150
Por Waldemar Verdugo Fuentes Índice Al Lector Ocasional Donde se habla de Uno que carece de representación corpórea, porque está en toda la Tierra a partir de su corazón - De los caminos subterráneos de Chile - José Santos Chocano y “el tesoro de Meneses” - El Ngumalillahuen, un espíritu benefactor del Sur que viene sin que se le llame 1. Capitulo Uno De la visita magnífica del llamado Rey del Mundo, que viene de otro planeta en este planeta - De OM o AUM, el primer sacerdote - Ossendowski y el lama - CORRESPONDENCIA UNO 2. Capitulo Dos El honorable Lord Bulwer Lytton y “La raza futura” - El interior cóncavo de la Tierra - De esa energía sutil que penetra hasta la piedra - Hitler y los VRIL-YA - CORRESPONDENCIA DOS

Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

Por Waldemar Verdugo Fuentes

Índice

Al Lector Ocasional Donde se habla de Uno que carece de representación corpórea, porque está en toda la Tierra a partir de su corazón - De los caminos subterráneos de Chile - José Santos Chocano y “el tesoro de Meneses” - El Ngumalillahuen, un espíritu benefactor del Sur que viene sin que se le llame

1. Capitulo Uno De la visita magnífica del llamado Rey del Mundo, que viene de otro planeta en este planeta - De OM o AUM, el primer sacerdote - Ossendowski y el lama - CORRESPONDENCIA UNO

2. Capitulo Dos El honorable Lord Bulwer Lytton y “La raza futura” - El interior cóncavo de la Tierra - De esa energía sutil que penetra hasta la piedra - Hitler y los VRIL-YA - CORRESPONDENCIA DOS

Page 2: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

3. Capitulo Tres El Energeocom, nuestra materia genial - Un noventa por ciento de nuestro cerebro sin utilizar - De esos objetos sin identificar - Madame Blavatsky y “la fuerza que viene” - El maravilloso viaje de Olaf Jansen - CORRESPONDENCIA TRES

4. Capitulo Cuatro Louis Jacolliot y los primeros informes estructurados con “trabajo de campo” - Los perros guardianes de entradas al mundo interior - De los habitantes de las cavernas y el oráculo - Los peces ciegos - CORRESPONDENCIA CUATRO

5. Capitulo Cinco Un laberinto casi interminable al final del cual está el constructor de laberintos, un arquitecto, el ordenador - El efecto curativo de las cuevas a cuya entrada crecen eucaliptus y araucarias - Cada cual posee un espíritu, es muy delicado y se lo pueden robar los monos… - CORRESPONDENCIA CINCO

6. Capitulo Seis Roosevelt y los Lamb - La búsqueda de una entrada en Sudamérica - La ciudad de los Césares - Aguirre y la ira de Dios - De la espléndida saga del coronel Fawcett en el continente del asombro - Una explicación científica verificable - El Rey del Mundo en los caminos del Sur - Del Ivunche o Pie de Sombra - Arikha y el camino dorado del desierto - En Atacama sin que el fuego te queme

Galería de Fotos del Reino Interior

Page 3: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

AL LECTOR OCASIONAL

La columna vertebral de este libro la conforma una serie de escritos publicados por entregas en los periódicos "Uno Más Uno" de la Ciudad de México y "El Mexicano" de California, entre los años 1980 y 2000. Me pareció necesario ahora incluir una serie de cartas, ubicadas más o menos arbitrariamente, que lectores de esas latitudes hicieron llegar a los editores con comentarios respecto del tema que trata esta obra: la existencia de una ciudad bajo nuestros pies, con su propio cielo y estrellas, con su propio pueblo y un rey tan poderoso que puede, incluso, cambiar el karma de las personas.

La existencia de otra tierra oculta en esta tierra, en que moran seres iguales a nosotros, en verdad, aparece en todas las tradiciones. La idea fue, entonces, plantearse con la seriedad con que juega un niño la remota posibilidad de que exista esta ciudad bajo nuestros pies. Así pues, es éste, a su manera, un testimonio de gentes de nuestra época que creen en la existencia de un reino interior, otra civilización que vive dentro de nuestro planeta. No es éste un tema que se deja abordar fácilmente. Pertenece a la vez a la Historia, al mito y a una pesadilla. Acá en Santiago, recuerdo, oí hablar por primera vez de la posible existencia de una ciudad bajo nosotros. Solía referirse a este sitio maravilloso la escritora María Luisa Bombal, para quien el lugar no privilegiaba el tiempo ni la historia porque educa otra región del alma:

“Una ciudad oculta bajo nuestros pies, mejor que todas las ciudades que se conocen, esa sola posibilidad, en su medida restaura cierto orden moral, porque si es una ciudad mejor, es porque aspiran al simple gobierno de la justicia en un equilibrio que manejan. Es cierto que parece que hemos perdido al paraíso en un momento de nuestra historia, y que en cualquier momento podemos recuperarlo.”

La idea, entonces, es comentar acerca de la existencia posible de una región, una ciudad subterránea con su propio hiperespacio, que los pueblos exteriores interpretan a su manera. Así, acá en Chile la mitología da el nombre de acuerdo al propio tamaño de su sueño, con sus propios vocablos y ánimo. Sabemos que en el Sur los Araucanos sitúan como final del último viaje de la humanidad a la isla “Gueuli”, un sitio fantástico que existe desde el comienzo del tiempo, y que la tradición posterior ubica en la isla Mocha, descubierta en 1544, cuando la habitaban unos 1.000 Araucanos que después se establecieron en la región de Bío-Bío.

A la mítica isla Gueuli, donde no hay tiempo, se llega con la intercesión de unas mujeres a las que nombran “trempulcahue”, consideradas depositarias de las almas de sus antepasados: tienen forma de ballena y realizan su labor a la caída del sol. Al lugar donde esto ocurre lo llaman "Nguill chenmaihue" o “el sitio para la

Page 4: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

reunión de la gente”. La isla Mocha, hoy día depositaria del símbolo, conserva sus características de misterio y mantiene un sitial importante en la mitología chilena. Otro grupo -los Cuncos de Valdivia- adoran a un ser mítico supremo de nombre “Huentreyeu”, al que creen inmortal e investido de todos los poderes: es el "gran dominador del corazón del mundo", el que un día salió a la superficie desde su reino interior y, mirando el mar, se enamoró de una sirena: unión de la que procedería el género humano.

Al Huentreyeu le obedecen todas las fuerzas naturales y sus manifestaciones, como los temblores, las fuertes tormentas y los remolinos; también ejerce su influencia en las cosechas, en la crianza y reproducción de los animales y la protección de las plantas. Carece de una representación corpórea porque está en todo a partir del corazón de la Tierra; se le rinde culto en un ramo de laurel: en los primeros días de la primavera, durante la celebración de las fiestas al rey interior Huentreyeu, los Cuncos toman una gran rama de laurel y la arrastran hasta el mar, la sumergen en las aguas y luego la pasean por todos sus lugares, a manera de limpia.

Para otro grupo, los inDios Purcuillas, que solían frecuentar los llanos del volcán Osorno, Dios se llama “Hueñauca”: un soberano mítico que ejerce su reinado desde el interior mismo del volcán (aunque, al parecer, reside en todos los volcanes). Hoy, cuando están casi extinguidos como etnia, los Purcuillas siguen ubicando la morada de su Dios en alguna caverna, en cuya entrada se le puede ver a cualquier hora, sentado sobre una piedra anunciando su reino interior.

Para los araucanos, en general, existe un espíritu benefactor que protege sin que se le llame: el “Ngumalillahuen”, que es el alma de la tierra, por lo que habita en la tierra misma desde la que sale a la superficie a sanar la vida de las personas enfermas, a veces encarnado en alguna de las numerosas plantas medicinales que se utilizan: es este Dios subterráneo quien ayuda a la machi cuando ella aplica sus conocimientos de las hierbas para sanar. En el norte de nuestro país también existen rumores de la existencia de un mundo oculto en la profundidad de la tierra. En su libro “Leyendas de Chile”, Antonio Acevedo Hernández rescata la existencia del fabuloso poblado de Tamaya, oculto bajo el cerro del mismo nombre, protegida su entrada a ojos profanos:

“En el cerro de Tamaya, en un palacio oculto a cierta profundidad, en la cumbre, vive una princesa encantada. El encargado de su vigilancia es un gigante que tiene la forma de un potente toro negro: el soberbio toro negro de nuestros antiguos.

De repente, el lomo del cerro empieza a iluminar su inmensa giba con una maravillosa fosforescencia. Poco a poco la extraña claridad va cediendo la cima y, entonces, se puede ver a la princesa sentada en su trono áureo, luciendo las joyas más hermosas. El

Page 5: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

trono resplandece al pie de un naranjo cuyos frutos parecen de oro macizo. El gigante, el toro legendario, recorre una gran cancha, lugar donde el trono se levanta a un extremo.

El terrible vigilante observa inquieto y con ojo avizor al predio luminoso entregado a su custodia, dispuesto a clavar su afilada cornamenta al minero audaz que tuviera la osadía de aventurar sus pasos por ese lugar en los momentos de la manifestación encantada, plena y maravillosa como un milagro. Hay cierta losa que cubre la entrada a este palacio, escondida en la entrada del cerro. Un minero valeroso pagó con su vida su intento temerario de querer libertar de su encantamiento a la bella princesa, soñada y admirada por todos los mineros.”

También son varias las leyendas que circulan acerca del final a que llevan las inexploradas cuevas que marcan el Morro de Arica. En efecto, en la base del montículo histórico hay una serie de cavernas que hoy han sido cerradas en sus entradas para evitar que se internen por ellas los exploradores aficionados, y puedan desaparecer para siempre, porque gente allí se ha perdido desde hace cientos de años sin que se sospeche siquiera qué ocurrió con ellas en esos caminos subterráneos.

La leyenda de estas cuevas también ha sido tocada por historias de piratas; por ejemplo, se cuenta que el filibustero Thomas Cavendish habría ocultado en ese lugar tres enormes cofres repletos de doblones de oro y piedras preciosas. El pirata nunca pudo volver a recuperar su tesoro, pero su espectro vaga desde entonces en las cuevas, que desembocan algunas en el mar y otras en el misterio. En Santiago la leyenda de un reino fabuloso plagado de riquezas oculto en el subsuelo se remonta a la fundación de Chile. De ese espacio subterráneo es que emerge la “ampalagua”: una boa enorme que abre túneles emergiendo a la superficie en días marcados para acosar y devorar hombres, animales y sembradíos. Se afirma que, en el Santiago antiguo, el reptil más de una vez se ha bebido arroyos o ríos que le entorpecían el paso.

También esta boa gigante tiene su aspecto benigno: llegado su tiempo de morir, lo hace en medio de los caminos para que los hombres y la naturaleza aprovechen sus restos; como su grasa, que se utiliza para combatir dolores reumáticos y aumenta la virilidad; su piel combate diversas enfermedades internas, como las úlceras; de su carne putrefacta -que tiene las propiedades de la tierra misma- suele crecer una especie de hongo que tiene por propiedad curar la melancolía. A partir de 1767, cuando son expulsados los jesuitas de Chile, se une al mito la existencia de una red de pasajes subterráneos que atraviesan secretamente todo Santiago, la conectan a las orillas del mar y a todos los puntos cardinales, con

Page 6: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

ramificaciones que llegan a cruzar los altos montes cordilleranos, enmarcando una leyenda que aún se repite cada vez que se construye una vía férrea subterránea que topa algún antiguo viaducto. Lo cierto es que, por la especialísima ubicación de Santiago en las faldas de la cordillera de los Andes, las construcciones subterráneas son muy recurridas a partir de la primera vía bajo tierra, hecha en 1940, y que en casi tres kilómetros se extiende entre las estaciones de Alameda y Yungay.

Para un extranjero la primera impresión de Santiago es la de ver una ciudad plana, de construcciones bajas, luego se sorprenderá de la sofisticada imaginería criolla arquitectónica, que en casi todas las grandes tiendas llega varios pisos más abajo del nivel del suelo. Así es como esta singularidad mantuvo alentada la leyenda del famoso subterráneo.

En 1968, bajo la estación de Buin, se encontró una singular construcción bajo tierra, el periodista René Olivares comentó (en LUN):

“Una fabulosa historia tejen los imaginativos en torno al subterráneo encontrado en Buin. Y mientras unos en sus desvaríos hablan de una misteriosa sexta “druida” que inspiró a Ellery Queen en su novela “El misterio de la Cruz Egipcia”, otros se contentan con la idea de que al fin se halló el tan buscado subterráneo de los jesuitas. Mientras en nuestros días la compañía de Jesús es una respetable y respetada Orden, que tiene colegios, seminarios, conventos, publicaciones, organismos de divulgación, de promoción popular, de estuDios sociológicos, todo a la luz del día, hay quienes sostienen que en la antigüedad siempre rodeó a todas sus actividades de verdaderas telarañas de misterio.

El caso es que una motoniveladora que realizaba algunos trabajos de su especialidad en los patios de la estación Buin dejó al descubierto, tras remover durmientes rieles enmohecidos, una especie de noria. Ya en 1880, recuerdan los vecinos se había descubierto esta misma entrada de ladrillos durante fraguados con cal y arena. Y entonces pensaron que se trataba de una noria colonial destinada a captar aguas subterráneas. Y como estaba seca, para evitar accidentes, procedieron a tapiarla. Esta vez dos rapaces que observaban entusiasmados el accionar de la motoniveladora, no pudieron resistir la curiosidad y empezaron a explorar el túnel. “Es un inmenso templo bajo tierra. Hay que descender por unos peldaños de fierro, empotrados en el fuerte muro de ladrillos y cal, aproximadamente unos 7 metros. La emoción se suma al esfuerzo que debe hacerse en este lento y sacrificado descanso. El aire se enrarece y el olor a humedad lo hace irrespirable… aparece una enorme nave que tiene todas las características de un templo.

Page 7: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

Tiene diez metros de largo por cinco de ancho y está construida de ladrillos pegados, con la misma argamasa que ya señalábamos en los túneles de acceso.

Al parecer se ha usado un procedimiento semejante al del Puente de Cal y Canto, o al de las catacumbas del Templo de San Francisco en Lima: una mezcla con yema de huevo. Tiene un aspecto ojival, con columnas adosadas a las paredes que sostienen su bóveda y se ven algunos respiradores que señalan claramente que esa nave fue construida para albergar seres humanos. Luego sigue otro túnel, presumiéndose que pueden haber otras bóvedas, ya que derrumbes y el fango hacen imposible continuar la exploración…

Cada vez que en Santiago ya sea en demoliciones o en faenas de pavimentación aparecen túneles, alcantarillas o paredes subterráneas coloniales, todos aseguran que se ha encontrado el subterráneo de los jesuitas, un mito histórico que ha persistido en las mentes de los chilenos.”

Los jesuitas fueron expulsados de América por Carlos III, que acumuladas pruebas en su contra y dado que los jesuitas establecían la anarquía fundándose en que por disposición de los Papas ellos no estaban sujetos a ninguna autoridad, les dio el golpe de expulsión que de no descargarse sobre una orden tan poderosa, habría sido mortal.

La primera imprenta que llegó a Chile la trajo la compañía de Jesús, dice el historiador Domingo Amunátegui Solar, y fue traída clandestinamente por el religioso Carlos Haimhaussen, un noble bárbaro que había entrado a servir a la Orden de San Ignacio.

En Alemania reunió dinero y reclutó maestros mecánicos, orfebres, torneros, artesanos para venir a enseñar a Chile. Y luego consiguió con el Rey de España, Carlos III, que le autorizara entrar un enorme bagaje de maquinarias, materias primas, herramientas para montar sus talleres. En el Río de la Plata fue interceptado su cargamento y sólo pudo seguir viaje a Chile tras una declaración jurada de que lo que contenía el cargamento era lo que autorizaba el Rey. Expulsados meses más tarde, se supo que con el barco había llegado la imprenta, lo que más temía la corona española. La imprenta fue apareciendo por partes a medida que iban allanándose las propiedades de la Compañía de Jesús, quienes en verdad no eran mal vistos por la sociedad de Santiago, según se desprende de lo que narra don Manuel Luis Amunátegui en “Los precursores de la Independencia de Chile”:

“Hubo, sin embargo, una institución eclesiástica que andando el tiempo, alcanzó a inspirar al monarca y a sus consejeros serios

Page 8: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

temores, la Compañía de Jesús, que se puso a la cabeza de la instrucción, de la industria, de la colonización, de la civilización de los indígenas, del movimiento religioso, puede decirse, en los dominios hispanoamericanos.

Esta Orden famosa desagradó al gobierno español por una doble razón: porque combatía el regalismo en favor de la teocracia papal, y porque había llegado a ser un verdadero poder en el vasto continente donde no convenía que se levantara otro que el de la majestad real”.

Y cita documentos de la Real Audiencia de Santiago, que el 28 de abril de 1767, cuatro meses antes de que se consumara en Chile la expulsión, reconocían “el celo con que los religiosos jesuitas se dedican a la enseñanza y dirección de vuestros vasallos”.

Y agregaba la Real Audiencia de Santiago:

“…y finalmente, que en cuanto cede en mayor honra y gloria de Dios y de Vuestra Majestad si no son los primeros, tampoco son los últimos operarios en separar la cizaña de discordias y vicios, en fomentar el buen grano de la doctrina cristiana y radicar la fidelidad y amor a Vuestra Real Persona”.

Sin embargo, la orden real debió cumplirse y así es como de su primera estadía en Chile los jesuitas dejaron opiniones encontradas y una enorme red de túneles, pasajes secretos y mazmorras, bodegas y arcas en el subsuelo de Santiago. Según los estuDios históricos sobre la ciudad primitiva, la Iglesia de la Compañía, que se alzaba hasta su incendio del siglo XIX en el solar donde hoy está el Congreso Nacional, era el centro de esta red. Partía de la Casa de Ejercicios en la calle de Ollerías (hoy avenida Portugal) por bajo tierra a través de tres vías tortuosas que tenían celdas y calabozos.

Una de ellas seguía hasta el otro lado del río Mapocho, en una casa-quinta de propiedad de la Compañía: este subterráneo pasaba por debajo del lecho del río. También desde la Iglesia de la Compañía partía otro camino subterráneo hasta el convento en calle San Pablo. Por bajo la entonces Cañada (hoy Alameda Bernardo O'Higgins) se unía la red. Según el escritor Ramón Pacheco, que escribió la novela “El subterráneo de los jesuitas” con la que tiñó el mito de delirio (hacía 1880),

“en lo que se puso más celo fue en la posibilidad de que pudiera descubrirse una entrada. Para ello, los túneles para los intrusos no tenían ningún contacto entre sí. Quien se aventuraba en ellos llegaba indefectiblemente al punto de partida sin poder descubrir la red completa”.

Page 9: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

Esta explicación ha sido aceptada desde comienzos del siglo XX, en las oportunidades en que construyéndose las arterias más modernamente fueron encontrados extraños pasadizos, como en la calle de las Agustinas, del Puente o en la de Santo Domingo; el túnel de la calle Agustinas partía precisamente del centro nocturno que se llamó “Sótano de la Quintrala”, donde tuvo su casa la célebre vampiresa colonial Catalina de los Ríos y Liesperguer, de quien se dice que utilizaba los pasajes subterráneos para visitar al fraile agustino que quería seducir.

Esto nunca lo sabremos; lo que sí podemos confirmar es que la ciudadela bajo tierra que preservaría los tesoros que los jesuitas no pudieron llevarse cuando fueron expulsados, ha sido fuente de inspiración para toda clase de personas, desde historiadores hasta aventureros, muchos de los cuales llevaron más allá su imaginación, debiendo pagar por ello con su propia vida. Como el soberbio poeta peruano José Santos Chocano, que en Chile fue como de la casa, y que murió por un suceso en que estaba involucrada la búsqueda de un pasadizo a un tesoro subterráneo en pleno centro de Santiago. Santos Chocano era un exaltado defensor del americanismo. Su poesía modernista (“Alma América”, “Ayacucho y Los Andes”) fue acogida de inmediato en Chile, donde tenía amigos antes de llegar. Residió no poco tiempo entre nosotros en el 1900. Luego se trasladó a México desde donde llegaban noticias que hablaban del poeta recitando sus poesías a Pancho Villa, en la tienda del líder en plena Revolución mexicana. De esa época data su amistad con el reformador José Vasconcelos que le presenta a Gabriela Mistral, durante su primera residencia en México.

A la Mistral la unió con el poeta peruano una recíproca admiración. En 1920 Santos Chocano residía en Guatemala, y es arrestado como parte del Consejo del derrocado presidente Estrada. Condenado a muerte, interceden por él los restantes gobiernos de Centroamérica, el papa y el rey de España, y se le conmuta la pena por la de expulsión de por vida. Reside aún en Costa Rica unos meses y en 1921, luego de 17 años de ausencia, regresa a Perú. En su país es tratado fríamente; tres años después un desgraciado hecho lo deja al margen de la ley.

Resulta que ese 1924 se celebraban las fiestas de Ayacucho congregando a numerosos intelectuales de América. Allí fue duramente increpado por el ensayista de su país Edwin Elmore, que suma las críticas de otros contrarios que tenía. Elmore golpea a Santos Chocano y éste se defiende con su bastón. Elmore se lo arrebata y entonces el poeta saca un revólver y dispara: Elmore fallece a las 48 horas.

Santos Chocano se entrega a las autoridades y es recluido en el Hospital Militar de San Bartolomé. Gabriela Mistral solidariza públicamente con él, y escribe que siente por el poeta encarcelado “una vieja amistad admirativa que su desgracia

Page 10: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

de hoy no desata”. A la voz de Gabriela se suman numerosos escritores americanos que escriben al gobierno de Perú solicitando clemencia para Santos Chocano. Tras un encierro no corto, una ley pone término a su prisión y, en noviembre de 1928, arriba a Valparaíso en el barco “Teno” para radicarse finalmente en Chile, donde el gobierno le brinda por gracia presidencial una pensión y libre tránsito y permanencia.

En la tranquilidad de Santiago comienza a ordenar su obra, que arrastraba en papeles atados dentro de baúles de cuero duro, que conformaría su estilo, serio y depurado. En 1934, cuando muere en Santiago, alcanza a ver publicada la edición definitiva de “En la aldea” y la que fue, formalmente, su última obra: “Primicias del Oro de Indias”, un libro profético.

El caso es que Santos Chocano creía verdaderamente que bajo las calles de la ciudad había pasadizos que llevaban a tesoros posibles. Estudió narraciones históricas, habló con los antiguos vecinos y, finalmente, solicitó oficialmente autorización para realizar excavaciones, lo que se le concedió de inmediato. Lo cierto es que a la gente de su época este hombre se les hacía querible, realizando tal singular tarea.

Pero por quizá qué extraño designio, mientras excavaba en la rivera sur del Mapocho, cerca del Puente Recoleta, éste fue a asociarse con un loco: Martín Bruce Badilla, que, luego de veinte años de solicitudes oficiales había obtenido autorización para excavar en la vereda de la calle Miraflores, destinada a ubicar una fortuna enterrada hacía casi trescientos años, y que la tradición de Santiago cita como “el tesoro de Meneses”… luego de asesinar a Santos Chocano, Bruce contó a los médicos del Hospital Siquiátrico que se había entrevistado con tres presidentes de la República, varios alcaldes y otras autoridades, hasta que luego de veinte años finalmente obtuvo el permiso de la Dirección de Pavimentación y realizó la ansiada excavación, pero sólo encontró - según declaró - "ladrillos sueltos y señales que ya se había excavado en el lugar y nadie mas que Chocano debía haber desenterrado el tesoro", lo que habría ocurrido en diciembre de 1932, puesto que era el único a quien Bruce le señalara el lugar preciso:

"…donde vi esa luz brillar en la vereda, tal cual en Constitución, donde mi vecino encontró dos tinajas llenas de monedas de oro, en el lugar donde vio moverse una luz como de cabito de vela”.

Waldemar V.F. Santiago de Chile, mayo de 2005

UNO

El raro fenómeno astrológico que observamos este 16 de agosto de 1986, cuando Venus, Marte y Mercurio se conjuntaron frente al Sol, no ocurría desde

Page 11: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

hace más de 20 mil años y ha reactivado diversos ánimos. Algunas noticias mencionan que en la fecha aludida hizo su aparición un hombre, un extraño personaje al que se da el título de Rey del Mundo; de él se dice que ha venido del corazón de la tierra para anunciar una nueva civilización de paz y abundancia, “de un modo discreto y sin demostrar”, aunque puede cambiar incluso el Karma de los seres. De un misterioso imperio subterráneo, en el siglo XX, se comenzó a hablar a partir de 1920, cuando científicos y exploradores de otras regiones se trasladaron a un lugar de Asia Central, cerca del río Amu Darja, en la frontera de Afganistán, que marca montañas de lapislázuli: allí una gigantesca red de galerías subterráneas que parten en el cauce del Amu Darja y se pierde en las altísimas montañas, indican lo que parece ser una entrada al reino oculto.

Porque según se cree estas galerías se prolongarían a través del continente asiático, con ramificaciones a todos lugares, formando parte del remoto sitio cuyo mito se remonta a más de 60 mil años. Según se dice, dos vecinos que perseguían un oso a través de galerías secundarias, un verdadero laberinto, se encontraron repentinamente frente a una pared de vidrio, tras la cual dormía un gigante rubio rodeado de otros seres igualmente dormidos en estos sarcófagos de vidrio. Sobre la noticia, que parece remota, no deja de ser importante mencionar que desde entonces grupos de científicos, arqueólogos, geólogos y saqueadores viven en las cercanías.

El profesor inglés W. Agrest, que dedicó varios años de su vida al sitio, ha afirmado que este lugar marca una de las entradas al reino de Shambhala, donde vive el Maitreya llamado Rey del Mundo:

“Se sabe que este pueblo subterráneo ha vivido junto a nosotros desde antes, oculto en espera que alcancemos el grado de avance que ellos poseen. Estos sarcófagos con hombres no distintos a nosotros, aunque más altos, posiblemente sean humanos de una raza anterior a la nuestra; científicamente sabemos que el hombre se va achicando, y estos seres en nada se nos diferencian, a no ser el tamaño: unos 2.80 metros.

El lugar donde conducen estos laberintos es insospechado, pero todo indica que puede ser una entrada a Shambhala, y lo que se ha encontrado, una sala funeraria; hay quienes dicen que estos seres habrían llegado a la Tierra desde un planeta en extinción en naves aéreas que aterrizaron en una isla del desaparecido mar de Gobi, aunque esto, hasta ahora, es improbable. Lo que es verdadero, y basta ver en los libros, es que todas las religiones hablan de un Maitreya, que en el reino subterráneo se identifica como el Rey del Mundo”.

Page 12: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

Por lo que se sabe, este Rey del Mundo se aparece sin mayor premeditación, en cualquier época y lugar, aunque, se dice, siempre de acuerdo a cierta posición del Sistema planetario en relación a la Tierra. Ahora de dice que el aparecido fue recibido en los monasterios de Narabanchi y Erdeni Dzo, en la meseta de Tibet, hoy territorio invadido por China, donde ya estuvo antes. Quienes lo han visto aseguran que “aunque tiene miles de años, parece muy joven. Pero no hay nada inmaduro en la luz de poder que brota de sus ojos.

Es ligeramente más grande que el hombre medio sin que exista en su cuerpo otra diferencia con nosotros, a excepción de la pigmentación de su piel: es dorado. Los que ahora afirman su presencia cuentan que posee una nueva ciencia que deberá desarrollarse durante los próximos 250 años, cuando con el nuevo milenio la humanidad estará dispuesta para recibir los beneficios que él trae. De acuerdo a la tradición se sabe que viene del corazón de la Tierra, donde está su reino subterráneo habitado por la antiquísima civilización oculta pero vigilante a cuanto ocurre en la superficie del planeta.

Es cierto que las primeras noticias de este personaje en el siglo XX las trajo el explorador Ferdynand Ossendowski, en la época de entreguerras, cuando obtuvo noticias precisas del Rey del Mundo durante un viaje por Mongolia.

Iba el hombre con su caravana cruzando ese país, cuando ocurrió algo, según narra:

“¡Deteneos! - murmuró mi guía mongol un día que atravesábamos el llano cerca de Tzagan Luk-. ¡Deteneos!

Y se dejó resbalar desde lo alto de su camello, que se tumbó sin que nadie se lo ordenase. El mongol se tapó con las manos la cara en actitud de orar y comenzó a repetir la frase:

-Om mani padme hung.

Los otros mongoles detuvieron también sus camellos y se pusieron a rezar. “¿Qué sucede?”, pensé yo, mirando en torno mío la hierba verde pálido que se extendía por el horizonte hasta un cielo sin nubes, iluminado por los últimos rayos soñadores del sol poniente. Los mogoles rezaron durante un momento, cuchicheando entre ellos y después de apretar las cinchas de los camellos reanudaron la marcha.

-¿No habéis visto - me preguntó el mongol - cómo nuestros camellos movían las orejas espantados, cómo los caballos guías en la llanura quedaban inmóviles y atentos, y cómo los carneros y el ganado se echaban en el suelo? ¿No observasteis que los pájaros dejaron de volar, las marmotas de correr y los perros de ladrar?

El aire vibraba dulcemente y tría de lejos la música de una canción que penetraba hasta el corazón de los hombres, de las bestias y de las aves. La tierra

Page 13: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

y el cielo contenían el aliento. El viento cesaba de soplar; el sol detenía su carrera. En un momento como aquél, el lobo que se aproximaba a hurtadillas a los carneros hace alto en su marcha solapada; el rebaño de antílopes, amedrentado, retiene su ímpetu peculiar; el cuchillo del pastor, dispuesto a degollar al carnero, se le cae de las manos; el armiño rapaz cesa de arrastrarse detrás de la confiada perdiz.

Todos los seres vivos transidos de miedo, involuntariamente sienten la necesidad de orar, aguardando su destino. Esto era lo que entonces ocurría, lo que sucede siempre que el Rey del Mundo, en su palacio subterráneo, reza inquiriendo el porvenir de los pueblos de la tierra. Así habló el mongol, pastor simple e inculto. Mongolia, con sus altas montañas áridas y terribles, sus llanuras ilimitadas cubiertas de los huesos esparcidos de los antepasados, ha dado origen al misterio; su pueblo, aterrado por las pasiones tormentosas de la naturaleza o adormecido por la paz de la muerte, lo siente en su plena magnitud y los lamas, rojos y amarillos, lo perpetúan y poetizan. Los pontífices de Urga y Lhassa guardan su ciencia y su posesión. Ha sido durante mi viaje a Asia Central cuando he conocido por primera vez el misterio de los misterios, pues no puedo llamarlo de otra manera.

Al principio no le concedí mucha atención, pero comprendí después su importancia al analizar y comparar ciertos testimonios esporádicos y frecuentemente sujetos a controversia. Los ancianos de la ribera del Amyl me refirieron una antigua leyenda, según la cual una tribu mongola, intentando huir de las exigencias de Gengis Khan, se ocultó en una comarca subterránea. Más tarde un lama de los alrededores del lago Nogan Kul me mostró, así que se disipó una nube de humo, la puerta que sirve de entrada al reino de Agharti.

Antaño penetró por esa puerta en el reino un cazador, y a su vuelta empezó a contar lo que había visto. Los lamas le cortaron la lengua para impedirle hablar de los misterios. Ya viejo, volvió a la entrada de la caverna y desapareció en el reino subterráneo cuyo recuerdo tanto encantó y regocijó su corazón de nómada. Obtuve informes más detallados de los labios del hutuktu Jelyl Dyamsrap de Narabanchi Kure.

Este me narró la historia de la llegada del poderoso Rey del Mundo a su salida del reino subterráneo, su aparición, sus milagros y profecías, y entonces solamente empecé a comprender que en esta leyenda, esta hipnosis, esta visión colectiva, de cualquier modo que se le interprete, encierra más de un misterio, una fuerza real y soberana, capaz de influir en el curso de la vida política de Asia. A partir de ese momento, comencé mis investigaciones.

El lama Gelong, favorito del príncipe Chultan Beyli, y el príncipe mismo, me hicieron la descripción de ese reino:

Page 14: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

- En el mundo -dijo el Gelong-, todo se halla constantemente en estado de transición y de cambio: los pueblos, las religiones, las leyes y las costumbres.

Cuántos grandes imperios y brillantes constituciones han perecido! Lo único que no cambia nunca es el mal, el instrumento de los espíritus perversos. Hace más de seis mil años, un hombre santo desapareció con toda un tribu en el interior de la tierra y nunca ha reaparecido en la superficie de ella. Muchos hombres sin embargo, han visitado después este reino misterioso: Sakya Muni, Nadur, Gheghen, Paspa, Baber y otros. Nadie sabe dónde se encuentra situado.

Dicen unos que hay una entrada en el Afganistán, otros que en la India. Todos los fieles de esta religión están protegidos contra el mal y el crimen no existe en el interior de sus fronteras. La ciencia se ha desarrollado en la tranquilidad y nadie vive amenazado de destrucción. El pueblo subterráneo ha llegado al colmo de la sabiduría. Ahora es un gran reino que cuenta con millones de súbditos regidos por el Rey del Mundo.

Este conoce todas las fuerzas de la naturaleza, lee en todas las almas humanas y en el gran libro del destino. Invisible, reina sobre ochocientos millones de hombres que están dispuestos a ejecutar sus órdenes. El príncipe Chultun Beyli agregó:

- Este reino es Agharti y se extiende a través de todos los accesos subterráneos del mundo entero. He oído a un sabio lama decir al Bogdo Jan que todas las cavernas subterráneas de América están habitadas por el pueblo antiguo que desapareció de la tierra.

Aún se encuentran huellas suyas en la superficie. Estos pueblos y estos espacios subterráneos dependen de gran cosa sorprendente. Sabéis que en los dos océanos mayores del Este y del Oeste había remotamente dos continentes.

Las aguas se lo tragaron y sus habitantes pasaron al reino subterráneo. Las cavernas profundas están iluminadas con un resplandor particular que permite el crecimiento de cereales y otros vegetales y duran las gentes una larga vida sin enfermedades. Allí existen numerosos pueblos e incontables tribus. Un viejo Brahmán budista de Nepal, obedeciendo a la voluntad de los Dioses, hizo una visita al antiguo reino de Gengis, Siam, y en ella encontró un pescador, quien le ordenó que ocupase su barca y bogase con él hacia el mar.

Al tercer día arribaron a una isla donde vivía una raza de hombres con dos lenguas, que podían hablar separadamente idiomas distintos. Les enseñaron animales curiosos, tortugas de dieciséis patas y un solo ojo, enormes serpientes de sabrosa carne y pájaros con dientes que cogían los peces del mar para sus amos desconocidos. Estos isleños le dijeron que habían venido del reino subterráneo y les describieron ciertas regiones.

Page 15: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

El lama Turgut, que me acompañó en mi viaje de Urga a Pekín, me proporcionó otros informes. La capital de Agharti está rodeada de villas en las que habitan los grandes sacerdotes y los sabios. Recuerda a Lhassa, donde el palacio del Dalai Lama, el Potala, se halla en la cima de un monte cubierto de templos y monasterios. El trono del rey del mundo se alza entre dos millones de Dioses encarnados. Estos son los santos panditas. El palacio mismo se halla circundando por la residencia de los Goros, quienes poseen las fuerzas visibles e invisibles de la tierra, del infierno y del cielo, y pueden disponer a su antojo de la vida y la muerte de los hombres.

Si nuestra loca humanidad emprendiese la guerra contra ellos, serían capaces de hacer saltar la corteza de nuestro planeta, transformando la superficie de éste en desiertos. Pueden secar los mares, cambiar los continentes en océanos y convertir las montañas en arenales. A su mando los árboles, las hierbas y las zarzas empiezan a retoñar; los hombres resucitan. En extraños carros, que nosotros no conocemos, recorren a toda velocidad los estrechos pasillos del interior de nuestro planeta.

Algunos brahmanes de la India y ciertos Dalai Lamas del Tibet han conseguido escalar los picos de las cordilleras, nunca holladas hasta entonces por pisadas en la nieve y señales de ruedas de carruajes. El bienaventurado Sayka Muni encontró en la cima de un monte unas tablas de piedras con letreros que sólo descifró a edad muy avanzada, y penetró luego en el reino de Agharti del que trajo las migajas del saber sagrado que pudo retener en la memoria. Allí en palacios maravillosos de cristal, moran los jefes invisibles de los fieles: el Rey del Mundo, Brahytma, que puede hablar con Dios como yo os hablo, y sus dos auxiliares: Nahytma, que conoce los acontecimientos futuros, y Mahynga, que dirige las causas de estos acontecimientos.

Los santos panditas estudian el mundo y sus fuerzas. A veces, los más sabios de ellos se reúnen y envían delegados a los sitios donde jamás llegó la mirada de los hombres. Esto lo describe el Sashi Lama, que vivió hace ochocientos cincuenta años. Los pandistas más altos, con una mano en los ojos y la otra en la base de cráneo de los sacerdotes más jóvenes, les adormecen profundamente, lavan sus cuerpos con infusiones de plantas, les inmunizan contra el dolor, les hacen tan duros como la piedra, les envuelven en bandas mágicas y se ponen a rezar al Dios poderoso.

Los jóvenes petrificados, acostados, con los ojos abiertos y los oídos atentos, ven, oyen y se acuerdan de todo. Enseguida un Goro se acerca y clava en ellos una mirada penetrante. Lentamente los cuerpos se levantan de la tierra y desaparecen. El Goro sigue sentado, con los ojos fijos en el sitio al que los envió. Unos hilos invisibles les sujetan a su voluntad y algunos de ellos viajan por las estrellas, asisten a los acontecimientos y observan los pueblos desconocidos, sus costumbres y condiciones.

Page 16: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

Escuchan las conversaciones, leen los libros y saben de las dichas y las miserias, de la santidad y los pecados, de la piedad y el vicio… Los hay que se mezclan a la llama, ven la criatura de fuego, ardiente y feroz, combaten sin tregua, derriten y machacan los metales en las entrañas de los planetas, hacen hervir el agua de los geysers y fuentes termales, funden las rocas y derraman sus materias en fusión sobre la superficie de la tierra y en los orificios de las montañas.

Otros se lanzan en busca de los seres del aire, infinitamente pequeños, evanescentes y transparentes, empapándose en sus misterios y descubriendo el objeto de su existencia. Algunos se deslizan hasta los abismos del mar y estudian el reino de las útiles criaturas del agua que transportan y esparcen el calor saludable por toda la tierra, rugiendo los vientos, las olas y las tempestades. En el monasterio de Erdeni Dru vivió antaño Pandita Hutuktu, que estuvo en Agharti. Al morir habló del tiempo en que moró por voluntad del Goro en una estrella roja del Este, y de cuando voló en el océano cubierto de hielos y vagó entre las llamas ondulantes que arden en las profundidades de la tierra. Estas son las historias que oí contar en las yurtas de los príncipes y en los monasterios lamaístas. El tono con que las referían me impedía formular la menor objeción. Durante mi estancia en Urga intenté hallar una explicación. Naturalmente el Buda vivo era quien mejor podía documentarme, y procuré, por tanto, hacerle hablar de ello. En una conversación con él cité el nombre del Rey del Mundo. El anciano pontífice volvió bruscamente la cabeza hacía mi lado y fijó en mi sus ojos inmóviles y sin vida. A mi pesar, me quedé callado.

El silencio se prolongó y el pontífice reanudó el diálogo de manera que comprendí no deseaba abordar el tema. En las caras de las demás personas observé la expresión del asombro y espanto que mis palabras habían producido, especialmente en el bibliotecario del Bogdo Jan. Se comprenderá fácilmente que todo aquello contribuyó a aumentar mi curiosidad y afán de profundizar en el asunto. Cuando salí del despacho del Bogdo Hutuktu, encontré al bibliotecario que se había ido antes que yo, y le pregunté si consistiría en que visitase la biblioteca del Buda vivo.

Empleé con él una treta inocente:

-Sabed, mi querido lama -le dije-, que yo estuve un día en medio del campo, a la hora en que el Rey del Mundo conversaba con Dios, y experimenté la conmovedora impresión del momento.

Sorprendiéndose mucho, el viejo lama me repuso con tono sereno:

- No es justo que el budismo y nuestra religión amarilla lo oculten. El reconocimiento de la existencia del más santo y poderoso de los hombres del reino bendito, del gran templo de la ciencia sagrada, es tan consolador para nuestros corazones de pecadores y

Page 17: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

nuestras vidas corrompidas, que ocultarlo a la humanidad sería un pecado. Pues bien, oíd -añadió el letrado-: el año entero el Rey del Mundo dirige el trabajo de los panditas y goros de Agharti. A veces acude a la caverna del templo, donde reposa el cuerpo embalsamado de su antecesor, en un féretro de piedra negra. Esta caverna está siempre oscura, pero cuando el Rey del Mundo entra en ella, en los muros surgen rallos de fuego, y de la cubierta del féretro suben lenguas de llamas. El goro mayor se mantiene junto a él, tapadas la cabeza y la cara, con las manos cruzadas sobre el pecho. El goro no se quita nunca el velo del rostro, porque su cabeza es una calavera de ojos chispeantes y lengua expedita. Comulga con las almas de los difuntos.

El Rey del Mundo habla largo rato, luego se aproxima al féretro, extendiendo la mano. Las llamas brillan más intensamente, las rayas de fuego de las paredes se extinguen y reaparecen entrelazándose, formando signos misteriosos de alfabeto Vatannan. Del sarcófago empiezan a salir banderolas transparentes de luz apenas visible. Son los pensamientos de su antecesor. Pronto el Rey del Mundo se ve rodeado de una aureola de aquella luz, y las letras de fuego escriben, escriben sin cesar en las paredes los deseos y las órdenes de Dios. En aquel instante, el Rey del Mundo está en relación con las ideas de todos los que dirigen los destinos de la humanidad: reyes, zares, jefes guerreros, grandes sacerdotes, sabios, hombres poderosos. Conoce sus interiores y sus planes.

Si agradan a Dios, el Rey del Mundo los favorecerá con su ayuda sobrenatural, si desagrada a Dios, el Rey provocará su fracaso. Esta facultad la posee Agharti por la creencia misteriosa de Om, vocablo con el que principian todas nuestras plegarias. Om es el nombre de un antiguo santo, el primero de los goros que vivió hace trescientos mil años. Fue el primer hombre que conoció a Dios, el primero que enseñó a la humanidad a creer, esperar y a luchar con el mal. Entonces Dios le otorgó poder absoluto sobre las fuerzas que gobiernan el mundo visible. Después de su coloquio con su antecesor, el Rey del Mundo reúne el Supremo Consejo de Dios, juzga las naciones y los pensamientos de los grandes hombres y les ayuda o les anonada. Mahytma y Mahynga hallan el puesto de esas acciones e intensiones entre las causas que manejan el mundo.

Enseguida el Rey del Mundo entra en el templo, y a solas reza y medita. El fuego brota del altar, y poco a poco se propaga a todos los altares próximos, y a través de la llama ardiente se vislumbra cada vez más claro el rostro de Dios. El Rey del Mundo participa respetuosamente a Dios las decisiones del consejo, y recibe en

Page 18: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

cambio las instrucciones inescrutables del Omnipotente. Cuando abandona el templo, el Rey del Mundo exhala un resplandor divino. -¿Ha visto alguien al Rey del Mundo? -pregunté. -Sí -contestó el lama-. Durante las fiestas solemnes del primitivo budismo, en Siam y las Indias el Rey del Mundo se apareció cinco veces. Ocupaba una carroza magnífica tirada por elefantes engalanados con finísimas telas cuajadas de oro y pedrería. El Rey vestía un manto blanco y llevaba en la cabeza la tiara roja, de la que pendían hilos de brillantes que le tapaban la cara. Bendecía al pueblo con una bola de oro rematada con un áureo cordero. Los ciegos recobraron la vista, los sordos oyeron, los impedidos echaron a andar y los muertos se incorporaban en sus tumbas por doquiera fijaba la mirada el Rey del Mundo.

También se apareció hace ciento cincuenta años, en Erdeni Dzu, y visitó igualmente el antiguo monasterio de Sakkai y Narabanchi Kure. Uno de nuestros Budas vivos y uno de los Tashi Lamas recibieron de él un mensaje escrito de caracteres desconocidos y en láminas de oro. Nadie podía leer aquel documento. El Tashi Lama entró en el templo, puso la lámina de oro sobre su cabeza y empezó a rezar. Gracias a su plegaria los pensamientos del Rey del Mundo penetraron en su cerebro, y sin haber leído los enigmáticos signos comprendió y cumplió la regia disposición. -¿Cuántas personas han ido a Agharti? -pregunté. -Muchas contestó el lama-, pero todas guardan el secreto de lo que vieron. Cuando los Oletas destruyeron Lhassa, uno de sus destacamentos, recorriendo las montañas del Sudoeste, llegó a los límites de Agharti. Aprendieron algunas ciencias misteriosas y las trajeron a la superficie de la tierra. He aquí por qué los Oletas y los Kalmucos son tan hábiles magos y adivinos. Ciertas tribus negras del Este se internaron también en Agharti y allí estuvieron varios siglos. Más tarde fueron expulsados del reino y regresaron a la faz del planeta poseedores del misterio de los augurios según los naipes, las hierbas y las líneas de las manos. De esas tribus proceden los gitanos. Allá, en el Norte de Asia, existe una tribu en vías de desaparecer que residió en el maravilloso Agharti. Los miembros de ella saben llamar a las almas de los muertos cuando flotan en el aire.

El lama permaneció silencioso un buen rato. Luego, como respondiendo a mis pensamientos, continuó:

Page 19: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

-En Agharti, los sabios panditas escriben en tablas de piedra toda la ciencia de nuestro planeta y de los demás mundos. Los doctos budistas chinos no lo ignoran. Su creencia es la más alta y pura. Cada siglo, cien sabios de China se reúnen en un lugar secreto, a orillas del mar, y de las profundidades de éste salen cien tortugas inmortales. En sus conchas, los chinos escriben sus conclusiones de la ciencia divina del siglo. -Esto me recuerda la historia que me contó un viejo bonzo chino del templo del Cielo de Pekín. Me dijo que las tortugas viven más de tres mil años sin aire ni alimento y que ésta es la razón por la cual todas las columnas del templo azul del Cielo tienen por base tortugas vivas, a fin de evitar que se pudra la madera. -Varias veces los pontífices de Urga y Lhassa han enviado embajadas a la Corte del Rey del Mundo -agregó el lama bibliotecario-; pero les fue imposible dar con ella. Sólo un cierto caudillo tibetano, después de una batalla con los Oletos, encontró la caverna con la célebre inscripción: “Esta puerta conduce a Agharti”. De la caverna salió un hombre de buena presencia que le mostró una plancha de oro con letras desconocidas y le dijo:

“El Rey del Mundo aparecerá delante de todos los hombres cuando llegue la hora de que se ponga al frente de los buenos para luchar con los malos; pero esa hora no ha sonado todavía. Los más malos de la humanidad aún están por nacer”.

