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Acta PalaeohispanicaXIPalaeohispanica 13 (2013), pp. 359-384I.S.S.N.: 1578-5386.

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NOVEDADES DE EPIGRAFA FENICIO-PNICAEN LA PENNSULA IBRICA Y SUS ALEDAOS

Jos ngel Zamora Lpez

INTRODUCCIN

En los ltimos aos, nuevos documentos epigrficos fenicios y pni-cos procedentes de la Pennsula Ibrica y sus aledaos se han unido a losya conocidos, gracias a actividades arqueolgicas recientes o a la revisin de

materiales antiguos.1Algunos de estos documentos se han hecho pblicos,pero su estudio epigrfico se halla an en curso o en prensa; otros acaban deser publicadoscon frecuencia en obras especializadas no siempre frecuen-tadas por la comunidad de paleohispanistaso no han circulado demasiadodesde su publicacin; casi ninguno ha sido integrado en la investigacin engeneral, tanto menos en la paleohispnica. Por ello, nos pareci de inters

presentar en el XIColoquio internacional sobreLenguas y culturas prerroma-nas de la Pennsula Ibrica, y publicar ahora en sus actas, un estudio sobreestas novedades de epigrafa fenicio-pnica peninsular en el que, tras sintetizarlos datos fundamentales disponibles sobre los nuevos documentos, se analizara

brevemente su inters e implicaciones.

1 Este contribucin presenta de hecho resultados de un proyecto del Plan Nacional de

I+D+i (financiado por el Ministerio espaol de Economa y Competitividad) destinado alEstudio y edicin de inscripciones fenicias y pnicas de la Pennsula Ibrica inditas o malconocidas y publicacin del corpus de epgrafes peninsulares(FFI2010-17342) cuyos resul-tados se integran en el Corpus Inscriptionum Phoenicarum necnon Poenicarum (en adelante:CIP), vase Xella y Zamora 2007. El CIPrecoge ya casi 500 documentos entre sus corpora

regionales de Espaa y Portugal (si bien no todos ellos son finalmente considerados epgrafesfenicios por sus editores).


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El criterio que circunscribe el material a presentar ser, adems deldependiente de nuestras propias limitaciones,2 el siguiente: recogeremosaquellos documentos que han sido dados a conocer (ya por haber sido halla-

dos y de algn modo publicitados, ya por haber tenido primera publicacinepigrfica, an tratndose de hallazgos antiguos) desde la celebracin delpenltimo congreso paleohispnico (el XColquio internacional sobre Ln-guas e Culturas Paleohispnicas, que tuvo lugar en Lisboa a finales de Fe-brero del2009) hasta la culminacin del undcimo y ltimo (el organizadoen Valencia a finales de octubre de 2012 de cuyas actas forma parte estetexto) con la inclusin ocasional, si parece justificada, de alguna pieza leve-mente anterior e, incluso, de algn hallazgo posterior que ha habido tiempode incorporar a esta contribucin (adems de alguna aislada revisin recientede material ya conocido, si es juzgada relevante). Se tratarn materiales ha-

llados con seguridad en el solar peninsular (encontrados por tanto en el actualestado espaol, pero tambin en el portugus y hasta en el territorio britnicode Gibraltar) y en sus aledaos ms directamente relacionados (en este caso, elde las islas Baleares y, sobre todo, Pitiusas, cuyos hallazgos de epigrafa feni-cio-pnica son siempre relevantes para la comprensin de los peninsulares).3

I.EL ATLNTICO PORTUGUS

Las ltimas dos dcadas han visto una creciente aparicin de restos fe-nicios en Portugal y una reinterpretacin al alza de la presencia o influenciafenicia en la fachada atlntica peninsular (vid.p. ej. Arruda 2008) si bien el

propio incremento y mejor conocimiento de la base documental ha abiertosimultneas posibilidades de discusin.4No extraa pues, por un lado, que laregin se haya incorporado al universo epigrfico antiguo-semtico y quesigan, como veremos, apareciendo o proponindose nuevos documentosinscritos (fruto tambin de una nueva atencin por ellos). Tampoco extraa,

2 Presentamos por supuesto aquello que hemos podido llegar a conocer, que a no dudarconstituye un elenco mejorable. Toda omisin significativa debe achacarse a nuestra ignoran-cia o distraccin. Slo en algn caso particular opera tambin la prudencia o la reserva: en elcaso de documentos inditos, recogemos slo aquellas informaciones que, o bien han sido yahechas pblicas, o bien hemos recibido el expreso permiso de publicar. Del mismo modo, seincluyen fotografas slo de piezas cuyo epgrafe ha sido ya reproducido en publicacionesespecializadas (o va a serlo en breve, en cuyo caso se dispone de autorizacin para incluiraqu su reproduccin).

3 Agruparemos los documentos por zonas de procedencia (en aproximado orden de oestea este: el territorio atlntico portugus, del de la Andaluca atlntica, Gibraltar, la zona medite-rrnea andaluza, la costa levantina, la mediterrnea septentrional y el archipilago balear) tratan-do despus cada conjunto segn la relevancia de los hallazgos, la disponibilidad de informaciny la mejor manera de comunicar su alcance (siempre segn nuestro falible criterio).

4 En los ltimos aos han surgido de hecho nuevos debates sobre el verdadero origen dealgunos de los cambios culturales y presuntamente tnicos que el registro arqueolgico refle-jara en este territorio durante la primera Edad del Hierro, proponindose como causa alternati-

va al vector fenicio una directa colonizacin tartsica desde el interior (Torres 2005; Almagro yTorres 2009; cf.contrap. ej. Arruda 2011; Arruda 2013).


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Novedades de epigrafa fenicio-pnica en la Pennsula Ibrica y sus aledaos

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por otro lado, que junto al conocimiento de nuevos epgrafes alguno propuestoinicialmente como fenicio (como el conocido grafito de Abul) haya sido re-considerado e interpretado ahora como paleohispnico,5 interpretacin que

compartimos.

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Hay que hacer notar, sin embargo, que la reinterpretacin delgrafito de Abul nace de consideraciones estrictamente paleogrficas y lin-gsticas que preceden a los actuales debates (pues el grafito levant seriasdudas sobre su fenicidad ya desde su publicacin) de los que es en realidadindependiente.7

1.1. Algarve y Bajo Alentejo

Entre los nuevos documentos con seguridad fenicios destaca un excep-cional stracon (fig. 1a) encontrado en excavaciones realizadas en el centrourbano de Tavira, en la costa meridional del Algarve.8La edicin del hallaz-

go epigrfico apareci con fecha justo anterior al congreso paleohispnico deLisboa (Amadasi y Zamora 2008) pero vio en realidad la luz algo despus,

5 Como fenicio fue publicado por Sznycer 2000; 2001, cf. ahora Correa 2011;vid. ade-

ms Correa 2012, recensin a De Hoz 2011 (tambin este ltimo, aunque admita primero elcarcter fenicio del grafito, expresaba despus dudas).

