteca Naturismo, 1929, 173 pp., 18,5x12,5 cm.). Se trata de una utopía libertaria. Colaboró en la prensa libertaria mundial de idoma español, sin firma, con sus inicia­les, con su nombre o con diversos seudónimos, entre los cuales los femeninos de Vic­toria Zeda y Germina Alba.

(108) Como por ejemplo, Fundamentos Elementales de la Anarquía, por Eduar­do Milano, traducción de Lucrecio Espíndola, seudónimo de Edmundo F. Biandhi (Mon­tevideo: Biblioteca del Círculo Internacional de Estudios Sociales, 1900, 111 pp., 18 x 10 cm.).

(109) Consúltese Introducción a la historia gremial y social del Paraguay, por Francisco Gaona (Buenos Aires: Editorial Arandú, 1967, t. I de 312 pp.).

(110) Consúltese el libro Rafael Barrett, Su obra, su prédica, su morid, por J. R. Forteza (Buenos Aires: Editorial Atlas, 1927, 124 pp., 19x14 cm.).

(111) Buen libro es también Rafael Barrett, 'por Norma Suiffet (Montevideo: Edición de la autora, 1958, 110 pp., 20,5x14 cm.).

De Rafael Barrett (1876-1910) consúltese sus Obras Completas (Buenos Aires: Editorial Americalee, 1954, t. I de 286 pp., t. I I de 364 p., y t. I I I de 364 pp., 20,5x13 cm.). El primer tomo contiene noticias y juicios sobre el autor de Rodolfo González Pacheco, Ramiro de Maetzu, J. C. O., Emilio Frugoni, José Enrique Rodó y Carlos Vaz Ferreira. Ultima edición de sus Obras Completas.

(112) Organización, Agitación y Revolución, por Ricardo Meila (Santiago de

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Chile: Editorial Lux, sin fecha, 16 pp., 19 x 13 cm.). Este folleto hace pensar en d periódico La Agitación. La Editorial Lux era animada por la libertaria Luisa Soto. Folletos editados por ella, menos conoddos, son: Rebeldías Líricas, por J. Domingo Gómez Rojas, y M i Palabra Anarquista, por Manuel Márquez.

(113) El Hombre de Montevideo, publicó a partir del 6 de abril de lf) 18, No 76, hasta el 3 de agosto del mismo año, Nc 93, e l estudio Desde Chile, La pro­paganda anarquista y el movimiento obrero, por Juan F. Barrera, residente en San Felipe, Aconcagua. Este trabajo fechado en febrero de 1918, historia el anarquismo chileno en las dos primeras décadas del siglo.

El folleto Presencia Anarquista, sin nombre de autor (La Calera, Chile: Grupo anarquista Libertad, 1959, 12 pp., 20,5 x 14 cm.), informa sobre dos figuras chilenas del anarquismo: José Domingo Gómez Rojas y Celedonio Enrique Arenas Robles (1894-1940).

• Solano Palacio y Astro Astur son los autores del libro Jardín de Acracia, prolo­gado por Cosme Paules-(Valparaíso: Editorial Más Allá, 1960, 156 pp., 19,5 x 14 cm.). Asturiano emigrado a Estados Unidos de América del Norte, desde donde regresó a España, para radicarse definitivamente en Chile al iniciarse la era franquista, es autor aún de los libros E l Exodo, por un refugiado español (Valparaíso: Editorial Más Allá, 1939, 160 pp., 19 x 14 cm.); y de Entre dos Fasciscos, novela histórica (Valparaíso: Editorial Más Allá, 1940, 189 pp., 19,5 x 14 cm.).

Por último, el libertario chileno Lain Diez es el traductor del libro Enseñanzas de la Reoolución Española, por Vemon Richards (París: Ediciones Belibaste, 1971, 268 pp., 18,5x13,5 cm.).

(114) Consúltese El Anarcosindicalismo en el Perú, escrito a cargo de la Federa­ción Anarquista del Perú (México: Ediciones Tierra y Libertad, 1961, 32 pp., 23 x 17 cm.).

(115) Flora Tristán (1803-1844), precursora peruana de la Primera Internacio­nal. Luis Alberto Sánchez, ex rector de la Universidad de San Marcos en Lima, es autor de la biografía Una Mujer sola contra el mundo, estudiando la vida y la obra de Flora Tristán.

( l l f f ) Manuel Conzález Prada (1844-1918). Consúltese las briografías Don Ma­nuel, por Luis Alberto Sánchez (Santiago de Chile: Ediciones Ercilla, 1937, 236 pp.,18 x 13,5 cm.). Tercera edición corregida; la primera data de 1930. M i Manuel, por Adriana Vemouil de González Prada (Lima?: 1947). Asimismo es de muy útil consulta la separata titulada Las Ideas y la Influencia de Manuel González Prada, por Luis A l­berto Sánchez, en la Revista Interamericana de Bibliografía (? : 1963, N » 3, julio-setiem­bre, pp. 271-292). Por último véase Una cronología de Manuel González Prada, por V. Muñoz, en RECONSTRUIR (Buenos Aires: Enero-Febrero de 1971, N ° 70).

(117) Excelente libro suyo es Anarquía (Santiago de Chile: Ediciones Ercilla, 1936, 138 pp., 19 x 13,5 cm.). Buen libro aun de Manuel González Prada es Prosa Mentida (Buenos Aires: Edidones Imán, 1941, 249 pp., 19 x 14 cm.). Está prologado por su hijo Alfredo González Prada (1891-1943). También prologó otro óptimo libre de su padre. Propaganda y Ataque (Buenos Aires: Ediciones Imán, 1939, 229 pp.,19 x 14 cm.). Citemos aún a Horas de Lucha, por Manuel González Prada (BuenosAires: Editorial Americalee, 1946, 230 pp., 20 x 13 cm.).

(118) Pedro 'Estove (?-1925). Estúdiese sus libros Reformismo, Dictadura, Fe­deralismo (Nueva York: Cultura Obrera, 1922, 87 pp., 18 x 12 cm.) y Socialismo Anar­quista (Nueva York: Cultura Obrera, 1927, 95 pp, 19 x 13 cm.).

(119) De esta localidad solamente puedo citai la obra siguiente: El Apoyo Mu­tuo, por Pedro Kropotkin (Tupizá, Bolivia: Cuadernillos Inquietud, sin año, totalizando 366 pp., 19 x 13 cm.). En nueve cuadernillos.

