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    ART ICULOS DE ESTUDIO

    29 DE SEPTIEMBRE5 DEOCTUBRE

    Las mujeresen el prop ositode Jehov aP

    AGINA 6 C

    ANTICOS:

    86 Y 104

    6-12 DE OCTUBRE

    La Palabra de Dioses viva: us emosla!P

    AGINA 11 C

    ANTICOS:

    114 Y 101

    13-19 DE OCTUBRE

    Jehov a se acercaa nosotrosP

    AGINA 16 C

    ANTICOS:

    51 Y 91

    20-26 DE OCTUBRE

    Escuchemosla voz de Jehov adondequieraque estemosP

    AGINA 21 C

    ANTICOS:

    26 Y 89

    345671 5 D E A G O S TO D E 2 0 1 4

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    Esta publicaci on se distribuye como parte de una obra

    mundial de educaci on b blica que se sostiene condonativos. Prohibida su venta. A menos que se indiquelo contrario, las citas b blicas se han tomado de laversi

    on en lenguaje moderno Traducci

    on del Nuevo

    Mundo de las Santas Escrituras (con referencias).

    The Watchtower (I N - 7) is published semi-monthly by Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc.; L. Weaver, Jr., President; G. F. Simonis,Secretary-Treasurer; 25 Columbia Heights, Brooklyn,NY 11201-2483, and by Watch Tower Bible and TractSociety of Canada, PO Box 4100, Georgetown,

    N L7 Y . Periodicals Postage Paid at Brooklyn, NY,and at additional mailing offices. POSTMASTER: Sendaddress changes to Watchtower, 1000 Red Mills Road,Wallkill, NY 12589-3299. 5 2014 Watch Tower Bibleand Tract Society of Pennsylvania. Printed in Canada.

    34567 August 15, 2014Vol. 135, No. 16 Semimonthly SPANISH

    ART ICULOS DE ESTUDIO

    Las mujeres en el prop osito de Jehov aQu

    e efecto ha tenido en hombres y mujeres la rebeli

    on de

    Ed en? Analice las experiencias de algunas mujeres fieles

    del pasado y averig ue el papel que hoy tienen las cristianasen el prop osito de Dios.

    La Palabra de Dios es viva: us emosla!Todos los proclamadores del Reino quieren tener buenosresultados en su ministerio. Veremos algunas maneras deusar la Biblia junto con los tratados para iniciar conversacio-nes con las personas y llegarles al coraz on.

    Jehov a se acerca a nosotros

    Necesitamos tener una relaci on personal con nuestroCreador. Veremos que al proporcionarnos el rescate y dar-nos su Palabra escrita, Jehov

    a ha tomado la iniciativa para

    atraernos a el.

    Escuchemos la voz de Jehov adondequiera que estemosPara andar en el camino de la verdad, debemos escuchar loque Jehov a dice. Este art culo nos mostrar a c omo escucharla voz de Jehov

    a a pesar de los esfuerzos de Satan

    as por

    impedirlo y de nuestras malas inclinaciones. Veremos la im-portancia de tener una buena comunicaci on con el Dios ver-dadero.

    OTROS ART ICULOS

    3 Est a usted recibiendo

    alimento al tiempoapropiado?

    26 Vuelva y fortalezcaa sus hermanos

    29 Preguntas de los lectores

    31 De nuestros archivos

    ISRAELPORTADA: Hermanas predicandoen ruso en un paseo mar

    timo de

    Tel Aviv. Al fondo se ve la colinarocosa de la moderna Jaffa,el antiguo puerto de Jope

    POBLACI ON

    8.050.000M

    AXIMO DE PUBLICADORES EN EL 2013

    1.459ASISTENCIA A LA CONMEMORACI

    ON

    EN EL 2013

    2.671

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    VIVIMOS en el tiempo m as dif

    cil de la historia (2 Tim. 3:1-5). Cada d

    a se ponen a

    prueba nuestro amor a Jehov a y nuestra firme decisi

    on de vivir de acuerdo con sus

    normas. Jes us predijo estos tiempos agobiantes y les prometi

    o a sus seguidores dar-

    les el animo necesario para aguantar hasta el fin (Mat. 24:3, 13; 28:20). Con ese

    objetivo nombr o a un esclavo fiel que proporcionar

    a alimento [espiritual] al tiempo

    apropiado (Mat. 24:45, 46).

    Desde que el esclavo fiel fue nombrado en 1919, millones de dom esticos de

    todas las lenguas se han unido a la organizaci on de Dios y est

    an recibiendo alimen-

    to espiritual (Mat. 24:14; Rev. 22:17). Ahora bien, la realidad es que hay informaci on

    que no est a disponible en todos los idiomas; adem

    as, no todas las personas pue-

    den leer nuestras publicaciones en formato electr onico. Muchas no pueden acce-

    der a los videos y art culos publicados en jw.org. Quiere decir eso que se pierden

    el alimento que necesitan para mantenerse fuertes en sentido espiritual? Para en-

    tender bien este asunto, tenemos que contestar cuatro preguntas fundamentales.

    Est a usted recibiendoalimento al tiempo apropiado?

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    4 LA ATALAYA

    1 Cu al es el principal ingrediente del ali-

    mento que Jehov a nos proporciona?

    Cuando Satan as tent o a Jes us para que convir-tiera piedras en panes, Jes us le respondi o:Nodepan solamente debe vivir el hombre, sino de todaexpresi on que sale de la boca de Jehov a (Mat. 4:3, 4). Y d onde se encuentran las expresiones de Jehov a? En la Biblia (2 Ped. 1:20, 21). De modoque el principal ingrediente de nuestro alimentoespiritual es la Biblia (2 Tim. 3:16, 17).

    Gracias a la organizaci on de Jehov a, la Traduc- ci on del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras sepuede leer, completa o en parte, en m as de120 lenguas, y la lista aumenta todos los a nos.Adem as, hay miles de millones de ejemplares deotras versiones de la Biblia en miles de lenguas.Este logro extraordinario est a de acuerdo con la voluntad de Jehov a; el quiere que hombres detoda clase se salven y lleguen a un conocimientoexacto de la verdad (1 Tim. 2:3, 4). Y comono hay creaci on que no est e manifiesta a la vis-ta de el, podemos tener la seguridad de que Jehov a se encargar a de atraer a los que tienenconciencia de su necesidad espiritual y de dar-les el alimento que les haga falta (Heb. 4:13; Mat.5:3, 6; Juan 6:44; 10:14).

    2 C omo contribuyen nuestras publicacio-

    nes a que tengamos suficiente alimento?

    Si queremos tener una fe fuerte, no basta conque leamos la Biblia. Es importante que com-prendamos lo que leemos en ella y lo pongamosen pr actica (Sant. 1:22-25). As lo entendi o unfuncionario et ope del primer siglo.

    El estaba le

    yendo la Palabra de Dios cuando Felipe el evan-gelizador le pregunt o: Verdaderamente sabeslo que est as leyendo?. El et ope le contest oRealmente, c omo podr a hacerlo, a menos quealguien me guiara? (Hech. 8:26-31). Entonces,Felipe le ayud o a comprendercon exactitud la Pa-labra de Dios, y aquel hombre se sinti o tan moti- vado que se bautiz o (Hech. 8:32-38). Algo similarsucede con nosotros. Nuestras publicaciones noshan ayudado a entender las verdades de la Biblia.Nos llegan tan hondo que nos sentimos impulsa-dos a aplicar lo que aprendemos (Col. 1:9, 10).

    Los siervos de Jehov a recibimos abundante ali-mento y bebida espiritual mediante las publica-ciones (Is. 65:13). Por ejemplo, La Atalaya, publicadaenm as de 210 idiomas, explica las profec ab blicas y nos ayuda a entender verdades espiri-tuales profundas y a vivir seg un los principios dela Biblia. Y con la revista Despertad!, que se pu-blica en unos 100 idiomas, descubrimos sorpren-dentes detalles de la creaci on y aprendemos aaplicar los consejos de las Escrituras (Prov. 3:21-23; Rom. 1:20). El esclavo fiel pone a nuestro alcance publicaciones b blicas en m as de680 lenguas! Dedica usted alg un tiempo todoslos d as a leer la Biblia? Lee cada revista y cadanueva publicaci on que aparece en su idioma?

    Ahora bien, las publicaciones no son todo loque tenemos. La organizaci on de Jehov a tambi enprepara bosquejos basados en la Biblia para losdiscursos que se dan en nuestras reuniones yasambleas. Disfruta usted de los discursos, lasrepresentaciones dram aticas, las demostracio-nes y las entrevistas que se presentan en esasocasiones? Qu e banquete espiritual nos regala Jehov a! (Is. 25:6.)

    Jehov a sabe

    lo que nos hace falta

    para estar bien nutridosy nos lo ha proporcionado

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    3 Si en su lengua no existen todas las pu-blicaciones que se producen, le faltar a austed alimento espiritual?

    Claro que no! No deber a sorprendernos que,a veces, algunos siervos de Jehov a tengan m asalimento espiritual que otros. Pensemos en losap ostoles. Ellos recibieron m as informaci on quemuchos otros disc pulos del siglo primero (Mar.4:10; 9:35-37). Pero no por eso los otros disc pu-los pasaron hambre espiritual: ellos tuvierontodo lo que necesitaban (Efes. 4:20-24; 1 Ped.1:8).

    Tambi en es bueno tener en cuenta que muchode lo que Jes us dijo e hizo mientras vivi o en laTierra no se encuentra en ning un Evangelio. As lo expres o el ap ostol Juan: Hay, de hecho, mu-chas otras cosas tambi en que Jes us hizo, que, sise escribieran alguna vez en todo detalle, supon-go que el mundo mismo no podr a contener losrollos que se escribieran (Juan 21:25). Aunquelos seguidores de Jes us del siglo primero tuvie-ron m as informaci on que nosotros acerca de el,no estamos en desventaja; Jehov a se ha asegura-do de que sepamos lo suficiente de Jes us comopara seguir sus pasos (1 Ped. 2:21).

    Pensemos, adem as, en las cartas que los ap os-toles enviaron a las congregaciones. Hay por lomenos una escrita por Pablo que no tenemos enla Biblia (Col. 4:16). Dir amos que por ese moti- vo nuestro alimento espiritual es insuficiente?Por supuesto que no. Jehov a sabe lo que nos hacefalta para estar bien nutridos y nos lo ha propor-cionado (Mat. 6:8).

    En nuestros d as, algunos hermanos quiz a ten-gan a su disposici on m as alimento que otros.Habla usted un idioma en el que hay solo unaspocas publicaciones disponibles? No se preocu-pe; Jehov a tambi en lo cuida. Estudie las publica-ciones que tenga y, si es posible, vaya a las reu-niones en un idioma que entienda. Puede estarseguro de que Jehov a lo mantendr a espiritual-mente fuerte (Sal. 1:2; Heb. 10:24, 25).

    4 Si usted no tiene acceso a lo que se pu-blica en jw.org, se debilitar a espiritual-mente?

    En nuestra p agina de Internet se pueden leernuestras revistas y otras publicaciones para estu-diar la Biblia. Tambi en se encuentra informaci opara matrimonios, j ovenes y padres con hijos pe-que nos, una informaci on que puede ser muypr actica para estudiar en familia. Adem as, aparecen informes de programas especiales, como lasgraduaciones de Galaad o la reuni on anual. Y spublican noticias sobre desastres naturales yasuntos legales que afectan a la hermandad mun-dial (1 Ped. 5:8, 9). Nuestro sitio de Internet tam-bi en es una herramienta de predicaci on muy poderosa, pues permite que las buenas nuevaslleguen incluso a lugares donde las autoridadesdificultan o proh ben nuestra obra.

