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202 DARWINIANA 46(2): 202-212. 2008 ISSN 0011-6793 VOCES EN EL BOSQUE: EL USO DE RECURSOS VEGETALES ENTRE CAZADORES- RECOLECTORES DE LA ZONA CENTRAL DE TIERRA DEL FUEGO Laura Caruso 1 , María E. Mansur 2 & Raquel Piqué 1 1 Laboratori d’arqueobotanica, Universitat Autònoma de Barcelona, 08198 Bellaterra, España. 2 Centro Austral de Investigaciones Científicas, Bernardo Houssay 200, 9410 Ushuaia, Argentina; memansur@tie- rradelfuego.org.ar (autor corresponsal). We studied the different ways of plant use among the Selknam from Tierra del Fuego (Argentina). In this paper we present the results obtained from the study of carbonized and non carbonized wood remains recovered at Ewan site, which was occupied at the beginning of the XXth century to celebra- te an initiation ceremony. Results allowed a better understanding of the strategies of plant use in hun- ter-gatherer societies. The identification of the species used, and the analysis of their principal mor- phometric characteristics characterize the use of the “Ñire” (Nothofagus antarctica). This species, dominant in the surroundings, was used to build the dwelling as well as for fuel. For both uses, stems with suitable form and size were selected. Archaeobotanical results and their confrontation with the ethnographic data support the importance of vegetable resources within the socio-economic dynamics of the selknam society. Vegetable resources, beyond their use as food, were important in other aspects, such as technology, hut construction, fuel, and they certainly represented a considerable advantage in the area of the forests of the central zone of Tierra del Fuego. Keywords. Archaeobotany, hunter-gatherers, Selknam, Tierra del Fuego. Original recibido el 2 de junio de 2008; aceptado el 4 de noviembre de 2008. Abstract. L. Caruso; M. E. Mansur & R. Piqué. 2008. Voices in the forest: hunter-gatherers use of vegetable resour- ces in the central part of Tierra del Fuego (Argentina). Darwiniana 46 (2): 202-212. Resumen. L. Caruso; M. E. Mansur & R. Piqué. 2008. Voces en el bosque: el uso de recursos vegetales entre caza- dores-recolectores de la zona central de Tierra del Fuego. Darwiniana 46 (2): 202-212. Se estudiaron las modalidades de aprovechamiento de las plantas entre los Selknam de Tierra del Fuego (Argentina) y se presentan aquí los resultados obtenidos a partir del análisis de los restos de madera carbonizada y sin carbonizar del sitito Ewan, ocupado a principios del siglo XX para la reali- zación de un ritual de iniciación. Los resultados permitieron una mejor comprensión de las estrategias de aprovechamiento de las plantas entre las sociedades cazadoras-recolectoras. La identificación de las especies empleadas y el registro de las principales características morfométricas permitió documentar el aprovechamiento del “ñire” (Nothofagus antarctica). Esta especie, dominante en el entorno, fue uti- lizada para la construcción de la vivienda y como combustible. En ambos casos se seleccionaron tron- cos de forma y tamaño adecuados. Los resultados del trabajo arqueobotánico y su confrontación con los datos etnográficos evidenciaron la importancia de los recursos vegetales dentro de la dinámica socioeconómica de este grupo humano. Los recursos vegetales, más allá de su rol alimentario, fueron relevantes en otros aspectos tales como la tecnología, la construcción, el combustible y debieron cons- tituir una ventaja considerable en el ámbito de los bosques de la zona central de Tierra del Fuego. Palabras clave. Arqueobotánica, cazadores-recolectores, Selknam, Tierra del Fuego. INTRODUCCIÓN La relación del ser humano con los vegetales es compleja y variada y va más allá del simple con- sumo de alimentos. El conocimiento de las propie- dades de las distintas especies, así como también la utilización de técnicas sencillas de extracción y procesado, permitieron satisfacer distintos tipos de necesidades tales como la iluminación, la calefac- ción, la cocción de alimentos, la vivienda y el transporte. El entorno vegetal, además de propor- cionar alimentos y materias prima necesarias,

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VOCES EN EL BOSQUE: EL USO DE RECURSOS VEGETALES ENTRE CAZADORES-RECOLECTORES DE LA ZONA CENTRAL DE TIERRA DEL FUEGO

Laura Caruso1, María E. Mansur2 & Raquel Piqué1

1Laboratori d’arqueobotanica, Universitat Autònoma de Barcelona, 08198 Bellaterra, España. 2Centro Austral de Investigaciones Científicas, Bernardo Houssay 200, 9410 Ushuaia, Argentina; [email protected] (autor corresponsal).

