Y le seguimos llamando amor

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Obra de teatro escrita con los alumnos de 4º eso del ies Sos Baynat que recoge fragmentos amorosos de obras clásicas de la literatura.

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LE SEGUIMOS LLAMANDO AMOR

OBRA DE TEATROIES SOS BAYNAT4 ESOcurso 2007-8

Se abre el teln, dos juglares hacen la introduccin acompandola de diversascabriolas con un divolo.

JUGLAR l : Estamos en el Sos Baynat, bien podramos estar en un palacio medieval, donde Celestina prepara junto a Calixto su magia para enamorar a Melibea. Porqu no con Tirant prendado de Carmesina o tambin podramos trasladarnos a Verona y vivir junto a Romeo y Julieta ese amor imposible que acabar en tragedia.JUGLAR ll: Pero... seguimos en el Sos Baynat?. Intentemos ahora imaginar un palacio portugus habitado por una condesa que ni se enamora, ni deja que los dems lo hagan, dando lugar al famoso refrn El perro del hortelano que ni come ni deja comer.JUGLAR l: Podramos seguir imaginando juntos al gran seductor de todos los tiempos, Don Juan Tenorio, para finalmente darnos cuenta de que el amor no tiene freno y que reprimirlo es la mejor forma de que no desaparezca. Esto ya nos lo contarn Adela y Martirio, personajes de La Casa de Bernarda Alba escrita por Federico Garca Lorca. A todo esto y desde entonces le seguimos llamando amor?Juzgad vosotros. Podemos seguirsoando, imaginando y volviendo a soar, esta es la magia del teatro.JUGLAR ll : Ahora escuchad esta msica, dejad volar vuestros cinco sentidos. Estas notas nos van introduciendo en el huerto de Melibea, es de noche y tambin est Calixto...veamos queocurre...Calixto intentando seducir a Melibea y Melibea que si s que si no...en fin lo de siempre, la duda y el amor siempre de la mano. Aunque para m que Melibea lo tiene muy claro pero los prejuicios de la poca le impiden actuar. Bueno ah dejamos aCalixto y Melibea con sus historias pero os aseguro que esto acaba mal...veamos,veamos.

Fragmento de LA CELESTINA. FERNANDO DE ROJAS.

