Hechizado

Ahora ni siquiera me sacia la muerte,jodido por fuera y podrido el interior,cada herida se convierte en un orgasmo,pues la sangre es la única que me hace el amor,

debería haberlo visto antes de que un puente,se convirtiese en mi trampolín para el adiós,pero no quiero que lloréis por el fracaso,que supone ver mi vida marchita por un otoño traidor.

Decidle a mi familia que la quiero,que no sufra nunca por este fin,peor hubiese sido volarme la nuca,pero la soga me ayudó a encontrarme,

mitad hombre, mitad muñeco,soy una marioneta que cuelga en un jardín,al lado de jeringas, hijas de una peluca,con la que se ocultan los problemas más grandes.

Lo mandé todo a la mierda,no me extraña,tengo sed,

y por una vez no es de venganza,

supongo que ya no tengo ideas,me torné en fantasma,un Casper,aunque sin bondad ni esperanza.

Fumaré este último cigarro,como si fuera el primer polvo,lento, sudoroso y aterrado,aunque a la vez hechizado.

Caries Antes que amar a una Barbie,

prefiero matarme con barbitúricos,el destino es cruel si te aferras al azar,llegó la hora de decir bon voyage,a quienes hicieron de este un camino único,pues hicieron de la barbarie,una orgía de sentimientos opuestos,

no escribo en busca de panties,sino porque así me siento único,con ganas a veces de volar,sin nada que perder salvo el amar,con todo por ver en un camposanto del músico,que quiso compartir conmigo sus caries,

a pesar de ser un esqueleto polvoriento.

Hijo de puta

Nací para acabar muriendo lentamente,aunque casi preferiría irme lo antes posible,poder puedo, pero en realidad no me apetece,háganlo ustedes si resulta tan fácil,mientras tanto, seguiré pernoctando,

bajo un tornado de furia e impotencia,

morí con el fin de ser algo consecuente,porque no hay nada más expresivo que lo insensible,sentir puedo, y de hecho es uno de mis menesteres,siéntanlo como yo al agarrar el lápiz,hasta ahora, no lo he pensado,pero quizás sólo sea un hijo de puta sin decencia.

Crisis

El corazón hecho añicos,el hígado fue a por tabaco,los pulmones se divorciaron,los pies no paran de tropezar,la cabeza llena de amonal,los dedos de domingo.

Las cejas quemadas,los labios sellados,la boca desbocada,el pecho reventado,el páncreas triste,los testículos flacos.

El cerebro de resaca,los nudillos sangrientos,las rodillas arañadas,los gemelos muertos,las costillas quebradas,los ojos demasiado secos.

El tórax intranquilo,los pezones rojos,los hombros cansados,los dientes amarillos,los tobillos cojos,las mejillas de borracho.

Las orejas frías,las pupilas dilatadas,las pestañas manchadas,el entrecejo poblado,la espalda violada,el cúbito incubado.

¿Qué culpa tengo yo?¿Qué ha sido de aquel sentimiento?¿Quién coño eres?¿Qué me importa si estoy en crisis?

Te doy diez segundos,sólamente diez,para que me digas un motivo,por el que serle fiel a este frío mundo.

La última erección

Érase una vez, un muchacho triste,que creía que nunca sería amado,estuvo durante años loco de amor,hasta que por fin correspondió el flechazo.

De tarde en tarde, hacían manitas y chistes,todo el mal parecía que había terminado,

besos en la plaza donde una distracción,fue el símbolo de una revolución de infarto.

Pasaron dos meses de fiesta y compromisos,se acercaba la hora de dar el siguiente paso,quedaron por la noche en su casa vacía,pero antes, la farmacia era una parada necesaria.

Cenaron ligero por culpa de Cupido,el postre fue una caricia en el brazo,luego un mordisco en toda la mejilla,atrincherados en la mesa de la nostalgia.

Gozaba la niña de sus ojos,hasta ponerlos en blanco,y para seros franco,el chaval quería ya el polvo,

en cuestión de segundos perfecto era todo,pero algo fallaba ahí abajo,no, no se le daba levantado,el chaval quería estar hecho de plomo.