We studied the different ways of plant use among the Selknam from Tierra del Fuego (Argentina).In this paper we present the results obtained from the study of carbonized and non carbonized woodremains recovered at Ewan site, which was occupied at the beginning of the XXth century to celebra-te an initiation ceremony. Results allowed a better understanding of the strategies of plant use in hun-ter-gatherer societies. The identification of the species used, and the analysis of their principal mor-phometric characteristics characterize the use of the “Ñire” (Nothofagus antarctica). This species,dominant in the surroundings, was used to build the dwelling as well as for fuel. For both uses, stemswith suitable form and size were selected. Archaeobotanical results and their confrontation with theethnographic data support the importance of vegetable resources within the socio-economic dynamicsof the selknam society. Vegetable resources, beyond their use as food, were important in other aspects,such as technology, hut construction, fuel, and they certainly represented a considerable advantage inthe area of the forests of the central zone of Tierra del Fuego.

Keywords. Archaeobotany, hunter-gatherers, Selknam, Tierra del Fuego.

Original recibido el 2 de junio de 2008; aceptado el 4 de noviembre de 2008.

Abstract. L. Caruso; M. E. Mansur & R. Piqué. 2008. Voices in the forest: hunter-gatherers use of vegetable resour-ces in the central part of Tierra del Fuego (Argentina). Darwiniana 46 (2): 202-212.

Resumen. L. Caruso; M. E. Mansur & R. Piqué. 2008. Voces en el bosque: el uso de recursos vegetales entre caza-dores-recolectores de la zona central de Tierra del Fuego. Darwiniana 46 (2): 202-212.

Se estudiaron las modalidades de aprovechamiento de las plantas entre los Selknam de Tierra delFuego (Argentina) y se presentan aquí los resultados obtenidos a partir del análisis de los restos demadera carbonizada y sin carbonizar del sitito Ewan, ocupado a principios del siglo XX para la reali-zación de un ritual de iniciación. Los resultados permitieron una mejor comprensión de las estrategiasde aprovechamiento de las plantas entre las sociedades cazadoras-recolectoras. La identificación de lasespecies empleadas y el registro de las principales características morfométricas permitió documentarel aprovechamiento del “ñire” (Nothofagus antarctica). Esta especie, dominante en el entorno, fue uti-lizada para la construcción de la vivienda y como combustible. En ambos casos se seleccionaron tron-cos de forma y tamaño adecuados. Los resultados del trabajo arqueobotánico y su confrontación conlos datos etnográficos evidenciaron la importancia de los recursos vegetales dentro de la dinámicasocioeconómica de este grupo humano. Los recursos vegetales, más allá de su rol alimentario, fueronrelevantes en otros aspectos tales como la tecnología, la construcción, el combustible y debieron cons-tituir una ventaja considerable en el ámbito de los bosques de la zona central de Tierra del Fuego.

Palabras clave. Arqueobotánica, cazadores-recolectores, Selknam, Tierra del Fuego.

INTRODUCCIÓN

La relación del ser humano con los vegetales escompleja y variada y va más allá del simple con-sumo de alimentos. El conocimiento de las propie-dades de las distintas especies, así como también

la utilización de técnicas sencillas de extracción yprocesado, permitieron satisfacer distintos tipos denecesidades tales como la iluminación, la calefac-ción, la cocción de alimentos, la vivienda y eltransporte. El entorno vegetal, además de propor-cionar alimentos y materias prima necesarias,

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constituyó el marco en el que se desarrollaroncomplejas relaciones entre la sociedad y el medioambiente natural. Por lo tanto, su estudio es clavepara poder comprender aspectos básicos de lasrelaciones sociales y económicas de los gruposhumanos.

Los estudios sobre el uso de recursos vegetales,tanto en la alimentación como en cualquier otra desus aplicaciones, son todavía poco frecuentes enlas investigaciones arqueológicas sobre socieda-des cazadoras-recolectoras. Sin embrago, cuandose han llevado a cabo permitieron obtener resulta-dos que enriquecieron la comprensión de las estra-tegias económicas de los cazadores-recolectores.Se destaca en los últimos años el esfuerzo porincrementar la visibilidad de estos recursos ensociedades cazadoras- recolectoras a partir de laaplicación de las diversos estudios arqueobotáni-cos (ver por ejemplo Aura et al., 2005; Weiss et al.,2005). En la región patagónica, la tradición enestudios arqueobotánicos se remonta a los trabajosiniciados en la cuenca del río Chubut -Prov. deChubut, Argentina- hace más de veinte años (Pérezde Micou, 1979-1982; Pérez de Micou & Nacuzzi,1983-1985). Esta línea de investigación, aplicadaen contextos de cazadores-recolectores, propone laintegración de diferentes tipos de datos, proceden-tes de la experimentación, la observación etnográ-fica y las fuentes etnohistóricas (Pérez de Micou,2002:11). El estudio específico de los restos demadera carbonizada ha merecido bastante atenciónpor su aporte a la reconstrucción del paisaje y suevolución a lo largo del tiempo, aunque tambiénhan sido estudiados para abordar el análisis de lasestrategias de gestión de los recursos vegetales ylas dinámicas sociales (Pérez de Micou, 1991,1995; Solari, 1993, 1994; Piqué, 1999; Marconet-to, 2002).

