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EN EL PRINCIPIO FUE EL MITO... Lo que hay de incomparable en el mito es que es verdadero desde siempre, y que su materia, de una concisión extrema, es inagotable en todos los tiempos. El poeta sólo tiene que darle una interpretación. Richard Wagner. ¡Dicho y hecho! Wagner, el poeta del sonido y de la palabra, como a él le gustaba llamarse, se fue a buscar al país de los mitos la materia prima de las historias que nos quería contar... y cantar. Y se fue a este país porque, además de no tener fronteras (algunas, en Europa, las tuvo que cruzar de tapadillo), sus habitantes no se pierden en palabras vanas ni en tediosas disquisiciones, obran; y cada una de sus acciones está guiada por un sentimiento, por lo que todos sus momentos son intensos: viven lo esencial, ignoran lo contingente, son héroes tanto en la victoria como en la derrota, permanecen grandes aun en la miseria, desafían las leyes de los dioses y de los hombres, aman y odian sin límite ni coacción. El carácter vitalista de Richard Wagner, la pasión con la que emprende todas sus tareas, su sensibilidad exacerbada, su sensualidad, su fe en hacer más hermoso el mundo, le llevaron directamente al horizonte del mito. Por ello, este apartado de Wagnermanía que, ahora, comienza estará dedicado a todos aquellos espíritus curiosos que, fascinados, en un primer momento, por su música y por su poesía (siempre unidas), quieran encontrar, por ellas y en ellas, esos relatos fundadores de toda creación, esos mitos que desvelan lo que de más humano hay en el hombre y que no tienen que pasar por el tamiz de la razón abstracta: se entienden a primera vista porque es la sensibilidad la que les da inmediatamente un sentido. Esos viejos manantiales Aunque, desde Las Hadas hasta Parsifal, toda la obra de Wagner bebe de fuentes mitológicas y legendarias, voy a iniciar esta sección refiriéndome al Anillo del Nibelungo, ya que, en él, es en donde parece más marcada la huella tanto del mito como de la leyenda. Que no extrañe lo poco que inventó el maestro, su grandeza y su originalidad no se centran en una historia particular sino en una inmensa tarea de síntesis y de interpretación que, como veremos, no se reduce al territorio mítico germano- escandinavo. Aunque éste sea el más evidente, también el griego y el oriental aportarán sus materiales para construir el grandioso edificio, si bien, de ellos, se hablará más adelante, que hoy me limitaré a reseñar las fuentes nórdicas de la Tetralogía. El lejano Norte Poco conocemos realmente de los viejos pueblos de más allá del Rin y de sus costumbres y creencias; pero, sabríamos aún menos si algunos poetas y literatos islandeses no se hubiesen preocupado, de los siglos XI al XIII, por recuperar algunas migajas de ese antiguo tesoro. Éstas se reunieron en lo que hoy son nuestras tres fuentes más importantes: la Edda Poética, la Edda en prosa y los poemas escáldicos. La primera (que se conserva en un manuscrito, el Codex Regius, datado en la segunda mitad del siglo XIII), contiene una serie de obras anónimas, de fechas y orígenes distintos, que hablan de dioses y héroes de la antigüedad germánica. En el poema que nos narra el cuento del gigante Thrym, ya encontramos algunos ecos que, conociendo el argumento del Oro del Rin, si tenemos el oído atento, nos empiezan a resultar familiares: Al despertarse una mañana, Thor no encuentra el emblemático martillo que le da el poder y la seguridad. De no recuperarlo, los gigantes invadirán la tierra de los dioses y los destruirán. Su astuto y cómplice amigo, Loki, le acompaña a la casa de la diosa Freyia para pedirle prestada su piel con plumas y, así disfrazado, poder volar sobre la tierra de los gigantes y recuperar el precioso objeto. Cuando, de esta guisa, Loki llega al reino de los gigantes, Thrym jura no devolver el martillo hasta que los dioses le entreguen a Freyia como prometida, pero la diosa de

Wagner, En El Principio Fue El Mito

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  • EN EL PRINCIPIO FUE EL MITO...

    Lo que hay de incomparable en el mito es que es verdadero

    desde siempre, y que su materia, de una concisin extrema,

    es inagotable en todos los tiempos. El poeta slo tiene que darle una interpretacin. Richard Wagner.

    Dicho y hecho! Wagner, el poeta del sonido y de la palabra, como a l le gustaba llamarse, se

    fue a buscar al pas de los mitos la materia prima de las historias que nos quera contar... y cantar. Y se

    fue a este pas porque, adems de no tener fronteras (algunas, en Europa, las tuvo que cruzar de

    tapadillo), sus habitantes no se pierden en palabras vanas ni en tediosas disquisiciones, obran; y cada

    una de sus acciones est guiada por un sentimiento, por lo que todos sus momentos son intensos:

    viven lo esencial, ignoran lo contingente, son hroes tanto en la victoria como en la derrota,

    permanecen grandes aun en la miseria, desafan las leyes de los dioses y de los hombres, aman y odian sin lmite ni coaccin.

    El carcter vitalista de Richard Wagner, la pasin con la que emprende todas sus tareas, su sensibilidad

    exacerbada, su sensualidad, su fe en hacer ms hermoso el mundo, le llevaron directamente al

    horizonte del mito. Por ello, este apartado de Wagnermana que, ahora, comienza estar dedicado a

    todos aquellos espritus curiosos que, fascinados, en un primer momento, por su msica y por su poesa

    (siempre unidas), quieran encontrar, por ellas y en ellas, esos relatos fundadores de toda creacin,

    esos mitos que desvelan lo que de ms humano hay en el hombre y que no tienen que pasar por el

    tamiz de la razn abstracta: se entienden a primera vista porque es la sensibilidad la que les da inmediatamente un sentido.

    Esos viejos manantiales

    Aunque, desde Las Hadas hasta Parsifal, toda la obra de Wagner bebe de fuentes mitolgicas y

    legendarias, voy a iniciar esta seccin refirindome al Anillo del Nibelungo, ya que, en l, es en donde

    parece ms marcada la huella tanto del mito como de la leyenda. Que no extrae lo poco que invent el

    maestro, su grandeza y su originalidad no se centran en una historia particular sino en una inmensa

    tarea de sntesis y de interpretacin que, como veremos, no se reduce al territorio mtico germano-

    escandinavo. Aunque ste sea el ms evidente, tambin el griego y el oriental aportarn sus materiales

    para construir el grandioso edificio, si bien, de ellos, se hablar ms adelante, que hoy me limitar a resear las fuentes nrdicas de la Tetraloga.

    El lejano Norte

    Poco conocemos realmente de los viejos pueblos de ms all del Rin y de sus costumbres y

    creencias; pero, sabramos an menos si algunos poetas y literatos islandeses no se hubiesen

    preocupado, de los siglos XI al XIII, por recuperar algunas migajas de ese antiguo tesoro. stas se

    reunieron en lo que hoy son nuestras tres fuentes ms importantes: la Edda Potica, la Edda en prosa y los poemas escldicos.

    La primera (que se conserva en un manuscrito, el Codex Regius, datado en la segunda mitad del siglo

    XIII), contiene una serie de obras annimas, de fechas y orgenes distintos, que hablan de dioses y

    hroes de la antigedad germnica. En el poema que nos narra el cuento del gigante Thrym, ya

    encontramos algunos ecos que, conociendo el argumento del Oro del Rin, si tenemos el odo atento, nos empiezan a resultar familiares:

    Al despertarse una maana, Thor no encuentra el emblemtico martillo que le da el poder y la

    seguridad. De no recuperarlo, los gigantes invadirn la tierra de los dioses y los destruirn. Su

    astuto y cmplice amigo, Loki, le acompaa a la casa de la diosa Freyia para pedirle prestada su

    piel con plumas y, as disfrazado, poder volar sobre la tierra de los gigantes y recuperar el

    precioso objeto. Cuando, de esta guisa, Loki llega al reino de los gigantes, Thrym jura no

    devolver el martillo hasta que los dioses le entreguen a Freyia como prometida, pero la diosa de

  • la belleza y del amor, enfurecida, se niega a semejante unin. As que la divina asamblea

    resuelve que Thor, pese a sus primeras y lgicas reticencias, se vista de novia y se presente a

    los gigantes suplantando a la diosa, acompaado por Loki, que se hace pasar por su doncella. La

    treta resulta (no olvidemos que son dioses...) y, Thrym, ansioso por consumar lo antes posible

    el matrimonio, ordena que se bendiga inmediatamente con el martillo de Thor (en el antiguo

    derecho germnico, arrojar el martillo era un rito de toma de posesin del suelo y lanzarlo en el

    regazo de una muchacha consagraba la boba). En el momento en el que Thor ve su martillo, se

    hace con l y aplasta a toda la raza de los gigantes.

    As que, en este simptico cuentecillo, tenemos ya prefigurados, naturalmente con un carcter mucho

    menos transcendente, algunos ingredientes que aparecern en la segunda escena de Prlogo de la

    Tetraloga de Wagner: el dios que se despierta (aunque, en este caso sea Wotan y no Thor) y no es

    dueo de uno de los emblemas de su poder (martillo/Walhalla), las astucias de Loki/Loge, unos

    gigantes que slo cedern ese emblema a cambio de la diosa del amor Freyia/Freia, etc. De todas

    maneras, como veremos, esta historia, perteneciente a la Edda Potica, se ver enriquecida por otros elementos de las mitologas nrdicas, hasta que llegue a nosotros de la mano de Wagner.

    Tambin a esta Edda pertenece la famosa Vlusp, o Profeca de la Vidente, de un carcter mucho ms

    serio que la historia de Thrym, en la que una desconocida sibila le cuenta a Valfdr ( Padre de los

    Muertos, uno de los nombre de Odn/Wotan), cmo naci el mundo y cmo desaparecer. Pero no vamos a adelantar acontecimientos de los que ya tendremos tiempo de hablar.

    La Edda en prosa, nuestra segunda fuente, se la debemos a un curioso personaje islands: Snorri

    Sturluson: terrateniente, embajador (parece que demasiado servicial con el rey noruego) y poeta, que

    conoca muy bien las tradiciones de su pas y las recopil, hacia 1220, a modo de manual de potica y

    mitologa al servicio de cualquier aprendiz de escritor que quisiera agradar a un pblico que, aunque ya

    cristianizado siglos atrs, gustaba de las viejas tradiciones que eran sus autnticas races. Aunque, en

    algunas ocasiones, se basa en la Edda Potica, sus otras fuentes nos son desconocidas, es el caso de la siguiente historia de la que volveremos a encontrar ecos en El oro del Rin:

    Un artesano propuso a los dioses edificar, en slo tres estaciones, una gran fortaleza, que les

    guardara de los ataques de los gigantes, y les pidi como salario, el sol, la luna y a la diosa

    Freyia. Los dioses (que no saban que el constructor perteneca a la estirpe de sus enemigos),

    endurecieron el pacto: si reciba alguna ayuda, que no fuera la de su caballo, o tardaba ms de

    un invierno en realizar el trabajo, no recibira nada a cambio. Loki, pensando que no podra

    cumplir con esta tarea, aconsej a los dems dioses que aceptaran y todos dieron su palabra de

    guardarlo: desconocan la extraordinaria fuerza de Svadilfaeri, el caballo del gigante. Cuando el

    plazo estaba a punto de cumplirse, y la fortaleza estaba prcticamente terminada, cundi el

    pnico entre los dioses indignados con Loki, por lo que ste urdi una de sus ms famosas

    tretas: se transform en yegua y, la ltima noche, distrajo al caballo del constructor, que no

    pudo acabar con su tarea. Lo extraordinario de su furia revel a los dioses que se trataba

    realmente de un gigante y Thor le aplast la cabeza con su divino martillo. Pero no acaba, aqu,

    la historia... Tanto y tan bien haba distrado Loki al caballo que, poco despus, para un potrillo

    de ocho patas que, con el tiempo, se convertira en Sleipnir: la montura de Odn/Wotan.