(120) En 1855 Elíseo Redus visitó Nueva Cranada. De su estadía en dicho país surgió su libro Viaje a la Sierra Nevada de Santa Marta (París: Haohette, 1861), en idioma francés. A l español fue traducido con el título Mis Exploraciones en América (Valentía: F. Sempere y Cía., sin fecha, 223 pp., 18 x 12,5 cm.). Según Vioente Blasco Ibáñez (1867-1928), traductor de la Geografía Universal por Onésimo y Elíseo Redus, este título fue escogido por el mismo autor. De ser esto asi, no refleja históricamente la realidad, pues existe mucha más narración de Elíseo Reclus sobre Nueva Cranada y sobre la parte meridional de los Estados Unidos de América del Norte, en el primer tomo de su Correspondencia (París: Librería Schleicher, 1911, 352 pp., 20 x 13 cm.). Este tomo, en idioma francés, abarca los años 1850-1870).

(121) Elíseo Roolus (1830-1905). Consúltase la importante biografía titulada Elíseo Reclus, La vida da w* sabio justo y rebelde, por Max Nettlau (Buenos Airesí

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Editorial La Protesta, 1928, t. I de 291 pp., y t. I I de 310 pp., 19 x 14 cm-). Traduc­ción de Valeriano Orobón Fernández. Edición simultánea en España para La Recista Blanca. Obra impresa en Barcelona.

(122) Actualmente se publica la segunda ¿poca de; Rula en el exilio. E l N » 5 correspondiente al 1* de setiembre de 1971, contiene la traducción castellana del cono­cido folleto de Nicolás Walter, About Anarchim, con el titulo Incitación al Anarquis­mo (Caracas: 36 pp., 24 x 10,5 cm.). Un buen libro es el siguiente: Anarquismo Ayer y Hoy, por I.uis Mercier Vega (Caracas: Monte Avila Editores, 197», 184 pp., 19 x 11,5 cm.)

(123) Soldados norteamericanos de la Guerra de la Secesión (1861-1865).(124) O Colón, en la república de Panamá. El primer capitulo del libro de Elíseo

Recluí titulado Mis Exploraciones en América, se titula Colón-Aspinivall.(125) Al escribir este estudio, Max Nettlau pensaba en h llamada Primera Cuerra

Mundial que tuvo lugar en Europa principalmente (1914-1918), en la que fueron sa­crificadas, según el Diccionario Larousse, 8.700.000 personas. En efccío, posteriormente y en el mismo escenario, tuvo lugar la Segunda Guerra Mundial, qu« según la misma fuente, costó la vida a 36.000.000 de personas. Contrariamente a los temores del autor, la ¡cotia del Canal de l ’anamá, no quedó entonces destruida. Esta última guerra abarcó <il período 1939-1944.

(126) Títido sugerido por el libro Via Libre por Anselmo Lorenzo (Barcelona: F. Granada y Cía., Editores, 1905, 220 pp., 20 x 13 cm.). Con un prólogo de J. Mir y Mir; y un prefacio do F. Tarrida del Mármol. En varios países latinoamericanos exis­tieron publicaciones libertarias con este título; por ejemplo, en Argentina la revista men­sual de critica social que fundada en 1920, en Buenos Aires, era dirigida por Santiago Locascio.

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Antologa y ¡ aj e /¡bertario a través de

A m é rica latina *

(Conclusión)

por M ax Nettlati

En Am érica central hubo un foco lite ra rio cuando el 15 d e enero de 1911 apareció en San José d e Costa R ica, la revista anarquista R enova­ción . A l princip io se encom endó la p a rte sociológica a Anselmo Lorenzo, que escribía desde Barcelona, ta l vez por el hecho de que el adm inistrador era R icardo Falcón, que hab ía ven ido desde Barcelona, siendo natural pues, que Fa lcón hubiera in terven ido en e l asunto de la colaboración «lo Anselmo Lorenzo. Por lo m enos se publicaron 66 números. E l ed itor era e l poeta local J. M. Zeledón, quien se cuidó de la parte literaria . T a m ­bién estaban a su cargo los numerosos cuadernos que salieron a la calle, form ando la pequeña colección Ariel, por lo m enos desde 1907 hasta 1913. En estas colecciones se hallaban representados muchos autores la tin o­americanos. S i se las estudiara con m inuciosidad es posible que pudieran destacarse ciertos sentim ientos libertarios y humanitarios, aunque lo que m ás abunda en ellos es la preponderancia d e sentim ientos patrióticos o nacionales, a semejanza de los m odelos d e París. Tengo una impresión parecida sobre muchas revistas literarias de Am érica latina que le í en otro tiem po; recuerdo a la titu lada M es L ite ra rio , que aparecía en la locali­dad venezolana d e Coro, y a otras de N icaragua, que pasaron a m is m a­nos luego de ser enviadas a Les Tem ps N ouveaux (127), como tam bién a otras revistas libertarias de París, de cuyas redacciones pasaban luego a las librerías de v ie jo , donde pod ía elegir. En vano busqué huellas libertarias en ellas, pero poseo algunos ejem plares d e aquellas publicaciones.

Después d e la v is ita de Julio D iaz a Buenos Aires, en 1926, se fundó un grupo de acción libertaria en San José. Tam bién en la localidad costa­rricense de Santiago d e Puriscal, apareció algunos años después L e Senieur (E l Sem brador), en idiom a francés y dactilogra fiado (128).

Sabemos que en San Salvador existía en 1930 un Centro S in d ica l L i­bertario. Dos años después, en 1932, ocurrió la gran masacre salvadore­ña (129). En Guatem ala empezó la in fluencia grem ialista en 1926 con el prim er órgano titu lado O rien tac ión Sindicalista, cuyo número 12 fu e el ú l­tim o que y o v i; era del 15 d e m ayo d e 1928. L a dictadura m ilita r paralizó la actividad del Com ité P ro Acción Sindical, a partir del mes de m arzo d e 1937. Por estos datos puede verse que se consideraba a l sindicalismo com o un punto d e partida para separar a los núcleos obreros de la política estatista, orientándolos hacia la acción directa. Ignoro en qué proporción entró la idea libertaria en esta práctica de l sindicalismo puro.

En lo que se refiere a N icaragua, se rind ió m erecido hom enaje a A . C. Sandino, quien desde 1926 hasta 1932 fu e inexpugnable para la p o ­tencia estadounidense y que después fu e alevosam ente asesinado. E n San Salvador se siguieron las huellas ( a petición m ía y en las -páginas de Les Tem ps Nouveaux, en el ejem plar de l 17 d e febrero de 1926), de l h ijo de Anselm e Bellegarrigue, uno de nuestros precursores anarquistas, que en 1850 pcWicó en París el periódico L ’A n a rch ie Journal de l’O rd re (L a

Anarquía, D iario del O rden). Desde que probablem ente se ausentó de Francia en 1851 o en 1852 se perdieron sus huellas; hasta que un am igo suyo en 1865 hizo público que había sido m aestro en Honduras y que

* Ver RECONSTRUIR Nos. 76 y 77.