6 Como ya hemos manifestado en alguna ocasin, el grafito difcilmente puede conside-rarse fenicio. Los signos del epgrafe de Abul son intencionada y fuertemente esquemticossin que este hecho pueda achacarse enteramente a los condicionantes del soporte encontraste con el ductus cursivo que, incluso en los grafitos cermicos, suelen presentar losgrafemas fenicios. Adems, su trazado y posicin relativa no son siempre ortodoxos, lo queexige forzar las lecturas para darles cabida en las series fenicias (no sin problemas de crono-loga paleogrfica). Si aadimos que tales posibles lecturas tampoco son fcilmente compren-sibles en lengua fenicia (debindose proponer la casi inevitable aparicin de un antropnimolocal no semtico, desconocido e irreconstruible) cabe concluir que la interpretacin del grafi-to como fenicio es muy improbable. Con la propuesta de una alternativa paleohispnica, labalanza se decanta a nuestro juicio decididamente de este lado.

7 Otros grafitos portugueses ya conocidos han sido asignados recientemente tanto almundo paleohispnico como al fenicio. El caso ms significativo es quiz el de los grafitos de

Santa Olaia (Rocha 1908) cuyo carcter apoyara segn algunos la relacin del lugar con elinterior tartsico (Torres 2005, 201) pero que seran fenicios para Mederos y Ruiz Cabrero2007, 375-376 quienes extienden esta reinterpretacin a otros posibles grafitos del reaatlntica. A nuestro juicio se trata sin embargo, en su mayor parte, de marcas no grafemticas(su carcter normalmente aceptado; vid. p. ej. Arruda 1999-2000, 236-237, que en todo casolos relaciona con el sistema grfico paleohispnico del Sudoeste).

8 All aparecieron restos de lo que se ha interpretado como un asentamiento portuario delos s. VIII-Va. n. e. ligado a las rutas de navegacin gaditanas, Maia et al.2003; hay que lamentarel fallecimiento reciente de la autora, directora de las excavaciones en el yacimiento, cuyosmateriales ms significativos se encuentran ahora en el Museu da Lucerna de CastroVerde(dirigido por D. Luis Maia, a quien agradezco sus amables informaciones). No parece hallarseentre tales materiales un fragmento de nfora, quiz ms tardo, que pudimos ver durante nuestro

estudio del stracon: todava en curso de limpieza, pareca presentar una estampilla; no es posi-ble sin embargo asegurar que se tratara de un sello pnico, tanto menos epigrfico.

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tras haber dado lugar a noticias confusas.9Parece pues pertinente dedicarleaqu atencin.

La pieza es en efecto un fragmento de plato de cermica local reutiliza-

do (verosmilmente en el rea) para ser escrito por ambas caras en grafasfenicias del s. VIa. n. e.10Se trata de una anotacin de tipo econmico, rela-cionada quiz con actividades constructivas o simplemente con el comerciode bienes. Este tipo de documentos no es demasiado abundante en la epigra-fa fenicia, sobre todo en Occidente11y tanto menos en la Pennsula,12por loque de por s resulta de sumo inters. Corresponde sin embargo a un tipo de

prctica escrita que se deduce comn entre los fenicios peninsularessobresoportes perecederosya desde poca arcaica (como se atestigua bien enlos asentamientos de la Baha de Cdiz13, en cuyas redes de influencia seencontraba sin duda el asentamiento de Tavira).

Guadiana arriba de la costa meridional portuguesa donde se sita Tavi-ra, en la margen derecha del ro, se encuentra Mrtola, emplazamiento de laantigua ciudad turdetana de Myrtilis.14All apareci un grafito sobre un pe-queo fragmento de plato de pescado de engobe rojo (fig. 1c). A travs defotografas pudimos confirmar la naturaleza escritural del grafito, que hasido despus mencionado como tal, con la inclusin de dibujos, en algunas

9 Entre su descubrimiento y su estudio definitivo se conocieron datos y reproduccionesde la pieza, vid. Maia et al.2003, 70 y 254 n 69; otros materiales circularon entre diversosespecialistas que apreciaron su relevancia pero tambin su dificultad, retrasando el estudiodefinitivo y haciendo surgir informaciones errneas: se lleg a hablar de un texto en escritura

local, o incluso de un bilinge.10 La cermica es de un tipo similar a la all llamada cermica cinzenta. Ntese que elcontexto de hallazgo (una zona industrial cercana a la muralla de la ciudad) es datado por susexcavadores en el s. VIIa. n. e. (vid. siempre Maia et al.2003; Amadasi y Zamora 2008).

11 Los straca fenicios, tanto incisos como pintados, son en efecto relativamente raros ynormalmente escuetos, aunque se hacen algo ms numerosos e informativos en el rea libane-sa y palestina (donde, aunque existen precedentes, suelen pertenecer al periodo persa y hele-nstico) as como en Egipto y Chipre (con ya ms escasos testimonios en zonas occidentales,sobre todo norteafricanas). La gran excepcin la suponen los hallazgos de Idalion, nicoarchivo fenicio conservado de forma significativa (gracias al uso extendido de fragmentos depiedra y cermica como soporte escriturario), donde los straca se cuentan por cientos.

12 Aparte de un stracon tardo en grafa neopnica (Zamora et al.2007; Zamora 2007)han aparecido documentos similares nicamente en el Castillo de Doa Blanca, donde slouno es con propiedad parangonable. Se trata de un epgrafe (ahora en curso de publicacin;vid. entretanto Zamora 2005: passim y fig. 12) con datacin arqueolgica y paleogrficacercana al texto de Tavira e igualmente escrito en el rea. Aunque entre los dos documentosno hay especiales parecidos grficos (ms all de los justificables por su cercana temporal)muestran un mismo uso de la escritura, prctico y cotidiano (en este caso administrativo).

13 Zamora 2005a. Vid. ahora Gener et al. 2012, con confirmacin arqueolgica de laexistencia de escritos en papiro en la zona gaditana ya en el s. VIIIa. n. e.

14 Se trata de un lugar estratgico por la abundancia de recursos naturales y por la exis-tencia de la propia ruta fluvial (adems de por el encajonamiento del ro, que favorece elcontrol de la va y la defensa del asentamiento). Ha proporcionado diferentes materiales de la

Edad del Hierro, aunque por desgracia sin contexto claro, vid. Barros 2008; 2012 (a quienqueremos agradecer la noticia y abundante informacin suministrada sobre este hallazgo).


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publicaciones arqueolgicas (vid. Barros 2008, 405, fig. 4.6; 2012, 225, fig.12). En breve publicaremos el estudio propiamente dicho del documento(Zamora e. p. 2). Adelantamos aqu que parece tratarse de un grafito fenicio,

con probable funcin de marca de propiedad, que plantea sin embargo algu-nos problemas grficos.15Podra ser una muestra ms de la clara vinculacincon el mundo litoral que parece mostrar el asentamiento.16

1.2. Lisboa y el Bajo Tajo

Existe adems un grafito indito, inciso sobre un fragmento de recipienteanfrico (quiz un nfora R1), hallado en niveles del s. VIa. n. e. del ncleoarqueolgico del Castelo de Sa Jorge de Lisboa durante las excavacionesen la Praa Nova a cargo de Ana Gomes y Alexandra Gaspar (fig. 1b).Aunque encontrado ya hace algunos aos, slo ahora ha sido presentado en

sede arqueolgica;

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tendr en breve estudio y edicin epigrficos (Zamorae. p. 3). Adelantamos aqu que consta de cuatro grafemas claramente feni-cios (propios del siglo anterior a la datacin arqueolgica de su contexto) defcil lectura: aunque podra corresponder a una dudosa expresin feniciarelativa a la capacidad del recipiente, parece ms bien que nos hallamos antela transcripcin fenicia de un nombre de lugar indgena (indicando un origeno destino del soporte anfrico) para el que pueden encontrarse apoyos direc-tos en la toponimia del entorno atestiguada en las fuentes clsicas.

