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MARCIANO VIDAL MORAL SOCIAL (MORAL DE ACTITUDES-III)

Vidal, Marciano - Moral de Actitudes 03 - 1995-8

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moral social y ecologia

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  • 7/17/2019 Vidal, Marciano - Moral de Actitudes 03 - 1995-8

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    MARCIANO VIDAL

    MORALSOCIAL

    (MORAL DE ACTITUDES-III)

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    MORAL SOCIAL

    ^Edicin refundida y ampliada)

    Co n este cua rto volum en se com pleta la obra Moral de Actitudes delprof. M arc iano Vidal. A las dos prim eras partes, que exponen laMoral Fundamental y la Moral de la Persona (dividida en dosvolmenes: Biotica Teolgica y Moral del amor y de la sexua-lidad), sigue ahora esta tercera que analiza el campo de la MoralSocial . De esta suerte se cum ple el objetivo de ofrecer un Manual deEtica Teolgica que ab arque el co nju nto de la m oral cristiana segnlas orientaciones del Vaticano II y en respuesta a los interrogantesdel mom ento actual.

    La presente Moral Social es una de las pocas sntesis que han apare-

    cido despus del Concilio Vaticano II sobre las cuestiones sociles.En ella se constata un especial inters en llenar dos lagunas que seadvierten en los Manuales an ms recientes de Teologa Moral,ofrecer una fundamentacin ticoteolgica de la Moral Social, yabarcar todo el campo de la vida social sin limitar el horizonte a lassolas realidades econmicas.

    El prof. Marciano Vidal tiene el coraje intelectual suficiente parallevar la reflexin tica a la raz de los interrogantes morales de lasociedad actual:

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    MARCIANO VIDAL GARCIA

    Redentorista

    Nac e e n Sa n Pe dro de Tr on es (L en, Espa a )el 14 de junio de 1937. Cursa estudios en laUniversidad Pontificia de Salamanca, en laUniversidad Complutense de Madrid y en laAcademia Alfonsiana de Roma, donde se docto-ra en Teologa con especialidad en Moral.

    Es Profesor Ordinario en la Universidad Pon-tificia Com illas (Madrid) y en el Instituto S upe-rior de Ciencias Morales (Madrid), del que hasido director varios aos. A ctualmente es direc-tor del Instituto Universitario de Matrimonio yFamilia, centro interfacultativo de la Universi-dad Pontificia Comillas.

    Adems de su actividad docente ordinaria, in -terviene en Congresos, Semanas y Jornadas. Dacursos extraord inarios en diferentes pases.

    Entre sus obras, se enumeran: Mo ral del am ory d e la se xu al ida d(Salaman ca, 1971); Cmo hablar del pecado hoy (Madrid, 1975); El nuevorostro de la moral (Madrid, 1976); El discernimiento tico (Madrid, 1980); Mo ra l del m a tr imonio (Madrid, 1980); La edu caci n mo ra l en

    la escuela (Madrid, 1981); Etica civil y sociedaddemocrtica(Ma drid, 1984); Frente al rigorismomoral, benignidad pastoral (Madrid, 1986); Familia y valores ticos (Madrid, 1986); Biotic a(Madrid, 1989); Para conocer la tica cristiana(Estella, 1989).

    Su obra fundamental es Mo ra l de Ac titu de s, un autntico Manual de Etica Teolgica pos-conciliar en el que recoge las ms valiosas apo r-taciones de la tradicin teolgica, dialoga conlos saberes antropolgicos del momento y pro-

    po ne un proy ect o tic o pa ra la rea liza ci n de lape rson a y pa ra la co ns tru cc in de un m un doju st o y so lid ari o. Im pr on ta b bli ca , fid elid ad ala genuina tradicin teolgica, dilogo con la

    cultura actual , reformulacin del compromisotico del seguidor de Jess: son las caractersti-cas fundamentales del proyecto moral de Mar-ciano Vidal.

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    OBRAS DE ETICA TEOLOGICA ELA EDITORIAL P j

    MARCIANO VIDAL

    Mo ral de l mat rim on io .

    Fren te al rig or ism o mo ral , be nig nid a pa sto ral .

    Berhard H ar ing y su nueva teolog a mor ca tlica.

    B. HAERING

    Pec ado y sec ula riza ci n. Secularizacin y moral cristiana.M i ex perie nc ia con la I glesia.

    INSTITUTO SUPERIOR DECIENCIAS MORALES

    Mod ernidad y tic a cris tiana.

    La mo ral al serv ici o del pu eb lo. Pe rsp ec tivas de mo ral bb lica.Man ipu lac in de l ho mbre y moral .Teologa moral desde los pobres.

    Mo ral y exi ste nc ia cri stianas en el IVEv an ge lio y en las car tas de Juan.

    VARIOS

    Es tudio s de o ra 1bb lica.

    Lo s trasplantes .

    Es tudio s sobre hi sto rie de la moral .El am or ma yo r qu e la te.

    El do n de la v ida .

    Catlicos y natalidad.

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    MORAL DE ACTITUDES

    TOMO TERCERO

    MORAL SOCIAL

    Coleccin EAS

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    Volmenes que in tegran la obra:

    MORAL DE ACTITUDES

    I. MORAL FUNDAMENTA L

    11-1 .a MORAL DE LA PERSONA Y

    BIOETICA TEOLOGICA

    ll-2.a MORAL DEL AMOR Y DE LA SEXUALIDAD

    III. MORAL SOCIAL

    MARCIANO VIDAL

    MORAL DE ACTITUDES

    TOMO TERCERO

    MORAL SOCIAL

    EDITORIAL. Covarrubias, 19. 28010-MADRID

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    OCTAVA EDICION

    Con licencia eclesistica

    1.5.B.N.: 8428405530 (Obra completa)1.5.B.N.: 8428403171 (Tomo III)Depsito legal: M. 9.3181995

    Imprime FARESO, S. A. Paseo de la Direccin, 5. 28039 Madrid

    Presentacin

    Este cua rto volumen com pleta la obra M oral de Actitu des. A lasdos pr imera s partes , que exponen la Mora l Fundamental y la Mora lde la P ersona (div idida en dos volmenes: Biot ica teo lgica , 11-1,y Moral de l amor y de la sex ualidad, 11-2?), sigue aho ra sta queanaliza el cam po de la Mora l So cia l . De esta suerte se cumple elobjeti vo de ofrecer un M an ua l d e E tica Teolgica que abarque el con

    jun to de la moral cristia na segn las orie ntaciones de la renovacin teolg ico -moral y en respuesta a los interrogantes de l momento actu al.

    La pre sente edicin de la Mora l Social" con stitu ye una puesta alda de l texto publi cado por vez pr imera en 197 9 y refundido en 1988 .He p uesto especia l inte rs en llen ar dos lagunas que se advierten aun

    en los manuales ms recientes de Teologa Moral: ofrecer la funda- men tac in ti co-teol gic a de la Moral Soc ial ; y abarcar todo el campode la vida soc ial , sin limitar el hor izon te a las rea lidades soc io-econ-micas . Los dos pr imeros captu los analizan detenidam ente, des de ladob le perspect iva his tr ica y sist em tica, los presu puestos y el mod elo de la tica socia l cristiana. Los res tan tes captu los exponen la MoralSocial concreta poniendo nfasis en la economa, en la poltica y en lacultura. El lec tor encontrar tambin un d esarr oll o amplio de la tic ade la confl ict ividad social .

    Desde la prim era edicin el autor ha puesto un inte rs esp ecial enla Moral Social, ya que considera este campo como el lugar privile

    giado pa ra viv ir el Segu imiento de Jes s y rea lizar el Reinado de Dios

    en el mundo. El lector advertir una opcin clara por el paradigma de la tica de liberacin", consecuencia lgica de la opcin preferencialpo r los pobres .

    Expreso mi agradecimiento a cuantos me han ayudado a culminar este trabajo. Nombro de modo especial a Ernestina Albiana, quien ha

    pasado a mquina el original, a Vicen te Garca, quien ha prepa rado eltexto pa ra la imprenta y a Vidal Ayala, Directo r de la Ed itoria l P er pe

    tuo Socorro en la que ha tenido amable aco gid a esta obra M oral deAct itudes.

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    Introduccin

    Significado y contenido de la Moral Social

    La pregunta moral acerca de la sociedad es el objeto adecuado deeste tomo con el que se completa la sntesis teolgicomoral iniciadabajo el lem a M ora l de Ac titud es.

    Sobre los presupuestos metodolgicos de la presente Moral Soc ialpoco ten em os que a ad ir a lo que se ha dic ho al comienzo de los tresvolmenes anteriores (Moral Fundamental, Moral de la Persona yBiotica teolgica y Moral del amor y de la sexualidad). El presentevolumen pretende situarse dentro de las mismas coordenadas metodol-

    gicas de los precedentes.Es obligado, sin embargo, hacer una breve referencia a tres aspectos

    de carcter introductorio: encuadre de la Moral Social dentro del con-jun to de la sn tes is teo lg ico mora l; contenido que le corresponde; y,anotaciones bib liog rf icas de carcter general.

    1. ENCUAD RE DE LA MORAL SOCIAL DENTRODE LA SINTESIS TEOLOGICOMORAL

    La Moral Social se inserta dentro de los cuadros de la llamadaMoral concreta (tambin se la denomina especial y sectorial). Lamoral concreta es la parte de la sntesis teolgicomoral en la que sesometen a reflexin los problemas concretos y diversificados del com-

    pro miso tico de los cris tianos. Se con trapone a la M ora l Fu nd am en talen la que se estudia la fundamentacin de la eticidad cristiana y lascategoras generales del obrar moral.

    Sobre la organizacin del campo de la Moral concreta ya hemosreflexionado en otros lugares de esta obra1. Como solucin pragmticaconsideramos acertada la divisin que se ha introducido en algunasFacultades de Teologa: organizar los problemas ticos en dos grandesgrupos, los que giran en tomo a la categora de Persona y los que se

    1Moral de Actitudes, I, 79, 811815; Hl.*, 78; 112.*, 89.

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    integran en relacin con la categora de Sociedad. Esta opcin, a laque ha contribuido de modo especial este manual de Moral de Actitu-des, da lugar a dos grandes partes de la moral concreta: Moral de laPersona y Moral Social.

    Ya advertimos, en el momento oportuno2, que esta divisin no su-

    pone dis tin gu ir los pro ble ma s mo rales en cues tio nes in div idu ale s y e nasuntos sociales. Toda realidad tica tiene la doble vertiente de loperso na l y lo soc ial. La div isin vie ne ind ica da , en lt im a ins tan cia , porrazones pragmticas y no de diferenciacin objetiva.

    As pues, la M oral Social tiene por cometido reflexionar sobre lasopciones ticas concretas que hacen su aparicin dentro del horizonte dela sociedad. De este modo daremos respuesta al interrogante con queterminaban los dos volmenes precedentes: las exigencias de un msall del personalismo tico 3 y del amor transformado en caridad po-ltica4 encontrarn acogida en el presente volumen dedicado a la Moralsocial.

    No hace fal ta adve rtir que se tra ta de una par te mu y impor tan te

    dentro de la sntesis teolgicomoral. Al comienzo de su tratado DeJustitia et Jure adverta Lugo: tractatus hic primum locum obtinetinter omnes materias morales5. Con parecidas apreciaciones sobre laimportancia, la necesidad y la dificultad de este tratado suelen comenzarlos moralistas casuistas el estudio de la moral social6.

    2. CONTENIDO DE LA MORAL SOCIAL

    a) Algunas sistematizaciones de la moral social

    Antes de exponer la opcin temtica adoptada en esta obra parece

    conveniente tomar nota del contenido que desarrollan las sistemati-zaciones ms representativas de la Moral Social.

