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A Parte Rei 60. Noviembre 2008 http://serbal.pntic.mec.es/AParteRei 1 Redescripciones del concepto de ideología en el pensamiento filosófico post-estructural y lacaniano. Matías González Durante los últimos años, la influencia de la teoría psicoanalítica en ámbitos disciplinares ajenos a la práctica clínica ha sido una constante. Cabe destacar, de manera ejemplar, el diversificado impacto cultural que ha rodeado a la teoría lacaniana –cuyas categorías siguen siendo exploradas y extendidas en una variedad de direcciones del referencial contemporáneo (filosofía, literatura, teoría fílmica, política, etc.) Bajo este marco general, el “marxismo dialéctico lacaniano” de Slavoj Žižek puede ser caracterizado como uno de los esfuerzos más sistemáticos y duraderos en esa dirección, relacionando especialmente aspectos filosóficos, políticos y culturales con el instrumental conceptual psicoanalítico. Desde sus primeras contribuciones, uno de los temas principales del pensamiento žižekiano ha tenido que ver con el intento de renovar el polémico concepto marxista de “crítica-ideológica” –utilizando, al igual que lo hiciera Althusser, las herramientas del psicoanálisis aunque bajo un énfasis- variación (post)estructural. A continuación intentaremos explorar algunos aspectos dentro de este contexto, en particular, la lectura que hace Žižek del “grafo del deseo” lacaniano con relación a los procesos de interpelación ideológica. Sintéticamente, se planteará un modo de acercamiento introductorio al pensamiento del autor sobre el tema, se trazarán los contornos conceptuales de una de las lógicas principales subyacentes a sus contribuciones sobre ideología (vinculada a su lectura del “grafo”), se trazarán algunos contrapuntos con otras intervenciones y temáticas, intentando finalmente esbozar algunas especificidades o posibles áreas problemáticas al interior de este contexto. Introducciones a lo ideológico. Según ha destacado recientemente R. Pfaller, se podrían clasificar las contribuciones žižekianas sobre ideología en dos grandes cuerpos: en ideología “teorética” (relacionada a las funciones de “conciencia”) e ideología “practica” (vinculada a la “estructuración de la realidad” misma). En cuanto al primer caso, dicho autor haría énfasis sobre el fondo althusseriano de la reflexión de Žižek, es decir, que “no habría que olvidar” que el pensamiento de éste tendría como espacio “interlocutor” de fondo al spinozismo-freudiano-althusseriano (Pfaller: 2005). Y esto fundamentalmente para intentar desligar a los aportes de Žižek sobre ideología de toda suposición de una “mirada de Dios” sobre la realidad social. Pfaller nos recuerda en este sentido, que el punto de partida de Althusser se había centrado en las “condiciones de producción” de las ideas y no en su adecuación respecto a la realidad fáctica. El término clave aquí sería el de “ilusión” (Freud) –cercano al spinoziano “imaginación”-, el cual apunta justamente a los “efectos de un deseo” – independientemente de su adecuación presente o futura con la realidad “objetiva”. Como decía Wittgenstein, la proposición “está lloviendo”, pronunciada por el durmiente en su sueño, es falsa en cualquier caso, aún si efectivamente estuviera lloviendo “allá afuera”. Para Pfaller, en suma, el tipo de crítica-ideológica derivada del instrumental žižekiano sería analogable al trabajo del psicoanalista, quien no necesitaría conocer el

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  • A Parte Rei 60. Noviembre 2008

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    Redescripciones del concepto de ideologa

    en el pensamiento filosfico post-estructural y lacaniano.