En pocas ocasiones la conservación de restosvegetales permite llevar a cabo un estudio integralde los varios tipos de recursos vegetales utilizadosy de las diferentes modalidades de procesado yconsumo. Esto se debe a la problemática derivadade la conservación de los restos que ha contribui-do a ocultar la importancia económica de las plan-tas (Pérez de Micou, 1985-1987, 1988; Hastorf,1999, Berihuete & Piqué, 2006).

Desde nuestro punto de vista, los recursos vege-tales juegan un rol importante en los sistemas deproducción y reproducción social de las socieda-

des cazadoras-recolectoras, no sólo en cuanto a suuso alimentario sino también como materias primaesenciales, relacionadas con la vivienda, el com-bustible, la tecnología y la confección de diferen-tes tipos de bienes. En muchos casos el uso dematerias primas de origen vegetal puede ser inferi-do indirectamente a partir del estudio morfotécni-co del material lítico y en particular del análisismicroscópico de rastros de uso (Álvarez, 2004;Mansur & Lasa, 2005). Consideramos fundamen-tal identificar los recursos vegetales consumidos,aunque nuestro interés se centra también en el aná-lisis de los procesos de obtención, procesamientoy consumo de estos recursos, para poder determi-nar su rol en la dinámica social.

La zona central de Tierra del Fuego constituyeun lugar ideal para abordar el estudio del rol de losvegetales en las economías cazadoras-recolecto-ras. Este territorio estuvo ocupado por la sociedadSelknam que conservó el modo de vida cazador-recolector hasta fines del siglo XIX. Sobre ellosexiste un amplio y variado registro etnohistóricodesde el siglo XVI, producido por navegantes, via-jeros, colonos, misioneros, naturalistas y funciona-rios, así como también por trabajos etnográficosdetallados producidos en el transcurso del sigloXX. En muchos de ellos se abordaron diferentesaspectos del mundo vegetal (Gallardo, 1910;Beauvoir, 1915; Gusinde, 1982; Bridges, 1978).En esta misma época se recogieron instrumentos yarmas de madera que fueron depositados en muse-os europeos y americanos, por lo que tenemos unbuen conocimiento de los usos de este materialentre los últimos grupos cazadores-recolectores deTierra del Fuego. También se destacan las investi-gaciones realizadas a partir de la década de 1960por la etnóloga Anne Chapman (1986), y los estu-dios etnobotánicos llevados a cabo por Raúl Mar-tínez-Crovetto (1968, 1978).

Las investigaciones que aquí presentamos seiniciaron en el marco de un proyecto en la zonacentral de Tierra del Fuego -Proyecto Arqueológi-co Corazón de la Isla- cuyo objetivo es estudiar ladinámica de la ocupación humana en las zonasboscosa y ecotonal, prestando particular atención ala explotación de los recursos vegetales (Mansur,2003, 2006). En su transcurso fue posible localizarun sitio atribuible a los Selknam históricos, quepresentaba como característica singular la excelen-te conservación de las maderas, en forma de una

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estructura de choza que se conservaba aún en pie.Por ese motivo se decidió encarar otro proyectoespecífico, “Sociedad y Ritual entre los Selknamde Tierra del Fuego”, que se desarrolló en colabo-ración con el Centro Austral de InvestigacionesCientíficas (CONICET-CADIC) en Ushuaia, laUniversidad Autónoma de Barcelona y el Labora-torio de Arqueología del Consejo Superior deInvestigaciones Científicas de Barcelona. Dentrode este marco, se está llevando a cabo un análisisexhaustivo de las evidencias del consumo de vege-tales, que tiene por objetivo poner de manifiesto laimportancia económica de las plantas en las socie-dades cazadoras-recolectoras.

En este trabajo se presentan los resultados obte-nidos en los sitios Ewan I y Ewan II-estructura 1con respecto al uso de las especies vegetales leño-sas, así como también la metodología de campo yel análisis posterior realizado. El mismo está cen-trado específicamente en la información que surgea partir del estudio de los restos de madera; seincluye también el registro de las semillas carboni-zadas (Berihuete et al., 2007).

El consumo de las plantas entre los Selk-nam según las fuentes

El territorio Selknam se extendía prácticamentepor todo el norte y centro de la Isla Grande de Tie-rra del Fuego, desde las costas del Estrecho deMagallanes al N y O, hasta la costa atlántica por elE y la Cordillera Darwin al S. Este vasto territoriocontiene dos ambientes principales. Al norte delRío Grande se desarrolla una zona de praderascaracterizada por un ambiente estepario y semi-estepario, sobre relieves mesetiformes y depresio-nes de origen glaciario. Al sur, el ambiente vapasando progresivamente de los relieves ondula-dos con bosquecillos dispersos de Nothofagusantarctica (G. Forst.) Oerst. (“ñire”) en la zonaecotonal, al bosque caducifolio denso de las lade-ras cordilleranas, que en la zona sur incluye secto-res perennifolios de Nothofagus betuloides (Mirb.)Blume (“guindo”).

