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Editor: Roberto Uriel Torres [email protected] Tel. 1772-7200 ext. 27222 Cultura 36 o Domingo 29 de julio de 2012 o monterrey.milenio.com/cultura TOMENOTA: DELITOSMENORES: Israel Morales/Monterrey U na obra sin palabras que va de paisaje en paisaje, que se abre a unos pingüinos que los recorren, pero desde la óptica de una lente juguetona y a la vez conmovedora, y que da la pauta para sabernos parte de un mundo que requiere la mirada comprometida. Se trata de Centígrados y pa- ralelos (Océano, 2011), de Víctor Solís, quien a través del uso de espacios y figuras en miniatura de pingüinos ofrece paisajes que se van desenvolviendo en una historia para despertar y para que los niños le hallen los más profundos sentidos a la naturaleza. De este libro que recorre distintos escenarios de Latinoamérica y EU, y de estados de México como Veracruz, Coahuila y Nuevo León, nos platica el autor, quien revela las instantáneas de este viaje. ¿Por qué un libro sin palabras? Porque no soy escritor, eso por un lado, y por el otro jugué al reportero gráfico. Las imágenes son muy descriptivas, completas, para que en conjunto te narren la historia. Incluso eso provoca que sea más atractivo, porque el lector definitivamente tiene un papel más activo al tener que in- terpretar las imágenes sin ayuda de ningún texto. Además, al ser un libro sin palabras, te permite el valor universal, que pueda ser visto en cualquier parte del mundo, sin problema alguno. ¿Y cómo empezó el viaje? Tienen mucho de fortuito. Los puede ver en el libro, lo único que los detiene… pues es la frontera humana, la barda que divide México con EU, y giran hacia el desierto con un desenlace de tres puntos suspensivos, que queda en la imaginación del lector, para que lo interprete a su manera. Manejaste el efecto de los pingüinos en miniaturas en un paisaje, ¿qué técnica utilizaste para las fotos? Utilicé una cámara digital, con dos lentes intercambiables, la idea era obviamente que lo que le da la gracia a estas fotografías es el tiro, la manera en que planteaba yo las escenas. Me puse como los propios límites: sin fotomontajes, trucaje, ni montar los pingüinitos. No busqué las condiciones idóneas de luz, ni de clima, pues se trataba de que se obedeciera la migración de los pingüinos al momento. Fueron 6 mil disparos en 42 esce- narios, y la búsqueda era hacer un enorme rompecabezas en donde hubiera diversos ecosistemas y entonces jugar ya resolviendo todo eso con un principio y un fin previamente establecidos: el punto de origen, que es una pingüinera, hasta el final, que es la barda en Tijuana. Y como ejemplo, el masificar los lugares, como los pingüinos están en un charquito, y que este fuera como si estuvieran en un río, y que es parte de la magia de la imagen. m Un paseo musical rodante El Triciclo Circus Band es un ensamble que reúne corrientes de todo el mundo tan diversas como la polka, el tango, el paso doble como parte del Festival de Música para Niños. La cita es a las 19:25 en el Corredor de Pabellón Ruedas. Entrada libre. LOS TRAJES TíPICOS que usaron los miembros de la delegación mexicana en la inauguración de los Juegos Olímpicos causaron polémica en redes sociales. Lamentablemente las discusiones giraron en torno a lo estético o no de las piezas, dejando de lado el homenaje que se intentó efectuar a la gran gama de culturas indígenas del país. Una historia de migración, pero también de desprecio y egoísmo El fotógrafo Víctor Solís trata en Centígrados y paralelos el trayecto de estos animales por un mundo que la especie humana ha dejado devastado Narra en silencio el viaje de los pingüinos CORTESíA: VíCTOR SOLíS ¿Qué sucedería si colapsara la Antártica? Este ensayo sin palabras es una hipotética respuesta. “Esto es para despertar en los niños una conciencia sobre la Tierra. El autor tomó 6 mil fotografías en 42 paisajes. pingüinos ya los había mode- lado en el Nevado de Toluca y surgió la oportunidad del viaje. Era necesario tomar fotografías, hacerlo muchísimo más creíble, y lo demás fue el impulso de contar una historia, platicar algo que jugaba con dos cosas: por un lado una de las vetas que habitualmente exploto es el hu- mor, hago cartón de humor, me parecía atractivo y descabellado el hacer una historia con imágenes donde aparecieran pingüinos fuera de contexto. Y la otra es que traigo un tema desde hace dos décadas de estar trabajando, que es el medio am- biente. Me parecía atractivo lanzar una crítica bajo esta técnica para señalar un poco lo que hacemos como especie, que invadimos todos los territorios, que ocupamos todo el planeta, y que no nos tentamos demasiado el corazón para apo- derarnos del hábitat de las demás especies, como en este caso. Y además con escenarios a cero grados, ¿tiene el frío algo de significado en tu libro? El Polo Sur, que se antoja tan lejano y tan a salvo de nuestra mano, en realidad no lo está, y me parecía interesante jugar con la posibilidad de que al adueñar- nos de todo podríamos incluso afectar a aquellas especies que en apariencia no nos hacen nada. El planteamiento es qué sucedería con los pingüinos en caso de que se colapsara la Antártica, y una respuesta absurda es esta historia. Saldrían, marcharían, desde su hábitat natural, buscando un espacio en dónde poder estar, sin rumbo definido, y como se

Víctor Solís en Milenio Monterrey

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Entrevista a Víctor Solís, autor de "Centígrados y Paralelos" (Océano Travesía, 2012) en el diario Milenio de Monterrey

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Editor: Roberto Uriel [email protected]. 1772-7200 ext. 27222Cultura

36 o Domingo 29 de julio de 2012 o monterrey.milenio.com/cultura

tomenota: delitosmenores:

Israel Morales/Monterrey

Una obra sin palabras que va de paisaje en paisaje, que se abre a unos pingüinos que los recorren, pero desde

la óptica de una lente juguetona y a la vez conmovedora, y que da la pauta para sabernos parte de un mundo que requiere la mirada comprometida.