    Ansia de los gigantes por la diosa del amor, astucia de Loki/Loge... Ya encontrbamos estos elementos

    en el cuento de Thrym de la Edda potica, pero aqu aparece, adems, el tema de un singular pacto:

    cambiar a la diosa Freyia por un trabajo de construccin, y el consejo de Loki. La correspondencia entre

    la fortaleza, en esta narracin, y el Walhalla, en la Tetraloga, es ms que transparente. Pero volveremos a la Edda en prosa en otros momentos.

    La tercera de las principales fuentes de la mitologa nrdica es la de los poemas escldicos. En el Gran

    Norte, a los poetas cortesanos les llamaban escaldas, y realizaban sus composiciones para ser cantadas

    ante reyes y nobles escandinavos, ensalzando sus hazaas, festejando grandes acontecimientos o,

    simplemente, improvisando. Algn que otro mito se ocultaba en tan elaborados y complejos cantos.

    Uno de ellos: Haustlng o A lo largo del otoo (llamado as porque su creador, Thiodolf, tard ese tiempo en componerlo), nos habla, entre otras cosas, de una diosa y de unas mgicas manzanas:

  • Tres dioses: Odn, Loki y Hoemir, a la sombra de un roble en donde estaba posada un guila,

    intentaban cenar un buey que nunca terminaba de cocinarse. El pjaro les descubri que era l

    el causante de tal hecho porque no se les haba ocurrido invitarle al festn. Los dioses

    subsanaron inmediatamente la descortesa; pero, a Loki le pareci que se serva un trozo

    demasiado generoso e intent emprenderla a golpes de bastn con el invitado. El bastn y el

    dios salieron volando por los aires sin poder desprenderse el uno del otro, y Loki, aterrorizado,

    pidi al guila que le liberara. sta, que en realidad era el gigante Thiazi disfrazado, le ofreci la

    libertad a cambio de Iddum, la diosa que guardaba las manzanas de oro. Loki cumpli el trato y

    los dioses, sin las manzanas, comenzaron a envejecer y a debilitarse. Cuando descubrieron el

    trueque de Loki, le obligaron a rescatar a la diosa de la juventud, lo que consigui, bajo forma

    de halcn.

    Hace falta recordar el decrpito estado de la divina corte wagneriana, privada de las manzanas de la inmortalidad, al final de la segunda escena del Oro del Rin?

    Acabamos de hacer un pequeo recorrido por los viejos manantiales de la mitologa germnica. Durante

    siglos haban sido olvidados. Los romnticos alemanes los descubrieron y permitieron que sus aguas

    volvieran a correr, aunque fue Richard Wagner el que les devolvi la fuerza de antao con el sentido de

    siempre. Gracias a l, dejaron de ser pequeas historias, unas veces complementarias otras inconexas,

    para convertirse en el todo coherente y asombroso del Anillo del nibelungo.

    De las sagas medievales escandinavas y germnicas, de cmo un mundo nace y muere, de las

    pasiones, de las miserias y las grandezas de lo divino y lo humano, hablaremos, si queris, ms adelante.

    LOS ABISMOS MGICOS MGICOSLOS ALOS ABISMOS MGICOS

    LOS ABISMOS MGICOS

    Fue en tiempos remotos cuando nada haba; ni arena ni mar ni fras olas, ni tierra ni altos cielos, slo un gran abismo...

    Vlusp

    Richard Wagner puso un especial inters, al concebir el Festspielhaus de Bayreuth, en crear un abismo

    mstico (segn sus propias palabras): un gran espacio entre el proscenio y el patio de butacas, donde

    situar a la orquesta, invisible a los ojos de los espectadores. De este abismo mstico, cavidad sin fondo

    en donde habita el misterio, surge la msica que comparte con el mito un tiempo, un tempo, que no es

    cronolgico, que no est sujeto a la ley del desgaste, de la decadencia y la muerte; un tiempo que, en

    el eterno presente de la interpretacin, da cuenta del pasado y representa el desarrollo, en variaciones, de su futuro.

  • Wagner no necesit el soporte del poema para que participramos

    en la magia de la creacin del cosmos, le bast con la msica, y,

    en el Preludio del Oro del Rin, nos la presenta con toda su

    enigmtica y fascinante belleza. Ya que esta seccin de

    Wagnermana est dedicada a su universo mtico, no estar de ms

    recordar los relatos de creacin del mundo, las cosmogonas que,

    sin duda, estaban presentes en su imaginario a la hora de

    transmitirnos su personal comprensin del Principio

    Ya que dediqu la primera entrega de In fernem Land a repasar las

    fuentes nrdicas del Anillo del Nibelungo, hora es de volver a ellas.

    Snorri Sturluson nos relata el Gnesis escandinavo en su Edda en

    prosa, especialmente en el poema llamado "Gylfaginning" (El

    engao de Gylfi: mago y rey de Suecia, que se disfraza de anciano

    y llega al castillo de los dioses, bajo el nombre de Gangleri,

    fingiendo que se ha perdido, y les pregunta por la historia del principio y el fin del mundo), ampliando

    considerablemente la breve referencia al inicio de los tiempos que se nos cuenta en la Vlusp de la

    Edda Potica con la que he iniciado estas lneas.

    El Gran Vaco

    Oscuridad y silencio en la sala de la colina verde momentos antes de empezar la representacin del Oro

    del Rin. De repente, ese silencio, que no la tiniebla, se rompe con la vibracin de un Mi Bemol Mayor.

    Poco a poco, en el comps 129, se abre el teln. Qu ha ocurrido hasta entonces? Qu est ocurriendo hasta que nos envuelve el ondulante canto de las Hijas del Rin?

    Nada parecido, en las mitologas del Gran Norte, al Dios del Antiguo Testamento, creador del universo,

    nico y omnipotente. En esas tierras de glaciares y volcanes, entre el hielo y el fuego, en el principio

    fue el Ginnungagap, el abismo mgico, primigenio, el "espacio csmico cargado de fuerza creadora"

    (segn la interpretacin que le da al trmino Jan de Vries), que se extenda entre el pas de la

    oscuridad, los hielos y las brumas, el Niflheim, "Tierra de la Niebla", al norte, y las luminosas y ardientes latitudes del "Pas del Fuego", el Muspell, en el sur.

    Los ros que brotaban de la fuente central del Niflheim llegaron hasta el

    Ginnungagap para convertirse en hielo y escarcha que crecieron y colmaron el

    abismo hasta que los aires clidos procedentes del Muspell los fundieron y

    volvieron a fluir. De sus gotas de agua, vivificadas por el viento meridional, naci

    el gigante Ymir. De esta escarcha fundida tambin surgi una vaca, llamada

    Audumla, que, con los cuatro ros de leche que brotaban de ella pudo alimentar al gigante.

    Mientras Ymir dorma, de su sudor nacieron un ser masculino y otro femenino, y

    uno de sus pies engendr un hijo del otro; as naci la estirpe de los terribles

    gigantes del hielo. Entre tanto, Audumla, al lamer las piedras de escarcha salada,

    hizo salir de ellas a Buri. El hijo de ste (Sturluson no especifica con quien lo

    tuvo), Borr, se cas con una descendiente de Ymir, llamada Bestla, y de su unin

    nacieron los dioses Odn (nombre escandinavo de Wotan, no lo olvidemos), Vili y V.

  • Acabamos de asistir al nacimiento de dos estirpes que sern fundamentales en el Anillo del Nibelungo: la de los gigantes y la de los dioses. Vamos a detenernos unos momentos en la primera.

    En las mitologas del norte, las relaciones entre dioses y gigantes son muy estrechas y, por lo tanto, las

    fronteras entre los unos y los otros no son siempre de todo evidentes. Sin embargo, la primera

    diferencia es que la estirpe de los gigantes surge de s misma, gracias a Ymir, y de ella procede la de

    los dioses, como acabamos de ver. Por otro lado, tanto las Eddas como el folklore nos presentan a los

    gigantes como seres destructivos, monstruosos y malignos, en eterna lucha con los dioses (tuvimos la

    ocasin de verlo en la anterior entrega de In fernem Land), pero necesarios, ya que de ellos surgi

    todo. Su pas es el Utgard , "Recinto Exterior", separado del mundo de los dioses y del de los hombres

    por un mar terrible, ros que nunca se hielan y un bosque tenebroso.

    La creacin de un mundo

    Odn, Vili y V, los hijos de Borr, mataron a Ymir (tanta sangre brot de sus heridas que se ahogaron

    en ella todos los gigantes, excepto una familia), trasladaron su cuerpo al centro del Ginnungagap, con

    su carne hicieron la tierra, con su sangre el mar y los lagos, con sus huesos las montaas, con sus

    dientes las piedras y las rocas. Su crneo sirvi para formar la bveda celeste que colocaron sobre la

    tierra y, en sus puntos cardinales, pusieron a cuatro enanos para sostenerlo. Entonces, tomaron las

    pavesas y las chispas que salan del ardiente Muspell y las lanzaron encima de lo ya creado para

    iluminarlo; colocaron sus grandes fuegos en el cielo, idearon sus rbitas y, as, separaron las noches de los das.

    La estirpe de los enanos haba nacido de la descomposicin del cadver de

    Ymir. No son seres fundamentalmente malignos, como los gigantes, ni

    pequeos, como se podra creer, ya que pueden adoptar a voluntad cualquier

    tamao; son hbiles artesanos y excelentes herreros, gracias a una magia a la

    que, en numerosas ocasiones, recurren los dioses (aunque ellos les dieron la

    inteligencia): el martillo de Thor o la lanza de Odn son algunas de sus

    fantsticas y poderosas obras. Muy estrechamente ligados al mundo de los

    muertos, como nos relata la historia de su origen, poseen, junto con sus

    escondidos tesoros, el secreto de la poesa (el brebaje de los enanos que un da les robar Odn) y habitan en las profundidades de la tierra.

    Pero an queda una estirpe destinada a habitar el nuevo mundo: la de los

    hombres. Los tres dioses encontraron, mientras paseaban por le borde del

    mar, dos rboles y con sus troncos crearon a un hombre y a una mujer. Odn,

    les dio espritu y vida, Vili les otorg sabidura y movimiento, y V les dot de

    habla, odo y vista. Al hombre le llamaron Ask, "Fresno", a la mujer Embla, tal vez, "Olmo" o "Vid", y

    habitaron el Midgard, la "Tierra Media", formada con las cejas de Ymir y situada entre Asgard, el

    "Recinto de los Dioses", (all se encuentra el Valhll, el reducto de los guerreros cados en combate,

    nuestro Walhalla) y el pas de los gigantes. De la unin entre la estirpes divina y humana, surgir la de los hroes.

  • El Gran Fresno del Mundo

    Sin embargo, hasta ahora, hemos hablado de la creacin

    de un mundo, no de la del Mundo, de la del Cosmos en

    su totalidad; ste, para la tradicin

    germanoescandinava, no puede ser creado ni destruido,

    ya que no tiene origen ni fin, y est representado por

    Yggdrasill, el Gran Fresno. A diferencia de la Tetraloga,

    este rbol csmico, emblema, centro y eje del universo

    inmutable, no ser abatido, tan slo temblar en el

    temido tiempo del Ragnark, "el destino/juicio de las

    potencias/dioses", que se diferencia esencialmente de la

    concepcin wagneriana del Gtterdmmerung, "Ocaso de

    los dioses", en que, para las mitologas del norte, no

    significa una destruccin definitiva del mundo creado que

    acabamos de describir, ni la muerte de las potencias,

    sino una renovacin; pero de esto volveremos a hablar

    ms adelante.