    De entre los tratados de Filosofa Moral vigentes hasta no hacemucho tiempo seleccionamos el de Jolivet7. Para Jolivet la Moral se

    2 Moral de Actitudes, II1.a, 8.3Ibid., 771.4 n-2.*, 85 Lu g o , De Just itia et Jure, intr.: Disputationes scholasticae et morales (Pars,

    1793), V, 541.6 B. H. M e r k e l b a c h , Summa Theologiae Moralis, II (Pars, 19352), 143153;

    M. Za l b a , Theologiae Moralis compendium (Madrid, 1958), I, 903.7 R. Jo l i v e t , Tratado de Filosofa Moral (Buenos Aires, 1959).

    INTRODUCCION 9

    divide en Moral General y Moral Especial; de este modo se distancia dela divisin adoptada por Grocio y por Kant, para los cuales las dos

    partes se concret aban en el estud io de la E tica (tratado de la recti tudmoral) y del Derecho (estudio de las relaciones humanas sometidas alderecho). La Moral Especial no es otra cosa que la aplicacin de los

    pr inc ipi os un ive rsa les a las div ers as situac ion es de la ex istencia y a lasrelaciones que mantenemos con el prjimo. De ah surgen las dos partesen que Jolivet divide la M oral Especial: m oral individual y moral social.Esta ltima trata de los derechos y deberes del hombre como ser socialy se subdivide segn los grados diversos de la sociabilidad de la vidahumana: moral fam ilia r, moral civ il, moral internacional.

    Esta es una forma tpica de sistematizar los contenidos de la moralconcreta: adoptar el esquema de las diversas sociedades en que seconcreta la vida social humana (sociedad familiar, sociedad civil,sociedad estatal).

    Como exponentes de la moral socia l catli ca preconciliar recor-damos dos autores: Messner y Steven. Messner organiza prcticamente

    la tica social en tomo a cinco ejes8: la cultura (tica cultural), elderecho (tica jurdica), las comunidades sociales (tica social), elEstado (tica estatal), la economa (tica econmica). Sin embargo,en teora Messner considera que nicamente existen dos grandes partes:la tica social y la tica estatal9; esta divisin obedece a la distin-cin entre Sociedad y Estado, distincin que para Messner es de unaimportancia primaria. El conjunto de la sociedad, segn este autor, cons-ta de diversas entidades, que se unifican en el Estado; las entidades queintegran la Sociedad son tanto de carcter nacional (la familia, los gru-

    pos interm edios , la naci n) como de carc ter intern aci onal (la Igl esi a, lacomunidad internacional). Ste ven 10 divide su moral social en los temassiguientes: la familia (Iglesia y la vida familiar), la economa (la

    Iglesia y la vida profesional), las comunidades sociales (la Iglesia y lavida cvica), la comunidad internacional (la Iglesia y la vida inter-nacional).

    El Concilio Vaticano II, aunque no pretende hacer una exposicinsistemtica de la moral social, sin embargo ofrece sus propias perspec-tivas para organizar los contenidos de la tica social. La segunda partede la constitucin GS es un verdadero tratado de valores, porque seocupa de la vida familiar, cultural, econmica, social, poltica, intema

    8 J. M e s s n e r , Etica General y Aplicada (Madrid, 1969).J. M e s s n e r , Etica social, poltica y econmica a la luz del Derecho Natural

    (Madrid, 1967).10 P. St e v e n , Mora l socia l (Madrid, 1969).

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    cional. De este modo, los tratados De matrimonio y De Iustitia cl-sicos se ven reemplazado s ventajo same nte 11. La segun da parte de laGS organiza los temas de la moral social del siguiente modo: ticacultural (c. 2), tica econmica (c. 3), tica poltica (c. 4), tica interna-cional: paz y desarrollo (c. 5).

    Dentro de laManualstica teol gico-m ora l posconci lia rno existeunanimidad de criterios ni en la seleccin ni en la organizacin de lostemas de la Moral Social. He aqu la recensin de cinco Manuales re-pre sen tati vos :

    B. HAERING, Lib ert ad y Fid elid ad en Cris to, tomo III (Barcelona, 1983). Setratan los temas siguientes: ecologa y tica; cultura y tica; moral de lavida socio-econmica;moral de la po ltic a; moral de la guerra y de la paz.En el tomo II (Barcelona, 1982) se alude a la moral de lo medios decomunicacin social.

    L. LORENZETTI (Dir.), Trattato di etica teologica, tomo III (Bolonia, 1981).La materia de la moral social se concentra en tres temas: moral econmica;moral del trabajo humano; moral de los medios de comunicacin social.

    T. GOFFIG. PIAA (edd.), Corso di Morale, tomos III y IV (Brescia, 1984/1985). En este Manual se hace un planteamiento fund am en ta ly general dela Moral Social. Los temas concretos estudiados son: moral econmica;moral pol tica ; moral de los medios de comunicacin.

    In icia cin a la p rcti ca de la Teo log a, tomo V (Madrid, 1986). Los temas dela Moral Social se integran en estos cuatro apartados: economa; p oltica;derecho; cultura.

    Praxis cristiana, tomo 3. Opcin por la justicia y la libertad (Madrid, 1986).Este Manual limita la Moral Social al solo tratado de la moral econmica,estudiada ampliamente.

    b) Opcin temtica y metodolgica adoptada en esta obra

    1) Opcin temtica

    Creemos que es necesario, antes de abordar los problemas concretosde la tica social, proponer unafundam entacin de la Moral Social. Lamayor parte de los Manuales de Moral Social descuidan este aspecto. Enla presente obra se lo tiene muy en cuenta; para ello se ofrece una

    pr im era parte dedic ada a la pre senta ci n hist ric a y sis tem ti ca de lafundamentacin de la Moral Social.

    11 Ph. D e l h a y e ,La aporta cin del Vaticano II a la Teolog a mora l: Conciliumn. 75 (1972), 216217.

    INTRODUCCION 11

    En relacin con los problemas concretos, juzgamos que la MoralSocial ha de ser organizada en tomo a los ejes axiolgicosque vertebranel ethosde la convivencia social. En lugar de concretar el contenido de laMoral Social siguiendo el cuadro de las diversas sociedades, familiar,laboral, civil, etc. (divisin tradicional, desde Aristteles), preferimossituar la reflexin moral en la convivencia social en s y desde ah dividirlos temas por razn de los valores ms nucleares de la realidad social.

    Los ejes axiolgicos de la convivencia social son m uchos y, adems,son susceptibles de diversa organizacin. Teniendo que hacer una op-cin, creemos que existen tres ejes axiolgicos irrenunciables: la econo

    ma, la po lti ca y la cultura.El mundo econmico, el mundo poltico yel mundo cultural constituyen las estructuras configuradoras de las tresgrandes fuerzas humanas: el afn del tener, la apetencia del podery el deseo de valer.

    As pues, en nuestra organizacin temtica de la Moral Social con-creta ocupan la parte central los tres captulos siguientes:

    tica eco nmi ca; tica po lti ca; ti ca cul tural.

    A estos tres ejes axiolgicos anteponemos uno y pospon emos otro.Anteponemos el tema de los dere chos fundam enta les de la persona;pos ponem os el tem a de la con flic tividad social. El tema de los derechosfundamentales del hombre, visto desde la moral, lo consideramos comola obertura temtica a todo el conjunto de la moral social concreta;concebimos sta como la concrecin de la dignidad tica del hombre,evidenciada en las estructuras sociales. El tema de la conflictividad sociales particularmente exigido en una tica social que considera la convi-vencia social como una realidad histrica y dinmica; en las situaciones

    sociales conflictivas se realiza de un modo privilegiado el ethos social.As pues, enmarcando los tres captulos de la tica econmica, la ti-

    ca poltica y la tica cultural, colocamos los dos captulossiguientes:

    tica de los der ech os fun dame ntale s de laper son a; tica de la s oc ied ad co nv ulsa .

    Segn esta propuesta temtica, el contenido de la M oral Social que-da organizado en tomo a seis ejes que constituyen otras tantas partes enque dividimos el presente volumen:

    Primera Parte: MORAL SOCIAL FUNDAMENTAL.

    Segunda Parte: DERECHOS HUMANOS.

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    Tercera Parte: MORAL ECONOMICA.

    Cuarta Parte: MORAL POLITICA.

    Quinta Parte: MORAL CULTURAL.

    Sexta Parte: LA SOCIEDAD CONVULSA.

    2) Orientacin metodolgica

    La presente Moral Social tiene la pretensin de situarse dentro delos parmetros teolgicomorales marcados por el Concilio Vaticano II,asumidos por opciones eclesiales importantes (Medelln, Puebla, SantoDomingo), y amplificados a travs de las tomas de postura del Magis-terio eclesistico reciente.

    Aunque ms adelante se expondr el significado y el contenido delas opciones eclesiales indicadas, queremos tomar nota aqu de las orien-taciones ofrecidas por las dos ltimas encclicas de Juan Pablo II: Sollicitudo rei socialis (1987) y Centesimus annus (1991). Pretendemos

    que la presente Moral social adopte algunas opciones metodolgicas queen esos dos documentos se afirman en relacin directa con el plantea-miento de la Doctrina social de la Iglesia:

    La M ora l So cial : e lemento integrantede lamisi n evan geli zadora de la Ig lesia. La reflexin teolgicomoral social es un instrumento deque se sirve la Iglesia, experta en humanidad (PP, 13), para realizar sumisin. En cuanto doctrina social de la Iglesia, la Moral Social tiene depor s e l va lor de un instrumento de evangelizacin:en cuanto tal, anun-cia a Dios y su misterio de salvacin en Cristo a todo hombre y, por lamisma razn, revela al hombre a s mismo. Solamente bajo esta perspec-tiva, se ocupa de lo dems: de los derechos humanos de cada uno y, enpartic ula r, del pro let ar iad o, la fam ilia y la edu cac in , los deb ere s del

    Estado, el ordenamiento de la sociedad nacional e internacional, la vidaeconmica, la cultura, la guerra y la paz, as como del respeto a la vidadesde el momento de la concepcin hasta la muerte (CA, 54).

    Desde esta perspectiva es de destacar en la Moral Social: su razteo lgica (el mensaje social como la concrecin histrica y parcial delideal escatolgico del Reino de Dios), su espritu cri sto lg ico (el ethossocial cristiano como la mediacin de las exigencias del Evangelio) y suentronque eclesiolgico (verificacin privilegiada de la misin de lacomunidad cristiana en el mundo).

    La Mo ral Soc ial cris tiana no es una ideologa ni una tercerava. Lo mismo que la Doctrina social de la Iglesia, la Moral Social

    INTRODUCCION 13

    cristiana no es, pues, una tercera va entre el capitalismo liberal y elcolectivismo marxista, ni siquiera una posible alternativa a otras solu-ciones menos contrapuestas radicalmente, sino que tiene una cat ego ra

    pro pia .No es tampoco una ideologa, sino la cuidadosa formulacin delresultado de una atenta reflexin sobre las complejas realidades de lavida del hombre en la sociedad y en el contexto internacional, a la luz

    de la fe y de la tradicin eclesial. Su objetivo principal es interpretarestas realidades, examinando su conformidad o diferencia con lo que elevangelio ensea acerca del hombre y su vocacin en la tierra y, a lavez, trascendente para orientar en consecuencia la conducta cristiana(SRS, 41).

    Con esta toma de postura se despeja la sospecha de que la moral so-cial cristiana pretenda un orden social cristiano y propicie formas so-ciales (poltica, partidos, sindicatos, etc.) de carcter confesional. Deacuerdo con el Concilio Vaticano II se reconoce la autonoma de lasrealidades tem porales12y se concibe la reflexin teolgicomoral comouna intervencin dialogante y respetuosa con la secularidad y la laicidad.

    El estatu to epi stemo lg ico prop io de la Mo ral Socia l cris tiana.

    En cuanto parte de la Teologa, la Moral Social conjuga las evidenciasde la fe con los datos de los saberes humanos en orden a dirigir lasconductas para transformar coherentemente la realidad humana.

