En 1999, De La Rúa te prometió manos limpias para sanear la Argentina neoliberal. Ya sabemos cómo eso terminó en tragedia.

En 2015, Mauricio Macri ofrece sanear la Argentina recuperada de los últimos doce años, con una “economía sana” (neoliberal) como mecanismo de reforma y, claro, con una gestión inmaculada de la cosa pública.

Recordemos el 2001. Recordemos las colas de argentinos que huían del país como ahora huyen los sirios de la guerra. Recordemos cómo la Alianza lo trajo de vuelta a Cavallo, el que te había obligado a vos a pagar las deudas de Macri y todos sus amigos, y el que liquidó la industria argentina. Macri quiere hacer lo mismo, pero va a ser mucho más brutal.

Mauricio Macri nos está mintiendo. No cree en ninguna de las promesas que hace. Su “economía sana” es la que nos enfermó y llevó al borde del abismo. Esta vez, destruiría todo lo que, con gran esfuerzo, los argenti-nos logramos avanzar a partir del 19 y 20 de diciembre de 2001. Y con eso “resolver problemas”, sí, pero de los bancos que nos van a cobrar otra vez en carne y sangre el dinero que van a “poner” en el país.

Macri se muestra amable, sonriente, dulzón y componedor. Familiero, buenito y amante de los niños. Nada de severidad, nada de dureza, solo el “ajuste imprescindible”, dice.

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Una mezcla tóxica de hambre, desempleo, delincuencia, estafa, frivolidad egoísta, deuda y miseria fue la trágica consecuencia de las sucesivas Alianzas que comenzaron en 1976 con Martínez de Hoz y Videla y culminaron con Cavallo y De La Rúa. Todos los que nos llevaron a ese final oscuro y triste forman parte hoy de los voceros y equipos de Mauricio Macri.

La Alianza, igual que Macri, le mintió al país entero. No permitamos que vuelva al poder.

La herramienta para evitar una nueva entrega tiene nombre y ape-llido. En el cuarto oscuro encontrarás solo dos boletas. La que nos va a asegurar el triunfo del país sobre los vendepatria es la que llama a votar por Daniel Scioli. Es la boleta de la justicia social, la independencia económica y la soberanía nacional.