    Ahora bien, sea que tenga Internet o no, us-ted puede mantener saludable su espiritualidad.El esclavo fiel ha trabajado mucho para propor-cionar a cada dom estico informaci on impresaque lo mantenga bien alimentado. Por lo tan-to, usted no deber a sentirse obligado a com-prar un dispositivo electr onico solo para accedera jw.org. Quiz as haya quienes, a nivel indivi-dual, decidan imprimir una cantidad limitada deart culos publicados en nuestra p agina para beneficio de quienes no tengan Internet, pero no seexige que las congregaciones lo hagan.

    Jes us est a cumpliendo su promesa de atendernuestras necesidades espirituales. Y cu anto lagradecemos! A medida que nos acercamos al finde estos dif ciles ultimos d as, podemos confiarplenamente en que Jehov a nunca dejar a de darnos alimento al tiempo apropiado.

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    6 LA ATALAYA

    JEHOV A cre o la Tierra con un prop osito: para ser habitada

    (Is. 45:18). Al primer ser humano, Ad an, lo cre o perfecto y ledio un hermoso hogar, el jard n de Ed en. C omo disfrutabaAd an contemplando los majestuosos arboles, escuchando elmurmullo de los arroyos y viendo jugar a los animales! Pero lefaltaba algo muy importante. Jehov a lo sab a, y por eso dijo:No es bueno que el hombre contin ue solo. Voy a hacerle unaayudante, como complemento de el. Entonces hizo que Ad ancayera en un sue no profundo, tom o una de sus costillas y pro-cedi o a construir de la costilla [...] una mujer. Qu e feliz se sin-ti o Ad an al despertar! Esto por fin es hueso de mis huesos ycarne de mi carne exclam o. Esta ser a llamada Mujer, por-que del hombre fue tomada. (G en. 2:18-23.)

    2 Ad an recibi o de Dios un regalo muy especial, pues la mu- jer iba a ser la ayudante perfecta para el. Adem as, ella tendr ael privilegio de dar a luz hijos. De hecho, Ad an llam o a su es-posa por nombre Eva, porque ella ten a que llegar a ser la ma-dre de todo el que viviera (G en. 3:20; nota). Qu e hermoso re-galo le dio Jehov a a la primera pareja humana! Tendr an lacapacidad de procrear otros seres humanos perfectos. De esemodo, toda la Tierra acabar a siendo un para so lleno de perso-

    1, 2. a) Qu e regalos recibi o Ad an de Jehov a? b) Por qu e le dio Jehov auna esposa a Ad an? (Vea la ilustraci on del principio.)

    Las mujeres

    en el prop osito de Jehov

    a

    Las mujeres que anuncian las buenas nuevasson un ej ercito grande. (SAL. 68:11)

    QU E RESPONDER

    IA?

    Qu e efecto tuvo

    en hombres y mujeresla rebeli

    on de Ed

    en?

    C omo sirvieron a Jehov

    a

    las mujeres en el pasado?

    Qu e papel tienen hoy

    las mujeres en la predicaci on

    de las buenas nuevas?

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    15 DE AGOSTO DE 2014 7

    nas perfectas que tendr an la labor decuidar a los dem as seres vivos (G en. 1:27, 28).

    3 Para recibir las bendiciones que Jeho- v a les ten a preparadas, Ad an y Eva de-b an obedecerle y aceptar su autoridad

    (G en. 2:15-17). Solo as

    podr

    an cumplirsu prop osito para ellos. Pero, por desgra-

    cia, le hicieron caso a la serpiente origi-nal, Satan as, y pecaron contra Dios (Rev.12:9; G en. 3:1-6). Qu e efecto ha tenidoesta rebeli on en las mujeres? Qu e haza- nas realizaron algunas mujeres fieles delpasado? Por qu e a las cristianas de nues-tros d as se las puede llamar un ej ercitogrande? (Sal. 68:11.)

    EL EFECTO DE LA REBELI ON

    4 Cuando Dios le pidi o cuentas por loque hab a hecho, Ad an ofreci o esta pobreexcusa: La mujer que me diste para queestuviera conmigo, ella me dio fruto del arbol y as es que com (G en. 3:12). Ade-m as de no asumir su responsabilidad, leech o la culpa a su esposa y, en realidad, aDios mismo, quien amorosamente se lahab a dado. Aunque los dos pecaron, alos ojos de Jehov a el responsable fueAd an. Por eso el ap ostol Pablo escribi oque por medio de un solo hombre [Ad an]el pecado entr o en el mundo, y la muertemediante el pecado (Rom. 5:12).

    5 Satan as convenci o a nuestros prime-ros padres de que no necesitaban que Jehov a los gobernara. Eso hizo surgir estapregunta fundamental: qui en tiene elderecho a gobernar? A fin de responder-

    la de una vez y para siempre, Dios permi-3. a) Qu e deb an hacer Ad an y Eva para que Jehov a los bendijera, pero qu e ocurri o? b) Qu epreguntas contestaremos?4. A los ojos de Jehov a, qui en fue el responsa-ble del pecado de nuestros primeros padres?5. Qu e ha quedado demostrado al permitirDios que los seres humanos se gobiernen a s mismos?

    ti o que durante un tiempo los seres hu-manos se gobernaran a s mismos, puesas se demostrar a que cualquier gobiernoindependiente de el est a condenado alfracaso. A lo largo de los siglos, el gobier-no del hombre ha hundido a la humani-dad en una calamidad tras otra. Solo enel siglo pasado murieron en distintasguerras unos 100 millones de personas,entre ellas millones de hombres, mujeres y ni nos inocentes. Sin ninguna duda, yaha quedado m as que demostrado queno pertenece al hombre que est a andan-do siquiera dirigir su paso (Jer. 10:23).Por eso aceptamos a Jehov a como nuestrogobernante (lea Proverbios 3:5, 6).

    6 Tanto hombres como mujeres hansufrido mucho en este mundo domina-do por Satan as (Ecl. 8:9; 1 Juan 5:19).Sin embargo, las mujeres han sido v cti-mas de algunas de las peores crueldades.Por ejemplo, por todo el mundo, 1 decada 3 mujeres ha sido agredida por suesposo o su compa nero. Yen algunas cul-turas se favorece a los beb es varones,pues se cree que cuando crezcan asegura-r an la continuidad del apellido familiar

    y mantendr an a sus padres y abuelos.En algunos pa ses, la gente no quiere te-

    ner ni nas, y se practican muchos m asabortos de ni nas que de ni nos.

    7 Dios detesta que se maltrate a las mu- jeres.

    El las trata con imparcialidad y res-

    peto. Veamos un hecho que lo demuestra.Cuando cre o a Eva, la hizo perfecta, concualidades que la convert an en un mara- villoso complemento de Ad an, no en suesclava. Esta es una de las razones por lasque, al final del sexto d a creativo, vioDios todo lo que hab a hecho y, mire!, eramuy bueno (G en. 1:31). S , todo lo que Jehov a hizo fue muy bueno. Tanto al

    6. Qu e trato reciben las mujeres en muchospa ses?7. Qu e comienzo les dio Jehov a al hombre y ala mujer?

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    hombre como a la mujer les dio el mejorde los comienzos.

    MUJERES QUE TUVIERONEL APOYO DE DIOS

    8 En general, el comportamiento de losseres humanos hombres y mujeresempeor o tras la rebeli on de Ed en, y du-rante el siglo pasado se volvi o peor quenunca. La Biblia predijo que esa conduc-ta ser a una marca de los ultimos d as, y no hay duda de que la maldad del hom-bre est a hoy tan extendida que, verda-deramente, estos son tiempos cr ticos(2 Tim. 3:1-5). Sin embargo, siempre hahabido hombres y mujeres que han con-fiado en Dios, han obedecido sus leyes ylo han aceptado como gobernante. A es-tos el Se nor Soberano Jehov a los haapoyado ( lea Salmo 71:5).

    9 Cuando Dios destruy o con un diluvioel mundo violento de los d as de No e,muy pocos seres humanos sobrevivie-ron. De hecho, si los hermanos y herma-nas de No e estaban vivos en ese mo-mento, ellos tambi en murieron bajo lasaguas (G en. 5:30). Qui enes quedaron

    con vida? La misma cantidad de mujeresque de hombres: No e, su esposa, sus treshijos y las esposas de estos. Dios los sal- v o porque lo obedecieron y cumplieronsu voluntad. Los miles de millones de se-res humanos que estamos vivos hoy so-mos descendientes de aquellas ocho per-sonas que tuvieron el apoyo de Jehov a(G en. 7:7; 1 Ped. 3:20).

    10 A nos despu es, las esposas de los pa-

    triarcas fieles tambi en tuvieron el apoyode Dios. Eso no habr a ocurrido si hubie-

    8. a) C omo se ha comportado la gente en ge-neral? b) A qui enes ha apoyado Dios a lo largode la historia?9. Cu antas personas sobrevivieron al Diluvio, y por qu e?10. Por qu e tuvieron el apoyo de Dios las es-posas de los patriarcas fieles?

    ran estado descontentas con la vida quellevaban (Jud. 16). Es dif cil imaginar aSara, la respetuosa esposa de Abrah an,quej andose por tener que dejar las co-modidades de Ur y vivir en tiendas entierras lejanas. M as bien, Sara obedec a

    a Abrah an, llam

    andolo se

    nor (1 Ped.3:6). Recordemos tambi en a Rebeca, que

    fue un regalo de Jehov a y una excelenteesposa para Isaac. No nos extra na leerque el se enamor o de ellay [...] hall o con-suelo despu es de la p erdida de su madre(G en. 24:67). Y qu e contentos estamoshoy de tener entre nosotros mujeres fie-les que son como Sara y Rebeca!

    11 Durante sus a nos de esclavitud enEgipto, el pueblo de Israel aument o mu-ch simo, y el fara on orden o matar a todoslos varones hebreos que nacieran. Sinembargo, las parteras hebreas Sifr ayPu a,posiblemente las encargadas de las de-m as parteras, fueron valientes y desobe-decieron la orden. Por su temor reveren-te a Jehov a, se negaron a cometer aquelhorrible crimen, y el las recompens o d an-doles una familia propia (

    Ex. 1:15-21).

    12 En los d as de los jueces de Israel,una mujer que tuvo el apoyo de Dios fuela profetisa D ebora. Ella anim o al juez Ba-rac y ayud o a los israelitas a librarse desus enemigos. Sin embargo, predijo queel m erito de la victoria sobre los cananeosno se lo llevar a Barac. Dios har a que S -sara, el jefe del ej ercito cananeo, cayeramediante la mano de una mujer. Y as sucedi o, pues una mujer llamada Jael,que no era israelita, fue quien lo mat o

    (Juec. 4:4-9, 17-22).13 Abigail fue otra mujer extraordi-

    naria que vivi o unos once siglos antes deCristo. Ella era sensata, pero su esposo,

    11. C omo demostraron ser valientes dos par-teras hebreas?12. Qu e podemos destacar de D ebora y Jael?13. Qu e nos dice la Biblia sobre Abigail?

    8 LA ATALAYA

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    15 DE AGOSTO DE 2014 9

    Nabal, era un hombre in util, grosero eirrazonable (1 Sam. 25:2, 3, 25). David ysus hombres hab an protegido a los sier- vos y reba nos de Nabal durante un tiem-po, pero cuando le pidieron provisiones, el les grit o reprensiones y no les dionada. David se enfureci o tanto que sepropuso acabar con Nabal y sus hombres.En cuanto Abigail se enter o, les llev o co-mida y bebida a David y sus hombres, yas evit o la matanza (1 Sam. 25:8-18). M astarde David le dijo: Bendito sea Jehov ael Dios de Israel, que te ha enviado ested a a mi encuentro! (1 Sam. 25:32). Trasla muerte de Nabal, David se cas o con ella(1 Sam. 25:37-42).