    Esta circularidad hermenutica, Revelacin > Realidad histrica,hace posible que la Palabra de Dios se encame en la historia para trans-formarla y que la realidad histrica existencialice la Revelacin. En lainteraccin de la Palabra y la historia acaece la verdad salvfica o teo-lgicomoral. Por eso mismo, el discurso teolgicomoral es siemprehistrico y est siempre en bsqueda de la actualizacin de la Palabrade Dios.

    De esa comprensin interactuante y circular de los dos factores

    epistemolgicos que integran el discurso teolgicomoral surge la nece-sidad de introducir una nueva categora mediadora: los sign os de los tiempos. Juan Pablo II afirma que la Doctrina social de la Iglesia se vaarticulando a medida que la Iglesia, en la plenitud de la Palabra revelada

    por Jes ucris to y media nte la asi stenci a del Esp ritu Santo, lee los hec hossegn se desenvuelven en el curso de la historia (SRS, 1). La lecturateolgica de los hechos segn se desenvuelven en el curso de la historiase lleva a cabo mediante la criteriologa de los signos de los tiempos.

    En conexin con el uso de la categora teolgica de los signos delos tiempos hay que entender la funcin del discurso teolgicomoral

    12 Gaudium et Spes, n. 36.

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    como una integracin de tres tipos de racionalidad: 1) la racionalidadcien tfic o-t cnic a,que funciona a travs de los anlisis sobre las posibi-lidades y condiciones de la realidad social histrica; 2) la racionalidadtica,que descubre y explcita la dimensin de los fines implicados enla racionalidad cientficotcnica en cuanto que sta se refiere a unarealidad en la que est implicada la persona humana; 3) la racionalidad

    teo lg ica , que opera como un horizonte de sentido, no homogneo perono extrao (gratuito pero no superfluo), que da plenitud a las dosracionalidades precedentes. Estas tres racionalidades, siendo y teniendoque mantenerse autnomas, pueden y deben integrarse en un discurso

    ple tr ico po rqu e cad a una pree xis te en las otra s.

    La Mo ral Soc ial cris tian a en cuanto disc urso con func in liberadora. Sin duda alguna las ltimas encclicas sociales marcan una nuevafrontera a la tica social cristiana. Entre los elementos que integran esanueva frontera son de destacar los siguientes:

    context o mundial de los problemas: no solamente se ha inter-nacionalizado la economa (CA, 58); todos los problemas tie-nen una dimensin global;

    sen sib ilidad hac ia los valo res emergentes: la tica social cris-tiana, sin olvidar los autnticos valores morales de siempre, hade abrirse a los nuevos valores emergentes: pacifismo, ecologa,igualitarismo, etc.;

    an lis is y solu cin estructurales de los problemas: el cambio delas personas conlleva el cambio de las estructuras cuando stasson injustas y, en cuanto realidades teolgicas, constituyen si-tuaciones de pecado;

    talante prof ticoy actitud real ista : la tica social cristiana pro-pone un ethos radical (por ejemplo, crtica radical al liberalismoeconmico y al colectivismo marxista y propuesta de una alter-

    nativa ideal); pero sabe conjugar tambin la bsqueda de solu-ciones realistas;

    la om nip resent e opc in pre ferenc ial por el pob re convierte a latica social cristiana en un discurso y en una praxis de carcterliberador.

    3. BIBLIOGRAFIA GENERAL SOBRE MORAL SOCIAL

    INTRODUCCION 15

    a) Exposiciones sistemticas de la Moral Social

    E. CHIAVACCI, Teologa Morale, tomo 2 (Ass, 1980), tomo 3/1 (Ass, 1986),tomo 3/2 (Ass, 1990).

    L. LORENZETTI (Dir.), Trattato di etica teologica, tomo III (Bolonia, 1981,19932).B. HAERING, Lib er tad y Fi de lid ad en Cri sto, tomo III (Barcelona, 1983).T. GOFFIG. PIAA (Edd.), Corso di Morale, tomos III y IV (Brescia, 1984,

    1985).CH. E. CURRAN, Di rec tio ns in Ca tho lic So cia l Ethic s (Notre Dame,1985).E. DUSSEL, Etica comunitaria (Madrid, 1985).VARIOS, Ini cia ci n a la pr ct ica de la Teo log a, tomo V (Madrid, 1986).VARIOS, Praxis cristiana, tomo III. Opcin por la justicia y la libertad (Ma-

    drid, 1986).U. SANCHEZ, La op ci n de l cri sti an o, tomo III. Humanizar el mundo (Ma-

    drid, 1986).T. MIFSUD, M ora l de l Di sce rni mien to, tomo IV. Una construccin tica de la

    utopa cristiana (Santiago de Chile, 1987).

    F. FURGER, Christliche Sozialethik (Stuttgart, 1991).G. DEL POZO, M an ua l de mo ral soc ial (Burgos, 19912).A. FERNANDEZ, Teologa Moral, tomo III. Moral social, econmica y poltica

    (Burgos, 1993).

    b) Obras de Autor y Colectivas sobre temas de Moral Social

    J. HOEFFNERF. VITO, Na tu ro rd nu ng im Ge se lls ch aft , Staa t, W irt scha ft(Innsbruk, 1961).

    J. HOEFFNER, Problemas ticos de la poca industrial (Madrid, 1962).G. GUNDLACH, Die Ord nun g de r me nsc hli che n Gesel lschaf t. 2 tomos (Colo-

    nia, 1964).J. M. DIEZ ALEGRIA, Ac tit ud es cri stian as an te los pr ob lema s soc ial es (Bar-

    celona, 19672); Teologa frente a sociedad histrica (Barcelona, 1972).J. MESSNER, Ethik und Gesellschaft. Aufstze 1965-1974 (Colonia, 1975).VARIOS, Ordnung im sozialem Wandel. Festschrift fr J. Messner (Berln,

    1976).W. WEBER, Person in Gesellschaft (Munich, 1976).G. ERMECKE, Be itr g e zur chr ist lic her Gesel lsc haf tsl ehr e (Paderbom, 1977).VARIOS, Katholische Soziallehre. Festgabe fr Kardinal J. Hffner (Colonia,

    1977).F. BOECKLEF. J. STEGEMANN, Kirche und Gesellschaft heute (Munich,

    1979).O. VON NELLBREUNING, Gerechtigkeit und Freiheit. Grundzge katholis-

    cher Soziallehre (Viena, 1980).R. ALBERDI, La ide nti da d cri stia na en el com pro mis o soc ial (Madrid, 1982).

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    13/511

    16 MORAL DE ACTITUDES. III MORAL SOCIAL

    A. KLOSEG. MERK, Ble ibe nd es un d Ve rnderl ich es in de r Ka tho lisc he n So- ziall ehre (Berln, 1982)

    S. HAUERWAS, The Peaceable Kindgdom (Notre Dame, 1983).J.Y. CALVEZ, Fe y justicia. La dimensin moral de la evangelizacin (San-

    tander, 1985).J. CORDERO, Etica y sociedad (Salamanca, 1986).B. BENNASSAR, M or al eva nglic a, mo ra l so cia l (Salamanca, 1990).

    E. ALBURQUERQUE, La dim ensin socia l de la caridad . Proyecto de moralsocial cristiana (Madrid, 1991).

    VARIOS, La mo ral socia l hoy (Madrid, 1992).L. ALVAREZ M. VIDAL (Ed.), La Ju sti cia Socia l.Homenaje al Prof. Julio

    de la Torre (Madrid, 1993 ).J. I. CALLEJA, Un cristianismo con memoria social (Madrid, 1994)

    c) Colecciones de estudios sobre cuestiones de Moral Social

    Jahrbu ch de s Insti tu s f r chr istl iche Sozia lwi sse nsc ha ften . Ed. Regensberg,Mnster. Desde 1960.

    Civitas. Jahrbuch fr christliche Gesellschaftsordnung. Ed. PeschHaus,

    Mannheim. Desde 1962. An al es de Mo ra l So cia l y Ec onm ica . Centro de Estudios Sociales de SantaCruz del Valle de los Cados (Madrid, 1962 ss.). Han aparecido ms de 40volmenes.

    Ab ha nd lun ge n zu r Sozia leth ik. Herausgegeben von W. Weber und A. Rauscher (Verlag F. Schoningh, MnchenPaderbomWien). Coleccin iniciadaen 1969.

    Oirs colecciones: Biblioteca Razn y Fe de cuestiones sociales (Madrid);Biblioteca Fomento Social (Madrid); Colecciones Mundo Mejor y BienComn de Editorial Euramrica (Madrid).

    d) Etica Social cristiana no catlica

    E. DUFF, The Social Though of the World Council of Churches (Londres,1956).

    J. C. BENNETT, Christian Social Ethics in a changing W orld (Londres, 1966).ENCUENTRO ECUMENICO, Eglise et Socit: I. Lthique sociale chrtienne

    dans un monde en transformation (Ginebra, 1966).C. H. GRAHAM, Christian Social Ehics in a Revolutionary Age. An Analysis

    o f the Social Ethics ofJ . C. Bennet, H. D. Wendland and R. Shaull (Upsala,1973).

    R. MEHL, Traado de sociologa del protestantismo (Madrid, 1974); Pour unetique sociale chrtienne (Neuchtel, 1967).

    J. MIGUEZ BONINO, Toward a christian political ehics (Londres, 1983).G. MUETZENBERG, L h iqu e socia le da ns lh isto ire du Mo uv em en t oecum -

    nique (Ginebra, 1992).

    INTRODUCCION 17

    G. BEESTERMOELLER, Oekumenische So zialethik: Kon fessionelle Pluralitin der Einhei einer Theologie der M enschenwrde und -rechte?:Catholica46 (1992) 273280.

    D. MUELLER, Une visin protestante de lthique sociale. Questions de m- thode e problmes de fond: Laval Thol. et Philos. 4 (1993) 5767.

    Un intento Ecumnico:ASAMBLEA ECU MENICA PAZ Y JUSTICIA,Justi cia y Pa z p ar a toda

    la Creacin (Basilea, 1989) (texto en: Ecclesia n. 2.427 [10VI89]825841).

    Etica social juda:D. NOVAK, Je wi sh So cia l Eth ics (Oxford, 1992).

    e) Sobre la construccin del Tratado de Moral Social cristiana

    G. ANGELLNI, II tra tta to teo log ico di etic a soc iale . La sis tem ti co e le que s- tioni fondamentali: Rassegna di Teologia 2 (1990) 181182.

    A. BONANDI, Sui rappo rti ira mora le fondam enale e morale sociale'. Teolo-gia 15 (1990) 305332.

    A. GALINDO, Ap un tes pa ra la elabo rac in de un Ma nu al de Teo log a Mo ra l

    social: Studium Legionense n. 32 (1991) 221269.D. HOLLENBACH, Christian Social Ethics after the Coid War: TheologicalStudies 53 (1992) 7595.

    J. QUEREJAZU, La mo ra l s oc ial y el Conc ilio Va tica no II. G nes is, ins tan cia sy cr ista liza cio ne s de la teo log a mo ra l socia l p os tva tic an a (Vitoria, 1993).

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    PRIMERA PARTE

    Captulo 1.

    Captulo 2.

    Moral Social

    Fundamental

    Aproximacin histrica

    Planteamientos histricos de la Moral Social cristiana.

    Aproximacin sistemtica

    Perspectivas ticoteolgicas para el planteamiento actualde la Moral Social cristiana.

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    20 MORAL DE ACTITUDES. III MORAL SOCIAL

    En esta primera parte de la Moral Social se pretendefun damentarelsentido y la funcin del ethos social de los cristianos. Antes de entraren el estudio inmediato de los problemas concretos es conveniente so-meter a reflexin crtica las bases del compromiso ticosocial en ge-neral.

