canos , espanglés para los mojados y para los chicanos su dialecto: " Puro vacll,ése, ya no tiro guante, carnaval, domásse las rayo a los batos cuando me cain sura."
Gracias a tan excelente capacidad para la reproducción lingülst ica, Peregrinosde Aztlán recrea un convincente universo.en el cual entran, salen, mueren personajes representativos de distintas posicionesvitales y estratos sociales. Es de lamentar que el narrador intervenga ocasionalmente para comentar ciertas situaciones,pues su comentario se carga de moralinay dest ruy e la buena relación que el lectorvenIa sosten iendo con el text o. Bastan lossucesos descritos, los diálogos y los pensamient os de los personajes para que elmensaje de prot esta nos llegue. Están demás aquellas partes donde el narrador creenecesario informarnos que "es el hambredesesperada Que salt ando de las crónicasse ha echado por las carreteras que llevanhacia el nort e" , o bien habla de marinosque " entraban con premura de bestias enbrama a donde los espectáculos de las infelic s mujeres que tenían que llegar a lomás denigrant . , .' En estas partes se hasacrificado la esté ti c a del libro a la necesidad de dar un mensaje, que sobre todo.insistam os, aparece ya en los otros element os narrat ivos.
Porqu Miguel Móndez ha escrito, nosatr v mos a pensar, una novela originada on la picaresca. Es deci r. una visión apartir dios desposeldos, una serie deanécdot as sólo posibles en ese inf ramundo, una sólida cuota de humor y una desencantada perspect iva de la sociedad. Ental universo Móndez mueve un grupo depersonajes representat ivos, cuidadosamente elegidos para que el conjunto abarque todas las presencias necesarias al comentario critico que se busca hacer. Dijimos que t.oreto . un anciano indio yaqui,es el centro espiritual de la novela. Representa las rarees. la dign idad indomeñablede la vieja sangre, asl como su presentede pobreza; el Chuco es el mojado que entregó tod a su fuerza en las pizcas interminables, y vive un hoy de borracheras y decaimiento. pero tamb ién de rebeldla inút ilcontra el medio que lo aniquiló; los Cocuchson los nuevos ricos de extracción lamentable; míster Smith, la inflexible e hipócritamentalidad protestante. pagada de su propia y cuestionab le limpieza moral. dueñode una incapacidad to tal de comp renderla otredad de una cultura diferente a la sajona; Frankie Pérez, el product o hfbrido sacrificado en Viet nam .
Aunque los persona jes están perfecta-
ción aplicada por qu ien narra se aprox imaa lo exquisito: "el cuarzo habla trasmutado su consistencia pétrea para brillar ani
dado en un sinffn de hilos dorm idos en lamadeja", o bien "la lluvia f inita se unta enlas casas horadando la niebla , es una llu via tlmida que cae formando fantasmas deceniza; los goterones corren por los vidriosde las ventanas como si las casas fuerancapaces de sentir nostalgia" , citas don de los elementos incluidos no corr esponden netamente a un modo de expresiónpopular.
No se asienta lo ante rio r com o quejacontra el texto. Por el contrario, y repet imos, la novela tiene uno de sus valorescentrales en el uso hecho del lenguaje. Incluso podemos adelantar una de nuestrasconclusiones: ese empleo del lenguaje termina imponiéndose al propós ito de recrearel mundo de los oprimidos que Méndez eligió como materia pr ima. Hay razones para esto: la cultura ch icana es, en muy buena medida, una búsqueda de ident idadmediante el lenguaje . Al viv ir un mundofronterizo o híbrido, el ch icano ha creadoun modo propio de hacerse oír, y justo talmodo es el captado por la novela de Mén·dez por medio de un cuidadoso manejo deregistros. Tenemos dist intas formas dediscurso: un español neutro cuando el narrador habla de Loreto, a quien con sideramos el protagonista de la obra; un es·pañol muy adjetivado, de expresión popular pero sin excesos de jerg a. cuando laciudad habla; inglés para los norteameri·
Libros
Si aceptamos de Bruce-Novoa que Pocho(José Antonio Villarreal, 1959) inaugurala etapa contemporánea de la literaturachicana, con todo lo escrito en fechas anteriores como antecedente, Peregrinos deAztlán ocupa una zona cronológica media,ya que su publicación inicial data de 1974.Ya para entonces el público lector sabIade John Rechy, de Ernesto Galarza, de Tomás Rivera y varios otros; esto, limitándonos al campo de la narrativa. Es decir,Miguel Méndez aparece cuando la curiosidad, el interés, el gusto de los lectoresha sido abonado por los autores mencionados. Sin embargo, no hay duda de quePeregrinos de Aztlán se impone como untexto clave de la literatura chicana. Sirvala primera edición de tal libro en Méxicopara examinar sus propuestas, sean narrativas o de contenido.