Fig. 1: a. stracon de Tavira (foto de J. . Zamora); b. Grafito del Castelo di Sa Jorge,Lisboa (foto de A. M. Arruda); c. Grafito de Mrtola (foto de P. Barros).

15 Dificultades de lectura e interpretacin planteara tambin el grafito de tomarse en

cambio como escritura local, algo posible pero problemtico, segn nos comunica ahoraamablemente el prof. J. A. Correa.

16 El sitio ha proporcionado materiales orientalizantes, importaciones griegas o urnasCruz del Negro, Barros 2008; 2012. Si el grafito fuera muestra de escritura local, se unira ala proporcionada por la estela aparecida en el lugar (Faria 1994) que demuestra el uso de laescritura del sudoeste en estos yacimientos fuertemente orientalizados del interior meridional(un uso que el grafito mostrara tambin en modo y funcin bien cercanos a los fenicios).

17 Vid. en breve su mencin en Arruda 2013, 216-217, que incorporar dibujo y foto (p.

222, fig. 1). Queremos agradecer a la profa. Arruda el envo del texto y de sus materialesgrficos antes de su publicacin; reproducimos aqu la foto con su permiso.



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Por ltimo, hemos sabido de la posible existencia de tituli picti neo-pnicos en conjuntos anfricos hallados en yacimientos del Bajo Tajo. Suprocedencia y datacin apoyaran tal extremo,18 que queda pendiente de

confirmacin mediante estudio directo y detallado.II.LA ANDALUCA ATLNTICA

2.1. La Cdiz urbana

En el ltimo decenio, varios solares de la ciudad de Cdiz han sido objetode actuaciones arqueolgicas de diferente entidad. En algunos de ellos, sitos enel casco antiguo, se han hallado grafitos fenicios en materiales y contextos depoca arcaica. Restos de tal periodo eran hasta ahora mal conocidos en Cdiz,

por lo que los nuevos hallazgos han levantado gran expectacin y reabierto el

debate sobre los inicios del asentamiento de gentes fenicias en la zona gaditana.Los dos yacimientos intramuros en los que ha aparecido epigrafa seencuentran en los alrededores de la conocida Torre Tavira.19En el prime-ro, emplazado en la Calle Ancha n 29, se hall un pozo de carcter pococlaro colmado de restos. En sus estratos inferiores apareci un breve grafito(Zamora 2010a)20 inciso en un fragmento de plato fenicio de engobe rojo(fig. 2a) que fue pronto foco de discusin sobre la cronologa y significacindel lugar. Aunque ni tan arcaico ni tan determinante como lleg a proponer-se,21result ser el testimonio de escritura y lengua fenicia ms antiguo halla-do en Cdiz hasta entonces.22

18 Al menos un ejemplar de la 2 mitad del s. Ia. n. e. (un nfora ovoide gaditana o,con mayor probabilidad, una Dressel 10, mencionada y reproducida en Pimenta et al. 2012,54, fig. 57) presenta un breve texto pintado con cierta apariencia de escritura pnica cursiva,aunque de identificacin insegura. Agradezco a Joa Pimenta y Rui Miguel de Almeida, queestudian tales conjuntos (vid. Pimenta y Almeida e. p.), las informaciones recibidas.

19 Cerca de donde, en 1928, apareci la famosa estatuilla del llamado Sacerdote de C -diz (el solar de la Telefnica en la Calle Ancha) y cerca de la reciente excavacin de la calleCnovas del Castillo n 38. Esta ltima haba ya proporcionado restos arcaicos (sin estructurasni epgrafes) muy discutidos (Crdoba y Ruiz Mata 2005).

20 La pieza inscrita apareci, en el curso de excavaciones de urgencia, en marzo del

2004. Tras la aparicin de varias notas en prensa, algo confusas, la edicin del grafito se conclu-y entre ese mismo ao y el sucesivo 2005. La triste muerte del director de la excavacin, F.Sibn, retras su publicacin hasta el ao 2010; su estudio apareci entonces actualizado ycon el aadido de una serie de consideraciones cronolgicas (dadas las intensas discusionessobre la datacin de los hallazgos que involucraban a la inscripcin).

21 Si bien se especul sobre la naturaleza votiva de la pieza y de su lugar de hallaz-gonada de ello poda deducirse del epgrafe, que contiene un nombre fenicio fragmentarioen probable funcin de inscripcin de propiedad. Tambin se quiso hacer del grafito unaprueba de la gran antigedad del conjunto (pues segn algunas noticias iniciales podra haberremitido a momentos tempranos del s. IXa. n. e) pero la paleografa de lo conservado, en susmuchos lmites, indica que debi de ser escrito durante el s. VIIo en un momento final (comomucho a mediados) del s. VIIIa. n. e. (en cronologa tradicional).

22 Pocos epgrafes se conocan en la ciudad intramuros, ninguno procedente de excavacio-nes regulares y todos sobre piezas singulares (anillos de oro). El sello de Puerta de Tierra (Del-


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Pronto dejara de serlo. En el segundo yacimiento con epgrafes, el nolejano solar del Teatro o cine Cmico, aparecieron tambin niveles arcaicos,esta vez, por fin, asociados a estructuras urbanas.23 En el asentamiento se

haca un uso prctico y cotidiano de la escritura (y de formas grficas para-escriturales): varios fragmentos cermicos, correspondientes a piezas devajilla domstica y a contenedores de comercio o almacenamiento (que en almenos dos casos fueron fabricados en la zona) presentaban grafitos en escri-tura fenicia (fig. 2b-e) en muy probable funcin de indicadores de propie-dad.24Los ms antiguos podan datarse en torno a las primeras dcadas del s.VIIIa. n. e. (Zamora et al. 2011). No eran pues slo las muestras de escriturain situ ms arcaicas hasta hoy conocidas en Cdiz, sino que se encontrabanentre las ms antiguas de la entera Pennsula.25

Durante el pasado 2012, en excavaciones de emergencia an en curso

de estudio, apareci en otra zona de la ciudad vieja, en niveles tardo-arcaicos, un nuevo grafito fenicio, incompleto pero bien legible, que publica-remos en breve junto a los responsables del hallazgo.

Fig. 2: a. Grafito del solar de la Calle Ancha; b-e. grafitos del Teatro Cmico(fotos de J. . Zamora).

gado 1876, CXXXI)el primer epgrafe (de Cdiz y de toda la pennsula) conocido y publica-doaunque datable en fechas cercanas al grafito de Calle Ancha, no es en realidad fenicio: supaleografa es tpica del Levante meridional; aunque se crey hebreo, quiz sea filisteo o moabita.Debi de tener un largo uso y una posible circulacin secundaria, vid. Zamora, e. p. 4.