Los datos recogidos por Gusinde (1982), Beau-voir (1915), Gallardo (1910) y particularmente losestudios etnobotánicos de Martínez-Crovetto(1968, 1978), ponen de manifiesto el uso de diver-sas plantas entre los cazadores-recolectores Selk-

nam. Concretamente en lo referente a la alimenta-ción, consumían entre otras muchas cosas, las flo-res de dos especies, una autóctona (Taraxacumgilliesii Hook. & Arn) y otra introducida (T. offici-nale Weber ex F. H.Wigg.), ambas muy parecidasentre sí (“achicoria” o “diente de león”). De estasmismas plantas también consumían las hojas y lasraíces. En cuanto a los frutos, la bibliografía regis-tra al menos el consumo de ocho especies, comopor ejemplo Berberis buxifolia Lam y B. empetri-folia Lam (“calafate” y “calafatillo”) y Empetrumrubrum Vahl ex Willd (“murtilla”), entre otros. Lasraíces y tubérculos también formaban parte de laalimentación; los Selknam consumían estas partesde la planta en al menos 16 especies, entre ellosArjona patagonica Hombr.& Jacquinot. Otroejemplo del consumo alimentario de los vegetaleses el caso de la savia de Nothofagus pumilioPoepp. & Endl (“lenga”), que era extraída raspan-do la parte interna de la corteza con una valva ocuchara para beberla directamente. Un caso parti-cular es el de las semillas de Descurainea antarc-tica (E. Fourn.) O. E. Schulz, único alimento vege-tal que era sometido a un proceso de elaboraciónmás complejo. Según la descripción de Gallardo(1910), éstas eran descascarilladas, luego calenta-das sobre el fogón y molidas hasta obtener unaharina que se mezclaba con agua o con grasa delobo marino. La masa así obtenida podía cocinar-se sobre el fogón o ser consumida directamente.

Las menciones etnográficas sobre la gestión delcombustible vegetal entre los Selknam son esca-sas, sin embargo se describe con cierto detallealgunos aspectos de la recolección del combustibleo la gestión del fuego. Gusinde (1982) indica queen la recolección del combustible participaba todoel grupo, aunque cada miembro tenía una respon-sabilidad diferente. Los niños y niñas se encarga-ban de recolectar ramitas, las mujeres arrancabanramas de los árboles, mientras que los hombresabatían ramas y desarraigaban troncos con suslazos. Generalmente se buscaba leña muerta, aun-que se evitaba aquella en proceso de descomposi-ción. La leña así producida era después recolecta-da y transportada por las mujeres, que para este finutilizaban una correa portadora con la que sujeta-ban los haces. En cuanto a la morfología de laleña, Gusinde (1982) señala que se utilizabangrandes troncos, que se iban acercando al fuego amedida que se consumían.

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Los Selknam utilizaban el fuego para una grandiversidad de propósitos, entre ellos procesar ali-mentos o transformar algunas materias primas,pero resultaba especialmente imprescindible paragarantizar la supervivencia en un clima frío yhúmedo como el imperante en Tierra del Fuego.Los textos citan también el uso de antorchas con-feccionadas con ramas de Empetrum rubrum enactividades tales como la caza de aves.

En lo que respecta a la vivienda, las fuentesmencionan dos tipos de estructuras bien diferen-ciados: la choza cónica, construida con troncos yparcialmente recubierta de hojas, pasto y pieles yel paravientos semicircular, formado por algunospostes a los que se sujetaba una cobertura de pie-les de guanaco.

Las fuentes revelan que el equipamiento de losSelknam era complejo y variado. El mismo reuníados características fundamentales ya que era livia-no y fácilmente transportable, es decir adaptado alas condiciones del nomadismo y a las caracterís-ticas de los potenciales recursos. En la mayor partede los casos, se destaca el mayor uso de productosde origen animal (cueros, hueso, tendones, etc.) ymineral (tecnología lítica) como elementos tecno-lógicos. Sin embargo, es evidente que tal modo devida habría sido imposible de llevar adelante sin elprocesamiento complementario de recursos vege-tales.

Las especies leñosas desempeñaron un rol esen-cial para el grupo ya que constituyeron la basepara la construcción de vivienda, permitieron laobtención de combustible, posibilitaron la caza(confección de arcos y astiles para las flechas) y laconfección de instrumentos (cabezales líticosinsertados en mangos de madera o incluso instru-mentos íntegramente confeccionados en madera).Al mismo tiempo, algunas especies herbáceastales como juncos y gramíneas, fueron utilizadasen cestería y cordelería y para confeccionar colla-res y adornos.