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tamtolén había trabajado en San Salvador. En todo caso, se «upo un poco después de hacer m i demanda que su h ijo , de nombre Ansetane habitaba en el poblado de El P im enta l, cerca de la localidad La L ibertad en Man Salvador. L levaba una vida d e naturista. com o los pescadores indios de aquellos lugares, dedicándose a llevar pescado a La Libertad, donde lo vendia. A la sazón ten ia unos cuarenta años. Oportunamente le escribí enviándole ei suplemento literario de Les Tem ps Nouveaux, con inform a clones y r ieta les sobre ¡a v ida de su padre. No sé si le Hegó, pues nunca recibí respuesta suya. T a l vez .podría adquirir inform ación sobre este caso algún lector de San Salvador. Sería el único m edio d e completar la b iogra fía del autor de L a Anarquía es e l Orden, que tradujo José Prat y quo se publicó en L a Coruña (G alic ia ) en 1886, por las ediciones "El Corsario", constando de 63 páginas (130).

Kn C ultura P ro leta ria de Nueva York había mucha correspondencia procnlcnte de los países d e Am érica central, continental e insular, pero con i "«limos datos aprovechables para la historia. Lo que en este aspecto siempre .10 requiere es la m áxim a exactitud de los hechos que se cono­cieron, MI y cómo fueron en su hora, y que ya no podrán restablecerse con precisión después, al perderse lamentablemente, produciendo así la - Kimuh cu el conjunto histórico, que tarde o temprano habrá qu ° rehacer con vigor ni historiar e l proceso general del que form a parte integrante la Id cu anarquista.

Lu Isla de Puerto H lco pasó a ser posesión de los Estados Unidos de Am érica del Norte en 1I1IM) La Influencia anarquista fue allí tenue, si la comparamos con la in fluencia Insurreccional que se observó siem pre en Cuba. Desde aquel mlMimii año hubo en Puerto R ico aparente paz política, pero no paz económica Ks m uy posible que no se hubiese im pedido allí la propoganda anarquista m oderada. Solam ente pude conocer la publica­ción V02 Hum ana, que aparecía en la loca’ :tíad de Cagues, en los años 1905 y 190(1, a la que bien se puede considerar com o anarquista. ¿Habrán te­nido eco a llí e l socialismo o el tradeunlonlsmo estadounidense?

¿Y qué direm os de Santo Dom ingo? En los alrededores d e la capital alemana, es decir, en Berlín , e l D r Ooldberg. m édico de profesión, creó una colonia m uy especializada y avanzada,, a la cual se le hizo la vida Im­posible. Lo m ism o ocurrió cuando la trasladó a la R lvlera francesa o pos­teriormente a la Isla de Córcega, hasta que por fin, en 1929. em igró a un bosque de San to Domingo. Perm aneció a llí algunos años, a l cabo d e los cuales un Insensato asesinó a l Dr. Goldberg. ¿Qué fue después de la co­lonia? Lo Ignoro. Unicam ente puedo Inform ar que L 'E n -D eh ors (131) se refirió repetidam ente a la organización de la colonia del Dr. Goldberg.

Ante3 d e pasar a M éxico y después d e hacer saber que carezco d e In- forenación sobre la in fluencia anarquista en las colonias inglesas, fran ­cesas y holandesas de Am érica del Sur o d » Am érica ael Centro, voy a de­tenerme en e l Brasil, tierra inmensa, que se reduce para e l ob jeto de este v ia je histórico a pequeños islotes de tierra firm e , principalm ente las re­giones de Sao Paulo y R ío de Janeiro. Hubo una avalancha d e publica­ciones del Apostolado Poz itiv is ta do Brazil, de M iquel Lemos y IR. Teixeira Mendes, Junto a la revista anarquista que aparecía en R ío con el títu lo A Vida, Pozitiv ism o e Anarquism o, cuyo prim er número databa del 31 de diciembre d e 1914.

Después d e proclamarse la república en 1889, los em igrantes que a flu ­yeron a l Brasil (132) se trasladaron especialm ente al estado d e Sao Paulo. Los anarquistas italianos publicaron a llí m ultitud de periódicos y revistas, empezando según m is noticias, e l 1 de enero d e 1892 con la publicación P rim o M aggio (P rim ero d e M ayo ) y también en 1892 oón la revista GU Schiavi B ia n ch i (Los Esclavos Blancos). En 1934 publicaban todavía la revista Alba Rossa (A lborada R o ja ). En general se trataba de com pa­ñeros muy conocidos, como Felice Vezzani, G ig i Oam lanl, Gluantppo Con- sorti, A lfredo M ari y otros. En 1895, el periódico L 'A vven ire (E l Porven ir), que habla Iniciado su publicación en 1894. sufrió una persecución, tenlim do que em igrar a Buenos Aires, donde se publicó hasta 180(1. En otras

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ocasiones ocurrió a l revés, siendo los expulsados italianos de Buenos Aires los que se refugiaron en Sao Paulo. Uno de ellos fue Orestes R istori, quien fu e probablem ente el que publicó, a partir a e 1904 y durante muchos años, e l sem anario La B a tta g lia (L a B ata lla ). Era m uy leído y su propaganda sobre todo se basaba en e l anticlericalism o; el último número que yo pude ver era e l 35, correspondiente a l 19 de m arzo d e 1905. Tam bién en aquel tiempo, Ben jam ín Mbta, que d e socialista había evolucionado hacia las ideas libertarias, redactaba en portugués la revista A La n te rn a '(La L in ­terna ), cuyo prim er núm ero databa de 1901. A Lanterna fu e una revista renovada d e vez en cuando. En 1933 se publicaba todavía.