    Para lograr esta finalidad se adoptan dos procedimientos com-

    ple mentarios : uno , de carcte r hist ricova lor ati vo ; otro, de carc tersistemticoconstructivo. En el primer momento se someten a revisinlos modelos histricos con que la teologa moral ha expresado el compro-miso social cristiano; en el segundo, se propone un modelo ticoteol-gico suficientemente crtico para formular la tica social cristiana.

    Estos son los contenidos de los dos captulos que integran la primeraparte de est e tomo :

    Aproximac in his tri ca: la herencia histrica de la Moral Socialcristiana.

    Aproximac in sis tem ti ca : pe rspect iva s teo lg ico m orale s parael planteamiento actual de la tica social cristiana.

    Aproximacin histrica

    Planteamientos histricosde la Moral Social cristiana

    Para fundamentar en la actualidad la Moral Social cristiana es conve-niente partir de la herencia transmitida por la reflexin teolgicomoralde pocas anteriores. De este modo los planteamientos presentes adquie-ren su autntico relieve, al ser situados dentro del dinam ismo histrico.

    En este captulo no se intenta hacer una historia pormenorizada de

    la Moral Social cristiana. Unicamente se pretende recordar los puntosms sobresalientes dentro de la evolucin del pensamiento moral cris-tiano en relacin con los problemas sociales.

    Por otra parte, no nos interesa directamente recordar los contenidoshistricos de la Moral Social cristiana. Nuestra preocupacin se centra

    segn corre sponde a los int ere ses de est a parte dedic ada a la Funda-mentacin de la Moral Social en la captacin de los modelos teolgicomorales que dan sentido y coh esin a los diversos planteamientoshistricos de la Moral Social cristiana.

    La historia de la Moral Social cristiana se inicia con las perspectivasque ofrece la Sagrada Escritura sobre las realidades sociales. Continaa travs de las exhortaciones del cristianismo primitivo y de la patrs-

    tica. Ya en la etapa de la reflexin teolgica estricta se destacan tresmodelos o sistemas de formulacin teolgicomoral: el primero gira entomo a la categora tica de Justicia; el segundo se concentra en lasexigencias morales del Declogo; y el tercero se organiza dentro delas coordenadas filosficoteolgicas de la Doctrina social de la Igle-sia. En la etapa ms reciente de la reflexin ticoteolgica han surgidointentos de agg iornam ento en el campo de la moral social. Tomaremosnota del nuevo horizonte teolgico que aparece en las Iglesias a partirde la dcada de los sesenta y que constituye el marco imprescindible

    pa ra ref ormu lar la ti ca soc ial (obje to del siguie nte cap tulo) .

    Los apartados en que se expone el contenido de este captulo son lossiguientes:

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    2 2 MORAL DE ACTITUDES. III MORAL SOCIAL

    I. Perspectivas bblicas para la tica social cristiana.

    II. La tica social en los cuadros formales de la Justicia : laMoral Social en la Edad Media y en el Renacimiento tomistade los siglos XVIXVII.

    III. La tica social en el esquema del Declogo: decadencia dela Moral Social en la poca casustica (siglos XVIIXX).

    IV. El modelo tico-teolgico de la Doctrina Social de la Iglesia (siglos XIXXX).

    V. El nuevo horizonte teolgico para la tica social cristiana.

    I

    PERSPECTIVAS BIBLICASPARA LA ETICA SOCIAL CRISTIANA1

    El Concilio Vaticano II afirma que el estudio de la Sagrada Escri-tura ha de ser como el alma de la Teologa2. Refirindose ms con

    1 A . D e s ca m p s , Justi ce et char it dans les vang iles synop tiques : R e v . D i o c . d eT o u m a i 7 (1 9 5 2 ) 2 3 9 2 4 5 ; E . C . G a r d n e r , Biblica l F aith and Soc ial E thics ( N u e v aY o r k , 1 9 6 0 ); A . T r e s m o n t a n t , La doctrina mora l de Israel (M a d r i d , 19 6 2 ) ; A .D u e n n e r , Die Gere chtigkeit nach dem Alten Testament (B o n n , 1 9 6 3 ) ; L . E . T o o b e s ,

    Love and Just ice in Deuteronomy: I n t e r p r e ta t i o n 1 9 ( 1 9 6 5 ) 3 9 9 4 1 2 ; A . D u m a s , Lamorale sociale dans les pitres du NT: C h r i s t i a n i s m e s o c i a l n . 5 8 (1 9 6 6 ) ; L . A l o n -so , Culto y justicia en Sant 1 , 26-27: B b l i c a 5 6 (1 9 7 5 ) 5 3 7 5 4 4 ; I d . , Trminosbblicos de justicia social" y traduccin de "equivalencia dinm ica": E s t u d i o sE c l e s i s t i c o s 5 1 (1 9 7 6 ) 9 5 1 2 8 ; I d ., Las "buenas obras" (o la justi cia ") dentro delas estructuras de los principales temas de teologa bblica: E s t u d i o s E c l e s i s t i c o s5 2 ( 1 9 7 7 ) 4 4 5 4 8 6 ; J . L . S i c r e , Lo spro fetas y los prob lema s socia les: P r o y e c c i n2 4 (1 9 7 7 ) 7 5 8 4 ; I d . , "Con los pobres de la tierra". La justicia social en los

    pro fetas de Israel (M a d r i d , 1 9 8 4 ) ; I d . , Profetismo y tica'. M . V i d a l ( D i r .) , C o n c e p -t o s f u n d a m e n t a l e s d e t i c a t e o l g i c a (M a d r i d , 1 9 9 2 ) 5 3 6 8 ; A . F e u i l l e t , Die beiden

    Aspe kte der Gerech tigkeit in d er B ergpredigt: In t . K a t h . Z e i t s c h . 7 (1 9 7 8 ) 1 0 8 1 1 5 ;J. G a r c a T r a p i e l l o , El Rey de Israel, valedor de la justicia social: S a l m a n t i c e n s i s2 8 ( 1 9 8 1 ) 1 7 1 1 9 2 ; S . C h . M o t t , Biblic al Eth ics a nd S ocia l Cha nge (O x fo rd , 1 9 8 2 ) :L . E p s z t e i n , La Ju stice socia le dans le Proc he-O rient A nd en et le pe up le de la Bibl e(P a r s , 1 9 8 3 ) ; J. M . D u f o r t , Zur Sozia lkritik des Proph eten Amos: T r i e r e r . T h e o l .Z e i t s c h r . 9 5 (1 9 8 8 ) 2 8 2 3 0 1 ; J. L . E sp i n e l , Jess y los mov imien tos pol tico s ysociales de su tiempo. Estado actual de la cuestin: C i e n c i a T o m i s t a 1 1 3 ( 1 9 8 6 )2 5 1 2 8 4 ; G . C a e l l a s , La preo cupacin soci al en el An tiguo Test ame nto : V e r d a d yV i d a 4 8 ( 1 9 9 0 ) 1 3 7 1 6 3 ; A . We n in , Foi et justice dans 1'Ande n Testament: L u m e nV i t a e 4 6 ( 1 9 9 1 ) 3 8 0 3 9 2 ; R . A g u i r r e , Reino de D ios y comprom iso tico: M . V i d a l( D i r . ) , C o n c e p t o s f u n d a m e n t a l e s d e t ic a t e o l g i c a (M a d r i d , 1 9 9 2 ) 6 9 8 7 ; F . L a g e ,

    Alia nza y Ley: M . V i d a l ( D i r . ) , C o n c e p t o s f u n d a m e n t a l e s d e t ic a t e o l g i c a ( M a -d r i d , 1 9 9 2 ) 3 7 5 1 ; Id, La remisin de las deud as en la legislacin del Anti guo Testamento: L . A l v a r e z M . V i d a l ( D i r . ) , L a ju s t i c i a s o c i a l ( M a d r i d , 1 9 9 3 ) 2 1 3 5 .

    2 Dei Verbum, n . 2 4 .

    APROXIMACION HISTORICA 23

    cretamente a la Moral, hace votos para que sea nutrida con mayorintensidad por la doctrina de la Sagrada Escritura3.

    Puede llevarse a la prctica este retomo a la Biblia en el campoespecfico de la tica social? Como anota Bigo, no hay doctrina cris-tiana que no tenga su fuente en la Sagrada Escritura y la Tradicin. Ladoctrina social de la Iglesia no escapa a esa regla. Muchos se la repre-sentan como una creacin del magisterio, a finales del siglo XIX, parano sentirse sobrepasado por los acontecimientos. Es un punto de vistainaceptable. El magisterio no tiene otra misin que la de anunciar la

    pa lab ra de Dio s. Y cualq uier enseanza doctr ina l que no tuv ier a unvnculo con la nica revelacin debe rechazarse4.

    En captulos posteriores expondremos detenidamente las referenciasbbli cas en re laci n con la eco noma y co n la polti ca . Aq u nos lim ita -mos a con statar las perspectivas globales que ofrece la Sagrada Escritura

    pa ra or ien tar el ethos soc ial de los cristiano s. Dichas pe rsp ectivas pu e-den ser agrupadas en tomo a cuatro ejes temticos: dimensin religiosade la justicia humana; la predicacin social de la tradicin proftica; laacusacin de incoherencia de una actitud religiosa que no se traduce encompromiso tico; la normatividad tica de la actuacin y enseanz a deJess de Nazaret. Al trmino de estos cuatro puntos haremos una ano-tacin reasuntiva.

    1. LA JUSTICIA HUMAN A EN DIMENS ION RELIGIOSA

    El concepto de jus tic ia en el Antiguo Testamento, y en general enla Sagrada Escritura, es uno de los ms ricos y escapa al encasillamientoen el cuadro aristotlicotomista de las virtudes. Para una exposicincompleta del mismo remitimos a los estudios citados en la bibliografaconsignada en la nota 1 de este apartado.

    La actitud de justicia como dimensin tica de la vida social cristia-na debe quedar matizada y configurada por todos los aspectos que pre-senta la nocin bblica de Justicia. Resumimos estos aspectos en lossiguientes:

    Dimens in relig ios o-teocn tric a

    Aunque la justicia es una obligacin en relacin con el prjimo sinembargo, se presenta en la Biblia como una exigencia tambin, y origi-nalmente, para con Dios. Tiene una estructura religiosa y teocntrica.

    3 Optatam totius, n. 16.4 P. Big o , Doct rina socia l de la Igle sia (B a rc e l o n a , 1 9 6 7 ) 1 7 , n o t a 3 .

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    2 4 MORAL DE ACTITUDES. III MORAL SOCIAL

    La justicia que proclaman los Profetas y la injusticia que denuncianson una justicia y una injusticia delante de Dio s. Las exigencias de la

    ju st ic ia est n ligada s ind iso lub lem ente a la rel igin . De ah que el actoliberador de Dios para con su pueblo sea la razn y el motivo de las

    prescripc ion es socia les y de la pre dicacin socia l de los Pro fetas. Parala predicacin proftica el derecho y la justicia tienen una dimensin

    religiosa y hay que entenderlos en referencia al Dios de la revelacin;manifiestan la voluntad de un Dios personal.

    Esta dimensin religiosa se concreta de un modo particular en lalegislacin con respecto a los dbiles. Las prescripciones del ao sab-tico, el ao jubilar, etc., estn fundamentadas en el hecho (asumidoreligiosamente) de que Israel fue extranjero en Egipto.

    El Nuevo Testamento radicaliza an ms la dim ensin religiosoteocntrica de la justicia. La justicia de Dios, que nos ha justificado enCristo, es la razn y fundamen to del comportam iento interpersonal.

    Dimens in interpersona l-co mun itar ia

    La justicia para la Biblia se ejerce dentro de una comunidad. Msque una dimensin entre dos personas, la justicia en la Biblia es unaestructura de la comunidad de la Alianza. La comunidad v ive en justiciay los que forman parte de la comunidad realizan la justicia.