El chiang chun, barón Ungern, nombró embajador suyo en el reino subterráneo al joven príncipe Punzig, pero éste regresó con una carta del Dalai Lama de Lhassa. El barón le envió de nuevo y la segunda vez no volvió. Nadie que desee llegar a Agharti podrá conocerla. Es cierto que sólo anulando el deseo de estar allí es posible ir, aunque verdaderamente entrar al reino subterráneo es algo que tiene que ver con la conjunción de las estrellas y la actitud del corazón.”

Apenas había terminado de decir esto el bibliotecario de Bogdo Jan, y antes de que Ossendowski pudiera hacer una pregunta, el lama se movió en silencio y desapareció. El explorador, más adelante en su relato, continúa así:

“El príncipe Chultun Beyle y yo estábamos dispuestos a abandonar Narabanchi Kure. Mientras que el Hutuktu oficiaba en honor del Sai, en el templo de la Bendición, yo me paseé por los alrededores, recorriendo las angostas sendas que bordean las casas de los lamas de los distintos grados: Gelongs, Getuls, Chaidje, y Rabdjambe; las escuelas donde enseñan los sabios doctores en

Page 20: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

medicina (Ta Lama); las hospederías de los estudiantes (Bandi); los almacenes, los archivos y las bibliotecas.

Cuando volví a la yurta del Hutuktu, éste me aguardaba. Me ofreció un gran hatyk y me propuso dar un paseo por el monasterio. Su semblante tenía una expresión preocupada que me hizo comprender que deseaba decirme algo importante. Al salir de la yurta, el presidente de la Cámara de comercio rusa, recién puesto en libertad, y un oficial ruso, se unieron a nosotros. El Hutuktu nos condujo a un pequeño edificio situado precisamente detrás de un muro de un amarillo deslumbrador. - En este edificio se han albergado alguna vez el Dalai Lama y Bogdo Jan; nosotros acostumbramos a pintar de amarillo las casas donde han habitado estas santas personas. ¡Entrad!

El interior estaba espléndidamente decorado. En la planta baja se hallaba el comedor, amueblado con mesas de madera maciza, ricamente talladas, y aparadores cargados de porcelana y bronces. Dos piezas constituían el piso de arriba: primero, una alcoba aderezada con pesadas cortinas de seda amarilla; una gran linterna china, lujosamente engastada de piedras multicolores, colgaba, por medio de una fina cadena de bronce, de una viga esculpida del techo. Había allí un amplio techo cuadrado cubierto con almohadones de seda, edredones y colchas.

La cama era de ébano de China y tenía como remate de las columnas que sostenían el cielo del techo unas estatuas bellamente ejecutadas representando como motivo principal al dragón de la tradición devorando al Sol. Junto a la cama se alzaba una cómoda completamente cuajada de figuras y grupos simulando escenas religiosas.

Cuatro butacas que incitaban al reposo completaban el mobiliario, con el trono oriental bajo, puesto sobre un estrado en el fondo de la estancia.

-Veis ese trono? -me dijo el Hutuktu-. Una noche de invierno llegaron al monasterio varios jinetes y pidieron que todos los gelons y gatuls, con el Hutuktu y el Kanpo a su frente, se congregaran en esta estancia. Entonces uno de los extranjeros se subió al trono y se quitó su bachlyk, es decir, su peluca. Todos los lamas cayeron de rodillas porque habían reconocido al hombre de quien se viene tratando desde los siglos más remotos en las bulas sagradas del Dalai Lama, del Thasi Lama y del Bogdo Jan.

Es el hombre al que pertenece el mundo entero y que ha penetrado en todos los misterios de la naturaleza. Rezó una corta oración en tibetano, bendijo a todos los auditores e hizo profecías para la mitad del siglo siguiente. De esto hace treinta años, y en el intervalo,

Page 21: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

todas las profecías. se han cumplido. Durante sus plegarias ante el pequeño altar, en la sala próxima, la puerta que veis se abrió sola, los cirios y antorchas que había en el altar se encendieron espontáneamente, y los incensarios sagrados, sin lumbre, despidieron al aire vaporosas olas de incienso, que llenaron la habitación.

Luego, sin previo aviso, el Rey del Mundo y sus compañeros desaparecieron. Tras él no quedó el menor rastro, pues los mismos pliegues del ropaje de seda que cubría el trono se estiraron, dejándole como si nadie se hubiese sentado allí.

El Hutuktu penetró en el santuario, se arrodilló tapándose los ojos con las manos, y empezó a rezar. Miré el rostro tranquilo e indiferente del Buda dorado, sobre el cual las lámparas vacilantes proyectaban sombras movedizas, y luego dirigí la vista al lado del trono. ¡Oh, cosa maravillosa y difícil de creer! Ví realmente ante mí a un hombre fuerte, musculoso, de tez bronceada y expresión severa, acentuada en la boca y en las mandíbulas. El brillo de sus ojos presentaba a su fisonomía extraordinario realce. A través de su cuerpo transparente, envuelto en una capa blanca, leía las inscripciones, en tibetano, del respaldo del trono.

Cerré los ojos y a poco los abrí de nuevo. Ya no había nadie, pero el almohadón de seda del trono me pareció que se movía.

"Es nerviosismo", me dije, "una tendencia a la impresionabilidad anormal, producida por una tensión de espíritu desacostumbrada".

El Hutuktu se volvió a mí y dijo:

- Dadme vuestro hatyk. Noto que estáis inquieto por la suerte de los vuestros y quiero rezar por ellos. Orad también, implorad a Dios y dirigid las miradas del alma al Rey del Mundo, que pasó por aquí y santificó este lugar.

El Hutuktu colocó el hatyk en el hombro de Buda y, prosternándose sobre la alfombra delante del altar, murmuró una oración, y dijo:

-Pronto veréis a los que amáis. Fijad vuestra mirada. Obedecí inmediatamente su orden, dada con voz grave, y fijé la vista en el nicho sombrío que me había indicado. Pronto en las tinieblas comenzaron a aparecer unas nubecillas de humo y de hitos transparentes. Flotaban en el aire haciéndose cada vez más densas y numerosas, hasta el momento en que, poco a poco, formaron cuerpos humanos y contornos de objetos.

Vi una habitación que me era desconocida, en la que se hallaba mi familia rodeada de antiguos amigos y de otras personas. Conocí incluso el traje que llevaba mi mujer. Todas las facciones de su querido rostro se mostraron

Page 22: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

perfectamente visibles y claras. Luego la visión se atenuó, se desvaneció entre nubes de humo y de hilos transparentes y desapareció por completo. Detrás del Buda dorado no había más que tinieblas.

El Hutuktu se incorporó, quitó mi hatyk del hombro de Buda y me lo entregó, diciendo estas palabras:

-La fortuna os acompaña. La bondad de Dios jamás os abandonará.

Salimos de la morada del Rey del Mundo, donde este soberano desconocido rezó por la humanidad entera y predijo el destino de los pueblos y de los Estados. Grande fue mi sorpresa cuando supe que mis compañeros habían sido también ellos testigos de mi visión y cuando me describieron con los más minuciosos detalles el aspecto y los trajes de las personas que yo había visto en el nicho oscuro detrás de la cabeza del Buda. A fin de conservar el testimonio de las demás personas que vieron como yo esa aparición extraordinariamente emocionante, les rogué detectaran las señas de lo que habían visto. Tengo estos documentos en mi poder.

Pero este gran misterio de los misterios continúa siendo impenetrable.”

CORRESPONDENCIA UNO

A.R.Z., El Paso, Texas:

"La obra póstuma de Saint-Yves d'Alveydre titulada “Misión en la India", publicada en 1910, contiene la descripción de un centro iniciático subterráneo designado con el nombre de Agartha. Hasta entonces apenas se había hecho mención en Occidente de este otro mundo en este mundo. Sólo en 1924 Ferdynand 0ssendowski cuenta las peripecias del accidentado viaje que hizo en 1920 y 1921 a través de Asía Central, que usted cita, en que nombra al lugar "Agharti" en vez de "Agartha”, lo que se explica muy bien viniendo de fuente mongola la información que Saint-Yves obtuvo de fuente hindú. Contra lo que se pueda decir, el título otorgado al personaje de "Rey del Mundo", efectivamente, el primero en usarlo es 0ssendowski.

El escribe OM, mientras que Saint-Yves escribe AUM; ahora bien, si AUM es la representación del monosílabo sagrado descompuesto en sus elementos constitutivos, es, sin embargo OM la trascripción correcta que corresponde a la pronunciación real, tal como se dice tanto en la India como en el Tíbet y en Mongolia, desde donde nos llegó la voz a Occidente. Adversarios de 0ssendowski han querido ver en la obra de éste sólo un plagio de lo escrito por Saint-Yves, pretendiendo que había usado una traducción rusa de la "Misión en la India", traducción cuya existencia es más que dudosa, ya que los

Page 23: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

herederos mismos de Saint-Yves lo niegan. Un detalle suficiente para apreciar la competencia de la fuente que Ossendowski utiliza originalmente. Mi propósito no es querer hacer una crítica de textos más o menos vaga, sino aportar indicaciones."

J.L.B., Mexicali, Baja California:

“La afirmación de la existencia de un mundo subterráneo que extiende sus ramificaciones por todas las partes, bajo los continentes e incluso bajo los océanos, y por el cual se establecerían comunicaciones invisibles para nosotros entre todas las zonas de la tierra, el primero en afirmarlo fue Saint-Yves d'Alveydre, en la primera década del siglo XX. Hay una similitud con lo que afirma Ossendowski, sin duda. Pero éste escribe que no sabe qué pensar y lo atribuye a lo que afirman diversos personajes que encontró a lo largo de su viaje. Hay, por supuesto, puntos más concretos de similitud, como el pasaje donde el Rey del Mundo se muestra ante la tumba de su predecesor, en que se origina la cuestión de las tribus que pueblan el mundo oculto.

También Saint-Yves dice que son momentos durante la celebración subterránea de los Misterios Cósmicos, donde los viajeros que se encuentran en el desierto se detienen, donde los animales mismos se hacen puro silencio (lo que tiene cierta relación con el "timor panicus” de los antiguos). 0ssendowski asegura que él mismo ha tenido uno de esos momentos de recogimiento general. Existe la mención a cierta isla, hoy desaparecida, en la que vivían hombres y animales extraordinarios: allí, Saint-Yves cita el resumen del periplo de Jámbulo por Diodoro de Sicilia, mientras que 0ssendowski cita como fuente a un antiguo budista de Nepal; y las descripciones, sin embargo, no son muy distintas, lo que es extraordinario, porque, si verdaderamente existen dos versiones precedentes de esta historia de fuentes tan alejadas una de otra, sería válido recogerlas y compararlas con cuidado.

Hay varias otras comparaciones que se podrían señalar, pero no son suficientes para que convenzan acerca de la autenticidad de una versión posterior de algo que ya se sabía, y que 0ssendowski simplemente ordenó; esto es algo que no interesa más que medianamente, porque, independientemente de los testimonios que 0ssendowski cita, son relatos corrientes en Mongotia y en toda Asia central. Por supuesto que existe algo parecido en las tradiciones de casi todos los pueblos de la Tierra. Se sabe que el Rey del Mundo (que de ninguna manera se debe confundir con el Cristo Rey, hijo de Dios, porque el Rey del Mundo está subordinado a éste), reina efectivamente en Agartha con un

Page 24: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

título de Brahatma (sería más correcto escribir Brahmatma), y es sostén de las almas en el espíritu de Dios. Sus dos asesores son Mahatma (representante del Alma Universal), y el Mahanga (símbolo de toda organización material del cosmos): Ossendowski siguiendo la fuente mongola escribe Brahytma, Nahytma y Mahymga. En verdad, esta jefatura suprema de Agartha es la división jerárquica del ternario "espíritu-alma-cuerpo”. Se les ha representado en los Evangelios como Tres Reyes Magos: el Mahanga ofrece a Jesús el oro y le saluda como "Rey"; el Mahatma le ofrece incienso y le saluda como "Sacerdote", y el Brahatma le saluda como “Profeta” y “Maestro” por excelencia, y le ofrece mirra, el bálsamo de incorruptibilidad, la Amrita de los hindúes o la Ambrosía de los griegos, el brebaje o alimento de inmortalidad simbolizado especialmente por el Soma védico o el Haoma mazdeo. Así, el homenaje de estos magos al Cristo nacido es reverencia de los tres mundos que rige, ofrendado por los representantes de la tradición primordial encabezada por el Rey del Mundo, que es, en sí, el Invariable Medio, el punto en que se manifiesta la actividad del cielo. Y sus dos asesores, el macrocosmos y el microcosmos. El Mahatma conoce los acontecimientos por venir, y el Mahanga dirige las causas de estos sucesos. Sólo el Brahatma, el Rey del Mundo, puede hablar a Dios cara a cara, porque por su vitalidad cósmica se hace Anima Mundi. Así lo afirma Ossendowski y así es; él escribe “goro” por “guru”, que es el gran sacerdote del Rey del Mundo, y cita al primero de éstos: OM. El nombre, en realidad, es AUM, dado que la vocal O, en sánscrito, estaba formada por la unión de la A y de la U. Esta deformación es usual a muchas voces del Vatanan, el idioma del subterráneo, cuyos caracteres corresponden a cierto alfabeto sagrado que usa sólo tres formas geométricas: línea recta, espiral y punto. Pero muchas voces del Vatanan nos son completamente desconocidas, y de otras sabemos muy poco; por ejemplo, OM o AUM, además de ser el nombre del primer sacerdote es una ciencia secreta de Agartha, y también se aplica entre ellos como forma de saludo o manera de salve”.

N.G.S., San Lucas, Baja California Sur:

“El título del Rey del Mundo, tomado en su acepción más completa y al mismo tiempo rigurosa, se aplica con propiedad a un Legislador universal, cuyo nombre se encuentra bajo formas diversas entre un gran número de pueblos antiguos; como el Quetzalcóatl mexicano,

Page 25: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

el Mina o Manes de los egipcios, el Menw de los celtas y el Minos de los griegos.

Entre los griegos, Minos era a la vez el Legislador de los vivos y el Juez de los muertos; en la tradición hindú estas dos funciones pertenecen respectivamente a Manu y a Yama, pero además éstos están representados como hermanos gemelos, lo que indica que se trata del desdoblamiento de un principio único enfocado bajo dos aspectos diferentes. El nombre del Rey del Mundo, por lo demás, no designa en absoluto a un personaje histórico o más o menos legendario; lo que designa en realidad es un Principio, la Inteligencia cósmica que formula la Ley (Dharma) propia de las condiciones de nuestro mundo o de nuestro ciclo de existencia; y es al mismo tiempo el arquetipo del hombre considerado especialmente en tanto que ser pensante (en sánscrito Manawa).

Por otro lado, lo que importa recordar, esencialmente, es lo que, en principio, puede ser manifestado por un centro espiritual establecido en el mundo terrestre por una organización encargada de preservar íntegramente el depósito de la tradición sagrada, la sabiduría primordial que se comunica a través de los tiempos a quienes son capaces de recibirla. Hay quienes han relacionado el título del Rey del Mundo con el de “Princeps hujus mundi”, del cual se trata en el evangelio. Se cae de su peso que una comparación como ésta es absolutamente errónea y sin fundamentos. En lo que resta, el Rey del Mundo, se sabe, es una realidad”.

W.R.E., Phoenix, Arizona:

"Agartha, se dice, no fue siempre subterránea,. y no permanecerá, siempre oculta. Una profecía que el Rey del Mundo habría hecho en 1986, cuando apareció, como se esperaba, en el encuentro junto a la desembocadura de los ríos Gila y Colorado, antes de emprendiera su visita a las bases espaciales del desierto de Mohave, entonces afirmó que “los pueblos de Agartha saldrán de su interior y aparecerán sobre la superficie de la tierra.”

Tal como afirmara en el monasterio de Narabanchi un siglo antes. Hay quienes ahora dicen que ya hay gente de Agartha viviendo entre nosotros.

De acuerdo a la extensa comitiva que le acompañó en su aparición del río Colorado en 1986, se hizo claro el impacto que causa en el mundo subterráneo nuestro propio mundo. Ellos son gentes más humildes que nosotros, y en ese aspecto tenemos mucho que

Page 26: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

aprender. Por lo demás son exactamente iguales a cualquier mortal. Ellos no nombran a su mundo Agartha o de cualquier otra forma, porque simplemente no lo nombran: les es a tal punto inviolable.

Ciertamente son pueblos de paz y poseedores de graves adelantos en las ciencias naturales, que han de revolucionar nuestras ciencias. Sin embargo, se dice, sus recursos económicos comenzaron a disminuir dramáticamente a partir de nuestro siglo XX, a raíz de los ensayos atómicos que han tenido enormes repercusiones en su civilización, donde ahora tierras fértiles interiores más debajo de las aguas como en la Polinesia, han decantado en pura muerte. Se dice que Agartha está conformada por una serie de pueblos que buscó refugió en el interior de nuestro planeta hace 6000 años, cuando una catástrofe arrasó la superficie; de aquí que la generalidad de nuestras tradiciones citan algo que se halla perdido o escondido, refiriéndose al hecho.

Para ellos, esta fase del cambio de milenio entre nosotros es una época de oscurantismo y confusión de lenguas, pero la influencia de Acuario materializará progresivamente el desarrollo en todos los aspectos, a pasos agigantados, hasta lo que se identifica como una nueva Edad de oro. Poco más se sabe de ellos, porque no estamos aún en capacidad de antecedentes para establecer una cronología segura para todo lo que es anterior al siglo VI antes de nosotros. Al parecer, sin embargo, cierto lazo consciente con el centro espiritual interior nunca acabó por romperse, lo que le da su sentido particular a la tradición. En 1986 ha afirmado el Rey del Mundo que Agartha nunca estuvo escondida para todos. Le criticaron que hubiese elegidos y él respondió que no se trataba de elegidos, se trataba de que quien deseaba en su corazón llegar Agartha, lo conseguía, nada más era necesario; sólo el simple deseo del corazón. Dijo: “Siempre cada cual tiene la posibilidad de encontrar el camino. Nadie se pierde nunca si realmente desea llegar; cuando la intención es dirigida de tal manera que, por las vibraciones armónicas que se despiertan (en lo que se llama acá y allá “ley de acciones y reacciones concordantes”), se pone en comunicación espiritual efectiva con la intención del corazón.

Esta Ley, Jesús el Cristo la llegó a aplicar a la dinámica de Dios mismo: “Buscad y hallaréis, pedid y recibiréis, llamad y se os abrirá”. Naturalmente, se le preguntó entonces el Rey del Mundo si existía una fórmula o algo así para llegar a Agartha con la pura intención. Y respondió: “Se puede enseñar sin esfuerzo citando la aplicación de una fórmula común: Paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad”.

Page 27: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

B.C., Río Verde, San Luis Potosí, Mex.

"Siempre oí hablar de una civilización subterránea bajo la Huasteca Potosina. Aquí, en Valles y Xilitla de San Luis Potosí, hay famosas leyendas que hablan de un pueblo oculto de nosotros en el fondo de la Tierra, donde se puede acceder a través de un camino que existe en las milenarias galería subterráneas bajo la zona. Doña Oralia Gutiérrez de Sánchez, directora del Museo Regional de Valles, S.L.P., ha afirmado en su libro "Leyendas Huastecas" la existencia de una ciudad escondida, a la que sólo se puede entrar por algunas cuevas de Xilitla, lo más alto de la Sierra Huasteca; y relata que algunos habitantes de las tierras bajas comercian con algunos que salen de la cueva, quienes actúan de manera muy peculiar: detienen a los comerciantes de caminos y, durmiéndolos, los llevan a un lugar dentro de la cueva donde hay luz como de día, donde son despertados con todo cuidado, iniciando el trueque con polvo de oro que ellos ofrecen a cambio de cosas que aprecian, como el copal o algunas hierbas medicinales que aparentemente no crecen hierbas medicinales en el fondo de la Tierra, quizás si porque necesitan el aire exterior; también suelen hacer trueque por aves de cría, gallinas, pollos, guajolotes, y ropa de lana cruda que al parecer aprecian mucho; algunos de estos comerciantes han dicho que incluso les han comprado sus caballos de tiro, en una experiencia en que al despertarse creen que todo ha sido un sueño, pero los vuelve siempre a la realidad el no tener sus cosas, pero sí una bolsita con polvo de oro, que verificaba el estricto pago de lo que habían tomado. Hay varios otros testimonios que se pueden consultar en la obra citada. En esta zona hay varias otras noticias de vida subterránea. El día 27 de abril de 1974 en publicó en "El Sol de San Luis" una noticia titulada: "Animales desconocidos salen de una escondida cueva." Narran que el suceso ocurrió en Charcas, donde "una entrada a una misteriosa cueva habitada por extraños animales salvajes con apariencia de simios fue descubierta a un costado del arroyo que atraviesa el poblado Puente de Jesús, causando conmoción. Realmente no sólo se trata de una cueva sino de varios túneles de diversos tamaños que datan de muchos años y de los que nadie sabe dónde van a dar." El caso es que unos niños que jugaban en el arroyo de Jesús, descubrieron que desde una boca oculta de las cuevas que hay en el sitio, cuya entrada es de aproximadamente un metro y medio de altura por medio de ancho; salieron unos animales, al parecer dos, a los que confundieron primero con enormes gatos salvajes, pero

Page 28: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

luego se percataron de que más bien parecían simios, los que al verse descubiertos echaron a correr al interior de su refugio.

Los menores propagaron la noticia en el poblado, por lo que muchos curiosos acudieron al lugar y trataron de sacar a los extraños animales, pero se asegura que muchos de los arriesgados exploradores salieron despavoridos de la cueva arañados desde la oscuridad por los presuntos monos. Algunas personas provistas de linternas de mano han tratado de explorar los túneles pero nunca han logrado llegar al fondo por temor a lo desconocido".

DOS

Adolfo Hitler envió realmente expediciones a lo largo y ancho de Europa y Asia y, finalmente, a América, para que ubicaran una entrada al reino subterráneo. El dictador alemán estaba fuertemente influido por un libro: “La raza futura - Vril - The Power of the Coming Race”, de Lord Edward George Bulwer Lytton (1803-1873), que en esencia trata de una sociedad de seres avanzados que viven en túneles y cuevas bajo la superficie terrestre y que poseen una inteligencia y poderes muy adelantados con respecto a los de nuestra humanidad.

Su objetivo último es salir de este submundo y tomar en control el resto del planeta. El narrador es un hombre anónimo descrito como “un nativo de Estados Unidos”, que en un año no especificado de principios del siglo XIX llega a Inglaterra y es conducido a una excursión por unas minas; allí se entera de una leyenda según la cual uno de los túneles conduce a un misterioso mundo subterráneo. El propio Lord Bulwer Lytton excusa el anonimato que da a la localidad:

“El lector comprenderá, ahora que cierro esta narración, mis motivos para ocultar toda indicación referente a la zona que me refiero, y quizá me agradezca evitar cualquier descripción que pueda llevar a descubrirla”.

El Honorable Lord Lytton (como se lee su nombre en la portada de la edición original del "The Coming Race", publicada en 1871) era un escritor muy popular en la época victoriana. Hoy día sigue recordándose -aunque no se lea mucho- su novela "Los últimos días de Pompeya" (otra de sus obras, "The haunted and the haunters", ha sido descrita por H.P. Lovecraft como “uno de mis libros inspiradores”).

Pero “La raza futura” está relegada al olvido y es hoy uno de los libros más difíciles de encontrar. Se hizo una traducción al español que, quien esto escribe, pensaba imposible de ubicar antes de localizar un volumen curiosamente encuadernado en una librería de viejo de la calle Donceles de la Ciudad de

Page 29: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

México; el libro tiene una extraña textura de piel blanca y no hay título ni autor visible, sólo una palabra escrita en tinta dorada en la parte superior del lomo: vril. Una página marcada de la obra, que forma parte de los párrafos finales del capítulo VII, era la explicación de por qué se había escrito esa palabra en el lomo:

“No hay ninguna palabra en lenguaje alguno que yo conozca que sea un sinónimo exacto de vril. Le podría llamar electricidad, salvo porque comprende en sus múltiples ramas otras fuerzas de la naturaleza a las que, en nuestra nomenclatura científica, se les asignan diferentes nombres, como magnetismo, galvanismo, etcétera. Las gentes subterráneas consideran que en el vril han llegado a la unidad de las agencias energéticas naturales, que han sido conjeturadas por muchos filósofos de la superficie, y a las que Faraday da el nombre más precavido de correlación.

Creo -sigue el narrador- que las diversas formas bajo las que las fuerzas de la materia se manifiestan tienen un origen en común; dicho de otro modo, están tan directamente relacionadas y son tan mutuamente dependientes que son convertibles, por así decirlo, la una en la otra, y poseen equivalentes de poder en su acción. Estos filósofos subterráneos afirman que, mediante el funcionamiento del vril, se puede influir en la mente y el cuerpo de hombres, animales y vegetales.”

Por medio de su narrador, Lord Bulwer Lytton explica que el vril puede ser utilizado para ampliar la conciencia de la mente y permitir la transferencia de pensamiento de una persona a otra por medio del trance o visión. Dice que “este líquido que en todo penetra”, es el mayor poder sobre todas las formas de la materia, ya sea ésta animada o inanimada. Puede destruir con la velocidad del rayo y se la puede disciplinar; aplicado de modo diferente es capaz de recuperar o vigorizar la vida, curar y conservar.

Al narrador le dicen que la fuerza puede utilizarse para cortar el diamante así como dirigirla para destruir al enemigo. Le enseñan una vara que regula el vril y aprende que,

“el fuego alojado en el hueco de la vara dirigida por un niño podría echar abajo la fortaleza más poderosa o abrirse un camino ardiente desde la vanguardia a la retaguardia en un campo de batalla.”

Otros usos del vril son como fuente de propulsión para sus ingenios volantes, vehículos de tierra, mar y aire comunes en los reinos subterráneos. El científico Charles A. Marcoux, director del Subsurface Research Center en Phoenix, Arizona, que ha inventado instrumentación para el análisis microscópico

Page 30: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

incorporada a satélites, ha estado investigando la tradición de los reinos subterráneos hace 25 años, y dice que,

"por el vril los habitantes del interior gozan de un clima purificado y tienen máquinas que se parecen a detectores rodantes de radar, a manera de radiación (irradiation), que limpia la atmósfera de todos los elementos radiactivos. La mayor parte de ellas son móviles y tienen una antena parecida a un ventilador, y están diseñadas como una tela de araña que atrae las partículas dañinas del aire y las procesa por unos filtros que eliminan todas las sustancias nocivas para la vida”.

Asegura Marcoux que estas máquinas además añaden sustancias vitales al aire, que producen un efecto beneficioso sobre todo lo que vive. Sin embargo, la más notable afirmación de este científico estadounidense es el medio de transporte de que se vale la gente que vive en el interior de la Tierra para viajar por sus túneles; de acuerdo con su informe son los creadores de los comúnmente llamados platillos voladores:

“Y no sólo utilizan estos aparatos en su reino, sino que a veces también aparecen en la superficie.”

Recién, en un fascinante artículo aparecido en Predition (Nº111), Nadine Smith escribe:

“La explicación extraterrestre de los Objetos Volantes No Identificados está siendo ampliamente cuestionada hoy entre los estudiosos del tema, especialmente porque las pruebas espaciales dirigidas hacia nuestros vecinos más cercanos a nuestro sistema solar han revelado que hay en ellos sólo gérmenes de vida tal como la conocemos. Cada vez más, los científicos consideran la posibilidad de una explicación síquica en lugar de física. Sugieren que los ovnis no vienen de otros planetas, sino de otras dimensiones de vida de nuestro propio mundo (…) un mundo invisible coincidente con el espacio de nuestra vida física”, que es lo mismo que concluyó el general del aire de Gran Bretaña Víctor Goddard, en una conferencia que dio en Caxton Hall a finales de 1960.

En tres artículos (aparecidos en O Cruzeiro de Brasil) dos investigadores respetados en su país, Henrique Bose de Souza y el comandante militar Paulo Strauss, declararon que aunque era evidente que ninguna nación de la Tierra tenía el secreto de los ovnis, también era claro, por la investigación espacial, que al menos nuestro sistema solar está deshabitado, y si vienen de otros sistemas es inconcebible que en 2 mil años de historia conocida no se hubieran contactado abiertamente con nuestra civilización; además es improbable un tipo de navío espacial que realice viajes más allá de la Vía Láctea, aunque no estuviera probado que existiera algún tipo de vida.

Page 31: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

Entonces, la única posibilidad es que los ovnis tienen su propio origen en la Tierra, y precisamente en su interior. Dicen Bose de Souza y Strauss:

“Está fuera de toda duda que los habitantes del reino subterráneo son un pueblo avanzado, pues si son capaces de vivir y prosperar bajo la superficie terrestre, no hay motivo para que no hubiesen desarrollado una forma de transporte mucho más sofisticada que las conocidas entre nosotros. Y el propio diseño, maniobrabilidad y velocidad que se adjudica a estos aparatos parecen muy convenientes para atravesar la red de túneles que conecta a las ciudades subterráneas”.

Otro investigador, O.C. Huguenin, analiza las ideas de De Souza y Strauss en su informe "From the subterranean world to the sky: flying saucers", realizado para las Naciones Unidas, escribe:

“Debemos considerar la reciente e interesante teoría acerca de la existencia de un gran mundo subterráneo con innumerables ciudades en las que viven millones de habitantes, y donde tendrían su origen los platillos voladores.

Esta otra humanidad debe haber alcanzado un altísimo grado de civilización, organización económica y social, desarrollo cultural y espiritual, junto con un extraordinario progreso científico, en comparación con los cuales la humanidad que vive en la superficie terrestre, puede considerarse como una raza de bárbaros.

De acuerdo con una información suministrada por el comandante Paulo Strauss, el mundo subterráneo no se limita a cavernas, sino que es más o menos extenso y está localizado en un interior hueco de la Tierra lo bastante para contener ciudades y campos, donde viven animales y seres humanos”.

El investigador describe entonces que desarrollaron unas máquinas que “vuelan utilizando una forma de energía obtenida directamente de la atmósfera”. El doctor Raymond Bernard también cree que los ovnis funcionan con este fabuloso poder nombrado vril que Hitler buscó. Para un hombre como Adolfo Hitler, encantado por el misticismo y la pureza racial y enfermo de poder, el libro "La raza futura" de Lord Bulwer Lytton expresaba sus más profundos deseos de gloria, Y es evidente que poco se ha estudiado su interés por las ciencias ocultas. En la obra "Hitler: estudio de un tirano", dice Alan Bullock:

Page 32: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

“El poder de Hitler para embrujar a un público se ha vinculado con las prácticas ocultas de los hechiceros africanos y con los chamanes asiáticos; dicen que poseía la sensibilidad de un médium y el magnetismo de un hipnotizador”.

Su fascinación por el mundo invisible puede rastrearse a su relación con un extraño personaje: Karl Haushofer, llamado “mago maestro del partido nazi”, que fue presentado a Hitler por Rudolf Hess, quien se autoeliminó hace unos meses en la cárcel donde pagaba sus crímenes de guerra. Luego de educarse en la Universidad de Munich, Karl Haushofer inició la carrera militar en el ejército alemán. Había nacido en Baviera y está claro que tenía profundos conocimientos sobre el misticismo oriental y estaba obsesionado por los orígenes y el destino último del pueblo alemán. Su trabajo en el Estado Mayor le llevó a varios sitios en Oriente, como escriben Louis Pauwels y Jacques Bergier en "El retorno de los brujos":

“Hizo varias visitas a India y el Lejano Oriente y fue enviado a Japón, donde aprendió la lengua. Creía que el pueblo alemán tenía su origen en Asia Central, y que la raza indogermánica era la que garantiza la permanencia, nobleza y granDiosidad del mundo”.

En aquel tiempo, Haushofer empezó a demostrar un extraño talento: la capacidad profética. Y cuando durante la primera guerra mundial puso en práctica esta habilidad prediciendo el momento preciso en que atacaría el enemigo y los lugares donde las bombas explotarían, sus afirmaciones resultaron siempre certeras y creció su fama entre sus hombres y superiores. Se convirtió en el general más joven del ejército alemán, y en la conciencia de gran parte de la juventud de ese país, a quien predicaba que su destino era gobernar un día sobre Europa y Asia y ejercer luego un control sobre el mundo que sólo ellos estaban preparados para administrar.

Escribió varios libros y fundó revistas, en las cuales hizo varias revelaciones sobre lo que había aprendido en el Lejano Oriente. Una de ellas decía que mientras viajaba por Asía central oyó hablar de un vasto campamento subterráneo bajo el Himalaya, donde habitaba una raza de superhombres. El nombre de este lugar era Agartha y su capital se llamaba Shamballah.

Se ha sugerido, justificadamente, que esta afirmación de Haushofer era en la que él basaba su creencia de que la dominación mundial de Alemania sólo podría conseguirse por la fuerza, pues Shamballah era “una ciudad poderosa cuyas fuerzas mandan sobre los elementos y las masas de la humanidad, y precipitan la llegada de la raza humana al punto decisivo del tiempo…”, que ayudaría a los arios a dominar nuestra civilización.

Trevor Ravenscroft dice en "The spear of destiny" (1972):

Page 33: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

“Karl Haushofer cubrió la geografía con un velo de misticismo racial, proporcionado a los alemanes una razón para volver a aquellas zonas del interior de Asia que se creía había sido origen de la raza aria. De este modo sutil incitó a la nación alemana a la conquista de toda la Europa oriental y a extenderse más allá de la gran área interior de Asia, que tiene 4 mil kilómetros de Oeste a Este entre los ríos Volga y Yangtsé, e incluye en su lado más meridional las montañas del Tibet.”

EL primer encuentro entre Haushofer y Hitler tuvo lugar en la prisión de Landsberg en 1924, cuando el dictador alemán fue encarcelado tras el fracaso del putsch de Munich. Dicen Pauwels y Bergier:

“Introducido por Hess, el general Haushofer visitó a Hitler todos los días y pasó con él varias horas exponiendo sus teorías y deduciendo de ellas todos los argumentos posibles a favor de la conquista política. Cuando estaba a solas con Hess, Hitler, con propósitos propagandísticos, amalgamó las teorías de Haushofer y formó con ellas la base de "Mein kampf".

Entre los libros que Haushofer le llevó a Hitler estaba "La raza futura", que leyó en la soledad de su prisión e iba a impresionarlo profundamente: no parece caber duda que mientras leía las páginas de la extraña historia que narra esta obra, en su reclusión de la celda, Hitler comenzó a ansiar el día en que pudiera establecer por sí mismo la realidad de la civilización secreta que vive en el interior de la Tierra. Al año siguiente, ya libre, Hitler formó una sociedad oculta con el nombre de Logia Luminosa Vril.

El doctor Willy Ley, el brillante científico investigador de los fenómenos espaciales, que se encontraba en Berlín en aquel tiempo y que huyó de Alemania en 1933, es un ensayo titulado "Las seudociencias bajo el régimen nazi", describe la formación de la sociedad del vril cuya filosofía estaba basada totalmente en el libro de Bulwer Lytton.

Decía el doctor Ley que los miembros de la logia creían tener el conocimiento secreto de la fuerza vril, y esperaban que ella les permitiera convertirse en los iguales de la raza escondida en el interior de la Tierra. Habían desarrollado métodos de concentración y “un sistema total de gimnasia interna con la que podrían ser transformados”. Aunque Ley expresa una opinión general con respecto a lo que él imaginaba que podía ser este poder vril, lo describe como la energía inherente de nuestros cuerpos, de la que “sólo utilizamos una diminuta proporción en nuestra vida diaria”. En "The spear of destiny", Trevor Ravenscroft escribe:

“El único objetivo de esta logia era investigar más los orígenes de la raza aria y saber como esas capacidades mágicas que duermen en

Page 34: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

la sangre pueden ser reactivadas para convertirlas en vehículo de poderes sobrehumanos. Sorprendentemente, una de las obras que resultó ser fuente infinita de inspiración para los principales miembros de esta logia, dirigida por el mismo Hitler, resultó el libro de Bulwer Lytton, en que un escritor inglés revela veladamente muchas de las verdades que había aprendido mediante la iniciación personal de la doctrina secreta; no tenía idea de que su obra "The coming Race" se convertiría en la maligna inspiración de un pequeño grupo de políticos en su intento de esclavizar al mundo.”

Otro investigador, Gunther Rosemberg, escribió en la revista Fate (julio de 1972):

“Creían que los creadores del universo vivían en el centro de la Tierra. Los hombres de la superficie deben convertirse en semejantes a Dioses y hacer una alianza con la raza interior. De no ser así, serían esclavizados por la raza que ha de venir”.

Los documentos nazis capturados tras la caída del Tercer Reich indican que Hitler y sus partidarios lanzaron varias expediciones en búsqueda de una entrada al mundo interior. Geógrafos y científicos alemanes recibieron la orden de encontrar un túnel que condujera a los vril-ya (como se denominó entonces a este pueblo oculto).

Se revisaron los planos de minas alemanas, suizas e italianas para ubicar posibles pozos, e incluso Hitler ordenó a un coronel de inclinaciones intelectuales que investigara la vida de Lord Bulwer Lytton, con la esperanza de conocer dónde y cuándo el autor había visitado el mundo de los vril-ya. Desde 1936 en adelante, los nazis enviaron con regularidad equipos de soldados de elite a las cuevas y minas de Europa. Grupos completos de spelunkers rondaron buscando al hombre nuevo que debía ayudar a entronar al nazismo en el planeta.

Resultó evidente que el fuhrer se vio frustrado en su intento de develar los secretos del poder vril, aunque algunos documentos de la Logia Luminosa, estudiados con posterioridad (entre los pocos que se conocen), afirman que cuando se ha controlado el poder vril se tiene la capacidad de adquirir todos los otros poderes. Y este “control” puede hacerse aparentemente de dos modos: el primero de ellos es descrito como el “método científico”. Este exige que la persona que busque el poder vril aísle químicamente las partículas de protón A1 contenidas en el plomo.

Luego, dicen las instrucciones, éstas deben ser “capturadas en el magnetismo protónico de Saturno o en la lava que haya salido de un volcán en actividad”. A continuación, bajo el efecto de las radiaciones obtenidas con este proceso,

“las glándulas sexuales masculinas activan todos los Korlos y confirman el ego en su centro físico de gravedad”.

Page 35: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

El poder vril es el control de una energía sutil que penetra la piedra, dicen los escritos. El segundo método, citado como “método místico”, deriva, aparentemente, de un ritual mágico antiguo ejecutado ante un mandala símbolo que representa al mundo interior. El adepto debe bañarse en una luz de color violeta hecha por una amatista, “con la vibración del sonido del nombre del primer sacerdote dicho ininterrumpidamente”.

Los documentos conocidos indican que el poder puede obtenerse más fácilmente si está presente el signo de Saturno así como el Ankh, la cruz ansada egipcia (una cruz en forma de T con un lazo sobre la barra horizontal) simbolizando la naturaleza terrenal coronada: “durante el ritual, el iniciado efectuará una regresión simbólica de la vida, antes de encontrarse a sí mismo en posesión de los poderes del vril.

En la realidad, estudios recientes han determinado que vril es una antigua voz hindú que nombre los tremendos recursos de la energía que puede utilizarse tras haber dominado el cuerpo etérico (u organización del tiempo), habiendo conseguido el control de las fuerzas de la vida de cada uno dentro del cuerpo.

En esencia, es el control de lo que Lord Bulwer Lytton llamó “el único gran líquido que invade toda la naturaleza”, el que los místicos hindúes llaman kundalini es la fuerza microcósmica de energía universal; o dicho mas simplemente, el gran almacén de energía estática y síquica potencial que existe en forma latente en todo ser. Es la manifestación más poderosa de fuerza creativa que hay en el cuerpo humano.

El concepto de kundalini no es peculiar de los tantras, sino que constituye la base de todas las prácticas del yoga, y toda auténtica experiencia espiritual se considera como un ascenso de este poder. CORRESPONDENCIA DOS L.Z., México D.F.

“El siglo XX se concentró en la conquista del espacio exterior, ignorando la conquista del mar y las expediciones hacia el centro de la Tierra. Realmente, Hitler parece ser que enfrentó una solitaria apuesta a la magia de la vida en un intento desesperado de revertir lo inevitable. Apeló a los Poderes Supremos para que lo hicieran victorioso, y murió en el intento.

Page 36: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

Los Poderes Supremos no lo oyeron, simplemente, porque el vril es una fuerza poderosa y superior pero la más humilde en su forma de presentarse en la naturaleza porque casi no ocupa espacio. Y Hitler era el puro orgullo. Es cierto que los nazis persiguieron una fantasía sagrada y la hicieron realidad histórica. Más acá todo es anécdota. La oficina de gobierno hitleriana encargada de investigar una posible entrada a Agartha era el Instituto Ahnenerbe, que fijaba las sendas y las probables entradas secretas. Crearon mapas marcando rutas como quien siembra una dimensión metafísica sobre la nada. El trabajo en Ahnenerbe fue el resultado de años de experiencias ocultas.

Sintetizaban una información casi inaccesible que rescata la memoria de las avanzadas que destacó Alejandro el Grande desde Bactrinia y Alejandría Eschata, pasando por las versiones de la migración de los últimos esenios al Asia central, después de la destrucción de Massada por la legión de Florus; recogieron las señales dejadas por Rudolf von Sebbtendorf a los miembros de la Sociedad de Thule, la sociedad madre del nazismo, que, en 1921, elige a Hitler como su héroe. Y aplauden los delirios de Dietrich Eckart a su regreso de Mongolia. También habían fijado las notas del abate Theodorico von Hagen que creó en el siglo XIX, escritas a su regreso, cuando ya estaba loco. A los expedicionarios elegidos en el Ahnenerbe los formaban en Ordensburg, una de las escuelas secretas de las fuerzas especiales. Casi al amanecer tomaban un desayuno espartano (impuesto por Himmler en persona): agua de las rocas y tarta de avena. Los hombres debían ser intelectuales y atletas. Peter Auchnaiter coordinaba las tareas geodésicas, geológicas y cosmogónicas, y entre su gente tenía a Lebenhoffer y Calemberg, entre varios más, muchos de los que a la caída del tercer Reich emigraron masivamente a América, en especial a USA, Argentina y Chile.

Sus primeros estuDios los enfocaron al campo magnético de dos alturas terrestres: el monte Kailas, en el Tíbet occidental, que los lamas llaman “el trono de los Dioses”; y el volcán Villarrica, en el Sur de Chile, que encierra los montículos de Piedra Blanca, Piedra Negra y Cumbre Pirámide: conos de piedra y hielo que forman la masa volcánica emergiendo solitaria entre las montañas próximas. Para Auchnaiter, Sudamérica era el polo negativo del Axis Mundi, como para los tebanos el monte Kailas era el polo positivo. Eran estuDios de la “ciencia nueva”, para la nueva cosmogonía y cosmología que debían alimentar al Reich que duraría un milenio.

Page 37: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

Ellos estudiaban la Tierra como a un ser vivo y como un organismo cósmico: un sistema de ondas ondulatorias, de materia que vibra en energía y de energía que se transmuta en materia cumpliendo un ciclo cuyo fin se desconoce. Más allá de su incentivo, estos hombres trabajaron en condiciones heroicas, emprendieron iniciativas científicas y arqueológicas admirables, enviando por telegramas cifrados un enorme caudal de información técnica.

A ellos se deben importantes descubrimientos en la vertiente norte de los Himalayas, a 5.700 metros de altura, como el sistema de cuevas excavadas en la roca viva, entre aberturas de los glaciales, en que se halló tallado en las paredes de piedra un bajorrelieve con un mapa del cielo con estrellas ya no visibles, que probablemente corresponde a unos 13.000 años de antigüedad, según estimó Calemberg.

Ellos pensaban que en algún momento antes de un gran cataclismo geológico, Tíbet estaba a nivel del mar; al igual que el sur de los Andes, donde hasta hoy se encuentra en esas cordilleras fósiles marinos de toda índole”.

N.F., La Joya, California:

“Entre los documentos que se conocen rescatados de la caída del Tercer Reich, hay varios informes de investigaciones que se hicieron a personas que afirmaban haber estado en comunicación con Agartha. Uno sobre el jesuita Teilhard de Chardin, dice:

“Vive en Pekín, prácticamente marginado por la iglesia, con prohibición de editar sus investigaciones. Nuestros agentes lo ubicaron, pero no pudieron traspasar sus reservas. Ahnenerbe estima que Teilhard se dirigió al desierto de Gobi en el sur de Mongolia, movido por los relatos secretos de los sacerdotes Huc y Gabet en siglo XIX; los prodigios que éstos habrían comprobado fueron publicados sólo en parte, el resto estaría en los archivos secretos de los jesuitas en Ravena.

Teilhard pudo viajar al Asia Central uniéndose a ciertas expediciones comerciales, como la Haardt-Citroen y la Roy Chapman-Andrews. Ahnerbe sitúa hacia 1923 (poco después del viaje de Ossendowski) su merodeo en torno de los poderes de Agartha. Es dudoso que haya recibido el grado de Hamsa o Anagami, que se impone a los espíritus superiores que han cumplido su misión iluminadora pese a lo que

Page 38: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

se opone. Su trabajo "Geological Observations in the Turfan Area", demuestra su acercamiento a la Región. Habría sido conducido por guías pagados por él mismo separándose del grueso de la expedición Citroen.