Parece que antes de 1898 empezaron a aparecer en Sao Paulo las publicaciones anarquistas. Existió un Avante ((Adelante), sin número de orden y sin fecha. B en jam ín M ota colaboró en O Rebate (E l R ebato ), pero fu e solam ente a partir de 1902 cuando esta publicación apareció regular­m ente redactada por e l abogado -lusitano Neno Vasco, seudónimo de N an - ziano d e Vasconcellos (133). Tam bién lo h izo con O A m igo do P ovo (E l Am igo del Pueblo) desde 1902 hasta 1904, con la revista A urora y con el periódico A Terra L iv re (T ie rra U b re ) desde 1905 hasta 1910. Después Neno Vasco volv ió a Portu ga l (134). F inalm ente, el 17 d e jun io d e 1917 apareció A Plebe (L a P lebe ), convirtiéndose en un periódico libertario de larga duración, cuya época actual emjpezó e ¡ 19 de noviem bre de 1932. Hubo otras publicaciones libertarias, en portugués o en ita liano, en Cori- tiba, Santos, Porto A legre , etc.

En R io de Janeiro apareció O Despertar, que empezó a publicarse el 2 de noviem bre de >1898. Ign oro si salió algún periódico libertario con an­terioridad. Nuestros periódicos no fueron en esta ciudad m uy numerosos. Tam poco tuvieron grandes épocas n i fueron cuidadosamente redactados, exceptuando la pequeña rev is ta A V ida m ás arriba mencionada. En cuanto a libros libertarios, R ío d e Janeiro tiene la pauta. En fo lle tos la tiene Sao Paulo, aunque también en esta últim a ciudad se publicaron buenos libros nuestros. Hubo buen nútaero d e traducciones, aunque no fu e m uy grande (135). S i sumáramos a nuestra producción literaria brasileña la de P o r­tugal, veríam os que asim ism o no fue m uy considerable.

Com o autores d e relieve, se destacan, sobre todo el Dr. Fabio Luz y José O itlciea (136), am bos d e R ío de Janeiro. No puedo opinar aquí sobre ellos, por serme su ob ra en gran parte desconocida (137). Desde el punto de v ista estrictam ente sindical, en 1906 un congreso e n R ío de Ja­neiro fundó la Confederagao Operaría B rasilelra (Confederación Brasileña del T ra ba jo ). En A P lebe d e l 12 de m ayo ae 1934 un "C om ité Pro-Confede- ra?ao O perarla Brasileira” publicó las bases de un ‘^Manifestó aos trabal- hadores do B rasil” , tratando de reactivar a la v ie ja Confederación. Hubo también un congreso anarquista en R ío de Janeiro, en octubre de 1915. En 1917 existió la organización de “A AUianga Anarquista” . E n 1933 pu­blicó A P lebe unas “bases d e acordo das organizacoes anarquistas de Sao Paulo” con el fin de crear un "Com ité de Relagoes dos Grupos Anarquistas d e Sao Pau lo” , que fundaría una “Federagao Anarquista B rasile ira” . Luego de haiber expuesto, en genera l, cóm o sería nuestra sociedad del porvenir, en su notable declaración d e principios, se destacan estas ideas: “Los regím enes económicos individualistas, colectivistas, comunistas y federalis­tas se armonizan, para la realización de! socialismo anarquista integral”(138).

V iene aqui al caso que, en la con ferencia que se celebró en Stelton(139), Nueva Jersey, Estados Unidos de Am érica del Nortp, los días 11 y 12 de agosto de 1934, y ¡ según una circu lar d e la m isma, se propuso la creación de una L ib e rta ría n C om m unist Federation (Federación Comunista L ibertaria ) y una A n a rch is t Federation o f A m erica (Federación Anarquista de los Estados Unidos de Am érica d e l N orte ). Participaron todos los anar­quistas y no solamente los comunistas libertarios o los anarcosindicalistas. Después de una discusión que duró m ás de tres horas, la m ayoría optó por la Federación Anarquista. H e d e añadir tam bién que la verdadera inter­pretación de lo que en España se llam aba comunismo libertario, es el

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libre desenvolvim iento local y tem poral de los acuerdos económicos en un medio libre; advirtlendo además que, según las resoluciones del congreso celebrado en Rosarlo, en lo que atañe a los libertarios argentinos aquel punto de vista no encontrará muchos contradictores. Henos aquí, pues, ante unos locos de vida anarquista, procedentes del ‘'tota lism o" comunista o colectivista de otros tiempos, unidos en espíritu a lo que hace ochenta años (140) se llam ó Anarquism o sin A d jetivos (141). Consideremos que es­tos ochenta años son demasiados en este aspecto y que si la mentalidad anarquista ha avanzado, com o ciertam ente lo ha hecho, ha sido con exce­siva lentitud.

En el sur del Brasil, a no muoha d istancia de Coritiba, estaba la co­lonia anarquista Cecilia (142). En el grupc de casitas d e la colonia, que form aban la aldea llam ada Anarchia (A n arqu ía ), se izó todos los días, des­de 1890 hasta 1893. la bandera rojinegra de la In ternacional italiana (143). El Dr G iovanni Rossi, nacido en 1865, fue uno de los prim eros interna­cionalistas de Ita lia . Luego, pasando por las ideas colectivistas, adopta el comunismo libertario. Su obra U n M u n ic ip io Socialista (144), escrita en 1876 y publicada en 1878, es una utopía sobre un comunismo basado en el libre acuerdo, ta l cual lo bosquejara Saverio M erlino (145) y Pedro K ro- potkin posteriormente; un comunismo de consumo con aportación de tra­ba jo correspondiente a las condiciones, fác iles o difíciles, de cada esipecie de traba jo o de oficio, con garantías mutuas en los pactos libres. El Dr. Rossi conocía m uy bien la vida de los campesinos y entre ellos trabajaba en la "Colon ia agrícola cooperativa sperim entale” , d e una localidad en Stag- no Lom bardo, cercana a Cremona. Cuando le propusieron unos compañeros la Idea de fundar una colon ia anarquista, en un terreno v irgen del sur brasileño (146), que el gob ierno republicano (147) del Brasil repartía en buenas condiciones, el Dr. Rossi se entregó entusiasmado a la obra que le proponían, dedicando a ella sus esfuerzos desde la prim avera (austra l) de 1890 hasta m ayo de 1893. L a colonia fue disuelta en abril de 1894. El Dr. Rossi la describió en dos escritos fechados en abril de 1893, m uy difundidos entonces en nuestros m edios libertarios. Luego historió la colon ia en el libro L e Parana au V in g tiém e S iecle (E l Paraná en el S ig lo V e in te ), escrito en francés, pero que yo conocí solam ente por la traducción alem ana de Sanftleben , un compañero de la Suiza alem ana. Luego en Zurich, en 1897, el Dr. Rossi publicó tam bién en francés el libro U top le en E xpérim en t (U to­pía experim enta l), en el cual reunía todos los m ateria les publicados ante­riorm ente sobre la colon ia Cecilia.