    Yggdrasill, eternamente verde, extiende sus tres races

    por las tierras de los dioses, los gigantes y los hombres,

    muchos animales (desde el guila encaramada en su

    copa, cuyos aleteos provocan los vientos, hasta las serpientes que roen sus races) pueblan sus

    frondosas ramas, lo que le convierte en la representacin de toda vida; pero tambin de todo saber, ya

    que protege la fuente de Mimir, en la que Odn dej un ojo en prenda del supremo conocimiento; y,

    finalmente, de todo destino, ya que las Nornas, las Parcas del norte, tienen en l su morada y, cada maana, le rocan con agua clara y arcilla blanca.

    Pero fue otro el destino del Gran Fresno del Mundo en la Tetraloga. Todo empez cuando un enano...

    UN OSADO Y JOVEN DIOS

    A la fresca sombra

    murmuraba un manantial:

    susurrando sabidura, corra su caudal..., all cantaba yo el sagrado pensamiento. Gtterdmmerung. Prlogo.

    Todava no se abre el teln en el teatro de la colina verde, no es an el momento para hablar de

    ondinas y enanos, porque muchos hechos acontecieron antes en el mundo que surgi del abismo

    misterioso del Ginnungagap. Mientras las aguas del padre Rin salen de su letargo y se llenan de vida,

    antes de que, con el primer canto de Woglinde, la armona cambie de Mi bemol mayor a La bemol

    mayor, el universo recin creado vive sus primeros conflictos y un joven dios, que no se contenta con su valor, aspira a ser poeta, mago, sabio...

  • El primer combate del mundo

    Freyia, la diosa del amor y de la magia, la que lloraba lgrimas de oro y

    derramaba a su paso el roco de la maana (nuestra Freia del Anillo del

    Nibelungo), no vivi siempre en el Asgard, la residencia de los dioses del cielo:

    los ases. La Seora, que eso significa su nombre, pertenece a la otra familia de

    los dioses del norte, son los de la tierra y el agua: los vanes, los que poseen

    por naturaleza el don de la videncia y son expertos magos que regalan al

    mundo toda clase de bienes y placeres: riqueza, fertilidad, paz, amor, voluptuosidad; residan el Vanaheim y Freyia era su reina.

    Un da, las dos familias se enfrentaron. Como ocurre tantas veces en las tierras

    de los hombres, no se recuerdan muy bien las causas; s, en cambio, lo terrible

    de la lucha. La Edda potica nos habla de una poderosa hechicera llamada Gullveig (Embriaguez del Oro) a la que los ases mataron tres veces, traspasndola con lanzas y quemndola, y otras tres resucit de sus cenizas. Hay quien dice que la maga era la misma Freyia. Pretendan los ases hacerse

    con sus artes y sus riquezas? Intentaban pagar algn trabajo de los gigantes con ella, como sucedera

    otras veces? No lo sabemos con seguridad, pero s que los vanes se indignaron y que, por causa de una

    misteriosa Embriaguez del Oro, el mundo sufri una primera guerra: larga, dura e incierta. Acab en reconciliacin, se intercambiaron rehenes, algunos ases se fueron a vivir a la tierra de los vanes y lo

    mismo se hizo en el campo contrario. Freyia se instal en el Asgard y ense su magia a los viejos

    enemigos. Para firmar la paz, todos los dioses escupieron en un caldero. As, como smbolo de

    concordia, naci Kvasir, el ms sabio de los seres que viaj por el mundo para ensear a los hombres la

    ciencia y la poesa.

    Sangre y miel

    Pero la concordia es frgil por naturaleza. Para hacerse con su conocimiento, dos enanos mataron a

    Kvasir, mezclaron su sangre con miel y el resultado fue un brebaje que guardaron en dos cntaros y un

    caldero. Convertira en sabio y poeta a quien lo bebiera. Los asesinos no poseyeron por mucho tiempo

    este tesoro. Un da que invitaron a un paseo en barca a un gigante ste se ahog. Su mujer llor tan

    desgarradoramente su prdida que, molestos por el estruendo, le aplastaron la cabeza con una piedra

    de molino. Un sobrino del gigante les oblig a compensar a la familia por el crimen y los enanos lo

    hicieron entregndole el hidromiel de la poesa. Suttung, que as se llamaba, lo escondi en lo ms profundo de una montaa y su hija Gunnld fue la encargada de su custodia.

    Poco despus, un joven Odn (nuestro Wotan), disfrazado, siembra la discordia entre los esclavos del

    gigante Baugi tanto y tan bien que se terminan matando entre s. El gigante se queda sin trabajadores

    que cultiven sus campos y el dios se ofrece a cumplir l solo con la labor a cambio de un sorbo del

    hidromiel. Acabado el trabajo, Baugi no convence al dueo de la pocin, su hermano, pero ayuda a

    Odn a perforar la montaa que lo esconde. Entonces, convertido en serpiente, el dios se desliz por la

    abertura hasta llegar a la guardiana del lquido tesoro. Tres noches de amor fueron la causa de que

    Gunnld le prometiera tres tragos de cada uno de los recipientes que contenan la sangre de Kvasir;

    pero esos tres tragos vaciaron los cntaros y el caldero. El joven dios se transform en guila y huy

    con el botn. Suttung se percat del robo y le persigui, convertido, l tambin, en guila. Aunque

    estuvo a punto, no logr alcanzarle y, al sobrevolar el Asgard, Odn escupi el hidromiel en el cntaro

    de los ases. Con el apuro y las prisas, algunas gotas cayeron fuera del divino recipiente; slo de stas beben los malos poetas, los que no comparten ni inspiracin ni genio con los dioses.

    El adentrarse en las entraas de la tierra para recuperar el hidromiel formado con la sangre del ms

    sabio de los seres puede ponerse en relacin con el descenso a Erda que Wotan narra a Brnnhilde, en la segunda escena de La Walkyria: anhelando saber, el dios descendi al seno del mundo y, con el encanto del amor, obtuvo de la Valla conocimiento y nueve walkyrias!

  • Las runas mgicas

    Que Odn pudiera convertirse en guila nos indica que ya era un experto en el arte de la magia. En

    parte se lo debe a las enseanzas de Freyia, ya que la diosa, despus de la primera guerra, ense a

    los ases el ritual por el que se puede conocer el destino de cada ser y de las cosas que an no han

    sucedido, el Seid. Pero, sobre todo, se gan sus poderes durante una terrible iniciacin que dur las

    nueve (nmero mgico por excelencia para los pueblos del norte) noches que permaneci,

    voluntariamente, colgado y herido por su propia lanza en el Gran Fresno del Mundo, Yggdrasil (Caballo de Ygg, uno de los nombres de Odn/Wotan que significa terror). All, despus de un absoluto ayuno, se le revelaron las runas (ste es el fantstico origen de la antigua escritura germnica que los

    hombres de nuestro mundo no usaron hasta el siglo II y crean que daban acceso a poderes sobrenaturales), smbolos del conocimiento y del poder de la magia.

    En la Tetraloga, Wotan no colgar de una rama del Gran Fresno del Mundo atravesado por su lanza, pero s le arrancar una para fabricarla y, en ella, grabar los pactos que habran de asegurar su poder.

    La fuente de Mimir

    Antes de conquistar la sabidura de la magia, resulta conveniente

    haber obtenido la del sentido comn, lo que nos lleva a una historia que marcar para siempre el aspecto fsico de Wotan: el dios tuerto.

    Bajo la raz de Yggdrasil que se dirige hacia la tierra de los gigantes

    del hielo, se encuentra el manantial que guarda la sabidura; lo

    custodia Mimir.Unos dicen que fue un gigante, otros que fue un dios

    mandado por los ases para mediar en la primera guerra del mundo,

    pero los vanes le cortaron la cabeza y se la enviaron a Odn. l la

    ungi con yerbas para que nunca se pudriera, le devolvi el habla y le

    encomend la custodia de la fuente mgica. Lo que sabemos de cierto

    es que Mimir era muy prudente porque todos los das beba de ella y

    que, hasta all, lleg el dios, pero slo obtuvo el permiso de saciar su sed de conocimiento cuando acept, a cambio, dejar abandonado entre las aguas uno de sus ojos.

    Wagner recoger esta historia en El anillo del Nibelungo, concretamente por boca de la primera Norna,

    en la escena inicial del Ocaso de los dioses. Pero, lo que resulta chocante es que el mismo Wotan, esta

    vez en la segunda escena del Oro del Rin, le reproche a Fricka el haber perdido el ojo para ganarla

    como esposa Estamos ante una incoherencia del libreto?, ante un lapsus de Wagner? No lo creo.

    Poner el hecho en paralelo, esta vez, con la mitologa griega, que tan bien conoca el maestro, podra arrojar alguna luz sobre el asunto.

    Las diosas prudentes

    Como Odn, el joven Zeus se tuvo que ganar a pulso su estatus de dios supremo. No

    emprendi una guerra contra gigantes, pero s contra titanes, despus de una accidentada venida al

    mundo. Su padre, Cronos, intentaba impedir el nacimiento de sus hijos, porque Gea, la omnisapiente

    diosa de la tierra (doblete griego de Erda), le haba advertido que uno de ellos le destronara, al igual

    que l hizo con su padre Urano. As que, en el mismo momento en el que nacan, se los coma. Su

    mujer, Rea, consigue engaarle cambiando a Zeus por una piedra envuelta en paales que Cronos, algo

    corto de vista, devor vidamente sin darse cuenta del engao. El dios olmpico crece en fuerza y

    valenta, hasta que cumple violentamente (castrando a su padre) la profeca de Gea.

  • Pero, lo que ms nos interesa de la historia es que este joven dios griego toma como primera

    compaera a la diosa Metis (y que este nombre significa precisamente Sabidura, prudencia, en su sentido peyorativo: astucia), a la que termina devorando para no correr l la misma suerte que su padre y su abuelo, y para asegurar eternamente su poder. La versin de cmo la devora (que nos

    cuenta admirablemente Jean-Pierre Vernant) sin duda le resultar familiar a un aficionado a Wagner

    que recuerde cmo Loge y Wotan consiguen rescatar el anillo de manos de Alberich, aunque es un tema

    recurrente de la tradicin y el folklore cuando se trata del enfrentamiento de dos seres que poseen artes mgicas:

    Haciendo ver que quera que Metis le demostrara sus poderes sobrenaturales, Zeus la invit a

    convertirse en leona que escupa fuego por la boca, y as lo hizo. Inmediatamente despus, le pregunt

    si era tambin capaz de convertirse en gota de agua y, cuando realiz la metamorfosis, se la trag.

    Como Metis estaba en esos momentos embarazada de Atenea, la diosa de la sabidura nacera despus,

    enteramente armada, de la cabeza de su padre. Pero sa es otra historia. Lo que aqu nos interesa es

    cmo Zeus incorpora a su propio ser la sabidura de la prudencia y la astucia que representa Metis, y que, con ellas, asegura, por toda la eternidad, su poder.

    Vemos, as, cmo se pueden entender, en El anillo del Nibelungo, dos hechos aparentemente distintos:

    el beber de la fuente de Mimir y el ganar a Fricka como esposa, de un modo perfectamente idntico.

    Ambos significan la adquisicin de la sabidura o, ms exactamente, de la prudencia y de la inteligencia

    prctica (la astucia correr, aqu, a cargo de Loge) que debe acompaar a la valenta y la fuerza para consolidar y mantener una supremaca ganada con tanto esfuerzo.