Los sitios de Ewan

La localidad arqueológica Ewan se sitúa en laparte central de Tierra del Fuego, en el Departa-mento de Río Grande, en la zona de bosque cadu-cifolio de transición entre la vertiente septentrionalde la cordillera fueguina y las estepas del norte de

la Isla grande. En esta zona de la isla se sucedenlos manchones de bosques y claros, y el sotobos-que se caracteriza por la ausencia de especiesarbustivas. El ondulado paisaje se encuentra recor-tado por numerosos cursos de agua y posee eleva-ciones suaves no superiores a 200 m s. m. El cursode agua más importante cercano al yacimiento esel brazo sur del Río Ewan, que desemboca a ca.12km en la costa Atlántica.

El sitio Ewan I está situado en un claro del bos-que y en él todavía se conserva parcialmente laestructura de una choza cónica de madera de gran-des dimensiones (Fig. 1). Según la tradición oral,la choza de Ewan I (Fig. 2A) habría correspondidoa una choza de “hain”, la ceremonia Selknam en laque se desarrollan diferentes rituales para la inicia-ción de los varones adolescentes (Gusinde, 1982;Chapman, 1986).

Ewan II está ubicado dentro del bosque viejode Nothofagus antarctica (“ñire”), aproximada-mente 200 m al O de Ewan I (Fig. 1). En este sitio,prospecciones mediante sondeos sistemáticos per-mitieron localizar áreas de combustión con mate-riales arqueológicos que corresponden a un míni-mo de cuatro fogones. Esta estructuración delespacio es coherente con la que describen las fuen-tes etnográficas para la realización de la ceremoniadel Hain (Gusinde, 1982, Chapman, 1986). Ladatación dendrocronológica de los troncos utiliza-dos para la construcción de la choza Ewan I indi-ca que estos fueron cortados en la primavera delaño 1905 (Berihuete et al., 2007). Esta fecha per-mite correlacionar la ocupación del sitio con elmomento de contacto europeo y por lo tanto conlas informaciones etnográficas antes mencionadas.

La excavación de Ewan I permitió documentaren el interior de la choza una gran área de combus-tión que contenía la mayor parte de los materialesarqueológicos, principalmente restos faunísticosde guanaco (Lama guanicoe) con distinto grado determoalteración y muy fracturados, algunas lapas,fragmentos de metal, pigmentos y escasas micro-lascas de vidrio. En Ewan II se excavó el sectorcorrespondiente a lo que hemos denominado EwanII-estructura 1. En él se documentó una estructuraderribada de madera (Fig. 3B) así como una granárea de combustión con leños parcialmente carbo-nizados, dentro y alrededor de la cual se distribuí-an los restos arqueológicos (Fig. 4). El registrocomprende básicamente las mismas categorías que

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el de Ewan I, si bien cabe destacar la mayor canti-dad de restos de talla en vidrio en Ewan II-estruc-tura 1, así como la presencia de instrumentos reto-cados (raspadores y puntas de proyectil) y unamayor diversidad taxonómica entre los restos fau-nísticos, vinculados principalmente con activida-des de producción y de consumo (Mansur et al.,2007, sine data). Además se localizaron otras tresáreas de combustión alineadas paralelamente alborde del bosque que distan entre sí ca. 10 y 12 m.

MATERIALES Y MÉTODOS

Los métodos empleados para la recuperación derestos en el sitio Ewan fueron dos: flotación y cri-bado en seco del sedimento. La flotación permiterecuperar los restos vegetales sobre la base de lasdiferencias de densidad del material orgánico einorgánico. En nuestro caso se utilizó una malla de2 mm para el interior de la cuba y una columna detamices con mallas de 5 y 1 mm para recuperar el

material decantado. Para el tamizado o cribado enseco se utilizaron zarandas con un tamaño de luzde malla de 5 y 2 mm.

Las estrategias de muestreo se establecieronprincipalmente en función de la localización de loscuadros de la excavación con respecto a la choza.En el caso de Ewan I la existencia de una estructu-ra aérea de madera posibilitó, durante el desarrollode la excavación, la delimitación de dos sectoresbien definidos. Considerando la ubicación de lostroncos que conforman la choza se delimitó unsector interno y otro externo. El sedimento perte-neciente a los cuadros internos de la choza fue flo-tado íntegramente y el procedente de aquellos cua-dros exteriores al perímetro de la choza fue criba-do en seco.

A diferencia de Ewan I, en la excavación deEwan II-unidad 1 se carecía de una estructura enpie que permitiera delimitar los cuadros excava-dos. El sedimento proveniente de los cuadros quecorrespondían al fogón o estaban en su periferiamás inmediata fue flotado íntegramente, ya que

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Fig. 1. Localización de los sitios Ewan I y Ewan II.

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eran susceptibles de poseer macrorrestos vegeta-les. En cambio los cuadros más exteriores, dondela densidad de restos arqueológicos era más baja,fueron tamizados en seco (Caruso, 2008).