Se trata de Centígrados y pa-ralelos (Océano, 2011), de Víctor Solís, quien a través del uso de espacios y figuras en miniatura de pingüinos ofrece paisajes que se van desenvolviendo en una historia para despertar y para que los niños le hallen los más profundos sentidos a la naturaleza. De este libro que recorre distintos escenarios de Latinoamérica y EU, y de estados de México como Veracruz, Coahuila y Nuevo León, nos platica el autor, quien revela las instantáneas de este viaje.

¿Por qué un libro sin palabras?Porque no soy escritor, eso por un lado, y por el otro jugué al reportero gráfico. Las imágenes son muy descriptivas, completas, para que en conjunto te narren

la historia. Incluso eso provoca que sea más atractivo, porque el lector definitivamente tiene un papel más activo al tener que in-terpretar las imágenes sin ayuda de ningún texto. Además, al ser un libro sin palabras, te permite el valor universal, que pueda ser visto en cualquier parte del mundo, sin problema alguno.

¿Y cómo empezó el viaje? Tienen mucho de fortuito. Los

puede ver en el libro, lo único que los detiene… pues es la frontera humana, la barda que divide México con EU, y giran hacia el desierto con un desenlace de tres puntos suspensivos, que queda en la imaginación del lector, para que lo interprete a su manera.

Manejaste el efecto de los pingüinos en miniaturas en un paisaje, ¿qué técnica utilizaste para las fotos? Utilicé una cámara digital, con dos lentes intercambiables, la idea era obviamente que lo que le da la gracia a estas fotografías es el tiro, la manera en que planteaba yo las escenas. Me puse como los propios límites: sin fotomontajes, trucaje, ni montar los pingüinitos. No busqué las condiciones idóneas de luz, ni de clima, pues se trataba de que se obedeciera la migración de los pingüinos al momento.

Fueron 6 mil disparos en 42 esce-narios, y la búsqueda era hacer un enorme rompecabezas en donde hubiera diversos ecosistemas y entonces jugar ya resolviendo todo eso con un principio y un fin previamente establecidos: el punto de origen, que es una pingüinera, hasta el final, que es la barda en Tijuana. Y como ejemplo, el masificar los lugares, como los pingüinos están en un charquito, y que este fuera como si estuvieran en un río, y que es parte de la magia de la imagen. m

Un paseo musical rodanteEl Triciclo Circus Band es un ensamble que reúne corrientes de todo el mundo tan diversas como la polka, el tango, el paso doble como parte del Festival de Música para Niños. La cita es a las 19:25 en el Corredor de Pabellón Ruedas. Entrada libre.

los trajEs típicos que usaron los miembros de la delegación mexicana en la inauguración de los Juegos Olímpicos causaron polémica en redes sociales. Lamentablemente las discusiones giraron en torno a lo estético o no de las piezas, dejando de lado el homenaje que se intentó efectuar a la gran gama de culturas indígenas del país.

Una historia de migración, pero también de desprecio y egoísmoEl fotógrafo Víctor Solís trata en Centígrados y paralelos el trayecto de estos animales por un mundo que la especie humana ha dejado devastado

Narra en silencio el viaje de los pingüinos

cortesía: víctor solís

¿Qué sucedería si colapsara la Antártica? Este ensayo sin palabras es una hipotética respuesta.

“Esto es para despertar en los niños una conciencia sobre la Tierra. El autor tomó 6 mil fotografías en 42 paisajes.

pingüinos ya los había mode-lado en el Nevado de Toluca y surgió la oportunidad del viaje. Era necesario tomar fotografías, hacerlo muchísimo más creíble, y lo demás fue el impulso de contar una historia, platicar algo que jugaba con dos cosas: por un lado una de las vetas que habitualmente exploto es el hu-mor, hago cartón de humor, me parecía atractivo y descabellado el hacer una historia con imágenes donde aparecieran pingüinos fuera de contexto.

Y la otra es que traigo un tema desde hace dos décadas de estar trabajando, que es el medio am-biente. Me parecía atractivo lanzar una crítica bajo esta técnica para señalar un poco lo que hacemos como especie, que invadimos todos los territorios, que ocupamos todo el planeta, y que no nos tentamos demasiado el corazón para apo-derarnos del hábitat de las demás especies, como en este caso.

Y además con escenarios a cero grados, ¿tiene el frío algo de significado en tu libro?El Polo Sur, que se antoja tan lejano y tan a salvo de nuestra mano, en realidad no lo está, y

me parecía interesante jugar con la posibilidad de que al adueñar-nos de todo podríamos incluso afectar a aquellas especies que en apariencia no nos hacen nada. El planteamiento es qué sucedería con los pingüinos en caso de que se colapsara la Antártica, y una respuesta absurda es esta historia.

Saldrían, marcharían, desde su hábitat natural, buscando un espacio en dónde poder estar, sin rumbo definido, y como se