    14 Muchos hombres, mujeres y ni nosmurieron cuando los babilonios destru- yeron Jerusal en y su templo en el 607 an-tes de nuestra era. Las murallas de la ciu-dad se reconstruyeron en el 455, bajo lasupervisi on de Nehem as. Entre quienesparticiparon en la reparaci on de las mu-rallas estuvieron las hijas de Salum, queera un pr ncipe de la mitad del distritode Jerusal en (Neh. 3:12). Est a claro queellas se ofrecieron de buena gana a reali-zar un trabajo humilde. Cu anto valora-mos a las muchas cristianas que en nues-tros d as apoyan felices y de distintasmaneras los trabajos de construcci on quela organizaci on lleva a cabo!

    MUJERES LEALES DEL SIGLO PRIMERO15 En el siglo primero de nuestra era,

    Jehov a bendijo a varias mujeres de mane-ras muy singulares. Una de ellas fue

    una joven virgen llamada Mar a. Estandocomprometida con Jos e, qued o embara-

    zada milagrosamente por esp ritu santo.Por qu e la eligi o Dios para que fuera la

    14. a) En qu e labor participaron las hijas deSalum? b) En qu e se parecen muchas cristia-nas de hoy a las hijas de Salum?15. Qu e honor le concedi o Dios a una mujerllamada Mar a?

    madre de Jes us? Sin duda porque ten alas cualidades necesarias para criar a suhijo perfecto. Qu e honor ser la madre delhombre m as extraordinario que ha vividoen la Tierra! (Mat. 1:18-25.)

    16 Jes us trataba con mucha bondad a

    las mujeres. Recuerda c omo trat

    o a unamujer que llevaba doce a nos padeciendo

    hemorragias? Cuando ella se acerc o des-de atr asentre lamultitud y le toc o la ropa,qu e hizo el? En vez de rega narla, le dijoamablemente: Hija, tu fe te ha devueltola salud. Ve enpaz, y queda sana de tu pe-nosa enfermedad (Mar. 5:25-34).

    17 Entre los disc pulos de Jes us hab aalgunas mujeres que lo atend an a el y alos ap ostoles (Luc. 8:1-3). Y en el Pente-cost es del a no 33, unos 120 hombres ymujeres recibieron el esp ritu de Dios deun modo especial (lea Hechos 2:1-4). Jehov a lo hab a predicho con estas pala-bras: Derramar e mi esp ritu sobre todaclase de carne, y sus hijos y sus hijas cier-tamente profetizar an. [...] Y aun sobre lossiervos y sobre las siervas derramar e enaquellos d as mi esp ritu ( Joel 2:28, 29).Con ese milagroso suceso, Jehov a indic o

    que le hab a retirado su apoyo a la ap

    osta-ta naci on de Israel y que ahora favorec a

    al Israel de Dios, compuesto por hom-bres y mujeres (G al. 3:28; 6:15, 16). Entrelas cristianas que predicaron las buenasnuevas en el siglo primero estuvieron lascuatro hijas de Felipe el evangelizador(Hech. 21:8, 9).

    UN EJ ERCITO GRANDE DE MUJERES

    18 En la d ecada de 1870, un pu nado de

    16. C omo trataba Jes us a las mujeres? D e unejemplo.17. Qu e suceso milagroso ocurri o en el Pente-cost es del a no 33?18, 19. a) Con respecto a la adoraci on verdade-ra, qu e privilegio ha concedido Dios tanto ahombres como a mujeres? b) Con qu e pala-bras se refiri o el salmista a las mujeres que pre-dican las buenas nuevas?

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    10 LA ATALAYA

    hombres y mujeres demostraron tener unprofundo inter es en encontrar la maneracorrecta de adorar a Dios. Ellos prepara-ron el camino para quienes hoy est ancumpliendo estas palabras prof eticas de Jes us: Estas buenas nuevas del reino sepredicar an en toda la tierra habitada paratestimonio a todas las naciones; y enton-ces vendr a el fin (Mat. 24:14).

    19 Aquel peque no grupo de sincerosEstudiantes de la Biblia ha crecido hastalos aproximadamente 8.000.000 de testi-gos de Jehov a que hay en la actualidad.Y a ellos se suman m as de 11.000.000 depersonas que asistieron a la Conmemora-ci on de la muerte de Jesucristo en el a no2013. En casi todos los pa ses, la mayor ade los que asistieron fueron mujeres. Porotro lado, en todo el mundo la cantidadde proclamadores del Reino que sirven atiempo completo supera el mill on, y lamayor parte de ellos son mujeres. Como vemos, Dios ha concedido tambi en a mu- jeres el gran privilegio de representarlo.Verdaderamente se han cumplido estaspalabras que escribi o el salmista: Jehov amismo da el dicho; las mujeres que anun-cian las buenas nuevas son un ej ercitogrande (Sal. 68:11).

    A LAS MUJERES FIELESLES ESPERAN GRANDES BENDICIONES

    20 El tiempo no nos dar a para hablarde las numerosas mujeres fieles del regis-tro b blico. Pero podemos buscar su his-toria en la Palabra de Dios y en art culos

    que han aparecido en nuestras publica-ciones. Pensemos, porejemplo, en el casode Rut. Meditar en su lealtad nos benefi-ciar a much simo (Rut 1:16, 17.) Y qu ehay de la reina Ester? Leer el libro b bli-co que lleva su nombre y art culos so-bre ella nos fortalecer a la fe. Por qu eno programamos tareas de estudio deeste tipo para nuestra Noche de Adora-ci on en Familia? Y si estamos solos, pode-mos analizar esos temas en nuestro estu-dio personal.

    21 No hay ninguna duda de que Jehov abendice la labor evangelizadora de lascristianas y las apoya en tiempos dif ciles.Por ejemplo, ayud o a nuestras hermanasa mantenerse leales bajo el nazismo y elcomunismo. Muchas de ellas sufrieron yhasta perdieron la vida por obedecer aDios (Hech. 5:29). Hoy igual que en elpasado, todos los cristianos, tanto hom-

    bres como mujeres, han elegido a Jehov a

    como su gobernante. Y el, como hizo conlos israelitas de la antig uedad, los tomade la mano y les dice: No tengas miedo.Yo mismo ciertamente te ayudar e (Is. 41:10-13).

    22 Muy pronto, hombres y mujeres fie-les transformar an la Tierra en un para so y ense nar an a millones de resucitados losprop ositos de Jehov a. Hasta entonces,

    atesoremos todos nuestro privilegio deservir hombro a hombro a nuestro Dios(Sof. 3:9).

    20. Qu e tareas de estudio podr amos progra-mar?21. C omo han demostrado muchas cristianassu lealtad a Jehov a en tiempos dif ciles?22. Qu e privilegios les esperan a los siervosfieles de Jehov a?

    Las mujeres que declaran las buenas nuevasson un ej

    ercito grande

    (Vea los p arrafos 18 y 19)

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    15 DE AGOSTO DE 2014 11

    SE IMAGINA c omo se sentir a si tuviera que presentarseante el gobernante m as poderoso de la Tierra y hablar a favordel pueblo de Jehov a? Posiblemente no se sentir a a la altura.Quiz as estar a nervioso o asustado y no sabr a qu e decir.C omo se preparar a? Qu e podr a hacer para a nadir fuerza asus palabras como mensajero del Todopoderoso?

    2 Mois es se encontr o en esa situaci on. Jehov a le hab a dichoa el, el m as manso de todos los hombres que hab a sobre lasuperficie del suelo, que iba a enviarlo al fara on para rescatara su pueblo de la esclavitud y la opresi on que sufr a en Egipto(N um. 12:3). El fara on era un hombre grosero y orgulloso.A pesar de eso, Jehov a quer a que Mois es le diera una orden:dejar que varios millones de esclavos salieran del pa s! (

    Ex. 5:

    1, 2.) Es natural que Mois es le preguntara a Jehov a: Qui ensoy yo para que vaya a Fara on y para que tenga que sacar a loshijos de Israel de Egipto?. Mois es debi o de sentirse incapazde cumplir aquella misi on. Pero Dios le prometi o que no es-tar a solo. Le dijo: Yo resultar e estar contigo (

    Ex. 3:9-12).

    3 De qu e ten a miedo Mois es? De que el fara on no recibiera

    1, 2. Qu e misi on le encarg o Jehov a a Mois es, y qu e le prometi o?3, 4. a) De qu e ten a miedo Mois es? b) Qu e sentimientos parecidos alos de Mois es podr amos tener?

    La Palabra de Dios es vivaus emosla!La palabra de Dios es viva, y ejerce poder. (HEB. 4:12)

    QU E CREE USTED?

    Qu e les dar

    a m

    as fuerza

    a las presentaciones queusamos en la predicaci on?

    C omo nos ayudan

    los tratados a utilizar la Bibliacuando hablamos conlas personas por primera vezy al volver a visitarlas?

    C omo podemos imitar

    la actitud de Pablocuando nos preparamospara predicar?

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    12 LA ATALAYA

    o no escuchara a un mensajero de Jeho- v a. Y tambi en ten a miedo de que suspropios hermanos israelitas no creyeranque Jehov a lo hab a elegido a el para sa-carlos de Egipto. Por eso le dijo a Jehov a:Supongamos que no me crean y no es-

    cuchen mi voz, porque van a decir: No sete apareci o Jehov a ( Ex. 3:15-18; 4:1).4 Lo m as seguro es que usted nunca

    tenga que presentarse ante un podero-so gobernante. Pero alguna vez se leha hecho dif cil hablarles de Dios y delReino incluso a personas comunes ycorrientes? La respuesta de Jehov a a Moi-s es y lo que ocurri o despu es nos ense nana todos una impactante lecci on.

    QU E TIENES EN LA MANO?5 Cuando Mois es expres o su temor de

    que nadie tomara en serio sus palabras,Dios lo prepar o para lo que le esperaba.En el relato de

    Exodo leemos: Entonces

    le dijo Jehov a: Qu e tienes en la mano?,a lo cual el dijo: Una vara. En seguidadijo: Arr ojala a tierra. De modo que el laarroj o a tierra, y esta se convirti o en unaserpiente; y Mois es empez o a huir deella. Jehov a ahora dijo a Mois es: Alargala mano y ag arrala por la cola. De modoque el alarg o la mano y la agarr o, y estase convirti o enuna vara en lapalma de sumano. Para que seg un dijo el creanque se te ha aparecido Jehov a (

    Ex. 4:

    2-5). Por el poder de Dios, una simple vara cobraba vida! Con ese milagro, Moi-s es podr a demostrar que Jehov a lo hab aenviado y que lo apoyaba. Jehov a le dijo:Esta vara la tomar as en tu mano paraque ejecutes con ella las se nales (

    Ex.

    4:17). Teniendo esa prueba en sus ma-nos, Mois es pudo pasar a la acci on y re-presentar con plena confianza al Dios

    5. a) Qu e puso Jehov a en manos de Mois es?(Vea la ilustraci on del principio.) b) C omo for-taleci o eso la confianza de Mois es?

    verdadero ante su pueblo y ante el fara on( Ex. 4:29-31; 7:8-13).

    6 Cuando nosotros pasamos a la ac-ci on y llevamos el mensaje b blico alpr ojimo, se nos podr a hacer la mismapregunta: Qu e tienes en la mano?.

    En muchos casos tendremos la Biblia enla mano y estaremos listos para usar-la. Aunque hay quienes ven la Bibliacomo un simple libro, es mucho m asque eso: es la Palabra escrita de Jehov a,mediante la cual el nos habla (2 Ped.1:21). En ella se encuentran las promesasde Dios sobre lo que su Reino har a. Poreso el ap ostol Pablo escribi o: La palabrade Dios es viva, y ejerce poder (lea He-

    breos 4:12). Por qu e dijo que la palabrade Dios es viva? Porque las promesas de

    Dios no son palabras muertas, ya que el siempre se est a encargando de quese cumplan (Is. 46:10; 55:11). Cuandouna persona comprende este hecho, loque lee en la Biblia ejerce poder en su vida, es decir, tiene un profundo efectoen ella.