Fue en suma una empresa estrictamente agrícola y la preparación del terreno fue confiada a trabajadores procedentes de Ita lia . Lam entablem en­te, com o la m ayoría de éstos no eran libertarios, tuvieron dificu ltades con los artesanos que tam bién había en la colonia, los que tuvieron que de­jarla. A l trabajar los campesinos con eficacia, se sintieron seducidos por las ganancias. El hecho h izo pensar al Dr. Rossi que un comunismo liber­tario Incip iente requiere cualidades m uy perfeccionadas, con un altruismo a prueba basado en el lib re acuerdo, cual hab ía propuesto en su utopia de 1878. Se decid ió pues por una especie d e mutualismo colectivista, que no se d iferencia mucho de las ideas de R icardo M ella (148) en una época de su vida que más o menos coincidía con aquellos años. S i se compara a La Nueva U top ia (149), fechada en Sevilla en agosto de 1889, e incluida en e l Segundo C ertam en Socialista, publicado en Barcelona en 1890, y se recuerda la hermosa ciudad a orillas del m ar Cantábrico expuesta en dicho trabajo, con la ciudad que bosqueja e l Dr. Rossi en L e Parana au V ingtiém e Stecle, se observará que no son muy diferentes. Seria m uy sugestivo com­pararlas de cerca y detalladam ente. E l Dr. Rossi fue luego profesor del Instituto A gríco la de Blumenau, en el B rasil m erid ional (Estado de Santa C atalina), donde murió. M e hubiera agradado tener más detalles d e su vida.

Hubo un joven anarquista francés llam ado Paul Berthelot, que se In­ternó en las zonas Indias de l Brasil (150) y llegó a hacerse estim ar por los indios. Expresó sus M eas en O Evangelho da Hora (151), que en 1911 fue publicado en Sao Paulo. E l m ismo año fu e publicado en francés, editado

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por Les Tem ps Nouveauy: de París. En español y en Chile se publicó en 1922, reeditándose posteriorm ente en la A rgen tina por la s ediciones Pam pa Libre. Tam bién sería interesante conocer m ejor la vida de Berthelot, que sabemos m urió joven, en la época de su única publicación.

'En e l Brasil también se d io el caso dei original Magnus Sondahl. ¿Pro­cedía en verdad de Islandia? El hecho es que revistió a sus ideas de ten ­dencias anarquistas, con una singular term inología, “Uniao sociocratica” , “Catecismo orthologico”, etc. M e parece que su ideología se deriva de la de Com te (152). Se desprendió luego de los positivistas, entregándose a la creación de un positivism o libertario, que debió horrorizar a los positivistas ortodoxos, como los tres Lagarrigue en Chile, o en el Brasil los Lemos y los Teixeira . A pesar d e ello, no debemos juzgar m uy a la ligera el aspecto exterior de Magnus Sondahl, sin antes estudiar detenidam ente sus ideas. Tam bién m e hubiera agradado tener detallada inform ación sobre B ió fiio Panclasta. El Dr. Goldberg, que murió en Santo Domingo, es quien firm aba algunos d e sus trabajos con el seudónimo de F ilareto Kavern ido. En resu­men, tres hombres singulares para medio continente americano. En Europa abundan m ás las extravagancias.

Hablemos ahora de M éxico (153). Con anterioridad ya h ice un estudio de los escritos y de la v ida de Ricardo F lores Magón (154). H e creído com ­prender a R icardo F lores Magón, inclinándom e adm irando su inteligencia y su voluntad, aplicadas a una finalidad excelente y lógica. M e parece que hubo negligencia de nuestra parte, por no haber apoyado verdaderam ente y en su oportunidad los esfuerzos emancipadores qu » se desarrollaron en México.

En su juventud, R icardo Flores M agón fue un agitador revolucionario, que con tesón luchó contra el omnipotente d ictador P orfir io Díaz. Luego en 1900. tam bién en plena juventud, se h izo anarquista por m ed io de re ­flexivas lecturas. Se d io cuenta que los trabajadores de M éxico nada re­presentaban desde el punto de vista de l esfuerzo social, a l ser absorbidas sus actividades por los estatistas; pero com prendió que alentaba la re ­beldía social, siempre tendiendo a propagarse en los m edios rurales, en su m ayor parte integrados por el elem ente indígena. L a raza india vivía en el fondo del carácter de R icardo F lores Magón. En la lucha contra el tirano procuró que in tervin ieran todas las fuerzas liberales. M ientras tanto actualizaba la lucha social, propagando el principio de la ocupación de la tierra, e l único capaz de u n ir a los campesinos oprimidos. Su ob jetivo era la Anarquía, por él tan querida. Siempre trataba de crear condiciones in ­dispensables que perm itieran la educación libertaria. Proponía un sistema d e cultivo, en parte individual y en parte colectivo, para que las fa c ili­dades d e l tiem po libre h ic ieran que el hom bre de cam po pudiera educarse socialmente. En cuanto a l obrero de la ciudad, favorecía la acción directa. Sobre estas bases y previa abolición déi andam iaje político, los trabaja­dores podrían avanzar por e l camino del progreso social y d e las realiza ciones libertarias.

Este punto de vista no llegó a ser com prendido por quienes residían en otros países, cuyos cam pos estaban ya poblados por agricultores con­vertidos en propietarios egoístas y que ya estaban ganados por la reac­ción. Se pusieron entonces todas las esperanzas en los trabajadores de la ciudad, por otra parte demasiado débiles para en fren tar a ios tres ene­m igos colegiados, que eran e l Estado, la burguesía y los propietarios rura­les. S i se hubiera recordado lo que ocurría en la Rusia de entonces, hu­biera podido comprenderse perfectam ente la situación. El liberalism o en Rusia tam bién enfrentaba a l zar y dicho liberalism o junto a los deshere­dados de la tierra, eran los dos factores con que todos contaban. Sólo eran una excepción los blanquistas rusos, que preconizaban la dictadura pro­letaria y preparaban su propia dictadura para los trabajadores. Ahora sá­benos lo que es la dictadura, a l ver su perm anente actuación en la Rusia d e hoy, que carece d e libertad y de socialismo, con todos sus habitantes esclavizados y sumisos. En e l México d e que estamos hablando, el camino propuesto por R icardo F lores Magón era e l único transitable’. Cualquier

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otro dejaba intacto al cap ita l y a l Estado, sólo sirviendo para que estas dos Instituciones se fueran reforzando ráp idam ente con la aportación del capital extran jero y una acelerada servidumbre económica. Cosa que ahora vemos esta ocurriendo en todos los países donde existe un socialismo pura­m ente nominal, que si bien es capaz de satisfacer a unos cuantos ambi­ciosos, es incapaz de desarrollarse y salir d e su fase embrionaria.

