Y los bendijo Dios: Clase 3

Una carrera para ejercer todos los días

Tema: Adiós al blablablá

Comunicación asertiva entre padres e hijos

Definición de asertividad: Asertividad es respetarse a si mismo, respetar a los demás Ser directo, honesto y apropiado. Mantener el equilibrio emocional. Saber decir y saber escuchar. Ser muy positivo y usar correctamente el lenguaje no verbal.

Es la capacidad que posee una persona de desarrollar el éxito en la vida, a través de un proceso dinámico que posibilita el ajuste constante de conductas, pensamientos y expresiones sinceras desde lo más profundo de su ser.

La asertividad es una cualidad que debemos tener todos los seres humanos, ya que ser asertivo es: Actuar y decir lo que pensamos, en el momento y lugar adecuados, con franqueza y sinceridad, esto nos evitaría muchos dolores de cabeza.

Esforzarse por ser asertivo, garantiza la plena convivencia con los demás. Es mostrar quien eres y como eres, aceptando la individualidad de los semejantes.

Fisiología. Parte de la biología que estudia los procesos, actividades y fenómenos de las células y tejidos de los organismos vivos y que explica los factores físicos y químicos causantes de las funciones vitales.

Muchas veces nosotros mismos les damos mal

ejemplo a nuestros hijos, y después decimos: ¿porqué

mi hijo salió así?

Los padres no deben delegar esta responsabilidad sobre los maestros o sobre la iglesia, porque Dios comisionó directamente a los papás esta obra como sus representantes para la educación de los hijos, la cual es la más importante de su vida. Al educar a sus hijos, ellos mismos se están educando para el cielo

Pongo nuevamente aquí sobre la mesa, lo que dice Dios a los padres en su Palabra: «Instruye al niño en su camino; y aun cuando sea viejo, no se apartará de él» (Prov.22:6).

La comunicación es un proceso en el que fundamentalmente hay un intercambio de información que puede ser de naturaleza variada: desde olores pasando por gestos, silencios, discursos, lágrimas o risas.

• Estos procesos no son exclusivos de los seres humanos. Prácticamente todos los seres vivos pueden intercambiar información e interpretarla con diferentes grados de precisión. Basta pensar en los que se producen entre las ballenas o delfines, entre hormigas o abejas, entre primates o entre perros, o entre gatos y entre humanos.

La comunicación humana, sin embargo, cuenta con una característica única: el lenguaje. Este lenguaje permite hacer leyes, crear arte, inventar maquinaria para el desarrollo industrial y el económico para el desarrollo de las naciones, y tan negativas como la guerra. El lenguaje de comunicación humana cuando no funciona correctamente también es una fuente de dificultades y obstáculos que pueden generar grabes problemas con los demás y con uno mismo.

Adiós al blablablá

La comunicación de antes y la actual

En Colombia y en otros países de América Latina hay un

estereotipo (Imagen o idea aceptada por la sociedad) sin

fundamento, pero popularizado por el cine

estadounidense: los adolescentes tienen que ser

rebeldes, contestones y difíciles. En otras culturas eso

no pasa.

En el pasado (y eso durante los últimos años de historia), la comunicación entre padre e hijos era fluida, clara, unidireccional (Que tenía una sola dirección), los padres daban ordenes y los hijos obedecían; no había discusiones, argumentos, debates ni mucho menos una oportunidad de

rebeldía. Tampoco dialogo. El mundo funcionaba de otra manera y lo hacía razonablemente bien.

A raíz de la Segunda Guerra Mundial 1939-1945, las relaciones en el interior de la familia se

modificaron dramáticamente. En principio, se trataba de llevar una vida familiar más

democrática, en la que se tomaban algunas decisiones colectivas y concertadas. Pero no

ocurrió así.

En el lapso de una generación los padres terminaron sintiéndose arrinconados, carentes de autoridad, sin saber cómo poner

límites y convencidos de que en cualquier conflicto casi siempre llevaban las de perder; llegan a concluir que las normas sólo

despertaban risas en los hijos y que la casa como colectividad era una imagen fantasma.