MELIBEA.- Cesen, seor mo, tus verdaderas querellas, que ni mi corazn basta para las sufrir ni mis ojos para lo disimular. T lloras de tristeza, juzgndome cruel; yo lloro de placer, vindote tan fiel. Oh mi seor y mi bien todo, cunto ms alegre me fuera poder ver tu faz que or tu voz! Pero, pues no se puede al presente ms hacer, toma la firma y sello de las razones que te envi escritas en la lengua de aquella solcita mensajera. Todo lo que te dijo confirmo, todo lo he por bueno. Limpia, seor, tus ojos, ordena de m a tu voluntad.CALISTO.- Oh seora ma, esperanza de mi gloria, descanso y alivio de mi pena,alegra de mi corazn! Qu lengua ser bastante para te dar iguales gracias a la sobrada e incomparable merced que, en este punto de tanta congoja para m, me has querido hacer en querer que un tan flaco e indigno hombre pueda gozar de tu suavsimo amor?Del cual, aunque muy deseoso, siempre me juzgaba indigno, mirando tu grandeza, considerando tu estado, remirando tu perfeccin, contemplando tu gentileza, acatando mi poco merecer y tu alto merecimiento, tus extremadas gracias, tus loadas y manifiestas virtudes. Pues, oh alto Dios!, cmo te podr ser ingrato, que tan milagrosamente has obrado conmigo tus singulares maravillas? Oh cuntos das antes de ahora pasados me fue venido ese pensamiento a mi corazn! Por imposible lo rechazaba de mi memoria, hasta que ya los rayos ilustrantes de tu muy claro gesto dieron luz en mis ojos, encendieron mi corazn, despertaron mi lengua, extendieron mi merecer, acortaron mi cobarda, destorcieron mi encogimiento, doblaron mis fuerzas, desadormecieron mis pies y manos,finalmente, me dieron tal osada que me han trado con su mucho poder a este sublimado estado en que ahora me veo. Oyendo de grado tu suave voz, la cual, si antes de ahora no conociese y no sintiese tus saludables olores, no podra creer que careciesen deengao tus palabras. Pero, como soy cierto de tu limpieza de sangre y hechos, me estoy remirando si soy yo Calisto, a quien tanto bien se hace.MELIBEA.- Seor Calisto, tu mucho merecer, tus extremadas gracias, tu alto nacimiento, han obrado que, despusque de ti hube entera noticia, ningn momento de mi corazn te partieses, y, aunque muchos das he pugnado por lo disimular, no he podido tanto que, en tornndome aquella mujer tu dulce nombre a la memoria, no descubriese mi deseo. Y viniese a este lugar ytiempo, donde te suplico ordenes y dispongas de mi persona segn quieras. Las puertas impiden nuestro gozo, las cuales yo maldigo y sus fuertes cerrojos, y mis flacas fuerzas, que ni t estaras quejoso ni yo descontenta.CALISTO.- Cmo, seora ma? Y mandas que consienta a un palo impedir nuestro gozo? Nunca yo pens que, dems de tu voluntad, lo pudiera cosa estorbar. Oh molestas y enojosas puertas!, ruego a Dios que tal fuego os abrase como a m da guerra, que con la tercia parte serais en un puntoquemadas. Pues, por Dios, seora ma, permite que llame a mis criados para que las quiebren.MELIBEA.- Quieres, amor mo, perderme a m y daar mi fama? No sueltes las riendas a la voluntad. La esperanza es cierta, el tiempo breve cuanto t ordenares. Y pues t sientes tu pena sencilla y yo la de entrambos, t solo dolor, yo el tuyo y el mo, contntate con venir maana a esta hora por las paredes de mi huerto. Que si ahora quebrases las crueles puertas, aunque al presente no fusemos sentidos, amaneceraen casa de mi padre terrible sospecha de mi yerro. Y, pues sabes que tanto mayor es el yerro cuanto mayor es el que yerra, en un punto ser por la ciudad publicado.CALISTO.- Oh mi seora y mi bien todo! Por qu llamas yerro a aquello que por los santosde Dios me fue concedido? Rezando hoy ante el altar de la Magdalena me vino con tu mensaje alegre aquella solcita mujer.(Cambio de decorado)

JUGLAR I : Sento una msica que hem parla dherois i cavallers, de temps enrrere, de grans batalles i dun amor...Tirant i Carmesina, acosteu-vos, acosteu-vos i fixeu-vos b. Qu t a veure un mirall amb tota aquesta histria? Desprs us ho preguntarem.

Fragmento de TIRANT LO BLANCH. Joanot Martorell.

Carmesina : Cavaller virtus, sento molta compassi pervs, pel mal que us veig passar, per la qual cosa us prego que em vulgueu manifestar el mal o el b que sent la vostra virtuosa persona. Car pot ser que, pel vostre amor, jo en prengui una part, d'aquest mal; i si s b, jo estar ben satisfeta que tot sigui vostre. Aix, doncs, concediu-me la grcia de voler-m'ho dir de seguida.

Tirant : Senyora -digu Tirant-, vull mal al mal quan ve en temps de b, i encara li vull ms mal quan per ell es perd el b. I, aquest mal, jo no el compartiria amb vostra altesa, que ms m'estimaria que fos tot per a mi que no donar-ne cap part a ning. I d'aquestes coses, no se'n deu parlar ms. Parlem, senyora, d'altres coses que facin plaer i alegria, i deixem les passions que turmenten l'nima.