    En el Antiguo Testamento aparece la justicia como una res-ponsabilidad hac ia el pr jim o cons ide rado como m iem bro de la comu -nidad de la Alianza. Es una actitud en el interior de una relacin con-creta entre los que participan de la Alianza. En el Antiguo Testamentose subraya siempre la dimensin comunitaria y social de la justicia. Laley es una manera de ordenar la vida en la Alianza; sirve para definir

    el derecho de cada uno a vivir en la seguridad y en la paz. En resumen,la justicia humana, en los profetas preexlicos, no es tanto una conductasegn una norma, cuanto un com portamiento fraterna l en la A lianza. Esuna situacin: el hombre est en la justicia ms que la justicia est enel hombre5.

    Al radicalizarse la Alianza en el Nuevo Testamento y al radicali-zarse el sentido de la Comunidad (Iglesia) tambin el concepto de jus-ticia sufre una radicalizacin. Es la actitud entre herma nos en el senode la Iglesia.

    5 E. H a m e l , L usage de lEcriture Sain te en tholo gie morale:Gregorianum 47( 1 9 6 6 ) 8 0 8 1 .

    APROXIMACION HISTORICA 25

    Dim ensin jurd ico- lega l

    La vida social est regulada en el mundo bblico, sobre todo en elAntiguo Testamento, por la ley. La justicia adquiere as una dimensin

    jurd ico leg al . Pero es ta dim ensi n ha de enten derse dentro de la com-prensi n de la ley en el An tiguo Testamento .

    La ley y el orden jurdico son exp resin de la voluntad de Dios. Poreso se entiende la justicia como fid el idad a la ley de Dios. Es la mani-festacin de la actitud global del hombre para con Dios. El justo esel que responde a la voluntad de Dios; es el que est de acuerdo con los

    pla nes y desig nio s de Dios. Esta ace pta ci n de Dio s se ten dr quemanifestar en la vida social. Es entonces cuando aparece la vertientesocial de la justicia bblica.

    2. LOS DERECHOS DEL POBRE EN LA PREDICACION PROFETICA

    Lo que los profetas destacan a plena luz, no es primero el derechodel poseedor, es ante todo el derecho del humilde, del pobre, de laviuda, del hurfano, del extranjero, del asalariado (el mercenario); esdecir, de los que los poseedores tienden a excluir de la comunidad de

    bienes y que deben ser re int eg rados en el la 6.

    La voz proftica a favor del pobre se oye a lo largo de todo elAntiguo Testamento. Recordemos algunos momentos y aspectos msimportantes.

    Hay que moderar los instintos de avaricia y de crueldad que pue-den ligarse inconscientemente a la propiedad en contra de los pobres.No oprimas al mercenario pobre e indigente, sea uno de tus hermanos,sea uno de los extranjeros que moran en tus ciudades. Dale cada da susalario, sin dejar pasar sobre esta deuda la puesta del sol, porque es

    pobre y lo necesit a. De otro modo , cla mara a Yav contra ti y tcargaras con un pecado (Deut 24,1415).

    Amos tiene una palabra fuerte de recriminacin contra los ricosque hacen la vida imposible a los pobres: escuchad esto los que aplas-tis al pobre y querrais exterminar de la tierra a los infelices diciendo:Cundo pasar el novilunio, que vendamos el trigo; y el sbado, queabramos los graneros; achicaremos el ef y agrandaremos el siclo yfalsearemos fraudulentamente los pesos? Com praremos por dinero a losdbiles, y a los pobres por un par de sandalias, y venderemos las ahe-chaduras del trigo (Amos 8,46).

    6 B i g o , o. c., 19 .

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    26 MORAL DE ACTITUDES. III MORAL SOCIAL

    Parecida recriminacin encontramos en Oseas,aunque de un modogeneralizado. Oid la palabra de Yav, hijos de Israel, que va a quere-llarse Yav contra los habitantes de la tierra, porque no hay en la tierraverdad, ni misericordia, ni conocimiento de Dios. Perjuran, mienten,matan, roban, adulteran, oprimen, y las sangres se suceden a las san-gres (Os 4,12).

    Otro profeta, Miqueas,se alza en una poca de grande prosperidadmaterial para los dos reinos de Jud y de Israel, que dominaban las rutascomerciales de Siria, Egipto y Arabia, pero de no menor corrupcinmoral produ cida por la avaricia, la injusticia y la ambicin de las claseselevadas: prncipes, pseudoprofetas, sacerdotes. Ay de los que en suslechos maquinan la iniquidad, que se preparan a ejecutar en aman ecien-do, porque tienen en sus manos el poder. Codician heredades y lasroban; casas, y se apoderan de ellas, y violan el derecho del dueo y elde la casa, el del amo y el de la heredad (Miq 2,12).

    La motivacin que se da para defender al pobre es de carcter histricosalvfico. No hagas injusticia al extranjero ni al hurfano, nitomes en prenda ropas de la viuda. Acurdate de que esclavo fuiste en

    Egipto, y de que Yav, tu Dios, te libr; por eso te mando hacer as(Deut 24,1718).

    3. ACUSACION A LA RELIGION SIN ETICA

    Los profetas acusan como vaca y vana la religin sin tica (cf. Am5,2125; Is 1,1016; Miq 6,58; Salmo 50,515; 51,1819). Quiero amory no sacrificios, conocimiento de Dios ms que holocaustos (Os 6,6).

    Esta acusacin la concretan los Profetas de un modo particular en elterreno de la justicia social. En este aspecto de la vida es donde se ponea prueba la sinceridad de la religin. Nada valen las prcticas de piedad

    si no van acompaadas de una vida social justa.La voz de Jeremas lo manifiesta de un modo tajante: No fiis en

    palab ras engaosas dic iendo: Templo de Yav, Templo de Yav , Tem-plo de Yav es ste. Porque si mejor is rea lmente vuest ra conducta yobras, si realmente hacis justicia mutua y no oprims al forastero, alhurfano y a la viuda (y no vertis sangre inocente en este lugar) niandis en pos de otros dioses para vuestro dao, entonces yo me quedarcon vosotros en este lugar, en esta tierra que di a vuestros padres desdesiempre hasta siempre (Jer 7,47).

    Isaas interpreta el ayuno en trminos de justicia social: Por quayunamos, si t no lo ves? Por qu nos humillamos, si t no lo sabes?

    APROXIMACION HISTORICA 27

    Es que el da en que ayunabais, buscabais vuestro negocio y exp lotabaisa todos vuestros trabajadores... No ser ms bien este otro ayuno el queyo quiero? Desatar los lazos de la maldad, deshacer las coyundas delyugo, dar la libertad a los quebrantados y arrancar todo yugo. No ser

    pa rti r a l ham brien to tu pan, y rec ibir e n casa a los pobres sin hog ar? Quecuando veas a un desnudo lo cubras y de tu semejante no te apartes.

    Cuando al hambriento des tu pan, y al alma afligida dejes saciada,resplandecer en las tinieblas tu luz, y lo oscuro de ti ser como m edio-da (Is 58,311).

    La acusacin de los Profetas es radicalizada todava ms en la pre-dicacin y actuacin de Jess. s clara su intencin de continuar en lamisma lnea iniciada por los Profetas. Si hubieseis comprendido lo quesignifica aquello de: misericordia quiero, que no sacrificio, no conde-narais a los que no tienen culpa (Mt 12,7). La persona vale ms quela institucin sabtica (Mt 12,914). No se puede hacer injusticia a nadie

    por falsas tr adiciones re lig iosas (Mt 15,17). Ay d e vosotros, esc ribasy fariseos hipcritas, que pagis el diezmo de la menta, del eneldo y delcomino, y descuidis lo ms importante de la ley: la justicia, la mise-

    ricordia y la fe (Mt 23,23).En la Carta de Santiago encontramos una formulacin tajante de

    esta relacin entre religin y tica. La religin pura e intachable anteDios Padre es sta: visitar a los hurfanos y a las viudas en su tribula-cin y conservarse incontaminado del mundo (Sant 1,27).

    4. ACTITUDES DE JESUS ANTE LA CUESTION SOCIAL

    Los cristianos de todas las pocas han vuelto la mirada a Jess deNazaret pa ra en contrar en su actua cin y en su pre dicaci n los cri ter iosnormativos para el compromiso ticosocial.

    La dificultad reside en el modo de entender la normatividad que pro-yecta para la tica social el acontecimiento de Jess. Las diversas inter-

    pre tac ion es cons tituyen un esp ectro que va desde el ult raconservaduris mo (= interpretacin supranaturalista del acontecimiento de Jess)hasta el ultraprogresismo (= interpretacin meramente poltica delacontecimiento de Jess).

    Creemos que la actitud de Jess ante la cuestin social puede serformulada en dos momentos complementarios: a travs de un esquemaformal y mediante la concrecin de incidencias normativas.

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    28 MORAL DE ACTITUDES. III MORAL SOCIAL

    a) Esquema formal para captar la postura de Jess

    Siguiendo a Schnackenburg7estimamos que la actitud de Jess antela cuestin social puede ser formulada a travs de tres afirmacionesdialcticamente concatenadas: 1) Jess estuvo inmerso en las realidadessociales; 2) Jess no tuvo una actuacin tcnica y especficamente

    poltica; 3) la actuacin y el mensaje de Jess tuvieron y tienen unaincidencia real en las cuestiones sociales precisamente porque superanel planteamiento tcnico y se sitan en el horizonte de la Esperanzaescatolgica.

    Jess estuvo inmerso en las reali dades socia les .Esta es la prime-ra constatacin que hay que hacer. Jess no adopt una actitud de fugamundi. En su comportamiento personal, Jess vivi la vida ordinaria delos hombres de su tiempo. Fue un pro fes ion al (vivi de su oficio); tuvotodos los comportamientos sociales propios de su condicin.

    En cuanto a su predicacin, lo que llama primeramen te la atencinen las apreciaciones de Jess sobre las circunstancias de la vida terrenaes su actitud realista... La materia de sus parbolas, que generalmente slointentan ilustrar vigorosamente un pensamiento, es plenamente realista.

    Nos describe a un rey , que re flexiona sobre la co nven ien cia de enredarseen una guerra, o si dados los medios de que dispone, debe ms bien pedirla paz (Le 14,3ls.) Nos presenta a un adm inistrador infiel que, antes deser desposedo de su cargo, se apresura a ganarse astutamente amigos pormedio de una reduccin de deudas (Le 16,17), o a un juez que hace jus-ticia a una viuda, no por su amor a la justicia, sino simplemente para noser molestado ms (Le 18,15). Estas figuras ciertamente no son modelosmorales y Jess tampoco las propone para dar directrices para la paz o laguerra, la vida social o la adm inistracin de la justicia 8.

    Jess no tuvo ni una actuac in ni una p redicaci n directamente

    tcnicas o especficamente polticas. Jess no fue un revoluciona-rio social, ni un reformador de estructuras sociales: econmicas, po-lticas, etc. El objetivo primordial de Jess en todas sus manifestacioneses de orden moral y religioso. Jess no se ha dejado comprometer enmodo alguno en las cuestiones mund anas 9. En este sentido, la predi-cacin de Jess no tiene una solucin tcnica de los problemas sociales.Rehsa intervenir directamente en el trastornado engranaje de estemundo.

    7 R . Sc h n a c k e nb u r g , El testimonio moral del Nuevo Testamento (Madrid, 1965)90118.

    8Ib d, 90.9 Ibd., 91.