    7 Jehov a ha puesto en nuestras manos

    su Palabra viva, la Biblia. Con ella pode-mos demostrar que el mensaje que lleva-mos es verdadero y procede de el. No sor-prende que Pablo, despu es de escribir sucarta a los Hebreos, le diera a Timo-teo este consejo: Maneja la palabra dela verdad correctamente (2 Tim. 2:15).C omo podemos tambi en nosotros se-guir ese consejo? Seleccionando bien lostextos b blicos que vamos a leerles a quie-nes nos escuchen con el objetivo de lle-garles al coraz on. Los tratados que sepresentaron en el 2013 est an pensadosprecisamente para eso.

    6. a) Qu e debemos tener a mano cuando pre-dicamos, y por qu e? b) Por qu e dijo Pablo quela palabra de Dios es viva, y ejerce poder?7. C omo podemos utilizar la palabra de la verdad correctamente?

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    LEA UN TEXTO B

    IBLICOBIEN SELECCIONADO8 Todos los nuevos tratados tienen el

    mismo formato, as que si aprendemos ausar uno de ellos, sabremos usarlos todos.Un superintendente de servicio de Haw ai(Estados Unidos) escribi o: No nos imagi-n abamos lo eficaces que ser an estos nue- vos tratadostanto de casaen casacomo enla predicaci on p ublica. Por qu e son tan

    eficaces y f aciles de usar?

    El ha comproba-do que la manera como est an escritos invi-

    ta a las personas a expresarse con mucham as facilidad, y eso a menudo lleva a bue-nas conversaciones. Le parece que es porla pregunta y las varias opciones de res-puesta que aparecen en la primera p agina,pues as la persona no tiene que preocu-parse de que su respuesta sea incorrecta.

    9 Cada tratado nos invita a leer un

    texto b blico bien seleccionado. Fij

    emo-nos, por ejemplo, en el tratado Dejare-

    mos de sufrir alg un d a? Sin importar quela persona elija s , no o tal vez como

    8. Qu e dijo sobre losnuevos tratados un supe-rintendente de servicio?9, 10. a) C omo nos ayudan los tratados a uti-lizar la Biblia? b) Qu e tratados le han dado me- jores resultados, y por qu e?

    respuesta a la pregunta, vaya a la p aginasiguiente y, sin a nadir nada m as, d gale:

    Esto es lo que dice la Biblia. Entonceslea Revelaci on 21:3, 4.

    10 Igualmente, cuando use el tratado Qu e es para usted la Biblia?, dar a lo mis-mo cu al de las tres respuestas elija la per-sona. Solo d gale: F jese en lo que laBiblia misma dice. Entonces abra el tra-tadoy lea el textocitado: Todo lo que est a

    escrito en la Biblia es el mensaje de Dios.A continuaci on podr a a nadir: En reali-dad, este pasaje dice mucho m as. Luegoabra la Biblia y lea 2 Timoteo 3:16, 17.

    11 Seg un c omo reaccione la persona,quiz as pueda leer y analizar m as del tra-tado. En cualquier caso, adem as de darleel tratado, tendr a la satisfacci on de ha-berle le do algo de la Palabra de Dios,aunquesea uno o dos vers culos en la pri-mera visita. En otro momento podr a vol- ver y seguir la conversaci on.

    12 En la ultima p agina de cada tratadoest a el encabezamiento Preg untese. De-bajo hay una pregunta y textos b blicos

    11, 12. a) Qu e satisfacci on podr a tener si uti-liza bien los nuevos tratados? b) C omo puedenayudarle los tratados a prepararse para volver a visitar a las personas?

    Est a usando eficazmente la Biblia

    y los tratados en la predicaci on?

    (Vea los p arrafos 8 a 13)

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    14 LA ATALAYA

    que puede analizar cuando vuelvaa visitara la persona. En el tratado C omo ve el fu- turo?, la pregunta es C omo har a Dios deeste mundo un lugar mejor?, y los textosson Mateo 6:9, 10 y Daniel 2:44. Por suparte, en el tratado Ser a posible que los

    muertos vuelvan a vivir?, la pregunta esPor qu e envejecemos y morimos?, ylos textos son G enesis 3:17-19 y Romanos5:12.

    13 Utilice los nuevos tratados comotrampol n para comenzar estudios b bli-cos.Ensuparte deatr ashayunc odigo QR(c odigo de respuesta r apida). 1 Cuando seescanea con un dispositivo m ovil, se abreuna p agina de nuestro sitio de Internetcon un video que invita a las personas aestudiar la Biblia. Los tratados tambi enanuncian el folleto Buenas noticias de partede Dios y animan a leer alguna de sus lec-ciones. Por ejemplo, el tratado Qui encontrola realmente el mundo? invita a leerla lecci on 5, y el tratado Qu e hace faltapara ser una familia feliz? nos dirige a lalecci on 9. Si empleamos los tratados comose espera que lo hagamos, podremos usarla Biblia cuando hablemos con las perso-nas por primera vez y al volver a visitarlas.Y eso nos puede llevar a comenzar m ascursos b blicos. Qu e m as puede hacerpara utilizar la Palabra de Dios eficazmen-te en la predicaci on?

    HABLE DE UN TEMAQUE LE INTERESE A LA PERSONA

    14 Cuando predicaba, Pablo se esforza-ba por entender las circunstancias del

    mayor n umero de personas posible (lea

    1 Corintios 9:19-23). Con qu e fin? El mis-

    1 QR Code es una marca registrada de DensoWave Incorporated.

    13. C omo podemos usar los tratados para co-menzar cursos b blicos?14, 15. C omopuede imitar la actitud de Pablohacia el ministerio?

    mo escribi o que era para [ganarse] a ju-d os [...,] los que est an bajo ley [...,] los queest an sin ley [...,] los d ebiles.Deseaba lle-gar a gente de toda clase para al menossalvar a algunos (Hech. 20:21). C omo po-demos imitar la actitud de Pablo cuando

    nos preparamos para llevar la verdad agente de toda clase? (1 Tim. 2:3, 4.)15 En Nuestro Ministerio del Reinose su-

    gieren presentaciones todos los meses.Pru ebelas. Pero ysi a la gente de su terri-torio le interesan otros temas? Entoncespiense qu e podr a decir para despertar suinter es. Por ejemplo, preg untese: Cu a-les son las circunstancias de las personascon las que voy a hablar? Qu e es lo quem as les preocupa?. Entonces piense enun texto b blico que las pueda ayudar.Un superintendente de circuito comentalo que su esposa y el hacen para emplearla Biblia: La mayor a de las personas nospermiten leer un vers culo si somos bre- ves y vamos al grano. Despu es de sa-ludarlas amablemente, con la Biblia yaabierta en la mano, les leemos el texto b -blico. Vamos a ver algunos ejemplos detemas, preguntas y textos b blicos quehan dado buenos resultados. Por qu eno los prueba?

    16 Si vive en una zona donde la violen-cia y los delitos son frecuentes, podr apreguntar: Se imagina usted que un d atodos los peri odicos publicaran la noti-cia de que toda la Tierra est a en paz, librede disturbios, y todo el mundo est a ale-gre? Eso es lo que dice la Biblia en Isa as14:7. De hecho, la Biblia contiene muchaspromesas de Dios de que pronto veremostiempos de paz. Entonces ofr ezcase aleerle una de esas promesas.

    17 Donde usted vive, es dif cil ganarse

    16. C omo podr a usar Isa as 14:7 en la predi-caci on?17. C omo podr a usar Mateo 5:3 en una con- versaci on?

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    la vida? Si es as , podr a iniciar una con- versaci on preguntando: Cu anto tieneque ganar alguien para que su familiapueda vivir bien?. Despu es que la perso-na responda, d gale: Hay quienes gananmucho m as que eso, pero sus familias si-

    guen sin ser felices. Por eso, qu e es loque de verdad se necesita?.Entonces l ea-

    le Mateo 5:3 y ofr ezcale un curso b blico.18 Est an las personas de su localidad

    sufriendo por alguna tragedia reciente?Podr a decir: He llamado a su puerta paraofrecerle algo de consuelo. Entonces lea Jerem as 29:11 (l ealo). Luego podr a a na-dir: Vio usted las tres cosas que Diosquiere que tengamos? Paz, un futuro yuna esperanza. Qu e bueno saber que elquiere que seamos felices! Pero ser a posi-ble eso?. Ahora abra el folleto Buenas noti- cias por alguna lecci on que encaje.

    19 Son religiosas las personas de suzona? En ese caso podr a empezardicien-do: Si un angel viniera y le hablara,lo escuchar a?. Entonces lea Revela-ci on 14:6, 7 (l ealo). Luego podr a a nadir:Este angel dice teman a Dios y adorenal que hizo el cielo y la tierra. Sabe us-ted c omo se llama el Creador del cielo yde la Tierra?. Entonces lea Salmo 124:8,que dice: Nuestra ayuda est a en el nom-bre de Jehov a, el Hacedor del cielo y dela tierra. Despu es ofr ezcase a explicarm as cosas sobre Jehov a.

    20 Con un joven podr a comenzar unaconversaci on diciendo: Me gustar a leerteunas palabras de la Biblia que planteanuna cuesti on muy importante. Entonces

    18. C omo podr a usar Jerem as 29:11 paraconsolar a la gente?19. C omo podr a usar Revelaci on 14:6, 7 parahablar con personas religiosas?20. a) C omopodr a usar el texto de Proverbios30:4 para ense narle a alguien el nombre deDios? b) Hay alg un vers culo b blico en par-ticular que le haya dado buenos resultados enla predicaci on?

    lea Proverbios 30:4 (l ealo). Luego podr adecir: De qui en se habla aqu ? No hayning unser humanoque encaje en esta des-cripci on, no te parece? As que est a claroque se habla del Creador. 1 La preguntaes: c omo podemos averiguar su nombre?

    Me gustar a ense

    n

    artelo en la Biblia.

    APROVECHE EL PODERDE LA PALABRA DE DIOS

    21 Nunca se sabe qu e efecto tendr a enalguien un texto b blico bien selecciona-do. Por ejemplo, dos Testigos de Austra-lia llamaron a la puerta de una mujer jo- ven. Uno de ellos le pregunt o: Sabeusted c omo se llama Dios?. Y entoncesle ley o Salmo 83:18. La joven cuenta elefecto que tuvieron en ella esas palabras:No me lo pod a creer! Cuando se fue-ron, sub a mi auto y fui a una librer a queestaba a 35 millas [56 kil ometros] paracomprobar si las otras Biblias dec an lomismo. Tambi en busqu e el nombre enun diccionario. Cuando me convenc deque Dios se llama Jehov a, me asalt ouna gran pregunta: Qu e otras cosasno s e?. Poco despu es, ella y su futuroesposo comenzaron a estudiar la Biblia, yal cabo de alg un tiempo se bautizaron.

    22 La Palabra de Dios verdaderamen-te cambia la vida de quienes la leen y aprenden a confiar en las promesasde Jehov a (lea 1 Tesalonicenses 2:13).El mensaje de la Biblia tiene m as poderpara llegar al coraz on de alguien quecualquier cosa que nosotros podamos de-cir. En efecto, la Palabra de Dios es viva ytiene mucho poder. Us emosla siempreque podamos!

    1 Consulte la secci on Preguntas de los lectoresde la revista La Atalaya del 15 de julio de 1987, p agi-na 31.

    21, 22. a) C omo puede un texto bien seleccio-nado cambiar la vida de una persona? b) Qu epiensa hacer usted en su ministerio?

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    16 LA ATALAYA

    A LOS seres humanos nos hace much sima falta sentirnoscerca de otros. Se dice que dos personas son cercanas cuan-do se aprecian mucho y se conocen bien. Verdad que todosnos sentimos muy a gusto con familiares y amigos que nosquieren, nos valoran y nos entienden? Sin embargo, la perso-na con quien necesitamos desarrollar la relaci on m as estre-cha de todas es nuestro Magn fico Creador (Ecl. 12:1).