Cada cual se encerró en un espacio impenetrable, en el caso de los jóvenes rodeados de equipos, juguetes y

dispositivos electrónicos (proporcionados por los padres), cuyo aporte ha sido cualquier cosa, menos mejorar la

comunicación. Y los padres se encerraron en sus trabajos o hobbies.

Así surgió una generación que no dialoga con sus padres porque considera que ellos no tienen tiempo, hay otras prioridades, para que hablar si todo termina en malas

interpretaciones, «no nos entendemos», y la moda es que un adolescente que se respete no habla con sus papás.

Razones de la mala comunicación entre padres e hijos

1. Diferencia de edad: el número que distancia a padres e hijos suele constituir una barrera

infranqueable, especialmente porque los adolescentes consideran que cualquier persona con cinco años más que ellos es un anciano y surge un desprecio por «lo viejo», que puede resultar ofensivo para los padres.

2.Intereses distintos: es normal que existan, el problema es que generalmente ni los padres ni los hijos hacen el mínimo

esfuerzo por compartir y entender los gustos del otro (lea Mat.18:3).

3. Dificultad para aceptar nuevos estándares: las modas vuelven una y otra vez a ponerse

sobre la mesa como temas conflictivos y se refieren a la música, la ropa y los accesorios (como pirsin, aretes, peinados y tatuajes). Asimismo los cambios de comportamiento pueden

ser objeto de grandes desencuentros, como ocurre con las relaciones entre adolescentes de sexo femenino, quienes no

solo se declaran amor, sino que crean vínculos que califican de «noviazgo» con otras niñas de su edad, las visitas de los

novios en el cuarto o la costumbre de que se arrunchen en un sofá a ver televisión.

4. El incumplimiento de las normas o los acuerdos: para los adolescentes resulta fastidioso

que les estén recordando que tienen que cumplir sus compromisos y esperan que no se los tomen muy en serio. Los padres, por su parte, muchas veces olvidan los suyos o no se sienten dispuestos a respetarlos.

5. Los amigos y el uso del tiempo libre: para un adecente sus amigos ocupan un lugar

prioritario, lo que lleva a sus padres a pensar que dejaron de ser personas importantes. Además, las

reuniones en la calle con los del «parche», los encuentros para tomar alcohol o las largas horas frente al computador son consideradas formas inadecuadas de

emplear el tiempo libre.

6. El uso de las nuevas tecnologías: para muchos padres internet, los celulares, los

videojuegos, el chat y todos los dispositivos de los que suelen rodearse los jóvenes se convierten en enemigos de cualquier esfuerzo de contacto. Y en realidad pueden llegar a serlo. No hay que olvidar,

sin embargo, que esos instrumentos son proporcionados por los mismos papás.

7. El leguaje de los jóvenes (groserías): para muchos padres estas

expresiones son inaceptables y pueden llegar a inhibir, distorsionar o bloquear la

comunicación con los hijos.

8. Errores de comunicación: un error de comunicación es una interpretación

inadecuada de un mensaje, ya sea porque se emite mal o hay una actitud de rechazo que no permite recibirlo. Los más comunes son no escuchar al otro, no decir lo que se está pensando y sólo hablar de cosas negativas.

Memoriales de agravios

Padres e hijos tienden a creer tener siempre la razón o se ven como víctimas de

otro. Usualmente tienen una lista

de quejas y reclamos que forman un verdaderos memorial de agravios.

Muchas de estas quejas son ciertas. Escucharlas puede resultar útil para tratar de

entender qué es lo que está haciendo equivocadamente.

Padre e hija tiene su lista de quejas en el celular

Los padres dicen: Siempre está encerrado, hablando por teléfono o con el computador.

Nunca tiene tiempo para hablar con migo. Cuando trato de

explicar algo se pone furioso/a y se va. Jamás me dice como está,

como se siente ni como le fue en el colegio. No me cuenta nada.

Cada vez que le digo algo me voltea los ojos. Son irrespetuosos y groseros, para ellos no vale sino lo que ellos piensa. Y ni hablar de

esa música y esos bailes tan vulgares. Vale más la opinión de los amigos que lo que uno diga.