    La personalidad y, sobre todo, el destino de este dios, que acabar en la ms absoluta renuncia, son

    muy distintos de la figura y la trayectoria de su imperturbable homnimo de la mitologa germano-

    escandinava. Sin embargo, antes de llegar a la edad adulta, sus mocedades pudieron ser las mismas y

    nos relatan cmo el Padre de las Batallas consigue aadir a sus cualidades naturales de fuerza y valenta, y por medio de stas, los dones de la poesa, el saber y la magia.

    Despus, Wagner le hizo humano. Demasiado humano?...

    LA SEDUCCIN Y EL ORO

  • Qu digo murmullo? Esto no pueden ser murmullos. Seguramente cantarn las ondinas all abajo su cancin. Deja que canten, compaero, deja que murmuren y camina alegremente detrs! Pues las ruedas de un molino giran en todo arroyo claro! La bella Molinera, W. Mller

    Por fin se abre el teln en el teatro de la colina verde. Ya empiezan a escucharse los alegres

    y sensuales cantos de las Hijas del Rin. La armona cambia de Mi bemol mayor a La bemol mayor, y el

    espectador se ve envuelto por las ondulantes voces de tres muchachas con nombres de ola que

    juguetean, despreocupadas, en las lmpidas aguas del ro primordial. La vida y la inocencia han surgido de un letargo que guardaba, celoso, todos los secretos de la creacin.

    Hacia all se dirige un ser extrao, deforme, que choca con la belleza perfecta de las Hijas del

    Rin. No ser indiferente a sus encantos. Ningn hombre, en su sano juicio, lo sera. Sin embargo, para

    las ondinas, la seduccin es nicamente un juego, y su inocencia, como la de los nios, como la de la

    Naturaleza a la que representan, es a veces cruel: cmo puede atreverse un enano oscuro y

    monstruoso, que se esconde en las entraas de la tierra para arrancarle sus tesoros, a conquistar el amor de tanta perfeccin, de tanta armona?

    La magia de las aguas

    Wagner no se aleja de las antiguas tradiciones mitolgicas al

    situar el inicio de la creacin en el fondo de las aguas primordiales:

    Agua, eres la fuente de toda cosa y de toda existencia, dice un viejo

    texto hind. Bajo su superficie bulle el caos del que emergern todas

    las formas. La vida se encuentra all latente, esperando el momento

    de su manifestacin; para, despus, al agotar el ciclo de su

    existencia (individual o csmica), volver de nuevo a ella. Tambin

    volver el Oro a las manos de las Hijas del Rin, que siguen riendo y

    jugando con l, como si nada hubiese sucedido. Y es que, para ellas,

    en realidad, nada ha sucedido. Desde siempre, conocen el breve

    destino de los mortales y, a veces, les previenen; pero saben que es

    inexorable y que, tarde o temprano, se cerrar el crculo que vuelve a ellas.

    Las ondinas

    En todas las mitologas, en todos los folklores nos encontramos, bajo distintos nombres, con los

    espritus del agua, esa fuerza primordial de la Naturaleza, que poco a poco fue tomando forma

    humana; y no hubo fuente, ro, lago o mar que no guardara diosas o hadas. Si los griegos las llamaron

    ninfas, nereidas, nyades y sirenas (madres de hroes y perdicin de navegantes), para el folklore

    germanoescandinavo fueron primero nixen que habitaban las profundidades de las aguas. En su

    mayora, eran espritus femeninos, aunque tambin los haba masculinos, que tenan el don de la

    profeca y atraan a los caminantes hacia sus palacios de cristal, en donde los das parecan segundos.

    Algunos afortunados caballeros germanos pudieron contar la aventura, no los escandinavos: por

    aquellas latitudes, el abrazo de una nixe era mortal.

    J. W. Waterhouse. Sirena

  • Ms tarde, las leyendas medievales contaron que slo podan adquirir

    un alma si se casaban con un humano. ste es el tema principal de la

    Undine del romntico alemn Friedrich H. Karl, barn de la Motte-

    Fouqu, que muy poco tiene que ver con las ondinas de la Tetraloga.

    Aunque Paracelso las llam undine (del latn unde: onda) tom sus

    caractersticas del folklore nrdico y, generalmente, es con ese

    nombre con el que las conocemos hoy. Algunas tienen cola de pez,

    otras muestran ntegramente sus formas de mujer. En la poesa

    romntica, Heine hizo de Loreley su reina (tambin la cant Brentano

    como Lore Lay): desde una alta roca, en uno de los recodos ms

    peligrosos del Rin, peina su cabellos de oro, mientras los hombres,

    fascinados por su belleza, desaparecen entre los furiosos remolinos de las aguas.

    Y es que todos estos espritus del agua se muestran tan ambivalentes

    como el elemento al que representan: fuente de vida, pero tambin

    de muerte; son divinidades del nacimiento y de la fertilidad; pero, a la

    vez, encarnan el aspecto terrible de la Naturaleza que el hombre no

    puede controlar y que le arrastra. Tanto la fascinacin como el miedo

    son los sentimientos que producen en los mortales que, atrados por

    los sortilegios del agua y del amor, pagan el precio letal de la

    seduccin, del deseo incontrolado. Por todo el folklore europeo corre

    la voz del peligro que entraa acercarse a una fuente o a un ro

    cuando el sol est en lo alto: es la hora en la que se manifiestan las

    ondinas, y el que las ve cae en la locura. La misma locura que llev a Alberich a renunciar al amor?

    Desde sus significativos nombres, que evocan olas, magia y fuerza, Wagner da a las Hijas del Rin las

    caractersticas de sus legendarias antecesoras. Es Woglinde la que abre la escena, la ms

    despreocupada y alegre de las tres hermanas; le contesta Wellgunde que, jugando, intenta atrapar a

    primera; finalmente, Flosshilde, la ms prudente de las tres, les recuerda su deber como guardianas del

    Oro. Pero a la inocencia sagrada de las ondinas de Wagner le falla, en este momento, el don de la profeca, y las ninfas revelan su secreto al burlado enano.

    La tentacin del Oro

    El encuentro entre ondinas y un personaje con ansias de oro, aparece en el

    cantar de gesta medieval alemn: Das Nibelungenlied (El Cantar de los

    Nibelungos). En el canto XXV, el caballero Hagen se encuentra con las ninfas

    del Danubio que, primero, le engaan con un vaticinio falso, ya que les haba

    robado sus ropas mientras nadaban; pero que, al serles devueltas, le

    anuncian su muerte en el pas de Atila. Sin embargo, an no es el momento

    de hablar del personaje de Hagen, al que Wagner presentar como hijo de

    Alberich (fuera de la tradicin heroica y literaria en las que ambos no tienen ningn tipo de parentesco), sino precisamente de este ltimo.

    Con l, volvemos a las Eddas, y a la obra que parece la fuente ms directa del

    maestro de Leipzig, sobre todo en lo que se refiere a la primera y segunda

    jornadas de la Tetraloga: La Vlsungasaga (Saga de los Volsungos: narracin

    escandinava, de la primera mitad del siglo XIII, prcticamente

    contempornea al cantar de gesta alemn, por lo que sera muy extraa una

    mutua influencia, pero no el que existiera una fuente comn, probablemente oral, que podra tener su

    referente en las Eddas). El enano, guardin del oro, aparecer en el Nibelungenlied con el nombre que utilizar Wagner: Alberich; en la mitologa escandinava, fue conocido como Andvari.

    La compensacin de la nutria

    H. Fantin-Latour. Primera escena del Oro del Rin

    Reginn. Iglesia de Hylestad. Oslo

  • Las Eddas narran una historia que nos recordar varios

    acontecimientos relevantes de la Tetraloga. La encontramos,

    primero, en el canto heroico del Reginsml (Los dichos de

    Reginn) de la Edda potica, y, ms tarde, en el Gylfaginning (El

    engao de Gylfi) de la Edda en prosa de Snorri Sturluson.

    Segn el Reginsml, de viaje fuera del Asgard, los

    dioses Odn (Wotan), Haenir y Loki (Loge), se acercaron a una

    cascada en la que viva el enano Andvari. Cerca de all, Loki

    mata a una nutria que resulta ser en realidad Otr (en antiguo

    islands, Otr significa nutria), el hijo del rey Hreidmar

    (perteneciente a la estirpe de los gigantes), que tena la costumbre de convertirse en ese animal cuando iba de pesca.

    Los dioses, que ignoraban todo esto, pidieron hospitalidad para

    esa noche en la morada de Hreidmar que, cuando conoce lo

    sucedido, exige inmediatamente una compensacin por la

    muerte de su hijo. Entonces, Loki vuelve a la cascada, pesca a

    Andvari, que se haba convertido en lucio, y le reclama las

    fabulosas riquezas que esconde. El enano no tiene ms remedio

    que entregarlas, pero, a la vez, las maldice. En el momento en

    el que Loki se las da a Hreidmar, le transmite la maldicin:

    pronto su hijo Ffnir le matar aprovechando su sueo y, as, se

    har con el tesoro (en la tica de los pueblos del Gran Norte, el

    parricidio se consideraba como el peor, el ms reprochable de

    los crmenes; no tena expiacin y era de carcter hereditario).

    Para que nadie se lo pueda arrebatar, Ffnir se convertir en dragn, pero su hermano Reginn forjar la

    espada extraordinaria que empuar el hroe Sigurd para vengar a su padre Sigmund, as como a Hreidmar.

    No hace falta recordar las analogas con la obra de Wagner: Ffnir/Fafner, Reginn/Mime, Sigmund/Siegmund, Sigurd/Siegfried.

    En la Edda de Snorri (captulo VI del Gylfaginning) encontramos an ms detalles de esta

    historia que nos van a resultar familiares. Cuando los tres Ases ofrecen como rescate por sus vidas

    todas las riquezas que se les pidieran, la nutria fue despellejada y Hreidmar les conmin a que

    cubrieran, por completo, su piel con oro. Odn envi a Loki al Mundo de los Elfos Negros en busca de

    Andvari y el tesoro que guardaba en su casa de roca. El enano no se opuso, le iba en ello la vida!, pero

    intent esconder un mgico brazalete (algunos lo consideran un anillo) de oro, que le permitira seguir

    acumulando riquezas. Loki tambin se lo arrebat y Andvari, furioso, vaticin que causara la muerte de quien lo poseyera.

    Cuando Odn vio el aro, se qued con l y cubri la piel de la nutria con el resto del tesoro; pero,

    Hreidmar, al observarla detenidamente, vio un pelo del bigote descubierto y exigi que se tapara; as lo

    hizo el rey de los Ases, entregando la joya. La recompensa por la muerte de Otr haba sido satisfecha, pero el brazalete y el oro causaran la muerte de quienes los poseyeran.

    Naturalmente esta ancdota es el referente mtico de la compensacin por Freia en el Oro del Rin;

    aunque, en este caso, es la diosa la que tiene que ser cubierta por el oro, y su mirada centelleante la que Fafner descubre por la grieta que obligar a Wotan a entregar el anillo.

    En el canto III del Nibelungenlied, se narra cmo el hroe Siegfried, derrot a dos prncipes

    (hijos de Nibelung) de un lejano pas (Noruega?) que conquist con la espada Balmung (Notung en

    Wagner); y cmo se apodera, tras luchar con el enano Alberich, de su manto mgico (que hace

    invisible al que lo lleva); aunque, despus, le encomienda la custodia del fabuloso tesoro de los

    Nibelungos. Por lo tanto, aqu encontramos los nombres germnicos de los personajes de Wagner y uno

    de los referentes del Tarnhelm, el fantstico yelmo, que idea Alberich, forja Mime (tambin hallamos un

    casco que permite la invisibilidad en la mitologa griega: es el de Hades, dios de los muertos; se lo

    Manuscrito del Cantar de los Nibelungos

  • entregan los titanes y, en algunas ocasiones, lo llevarn diosas como Atenea o hroes como Perseo), y

    Fafner guarda junto con el oro y el anillo maldito, hasta que llegan a las manos de Siegfried.