    2 En su Palabra, Jehov a nos invita a acercarnos a el y nospromete que, si lo hacemos, el se acercar a a nosotros (Sant.4:8). Qu e idea tan animadora! Ahora bien, a muchos lescuesta creer que Dios desee acercarse a ellos; se sientenindignos de acercarse a el o piensan que est a demasiado le- jos. Realmente es posible ser amigo de Jehov a?

    3 Debemos convencernos de que es posible conocer a Jeho- v a, pues no est a muy lejos de quien desea encontrarlo (leaHechos 17:26, 27 y Salmo 145:18). Aunque somos imperfec-tos, nuestro Dios quiere que nos acerquemos a el y seamossus amigos (Is. 41:8; 55:6). Por experiencia propia, el salmis-

    1. a) Qu e necesidad tenemos los seres humanos? b) Qui enes puedensatisfacer esa necesidad?2. a) Qu e nos promete Jehov a? b) Por qu e muchas personas no creenen esa promesa?3. De qu e debemos convencernos?

    Jehov a se acerca

    a nosotrosAc erquense a Dios, y el se acercar a a ustedes. (SANT. 4:8)

    CU AL ES

    SU RESPUESTA?

    C omo se siente

    al saber que Jehov a

    nos invita a acercarnos a el?

    C omo se siente

    cuando piensa en el rescateque Dios pag

    o por nosotros?

    C omo lo acerca a Jehov

    a

    saber que la Biblia se escribi o

    de modo que pudi eramos

    comprenderla?

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    15 DE AGOSTO DE 2014 17

    ta pudo escribir sobre Jehov a: OhOidor de la oraci on, aun a ti vendr a gen-te de toda [clase]. Feliz es aquel a quient u escoges y haces que se acerque (Sal. 65:2, 4). Veamos ahora un ejemplo de al-guien que se acerc o a Dios: el rey As a.

    Y notemos lo que dice la Biblia sobre lareacci on de Jehov a.1

    UN EJEMPLO DE LA ANTIG UEDAD

    4 El rey As a defendi o con firmeza laadoraci on pura: acab o con la prostitu-ci onque se practicaba enel templo y conla idolatr a, dos cosas que estaban muyextendidas en el pa s (1 Rey. 15:9-13).Por tanto, pudo decirle con franqueza al

    pueblo que buscara a Jehov a el Dios desus antepasados y que pusiera por obra

    la ley y el mandamiento. Jehov a bendi- jo los primeros diez a nos de su reinadocon una paz total. As a sab a que aquellacalma era gracias a Jehov a. Por eso ledijo al pueblo: Hemos buscado a Jeho- v a nuestro Dios. Hemos buscado, y elnos da descanso (2 Cr on. 14:1-7). Qu eocurri o despu es?

    5 P ongase en la situaci on de As a.Un ej ercito de 1.000.000 de hombres y300 carros de guerra comandado porZ erah el et ope viene contra Jud a(2 Cr on. 14:8-10). En cambio, usted sola-mente cuenta con 580.000 soldados.Ellos son casi el doble! C omo reaccio-nar a? Se preguntar a por qu e Dios hapermitido esa invasi on? Confiar a enusted mismo, o se apoyar a en Jehov a?La reacci on de As a demostr o que ten a

    1 Vea el art culo sobre As a titulado Existe un ga-lard on para su actividad, de La Atalaya del 15 deagosto de 2012.

    4. Qu e buen ejemplo le dio el rey As a al pue-blo de Jud a?5. a) Qu e situaci on puso a prueba la confian-za en Dios de As a? b) Qu e pas o al final?

    una estrecha amistad con Jehov a y queconfiabaen el. Le pidi o confervor: Ay u-danos, oh Jehov a nuestro Dios, porquede veras nos apoyamos en ti, y en tunombre hemos venido contra esta mu-chedumbre. Oh Jehov a, t u eres nuestro

    Dios. No permitas que el hombre mortalretenga fuerza [o prevalezca] contra ti.C omo respondi o Jehov a a su ruego sin-cero? Derrot o a los et opes. Ni unosolo de los enemigos sobrevivi o a la ba-talla! (2 Cr on. 14:11-13.)

    6 Por qu e pudoAs a confiar totalmen-te en que Dios lo guiar a y proteger a?Porque, como dice la Biblia, hizo lo queera recto a los ojos de Jehov a y su cora-z on result o completo para con Jehov a(1 Rey. 15:11, 14). Nosotros tambi en de-bemos servir a Dios con un coraz oncompleto. Es important simo que lo ha-gamos si queremos tener una relaci onestrecha con el ahora y en el futuro. Jehov a ha dado el primer paso paraatraernos y ayudarnos a formar y man-tener un fuerte v nculo con el. Cu antose lo agradecemos! Veamos ahora dosformas en que ha hecho eso.

    JEHOV A NOS HA ATRA

    IDO

    MEDIANTE EL RESCATE7 Jehov a nos demostr o su amor al

    crear este hermoso planeta. Y d a trasd a sigue demostrando que nos ama alsostener nuestra vida de formas mara- villosas (Hech. 17:28; Rev. 4:11). M asimportante a un, satisface nuestras ne-cesidades espirituales (Luc. 12:42).Y tambi en nos asegura que personal-mente nos escucha cuando le oramos(1 Juan 5:14). Pero, ante todo, nos atrae

    6. En qu e debemos imitar a As a?7. a) Qu e cosas ha hecho Jehov a para atraer-nos? b) Cu al es la principal manera como Jehov a nos atrae?

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    mediante el rescate, su principal mues-tra de amor; y, a su vez, es el rescate loque m as nos mueve a acercarnos a el(lea 1 Juan 4:9,10, 19). Jehov a envi o a s upropio Hijo para liberarnos del pecado yla muerte (Juan 3:16).

    8

    Jehov a ha hecho posible que hastapersonas que vivieron antes de Cristo se

    beneficien del rescate. Desde el momen-to en que profetiz o que vendr a un Sal- vador, para el fue como si el rescate ya sehubiera pagado, pues sab a que su pro-p osito se cumplir a sin falta (G en. 3:15).Siglos m as tarde, el ap ostol Pablo expre-s o su gratitud a Dios por la liberaci onpor el rescate pagado por Cristo Jes us.

    Y a nadi

    o que Dios estaba perdonandolos pecados que hab an ocurrido en el

    pasado (Rom. 3:21-26). Si no fuera por Jes us, no podr amos acercarnos a Dios.

    9 Solo a trav esde Jes us pueden los hu-mildes conocer a Jehov a y disfrutar deuna estrecha amistad con el. C omo des-tacan las Escrituras esta verdad? Pabloescribi o: Dios recomienda su propioamor a nosotros en que, mientras toda-

    v a

    eramos pecadores, Cristo muri

    o por

    nosotros (Rom. 5:6-8). Jehov a y Jes usproporcionaron ese sacrificio, no por-que nosotros lo mereci eramos, sino porlo mucho que nos aman. Nadie puede venir a m a menos que el Padre, que meenvi o, lo atraiga, explic o Jes us. Yen otraocasi on dijo: Nadie viene al Padre sinopor m (Juan 6:44; 14:6). Ahora bien,c omo nos atrae Jehov a mediante Jes us?

    Utiliza su esp ritu santo. Por medio desu esp ritu nos atrae y nos ayuda a per-manecer cerca de el para que podamos vivir para siempre (lea Judas 20, 21).Pero veamos otro modo m as como Jeho- v a nos atrae a el.

    8, 9. Qu e papel cumple Jes us en el prop ositode Jehov a?

    JEHOV A NOS ATRAE

    MEDIANTE LA BIBLIA10 En este art culo ya hemos copiado o

    citado vers culos de 14 libros b blicos.Sin la Biblia, c omo habr amos sabi-do que podemos acercarnos a nuestro

    Creador? C omo habr

    amos aprendido

    lo que significa el rescate y que Jehov anos atrae mediante Jes us? Utilizando suesp ritu, Jehov a inspir o la escritura de laBiblia, la cual nos revela su fascinantepersonalidad y sus grandiosos prop osi-tos. Por ejemplo, en

    Exodo 34:6, 7, Jeho-

    v a se describe a s mismo ante Mois escomo un Dios misericordioso y ben evo-lo, tardo para la c olera y abundanteen bondad amorosa y verdad, que con-serva bondad amorosa para miles, queperdona error y transgresi on y pecado.Qui en no se siente atra do a alguienas ? Jehov a sabe que cuanto m as apren-damos sobre el en las p aginas de la Bi-blia, m as real ser a para nosotros y m ascerca nos sentiremos de el.

    11 Para explicar c omo llegar a seramigos de Dios, el pr ologo del libro Acerqu emonos a Jehov a dice: Toda amis-tad se fundamenta en el conocimientoque se tiene del amigo, cuyas peculiari-dades se admiran y valoran. De ah queresulte esencial estudiar los atributos ylos caminos de Dios, seg un se revelan enla Biblia. Jehov a hizo que su Palabra seescribiera de manera que pudi eramoscomprenderla. Cu anto se lo agradece-mos!

    12 Jehov a podr a haber hecho que los

    10. C omo nos ayuda la Biblia a acercarnos aDios?11. Por qu e debemos esforzarnos por estudiarlas cualidades y los caminos de Dios? (Vea lailustraci on del principio.)12. Por qu e us o Jehov a a seres humanos paraescribir la Biblia?

    18 LA ATALAYA

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    angeles escribieran la Biblia. Al fin y alcabo, ellos se interesan mucho por noso-tros y por lo que hacemos (1 Ped. 1:12).No hay duda de que podr an haber es-crito el mensaje de Dios para la hu-manidad. Pero habr an visto las cosas

    desde un punto de vista humano? Ha-br an podido reflejar bien nuestros sen-timientos, necesidades y debilidades?No, y Jehov a lo sab a. Por eso decidi oque fueran hombres quienes escribieranla Biblia, y as la hizo m as cercana anosotros. Nos resulta f acil entender loque pensaron y c omo se sintieron losescritores b blicos y las personas delas que hablaron. Podemos comprender

    muy bien sus desenga nos, dudas, mie-dos e imperfecciones, as como alegrar-

    nos con sus alegr as y triunfos. Al igualque el profeta El as, todos los hombresque escribieron la Biblia ten an sen-timientos semejantes a los nuestros(Sant. 5:17).

    13 Piense, por ejemplo, en lo que sin-ti o Jon as cuando huy o de la comisi onque Dios le hab a dado. Podr a un

    angel haber transmitido con exactitudesos sentimientos? Fue mucho mejor,sin duda, que Jehov a usara a Jon as paraescribir su propio relato. Y qu e palabrastan sentidas eligi o el profeta! Por ejem-plo, mientras estaba en lo profundo delmar, dijo en una oraci on: Cuando mialma se desmayaba dentro de m , Jeho- v a fue Aquel a quien record e (Jon. 1:3, 10; 2:1-9).

    14 Piense tambi en en lo que escribi oIsa as. Al ver la gloria de Dios en una vi-si on, se dio cuenta de lo imperfecto queera y se sinti o impulsado a decir: Ay de

    13. C omo se siente usted al leer la oraci on de Jon as?14. Por qu e podemos entender lo que Isa asescribi o sobre s mismo?

    Por qu e nos acerca a Jehov

    a

    saber c omo trat

    o

    a Jon as y a Pedro?

    (Vea los p arrafos 13 y 15)

    15 DE AGOSTO DE 2014

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    20 LA ATALAYA

    m ! Pues puedo darme como reducido asilencio, porque hombre inmundo delabios soy, y en medio de un puebloinmundo de labios moro; pues mis ojoshan visto al mismo Rey, Jehov a de losej ercitos! (Is. 6:5). Qu e angel hubie-

    ra podido escribir esas palabras? PeroIsa as pudo escribirlas, y nosotros, quesomos imperfectos como el, podemosentender lo que sinti o.