Se tiene como probable que buscasen los restos ocultos de la secta de los esenios (posibles iniciadores de Cristo). Una corriente jesuítica sostiene que los esenios se replegaron hacia una región oculta de Asia después de la caída de Jerusalén en manos de los romanos. Lo inquietante de Teilhard de Chardin es su viaje pagano y panteísta; su “pasaje al corazón de la materia total”, como anotó en uno de sus trabajos conocidos, uno de los pocos que han salido a la luz de sus escritos prohibidos por la Iglesia”.

Un documento informa de la investigación realizada a Gurdjieff, el curiosísimo ruso levantino:

“Gurdjieff se aparta de toda complicidad con la Sociedad de Thule, rehúsa a todo contacto y se dedica a su enseñanza. Sólo con la ocupación de París fue posible que Ernst Junger pudiera conseguir un relato de sus viajes.

Los viajes de Gurdjieff por el Asia Central fueron varios entre 1897 y la Primera Guerra, pero su entrada en el Gobi en 1898 es tal vez lo más válido: E.J. evalúa que en esa época Gurdjieff llegó efectivamente a la “zona de Agartha”, pero no afirma implícitamente que “a Agartha”. Gurdjieff se silenció sin poder o no querer explicar su experiencia; manifestó que la expedición había concluido cuando uno de sus camaradas, uno de los “buscadores de la verdad”, el geólogo Soloviev, murió desnucado por la mordedura de un camello salvaje.

Algunas frases de su relato:

-El secreto está guardado mucho mejor y más profundamente que todo lo que podría preverse. -Muchas veces se aludió a una región del desierto de Gobi donde hay una gran ciudad subterránea. Era un secreto que se transmitía por herencia y cualquiera que lo violara debía sufrir un castigo semejante a la gravedad de tamaña traición.

Page 39: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

-Debo decir que esa región está constituida por una maraña de estrechos valles. Nunca nos había tocado explorar zona más inextricable. Era como para creer que las Potencias Superiores quisieron hacer o eligieron esas zonas complicadas y desconcertantes para que ninguno tuviese la osadía de aventurarse por ellas.”

Sin embargo, nadie de los viajeros que registran estos documentos confirma asertivamente la entrada en la misma Agartha. Eckart, antes de morir, sólo balbuceó que “visité ámbitos, hablé con seres superiores”. Gurdjieff, con su pasión por lo confuso, dice que,

“la ciudad secreta, o la ciudad de los poderes, está en la zona de confluencia de las sabidurías. Es el lugar donde están los hombres que llegaron más lejos y los Dioses que todavía soportan la cercanía humana.”

Otro de los documentos informa de una investigación realizada a Von Sebottendorf y Teodorico Von Hagen, expedicionarios que inflamaron entre los nazis la concepción de un mundo subterráneo:

“Von Sebottendorf está desaparecido pese a registrar domicilio en Turquía. Informó nuestra embajada (von Papen):

“Nadie responde en sus presuntos domicilios. Se lo tiene por un ser excéntrico, asocial, de formas duras carente de toda cortesía. Se supone que pudo haber fijado domicilio en México pues realizó experiencias místicas con los inDios Tarahumaras mediante el uso de drogas.”

Lo cierto es que no dejó una palabra sobre Agartha más que esta recomendación a Eckart (en el momento de abandonarlo):

“Nadie encuentra a Agartha. Es Agartha quien conduce a alguien que ha elegido.”

Se sabe que a fines de 1857, von Hagen está en el Cáucaso, desde donde hará su “entrada” hacia el triángulo de la zona oculta. Sin embargo, a los doce años de su partida se lo vio regresar para morir en Lambach. No dio explicación alguna a nadie del detalle de sus búsquedas; pasaba los últimos días encerrado, escribiendo.

Page 40: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

Se despidió en una larga y sosegada locura, rodeado de la piadosa caridad de los monjes benedictinos. Su única medida de autoridad fue pedirle a los albañiles que reparaban un muro que grabasen el signo de la svástica en el arco de piedra que da al claustro interior, y que le permitía ver desde su propia celda la cruz gamada en la piedra; la misma cruz que durante todos los días, a los nueve años de edad, vio Adolf Hitler cuando fuera escolar de los benedictinos de Lambach.

De von Hagen es esta frase:

“Agartha es móvil. Puede que el viajero crea haber llegado a Agartha sin saber que ya estaba en Agartha”.

Por lo demás, aún hoy, se piensa que el vril es una fuerza cósmica, originaria, que subyace en cada hombre; la atrofiada fuerza de los genios, de los héroes. La fuerza que alienta bajo nuestra necrosis. Puede ser lo que en India denominan como Akasa, o Mana en Polinesia. Los poderes que duermen a lo largo de la columna vertebral, la serpiente Kundalini, los Siddhus… la fuerza a la que se acerca Nietzsche en su visión de Sils María.

Tal vez sea la misma de la mítica “transfiguración” de Jesucristo en el Monte Tabor. Llevamos esa fuerza latente como un olvido; tanto como el átomo está cargado de una energía que algún día se sabrá cabalmente dominar, movilizar, liberar."

E.C., Guadalajara, Jalisco:

“El más exaltado de los investigadores que inspiraron a los nazis, entre los que buscaron entonces a Agartha, es, por supuesto, Teodorico von Hagen, que escribiría:

“Quien llegue a Agartha, después de haber sido aceptado en las puertas secretas, no debería estar del todo seguro de no estar pasando de largo, dejando la esquiva Agartha para siempre a sus espaldas”.

“Agartha atrae y ciega. Se transforma en una pasión. Quien cede a ella se verá irresistiblemente atraído hacia su centro, como el insecto ante la luz de la noche. Cerca de Agartha el iniciado se sentirá ajeno a su vida anterior. Sentirá terrores, pero esto es bueno. Agartha exige el paso a otra dimensión.”

Page 41: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

Fue von Hagen uno de los profetas entre los nazis empeñados en esta tarea excepcional; un profeta del que nunca se ha tenido claro cuál fue el móvil que lo impulsa en 1856 a abandonar la abadía benedictina de Lambach para lanzarse como un alucinado hacia el Oriente. En algún momento algo le hace rebelarse a su vida de monje cristiano de claustro, que se embarca en un velero polaco, el “Príncipe Orlov”, que lleva carbón a Alejandría; alcanza el puerto de Jaffa desde donde emprende viaje a lomo de burro hacia Jerusalén. No busca refugio en los conventos cristianos.

Se instala en la zona salvaje del desierto de Qumram, a orillas del Mar Muerto, lugar que fuera patria de los Esenios hasta el siglo II cuando la secta se traslada o se disuelve. Vive como un ermitaño en las cuevas que aquellos excavaron en los montes de Judea. Probablemente busca los evangelios secretos: tiene la convicción de que la Biblia y en especial el Nuevo Testamento han sido despojados de textos fundamentales.

Podría tratarse de los llamados “evangelios gnósticos” aparecidos en parte en 1945 por obra de la casualidad cuando dos peones picaban el terreno del cementerio de Nag Hammadi, en el alto Egipto. Son textos escritos en el siglo II con la versión evangélica de Tomás, María, Felipe y el “evangelio de la verdad”.

Podría también von Hagen haber buscado los libros ocultos de los Esenios en los mismos terrenos donde vivieron. En 1948 aparecieron también por azar los llamados “Rollos del Mar Muerto”, justamente en una de las cuevas de Qumram, donde luego en las últimas décadas han aparecido más manuscritos.”

G.M., México, D.F.:

“Los alemanes afines a Hitler expresaron su idea del reino subterráneo de diversas maneras, incluso construyendo verdaderos templos bajo la tierra, como el cavado por orden expresa del jefe de las SS del Tercer Reich, Heinrich Himmler, el hombre más temido de la Alemania nazi. Es muy conocida la obsesión de Himmler por el ocultismo pero está menos documentado su interés por la geomancia y por la llamada “geometría mágica”.

A través de Ahnenerbe, una organización establecida para investigar todos los aspectos de la antigua historia y la erudición germanas, Himmler acumuló una cantidad de material sobre las “heilige linien” ("líneas sagradas") de Alemania y del “imperio” oriental. Se despacharon expediciones hacia Tíbet para establecer el emplazamiento de la mítica Agharthi, mientras otras estudiaban

Page 42: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

meticulosamente la geometría de los cementerios medievales judíos en el centro de Alemania.

Himmler dirigía esta investigación desde un castillo medieval reconstruido con enormes costos y transformado en santuario del nazismo; como otros parajes geománticos de poder espiritual y político, Schloss Wewelsburg, en westfalia, tenía forma triangular (también son triangulares el Kremlin de Moscú y al Abadía de Westminster en Londres). Schloss Wewelsburg tiene una amplia sala en el medio de la cual hay una mesa redonda con trece sillas; a la manera del Rey Arturo, Himmler y sus doce Obergruppenfuhrer (caballeros de la negra orden de la SS) ocupaban esas sillas meditando sus intentos de influenciar síquicamente a Alemania. Debajo de esta reproducción “arturiana” estaba la misma cripta de Himmler: conocida como el Reino de los Muertos, estaba rodeada de paredes de piedra de un metro y medio de ancho; contenía una cavidad semejante a un pozo, a la que se llegaba por un tramo de escalera.

En el centro de esta depresión había una pila de piedra en forma de copa. En el caso de que un miembro de Obergruppenfuhrer muriera, su saco o vestón de armas debía ser quemado en esa pila y sus cenizas debían colocarse sobre un pedestal en un nicho especialmente provisto para ese propósito: había cuatro respiradores en el techo de la cripta, ubicados de tal manera que el humo ascendería hacia el cielo raso en una sola columna.

Este llamado Reino de los Muertos se estimaba que sería el futuro mausoleo del propio Hitler, pero los hechos resultaron diferentes. Como los hipogeos iniciatorios de la antigüedad, se esperaba que este templo bajo tierra se convirtiera en un santuario; no fue así. De todas las iglesias y mausoleos del mundo hechos en la roca, el más grandioso es el construido en España por orden del dictador falangista Generalísimo Franco: el llamado Valle de los Caídos, en las montañas de Guadarrama, al norte de Madrid, y es uno de los pocos proyectos impresionantes de los tiempos modernos que llegaron a realizarse.

El hall con la gran cúpula que pensó hacer Hitler en Berlín y la pirámide-mausoleo que el general argentino Perón quería dedicarle a Eva Duarte, nunca fueron construidos, pero la inmensa basílica subterránea de Franco subsiste hasta hoy: realizada en el sólido granito cortado por prisioneros republicanos, comunistas y anarquistas, tiene una vasta área abovedada, apenas menor que la más grande catedral de la cristiandad, la de San Pedro en Roma, y

Page 43: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

contiene una cripta y cuatro osarios, donde descansan los huesos de miles de muertos en la guerra.

Franco mismo aprobó los planos de planta y la ubicación de este monumento: su emplazamiento es, tal vez, el último acto de geomancia estatal llevado a cabo en Europa, ya que la inmensa basílica subterránea está en el centro de una cruz formada por las líneas que unen la Catedral de Avila con el Panteón Condesa de la Vega del Pozo, y la Catedral de Segovia con El Escorial.

En 1975, Francisco Franco fue enterrado allí junto a un altar dorado, flanqueado por legiones de muertos: sobre su capilla se colocó una gran cruz de piedra de más de ciento cincuenta metros de altura, iluminada para que, de noche, sea visible desde cinco provincias españolas. El entierro de Franco en este centro geomántico de España encierra todo un concepto añejo del mundo, pero aparentemente de acuerdo con el materialismo moderno”.

TRES

El escritor Lord Bulwer Lytton describe el vril como el mejor atributo de la raza subterránea, y para los hindúes, en forma muy simple, el Kundalini es descrito como una fuerza inicial de gran poder que está en el hombre; lo simbolizan con una pequeña serpiente enroscada que puede ser muy útil si se la emplea bien, pero extremadamente peligroso si se despierta sin los debidos cuidados y atenciones.

El más cercano paralelo, en términos actuales, es lo que los científicos conductistas denominan el vacío “entre nuestro ser potencial y nuestro ser real”. Las investigaciones de Mookerjee y Khanna han demostrado que, en término medio, utilizamos sólo el 10 por ciento de nuestra capacidad, potencialidades, talento y habilidades. El uso de este vril o kundalini permite "despertar" ese 90 por ciento dormido. Para los hindúes todo lo que existe en el universo exterior existe también dentro de él.

Dice John Woodroffe:

“…dividen el cuerpo en dos partes principales: el tronco y la cabeza, por una parte, y las piernas por la otra. El centro del cuerpo está entre esas dos partes en la base de la columna vertebral, donde comienzan las piernas. Apoyando el tronco, y en todo el cuerpo, se halla la médula espinal. Es el eje del cuerpo, así como el monte

Page 44: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

Meru es el eje de la Tierra. De ahí que la médula del hombre reciba el nombre de Merudanda, el Meru o eje”.

Relacionada con esta médula espinal existe una serie de finísimas venas que la esparcen al cuerpo espiritual, que en determinados puntos, llamados ruedas o chakras, la conectan con el cuerpo físico. Estas estaciones de energía se dice que son siete: una cerca de la base de la columna; una cerca de los órganos sexuales; otra en la región del plexo solar; la siguiente junto al corazón; la quinta en la garganta; la sexta en la frente, sobre el puente de la nariz, y la última en la corona de la cabeza. Todos estos puntos están dispuestos alrededor de un eje imaginario que va desde la base de la columna, en que se cierra el eje, donde está la pequeña serpiente dormida.

Cuando despierta “trasciende nuestras limitaciones”, de acuerdo con Mookerjee y Khanna:

“Cuando Kundalini duerme, el hombre es conciente tan sólo de sus circunstancias inmediatas. Cuando despierta a un plano espiritual superior, el individuo no está limitado a su propia percepción, sino que participa de la fuente de la luz. Por tanto, en su ascenso, Kundalini absorbe toda la energía cinética con que están cargados los diferentes centros síquicos. Al despertar la fuerza dormida en el inconsciente, y dirigirla, la energía así liberada es transformada y posible de utilizar realmente”.

Ni siquiera intentaré citar aquí algunas descripciones conocidas para despertar esta serpiente enrollada, pues existe, y es de fácil acceso, una amplia bibliografía sobre Tantrismo, inicialmente.

Sin embargo, es necesario citar algunos nombres que se han utilizado para simbolizar la misma cosa:

el Antuabyrum de Perseo

el fuego sagrado de Zoroastro

el rayo de Cibeles

la antorcha ardiente de Apolo

el fuego sobre el altar de Pan

la llama de Acrópolis y Vesta

la llama del casco de Plutón

la vara de Mercurio

el Phtha egipcio, o Ra

el Zeus Cataibates griego

las lenguas de fuego de Pentecostés

el matorral ardiente de Moisés

la columna de fuego del Exodo

el vapor de aromas del Oráculo de Delfos

la luz de los Rosacruces

la lámpara ardiente de Abraham

Page 45: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

el rayo láser, ya magníficamente utilizado como instrumento quirúrgico en primera instancia.

La emigrada rusa y teósofa conocida como Madame Blavatsky, dice que,

“los descendientes de los antiguos teúrgos le dieron el nombre de ánima mundi, el alma del universo; en el medioevo la nombraban como luz sideral, el Magnes. Pero ahora no se acepta ni reconocen apelaciones mágicas, pues la magia es una lamentable superstición, por lo tanto se le nombre electricidad”.

En un texto titulado “La fuerza que viene” (1888), escribe ella:

“Hay una terrible fuerza sideral que conocían los Atlantes con el nombre de Mashmak, y los rishis arios en su Ashtar vidya con un nombre que no nos gusta dar. Es el vril que nombre Bulwer Lytton como poder de la raza subterránea y de las próximas razas de la humanidad. Esta fuerza vibratoria, que cuando apunta a un ejército desde agni rath fijado sobre un vaso volante, desde un globo, de acuerdo con las instrucciones encontradas en el Ashtar vidya, reduce a cenizas a 100 mil hombres y elefantes con la misma facilidad con que mataría a una rata.

Es alegorizado en el "Vishny purana", en el "Ramayana" y otras obras, en la fábula sobre el sabio Kapilla, cuya mirada convirtió en un montón de cenizas a los 60 mil hijos del rey Sagara, y es esta fuerza la que va a convertirse en la propiedad común de todos los hombres”. Esta madame Helena Petrovna Blavatsky (1831-1891) era hija de un coronel ruso, nada de fea, iniciada en los caminos mágicos del intelecto: a los 17 años contrajo matrimonio con el vicegobernador de la provincia de Eivan, en Ucrania, Nikifor Blavatsky, para huir después de la boda a Europa, donde llevó una existencia rica en anécdotas, vestía estrafalariamente y fumaba hachís en público.

Luego se hizo viajera, viviendo no poco tiempo en Egipto, India, Tíbet y Sudamérica, especialmente en Perú y Bolivia. En 1873 vivía en Nueva York, y junto al coronel Henry Steel Alcott, célebre investigador de fenómenos síquicos, formó la Sociedad Teosófica (cuna del ocultismo moderno) y acometió la tarea de recopilar conocimientos y ordenarlos, ya fueran de primera mano o surgidos en la investigación, para redactar un libro: "Isis develada", que aunque fue ridiculizado en su época, hoy es muy leído.

Allí, madame Blavatsky menciona el mundo secreto de Agartha: afirma que el reino subterráneo está vinculado con el resto del mundo por medio de pasadizos y dice haber visto personalmente en Sudamérica uno de esos túneles:

Page 46: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

"Tenemos en nuestro poder un plano preciso del túnel, un sepulcro antecediendo una gran cámara y las puertas de roca pivoteadas y escondidas. Para seguirlo se necesita la colaboración en gran escala del gobierno peruano y boliviano unidos. La simple tarea de purificar el aire del túnel en el que durante siglos no se ha entrado resulta bastante difícil. Allí hay una entrada, y dice la tradición que seguirá sellada hasta que el último vestigio del dominio hispánico desaparezca de América… Los sacerdotes incas dicen que los túneles estaban allí cuando sus pueblos llegaron por primera vez en América”.

En 1879, madame Blavatsky y el coronel Steel abandonan Estados Unidos y deciden instalarse en India, donde compraron una mansión a orillas del río Adyar, cerca de Madrás, estableciendo allí los cuarteles generales de su sociedad: aún sigue en el lugar y entre sus documentos tienen aquel antiguo mapa que guarda la entrada a Agartha.

Los últimos años de su vida los vivió ella en Londres, donde terminó otra obra: "La doctrina secreta", en la que refiriéndose al reino subterráneo y su gobernante, dice:

“El es el misterioso y, sin embargo, siempre presente personaje del que las leyendas abundan. El es el iniciador. Sentado en el umbral de la luz, la mira desde dentro del circulo de oscuridad que él no cruzará; ni tampoco abandonará su puesto hasta el último día de su ciclo de vida. Bajo su guía, todos los instructores de la humanidad se convirtieron, desde el primer despertar de la conciencia de la humanidad, en los guías de la primera civilización.

Gracias a esos hijos de los Dioses, la humanidad infante obtuvo sus primeras nociones de todas las artes y las ciencias, así como del conocimiento espiritual; ellos pusieron las primeras piedras de esas antiguas civilizaciones que tanto asombran a nuestra generación… Que los que dudan de esta afirmación expliquen el misterio del extraordinario conocimiento poseído por los antiguos (suponiendo que nos hayamos desarrollado desde salvajes inferiores).

Veamos obras como las de Vitruvius Pollio de la era Augustea, sobre arquitectura, en las que todas las normas de proporción son aquellas enseñadas antiguamente en las iniciaciones; si él no hubiera estado relacionado con el arte y no hubiese conocido el profundo significado de la ley de proporción, ni remotamente conocería el arte de construir. Ningún hombre descendido de un cavernícola paleolítico podría haber desarrollado tal ciencia.

Page 47: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

Y debido a esa perfección rescatada de las proporciones de la materia, ellos pudieron construir las maravillas que ahora admiramos; sus pirámides, templos subterráneos en cuevas y túneles, cromlechs, altares, ciudades perfectamente armónicas utilizando un poderío mecánico ante el cual la habilidad moderna es un juego de niños.

Ellos son los que saben usar esa materia maravillosa llamada vril que está en nosotros, logrando recrearla como energía común en su mundo interior, donde existen máquinas que trabajan con esta propulsión, desconocida en el exterior.”

La ciencia mágica moderna identifica a esta materia maravillosa con el nombre de Energeocom, que se traduce como todo nuestro cuerpo humano, su energía, materia y conciencia. La ciencia hermética lo llama Eter, el "aire de los magos". Considerado desde la perspectiva alquímica, el Eter es la sustancia imponderable de que estaría lleno el vacío universal.

Se le describía hasta finales del siglo XIX como una sustancia tan sutil que no opone la menor resistencia a la propagación de las ondas y de las partículas de energía, o bien como elemento que auspicia que lo manifestado surja de lo no-manifestado. Pero cayó en el olvido cuando la física abandonó su estudio por imposible, aunque sin atreverse a declarar su inexistencia. A partir de la segunda mitad del siglo XX, la ciencia vuelve a considerar "eso" como materia de estudio y análisis, definiéndose en principio que hay "algo" que propaga las ondas del pensamiento. Lo que, de descubrirse, sería abrir la posibilidad de manejar una energía tan importante como la electricidad, y, posiblemente, con insospechadas utilizaciones. Esta fuerza, el energeocom, entonces, sería cierta energía que manejan en el reino interior, y sería la materia que usaría esta gente para hacer funcionar sus ingenios volantes. El investigador Brinsley Le Poer Trench ha sido uno de los que sostiene enfáticamente que estos objetos voladores desconocidos vienen desde el centro de nuestro propio planeta, negando contundentemente la posibilidad de vida en planetas fuera del nuestro; al respecto, incluso, ha escrito un libro: “El secreto de los tiempos”, que tiene un subtítulo explícito: "Los Platillos Voladores No Identificados que Vienen de Adentro de la Tierra."

Le Poer (sin precisar de dónde ha sacado su información) asegura que esta civilización interior está tramando derrocar el mundo de la superficie. Por su parte, Roy Palmer, editor de la revista norteamericana “Flying Saucers”, también propone desde hace tiempo la conexión entre la tierra hueca y estos objetos sin identificar. Palmer ha publicado en su revista una serie de libros y narraciones orales que hablan de este mundo oculto bajo nosotros. Entre ellas, publicó el libro más notable que trata este tema: “The Smoky God” ("El Dios Humeante"), de Willis George Emerson, un cuento de un viejo marino escandinavo, Olaf

Page 48: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

Jansen, que navega más allá del límite e ingresa al nuevo mundo de la tierra hueca. La narración del célebre Emerson dice que un día Olaf Jansen y su padre iban en un bote pesquero con el fin de llegar a la tierra que estaba más allá del viento del norte. Sin embargo, una extraordinaria tormenta los llevó muy lejos, a través de una apertura polar que conduce al interior de la tierra, que es hueca. Allí alcanzaron a estar dos años hasta alcanzar la concavidad del Polo Sur.

En el regreso, su padre perdió la vida al chocar la embarcación con un témpano de hielo, quedando su bote destruido. Olaf Jansen se salvó para posteriormente pasar veinticuatro años en un manicomio por haber contado la historia de su experiencia. Al salir del manicomio guardó su secreto. Empezó a trabajar como pescador y logró ahorrar lo suficiente para trasladarse a Estados Unidos, estableciéndose primero en Illinois y después en California. Próximo a cumplir 90 años, Olaf conoce a Willis G. Emerson, con quien hace amistad y le relata su aventura.

A la muerte del anciano, Emerson recibe no sólo los mapas del interior de la Tierra que Jansen había dibujado, sino también el manuscrito donde el noruego describió su experiencia y que, en vida, no mostró a ninguna persona por el temor de ser tomado nuevamente por un loco y ser detenido. Emerson (que publicó la obra en 1908) rescata en sus páginas el extraordinario viaje de Olaf; en sus páginas se habla de las gentes que el marino vio en las entrañas del planeta, y cuya lengua nativa dice haber aprendido junto a su padre.

Jansen afirma que los habitantes subterráneos viven de cuatrocientos a ochocientos años y poseen un altísimo nivel científico; están en condiciones de transmitirse el pensamiento unos a otros, utilizando “un tipo especial de radiaciones que nosotros aún no conocemos en el mundo exterior”.

Tienen además de fuentes de energía absolutamente más potentes que la electricidad, máquinas en forma de disco,

“similares a un plato, con una propulsión basada en el electromagnetismo que proviene de la atmósfera. Son naves áreas muy grandes, porque la estatura media de estas personas subterráneas es superior a los tres metros”.

Otro relato similar se encuentra en “La Tierra Hueca”, de Raymond Bernard. El autor cita al doctor Nephi Cottom de Los Angeles (que contaba entre sus pacientes a varias estrellas de Hollywood), quien se entera, justamente, por uno de sus pacientes, de la siguiente experiencia:

“Vivía en Noruega, no lejos del Círculo Polar Ártico. Un verano, uno de mis amigos y yo decidimos hacer un viaje en barco para llegar tan lejos como pudiéramos en dirección al Norte. Nos abastecimos

Page 49: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

de alimentos para un mes y nos embarcamos en un pequeño barco pesquero provisto de vela, también llevamos un buen motor… Al cabo de un mes habíamos llegado muy al Norte, más allá del Polo, a una extraña tierra que nos sorprendió muchísimo por su temperatura. A veces de noche el clima era tan cálido que no podíamos conciliar el sueño.

Posteriormente vimos algo tan extraño que nos dejó estupefactos… Delante de nosotros, en pleno mar, se erguía una montaña dentro de la cual parecía volcarse el mar. Desorientados continuamos en esa dirección y nos dimos cuenta de que navegábamos por un gran cañón que conducía al interior de nuestro globo. Continuamos navegando y para nuestra sorpresa, ¡descubrimos un Sol que brillaba en el interior de la Tierra! El océano que nos había conducido al hueco terrestre se transformaba gradualmente en río.

Ese río, como descubrimos después, atravesaba de un extremo a otro la superficie interna, de tal manera que si uno sigue su curso desde el Polo Norte sería posible llegar al Polo Sur… Pudimos comprobar que la superficie interna, al igual que la externa, se dividía en extensiones de tierra y en cursos de agua. Había allí un Sol resplandeciente. La vida animal y vegetal se desarrollaba en forma natural… En la medida que continuamos avanzando descubrimos un paisaje fantástico, ya que todo era de proporciones gigantescas, las plantas eran increíblemente grandes. Y hasta encontramos seres parecidos a los humanos, pero gigantes…

Dichos seres habitaban en casas y ciudades semejantes a las existentes en la superficie terrestre. Utilizaban como medio de transporte vehículos terrestres eléctricos de una sola rueda que recorrían las orillas del río, entre una ciudad y otra… Algunos habitantes subterráneos de la Tierra, esos enormes gigantes, divisaron nuestro barco que avanzaba por el río y se quedaron estupefactos. De todos modos nos acogieron amistosamente, invitándonos a comer en su compañía; mi compañero fue a la casa de un gigante y yo a la de otro… Mi gigantesco amigo me llevó a conocer a su familia.

Quedé asombrado al ver las enormes dimensiones de todos los objetos que había en la casa. La mesa era colosal; el plato en el que me sirvieron era tan grande y nutritivo que me hubiera bastado para una semana... El gigante me ofreció un racimo de uvas. Cada uva era tan grande como uno de nuestros duraznos. Probé aquella uva y me pareció más deliciosa que todas las que había saboreado en el exterior. En el interior de la Tierra, los frutos y los vegetales en general tienen un sabor que superan ampliamente al de los que crecen en la superficie del planeta… Permanecimos con los

Page 50: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

gigantes todo un año, disfrutando de su compañía; ellos por su parte, también estaban contentos por habernos conocido.

En el transcurso de nuestra visita observamos gran número de cosas extraordinarias e insólitas y a cada momento nos veíamos sorprendidos por el grado de conocimiento y progreso científico de ese pueblo. Durante todo el tiempo que duró nuestra estadía, los gigantes jamás nos demostraron hostilidad; tampoco se opusieron cuando decidimos regresar; por el contrario, nos ofrecieron amigablemente su protección en caso de que nos fuera necesaria”.

Desgraciadamente, ni el doctor Cottom o Bernard dan la fecha de cuándo este enigmático hombre de Noruega vivió tal experiencia. A partir de la década de 1970, diversas expediciones fotográficas al espacio han enviado vistas de los polos de la tierra casi siempre envueltos en nubes, algunas pocas fotos, sin embargo, muestran lo que parece ser un círculo de energía justo al centro. Una entrada a los dominios posibles del reino subterráneo por los polos de la Tierra es recurrente en la literatura. En 1906, William Reed publicó “The Phantom of the poles” (“El fantasma de los polos”), en donde asegura que “la Tierra no solo es hueca, sino que todos, o casi todos los exploradores han pasado mucho tiempo más allá del punto decisivo, y han echado una ojeada al interior de nuestro planeta."

El creía que en cada polo, o muy cerca de ellos, había un gran orificio en el que habían entrado inadvertidamente muchos exploradores polares:

“Los polos buscados durante tanto tiempo son espectros… en el interior hay vastos continentes, océanos, montañas y ríos. Es evidente que hay vida animal y vegetal en este nuevo mundo y probablemente está poblado por razas todavía desconocidas entre los habitantes del exterior de la tierra”.

Se supone que varios exploradores de las regiones polares han ido “más allá del borde” y han entrado en este mundo interior. El contraalmirante Richard E. Byrd, de la Marina de Estados Unidos, sobrevoló ambos polos a unos 2.700 kilómetros y nunca volvió a territorio conocido. En sus informes (hoy clásicos), abundan las historias de bosques habitados por faunas exóticas en medio de los hielos.

Byrd, que gozó de enorme popularidad en el mundo de su época, pensaba que la Tierra era hueca y que en el Polo Sur existía una tierra virgen por descubrir, donde la temperatura era agradable y cálida. Byrd no era un mitómano, de hecho es el primer hombre que sobrevoló el Polo Norte (en 1926) y el Polo Sur (en 1929). En febrero de 1947, realizó un vuelo a lo largo de 1.700 millas a través del Polo Sur, y reportó por radio a su base de operaciones que había visto “nuevamente” un lugar con montañas, bosques, vegetación, lagos y ríos donde no había hielo ni nieve.

Page 51: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

Agregó que entre el follaje pudo observar un animal muy parecido al mamut prehistórico. En enero de 1956, Byrd encabezó otra expedición a la Antártica, penetrando 2.300 millas más del Polo Sur. En una transmisión de radio que se conserva (como todos sus informes), se oye:

”Este 13 de enero, miembros de la expedición de Estados Unidos incursionaron en una tierra nueva y desconocida, que se extiende más allá de lo que fue posible ver. El vuelo fue hecho por George Duffek, de la Unidad de Aire Naval, aquí al mando del contralmirante Richard Evelyn Byrd”, quien declararía a su regreso de la Antártica (el 13 de marzo de 1956):

“La presente expedición ha descubierto una vasta tierra, informe de la cual ya habíamos anunciado”.

Byrd murió pocos meses después y sus afirmaciones, hasta ahora, reposan en un inquietante silencio. A Richard E. Byrd se le recuerda también como autor de "Alone", una narración maravillosa de la soledad de un hombre en la Antártica. Es cierto que, además de estos informes, no hay pruebas concretas. Cosmonautas desde el espacio han estado fotografiando los Polos desde entonces, pero siempre se encuentran cubiertos de nubes, excepto una fotografía tomada por el satélite norteamericano ESSA-7 el 23 de noviembre de 1968, en la que se aprecia perfectamente el Polo Norte sin ninguna nube.

Donde debiera haber hielo y nieve, aparece un gran orificio; se ha insinuado que además de esta foto (la única que ha visto la opinión pública) hay otras similares tomadas posteriormente, pero que al no existir explicación posible, no se han hecho públicas. Un hecho es claro: si las investigaciones continuaron, esto nunca hasta ahora ha sido revelado.

Es significativo que los aviones comerciales que sobrevuelan los polos no los cruzan sino que los rodean. ¿Por qué? Si la dirección en línea recta es la más rápida para llegar de un punto a otro, ¿por qué los aviones hacen rodeos cuando se trata de los polos?

Se argumenta por parte de las autoridades que los aviones no sobrevuelan estas zonas pues sufrirían alteraciones en el funcionamiento de los instrumentos y motores, debido a los campos magnéticos existentes. Es posible que esto suceda, pero no debe ser un obstáculo insalvable, de lo contrario el avión del legendario Byrd se hubiera estrellado el 13 de enero de 1956, cuando cruzó el Polo Sur en línea recta por última vez y aseguró que la existencia allí de una tierra nueva era la pura verdad.

Hoy se dice que, si bien Cristóbal Colón descubrió un continente, Richard E. Byrd encontró un nuevo mundo, un planeta dentro de nuestro planeta.

Page 52: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

CORRESPONDENCIA TRES O.B., San Diego, California:

“La idea de lo que es la fuerza vril es semejante a lo que imaginamos del corazón en nuestro cuerpo; el vril semeja la cavidad del corazón, su fuerza oculta, considerada como centro del ser, como lo interior del “huevo del mundo”. Y tiene, por supuesto, una relación muy directa con el culto de las cavernas de los antiguos habitantes de América. Y, en este sentido, el símbolo de Agartha y el del corazón están bastante próximos el uno del otro.

En nuestra civilización las cavernas y subterráneos se han relacionado a ciertos centros iniciáticos desde hace siglos (de hecho, los cristianos comenzaron en cavernas); hay, es cierto, un simbolismo que no es difícil de deducir, incluso es posible creer que son estas razones de orden simbólico las que han determinado la existencia del legendario reino subterráneo. Al fin que las palabras que designan al cielo y la caverna tienen similar significado en su contrariedad: normalmente se compara coelum del griego koilon, “cóncavo” (Varron indica esta comparación de estos términos: a cavo caelum).

La palabra caelum recuerda a caelere (“ocultar”), “lo cóncavo oculto”. Por consiguiente, lo que cubre, lo que oculta, también es lo que está oculto: el mundo celestial se vuelve mundo subterráneo. Y en este sentido, la fuerza vril, es lo que está oculto a los sentidos del cuerpo, lo suprasensible. Y a la vez es, en este período cíclico de ocultamiento que acaba con el siglo XX, la tradición misma sin manifestarse exterior y abiertamente a partir de esta última época, en pleno cambio de milenio, cuando el depósito del conocimiento iniciático efectivo no está guardado por ninguna organización en particular.

Es cierto que Swedenborg declaró que es entre los sabios del Tíbet y de Tartaria donde hay que buscar la palabra perdida. Otros, como Anna Caterina Emerich, tienen visiones de un lugar misterioso, que ella nombra Montaña de los Profetas. Por lo demás, no se sabe de dónde nació en Madame Blavatsky la idea de una Gran Logia Blanca poseedora de la verdad. Todos los exploradores, es cierto, llegan a Agartha, porque al final saben que ni importa dónde se encuentra, sólo se trata de hallarla en alguna parte, que generalmente es donde sea que nos encontremos.

Page 53: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

Según Fray Diego de Durán (en “Historia de las Indias de Nueva España), en la mitología mexicana la gruta del nacimiento de los grupos humanos se llamaba con más frecuencia Chicomóztoc (de chicome=siete y óztot=cueva), las Siete Cuevas citadas, que equivalen,

“a las siete tribus que salieron de allí para venir a buscar esta tierra… sus padres nacieron de unas cuevas… el lugar de donde salieron sus antepasados, se llamaba Chicomoztoc.”

En varios códices pictóricos encontramos a la cueva como lugar de origen, por ejemplo, en el Atlas de Durán (Láminas 1 y 2); Códice Selden I; Códice Ramírez; Códice Antonio de León; Historia Tolteca-Chichimeca (Láminas II y VI; Figura 2). Remi Simeón en su “Diccionario de la lengua Hahuatl” explica la palabra Colhuacan para designar las cuevas de surgimiento, el “lugar de ancestros”.

Envío a usted fragmento del Códice Xólolt (plantilla 1), publicado en el Boletín del Instituto de Antropología e Historia de México: se ven los 7 Jefes Chichimecas, cada uno frente a su cueva, acompañando al tlatoan Xólot."

R.F., Mexicali, B.C.N.:

“Existen innumerables casos documentados de visitas a la superficie que han realizado gentes del reino subterráneo. Yo sé de un suceso ocurrido en España, desde donde llegaron mis padres a vivir a Baja California a comienzos del siglo. Según documentos que conservo, y pongo a su disposición, una tarde de mediados de agosto de 1887, cerca de la población de Banjos (de donde ellos eran), unos trabajadores del campo (Juan Marcial, Elías Guerrero y José Godoy) vieron salir de una gruta a un niño y a una niña con la piel del mismo color que las plantas, con vestidos de un tejido raro, desconocido.

Los muchachos se expresaban en un idioma muy extraño. Especialistas llegados desde Barcelona trataron en vano de identificar este idioma y de analizar el tejido de los vestidos. Entre ellos había venido un sacerdote políglota (Bernabé Sánchez), que tampoco identificó a los chicos, pero intentó llevarlos con él a Barcelona. Sin embargo, el juez de paz local de Banjos, Ricardo del Calno se opuso a que fueran trasladados, y los llevó a vivir a su casa.

Page 54: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

Se sabe que trató de quitarles el color verde de sus caras y cuerpo, pensando que era un maquillaje, pero fracasó en su intento comprobando que esa era la pigmentación real de los muchachos. Sus caras tenían rasgos negroides y los ojos eran de tipo almendrado. Se les ofrecieron durante cinco días los más distintos alimentos, pero los rehusaron todos, hasta que mi madre les dio judías verdes, que aceptaron comer. El muchacho muy debilitado, murió. La muchacha sobrevivió, pero el color verde de su piel fue atenuándose hasta llegar a ser parecido al de la raza blanca.

Aprendió un poco de español, y cuando se le pudo interrogar más realmente, sus declaraciones acentuaron el misterio. Narró que mientras caminaba con su hermanito, súbitamente se produjo un remolino de viento acompañado de un ruido inmenso, que los arrastró hasta dejarlos en la gruta donde fueron hallados por los campesinos.

Al describir el lugar de donde venían dijo que reinaba ahí un crepúsculo permanente pues no había sol. El lugar, dijo, estaba separado por un ancho río que venía de otro país luminoso alumbrado por el sol. La niña poco más reveló y luego de cinco años murió.”

A.O.M., México, Distrito Federal:

“La posibilidad de que los Objetos Volantes no Identificados representen la expresión tecnológica de una comunidad terrestre no es remota, aunque ello implique la existencia de una cultura desconocida. Prueba positiva de la realidad de esta tesis no existe, sólo rumores, como la aparición de 1986 del llamado Rey del Mundo.

Por lo demás los OVNIS, su existencia, verificaría más allá de toda duda la realidad de fenómenos controlados por una inteligencia más evolucionada, capaz de modificar en cualquier instante leyes naturales, que trasunta un grado de desarrollo científico superior al adquirido por el hombre en lo presente; con recursos adecuados para enmascarar el acercamiento a nuestra propia civilización, eludiendo su detección a fin de preservar la incógnita con respecto a su procedencia.

Aunque se infiere que en tanto se ignore a ciencia cierta la dimensión real del desnivel que existe entre ambas culturas, la nuestra y la extraña, no podemos responder categóricamente si nuestros actuales instrumentos mecánicos permiten o no descubrir e identificar, con certeza, cualquier artefacto producido por una

Page 55: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

sociedad tecnológica desconocida, que se aproxima a nosotros con el propósito deliberado de escapar a la detección. Un aspecto que a menudo se esgrime como crítica contra la interpretación extraterrestre de los OVNIS, es la dedicada falta de contacto intelectual con sus operadores. Si se trata de habitantes de otro mundo, ¿cómo es que no intentan comunicarse en forma abierta con nosotros, cuando según las evidencias, el comienzo de sus apariciones se remonta a varios cientos de años? Aunque esta objeción no reviste la gravedad que algunos le asignan.

Admitiendo que las motivaciones de esta comunidad extraña fuesen análogas a los de los hombres -lo que no es seguro-, hay explicaciones plausibles para su evasivo comportamiento. Tomemos como ejemplo el informe elevado a la NASA, por los científicos de la Rand Corporation, en la década de 1980, sugiriendo la conducta a seguir por los astronautas en el caso eventual de que debieran explorar un mundo donde se hubiera desarrollado alguna forma de vida inteligente.

Dicho informe (según J.G. Fuller, en "Incident at Exeter", p. 95) expresa:

“Cualquier indicación de que un planeta esté ya habitado por criaturas inteligentes señalaría la necesidad de proceder con la máxima cautela… Antes de efectuar un aterrizaje tripulado, sería deseable estudiar el planeta exhaustivamente… durante un discreto período de tiempo; enviar cápsulas recolectoras de muestras a su atmósfera e instrumentos de investigación a su superficie. El contacto con las inteligencias extrañas debería hacerse con la mayor circunspección, no sólo como seguridad contra factores desconocidos sino también para evitar cualquier efecto disruptivo sobre la población local producido por el encuentro con un sistema cultural grandemente distinto. Después de prolongado estudio, tendría que tomarse una decisión, ya sea la de establecer contacto abierto o la de partir sin dar a los habitantes ninguna evidencia de la visita.”

En relación a la posibilidad de que los OVNIS vengan del propio interior de nuestro planeta hay a favor algo significativo: el desplazamiento de estas navíos es de quien no trata de ocultar su presencia en nuestra atmósfera; más todavía, en algunos casos pareciera incluso comportarse con el propósito deliberado de atraer la atención de la gente: ciertos episodios ampliamente difundidos

Page 56: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

semejan verdaderas exhibiciones, desplegadas ante cientos y hasta miles de espectadores (como los famosos casos de corte de energía eléctrica en ciudades como Nueva York, en que se desplazaron a vista de todos a manera de luces cortando la noche).

Tal circunstancia resulta muy integrante, y de cualquier manera abre cause a las más variadas conjeturas con respecto a los designios que impulsan esa actividad insólita sobre nuestro planeta. Debemos recordar, asimismo, que la finalidad esencial de toda forma de contacto intelectual consiste en el mutuo intercambio de información entre las partes en juego.

Cuando las diferencias mentales se hacen excesivas, dicho intercambio no es ya posible, pues las formas de psiquismo inferior no se encuentran entonces capacitadas para asimilar el nivel superior; y, por otro lado, la especie más inteligente, sin necesidad de establecer contacto directo, puede obtener toda la información que desee mediante procedimientos de registro y observación que para los individuos de la otra especie quizá resulten incomprensibles.

De cualquier manera en el estado actual de las investigaciones es evidente que no puede aportarse ninguna prueba científica aceptable de que los OVNIS sean cosmonaves extraterrestres. En este sentido la posición de los que rehúsan admitir la realidad de tal hipótesis se halla plenamente justificada.

No obstante, los argumentos que obran en favor de tal presunción no dejan de ser válidos:

a. La evidente imposibilidad de nuestra tecnología para producir una máquina equiparable funcionalmente a un OVNI. Varios científicos han ensayado la formulación de un modelo teórico que resuma las características observadas en estos aparatos, pero ninguno de estos intentos se encuentra libre de críticas acerca de problemas hasta ahora insolubles para el nivel humano a la luz de nuestro conocimiento científico presente. Aimé Michel (en su libro “A propósito de los Platillos Voladores”, p. 17) dice:

“Lejos, entonces, de constituir una objeción contra la realidad de estos objetos, su absurdo aparente concuerda con lo que estamos obligados a conjeturar de ellos, si es que ellos son verdaderos… Lo que en cambio resulta no sólo inverosímil sino imposible, es

Page 57: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

que se vea un día a los extraterrestres descender del cielo a bordo de máquinas construidas como las conocidas por nosotros”.

b. La consolidación del soporte racional y teórico, que se acentúa año tras año, indicando que la comunidad científica examina seriamente la posibilidad de que haya sociedades ultraterrestres de alto nivel tecnológico.

c. La circunstancia de que ante la indiscutible “pobreza de hipótesis”, según la expresión del Dr. Allen Hynek, existente hoy con referencia al problema de los OVNIS, la procedencia de los mismos de una cultura desconocida parece ser la única salida que subsiste en el campo de las posibilidades racionales. Y, de alguna manera, la posibilidad de que tal ingenio volante provenga de la misma tierra, aunque sea desconocida para nosotros, es más lógico que atribuirlos a una civilización allende los cielos.

Digamos que está menos loco el que se cree Tarzán que el que se cree un árbol. Se le cuestionó al Rey del Mundo la razón de que no existieran lazos intelectuales visibles entre Agartha y nosotros, y él habría respondido que estos lazos, en verdad, siempre han existido desde los tiempos remotos; que su silencio a propósito es la manera de sobrevivir de un pueblo esencialmente pacífico, más preocupado de crecer “hacia adentro”, sin necesidades de subsistencia ni agresiones externas hasta que fueron seriamente amenazados a partir de nuestras pruebas nucleares.

Para ellos el dominio del átomo ya es historia, y de allí provendría su conocimiento que les permite usarlo a destajo en forma de lo que se llama vril, que no sería otra cosa que energía atómica conducida, efectivamente, en la manera que lo desean, como, por ejemplo, combustible de sus ingenios volantes.

Habría dicho el Rey del Mundo que varias de sus ciudades estarían siendo afectadas por nuestras pruebas nucleares, especialmente las ubicadas más debajo de las aguas del Pacífico Sur. Aseguró que los ensayos nucleares provocan siempre miles de temblores: una onda sísmica que desemboca en conmociones telúricas en sus ciudades, algunas distante 1.800 kilómetros del sitio del estallido, y a veces recién un mes después de la explosión. La atención sobre los temblores que provocan las pruebas nucleares es algo a lo cual nuestros científicos le han restado importancia; recuérdese lo ocurrido en 1969 al doctor Frank Mckeown, que fue ridiculizado cuando hablando ante la Asamblea Anual de la Asociación Geofísica Norteamericana, y llamó la atención sobre este punto.

Page 58: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

Mckeown, entonces, aseguró que a medida que las explosiones se van haciendo más potentes, desencadenan una actividad sísmica cada vez más lejos del sitio del estallido. El indicó que la prueba denominada “Boxcar” efectuada en Nevada en 1968 había provocado la fractura de rocas sumamente duras a unos mil metros del sitio, dando lugar a una falla geológica de casi cinco kilómetros de longitud. La misma detonación (con una potencia de 1,3 megatón, equivalente a 1 millón 200.000 toneladas de TNT), produjo temblores en un área de siete kilómetros.

