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16 ELSIGLO 7 DE OCTUBRE DE 2016 Violeta Parra del más importante movimiento que haya visto la canción po- pular en estos lares, la Nueva Canción Chilena, pero también los jóvenes rockeros reconocen la profundidad y riqueza de su música y textos, llenos de in- equívoca crítica social y voca- ción de búsqueda. “Un referente ejemplarizante” Alberto Zapicán, activista y mú- sico uruguayo que actúo y grabó con Violeta Parra, en una en- trevista publicada en un medio electrónico analizó en profundi- CULTURA parecérsele, por sobre todas las cosas es digna, consecuente y trabajadora. Cuando en Chile seguimos bus- cando respuestas sobre cuál es nuestra verdadera identidad y luchamos por reconocernos los unos en los otros, ella nos mira desde la historia y seguramente ríe al ver como tropezamos en lo obvio, o tal vez llora. Violeta Parra combina su papel de cantora testimonial -intér- prete y difusora del cancionero tradicional- con el de creadora - cia fue vital para el nacimiento tos años -salvo por los cultores- y que ha costado tanto que nuestra neoliberal sociedad lo haga suyo. Violeta, cuya vigencia no tiene discusión, tiene el mérito de ha- ber puesto el nombre de nuestro país en el resto del mundo gra- cias a su innata capacidad crea- tiva. Cruzó fronteras cuando en Chile muy pocos lo hacían; lo que llevaba en sus maletas no eran cartas de representación diplomática y se transformó en Embajadora de nuestra identi- dad y cultura. Tampoco llevaba “productos para transar en el mercado”, y aun así su creación Nelly Carrasco C hile y el mundo se aprontan para feste- jar el centenario de nuestra gran Violeta Parra, la que vino al mundo un 4 de octubre, en 1917, de lo cual se cumplieron 99 años esta semana. Como es lógico, habrá muchas celebraciones y menciones por sus 100 años. Se destacará el le- gado e importancia de su trabajo en las artes y se “enaltecerá” el orgullo chileno, ese sentimiento que le ha sido esquivo todos es- Camino al centenario de se transformó en un producto de primera necesidad en el Viejo Continente. Ni hablar de cómo su osadía de exponer en Europa cambió la imagen de Chile en ese entonces y de la manera en que su labor ayudó a que los tu- ristas se interesaran por “redes- cubrir” esta nación. Tierna y peleadora, incansable investigadora que pasa de la luz a la oscuridad en su obra, lo que la hace auténtica porque su trabajo se desarrolla a partir de la observación de la sociedad en que vive, Violeta no es co- pia de nadie y muchos quieren “Primero, pido licencia pa’ ‘transportar’ la guitarra; después, digo que fue Parra quien me donó l’existencia. Si me falta l’elocuencia para tejer el relato, me pongo a pensar un rato a ver si así deletreo con claridez mi relato”. 1929 Compone sus primeras canciones en guitarra. 1937 Conoce a Luis Cereceda, con quien contrae matrimonio en 1938. Se separarían un año después. 1949 Graba, junto a su hermana Hilda, un disco sencillo. 1955 Recorre Polonia, URSS y Francia. Reside en París durante dos años, donde graba sus primeros discos. 1959 Ya de vuelta en Chile, se enferma y permanece en cama durante meses, ocasión que aprovecha para desarrollarse como arpillerista. Algunos hitos en la vida de la Viola Chilensis 1917 Nace el 4 de octubre en San Carlos, provincia de Ñuble. Hija de Nicanor Parra y Clarisa Sandoval.

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16 ELSIGLO 7 DE OCTUBRE DE 2016

Violeta Parradel más importante movimiento que haya visto la canción po-pular en estos lares, la Nueva Canción Chilena, pero también los jóvenes rockeros reconocen la profundidad y riqueza de su música y textos, llenos de in-equívoca crítica social y voca-ción de búsqueda.