    Las Hijas del Rin, alegres, despreocupadas y seductoras, aparecern de

    nuevo en el Ocaso de los dioses. Slo se vuelven graves para vaticinar la

    muerte del hroe (como lo hicieron sus hermanas del Danubio con

    Hagen en el Nibelungenlied). Pero a Siegfried no le inmutaron sus

    presagios y tampoco a ellas su negativa de devolver el anillo. Demasiado saban que se acercaba el momento de recuperarlo.

    La noche del 12 de febrero de 1883, Richard Wagner lea, en voz

    alta, la Undine del barn de la Motte-Fouqu, despus tuvo un sueo

    extrao; en l, sus ondinas (como la del autor alemn) queran tener un

    alma. Se levant, fue hacia el piano e interpret el motivo de la

    lamentacin de las ninfas: Oro del Rin! Oro del Rin! Falso y cobarde

    es lo que all arriba se alegra! Y aadi: Qu intuicin tuve entonces!

    Muri al da siguiente.

    EL PODER Y LA GLORIA

    Estamos hechos de la misma materia que los sueos. W. Shakespeare.

    Dolor en las ondinas, risa sarcstica de Alberich. Se

    desvanecen las rocas que bordean al Padre Rin. Sus olas negras

    inundan un escenario en tinieblas; poco a poco, se convierten en

    nubes, cada vez ms claras. Amanece en la cumbre de una alta

    montaa. Resuena, grave y majestuoso, el tema del Walhall. Los

    primeros rayos del sol iluminan la imponente fortaleza de los dioses.

    Nadie la ha habitado an. En un collado entre las cumbres, Wotan

    duerme y suea. Fricka, su esposa, se despierta sobresaltada: el

    smbolo del honor varonil, del eterno poder, de la gloria infinita de los dioses tiene un precio demasiado alto: Freia.

    Los pactos y las tretas

    Ya hemos visto (En el principio fue el mito) que Wagner pudo haberse inspirado, para el comienzo de la segunda

    escena del Oro del Rin en varios pasajes de la tradicin nrdica,

    como el Cantar de Thrym de la Edda Mayor, en el que, aunque el

    dios que acaba de despertarse no es Odn, sino Thor, tampoco es dueo del emblema de su poder (en

    su caso, el martillo) y slo la astucia de Loki permitir que Freyia no sea entregada a los gigantes a cambio de l.

    Tambin apuntamos que no se trataba de la nica vez que, en las Eddas, la diosa del amor era exigida

    como pago de un pacto entre dioses y gigantes. En el Gylfaginning (El Engao o la Alucinacin de Gylfi)

    de la Edda en prosa encontramos an ms analogas con la segunda escena del Prlogo del Anillo: un

    gigante propone a Freyia, junto con el sol y la luna, como recompensa por construir la muralla que

    guardar la residencia de los dioses; pero, despus de que Loki les convence para que acepten las

    condiciones del trato, al ver posible perder a la diosa, se enfurecen contra l. Tendr que urdir una de

    A. Rackham

    Asgard. Alan Lee

  • sus tretas para sacarles del apuro, consiguiendo que el gigante no acabe en el tiempo acordado su trabajo.

    Recordemos, tambin, que Loki pact con los gigantes su libertad, llevndoles a la diosa Iddunn, la

    guardiana del las manzanas de oro, y que, a instancias de unos envejecidos y furiosos dioses, tuvo que

    rescatarla; lo cuenta el escalda Thiodolf en el Haustlng (A lo largo del otoo) y Snorri en el

    Skldskaparml (El lenguaje del arte escldico) de su Edda.

    En otro canto de la Edda Mayor: los Alvssml (Los dichos de Alvis), un

    enano, que se describe con aspecto de gigante y hace gala de la sabidura

    que caracteriza a estos seres primordiales en la mitologa nrdica, se

    presenta ante Thor para reclamarle a su hija. No se cont con la presencia

    del dios para pactar el matrimonio. A pesar de ello, nadie puede romper lo

    acordado, sin perder el honor. As, Thor entretendr al enano a base de

    preguntas, no para probar su sabidura, como en cantos similares de las

    Eddas, sino para que el tiempo pase, llegue el amanecer y, con los primeros

    rayos del sol, ste quede convertido en piedra (lo que caracteriza a los

    gigantes en algunos cuentos del folklore nrdico). Es la nica vez en la que el

    dios del martillo no exhibe fuerza sino astucia, normalmente encarnada en el

    personaje de Loki, y en la que participa en un torneo del saber, que, por lo general, protagoniza Odn.

    Pero, lo que aqu nos interesa es que asistimos a artimaas que no rompen los pactos, aunque

    consiguen que quienes representan el amor no sean entregadas a los gigantes, como pasar en el Oro del Rin.

    Los antiguos pueblos del Gran Norte consideraban el honor y la palabra dada como valores

    fundamentales que deban de ser respetados por todos los seres de la creacin. Uno de los pilares

    bsicos de su sociedad era la ley, el derecho de origen sagrado. No es, pues, de extraar que, en el

    Prlogo de la Tetraloga, cuando Wotan, en un primer momento, se niega a entregar a Freia a los

    gigantes, stos le recuerden que su poder, el orden del mundo, reposa precisamente sobre la fidelidad

    a los pactos, a la ley grabada con runas en el asta de su lanza.

    En este sentido, la imponente figura del Wotan/Odn

    germanoescandinavo queda, alguna vez, en entredicho. Es el mismo

    dios el que confiesa en los Hvaml (Los dichos de Har) de la Edda potica:

    Se tena de Odn juramento en la anilla.

    Quin le creer ya nada!

    Traicionado a Sttung dej a su partida Y a Gnnlod llorando.

    La estrofa se refiere al episodio del robo del hidromiel de los poetas,

    que desarrolla Snorri, y que ya comentamos (Un osado y joven

    dios). Odn rompe un juramento (no se sabe muy bien cul), s;

    pero, para que el mgico brebaje no quede escondido en el fondo de

    la montaa y el mundo pueda acceder a la poesa. Este ltimo motivo

    tiene ecos en distintos mitos occidentales, como el de Prometeo: el

    titn que roba el fuego de los dioses para entregrselo a los hombres.

    Pero, no slo es cuestin de pactos entre dioses y gigantes en la segunda escena del Oro del Rin. En

    ella, Wagner nos presenta a algunos de los principales componentes del panten nrdico.

    Naturalmente, a su manera; aunque, siempre teniendo como referente a sus ancestros mticos.

    La costilla de Odn

    Martillo de Thor

    Freia y los gigantes. Rackham

  • La diosa principal de los Ases, Frigg (Fricka), no

    tiene un papel tan determinante en la mitologa que nos

    relatan las Eddas, como el que (aunque breve) tendr en

    el Anillo del nibelungo. En los antiguos cantos del Gran

    Norte, se destaca la discrecin de su figura: comparte el

    trono del soberano de los dioses, desde donde se ven

    todos los mundos y sus acontecimientos presentes y

    futuros; por lo tanto, sabe todos los destinos, pero no

    los revela. Se la conoce esencialmente, como diosa de

    la fecundidad, esposa de Odn y madre del Balder (el

    dios bueno que morir por una mala jugada de Loki); su

    emblema es un vestido de halcn que descubre su capacidad para la magia y la metamorfosis.

    La discrecin de la diosa, sin embargo, no significa falta

    de carcter, ni callado sometimiento al rey de los Ases;

    dos cantos de la Edda Potica nos lo demuestran, en

    primer lugar los Vafthrdhnisml (Dichos de Vafthrdhnir):

    Odn le pide consejo sobre si ir o no a visitar a un sabio

    gigante y ella le recomienda que mejor se queda en casa

    (lo que nos recuerda inmediatamente el mismo deseo de

    Fricka por retener a Wotan en el Walhall); pero el ansia

    de conocimiento del rey de los Ases y su naturaleza

    viajera le llevarn a visitar al gigante con el que

    mantendr uno de sus famosos torneos del saber (recordaremos este canto cuando tratemos del

    encuentro entre Wotan y Mime, en la Segunda Jornada de la Tetraloga), del que saldr vencedor.

    Tambin nos dan una muestra de la personalidad de Frigg los Grmnisml (Dichos de Grmnir), en los

    que discute con su marido sobre la vala de sus respectivos ahijados; al final, ser el protegido de la

    diosa el que ocupe el trono de su hermano, protegido de Odn, despus de la muerte de ste. Tanto el

    dios como su mujer se servirn de argucias para ayudar a sus favoritos; pero, ser el de Frigg el que

    salga triunfante (no podramos ver aqu un remotsimo eco de las preferencias de Wotan y Fricka sobre Siegmund y Hunding en La walkyria, y el resultado final del duelo ente ambos?).

    El guerrero y el amante

    Poco papel tiene en la Tetraloga de Wagner, el dios ms

    popular del panten germanoescandinavo: Thor/Donner, el que

    destaca por la fuerza guerrera y la valenta; el de la barba roja,

    como su cara cuando le domina la clera que le hace enarbolar

    su temible martillo con nombre propio, Mjllnir (Triturador),

    siempre dispuesto a limpiar al mundo de gigantes. En la

    mitologa es hijo de Odn y Jrd (la Tierra, tambin conocida, en

    latitudes germnicas, bajo en nombre de Erda); filiacin que, en ningn momento se ver reflejada en la obra de Wagner.

    Su aspecto belicoso y poco reflexivo ser el que el Maestro de

    Leipzig destaque en su breve paso por El anillo del nibelungo:

    ms de una vez, Wotan tendr que interponer su lanza

    (preservar la ley) entre l y los gigantes, y entre l y Loge, para

    que no utilice el arma que le sirve de emblema. Lo que recuerda

    a uno de los cantos ms curiosos de la Edda Mayor, los

    Lokasenna (Escarnios de Loki), en el que el dios del engao y de

    la astucia, se dedica a insultar a toda la divina asamblea,

    reunida, antes de su llegada, en un amable banquete. Aqu se ve

    muy bien la desconfianza y el desprecio que los Ases sienten

    hacia este extrao personaje que es, sin embargo, uno de ellos, y al que Odn se ve obligado a aceptar

    Frigga. Rackham

    Thor y los gigantes. W.E. Winge

  • y a acoger, en el festejo, por un juramento de hermandad de sangre entre ambos. Despus de ofender

    a todo en panten, slo Thor lograr, amenazndole con su martillo, que salga huyendo.

    Entre los insultados, tambin se encontraba Frey, el Froh del Oro del Rin; en la

    mitologa, es l el hermano de Freyia (no Fricka, como en Wagner); pertenece,

    por lo tanto, a la familia de los Vanes que, como ya vimos (Un osado y joven

    dios), son las divinidades que representan, para los pueblos del Gran Norte, la

    riqueza, la paz y el amor. Este dios solar y de la fecundidad, que vive en el

    lfheim (el Mundo de los Alfos, que antao le regalaron los dioses cuando se le

    cay un diente), y tiene como atributos un barco y un carro tirado por un jabal

    que brilla da y noche atravesando las aguas y los cielos, aunque s algo ms

    que en el Oro del Rin, no tiene mucho papel en las Eddas: slo protagonizar un

    canto de la Potica, el Skrsnisfr (viaje de Sknir) en el que manda a su sirviente

    en busca de Gerd, la hija de un gigante, para pedirla en matrimonio, y se

    lamenta de los nueve largos das que tendrn que pasar hasta encontrarse con ella.