Sin embargo, hasta ahora, los científicos interesados en que se sigan realizando estos ensayos, siguen asegurando que las pruebas nucleares subterráneas no ocasionan daño sísmico, no producen fallas en las rocas en torno al campo de prueba. El Rey del Mundo sostiene una posición absolutamente opuesta.

De hecho, se dice, es ésta y no la otra razón que llevará a su pueblo a salir a la superficie del planeta.”

CUATRO

En "El retorno de los brujos", Pauwels y Bergier afirman que,

"el investigador Louis Jacolliot escribió algunas obras proféticas muy importantes, comparables, sino superiores, a las de Julio Verne. También dejó varios libros que tratan de secretos de la raza humana. Muchos y grandes autores ocultistas han tomado prestado de sus páginas”.

En el primero de los 21 libros que iba a escribir en su vida, "La Biblia de India" (1868), Jacolliot se refería a la enorme influencia espiritual del antiguo país, donde él servía como funcionario consular francés en Calcuta:

“La propia antigüedad tiene una antigüedad que estudiar, que imitar y copiar, del mismo modo que nuestros poetas han copiado a Homero y Virgilio, Sófocles y Eurípides, a Plauto y a Terencio; que nuestros filósofos se han inspirado en Sócrates, Pitágoras, Platón y Aristóteles; que nuestros historiadores toman como modelo a Tito Livio, Salustio o Tácito; que nuestros oradores copian a Demóstenes o Cicerón; nuestros médicos estudian a Hipócrates, y nuestros códigos transcriben el Justiniano. Eso es lo más lógico y simple.

¿No se proceden y suceden los otros pueblos unos a otros? ¿El conocimiento dolorosamente adquirido por una nación se limita a su

Page 59: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

propio territorio y muere con la generación que lo produjo? ¿Qué hay de absurdo en la sugerencia de que la India de hace 6 mil años, brillante, civilizada, sobrante de población, imprimiera en Egipto, Persia, Judea, Grecia y Roma un sello tan imborrable, unas impresiones tan profundas, que siguen aún en nosotros?”.

Creyendo férreamente en sus investigaciones, Jacolliot recogió y presentó en sus libros toda una cosmogonía del mundo subterráneo. Es un enigma el que su obra fuera tristemente despreciada en vida del escritor; fue ciertamente desde un comienzo muy leído, pero se cuidaba de decirlo.

La misma Helena Blavatsky tomó, por decirlo así, “prestada” obra a Jacolliot, sin nombrarlo; en un análisis de "Isis develada", el orientalista estadounidense William Emmette Coleman encontró que madame Blavatsky había tomado textualmente 17 pasajes del primer libro del francés, sobre quien ella escribió:

(Jacolliot) “en sus 20 o más volúmenes sobre temas orientales entrega realmente un curioso conglomerado de verdad y ficción. Contienen gran cantidad de hechos y tradiciones, filosofía y cronología india, junto con muchas opiniones valerosamente expresadas. Pero parece como si el filósofo se viera constantemente superado por el romántico. Es como si dos hombre estuvieran unidos en su autoría: Uno de ellos cuidadoso, serio, erudito, el otro un novelista francés sensacionalista y sensual, que juega los hechos no como son sino como él los imagina. Sus traducciones del Manu son admirables; su capacidad de controversia, marcada; su opinión de la moral sacerdotal, injusta, y en el caso de los budistas, decididamente calumniosa. Pero en toda la serie de volúmenes no hay una línea que sea aburrida al leer; tiene el ojo del artista y la pluma del poeta”.

Louis Jacolliot había nacido en Charolles, Saone-et-Loire, en 1837. Sus breves detalles biográficos indican que fue diplomático durante el Segundo Imperio francés, agregado en Calcuta y posteriormente en Tahití; regresó a Francia en 1874 y dedicó el resto de su vida a escribir, muriendo en 1890. Durante su estancia en India fue testigo de numerosas ceremonias y rituales, hizo un estudio extensivo de las facultades místicas de los faquires y desenterró toda una serie de documentos y registros antiguos que arrojaban luz sobre la prehistoria de la India.

En su libro "La India Brahmánica", llegó a confesar:

“Hemos visto cosas tales que uno no describe por miedo a que los lectores duden de su inteligencia; sin embargo, las hemos visto”.

Las investigaciones de Jacolliot lo llevaron a varios puntos de ese país; en Carnatic sostuvo relación con viejos brahmanes que vivían en los templos de

Page 60: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

Villenoor y Chelabrum, y se supone que fueron esos hombres -que él llamaba “maestros reverenciados”- quienes al parecer le hablaron por primera vez de un reino subterráneo al que hay un acceso en alguna parte del norte de India.

Partiendo de esa información oral y enlazada con los relatos que con frecuencia había oído en los bazares de Calcuta, aumentó sus conocimientos con nuevas informaciones y comenzó a publicar los primeros escritos modernos importantes que poseemos sobre el mundo que hay al interior de nuestro planeta. En "Historia de vírgenes" (1879) narra:

“Una de las más antiguas leyendas de India, conservada en los templos por tradición oral y escrita, relata que varios cientos de miles de años antes existió un continente inmenso que fue destruido por un trastorno geológico. Según los brahmanes, dicho país había alcanzado una alta civilización, y la península del Indostaní, ampliada por el desplazamiento de las aguas en el tiempo del gran cataclismo, no había hecho más que continuar la cadena de tradiciones primitivas nacidas en ese lugar. La tradición indohelénica, mantenida por la población que emigró de las llanuras, se refiere igualmente a la existencia de un continente y un pueblo perdidos en la antigüedad”.

Con esta base, Jacolliot llega a la siguiente conclusión:

“Sea lo que sea que pueda haber en esas tradiciones, y sea cual sea el lugar donde una civilización más antigua que la Roma, Grecia o Egipto e India se desarrollaran, es seguro que esta civilización existió, y es de gran importancia para la ciencia recuperar sus restos, por débiles y fugitivos que puedan ser.”

En "La ciencia oculta de India" (1884) el escritor revela detalles acerca de un reino subterráneo heredero de la sabiduría de esa civilización olvidada, y cita algunos relatos específicos de la antigua India, como el "Agrouchada Pariskshai" que habla de un paraíso subterráneo que existe desde “tiempos anteriores a nuestra era”.

Louis Jacolliot se distinguió entre los escritores que han tratado el tema de Agartha por su “trabajo de campo”, pues sólo al final se dedicó a la investigación bibliográfica; pasó casi toda su vida recopilando tradiciones orales y participando él mismo en algunas excavaciones, que incentivarían su imaginación para rescatar del sueño la vida del reino interior.

Dos de sus lectores actuales más distinguidos, Louis Pauwels y Jacques Bergier, dicen que:

Page 61: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

“los textos religiosos más antiguos hablan de mundos situados bajo la corteza terrestre. Cuando Gilgamesh, el héroe legendario de la antigua épica sumeria y babilónica, fue a visitar a su antepasado Utnapishtim, descendió al interior de la Tierra, y fue allí donde Orfeo fue a buscar el alma de Eurídice. Ulises, habiendo alcanzado los límites más alejados del mundo occidental, ofreció un sacrificio para que el espíritu de los antiguos se elevara de las profundidades de la Tierra y le diera consejo. Se dice que Plutón reina en el submundo, y los cristianos primitivos solían vivir en las catacumbas”.

Historias sobre cuevas mágicas son comunes en muchos países. En Alemania se dice que el cadáver de Tannhâusser está dentro de la montaña de Venus; y el de Federico Barbarroja en el Unterberg. Las historias galesas hablan de entradas del rey Arturo al corazón de las montañas, y muchos héroes legendarios son representados saliendo de la piedra: Júpiter o Chi había nacido en una cueva y allí se veneraba; se dice que Dionisios fue alimentado en otra; Hermes había nacido en la boca de un monte, y es notable que al mismo Jesús se lo ubica naciendo en una cueva en Belén; San Jerónimo se quejaba de que en su tiempo los paganos ofrecían sus cultos a Adonis y Thammuz “en esa misma cueva”.

El arqueólogo Harold Bayley señala:

“Tanto la etimología como la mitología señalan la probabilidad, sino la certeza, de que una cueva -natural o artificial- es considerada como símbolo, y en cierta medida facsímile, del intrincado útero de la creación o de la Madre Naturaleza”.

Decimos que la Tierra tiene una circunferencia en el Ecuador de más de 40 mil kilómetros y una zona de superficie de 510 millones de kilómetros cuadrados, compuesta de un pequeño núcleo interior de hierro y níquel fundidos (de unos 128 mil kilómetros de amplitud), un núcleo exterior de hierro y níquel fundidos envueltos en rocas sólidas (de 28 mil kilómetros de espesor), y cubriendo toda una capa de corteza exterior de 4 mil ochocientos metros. Quienes creen que la Tierra alberga una raza interior afirman que dentro de esta capa de corteza no hay materia sólida, sino otro mundo con océanos y continentes al que se puede entrar naturalmente por agujeros que existen en los polos Norte y Sur, o por medio de profundas fallas geológicas que lo comunican con la superficie.

La creencia universal es que el camino de estos que se elija para entrar al reino subterráneo, está plagado de peligros. Se piensa que entrar al lugar implica enfrentarse a gnomos, ogros, monstruos y toda clase de demonios que, supuestamente residen entre nosotros y el reino interior; por lo que, lo más común es que, una vez decidido el explorador a aventurarse, debe recurrir a algún tipo de protección física o mágica: no prepararse en alguna manera para enfrentar a estos seres apocalípticos, es considerado el colmo del desatino. Las muchas leyendas de exploradores perdidos en túneles confirman esta idea.

Page 62: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

Más antes que ahora, la entrada a un túnel o pasadizo hacia el interior de la tierra era vista, literalmente, como la entrada al infierno y, como tal, protegida por guardianes satánicos. Otros han visto dicha entrada como francamente protegiendo tesoros, lo que la hace casi infranqueable. En algunas leyendas, como la de "Allí Baba y los cuarenta ladrones", la puerta mágica sólo se abre al pronunciar la contraseña apropiada; quizás este uso sea un resto que nos ha quedado en la memoria histórica de las entradas a las viviendas de los trogloditas, quienes, cautelosos con los extraños, sólo franquearían la entrada a sus cuevas a los iguales, quienes conocían su lenguaje posiblemente gurutal, pero de sonido familiar.

Por lo demás, todas las grutas sagradas conocidas tienen en su historia sus guardianes, sean demoníacos o angélicos, y hay muchos ejemplos documentados. En Gran Bretaña, hay un túnel en Anstey, Hertfordshire, del que se cuenta que un ciego violinista entró y nunca volvió a salir (según los documentos parroquiales), por lo que se prestó una especial atención sobre él, anotándose con el transcurso de los años que allí mismo se han perdido otras personas y animales de los que nunca más se supo, por lo que se comenzó a nombrarlo comúnmente como “la entrada al infierno”.

El lugar donde comienza el túnel se llama ahora Cave Gate (Entrada a la cueva), pero antes de que la sensibilidad victoriana de la Ordenance Survey pusiera este nombre en el mapa, era conocido como Hell's Gate (Entrada al infierno). Se creía que los lugares como éste, famosos por sus desapariciones inexplicables, correspondían al sitio exacto de algún incidente que anteriormente era conmemorado por la historia sagrada cristiana, pero luego se consideró apócrifo, hasta nuestros días.

En el libro “Gospel of Nicodemus” (Evangelio de Nicodemo) hay un pasaje conocido comúnmente como Harrowing of Hell (Las gradas del infierno), en el cual el espíritu de Jesucristo, durante el periodo de la crucifixión y la resurrección, entra al infierno para liberar las almas de los justos. En la iconografía medieval, por lo general, la entrada al infierno está representada por la boca de un perro; se muestra a Cristo manteniendo abiertas las quijadas de ese perro guardián con su báculo pastoral, mientras Abraham y sus fieles emergían de las garras del diablo, generalmente representado con alas, cachos, garras y todo el bagaje conocido que se atribuye al malo.

Hay quienes derivan este episodio de la famosa tarea final de Hércules; el griego Apolodorus hace el siguiente relato del tema (en su libro “La Biblioteca”):

“La decimosegunda tarea impuesta a Hércules era traer a Cerbero desde el Hades. Este Cerbero tenía tres cabezas de perro, la cola de dragón, en su espalda las cabezas de todo tipo de serpientes... Al llegar a Taenarum, en Laconia, donde está la boca para descender al averno, bajó por allí. Pero cuando las almas lo vieron,

Page 63: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

huyeron excepto Meleager y la medusa Gorgona. Y Hércules sacó su espada contra la Gorgona, como si estuviera viva, pero supo por Hermes que ella era un fantasma vacío. Y al llegar cerca de la entrada del Hades, encontró a Teseo y Piritoo, quien cortejaba a Perséfone en matrimonio y por ello fue amarrado fuertemente. Y cuando ellos vieron a Hércules, extendieron sus manos como si fueran a elevarse de la muerte por el poder de él. Y a Teseo, en efecto, él lo tomó de la mano y lo atrajo hacia arriba, pero cuando iba a rescatar a Piritoo, la tierra se estremeció y el se soltó...”

Una notable imagen de la versión cristiana de esta leyenda puede verse en las ventanas de vitrales de la Capilla del King's College, en Cambridge, donde un demonio se asoma entre las monstruosas fauces del infierno. Otras representaciones muestran a Cristo guiando las almas de Noé y otros justos, liberándolos de las garras del guardián del reino subterráneo. La leyenda de Hércules incorpora el segundo aspecto de la entrada: el perro guardián. El perro de Gwynn ap Nudd, Dios céltico del infierno y del reino mágico, se llamaba Dormath, que significa “la entrada al pesar”.

La montaña considerada sagrada de Gwynn, Glastonbury Tor, semeja un lugar de iniciación, ya que sus laderas están talladas en un inmenso laberinto de tierra y la sabiduría local asegura que existen varias cuevas o túneles cavados en la roca de la montaña, adentrándose en ella, donde suelen aparecer y desaparecer perros de siniestro aspecto feroz. En esa duodécima tarea que se le encomendó a Hércules debía sacar a Cerbero del Hades, teniendo como condición que él no usará armas para cumplirla.

Hércules lucho contra el perro-monstruo con sus manos desnudas, y lo trajo al mundo intermedio solo con su fuerza. En el folklore británico, el violinista o flautista que, valientemente, se adentra en algún pasaje subterráneo, generalmente lo hace acompañado de un perro; un ejemplo es el que se cuenta sobre la cueva de O'Caerlauch, en Galloway, Escocia.

John Mac Taggart, el autor de la Scottish Gallovidian Encyclopaedia, 1824, dice:

“Cave O'Caerlauch: La tradición dice que ningún ojo humano ha contemplado nunca su fondo, es decir, la extremidad más lejana de esta cueva; que un perro entró una vez en ella y salió en Door O'Cairnsmoor, un lugar aproximado a 10 millas (16 kilómetros) de allí, y cuando el animal apareció se vio que su piel chamuscada, como si hubiese pasado a través de una prueba de fuego o algo así.”

Hay varias conexiones entre el perro y el reino subterráneo. Por decir, hay una conexión síquica, debido a que desde la antigüedad el perro se conoce por ser guardián y, por lo tanto, se espera de él que cuide aquellos sitios que deben permanecer secretos. Como las ruinas arqueológicas de Monte Albán y Mitla, en

Page 64: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

el estado mexicano de Oaxaca: de hecho Mitla es considerada una de las entradas al reino subterráneo, y Monte Albán, donde descansa el gigante que marca el corazón del reino interior: en ambos sitios al caer la noche, una jauría de perros salvajes pasa a posesionarse y no deja entrar a visitante alguno, para volver a sus refugios con el día, cuando los sitios se llenan de visitantes.

Estas figuras fantasmales que rondan los senderos de noche en el sitio, cerrando los caminos son una especie de eslabón entre lo muerto y lo vivo, cumpliendo a cabalidad lo que se espera de ellos como guardianes (recuérdese que en el Monte Albán se descubrió la famosa tumba N.7, de donde se rescató el tesoro prehispánico más rico de América). He tenido oportunidad de visitar el sitio una vez, y la impresión es de una fortaleza enterrada en lo más alto del sitio, pura montaña y roca. Mitla, ubicada relativamente cerca, es un punto y aparte en la historia del reino interior. Otra conexión se relaciona con la que los perros parecen haber desempeñado dentro de los ritos religiosos en los tiempos antiguos, ya que los sacerdotes, los Dioses y Diosas, en muchos sitios han sido representados en compañía de perros, lo que hace posible que estos animales hayan cumplido un rol en los rituales de iniciación tradicionalmente celebrados en la profundidad de la tierra.

En el sexto libro de La Eneida , Virgilio observa que las primeras cosas que ve su héroe, mientras es conducido por la sacerdotisa hacia el río del mundo subterráneo, son varios perros. El historiador griego Diodoro Siculo señala que los ritos de Isis estaban precedidos por la presencia de perros. Y Pletho, en su “Comentario sobre los Oráculos Mágicos de Zoroastro”, observa que, en la iniciación de lo neófitos, los sacerdotes hacían aparecer perros fantasmas. Según Lewis Spence en “The Mysteries of Britain”, cuando el iniciado iba entrando al tenebroso reino subterráneo durante sus pruebas, podía ser que simbólicamente entraran perros en la ceremonia.

En la leyenda de perros y músicos adentrándose al mundo interior, a menudo los perros sobreviven, mientras que el hombre desaparece. Este puede ser un recuerdo de los perros guardianes que son amigables con las almas que penetran en el inframundo, pero que no permiten que estas almas vuelvan a emerger al mundo de los vivos. De ahí la lucha entre el perro de tres cabezas, Cerbero, y Hércules, cuando quiere salir del mundo subterráneo.

La cueva o túnel está representando la apertura, en la superficie de la tierra, por donde los muertos pueden viajar hacia el inframundo, pero con la posibilidad de un renacimiento, situación ante la cual el guardián, sea un perro o adopte cualquier otra forma, pasa a un rol secundario, una vez cumplida su misión. Este es el sentido en que fueron utilizados dichos pasadizos en diversos ritos de iniciación: si el postulante tenía éxito en superar las pruebas, se le permitía renacer en el esclarecimiento, pero si fracasaba, moría.

Page 65: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

También es la razón de muchos túneles legendarios construidos en la antigüedad, que llevaba de un lugar destinado a vivienda a otro destinado a la práctica de adoración a los Dioses que fueran; demarcando explícitamente el lugar para vivir y el lugar para adorar, lo que pertenece a este mundo y lo que pertenece al más allá. El sincretismo religioso “ha confundido muchas fechas”, asegura el arqueólogo Michael Randall, que colabora con varios Estudios en Hollywood (a él se debe, por ejemplo, la investigación arqueológica para cintas como “Los cazadores del arca perdida” y otras rodadas, especialmente, en Egipto):

“Cuando se filma una película que transcurre entre las ruinas mayas de Guatemala, por ejemplo, hay una avanzada de trabajo que confirma fechas para ambientar, vestuario, escenografía... porque no todo se filma en el sitio, o los costos hoy serían enormes. Y en este aspecto, personalmente creo que el cine Hollywoodense ha cometido pocos errores”. -A usted se debe, por decir así, el “informe técnico” de un túnel legendario: el de la reina Semíramis de Babilonia... -Así es, se realizó una reproducción de la boca del túnel y su salida al otro lado del río. Se dice que conectaba este túnel al palacio de Semíramis, que se levantaba sobre una orilla del río Eufrates, con el templo de Marduk, en la orilla opuesta. -¿Cómo resolvieron los babilónicos la construcción de un túnel debajo del río? -Este túnel se hizo legendario justamente por cruzar bajo las aguas porque la construcción de pasadizos debajo de los ríos no fue factible antes del siglo XIX, cuando Marc Brunel construyó el Túnel del Támesis desde Rotherhithe a Wapping, entre 1825 y 1843. Los ingenieros babilónicos los resolvieron de una manera ingeniosa: desviaron el escaso caudal de agua que tenía en invierno hacia un canal alternativo, construido especialmente antes de comenzar la construcción. Se hizo entonces una zanja en el lecho seco del río y luego se construyó un arco o bóveda de ladrillo a la manera de ese tiempo, sellado, y por fin se permitió que el río fluyera nuevamente por su lecho natural sobre el techo de la bóveda subterránea. -Diodoro de Sículo pone como fecha de este túnel unos 2000 años antes de Cristo... -Exactamente. Pero la Semíramis conocida en la historia fue una reina asiria que vivió en el siglo VIII antes de Cristo, así es que deduje que los hechos estaban un tanto confundidos. Finalmente se

Page 66: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

optó por esta opción, tal como se hizo al filmar “Los Jardines Colgantes de Babilonia”, porque la referencia era la reina Semíramis, que mandó construir los jardines y el famoso túnel subterráneo. Además, concluí, la técnica no sobrepasaba a la utilizada por los ingenieros civiles 2000 años antes de Cristo. -Para “Los cazadores del arca perdida”, usted realizó la investigación de un templo subterráneo... -Así es, era un lugar de tormentos ubicado bajo tierra, un sitio ritual que anunciaba la mina. Yo había estudiado la situación en Egipto. Y la construcción de estos templos subterráneos fue similar en todo el mundo antiguo. Las construcciones de este tipo se inician por el auge de la minería. Unos 1.300 años antes de Cristo había más de cien minas de oro en Nubia, de las cuales la más famosa estaba situada en Wadi Hammamet, que descendía hasta 88 metros y se extendía más de 500 a lo largo de una veta.

Como en India, la minería en Egipto se hizo utilizando el trabajo de esclavos. El mismo Diodoro Sículo, que vivió en Egipto unos 50 años antes de Cristo, narraba que los reyes recogían a prisioneros condenados, prisioneros de guerra y otros que, acusados en un acceso de cólera o falsamente, caían en prisión; éstos, a veces solos, a veces con sus familias enteras, eran enviados a las minas de oro; en parte para imponer una venganza, en parte para asegurarse una buena renta con el trabajo de ellos... se los mantenía constantemente trabajando de día y de noche, sin descanso, y se los vigilaba para que no tuvieran oportunidades de escapar.

Como sus guardias eran soldados extranjeros que hablaban diferentes lenguas, los esclavos no podían corromperlos para quedar libres mediante la conversación o ruegos amistosos. A un grupo de estos condenados es que debía dejar libres “Indiana Jones”, dejándolos escapar por la salida al exterior desde el Templo en que ocurren las peripecias, inmediatamente bajo tierra. -Este panorama tan desolado de tiranía se diría que proyecto una sombra funesta sobre las labores mineras por milenios. -Es natural, porque, históricamente, las minas han sido explotadas por esclavos. Aún hoy en día, las casi míticas minas de sal de Rusia conjuran imágenes macabras de hombres sin esperanza, usados para extraer el mineral de un lugar oscuro y peligroso. En la antigua Gran Bretaña los romanos abrieron muchas minas de plomo, y todas explotadas mediante el trabajo de esclavos. La

Page 67: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

mayoría de los mineros vivían encadenados en la oscuridad subterránea sin esperanza de vida larga.

No es extraño, entonces, que surgieran conceptos de que el legendario reino subterráneo era un lugar de tormentos infernales. Porque, antes, trabajar en una mina era un tormento que sólo acababa con la muerte. Por supuesto que, además de las minas, tumbas, acueductos, túneles para tránsito de personas y minas militares, los ingenieros excavadores de los tiempos antiguos excavaban para construir lugares sagrados de culto e iniciación”.

Los Oráculos y grutas ofrendatorias construidos bajo tierra, entonces, son muchos. La Gruta de la Sibila de Cunas fue descrita por Virgilio, quien narra que fue excavada en el Monte de Cuma, cerca del Lago Averno, durante el siglo V o VI antes de Jesucristo.

En La Eneida describe:

“Entonces Eneas escaló el monte rocoso donde, en la cima el Templo de Apolo está y allí se encuentra la temible caverna de la aterradora Sibila de donde surgen sus profecías Inspiradas por el gran Delio mismo.”

En 1932, Amadeo Maiuri, siguiendo la narración de Virgilio, excavó donde se indicaba, y halló que la caverna tenía 135 metros de largo, orientada realmente de norte a sur con la cella, el recinto cuadrado rectangular reservado a la divinidad común en los templos griegos, romanos y etruscos; aquí dedicado a la Sibila. Cuando se excavó, se encontró otra galería romana de 180 metros de largo, que penetraba en el Monte de Cuma por su base de este a oeste.

Esta era parte de una ruina militar construida por el maestro excavador Cocceius y conectada con un túnel similar que corría debajo del Monte Grillo. La excavación de un túnel funcional y profano a través de una montaña considerada sagrada en esas latitudes, ha hecho pensar a los investigadores que la gruta de la Sibila fue cerrada en los tiempos de Augusto, en la época en que nació Jesucristo. Por su parte, los Oráculos en la antigüedad estaban casi invariablemente asociados con estructuras subterráneas. El de Delfos, en la vertiente suroeste del Parnaso de Atenas, estaba asentado en una grieta sobre el suelo, y se le consideraba vínculo descendente a las regiones interiores. El Oráculo de los Muertos en Baiae, cerca del anterior, por cierto había sido cerrado en los tiempos de Cocceius, ya que los santuarios de Apolo en el Averno y Baiae habían sido

Page 68: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

suprimidos por el almirante Agrippa por el año 35 antes de que naciera Jesús, durante la guerra civil romana.

Agrippa decidió que la religión de Apolo debía ser erradicada y comenzó por cortar la arboleda considerada sagrada que estaba en las orillas del lago Averno; con la madera santificada construyó barcos para su marina, siendo los templos arrasados y reemplazados por los astilleros navales. Se dice que la profanación levantó tremendas tempestades en la bahía de Nápoles, y los vientos se arrastraron a toda la región causando muerte y desolación.

Aterrorizado por estas manifestaciones, Agrippa en vez de arrasar con el resto del santuario, ordenó que el amplio sistema de pasajes subterráneos fuese rellenado y que las salas construidas en la superficie fueran convertidas en baños termales: así, la ciudad de peregrinaje subterráneo se transformó en un lugar de reunión para la salud, y los túneles del oráculo nunca más se pudieron volver a usar. Se anota que los obreros de Agrippa clausuraron los túneles con más de 500 metros cúbicos de tierra - “unas 30.000 cestadas”.

El Oráculo de los Muertos tenía la forma de una red de pasajes hechos por el hombre, cuyo plano coincidía con la legendaria geografía del Reino de los Muertos. Ya se sabía de su existencia desde los tiempos de Homero, alrededor del año 1000 antes de Cristo. Estrabón, escribiendo pocos años después de la clausura final, se refiere así a Homero:

“La gente anterior a mi tiempo estaba acostumbrada a considerar el Averno como el lugar donde se desarrolla la fabulosa historia de La Odisea; y más aún los escritores nos dicen que allí había realmente un oráculo de los muertos, y que Odiseo lo visitó”.

El oráculo era atendido por sacerdotes,

“se afirma, trogloditas, que vivían de lo que podían extraer excavando y de aquellos que consultaban el Oráculo, que está situado en lo profundo de la tierra. Y los que vivían cerca del Oráculo tenían la costumbre tradicional de no permitirse ver el sol; solamente podían salir de las cavernas por la noche”.

La entrada a este inframundo estaba en el ángulo noroeste del Templo de Apolo, un cuadrante del cosmos que estaba geománticamente dedicado a las Parcas y a los habitantes del Infierno:

“El santuario interno está orientado hacia el ocaso del solsticio de verano, simbolizando la muerte anual de la naturaleza. Desde la entrada hasta el sanctum interior del túnel tenía 180 metros de largo, de modo que entrar por allí resultaba una prueba”.

Page 69: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

El poder de tales lugares era tan grande que nunca podía morir su influencia, naturalmente asentada: los que deseaban acabar con su uso se veían forzados a tomar medidas drásticas, como Agrippa, rellenándolo. Sin embargo, a pesar de que los mineros esclavos de Egipto y de Roma y otros puntos importantes de la antigüedad, eran obligados a vivir comúnmente bajo tierra, mucha gente, por su preferencia, ha elegido transformarse en troglodita. Los cimerios, sacerdotes que atendían los oráculos subterráneos del mundo clásico, efectivamente, afirma hoy la ciencia, hicieron sus habitaciones en las profundidades de los túneles, según lo registra Eforo (hacia el año 500 antes de Cristo):

“Habitaban en viviendas subterráneas a las que llamaban arquillae, y se visitaban unos a otros a través de túneles que iban de uno a otro lado”.

Los cimerios, como muchas otras órdenes monásticas antes y después, vivían en celdas cavadas en la roca, de las que salían únicamente para celebrar el oficio para los peregrinos que visitaban el santuario. En Baiae, las arguillae de los cimerios rodeaban las cavernas del Oráculo de los Muertos, y ellos no se dejaban ver de día, practicando una forma de vida que hoy se atribuye a los ogros y a los vampiros.

También alguna vez, los hoyos o pozos con entradas verticales fueron una forma popular de vivienda. Los habitantes indígenas de Crimea (los Satarches) vivían en este tipo de hoyos, y Jenofonte indicó que los armenios también vivían antes en casas semejantes a pozos. Existían lugares semejantes en Gran Bretaña, como las ruinas de construcciones subterráneas prehistóricas encontradas en los valles del Ander y Avon. El científico Boyd Dawkins (en su libro Early Man) consideraba estas estructuras como de la época neolítica, otros investigadores las han ubicado en la Edad de Bronce.

En Highfield, a 1,6 kilómetros del sur de Salisbury, se han encontrado sitios similares, que son peculiares porque tienen coberturas hechas de arcilla sobre una armazón entrelazada que estaba apoyada sobre bordes (una especie de bastidos) a una altura de 30 centímetros sobre el fondo del pozo. Bajo tierra, las cámaras estaban conectadas unas con las otras por pequeñas aberturas con la altura suficiente para que pasara una persona. Hay gentes, en partes del Himalaya, que hasta hace poco vivía en aberturas semejantes, de una antigüedad que se pierde en el pasado desde que estaban en uso.

En Highfield, en los hoyos, entre los restos de huesos quebrados y desechos humanos, había trozos de esqueletos marcados exactamente de la misma manera que los animales de engorda, demostrando que los trogloditas prehistóricos de la región eran caníbales. Quizás estos grupos humanos que habitaban bajo tierra con estas costumbres sociales, son el prototipo en el que se basó H.G. Wells para escribir “La máquina del tiempo”.

Page 70: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

Es cierto que el reino subterráneo pareciera un invento de la literatura por el enorme interés que muestran en él los autores. Alicia entra en el País de las Maravillas al caerse en un pozo: el libro de Lewis Carroll, de hecho, siempre se ha considerado como una especie de manual de iniciación. Otro mundo semejante aparece en la novela de Julio Verne “Viaje al centro de la Tierra”, y en la misma obra de H.G. Wells citada los caníbales “Morlocks” habitan en medio de maquinarias con vida, en una basta red de túneles conectados a la superficie por agujeros verticales.

El tema es recurrente en muchos escritos de ciencia-ficción: los rasgos comunes se encuentran en “Etidorhpa, or The End of the Earth” (“Etidorhpa o El Fin de la Tierra”), de John Uri Lloyd, publicado en 1896. Aquí, el héroe, Johannes Llewellyn Llongollyn Drury, hijo de un ocultista mítico, es conducido a través de un reino subterráneo. Un extraño forastero, calvo y sin ojos, pero con una fuerza enorme, guía al héroe hacia el mundo de abajo donde, después de pasar por el obligatorio túnel oscuro, llega a una zona “de luz interior”.

En esta zona hay hongos venenosos gigantes, pterodáctilos y otros reptiles monstruosos; en otros lugares, a medida que va pasando de caverna en caverna, se le muestran otros misterios a Drury. Esta zona de “luz interior” es común a las narraciones que hablan del Reino Interior; muchas veces se dice que es un extraño resplandor verde que favorece el crecimiento desmesurado de las plantas en el sitio.

Es la misma iluminación mencionada por Verne y, curiosamente, es la que comúnmente se utiliza hasta en las tiras cómicas de la televisión en que sus personajes viven bajo tierra (como “Ruperto, el oso”). Los autores que tienen una inclinación más mística, citan esta luz arrancando de los mismos habitantes subterráneos, quizás rememorando al gran Buda sentado en su caverna, rodeado por la luz que sale de su propio cuerpo. Por supuesto que las estructuras bajo tierra han cumplido también una finalidad, como la de ser útiles refugios en tiempo de guerra. A lo largo de toda la historia conocida los hombre han descendido bajo tierra para escapar de sus enemigos. Durante la invasión de los tártaros a Crimea, la gente se retrajo hacia estructuras subterráneas y se mantuvo a salvo de sus depredadores. Los sajones se supone que escaparon de los daneses ocultándose bajo la corteza terrestre, anunciada por las casas en la tierra construidas en Escocia y Ulster.

Mientras que los refugios subterráneos se han convertido en un aspecto importante de las guerras modernas.

En 1793 durante el levantamiento de los monárquicos contra los republicanos de Francia, hubo un uso extensivo de las estructuras subterráneas; Ann Pennick escribe (en “Deneholes and Subterránea”):

Page 71: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

“En las guerras de La Vendèe del siglo XVIII, en los bosques de Meulac en Morbihan, ocho mil hombre se escondieron en un laberinto subterráneo. Había también un laberinto similar en la Selva de Misdon, también en Bretaña, donde una sociedad secreta llamada La gran ciudad se escondió del ejército francés."

Estos lugares son refugios excelentes, mientras no se los detecta; porque, una vez descubiertos, se vuelven trampas mortales. En las grandes guerras, los bunkers bajo tierra a menudo se transformaron en tumbas, cuando se les arrojaba un gas venenoso o petróleo encendido a través de una entrada descubierta. Pero, lo cierto es que cualquier estructura subterránea, construida o no para ese propósito, ha sido utilizada en tiempos de guerra.

El film polaco “Kanal” narra una historia de heroica resistencia contra los nazis en 1944, cuando los guerrilleros urbanos hacían uso extensivo del sistema de alcantarillado de Varsovia. Cloacas, sótanos, cuevas naturales y túneles de minas sirvieron en las guerras modernas como refugios de los bombardeos aéreos, pero durante la Segunda Guerra Mundial estos refugios se construyeron especialmente profundos, o se aumentaron los ya existentes cavando más hondo. Los más notables son los hechos en varias ciudades inglesas, las conocidas New Tube Shelters. En la revista “The Engineer” (Londres, diciembre de 1942), hay una nota sobre estos interesantes New Tube Shelters; el 3 de noviembre de 1940, en un mensaje oficial transmitido por la BBC, el entonces secretario de Estado había anunciado que se iba a construir,

“un nuevo sistema de túneles que se eslabonarían a los subterráneos de Londres. Y se autorizaría la excavación de túneles en las provincias donde, con la ayuda de características naturales, esto podía hacerse económicamente."

En respuesta a esto, "Transportes de Londres recibiría financiamiento para construir refugios profundos en diez lugares. Dos de ellos no se realizaron por problemas técnicos, y finalmente se construyeron refugios en Clapham South, Clapham Common, Claphan North, Stockwell, Goodge Street, Camden Town y Belsize Park en la Línea Central. Con unos 360 a 420 metros de longitud, los refugios eran dos subterráneos gemelos de casi cinco metros de diámetro cavados debajo de las plataformas de las estaciones subterráneas ya existentes.

Tendidos entre 22.5 y 39 metros debajo de las calles de la ciudad, los accesos a los refugios eran pozos con escaleras de caracol. Los sitios elegidos fueron instalados de manera que los refugios pudieran conectarse después de la guerra para formar un nuevo ferrocarril subterráneo: se publicaron planos en 1946 y 1949, incorporando a los New Tube Shelters a este propósito, cada refugio estaba dividido en dos niveles y provistos de literas para dormir (ochocientas en cada refugio).

Page 72: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

Una ingeniosa escalera de doble espiral daba acceso cerca de cada extremo del refugio: una llegaba al refugio superior y la otra al inferior. Diseñado para acomodar a 2.000 personas, cada refugio contenía ocho túneles con baños, cantinas, instalaciones médicas, sistema automático de protección en el suministro de energía y no menos de tres sistemas alternativos de teléfonos para funcionarios. Esta verdadera ciudadela subterránea bajo Londres fue terminada en 1942, pero no se abrió al público hasta 1944, cuando comenzaron los ataques con bombas sobre la ciudad. Tres de los refugios nunca fueron abiertos al público, quedando en manos del gobierno para funcionarios especiales. El de Goodge Street fue reservado para el general Eisenhower y su estado mayor. Después de la guerra, los New Tube Shelters fueron utilizados para varios propósitos, pero para uso del ferrocarril subterráneo nunca se materializó.

Por el año 1951, el refugio debajo de la estación Chancery Lane, originalmente pensado como parte de un subterráneo de Camberwell a Euston, fue convertido en una central telefónica llamada Kingsway, que se mantuvo en secreto hasta 1972, cuando, para asombro hasta de los propios londinenses, se publicaron detalles en The Post Office Courier. La mayoría de los refugios de New Tube Shelters parecen estar hoy abandonados o en uso reservado, aunque se sabe que se guardan archivos de seguridad secretos en el de Belsize Park, y el de Camden Town lo usa regularmente la BBC para armar sets futurísticos de televisión, que hemos podido apreciar, una y otra vez redecorados, en otras tantas series de ciencia-ficción. Vemos como las estructuras subterráneas naturales o fabricadas han cumplido un fin determinado, y están estrechamente ligadas a nuestra civilización y su avance tecnológico. También debemos recordar aquí otro aspecto: una relación marcada con un costado muy delicado de nuestro ser humano, porque el interior de la Tierra muy bien es también el centro de nosotros mismos. Hay varios indicios al respecto. Conocida la más antigua narración conocida del viaje de los míticos Reyes Magos, "La caverna de los Tesoros", centra su narración en una entrada básica "al corazón de la Tierra": el Gólgota, "el sitio en que se reúnen las fuerzas de la creación", según cuenta este relato tradicional hebreo.

Según refiere esta historia, Adán, el primer hombre, después de haber sido expulsado del Paraíso, oye a Dios hablarle:

"Aquél que te sobreviva, tomará tu cadáver, lo transportará y lo depositará en el centro de la Tierra, en donde Yo le señalaré; pues allí tendrá lugar la salvación tuya y de todos tus hijos."

Page 73: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

Pero antes de que Adán después de muerto fuera trasladado a ese centro de la Tierra, debería ser depositado su cuerpo en tránsito en La Caverna de los tesoros:

"Pero di a tus hijos que después de tu muerte deberán ungir tu cuerpo con mirra y depositarlo en la Caverna, en la cual os dejaré vivir desde hoy y hasta el tiempo en que acontezca vuestra salida de los alrededores del paraíso a la Tierra situada en el exterior."

Se narra que cuando Adán decidió unirse a Eva, tomó de los límites del Paraíso oro, mirra e incienso, y los colocó en la caverna; luego bendijo y santificó la Caverna, de forma que sería el santuario suyo y de sus hijos.

En la hora de su muerte, Adán le revela a Seth las instrucciones que le diera Dios con respecto a lo que debía hacer con su cadáver, siempre con la intención puesta en reunir los orígenes de la especie humana en un solo punto: el mismo centro del mundo:

"Cuando yo haya muerto, se deberá depositar mi cuerpo en la Caverna de los Tesoros. Y aquel que sobreviva de todos nuestros descendientes, deberá, en el día que se produzca nuestra salida de estas inmediaciones del Paraíso, llevarse consigo mi cadáver; y deberá transportarlo y depositarlo en el centro de la Tierra. Porque allí me será concedida la salvación a mí y a todos mis descendientes..."

La narración continúa diciendo que tras la primera rebelión de los hijos de Seth, que bajaron desde la montaña sagrada en las inmediaciones del Paraíso al campamento de los descendientes de Caín, el asesino, para disfrutar de los placeres de las mujeres de la llanura maldita, entonces acaeció el gran diluvio. En la montaña sagrada entonces sólo quedaban Noé, sus hijos y sus mujeres. Para salvarse recibieron instrucciones de cómo construir una embarcación sólida, en la que además debían albergar "el cadáver de nuestro padre Adán, y oro, incienso y mirra rituales."

En la antiquísima narración aparecen luego signos tecnológicos, cuyos detalles no encajan en el mundo primitivo de entonces. Leemos así que cuando el Arca de Noé estuvo cerrada y sellada, el Angel del Señor se ubicó en su techo como timonel y entonces el arca,

"voló con las alas del viento por encima de la corriente, de este a oeste, y describió una cruz sobre las aguas. Y el arca voló por encima del agua durante 150 días y llegó a un lugar de reposo en el séptimo mes."

Cuando Noé, después de haber salido ya del arca y de haber vivido aún trescientos cincuenta años, sintió próxima la hora de su muerte, llamó a su

Page 74: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

primogénito Sem y le dijo en secreto que cuando él hubiera muerto, entrara en la barca en la cual habían sido salvados y sacara de ella el cadáver de Adán.

"- Ningún hombre debe observarte durante esta acción -le dijo-. Debes llevarte a Melquisedek, y depositar el cadáver de Adán en el centro de la Tierra. Para llegar a este punto central, observa que el ángel del Señor os precederá y os mostrará el camino que debéis hacer, y también el lugar en el que debe ser depositado el cadáver de adán, o sea, el punto central de la Tierra; allí se reúnen cuatro cabos; pues cuando Dios creó la Tierra, su fuerza corría delante de ella, y la tierra, procedente de cuatro lados, corría detrás de ella como los vientos y las suaves brisas; y allí se detuvo y descansó su fuerza.

Allí se consumará la liberación para Adán y para todos sus hijos. Desde Adán hasta nosotros ha sido transmitida esta historia a través de todas las generaciones. Piensa que esta historia ya no volverá a ser explicada entre ninguno de todos vuestros descendientes; pero tú sube y tómalo y deposítalo secretamente allí en donde Dios te lo mostrará, hasta el día de la salvación."

Muerto Noé, Sem se dispuso a cumplir las palabras de su padre. Se despidió de los suyos sin revelarles el motivo ni el destino real de su viaje, y salió por la noche de su pueblo con Melquisedec, apareciendo, según la narración, el Ángel envuelto en una atmósfera que no deja de parecer tecnológica:

"Y el ángel del Señor se les apareció y les precedió en su camino: y su camino fue muy fácil porque el ángel del Señor los fortificaba, hasta que llegaron al lugar señalado. Y cuando arribaron al Gólgota, que es el punto central de la Tierra, el ángel le mostró a Sem este lugar. Y cuando Sem hubo depositado el cadáver de Adán en la parte superior de este lugar, se separaron cuatro partes, y la tierra interior se abrió en forma de una cruz, y Sem y Melquisedek depositaron el cadáver de Adán en el interior. Y en cuanto le hubieron depositado allí dentro, se movieron los cuatro lados y encerraron el cadáver de nuestro padre Adán y se cerró la puerta de la tierra externa."

Una vez depositado el cadáver de Adán bajo estas compuertas automáticas, Sem regresó a su lugar de origen, ordenándole a Melquisedek que jamás se moviera del emplazamiento. El Gólgota pronto fue llamado "lugar del cráneo", simbolizando que allí fue sepultada la cabeza de todos los hombres; Orígenes en sus Comentarios al Evangelio de San Mateo afirma que al Gólgota se le llamaba así por estar enterrado Adán. A partir de este enclave se construye posteriormente la ciudad de Jerusalén.

Page 75: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

Finalmente, sabido es que el nombre del primer hombre es Adán, y los textos bíblicos hablan de Jesús Hijo de María como el segundo hombre o último Adán. Cuando en el Gólgota se erigió la cruz para Jesús, y cuando crucificado el Mesías hieren su costado con la lanza, como narra La Biblia, de su costado fluyeron sangre y agua, que penetraron la tierra y llegaron más abajo a tocar a Adán, sirviendo de bautismo para él, y por consiguiente, para sus descendientes.

Entonces se abrió la puerta del centro del mundo, y, por Jesucristo, permanece hasta ahora abierta. CORRESPONDENCIA CUATRO V.M., México, D.F.:

“Los lugares más importantes de la cristiandad primitiva eran subterráneos. El legendario establo interior en que nació Jesús, en Belén, es histórico, y el sitio en que recibió sepultura, en Jerusalén, fue una tumba cavada en la roca. Estos dos lugares, junto a la cripta de Eleona, en Jerusalén, que fue el primer santuario dedicado a la Ascensión, conforman las tres “grutas sagradas” de Tierra Santa. Sobre cada uno de los tres se erigieron iglesias suntuosas y muy trabajadas en la época de los emperadores bizantinos.

Sobre la cueva que también era establo fue construida la Iglesia de la Natividad; sobre la tumba de Jesús se erigió la iglesia circular del Santo Sepulcro, que se consideró el centro del mundo; y sobre la gruta de Eleona, Santa Elena mandó construir un sólido santuario. Además de estas tres, los cristianos reverenciaban otra importante gruta de Jerusalén: la Capilla de la Invención de la Santa Cruz. Allí, de acuerdo con la tradición, Santa Elena recibió la divina revelación del lugar en donde se ocultaba la verdadera cruz de Cristo. La cruz, que había sido enterrada intacta, fue excavada de una estructura subterránea, fue santificada y se convirtió en la cuarta gran gruta.

La cruz más tarde, fue desmembrada y dividida en partes que se repartieron por las iglesias de la cristiandad. Con una tradición tan fuerte de celebrar el culto subterráneo, reforzada por las extensas catacumbas romanas, no es extraño que los lugares de devoción bajo tierra siempre hayan jugado un papel muy importante dentro de los espacios santos cristianos. Desde la Gruta de la Natividad hasta la Gruta de Lourdes, los devotos han descendido dentro de la tierra para reverenciar los sagrados personajes de la historia cristiana”.

A.J., Los Angeles, California:

Page 76: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

“No carece de riesgo entrar a un lugar subterráneo. Las leyendas de Orfeo y otros que penetraron en el reino interior tienen cierto paralelo con las prácticas rituales que se realizan en estructuras y cuevas naturales, en que se perciben las cualidades numinosas de la tierra. Efectivamente, a menudo recintos subterráneos fueron refugio de oráculos, como ocurría con la Gruta de la Sibila en la antigua colonia griega de Cumas en Italia o la cueva de Ramahavaly en Andringitra, Madagascar.