“Un referente ejemplarizante”Alberto Zapicán, activista y mú-sico uruguayo que actúo y grabó con Violeta Parra, en una en-trevista publicada en un medio electrónico analizó en profundi-

CULTURA

parecérsele, por sobre todas las cosas es digna, consecuente y trabajadora.Cuando en Chile seguimos bus-cando respuestas sobre cuál es nuestra verdadera identidad y luchamos por reconocernos los unos en los otros, ella nos mira desde la historia y seguramente ríe al ver como tropezamos en lo obvio, o tal vez llora.Violeta Parra combina su papel de cantora testimonial -intér-prete y difusora del cancionero tradicional- con el de creadora

-cia fue vital para el nacimiento

tos años -salvo por los cultores- y que ha costado tanto que nuestra neoliberal sociedad lo haga suyo.Violeta, cuya vigencia no tiene discusión, tiene el mérito de ha-ber puesto el nombre de nuestro país en el resto del mundo gra-cias a su innata capacidad crea-tiva. Cruzó fronteras cuando en Chile muy pocos lo hacían; lo que llevaba en sus maletas no eran cartas de representación diplomática y se transformó en Embajadora de nuestra identi-dad y cultura. Tampoco llevaba “productos para transar en el mercado”, y aun así su creación

Nelly Carrasco

Chile y el mundo se aprontan para feste-jar el centenario de nuestra gran Violeta Parra, la que vino

al mundo un 4 de octubre, en 1917, de lo cual se cumplieron 99 años esta semana.

Como es lógico, habrá muchas celebraciones y menciones por sus 100 años. Se destacará el le-gado e importancia de su trabajo en las artes y se “enaltecerá” el orgullo chileno, ese sentimiento que le ha sido esquivo todos es-

Camino al centenario de

se transformó en un producto de primera necesidad en el Viejo Continente. Ni hablar de cómo su osadía de exponer en Europa cambió la imagen de Chile en ese entonces y de la manera en que su labor ayudó a que los tu-ristas se interesaran por “redes-cubrir” esta nación. Tierna y peleadora, incansable investigadora que pasa de la luz a la oscuridad en su obra, lo que la hace auténtica porque su trabajo se desarrolla a partir de la observación de la sociedad en que vive, Violeta no es co-pia de nadie y muchos quieren

“Primero, pido licenciapa’ ‘transportar’ la guitarra;después, digo que fue Parraquien me donó l’existencia.Si me falta l’elocuenciapara tejer el relato,me pongo a pensar un rato

a ver si así deletreocon claridez mi relato”.

1929Compone sus primeras canciones en guitarra.

1937Conoce a Luis Cereceda, con quien contrae matrimonio en 1938. Se separarían un año después.

1949Graba, junto a su hermana Hilda, un disco sencillo.

1955Recorre Polonia, URSS y Francia. Reside en París durante dos años, donde graba sus primeros discos.

1959Ya de vuelta en Chile, se enferma y permanece en cama durante meses, ocasión que aprovecha para desarrollarse como arpillerista.

Algunos hitos en la vida de la Viola Chilensis1917Nace el 4 de octubre en San Carlos, provincia de Ñuble. Hija de Nicanor Parra y Clarisa Sandoval.

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dad la personalidad y el valor del quehacer de la artista chilena. “Yo podía ver que Violeta era alguien que aportaba al univer-so. Y de alguna manera me arri-mé a ella para eso, para aportar. Hasta hoy yo veo en Violeta a un referente ejemplarizante, un faro muy claro para la vida. Buscamos referencias lejanas, por internet o en gurúes extran-jeros, y no vemos la sabiduría que tenemos al lado y que es parte nuestra. Lo que quiso de-cir Violeta, cómo lo dijo, cómo era su conducta y su forma de vida, cómo y hasta dónde de-fendió los valores…, si tú sien-tes todo eso vas a entender que