R icardo Flores Magón propagó estas convicciones, especialm ente en el periódico de Los Angeles (C a lifo rn ia ), titu lado Regeneración, cuyo prim er número apareció e l 3 de setiem bre de 1910 (155). Lo hizo con una precisión extraordinaria y sin poner en juego — o sin comprometer, com o entonces se decía— a las Ideas anarquistas. Su ana¡quism o no estaba recargado de organización o de tradición, siendo admirable por su rectitud y buen sen­tido. S iem pre se leerán con agrado sus bosquejos E l T riu n fo de la Revo­lución y Vida Nueva, que aparecieron el 6 y el 13 d e noviem bre de 1915; se encuentran incluidos en su obra Sembrando Ideas (166), publicada en México en 1923. Tam bién es del m ayor interés la exposición gradual que de sus ideas hizo en los dos volúmenes de Seniilla L ibertaria (157), que también datan de 1923. Puede conocerse la evolución de su pensamiento hasta el fin de su vida, su agon ía en lá cárcel de los Estados Unidos de Am érica dei Norte y su fallecim iento, ocurrido el 20 de noviembre de 1922, consultando su Episto la rio (158), que por prim era vez se pu­blicó en 1925.

En los años que precedieron a 1914 se creyó que Errico M alatesta había sido superado y se le dejó arrumbado en Londres. Por aquel entonces, a principios d e siglo, también se creía que Francisco Fcrrer (159) lo había sido, dedicándose a la instrucción de colegiales (160) An te el esfuerzo general y ajeno, se era crítico o más bien escéptico. No se creía en tales posibilidades, en actos individuales resaltantes y aislados. Se optaba m ejo r por la ac­ción d e las multitudes, se creia en los m ovim ientos espontáneos y en la rutina diaria. Por lo tanto, generalm ente no hubo acción reflexiva , ni visión am plia para ayudar a los hombres que habían querido in ic iar una. era de realizaciones. Propagar en el medio rural las Ideas de ‘T ie r ra y L ibertad" (161), cosa que se lograría sin jefes, sin autoridad constituida y sin gobiernos, parecia poco anarquista, para muchas personas acostum­bradas a la term inología libertaria de determ inados oradores, folletos, re­vistas y periódicos. T ra tar d e unir todas las fuerzas distintas y dispersas, para que juntas actuaran en fa vo r d e un ob jetivo común — la v ie ja ilusión de Malatesta (1S2)— para los críticos equivalía a m aniobrar fu era d e hora o poseer resabios autoritarios. E levar la m entalidad de la in fancia , como queria Francisco Ferrer, representaba para dichos críticos una especlali- zación sin m ayor Interés. Se optaba entonces por el “ todo o nada” . Preciso es que adm iremos con retrospectiva histórica, a la paciente constancia de R icardo Flores M agón. quien por las ideas anarquistas sostuvo una fe vhra y que del m odo ahora expresado veía rezagadas y disminuidas.

No se supo comprender que había otras evoluciones, d ificu ltando con nuevos obstáculos e l progreso d e las ideas libertarias. El cap ita lism o se avalanzó entonces sobre Am érica latina, con una voracidad desusada. Su objetivo era explotar la inm ensidad de las reservas naturales latinoam eri­canas. Junto a los esclavos de las plantaciones surgió el capitalista. Escla­vos que eran indios, negros y blancos. Acelei adám ente se exp lotaron minas y fábricas. Se d io un impulso fren ético a la cuestión de las v ita les materias primas. La producción de azúcar, café, trigo, fruta, caucho, petróleo, ni­trato y hasta oro, contribuyó a l apresuramiento del desnivel de la produc­ción mundial. En Europa, las multitudes laboriosas se en fren taron luego contra la voracidad reaccionaria estadounidense. A l llegar posteriormente el bo'.chevismo, quedó en ruinas la libertad de pensam iento, facu ltad de ra­ciocinio indispensable para form arse una opinión solvente y conocer dónde radica la libertad.

An te el desencadenamiento de tempestaces reaccionarias, e l fren te sin­dicalista ha sido en Am érica la tin a un llam am iento a ia unión. Sin embargo, no radican en él todas las posibilidades de in iciativas viables, capaces de

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conducir a deseados triunfos. Para esto último, se precisaría una base más amplia, que yo llam aría progresiva y cultural. ¡El progreso m ateria l y la c ivilización actual no fueron en Am érica latina la últim a palabra, como tampoco lo fueron las ú ltim as conferencias promovidas por G ran Bretaña o los Estados Unidos de Am érica del Norte. M enos aún lo ha sido la po­lítica fascista, socialista política o bolchevique.

•El cén it d e l progreso verdadero está en la m entalidad y en la ética, que dan la enseñanza y la educación libertarias. Só lo con estos valores se va preparando el triunfo del futuro, debido a que, sobre este terreno, todos nuestros adversario, absolutam ente todos, son lam entablem ente Impotentes.

El m undo no puede v iv ir sin factores de progreso libertario. L a liber­tad que noy tenemos, h a sido acumulada en nuestro pasado. Es nuestro deber, pues, colaborar para la liberación del futuro. Los libertarios latino­americanos deben allanar y am pliar las bases de su actividad, de acuerdo con estas premisas. N o hay duda que el porvenir será asi risueño, a pesar de las brumas de hoy.

Y aquí term ina m i v ia je histórico por la Am érica latina. ¿Dónde esta­ríamos ya si la inteligencia, la buena voluntad, e l va lor y la perseveran­cia se cu ltivaran y practicaran m ás de lo que se practican? P or una parte, cuando se da una circunstancia determ inada, se m anifiestan dichas cua­lidades con generosidad ¡y abundancia. P o r otra parte, parecen dormitar las mismas, exceptuando ciertos ambientes y agrupaciones. S i en diez lugares existen focos libertarios, ¿por qué no habrían de existir en mil? ¿Cómo es que una consigna deportiva despierta m il ecos y un deseo gen e­roso no ootiene diez? Preciso es que contemos con una esperanza expan­siva, aún n o dei todo em pleada por nuestras generosas ideas. El solo sin­dicalismo n o puede producir ese efecto deseado. Creo que la educación, que es una excavadora que ahonda más que la m era propaganda sindical, es la que debe orientar nuestros actos. La acción que preceda a la educa­ción, puede carecer de verdadero objetivo. Es sabido que la educación constituye un período por e l cual pasa e l ser humano, antes de conseguir un m ín im o de eficacia v ita l. L a educación puede dar a los hombres una voluntad y una necesidad de impulso, para que e l desarrollo sea m ás e fec­tivo y logrado. Todas las barreras caerán así, una tras otra. T a l es nues­tra esperanza. E lla nos separa del mundo autoritario, que aspira a eter­n izar su tu tela sobre los hombres esencialmente libres.