23 Se trataba de una potente ocupacin que se extenda desde finales del s. IXa. n. e. has-ta la 2 mitad del VIa. n. e., vid. Zamora et al. 2011; Gener et al. 2012.

24 Las seguras inscripciones (al menos 3, quiz 4; el resto son marcas no grafemticas)corresponden a claros antropnimos fenicios. Dos tienen el inters de no estar atestiguados enfenicio con anterioridad pero ser ya conocidos en el Levante del Bronce Final.

25 Por aadidura, el ductus y la paleografa de las 3 inscripciones ms claras eran simila-res (ms all de la cercana cronolgica) a algunos de los epgrafes hallados al otro extremode la Baha de Cdiz (en el Castillo de Doa Blanca). Adems de, como en aquellos, sugerirque sus autores escriban regularmente sobre otros soportes (algo que confirmaba, en la propiaexcavacin, el hallazgo de crtulas de sellado de documentos sobre papiro, Gener et al. 2012)

parecan revelar la razonable existencia de algn tipo de relacin entre las comunidades feni-cias de la zona (al menos a estos efectos).



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Otras actuaciones se han dado extramuros de la ciudad vieja. De allproceden algunos epgrafes tardos. Dos estampillas sobre nforas centro-mediterrneas de finales del s. IIIa. n. e. se han publicado en el periodo que

nos ocupa, aunque se hallaron en excavaciones anteriores del 1999 en elsolar de los Cuarteles de Varela(fig. 3a) y del 2005-2006 en el de la nuevaCiudad de la Justicia (fig. 3b), de donde procede una tercera impronta

publicada poco antes (fig. 3c).26Se trata siempre de zonas de la necrpolispnica y romana, en algn caso con interesantes pruebas de divisin y usodiferencial del espacio.27Los epgrafes remiten en cualquier caso a la zonatunecina, donde los individuos cuyo nombre abrevian interpretaron su papel enel proceso productivo o comercial relacionado directa o indirectamentecon la fabricacin de las nforas.28Otras intervenciones en diferentes reasdel ensanche moderno, cuyos materiales estn an en curso de estudio, han

proporcionado grafitos y estampillas epigrficas que publicaremos en elfuturo junto a los responsables de los trabajos.

Fig. 3: a. estampilla del solar de los Cuarteles de Varela;b-c. estampillas del solar de laCiudad de la Justicia (fotos de A. M Niveau de Villedary); d. grafito de Torre Alta;

e. estampilla de Camposoto (fotos de A. M. Sez).

Por ltimo, en los ltimos meses se han dado a conocer (sin publicarsean, pero hallando gran eco en los medios de comunicacin) hallazgos pro-cedentes de una zona de necrpolis cercana a la Puerta de Tierra.29Entre los

26 Niveau de Villedary y Zamora 2010. La anterior en Zamora y Niveau de Villedary

2008. En general, para las estampillas epigrficas pnicas, especialmente las hispnicas, vid.Zamora 2005b; para las encontradas en Cdiz, vid. sntesis en el citado Niveau de Villedary yZamora 2010, 158-159.

27 Los fragmentos de nforas estampilladas no se hallaron en enterramientos, sino entrelos abundantes materiales encontrados en pozos. Estas y otras estructuras han sido relaciona-das con prcticas rituales, vid. ya Niveau de Villedary 2001 y los trabajos de la autora alrespecto recogidos en el citado Niveau de Villedary y Zamora 2010.

28 Un papel y un proceso todava discutidos, Zamora 2005b; vid.ya las consideracionesde Ramon 1995, 253.

29 Se trata de excavaciones llevadas a cabo entre finales del 2012 e inicios del 2013 en elsolar que ocupaba la antigua sede de la Subdelegacin del Gobierno en Cdiz. All habran


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ajuares de numerosas tumbas pnicas, segn ulteriores noticias, se hallaratambin un anillo inscrito.

2.2. La zona de San Fernando

En lo que hoy es el trmino municipal de San Fernando (colindante aleste con el moderno municipio de Cdiz) se ubicaron algunos de los alfaresanfricos ms activos de toda el rea gaditana. A pesar de ello, pocos son lostestimonios epigrficos fenicio-pnicos hallados en la zona, especialmenteen proporcin al volumen de restos. Investigaciones sistemticas en los lti-mos aos han sin embargo revelado unos pocos.

Recientemente (Zamora 2010e) fue publicado un fragmento anfrico demediados del s. IIIa. n. e. procedente de los alfares de Torre Alta30con unsigno inciso antes de su coccin (fig. 3d). Fue realizado por tanto durante la

fabricacin del contenedor en el propio taller, como parte de algn tipo decontrol del proceso o del resultado de la produccin.31Igualmente de San Fernando procede un testimonio que, aunque se es-

tudi epigrficamente junto al anterior (motivo por el que lo incluimos aqu)se halla an en prensa.32Fue dado a conocer en el estudio monogrfico deltaller alfarero de Camposoto.33Se trata de un fragmento anfrico de proce-dencia centromediterrnea, del ltimo cuarto o tercio del siglo IIIa. n. e., conuna estampilla biltera (fig. 3e) de nuevo abreviatura ms que probable delnombre de un individuo con responsabilidad o influencia en el proceso pro-ductivo (vid. supra).

Por ltimo, de la zona sanfernandina debe citarse tambin un hallazgoexcepcional: un fragmento anfrico con un grafito completo hallado de forma

aparecido, adems de 2 inhumaciones fenicias del s. VIa. n. e. y otras 28 de poca romana (s. Ia. n. e. - IId. n. e.) 12 tumbas pnicas de los siglos Vy IVa. n. e. con ms de 300 joyas yamuletos. Vid.p. ej. la nota de la agencia EFEdel 21/01/2013, recogida por diarios como ElMundo (http://www.elmundo.es/elmundo/2013/01/22/andalucia/1358844024.html).

30 Objeto de excavaciones sistemticas entre 2001 y 2003 (ao ste del hallazgo del gra-fito). La instalacin produjo, desde poco antes de la mitad del s. IIIhasta ms all de la mitaddel s. II a. n. e., grandes contenedores cermicos para exportacin de salazones, Sez 2008:28-47; 61-112; 121-148. Agradezco al autor su amable y mantenido inters en mltiplescolaboraciones.

31 Por motivos paleogrficos (y a pesar del aire fenicio que presenta a simple vista) no escon entera seguridad una letra pnica, aunque podra serlo. Fue colocado en modo y lugarespecial entre los restos acumulados durante la clausura del horno n 4 del complejo (en tornoa los aos que abren el ltimo tercio del s. IIIa. n. e.) de forma quiz no casual (Sez 2008,138-139; 173-174, 180, 235, 242-243, fig. 27, 4).

32 Aparecer en Zamora e. p. 2, al no haber tenido cabida en Zamora 2010e. Junto al se-guro epgrafe, incorporamos tambin un breve anlisis de un dudoso epgrafe neopnico sobrepesa de red, procedente del mismo lugar.