Comencemos por la nota aclaratoria delpropio Méndez: "Hice un plan y una estructura previa,. lector, para escribir algo queconmoviera sensibilidades exquisitas",pero el texto mismo se opuso a tal idea y"las palabras rebeldes me aseguraron quese impondrlan en mi escrito para contar deldolor, el sentimiento y la cólera de los oprimidas". Si tomamos al pie de la letra loexpresado por Méndez, sería de concluirque lo escrito para sensibilidades exquisitas no funciona como vehlculo descriptorde mundos lamentablemente injustos enlo social. Es una curiosa forma de discriminación literaria, ejercida contra un cierto modo de narrar y seguramente falsa ,pues nada impide unir protesta social conuna escritura sofisticada. AsI, Méndez toca uno de los problemas más antiguos dela práctica literaria. Lo interesante del caso es que el valor primordial de Peregrinosde Aztlán se encuentra en la utilización dellenguaje, muy variado en sus propósitosy registros, con zonas donde la poetiza-
Federico Patán
HISTORIA DE UNDESARRAIGO
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M .I s e e I á n e a
Sarukhán dice haber escrito un libro, pero entre las cubiertas de este volumen encontré dos libros y una concisa monogratia. El primero de ellos corresponde al tltulo y es una descripción de las "musas"de Darwin, o seade los diferentes elementos (personas, incidentes, libros, viajes)que contribuyeron a conformar su personalidad y su pensamiento. El segundo esuna historia de las ideas sobre la evolución , que nos muestra paso a paso cómofueron surgiendo los distintos elementosde esa famosa teorfa ,y que termina conla muerte de Darwin: La moñogratla laconstituye el capitulo 13, un resumenmagistral de los puntos principales de la teorla de la evolución contemporánea. Estastres partes se complementan y deben leerse juntas y en el orden en que aparecenen el volumen, pero si a la segunda ya nole queda el titulo de las " musas" a la tercera menos.
Existen muchlsimos estudios sobreDarwin y sus ideas, empezandopor 105 copiosos escritos debidos a su propia pluma,entre los que se incluyen sus cartas y unaautobiogratla, además de sus muchos libros técnicos; realmente, Darwin es unode los cientlficos sobre los que se ha vertido más t inta en toda la historia . Parecerla temerario arriesgarse a escribir unomás, cuando parece que ya todo lo quepodla decirse sobre Darw in se ha repetido muchas veces. Pero el libro de Sarukhán demuestra lo injustificado de ese te- ,mor, pues cuenta la historia de manera no 'sólo novedosa y amena sino con un enfoque muy personal. No obstante que el libro no está escrito para expertos sino para el público general, Sarukhánno usaestacaracterlstica del texto para escamotearle 'al lector 105 ángulos menos accesibles(por especializados) del tema; con gran
Su triunfo fue de la razón, de la imaginación y de la devoción a sus ideales.También fue el triunfo de un ser humano individual, que impuso la huella desu personalidad única en el curso de lahistoria . Razonó en su forma peculiary el universo se transformó en la mente del hombre. Nos guste o no nos guste , nuestra era pertenece a Darwin.