527 Sobre este periódico consúltese Una cronología de Juan Crave, por V. Muñoz,en RECONSTRUIR (Buenos Aires: julio-agostó de 1970, N9 67), Este título fuesugerido por é l;de una conferencia de Kropotkin, que posteriormente también en nues­tro idioma fue publicada: Los Tiempos Nuevos, traducción de Juan J. Rubio (Barcelo­na: Centro Editorial Presa, sin fecha, 128 pp., 18x11 cm). Colección “ Los Pequeños Grandes Libros’ ’, número doble 16-17.

,=* Hasta la década de 1970, en Alajuela (Costa Rica), hemos podido constatarque el periódico local El Sol, reproducía colaboraciones libertarias.

129 Parece que en este país terminó sus días el anarquista francés Alíseme Belle- garrigue, uno de los primeros anarquistas de Francia, para donde se pierden sus hue­llas históricas a partir de 1852. Su Almanaque de la Anarquía, en idioma francés, no llegó a publicarse eh 1851 y en París, a causa del golpe de Estado de Napoleón III.

130 Consútese Bellegarrigue ij la Anarquía, por V. Muñoz, en el semanario Es- poir, N'1 470, correspondiente al 31 de enero de 1971. Se trata de un comentario a La Anarquía es el Orden, por A. Bellagarrigue, traducción de José Frat (L a Coruña: Imprenta El Progreso, 1896, 63 pp., 18,5x13 cm). Ejemplar en la colección Luigi Fabbri.

131 Sobre esta publicación consúltese Una cronología de E. Armand, por V- Muñoz, en RECONSTRUIR (Buenos Aires: julio-agosto de 1971, N*> 73).

132 Véase Socialismo e Sindicalismo no Brasil, por Edgar Rodrigues (R ío de Ja­neiro: Laeromert, 1969, 346 pp., 21x13,5 cm). Primer tomo, abarcando 1675-1913.

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133 Interesante folleto es E l Obrero del Campo, por Nono Vasco (Rano-agua, Chi­le: Ediciones Adelante, 1945, 16 pp., 18x13 cm). Aun sobre el mismo tema, véase El Trabajador del Campo, por Juan Horca (Montevideo: Agrupación Sembrando Flo­res, 1920, 29 pp., 17x11,5 cm).

134 Neno Vasco tradujo el libro de Eliseo Reclus, titulado en la traducción Euo- ¡uzao, Revoluiao e Ideal Anarquista (Sao Paulo: ?, 1905, 143 pp.).

m Una excelente traducción es la del libro En tomo de una Vida, por Pedro Kropotkin; versión conjunta de Berenice y Llvio Xavier (Sao Paulo: Livraria José Olympio, 1946, 472 pp., 22x14 cm). Memorias de un Revolucionario, en el idioma de Camoens.

130 Consúltese la magnifica antología Afao Direta, medio siglo de propaganda li­bertaria, por José Oiticica (R io de Janeiro: Editora Germinal, 1970, 284 pp., 21,5x14 cm). Selección, introducción y notas de Roberto das Neves. Debe destacarse la presti­giosa editorial Germina) de Rio de Janeiro, como habiendo editado notables libros liber­tarios y manteniendo en el Brasil, con altura de miras, la cultura libertaria.

*** En el Brasil hubo, asimismo, otras prominentes figuras libertarias, como por ejemplo Edgard Leuenroth (1881- 1968). El periódico libertario mensual Dealbar, de Sao Paulo (.N5 17, diciembre de 1968), es un número especial sobre la vida y la obra de Leuenroth. Consúltese la antología Anarquismo, Roteiro da Libertafao Sacial, por Edgard Leuenroth (Río de Janeiro: Editora Mundo Livre, 1963, 235 pp., 18,5x14 ’cm). Como es de toda lógica, hubo, asimismo, notables mujeres libertarias, como María La- cerdn de Moura (1887-1945), sobre quien puede consultarse e! esbozo bio-bihliogii- fico María Lacórda de Moura, por V. Muñoz (Les Pavillons sous Bois, Seine, Franda: Cablera des Amis de Han Ryner, N? 30, tercer trimestre de 1953). Prologó el libro Sociedad y Prostitución, por el Dr. Juan Lazarte (Rosario: Librería Ruiz, 1935, 154 pp., 19 x 14cm).

Se encontrara aún ¡nformadón interesante sobre el Brasil libertario en el libro O Ano Vermelho (E l Año Rojo), por Moniz Bandeira, Clovis Meló y A. T. Andrade; con prefacio de Nelson Wemeck Sodré (Río de Janeiro: Editora Civil izafao Brasilei- ra, 1967, 418 pp., 21x14 cm). Colecdón Retrato-: de Brasil, volumen 64.

**• Se refiere Max Nettdaii a la Stelton Colony, que de este modo se conocía po­pularmente a la Ferrer Colony, fundada en 1915 en la localidad de Stelton, Nueva Jersey. Se trataba de una proyecdón del Ferrer Cerxter de Nueva York, fundado en 1910.

149 Téngase en cuenta la* años transcurridos después que Max Nettlau escribió y publicó d presente estudio y agréguensole los años correspondientes.

141 El 10 de noviembre de 1889, en el segundo aniversario de los Mártires de Chicago y en el Palado de Bellas Artes de Barcelona, se celebró el Segundo Certamen Socialista, organizado por el Grupo Once de Noviembre. Portavoz del Grupo Benavento, en él presentó el joven ingeniero Femando Tarrida del Mármol su trabajo La teoría re­volucionaria cuyo resumen es el siguiente: “Entre las varias teorías que pretenden ga­rantir la completa emandpadón social, la más conforme con la Naturaleza, la Cien da y la Justida, es la que rechaza todos los dogmas políticos, sociales, económicos y religio­sas, esto es, la Anarquía sin adjetivos

Consúltese esta concepción del anarquismo en el libro Segundo Certamen Socialista, por autores varios (Barcelona: Editorial Vértice, 1927, 398 pp., 22x16 cm). Se trata de la tercera edición. Femando Tarrida del Mármol rehizo posteriormente este trabajo, titulándolo Programa Socialista Libertario para induirlo en su Hbro Problemas Trascen­dentales (Barcelona: Biblioteca de La Revista Blanca, 1930, 202 pp., 19 x 12cm). Se­gunda edición, ex » un prólogo de Federico Urales

Excelente historia sobre el tema es el libro O Anarquismo da Colonia Cecilia, por Nawton Stadler de Sousa (R ío de Jandro: Editora Civilizagao Brasileira, 1970, 193 pp., 21x14 cm.). Colecdón Retratos do Brasil, volumen 76. Un comentario de este libró es el siguiente: E l anarquismo de la Colonia Cecilia, por V. Muñoz, en Espoir, N* 481, d d 18 de abril de 1971.