    Matas Gonzlez

    Durante los ltimos aos, la influencia de la teora psicoanaltica en mbitosdisciplinares ajenos a la prctica clnica ha sido una constante. Cabe destacar, demanera ejemplar, el diversificado impacto cultural que ha rodeado a la teora lacanianacuyas categoras siguen siendo exploradas y extendidas en una variedad dedirecciones del referencial contemporneo (filosofa, literatura, teora flmica, poltica,etc.) Bajo este marco general, el marxismo dialctico lacaniano de Slavoj iekpuede ser caracterizado como uno de los esfuerzos ms sistemticos y duraderos enesa direccin, relacionando especialmente aspectos filosficos, polticos y culturalescon el instrumental conceptual psicoanaltico. Desde sus primeras contribuciones, unode los temas principales del pensamiento iekiano ha tenido que ver con el intento derenovar el polmico concepto marxista de crtica-ideolgica utilizando, al igual quelo hiciera Althusser, las herramientas del psicoanlisis aunque bajo un nfasis-variacin (post)estructural. A continuacin intentaremos explorar algunos aspectosdentro de este contexto, en particular, la lectura que hace iek del grafo del deseolacaniano con relacin a los procesos de interpelacin ideolgica. Sintticamente, seplantear un modo de acercamiento introductorio al pensamiento del autor sobre eltema, se trazarn los contornos conceptuales de una de las lgicas principalessubyacentes a sus contribuciones sobre ideologa (vinculada a su lectura del grafo),se trazarn algunos contrapuntos con otras intervenciones y temticas, intentandofinalmente esbozar algunas especificidades o posibles reas problemticas al interiorde este contexto.

    Introducciones a lo ideolgico.

    Segn ha destacado recientemente R. Pfaller, se podran clasificar lascontribuciones iekianas sobre ideologa en dos grandes cuerpos: en ideologateortica (relacionada a las funciones de conciencia) e ideologa practica(vinculada a la estructuracin de la realidad misma). En cuanto al primer caso, dichoautor hara nfasis sobre el fondo althusseriano de la reflexin de iek, es decir, queno habra que olvidar que el pensamiento de ste tendra como espacio interlocutorde fondo al spinozismo-freudiano-althusseriano (Pfaller: 2005). Y estofundamentalmente para intentar desligar a los aportes de iek sobre ideologa detoda suposicin de una mirada de Dios sobre la realidad social. Pfaller nos recuerdaen este sentido, que el punto de partida de Althusser se haba centrado en lascondiciones de produccin de las ideas y no en su adecuacin respecto a la realidadfctica. El trmino clave aqu sera el de ilusin (Freud) cercano al spinozianoimaginacin-, el cual apunta justamente a los efectos de un deseo independientemente de su adecuacin presente o futura con la realidad objetiva.Como deca Wittgenstein, la proposicin est lloviendo, pronunciada por el durmienteen su sueo, es falsa en cualquier caso, an si efectivamente estuviera lloviendo allafuera. Para Pfaller, en suma, el tipo de crtica-ideolgica derivada del instrumentaliekiano sera analogable al trabajo del psicoanalista, quien no necesitara conocer el

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    estado fctico del mundo del cual habla su analizante. En este punto, cabe destacarque Pfaller apoya su argumento especialmente en algunos fragmentos de El espectrode la ideologa (iek: 2003b) seleccionados de manera muy rigurosa. Segn dira elmismo iek: En cuanto al texto de Pfaller, todo lo que puedo decir es que provee unaprecisa y sistemtica recapitulacin de mi argumento sus formulaciones son amenudo ms precisas que la mas (iek: 2005:237) En cuanto a la ideologa quePfaller denomina prctica, el concepto medular no sera ya el de ilusin como enel terreno teortico- sino el de fantasa (fantasma). Algunas reflexiones de iek enEl sublime objeto de la ideologa, sern aqu el punto de partida de los desarrollos dePfaller. Para iek: El nivel fundamental de la ideologa [] no es el de una ilusinque enmascare el estado real de las cosas, sino el de una fantasa (inconsciente) queestructura nuestra propia realidad social (iek: 2003a:61) A partir de esa lneareflexiva, Pfaller intentar indagar en los aspectos objetivos de las creencias, no en eltipo de ideas credas al nivel de nuestra consciencia reflexiva, sino simplementeoperantes en nuestras acciones, y en el conjunto de cortocircuitos que se producenentre esos terrenos. Pero el punto de partida de su reflexin, esto es, el conceptoiekiano de ideologa en tanto fantasa (fantasma), permanece en el texto de Pfallersin ser analizado en profundidad. Siguiendo el mismo trabajo de iek, El sublime, acontinuacin intentaremos desplegar algunos aspectos de la estructura de susreflexiones sobre el tema, en lo que sera su compleja variacin del mecanismo deinterpelacin desarrollado por Althsusser lo cual nos permitir a su vez comprenderaspectos claves de las formas postalthusserianas de pensamiento- a travs del grafodel deseo lacaniano.