Como resultado del tratamiento del sedimentose recuperó una gran cantidad de restos arqueobo-tánicos. Por ello se optó por realizar un submues-treo en el laboratorio. La selección de los cuadroso sectores analizados fue efectuada en función dela variabilidad espacial observada. Los sitiosEwan I y Ewan II-estructura 1 se caracterizan porposeer una estructura de combustión; dada laimportancia social del fuego por ser el eje de laactividad social, se decidió no restringir el mues-treo al área de combustión.

En el caso de los carbones se optó por analizaruna muestra de 25 fragmentos por cada subcuadrode 50 x 50 cm de la superficie del interior de lachoza en Ewan I, de las áreas de combustión yadyacente en Ewan II. Dado que la diversidadtaxonómica del sitio era muy baja consideramosque esta cantidad podría ser representativa de ladiversidad existente y de su distribución espacial.En el caso de la madera sin carbonizar se llevó a

cabo un registro exhaustivo de su localización ymorfología.

La identificación de las especies representadasse llevó a cabo a partir de sus características ana-tómicas. Para la observación de la madera es nece-sario obtener cortes orientados en los planos:transversal, longitudinal radial y longitudinal tan-gencial. En el caso del carbón éstos se obtienenmediante la fractura manual; este método esampliamente utilizado en el campo de la arqueo-botánica (Solari, 1993; Piqué, 1999; Allué, 2002,entre otros).

Para la observación de los rasgos anatómicos dela madera sin carbonizar es necesario realizar cor-tes delgados en cada uno de los tres planos con laayuda de un instrumento cortante, en este casohemos utilizado hojas de afeitar. La observaciónde la estructura anatómica de la madera, tanto car-bonizada como sin carbonizar, se lleva a cabo conun microscopio óptico equipado con objetivos de40 a 500 aumentos. En el caso de muestras opacas,como el carbón o bloques de madera, se utilizó luzreflejada y para la observación de los cortes delga-dos, luz transmitida.

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Fig. 2. La estructura de madera de Ewan I. A, vista actual de la choza. B, detalle del extremo superior.

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Además de los caracteres anatómicos se regis-traron una serie de aspectos que apuntan al estadoy modalidad de aprovechamiento del combustible.En el caso de la madera sin carbonizar se registra-ron una serie de características con el objetivo dedocumentar tanto la modalidad de obtención comode utilización de la madera (Caruso, 2008).

RESULTADOS

Las estructuras habitacionales de madera

La choza de sitio Ewan I posee aproximada-mente 6 m de diámetro de base y 3,17 m de altu-ra en su parte interna. La choza se articula en basea un eje central formado por cuatro troncos princi-pales clavados en la tierra, sobre los cuales seapoya el resto de los troncos (Fig. 2B). La mayo-ría de los troncos (19) se encuentra en su posiciónoriginal, mientras que 8 de ellos están desplaza-dos; se trata de troncos caídos que deben habersido recolocados en algún momento por la gentedel lugar durante los últimos 30 años. En el inte-rior de la choza también se registró una serie detroncos caídos (31) procedentes del derrumbe. Laidentificación taxonómica de la madera puso enevidencia que la totalidad de los troncos que con-forman esta choza pertenecen a una única especie:Nothofagus antarctica (“ñire”).

El estado de conservación de los troncos deEwan I es variable; en general es mejor el de losque se encuentran en pie, aunque éstos están per-diendo la albura en las zonas más expuestas. La

cara orientada hacia el interior de la estructura seencuentra mejor conservada que aquella expuestaal exterior. En cuanto a los extremos de los tron-cos, el sector distal (el más alejado del suelo) seencuentra en mejor estado que el proximal; esteúltimo, debido a su permanente contacto con elsuelo, se encuentra en proceso de descomposi-ción.

Para la construcción de la choza de Ewan I seutilizaron troncos enteros que se caracterizan porsu perfil rectilíneo o ligeramente sinuoso. Todosellos fueron desprovistos de sus ramas medianteun corte o arrancado. Morfológicamente los tron-cos se caracterizan por poseer un diámetro queoscila entre 8 y 21 cm y una longitud superior a 4m, siendo el más largo de 5,63 m. Muchos de lostroncos terminan en horqueta y presentan marcasde corte (Fig. 3A).

En el sitio Ewan II-unidad 1 se pudo observaruna dispersión de 40 troncos de diferentes dimen-siones que parecían caídos sin un patrón claro. Lasbases de los troncos se situaban en la periferia, for-mando un perímetro irregular alrededor del fogóny zonas aledañas. La mayoría de estos troncos seencontraban en una disposición que resultó sercoincidente con la dispersión de los materialesarqueológicos, tales microlascas de vidrio, entreotros. Por estas razones creemos que los troncoscaídos de Ewan II-unidad 1 podrían correspondera una estructura en forma de choza cónica. El aná-lisis morfológico de cada uno de los 40 troncosrecuperados durante la excavación permitió deter-minar que 18 de ellos presentaban alta probabili-

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Fig. 3. Maderas en los sitios Ewan. A, Detalle de corte de troncos de Ewan I. B, Dispersión de troncos en superficie,antes de iniciar la excavación de Ewan II-estructura 1.