115 Se encuentran varias cartas, muy interesantes, procedentes de la Colonia Cecilia, en la colecdón d d semanario libertario La Récolte de París (1887-1894).

I 144 Un Comune Socialista se publicó en Italia en la década de 1870.* " Estúdiese el histórico folleto Saverio Merlino por Max Nettlau, traduedón •

introduedón de Luce Fabbri (Montevideo: Edidones Studdi Sodali, 1948, 35 pp.,

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19x14 cm.). Un buen libro de Saverio Merlino es el titulado ¿Socialismo o Monopo- lismo?, traducción de José Prat (Valencia: F. Sempere y Cía., sin fecha, 229 pp., 18,5.x 12 cm.).

>** Esta información de Max Nettlau es errónea. La Colonia Cecilia nadó de­bido a las facilidades ofrecidas al Dr. Giovanni Rossi por el emperador Pedro II del Brasil (1825-1891), mediante el compositor brasileño Carlos Gomes (1839-1896), amigo de su tío Lauro Rossi (1811-1885), también un ilustre músico. Estos dos úl­timos se frecuentaban en Milán. Ofrecemos aquí por vez primera estos ciclos vitales que no se encuentran en d libro de la nota N » 142.

141 Por proyección signe aun el error de la nota anterior, pues cuando se fundó la Colonia Cecilia aún no existía el gobierno, republicano en el Brasil.

148 Se trata del pensador anarquista español Ricardo Mella Cea. De no usarse su apellido materno, a medida que pasa el tiempo, se le puede confundir con su hijo primogénito Ricardo Mella Serrano (1889-1958), quien adhirió al socialismo marxista español de Pablo Iglesias Posse.

14» Esta utopía está inoluida en el libro Segundo Certamen Socialista mencionado en la nota N9 141. Utopia que iba a editar la Editorial La Protesta de Buenos Aires en su-colección Los Utopistas, con un prólogo de Max Nettlau, que afortunadamente ha podido preservarse, pues fue publicado en el suplemento quincenal de La Protesta N « 280, coa el título Sobre “La Nueva Utopía“ de Ricardo Mella. Consúltese aun de Max Nettlau ej trabajo Ricardo Mella y el Anarquismo sin Adjetivos (1900), en el suplemento quincenal de La Protesta N « 235.

150 Paul Berthelot ( ?-1910) empleó el seudónimo “ Marcelo Vercma” en la pren­sa libertaria. Antes de llegar al Brasil vivió en la Argentina y en el Uruguay. Nacido en Francia, murió en la selva de Goias, en un ensayo de colonia libertaria con los indios.

151 O EeangeOio da Hora, por Paulo Berthelot (Sao Paulo: Editorial “A So- menteira” , sin fecha, 47 pp., 18x11,5 cm). ¿Primera edición? Prólogo de Neno Vas­co. Reeditado en Río de Janeiro por los "Cademos de quesfoes soc¡ais",1951, 16 pp.

102 Comte influenció a los primeros anarquistas sajones, cual consta en el folkío Anarchism in England one Hundred Years Ago, por Max Nettlau ( Berkeley Height», Nueva Jersey: l í e Oriole Press, 1955, 19 pp., 19x11 cm.). Originalmente publi-

-cado en el periódico Liberty de Nueva York, en 1908.153 Consúltense los trabajos históricos sobre México mencionados en las no­

tas 12, 15 y 16.154 Consúltense los estudios históricos mencionados en la nota N» 27.155 Se trata de una posterior época de Regeneración, cuyo primer número apa­

reció en México el 7 de agosto de 1900.169 Sembrando Ideas, por Ricardo Flores Magón (México: Grupo Cultural Ri­

cardo Flores Magón, 1923, 97 pp., 18,5x13 c.). Prólogo de William C. Owen.157 Semilla Libertaria, por Ricardo Flores Magón ( México: Grupo Cultural Ri­

cardo Flores Magón, 1923, t. I de 176 pp., con mi prólogo de José López Dóóez, y t. I I de 216 pp., 19 x 14 cm.).

159 Mencionado en la nota N* 84.>5» En el cincuentenario del fusilamiento de Francisco Ferrcr se' reeditó su

obra postuma La Escuela Moderna (Montevideo: Ediciones Solidaridad, 1960, 132 pp., 20 x 15 cm.). Consúltese asimismo lina cronohigut de Francisco Ferrer, por V. Muñoz, en RECONSTRUIR (Buenos Aires: Setiembre-Octubre 1970, N® 68). Interesante fo ­lleto aun: Correspondencia selecta de Francisco Ferrer Guardia, por V. Muñoz (Tou- louse: Ediciones Cénit, 1971, 26 pp., 22 x 11 cm.). Diecinueve autógrafos hasta ahora inéditos de Francisco Ferrer (misivas a Luigi Fabbri).

150 Puede estudiarse la repercusión del fusilamiento de Francisco Ferrer en el Rio de la Plata, en e] libro de Juana Ronco Huela (1889-1969) titulado Historia de un Ideal vivido por una Mujer (Buenos Aires: Edición de la autora, 1964, 125 pp., 20 x 14 cm.). Prólogo de Diego A. de Santillán.

“ > Max Nettlau se refiere aquí a las ideas expuesas por Ricardo Flores Magón en su drama revolucionario en cuatro actos y en prosa T ierra y Libertad ( México: Grupo Cultural Ricardo Flores Magón, 1924, 68 pp., 18 x 13,5 cm.). Se trata de la tercera edición. Cabe mencionar que la prestigiosa editorial Cajica de Puebla (M é­xico) tiene el proyecto de editar las agotadas Obras Completas de Ricardo Flores Magón.

,ea Consúltese el libro Errico Malatesta, II is L ife and ¡deas, por Venían Ri­chards (Londres: Freedom Press, 1965, 309 pp., 21 x 14 cm.).

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