    15 Podr a alg un angel haber dichoque era indigno, como Jacob dijo sobres mismo, o pecador, como Pedro sesinti o?(G en. 32:10; Luc. 5:8.) Habr a te-nido miedo, como lo tuvieron los dis-c pulos de Jes us? Habr a necesitado

    armarse de valor para predicar las bue-nas nuevas a pesar de la persecuci on,como tuvieron que hacer Pablo y los de-m as cristianos? (Juan 6:19; 1 Tes. 2:2.)No, pues los angeles son sobrehumanos y perfectos en todo sentido. En cam-bio, nosotros somos simples seres hu-manos imperfectos. Por tanto, cuandootros seres humanos expresan sus senti-mientos, enseguida los comprendemos.Al leer la Palabra de Dios, en verdad po-demos regocijarnos con los que se rego-cijan y llorar con los que lloran (Rom.12:15).

    16 Si meditamos en lo que dice la Bi-blia de c omo trat o Jehov a a sus sier- vos fieles en el pasado, aprenderemosmuch simas cosas sobre nuestro Dios,quien con paciencia y amor se acerc o aaquellas personas imperfectas. As lle-garemos a conocerlo muy bien y a amar-lo profundamente. Como resultado, nossentiremos m as cerca de el (lea Salmo25:14).

    15, 16. a) Por qu e podemos comprender muybien lo que sienten otros seres humanos?D e ejemplos. b) Qu e nos ayudar a a acercarnosm as a Jehov a?

    LA AMISTAD CON DIOSPUEDE SER INQUEBRANTABLE

    17 Despu es de que el rey As a logr ouna aplastante victoria sobre el ej ercitoet ope, el profeta Azar as les dio a el yal pueblo un consejo muy sabio. Dijo:

    Jehov a est

    a con ustedes mientras uste-des resulten estar con el; y si lo buscan,

    se dejar a hallar de ustedes; pero si lo de- jan, el los dejar a a ustedes (2 Cr on. 15:1, 2). Lamentablemente, con el tiempoAs a pas o por alto este consejo. Cuandose vio amenazado por el reino de Israel,formado por las 10 tribus del norte, bus-c o el apoyo de Siria. En vez de vol- ver a pedirle ayuda a Jehov a, decidi o

    aliarse con esa naci on pagana. Dios ledijo: Has actuado tontamente respecto

    a esto, pues desde ahora en adelanteexistir an guerras contra ti. Y justo as sucedi o (2 Cr on. 16:1-9). Qu e aprende-mos de esto?

    18 Nunca nos alejemos de Jehov a.Si nos hemos distanciado algo de el, si-gamos el consejo de Oseas 12:6: A tuDios debes volver, guardando bon-

    dad amorosa y justicia; y [...] [debes]esperar en tu Dios constantemente.Acerqu emonos cada vez m as a Jehov ameditando con aprecio en el rescate yestudiando con empe no su Palabra, laBiblia (lea Deuteronomio 13:4).

    19 El salmista escribi o: Acercarme aDios es bueno para m (Sal. 73:28). Paranosotros tambi en lo es. Por tanto, siga-mos aprendiendo m as sobre Jehov a; as

    descubriremos m as razones para amar-lo. Si nos acercamos a el, el se acercar a a

    nosotros ahora y por toda la eternidad!

    17. a) Qu e consejo le dio Azar as a As a?b) Cu ando pas o por alto As a el consejo deAzar as, y con qu e resultado?18, 19. a) Qu e debemos hacer si nos hemosdistanciado de Jehov a? b) C omo podemosacercarnos a Jehov a?

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    A LO largo de la historia, Jehov a ha guiado a sus siervos dedistintas formas. Con algunos se comunic o mediante angeles, visiones o sue nos para revelarles lo que ocurrir a en el futuroo para encargarles alguna misi on (N um. 7:89; Ezeq. 1:1; Dan.2:19). A otros les dio instrucciones a trav es de representantes

    humanos que le serv an en la parte terrestre de su organiza-

    ci on. Pero sin importar el medio que Jehov a utilizara, quienesfueron obedientes recibieron muchas bendiciones.

    2 Hoy d a, Jehov a nos dirige mediante la Biblia, su esp ritusanto y la congregaci on (Hech. 9:31; 15:28; 2 Tim. 3:16, 17).Su gu a es tan clara que es como si oy eramos una voz detr asde nosotros que dice: Este es el camino. Anden en el (Is.30:21). Tambi en utiliza a Jes us para hablarnos, pues lo hanombrado para dirigir a la congregaci on mediante el esclavofiel y discreto (Mat. 24:45). Debemos tomar en serio la gu a

    de Jehov a y ser obedientes; solo as

    podremos vivir para siem-

    pre (Heb. 5:9).3 Satan as sabe que seguir la gu a divina nos salvar a la vida,

    as que intenta evitar que la sigamos. Por otra parte, nuestro co-raz on puede traicionarnos y llevarnos a desobedecer (Jer. 17:9).

    1, 2. C omo se comunica Jehov a con sus siervos?3. Qu e podr a llevarnos a pasar por alto la gu a de Jehov a? (Vea la ilus-traci on del principio.)

    Escuchemos la voz de Jehov a

    dondequiera que estemosTus propios o dos oir an una palabra detr as de ti que diga:Este es el camino. (IS. 30:21)

    QU E RESPONDER

    IA?

    C omo intenta Satan

    as

    impedir que escuchemosla voz de Jehov

    a?

    Qu e inclinaciones

    del coraz on pueden impedir

    que escuchemos a Jehov a?

    Qu e debemos hacer

    para que Dios nos gu e?

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    22 LA ATALAYA

    Por consiguiente, veamos c omo evitar lastrampas que podr an impedirnos escu-

    char la voz de Dios. Adem as, veamos porqu e una buena comunicaci on con Jehov a

    nos ayudar a a mantener nuestra amistadcon el, sin importar cu ales sean nuestrascircunstancias.

    LAS TRAMPAS DE SATAN AS

    4 Satan as influye en la mente de lagente con informaci on falsa y propagan-da enga nosa (lea 1 Juan 5:19). Adem as

    delap agina impresa, tanto la radio comola televisi on e Internet llegan hasta el

    ultimo rinc on de la Tierra. Y aunque es-tos medios de comunicaci on pueden ser utiles, a menudo promueven comporta-mientos y estilos de vida que van en con-tra de las normas de Jehov a (Jer. 2:13).Por ejemplo, presentan el matrimonioentre personas del mismo sexo comoalgo natural, y eso lleva a muchos a pen-sar que el punto de vista b blico sobre lahomosexualidad es extremista (1 Cor. 6:9, 10).

    5 C omo pueden evitar quienes amanlas normas de Jehov a que los arrastrela avalancha de propaganda sat anica?C omo pueden distinguir entre lo queest a bien y lo que est a mal? Manteni en-dose alerta conforme a [la] palabra [deDios]. (Sal. 119:9.) Los principios de laPalabra escrita de Dios nos ayudan a dis-tinguir entre informaci on confiable ypropaganda enga nosa (Prov. 23:23). Ci-tando de las Escrituras, Jes us recalc o queel hombre debe vivir [...] de toda expre-

    4. C omo influye Satan as en la mente de lagente?5. C omo podemos evitar que nos arrastre lapropaganda sat anica?

    si on que sale de la boca de Jehov a(Mat. 4:4). Eso significa que tenemos que

    aprender a aplicar los principios b blicosen nuestra vida. Por ejemplo, mucho an-tes de que Jehov a diera la ley escrita quecondenaba el adulterio, el joven Jos ecomprendi o que acostarse con la esposade Potifar ser a un pecado contra Dios.Ni siquiera pens o en la posibilidad dedesobedecer a Jehov a cuando ella trat ode seducirlo (lea G enesis 39:7-9). A pe-sar de la persistencia de aquella mujer,

    Jos e decidi

    o escuchar la voz de Jehov

    a,

    no la de ella. Cu al es la lecci on? Quepara distinguir entre lo que est a bien y loque est a mal es imprescindible escucharla voz de Jehov a y no hacer ni caso delruido incesante de la propaganda sat a-nica.

    6 El mundo est a tan lleno de ense nan-zas religiosas contradictorias que mu-chas personas creen que es in util buscarla religi on verdadera. Sin embargo, Jeho- v a ha hecho que quienes quieran encon-trar su gu a puedan hacerlo muy f acil-mente. Solo hay que decidir a qui enescuchar. Y puesto que es pr acticamenteimposible escuchar dos voces al mismo

    6, 7. C omo podemos evitar que Satan as nosenga ne con sus consejos?

    C omo pueden los buenos h

    abitos espirituales

    protegernos de las trampas de Satan as?

    (Vea los p arrafos 4 a 9)

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    tiempo, hay que conocer la voz de Jes us y escucharlo a el, pues es aquel a quien

    Jehov a ha nombrado para pastorear a susovejas (lea Juan 10:3-5).

    7 Presten atenci on a lo que oyen,dijo Jes us (Mar. 4:24). Los consejos de Jehov a son claros y acertados, pero debe-mos preparar nuestro coraz on para pres-tarles atenci on y aceptarlos. Si no te-nemos cuidado, podr amos hacer casode los malvados consejos de Satan as yno de los amorosos consejos de Dios.Nunca permitamos que las ideas de estemundo controlen nuestra vida, ya sea atrav es de la m usica, videos, compa ne-ros, educadores o supuestos expertos(Col. 2:8).

    8 Satan as sabe que tenemos malas in-clinaciones. Cuando se aprovecha deellas para atacarnos, seguir fieles a Jeho- v a se convierte en un enorme desaf o(Juan 8:44-47). Pensemos en una per-sona que, por estar tan absorta enel placer del momento, acab o haciendoalgo que nunca crey o que har a (Rom.7:15). C omo lleg o a esa triste situaci on?

    8. a) C omopodr a nuestro coraz on llevarnos acaer en las trampas de Satan as? b) Qu e puedesucedernos si pasamos por alto las se nales deadvertencia?

    Es probable que, poco a poco, su coraz onse volviera menos sensible a la voz de

    Jehov a. Una de dos: o bien no se diocuenta de las se nales que le advert an loque estaba pasando, o bien decidi o pa-sarlas por alto. Por ejemplo, quiz as dej ode orar, ya no predicaba tanto comoantes o empez o a perderse reuniones.Con el tiempo, su deseo pudo m as y lallev o a hacer algo que sab a que esta-ba mal. C omo podemos nosotros evi-tar ese terrible error? Estando atentos a

    cualquier se nal de advertencia y hacien-

    do r apidamente los cambios necesarios.Si escuchamos con cuidado la voz de Jehov a, nunca escucharemos ideas ap os-tatas (Prov. 11:9).

    9 Cuando una enfermedad se detectapronto, hay m as posibilidades de queel paciente se salve. De forma pareci-da, si detectamos enseguida cualquiermala inclinaci on y actuamos de inme-diato, evitaremos ser pescados vivospor Satan as para hacer lo que el quiere(2 Tim. 2:26). Por eso, si nos damos cuen-ta de que hemos permitido que nuestrospensamientos y deseos se alejen de loque Jehov a espera, qu e debemos hacer?

    9. Por qu e es muy importante detectar ense-guida cualquier mala inclinaci on?

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    Volver humildemente a el sin perder unsegundo, abrir de par en par los o dos yescuchar sus consejos con todo el cora-z on (Is. 44:22). Una decisi on mal tomadapodr a dejarnos marcados y provocarnosmucho sufrimiento en este sistema de

    cosas. Cu anto mejor es que reaccione-mos antes de caer en la trampa!

    EL ORGULLO Y LA CODICIA10 Debemos reconocer quenuestro co-

    raz on puede apartarnos de Jehov a. Pen-semos, por ejemplo, en el orgullo y la co-dicia, y en c omo pueden impedirnos o rla voz de Jehov a y llevarnos al desastre.El orgulloso tiene una opini on exageradade s mismo. Quiz as crea que tiene dere-cho a hacer lo que quiera y que nadie lepuede decir lo que debe hacer. Como re-sultado, tal vez le parezca que no tie-ne por qu e seguir los consejos de otroscristianos o de los ancianos, ni siquieralos de la organizaci on de Dios. Para al-guien as , la voz de Jehov a ser a apenasun murmullo lejano.