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dad de haber pertenecido a una estructura demadera.

También en este caso se utilizaron troncos ente-ros de perfil sinuoso o recto; todos ellos carecíande corteza y la mayoría fueron desposeídos de susramas -arrancado-. Estos troncos tienen una longi-tud que oscila entre 1,50 y 5,70 m; el diámetroproximal de varía entre 4 y 14 cm y se caracterizapor presentar marcas de corte o la forma originaldel “tocón” -raíz-; por último, el diámetro distalmide entre 2,5 y 7 cm y en general poseen una hor-queta o está cortado.

Los residuos de combustión

El estudio de los residuos de combustión de lossitios Ewan I y Ewan II - estructura 1 permitió

conocer las especies consumidas y algunas carac-terísticas de la leña recolectada. El carbón eraabundante en ambas estructuras de combustión yzonas circundantes. En el caso de Ewan II - estruc-tura 1, el análisis anatómico de la madera carboni-zada fue efectuado sobre una muestra constituidapor un total de 664 fragmentos. El mismo permitiódeterminar el uso homogéneo del material leñosodestinado a la combustión. Todos los restos perte-necían a la especie Nothofagus antarctica (“ñire”).

Del área de combustión se recuperaron también8 troncos parcialmente quemados lo cual indicaque el fuego era alimentado por troncos de grandesdimensiones. De la misma manera que el residuode combustión, los troncos con indicios de carbo-nización también pertenecen a la especie local“ñire”. Los troncos del fogón de Ewan II -unidad1 muestran señales de corte realizado con un hachae indican la recolección selectiva de leña, si bienno en cuanto a la especie consumida, sí al menosrespecto a la morfología y características de laleña. Esta selección estuvo orientada a los troncosde gran tamaño, como parece corroborarlo elresultado obtenido a partir del análisis de los car-bones. Los anillos de crecimiento de los carbonesanalizados se caracterizan por ser rectos o presen-tar una curvatura débil, lo que estaría indicando lautilización de troncos de grandes dimensionescomo combustible. Esta característica es común enel material carbonizado de los dos sitos.

Con respecto al sitio Ewan I, el análisis taxonó-mico se realizó sobre una muestra compuesta por731 carbones. Los resultados del análisis eviden-cian una mayor diversidad entre el residuo de leñaconsumida. Del total de carbones analizados, el99% de los mismos comparte las característicasanatómicas de una misma especie -Nothofagusantarctica (“ñire”). El resto de la madera carboni-zada posee características anatómicas diferentes ycorresponde a la especie Empetrum rubrum (“mur-tilla”).

DISCUSIÓN

Los resultados obtenidos del análisis de ambossitios, así como la información de las fuentesescritas, permiten discutir desde una nueva pers-pectiva el uso del bosque y el entorno habitablepara la obtención de recursos vegetales. El bosque

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Fig. 4. Área de combustión.

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constituye un ambiente propicio para la instala-ción humana por la protección que brinda su repa-ro, la disponibilidad de materia prima para laconstrucción de viviendas y la confección de arte-factos, la obtención de combustible vegetal y dealimentos.

En el caso concreto de los sitios Ewan, el análi-sis morfológico de cada uno de los restos de made-ra ha permitido evaluar no sólo el proceso deobtención sino también la presencia o ausencia deun procesado o preparación de la misma antes desu utilización. Los resultados demuestran queexistían dos formas de extracción. En algunoscasos la parte proximal de los troncos correspondea la raíz o tocón del árbol, lo cual indica que fue-ron desarraigados (no cortados), mientras queotros evidencian directamente un corte con hacha.La presencia de corteza en las porciones más pro-tegidas de los troncos en pie sugiere que no existiódescortezamiento de los mismos. Por otro lado, elúnico indicio de preparación de la madera son lasmarcas de extracción y eliminación de las ramaslaterales, motivo por el cual podemos argumentarque la preparación de la madera era muy sencilla.No obstante, entre ellos encontramos algunos ras-gos recurrentes que indicarían un cierto tipo deselección que no estaría orientado a la búsqueda deun taxón determinado para la construcción de laschozas. La morfología de los troncos estudiadosevidencia una clara búsqueda selectiva de la mate-ria prima en cuanto al perfil, longitud y diámetrode los troncos, así como también a la presencia dehorqueta en el extremo distal. Según los datosetnográficos, los Selknam desenraizaban y arran-caban de cuajo pequeños árboles que eran utiliza-dos para confeccionar chozas y paravientos, datocoincidente con los resultados aquí presentados.

La gran longitud, el diámetro y las marcas decorte de algunos de estos troncos ponen de mani-fiesto la inversión de tiempo y trabajo requeridapara la obtención y el traslado de los mismos. Lasmarcas de corte demuestran que el tronco era cor-tado inicialmente con un hacha y terminado dederrumbar mediante la fuerza.