Carmesina : Senyora -digu Tirant-, vull mal al mal quan ve en temps de b, i encara li vull ms mal quan per ell es perd el b. I, aquest mal, jo no el compartiria amb vostra altesa, que ms m'estimaria que fos tot per a mi que no donar-ne cap part a ning. I d'aquestes coses, no se'ndeu parlar ms. Parlem, senyora, d'altres coses que facin plaer i alegria, i deixem les passions que turmenten l'nima.

Tirant : Senyora -digu Tirant-, us suplico per pietat que no em vulgueu fer un conjur tan fort com el que, senyora, m'acabeu de fer,car us dir tot quant s en aquest mn. Senyora, el meu mal ben aviat estar dit, per jo s del cert que immediatament arribar a les orelles del vostre pare i aix ser la causa de la meva mort. I si no ho dic, tamb haur de morir de dolor i de tristesa.

Carmesina : I penseu vs, Tirant -digu la princesa-, que les coses que s'han de tenir en secret jo les volgus anar a dir al senyor mon pare o alguna altra persona? Jo no vaig vestida d'aquest color que us penseu, per tant, no tingueu por de dir-me tot el que us passa, car jo ho tindr tancat dins del meu recambr secret.

Tirant : Senyora, ja que l'altesa vostra em fora a dir-ho, no puc dir res ms sin que amo.

Carmesina : Digueu-me, Tirant -digu la princesa-, per Du, que us deixi obtenir el quedesitgeu, digueu-me qui s la senyora que tant de mal us fa passar, perqu, si us puc ajudar en res, ho far de molt bona voluntant, car estic impacient de saber-ho.Tirant es pos la m a la mnega i tragu l'espill, i digu:

Tirant : Senyora, la imatgeque hi veureu em pot donar mort o vida. Mani-li, vostra altesa que em tingui pietat.

La princesa prengu de seguida l'espill i, amb cuitats passos, entr a la cambra pensant que hi trobaria alguna dona pintada, per no hi vei res sin la seva cara. Llavors ella comprengu perfectament que per ella es feia la festa i s'admir molt que hom pogus requerir d'amors una dama sense parlar.

JUGLAR l: Qu romantic! Quina manera ms original de declarar-se. Xics, a veure si apreneu!JUGLAR II: I desta maneradeixem Carmesina i Tirant que vixquen el seu amor per molts anys.

(Cambio de decorado)

JUGLAR I: Ahora nos trasladamos a Italia, concretamente a Verona, a uno de esos preciosos palacios renacentistas, donde viviremos una de las tragedias amorosas ms famosas de todos los tiempos : Romeo y Julieta.JUGLAR II: Pero esta vez no nos detendremos en la tragedia. Hablaremos de las tretas que urdan las seoras y las criadas para conseguir una cita con la persona amada.JUGLAR I: En este caso Julietacompartir con el ama que la cri desde pequea su ansia por ver a Romeo y las dificultades que deben afrontar ya que sus familias estn enemistadas.JUGLAR ll: Igual que ahora quin no tiene una amiga o amigo confidente de sus amorespero, veamos,veamosFragmento de ROMEO Y JULIETA. SAKESPEARE.