    En los Lokasenna, tampoco se librarn las diosas de la lengua afilada de Loki, y, precisamente la

    primera en padecer sus sarcasmos ser Iddunn (Siempre joven), la que guarda en un cofre, la eterna juventud de los dioses en forma de:

    Manzanas de oro

    Wagner funde en una las figuras mticas de Freyia e

    Iddunn, que, en la tradicin nrdica, poseen identidades

    totalmente distintas. Conocemos ya qu llev a Loki a entregarla

    a los gigantes (En el principio fue el mito...), pero no los

    pormenores de su pico rescate; los cuenta Snorri en el

    Gylfaginning: el dios le pide a Frigg su vestido de halcn y vuela

    hacia la casa de Thiazi, el gigante que retiene a Iddunn. La diosa

    est sola, ya que ste se ha ido a pescar, lo que aprovecha Loki

    para convertirla en nuez y llevrsela. Cuando Thiazi encuentra la

    casa vaca, toma la forma de un guila y vuela tras ellos. Cerca

    ya del Asgard, los dioses ven la dramtica persecucin, en la que

    les va la juventud, y encienden un gran fuego que quema las alas de guila; ya en el suelo, matan al gigante.

    El tema de las manzanas de oro, como frutos de la

    eterna juventud y de la inmortalidad, tambin aparece en la

    mitologa griega, no las guarda ninguna diosa en una caja, pero

    crecen en el Jardn de las Hesprides (Las Ninfas del Ocaso que,

    pese a lo que pudiera parecer, esta vez, tienen poco que ver con Wagner).

    De Freyia, diosa del amor y reina de los Vanes, ya hablamos en anteriores entregas de In

    fernem Land. La figura mtica de Loki, se desgaja fcilmente de las aventuras, a veces divertidas, otras

    trgicas, en las que envuelve a dems dioses; pero, merecer un artculo dedicado a l, en esta seccin; sobre todo, por su papel determinante en el Ragnark, el destino final de los dioses.

    Es hora de volver al escenario de la Colina Verde: dioses y gigantes parecen haberse puesto de acuerdo

    en variar los trminos del contrato que levant el Walhall. Ya no ser Freyia el precio por la obra eterna

    que hace soar a Wotan con el poder y la gloria, y a Fricka con retener a su lado al dios.

    El beso de Frey y Gerd. poca vikinga

    Halcn-Loki. M. Harrison

  • Idunn y sus manzanas. Penrose

    Aunque pareca que no haba nadie en el mundo lo suficientemente loco como para renunciar el amor,

    Loge lo ha encontrado: Alberich, el enano, se hizo as con el oro que custodiaban las Hijas del Rin. Forjado en forma de anillo, otorga el mximo poder a quien lo posee.

    No sin alguna reticencia por parte de Fasolt, los gigantes aceptan el nuevo contrato, ya no ser la diosa

    del amor sino el anillo del poder el precio por la construccin del Walhall. La embriaguez del oro brilla

    en los ojos de todos. Wotan deber hacerse con la joya. Mientras, los gigantes guardarn a Freia para asegurar el cumplimiento del nuevo trato.

    Cuando la divina asamblea ya no puede divisar a la guardiana de las manzanas de oro, se hunden sus

    ojos, se aja su piel, su cabello se vuelve blanco, les abandonan las fuerzas. No hay tiempo para la

    duda. El soberano de los dioses debe bajar al reino de los nibelungos. Loge le acompaa. Vapores de azufre invaden la escena. Son, cada vez, ms negros...

    NACHT UND NEBEL ...

    De que estaba en la proa me di cuenta del valle del abismo doloroso que de quejas acoge la tormenta. Oscuro y hondo era, y nebuloso, tanto que, aunque miraba a lo profundo, nada pude entrever en aquel foso. Dante. El Infierno.

    Vapores venenosos invaden la escena en el teatro de la Colina Verde. Son tan espesos y tan

    negros que impiden distinguir cualquier contorno, cualquier forma, hasta que unos resplandores rojos

    nos fuerzan a agudizar la mirada: parece una cueva... Es una cueva, inmensa, a la que van a

    desembocar pasadizos, an ms oscuros, quiz ms profundos, que ella. De cada fulgor nace un ruido,

    un golpear de yunques, cada vez ms atronador, y se dira que es ste el que, creciendo, disipa la

    oscura niebla del subsuelo. Por una galera lateral, aparecen dos figuras, una nos es familiar: Alberich,

    el enano que renunci al amor a cambio del poder es, ya, el Seor de los Nibelungos.

    Los enanos

  • Hemos visto (Los abismos mgicos) que la de los

    enanos es una raza mtica de la tradicin del Gran Norte.

    Surgieron, en los comienzos del mundo, de la descomposicin del

    cadver del gigante Ymir, y esto les pone en relacin directa con

    la muerte, lo que tambin revelan los nombres de muchos de

    ellos: Dain (Muerto), Nr (Cadver), Eikinskyaldi (traspasado por el cuerno), como se puede leer en la Edda Mayor y, especialmente, en la Vlusp, en donde la Vidente hace una larga

    relacin de ellos. Parecen ser, pues, en el origen, los espritus de

    los fallecidos que habitaban en el interior de las montaas, bajo

    las piedras, en las profundidades de la tierra; es decir, en todos

    los lugares que se consideran el refugio de los muertos; y, ya que

    es la tierra la que acoge a estos ltimos, los enanos estarn

    estrechamente vinculados con ella: poseen su sabidura y son

    hbiles artesanos y herreros que trabajan en su interior,

    extrayendo los metales que convertirn en objetos maravillosos.

    Gracias a su pericia y a su magia: tanto el martillo de Thor, como

    el collar de Freyia o la lanza de Odn, salieron de sus forjas subterrneas.

    No es pues de extraar que, en la Tetraloga, tambin de sus forjas, surjan el Anillo maldito y el

    Tarnhelm: el yelmo mgico forjado por Mime, bajo el mandato de Alberich, por cuya posesin pelean precisamente al inicio de la tercera escena del Oro del Rin.

    Los alfos

    Pero hay otra raza de seres sobrenaturales en la

    mitologa nrdica que se viene a confundir con la de

    los enanos: es la de los Alfos. De nuevo en la

    Vlusp, lo que parece nicamente ser una lista de

    nombres de enanos vuelve a resultarnos muy

    revelador cuando vemos que les son atribuidos

    apelativos como lf (Alfo), Vindalf (Alfo del viento) o Gndalf (Alfo de la varita mgica, que les resultar muy familiar a los aficionados a Tolkien).

    Por lo tanto, ya en la Edda Mayor empieza la

    confusin que solemos echarle en cara a Snorri,

    aunque l va ms all de la etimologa: en el

    Gylfaginning de su Edda en prosa, identificar

    directamente a los alfos negros, malficos, con los

    enanos que viven bajo la tierra, oponindolos a los

    alfos blancos o alfos de luz que habitan en la regin

    celeste del Alfheim; lo que, de nuevo, indica que,

    segn una tradicin ancestral (de la que apenas

    tenemos ms referencia escrita que la etimolgica,

    pero que qued reflejada en mltiples rituales funerarios), tanto los alfos negros como los alfos blancos

    eran los dos aspectos: malfico y benfico, material y etreo, respectivamente, de los espritus de los muertos.

    Tampoco podemos olvidar que el culto de los muertos est unido al de la fecundidad en las sociedades

    antiguas (para germinar, el grano antes tiene que morir), y, ya hemos comentado (El poder y la

    gloria), que los dioses obsequiaron a Frey con el Alfheim cuando se le cay un diente, y que Frey

    perteneca a la familia de los Vanes, dioses de la fertilidad y la riqueza, antes de la primera guerra del mundo (Los abismos msticos).

    Mime. Rackham

    Odn. Alan Lee

  • Los elfos

    Tambin el que el Alfheim fuera propiedad de los

    dioses, los vincula estrechamente con las luminosas

    y enigmticas figuras de los alfos blancos, tanto que

    se llegaron a confundir. Cuando el escritor dans

    Adam Oehlenschlger escribe su poema Elvenkonge

    (el rey de los elfos) es al dios Odn al que se est

    refiriendo (uno de sus mltiples apelativos es el de

    Valfdhr Padre de los Muertos). Lo curioso es que, cuando Herder traduce este poema al alemn, se

    confunde en la traduccin y presenta como Erlknig

    (Rey de los Alisos) al que realmente es Elfknig (Rey

    de los Elfos), y como rey de los alisos quedar en la

    famosa balada de Goethe, a la que Schubert pondr

    msica Quin nos iba a de decir que detrs del rbol

    negro de los pantanos, en realidad, se esconda

    Wotan!

    Pero acabamos de introducir un nuevo trmino: elfo.

    Originariamente, alfos y elfos son los mismos seres; sin

    embargo, por influencia anglosajona, desde el comienzo de la

    Edad Media, surgieron las diferencias: los prestigiosos y

    solemnes alfos se convirtieron en los despreocupados elfos de

    las canciones populares: espritus maliciosos, estrechamente

    emparentados con las hadas, pero que siguieron conservando

    las dos clases en las que les haba dividido la mitologa

    escandinava: elfos de luz y elfos oscuros. El popular y, a la vez

    shakespeariano, Obern es un buen ejemplo de figura de elfo.

    Lo que puede resultar inquietante es que muchos fillogos hacen

    derivar su nombre de la misma raz que la del enano germano Alberich...

    Niflungos y nibelungos

    Ya no nos puede extraar que Alberich se autodenomine, en la Tetraloga, alfo negro, de la misma manera que Wotan se llama alfo blanco: estamos en plena tradicin mtica.

    Obern y Titania. J. Noelpaton

    Niflhel

  • Y tambin siguiendo la tradicin mtica, Wagner tomar el

    nombre de Alberich (que significa Alfo poderoso) del fuerte y bravo enano que custodia el tesoro de los Nibelungos en la

    cancin de gesta alemana. Sin embargo, que el ttulo del

    Cantar de los Nibelungos no nos engae, los Nibelungos

    tienen un papel muy pequeo en el poema medieval; incluso,

    este nombre no designa siempre a los mismos personajes. En

    la primera parte, se refiere a unos valientes prncipes

    (Schilbungo y Nibelungo), dueos de un fantstico tesoro, y a

    sus numerosos guerreros, que fueron vencidos por el joven

    Sigfrido en un tiempo anterior al que nos narra el poema.

    Cuando Alberico, vasallo de estos prncipes y custodio de su

    tesoro, se dispone a vengarlos, Sigfrido le vencer, pasando a

    ser dueo del manto de invisibilidad del enano (prefigurarin

    del Tarnhelm en Wagner) y del tesoro, aunque permitir que

    Alberico siga custodindolo.

    En la segunda parte del

    Cantar, sern los guerreros

    burgundios, herederos del

    tesoro (puesto que Krimilda,

    hermana de Gunter y viuda de

    Sigfrido, es burgundia. Ya

    veremos ms adelante qu poco tienen que ver estos heroicos

    personajes con los gibichungos que nos presenta Wagner en el Ocaso),

    los que sern llamados nibelungos. Parece, pues, que es el tesoro el que da un mismo nombre a sus diferentes poseedores.

    Algo muy parecido se presenta en la tradicin escandinava. Si bien en

    las Eddas el trmino que se emplea es el de Niflungos, stos tambin

    son los burgundios que heredan el tesoro maldito que un da Loki

    arrebat al enano Andvari (el Alberich de las Eddas y de la Vlsunga

    Saga, como vimos en La seduccin y el oro). Sin embargo, los

    Niflungos son, mitolgicamente, los habitantes del Niflhel; es decir, la

    novena morada, el infierno ms profundo y tenebroso de la tradicin del

    Gran Norte, la tierra de la niebla, la tierra de los muertos: Hel, la Oscura.