Muchas estructuras subterráneas legendarias fueron vinculadas con el mundo superior tanto como con el mundo inferior (con el Paraíso como con el Infierno). Aunque generalmente se las ubicaba en el punto donde se creía que los tres mundos: el superior, el medio y el inferior, se conectaban por medio del eje del mundo, el omphalos central que vincula todo el tiempo y el espacio en un solo punto. Desde siempre la idea de un eje en el Universo, la existencia de un Ser Único Primordial, ha inflamado la memoria ancestral. Y esta idea de ofrenda al Punto único ha inspirado incontables templos subterráneos; de hecho algunas corrientes sostienen que Agharthi es, en sí, la idealización de una ciudad-eje-madre, acunadora como el corazón mismo de la Tierra. Preservadora de lo mejor. Así, en la práctica fueron excavados amplios espacios en la roca viva de un estilo que reproducía hasta en el mínimo detalle a los templos que se construían en la superficie.

Todos y cada uno de los rasgos arquitectónicos fue labrado directamente en la roca, sin que se hiciera ningún tipo de construcción. Algunas estructuras se han hecho de vastas dimensiones, como en Ellora, India, donde un yacimiento arqueológico cuenta 34 templos budistas, brahmánicos y jainies en un túnel de casi diez kilómetros de largo. El templo Kylas es quizás el más hermoso porque está ricamente tallado, imitando la más bella arquitectura hindú. En Bihar, al sur de Nepal, hay bellísimas construcciones sagradas subterráneas, conocidas como “chaitya”, como la ubicada en la cueva de Nigope, construida alrededor del año 200 antes de nosotros.

Este chaitya tiene la forma de los vestíbulos, uno rectangular de 9.9 metros por 5,7 metros y el interno, circular de 5,7 metros de diámetro. Otros chaityas posteriores tenían una forma más madura, similar en su planta a las basílicas cristianas. Un chaitya cerca de Poona, estado de Bombay, tiene un primer atrio anterior detrás del cual hay un espacio, dividido por columnas, que forma una nave principal y dos naves laterales y termina en un ábside semicircular que contiene el verdadero santuario.

Page 77: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

Este templo penetra en la roca en una longitud de más de 37 metros. Los llamados “viharas” o monasterios viejos también estaban tallados en la roca, y divididos en celdas o cámaras: podían elevarse varios pisos dentro de la roca, con pasajes que los interconectaban. Sin embargo, superando aún a los templos y monasterios de India, están los restos de tumbas y templos subterráneos de los nabateos en Petra, Jordania. Son notables como estructuras cavadas en la roca; hay fachadas clásicas complejas y sofisticadas esculpidas en la piedra viva, y detrás de ellas, extensas excavaciones que penetran en las montañas de piedra arenisca. De los muchos monumentos tallados, el más notable es el del faraón Khazneh, también llamado el Tesoro del Faraón; se cree que puede ser o la tumba de un rey nabateo o un santuario a la Madre Diosa Allat. Su fachada corintia surge como un palacio fantasmal en medio de la superficie tosca y sin pulir del farellón.

Las divinidades que adoraban los nabateos (una de las tres grandes civilizaciones árabes pre-islámicas) estaban íntimamente ligados con la Tierra. Sus principales deidades eran Dushara y Allat; el primero, que era un Dios, estaba simbolizado por un bloque de piedra o un obelisco, mientras que la segunda, una Diosa, estaba asociada con los manantiales y el agua. Dushara era el Dios tutelar de las montañas en que fue cavada Petra. Su culto estaba íntimamente sujeto al culto solar de los lugares altos y de las piedras erguidas o megalíticas y, en el siglo tercero, el templo de Ed-Deir, también cavado en la roca, era un nicho que contenía una cuenca para recoger la piedra en bruto que simbolizaba a Dushara. La adoración a las piedras en bruto u obeliscos en los santuarios subterráneos está relacionado paralelamente con los ritos misteriosos de los heréticos Caballeros Templarios. Cuando la cristiandad se extendió hasta Petra, borraron mucho de la antigua religión: en Petra, como en Grecia, Roma y Egipto, los templos antiguos fueron convertidos en iglesias. Cerca del santuario de Ed-Deir dedicado a Dushara, se encuentran los restos de ermitas cristianas cavadas en la roca, y en la parte subterránea del propio templo están talladas unas pocas cruces pequeñas que anotan su propia historia de la cristianización.

Pero la gran era de las magníficas construcciones en la roca había terminado para entonces en la región. En nuestra época, las construcciones subterráneas también se han hecho espléndidas como excusa de ofrenda al misterio de la

Page 78: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

muerte. Muchos personajes de la realeza y dinastías enteras están enterrados en catedrales y mausoleos construidos bajo tierra. Entre las más notables criptas sepulcrales esta el Panteón de los Reyes en el monasterio de El Escorial, en España.

Construido directamente debajo del altar mayor de la basílica, el Panteón de los Reyes es una cripta octogonal de algo más de 10 metros de diámetro, pródigamente decorada con mármol y jaspe de Tortosa y Toledo. Construido para contener los cuerpos de los reyes españoles, mantiene su vigencia hasta ahora; su fundador, Felipe II, falleció antes de que pudiera comenzar la obra; su hijo, Felipe III, comenzó los trabajos en 1617, bajo la dirección del maestro arquitecto Juan Gómez de Mora, que completó la obra en menos de dos años, pero en 1621, al fallecer Felipe III afloró un manantial de agua en la cripta, directamente debajo del altar mayor, inundando completamente el recinto.

El Panteón no pudo ser drenado hasta 1645, y consagrado finalmente por Felipe IV en 1654. El afloramiento de un manantial debajo del altar mayor demuestra su ubicación geomántica: muchas construcciones bajo tierra están ubicadas sobre poderosos manantiales ciegos, y en El Escorial esta tradición está comprobada.”

R.V., Simi Valley, California:

“Se sabe perfectamente que el hombre primitivo, en una época, vivía en las cavernas naturales, pero existen también algunos rasgos desconocidos de perforaciones, que han quedado en un pasado olvidado. Norteamérica tiene evidencia de algunas de las más tempranas excavaciones conocidas; sus orígenes no se saben, pero respecto a su antigüedad hay bastante certeza. En la revista “Coal Age” (febrero de 1954) apareció un informe sobre un descubrimiento hecho durante excavaciones en la mina de hulla Lion, en Wattis, Utah.

Allí los mineros irrumpieron en un sistema de excavación preexistente que es tan antiguo que los residuos de carbón que quedaban se habían oxidado, al punto de quedar inutilizada la dotación de carbono 14. En agosto de1953, John E. Wilson y Jesse D. Jennings, de la Universidad de Utah, comenzaron la exploración de esta antigua ruta subterránea, que se mantiene hasta ahora: los túneles tienen por término medio dos metros de altura y siguen el filón de la hulla exactamente como se hace en las minas actuales: cada ciertos tramos hay cámaras para depositar el mineral antes de transportarlo a la superficie; se han excavado túneles

Page 79: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

excepcionalmente amplios, de tres metros de altura, a más de 2.500 metros de profundidad.

La identidad de estos antiquísimos exploradores se mantiene aún en el misterio, porque ninguna tribu americana local conocía el uso del carbón, ni existían recuerdos tribales de él. Las minas como muchos antiguos artefactos en Norteamérica, se mantienen como enigmáticas reliquias de antes que nuestros “pieles rojas” se hicieran nómadas. Antiguas construcciones subterráneas se han recreado a medida de las fortalezas, como para época de guerra, inexplorados más allá de la profundidad de los búnkers, que culmina en aquella que puede resistir ataques nucleares.

Probablemente el más extenso de estos últimos es el bajo Cheyenne Mountain, en Colorado, donde está una terminal de las computadoras y un centro de control de las armas de USA, a más de 800 metros bajo tierra. Los alojamientos son similares en todos lo búnkers: edificios subterráneos de concreto, de varios pisos, apoyados sobre resortes que les permite recibir el impacto directo de un arma nuclear.”

E.J., San Diego, California:

“A diferencia de otras personas que dicen haber penetrado al reino subterráneo, la exploradora Helena Blavatsky retornó sana y salva. De los más naturalmente, nunca más se supo. Porque lo normal es asociar a un posible mundo bajo nosotros con el lugar donde mora la muerte, que nos recibe al partir del reino exterior éste en que vivimos. En el período arcaico, las cavernas estaban habitadas, pero, como en todas las esferas del comportamiento humano, el hombre comenzó a mejorar la naturaleza.

En este aspecto, la muerte se incuba con temor a cierta memoria ancestral del inconsciente; de aquí es que podría surgir el mito de Agharthi, como un lugar de sombras, del que no cualquier explorador regresa, pero al que puede convenir visitar por un posible tesoro oculto (debido a que el hombre, por una naturaleza que le es propia, aún en la mayor oscuridad aspira a ver la luz, un poco). La construcción de caminos para llegar al interior escondido fue en principio, y hasta ahora, una búsqueda de utilidad. Las cavernas fueron alteradas o extendidas según la conveniencia de sus habitantes. No todas las cavernas naturales están en el lugar adecuado, así tuvieron que hacerse estructuras totalmente artificiales, y continúan haciéndose, desde simples cavidades en una ladera hasta el más complejo sistema del tren subterráneo.

Page 80: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

El cavar en la tierra produce, secundariamente, el material de la excavación, que puede tener un valor intrínseco en sí mismo. La minería se originó cuando se siguió un valioso filón, que llevó al afortunado excavador a usar una sofisticada tecnología de extracción que ha continuado desarrollándose hasta el presente. En los primeros tiempos, las técnicas eran básicas, pero de enorme significado. En Grimes Graves, las primeras minas de pedernal de Gran Bretaña, los pozos y túneles se excavaron a través de la greda valiéndose de picos confeccionados con astas de ciervos.

El simbolismo de la cornamenta como emblema del principio masculino es ampliamente conocido, y por ello quizás haya sido apropiado que fueran las primeras herramientas que hayan penetrado en el cuerpo terráqueo. El simbolismo es obvio, y aún ahora, en ciertas regiones, los mineros practican muchos rituales y supersticiones. Desde siempre la técnica de excavación ha sido apreciada y el minero visto con respeto, como un temerario explorador dentro del reino subterráneo, enfrentado a los poderes ocultos de la Tierra, tanto los físicos como los inmateriales.

Tradicionalmente se supone que toda clase de seres habitan los caminos minerales interiores, gnomos, duendes y presencias desconocidas que convierten las minas en lugares de gran peligro espiritual, además del inminente del derrumbamiento. En Europa abundan historias repetidas en diferentes lugares: el niño que toca el violín, el tambor o la flauta y entra a través del peligroso paraje hacia el interior de la caverna y no vuelve jamás; el animal que entra por un extremo del túnel y aparece, sorpresivamente, a varios kilómetros de distancia, algunos días después; los tesoros enterrados y los espíritus guardianes de esos tesoros, que, en Inglaterra, se convierten en el mismo ejército durmiente de los caballeros del Rey Arturo esperando ser despertados. A menudo aparecen túneles insospechados que hunden calles enteras o edificaciones, que no pocas veces están acompañados de tragedias. En 1961, toda una calle en el distrito Clamart de París se hundió, con quienes lo habitaban; la causa del desastre fue un túnel desconocido que pasaba a través de la calle, cuyo techo se había desintegrado. Se sabe que París es una especie de panal con una vasta red de túneles, algunos de los cuales datan del período galo.

Algunos son minas abandonadas de donde se extrajo la mayor parte de las piedras con las que se fue construyendo la ciudad. Las más antiguas exploraciones subterráneas europeas son, probablemente, las más viejas del mundo. Ya existían fundiciones de cobre en los Balcanes hace 6.000 años, y en Austria abundan

Page 81: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

restos de minas anteriores a nuestra era. En Inglaterra, como las citadas de Grimes Graves, algunas minas eran comúnmente explotadas 2.000 años antes de nosotros. Muchos túneles subterráneos han sido descubiertos al hacerse las excavaciones para el tren subterráneo. En París, la construcción de una línea del metro debajo de Buttes Chaumont dejó al descubierto una mina de yeso, con galerías que se extendían unos 40 metros debajo de la superficie.

Los constructores del tren subterráneo de Roma han tenido que lidiar con infinidad de construcciones bajo la Tierra, especialmente en el distrito entre San Pietro in Vincolo y la Via Cavour. La construcción de la segunda línea del metro en Roma se atrasó no menos de 13 años, debido a los túneles que no estaban registrados.

Otros túneles fueron descubiertos recientemente, pero no se sabía de ellos: en Nueva York y Londres, los trabajadores del metro se encontraron repentinamente frente a túneles experimentales para la instalación de trenes bajo la superficie, que datan de mediados del siglo XIX. Otras veces han ido saliendo a la luz construcciones subterráneas legendarias: en 1902, la Sociedad Arqueológica de Moscú se opuso al proyecto de construcción del metro sosteniendo que una construcción subterránea violaría el terreno consagrado de los antiguos monasterios; cuando finalmente, durante el gobierno de Stalin, se comenzó a excavar para el metro surgió una verdadera conejera de túneles, que correspondían a la buscada Ciudad Secreta de Iván el Terrible.

En la Ciudad de México se hacen corrientemente nuevos descubrimientos de construcciones bajo tierra, incluso algunas que la tierra misma se había tragado, como el fabuloso Templo Mayor de los aztecas, una compleja ciudadela sagrada enterrada en pleno centro de la ciudad. Bajo las modernas ciudades del siglo XX vemos como se fusionan los antiguos y modernos caminos subterráneos, unos tropezando con los otros, evocando una encarnación posible del reino bajo la tierra.”

P.Q., San Isidro, California:

“La entrada al reino subterráneo necesita un guardián únicamente porque existe gente valiente al extremo de querer penetrar en él. En Gran Bretaña, el que se enfrenta a lo desconocido generalmente es un violinista que, a veces, es ciego. En Escocia, el que se atreve es un gaitero. La leyenda conocida como la historia de la Cueva del Gaitero O'Gowend en Galloway, fue registrada en 1800 por el

Page 82: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

ministro de la parroquia A. MacCulloch, y repetida en el Statistical Account publicado en Wigtown en 1841.

Dice: “Cuevas: Hay un buen número de ellas en las playas salvajes de Colvend. La principal de todas se conoce como Piper's Cove, debido a una leyenda sobre un gaitero que intentó explorarla. Entró tocando su gaita y continuo tocando bajo tierra hasta que llegó a Barnbarrach, a más de seis kilómetros de distancia de la boca de la cueva. Allí el sonido cesó y nunca más se tuvieron noticias sobre el desafortunado trovador.”

John MacTaggart describe la misma cueva en la Scottish Gallovidian Encyclopaedia:

“Está situada en una playa solitaria y frecuentemente se escucha el sonido de gaitas en su interior; algunos piensan que el gaitero es un diablo, otros fantásticos relatos dicen que el músico es una especie de fantasma que reverencia la memoria de los exploradores fallecidos, que antiguamente fueron perdiéndose en el olvido, tragados por los caminos subterráneos”.

Cuando se estaban haciendo las excavaciones para construir el sistema de aguas corrientes y de drenaje en Portpatrick, alrededor del año 1900, los trabajadores “dieron con un gran espacio en forma de caverna, exactamente en el lugar donde se decía que se escuchaban los sonidos de la gaita tocada por el fantasma” (J. Maxwell Wood, en Witchcraft and Superstitious Record in the Southwestern District of Scotland, 1911).

Hoy se sabe que hay un túnel que corre por más de un kilómetro y medio desde el castillo hasta el edificio de District Nurse, en el puerto de Portpatrick. Muchas veces se ha sugerido que las leyendas escocesas sobre los gaiteros podrían haberse originado en los misteriosos sonidos provocados por las ráfagas de aire comprimido en las cuevas, cuando el aire se ve forzado a escapar a través de las fisuras de la roca, y al salir produce sonidos fantasmales semejantes a gemidos. Los ascetas misioneros de la primitiva Iglesia eligieron a menudo cuevas naturales, especialmente en Escocia, donde algunas llevan aún nombres que atestiguan el uso religioso que le dieron en otro tiempo; cerca del lago Kilkerran está St Kieran's Cave, en Wigtown está St Ninian's, y en Holy Island in the Clyde (la iglesia santa) está

Page 83: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

la cueva de St Moloe llena de inscripciones rúnicas y cruces talladas.

San Adrián y su grupo de monjes vivieron en una cueva en Caplawchy in Fife, y la famosa cueva de St Rule en St Andrews fue inmortalizada por Sir Walter Scott en “Marmion” (Canto I, 29) donde describe a un peregrino que profesaba culto allí:

To fair St Andrews Bound / Within the Ocean cave to pray,/ Where good St Rule his holy lay / From midnight to the dawn of day / Sung to the billows / sound. (Partiendo hacia el bello San Andrés / a orar dentro de la cueva del Océano,/ donde el buen San Rule su santa canción / desde medianoche hasta el amanecer del día / cantaba al sonido de las olas.)

En la playa, a pocos kilómetros del monasterio de Whithorn, en la costa agreste escocesa de Galloway, a cien kilómetros al oeste de Carlisle, está la cueva de Physgyll; los lugareños la asocian con San Ninian, que la usaba como retiro, y fue descrita en un poema de Whithorn en el siglo VIII como un “horrendum atreum”, es decir, una caverna aterradora: Physgyll es la típica estructura subterránea sagrada por servir de cobijo a santos ascetas de la iglesia céltica primitiva, antes de que se estableciera cabalmente como un brazo del Estado, y las ermitas públicas pudieron construirse sin temor.

Sin embargo, a diferencia de las iglesias, las ermitas subterráneas generalmente no estaban dedicadas a un santo especial, eran más bien una manera de ofrenda a la tierra en su fortaleza, así, cuando la estructura subterránea ha cobijado a varias gentes ilustres, perdiéndose su nombre en el pasado, simplemente se le llama San Pedro (“La Roca”).

La conexión con Pedro no viene únicamente del significado de este nombre: piedra, roca; también el atributo de San Pedro como poseedor de las llaves que abren a lo oculto, es apropiado conectarlo con el reino subterráneo. Este otro nombre que se da al guardián de la entrada a Agharthi, es la cristianización del mito, y surge en diversos sitios de Europa en un periodo similar, alrededor del siglo X, principalmente en Gran Bretaña y Alemania”.

G.Ch., Guadalajara, Jalisco:

“Explorar una caverna no es cosa fácil. Menos aún si ésta no ha sido visitada en siglos, cuando existe franco riesgo bacteriológico para las personas. La flora que vive en los caminos subterráneos está compuesta principalmente por bacterias perjudiciales a

Page 84: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

nosotros, pero importantes en la degradación de detritos orgánicos y que al mismo tiempo son fuente alimenticia para otros organismos.

El extendido hongo que surge del guano de murciélago, entre muchos, el Histoplasma capsulatum, despide unas esporas que si se introducen en nuestras vías respiratorias y llega a los pulmones produce la llamada histoplasmosis, enfermedad sin cura conocida y de consecuencia terminal rapidísima. Sin embargo, en su propio medio subterráneo sirve de alimento a otras formas animales que viven en el mundo sin sol; en que los vegetales verdes se encuentran, a veces, en sitios de penumbra, pero siempre cerca de la entrada de las cuevas. En la sierra de El Abra que corre de norte a sur en los estados de Tamaulipas y San Luis Potosí, se encuentra la legendaria cueva de Los Sabinos, donde existe una fauna muy interesante. Entre algunos de los organismos que la habitan están las crustáceos Speocirolana pelaezi, Spherarmadillo cavernicola y Brackenridgia bridgesi.

En la clase de los arácnidos hay un buen número de ejemplares, como el Hoplobunus boneti. Dentro de los insectos se encuentra una gran cantidad de coleópteros, dípteros y grillos de la especie Paracophus apterus, troglófilo común en varias otras cuevas de la región (como La Cueva Chica, la cueva El Pachón y las grutas de Quintero). Los mamíferos se hallan representados por murciélagos y vampiros. Allí también habita el pez ciego (Astyanax hubbsi), con su sentido de la visión perdido en el proceso evolutivo por falta de uso, del cual le envío una foto. El establecimiento de los peces ciegos mexicanos en algunas de las cuevas de San Luis Potosí y Tamaulipas, según la opinión de la mayoría de los científicos que los han estudiado, se debe a una mutación que provocó la reducción de los ojos de una manera muy notable en el Astyanax fasciatus que vive en los ríos de la superficie y que es el ancestro de las especies ciegas.

Esta reducción ocular que fue originada por una variación genética, es desfavorable en el ambiente natural en que habita este pez, pero alcanza un valor de supervivencia en las aguas subterráneas de una caverna. Aunada a la carencia de visión, se produjeron otros cambios como lo son, una fina percepción sensorial de tipo táctil y vibratorio, agudeza en el olfato y magnífica capacidad de orientación. En las cavernas no tienen depredadores y su continuidad está casi asegurada.

Page 85: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

Muchos seres troglobios, o sea residentes permanentes de las cavernas, son testimonios de antiguas poblaciones habitantes de la superficie hoy desaparecidas, por lo que se les considera “fósiles vivientes”. Por lo tanto, explorar cualquier caverna sin la debida preparación, implica no sólo riesgo para el buscador, sino también para las especies que la habitan. Implica información y recursos. Así, se comprende que muchos exploradores hayan desistido, aunque sea, generalmente, por falta de medios que impide el conocimiento científico y frena el seguimiento.

Si uno lee, por ejemplo, a Madame Blavatsky, percibe que era alguien que manejaba relativa información, aunque, en verdad, nunca tuvo fortuna personal que le permitiera realmente explorar Agharthi, donde fuera que estuviera una puerta de entrada. Sin embargo, la tradición dice que ella, realmente, estuvo en el reino subterráneo, entró en varias cavernas y se perdió un tiempo en la boca oscura de una de ellas.

Solía contar el coronel Olcott, compañero de viajes de Helena Blavatsky, que habían entrado a una capilla o santuario cavado en la roca, cuando quedó absorbido,

“por la vista imponente de la boca de la cueva. Al reaccionar, percibí que Blavatsky había desaparecido. Escuché el estrépito lejano de una puerta pesada al cerrarse, aunque no pude distinguir dónde estaba esa puerta. Era tal la oscuridad. ¡Cómo añoré, entonces, un buen equipo de luz portátil más moderno que mi linterna! Registré la capilla, pero no vi ningún lugar donde Helena pudiera haber ido. Media hora más tarde, ella apareció súbitamente y dijo que había atravesado una puerta, donde conversó, con uno de los maestros guardianes, que anuncian a la profunda Agharthi, dentro de la roca”.

Si aceptamos esta historia en lo que dice, o si la descartamos como una fantasía, de todas maneras, su parte de contenido simbólico concuerda con otras narraciones que hablan de vida más debajo de nosotros. La ciencia, al fin, jamás ha negado la existencia de vida interior, de hecho, la estudia. En verdad, no es dudoso pensar que la verdad quizás descansa en el fondo de un pozo.”

Ch. G., Phoenix, Arizona:

Page 86: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

"Los enanos de la mitología nórdica vivían en un mundo subterráneo, gobernados por su propio rey: Alberico. A ellos la luz del día los convertía en piedras, por lo que solamente salían de sus construcciones interiores cuando era de noche. Es la razón de que, aún ahora, lo normal es que estos seres pequeñitos, gnomos, duendes, se vean sólo de noche. Aunque no pueden alejarse demasiado del sitio en que está la entrada a su mundo, menos de una media noche, cuando deben regresar antes de la luz del día.

Se dice que son grandes mineros y artesanos que trabajan metales y, naturalmente, tienen un conocimiento secreto sobre el tesoro subterráneo, como la ubicación de vetas preciosas. Se sabe que el minero que cree en ellos, encuentra su veta, aunque nadie asegura haberlos visto alguna vez. Recuerdos de ellos han quedado en innumerables poblaciones construidas bajo tierra, que son un testimonio de la pequeñez de sus habitantes. El tamaño tan reducido de las casas encontradas durante hallazgos arqueológicos realizados a partir del siglo XIX, los confirman.

Por ejemplo, en tierras de Escocia y de Ulster, James Farrer encontró una de estas construcciones en la isleta conocida como Holm of Eday, en las Orcadas, en 1855, y señaló:

“Mientras que el tamaño de las piedras usadas en las construcciones evidencian una gran fuerza física de parte de los constructores, las habitaciones tan pequeñas y angostas parecen indicar una raza diminuta”.

Otro arqueólogo, J.R. Tudor, en su informe “The Orkneys and Shetland”, 1883, se preguntaba:

“¿Qué tamaño puede haber tenido la gente que ha gateado a través de los túneles que parecen para conejos, como son los pasajes que llevan a sus construcciones bajo la tierra?”.

Una arqueóloga de Ulster, Mary Hobson, en 1907, leyó en una reunión de la Asociación Británica en Leicester su informe “an Account of Some Souterrains in Ulster”, en que dice:

“Las entradas son pequeñas, pero las aberturas para pasar de una cámara a la otra son todavía de menores dimensiones: son demasiado pequeñas para dejar pasar a un hombre de estatura mediana; una persona tendría que tenderse para poder atravesarlas,

Page 87: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

y aún así, el ancho no permitiría que pasaran más que los hombros de una mujer o un niño. Es obvio que nadie construiría edificios donde no pudiera entrar él mismo, así que debemos deducir que las proporciones de los constructores estaban de acuerdo con las de las construcciones. Y se han encontrado numerosos vestigios de haber sido habitadas por humanos, así que la sugerencia de que han sido construidas como receptáculo para los espíritus tampoco funciona”.

Parece ser que la antigua raza de habitantes de Escocia y de Ulster era comparable, en características y estatura física, con los esquimales modernos. El antropólogo Charles H. Chambers, escribió en 1864 en la Anthropological Review:

“Pienso que la raza que habitaba las costas septentrionales de Europa era semejante a los lapones, finlandeses y esquimales, de bajo tamaño físico, lo que ha dado pie a muchas de las historias de enanos, gnomos y hadas que existen en las sagas escandinavas.”

En 1863 se hizo el descubrimiento de veintisiete calaveras humanas en la isla de Burray, Orcadas, que quedó registrado en el número de ese año de The Prehistoric Annals of Scotland, en que se dice que estas calaveras “son de seres humanos extremadamente pequeños, del tipo esquimal, de cabeza corta y ancha.” Lo cierto es que la mitología del reino subterráneo suma muy diversos tipos antropomorfos, así como cosmogonías diversas. Por ejemplo, el mundo subterráneo de los griegos tiene una estructura compleja y jerárquica, y está dividido en dos áreas: Erebo, donde se enviaba a las almas de los muertos para que esperasen, y el Tártaro, una parte más profunda e impenetrable. Varios ríos dividían estas zonas del mundo de los vivos.

El primero era aqueronte, a través del cual el barquero Corante transportaba las almas de los difuntos a cambio de una retribución: la moneda que tradicionalmente se coloca en la boca o sobre los ojos de los muertos. Si no podían pagar al barquero, el alma estaba perdida y quedaba para siempre en el limbo sobre las orillas de Aqueronte.

Page 88: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

Otros ríos del mundo subterráneo eran Leteo, el río del olvido; el Estigia, junto a cuyas aguas los Dioses hacían juramentos de terrible poder; Cocito, el río de los quejidos, y Flegetonte, el río del fuego. Una vez en el Erebo, las almas de los muertos eran juzgadas por tres magistrados: las malditas eran enviadas más abajo, al Tártaro, y las almas salvadas iban al paraíso de los Campos Elíseos. Esta estructura está muy cercana a la exégesis de la estructura del infierno en la religión cristiana, lo mismo que la primitiva concepción cristiana que derivaba de ella, que sobrevive en los mitos de todo el mundo, que habla de que ciertos héroes pueden haber penetrado en aquel reino.

El descenso de Orfeo (en búsqueda de Eurídice), de Hércules (cumpliendo su prueba de valor) o del mismo Jesús al inframundo, para rescatar a los justos, resuena en múltiples narraciones. Una vieja historia folklórica escocesa, “La leyenda de Childe Rawland”, data del siglo XVIII formalmente, pero, con certeza, es muy anterior.

De hecho, una parte de ella aparece en los delirios de Edgardo, “El Rey Lear” de Shakespeare, que fue publicada en 1604. Hoy la historia se narra así:

“Erase un rey que tenia cuatro hijas: una mujer, Burd Ellen, y tres varones, el menor de los cuales era Childe Rowland. Ocurrió que mientras estaban jugando a la pelota, en el techo, ésta fue arrojada fuera por sobre el tejado, y Ellen fue enviada a buscarla. Como ella no volvía, fue a buscarla por turno cada uno de sus hermanos, hasta que fue enviado Childe Rowland. Sucedió que Ellen había sido capturada por el monarca del Reino de los Elfos, y la habían llevado prisionera dentro de un monte verde.

Childe Rowland caminó alrededor del monte tres veces en dirección contraria a las agujas de un reloj, luego dijo: “¡Abrete puerta!”, y entonces milagrosamente apareció la abertura de una oscura caverna. Al entrar se dirigió a la ante-cámara del rey de los Elfos, donde encontró a su hermana viva, pero a sus hermanos muertos. Cansado por la larga caminata, le pidió a su hermana algún alimento y ella, influida por el Rey de los Elfos, se lo trajo. Justamente cuando estaba a punto de comerlo, Rowland recordó que comer en el inframundo era quedarse atrapado allí, y arrojó la comida al piso.

Page 89: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

Al haber fallado la magia, el propio rey entró precipitadamente portando armas y gritando:

“¡With Fie and Foe and Fum,/ I smell the blood of a Christian man,/ Be he dear, be he living, with my brand,/ Íll dash out his harns (brains) frae his harn-pan!" (¡Con Fie y Foe y Fum,/ yo huelo la sangre de un cristiano./ Esté muerto o este vivo, con mi espada / le arrancaré el cerebro del cráneo!).

Pelearon, y Rowland venció al Rey de los Elfos, quien permitió liberar a Burd Ellen y volver a la vida a sus hermanos muertos. Una vez que esto se cumplió, Rowland le perdonó la vida al rey, y los cuatro se alejaron del reino dentro de la piedra y volvieron a casa sanos y salvo. El caso es que a pesar de que las leyendas del reino subterráneo son complejas y misteriosas, preservan ciertos hechos históricos.

El origen de algunas de estas historias puede estar en la memoria popular de una época anterior, mientras que otras pueden provenir de experiencias mágicas o chamánicas en un plano psíquico. Otro tipo de leyenda puede tener su origen en visiones fugaces de ritos practicados debajo de la tierra, que desde siempre han producido en los vecinos cierto espanto.

Hoy en día, el tren fantasma de los parques de diversiones es el último resto que queda de los terrones subterráneos de los neófitos. Porque la mayoría de las sociedades religiosas en nuestros días no pueden darse el lujo de tener cámaras iniciatorias construidas bajo tierra; así los modernos francmasones encuentran que vendar los ojos durante un rito determinado es un sustituto aceptable. Como lugares de iniciación ciertas construcciones subterráneas deben de haber sido lugares de poder sagrado. Este poder puede ser que exista allí naturalmente, o que haya sido generado especialmente mediante actos mágicos y geománticos. Las cuevas sagradas de los oráculos, como la de Ramahavaly en Madagascar, eran ejemplos de centros de poder natural, mientras que las grutas de la Virgen María, como la de Lourdes, parecen haber adquirido poder por meDios sobrenaturales.

El poder de estas estructuras subterráneas se ha mantenido y aumentado mediante la observancia religiosa y los sentimientos piadosos, como lo demuestran las numerosas curas que ocurren todavía diariamente en Lourdes. Como toda energía, el poder

Page 90: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

existente en esos lugares puede ser canalizada para propósitos buenos o malos. A las energías benevolentes o positivas de la Virgen se oponen las siniestras maquinaciones del imperio del mal.

De acuerdo con el “Libro de Enoch”, la victoria de San Miguel sobre el diablo dio como resultado que los ángeles caídos fueran desterrados al mundo subterráneo. Paracelso creía que la morada del imperio del demonio estaba debajo de la Tierra, y varias manifestaciones psíquicas están asociadas con las estructuras subterráneas. Las investigaciones modernas sobre la relación entre las manifestaciones psíquicas y las energías de la tierra indican que el sonido puede jugar un papel importante en la creación o dispersión de estos fenómenos y de hecho encontramos una específica relación entre el sonido y las leyendas del reino subterráneo.

Tradicionalmente, los exploradores de túneles son músicos que van tocando a medida que caminan; los caballeros del Rey Arturo se despiertan por el sonido de una campana; el famoso flautista de Hamelin encanta primero a las ratas y luego a los niños y los lleva al reino subterráneo con su flauta. Y existe una superstición universal de no silbar dentro de las minas para no provocar a los seres que allí viven y que pueden hacer que caiga el techo de la mina o haya una explosión.

Está bien documentada la supresión del imperio subterráneo cuando es demoníaco mediante el sonido. Gongos, matracas, silbatos, campanas, fuegos artificiales silbantes, mantras, cantos e himnos han sido usados en varias partes del mundo para destruir la interferencia demoníaca durante los rituales sagrados. Los santos de la antigua iglesia céltica acostumbraban llevar campanitas de mano adonde fuera que se dirigieran, con el fin de mantener un contorno psíquico correcto para sus actividades y para exorcizar los demonios del infierno de sus monasterios subterráneos.

Asimismo, desde siempre se ha sabido que las campanas de la Iglesia Católica son, además de un llamado a los fieles, una manera de exorcizar a quienes las oyen. El sonido de violinistas, tambores y gaiteros también puede suprimir la acción de los espíritus malos o las energías negativas de la tierra que circulan en los túneles desconocidos. De hecho, el posible hechizo negativo que puede circular en estos sitios también puede ser roto por la simple voz humana, de aquí que, por instinto, cuando una persona debe cruzar un paraje solitario, no es raro que cante para acallar los miedos.

Page 91: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

Otra forma de sonido humano que permite entrar sin peligro alguno al mundo interior, es la simple oración, la repetición de los rezos que uno aprende desde niño, sea del lugar de la Tierra que sea.”

CINCO

Una de las sedes subterráneas prehistóricas más interesantes de Europa está en Inglaterra, muy cerca de la montaña Great Whernside, en Lea Green, donde están los restos de un pueblo de la Edad de Hierro que existió entre los años 200 antes de nuestra era y 400 de nuestra era. En esa región de Yorkshire hubo minería de plomo durante siglos y algunos de sus túneles pertenecen al mesolítico, neolítico y períodos del bronce y del hierro.

En su libro "Reliquias diluvianas", Buckland, que exploró el sitio en 1882, asegura que los restos que él halló “pertenecieron a hombres que habían sido barridos por el diluvio”. El escritor Daniel Defoe, que vivió allí en los primeros años del siglo XVIII, escribió luego que “el sitio es terrible.” En la década de 1970, el escritor Alec Maclellan narró una extraña experiencia que tuvo en el lugar:

“Me encontraba en un punto donde los escarpados bordes de la colina cercan el valle, cuando vislumbré fugazmente una entrada en la ladera de la colina. Al acercarme me di cuenta de que no me había equivocado, aunque la entrada era muy pequeña y estrecha. Saqué la linterna que llevaba e iluminé con su haz de luz a través de la pequeña abertura. En cuanto entré, percibí una corriente de aire frío. Me abotoné el saco y el cuello de la camisa y me puse en movimiento siguiendo el poderoso haz de luz blanca de la linterna.

Las paredes de la cueva parecían descender gradualmente y luego tomar una forma de túnel regular. Sólo el sonido de mi respiración y mis pasos rompían el silencio. Me volví una vez para mirar a mis espaldas, pero sólo comprobé la oscuridad impenetrable. Pensé que había encontrado y explorado uno de los extraños túneles subterráneos del West Riding. No soy espeleólogo, y por tanto de nada servía que siguiera más allá. Investigué con la linterna a mí alrededor. Y el sentido común me hizo volver sobre mis pasos, pero algo me detuvo. Con la linterna había captado un débil brillo lejos, delante de mí en el túnel. Escudriñé más para asegurarme de que no estaba equivocado. No, había claramente un brillo apagado, que pareció crecer en intensidad, se hizo verdoso.

“Poco a poco comencé a discernir con claridad un suave zumbido que gradualmente iba creciendo; bajo mis pies, el suelo comenzaba

Page 92: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

a vibrar. El zumbido iba convirtiéndose en un retumbar y simultáneamente la luz verde parecía titilar con mayor fuerza. Tenía la impresión de que algo venía hacia mí. El sentido común y la sensación de inquietud que me invadía no impidieron que mis sentidos me insinuaran que había entrado en un lugar mucho más extraordinario. Luego el ruido se hizo tan intenso y la luz tan fuerte, que creí que todo caería sobre mí.

Ese pensamiento deshizo el sentimiento de asombro que me había sobrecogido y sin pensarlo más, me di la vuelta y corrí hacía atrás por el pasadizo.

"- Me han sugerido -confiesa Maclellan- que la luz verde pudo haber sido causada por un extraño fenómeno conocido como “fuego fatuo”, que es el resultado del gas pantanoso en la tierra putrefacta, y que produce pequeñas llamas; y que el ruido se debía simplemente al movimiento repentino de algunas rocas subterráneas. Aunque es innegable que ambas explicaciones son posibles, no acaban de convencerme."

Otro escritor inglés, Charles J. Cutcliffe-Hyne, hoy casi olvidado, vivió en esa región de Inglaterra a principios de 1900. Ganó cierta fama como explorador y estaba obsesionado con la leyenda de la Atlántida (es autor de una buena novela sobre el tema: "El continente perdido"); escribió en 1889 un extenso texto sobre un reino subterráneo, basado, según él, en hechos que había conocido realmente.

Cuando el narrador de su obra recobra el sentido luego de caer en cierto túnel, descubre que ha caído en poder de una raza subterránea que ha vivido en armonía y paz desde tiempos prehistóricos. No eran partidarios de la guerra y tuvieron que buscar abrigo en el suelo pues en la superficie se estaba produciendo una carnicería.

El narrador pregunta a sus huéspedes:

-¿He de entender que hay una colonia haciendo vida normal en esta cueva? -Bien, sí, en parte, pero en vez de colonia hay que hablar de nación, y en vez de cueva de un laberinto casi interminable. Nuestras habitaciones y los túneles que las conectan se ramifican bajo la totalidad de las islas británicas, y en muchos lugares debajo de los mares.

Luego le explicaron que estaban gobernados por alguien supremo, tanto en las cosas temporales como en las espirituales, que es al mismo tiempo gobernante y

Page 93: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

deidad. Y le dicen que se aprovecharon de la estructura de la tierra para crear su mundo subterráneo:

“En primer lugar, la corteza terrestre es vesicular, es decir, está llena de agujeros formados por convulsiones titánicas o por la erosión irresistible del agua; y en segundo lugar, todas estas cavidades están ventiladas por invisibles pozos de aire.”

La creencia de una entrada al reino subterráneo es común en esa parte de Gran Bretaña. Joseph O'Neill, que fue secretario permanente del Departamento de Educación del Estado Libre irlandés, desde 1923 a 1944, describe en una novela que publicó en esa época, a una antigua sociedad totalitaria de gentes que vivían bajo el suelo inglés, en cuevas y pasadizos, y que utilizaban la telepatía para comunicarse. El sabio Nicholas Roerich declaró:

“entre las innumerables leyendas y relatos de hadas de diversos países pueden encontrarse cuentos de tribus perdidas o habitantes de subsuelos. En amplias y diversas direcciones, los pueblos hablan de hechos idénticos. Pero al correlacionarlos, se ve rápidamente que no son más que capítulos de la misma historia. Al principio parece imposible que existía alguna conexión entre estos rumores distorsionados, pero después se empieza a captar una coincidencia peculiar en estas múltiples leyendas de pueblos que son incluso ignorantes de los nombres de los otros.

Se reconoce la misma relación en el folklore del Tíbet, Mongolia, China, Turkestán, Kashmir, Persia, Altai, Siberia, los Urales, Caucasia, las estepas rusas, Lituania, Polonia, Hungría, Francia, Alemania… desde las más altas montañas hasta los océanos más profundos cuentan cómo una tribu sagrada fue perseguida por un tirano y cómo el pueblo, no deseando someterse a la violencia, se encerró en el interior de las montañas. Incluso te preguntan si quieres ver la entrada por la que huyeron…”

La idea de un paraíso terrestre, donde subsisten los más altos ideales de la humanidad, es tradicional. Esta zona sagrada la hemos preservado en nuestra memoria histórica: en Grecia era el monte Olimpo y los campos Elíseos en los misterios de Eleusis. En los primeros tiempos védicos recibió hermosos nombres: Ratnasanu (cima de la piedra preciosa), Hermadri (montaña de oro) y Monte Neru (hogar de los Dioses).

Simbólicamente la cima de la montaña está en el cielo, su parte central en la tierra y su base en el reino subterráneo, llamado también tierra de Azar entre los pueblos de Mesopotamia; tierra de Amenti, según el libro sagrado de los muertos

Page 94: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

de Egipto; el Erdemi, de los antiguos mogoles; la ciudad de los siete pétalos de Fishnú, o el Edén de la tradición judaica.

Los persas la llamaban Alberdi o Aryana; los hebreos, Canaán; entre los celtas se conocían como tierra de misterios, Dust o Dananda. Los chinos hablaban de un mundo subterráneo que esta en las raíces del cielo, y la nombraban Chivin. Es la mitológica Cólquida que buscaban los argonautas que salieron tras el vellocinio de oro. En los cuentos de hadas se la nombra como Ciudad Celeste y en la Edad Media la llamaban Isla de Avalón, hacia donde el Rey Arturo y los caballeros de la mesa redonda, guiados por Merlín el mago, fueron a buscar el Santo Grial, símbolo de justicia. Luego a Sir Bedibere le fue encargado devolver la espada mágica del rey “a la tierra en que nadie muere”. Es el Vahalla de los alemanes; el Monte Salvat de los caballeros del santo Grial; la Utopía de Thomas More; el Shangri-la de los tibetanos. En México se la conoce como Tula o Tulán, también se la ha identificado como Maya-Pan. Es la fabulosa El Dorado que buscaron los españoles en América. El Dorado, Paititi o Manaos, como se la nombra, es una ciudad cerca del lago Parima, rodeada de montañas de oro, edificios y calles del mismo metal, así como ostentosas construcciones de oro blanco y piedras preciosas. El cronista Gonzalo Fernández de Oviedo ubica la primera mención de esta ciudad en 1534. Sin embargo, casi junto con la llegada de Cristóbal Colón en 1492, los españoles escucharon rumores sobre este reino, situado en algún lugar “de las inmensas y extrañas tierras que la providencia había deparado para el pueblo elegido de Castilla”.

El primero en lanzarse a la búsqueda de El Dorado es un hombre cruel: el alemán Ambroise Alfinger. Financió sus expediciones, entre 1529 y 1538, vendiendo indios marcados con fuego como esclavos en Santo Domingo. Al salir de Coro, capital entonces de Venezuela, sube por el río Magdalena masacrando a su paso a varias tribus indígenas. Finalmente, extraviado y con sus tropa dispersa, Alfinger debe abandonar su búsqueda después de varios intentos fallidos: durante su última incursión, durante un enfrentamiento con los indios, recibe en el cuello un flechazo envenenado y muere al poco tiempo.

Esto no disuade a los demás conquistadores. Otro de ellos, Gonzalo Jiménez de Quezada, un abogado fascinado por la aventura, después de una larga y difícil búsqueda con sus hombres, durante la cual son acosados por los indios y consumidos por las fiebres tropicales, logra penetrar en la selva en enero de 1537 y conquista Bogotá: encuentra oro, diamantes y minas de esmeraldas, pero concluye que no es el soñado El Dorado. El cronista Pedro Cieza de León, que narra incomparablemente los acontecimientos de la conquista de Perú, en la que era soldado, convence a Gonzalo de Pizarro, hermano de Francisco, a organizar un viaje a El Dorado.

Page 95: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

Dicho lugar se encontraba, según ellos, en las montañas situadas al oriente de Quito. Y parte Pizarro con su expedición a explorar El Dorado; ese mismo año de 1541, Hernán Pérez de Quezada consigue un permiso semejante en Bogotá para emprender igual exploración.

Durante la búsqueda, Pizarro se encuentra acosado en medio de la selva amazónica, después de diez meses de vagar, y decide concederle permiso a uno de sus lugartenientes: Francisco de Orellana, para navegar el Amazonas; Orellana parte desde Guayaquil junto a Fray Gaspar de Carbajal, quien escribe una interesante relación del viaje, que los llevaría al Océano Atlántico y al virtual abandono de los hombres de Pizarro. Orellana desde entonces, afirmó haber ubicado la Isla de las Amazonas.

Por su parte, el viaje emprendido por Quezada entró casi en el olvido, cuando regresan a Bogotá, más de un año después, los sobrevivientes dijeron no haber llegado pero sí estuvieran muy cerca; como prueba traían la información correcta de la geografía de la región de Mocoa y Pasto. Hay informe de otras expediciones fracasadas en búsqueda de El Dorado, en dirección del río Orinoco y las Guyanas (en 1559 y 1569), que, sin embargo, abren rutas nuevas. Un aventurero paranoico que salió en búsqueda de El Dorado fue Lope de Aguirre, quien asesina, en un lapso de cinco meses, al organizador de la expedición: Fernando de Guzmán y a su colaborador inmediato Pedro de Urzúa, tomando el mando en un vertiginoso viaje a través de la selva. La odisea de este hombre ha quedado en la historia como Aguirre o La Ira de Dios. Un explorador soberbio en búsqueda de la ciudad magnifica en plena selva fue Sir Walter Raleigh. Siempre estuvo poseído por la quimera de esta ciudad, que pensaba existía en algún lugar de la Guayana americana. Explorador de los territorios de Virginia y conquistador de tierras americanas, emprendió al Orinoco dos viajes en busca de El Dorado, en 1595 y 1617.

En el relato del viaje que publicó hablaba de cosas tan sorprendentes y de riquezas tan enormes que incentivó el auge de la piratería en América. Cuando Antonio de Berrio, gobernador oficial de los territorios de El Dorado, fundó en la isla de Trinidad, la ciudad de San José de Oruña, y en los márgenes del río Orinoco, Santo Tomé, lo normal era decir que la ciudad de Manaos, capital de El Dorado, estaba a orillas del lago Parima, cuyo fondo era un cerro resplandeciente de oro. La fábula fue muy popular en la España de la época, y muchos querían venir a buscar El Dorado, ¿acaso no fue el propio don Cristóbal el primero en vislumbrar la entrada al Jardín del Eden al explorar, durante su tercer viaje (1498-1502) la desembocadura del Orinoco, creyéndolo el Ganges, uno de los cuatro ríos que nacen en el Paraíso Terrenal?