JULIETA : El reloj daba las nueve cuando mand al ama; prometi volver en media hora. Tal vez no lo encuentra; no, imposible. Es que anda despacio. El amor debiera anunciarlo el pensamiento, diez veces ms rpido que un rayo de sol disipando las sombras de los lgubres montes. Por eso llevan a Venus veloces palomas y Cupido tiene alas. El sol est ahora en la cumbre ms alta del da; de las nueve a las doce van tres largas horas, y an no ha vuelto. Si tuviera sentimientos y sangre de joven, sera ms veloz que una pelota: mis palabras la enviaran a mi amado, y las suyas me la devolveran. Pero estos viejos... Muchos se hacen el muerto; torpes, lentos, pesados y ms plidos que el plomo.Entra el AMA [con PEDRO].Dios santo, es ella! Ama, mi vida, qu hay? Le has visto? Despide al criado.AMA Pedro, espera a la puerta.[Sale PEDRO.]JULIETA : Mi querida ama... Dios santo, tan seria? Si las noticias son malas, dilas alegre; si son buenas, no estropees su msica vinindome con tan mala cara.AMA : Estoy muy cansada. Espera un momento. Qu dolor de huesos! Qu carreras!JULIETA : Por tus noticias te dara mis huesos. Venga, vamos, habla, buena ama, habla.AMA : Jess, qu prisa! No puedes esperar? No ves que estoy sin aliento?JULIETA : Cmo puedes estar sin aliento, si lo tienes para decirme que ests sin aliento? Tu excusa para este retraso es ms larga que el propio mensaje. Traes buenas o malas noticias? Contesta. Di una cosa a otra, y ya vendrn los detalles. Que sepa a qu atenerme: Son buenas o malas?AMA : Eres muy simple eligiendo, no sabes elegir hombre. Romeo? No, l no. Y eso que es ms guapo que nadie, que tiene mejores piernas, y que las manos, los pies y el cuerpo, aunque no merecen comentarse no tienen comparacin. Sin ser la flor de la cortesa es ms dulce que un cordero. Anda ya, mujer, sirve a Dios. Has comido en casa?JULIETA : No, no! Todo eso lo saba. Qu dice de matrimonio, eh?AMA : Seor, qu dolor de cabeza! Ay, mi cabeza! Palpita como si fuera a saltar en veinte trozos. Mi espalda al otro lado... Ay, mi espalda! Que Dios te perdone por mandarme por ah para matarme con tanta carrera!JULIETA : Me da mucha pena verte as. Querida, mi querida ama, qu dice mi amor?AMA : Tu amor dice, como caballero honorable, corts, afable y apuesto, y sin duda virtuoso... Dnde est tu madre?JULIETA : Que dnde est mi madre? Pues, dentro. Dnde iba a estar? Qu contestacin ms rara! Tu amor dice, como caballero... Dndeest tu madre?AMA : Virgen santa! Sers impaciente! Reprtate. Es esta la cura para mi dolor de huesos? Desde ahora, haz t misma los recados.JULIETA : Cunto embrollo! Vamos, qu dice Romeo?AMA : Tienes permiso para ir hoy a confesarte?JULIETA : S.AMA : Pues corre a la celda de Fray Lorenzo: te espera un marido para hacerte esposa. Ya se te rebela la sangre en la cara: por cualquier noticia se te pone roja. Corre a la iglesia. Yo voy a otro sitio por una escalera, con la que tu amado, cuando sea de noche, subir a tu nido. Soy la esclava y me afano por tu dicha, pero esta noche t sers quien lleve la carga. Yo me voy a comer. T vete a la celda.JULIETA : Con mi buena suerte! Adis, ama buena. Salen.(Cambio de decorado)JUGLAR l: Estamagnfica msica nos traslada a una corte en Portugal regentada por una mujer que se enamora de su criadoJUGLAR ll: Lo cual era impensable en aquella poca en que los nobles se casaban con los nobles y los criados con los criados.JUGLAR l: Pero ella amaal criado y har lo imposible por conseguirlo.JUGLAR ll: Aunque como ella no puede casarse con l por ser noble, evitar a toda costa que otra criada, Marcela, lo haga.JUGLAR l: Lope de Vega utiliz un conocido refrn para titular su obra: El perro del hortelano que ni come, ni deja comer. Pero veamos si come o no come el perro, digo, la condesa a Teodoro.

Fragmento de EL PERRO DEL HORTELANO. LOPE DE VEGA.