33 Ramon et al.2007, 100, 148 (fig. 37), 166 (fig. 56). Se trata de los hallazgos del ao1998 en el denominado Sector III-Camposoto (zona de la actual calle Rondeas) protagoni-

zados por varias agrupaciones de hornos de poca tardoarcaica (si bien no faltan materialesposteriores).



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casual en la playa del Castillo.34El nuevo epgrafe, que se present en pblicohace unos meses y se encuentra ya en prensa (Sez y Zamora 2013 e. p.) pare-ce un texto ligado al uso del recipiente original, aunque no es en este caso del

todo descartable una reutilizacin de la pieza a modo de stracon (pues eltexto puede tambin leerse como la mencin de una divinidad femenina).

2.3. El rea de El Puerto de Santa Mara

El Castillo de Doa Blanca35 ha seguido proporcionando novedades,fruto del estudio sistemtico de los materiales excavados. En los ltimosaos (y tras el impasse provocado por el fallecimiento del epigrafista delyacimiento, J. L. Cunchillos) se han publicado algunas sntesis y diversosdocumentos de muy diferente condicin, reflejo de la variedad y riqueza dela epigrafa del lugar.36El documento quiz ms interesante para la comuni-

dad paleohispanstica se public justo antes de la celebracin de su congresolisboeta del 2009 (Correa y Zamora 2008) en sede que garantizaba en estecaso su segura recepcin entre los especialistas, por lo que recapitularemosaqu slo su singularidad e importancia: se trataba de un grafito en caracterestartsicos sobre un fragmento de plato fenicio occidental de engobe rojo(fig. 4, izda.) encontrado en contextos de principios-mediados del s. VIIa. n.e. (siendo a da de hoy el testimonio de este tipo de escritura ms antiguo deentre los que es posible datar arqueolgicamente). Mostraba la presencia enun ambiente fenicio letrado de gentes de tradicin escrita local37(tradicinque pudo iniciarse, en un momento anterior, en situaciones de interaccin

parecidas).Tambin de inters para los especialistas en escrituras y lenguas localespareca ser un grafito sobre instrumento artesanal publicado poco despus(Zamora 2010b). Se trataba de una matriz de joyera, hallada en un contextomaterial de la 1 mitad del s. VIIa. n. e., en la que fueron inscritos con solturay pericia dos grafemas fenicios (fig. 4 centro) quiz por mano de un orfebre

34 Tambin llamada de Camposoto. La playa se extiende desde el ro Arillo (fin del

trmino municipal de Cdiz) a la Punta del Boquern (a la altura del Castillo de SanctiPetri, que le da nombre), un frente de mar sujeto a fuertes alteraciones y en cuyo extremo, porlas referencias textuales greco-latinas y los hallazgos casuales de poca moderna, se ha venidoubicando el famoso templo del Hrcules gaditano, el santuario fenicio de Melqart.

35 Recordemos que se trata de un gran asentamiento en la antigua orilla occidental de laBaha gaditana (en el trmino municipal de El Puerto) ocupado desde los inicios del s. VIII(cuando habra sido parte fundamental del primer poblamiento fenicio en la zona, vid. RuizMata 1999) hasta los finales del IIIa. n. e. (Ruiz Mata y Prez 1995).

36 Vid. Cunchillos y Zamora 2004; Cunchillos y Zamora e. p. Recurdese que los hallaz-gos incluyen algunos de los testimonios ms antiguos hasta hoy conocidos de la prctica de laescritura en la Pennsula, vid. de nuevo Zamora 2005a (vid. tambin ahora Zamora 2010d, connueva reproduccin y presentacin de algunos de los ms conocidos).

37 La zona de hallazgo la vertiente norte del rea suroriental es rica en hallazgosepigrficos fenicios, que en algn caso comparten contexto (inmediato o cercano) con el

grafito tartsico: un antropnimo teforo de Baal apareci en el mismo estrato; un excepcio-nal stracon (vid. supra nota 12) apareci en niveles similares.


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letrado.38Su particularidad mayor era su potencial relacin con un epgrafe dela misma pocatenido por muchos especialistas como muestra de escrituralocal hallado en Huelva: el clebre grafito del Cabezo de San Pedro. La

similitud no era grfica, pero la posible lectura en fenicio del grafito del Cabe-zo de San Pedro habra coincidido con el de Doa Blancaplanteando rela-ciones tan sugerentes como problemticas, Zamora 2010c. Estos problemasnos han llevado a estudiar de nuevo este ltimo grafito y a dudar ahora de suorientacin (y, por tanto, de su lectura): la identificacin de cada grafema si-gue siendo muy clara, pero el orden de la secuencia quiz deba invertirse.39

De Doa Blanca fueron estudiados asimismo (Zamora 2010e) cuatrorecipientes con signos incisos, identificados durante el estudio de la cermicatipo Kuassdel yacimiento.40Se trataba de marcas no grafemticas, salvoen el caso de una muy probable letra gimelbien visible sobre una lucerna.

Debi abreviar un nombre personal como marca de propiedad.Tambin en el trmino municipal de El Puerto, durante el estudio de lafactora de salazones Puerto 19de Pinar Hondo (vid. ya Gutirrez 1997;2000) se identificaron diferentes materiales con marcas incisas (de las que,con seguridad, una corresponde a un grafito biltero pnico) y una estampilla(tambin biltera y pnica; del lugar se conoca ya una anepgrafa) que pu-

blicaremos junto a los responsables de los hallazgos, a quienes agradezcoesta deferencia.

Por ltimo, otro hallazgo procedente del rea de El Puerto de Santa Ma-ra, depositado desde hace tiempo en el museo de la localidad, ha sido objeto

de un estudio y publicacin recentsimo (Lpez y Niveau de Villedary, e. p.)que ha revelado un posible epgrafe. La pieza es un pebetero cermico defactura ruda, una probable imitacin local que presenta una serie de incisio-nes aparentemente intencionadas en su parte baja. Tras un anlisis preliminarsobre fotografas, no parece del todo descartable que estemos ante una ins-cripcin neopnica o de tipo neopnico (con posibilidades de interpretacinsugerentes) si bien problemtica.41

38 Las dos letras podan corresponder a la abreviatura de un antropnimo poco atesti-

guado pero justificablebasado en un nombre de profesin (grabador o incisor) apropiadaal propietario del molde, Zamora 2010b.

39 La aparicin de grafemas similares a los del molde, no lejanos de cronologa, en losgrafitos del Teatro Cmico (cf. figs. 2c y 4 centro) parece confirmar esta inversin, alejandoas la lectura del testimonio de Doa Blanca de la que parece que, en cambio, habra quemantener en el de Huelva de ser fenicio (algo an posible, pero de nuevo incierto).

40 Por Niveau de Villedary 2003, 136-137, fig. 50, a quien agradezco la ya larga y ricacolaboracin.

41 Vid. apndice a Lpez y Niveau de Villedary, e. p., a quienes de nuevo quedo agrade-cido. Las dudas sobre este epgrafe se extienden desde la mera identificacin de sus trazos a la

coherencia paleogrfica y fontica de las interpretaciones; intentaremos resolverlas, o al me-nos delimitarlas mejor, en un prximo estudio directo.



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Fig. 4: Izda. y centro, grafito palaeohispnico e inscripcin sobre molde de joyera del Castillode Doa Blanca (fotos de J. . Zamora); dcha., grafito de la Cueva de Gorham (foto de J. M

Gutirrez y J. C. Finlayson).