En esa época más de dos mil personas se embarcaron hacia Trinidad y la Guayana. Sólo los guiaba la posibilidad de encontrar El Dorado. El fracaso fue total: el terrible clima, indios hostiles, las alimañas y la selva impenetrable han

Page 96: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

impedido descubrirla. Los intentos por llegar a El Dorado han sido innumerables. Sólo anotaremos el último anunciado este año 2000 a realizarse por un grupo de científicos liderados por el explorador y geógrafo Jacek Palkiewicz para octubre de 2001.

En su primera excursión antes recorrió parte inexplorada del territorio peruano de la selva de Amazonas, intentando seguir el camino que siguieron para refugiarse los Incas con los tesoros de su imperio huyendo de los conquistadores españoles en 1532, cuando, de acuerdo a las crónicas, buscaron refugio en Paititi, como nombran en Perú a la mítica ciudad perdida. El objetivo del primer viaje ha sido comprobar por tierra y aire la exactitud de los datos obtenidos a partir de imágenes satelitales, informes de especialistas y testimonios de habitantes de la zona. En la expedición programada para los próximos meses participan más de cincuenta personas que esperan ayudados por la técnica encontrar al fin El Dorado. En Chile hay una antigua leyenda que habla de una civilización que vive en el corazón de Los Andes, cuya ciudad tiene varios puntos de entrada; uno de ellos en Arikha, la ciudad oculta bajo las doradas arenas del desierto más árido del mundo, el que marca una enorme roca, casi perpendicular, que tapa la entrada a un túnel inmenso que se extiende bajo los áridos desiertos del norte chileno y se pierde al interior de la cordillera; una bifurcación hacia el Sur acaba donde termina Chile continental, punto cruzado por dos bloques enormes de metal que giran sobre pivotes; al ser traspasados a modo de puertas, se descubre dos túneles: uno que se pierde bajo la Antártica y otro que enfila bajo el mar en dirección a China: marcando rumbo Este hay en la mitad del océano otra conexión al exterior: Rapa Nui, la isla de Pascua en la Polinesia chilena.

Singularmente en todos estos sitios, tradicionalmente, se rinde tributo ceremonial a ciertas fuerza subterráneas desconocidas, que nuestro imaginario colectivo identifica con el poder de la Madre tierra. Rapa Nui, la Isla de Pascua es el más rico y complejo museo al aire libre que existe en la Polinesia, y es geográficamente el sitio habitado más lejano de tierra; ubicada en el sector oriental del océano Pacífico, rodeada por las distancias del gran mar que la oculta al mismo tiempo que baña sus costas volcánicas, fue descubierta el 5 de abril de 1722, en Pascua de Resurrección de Nuestro Señor Jesús, cuando una expedición holandesa a cargo del almirante Jacobo Roggeveen, que recorría los archipiélagos del Pacífico Sur, con tres barcos de flota, desde el "Thienhoven" avista una porción de tierra solitaria de forma triangular y como flotando en la inmensidad de las olas. Los holandeses creen estar frente a la Terra Australis Incognita de que hablan los corsarios ingleses. Sin embargo, no hay aquellos puertos naturales que comentan ni la abundante vegetación y no se ve más tierra en la distancia ; sólo hay dos pequeñas playas de arena rosada, formada por el desgaste de la extensa zona de corales que envuelve a la isla. Todo lo demás son volcanes

Page 97: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

oscuros cubiertos de nubes grises, acantilados profundos y la costa dispareja sembrada de rocas puntiagudas.

Fue entonces que, entre todos, asombrados, comienzan a ver figuras de hombres enormes; parece habitada por gigantes que, ocultos tras enormes murallas, asoman sus toscas cabezas por sobre los muros.

Está cayendo el sol y un marinero distingue a media milla una columna de humo y otros signos de presencia humana. Deciden bajar al despuntar el alba. Y así lo hacen. Una gran multitud los espera en la playa de Anakena, un sitio hermoso de suaves arenas y aguas cristalinas, con un clima cálido protegido por cerros altos. Al desembarcar, los expedicionarios comprueban con alivio que los gigantes no son sino grandes monumentos colocados sobre altas plataformas. Dominando la costa y las cosas, se ven las colosales estatuas de piedra, algunas coronadas con enormes sombreros rojos.

Roggeveen anota en su bitácora que,

"llaman a estas estatuas Moai y a sus sombreros rojos Pukao... no podemos comprender cómo esta gente sin buenas cuerdas y maderos han sido capaces de levantarlas... la mayoría de los hombres llevan barba, visten con escasas prendas y plumas y tienen el cuerpo cubierto de polvillo rojizo sobre el que lucen admirables tatuajes en blanco y azul. Las mujeres están desnudas o cubiertas por un modesto taparrabos. Hay varios con su pelo semejante al color rojo del sombrero de las estatuas y la mayoría tiene la piel tan blanca que pueden ser los descendientes de alguna raza europea..."

Escribe entonces en su "Relación de Isla de Pascua" el expedicionario Carlos Federico Behrens:

"Las enormes estatuas tienen la figura de un hombre cortado a la altura de las caderas, orejas largas, y muchos sostienen en sus cabezas aplanadas una corona o sombrero de piedra rojiza. Parece obra de gigantes."

Y el navegante pionero se hace las preguntas que continúan intrigando al mundo de hoy:

"¿A quiénes representan esas estatuas? ¿Para qué las hicieron? Cuando preguntamos cómo ubicaron los monumentos, con qué herramientas, los nativos respondieron: "Se ubicaron ellos mismos, volando".

Aunque en los mapas actuales figura como Isla de Pascua, Easter Island o Paasch Eyland (como la bautizó Roggeveen) las gentes de la Polinesia la

Page 98: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

nombran Rapa Nui, que en lenguaje tahitiano significa Isla Grande. También se la conoce como Matakiterani ("Ojos que miran a las estrellas")

El título nativo que le dan sus habitantes y que se repite en cantos y poemas es Te Pito o Te Henúa (el Ombligo del Mundo o Centro de la Tierra), igual que como la designaban los habitantes antiguos del lugar. En igual forma, los soberanos que rigieron la vida remota de la isla llevaron el título de Ariki Hanúa o Rey de la Tierra. Se dice que no existe otro lugar habitado tan diferente a otras comunidades humanas. Rapa Nui es en su totalidad de origen volcánico, y empezó a aflorar desde el fondo del océano hace aproximadamente 3 millones de años, manteniendo intermitentemente su actividad volcánica hasta hace 2 mil a 3 mil años atrás, fecha de la ultima erupción calculada. La isla es un triángulo de tierra formada por las laderas encontradas de tres volcanes: el Ranu Raraku, el Rano Aroi y el volcán Rano Kau, que albergan en su interior una importante reserva de agua, flora y fauna para los lugareños, y en cuyo cráter se encuentran varias cuevas-entradas a las profundidades secretas pascuenses.

La ubicación de éstas ha sido celosamente transmitidas y guardadas de padres a hijos. Porque a pesar de su pequeñez y abismante lejanía, en ese milagro del mar floreció y se desarrolló una cultura de alta complejidad que aún hoy día provoca asombro. La Rapa Nui constituye el ejemplo mejor ilustrado de una cultura que se ha desarrollado al margen del resto del mundo, careciendo prácticamente por completo del aporte de ideas nuevas, que tanta importancia ha tenido en la historia de todas las naciones conocidas. En la mitología del Reino Interior se cree que desde siempre ha sido utilizada como salida-entrada de las gentes que viven al interior de la Tierra. Hoy día se cree que los primeros pobladores fueron grupos de navegantes extraviados que llegaron hasta el ombligo del mundo y fueron incapaces de regresar a sus lugares de origen. La principal razón para afirmar esto es que no se conoce ningún poblado, ni polinésico ni americano, capaz de navegar precisa y sistemáticamente entre Rapa Nui y otras tierras, de manera tal que la única posibilidad son las llegadas fortuitas de navegantes que se convirtieron en realidad en prisioneros de la tierra que los había salvado.

Estos primeros colonos involuntarios debieron adaptar sus valores culturales y su manera de vivir a un medio radicalmente diferente que ayudó a gestar en la isla un proceso que reproducía a escala reducida todas las diversas etapas a través de las cuales el hombre pobló progresivamente el planeta.

Cabe decir que los primeros habitantes del lugar desarrollaron en un lapso reducido, una cultura que llegó a muy altos niveles de complejidad, incluyendo un sistema de escritura aún sin descifrar por completo y que se encuentra en su mayor parte en las famosas "tablillas parlantes", la escritura rongorongo, que encontraron en la isla los primeros descubridores del lugar; estos trozos de

Page 99: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

madera endurecida por los siglos, tallada íntegramente con signos pictográficos de fascinante estilística, que trasmiten una cosmogonía coherente de principio a fin.

Originalmente llamadas entre los pascuenses Kohau rongorongo, su enigma comienza con la propia traducción del nombre, que algunos traducen como "líneas para su recitación" y otros "tablillas de transmisión". Se habla de 600 de ellas desaparecidas. La narración de la Tablilla de Aruku-kurenga o Ki-Te Erua ("El loco período del sol"), una de las pocas que se conservan, traducida a la lengua Rapa Nui moderna por el obispo Tepano Jaussen y M.E. Ahnne, cuenta un terrible momento que vivieron los primitivos habitantes de la isla en tiempos prehistóricos:

"El calor del sol, que da vida y fecunda, hoy aumentó su calor. La atmósfera es una caldera. El aire está pesado y asfixiante. Algunas mujeres y niños están cayendo secos a la tierra. Hay preocupación por salvar a Manua Iru y su alteza Koia, la reina y sus servidores. Y a los hombres Moa, que estaban viviendo acá junto a nosotros. Es Koia quien toma la decisión de partir. Embarcándonos para algún lugar y poniéndonos a salvo"

La tablilla concluye el relato antes de indicar cuál es el sitio elegido para emigrar. El repentino cataclismo solar que afectó a Rapa Nui en tiempos remotos tiene ciertos grados de relación con lo que dice la tradición en pueblos de otras regiones de la tierra: en la teogonía egipcia se describe el despedazamiento del sol; las inscripciones de Medinet-Habu, hablan de lenguas de fuego que descendieron de los cielos y quemaron pueblos enteros, ardieron las ciudades y desapareció todo signo de vida en algunas zonas. En la Biblia se señala la ocasión el día de Pentecostés.

Los investigadores señalan que el repentino cataclismo solar que afectó a la isla no dio tiempo a nadie para preocuparse de sus labores; de un momento a otro se abandonaron los trabajos; se descubren estatuas dejadas a medio camino del sitio en que iban a ser colocadas; originando un cataclismo de esta naturaleza alteraciones de todo orden, terremotos y maremotos, que justificarían los desplazamientos de tierra que ubicaron a las estatuas semienterradas o hundidas y aún ocultas. De esta serie existen otras seis tablillas transcritas por el obispo Jaussen, cuya ubicación hoy no se sabe.

Louis Pauwels y Jacques Bergier en "El Retorno de los Brujos", aseguran que existen otras series de tablillas parlantes en el museo del Vaticano, Roma. Y Louis Castex en su libro "Los secretos de Isla de Pascua" hace saber que tres tablillas que se encontraban en el Museo Braine-Le-Comte, en Bélgica, están ahora en el museo del Vaticano, en el archivo de los Sagrados Corazones.

Page 100: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

En estos trozos de madera tallados con letra rongorongo está supuestamente la historia de la isla, que a nosotros nos llegó en parte gracias a la tradición oral desde los primeros pascuenses, que tienen un pasado que es rara mezcla de sangre y poesía. Hace unos años viajar a la isla de Pascua era más difícil que ir de safari. Actualmente existe una extensa información turística y facilidades para llegar al sitio, que está plenamente integrada a la sociedad contemporánea. Hay casi todas las comodidades materiales que puede disfrutar cualquier ciudadano del mundo. La partida desde el aeropuerto internacional de Santiago de Chile, es el inicio de cinco horas de vuelo sobre el mar, siguiendo la ruta del Pacifico Sur. La penúltima escala es la isla, que se ve reposando como un gran animal marino entre las olas.

Desde el avión se distinguen sus tres volcanes, las suaves colinas donde corren las manadas de caballos y sus costas oscuras bañadas por el agua maravillosamente azul. Roqueríos y mar, incipiente vegetación y una sola aldea: Hanga Roa. Se aterriza en el aeropuerto de Mataveri entre música autóctona y sonrisas expectantes. Casi toda la población se reúne allí para ver este acontecimiento que ocurre tres veces por semana. Los que van al lugar esperando extensas playas, palmeras y cocoteros, probablemente se desilusionarán porque el paisaje es de costas que se precipitan al mar en abismos insondables y viento.

Aunque encontrarán tres playas de ensueño, con aguas transparentes y templadas, con posibilidad de practicar el buceo, el yatching y el surf, o dorarse en una de las arenas más finas que hay en toda Polinesia. Pero si no es su caso, puede estar seguro de que deseará no abandonar jamás la isla, porque el color del mar es único y las luces de los crepúsculos de la tarde y de la mañana son inolvidables. Es sabido de todos que las brújulas allí no funcionan por un fenómeno de gravedad que dota a la isla de una extraña energía que uno siente cuando pisa sobre ella; la sensación es única. Se está en un animal vivo. Hay hoteles internacionales, pero la mayoría de los turistas prefieren vivir en pensiones pascuenses: muchas casas de los isleños están acondicionadas para recibir huéspedes en excelentes condiciones, y por una parte de la oferta hotelera. En general, en todo el sitio reina una limpieza absoluta pues son gentes muy organizadas y armónicas en su trabajo diario. Las construcciones son de alegres colores y siempre están rodeadas de jardines con plátanos, flores y plantas exóticas. La comida es excelente, y si ha decidido vivir en una pensión durante su estadía, podrá conocer la impagable experiencia de adentrarse un poco en la vida auténtica de los isleños. Me he hospedado en casa de la familia Pakarati, que están desde siempre en el lugar. Las mujeres de la familia son sonrientes y bellas, y los hombres jóvenes del clan son en su mayoría talladores: de sus manos salen esas figuras de moais

Page 101: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

con cuerpos flacos y largas orejas y manos. El dueño de casa es don Cristóbal, reconocido como uno de los mejores talladores de la isla y como uno de los sabios consultores del Consejo de Ancianos.

A él todo el mundo le consulta todo. Aunque jamás sale de su casa, sabe todo lo que sucede porque durante el día desfila por su patio al menos la mitad de los lugareños. Don Cristóbal Pakarati es como un viejo patriarca, y allí nadie duda que es uno de los hombres del sitio que preserva la sabiduría de Te Pito o Te Henúa.

El es capaz de transmitir la maravillosa leyenda perdida de la isla y de su gente.

"Había una vez un continente llamado Hiva, donde un terrible cataclismo sumergió sus vastos territorios en el mar. Para salvar parte de su raza, un rey llamado Hotu Matu'a se embarcó y navegó hasta dar con este lugar que nombró Te Pito o Te Henúa, el Ombligo del Mundo. Llevaba consigo a sus guerreros, mujeres semillas, plantas y animales, desembarcando en la única playa de la isla: Anakena.

Como los isleños de hoy, ellos eran individuos de elevada estatura, de complexión vigorosa y aspecto fuerte con rasgos de corte fino, que recorren la isla montando su caballo, un símbolo de respeto vigente; con sus mujeres, las más bellas de Polinesia, de exótica belleza, cuerpo delgado y flexible y un inquietante quiebre de cadera al caminar, de carácter enérgico pero dulcísima; trajeron su idioma, con inflexiones polinésicas pero absolutamente incomprensible.

Es posible que antes de la llegada de Hotu Matu'a la isla ya tuviera algunos habitantes, en todo caso los recién llegados implantaron su propia sociedad constituida en numerosas tribus. Vivían de la pesca y de la agricultura y tenían ingeniosas costumbres para dominar la naturaleza.

"Posteriormente llegó una segunda emigración. Algunos dicen que salieron desde las cavernas de la isla, que se abren a caminos que unen bajo tierra todos los continentes. Eran una raza más baja y ancha que los altos y delgados descendientes de Hotu Matu'a. Estos fueron probablemente iniciadores en la fabricación de las fabulosas estatuas de piedra esparcidas por toda la isla. Aunque otros dicen que ya estaban desde antes.

Tenían la costumbre de estirarse los lóbulos de las orejas y de allí su apodo de orejas largas. Los moais no eran divinidades sino algo así como retratos de personajes importantes. Estas figuras enormes de piedra, algunas de más de 90 toneladas de peso, tenían una

Page 102: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

extraña y descomunal fuerza energética. Todas fueron talladas en la ladera del volcán Rano Raraku, sin más instrumentos que trozos de piedra, puesto que sus autores desconocían el metal.

Su fabricación requería miles de horas-hombre y su traslado es tan incomprensible como la técnica de construcción de las pirámides de Egipto, con la diferencia de que en el caso de la isla de Pascua nunca hubo millares de esclavos dedicados exclusivamente a hacer moais, ya que su población nunca pasó de los 5 mil habitantes. Por eso a pesar de todas las investigaciones que se han hecho, todavía no se sabe cómo los isleños bajaban esas moles de piedra desde las alturas del volcán, y cómo las trasladaban por toda la isla y cómo las ponían de pie. Y encima le colocaban un sombrero de piedra que pesaba otras varias toneladas."

Los Rapa Nuis, desde que los primeros extranjeros los interrogaron hasta hoy día, responden que los moais se movían con mana: un poder de la mente que los arikis practicaban comúnmente en beneficio del pueblo. Ese mismo poder, que movía toneladas de piedra a través del aire, atraía el pescado hacia sus costas y ayudaba en la germinación de las semillas.

Investigadores modernos no han podido explicar a ciencia cierta qué tipo de fuerzas utilizaron para trasladar los enormes trozos de piedra, pues sin duda la tracción animal es imposible en este raro sitio magnético en que las gallinas vuelan y ponen sus huevos escondidos en la incipiente vegetación. De todas maneras, las fotos en que vemos reproducciones de estas fantásticas estatuas no tienen nada que ver con las de su lugar de origen, que parecen ser simplemente seres escapados de un país de gigantes.

Las zonas de Vaihu y Akahanga eran sus puntos más densos de población; ahora pueden verse en el lugar numerosos ahus, sus altares a los Dioses de piedra, varios semidestruidos. Frente a los ahus se construían ordenadamente las casas de piedra de no menos de un metro de alto por cuatro de largo, unidas una junta a otra para depositar los restos de los muertos ilustres y muchos otros objetos del poblado.

Luego les colocaban encimas los moais, estos gigantes de piedra con esa forma de hombre de orejas y nariz sumamente largas, como las caras mismas, de labios finos que parecen apretados y ojos que semejan un mirar lejano, como oteando el cielo, con el cuerpo cortado a la altura de la cintura y los brazos formando parte, en bajorrelieve, del tórax; a los que encima plantaban su tocado o pukao, de otras varias toneladas de peso esculpido en piedra volcánica de color rojizo, que en la actualidad pocos conservan, especialmente porque casi todas las esculturas de los ahus terminaron de ser derribadas de sus podios por los evangelizadores católicos que pasaron por la isla hasta finales del siglo XIX.

Page 103: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

Un ahu, el llamado Heki'i tiene siete metros de altura. En Tahai, lugar cercano al puerto de Hanga Roa, donde se celebran exposiciones permanentes de arte nativo, se desenterró de un ahu una cabeza esculpida de extraña forma, de tipo redondeado y ojos hundidos. Cabezas del mismo estilo quedaron al descubierto en Tongariki, otra zona de la isla, con el maremoto que azotó a Chile en 1960.

Los ahus, entonces, representan una época secreta y esplendorosa de Pascua, porque eran una forma de agradecer a sus Dioses por el agua, las frutas, el sol, la luna, el trueno y el relámpago del mar, la buena pesca y la simple unidad de las tribus, cuando todos aportaban lo suyo, porque si los orejas chicas tenían la escritura y un orden social, los orejas largas tenían toda la fuerza necesaria para moldear la piedra a imagen y semejanza de sus sueños. La isla carecía de minerales, contaban sólo con roca y se dedicaron a ella, fueron también competentes arquitectos además de hábiles escultores; por ejemplo, las casas de la aldea sagrada de Orongo fueron construidas con un singular sistema de superposición y contrapeso de lajas que es único en el mundo. Con ese mismo estilo construyeron sus templos y monumentos hasta de 14 metros de altura, utilizando piedras de unos 40 kilos de peso. Desafiando la gravedad mediante el recurso del contrapeso y el abovedamiento daban variadas formas a estas construcciones; vemos una de ellas en forma de pez.

En cierta época cobra una gran importancia el extraño culto a un hombre-pájaro, el Tangata Manu (o Manutara), cuya ceremonia tenía lugar en el sitio ceremonial de la ciudad sagrada, en torno del volcán Rano Kau, en el extremo sur de la isla; del hombre-pájaro existen numerosos petroglifos en la zona, en todos se muestra semejando una cara humana detrás de una escafandra que toma forma de pico de ave, o simplemente es esférica; sépase que hay figuras en la piedra en que se ve a este hombre-pájaro cubierto por extraños artefactos y lleva ¡botas!

Pero Orongo era también ciudad levítica (residencia sacerdotal), astillero y centro de observaciones astronómicas, por eso se encuentra casi todo el sitio plagado de dibujos y tallados. A la llegada de las primeras expediciones, Orongo era receptáculo de construcciones que resguardaban especialmente las tablillas de madera endurecida con escritura rongorongo, mucha de la cual, afortunadamente, quedó también grabada en la piedra, sin descifrar aún, o todavía ocultas en alguna cavidad de las 46 cuevas que hay allí, colgadas sobre el acantilado. Según el sistema de medición con carbono, se ha fijado hacia el año 1680 el momento en que los Rapa Nuis sufren un síncope en su cultura, posiblemente por guerras internas entre las comunidades isleñas aunadas al colapso que produjo la llegada de los navegantes pioneros desde el mar. A la llegada de los primeros visitantes europeos, su sociedad ya estaba deteriorada y no pudieron presentar oposición a los despojos y las rapiñas cada vez más frecuentes, que terminaron por decapitar la cultura local.

Page 104: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

Llegó un momento en que sólo se censaron 111 nativos (entre ellos los miembros de la familia Pakarati), que habían sobrevivido a las expediciones que buscaban esclavos. Hoy, esto es historia. Cuando el gobierno de Chile tomó posesión de la isla, lenta pero segura la curva decreciente se niveló y empieza a crecer nuevamente hasta el momento actual, en que nos encontramos con una sociedad pujante y vigorosa.

Estos últimos años, los trabajos de investigación arqueológica han sido llevados a cabo en forma programada y con regularidad, de modo que hoy día podemos presenciar casi exactamente y a pesar del tiempo, cómo lucían algunos imponentes altares y lugares ceremoniales que constructores orgullosos de su condición de hombres religiosos y con seguridad en sus propios medios, hicieron aparecer en el centro del mundo. Hombres y mujeres de casta fuerte en que la sensibilidad, además de ser presente inmediato en su expresión escrita en las tablillas parlantes y jeroglíficos, conservan un rico patrimonio de danza y música. Es interesante la literatura que ha inspirado Rapa Nui desde que fue descubierta. La Relación de sus observaciones que hace en la isla el inglés James Cook cuando la visitó en 1774, es un clásico de las narraciones de expedicionarios, porque aquí Cook contó con el aporte de los científicos alemanes Reihold y George Forster, que iban en su tripulación, al igual que el ilustrador de la Relación: el dibujante escocés Hodges.

En ocho días recorren la isla y escriben una Relación de sus observaciones: ellos definen el contraste entre los grandiosos vestigios de una poderosa y enigmática cultura y la pequeña porción de tierra volcánica habitada por una población numerosa y empobrecida. En 1786 el entonces Abate Juan Ignacio Molina considera a Rapa Nui posesión chilena en su obra "Historia Natural de Chile". En 1872 el escritor francés Pierre Loti, que viaja a bordo de la corbeta "La Flore", se lleva el Moai que hoy está en el Museo del Hombre en París.

Como tiene dificultades para transportarlo entero al barco, decide cortarlo con un serrucho para madera y se lleva solo la cabeza, de la cual se caen sus ojos y no logra ubicarlos (porque inicialmente, todos los moais tenían ojos blancos de conchaperla y pupilas negras posiblemente de obsidiana). Son interesantes las descripciones que Loti hizo de la isla, tanto literarias como gráficas (hizo varios dibujos de lo que vio). Afirma que durante su estancia todavía se utilizaban las casas-bote como vivienda, y describe detalles de dichos habitáculos, adornos y objetos. Asimismo señala la existencia de los hare-moa, que eran gallineros de piedra, en una época en que las gallinas fueron utilizadas como moneda entre los isleños.

En 1914 se inscribe la estadía de la investigadora inglesa Miss Katherine Coresby Routledge. Realiza un valioso aporte con sus inventarios de aves y plantas nativas, y escribe cuando vuelve a Inglaterra su libro "El misterio de la Isla de Pascua", publicado en 1917. En 1935 se anota la estadía del investigador francés Alfred Metraux, quien de vuelta en París publica "La isla de Pascua"

Page 105: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

(1941, Ed Gallimard), un estudio etnológico de gran valor para estudios posteriores. En 1955 y 1959 la visitan Thor Heyerdahl y William Mulloy.

El explorador Heyerdahl, jefe la famosa travesía a bordo de la Kon-Tiki, salió en septiembre de 1955 de Noruega a Rapa Nui, al frente de una expedición de 20 hombres, patrocinada por el príncipe Olaf, y dedicó un año a sistemáticas excavaciones arqueológicas, que narra en su libro clásico del género: "Aku-aku". En 1960 Jordi Fuentes publica su "Diccionario y gramática de la lengua de la Isla de Pascua" (Ed. Andrés Bello, Chile). En 1966 Francis Mazière publica "Fantástica Isla de Pascua" (Ed. Plaza & Janés, España).

En 1968 y 1969 reside nuevamente en la isla el arqueólogo William Mulloy. Su informe de restauración de sitios a base de la arquitectura y medios originales que confeccionó para la UNESCO, es un clásico del género. En 1970, Juan G. Atienza publica "Los supervivientes de la Atlántida" (España, Ed. Martínez Roca), en que plantea una tesis que involucra a los habitantes de la isla con los restos del mítico continente perdido.

Ese mismo año Jacques Bergier publica "Los extraterrestres en la Historia" (España, Ed Plaza & Janés), en que relaciona a la isla con visitantes del espacio que habrían construido las gigantescas estatuas. También en 1970 el investigador chileno Ramón Campbell publica "La Herencia musical de Rapa Nui", en que afirma una similitud notable entre la música de ciertas regiones de Oriente y el estudio de los textos y melodías de la música antigua de la isla.

En 1974 Andreas Faber Kaiser publica "¿Sacerdotes o cosmonautas?" (Ed. Plaza & Janés), que se suma a la inspiración insólita que ha despertado la isla en los escritores internacionales.

En 1975 llama la atención que se esté creando una imagen absolutamente fantástica de Rapa Nui, en que se la asocia con extraterrestres y se afirma que desde sus entrañas surgen túneles que llevan a la cordillera de Los Andes y los montes Pirineos... como el español Antonio Ribera, quien afirma, entre otras cosas, haber descubierto un origen egipcio de los primitivos habitantes en su libro "Operación Rapa Nui", 1976 (Ed. Pomaire)... soslayar solamente aspectos que da cada uno de estos investigadores acerca del lugar requiere el espacio de un libro entero, pero, digamos, en algo están de acuerdo: el sitio es uno de los más fascinantes de visitar. La energía que envuelve Rapa Nui hoy día se siente en toda su enorme intensidad. A los pocos días de estar aquí comienzo a vivir esa extraña sensación de embrujamiento de la que tanto se ha hablado y escrito. Es verdad. Absolutamente real. Visitar el cráter de Rano Kau, estar en Orongo, la aldea ceremonial del hombre pájaro, ver el Ahu Tongarika, que está reconstruido pero tenia más moais y era uno de los sitios más bellos hasta que la enorme ola que vino del mar barrió con todo y dejó el lugar convertido en un cementerio de estatuas; o visitar las cavernas sembradas con flores de luz y gotas de agua, que

Page 106: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

indican las rutas en los caminos secretos que llevan a la ciudad sagrada en el interior de la Tierra, todo el sitio es un espectáculo maravilloso.

En noche de luna llena visitando el cráter del Rano Raraku, la cantera que aprovisionó a los pascuenses de la piedra necesaria para sus estatuas, uno entra en un enorme escenario con actores de piedra listos para iniciar su acto; abundan las hachas líticas con que canteaban; se ven numerosas esculturas a medio construir, unidas todavía algunas a la cantera del cerro.

Existe allí un moai inacabado de 24 metros de alto y unas 100 toneladas de peso. Todo irradia la terrible fuerza de la isla, y cada persona que la pisa piensa en algún momento en no dejarla nunca más, en quedarse para siempre. Porque estar allí es cierto que es como estar parado en el lomo de un ser vivo, una bestia del mar cuyo cuerpo son las extrañas e inexploradas cavernas que se extienden bajo tierra. La ubicación exacta de la Isla de Pascua, Rapa Nui, es al Este del sol y al Oeste de la luna. Y sus cuevas son un enigma permanente en las relaciones del mundo interior. Diversos antropólogos, sociólogos y psicólogos han estudiado las ceremonias de diversa índole que, desde tiempos antiguos a nuestra época, se practican a manera de ofrenda especialmente en cuevas naturales o construidas artificialmente para estos ritos. Se deduce que las ceremonias que se practican bajo la tierra, generalmente acompañan las crisis de la vida, cada cambio de lugar, estado, posición social y edad en manera individual o colectiva. Universalmente, la cueva simboliza el vientre de la Diosa Madre, la tierra de la que brota agua: de la leche de la naturaleza.

Aquí es cuando se hace más frecuente esta clase de rito formalmente llamado “de paso”, de “pasaje” o de “transición”, por enmarcar un aspecto determinado de la vida del o los oficiantes. Los ritos del paso subterráneo también se practican en el cambio de las estaciones o en el fin de un año. Por lo general representan la expulsión del pasado, la muerte del invierno, el año malo. También asocian al siglo de vida del individuo, o sea al nacimiento; la iniciación al mundo de los adultos; el compromiso matrimonial; el mantenimiento de la promesa matrimonial entre los esposos, y al final, la muerte misma.

En manera general, estos ritos han sido sintetizados en “cíclicos” y “permanentes”. Los cíclicos garantizan la función de los eventos que son esenciales a la existencia; por lo general se practican en épocas fijas. Los permanentes garantizan la buena vida, y su práctica depende del individuo y no del grupo, como el cíclico. En general son ritos de paz porque tienen como virtud amortiguar la transición del individuo o la comunidad de un estado a otro. La mitología prehispánica en nuestras regiones de América conserva una rica tradición de ritos subterráneos, que, en ciertos sitios, aún se practican envueltos en extraordinario sincretismo con las conclusiones posteriores. Afortunadamente las fuentes bibliográficas no son pocas, especialmente en México, donde,

Page 107: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

particularmente, se han identificado primariamente varias de estas manifestaciones religiosas en las cuevas o grutas subterráneas. Por ejemplo, el rito enlazado con el nacimiento toma una dimensión cosmogónica; en “Historia General de los Hechos de los Castellanos”, Antonio de Herrera escucha decir que “el Sol y la Luna nacieron en una cueva”.

Fray Gerónimo de Mendieta (en “Historia Eclesiástica Indiana”) explica cómo, al ser creado el Quinto Sol en Teotihuacán, se hizo la Luna:

“De la creación de la Luna dicen, que cuando aquel que se lanzó al fuego y salió el sol, otro se metió en una cueva y salió luna…”

Cuando llegan los españoles a México, comúnmente escuchan decir que el cielo mismo fue creado en una gruta; en “Teogonía de los Mexicanos” (versión de Angel Ma. Garibay) se lee:

“Había una Diosa llamada Tlalteutl, que es la misma tierra… por boca de la cual entró un Dios Tezcatlipoca y su compañero llamado Ehécatl, entró por el ombligo, y ambos se juntaron en el corazón de la Diosa que es el centro de la tierra, y habiéndose juntado, formaron el cielo muy abajo”.

A partir del siglo XVI en que se recogen estas tradiciones son innumerables los datos hasta hoy día.

En “Ritual Chamula” (1972) Gary H. Gossen afirma que entre los Chamulas, el Sol vivía en el centro de la Tierra antes de subir al cielo.

“El Sol representó el extremo más distante y más sagrado en un continuo de categorías sociales que empiezan en el ombligo de la tierra… el centro del universo moral; la tierra debajo Chamula tiene una red de cuevas que empiezan en este ombligo y llegan de las orillas del mundo; en las cuevas habitan los Dioses de la tierra también.”

Fray Bernardino de Sahagún (en “Historia General de las Cosas de la Nueva España"), dice que el Dios del fuego, Huehueteotl-Xiuhtecuhtli, el más antiguo de las deidades, residía en medio del agua azul en el ombligo de la tierra (“el centro de la tierra equivale a la cueva”).

Según Elulalio Guzmán, Teotihuacan quiere decir “Lugar donde nacían los Dioses o señores”. Y Doris Heyden, del Departamento de Etnología del Instituto de Antropología de México, propone que la cueva debajo de la Pirámide del Sol teotihuacana fuera una especie de Génesis, que por marcar un sitio preciso de la Tierra adquiere carácter sagrado desde tiempos de los que no se sabe.

Page 108: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

Probablemente sólo tenemos su localización señalada por la Pirámide de Teotihuacán, precisamente por la del sol, cuya gruta constituiría un lugar de nacimiento de los Dioses:

“Los Dioses descendieron todos a una caverna, donde un Dios llamado Piltzintecutli estaba acostado con una Diosa llamada Xochipilli, de la cual nació un Dios llamado Cintéotl, el maíz”; (en “Teogonía de los mexicanos”).

Parece lo común en el México antiguo que el nacimiento se produjera en una cueva; Mendieta dice que 1.600 Dioses nacieron en Chicomóztoc (siete cuevas) cuando un “navajón o pedernal cayó del cielo”. El lugar de nacimiento del Dios de la Tierra -y probablemente su morada- en Chiapas, es bajo tierra, en la cueva, y por ella se comunican con esta deidad en Zinacantán; según afirma Evon Z. Vogt en “Zinacantán”.

“En Poder Sobrenatural y Control Social”, Esther Hermitte afirma que en la región tzeltal, los guardianes sobrenaturales y los ancestros de los hombres salieron de una cueva llamada Muk'Na:

“En las cuevas que rodean el pueblo (de Pinola) viven muchos seres poderosos, Rayo, Meteoro, Torbellino, el Sombrerón…”

En el “Códice Boturini” o Tira de la Peregrinación, el Dios Huitzilopochtli está representado dentro de una cueva, que a su vez está dentro de un cerro torcido o Colhuacan. Otro nombre para las cuevas, “Tamoanchan”, es descrito por Diego Muñoz Camargo (en “Historia de Tlaxcala) como “el paraíso de la Diosa Madre, la madre de todos los seres”. Eduard Seler (en “Comentario al Códice Borgia”) se refiere a Tamoanchan como “el lugar de descender, la casa del nacimiento, del maíz…” Antes, Fray Diego de Durán ya había definido al lugar del nacimiento de maíz, el Cincalli, el Cincalco, la caverna que es la casa original del maíz, como “el lugar de la vida humana, su origen”. También según otro fraile, Ramón Pané, en “Relación acerca de las Antigüedades de las Indias”, “…salió el género humano de dos cuevas”. Como se afirma comúnmente, la cueva -tanto como la flor- es el símbolo de la matriz materna. Dice una de las informantes de Sahagún:

"…Dentro de nosotras es una cueva, una caverna… cuya función es recibir… (Para dar, a su vez, la vida)”.

En que el bautismo o ritos equivalentes en cuevas se incorporan, naturalmente, al reino subterráneo. Dice Hermitte, acerca de las creencias del espíritu de la persona entre los tzeltales de Pinola, Chiapas:

Page 109: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

“…cada cual posee un espíritu. El espíritu está en el corazón o en la garganta y al mismo tiempo mora en las cuevas. Tan pronto como un niño comienza a moverse en el vientre de su madre (simbólicamente la cueva), tiene ya un espíritu. Es muy delicado y se lo pueden robar los monos…Cuando un espíritu está guardado en lo alto de los cerros, ya no pueden alcanzarlos los brujos.”

Así, después de que nace el niño, se realiza el rito que le incorpora a la sociedad. Cuando, por ejemplo, un niño nacía en el Valle de Teotihuacán, lo llevaban a una cueva cercana a las pirámides y lo colocaban encima de una roca. Se decía que un animal salía de las entrañas de la gruta y lamía la cara del bebé, que pasaba, en espíritu, a quedar a su cuidado, creyéndose que cada alma humana tenía un alma animal que le cuidaba. Si el niño lloraba, era un ser común, pero pasaba a tomar su lugar dentro de la comunidad.

Si no lloraba, desde ese momento se le consideraba un tecihuero o granicero, según ha rescatado de la tradición oral Apolinar Martel (en “Los Tecihueros”) los graniceros hacen ceremonia de curación o de atraer el agua, dentro de las cuevas, y en el caso del recién nacido “sin temor” en la gruta se le inicia en un grupo religioso-político, de prácticas antiguas como la piedra. En Apoala, Oaxaca, Gregorio García, en 1970, narra:

“una mujer dio a luz y llevó su criatura a la cueva de la Peña del Diablo para el bautismo. Ya en la gruta, recordó que tenía que regresar al río. Para poder identificar a su propio niño, le amarró un hilo; al regresar la madre, vio que su hijo había desaparecido y que el hilo estaba colgando en la cueva. Obviamente, la cueva había robado al niño. La madre buscó un sacerdote, quien subió hasta la cueva, donde colocó una cruz a la entrada. Desde ese día, la cueva no ha vuelto a robar un niño”.

Doris Heyden rescata esta información oral sobre las cuevas en Chalma:

“Se dejan los cordones umbilicales de los niños en 2 cuevas, la que está en la parte baja del cerro y la que está en la parte alta. También los dejan en un árbol ahuehuete; esto asegura la buena suerte al principiar la vida. Al recibir su primera comunión, los niños de la región van a la iglesia de Chalma y de aquí a la cueva superior, llamada la de San Miguel. De la cueva pasan al cementerio a saludar a los mayores y después van junto al ahuehuete para bailar”.

El efecto curativo de las cuevas es legendario en México, como en el resto de la América precolombina. Son comunes los ritos de petición de sanidad física y de agradecimiento de incorporación a la vida normal.

Page 110: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

La tradición antigua de Chile, por ejemplo, precisa que todas las cuevas a cuya entrada crecen eucaliptus y araucarias, han sido utilizadas para ritos curativos, como el de colocar el enfermo exactamente en la boca de la cueva, donde se une la claridad y la negrura. Inés de Suárez, la primera mujer española que llegó a vivir a Chile, varios años sola entra los conquistadores y los naturales del país, probó más de una vez su facultad de encontrar agua sólo por el contacto de sus pies desnudos, ella tomó por costumbre amadrinar a cada niño que nacía de su vasta servidumbre, bañándolo de propia mano en el agua que brota de las fuentes naturales del cerro que anuncia la planicie del valle. Ya entonces las entradas a las grutas naturales que enfilaban a Los Andes estaban clausuradas en una época olvidada. En general los Dioses de la Tierra en América pasada son beneficiosos.

En México normalmente se escucha la voz Anhel: la deidad de la lluvia, dueño de la vida natural de las montañas y su entraña, del tabaco silvestre y las plantas que curan, el protector del hombre, el padre de la Doncella del Maíz. En zona zapoteca, es tradicional la ceremonia de Yagalag cuando alguno va a partir: un huehuetero (hombre viejo) toca su huehuetl o tambor zapoteca, para acompañar el canto de vocablos sagrados del mayordomo frente a la cueva donde todos llegan a pedir protección para el caminante; al frente, un bracerillo con incienso arde votivamente, y sus cenizas se esparcen a los cuatro vientos.

Una vela encendida en la boca de la cueva ayudará al caminante. En la zona Mixe de Oaxaca la cueva es también depositaria de “todo bien”; los curanderos las visitan para curar todas las enfermedades y también la pérdida del deseo del corazón. Para recuperar el deseo perdido del corazón, el curandero lo apresa en una prenda de la persona que lo ha perdido, y lo atrae arrastrando desde la cueva hasta la casa del enfermo. La investidura de los señores, la transición de hombres comunes en soberanos, era uno de los ritos de paso en cuevas más importantes en el México antiguo. Por ejemplo, las pequeñas vasijas recuperadas en la cueva de la Pirámide del Sol, contenían restos del aceite para la unción en la investidura; en el Mapa de Tepechpan una figura sentada en la boca de una cueva es un personaje investido, lo mismo que Xolotl, sentado en una gruta en Tenayuca, en el Códice Xolot (Plancha III): donde alrededor del personaje aparecen sentados los jefes que le -acompañaron al valle, que son siete, cada uno de ellos sentado frente a su cueva (Plancha I-II bis).

Los siete hombres se han interpretado como 7 grupos que salieron de chicomóztoc, 7 divisiones políticas o 7 tribus que migraban, en todo caso representan un cambio, una transición sociopolítica.

De acuerdo a la organización social también, en Pinola, Chiapas, el pueblo piensa que los primeros “guardianes” hace mucho que están muertos, “pero sus

Page 111: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

espíritus desde la cueva en el monte de Sohktik ciudad al pueblo, es donde está el gobierno”, según Hérmitte:

“tienen secretario, policías y un juez para decidir sobre el destino de sus súbditos y espantar el mal que viene de afuera”.

El rito de paso por excelencia subterráneo, el final de la muerte, simboliza a la cueva sólo como una puerta, entrada a Zagúan. Que se debe cruzar hacia donde nadie sabe, pero que ofrece continuidad, por ello la costumbre general de despedir a quien parte acompañado de ofrendas que incluían códices, joyas, comida y las cosas que el muerto amaba. Dicen Fray Diego de Landa (en “Leyenda de los soles”) y Antonio de Herrera (en “Historia General…”) que, en la zona maya, si las ofrendas al muerto incluían sus “libros”, sus “lienzos de pinturas”, era sacerdote. En la pintura mural de Tepantitla, Teotihuacan, se ve que la entrada al mundo más allá es por una cueva, que forma la parte inferior de la deidad. Un rito de paso final en cavernas podría abrazar al mundo entero, si creemos lo que escribió Muñoz Camargo hace cuatrocientos años, que otro diluvio vendría al “salir y manar ríos caudalosos de agua por debajo de las pirámides y por las bocas de la tierra, para los anegar cuanto es visible.” La tradición del Reino Interior es en México tan antigua como la piedra. He conversado en el Distrito Federal con el investigador Leopoldo Enríquez Salcedo, quien afirma que "la Tierra es hueca", publicando desde la década de 1960 una serie de escritos que suma una serie de conceptos y puntos de vista a través de los cuales el autor apoya su afirmación de que nuestro planeta es una esfera hueca que tiene en su interior otra civilización como la nuestra, aparentemente más adelantada, y que ha vivido en forma subterránea hace miles de años.

"-Todo es esférico, la vida es una esfera dentro de otra", -afirma el profesor Enríquez-. "Caer a esfera es la tendencia de las masas a la esfericidad. Cuando en el espacio las masas no esféricas, por los efectos de su propia gravedad o por otra fuerza ajena, se ven obligadas a romper su forma, la gravedad de dichas materias actúa libremente y la materia tiende naturalmente a cohesionarse en una forma esférica. Como ejemplo, podemos suponer un cubo de hielo expuesto al espacio sin movimiento alguno, al ser licuado por los efectos del calor solar, la masa de agua que lo compone termina siempre diluida en forma esférica.

Así, nuestro planeta asentado en sus polos magnéticos "respira" armónicamente con la gravedad, para estructurar su forma hueca y así permitir la vida tanto en su interior como afuera. El movimiento rotatorio afirma esta "respiración". Las masas de la pared que separa ambos mundos, cuya gravedad actúa hacia el centro de la Tierra, son las que determinan en el conjunto, el diámetro de la

Page 112: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

oquedad, cuyo espesor va disminuyendo progresivamente hacia los polos magnéticos originales de la Tierra, llegando a ser nula en los polos.

Estas fuerzas vivas naturales de nuestro planeta, cuando es necesario pugnan con tendencias contrarias para equilibrar sus fuerzas, y cuando es necesario se apoyan para lograr el fenómeno que tiende a la esfericidad de las cosas, y que parece meditado con precisión. Por este ritmo natural es que se sabe que la Tierra es un enorme animal vivo, con un sistema que le permite un ser exterior que conocemos y uno interior desconocido, igual que el ser humano: tenemos un cuerpo pero no sabemos quien es aquel que habla dentro de nosotros."

Afirma este investigador mexicano:

"-Cuando nació la Tierra: majestuosamente como un anillo circundaba al sol con su materia aún ardiente. Una atmósfera la envolvía, y en su recién transformado movimiento de rotación ya existía el ritmo y la seguridad que la gravitación entrega a las masas en el espacio. Es lógico concebir, humanizando a la materia, que en un sentimiento pleno de admiración llegó ella a sentirse algo nuevo en el Universo, animada por un Yo en el que palpitaba su gravedad obediente a la forma esférica de las cosas. Quizás en esa fracción de sentido nuestro planeta pasó de adolescente a adulto: este día de su transfiguración llegó porque en la Tierra ya existía el mandato y la causa para estar suspendida en el espacio, fue cuando "sintió" que no hay efecto sin causa, causa sin razón, ni razón sin Dios." "-Olvidando a la materia para hundirnos en su espíritu, encontramos que el anillo primigenio, antes de convertirse en esfera, fue una porción de pequeñas gravedades, los asteroides que circundaban al Sol, atrayéndose mutuamente, y que al unirse se definieron en una faja de órbitas en torno al Sol, pero cohesionadas por su propia influencia de atracción. Unas entre otras de estas pequeñas gravedades definieron los cambios de sus velocidades, alternaron los diámetros de sus órbitas por una natural ausencia de rotación, las que fueron creando las formas delanteras, al ser atraídas por las traseras, disminuyeron velocidad y diámetro orbital, invirtiendo sus posiciones originales con respecto a las formas posteriores que aumentaron velocidad al diámetro orbital, creando este proceso un remolino de masas gravitando entre sí, que, al caer a esfera, tomaron la forma de un planeta, sin perder su oquedad a la manera primigenia de su forma de anillo rotando sobre sí mismo."