El estudio de las estructuras de combustióntambién permite discutir el uso de la madera comocombustible; los resultados obtenidos concuerdancon algunas de las menciones etnográficas sobre lagestión del combustible vegetal entre los Selknam.El análisis taxonómico del material procedente de

los sitios Ewan permitió evidenciar el uso de tron-cos de grandes dimensiones para la alimentacióndel fuego. Muchos de ellos, que habrían sido utili-zados como leña, poseían señales de corte porhacha, lo cual refuerza la idea de una recolecciónselectiva con respecto a su morfología. Sin embar-go, no ocurre lo mismo con respecto al taxón con-sumido, ya que prácticamente toda la leña utiliza-da pertenece a una única especie vegetal local:Nothofagus antarctica (“ñire”). El tamaño y lasmarcas de corte que presentan algunos de los tron-cos que alimentaban el fogón demuestran que laobtención de este combustible implicaba un deter-minado esfuerzo y trabajo superior al empleado enla recolección de madera muerta caída o adheridaa los árboles.

Con respecto a la especie Empetrum rubrum,cabe señalar que si bien su presencia entre loscarbones es marginal, está bien representada entrelos restos de las semillas carbonizadas (Berihue-te, 2006). En el sitio Ewan I se recuperaron másde 2700 restos de semillas pertenecientes a estetaxón, mientras que en Ewan II su presencia fuemenos relevante (17 restos), lo cual está relacio-nado sin duda con las modalidades de consumode esta planta. No podemos por el momentoexplicar el motivo de la presencia de esta plantaen el asentamiento; éste podría estar relacionadocon el uso alimentario o la iluminación, ya queambos usos están documentados en las fuentesetnográficas.

Lamentablemente no se hallaron restos queindiquen el uso de la madera para otros fines comola producción de instrumentos o bienes. Sinembargo, la presencia de artefactos líticos recupe-rados durante la excavación, tales como puntas deflecha y raspadores con rastros de uso sobre pieles,hace pensar en la posible existencia de astiles parapuntas de proyectil, arcos, armazones para tensadode pieles y mangos confeccionados con madera,entre otros. El uso de la misma en tecnología estádocumentado en las fuentes escritas, pero tambiénexisten colecciones etnográficas depositadas enmuseos que constituyen una gran fuente de infor-mación en cuanto al uso de los recursos vegetales.La existencia de este material permite estudiaraspectos relativos a la morfología, la tecnología, lafunción de los diferentes instrumentos y las carac-terísticas de la materia prima vegetal utilizada, asícomo también las fases o etapas necesarias para la

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obtención de un determinado producto (Piqué,2006). En el caso de los materiales procedes deTierra del Fuego, la mayor parte de las coleccionesetnográficas se limitan a registrar la procedenciageográfica y sólo en algunos casos se especifica laadscripción etnográfica precisa. De todos modos,existen estudios en los que se ha analizado la mor-fología y la materia prima de los artefactos demadera que confirman la selección de especiesvegetales particulares para diferentes usos (Ratto& Marconetto, sine data).

CONCLUSIONES

Los estudios arqueológicos realizados hastahoy en yacimientos atribuibles a los Selknam y asus predecesores en el área permiten confirmar laimportancia de los recursos vegetales para estasociedad. Hemos podido documentar su uso tantopara la construcción de viviendas como para ali-mentar los fogones y, de manera indirecta, parafabricar armas o instrumentos. Este aprovecha-miento del mundo vegetal implicó conocimientosdel entorno para la búsqueda y selección de lasmaderas adecuadas, así como también la aplica-ción de técnicas extractivas y de procesamientopara su consumo. Cabe remarcar que, pese a lapoca diversidad taxonómica documentada para elmaterial de construcción y el combustible, seseleccionaron troncos de forma y tamaño adecua-do para los diferentes usos. No se aprovecharonlos recursos de manera oportunista sino que seseleccionaron maderas de buena calidad dentro delespectro disponible en el entorno.

Por otra parte, los resultados obtenidos en lasinvestigaciones realizadas en la localidad Ewanconfirman la necesidad de aplicar técnicas decampo que permitan la recuperación de macro-rrestos vegetales, sin los cuales una gran parte dela información sobre la subsistencia de las socie-dades cazadoras-recolectoras se pierde. En estecaso, trabajando sobre el estudio de las estrategiasimplementadas para el aprovechamiento de losrecursos vegetales desde una perspectiva integra-dora de la arqueología y las fuentes etnográficas,creemos haber confirmado el rol esencial quejugaron los recursos vegetales entre las comuni-dades fueguinas de la zona central de la Isla Gran-de.

AGRADECIMIENTOS

Queremos expresar nuestro agradecimiento a todoslos profesionales y estudiantes que participaron en lostrabajos de campo y laboratorio del proyecto, a los pro-pietarios de los campos donde se desarrollaron los traba-jos, al CADIC-CONICET y al programa para Excava-ciones en el Extranjero del Ministerio de Cultura deEspaña.

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