Agregó que “era algo evidente en ella hasta en cómo se movía: todo su comportamiento era el de una mujer de la tierra. No dueña de la tierra, sino parte de la tierra, como un arbolito. Uno minimiza a la mujer: es frágil, no tiene músculos, es chiqui-ta… pero Violeta tenía tan clara su identidad, lo que ella era sin tener que buscar nada, que fue capaz de mostrar la cultura de una nación en Europa. Imagína-te: una sola persona lleva hasta allá la realidad cultural de todo un pueblo. Ése es el poder de una identidad: puede más que todo un sistema”. Sobre la trascendencia de su le-gado, sostuvo que “los sistemas se olvidan, no logramos memo-rizar el nombre de los presiden-tes, cuál viene después de cuál… pero esta gente queda. A una gran autoridad rara vez la van a conocer en otra región, pero has-ta los chinos cantan a Violeta”.Para Zapicán, “una persona que tiene su identidad, que no es frágil, que no tiene miedo de mostrar lo que es, es un ser li-bre. Y eso es lo más peligroso para un sistema. El sistema oc-cidental siempre va a preservar modos de no generar seres así, porque son una amenaza. Apor-tan, remueven, agitan”.Chile se prepara para celebrar su centenario. Y junto a ello, el mundo nos pondrá nuevamente en primera plana de la noticia porque, a pesar de su ausen-cia física, Violeta sigue siendo nuestra gran Embajadora y refe-rente obligado cuando de hablar de identidad se trata.

“No creo en brujos Garay... pero de haberlos, los hay”, dice un viejo dicho popular que nos hace recordar al mitómano “economista” y líder de “Felices y Forrados”, que culminara con Rafael Garay huyendo del país, tras estafar al periodista Iván Núñez y otras personas.Una vez más la llamada “caja idiota” se deja llevar por la popularidad, verborragia y carisma de personajes como Franco Parisi, el llamado “Doctor File” y el mismísimo ME-O, quienes tuvieron también su minuto de gloria captando el interés de televidentes desprevenidos y aprovechando la buena fe de la teleaudiencia.El “economismo desaparecido” nos trae a la memoria también al comunicador deportivo Mauricio Israel, a la doctora Cordero y a otros especímenes -a menudo bipolares- que cifraron su “fama” ante las cámaras, pero dejaron bastante que desear en materia de probidad y buenas costumbres.Por otro lado, están los escándalos faranduleros en los cuales se ven envueltos -a menudo voluntariamente- otros famosillos: futbolistas con modelos y otros casos.Tal vez lo más lamentable en el

último tiempo ha sido el incidente familiar donde se vio involucrada la actriz Amaya Forch con su ex esposo, Amaro Gómez Pablos. El retiro de su denuncia por violencia intrafamiliar

contra el comunicador teje un manto de dudas sobre lo realmente ocurrido. Lo más condenable, la exposición pública de los pequeños hijos de la pareja.Un caso que se reitera, aunque este matrimonio nunca ventiló sus problemas hasta que Amaro habló para las insidiosas cámaras de “Primer Plano” en Chilevisión. Una decisión en cualquier caso imprudente y desacertada.Según el matinal de Canal 13 “Bienvenidos”, Forch tomó la iniciativa para que se “acabe este circo de farándula”.Amaya Forch envió un comunicado en el que enfatizó que “ninguno de los dos protagonistas de esta historia hemos querido ni hemos tratado de publicitar nuestros desacuerdos”. “Por el bien de nuestros hijos, con vuestra y nuestra discreción, permítannos encontrar la forma de conciliar los mejores acuerdos para ellos”, añadió.Una vez más la televisión como arena del circo romano de la implacable farándula, removiendo conciencias con valores discutibles, acciones reprobables pero en la total impunidad.