    Realmente la tercera escena del Oro del Rin se abre con una visin infernal: el Nibelheim, el reino de la

    niebla que habita un pueblo muerto, aplastado por la ambicin, por el odio del alfo negro. Si la

    literatura medieval intent integrar en la Historia el mito de los Nibelungos, quiz Wagner consigui

    devolverle su sentido ancestral: No se trata aqu de un engaoso tesoro que viene del reino de la muerte y convierte en muertos a quienes lo conquistan?

    LOGE: MS ALL DEL BIEN Y DEL MAL

    Noto el atrayente placer de volver a mudarme en ondulante llama: Devorar a los que en otro tiempo me domesticaron, en vez de perecer tontamente con los ciegos...

    El oro del Rin. R. Wagner.

    Odn, Loki y Andvari. von Stassen

    Alberich. Rackham

  • Hace ya tiempo que se pasea por el escenario de

    la Colina Verde un ser inquieto, verstil y fascinante, como el

    motivo musical que lo representa. Parece que, en el mundo

    de ambiciones que se despliega en la Tetraloga, l no anhela

    nada, pero conoce muy bien los deseos de los dems o, lo

    que es lo mismo, sus puntos dbiles; si no, no tentara al

    dios de dioses con el poder supremo, ni a su mujer con

    retenerle a buen recaudo entre los muros del Walhall (dos

    funciones muy diferentes para un mismo objeto: el anillo maldito).

    Todas las divinidades, salvo Wotan, le desprecian y, sin

    embargo, l tambin pertenece a su estirpe, aunque no del

    todo: no necesita de las manzanas de Freia; se mueve, con

    la misma soltura, en las cimas de los espritus de luz y en los

    abismos nibelungos; no parece conocer ni lmite, ni ley, a

    Alberich le llama primo y dice haber sido su amigo... Quiz

    fue l quien encendi el deseo que llev al enano hasta las

    Hijas del Rin? No seran entonces de extraar sus recelos

    contra el dios. Lo que s sabemos es que fue Loge quien

    aconsej a Wotan el pacto con los gigantes y todo lo que esto

    desencadenar.

    Sea como fuere, el caso es que este personaje se presenta

    como uno de los ms enigmticos del Anillo, y no lo es

    menos en las mitologas del Gran Norte, bajo la denominacin de Loki.

    Una fuerza elemental

    En las Eddas, Loki ya aparece oscuro y ambiguo desde su mismo nombre, puesto que,

    etimolgicamente, ste representa la idea de cerrazn, de clausura, de final; pero, como Logi (la llama)

    es una palabra que se le parece mucho, un buen nmero de folkloristas del siglo pasado, as como el

    propio Wagner (basndose en la Deutsche Mythologie de Jakob Grimm), le convirtieron en el dios del

    fuego. No parece probable que nunca lo haya sido; y, aunque tiene ciertas relaciones con l (veremos

    inmediatamente cmo incendia la sala de gir o la red de pesca, que l mismo inventa), tambin las

    tiene con el agua y el aire: posee unas botas que le permiten andar por los dos elementos, otro de los

    nombres por el que se conoce es Loptr, que significa precisamente el areo, o el aire, tan inconstante e

    inaprehensible como el propio carcter del dios. As que lo primero que hay que aclarar es que Loki, segn la mitologa nrdica, no es el dios del fuego, pero tampoco es completamente ajeno a l.

    Loki es una figura mtica muy estrechamente unida a todos elementos mviles, cambiantes y

    danzarines de la Naturaleza: el agua y, sobre todo, el aire y el fuego; aqullos que nos hacen servicios

    cotidianos imprescindibles, pero que, en un momento dado, sin saber por qu y sin previo aviso,

    cambian su amable condicin en diluvio, huracn o incendio destructores y mortales; como Loki: buen

    compaero de Odn y de Thor, complaciente, bromista, desfacedor de entuertos (que l mismo suele

    provocar), tambin, embaucador, mentiroso, marrullero y, finalmente, el padre y el capitn de las fuerzas del mal que acabarn con el mundo en la definitiva batalla del Ragnark.

    Un espritu burln

    El fuego mgico de Loge. A. Rackham

  • No sera de extraar que, en el origen,

    Loki fuese uno de los gigantes constitutivos del

    mundo primitivo, una de las fuerzas primordiales

    de la naturaleza; de hecho, Snorri, en el

    Gylfaginning de la Edda Menor, nos lo presenta

    como hijo del gigante Farbauti y de Lufey o Nar

    (no tiene, por lo tanto, ningn lazo de

    parentesco con los dems ases, slo un

    juramento de fraternidad con Odn), y ya

    sabemos que los gigantes pasaron, en los

    pueblos del Norte, de ser las potencias orgnicas

    del universo a convertirse en la personificacin del mal y la destruccin.

    Muchos relatos de las Eddas tienen como

    protagonista o, al menos, coprotagonista a Loki,

    y, de ellos, podemos sacar los rasgos

    fundamentales de su compleja personalidad, en

    la que destacan: el ingenio, la astucia, la

    amoralidad, el desconocimiento de los lmites, la metamorfosis y la capacidad de destruccin.

    Los primeros: el ingenio y la astucia, son

    evidentes en Wagner en El Oro del Rin, la

    metamorfosis slo en lo que se refiere a su

    presencia en forma de llama para abrazar la roca

    de Brnnhilde en La Walkyria, y, en cuanto a la

    capacidad de destruccin, no podemos olvidar el

    incendio csmico del Ocaso de los dioses, que parecen preludiar las palabras que han inaugurado estos prrafos y que pertenecen al Prlogo de la Tetraloga..

    En lo que se refiere a los mitos nrdicos, Loki pasa de ser un alegre compaero, al que los dioses

    recurren cuando se ven en apuros, algo sinvergenza, muy deslenguado y bastante proclive a hacerse

    con los bienes ajenos, a convertirse en el instigador del asesinato del mejor de los ases. Al final de los tiempos, los enfrentar a muerte.

    En cuanto el ingenio y la astucia, no slo es el mtico inventor de la red de pesca, ya hemos

    visto (En el principio fue el mito) cmo recupera el martillo de Thor, robado por el gigante Trym,

    que slo est dispuesto a devolverlo a cambio de Freyia, disfrazando vergonzosamente al dios tronante

    de diosa del amor y pasando l por su criada; cmo vuelve a salvar a Freyia de ser entregada al

    gigante constructor de la muralla del Asgard, convirtindose en yegua. Tambin comentamos (La

    seduccin y el oro) cmo roba el oro y el anillo del enano Andvari, en uno de los episodios de las

    Eddas (recogido tambin por la Vlsunga saga) a los que ms jugo le va a sacar Wagner para su Tetraloga.

    Pero no es el anillo de Andvari lo nico que roba Loki, dndonos cumplida cuenta de su amoralidad. A

    instancias de Odn y convertido en mosca, se apodera del collar de Freyia, hace lo mismo con el

    martillo, el cinturn de fuerza y los guantes de hierro de Thor, rapta a la diosa Iddum (En el principio

    fue el mito) y sus manzanas de oro, aunque de muy mala gana, y slo para salvar su vida, ya que no

    suele servir complacido a los gigantes; poco despus, l mismo, a requerimiento de unos envejecidos y

    enfurecidos dioses, rescatar a la que les otorga la eterna juventud. Tambin, por el mero hecho de

    divertirse, corta los cabellos de la diosa Sif, la mujer de Thor y, ante las graves amenazas de ste,

    manda a los enanos hacer para ella un mgica cabellera de oro. Precisamente, a esta aventura, que

    narra Snorri en el Skldskaparmal (El lenguaje del arte escldico) de la Edda Menor, le deben los dioses todos sus tesoros, entre los que destacan la lanza de Odn, Gungnir, y el martillo de Thor.

    Sus variadas metamorfosis en seres femeninos, y el que haya dado a luz, por ejemplo, al caballo de

    Odn, le hacen ms amoral an a los ojos de la sociedad germanoescandinava que consideraba la

    homosexualidad como una gravsima falta. Llamar a un hombre: mujer (y a Loki se lo llaman en varias

    Idumm y Loki. J. Bauer

  • ocasiones a lo largo de las Eddas) es la peor de las injurias, no, ni mucho menos, por un desprecio

    hacia la mujer, sino porque entienden un comportamiento afeminado en el varn como el no querer asumir la propia naturaleza.

    Por otro lado, de su mala lengua nos dan cuenta los Lokasenna (Escarnios de Loki) de la Edda Mayor,

    de los que ya hemos hablado (Sueos de poder y de gloria) y en los que ninguno de los ases queda

    sin insulto, hasta que, bajo las amenazas de Thor, Loki decide esconderse, no sin antes prender fuego a

    la sala de gir, en donde estaban reunidos. Y este texto es precisamente el que podra servir de puente

    entre la personalidad pcara e irresponsable del personaje y la dimensin csmica de la tragedia que

    desata: cuando Frigg (Fricka), ante sus insultos, se queja de que no est all su hijo Blder para

    defenderla, Loki le responde:

    Ms todava quieres, oh Frigg,

    que palabras malignas diga?

    Porque yo lo dispuse, nunca vers que a casa Blder te vuelva.

    La muerte de Blder

    En los Baldrs draumar (Los sueos de Blder) de la Edda Potica, se cuenta cmo el ms bello

    y bueno de los dioses, sufre de inquietantes pesadillas. Su padre, Odn, va en busca de una vlva (una

    vidente, una muerta a la que se resucita con la magia del Seidr para que prediga el futuro) que le

    confirma que se estn haciendo los preparativos para la entrada del dios en el reino de Hel, ya que pronto morir asesinado.

    Loki y Hod. Artista desconocido Blder. Fogelberg

    Snorri, de nuevo en el Gylfaginning, reconstruye la historia: conocedora de los sueos de mal agero

    de su hijo, Frigg mand jurar a todas las criaturas del universo que no le causaran ningn dao. Todos

    lo hicieron, salvo un tierno brote de murdago que a la diosa le pareci demasiado joven e inofensivo

    para tomarle juramento. Entonces los ases idearon el juego de lanzar a Blder todo tipo de objetos, y se regocijaban porque nada le poda lastimar.

    Pero Loki no participada de esta alegra y consigui arrancar a Frigg el secreto de la invulnerabilidad del

    dios; cort la rama de murdago y se la ofreci a Hod, el hermano ciego de Blder, indicndole la

    direccin hacia donde la tena que arrojar. As lo hizo y el dios cay fulminado.

  • Aunque saban quin era el asesino, los ases no pudieron vengarle inmediatamente porque el hecho

    haba ocurrido en su sala de reuniones; es decir, en un recinto sagrado. Entonces, Frigg busc a alguien

    tan valeroso como para ir a buscar a Blder al reino de los muertos y arrancrselo a la terrible diosa

    Hel: Hermod, otro hijo de Odn, emprendi la aventura a lomos de Sleipnir, el fabuloso corcel del dios

    de dioses (al que precisamente Loki pari); sin embargo, al poner la diosa de la muerte como condicin

    para el rescate de Blder que todas las criaturas le lloraran, Loki, esta vez disfrazado de bruja, fue el

    nico ser que se neg a hacerlo; y as, el peligroso viaje de Hermod fue vano y el dolor de los dioses terrible.

    La muerte de Blder. Autor desconocido.

    Los funerales del dios bueno, a los que asistieron ases y gigantes de la escarcha, sus eternos enemigos,

    figuran entre los pasajes ms conmovedores del las Eddas.

    Aunque la divina asamblea no pudo destruir al responsable de la muerte de Blber, s lo castig.