    APROXIMACION HISTORICA 29

    El mensaje de Jess tiene una incidencia real en la vida soc ial. Pero significa esto que el mensaje moral de Jess no est en relacinalguna con la vida de la sociedad, con la tica social, o con las condi-ciones de vida terrenas? Esto sera tambin un error peligroso y de las

    peo res consecuencias . Jes s no quera, en mo do alguno, sep ara r delmundo a sus discpulos o incitarles, a la manera de los esenios, a ale-

    jarse de su pu eblo y co nstru ir comu nid ades cer radas, regidas po r unsevero cdigo moral. Incluso tampoco quera que, dentro de la comuni-dad social en la que vivan, formasen grupos cerrados que por medio deuna elevada piedad, del amor fraterno y de la pureza moral, se prepa-rasen al advenim iento del reino futuro de Dio s 10.

    b) Las incidencias concretas normativas

    El esquema formal precedente quedara vaco si no fuese completadocon la constatacin de las incidencias concretas del acontecimiento deJess en las realidades ticosociales. La teologa de la liberacin insistede un modo particular en este aspecto y coloca as un contrapunto ne-cesario a lo que podramos llamar esquema formal de la teologa eu-ropea.

    Las cristologas desde Latin oam rica11p onen un nfasis especial enla actuacin histrica de Jess de Nazaret en pro de la causa por laJusticia; por otra parte, ven esta actuacin histrica de Jess trascendida escatolgicamente no slo p or la intencionalidad religiosa de Jess, sinotambin, y sobre todo, por la garanta de la presencia de Dios manifes-tada mediante la Resurreccin; de este modo la actuacin histrica deJess trascendida religiosamente se convierte en estructura normativa

    para los creyente s de tod as las po cas .

    Como anota Sobrino, en Amrica Latina la teologa de la liberacin

    se ha orientado espontneamente hacia el Jess histrico porque al sur-gir esa teologa de una exp eriencia y praxis de fe vivida en un proyectoliberador, se ha experimentado que la forma de comprender la univer-salidad de Cristo en estas circunstancias concretas es la de su concrecinhistrica. En el Jess histrico se encuentra la solucin al dilema dehacer de Cristo una abstracci n o de funcionaliza rlo inmediatam ente 12.Esta preferencia por el Jess histrico como punto de partida para las

    10Ibd., 9394.Ver, por ejemplo: L. Bo f f, Jesu crist o Libe rtad or (Buenos Aires, 1972); J.

    So b r i n o , Cstologa desde Amrica Latina (Mxico, 19772).12 Sobrino, o . c., 9.

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    30 MORAL DE ACTITUDES. III MORAL SOCIAL

    cristologas desde Latinoamrica recibe un apoyo evidente en la exis-tencia de una semejanza bastante constatable entre la situacinlatinoam ericana y la situacin en que viv i Jess 13.

    No es el mo mento de se ala r en concreto y detal lad am ente las in-cidencias normativas que ofrece el acontecimiento de Jess para el plan-teamiento de una tica social cristiana actual. Baste recordar las siguien-

    tes actitudes ticas de Jess: El anuncio del Reino de Dios, ncle o del Evangelio de Jess

    (Me 1,1415) y realidad manifestada sobre todo en la personamism a de Jess 14, constitu ye la promesa esc atolgic a y la de-cisin humana del servicio a la Justicia.

    El servic io de Jess a todos los hombres tiene un lug ar de com-prens in : su pre fer encia po r los pob res (peca dores , ma rgina-dos, oprimidos, etc.).

    La libert ad de Jes s ant e la Ley, el Cu lto y el Pode r comp ort aun ethos de Liberacin social (tica, religiosa y poltica).

    La mu ert e de Jes s en tra dentro de la din m ica del compromisotico de su vida y constituye un horizonte normativo para susseguidores, quienes no pueden ceder a la injusticia ni aun a costade salvar sus vidas.

    5. SINTESIS CONCLUSIV A

    La relacin entre Etica social cristiana y Sagrada Escritura puede serexpresada del siguiente modo:

    a) La sagrada escritura no posee:

    ni una sntes issobre los problemas sociales: no se encuentran enella ni tod os los problemas sociales ni la forma sistemtica detratamiento;

    ni una c onsid era ci n tcn ica de los mismos: en el sentido de unareferencia directamente encaminada a soluciones tcnicas.

    13Ibd., 12.14Lumen Gentium , n. 5

    b) La sagrada escritura ofrece una visin:

    rel igios a (es la perspectiva en que se encuadran los problemassociales);

    de salvacin (la visin religiosa no es de tipo ideolgico sinosalvfico);

    de carc ter histrico (la salvacin religiosa que se ofrece tieneuna incidencia histrica).

    APROXIMACION HISTORICA 31

    c) De lo anterior se deduce que en la sagrada escriturase encuentra:

    una referenc ia a la dim ensi n tica, sin la cual toda visin reli-giosa carece de sentido;

    una vis in de la salvac in integral (la salvacin se refiere a lape rso na int egral , y no sol amente a alguno de sus asp ectos) ;

    una valorac in de los aco nte cim ien tos his tri cos , con particularreferencia a los acontecimientos de carcter social.

    II

    LA ETICA SOCIALEN LOS CUADROS FORMALES DE LA JUSTICIA

    La Moral Social en la Edad Media y en el Renacimiento tomista de los siglos XV I-XV II15

    En el siguiente captulo recogemos el importante contenido moralque abarca la categora tica de Justicia. Aqu lo nico que se pretende

    15 O. L o t t i n , Le concept de j ust ice chez les thol ogiens du Moye n Age avan tlintroduction dAstote:Revue Thomiste 44 (1938) 511521; B. D i f er n a n , El concepto de derecho y justicia en los clsicos espaoles del siglo XVI (El Escorial,1957); P. D. Dognin, La notion thomis te de j ust ice fac e aux exige nces modernes: Revue Sciences Phil. et Thol. 45 (1961) 601640; H. Loduchowski,Die Lehre vonder iustitia" b ei Ulrich von Strassburg und Ihre Beziehungen zu Albert dem Gros-sen und Thomas von Aquin: Trierer Theol. Zeitsch. 75 (1966) 4248; M. Oberti,

    L etica socia le in Amb rogi o di Milano. Ricost ruzione delle fon ti amb rosia ne nelDe Justi tia di S. Tom maso (II-II q. 57-1 22) (Turn, 1970); D. Mongillo, La

    struttura del De iustitia". Summa Theologiae II-II, q. 57-122:Angelicum 48 (1971)

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    32 MORAL DE ACTITUDES. III MORAL SOCIAL

    es recordar una de las formas que adopt la M oral Social al servirse dela virtud de la Justicia como concepto bsico para organizar la sntesisde los contenidos ticosociales.

    En la historia de la Moral se destacan dos momentos privilegiadosen el uso de la virtud de la Justicia para organizar la tica social. Sonlas etapas de la primera escolstica (sntesis medievales) y de la segunda

    escolstica (tratados ticojurdicos del R enacimiento tomista). Aunqueen los dems pe rodos tambin se utiliza la categora tica de la Justicia,sin embargo, es en la primera y segunda escolstica cuando este concep-to sirve de ncleo organizador del tratado.

    Exponemos en apartados distintos cada uno de los dos perodos.Una vez expuestos por separado, hacemos algunas anotaciones valorativas en relacin con los dos.

    1. EDAD MEDIA: EL TRATAD O DE JUSTITIA DE SANTO TOMAS(Suma Teolgica, II-II, qq. 57-122)

    Dentro de las sntesis teolgicomorales de la Edad Media es-cogemos como prototpica la de Santo Toms, no slo por su valaintrnseca, sino tambin por la influencia que ha tenido en la historia dela Moral a travs de la obra de sus muchos comentaristas.

    Es necesario reconocer el puesto importante que o cupa Santo Tomsen la historia de la reflexin ticofilosfica sobre la Justicia. Aunque nose le considerase ms que como com entador de Aristteles, lo cierto esque hay com entadores y comentadores: unos, los de la m era glosa servily por completo estril, y otros, en cambio, que van ms all del textocomentado, por lo menos en cuanto a tomar explcitas las virtualidadesimplcitas de aqul. En el peor de los casos, sta sera aqu la posicinde Santo Toms con respecto a Aristteles; y esto slo bastara para que

    nos detuviramos lo que fuere necesario en su filosofa de la justicia l6.La obra de Santo Toms no se reduce a ser un comentario de Aristte-les, sino que aporta elementos de notable originalidad.

    Sobre todo, es el primero en construir un tratado de Justitia y eninsertarlo dentro de la sntesis teolgica. Adems, la visin tomasiana de

    355377; G. Am br o s e t t i, ntroduzione al trattato sulla giustizia: San Tommaso e lafilosofa del diritto oggi (Roma, 1974); J. Ba r r i e n t o s , El Tratado "De Justitia et

    Jure (1590 ) de Pedro de Arag n (Salamanca, 1978); E. G. E s t b a n e z , La virtudde la justicia'. Sa n t o T o m s d e A q u i n o , Suma de Teologa, III (Madrid, 1990) 457612; A. Fe r n n d e z , Teologa Moral, III (Burgos, 1993) 149232.

    16 A. G m e z Ro b l e d o , Meditacin sobre la J usti cia (Mxico, 1963) 96.

    APROXIMACION HISTORICA 33

    la Justicia constituye la concepcin vivida por la cristiandad europea,desde que sta empieza a cobrar conciencia de s misma, hasta el Rena-cimiento 1?.

    a) La justici a dentro de la tica concreta de las virtudes

    Santo Toms encuadra el tratado sobre la Justicia dentro de la Eticaconcreta de Virtudes. En la sntesis de la Suma Teolgica la moraltomasiana se divide en dos grandes bloques: la moral general (III) y lamoral concreta (IIII). El segundo bloque, la moral concreta, se organizaen tomo a la categora de virtud.

    La reduccin de todo el contenido de la moral concreta al esquemade virtudes es explcita en la Suma Teolgica:

    Despus de considerar en general las virtudes y los vicios, con lo demsque atae a la moral, se debe ahora tratar cada cosa de stas en especial, puesen moral las consideraciones universales son menos tiles, por ser las accio-nes particulares... As, pues, reducida toda la materia moral al tratado de lasvirtudes, todas ellas han de resumirse en siete: las tres teologales, que ocupanel primer lugar en el estudio, y las cuatro cardinales, de que se tratardespus... Y as nada del ord en moral se habr om itido 18.

    Segn este esquema, la Justicia se integra dentro de un corpusmorale sistematizado mediante el concepto de virtud. En otro lugar deesta obra se ha expuesto el significado y la valoracin del esquema devirtudes para for mular la moral concre ta; a l remit im os19.

    b) La justicia en el conjunto de las virtudes cardinales

    Una vez colocado el tratado de Justicia dentro de una tica concreta

    de Virtudes, conviene precisar con mayor exactitud el puesto de la Jus-ticia dentro del conjunto virtuoso. Este es el encuadre ms preciso:

    La Justicia perte nece a las vir tud es mora les (III, q. 58). Lavirtud humana es un hbito que perfecciona al hombre para obrar bien.Pero en el hombre hay dos principios de acciones humanas: la inteligen-cia o razn y el apetito, que son los dos nicos principios de movimien-to en el hombre, como afirma el filsofo. Es, por tanto, necesario quetoda virtud humana perfeccione uno de estos dos principios. Si una

    17Ibd. , 124.18 II-n, prlo go.19Moral de Actitud es. I. Mor al Fundamenta l (Madrid, 19906) 813815.

    2. MORAL s o c i a l III.

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    34 MORAL DE ACTITUDES. III MORAL SOCIAL

    virtud da al entendimiento especulativo o prctico la perfeccin reque-rida para realizar un acto humano bueno ser virtud intelectual; si da

    pe rfe ccin al apeti to, ser vir tud moral . Po r consigu ien te, tod a vir tudhumana es o intelectual o moral20.

