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Y seguimos en las mismas Tal como iniciamos la presente administración la finalizaremos. Seguimos en las mismas. Las promesas que hizo el presidente Porfirio Lobo Sosa son precisamente esas calamidades en que vive nuestra gente. Los asesinatos no cesaron, pero ahora el patrón de muerte en los últimos dos años pasó de asesinatos únicos a masacres. Así lo confirman estadísticas del Observatorio de la Violencia que registró 10 masacres únicamente en el mes de junio, un promedio de una masacre cada tres días. En los últimos días hemos sido testigos de las escenas de horror, como la ocurrida a una madre junto a sus cuatro hijos en la zona de Mezapa, Atlántida. La preocupación aumenta cuando tanto las autoridades como los candidatos a la presidencia de la república no presentan propuestas para atacar la ola de criminalidad que oprime y encierra a la gente. La mano dura del gobierno oprimió al pueblo pero sirvió para proteger a los corruptos e impunes. Las acciones aprobadas en las distintos instancias del Estado ratifican la política del medio y del sálvese quien pueda. Seguir dando poder a los militares, proteger a jefes policiales que lideran bandas de narcotráfico y crimen organizado y colocar a políticos al frente del Ministerio Público y Corte Suprema de Justicia es la táctica para proteger a los mismos políticos que pretenden seguir disfrutando de las miles de la administración pública. A la inseguridad le siguió la crisis económica. En estos cuatro años no se crearon fuentes de trabajo ni oportunidades para que la ciudadanía piense en una vida distinta a la del hambre y la miseria. Amparados bajo leyes entreguistas como la ley de inversión público-privada, la del empleo por horas, ley de promoción y desarrollo para la conversión de la deuda, únicamente privilegian a las mismas cinco familias dueñas del país y trasnacionales que quieren nuestros recursos y bienes a costa de la vida de la misma gente. Frente a esta dura y cruel realidad, y en cuenta regresiva para el desarrollo de las elecciones generales es fundamental que la gente tenga la capacidad de analizar los discursos de cada uno de estos personajes que prometiendo una y mil salidas quieren seguir en el poder. Como sociedad hondureña consciente y preocupada por estos problemas, nos queda dejar las emociones electoreras y exigir acciones que busquen atacar, y no con remiendos, estos problemas que estructuralmente han oprimido la vida de la gente, solo así podremos dar pasos firmes a una verdadera transformación de nuestra Honduras. Nuestra Palabra | 12 Septiembre 2013

Y seguimos en las mismas

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Editorial, Radio Progreso y Eric-SJ

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Y seguimos en las mismas

Tal como iniciamos la presente administración la finalizaremos. Seguimos en

las mismas. Las promesas que hizo el presidente Porfirio Lobo Sosa son

precisamente esas calamidades en que vive nuestra gente. Los asesinatos no

cesaron, pero ahora el patrón de muerte en los últimos dos años pasó de

asesinatos únicos a masacres. Así lo confirman estadísticas del Observatorio

de la Violencia que registró 10 masacres únicamente en el mes de junio, un

promedio de una masacre cada tres días.

En los últimos días hemos sido testigos de las escenas de horror, como la

ocurrida a una madre junto a sus cuatro hijos en la zona de Mezapa,

Atlántida. La preocupación aumenta cuando tanto las autoridades como los

candidatos a la presidencia de la república no presentan propuestas para

atacar la ola de criminalidad que oprime y encierra a la gente. La mano dura

del gobierno oprimió al pueblo pero sirvió para proteger a los corruptos e

impunes.

Las acciones aprobadas en las distintos instancias del Estado ratifican la

política del medio y del sálvese quien pueda. Seguir dando poder a los

militares, proteger a jefes policiales que lideran bandas de narcotráfico y

crimen organizado y colocar a políticos al frente del Ministerio Público y

Corte Suprema de Justicia es la táctica para proteger a los mismos políticos

que pretenden seguir disfrutando de las miles de la administración pública.

A la inseguridad le siguió la crisis económica. En estos cuatro años no se

crearon fuentes de trabajo ni oportunidades para que la ciudadanía piense en

una vida distinta a la del hambre y la miseria. Amparados bajo leyes

entreguistas como la ley de inversión público-privada, la del empleo por

horas, ley de promoción y desarrollo para la conversión de la deuda,

únicamente privilegian a las mismas cinco familias dueñas del país y

trasnacionales que quieren nuestros recursos y bienes a costa de la vida de la

misma gente.

Frente a esta dura y cruel realidad, y en cuenta regresiva para el desarrollo

de las elecciones generales es fundamental que la gente tenga la capacidad de

analizar los discursos de cada uno de estos personajes que prometiendo una

y mil salidas quieren seguir en el poder.

Como sociedad hondureña consciente y preocupada por estos problemas, nos

queda dejar las emociones electoreras y exigir acciones que busquen atacar,

y no con remiendos, estos problemas que estructuralmente han oprimido la

vida de la gente, solo así podremos dar pasos firmes a una verdadera

transformación de nuestra Honduras.

Nuestra Palabra | 12 Septiembre 2013