    11 Estando Israel en el desierto, Cor e,

    Dat an y Abiram se rebelaron contra laautoridad de Mois es y Aar on. Su orgullo

    los llev o a intentar adorar a Jehov aporsupropia cuenta. Qu e hizo Jehov a? Losejecut o a ellos y a todos los dem as rebel-des (N um. 26:8-10). Este relato hist oriconos ense na la lecci on important sima deque rebelarse contra Jehov a siempre aca-ba mal. Y tambi en nos recuerda que elorgullo est a antes de un ruidoso estre-

    llarse (Prov. 16:18; Is. 13:11).12 Hablemos ahora de la codicia.La persona codiciosa suele tomarse de-

    10, 11. a) C omo puede manifestarse el orgu-llo? b) Qu e aprendemos del mal ejemplo deCor e, Dat an y Abiram?12, 13. a) D e un ejemplo de que la codicia lle- va al desastre. b) Explique c omo puede crecerla codicia si no se corrige enseguida.

    masiadas libertades y traspasar los l mi-tes de lo que es correcto. Cuando Naa-m an el jefe del ej ercito sirio fue cura-do de su lepra, le ofreci o regalos alprofeta Eliseo, quien los rechaz o. PeroGuehaz , el servidor de Eliseo, codici o

    esos regalos, as que pens

    o: Tan cierta-mente como que vive Jehov a, yo cierta-

    mente correr e tras [Naam an] y tomar ealgo de el. A espaldas de Eliseo, sali ocorriendo tras Naam an y le minti o condescaro para pedirle un talento de plata y dos mudas de prendas de vestir. Lue-go tambi en minti o al profeta de Jehov a.C omo acab o el codicioso Guehaz ? Lalepra de Naam an se le peg o a el! (2 Rey.

    5:20-27.)13 La codicia quiz as comience con unsimple deseo. Pero si no se corrige, pue-de crecer r apidamente hasta dominar ala persona. El relato b blico de Ac an ilus-tra lo poderosa que es y lo r apido quepuede crecer. Ac an confes o: Cuandollegu e a ver entre el despojo un vesti-do oficial de Sinar, uno de buena apa-riencia, y doscientos siclos de plata y

    una barra de oro, que pesaba cincuen-ta siclos, entonces los quise, y los tom e .Envez de rechazar su mal deseo, codicio-samente rob o aquellas cosas y las escon-di o en su tienda. Cuando el pecado deAc an sali o a la luz, Josu e le dijo que Jeho- v a lo iba a castigar. Y, en efecto, ese mis-mo d a el y su familia murieron apedrea-dos (Jos. 7:11, 21, 24, 25). La codicia esun peligro que puede entramparnos encualquier momento. Por lo tanto, evi-temos toda [clase] de codicia (Luc.12:15). Es posible que de vez en cuandotengamos un mal pensamiento o imagi-nemos algo inmoral, pero es vital quedominemos lo que pensamos y no per-mitamos que nuestros deseos crezcanhasta el punto de llevarnos a pecar (leaSantiago 1:14, 15).

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    14 Tanto el orgullo como la codiciapueden llevarnos al desastre. Reflexio-nar en las consecuencias nos ayudar a aevitar que esas malas inclinaciones aho-guen lavozde Jehov a (Deut. 32:29). En laBiblia, el Dios verdadero no solo nos se- nala el buen camino, sino que tambi

    ennos explica los beneficios de andar en el

    y las consecuencias de desviarnos. Si elcoraz on nos empuja a hacer algo por or-gullo o codicia, har amos bien en pensaren el efecto que tendr a en nosotros, ennuestros seres queridos y, sobre todo, ennuestra relaci on con Jehov a.

    UNA BUENA COMUNICACI ON

    CON JEHOV A

    15 Jehov a solo quiere nuestro bien(Sal. 1:1-3). Nos da gu a en abundancia y justo cuando nos hace falta (lea He-breos 4:16). Hasta Jes us, que era perfec-to, necesitaba comunicarse constante-mente con Jehov a, as que oraba sincesar. Y Jehov a lo apoy o y lo dirigi o demaneras extraordinarias. Envi o angelespara que le sirvieran, le dio su esp ritusanto y lo gui o cuando seleccion o a los

    12 ap ostoles. Adem

    as, habl

    o desde loscielos para demostrar que su Hijo ten a

    su apoyo y aprobaci on (Mat. 3:17; 17:5;Mar. 1:12, 13; Luc. 6:12, 13; Juan 12:28).Nosotros, al igual que Jes us, tenemosque abrirle nuestro coraz on a Jehov a(Sal. 62:7, 8; Heb. 5:7). De esa forma po-dremos mantener una buena comunica-ci on con el y vivir de tal modo que lo glo-rifiquemos.

    16

    Aunque Jehov a pone sus consejosal alcance de todos, no obliga a nadie a

    seguirlos. Tenemos que pedirle su esp ri-

    14. Qu e debemos hacer si vemos que tene-mos alguna inclinaci on al orgullo o la codicia?15. Qu e nos ense na el ejemplo de Jes us sobrela comunicaci on con Jehov a?16. Qu e debemos hacer para que Jehov a nosayude a escuchar su voz?

    tu santo si queremos que nos gu e, y elnos lodar a generosamente (leaLucas 11:10-13). Ahora bien, la Biblia dice: Pres-ten atenci on a c omo escuchan (Luc.8:18). Por ejemplo, ser a de hip ocritaspedirle a Jehov a que nos ayudara a ven-

    cer una inclinaci on inmoral y entonces ver pornograf a o pel culas inmorales.

    M as bien, debemos asegurarnos de estarsiempre en lugares o circunstancias don-de el esp ritu santo pueda estar presen-te. Sabemos que ese esp ritu est a en lasreuniones de la congregaci on. Muchoshermanos, al escuchar la voz de Jehov aen ellas, se han dado cuenta de que en sucoraz on estaba anidando un mal deseo y

    han corregido la situaci on, con lo que sehan ahorrado mucho sufrimiento (Sal.

    73:12-17; 143:10).

    SIEMPRE ATENTOS A LA VOZ DE JEHOV A

    17 Pensemos en el rey David del anti-guo Israel. De joven venci o a Goliat, el gi-gante filisteo. Con el tiempo fue soldado yrey de una naci on, y como tal la protegi o y tom o muchas decisiones importantes.Pero cuando confi o en s mismo, su cora-z on lo traicion o, de modo que cometi o unpecado muy grave con Bat-seba y hasta seencarg o de que mataran a su esposo,Ur as. Felizmente, cuando Jehov a lo corri-gi o, fue humilde, admiti o su error y recu-per o suamistad con el (Sal. 51:4,6,10,11).

    18 Sigamos el consejo que se encuentraen 1 Corintios 10:12 y no nos confiemos.Puesto que somos incapaces de dirigir[nuestro] paso, acabaremos siguiendo, obien la voz de Jehov a, o bien la de Satan as(Jer. 10:23). Por lo tanto, oremos sin cesar y sigamos la gu a del esp ritu santo. S , es-cuchemos atentamente la voz de Jehov a.

    17. Por qu e es peligroso confiar en unomismo?18. Qu e nos ayudar a a escuchar la voz de Jehov a?

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    puesto. Era por motivos ego stas? O era m asbien porque am abamos a Jehov ayest abamos con- vencidos de que la congregaci on le pertenece a el y merece tiernos cuidados? (Hech. 20:28-30.) Loshermanos que en el pasado fueron ancianos y si-guen sirviendo fielmente a Dios les demuestran a

    todos, incluido Satan as, que su amor a Jehov

    a esaut entico.

    Cuando al rey David se le reprendi o por los gra- ves pecados que hab a cometido, el acept o lacorrecci ony fue perdonado. M as tarde cant o: Fe-liz es aquel cuya sublevaci on le es perdonada,cuyo pecado le es cubierto. Feliz es el hombre encuya cuenta Jehov a no imputa error, y en cuyoesp ritu no hay enga no (Sal. 32:1, 2). Aquellacorrecci on lo puli o y, sin duda, hizo de el un me-

    jor pastor del pueblo de Dios.Con frecuencia, los hermanos que vuelven aser ancianos llegan a ser mejores pastores que an-tes. Ahora puedo ayudar mejor a quienes come-ten un error, dijo uno de ellos. Y otro coment o:Ahora valoro m as el privilegio de servir a los her-manos.

    PUEDE USTED VOLVER?

    No por todo tiempo [Jehov a] seguir a se nalan-do faltas, escribi o el salmista (Sal. 103:9). Por lo

    tanto, no debemos pensar que Dios nunca m a volver a a confiar en una persona que ha cometidoun error grave. Ricardo, que dej o de ser ancianodespu es de muchos a nos, dice: Me sent a mufrustrado porhaber fallado. Durante mucho tiem-po, los sentimientos de inutilidad me impidieron

    volver a servir de superintendente. Tem a que lohermanos no confiaran de nuevo en m . Per

    siempre me ha gustado ayudar a otros, as que drig a estudios b blicos, animaba a los hermanosen el Sal on del Reino y predicaba con ellos. Esome ayud o a perder mis temores, y ahora sirvo otra vez de anciano.

    Si un hermano guarda resentimiento, se le harm as dif cil volver a ser anciano. Es mucho mejorimitar a David.

    El tuvo que huir del envidioso

    rey Sa ul, pero aunque se le presentaron variasoportunidades para vengarse, no quiso hacerlo

    Jehov a ha ayudado a muchos

    a recuperar el gozoy a sentir el deseode volver a ser ancianos

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    28 LA ATALAYA

    (1 Sam. 24:4-7; 26:8-12). Cuando Sa ul muri o enuna batalla, llor o su muerte y declar o que el y suhijo Jonat an eran hombres amados y queridos(2 Sam. 1:21-23, Reina-Valera). David no abrig oresentimiento.

    Si a usted le parece que ha sido v ctima de un

    malentendido o de una injusticia, no permitaque el resentimiento domine sus pensamientos.William, que fue anciano durante unos treintaa nos en Gran Breta na, se qued o resentido con al-gunos ancianos cuando dej o de serlo. Qu e leayud o a recuperar su equilibrio?

    El dijo: Leer el

    libro de Job me anim o mucho. Si Jehov a ayud o a Job a hacer las paces con sus tres compa neros,acaso no me ayudar a a m a hacer las paces conancianos cristianos? (Job 42:7-9).

    DIOS BENDICE A QUIENES VUELVENA SER PASTORES

    Si usted decidi o dejar la labor de pastorear alreba no, ser a bueno que se planteara por qu e lohizo. Se sent a abrumado por problemas perso-nales? Hubo otras cosas que se volvieron m asimportantes en su vida? Lo decepcionaron las

    imperfecciones de otros hermanos? Sin importarcu al fuera la causa, recuerde que cuando era an-ciano pod a servir a sus hermanos de m as mane-ras. Sus discursos los fortalec an, su ejemplo losanimaba y sus visitas de pastoreo les ayudaban aaguantar las pruebas. Adem as, su labor como an-

    ciano fiel alegraba el coraz on de Jehov

    a y tambi

    enel de usted mismo (Prov. 27:11).

    Jehov a ha ayudado a muchos hermanos a recu-perar el gozo y a sentir el deseo de volver a dirigirla congregaci on. Tanto si usted decidi o dejar deser anciano como si fue dado de baja por algunaraz on, porqu e no se esfuerza por volver a alcan-zar un puesto de superintendente? (1 Tim. 3:1.)Pablo nunca dej o de rogar que los cristianos colo-senses conocieran con exactitud cu al era la volun-

    taddivina. Por qu e? Paraque pudieran andar deuna manera digna de Jehov a a fin de [agradarle]

    plenamente (Col. 1:9, 10). Si vuelve a tener el pri- vilegio de ser anciano, p dale a Jehov a que le d

    fuerzas, paciencia y gozo. En estos ultimos d asel pueblo de Dios necesita el apoyo espiritual depastores amorosos. Puede usted fortalecer a sushermanos? Quiere hacerlo?