III.GIBRALTAR

De los niveles protohistricos del yacimiento de la cueva de Gorhamproceden varias marcas incisas de reciente estudio y publicacin,42 de lascuales una es con seguridad un grafito fenicio (fig. 4 dcha.) sobre un cuencogreco-oriental del siglo VIa. n. e. (Gutirrez et al. e. p.; Zamora et al.2013).El grafito podra ser una marca de propiedad (mediante antropnimo hastahoy no atestiguado) aunque no es descartable una expresin votiva, en con-sonancia con la naturaleza del lugar de hallazgo.

IV.LA ANDALUCA MEDITERRNEA

4.1. El territorio malagueo y la costa granadina

La provincia de Mlaga ha sido un rea de gran actividad arqueolgicadurante los ltimos aos, producto sobre todo de labores de emergencia pre-vias a intervenciones urbansticas (pero tambin de alguna actividad regulary especfica) con resultados especialmente notables para la investigacinfenicio-pnica.43 Destacan algunos hallazgos de gran antigedad, sin quefalten tampoco otros mucho ms recientes, con ocasionales grafitos propues-tos como inscripciones.

Una serie de campaas se ha venido llevando a cabo en el yacimiento

de los Castillejos de Alcorrn (Manilva), un asentamiento fortificado indge-

42 La gruta, como es sabido, se sita en la base del acantilado suroriental del Pen deGibraltar, en lugar de obvia significacin como hito marinero, y funcion en poca protohist-rica como lugar sacro. Los documentos incisos de tal periodo son pocos en relacin a la grancantidad de restos hallados, pero aparecen en todas sus fases. Su carcter variado muestraadems lo rico y complejo del propio material de la cueva y, por tanto, de la diversa proce-dencia y adscripcin cultural de sus frecuentadores, clave en la caracterizacin del lugar. Elsegundo seguro epgrafe procedente de la cueva es buena prueba, pues se trata de una inscrip-cin greco-ibrica. Vid. Zamora et al.2013.

43 Un recentsimo volumen sintetiza buena parte de los frutos del decenio 2001-2010

(con informaciones aadidas sobre algunas actividades posteriores): vid. Garca Alfonso2012, esp. 29 y ss.


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na del Bronce Final Reciente donde se apreciara el impacto gradual de lapresencia fenicia en la cercana costa. Del yacimiento proceden dos piezascon incisiones (una de ellas datada en el s. IXa. n. e.) que fueron interpreta-

das como testimonio de escritura fenicia por F. Lpez Pardo y L. A. RuizCabrero.44Diferentes actuaciones han permitido conocer mejor los asentamientos

de la zona del ro Guadalhorce en poca prehistrica y protohistrica. Lanovedad fenicia ms interesante se hall durante las labores de arqueologa

preventiva relacionadas con las obras de extensin del aeropuerto de Mlaga,cuando se localiz (a lo largo de 2008-2009) el yacimiento de La Rebanadi-lla.45 Algunos fragmentos cermicos del lugar incluiran grafitos, que seanuncian en estudio. Al menos uno, sobre nfora, habra sido hallado enniveles de finales del s. IXa. n. e. (Snchez et al. 2012, 80, ilus. 18).

La Baha de Mlaga ha sido tambin objeto de diferentes actuacionespreventivas y sistemticas, que han permitido un mejor conocimiento de lapresencia fenicia en el rea (Arancibia y Fernndez Rodrguez 2012) y hanproporcionado novedades en la propia capital.46All han aparecido reciente-mente algunos grafitos neopnicos, en contextos extramuros de la primitivaMalaka fenicia y en fases correspondientes al primer periodo del dominioromano (Prez-Malumbres 2012, 377-379, fig. 10)47reflejo del papel activo

44 En Marzoli et al. 2010 (vid. ya Marzoli et al. 2009, Abb. 5.9, Taf. 9b). A pesar de tra-tarse de piezas pequeas con incisiones confusas y fragmentarias, los editores conseguanreconstruir lecturas, trminos y hasta frmulas (que seran votivas). Partiendo de las repro-ducciones publicadas resulta sin embargo difcil confirmar incluso el carcter grafemtico delas incisiones.

45 Corresponde a una ocupacin cercana al antiguo cauce final del ro, en su margen de-recha (a 3 km de la costa actual y a menos de 2 del yacimiento del Cerro del Villar) que ten-dra asociada una necrpolis en el cercano Cortijo de San Isidro. Los niveles ms antiguos seremontaran al s. IXa. n. e., con varias fases urbanas posteriores (Snchez et al. 2011 y 2012).Tambin en la cuenca baja del Guadalhorce se sitan los hallazgos del 2010 en Taralpe Alto,de al menos el VIIIa. n. e. (Santamara et al. 2012). Las obras del nuevo acceso sur al aero-puerto de Mlaga permitieron por otro lado en el 2010 ampliar el conocimiento de la zona delas Marismas de Guadalmar, donde apareci una necrpolis del VIa. n. e. (despus habitada)vinculada al Cerro del Villar (Florido et al. 2012).

46

Ya en los aos 2000-2001 fue excavado un hipogeo colectivo de los s. VI-Va. n. e. enla zona de Mundo Nuevoapareciendo por cierto dos grafitos (Prez-Malumbres 2003, 789,fig. 11; Martn Ruiz 2012, 110, ilus. 7) que esperamos poder estudiar en breve junto a otraspiezas malagueas. En la cercana calle Mrmoles se excav en 2007-2008 otra sepulturaaproximadamente contempornea (Florido et al. 2012) mientras que un enterramiento singular(que se ha interpretado como de un guerrero) apareci en el 2012 en el rea de las calles Jinetesy Refino (vid. p. ej. http://www.diariosur.es/v/20120912/cultura/hallan-tumba-guerrero-epoca-20120912.html). Otras actuaciones y estudios se han dedicado a zonas residenciales o sacras,vid.p. ej. Escalante et al. 2012.

47 Agradezco al autor la informacin previa suministrada. Se trata de numerosos grafitossobre fragmentos cermicos (sobre todo campanienses), alguno de ellos claramente grafem-tico, de los que preparamos ahora un estudio especfico (junto a los grafitos similares hallados

en el vecino teatro romano, ya publicados por Sznycer 1985, 1991). Existen tambin algunosinditos de zonas adyacentes pendientes de confirmacin.



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en tal poca, en la comercializacin de piezas cermicas o en su uso en ellugar, de gentes culturalmente pnicas.

Tambin del entorno del yacimiento de Morro de Mezquitilla (bien co-

nocido por sus fases fenicias arcaicas, hasta hace poco el ms antiguo hori-zonte colonial de la Pennsula, de finales del s. IXa. n. e.) hay novedades,habiendo sido publicadas algunas de la intervencin del ao 2008.48En con-textos del III-IIa. C., sobre una cermica campaniense, se identific ungraffi-toescrito con caracteres fenicios(Ramrez Snchez 2012, 253, ilus. 6) quedeber ser confirmado.