rukhán, Las musas de Darwin. Setrata deuna mirada retrospectiva, amplia y serena, sobre la vida y la obra de Charles Darwin, uno de los autores de la civi lizacióncontemporánea. La trascendencia de Darwin para nuestro tiempo ha sido señalada de muchas maneras; en 1969, GhiseIin terminaba así su famoso libro:
LA FUERZACREADORA DELPENSAMIENTO
Ruy Pérez Tamayo
Asomados como estamos, en esta última parte del siglo XX, a un mundo cambiante y turbulento que parece estarse sacud iendo una vez más sus viejos problemas, en un esfuerzo por liberarse de ellospara entrar al nuevo siglo con un "borróny cuenta nueva", cualquier' intento de rebasar la confusión cotidiana y contemplarla realidad con una perspectiva históricaamplia es bienven ido. Hay cierto alivio
.cuando consideramos que todos los con flictos, angustias y pesadillas que ensom brecen nuestro presente y con frecuencialo hacen casi insoportable, en un par desemanas se verán reducidos a unos cuantos recuerdos desagradables y en un meshabrán desaparecido, dejando el campo libre a los hechos realmente importantes.Por eso Cllo es la más generosa de las musas, sobre todo cuando la tratamos conhonestidad y gentil eza. Estos pensamien -,tos y otros más por el estilo surgen al escribir sobre el libro reciente de José Sa-
mente encasillados, no son marionetasque el narrador mueva a su anto jo . Vivende acuerdo con su naturaleza y medianteun idioma que les es propio. Esevivir ocurre en una trama estructurada con inteligencia, pues evita lo lineal, fragmenta lasdistintas anécdotas, las ordena en un te jido que hace resaltar primero unos personajes, para luego darlos como elementos de apoyo y rescatarlos nuevamente,después, como protagon istas. La intención es poner ante el lector lo que nos parece el problema central manejado por lanovela: aquel de la ident idad. Esdec ir, Loreto y Smith - ext remos opuestos de lacadena- señalan la seguridad plena en lanaturaleza propia, aunque el signo califi cador es posit ivo para Loreto y negat ivopara Smith . En medio de ellos tenemos aquienesviven una transic ión. Ésta se vuelve el sent ido último del libro: de Loreto,el origen, hasta los hijos criados en 105 Estados Unidos, que ya pertenecen a esemundo nuevo, donde necesariamente deben hacerse de un lugar. Peregrinos de Aztlán cuent a la historia de un desarraigo yel nacimiento de un arraigo dolo roso yconfl ict ivo en tierra ajena, que a largo plazo será la de uno.
AsI, Peregrinos de Az tlán plantea unproblema clave, base de nuestra percepción del mundo chicano. Por ello, el manejo de 105 personajes como slmbolos esimprescindible en la novela. AIII está Jesús de Belén - Cristo moderno- para probarlo. Es lógico que la trama ocurra en unaciudad fronteriza, híbrida y feroz por naturaleza . En ella ten emos la narrac ión enpresente . El pasado está en los episodiosde la Revolución , en la travesta por el desierto , en la memoria borrosa del campo.De esta manera, y volvemos a una denuestras preocupaciones, el lenguaje se levanta como la realidad primera del texto,al grado de que lo pensamos la exp resiónmejor de la problemática establec ida porla novela.
lUna gran novela? No: hay en ocasiones deleite excesivo en la uti lización dellenguaje, tenemos algunas apariciones impertinentes del narrador y una trama antes dedicada a la descripción de 105 hechos que interesada en crear una estructura económica y ceñida. Sin embargo, síuna buena novela, porque es amena, porque recrea con f ina percepción un mundonecesi tado de voz y porque es clave en lacomprensión de la problemática que esemundo vive. o
Miguel Méndez. Peregrinos de Aztlán . México,ERA, 1989, 188 pp. (Serie Claves)
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