    El grafo del deseo lacaniano y las estructuras de interpelacin post-althusserianas

    Recordemos, para comenzar, la dinmica principal de la denominada puntadalacaniana: en la cadena hablada, la asociacin entre los significantes y sussignificados se produce retroactivamente, esto es, al trmino de la articulacinsignificante de la secuencia del discurso. Como en un chiste, slo el ltimosignificante determina retroactivamente el lugar en el que se encontraban losanteriores los cuales permanecan hasta entonces en estado de flotacin (Eljuego, por lo tanto, podra decirse, se producira en la sbita variacin de aquelloscon respecto a lo esperado o insinuado proyectivamente, en un desfasaje detemporalidades). Un discurso no es slo una materia, una textura, sino que requieretiempo, tiene una dimensin en el tiempo, un espesor (Lacan:2003:17). Es decir,Lacan acenta con su nocin de puntada este quedarse atrs del significado conrespecto a la progresin de la cadena significante. Los significantes se siguen el unoal otro, hasta que en un punto determinado, algn significante fija retroactivamente elsignificado de la cadena, cose el significado al significante, detiene el deslizamientodel significado, acolcha la cadena significante (Zizek:2003a:143). Siguiendo lalectura de iek, llegamos as a la nocin de point de capiton, fundamental para laversin postalthusseriana del concepto de ideologa. El ejemplo, para comprender esteproceso de acolchado ideolgico sera el siguiente: en el espacio ideolgico flotansignificantes como libertad, Estado, justicia, paz y entonces la cadena de stosse complementa con algn significante amo (Comunismo) que retroactivamentedetermina el significado (Comunista) de aquellos: la libertad real slo adviene por lasuperacin de la libertad formal burguesa, el Estado es instrumento de la clasegobernante, y as sucesivamente) El acolchado democrtico-liberal producira, porsupuesto, una articulacin de significado muy diferente y otro tanto el acolchado

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    conservador, etc. (Ibd.) Comencemos por la primera forma del grafo, dondepodremos observar esta dinmica de puntada:

    Tal como lo indican las flechas, se trata de un doble movimiento en el que lacadena significante S-S es atravesada por un vector que parte de una intencinmtica presimblica que acolcha (en su primera interseccin con la cadena S-S) ala cadena significante misma; por lo tanto el mensaje, el sentido, aparecerepresentado por/en la segunda interseccin de los vectores (permitiendo comprenderla dinmica retroactiva de todo efecto de significacin). Sobre el final del vector deacolchado tenemos al smbolo $ que representa al sujeto barrado, dividido, unespacio vaco en la red significante. Como puede observarse concluye iek- lo queest en juego en el estudio de esta dinmica de los efectos de significacin seencuentra indisolublemente relacionado al proceso de interpelacin de individuos1 ensujetos: El point de capiton es el punto a travs del cual el sujeto es cosido alsignificante, y al mismo tiempo, el punto que interpela al individuo a transformarse ensujeto dirigindole el llamado de un cierto significante amo (Comunismo, Dios,Libertad, Estados Unidos) (Ibd.) Cabe destacar que hasta aqu, buena parte deestas reflexiones en las que un horizonte de sentido es acolchando discursivamentepor un significante amo-, se inspiran en los primeros trabajos de E. Laclau. Cabeasimismo tener presente el concepto de configuracin discursiva: A grandes rasgos,se puede partir del sentido que nos brinda la doxa (podra decir Bourdieu)estructuralista, aunque los sistemas ya no son concebidos como autocontenidos yautorregulados (antagonismo sera un nombre de ese lmite interno) pues en su centrose encuentra un vaco que marca su permanente disyuncin respecto de s mismos;que los conecta con su exterior pero que es tambin su interior (que los habita y losfunda); es decir, que ya no cabra concebir al ego, en tanto que agente del cambio,como algo previo a las estructuras (el puro acto institutivo), pero tampoco como unmero efecto de estructura, como postulaba el estructuralismo, sino, ms bien, como unefecto de des-estructura (Palti: 2003:45). Una configuracin discursiva, pues, sera underivado conceptual entre otros para referir al hecho de que a partir de la quiebra delas concepciones evolucionistas decimonnicas, esto es, despus de la recomposicinepistmica global operada hacia fines del siglo XIX que marcara, para decirlo en ellenguaje de las ciencias naturales, el pasaje de una fsica de los elementos haciauna fsica de los campos (Cassirer)- ya no habitamos en un mundo, sino en mundoscontingentemente articulados. Si el estructuralismo no haba podido explicar alprivarse de una instancia institutiva como el sujeto trascendental- la temporalidad (elcambio) la discontinuidad entre formaciones dicursivas, lo cual era, paradjicamente,el presupuesto implcito en su modelo, el horizonte de sentido abierto luego delestructuralismo se articulara en buena medida en torno a dicho desplazamiento. Y as

    1 Y el individuo es aqu afirma iek- una entidad presimblica, mtica tampoco enAlthusser, el individuo que es interpelado a transformarse en sujeto est conceptualmentedefinido, es simplemente una X hipottica de la que se ha de partir (iek: 2003a:142)

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    comienza a hablarse de una nueva recomposicin global en la que justamente cambioy racionalidad (sobre lo que Lvi-Strauss se habra expresado en ms de unaoportunidad) ya no son mutuamente excluyentes (minando as toda la serie dedicotomas derivadas). En diferentes campos del saber, el objeto sera ahora el cambiomismo entre sistemas radicalmente discontinuos. Y esto afectara a su vez la preguntapor el sujeto. Las ideas de metaevolucin en biologa (Maturana) y de acontecimientoen termodinmica (Prigogine) seran ejemplos de ello. O como dira A. Badiou en1988: Por lo general, al acontecimiento se lo arroja a la pura empira de lo-que-adviene y se reserva la construccin conceptual para las estructuras. Mi mtodo esinverso. (Badiou: 2003:201) Pero retomemos aqu el argumento principal.

    Una vez comprendida la dinmica de la secuencia de puntada, pasemos a laltima versin del grafo que analiza iek, constituida por dos niveles: al primero(inferior), que ser una elaboracin ms compleja del que ya hemos observado, se lesuperpondr un segundo nivel (superior) que deber ser entendido como unaelaboracin de la pregunta Che vuoi? que analizaremos a continuacin, luego deexplicar los nuevos trminos del primer nivel. La ltima versin del grafo que analizaiek es la siguiente:

    En una primera orientacin general, segn la lectura que hace iek, el primernivel (inferior) correspondera al significado, y el segundo nivel (superior) al goce(jouissance) ( iek: 2003a:167). Otra manera instructiva de entenderlo sera indicarque en el nivel inferior nos encontramos en un registro (o proceso) Imaginario-Simblico, y en el segundo con uno Simblico-Real. Asimismo se podra decir que elprimer nivel sera el registro del enunciado, y el segundo el de la enunciacin. Conrespecto al primer nivel, que es una versin ms compleja del que ya hemosobservado, cabe recordar que el point de capiton se ubicara en el punto deinterseccin O (el orden simblico, el Otro, el cdigo) y el significado o sentido ens(O) acorde a esta ltima versin. El desplazamiento de $ hacia la derecha conrespecto al primer modelo, se relaciona con el efecto de retroversin (Lacan),relacionado ntimamente a la lgica de la puntada y que en este caso, respecto delsujeto, se corresponde con la ilusin transferencial segn la cual el sujeto setransforma en cada etapa en lo que ya era siempre: un efecto retroactivo se vivecomo algo que ya estaba all desde el comienzo (Ibd.:146). El nuevo eje e-i(o)conecta al yo imaginario a su otro imaginario (relacionado al estadio del espejo, puespara lograr identidad propia, el sujeto se ha de identificar con el otro imaginario, seha de enajenar). Con los smbolos i(o) y I(O) nos encontramos en el plano de lasidentificaciones: imaginaria (yo ideal) y simblica (ideal del yo) respectivamente; i(o)

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    est subordinado a I(O): el punto desde el que somos observados domina y determinala imagen en la que nos resultamos amables.2 (En este punto, podramos recordar lalectura de Althusser en la que las identificaciones imaginarias se encuentran pre-determinadas por el registro simblico identificacional operante a travs de losAparatos) El I del ideal deca Miller- se puede construir de un modo superior ylegtimo como una funcin social e ideolgica3. El nico problema contina iek- esque esta cuadratura del crculo de la interpelacin, este movimiento circular entre laidentificacin simblica y la imaginaria, nunca finaliza sin resto. Despus de cadaacolchado de la cadena del significante [] persiste siempre una cierta brecha, unaabertura que se traduce en el mencionado Che vuoi?: me ests diciendo esto, peroqu quieres decirme con ello, por medio de ello?; la brecha entre enunciado yenunciacin. Si se acostumbra a decir que para el psicoanlisis el ser humano seencuentra escindido (entre consciente e inconsciente) y descentrado (pues el deseohumano no es autnomo, sino que depende del Otro siendo el objeto del deseo elobjeto del deseo del Otro (Lacan: 2003:15) la pregunta Che vuoi? remite al hecho deque el Otro, a su vez, se encuentra estructurado en torno a un ncleoimposible/traumtico, en torno a una falta ineliminable con lo cual, la pregunta ltimasobre qu quiere el otro de mi? resulta incontestable. De all que en el interior delmatema superior izquierdo del grafo encontremos nuevamente el smbolo O, aunquetachado, barrado. Y esto nos conducir hasta el concepto de fantasma $*a4 (escenaimaginaria inconsciente fundamental que actuara como respuesta a esa pregunta ycomo pantalla defensa segn la terminologa lacaniana de las primeras obras- queencubre esa incongruencia en el Otro). Debe entenderse, por lo tanto, que el nivelsuperior del grafo correspondiente al plano inconsciente- tiene como fondo unapregunta que vista desde el nivel inferior- se desprendera desde el lugar del Otro, elpoint de capiton. El deseo (d) estructurado simblicamente y que ser interceptadopor el vector superior de goce presimblico- aparece (en un eje anlogo al que existaen el primer nivel entre el yo y su imagen constitutiva) sostenido por el fantasma,estructurado por l.5 Todo el planteo de iek, y este es uno de los motivosprincipales de su obra, en general se orientar, para decirlo sintticamente, a incluireste registro inconsciente fantasmtico (y de goce) en el anlisis del funcionamientodel universo ideolgico. El modelo iekiano plantea, de manera similar a las funcionesdel fantasma en Lacan (encubrir la falta en el Otro) que en el campo socio-simblico-identificacional operan fantasas ideolgicas fundamentales que sirven para ocultar,