Por otro lado, la revisin de las piezas conservadas en los museos de laprovincia de Granada ha dado lugar a la nueva edicin de una de las msconocidas: la urna con texto pintado de la necrpolis Laurita de Almucar.El documento no haba sido interpretado ni completa ni unnimemente pero

es posible, a nuestro juicio, leerlo por entero e interpretarlo en consecuencia(Zamora e. p. 1; 2013). De la misma Almucar, pero del yacimiento urbanode El Majuelo (una muy posterior factora de salazones) se ha hecho tam-

bin mencin reciente de un grafito indito desde hace casi 30 aos.49

4.2. La zona almeriense

Al menos un documento procedente de la provincia de Almera ha sidopublicado como fenicio en los ltimos aos, aunque se trata de un hallazgoantiguo. En la reciente publicacin de la excavacin de urgencia de 1987 enVillaricos (Lpez Castro et al. 2011) se incluye la presentacin (a cargo de J.

A. Belmonte) de una cermica del s. Va. n. e. con un signo inciso en su base,interpretado como letra fenicia.50El mismo autor (Belmonte 2010, 172) hacenotar que, adems del ya citado, habra unos 25 grafitos inditos (que parecetener por grafemticos) procedentes de Abdera.

Por otro lado, resulta interesante incluir tambin aqu una novedad relativaa la epigrafa monetal, dada su singularidad. Se han conocido nuevos ejemplaresde monedas acuadas en Tagilit (la actual Tjola, Almera) que permiten ademsla revisin de piezas ya conocidas. La identificacin correspondi a M P. Gar-ca-Bellido, quien nos invit amablemente a colaborar en su estudio. Se han

podido as distinguir dos largas leyendas neopnicas, hallndose ya en prensa

una primera interpretacin de una de ellas (Garca-Bellido y Zamora e. p).

48 Esta excavacin revel la ocupacin de la parte occidental del yacimiento, localizan-do, adems de restos no estructurales de la fase fenicia arcaica, un vertedero pnico y unazona portuaria romana, Ramrez Snchez 2012. No slo el rea del Morro ha sido revisitada:toda la zona de las desembocaduras del Vlez y el Algarrobo ha sido objeto de actuaciones yestudios recientes, vid. Martn Crdoba y Recio 2012. Algunos de los yacimientos mejor cono-cidos han proporcionado, de hecho, nuevos grafitos, en curso de estudio.

49 Belmonte 2010, 172, n. 28, citando una comunicacin personal de J. L. Lpez Castro.Se tratara de un grafito sobre vaso desigillataitlica hallado en 1985.

50 A juzgar por la fotografa y dibujos proporcionados, el signo no parece un grafema

fenicio (dado su trazado y dadas las implicaciones paleogrficas de ste), si bien de nuevo,para asegurar tal extremo, ser necesario el estudio directo de la pieza.


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V.EL LEVANTE MEDITERRNEO (MURCIA Y COMUNIDAD VALENCIANA)

5.1. El rea murciana

Una de las novedades epigrficas ms interesantes de este periodo se haproducido en el Bajo de la Campana (La Manga, Murcia) donde una serie decampaas de excavacin subacutica ha proporcionado nuevos epgrafessobre defensas de elefante (parte de un pecio fenicio de finales del siglo VIIa. n. e.) que se aaden a los ya conocidos (Sanmartn 1986, 90-91) relacio-nndose con ellos. Como el resto de hallazgos, se hallan ahora en proceso deconservacin, restauracin y estudio.51

Entre los nuevos documentos publicados, los hay tambin tardos. Unoal menos procede del Campo de Cartagena (Zamora 2010e). En un parajeconocido como Los Caares52se hall un fragmento de nfora cartaginesa

de la 1 mitad del s. IIa. n. e. con estampilla epigrfica (fig. 5a). Su texto (lahabitual abreviatura antroponmica, con lo que parece una preposicin aa-dida) y su motivo decorativo (un crustceo, que nos permita reflexionarsobre la funcin de la escritura y las figuraciones en estos documentos) no seconocan.

Fig. 5: a. Estampilla de Los Caares (foto de R. Esteve); b-d. Grafitos fenicios 2, 3 y 9 de LaFonteta (fotos de Elayi 2011, 264, 271); e. texto pintado de La Alcudia de Elche (Zamora

2012, fig. 5)

5.2. El Levante valenciano

Del yacimiento de La Fonteta (Guardamar del Segura, Alicante), co-rrespondiente a una fundacin fenicia del s. VIII a. n. e., se han publicadotambin nuevos testimonios epigrficos. Como es sabido, el asentamientofue excavado, a caballo del pasado y del presente siglo, por dos equipos di-versos (con interpretaciones inicialmente diferentes pero hoy algo ms cer-

51 Agradezco al codirector de las excavaciones, D. Juan Pinedo, el haberme permitido

acompaar al equipo durante su ltima campaa de campo y examinar los nuevos documentosapenas recuperados.

52 Cercano a la localidad de La Tercia, donde apareci un grupo de materiales en depo-

sicin secundaria ligados probablemente a una cercana villa romana, Esteve et al.2008, esp.561-563. Agradezco a R. Esteve la noticia previa.



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canas: cf. Rouillard et al. 2007 con Gonzlez Prats 2011)53 aunque es elequipo dirigido por Gonzlez Prats el que se ha ocupado del estudio de lamayor superficie y cantidad de materiales. No extraa pues que sea en la

reciente monografa de este equipo donde se publican 22 inscripciones fe-nicias y 12 marcas varias sobre fragmentos de cermica (Elayi 2011). Detodas las inscripciones, slo una haba sido ya editada (Elayi et al.1999) porlo que, si bien a nuestro juicio buena parte de las inscripciones presentadasdeberan engrosar el grupo de marcas (no grafemticas), se trata de un conjun-to de gran inters, datable entre finales del s. VIIIy la primera mitad del VIa. n.e. Algunos de los grafitos (los nos. 1-4 y 9, quiz tambin 10, ms dudoso 14;vid. ejemplos en fig. 5 b-d) son a nuestro juicio muestra segura de escriturafenicia que, en algn caso, habra sido adems efectuada en el rea.

Del famoso yacimiento ibrico de La Alcudia de Elche se ha publicado

ltimamente un documento singular (Zamora 2012). Aunque se trata de unhallazgo antiguo, pudo ser identificado durante un reciente estudio de losmateriales epigrficos conservados en el museo. Se trata de un fragmento decrtera ibrica, fabricada en el Levante o la Alta Andaluca durante los tres

primeros cuartos del s. IVa. n. e. En la pieza se distingue parte de un textopnico pintado sobre la crtera antes de su coccin (fig. 5e). Revela por tantola presencia de individuos al menos culturalmente pnicos en alfares de pro-ducciones tpicamente ibricas.

Por ltimo, alguna novedad procede de La Illeta des Banyets del Cam-pello, el importante enclave comercial de la costa contestana. Durante el

estudio de la cermica griega hallada en el yacimiento fue identificado unnuevo grafito pnico.54Tras su control directo junto al resto de documentosdel lugar, se ha preparado ahora su publicacin epigrfica, Zamora e. p. 2. Setrata de un grafema aislado en probable funcin de marca mercantil. Otrosmateriales epigrficos de los museos de la regin se hallan ahora en curso deestudio.