Afirma el profesor Henríquez Salcedo, que,

Page 113: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

"se piensa que en el interior del planeta existe un foco de calor de enormes proporciones. Si así lo suponemos, esta masa candente no habría podido permanecer allí dentro por miles y miles de años en continua combustión, sin manifestarse con estrépito. La Tierra no soportaría la combustión inacabable de gases que siglo tras siglo hubiera acumulado hasta destruir por completo la corteza, convirtiendo nuestro planeta en una estrella nueva. Sabemos por la física que todo gas comprimido tiene en su interior una fuerza constante de expansión multilateral; se dice que esta bomba se atenúa de explotar gracias a los volcanes, pero si tenemos en cuenta la dimensión de la superficie terrestre comparada con un posible centro ígneo, los volcanes que existen son semejantes al grueso de un cabello. Los fuegos volcánicos no proceden desde el centro de nuestro planeta, sino de sus estratos más próximos a la superficie."

"- Las corrientes marinas que se atribuyen a la rotación de nuestro planeta, son motivadas por la gravitación de las aguas interiores y exteriores. El elemento líquido, buscando el nivel esférico de las cosas, se precipita a los polos cubriéndolos con una delgada capa de agua, la que es atraída por las superficies interiores de la gran pared que forma la oquedad terrestre, debido a que, en este punto, no tiene la evidente fuerza centrífuga como factor antagónico al acercamiento de las masas hacia el centro geométrico de la Tierra.

El desplazamiento de las aguas de los mares polares hacia el interior del planeta, causa un desnivel de las aguas exteriores, las que por la fuerza centrífuga -manifestándose ésta en forma continua- va arrojando los excedentes hacia fuera y a través de grietas localizadas en las profundidades marinas ecuatoriales de nuestra superficie. Ahora bien, los mares en el interior de la Tierra, al aumentar su nivel reducen el diámetro de la oquedad, compensando, con el aumento de velocidad que se origina, la velocidad que la Tierra pierde al bajar el nivel de las aguas exteriores; razón por la cual, la gravitación de las aguas encuentra mecánicamente el punto nervioso de su diámetro gravitacional.

Así, desde tiempos pretéritos, las corrientes marinas movieron los mares del exterior de la Tierra a interior, originándose la líquida materia en el cronómetro de la rotación."

Afirma este investigador que la similitud de las atmósferas interior y exterior de la Tierra,

"es causada por las corrientes marinas y tiene su razón en el poder que el agua posee para asimilar atmósfera cuando ésta presiona

Page 114: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

sobre ella, o liberarla cuando la presión de ésta es inferior. Por tal razón, el agua, como un incansable obrero, va del interior al exterior y viceversa, manteniéndose ambas atmósferas en iguales condiciones."

El profesor Henríquez Salcedo declara su preocupación por la permanencia de esta fluidez de las corrientes marinas amenazadas por los constantes derramamientos de tóxicos en las aguas de nuestros mares. Expresa su especial preocupación por la vida de las especies marinas, que considera que son verdaderos mensajeros entre nosotros y los habitantes del mundo interior.

Dice:

"Hay seres de los mares que naturalmente recorren los caminos que unen en las aguas nuestro mundo con el que vive en el interior de la Tierra. No obstante que la matanza indiscriminada de la ballena se ha venido efectuando desde hace siglos, entre los misterios que rodean a este cetáceo, desde la antigüedad es relacionado con el reino interior. A su morfología excepcional que le permite almacenar aire en sus pulmones con el que puede cruzar los fondos marinos por espacio de varias semanas, se desconocen finalmente con precisión sus tendencias reproductivas, sus caminos en los fondos del mar, y el término de su existencia.

Se dice que siguiendo la ruta de las ballenas algún día el hombre verá el camino para cruzar al interior de la Tierra a través de los cráteres del mar, ese mundo inexplorado en que hay puertas para atravesar la aparentemente angosta faja de agua que delimita el interior del exterior del mundo."

Después de haber publicado esta entrevista con el profesor Leopoldo Henríquez Salcedo, recibí una carta suya que, en sus partes centrales, dice:

"Según la concepción del Reino Interior que vive en la oquedad de la Tierra alberga continentes, mares y vida civilizada como nosotros la concebimos. El espesor de la capa de tierra que separa a las dos superficies es alrededor de 500 kilómetros a la altura del Ecuador y de menos de 70 kilómetros a la altura de los polos Norte y Sur."

"Los objetos voladores no identificados deben existir, pero no son necesariamente extraterrestres. La corriente lógica de pensamiento ha insinuado que imaginar que un OVNI viene del fondo de la Tierra es más creíble que darle un origen en el espacio exterior. La Tierra como Centro del Mundo es una corriente de pensamiento que sufrió un renacimiento en el siglo XX. Yo creo que sin ser necesariamente la Tierra el centro del Universo, puede ser la raíz-madre de quienes han de poblar en el futuro los mundos habitables en otras estrellas.

Page 115: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

Técnicamente, a excepción de los enormes costos de dinero, sabemos que poblar otra estrella no nos presenta límites infranqueables. La técnica que se manejaría en el Reino Interior, aparentemente más adelantada que la nuestra, sin embargo, la utilizan más para hacer que para destruir; esta raza subterránea nos respeta y lo seguirá haciendo mientras nosotros no signifiquemos un peligro inmediato para ellos. Se piensa que estos habitantes subterráneos serían quienes construyeron la Luna, que, como se sabe ahora, es hueca.

Que la Luna es hueca se supo a partir de 1979, en marzo 18, cuando lo informó George E. Mueller, que ha sido jefe de los proyectos espaciales norteamericanos "Gemini" y "Apolo", quien indicó que "el análisis de todas las mediciones sobre la densidad de la superficie de la Luna, indican que la corteza exterior es más pesada que la interior. Creo que la Luna está hueca por dentro y, ent odo caso, estaría llena de gases, pero siempre hueca.

Expreso mi confianza porque en el Sistema Solar encontraremos alguna forma de vida, que no se trate, tal vez, de vida multicelular, como nosotros la entendemos y conocemos, pero sí vida monocelular, muy primitiva. Se me ha consultado si la Luna puede ser, entonces, un artefacto mecánico, y digo que sí, puede ser una máquina construida inteligentemente. Por supuesto, nadie debería saber quién o quiénes la construyeron, pero sí será posible comprobar en el futuro, o negar, su origen artificial. Hoy no sabemos."

CORRESPONDENCIA CINCO R.M., México D.F.

"Quisiera recordar que Howard Philips Lovecraft fue un precursor en indagar de las formas de vida que hay en el interior de la Tierra. En su obra "La llamada de Cthulhu", 1927, menciona una raza primigenia que reinaba oculta en las profundidades del planeta. Dice Lovecraft:

"Dijeron los grandes primordiales que eran muy anteriores a la aparición del hombre y habían llegado al joven mundo desde el cielo. Estos Primordiales se habían retirado ahora al interior de la Tierra y bajo el mar... hasta el tiempo en que el gran sacerdote Cthulhu saliese de su tenebrosa morada en la poderosa ciudad sumergida de "Rlyeh" y sometiese a

Page 116: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

la Tierra una vez más a su poder."

R.F., San Diego, California:

“El influjo de este fantástico reino subterráneo ha sido tan poderoso que durante la Edad Media se difunde por Europa un mensaje procedente de un llamado reino del Preste Juan, muy al oriente, lugar que coincide con las descripciones modernas del reino interior. Los reyes cristianos de la época estaban inmersos en las guerras desencadenadas para contrarrestar el poderío musulmán y recuperar los santos lugares de Palestina.

Al llegar noticias de un lugar desconocido, aparentemente gobernado por un rey-sacerdote que recibía los tributos y fidelidad de los países circundantes, se produjo una gran conmoción. Para unos, el Preste Juan era sólo una leyenda producida para alentar las campañas en el Medio oriente, mientras que otros afirmaban convencidos la existencia del mismo más allá de Persia y armenia. El hecho confirmado por un mensaje manuscrito dirigido al Papa Alejandro III en el que se dice descendiente de Melquisedec y “Todopoderoso de todos los reyes de la Tierra”, haciendo hincapié en determinadas creencias religiosas que incluyen la trinidad cristiana en los confines de la tierra conocida en la época.

El propio Preste Juan describe en su comunicación la capital del reino, al que llama Orionda la Grande, que sería “la más hermosa ciudad del mundo protegida por uno de nuestros reyes y que recibe el tributo del Gran Rey de Israel…” El lugar, ubicado en una región subterránea, estaría oculto a los ojos de los mortales. Estas noticias, igual que fueron acogidas con esperanza, dieron paso a la duda y nunca después serían confirmadas.” Otra supuesta entrada al reino subterráneo era a través del gran remolino conocido como Maelstrom.

El cartógrafo Gerardus Mercator ubicó a este legendario abismo como un lugar geográfico en el punto en que se juntan las corrientes de los cuatro océanos. El científico místico del siglo XVII Athanasius Kircher afirmaba que se entraba al mundo subterráneo por el punto en que descendían todas las aguas, que volvían a la superficie en el golfo de Bothnia, al extremo norte del Mar Báltico, entre Suecia y Finlandia.”

L.M., Cabo San Lucas, B.C.N.:

“Al desarrollar la Espeleología en los precisos instantes en que registra los espacios, el hombre no hace sino rendir homenaje a su origen, como sea que esto se interprete. En la historia primitiva, al

Page 117: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

ocultarse para sobrevivir, recurrió a la cueva o gruta, la cual se le hizo familiar. Sólo cuando hubo condiciones seguras emergió a la luz: es lo que bastó a Platón para elaborar su filosofía. Sabemos que las causas fundamentales de la formación de las cavernas suele ser la acción erosiva del agua, y las rupturas de la roca caliza, motivada por acciones externas e internas. La espeleología investiga las profundidades, estudia las cavernas, abismos, grutas y simas.

Observa, anota, comprueba, siempre con rigor científico. Su paso está encaminado al estudio del comienzo de la existencia del hombre. Las cavernas son patrimonio de la humanidad, son como libros que ofrecen la historia del mundo en capítulos. Es un trabajo nada fácil, que requiere cierto estado físico unido a la técnica científica; exigen un espíritu parejo entre admiración, respeto y curiosidad. El que desciende y explora ha de intentar, por todos los medios, no borrar huellas o vestigios antiguos, no deshacer o destruir nada que pueda ser objeto de la atención especializada.

El lema que alienta a los miembros de las Sociedades Espelológicas es:

“Nunca tomes nada, excepto fotografías. Nunca dejes nada, excepto las huellas de tus pisadas. Nunca mates nada, excepto tu sed”.

Solamente en Puerto Rico, lugar de donde provengo, se han documentado una doscientas veinte cavernas, se cree que existen alrededor de dos mil, vírgenes de pisada humana. La más pequeña de las Grandes Antillas en su belleza extraordinaria esconde un mundo subterráneo ignorado para todos los legos. La vida bajo tierra allí es variada y atrayente. Conocerla y analizar sus secretos es como apoderarse de documentos y testimonios de un tiempo celosamente oculto. Cuando el sumidero comienza a agrandarse, se ven en el suelo grandes bloques, conocidos como “de colapso”, cuando las entradas han ido aumentando al desprenderse el techo, hasta que finalmente, la cueva termina convertida en un cañón, hacia quién sabe dónde.

La más importante cueva de Puerto rico que continúa estudiándose, no está constituida por una sola caverna, sino por todo un sistema: el Sistema de Cavernas del Río Camuy. Entre sus características están sus entradas espectaculares, de valor científico y recreativo, sus pasillos de grandes dimensiones (se han estudiado unos trece kilómetros) y el caudaloso río que corre por sus túneles; hay salones de más de 180 metros de largo, con una altura de más de

Page 118: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

76 metros. También importante en Puerto Rico es la Cueva Matos, que sirve de albergue a millones de murciélagos, que la han convertido en “criadero”.

Estos mamíferos contribuyeron a la primera mención de las cuevas de Puerto Rico, a pesar de que la explotación del guano de murciélago, por ejemplo, no comenzó antes de 1956, cuando no existía mención alguna del fenómeno; la exploración formal la inició el llamado grupo de “La Gruta trogloditas de Puerto Rico”, el grupo antecesor de la actual Sociedad Espelológica de la isla. La Sociedad Espelológica tiene cuidado de no monopolizar la exploración de las cuevas, y presta toda la colaboración y ayuda para tal fin.

Lo más difícil es el levantamiento topográfico de las cuevas, labor prioritaria para mantener un archivo de planos que incluyen verdaderos tesoros naturales. Llegar a ellos no es empresa fácil, merece un detenido planteamiento porque allí en la hondura hay un mensaje eterno, a manera de música petrificada.”

B.S., Guanuajuato:

“Aquí en Guanajuato hay túneles y cámaras subterráneas naturales inexploradas, con formaciones pétreas y sendas insospechadas, como las Grutas de Bermejo o las Grutas de Bernalejo, en que la naturaleza se comporta, digamos, de una manera extraña. Es bien sabido por todos que en las grutas se forman estalactitas y estalagmitas, las filtraciones de agua que deposita en la gruta carbonato de cal que desprende las gotas de la estalagmita que toma su forma natural apuntando al suelo o ya integrada a lo bajo.

Sin embargo, en las grutas de Guanajuato, si bien las estalactitas comenzaron su caída natural, no terminaron de la misma manera, ya que sus puntas “se vuelven hacia arriba”. Es decir, no llegaron al suelo de la gruta y no se formaron las estalagmitas. No se sabe cuál es la razón del fenómeno, porque es como si dejara de funcionar en el punto la fuerza de gravedad; se dice que lo que sucedió, tal vez, es que fuertes ráfagas de viento provenientes del interior de la Tierra, o alguna clase de energía que no conocemos, impulsaron las gotas hacia un lado, por lo que se interrumpió su caída.

Es probable que una fuerza magnética atraiga a las gotas… por lo demás, en Tehuacán se encuentra la caverna conocida más profunda del mundo, que en el pueblo de Coyomapa requiere preparar antes cuidadosamente cada expedición, que generalmente no desciende más allá de los tres kilómetros iniciales. No ha sido

Page 119: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

explorada en su totalidad.”

G.S., Tijuana, B.C.N.:

“Soy arqueólogo, de Perú, actualmente trabajo aquí en Baja California en el Proyecto Ruta de las Misiones. A propósito de su mención a las posibles ciudades subterráneas en Perú, según Harold Wilkins en “Los misterios de la antigua Sudamérica”, el Sur está atravesado en todo su largo por un túnel macizo, que se supone que corre desde el desierto de Atacama, en Chile, entra hacia el norte en Perú y eslabona varios sitios incas importantes con Lima: desde aquí, una rama del túnel, o “Socavón del Inca”, se dice que se extiende hasta la antigua capital inca de Cuzco.

Al este de Cuzco, el mapa de Wilkins muestra una misteriosa extensión, identificada con la que utilizaron los refugiados que huyeron respondiendo al líder Tupac Amaru, que eran perseguidos por las gentes de Pizarro, y que alcanzaron una ciudad perdida de brasil o del noroeste de Bolivia. Al parecer es común en América precolombina la idea de un reino subterráneo que se utiliza a manera de refugio, cuya existencia se profundizó luego de la Conquista, y la imagen de los incas trasladándose a ese sitio protector es clara.

Recientemente, en Perú, a 380 kilómetros del Este de Lima, en un sector bajo la ciudad de Huancayo, los derrumbes causados por las persistentes lluvias permitió descubrir una ciudadela enterrada, sin precisión de antigüedad por estar en etapa incipiente de limpieza arqueológica. El desprendimiento dejó a la vista canales, galerías, tumbas y estructuras arquitectónicas.

Los lugareños afirman desde siempre que en el sitio vivían “unos antiguos que desaparecieron”. Los arqueólogos David Motta y Cesar Martínez, que en conjunto con arquitectos y otros especialistas del Colegio Salesiano Santa Rosa de Huancayo y el Instituto Nacional de Cultura de Perú, inician los trabajos de exploración incipientes cada vez que lo permiten las lluvias. "A propósito de eventuales visitantes de un espacio habitable oculto en el interior, especialmente en los altiplanos de Perú, Bolivia y Chile, los más altos del mundo, existen imágenes gráficas, como esta que envío a usted. En ella se ve uno de los legendarios gigantes de Paruro, unos hombres andinos que viven en algún lugar de las tierras altas de estos países, cuya altura es de un término medio de dos metros y medio.

Page 120: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

Estos hombres fuertes suelen aparecer y regresar al mismo sitio desconocido de donde proceden, cargados de mercadería que compran sin regatear. De aspecto bonachón no hay queja alguna del comportamiento de estos gigantes andinos, sólo les hace llamativos su gentileza y, de inmediato, su altura extravagante. Se sabe que en las costas del norte de Chile, especialmente frente al antiquísimo puerto de Caldera, se han encontrado cementerios indígenas con restos arqueológicos de cuerpos humanos gigantescos que vivieron alguna vez en la región, después del año 1200 de nuestra Era.

En Perú y Bolivia, cuando se les ha preguntado el sitio de dónde proceden, generalmente responden que vienen del interior de los Andes sureños. Esta foto de uno de ellos, que medía dos metros sesenta centímetros, fue captada por el fotógrafo de Cuzco Martín Chamb, en el año 1929".

SEIS

El presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt creía que en realidad existía una red de túneles subterráneos que daban a alguna parte insospechada. Y cuando los arqueólogos David y Patricia Lamb pidieron verlo en marzo de 1943, para contarle personalmente al mandatario acerca del notable descubrimiento de una entrada a una ciudad subterránea en el estado mexicano de Chiapas, Roosevelt los recibió en la casa Blanca.

Los Lamb admitieron haber estado trabajando durante mucho tiempo en la zona, en una empresa que podía ser calificada de locura: andaban tras la búsqueda a través de la selva de una entrada hasta una espléndida ciudad maya que se dice existe en la región chiapaneca. Le contaron que estando en la densa jungla, repentinamente se vieron rodeados por un grupo de indígenas que allí han vivido por muchas generaciones, y que se decían “guardianes de un gran templo que sirve de entrada a la ciudad donde habitan los antiguos, a quienes ellos veneraban”.

Los Lamb aseguraron que se trataba de un grupo de lacandones, de quienes se decía que eran sobrevivientes de una civilización que fue tragada por la selva. El matrimonio de arqueólogos tenía informes a través de las notas de Charles-Etienne Brasseur, quien había sido administrador eclesiástico de Chiapas en la década de 1850, y que intentó, sin éxito, descifrar la escritura maya:

“De vez en cuando un grupo de nativos de pequeña estatura y piel blanca aparecían en las ciudades y pueblo fronterizos de Chiapas y Guatemala Occidental, que venían a hacer trueques de mercancías

Page 121: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

y se iban rápidamente a su gran templo de piedra, en donde decían vivir. Y quienes intentaron seguirlos, desaparecieron o aparecieron muertos”.

Luego, los Lamb refirieron al presidente Roosevelt que lograron averiguar que en uno de los túneles que son custodiados por los lacandones, están almacenadas unas hojas de oro sobre las que se escribió en jeroglíficos una historia del pueblo que forma el reino subterráneo. Decían los Lamb que un gran diluvio habría obligado a los antiguos a vivir “en el cuerpo interno de la tierra.” Dicen que Roosevelt se fascinó con la historia y pidió al matrimonio que llevaran ante él a dos de estos “hombres pequeños y de piel clara, casi rosada”, pero los Lamb se excusaron pues “esta raza de indios blancos se comporta con gran ferocidad con cualquiera que se acerca a ellos, y la única forma de llevarlos es enjaulados”. Y el mandatario desistió “por humanidad”. El periodista Harold Wilkins no los identifica con los lacandones, y habla de que son una raza extraviada de mayas o aztecas que de vez en cuando aparecen en los poblados aledaños a las selvas de Chiapas:

“Sólo entran en contacto con indios, truecan algunos productos y desaparecen tan rápidamente como llegaron. Los funcionarios mexicanos y guatemaltecos nunca comentan de ellos. La gente tradicionalmente los ubica como custodios de la entrada de una ciudad subterránea, donde vive una antigua raza civilizada que gobernó México antes de las aguas. Ningún hombre extranjero conoce la parte de la selva que habitan, donde esta tribu se desenvuelve como lo hicieron sus padres, mantienen las mismas edificaciones majestuosas de piedra, palacios y templos, grandes patios y torres elevadas con altas terrazas de escalera que marca el sitio. Esta tribu aún esculpe en piedra los misteriosos jeroglíficos que ningún erudito moderno ha podido descifrar en las ruinas del viejo Yucatán”.

El mismo Wilkins apunta otro dato y narra que un ingeniero inglés que vivió muchos años en México, solía contar que en el estado de Jalisco, en alguna zona de la gran cadena de la sierra Madre, a unos 121 kilómetros al este de Cabo Corrientes, hay unas ruinas prehistóricas que sólo conocen las gentes del lugar.

“Esta región nunca es visitada, pero se dice que durante la revolución, una banda escapó huyendo a las cuevas de la montaña pero pasaron muchos días y nunca se volvió a saber de ellos.”

En Jalisco afirman que esas antiguas ruinas fueron en otro tiempo el hogar de un pueblo que era muy civilizado y que durante un gran diluvio tuvieron que huir por las cavernas abiertas aún desde antes en las laderas de la Sierra Madre. Suelen decir que a ciertas horas del crepúsculo de la tarde o del amanecer, desde ellas escapa el sonido de un extraño y vibrante tamborileo, que se escucha desde

Page 122: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

lejos, y afirman que es música que emana de los espíritus de quienes viven en el reino subterráneo.

Cuando visité los Altos de Jalisco para ver al poeta Elías Nandino, algunos de sus discípulos me llevaron a ver a don Pedro tapia, buena gente del lugar. Dice don Pedro Castro, famoso por sus limpias con hierbas que crecen de la piedra, que la música que se oye sale de las “cámaras de un gran sitio habitado bajo la tierra de Jalisco, en donde es venerado el gobernante del universo. Nosotros siempre hemos sabido respetar a la Sierra Madre porque encierra un camino por el cual se puede llegar al gran reino subterráneo de que hablan las crónicas, y quiero que sepa que en esa ciudad todo es mejor porque son gentes antiguas quienes allí viven, más antiguos que nosotros, por lo que son más sabios.

Sabemos que si nuestro ánimo, las fuerzas de uno están dispuestas, se puede llegar ahí, y te darán la bienvenida, porque son gentes buenas, no diferentes a nosotros, sólo que mejores; y te permitirán vivir con ellos si lo deseas y eres digno. Hay quienes dicen que ese pueblo, un día, regresará a la superficie, a poner orden.

-Mi hermana Juanita -afirma don Pedro Castro-, cuando joven, bajaba hierbas al mercado, porque nosotros sabemos todo de hierbas; ella me contó, y aún lo recuerda, que una vez habían llegado al mercado unos hombres jóvenes vestidos extrañamente; se dijeron soldados y contaban que por una de las grutas habían escapado de los revolucionarios, y que en el interior de la caverna los había recibido gente igual a nosotros, que tenían una ciudad bajo la tierra, una ciudad con cielo y estrellas. Dice la Juanita que estaban como locos y no podían creer que había pasado tanto tiempo, porque la revolución fue en 1910 y esto sucedió a finales de los 30, o comienzos de 1940. El padre Juan, que murió hace poco, debe haber dejado algo escrito en los libros de la iglesia, porque fue un hecho público; el padre Juan hizo repetir todo a la Juanita en confesión, y a las otras que vieron lo sucedido. Dice mi hermana que el padre anduvo busca y busca, pero los hombres habían tomado rumbo para Guadalajara y ya no se supo de ellos.”

William Hickling Prescott, en su "Historia y Conquista de México", cita haber experimentado “extraños ruidos que conmueven y que venían de la Tierra”, al preguntar su origen, asegura que le respondieron:

“Es la voz de los antiguos que se escapa por la vieja red de túneles”.

En su libro "Incidentes de viaje por Centroamérica, Chiapas y Yucatán", el escritor estadounidense John Lloyd Stephens narra que mientras recogía información en Santa Cruz del Quiché, al occidente de Guatemala, un viejo sacerdote español le dijo que:

Page 123: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

“a cuatro días por la carretera que lleva a México, adentrándose al otro lado de la gran sierra, hay una ciudad viva, grande y populosa, escondida bajo tierra. Según el relato tradicional de los indios de Chajul, ningún hombre blanco ha llegado jamás a ella; los habitantes hablan en lenguaje maya, saben que una raza extranjera ha conquistado todo y matan a cualquiera que intente entrar en su territorio. No tienen moneda ni otro medio de cálculo, carecen de caballos, ganado, mulas u otros animales domésticos; sólo aves de corral, que guardaban bajo tierra. -Pero, ¿cómo es posible? -le dijo Stephens al sacerdote-. Difícilmente podrían ser capaces de sobrevivir sin la luz del sol. -Según lo que me dijo un guía indígena, ellos poseen una gran luz que brilla en su mundo subterráneo, cuyo secreto parece ser les fue confiado hace mucho tiempo por los que viven desde antes bajo la tierra -terminó el sacerdote."

En otro pasaje de su libro cita (en santa Cruz del Quiché) “y debajo de uno de los edificios había una abertura a la que los indios llamaban gruta, y por la que decían se podía llegar a México en una hora.” Hacia la América del Sur hay muchas leyendas que narran viejas tradiciones sobre pasadizos subterráneos que desembocan en una ciudad mítica. El investigador Raimundo Nernard cita lo que llama,

“una serie de rumores que circulan por Brasil, donde creen que bajo el país hay un reino iluminado por una luminosidad extraña, donde los hombres, mujeres y niños se alimentan exclusivamente de diferentes frutas, y no conocen el crimen. Las mujeres producen hijos sin necesidad de la fertilización masculina.”

-“Un hombre -sigue Bernard- dijo que había entrado en una ciudad subterránea que se haya a cierta distancia de Panagua, en el sur de Brasil. Estaba iluminada y tenía mucha fruta, enormes racimos de uva, manzanas y otras que no se conocen en la superficie. Dijo que lo llevaron en un vehículo subterráneo que funcionaba con un extraño poder motor, que bajó como llevado por un sonido de espirales, hasta llegar a la ciudad interior, en que contempló otro cielo bajo la tierra, con su propio sol que daba la vida semejante a la nuestra, y donde vivían personas iguales a nosotros, pero más altos. Quienes posteriormente lo llevaron por un túnel hasta otra ciudad subterránea que se encontraba a cientos de kilómetros, que tenía por delante bajo Iguazú, en la frontera con Paraguay.

Page 124: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

Otro ex-presidente de Norteamérica de apellido Roosevelt (Theodore), que gobernó ese país entre 1901 y 1909, y ganó el Premio Nobel de la Paz en 1906, también estaba convencido de que existía un reino subterráneo en América del Sur, precisamente en Brasil. Lo cierto es que la búsqueda de una ciudad perdida en el Amazonas se remonta a las grandes hazañas de dos exploradores españoles: Francisco de Orellana en 1541 y Lope de Aguirre en 1560.

La expedición de Orellana es un “clásico” en la historia de las exploraciones. Comandada por Gonzalo Pizarro, partió de Guayaquil, cruzó la cordillera de los Andes, descendió por el río Napo hasta conectar con el Amazonas. Aquí se separó del grupo principal y con un puñado de hombres a bordo de unas embarcaciones que ellos mismos fabricaron, navegó río abajo para desembocar finalmente en el Atlántico, después de diecinueve meses de expedición. La exploración del Amazonas interesó fundamentalmente desde entonces por la búsqueda de la mítica El Dorado. Tras este objetivo se internó Lope de Aguirre en 1560. La hazaña magnífica de este explorador la llevó al cine Werner Herzog en su cinta “Aguirre o la ira de Dios”.

Hubo varias otras exploraciones que quedaron olvidadas, y lo que en 1900 se conocía de la región era mínimo. Luego comenzaron a sobresalir una serie de héroes que se atrevieron, como Cándido Rondón, ingeniero militar brasileño que en tres ocasiones penetró el Matto Grosso en condiciones de extrema dificultad; los indios de la región eran considerados altamente peligrosos, es cierto que el sistema fluvial del Amazonas había permitido el conocimiento de parte del área, pero nadie se había internado más allá de unos metros de las riberas, y Rondón debió enfrentar un sinnúmero de peligros. Precisamente, en 1913, Rondón hizo equipo con el ex presidente Roosevelt, organizando un viaje que hizo época: en sólo seis semanas de exploración, la expedición Rondón-Roosevelt logró añadir al mapa más de 1.200 kilómetros, hasta entonces desconocidos, del más grande afluente del río Madeira: el río Duda (conocido hoy como el río Teodoro Roosevelt). Sin embargo, la más conocida y excepcional expedición del siglo XX al Amazonas en búsqueda de una entrada al Reino Interior, es la del topógrafo inglés Percy Fawcett -que pasó a la historia de las búsquedas de un mundo subterráneo como el coronel Fawcett-, quien en su última aventura se internó en la selva sin que hasta el día de hoy se conozca su paradero.

El coronel Fawcett creía que una entrada al reino interior se encontraba ubicada cerca de la Sierra del Roncador en pleno Matto Grosso, cuya búsqueda inflamó toda su vida. En 1906, inició una serie de exploraciones cuando le fue asignada la tarea de demarcar la frontera entre Bolivia y Brasil. Los detalles geográficos de esa frontera eran entonces poco conocidos y fue en conexión con esta labor que el coronel Fawcett desarrolló sus viajes. El primero de sus trabajos lo llevó a las aguas desconocidas del río Abuná, tributario del Madeira y que tiene la

Page 125: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

reputación de ser el más contaminado del Amazonas. Dos años más tarde, en 1908, exploró el río Verde.

Lo acompañaban los indios, un sirviente argentino, un herrero paraguayo y un panadero español; “una compleja multitud”, según él mismo lo denominó. Fueron ellos los únicos peones que pudo encontrar dispuestos a internarse en la zona. El objetivo era ascender el río Verde hasta su origen. Esperaban poder navegar todo el trayecto, pero ya el segundo día debieron dejar sus botes debido a los rápidos. Al día siguiente los peones estaban agotados con el arduo trabajo de acarrear las cargas. Las reservas de comida fueron abandonadas y se lanzaron a través de la selva llevando sólo hamacas, rifles y algo de equipo en sus espaldas.

Las siguientes tres semanas fueron una pesadilla: no encontraron pesca y tampoco caza:

“Para comida dependíamos casi íntegramente de pequeños cocos de palmera, fuimos casi devorados vivos por insectos, empapados por violentas tormentas y rasguñados y heridos a medida que gateábamos -apenas dos kilómetros diarios- a través de la densa selva de cañas.”

Aún así, llegaron muy cerca del origen del río Verde. Para el regreso, Fawcett decidió abandonar la ribera y cortar a campo traviesa hacia la ciudad de Matto Grosso. Había menos selva, pero las dificultades no disminuyeron. Las palmas eran escasas y debieron conformarse con comer “chuntas” (unas nueces duras e insípidas). Todo el equipo quedó sordo debido a un fenómeno que nadie pudo explicar. Un portador fue gravemente mordido por una tucandera, araña negra muy venenosa.

Los peones se desesperaron, y Fawcett debió golpearlos para que continuaran; escribió:

“Unos pocos días más tarde tres monos negros entraron al campamento. En diez minutos los peones se los habían devorado con piel y todo. También encontraron miel, la que al tomarla ocasionó fuertes convulsiones estomacales a unos y emborrachó a otros”.

Pero lograron llegar a Matto Grosso, y aunque al poco tiempo los cinco peones murieron, el curso del río Verde había sido determinado.

En 1910 Fawcett realizó exploraciones en la región que recorre la línea fronteriza entre Perú y Bolivia. La zona estaba poblada por la tribu Guarayos, indios salvajes especialmente hostiles. Se había acordado que un río -el Heath- fuese parte de la frontera, pero tal río no había sido nunca explorado más allá de su encuentro con el Madre de Dios. Después de meses de escaramuzas para salir ilesos de los encuentros con los naturales, finalmente Fawcett comprobó su

Page 126: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

capacidad al localizar la fuente del río Heath. Un curioso testimonio referido por Fawcett es su relato sobre los funerales de un guerrero maxubi, en la expedición que hizo en 1914, cuando partiendo desde San Ignacio, en Bolivia penetró en territorio brasileño incursionando por el Guaporé (nombre antiguo de Rondonia), y pudo presenciar los funerales de un maxubi abatido por sus enemigos, los vecinos maricoxis, en la parte occidental de la Sierra de los Parecis.

Aparentemente es un caso trivial de animismo, pero es válido como ejemplo de la impresión que el británico manifiesta ante hechos que en la selva son normales.

Escribe: “Habían extraído las entrañas del muerto, que fueron colocadas en una urna para ser enterradas. El cuerpo fue entonces descuartizado y repartido para el consumo de las veinticuatro familias de la oca” (gran casa o choza indígena techada con paja) donde él había vivido; ceremonia religiosa que no se debe confundir con el canibalismo, según el mismo Fawcett narra:

“Para terminar, desembarazóse la casa del espíritu del difundo por medio de una ceremonia complicada. El jefe, su segundo y el payé, jefe espiritual de los indígenas, sacerdote y hechicero, médico, se sentaron en taburetes, uno junto al otro, frente a la puerta de la casa y comenzaron a hacer gestos como si apartaron alguna cosa que iban expulsando de cada uno de los brazos y piernas; luego tomaban ese objeto imaginario cuando salta de los dedos y tobillos, mientras se balanceaban sobre una tela hecha con hojas de palmera, de cerca de un metro cuadrado. Debajo de la tela se hallaba una media tinaja llena de agua, en la cual flotaban ciertas plantas; de vez en cuando, todos examinaban minuciosamente la tela y el agua.”

Después refiere que los tres hombres cayeron en trance y fueron acometidos por fuertes vómitos, que los distorsionaba violentamente, ceremonia que era acompañada por un canto incesante de toda la comunidad.

“Los celebrantes repetían incansablemente esta expresión: tawitacni. Las ceremonias duraron tres días, el jefe me garantizó solemnemente que el espíritu del muerto estaba en la casa y que él lo veía. Yo, por el contrario, no veía nada.

Al tercer día los ritos alcanzaron su punto culminante. La tela fue llevada al interior de la casa y colocada en un lugar iluminado por la luz de la entrada; las personas se postraron en tierra. Los tres jefes se levantaron de sus taburetes y, muy excitados, se agruparon en la puerta. Yo me arrodillé al lado de ellos para mirar la tela sobre la que tenían los ojos intensamente fijos. En el interior, a uno de los

Page 127: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

lados de la tela se hallaba un compartimiento donde el muerto había dormido y hacia el cual los jefes dirigían sus miradas.

Durante un instante reinó un silencio absoluto y, en ese momento, vi una sombra salir del compartimiento y dirigirse intermitentemente hacia el poste central que sostenía la vivienda, donde desapareció, ¿hipnotismo colectivo? De acuerdo, vamos a llamarlo así; todo lo que sé es que yo lo vi.”

Testimonios como el anterior impregnaron de cierto misterio la imagen de Fawcett en Europa, lo que se acentuaba por sus descripciones como la de las míseras posadas bolivianas en las que llegó a dormir:

“Existen historias terribles respecto a estas posadas, en particular aquellas que se hayan más lejos por el camino de Mapiri, donde el frente avanzado de la selva casi llega a la montaña. Había en una de ellas un cuarto donde a los viajeros se los hallaba muertos, uno tras otro, con sus cuerpos ennegrecidos por un terrible veneno. Sospechando alguna perfidia, las autoridades hicieron una investigación y, después de algún tiempo, descubrieron en el techo de paja de la habitación una enorme araña apazauca, tan grande que un plato no alcanzaría a cubrirla, ese monstruo descendía de noche sobre el hombre dormido y su veneno no perdonaba.”

A pesar de este halo misterioso que embargaba la figura de Fawcett, cuando estalló la primera guerra mundial volvió a Inglaterra y fue nombrado coronel antes de que el conflicto terminara. Las historias que de él, además, se habían inventado, creándole fama de excéntrico pero muy entretenido, le habían abierto las puertas de la sociedad londinense, a la que, es cierto, pertenecía por derecho propio.

Fue enormemente popular, y el magnetismo de Sudamérica continuó ejerciendo su poder sobre él. Es más, ahora estaba firmemente convencido, casi hasta la obsesión, de la posibilidad de encontrar una entrada a la civilización escondida en lo más profundo de la tierra amazónica. Y decidió volver, obteniendo apoyo por parte de un grupo periodístico de Estados Unidos y de la Royal Geographical Society de su país.

En 1924 dejó Inglaterra acompañado por su hijo Jack y un amigo de éste, Raleigh Rimell, dirigiéndose hacia Cuyaba (Cuiabá), en el borde del Matto Grosso. Desde Cuyaba intentarían ir al norte, con mulas, a través de la cuenca del Matto Grosso, y descender en canoa por un río llamado Paranatinga, hasta llegar aproximadamente al paralelo 10º Sur. Enfilaría hacia el río Xingu, de 2.000 kilómetros de largo que fluye hacia el este, donde está el delta del Amazonas; para desde ahí llegar hasta los Tocantins por vía de su principal tributario, el Araguaia. Su último destino era Barra do río Grande en la ribera del río de San Francisco.

Page 128: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

Salieron desde Cubaya el 20 de abril de 1925 y llegaron al puesto de Bakairi, en el estado de Matto Grosso, el 15 de mayo. Rimell sufría de una grave herida en un pie. El 30 de mayo el coronel Fawcett mandó el que sería su último informe desde un campamento llamado Caballero Muerto; estaban muy cerca del origen del río Xingu:

“Nuestros dos guías se devuelven. Están cada día más nerviosos ante la posibilidad de morir. De aquí en adelante nos internaremos sólo nosotros tres en la región de los indios.”

Pasó un año y no se recibieron noticias del coronel y su grupo expedicionario, lo que no produjo mayor ansiedad porque había anunciado que podían estar hasta dos años en la selva; pero transcurrió ese tiempo y tampoco llegaron noticias. Empezaron a circular todo tipo de rumores. Un cierto señor Courteville informó en Londres que se había encontrado un hombre viejo en Cubaya que podría ser Fawcett. La historia fue ampliada y se decía que la búsqueda de la ciudad perdida había fracasado y que el explorador se había establecido como granjero.

La historia, que era falsa, ayudó a fomentar el misterio. La Royal Geographical Society ofreció financiar a cualquier voluntario que se atreviera a obtener noticias de Fawcett. Eventualmente, en 1928, el comandante Gregory M. Dyott organizó una expedición de búsqueda respaldado por la North American Newspaper Alliance: la Asociación norteamericana de periódicos de la cual uno de sus asociados había respaldado la exploración de Fawcett. El equipo de Dyott logró seguir los pasos del grupo más allá del campamento Caballo Muerto.

Incluso encontraron evidencias de sus campamentos en la zona donde habitaban los indios suyas, considerados como caníbales, Dyott declaró estar convencido de la muerte de todos ellos, aunque, declaró “no existen pruebas o indicios concretos”. De allí la huella de Fawcett no pudo ser seguida y hasta el día de hoy no se sabe que ocurrió con él, con su hijo Jack, y con Raleigh Rimell, su amigo. Probablemente fueron asesinados por tribus hostiles, sin embargo, una extendida creencia de que pudieron haber sobrevivido persiste hasta ahora. Entre quienes aseguran haber descifrado el misterio está el experto de los sertones brasileños Orlando Villas Boas. En 1951, el indio Tzarari, cacique de los kalapalos, hallándose a punto de morir confesó a Villas Boas que veintiséis años antes había abatido a Fawcett y sus acompañantes a golpes de maza, replicando a una bofetada que el explorador inglés le había aplicado. Este, según Tzazari, se había irritado ante la negativa del jefe indígena de suministrar cargadores y piraguas para proseguir su viaje.

La negativa se debía a las disensiones existentes entre las tribus de la zona. Así, a partir del testimonio del cacique moribundo, se descubrió un esqueleto cerca de la confluencia de los ríos Culuene y Xingu. Se pensó que sería el del coronel.

Page 129: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

Pero de los cuerpos de los dos jóvenes que le acompañaban, y que habrían sido arrojados al río en vez de sepultados, no había ningún vestigio.

Todo lo que se logró recoger en el lugar fue enviado a Inglaterra. Los huesos fueron examinados en el Instituto Real de Antropología de Londres, por un equipo de expertos. Estos certificaron que los huesos no correspondían al súbito de su majestad Percy Harrison Fawcett. Y jamás se pudo descubrir de quién había sido. Con el tiempo, la falta de pruebas acerca de la muerte de Fawcett fue reforzando la creencia de que los tres miembros de la expedición habían logrado su objetivo: entrar al reino subterráneo. El otro hijo del coronel, Brian, escribió en 1952 que si su padre hubiera encontrado efectivamente la ciudad oculta, tal como intentaba hacerlo es posible que los habitantes de esa extraña civilización no los dejaran regresar para proteger así el secreto de la ubicación. En 1988, el investigador brasileño Roberto Luciola citó, en un estudio sobre el enigma de la desaparición de Fawcett, una entrevista a la mujer del coronel, Nina, publicada por O Cruzeiro el 1 de diciembre de 1951.

Entonces, a los ochenta años de edad, la señora Fawcett declaró al periodista Bernard-Claude Gauthier:

"- Es posible que mucha gente considere excepcional, tal vez increíble, la historia de nuestra vida. Pero lo que voy a decir es la pura verdad. A principios de siglo, mi marido y yo vivíamos en el Extremo Oriente. Dos veces se nos aparecieron misteriosos emisarios profetizando hechos extraordinarios relacionados con el nacimiento y la vida de nuestro primer hijo, Jack, quien cumplió 22 años días antes de que partiera con su padre y su amigo a la región del Roncador. En Oriente, antes, entonces, de que él naciera, se le había predestinado una misión fabulosa en un lugar desconocido... - Señora -le preguntó Bernard-, ¿cree que su marido ha muerto en las selvas del Matto Grosso? - ¿Qué puedo decirle? ¿Tendría que afirmar, para provocar una sonrisa escéptica, que continuó en contacto telefónico con mi marido y que tengo la seguridad de que tanto él como Jack y Reelige están vivos? ¿Qué creo en las palabras proféticas de los sabios de la India, que ya sabían cuanto ocurriría? ¡No! Diré apenas esto: si mañana o después viera el coronel Fawcett y a nuestro hijo entrar por la puerta del jardín, no me sorprendería en absoluto. Diría simplemente, como siempre: ¡Hola!"

En 1951, cuando Nina dio esta entrevista, Fawcett habría tenido 80 años de edad y su reaparición física todavía era posible. Hoy eso ya no es así. Sin embargo, en 1978, llegó por primera vez a Brasil un sobrino nieto del coronel, el escritor

Page 130: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

Timothy Paterson. Por lo que él afirma en su libro “El templo de Bies”, escrito luego de varios otros viajes a la zona, Fawcett “vivió en la ciudad subterránea de Bies, junto al Roncador, hasta 1957, cuando a la venerable edad de 90 años se despojó de su envoltura material”, pero no murió en el sentido común de este término, porque de una manera para nosotros desconocida, sigue vivo “en el espacio interior del planeta”.

Lo que es posible,

“al haber pasado a otro estado corporal y de conciencia, pero conservando su identidad. En el mundo intraterrestre que anuncia Bies, el coronel se habría integrado, junto a sus acompañantes, a la peculiar sociedad que allí habita. En ella, contingente principalmente humanos, en un pasado remoto, habían penetrado para salvaguardarse de un soberbio cataclismo exterior, en aquella, la región imperecedera que ningún cataclismo puede destruir; habrían desarrollado una biofísica, una cultura y una tecnología mucho más eficaces y limpias que las nuestras, en armonía con la naturaleza y el cosmos.

Durante los treinta y dos años que Fawcett vivió en Bies, podía pasar a otras dimensiones, siempre que lo precisase, adoptando lo que se llama cuerpo de sustancia etérica, algo acerca de lo cual nuestra ciencia está aún en pañales, pero que tiene que ver con la desintegración atómica regulada, vuelta a integrar a voluntad. Lo que todos en Bies practican comúnmente cuando deben entrar en el Santuari-Interior, el corazón mismo de todas las ciudades subterráneas que existen. En 1957, cuando el coronel desapareció definitivamente en otra dimensión, en el mundo interior del planeta continúa trabajando por la evolución de la humanidad toda que habita bajo la superficie de nuestro mundo.”

Al decir de Timothy Paterson, Fawcett se convirtió en “el Alma del Roncador.” En el libro “Expedición Fawcett”, diario del coronel de sus primeras excursiones, él relata cómo llegó a su poder una estatuilla de extraordinaria importancia para sustentar su creencia en la ciudad oculta del Amazonas. Cuenta que la estatuilla de basalto negro ( roca volcánica vitrificada) y cuya altura es de unos 25 centímetros, le fue entregada por el novelista sir H. Rider Haggard (que había escrito “Las minas del rey Salomón” y “Ella”), quien la había traído de Brasil hacia fines del siglo XIX.

La conclusión de Fawcett es contundente:

“Creo firmemente que procede de una de las ciudades perdidas”.

Page 131: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

A partir de la publicación de este libro, mucho se discutió sobre la autenticidad y la procedencia de esta estatuilla: representa a un personaje que sostiene entre sus manos una tablilla con signos aparentemente de escritura (letras), y muestra otra tablilla similar, pero alargada, apoyada sobre el empeine de sus pies.