José Luis Córdova

Hablemos de la tele

Escándalos impunes

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ba y remate hexasílabo, arremete de manera im-placable contra el apara-to sagrado que busca or-namentar la explotación y contener el despertar de los oprimidos: “Qué vamos a hacer con tan-to/ tratado del alto cielo,/ ayúdame, Valentina,/ ya que tú volaste lejos,/ dime de una vez por to-das/ que arriba no hay tal mansión,/ mañana la ha de fundar/ ya el hombre con su razón,/ mamita mida/ y con su razón”. Semejante querella ante las desigualdades ha de seguirse en los diez poemas que hasta 2016, con la publicación del li-bro “Poesía” de Violeta Parra, permanecieron in-éditos. Así, en “Primeros recuerdos” es notable la imagen construida con ironía en el juego que va desde “estrechos eran pa’ nosotros/ aquellos duros banquillos” hasta “y aquel palacio ruedan-te/ se resfala como un perro”. Lo propio ocurre con una versión desconocida de “El diablo en el Paraíso”, titulada “Por el mundo al revés”, donde, tras soñar que “los reyes friegan el piso”, apunta de nuevo a la Iglesia, porque “no lo va a creer usted/ al tea-tro lo llaman templo/ con cariño te contem-plo/ dice el bandido a su presa”. Es que la folclorista ha encontrado, precisa-mente en los paraí-sos que en boca del predicador cumplen funciones narcóticas, el material preciso para retratar la miseria, pecu-liar estilo que extiende su impronta a las décimas

David HeviaDirector de la Sociedad de Escritores de Chile

Como sucede con otros artistas cuya crítica so-cial es objeto de

edulcorantes por parte de una institucionalidad dispuesta a disimular la cosmovisión de los crea-dores, la obra de Violeta Parra ha sido objeto de inocuas “antologías” y de una brutal tijera, como la que llevó al sello disco-

estrofas en que la autora acusa los asesinatos del dirigente comunista es-pañol Julián Grimau y del primer ministro del Congo Patrice Lumumba; o la proscripción franquista de las canciones “Qué dirá el Santo Padre” (1965), “La carta” (1963) y “Ayúda-me, Valentina” (1963). Aunque generalmente se alude a las dos primeras, el caso de la tercera revis-te particular interés, pues allí se encuentran, en un solo trazo, las distintas dimensiones del cues-tionamiento que hace la chilena en sus composi-ciones: la caracterización de la injusticia social, la complicidad ideológica del clero y la propia toma de partido. El título original de ese tema, “Qué vamos a hacer”, anuncia desde ya su estatura política, vívido guiño al “¿Qué hacer?” de Lenin. Graba-do el mismo año en que Valentina Tereshkova se convierte, a bordo del Vostok 6, en pionera de los viajes al espacio ex-terior, la clave soviética con que está escrito el texto, de base octosíla-

de “Allí salió el juramento”, en que Parra recrea sus comienzos de cupletista en un pobre circo. “Recién lo vengo a notar/ estaba de agujeria’/ la carpa como un arnero/ como s’ encuentra en el cielo/ la noche una estrellada”, remata, mien-tras la “Cueca larga a diez razones” acude a los salo-nes para advertir, mordaz, que solo en “Domingo siete bailan los Pérez Caro con los Pobletes”. En síntesis, quien otra vez quiera emprender el recor-te contra la voz de Violeta

-tad en los versos que ahora salen a la luz. Incansable, su canto se remonta hasta los elementos aristotélicos para advertir, a través del “Extracto de un contrapunto con un tal Valentín” (1959), que el sol, el agua, el viento y la tierra no tienen “paire ni maire”, ni “dueña ni dueño”. Por eso, en “El jilguerillo”, ya no desea que las aves se queden en casa. Después de todo, serán las alas de una mujer, volando donde algunos vieron mansiones y dioses, las que pueblen su esperanza.

Viola poeta, combativa e inédita

A propósito del inicio de las actividades que culminarán en la celebración de su centenario, sobran razones para festejar a esta comprometida creadora, particularmente ahora que salen a la luz sus desconocidos versos.

1960Conoce y se enamora del músico suizo Gilbert Favré. Al año siguiente vuelve a instalarse en París.

1964Del 18 de abril al 11 de mayo, expone sus pinturas, óleos, arpilleras y esculturas en alambre en el Museé Des Arts Décoratifs, del Palacio Louvre, en París.

1965Regresa a Chile y se instala con una carpa en La Reina, la cual pretendía fuera un centro de actividad artística. Su proyecto fracasa.

1967El 5 de febrero, se suicida en su carpa de La Reina. Un año antes grabó su último larga duración, “Últimas composiciones”.