    La venganza de los dioses

    Loki huye de la ira de los ases hacia las montaas. All, se construye una

    casa (con cuatro puertas, para poder vigilar en todas las direcciones) y

    pasa buena parte del tiempo entre las aguas de un torrente cercano,

    convertido en salmn, mientras se pregunta qu procedimiento podran

    utilizar sus enemigos para atraparle. De esta manera, inventa la red de

    pesca con unos cuantos hilos de lino que fue anudando. Al ver que los

    dioses estaban cerca, quem la red y se arroj al ro. Pero el ms sabio

    de ellos: Kvasir (Un osado y joven dios), descubre la forma de la red

    en las cenizas, lo que permite fabricar una igual que, finalmente, ayuda

    a atrapar a Loki. Su suplicio no se har esperar.

    El suplicio de Loki. D. Penrose

  • En una cueva los ases toman tres piedras planas, las colocan de

    canto y hacen un agujero en cada una de ellas. Cogen a dos hijos de

    Loki; a Vali, le convierten en lobo que despedaza a su hermano Narfi

    y, con las tripas de ste, atan al asesino de Blder a las piedras

    cortantes que sitan bajo sus hombros, cintura y corvas. La diosa

    Skadi (madre de Frey) le coloca encima una serpiente, de modo que

    su veneno gotee sobre el rostro del dios. Su esposa, Sigyn,

    permanece junto a l y recoge en una fuente la ponzoa; pero,

    cuando el recipiente se llena y ha de cambiarlo, las corrosivas gotas

    caen sobre su cara y l se retuerce de tal manera que toda la tierra tiembla con su dolor.

    Este castigo ha de perdurar hasta el Ragnark. Pero, entonces, Loki

    no estar solo: junto con las dems fuerzas del caos, se levantarn

    los hijos que engendr en la giganta Angrboda: la serpiente del

    Mdgard, la que abraza el mundo y permite que no se desintegre,

    pero se enfrentar a los dioses en la batalla final, y su hermano, el

    lobo Fenrir, que devorar al propio Odn, mientras Loki lucha a la

    cabeza de los ejrcitos que ha recrutado en el infierno de Hel, la diosa de muerte y la tercera hija que le dio la giganta.

    Fuerza de la naturaleza? Espritu burln? Luki-fer, demonaco y asesino? O simplemente ese caos, a

    la vez, frtil y destructor, como la propia Naturaleza, que no sabe de leyes, y sin el que el orden no

    existira?

    EL ALMA ANTIGUA DEL MUNDO

    Sabes que es natural que muera lo que vive. Shakespeare. Hamlet.

    En el escenario de la Colina Verde, los dioses exigen a Wotan que

    entregue el anillo. Los gigantes amenazan, furiosos, con romper el

    pacto. Freia pide socorro cuando Fasolt la saca violentamente de

    detrs del montn de oro. En plena confusin, la luz se oscurece y,

    envuelta en un resplandor azulado, el alma antigua de la tierra, la

    que todo lo sabe, emerge, slo hasta la cintura, de las profundidades

    de la sima en la que duerme su sabidura. Es Erda, la madre de las

    tres Nornas que tejen el hilo de los destinos. Avisa a Wotan de que

    todo lo que es acaba, prev un ignominioso fin para los dioses y

    recomienda que les sea devuelto el anillo a las Hijas del Rin. El dios

    quiere saber ms, pero la misteriosa figura ya se ha hundido en los

    abismos. Entonces, y tras una breve meditacin, arroja la joya

    maldita sobre el resto del tesoro.

    Las dos apariciones de la diosa Erda en la Tetraloga son breves pero

    determinantes. Especialmente esta primera: ya muy avanzada la

    cuarta escena del Oro del Rin, el miedo que va a provocar en Wotan,

    que empieza cuando le hace consciente de que todo cuanto vive ha

    de perecer (curiosamente la reina Gertrud le dir algo muy parecido a

    su hijo Hamlet al inicio del drama de Shakespeare), ser el comienzo

    de un largo camino de renuncias, hasta llegar a la de su propia existencia. Pero no adelantemos

    acontecimientos y veamos cul es la materia mtica con la que Wagner construye el personaje de Erda.

    De la misma manera que Freia rene, como ya hemos visto, las figuras tradicionales de Freyia e Iddum,

    la madre de las Nornas (slo segn el maestro de Leipzig) reunir caractersticas de la vidente de la

    Vlusp y de Jrd, diosa de la tierra y madre de Thor (de su nombre derivar, en antiguo alto alemn,

    el de Erda que significa tierra). Probablemente, tambin la figura mtica de Gunnld, la giganta que

    custodiaba el hidromiel de la sabidura (Un osado y joven dios), estuviera en el imaginario de Wagner al modelar el personaje de la diosa.

    Loki (detalle). Von Stassen.

    El rescate de Freia. A. Rackham

  • La vlva

    A diferencia de lo que se acostumbra a creer, las sociedades del Gran Norte no son pura y

    nicamente guerreras. A travs de su mitologa, vemos que en el mundo religioso germano-

    escandinavo eran los valores de la magia los preponderantes. Ya lo indic Tcito, pero a nuestra

    imaginacin (poblada por las visiones que nos han ofrecido Hollywood o algunos tebeos sobre vikingos,

    por ejemplo) le cuesta ver en aquellas gentes a poetas y a magos tanto como a guerreros; sin

    embargo, como ya hemos comentado (Un osado y joven dios), es significativo que Odn, su divinidad

    suprema, no slo sea el Padre de las Victorias, sino tambin, y sobre todo, el dios de la magia y de la poesa.

    Las Eddas, los poemas escldicos, las inscripciones rnicas, las

    grandes piedras grabadas y los amuletos de todo tipo prueban el

    papel primordial que la magia jugaba en la vida de los antiguos

    germanos. As, la adivina-profetisa-maga, la vlva, fue una figura

    de gran prestigio en sus comunidades. La Saga de Erik el Rojo nos

    describe minuciosamente a una de ellas con su manto azul cubierto

    de perlas de cristal (en la Tetraloga, Erda aparece envuelta en un

    resplandor azulado), pieles en sus ropajes, bastn mgico y una

    gran bolsa llena de objetos, tambin mgicos, que le sirven para

    practicar su arte subida en una especie de andamio y entonando

    cantos destinados a atraer la atencin de los espritus. Pero la vlva

    ms famosa es la que nos presenta uno de los ms bellos poemas

    de la Edda Mayor, la Vlusp o Profeca de la vidente: Odn la

    interroga sobre el destino de los dioses y de la tierra y, en una

    prodigiosa visin, la sibila narrar la historia del mundo desde el

    origen hasta la catstrofe final del Ragnark (El destino final de los

    dioses). Es, pues, ella quien presentar al dios supremo el final, lo mismo que har Erda en el Oro del Rin.

    Los estudiosos de la mitologa nrdica parecen estar de acuerdo en que la sibila de la Vlusp no est

    viva, como la de la Saga de Erik el Rojo, sino que se trata de una hechicera muerta a la que Odn

    resucita con su magia para obligarla a profetizar. As se explica, por ejemplo, el final del poema en el

    que, despus de describir todos los horrores del Ragnark y anunciar el feliz regreso de Blder, la

    vlva, hablando de s misma, como es costumbre, en tercera persona, dice: "Ahora ella se hundir"

    (como lo har Erda), lo que parece significar que vuelve a las profundidades del mundo de los muertos

    al que pertenece y de donde Odn la ha sacado momentneamente para interrogarla sobre lo que ha de suceder.

    Pero hay otros casos de adivinacin del porvenir a travs de la necromancia; de nuevo en la Edda

    Mayor, los Grgaldr (Conjuros de Gra) relatan como Svpdag despierta a su madre muerta con el fin

    de que le desvele los encantamientos que ha de emplear para salir sano y salvo de una aventura que le

    llevar hasta su prometida (un avatar de la diosa Freyia), que vive rodeada de una muralla de llamas y

    protegida, a su vez, por un gigante, portador de lanza, de enorme saber, lo que narrarn los

    Fjlsvinnsml o Dichos de Fjlsvinn (que no podemos dejar de poner en relacin con el encuentro entre

    Wotan y Sigfrido, en la Segunda Jornada de la Tetraloga). As mismo, en la Saga de Hervr y de

    Heidrekr (la versin que conservamos es del siglo XII; pero, sin duda, la materia de la que est

    compuesta es muy anterior), vemos como una hija obliga, mediante un encantamiento, a su padre

    muerto a desvelarle su terrible destino y entregarle una espada maldita que slo traer desgracia. Pero

    la fuerza del hechizo es tan grande que el muerto no puede negarse a lo que se le pide.

    Este tipo de prctica forma parte de la magia, del Seid, que la diosa Freyia le ense a Odn y que,

    como ya hemos visto (Un osado y joven dios), consiste en un ritual por el que se puede conocer lo

    que an no ha sucedido a travs de metamorfosis animales o de necromancia, como en los casos que

    hemos citado. Volvemos a encontrar un ejemplo en los Baldrs draumar (los sueos de Blder; vid.:

    Loki: Ms all del bien y del mal) en los que Odn cabalga hasta las simas ms profundas del reino

    de los muertos para resucitar a una sibila que le habr de descubrir el inminente y trgico final de su

    hijo Blder. Curiosamente la profetisa se presenta cubierta de escarcha, nieve y lluvia; Erda, en su

    segunda aparicin, lo har tambin cubierta de escarcha.

    La Vlva de la Vluspa. Autor desconocido.

  • Pero de sta y otras similitudes entre los Baldrs draumar y la segunda manifestacin de Erda en la

    Tetraloga hablaremos en su momento; lo que nos interesa ahora es que todos estos personajes mticos

    proceden del Otro Mundo, del mundo de los muertos; por ello, surgen de la tierra y nicamente hasta la

    cintura. El ejemplo ms claro lo encontramos en el Libro I de la Historia Danesa de Saxo Gramtico, en

    el que nos cuenta las aventuras del hroe odnico Hadingus (segn Dumzil, la conversin en rey dans

    del dios Njrd) y su "descenso a los infiernos", en donde conoce lo que le est vedado a un ser vivo

    (como una visin del Walhall), de la mano de una mujer que, procedente del mundo subterrneo, emerge de la tierra hasta la cintura, con unas yerbas frescas de cicuta en las manos.

    La Tierra-Madre

    En las antiguas sociedades agrarias (y, aunque nos resulte extrao, las

    germano-escandinavas lo eran en gran medida), la Tierra, rapidamente

    divinizada, representaba tanto el reino de la muerte (es la definitiva

    sepultura) como el lugar de donde surge la vida: la Madre-Tierra, a la que

    le eran inmediatamente consagrados todos los nios que nacan; las

    mujeres del Gran Norte paran de rodillas y el recin nacido caa ritualmente

    al suelo (encontramos esta ambivalente simbologa de la tierra, entre otras

    muchas, en la antigua tradicin griega: si la Ilada nos recuerda a menudo

    que los hombres se nutren de la tierra, tambin nos indica cmo los huesos

    de los guerreros muertos vuelven a ella; la tierra es principio y fin del ciclo

    vital del hombre, as como la eterna renovacin de ese ciclo -la rueda que

    Wotan desear detener-; Ya lo indicaba un himno funerario del Rig Veda

    hind: Repta hacia la tierra, tu madre! Ojal ella te salve de la nada!). No

    es extrao, pues que la Erda wagneriana rena, por un lado las

    caractersticas de una vlva venida del Otro Mundo, que enfrenta a Wotan,

    por primera vez, con la realidad de la muerte y con el final del universo; y,

    por otro, adopte la figura de la Madre-Tierra.

    En las mitologas de los pueblos del Norte, la universal Diosa Tierra es conocida por varios nombres que

    reenvan a una misma y muy primitiva imagen. La escandinava Jrd se presenta unas veces como

    perteneciente a la familia de los Ases y, otras, a la raza de los gigantes (esto ltimo da una pista de su

    antigedad, ya que los gigantes son los seres primordiales de estas tradiciones). Considerada como

    esposa o como amante