Según el investigador Argentino-Israelí Aldo Ottolenghi (entre los que la han visto), la referida estatuilla representa a un sacerdote hebreo, vestido con los ropajes característicos de los levitas. Estos, que constituían una de las doce tribus hebreas, estaban dedicados específicamente al culto y la liturgia. En la Biblia (Exodo, XXVII) se describen el efod o camisola que el sacerdote vestía directamente sobre su cuerpo; el birrete de forma similar al que lleva el personaje de la estatuilla; y la “pollerita” o pantalón con pliegues que aquél vestía sobre el efod para cubrir sus desnudeces, y que estaba confeccionado con lino de distintos colores (aparentemente cada uno de dichos pliegues, cinco en total, correspondía a un color distinto). Según Aldo Ottolenghi (en su libro “Civilizaciones Americanas Prehispánicas”), que también examinó la estatuilla, la escritura que se aprecia en las dos tablillas de la pequeña reliquia de Fawcett “es de tipo semítico, más específicamente fonética consonántica.

Tan asombroso como el hecho de que una antigua representación de un sacerdote hebreo haya aparecido en Brasil alrededor de un siglo atrás, que sorprendentemente incluye un tipo de escritura enteramente desconocida hasta 1935, cuando se descubrieron las escrituras protofenicias, emparentadas con la que muestra la figura; que tendría que haber sido falsificada por un estudioso genialmente diabólico, que hubiera construido todas las letras de una escritura consonántica de su invención, que contiene elementos que volvemos a encontrar en una serie de escrituras arcaicas desconocidas hasta entonces.

El primer volumen de las Memorias de Fawcett, póstumas, se tituló “El continente del asombro”, compiladas por su hijo Brian, quien explicando el título, declaró:

“Era así como mi padre veía a América del Sur, como a un continente asombroso.”

Brian afirma que las indicaciones esenciales de la Misteriosa Z, lugar del interior de Brasil donde se hallaría el acceso a la ciudad oculta, las obtuvo, justamente, a partir de esta estatuilla, que había quedado en poder de su madre a la partida del coronel.

Afirma que la envió a examinar por expertos del Museo Británico, quienes dictaminaron:

“En caso de no ser falsa, está por completo más allá de nuestro conocimiento.”

Page 132: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

Para Fawcett la autenticidad estaba más allá de toda duda. Decía: “Nadie pudo explicar por qué esa pieza de basalto transmitía, al tacto, una indudable sensación de shock eléctrico”. El argüía que las antigüedades falsas se fabrican con la intención de venderlas, y que ningún falsificador crearía, con esa finalidad, una obra de arte imposible de ser situada en marco de los conocimientos aceptados. Tenaz, el coronel había hecho examinar la estatuilla por varios sensitivos expertos en el arte de la psicometría.

Esta se basa en la teoría de que todo objeto material conserva vibraciones psíquicas capaces de revelar su origen e historia a un sensitivo que pueda “sintonizarlas”. Cada uno de los expertos elegidos para el examen debía sostener la figura entre sus manos, en un ambiente completamente oscuro, y escribir lo que sentía; cada uno de ellos debía proceder, en ocasiones distintas, sin tener conocimiento previo de lo realizado por los demás ni de las expectativas del propio Fawcett.

Luego transcribe Fawcett en sus "Memorias" el texto de uno de los psicómetras; en él se describe a la legendaria Atlántida,

“que se extendía entre el norte de Africa y América del Sur”, y el cataclismo que la destruyó casi completamente cuando el océano invadió las tierras”.

El psicometrista menciona la existencia de muchos templos en la región, y manifiesta ver una escena en especial; en ella el sumo sacerdote atlante entrega la estatuilla que parece ser su propia imagen, a otro sacerdote; éste, durante la hecatombe, huye de la ciudad que se hunde para esconderla en las tierras altas, dirigiéndose para ello en dirección al este.

El sensitivo escucha una voz que grita:

“¡El juzgamiento de la Atlántida será el destino de todos los que pretenden asumir el poder divino!”

Y finaliza su testimonio escribiendo:

“No puedo precisar la fecha de la catástrofe, pero ella tuvo lugar mucho antes del surgimiento de Egipto y fue olvidada, excepto, tal vez, en los mitos.”

Y agrega una advertencia:

“He aquí lo importante sobre esta estatuilla: su posesión es maléfica para quienes no le sean afines, y puedo decir que es peligroso burlarse de ella...”

Page 133: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

Excepto por la referencia precisa a la figura de basalto negro, el texto del psicómetra reproduce lo que las tradiciones dicen, en general, sobre la Atlántida, que pareciera subsistir en la memoria inconsciente colectiva hasta el día de hoy. El caso es que no parece haber motivos para dudar de Timothy Paterson cuando dice que su pariente Fawcett era un esoterista avanzado. Aunque en las muchas anotaciones y cartas que dejó el coronel acerca de sus estudios y andanzas, nunca se proclaman un místico, un ocultista o un esoterista.

Fawcett siempre evitó proclamarse tal o cuál para no aumentarse dificultades en los círculos académicos, principalmente en la Academia Británica, a la cual recurrió más de una vez en busca de ayuda financiera, que no siempre consiguió. Hoy, si se quisiera calificarlo con más precisión, sería tal vez, primero que nada, como eximio explorador, y luego como hermetista, tomando esta palabra como aplicable a todo aquel que se empeña en indagar sobre los misterios de la realidad y de la vida, más allá de las fronteras del conocimiento codificado por las disciplinas universitarias. Con todo, siempre se reveló como un observador abierto a cualquier información o hecho concerniente a lo que creía, así este generara extrañeza, espanto o maravilla. Es cierto que la saga de Percy H. Fawcett es espléndida. El coronel se había dedicado en su juventud al estudio de las técnicas de construcción naval, y desarrolló la línea de diseño británico “ictioide” (con forma de pez). Estudió formalmente topografía, lo que le permitiría viajar a Sudamérica, quizás también incentivado por el descubrimiento de Machu Picchu por Iram Bingham, en 1911.

Y su sobrino nieto no se ha mostrado menos fascinado por nuestro continente. Aquél esperaba hacer su descubrimiento en el plano objetivo, en la forma de una entrada de piedra y cal -si no de piedras preciosas y oro- que llevara al reino subterráneo. En cambio, Timothy Paterson se ocupa de revelar un posible pasaje a otra dimensión, a una realidad paralela y simultánea, poblada por seres más que humanos.

En eso, el último Fawcett no está solo: se apoya en tradiciones antiquísimas que narran de la existencia de esta civilización escondida en la América del Sur, dueña de una sabiduría milenaria. En Brasil se hallaría, en realidad, sólo una entrada o acceso a este mundo interior, tan complejo en sí mismo y en sus relaciones con la superficie exterior del planeta, que no es fácil describir. Uno de los que ha intentado hacerlo es Enrique José de Souza, fundador de la Sociedad Brasileña de Eubiosis (Sociedad Brasileira de Eubiose), que mantiene un templo y un centro de estudios en Barra de las Grazas, Matto Grosso, en la ladera sur de la Sierra del Roncador.

En 1987 Timothy Paterson recibió de Roberto Luciola, discípulo de Enrique José de Souza, un estudio crítico sobre su libro “El templo de Bies”, que Luciola había leído en traducción al portugués. Gracias a ese estudio crítico, el descendiente de Fawcett conoció muchas de las ideas que la sociedad de Eubiosis posee acerca de la saga del coronel. Además entre las sociedades relacionadas con

Page 134: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

este místico sitio se encuentra la Orden Teúrgica, con la cual también se vinculó a Paterson: en su libro se refiere muchas veces, con admiración y respeto, al líder teúrgico Udo Oscar Luckner, conocido por sus discípulos como “El hierofante del Roncador”, que falleció en 1985. En el segundo viaje que Paterson realizó a Brasil, en julio y agosto de 1978 (la primera visita la había hecho meses antes, en febrero), entonces vio, en la casa de una amiga en Sao Paulo, una revista que hablaba del hierofante. Intuitivamente -según narra- “sintió” que había encontrado la pista verdadera para dar con el paradero de Fawcett. Ya había intentado otros caminos, que bautizó como “pista de la Funai (Fundación Nacional de Apoyo al Indígena)” y “pista de las misiones salesianas”.

Organizó todo para entrar en contacto con Oscar Luckner durante su tercer viaje, programando para mediados de 1979; Paterson organiza sus visitas a la región norte del Roncador siempre al promediar el año, porque en los otros meses el calor es insoportable en la región, con una temperatura que se mantiene en casi cincuenta grados Fahrenheit a la sombra. Desde Río de Janeiro, donde desembarcó, se dirigió a Barra de las Garzas, la pequeña y actualmente progresista ciudad en la confluencia del río de las Garzas con el Araguaia, en pleno estado de Matto Grosso.

Allí, se dirigió rápidamente al Monasterio Teúrgico, situado al norte, en la periferia de la ciudad, junto a los contrafuertes de la Sierra. Según Paterson, logró entenderse de manera rápida y perfecta con Luckner acerca de qué había significado el esfuerzo del coronel Fawcett para descubrir la Misteriosa Z. Ambos llegaron a la convicción de que el explorador había hallado en 1925 el lugar de la superficie terrestre situado sobre el templo subterráneo de Bies, ubicado doscientos metros por debajo de la montaña. Nacido en 1925, de origen bávaro, Udo Oscar Luckner vivió mucho tiempo en Suiza antes de emigrar a Brasil en 1956. Fascinado, según Paterson, por la historia del coronel Fawcett, se mudó del estado de Santa Catalina al estado de Los Andes, donde durante diecisiete años estudió los misterios de la cordillera, desde Ecuador hasta Chile. Luego se trasladó al estado de Matto Grosso; allí vivió ocho años en una solitaria choza en la selva del Roncador, hasta establecerse en Barra de las Garzas, donde finalmente murió en 1987. Según Timothy Paterson, la Sociedad Teúrgica presenta muchos puntos afines con la escuela Arcana, a la cual él adhirió en 1975. Es cierto que actualmente crece entre las escuelas de orientaciones espirituales de tipo intelectual y de exploraciones o trabajo en terreno, la convicción de que el plano arquetípico de la evolución humana está dirigido hacia lo que se podría llamar un “mestizaje” (en el sentido de síntesis globalizante) que lleva al surgimiento de una raza universal (un cierto estado de conciencia mundial ecuménico). Este proceso sería la condición previa y el efecto-causa

Page 135: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

(simultáneos) de una nueva Edad de Oro, que pondría fin a la actual Kali Yuga (Edad de las Tinieblas).

Allí se originaría la sensación generalizada de hallarnos al final de un ciclo, ante la inminencia de un nuevo pensamiento. Uno de los aspectos de esa dinámica septenaria es el linaje evolutivo de las razas humanas. Muy distinta de su concepción vulgar o política, la idea de “raza” es, para la teosofía, un estado de conciencia referido a una tónica religiosa, cultural y científica sustentada en una base ambiental y biológica, que depende de la evolución mental de los seres humanos y no implica un “fatalismo racial” para el individuo. Entre los que creen esta posibilidad existen diferentes opiniones acerca del plazo en que todo esto habrá de ocurrir. Según la concepción teológica “clásica”, la humanidad actual está acabando de llegar al estado de conciencia de la quinta Raza-raíz (la “aria”).

Esta se subdivide en siete subrazas, en la quinta de las cuales estamos actualmente: se trata de la llamada “teutónica”; ésta fue y continúa siendo fuente de confusión y desorden en diferentes niveles. Antes de terminar el actual ciclo planetario, tendrían que objetivarse también la sexta y la séptima subrazas de la quinta Raza-raíz; en los escritos de Enrique José de Souza se las llama “bimánica” y “atabimánica”. Ya se ha mencionado que Helena Blavatsky solía repetir que la nueva era florecería en el norte y en el sur de la Américas.

Otros teosóficos posteriores, apoyados en las circunstancias históricas y señales, han estado de acuerdo, pero, en general, han expresado una creencia en la cierta anticipación de los plazos, en una quema súbita de etapas, cuando se piensa que, en verdad, la humanidad no está lejos, como totalidad, a alcanzar nuevas condiciones de vida y pasar a un nivel mental superior. Enrique José de Souza puso énfasis en esta dirección. Hasta 1963, cuando, a los ochenta años, acabó su vida física, escribió y trabajó intensamente a favor de una aceleración del programa de la evolución.

Desde su punto de vista, Brasil es, a pesar de lo que se pudiera decir en contrario,

“un país asignado para funcionar como base de un nuevo estado de conciencia. Los valores de la subraza bimánica ya comienzan a despuntar, y los de la atabimánica no tardarán en hacerlo.”

Etimológicamente, el adjetivo “bimánico” significa “dotado de dos mentes”. Es decir, se refiere a la fusión evolutiva de lo mental concreto o inferior (la razón) con lo mental abstracto o superior (la intuición), como se dice ahora “el pasaje del amor-emoción al amor-sabiduría”. De Souza alude poéticamente a este hecho trascendental como “la unión mística del corazón y el cerebro”. Para la Sociedad de Eubiosis, el nuevo estado implica el pleno funcionamiento de los siete centros, vórtices o uniones del cuerpo humano como más perfecta expresión de la energía.

Page 136: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

Para los de Eubiosis, un escenario de esta evolución estaría en Brasil, en tres lugares: en la sierra de la Mantiqueira, en la isla de Itaparica y en la sierra del Roncador. En estos lugares se hallarían embocaduras o accesos (pasajes interdimensionales) hacia el espacio localizado en el interior del planeta. Creen en la aparición inminente entre nosotros de un avatar. El hombre sabio correspondiente al ciclo de acuario, el cual la mayoría de ellos designa con el nombre de Maitreya. Tiende a crecer la expectativa de que este avatar será la personificación del nuevo estado de conciencia (tal vez a nivel colectivo). En cierta ocasión el antropólogo Dardaudt Vieira reveló que, para sentirse protegido en sus incursiones por lo desconocido, encontrándose en plena meseta brasileña, acostumbraba invocar la Ley (la que rige a todos y a todas las cosas), pidiéndole amparo para no trasponer los límites de sus derechos como investigador en la frontera de todos los enigmas. Esta disposición personal puede ser hallada en todos los grandes exploradores, en todos los investigadores de la física como de la metafísica.

Louis Pasteur, por ejemplo, cuando empezó a estudiar la baba de los perros rabiosos para identificar al agente del mal, y crear una vacuna, mandaba a sus asistentes a recoger animales enfermos por las calles de París. Una vez inmovilizado el animal en el laboratorio, Pasteur le colocaba en la boca un extremo de la pipeta; el otro extremo lo ponía en su propia boca. Luego succionaba la baba hasta la mitad del tubo de vidrio, transvasándola luego a los frascos de prueba. Tal confianza en sí mismo, sin la cual no hubiera desarrollado la vacuna antirrábica, puede ser calificada no sólo poéticamente de don del cielo. El coronel Percy Harrison Fawcett tenía, ciertamente, una tranquilidad semejante.

Una frase que solía repetir, y que posiblemente conoció en Ceilán, decía:

“El centro del abandono interior es la confianza en la Divinidad.”

En la última carta que escribió, desde el Campo del Caballo Muerto, da su localización exacta: 11° 43' de latitud sur y 54° 35' de longitud oeste. Es la última referencia escrita a su mujer, fechada el 29 de mayo de 1925, y dice: “Intentaré escribir de tanto en tanto acerca de nuestra expedición y espero poder remitir estas noticias con la ayuda de algunas tribus amigas. Sin embargo, dudo que esto sea posible”. Fue una premonición, porque, en efecto, no fue posible. Es cierto que la figura de Percy H. Fawcett está rodeada de enigmas, esto no sorprende, habida cuenta que fue el último explorador blanco en buscar aquel legendario El Dorado. Según Roberto Luciola, el hijo del coronel Fawcett, Jack, llevó al crisol de la “mestización trascendental” el bagaje genético anglosajón, fusionándolo con el bagaje genético inca-tupí (que es de la América del Sur).

En las notas agregadas a las memorias de su padre, Brian Fawcett formula observaciones sobre la idiosincrasia de Jack: a la edad que desapareció, 22 años, no demostraba interés por el sexo (era otra época) y posiblemente era

Page 137: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

virginal. ¿Estaría preservándose, como dice su madre, para cumplir su destino de simiente?

Todo lo que el coronel Fawcett dejó escrito sobre el motivo de haber llevado a Jack en la expedición fue que su hijo le brindaría un apoyo confiable y persistente, difícil de encontrar en otros colaboradores. En la última carta que recibió su esposa Nina, describe los sufrimientos y las dificultades propias de la expedición, de la valentía de Jack y del joven Raleigh, que tenía una pierna herida. Los peones, exhaustos, querían regresar, cosa que finalmente hicieron. Pero el coronel manifestaba su firme decisión de proseguir.

Estaba seguro de que su expedición en busca de la Misteriosa Z, alcanzaría su objetivo. En relación a la extraordinaria estatuilla de basalto negro (actualmente en el Museo Británico) es indudable que se trata de uno de los enigmas de América, como las figuras de Acámbaro en México o las piedras de Ica en Perú, como la calavera de cristal maya y tantos otros objetos que la ciencia oficial ni siquiera admite como enigmas, no porque discuta su autenticidad, sino simplemente porque no se amoldan en la trama de los conocimientos científicos actuales.

Por lo demás, Timothy Paterson, el escritor sobrino nieto de Fawcett, hasta 1992, ya estuvo ocho veces en Brasil, donde se ha dedicado a trabajos que, según le confesó a Roberto luciola, le permiten “cierto tipo de contacto” con el coronel. Hace unos días, un conferencista del New Age en la UCLA se refería a la epopeya de Fawcett, dividiéndola en varios capítulos:

Sus trabajos oficiales para los gobiernos de Bolivia, Perú y Brasil con fines de marcación limítrofe (años 1906/7, 1908/9, 1910, 1911, 1913 y 1914)

Su búsqueda de la ciudad oculta conocida solo con la críptica letra “Z”, en 1920/21 y luego en 1925, que sería el viaje del que jamás volvió

La búsqueda inmediata que hicieron otros exploradores para hallar a Fawcett, su hijo Jack y Raleigh Rimell, que se internaron en el Matto Grosso tras las huellas, extraviándose y -en varios otros casos- muriendo

Las noticias posteriores de supuestos avistamientos de Fawcett en diversas partes de América del Sur

La aparición de indios blancos en Brasil, a los que se supone hijos de Jack Fawcett, y que aún hoy integran tribus poco civilizadas que en forma esporádica entran en contacto con los pueblos aledaños a la selva

¿Cuál fue la suerte de Fawcett y su grupo? ¿Dónde quedaron? ¿No pudo uno solo de ellos salvarse para retornar a la civilización y buscar auxilio o dar noticias?

Page 138: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

Las periódicas referencias acerca de su paradero, las visiones de sus apariciones con vida, el hallazgo de sus iniciales (PHF) talladas en la corteza de algún árbol, por fin, el descubrimiento de huesos en los caminos nuevos de la selva tuvieron siempre vasto interés, desde que el francés Roger Courteville, en 1925, decidiera cruzar el continente sudamericano, atravesando parte del Matto Grosso, entre Río de Janeiro y Lima. Courteville decidió realizar la travesía en un auto Renault, al cual sería necesario abrirle camino a machetazos.

El 1° de julio de 1926 se inició el raid en Río de Janeiro; el grupo estaba compuesto por Roger, su mujer Ana y un mecánico francés que la fábrica gala había enviado, junto con el vehículo, para atenderlo. En el recorrido tuvieron que construir puentes improvisados, desarmar el coche para cruzar ciertos lugares e, incluso, instalar un motor Ford cuando la máquina original se rompió.

Llegaron a Lima el 12 de septiembre de 1927, tras recorrer 8.665 kilómetros. En sus declaraciones afirmaron que durante un rodeo que debieron efectuar en el trayecto Rondonópolis-Buriti-Cuiabá (que es precisamente de donde había salido la expedición Fawcett), se toparon con un hombre blanco, canoso y de tez alba que dominaba a la perfección el inglés. Sugirieron que ese personaje pudo ser el coronel.

Pero ¿por qué estaba solo “y con la vista siempre perdida en la distancia?”. Se supuso que, tal vez, los tres expedicionarios hubieran encontrado la Misteriosa Z, y que Jack y Raleigh sucumbieron en la hazaña, haciendo que éste perdiera la razón y se alejara solo, vagando por la selva... después de este sorpresivo encuentro han sucedido muchos otros, pero, en verdad, nunca más se supo nada concreto de Fawcett.”

El paleontólogo Raymond Bernard, que ha trabajado muchos años en Sudamérica, afirma que:

“la cruzan innumerables túneles, que son un enigma para los arqueólogos. Existen especialmente, en gran número bajo Brasil. Casi todos inexplorados. El más famoso parte desde las montañas de Roncador, al noroeste del Matto Grosso”.

Es el sitio en que el escritor Arthur Conan Doyle ubica la acción de su entretenida novela “El mundo perdido”. En Ecuador, el escritor Erich Von Daniken describe la visita a un túnel subterráneo en el que se penetra por una entrada cercana a la ciudad de Gualaquiza:

“Las largas y estrechas galerías tienen paredes acristaladas y las grandes habitaciones fueron hechas por voladuras. Capas de roca limpiamente voladas son claramente reconocidas en la entrada del

Page 139: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

túnel, como la puerta en ángulo recto extraída de la faz de la roca. El cuidado técnico con que el sistema de túneles fue planificado queda demostrado por los pozos de ventilación, que se producen con intervalos regulares. Estos pozos están trabajados con precisión y miden en término medio 17.5 y 1.50 metros de largo y 80 centímetros de ancho”.

Von Daniken insinúa que formaban parte de,

“un sistema de túneles gigantescos de miles de kilómetros de longitud que se encuentra bajo América del Sur, hecho por constructores desconocidos en una fecha ignorada”.

El escritor cree que los túneles de ecuador están relacionados con los que, se sabe, existen en Perú. Suelen narrar los peruanos una antigua leyenda según la cual el poderoso imperio inca fue fundado por un grupo de pueblos que salió de un túnel. Dice el relato que,

“cuatro hermanos y cuatro hermanas salieron de un túnel en Pacaritambo, que está el este de Cuzco. Entonces el hermano mayor subió a la montaña inmediata y con poderosos impulsos lanzó cuatro rocas a cada uno de los cuatro puntos cardinales, y tomaron posesión del territorio enmarcado por las piedras: allí fundaron uno de los más poderosos imperios conocidos del mundo antiguo, el incásico” (según Aurora Saavedra, de la tradición oral recogida en Lima).

Cuentan que la altura de los hermanos era mayor a la media y afirmaban ser ellos miembros de una familia gobernante del reino subterráneo, “un sitio pacífico”; afirmación que apoyan diciendo que el pueblo Inca era una nación educada y amante de la paz, que desconocía la violencia hasta la llegada de los exploradores españoles.

En sus "Comentarios de los Incas" (1589), el escritor Mancio Serra de Leguisamo, escribe:

“Los incas peruanos estaban a menudo libres de crímenes y excesos, los hombres tanto como las mujeres, de modo que el indígena que tenía en su casa 100 mil pesos de oro y plata, la dejaba normalmente abierta, colocando un simple palo cruzado sobre la puerta como signo de lo que había en el interior. Cuando vieron que nosotros poníamos candados y llaves en nuestras puertas, supusieron que era porque teníamos miedo a que ellos nos mataran, no porque creyeran que alguien pudiera robar la propiedad de otro. Por tanto, cuando se enteraron de que había

Page 140: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

ladrones entre nosotros y hombres que con el ejemplo incitaban a sus hijos a que cometieran pecado, nos despreciaron.”

Cuando en 1526, los hombres dirigidos por Francisco Pizarro arribaron a la costa noroeste de Sudamérica, e iniciaron la destrucción casi literal de la civilización incásica, se cree que ese pueblo estaba formado por más de 10 millones de personas. En 1571 esa población había sido reducida a poco más de un millón. En su libro "This Hollow Earth", Eric Norman recoge tradiciones antiguas de Perú y sugiere que muchos de estos incas no murieron, sino que se refugiaron bajo el suelo:

“Los que creen en la teoría de la tierra hueca afirman que los incas llevaron un gran número de su pueblo, y la mayor parte de sus tesoros, a un túnel gigantesco que conducía al interior de la tierra”.

Al parecer, Pizarro oyó algo acerca de que los incas poseían gran cantidad de oro en un depósito secreto “en un enorme túnel subterráneo, o camino, que recorre el subsuelo”. Y capturó al jefe Inca, Atahualpa, y como rescate exigió que le llenaran una sala de oro.

La reina Inca cumplió la exigencia para liberar a su esposo, y de acuerdo con los cronistas españoles que vieron la sala llena de oro, ésta contenía,

“unas 600 o 650 toneladas de oro, equivalentes a unos 384 millones de pesos de oro de la época”, difícil de calcular hoy día. Pizarro y sus hombres quedaron tan sorprendidos que se negaron a liberar al prisionero diciendo que “lo mataremos si no dicen de dónde procede todo este tesoro”. La infortunada reina habló con sus consejeros y éstos le dijeron que de nada servía todo lo que hiciera, pues, en cualquier caso “los invasores matarían al soberano Atahualpa.”

Entonces, cuenta la crónica incásica, la reina dio órdenes “y mucha gente del pueblo comenzó a trasladar el tesoro imperial por las cavernas que llevan al centro de la tierra, a la ciudad celeste”.

El sacerdote-soldado Pedro Cieza de León escribió unos años después:

“Si cuando los españoles entraron en Cuzco no hubieran cometido traiciones y no hubieran manifestado tan pronto su crueldad condenando a muerte a Atahualpa, no sé cuántos barcos hubiesen hecho falta para llevar los tesoros a la vieja España, que ahora están perdidos en el interior de la tierra.”

En las tierras del sur de América es muy rica la tradición relacionada con el Reino Interior; especialmente en Chile, donde la penetración española encontró su única frontera imposible de cruzar a partir del río Bio Bio, donde los Araucanos

Page 141: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

han sabido hasta hoy día preservar sus mitos y tradiciones. Podemos citar que ellos nombran Nguill Chenmaihue a un paraje situado sobre la costa sur del Pacífico, el "lugar occidental para la reunión de la gente" desde el cual las almas se embarcan, mediante la intervención de las ballenas llamadas Trempulcahues, las almas de los antepasados que guían hasta la entrada al otro mundo en un último viaje cuyo destino es la isla Mocha.

Dichas ballenas son cuatro viejas transformadas que realizan esa tarea a la caída del sol de cada día, pero que nadie puede ver. A cada alma se le exige una contribución, cuyos deudos se ocupan de colocar junto al muerto, y que servirá para pagar los servicios del barquero, personaje malhumorado que a menudo castiga a las almas abandonadas sin ofrenda golpeándolas con su remo. El mito en este instante es semejante al que relata Dante en "La Divina Comedia", en que se retrata a Caronte siempre gruñón e implacable que golpea con el remo a los tripulantes de su barca infernal.

La isla Mocha está enfrente de la provincia de Arauco; en esta isla del Pacífico sitúan los Araucanos el final del último viaje de la humanidad; fue descubierta por Juan Bautista Pastene en 1544 y siempre ha conservado sus características de misterio; antiguamente la nombraban Gueuli y desde la entrada-salida que oculta al Reino Interior es que salieron los Ivunches que cuidan las entradas de las cavernas ocultas del Sur donde nacieron de la unión de un calcu con una machi: a la machi corresponden los misterios de la magia blanca y al cálculos de la magia negra, por lo que el fruto de su unión vincula a los vivos con los muertos.

El Ivunche es el cancerbero y puede hacerse consejero de los que buscan los misterios del mundo oculto al fondo de las cuevas; cuando pequeño le dislocan una pierna que llevará recogida sobre la espalda para toda la vida y le tuercen el pie en dirección contraria a la marcha; es por esto que debe caminar en tres extremidades y al incorporarse da la sensación de que la pierna dislocada le brotara de la nuca o de la espalda. Para desplazarse se apoya en un báculo también retorcido; anda sin ropas, el cuerpo cubierto de pelos no termina de ocultar lo hinchado de sus miembros por las palizas que recibe de sus progenitores por cualquier motivo.

Es sordo y carece de palabras: cuando se le consulta algo, la respuesta es negativa o positiva con movimientos de cabeza. Don Benjamín Vicuña Mackenna dice al respecto:

"...es costumbre de los arrieros echarse una piedrita en la boca al entrar al puerto de Valparaíso por la Cueva del Chivato, a fin de precavirse de los Ivunches que tienen una morada en aquel paraje".

En algunas mitologías europeas se le ubica con el nombre de "pie de sombra", variando sus atributos pero conservando su forma; leyendo al investigador Gerónimo de la Huerta, en las notas que escribiera en la traducción de la obra de Plinio el Viejo, nos enteramos de que en la India existió una casta de filósofos

Page 142: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

llamados Gimnosofistas que permanecían parados sobre un solo pie en la arena caliente, contemplando la marcha del Sol; dice también que Plinio aseguraba que en el monte Milo había una raza de hombres con los pies vueltos al revés y con ocho dedos en cada uno, guarnecidos por largas y poderosas uñas que empleaban para cazar cuando salían de sus cuevas que custodiaban los caminos interiores de la Tierra. La existencia de seres extraños que salen de las cuevas en el Sur de Chile y Argentina son siempre superadas por sus descripciones; en varios de los primeros relatos que llevaron a Europa los navegantes que llegaban a estas latitudes hablaban de que existían mujeres aborígenes que durante la vida solamente alumbraban un hijo, que a poco de nacer tomaba el aspecto de un ser maduro, encanecido y asemejándose prematuramente a un viejo enano que instintivamente se perdía luego de tomar uno de los caminos ocultos al interior de las cavernas milenarias.

Entre estos viajeros, Pigafetta, cuando regresó de su aventurado viaje en la expedición de Fernando de Magallanes, dejó un voluminoso diario que se publicó en tres libros; en ellos se consigna la existencia de unos diez mil aborígenes en la región patagónica que tenían cabeza de perro y que en lugar de hablar, "ladraban". Describe hombres acéfalos con un ojo en cada hombro y sátiros perversos que se desplazaban a increíble velocidad mediante saltos, que solamente podían ser apresados cuando estaban muy viejos o enfermos.

Allí hay también referencias a seres que estaban relacionados con las cavernas y un sitio oculto al interior de la Tierra,

"con una sola pierna y un pie extraordinariamente grande, que aprovechaban como parasol cuando se acostaban de espaldas en la arena de la costa. Su pie es de una longitud aproximada de un codo (50 cm. más o menos)... si uno tropieza inesperadamente con alguno de estos personajes, es necesario obrar buenamente para congraciarse con él y no exponerse a su poder maléfico. Se dice que su presencia recuerda cuando el mundo exterior era niño y los Dioses del mundo interior andaban sobre la tierra."

En algún puerto oculto del Sur se ubica la Cueva de Quicavi, vigilada su entrada-salida por los Ivunches, y señalada como el lugar donde se cumplen las reuniones importantes de los brujos, llamados también nocheros, calcus o pelapechos. También se dice que es el "lugar interior" donde vive el rey de los brujos.

El conocimiento de los brujos daba comienzo en la infancia con pruebas crueles, como un baño en una catarata durante cuarenta noches consecutivas, en que el iniciado deja caer el chorro principal sobre su cabeza permaneciendo inmóvil, o su estadía también durante cuarenta días con sus noches en el interior profundo de la Cueva de Quicavi donde debía ver cara a cara a los habitantes del mundo

Page 143: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

oculto y, si resistía, adquiría el poder para transformarse en animales mamíferos o aves según su conveniencia, así como el conocimiento para volar e iluminarse.

También al interior de la caverna el iniciado aprende el Calcushugun, "el hablar del brujo", conjuros y recitaciones que utiliza en sus actos y cuya combinación de sonidos sólo él conoce. Se dice que la única vez en que el rey de los brujos abandona su reino interior es cuando se detiene en el puerto de Quicavi el buque fantasma llamado Caleuche, que según la tradición es un barco tripulado por brujos y adivinos a los que acompañan las bestias auxiliares, aquellos que han perdido su memoria y el alma de los marinos muertos en sus trabajos de pesca o en funciones de guerra.

Se asegura que esta nave, que solamente navega de noches, parece un barco de fuego y se desplaza elevada de la superficie aunque también puede navegar bajo las aguas. La tradición oral transmite que el Caleuche solamente detiene su marcha en tres puertos: Llicaldad y Trentrén sobre la costa en la zona de Castro, y en Quicavi, donde el monarca de los brujos suele abordarlo para visitar en el barco fantástico las ciudades establecidas en el fondo del mar y aún más abajo de las aguas "donde la tradición ubica un misterioso reino interior", según afirma Oreste Plath. El ser mítico supremo de los indios cuncos de Valdivia es Huentreyeu, al que suponen inmortal e investido de todos lo poderes,

"gran dominador del mundo que se conoce y el que se encuentra oculto bajo la Tierra y hasta de las simas marinas", según rescata de la tradición oral el investigador Alberto Vúletin, quien afirma que a Huentreyeu, "le obedecen todas las fuerzas naturales y sus manifestaciones como los temblores, las fuertes tormentas de nieve, los remolinos y los grandes tornados... también tiene influencia en las cosechas, en la crianza y reproducción de los animales y la protección de la flora y fauna silvestres. Carece de una representación corpórea y se le rinde culto en una rama de laurel".

También en la región ejerce su reinado el mitológico soberano Hueñauca, que gobierna desde el interior de algún volcán activo; también se ubica su morada en alguna caverna, en cuya puerta se le puede contemplar a cualquier hora, sentado sobre una piedra, a la que llaman Cura o Erquitué: los pobladores del Sur creen firmemente en al poder curativo de las piedras que se encuentran especialmente en la boca de las cavernas, que conservan la energía limpiadora de Hueñauca y también, según la tradición, estas piedras reverenciadas como si fueran animadas abrigan el alma del antepasado de todos los hombres.

El nombre genérico para designar a los Dioses Araucanos era Pillañ, a los que situaban en el interior de las cavernas o los volcanes, pero siempre en algún sitio interior de la tierra; más que un ser mitológico, entonces, es un concepto que

Page 144: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

algunos han identificado con el diablo, lo que es erróneo porque la concepción del infierno no existía en los países de América y fue inculcada por los catequizadores de la Colonia: el Pillañ puede ser maléfico o benéfico según la circunstancia, y se le tributan ofrendas que no pueden ser tocadas y si algún animal es sacrificado en su nombre los restos son quemados hasta convertirlos en ceniza.

Se sabe que entre los araucanos de la antigüedad cada familia tenía su Pillañ que conectaba a la comunidad con las fuerzas ocultas de la Tierra. Según el pueblo de los Onas, en lo más austral del sur de Chile, cada persona cuando nace trae del Reino Interior de donde venimos un fantasma que llaman Mehn al que se juzga como bien intencionado y que es como nuestro doble; para ellos cada uno posee su Mehn particular que nos protege de los peligros que acechan en los caminos exteriores; según las escasas descripciones que de él se conocen dicen que es un espíritu etéreo que desaparece con la muerte del individuo, y que en vida puede hallarse refugiado en la sombra que se proyecta en el suelo o en el reflejo de una forma humana en el agua; es el Mehn un reflejo de lo mejor de nosotros oculto en el interior humano, por eso se dice que nace con nosotros, nos protege y al final nos acompaña en el viaje de vuelta al misterio de donde venimos, donde, finalmente, desaparece para siempre dejándonos solamente enfrentados a nosotros mismos en el lugar oculto a los ojos vivos. En Tarapacá, al norte de Chile, entre los poblados que custodian la entrada al desierto salado de Atacama, se cuenta la historia de una fabulosa ciudad bajo la arena: más debajo de la zona silenciosa, allí las aguas vuelven a iluminarse, azules, entre arrecifes relumbrantes de espuma y caracolas de plata, donde los barcos encallados en interminables playas de algas amarillas, anunciadoras, y bañada por una luz dorada que brota de sí misma, allí está Arikha, tierra remota habitada por personas que rara vez salen a la superficie.

La gente de la zona cree en la leyenda y dice que el reino más debajo de la arena “es un sitio civilizado donde no hay persecuciones como las que sufren los habitantes del exterior.” Una antigua historia germánica dice que para llegar a Arikha se debe tomar la bifurcación Siberia-Sur del camino dorado, tal como en Chile y Alemania se conoce al sistema principal de túneles que une a Arikha con las otras comarcas del reino subterráneo, aún bajo los mares.

Se dice que Arikha es gobernada por un rey justo, que a veces sale a la superficie de la tierra a predicar la paz entre los hombres, desde su palacio ubicado en el punto cero de encuentro de los meridianos y paralelos que cruzan el interior hueco de nuestra tierra. Don Optaciano Villalobos, hombre sabio de la región, refiere que las historias de Arikha son frecuentemente recordadas por los narradores de cuentos que van en las caravanas que cruzan el Atacama.

Una es:

“Un filósofo del reino de Arikha le enseñaba a sus discípulos:

Page 145: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

-A todo aquel que llame a la puerta, le será abierta. Al oírlo un día, el Rey del mundo dijo: -Ya no digas le será abierta. La puerta nunca está cerrada.”

Se dice que es suficiente con oír nombrar a Arikha para ser guardado por ella. La fuerza de Arikha se halla en todo momento cerca de uno, pero no siempre podemos percibirla, sólo a veces se manifiesta para reforzarnos o dirigirnos.

-Don Optaciano, ¿dónde está, precisamente, Arikha? -Está donde uno está. De hecho, es estúpido buscar algo en un lugar donde la imaginación espera encontrarlo. Ello está en cualquier parte de donde lo puedas extraer. -¿Cómo se llega? -Para llegar a Arikha se debe dejar de ostentar el intelecto y el aprendizaje; pues allí el primero es un estorbo, y el segundo ya no existe. -¿Hay un Rey del Mundo? -Sí, pero no hay mente humana que pueda lograr la comprensión de la forma del ser llamado Rey del Mundo. Pero sabemos algo de su carácter por historias que se narran en los caminos desiertos de Atacama. Historias como ésta: “Un día llegó un gorrión a la corte del reino subterráneo, se presentó ante el rey del Mundo y le dijo en voz alta:

“¡Vengo a suplicarte que rectifiques las injusticias de que tus súbditos del exterior me hacen objeto diariamente!”

A lo que el Rey contestó:

“Haz claras tus quejas y serás ciertamente escuchado.”

Dijo entonces el gorrión:

“Ilustre soberano, mi queja es contra el viento. Cada vez que salgo al aire libre, llega el viento y, con un soplo, me lanza lejos. Por consiguiente, carezco de esperanza de alcanzar los lugares que creo que legalmente me pertenecen.”

Y habló el rey del Mundo: “Conforme a los principios de justicia aceptados para el mundo exterior, no puede admitirse queja alguna si no se halla presente la parte acusada para responder cargos. ¡Llamad al viento para que exponga sus puntos de vista!” Llamado

Page 146: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

el viento, una suave brisa fue heraldo de su presencia. Poco a poco se fue haciendo más fuerte, entonces el gorrión gritó:

“¡Oh, Rey del Mundo, retiro mi queja! Porque el aire me está obligando a volar en círculos y, antes de que hable realmente, yo habré sido arrastrado muy lejos.”

Así fue como se resolvió la demanda del gorrión en la corte subterránea del Rey del Mundo. Entonces, me preguntas si hay, en verdad, un Rey del Mundo, y respondo que por cada fantasía o sueño, existe una realidad de la cual aquellos son una falsificación.

En las caravanas que cruzan los desiertos del Norte de Chile, los narradores de cuentos suelen recordar anécdotas referentes al mítico Reino Interior, una de cuyas entradas legendarias, se ha dicho, parte desde la tierra más seca de la Tierra, en algún lugar de la zona única.

Cuando narran sus historias del rey del Mundo, se dice que el silencio del desierto se hace más hondo aún: sólo el fuego crujiente de las grandes fogatas y una brisa fresca que llega del mar acompañan al narrador de cuentos. Cruzando en una de estas caravanas, en el Oasis de Pueblo Hundido, una noche, de pronto, viví una experiencia mística. Nos habíamos reunido al aire libre en el plano arenisco frente a uno de los salones comunales del oasis, que anuncia cuando el desierto de Atacama se interna y cruza los Andes por el Paso del León Muerto. Es común que las caravanas en su trayecto visiten estos oasis del camino, que en el desierto chileno no son pocos, y hoy conforman poblados pequeños que cuentan con luz eléctrica, agua potable y algunos adelantos accesibles a través de la comunicación satelital. Sin embargo, en este mundo que cambia técnicamente, mantienen sus propias costumbres ancestrales.

Esa noche, acompañaban nuestra caravana las fuerzas vivas del oasis de Pueblo Hundido; estaban el alcalde y los concejales con sus esposas, el matrimonio de profesores de la escuelita y el médico con su mujer, la enfermera del modesto hospital; había mercaderes, el cura del antiguo templo y otros vecinos ilustres. Estuvimos escuchando primero canciones tradicionales chilenas, tonadas, cuecas, payas, otras instrumentales que los Incas dejaron de legado en la zona, en que se utilizan los más variados instrumentos musicales; era todo muy armónico. Bebíamos té negro o bebidas con pisco del valle del Elqui, luego de la carne asada con pan amasado, sin hacer demasiado caso a la música. Fue entonces cuando la orquesta local se retiró y entraron los instrumentos de viento, las quenas, zampollas, flautas, que eran de todas las clases conocidas: grandes, pequeñas, de madera, de barro, conchas marinas... las tenían hombres que, en general, pasaban de los sesenta.

Page 147: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

Serían -creo yo- los más viejos del pequeño oasis en el desierto; gordos y pequeños unos; otros altos y delgados; pero todos con algo en común: un extraño sentido del ritmo, de la intensidad del sonido, del soplo, de la voz. Toda la sala comunal pareció de pronto quedarse hundida en aquellos sones. Sentí que todos nosotros -los que veníamos en la caravana, el alcalde y los concejales, todos los allí presentes y yo mismo- comenzamos a vibrar, sin quererlo, como el viento que se eleva en el desierto y sube a la cordillera o baja al mar; sentí que los huesos pequeños de mis oídos comenzaron de algún modo a golpearme el cerebro, impidiéndome pensar y hasta comprender ninguna cosa que no fuera el sonido de los instrumentos de viento que salían de los viejos, vestidos de mantas de lana cruda, y el sonido que lograban con sus labios sobre los instrumentos. Uno de los allí presentes anunció, entonces, a manera de heraldo, que, en honor a las fuerzas ocultas bajo el desierto que cruzábamos, "en honor al Rey del Mundo que tiene aquí una salida que también es entrada a su reino subterráneo que se extiende por todo el planeta", como ofrenda en su honor uno de los nuestros bailará para todos. Fue en esos instantes cuando distinguí al hombre. Más que fijarme en él, llamó mi atención el revuelo que comenzó a armarse en torno suyo. Luego le vimos comenzar a bailar despacio, agitando los hombros, con la mirada perdida en las estrellas cercanas del cielo atacameño; seguía el ritmo de los instrumentos y la música del viento y no había nadie más a su alrededor, nada más que aquél sonido largo que atravesaba los tímpanos y tensaba la memoria como las cuerdas de un arco.

-¡Quiere fuego! ¡Háganle espacio! -gritó alguien, no se quién.

Pero inmediatamente, tres o cuatro se levantaron abriéndole camino hacia la hoguera que todos rodeábamos, y el hombre entró en los leños ardiendo sin dejar de bailar frenéticamente, agitando sus hombros y todo su cuerpo.

Aquella danza dentro del fuego, lejos de quemarlo, le dio fuerzas. Sus piernas se volvieron más ágiles, sus ojos se abrieron de par en par mirando a las estrellas, mientras los labios de los viejos se afinaban en los instrumentos de viento. El danzante en el fuego se hizo ritmo y movimiento, viento y euforia. Por unos minutos dejó de ser humano para hacerse torbellino cósmico vencedor del fuego. A ratos lo vimos volar sobre las llamas, elevado rompiendo toda gravedad. La congregación humana a su alrededor nos hicimos pura vibración, en un remolino de gritos, de movimientos perdidos entre sudor y convulsión rítmica cada vez más agitada. Súbitamente los instrumentos callaron.

Hubo un silencio espeso y el danzarín de un salto fenomenal salió de las llamas de fuego y se detuvo con la música, con los ojos en blanco, como si se le hubiera escapado el aliento vital. Dos o tres hombres lo sostuvieron y el hombre cayó

Page 148: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

entre sus brazos como muerto, como ajeno, pero sin un mínimo rastro de su cuerpo o ropa quemada. Lo sentaron en una manta en la arena y batieron una hoja de palma en su rostro, rojo como el fuego que no lo había tocado. Poco a poco, con lentitud de siglos, el hombre volvió en sí.

Los ojos se le revolvían inquietos, como asustados de ver gente en torno suyo; como tristes también, muy tristes -y aquí creo que estaba su pesar- por regresar de nuevo a esta dimensión humana. Aquel hombre había hecho un viaje a otra parte o, al menos, una parte de él se había desplazado y le había abandonado por unos momentos.

Era como un borracho sin beber vino, porque jamás le vimos beber un sorbo de pisco; estaba satisfecho sin haber comido; algo en él lo hacía parecer como un rey después de haber vencido, y vestía apenas de campesino del desierto. Este hombre se había pasado sin solución de continuidad del éxtasis a la catalepsia, sólo ayudado por la música del viento. El intelecto se había vuelto un estorbo allí: no había respuestas.

No había sentido común en lo que vimos; la lógica estaba ausente, y en su lugar reinaba la paradoja, la falta de sentido, el acto sustancialmente irracional de entrar en el fuego sin que el fuego te queme.

Galería de Fotos del Reino Interior

Foto satelital de la década de 1960 que muestra un círculo en el centro de la

Antártica, que según anotó el Almirante Richard E. Byrd, sería una entrada natural al

Reino Interior.

Page 149: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

Cada ciertos años suelen aparecerse en los caminos de los Andes de Chile, Perú

y Bolivia, hombres de estatura gigantesca, que negocian, hablan muy poco, y se retiran a su lugar desconocido de

procedencia. Cuando se les ha preguntado el sitio de dónde proceden, generalmente

responden que vienen del interior de los Andes sureños. Esta foto clásica de uno de ellos, que medía dos metros sesenta centímetros,

Fue captada por el fotógrafo de Cuzco Martín Chamb, en el año 1929.

Quetzalcoatl, la serpiente emplumada, en su entrada al Reino Interior,

Page 150: Waldemar Verdugo Fuentes El Reino Interior

según tallado en piedra azteca rescatado en el Templo Mayor de México.

El Ivunche, un ser que apoyado en su única extremidad

custodia la entrada a las cuevas que llevan al Reino Interior en el sur de Chile y Argentina.

FIN