    La Jus ticia perte ne ce a las vir tud es cardina les (III, q. 61).Santo Toms se inserta en la tradicin filosficoteolg ica21 que unifica

    las virtudes morales en tomo a cuatro goznes (virtudes cardinales opr inc ipale s). Razo na del siguie nte modo la div isin cuatr ipa rtit a: Elnmero de ciertas cosas puede establecerse partiendo de sus principiosformales o de los sujetos en que se encuentran; y por cualquiera de losdos caminos concluimos que las virtudes cardinales son cuatro. Porqueel principio formal de la virtud que nos ocupa es el bien de la razn.Bien que puede considerarse de dos maneras. Primera, en cuanto queconsiste en la con sideracin misma de la razn, y as tenemos la virtud

    princ ipa l llamada pru de nc ia. S egunda, en cua nto que la razn imponesu orden en alguna cosa, ya en materia de operaciones y as tenemosla justicia, ya en materia de pasiones; y en este caso es necesarioque haya dos virtudes. Pues para imponer el orden de la razn en las

    pasio nes es preciso considerar su oposicin a la raz n. Est a oposi cinpuede ser doble: cua ndo la pasi n em puja a algo contr ar io a la razn entonces hay que repr imir la pasi n, de donde vie ne el nombre detemplanza o cuando la pasin se aparta de lo que la razn dictamina,v. gr.: por el temor del peligro y del trabajo, en cuyo caso hay que estarfirme en lo que dicta la razn para no retroceder, y de ah recibe elnombre de fortaleza.

    De igual modo, partiendo de los sujetos resulta el mismo nmero, yaque son cuatro los sujetos de la virtud que nos ocupa, a saber, el racional

    po r esencia , que perfe cciona la pru de nc ia, y el rac iona l po r pa rti cip a-cin, que se divide en tres: la voluntad, sujeto de la justicia; el apetitoconcupiscible, sujeto de la templanza, y el irascible, sujeto de la

    fortalez a 22. La Justic ia es la p rin cip al entre las vir tudes morales (III, q. 66,

    a. 4; IIII, q. 58, a. 12). Aunque Santo Toms, llevado de su opcinintelectualista, seala que la prudencia, que perfecciona a la razn,excede en bondad a las otras virtudes morales23, sin embargo no dejade afirmar en concreto la preeminencia de la Justicia en el orden moral.

    20 III, q. 58, a 3.21 Ver los datos de esta tradicin en: T. U r d a n o z , Tratado de los Hbitos y

    Virtudes: Suma Teolgica V (Madrid, 1954) 288298.22 III, q. 61, a. 2.23 III, q. 66.

    APROXIMACION HISTORICA 35

    Una virtud se dice ser mayor absolutamente segn que reluce en ellaun mayor bien de la razn. En este sentido, la justicia es la ms exce-lente de todas las virtudes, por el hecho de ser la ms prxima a larazn; esto es evidente por el sujeto, pues tiene ella su sede en la vo-luntad, y la voluntad es el apetito racional, como se dijo; por el objetoo materia, pues la justicia se ocupa de las operaciones por las cuales elhombre se ordena, no slo en s mismo, sino tambin por orden a losdem s 24.

    Los tres encuadres que acabamos de recordar demuestran la impor-tancia que Santo Toms asigna a la Justicia dentro de su esquema moral.La Justicia es para l el vrtice del mundo tico.

    c) El tratado de justi tia: fuentes y contenido

    El tratado De Justitia es el ms amplio (IIII, qq. 57122) de lossiete tratados de virtudes que integran la moral concreta de la SumaTeolgica de Santo Toms.

    Fuen tes de l tra tad o

    Nadie duda en recono ce r que el tra tado tomasia no sobre la Justi ciatiene tres clases de fuentes: la aristotlica, la bblicopatrstica y la delderecho romano.

    Por lo que respecta a la influencia aristotlica, un tomista anota: lapr inc ipa l fuente del tra tad o aqu inia no De ju sti tia ha sido Aristteles... ElAquinate ha seguido muy de cerca el libro V de la Etica en la estruc-turacin y en las ideas principales de su tratado. Las doctrinas del de-recho y sus divisiones, de la justicia en general, su naturaleza y especiesde la misma, los principios y las formas de la injusticia reconocen en el

    breve lib ro del Es tagi rit a la principa l fuente de inspir acin . Y no slola parte general del tratado, sino toda la continuacin y desarrollo delmismo a travs de las diversas especies de injusticias, contrarias a laconmutativa, siguen el esquema general aristotlico de divisin de lamateria de la justicia, que el Santo toma y reproduce de aquel libro(q. 61, a. 3) 25.

    No hace fa lta ins ist ir en que San to Tom s uti liza tam bi n las fue nte sespecficamente cristianas. Son abundantes las referencias bblicas, so

    24 III, q. 66, a. 4.25 T. Ur d a n o z , Tratado de la Justicia: Suma Teolgica VIII (Madrid, 1956)

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    36 MORAL DE ACTITUDES. III MORAL SOCIAL

    bre tod o del Antiguo Tes tam ento. Lo mism o hay que deci r de los tex tospa trsti cos, sobre tod o de San Agustn , de San Am bro sio y de San Gr e-gorio. Como constatacin de estas afirmaciones se recuerda que deenseanzas directas de la Escritura y de los Padres parece derivarse elgrupo de cuestiones 7277, sobre los pecados de injusticia en palabras,que no tienen precedentes en Aristteles ni en los juristas, y que elAquinate, con gran sentido teolgico y originalidad, las ha creado26. Lacanonstica medieval tampoco est ausente en el tratado tomasiano sobrela Justicia, sobre todo en las cuestiones de moral prctica relacionadacon el campo profesional de jueces, abogados, testigos, reos y fiscales(qq. 6771).

    La influencia del Derecho romano es patente en la obra de SantoToms27. En relacin al tema concreto de la Justicia hay que recordarque entre Aristteles y Santo Toms se ha interpuesto nada menos queel Derecho romano, que se conoca tan bien en la Italia del siglo XIII28.Por eso Santo Toms conoce los textos de los jurisconsultos romanosy hace uso bastante frecuente de ellos, tanto en referencias textualescom o en citas implcitas y mediata s 29.

    Contenido del tratado

    El tema de la Justicia queda sistematizado en la sntesis tomasianaen tom o a tres ncleos de inters: determinacin y estudio del objeto dela Justicia, es decir, del derecho; anlisis de la nocin, constitutivos ydivisin de la Justicia en cuanto virtud; exposicin del contenido con-creto de las exigencias morales de la Justicia.

    El estudio del derech o, en cuanto objeto de la Justicia, es breve (lededica una cuestin: q. 57), pero enjundioso. En esta cuestin est elorigen de los extensos tratados de los comentaristas sobre la relacinentre justicia y derecho, sobre las diversas nociones de derecho, y sobre

    sus importantes divisiones (derecho natural, derecho de gentes, derechoposit ivo ). Algunos comenta ris tas llegan a yu xta po ne r el tra tado gen era lde la Ley.

    El anlisis tomasiano de la Justicia en cuan to virtud depende funda-mentalmente de Aristteles, aunque la definicin la recoge de los juris-tas romanos. Nocin, elementos integrantes y divisin de la Justicia son

    26Ibd ., 163.27 M. Au b er t , Le droit romain dans les oeuvres de S. Thom as (Pars, 1955).28 G m e z Ro b l e d o , o. c., 97.29 Ur d a n o z , Tratado de la Justicia: 1. c., 163.

    APROXIMACION HISTORICA 37

    aspectos de la teora tica ms influyente en la tradicin moral cristiana.Recordemos nicamente la definicin que da Santo Toms de Justicia:Si alguno quisiera reducir la definicin de la justicia a su debida forma,

    pod ra decir que la jus tic ia es el hbito segn el cual uno, con const ant ey perpetua voluntad , da a cada cual su derech o 30. En esta definici n,la ms perfecta que se ha dado de la justicia dentro de esta orientacinfilosfica, se ha fundido armoniosamente lo mejor de la concepcinaristotlica: la disposicin habitual, firme y constante de la voluntad, yde la concepcin romana: el derecho, como objeto preciso de la justicia,y Santo Toms ha aadido an, de cuenta propia, la traduccin inmedia-ta del hbito en acto, al decir que por el hbito de la justicia se da a cadauno su der echo 31.

    Por lo que respecta al contenido de las exigencias concretas de laJusticia, Santo Toms sigue dependiendo de Aristteles. Sin embargo,no falta algn tomista que pretende ver en el tratado de Justicia de SantoToms el esquema del Declogo32. Para este autor, que da importanciaespecial a la q.122, concretamente las cuestiones 62101 sobre las partessubjetivas y potenciales constituyen un comentario sistemtico de los

    precep tos del De c log o 33.

    2. RENACIMIENTO TOMISTA: LOS TRATADOS DE JUSTITIA ET JUREDE LOS SIGLOS XVIXVII

    a) El gnero moral De Justitia et Jure

    La tica social cristiana de los siglos XVIXVII es form ulada dentrode un gnero moral nuevo: los tratados De Justit ia et Ju re 34.

    30 IIII, q. 58, a. 1.31 Gmez Robledo, o. c., 114.

    12 D. Mo n g il l o ,La strutt ura del De iust itia . Su mma Theo logiae II-II, q. 57-122 : Angelicum 48 (1971) 355377.33Ibd., 369.34 Sobre el ttulo de estos tratados, anota Urdanoz, o. c., 160161: Los telogos

    clsicos que han hecho de este tratado objeto especial de sus grandes comentarioshan popularizado el ttulo compuesto: De iustitia et iure, o como inscribe el suyo,con ms lgica, Bez: De iure et iusti tia.En realidad, la designacin obedece a unatradicin multisecular. Son los jurisconsultos romanos, dice Bez, los que haninscrito al frente del libro de las dos compilaciones del Derecho civil el ttulo Deiustitia et iure. Y el mismo Derecho de Graciano llevaba intitulada al frente de lascuatro primeras distinciones la designacin De iure et iuris differentia . Es, pues, unttulo consagrado por la tradicin de juristas y canonistas, que pas de ah a loscomentarios de los telogos. Algunos incorporaron bajo la designacin de iure unaexposicin de la ley que, como objetivo, completaba el estudio de ste. Y todos

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    38 MORAL DE ACTITUDES. III MORAL SOCIAL

    Estos tratados constituyen una integracin de estudios interdisciplinarmente orientados. De un modo concreto, los integran cuatrodisciplinas con sus respectivos mtodos y contenidos: la filosofa moral;ciencias jurdicas; teologa; y derecho cannico35. Los tratados De Justi-tia et Jure son el primer intento, e intento logrado para aquella poca,de hacer una moral con metodologa de interdisciplinaridad.

    Dentro de la sntesis tomista de las virtudes hubo una virtud que atra-jo de un modo pa rti cu lar el int er s de los te log os y comenta ris tas deSanto Toms: la virtud de la Justicia. En tom o a ella organizaron un blo-que temtico de tal importancia que se independiz del conjunto de lasntesis teolgicomoral. Grandes juristas y moralistas volcaron sobre llo mejor de su genio y talento. Naci as un gnero moral que puede serconsiderado como el lugar teolgico de encu entro entre la fe y las reali-dades sociales; es, en cierto sentido, el anticipo de la Constitucin pasto-ral Gaudium et Spes del Vaticano II36.

    En cuanto tratado autnomo e independizado de la sntesis teolgi-comoral, el clsico De Justitia et Jure asumi como tarea el estudiode los problemas sociopolticojurdicoeconmicos. Las categoras de

    Derecho y de Justicia fueron las aglutinadoras de toda la problem -tica moral de la sociedad. Para el planteamiento y la solucin de los

    pro ble mas t ico so cia les los mo ral ist as se sirv ieron: de la descripci nsocioeconmica de la sociedad (hubo tratadistas que acertaron y otrosque no conocieron por dnde caminaba la evolucin de la sociedadmoderna europea), de los conocimientos jurdicos (legislacin socio

    po lt ica ), y de los cri ter ios morales.

    b) Obras y moralistas principales

    Sin pretender hacer un elenco de todos los tratados relacionados con

    el tema de la Moral Social, recordamos las obras y los moralistas msimportantes.

    tomaron de ello motivo para extenderse en amplios anlisis sobre el derecho en susmuchos aspectos, sobre el dominio y sus formas, etc., que constituyen el magnficolegado y contribucin de nuestros juristastelogos a la escuela del derecho.