    Demuestresu amor a Jehov

    a

    sirvi endole con gozo

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    Esta es una pregunta importante, sobretodo para los que han perdido a su amadoc onyuge y quiz as anhelan volver a estar ca-sados con esa persona cuando resucite enel nuevo mundo. Un viudo coment o: Miesposa y yo no decidimos poner fin a nues-tro matrimonio. Dese abamos de coraz onseguir sirviendo a Jehov a para siemprecomo marido y mujer. Y yo sigo sintiendolo mismo. Hay razones para esperar quelos resucitados puedan casarse? Sencilla-mente, no lo sabemos.

    Durante a nos, nuestras publicacioneshan se nalado que lo que Jes us dijo sobrela resurrecci on y el matrimonio probable-mente se refer a a la resurrecci on terrestre y que, por tanto, quienes volvieran a la vidaen la Tierra no se casar an (Mat. 22:29, 30;Mar. 12:24, 25; Luc. 20:34-36).1 Aunqueno podemos ser dogm aticos, es posibleque Jes us se refiriera a la resurrecci on celes- tial? Examinemos sus palabras.

    Veamos primero en qu e circunstanciaslas pronunci o (lea Lucas 20:27-33). Los sa-duceos, que no cre an en la resurrecci on,trataron de entrampar a Jes us con una pre-guntasobre la resurrecci onyel matrimoniode cu nado. 2

    El les respondi o: Los hijos de

    este sistema de cosas se casan y se dan enmatrimonio, pero losque han sido conside-rados dignos de ganar aquel sistema de co-

    1 Vea La Atalaya del 1 de junio de 1987, p aginas 30 y 31.2 En tiempos b blicos se celebraba el matrimonio de

    cu nado, o de levirato. Esta costumbre consist a en que unhombre tomaba por esposa a la viuda de su hermanocuando este fallec a sin dejar hijos. El objetivo era que tu- viera descendencia con ella para que el linaje de su her-mano no se perdiera (G en. 38:8; Deut. 25:5, 6).

    sas y la resurrecci on de entre los muer-tos ni se casan ni se dan en matrimonio.De hecho, tampoco pueden ya morir, por-que son como los angeles, y son hijos deDios por ser hijos de la resurrecci on (Luc.20:34-36).

    Por qu e han dicho nuestras publicacio-nes que es probable que Jes us se refiriera ala resurrecci on terrestre? Esta conclusi onse basaba principalmente en dos argumen-tos. El primero era que, puesto que lossaduceos sin duda pensar an en una re-surrecci on terrestre, Jes us se debi o referira ella al contestarles. El segundo era que Jes us termin o su respuesta hablando deAbrah an, Isaac y Jacob, fieles patriarcasque resucitar an aqu en la Tierra (Luc. 20:37, 38).

    Sin embargo, es posible que Jes us estu- viera pensando en la resurrecci on celestial.Qu e razones tenemos para llegar a esaconclusi on? Analicemos dos frases claves.

    Los que han sido considerados dignos de ga- nar [...] la resurrecci on de entre los muertos. A los ungidos fieles se les [considera] dig-nos del reino de Dios (2 Tes. 1:5, 11). Hansido declarados justos, dignos de vivir parasiempre, sobre la base del rescate. Por tan-to, no mueren como pecadores condena-dos, pues Jehov a los considera libres de pe-cado (Rom. 5:1, 18; 8:1). A cada uno de ellosse le llama feliz y santo y se le consideradigno de resucitar en el cielo (Rev. 20:5, 6).En cambio, entre quienes resucitar an en laTierra habr a injustos (Hech. 24:15). Po-dr a decirse que a estos se les [considera]dignos de resucitar?

    PREGUNTAS DE LOS LECTORES

    Jes us les dijo a los saduceos que los resucitadosni se casan ni se dan en matrimonio (Luc. 20:34-36). Se estaba refiriendo a la resurrecci on terrestre?

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    Tampoco pueden ya morir. Jes us no dijo:Ya no morir an, sino: Tampoco pueden yamorir. Los ungidos que finalizan su vidaen la Tierra siendo fieles son resucitadospara vivir en el cielo y reciben inmortali-dad, es decir, vida indestructible y sin fin

    (1 Cor. 15:53, 54). La muerte ya no tienening un poder sobre quienes experimentanla resurrecci on celestial. 1

    En vista de lo anterior, a qu e conclusi onllegamos? A la conclusi on de que es posibleque las palabras de Jes us sobre el matrimo-nio y la resurrecci on se refieran a la re-surrecci on celestial. En ese caso, lo que dijoser a aplicable a los que resucitan para viviren el cielo: que no se casan, que no pueden

    morir y que en algunos aspectos son comolos angeles, criaturas que viven en la regi onespiritual. Sin embargo, esta conclusi onhace surgir varias preguntas.

    En primer lugar, por qu e se referir a Je-s us a la resurrecci on celestial al respondera los saduceos, que probablemente pensa-ban en una resurrecci on terrestre? Puesbien, Jes us no siempre respondi oasusene-migos seg un lo que ellos pensaban. Por

    ejemplo, a los jud os que le pidieron una

    se nal les dijo: Derriben este templo, y entres d as lo levantar e. Jes us seguramentesab a que ellos pensar an en el edificio deltemplo, pero el hablaba acerca del templode su cuerpo (Juan 2:18-21). Puede que Je-s us no viera necesario contestarles aquellapregunta a los saduceos, quienes eran hi-p ocritas y ni siquiera cre an en la resurrec-ci on o en los angeles (Prov. 23:9; Mat. 7:6;

    Hech. 23:8). M as bien, tal vez quisiera reve-

    lar verdades sobre la resurrecci on celestiala sus disc pulos, quienes eran sinceros y und a iban a recibir esa resurrecci on.

    1 Quienes resuciten en la Tierra tendr an la oportuni-dad de recibir vida eterna, no inmortalidad. Para una ex-plicaci on de la diferencia entre vida eterna e inmortali-dad, vea la obra Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1, p aginas 1229 y 1230.

    En segundo lugar, por qu e acabar a Jes us su explicaci on haciendo referenciaa Abrah an, Isaac y Jacob, los cuales se-r an resucitados en la Tierra? (Lea Mateo22:31, 32.) Observemos que Jes us inici o sucomentario sobre esos patriarcas con las

    palabras respecto a la resurrecci on de losmuertos. Con esa frase tal vez quiso mar-

    car un cambio de pensamiento para pasara hablar de la resurrecci on terrestre. Luego,como sab a que los saduceos aceptabanlos escritos de Mois es, utiliz o las palabrasque Jehov a le dirigi o a Mois es en la zarzaardiente como prueba adicional de que laresurrecci on terrestre es parte del prop o-sito divino y se cumplir a sin falta (

    Ex. 3:

    1-6).En tercer lugar, si las palabras de Jes us

    sobre la resurrecci on y el matrimonio solose cumplen en la resurrecci on celestial,significa eso que quienes resuciten en laTierra podr an casarse? La Palabra de Diosno da una respuesta directa a esta pregun-ta. Y es que si Jes us en verdad no hablabade la resurrecci on terrestre, entonces suspalabras tampoco aclaran si podr an casar-se o no quienes resuciten en la Tierra.

    Mientras tanto, sabemos que la Biblia s dice claramente que la muerte rompe los la-zos matrimoniales. Por lo tanto, un viudo ouna viuda no debe sentirse culpable si de-cide volver a casarse. Esa es una decisi onpersonal, y no se debe criticar a nadie porbuscar la afectuosa compa n a de un c onyu-ge (Rom. 7:2, 3; 1 Cor. 7:39).

    Es l ogico que nos preguntemos muchascosas sobre la vida en el nuevo mundo,pero no debemos andar haciendo suposi-ciones. Tendremos que esperar a estar all para conocer las respuestas. Ahora bien, deesto s podemos estar seguros: los seres hu-manos fieles ser an felices, pues Jehov a sa-tisfar a todas sus necesidades y deseos delmejor modo (Sal. 145:16).

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    EUREKA! Esa palabra significa Lo encontr e!.Durante la fiebre del oro de California, en el si-glo XIX, s e o a ese grito cuando alg un busca-dor daba con el preciado metal. Sin embargo,Charles Taze Russell y otros Estudiantes de la Bi-blia hallaron algo mucho m as valioso: la verdadb blica. Y estaban deseando ense n arsela a los de-m as.

    En el verano de 1914, millones de personas degrandes ciudades ya hab an visto el Foto-Dramade la Creaci on, una proyecci on de ocho horas pro-ducida por la Asociaci on Internacional de Estu-diantes de la Biblia (IBSA, por sus siglas en ingl es).Sus fascinantes im agenes en movimiento, diaposi-tivas en color y narraciones, as como la m usicacl asica, llevaban a los espectadores en un viaje a lolargo de la historia, desde la creaci on hasta el findel Reinado de Mil A nos de Jesucristo (Rev. 20:4). 1

    Pero y los que viv an en poblaciones peque naso en el campo? Para que nadie sediento de la ver-dad se perdiera el drama, la IBSA present o enagosto de 1914 el Drama Eureka, una versi on del

    1 Vea el art culo El Foto-Drama cumple 100a nos, de La Ata- laya del 15 de febrero de 2014, p aginas 30 a 32.

    Foto-Drama sin las secciones de pel cula y f acde transportar. Hab a tres versiones, disponiblesen varios idiomas. El Drama Eureka X ten a todas las grabaciones de narraci on y m usica. El Eureka Y, adem as de las grabaciones, conten a hermosas diapositivas ligeramente coloreadas. Y elEureka Familiar, pensado para usarlo en familia,ten a una selecci on de narraciones e himnos. Tam-bi en se proporcionaban gram ofonos y equipos deproyecci on econ omicos.

    Sin tener que contar con un proyector de pel culas ni una gran pantalla, los Estudiantes de la Bi-blia pod an llevar el mensaje del Reino a zonasrurales. El Eureka X, compuesto solo de graba-ciones sonoras, pod a presentarse tanto de d como de noche. El proyector de diapositivas parael Eureka Y funcionaba sin electricidad, conl amparas de carburo. La revista Watch Tower efinland es inform o: Podemos ense nar estas im agenes casi en cualquier parte. Qu e palabras tanciertas!

    En vez de alquilar grandes teatros, los ingenio-sos Estudiantes de la Biblia buscaban lugares gra-tuitos, como aulas, tribunales, estaciones de tren o

    DE NUESTROS ARCHIVOS

    El Drama Eureka ayud o a muchosa encontrar la verdad b blica

    Se usaba un proyectorpara mostrarlas diapositivas coloreadas

    http://www.jw.org/finder?wtlocale=S&docid=2014130&srcdocid=2014609&srcid=SL&srctype=PDFhttp://www.jw.org/finder?wtlocale=S&docid=2014130&srcdocid=2014609&srcid=SL&srctype=PDFhttp://www.jw.org/finder?wtlocale=S&docid=2014130&srcdocid=2014609&srcid=SL&srctype=PDFhttp://www.jw.org/finder?wtlocale=S&docid=2014130&srcdocid=2014609&srcid=SL&srctype=PDFhttp://www.jw.org/finder?wtlocale=S&docid=2014130&srcdocid=2014609&srcid=SL&srctype=PDFhttp://www.jw.org/finder?wtlocale=S&docid=2014130&srcdocid=2014609&srcid=SL&srctype=PDFhttp://www.jw.org/finder?wtlocale=S&docid=2014130&srcdocid=2014609&srcid=SL