VI.EL MEDITERRNEO SEPTENTRIONAL (CATALUA Y BAJO ARAGN)

Aadimos aqu una breve informacin sobre un pequeo grupo demarcas pnicas, grafemticas y no grafemticas, incisas sobre fragmentos

cermicos conservados en el Museo de Arenys de Mar (que parecen ser del

53 Para Gonzlez Prats 2011 La Fonteta sera el principal ncleo poblacional fenicio,comercial, pero tambin agrcola, de un rea portuaria que contara adems con un santuario yuna fortificacin. Habra sido fundado por fenicios de la Andaluca mediterrnea, al igual quelos primeros asentamientos de Ibiza (isla con la que La Fonteta tuvo, en virtud de su posicin,intensas relaciones). Rouillard et al. 2007 reconocen ahora la naturaleza fenicia del estableci-miento (al que antes preferan llamar La Rbida e interpretar sobre todo en clave ibrica)aunque subrayan que fue habitado durante los s. VIIIa VIa. n. e. por una poblacin mixta deindignes et smites.

54 Por Garca Martn 2003, 18, n 25, al que agradecemos su amabilidad. Sobre fotogra-

fas, propusimos dos primeras interpretaciones; casualmente, el autor prefiri la que trascolacin directa consideramos ahora menos probable.


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s. IV-IIIa. n. e.). Fueron hallados en las excavaciones efectuadas hace msde medio siglo en el yacimiento de la Torre dels Encantats (Barcelona; vid.Bruguera et al. 2004). Aunque eran indirectamente conocidos, se hallaban

desde entonces perdidos

55

por lo que hemos realizado ahora un pequeoestudio de las piezas re-localizadas (que no son por desgracia todas, Zamo-ra e. p. 2). Tambin, aprovechando la publicacin arqueolgica reciente dealgn indito problemtico, preparamos la publicacin de otros documentosconservados en diferentes sedes del Museu dArqueologia de Catalunyaquerequeran edicin, reedicin o simple aclaracin.

En San Antonio de Calaceite (Teruel) se hall hace casi medio siglo unfragmento de nfora con una estampilla epigrfica difcil de identificar.56Dejamos aqu la breve constancia de que, durante los ltimos aos, se sugi-ri en diversas ocasiones que pudiera ser pnica, 57algo que podemos des-

cartar tras realizar un estudio directo del documento (que parece ms biencorresponder, por el trazado de los signos y por la factura de stos en la matriz,a una estampilla latina).

VII.BALEARES Y PITIUSAS

Slo dos hallazgos recientes corresponden a un uso consciente y cuida-do de la escritura para su conservacin y ligazn a objetos. Fueron halladosen Ibiza en el ao 2003 y publicados en el 2010.58Se trata de un pedestal de

piedra inscrito, fragmentario (fig. 6 izda.) con huellas de haber servido debase a un objeto de pie circular (quiz un cipo o vasija metlica) y de una

plaquita sea inscrita por una de sus caras (fig. 6 centro) que estuvo en ori-gen tambin unida a un objeto votivo. Ambas fueron halladas, en lo que

parece una deposicin secundaria, entre materiales de diferente cronologa.El pedestal presenta, en caracteres pnicos muy cuidados, una dedicatoria alMelqart de Tiro del s. IIIa. n. e. (en la que se nombra una localidad hasta hoy

55 D. Joan Ferrer, estudiando grafitos ibricos en el museo, advirti la naturaleza pnicade uno de los que nos ocupan. Gracias a sus fotografas, pudimos identificarlo con uno de losdibujos realizados por J. M Pons Guri en 1950 que, enviados a la Real Academia de la Histo-ria, fueron publicados por Almagro 2003, 89.

56 Pallars 1965, 101. El yacimiento, como es bien sabido, corresponde a un pobladoibrico de los s. V-IIIa. n. e.

57 En las reproducciones disponibles, algn trazo del epgrafe recordaba en efecto gra-femas neopnicos, como recoge una reciente publicacin de la pieza: Simn 2012, 203, fig. 4,n. 13. Adems, la pasta cermica resultaba materialmente extraa, lo que llevaba a pensar quepudiera tratarse de una importacin meridional.

58 En realidad, entre su hallazgo y publicacin los epgrafes fueron dados a conocer en al-gunas presentaciones orales y en numerosas comunicaciones personales. La propia publicacininicial (Ramon et al.2010; Estanyol 2010) circul antes de su aparicin definitiva, levantandoadems bastantes reacciones. Se dio as la circunstancia de que, al retrasarse la aparicin delvolumen donde apareca la editio princeps, varios trabajos ya se haban ocupado de las ins-cripciones (Amadasi y Xella 2005; Amadasi 2006; vid. tambin Estanyol 2007) dejando

superada a aquella. Nos limitamos por ello aqu a aclarar esta situacin y a sintetizar los datosbsicos sobre las dos piezas.



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desconocida). La plaquita contiene por su parte una dedicatoria a Eshmun-Melqart no menos cuidada, pero de grafas del todo diversas: apuntan a unadatacin entorno a la 1 mitad del s. VIIa. n. e.

Tambin hemos sabido que se hallan en curso de estudio estampillasepigrficas halladas en la isla y una pieza inscrita conservada desde hacetiempo fuera de Ibiza; de estos documentos, y de un dipintoindito tambinen curso de estudio, daremos mejor noticia una vez se publiquen.

Por ltimo, poco antes de dar este texto a prensas ha visto la luz la pu-blicacin de un grafito mercantil pnico, inciso (junto a uno griego) sobre unfragmento de plato de pescado de cermica tica (fig. 6 dcha.) hallado en el

puerto de Ibiza (Ramon y Hemanns 2012).

Fig. 6: Inscripciones de Ibiza (izda. y centro, de Ramon et al. 2010, figs. 4 y 6; derecha, deRamon y Hemanns 2012, fig. 2B; no estn a la misma escala)

APNDICE:EL INTERIOR PENINSULAR

Con el artculo ya en prensa, llega a nuestro conocimiento un recientevolumen donde dos trabajos diferentes publican como epgrafes fenicio-

pnicos dos nuevos testimonios procedentes del interior peninsular. RuizCabrero 2012, 408-409, propone interpretar como una inscripcin fenicia(que sera anterior al s. IXa. C.) un testimonio de Torrejn de Velasco (Ma-drid) inciso sobre un fragmento de cermica a mano. Y Azcrraga, Morn yUrbina 2012, 227-228, publican como neopnico un grafito sobre fragmentode copa tica (para la que proponen un largo uso) hallado en el yacimientode La Guirnalda (Quer, Guadalajara); aunque problemtico, podra corres-

ponder a una w y unayfenicias ms bien contemporneas o poco posterio-resa la datacin habitual de su tipo de soporte, el s. IVa. n. e.


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Jos ngel Zamora LpezInstituto de Lenguas y Culturas del Mediterrneo y Oriente Prximo

Centro de Ciencias Humanas y Sociales (CSIC)correo-e: [email protected]

Fecha de recepcin del artculo: 19/06/2013Fecha de aceptacin del artculo: 18/07/2013

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Zamora (2013) - Palaeohisp 13 - Novedades.pdf