    35 Ver la respuesta, que en el sentido indicado en el texto, da B e z , De iureet iustitia decisiones, prol., a la pregunta sobre a qu ciencia o facultad compete elestudio de la justicia y el derecho. La postura de Saln y Molina, expuesta en losproe mios a sus sendos tratado s De Just itia et Jure, es todav a ms de carcte rinterdisciplinario que la de Bez, contra el que polemizan.

    36 L. Ve r e e c k e , Aggiomamento" : tarea histrica de la Iglesia: Estudios sobrehistoria de la Moral (Madrid, 1969) 115160.

    APROXIMACION HISTORICA 39

    Anotemos, en primer lugar, que la teologa moral del siglo XVIsufre un desplazamiento local para seguir la geografa de los centros dedecisin econmica. Espaa y Portugal encontraron en los profesoresde Salamanca y de C oimbra observadores atentos y tericos perspicacesde la vida econmica. Los Pases Bajos encontraron en Lessio un mo-ralista de negocio s que no ced e en nada a los telogos de Esp aa 37. Enel siglo XVI, la teologa moral es espaola, ya que el Siglo de Oro estambin el siglo de oro de la teologa espaola38.

    En segundo lugar, conviene tener en cuenta que, a pesar de nacertodos de la misma matriz tomista39, cada uno de los tratados poseematices peculiares. Adems de la diversidad proveniente de la familiareligiosa de origen (hay dominicos, jesuitas, agustinos, etc.) y de la

    personalidad de cada autor , existe una d ife ren cia que es preci so rec ordarpara captar co rre ctamente el pensam ien to moral de los autores: se ad-vierten matices distintos entre los autores que escriben en la primeramitad del siglo XVI y los que lo hacen en la segunda mitad; la evolu-cin de la economa (manifestada en la crisis producida en la segundamitad del siglo XVI) tiene su reflejo entre los moralistas40. Teniendo en

    cuenta la diferencia cronolgica y la consiguiente diferencia de maticestemticos se pueden organizar dos series de moralistas. Primera serie:Vitoria, Soto, Azpilcueta, Mercado. Segunda serie (finales del sigloXVI): Bez, Saln, Luis Lpez, Molina.

    He aqu los autores y las obras ms importantes:

    F. d e V i t o r i a , Comentarios inditos a la secunda secundae de Santo Toms.T o m o s 24: De iust itia ( S a l a m a n c a , 1934). E d . V . B e l t r n d e H e r e d i a . D .D e S o t o , De Iu stit ia et Iure Lib ri dec em ( S a l a m a n c a , 1559); Re lec ci n De

    Do min io" ( G r a n a d a , 1964). M . D e A z p il c u e t a , Comentario resolutorio decambios. I n t r o d u c c i n y t e x t o c r t i c o p o r A . U l l a s t r e s , J. M . P r e z P r e n d e sy L . P e r e a ( M a d r i d , 1965). T . D e M e r c a d o , Suma de Tratados y Contratos. E d i c i n y e s t u d i o i n t r o d u c t o r i o d e R. S i e r r a B r a v o ( M a d r i d , 1975),

    p r im e r a e d i c i n e n S a la m a n c a 1569. D . B e z , De Iur e et Iu sti tia de cis io

    nes ( S a l a m a n c a , 1594). B . S a l n , Commentarium in disputationes de Ius-titia et Iure. 2 v o l . ( V a l e n c i a , 15911598). L . M o l i n a , De Iustit ia et Iure ( M a g u n c i a , 1603). T r a d u c c i n c a s t e l l a n a : Lo s sei s libr os de la Justi cia y el

    Derecho ( M a d r id 194144): T r a d u c c i n , e s t u d i o p r e l im i n a r y n o t a s d e M .F r a g a I r i b a m e . L . L e s s i o , De Ius titia et Iure coe teri squ e Vir tut ibu s Cardi-

    37 L. Ve r e e c k e , Introducc in a la histori a de la teolog a moral mode rna: Es-tudios sobre historia de la Moral (Madrid, 1969) 96.

    38Ibd ., 77, 81.39 Ur d a n o z , o. c., 170.

    Francisco de Vitoria y Domingo Soto en un perodo de expansin econmicaestimarn lcitas prcticas comerciales que Domingo Bez y Bartolom Saln con-denarn en una coyuntura desfavorable (V e r e e c k e , Introducci n...: o. c., 77).

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    4 0 MORAL DE ACTITUDES. III MORAL SOCIAL

    nalibus (Lovaina, 1605). J. De L u g o , De lu sti tia et Iure (Lyon, 1642; Venecia, 1751).

    3. ANOTACIONES CRITICOVALORATIVAS

    No se puede de jar de reconocer la va la del tra tad o de Santo Tomssobre la Justicia. Sin embargo, tampoco sera justo dejar de sealar suslimitaciones.

    Escuetamente enumeradas, stas son las principales limitaciones:

    Excesivo form alismo: parecen preocuparle ms las cuestionesformales que los problemas reales.

    Prepo ndera ncia de la jus tic ia conmutativa: aunque Santo Tomsreconoce la divisin formal de la Justicia en legal, distributiva yconmutativa (IIII, q. 58, a. 7; q. 61), de hecho la moral concretase orienta de modo prevalente por los cauces de la conmutativa.

    Po ca incidencia en la vida rea l: es reconocida por los tomistasla tendencia de Santo Toms a abreviar las cuestiones prcticas

    de la tica social41. Por otra parte, la vida socioeconmica ape-nas si cobra relieve ni es reflejada en la tica social de SantoToms.

    Por razones metodolgicas preferimos desarrollar estas anotacionescrticovalorativas no en este captulo sino en el dedicado a la moraleconmica42.

    Por lo que respecta a los tratados De Jus titi a et Jure, no hace faltaque repitamos aqu los encomios que objetivamente merecen. Quiz enninguna otra poca haya alcanzado cotas tan elevadas la reflexin teo-lgicomoral como en los tratados filosficoteolgicojurdicomoralesde los siglos XVIXVII.

    Sin embargo, no podemos dejar de consignar algunas anotaciones cr ticas:

    1.a Contin an las limitaciones se aladas en el tratado de SantoToms: excesivo form alismo y preponderancia de hecho de la justi cia conm utativa. Con respecto a este ltimo punto es necesario reconocerque entre los tomistas siempre se defendi la prioridad axiolgica de ladistributiva frente a la conmutativa43, aunque en el planteamiento y

    41 Urdanoz, o . c ., 166167.42 Remitimos al captulo 5., II.43 Urdanoz, o . c ., 335.

    APROXIMACION HISTORICA 41

    solucin de los problemas sociales, sobre todo econmicos, predominla consideracin de la conmutativa. Por otra parte, es interesante cons-tatar el deslizamiento hacia la conmutativa segn el correr de los aos:de la afirmacin de Soto de que la distributiva praestantior est quamcommutativa44 se llega a la de Lugo de que cum justitia commutativasit magis stricte justitia, de illa nobis principaliter in hoc opere agendum

    est 45.2.a Los tratados De Justitia et Jure dan por ju st o el orden

    soc ial existente . El predominio del derecho positivo en el anlisis de lospro blemas morales les llev a no c uesti on ar rad ica lme nte el ord en soci alexistente. A pesar de esta afirmacin nos parece exagerada la crtica quealgunos hacen a la Escuela espaola, queriendo descubrir una postura

    polticam ente reaccio naria de los int eg ran tes de la Escuela fre nte a pro-blemas tales com o la esc lav itud o l a lib ert ad rel igiosa y de pensamien to.Y no slo que nos lo parezca hoy desde la perspectiva del ltimocuarto del siglo veinte , sino que tambin en su propio contex to sociohistrico significaron una actitud regresiva en cuanto que propugna-ron una defensa descarada (entre otras cosas) de los intereses econ-

    micos de la Iglesia Catlica, del Derecho comn de Castilla y delabsolutismo de los Austrias46.

    3.a Tendencia a reducir la tica social, sobre todo la econmica, auna moral del inte rcambio. Se comprueba esta afirmacin constatandola importancia otorgada al contrato y, dentro de los contratos, al con-trato concreto de compraventa.

    Por las razones metodolgicas apuntadas preferimos dejar para msadelante, al exponer la historia de la moral econmica, el desarrollo delas anteriores anotaciones crticas47.

    Como conclusin, creemos que la tica social cristiana no debe serformulada en la a ctualidad siguiendo la estructura del De Justitia tomasiano ni del De Justitia et Jure del Renacimiento tomista. La Jus-ticia es, segn veremos, una categora tica de grandes posibilidades enel presente; sin embargo, la Justicia en cuanto virtud aristotlico-esco-lstica, no puede seguir organizando todo el tratado de la tica socialcristiana.

    De Justiti a et Jure , libro III, q. 6, a. 1.Dispu tatione s s chola sticae et m orales ,Tract. De Justitia et Jure, d. 2, intr.:

    V (Pars, 1893) 577.M. A t i e n z a ,Derec hos naturales o derec hos humanos: un problem a semntico:

    Poltica y Derechos humanos (Valencia, 1976) 23.Remitimos al captulo 5., III.

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    42 MORAL DE ACTITUDES. III MORAL SOCIAL

    TEXTOS

    Recogemos el prlo go y la definicin de la just icia de dos impor-tantes Tratados De Justitia et Jure: los de Domingo Soto y de Luis DeMolina.

    D o m i n g o So t o : Tratado de la Justicia y del Derecho.Versin de J. T o r r u b ia n o

    (Madrid, 19221926) tomo 1, pp. 59; tomo II, pp. 217221.

    1. Prlogo

    La nobilsima virtud de la justicia, descendiente legtima de nuestra Fe, apoyode la Esperanza, compaera de la Caridad, resplandor luminoso de todas las demsvirtudes, a la cual ponen sobre las nubes tanto los orculos profanos como principal-mente los divinos, porque ella es la que rene en sociedad al hombre, animalsocial,le libra de las injurias, le une por el amor, lo mantiene en paz, lo adorna de virtudes,y, por fin, con el auxilio divino lo conduce a la eterna felicidad; esta es ciertamentela virtud que nos proponemos declarar y estudiar, segn la poquedad de nuestrotalento, en la presente obra. Y porque el fin de esta fulgentsima estrella es (comoensean todos los Cdigos) dar a cada uno lo que es suyo segn las normas de lasleyes, juzgu por muy legtimo ttulo de la obra: De la Justicia y del Derecho.Porque intento ensalzar la dignidad augusta de esta virtud, establecer slidamentesus elementos, leyes, partes y especies, y examinar todas las iniquidades que le soncontrarias, los fraudes y las violencias, segn las fuerzas que Dios me diere, tantocomo ellas alcancen, y pintar cada cosa con todos sus pormenores. Y aunque no seme oculta con cunta competencia y erudicin han enriquecido este asunto muchosTelogos y Jurisconsultos, con todo la liviandad humana engendr segn la iniqui-dad de los tiempos y dio a luz cada da nuevas formas de fraude, con las cualessatisfacen su insaciable avaricia contra todo lo justo y permitido. Por lo cual no hade ser sino de mucho provecho, si los inicuos pactos, contratos y cambios, as comolos numerosos gneros recientes de usura y simona nos ponen en el nimo publicarnuevos volmenes de cosa tan antigua. Adems de que, cuantas ms hayan descu-bierto los anterio res sobre un asunt o, tanto ms abundante materia suminis tran a losposte riores, si poseen algn talento para disc urrir cosas nuevas. Adase, que nin-guno ha tratado tan afortunadamente la cuestin escolstica, de suyo tan compleja,

    que no pueda, usando de ms perspicaz diligencia (no hablo de la ma), establecerlacon ms firmeza y exactitud, disponerla con ms orden y limarla con ms limpieza.Por esta causa, pues, yo,