Los jóvenes dicen: Siempre me están haciendo preguntas estúpidas a mi y a mis amigos.

Nunca me entienden, son de otra época. Solo me hablan cuando hago algo malo o para decirme que tengo que hacer.

Cada vez que le pregunto algo a mi papá, me da una conferencia. Arman un problema por cualquier cosa. Habla, habla y habla, y no me deja decir nada.

Son muy metidos. Siempre quieren saber qué voy a hacer, con quién y en donde.

La cantaleta

A veces, es cierto que se trata de discursos repetitivos, largos y aburridos con muy poco contenido. La repuesta típica son los comportamientos (verbales y no verbales) de indiferencia, reto, rechazo y tedio, que con frecuencia enervan (Poner nervioso) a los padres y generan situaciones de conflicto que tienden a repetirse una y otra vez con los mismos resultados (lea Efe.6:1-4).

Los jóvenes suelen calificar de cantaleta toda observación que hagan sus padres o cualquier otro adulto, y eso los lleva a presentar sordera selectiva. No escuchan nada de lo que se les diga en esas circunstancias.

Consejos para los papás

1. Es importante tener cuidado en no reforzar la idea de que los hijos son unos

incomprendidos y que están actuando bien.

2. Escuche a sus hijos. Eso no significa que aceptará lo que dicen o estará de acuerdo

con ellos.

3. Si el tema es muy difícil o espinoso, no trate de resolverlo de inmediato. Dese un

tiempo para pensar y eso le dará el control de la situación.

4. No se deje presionar. Usted pone las reglas.

5. Use correctamente su autoridad. No la desperdicie en asuntos triviales ni deje de

emplearla en los importantes.

6. Explíqueles a sus hijos por qué es importante respetar ciertas normas.

7. Nunca amenace con un castigo que no esté dispuesto a cumplir.

8. Busque actividades que lo acerquen a sus hijos.

9. Haga sugerencias sobre el uso del tiempo libre, pero piense bien lo que va a proponer o se

arriesgará a un «Ay papá, cómo se te ocurre!» o «gracias, mami, eso era en tus tiempos».

10. Utilice los memoriales de agravios para analizar en familia y cómo resolverlos.

11. Trate de terminar siempre las discusiones en un todo positivo.

12. Detenga y posponga las discusiones cuando se percate de que no se están escuchando.

Para terminar: Cómo saber si tiene una buena comunicación con sus

hijosAnalice 18 Situaciones

1. ¿Es común que mis hijos y yo no encontremos de que hablar?2. Mis hijos piensan que yo descalifico sus gustos modernos.3. Trato de escuchar siempre a mis hijos antes de sancionarlos.4. Cuando tenemos lo normal es que yo pierda.5. Los hijos deben escuchar a sus padres sin discutir.6. Mis hijos saben que cuando yo digo «no» es «no».7. La situación en casa es tan tensa que prefiero llegar tarde.8. A medida que crecen me entiendo mejor con mis hijos.9. La verdad es que no tenemos tiempo para encontrarnos.

10. Entre nosotros las expresiones de afecto son muy fáciles.11. Mis hijos están prevenidos contra mí y yo contra ellos.12. La forma preferencial de dialogo es llevarnos la contraria.13. Creo que mis hijos se ríen de mi a mis espaldas.14. En general, tenemos una disposición positiva para dialogar.15. Mis hijos y ó siempre terminamos discutiendo a gritos.16. Cada vez tenemos más espacios para compartir en familia.17. En realidad no entiendo ni me gusta el mundo de mis hijos.18. No veo en mis hijos ningún interés por mis asuntos.

Nota: No nos olvidemos que uno de los pilares para tener una buena relación con nuestros hijos, es el ejemplo, cosa que cuando ellos sean

adultos y miren hacia atrás, vean en sus padres un modelo a seguir. Repase nuevamente (Deut.6:1-9). Que Dios les bendiga es mi deseo. Amen.

No deje de leer el próximo tema: «A un clic del peligro» el internet y otras herramientas digitales.