DIANA:Ests ya mejorado
de tus tristezas, Teodoro?TEODORO: Si en mis tristezas adoro,
sabr estimar mi cuidado.
No quiero yo mejorar
de la enfermedad que tengo,
pues slo a estar triste vengo
cuando imagino sanar.
Bien hayan males que son
tan dulces para sufrir
que se ve un hombre morir
y estima su perdicin!
Slo me pesa que ya
est mi mal en estado,
que he de alejar mi cuidado
de donde su dueo est.DIANA: Ausentarte! Pues,porqu?TEODORO: Quirenme matar.DIANA: S, harn.TEODORO: Envidia a mi mal tendrn
que bien al principio fue.
Con esta ocasin, te pido
licencia para irme a Espaa.DIANA:Ser generosa hazaa
de un hombre tan entendido;
que con esto quitars
la ocasin de tus enojos,
y aunque des agua a mi ojos,
honra a mi casa dars
que desde aquel bofetn
Federico me ha tratado
como celoso, y me ha dado
para dejarte ocasin.
Vete a Espaa; que yo har
que te den seis mil escudos.TEODORO: Har tus contrarios mudos
con mi ausencia. Dame el pie.DIANA: Anda, Teodoro. No ms.
Djame; que soy mujer.TEODORO: (Llora; mas, qu puedo hacer?)AparteDIANA: En fin, Teodoro, te vas?TEODORO: S, seora.DIANA: EsperaVete
Oye.TEODORO:Qu mandas?DIANA: No, nada;vete.TEODORO: Voyme.DIANA: (Estoy turbada.Aparte
Hay tormento que inquiete
como una pasin de amor?)
No eres ido?TEODORO: Ya, seora.
Me voy.VaseDIANA:Buena quedo agora!
Maldgate Dios, honor!
Temeraria invencin fuiste,
tan opuesta al propio gusto.
Quin te invent? Mas fue justo,
pues que tu freno resiste
tantas cosas tan mal hechas.Vuelve TEODOROTEODORO: Vuelvo a saber si hoy podr
partirme.DIANA: Ni yo lo s,
ni t, Teodoro, sospechas
que me pesa de mirarte,
pues que te vuelves aqu.TEODORO: Seora, vuelvo por m,
que no estoy en otra parte;
y como me he de llevar,
vengo para que me des
a m mismo.DIANA: Si despus
te has de volver a buscar,
no me pidas que ted.
Pero vete; que el Amor
lucha con mi noble honor,
y vienes t a ser traspi.
Vete, Teodoro, de aqu;
no te pidas, aunque puedas;
que yo s que si te quedas,
all me llevas a m.TEODORO: Quede vuestra seoraCon Dios.(Cambio de decorado)

JUGLAR l:El piano, no hay mejor msica para introducir esta famosa obra del Romanticismo: Don Juan de Zorrilla.JUGLAR ll: Aunque el tema es tan universal que autores de todos los tiempos han querido contarlo.JUGLAR l: Quin no sabe que es un Don Juan?. Un to con mucho morro que pretende conquistar a todas las chicas, a veces, a ms de una a la vez, a veces hasta a una monja.JUGLAR ll: Mirad, mirad este Don Juan de lo que es capaz