    2 Las identificaciones se encuentran, por lo tanto, profundamente relacionadas a estosprocesos activos de produccin retroactiva de significado.3 Jacques-Allain Miller, Les respondes du rel en Aspects du malaise dans la civilisation,Paris, 1987, cit. en (Ibd.:154).4 Tanto en el matema del fantasma, como en el que se encuentra en el extremo superiorderecho del grafo, econtramos entre las letras correspondientes a la losange, que sesimboliza con un rombo. Por razones de edicin, dicha losange ser sustituida por unasterisco, es decir $*a y $*D en cada caso.5 En cuanto al ltimo matema, $*D, debemos recordar que acorde a uno de los supuestospsicoanalticos bsicos- el ingreso del humano infante al mundo de la cultura involucra unacto de represin fundamental constitutivo del sujeto inconsciente (dividido), proceso en el cuala su vez se evacua el goce incestuoso del cuerpo, dejando nicamente lo que Bruce Finkllamara rem(a)inder, aquello que recuerda, un recordatorio: el objeto a. (Boucher:2005:31)El matema $*D indica justamente que el proceso de evacuacin del goce del cuerpo nunca serealiza completamente. Las pulsiones y sus satisfacciones (obtenidas en el rodeo infinito entorno al objeto a) quedarn en el cuerpo como zonas ergenas y son designadas por unademanda simblica D (por oposicin a algo natural o biolgico).

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    encubrir el antagonismo social y que estructuran la dimensin social del goceideolgico. Si algunos crticos han hecho nfasis en que el modelo iekiano debe serledo sobre el fondo del spinozismo-freudiano de Althusser, resta sealar que se tornabastante significativo tanto para comprender su lgica, como algunas de susconsecuencias posteriores- observar que dicho modelo se estructura tambin enbuena medida sobre la base de la perspectiva de Laclau. Lo que iek pretende, comodira lacnicamente, es completar el anlisis del discurso con la lgica del goce. (Ibd:171)

    Algunos contrapuntos y distinciones

    Una de las crticas ms minuciosas que se han hecho a esta lectura iekianadel grafo lacaniano el punto de partida y el fondo de numerosas hiptesis yreflexiones posteriores post-althusserianas 6- argumenta que hay en ella unatendencia a reducir el nivel inconsciente a un goce singular, obliterando el tipo dedinmica a su vez conflictiva, abierta, que deja resto al igual que en el primer niveldel grafo- operante en el vector superior. Recordemos el punto de partida general dela lectura que hace iek de los dos niveles y que podramos designar nivel delsignificado y nivel del goce (Ibd: 167). En pocas palabras, a travs de esta lneacrtica lo que se intentar observar es que el nfasis iekiano en el vector superior entanto goce lo llevara a reducir el nivel inconsciente a lo Real in-simbolizable y atrazar ulteriormente una distincin entre el Orden Simblico (descentrado) y lo Real(disruptivo) del goce como equivalente a la oposicin entre significado ideolgicohegemnico (nivel inferior) y goce superyoico (nivel superior), pasando por alto el tipode dinmica conflictiva del vector superior, ilustrado en el seminario 6 de Lacan con elsueo de Ana Freud. Y esto tendra numerosas consecuencias ulteriores para elanlisis social.7 A su vez se podra conjeturar que algunos aspectos de dichadicotomizacin tendran que ver con las diferencias que se suscitaran entre Laclau yiek a partir de fines de los 90, y en virtud del lugar que iek atribuye al campo de lohegemnico en el esquema ideolgico.

    Por otra parte, nos gustara esbozar una implicacin muy particular que sederiva de este modelo, y que tiene que ver con una cuestin de gran relevancia en elhorizonte post-marxista contemporneo: el problema de cmo concebir lasdiscontinuidades en sentido fuerte en la historia, el cambio radical de los parmetrosmismos de lo inteligible como tal. Recordemos simplemente el tipo de dinmica queel grafo representa: el proceso de acolchado responde a una lgica retroactiva oretroversiva fundamental. Este principio de cambio implicado en los intersticios de losdesfasajes temporales significantes y semnticos conlleva una cierta dinmica deacolchaje que transforma la situacin en su desequilibrante variacin del universosignificante precedente. Como hemos indicado, en buena medida la construcciniekiana es una articulacin del grafo lacaniano y la teora del discurso de Laclau quien a su vez tomar estas lecturas de iek, y la lgica de los designantes rgidosen sus anlisis posteriores. Como puede observarse en La razn populista (Laclau:

    6 Cabe destacar que tambin Laclau asumir desde entonces aspectos de esta lectura. Aunquedebemos destacar que el aspecto principal que tomar de iek corresponde a la dinmica deretroversin que hemos observado al estudiar el primer modelo del grafo, y esto se relacionara las maneras de comprender el cambio en una configuracin ideolgica.7 Entre ellas se ha destacado la tendencia a pensar el cambio en trminos de Acto, as como eldesplazamiento de elementos del sujeto fundacional-constitutivo cartesiano al sujeto delinconsciente. Vase (Boucher : 2005)

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    2005:131), este anlisis de iek constituye desde entonces un momento internocentral en la ingeniera de la construccin terica laclauniana y el punto de partida desus ltimas investigaciones en torno al afecto. En esta ltima bsqueda afectiva,Laclau explorara nuevamente en la teora psicoanaltica intentando recortar all el tipode fuerza (basada en los complejos pulsionales y la problemtica edpica) que llevaraa que un significante parcial (punto nodal) acolche un horizonte. Pero el supuesto detodo ello contina siendo la dinmica retroactiva del cambio. Otro ejemplo puedetomarse de un debate entre Laclau y R. Cerdeiras donde aquel, ante la pregunta porsu manera de pensar el cambio radical, respondera que encuentra en el momento dela decisin, dando el ejemplo de procesos de nominacin (que acolchan una nuevalgica de sentido) el momento del advenimiento retroactivo de algo radicalmentenuevo que no se puede explicar estructuralmente (Laclau-Cerdeiras: 2003:121)8Basta con recordar la lgica de la puntada para comprender donde se producira dichoacolchamiento o configuracin, es decir, con relacin al punto O. Lo que al parecereste paradigma de puntada no contempla o no deja pensar con facilidad, sin embargo,es la pregunta por los modos de llevar a cabo efectivamente el proceso que el mismosupone. Esto es, de manera invertida, el hecho de que no todo acto de nominacinproduce un nuevo acolchamiento en sentido post-althusseriano. Como hemosobservado, el grafo lacaniano es un intento de describir la dinmica compleja queestructura al discurso en la cadena hablada; supone una dimensin evidentementepragmtica. A pesar de articular el lugar de la estructura sincrnica del lenguaje, elcdigo, lo hace considerando la posicin que ocupa al interior del movimientoparlante concreto. Desde este punto de vista, se torna significativo que el ltimotrmino en la cadena significante tenga consecuencias retroactivas sobre sta, proveade unidad, detenga el flujo del significado. El cdigo es aqu, por lo tanto, el queestablece el principio regulador en virtud del cual se determina retroactivamente ellugar de los significantes. O bien, de manera invertida, bajo este modelo nada se diceacerca de cmo se trasformara el principio regulador del cdigo mismo. ste sera asu vez el producto supuesto de un acolchado (segundo). Aqu es donde detectamos eltipo de operacin especficamente postalthusseriana sobre el grafo, eldesplazamiento en virtud del cual se comienza a pensar a partir de su modelo en unadinmica de segundo orden. Se podr suponer que este tipo de lectura se encuentrasobredeterminada por las conclusiones wittgensteinianas sobre la inexistencia de unaregla de la regla. De todas maneras, las dificultades no tendran que verespecficamente con estas particularidades en s misma, sino que se presentarn bajoeste nuevo marco en relacin con otra de las posiciones del modelo retroversional.Se encontraran vinculadas, tal como hemos mencionado, con en el hecho de que notodo acto de nominacin produce un nuevo acolchamiento. Y esto se deja ver,afectando la pregunta cardinal por el sujeto que lo llevara adelante, en la mismamatriz bsica de la puntada lacaniana. La interrogacin por el lugar desde dondeprocede aquello que llevar adelante el efecto de puntada, resulta incontestable, setrata de una intencin mtica (presimblica segn los trminos de iek).9Recordemos asimismo que dicho modelo iekiano en torno al rol de la fantasasocial no slo se estructura como una pieza principal de su desarrollo terico hasta alpresente, sino que el mismo se articula a su anlisis del capitalismo tardo (es decir, el