Quizás era el M, quizás era la situación,empezaron taquicardias con olor a vodka,la chica empezó a usar su boca,pero no llegaba el fuego a la antorcha,

de repente, el muchacho se desvaneció,la joven se asustó y gritó en su última hora,lo gracioso de esta muerte por la droga,es que justo al morir llegó el fuego a la antorcha.

Casado con la agonía

Entre la cuna y la tumba,entre la monja pura y la puta,

entre tu vientre plano y tus curvas,entre cachas blandas y la droga dura,fuma la tinta que salió de mis retinas,y déjate llevar por el exceso y el deseo.

¡Estamos casados, hija de puta!¡No rompas tus promesas!

¡Bésame y ya está!¡Tuya es mi mente!

¡Pero cállate!

Entre estar con luz o a oscuras,entre tus principios y mis dudas,entre el miedo y la locura,entre mi pene y tu garganta profunda,catacumbas de delirios varios sodomizan,al tiempo que dejó al reloj violado por decreto.

¡Estamos casados, hija de puta!¡No rompas tus promesas!

¡Bésame y ya está!¡Tuya es mi mente!

¡Pero cállate!

Pantera

La jungla fue mi último campo de batalla,era un canalla sin ganas de amar,usé una estaca y una daga como damas,para intimidar la mirada de un jaguar,aunque en esta ocasión fue bien distinto,en un instante surgió mi instinto animal,la ví llegar entre la maleza y las sombras,hipnotizándome con sus ojos brillantes,veloz como el diablo por Las Vegas,intimidante como un portero de discoteca,ella, negra, como el futuro que nos augura.

La fiera lucía orgullosa sus zarpas,y mi navío vital comenzó a zarpar,a cámara lenta la lucha pasaba,mientras la sangre regaba el lugar,mientras mi mejor escudo fueron mis gritos,maldito el día que osé adentrarme acá,si es que no hay que pasarse de rosca,el miedo invadió la fosa de mis pectorales,sangrantes como rosas en la tormenta,suplicantes como un monaguillo en la Iglesia,ella, negra, mi mayor enemigo, era mi musa.

Poco me queda para acabar en nada,por eso en mi flora pasional comienzo a nadar,ya ni siento el dolor, sólo veo su cara,endiablada bailarina que inicia mi final,mi carne suspendida pero abierta al desafío,el premio como mucho hubiese sido agonizar,mis órganos se han quedado en bolas,pidiendo misericordia al tridente de sus fauces,llorando sangre, oliendo la menta,escondida en el portal de la impotencia,descubierta en la droga de la excusa.

Geisha

Necesito nutrirme de tu vida de mierda,que ya hace siglos que perfumé mi autoestima,no obstante, persigo mi sombra en el flexo,buscando sexo con tu mente hecha poema,sin más exigencias que hacer arder la lencería,en el umbral de la pobreza de tus sonrisas,no hablo de amor, ni siquiera de lo que me quema,me hice una promesa: cumplir años y helar tus días,así que no rechaces la cabeza de un parguelas,que condena constantemente estas psicofonías,chillan, se revuelven alrededor de mi pecho,queriendo aparentar ser nuevas estrías,buscando una vieja sinfonía,como tu clítoris frotado con tristeza,poco es lo que tengo,mucho lo que me queda,tus cuatro labios de seda,y el titanio de tus pupilas.

Quiero mi torre como Hércules,volar hacia tu ombligo,dejar de conquistar colonias de otras mujeres,explotar la mina de plata de tu boca,para que se vea lo que escondes en diciembre,miradas ciegas de odio huyeron en una ola,pero el saludo me impone una respuesta siempre,si el dolor siembra cariño deja mi pierna coja,que las hojas del cuaderno podarán tu bajo vientre,pero recuerda que no olvido quién soy,no vaya a ser que me mate la corriente,supongo que tus orgasmos son mi droga,desde que finges ser la persona que no eres,es un carnaval intentando descubrirte,lo que ocurre es que dura dos vidas a solas,pudiste ser mi camisa de fuerza,pero elegiste ser la razón de mi locura.

Gracias de corazón por leer este poemario basado en la muerte, el desamor, el amor, el suicidio y la locura.

Dedicado al año 2015: un año tan vacío como lleno, un año tan bello como feo, un año tan decepcionante y a su vez tan ilusionante.

Escrito por Pablo Montero Castro en Lubre(Ares), Ferrol y Santiago de Compostela.