Fragmento de DON JUAN TENORIO. ZORRILLA.D. JUAN:Clmate, pues, vida ma!Reposa aqu; y un momentoolvida de tu conventola triste crcel sombra.Ah! No es cierto,ngel de amor,que en esta apartada orillams pura la luna brillay se respira mejor?Esta aura que vaga, llenade los sencillos oloresde las campesinas floresque brota esa orilla amena;esa agua limpia y serenaque atraviesa sin temorla barca del pescadorque espera cantando el da,no es cierto, paloma ma,que estn respirando amor?Esa armona que el vientorecoge entre esos millaresde floridos olivares,que agita con manso aliento;ese dulcsimo acentocon que trina el ruiseorde sus copas morador,llamando al cercano da,no es verdad, gacela ma,que estn respirando amor?Y estas palabras que estnfiltrando insensiblementetu corazn, ya pendientede los labios de don Juan,y cuyas ideas vaninflamando en su interiorun fuego germinadorno encendido todava,no es verdad, estrella ma,que estn respirando amor?Y esas dos lquidas perlasque se desprenden tranquilasde tus radiantes pupilasconvidndome a beberlas,evaporarse, a no verlas,de s mismas al calor;y ese encendido colorque en tu semblante no haba,no es verdad, hermosa ma,que estn respirando amor?Oh! S, bellsima Ins,espejo y luz de mis ojos;escucharme sin enojos,como lo haces, amor es:mira aqu a tus plantas, pues,todo el altivo rigorde este corazn traidorque rendirse no crea,adorando vida ma,la esclavitud de tu amor.D INS:Callad, por Dios, oh, don Juan!,que no podrresistirmucho tiempo sin morir,tan nunca sentido afn.Ah! Callad, por compasin,que oyndoos, me pareceque mi cerebro enloquece,y se arde mi corazn.Ah! Me habis dado a beberun filtro infernal sin duda,que a rendiros os ayudala virtud de la mujer.Tal vez poseis, don Juan,un misterioso amuleto,que a vos me atrae en secretocomo irresistible imn.Tal vez Satn puso en vossu vista fascinadora,su palabra seductora,y el amor que neg a Dios.Y qu he de hacer, ay de m!,sino caer en vuestros brazos,si el corazn enpedazosme vais robando de aqu?No, don Juan, en poder moresistirte no est ya:yo voy a ti, como vasorbido al mar ese ro.Tu presencia me enajena,tus palabras me alucinan,y tus ojos me fascinan,y tu aliento me envenena.Don Juan!, don Juan!, yolo implorode tu hidalga compasino arrncame el corazn,o mame, porque te adoro.

(Cambio de decorado)

JUGLAR l: Y en este recorrido por los instantes amorosos de la literatura, llegamos al s. XX.JUGLAR ll: A ese fantstico momento literario previo ala Guerra Civil que como todas las guerras mata y cercena muchas vidas.JUGLAR l: Antes de esta Guerra Civil que sufrimos en Espaa haba un escritor llamado Federico Garca Lorca que escribi teatro y tambin poesa, pero la guerra runc su vida.JUGLARll: En cuanto al teatro, que es lo que ahora nos interesa, escribi La Casa de Bernarda Alba. En esta obra cont lo peligroso que puede llegar a ser intentar poner freno al amor por la fuerza, suele acabar desbordndose.JUGLAR l: Mirad lo que sucede entreestas dos hermanas.

Fragmento de LA CASA DE BERNARDA ALBA.