    8 Y esta clase de respuesta se repetira en trminos muy similares en el marco de un debateentre Laclau y Palti, Workshop El rol de la heterogeneidad y lo Real en las ciencias socialeshoy Universidad Catlica de Crdoba, Crdoba, 2007, (indito).9 Como hemos visto, esto a su vez afectaba los procesos de identificacin: haba que partir,deca iek, para pensar el desarrollo de la dinmica identificacional, de ciertas X hipotticas.

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    universo socio-simblico capitalista y las maneras de intervencin en su posibletransformacin des-estructuracin)10. Bajo el marco de este tipo de variacinpostalthusseriana, podra decirse que el grafo es un modelo que sera ms fcil deaplicar para abordar las transformaciones hacia atrs; es decir, que el mismomodelo, en tanto tal, tendencialmente ejemplificara lo que pretende explicar11. O queestamos, en suma, ante la inflexin del pensamiento ante la inmanencia de un efectode des-estructura.

    Bibliografa- Badiou, Alain, El ser y el acontecimiento, Manantial, Buenos Aires, 2003.- Boucher, Geoff, The Law as a thing: iek and the graph of desire en Geoff

    Boucher, Jason Glynos, Matthew Sharpe, (ed.), Traversing the fantasy, criticalresponses to Slavoj iek, Ashgate, Aldershot, 2005.

    - Lacan, Jacques, Seminario 5: las formaciones del inconsciente 1957-1958, Paidos,Buenos Aires, 2003.

    - Laclau, Ernesto, La razn populista, FCE, Buenos Aires, 2005.- Laclau, Ernesto y Cerdeiras, Raul, Debate Laclau-Cerdeiras, en revista

    Acontecimiento n 34-35, Ediciones de la escuela portea, Buenos Aires, 2003.- Palti, Elas, El retorno del sujeto. Subjetividad, historia y contingencia en el

    pensamiento moderno, en Primas, revista de historia intelectual, n 7, Bernal,2003.

    - Pfaller, Robert, Where is your hamster? The concept of ideology in ieks culturaltheory, en Geoff Boucher, Jason Glynos, Matthew Sharpe, (ed.), op.cit., 2005

    - iek, Slavoj, El sublime objeto de la ideologa, Siglo XXI, Buenos Aires, 2003a- iek, Slavoj, El espectro de la ideologa en iek, Slavoj (ed.), Ideologa, un

    mapa de la cuestin, FCE, Buenos Aires, 2003b.- iek, Slavoj, Concesso non dato, en Geoff Boucher, Jason Glynos, Matthew

    Sharpe, (ed.), op.cit., 2005.

    10 Para observar las diferentes teorizaciones iekianas del capitalismo tardo (universo socio-simblico sostenido por fantasas fundamentales, etc.) y sus dificultades, as como lascontrarrplicas de iek, vase (Boucher.et.al.:2005).11 Segn hemos observado, habra en el modelo de lectura del grafo lacaniano realizado poriek, una cierta tendencia a acentuar la dimensin retroactiva, hacia atrs de los desfasajestemporales en cuyos intersticios se produciran las variaciones de sentido. Justamente en tornoa esta misma problemtica la (des)estructuracin de una configuracin de inteligibilidad- einspirado igualmente en numerosas premisas del psicoanlisis lacaniano, sera til contrastar elpensamiento de Alain Badiou, quien en cierta medida invertira la direccin de la reflexin.Aceptando la retroactividad, su construccin se desplegar bajo un nfasis, podra decirse,hacia delante; esto es, en un registro de consecuencias, de indagaciones. Vase (Badiou:2003).