MARTIRIO.(En voz baja.)Adela.(Pausa. Avanza hasta la misma puerta. En voz alta.)Adela!(Aparece Adela. Viene un poco despeinada.)ADELA. Por qu me buscas?MARTIRIO. Deja a ese hombre!ADELA. Quin eres t para decrmelo?MARTIRIO. No es se el sitio de una mujer honrada.ADELA. Con qu ganas te has quedado de ocuparlo!MARTIRIO.(En voz ms alta.)Ha llegado el momento de que yo hable. Esto no puede seguir.ADELA. Esto no es ms que el comienzo. He tenido fuerza para adelantarme. El bro y el mrito que t no tienes. He visto la muerte debajo de estos techos y he salido a buscar lo que era mo, lo que me perteneca.MARTIRIO. Ese hombre sin alma vino por otra. T te has atravesado.ADELA. Vino por el dinero, pero sus ojos los puso siempre en m.MARTIRIO. Yo no permitir que lo arrebates. l se casar con Angustias.ADELA. Sabes mejor que yo que no la quiere.MARTIRIO. Lo s.ADELA. Sabes, porque lo has visto, que me quiere a m.MARTIRIO.(Desesperada.)S.ADELA.(Acercndose.)Me quiere a m, me quiere a m.MARTIRIO. Clvame un cuchillo si es tu gusto, pero no me lo digas ms.ADELA. Por eso procuras que no vaya con l. No te importa que abrace a la que no quiere; a m, tampoco. Ya puede estar cien aos con Angustias, pero que me abrace a m se te hace terrible, porque t lo quieres tambin; lo quieres!MARTIRIO.(Dramtica.)S! Djame decirlo con la cabeza fuera de los embozos. S! Djame que el pecho se me rompa como una granada de amargura. Lo quiero!ADELA.(En un arranque y abrazndola.)Martirio, Martirio, yo no tengo la culpa.MARTIRIO. No me abraces! no quieras ablandar mis ojos. Mi sangre ya no es la tuya, y aunque quisiera verte como hermana, no te miro ya ms quecomo mujer.(La rechaza.)ADELA. Aqu no hay ningn remedio. La que tenga que ahogarse que se ahogue. Pepe el Romano es mo. l me lleva a los juncos de la orilla.MARTIRIO. No ser!ADELA. Ya no aguanto el horror de estos techos despus de haber probadoel sabor de su boca. Ser lo que l quiera que sea. Todo el pueblo contra m, quemndome con sus dedos de lumbre, perseguida por las que dicen que son decentes, y me pondr delante de todos la corona de espinas que tienen las que son queridas de algn hombre casado.MARTIRIO. Calla!ADELA. S, S.(En voz baja.)Vamos a dormir, vamos a dejar que se case con Angustias, ya no me importa; pero yo me ir a una casita sola donde l me ver cuando quiera, cuando le venga en gana.MARTIRIO. Eso no pasar mientras yo tenga una gota de sangre en el cuerpo.ADELA. No a ti, que eres dbil. A un caballo encabritado soy capaz de poner de rodillas con la fuerza de mi dedo meique.MARTIRIO. No levantes esa voz que me irrita. Tengo el corazn lleno de una fuerza tan mala, que sin quererlo yo, a m misma me ahoga.ADELA. Nos ensean a querer a las hermanas. Dios me ha debido dejar sola en medio de la oscuridad, porque te veo como si no te hubiera visto nunca.(Se oye un silbido y Adela corre a la puerta, pero Martirio se le pone delante.)MARTIRIO. Dnde vas?ADELA. Qutate de la puerta!MARTIRIO. Pasa si puedes!ADELA. Aparta!(Lucha.)MARTIRIO.(A voces.)Madre, madre!

JUGLAR l: Ja per acabar i com la cossa anava de sentiments us oferim un dels millors poemesdamor dun del nostres poetes:ELS AMANTSde Vicent Andrs Estells.

No hi havia a Valncia dos amants com nosaltres.Feroment ens amvem del mat a la nit.Tot ho recorde mentre vas estenent la roba.Han passat anys, molt anys; han passat moltes coses.De sobte encara em pren aquell vent o l'amori rodolem per terra entre abraos i besos.No comprenem l'amor com un costum amable,com un costum pacfic de compliment i teles(i que ens perdone el cast senyor Lpez-Pic).Es desperta, de sobte, com un vellhurac,i ens tomba en terra els dos, ens ajunta, ens empeny.Jo desitjava, a voltes, un amor educati en marxa el tocadiscos, negligentment besant-te,ara un muscle i desprs el peo d'una orella.El nostre amor es un amor brusc i salvatgei teniml'enyorana amarga de la terra,d'anar a rebolcons entre besos i arraps.Qu voleu que hi faa! Elemental, ja ho s.Ignorem el Petrarca i ignorem moltes coses.Les Estances de Riba i les Rimas de Bcquer.Desprs, tombats en terra de qualsevol manera,comprenem que som brbars, i que aix no deu ser,que no estem en l'edat, i tot aix i all.No hi havia a Valncia dos amants com nosaltres,car d'amants com nosaltres en son parits ben pocs.Esta obra de teatro fue fruto de la asignatura optativa deTeatro que impart en el IES Sos Baynat de Castelln en el ao 2007-08. Fue escrita en colaboracin con los alumnos y posteriormente representada en el saln de actos del centro. Tambin nos presentamos a los Premios de Teatro Buero, no ganamos, pero nos enviaron un petate gigantesco para abastecer el aula de teatro del institutoy camisetas que utilizbamos para ensayar.